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BOLETIÍN MARZO – ABRIL 2001

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BOLETIÍN MARZO – ABRIL 2001

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001 LA EUTANASIA EN LA PRACTICA BUIATRICA

002 ALGUNOS ASPECTOS IMPORTANTES DEL MANEJO DE LOS ANIMALES EN EL PERIPARTO

003 SUPLEMENTACIÓN CON ENZIMAS FIBROLÍTICAS PARA VACAS LECHERAS EN INICIO DE LACTACIÓN

004 COMPARACIÓN DE TRES MÉTODOS DE TOMA DE CALOSTRO EN TERNEROS DE LECHE

005 EFECTO DEL CRECIMIENTO POSTPUBERAL ACELERADO Y ADELANTO DE LA EDAD DEL PARTO SOBRE LA PRODUCCIÓN EN PRIMERA LACTACIÓN DE NOVILLAS HOLSTEIN

006 EFECTO DEL ORDEÑO PREPARTO EN LA PRODUCCIÓN DE LECHE Y LA MEJORA DE LA SALUD ANIMAL

007 PROBLEMAS DE COJERAS EN REBAÑOS EN CRECIMIENTO

008 RECONSIDERACIONES SOBRE LA PARATUBERCULOSIS (ENFERMEDAD DE JOHNE). DIEZ MITOS SOBRE ESTA ENFERMEDAD

009 META ANÁLISIS DE VARIOS ESTUDIOS SOBRE EL EFECTO DE GNRH APLICADA 11 A 14 DÍAS DESPUÉS DE LA INSEMINACIÓN SOBRE LAS TASAS DE GESTACIÓN EN EL GANADO VACUNO

010 INFLUENCIA DEL TIPO DE SUPLEMENTO ENERGÉTICO SOBRE LA SECRECIÓN DE LH, EL CRECIMIENTO FOLICULAR Y LA RESPUESTA A TRATAMIENTOS DE SINCRONIZACIÓN ESTRAL EN VACAS DE CARNE CON ALIMENTACIÓN RESTRINGIDA Y TERNEROS MAMONES

011 TRANSFERENCIA PASIVA DE INMUNOGLOBULINAS EN TERNEROS NEONATOS ALIMENTADOS CON CALOSTRO O CON PROTEÍNA SÉRICA DESECADA, SOLA O COMO SUPLEMENTO EN CALOSTROS DE DIFERENTES CALIDADES

012 CLASIFICACIÓN Y EXAMEN LONGITUDINAL DE PUNTAS DE PEZONES ENCALLECIDAS EN VACAS LECHERAS

013 ATRESIA DE LOS PEZONES ASOCIADA CON DERMATITIS INDUCIDA POR LA MOSCA DE LOS CUERNOS (HAEMATOBIA IRRITANS IRRITANS (L.)).

014 MODELO PARA PREDECIR SEPTICEMIA EN TERNEROS CON DIARREA

015 ESTUDIO CLÍNICO DE LA ÚLCERA PLANTAR Y NECROSIS DEL ÁPEX DE LA TERCERA FALANGE EN 53 BÓVIDOS

016 EVALUACIÓN DE LA EFICACIA DEL USO DE TILMICOSINA ORAL EN TERNEROS CON NEUMONÍA

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LA EUTANASIA EN LA PRACTICA BUIATRICA Consideraciones para el veterinario, el productor, los tratantes y transportistas de ganado.

Preparado por la American Association of Bovine Practicioners (AABP), comité de bienestar animal.

Traducido por Joana Sureda (Centre Veterinari Tona S.L.)

INTRODUCCIÓN

La eutanasia esta definida como "la causante intencionada de una muerte fácil e indolora a un paciente que sufre de una enfermedad incurable o dolorosa", Webster's II University Dictionary, 1996.

La mayoría de individuos que trabajan con grandes animales domesticados encontraran situaciones en que un animal tiene pocas probabilidades de responder favorablemente al tratamiento. La probabilidad de fracaso del tratamiento, el sufrimiento potencial del animal y la presencia de residuos de medicamentos son consideraciones que pueden hacer de la eutanasia la mejor opción disponible. Este articulo esta pensado para ayudar los profesionales de la industria, incluyendo a los veterinarios, a tomar la decisión apropiada en relación a la eutanasia de vacas.

La eutanasia requiere que el animal sea llevado a la inconsciencia antes del cese de las constantes vitales sin estrés ni sufrimiento. Hay tres mecanismos fisiológicos para inducir la eutanasia en las vacas. A pesar de que existen varias técnicas para inducir la eutanasia, todas ellas caerán en una de las tres categorías siguientes:

- Disrupción física de la actividad cerebral causada por la destrucción directa de tejido del cerebro (disparo con armas de fuego, penetración por balas neumáticas).

- Medicamentos que directamente deprimen el sistema nervioso central (anestesicos, barbitúricos) e inducen la muerte por hipoxia.

- Agentes que inducen la inconsciencia seguida de mecanismos que inducen hipoxia (narcóticos seguidos del sangrado).

INDICACIONES PARA LA EUTANASIA

- Pata fracturada (irreparable); trauma severo. -Perdida de producción y calidad de vida (mastitis grave, etc) -Imposibilidad de andar y/o mantenerse de pie (animales inválidos) -Diagnostico (por ejemplo en enfermedades potencialmente transmisibles al hombre como la rabia) -Neoplasia ocular avanzada (cáncer de ojo) -Estado debilitante o tóxico

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-Tratamiento de coste prohibitivo y mal pronóstico -Periodo de retirada para la venta de la carne muy largo y mal pronóstico.

TOMA DE DECISIONES

Las acciones relacionadas con animales inválidos o lesionados caen en una de las siguientes categorías: tratamiento, matadero y eutanasia. Los criterios a ser considerados para la toma de decisiones deben incluir dolor, sufrimiento del animal, probabilidad de recuperación, capacidad de alcanzar la comida y agua, medicamentos utilizados en el tratamiento del animal, periodo de retirada, parámetros económicos, condenación potencial y información para el diagnóstico.

CONSIDERACIONES

Cuando la eutanasia es la acción más apropiada, que considerar lo siguiente antes de escoger un método:

Seguridad humana. La utilización de armas de fuego implica algún peligro. Algunos métodos, como la sobredosis de barbitúricos, normalmente resultan en que un animal tranquilo se eutanasia de forma fácil y suave.

Bienestar animal. Cualquier método de eutanasia utilizado debe producir una muerte rápida y sin dolor. Así mismo, determinadas situaciones y comportamientos de los animales no permiten la utilización de la técnica mas indicada. Utilizar la técnica que sea mas segura tanto para los humanos como para el animal.

Contención. La disponibilidad de herramientas para contener los animales hace que determinados métodos de eutanasia sean más prácticos que otros. Por ejemplo, puede que no sea posible eutanasiar una vaca adulta utilizando barbitúricos sin una sujeción correcta de la cabeza. Varios métodos, como el uso de balas cautivas o armas de fuego, precisan de una capacidad y entrenamiento apropiados para una contención apropiada. En todos los casos, la contención debe ser firme pero delicada.

Practicidad. Un método apropiado de eutanasia también tiene que ser práctico. No todos los individuos que trabajan con vacas tienen acceso legal a medicamentos como los barbitúricos, que requieren permisos gubernamentales para su almacenamiento y utilización.

Habilidad. Algunas técnicas, como la utilización de bala cautiva, requieren alguna habilidad y entrenamiento. Los individuos designados deben ser entrenados apropiadamente donde sea que las vacas estén alojadas.

Coste. Algunas técnicas de eutanasia son más caras que otras. Sin embargo, otras técnicas (como la bala cautiva o armas de fuego) requieren una elevada inversión inicial pero su uso continuado es muy barato.

Estética. Algunos métodos de eutanasia, como la sobredosis de barbitúricos, pueden parecer más "agradables" a la vista de personas no acostumbradas que otras técnicas. Varias técnicas provocan significantes movimientos involuntarios del animal que pueden ser mal interpretados como movimientos voluntarios en respuesta al dolor por

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personas sin experiencia en la eutanasia de bóvidos. Personas entrenadas deben conocer como los animales responden a las distintas técnicas de eutanasia.

Diagnósticos. Cuando los tejidos del animal eutanasiado han de ser enviados al laboratorio para análisis, el método de eutanasia puede ser crítico (como evitar el daño a los tejidos del cerebro en casos potenciales de rabia).

Armas de fuego. El arma debe ser empuñada de 5 a 25 cm del punto de impacto intencionado, y la bala debe ser dirigida perpendicularmente a la zona frontal del cráneo para evitar que rebote. El punto de entrada debe ser en la intersección de dos líneas imaginarias, cada una dibujada desde el ángulo interno del ojo hasta la base del cuerno opuesto (ligeramente por encima de la oreja en animales mochos).

Balas de rifles del calibre 22 son suficientes para la mayoría de los animales, pero en toros se deben usar balas redondas de 9 mm o un mágnum 22. La utilización de balas con la punta estriada o de punta suave aumentan la destrucción de los tejidos. Si hecho con habilidad, la utilización de armas de fuego induce la inconsciencia instantáneamente, es barata y no requiere contacto físico con el animal.

Este método debe ser utilizado únicamente por individuos entrenados en la utilización de armas de fuego y que entiendan el potencial riesgo de que la bala rebote.. Se debe tomar las medidas necesarias para minimizar el riesgo de peligro para el operador, los asistentes y los otros animales. Además, debido a que en algunas áreas hay leyes que prohíben el disparo de armas en determinadas zonas, el operador debe estar al caso de las leyes locales.

Bala cautiva. Los martillos de aire comprimido pueden ser tanto penetrantes como no penetrantes. En principio, los penetrantes producen una destrucción inmediata de los tejidos del cerebro. Ambos producen de forma consistente el aturdimiento del animal. Un animal aturdido caerá al suelo pero seguirá respirando y presentara movimientos repentinos de las patas. Un procedimiento adicional (sangrado, agentes químicos) debe ser utilizado para asegurar la muerte después de la utilización de los martillos no penetrantes y es también aconsejada después del uso de los penetrantes.

El martillo neumático debe ser apoyado firmemente contra el cráneo en el mismo punto de entrada descrito anteriormente para las armas de fuego. Como el uso de martillos neumáticos requieren un contacto físico directo con el animal es necesaria una correcta contención y puede que sea necesario sedar o tranquilizar el animal anteriormente.

El mantenimiento y limpieza del martillo neumático debe ser seguido exactamente como recomendado por el fabricante. Además, la selección de la fuerza del disparo puede variar según el fabricante, y se debe usar la fuerza correcta para el tamaño de cada animal.

Barbitúricos. Una sobredosis de barbitúricos (60 a 80 mg/kg de pentobarbital sódico IV), si administrados correctamente por vía endovenosa, produce inconsciencia y

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anestesia rápida seguida de depresión respiratoria, hipoxia y fallo cardiaco. El barbitúrico de elección debe ser potente, de acción larga y estable en solución.

Sangrado. Este método puede ser utilizado para asegurar la muerte tras el aturdimiento, anestesia o inconsciencia. No debe ser usado como método único de eutanasia.

Hay varios métodos de sangrado. El más común en los bóvidos es lacerar una o ambas arterias carótidas. Se inserta completamente un cuchillo largo de 15 cm, bien afilado, por detrás de la articulación de la mandíbula, dirigido hacia abajo hasta que la sangre brote libremente. Los vasos del plexo braquial pueden ser lacerados elevando el miembro anterior e insertando el cuchillo profundamente en la articulación del hombro cortando piel y vasos hasta que se pueda recostar el miembro caudalmente sobre el tórax del animal. La aorta puede ser seccionada vía rectal, por una persona con experiencia, de manera que la sangre fluya a la cavidad abdominal.

Electrocutación. Este método solo debe ser intentado en caso de disponer del equipamiento especializado de los mataderos que aplican un mínimo de 2.5 amperes a través del cerebro. Un cable de 120 voltios no aplica suficiente amperaje para inducir la inconsciencia.

La electrocutación provoca frecuentes y violentos movimientos involuntarios del animal. Así pues, este método implica algún peligro al operador.

CONFIRMACIÓN DE LA MUERTE

La confirmación de la muerte del animal es critica en cualquiera de los métodos utilizados.

Lo siguiente puede ser utilizado para valorar el estado de consciencia:

- Ausencia de latidos cardiacos. - Ausencia de respiración. - Ausencia de reflejo corneal.

La presencia de latidos cardiacos puede ser mejor valorado con un estetoscopio apoyado por debajo del hombro izquierdo. Movimientos del tórax implican respiración. (Nota: la respiración puede ser muy lenta y errática en animales inconscientes.) El reflejo corneal puede ser testado tocando el globo ocular y verificando si el animal parpadea. La ausencia de latidos cardiacos y respiración por más de cinco minutos debe ser utilizado para confirmar la muerte.

EUTANASIA EN TERNEROS Y TOROS

Terneros y toros requieren una especial consideración en la selección del método de eutanasia. Las consideraciones éticas no son distintas en el caso de los terneros porque estos sean pequeños o mas fáciles de manejar. Los terneros pueden ser eutanasiados con

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martillos neumáticos. Las sobredosis de barbitúricos también funcionan bien, pero deben seguirse las restricciones legales.

Los toros requieren consideraciones especiales debido a su tamaño, actitud y la grosor físico de su cráneo. La seguridad del operador es la principal preocupación en la eutanasia de toros, y para según que técnicas, una contención apropiada puede ser crítica. Los toros deben ser eutanasiados con martillos neumáticos especializados mas resistentes, armas de fuego utilizando balas de 9 mm o por sobredosis de barbitúricos.

MÉTODOS INACEPTABLES DE EUTANASIA EN BÓVIDOS

Los estándares humanos y éticos de eutanasia no permiten los siguientes métodos de eutanasia en bóvidos: traumatismo por golpe aplicado manualmente en la cabeza, inyección de agentes químicos en animales conscientes (desinfectantes, electrolitos como KC1 y MgSO4, agentes farmacéuticos no anestésicos,...), embolismo por aire (inyección de gran cantidad de aire en el sistema vascular) y electrocutación con un cable de 120 voltios.

CONCLUSIONES

El personal que trabaja en sitios donde de forma rutinaria se manejan animales, deben tener en todo momento la habilidad y las instalaciones para ejecutar una eutanasia de urgencia. Los transportistas de animales también deben estar entrenados correctamente y deben disponer de números de teléfono para contactar el personal especializado en caso de un emergencia.

Los mercados y salas de exposición deben tener procedimientos escritos a ser seguidos en caso de emergencia y deben disponer de personal entrenado para realizar eutanasias de urgencia durante todos los eventos. Siempre que sea práctico, se debe escoger el sitio de forma que este sea de fácil acceso para las maquinas que recogen los cadáveres. Un plan de acción debe ser desarrollado y seguido para las eutanasias rutinarias y de emergencia en cualquier sitio donde se manejen animales.

SANGRADO

Lugar del sangrado y punto correcto para el martillo neumático o arma de fuego para la eutanasia de bóvidos.

El punto de entrada del émbolo del martillo neumático o de la bala debe ser en la intersección de dos líneas imaginarias trazadas desde el ángulo interno del ojo hasta la base del cuerno opuesto (ligeramente por encima de la oreja de los animales mochos). El sangrado debe ser hecho utilizando un cuchillo de hoja rígida de al menos 15 cm con mucha punta y bien afilado. El cuchillo debe ser clavado en el cuello justo por debajo de los huesos del cráneo (detrás de la mandíbula) dirigido hacia abajo para seccionar la vena yugular, la arteria carótida y la tráquea.

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ALGUNOS ASPECTOS IMPORTANTES DEL MANEJO DE LOS ANIMALES EN EL PERIPARTO R. Grummer. Universidad de Wisconsin Boletin del Servicio de Extensión Agraria, Universidad de Wisconsin

INTRODUCCIÓN

Los cambios en el estatus hormonal e ingestión de alimentos ocurren durante las 2-3 semanas pre y postparto. Aunque la magnitud de los cambios en muchos parámetros en inherente al proceso del parto, algunos parámetros, como la ingestión de materia seca, pueden modificarse a través de un manejo adecuado. Con el objetivo de reducir el estrés ocasionado por los cambios en el periparto, es necesario reducir las fluctuaciones metabólicas propias del periparto.

IMPORTANCIA DE LA INGESTIÓN DE MATERIA SECA DURANTE LA TRANSICION

El control de la depresión de la ingestión de alimentos propia del preparto es uno de los factores más críticos en el control de las enfermedades metabólicas periparto y de la productividad futura de los animales. Betrics y col. (1992) estudió el efecto de la depresión de la ingestión en el desarrollo del síndrome del hígado graso. Once vacas se alimentaron ad libitum durante el preparto (control), y otras 11 vacas fueron alimentadas forzosamente para evitar la depresión de la ingestión de materia seca. La comida no ingerida en cada periodo era administrada directamente en el rumen via canula ruminal. La depresión de la ingestión de alimentos en el grupo control alcanzó el 28%. El contenido en triglicéridos hepáticos aumento en un 77% en los animales alimentados forzosamente, y un 227% en los animales control, respectivamente. Los animales que fueron alimentados a la fuerza produjeron más leche corregida (46.1 vs 41.7 kg/d, P < 0.13) y la leche tenía un contenido mayor de grasa (4.22 vs 3.88%, P<0.06).

Zamet y col. (1979ª) controlaron 89 vacas Holstein durante el periodo seco y los primeros 30 días de lactación, y las clasificaron como normales o anormales. Las anormales (n=45) eran aquellas que habían tenido uno o más problemas en el parto o periparto. Los problemas fueron distocia (n=14), retención de membranas fetales (n=33), parálisis perparto (n=10), desplazamiento de abomaso (n=7), síndrome de la vaca grasa (n=3), nefritis (n=1) e infección pro Salmonela (n=1). La ingestión de alimentos durante los últimos 27 días de gestación disminuyó de 1.8 a 1.2% del peso vivo en las vacas normales, mientras que en las anormales la ingestión disminuyó de 1,8% a 0.9% del peso vivo. La ingestión de alimentos era significativamente menor en las vacas que tuvieron problemas. Las diferencias en ingestión de alimentos se

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incrementó durante el periodo postparto, y las vacas normales produjeron más leche. Estos datos indican que la predisposición a problemas metabólicos periparto puede depender en gran medida de la disminución de la ingestión de materia seca.

