boletín cristo nº 48 mar 2011


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Editorial |

Un año más llega Semana Santa

Un año más, nos acercamos a una de las fechas más im-

portantes para los cristianos.

La Pasión y Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo.

Fecha de gran importancia para la Familia Cristiana porque

es el inicio de nuestra salvación. Para los cristeros es una

fecha que todos esperamos con emoción, ya que podemos

rendir cultos a nuestros Sagrados Titulares y mostrar a todo

el pueblo nuestra devoción más Sagrada. Son momentos

en los que la tradición más popular y el sentimiento reli-

gioso más puro se hacen uno. Y es en este tiempo donde

más unidos nos sentimos los que componemos esta Her-

mandad. Cada Viernes Santo, cuando las luces del día van

tocando a su fin, los hermanos nos unimos en un solo co-

razón para mostrar nuestra fe, vestidos con nuestra túnica

y bajo el anonimato, queremos demostrar, que aun en

tiempos de crisis (tanto económica, como de fe) creemos

en Dios, en un Dios verdadero que dio su vida bajo el su-

plicio de la Pasión por nuestra salvación.

Esta Junta de Gobierno aprovecha la ocasión para hacer un

llamamiento a los Hermanos a la participación en la vida

cotidiana de la Hermandad. Para ello disponen de la posi-

bilidad de colaborar con los distintos grupos que afortuna-

damente trabajan a diario en el seno de la misma y que

aportan esa necesaria fraternidad que da sentido a la exis-

tencia de nuestra Hermandad (juventud, caridad, costale-

ros, grupo de Mayordomía…).

Pero sin duda el momento más anhelado del cristero se

nos presenta el Viernes Santo, día que culmina todo un

año de vivencias y día en el que los Hermanos de nuestra

Archicofradía del Santísimo Sacramento y Real Herman-

dad del Santísimo Cristo de San Pedro, María Santísima

de las Angustias, Nuestra Señora del Rosario y San Juan

Evangelista tienen la ocasión de acompañar un año más

a Nuestros Amantísimos Titulares en su caminar por las

calles de nuestro pueblo. Debemos concienciarnos de

la importancia de nuestra presencia en la Salida Proce-

sional ya sea ocupando un lugar bajo el paso, como acó-

litos, siguiendo su transitar en la penitencia o

especialmente vistiendo la túnica que no es otra cosa

que revestirse de Cristo y acompañarlo en su Muerte a

la espera del ansiado Domingo de Resurrección.

Qué nos importa lo que digan algunos profanos a los

cristeros, nadie los va a arrinconar y debemos ser nos-

otros, con alegría y orgullo, los que ocupemos nuestro

entorno dando muestras de amor a Dios con nuestra

forma de ser, con nuestra forma de actuar.

Que se note que los cofrades cristeros damos la cara de

verdad por el mensaje de Jesucristo: Amar a Dios y al

Prójimo como a ti mismo. Debemos implicarnos más en la sociedad que nos ha tocado vivir

con la obligación por nuestra parte de tender a mejorarla conforme a nuestras creencias cris-

tianas y en la medida de nuestras posibilidades. Y no cabe duda que para poder vivir de esta

forma es fundamental la familia como ámbito de la transmisión de la fe, de los valores cris-

tianos y vitales. Transmitamos a nuestros hijos el amor por la Hermandad y por su comunidad.

Por eso, en la Cuaresma ese tiempo que viene y va; tiempo para vivir el camino, tenemos

que vivirla bien despiertos, con fe esperanza y amor, fijos los ojos en Jesús. Démonos esa

oportunidad.

Hermano, ven a Santo Domingo, comparte con nosotros un rato de convivencia y experi-

menta el afecto de tus hermanos. Son días especiales en los que nos acordaremos de los que

ya no están con nosotros pero seguro que ya gozan de la presencia del Señor y estarán, el

Viernes Santo pendiente de todos nosotros.

Por último, renovar la invitación de nuestro Rector y su Junta de Gobierno a la participación

en cuantos actos queden programados durante el presente año 2011 y a la construcción

diaria de la Hermandad, una responsabilidad de todos que no es sino una forma más, nuestra

forma, de hacer Iglesia y de actualizar el mensaje de esperanza y amor de Jesucristo.

Que nuestros SagradosTitulares, nos ayuden a ser reconocidos como cristeros, por nuestros

actos diarios.

Redacción

Hermandad del Cristo de San Pedro, Mª Stma. de las Angustias y Ntra. Sra del Rosario

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Palabras del Rector | Genaro Salvador Villarino |

Agradecido por vuestra confianza

Sirva esta primera vez que me dirijo a los hermanos/as del Santísimo

Cristo de San Pedro para agradecer el voto de confianza puesto en

las pasadas elecciones. Confianza que me habéis otorgado para lle-

var a cabo un gran proyecto; Hacer Hermandad.

Compromiso de llevar adelante la Hermandad, de acercar más her-

manos, de colocar a nuestra Hermandad en el sitio que se merece.

En definitiva, seguir el ejemplo de los apóstoles, conociendo al

Señor cada día más y dando testimonio claro y valiente de su Evangelio.

No hay mayor tesoro que podamos ofrecer a nuestros contemporáneos.

Procuraré hacerlo lo mejor que pueda, unido a mi Junta de Gobierno formada por un

grupo de personas jóvenes por su experiencia y madurez, a la vez que trabajadora e in-

tegradora. En ellos, veo la ilusión para que todo salga bien; en el Santísimo Cristo de San

Pedro, la ayuda, fuerza y esperanza; y en todos vosotros/as, los hermanos, el granito de

arena que culminará haciendo que todos vayamos hacia la finalidad; crecer en el amor.

Porque no hay una Hermandad sin Hermanos y no hay hermanos sin amor.

Hoy me presento ante vosotros como Rector de la Hermandad del Santísimo Cristo de

San Pedro, cargo que he asumido por un deber como hermano.

En el mes de Octubre la Junta de Gobierno cumplía su año de prórroga y había que buscar

a un hermano que asumiera la responsabilidad de Rector y así la Hermandad no fuera re-

gida por una gestora. Tras varias reuniones no se llegaron a buenos acuerdos y me dispuse

a trabajar por y para mi hermandad.

Antes de decidir presentarme, busqué y hablé con familias cristeras para que asumieran

el nuevo proyecto como Rector; pero finalmente el deber como hermano Rector cayó

sobre mí.

Es una situación por la que la Hermandad del Santísimo Cristo de San Pedro no debería

haber pasado, ya que todos somos hermanos a disposición de nuestra Hermandad.

Hermandad que cuenta con unas reglas aprobadas de casi 500 años y por las que hay

que luchar. Es una hermandad en la que fluye la seriedad, el respeto que conmueve

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neros por las calles

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mos, en definitiva

no podemos dar la

espalda ni abando-

nar un proyecto,

tradición y costum-

bre que empezaron

nuestras familias.

Estos son los moti-

vos por los que ese

día me puse a la dis-

posición de nuestra

hermandad y de

nuestros hermanos.

Después de esta di-

fícil decisión, tenía

que agrupar a las

personas con las que trabajar y luchar pero fue el Santísimo Cristo de San Pedro el que me

dio ánimo y ayuda para encontrar a la Junta actual.

Compañeros y hermanos de los que estoy muy orgullosos, por el paso que han dado.

Son un grupo con muchas ganas de trabajar, con mucha ilusión, con mucho compromiso

y ante todo con ideas jóvenes, de donde se sacará la sabia nueva para engrandecer a

nuestra hermandad y honrar a nuestros titulares. Proyecto en el que me he embarcado

por obligación y devoción a mi hermandad.

Quisiera aprovechar esta presentación para invitaros a ser partícipes en los cultos, cele-

braciones, convivencias, contribución en los boletines a través de artículos, así como

otras aportaciones e ideas de interés para nuestra hermandad y nuestros hermanos; ya

que las puertas de nuestra hermandad están abiertas, pero no solo las de madera sino

también las puertas de nuestros corazones, el mío y el de mi Junta de Gobierno.


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La Semana Santa de Marchena es pura

esencia de tradición humana y gozo espi-

ritual, con su celebración se hace patente

la fervorosa y pública manifestación de fe

que acrisola nuestro pueblo y que se ex-

tiende con el paso constante e inmiseri-

corde del tiempo.

Nuestra Semana Mayor, es una sugestiva

exposición de incomparable belleza y ri-

queza artística en imaginería, orfebrería,

bordados y exorno de nuestros Pasos,

obras únicas en el Mundo que se dan cita

por los emblemáticos rincones de nues-

tras encaladas calles, para gozo, satisfac-

ción y deleite de cualquier humano.

Los Marcheneros, debemos sentir la nece-

sidad y la gran satisfacción de proclamar y

propagar nuestras excelencias y singulari-

dades, con el único propósito de atraer al

mayor número de visitantes a su contem-

plación, misión que viene desarrollando el

Consejo General de Hermandades y Cofradías de Marchena, las propias Hermandades,

el Excmo. Ayuntamiento de Marchena con sus autoridades locales al frente dentro de

su ámbito competencial y otras entidades locales y provinciales, puesto que no hay que

olvidar la gran importancia económica que genera la Semana Santa. Maestros, artesa-

nos en orfebrería, bordados, talla, restauración, dorados y cerería, destinan la mayor

parte de los días del año en elaborar sus refinadas y delicadas labores, asimismo no

nos olvidemos que en el ámbito local el movimiento comercial de nuestra Villa con sus

diversas actividades, representan la base económica anual más importante. Familiares,

amigos y viajeros se dan cita en Marchena los días previos a la celebración ocupando

la totalidad de las plazas hoteleras y de restauración.

