boletÍn internacional ain - mar/abr 2015

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1 Cristo ha resucitado, y la luz de la esperanza puede, cual aurora luminosa, extenderse sobre todos los horizontes humanos. A diario nos llegan noticias de violencia, opresión y estallidos de odio, y en respuesta se organizan manifestaciones por la paz y cumbres. Los medios de comunicación vier- ten torrentes de palabras e imágenes de ges- tos simbólicos dan la vuelta al mundo. Sin embargo, muy poco o nada cambia. ¿Por qué? Porque lo que realmente hace falta es la conversión del corazón. La paz es fruto de la oración humilde, un regalo de Arriba. La paz verdadera no puede surgir de las raíces de la astucia política, de intereses cínicamente per- seguidos o de un equilibrio de los miedos. Para decir realmente sí a la paz, las personas tienen que encontrar una forma de pensar y amar conjunta, tienen que reconocer el pri- mado del derecho para todos y, sobre todo, aprender el difícil y excelso arte del perdón. Solo así puede interrumpirse la espiral del Queridos amigos: Los caminos de la penitencia en la Cuaresma son curativos, y por ellos accedemos al mayor acontecimiento de la historia de la hu- manidad: la fiesta de la resurrección, que transforma nuestra existencia y convierte su- frimiento en alegría, lágrimas en júbilo y muerte en vida. Es la plenitud del designio salvífico de Dios porque tiene al Hijo de Dios como único protagonista, él es el centro y el corazón del Uni- verso. Él nos anuncia que nuestra última y verdadera meta es la eternidad bien- aventurada. Por ello es justo que demos abiertamente testimonio de ello: Cristo ha re- sucitado y nosotros hemos resucitado con él. Ciertamente, la historia de la humanidad sería aterradora si el silencio sepulcral del sábado durara eternamente. Entonces, la muerte sería el abismo de la nada al que nos precipitaría- mos nosotros y nuestros seres queridos. Y el amor, que es el que hace que la existencia sea digna de ser vivida, no sería más que una breve y burlona ilusión. Sin resurrección no habría perdón del pecado ni justicia final ni recompensa para el bien. No quedarían más que la resignación y la desesperación. Pero odio. Cuando, observando el panorama mundial, nos preparamos para la Pascua de Resurre- cción, deberíamos ser conscientes de que cada uno de nosotros lleva dentro de sí la se- milla de la paz, y que todos estamos llamados a examinar con valentía nuestro fuero interno y cuestionar todos los subterfugios y excusas que aplicamos a nuestros actos. Em- pecemos por arrodillarnos ante la cruz para un examen de concien- cia concreto, para después acudir a una confesión liberadora y una comunión pascual que nos colme. Eso nos dará alas para apoyar buenas obras que sirvan al cre- cimiento de la civilización del amor. A todos vosotros os deseo esta paz de la Pas- cua de Resurrección. Os tendré presentes a todos en mi oración en el altar del Señor. Os bendice de corazón, Cardenal Mauro Piacenza Presidente de Ayuda a la Iglesia Necesitada Lo que realmente hace falta es la con- versión del corazón. “La resurrección de Jesús no es el final feliz de un hermoso cuento, no es el happy end de una película; sino la intervención de Dios Padre allí donde se rompe la esperanza humana”. Papa Francisco, Audiencia General del 16 de abril de 2014 Genocidio hace cien años: Crucifijo de los armenios en Teherán, a donde algunos pudieron huir de los turcos. N° 3 • marzo/abril de 2015 Los donativos entregados a esta Asociación son deducibles en la Declaración de la Renta. C.I.F. nº R-2800175-H

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Page 1: BOLETÍN INTERNACIONAL AIN - Mar/Abr 2015

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Cristo ha resucitado, y la luz de la esperanzapuede, cual aurora luminosa, extendersesobre todos los horizontes humanos.