En us resumen de 5 experimetnos que incluyeron un total de 78 vacas sugieren que la ingestión de materia seca en el día previo al parto (expresado en porcentaje del peso vivo) estaba altamente correlacionado con los triglicéridos hepáticos y los niveles plasmáticos de ácidos grasos no esterificados. La ingestión de materia seca el día previo al parto también estaba altamente correlacionada con la ingestión de materia seca el día 21 postparto. Estos datos indican que la optimización de la ingestión de alimentos en el periodo preparto debe ser una de las principales prioridades en los programas de alimentación.

FACTORES QUE AFECTAN A LA INGESTIÓN DE MATERIA SECA DURANTE EL PERIODO DE TRANSICIÓN.

Numerosos estudios han indicado que los animales con un exceso de condición corporal tienen mayor probabilidad de tener un apetito reducido en el postparto (Garnsworthy y Jones, 1987; Holter y col., 1990). Emery (1993) indicó que los animales con mayor condición corporal (>3.6) en el preparto tuvieron una ingestión de materia seca equivalente al 1,5% de su peso vivo, mientras que los animales con menor condición corporal (<3.6) consumieron materia seca al nivel del 2% de su peso vivo. Los animales con exceso de condición corporal tuvieron una mayor incidencia de problemas patológicos durante los primeros 75 días postparto. Es importante indicar que la condición corporal de los animales durante el periodo de secado es difícil de manipular. En consecuencia, las correcciones de la condición corporal deben realizarse durante el último tercio de la lactación, y las raciones deben ajustarse para permitir una condición al secado cercana al 3.5. Si se ignora la importancia de la condición corporal de la vaca durante este periodo se incrementarán los problemas patológicos periparto y se comprometerá la producción de futuras lactaciones.

La composición de la ración y el contenido en nutrientes de la ración preparto también puede afectar a la capacidad de ingestión de materia seca. La ingestión de materia seca puede aumentarse en un 30% cuando los niveles de energéa neta de lactación y la proteína bruta se incrementan de 1.3 a 1.54 Mcal/kg, y de 13 a 16%, respectivamente, durante las 3 semanas preparto (Emery, 1993). Aunque el aumento de materia seca solo se mantiene hasta los últimos días, los animales que comen raciones más densas arrastran los beneficios de dicha ración haste bien entrada la lactación.

CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES

Los conocimientos actuales indican que la ingestión de energía durante el periodo de transición es el factor limitante que determina la susceptibilidad de las vacas lecheras al estrés metabólico. La optimización de la ingestión de materia seca durante éste periodo debe ser una prioridad. En consecuencia, parece prudente diseñar raciones que sean del agrado de los animales. El uso de forrajes de gran calidad y concentrados que puedan estimular la ingestión de alimentos es una buena estrategia. El aporte de alfalfa de alta calidad puede resultar en un exceso de calcio en la ración de las vacas secas, lo que puede solucionarse, al menos parcialmente, con la suplementación de sales aniónicas. Sin embargo, la palatabilidad de las sales anionicas es limitada, por lo que su uso, en

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ocasiones, produce efectos más negativos que positivos. Si se utilizan, deben introducrse en la ración de una forma lenta, y en todos los casos debe evitarse el cambio brusco de ración. El concentrado debe introducirse necesariamente en las 3 últimas semanas preparto, ya que beneficiará la adaptación tanto del animal como de los microorganismos ruminales a la nueva ración. Además, la energía y proteína adicional del concentrado reducirá el efecto producido por la reducción de la capacidad de ingestión. El diseño de programas de alimentación que consideren el aporte de raciones unifeed a este grupo de animales es recomendable, ya que garantizan el consumo de las proporciones necesarias de forraje y concentrado. Este concepto es más importante en el periodo del periparto que en cualquier otro periodo del ciclo productivo de la vaca. Si no existe la posibilidad de administrar una ración unifeed específica para las vacas secas, debe tomarse un compromiso entre la supementación de una porción de la ración de vacas de alta producción (con el riesgo de sobrecargar los niveles de calcio y cationes), mantener u optimizar la ingestión de energía, y administrar sales aniónicas. Sin emabrgo, y aun en estas circustancias, es preferible diluir la ración de producción mezclandola con forraje, ya que de otra forma los animales pueden escoger, lo que causará la aparición de problemas.

SUPLEMENTACIÓN CON ENZIMAS FIBROLÍTICAS PARA VACAS LECHERAS EN INICIO DE LACTACIÓN L. M. RODE, W. Z. YANG, and K. A. BEAUCHEMIN Journal of Dairy Science 82:2121 (1997) Traducido por: Silvia Gargallo (Universidad Autónoma de Barcelona)

INTRODUCCIÓN

El uso de suplementos enzimáticos es común en raciones de monogástricos para mejorar el valor nutritivo de los alimentos. No obstante, su uso no es habitual en alimentación de rumiantes adultos, ya que la actividad fibrolítica ruminal es normalmente muy alta y se considera que no puede ser significativamente incrementada por la simple adición de enzimas exógenas. Además, al ser solubles, estas enzimas no sobrevivirían a la proteolisis en el rumen.

Estudios recientes indican que estas suposiciones podrían ser erróneas, ya que se han obtenido efectos positivos de la adición de enzimas proteolíticas exógenas a raciones para rumiantes. Estos efectos se traducen en mejoras en la ganancia de peso vivo y en el índice de conversión de ganado en crecimiento, y en un aumento de la ingestión

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acompañado de mayor producción en vacas lecheras. Los beneficios parecen ser el resultado de un incremento de la digestibilidad de la ración. Si esto es así, los efectos beneficiosos sobre la producción serán más notables en animales que se encuentren en balance energético negativo, como las vacas en inicio de lactación.

El objetivo de este estudio fue la investigación de los efectos de la suplementación con enzimas fibrolíticas sobre la producción lechera y la digestibilidad de nutrientes en vacas en inicio de lactación.

MATERIALES Y MÉTODOS

Veinte vacas multíparas de raza Holstein en inicio de lactación se asignaron al azar a uno de los dos tratamientos (control y suplementación de enzimas) y se realizaron bloques en función del número de parto, fecha de parto y nivel de producción durante la última lactación. La composición de la ración (en MS) era: 24% ensilado de maíz, 15% heno de alfalfa y 61% de concentrado a base de cebada. La mezcla de enzimas (Pro-Mote , Biovance Technologies Inc., Omaha, NE) contenía principalmente actividad xilanasa y celulasa, con una negligible actividad amilasa. Dos kilos de esta mezcla de enzimas fueron diluídos 5 veces con agua y añadidos al concentrado para aportar 1.3g/kg de ración total (en base a MS).

Las raciones fueron administradas tres veces al día. El contenido en materia seca (MS) de las muestras de alimento tomadas una vez a la semana y de las muestras de rechazo tomadas dos veces a la semana, se utilizó para calcular la ingestión diaria de MS. Las vacas se alojaron en estabulación fija y el ordeño se realizó dos veces al día. La producción de leche se registró diariamente y se tomaron muestras de leche dos días a la semana para la determinación del contenido en grasa, proteína y lactosa. La duración del experimento fue de 12 semanas para cada vaca (desde el parto hasta el final de la 12ª semana de lactación). Una vez a la semana se pesaba a las vacas, y cada dos semanas se determinaba su condición corporal. La digestibilidad aparente en la totalidad del tracto se determinó añadiendo Cr2O3 (55.1 mg de cromo/kg de MS) a las raciones y tomando muestras de heces del recto de cada vaca dos veces por semana.

Las muestras de alimento, rechazo y heces fueron secadas y molidas a 1mm para la determinación de nitrógeno (N) y almidón. También se determinó la materia orgánica (OM), fibra neutro-detergente (NDF), fibra ácido-detergente (ADF) y cromo. Se realizaron cálculos para determinar el balance energético de cada vaca. Los datos fueron analizados por el proc GLM del paquete estadístico SAS.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

La ingestión de MS y otros nutrientes no se vió afectada por la suplementación de enzimas a lo largo del experimento, aunque otros autores han descrito incrementos de la ingestión con otros suplementos enzimáticos con actividades celulasa y xilanasa. Esto es debido a que los distintos suplementos difieren en el modo de acción. No obstante, la digestibilidad en la totalidad del tracto fue mayor (P 0.05) para vacas alimentadas con suplemento enzimático, excepto para la digestibilidad del almidón, sobre la cual la suplementación enzimática tiene un efecto menor. La magnitud de la mejora en la digestibilidad fue variable para nutrientes individuales, variando de 10 a 32%. Las

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mejoras en la digestión de la fibra fueron sustanciales, 20 y 32% para NDF y ADF respectivamente. Este incremento en la digestibilidad concuerda con resultados previos obtenidos con productos similares, aunque la magnitud del aumento es mayor en este estudio que en estudios realizados con vacas en mitad de lactación.

En el actual estudio, el suplemento enzimático se aplicó en forma acuosa sobre la porción concentrada de la ración. El método de administración de enzima puede ser crucial en la obtención de mejoras significativas en la digestibilidad. Parece ser que la efectividad enzimática es más marcada si se aplica la mezcla de enzimas a la ración que si se hace por infusión directa en el rumen. Existen evidencias que sugieren que los suplementos enzimáticos son más efectivos cuando se aplican en alimentos secos que cuando se hace en alimentos húmedos, aunque la efectividad no varía entre concentrado y forraje seco. La producción de leche fue un 10% mayor (P<0.11) en vacas con suplemento enzimático que en vacas del grupo control. El porcentaje de grasa de la leche fue considerablemente menor (P=0.02), y los porcentajes de proteína (P=0.13) y lactosa (P=0.09) también tendían a ser menores en vacas que recibían enzimas. Los descensos en los porcentajes de los diversos componentes de la leche fueron probablemente debidos a que el marcado incremento de producción de leche no se vió acompañado de un aumento en la ingestión. Así, aunque la digestión de energía (OM y NDF) y de proteína incrementó con el uso de enzimas, la falta de otros nutrientes podría haber limitado la síntesis de los componentes de la leche. No se observaron diferencias significativas (P>0.15) entre tratamientos en la ingestión de energía y energía utilizada para producción de leche y mantenimiento. Es sorprendente que el incremento en la digestibilidad de energía debido a la suplementación enzimática no redujera la movilización corporal, dado que la pérdida de energía para producción de leche fue similar en ambos tratamientos. La inevitable movilización corporal en vacas a principio de lactación produciendo elevados niveles de leche y la inadecuada ingestión de otros nutrientes podría haber limitado la utilización de la energía digestible.

CONCLUSIÓN

La aplicación de enzimas fibrolíticas exógenas al concentrado de la ración de vacas en inicio de lactación produce un incremento en la producción de leche debido a una mayor digestibilidad de nutrientes. Las raciones suplementadas con enzimas fibrolíticas deben ser reajustadas para evitar un descenso de la grasa de la leche.

COMPARACIÓN DE TRES MÉTODOS DE TOMA DE CALOSTRO EN TERNEROS DE LECHE

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Thomas E. Besser, DVM, PhD; Clive C. Gay, DVM, MVSc; Lori Pristchett, BS J. Am.Vet. Med. Assoc. 198:419 (1991) Traducido por: Lorena Castillejos (Universidad Autónoma de Barcelona)

INTRODUCCIÓN

El riego de contraer enfermedades infecciosas es mayor en ternero que han tenido un fracaso de la transferencia pasiva de inmunoglobulinas maternales. El valor umbral para la concentración de inmunoglobulinas en suero que indica un incremento del riesgo de enfermedades infecciosas depende del ambiente y de la carga de patógeno a la cual el ternero está expuesto. Sin embargo, en ambientes adversos la mayoría de las pérdidas económicas por morbilidad y mortalidad pueden estar originadas en terneros con unas concentraciones en suero de IgG1 inferiores a 10 mg/ml después de la absorción calostral. Por esta razón, nosotros clasificamos los terneros con concentraciones de IgG1 en suero inferiores a 10mg/ml como un fracaso de la transferencia pasiva. Investigaciones anteriores han indicado que la transferencia pasiva de inmunoglobulinas maternales en terneros depende de 3 procesos sucesivos: la formación de calostro con una alta concentración de inmunoglobuninas por parte de la madre; la ingestión de un adecuado volumen de calostro por parte del ternero; y la eficacia de absorción de inmunoglobuninas calostrales por parte del ternero. La lactación puede elevar la eficacia de absorción de las inmunoglobulinas calostrales, pero el volumen ingerido de calostro en terneros amamantados frecuentemente es inadecuado. Los sistemas de alimentación artificial permiten manipular el volumen de calostro ingerido con el posible riesgo de disminuir la eficacia de absorción. El propósito de este estudio es evaluar los factores prácticos de la toma de calostro, como otros factores de producción y manejo en explotaciones, que afecten a la prevalencia del fracaso de la transferencia pasiva.

MATERIALES Y MÉTODOS

Métodos de toma de calostro

Tres explotaciones de vacas lecheras Holstein con una producción media se identificaron para los análisis de la "Asociación para la mejora del rebaño vacuno de leche". En cada granja, las vacas debido al parto se trasladaron a corrales maternidad limpios y desinfectados. Cada granja utilizó un método diferente de toma de calostro para los terneros. La explotación A tenía 350 vacas en lactación. Cada ternero que nació en esta granja se separó inmediatamente de la madre y se forzó a tomar 2,84 L de calostro mediante tubo esofágico. El uso de calostro reservado permitió alimentar a los terneros inmediatamente después del nacimiento. El primer calostro de la madre se ordeñó y se guardó para alimentar al siguiente ternero. Este calostro para la primera toma se conservó a 4ºC durante un máximo de 7 días o a -20ºC inmediatamente después del ordeño. El calostro congelado se descongeló en agua caliente y se usó para alimentar a terneros cuando el calostro refrigerado no estaba disponible. La postabsorción de la concentración de inmunoglobulinas en suero se determinó en 335 terneros de esta explotación durante 11 meses. La concentración de inmunoglobulinas en la primera toma de calostro se analizó en 327 de estos terneros. Sólo en terneros que no habían mamado y con calostro de vacas que no habían amamantado.

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La explotación B tenía 100 vacas en lactación. Cada vaca se ordeñó inmediatamente después de parir y cada ternero tomó 1,9 L del calostro de su madre con botella con tetina. La toma del calostro con tetina se repitió a intervalos de 12 horas hasta 48 horas, usando el primer ordeño de la madre hasta que este se agotó. La concentración de inmunoglobulinas postabsorción en suero de terneros y en el calostro se determinó en 77 terneros de esta granja durante 23 meses. Únicamente se estudió a los terneros que no habían mamado y se utilizó el calostro de vacas que no habían amamantado. Sólo se analizó la cantidad de inmunoglobulinas de la primera toma de calostro.

La explotación C tenía 150 vacas en lactación. Después de su nacimiento, los terneros permanecieron en el corral junto a su madre durante 72 horas. Los terneros se vigilaron frecuentemente y se les estimuló a empezar a mamar tan pronto como fue posible. La postabsorción de inmunoglobulinas en el suero se determinó en 166 terneros durante 15 meses. Se analizó la concentración de IgG1 del calostro de 77 madres antes de amamantar. Ninguno de los terneros incluidos en el estudio recibió calostro por métodos artificiales.

Cuantificación de Inmunoglobulinas

Las muestras de sangre se obtuvieron de cada ternero entre las 48 horas y 5 días de edad. La determinación de la concentración de IgG1 y de IgM en suero se obtuvo por inmunodifusión radial. La concentración de inmunoglobulinas se corrigió esperando valores a las 48 horas, usando valores publicados para el metabolismo de vida media de IgG1 y IgM de terneros.

RESULTADOS

El fracaso de la transferencia pasiva al determinar una concentración inferior a 10 mg/ml de IgG1 en suero de ternero de 48 horas de edad, se diagnosticó en el 61,4 % de terneros amamantados por sus madres, en el 19,3 % de terneros alimentados con botella con tetina y en el 10,8 % de terneros alimentados con sonda esofágica. Igualmente, el porcentaje de terneros con postabsorción de IgM en suero inferior a 1 mg/ml fue más alto en terneros amamantados por sus madres.

Las concentraciones medias de IgG1 en el calostro fueron similares en las tres explotaciones. Únicamente cuando se analizaron los terneros alimentados con calostro que contenía al menos 45 mg/ ml IgG1, se obtuvieron diferencias sustanciales en la prevalencia del fracaso de la transferencia pasiva en las tres explotaciones (2.7, 20, 51, 3 % de los terneros en las explotaciones usando alimentación por sonda, con botella con tetina y amamantados respectivamente); sin embargo, la prevalencia del fracaso de la transferencia pasiva fue similar en la alimentación con botella y con sonda de terneros que recibieron una cantidad equivalente de IgG1 en la primera toma. La mayoría de terneros alimentados artificialmente con fracaso de transferencia pasiva recibieron < 100g IgG1 en la toma inicial de calostro.

Se observó un alto riesgo de fracaso de la transferencia pasiva en terneros alimentados previamente con calostro congelado (P<0,05), y en terneros alimentados con calostro de vacas con largos intervalos sin lactancia (P< 0,005).

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DISCUSIÓN

Usando varios métodos de determinación de la absorción de Ig calostrales, otros investigadores tienen datos que demuestran que los terneros amamantados tienen un alto riesgo de fracaso de la transferencia pasiva. En dos estudios, la inmunidad pasiva se mejoró en terneros asistidos inmediatamente después del nacimiento para levantarse y mamar, pero continua una alta prevalencia del fracaso. La causa más probable de este fracaso en terneros de leche amamantados por sus madres es la ingestión de un volumen inadecuado de calostro. En este estudio, la peor transferencia pasiva de Ig calostrales la encontramos en terneros amamantados, incluso en terneros criados por vacas con un promedio superior de IgG1. Lo cual sugiere que el principal problema es el volumen inadecuado de calostro ingerido por terneros amamantados. Por el contrario, el amamantamiento no asistido es un medio muy eficaz en terneros de carne para mejorar la transferencia pasiva de Ig maternales. Esta diferencia entre el ganado de leche vs carne puede ser debido a una mayor concentración de IgG1 y/o mayor volumen ingerido por los terneros recién nacidos de carne.

Se encontró una mayor eficiencia de absorción de Ig calostrales en terneros alimentados con botella que con sonda.