Colaboración |

Semana Santa en Marchenafe, cultura y tradición

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Capitales y pueblos de cierta importancia

celebran con fervor y solemnidad esta fes-

tividad y realizan un denodado esfuerzo

propagandístico para atraer a sus respec-

tiva ciudades, el turismo; pero pocas ciu-

dades pueden ofrecer como Marchena

tan extensa, rica y magnifica muestra de

arte y cultura tradicional que se custodia

año tras año entre los muros de nuestros

monumentales conventos e iglesias

Los marcheneros vivimos la pasión y

muerte de nuestro Señor con el alma y es-

piritualidad cristiana, pero además sabe-

mos ver y contemplar nuestra Semana

Mayor con los cinco sentidos. Manifesta-

ciones de fervor, profundos silencios de

penitencia y amor hacia nuestros Cristos y

Vírgenes son más que evidentes; senti-

mientos profundos nos invaden cuando

nos adentrarnos en la Marchena del dolor

y la Pasión.

Cuando nos acerquemos al Santísimo Cristo de San Pedro, no veremos su imagen sino

que la contemplaremos con su faz quebrada, desgarrada por carga de pecado humano,

portentoso, poderoso y a su vez dulce y complaciente; en penitencia estaremos con él,

muy cerca de el, debajo o al lado de su paso, con el corazón lo elevaremos y llevaremos

hasta que el capataz ordene un descanso, costaleros incansables lo llevaran con andar

sutil y despacio para no vencer su cuerpo inerte, para no generar mas desgarro. Junto

a él estará Marchena cara a cara con Dios y con su Muerte.

Con ojos humanos veréis un crucificado que perdurara siempre en vuestras retinas,

pero además sentiréis el amor de un gran pueblo Marchena, que sabe guardar con na-

turalidad sentimientos cristianos de fe, cultura y tradición.

Antonio Calle Martin

El Muñidor |

De una a otra Cuaresma

Hermanos y Hermanas de la Hermandad del Santísimo Cristo de San Pedro sabed que

durante todo el tiempo hacemos hermandad a través de los cultos y actos que a conti-

nuación os relatamos y desde estas letras hacemos un llamamiento a todos y todas a

participar en ellos:

Durante los días 16, 17 y 18 de septiembre se celebró el Solemne Triduo en Honor a

Nuestra Señora de Las Angustias, ocupando la Sagrada Cátedra el Rvdo. P. D. Manuel

Ávalos, párroco de La Lantejuela, concluyendo el último día con el canto de La Salve y

Besamanos a la Santísima Virgen de las Angustias.

El 30 de septiembre, 1 y 2 de octubre celebramos

Solemne Triduo en Honor de Nuestra Señora del

Santísimo Rosario, Patrona de Marchena, ocupando

la Sagrada Cátedra el Rvdo. Padre D. Francisco Javier

Rodríguez Sánchez, dominico de la orden de predi-

cadores. Cada uno de los días contamos con la par-

ticipación de coros de nuestra localidad.

Realizándose la última noche de Triduo la ofrenda

floral de las distintas hermandades, asociaciones del

pueblo de Marchena y fieles a su patrona y madre

del Santísimo Rosario.

En la mañana del domingo día 3 de Octubre, tradi-

cional Rosario de la Aurora, por la feligresía de San

Juan, culminando tan grande día con la Solmene

Procesión de Nuestra Patrona por la calles de la villa

de Marchena.

El día 7 de octubre, festividad litúrgica, tuvo devoto

besamanos de Nuestra Señora del Santísimo Rosario.

Tras el año de prórroga concedido a la Junta de Go-

bierno de nuestra hermandad, se volvió a convocar

elecciones el día 9 de octubre de 2010, siendo ele-

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gido Rector nuestro hermano D. Genaro Salvador

Villarino para los próximos cuatro años, que el San-

tísimo Cristo de San Pedro lo bendiga y guíe en su

labor así como a su Junta de Gobierno. El viernes 29

de octubre se celebró el acto de toma de posesión

de la nueva Junta de Gobierno como mandan nues-

tras reglas.

Dando nuestro más sincero agradecimiento a los

hermanos y hermanas de nuestra hermandad por

su apoyo y haciendo extensible el regocijo de perte-

necer a tan alta gracia.

El pasado mes octubre tuvo lugar la apertura del

nuevo curso cofrade.

Con motivo del día de la fiesta de Todos los Santos y fieles difuntos, se realizó como es

costumbre la limpieza y pintura de nuestros panteones, iluminándose y sucediéndose

los turnos de vela por los hermanos y hermanas.

Y el viernes día 19 de noviembre

se celebro la Misa de Réquiem por

todos/as nuestros/as hermanos y

hermanas difuntos/as.

Durante los días en que celebra-

mos la Natividad, se celebró el sá-

bado 18 de diciembre en nuestro

Templo el Certamen de Villancicos,

organizado por el Ilmo. Ayunta-

miento de Marchena y el domingo

19 de diciembre concierto de la

Coral. Y a partir del día 22 de Di-

ciembre se abrieron las puertas de

nuestras dependencias para mos-

trar el Belén, instalado en la Sala

de Juntas de nuestra Hermandad,

visitado por multitud de personas.

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El montaje estuvo dirigido por nuestro

hermano D. José Manuel Martín Tra-

sierra, asistido por nuestro hermano

Juan Antonio Jiménez Perea y ayu-

dado por la Junta de Gobierno; el cual

ha sido felicitado por tan gran labor

desinteresada.

En la tarde del día 27 de Diciembre,

Festividad de San Juan Evangelista, ce-

lebramos junto con la Hermandad del

Dulce Nombre de Jesús, en el Templo

de San Sebastian, Misa en Su Honor.

Contando con la intervención del coro

de la Virgen de La Piedad, dándole

mayor esplendor a la función litúrgica.

El jueves día 20 de Enero, la Herman-

dad asistió corporativamente a la pro-

cesión de nuestro Patrón San

Sebastián, por las calles de nuestra Lo-

calidad.

El Miércoles 2 de Febrero, se celebró la

Tradicional y Solemne Función de la

Candelaria, fiesta de la Presentación

del Señor.

Además, les recuerdo a los Hermanos

y Hermanas, que todos los viernes del año se reza el Santo Rosario en nuestro Templo

de Santo Domingo, salvo en Cuaresma que se realiza el Vía Crucis. Los terceros viernes

de mes celebramos misa por nuestros hermanos y hermanas difuntos.

Juan Vicente Castro Sevillano

Secretario

Cristeros |

Nuestra Hermana Antoñi Osuna Caballos

Nuestra hermana Antoñi Osuna pertenece a una de esas fa-

milias entrañables que han ido haciendo historia en la secu-

lar devoción al Santísimo Cristo de San Pedro y han venido

marcando el carácter propio de nuestra Hermandad, con la

puntual asistencia a los cultos, cabildos, convocatorias y,

sobre todo, en ese “día a día”, en esa vivencia domestica, en

esa fe y amor, sólidos e inquebrantables, hacia nuestros

amantísimos Titulares, trasmitidos generacionalmente. Ella

comenta con emoción como su abuela Josefita les fue incul-

cando todo este fervor; como el Cristo y todo lo referente al

Cristo llenaba la vida de cada uno de los miembros de su fa-

milia. Igualmente, como su tío “Antonio Macancho”, cuando

les hacia una visita narraba la ocasión en la que siendo niño, participó en el Mandato de

las Tres Horas de Agonía cantando el Pregón del Ángel, para lo cual, fue descendido me-

diante unas cuerdas, desde el coro de Santo Domingo.

Camarera de la Hermandad, junto a su madre, Magdalena Caballos, ha venido desempe-

ñando su labor en torno a la imagen de nuestra Patrona, la Virgen del Rosario. Fue un

honor para ella, después del susto que todos nos llevamos, cuando en una procesión, el

Niño Jesús se giró y no hubo más remedio que desprenderlo del regazo de la imagen de la

Virgen. Fue en la calle Sevilla, a la altura de las Mercedarias y, desde ese punto hasta Santo

Domingo, continuó la procesión pero con la salvedad de que

el Niño fue llevado amorosamente por Antoñi.

Otra experiencia muy emotiva, que lleva en lo mas profundo

de su ser ha sido la ocasión de llevar al Santísimo Cristo de

San Pedro, durante el traslado a su paso procesional, en un

Sermón de las Siete Palabras.

Atiende, de igual forma, al ajuar y vestido de María Santí-

sima de las Angustias y a las demás imágenes que se vene-

ran en nuestro templo, la confección y cuidados de

manteles, mantos, ornamentos de los acólitos y otras tantas

cosas con los que, a última hora la venimos apremiando.

Ciertamente, nunca protesta, cumpliendo, de forma abne-

gada y puntualmente.


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Antoñi procura pasar desapercibido, aun-

que le resulta difícil por las simpatías y el

cariño que va suscitando en cada mo-

mento, en su trato con los hermanos y con

todas las personas que se les acercan. Ha

sido nuestra primera hermana en pertene-

cer a una Junta de Gobierno. Fue durante

la rectoría de Elías Pérez Román (q.e.p.d.),

donde ocupó el cargo de censora. Nos co-

menta que apoya la integración de la mujer

en las hermandades, tanto en la oficialidad

como en cualquier menester que se le solicite, siempre y cuando los pueda cumplir con

la responsabilidad y la solicitud fraterna que conlleva, con las ideas claras de prestar un

servicio desinteresado y no por el simple hecho de aparecer en una lista, o con el “regi-

men”, en un acto corporativo. Admira enormemente la labor que han venido desempe-

ñando nuestras hermanas en estos últimos años, en el taller de costura, en el lavado y

planchado de las albas y otros enseres. Entre ellas, subraya la sencillez y la disposición de

su madre y la de Conchita Pino que, a pesar de su carga familiar, siempre colaboraba con

lo que se le pedía, así como con la dignidad con la que llevó su cargo de camarera de la

Virgen de las Angustias.

En cuanto al futuro de la Hermandad aboga por que se mantengan las formas y costumbres

con la que se han venido desarrollando todas sus actividades, en la armonía, en la sencillez

y también, en la solemnidad que siempre nos ha caracterizado; en las que los hermanos,

todos, empezando por los miembros de la Junta de Gobierno, tengan un corazón abierto

para los demás y una aptitud de servicio desinteresada, libre de toda notoriedad o afán

de protagonismo. Consciente de las crisis que nos abruman, tanto las económicas como

las humanas, mantiene la esperanza de que iremos saliendo adelante si sabemos superar

las dificultades de nuestro tiempo con el ardor de la fe que nuestros mayores nos fueron

trasmitiendo y que nosotros tenemos que avivar, mantener y trasmitir a las futuras gene-

raciones, a esos jóvenes que tanto tiene que aportar a la sociedad y a la Iglesia del mañana

inminente, a la continua regeneración de nuestra propia Hermandad.

