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© 2015, Amilcar Meneses

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[email protected]

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escombros

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Lo tristees quedar preso entre unos labios

en un mundo descarnado, crudo;

en que la eternidad corre al abrigo del plomo,

y las palabras no pesan más que un libro.

En la balanza del tiempo,

delicados escombros

opacan el paisaje

con sus signos:

dolor, muerte, nada.

Sólo bailar los ojos,

beber una cerveza;

algo más debe haber:

una voz entre las ramas,

un pozo de luz, al menos.

Lo triste

es esta deuda de intereses

en que nada me interesa,

y ni siquiera eso vale como sacrificio.

Pero es más triste decir lo que no dije

con un silencio enlutado,

y no con la euforia del beso,

de la carne, de la flor.

Triste

sería no embriagarse de dolor

en esta danza;

morir en el intento.

Más que una verga,

más que una víscera, no soy,

pero tengo noticias desde dentro:

me estoy pudriendo en vida.

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Si pudiera comprimirse la fe

me daría un pasón de Espera,

y no fumaría estos ojos de obsidiana

que se desangran al fuego.

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México

Seas tú nuestras AK-47;

válete de la granada y

de la piedra, para que

una sola cabeza caiga

sin orejas y sin lengua.

Seas tú el dinero impuro de

la cólera y el sida, el maíz

transgénico, y el cáncer.

El amor prefabrIcado de las

telenovelas arderá bajo las

urnas; tus papeletas elec-

torales, bajo el rating.

Todas las cruces de arena,

las visas falsas, la niñez

rota de los trenes rodarán,

sobre Reynosa y Tijuana;

sobre agujas y picaderos,

hasta el fondo de una fosa

común, hasta el fondo de

la zeta.

La mierda que aventamos

a los ríos, el aire que mata

pájaros en su eléctrica

caída; la turbina que inunda

pueblos, el aserradero

ilegal golpeado por las

flechas de los indios que

caen en la ira y en el

hambre.

A ver si con tu sacrificio

nos deja esta mala racha

de quinientos años.

A ver si con tu sacrificio

dejamos de tomar coca-co-

la, desacralizamos a las

vacas y a los elefantes

blancos. A ver si dejamos de

subir por este ra cacielos de

basura y cráneos.

Y aunque no alcancemos a ver

tu caída, espero nunca más

volver a sacrificar en vano.

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Camino a la perdición

Sufro de Taquicardia,

hemoglobina frustrada.

Me queda grande la casa-ratonera-lodazal,

así nombre el fracaso, el título.

Vomito malditasealavida’s,

pero mejoro. Tengo dónde vaciar:

mujer, lápiz, papel.

Ya no me sangra la nariz,

ya no me arde al vociferar.

Camino a la perdición:

ni el menor placer,

ni el menor sabor.

Debe ser que acabé con el mezcal;

no hubo un solo gesto de ternura en pie.

Fue como violar pero... ¿qué podía hacer?

Estábamos ahí, desnudos, de Chingatumadre’s,

Pendejo, Pendeja. La furia explota, ¿sabes?

Y se desgarran las nalgas,

luego vienen los hongos, las moscas.

No se vuelve la mirada un tiempo.

Es horizonte, llama frágil de espinas, el nido.

No hubo abrazo si no un meteoro, un cometa.

Lo sé porque dejó sus polvos en mi oído:

“Te quiero”.

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Gracias por llamar

Me hablas desde el fuego:

Hazme un hijo.

Entonces vienen el humo

y la ceniza.

Gracias por llamar -te digo-,

nos vemos cuando quieras,

pero no traigas a mis muertos.

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Veo morir a los frijoles

Veo morir a los frijoles,

lo que es peor: veo a sus fantasmas

comer, compartir...mierda.

Lo único que puedo compartir

son unos pedos de crudo.

Pero he firmado un juramento

bajo amenaza de ser feliz:

Aportar semanalmente

(a cambio de sábanas

calientes y limpias)

medio kilo de huevos,

dos litros de leche,

y un kilo de carne.

Era de esperarse

que engordara la casa;

toda está llena de cosas

por todos lados.

Lo único que traje fueron frijoles.

Pues bien,

la cama de hielo está negra,

como los fantasmas

que vi caminar hace un rato.

