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ó ó ó En los artículos de filología e iconografia se abordan temas nahuas y de la cultura de la Colonia. Por último, se presentan reseñas y notas relacionadas con los trabajos del Seminario de Estudios para la Descolonización de México. 1 Seminario de estudios para la descolonización de México Boletín 7 Chicomoztoc

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El boletín del Seminario de Estudios para la Descolonización de México presenta estudios en los campos de las humanidades y de las ciencias sociales que pretenden contribuir a conocer mejor los valores humanos y estéticos de nuestra cultura, a la vez que descolonicen el conocimiento que tenemos de la misma, de modo que encontremos en ella motivo de orgullo y resistencia.

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  • EDITORIAL

    que adoptaron, deploran que a pesar de los esfuerzos de la comunidad internacional, los objetivos principales de tres dcadas decombate al racismo y a la discriminacin social no han sido suficientes para evitar que un sinnmero de seres humanos sigansiendo vctimas de formas de convivencia social herencia del colonialismo, mismas que no estn basadas en la igualdad, la libertad,la fraternidad, la justicia, la solidaridad, la dignidad o los derechos humanos, sino en la injusticia y la explotacin.

    La descolonizacin efectiva -econmica, poltica y culturalque garantice a los pueblos condiciones que sienten las bases paraque todos sus miembros puedan disfrutar en equidad de condiciones de sus derechos fundamentales, de justicia social, de desarrollo y bienestar, es la raz de la lucha contra el racismo. Asimismo, se requiere una educacin basada en valores ticos y polticosque promuevan los derechos, la dignidad y el bienestar de todaslas personas.

    En el marco de la Conferenciamundial contra el racismo, la discriminacin racial, la xenofobia y otras formas de intolerancia celebrada enDurban, Sudfrica, en 2001, los participantes, en la Declaraci6n

    En la mencionada Declaracin se hace un llamado a los pueblosamericanos a reconocer y conocer la existencia y el desempeo dela poblacin de origen africano como una manera de restituir suhistoria, sus derechos y su dignidad. En este nmero de Chicomztocdedicamos los artculos de corte social a estudiar esta temtica, y apresentar algunas reflexiones acerca de los problemas de unaeducacin que quiere luchar contra el racismo, y a la vez promover los valores ticos de la democracia.En los artculos de filologa e iconografia se abordan temas nahuas y de la cultura de la Colonia. Por ltimo, se presentan reseas y notas relacionadas con los trabajos del Seminario de Estudios para la Descolonizacin de Mxico.

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  • INDIGENISMO Y MARGINACIN DE LOS NEGROS ENAMRICA LATINA

    Deseo aclarar dos puntos que me parecen importantes:1/ La cuestin de la objetivacin de una realidad en la cual no

    estoy directamente involucrado. Escribo sobre Amrica Latinadesde Francia, desde Europa. Yo dudo que la distancia en s sea--como se ha credo siempre- necesariamente una garanta parauna mayor "objetividad cientfica". Muchas veces los que escribimos "desde afuera" nos enfrentamos al problema de las inevitables transformaciones de la realidad que pretendemos examinar.Por lo cual, y con esto, aclaro el segundo punto:

    2/ Lo que vaya presentar no es sino un intento, el esbozo de untrabajo venidero. No voy entonces a proponer conclusiones terminantes. Por el contrario, espero que mi problemtica susciteinters y que pueda beneficiarme de sus observaciones para corregir, matizar y, por qu no, afianzar mejor talo cual aspecto demi trabajo.

    Intentar mostrar cmo el indigenismo (que yo considero comoun conjunto contradictorio y conflictivo de prcticas y discursos) ensu proyecto de integracin econmica y de valoracin cultural delos indios, contribuy indirectamente a acentuar la exclusin de losnegros en Amrica Latina.

    Quisiera desde luego avisar que no me voy a meter en el debaterelativo al alcance y la significacin de las acciones indigenistas.Muchos estudios valiosos existen sobre lo particular,' Lo que s meparece totalmente rezagado, digamos, ocultado, es la problemtica que mencion (la indirecta exclusin de los negros).

    IVer por ejemplo la obra colectiva De esoque llaman aruropologia mexicana, Mxico, Nuevo Tiempo, 1970.

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    Victorien Lavou Zoungbo

  • Mi punto de arranque lo constituye pues la experiencia indigenista de dos pases donde durante largo tiempo se observ unavoluntad poltica de integracin de los indios. Se trata de Mxicoy del Per.

    Esos dos pases se distinguieron por la creacin de centros indigenistas cuyo objetivo proclamado era elaborar diversos programasencaminados hacia la "peruanizacin'' y la "mexicanizacin" delos indios. Esos centros estaban por lo general dirigidos y animados por los intelectuales. Entre otros, antroplogos, socilogos,etnlogos, historiadores y lingistas. El Estado controlaba las orientaciones de las actividades de los centros indigenistas.

    En 1940 se celebr en Ptzcuaro, Michoacn, el primer Congreso Indgena Interamericano. Los pases representados apartede denunciar la gran marginacin de los indios de los circuitossocio-econmicos nacionales, abogaron por una mejor coordinacin de los esfuerzos que se hacan para concretar la integracinde los indios y por lo tanto su reconocimiento real como sujetos delas naciones latinoamericanas.

    As por lo menos lo plante Lzaro Crdenas en su discursoinaugural:

    Ya nadie pretende una resurreccin de los sistemas indgenas precortesianos o el estancamiento incompatible con las corrientes de la vidaactual. Lo que se debe sostener es la incorporacin a la cultura universal del indio, es decir, el desarrollo pleno de todas las potencias y facultades naturales de la raza ...2

    Verdadero programa poltico que coloca al indio, como entidadcolectiva, en el centro de las preocupaciones. La voluntad deem)lncipar y de universalizar al indio que aparece en el discursod Crdenas ha sido una constante en Latinoamrica. Es en todocaso anterior al congreso de Ptzcuaro. Por lo que se refiere a

    2 Fragmento del discurso de Crdenas en el Primer Congreso Indgena Interamericano, celebrado el 14 de abril de 1940 en Mxico, citado por Jess SilvaHerzog, Lzaro Crdenas, su pensamiento econrnico,social y polftico, Mxico, NuestroTiempo, 1975, p. 127.

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  • Mxico, Guillermo Bonfilllama nuestra atencin sobre el uso poltico e ideolgico de la figura del indio:

    A la revolucinmexicanade 1910,sin duda, se debe el haber privilegiado la imagen india comouno de losprincipalessmbolosdel nacionalismo oficial... El arte auspiciado por los gobiernos de la Revolucin,sobre todo entre los aos veinte y los cuarenta, tuvo un marcado aspecto nacionalista. Hubo, pues, que volver a las races...3

    El indio deviene as lo que otorga una legitimidad trascendenteno slo a la burguesa mexicana (en su lucha contra la oligarquaterrateniente) sino tambin a los intelectuales que por esos tiempos ingresaban como fuerza social en el escenario poltico nacional. La figura del indio constituye un objeto donde se inviertenintereses polticos y simblicos.

    En el Per se acus casi el mismo fenmeno, al menos por 10que se refiere a los intelectuales en busca de un reconocimientosocial. Antonio Cornejo Polar, el gran crtico peruano, seala enefecto que, en los aos 1920-1940, se not en el Per una evidentepreocupacin por el indio entre los intelectuales. En numerososestudios y trabajos, interrogaban la articulacin (posible o no) delvivir indio con el proceso de modernizacin capitalista (industrializacin, urbanizacin, migraciones, etctera) en el cual su pas pareca irremediablemente sumido."

    El hecho de que, tanto en Mxico como en el Per, la figura delindio se haya convertido en una apuesta simblica, no nos autoriza sospechar, en todo caso, cuestionar (quines somos?) el compromiso positivo de algunos intelectuales a favor de los indios.Este compromiso procede, de manera general, de una identificacin poltica.

    3 Guillermo Bonfil Batalla. Mxico profundo. Una civilizacin ncgadrl. Mxico.Orijalbo, 1990. p. 89.

    1 He aqu algunos de esos trabajos: Cuentos andinos (1920) de Lpez Albjar;Siete ensayos de interpretacin de la realidad peruana (1928) de Jos Carlos Maritegui;El omuimperialismo y el APRA (1936) de Vctor Ral de Haya; Del ayllual cooperauvis-1110 socialista (1936) de Hidelbrando Castro Pozo.

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  • El indigenismo, fuese oficial o marginal (no ligado directamenteal Estado), plantea al indio como el objeto exclusivo de sus preocupaciones, lo cual, dirase, resulta perfectamente legtimo. Sin embargo deberamos tambin reconocer que ese mismo afn de"desagraviar" a los indios contribuy indirectamente a ocultar todava ms la presencia y las reivindicaciones de los negros (y de otrasminoras) en los pases que desarrollan una poltica indigenista.

    El discurso sobre los indios lleg a ser deJacto el discurso privilegiado en la poltica e incluso en las ciencias sociales. El discursoindigenista viene as a quitarles legitimidad a los posibles discursos de, o sobre, otras minoras como los negros o los asiticos.

    Sera descaminado volver aqu sobre la gnesis de la presenciade los negros en Amrica Latina; muchos estudiosos se han consagrado ya a ello. No obstante, me parece sumamente importanteimpugnar el argumento pertinaz que se perfila en unos de esosestudios y segn el cual los "escasos" aos de presencia de los negros seran, al fin y al cabo, insignificantes si los comparamos conlas remotsimas civilizaciones de los indios.

    Se habrn dado cuenta de que ese mismo argumento de la duracin nunca se esgrime cuando se aplica a la presencia de losconquistadores espaoles. De hecho la herencia espaola es noslo reconocida sino plenamente reivindicada y asumida por todaAmrica Latina. Una buena ilustracin de esto tal vez sea la celebracin del Da de la Raza.

    En el fondo, se tratara de acabar de una vez con esas opinionesque, al enfocarse sobre la supuesta inferioridad de las civilizaciones africanas con respecto a las precolombinas, convalidan visiones reductoras e intolerantes que rehsan ver a los negros comoportadores de civilizacin y de historia. Desde su perspectiva, losnegros no pudieron (y no pueden) marcar significativamente lahistoria de Amrica Latina.

    Dasafortunadamente esta ltima consideracin es todava ampliamente difundida en Amrica Latina. La encontramos porejemplo bajo la pluma de J. C. Maritegui, uno de los ms reconocidos precursores del indigenismo peruano. En su Siete ensayos de

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  • interpretacin de la realidad peruana sostiene que la participacin delos negros en la cultura nacional peruana es nula, insignificante.Ms an, los negros (por su "sensualidad", sus "supersticiones" y"primitivisrno") pudieron ser un factor de disolucin de esa mismacultura U. C. Maritegui, 1928: 342).

    Es de temer que esa asombrosa declaracin sintetice y a la vezactualice todo un imaginario colectivo con respecto a los negrosde Amrica Latina y del Per en particular, Al colocar (y por lotanto condenar) a los negros en el paradigma de la barbarie, elpensador marxista peruano elude al mismo tiempo la cuestin desu reconocimiento como entero sujeto latinoamericano as comola de la aceptacin de su herencia.