La toma de calostro con al menos 100g IgG1 minimizó la prevalencia del fracaso de la transferencia pasiva, sin tener en cuenta el método de alimentación usado.

La distribución de la concentración de IgG1 del calostro se usó para determinar el porcentaje de muestras de calostro que contenían al menos 100g IgG1 en un volumen dado. Sólo el 36 % de las muestras de calostro contenían 100g IgG1 en 2 L, mientras que el 66 y 85 % de las muestras de calostro contenían 100g Ig G1 en 3 y 4 L respectivamente. Estos resultados sugieren que la primera toma de calostro ha de ser de 3 o 4 L para reducir al mínimo la prevalencia del fracaso de transferencia pasiva en terneros Holstein recién nacidos.

Stott et al. sugirió que la toma de 2 L de calostro obtiene una absorción óptima de Ig en terneros Holstein. En nuestros estudios, la prevalencia más alta de fracaso de la transferencia pasiva se observó administrando 2,84 L de calostro por sonda, comparado con la administración de 1,9 L por botella, indicando que 2 L no son el volumen óptimo de calostro.

Los terneros en este estudio que se alimentaron previamente con calostro congelado o que se alimentaron de vacas con un largo intervalo entre partos, tuvieron un riesgo más alto de fracaso de la transferencia pasiva.

Se estimó que un ternero alimentado con calostro obtenido de una vaca con unos 60 días de período no lactante y con 150g IgG1 tenía un 1 % de riesgo de fracaso de la transferencia pasiva si el calostro era refrigerado y un 4,2 % de riesgo si el calostro era

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congelado. Si el período sin lactancia de la donante del calostro refrigerado era de 90 días, el riesgo incrementaba de 1 a 1,7 %.

En resumen, la prevalencia más alta de fracaso se asoció con amamantamiento, probablemente porque el volumen ingerido de calostro es inadecuado.

En cuanto a la alimentación artificial, la concentración de Ig inadecuada fue el factor más importante de fracaso de la transferencia pasiva.

El estudio concluyó que la prevalencia del fracaso en terneros de leche puede ser mínima alimentando artificialmente a todos los terneros con grandes volúmenes (3-4 L) de calostro fresco o refrigerado del primer ordeño de vacas con intervalos normales sin lactación. Estos volúmenes son más grandes de los que conseguimos en la ingesta al amamantar terneros Holstein, y también superan la ingesta voluntaria de la mayoría de terneros alimentados con calostro por botella con tetina.

EFECTO DEL CRECIMIENTO POSTPUBERAL ACELERADO Y ADELANTO DE LA EDAD DEL PARTO SOBRE LA PRODUCCIÓN EN PRIMERA LACTACIÓN DE NOVILLAS HOLSTEIN Autores: P. C. Hoffman, N. M. Brehm, S. G. Price y A. Prill-Adams Publicación: 1996 J. Daily Science 79:2024-2031. Traducido por: Aino Rotger (Universidad Autonoma de Barcelona)

INTRODUCCIÓN

El coste de cría de novillas de reposición puede reducirse acelerando el crecimiento y adelantando la edad al parto. Como han observado un gran número de autores, este adelanto suele ir acompañado de una reducción en la producción de leche. Hoffman y col., 1992 atribuyeron este descenso a una reducción en la síntesis de tejido secretor mamario, debido a la alta demanda energética para el crecimiento. La prepubertad es considerada el periodo crítico cuando la alta concentración energética de la dieta puede restringir el desarrollo mamario.

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El objetivo de este estudio radica en observar el efecto de un adelanto de la edad del primer parto, tras un rápido crecimiento postpuberal, sobre el desarrollo físico y la producción de leche en la primera lactación.

MATERIALES Y MÉTODOS

Fase de crecimiento:

70 novillas Holstein de 10 meses de edad, a las que ya se habían detectado visualmente síntomas de celo, se asignaron aleatoriamente al grupo de crecimiento control CC (750 g/d) o al grupo de crecimiento rápido CR (950 g/d). Las dos dietas se diferenciaban en la concentración proteica y energética. En el grupo control los tratamientos de inseminación empezaban 4 meses más tarde que en el grupo de crecimiento rápido.

Cada grupo, a su vez, se subdividía por la facilidad de concepción. Se designaron como Standards (S) las novillas que entraban en celo los primeros 21 días del tratamiento y que concebían en la primera Inseminación Artificial (IA). El resto se designó como grupo tardío (T), que eran inseminadas 2 meses más tarde.

Las diferencias en velocidad de crecimiento postpuberal y facilidad de concepción resultaron en 4 grupos de tratamiento homogéneos: CC S; CC T; CR S y CR T.

Los parámetros morfofisiológicos como son el peso, Condición Corporal (CC), altura a la cruz y diámetro del canal pélvico, se controlaron desde el inicio del tratamiento hasta el final de la lactación.

Fase de lactación:

Una semana después del parto todos los animales recibieron la misma dieta, formulada para cubrir las necesidades de lactación.

Se midió la leche producida día a día durante toda la lactación. Se analizó el contenido en grasa y proteína y se estandarizó al 4% de grasa a 305 días.

Análisis estadístico:

Los datos se aplicaron a un modelo 2 x 2 factorial y se analizaron usando el Modelo Lineal General de SAS.

RESULTADOS

Las novillas del grupo de crecimiento rápido llegaban al parto con el mismo peso que las del grupo control (646 kg ± 21), pero tenían superior CC (3.6 vs. 3.5) y eran de menor tamaño, tomando como indicadores la altura a la cruz y el diámetro del canal pélvico. Esto sugiere un mayor porcentaje de grasa corporal. Como ya han señalado un gran número de estudios, se observó que las novillas con superior CC en el parto eran las que más peso perdían durante la lactación. Más aún, el grupo de crecimiento rápido (CR), mantenía un peso corporal inferior durante toda la lactación , denotando la ausencia de crecimiento compensatorio. La producción de leche, medida como leche corregida al 4% kg/d, fue inferior en el grupo de crecimiento rápido, 24.2 kg/d respecto

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a 26 kg/d del grupo control. Las cantidades diarias de grasa y proteína (kg/d) también se vieron reducidas.

Respecto a los datos reproductivos, las novillas del grupo tardío, al tener un periodo de engorde más largo, llegaban al parto con mayor tamaño, peso y CC.

Esta diferencia de peso se mantuvo durante toda la lactación, pero no influyó a la producción de leche.

Entre tratamientos, no hubo diferencias en el peso en el nacimiento de los terneros, y la incidencia de distocia fue superior en el grupo de reproducción tardía (T), debido a una mayor CC.

DISCUSIÓN

En este estudio se observó que adelantar la edad del parto, acelerando el crecimiento postpuberal, afectaba negativamente a la producción durante la primera lactación.

Las razones de esta disminución en el grupo CR son difíciles de determinar. No puede ser debido a una disminución en el desarrollo de tejido secretor mamario, Syrsen, y col., 1982 señalaron que no se veía afectado por el ritmo de crecimiento postpuberal. Debido a la ausencia de crecimiento compensador, tampoco se puede atribuir a un favorecimiento de la partición de energía hacia el crecimiento corporal, en contra de la producción de leche (Gardner y col., 1977). Como última hipótesis, se valoró una disminución en el consumo diario de alimento (MSI) como mecanismo responsable de la reducción en la producción de leche, pero debido a limitaciones prácticas no se pudieron recoger datos de ingestión. Consecuentemente no se puede confirmar o rechazar esta hipótesis.

Respecto a retrasar la edad del parto (T), tras un periodo de engorde más largo, resultaron los efectos predecibles. Este grupo llega al parto a una edad superior, con mayor tamaño y mayor peso corporal. No tenía implicaciones posteriores en la lactación, pero sí se vio relacionado con una mayor incidencia de distocia por un aumento en los depósitos grasos. Esto sugiere que se necesitan programas de reproducción eficientes para minimizar los retrasos en la concepción y el riesgo de distocia.

CONCLUSIONES

Un adelanto de la edad del parto tras un crecimiento postpuberal acelerado, dio como resultado pesos similares en el parto. Sin embargo, también resultó en pesos postparto inferiores y una reducción en la producción durante la primera lactación. Desafortunadamente, no se pudieron determinar los mecanismos responsables.

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EFECTO DEL ORDEÑO PREPARTO EN LA PRODUCCIÓN DE LECHE Y LA MEJORA DE LA SALUD ANIMAL W.A. Greene, D.M. Galton, H.N. Erb. Cornell University Journal of Dairy Science 71:1406 (1988) Traducido por: Marta Busquet (Universidad Autonoma de Barcelona)

INTRODUCCIÓN

Definimos el ordeño preparto como el ordeño a intervalos frequentes (una o dos veces al día) antes del parto, empezando en un momento determinado, anterior a la fecha prevista de parto, y continuando hasta el parto.

El período preparto engloba la lactogénesis (desarrollo y regeneración de los alveolos) y la calostrogénesis (secreción de calostro). La concentración de los componentes de la leche empieza a incrementarse aproximadamente a las 2 semanas previas al parto, con un incremento marcado a los 3-5 días antes del parto. El volumen de leche incrementa de forma más moderada durante las 2 semanas previas al parto, con un aumento más marcado en los últimos 3 días.

Algunos estudios afirman, que los quarterones ordeñados en el período preparto tienen un mayor crecimiento y desarrollo del aparato secretorio en el momento del parto, produciéndose, una estimulación más temprana de la secreción de leche. De este modo, estos animales tendrían, en general, una mayor producción de leche en el momento del parto, así como, unos picos de lactación más tempranos, aunque no parece haber un incremento en la producción total de leche por lactación.

El período preparto es uno de los momentos más críticos en la aparición de nuevas infecciones en la ubre. Esto se atribuye a una disminución de la efectividad de los leucocitos para la eliminación de las bacterias invasoras, así como a una reducción de la concentración de lactoferrina. Además, los tratamientos terapéuticos utilizados durante el secado disminuyen su eficacia al llegar este período proximo al parto. Es importante también, tener en cuenta que la aparición de nuevas infecciones intramamarias (NII) y la incidencia de mastitis clínicas durante el período preparto, estan directament relacionadas con el grado de exposición de los pezones a las bacterias. El efecto del ordeño preparto en la incidencia de patogenias típicas del postparto (fiebre de la leche, retención de placenta, cetosis,...) aún no está muy claro.

El objetivo principal de este estudio, no fue otro, que el de quantificar los efectos del ordeño preparto en la producción de leche para un número elevado de animales, en unas condiciones similares a las que encontramos actualmente en nuestras ganaderías de producción intensiva. Y en segundo lugar, los efectos que puede tener esta práctica en la incidencia de ciertas patologías y en la mejora de la reproducción.

MATERIALES Y MÉTODOS

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Selección de los rebaños

Se escogieron 7 rebaños de vacas Holstein con las siguientes características: 1) producción anual de leche de aproximadamente unos 7033L, 2) ordeñadas dos veces al día, 3) con más de 100 vacas/ rebaño, 4) < 400.000 cel. somáticas/ml de leche, 5) manejo adecuado de los pezones posterior al ordeño, 6) porcentaje de eliminación de animales <35%, 7) intervalo entre partos de 13.5 meses, 8) como mínimo un control mensual del rendimiento reproductivo, y finalmente 9) un buen programa de nutrición con raciones bien equilibradas y con una baja incidencia en desordenes metabólicos.

Diseño de los tratamientos

Un mes antes de la fecha prevista para el parto, los primeros 80 animales de cada rebaño con una fecha conocida para el parto fueron asignados alternativamente, y de forma aleatoria, a uno de los dos tratamientos siguientes: 1)POST, vacas ordeñadas en intervalos regulares a partir de las 12h después del parto (n=280), y 2) PRE, vacas ordeñadas dos veces al día durante los 14 días anteriores a la fecha prevista de parto (n=280).

Recogida de datos

A lo largo de este estudio fueron varios los datos recogidos, cada uno de los cuales se obtuvo con la utilización de una metodología de referencia:

1. Incidencia de patologías típicas del postparto: edema de ubre con una puntuación del 1 al 5 (Dentine y McDaniel); distocia, del 1al 5 (Pollak y Freeman); fiebres de la leche y desplazamiento de abomaso, durante el primer mes postparto, y cetosis, durante los 3 meses postparto; se consideró retención de placenta si esta no era expulsada a las 12h postparto,

2. Indices productivos: producción de leche, utilizando una muestra-dia mensual (New York CHI), teniendo en cuenta el pico de lactación, los días en leche y la disminución de la pendiente de producción; composición de la leche (proteína y grasa) corregida para una producción de 305 días, a partir de una muestra-día mensual,

3. Condición corporal: 15 puntuaciones diferentes (Wildman et al.),

4. Recuento de células somáticas/vaca: contador electrónico Fossomatic,

5. Rendimiento reproductivo: datos DHI y anotaciones de la granja,

6. Incidencia de NII y de mastitis clínicas: fueron determinadas durante el primer mes postparto, las muestras fueron recogidas de forma aséptica y los procedimientos microbiólogicos que se siguieron fueron los dictados por la National Mastitis Council,

7. % eliminación: los motivos de rechazo fueron recogidos de las anotaciones de la granja.

Análisis de los datos

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Los paquetes estadísticos utilizados fueron BMDP y SAS.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

Respuesta al Ordeño Preparto

La cantidad de leche producida por las vacas PRE durante el período preparto fue muy variable, con un rango de datos que iba desde una secreción nula a una producción de 27 L. El motivo de esta elevada variabilidad podría atribuirse a la diferente capacidad de los animales para la producción de lactosa y prolactina.

Respuesta al Ordeño Postparto

El efecto tratamiento no incidió de forma significativa sobre la producción de leche durante el primer período postparto, del mismo modo, el ordeño preparto tampoco afecto a las estimaciones de producción de leche y el día del pico de lactación.

Aunque varios estudios señalan que el ordeño preparto produce un incremento del porcentaje de epitelio en detrimiento del porcentaje de estroma de la glándula mamária (aumentando así la producción de leche), tampoco se obtuvieron diferencias significativas, entre tratamientos, en lo que se refiere a la pendiente de la curva de lactación y en la producción de leche para 305 días en lactación.

Desordenes patológicos

Las vacas con el tratamiento PRE tuvieron una menor incidencia de la fiebre de la leche, probablemente debido a que el mecanismo de regulación del calcio empezó a funcionar antes del parto. De este modo, la absorción del calcio de la dieta y la mobilización del calcio de los huesos se produjo de forma más temprana (evitando así una hipocalcémia clínica).

Rendimiento Reproductivo y Condición Corporal

El rendimiento reproductivo no se vió afectado por la diferencia de tratamientos. El número de distocias fue menor para el grupo PRE debido a una observación más continua de las vacas que estaban siendo ordeñadas. La condición corporal tampoco se vió afectada, y aunque algunas vacas produjeron elevadas cantidades de leche antes del parto, el buen balance energético de la ración preparto fue capaz de soportarla.

Mastitis

En este caso, si se encontraron diferencias significativas entre tratamientos para la incidencia de las NII, incluyendo los casos de mastitis clínicas. Las infecciones por Streptococcus sp. fueron significativamente reducidas en el caso del grupo de vacas PRE. La respuesta a este efecto, se encuentra en la preparación de la ubre (vaciado de la leche del canal del pezón y immersión de los pezones en solución iodada tras el ordeño), que se realizaba a estas vacas, dos veces al día, las 2 semanas anteriores al parto.

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Uno de los tratamientos más efectivos para el control de las mastits ambientales, es la disminución de la exposición de la parte final de los pezones a los patógenos ambientales. Es principalmente durante el secado, cuando se produce la mayor exposición de los pezones a estas bacterias. Varios estudios aseguran que el método más eficaz para disminuir esta exposición es el vaciado de la leche de la ubre.

Eliminación

El porcentaje de eliminación fue menor para el tratamiento PRE, debido a que las principales causas de rechazo de animales fueron la fiebre de la leche y las mastitis.

CONCLUSIONES

Este estudio indica que no existen efectos adversos en el ordeño preparto para la producción de leche y el bienestar animal. Así, puede ser practicado sin esperar ningún efecto perjudicial. De todos modos, al no encontrarse ningún efecto positivo en la producción total de leche por lactación, el ordeño preparto no parece estar justificado economicamente.

PROBLEMAS DE COJERAS EN REBAÑOS EN CRECIMIENTO J. K. Shearer, DVM, MS College of Veterinary Medicine University of Florida, Gainesville, FL

S. R. Van Amstel BVSc, Dipl. Med Vet, MMed Vet (Med) College of Veterinary Medicine University of Tennessee, Knoxville, TN

Proceedings of the North American Veterinary Conference. Jan 2000, Orlando Florida. Traducción con el permiso del autor por Juan Manuel Ramos.

INTRODUCCIÓN

Los procesos de crecimiento o expansión en una granja de leche conducen a diversos desafíos a los técnicos que trabajan en dichas empresas.

El personal puede cometer algunos errores en el manejo diario cuando desvía la atención a ese crecimiento acelerado del rebaño. Cuando esto ocurre sobrevienen las cojeras, los procesos de expansión implican la realización de construcciones, obras, y a menudo problemas relacionados con el

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excesivo desgaste de la suela sobre una superficie abrasiva. El cemento debe estar terminado de tal forma que las vacas tengan una adecuada tracción pero evitando que la misma sea abrasiva.

El adecuado diseño de la granja permite en tiempos extremos proporcionar un confortable medio ambiente para las vacas promoviendo una buena salud del pie.

Una vez que las cojeras ocurren, deben haber facilidades de trabajo, equipamiento y personal entrenado que rápidamente las examine y las trate

SOBREPOBLACIÓN Y COJERAS

En algunas ocasiones algunas granjas en expansión, incrementan el número de vacas prescindiendo de un incremento del tamaño de las instalaciones. El inevitable resultado es la superpoblación.

Vacas en estas condiciones pueden padecer baja del consumo por tener un espacio insuficiente en la línea de alimentación y acceso al agua. Esta circunstancia lleva a una reducción de la producción lechera.

El incremento de la densidad lleva a un incremento en la cantidad de estiércol al cual las vacas quedan expuestas.

La constante exposición de los pies al estiércol incrementa los riesgos de enfermedades infecciosas de las pezuñas ( dermatitis digital , dermatitis interdigital, flemones ) y permite también una reducción en la integridad y dureza de las mismas.

