buenas practicas en el ambito de la gestion y cooperacion cultral al desarrollo

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    SEMINARIO DE FORMACIN

    BUENAS PRCTICAS EN EL MBITO DE LA GESTINY LA COOPERACIN CULTURAL AL DESARROLLO

    Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, del 5 al 9 de marzo de 2007

    Identificacin de necesidades culturalesy diseo de proyectos

    Mara Paulina Soto Labb

    Algunas precisiones de sentido comn

    Cul es la invitacin?Estamos ac para pensar en conjunto, que es la nica manera en que es fructferohacerlo. El tema es la evaluacin y reconocimiento de las denominadas BuenasPrcticas en Gestin Cultural.

    Desde dnde hablar?Desde la experiencia de 10 aos en gestin pblica y estatal1 y especficamente,desde la produccin de estudios e investigaciones funcionales a las polticasculturales, las que han estado en concordancia con las orientaciones temticas ymetodolgicas de varios pases de la regin; es decir, referidas a caracterizacindel sector, promocin y fomento a la produccin de obras y aumento del consumoy/o acceso de los sectores.

    Premisas1. En la regin, el sector cultural crece en la produccin de informacin econmicay en la generacin de insumos para medir oferta y consumo de bienes (bb) yservicios (ss) derivados de sus industrias culturales y de las artes visuales yescnicas2. Ello nos permite hablar y describir procesos con base en la cantidad deproductores, el nmero de piezas vendidas, los boletos cortados, las clientelas y

    consumos segmentados, entre otras medidas, pero carecemos del lenguaje, lasconvenciones y los instrumentos para hablar de los signos puestos en circulacinpor estos bb y ss culturales y su significacin para la poblacin o ciudadana.

    2. Salvo excepciones3, las buenas experiencias de gestin son medidas a nivelinternacional, nacional y local, a partir de parmetros imprecisos y no en pocoscasos, con el clsico criterio economicista de que el proyecto establezca una buenarelacin beneficiarios/inversin. Luego pasan la fase de intervencin de juradosevaluadores, que normalmente son nuestros viejos de la tribu y stos, sonprimera o segunda generacin de entre sus pares y por lo tanto son demasiadojvenes con lo cual, no tienen el espesor histrico y/o no logran incorporar criteriosde valoracin adecuados a los nuevas tendencias. Por ello, es habitual que existacuestionamiento a las decisiones y premiaciones en tanto carecemos de esas

    convenciones mnimas que otros sectores ya han logrado consensuar. Entre otros:qu abarca lo cultural, cules son los indicadores de apropiacin comunitaria de

    1 En Chile, estatal hace referencia al nivel Nacin.2 Los economistas declaran las dificultades que tienen sus instrumentos y fuentes disciplinarias para evaluar indicadoresmacroeconmicos de este tipo de bienes (por ejemplo, e l aporte de Monumentos Nacionales al PIB). Por su parte, lasescasas experiencias de medicin de casos (por ejemplo, impacto econmico de una fiesta religiosa), estn todava enun espacio pendiente de debate multidisciplinario y de especialistas, que permita proponer indicadores vlidos y quepermitan su aplicabilidad ms amplia.3 El Convenio Andrs Bello cuenta con un formato para la inscripcin y postulacin de experiencias ex itosas y mejoresprcticas, que cuenta con un conjunto de parmetros de valoracin que son antecedentes antes de la etapa de losjurados en sus concursos.

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    las prcticas, a qu necesidad responde el proyecto, cmo saber si hay fortalezaorganizacional en el grupo de sostn de los proyectos, hay profesionalizacin de losagentes involucrados en la administracin financiera de los proyectos, existenparmetros para asegurar una mnima sostenibilidad social y financiera delproyecto, entre muchos otros factores.

    Entonces, lo primero que habra que sealar es que para evaluar buenas prcticas,

    requerimos comenzar a concordar estndares internacionales que ayuden a generarbancos de datos y permitan construir instrumentos de evaluacin que sobre todoretornen sobre la pregunta por las necesidades a las que intentan darrespuestaestas buenas prcticas culturales.

    La siguiente reflexin se concentrar en este punto:

    Cmo detectar necesidades y no inventarlas?

    Hablar de necesidades culturales nos remite a una premisa bsica de la economaen su sentido ms lato. Las necesidades se cubren con riqueza y el valor deella est fuertemente determinado por la demanda. En una sociedaddominada por las estrategias de libre mercado, surgen inmediatamente algunas

    preguntas: la demanda es indicativa de necesidades culturales genuinas?, cmo es este tipo de demanda destinada a suplir necesidades culturales, o

    sealado de otra manera, qu particularidades tienen los bienes y servicios culturales?, cunto influyen en la creacin de necesidades, los medios de comunicacin

    y los intereses empresariales?, cunta influencia siguen teniendo las elites artsticas e intelectuales en el

    modelamiento de los gustos y la consiguiente demanda de bienes y serviciosculturales?,

    cul es el rol de Estado en la determinacin de esas necesidades?stas y otras son preguntas que nos permiten comenzar a pensar el tema de este

    encuentro y favorablemente todos tenemos algo que decir al respecto.