    Me consta, sin embargo, que este debate se clausur muy rpidamente. A este respecto, Cuba, Brasil y Venezuela, por razonesobvias, parecen constituir unas excepciones en el silencio generalizado y consensual con respecto a los negros. Lo que quiero enfatizares que esos pases dan la impresin de asumir la herencia negraaun cuando, reconozcmoslo, con contradicciones a veces profundas. Se sabe, por ejemplo, que en Cuba la poblacin de las crceles es casi exclusivamente negra, mientras que la universitaria esen su mayora blanca." En el mismo Brasil dicen que:

    Los brasileos aceptan que se diga que Brasil es un pas negro, pero loque no aceptan es que se diga que es un pas de negros. Culturalmente,africanos, s; pas de cafres, no. Brasil asume, es verdad, su raz africana, pero esto no quiere decir que no subsista el racismo ni la segregacin social del negro: iaunque bailen el mismo samba, blancos ynegros lo bailan aparte!"

    En la conmemoracin del quinto centenario del hecho colonialespaol se evidenci una vez ms que los negros seguan siendo

    5 Francis Pisani, "Blessure ouverte au cceur du rgime, Cuba confront a laquestion noire", en Le Monde Diplomatique,Septembre, 1992, pp. 10-11.

    6 Miguel Rojas Mix, Cultura afroamericana, de esclavos a ciudadanos, Madrid,Anaya, 1988, p. 102.

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    Implcitamente es la confirmacin de que la presencia negra enAmrica Latina se percibe, de modo general, como un error de lahistoria; en Lodocaso como algo no genuino, como algo que noforma parte de la idiosincrasia latinoamericana.

    En esto tal vez radique la predisposicin de amplias capas socialesa ocultar, o a considerar sus rasgos negroides como una lacra.En Puerto Rico por ejemplo, la exaltacin de la triple articulacinde la cultura "boricua" constituida por el aporte de los tainos, losnegros y los blancos, se acompaa paradjicamente de un comportamiento social que, en ltima instancia, condena la herencianegra:

    Muchos puertorriqueos temen que sus compatriotas vean en ellosrasgos raciales que la gente asocia mentalmente con los negros. Poreso muchos con rasgos somticos de blanco, pero con una patente ascendencia racial negra, se consideran como que tienen "raya" escondida y con frecuencia son objeto de burla ...'

    La herencia biolgica negra no es valorada sino que es vividacomo un trauma, una mcula que se debe ocultar. Lo interesantees que el sesgo que consiste en "esconder sus rayas", supone almismo tiempo otra predisposicin a desenmascararlas.

    La denegacin de la herencia de los negros es tan fuerte queasoma incluso en la manera en que se les suele designar. Lo vemosen el concepto de la "morenada" que es particularmente vigenteen el cono sur y en Chile. Pondr el ejemplo de este ltimo pasdonde:

    7 Rafael Falcn, "El tema del negro en el cuento puertorriqueo", en Cuadernoshispanoamericanos, nmero especial, 451-452, enero-febrero, 1988, p. 97.

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  • Tanto se ha acostumbrado a decir que alguien es muy morenito, queya nadie cree que hubo algn da negros. Negro es un color y se entiende como una raza, mientras que moreno es lo que tira a negro sinserlo. El diccionario dice que "es el menos claro de la raza blanca"."

    Llegados a este punto convendra preguntarnos sobre lo que tanto en el vivir como en las categoras mentales de los latinoamericanos fundamenta el rechazo consciente o no de la herencia negra,la dificultad de considerar a los negros como sujetos Jatinoamericanos. Mi hiptesis es que, pese a las apariencias y a ciertademagogia, a los negros se les siguen percibiendo fantstica y fundamentalmente como extranjeros.

    Procurar ahora asentar mejor esta hiptesis apoyndome enlas pesquisas del antroplogo francs Claude MeiIJassoux. En su libro Anthropologie de l'esclavage (1986), l toma como base de reflexin la definicin siguiente de Emile Benveniste, que, como sever, podra confrontar mi propia hiptesis:

    A partir de un anlisis semntico, Benveniste, descubre los orgenessociales del concepto de "libre". El sentido primario no es como sepudiera imaginar "sacarsede algo", es por el contrario la pertenenciaa una matriz tnica designada por una metfora de crecimiento vegetal. Esta pertenencia confiere un privilegio que ni el extranjero ni elesclavotienen. El extranjero es, al contrario, el que no se ha desarrollado en el medio socialdonde se encuentra, el que no creci en laconcatenacin de las relaciones socio-econmicasque sitan a unhombre con respecto a todos losdems? (traduccin ma).

    Se me podran objetar dos cosas. Primero, la aplicacin mecnicade unas conclusiones antropolgicas sobre la cuestin negra enAmrica Latina. Segundo el mal uso de estas mismas conclusiones: MeilIassoux las maneja en efecto para el anlisis de lo que lllama la sociedad domstica (distinta en su lgica de la sociedad na-

    " Miguel Rojas Mix, op. cii., pp. 63-64.9 Claude Meillassoux, Anthropologie de l'esclavage, le vente de [er el d'argent, Paris,

    PUF, 1986, p. 23.

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  • cional). Sin embargo, pese a esas reservas, me parece que el anlisis de Benveniste pudiera aplicarse a la situacin de los negros enAmrica Latina.

    Caben en efecto dentro de las dos categoras discriminadasmencionadas en la cita: esclavos (hasta la abolicin efectiva de laesclavitud) y extranjeros (en la poca actual). Por otra parte, espreciso notar que Benveniste describe en realidad el funcionamiento de cualquier representacin ideolgica determinista. Enel caso que nos ocupa, sera por ejemplo la "irremisible" manchaoriginal que llevaran todos los negros.

    Por lo cual, cualquier tentativa para demostrar que los negros,salvo sus antepasados, "crecieron en la concatenacin de las relaciones sociales y econmicas" latinoamericanas est de antemanocondenada al fracaso. De hecho, Amrica Latina en su gran mayora se representa exclusivamente como una "matriz tnica comn" resultante de la articulacin de la herencia del indio y delespaol.

    El impacto de semejante constructo ideolgico es tan fuerteque sus huellas se detectan en las declaraciones y producciones delos intelectuales latinoamericanos. En su libro cuyo ttulo ya de pors es revelador, Formacinde una cultura nacional indoamericana, elescritor y antroplogo peruano Jos Mara Arguedas, define enestos trminos la fusin fundadora de lo que l considera la identidad peruana:

    Es inexacto considerar como peruano nicamente lo indio: es tanerrneo como sostener que lo antiguo permanece intangible (...) Durante siglos, las culturas europeas e indias han convivido en un mismoterritorio en incesante reaccin mutua influyendo la primera sobre las.otras con los crecientes medios que su potente e incomparable dinmica le ofrece; y la india defendindose y reaccionando gracias a quesu ensamblaje interior no ha sido roto y gracias a que contina en sumedio nativo. 10

    10J. M. Arguedas, Formacin de una cultura nacional indoamericana, Mxico, SigloXXI, 1975, p. 2.

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  • Cada uno apreciar las contradicciones de una declaracin quecoloca de entrada a las culturas indias en posicin de inferioridad,que exalta el papel necesariamente fecundador de las culturas europeas. Lo que interesa para mi propsito es recalcar que los negros por su condicin de extranjeros (es mi hiptesis) quedan aslgicamente fuera de este "entre nosotros" (blancos + indios),fuera de esa fusin original que reivindican los pases latinoamericanos. Es ms, a menudo son representados como un peligro, unaamenaza a esa misma fusin.

    Segn mi propia lectura, esa percepcin es la que transcribetambin la tercera novela de Arguedas, El sexto (1979). En estanovela, la crcel, que constituye el espacio novelesco central, es almismo tiempo una metfora de la sociedad peruana, amenazadapor la presencia del personaje negro. ste, en efecto, es representado como la encarnacin del Mal: no slo comunica un saberdiablico a sus aclitos sino que se distingue por su violencia"irracional" y por su decadencia lbrica. Manifiesta de hecho unapropensin (retratada como enfermiza) a sodomizar a ciertos prisioneros. Su decadencia est, por otra parte, potenciada por eltamao desproporcionado y "anormal" de su pene.

    Si nos referimos a lo que afirma Denys Cuche, esta deformidadque se pinta en El sexto, resulta entonces ser la transcripcin de unmito profundamente grabado en el imaginario social de los peruanos: el mito del negro todo-sexo y lascivo por antonomasia:

    El estereotipo del negro sexualmente potente ha marcado profundamente el inconsciente peruano (...) Esas ideas se asocian espontneamente a la imagen del negro fsicamente vigoroso, violento, fantico,sin moralidad, etctera" (traduccin ma).

    Queda por considerarse un elemento semitico importante quedetermina al personaje del negro en El sexto y que nos parece revelador: no tiene nombre. Esta ausencia es tanto ms cargada desentido cuanto que el nombre es lo que permite el anclaje en una

    " Denys Cuche, Le Prou ngre, Paris, I'Harmattan, 1981, p. 120.

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  • "comunidad" nacional o tnica determinada. En otras palabras, elnombre es un signo de pertenencia y de reconocimiento social.

    En este sentido, pudirase legtimamente postular que nohubo, al nivel de los esquemas mentales de los peruanos, una ruptura real respecto al perodo de la esclavitud. Porque en aquelmomento Jos negros, aparte de su designacin genrica ("piezasde indias" "carabales", "congos", "locums", "sacos de carbn", etctera), no tenan nombre; llevaban, en realidad, como nombre, elsmbolo o la marca de la propiedad a la cual estaban amarradosjurdicamente. Al contrario de los indios, los negros no eran sujetos del Per virreinal sino de sus amos. Sea como fuere, el estatutode que gozaban era ante todo el de instrumento til. Slo durantesu manumisin era cuando podan, hasta cierto punto, valerse delas disposiciones legales previstas para los negros "libres" (esa categora no casa forzosamente con la de "hombres libres").

    Este rpido anlisis nos permite afirmar que en la novela deArguedas, nos enfrentamos, mediante el personaje del negro, conla cuestin de la descalificacin de los negros en tanto latinoamericanos. Los que han ledo El sexto coincidirn conmigo en que,por su "monstruosidad", el destino fatal del personaje negro erasu eliminacin fsica. 12

    Pues bien, no es mi propsito discutir las mltiples y crueles consecuencias sociales de dicha descalificacin (prejuicios, segregacinsocial, autodevaluacin o sobrevaloracin de s, angustia obsesional,miedo, etctera). Quisiera, sin embargo, evocar un terreno dondeesta misma descalificacin se materializa: quiero hablar del campode la investigacin en ciencias sociales.

    12 Sera ocioso articular en la mencin de las obras de Maritegui y Arguedasun ataque personal (quin soy yo?) o cualquier manifestacin de resentimiento;lo que s hay que enfatizar es que las contradicciones que aparecen en ellas debenapreciarse en relacin con el discurso de la identidad del Per de su poca. Sinembargo, mi sentimiento es que en esos mximos intelectuales latinoamericanos,la valoracin del indio como fundamento de la identidad nacional se acompaa amenudo de una descalificacin de los negros (Maritegui) y de su olvido (Arguedas).