Muchas gracias Antoñi, por ser como eres. Díaz López tiene en ti un tesoro extraordinario

y que, como buen cofrade, no lo acapara para si mismo. Gracias por tu entrega generosa,

por tu ejemplo de hermana del Santísimo Cristo de San Pedro. Que Él y su Madre Santí-

sima te bendigan junto a los tuyos, a tu marido, a tu madre, hermanos, sobrinos y demás

familiares, a los que, espiritualmente, también nos incluimos.

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JMJ·2011 |

Hacia la Jornada Mundial de la Juventud

En este año de 2011, en agosto, se celebra en Madrid la

Jornada Mundial de la Juventud. Ante un evento de tal

magnitud, la Hermandad del Santísimo Cristo de San

Pedro no puede permanecer al margen y debe adquirir

un compromiso firme con su juventud para participar ac-

tivamente en la JMJ así como en los actos de preparación

a la misma.

El Santo Padre Benedicto XVI como ya hiciera su prede-

cesor en numerosas ocasiones, nuestro querido Juan

Pablo II, beato, nos invita nuevamente a todos los jóve-

nes del mundo a reunirse para ser testigos de Jesucristo en el mundo. Madrid será,

por unos días, la capital mundial de la juventud cristiana que cree en un Cristo vivo, re-

dentor, nuestro salvador.

Como seña de identidad de la Jornada Mundial de la Juventud, el Papa nos convoca con

el lema: “Arraigados y edificados en Cristo, firmes en la fe” (cf. Col 2,7). Nuestra Her-

mandad, como todas aquellas que ponen a Cristo en su centro, es un árbol que hunde

sus raíces en la creencia de la Iglesia. Todos nosotros, jóvenes hermanos cristeros, te-

nemos un compromiso fuerte y decidido de edificarnos en Cristo, de hacer de nuestras

vidas un modelo de santidad que nos aproxime al amor del Padre. Es fundamental man-

tenerse firmes en la fe, la fe de nuestros padres, de nuestros abuelos, de nuestra Her-

mandad. En los tiempos que corren y en algunas edades tempranas la fe no ha tomado

el verdadero sentido de la vida de un cristiano, por eso el Papa nos insta a permanecer

“firmes en la fe” para que, de esta forma, nuestra fe crezca y se fortalezca ante los pro-

blemas cotidianos de una sociedad cada vez más desmoralizada.

El ser de nuestra Hermandad puede resumirse en estos tres conceptos: arraigados en

Cristo, edificados en Él, firme en la fe. Conceptos tan cercanos y actuales en nuestra

Hermandad y en la vida de los hermanos cristeros no pueden dejar indiferente a aque-

llos que han experimentado el amor de Dios en sus corazones. Por ello, a vosotros, jó-

venes hermanos, se os pide una respuesta positiva, constructora y decidida ante la

convocatoria de la Jornada Mundial de la Juventud. Vosotros sois la esperanza de la

Iglesia y de nuestra Hermandad. Para aquellos que se han distanciado del compromiso

cercano con la Iglesia, con la Hermandad, con los hermanos, la JMJ puede ser una gran

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oportunidad que despierte de

nuevo la semilla de esperanza que

permanece dormida en cada uno,

para que dé fruto abundante en

nuestra vida.

Para poder participar con la pleni-

tud de los sentidos en la Jornada

Mundial de la Juventud en Ma-

drid, desde la diócesis se están

preparando actividades, cateque-

sis, encuentros de oración, pere-

grinaciones, que servirán para el crecimiento individual y colectivo, así como para

comprender el verdadero sentido de la JMJ.

Pronto comienza la Cuaresma, tiempo fortísimo en nuestra Hermandad y para todos

nosotros, que llevamos a Cristo en nuestro corazón. Durante este tiempo nos visitará

en nuestra diócesis la Cruz Peregrina y el Icono de Santa María Salus Populi Romani

que durante todo este año van a peregrinar por España animando a los jóvenes a par-

ticipar en la JMJ. La cruz es el símbolo de sufrimiento y esperanza que nosotros, her-

manos cristeros, tan bien entendemos. Símbolo de sufrimiento por ser donde el Amor,

donde Jesucristo, se inmola por nosotros para redimirnos de nuestros pecados. Tal su-

frimientos podemos contemplarlo cada día en la imagen de nuestro Cristo de San Pedro,

muerto, dormido, a la espera de la Resurrección. Pero esta contemplación del mayor

sufrimiento ha de hacerse también con esperanza, esperanza en la Resurrección, en la

victoria de fraterna del amor, en la realización plena de la salvación. Nosotros, jóvenes

cristeros, contemplamos este misterio en ambos sentidos, así que la Cruz Peregrina es

para nosotros un símbolo cercano. Tenemos que prepararnos para acogerla en nuestra

diócesis.

Al mismo tiempo desde la Pastoral Juvenil se está organizando el Encuentro Diocesano

de Juventud al que estamos llamados a compartir, con los jóvenes de la diócesis, nues-

tras inquietudes y alegrías. Será una convivencia fraterna que como hermanos cofrades

no podemos dejar pasar.

Fundamental para prepararnos para la JMJ y calentar motores antes de partir son los

DED (Días en la Diócesis) en los que acudirán a nuestra diócesis de Sevilla miles de jóve-

nes de todo el mundo que se alojarán por parroquias, colegios, familias voluntarias, etc.

Será en estos días en los que podremos iniciar, en nuestras casas, la Jornada Mundial de


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la Juventud, ofreciendo a todos aquellos que nos visi-

ten, nuestra mejor imagen, nuestra realidad, con una

mentalidad abierta que favorezca un intercambio cul-

tural y de fe muy necesario en nuestros jóvenes cora-

zones. Serán días decisivos en los que nuestra fe

cobrará firmeza.

No podemos olvidar los cultos de nuestra Hermandad

como fundamento de nuestra preparación a la JMJ. En

un tiempo de preparación como es la Cuaresma, pre-

paración para la Pascua, celebraremos el Quinario y el

Pregón de las Siete Palabras, cultos de gran profundi-

dad evangélica y actualidad que nos servirán para hacer

de la oración el pilar fundamental de nuestra vida como

instrumento directo de relación con el Padre. El Santo

Rosario celebrado cada viernes, olvidado de los jóvenes, tiene que revitalizarse y acer-

carse a cada uno de nosotros.

La imagen de nuestro venerado Santísimo Cristo de San Pedro es la imagen que debe

mover en nuestros corazones el compromiso con la Jornada Mundial de la Juventud de

Madrid. Un Cristo muerto en la esperanza de la resurrección, de la salvación, reúne el

sentimiento profundo de entrega y amor que encierra la JMJ.

Santa María de las Angustias y del Rosario, nuestras titulares, nos invitan con su mirada

tierna de madre a participar de la verdad de su Hijo. La contemplación de estas imáge-

nes por los jóvenes cristeros tiene que mover en los corazones el deseo y la alegría que

empuja a participar en la JMJ. Pidamos a ella por la Jornada Mundial de la Juventud,

por el Papa, los organizadores y todos los jóvenes que participaremos en ella.

Desde la Hermandad del Santísimo Cristo de San Pedro queremos invitar a toda la ju-

ventud cristera a acercarse a nuestra casa de San Pedro para crear el ambiente perfecto

que nos aúne a participar en la Jornada Mundial como cristianos conscientes de perte-

necer a una amplia familia que vemos en el prójimo a nuestro hermano y a Dios como

Padre.

Antonio Jesús Salvago Duarte


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Nació en Sevilla en 1488. Sus Padres fue-

ron Luís Ponce de León, Señor de Villa-

garcia y Doña Francisca Ponce de León,

hija Mayor del “Marqués de Cádiz” D. Ro-

drigo Ponce de León.

Residió la mayor parte de su Vida entre

Sevilla y Marchena.

A la muerte del “Marqués de Cádiz” que era

su abuelo, tan solo contaba con 4 años,

quedó Rodrigo bajo el Gobierno y la tutela

de su abuela, Doña Beatriz de Pacheco.

Los Cronistas de la época decían del Duque:

“Que era de buena disposición y de claro en-

tendimiento y muy inclinado a las Letras,

tanto que estaba siempre sobre los Libros”

y por todo esto, tuvo muy poca salud y

murió muy joven a la edad de 42 años.

Estuvo en Las Cortes que se celebraron en

Valladolid en el año 1518.

En el año 1523 fue Procurador por Sevilla a

las Cortes que se celebraron en Palencia.

En marzo de 1526 como Noble y Alcalde

Mayor de Castilla, recibió a Emperador Car-

los I y la emperatriz Isabel al llegar a la ciu-

dad de Sevilla para contraer matrimonio.

En abril del mismo año, formó parte del

Cortejo de despedida al lusitano Marqués

de Villareal.

El primer matrimonio del duque fue con

Isabel de Pacheco matrimonio que fue

acordado por doña Beatriz de Pacheco, su

abuela, para que se volviera a unir la sangre

del linaje de su esposo y la suya propia,

pues Isabel era sobrina suya , hija de D.

DiegoLópez de Pacheco y de la marquesa

Juana Enriquez.

Este matrimonio se celebró en el año 1500

y no tuvo descendencia. La duquesa murió

en el año 1521.

El segundo matrimonio fue con doña

Juana Girón. Las capitulaciones concerta-

das en septiembre de 1522 entre el conde

Ureña, padre de doña Juana Girón y el

duque, fijaban una dote de 14.000.000 de

maravedises.

Historia de nuestra Hermandad |

D. Rodrigo Ponce de LeónVII Señor de Marchena y I Duque de Arcosfundador del Convento de San Pedro Mártir

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La deuda de 1.100 ducados que tenía el

duque con el conde, consecuencia de un

préstamo que le hizo este último, fue con-

donada, considerándose dicha cantidad

como un incremento de la dote por lo que

esta se quedó en 11.412.500 maravedies.