    Para detectar necesidades del sector, una posibilidad es identificar las demandasculturales que en nuestros pases normalmente se le hacen al Estado, en tanto stetrabaja tradicionalmente con un concepto restringido de cultura. Es decir, hemosacostumbrado a delimitar cultura, como conjunto de actividades que se generan apartir de la produccin de obras con valor simblico superior a su valor de cambio yrespecto de las cuales existen convenciones epocales que les atribuyen significacinesttica y/o identitaria.

    Las polticas culturales que no se agotan en el Estado-, son el conjunto deactividades e iniciativas dirigidas a satisfacer necesidades culturales, desarrollar elmbito expresivo-simblico y generar perspectivas compartidas de la vida social de

    una determinada comunidad.4

    De esta manera, cuando hablamos de demandas sociales hechas al Estadonormalmente hablamos de:

    dotacin de infraestructura, apoyo y fomento al desarrollo de iniciativas artsticas y patrimoniales

    4 Garretn, Manuel Antonio, et al. 2003. El espacio Cultural Latinoamericano. Bases para una poltica cultural deintegracin. pp.28. Convenio Andrs Bello y Fondo de Cultura Econmica. Colombia- Mxico.

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    acceso de la poblacin a la oferta artstico-cultural.Existe consenso en que los problemas fundamentales del sector artstico ypatrimonial en nuestros pases, son la falta de recursos y que el acceso y consumosiguen siendo marginales y de elite, en tanto los agentes pblicos invierten menosque el mercado en la formacin de espectadores y audiencias.

    El presupuesto estatal es histricamente exiguo, en tanto los Ministerios deHacienda lo consideran como un sector de egresos sin rentabilizacin.5

    Una de las cuestiones principales de las polticas culturales tienen que ver con elfinanciamiento de la vida cultural, es decir, con los recursos a destinar tanto para lainfraestructura y el desarrollo de iniciativas, proyectos y actividades culturales,como para facilitar el acceso de la gente a dichas actividades.6

    Sin embargo, en la actualidad las comunidades realizan el ejercicio de hacerseciudadanos a travs del concepto cultura y lo extienden a calidad de vida conmenos dificultades que los aparatos estatales, normalmente tensionado entre elarte y el patrimonio.

    La ampliacin creciente del concepto de cultura -antes restringido a las artes yel patrimonio material-, est generando una expansin a todo el campo de losimblico que exige igual ampliacin de los temas que le son pertinentes a unapoltica cultural y por ende a su investigacin y a la transversalidad deproyectos que conjugan diversidad de mbitos de inters de una poblacin ocomunidad.

    En tanto se ha generado una creciente vinculacin entre arte, cultura y poltica,as como entre economa y cultura, suponemos que hay mejores condicionespara detectar necesidades culturales ms amplias que las meramente referidasa este capital simblico de baja o nula rentabilidad. Sin embargo, en lascodificaciones internacionales no somos considerados un sector productivo y laparticipacin en el desarrollo global de la sociedad, sigue siendo un privilegio delos sectores de ms altos ingresos con lo cual y por un tiempo, la satisfaccin de

    las necesidades culturales seguir siendo considerada una resolucin de lujo.

    Por lo tanto, uno de los desafos en los que estamos insertos, es que los pasesde la regin compartamos conceptos y avances en relacin al desarrollo deestudios que permitan formular indicadores sociales y econmicos de la cultura.La cultura pasara a ser un campo de inversin y no de gasto, dotadora dedinamizacin econmica y de absorcin de empleo como lo vienen demostrandovarios pases europeos en la ltima dcada.

    De esta manera, podemos concluir que identificar necesidades culturales en laactualidad, nos compele a que abandonemos la antigua nocin de la cultura comoun lujo y la identifiquemos como lo que es; un derecho humano que adems,constituye un poderoso recurso para la participacin, la integracin social, la

    absorcin de empleo, y el desarrollo de nuestras comunidades en trminosglobales.

    Pero, cmo llegamos a la ampliacin del concepto y al tensionamiento de lasinstituciones en relacin con la funcionalidad social, econmica y poltica de lacultura?