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  • Pese a los considerables esfuerzos desarrollados (en Brasil y enCuba principalmente), la mayor parte de las investigaciones sobrelos negros se ha interesado preferentemente por su folklore, suspresuntas psicologa y patologa diferenciales. Al margen de esto,puede afirmarse, sin riesgo, que pervive, al nivel de la investigacin cientfica latinoamericana, una tremenda ausencia de los negros como productores, o como objeto de estudios. Tal ausenciaes tanto ms significativa cuanto que, como bien lo seal PierreBourdieu, la educacin, ntimamente ligada a la investigacincientfica, es un sistema complejo que supone una definicin social del saber, de lo que merece ser enseado y aprendido, y de losque estn autorizados a comunicarla. u

    La investigacin de la presencia negra (su cultura actual, suhistoria cotidiana, sus diversas producciones y sus luchas presentes) no parece constituir una prioridad, algo significativo paramuchos investigadores latinoamericanos.

    Guillermo Bonfil Batalla nos trae indirectamente la prueba deello cuando describe la ruptura que, segn l, tuvo lugar hacepoco en las ciencias sociales en Amrica Latina. Dice:

    Las ciencias socialesen Amrica Latina se han dedicado, en los ltimos aos, a un proceso de autorrevisin, de un anlisiscrtico de supasado inmediato, de su situacin actual y de sus perspectivas a cortoo largo plazo... Un grupo de jvenes socilogos,aunque sin formaruna escuela propiamente dicha, coincide en reivindicar una "nuevasociologa"ms de acuerdo con los tiempos y los problemas que presentan la realidad de sus pases respectivos (...) Luchan por una seleccin de temas de investigacindonde el criterio fundamental sea laimportancia del asunto en trminos de la problemtica actual de lospases sudamericanos."

    Sera arriesgado ver en la patente ausencia de preocupacin cientfica por los negros en el campo cientfico de Amrica Latina, la

    is Ver, entre otros estudios, Ce que IJader ueui dire, Fayard, 1982, Homoacademicus, Ed. de Minuit, 1984 .

    .. Guillermo Bonfil, "Del indigenismo de la Revolucin antropolgica crtica",en De eso que llaman antropologa mexicana, Mxico, Nuevo Tiempo, 1970, pp. 3965.

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  • prueba de que no representan "una problemtica actual". Mi intencin no es echar la culpa a los investigadores que, a menudo, estnenfrentados a los mltiples requisitos de su propio campo; adems,su trabajo queda fuertemente condicionado por cierta orientacinglobal de las investigaciones que, por varias razones, llega a imponerse en los pases en un momento dado.

    Se trata ms bien de recordar que, contrariamente a lo que sepudiera pensar, el campo cientfico (a pesar de sus especificidades)no est fuera de la dinmica social. 15

    En este sentido, la sociocrtica, al cuestionar la divisin del trabajo intelectual y las categoras tradicionales de la crtica, hace resaltar las ambigedades, las contradicciones sociales del campocientfico del cual todos participamos. Aparece as (siempre cuando sus postulados materialistas sean reafirmados) como una ondade choque contra el conjunto de pulsiones repulsivas, de prejuicios,de ficciones-refugio, de alambrados mentales que excluy y sigueexcluyendo al negro dellogos (latinoamericano o universal).

    En todo caso, el estudio de los negros de Amrica Latina cobrar legitimidad cientfica y se beneficiar de cierto crdito cuandosean realmente aceptados y reconocidos como plenos sujetos latinoamericanos. Sin este reconocimiento, cualquier investigacinsobre ellos corre el riesgo de estar de antemano condenada a ocupar un lugar marginal en los distintos campos de la produccinintelectual latinoamericana.

    El objetivo a corto o largo plazo sera obrar para que la herencia negra fuese aceptada como intrnsecamente constitutiva de loque sera la identidad latinoamericana. Es esta ineludible verdad

    l' Apunta Denys Cuche (op. cit., p. 9) algo que nos parece sintomtico de estadeterminacin social del campo cientfico: "Todo el mundo conoce el Per de losincas y e! Per de los conquistadores, pero quin conoce e! Per negro? Es ms,entre los numerosos viajeros atrados por el Per, quin sabe que existe en estepas una minora afroamericana que constituye una comunidad original? Aun entre los cientficos investigadores, hasta qu punto esta comunidad ha desempeadoun pape! importante en la formacin de la sociedad peruana? (...) Cabe reconocerlo, hasta ahora la minora tnica negra no ha llamado mucho la atencin de losespecialistas en ciencias sociales" (traduccin ma).

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  • Deja que Elegba el abridor de caminos, te revele tus futuros pasos yaescritos en las Tablas de If, desde antes de nacer. Tarde o tempranotenas que enfrentarte a esta verdad: la historia del hombre negro enAmrica es tan tuya como la del indio o la del blanco que lo acompaarn a la conquista de la libertad de todos."

    16 Manuel Zapata Olivella, Chango el Gran Putas, Colombia, Letras Americanas,1992, p. 57.

    que nos recuerda el escritor colombiano, Manuel Zapata Olivella,en su libro Chang el Gran Putas. Dice:

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  • ESCLAVITUD Y SERVIDUMBRE ENEL OCCIDENTE DE MXICO

    Sergio Lpez Mena

    A Rubn.Bonifaz Nuo

    Los siglos XVI y XVII fueron la gran poca de la esclavitud de negros en las colonias espaolas. Contribuy a su auge la prohibicin de emplear indios en las minas y la sustitucin de ellos porlos negros. Por esos motivos, en Zacatecas y en Guanajuato abund gente de raza negra. Hubo tambin una prohibicin, dada porel Conde de Monterrey, de emplear indgenas en las plantacionesde caa de azcar, cultivo que se realiz en las tierras clidas deJalisco y aun en algunas zonas de los Altos.

    No slo los negros eran esclavos. En la actual zona noreste deJalisco, en Aguascalientes, San Luis Potos y Zacatecas, se dio laesclavitud de indgenas chichimecas por ser stos sometidos en loque los espaoles consideraban "guerra justa".

    Durante gran parte del siglo XVI, los esclavos eran marcadoscon hierro candente en el rostro para indicar a quin pertenecan, costumbre que cambi luego, siendo marcados ya no en elrostro sino en el hombro. En 1524, Carlos V haba mandado suhierro de marcar a Nueva Espaa para que se les pusiese a losindgenas esclavizados, y varias dcadas ms tarde la Corona llam la atencin a los dueos de esclavos en la Nueva Espaa, puesstos aplicaban su hierro al marcar a todos los indios que sometan, olvidndose de que deban marcar la quinta parte de elloscon el hierro del rey.

    Los negros que no trabajaban en las minas y en las plantaciones de azcar, ya fuesen esclavos o libres, eran sirvientes de losespaoles y de los criollos. Mxico y Guadalajara tenan barriosformados por numerosa poblacin negra. A principios del siglo

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  • XVII, escribi el obispo Alonso de la Mota y Escobar acerca deGuadalajara:

    tiene el da de hoy ciento setenta y tres vecinos, que viven continuamente en ella, casi los ms hombres de plaza y de hbito cortesano;hay entre mujeres, hijos e hijas de estos vecinos, ms de quinientaspersonas espaolas. El servicio comn de que se sirven son mulatos ynegros esclavos, que el da de hoy hay ms de quinientos, sin otroslibres de este linaje que tambin sirven."

    Poca o nula atencin a la presencia de los negros en el occidente del pas prestaron los historiadores, no obstante que la informacin al respecto siempre ha estado en los documentos y lasdescripciones de los cronistas de la poca. Los casos de excepcinson el de Agustn Rivera, que trat de esto en varias de sus obras(Viaje a las ruinas del Fuerte del Sombrero, Principios criticos sobre elvirreinatode la Nueva Espaa y sobrela Revoluci6n de Independencia yAnales de la vida del Padrede la Patria), y el de Thomas Calvo, quienpublic el amplio estudio Guadalajara y su regi6n en los siglos XVI yXVII,2 registrando la avalancha de negros en Guadalajara al iniciarel siglo XVII y, por lo tanto, contradiciendo la idea, muy arraigada,de que en Guadalajara no hubo poblacin negra. Ha escrito JosMara Muri:

    La obra de Calvo aniquila la idea de que los negros se quedaron solamente en algunas costas y plantea [...) que estn presentes en muchosmbitos ms, incluyendo el de Guadalajara, donde un ulterior proceso de generalizado blanqueamiento diluy y dej casi imperceptible supresencia. Pero ah est, indudablemente, de manera que una cabalcomprensin de lo que somos no ser posible si no exhumamos estaimportante influencia en la formacin del occidente mexicano."

    I Alonso de la Mota y Escobar, Descripcingeogrfica de tos reinos de la NuevaGalicia, Nueva Vizcayay Nuevo Len. 2a. ed., Introduccin por Joaqun RamrezCabaas, Mxico, Pedro Robredo, 1940, pp. 45-46.

    , El trabajo de Thomas Calvo fue originalmente una tesis presentada en la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales de Pars. Lo edit en 1987 el Ayuntamiento de Guadalajara.

    , Jos Mara Muri, "Guadalajara, sus negros y un secretario de cultura", enUnomsuno,7 de noviembre de 1992, p. 27.

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  • Al paso de los siglos, los negros desaparecieron o se fundieroncon los mestizos, pero es innegable que hubo en el centro y en eloccidente de Mxico mucha sangre suya y que fueron esclavos.

    Los esclavos negros eran trados desde frica por traficantesespaoles y portugueses. Se les aprehenda en Guinea Ecuatorialy se les llevaba a Sevilla, vendindolos al mejor postor en el atriode la catedral. De Sevilla, el nuevo traficante los trasladaba a Canarias, donde se les venda otra vez y se les traa hasta La Habanao Santo Domingo. De all eran trasladados al puerto de Veracruz,sitio en el que otros comerciantes pagaban por ellos y los conducan a la ciudad de Mxico, para que los comprara un nuevo tratante y los llevara a las plantaciones de azcar de tierra adentro yde las costas del Pacfico o a los centros mineros.

    La poblacin negra desapareci porque escasamente venanmujeres y porque muchos moran como consecuencia del trabajoen las minas. Supervivencia de ese grupo constituyeron los mulatos, que a su vez desaparecieron o se fueron mezclando con otrosgrupos hasta perder su perfil propio.

    Si en 1606, Mota y Escobar deca que Guadalajara contaba conms de quinientas personas de raza negra, siglo y medio despus,en 1748, Jos Antonio Villaseor encuentra slo mulatos en la capital de la Nueva Galicia. Dice:

    Hace populosa la ciudad su crecido vecindario, respecto al de otrascapitales, constando de ocho a nueve mil familias de espaoles, mestizos y mulatos, sin las de los indios, que habitan los pueblos y barrios dela comarca.'