Recientes estudios indican que la materia fecal causa un deterioro de la sustancia intercelular de la uña. Esto aumenta la permeabilidad, simultáneamente reduce la dureza y resistencia frente a ataques de microorganismos que erosionan la pezuña.

HORAS DE PIE Y COJERAS:

La vaca de leche no esta adaptada a permanecer en pie sobre suelos duros y superficies abrasivas.

En los actuales sistemas de confinamiento las vacas permanecen la mayor parte de su tiempo sobre el cemento.

Las condiciones de las superficies del cemento estimulan las cojeras a través de efectos directos o indirectos sobre los pies del bovino.

Varios son los factores que parecen influenciar el tiempo que las vacas permanecen paradas versus echadas y descansando.

Consideraciones obvias son los diseños de cubículos y cantidad de cama. Leonard, evaluó el efecto de horas tumbadas en novillas de primer parto.

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ncontró que las novillas con 10 horas o más tumbadas por día presentaron una mejora significativa en la salud de la uña en comparación con las que permanecían menos de cinco horas tumbadas por día.

Las novillas no deberían ser incorporadas en forma solitaria a la estabulación libre para evitar el comportamiento agresivo de las vacas adultas .

Otra consideración es el número de cubículos disponibles. Cuando el número de cubículos es equivalente o menor al número de animales en la granja, las novillas tendrán menos oportunidad para descansar.

Recomendaciones de técnicos ingleses cuentan que lecherías que tienen al menos un 10% más de cubículos que vacas permiten más elección y tiempo de descanso.

ABRASIVIDAD DEL SUELO DE CEMENTO

El cemento es un mal necesario en la mayoría de las modernas construcciones de granja.

Sumado a su dureza puede a su vez presentar una superficie muy abrasiva. El cemento húmedo es más abrasivo que el seco, y las nuevas superficies son más agresivas que las viejas. Las consecuencias de las superficies abrasivas son el adelgazamiento de las suelas.

Ulceras y abscesos de talones son importantes problemas secundarios.

Las suelas delgadas son la consecuencia de un mayor desgaste con relación al crecimiento natural de la uña. Esto es predispuesto por la laminitis, suelos abrasivos, y condiciones ambientales que mantengan una humedad constante y así una pezuña blanda.

En bovinos de leche la mayor parte de los problemas a menudo ocurren durante los meses de verano siguiendo a la introducción de animales ( novillas de primera lactancia ) facilitado por el cemento áspero.

Esto es también comúnmente observado en nuevas instalaciones en donde el cemento esta recientemente curado produciendo un desgaste extremadamente rápido de la uña.

El excesivo desgaste de la pezuña principalmente produce un adelgazamiento de la suela y eventualmente separación de la línea blanca.

El examen clínico de la suela mostrará a menudo una delgada grieta diagonal corriendo desde la parte abaxial de la línea blanca hasta la región del talón.

El ensanchamiento de esa grieta facilita la penetración e infección del corion y estructuras profundas.

La presión con el pulgar también indicara una suela blanda y flexible particularmente en talones.

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La exposición del corion con la subsecuente formación de absceso de talón progresa rápidamente desde el corion laminar solear hasta el hueso podal por la ausencia de amortiguación digital en el talón.

Esto conduce a necrosis del corion y fracturas patológicas del hueso podal. Por esta razón el rápido examen y tratamiento es importante para obtener éxito en un proceso de absceso de talón.

Como anteriormente se menciono el absceso subsolear debería ser drenado y correctamente despejado removiendo toda la pezuña dañada.

Es importante notar si la necrosis del corion del dedo también esta asociada a necrosis del tendón del hueso podal.. Si hay sospecha, esto deberá ser investigado

La aplicación de un taco ortopédico en la pezuña no afectada promueve la recuperación y reduce la incomodidad.

El tratamiento recomendado consiste en el cuidadoso recorte del talón para promover el drenaje del absceso. Esto debe ser realizado con gran cuidado ya que el recorte excesivo puede causar lesiones serias y futuras complicaciones.

La terapia antibiótica está indicada cuando hay evidencia de inflamación de la banda coronaria.

El pronóstico en procesos avanzados con necrosis extensas del corion y hueso podal es reservado.

STRESS DEL CALOR - EFECTOS EN COJERAS

El estress del calor genera acidosis ruminal y esto induce a la laminitis. Las primeras consecuencias de las pérdidas evaporativas de calor durante períodos de tiempo caluroso son la sudoración y el jadeo.

Con temperaturas altas, la sudoración y el ritmo respiratorio aumentan.

En condiciones de calor extremo, el jadeo progresa hacia una respiración de boca abierta caracterizada por una menor tasa respiratoria y un mayor volumen tidal.

La consecuencia de este proceso es la alcalosis respiratoria resultado de la rápida perdida de dióxido de carbono.

La vaca compensa incrementando la excreción de bicarbonato urinario.

imultáneamente las reservas del bicarbonato de la saliva, buffer del rumen , decrece a causa de la perdida de saliva por babeo que ocurre en las vacas severamente estresadas por calor.

El resultado final es un menor buffer del rumen, reducción en la capacidad buffer total ,acidosis ruminal y gran riesgo de laminitis.

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En climas calurosos las instalaciones deben estar orientadas correctamente con respecto al sol de modo de tener máxima sombra debajo de la estructura. Instalaciones construidas con el eje largo en dirección este a oeste proveen máxima sombra..

El flujo de aire es estimulado a correr naturalmente en instalaciones con aleros de 16 pies de altura , caballetes abiertos y techos con un mínimo de 4 a 12 grados de pendiente.

Enfriamiento complementario con ventiladores y aspersores, presión alta en los sistemas de rociado o en algunas áreas estanques de enfriamiento han sido usados con éxito en el sudeste de USA.

AREA HOSPITAL

La mejor forma para obtener un adecuado cuidado del pie en la mayoría de las granjas, se basa en tener facilidades para la sujeción de los animales, instrumental de podología y personal entrenado en técnicas de recorte.

La mayoría de las áreas hospitales tienen un cepo (potro) de contención para el tratamiento de las afecciones pódales.

A pesar de esto algunas no tienen adecuados aparatos para elevar la vaca y examinar el pie en un problema de cojera. Por ello una de las primeras inversiones debe ser la compra de un cepo diseñado para trabajar en podología . Este puede ser de volteo o un cepo de elevación , cada uno de ellos tiene ciertas ventajas sobre el otro. A pesar de que hay debates en términos del estrés producido por los cepos de contención estudios de Stanek indican que no habría ventajas de uno con respecto al otro.

La sujeción por si misma es muy estresante, por ello esta debería ser completa para hacer el tratamiento lo más rápido posible.

El equipo para el cuidado del pie consiste en legras, tenazas, amoladoras con discos de cortes o abrasivos. También son necesarias, piedras de afilar, ferretes, o afiladoras eléctricas.

Otros items incluyen tacos ortopédicos , vendas con desinfectantes o soluciones de antibióticos para tratar lesiones abiertas cuando es necesario.

Procesos complicados como abscesos de talón o infección digital profunda pueden requerir equipo de cirugía

Finalmente el cuidado apropiado del pie requiere conocimientos de anatomía, reconocimiento de condiciones de enfermedad y tratamiento adecuado de estos desordenes.

El recorte correcto necesita un conocimiento de los aplomos normales de un bovino, crecimiento y sobrecrecimiento del casco, así como de las técnicas para el restablecimiento de un correcto aplomo.

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La técnica correcta es la descrita por Toussaint Raven de Holanda.

Hay al menos dos programas de entrenamiento en USA que ofrecen capacitación en este método para técnicos de granja, recortadores profesionales y veterinarios.

REFERENCIAS

1) Blowey, RW: Laminitis ( Coriosis )- Major risk factors. Proceedings of the North American Veterinary Conference, January 1996, p. 613-614. 2) Griffin, D: Feedlot Diseases ( Section on Toe Abscesses ), Veterinary Clinics of North America, 1998 Vol 14, N 2, p. 199. 3) Kempson, SA, A Langridge, and JA Jones: Slurry, Formalin, and Copper Sulfate: The Effect on Claw Horn. Proceedings of the 10th International Symposium on Lameness in Rumiants, September 7- 10, 1998, 217. 4) Leonard, F, et al: Effect of avercrowded housing conditions on foot lesion development in first-calved Friesian heifers. Proceedings of the International Conference on Bovine Lameness, Banff, Canada, 1994, p. 299-300. 5) McDaniel, BT: " Management and housing factors affecting feet and leg soundness in dairy cattle " Proceedings of the American Association of Bovine Practitioners 1983, 14:41-49. 6) Miskimins, DW: Bovine Toe Abscesses. Proceedings of the International Conference on Bovine Lameness, Banff, Canada, 1994, p 54-57. 7) Mortellaro, CM: Digital dermatitis. International conference on bovine lameness, Banff, Canada, June 26-30, 1994, p 137-141. 8) Raven, T: Cattle Footcare and Claw Trimming. Farming Press Ltd., 1989. 9) Stanek, C et al: Does the claw trimming procedure affect milk yield and milk quality factors ? Proceedings of the International Conference on Bovine Lameness, Banff, Canada, 1994, p 306-317. 10) Vermunt, JJ: Predisposing causes of laminitis. Proceedings of the International Conference Bovine Lameness, Banff, Canada, 1994, p. 236-258.

RECONSIDERACIONES SOBRE LA PARATUBERCULOSIS (ENFERMEDAD DE JOHNE). DIEZ MITOS SOBRE ESTA ENFERMEDAD

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CITA ORIGINAL: GARRY F: Reconsidering Johne´s disease. Ten myths about Johne´s disease. Comp Cont Educt Pract Vet Food Anim Suppl 1998; 20 (11): 1275-1279.

INTRODUCCIÓN

La enfermedad de Johne o paratuberculosis ha ido adquiriendo cada vez más importancia en los últimos años. Hay muchas razones para ello: estudios recientes demuestran que la prevalencia de esta patología es mucho mayor de la que se creía. El impacto económico que supone es también mucho mayor del esperado. A raíz de litigios referentes al contagio y la propagación de la enfermedad ha adquirido gran importancia la duda de en quién recaen las responsabilidades a este respecto. Algunas publicaciones han sugerido que la bacteria causante de esta enfermedad esté asociada a la etiología de una enfermedad en humana, la enfermedad de Crohn, lo que constituiría un problema zoonósico y por lo tanto de salud humana en general.

En un estudio reciente en Estados Unidos, sólo el 17,7 y el 2,4% de los productores de ganado bovino lechero y de cebo respectivamente declararon estar convenientemente informados sobre esta enfermedad, mientras que solamente un 37,1 y un 5,4% de estos productores tenían conocimientos básicos al respecto. La mayoría de los veterinarios tienen un montón de razones para decidir ignorar la paratuberculosis. Esta decisión se basa a menudo en una información incorrecta o en razones ya anticuadas. Es hora de reconsiderar este problema y una buena manera de empezar es el analizar los mitos que rodean a la enfermedad de Johne (EJ).

DESMANTELANDO LOS MITOS

MITO 1: La Paratuberculosis no es una enfermedad de repercusiones económicas importantes.

Debido a que la EJ se caracteriza por un número pequeño de animales afectados en un determinado momento en un rebaño, ha sido muy fácil infravalorar los costes económicos que conlleva la enfermedad. Informaciones recientes del Sistema Nacional de Monitorización para la Salud Animal (NAHMS), estiman que el coste de la Paratuberculosis puede ser muy alto. Se demostró que en rebaños declarados como positivos, con un 10% al menos de animales con sintomatología y sacrificados por esta causa, el coste medio por vaca y año era de $227. La mayoría de las pérdidas estaban causadas por una menor producción lechera. Dichas pérdidas serán lógicamente menores en las explotaciones con una menor incidencia de la enfermedad, sin embargo, la mayoría de los ganaderos, así como de los veterinarios, ignoran la prevalencia real de EJ actualmente en sus ganaderías, lo que imposibilita calcular la relevancia del problema. Es además crítico el comprender que una explotación que hoy presenta una prevalencia baja o muy baja, ignorando el problema conseguiremos que mañana presente una incidencia muy alta de la enfermedad lo que implicará un altísimo coste.

MITO 2: La paratuberculosis no es un problema frecuente, ocurriendo predominantemente en el Noreste de los Estados Unidos de América.

Los resultados del estudio realizado por el NAHMS en 1996 revelan que aproximadamente un 22% de las ganaderías lecheras de USA presentan una prevalencia

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del 10% o más en sus rebaños (estudios basados en pruebas serológicas mediante ELISA combinadas con los historiales clínicos). La prevalencia también depende del tamaño de la ganadería con aproximadamente un 40% de explotaciones de al menos 300 vacas con tasas de infección del 10% o más. Sólo se declaran unas diferencias regionales o estatales mínimas indicando a todos los productores lecheros que se impliquen en la problemática de la enfermedad, ya que ninguno queda libre del riesgo de adquirirla si no la tiene ya.

MITO 3: La paratuberculosis es un problema que sólo afecta a la vaca lechera y no concierne a ningún otro sector productivo de bovino.

Los resultados de un estudio semejante al anteriormente citado comenzado a finales de 1997 demuestran que las ganaderías de cebo muestran altos índices de infección. Además la paratuberculosis la padecen también cabras, ovejas, renos, ciervos, bisontes, llamas y otros rumiantes, indicando que la enfermedad no es un problema únicamente del ganado bovino lechero.

MITO 4: Los test para la identificación de la Paratuberculosis son irrealizables e inefectivos

Creemos conveniente recordar que ningún test de diagnóstico utilizado actualmente en medicina veterinaria es 100% efectivo. Por ejemplo, las pruebas utilizadas para erradicar la brucelosis y la tuberculosis son igual de "defectuosos", aunque siguen usándose para su fin.

Si bien es cierto que las pruebas diagnósticas para la paratuberculosis no son tan buenas como desearíamos, hay que aclarar que el uso de una prueba en el rebaño no presenta las mismas exigencias que en el caso del diagnóstico individual. Los test usados más comúnmente para la determinación de EJ fallarán en la detección de algunos animales enfermos pero no nos producirán falsos positivos. Es importante saber que la sensibilidad en pruebas diagnósticas de rebaño siempre es mayor que en el caso de diagnósticos individuales. El detectar algunos animales infectados en una explotación nos vale para saber que la ganadería no está libre de la enfermedad y que hay que instaurar medidas para prevenir su propagación en el rebaño y fuera de él. En el caso de declarar una explotación libre de EJ habrá que tomar precauciones estrictas para no infectarla, al mismo tiempo que los animales de la misma se revalorizan. Decisiones muy importantes en lo que respecta a una explotación dependen del resultado de estas pruebas, aún incluso cuando no se ha detectado ningún animal claramente enfermo de EJ.

Los cultivos fecales, la serología y otras pruebas diagnósticas están en el mercado y pueden ser utilizadas para el control de esta enfermedad. Uno de los principales problemas en el diagnóstico, principalmente en el ámbito individual es la imposibilidad de detectar infecciones incipientes porque no se da una conversión serológica evidente ni hay una eliminación de la micobacteria elevada por vía fecal. Las pruebas son muy buenas para la detección de la enfermedad en vacas con sintomatología clara y de tiempo, mientras que en novillas dan lugar frecuentemente a falsos negativos. Por lo tanto, suele ser da mayor valor diagnóstico el análisis de las vacas adultas del rebaño de origen más que el análisis de las novillas compradas, enfermas o no.

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MITO 6: Los productores no quieren saber o tener que tratar con la paratuberculosis en sus explotaciones

Muchos productores tienen una determinada actitud porque se basan en informaciones parciales, incompletas o simplemente falsas sobre la paratuberculosis (como le ocurre también a muchos veterinarios). La educación de los ganaderos basada en una información correcta es la mayor y más importante responsabilidad de los veterinarios.

Está claro que los ganaderos no se muestran entusiasmados al tener que tratar con una enfermedad más, y mucho menos de las características de la paratuberculosis, pero uno de los deberes legales de los veterinarios que trabajan en el ámbito de la producción animal es la información de los productores para que puedan tomar decisiones, las que sean, aunque decidan no hacer nada para prevenir esta enfermedad, pero conscientes de los riesgos y repercusiones de éstas. Muchos veterinarios deberían reconsideran si realmente son más reacios ellos mismos que los ganaderos a enfrentarse a la paratuberculosis. Si es así deben reaccionar, porque no puede hacerse el esfuerzo de informar a los productores para que choquen con veterinarios que les dirán que no deben prestarle más atención al tema.

MITO 7: La paratuberculosis es un problema de vacas viejas que no se extiende al rebaño y que se puede controlar eliminando el animal afectado

Es cierto que M. paratuberculosis es de crecimiento muy lento dando lugar a cuadros crónicos con predominancia de animales mayores presentando una sintomatología clara. Sin embargo, los terneros menores de 6 meses son los más susceptibles a la infección. El problema es semejante a un iceberg del que sólo se ve la punta (los animales con sintomatología clínica). Contrariamente a lo hasta hace poco aceptado de que la única vía de transmisión era fecal-oral por contaminación fecal del agua o del alimento, se ha determinado que las tasas de infección transuterina es del 20 al 40% en animales clínicamente afectados y de hasta el 9% en aquéllos asintomáticos. Además, la bacteria puede ser eliminada en la leche y calostro directamente por las vacas afectadas y también por las asintomáticas. En rebaños con una gran contaminación y altos niveles de exposición al agente etiológico se pueden ver animales afectados con edades de entre 16 y 27 meses.

MITO 8: "Si la paratuberculosis estuviera presente en mi explotación lo notaría"

Teniendo en cuenta todo lo expuesto en el punto anterior es obvio aceptar que en muchos casos la enfermedad pasará desapercibida en explotaciones afectadas, sobre todo si no se la busca. Muchas vacas enfermas, pero con síntomas leves pueden ser eliminadas por causas inciertas o simplemente por improductivas y abandonar la explotación sin diagnóstico. En la mayoría de las explotaciones, en el momento en que se permite hacer un diagnóstico de paratuberculosis se ha dejado que se extienda por todo el rebaño. Una enfermedad así sólo se puede prevenir y frenar determinando los puntos de riesgo dentro del manejo, que incluirán los factores de riesgo de introducción y propagación de la enfermedad, así como la detección y eliminación de animales infectados.

