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Observatorio Nº 7, octubre 2004 Página 1 La nueva agenda colombiana. El nexo de lo social y la seguridad FLACSO-CHILE por Natalia Escobar Con ocasión de la sesión 59º de la Asamblea General de ONU, el presidente de Colombia, Álvaro Uribe, sorprendió a la audiencia con una presentación que resaltó la agenda social con el objeto de demostrar que la política de gobierno colombiana va más allá de seguri- dad y defensa. En su discurso resaltó los re- sultados sociales alcanzados durante su ad- ministración, ejemplificando con cifras con- cretas respecto a cupos escolares, reinserción de antiguos combatientes y desplazados 1 . Hábilmente Uribe, vinculó el tema social y el de seguridad, como una forma de dar respuesta a lo que los medios y la sociedad colombiana han puesto en tapete durante las últimas semanas, es decir, el fortalecimiento del paramilitarismo en Colombia y sus consecuencias. Un importante antecedente de esta situación se materializó a través de la realización de la novena versión del “Seminario Houston” 2 , en septiembre pasado. Durante el encuentro el tema central recayó en el paramilitarismo y los derechos huma- nos, derivado del desarrollo de la política de desmovilización en Colombia y la efectividad del cumplimiento de los compromisos inter- nacionales en materia de derechos humanos. El debate del encuentro se centró específicamente en el crecimiento del fenóme- no paramilitar y el fortalecimiento político que ha tenido este grupo en el último tiempo. Dos fueron las posturas que se manifestaron, la primera de ellas esgrimida por represen- tantes de diversas ONGs, que las políticas del gobierno favorecen a los paramilitares. La se- gunda, la posición oficial o de gobierno, re- saltaba los resultados sobre la lucha contra estos actores del conflicto y los avances en el desmantelamiento de estos grupos 3 . El tema se fortaleció aún más cuando este fin de semana, tres importantes medios de comu- nicación 4 colombianos, hicieron referencia a que el fenómeno de desmovilización de los paramilitares de las AUC no era tal, es más, que estos continuarían dominando amplias zonas del país. Al respecto se generaron dos posturas: La pri- mera se refirió al tema como un asunto de ca- rácter relativo, Carlos Holguín Sardi (presiden- te del Directorio Nacional Conservador) seña- ló “que todo se debe a que, a raíz del proceso en Santa Fe de Ralito, dado que los paramilitares salieron del closet y se puso en evidencia qué tan grande era un fenómeno que 1 El Tiempo. Colombia. 30 de septiembre 2004. 2 La novena edición del Seminario Houston –convocado por la Embajada de Estados Unidos, con el apoyo del periódico El Tiempo, la revista ‘Semana’ y la cadena radial Caracol– analizó durante tres días, con más de 120 participantes, la sostenibilidad de la política de seguridad democrática. El control territorial, el esfuerzo militar y económico, y el impacto en Derechos Humanos fueron sus aristas básicas. 3 El Tiempo. Colombia Septiembre 2004. Observatorio Nº 7, octubre, 2004

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La nueva agenda Colombia, el nexo de los social y la seguridad Octubre 2004

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Page 1: Boletin Colombia 2

Observatorio Nº 7, octubre 2004

Página 1 La nueva agenda colombiana.El nexo de lo social y la seguridad

FLACSO-CHILEpor Natalia Escobar

Con ocasión de la sesión 59º de la AsambleaGeneral de ONU, el presidente de Colombia,Álvaro Uribe, sorprendió a la audiencia conuna presentación que resaltó la agenda socialcon el objeto de demostrar que la política degobierno colombiana va más allá de seguri-dad y defensa. En su discurso resaltó los re-sultados sociales alcanzados durante su ad-ministración, ejemplificando con cifras con-cretas respecto a cupos escolares, reinserciónde antiguos combatientes y desplazados1 .

Hábilmente Uribe, vinculó el tema social y el deseguridad, como una forma de dar respuesta alo que los medios y la sociedad colombiana hanpuesto en tapete durante las últimas semanas,es decir, el fortalecimiento del paramilitarismoen Colombia y sus consecuencias.

Un importante antecedente de esta situaciónse materializó a través de la realización de lanovena versión del “Seminario Houston”2, enseptiembre pasado.

Durante el encuentro el tema central recayóen el paramilitarismo y los derechos huma-nos, derivado del desarrollo de la política dedesmovilización en Colombia y la efectividaddel cumplimiento de los compromisos inter-nacionales en materia de derechos humanos.

El debate del encuentro se centróespecíficamente en el crecimiento del fenóme-no paramilitar y el fortalecimiento político queha tenido este grupo en el último tiempo.

Dos fueron las posturas que se manifestaron,la primera de ellas esgrimida por represen-tantes de diversas ONGs, que las políticas delgobierno favorecen a los paramilitares. La se-gunda, la posición oficial o de gobierno, re-saltaba los resultados sobre la lucha contraestos actores del conflicto y los avances en eldesmantelamiento de estos grupos3 .

El tema se fortaleció aún más cuando este finde semana, tres importantes medios de comu-nicación4 colombianos, hicieron referencia aque el fenómeno de desmovilización de losparamilitares de las AUC no era tal, es más,que estos continuarían dominando ampliaszonas del país.

Al respecto se generaron dos posturas: La pri-mera se refirió al tema como un asunto de ca-rácter relativo, Carlos Holguín Sardi (presiden-te del Directorio Nacional Conservador) seña-ló “que todo se debe a que, a raíz del procesoen Santa Fe de Ralito, dado que losparamilitares salieron del closet y se puso enevidencia qué tan grande era un fenómeno que

1 El Tiempo. Colombia. 30 de septiembre 2004.2 La novena edición del Seminario Houston –convocado por la Embajada de Estados Unidos, con el apoyo delperiódico El Tiempo, la revista ‘Semana’ y la cadena radial Caracol– analizó durante tres días, con más de 120participantes, la sostenibilidad de la política de seguridad democrática. El control territorial, el esfuerzo militar yeconómico, y el impacto en Derechos Humanos fueron sus aristas básicas.3 El Tiempo. Colombia Septiembre 2004.