Doña Juana Girón, era hija de Juan Tellez

Girón, Conde de Ureña y de La Condesa

doña Leonor de Vega.

Tuvo este matrimonio a doña Jerónima

que murió muy pronto.

Doña Juana Girón falleció en 1525, las man-

das del testamento sumaban la cifra de

3.803.845 maravedises.

El tercer matrimonio fue con doña María

Girón, de Archidona, hermana de padre y

madre de la duquesa doña Juana.

De este matrimonio nacieron 2 hijos: Luís

Cristóbal que sucedió a su padre en el ma-

yorazgo de la Casa de Arcos, que nació el

28 de agosto de 1518 en Rota (en El Castillo

de la Luna).

Y doña Ana Ponce de León, condesa de

Feria, que nació el 3 de Mayo de 1527 y que

con el tiempo fue monja y poetisa, a la

muerte de su marido El conde de Feria, y

que profesó en el convento de Montilla

(Córdoba).

Este tercer matrimonio fue muy benefi-

cioso pues, se unieron muchos y altos lina-

jes de Castilla y Portugal.

Doña María Girón murió en 1528 y es la

única de sus esposas que se encuentra en-

terrada en este convento de San Pedro

Mártir al igual que su esposo y fundador.

Don Rodrigo tuvo tiempo de casarse por

cuarta vez con doña Felipa Enriquez, a la

que dejó viuda


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Don Rodrigo os-

tentó el cargo de

I duque de Arcos

por donación de

Los Reyes Católi-

cos en enero de

1493.

Las primeras or-

denanzas muni-

cipales de la villa

fueron aproba-

das por don Rodrigo en el año 1528.

Su testamento fue redactado el 5 de abril

de 1530 y se encuentra en A.H.N. Sección

Osuna, legajo 121.

El duque falleció el 22 de julio del año 1530

y se encuentra enterrado en el convento

que él había mandado fundar.

Don Rodrigo nombra como albacea de su

testamento a: fray Hernando de Palma,

dominico y vicario prior de este convento

fray Domingo Valtanas, dominico, vicario

de la villa y su confesor don Juan de Saave-

dra, Conde de Castellar.

El convento de San Pedro Mártir es el fruto

de dos fundaciones, la primera en el lugar

conocido por Plaza de Abajo o de La

Fuente, sobre unas casas donadas por el

presbítero y licenciado de la villa Barto-

lomé Sánchez de Bonilla. Tanto las rentas

como el lugar no gustaron ni a don Rodrigo

ni al padre provincial, fray Domingo de

Valtanas, que pudieron reconducir su fun-

dación a su actual emplazamiento me-

diante una Bula Papal.

Lo dotaría en 20.000 maravedises para que

en él pudieran vivir 20 Religiosos.

A partir de 1521 se hicieron cargo del con-

vento y de las obras el padre Vicente Me-

jías, prior de Rota, fray Domingo Valtanas

y el padre fray Juan de la Cruz que fue el

primer vicario y prior del convento.

Bajo la dirección de la Orden de Predicado-

res los primeros años las obras se desarro-

llaron con entera normalidad, pero a la

muerte del duque en julio de 1530 queda-

ron interrumpidas.

Pero posteriormente las continuó su hijo

don Luís Cristóbal Ponce de León, porque

se lo citaba su padre en el testamento.

Ramón Luna Romero

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VI centenario |

San Vicente Ferrer y las procesiones de disciplina

Se conmemora en este año el VI centenario

de la institución de las procesiones de disci-

plina por San Vicente Ferrer, santo de la

Orden de Predicadores, nacido en Valencia,

en 1350. Sus padres le inculcaron desde su

infancia la solidaridad hacia los pobres, pero

sobre todo, las enseñanzas y practicas cris-

tianas; un amor y una fervorosa devoción

hacia Jesucristo, a su Pasión redentora, en

cuya memoria ofrecía una mortificación

todos los viernes del año, así como a la Virgen

María, a la que le consagraba, semanal-

mente, el ejercicio sabatino, costumbres que

ejercitó durante toda su vida.

Ingresó en la Orden de Santo Domingo y, por

su gran inteligencia, a los 21 años ya era pro-

fesor de filosofía en la universidad. Siendo un

simple diácono lo enviaron a predicar a Bar-

celona que estaba pasando por un período

de hambre y los barcos portadores de ali-

mentos no llegaban. Vicente, en un sermón

vespertino, anunció que esa misma noche

llegarían los barcos con los alimentos tan de-

seados. Al volver a su convento, el superior

le amonestó por dedicarse a hacer profecías

de cosas que él no podía estar seguro de que

iban a suceder. Pero esa noche llegaron los

barcos, y al día siguiente el pueblo se dirigió

hacia el convento a aclamar a Vicente y los

superiores tuvieron que trasladarlo a otra

ciudad para evitar desórdenes.

Angustiado por el Cisma que dividía a la Igle-

sia entre dos Papas – él se mostraba parti-

dario del español Benedicto XIII, el “Papa

Luna”, a quien había servido en la corte pon-

tificia de Avignon-, cayó gravemente enfermo

y estuvo a punto de morir. Recuperado tras

el concilio de Constanza y la elección de Mar-

tín V, que puso fin a la controversia papal, de-

cidió dedicarse a predicar por ciudades,

pueblos, campos y países. En adelante por 30

años, recorrerá parte de España, y el sur de

Francia, el norte de Italia, y Suiza, predicando

incansablemente, con enormes frutos espi-

rituales, siendo judíos y musulmanes, los pri-

meros convertidos.


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Las multitudes se apiñaban para escu-

charle, sobre todo en campos abiertos por-

que no cabían en los templos. Sus

sermones solían ser largos pero los oyen-

tes no se cansaban ni se aburrían porque

sabía hablar con tal elocuencia y emoción,

que a cada uno le parecía que el sermón

había sido compuesto para él mismo en

persona, conmoviendo incluso a los mas

fríos e indiferentes. Fustigaba sin miedo las

malas costumbres, invitando a recibir los

santos sacramentos de la confesión y de la

comunión. Hablaba de la sublimidad de la

Santa Misa e insistía en la grave obligación

de cumplir el mandamiento de Santificar

las fiestas, en la gravedad del pecado, en la

proximidad de la muerte, en la severidad

del Juicio de Dios, y del cielo y del infierno

que nos esperan.

Después de sus predicaciones se sucedían

dos grandes procesiones: una de hombres

convertidos, rezando y llorando, alrede-

dor de una imagen de Cristo Crucificado y

otra de mujeres alabando a Dios, alrede-

dor de una imagen de la Santísima Virgen.

Estos dos grupos lo acompañaban hasta el

próximo pueblo a donde el santo iba a

predicar y le ayudaban a organizar una

nueva misión.

Los milagros acompañaron a San Vicente

en toda sus misiones, siendo el de su elo-

cuencia el mas significativo, puesto que,

como en Pentecostés, se hacia entender

en otros idiomas, siendo que él solamente

hablaba su lengua materna, el valenciano

y el latín. Y sucedía frecuentemente que las

gentes de otros países le entendían perfec-

tamente como si les estuviera hablando en

su propio idioma.

Los últimos años de su vida, lleno de enfer-

medades, lo tenían que ayudar a subir al sitio

donde iba a predicar. Pero apenas empezaba

la predicación se transformaba, se le olvida-

ban sus padecimientos y predicaba con el fer-

vor y la emoción de sus primeros años.

Durante el sermón no parecía viejo ni en-

fermo sino lleno de juventud y de entu-

siasmo. Y su entusiasmo era contagioso.

Murió en plena actividad misionera, el 5 de

abril de 1419. Fueron tantos sus milagros y

tan grande su fama, que el Papa lo declaró

santo a los 36 años de haber muerto, en

1455.

Las procesiones de disciplina se documentan

en la villa de Medina del Campo (Valladolid),

desde la llegada de San Vicente Ferrer en el

año 1411; El Santo dominico, junto con una

comitiva formada por unas trescientas per-

sonas, recorre, entre enero de 1411 y abril

de 1412, numerosas ciudades, villas y aldeas

del reino de Castilla. Previamente, durante

el año 1407 predica en Granada y en Sevilla,

donde se conserva la tradición de haber pre-

dicado en el lugar que ocupa el famoso pul-

pito de la Granada, en el Patio de los

naranjos de la catedral.

Tres son las imágenes existentes en nuestra

Iglesia de Santo Domingo en relación al santo

patrono de Valencia. Una, a la derecha de

San Pedro Mártir que preside el retablo de

la capilla mayor, sobre el dosel que cobija a

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la de nuestro amantísimo Titular. En su altar

propio se venera en imagen de candelero, en

aptitud de predicar, procedente de otro

lugar donde se mostraría con alas, atributos

propios de su virtud angélica y por la deno-

minación que le atribuyeron de “Ángel del

Apocalipsis”, tal y como aparece en el lienzo

de Ánimas, en el altar de Santa Ana.

En unos casos, fuentes documentales segu-

ras y, en otros, escritos tardíos hagiográficos,

proporcionan abundante material para el co-

nocimiento de lo que supone la vida y el mi-

nisterio de la predicación del "Martillo de

Herejes" y la institución de los cortejos de

disciplinantes, origen de muchas de nuestra

Hermandades penitenciales. Se ha llegado

incluso a afirmar la redacción de unos esta-

tutos o regla para una cofradía de disciplina,

redactada por el propio San Vicente Ferrer,

cuestión no probada por el rigorismo histo-

ricista. Lo cierto es que el santo dominico, di-

recta o indirectamente, tuvo una influencia

decisiva en la afloración de corporaciones de

fieles que, en la mentalidad del ocaso de la

Edad Media, hacían uso de la autoflagelación

en torno a las reliquias y a las sagradas imá-

genes, bien en el interior de los templos, bien

durante las procesiones que recorrían calles

y plazas, campos y caminos de todos los lu-

gares del mundo cristiano.