    Santa Mara de los Lagos, hoy Lagos de Moreno, en los Altosde Jalisco, se fund con sevillanos que en buen nmero --diceAgustn Rivera- estaban en manceba con indgenas que los acom-

    Jos Antonio Villaseor y Snchez, "Theatro americano. Descripcin generalde los reinos y provincias de la Nueva Espaa", en Testimoniosde Guadalajara. 2a.ed., Mxico, Universidad Nacional Autnoma de Mxico (Biblioteca del Estudianle Universitario, 35), 1973, p. 150.

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  • paaban en la conquista de las tierras de los chichimecas." Al pasodel tiempo, la poblacin espaola, criolla, mestiza e indgena de lazona aument con la presencia de los esclavos negros que huande las minas y eran ocupados en el servicio de las casas y de lashaciendas o se refugiaban en parajes inhspitos. Los espaoles senegaban a servir a quienes fuesen de su raza, segn seala Mota yEscobar al describir lo que pasaba en la capital de la Nueva Galicia:

    Generalmente no hay en esta tierra hombre espaol, por miserableque sea, que sirva a otro en la ciudad en ningn oficio y los que sirvenson fuera de ella, en minas, en estancias de ganados, en labores de trigo, en ingenios de azcar; unos ganan salarios fijos, otros ganan partede los frutos, en cuya administracin se ocupan y todos sirven mal einfielmente."

    Los indgenas no estaban obligados a trabajar en las minas y semantenan ligados a sus comunidades. Los criollos se sentan superiores a los mestizos, los indios y los negros, y al paso de lossiglos estableceran disputa por el poder con los espaoles.Thomas Calvo ha demostrado que durante la colonia no eran raros en Guadalajara los matrimonios de blancos y mestizos con negras o mulatas, o viceversa, aunque tambin cabra pensar que,como norma moral, la convivencia se dara entre grupos socialmente identificados. Ciertamente resulta dificil igualar la normamoral y la realidad en una poca en que "la mitad de los nacimientos era de los llamados ilegtimos"."

    En la regin noreste de Jalisco, fue Cinega de Mata lugar en elque trabajaron muchos esclavos negros a mediados del siglo XVII.

    Vase un estudio actual sobre las uniones de espaoles e indias en RobenMcCaa, "Tratos nupciales: la constitucin de uniones formales e informales enMxico y Espaa, 1500-1900", en Pilar Gonzalbo Aizpuru y Cecilia Rabell Romero(coords.), Familia y vida privada en la historiade Iberoamrica, Mxico, El Colegio deMxico, 1996.

    G Alonso de la Mota y Escobar, op. cit., p. 46.7 Jos Mara Muri, loe. cit. Sobre la doble moral con respecto del carcter leg

    timo o ilegtimo de los hijos, v. Roben McCaa, op. cit.

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  • Escribe Jess Gmez Serrano acerca de las actividades de! fundador de ese mayorazgo:

    8 Jess Gmez Serrano, El ma.yorazgoRincn Gallardo. Disolucindel vnculo y reparto de las haciendas,Aguascalientes, eIRA, 1984, pp. 19-20.

    Guadalajara, 1789-1793, ESLUdiopreliminar y versin del texto de Ramn Ma,Serrera, Cuadalajara, Gobierno de Jalisco, 1980, pp. 107-108.

    10ldem, p. 152.

    9 Jos Menndez Valds, Descripcin y censo general de la Intendencia de

    La adquisicin, venta y arrendamiento de esclavos tambin fue confrecuencia un giro emprendido por don Pedro Rincn de Ortega. Enmayo de 1662, por ejemplo, le vendi a BIas de Mata un mulato esclavo llamado Jos de la Cruz, en 350 pesos. [...] En julio de ese mismoafio le venda a Gaspar de Villanueva un esclavo negro llamado Luis,en 420 pesos. Y as, bajo condiciones similares, el dinmico cura lesvendi esclavos a Martn Barragn, de Zamora, a Vicente de Llanos,mercader de la ciudad de Mxico, a Jos Martn Landeros, a JuanHernndez y a muchos otros. Por otra parte, tambin en la adquisicin de este especial gnero de mercancas se mostr con frecuenciainteresado el presbtero Rincn. En agosto de 1663, por ejemplo, lecompr a Francisco Martn Briseo un esclavo mulato llamadoBernab de Ayala, de 31 aos, en 300 pesos. Dos aos ms tarde, enoctubre de 1665, adquira de los reverendos padres del convento de laMerced la posesin de una esclava llamada Nicolasa, de 40 aos, en300 pesos.8

    En el siglo XVlll comienza a hablarse ms de mulatos que de negros. Jos Menndez Valds, en un informe que escribe en 1792sobre la poblacin de la Villa de Santa Mara de los Lagos, diceque hay en sta 223 espaoles, 123 mestizos, 41 mulatos y 38 indios, aparte de los indgenas de los pueblos de San Miguel deBuenavista, San Juan Bautista de la Laguna y Moya.9 Sin embargo, e! componente racial negro qued diseminado ampliamenteen la regin de Lagos, pues, segn e! propio Menndez Valds,en la entonces jurisdiccin de Santa Mara de los Lagos, que comprenda Teocaltiche, Encarnacin, San Juan de los Lagos, Jalostotitln, San Migue! el Alto y otras poblaciones, haba un total de8,674 mulatos, entre hombres y mujeres, una cifra muy alta. lO

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  • La mezcla entre mulatos e indios o mestizos y aun espaolesera frecuente, y lleg a hablarse de una gran cantidad de castas.En la Gaceta de Mxico, el 14 de julio de 1784 se da noticia de lamuerte de un nio, hijo del herrero de Cinega de Mata, Fernando Regalado, quien estaba casado con Teresa Cedeo, "mulatablanca". I I

    Pero antes que en Cinega de Mata hubo compraventa de esclavos negros en la hoy ciudad de Lagos de Moreno, tambin alnoreste de Jalisco, hacia las goteras del Bajo guanajuatense,como se documenta en la siguiente carta notarial, registrada porRivera:

    Sepan cuantos esta carta vieren cmo yo, el licenciado Francisco PrezRubn, cura y vicario de esta villa de los Lagos, olorgo y conozco poresta carta, vendo, cedo y traspaso, a Pedro de Clvez, mercader, vecino de la ciudad de Mxico, es a saber: un mi esclavo, de color negro,llamado Manuel, tierra [de] Angola, de edad de veinte aos, poco mso menos, el cual le vendo por esclavo sujeto a servidumbre, y por librede hipoteca y de otro enajenamiento alguno [...] y se lo vendo en precio y cuan la de cuatrocientos y cuarenta pesos de oro comn, los cuales confieso haber recibido de dicho Pedro de Glvez realmente y conefecto [...] en la villa de los Lagos, a treinta das del mes de enero demil y seiscientos y doce aos."

    El valor de un esclavo dependa de su juventud y de su complexin fsica, aprecindose sobre todo los trados de frica ecuatorial, aunque tambin haba esclavos indgenas, chinos y filipinos.Agustn Rivera, en su Viaje a las ruinas del Fuerte del Sombrero, al recordar a doa Gertrudis Lpez, quien haba vivido en casa de lafamilia de Rivera por caridad, dice:

    Doa Gertrudis tena una criada tan anciana como ella, que no la haba abandonado en la pobreza, y de quien o decir a su dicha ama y a

    11 Gaceta de Mxico, 14 de julio de 1784.12Agustn Rivera, Principios criucos sobre el tnrreuuo de la Nueva Espaa y sobre la

    Reoolucin de Independencia, Mxico, Comisin Nacional para las Conmernoraciones Cvicas de 1963, p. 759.

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  • En el Bajo, adems de Lagos, contamos con documentos sobreventa de esclavos negros en Silao, Gto., donde sabemos que en1731 Juan Francisco de Aguilar pag a J os de Argandar y Sierrauna deuda entregndole un esclavo; y en 1738 ste puso pleito aBenito Balladares porque, habindole vendido una esclava queiba encinta, Argandar reclamaba como esclavo de su propiedad alhijo de la mujer vendida, ya que, deca, el producto no haba entrado en el trato. Argandar posea ocho esclavos en 1742. En su testamento, de ese ao, dice que "una de sus esclavas le lleva entregados150 pesos a cuenta de los 250 que le pidi por su libertad". 14

    Hidalgo, quien al apoderarse de Guanajuato declar que todoel que pisara su territorio sera hombre libre, decret en tres ocasiones la abolicin de la esclavitud. Lo hizo en Valladolid el 19 deoctubre de 1810, Yen Guadalajara el 29 de noviembre y el 6de diciembre del mismo ao. En el primer decreto, estableci que

    todos los dueos de esclavos o esclavas [...) los pongan en libertad [...)y no lo haciendo as [...) sufrirn irremisiblemente la pena capital y laconfiscacin de todos sus bienes,

    de febrero de 1994, p. 3-F.15 Silvio Zavala, "Miguel Hidalgo, libertador de los esclavos", en Temas hispano

    americanos en su quinto centenario, Mxico, Porra, 1986, pp. 191-193.

    unas tas mas, que haba sido esclava de don Ignacio Gmez Portugal,y que ste la haba cambiado por un burro chapino.13

    13 Agustn Rivera, Viaje a las ruinas del Fuerte del Sombrero, San Juan de los Lagos,Tipografia de Jos Martn, 1875, p. 5.

    14 M. Vzquez Navarro, "Un hroe desconocido", parte II, en El Sol de Le6n, 16

    adems de prohibir, bajo las mismas penas, la compraventa depersonas. En el segundo decreto, reiter la abolicin de las leyesde esclavitud y orden que acataran la abolicin tanto los espaoles como los americanos, lo que revela que la esclavitud era practicada no slo por los espaoles, sino tambin por los criollos. En eltercer decreto, declar "como de lo ms urgente liberar a los esclavos" y fij esta accin como "un punto principal de los planesde su gobierno", porque la esclavitud era contraria a la naturaleza.15

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  • El significado de las acciones emprendidas por Hidalgo se revela

    la capital de la Nueva Galicia Hidalgo fue llevado a declarar que loscriollos esclavistas tambin estaban en lamira. Por supuesto, al ser derrotados Hidalgo y su movimiento, tal abolicin careci de validez.Aunque la abolicin se mencion en losElementos constitucionales, en laConstitucin de Apatzingn, en elPlan de Iguala y en los Tratados de Crdoba, la esclavitud sigui existiendo, hasta que, a partir de la Constitucin de 1824, desapareci, al menos jurdicamente, en los estados. 18

    muchos espaoles a lanzadas. Fueron ejecutados por Marroqun y sus soldadosindios, por orden de Hidalgo, en las barrancas de San Martn, pueblo cercano aGuadalajara" (Hidalgo. Eljoven teologo,Anales, Guadalajara, rTG, 1954, BibliotecaJalisciense, 12, p. 70). Hidalgo dijo en su proceso que haban sido 350 espaoleslos ejecutados en esas barrancas, y al preguntrsele por qu no les haba formadoproceso antes de ejecutarlos, contest que "no haba de qu" acusarlos. Hidalgofue arrastrado por los excesos en Guadalajara para bien -la abolicin de la esclavitud, el repudio a Fernando VII- y para mal-los asesinatos de espaoles, entreotras cosas-, lo que llev a Allende a tratar de envenenarlo. Para ste, Hidalgo, enGuadalajara, daba muestras de locura. v. Jos M. de la Fuente, Hidalgo ntimo.Apuntes y documentospara una biografadel benmeriio cura de DoloresD. Miguel Hidalgoy Costilla, edicin facsimilar de la de 1910, Gobierno del Estado de Mxico (SerieChimalphain, Coleccin Divulgacin Histrica), 1979, pp. 313-314.

    en Guadalajara, al ser rebasado l mismo por el movimiento popularque vena dirigiendo.16 Crmenes demenciales sin cuento aparte, 17en

    19 Sobre la mano de obra libre, es decir, de jornaleros no arraigados en los pueblos de la regin durante la colonia, v.Andrs Fbregas Puig, La [ormacioti histrica deuna regin:LosAltos defalisco, Mxico, CIESAS (Coleccin Miguel Othn de Mendizbal,5), 1986, pp. 131-132.