A diario nos llegan noticias de violencia,opresión y estallidos de odio, y en respuestase organizan manifestaciones por la paz y

cumbres. Los medios de comunicación vier-ten torrentes de palabras e imágenes de ges-tos simbólicos dan la vuelta al mundo. Sinembargo, muy poco o nada cambia. ¿Porqué? Porque lo que realmente hace falta es laconversión del corazón. La paz es fruto de laoración humilde, un regalo de Arriba. La pazverdadera no puede surgir de las raíces de laastucia política, de intereses cínicamente per-seguidos o de un equilibrio de los miedos.Para decir realmente sí a la paz, las personastienen que encontrar una forma de pensar yamar conjunta, tienen que reconocer el pri-mado del derecho para todos y, sobre todo,aprender el difícil y excelso arte del perdón.Solo así puede interrumpirse la espiral del

Queridos amigos:

Los caminos de la penitencia en la Cuaresmason curativos, y por ellos accedemos almayor acontecimiento de la historia de la hu-manidad: la fiesta de la resurrección, quetransforma nuestra existencia y convierte su-frimiento en alegría, lágrimas enjúbilo y muerte en vida. Es laplenitud del designio salvífico deDios porque tiene al Hijo deDios como único protagonista, éles el centro y el corazón del Uni-verso. Él nos anuncia que nuestraúltima y verdadera meta es la eternidad bien-aventurada. Por ello es justo que demosabiertamente testimonio de ello: Cristo ha re-sucitado y nosotros hemos resucitado con él.

Ciertamente, la historia de la humanidad seríaaterradora si el silencio sepulcral del sábadodurara eternamente. Entonces, la muerte seríael abismo de la nada al que nos precipitaría-mos nosotros y nuestros seres queridos. Y elamor, que es el que hace que la existencia seadigna de ser vivida, no sería más que unabreve y burlona ilusión. Sin resurrección nohabría perdón del pecado ni justicia final nirecompensa para el bien. No quedarían másque la resignación y la desesperación. Pero

odio.

Cuando, observando el panorama mundial,nos preparamos para la Pascua de Resurre -cción, deberíamos ser conscientes de quecada uno de nosotros lleva dentro de sí la se-milla de la paz, y que todos estamos llamados

a examinar con valentía nuestrofuero interno y cuestionar todoslos subterfugios y excusas queaplicamos a nuestros actos. Em-pecemos por arrodillarnos ante lacruz para un examen de concien-cia concreto, para después acudir

a una confesión liberadora y una comuniónpascual que nos colme. Eso nos dará alaspara apoyar buenas obras que sirvan al cre-cimiento de la civilización del amor.

A todos vosotros os deseo esta paz de la Pas-cua de Resurrección. Os tendré presentes atodos en mi oración en el altar del Señor.

Os bendice de corazón,

Cardenal Mauro Piacenza Presidente de Ayuda a la Iglesia Necesitada

Lo que realmentehace falta es la con-versión del corazón.

“La resurrección de Jesús no es el final feliz

de un hermoso cuento, no es el happy end de una película;

sino la intervención de Dios Padre allí donde se rompe la esperanza

humana”.Papa Francisco,

Audiencia General del 16 de abril de 2014

Genocidio hace cienaños: Crucifijo delos armenios en Teherán, a donde algunos pudieronhuir de los turcos.

N° 3 • marzo/abril de 2015

Los donativos entregados a esta Asociación son deducibles en la Declaración de la Renta.

C.I.F. nº R-2800175-H

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Persecución

tes, a los bárbaros del EstadoIslámico, a los secuestros y a la necesidad. No obs-tante, ante todo quieren que sus hijos vayan a la es-cuela y que conozcan mejorsu fe en la parroquia. Y esque, pese a todo, quierenquedarse, por lo que están muy agra-decidos por el apoyo de Ayuda a la IglesiaNecesitada. De momento, hasta mediadosde este año, les hemos prometido1.110.000 euros.