Evidentemente, las cofradías medievales dis-

tan mucho de las que se erigen tras el Conci-

lio de Trento, aunque siguen conservando,

en la mayoría de los casos y hasta 1777, la

disciplina publica durante los actos de culto

externo. Tal es el caso de nuestra Herman-

dad, fundada en 1551 con el Título de Santo

Crucifijo, cuyas reglas fundacionales orde-


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naba que recibiese tres hermanos de sangre

por cada uno de luz. De esta forma, los her-

manos del Santísimo Cristo de San Pedro

acudían a la procesión del Viernes Santo “an-

dando las estaciones”, - la última en la Matriz

de San Juan Bautista-, con sus túnicas de

angeo, las espaldas descubiertas y la propia

disciplina con la que auto flagelarse con el

rigor que pudiera sobrellevar, de forma que

no quedara lisiado ni incapacitado para

ganar el sustento necesario de la familia. Los

hermanos de luz asistían con sus hachas de

cera leonada, color amarillento, donde se

pintaban las armas de la Hermandad en re-

lación a las cinco llagas de Nuestro Señor. Te-

nían la obligación de asistir a los hermanos

de sangre durante la procesión así como al

posterior “lavado” de los disciplinantes, con-

sistentes en el aseo y cura de las heridas pro-

ducidas en el ejercicio de la estación

penitencial.

Las constituciones del Arzobispado de Sevilla,

a tenor de las sinodales de 1604, señala que

como es "costumbre universal de la Iglesia

Católica, santísimamente están introducidas,

y permitidas las cofradías de disciplinantes

que se hacen en la Semana Santa". Las cofra-

días estaban "favorecidas con espe-

ciales gracias, e indulgencias, como

cosa con que se nos trae a la memo-

ria la muerte, y pasión que por nues-

tra salvación padeció el Hijo de Dios,

que en aquellos días celebra la Igle-

sia Católica, i con que se hace peni-

tencia, i procura de satisfacer parte

de la pena que por las culpas, i pe-

cados que entre año contra la divina

majestad se han cometido". Se pedía que las

procesiones que se hicieran en nuestro arzo-

bispado salieran para hacer penitencia de sus

pecados, "vayan en ellas con mucha devo-

ción, silencio i compostura", con el que se

pueda ver el arrepentimiento de sus pecados

y "no pierdan por alguna vanidad, o demos-

tración exterior, el premio eterno que por ello

se les dará".

La mentalidad ilustrada del siglo XVIII no

podía permitir estas practicas religiosas que,

en mucho casos habían venido degenerando

en ridículos espectáculos de ostentación de

virilidad, o el fraudulento alquiler de discipli-

nantes, ajenos a la autentica ascética cris-

tiana. La Real Orden de 20 de febrero de

1777 dada por Carlos III en el Pardo a conse-

cuencia de la situación existente en todo el

país manda que "no permitan chancillerías

ni audiencias del reino, disciplinantes, empa-

lados ni otros espectáculos semejantes que

no sirven de edificación y pueden servir en

la indecencia y el desorden de las procesio-

nes de Semana Santa... debiendo los que tu-

vieran verdadero espíritu de compunción y

penitencia elegir otras más racionales, secre-

tas y menos expuestas". Igualmente se pro-

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híbe a los penitentes que vayan con el rostro

cubierto y que "dadas las diez no ande per-

sona alguna en traje de penitencia, con ca-

pirote y rostro oculto, sino que lo lleven

levantado de forma que manifiesten, el su-

jeto que es y sus circunstancias".

A pesar de esta prohibición, en distintos lu-

gares de España se han mantenido estas for-

mas de penitencia pública, quedando

interesantes reminiscencias que en su día,

acompañaran a las predicaciones de San Vi-

cente Ferrer, el prestigioso compromisario

en Caspe y apóstol de los conversos, cuya

elocuencia y, sobre todo las expresiones de

compunción y arrepentimiento que susci-

taba entre las masas populares, dieron ori-

gen a muchas de las Hermandades y

Cofradías que procesionan en Semana Santa.

Francisco J. Duarte Maqueda


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Colaboración |

Rincón del costalero

Estamos en fechas en que todos nuestros

pensamientos pasan por nuevos propósitos.

Pero el devenir de la propia vida, o más bien

ese destino con el que cada uno parecemos

nacer, unido a veces a nuestra falta de volun-

tad, hacen que todo esto, la mayoría de estos

proyectos e ideas se queden en eso... o más

bien pasen a ese cajón callado que guarda

parte de nuestros secretos, pensamientos,

sueños y que no es otro que nuestra almo-

hada. Por ello cada año me reitero en una

frase que les digo a mis hermanos costaleros

cuando estamos bajo las trabajaderas de

nuestros titulares, disfrutar del momento,

porque seguro que este momento nunca

más lo podremos repetir y disfrutar, los habrá

mejores, también peores, pero nunca igual,

ya que no sabemos si la próxima vez estare-

mos aquí para disfrutar de esto.

Costalero aquel hermano cuya ocupación en

la Estación de Penitencia es la de portar

sobre su cerviz a uno de sus Sagrados Titula-

res. El costalero purga penas de faja y costal

en cuanto siente la llamada y la voz del capa-

taz, el costalero es un engranaje más de esa

maquinaria que derrocha amor y lealtad de-

bajo del paso.

Un costalero no tiene razón de ser si no te-

nemos en cuenta que somos una colectivi-

dad. En definitiva, una cuadrilla.

La importancia de nuestra razón de ser no ra-

dica en que seamos un grupo formado por

gente dispar, sino en nuestro objetivo común

y, ante todo, en la igualdad ante el Santísimo

Cristo de San Pedro y María Santísima de las

Angustias, sin distinción alguna.

Considero inseparable a la naturaleza del

buen costalero la entrega, la discreción, el

trabajo gratuito y sobre todo la humildad.

Nuestra integración aquí es la satisfacción

propia y personal, en la que hemos de verter

ciertos valores.

Hermanos empecemos a preparar las zapa-

tillas, faja y costal, ya nos queda poco para

ese gran día, ese día que sabes que llegará,

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pero conforme pasa el tiempo más lejano

nos parece. Compañerismo por los cuatro

costados, ilusiones, tal vez alguna promesa

escondida y un raro cosquilleo que te re-

corre el cuerpo te hace sentir que aunque

lleves años en el hacer, cada vez es como

la primera.

Y todo esto aún sabiendo que el olor a azahar

aun queda lejos, te colocas bajo tu trabaja-

dera, en tu puesto, siempre teniendo pre-

sente que arriba no llevas nada, pero con la

absoluta certeza de que lo haces por Ellos.

Ensayos en los que acabas cansado, en los

que sudas pese al relente de la noche. Atento

siempre a las indicaciones de los que man-

dan. Soñando con ese día en el que se abran

las puertas del antiguo convento de los do-

minicos y suene el llamador.

Tradición marchenera, del que reza con roce

de alpargatas, del que se aferra con fuerza al

madero, del que llora en silencio debajo de

un misterio, del que derrama llantos de dolor

y sufrimiento, llantos del que ayuda a quien

lleva a su lado, sufrimiento al levantar el peso

del perdón, del que mira al cielo con lágrimas

y reza, del que pasito a pasito anda, del que

sufre agarrado a su cruz.

Por todo ello y éste año más que nunca

animo a todos los hermanos a llevar sobre

sus hombros a nuestro Cristo de San Pedro o

a su bendita Madre de las Angustias y ade-

más a compartir éstos bellos momentos que

se viven bajo las trabajaderas.

Hermanos espero veros por Santo Domingo

en ésta Cuaresma que se presenta.

Manuel Miguel Sánchez Sánchez

Llagas llevo costalero, llagas de sufrimiento, por haber portado toda la noche al Cristo que yo más quiero. Son llagas de dolor de un costalero, costaleros somos todos.

Todos de nacimiento.Ruben L. Collar


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Este año, hermanos, el Viernes de Dolores en

Santo Domingo, se oirán de nuevo aquellas

siete palabras, que podemos resumir en:

«¿Por qué, Dios mío? ¿Para qué?»

Una pregunta que ronda de continuo a los

cristianos de esta época; una pregunta a la

que se acogen todos los que sufren y pueden

agarrarse a ella. Esa inmensa mayoría de mu-

jeres y hombres, que, a lo largo y ancho de

nuestra España y del mundo entero, son frá-

giles pero creyentes: «¿Por qué, Dios mío?

¿Para qué?»

En esa pregunta de Cristo, del Hombre y del

Hijo de Dios, resuenan todos los escenarios

del escarnio, de la irracionalidad y de la

muerte; en esas preguntas se siente el frío,

la infidelidad y el hastío que quiebran y des-

trozan la vida de los seres humanos y de los

pueblos.

Pero esa palabra de Cristo trae también con-

sigo otras que abren los hogares fecundos

del perdón, de la Gloria y de la Madre; en esa

palabra de Cristo despunta el amanecer de

otras, palabras definitivas, de amor, de fide-

lidad y de confianza.

Primera Palabra

“Padre: Perdónalos porque no saben lo que

hacen”. (San Lucas 23, 24)

Jesús nos dejó una gran enseñanza con estas

palabras, ya que a pesar de ser Dios, no se

ocupó de probar su inocencia, ya que la ver-

Devoción Cristera |

El Sermón de las Siete Palabras

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dad siempre prevalece. Nosotros debemos

ocuparnos del juicio ante Dios y no del de los

hombres. Jesús no pidió el perdón para Él

porque no tenía pecado, lo pidió para quie-

nes lo acusaron. Nosotros no somos nadie

para juzgar. Dios nos ha perdonado grandes

pecados, por lo que nosotros debemos per-

donar a los demás. El perdonar ayuda a qui-

tar el odio. El amor debe ganar al odio. La

verdadera prueba del cristiano no consiste

en cuánto ama a sus amigos, sino a sus ene-

migos. Perdonar a los enemigos es grandeza

de alma, perdonar es prueba de amor.

Es verdad, no sabían lo que hacían, crucifi-

cando al que es la vida. Hoy, Señor, te cruci-

ficamos con nuestras palabras y actitudes,

con nuestros pecados y nuestras evasiones.