    5 Soto, Mara Paulina. 2007. La riqueza de la creatividad, un activo para la reflexin y la accin: Memoria del procesochileno referido a la investigacin cultural estatal (1997-2006). En: Revista Pensar Iberoamrica. N 10. Organizacinde Estados Iberoamericanos. Espaa.6 Carretn, Idem, pp.32

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    El nuevo escenario mundial

    Ya comenzado el nuevo siglo, los autores que han pensado el sector y miradono todo lo rigurosamente deseable- los datos duros de los estudios cuantitativos yadaptado a cada realidad las investigaciones cualitativas, concuerdan ms o menosen que vivimos un periodo de grandes transformaciones, algunas ms estructuralesque otras. Pasemos a enumerar alguna de stas:

    Hoy el conocimiento y el avance cientficotecnolgico comandan sobre elfactor trabajo, el que empieza a cambiar su naturaleza. El trabajo est msvinculado hoy a la informacin, el conocimiento y el intercambio simblico,que al despliegue fsico y ste se desplaza hacia la exclusin y marginacinde la sociedad. La gente ya no puede definir el sentido de su vida slo por eltrabajo, ni por la poltica, ya no se define slo por lo que hace, sino por loque es y, en menor medida, por lo que consume (religiosidad,comunitarismo, sexo, etnia, terruo, edad, biografa, equipo de futbol,creatividad, etc ).

    En el contexto econmico mundial, el crecimiento exponencial en laproduccin de bienes y servicios culturales, es muy desigual, puesto que laparticipacin de los pases pobres en ella es completamente marginal. Unreciente informe del Instituto de Estadsticas de la UNESCO7 ratifica estatendencia:

    Se estima que el peso econmico mundial del sector de las industrias culturalesy creativas es de 1,3 billones de dlares y est en rpida expansin. Segn elinforme, entre 1994 y 2002 el comercio internacional de bienes culturales pasde 38.000 millones de dlares a 60.000 millones. Y en ste mismo informe seseala que no obstante este sorprendente crecimiento mundial, tres pases elReino Unido, los Estados Unidos de Amrica y China produjeron 40% de losbienes culturales comercializados en el mundo en 2002, mientras que doscontinentes juntos, Amrica Latina y frica, slo produjeron algo menos de 4%de dichos bienes. (Soto: 2007: 2)

    En 1996, UNESCO publica y difunde el documento Nuestra DiversidadCreativa, relevando la Cultura a un estatuto tal que lo convierte encomponente estructural del desarrollo, lugar que hasta entonces no habatenido, legitimando as la necesidad de superar su restringida vinculacincon las artes y el patrimonio.

    De esta manera, este mismo organismo, adems de otras instanciasinternacionales tales como la Internacional Federation of Arts Councils andCulture Agencies (IFACCA), y en el espacio Iberoamericano, la Organizacinde Estados Iberoamericanos (OEI), Interarts y el Convenio Andrs Bello(CAB), promueven el levantamiento de indicadores culturales para eldesarrollo y vinculan a ello, la necesidad de contar con fuentes de

    informacin estadstica especializadas de la que carecen nuestros pases. Alldonde existen, su uso ha sido muy dismil y dbil en su utilidad comoinstrumentos para la toma de decisiones polticas y su capacidadprogramtica 8.

    7 Instituto de Estadsticas de UNESCO. International Flows of Selected Cultural Goods and Services, 1994-2003[Corrientes comerciales internacionales de un conjunto seleccionado de bienes y servicios culturales. Ver en:http://portal.unesco.org/culture/es/ev.php-URL_ID=29523&URL_DO=DO_TOPIC&URL_SECTION=201.html

    8 Ver: Indicadores Estadsticos para Polticas de Arte, pgina 9, IFACCA, Junio, 2005.

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    En Amrica latina en la ltima dcada comienza un creciente procesos decreacin y/o desarrollo de la institucionalizacin pblica del sector y de lanormativa regulatoria de los derechos de artistas y gestores culturales.

    En la sociedad en su conjunto -el denominado tercer sector- irrumpe condemandas asociadas a las transformaciones estructurales del trabajo y latecnologa y aparecen discursos que vinculan el uso del tiempo libre y la

    cultura como medio preventivo en poblaciones de alto riesgo social;irrumpen las demandas de reconocimiento de las poblaciones indgenascomo sujetos de derechos particulares; la gestin del patrimonio tangibleasociado a tradiciones locales reclama la participacin de las comunidadesen su uso sustentable; entre otros vnculos expansivos que redundan en laampliacin de los requerimientos a las polticas culturales.

    La profesionalizacin del sector y en particular la creciente oferta deformacin de gestores culturales, ha creado una masa crtica de stos, comoproducto de las sucesivas generaciones de egresados de programas depostitulo y postgrado, los que tambin estn tensionando el uso de losinstrumentos pblicos destinados al apoyo del sector, hacindolosinsuficientes y creando una casta de beneficiarios.

    En las universidades, las restricciones econmicas han desplazado a laacademia de su funcin investigativa, dejndola a la deriva de la eventualadjudicacin de licitaciones y con ello, han perdido especializacin temticay riesgo metodolgico y como efecto secundario, se ha conformado una -anpequea- comunidad internacional de especialistas e investigadores quecuentan con una agenda regional e intercontinental asociada al concepto decultura y desarrollo y que comparten sus experiencias ante la carencia deesos espacios en el mbito acadmico.

