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M I s e e ·C / , a n e a Relación de la danza mexicana Dionisia Urtubees E xisten obras y, en particular, las que a la historia del arte se refieren, que se ape- gan con rigor, o sencillamente no pueden ir más allá del titulo que sustentan. Claro, hayexcepciones; el libro que comentamos es una de ellas, pues describe la actividad dan- cistica y, al mismo tiempo, nos descubre una nueva dimensión de su tema. La danza en México. Segunda parte no se limita a ser una . exhaustiva investigación acerca dela activi- dad dancística de tres importantes etapas de nuestro pais; la cultura prehispánica, la colonia y el siglo X IX; más que esto, la re- ciente publicación de Alberto Dallal es una propuesta, una invitación para estudiar y comprender la danza en todas sus manifes- taciones, desde una perspectiva diferente, a través de una sensibilidad más palpable, más orgánica. S imultáneamente, la obra es capaz de revelarnos rasgos, aspectos des- oc conocidos de la vida de una comunidad, de un pueblo, de una sociedad. Desde las primeras páginasdel libro, y conla agilidad y la agudeza que lo ca racteri- zan , Dallal li teralmente " nos sacude" con sus profundas reflexiones: somos un país de danzantes y lo sabemos, y lo damos por un hecho porque desde hace cinco siglos México ha danzado. Sin embargo, hoy en dia, aun cuando a la menor provocación si- gamos bailando, ya no nos entregamos en cuerpo y alma a este ritual. oa ningún otro espectáculo, porque preferimos regresar a prender la tele para sentirnos, por un mo- mento al menos, como personajes acarto- nados de telenovela. No nos damos cuenta de lo que sucede allá afuera porque ya olvi- damos o queremos olvidar, como af irma el autor, "que tanto el mitin, el desfile, lapro- cesión , el duelo, el espectáculo, son actos que nos remiten a una vital y auténtica co- municación colectiva"; porque nos hemos olv idado de que la danza es "un espejo de formas acumuladas a través del t iempo, un espejo erigido de formas ántiguas y ac- tuales, formas que hacen imagen, pero que tienen un principio y un fin: una historia". Nuestra historia, toda vez porque la danza, según Dallal, en todas sus manifestaciones 84 y no obstante su naturaleza efimera, alcanza la trascendencia de las batallas, de los gri- tos multitudinarios de independencia: he- chos que suceden y pasan a ser otra cosa, y que al transformarse nos transforman y transforman la historia... A causa de nuestra indolencia para cono- cer con certeza, in situ. el pasado de nues- tras obras de arte (y aquí se incluye a los reducidos esfuerzos de nuestras burocra- cias culturales) , nos hemos limitado a acep- tar nuestra naturaleza de país de danzantes de la misma manera en que aceptamos los hechos históricos: nombres de héroes y ba- tallas, obras literarias. Un cúmulo de datos superfluos, aprendidos a través de una cul- tura sintética y oficial, sin que casi nunca lle- guemos a sentirla necesidad de indagar, de viviry aprehender nuestra h istoria, nuestros espectáculos, nuestro arte, nuestra danza ... ¿Y cómo romper con esta inercia, cómo entender y vivir este acto tan complejo y ef ímero que es la danza , cómo definirla, cómo situarla dentro de lo que denomina- mos "cultura"? Estas y tantas otras pregun- tas son expuestas , analizadas y respond i- das en una sección de La danza en México. Segunda parte. dedicada a examinar algunas cuest iones teóricas . Al partirde la act ividad dancistica como objeto de estudio, el autor nos explica la naturaleza efimera de este arte, sus múltiples definiciones, sus diver- sos géneros ; nos habla delaant igüedad y la contemporaneidad de la act ividad dancís- tica y analiza ciertas definiciones del hacer art ístico. Con respecto al arte dehoy, Dallal concluye : " el arte, como parte delacu ltura, tiene que ser analizado de nueva cuenta con el sentido que está imponiendo el devenir del mundo, con la aplicación de cateqorías propias de la época actual". Pues, dice, " ya no es posible pensar en los términos o principios tradicionales deloss iglos anterio- res, porque éstos ya no coinc id irán con la naturaleza de las obras del arte contempo- ráneo " . Por supuesto, la misma idea se apli- carla a la danza, ya que la compleja trayec- toria deestaactividad "bien podrla ilustrar y fundamentar estos cambios enla interpreta- ción de la naturaleza misma de la obra de arte". ¿Por qué? Porque lada nza siempre ha existido y ha acompañado al hombre. o Ante la necesarrsima búsqueda de nuevos caminos para comprender, analizar y regis- trar los fenómenos culturales de nuestra época, menciono ahora el concepto de cul- tura del cuerpo. sin duda una de las aporta- ciones más valiosas de la obra . Dallal ex- plica que el cuerpo humano es la fuente de toda danza y que, además de sus caracte- rfsticas propias encuanto a raza , rasgos ñsi-