¡Y tú nos perdonas!

No deberíamos perder la paciencia, ni el

ánimo, ni la serenidad ante determinadas

circunstancias de la vida pública de hoy.

¿Nada nuevo bajo el sol? En cierta manera,

así es: nada nuevo. Ayer se mofaban de

Cristo. Hoy se mofan también de su Cuerpo

vivo, de la Iglesia y, por tanto, del mismo

Cristo.

Benedicto XVI habla del «escarnio cultural»

que hoy sufre la fe y padecen los cristianos.

Se hace burla y befa pública de sus símbolos,

a veces con la excusa de la creatividad artís-

tica; se deforma y se retuerce lo que la Iglesia

propone, para hacer creer a la gente (valién-

dose de poderosos altavoces) que la fe cris-

tiana es contraria a la libertad de las

personas y a la democracia; se repite de mil

maneras que el reloj de la historia habría

marcado ya la hora final para esa antigualla

oscurantista que es el cristianismo.

La Iglesia a quien se ha revelado el misterio

del perdón, nos invita a sus hijos a no devol-

ver nunca mal por mal, a perdonar siempre.

Haznos dóciles a tu misericordia para que

nunca más caigamos en la tentación.

El perdón es el amor en su máxima tensión.

Es fácil amar; es heroico perdonar.

Cuando se ha metido en lo hondo del cora-

zón el odio y el espíritu de venganza; cuando

en virtud de aquel pleito, de aquella heren-

cia, de aquella discusión acalorada... la fami-

lia queda destrozada y el padre ya no se

habla con el hijo, y los hermanos no se ha-


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blan entre sí...

¡por unos miserables euros que se estrella-

rán un poco más tarde sobre la losa del se-

pulcro!... Cuando se les ha metido el odio y

el rencor en el alma, ¡qué difícil perdonar!...

Por eso Nuestro Señor Jesucristo nos lo re-

cordó en la cruz.

Segunda Palabra

“Yo te aseguro: Hoy estarás conmigo en el

paraíso”. (San Lucas 23,43)

Estas palabras nos enseñan la actitud que

debemos tomar ante el dolor y el sufri-

miento. La manera como reaccionemos ante

el dolor depende de nuestra filosofía de vida.

Estas son las actitudes que se encuentran

manifestadas en los dos ladrones crucifica-

dos al lado de Jesús: uno no le dio sentido a

su dolor y el otro sí lo hizo. Necesitamos es-

piritualizar el sufrimiento para ser mejores

personas. Jesús en la cruz es una prueba de

amor. El ladrón de la derecha, al ver a Jesús

en la cruz comprende el valor del sufri-

miento. El sufrimiento puede hacer un bien

a otros y a nuestra alma. Nos acerca a Dios si

le damos sentido.

¡Cuántas súplicas les hacemos nosotros a los

hombres, y qué pocas le hacemos a Dios!…

En la vida del gran apóstol medieval San Vicente

Ferrer, se lee una anécdota verdaderamente

conmovedora y emocionante; después de uno

de aquellos sermones tan encendidos que

brotaban de los labios del gran apóstol va-

lenciano, se le acercó un pecador que llevaba

muchos años sin confesarse. Se confesó con

un arrepentimiento vivísimo. El santo estaba

profundamente conmovido. Tan conmovido,

que a pesar de que su penitente había lle-

vado una vida tan desastrada, entregada de

lleno a toda clase de crímenes y pecados, le

puso una penitencia muy pequeña; como

gran teólogo que era San Vicente Ferrer, for-

mado en los libros de Santo Tomás de

Aquino, sabía que lo único que interesa en el

momento de confesar un pecado es el arre-

pentimiento vivísimo, la profunda humildad

con que le pedimos perdón a Dios. Le vio tan

arrepentido que le puso una muy ligera pe-

nitencia. Pero entonces aquel gran pecador,

que esperaba una penitencia gravísima, por-

que creía que la merecía, al ver que le ponía

una tan ligera e insignificante, se echó a llorar

a los pies de San Vicente Ferrer y le dijo:

«¡No!, esa penitencia no la puedo aceptar.

Tiene que ser mucho mayor, muchísimo

mayor, como merecen mis pecados». Enton-

ces San Vicente Ferrer, dándose cuenta de

que el pobre pecador estaba mucho más

arrepentido de lo que él pensaba, lejos de

aumentarle la penitencia se la rebajó la

mitad. Y fue tal el arrepentimiento y la emo-

ción que se apoderó de aquel hombre al ver

de qué manera tan benigna le acogía y abra-

zaba el ministro y representante de Jesu-

cristo y fue tan profundo su dolor de

contrición, que cayó muerto a los pies de

San Vicente Ferrer. El gran Santo, en visión

intelectual, vio el alma de aquel pecador

que entraba inmediatamente en el cielo sin

pasar por el purgatorio. Se había cumplido

también al pie de la letra la sublime palabra

de Jesucristo: «Hoy mismo estarás conmigo

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en el paraíso».

Dios quiere que todos los hombres se salven.

Y lo quiere, con esa seriedad que hay en la

cara de Cristo crucificado. ¡Ah!, pero ha

puesto en nuestras manos nuestra libertad.

A todos los hombres del mundo le toca Dios

el corazón, le ilumina la inteligencia y le da

las gracias suficientes, suficientísimas, para

salvarse si él quiere.

Aunque tengas la conciencia cargada con

todos los crímenes imaginables, si le dices de

verdad a Jesucristo: «Señor, perdóname».

Cristo te dirá; «Hoy, hoy mismo, al caer de la

tarde, al atardecer de tu vida (porque dice la

Sagrada Escritura, que mil años son ante Dios

como el día de ayer que ya pasó, como un

solo día mil años, de manera que los ochenta

u noventa que tenemos que vivir en este

mundo son como unos instantes), hoy

mismo, al atardecer de tu vida, estarás con-

migo en el paraíso»

Tercera Palabra

“Mujer, ahí tienes a tu hijo. Ahí tienes a tu

Madre”. (San Juan 19, 26-27)

La Virgen es proclamada Madre de todos los

hombres. El amor busca aligerar al que sufre y

tomar sus dolores. Una madre cuando ama

quiere tomar el dolor de las heridas de sus

hijos. Jesús y María nos aman con un amor sin

límites. María es Madre de cada uno de nos-

otros. En Juan estamos representados cada

uno de nosotros. María es el refugio de los pe-

cadores. Ella entiende que somos pecadores.

Las madres están siempre, como María,

junto a las cruces de sus hijos. Pero ¿quién

estará junto a las cruces de ellas?

Las madres tienen hoy muchas cruces que

llevar y muy pesadas. Tienen que trabajar y

hacerse valer y frecuentemente con los mis-

mos parámetros que los varones. Tienen que

retrasar la maternidad o renunciar a ella.

Pero ella es, de modo muy particular, la

madre de las madres; de las madres que tie-

nen que aguantar hoy la pesada cruz de una

cultura de la muerte hostil a la maternidad:

de las madres maltratadas física y espiritual-

mente; de las que trabajan en casa y fuera

de casa; de las que, a lo mejor, se han visto

arrastradas por la presión cultural y la sole-

dad espiritual a acciones o actitudes contra-


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rias a su genio de mujeres y de madres.

Hay que respetar los designios inescrutables

del cielo cuando se lleve a un hijo en la flor

de su juventud. Una muerte temprana,

¡cómo llega al corazón de una madre!

Cuando la muerte le arranca al hijo querido

en la primavera de su vida, ¡qué inmenso

dolor!... Pero, son misterios de Dios.

Todos los que sufrimos, arrodillémonos a los

pies de la Virgen de las Angustias.

Esta tercera palabra de Jesús en la cruz nos

recuerda que la Virgen es nuestra Madre.

Somos hijos de María, de la Reina y Soberana

de los mártires. Unamos nuestro dolor al

dolor de la Virgen Santísima. Y, aunque sea

a través del cristal de nuestras lágrimas, con-

templemos el cielo, invocando a la Virgen, y

Ella calmará nuestro dolor.

Recemos el Santo Rosario en nuestra casa. Ple-

garia bellísima del hogar cristiano. Que por des-

gracia vamos perdiendo esta costumbres. Hay

que recuperar la devoción del Rosario en fami-

lia, cuando todas las noches se invoca a la San-

tísima Virgen y le dice cincuenta veces: Ruega

por nosotros pecadores, ahora...

Cuarta Palabra

“Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has aban-

donado?” (San Marcos 15, 34)

Es el hijo que habla con el Padre. Estas pala-

bras nos hacen pensar en el pecado de los

hombres. El pecado es la muerte del alma.

La bondad es el constante rechazo al pecado.

El pecado es el abandono de Dios por parte

del hombre. El hombre rechazó a Dios y

Jesús experimentó esto.

Esta palabra pronunciada por el Dios cruci-

ficado es, más que un reproche hacia Dios,

la oración del justo que sufre y espera en

Dios; Jesús, en lugar de desesperar y olvi-

darse de Dios, clama al Padre pues confía

en que Él lo escucha, pero Dios no res-

ponde porque ha identificado a su hijo con

el pecado por amor a nosotros, y éste debe

morir. Jesús, colgado en la cruz, es recha-

zado ahora por el Cielo y por la tierra, por-

que el pecado no tiene lugar. Cuántas

veces en nuestras vidas hemos sentido el

abandono de Dios: ¿Por qué a mí? ¿Por

qué ahora? ¿Qué hice Señor? Preguntas y

preguntas como las de Cristo, que encuen-

tran como respuesta el silencio de Dios. Por

lo general, es la mejor respuesta que nos

puede dar, pero no lo entenderemos hasta

que sepamos que del silencio brota la Re-

surrección.

La humanidad doliente del Verbo encar-

nado recoge en ese grito el dolor de todos

los que sufren las consecuencias terribles

de la injusticia, del cinismo, de la autosu-

ficiencia, de la ceguera de la razón, en de-

finitiva, del pecado.

Nos gusta la belleza, ¿verdad? Por eso pe-

camos tanto, sobre todo cuando se nos

presenta en forma humana...