La solidaridad infunde valorTambién en otras ciudades sirias, la preocupación por el futuro de los niñosocupa el primer lugar. En la parro-quia melquita-católica de San Cirilo en Damasco, los viernes se reúnen 500 niños

¿Es el despedazamiento del futuro me-diante el asesinato de la juventud cristianauna nueva forma de persecución y expul-sión? Esto se preguntan los cristianos enSiria, pues quien pierde a un hijo ya noquiere seguir viviendo en el lugar del horror. No obstante, en la ciudad siria de Homs, la gente intenta desde hacemeses recobrar una vida normal. Onceiglesias han sido destruidas o gravemente dañadas, pero muchas de las casi dos milfamilias que regresan tras tres años de guerra están contentas de poder volvera ir a Misa en las iglesias donde fue-ron bautizados ellos mismos y sus hijos.“Vamos a reconstruir nuestras iglesias connues-tras propias manos”, aseguran, y eso que necesitan urgentemente víveres, medicinas y ropa. Naturalmente, tienenmiedo a que estallen de nuevo los comba-

y jóvenes para profundizar su fe, algo que no pueden hacer en la escuela pública.También acuden para experimentar la comunión de la fe y respirar el espíritu del amor, el perdón y la paz. En el climade miedo que reina en toda la región, estos encuentros siempre los fortalecen.“La solidaridad que nos transmitís con vuestra ayuda nos infunde más ánimosy esperanzas que la ayuda económi-ca misma”, dice el P. Georges, director del centro parroquial de catequesis y pastoral juvenil. Sin esta ayuda econó-mica, no podrían realizar su labor: necesi-tan catecismos, tienen que pagar lacalefacción y el agua, ocuparse del man-tenimiento del edificio, organizar cursosde preparación para la Primera Comunióny la Confirmación, comprar ropa adecuadapara ellas, etc. Todo esto es la condiciónprevia para que las familias puedan que-darse y para que la presencia cristiana enSiria tenga un porvenir.

Nosotros hemos prometido para la labor pastoral infantil y juvenil en San Ci-rilo 11.000 euros. Y también hay algunasparroquias en Damasco, Alepo y Homsque necesitan nuestra ayuda. •

Clima demiedoUna bomba despedazó en Homs a 50 niños que salían de la escuela. Semanas más tarde, un coche bomba mató a jóvenesestudiantes. A raíz de estos atentados, algunas familias perdie-ron en un instante a dos o incluso tres hijos.

Clima de amor: En la parroquia de San Cirilo, los jóvenes pueden percibir algode la comunión de los santos.

Todo donativo recibido se destinará a éste o a proyectos similares, con el fin de hacer posible la labor pastoral de Ayuda a la Iglesia Necesitada.

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Sudán

La educaciónprotegeEn Sudán, el futuro de los cristianos esincierto, y este depende en gran me-dida de si pueden seguir gestionandosus escuelas. Esto, a su vez, dependede las autoridades (islámicas), pero,ante todo, es una cuestión económica.

Maestros, libros, ropa, luz y agua: todo estocuesta más de lo que pueden costear los padres. Algunos no pueden pagar nada, porlo que tienen que decidir si enviar a sus hijosa la escuela pública, a saber, a una escuela islámica. Para las niñas, esto sería doblementetrágico, suponiendo que las aceptaran. Gracias a vuestra generosidad, hemos podidoayudar al Obispo Daniel de Jartum a mante-ner en funcionamiento tres escuelas católicas.En Wadi Ramily cuentan con 600 alumnos,y 315 son niñas. En la escuela de Nuestra Se-ñora de la Esperanza hay en una parte 754alumnas y en la otra, 743 alumnos. Esto de-muestra que no hay falta de niños ni de jóve-

nes, pues en algunas clases hay hasta ochenta;lo que falta son los recursos. Los ingresosmensuales de una familia ascienden a unos53 euros, y dos tercios de los habitantes vivenpor debajo del umbral de la pobreza. La ma-yoría son desplazados de la guerra. No obs-tante, el nivel de la enseñanza es superior alde la media nacional, por lo que también mu-chos padres musulmanes llevan a sus hijos aestas escuelas. “Así podemos mostrar connuestro ejemplo cómo vivimos el amor deCristo”, señala el rector, P. Sami Bakhit.

Nosotros hemos prometido 45.300 euros, por-que la educación protege y echa raíces. •

Pakistán

Solo por sercristianosLa discriminación de los cristianosen Pakistán está a la orden del día:allí son despreciados y oprimidoscomo si fuera lo más natural.