Y no soy más feliz que antes;

pero he firmado.

Ahora me queda ser valiente;

salir a la calle a tocar puertas,

vender la atalaya,

y unirme a los fantasmas.

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Minificción

Érase que te era.

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OlvidoLa elipsis

craneal

del entrecejo

me avisa

con su aguja

que he llegado

a nacer

en otro

hueco.

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Nunca

IAcuérdate:

yo te miraba a través del espejo,

y tú abrigada de frío.

Salía del vapor de tu boca,

mirándote a los ojos,

como desvaneciendo.

Entonces dijiste mi nombre:

nunca.

II

Yo te esperaba detrás del día,

como recuerdo conteniendo su asombro.

No me veías a los ojos,

saldrías a sacar copias

o a comer algo.

Yo esperaría en obra negra,

viéndote llegar tarde

a mi olvido.

III

El viento y sus retazos,

juntos; juntos los campos,

el agua junta; unidos a ti

por el otoño.

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Suicidio III(Que parezca un accidente)

A veces pasa

(como una contracción

de mandíbula de Thorton)

que parezca un accidente

la vida de los otros.

Desprenderse, sin embargo,

es una cuestión de tiempo;

después no habrá voluntad para nada.

Que parezca un accidente,

--yo sé que no hay remedio--,

que pase el viento y se lleve

esta gelatina imposible.

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Fin del mundo

Nunca

termina

esta ciudad.

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DueloLa vida

intermitente

de las flores

me recuerda

que estas lágrimas

también renacen

en el mismo

jarrón.

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Sueño

Ni por descuido soñaría en el metro

(la policía tiene orejas

en las estaciones del año).

No perdería el sueño en los hoteles,

donde ya no quedan ojos

ni secretos.

No me emborracharía de sueño en los bares,

donde las mujeres vomitan su cuerpo

y los hombres su tormento.

Nunca, por ningún motivo,

soñaría en los museos.

Las pinturas se derriten

en el bochorno de la distancia

y la publicidad.

Yo soñaría en el mercado.

En los gritos de futuro del tomate.

En la carne sin muerte de los hongos.

En el laberinto lácteo del quesillo.

Yo soñaría en el sube y baja

de los carteles amarillos.

En las pruebas de voluntad del aguacate;

y en los tacos del Pollo.

Lo que daría por soñar en los Viveros

bajo un esqueleto de cerezo;

ver correr a las ardillas, dueñas

del cansancio de los atletas y los amantes.

Sería espuma, agua de caña, juguito de piña

en La Meche; Flamboyán en Santo Domingo

(¿te acuerdas de Paulina?).

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El vino con marihuana,

las visiones de la ceguera,

la locura del floripondio...

¿Te acuerdas?, yo no.

No habría campanas verdes

repicando en la costa si no soñara.

Pero sueño,

porque ahí estás tú;

en el silencio de los ojos abiertos.

Y después de visitar museos,

viajar en metro,

vomitar en los bares,

confesar en hoteles...

Sueño, porque no como;

no puede ser comida este plato rutinario.

No bebo,

porque no puedo pagar mi entrada al infierno;

mis pulmones se han vaciado

en las canciones tristes

de los atardeceres.

Sueño,

porque me gusta salir de tus oídos,

entrar por tus manos

al sube y baja de las sábanas

(y en todos los sueños pareces irreal).

Despierto en tu cama.

Parece que nunca hubiéramos dejado de dormir

juntos. Pero estoy soñando.

Me lavo los dientes, me visto.

Me voy a soñar contigo a otra parte.

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Nunca vayas dos veces

el mismo día a la farmacia

para comprar drogas.

Recuerda que eres un

potencial toxicómano y

en una de esas, te curas.

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Química

El “no” es una de las

moléculas más pequeñas

que se encuentran en la

naturaleza de las relaciones

humanas.

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Co

ca

ín

a

Gramo de confeti

para una fiesta

de hormigas.

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Rutina 365mg.

Ayuda a combatir la esquizofrenia.

Formas de aplicación:

Cutánea.

En ayunas,

aplique directamente

sobre las comisuras de la boca.

Vías respiratorias.

Inhale profundamente y contenga el aliento.