    Se implementan medidas de modernizacin y racionalizacin delpresupuesto en la gestin del Estado, las que responden a precondiciones deapoyo que los organismos econmicos internacionales ponen a nuestrospases. Se trata de que el Estado asuma lgicas de mayor eficiencia en la

    gestin cultural y que sus objetos de poltica sean considerados como unrecurso rentable.

    Algunas conclusiones sobre diversos tipos de necesidades culturales,segn los actores involucrados en el sector.

    De los agentes profesionales:Para los investigadores, el Estado seguir cumpliendo -por un tiempo al menos-la labor de Observatorio de Polticas Culturales y por lo tanto, es convenienteponer atencin en su condicin de radar de deteccin de necesidades a travsde analizar sus iniciativas no como acciones aisladas sino como reflejo de lo quereclaman sus comunidades de beneficiarios. Los estudios debern acompaar

    esta deteccin de necesidades y en un mediano plazo comenzarn aespecializarse en la identificacin de pblicos y por ende en las polticas quehasta ahora consideran a la poblacin como un todo homogneo o a lo sumodiferenciado por nivel socio econmico, edad y sexo.

    Los gestores culturales con academia o sin ella- estn requiriendo unaformacin que les asegure el manejo de contenidos transversales mnimos paraun profesional del sector:

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    ser capaz de conceptualizar expresiones culturales de diverso tipo, segncontexto en que se desarrolla;

    conocer las estrategias de desarrollo territorial que diversos organismospblicos o privados estn desarrollando en las comunidades;

    saber leer el marco jurdico til para el desarrollo del sector e indagar enlas herramientas internacionales que su pas ha firmado o a las que debeadherir;

    Familiarizarse con la institucionalidad cultural pblica y privada y haceruso de ella (apropiarse); Trabajar con la cooperacin cultural internacional para compartir

    experiencias y reforzar las lneas de accin; Utilizar la informacin y generar datos que la economa de la cultura

    puede aportar, para la fundamentacin y sostenibilidad de los proyectos(estudios de audiencias, capacidad de demanda, rentabilizacin ycapitalizacin, etc..)

    Hacer un uso productivo de los efectos culturales de la revolucincomunicacional.

    De las comunidades de artistas y animadores locales:Las necesidades que las propias comunidades han comenzado a hacer presentes

    en sus iniciativas y proyectos, claramente dan cuenta de esta ampliacin delconcepto de cultura como lo hemos sealado y lo que demandan es:

    Adquirir conocimientos de mercadeo cultural para la deteccin deconductas de consumo en espacios pblicos y privados;

    gestin turstica del patrimonio con planes de manejo sustentable de losbienes y con la participacin y beneficios directos para la propiacomunidad aledaa a los patrimonios (sitios arqueolgicos, paisajsticos,reas naturales resguardadas, entre otros);

    creacin de bancos de buenas prcticas o modelos exitosos, parareplicarlos con apoyo municipal;

    en la oferta artstica en las localidades, adquirir nociones bsicas decrtica, curatora, periodismo e investigacin culturales para la formacinde pblicos o la alfabetizacin para aprehender las nuevas tendencias

    en las expresiones artsticas; captacin y administracin de recursos econmicos y humanos

    (administracin financiera bsica y de grupos, liderazgo y tcnicas detrabajo grupal, diagnstico, diseo, planificacin, evaluacin yseguimiento de proyectos).

    De los ciudadanos culturales fuera del territorioOtro fenmeno estructurante para nuestros pases y que genera demandas ynecesidades culturales de nuevo tipo, lo constituye la inmensa migracin quenormalmente est motivada por la bsqueda de mejores posibilidades dedesarrollo personal. Como nunca antes, estamos expulsando poblacin fuera delterritorio.

    La identidad es la expresin cultural de la pertenencia a un espacio por parte delas personas, individuos y colectividades. Esto implica la forma en que seperciben a si mismos y a los otros, lo que a su vez tiene que ver con la maneraen que se relacionan entre ellos, con otros y con las instituciones. En estesentido, ms all del espacio geogrfico y de la lengua y de creaciones artstico-culturales, hay una dimensin menos tangible de la identidad que se refiere a larelacin entre instrumentalidad, el modo de resolver los problemas desubsistencia y desarrollo en los diversos mbitos y subjetividad, entendida estacomo el mundo de los afectos y la memoria histrica.

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    Una poltica de identidad debe considerar ms niveles territoriales que el delEstado-Nacin tradicionales y est obligada a ayudar a conservar los vnculosculturales con sus coterrneos fuera del territorio. Este es un derechoinalienable e irrenunciable por definicin.