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Relación de la danzamexicana

Dionisia Urtubees

Existen obras y, en particular, las que a lahistoria del arte se refieren, que se ape­

gan con rigor, o sencillamente no puedenir más allá del titulo que sustentan. Claro,hayexcepciones; el libro que comentamos esuna de ellas, pues describe la actividad dan­cistica y, al mismo tiempo, nos descubre unanueva dimensión de su tema. La danza enMéxico. Segunda parte no selimita a seruna

. exhaustiva investigación acerca dela activi­dad dancística de tres importantes etapasde nuestro pais; la cultura prehispánica, lacolonia y el siglo XIX; más que esto, la re­ciente publicación de Alberto Dallal es unapropuesta, una invitación para estudiar ycomprender la danza en todas sus manifes­taciones, desde una perspectiva diferente, através de una sensibilidad más palpable,más orgánica. Simultáneamente, la obra escapaz de revelarnos rasgos, aspectos des-

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conocidosde la vida de una comunidad, deun pueblo, de una sociedad.

Desde las primeras páginas del libro, yconla agilidad y la agudeza que lo caracteri­zan, Dallal literalmente " nos sacude" consus profundas reflexiones: somos un paísde danzantes y lo sabemos, y lo damos porun hecho porque desde hace cinco siglosMéxico ha danzado. Sin embargo, hoy endia, aun cuando a la menor provocación si­gamos bailando, ya no nos entregamos encuerpo y alma a este ritual. o a ningún otroespectáculo, porque preferimos regresar aprender la tele para sentirnos, por un mo­mento al menos, como personajes acarto­nados de telenovela. No nosdamos cuentade lo que sucede allá afuera porque yaolvi­damos o queremos olvidar, como afirma elautor, "que tanto el mitin, el desfile, lapro­cesión, el duelo, el espectáculo, son actosque nos remiten a una vital y auténtica co­municación colectiva"; porque nos hemosolvidado de que la danza es "un espejo deformas acumuladas a través del t iempo,un espejo erigido de formas ántiguas y ac­tuales, formas que hacen imagen, pero quetienen un principio y un fin: una historia".Nuestra historia, toda vez porque la danza,según Dallal, en todas sus manifestaciones

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y noobstante sunaturaleza efimera, alcanzala trascendencia de las batallas, de los gri­tos multitudinarios de independencia: he­chos que suceden y pasan a serotra cosa,y que al transformarse nos transforman ytransforman la historia...

A causa de nuestra indolencia para cono­cercon certeza, in situ. el pasado de nues­tras obras de arte (y aquí se incluye a losreducidos esfuerzos de nuestras burocra­cias culturales), nos hemos limitado a acep­tar nuestra naturaleza de país de danzantesde la misma manera en que aceptamos loshechos históricos: nombres dehéroes y ba­tallas, obras literarias. Un cúmulo de datossuperfluos, aprendidos a través de una cul­tura sintética y oficial, sinque casi nunca lle­guemos a sentirla necesidad deindagar, deviviry aprehender nuestra historia, nuestrosespectáculos, nuestro arte, nuestra danza...