MITO 9: Las prácticas de manejo requeridas en el control de la paratuberculosis son complicadas, inefectivas y una pérdida de trabajo

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Es cierto que la mayoría de los ganaderos requieren un programa de control de EJ personalizado y adaptado a su explotación. Esto significa que es el veterinario de la explotación el que debe estar especialmente implicado en el diseño de este programa. Las prácticas de manejo básicas para el control de la paratuberculosis son relativamente sencillas, dependiendo la complejidad de su realización del deseo y los objetivos que se haya fijado el ganadero. Las prácticas más importantes son las referentes a la cría y cuidado de los terneros, al manejo de la basura y a la introducción de nuevos animales. Las medidas para controlar la paratuberculosis son las mismas que nos valdrán para controlar otras enfermedades de trasmisión fecal y contraídas en la fase neonatal, por lo tanto, evitando la paratuberculosis controlaremos otros problemas de tipo infeccioso.

MITO 10: La paratuberculosis no representa una amenaza real para la industria de la producción animal.

La enfermedad constituye un grave riesgo por la falta de datos sobre el estatus infectivo de la población bovina, con lo que es muy fácil introducir animales nuevos infectados e infectar sucesivamente una granja tras otra. Por otro lado, la asociación de la M. paratuberculosis con la enfermedad de Crohn en humana se basa en evidencias ya sustanciales, aunque aún no está científicamente demostrada, puesto que el hecho de si se trata o no de una zoonosis no ha sido convenientemente investigado. Pero la sospecha (fundada) existe y esto basta para darle la importancia que se merece a la enfermedad. Además, se ha demostrado que la pasteurización comercial de la leche no elimina la infectividad de la misma, aunque hay artículos que contradicen esto dando más importancia a la carne poco cocinada y al agua retenida en ella como fuentes de transmisión de la micobacteria.

Los problemas relativos a la desconfianza del consumidor respecto a la seguridad de los productos de origen animal, ya independientemente de si después se demuestra o no el que sea una zoonosis, obliga a los veterinarios implicados en la producción animal a actuar y de manera notable en el control de la paratuberculosis.

¿ADÓNDE IREMOS DESDE AQUÍ?

Hay varios puntos de actuación que deberían aplicar los veterinarios para mejorar el sector de la producción animal

PASO 1: Educación

Los veterinarios deben asegurarse de refrescar y actualizar sus conocimientos sobre la paratuberculosis y ayudar en la información y educación de los productores. Las decisiones de los ganaderos deben estar basadas en el conocimiento real de la situación.

PASO 2: Tener en cuenta las Regulaciones Estatales y de Policía Sanitaria

En el caso de que existan regulaciones legales, ya sean regionales, estatales, o nacionales deben seguirse para llevar a cabo una política sanitaria coherente. En caso ideal se deberían seguir dichos programas de control y declaración de enfermedades voluntariamente con el único ánimo de eliminar y controlar la enfermedad.

PASO 3: Comenzar a trabajar con los rebaños

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Para los veterinarios que han decidido ignorar la enfermedad puede que sea éste el paso más problemático pero, como profesionales veterinarios, no podemos justificar la inactividad en este caso. La alternativa de esperar hasta que una normativa gubernamental nos obligue a hacer algo, o hasta que los consumidores demanden algún cambio, o a que los productores nos exijan nuestra ayuda, sólo contribuye a agravar el problema. No todos los ganaderos necesitarán o estarán deseando enfrentarse a la paratuberculosis de la misma manera.. Por otro lado hay que indicar que no merece la pena intentar tratar todas las explotaciones con el mismo programa de control.

Un programa razonable de control para la tuberculosis incluye las siguientes medidas:

- Revisar y valorar las prácticas de manejo, principalmente en los puntos donde la enfermedad se puede propagar (crianza y cuidados de los terneros, manejo de la basura, introducción de nuevos animales) - Determinar la necesidad y la capacidad de introducir cambios. - Determinar el estatus de infección de la granja - Diseño de un plan de manejo de la explotación, que debe ser específico para cada explotación

En última instancia es el ganadero el que controlará la enfermedad, jugando el veterinario un papel esencial como asesor, supervisor, así como inductor del proceso.

META ANÁLISIS DE VARIOS ESTUDIOS SOBRE EL EFECTO DE GNRH APLICADA 11 A 14 DÍAS DESPUÉS DE LA INSEMINACIÓN SOBRE LAS TASAS DE GESTACIÓN EN EL GANADO VACUNO CITA ORIGINAL: PETERS AR, MARTÍNEZ TA, COOK AJC: A meta-analysis of studies of the effect of GnRH 11-14 days after insemination on pregnancy rates in cattle. Theriogenology 2000; 54:1317-1326.

RESUMEN

Al contrastar varios estudios publicados sobre la aplicación de GnRH de 11 a 14 días tras la inseminación y aplicando un análisis de regresión logística se demostró que la

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respuesta a la aplicación de GnRH varía con el tipo de vaca (carne o leche), edad (vaca o novilla), sincronización del estro (sincronizado o natural), diagnóstico de gestación (método y momento) y con el efecto individual del estudio. Cuando se incluyeron todas estas variables sólo de las 14 publicaciones primeramente cribadas valían 6 para el análisis, representando 2.541 vacas en vez de 10.945. En este limitado subgrupo de datos, se observó una mejora significativa (odds ratio=1,33; p<0,01) de las tasas de gestación entre vacas tratadas y grupos control.

INTRODUCCIÓN

La GnRH se ha usado frecuentemente en los últimos 20 años como "inyección de mantenimiento" en el momento de la inseminación (IA) para mejorar la tasa de gestación, principalmente en las vacas repetidoras. La justificación científica de esta práctica radica en asegurar que la ovulación y subsiguiente luteinización ocurren en el momento apropiado según la inseminación. También se ha practicado en vacas de primera inseminación para disminuir la mortalidad embrionaria temprana. Recientemente se han publicado varios trabajos que estudian el efecto de la administración de esta hormona 11 a 14 días tras la IA. La razón de ser de esta medida es aumentar las tasas de supervivencia embrionaria al suprimir los mecanismos luteolíticos maternales que se activan en este momento si el reconocimiento de la gestación no ocurre. Sin embargo, los resultados presentados en los diferentes trabajos son muy dispares (de tasas de mejora del 10 al 12% en unos, hasta ninguna diferencia significativa reseñable en otros). El meta-análisis es un método cada vez más usado para datos sumariados, que testa la misma hipótesis estudiada en diferentes trabajos.

El objetivo del estudio fue aplicar un meta-análisis a todos los estudios publicados sobre el uso de la GnRH 11 a 14 días después de la primera IA para determinar si se puede extraer un resultado consistente de la respuesta a este tratamiento.

MATERIALES Y MÉTODOS

Los estudios incluidos en el meta-análisis debían cumplir las siguientes condiciones:

- Presentar un número especificado de vacas tratadas con GnRH o análogo de 11 a 14 días tras la primera IA. - Presentar la dosis y formulación del producto hormonal especificado. - Presentar un número especificado de animales en el grupo control, elegidas con técnicas de randomización y distribución adecuadas. - Presentar datos especificados de tasas de gestación.

Los estudios buscados se publicaron entre los años 1976 y 1999 y aparecían en las bases bibliográficas CAB y/o MEDLINE. De esta manera se encontraron 14 publicaciones que recopilaban un total de 19 experimentos. Los efectos del tratamiento se expresaban en "odds ratio" utilizando el paquete estadístico STATA.

RESULTADOS

En varios estudios se compararon además dosis diferentes de GnRH no habiéndose detectado diferencias significativas entre el efecto provocado por una distinta

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dosificación de la hormona. La heterogeneidad estadística en estos 19 estudios era de G=32,2 (p=0,02) lo que indica que los odds ratios diferían significativamente.

Si se incluían todos los datos (n= 10.945), el modelo presentaba únicamente tres variables explorables (experimento, tratamiento y tipo de vaca). Este modelo confirmó la presencia de una interacción significativa entre tratamiento y experimento. Si se especificaban todas las variables explorables posibles (experimento, tratamiento, tipo de vaca, edad, sincronización, método y momento del diagnóstico de gestación) los datos analizables que quedaban se reducían a 6 de los estudios (n= 2.541 animales).

Dentro de este limitado subgrupo el tratamiento con GnRH no mostró un cambio significativo en la probabilidad de gestación (p<0,53). Igualmente los efectos del tipo de vaca y de la edad ya no eran significativos por colinearidad. Sin embargo, tanto el método como el momento de diagnosticar gestación ejercían un efecto significativo en los resultados. Además el tratamiento no presentaba un efecto significativo con la interacción del experimento en un modelo tan saturado. Si se extraía este efecto del análisis el tratamiento de GnRH sí demostraba un aumento significativo en las tasas de gestación (odds ratio= 1,33; p<0,01). No hubo una correlación significativa entre la tasa de gestación en las vacas control y el porcentaje de respuesta al tratamiento de GnRH en ninguno de los estudios. (R2= 0,002).

DISCUSIÓN

El efecto de la administración de GnRH entre los días 11 a 14 tras la primera IA sobre las tasas de gestación era significativamente diferente en los 19 estudios elegidos en este trabajo. Esta variación se podría deber a numerosos factores que incluyen diferencias importantes entre los estudios como son el medio, el manejo o los animales implicados. Cuantas más variables se incluyen en el modelo, menos estudios y observaciones se podían considerar como analizables para el meta-análisis. Al final, este análisis, mejor ajustado incluía menos de la mitad de los estudios y menos de un tercio de las observaciones.

Incluyendo todos los datos, el análisis no fue capaz de demostrar ninguna significancia del tratamiento incluyendo la interacción con el factor "experimento", que era un factor significativo en el modelo que incluía todas las variables. Esto puede que fuera debido a una falta de capacidad estadística o porque el efecto del tratamiento era casualmente independiente del efecto del experimento en estos 6 estudios que quedaron. Al obviar la interacción del experimento en el modelo, la odds ratio de las tasas de gestación en los animales tratados mostró significancia estadística. Sin embargo, esta estimación no se puede extrapolar a cualquier población, ya que deriva de una selección sesgada de estudios. En este estudio se intentaron detectar variables que pudieran ser influyentes, identificándose cinco: tipo de vaca, edad (novilla o vaca), sincronización o celo natural, método y momento del diagnóstico de gestación. Otras variables que se revelaron como sesgantes en algunas de las publicaciones analizadas fueron la estación de reproducción, efecto de granja, intervalo parto-primera inseminación, presencia de toro, efecto del personal, exclusión de animales con concentraciones séricas de progesterona < 1ng/mL y emparejamiento de animales. Las variables que pueden ejercer una influencia significativa en la tasa de gestación deben ser controladas y especificadas en los

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estudios, demostrando este meta-análisis la necesidad de mejorar esto en futuros estudios en el momento de diseñarlos.

El factor vaca refleja diferencias genéticas o fisiológicas entre las vacas de los diferentes rebaños y estudios. El estado en el que el tratamiento de GnRH es aplicado (o sea, días 11 o 14 post IA) es significativo puesto que coincide con el reconocimiento maternal de la gestación y se caracteriza por la secreción embrionaria del factor antiluteínico. Sin embargo, obsevando la cantidad de resultados contradictorios aquí analizados, el tratamiento con GnRH podría tener un verdadero valor si se pudiera demostrar un efecto fisiológico específico.

La GnRH mantiene las concentraciones de progesterona en vacas no gestantes, si se aplica en una fase luteal tardía. Se acepta que las vacas presentan dos o tres ondas foliculares en cada ciclo sin estar aún descrito qué es lo más frecuente. Dependiendo del grado de luteinización y del estatus folicular, el tratamiento con GnRH puede causar atresia avanzada, luteinización u ovulación seguida de luteinización. Aparte de resultar esto en cambios en la secreción de progesterona, también se detecta un descenso de la producción de estradiol 17ß. Esto podría resultar en una inhibición de la activación de los receptores para la oxitocina y una consecuente inhibición de la secreción de PG F2 . Por lo tanto, una reducción en la producción de estradiol inhibiría el mecanismo luteolítico permitiendo que la gestación continuara.

La aplicación de GnRH a los 11-14 días coincidiría con un pico de estradiol (segunda onda folicular) en animales con tres ondas. Sin embargo en los animales con dos ondas foliculares, las concentraciones de estradiol tenderán a ser bajas en este momento del ciclo. Sería interesante determinar si hay diferencias en la respuesta al tratamiento con GnRH en vacas con tres y dos ondas foliculares por ciclo. Esta podría ser una de las razones plausibles para la gran disparidad de los resultados en los estudios analizados.

CONCLUSIONES

Este estudio demuestra que al contrastar varios estudios publicados sobre la aplicación de GnRH de 11 a 14 días tras la inseminación y aplicando un meta-análisis, la respuesta a la aplicación de GnRH varía con el tipo de vaca (carne o leche), edad (vaca o novilla), sincronización del estro (sincronizado o natural), diagnóstico de gestación (método y momento) y con el efecto individual del estudio. Limitando el efecto de estas variables y de la interacción del factor experimento sólo 6 de las publicaciones valían para el análisis, representando 2.541 vacas en vez de 10.945. En este limitado subgrupo de datos, se observó una mejora significativa (odds ratio=1,33; p<0,01) de las tasas de gestación entre vacas tratadas y grupos control. Esto nos invita a futuras investigaciones con una mayor observancia de las variables que ejercen efectos significativos y a profundizar en el efecto de esta hormona para mejorar las tasas de gestación.

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INFLUENCIA DEL TIPO DE SUPLEMENTO ENERGÉTICO SOBRE LA SECRECIÓN DE LH, EL CRECIMIENTO FOLICULAR Y LA RESPUESTA A TRATAMIENTOS DE SINCRONIZACIÓN ESTRAL EN VACAS DE CARNE CON ALIMENTACIÓN RESTRINGIDA Y TERNEROS MAMONES CITA ORIGINAL: PONSART C, KHIREDDINE B, PONTER AA, HUMBLOT P, MIALOT JP, GRIMARD B: Influence of the response of energy supply on LH secretion, follicular growth and response to estrus synchronization treatment in feed-restrected suckler beef cows. Theriogenology 2000; 54:1373-1387.

INTRODUCCIÓN

El balance energético negativo que presentan las vacas de carne en el post parto (pp), durante el amamantamiento del ternero, retrasa la aparición del celo. En general, sólo del 10 al 30% de los animales ciclan a los 60 días pp tras la temporada invernal de partos, cuando el suplemento energético en la dieta es bajo. Para reducir el anestro pp e incrementar la fertilidad tras tratamientos de sincronización, se aconseja un corto periodo de suplementación energética previo, fundamentalmente en vacas de escasa condición corporal. El sistema clásico consiste en dar 2 kg de concentrado durante los 10 días anteriores a la sincronización y hasta, o bien la retirada del implante, o incluso, tres semanas posteriores de la inseminación (IA). Esto mejora las tasas de fertilidad en un 10-20%.

El nivel de energía se ha relacionado frecuentemente con la secreción de LH y con el desarrollo folicular. Khireddine et al demostraron que la suplementación energética con 2 kg de concentrado durante los 10 días anteriores a la sincronización y hasta tres semanas posteriores de la inseminación (IA), en animales que previamente recibieron una dieta restringida en energía (70% de los requerimientos energéticos y proteicos) mejora la eficacia reproductiva. Para reducir aún más los costes, la misma cantidad de energía necesaria en la suplementación se podría administrar en otra forma diferente a la de los concentrados. El presente estudio se diseñó para comprobar el efecto de la diferente suplementación energética con concentrado (CM) o con forraje (FM) sobre la secreción de LH, la actividad ovárica y la fertilidad en celos inducidos.

MATERIALES Y MÉTODOS

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Se incluyeron en el estudio 21 vacas charolesas que parieron durante un periodo de 45 días, unas en diciembre (n=10) y otras en marzo (n=11). Las vacas se alojaron en establos permitiéndose a sus terneros mamar dos veces al día. Tras el parto se les administró una dieta con un 70% de los requerimientos energéticos y proteicos. La suplementación energética (17,5 MJ energía neta /día) se comenzó a dar el día 47+4 pp desde el día 0 hasta el día 43, recibiendo los animales, según grupo, maíz en grano (grupo CM) o ensilado de maíz (grupo FM). En ambos grupos se cubría el 100% de las necesidades de energía neta.

El tratamiento de sincronización se comenzó en todos los animales el día 14 de suplementación aplicando 3 mg de norgestomet y 5 mg de valerato de estradiol, simultáneamente a la colocación del implante de 3 mg de norgestomet en la oreja. Transcurridos 9 días se retiró el implante (RI) y se administraron 600 ui de eCG. Las vacas se inseminaron a hora fija a las 48 y a las 72 horas tras RI. Se tomaron muestras de sangre una vez a la semana desde el parto hasta tres semanas post IA para análisis de hidroxibutirato, ácidos grasos no esterificados (NEFA) urea, insulina y progesterona. El día 12 se implantaron catéteres yugulares a las vacas para recoger muestras sanguíneas. El día 13 cada se extrajeron muestras de sangre cada 15 minutos durante 10 horas, para la determinación de las concentraciones de LH y de estradiol. Los días 24 y 25 se tomaron sangres cada hora de 29 a 49jopras tras la RI también para determinar concentraciones de LH y estradiol. Las concentraciones de progesterona >1,5 ng/mL se consideraban indicadoras de la existencia de un cuerpo lúteo funcional.

Los ovarios se inspeccionaron mediante ecografía transrectal desde el día 10 antes de la colocación del implante hasta un día tras la RI. El diámetro mínimo registrado era de 3 mm. Los folículos se clasificaron en tres grupos: folículos pequeños (diámetro > 3 <5 mm), folículos medianos (diámetro > 5 <10 mm) y folículos grandes (>10 mm). En análisis estadístico se realizó utilizando el paquete estadístico SAS.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

El porcentaje de ciclicidad tras el tratamiento de sincronización fue muy bajo (20%), que es lo esperado en vacas muy delgadas tras el periodo invernal de partos, como lo eran nuestros animales.