¿Nos gusta el dinero, verdad? Por eso ro-

bamos tanto, porque hay muchas mane-

ras de robar sin que nadie se dé cuenta y

sin perder la fama de persona honrada.

Nos gusta el aplauso, la gloria, que hablen

de nosotros, los periódicos, salir en la te-

levisión como personaje famoso, como

una figura mundial, ¿no es verdad?

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Pues a la hora de la muerte esto no sirve

para nada.

Te suplico, Jesús mío, para todos mis herma-

nos y para mí, que no nos desampares du-

rante la vida, y sobre todo a la hora de la

muerte. Olvídate, Señor, de nuestros pecados.

Y en virtud de la amargura infinita de tu des-

amparo... ¡Señor!... a la hora de nuestra

muerte llámanos y mándanos ir a Ti para que

con tus ángeles y santos te alabemos por los

siglos de los siglos.

Quinta Palabra

“¡Tengo sed!” (San Juan 19, 28)

La sed es un signo de vida. Tiene sed de dar

vida y por eso muere. Él tenía sed por las

almas de los hombres. El Pastor estaba sólo,

sin sus ovejas. Durante toda su vida Jesús

había buscado almas. Los dolores del cuerpo

no eran nada en comparación del dolor del

alma. Que el hombre despreciara su amor le

dolía profundamente en su corazón. Todo

hombre necesita ser feliz y no se puede ser

feliz sin Dios. La sed de todo hombre es la sed

del amor.

Sólo las mujeres y los hombres justos tienen

oídos para escuchar a Cristo y para escuchar

el grito de los sedientos de nuestro mundo.

Danos oídos para escucharte y ojos para

verte en los pobres, en los débiles, en las víc-

timas de cualquier injusticia, en los últimos

de los últimos... y danos valor para soco-

rrerte en ellos, no con el vinagre de aquellos

soldados, sino con la dulzura de la caridad

El amor apasionado (como ha dicho Bene-

dicto XVI) con que Dios nos ama, llega a ser

en la Cruz de Cristo un amor radical, sacrifi-

cado y gratuito, que ama incluso lo no ama-

ble, como es el caso de los pecadores. Por

ellos, por todos, Cristo se entrega libremente

en manos de sus enemigos. De este modo la

muerte, deseada como camino del amor, ha

perdido su frialdad y desprende ella misma

el calor de la Vida eterna.

La caridad tiene a veces mala prensa. El sa-

crificio, también. Pero ni la caridad se reduce

a dar de lo que sobra para acallar la mala

conciencia, ni el sacrificio se ha de confundir

con la negación patológica de la vitalidad y

del deseo de lo bello y de lo bueno.

Ama con caridad verdadera quien comparte

la entrega de Cristo, quien ha sido alcanzado

por su amor, por su muerte. Ése tal no teme

ya perder la vida ,no teme el sacrificio, y


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queda liberado de la esclavitud a la que la

muerte somete a los mortales. La caridad

nos une a Cristo y, en cierto modo nos hace

capaces de hacer justicia al modo divino.

Y a todos los que leéis, en nombre del divino

Mártir, os pido una limosna: ¡Agua! ¡Un poquito

de agua para Jesús, que se nos muere de sed!

Sexta Palabra

“Todo está consumado”. (San Juan 19, 30)

Todo tiene sentido: Jesús por amor nos da su

vida. Jesús cumplió con la voluntad de su

Padre. Su misión terminaría con su muerte.

El plan estaba realizado. Nuestro plan no

está aún terminado, porque todavía no

hemos salvado nuestras almas. Todo lo que

hagamos debe estar dirigido a este fin. El su-

frimiento, los tropiezos de la vida nos recuer-

dan que la felicidad completa solo la

podremos alcanzar en el cielo. Aprendemos

a morir muriendo a nosotros mismos, a

nuestro orgullo, nuestra envidia, nuestra pe-

reza, miles de veces cada día.

Cuántos confundimos hoy la libertad con la

real gana, eso sí: real gana muy razonada, ra-

zonable y responsable. No es cosa que hayan

inventado los jóvenes de hoy. Es el error fatal

de una cierta cultura moderna de siglos del

que muchos somos a la vez transmisores y

víctimas. Pero la autonomía sin vínculos no

es libertad; es soledad solipsista (solamente

yo existo), narcisista, aisladora y mortal.

No hay buen viaje por la vida sin los mapas

de la voluntad de Dios. Es cierto que muchas

veces marcan rutas estrechas por los anchos

mares de la imaginación y de la sinrazón.

Pero esas rutas son las que nos llevan al

puerto de la felicidad. Sin mapas no hay ruta

y no hay puerto. Sin obediencia no hay liber-

tad. Sin fidelidad no hay felicidad. Sin el otro,

a quien hacer entrega de sí, no hay verda-

dera autonomía ni identidad madura.

Gracias, Cristo, por tu fidelidad, por tu obe-

diencia. Ella nos cura de nuestras infidelidades,

de nuestras desobediencias, de nuestros es-

pejismos de autonomía. Gracias, Cristo, por

haberlo cumplido todo.

Todo pasa. ¡Todo pasa!... La belleza, el es-

plendor, las joyas, el triunfo, las alegrías, los

placeres mundanales...

¡Todo pasa! Pero también el sufrimiento, y el

hambre, y la sed y la amargura y las persecu-

ciones y las calumnias. ¡Pasarán también!

Los que ríen, gozan, bailan, se divierten en

contra de Cristo. ¡Pobre de ellos! Porque todo

eso pasará, pero quedarán sus consecuencias.

Los que sufren en la cama de un hospital, los

que soportan en silencio por amor a Dios las

injurias de los hombres, las calumnias, la per-

secución, el hambre, la desnudez... ¡felices y

dichosos ellos!, porque todo eso pasará,

pero el mérito de esa paciencia y resignación

perdurará eternamente.

A la hora de la muerte todos lanzaremos

nuestro consummatum est.

Dice el Apóstol San Pedro aludiendo a todos los

cristianos. Todos participamos de alguna ma-

nera del sacerdocio de Cristo, todos podemos

celebrar, cada uno a nuestra manera, nuestra

misa particular, nuestra misa individual, me-

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diante el cumplimiento de nuestros deberes y

la inmolación de nosotros mismos en aras del

sacrificio y la abnegación.

Y a la hora de la muerte, después de haber dicho

nuestra misa a todo lo largo de nuestra vida, su-

biendo poquito a poquito la cumbre de la colina

del Calvario, podremos lanzar también nuestro

grito de triunfo: ¡¡¡Ite Misa est!!! Acabada está

la misa.

Séptima Palabra

“Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”.

(San Lucas 23, 46)

Jesús muere con serenidad, con paz, su oración

es de confianza en Dios. Se abandona en las

manos de su Padre. Nosotros debemos de cui-

dar nuestra alma, no sólo nuestro cuerpo. Jesús

entregó su cuerpo, pero no su alma. Devolvió su

espíritu a su Padre no con grito de rebelión sino

con un grito triunfante. Nadie nos puede quitar

nuestro espíritu. Es importante recordar cual es

nuestro destino en al vida para no equivocarnos

de camino a seguir. Jesús nunca perdió de vista

su meta a seguir. Sacrificó todo para alcanzarla.

Lo más importante en la vida es la salvación de

nuestras almas.

A veces, cuando alguien dice: Yo estoy solo en

el mundo, a mi nadie me quiere, El, el padre del

Cielo, responde: No. Eso no es cierto. Yo siempre

estoy contigo.

Aunque a veces sus caminos sean incompren-

sibles, hay que tener la seguridad de que El sabe

mejor que nosotros lo que hace. Hay que amar

a Dios, sí. Pero también hay que dejarse amar y

querer por Dios.

Nosotros andamos demasiadas veces ansiosos

o hundidos (deprimidos), a lo mejor, después

del frenesí adormecedor del trabajo y de la ac-

tividad descontrolados. Otras veces, apenas po-

demos soportar el hastío de vivir sin norte, sin

causa, en la soledad de un “yo” cultivado largo

tiempo en el amor sólo a sí mismo, en el celo

irracional de la propia libertad vagabunda y sin

arraigo en nada ni en nadie. Pero así no pode-

mos vivir ni morir; así andamos sin paz, deste-

rrados del hogar añorado de la libertad creativa

para la que hemos sido creados. Así andamos

temerosos de la vida y de la muerte.

Pero nosotros, Señor, no te adoramos como al

filósofo más grande, como a la figura cumbre y

al prototipo incomparable de la humanidad.

No Nosotros te adoramos porque eres el Hijo

de Dios, porque eres la segunda Persona de la

Santísima Trinidad hecha hombre, porque estás

sentado a la diestra de Dios Padre y vendrás con

gran poder y majestad a juzgar a los vivos y a los

muertos. Jesucristo, gracias por haber muerto

por nosotros en la cruz.

Te pido que mueran todos los hermanos con el

Viático en su corazón, con la alegría inmensa de

sentir palpitar junto al suyo tu Corazón de Buen

Pastor.

A todos nos impresiona el rostro de ese

Cristo imponente, el Cristo de San Pedro, ti-

tular de nuestra Hermandad. Es el rostro de

la suprema serenidad en la muerte, el her-

moso rostro de la paz.

Que las siete palabras de Cristo en la cruz se nos

graben en el corazón al calor del amor eterno

del Espíritu. Que pasen a formar parte de nues-

tro hacer diario.

Antonio Ruiz Naranjo


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Diputado Mayor de Gobierno |

Viernes Santo 2011Semana Santa el Viernes Santo por la tarde con sus Imágenes Titulares, Santísimo Cristode San Pedro, María Santísima de las Angustias y San Juan Evangelista, para con la ex-periencia del silencio y la oración, meditar y considerar el angustioso trance de lamuerte de Cristo en la Cruz, a la vez que meditar en los Dolores que sufrió nuestraMadre de las Angustias, y como consecuencia, deducir provechosas enseñanzas parala vida espiritual de los hermanos, logrando el fruto cristiano deseado. regla 69

Queridos Hermanos en Cristo:

Quisiera comenzar este año 2.011, ofrecién-

dome a todos vosotros como nuevo Dipu-

tado Mayor y me gustaría agradecer de todo

corazón la confianza prestada a esta nueva

Junta de Gobierno. También me gustaría

daros ánimos para seguir participando masi-

vamente en nuestra Estación de Penitencia,

que como todos sabemos en la calle es un

ejemplo a seguir.

