boletín aleluya nº 108
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Resumen de activiades de la Parroquia Nuestra Señora de las Nieves de Calpe, DOMINGO 19 DE ABRIL DE 2009TRANSCRIPT
AÑO VI DOMINGO 19 DE ABRIL DE 2009 Nº 108
EN MEMORIA DE FRANCISCO DÍAZ ALBERT
“El Señor ha estado grande contigo y estamos alegres”. El día 5 de marzo de
2008, quiso abrirte las puertas de la vida, pero el 21 de abril dijo que convenía que
fuese Él quien te abriera las puertas del cielo. Y además argumentó varias razones:
que convenía que celebraras la novena del Cristo del Sudor, desde la U.C. I.;
que vivieras la pasión y muerte del Señor desde una cama del hospital;
que celebraras la Pascua desde la debilidad;
que el domingo del buen Pastor lo hicieras fuera de tu comunidad;
que vivieras el plan diocesano de pastoral: parroquia, familia, presbiterio, un
solo corazón, volcados hacia ti;
que te cerrara los ojos un compañero de arciprestazgo, y siguió dando
razones...
El Señor cambió tu suerte, la del 27 de enero de 1944, cuando tus padres Paco y
Adela te abrazaron en Pinoso, tu recordado pueblo. Allí comenzaste a crecer y a creer
en el seno de tu familia. ¡Cuántas veces recordabas a tu abuela Adela que te inculcó
la devoción a la Virgen del Remedio!
Tras cursar bachillerato, ingresaste en el Seminario de Orihuela, pasando a
Alicante y cursando en la Casa Sacerdotal 3º de teología, siendo uno de los que
estrenaron el Teologado de San Pablo en su 4º de teología.
Ordenado Presbítero el 14 de junio de 1970 en la Parroquia de San Pedro
Apostol de Pinoso, celebraste tu primera solemne Misa en el mismo lugar el 20 de
junio.
Despues de hacer el Convictorio en la Casa Sacerdotal de Alicante, con destino
pastoral en san Agatángelo de Elche, fuiste enviado por don Pablo Barrachina a
Finestrat, tu primera Parroquia y allí desde septiembre del 1971 hasta finales del
verano del 1979 permaneciste trabajando incansablemente.
Después te esperó Biar, y durante 11 años ejerciste el ministerio con dedicación
y la alegría que siempre te caracterizó, y desde el otoño del 1990 en la Parroquia de
nuestra Señora de las Nieves de Calpe. En Calpe, Ifach te recordaba que había que
mirar alto –altura de miras- a la hora de echar la red.
Constancia y fidelidad te acompañaron durante todo tu ministerio y has servido
a la Iglesia hasta el final. Como grano de trigo caíste desplomado al suelo y tu
muerte, estoy seguro, producirá mil frutos, en tu parroquia, en el presbiterio, en la
Iglesia Diocesana.
Durante tu enfermedad la Iglesia te ha guardado: tu familia, los sacerdotes, los
seminaristas teólogos, los diáconos, el pueblo de Calpe, de Biar, de Finestrat...
Aprendimos contigo a valorar el cuidado seguimiento a los seminaristas y la
amistad que tanto cultivabas, dejando amigos por todos los lugares donde viviste.
Canta con santa María, la llena de gracia, la que remedia nuestros males, ahora
que has atravesado las más altas nieves, la misericordia del Señor.
Ginés Ortiz Peñalver
A Paco Díaz, mi antecesor en Calpe:
Las cosas pasan como pasan. Cuando murió tu padre, yo estaba en Madrid, en las Jornadas de
Delegados del Clero. Como conocía tu sensibilidad con respecto a la amistad, te llamé por teléfono,
que era lo que podía hacer. Luego murió tu madre, y vine. Y recuerdo al montón de compañeros
que nos vestíamos en la iglesia antigua, que yo miraba encantado (¡ché, quina esglesieta més
bonica!). Y recuerdo que miraba después la iglesia grande y pensaba que así no la recordaba. Hacía
muchos años que no venía y lo que recordaba era otra cosa. Claro, yo no sabía que sufrió un
incendio y hubo que rehabilitarla. Y recuerdo, también, que se puso a llover, y continué pensando:
“un altre mal de cap per a ell; astó de arreglar la esglesia té lo seu...”
Para el 2008 estaba yo en Santa Faz-Monasterio. Era el 4 de febrero, el día de mi cumpleaños; hacía
poco que celebraste el tuyo, 64 años, y me sonó el teléfono. Eras tú... sin ser tú del todo. Querías
sonreir porque fuiste a la clínica de Neurociencias a que te reconocieran, y te encontraste con mi
sobrino Juan Lorenzo, uno de los que te atendió, y estabas como queriendo alegrarte porque te
atendieron con cariño, y me lo decías con tan pretendido entusiasmo que no parabas de hablar, y eso
era lo que te delataba (“¿qué li pasa a Paco –pensaba yo- que no el trobe bé?”). Claro, es que no
estabas bien. Después, aquí, he sabido que muchos te decían de ir al médico, y que tú decías “ja
aniré, cuan puga”.
