Boletín Nº2

Julio 30– Agosto 24 /2012

La Familia, escuela de libertad

Comunidad normalista buscando calidad de vida

Libertad

Un valor que todos reconocemos, pero que pocos

sabemos defender, o del cual podemos abusar.

EQUIPO DINAMIZA-DOR:

COORDINACIÓN DE CONVIVENCIA: Edith

Alicia Cerra Acosta

COORDINACIÓN DE BÁSICA PRIMARIA: Paola Andrea Tobar

Marín

DOCENTE COORDINA-DORA DEL PROYECTO: Luz Marina Triana Co-

rrea

DOCENTES DE BASICA PRIMARIA: Margarita Rojas (Pre-escolar 03), Shirley Gutiérrez Jimé-

nez (2°), Adriana Carolina Her-

nández Alba (3°), Yesenia Luengas Suá-

rez (4°), Enith Zurlliny Arrieta

Walteros (5°)

DOCENTES DE ETICA SECUNDARIA: Gloria Díaz (11°, 10°), Isabel

Martínez (9°).

Doc. Audrey Tamayo (8° y 6°), Miriam Sán-

chez (7°).

ESTUDIANTES: Forma-ción Complementa-ria Otras Modalidades 3°Semestre y 11° grado

P Á G I N A 2 C O M U N I D A D N O R M A L I S T A B U S C A N D O C A L I D A D D E V I D A

LIBERTAD ES.. .

La Libertad no se construye. No es como en el caso de virtudes

como la perseverancia, la fortaleza o la paciencia que requieren

de un esfuerzo constante y continuo para hacer de ellas una

parte integral de nuestra vida. La libertad se ejerce de acuerdo

con los principios fundamentales que nacen en la conciencia,

en la familia y en la sociedad, es ahí dónde este valor se orienta,

forma, educa y respalda, forjando personas íntegras.

La Libertad siempre estará latente en nuestro ser y en nuestra mente. Siempre

contaremos con la libertad de elegir cómo nos afectan las circunstancias. Nuestra li-

bertad, aún cuando sea obstruida, permanece en nuestro interior cuando elegimos si

lo que nos ocurre nos derrota, o permanecemos de pie. Desgraciadamente es en con-

diciones adversas cuando se considera en toda su magnitud el valor que reside en la

Libertad. Por eso mismo se defiende la libertad de expresión, de traslado, de decidir

por aquello que nos traiga un beneficio, de trabajar donde se prefiera o de elegir lo

mejor para la familia o para la sociedad.

La libertad es un derecho natural de la persona, sin importar la edad, sexo u otra

diferencia de cualquier índole. Gracias a la libertad podemos tener aspiraciones: un

mejor nivel de vida, formar a los hijos para que aprendan a tomar mejores decisio-

nes, buscar un lugar adecuado para vivir, participar de manera activa en beneficio

de la sociedad, llevar una vida congruente con la moral y la ética en todo el queha-

cer profesional, buscar una educación de calidad... pero estos son los efectos de la

libertad, no la libertad misma.

La libertad puede entenderse como la capacidad de elegir entre el bien y el mal responsablemente. Esta responsabilidad implica cono-

cer lo bueno o malo de las cosas y proceder de acuerdo con nuestra

conciencia, de otra manera, se reduce el concepto a una mera expre-

sión de un impulso o del instinto.

P Á G I N A 3 B O L E T Í N N º 2

L IBERTAD Y AUTORIDAD: UNA RELACIÓN NECESARIA

1. Libertad y autoridad son compatibles cuando la libertad genera obediencia que-

rida: obediencia más amor.

2. Cuando educamos, debemos hacer amable y querido el bien, para que la libertad

se oriente a él.

3. Orientemos hacia grandes ideales y ayudemos a nuestros hijos para que sean los

auténticos protagonistas de sus vidas.

4. Dejemos volar y volar muy alto, para que sean capaces de controlar efectivamen-

te su propia vida.

5. Podemos confiar en los hijos, pero hay que acompañar y verificar.

6. Hay que trabajar una “libertad obediente” desde los primeros años de nuestros

hijos. La libre elección es la base de una vida plena y feliz.

7. Cariño y respeto son esenciales en la autoridad paterna, que debe predicar con el

ejemplo de una conducta imperfecta, pero honesta.

8. Ejercer la autoridad entraña poner límites que configuren los espacios de respon-sabilidad.

FUENTES DE INFORMACIÓN

http://www.escueladelibertad.com/escueladelibertad/Conclusiones.html

http://www.proyectosalonhogar.com/Diversos_Temas/libertad.htm

La familia es un ámbito privilegiado para ejercer la autoridad en un marco de libertad. No hay educación sin ejercicio de la auto-ridad. Distinguir autoridad y autoritarismo, y conciliar la respon-sabilidad de los padres y la libertad de los hijos es un acto nece-sario para la formación y promoción de ciudadanos libres y comprometidos.

Reflexionar en la libertad es una

oportunidad para considerar lo

q u e t e n e m o s , c ó m o l o

aprovechamos o desaprovechamos,

lo que hemos hecho y dejado de

hacer. Vivir libremente es respetar,

y al mismo tiempo es decidir, es

ejercer un derecho.

VALORES QUE AYUDAN A NUESTROS HIJOS

EN EL CAMINO DE LA LIBERTAD

1.La libertad humana no nace

acabada. Es susceptible de ser

“conquistada” por la persona.

2.A la libertad la amenazan el

autoritarismo, que conduce a

un valor sin libertad, y el relati-

vismo que conduce a una liber-

tad sin valor.

3.Los padres accedemos al nú-

cleo íntimo de los hijos a través

del entorno, las rutinas y nuestro ejemplo en casa.

4.Para educar en libertad: la altura intelectual, que es

contraria a la ignorancia; la hondura afectiva, que hace

vibrar la voluntad, y el acierto en la elección para ser ca-

paces, consecuentes y responsables.

5.Los enemigos de la voluntad libre son la opulencia y la

comodidad.

6.Y lo más importante: los padres siempre estaremos para

los hijos, pase lo que pase y sea cual sea el resultado de

su libertad.

COMPONIENDO UNA MELODÍA DE LIBERTAD 1.La familia es una orquesta de cámara. Afinar los instrumentos es entender los relojes de maduración de nuestros hijos: el biológico, el psíquico (y afectivo) y el social. 2.El objeto de la educación es que nuestros hijos interpreten su melodía sin necesidad de dirección y con un resultado armónico. 3.La partitura son las virtudes que salen a la luz mediante el esfuerzo, y el ensayo y error de su ejercicio. 3.1. La sobriedad, la austeridad y la generosidad les ayudarán a mejorar su propia partitura. 4.Es esencial que los padres con su ejemplo y su palabra digan qué es música y qué es ruido; es decir, qué está bien y qué es-tá mal. 5.La madurez de nuestros hijos les enfrentará, ya en solitario, con su público y lo harán bien si son capaces de ensamblar querer, pensar y sentir. 6.Los padres ayudamos a nuestros hijos alabando sus cualida-des, modelando sus defectos, y haciéndoles conscientes de que pueden aportar mucho a los demás.