Contraindicaciones y efectos secundarios:

La rutina es posiblemente insegura en dosis

muy altas durante períodos largos de tiempo.

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El fo

co ro

joW

hil

e we

fl ri

ght

over

the

love

fill

ed s

ea,

look

up a

hea

d,

i se

e dt

he

lovel

and.

..Jim

my H

endrix

Yo tenía catorce lluvias donde jugar a las escondidas ; sadidnocse sal a raguj ednod saivull ecrotac aínet oY

tenía dieciséis espumas de distintos olores ; serolo sotnitsid ed samupse siésiceid aínet

dieciocho nombres en un granito de arena , anera ed otinarg un ne serbmon ohcoiceid

veinticuatro noches para amanecer un día . aíd un recenama arap sehcon ortaucitniev

De pronto llegó la música : acisúm al ógell otnorp eD

madurando mi sonrisa , asirnos im odnarudam

agitando mis olas , salo sim odnatiga

bañando mi voz ; zov im odnañab

una pequeña isla...

-¿Qué es la música?-

pregunta el viento.

Es el trueno

meciéndose (un temblor, un

en su hamaca temblar, un temblor, un

de estrellas; temblar, un temblor, un tem-

un temblor blar, temblar, temblar)

bajo la saliva;

cierto brillo-

en los ojos,

agitados,

bellos.

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Era el día más feliz de nuestras vidas.

Te vi por primera vez

con mis ojos nuevos: cantabas,

un arcoíris te atravesaba el pecho.

Tus besos estallaban en códices magenta.

Era el día más feliz,

y estábamos muriendo:

nunca más nosotros.

Por fin: nada.

Por fin: sueño;

tocarse las manos con el cuerpo.

Yo me derretía en tus labios

como un trozo de papel,

como un hongo clavado en tu paladar.

Era un poema de lenta liberación.

Vivíamos en un templo maya.

La historia de la humanidad

estaba inscrita en sus muros vaginales

(lo bueno fue que tomé fotos

para que el mundo sepa

lo que podría caber en un ajo).

Vamos a revelarnos, mujer, como aquel día

en que fuimos inmortales,

en ese cuarto oscuro,

bajo esta misma lámpara de lava;

después tendremos todos los hijos que quieras,

primero vamos a morir un poco.

Éste es el día más feliz de nuestras vidas,

lo de ayer fue un simulacro... Todavía me quedan

un par de ojos nuevos para verte.

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El camino de los dioses

Me ha llegado una carta escrita

con fémures y cráneos. Un peyote

maduro, una póliza de garantía

--¿Así es como se despiden los años

abuela rosa?, ¿así lo liquidan a uno

de este juego?--.

Algo raro está pasando: el cascarón

de la palabra de la palabra se quie-

bra, quebrándose, queeebráaan-

dooose.. como cuuerda vocal.

Disparo mi pistola de rayos equis

en mi defensa, y en todos los retratos

hay neblina... Algo raro está pasando.

Un submarino viaja por las calles

de mi cuerpo. Las voces de

los pasajeros se retuercen

sobre tonos esqueléticos.

En la primera plana de los diarios

anuncian el suicidio masivo de

leyes y laboratorios; eutanasia

gratis para los lisiados, para los

sin cariño, para los atormentados

y los pobres, para los que no podehmos

viajar al Tibet, ni a Huautla, ni

a Real de catorce.

Me siento increíble, Ganesha,

Cosijopí, Abuelo venado. Me siento

increíble,es sólo que estoy atrapado

en una de siete dimensiones

que antes no veía.

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Acabo de matar a mi familia;

dejé la escuela; mi novia me dejó

por engañarla.

Estoy bien, es sólo que me e ncontré

a mí mismo.

No era musgo, si no moho con que

cubría los cuerpos de las mujeres.

Tocaba a sus puertas con libras y

canciones. Confabulaba arreolí mos

todas las noches, antes de dormir.

Nerudeaba y Borgía. Yo era otro,

todos los hombres que admiro.

Me ha llegado una carta, un giro

postal, un cheque en blanco ¿De

dónde será este sello, esta estampa

de filatelias dactilares?

Esto es todo: (un pedo) un perfume

de muestra incendiario. Colgar

los zapatos, tirar la toalla,

estirar la pata, pie de página,

nota al margen... ”Un pedazo

de tierra y agua, esto es todo”

--decía la carta--.

