documentc2

14
2.-LOS ELEMENTOS DEL CLIMA 2.1.- Las precipitaciones España es un territorio de grandes contrastes climáticos basados, sobre todo, en grandes contrastes pluviométricos, no tanto en los termométricos. La distribución espacial de esta precipitación presenta las siguientes características: - La precipitación llega a alcanzar en algunos lugares cantidades cercanas o superiores a los 1500-2000mm. Se trata de cantidades equivalentes a los máximos europeos de clima oceánico, sólo superadas por los máximos alcanzados en ciertas montañas mediterráneas, como los Alpes Dináricos. Los tres núcleos de máxima precipitación son: las montañas de la primera alineación del Macizo Galaico (ej. en el interior de Pontevedra), las estribaciones más litorales del Pirineo navarro y la Sierra de Grazalema, en Cádiz. En cada uno de estos lugares concurren similares factores geográficos: En Galicia las primeras alineaciones montañosas son el óptimo pluviométrico de una región que es la mejor expuesta a la influencia oceánica. En Navarra se conjuga también la cercanía al litoral y el refuerzo orográfico. En Cádiz, la sierra de Grazalema es la alineación montañosa mejor expuesta a los flujos del SW, muy inestables cuando aportan masas polares marítimas “de retorno”, es decir, que han bajado del

Upload: gladiskits

Post on 12-Feb-2016

212 views

Category:

Documents


0 download

DESCRIPTION

educacion

TRANSCRIPT

Page 1: Documentc2

2.-LOS ELEMENTOS DEL CLIMA

2.1.- Las precipitaciones

España es un territorio de grandes contrastes climáticos basados, sobre todo, en grandes contrastes pluviométricos, no tanto en los termométricos. La distribución espacial de esta precipitación presenta las siguientes características:

- La precipitación llega a alcanzar en algunos lugares cantidades cercanas o superiores a los 1500-2000mm. Se trata de cantidades equivalentes a los máximos europeos de clima oceánico, sólo superadas por los máximos alcanzados en ciertas montañas mediterráneas, como los Alpes Dináricos. Los tres núcleos de máxima precipitación son: las montañas de la primera alineación del Macizo Galaico (ej. en el interior de Pontevedra), las estribaciones más litorales del Pirineo navarro y la Sierra de Grazalema, en Cádiz. En cada uno de estos lugares concurren similares factores geográficos: En Galicia las primeras alineaciones montañosas son el óptimo pluviométrico de una región que es la mejor expuesta a la influencia oceánica. En Navarra se conjuga también la cercanía al litoral y el refuerzo orográfico. En Cádiz, la sierra de Grazalema es la alineación montañosa mejor expuesta a los flujos del SW, muy inestables cuando aportan masas polares marítimas “de retorno”, es decir, que han bajado del paralelo 40ºN en el océano y atacan la Península no con la componente W o NW habitual, sino con componente SW

- En contraste con esta generosidad pluviométrica, tenemos lugares con gran indigencia de lluvias, inferiores a 250mm. Se trata en general del extremo SE peninsular, y en especial del “desierto de Almería”, las tierras bajas más suroccidentales. Este sector árido no es, como se ha interpretado a veces, la avanzada del desierto del Sáhara, es decir, la orla esteparia que rodea todo

Page 2: Documentc2

núcleo desértico. Algo más hacia el S, en el N de África tenemos tierras con precipitaciones cercanas a los 800mm y con bastantes sectores que superan los 1000 y los 1500mm. Almería, por tanto es una zona esteparia “intramediterránea”. Su explicación regional es la misma que la de otros sectores esteparios dentro del clima mediterráneo: es una costa que mira a levante dentro de un mar dominado por la circulación del W, por tanto con fuertes efectos de barrera que desgastan las situaciones atmosféricas que ocasionan lluvias antes de llegar allí. A escala local, la clave de este sector estepario es que no dispone de recorridos marítimos suficientemente largos para los flujos del cuadrante sudoriental que permitan que el aire procedente del mediterráneo se cargue de humedad en capas bajas.

