BOLETÍN ECLESIÁSTICO DE LA ARQUIDIÓCESIS

DE SALTA

AÑO 2017

El año 2017 nos ha traído muchos signos del amor de Dios. Damos gracias al Padre de Nuestro Señor Jesucristo por ello.

Al ritmo ordinario de nuestra Iglesia que se acelera, sobre todo, en el tiempo del Milagro se ha unido la celebración de la Primera Jornada de los Pobres que instituyó el Papa Francisco.

Nuestras parroquias han vivido su servicio pastoral creciendo como comunidades en la catequesis, la liturgia y la caridad.

La piedad popular tan rica en nuestra Arquidiócesis, en nuestra Provincia y en toda la región del Noroeste Argentino nos llena con el testimonio de los fieles que aman a Dios y crecen en su presencia.

El ritmo del año litúrgico nos renueva en la Cuaresma que pone nuestro corazón arrepen-tido en la presencia de Dios buscando su perdón en el Sacramento de la Reconciliación, en los Via Crucis y en gestos de arrepentimiento. La Pascua es celebrada con entusiasmo y a lo largo de todo el tiempo pascual. Luego, el Tiempo Ordinario atravesado por las fiestas pa-tronales y por el ritmo dominical va alimentando la vida de nuestros fieles. El Adviento nos prepara para la Navidad, fiesta del Nacimiento del Señor y de la familia cristiana.

Hemos crecido, al menos algunas parroquias, en la participación en la Colecta de Cáritas y en la Más por Menos. También en otras colectas imperadas. Agradezco por ello a los Sres. Curas Párrocos. Una Iglesia sensible al llamado del Señor desde los hermanos más necesita-dos se hace más disponible a la Voluntad del Padre.

Nuestros colegios católicos van consolidando su proyecto de servicio a la educación integral. Las visitas pastorales a algunos de ellos han puesto de manifiesto la necesidad de trabajar en la fundación de la Junta Arquidiocesana de Educación Católica para trabajar en la for-mulación de un ideario Arquidiocesano común y animar el camino para buscarlo cada día.

SALUDO

Muchas gracias a todos los que trabajan en nuestra Universidad Católica y en cada uno de nuestros católicos. Gracias, también, a los docentes católicos que enseñan en las escuelas públicas de gestión estatal o privada testimoniando su fe.

El año 2017 ya finalizó. El Señor ha puesto su firma en este tramo de la historia de nuestra Iglesia particular. A Él sea la Gloria y el Poder. Amén.

Que el Señor del Milagro nos bendiga y su Santa Madre nos proteja.

Mons. Mario CargnelloArzobispo de Salta

MAGISTERIO EPISCOPAL

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Jueves de la 6ª Semanadurante el Año

Gn 9,1-13SR 101,16-21.29.22-23

Mc 8,27-33

I

“¡Señor, alabarán tu Nombre cuando se reúnan a darte culto! ¡Queremos alabar tu Nombre y darte gracias! (SR) ¡Muchas gracias, Señor!

Gracias porque nos permites reu-nirnos y celebrar la Eucaristía en esta Catedral de la diócesis en la que nació, desde el corazón de su primer obispo, Bartolomé de las Casas, la conciencia del derecho de las gentes, cuestión que hoy desafía con particular fuerza, a toda la Iglesia, a toda la humanidad.

Gracias porque nos diste la oportu-nidad de encontrarnos con esta Iglesia viva, capaz de amar a sus hijos y servir-los con inteligencia clara y perspicaz y con un corazón generoso, paciente,

que escucha y acompaña. Esta Iglesia que camina al lado de los pueblos ori-ginarios y de los hijos de españoles y de otras naciones y que hoy son parte viva de este pueblo. Gracias por Mons. Felipe, por su coadjutor, Mons. Enri-que, por sus sacerdotes, sus diáconos, sus seminaristas, sus religiosos y reli-giosas, sus agentes de pastoral, sus lai-cos, tan cordiales y fraternos.

Gracias por regalarnos este tiempo de convivencia en la que se hizo fuerte y clara la convicción de pertenecer a este Continente de la Esperanza llama-do a ser el Continente de la Caridad, como nos desafió en Aparecida el Papa Benedicto XVI.

En este clima de gratitud que ensan-cha nuestros corazones, queremos que la Palabra de Dios nos ilumine y nos proyecte. Al escuchar los textos pro-clamados resonaron en mí tres invita-ciones que me permito compartir:

Una invitación a la confianza,

ENCUENTRO DE LOS DELEGADOS DE LAS COMISIONESEPISCOPALES DE LITURGIA DE AMÉRICA LATINA Y EL

CARIBE

Catedral de San Cristóbal de las Casas (Chiapas, Méjico)16 de febrero de 2017

Homilía

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Una invitación al encuentro con el Señor Jesucristo,

Una invitación a renovar nuestra conciencia y nuestro compromiso de discípulos

II

“Dios dijo a Noé y a sus hijos: ‘Esta es la señal de la alianza perpetua que yo esta-blezco con ustedes y con todo ser vivien-te que esté con ustedes: pondré mi arco iris en el cielo como señal de mi alianza con la tierra.´” (1ª L)

¡Cuánta fuerza adquiere en este valle, la imagen de nuestro Dios que, como arquero celoso cuida la tierra y a los que en ella habitamos!

Podemos vivir confiados, el Señor cuida de este mundo. Nos cuida.

Podemos mirar el futuro con ilusión y esperanza. El Señor no volverá a ex-terminar la vida. ¡Demos, por lo tan-to, renovar nuestro empeño para que nuestros pueblos, en Cristo, tengan vida y vida digna!.

Celebremos nuestra Eucaristía con-vencidos que ella es fuente de vida que brota hasta la vida eterna.

III

“Y ustedes, ¿quién dicen que soy?” (Evang.). La pregunta no sólo no es retórica sino que penetra en lo profun-do de nuestro ser. ¿Quién es Jesús para mí? ¿Para nuestra comunidad? ¿Para nuestras Iglesias?

La respuesta exige todo de nosotros. Moviliza todo nuestro ser. Si Jesús es para mí menos de lo que realmente es Él, no sólo nos quedamos a mitad de cami-no sino que perdemos el fundamento de nuestra libertad y de nuestra dignidad. Sólo la apertura incondicional a Cristo, Rostro humano del Pobre, Rostro divino del hombre y Rostro liberador del pobre nos permite encontrarnos con Él ver-daderamente y descubrir en los otros a nuestros hermanos.

Que podamos crecer hasta descubrir y afirmar, con San Francisco de Asís, de cara al Crucificado: “¡Mi Dios, mi Todo!”.

Celebremos nuestra Eucaristía de cara al Señor, Corazón de cielo y Co-razón de tierra, con el corazón de cada uno de nosotros lleno de los rostros de nuestros amigos, de nuestros fieles, de todos los hombres. Encontrémonos con Jesucristo, mejor, abrámonos a su encuentro. ¡Vale la pena!

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IV

“Apártate de mí, Satanás! Porque tú no juzgas según Dios, sino según los hombres!” (Evang.)

La versión de Mateo dice : “Ve detrás de mí”, y Lucas pone, después de la profesión de fe de Pedro, la instrucción a los discípulos acerca de tomar la cruz y seguirlo.

No te creas maestro, eres discípulo, le dice Jesús a Pedro. Nos lo dice a noso-tros. Somos discípulos y serlo es lo más grande que nos puede haber sucedido, nos recordó Aparecida.

Ser discípulos es partir del gozo de ser convocados y recorrer cada día el camino común del servicio, de la sali-da de sí, de la Pascua que se hace vida

“entregándola a los hermanos y derra-mando la sangre por ellos”.

Celebrar la Eucaristía es su-mergirse en la Pascua del Señor como en la fuente desde la que renacemos con capacidad de comunión y de ge-nerosidad. Celebrémosla pues porque en la Pascua del Señor sabemos que la Vida tiene la última palabra y no la muerte.

Podemos imaginarnos que en los filos de los montes que circundan el Valle se insinúa la presencia del Señor, el arquero fuerte y tierno que llama a su Madre, para que sea Ella la que nos recuerde en nombre de su Hijo: “¿No estoy yo aquí, que soy tu Madre?”.

Mons. Mario CargnelloArzobispo de Salta

Queridos hermanos:

Quiero agradecer la participación de tantos fieles en las celebraciones a lo largo de este día en la Catedral Basílica

MIÉRCOLES DE CENIZAS

Catedral Basílica de Salta1° de Marzo de 2017

Homilía

y en las parroquias para iniciar juntos el tiempo de Cuaresma. Quizás para muchos sea un gesto más; pero se trata de una celebración importante duran-te el año litúrgico.

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La imposición de las cenizas es un gesto profundamente humano y con una gran significación en el camino de nuestra fe. Una de las fórmulas que no-sotros usamos mientras imponemos las cenizas dice: “Recuerda que eres polvo y regresaras al polvo”; la otra dice: “Conviértete y cree en el Evange-lio”. Las cenizas tienen una doble sig-nificación; nos recuerda lo que somos: con el paso del tiempo nos hacemos tierra. Según esto, el rito de las cenizas es una invitación a descubrir la fragi-lidad de la vida. Pero la otra fórmula: “Conviértete y cree en el Evangelio”, me da otro sentido: por una parte el de la limpieza (antiguamente, se usaban las cenizas para limpiar las ollas, ahora se usan detergentes o polvos limpiado-res). La ceniza, por otra parte, es el ele-mento más pequeño visible al que se puede reducir un cuerpo material. Un alfarero con la tierra puede armar una obra de arte, pero tiene que ser polvo. Nos reducimos en lo mínimo para ser recreados en lo máximo. Por una par-te, las cenizas pues, nos invitan a des-cubrir nuestra fragilidad y, al mismo tiempo, nos estimulan a recrearnos.

I

Empezamos el tiempo de Cuaresma y el llamado por parte de Dios, es el de Pablo: “Les suplicamos, en nombre de Cristo, déjense reconciliar con Dios”.

Cada uno de nosotros, encuentra su eje en Dios, Él nos ha hecho, a Él te-nemos que volver. “Que Dios vuelva a ser Dios en nuestra vida”, ahí está la clave de nuestra felicidad, el sentido de nuestra vida y de nuestra dignidad. La razón de ser la venida de Cristo y que Él sea uno de nosotros. La razón de ser de la Iglesia es trabajar para que redescubramos a Dios como alguien en la vida que está comprometido con nuestra propia felicidad. Por lo tanto, dejémonos abrazar y reconciliar con Dios. ¿Cómo no hacerlo?

La Cuaresma es una invitación que se repite a emprender y continuar un ca-mino, que tiene como meta el corazón mismo de Dios y nuestro corazón. Se trata de ir hasta el fondo de nuestras cenizas, volvernos a descubrir dignos, poder entrar en el santuario de nuestra conciencia. Se trata de descubrir el lla-mado desde el seno de nuestra madre y desde el día de nuestro bautismo; de darnos cuenta que nosotros somos un sueño del Padre Dios y, desde ahí, re-hacernos. La invitación es emprender ese camino.

La vida nos va cansando, la monotonía de todos los días nos va desgastando y la Cuaresma nos sacude, nos invita a ca-minar porque vale la pena. Hay que te-ner la audacia de reencontrase con el Pa-dre, pero hay que entrar en su corazón.

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II

La Cuaresma no consiste solamente en ritos externos, no tenemos que pen-sar que todo se resuelve en las cenizas. Las cenizas son un signo, pero hay que emprender el camino, que tiene una di-mensión de gozo y también de lucha. No se vive arrastrando: “mañana tengo que rezar más y es aburrido u “hoy tengo que sacrificarme, no puedo dejar de comer”. Emprendamos la lucha con entusiasmo.

Cuánta gente gasta tiempo, energía y dinero para verse más o menos bien. ¡Cuántos se sacrifican, mujeres y hom-bres, para quedar estéticamente bien y nos cuesta sacrificarnos un poquito para recorrer este camino que nos hace felices, que nos devuelve la dignidad! Emprendamos la Cuaresma, sabien-do que está el Señor, que quiere ser nuestro amigo, quiere encontrarse con nosotros, quiere reconciliarse. No mi-remos para otro lado. Y lo que tiene de lucha, vale la pena enfrentarlo.

III

Escuchábamos el Evangelio que nos recordaba que los caminos son tres: la oración, la limosna y el ayuno.

La oración es una oportunidad para charlar un poco más con Dios. Es cues-tión de decir que voy a ver 10 minutos

menos de televisión, voy a leer un poco la Palabra, voy a dialogar con mi espo-sa para ver quién es Dios en mi matri-monio o con los hijos. ¿Por qué teneos miedo de hablar de Dios con los hijos? Cuaresma tiene que darnos un espacio.

El otro camino es el ayuno. Hoy so-mos invitados a comer menos y tam-bién suma el Viernes Santo. Hoy te-nemos muchos “ayunos”, privarnos de la televisión, dominar la curiosidad malsana de querer saber todo de todo (qué decir de ver cosas indebidas por las redes sociales). Tendríamos que aprender a ser más prudentes y discre-tos. Jesús nos dice: “Guarda las cosas en lo secreto”, parece ser un mensaje que hoy no se entiende, porque hoy todo hay que decirlo, todo se publicita, Jesús nos habla de la discreción, “que no se entere tú mano izquierda lo que hace tu mano derecha”.

El otro camino es el aprender a com-partir, la limosna. Lo que yo me aho-rro en el ayuno aprender a compartirlo con los demás. Hay que aprender a descubrir la necesidad del otro, a dar mi tiempo, mi atención y mi preocu-pación, a no cerrarme. En una socie-dad muy competitiva ¡qué importante es aprender a convivir!

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Estos son los tres bastones de la lu-cha, luchemos que ¡vale la pena! Viva-mos la Cuaresma con ganas, no es un rito más donde me ponen la ceniza y me voy. La ceniza es un gesto, un lla-mado, una provocación; es el Señor

que me invita. No desaprovechemos la oportunidad.

Mons. Mario CargnelloArzobispo de Salta

ACTO INAUGURACIÓN DEL AÑO ACADÉMICO 2017 DE UCASAL

18 de Marzo de 2017

Discurso

Queridos amigos:

Agradezco a Dios poder inaugurar el año académico 2017 de esta querida Universidad a pocos días del 56° ani-versario de su fundación. Caminamos esta etapa de su historia orientados por el plan estratégico 2016-2020 que ha fijado como misión el ser una institu-ción universitaria católica que procu-ra “la formación integral, la búsqueda de la verdad, el respeto por la dignidad de la persona humana, la excelencia en todas sus acciones y la responsabilidad social a través de la vinculación local, nacional e internacional para promo-ver el progreso de los ciudadanos y el desarrollo”. [1]

Al proponer la visión que la identifica, nuestra universidad nos presenta cinco puntos que se traducen en los corres-pondientes ejes estratégicos que son:

1. Fortalecer la identidad institucio-nal,

2. Propender al liderazgo en la for-mación disciplinar, científica, tecno-lógica, artística y en la modalidad a distancia,

3. Promover la investigación científi-ca y el desarrollo tecnológico,

4. Cooperar con aportes de investi-gación, docencia y actividades de ex-tensión a la calidad de vida de la po-blación comunicando eficientemente y maximizando la presencia a nivel regional, nacional e internacional

(1)PLAN ESTRATÉGICO, (edición oficial), Pág. 13)

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5. Incrementar la eficiencia y la efica-cia de la gestión universitaria.

Después de escuchar al Señor Rector podemos afirmar: Hacia allí vamos ca-minando. Los indicadores propuestos en el plan nos permitirán evaluar los logros reales en orden a alcanzar los resultados esperados por las acciones que nos hemos comprometido a desa-rrollar. Es tarea de cada una de nues-tras facultades y escuelas y de cada uno de nosotros, renovar el compromiso para que podamos estar a la altura del don inmenso que Dios nos ha dado a esta Iglesia particular de Salta con esta Universidad. Cada uno de nuestros alumnos, razón de ser de toda nuestra institución, es el rostro del Señor que nos llama a responderle, aquí y ahora, para ayudarlos a ser mejores personas, competentes profesionales, solidarios y comprometidos ciudadanos.

En el plan estratégico se presentan tres valores que, al convertirse en vir-tudes personales y comunitarias, han de distinguir nuestra familia univer-sitaria y crear la atmósfera de nues-tra comunidad. Por ello, estos valores deben impregnar nuestros vínculos y caracterizar nuestro estilo. Ellos son: dignidad, trascendencia y caridad. Permítanme decir alguna palabra acerca de cada uno de ellos, pensándo-los como fuerza dinamizadora de todo nuestro quehacer educativo.

I. DIGNIDAD

La raíz de la dignidad de la persona humana se sitúa en su condición de ser creado a imagen y semejanza de Dios (cfr Gn 1,26ss). El hombre es persona, es interlocutor de Dios. Cristo, al ser el rostro humano de Dios nos revela que Dios es un Amor Trinitario y en su condición de rostro divino del hombre nos revela que ser persona comporta existir en relación al otro yo. Esto de-muestra que el hombre, única criatura terrestre a la que Dios ha amado por sí mismo, no puede encontrar su propia plenitud si no es en la entrega sincera de sí mismo a los demás. Por ello, la persona se realiza entretejiendo múl-tiples relaciones de amor, de justicia y de solidaridad con las demás personas, mientras va desarrollando su multifor-me actividad en el mundo[2] .

Este fundamento ontológico de la dignidad humana, nos ofrece tres ele-mentos que constituyen un dato que debemos respetar en nosotros y en los demás y una tarea que nos desafía siempre y en todo lugar:

1. El ser humano es la única criatura de Dios querida por sí misma

(2)Cfr. COMPENDIO DE DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA, - a partir de ahora CDSI- 34.35

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2. Debe caminar hacia la realización de su propio yo,

3. Esta autorrealización se lleva a cabo sólo cuando el hombre no se bus-ca únicamente a sí mismo, sino que se da a los otros mediante una entrega sincera de sí mismo.

Tal como lo conocemos, el hombre no es siempre lo que debería ser. Debe recorrer un difícil camino para vivir de acuerdo a su dignidad. Este camino es arduo y se recorre a lo largo de toda la vida. El hombre encuentra su per-fección en la búsqueda y el amor de la verdad y del bien, por ello, el ejercicio de la vida moral proclama la dignidad de la persona humana.

¿Cómo debe actuar nuestra Universi-dad para respetar la dignidad de todos, en particular de nuestros alumnos?. Para no dar una respuesta insuficiente es conveniente advertir que esta es una tarea que nos compromete a todos y de la que nadie puede eximirse. Afecta, en particular, a los directivos y docentes. Se trata de favorecer el desarrollo de actitudes que son fundamentales en toda convivencia verdaderamente hu-mana. La justicia, la honradez, la vera-cidad, el respeto, el buen trato, la preo-cupación por lo demás son, entre otras actitudes, como bocanadas de aire fresco que crean una atmósfera que fa-

vorece la conciencia y el compromiso con la dignidad.

El buen trato al alumno, al colega, al visitante; el respeto por el alumno expresado en el tiempo y en la com-petencia profesional ofrecida en una cátedra; la justicia en la evaluación de sus logros; la generosidad en la transmisión de saberes; la promoción, el acompañamiento y el aliento en la búsqueda del conocimiento y de la virtud, son actitudes que favorecen el reconocimiento y la promoción del ser humano. El cultivo de la veracidad, del esfuerzo, de la solidaridad concreta con el otro, son báculos en el caminar de la vida.

Tomar en serio el crecimiento per-manente de la calidad académica, de la inserción social y el servicio a los sectores más necesitados, no decaer en la investigación seria y sostenida, son exigencias ineludibles de nuestra per-tenencia a la Universidad en orden a promover la dignidad de todos.

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II. TRASCENDENCIA

El hombre ha sido creado por Dios como unidad de alma y de cuerpo. Por su corporeidad unifica en sí mismo los elementos del mundo material, el cual alcanza por medio del hombre su más alta cima y alza la voz para la libre ala-banza del Creador. Por su espirituali-dad supera a la totalidad de las cosas y penetra la estructura más profunda de la realidad. Tiene por tanto dos carac-terísticas diversas: es un ser material, vinculado a este mundo mediante su cuerpo, y un ser espiritual, abierto a la trascendencia y al descubrimiento de una verdad más profunda, a causa de su inteligencia que lo hace participante de la luz de la inteligencia divina. Se tra-ta de una unidad sustancial tan fuerte que ni el espiritualismo que desprecia la realidad del cuerpo, ni el materialis-mo que considera el espíritu una mera manifestación de la materia, dan razón de la complejidad, de la totalidad y de la unidad del ser humano. [3]

Querer encerrar al hombre en lo in-manente es condenarlo a no entender-se, a caminar involucionando hacia la experiencia del hombre lobo del hom-bre. La dimensión trascendente nos abre hacia Dios y hacia los otros y hace posible vivir en plenitud la dignidad de la persona humana que no puede ser sometida a nada que sea menos

que Dios. “El hombre trasciende infi-nitamente al hombre” decía Pascal.

Nuestra universidad experimenta en su identidad misma el llamado a respetar y promover esta dimensión humana en todas sus consecuencias. Esto nos exige despertar, alimentar y sostener en nuestros alumnos una sed creciente por la verdad, estimular en los docentes y alumnos la investi-gación seria, concienzuda, rigurosa y abrir el estudio científico a la pre-gunta por el sentido de las cosas, de la vida, del hombre. No tengamos miedo a promover el diálogo entre la fe y la ciencia, recordemos que la Academia de Ciencias más antigua, entre las que hoy existen, es de la Iglesia y fue fun-dada por Galileo Galilei.

Pero, al mismo tiempo, es necesario cultivar un sentido de transcendencia hacia el otro, hacia los demás, que nos lleve a superar un profesionalismo en-cerrado en la búsqueda del bienestar o de la sola posición social para advertir el llamado de los otros a darles más, porque se recibe más.