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antes se desconocía y se consideraba propiode ciertas regiones aisladas”5 . La senadorauribista Claudia Blum, señaló que si bien elparamilitarismo se ha extendido, ese hecho havenido ocurriendo “desde hace ocho años”, se-ñalando que Uribe ha sido el gobernante quemás fuertes golpes le ha dado.

Desde la postura más crítica se señaló, citandoa Gustavo Petro, presidente del Polo Demo-crático Independiente “que no estamos ha-blando de un proceso de paz entre contrarios,sino de una alianza político-militar entre el Es-tado y los paramilitares. Con un agravante: setrata de los ‘paras’ en su versión más fuerte-mente narcotraficante”.

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La información oficial respecto a lasdesmovilizaciones, señaló que, en lo corrido delaño se han dado de baja 1711 terroristas, don-de el mayor porcentaje corresponde a miem-bros de FARC (54,7%), se ha capturado 4.111terroristas, donde FARC representa la prime-ra mayoría con 32,9%.

Las entregas voluntarias alcanzaron las 622,correspondiendo el 50,6% a FARC y el 12,8%al ELN9 .

El Ministerio de Defensa reveló las cifras co-rrespondientes a lo corrido del año, señalan-do que el secuestro extorsivo disminuyó enun 53,7%, pasando de 1120 casos durante los8 primeros meses del 2003 a 530 en el mismoperíodo del 2004.

El revuelo causado por las publicaciones obligóa Uribe a pronunciarse respecto al tema, el cualreconoció el problema señalando “a medida quese han venido retirando las organizaciones malllamadas paramilitares han reaparecido grupi-tos guerrilleros a secuestrar”6 , lo que preocupatras estos hechos es el poder político y militarque están demostrando tener los paramilitaresy sus nexos con los gobiernos locales.

Respecto al tema de la desmovilización y losderechos humanos, el ministro del interior y jus-ticia, Sabas Pretelt7 , declaró que el Gobiernono ha hecho compromisos de no extradición conlos paramilitares y que tampoco presentará unproyecto de ley para bloquear la Corte PenalInternacional (CPI).

Las acciones terroristas disminuyeron en un34% al pasar de 835 entre enero - agosto 2003,a 555 en igual período del 2004.

En la lucha contra el narcotráfico, el informeseñaló que la fuerza pública destruyó 1383 la-boratorios de procesamiento de drogas.

Se decomisaron 97.5 toneladas de cocaína, 113de marihuana, 20 toneladas de base de coca, 572kilos de heroína, 1697 toneladas de insumos só-lidos y 952.000 galones de insumos líquidos.

Las acciones contra grupos armados reflejaronun decomiso de 3.688 armas de fuego, 862.116cartuchos de armamentos, 685 vehículos y 43embarcaciones. Al mismo tiempo, dejaron fuerade combate a 9.501 miembros de las FARC, ELNy otros disidentes, entre abatidos y capturados.

Las últimas cifras oficiales8

4 El Tiempo, El Espectador, Revista Semana.5 El Tiempo. Colombia. Septiembre 20046 El Tiempo. Colombia. Septiembre 26/2004.7 El Tiempo8 Ejército Nacional de Colombia. www.ejercito.mil.co9 Ejército Nacional de Colombia. www.ejercito.mil.co

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FLACSO-ChileAv. Dag Hammarskjöld 3269, Vitacura, Santiago, Chile. Teléfono: (562) 290-0200

Este boletín es posible gracias al aporte de la Fundaciones Ford y Open Society. Las opiniones vertidas en este boletín no reflejan necesariamente la opinión de la institución yson de exclusiva responsabilidad de su autor.

Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Co-lombia, FARC, se autodefinen como el Ejérci-to del pueblo y una alternativa popular de po-der. Éstas han representado para el gobiernocolombiano y estadounidense, en los últimosaños, el principal foco de atención y combate.Dado su carácter de grupo armado irregular yla inestabilidad que generan, existen en la prác-tica planes para su desmovilización y desarti-culación, uno de ellos es el Plan Patriota.

En septiembre del 2004, el Servicio SecretoColombiano, informó que las FARC se haninfiltrado en Chile y Argentina a través de or-ganizaciones sindicales, con el objetivo de po-tenciar un clima de descontento social y lo-grar así una expansión regional de su organi-zación10 . Sin embargo, el director del DAS(Departamento Administrativo de Seguridad)no se refirió a la presencia de guerrilleros co-

Presencia de las FARC en Chile

lombianos armados en otros países, sino aideólogos y portavoces del mensaje revolucio-nario del grupo armado ilegal.

En tanto el Partido Comunista chileno (PC),admitió la presencia de miembros de las Fuer-zas Armadas Revolucionarias de Colombia(FARC) en Chile, señalando que incluso ha-brían tomado contacto con funcionarios delgobierno, con el objetivo de lograr propues-tas con políticos chilenos para instaurar la pazen Colombia11 .

La información oficial del gobierno chileno através del Ministro del Interior, José MiguelInsulza, señaló «no tenemos ninguna infor-mación sobre eso, pero ha llegado aquí genteprófuga acogida por la Iglesia, que en ningúncaso se trata de gente que está vinculada conactividades armadas»12 .

10 Bogotá, septiembre 24.- Jorge Noguera, jefe del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS) de Colombia,11 El Mercurio . 26 de Septiembre 2004.12 El Mercurio . 26 de Septiembre 2004.