- El resto de la Península Ibérica presenta cantidades de precipitación entre los 400 y los 1000mm. Los núcleos más húmedos coinciden con los principales sistemas montañoso: Macizo Galaico, Cordillera Cantábrica y Pirineos centrales, con cantidades máximas cercanas a 1500mm; Pirineos orientales, Sistema Central, Sierra de la Demanda y Montes Universales en el Sistema Ibérico, Sierra de Cazorla en el Sistema Bético, con cantidades ligeramente superiores a los 900-1000mm.

- Otros núcleos secos peninsulares son el interior de la depresión del Duero, el centro del Valle del Ebro y la Mancha más sudoriental, con cantidades en torno a los 300-500mm. Sobre la media pluviométrica peninsular o algo por arriba (500-800mm) tenemos los diferentes sectores de transición entre los núcleos húmedos montañosos y los núcleos secos (vgr. el Prepirineo, el piedemonte castellano al sur de la Cordillera Cantábrica...) y otras regiones como Sierra Morena, Extremadura, Andalucía -salvo Almería-, etc.

Page 3: Documentc2

El Profesor J. Martín Vide sintetiza las características principales de estas precipitaciones mediante un "decálogo", que en resumen dice lo siguiente:1.- Una pluviometría modesta (o el problema del "seiscientos"): En general, las cantidades de precipitación son modestas (comparadas a escala planetaria), a caballo sobre la isoyeta de 600mm, salvo los escasos y aislados núcleos húmedos mencionados.2.- Una elevada variabilidad y disparidad pluviométricas (o la escasa significación de los promedios): La variabilidad interanual de los totales de lluvia es muy grande. Los promedios son fruto de cantidades totales anuales muy dispares, con variaciones que alcanzan normalmente proporciones de 1 a 5 o más entre el año más lluvioso de la serie y el más seco.3.-Una gran irregularidad pluviométrica diaria (o el desmesurado peso de unos pocos días muy lluviosos): Los totales anuales de precipitación se consiguen con muy pocos días de lluvia. En Valencia, por ejemplo, el 25% de días más lluviosos (poco más de una decena), aportan más del 77% de la precipitación total anual.4.-Una alta intensidad pluviométrica diaria y horaria (o "la lluvia no sabe llover"): En la práctica totalidad de España pueden registrarse lluvias diarias superiores a 100mm, pero en los núcleos lluviosos es fácil llegar a superar los 300. En los sectores de mayor torrencialidad de la Península (comarcas de la Safor y de la Marina Alta, se han llegado a superar los 800mm en 24 horas.5.-Largos periodos secos (o la otrora socorrida expresión de "la pertinaz sequía": Esta alta irregularidad diaria, anual e interanual de las lluvias hace que el fenómeno de las sequías sea muy frecuente en España, tanto si las analizamos como secuencias de días sin llover (perniciosas sobre todo para la España atlántica), como si se trata de varios años consecutivos con pluviometría modesta (lo más pernicioso para la España mediterránea).6.-Una diferencia entre precipitación y evapotranspiración potencial negativa (o el problema de la aridez y la España parda): Excepto en