En la parroquia de Toba Tek Singh (Dió-cesis de Faisalabad) viven 2.700 familiascatólicas que trabajan como peones, jorna-leros y personal de limpieza. Muchos tra-bajan en las fábricas de ladrillos, dondeson tratados como esclavos: carecen de de-rechos y el salario (2,50 euros al día) loperciben al cabo de medio año y tras rea-lizar labores adicionales en la cosecha. Susjefes son los propietarios musulmanes delas tierras y las fábricas, y estos tambiénexigen que trabajen los niños. Ante estaexplotación, necesitan sacar fuerzas, lohacen a través de la fe. Para conservar sufe y vivir la solidaridad entre ellos, los ca-tólicos quieren erigir una pequeña iglesiaen su parroquia. Nosotros los apoyamoscon 9.800 euros.

La misma diócesis se ocupa también de loscristianos presos. En muchos casos, estosestán entre rejas porque son demasiado po-bres como para pagar a los abogados y lascostas procesales. Los Padres Dominicoslos visitan y ayudan a sobrevivir a sus fa-milias, y nosotros apoyamos a éstos Padres(3.500 euros) para que puedan cumplir laPalabra de Cristo: “Fui encarcelado y ha-béis venido a verme” (Mt 25, 31). De igualmanera apoyamos, en la Diócesis de Isla-mabad, a las enfermeras cristianas (12.000euros), que son discriminadas en los hos-pitales por ser cristianas: deben realizar lastareas más desagradables y, a menudo, nolas dejan asistir a la Santa Misa en do-mingo. El problema es tan evidente ygrave que el Obispo Anthony ha creado uncentro propio para la pastoral de estas en-fermeras para ofrecerles una ayuda cons-tante y efectiva. El centro se encarga demediar con la dirección hospitalaria, lasenfermeras mayores se encargan de lasmás jóvenes y las consuelan, y el centroorganiza encuentros para rezar y de cate-quesis para fortalecer a las enfermeras ensu fe. •

La fe en Cristo nos hace libres, puesante él, también en Pakistán, todos

son iguales.

La alegría de aprender: Gracias a laescuela para niñas, les espera un futuro mejor.

Todo donativo recibido se destinará a éste o a proyectos similares, con el fin de hacer posible la labor pastoral de Ayuda a la Iglesia Necesitada.

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El primer paso esperdonarEl primer paso esperdonar

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Reconciliaci

ón

El mandato misionero de las últimaspalabras de Jesús en la tierra diceasí: “Seréis mis testigos… hasta losconfines del mundo” (Hechos 1,8).La forma más excelsa del testi-monio es el martirio, “un testimo-nio que no debe ser olvidado“, comoescribe Juan Pablo II en su carta alTercer Milenio. Tanto más porque en nuestros tiempos “la Iglesia havuelto a convertirse en una Iglesiade mártires”.

A la cruz pertenece la disponibilidad alperdón. A menudo, los perseguidos repi-ten las palabras de Cristo: “Perdónales,porque no saben lo que hacen” (Lc 23,34). Su testimonio es el primer paso haciala reconciliación, y por eso, no debe olvi-darse nunca. Sin el perdón se borra el re-cuerdo, mientras que el testimonio delamor y del seguimiento de Cristo hasta lamuerte abre la mirada hacia el futuro. Deeste futuro, de la reconciliación, trata tam-bién un proyecto de los Franciscanos enEl Salvador, que reúnen testimoniossobre los mártires de la guerra civil. Es co-nocido el asesinato del Arzobispo ÓscarRomero, pero desconocido el martirio demiles de sencillos campesinos, madres ypadres de familia, trabajadores y catequis-tas que fueron difamados y asesinados porsu fe en los años 1980 a 1991. Para reco-pilar, estudiar y valorar los muchos cente-nares de recuerdos, los Franciscanos