La cima de la trascendencia aparece en todo su esplendor en Cristo, muer-to y resucitado por nosotros. Él da la vida por los hombres. En la Cruz, el vencido vence porque el amor es más fuerte que la muerte. Su muerte no es

(3)Cfr. CDSI 127-129

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fatalidad, es entrega más allá de toda medida humana. En su Resurrección cantamos la victoria definitiva, por eso el cristiano vuelve a comenzar una y otra vez. No se queda, no se arrastra. Nihil intentatum. Que se renueve este compromiso cada día de parte de to-dos nosotros.

III. CARIDAD.

“Dios es Amor”. La afirmación de Juan en su primera carta constituye un punto alto de la autorrevelación de Dios. Crecer en el amor marca el ca-mino del hombre. Aprender a amar es la tarea.

La afirmación de San Juan se sitúa en el contexto de una exhortación al amor mutuo. “Queridos míos, amé-monos los unos a los otros, porque el amor procede de Dios, y el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. El que no ama no ha conocido a Dios, por-que Dios es amor” (1 Jn 4,7-8). Jesús hace del amor, de la caridad, el manda-miento nuevo (cfr. Jn 13,34). Es fruto del Espíritu y plenitud de la Ley, abre nuestros corazones y nuestras vidas a todos, actualiza la sed de trascenden-cia. La práctica de la vida moral ani-mada por la caridad da al cristiano la libertad de los hijos de Dios. Este no se halla ante Dios como un esclavo, en el temor servil, ni como el mercenario en

busca de un jornal, sino como un hijo que responde al amor del que nos amó primero. [4]

Cultivar la caridad en nuestra Uni-versidad es darle a la comunidad toda un espacio de libertad, de familia. Supone convertirla en nuestra casa, hacernos cargo los unos de los otros, comprometernos en el crecimiento de nuestra institución de tal modo que se dinamice su servicio a todos sus miembros y a la comunidad toda de Salta y de cada uno de los lugares a los que llegamos.

Es más que “ponernos la camiseta”, es ayudarnos a crecer a tal punto que nos duela ver a un hermano que se queda, que no puede vencer su dolor, su re-sentimiento y es actuar de tal modo que no genere en el otro amargura. Es vencer cualquier injusticia y arrimar-nos en el sufrimiento, es preguntar al que se aparta, estimular la superación del otro, es competir sin pisotearnos y avanzar hasta alegrarnos cuando el otro sea mejor, es aceptar el regalo de ser de esta familia y compartir ese re-galo sin mezquindades.

(4)CATECISMO DE LA IGLESIA CATOLICA, 1828

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Se podría seguir un poco. Basta por hoy. Gracias por escucharme, queri-dos amigos. Que el Señor del Milagro, fuente inagotable de un amor que nos impulsa a trascender, nos haga inten-tarlo todo para hacer de esta Univer-

sidad Católica de Salta un espacio en el que se geste la civilización del amor. Muchas gracias.

+Mario CargnelloArzobispo de Salta

Como es de público conocimiento, existe una demanda legal patrocinada por una asociación de Buenos Aires para suprimir la enseñanza religiosa escolar en la Provincia de Salta.

La Corte de Justicia de la Provincia ha-bía ratificado el carácter constitucional de las normas provinciales que la esta-blecen, ahora la decisión está en sede de la Corte Suprema de Justicia de la Na-ción.

Más que una garantía para quienes optan por no recibir la enseñanza reli-giosa, lo que está previsto, en realidad se persigue que los que mayoritaria-mente la solicitan no puedan recibirla.

La enseñanza religiosa en las escuelas salteñas no es una creación reciente ni una imposición violatoria de las liber-tades. Existe desde 1886 y se encuentra en todas las leyes educacionales salte-

LOS OBISPOS DE LA PROVINCIA DE SALTA SOBRE LASITUACIÓN DE LA ENSEÑANZA RELIGIOSA ESCOLAR

12 de Abril de 2017

ñas, aplicando la integralidad educati-va, en coherencia con nuestra cultura y en uso de la autonomía provincial en materia educativa.

El modelo actual se adecua al dere-cho internacional y es respetuoso de las decisiones de los padres y de las demandas de los niños. El pluralismo religioso está garantizado en los con-tenidos que se enseñan. También en la provisión de maestros de diversas confesiones.

La enseñanza religiosa se encuentra en otras provincias argentinas y en nume-rosos e importantes países del mundo. Entre nosotros goza de un alto consenso

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social, manifestado en ocasión del dicta-do de las normas constitucionales y las sucesivas leyes de educación. También en la práctica escolar habitual.

No es aceptable imponer una religión determinada, pero tampoco suprimir-las a todas en la educación común. Se trata de conocerlas y enseñar a con-vivir creativamente. La pluralidad de voces tiene vigencia real cuando se las armoniza, no cuando se impone el si-lencio a unas o a todas.

La Iglesia Católica no busca imponerse en la conciencia de los niños, pero de-fiende el ejercicio de la libertad religiosa y la educación integral de los niños de todas las confesiones. Por ello no está de acuerdo con la supresión de los conoci-mientos religiosos en la escuela salteña.

Para garantía de ese derecho, a cada confesión religiosa le pertenece el servicio de avalar los contenidos y la habilitación del profesional docente respectivo. Esta es la reglamentación actual y a la que queremos seguir apor-tando para su mejor realización.

Exhortamos a los padres a ejercer ple-namente su derecho en todas las instan-cias democráticas, para que “sus hijos o pupilos reciban en la escuela pública la educación religiosa que esté de acuerdo con sus propias convicciones” integran-

do los planes de estudio e impartiéndo-se dentro del horario de clases.

Estamos ciertos de que querer quitar a la fuerza el nombre de Dios de las mentes de los niños no es ningún pro-greso, sino lo contrario.

+ Mario Antonio CargnelloArzobispo de Salta

+ Gustavo ZanchettaObispo de Orán

+ José Demetrio Jiménez OSAObispo de la Prelatura de Cafayate

+ Pedro Olmedo Rivero CMFObispo de la Prelatura de Humahuaca

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(1) Cfr. CEA, Hacia un Bicentenario en Justicia y Solidaridad, 14.10.2008, N° 35. A partir de ahora HBJS (2) Cfr. CEA, El Bicentenario, Tiempo para el encuentro fraterno de los argentinos, 2016, N° 22-23. A partir de ahora, BTEF.

Deut 10,12-22 Sal 147,12-15.19-20

Mt 17,22-27

Queridos amigos:

Reconocer a Dios y reconocer que sólo Dios es Dios es un signo de sa-biduría, que sostiene la vida y da co-hesión y armonía a los pueblos. Este país nació aceptando a Dios en aquella jornada de mayo que hoy conmemo-ramos, por eso los próceres de aquella hora quisieron elevar a Dios el himno de alabanzas y ordenaron celebrar el Te Deum.

Hoy, en nuestra querida Salta, estamos renovando este gesto que nos coloca en el eje de nuestra vida personal y de nuestra vida social. Como nos enseñaba el libro del Deuteronomio “Al Señor, tu Dios, pertenecen el cielo y lo más alto del cielo, la tierra y todo lo que hay en ella... Teme al Señor, tu Dios y sírvelo; vive unido a él y jura por su Nombre”.

La Casa de Tucumán, que nos convo-có hace poco menos de un año para la celebración del bicentenario de la inde-

TEDEUM DEL 25 DE MAYO

25 de Mayo de 2017

Homilía

pendencia continúa invitándonos a re-flexionar. Mirándola, la Iglesia nos pro-puso organizar la casa común. ¿Desde dónde partir?. Es necesario aceptar que la calidad de vida de las personas está fuertemente vinculada a la salud de las instituciones de la Constitución, por ello, debemos fortalecer la calidad institucio-nal como camino seguro para lograr la inclusión social (1).

Nuestra aún joven democracia exige recrear la política y el ejercicio del po-der en clave de servicio buscando que sea auténtica y representativa de los intereses del pueblo. Hemos de avan-zar desde una mirada que considera a la gente como multitud que borra y anula a las personas desconociéndo-las en su riqueza única e irrepetible a una actitud respetuosa del pueblo que incluye compartiendo valores y pro-yectos conformando un ideal de vida y convivencia (2).

¿Cómo avanzar desde la multitud a pueblo? Me permito proponer a la re-flexión de ustedes, tres puntos. Sólo he de presentarlos, confiando que podrán ser útiles.

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(3) M. HEIDEGGER, En camino hacia el lenguaje, (Traducción italiana), p.189.

1. Devolver la verdad a la palabra ciu-dadana, a la palabra política.

2. Redefinir el bien común. 3. Cultivar una sana laicidad, sin

miedo a fantasmas.

I. Devolver la verdad a la palabra

La definición del hombre como “ani-mal que habla”(3) es decisiva. La pala-bra es el salvoconducto de ingreso en el universo humano. Mediante la pala-bra, el hombre penetra en los entresijos del mundo y con ello realiza su interna inclinación a conocer, interpretar, pro-fundizar, ordenar y destinar. Además, mediante la palabra el hombre se ins-tala en sí mismo y de alguna manera toma posesión de sí mismo. Cuando el hombre habla “se dice, se conoce, se afirma”. Por último, la palabra permite al hombre insertarse en el mundo de las relaciones humanas y sociales, hace posible la comunicación con el otro.

La palabra humana busca al otro, tie-ne pasión por el otro, ya que el hombre, creado a imagen y semejanza de Dios, es relación. Creado para “ser con”, el hom-bre busca un “tú” que le sea semejante, un “Tú” capaz de comprender y acoger la interior exigencia de darse libremente. El hombre vive para y del encuentro y la comunicación. La palabra constituye el

lazo de unión por excelencia entre los seres humanos como principio original de toda renovada comunión.

En la reciprocidad mutua la palabra tiende a crear la unidad del “nosotros”, es decir, una auténtica comunidad. Una comunidad que se teje, se sostie-ne y se recrea en la amistad y el amor. En la amistad y el amor cada uno da al otro la hospitalidad esencial, en lo mejor de sí mismo. Cada uno recono-ce al otro y recibe de él aquel mismo reconocimiento sin el cual la existen-cia humana es imposible.

La verdad y el respeto, la entrega y la acogida, dan a la palabra densidad y hacen de ella artífice de humanización. Por ello la mentira y el insulto, la fal-sedad y el rechazo del otro destruyen vínculos, deshumanizan a las personas porque las instrumentalizan.

El círculo de relaciones humanas cul-tivadas por la palabra se amplía desde la relación interpersonal hasta las re-laciones sociales dentro y fuera de la nación. Pero en todas ellas la palabra, si quiere servir al hombre se ha de sos-tener en la verdad y el respeto y debe ser vehículo de entrega y acogida mu-tuas. La política ha de estar al servicio de la vida y de la humanización de los ciudadanos, de todos los ciudadanos, si no se desvirtúa, se pudre, pierde su

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razón de ser. Por ello la política ha de respetar la entidad de la palabra, de los gestos, de las actitudes. La política no puede estar por encima del hombre sino a su servicio y para ello debe saber usar la palabra al servicio del hombre.

La crisis de la política es una crisis de la “palabra ciudadana” en cuanto que la confianza en la palabra dada permi-te elaborar una vida en sociedad me-diante la concertación, la mediación, el diálogo. Cuando la palabra se pervier-te aparece la violencia, la mentira, la corrupción, o el desinterés por la vida pública.

Las convicciones son necesarias pero no pueden asumir una postura an-tidemocrática, sea como lobbying u oposición estéril. Mentiras, insultos, agravios, engaños, trampas, descalifi-caciones injustas no ennoblecen al po-lítico y deterioran a la política y dañan el tejido social. Es importante devolver a la política la fuerza transformadora de la sociedad devolviendo a la palabra de los políticos densidad, honestidad, transparencia.

Es necesario creer de verdad en la dignidad del pueblo y de cada ciuda-dano y no temer decir la verdad co-nocida por un diagnóstico serio de lo social, de lo económico, de lo cultural. Construir un proyecto social o político

sobre slogans tan impactantes cuanto inexactos nos hace mucho daño. En-gañar al pueblo con promesas que no pueden ser cumplidas es condenarlo a frustraciones que le quitan expectati-vas y reducen sus horizontes.

Pretender el poder a costa de destruir al otro con mentiras, calumnias y des-calificaciones degradantes, es retrasar la historia. La política no es tarea de belicistas resentidos sino de hombres y mujeres magnánimos que pretenden realmente el bien común. La palabra sostenida en la verdad vivida y dicha debe estar al servicio de una política que ennoblezca a nuestros dirigentes. ¿Habrá llegado la hora en que dejemos de decir “son cosas de la política” para justificar deshonestidades y mentiras y empecemos a usar la expresión “es la política” para ver en ello la propuesta de una vocación al amor más alto?

II. Redefinir el bien común

Enseña el Concilio Vaticano II que “el bien común abarca el conjunto de aquellas condiciones de vida social con las cuales los hombres, las familias y las asociaciones pueden lograr con mayor plenitud y facilidad su propia perfección”(4). ¿Cómo precisar ese “conjunto de condiciones de la vida social”? La Conferencia Episcopal Argentina habló de un proyecto de

(4) CONCILIO VATICANO II, Constitución Pastoral sobre la Iglesia en el Mundo Contemporáneo, Gaudium et Spes –GS-, 74

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país dinámico que surge de consensos fundamentales que se conviertan en referencias constantes para la vida de la Nación y puedan subsistir más allá de los cambios de gobierno. De allí nace la necesidad de un diálogo que haga posible concretar acuerdos para proyectar el futuro del país y un país con futuro. Asumir el desafío de lu-char contra el problema de la pobreza que afecta a tantos hermanos nuestros, promover una auténtica convivencia humana que impida la prepotencia de algunos y facilite el diálogo cons-tructivo ha de favorecer un clima de amistad social(5) que nos permita des-cubrirnos a todos los que habitamos esta tierra como viajeros de un mismo barco que no llegará al puerto si no nos ayudamos mutuamente y menos si nos destrozamos como enemigos.

Se trata de construir una vida demo-crática de inclusión y de integración que requiere el compromiso de todos. Debemos favorecer a la persona para que sea protagonista desde su propia dignidad que implica el derecho al trabajo, la propiedad de la tierra y un techo habitable. Todos los ciudadanos debemos construir cada día el bien co-mún que significa “el compromiso por la paz, la correcta organización de los poderes del Estado, un sólido orde-namiento jurídico, la salvaguardia del ambiente, la prestación de los servicios

esenciales para las personas, algunos de los cuales son, al mismo tiempo, derechos del hombre: alimentación, habitación, trabajo, educación y acceso a la cultura, transporte, salud, libre cir-culación de las informaciones y tutela de la libertad religiosa”.(6)

III. Cultivar una sana laicidad sin miedo a fantasmas

Sumergidos en un cambio de época, necesitamos aprender, entre otras co-sas, a convivir con hermanos de cultu-ras diferentes que van poblando nues-tro país. Se suma a ello la creciente in-fluencia de la cultura posmoderna que se afianza aceleradamente por efecto de la globalización. Aunque nuestro país ha sido capaz de recibir en su his-toria “a todos los hombres de buena voluntad que quiera habitar este suelo argentino”, el desafío de esta hora pa-rece exigirnos un compromiso mayor.

Un mundo pluralista que caracteriza a nuestro país nos interpela a la hora de responder sobre el lugar de la reli-gión en nuestra sociedad. ¿Tiene algo que aportar la religión en la vida so-cial, en el espacio público? Algunos lo niegan. Nuestra sociedad, al menos en el interior de nuestra patria y en la inmensa mayoría de su población, vive la dimensión religiosa de la exis-tencia humana con tranquilidad. Sur-

(5) Cfr. HBJS 13-19 // (6) Cfr. BTEF 36-39.

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(7) Cfr. ELOY MEALLA, Reencontrar el sentido de la política, Revista CRITERIO, n° 2435, Abril 2017, Buenos Aires, pág. 12.

gen, sí, algunas voces que cuestionan esta situación. Han sido promulgadas en nuestro país, leyes que rechazan, de hecho, una antropología religiosa. Sería importante que evaluáramos las consecuencias de algunas de estas le-yes en la salud de nuestras familias y de nuestra juventud.

Nuestra provincia ha sido cuestiona-da por la ley de enseñanza religiosa que acompaña, con rango constitucional, su historia desde 1886. Salta ha sabido ade-cuar la formulación de dicha ley a las exi-gencias de los tiempos. La ley no impone la religión católica, sino que defiende el derecho de los padres a decidir la orien-tación de la educación para sus hijos. La ley reconoce la dignidad del niño que no es simplemente un robot al que se incor-poran datos sino un ser humano que ha de plantearse la pregunta por el sentido de su existencia. Proponer una discusión desde fuera de nuestra provincia por or-ganismos ajenos a la misma, además de ser un atropello al federalismo constitu-ye un retroceso histórico preocupante.

Se argumenta desde la laicidad retro-trayéndonos a debates decimonónicos. ¿Qué es la laicidad?. En sentido estric-to es la separación de la institución re-ligiosa y de la institución política. Nin-guna gobierna a la otra y esto, gracias a Dios y a ustedes, se respeta. El debate es entre una “laicidad estrecha” que ve

en toda religión un enemigo potencial de la libertad humana y una “laicidad abierta” que considera a la República como el garante del buen aporte que las religiones pueden ofrecer a la so-ciedad (7). Pedimos al Señor que los responsables de resolver el conflicto planteado estén a la altura de la hora y respeten al pueblo.

Conclusión

“¿Su Maestro paga el impuesto?”. “Sí, lo paga” ... “Encontrarás en ella una moneda de plata: tómala y paga por mí y por ti”. El Maestro, el Señor, se hizo ciudadano de su pueblo, y fue un ciu-dadano responsable, justo. Todos que-remos una sociedad mejor. A cada uno le corresponde cuidar el tejido social restañando heridas, tendiendo manos, escuchando al otro, respetando a to-dos. Es nuestro compromiso.

Mons. Mario CargnelloArzobispo de Salta

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La Fiesta del Sumalao se celebra siempre el día de la Santísima Trini-dad, ocho semanas después de la Pas-cua. Siempre nos acompaña la luna llena, que es signo de la luz, de nuestra fe que mira a Dios.

Dios ha manifestado su amor, ha ma-nifestado que es Padre, Hijo y Espíritu Santo, sobre todo en la Cruz y en la Re-surrección. Este día, en el Sumalao, es una hermosa oportunidad para agrade-cer a Dios, porque nosotros no estamos tirados como si fuera una piedra o lan-zados por ahí sin sentido en la vida, ¡no! Somos hijos de Dios y eso lo contempla-mos y los descubrimos en la Cruz.

I Hoy, día de la Santísima Trinidad,

día del Señor de Sumalao, estamos lla-mados a mirar al Señor, en su imagen bendita. Se trata de un cuadro conoci-do en muchos lugares de nuestra Amé-rica, como el Señor de Vilques. Aquí lo llamamos Señor de Sumalao. En este lugar se intercambiaba, trayendo los animales del sur, de Santa Fe para ven-

FIESTA DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD

Santuario del Señor de SumalaoDomingo 11 de junio

Homilía

derlos acá, principalmente a la gente de Potosí. Desde el norte traían mine-rales, telas de Lima y… trajeron esta imagen bendita del Señor de Vilques, que se llamó desde entonces: Señor de Sumalao. Él quiso quedarse aquí.

Poco a poco la gente fue viniendo a honrarlo. Hoy somos nosotros los peregrinos que venimos aquí. Todos nos sentimos ligados al Señor, porque Él nos ha dado algo que le hemos pe-dido. Aquí aprendimos de nuestros padres a querer al Señor de Sumalao. Para muchos ésta es la gran fiesta en el año. En Salta, vivimos dos tiempos, la Fiesta del Señor del Sumalao y des-pués la Fiesta del Señor y de la Virgen del Milagro, en septiembre. Aquí nos sumergimos desde el invierno en el corazón de Dios como en nuestra casa y lo celebramos, ya explotando la pri-mavera, en el Milagro de septiembre.

Todos le traemos una súplica, un pe-dido o una gratitud. Todos traemos la necesidad de sabernos perdona-dos y nos adelantamos y acercamos a Él. Permítanme pedirles que hoy nos

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acerquemos más todavía, nos miremos y nos dejemos mirar por Él. La Cruz es también un libro, un libro a través del cual nos habla Dios. ¿Queremos saber quién es Dios? Arrimémonos a la Cruz. En Ella descubrimos no sola-mente quién es Dios; también descu-brimos quiénes somos nosotros.

Muchas veces, creemos que el ideal de la persona humana son las personas que aparecen en la televisión, con hermosos cuerpos, exitosos, con dinero, malhabla-da y sin límites… pero, todo eso pasa, se marchita. Por eso siempre es bueno volver a quién nos conoce de verdad, y nadie más que Jesús nos dice la verdad acerca de nosotros mismos. Los otros pueden mentir, pueden aparecer, pue-den producirse; pero Cristo no, él no está producido. La imagen de la Cruz, es la imagen de su sufrimiento, pero tam-bién es la imagen de su amor; por eso decimos que es un libro. Yo quiero saber quién es Dios, miro la Cruz. Yo quiero sacer quién soy yo, miro la Cruz. En esta mañana, yo los invito a mirar al Señor y decirle: “Señor, muéstrame quién eres tú; Señor muéstrame quién soy yo”. Ha-gámosle estas preguntas.

II

En la Cruz aparece el Padre. ¡Sí! El que está en la Cruz, lo está porque nos lo entregó el Padre. En la Biblia se ha-

bla de Abraham, nuestro padre en la fe, a quien Dios le pidió que le diera a su hijo, y él le iba a entregar a Isaac. Cuando lo estaba por matar, el ángel lo detiene y le dice que no lo mate, que ya ve que es un hombre de fe, que se quede tranquilo, porque su hijo vivirá. El Padre Dios, sin embargo, nos entre-ga a Jesús.