Juan Lorenzo respetó la intimidad del paciente. Sólo me habló de ti cuando ya estaba yo en Calpe.
No sé si hiciste caso o te dejaste caer, pero cuando íbamos a poder pensar, para entonces, ya nos
llegó la noticia de que caíste. Fui a verte al hospital; abrías los ojos, sonreías, pero no hablabas. Allí
ví cómo estabas perfectamente atendido, no sólo por los del hospital, sino por tantas personas que te
conocían y te querían. Sí, Paco, te quería mucha gente, pero ¡qué mal educados estamos los curas
que nos cuesta admitir muchas veces lo más sencillo del mundo! Te querían muchas personas y
muchos compañeros que estuvieron contigo hasta el final.
El final. En el final estaba yo en Jaén, en una de esas convivencias con compañeros que sabes tú
que me dedicaba a hacer durante los ocho años en los que me elegisteis para serviros como
delegado vuestro. Allí recibí el mensaje de que habías muerto. Y allí lo comuniqué a aquellos
compañeros que se unieron a mi desconcierto, en una misa vespertina que no podré olvidar. Pero no
pude estar en tu entierro. Me lo contaron luego. Y, mira por dónde, luego tuvo lugar el relevo.
No estuve contigo físicamente ese día, pero voy estando contigo sin parar, porque tu presencia
aparece aquí y allá constantemente. Sabes que a veces hablo contigo; alguna vez incluso me he
enfadado, pero dura poco, porque te voy comprendiendo. Estoy en tu casa, en tu parroquia, con los
tuyos, en este pueblo que Dios me ha regalado para seguir tu misión; veo y toco tus cosas, que aún
están esparcidas. Y he visto tu foto en la lápida del cementerio. Aquí has querido que reposen
vuestros restos. Y aquí dormís vuestro último sueño.
Que el Padre de todo y de todos te abra las puertas del Paraíso. Y dile que aquí estamos, haciendo
lo que podemos con lo que dejaste. Hay mucho por hacer, pero lo bonito es que hay ilusión. Y fe.
Bueno, Paco, pórtate bien en el Cielo, que no me fío un pelo de S. Pedro. Tu coche funciona muy
bien. Vamos a ver si le sacamos rendimiento. Tengo mucho que decirte, pero ya lo iremos diciendo
poco a poco. Un abrazo, y hasta que nos veamos, si Dios quiere, que eso sí es seguro. Y saluda a tus
padres de mi parte y de la parroquia. Hasta siempre.
Paco
NUESTRAS NOTICIAS
ALELUYA
MOVIEMIENTO PARROQUIAL
HASTA EL DÍA 15-04-2009
Bautizos:
Han recibido el Sacramento del Bautismo:
Día Día 08-03-2009
Nuria Soler Ortiz.
Daniela Fernández Galán.
Día 10-03-2009
Emmanuel Rivera Candia.
22-03-2009
Candela Martínez Serrano.
Manuel Sendra Regalado.
Jana Vega Lara.
Estela Peñarrubia Porcel.
Nuestra enhorabuena a los padres y
padrinos.
Matrimonios:
Han celebrado el Sacramento del Matrimonio:
Hugo Pío Alonso Ruíz con Elvira Guirado
García (07-03-2009)
Eduardo Javier Obregón Zambón con Mauricia
Laura Medina (14-03-2009)
Nuestras felicitaciones.
Defunciones:
Han recibido cristiana sepultura:
Ángela Tur López (04-03-2009)
María González García (16-03-2009)
Rocío Villarrubia González (01-04-2009)
Trinidad Muñoz Heredia (02-04-2009)
Teresa Ferrer Avargues (03-04-2009)
Purificación Martínez Mauri (08-04-2009)
Francisca Catalá Devesa (09-04-2009)
Antonius L. C. Van den Bernd (13-04-2009)
Vicente Escortell Femenía (14-04-2009)
Nuestra oración ante el Padre por su eterno
descanso.
I ANIVERSARIO DE D. PACO
El próximo martes, día 21 de abril, a las
19:30 h. Misa en sufragio del alma de D.
Francisco Díaz Alber, que fue cura de esta
Parroquia.
NEOCATECUMENADO PARROQUIAL
Todos los jueves, al finalizar la Santa Misa,
habrá una celebración.
QUEDAN TODOS INVITADOS
CRISTO HA
RESUCITADO
ALELUYA