crearon en 2004 un centro propio. No -sotros apoyamos su labor con 8.800 euros,pues el tiempo apremia: esta labor hay querealizarla antes de que mueran las viudas,los hijos y amigos de los mártires.Las palabras de los mártires son profesio-nes públicas de amor a Cristo. Gumer-cinda Chicas dijo poco antes de morir:“Dios os perdonará lo que hacéis con no -sotros, porque somos inocentes y vosotrosno sabéis lo que hacéis”. “Padre, en Tusmanos deposito mi vida; haz conmigo Tuvoluntad”: así rezaba el joven Julio Her-nández Barahona, que dijo a su madre:“Mamá, no tengo miedo. Señor, hemeaquí”. También la catequista Ana CarmenSánchez era consciente del peligro: “Novoy a esconder la Biblia, pues es la Pala-bra de Dios, y si por ella vienen a ma-tarme, moriré por una causa justa.También Cristo murió por la verdad”.También para Rufino Ramírez Hernández

estaba claro: “Aunque me maten, no en-contrarán armas en mi casa. Mi únicaarma es la Biblia”.

También Luis Umana Najarro se mantuvofirme: “El Señor sabe lo que hago. Tra-bajo en Cáritas, doy de comer a los pobres, hablo del Evangelio y enseño en las parroquias la Palabra de Dios. Sipara ellos eso es un delito, que sigan pensándolo. Pero no por ello voy a renun-ciar a esta labor mientras viva”. Y tambiénArmando Óscar Flores nos imparte a todos una lección con su testimonio:“Todo tiene su momento. Hay un tiempopara reír, para llorar, para cantar. Por eso no valen excusas cuando es el mo-mento de seguir al Señor”. Y para no -sotros ha llegado el momento de sacar a laluz los testimonios de estos discípulos deCristo para que fructifiquen… en aras dela reconciliación. •

Contra los horrores omni-presentes de la guerra civil:Monumento a la Reconcilia-

ción en El Salvador.

Ana Carmen Sanchez Armando Oscar Flores Gumercinda Chicas Julio Hernandez Barahona Luis Umana Najarro Rufino Ramirez Hernandez

Personas sencillas y profundamente sabias: Mártires de la guerra civil de El Salvador, “país del Redentor”.

Todo donativo recibido se destinará a éste o a proyectos similares, con el fin de hacer posible la labor pastoral de Ayuda a la Iglesia Necesitada.

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La Hna. Arousiag vive de la con-fianza en Dios, y de esta confianzaviven también, durante meses, mu-chos cientos de niños.

Nació en Alepo, la ciudad de los mártires,en una familia armenia. La mayoría delos armenios vive fuera de Armenia por-que este pueblo de larga tradición cris-tiana fue perseguido –sobre todo, por losturcos– y casi exterminado. En abril haráun siglo de cuando el Gobierno turcoenvió a casi dos millones de armenios li-teralmente al desierto, donde cientos demiles murieron de hambre y sed o fueronfusilados por los soldados otomanos. Acontinuación, les tocó sufrir bajo los so-viéticos: la Iglesia Armenia casi fue ani-quilada y sus sacerdotes murieron en losgulags. Aquellos fueron los tiempos enlos que Arosiag nació. Eran cuatro her-manas, y según los vecinos, tres de ellaspodrían ser monjas, pero Arousiag,nunca. “Yo era la fresca”, explica, “perono fui capaz de acallar la voz interior queme llamaba a la vida religiosa”. En 1976visitó Armenia, ya como miembro de lasHermanas Armenias de la InmaculadaConcepción. Entonces dijo: “Yo soy ar-menia, y mi ideal es Cristo. Así como élestaba cerca de su pueblo, yo también

debo estar entre mi gente”. Y se quedó.En la actualidad, dirige el centro deNuestra Señora de Armenia, donde las re-ligiosas se ocupan de varios centenaresde familias pobres que sin esta ayuda nosobrevivirían. Según asegura, el comu-nismo no destruyó solo los valores reli-giosos, sino todos: “Hay mucha gente ala que le da absolutamente igual mentir oengañar a otros”. Lo importante, dice, esempezar por los niños.