¿Y cómo romper con esta inercia, cómoentender y vivir este acto tan complejo yefímero que es la danza, cómo definirla,cómo situarla dentro de lo que denomina­mos "cultura"?Estas y tantas otras pregun­tas son expuestas, analizadas y respondi­das en una sección de Ladanza en México.Segunda parte. dedicada a examinar algunascuestiones teóricas. Al partirdelaactividaddancistica como objetode estudio, el autornos explica la naturaleza efimera de estearte, sus múltiples definiciones, sus diver­sos géneros; noshabla delaantigüedad y lacontemporaneidad de la actividad dancís­tica y analiza ciertas definiciones del hacerartístico. Con respecto alartedehoy, Dallalconcluye: " el arte, como parte delacultura,tiene que seranalizado denueva cuenta conel sentido que está imponiendo el devenirdel mundo, con la aplicación de cateqoríaspropias de la época actual". Pues, dice," ya no es posiblepensar en los términos oprincipiostradicionales delossiglos anterio­res, porque éstos ya no coincidirán con lanaturaleza de las obras del arte contempo­ráneo" . Porsupuesto, lamisma idea seapli­carla a la danza, ya que la compleja trayec­toria deestaactividad "bien podrla ilustrar yfundamentar estoscambios enla interpreta­ción de la naturaleza misma de la obra dearte". ¿Por qué? Porque ladanza siempre haexistido y ha acompañado al hombre.

o Ante lanecesarrsima búsqueda denuevoscaminos para comprender, analizar y regis­trar los fenómenos culturales de nuestraépoca, menciono ahora el concepto de cul­tura delcuerpo. sin duda una de las aporta­ciones más valiosas de la obra. Dallal ex­plica que el cuerpo humano es la fuente detoda danza y que, además de sus caracte­rfsticas propias encuanto a raza, rasgos ñsi-

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cos, etcétera, se ve influido a través de unsinnúmero de factores, objetivos y subjeti­vos, tales comola alimentación, los hábitosde trabajo, costumbres, creencias, hechoshistóricos, guerras... elementos que tam­bién influyen determinantemente enlos mo­dos y formas de hacer danza. Es a partir deesta óptica que el autor nos propone unanueva manera de percibir, abordar y estu­diar, no sólo la actividad dancística, sinocualquier actividad física humana. Y es pre­cisamente a través de esta sensibilidad aflor de piel, que Dallal nos conduce por unfantástico viaje a través de distintas épo­cas, y nos hace detenernos a observar lasestatuillas de barro y piedra, para queasombrados escuchemos los misterios queéstasnos revelan. Nos lleva asimismo a lasinmensas plazas, en las que miles de dan­zantes crean figuras quesurgen y sedesva­necen a un ritmo que persistentemente in­tenta alcanzar la eternidad. El autor de Ladanza en México ... recurre a múltiples fuen­tes: documentos, diarios, crónicas, las cua­les estudia, analiza, refuta, enriquece; ni porun momento nos topamos con largas teo­rías estériles o descripciones estáticas, yaque Dallal, apasionado escritor, logra crearsecuencias casi cinematográficas, escenas

llenas de movimiento: respiramos el airede aquellos espacios y palpamos a lospersonajes con susdetalladas vestimentas,sus olores y sabores. Dallal nos hace amara Xochipilli, a Quelcholcohuatzin, a Juande Castro, a la familia Marani y a tantosotros... nosinvita a participar en losareitos,los mitotes, lasfollas, y hasta en los saine­tes: El soldado fanfarrón, El celoso confun­dido o el rimbombante espectáculo titulado

Bonaparte en Egipto y la toma de El Cslro.que causó laconmoción delosasistentes alteatro Coliseo, el más famoso desde la Co­lonia.

Durante este maravilloso recorrido perci­bimos el cariño implfcito del autor por losinigualables cronistas que México ha tenidoen sus diversas épocas, y en especial pordon Guillermo Prieto, quien, juntoconDallal,casi noshace tocarlas enaguas y los calzo­nes delos bailarines dejarabe, las joyas, losabanicos y sedas de las elegantes damasde los salones del siglo ·XIX . Tan embebi­dos estamos que no nos damos cuenta deque va llegando el final de una época. Nue­vos avisos de modernización.

Desfilan el excéntrico Frégoli, las segui­doras de Loie Fuller, el can-can, las tandasy zarzuelas... y cuando quedan ya muy po­cas páginas de este libro que nunca qui­siéramos cerrar, lo único que deseamos espedirlea Dallal que seapresure a publicar eltercer tomo de esta impresionante historia,que nos invita a reflexionar, a imaginar, adanzar. O

Alberto Dalla!. La danza en México. Segundaparte . Estudiosy Fuentes delArteenMéxico LlX,Instituto de Investigaciones Estéticas, UNAM.1989. 300 pp. c/20 ilustr.

Universidadde México

REVISTA DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL AUTONOMA DE MEXICO

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Literatura.política, . .

mustca • teatro • ctneCultura

como recreación humana.Cultura

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