Pues si esto es todo, yo escojo lo

contrario. Agarro mi mochila, los

hombros donde lloré, las tetas que

me amamantaron; las envuelvo con

ésta sabana amarilla, con esta

misma carta.

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Me voy de regreso por las palabras rotas,

por las promesas que no se hicieron.

Yo me voy cantando, por el camino

de los dioses, las glorias de la nada.

Saldré a la vida por el umbral de otro

cuerpo, mejorado. Mineral, vegetal,

acuoso. En una lluvia de estrellas,

viajaré como primavera errante, de

planetas y cáscaras. En la carne de

las flores estará mi carne, cada vez

más joven, madurando otro cuerpo.

En los papiros volcánicos de otra

galaxia contaré la historia de

los mortales. Mandaré postales

ultravioleta y microbuenasondas.

No me esperen esta noche, no traeré

serenata. No me esperen en la casa;

si quiero estaré con ustedes, en el

moho y en el salitre; si se caen las

cosas, si se tropiezan, si alguien

los mira a los ojos como viajando...

Yo estaré con ustedes, --cantando las

glorias de la nada--, porque es lo único

que me queda de esta carta.

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El perfume

Compañía errante es el olfato,

vidrio gemelo del vidrio,

mercurio asomándose al espejo.

Las esquinas cargan panales

donde acuden a dejar su néctar,

las narices que al día rascan

su polen de luz y de cueva.

Dulce es el vicio y la carroña,

cuando rondan los chacales.

“¿Dónde termina el perfume?”,

--nos preguntamos--, y sin saberlo,

se es invisible, casi hueco.

Es lamentable, sin embargo,

quedar atrapado en un pedo.

Pero qué victorioso es huir

de su cárcel, ileso.

Lo más hermoso del perfume

es cuando se desviste en jugos

de mar y de concha.

Basta cerrar los ojos,

para que una almeja

se quite sus guantes

de sombra.

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Canción

Si algo pudiera quedar de esta alegría.

Una canción inmarcesible

que al oírla contar nuestras vidas

iluminara adioses como puertas,

o lares, donde volver a cruzar los dedos;

o abrazarse y abrirse al cristal de los días;

o trenzarse cuarzos y ventanales

en un solo movimiento muscular de años

(extendiendo el espejo carnal, casi sonrisa),

de una permanenciainvoluntaria, incontenible.

Si algo pudiera quedar,

que se quede, y si no,

que no quede huella,

¿qué no?

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Holones

A través de mi pasan las nubes

como borregos diminutos;

que se convierten en letras

que se agigantan como versos

que se convierten en nubes.

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LAÚLTIMATRIBU

NÓMADA

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Pitu Nisiaba* Arcanas melodías anuncian la alborada de la historia. Gabriel López Chiñas¡CARRETA GUIÉ’,

CARRETA GUIÉ’…!

Así despierta mi pueblo,

así termina la vida.

Un caparazón renquea con sus muletillas.

La piel de un huanacaztle vibra,

la garganta degollada de un carrizo.

Las notas amarillas ruedan,

los hombres que no envejecen

siembran sonrisas.

Para reuniones pequeñas,

para las muchedumbres,

para el aviso oportuno

de buenas noticias.

Para la denuncia.

Cuando nos rebelamos.

Cuando perdemos,

cuando ganamos.

Ahí están.

Hay que llamarlos

con un poco de comida.

Con vastísimo licor

para aclarar la garganta.

Ellos, los maestros,

los amigos, tienen un don

que admiro: son libres.

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Indígena*

Este camino conduce a la ciudad

y no maneja con cuidado.

Todo es rápido,

hermético,

bilingüebilingüe

.

¿Qué pues de los ancianos?,

pioneros de una nación inconclusa.

Indígena la beca.

Indígena provincia hecha a mano.

Indígena redención para líderes y castradores.

Indígena en cualquier parte.

Poderoso, nuevo, apalabrado indígena.

Yo soy etnónimo de Binnifashion

y me río de sus costumbres forzadas.

Tengo amigos que me esperan

en la ciudad con un trabajo sencillo

y palabras nuevas.

No hay amarres para mí;

no tengo hijos ni deudas.