Ni el peso vivo ni la condición corporal se vieron muy disminuidas por la restricción energética previa (70% de requerimientos) durante 50 días pp. Esto confirma los resultados de otros estudios anteriores. Además, en el presente estudio el incremento al 100% de los requerimientos energéticos durante seis semanas tras el periodo de restricción resultó en una mejora de la condición corporal de 0,43 puntos de media (escala 1-5).

Las concentraciones plasmáticas de NEFA fueron disminuyendo a medida que avanzaban los días respecto al parto. Esto puede que refleje una disminución en la movilización de las reservas corporales según pasa el tiempo del post parto, ya descrita en otros estudios con vacas con alimentación restringida. El tipo de suplementación energética usada en este estudio no ejerció ninguna influencia en la insulina plasmática ni en las concentraciones de sus metabolitos. Además la cantidad de almidón administrada en las dos raciones era prácticamente la misma. El comienzo de la

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suplementación energética provocó un descenso de NEFA en sangre aún mayor, sin embargo Khireddine et al, en su estudio anteriormente citado, también observaron esto en las vacas no suplementadas, de manera que el efecto de un aumento del nivel de energía en la dieta no lo podemos discernir claramente del efecto del intervalo parto-toma de muestra. Así mismo se pudo observar un aumento transitorio de las concentraciones de insulina y de ß-hidroxibutirato en la primera semana de suplementación para disminuir luego progresivamente. Otros autores postulan que un aumento dela insulina y del hidroxibutirato puede ser una señal del inicio de procesos anabólicos en vacas realimentadas.

En el presente estudio el aumento de hidroxibutirato se debe probablemente a un aumento de la producción de ácido butírico en el rumen, inducido por el aumento de la ingesta. De hecho, el aumento de hidroxibutirato se produce por dos vías, la primera por una carencia de glucosa que induce la oxidación incompleta de ácidos grasos en el hígado y, en segundo lugar, el ácido butírico que se mateboliza en las paredes ruminales. El hidroxibutirato producido en esta segunda vía puede que sea absorbido directamente. Otros autores ya demostraron una correlación positiva entre las concentraciones séricas de ß-hidroxibutirato y la ingesta de materia seca. Por otro lado, la tendencia a la baja de los niveles séricos de ß-hidroxibutirato en este estudio pueden deberse a la disminución progresiva de las concentraciones de NEFA, ya que parte de esta sustancia se debe a la oxidación incompleta a nivel hepático, de los ácidos grasos, incluso cuando la glucosa administrada (necesaria para la oxidación completa de los mismos) aumenta junto con la suplementación energética.

En este experimento la secreción basal de LH, la frecuencia de la pulsatilidad y la amplitud de los pulsos medida 13 días tras el comienzo de la suplementación fue bajísima. Los niveles de movilización lipídica observada antes de la suplementación puede que expliquen este hecho. Grimard et al. en una publicación anterior, observaron una correlación negativa entre NEFA plasmático y la frecuencia de los pulsos de secreción de LH 30 días pp. Los autores observaron unas concentraciones de NEFA elevadas (a pesar de que fueran decreciendo en el tiempo), presentando una media de 267 mEq/L el día 41 pp con un 50% de vacas por encima de 180 mEq/L. Por otro lado la secreción de LH también está negativamente correlacionada con la condición corporal, lo que puede haber afectado la secreción de esta hormona en las vacas de nuestro estudio que presentaban una condición corporal escasa al comienzo del mismo.

La forma distinta de suplementación energética tampoco ejerció ningún efecto en la secreción de LH. Tras la RI sólo seis vacas presentaron un pico de LH, mientras que 13 ovularon. En estos siete animales puede que el pico de LH ocurriera antes del periodo en que se tomaron las muestras de sangre para la determinación de la hormona.. Hay autores que observaron el mismo fenómeno y sugirieron que el pico de LH se retrasa después de la RI.

En este estudio el número de folículos está directamente relacionado con las concentraciones de glucosa en sangre. Se ha postulado que el metabolismo de la glucosa juega un papel capital en la relación nutrición-funcionalidad ovárica. La glucosa puede que actúe sobre el crecimiento folicular en el eje hipotálamo-pituitaria influenciando la secreción de gonadotropinas. Sin embargo, en este estudio se ha observado un efecto positivo de la suplementación energética sobre el crecimiento folicular sin observarse efecto alguno en la secreción de LH. Para otros autores el efecto de la energía sobre el

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crecimiento folicular es independiente de la secreción de gonadotropinas hasta un tamaño de folículo de 5 mm, y dependiente de la secreción hormonal en folículos de más talla. Por lo tanto la correlación entre el número de folículos grandes y la concentración de glucosa observada en este estudio puede resultar de un efecto previo del metabolismo de la glucosa o del estatus energético sobre los folículos pequeños.

Como se indicó anteriormente, el tamaño de los folículos disminuyó tras la colocación del implante, lo que se atribuye a la administración simultánea de estradiol que provoca atresia folicular. Tras esta atresia comienza una nueva onda folicular confirmada con la observación del aumento del tamaño de los folículos más grandes desde los días 5 a 6 tras la colocación del implante hasta su retirada.

En un estudio donde se aplicó valerato de estradiol a novillas frisonas se observó que las concentraciones en los días 5, 6 y 7 tras la inyección no variaban respecto de las novillas no tratadas. Así pues se asumió que las concentraciones de estradiol observadas tras la RI reflejan la secreción por parte de los folículos ováricos. Como se esperaba, la concentración de estradiol tiende a aumentar según aumenta el tamaño de los folículos. Las vacas que ovularon tras la sincronización presentaban un mayor número de folículos pequeños y medios respecto de los animales no ovulados. Además, estas vacas presentaban una mayor secreción de estradiol. En este grupo de animales los ovarios parecían ser más "receptivos" a los tratamientos hormonales. En las vacas que no ovularon las concentraciones de estradiol permanecieron bajas. Se podría formular la hipótesis de que estas bajas concentraciones no fueron suficientes para inducir el pico de LH y la subsiguiente ovulación.

El tipo de ración no ejerció ningún efecto sobre la concentración de estradiol en ninguno de los grupos. Se observaron tasas de gestación y de ovulación semejantes en los dos grupos suplementados con diferentes fuentes energéticas. Estos índices de ovulación y de gestación son semejantes a los ya denunciados en otros estudios, aunque se los puede considerar elevados teniendo en cuenta la baja condición corporal que presentaban los animales. Esto podría deberse a una mayor actividad ovárica pero no puede atribuirse a las diferencias en el metabolismo energético en este estudio. La alta fertilidad de estas vacas confirma la hipótesis de Grimard et al que enuncian que la fertilidad de vacas ovuladas no es el factor limitante de los índices de gestación observados en los estudios, sino que parece ser la ausencia de inducción de ovulación en las vacas no cíclicas tras el tratamiento.

CONCLUSIONES

En este estudio la suplementación energética con forraje parece ser tan efectiva como la suplementación energética con concentrado en lo que respecta a la mejora de la eficiencia reproductiva tras tratamientos de sincronización del estro. El aumento del nivel de energía parece ser más importante que la calidad de la energía administrada. Sin embargo, los autores usaron un ensilado de maíz de alta calidad que proporcionaba niveles de almidón muy altos. La suplementación energética con heno o ensilado de hierba puede tener efectos diferentes en la reproducción. De todos modos, queda demostrado que se pueden aplicar planes nutricionales más baratos basados en ensilado de maíz en rebaños donde la disponibilidad de concentrado es problemática.

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TRANSFERENCIA PASIVA DE INMUNOGLOBULINAS EN TERNEROS NEONATOS ALIMENTADOS CON CALOSTRO O CON PROTEÍNA SÉRICA DESECADA, SOLA O COMO SUPLEMENTO EN CALOSTROS DE DIFERENTES CALIDADES CITA ORIGINAL: ATHINGTON JD, CATTELL MB, QUIGLEY JD, McCOY GC, HURLEY WL: Passive immunoglobin transfer in newborn calves fed colostrum or spray-dried serum protein alone or as a supplement to colostrum of varying quality. J Dairy Sci 2000; 83:2834-2838.

INTRODUCCIÓN

La adquisición de inmunidad pasiva ocurre en el ternero nada más nacer, mediante la absorción intestinal de Ig. Las bajas concentraciones de Ig en sangre están directamente relacionadas con alta morbilidad y mortalidad neonatal, así como con una peor eficiencia de crecimiento. A medida que el intervalo nacimiento-toma de calostro se alarga disminuye la eficiencia y capacidad de absorción de Ig. Por otro lado, la concentración de Ig en el calostro presenta una correlación linear positiva con la cantidad de Ig absorbidas a nivel intestinal. En consecuencia, se admite que de estos dos factores, el momento de administración del calostro respecto del nacimiento, y la concentración de Ig en el mismo (calidad calostral) depende principalmente la inmunidad pasiva adquirida por los terneros.

Se han realizado multitud de estudios intentando suplir el fallo de transferencia pasiva de inmunidad a los terneros de manera artificial (cantidades extras de calostro, soluciones inyectables de Ig, calostro liofilizado, suero lácteo concentrado). En general todos estos métodos han fracasado.

En un estudio previo, los mismos autores de este estudio observaron que la eficacia de absorción de IgG (EAI) de suero bovino dependía de la cantidad de producto administrado, y que al aumentar la masa de suero disminuyó la cantidad de Ig absorbida. Sin embargo, administrando neveles bajos de SB, la eficacia de absorción de Ig a nivel intestinal superaba la de la absorción de Inmunoglobulinas calostrales, a igualdad de Ig suministradas.

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Las proteínas séricas bovina y porcina son fuentes naturales concentradas de IgG. Además son fáciles de obtener de la industria cárnica y mataderos. Por lo tanto, el objetivo fue determinar si existen diferencias en la absorción de Ig de suero porcino y bovino en terneros neonatos, hipotetizando que la suplementación con Ig séricas podría ser un método fácil, efectivo y barato de mejorar la calidad de calostros con deficientes concentraciones de inmunoglobulinas.

MATERIALES Y MÉTODOS

Todos los terneros del estudio se alojaron en cubículos individuales y permanecieron aislados durante la duración del mismo. En el experimento 1 se administraron 2L, dos veces al día, diariamente a cada ternero de suplemento lácteo completo. En el segundo se les alimentó con leche entera de vaca a razón de 5% del peso vivo, dos veces al día.

EXPERIMENTO 1

Todos los terneros provenían de una misma explotación; aquéllos con una concentración sérica inicial de IgG >1g/L eran eliminados del grupo de experimentación. Los grupos se distribuyeron según orden de nacimiento de la siguiente manera:

- CP: terneros alimentados con calostro - SB: terneros alimentados con una solución de proteína sérica bovina - SP: terneros alimentados con una solución de proteína sérica porcina

Todos los tratamientos consistieron en 2L en las dos primeras horas post parto y 12 horas más tarde otros 2 litros más, administrados con biberón y si no eran consumidos voluntariamente se procedía al sondaje esofágico de los terneros. Cada tratamiento proporcionaba la misma concentración de IgG (22,5 g IgG/L), resultando en un suministro total por ternero de 90 g IgG. Para monitorizar la transferencia pasiva se tomaron muestras de suero a las 24 y 72 horas después del tratamiento.

EXPERIMENTO 2

Se extrajo calostro del primer ordeño de diferentes vacas para crear, mezclándolo, calostro de alta calidad, que se administraría luego al grupo 1 del estudio (48 g IgG/L). Además se obtuvieron calostros de ordeños sucesivos de las mismas vacas para crear los calostros de calidad media para el grupo 2 (29 g IgG/L) y baja para el grupo 3 (17 g IgG/L). A estos 2 últimos se les añadió SB justgo antes de su administración (concentración 28,8 g IGG) para igualar la concentración de inmunoglobulinas en los tres tratamientos. Todos los terneros (36), provenían de una misma explotación de la Universidad de Illinois. Los tratamientos consistieron en 2L del calostro en el grupo 1 o del calostro medio o bajo con SB en los grupos 2 y 3, durante las cuatro primeras horas post parto, administrados con biberón y si no eran consumidos voluntariamente, se procedía al sondaje esofágico de los terneros. El primer grupo (1) recibía 2L de calostro con 95,8 g IgG/L, 0% de SB, a los animales del segundo grupo (2) se les administraron 2 L de calostro de calidad media suplementado con SB (95,2 g IgG/L, 47% de SB) y al último grupo (3)se le alimentó con calostro de baja calidad (98,8 g IgG/L, 70% de SB). Para monitorizar la transferencia pasiva se tomaron muestras de suero a las 12 y a las 24 horas después del tratamiento.

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EFICIENCIA APARENTE DE ABSORCIÓN DE IG (EAI)

La eficiencia aparente de la absorción de inmunoglobulinas G se determinó utilizando un volumen estándar de plasma para los terneros (9,10% del peso vivo), calculando las IgG absorbidas como el producto del [plasma (L) * IgG(g/L) * 100] / ingesta de IgG (g).

ANÁLISIS ESTADÍSTICO

Se realizaron análisis de varianza usando el modelo general lineal según el paquete estadístico SAS (1998).

RESULTADOS

Los resultados del experimento 1 se detallan en la tabla 1.

Tabla 1. Concentraciones séricas de IgG a las 24 y 72 h después de los tratamientos de los diferentes grupos (CP= calostros; SB= proteína sérica bovina; SP=proteína sérica porcina)

Tratamiento 24 horas 72 horas

CP 5,7a 5.7ab

SB 8,3b 7,4b

SP 4,2a 3,5a

Los resultados de una misma columna con superíndice diferente representan diferencias estadísticamente significativas (p<0,05).

Los resultados del experimento 2 quedan detallados en la tabla 2.

Tabla 2. Concentraciones séricas de IgG a las 12 y 24 h después de los tratamientos de los diferentes grupos (1= calostros de alta calidad; 2= calostro de media calidad con suplemento de SB; 3= calostro de baja calidad con suplemento de SB). AEI= eficacia aparente de la absorción de IgG.

Concentración sérica de IgG (g/L)

Tratamiento 12 horas 24 horas Peso vivo (kg) EAI (%)

1 6,7 a 6,2 a 42,5 25 a

2 10,3 b 9,6 b 40 37 b

3 10,7 b 9,6 b 42,8 38 b

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Los resultados de una misma columna con superíndice diferente representan diferencias estadísticamente significativas (p<0,05).

DISCUSIÓN

La proteína sérica bovina (SB) es una fuente de IgG que los terneros neonatos absorben con eficacia. La suplementación con ella de calostros de media o muy baja calidad es una buena medida para aumentar las tasas de absorción de inmunoglobulinas por parte de los terneros. El suero porcino debe ser igualmente rico en IgG, sin embargo, se ha observado que no es igualmente absorbido por los terneros recién nacidos como la SB. Esto sugiere la existencia de una preferencia de especie en la absorción de IgG. Otros trabajos realizados con potros sugieren que Ig heterólogas no son absorbidas tan bien como las de las yeguas.

Se han investigado en el pasado otras alternativas a la administración natural del calostro. Actualmente existen en el mercado productos comerciales para ello, sin embargo, todos han fallado a la hora de demostrar una mejora de la transferencia de inmunidad pasiva. Esto se ha atribuido frecuentemente a las bajas concentraciones de Ig administradas con estos productos o a una cinética de absorción muy deficiente de las IgG así presentadas. En este trabajo inicial sobre la EAI de la proteína sérica bovina (SB) los autores observaron que las IgG de SB son bien absorbidas por los terneros cuando se les administran soluciones con poco porcentaje de sólidos. Cuando, intentando mejorar la absorción de las IgG, aumentaron el contenido total de polvo administrado, observaron una reducción acusada de la eficacia de absorción.

La utilización de IgG sanguíneas ya ha sido investigada previamente por otros autores como Crowley et al, que estudiaron la suplementación de IgG sérica bovina al sustituto lácteo comercial para terneros. Estos autores publican también un aumento de las concentraciones séricas de IgG en los terneros a las 24 horas del tratamiento, semejante al descrito por este equipo, sin embargo, los terneros del grupo control también presentaron un aumento de las IgG a pesar de no recibir calostro. A pesar de todo, la suplementación de la leche en polvo con IgG séricas parece proteger al menos contra infecciones entéricas.

A pesar de que la IgG de SB fue bien absorbida, las concentraciones séricas de Ig en los terneros, a las 24 h del tratamiento, no superaron en ningún grupo los 10 g/L, cifra que se considera mínima para la protección adecuada del animal ante infecciones posibles. Las concentraciones séricas de los terneros fueron mayores en los animales del experimento 2 que en las del primer trabajo, a los que sólo se les administró suero bovino a pesar de habérseles dado una mayor cantidad total de Ig pero en dos tomas separadas 12 horas en el tiempo. Esto hace a los autores apoyar otros trabajos que ya sugerían la importancia de dar a los terneros, cuanto antes tras el nacimiento, la mayor cantidad de Ig posible.

En el estudio número dos la cantidad de IgG administrada a los terneros fue la misma, sin embargo la adición de SB aumentó la eficacia de absorción de la misma, y los autores no saben la razón exacta de este hecho. Quizá las Ig séricas sean absorbidas a través de la mucosa intestinal por diferentes mecanismos que las Ig calostrales ya que los serotipos de IgG presentan diferencias (IgG calostrales = 75% IgG serotipo 1 y 5% de IgG serotipo 2 - IgG séricas = 42% IgG serotipo 1 y 46% de IgG serotipo 2). Puede

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que la conformación más homogénea de las inmunoglobulinas G séricas resulte en una absorción más eficaz.

Por otro lado, hay estudios publicados que sugieren la existencia de un factor o de factores calostrales que aumentan la absorción de Ig, acelerando la tasa de transporte por pinocitosis a través de las células intestinales, induciendo además, un cierre más rápido de la permeabilidad intestinal. La naturaleza de estos factores no está bien definida, pero parece tratarse de una sustancia de bajo peso molecular ausente en la leche. Estudios previos realizados por este equipo evaluando calostros de baja calidad suplementados con calostros desecados, detectaron una peor absorción de Ig, respecto de los no suplementados. La ingestión de una mayor cantidad del factor calostral puede que haya acelerado el cierre de la permeabilidad intestinal y disminuido así, la eficiencia de absorción. Si el nivel de factor calostral disminuye con cada ordeño de la vaca, la cantidad de factor calostral administrado a los terneros del experimento 2, en los grupos que recibieron calostro de media y baja calidad (grupos 2 y 3) sería menor respecto a los que recibieron mejor calostro (grupo 1). Como la cantidad de Ig ingerida era igual para los tres grupos, puede que al disminuir la cantidad de factor calostral presente en los tratamientos administrados haya aumentado la eficacia de absorción de Ig. Esto sugiere que dicho factor calostral no está presente en el suero desecado SB.