Mirando el cuadro del Señor del Sumalao veía sus costillas marcadas y es como si fueran las manos del Pa-dre diciendo: “Te lo entrego” ¡Cuánto amor tiene Dios Padre por cada uno de nosotros, que nos entrega a su Hijo! Nosotros le podemos fallar, nos po-demos olvidar, podemos hacer maca-nas; somos pecadores; pero Dios se ha juzgado definitivamente por nosotros como Padre, dándonos a su Hijo. Que la contemplación de su Hijo, del Señor del Sumalao nos impulse así “¡Gracias Dios por ser mi Padre, por quererme tanto, por entregar a Jesús por mí!”.

Ahí aparece el amor del Hijo. Él nos dice en el Evangelio: “Nadie me quita la vida, yo la doy”. Jesús es el hombre li-bre, cuya libertad no la usa para hacer el mal sino es la libertad que ama y entrega, que da la vida por nosotros. “De si costa-do abierto nace la sangre y el agua”, nos dice Juan. De ahí nacemos nosotros, de la sangre de la Eucaristía y del agua del bautismo. ¡Si nos diéramos cuenta del

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hermano que tenemos en Jesús! ¡Si nos dejáramos amar por Él!

El Padre nos ama, el Hijo nos ama y con ese amor que nos tiene el Padre y el Hijo nos entregan el Espíritu Santo, que es su propio Aliento. Aliento de Vida. Cuando nosotros estamos can-sados decimos: “no tengo aliento”; y, cuando estamos con ganas de hacer cosas decimos: “Tengo aliento para trabajar, para estudiar, para conversar, para dar una mano, para tener una ini-ciativa”. El Aliento de Dios es el Espí-ritu Santo. Nos dice el Evangelio que Jesús, inclinando la cabeza, entregó su Espíritu. Hoy, en el día de la Trinidad y contemplando el Señor del Sumalao podemos recibir el Espíritu que nos alienta para el bien. El cansancio y la tristeza nos hacen cometer errores y pecados y cuando anidan en el cora-zón lo hacen mal hasta debilitarnos para hacer el bien: usamos a los de-más, somos violentos, destruimos a las familias, robamos, mentimos, creamos división y eso trae aparejado la muer-te. El Espíritu de Jesús, en cambio, trae vida, comunión, ganas de vivir, de ha-cer el bien, nos hace capaces de perdo-nar y empezar de nuevo. Jesús, desde la Cruz y desde su Resurrección nos da el Espíritu Santo. Nos dice el Evangelio que Jesús sopla sobre los apóstoles di-ciéndoles: “Reciban el Espíritu Santo”. Hoy, el día de la Santísima Trinidad, contemplando al Señor del Sumalao,

pidámosle que nos permita recibir a su Espíritu, que nos dé su Espíritu para partir de aquí con el aliento para hacer algo bueno. Tenemos muchos defec-tos, pero podemos hacer el bien, por-que Dios nos da su aliento.

Gracias Dios por ser mi Padre, pa-dre bueno, padre de amor; te veo en el cuerpo, en los ojos y en la persona de tu Hijo. Gracias Jesús por amarnos y hacernos hermanos entre nosotros. Gracias Espíritu Santo por ser nuestro aliento. Que en la Misa, nuestro pen-samiento vuelva siempre al Señor del Sumalao.

III

La segunda pregunta era ¿Quién soy yo? Mirando al Señor, sé que tengo un Padre. ¿Vivo como un hijo o como un esclavo? ¿Soy capaz de hacer el bien o no? En la vida ¿Para qué estoy? Un hijo en la casa sabe que tiene que apor-tar; no es un parásito. Un hijo ama a su padre, ama a su madre y procura la fe-licidad de su familia, de sus hermanos. Un hijo no calcula lo que hace, lo hace con entusiasmo. Hoy nosotros todo lo medimos por el dinero y hemos perdi-do la alegría de ser hijos de Dios. Con-templando a Jesús, nos contemplamos hijos. Él se mostró como Hijo, Él nos habló del Padre, Él nos enseñó a rezar el Padrenuestro. Soy hijo, no puedo

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vivir siempre esclavo de mis pasiones como un animal. Soy hijo, aunque na-die me vea y esté en medio del campo. Soy hijo de Dios. ¿Quién soy yo? Un hijo de Dios. Y aunque no me he com-portado como un hijo de Dios, hoy puedo empezar.

Miramos a Jesús y descubrimos que estamos llamados a hacer el bien. Je-sús hizo el bien. De Jesús se decía que: “pasó haciendo el bien”. No puedo ca-racterizarme por ser tramposo, men-tiroso, injusto, ladrón, no. Yo soy un discípulo de Jesús, soy un cristiano. Yo tengo que salir con las ganas de ser un poco mejor. El sendero que me traza el Señor es hacer el bien en la familia, en la comunidad. Yo soy un hermano de Cristo, un discípulo suyo. Debo mi-rarlo abierto al Espíritu Santo que me da Jesús. Yo no puedo ser alguien que se arrastra, que no hace nada y que solamente entorpece. Tengo que ser alguien que alienta a los demás a ha-cer el bien. Tengo que ser alguien en la casa que sea un motivo para querer vivir. Hay hijos, esposos, esposas que lo único que hacen es quejarse y po-ner trabas; se creen perfectos y hacen la vida imposible a los demás; eso no es de buen cristiano ni de discípulo de Jesús. ¿Quién soy yo? Alguien alenta-do por el Espíritu a ser aliento para los demás.

IV

¿Quién eres tu Señor? Eres mi Pa-dre, eres mi Hermano y mi Salvador, eres mi Aliento y mi Vida. ¿Quién soy yo? Hijo del Padre y hermano de Je-sús, llamado a hacer el bien, llamado a sembrar unidad, a perdonar. Nos falta mucho Señor, pero al mirarte, te pido que tus ojos me miren a mí y me den aliento para salir de esta Fiesta del Su-malao siendo un poco mejor; para que siempre el bien en mi familia, para que siempre el bien en mi trabajo, con mis amigos, en mi sociedad, en esta Argen-tina que necesita que seamos mejores.

En esta Fiesta del Sumalao, celebre-mos la Eucaristía conscientes de que estamos comiendo en la mesa con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Trai-gamos todo lo que tenemos, lo bueno y lo malo, se lo ofrecemos al Señor. Lo bueno, para que nos haga mejores; lo malo, para que nos perdone. Entonces la Fiesta valdrá la pena y este lugar de encuentro y de intercambio de bienes, será un lugar de encuentro y de inter-cambio entre los argentinos que quie-ren una patria mejor. El invierno ya va a empezar y uno comienza a esperar la primavera. En el invierno uno está más tiempo en la casa y tiene más oportu-nidades para hablar con la familia.

Que el Sumalao sea la fiesta del en-cuentro que nos prepare para el en-

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cuentro con el Señor y con la Virgen del Milagro.

Guardemos un momento en silencio y preguntémonos una vez más: ¿Quién eres tú Señor? ¿Qué lugar ocupas en

Mis queridos hermanos.

Dios, el Padre todopoderoso, nos concede comenzar en este año de 2017, el tiempo del Milagro.

Cada Milagro expresa lo que las pará-bolas del texto del Evangelio proclama-do nos enseñan y lo expresa con particu-lar fuerza: en el correr de nuestra historia hay trigo y cizaña; mejor, en nuestro co-razón, hay trigo y cizaña, hay cosas que son de Dios y hay cosas que son del Ma-ligno. El Milagro es un tiempo para de-jar de ser cizaña y convertirnos en trigo, y esto sucede en la sencillez de la vida.

El Milagro es un tiempo para recono-cer en la sencillez de la vida, la presen-cia fecunda y el crecimiento generoso del Reino de Dios, como crece el grano

mi vida? ¿Quién soy yo? ¡Gracias por hacerme tu hijo!

+ Mario Cargnello Arzobispo de Salta

ENTRONIZACIÓN DE LAS SAGRADAS IMÁGENES DEL SEÑOR Y LA VIRGEN DEL MILAGRO

Sábado 22 de julio de 2017

Homilía

de mostaza. En el tiempo del Milagro, cada uno

de nosotros y toda nuestra Salta expe-rimenta que el sembrador es generoso y abundante en su siembra y nosotros, so-mos esa tierra un poco cerca del camino, un poco en terreno pedregoso, un poco ahogado por las espinas, un poco buena tierra. El tiempo del Milagro cultiva la tierra para que la Palabra de Dios crezca.

El domingo pasado hemos escucha-do la parábola del sembrador, que for-ma, junto con las parábolas que escu-chamos esta semana, todo el capítulo 13 del Evangelio de San Mateo, donde se habla del misterio del Reino.

El Milagro es una oportunidad para corresponder a la levadura del Espí-ritu, que viene en ayuda de nuestra

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debilidad y nos impulsa a crecer e intercede por nosotros con gemidos inefables, como decía la Carta a los Romanos.

El Milagro es una ocasión propi-cia para afirmar nuestra confianza en Dios, cuya fuerza es el principio de su justicia y, cuyo dominio lo hace indul-gente. El poder de Dios, nos recorda-ba el libro de la Sabiduría, aparece con toda su fuerza sobre todo porque Él es capaz de perdonar, es indulgente y al ser dueño absoluto de su fuerza, juz-ga con serenidad y, dirá más adelante, porque después del pecado da lugar al arrepentimiento. El Milagro es ese tiempo donde nos abrimos con mucha confianza a Dios, sabiendo que Él es indulgente, que nos da lugar al arre-pentimiento y que nos enseña que el justo debe ser amigo de los hombres.

Asumir la vida personal con serenidad y confianza y a partir de allí, disponer-nos a comenzar de nuevo, en el camino del discípulo de Jesús. Esta es la llama-da del Señor del Milagro, esto es lo que nos indica su Mamá, la Santísima Vir-gen, nuestra Señora del Milagro. Volver a empezar, desde el corazón, desde la llamada, desde la certeza del amor del Señor del Milagro, nuestro Dios y Señor, el Hijo del Padre. En ese clima, un clima de confianza que se abre a la conversión, un clima dispuesto a empezar de nuevo,

este año nos proponemos tres objetivos o temas para permitir que la Palabra de Dios los trabaje en nuestros corazones.

Primero: renovemos nuestra histo-ria.

Nosotros queremos asumir en serio el camino hacia el Pacto. Hablamos de renovar la historia, haciendo nuestro el lema de los jóvenes que se preparan para celebrar la Jornada Nacional de la Juventud en Rosario el año próximo, provocados a celebrar el Sínodo de los Jóvenes que ha convocado el Papa Francisco y la Jornada Mundial en Pa-namá. Ellos, los jóvenes, se han pro-puesto renovar nuestra historia.

Nosotros al renovar el Milagro ca-minamos hacia un acto que resume la vida de Salta y la recrea cada año en el Pacto: “Tu eres nuestro, nosotros somos tuyos”. Es una fórmula que se repite en la Sagrada Escritura: “Uste-des serán mi pueblo, yo seré su Dios”. Es una fórmula que no nos permite acostumbrarnos a la vida, sino que nos desafía y nos provoca a superarnos siempre. No nos deja instalarnos en un aburguesamiento que nos enfría, que nos deshumaniza. El Pacto, ese acto de amor provocador de Dios por nosotros, esa expresión de la confianza que Dios tiene en nosotros, y esa in-vitación a confiar en Él, es fuente de

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renovación y de juventud. Uno de los grandes dramas de nuestra época es que nosotros los mayores, no somos capaces, no nos animamos a desafiar a nuestra juventud a superarse a si mis-ma. Nos acostumbramos a que nues-tros jóvenes sean clientes de quien le ofrece felicidad vacía, cosas que no dejan nada en el corazón, no los de-safiamos a ser águilas y nos quedamos contentos con que sean gallinas que pi-cotean en el barro del propio gallinero. En el fondo no confiamos en los jóve-nes y, ellos, animados por la convoca-toria que les hace el Señor, quieren un mundo mejor.

La confianza que nos da este Dios, cuya fuerza se muestra en su miseri-cordia, nos impulsa a desinstalarnos, y tomar la mano de nuestros jóvenes para acompañarlos en su búsqueda y en la construcción de un mundo me-jor. Ese es un camino que queremos recorrer, a lo largo de estos días, que han de culminar el próximo 15 de se-tiembre.

Segundo lugar, apostar por la cultu-ra del encuentro.

La Palabra de Dios nos decía: “al obrar así, con la fuerza de tu miseri-cordia e indulgencia, enseñaste a tu pueblo que el justo debe ser amigo de los hombres y colmaste a tus hijos de

una feliz esperanza”. El cristiano, el que entra en la amistad con Jesús y se sabe hijo de Dios, sabe que el amor es más fuerte que el odio y apuesta por el amor. Aun cuando experimentemos la tentación del odio, del resentimiento, de la envidia, de aquellas fuerzas nega-tivas que no nos permiten comunicar-nos y superarnos, estamos llamados a renovar cada día nuestra fe y confianza en un Dios que nos une y que nos ha dado a Jesús, para que nos abrace en la Cruz y desde allí, sea nuestra paz. Él es nuestra paz. En Él ya no hay judíos ni griegos, no hay esclavos ni hombres li-bres, no hay de un grupo o de otro, no hay de una facción, no hay mesías que creen tener la bola de cristal para guiar la historia…. todos somos uno en Él, porque Él es el Señor de la historia. El cristiano apuesta a la fraternidad, al respeto por la ley, a la solidaridad. El cristiano apuesta a confiar en el otro. En la perspectiva de la cultura del en-cuentro queremos también pensar, compartir nuestra preocupación por el respeto a nuestra provincia en la posi-bilidad de ser garantes de la enseñanza religiosa de todos los niños, también en las escuelas públicas. Cuando la Iglesia plantea esto, no quiere defender derechos propios. Me preocupa, nos preocupa a los sacerdotes, a los cris-tianos, el derecho de los padres y de los niños. La educación quedaría in-completa cuando al niño no se le da la

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oportunidad de preguntarse, desde la inquietud propia de una criatura, por el sentido de su vida, por el sentido de lo que aprende. Ahí entra la educación religiosa.

La educación religiosa no excluye, sino que incluye. En países de Europa se aprecia cómo una buena formación religiosa habilita para el diálogo inte-rreligioso y la comprensión entre los pueblos. Una buena educación reli-giosa educa en el compromiso ciuda-dano, gesta buenos ciudadanos ¿Por qué negarles la educación religiosa a nuestros niños? ¿Por qué temer? Una buena educación religiosa abre la mente, abre el corazón. ¿Por qué tiene que ser propiedad de los que pueden ir a una escuela privada y no de los niños de la escuela pública?

A mí, cuando empezó el conflicto, fue gente del interior la que vino a decirme: “Monseñor, defiéndanos, no queremos que saquen la religión de las escuelas para nuestros niños”.

En tercer lugar, centrar el Milagro en el misterio de la Eucaristía.

La Eucaristía es un misterio en el que creemos. Aquí, en la Eucaristía, Dios que es puro amor, se nos da amándo-nos hasta el extremo. Se nos da el Pa-dre entregándonos a Jesús, su Hijo, el

Cordero inmolado; se nos da el Hijo, en el amor que nos une con el Espíritu Santo. Esta es la fuente de la unidad, de nosotros con Dios, de nosotros entre nosotros. Un buen devoto del Señor y de la Virgen sabe que esto es así, por eso su vínculo con el Señor, siempre busca el Sacramento de la Reconcilia-ción, el encuentro. Por esto, asistimos admirados y agradecidos al testimo-nio de nuestros peregrinos que vienen juntos, y aquí, la gente los recibe, supe-rando cualquier diferencia, porque el Señor del Milagro los hace un pueblo, una familia y eso mana de la Eucaristía. Es un misterio que celebramos, porque cada Eucaristía nos permite a nosotros como pueblo, como Iglesia celebrar el Pacto de amor. Es un misterio que tratamos de vivir, porque la Eucaristía nos impulsa a vivir en la verdad de lo que somos: hijos de Dios; y, al ser co-herentes, nos impulsa a buscar la ver-dad, a respetar y hacernos cargo del otro, a no quedarnos tranquilos, por-que nos duele el dolor del otro.

Queremos marcar tres puntos: reno-var nuestra historia acompañando a nuestros jóvenes, apostar por la cultura del encuentro, dentro de la cual enten-demos la educación religiosa y centrar el Milagro en el misterio de la Eucaris-tía. Lo hacemos en la escuela de María, nuestra Señora del Milagro, aquí en su Corazón, en su casa, aprendemos a ser

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hijos del Padre, hermanos de Jesús y de todos. “Porque el justo debe ser amigo de los hombres” –como nos decía la Pa-labra de Dios-, aquí lo aprendemos en la comunión del Espíritu Santo. Que el

Señor no deje de atraernos con fuerza en este tiempo y que María nos abrace, nos empuje, nos acerque a Él y nos haga un pueblo capaz de renovar su existencia.

Queridos hermanos:

Este año las Fiestas de San Cayetano culminan en el día de la Transfigura-ción del Señor.

Hemos escuchado el relato del Evan-gelio según San Mateo, Jesús, después de haber escuchado la proclamación de fe de Pedro y habiéndoles dicho a los apóstoles que seguirlo significaba ir hacia la Cruz, lleva a Pedro, Santiago y Juan a un monte y allí se trasfigura, convirtiéndose su rostro hasta quedar como el sol, adquiriendo sus vestidu-ras una transparencia especial. Es, so-bre todo la Palabra del Padre que nos dice: “Este es mi hijo muy querido, en quien tengo puesta toda mi predi-lección” la que marca el mensaje del Evangelio en el día de hoy.

La Transfiguración del Señor nos mues-

SAN CAYETANO

Domingo 6 de agosto de 2017

Homilía

tra a Jesús, nos indica cómo obra en medio de nosotros y nos enseña qué tenemos que hacer para seguir su obra en nuestros cora-zones y en nuestras vidas.

I

¿Quién es Jesús? El Padre nos dijo: “Tú eres mi hijo muy querido, en quien tengo puesta toda mi predilec-ción”. Todo el mundo, todo lo creado, toda nuestra vida, la vida de cada uno de los hombres… todo tiene sentido en Él. Es Jesús quien nos invita a ser hijos de Dios. Él nos muestra quién es el Padre y nos muestra quiénes somos nosotros. Si queremos conocer la cla-ve de nuestra felicidad, nosotros que la buscamos por caminos equivocados; si queremos encontrar el sentido de nuestra vida, nosotros que nos senti-mos desilusionados porque confiamos en una determinada persona o en un

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determinado proyecto y se nos esfuma de las manos; si queremos descubrir la respuesta definitiva y sólida a nuestras grandes preguntas, tenemos que mirar a Jesús. Los santos nos llevan a Jesús.

San Cayetano, lleva en sus brazos al Niño Jesús y nos lo entrega junto a la espiga de pan. Es Jesús quien lleva en sus manos al mundo, él es el Señor de la historia. Pasaran los años, los siglos, los tiempos y siempre… solo Él será el centro. En uno de los cantos, como en la Oración por la Patria, nos diri-gíamos al Señor diciendo: “Jesucristo, Señor de la Historia”. Recordemos lo que nos decía el Padre: “Este es mi hijo muy querido, en quien tengo puesta toda mi predilección”, a Él estamos in-vitados a mirar de un modo especial en esta tarde del 6 de agosto.

Reafirmando que Jesucristo es el Señor de la Historia, escuchábamos en la Primera Lectura al Profeta Da-niel, quien miraba pasar los distintos imperios de la historia de su tiempo, aproximadamente 200 años antes de Cristo. Él vio diferentes imperios, los más violentos quizás, que parecían im-batibles y, sin embargo, desaparecieron: asirios, medas, persas, egipcios. En el curso de la historia ve el profeta en el trono, a un anciano, que es el Padre, quien se arrima a nosotros y va a dar al Hijo del hombre todo poder y el rei-no que no acaba. Jesús, en la imagen

del Niño Dios teniendo el mundo, es el Señor que se hace Hijo del hombre. Así se presentó Él cuando los sumos sacer-dotes se habían dispuesto a condenar-lo y, por vía de Pilatos, lo llevaron a la Cruz. Esto es bueno entenderlo, cada uno de nosotros trae su propia historia. Los niños vienen llenos de ilusiones; los jóvenes traen esperanzas y miedos; la gente mayor sus preocupaciones o cansancios; enfermos y sanos, ricos y pobres… todos traemos nuestra his-toria y la podemos vivir al margen de Jesús. Hoy estamos llamados a mirar al Jesús niño, que nos trae Cayetano como aquel que tiene interés en mi vida. Él siempre está al lado nuestro. Los ar-gentinos le decimos: “Jesucristo, Señor de la historia, te necesitamos”. Seguir a Jesús, como alguien que tiene que ver con mi proyecto de felicidad supone to-marlo en serio, no es solamente venir a cumplir una promesa, porque nos que-daríamos en la mitad del camino. Yo tengo que asumir el estilo de Jesús, a partir de sus enseñanzas en el Evange-lio, e ir transformando poco a poco mi vida. El proyecto de vida, aquí delante de San Cayetano, lo resumimos en tres palabras: Trabajo, Pan y Paz.

II

El trabajo es un camino que me per-mite realizarme. Jesús nos dice que “el Padre trabaja siempre y Él también tra-

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baja”. Desde ahí, entendemos que Él, en su humanidad, quiso ser llamado el hijo del carpintero. Durante la pro-cesión recordaban aquella expresión del Papa Francisco: “El trabajo es un acto de amor a la humanidad, de amor ciudadano”. El trabajo debe ser bien hecho; todos tenemos que ayudarnos unos a otros a cuidar nuestro trabajo y a no jugar con él. En el niño o en el joven, el trabajo será el estudio y; ya sea trabajo manual, intelectual u orga-nizacional, el hombre está llamado a trabajar. El trabajo es el modo por el cual el hombre responde a la vocación que Dios le ha dado para dominar la tierra; que no significa destruirla, sino transformarla para el bien de todos. “Has de la tierra tu casa”, por eso hay que trabajarla para que nos dé comida y ayude a vivir a más gente. La tierra es para todos, no para algunos. La tie-rra debe convertirse en casa de familia, hogar y no campo de batalla.

Mirando a Jesús, transfigurado o a Jesús hecho niño en los brazos de San Cayetano, pidámosle que valoremos nuestro trabajo en serio, no para quedar bien ni para una propaganda. Y el que pueda dar trabajo que lo de, no seamos mezquinos al conse-guir y al sostener trabajos.