Page 4: Documentc2

los sectores lluviosos de Galicia, cornisa cantábrica y Pirineos, así como las partes más elevadas de otros sectores montañosos lluviosos, la evapotraspiración potencial, o cantidad máxima que se podría evaporar del suelo o consumir por las plantas en función del régimen térmico, siempre es mayor que la precipitación. Ello provoca aridez permanente o, al menos, estacional, en los meses centrales del año.7.-Diversidad de regímenes pluviométricos estacionales (o la inexistencia de una estación lluviosa y otra seca en general): En España se producen numerosísimas excepciones a la idea generalizada para el clima mediterráneo de que el invierno es la estación más lluviosa y el verano la más seca. De entrada, la mayor parte de la península tiene máximos primaverales (la Meseta sobre todo) u otoñales (la fachada mediterránea oriental). Sólo los sectores de mayor influencia atlántica son más lluviosos en invierno. La estación más seca suele ser el verano, aunque esta estación puede llegar a ser, en algunos sectores, paradójicamente la más lluviosa (ej. valle del Jiloca) o al menos, la segunda más lluviosa.8.-Mal reparto estacional de la precipitación (o "nunca llueve a gusto de todos"): A la variación de los regímenes pluviométricos estacionales anteriormente expuesta hay que añadir la gran variación de la distribución anual que se produce de un año para otro. Ello contribuye a que las cantidades de precipitación, normalmente exiguas, no estén en absoluto garantizadas.9.-Existencia de anomalías pluviométricas de distinto signo en las regiones españolas (o la realidad de las teleconexiones climáticas en España): La cada vez más clara evidencia de teleconexiones climáticas a nivel mundial (por ejemplo, las de la influencia del fenómeno de El Niño con diversos comportamientos meteorológicos de regiones alejadas, también se producen en España. Una de las más evidentes es la del comportamiento pluviométrico de signo opuesto que tiene el Norte peninsular y el resto de la Península

Page 5: Documentc2

Ibérica, en función de que el anticiclón de las Azores esté en una posición más al N (periodos secos en el N peninsular y lluviosos en el resto de España) o bien centrado o algo más al sur (comportamiento pluviométrico justo al revés).10.-El complejo mapa pluviométrico español (o la existencia de numerosos "islotes lluviosos" y "sombras pluviométricas": Como se señalaba al comienzo lo más característico de la distribución espacial de las precipitaciones españolas es la existencia de polos de pluviosidad, ligados casi siempre a sectores montañosos, y polos de sequedad, casi siempre asociados a efectos de barrera orográfica, incluso el de Almería y Murcia, en buena medida a la sombra de los flujos mediterráneos inestables del NE por el efecto de las estribaciones béticas del N de Alicante.

2.2.- Las temperaturasLos contrastes termométricos, aunque no tan acusados como los

pluviométricos, también son bastante grandes. Es lo que cabe esperar de un país montañoso, como es España. En definitiva, nuestro país participa de una de las características comunes a casi todas las tierras que rodean el Mediterráneo, que se traduce en un mosaico climático muy variado y complejo.

a) Las temperaturas mediasSon propias de un país subtropical, de carácter templado en

general, pero cercanas al límite mínimo de 18ºC que caracteriza el mundo de los climas cálidos. Podríamos caracterizar el mosaico térmico del siguiente modo:

- Las tierras costeras alcanzan valores entre los 14ºC del Cantábrico y Galicia y los 18ºC de la Costa del Sol (o los 20ºC de las Islas Canarias). En la Península, esta amplitud térmica es debida en parte a la diferente temperatura del Atlántico y del Mediterráneo, éste más cálido, y en parte a la diferencia latitudinal (compárese

Page 6: Documentc2

los 16ºC de las costas gerundenses con los 18ºC de las almerienses.

- En el interior de la Península las diferencias vienen marcadas fundamentalmente por la altitud. Las tierras más bajas (ej. Valle del Guadalquivir) están en torno a los 18ºC. El valle del Ebro y la Mancha registran unos 14-16ºC de media anual y las tierras de la depresión del Duero, unos 12ºC.

- En los macizos montañosos, por encima de los 1000m de altitud, se baja de 14ºC en el Sur (Sistema Bético y Penibético) y de los 12ºC en el resto. En las partes más elevadas de estos macizos puede llegarse a medias inferiores a los 4ºC, sobre todo en las tierras por encima de los 2500m de los Pirineos.

b) Las temperaturas medias de julio y enero y la amplitud térmica anual.

Las temperaturas medias de los meses más fríos y más calurosos del año contribuyen a perfilar mejor las características térmicas pues, a menudo, una misma media anual es el producto de situaciones extremas bien distintas.

