boy-scout · 2020. 4. 19. · ¡y ahí estaba! creí que era un trocito de pared, pero al acercarme...

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COMPRENSIÓN 170 Área fotocopiable Lengua 5.º CO Fecha: Nombre y apellidos: © Grupo Anaya, S. A. Material fotocopiable autorizado. 10 Cuando era boy-scout me enseñaron a escuchar en el bosque. Nos dejaban solos en el boscaje, de noche, y nos decían: «No penséis, solo escuchad.» Fue una experiencia increíble. Cánticos a lo lejos, zumbidos entre las ramas de los árboles, chapoteos en el agua del riachuelo, movimientos entre los matorrales, dulces silbidos, sutiles crujidos en el suelo, susurros que al poner mayor atención se con- vertían en melodías encantadora. ¿Qué eran todos aquellos maravillosos e inquietantes sonidos? ¿Insectos? ¿Pájaros? ¿Ranas? Quizás… O quizás no. A mí no me lo parecieron. Cuando mis compañeros relataron lo que habían oído, quedé boquiabierto. Nadie había escuchado nada especial: algún búho, grillos, el viento. Ellos no escucharon, solo oyeron. Entonces prefería no decir lo que yo había escuchado. Un día probé un experimento en casa. Percibí rumores bajo el suelo, en tuberías, dentro de mi armario, correteos casi inaudibles detrás de las pare- des… Aquel ejercicio acústico fue mi primer paso para descubrir, alucinado, un mundo fantástico: el diminuto mundo de los seres del hogar. […] ¡Son increíbles! ¡Y tan pequeños! ¡El más grande mide apenas cinco centí- metros! He tomado apuntes, descifrado caracteres, estudiado comportamientos, in- cluso he encontrado personas que dicen haberlos visto también, y he com- partido mis descubrimientos con ellas. Aunque el mejor compañero en este increíble viaje fue mi más preciado tesoro, un librito de cuatro milímetros por tres. ¡Un hallazgo maravilloso! Lo encontré cuando saqué mi viejo reloj de pared. Reparé en que ahí había un agujero más profundo, que yo no había hecho. Entonces golpeé la pared para ver si esta hueca y algo diminuto cayó al suelo. ¡Y ahí estaba! Creí que era un trocito de pared, pero al acercarme y cogerlo entre mis dedos… ¡Oh Dios! ¡Era un libro! […] Albert Alforcea, Guía de los seres fantásticos del hogar. Ediciones B, Grupo Zeta. (Texto adaptado). El siguiente texto habla precisamente, entre otras cosas, de la diferencia entre oír y escuchar. Escucha con atención para poder responder correc- tamente a las preguntas.

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  • COMPRENSIÓN170

    Área fotocopiable

    Área fotocopiable

    Lengua 5.ºCO

    Fecha:

    Nombre y apellidos:

    © Grupo Anaya, S. A. Material fotocopiable autorizado.

    10

    Cuando era boy-scout me enseñaron a escuchar en el bosque.

    Nos dejaban solos en el boscaje, de noche, y nos decían: «No penséis, solo escuchad.»

    Fue una experiencia increíble.

    Cánticos a lo lejos, zumbidos entre las ramas de los árboles, chapoteos en el agua del riachuelo, movimientos entre los matorrales, dulces silbidos, sutiles crujidos en el suelo, susurros que al poner mayor atención se con-vertían en melodías encantadora. ¿Qué eran todos aquellos maravillosos e inquietantes sonidos? ¿Insectos? ¿Pájaros? ¿Ranas? Quizás… O quizás no. A mí no me lo parecieron.

    Cuando mis compañeros relataron lo que habían oído, quedé boquiabierto. Nadie había escuchado nada especial: algún búho, grillos, el viento.

    Ellos no escucharon, solo oyeron. Entonces prefería no decir lo que yo había escuchado.

    Un día probé un experimento en casa. Percibí rumores bajo el suelo, en tuberías, dentro de mi armario, correteos casi inaudibles detrás de las pare-des… Aquel ejercicio acústico fue mi primer paso para descubrir, alucinado, un mundo fantástico: el diminuto mundo de los seres del hogar. […]

    ¡Son increíbles! ¡Y tan pequeños! ¡El más grande mide apenas cinco centí-metros!

    He tomado apuntes, descifrado caracteres, estudiado comportamientos, in-cluso he encontrado personas que dicen haberlos visto también, y he com-partido mis descubrimientos con ellas.

    Aunque el mejor compañero en este increíble viaje fue mi más preciado tesoro, un librito de cuatro milímetros por tres. ¡Un hallazgo maravilloso! Lo encontré cuando saqué mi viejo reloj de pared. Reparé en que ahí había un agujero más profundo, que yo no había hecho. Entonces golpeé la pared para ver si esta hueca y algo diminuto cayó al suelo. ¡Y ahí estaba! Creí que era un trocito de pared, pero al acercarme y cogerlo entre mis dedos… ¡Oh Dios! ¡Era un libro! […]

    Albert Alforcea, Guía de los seres fantásticos del hogar. Ediciones B, Grupo Zeta. (Texto adaptado).

    El siguiente texto habla precisamente, entre otras cosas, de la diferencia entre oír y escuchar. Escucha con atención para poder responder correc-tamente a las preguntas.

  • ORAL171

    Área fotocopiable

    Área fotocopiable

    © Grupo Anaya, S. A. Material fotocopiable autorizado.

    CONombre y apellidos:10

    1 ¿Dónde se da cuenta el narrador de la existencia de los pequeños seres?

    En el bosque, en una excursión nocturna con los boy-scouts.

    En su casa, un día en que todo se queda en silencio.

    2 ¿A través de qué sentido los percibe por primera vez?

    De la vista, porque los ve corretear y meterse en el agua.

    Del tacto, porque lo tocan cuando pasan a su lado.

    Del oído, porque escucha pequeños ruidos, como silbidos o susurros.

    3 ¿Cómo llega a conocer el narrador las características de estos seres?

    A través de una guía que saca de la biblioteca.

    Gracias a sus propios estudios y a un libro que encuentra en su casa.

    Capturándolos y haciendo estudios sobre ellos.

    4 ¿Dónde se encuentra el libro de «los seres que viven junto a nosotros»?

    Dentro de un reloj de pared.

    Dentro de la pared, detrás del reloj.

    5 ¿Llega el narrador a ver a estos seres alguna vez?

    No lo dice.

    No, solo escucha los ruidos que hacen.

    Sí, porque sabe que su tamaño es, como máximo, 5 centímetros.

    6 ¿Cuál crees que es la intención del autor al contar cómo aparece el librito?

    Explicar cosas de su pasado.

    Contar la verdad acerca de cómo encontró la guía.

    Hacer creer al lector que su libro, Guía de los seres fantásticos del hogar, es verídico.

    7 ¿En qué página del libro Guía de los seres fantásticos del hogar crees que se encuentra esta lectura?

    En la última, porque se despide del lector.

    En el medio, porque explica las características de uno de estos seres.

    En la primera, porque le explica al lector el origen del libro que va a leer.