CONCLUSIONES

La suplementación con SB de calostro de media y baja calidad parece ser una medida efectiva para mejorar la transferencia de inmunidad pasiva en los terneros neonatos.

CLASIFICACIÓN Y EXAMEN LONGITUDINAL DE PUNTAS DE PEZONES ENCALLECIDAS EN VACAS LECHERAS CITA ORIGINAL: NEIJENHUIS F, BARKEMA HW, HOGEVEEN H, NOORDHUIZEN JPTM: Classification and longitudinal examination of callused teat ends in dairy cows. J Dairy Sci 2000; 83(12): 2795-2804.

INTRODUCCIÓN

El canal del pezón es una de las barreras más importantes contra la invasión de los patógenos que producen mastitis. El esfínter que rodea el conducto del pezón se cierra fuertemente entre ordeños e impide la penetración de bacterias, por ello es importante que el extremo del pezón se encuentre en buenas condiciones. Los cambios en el tejido

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del pezón que afecten a su integridad o a su flexibilidad favorecen la entrada de microorganismos a la ubre; las lesiones de los pezones son colonizadas con mucha frecuencia por Staphylococcus spp. o por Streptococcus dysgalactiae. Según otros autores, los extremos de los pezones que presentan anillos callosos graves están asociados con mucha frecuencia a infecciones intramamarias, aunque nunca se ha probado de forma directa. En un trabajo de 1985 se demostró que el recuento de células somáticas (SCC) se encuentra influido por las lesiones en los pezones, y usaron un sistema de clasificación que incluyó desde úlceras hasta pezones con el orificio al descubierto. En el mismo año, otra publicación describió que los pezones con lesiones graves en las que la piel estaba destruida presentaban mayor prevalencia de mastitis.

Después de un único ordeño, cambian la longitud y el grosor de los pezones; y tras ordeños repetidos, el tejido del extremo del pezón se va transformando en un anillo alrededor del orificio. El resultado es una hiperqueratosis del orificio del pezón, pero es un proceso fisiológico de adaptación durante el principio de la lactación, y este proceso continúa durante la lactación. Se han encontrado algunos factores de las vacas, como forma del extremo del pezón (FEP), posición de los pezones, longitud de los pezones, producción de leche, días en leche y número de parto, que tienen relación con la formación de callos en el extremo del pezón.

Los cambios en el extremo de los pezones son el resultado de las fuerzas mecánicas que ejerce el vacío y la pezonera al colapsarse durante el ordeño. La magnitud de la fuerza depende del nivel de vacío, pulsaciones, tipo de pezoneras, y forma de los pezones. Las lesiones de tipo calloso no progresan de leves a graves, o incluso a erosiones o costras, como un proceso normal. Se pueden encontrar anillos blanquecinos en menor medida incluso en vacas que dan de mamar al ternero o en vacas que se ordeñan a mano, lo que indicaría que existen más factores aparte del ordeño mecánico que se encuentran implicados en la formación de estos anillos. La prevalencia de vacas ordeñadas a máquina que no presentaban callosidades varió del 16 al 45% en varios trabajos previos.

Sieber y Farnsworth en 1981 definieron las lesiones y los anillos en los pezones que se presentaron en tres formas: (1) lisos, (2) tejido rugoso y elevado alrededor del orificio y (3) formación de costras. Un trabajo más reciente definió los anillos como hiperqueratosis del orificio del pezón, usando un sistema de puntuación en seis categorías. Se pueden distinguir dos formas de callosidades del extremo del pezón: lisos, y rugosos y elevados. Los sistemas previos de clasificación no distinguen entre los anillos lisos o rugosos y elevados, o ni siquiera incluyen las costras. El objetivo de este estudio fue examinar el desarrollo longitudinal de las callosidades (DLC) y las rugosidades (DCR) del extremo del pezón.

MATERIALES Y MÉTODOS

Se desarrolló un sistema de clasificación usando 870 fotografías de los pezones de 174 vacas, realizadas a intervalos de 3 meses durante un año y medio, tomadas inmediatamente después de la retirada de las pezoneras. Las callosidades se clasificaron como (1) ausente, (2) leve, (3) moderada, (4) gruesa y (5) extrema. Se calculó la DLC media usando las puntuaciones del 1 al 5. La forma del final del pezón se clasificó como redondeada, aplanada, puntiaguda, o invertida.

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El diseño del estudio fue longitudinal, para comprobar el desarrollo de las callosidades (DC) durante el inicio de la lactación. Las vacas se ordeñaron en una sala de 8x2 en espina de pescado con un vacío de 47 kPa, medidores, y retiradores automáticos. El tratamiento previo al ordeño consistió en secado de los pezones con toallas de papel durante 15 segundos. Se calcularon la grasa media, corregida a 305 días, la producción diaria de leche (PL) y el tiempo medio diario por vaca del ordeño (TM). En el análisis estadístico se desarrolló un modelo matemático para evaluar las DLC y DLR.

RESULTADOS

Se encontraron formas de pezones redondeadas en el 43% de las vacas, puntiagudas en el 31%, y aplanadas e invertidas en el 13%. La producción de leche fue aumentando hasta la sexta semana de lactación. La PL se asoció con los días en leche, número de parto, FEP, y con interacciones entre días en leche y número de parto, días en leche y FEP, y número de parto y FEP. El TM se asoció con los mismos factores excepto la interacción entre el número de parto y FEP. Los pezones con extremos puntiagudos presentaron mayores TM que los pezones invertidos.

La puntuación media de la DLC de los anillos fue 2,24, y el grosor del anillo calloso aumentó durante las primeras semanas de la lactación. En la semana 13 después del parto, el 93,5% de los pezones presentaron al menos un anillo calloso fino. Los pezones delanteros presentaron mayor callosidad y mayor grosor que los pezones traseros durante todo el periodo de observación, sin observarse diferencias entre los pezones derechos e izquierdos. Los pezones de novillas de primera lactación presentaron menos callosidades que las vacas más viejas.

Los anillos callosos de los pezones se transformaron de lisos a rugosos a una media de 56 días en leche. Los anillos de las vacas de más de dos lactaciones se hicieron rugosos más tarde en la lactación que las vacas de segundo parto. Todas las vacas entraron en la lactación sin rugosidad en los anillos, el 24% de los pezones mostró callosidades rugosas más adelante, y fue aumentando según avanzó la lactación. Los pezones delanteros presentaron anillos callosos con más frecuencia que los traseros, y los pezones invertidos se volvieron rugosos con menor frecuencia que los puntiagudos o los aplanados.

Según la DLC se hacía más gruesa, los anillos callosos se desarrollaron más pronto en la lactación, y cuando el TM era más largo, las callosidades de los pezones se hacían rugosas con mayor frecuencia.

DISCUSIÓN

La repetibilidad del sistema de clasificación de las DLC y DLR fue alta entre los diferentes trabajadores, de tal forma que este sistema puede ser empleado por personas distintas con buena correlación entre sus puntuaciones. Sin embargo, no fue posible cotejar los resultados de repetibilidad con otros trabajos, ya que la mayoría de ellos no presentan datos estadísticos.

El grosor de la callosidad del extremo del pezón y la rugosidad estuvieron correlacionados (r=0,45, p=0,001), pero no estaba completa ya que DLC y DLR sólo eran intercambiables parcialmente y se usaron como parámetros complementarios.

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La DLC aumentó principalmente durante las primeras 6 a 8 semanas de lactación. Durante el periodo de estudio que cubrió las primeras 14 semanas de lactación, sólo se observó una disminución de DLC para ciertas combinaciones de FEP y número de parto. En las novillas de primera lactación con pezones invertidos la DLC disminuyó en las primeras 14 semanas de lactación; Farnsworth describió en 1995 que las novillas de primer parto parecían desarrollar algo de callosidad en las primeras 6 a 8 semanas de lactación. El aumento de la DLC va paralelo al aumento de TM y PL; el momento de aparición de DLR fue a las 8 semanas de media. Se encontró una correlación positiva (r=0,22, p=0,08) entre el TM y la DLR. Según Farnsworth, los ordeños en los que el TM es muy largo, aumentan las lesiones en los pezones. En 1980 Sieber afirmó que un TM aumentado es indicativo de sobreordeño. Durante el sobreordeño, el pezón no puede llenarse de leche, el TM aumentado produce una mayor probabilidad de rugosidad de las lesiones, por lo tanto el TM es un factor importante para las vacas con respecto a las DC.

Los pezones redondeados presentaron más callosidades que los invertidos. Otros investigadores también han demostrado la influencia de FEP. Se ha observado que los pezones puntiagudos o redondeados tienen un mayor grado de hiperqueratosis que los aplanados. En este estudio, los pezones delanteros presentaron más callosidades que los traseros, pero se encontró un gran número de pezones traseros puntiagudos, por lo que la influencia de los pezones puntiagudos sobre las DC podría haber sido subestimada. La relación entre el número de partos y las DC no está muy clara en la literatura. La posición de los pezones está asociada con las lesiones callosas, ya que los delanteros mostraron más DC, lo que coincide con los resultados de otros estudios. Los cuarterones delanteros producen menos leche, así que el ordeño se termina antes en ellos, así que los pezones de estos cuarterones tienden a sufrir sobreordeño.

El ordeño mecánico puede afectar a la extensión de las lesiones callosas de la punta de los pezones. Por lo tanto, la presencia de DC se puede considerar como un indicador de la calidad del ordeño. La puntuación de las lesiones puede ser un valor muy útil para los parámetros que se estudian cuando se realizan valoraciones del ordeño. En este estudio se demuestra que las vacas varían mucho en la extensión de sus lesiones como una reacción de adaptación al ordeño mecánico, y se tendría que tener en cuenta.

ATRESIA DE LOS PEZONES ASOCIADA CON DERMATITIS INDUCIDA POR LA MOSCA DE LOS CUERNOS (HAEMATOBIA IRRITANS IRRITANS (L.)).

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CITA ORIGINAL: EDWARDS JF, WIKSE SE, FIELD RW, HOELSCHER CC, HERD DB: Bovine teat atresia associated with Horn Fly (Haematobia irritans irritans (L.))-induced dermatitis. Vet Pathol 2000; 37(4): 360-364.

La mastitis en novillas en el periodo del preparto no es una entidad clínica frecuente. Se ha descrito la mastitis asociada con el mamado entre terneras en contacto, pero la mayoría de los estudios sobre mamitis en las novillas incluyen mamitis en periparto de novillas contaminadas con microorganismos ambientales y contagiosos, como Arcanobacterium pyogenes, Corynebacterium bovis, Staphylococcus aureus, Streptococcus spp., Escherichia coli y Mycoplasma spp. La mastitis en novillas de carne no se ha estudiado debido a que es muy infrecuente.

Este artículo describe el caso de un rebaño puro de Limousine que sufría un brote de mastitis, que afectaba a las novillas en el parto, pero no se observó en las vacas mayores que estaban en los mismos pastos y con el mismo manejo. El problema llevaba ocurriendo durante tres temporadas, y todos los animales afectados excepto cuatro habían nacido en la explotación. Al iniciar el estudio, se tomaron las ubres de ocho novillas que se enviaron al matadero, se disecaron y se hicieron cultivos de microorganismos aerobios y Mycoplasmas. Una de ellas presentaba unos pezones muy evidentes, pero el tejido mamario estaba fibrosado. Las siete ubres restantes mostraron dos o tres pezones anormales con un cordón de tejido palpable en la zona del canal, que parecía ser tejido conectivo maduro, sin poderse extraer secreción del cuarterón. Este tejido conectivo se continuaba con un tejido subcutáneo de la glándula mamaria engrosado y fibroso. Los cuarterones que drenaban en pezones atrésicos estaban fibróticos pero no edematosos o hiperémicos, y no había exudado.

Las lesiones histológicas de las ubres consistieron en fibrosis sin infiltración de neutrófilos, y sin formación de folículos linfoides alrededor de los conductos o del intersticio. El conducto papilar de los pezones afectados estaba reemplazado por tejido conjuntivo fibroso maduro. La piel de los pezones de todas las ubres presentaron dermatitis superficial y profunda, perivascular e intersticial con células plasmáticas perivasculares y algunos eosinófilos, pero esta lesión fue más grave en la piel de los pezones atrésicos. La piel de la ubre estaba engrosada debido a bandas de colágeno separadas por un estroma fibrovascular suelto e infiltrado por mastocitos y eosinófilos ocasionales. Se diagnosticó dermatitis y telitis alérgica o inducida por artrópodos.

En la primera visita a la explotación se observaron moscas mordedoras, principalmente Haematobia irritans irritans (L.), la mosca de los cuernos, sobre el dorso y partes distales de las vacas. La mosca de los cuernos es hematófaga y se alimenta en zonas de piel fina alrededor de la cola, abdomen, y ubre. La mayoría de los animales presentaban una dermatitis escamosa visible en zonas de la piel sin pelo, donde las moscas se concentran. Las cantidades de moscas observadas fueron mayores que las que se asocian a pérdidas económicas, establecida en unas 250 moscas por animal. Se aplicaron córtales impregnados en insecticida (permetrina al 10%, y piperonyl butóxido al 13%). Se encontró dermatitis en los pezones, especialmente en los delanteros y en la zona perianal sin pelo. En las biopsias de la piel de la ubre se encontró dermatitis eosinofílica perivascular con un infiltrado moderado de mastocitos. Después de haber iniciado el tratamiento insecticida se dejaron de ver las moscas en los siguientes exámenes clínicos.

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En el diagnóstico diferencial inicial se incluyó la mastitis bacteriana asociada con la mosca de los cuernos como vector. En las novillas, las moscas de los cuernos se han asociado con mamitis producidas por Staphylococcus spp. en novillas primíparas, así como por la mamitis de verano. Ambas condiciones se presentan con cuarterones indurados con secreción purulenta maloliente. La mamitis de verano afecta con más frecuencia los cuarterones delanteros y se ve a menudo en prados rodeados por bosques, un ambiente que favorece el desarrollo de las moscas de los cuernos.

Los cuarterones "ciegos" que no conectan con un seno lactífero y terminan en un fondo de saco tienen baja incidencia en novillas de primer parto. Es más frecuente encontrar cuarterones perdidos por haber sido mamados por otras novillas, a veces producen poca leche y cesan la secreción espontáneamente, o presentan fibrosis debida a mastitis. En estos casos histológicamente hay ausencia del tejido glandular, y los cuarterones ciegos son más reducidos que los funcionales.

En este caso se concluyó que la atresia de los pezones se debió a dermatitis crónica inducida por las moscas.

MODELO PARA PREDECIR SEPTICEMIA EN TERNEROS CON DIARREA CITA ORIGINAL: LOFSTEDT J, DOHOO IR, DUIZER G: Model to predict septicemia in diarrheic calves. J Vet Intern Med 1999; 13: 81-88.

INTRODUCCIÓN

El riesgo de mortalidad de terneros neonatos menores de un mes ha sido descrito entre el 15 y el 30%. La mayoría de la mortalidad se debe a enfermedades infecciosas, como diarrea, neumonía y septicemia. En los terneros con septicemia, el microorganismo aislado con mayor frecuencia es Escherichia coli, aunque también están descritas otras especies Gram-positivas y Gram-negativas.

Hay algunos factores importantes que influyen en el desarrollo de septicemia, como la transferencia pasiva deficiente de inmunoglobulinas del calostro, y exposición a determinados serotipos de bacterias. Además, la diarrea neonatal predispone a los terneros a la septicemia.

Los síntomas iniciales de septicemia en potros y terneros neonatos son vagos e inespecíficos y a veces no se pueden distinguir de síntomas de enfermedades no infecciosas o de infecciones locales como diarreas. Se necesita realizar un cultivo

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sanguíneo para dar un diagnóstico definitivo de septicemia, pero no se obtienen los resultados hasta las 48-72 horas y es frecuente encontrar falsos negativos. No hay ningún test simple de laboratorio que sea completamente fiable para el diagnóstico precoz de septicemia en animales de granja neonatos, y se necesita obtener datos de la historia clínica, síntomas y biopatología. Se han desarrollado modelos predictivos basados en estos datos, para identificar los casos de septicemia.

Durante un tiempo se realizaron hemocultivos a todos los terneros con diarrea que ingresaron en el Atlantic Veterinary College Hospital en Canadá, donde se descubrió que los casos de septicemia en terneros diarreicos son más frecuentes de lo que se esperaba, y que aumentan el coste del tratamiento a la vez que empeoran el pronóstico. El desarrollo de un modelo que fuera capaz de predecir la sepsis ayudaría a los clínicos a diferenciar entre terneros con diarrea inespecífica y aquellos que presentaban diarrea complicada con septicemia. Así, el ganadero no trataría los terneros de bajo valor económico que pudieran presentar septicemia y un mal pronóstico, y los terneros valiosos diagnosticados como sépticos podrían recibir un tratamiento adecuado que mejoraría el resultado.

En este estudio el objetivo fue desarrollar un modelo que permita predecir la septicemia en terneros menores de 28 días con diarrea.

MATERIALES Y MÉTODOS

Se incluyeron en el estudio todos los terneros diarreicos menores de 28 días que se presentaron en el hospital entre 1989 y 1993.

Las variables independientes incluyeron información demográfica, hallazgos de la exploración clínica, valores clinicopatológicos de hematología, gases sanguíneos venosos, bioquímica sérica e inmunoglobulinas. La variable dependiente de interés fue el diagnóstico de septicemia, que se realizó basándose en los siguientes criterios antemortem: (1) hemocultivo positivo, (2) cultivo del mismo agente bacteriano de dos o más fluidos corporales, (3) cultivo de una bacteria de una articulación cuando el ternero presente síntomas de artritis séptica en más de una articulación. Los criterios postmortem para el diagnóstico de septicemia incluyeron (1) cambios morfológicos como múltiples abscesos de tamaño similar diseminados en muchos puntos, vasculitis purulenta e identificación intravascular de bacterias, o fibrina en varias cavidades corporales, (2) aislamiento de bacterias de sangre cardiaca, y (3) aislamiento de la misma bacteria en más de dos tejidos corporales excluyendo el intestino.