Nací pobre de espíritu,

enfermo de días.

Todo lo puedo.

Aquí afuera soy otro.

Si hay que matar, mato;

si hay que morir, muero;

pero no esperen los de mi pueblo,

--y no esperen demasiado--,

que yo regrese, feliz y radiante,

como todos los indígenas exitosos.

Estoy demasiado ocupado

domesticando ciudadanos.

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Río de los perros*

Como tantos,

yo también pesqué mojarras

y jugué a los argonautas

en sus aguas.

Entonces flotaban cadáveres

mirando al cielo, panza arriba;

pero yo no sabía.

Alguien cubrió mis ojos y mis manos

para evitar contagiarme de saña y horror.

Luego, acaricié mujeres

que dejaban escapar peces,

para jugar con mi nutria.

Embebidos de yerba coloreamos el río.

La arena corría tras nosotros,

en una persecución de sueño,

burlando la justicia del alcohol y la fiesta.

No imaginé volver por la noticia:

“Encuentran sirena flotando en el río”.

La cabeza degollada,

el huipil roto,

la Flor, destrozada.

El hijo de la chingada se fue a la capital.

Pagó el silencio con amenazas.

Ahora el sol toma su asiento

como una carcajada.

Bebe conmigo, a mi lado...

Es la hora de los perros

rabiosos.

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Muxhe*

¿Ya no te acuerdas de mí?

Soy yo, el que iniciaste al fuego.

“Tú me olvidaste, cabrón,

pero chúpale, bebamos

de la misma botella,

al cabo conozco tu saliva”.

¿O eras la señora gorda

que me vestía de pequeño?

“Ni un gramo de grasa tenía,

¡todavía no me salían chichis!”

Quimera bicéfala,

madrepadre,

dos caras tienes:

una bebe, la otra arrulla.

Al menos preséntame a tu amiga,

la de las nalgas paradas…

¿Que no le gusto?,

pues qué apretada.

Pero a lo nuestro,

bebamos y comamos gente:

“Esa de allá es bien puta”.

¿Qué hiciste de mí;

un poeta, un macho, un puto?

“No mi amor, no digas eso,

no le hagas caso a ella, yo te quería;

te bañaba, te peinaba”.

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Ven acá,

dame un abrazo

y no me arruines la noche,

bien sé quién eres.

“Yo te quiero, corazón,

no le hagas caso a esa,

ella también abusó de ti”.

Bebamos, chupemos, bebamos…

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Chituguí* Para Alejandro Cruz M.

Chituguí llegaste tarde,

montado en la tortuga transparente,

fumando una pintura de Magritte.

¿Tan dura es la palabra?

Escombro y papel quedó,

toda la calle huele a ti.

Pensamos que algún mensaje traías,

ahora sabemos que sólo volabas

y que desde entonces nadie ha volado

como tú.

Ella te extraña, ¿sabes?,

cada dos hijos me habla de ti:

“se conocieron en un parque,

andaban sacadísimos de onda…”

Tan dura es la piel,

cuando se grita ¡Basta!

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Chapiada Oreada* Cintura abierta por el frente,

nariz radiante entre espinas,

hoja metálica de agua.

Entra, sale, canta,

caanta: ¡Aaahhh!

Chapiada oreada:

cuando la carne se sala comedora, acogedora

revelada cueva blanca, la gracia, la gracita.

Lo sabroso de tocar los días con la piel

abierta de mares, airosa de piernas

aladas; y otra carne olorosa, ovalada,

ovulosa, nos toca. Nos amarra a su cuerpo

como un resorte al pescado. En una palabra:

¡Chapi! ¡Chapi! ¡Chapi!

Relamido el cuero, afeitada la enagua:

chapiada oreada.

Lo único hacible cuando no hay nada que asir,

si no una mujer, un hombre, un muxhe. Sobre

un catre, una hamaca. Bajo el sol de la tarde,

un día cualquiera, en que no pasa nada.

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46

Tagana*

La noble tradición de transformar caderas

y muslos en ocarinas y teponaztles,

nació con la necesidad de la danza,

de musicalizarse.

Así fue como rústicas manos orfebres

bruñeron, curtieron, tallaron y cocieron

delicadas noches de filigrana

Algunas han sido más exitosas que otras.