A través de este boletín me pongo en con-

tacto con todos vosotros para pediros vuestra

colaboración y comprensión en esta nueva y

difícil tarea a la que me sumo con mucha ilu-

sión y ganas de trabajar cada día por nuestra

Hermandad, por lo que os informo del pro-

ceso a seguir para solicitar y adquirir la pape-

leta de sitio:

1. La solicitud de sitio se hará a titulo

personal (en la fecha prevista) aconse-

jando nos abstengamos de solicitar pa-

peletas para aquellos familiares o

amigos que no vayan a realizar la esta-

ción de penitencia para no privar a

nadie de sus derechos, por ello rogaría

un año más hacer la solicitud a título

personal.

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2. Todo aquel hermano(a) revestido de tú-

nica que por cualquier motivo no haya so-

licitado la papeleta de sitio en el periodo

previsto o se presente a la hora de la salida

sin la misma deberá ocupar los tramos

abiertos, 1º del Santísimo Cristo y 3º de

María Santísima de las Angustias y no el

que le corresponda según su antigüedad.

3. Los hermanos que deseen acompañar

de paisano a nuestros Titulares, deberán

solicitar igualmente la papeleta de sitio.

En la Estación de Penitencia se situarán

detrás del paso del Santísimo Cristo o

María Santísima de las Angustias coloca-

dos por orden de antigüedad.

4. Los hermanos consortes serán orde-

nados según la antigüedad correspon-

diente a fecha de su matrimonio, de-

biendo solicitar igualmente la corres-

pondiente papeleta de sitio.

5. El primer tramo del paso de la Virgen,

será ocupado por los hermanos/as me-

nores de doce años, quienes deberán so-

licitar su papeleta de sitio, en el caso de

que los acompañase algún familiar re-

vestido con túnica (padres, madres,

abuelos, etc.) estos también deberán so-

licitar su papeleta de sitio junto al

menor, renunciando de este modo al

lugar que les hubiese correspondido por

su antigüedad. Igualmente, deberán so-

licitar dicha papeleta de sitio los acom-

pañantes aunque realicen la estación de

penitencia de paisano.

CALENDARIO DE SOLICITUDESEl reparto de solicitudes para las

papeletas de sitio de la salida procesionaldel Viernes Santo se efectuara durante

los días 14, 15, 16, 17 y 18 de Marzo parael tramo del Santísimo Cristo y los días

21, 22, 23, 24 y 25 de Marzo para eltramo de la Virgen en horario de

19:30h a 21:30h. El sábado 26 de Marzo de 18:00h a

21:00h se hará el reparto de solicitudespara las papeletas de sitio de todos

aquellos hermanos que por circunstancias no hayan podido solicitarla

en los días anteriormente citados.

PAPELETAS DE SITIOLa entrega de papeletas de sitio se

efectuara los días 4, 5, 6, 7 y 8 de Abrilen horario de 19:30h a 21:30h. y el

sábado 9 de Abril de 18:00h a 21:00hpara aquellos hermanos que por

circunstancias no hayan podido recogerlaen los días anteriormente citados.

Esperando contar con vuestra colaboración y agradeciéndola de antemano, recibid un cordial saludo de vuestro hermano y de toda la Junta de Gobierno, que en todo momento

se encuentra a vuestra entera disposición. / Daniel Casado Hurtado · Diputado Mayor de Gobierno

Se recuerda a todos los hermanos que participen en la Estación de Penitencia revestidos de túnicas, la obligación de

calzado negro y plano, así como calcetinesdel mismo color. Los hermanos que acompañen a nuestras imágenes depaisano deberán vestir traje oscuro.


Actu

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ANDOSCA 2011Como es tradicional el próximo día 12 de marzo, sábado último día de

Quinario se celebrará la andosca, este año tendrá lugar en el Restaurante Rey. En nuestra andosca se ofrecerá un cálido homenaje a los hermanos cristeros que

cumplen más de cincuenta años en nuestra Hermandad.

EN LA PRESENCIA

DEL PADRE

Que la promesa de vida eterna guardeel alma de nuestros hermanas:

HERMANAS DIFUNTAS

N.H.D. Maria Luisa Álvarez MedinaN.H.D. Pastora Sánchez Sánchez

· Daniela Jiménez Domínguez

· Rocío Fernández Ruiz

Altas de Hermanos año 2010Hermanas

incorporadas a nuestra Hermandad son:

MENÚOlivas sevillanas - Hojaldre de foie - Canasta de pan huecas con choricillo al vino- Melón con jamón - Tostaditas de salmorejocon jamón - Jamón ibérico de Jabugo -Queso viejo de oveja - Lomo mechado ensu jugo - Fritura de la huerta y del mar

1º plato;Gambas blancas y langostino de Sanlucarcon centro de coctel

2º plato; a elegirSolomillo ibérico a los dos whiskys conpolvo de almendras.bacalao con salsa de tomate gratinado (a elegir)

PostreTarta de queso al ron mielCava español y café

Bebida: Cerveza con o sin alcohol - Aguamineral - Refrescos variados - Vino man-zanilla - Rioja

Los Hermanos homenajeados este año son:

1. Antonio Jiménez Puerto.2. José Manuel Rodríguez López. 3. Manuel Ternero Aguilar-Galindo.4. Antonio López Baco.5. José Caballos Jiménez.6. Patrocinio Martín Sevillano.7. Francisco Trasierra Díaz.8. Sebastián Martín Conejero.9. Enrique García de Vinuesa Álvarez.10. Antonio Jiménez Herrera

Las invitaciones podrán adquirirlas por

medio de cualquier miembro de la Junta

de Gobierno, en Santo Domingo o en el

Restaurante Rey a un precio de 25 €.

Antes del 11 de Marzo.

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Grabado color del Santísmo Cristo de San Pedro que se conserva en la Sacristía de nuestro Templo de Santo Domingo

“Si queremos conservar nuestra Hermandad hay que amarla y conocerla”

Archicofradía del Santísimo Sacramento y Real Hermandad del

Santísimo Cristo de San Pedro, María Santísima de las Angustias,

Nuestra Señora del Santísimo Rosario y San Juan Evangelista

Establecida canónicamente en la Capilla de Santo Domingo de esta villa

Celebrará D.M.

en honor a su titular, el

SANTÍSIMO CRISTO DE SAN PEDRO

SOLEMNE QUINARIO

Con Santo Rosario, Ejercicio de Quinario con oración participada y

seguidamente Santa Misa con Homilía

FUNCION PRINCIPAL DE INSTITUTO Y COMUNIÓN GENERAL DE HERMANOS

Desde el día 8 al 12 de Marzo a las 20,15 h.

El sábado 12 de Marzo, último día de Quinario, se realizará la:

Al ofertorio todos los Hermanos hará Solemne y Pública Protestación de nuestra Santa Fe Católica en la forma que prescriben nuestras reglas.

A.M.D.G

Recordamos a todos nuestros Hermanos que cada viernes nuestra

capilla de Santo Domingo permanece abierta para visitar y orar a

Nuestros Santísimos Titulares En horarios de: 18.30 a 21.30 h. (Invierno) y de 19.00 a 22.00 h. (Verano)

Misa: Tercer viernes de mes a las 20.30 h. (Invierno) a las 21,30 h. (Verano)

Rezo del Santo Rosario todos los viernes a las 20.00 h. en invierno y

a las 20.30 h. en verano.

8, 9, 10, 11 y 12 de MarzoSolemne Quinario al Santísimo Cristo de San Pedro. 20.15 horas

18 y 25 de Marzo y 1 y 8 de Abril.Ejercicio de Vía Crucis. 21.00 horas

15 de Abril. Viernes de DoloresSermón de las Siete Palabras. 21.00 horas

17 de Abril. Domingo de RamosProcesión de Palmas. Salida desde el Templo de Santo Domingo. 11.30 horasSanta Misa en la Parroquia de San Sebastián. 12.00 horas

21 de abril. Jueves SantoSalida Corporativa desde el Templo de Santo Domingo. 16.00 horasSantos Oficios en la Parroquia de San Sebastián. 17.00 horasVisita a los Monumentos Eucarísticos.

22 de Abril. Viernes SantoSantos Oficios en la Parroquia de San Sebastián. 18.00 horasSalida Procesional. 20.30 horas

23 de Abril. Sábado SantoVigilia Pascual. Parroquia de San Sebastián. 23.00 horas

24 de Abril. Domingo de ResurrecciónApertura Templo de Santo Domingo. Besapie del Santísimo Cristo de San Pedro. 11.30 horasSolemne Te Deum.13.00 horas

8, 9, 10, 11 y 12 de MarzoSolemne Quinario al Santísimo Cristo de San Pedro. 20.15 horas

18 y 25 de Marzo y 1 y 8 de Abril.Ejercicio de Vía Crucis. 21.00 horas

15 de Abril. Viernes de DoloresSermón de las Siete Palabras. 21.00 horas

17 de Abril. Domingo de RamosProcesión de Palmas. Salida desde el Templo de Santo Domingo. 11.30 horasSanta Misa en la Parroquia de San Sebastián. 12.00 horas

21 de abril. Jueves SantoSalida Corporativa desde el Templo de Santo Domingo. 16.00 horasSantos Oficios en la Parroquia de San Sebastián. 17.00 horasVisita a los Monumentos Eucarísticos.

22 de Abril. Viernes SantoSantos Oficios en la Parroquia de San Sebastián. 18.00 horasSalida Procesional. 20.30 horas

23 de Abril. Sábado SantoVigilia Pascual. Parroquia de San Sebastián. 23.00 horas

24 de Abril. Domingo de ResurrecciónApertura Templo de Santo Domingo. Besapie del Santísimo Cristo de San Pedro. 11.30 horasSolemne Te Deum.13.00 horas

boletín cristo nº 48 mar 2011

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