III

Luego viene el pan, signo de alimen-tación y de vida, signo de reunión y de familia, del trabajo y de la fiesta, del estar juntos y ser hermanos. Cuando éramos chicos nos enseñaban que no se podía tirar el pan; algunas familias enseñaban a besar el pan –algunos se acordarán-, ya que tiene algo de sagra-do porque nos habla de la Eucaristía, nos habla del poder vivir, del convivir.

Hemos pedido trabajo y pan. Quisie-ra pedir en esta tarde la unidad de las familias; que no se rivalice por el pan. Incluso el esposo y la esposa pelean echándole en cara que uno trabaja y el otro no o por las mezquindades de no querer aportar el pan en el hogar. Pido que todos, grandes y chicos, valoremos el pan, el momento de comer juntos e ir construyendo familia y fraternidad y desde ahí ir construyendo la unidad de nuestra patria.

Se ha puesto de moda la grieta pero, la grieta existe en nuestro corazón, des-pués se traduce en palabras, insultos, gestos; pero, primero, el origen está en el corazón. Al comenzar y terminar la procesión se nos invita a que sea un tiempo de cambio, quizás un punto im-portante sea, que en mi corazón estén todos mis hermanos argentinos, pidá-mosle al Señor el pan para que así sea y, de ahí nacerá la paz. Jesús es la paz.

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IV

La paz la construimos cada día con el trabajo y el pan, con el esfuerzo por ser mejores y por darle a la patria lo mejor de nosotros mismos. La paz la construimos diariamente en la familia, en la armonía y en el perdón. Decía que la grieta nace en el corazón, pero también es en el corazón donde se construye la paz. Que el Señor nos de su paz, la paz que no la puede dar el mundo, pero que Él nos la quiere dar en este día de la Transfiguración.

¿Cómo puedo caminar para que Je-sús transforme mi vida? ¿Qué debo hacer? Él me enseña el arte y la sabi-duría del trabajo, el pan y de la paz. El Padre nos lo dijo: “Este es mi hijo muy querido, en quien tengo puesta toda mi predilección, escúchenlo”. Tenemos que escuchar al Señor, tomar en serio

el llamado de los santos a cada uno de nosotros: varón, mujer, pobre, rico. ¡Seamos amigos de Jesús!. Tenemos que aprender a hablar y a escuchar, a compartir y a dedicarle tiempo al Se-ñor, a rezar en familia, a leer la Palabra de Dios, a celebrar la Eucaristía del do-mingo, a escuchar a Dios en la Biblia, en el corazón de la comunidad de la Iglesia y en los más pobres. Entonces sí, si aprendemos a escuchar. Poco a poco, en lo profundo del corazón, experimentaremos que Él es nuestra paz, Él es nuestro pan, Él es nuestro trabajo que dignifica. Que el Señor nos permita avanzar un poquito en este escucharlo, para que Él nos renueve, nos haga felices y nos haga capaces de brindar felicidad a quienes nos rodean.

+ Mons. Mario CargnelloArzobispo de Salta

Ef 2,4-22 Sal 39,2.4ab.7-10

Ev. Jn 6,51-58

Gracias, Señor, por habernos reunido en esta tarde de setiembre junto a tu imagen bendita del Milagro y la ima-

PACTO DE FIDELIDAD 2017

Solemnidad del Señor del Milagro

15 de setiembre de 2017

gen de tu Madre, María del Milagro. Vamos a renovar el pacto de fidelidad que marca la huella de la historia y de la vida de este tu pueblo y de todos los peregrinos. ¡Todos somos tuyos, Tú eres nuestro!

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Hemos caminado a lo largo de estos días de Milagro teniendo en el cora-zón y en los labios a todo el pueblo argentino, al mundo entero, y en par-ticular a los jóvenes. Nos hemos visto envueltos por el amor profundo de tu Corazón que atrae en tu Iglesia a los hermanos peregrinos cuyo testimonio de fortaleza, de piedad y de amor nos desafía. Ellos son una llamada sonora y elocuente a un pueblo que busca la unidad y sufre las divisiones como una herida que parece resistirse a ser cu-rada. Desafiados por tantos gestos de amor, y fascinados por el esplendor de una propuesta de unidad que se vive cuando respondemos a tu llamada y al calor amoroso de tu Madre, quere-mos reflexionar preparándonos para renovar nuestro compromiso. ¡Todos somos tuyos, Tú eres nuestro!

I.

¿Qué nos divide? Tenemos una tierra bendecida por la abundante fecundi-dad en un amplio territorio. Tenemos una historia rica de vidas ofrendadas, de familias generosas, de argentinos audaces, serviciales, capaces de buscar el bien para todos y, convive con ella otra historia, la de los desencuentros cuyos frutos trajeron dolor y muerte y de los cuales debemos aprender para no repetir los errores que nos inmovi-lizan, empobrecen y destruyen.

¿Qué significa ser nación? ¿De quién es la Nación? ¿De quién es la Argenti-na? ¿De quién es la Patria? ¿De More-no o de Saavedra? ¿De los unitarios o de los federales? ¿De los de un partido o de los de otro? ¿De los nacionalistas o de los liberales? ¿De los oficialistas o de los opositores?

Recordé una imagen que Ernesto Sábato presenta en su Romance de la muerte de Juan Lavalle y que pusiera música nuestro admirado Eduardo Falú. Después de la muerte, para evitar que el cadáver fuera maltratado, los hombres de Lavalle, lo descarnan y “los huesos se envuelven en el poncho que alguna vez fue celeste, ahora es apenas un trapo su-cio que no se sabe lo que representa, uno de esos símbolos de las pasiones huma-nas, celeste, colorado, que terminan por volver al color inmortal de la tierra, del color del destino último de los hombres, unitarios o federales” [1]. El poncho co-lor tierra es un signo del hombre, de la persona humana, que es la razón de ser de los pueblos, de las naciones, de los es-tados. Recordé entonces lo que Borges escribiera hace 51 años, con ocasión del sesquicentenario de la independencia nacional: “Nadie es la patria... La pa-tria, amigos, es un acto perpetuo como el perpetuo mundo... Nadie es la patria, pero todos debemos ser dignos del an-tiguo juramento que prestaron aque-llos caballeros de ser lo que ignoraban,

[1] ERNESTO SÁBATO, Sobre Héroes y Tumbas, capítulo Romance de la Muerte del General Lavalle [2] JORGE LUIS BORGES, Oda a la Patria, 1966

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argentinos, de ser lo que serían por el hecho de haber jurado en esa vieja casa. Nadie es la patria, pero todos lo somos. Arda en mi pecho y en el vuestro, ince-sante, ese límpido fuego misterioso” [2].

La pregunta sigue provocándonos. Con todos mis hermanos necesitamos mirarte para encontrar en tu Corazón una respuesta. Y te contemplamos en el seno de María yendo a Belén para cumplir con las exigencias del censo, (Lc 2,1-5), niño en brazos y ya per-seguido hasta tener que huir a Egipto (Mt 2,13-15), pagando el impuesto con Pedro (Mt 17,24-27), llorando sobre Jerusalén, tu ciudad, la ciudad de Dios, tu Padre porque no comprendió el mensaje de paz que eras Tú (Lc 19,41-42), subiendo al Calvario en medio del pueblo, de hermanos que te ayudaron, de otros que te rechazaron, de mujeres que te por Ti lloraron (Lc 23,36-32), abriendo tus brazos y muriendo en la Cruz en medio de ladrones (Lc 23,33-34.39-43), confiándonos a tu Madre (Jn 19,25-27), entregándonos, resuci-tado, tu Espíritu (Jn 20,22-23), invi-tándonos al perdón (id).

Necesitamos mirarte con los ojos de Pedro, lavados por el llanto del arre-pentimiento para entrar en tu Corazón como Juan y pensarte desde lo que nos acabas de decir en el texto de la Carta a los Efesios: “Tú, Cristo, eres nuestra paz” “Tú nos reúnes en un solo Pueblo”.

II.

La respuesta comienza a aflorar en nuestro interior: La Argentina está en el corazón de cada uno de nosotros, es de todos y es de nadie. Está, sobre todo, en el corazón de aquél que, va-cío de sí mismo, es capaz de contener a todos los hombres, porque todos so-mos hombres, todos somos personas. La Argentina está en el corazón de aquél que es capaz de mirar y dejarse interpelar por los rostros de los necesi-tados, de aquél que vence la tentación de excluir, de etiquetar, de marginar y por ello puede afirmar frente al otro, a cualquiera: Tú eres mi hermano, por-que “todo hombre es mi hermano”[3].

La Argentina está en el corazón del niño que es acogido en su familia, respetado y amado, educado y con-tenido y está en el corazón de tantos niños que mendigan amor porque los acompaña el abandono irresponsable, la violencia familiar, el descuido injus-to, cuando no el abuso destructor que surca su rostro con la tristeza que ya no lo abandona más.

La Argentina está en el corazón de los jóvenes que estudian, que traba-jan, que se esfuerzan por superar difi-cultades, que aman, que se proyectan para formar una familia, prolongar su existencia, hacerse responsables y está

[3] BEATO PABLO VI, Lema para la Jornada Mundial de la Paz, 1 de enero de 1972

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en tantos jóvenes sin ilusiones, que se juntan en las esquinas de nuestros ba-rrios envueltos en el humo de su pro-pia desesperanza o impotencia o en la evasión alienante de una negación que alimenta la violencia y el sin sentido. Jóvenes que piden ser mirados y ama-dos, escuchados y aconsejados, tenidos en cuenta, simplemente, y estimulados para que descubran en ellos mismos el potencial para ser mejores.

La Argentina está en el corazón de los matrimonios que audazmente em-prenden la aventura de amar dando la vida, de trabajar con honestidad y esfuerzo por mejorar su condición de vida y legar a sus hijos un futuro me-jor. La Argentina está también en el corazón de aquellas familias que ne-cesitan una mano para no destruirse, para creer en la fuerza transformadora y fecunda del amor; está en el cora-zón de aquellas familias que confían en medio de una esperanza tensa que lucha para llegar a fin de mes, para comer con dignidad, para conseguir salud, vivienda, trabajo. La Argentina está en el corazón de toda familia.

La Argentina está en el corazón de los mayores que nos contienen con su sabiduría, de los ancianos que esperan nuestro respeto, nuestra considera-ción, nuestro reconocimiento. De los enfermos que nos conceden el privi-

legio de serles útiles, de acompañarlos en su dolor.

La Argentina está en nuestros cientí-ficos y profesionales que, conscientes del don que han recibido, investigan con competencia y responsabilidad, trabajan con verdadero sentido de servicio y elevan la calidad de nuestra humanidad. La Argentina está en el corazón de nuestros maestros, que dan lo mejor de sí con alegría y vocación (pienso en mis maestras, en tantos maestros y docentes que conocí y que me animaron con su testimonio)

La Argentina está en el corazón de nuestros trabajadores que, a lo largo de la jornada, con su esfuerzo permi-ten que el país progrese, que la tierra despliegue su fecundidad en el campo, que las empresas crezcan para ofrecer mejoras a la calidad de vida de los de-más, que las ciudades sean acogedoras para las familias y para todos los habi-tantes, y está en el corazón de los que buscan trabajo con el temor y muchas veces la amenaza de no encontrarlo y de los que temen perderlo ennegre-ciendo su futuro.

La Argentina está en el corazón de los empresarios que son coherentes con su vocación de ver en cada ocasión una oportunidad para ayudar a crecer a los demás, que son austeros en su estilo de

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vida, que velan por sus obreros y em-pleados, que no juegan en el mundo de la especulación financiera que paraliza la vida de los pueblos y convierte a los mismos en piezas de una ruleta impla-cable que sumerge en el subdesarrollo.

La Argentina está en el corazón de los ciudadanos llamados a la vida po-lítica que recorren el camino del bien común luchando contra la mentira, el acomodo, el llegar a cualquier precio y el mantenerse a toda costa aún del bien común alimentando la corrupción que nos destruye y no nos deja crecer. Y está en el corazón de los funcionarios que son capaces de decir la verdad, decidir con prudencia y audacia, dar ejemplo de austeridad y fraternidad, mirar a los más pobres y darles priori-dad en el ejercicio del gobierno.

La Argentina está en el corazón de los pobres que necesitan ser acompa-ñados, animados, escuchados; que tie-nen una palabra que decirnos, un grito que viene de Dios y nos invita a no descuidarlos, a amarlos con preferente dedicación.

III.

La Argentina está en mi corazón, en el tuyo, hermano, hermana. La Argen-tina es una llamada, una provocación a crecer, a darnos, porque es una lla-

mada a cultivar la pasión por la verdad y el compromiso por el bien común, a vivir la libertad del amor que privilegia a los pobres y perdona al ofensor, que aborrece el odio y construye la paz, que cultiva la cultura del encuentro y abre su corazón a todos los hombres del mundo que quiera habitar y hacer más humano nuestro suelo bendito. La Argentina es una casa de puertas abiertas y de ventanas que dejan entrar el sol de la verdad.

Porque la Nación nos llama a todos, juntos debemos construir un tiempo cada día mejor. Sólo el diálogo per-severante y respetuoso, fundado en la verdad y en la realidad que marca las posibilidades del camino nos permi-tirá seguir adelante, siempre adelante. ¡No nos clausuremos en nuestros pro-pios intereses!

IV.

Queridos jóvenes: a ustedes les toca dar el paso que nos ayudará a todos a salir de cerrazones que nos enferman. Acojan con entusiasmo la novedad de Cristo. Con San Juan Pablo II me per-mito decirles: ¡Abran sus corazones a Cristo!.

Cristo es el Evangelio eterno (Ap 14,6)... Su riqueza y su hermosura son inagotables. Él es siempre joven y fuente constante de novedad. Él renueva nues-

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tra vida y nuestra comunidad, por eso la propuesta cristiana no envejece. Culti-ven, desde Cristo, una memoria agrade-cida. Agradezcan a sus padres el don de la vida; y si tienen que recorrer el camino del perdón por abandonos y violencias no tengan miedo de recorrerlo [4].

Corran el riesgo de saber encontrarse con el otro, con su cercanía, con su do-lor y sus reclamos, con su alegría; culti-ven el don de ustedes mismos, la con-ciencia de pertenecer a una comunidad, a la patria, a la humanidad. Apuesten al servicio y a la reconciliación, a la entre-ga y a la inclusión. Anímense a comen-zar juntos un tiempo nuevo que prea-nuncie una patria nueva que no tolere desaparición alguna, ni de personas, ni de las leyes que deben cuidar a las per-sonas, ni de instituciones que sirvan a las personas. Digan ¡No! a la mentira y a la violencia como estilo político, con-fíen en la fuerza de la paz.

No tengan miedo a Cristo. Vivan la experiencia del encuentro con Él. Aprendan a ser ante sus ojos. ¡Sean sus amigos! Desde Cristo piensen su lugar en el mundo a partir de aquellas cuatro claves que el Papa Francisco nos dejó en su primera Exhortación Apostólica para construir la paz social y que vale para todos nosotros.

Primero: El tiempo es superior al

espacio: Aprendamos a trabajar a lar-go plazo, a ser pacientes; estudiemos, aprendamos a iniciar procesos y a re-correr caminos largos, como nuestros peregrinos[5].

Segundo: La unidad prevalece sobre el conflicto. Sin ignorar las tensiones transformémoslas. Vamos más allá y miremos a las personas en su dignidad más profunda. Que la solidaridad sea nuestro modo de hacer historia. “Cris-to es nuestra paz”[6].

Tercero: La realidad es más importante que la idea. Aprendamos a descubrir y aceptar la realidad. Evitemos absolutizar lo relativo, no vivamos de relatos y decla-raciones, no nos creamos perfectos.

Cuarto: El todo es superior a la parte. Ampliemos la mirada para descubrir el bien que nos convoca, sin evasiones ni desarraigos. Hundidos y afirmados en nuestra historia sepamos cumplir nuestro deber diario. El horizonte de nuestra vida es hacer el bien a todos haciendo el bien al que está cerca de nosotros.

V.

Hermanos todos. Miremos a Nuestra Señora del Milagro. Por unos instantes volvamos a ser niños. El mundo nada puede contra un niño que duerme en

[4] Cfr. FRANCISCO, Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium, -a partir de ahora EG-, 11 [5] Cfr. EG 222-225 // [6] Cfr. EG 226-230

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el pecho de su madre. Allí, entre sus manos que dejan la corona al pie de Su Hijo nos colocamos junto a su Cora-zón. Allí ponemos la educación de los niños de Salta. ¡Que no se les prive del derecho a una educación integral que incorpora la educación religiosa! ¿Por qué dar un paso atrás en un tiempo que clama por el entendimiento respe-tuoso, capaz de vencer fundamentalis-

mos que se alimentan en el desconoci-miento del otro?

Desde el Corazón de Nuestra Seño-ra del Milagro renacemos. Queremos, Señor, renovar el Pacto de Fidelidad.

+ Mons. Mario A. Cargnello Arzobispo de Salta

Señoras y señores:

Agradezco profundamente al Institu-to “San Felipe y Santiago” la feliz ini-ciativa de homenajear la memoria de Mons. Roberto José Tavella, fundador del mismo en el 80° aniversario de la fundación.

El Dr. Patricio Colombo Murúa pre-sentó al HUMANISTA que invitó a Salta a descubrirse a sí mismo como heredera de la cultura occidental y cristiana que bebe de las fuentes origi-nadas en Grecia, en Roma y en la tra-dición bíblica judeo-cristiana.

INSTITUTO “SAN FELIPE Y SANTIAGO”80° ANIVERSARIO DE SU FUNDACIÓN

Arzobispado de Salta

5 de octubre de 2017

El Pbro. Dr. Raúl Méndez nos mos-tró al HOMBRE DE GOBIERNO pru-dente y ponderado que se apoyó en su herencia salesiana y en las raíces históricas de nuestra patria argenti-na. De la herencia salesiana surgió su especial cuidado por implementar el método preventivo que lo llevó a com-prometerse con la educación y la ges-tación de ideas para Salta. A esta luz pueden leerse sus iniciativas de fundar la Editorial “Santa Catalina” y el Dia-rio “El Pueblo”. Allí abrevó también su compromiso con la educación de los jóvenes y la promoción cultural de este pueblo. Nacieron iniciativas de in-menso valor: la fundación del Instituto

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de Humanidades, del Bachillerato Hu-manista y de la Universidad Católica de Salta. Atento a las raíces históricas de la Argentina, Mons. Tavella valoró la obra de los evangelizadores españo-les, como había conocido y divulgado la obra de los evangelizadores del sur argentino, franciscanos y salesianos.

Como hombre de gobierno Mons. Tavella supo atender los signos de los tiempos, por ello, frente a la cuestión de la justicia, respondió creando un círculo de obreros en Salta. Además supo valorar al clero salteño dando muestras de su aprecio por ellos.

El Dr. Gustavo Barbarán ponderó la INTELIGENTE Y PROFUNDA VI-SIÓN de Mons. Tavella y nos habló de su Bachillerato Humanista Moderno.

Por último, el Dr. Rodolfo Gallo pre-sentó la Universidad Católica de Salta como fruto de la visión generosa de Tavella. Hoy la Universidad cobija e ilumina trascendiendo los límites de Salta; por ello se vive como un desafío que compromete a vivir la tarea uni-versitaria como una misión. Informó acerca del compromiso de reabrir la cátedra de historia e impulsar la edito-rial universitaria.

Quisiera agregar dos notas que nos ayuden a conocer y a valorar la figura

inmensa del primer arzobispo de Salta: su sentido misionero y su amor a la po-breza. Respecto a lo primero, es bueno recordar sus visitas al norte salteño. En años en los cuales los viajes no tenían las comodidades que hoy ofrecen los me-dios de movilidad, Mons. Tavella supo llegar a su extensísima arquidiócesis que abarcaba todo el territorio de la provin-cia. De esos viajes surge la iniciativa de crear la diócesis de Orán en 1961. Por otra parte, aún quedan testigos de su preocupación por llegar con el anuncio del Evangelio y la propuesta de la cate-quesis a los barrios alejados del centro de la ciudad. Era audaz y generoso, cuidaba la vida espiritual de sus fieles, por eso se preocupó de profundizar el contenido auténtico de las fiestas del Milagro.

Respecto a su vida austera y pobre. La familia del Dr. Oscar Cornejo es testigo de la situación de necesidad con la que enfrentó su enfermedad que lo llevó al final de su vida. No tenía ni sábanas. Es interesante advertir que su última recomendación a sus presbíte-ros fue ésta: ¡Amen la pobreza!.

Hoy lo recordamos y agradecemos al Señor por habernos dado este buen pas-tor, al estilo de Jesús. Muchas gracias.