    Est claro que la esclavitud en Mxico, particularmente en elBajo y en el occidente, era uno de los problemas sociales ms graves a principios del siglo XIX. Bastaba ser descendiente de negrospara tener cerradas las puertas del sacerdocio, de las rdenes religiosas y de los empleos en el gobierno o en la milicia. Los negros ylos mulatos eran asociados con el desorden, la mentira y el hurto,pero constituan, con su trabajo de esclavos y con su mano de obralibre,19 elemento central de la economa.

    16Idem, p. 200. Zavala retoma las ideas de Luis Villoro al respecto.17 Escribe Agustn Rivera: "Diciembre 12 (de 1810), por la noche. Asesinatode

    18 Silvio Zavala, op. cit., pp. 205-206.

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  • Una descripcin de la Nueva Galicia en 1874 seala:

    Esta visin no la comparta el obispo Alonso de la Mota y Escobar,para quien autores de tropelas podan ser tanto los negros comolos espaoles. l haba escrito con respecto a la disminucin delganado en los alrededores de la Nueva Galicia:

    As narra Raymundo Ramos las discusiones que se dieron en lascortes de Cdiz (1811-1812) en torno a los mulatos de la NuevaEspaa:

    El cannigoJos Simen de Ura, diputado por Guadalajara, al tratarla cuestin de las castas argument que "en todas partes la sociedaddepende en su existencia poltica no tanto de las clasessuperiores delEstado, cuanto de las inferiores", tesis que slo caus repugnancia alos diputados ibricos.Peor fue el escndalo suscitado por el capitalino Jos Beyede Cisneros, quien en su intervencin en el Oratorio deSan Felipe Neri expres con desparpajo liberal convencido: "Desengamonos, en la oscuridad, y sin luz, todas son negras. He conocidomulatos o castas habidos por estosmodos: hijos de virrey, de oidores,de coroneles, de marquesas y de los sujetosms distinguidos...".22

    Andrs Fbregas Puig afirma que an en pleno siglo xx se dieroncasos de esclavitud en la regin de los Altos de Jalisco, particularmente en Lagos de Moreno, donde la servidumbre constituy unarealizacin de sta. Escribe:

    21 Alonso de la Mota y Escobar, op. cI., p. 53.22 Raymundo Ramos, "Negros y mulatos en la Constitucin de Cdiz", en Sba

    do, n. 659, 19 de mayo de 1990, p. 8.

    en sus poblaciones hay haciendas dilatadas de labor servidas por indios y abundante nmero de mulatos libres y tributarios, inclinadospor lo comn al ocio y al latrocinio, motivo porque de este reino traena la Acordada frecuentes colleras de hombres.20

    Nace tambin este dao por los muchos ladrones espaoles, indios,negros y mulatos, que matan en el campo mucho ganado mayor porsloaprovecharse del sebo, cuando no hay quien les compre lacarne.21

    20 ldem, p. 133.

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  • "Andrs Fbregas Puig, op. c., pp. 126-127.

    en Richard Boyer, "Clientelisrno y trabajadores en el Mxicocolonial", en Pilar Gonzalbo Aizpuru y Cecilia Rabell Romero (coords.), op. c., p.398.

    La esclavitud se prolong, por lo menos en los Altos, hasta entrado elsiglo xx, en particular en el servicio domstico. La consulta de los libros de matrimonios, bautizos y entierros de los archivos parroquialesindica que a todo lo largo del siglo XIX se segua practicando la esclavitud. En Lagos de Moreno las familias de la oligarqua usaron esclavosdomsticos hasta bien avanzado el siglo xx.23

    En efecto, hubo desde la colonia una variante de la esclavitud, laservidumbre domstica, a su vez con caractersticas movibles. Sedaba a muchos esclavos el tratamiento formal de criados y "propios", los que formaban parte de la casa de! patrn, y cuando yaeran viejos seguan viviendo en esa casa y dependan del antiguoamo para su manutencin y vestido.24 En esencia, las peonas delashaciendas porfirianas y la servidumbre integral en el siglo xx hansido realizaciones modernas de la esclavitud, pero tambin formas de estructuracin de la vida familiar en el occidente de Mxico heredadas de la colonia. La campaa independentista deHidalgo, al violentar las estructuras polticas, sociales y familiares,constituy una verdadera revolucin.

    24 Vase un caso parecido al que cita Agustn Rivera en su Viaje a las ruinas delFuerte del Sombrero

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  • NEGROS E INDIOS EN LA SUBLEVACIN DE LOSTZELTALES, 1712

    Ma. Eugenia del VallePrieto*

    Introduccin

    El presente artculo abordar este asunto en relacin con unacontecimiento por dems relevante: la rebelin de los tzeltalesen 1712, y la presencia de los negros en ese momento de nuestrahistoria colonial. De esta manera se tratar de demostrar que lapresencia africana en esa regin, aunque ignorada y a veces negada, est consignada en documentos primarios, y que en pasajes dela historia como el que a continuacin analizaremos, se aprecia elsentir hacia ellos de la poblacin indgena, y se corrobora la importancia del tema.

    * Direccin de Estudios Histricos, 1nstituto Nacional de Antropologa eHistoria.

    2 Gonzalo Aguirre Beltrn, La poblacinnegm en Mxico,Mxico, FCE, 1972.

    Negros en Chiapas? Pero si los descendientes de los negros estn solamente en las costas de Guerrero y Veracruz! ste es unsealamiento que algunas personas me hicieron respecto a estetema cuando les plante su posibilidad. S, efectivamente, hubonegros en Chiapas, las fuentes de los archivos lo corroboran. Asimismo, dejaron rastros en nuestro folclore: la marimba es unejemplo probable de esta presencia, as como lo son otras en fiestas populares.1

    IMa. Eugenia del Valle Prieto, "Los negros en Chiapas", copia mecanoescrita.

    Uno de los pioneros del estudio de la poblacin negra enMxico fue sin lugar a dudas Gonzalo Aguirre Beltrn, quien loinici en la dcada de los cuarentas del siglo que acaba determinar. 2

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  • La poblacin negra lleg a Amrica en cantidades asombrosas.Mxico recibi parte de esta inmigracin forzada que alcanz arepresentar, durante el rgimen colonial, del 0.1 al 2% de la poblacin total. Aunque fue un grupo minoritario, vino a ser msnumeroso que la poblacin espaola en trminos relativos. Se calcula que durante este periodo unos 250,000 esclavos negros arribaron al hoy territorio mexicano; fueron vendidos para trabajaren minas, campos de cultivo yen el servicio domstico. Hubo unagran mezcla racial a travs de tres siglos, y surgieron diferentescastas, de tal suerte que, al final de la colonia, un 40% de la poblacin era mestiza y un 10% afromestiza.

    La provincia de Chiapas dependi de Mxico de 1524 a 1530.Despus pas a la Audiencia de Guatemala. De 1786 a 1821,Chiapas fue unida a la gobernacin de Soconusco (que se convirtien parte de Guatemala en 1556); as formaron ambas una entidadfiscal y administrativa hasta la consumacin de la independenciaen 1821.

    Los primeros negros que llegaron a tierras chiapanecas no fueron producto de la Trata.3 Llegaron en calidad de servicio domstico o de soldados que acompaaban a los primeros conquistadores.En la historia de Chiapas, encontramos referencias a su participacin en las guerras de conquista y a su labor como sirvientes que,de alguna manera, marcaban el status de algunos civiles y eclesisticos espaoles. Ms tarde, ante el decrecimiento de la poblacinindgena, a causa de las epidemias y la sobreexplotacin, la mano

    La economa chiapaneca se orient hacia la agricultura y la ganadera; se formaron haciendas y granjas autosuficientes, dirigidasal cultivo de productos de exportacin, basado en la utilizacin dela mano de obra nativa. Los pocos que compraron fuerza de trabajo africana, fueron los encomenderos ricos y las rdenes religiosas.

    3 Sobre la Trata, ver: jose Antonio Saco, Historia de la esclavitud, Madrid, jucar,1974; Rolando Mellafe, Brevehistoria de la esclavitud en Amrica Latina,Mxico, SEP(SepSetentas, 115), 1973, Y Daniel P. Mannix y M. Cowley, Historia de la trata denegros,Madrid, Alianza, 1962.

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  • de obra se hizo escasa y fue necesario importar esclavos negrosproducto de la Trata, pero no alcanzaron a representar un nmero demasiado considerable. En Chiapas, al inicio de la Colonia, lamano de obra indgena fue uno de los recursos que encontraronlos espaoles en mayor abundancia, adems de ciertas riquezasmateriales. Aunque la poblacin chiapaneca disminuy en formaconsiderable durante los siglos XVI Y XVII, los espaoles prefirieron sobreexplotarla antes que comprar esclavos negros, debido alos altos costos de stos. Por cierto, los encomenderos locales nofueron de los ms ricos; por el contrario, muchos carecan de medios para comprar esclavos, y, por otra parte, la Corona espaolano los poda financiar a pesar de mltiples solicitudes. En general,en Amrica Central, incluyendo Chiapas, la compra de esclavosnegros no lleg a ser numricamente importante.

    Uno de los movimientos mesinicos ms significativos en esta regin, fue sin lugar a dudas el de los tzeltales en 1712 (ver mapasanexos). Tal rebelin tuvo implicaciones en los aspectos religioso,social, econmico y poltico de la regin y fue el resultado de lainsoportable opresin del rgimen coloniaJ.5 Ahora bien, no sepuede singularizar ni entender este movimiento de sublevacinindgena, sin considerar los tres acontecimientos que lo precedie-

    La sublevacin de los tzeltales 4

    so, de mltiples brazos, presenta una altura mxima de 2,892 metros, alcanzadapor el Tsontehuits" (el ms anciano de los cerros). Tanto tzeltales como tzotziles sesitan entre el ms antiguo estrato tnico de Chiapas. Carlo Antonio Castro, Narraciones tzetales de Chiapas, Cuadernos de la Facultad de Filosofa, Letras y Ciencias, Mxico, Nm. 27, Universidad Veracruzana, 1965, pp. 19-21.