- Durante los momentos más fríos del año (en general el mes de enero y en particular su segunda quincena) se alcanzan valores térmicos en torno a los 9-10ºC en las costas gallegas y cantábricas y de 12ºC en la costa del Sol. El interior peninsular es mucho más frío, por efecto de la continentalidad, salvo el cuadrante SW (Andalucía occidental y Extremadura, más abierto a las influencias atlánticas subtropicales. En las llanuras altas de la Mancha oriental, Aragón y submeseta Norte la continentalidad es máxima y las medias de enero bajan a 2-4ºC. Sólo las partes más altas de los sistemas montañosos, por encima de los 1800-2000m registran temperaturas más bajas, pues el aire frío, más pesado, tiende a acumularse en los altiplanos y valles y produce fuertes inversiones térmicas.

Page 7: Documentc2

- Durante los meses más cálidos del año (indistintamente julio y agosto), las temperaturas medias más elevadas se registran en el interior del valle del Guadalquivir (más de 28ºC) y en general en la submeseta sur (unos 26ºC). Las costas mediterráneas son algo más frescas (24ºC) y las gallegas y cantábricas todavía más (menos de 18ºC). El efecto altitud hace que los núcleos montañosos sean también lugares claramente más frescos, sobre todo por el efecto de las bajas temperaturas nocturnas.

- Todo ello hace que las amplitudes térmicas anuales (diferencia entre las medias de los meses más cálido y más frío del año), dentro de la moderación que supone el pertenecer a la franja de climas templados, tenga un rango de variación bastante grande, que va desde menos de 9ºC en las costas más noroccidentales (La Coruña), a más de 21ºC en la Mancha más oriental (ej., Albacete).

c) Las temperaturas extremasEstos valores anteriormente señalados no dejan de ser promedios

entre temperaturas diarias bastante variables. De todos es conocido que en un día de enero puede darse un ambiente primaveral o una situación con una rigurosísima helada. Si analizamos estos momentos extremos, vemos que en enero y febrero los altiplanos de la submeseta Norte, Teruel o Albacete, pueden registrar regularmente temperaturas inferiores a -15ºC y más excepcionalmente -20ºC. Estas temperaturas son propias de las olas de frío más rigurosas. Son tierras en las que el número medio de días de helada al año es superior a 50 días (más de 100 en sus sectores montañosos, por encima de los 1500m de altitud. En las costas, tanto las atlánticas como las mediterráneas el número medio de días de helada se reduce prácticamente a 0.

Las olas de calor afectan sobre todo al SW peninsular, y sobre todo a las tierras más bajas e interiores del valle del Guadalquivir. Allí

Page 8: Documentc2

se registran casi todos los años temperaturas superiores a 40ºC, y más excepcionalmente temperaturas superiores a 44-45ºC. Son olas de calor producidas por invasión de aire sahariano en todos los niveles de la atmósfera. El resto de la Península, salvo las tierras gallegas costeras, pueden llegar a rozar los 40ºC en momentos excepcionales. Al margen de las tierras meridionales y canarias, otro sector que puede llegar a ser muy cálido son las tierras costeras del Golfo de Valencia. En este caso el mecanismo que puede llegar a hacer que se superen los 40ºC es el efecto föhn, que genera un aire muy seco y recalentado por el hecho de producir precipitación y liberar calor latente en la fachada atlántica de la Península y sierras interiores.

2.3.- Otros elementos del clima

Aunque temperaturas y precipitaciones son los principales elementos que configuran el clima de una región, existen otros elementos, como la insolación, los vientos, la humedad, etc., que contribuyen a perfilar las características del clima, y a definir las sensaciones de confort o disconfort de las situaciones atmosféricas. A grandes rasgos, las principales características de estos elementos secundarios del clima son:

a) La insolaciónEste parámetro del clima tiene bastante importancia en algunos

aspectos: como factor directo de la entrada de radiación afecta a las temperaturas y al confort/disconfort humano; también como parámetro fundamental para la mayor parte de actividades turísticas...