+ Mons. Mario A. Cargnello

Arzobispo de Salta

INFORMES DE ADMINISTRACIÓN DEL ARZOBISPADO DE SALTA

- 2015 -

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PERIODOS: ENERO A DICIEMBRE DE 2.015

INGRESOS

INGRESOS ORDINARIOSSALDO INICIO 367.181,03COLECTAS IMPERADAS COLECTA PRO - AFRIS 2.475,00MIGRANTES 6.935,00CARITAS 276.524,95TIERRA SANTA 99.605,55OBOLO SAN PEDRO 19.056,50MAS x MENOS 473.939,60MISIONES 49.802,60APORTES DE ENTES EDUCACIONALES 273.100,00APORTES DE SACERDOTES 2.200,00VENTA DE LIBROS 65.580,00SEGUROS DE RESPONSABILIDAD CIVIL 8.200,00SEGURO AUTOMOTOR 44.655,75OBRA SOCIAL IPSS 72.453,00UNIVERSIDAD CATOLICA 1.279.00,00DONACIONES DE MAS VENTAS 12.000,00ARRIENDOS FINCA LA VIÑA 131.911,00ALQUILERES CASA TRES CERRITOS 55.600,00SERVIDUMBRE DE PASO 2.206,80ALQUILERES DPTO 25 DE MAYO 31.500,00APORTE INST.ROSARIO DE LERMA 295.700,00APORTES DE PARROQUIAS 334.603,90ALQ P/ ESC. EL GALPÓN 100.300,00OTRO INGRESOS 181.834,74DEVOLUCIÓN DE PRESTAMOS 152.316,93FONDOS FORMACION SACERDOTAL 16.323,74TOTAL INGRESOS ORDINARIOS 4.355.006,09INGRESOS EXTRAORDINARIOS

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FONDOS PARA OBRA 378.000,00APORTE PARA COMPRA DE RODADOS 115.200,00TOTAL INGRESOS EXTRAORDINARIOS 493.200,00INGRESOS POR TRANSFERENCIASC.E.A. FDOS-OBISPO 293.505,00C.E.A. FDOS- 405.098,00C.E.A. FDOS-P. FRONTERAS 416.700,00MAS x MENOS DIÓCESIS NECESITADAS 300.000,00TRANSF. PARA FIDES 93.272,00DONACIONES PARROQUIAS 1.433.894,31TOTAL INGRESOS POR TRANSFERENCIAS 2.942.469,31TOTAL DE INGRESOS A LA FECHA 7.790.675,40

EGRESOS ORDINARIOSCOLECTAS IMPERADASCOLECTA LAS PRO AFRIS 4.885,00CARITAS 279.657,43COLECTA MIGRANTES 8.980,00TIERRA SANTA 100.242,00COLECTA CARIDAD AL PAPA 38.249,50COLECTA MISIONES 24.598,30MAS x MENOS 470.895,85GASTOS CASA ARZOBISPAL 154.941,22COMPRA DE LIBROS 60.573,95PAPELERIA Y UTILES 56,161,95PAGO IPSS (OBRA SOCIAL) 73.075,38SEGURO AUTOMOTOR 76.235,94SEGURO DE RESPONSABILIDAD CIVIL 13.977,72GASTOS ADMINISTRATIVOS 9.545,00GASTOS JUDICILAES 64.908,00SUBS.FIDES APORTE ARZOBISPADO 60.573,00FIDES Y MUTUAL SAN PEDRO 14.812,00

EGRESOS

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FIDES Y MUTUAL APORTE ARZOBISPADO P/SACER-DOTES

20.735,00

SUELDOS DEL PERSONAL 652.852,71CARGAS SOCIALES 461.343,67HONORARIOS ESPECIALES 277.655,00HONORARIOS COMISION JUDICIAL 33.600,00HONORARIOS INST.ROSARIO DE LERMA 242.890,00HONORARIOS ESCUELA LA CANDELARIA 44.350,00HONORARIOS VARIOS 53.000,00ALQUILERES EL GALPON 98.600,00ALQUIELRES P/HOGAR SAN JOSE 31.500,00SERVICIOS PUBLICOS 50.030,11TRIBUNAL INTERDIOCESANO TUCUMAN 23.250,00FLETES 9.227,26SUSCRIPCIONES VARIAS 1.500,00CORRESPONDENCIA 50.098,00APORTE CONFERENCIA EPISCOPAL ARGENTINA 16.722,10GASTOS BANCARIOS 14.140,11MANTENIMIENTO Y REP. AUTOMOTORES 56.414,08COMBUSTIBLES Y LUBRICANTES 13.965,04VIAJES Y ESTADIAS 44.748,25MANT.Y REP. CASA ARZOB. 78.704,43GASTOS FINCA ORCO HUASI 836,09GASTOS HOMENAJES Y CORTESIAS 92.310,73GASTOS DE PRENSA 16.559,13SUBSIDIOS VARIOS 61.408,56OTROS EGRESOS 159.022,38COMPRAS DE BIENES DE USO 11.297,99PRESTAMOS OTORGADOS 134.946,14FONDOS FORMACION SACERDOTAL 23.464,24TOTAL EGRESOS ORDINARIOS 4.303.576,05FONDOS PARA OBRAS 390.958,33TOTAL EGRESOS EXTRAORDINARIOS 390.958,33EGRESOS POR TRANSFERENCIAS SEMINARIOS SALTA 290.408,00SEMINARIO TUCUMAN 146.000,00

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PARROQUIA DE FRONTERAS 348.977,00SUBSIDIO FIDES (por transferencias) 93.272,00DONACIONES 1.302.676,31MAS X MENOS DIOCESIS MAS NECESITADAS 305.000,00TOTAL EGRESOS POR TRANSFERENCIAS 2.486.333,31TOTAL DE EGRESOS A LA FECHA 7.180.867,69TOTAL DE INGRESOS 7.790.675,40TOTAL DE EGRESOS 7.180.867,69SUPERAVIT 609.807,71

INFORMEARZOBISPADO DE SALTA

- 2016 -

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INGRESOS ORDINARIOS SALDO INICIO 609.807,71COLECTAS IMPERADAS COLECTA PRO - AFRIS 1.517,00MIGRANTES 5.300,00CARITAS 276.572,85TIERRA SANTA 98.040,65CONGRESO EUCARISTICO 146.251,05OBOLO SAN PEDRO 7.714,00MAS x MENOS 558.116,25MISIONES 56.393,00APORTES DE ENTES EDUCACIONALES 90.000,00APORTES DE SACERDOTES 11.700,00VENTA DE LIBROS 119.172,00SEGUROS DE RESPONSABILIDAD CIVIL 15.701,00SEGURO AUTOMOTOR 57.466,56OBRA SOCIAL IPSS 106.060,00UNIVERSIDAD CATOLICA 1.883.063,08DONACIONES DE MAS VENTAS 12.000,00ARRIENDOS FINCA LA VIÑA 233.603,00ALQUILERES CASA TRES CERRITOS 70.500,00SERVIDUMBRE DE PASO 3.603,60ALQUILERES DPTO 25 DE MAYO 37.240,00APORTE INST.ROSARIO DE LERMA 141.250,00APORTES DE PARROQUIAS 393.440,00ALQ P/ ESC. EL GALPÓN 118.500,00ALQUILER LOCALES CALLE CASEROS 50.668,75CONTRIBUCIONES CASA JUAN XXIII 80.085,76CONTRIBUCIONES HOGAR HIJOS DE MARIA 70.055,39APORTE FINCA ORCO HUASI 2.562,00OTRO INGRESOS 69.399,64

INGRESOS

PERIODOS:ENERO A DICIEMBRE DE 2.016

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DEVOLUCIÓN DE PRESTAMOS 220.326,58FONDOS FORMACION SACERDOTAL 67.954,00TOTAL INGRESOS ORDINARIOS 5.614.063,87INGRESOS EXTRAORDINARIOS BUSTO MONSEÑOR PEREZ 10.000,00FAZENDA 4.000,00APORTE PARA COMPRA DE RODADOS 388.183,00TOTAL INGRESOS EXTRAORDINARIOS 402.183,00INGRESOS POR TRANSFERENCIAS C.E.A. FDOS-OBISPO 417.251,00C.E.A. FDOS- SEMINARIO 519.536,00C.E.A. FDOS-P. FRONTERAS 572.976,00MAS x MENOS DIÓCESIS NECESITADAS 340.000,00TRANSF. PARA FIDES 154.580,00DONACIONES PARROQUIAS 2.752.891,80SUB. CEA Y SEC. DE CULTO 360.000,00APORTE DE PQUIAS. P/CONGRESO EUCARISTICO 16.500,00TOTAL INGRESOS POR TRANSFERENCIAS 5.133.734,80TOTAL DE INGRESOS A LA FECHA 11.149.981,67

EGRESOS ORDINARIOS COLECTAS IMPERADAS CARITAS 277.872,88COLECTA MIGRANTES 6.935,00TIERRA SANTA 94.513,65COLECTA CONGRESO EUCARISTICO 146.251,05COLECTA MISIONES 48.802,60MAS x MENOS 562.160,00GASTOS CASA ARZOBISPAL 181.865,03COMPRA DE LIBROS 100.044,51PAPELERIA Y UTILES $ 54.228,39PAGO IPSS (OBRA SOCIAL) 125.550,00SEGURO AUTOMOTOR 76.137,02SEGURO DE RESPONSABILIDAD CIVIL 20.745,66GASTOS ADMINISTRATIVOS 4.453,00

EGRESOS

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GASTOS JUDICILAES 72.548,00SUBS.FIDES APORTE ARZOBISPADO 89.700,00FIDES Y MUTUAL SAN PEDRO 27.815,00FIDES Y MUTUAL APORTE ARZOBISPADO P/SACER-DOTES

58.958,00

SUELDOS DEL PERSONAL 814.518,91CARGAS SOCIALES 528.924,11HONORARIOS ESPECIALES 580.961,29HONORARIOS COMISION JUDICIAL 41.400,00HONORARIOS INST.ROSARIO DE LERMA 119.400,00HONORARIOS ESCUELA LA CANDELARIA 20.500,00HONORARIOS VARIOS 110.668,75ALQUILERES EL GALPON 127.000,00ALQUIELRES P/HOGAR SAN JOSE 37.240,00SERVICIOS PUBLICOS 76.917,05TRIBUNAL INTERDIOCESANO TUCUMAN 39.990,00FLETES 3.701,58SUSCRIPCIONES VARIAS 2.100,00CORRESPONDENCIA 76.221,00APORTE CONFERENCIA EPISCOPAL ARGENTINA 25.466,02GASTOS BANCARIOS 19.698,36MANTENIMIENTO Y REP. AUTOMOTORES 25.452,00COMBUSTIBLES Y LUBRICANTES 21.277,12VIAJES Y ESTADIAS 5.035,77MANT.Y REP. CASA ARZOB. 128.945,14GASTOS FINCA ORCO HUASI 2562,05GASTOS HOMENAJES Y CORTESIAS 47.501,72GASTOS DE PRENSA 30.417,75SUBSIDIOS VARIOS 102.676,65OTROS EGRESOS 45.881,29COMPRAS DE BIENES DE USO 8.916,00PRESTAMOS OTORGADOS 207.374,70FONDOS FORMACION SACERDOTAL 26.304,52TOTAL EGRESOS ORDINARIOS 5.225.631,57BUSTO MONSEÑOR PEREZ 10.000,00FAZENDA 178.349,95

56

COMPRA DE RODADOS 496.983,00TOTAL EGRESOS EXTRAORDINARIOS 685.332,95EGRESOS POR TRANSFERENCIAS SEMINARIOS SALTA 393.344,00SEMINARIO TUCUMAN 112.000,00PARROQUIA DE FRONTERAS 541.747,00SUBSIDIO FIDES (por transferencias) 154.580,00DONACIONES PARROQUIAS 2.847.366,80MAS X MENOS DIOCESIS MAS NECESITADAS 405.000,00SUB. CEA Y SEC. DE CULTO 360.000,00APORTE DE PQUIAS. P/CONGRESO EUCARISTICO 16.500,00TOTAL EGRESOS POR TRANSFERENCIAS 4.830.537,80TOTAL DE EGRESOS A LA FECHA 10.741.502,32TOTAL DE INGRESOS 11.149.981,67TOTAL DE EGRESOS 10.741.502,32SUPERAVIT 408.479,35

DECRETOS

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Decreto Arzobispado 01 / 201702/01, designa Representante Legal

del Instituto Bicentenario “María Rei-na” a la Sra. Cristina Raquel BOLLA-DA Vencimiento: 03/02/21

02 / 201702/01, designa Director Pastoral del

Instituto Bicentenario María Reina al Pbro. Roberto TOLEDO Vencimiento: 03/02/21

03 / 201702/01, designa Directora y Vice Di-

rectora del Instituto Bicentenario Ma-ría Reina Vencimiento: 04/02/17

04 / 201702/01, creación y reglamento de la Es-

cuela Bíblica “Fray Mamerto Esquiú”. 05 / 201713/01, incorporación a la Arquidió-

cesis del Diácono Daniel Blanco (Inst. Religioso San Juan Bautista)Vencimiento: 13/01/21

06/ 201701/02, designa Directora del Colegio

de Montaña El Alfarcito, a la Prof. Pau-la Andrea Zapata Vencimiento: 01/02/18

07/ 201703/02. Aprueba dictamen de la Comi-

sión Evaluadora de la Supervisora de Enseñanza Religiosa Sandra Elizabeth Ríos

08/ 201706/02, Missio Canónica para enseñar

en UCASAL al Prof. José Marcelo Vera Vencimiento: 7/02/18

09/ 201706/02, Missio Canónica para enseñar

en UCASAL a la Prof. Dra. Daniela Martinis Mercado Vencimiento: 7/02/18

10/ 201706/02, Missio Canónica para enseñar en

UCASAL al Prof. Pbro. José Carlos Aguilera Vencimiento: 7/02/18

11/ 201706/02, Missio Canónica para enseñar en

UCASAL al Prof. Guillermo VillagránVencimiento: 7/02/18

12/ 201706/02, Missio Canónica para enseñar

en UCASAL a la Dra. María Pía Mo-reno.Vencimiento: 7/02/18

13/ 201706/02, Missio Canónica para enseñar

en UCASAL al Lic. Enrique Rojas Vencimiento: 7/02/18

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14/ 201706/02, Missio Canónica para enseñar

en UCASAL al Lic. Gustavo Javier Ro-dríguez. Vencimiento: 6/02/18

15/ 201706/02, Missio Canónica para enseñar

en UCASAL a Fernando René Gonzá-lez .Vencimiento: 6/02/18

16/ 201706/02, Missio Canónica para enseñar

en UCASAL al Lic. Claudia Ramírez Vencimiento: 6/02/18

17/ 201706/ 02, Missio Canónica para enseñar

en UCASAL al Pbro. Luis Talló Figue-roa.Vencimiento: 6/02/18

18/ 201706/02, Missio Canónica para ense-

ñar en UCASAL al Prof. Lic. Horacio CornejoVencimiento: 6/02/18

19/ 201706/02, Missio Canónica para ense-

ñar en UCASAL a la Prof. Ing. Desiree Ambrosio.Vencimiento: 6/02/18

20/ 201706/02, Missio Canónica para enseñar

en UCASAL a la Ing. María Garcia Gambetta.Vencimiento: 6/02/18

21/ 201706/02, Missio Canónica a la Prof.. Lic.

Beatriz Romero para enseñar en UCA-SAL. Vencimiento: 6/02/18

22/ 201706/02, Missio Canónica a la Lic.

Analía Ibáñez Sierra para enseñar en UCASAL.Vencimiento: 6/02/18

23/ 201706/02, otorga prórroga de designa-

ción a la Directora Colegio Secundario “San José”, Carolina de los Ríos Vencimiento: 6/02/20

24/ 201707/02, otorga prórroga al Párroco de

Santa Rita de Casia (Rosario de Ler-ma), Pbro. Alejandro Pezet. Vencimiento: 07/02/23

25/ 201713/02, Missio Canónica al Pbro. Lic.

Jorge Antonio Manzaráz para enseñar en UCASAL Vencimiento: 13/02/18

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26/ 201713/02, Missio Canónica al Pbro. Lu-

cio Francisco Ajaya para enseñar en UCASAL Vencimiento: 13/02/18

27/ 201713/02, Missio Canónica al Pbro. Os-

valdo Daniel Climent para enseñar en UCASAL Vencimiento: 13/02/18

28/ 201713/02, Missio Canónica al Pbro. Os-

car Daniel Ossola para enseñar en UCASAL.Vencimiento: 13/02/18

29/ 201713/02, Missio Canónica al Pbro. Dr.

Pablo María Pagano para enseñar en UCASAL.Vencimiento: 13/02/18

30/ 201713/02, Missio Canónica al Pbro. Raúl

Ernesto Fleckenstein para enseñar en UCASAL Vencimiento: 13/02/18

31/ 201713/02, Missio Canónica al Pbro. Luis

Alberto Pastrana para enseñar en UCASALVencimiento: 13/02/18

32/ 201713/02, Missio Canónica al Pbro. Raúl

Javier Mamaní para enseñar en la UCASALVencimiento: 13/02/18

33/ 201713/02, Missio Canónica a la Lic. Silvia

Peralta Díaz para enseñar en UCASALVencimiento: 13/02/18

34/ 201701/03, designa Asesor Espiritual del

B.H.M. al Pbro. Cayetano Juan Gabriel Altamirano Vencimiento: 01/03/20

35/ 201701/03, designa al Pbro. Javier Natalio

Cruz, Párroco de la Parroquia “Nuestra Señora del Valle” en General Güemes. Vencimiento: 01/03/23

36/ 201713/03, designa Representante Legal

de la Escuela “Dr. Ernesto Solá” a la Sra. Stella Maris Cano Ballestero. Vencimiento: 13/03/20

37/ 201714/03, Constitución Tribunal Dioce-

sano para las causas de nulidad matri-monial y designación de miembros. Vencimiento: 14/03/23

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38/ 201717/03, otorga Licencias Eclesiásticas

para celebrar los sacramentos al R. P. Javier Alberto Bonechi sdb.

39/ 201717/03, designa Vicario Parroquial

de la Parroquia “Nuestra Señora del Huerto”, con dedicación a Vicaria “Se-ñor del Milagro”, al R. P. Javier Alberto Bonechi sdb. 40/ 201720/03, indulto de salida definitiva del

Instituto Discípulas de Jesús de San Juan Bautista a la Hna. Maira Fernan-da Soledad Farfán

41/ 201720/03, indulto de salida del Instituto

Discípulos de Jesús de San Juan Bautis-ta a Samuel Martínez (Hermano Bau-tista José).

42/ 201720/03, indulto de salida del Instituto

Discípulos de Jesús de San Juan Bau-tista al Diácono Javier Humberto Pas-trana Barrios.

43/ 201720/03, Constitución y designación de

miembros de la Delegación Arquidio-cesana de Pastoral de la Niñez.

44/ 201705/04, designa Vicario de la Parro-

quia “Santa Teresa de Jesús” al R. P. Alfredo Martín Bravo OSA 45/ 201705/04, otorga Licencias Ministeriales

para celebrar los sacramentos al R. P. Alfredo Martín Bravo OSA

46/ 201712/ 04, admisión a las Sagradas Orde-

nes al seminarista Carlos Gabriel Ába-los. 47/ 201712/04, admisión a las Sagradas Orde-

nes al seminarista Lucas Matias Ríos. 48/ 201708/05, otorga el ministerio del Acolita-

do al seminarista Marcos José Algorta.

49/ 201708/05, otorga el Ministerio del Dia-

conado al Acólito Daniel Alejandro Ochoa.

50/ 201709/05, otorga licencia al Pbro. Dr. Julio

Méndez, como Rector del Instituto en Ciencias Sagradas “Mons. Roberto Tave-lla”.

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51/ 201709/05, designa Administrador Parro-

quial de la Cuasi Parroquia “Señor de la Divina Misericordia” al Pbro. Ga-briel Altamirano. Vencimiento: 19/05/23

52/ 201715/05, designa Notario ad- hoc al

Pbro. Lucio Ajaya, a cargo de Mons. Martín Elizalde (Investigación causas) 53/ 201723/05, designa Asesor Espiritual del

Movimiento Palestra al Pbro. Gabriel Altamirano.

54/ 201723/05, adscripción del Diácono Daniel

Ochoa a la Parroquia Nuestra Señora del Rosario (Rosario de la Frontera)

55/ 201724/05, otorga prórroga como Párroco

al Pbro. Jorge Luis Nanterne en la Pa-rroquia “Nuestra Señora de las Merce-des” en El Carril. Vencimiento: 24/05/23

56/ 201724/05, otorga prórroga como Decano

del Decanato Sur, al Pbro. Víctor Yur-quina, Párroco de la Parroquia “Nues-tra Señora del Rosario” de Rosario de la Frontera. Vencimiento: 24/05/20

57/ 201726/05, permiso para ausentarse de la

Arquidiócesis al Pbro. Arturo Gómez Augier.