    5 Andr Saint-L, "Significado histrico de la sublevacin de los indios zendales(Chiapas, 1712)", en Anales de la Academia de Geografia e Historia de Guatemala, Guatemala, tomo IV, ao LV,enero a diciembre de 1981, p. 93.

    4 La comunidad de habla tzeltal "lengua verdadera", segn nos relata CarloAntonio Caso, est situada justo a lado de la comunidad de habla tzotzil. stas selocalizan en la regin de los Altos de Chiapas, "cuyo accidentado macizo montao

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  • En esos momentos el tributo que deban pagar los tzeltales eraexcesivo. En 1706, un nuevo alcalde tom posesin de la provinciade Chiapas. Los alcaldes se haban caracterizado por extorsionar alos indgenas y amasar grandes rendimientos gracias a ello. En elcaso del movimiento tzeltal, la extorsin se dio fundamentalmenteen la produccin del maz, en muy distintas formas, pero siempreen perjuicio de los indios. El alcalde les compraba barato el maz,y ms tarde lo revenda obteniendo grandes ganancias. Este negocio tambin fue practicado por los corregidores en contuberniocon algunos vecinos, con quienes compartan los provechos.

    Dos aos despus de la llegada del alcalde mencionado, frayJuan Bautista lvarez de Toledo fue nombrado obispo de la dicesis. Desde el inicio de sus gestiones empez a hacer negocios.Por ejemplo, despus de una terrible caresta, vendi a 12 realesla fanega de maz que los indgenas le haban dado a slo cuatro;

    6Victoria Reifler Bricker, The Indian Christ,the Indian King, Austin, University ofTexas Press, 1981, p. 55.

    7 Ibidem, p. 61.

    ron, ocurridos en Zinacantn, Santa Marta y Chenalh, de hablatzotzil, para entender ms tarde lo que pas en 1712, en el pueblode Canuc, de la regin oeste del sector de los Altos, de hablatzeltal." En stos, el conflicto involucr a imgenes de la VirgenMara y otros santos as como el culto a la Virgen aparecida en las"ermitas", lo cual desafi a las autoridades. De los 32 pueblos queparticiparon en la revuelta, 15 eran de habla tzotzil, 14 de tzeltal ytres de chol.7

    lo mismo hizo con otros productos como el frijol y el chile. Adems haca frecuentes visitas a los pueblos de su dicesis, y cobrabaimpuestos en cada una; obligaba a los indios a pagar, en moneda oen especie, por misas que no oficiaba o por confirmaciones. Cuando no se sometan a estos abusos, los indgenas eran encarcelados.De esta manera el obispo se enriqueci vorazmente. As, a diferencia de obispos anteriores, en un ao y medio hizo el mismonmero de visitas que otros haban hecho en tres aos, dejandoempobrecidos a los indgenas.

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  • La Iglesia y sus religiosos se convirtieron en un aparato de poder que ejerca el control sobre los pueblos. Quin si no ellos estaban ms cercanos a los indgenas y conocan mejor su lengua ysus costumbres? Por ello, tambin, fueron elementos centralespara obtener informacin en momentos de conflicto social.

    9 Ma. Odile Marion Singer. El agrarismo en Chiapas (15241940), Mxico, INAH(Regiones de Mxico), 1988, p. 31.

    8 Fray Francisco Ximnez, Historia de la provincia de San Vicente de Chiapa yGuatemala, del Orden de Predicadores,Guatemala, Biblioteca "Goathemala" de laSociedad de Geografa e Historia, tomo TIl, 1931, p. 271.

    Una de las caractersticas de este movimiento mesinico de lostzeltales fue que, a diferencia de otros motines, pretenda tomarcompletamente el poder eclesistico y civil. El primer paso fueposesionarse del control religioso de cada pueblo, instaurandocuras indios en las iglesias y, ms tarde, dirigiendo desde estossitios la sublevacin. Ximnez relata en su libro sobre estas acciones: "que supieran que ya no haba tributo, ni rey, ni presidente,ni obispo, que ella los tomaba a su cargo para defenderlos".8 Estaconvocatoria haba sido lanzada desde el pueblo de Canuc; ste eselfoco de la rebelin en donde se hace referencia a la sacerdotisaMara de la Candelaria. En otro documento transcrito en el librode Singer, documento que se encuentra en el Archivo General deIndias, Guatemala,9 se puede observar el sentir de la poblacinindgena:

    Que ya no ava Dios ni Rey, que slo se ava de adorar, creer y obedecer a la Virgen que ava vaxado del cielo al pueblo de Canuc slo poramparar y governar a los indios, y que asimismo se obedeziesen yrepectasen los ministros capitanes y oficiales que ella pusiese en lospueblos mandando expresamente matar a todos los sacerdotes y curasy a los espaoles, mestizos, negros y mulatos para quedar solo indiosen estas partes en su libertad de conciencia sin pensin de tributosreales ni derechos eclesisticos y extinguir totalmente la Religin Catlica y el dominio y seoro del Rey [...) en estas partes, mandandoasimismo llevar lemosnas, ofrendas y contribuziones, generalmente aldicho simulacro de la [...) Virgen y al que se resistieze que lo matazen ycastigazen con crueles castigos y atrosidades ...

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  • Esta sublevacin logr la congregacin de muchos pueblos, y porello, durando varios meses, su pacificacin fue ms dificil y represiva. Su motor fue la explotacin de los indgenas, enmarcada enun poder poltico dividido y debilitado, lo cual gener un movimiento que busc una alternativa de poder sustentada en factoresreligiosos. 10 Adems, mostr el odio reprimido hacia sus opresores y hostigadores: sacerdotes, curas, espaoles, mestizos, negrosy mulatos.

    En este movimiento la violencia inicialmente se dirigi hacia elobispo, pero, despus de su huida, se lanz contra los indios nobles de confianza de espaoles y de curas, conocidos como "fiscales" o "mayordomos". Estos indios ricos fueron sacrificados enhorcas, horquetas, picotas, garrotes, azotes y fuego en los pies. Finalmente se manifest todo el resentimiento hacia los aliados delas autoridades civiles y eclesisticas, as como de los espaoles residentes.

    les; unos predicando y otros luchando.Por ltimo, la violencia tzeltal tambin estuvo dirigida hacia

    10 Severo Martnez Pelez, Motines de indios. La violencia colonial en Centroamricay Chiapas. Puebla. UAP (Cuadernos de la Casa Presno). Mxico. 1986. p. 137.

    El segundo blanco de ataque fueron los ladinos. Los de Chiln,Ocosingo, Tenango y Tila fueron sacrificados, y los que lograbanhuir eran protegidos por sus mujeres que tambin fueron azotadas.El tercer blanco fueron los religiosos. Seis murieron a manosde los insurrectos. El cura de Ocosingo fray Marcos Lambur muri en Canuc a manos de Nicols Vzquez, y su cadver fue arrastrado hasta una grieta junto con otros cadveres. Otros cuatroreligiosos fueron ejecutados en Simojovel. As murieron los frai

    negros y mulatos. Los indgenas los teman porque ellos los trataban con violencia, debido a que se aprovechaban de sus mujeresen las haciendas y eran aliados del poder poltico y religioso. Trabajaban en las haciendas como peones y gente de confianza, formabanparte del servicio domstico y, como haban sido comprados a altos precios, eran mejor tratados que los indgenas. El resentimiento aflor, y se exterminaron negros y mulatos.

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  • Los hechos

    El detonador del movimiento del 10 de agosto de 1712 se gestcuatro aos atrs y alrededor de imgenes religiosas, especialmente de la Virgen Mara; tres fueron los antecedentes que a continuacin se sealarn. El primero involucra a un ladino ermitao quepredicaba desde el tronco de un rbol hueco, en las afueras deZinacantn. l trataba de exhortar a los indgenas del lugar a reconocer una imagen de la Virgen de la cual emanaban rayos deluz; argumentaba que dicha imagen haba descendido del cielopara dar asistencia a los indgenas. El obispo mand investigar loshechos por medio del padre Jos Monroy, quien, despus de destruir el rbol, llev al ladino a Chamula, seguido de una granmuchedumbre. Despus de una breve reclusin en el Conventode San Francisco en Ciudad Real, el ladino fue liberado y regresa continuar con su prdica. Los indgenas construyeron una ermita donde haba un altar con la imagen de la Virgen, en el cualse hacan las ofrendas. Despus de mucha resistencia por parte delos pueblos, el ermitao fue encarcelado y enviado al exilio endonde muri. El culto en las ermitas fue determinante para elmovimiento zendal, que se abander con la imagen de la VirgenMara. Su culto, practicado en pobres y rsticos santuarios desligados de la Iglesia, sirvi como catalizador del descontento popular, y foment movimientos conspirativos como el de Canuc.

    En tercer lugar se presentaron otros milagros que involucraron ados imgenes de santos en la iglesia de San Pedro Chenalh. Se

    El segundo fue cuando la Virgen se apareci a una joven indiatzotzil en un paraje de Chenalh, Santa Marta. Cuando esta indiafue llevada ante el cura, confes ser depositaria de un mensaje dela Virgen Mara, que peda se le construyera una ermita, y declaraba que desde ah ayudara a los indios. Esta joven y su esposofueron reprimidos y encarcelados en Guatemala. La imagen de laVirgen fue escondida cuando se traslad al convento de SantoDomingo, en Ciudad Real. Los indgenas regresaron descorazonados.

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  • deca que la imagen de San Sebastin haba sudado dos veces y lade San Pedro haba emitido rayos de luz. Estos milagros difirieronde los anteriores, ya que involucraron a dos imgenes oficialmente reconocidas. Aunque el santuario en honor a San Sebastin, fuedestruido, los curas no confiscaron las imgenes.

    Jess, Mara y Jos -Seores Alcaldes de tal pueblo.-Yo, la Virgen que he bajado este Mundo pecador, os llamo en

    1I Ma. Odile Marion Singer, al}. cit., p. 30.

    Finalmente en 1712 se le present una nueva aparicin de laVirgen ahora en el pueblo de Canuc, a una joven indgena tzeltal.Como consecuencia de esto, ms tarde se construy una ermita enese lugar, misma que sirvi como centro de reunin de las comunidades indgenas, y a su vez a las de la posterior sublevacin.Como se dijo, en el centro del movimiento se encontraba otra joven india, que declaraba haber hablado con la Virgen, y que fuellevada a Ciudad Real, para ser interrogada acerca de una supuesta cruz labrada que haba bajado milagrosamente del cielo.Los sacerdotes intentaron impedir el culto a la nueva imagen,pero era demasiado tarde. La decisin de los indgenas fue msenrgica que en las apariciones anteriores, adems de que ya haban pasado de una actitud pasiva a una desafiante, que los impulsa cuestionar la legitimidad del culto religioso y a las autoridades quelo representaban.11

    En este ambiente de efervescencia, el obispo mencionado decidi hacer una nueva visita a los pueblos de su dicesis, para recaudar fondos de rentas y derechos. Ante la negativa de posponerla,el obispo tuvo que huir de Cornitn rumbo a Chinantla, dado quelos indgenas estaban decididos a matarlo en el camino. ste fue eldetonador del movimiento, pues, impulsados a la rebelin, los fiscales de 28 pueblos se reunieron a fin de constituir una confederacin para lanzarse contra sus opresores. As, el 10 de agosto de1712, en Canuc -llamada Ciudad Real de Canuc-, la india, convertida en la voz de la Virgen Mara, lanz una famosa convocatoria a los pueblos insurrectos:

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  • Despus de lanzada la convocatoria, se instaur la repblicatzeltal, y los dirigentes se abocaron a reunir fondos para la lucha.Con ese fin saquearon iglesias donde obtuvieron objetos de valory dinero de los curas. Se arm un ejrcito de "soldados de la Virgen" que march hacia algunos pueblos tzeltales que haban rehusado obedecer la convocatoria. Penetraron en Tenango, Chilny Ocosingo, despus cay en su poder Simojovel, en la zonatzotzil. En Chiln aconteci el primer enfrentamiento entre lossoldados espaoles e indgenas. Entre los "soldados de la Virgen"se encontraban tambin algunos mulatos y mestizos de Ocosingo

    oles. Las mujeres espaolas fueron llevadas a Canuc y obligadas acambiar de vestimenta y casarse con indgenas.