En España, a pesar de las reducidas dimensiones del territorio (a escala global), las diferencias en el número medio de horas de sol al cabo del año son bastante grandes. En la cornisa cantábrica es donde luce menos el Sol, con valores medios en

Page 9: Documentc2

torno a las 1700 horas. Galicia, otro lugar de clima atlántico, presenta valores algo superiores, sobre las 2000 horas, debido a que el verano es claramente más soleado que el del Cantábrico. La mayor parte de la Meseta se sitúa en torno a las 2500 horas, lo mismo que las costas catalanas. El resto del litoral supera normalmente las 2700 horas y los máximos se alcanzan en la costa de Huelva y en las Islas Canarias, con más de 3000 horas (excepto la mitad norte de las islas más altas, en donde el mar de nubes de los alisios disminuye notablemente la insolación).

b) La humedad:Es otro elemento climático de segundo orden, aunque también muy

importante para determinar el confort humano. Normalmente, el parámetro que se utiliza es el de los valores porcentuales de la humedad relativa. Desde este punto de vista, hay que señalar que, aunque solemos considerar nuestro país como un espacio relativamente seco en precipitaciones y semiárido en cuanto a evapotranspiración, es bastante húmedo en términos de contenido de vapor de agua en el aire. Es lo que corresponde a un territorio situado en climas templados con fuerte influencia marítima.

La humedad relativa se distribuye espacialmente en forma concéntrica, con los valores más bajos en el interior peninsular (en trono al 65% de media), y los más altos en el litoral. En las costas gallegas y cantábricas se supera ampliamente el 75%, mientras que las mediterráneas se sitúan sobre el 70%. Es evidente que el mecanismo atmosférico que provoca esta distribución es el régimen de brisas. En Canarias es donde se dan los valores más contrastados, con valores cercanos al 50% por encima de la inversión de los alisios y muy altos dentro del "mar de nubes".

Teniendo en cuenta que valores de humedad superiores al 75% empiezan a causar problemas de confort, podemos señalar que

Page 10: Documentc2

la combinación de calor y humedad que se produce en las costas mediterráneas hace que sean los lugares de mayor disconfort por calor húmedo. Por contra, su elevada insolación y sus temperaturas invernales suaves hacen de estos espacios, y todavía más Canarias, los más confortables.

c) El vientoLa mayor parte de España no puede considerarse un territorio

excesivamente ventoso, sino todo lo contrario. Con la práctica total ausencia de mecanismos que producen las rachas más fuertes (tornados, huracanes, vientos catabáticos bruscos...), el régimen de rachas máximas depende casi exclusivamente de las profundas borrascas que bajan más de lo normal en latitud. Dado que estos mecanismos afectan sobre todo a las tierras del NW, allí tenemos el régimen más ventoso de la Península, tanto en valores medios como en rachas máximas, pudiéndose alcanzar valores cercanos a los 200km/hora. En el resto de la península los valores máximos de viento disminuyen algo, situándose entre los 160 y los 180km/hora (ej. el record en la Comunidad Valenciana corresponde a los 167km/hora registrados en el Aeropuerto del Altet).

Con todo, y al margen de las tierras del Norte peninsular, hay algunos sectores de España especialmente ventosos, por efecto de la disposición del relieve o de la configuración geográfica. Uno de ellos es el Valle del Ebro, que canaliza muy bien los vientos del NW (el cierzo). Cuando se aboca al mediterráneo hace del litoral de Tarragona uno de los sectores más peligrosos. Otro espacio singularmente ventoso es el Estrecho de Gibraltar, que concentra los vientos procedentes del Mediterráneo (también los oestes) y hace que se produzcan temporales de vientos que pueden durar varios días e interrumpir el tráfico marítimo. En Tarifa han sabido aprovechar el viento como recurso, tanto en la

Page 11: Documentc2

generación de energía eólica, como en el desarrollo de un turismo específico, el windsurf.

En tierras del litoral y prelitoral, el régimen anual de vientos es cambiante: en invierno predomina de modo generalizado el régimen del Oeste; en verano, desde marzo hasta octubre, cambia a un régimen dominado por las brisas, de orientación diferente (incluso contrario, en el caso de las costas mediterráneas levantinas.