58/ 201714/06, creación de la Comisión Ad-

ministrativa Finca “Orco Huasi” del Arzobispado de Salta

59/ 201715/06, designa Administrador Ejecu-

tivo de la Finca “Orco Huasi” al Pbro. Pablo Castro

60/ 201726/06, otorga prórroga de designa-

ción al Pbro. Sergio Sévola, Párroco de la Parroquia “Santa Rita de Casia”. 61/ 201727/06, designa delegados del Consejo Ar-

quidiocesano de Pastoral para la Familia. Vencimiento: 26/06/21

62/ 201727/06, indulto de salida del Instituto

San Juan Bautista del Hno. Esteban (Juan José Deguer)

63/ 201730/06, otorga prórroga de designa-

ción del Prof. Francisco Fernández como Rector del Instituto Seminario N° 8118.Vencimiento: 30/06/23

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64/ 201724/07, designa al Pbro. Osvaldo Daniel

Climent, Párroco de la Parroquia “Nati-vidad del Señor y Sagrada Familia”Vencimiento: 24/07/23

65/ 201725/07, designa Director de la Escue-

la de Diaconado Permanente al Pbro. Osvaldo Daniel Climent. Decreto Arzobispado 66/ 201725/07, designa al Pbro. José León Au-

frede Párroco de la Parroquia “Santo Domingo de Guzmán” en Joaquín V. González. Vencimiento: 25/7/23

67/ 201727/07, designa al Pbro. Mario Maita

Párroco de la Parroquia “San José” en Metán. Vencimiento: 27/7/23

68/ 201702/08, designa Asesor Espiritual del

Servicio Sacerdotal de Urgencia al Pbro. Christian SuárezVencimiento: 02/08/20

69/ 201704/ 08, designa Administrador Parro-

quial de la Parroquia María Madre de la Iglesia al Pbro. Víctor Cáseres.Vencimiento: 04/08/23

70/ 201704/08, designa Comisión Directiva

del Servicio Sacerdotal de UrgenciaVencimiento: 04/8/20

71/ 201728/08, indulto de salida del Institu-

to Clerical Hermanos Discípulos de Jesús de San Juan Bautista a Pablo Di Rosa (Hermano Lucas Miguel) 72/ 201706/09, designación del Consejo Supe-

rior del Instituto de Humanidades Ba-chillerato Humanista Moderno Vencimiento: 06/9/20

73/ 201720/09, designación de la Comisiona-

da de la Pastoral Scout, Rosa Yanina Salvatierra Vencimiento: 20/9/18

74/ 201728/09, designación del Capellán del

Hospital “Oscar H. Costas” de Joaquín V. González al Pbro. José León Aufrede 75/ 201704/10, autorización para continuar

funcionando al Grupo Nuestra Señora de las Lágrimas Vencimiento: 04/10/22

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76/ 201727/10, prórroga de designación del

Pbro. Martín Farfán en la Parroquia “De la Resurrección del Señor y Nues-tra Señora de Aparecida” de Vaqueros .Vencimiento: 27/10/20

77/ 201730/10, designación como Represen-

tante Legal de la Escuela Parroquial “Nuestra Señora de la Candelaria” a Lic. Carolina de los RíosVencimiento: 01/11/20

78/ 201701/11, designa Representante Legal

del Instituto N° 8084 Rosario de Ler-ma al Ing. Martín Danilo QuipildorVencimiento: 01/11/20

79/ 201701/11, designa Director del Hogar

“Hijos de María” al Pbro. Loyola Pinto y de SancristóvalVencimiento: 01/11/20

80/ 201727/11, designación de miembros del

Tribunal Metropolitano Vencimiento: 27/11/23

81/ 201707/12, designación del Pbro. Sergio

Chauque, Párroco de la Parroquia “Nuestra Señora del Rosario” de la ciu-dad de Apolinario Saravia. Vencimiento: 07/12/23

82/ 201707/12, designación del Pbro. Chris-

tian Marcelo Suárez, Párroco de la Pa-rroquia “María Reina de la Paz”Vencimiento: 07/12/23

83/ 20177/12, designación del Pbro. Pablo Os-

car Martínez, Párroco de la Parroquia “San Ezequiel Moreno”Vencimiento: 07/13/23

84/ 20177/12, designación del Pbro. Matías

Jerez , Vicario de la Parroquia María Reina, con dedicación a Vicaria Nues-tra Señora de Lourdes. Vencimiento: 07/12/20

85/ 201714/12, designación de la Comisión de

Cursillo de Cristiandad. 86 201714/12, designación del R. P. Ariel Fes-

sia OSA, Vicario de la Parroquia “San-ta Teresa de Jesús”

87/ 201727/12, designación de la Comisión

Directiva Movimiento Familiar Cris-tiano Vencimiento: 27/12/20

NOTICIAS DEL ARZOBISPADO DE SALTA

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Convocados por el Departamento de Misión y Espiritualidad del Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam), tuvo lugar, del 13 al 17 de febrero, en el Seminario Mayor diocesano de San Cristóbal de Las Casas, en el estado mexicano de Chiapas, un Encuentro de los delegados de las Comisiones Episcopales de Liturgia de América Latina y el Caribe, para reflexionar y compartir el estudio y el fomento de la Liturgia como celebración simbólica, impulsando los estudios y la colabora-ción indispensables para una correcta inculturación y una sana creatividad. En la clausura del Encuentro se pre-sentó una Declaración conjunta.

Este Encuentro contó con la presen-cia de 11 obispos, entre ellos Mons. Mario Antonio Cargnello, arzobispo de Salta y presidente del Departamento de Misión y Espiritualidad del Celam; Mons. Luis Alberto Fernández, obispo de Rafaela y presidente de la Comisión de Liturgia del Episcopado Argentino y Mons. Armando José María Rossi,

MONS. CARGNELLO PARTICIPÓ DEL ENCUENTRO DE LOSDELEGADOS DE LAS COMISIONES EPISCOPALES DE

LITURGIA DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE

San Cristóbal de la Casas (Chiapas – México)

16 de febrero de 2017

obispo de Concepción y delegado de la CEA para la Pastoral de Santuario.

Junto a estos prelados participaron secretarios ejecutivos y miembros de las Comisiones Episcopales de Litur-gia de la Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Costa Rica, Cuba, Chile, Ecuador, Guatemala, Honduras, Mé-xico, Nicaragua, Panamá, Perú, Puerto Rico, Uruguay y Venezuela.

Mensaje final del encuentro de Li-turgia

Reunidos en la ciudad de San Cristó-bal de las Casas a un año de la visita del Santo Padre Francisco a esta Igle-sia particular, queremos dar gracias al Dios Uno y Trino, que por el Misterio pascual de Cristo camina con su pueblo en la historia.

Las Iglesias en América Latina y el Caribe, en su peregrinar desde la siem-bra del Evangelio, y de forma especial a partir del Concilio Vaticano II, han

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venido promoviendo la inculturación de la liturgia. En este sentido, han sido muchos los encuentros organizados por el CELAM para reflexionar sobre esta realidad.

Constatamos que hoy vivimos una nueva civilización, que muchos llaman cambio de época o globalización. Esta nueva cultura emergente y envolvente afecta a nuestros pueblos a todo nivel (pueblos originarios, afroamericanos, jóvenes, etc). Estas culturas nos de-safían a comprenderlas y a entrar en comunión con ellas para que se pueda vivir y celebrar el misterio pascual.

Nuestra piedad popular es un modelo de inculturación a seguir, pues el pue-blo tradujo en su lenguaje y gestos con la fuerza del Espíritu Santo la vivencia de la fe. Por ello hemos de entrar en co-munión con la fe vivida por nuestros pueblos.

Queremos animar a las Iglesias en América Latina y el Caribe, ahora que hemos vivido este encuentro, a seguir sin temor los procesos de inculturación de la liturgia. La reflexión y las expe-riencias no deben cesar. Este camino debe ser guiado por principios teológi-cos centrados en el Misterio pascual. La encarnación y la liturgia que manifiesta

a la Iglesia, deben ser los principios di-namizadores de la inculturación litúr-gica.

De igual, forma hemos de seguir unos criterios litúrgicos que orienten la varie-dad legítima y el cuidado permanente de la relación entre la fe y la celebración litúrgica. La finalidad de la incultura-ción litúrgica es la participación de la asamblea. Para realizarla, es preciso cultivar el aprecio por la diversidad de las culturas y sus cambios, teniendo en cuenta el espíritu y la naturaleza de la liturgia. Además, es fundamental for-talecer la buena formación litúrgica de todo el pueblo de Dios, en especial de los que guían estos procesos. La autoridad de la Iglesia es la rectora de los procesos de inculturación litúrgica.

En esta diócesis, que nos ha acogido, hemos sido testigos de que la incultu-ración de la liturgia es posible, con dis-cernimiento, acompañamiento y comu-nión con las culturas.

Invocamos a nuestra Señora de Gua-dalupe, Patrona de América, modelo excelente de inculturación, para que nos acompañe en este caminar comprome-tiéndonos más con estos procesos.

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VISITA DE S.E.R. MONS. LUIS FRANCISCO LADARIA FERRER, PREFECTO DE LA CONGREGACION PARA LA

DOCTRINA DE LA FE

Celebración Eucarística Catedral Basílica de SaltaDomingo 9 de Julio

Homilía

Sr. Arzobispo, queridos Sacerdotes concelebrantes, queridos hermanos:

Es para mí un honor y un placer ce-lebrar esta Eucaristía con ustedes. Le doy gracias al Sr. Arzobispo que me ha invitado a hacerlo.

Las lecturas que hemos escuchado, especialmente el Evangelio de San Mateo, nos colocan en el corazón mis-mo de nuestra Fe cristiana. El texto que hemos escuchado es uno de los más fuertes, más centrales del Nuevo Testamento. ¿Qué nos dice Jesús? En primer lugar, que son bienaventurados

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los pequeños, los pobres, los humil-des y no, quienes se creen ser algo en este mundo. Y con esto, nos habla de sí mismo, que ha venido al mundo y se nos ha presentado en la humildad; y no, desde el poder violento, sino desde el poder de la bondad, de la persua-sión, como Dios, nuestro Padre. Y de ahí viene precisamente el núcleo fun-damental, revelándose Jesús con esta pobreza, con esta humildad nos ha dicho la palabra última y definitiva so-bre Dios, nos ha dicho que Dios es su Padre y que Él es el Hijo y, que entre el Padre y el Hijo, existe un mutuo co-nocimiento que va más allá de lo que nosotros podamos pensar, pero que es una intimidad profunda de amor en el Espíritu Santo.

Jesús nos dice que ha recibido del Pa-dre un encargo, que es develado. Na-die conoce al Padre más que el Hijo, y aquellos a quienes el Hijo lo quiere revelar. Y el Señor ha recibido este encargo, de revelar a todos, pero espe-cialmente a los pobres y a los sencillos, es decir, a los que tienen el corazón abierto, a los que no se cierran, a quie-nes se abren a Dios y a los misterios del Padre.

Nosotros los cristianos somos los que hemos recibido esta revelación, somos los que en el Bautismo fuimos hechos Hijos de Dios, y por eso tene-

mos que vivir nuestra filiación divina juntamente con Jesús, en este misterio profundo de amor y de unión de la Santísima Trinidad.

Este texto que hemos escuchado, se llama habitualmente entre los co-mentaristas del Nuevo Testamento, el himno de júbilo. ¿Por qué? Porque en el paralelo de San Lucas, a este texto tenemos una introducción bellísima que no dice: “En aquel momento, se llenó de gozo Jesús en el Espíritu Santo y dijo: “Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra” (Lucas 10:21). Jesús vive esta filiación en el gozo, en el pro-fundo gozo y no en el gozo mundano ni superficial, no en el gozo del ruido sino en el gozo del Espíritu Santo, ese gozo profundo que penetra lo más ín-timo de nuestra alma y que hace que nosotros podamos vivir según el Es-píritu, como nos decía San Pablo, los hijos que viven en el Espíritu, estos son los hijos como Jesús, el Hijo de Dios, que exultan, llenan y están llenos de gozo en el Espíritu Santo y, a partir de este gozo, Jesús vive su entrega total a nosotros, su entrega total de amor has-ta la muerte en la Cruz. Veneramos al Señor del Milagro, el Señor crucifica-do, el Señor que se ha entregado hasta la muerte, hasta el final por nosotros, con el gozo de cumplir la voluntad del Padre y de revelarnos el amor del Pa-dre. Por eso el Señor nos invita a acu-

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dir a Él diciéndonos: Vengan a mí los que están agobiados, vengan a mí los que nos saben qué hacer con el peso de sus vidas, porque yo los aliviare, porque mi yugo es suave, mi carga es ligera, porque yo soy paciente y humil-de de corazón. Ahí tenemos nosotros el modelo de esta filiación, Jesús pues-to delante de nosotros, toda su vida es una filiación y unión con el Padre y a esta unión somos llamados nosotros, en virtud de nuestro bautismo. El Se-ñor nos llama a vivir íntimamente esta unión con Él y con el Padre, en el gozo del Espíritu Santo.

San Pablo nos hablaba de la vida se-gún el Espíritu, es la vida según Cristo, es la vida que desemboca en la Resu-rrección, es la vida que no acaba, es la vida que nos renueva constantemente desde lo más profundo de nuestro ser y nos lleva a la vida eterna, que perma-nece y no la vida de la carne.

Nuestra filiación lleva consigo inevi-tablemente nuestra fraternidad, somos hijos del mismo Padre, somos herma-nos. Somos los hermanos de Jesucristo, somos hermanos entre nosotros y ahí tenemos esta profunda unión que el Señor nos ha enseñado entre el amor de Dios, el amor al prójimo. Y si Dios no tiene fronteras en su amor tampoco nosotros podemos tener fronteras en nuestro amor, esta es nuestra vida de

hijos, esta es nuestra vida de herma-nos, nuestra vida que es participación real, aunque misteriosa, en esta unión profunda con el Padre, el Hijo y el Es-píritu Santo.

Queridos hermanos, que el Señor nos conceda su bendición a todos nosotros. Que el Señor le conceda a Argentina, en esta fecha tan señalada en su historia que hoy se celebra, que la vida cristiana este aquí siempre presente. Que esta unión de las divinas personas que el Señor quiere comunicarnos a nosotros, nos ayude a ser partícipes de este gozo y de esta unión, que fructifique en frutos de fraternidad, de amor, de paz, de justicia entre todos, para que verdaderamente nuestra vida sea la de hijos de Dios, de hermanos de Jesucristo, de aquellos que tienen a Dios como Padre, esto tiene que ser nuestro primer timbre de gloria. Tenemos a Dios como Padre, porque Jesucristo es nuestro hermano mayor, eso es la mejor garan-tía de nuestra vida, de nuestra felicidad, no solamente en este mundo, sino sobre todo en la vida eterna.

+ Mons. Luis Francisco Ladaria Ferrer

Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe

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El día Lunes 10 de julio se llevó a cabo la Conferencia “La Antropología Cristiana como propuesta de un nue-vo Humanismo”. Aprobada por Reso-lución Rectoral 958/17. La misma fue organizada por el Vicerrectorado de Formación de la Universidad Católica de Salta y se realizó el día Lunes 10 de julio del 2017 en el Teatro de la Iglesia “San Alfonso”. (Leguizamón Nº 812).

La conferencia inició a hs 18:30 y es-tuvo destinada a la comunidad univer-sitaria de UCASAL, Sacerdotes, pro-fesores de Religión, Catequistas, Con-gregaciones religiosas, Movimientos e Instituciones de la Arquidiócesis de Salta y público interesado en la temá-tica. Cabe destacar que se contó con la participación de más de 300 personas.

En dicha Conferencia Mons. Luis Francisco Ladaria Ferrer sj. fue desig-nado Ilustre Visitante de la UCASAL mediante Resolución Rectoral 983/17, el Rector de la UCASAL, Ing. Rodol-fo Gallo Cornejo explicó que “en estas tierras, la Fe es parte de nuestra vida, es connatural con nuestra existencia des-de que llegamos a esta tierra (los que hemos nacido en ella y los que llegan a la misma) y los valores que de ella se derivan son aprendidos desde nuestra

infancia, por lo cual no creo que sea casualidad que haya llegado aquí una semana después de que se anuncia-ra su designación como Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Dicasterio más que importante para la vida de la Iglesia y, en conse-cuencia, para nuestra Vida”.

Asimismo, recordó que hace 54 años fue fundada la Universidad Católica de Salta por jesuitas que “como Usted hoy, llegaron al fin del mundo para seguir la impronta de San Ignacio, quien proba-blemente nunca imaginó, cuando en las cuevas de Manresa terminaba su periplo de conversión profunda, que muchos años después hijos suyos lle-garían a estas tierras para desarrollar una acción misionera que se agiganta en el tiempo”.

Por su parte, Mons. Mario Antonio Cargnello, arzobispo de Salta y Gran Canciller de la Universidad Católi-ca de Salta, destacó que “Vivimos un momento importante, porque nos visita el ministro del organismo más importante de la Iglesia (…) El Papa le ha confiado hace una semana a Mons. Ladaria esta tarea. En su persona des-cubrimos esa apertura al mundo ente-ro que es propio de la Iglesia de Jesús.

MONS. LADARIA FUE DESIGNADO VISITANTE ILUSTRE DE LA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE SALTA

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Por otra parte, vamos a escuchar a uno de los grandes teólogos de la lengua española que existen actualmente, ya un hombre lleno de sabiduría, que fue muchos años fue profesor en la Gre-goriana y hoy, tiene que trabajar en la Congregación de la Doctrina de la Fe y eso abre nuestro corazón y nuestra mente para dejarnos enseñar”.

Mons. Luis Francisco Ladaria Ferrer sj. explicó a un auditorio colmado que vino “por el expreso deseo del Papa Francisco, a quien le había dicho que estaba invitado a venir a Argentina hace meses y, cuando llego mi nom-bramiento, le pregunte si lo mejor era mejor que me quedará y me dijo: “Vá-yase y salude a todos de mi parte”, por lo tanto les traigo saludos de su com-patriota y amigo el Papa Francisco”.

La Antropología Cristiana como pro-puesta de un nuevo Humanismo”, el cual “parecería presuponer una visión más o menos precisa del humanismo frente a la cual el cristianismo ofrece-ría una novedad. El cristianismo ante todo cree en un destino trascendente del hombre y, por esta razón, se en-contrará cercano y dialogará más fácil-mente con aquellas nociones de pensa-miento que sostengan la dignidad del ser humano y su carácter único de los seres que nos rodean”.

Luego de su visita por la ciudad de Salta Mons. Ladaria continuó con su agenda en Buenos Aires, en el Simposio Internacional de Catequesis que se llevó a cabo del 11 al 14 de julio en la Facultad de Teología de la Pontificia Universidad Católica Argentina (UCA).

SOLEMNIDAD DE LA SANTÍSIMA VIRGEN DEL MILAGRO

13 de septiembre

Mons. Martín de ElizaldeHomilía

Queridos hermanos Obispos, queri-dos hermanos y hermanas.

Escuchábamos en el Evangelio de hoy como el elogio de la Madre de Dios que pronuncia bienintencionadamente

esta mujer, Jesús lo deriva, lo transfor-ma, lo dirige a todos nosotros. Es una invitación y también, una bendición, es finalmente un propósito que nos deja a nosotros para poder cumplir en nuestro camino aquí en la tierra.

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Pues como dice el Apóstol, Dios dis-pone todas las cosas para el bien de los que lo aman, de aquellos a quienes Él llamó según su designio. El Señor nos eligió, nos confió su verdad, nos con-fió su propia vida, nos confió su iden-tidad haciéndonos hijos de Dios y, de este modo, nos ha puesto en una tarea, nos ha colocado en un lugar en el cual nuestra mayor felicidad es, sin duda, poder aprestarnos para responder a lo que el Señor nos dice y poder llegar a recibir ese elogio. Si hacemos la volun-tad de Dios, si hacemos lo que el Padre nos enseña entonces sí, seremos verda-deramente bendecidos y felices.

La misión que se nos ha confiada es esta obra de Dios, del Hijo de Dios en-viado por el Padre para redimir a los hombres. Vino no solamente para en-señar como un maestro, no solamente para acompañar como un amigo. No solamente como una presencia que está cerca nuestro y nos conforta y nos consuela. La venida del Hijo de Dios tiene una eficacia, cumple de tal ma-nera su misión, que nos constituye en aquello mismo que Él es, el Hijo de Dios que se hace hombre para que no-sotros los hombres podamos ser como Dios. Por eso, esta condición de cris-tianos, que tenemos que vivir, no es simplemente un deber, no es algo que debemos imponernos como una obli-gación venida de afuera, sino que, al

seguir el camino de la gracia, de la con-versión, se va convirtiendo en nuestra propia naturaleza. Por la acción de los Sacramentos, por la escucha de la Pa-labra de Dios, por la participación en la vida de la Iglesia en la comunión, por el ejercicio de la fe, de la esperanza y del amor, de esta manera, en la co-munión de los Santos, nosotros pode-mos ir acercándonos a ese modelo que es el Señor. Entendemos entonces el pasaje del Evangelio: un elogio de la Madre de Dios no puede separarla de esa misión de su Hijo, que encuentra en la Virgen María su primera discí-pula; ella es la Madre de Jesús y tam-bién madre nuestra y la primera hija de la Iglesia. Y esto, que el Señor nos lo ha dado de tantas maneras, nos lo ha dado por tantos canales y medios. Nos ha hecho nacer en familias cris-tianas, nos ha permitido vivir en una sociedad que ha sido moderada por el Evangelio, nos ha concedido encontrar a lo largo de nuestra vida todos esos estímulos y llamadas, esos apoyos por los cuales podemos decir con orgullo con alegría, orgullo y gratitud que so-mos miembros de este cuerpo, que es la Iglesia.

Aquí en Salta, en estos días de la Ce-lebración del Señor y de la Virgen del Milagro, que hoy incluso, en este día de la Virgen, como preparación para el gran misterio de la redención, que es la Cruz,

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encontramos no solamente la tradición, sino esa voz que viene de muy adentro, en esa experiencia de un pueblo que sa-bido ser fiel encontramos la invitación de ser nosotros también actores, a ser nosotros también continuadores de esa obra que Dios ha querido realizar en este pueblo. Por eso, la invitación que el Se-ñor nos dirige, la llamada para respon-der, para decir que sí, es la que nos lleva a esta bienaventuranza: “Felices los que escuchan la Palabra de Dios y la prac-tican”. Para alcanzar esta condición de bendecidos tenemos tantas ocasiones, que debemos agradecer. Tenemos tantas circunstancias que han ido haciendo en lo social, comunitario y en lo personal de todos nosotros, esos hijos que Dios ama. Por eso, en estos días de fiesta tenemos tanto para aprender, tanto para practicar, se nos invita a la conversión, se nos llama a estar vigilantes y atentos para no caer

en la tentación, a practicar las virtudes, a dar testimonio como lo hizo la Santísima Virgen, primera discípula del Salvador.

Celebramos hoy entonces, a Nuestra Madre del Cielo, lo hacemos por tan-tos motivos que nos lleva a renovar en nosotros el propósito de mantener siempre firme, siempre claramente di-rigido a Dios el corazón, para adorarlo, para agradecerle, para pedirle perdón por nuestras faltas, para rogar por las necesidades de tantos. Contamos con la intercesión de la Virgen, ella que nos precede en este camino y nos seguirá acompañando y nos espera a todos al final de nuestro camino junto al Padre en el cielo.

+ Mons. Martín de ElizaldeObispo emérito de 9 de Julio

En esta Fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, la Iglesia nos invita a con-templar una vez más a Jesucristo pues-to en la Cruz y, al contemplar al Señor Crucificado, pedimos la gracia de

FIESTA DE LA EXALTACIÓN DE LA SANTA CRUZ

14 de septiembre de 2017

Mons. Ernesto Giobando SJHomilía

poder entender lo que es la sabiduría de la Cruz. Y no solo entender, sino animarnos a vivirla, como Jesús nos enseña ya que nos invita a seguirlo por el camino y a sus discípulos les dice:

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“El que quiera seguirme que cargue su Cruz y me siga”. Lo que era una herra-mienta de tortura, el lugar donde los condenados padecían y pagaban por sus culpas, se convierte para nosotros en fuente de salvación.