    Los indgenas rebeldes quisieron implantar un movimiento religioso que les diera el control ideolgico sobre sus congneres.Para ello, era necesario desplazar a los representantes de la Iglesia, para lo cual era indispensable sustraerles el monopolio de lareligin a criollos y religiosos. Los rebeldes tzeltales tomaroncomo bandera a la Virgen Mara, y la convirtieron en patrona desu lucha contra el poder explotador, en especial contra el tributo.En otras palabras, no regresaron a sus antiguos cultos sino queapelaron a la nueva religin, de modo que lucharon contra el sistema con los mismos smbolos religiosos que ste les haba proporcionado.

    12 Fray Francisco Ximnez, op. cit., p. 271.13Virginia R. Bricker, op. cit., p. 63-82.

    nombre de nuestra Seora de Rosario y os mando que vengis estePueblo de Canuc y os traigis toda la plata de tus Yglesias y los ornamentos y campanas, con todas las Cajas y tambores y todos los libros ydineros de cofradas porque ya no hay Dios, ni Rey; y as venid todoscuanto antes, porque sin seris castigados pues no vens mi llamadoy Dios Ciudad Real de Canuc.-La Virgen Santsima Mara de la Cruz.12

    y otros pueblos que ofrecieron unirse a ellos para salvar sus vidas.13 Luego pasaron a Ocosingo, donde masacraron a nios espa

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  • La sublevacin dur poco ms de tres meses y fue sofocada el21 de noviembre de 1712. Entre los principales lderes del movimiento, se encontraba Lucas Prez, que previamente haba sidoencarcelado sin juicio, y despus arruinado. Otro fue SebastinGmez, indio de Chenalh, que apareci en Canuc diciendo queera Sebastin Gmez de la Gloria, y que haba ido al Cielo dondehaba hablado con la Santsima Trinidad, la Virgen Mara, Jesucristo y el Apstol San Pedro, los cuales le haban dado autoridadpara nombrar sacerdotes en todas las provincias.

    La represin

    Para suprimir esta sublevacin, fue necesario movilizar verdaderos ejrcitos que contaron con muchos soldados negros y mulatos,los cuales, mediante una ingente represin, reincorporaron a losindgenas al rgimen colonial.

    Despus del ataque de Chiln, donde los rebeldes resultaronvencedores sobre los soldados espaoles, el ejrcito indio se dirigi a Huistn, en la regin tzotzil. Pero, ya desde Tabasco, habapartido Pedro Gutirrez de Mier y Tern, nuevo Alcalde mayorde la Provincia de Chiapas, y en Ciudad Real se haba organizadoun cuerpo de 150 indios chiapanecos, 200 vecinos de CiudadReal, entre los cuales se encontraban caballeros, mulatos, negros ymestizos. 14 Con este ejrcito que, aunque en desventaja numrica,estaba mejor armado, sali hacia Huistn donde dos frailes yotros soldados espaoles ya combatan. Ximnez relata que unmulato llamado Pascual de Cullar, al tratar de defender a un sargento espaol,

    se arroj de la trinchera como rabioso perro con escopeta y alfange yejecutando con el tiro fue penetrando la multitud de indios con elalfange, matando y hiriendo indios hasta que pudo agarrar al JuanAngel y tradolo consigo causando espanto y asombro con su valor yarrojo amigos y enemigos. Ortras muchas hazaas hizo este mulato

    14 Fray Francisco Ximnez, op. cit., p. 290.

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  • que por ser de pobre no quedaron en la memoria de los hombres;muri despus de sosegada la sublevacin en Ciudad Real, de enfermedad causada de su mucho trabajo en servicio de Dios y del Rey.15

    En la lucha que entabl Gutirrez contra los indios en Huistn,hubo nueve muertos y nueve heridos entre los espaoles. Despusse volvi a Ciudad Real, a donde se esperaba un ataque de loszinacantecos. Para continuar la pacificacin, se requera de ms caballos, soldados y vveres, por lo cual solicit a los frailes dominicos que le proporcionaran recursos,

    por eso el convento de Comitn envi "dos veces setenta reses ysetenta caballos", y el convento de Chiapa de Indios mand

    100 caballos y cincuenta y cuatro negros esclavos de las mismas Haciendas para que sirviesen Dios y al Rey nuestro Seor en aquellaguerra las rdenes de Don Pedro Gutierres. A todos estos los sustent nuestro Convento de Ciudad Real todo el tiempo que estuvieron lasarmas suspensas, que fu desde el ltimo de Agosto hasta mediadosde Octubre en que salieron la Campaa estos negros, el tiempo queestuvieron en Ciudad Real al Convento los sirvieron de gasto [...] Enla Campaa sirvieron de mucho as por ser gente diestra con lanza y

    Estos negros, aunados a otros 400 hombres, 150 indios chiapanecosy cuatro frailes, acompaaron a Nicols Segovia en su entrada enHuistn el 10 de octubre. Diez das despus abandon este sitiodirigindose a Oxchuc. Sobre ese hecho, Ximnez relata:

    lO Idem, pp. 289-290.16 ldem, p. 294.17 Idem, p. 295.

    sabiendo que en esos nuestros Conventos hay algunas estancias y haciendas de que se puedan sacar no slo carnes y otros vveres, sinotambin bestias y cabalgaduras para los soldados que se alistasen parala reduccin y represin de los indios alzados en esas provincias,16

    caballo, como porque es gente de valor y fuerza, como criada en continuo trabajo y peligros de la vaquera; como tambin los indios, pornatural antipata le tienen horror al negro.17

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  • Los indios, una vez derrotados en Oxchuc, se replegaron haciaCanuc, y el pueblo fue incendiado por el ejrcito contrario. Laotra fuerza que sali hacia Chenalh con Gutirrez, no termincon buen xito.

    ...y si as no lo hicieredes y rebeldes continuareis a la innobediencia pasar con las armas castigaros y entrar en vuestro pueblo como le hehecho en este, pa. lo cual tengo ademas de las muchas fuerzas de ar-

    18/dem, p. 299.19/dem, p. 305.

    veinticinco esclavos nuestros montados con sus medias lunas, quienesjuntos con los 50 hicieron mucho dao en los indios ponindolos enhuda y siguiendo los negros como si fuesen detrs del ganado zimarron, hasta que los indios se refugiaron por los montes.18

    20/dem.

    En la misma fecha, 10 de octubre, Toribio de Cosa, presidentede la Audiencia de Guatemala, march con un ejrcito de 800hombres que inclua a 100 mulatos. Lleg a Ciudad Real, y a lospocos das sali rumbo a Canuc. Los combatientes conformadospor espaoles, indios, mulatos y negros, haban demostrado serferoces milicianos. No es objeto de este trabajo dar los pormenores de la cada de Canuc el 21 de noviembre bajo las fuerzas deCosa, quien se qued en su campamento con las mulas ensilladas,"por estar muerto de miedo", 19 mientras las tropas peleaban. Apesar de la fuerza que demostraron los zendales, su falta de conocimiento blico y su pobreza de armas no les permiti triunfar.Los combates dejaron una gran mortandad en la poblacin indgena. No as los contrarios, que sufrieron muy pocas bajas. Unavez terminado el ataque a Canuc, Coso entr con el ejrcito triunfante, se dirigi hacia la iglesia cantando el "Tedeum laudamus".20Poco despus mand un manifiesto a los pueblosinsurrectos, para que entregaran a los cabecillas y se congregaran ensus pueblos a la obediencia de la Iglesia y sus representantes. En casocontrario, tomaran el ejemplo de lo que haba pasado en Canucen estos trminos:

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  • mas y soldados con que me hallo otras muchas que espero brevementede la Ciudad de Guatemala, de Tabasco, Campeche y otras de NuevaEspaa ...21

    21 Idem, p. 308.22 Idem, p. 310.

    24 Aura Marina Arreola, "Poblacin de los Altos de Chiapas durante el sigloXVII e inicios del XVllI", en Los 11W)'as del SUf'ysUS Relaciones con los Nahuas Meri-

    23 Alrededor de su huida se tejieron muchas historias.

    Despus de esta sublevacin, algunas de las poblaciones indgenas se redujeron sensiblemente a consecuencia de las bajas en loscombates y las epidemias que las atacaron. El ejemplo ms claroque se tiene, es el de Canuc, que de 198 tributarios en 1715-1716,pas a 71 en 1733. Esa situacin tambin se present en otrosmuchos pueblos.24

    Posiblemente ste sea el lugar de la parte antes sealada. Ya conCanuc bajo control, Coso se dirigi hacia Sitala, Chiln y Yajaln,que fueron sojuzgados antes de Navidad. Al mismo tiempo, el Alcalde Mayor de la Provincia de Tabasco, Francisco de MedinaCachn, se le uni con 310 hombres, entre los cuales haba espaoles, mulatos y negros, adems de 100 indios de aqulla." Esteejrcito ayud a la pacificacin de algunos pueblos tzeltales.Tiempo despus, los pueblos tzotziles tambin fueron sometidos.Para marzo de 1713, la paz se haba restaurado. Nuevas autoridades indias fueron nombradas en los pueblos, y los lderes cautivosfueron ejecutados y algunos exiliados hacia Guatemala y otrasprovincias. Lajoven lideresa huy con Sebastin de la Gloria hacia el norte, y no se les pudo dar caza.23 As termin uno de losmovimientos ms sangrientos del siglo XVIII, donde intervinierontodos los sectores de la poblacin chiapaneca del momento: losespaoles aliados con sus simpatizantes, entre los cuales se contaban muchos indios ladinos, pero tambin los mulatos y los negros,quienes hicieron una misma causa y reprimieron a la poblacinindgena. Dentro del movimiento indgena se ve a los negros y mulatos como parte del mundo que los hostilizaba y amedrentaba, yestaban fuertemente ligados a la imagen de sus opresores.

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  • Conclusin

    El estudio de la poblacin negra en Chiapas se inici recientemente. Hay una gran cantidad de archivos por explotarse, a fin de determinar si es posible ubicar e! lugar de procedencia de los esclavosnegros y contar con una aproximacin al volumen de esta poblacin que lleg durante la Colonia.