RESULTADOS

Se incluyeron en el estudio 254 terneros. La edad media de presentación de la diarrea fue 9,4 días. Los cultivos fecales fueron positivos a cepas enterotoxigénicas de E. coli en el 38,4% de los terneros, los resultados de microscopía electrónica fueron positivos a Rotavirus en el 12,2%, a Coronavirus en el 38,7%, y se aisló Cryptosporidium en el 33,1% mediante flotación.

El 31% de los terneros cumplieron los criterios para ser diagnosticados de septicemia. De ellos, el 40,7% de los hemocultivos fueron positivos, aislándose E. coli en el 55% de ellos.

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El 81% de los terneros no septicémicos sobrevivieron, mientras que la tasa de supervivencia en los septicémicos fue del 29,5%.

Se seleccionaron los resultados de los criterios anteriormente citados para desarrollar el modelo predictivo y para evaluar su repetibilidad.

DISCUSIÓN

La prevalencia de septicemia (31%) en este estudio es muy similar a la descrita en otros estudios. La bacteria aislada con mayor frecuencia fue E. coli, lo que coincide con estudios previos, lo que se puede atribuir a que algunas cepas de E. coli tienen factores de virulencia que permiten la invasión sistémica. Campylobacter fetus subesp. fetus se aisló del 15% de los hemocultivos.

Los parámetros clinicopatológicos que se identificaron en el modelo de laboratorio asociados con un riesgo elevado de padecer septicemia fueron aumentos moderados a marcados de la concentración de creatinina sérica (1,99-5,66 mg/dl a >500 mg/dl), cambios tóxicos de moderados a graves en los neutrófilos (>2+), y fallo en la transferencia pasiva de inmunoglobulinas (Ig<2 g/dl) y bajas proteínas séricas (<5 g/dl).

Tanto el modelo de laboratorio como el modelo clínico indicaron que el riesgo de septicemia en terneros con puntos de infección identificados (onfalitis, artritis, meningitis, uveítis), es más del doble que en terneros sin evidencias de infección focal. Esta asociación fue biológicamente plausible porque uno de los puntos iniciales de invasión bacteriana en terneros septicémicos es el ombligo, y se sabe que sucede la diseminación hematógena a las meninges, membrana sinovial, y tracto uveal. El modelo clínico indicó que la edad menor de 5 días aumentó el riesgo de septicemia hasta 2,5 veces.

Los valores predictivos de ambos modelos fueron muy similares, y así el veterinario clínico en el campo, sin acceso al laboratorio, podría usar el modelo clínico para predecir la septicemia en un ternero diarreico casi con la misma precisión que un clínico que trabajara en un hospital, que utilizaría el modelo laboratorial. La baja sensibilidad de ambos modelos (39% y 40% respectivamente) con un punto de corte de probabilidad de 0,5, significó que muchos terneros con septicemia no se detectaban en los modelos. Puede que no haya un grupo de variables característico de terneros septicémicos, parcialmente porque la septicemia es un proceso dinámico, y los parámetros clínicos y de laboratorio varían ampliamente dependiendo del momento de la enfermedad en el que el ternero es evaluado.

Cuando el punto de corte de la probabilidad predictiva se estableció en 0,5 el modelo de laboratorio presentó un valor predictivo positivo del 76%, lo que podría usarse cuando el clínico quiere estar seguro de que el ternero está realmente septicémico, como podría ser en el caso de un ternero de poco valor económico que estaría destinado a la eutanasia debido al mal pronóstico.

Los valores predictivos de ambos modelos dependen de la prevalencia y de la especificidad y sensibilidad de cada test.

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En conclusión, los valores predictivos se ajustan a los datos observados razonablemente bien y tienen una capacidad predictiva moderada. La mayor limitación en los modelos parece ser una baja sensibilidad. La mayoría de los terneros septicémicos podrían haber estado en una fase muy inicial y podrían no haber presentado características que los identificaran como septicémicos. La reevaluación de estos terneros según progresa la enfermedad podría mostrar la septicemia pero no ayudaría a tomar decisiones iniciales sobre el tratamiento.

ESTUDIO CLÍNICO DE LA ÚLCERA PLANTAR Y NECROSIS DEL ÁPEX DE LA TERCERA FALANGE EN 53 BÓVIDOS

CITA ORIGINAL: KOFLER J: Clinical study of toe ulcer and necrosis of the apex of the distal phalanx in 53 cattle. Vet J 1999; 157(2): 139-147. INTRODUCCIÓN

Las alteraciones de la zona de la punta de los dedos en la pezuña bovina no han sido descritas con mucha frecuencia. En una revisión de la literatura se han descrito algunas publicaciones que se centran en la úlcera de la palma y osteolisis del ápex de la tercera falange; algunos autores emplean el término "absceso" en los dedos, pero dada la definición de absceso, este término no es adecuado para referirse a la úlcera plantar.

El diagnóstico de la úlcera y su complicación, la necrosis apical de la tercera falange, se basa en la exploración clínica que incluya el arreglo de la pezuña y el uso de una pinza de cascos y una sonda. La radiología ayuda a evaluar el alcance de la afección de la falange. El pronóstico depende de varios factores como el número de pezuñas afectadas, el estado de las demás pezuñas, el origen de las lesiones y cualquier evidencia de metástasis. El objetivo del presente estudio fue describir los hallazgos clínicos y radiológicos de la úlcera de la pezuña y el ápex de la tercera falange.

MATERIALES Y MÉTODOS

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Se seleccionaron 53 bóvidos que padecían úlcera en la pezuña y/o necrosis del tejuelo; las historias clínicas incluyeron factores causales, síntomas, lesiones, duración del curso, y éxito del tratamiento o razón de la eutanasia. Las causas de las condiciones se sacaron de la historia clínica que contó el veterinario que refirió los casos, evaluando cualquier evidencia reciente del uso de la sierra oscilante y síntomas evidentes de laminitis crónica. La exploración ortopédica se basó en la observación y clasificación de la cojera y examen minucioso de la pezuña después de limpiarla y arreglarla usando unas pinzas de cascos y una sonda. Se tomaron radiografías en proyecciones dorso-palmar/plantar y oblicua lateromedial; se clasificó la osteolisis según afectara un cuarto, un tercio, la mitad o dos tercios de la falange.

Se trataron las úlceras eliminando las capas de casco y el corion infectados. En casos de osteomielitis, se resecó el hueso infectado con una cureta de hueso, o con martillo y cincel cuando las lesiones eran muy extensas.

RESULTADOS

Se encontraron lesiones en la región digital en las 53 vacas, con un total de 78 pezuñas afectadas. Después de limpiar minuciosamente y realizar el arreglo funcional, se examinaron las pezuñas. En 57 de ellas se encontraron defectos circunscritos de la capa córnea con pododermitis necrótica, o grandes separaciones de la planta y la tapa en la línea blanca, y adelgazamiento de la planta.

En todos los casos, la palpación de la parte dorsal de la planta usando pinzas de casco fue dolorosa. El dolor también se detectó en la zona palmar o plantar de la suela de algunas pezuñas sobrerrebajadas pero sin evidencia de defectos en la tapa córnea. Estas pezuñas afectadas estaban más calientes de lo normal. En ocho casos con osteolisis en más del 50% del hueso se observó un exudado purulento en el rodete coronario.

Las causas que se encontraron de las lesiones fueron sobrerrebajado de la suela con el disco abrasivo (que fue la más frecuente, en el 49% de los casos), perforación de la suela durante el arreglo de las pezuñas, laminitis crónica, sobrerrebajado más laminitis crónica, o lesiones perforantes. En los casos más frecuentes, las pezuñas se habían arreglado hasta tres semanas antes. Se pudieron identificar los trazos de la sierra como surcos redondeados en la pared y en la suela. Los síntomas del sobrerrebajado incluyen adelgazamiento de la suela, que se puede deprimir fácilmente con el dedo y que en la mayoría de los casos es dolorosa a la palpación. La laminitis crónica presenta signos típicos como capa córnea reblandecida con surcos horizontales amarillos y rojizos en la pared. Los animales con lesiones perforantes tenían una historia previa de salida diaria a los pastos antes de aparecer con cojera.

Los signos radiológicos observados variaron de una osteolisis ligera de la zona apical de la falange distal a cambios osteolíticos extensos. La extensión de la osteolisis no se correspondía con el tamaño de las lesiones macroscópicas de la pezuña. El 10,6% de los casos presentó fractura patológica de la tercera falange.

Para el tratamiento quirúrgico de las úlceras se inmovilizaron las vacas en decúbito lateral sobre una mesa hidráulica. Se aplicó anestesia regional endovenosa junto a tratamiento antibiótico preventivo, aplicando antes de la cirugía un taco de madera en la pezuña sana. Después de retirar la capa córnea de suela con una legra, se escindió el

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ápice necrótico de la tercera falange usando una cureta o un cincel. Se dejaron in situ las paredes dorsal, abaxial y axial de la pezuña. Se lavaron las heridas con solución yodada diluida y se rellenó con una gasa estéril y se cubrió con un vendaje compresivo, que se cambió cada 4-6 días. La cavidad se fue rellenando gradualmente con tejido de granulación y se completó la curación con el crecimiento de nuevo tejido córneo. El bloque de madera se dejó durante 4-6 semanas. La amputación del dedo se realizó en cinco vacas con más del 50% de osteolisis. En tres de estas vacas se desarrolló artritis séptica de la articulación interfalángica distal ipsilateral secundaria a la osteomielitis.

DISCUSIÓN

El diagnóstico de la úlcera y su complicación, la necrosis apical de la tercera falange se puede realizar fácilmente mediante exploración precisa y limpieza exhaustiva junto a arreglo funcional de la pezuña. La infección del corion en la palma o la planta conduce rápidamente a la afección de la falange.

Los síntomas de la necrosis de la falange distal varían mucho dependiendo de la gravedad de las lesiones, el número de pezuñas afectadas y los factores causales. Se puede observar una cojera moderada a grave en vacas con una sola pezuña afectada, y marcha envarada en vacas con dos o más pezuñas afectadas cuando se las forzaba a moverse. En algunos casos la primera sospecha fue de una enfermedad neurológica.

Se puede descubrir la afección de la falange distal mediante exploración completa, insertando una sonda o por visualización directa del ápex expuesto. El grado de afección se identifica mediante radiología, facilitando el tratamiento quirúrgico. En este estudio se demostró que el tamaño de las lesiones visibles en el dedo no corresponde con la extensión de las lesiones que se observan por radiología.

Los pacientes que sufrían de exceso de rebajado de la suela con la sierra oscilante sólo empezaron a presentarse al hospital a partir de 1993, lo que se atribuye a que antes de ese año el uso de estas sierras no estaba extendido entre los veterinarios podólogos. Es posible que el calor generado por el disco contribuya a la necrosis del hueso y del corion. También explicaría el rápido desarrollo de la osteolisis. El adelgazamiento de la suela y la unión entre la suela y la pared, junto con las fuerzas mecánicas implicadas en el soporte del peso, conducen a la contusión de la suela y su separación de la pared en la línea blanca, facilitando la infección del corion traumatizado y la superficie del hueso.

La laminitis se ha reconocido como una causa predisponente frecuente e importante de las úlceras. El sobrerrebajado de las pezuñas con laminitis crónica empeora la situación.

Se recomiendan diferentes técnicas quirúrgicas para el tratamiento de la necrosis apical de la falange: escisión del hueso necrótico con una cureta, o con un taladro eléctrico, usando un cable de fetotomía, o incluso llegando a la amputación del dedo. No se debería rebajar la pared durante la resección del hueso necrótico para que el hueso sano permanezca protegido mientras se desarrolla el tejido de granulación. La elevación de la pezuña operada con un bloque de madera pegado en la pezuña sana ayuda a la cicatrización y aumenta la comodidad de la vaca. Después de la resección del ápex de la falange se necesita un periodo de curación de 6 a 8 semanas.

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El pronóstico se establece gracias a la exploración clínica completa de la vaca y un examen detallado de las pezuñas y las extremidades. La afección de una pezuña y la presencia de otros problemas ortopédicos u otras enfermedades empeoran el pronóstico, así como la afección de más de una pezuña. En estos casos no se recomienda el tratamiento por razones económicas.

La conclusión que se saca de este estudio es que se puede reducir significativamente la incidencia de alteraciones de la pezuña mediante la mejora de la técnica de su arreglo funcional.

EVALUACIÓN DE LA EFICACIA DEL USO DE TILMICOSINA ORAL EN TERNEROS CON NEUMONÍA CITA ORIGINAL: FODOR L, REEVE-JOHNSON L, HODGE A, VARGA J: Efficacy evaluations of the use of oral tilmicosin in pneumonic calves. Vet J 2000; 159(2): 194-200.

INTRODUCCIÓN

La pasteurelosis respiratoria ("fiebre del transporte") es una de las enfermedades más importantes de los terneros, causando grandes pérdidas económicas. Se suele presentar después de un transporte largo, especialmente en animales que se adquieren de granjas diferentes, se mezclan y se transportan todos juntos, albergando cada uno una variedad de virus y bacterias. Otros factores ambientales que predisponen a los animales a sufrir infecciones respiratorias son el hacinamiento, ventilación inadecuada, manejo y movimiento de animales, cambios bruscos de temperatura, privación de agua y comida, etc. Además de la forma aguda de la pasteurelosis, también se da la neumonía enzoótica o pasteurelosis endémica, donde las pérdidas de animales no son tan grandes, y el inicio no es tan repentino, aunque también tiene un efecto económico grave.

La etiología de las enfermedades respiratorias es muy compleja. Además del estrés y los fallos del manejo, están implicados muchos agentes infectivos, entre ellos virus (IBR, parainfluenza-3, adenovirus, respiratorio sincitial), y bacterias del género Mycoplasma spp. Todos ellos atacan el epitelio respiratorio y lo hacen susceptible para el ataque de bacterias, frecuentemente Pasteurella haemolytica, Pasteurella multocida, Haemophilus somnus, y más esporádicamente, Streptococcus spp., Staphylococcus spp., Actinomyces pyogenes y Corynebacterium spp. Lo más frecuente es que actúen conjuntamente IBR y PI-3 con P. haemolytica serotipos A1 y A2, P. multocida serotipo A y H. somnus. Los virus pueden producir ligeros cambios en la mucosa respiratoria prácticamente sin síntomas, pero estos cambios (y en algunos casos también por efectos

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inmunosupresores), hacen que sea más susceptible a la colonización bacteriana. Estas bacterias son responsables de los síntomas graves y de las lesiones que se observan post mortem.

Se utilizan mucho las penicilinas, tetraciclinas y macrólidos, frecuentemente en formulaciones de liberación lenta, para el tratamiento de la neumonía bovina. Se ha demostrado que la tilmicosina, un macrólido, tiene un espectro adecuado de actividad antimicrobiana para el tratamiento de las infecciones respiratorias. Se ha usado ampliamente en forma inyectable, detectándose una concentración alta y prolongada en los pulmones. En el tratamiento por vía oral, se ha visto que las concentraciones en tejido pulmonar son 30 veces más alta que en sangre, y estos niveles se mantienen varios días por encima de la concentración mínima inhibitoria para cepas de campo de P. haemolytica.

La mayoría de los veterinarios clínicos prefieren los antibióticos inyectables para el tratamiento de la neumonía bovina, porque así pueden asegurar que los animales reciben su dosis, teniendo un mayor control sobre la pauta de medicación. Sin embargo, en determinadas situaciones epidemiológicas, el manejo individual para el tratamiento de los animales no está recomendado por el estrés adicional que se causa a los animales. Cuando ocurren brotes en un rebaño, puede ser más fácil y menos trabajoso el tratamiento por vía oral. Por eso en este estudio se comparó el efecto terapéutico de tres dosis de tilmicosina oral con el de otro antibiótico de eficacia conocida.

MATERIALES Y MÉTODOS

Se llevó a cabo el estudio en un rebaño cerrado de unas 1000 vacas frisonas en ordeño en el que habían tenido un problema grave de neumonías graves durante varios años en los terneros. Los animales incluidos en el estudio fueron terneros lactantes de ambos sexos que se alojaban en casetas individuales desde los 3-5 días hasta los 2-2,5 meses de edad. El producto problema empleado fue tilmicosina a 250 mg/ml, y como control se usó enrofloxacina al 2,5%. El estudio se dividió en dos pruebas. En la número 1, se asignaron los terneros aleatoriamente de forma pareada al tratamiento con 12,5 mg/kg cada 12 horas o al tratamiento con 1,25 mg/kg de enrofloxacina dos veces al día. En el segundo estudio, después de un brote clínico con síntomas, se asignaron los animales de forma aleatoria en tres grupos: el primero (T1) se trató con 12,5 mg/kg de tilmicosina cada 12 horas durante cinco días; el T2 recibió 12,5 mg/kg de tilmicosina cada 12 horas durante tres días; y el T3 recibió 6,25 mg/kg dos veces al día durante cinco días. El fármaco se añadió directamente al cubo donde se alimentaba los terneros con leche dos veces al día. Todos los terneros tratados se mantuvieron en las mismas condiciones.

El diagnóstico de neumonía se realizó siguiendo estos criterios: (1) puntuación de 1 ó más en los sistemas de evaluación del comportamiento y la respiración; y (2) temperatura rectal de 39,5ºC o más. También se registró la ingesta de alimento, peso vivo al iniciar el tratamiento y presencia de tos o exudado nasal.

La puntuación del comportamiento fue la siguiente: (0) normal, ternero alerta que responde a la presencia del observador con las orejas hacia delante; (1) algo deprimido, con la respuesta disminuida; (2) apático, las orejas están gachas, el pelo pierde lustre, menos respuesta al observador, no totalmente inapetente; (3) depresión marcada, sin respuesta al observador, algo encorvado, y puede estar inapetente; y (4) moribundo,

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inapetencia total, sin respuesta al observador, a veces caído. La puntuación de la respiración se realizó de la siguiente manera: (0) normal, menos de 35 rpm; (1) frecuencia ligeramente aumentada (35-39 rpm); (2) evidentemente aumentada (50-60 rpm); (3) taquipnea (más de 60 rpm).

También se tomaron muestras de las lesiones pulmonares de los terneros a los que se hizo la necropsia.