Vengo a Salta como un peregrino, porque necesito recibir del Señor y de la Virgen del Milagro las gracias y darle gracias también. Porque su amor es inquebrantable, y su fidelidad dura para siempre. Cuantas generaciones de salteños han pasado por esta Catedral: sus padres, sus abuelos, sus tatarabue-los… han venido aquí desde distintos lugares de la provincia y del país para renovar este Pacto de Fidelidad al Se-ñor y rezar la novena como muchos de ustedes rezan todos los días previos a la fiesta, algo que para los vivimos en grandes ciudades llama mucho la aten-ción. Del pueblo de Salta nunca apar-tes tu amor.

La Exaltación de la Santa Cruz nos hace pensar en aquellos que el mun-do exalta. El mundo tiene tiempo, fotos, dinero para los que se sienten que son poderosos, triunfadores y se llevan todos los aplausos. El mundo sabe exaltar a ciertas figuras que van modelando las conciencias, algunas veces imponiendo ideas, ideologías, maneras de sentir. En cambio, Jesús es exaltado en la Cruz por medio de la

humillación, no es fácil vivir cuando nos toca pasar una humillación, por-que la humillación nos hace humiles y en el lenguaje de la fe, somos exaltados cuando somos humillados. Y esto es muy difícil de entender.

La sabiduría de la Cruz nos ayuda precisamente a comprender que, a tra-vés de esta humildad, está el camino de la salvación. Creo que los sacerdotes y obispos compartimos esta fuerte en-señanza que nos da el pueblo de Dios. ¿Cómo nos habla el pueblo de Dios del Señor del Milagro y la Virgen del Mila-gro? Nos hablan de ese Señor exaltado y humillado cuando nos comparten sus dolores, sus cruces, sus pecados; cuando se acercan a un sacerdote y le dicen todo lo que están pasando por la vida. Allí los sacerdotes aprendemos a encontrar, en ese corazón humillado la presencia de Cristo Salvador. No ten-gan miedo de dejar delante del Señor y dejar delante del sacerdote en el con-fesionario todas las cuitas, todas esas cosas que ocurren en la vida y que a veces no entendemos y también, por supuesto, desahogar nuestros pecados para que el Señor nos perdone. Él está elevado como lo contemplamos cada día en la Cruz y está elevado en el cielo resucitado, porque la exaltación de la Cruz es precisamente lo que vemos en esta Cruz bendita del Señor del Mila-gro, vemos la Cruz y vemos los rayos,

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esos rayos que nos anuncian el triunfo de la Resurrección.

Les decía al comienzo de la Misa que, hace 38 años vine como novicio y tuvi-mos una charla que nos dio Monseñor Pérez. Yo no voy a olvidar nunca esa charla en el Arzobispado. Él nos dijo a los novicios, todos jóvenes en ese mo-mento, que: “Hay dos cintas que de-ben atar el corazón de un cristiano: el amor de Jesús y el amor a María” y nos recalcó: “aten su corazón de novicios y jesuitas a esas dos cintas”. Y yo recuer-do el día de mi ordenación, en San Mi-guel, Buenos Aires que lo primero que me brotó en la primera homilía que tuve que dar, hablé al Pueblo de Dios de esas dos cintas que he tratado de mantener unidas a lo largo de mi vida. Quisiera pedir esta gracia al Señor Crucificado y Exaltado, que ha dado su vida por nosotros, que nos ayude a atar nuestro corazón, con ese amor hacia Él, que es la gracia que podemos recibir. El poder decir que: “Amamos a Jesús”, más aún que Él nos ama. Y no puede haber un amor a Jesús si no está unido al amor a su Madre, porque al mirar a Jesús, Él nos dice: “Mirá a mi Madre” y al mirar a María, ella nos dice: “Mirá a Jesús”. Creo que ahí se resuelve todo el camino de la fe y eso nos da fuerza para tomar la Cruz y se-guirlo cada día, sin la queja de los que estaban en el desierto, porque la queja

aparece una y otra vez en la vida. No existe en la Biblia libro de quejas, exis-te el de las Lamentaciones. Es muy distinto lamentarse delante de Dios y otra cosa es quejarse delante de Dios o de los hermanos.

Quería concluir esta compartida con ustedes, con esta oración que uso muy frecuentemente y aprendí como novi-cio, la plegaria al Señor del Milagro, la última parte: “Acércame Señor a tu Corazón Santísimo, con aquel amor divino con que abrasaste tu Santa Cruz para salvarnos y has que yo también abrace resignadamente mi Cruz, dán-dome humildad, paciencia y fortaleza para todos los trabajos de esta vida”. Que así sea.

+ Mons. Ernesto Giobando SJObispo auxiliar de Buenos Aires y vicario episcopal de la zona Flores

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SOLEMNIDAD DEL SEÑOR DEL MILAGRO

15 de septiembre

Mons. César Daniel FernándezHomilía

La Celebración litúrgica del Señor

del Milagro que es la cumbre en estos días celebrados en honor a nuestro Se-ñor y a su Santísima Madre, nos pone con todo realismo frente al misterio de su infinito amor por cada uno de noso-tros, que somos su pueblo.

Una vez más el pueblo de Sala reco-noce y agradece el Amor el amor de su Señor y manifiesta su compromiso de corresponder a este Amor, renovando el pacto de fidelidad por el cual noso-tros queremos ser siempre suyos como Él es nuestro.

Desde aquellos días de septiembre de 1692, año tras año, la Iglesia desde Sal-ta nos recuerda la permanente vigen-cia de esta Amor fiel, que acompaña y da sentido a nuestra vida. Y todos nosotros, pueblo cristiano, sabiendo y experimentando la dulzura del Amor de nuestro Señor Crucificado, una vez más, hemos venido a adorarlo.

En lo más alto de la experiencia espi-ritual de estos días, se levanta la Cruz. En lo más hondo de nuestra concien-

cia cristiana, se levanta la Cruz glorio-sa del Señor.

Es hoy nuevamente, cuando se cumple el anuncio de Jesús que hemos leído en el Evangelio que se ha proclamado: el grano de trigo es sepultado, su cruz es levantada en alto, y nosotros responde-mos con toda la convicción de nuestra fe: “Vengan, adoremos al Señor del Mi-lagro y celebremos su Amor redentor”.

Lo decimos desde Salta a todos los hombres y mujeres de nuestra Patria y del mundo entero: “Vengan, adoremos al Señor del Milagro y celebremos su Amor redentor”.

Si, adoremos al crucificado. A aquel que por nosotros está en la cruz.

Porque esta es, queridos hermanos la gran verdad de esta celebración: el amor sin límites de Dios por cada uno de nosotros, por cada hombre. En el Credo -profesión de fe cristiana de todos los tiempos- se dice y se confie-sa que Jesucristo “por nosotros y por nuestra salvación se hizo hombre, y

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por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilatos”...

Si, Dios nos ha salvado, nos ha res-catado, nos ha reconciliado con el Padre y nos da la posibilidad de vivir una vida nueva, la vida nueva de la gracia, la vida nueva del amor. Porque el Amor verdadero se derrama sin me-dida desde el madero de la Cruz.

Desde la Cruz de nuestro Señor cada uno de nosotros tiene la posibilidad de hacer la experiencia, de comprenderse y saberse como hijo Amado por Dios.

Creo que no debe hacer para un hombre, dolor ni frustración más grande que experimentar que no ha sido amado de verdad. Cada uno de nosotros tiene la necesidad de saber que ha sido amado y de que es amado. Sin ello sentimos que la vida, nuestra vida no tiene sentido.

Al servicio de esta verdad es que la Iglesia se siente invitada a llevar esta Buena noticia al corazón de todo hom-bre y mujer que viene a este mundo. Desde la Cruz del Señor comprende-mos que cada uno de nosotros, cada hombre que viene a este mundo nace para ser y experimentarse como hijo amado de Dios, para ser y experimen-tarse como hija amada de Dios.

Y para que no haya olvido de esta gracia, nosotros que comprendemos bien el lenguaje de la Cruz, nos debe-mos sentir enviados para ir a decirle a cada hombre y mujer sobre la tierra: Tú eres un hijo muy amado. Tú, una hija muy amada”. Para anunciarlo y hacerlo sentir, hacerlo experimentar.

Cada persona que entra a este mundo tiene impreso en el alma el sello de su filiación, el sello indeleble del amor del Padre, el sello del Hijo amado. Y si mi hermana o mi hermano está desfigu-rado: “más amado”. Y si ha caído en el abismo del pecado: “más amado”. Y si ha sido rechazado o marginado: “más amado”.

El Padre al levantar a su Hijo en lo alto de la Cruz ha hecho la opción de-finitiva por cada uno de sus hijos. Una opción irrevocable, como son todas las opciones de Dios y este anuncio es pie-dra angular del Evangelio y el sentido más profundo y hermoso de nuestra misión de bautizados.

Hoy podemos renacer todos de este amor, podemos nacer de nuevo a una vida más entregada, más comprome-tida, más llena de amor hacia Dios y hacia nuestros hermanos. ¡Cómo no le vamos a devolver amor con amor al Señor! Si “tras largo camino, llegaste Señor a este suelo, con tu amor bus-cando… el amor de un pueblo”.

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Nuestro pueblo sencillo que camina cada año largos días para hallarse a los pies del Señor, sólo guarda un deseo y un anhelo en su corazón: estar a los pies del Señor, adorar la cruz, besar la cruz de nuestro Señor. Un anhelo y un deseo que quizás para los gustos modernos resulte un tanto incomprensible. Pero se trata de un gesto excepcional.

Porque besando a Cristo, se besan to-das las heridas del mundo, las heridas de la humanidad, las recibidas y las in-feridas, las que los otros nos han infli-gido y las que hemos hecho nosotros.

Cristo, desde la cruz, ha derramado la vida, y nosotros, besándolo, acogemos su beso, es decir, su expirar amor, que nos hace respirar, revivir, reencontrar nuestra identidad más profunda. Sólo en el interior del amor de Dios se puede participar en el sufrimiento, en la cruz

de Cristo, que, en el Espíritu Santo, nos hace gustar del poder de la resurrección y del sentido salvífico del dolor.

Vivamos, entonces, hermanos este día de homenaje al Señor crucificado del Milagro como un día de adoración, como un profundo encuentro de amor. Amor que nuevamente está tarde to-mará la seriedad de un renovado pacto de fidelidad. Siempre será nuestro… que seamos siempre suyos. Que su Cruz se levante siempre sobre nuestra vida para recordarnos este amor. Y que en el beso de amor que expresan los pies cansados y los corazones rebosan-tes de felicidad de estos días, se abra-cen y se besen para siempre “nuestra miseria y su misericordia”.

Que así sea.

+ Mons. César Daniel FernándezObispo de Jujuy.

PARTICIPACIÓN EN LA PROCESIÓN CON LA VIRGEN DELROSARIO POR LAS CALLES DE CÓRDOBA

Miles de cordobeses participaron este domingo 1º de octubre de la procesión por las calles de Córdoba con la imagen Nuestra Señora del Rosario del Milagro, al cumplirse 125 años de la coronación pontificia y 425 años de la llegada a la ciudad de esa figura mariana junto con

la imagen histórica del Señor del Mi-lagro. Misa concelebrada y un pedido para que la Virgen acompañe a obispos, sacerdotes, religiosos y fieles en la prepa-ración del XI Sínodo Diocesano.

Por este motivo, en la manifestación pública de fe estuvo también la imagen

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peregrina del Señor del Milagro de Salta y se hizo presente una delegación de esa arquidiócesis.

La celebración eucarística fue presi-dida por el arzobispo de Salta, monse-ñor Mario Antonio Cargnello, como gesto de unión de las imágenes de la Patrona de Córdoba con el Señor del Milagro salteño.

La misa fue concelebrada por el ar-zobispo de Córdoba, monseñor Carlos José Ñáñez, y los obispos auxiliares

Pedro Javier Torres y Ricardo Seirutti, además del arzobispo emérito de Men-doza, monseñor José María Arancibia, y el obispo emérito de Villa María, monseñor José Ángel Rovai.

Obispos, sacerdotes, religiosos y fie-les, además de autoridades, caminaron junto a las imágenes de la Virgen del Rosario y el Señor del Milagro por las calles de la ciudad de Córdoba, en la que le pidieron que acompañe a los cordobeses en la preparación del XI Sínodo Diocesano.

Unos 400 salteños vivieron con de-voción y alegría la beatificación de la Madre Catalina de María Rodríguez, el pasado 25 de noviembre en una ce-lebración multitudinaria en Córdoba. Desde la provincia viajó Mons. Mario Cargnello, Arzobispo de Salta, sacer-dotes, religiosas docentes y alumnas del Colegio de Jesús.

La Madre Catalina de María Rodrí-guez ya es beata. La argentina, fun-dadora de las Hermanas Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús, fue beatifi-cada ante 20.000 personas presentes en la celebración presidida por el Prefecto

LA ARQUIDIÓCESIS DE SALTA DIJO PRESENTE EN LABEATIFICACIÓN DE LA MADRE CATALINA

de la Congregación para las Causas de los Santos y enviado papal, Cardenal Ángelo Amato, en el centro de la ciu-dad de Córdoba.

“Concedemos la facultad de que la venerable Sierva de Dios Catalina de María -en el mundo conocida como Josefa Saturnina Rodríguez- ejemplo ardiente del amor de Cristo y del ser-vicio a los hermanos más necesitados, sea llamada beata de ahora en adelan-te”, leyó el purpurado el decreto en la-tín firmado por el papa Francisco, que luego fue traducido a los presentes por monseñor Ricardo Araya, obispo de

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Cruz del Eje, donde el santo Cura Bro-chero vivió su ministerio y compartió la misión con la Madre Catalina.

En su homilía, el representante del Papa señaló: “Los santos no son cuer-pos extraños a la sociedad. Formados por Jesús, son piedras vivas de la Igle-sia y la sociedad, ellos edifican la hu-manidad con su bondad, difunden el bien y buscan detener el mal”. “Esto hicieron en sus vidas el Cura Broche-ro y la Madre Catalina, inspirados por el Evangelio y sostenidos por la gracia divina y hoy, justamente, glorificados por la Iglesia”, afirmó.

En Salta, la Madre Catalina tiene una nutrida comunidad de seguidores, ya que en esta ciudad se habilitó una sede de las Hermanas Esclavas del Corazón de Jesús, fundada por la ahora beata cordobesa.

La Hna. Esilda Bustos, una religiosa de 99 años, de la Congregación Escla-vas del Corazón de Jesús fue la encar-gada de investigar la vida y el milagro que se le adjudicó a la Madre Catalina.

El ballet salteño de esa comunidad, conformado por las estudiantes, ex alumnas y docentes del Colegio de Je-sús, se lució la noche del viernes, en la vigilia que se hizo en Córdoba.

El proceso de beatificación comenzó el 16 de agosto de 2012, a partir de las pruebas del milagro que se adjudica a la Madre Catalina de interceder en la sanación de la docente tucumana de 60 años, Sofía Acosta, el 22 de abril de 1997, cuestión que fue corroborada por el Vaticano.

Acosta había sufrido una muerte súbita y en una clínica le realizaron varias maniobras de reanimación sin resultados, por lo tanto los médicos declararon oficialmente la muerte bio-lógica de la mujer. Mientras los fami-liares le pedían a la Madre Catalina por su vida, rogaron a los facultativos que insistieran con la reanimación y a los pocos minutos se pudo recuperar la actividad cardíaca.

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JORNADA MUNDIAL DE LOS POBRES

La 1° Jornada Mundial de los pobres, convocada por el Papa Francisco, tuvo por objetivo “estimular a los creyentes para que reaccionen ante la cultura del descarte y del derroche, haciendo suya la cultura del encuentro invitando a todos a compartir con los pobres a tra-vés de cualquier acción de solidaridad, como signo concreto de fraternidad” (Mensaje del Papa Francisco,6).

El arzobispo de Salta, monseñor Mario Antonio Cargnello, presidió el domingo 3 de diciembre la misa por la Jornada Mundial de los Pobres, en el Barrio Juan Manuel de Rosas, de la periferia de la capital provincial, don-de expresó su deseo de que esta fiesta sea: “El comienzo de una mirada más atenta de nuestra comunidad a los her-manos que más nos necesitan”.

Durante su homilía destacó la impor-tancia de la I Jornada de los Pobres y aseguró que si “uno toma en serio la Palabra de Dios, vemos que Jesús na-ció pobre, sin casa, en un pesebre”.

“Él fue pobre, aprendió desde pequeño el oficio de carpintero, de la mano de su papá adoptivo José. Eligió caminar por ciudades chicas, haciendo el bien y ha decidido identificarse con el más nece-

sitado. Si Él nos ha mirado así, su Iglesia no puede mirar para otro lado”, sostuvo.

“Si nosotros estamos dispuestos a tender la mano al hermano se puede empezar de nuevo, y ahí, sí nos prepa-ramos para la Navidad. No nos con-centremos en lo que voy a tomar o comer, sino en lo que voy a compartir”, afirmó, y agregó: “Entonces, la Navi-dad tendrá sentido y nos hará cambiar la realidad de nuestro barrio, el cora-zón de nuestra Salta y el corazón de nuestra Iglesia. Esto nos hará una Igle-sia que vigila, porque el Señor viene y hay que prepararse; y no con miedo, sino con esperanza, porque cuando el Señor viene nos cambia, nos convierte de corazón”.

Monseñor Cargnello señaló que “Él nos invita a no amar con palabras sino con obras, nos invita a no ponernos por encima del hermano sino al lado”.

“Ojalá la Iglesia de Salta viva como una fiesta esta Jornada de los Pobres, que sea el comienzo de una mirada más atenta de nuestra comunidad a los hermanos que más nos necesitan. Ojalá sea la oportunidad de preparar-se para la Navidad no pensando en lo que tengo que tener, en lo que tengo

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que comer sino pensar en lo que tengo que compartir con mi hermano. Se lo pedimos al Señor”, rogó.

Al término de la misa, el prelado, sa-cerdotes y referentes laicos de la diócesis compartieron un ágape fraterno con los vecinos del Barrio Juan Manuel de Rosas.

Recordemos que la llamada de Jesús a través de los pobres es una invitación a desinstalarnos de nuestras comodi-dades para servirlo en los necesitados.

Fueron diversos los gestos en cada una de las parroquias e instituciones de la Arquidiócesis de Salta, en el mar-

co de esta Jornada. Mons. Cargnello agradeció las acciones de “todos los hermanos de esta Iglesia particular de Salta que harán que esta celebración nos ayude a todos, y a mí en primer lugar, a mirar, escuchar y servir abra-zando en el corazón, a los pobres y ne-cesitados. El Señor del Milagro, pobre en la Cruz, nos llama. Es una hora para hacer real lo prometido en el Pacto: Tú eres nuestro y nosotros somos tuyos. Que María del Milagro nos anime. De-jemos la corona de nuestras comodi-dades y ofrezcámonos a Jesús que nos necesita”.

DEDICACIÓN DEL TEMPLO Y DEL ALTAR DE LA PARROQUIA DE LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR Y NUESTRA SEÑORA DE

APARECIDA (VAQUEROS)Celebración Eucaristica presidida por el Emmo. Sr. Cardenal Damasceno

Assis, Arzobispo emérito de Aparecida

10 de diciembre de 2017

Homilia

Queridos hermanos y hermanas en Cristo Jesús, querido hermano del Episcopado, mis hermanos, querido Padre Martín Farfán a quien agradez-co la invitación para presidir esta Eu-caristía y, al mismo tiempo, inaugurar esta Iglesia y hacer la dedicación de

este Templo y del Altar, en este lugar, centro de la vida de la comunidad de la parroquia dedicada al Cristo de la Re-surrección del Señor y a la Virgen de Aparecida, la Virgen de la Inmaculada Concepción Aparecida. Saludo al go-bernador Juan Manuel Urtubey, a su

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señora, a los ministros del Ejecutivo, al Sr. Intendente de Vaqueros, autori-dades presentes, Jefe de Policía de la Provincia, Sr. Director del Culto Ca-tólico de Argentina, saludo a los her-manos en el ministerio presbiteral que concelebran conmigo esta Eucaristía, a las religiosos y religiosas, seminaristas y toda la comunidad de esta Parroquia.

Cómo decía Mons. Mario Cargnello, al inicio de esta Celebración, después de la V° Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe, él decidió consagrar una parroquia a la protección especial de la Virgen de la Inmaculada Concepción Aparecida. Es por esto des-

tinó este lugar en Vaqueros para la sede de esta inmensa parroquia, que contó con la colaboración de tantas personas de esta comunidad, que en pocos años levantaron este templo bello, sencillo y apropiado para el culto a Dios. No hay necesidad de explicar la construcción de este templo y la idea que motivó a la arquitecta y al ingeniero, porque lo hicie-ron al inicio de esta celebración.

Queridos hermanos y hermanas, la Virgen de la Inmaculada Concepción Aparecida es la patrona de Brasil. Fue proclamada patrona de Brasil en 1929 por el Papa Pío XI, y acogida como pa-trona por el gobierno y el pueblo brasi-

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leño desde el 1931 en la ciudad de Río de Janeiro, entonces capital del Brasil. Es una pequeña imagen de 36 centímetros, de color negra. Esta estatua fue encontra-da en un rio Paraiba, en el sur, que nace en San Paulo hasta llegar al estado de Río de Janeiro. El encuentro con la estatua se dio en el año 1717, por eso estamos cele-brando los 300 años del encuentro de la imagen de Nuestra Señora Aparecida. Su fiesta la celebramos solemnemente el 12 de octubre, y cerramos el Año Jubilar en Aparecida, Brasil y al mismo tiempo, el Año Mariano proclamado por la Confe-rencia Nacional de los Obispos de Brasil.