Hace veinte años pusieron en marcha unprograma de campamentos de verano paraque “los niños lleven una vida diferenteal menos durante tres semanas“, comanhasta saciarse y lleven zapatos sin aguje-ros y ropa limpia. Al principio eran 150niños, mientras que ahora ya son 800,procedentes de toda Armenia. “El obje-tivo de estos campamentos es que losniños se encuentren con Cristo. Se tratade que acepten sus condiciones de vida dela mano de Dios”. La Hna. Arousiag tam-bién acoge a los huérfanos y niños de lacalle (la mayoría de familias desestructu-radas) que le llevan la policía o los veci-nos. Una madre cuenta: “Estoy divorciaday tengo cuatro hijos. Tres viven conmigoy una hija tiene una enfermedad mental”.Un caso habitual en este país herido. No

Por un pequeñorincón en el cielo

Durante la guerra civil en Colombia, una pequeña regiónsufrió de forma especial: Medellín del Ariari.

Torturas, secuestros, asesinatos, detenciones arbitrarias, robo de ga-nado necesario para sobrevivir y bombardeos marcaron la vida du-rante décadas. Tan solo en los años 2002 a 2006, más de 700 familiastuvieron que abandonar sus casas y caseríos. Desde que cesó la gue-rra civil, los Misioneros Claretianos, que también han soportado estesufrimiento, pueden trabajar abiertamente por la reconciliación. Lasfamilias regresaron y la pastoral progresó. En 2010, el Obispo JoséFigueroa Gómez creó una parroquia en esta región, y en 2013, la co-

obstante, la Hna. Arousiag no tira la toa-lla, pues confía en Dios. “No dispongo dedinero para los campamentos, y ya se hanformado cuatro grupos. He delegado en elSeñor, Él debe hacer algo. Yo no sé quéhará; solo sé que nos ama”.

La Hna. Arousiag acaricia un sueño:„Siempre quise ser santa, pero estoy muyalejada de ello. Solo le digo al Señor:“Cuando llegue el momento, déjame unrincón en Tu gran cielo, un rincón que sealo suficientemente espacioso como parapoder llevarme conmigo a muchos de Tushijos”. Depende de nosotros a cuántospodrá llevarse consigo. •

Vida consag

rada

Hna. Arousiag: “Primero los turcos,luego los soviéticos. Hay que empe-zar de cero”.

Nueva vida de un suelo embebido de sangre

munidad comenzó a construir una iglesia para la nueva parroquia deSan Antonio María Claret. Esta iglesia facilitará la labor pastoralconcreta y servirá, sobre todo, para recordar a las víctimas de la gue-rra civil. No obstante, su carácter conmemorativo debe señalar haciael futuro, infundir consuelo y promover la reconciliación. El sacrifi-cio deberá ser semilla de salvación. Por ello, los misioneros quierenque el recuerdo de las víctimas esté acompañado por la oración, lacatequesis y por grupos de trabajo por los derechos humanos. Asíse crea una comunidad y así surge nueva vida de un suelo embebidode sangre. La obra bruta de la iglesia está en pie, pero falta dineropara la puesta a punto. Nosotros hemos prometido 30.000 euros. •

Ropa nueva, ideasnuevas: un grupo

del campamento de verano ante una

vieja iglesia.

Todo donativo recibido se destinará a éste o a proyectos similares, con el fin de hacer posible la labor pastoral de Ayuda a la Iglesia Necesitada.

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Esta frase encabeza todas las cartas del Carde-nal John Onaiyekan de Abuya (Nigeria). Segúnél, los bienhechores de Ayuda a la Iglesia Nece-sitada realizan la voluntad de Dios a través de laayuda concreta a la Iglesia perseguida. Y estaayuda consiste también en la información correcta que reciben institucionespolíticas como el Parlamento Europeo o la Comisión Europea. Los políticosde estas instituciones deben recibir información de primera mano y no solo através del prisma de los medios de comunicación. Vosotros habéis hecho po-sible que esta información sea directa y que los políticos miren, literalmente,a la verdad a los ojos, a través de la visita del Cardenal en Bruselas (aquí juntocon el expresidente Rompuy de la Unión Europea). Por ello, el Cardenal os dalas gracias y os pide vuestras oraciones. Según él, la coexistencia de las re-ligiones es posible en Nigeria, pues los líderes reconocidos del Islam en Ni-geria condenan a la milicia islamista de Boko Haram y quieren convivir en pazcon los cristianos. Y es más: “Creemos que nuestro país puede ser un modelopara la reconciliación y una verdadera libertad religiosa”.