    Los negros y mulatos fueron muy temidos por la poblacin indgena, ya que muchas veces abusaban de las mujeres, adems deque en la economa de la regin eran mejor tratados que los indgenas." Este malestar fue generalizndose a toda la poblacin.

    Prueba de este sentir qued patente cuando en 1804 el Rey deEspaa envi una Real Cdula a las Indias para preguntar a losvirreyes, presidentes y gobernadores de las Indias y las Islas Filipinas, si era conveniente que en las provincias continuara el librecomercio de negros. En esta Cdula, el Rey mostraba preocupacin por que fueran protegidos los cultivos de algodn, ail, azcar y el reciente cultivo de! caf. Este documento lleg a la Capitana

    dionales, Mxico, VIII Mesa Redonda, San Cristbal Las Casas, Chiapas, SociedadMexicana de Antropologa, 1961, pp. 249-250.

    26 Ma. Eugenia del Vale Prieto, 01). cit.

    Sin lugar a dudas, este episodio de la historia de Chiapas, lasublevacin de los tzeltales, nos deja ver primero que la opresinde los indgenas dio lugar a uno de los movimientos mesinicosms importantes del siglo XVIlI. En este episodio de la historia dela regin, los indgenas son el centro del conflicto; stos fueronreprimidos brutalmente por las autoridades civiles y eclesisticasya que el xito de la sublevacin amenazaba el status qua, es decir,a la jerarqua civil y a la eclesistica. De haber triunfado, se habrapresentado un movimiento de independencia en la Iglesia, y noes remoto pensar que hasta una escisin, y dado paso a una IglesiaIndgena, adems de representar una fuerza importante frente alpoder civil. Para su control y erradicacin, las autoridades movilizaron a sus fuerzas represivas, entre las cuales se encontraban losnegros y mulatos.

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  • General de Guatemala y de all se trasmiti al ayuntamiento deCiudad Real.

    los indios son ms tratables, tiles y serbiles que los negros, y en talgrado humildes ... los inclios de rodillas agradecen la correccin ... noas los negros que lexos de humillarse abrigan en el seno de su cora

    26Archivo de Chiapas, Documentos Inditos de la Biblioteca Orozco y Berra, tomo Il,expediente 6, DEH/INAH.

    27ldem.28ldem.29 Idem.

    zn, y fomentan el rencor hasta vengarse aun en las personas de susmismos amos.29

    En la respuesta que las autoridades de Ciudad Real le dan adicha Cdula dice: "se deduce no convenir ni ser til la introduccin de negros en estas interioridades".26 Esta respuesta surga dela experiencia ante el comportamiento mostrado por negros ymulatos. As, el documento contina:

    La experiencia de estos patricios les tiene enseado que los pocos negros que han habido y hay lexos de ser utiles, son nocivos, porquesiendo de un genio altivo, y opuesto a la sugecin, no solo tratan deaplicarse al trabajo, sino que emplean todo su esmero en seorearsede los Yndios, que naturalmente les tienen terror, y por este medio lostratan como si fuesen de superior clase que ellos recordndoles lasfatigas, y entregandose a la olgazaneria.27

    Prosigue el documento aadiendo que, adems de este inconveniente, agregase el de su mescla con las Yndias- pues ningunyndio se casa con Negra y que las mezclas producto de estasuniones que eran los mulatos eran si no peores, "por lo comntan malos como sus progenitores".28 ste era el sentir general dela poblacin en los momentos que anteceden a la Independencia,que por otro lado, los que respondieron a esta demanda ms tarde fueron los actores de la misma. Argumentaban que, al contrario de la poblacin negra,

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  • Los indios, segn este documento, adems de ser serviles y humildes, tambin reciban salarios bajos:

    Como se puede apreciar el indgena quedaba en la escala socialmuy por debajo del negro, aunque hubiera habido pronunciamientos en favor de la poblacin indgena.

    Para finalizar podemos decir que despus de consumada laIndependencia, los negros y los mulatos se mestizaron totalmente, dejando en el olvido a esta poblacin que fue un actor ms enla historia de Chiapas.

    30ldem.

    se les paga un real diario y sin racin alguna; bajo este pie ningndueo de labranzas querr desembolsar su dinero para la compra denegros quando si el peligro que perdiendo por muerte en estos, u otrosmotivos, tienen sugetos de que servirse tan a poca costa como la que sedeja referida, y si aumentan los sueldos y alimentos desproporcionalmente.30

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  • EL RACISMO y LA EDUCACIN

    Lilian lvarez Arellano

    Estamos de acuerdo: el racismo y la discriminacin son males sociales destructivos de las posibilidades de desarrollo libre, creativo,justo y satisfactorio de individuos y sociedades. Entonces qu sepuede hacer por medio de la educacin, especficamente de la escuela, para luchar contra estos males, e instaurar relaciones sociales constructivas y liberadoras del potencial humano?

    Partamos de algunos puntos de acuerdo cientfico e internacional, los cuales forman parte de la Declaracin sobre la raza y losprejuicios socialesemitida en la 20 reunin de la Conferencia Generalde la UNESCO:

    * No existe nada en las ciencias sociales que permita afirmarque el racismo es un comportamiento colectivo que aparecefatalmente cuando dominan ciertos tipos de relaciones entregrupos tnicos diferentes. La pluralidad y la coexistencia deculturas y de razas en numerosas sociedades constituyen, porel contrario, la forma ms feliz de enriquecimiento recprocoentre los pueblos.

    * El racismo, que presenta varias caras, es en realidad un fenmeno complejo en el que intervienen mltiple factores: econmicos, polticos, histricos, culturales, sociales y psicolgicos. Slouna accin sobre dichos factores podr combatir eficazmente elracismo.

    * El racismo es con harta frecuencia un instrumento en manosde ciertos grupos para afianzar su poder poltico y econmico; sus ejemplos ms graves son el apartheid y el genocidio.

    * El racismo consiste tambin en negar que algunos pueblostienen una historia y en desconocer su contribucin al progreso de la humanidad.

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  • Los cientlficos reunidos por la UNESCO nos sealan que el racismo, fenmeno complejo, no es, sin embargo, una fatalidad.Como para muchos otros problemas que afligen al gnero humano, los cientficos nos instan a concentrar esfuerzos en los sistemaseducativos formales e informales para reforzar pautas en contradel racismo y a favor del bienestar y el desarrollo de las personas ylos pueblos. Adoptemos aqu la postura crtica que define a laciencia, segn la UNESCO.

    Para plantear el problema y las posibles contribuciones educativas para su solucin, deberamos tener una idea de cmo contribuyen a reforzar o combatir el racismo y la discriminacin las escuelas de nuestro pas.

    * Si bien el anlisis cualitativo de los fenmenos sociales permite ilustrar la reflexin sociolgica y econmica, puede servirigualmente a fines de exclusin y de segregacin. -La aplicacin de cuotas, de mrgenes de tolerancia, de numerus clausussobre una base tnica o racial debe ser denunciada cuandoviole los principios fundamentales de los Derechos humanos.Sin embargo, pueden tomarse medidas legtimas para compensar los daos infligidos a grupos menos favorecidos.

    * El reconocimiento de los peligros que suponen para la humanidad algunas aplicaciones de la ciencia no debe llevar aoponerse a sta sino, al contrario, a difundir entre la opininpblica una verdadera actitud cientfica, es decir una actitudque no sea una acumulacin de certidumbre sino un espritucrtico y una permanente puesta en duda. La lucha contra elracismo en todas sus formas necesita una amplia participacinde los cientficos en esa difusin, en particular mediante el conjunto de los sistemas educativos y a los medios de informacin.

    A manera de hiptesis, el Seminario de Estudios para la Descolonizacin de Mxico ha planteado que las semillas del racismo seplantan formalmente en el espritu de los nios cuando aprendena identificarse como mexicanos por su pertenencia a una raza, dela cual se le dice es mestiza, con dos y -desde la celebracin del 5Centenario - hasta tres races. El currculum, sin embargo, de-

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  • 2 En un estudio sobre el concepto de raza y el racismo, Genovs dice:"Desde un punto de vista cientfico el concepto de raza es bastante vago. Lo

    UN ESCO, en su 29il reunin de la Conferencia General, en su Declaracion sobre laraza y los prejuicios sociales, anota: "Todos los intentos de clasificacin ele la especiehumana que tratan de dar un contenido objetivo al concepto de raza se han efectuado partiendo de caractersticas fsicas aparentes. En realidad, ese concepto no

    fiende los conocimientos, creencias, actitudes y valores de unasola de estas races, la cual se vuelve la referencia. y en un efectoperverso, la educacin vuelve racistas a los alumnos contra s mismos.1

    El racismo se perpeta pues en nuestras escuelas porque en losLibros de Texto Gratuito se sigue utilizando el concepto de razapara explicar a los nios la identidad propia y ajena, a pesar de estareste concepto totalmente desacreditado tanto por su falta de cientificidad como por sus consecuencias nefastas.2

    1 Vase lvarez, L. Mexicanidad y Libro de Texto Gratuito. Mxico, UNAM.Seminario de Estudios para la Descolonizacin de Mxico, 1992.

    que s es muy claro desde el punto de vista biolgico es que todos los hombres queexisten en la actualidad penenecen a la misma especie, y que dentro de la mismahay variaciones individuales y de grupo. Algunas de estas variaciones de gruposirven de base para clasificar a estos grupos por lo que llamamos razas. Pero notodos los bilogos estn de acuerdo en cules son las caractersticas exactas quedeberan tomarse en cuenta. Algunas veces toman en cuenta reacciones sanguneas, el promedio de altura, la proporcionalidad de las extremidades del cuerpo,el color de la piel, la textura y el color del cabello o la anchura de la nariz; algunasveces slo algunas de estas caractersticas se toman en cuenta, mientras que enotras se aaden algunas nuevas. As pues, la seleccin de un criterio de clasificacinen parte es arbitraria. La clasificacin misma tambin es arbitraria. Los autoresdifieren con respecto al nmero de razas y subrazas que reconocen. De cualquiermanera, el concepto no puede ser esttico, debido a los constantes movimientosdemogrficos y a que constantemente ocurren mezclas. Se puede decir, pues, quela raza es un fenmeno biolgico de cambios constantes que solamente puede entenderse dentro de un contexto evolucionario, a travs de parmetros ambientalesy genticos que estn en constante movimiento. Incluso si aceptramos determinados conceptos de clasificacin, stos nunca nos permitiran encontrar una razapura, por ms que nos remontramos en el tiempo, ya que a todo lo largo de laevolucin del homo sapiens se han estado mezclando hombres de diferentes grupos.Las razas puras, en el sentido de poblaciones genticamente homogneas. no existen dentro del gnero humano". Genovs, S., Razas, racismo y el "cuento" de la violencia, Mxico, Comisin Nacional de Derechos Humanos, 1992. Por su parte, la

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    Seminario de estudios para la descolonizacin de Mxico

    Boletn 7 Chicomoztoc

  • Curiosamente, los otros pueblos y culturas se presentan en loslibros