La imagen fue encontrada por 3 pes-cadores que fueron enviados al río Pa-raiba en el sur, para pescar peces para una fiesta que se preparaba a una auto-ridad que visitaba la villa de Guaratin-guetá, que está muy cerca de la ciudad de Aparecida que en aquel tiempo era un pequeño pueblito de pescadores. Ellos intentaron por muchas horas y no lograron pescar nada y después, cansados y desesperados, echaron las redes una vez más al río y para su sor-presa pescaron una estatua quebrada, encontrando primero un cuerpo y, en una segunda redada, en un lugar no muy distante, pescaron la cabeza de la misma estatua: era la Inmaculada Concepción. Inmediatamente después del encuentro de la imagen, los pes-cadores lograron pescar una cantidad

grande de peces y atribuyeron esta pesca tan numerosa a la protección es-pecial de Dios, a la protección especial de la Virgen de la Inmaculada Concep-ción, por eso la guardaron en su barco y la llevaron con mucho cariño para su casa y empezó así, el culto y la vene-ración de esta imagen. Primero en la casa de uno de los pescadores, después comenzó la veneración de los devotos, cada vez más numerosos, que exigió la construcción de una capilla muy mo-desta, donde se encuentra actualmente la Iglesia antigua donde era venerada esta imagen hasta la construcción del nuevo santuario, que prácticamente estará terminado este año. Ahora la imagen es venerada en el Santuario nuevo, un gran santuario que fue ter-minado en su interior por el artista Claudio Pastro. La devoción creció de una manera extraordinaria en Brasil, recibimos en el Santuario más o menos 11 millones de peregrinos cada año.

La devoción a Nuestra Señora de Apa-recida, se tornó muy conocida, no sólo en Brasil, sino en todo el continente latinoamericano después de la V° Con-ferencia General del Episcopado Lati-noamericano, realizada en el año 2007; convocada por el Papa Benedicto XVI, con la presencia de todos los delegados de cada una de las conferencias del Epis-copado Latinoamericano en Aparecida. El documento conclusivo de la V° Con-

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ferencia es un documento muy impor-tante, que tuvo una gran repercusión y todavía la sigue teniendo en la pastoral de la Iglesia, en la directrices pastorales de las veintidós conferencias de América Latina y el Caribe. El documento, tuvo una comisión, cuyo presidente fue el en-tonces Cardenal de Buenos Aires, Mario Bergoglio. No se podía imaginar en este tiempo, en el 2007 que Él cinco años des-pués lo tendríamos como al Sucesor de Pedro y Pastor de toda la Iglesia. El Papa Francisco, sin duda alguna, contribuyó a difundir el documento de Aparecida, no sólo en la Iglesia de América Latina y el Caribe sino en la Iglesia de todo el mundo. Podemos decir, que su Encí-clica “Evangelii Gaudium”, la Alegría del Evangelio, está toda ella apoyada, funda-mentada en el Documento conclusivo de la V° Conferencia General del Epis-copado Latinoamericano y Caribeño.

Queridos hermanos y hermanas, es una alegría y un honor muy grande para mí presidir esta Eucaristía. Es un momento solemne para la Arquidióce-sis de Salta y, en particular, para esta Parroquia de Vaqueros, esta Parroquia dedicada a la Resurrección del Señor y a la Virgen de la Inmaculada Concep-ción Aparecida. Yo agradezco una vez más la invitación que me honra y me alegra. Pido que la estatua de la Virgen de Nuestra Señora de Aparecida en esta Iglesia sea señal de la unión, de la

solidaridad entre los dos países, los dos pueblos: Brasil y Argentina. Nosotros soñamos con una América Latina cada vez más solidaria, cada vez más unida, no solamente desde el punto de vista político u económico, sino cultural y religioso. Que la Virgen de Aparecida pueda interceder junto a Jesucristo Re-sucitado, suplicar a Dios muchas ben-diciones a toda esta Parroquia, a toda su comunidad, a toda la Arquidiócesis de Salta y, en especial, a todos los que colaboraron en la construcción de este templo muy hermoso, muy sencillo y que es ciertamente va ayudar a la gen-te a rezar, a alabar y glorificar a Dios. El templo es siempre la casa de Dios, la casa de los hermanos, de los hijos de Dios, donde la comunidad celebra el Misterio Pascual de Cristo, celebra los sacramentos y también, es el lugar donde la gente viene a rezar, a visitar el Cristo en la Eucaristía. Es el lugar de la comunidad donde crece y nace por el bautismo, primer sacramento que como cristianos recibimos y, a través del cual hacemos parte de la Iglesia, de la familia de Dios, hijos y herederos del Reino de Dios.

Queridos hermanos y hermanas, es importante recordar, como nos decía la segunda lectura, que nosotros tene-mos el templo material, tenemos un lugar de reunión de la comunidad pero lo más importante que la Iglesia somos

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nosotros. Nosotros somos templos vivos de Dios, templos del Espíritu Santo, como decía San Pablo, nosotros tenemos una dignidad muy particular. Todos somos iguales en dignidad, por-que todos somos hijos e hijas de Dios, por eso debemos amarnos los unos a los otros, y nos debemos respetar unos a otros. Aquel que destruye el templo de Dios, que es cada uno de nuestros hermanos y hermanas, ofende grave-mente a Dios. Por eso, este templo lo tenemos que vivir como familia, como hermanos que somos unos de los otros en Cristo Jesús, y que podamos vivir como familia aquí, en esta parroquia, en este hogar, en este municipio de Va-queros. Que aquí todos nos sintamos hijos de Dios y podamos vivir en paz,

en solidaridad, en fraternidad, cola-borando para construir una sociedad que todos deseamos. Muchas gracias a Mons. Cargnello, una vez por la in-vitación y al P. Martín Farfán. Gracias a todos por la presencia y una súplica especial de mi parte a Dios, por inter-cesión de Nuestra Señora Aparecida, por esta Iglesia particular de Salta, por esta comunidad, por el pueblo de Dios. Dios los bendiga a todos, les conceda una celebración de la Navidad en paz y unión en cada familia. Que el Año nuevo los llene de gracia y bendiciones de Dios bajo la protección de Nuestra Señora Aparecida. Gracias a todos.

+ Card. Damasceno AssisArzobispo Emérito de Aparecida

EL FALLO DE LA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LANACIÓN SOBRE EL DICTADO DE EDUCACIÓN RELIGIOSA EN

LAS ESCUELAS PÚBLICAS

Monseñor Mario Cargnello, arzobis-po de Salta, brindó una conferencia de prensa tras conocerse el fallo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación que prohíbe el dictado de educación religiosa en los espacios curriculares en todas las escuelas públicas de la provincia.

El prelado explicó que el fallo res-peta el derecho de los padres a pedir la educación religiosa para sus hijos y propone dictar la educación religio-sa desde lo extracurricular, no dentro de la currícula y en el horario fuera de clases. “Quiere decir que los conside-randos no revelan una postura laicista extrema, sino el reconocimiento del derecho de los padres y la posibilidad

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de ofrecerlo fuera de hora”, detalló.

“Nosotros nos vamos a atener a lo que dispone la Corte y a lo que la Pro-vincia ahora legisle modificando la ley existente para que se adecue a lo dis-puesto ahora por la Corte”, afirmó, y en ese sentido reconoció que la Iglesia respeta las instituciones de la Repúbli-ca: “Queremos ser una Iglesia que sir-ve a la comunidad respetando lo que norma la Constitución y lo que la Su-prema Corte acaba de decir”, añadió.

Por otro lado, reconoció que a partir de este fallo se plantea para los padres “una elección más ponderada, más comprometida, desde la fe, en orden a cuidar que se dé la posibilidad de educación religiosa extracurricular y en horarios extraclase. En esto deben estar los padres atentos, para pedir que eso se dé y después para apoyar a los chicos a que se queden una hora más en el día en que se da religión, para que los chicos estén. En este caso el padre ya no descansa en lo que la escuela da, sino que le pide a la escuela y trata de sostener a la escuela para que esto se dé”, advirtió.

El debate previo

Al ser consultado sobre los debates previos al fallo de la Corte, el arzo-bispo manifestó haber escuchado los

argumentos en contra, que en general son “argumentos conocidos desde ex-tremos más ofensivos y que siempre apuntan a lo que ellos llaman una es-pecie de hegemonía de la Iglesia católi-ca”, y por otro lado reconoció que hubo “argumentos dignos de ponderación, al menos de debate, de conversación”, y destacó que “los seres humanos te-nemos que aprender a buscar la verdad y a proponerla con mayor precisión frente a las objeciones que a la misma se presentan”.

En nombre de la Iglesia, monseñor Cargnello agradeció a la gente de Sal-ta: “Profesionales que han estado de-trás de todo esto trabajando, pensan-do, escribiendo, debatiendo. Incluso a profesionales y políticos nuestros que han trabajado con mucha altura, con mucha dedicación y mucha genero-sidad, pero también a profesionales de Buenos Aires, constitucionalistas, abogados, profesores de la universidad que han aportado para esclarecer muy bien el tema, porque la Corte -como decía- no va a negar la constituciona-lidad del artículo constitucional de la provincia a la luz de la Constitución Nacional”, sino que “más bien plantea una cuestión de hecho: que la norma-tiva no logra contener a aquellos que, no siendo de una religión, se sienten excluidos a la hora de dar clase”.

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Respecto a los cultos y las prácticas de rezo al inicio de las clases, el prela-do señaló que eso “no tiene nada que ver con la enseñanza religiosa”, sino que se trata de costumbres que depen-dían o de los directivos, o del maestro de escuela, o de la gente que a veces les pide”.

“La religión no es un elemento de di-visión”

En respuesta al argumento que plan-tea el dictado de clases de religión fuera de las instalaciones de la escuela pública, monseñor Cargnello conside-ra positivo el hecho de que el fallo de la Corte no lo considera anticonstitu-cional. No obstante, ofrece a la con-sideración y al pensamiento objetivo (más allá de lo reciente de la noticia), el hecho de que “la religión no es un elemento de división”.

“Yo puedo reconocer que histórica-mente hemos cometido errores”, ad-mitió el prelado, al reconocer que “hay fundamentalismos de distintas religio-nes y hay fundamentalistas en distin-tas religiones, pero no es ese el espíritu, menos el espíritu de la Iglesia católica”.

“El espíritu de la Iglesia es justamente tratar de que la religión sea como un elemento antropológico, es decir, que da una visión del hombre libre, solida-

ria, fraterna, abierta a todos. Para no-sotros la norma es esa: Dios quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad”, añadió.

Sobre su parecer respecto al fallo, sostuvo: “Yo tengo que respetar, no me pregunten pareceres, sino que tengo que respetar”, pero lamentó “que lo que no hemos logrado convencer es sobre el valor humanizador de la religión dentro un proceso educativo, que pue-de constituir un servicio a la calidad humana de nuestra gente, cualquiera sea, en cualquier lugar”.

Nuevos desafíos

“Yo no cargo las tintas en nadie, pero me falta decir lo siguiente: para la Iglesia el desafío será trabajar más. En el caso de los docentes de religión, tendrán que prepararse con mayor es-mero de lo que lo hacen ahora (que lo hacen con mucho esmero) para que la clase de religión sea verdaderamente de calidad y sepa ser pedagógicamente atractiva, para que los chicos deseen ir a su clase de religión. Es un desafío mayor”, insistió.

“Para nosotros, como Iglesia, poner-nos siempre al servicio como hemos estado, nos llaman y vamos. Yo, por ejemplo, he podido celebrar la Euca-ristía en colegios estatales porque me

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han invitado, sin ningún problema, muy bien con la gente, con toda liber-tad y sin avasallar”, agregó.

“Entonces, para la Iglesia, el desafío es trabajar más, sea en el ámbito de la educación religiosa, sea en el tes-timonio que todo docente católico o cristiano tiene que dar por su calidad profesional y por su actitud en todas las escuelas”, sostuvo, y hacia adentro “nosotros como Iglesia tenemos que trabajar más para que nuestras parro-

quias y las instituciones propias de la Iglesia, movimientos, organismos de servicio, seamos espacio donde nos formemos en nuestra fe”.

Sobre su relación con el Gobierno Provincial, el prelado destacó que exis-te un trabajo armónico: “Se quiere tra-bajar para servir, de tal manera que se pueda hacer el mayor bien posible. No hay otro objetivo. Pero entiendan que la Iglesia es respetuosa de la ley y de los instituciones”, insistió.

PRESENTACIÓN DEL LIBRO: TIEMPOS DE INDEPENDENCIA (APUNTES PARA EL ESTUDIO DE SALTA Y EL PROCESO DE

EMANCIPACIÓN)

El jueves 21 de diciembre se realizó presentación del libro “Tiempos de In-dependencia. Apuntes para el estudio de Salta y el proceso de la Emancipa-ción”, de la Prof. María Irene Romero, historiadora y encargada de la Biblio-teca Mons. Julio Campero y Aráoz, en el Salón “Nicolás Videla del Pino” del Arzobispado de Salta.

La presentación estuvo a cargo de Mons. Mario Cargnello, arzobispo de Salta y el historiador y genealogista Rodolfo Leandro Plaza Navamuel.

“En tiempos de la llamada sociedad líquida al estar de los conceptos de Zyg-

munt Bauman, en donde los aconteci-mientos se organizan en torno a deter-minados relatos que están en función de sectores políticos y responden a los intereses de turno, es menester retor-nar a resignificar a la Historia como una ciencia, que tiene su objeto y método, por consiguiente, el historiador ha de proceder con rigor científico, apoyándo-se en la documentación, único respaldo para otorgar solidez a la labor de investi-gación”, dijo la autora.

Plaza Navamuel señaló que “se ha elaborado atendiendo a la investiga-ción documental y a la lectura de una extensa bibliografía. Es una obra des-

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tinada al público erudito en historia pero a la que también puede asomarse el público en general y los docentes en particular”, en consideración a la ex-tensión del temario que se ha analiza-do. “Tiempos de Independencia... es un libro valioso. Resulta un alivio para el espíritu, leer en estos tiempos de li-viandad historiográfica violentada por necios y mediocres abanderizados en partidos nefastos, un trabajo de lince y con la mirada enjundiosa de los que saben historia”, destacó.

María Irene Romero goza de una amplia trayectoria en la docencia, es profesora universitaria en Historia, ha-biendo realizado numerosos cursos de su especialidad y participado en con-gresos locales, nacionales e internacio-nales. Participa de instituciones como la Asociación Cultural Sanmartiniana y el Instituto Belgraniano de Salta, el Instituto de San Felipe y Santiago de Estudios Históricos de Salta, el Insti-tuto Salteño de Cultura Hispánica, la Academia Güemesiana del Instituto Güemesiano de Salta, y a nivel nacio-nal en la Junta de Historia Eclesiástica Argentina.

En su libro, aborda la participación central que tuvo la población en los acontecimientos independentistas. “Sal-ta, tierra bravía -dice la Prof. Irene Ro-mero- se constituyó como centro neurál-

gico, importante antemural que cercenó las aspiraciones realistas de dominación del territorio del Río de la Plata, y fac-tor determinante en el complejo proce-so de luchas armadas que concluyó con la liberación del territorio”, destacando como no podía ser de otra manera, el rol central que le cupo a Güemes y a sus gauchos, como el trabajo desarrollado por hombres notables.

En esta investigación su mirada está puesta no solo en el pensamiento y la acción de la clase dirigente tradicional, sino en los de varios actores sociales. “Las personas que pensaron en térmi-nos de independencia no pertenecen solamente a una élite política, social y económica, sino que el sentimiento independentista puede surgir desde lo profundo del pueblo. Hace más de 200 años era real el sentimiento que anida-ba en la persona del interior a quien ahora llamamos gaucho”, expresó. También hizo hincapié en que el tiem-po que antecedió a la independencia nacional es rico desde varios aspectos: las ideas que circulaban, las enseñan-zas que proporcionaron las universi-dades, la información que surgía de las bibliotecas y también de la práctica religiosa.

Añadió que si bien en un día clave, el 9 de julio de 1816, se labró un acta de independencia, luego se sucedió el sos-

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tenerla con la lucha armada. El general Martín Miguel de Güemes tuvo un rol preponderante para detener el avance realista. “Hay que remontarse al siglo XVIII para ver el proceso previo a la re-dacción de esa acta y hay que sondear en una cantidad de años en los que han ocurrido sucesos que apuntalaron esa declaración de independencia. El li-bro trata de buscar las causas del antes y del después del 9 de julio, pero a mí también me gustó destacar qué se leía y dónde se estudiaba”, definió. Para ello sondeó las bien conservadas fuentes del Archivo Histórico de la Provincia y del Archivo del Arzobispado de Salta, terce-ros en jerarquía a nivel nacional tras los de Buenos Aires y Córdoba. Entre los anaqueles de las bibliotecas privadas, las de las universidades, los claustros y los conventos Romero halló múltiples libros con ideas de las que pudo abrevar un

ideal independentista. “En esas biblio-tecas tenemos un riquísimo patrimonio y pensamiento. Desde ideas políticas de los clásicos como Platón, Aristóteles, el pensamiento romano, pasando por el mundo medieval, y también es intere-sante el pensamiento que creó la propia iglesia con hombres como los padres Suárez, Victoria y Mariana, que son los pioneros en confrontar con las ideas de la monarquía absoluta”, destacó.

El Arzobispado de Salta invita a la comunidad salteña y a todas las perso-nas interesadas en el tema, a profundi-zar sus conocimientos sobre la Histo-ria de la Iglesia de Salta en particular y de Historia en general, quienes pueden acercarse en la Biblioteca “Mons. Julio Campero y Aráoz”, los días Martes y Jueves, de 9 a 12 hs. en España 596.

MENSAJE DE NAVIDAD

En vísperas de la Navidad, el Arzo-bispo de Salta, Mons. Mario Cargnello, envió un mensaje de Navidad a los fie-les salteños, en el que destacó que “lo importante para Navidad es el encuen-tro con el Señor y el encuentro con los hermanos que se renueva”.

Mons. Cargnello llamó a tratar de “descubrir nuevos rostros que nos re-flejen al Señor: los pobres, los enfer-mos, los niños, los que nos necesiten. Tratemos de descubrir las necesidades de los demás”, pidió.

Asimismo, afirmó que “en esta Na-vidad es importante salir de nosotros

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mismos para recibir al Señor que vie-ne, que cuidemos a los niños, para devolverles amor de familia, que vean que sus padres se quieren y les permite ver hacia un futuro con esperanza”.

El arzobispo dedicó un párrafo a ha-blar sobre la sociedad argentina: “Hay que devolverle a nuestro país espe-ranza, trabajo, vida, respeto. Hay que creer en lo que le elegimos, un sistema democrático que sustente una estruc-tura republicana, respeto por las insti-tuciones y las personas, devolverle ver-dad entre los vínculos en los miembros de esta sociedad”.

“No nos engañemos; no justifique-

mos desde la política o la economía la mentira, el robo o la injusticia porque nos destruye. Necesitamos mirar con un horizonte amplio la Argentina que queremos para el futuro”, expresó, por-que “si nosotros no aprendemos a res-petarnos como argentinos ¿Qué lugar tendremos en el mundo? ¿Cuál será el sentido de nuestro paso por la histo-ria?”, planteó.

“Que el Señor nos abra los ojos, pinte de nuevo nuestra esperanza y nos dé capacidad para creer que el trabajo vale, que la verdad vale, que el amor y la familia valen, que las cosas que ha-cen al hombre más digno valen”, rogó.

REUNIONES DE CONSEJO PRESBITERAL

El Consejo Presbiteral se reunió en cinco oportunidades durante el 2017:

28 de marzo, 23 de mayo, 4 de julio, 5 de septiembre y 14 de noviembre

REUNIONES DE PRESBITERIO

El Presbiterio se reunió en cinco oportunidades 4 de abril, 6 de junio, 1 de agosto, 3 de octubre y 19 de di-ciembre.

Los Ejercicios Espirituales Anuales se realizaron desde el 20 al 24 de febrero

en la Casa de Retiros “San Juan XXI-II”, predicados por Mons. José Ángel Rovai.

La Jornada Anual de Formación del Clero se realizó del lunes 15 al jueves 18 de mayo en la Casa de Retiros “San Juan XXIII”.

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Durante el año 2017 recordamos los aniversarios sacerdotales de los Pbros. Edgardo César Correa (ordenado el 03 de enero de 1992); Oscar Daniel Ósso-la (10 de enero); José Carlos Aguilera (14 de agosto), Juan Alberto Alemán

(18 de diciembre) y Pedro Orlando Villacorta Mora (18 de diciembre) quienes celebraron sus 25 años de sa-cerdocio.

VISITAS PASTORALES

Del miércoles 20 al viernes 22 de se-tiembre, el arzobispo de Salta visitó el Colegio “Nuestra Señora de la Mer-ced”, ubicada en Coronel Moldes.

Del lunes 16 al domingo 22 de octu-bre visitó la Parroquia “Nuestra Señora

de Itatí”, ubicada en Villa Lavalle en la ciudad de Salta. Su párroco es el P. Pe-dro Gualberto Ríos.

Del miércoles 25 al viernes 27 de oc-tubre visitó el Colegio “Nuestra Señora de la Merced” de la ciudad de Salta.

CONSAGRACIONES DE TEMPLOS Y ALTARES

El 10 de diciembre, el arzobispo emé-rito de Aparecida, Brasil, Cardenal Raymundo Damasceno Assis, presidió la celebración eucarística con la que

se consagró el templo y altar de la Pa-rroquia De la Resurrección del Señor y Nuestra Señora de Aparecida, en la localidad salteña de Vaqueros.

ORDENACIÓN DIACONAL

El 21 de mayo, Mons. Mario Cargne-llo otorga el Ministerio del Diaconado al Acólito Daniel Alejandro Ochoa en

la Parroquia Encarnación del Verbo de Barrio Limache (ciudad de Salta)

JUBILEOS DE ORDENACIONES SACERDOTALES

Boletin ArquidiocesanoARZOBISPADO DE SALTA

Redacción: Oficina de Prensa del Arzobispado de Salta

España 596, A4400 – República Argentina Teléfono: 0387 – 4214306

Email: prensa@arzobispadodesalta.org.ar Web: www.arquidiocesissalta.org.ar

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