Necesidad, amor y gratitud: Vuestras cartas

Barón JohannesHeereman ,PresidenteEjecutivo

Un pequeño ruego Una vez más, les envío una pequeña gotade agua al jardín de la Iglesia perseguida.Valoro mucho vuestro fantástico Boletín.Por favor, recen por los miembros de mifamilia que no son muy religiosos. Aunqueno pierdo la esperanza.

Una bienhechora canadiense

Para los hermanos de Oriente PróximoVuestra suerte me conmueve mucho. Nohay un día en el que no piense en vosotros.Rezo por vosotros e intento rezar el Rosa-rio también por vosotros. Estamos profun-damente horrorizados y nos preocupamospor el porvenir. Lo que me queda es laoración y este donativo.

Un bienhechor francés

Noticia de esperanzaAl final de la celebración dominical de laSagrada Eucaristía, leímos públicamentela carta en la que nos comunicáis que que-

réis financiar nuestro proyecto. Los feli-greses irrumpieron espontáneamente enaplausos como muestra de alegría y espe-ranza por el hecho de que la puesta apunto de nuestra capilla estuviera cadavez más cercana.

Un párroco ecuatoriano

El mensaje del amorLa labor que realiza Ayuda a la IglesiaNecesitada es asombrosa, y estoy agrade-cida por haber podido colaborar con us-tedes en nuestra iniciativa “Amor por laIglesia Necesitada“. Estoy profundamenteemocionada por el hecho de que la noticiasobre nuestro proyecto escolar haya dadola vuelta al mundo, y espero que sirva deinspiración a otras escuelas para formularmensajes propios de amor a los niños ira-quíes y sirios. Estos niños deben saber queson amados, que admiramos su valor yque seguimos rezando por ellos.

Una maestra australiana

“Hágase Su voluntad”

Queridos amigos:La sostenibilidad es un principio que sepuede ver. ¿Y qué es más sostenible queel conocimiento, que la educación paralos niños, que una escuela? En Iraq ase-guramos el futuro de más de siete milniños mediante escuelas y, con ello, tam-bién la presencia de los cristianos en elpaís de Abraham. Me ha impresionadomucho la agradecida sonrisa de losniños y sus padres, para los cuales, gra-cias a vuestra generosidad, hemos po-dido financiar ocho escuelas en el nortede Iraq. Se trata de una sonrisa de espe-ranza, de miradas que vuelven a vislum-brar una perspectiva.

El saber nos hace libres, porque noshace partícipes de la verdad. Por estarazón son tan sostenibles las casas en lasque aprenden los niños. Las escuelas nosolo hacen posible la permanencia en lapatria, sino que también son algo asícomo lugares de resurrección. Tambiénesto lo he podido ver en las miradasagradecidas. Queridos amigos, tened porseguro que vuestro sacrificio por estosniños y sus padres –y, por cierto, tambiénpor los Obispos, sacerdotes y religiosas–es como una porción de Pascua de Re-surrección. Cristo vive y vosotros habéis,con vuestra generosidad, echado unamirada alegre al sepulcro vacío y unamirada firme hacia adelante. Por ello osdoy cordialmente las gracias.

© Council of the EU

Redacción: Jürgen LiminskiEditor responsable: Kirche in NotEl Boletín es gratuito, aunque se aceptan donativos para ayudar a suenvío. Impreso en España. De licentiacompetentis auctoritatis ecclesiasticae.D.L.M.-11011-1986www.acn-intl.org

Los donativos pueden enviarse a: AYUDA A LA IGLESIA NECESITADA

BANCO POPULAR ES1200750080170601667548 LA CAIXA ES2121002415420200140293 BANCO SANTANDER ES7400492674592814342966

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Luis Antúnez 24-2º-2a,08006 BARCELONATel. 93 237 37 63

Trinidad, 12 45002 TOLEDO Tel.: 648 539 475

Pº de la Pechina 41, 846008 VALENCIATel. 96 011 22 84

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