A veces no hay las herramientas adecuadas.

A veces no hay la leña suficiente.

En ocasiones el sol y el viento

sorprenden por su abundancia,

o por su ausencia.

Un par de aves y de ranas

burbujean y graznan.

Una iguana se desliza

entre las ramas crujientes.

La cigarra ordena y recorta

fragmentos de cielo.

La tierra huele dulce,

tiemblan las ascuas.

Una mujer despierta en medio del escándalo.

Ya despertaron las flores.

Comienza a fluir el humo de las casas.

Una huella en el suelo se desdobla.

Una canción de fiesta la acompaña.

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47

Cuba (Pozol)*

IDe todos los cristales que pude hacer ámbar,

sólo uno contuvo mis nubes intactas.

Eternamente sediento, enjicarado, fresco.

IIUn niño de masa ha devorado

los tomates del morral:

dejó sus huellas en cada trago.

IIICuando iba al mercado con Na’Rosa,

cuando la esperaba volver de la charla

y la risa (y los regateos);

todo valía la pena para mis cortos años:

tres pesos de pozol, una mirada buena.

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48

Binnigulaza (Ancestros)*

Antes de mí, el mundo;

quienes lo hicieron posible,

frágil, violento;

como crujir de ranas,

como gruñir de celos.

¡Antes de las manos y antes de los huesos!

¡Antes del mundo, luz mojada, antes de ti!

Una mujer y un hombre;

y antes de eso:

un brindis, --antes, un beso--.

Después la ropa,

después los vellos.

Luego la tierra

y su esqueleto de agua.

Atrás la nube.

Delante la sangre,

delante el grito.

El cuerpo (el molde),

toma lugar entre la piedra y el río.

Un cascarón de voces abandonado...

¡Los ancestros han nacido!

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49

El rapto*

La futura pareja se bebe de las manos,

se embriaga de vellos;

volando entre sus piernas,

mordiéndose perdidos

a través del cerrojo.

El espejo, como un falso mar,

grita sus nombres:

¡dios se parece al pegamento de las olas!

La pareja se conoce

en el abril de los secretos

--pueden o no fumar hojas de guie’ xuba--,

pueden o no secarse en la hamaca,

pero no pueden evitar incendiarse

con las yemas de los dedos.

Son dos o ninguno,

son araña o son hilo,

un corazón y su frente;

jaguar con escamas,

serpiente elevándose

sobre sus cuatro patas.

Vestidos del otro,

conjuran el hechizo de la muerte.

Una estrella se desploma,

castillos de silencio se riman

en coros de carrizo,

pero la pareja quema un beso,

y en la pólvora del viento,

sale de su laberinto.

Llegan a la sábana desde la sangre;

--guendaranaxhii-- le llaman,

a ese nuevo mundo en que el otro

es su propio destino.

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50

Lotófagos*

Sentados en el añil

de una sólida nube,

trenzaban sus raíces

un par de lirios hambrientos.

Así como el día se evapora

--con la angustia temblando

en el fondo de los ojos--;

se comían, en silencio.

Carne blanca y carne rosa

adornaban el mismo cuello

cortado por la cintura,

maniatado.

Era el milagro de comerse al tiempo;

una sola humedad floreciente,

un rito vegetal iniciático

(porque después del perfume hay muerte).

Era un calor efervescente

en las manos de los niños;

flechas vespertinas y diurnas

que cambiaban por monedas.

Mudubina y Stagabeñe...

al fin solos...caníbales.

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51

Na’ Rosa*

Polvo ojos de madre,

renovada estrella,

así vuelves al fuego

(en tu corona de flores)

junto al copal.

Cortamos leña en el patio,

secamos las hojas para los tamales.

Chamizo era la boca de la casa

recibiendo las velas...

Abrimos camino, juntos,

en esta tierra pisoteada,

cuando nuestra risa se vistió de negro.

La rabia fue una extraña lucidez,

y luego una sombra nos trajo

este silencio sagrado.

Ya no más lágrimas,

ya no más gritos de bronce

ahumando la noche.

Aquí descansan tus días,

nada te falta: luz, agua, viento, sol.

Para nosotros el mole,

para nosotros la cerveza.

Nada nos falta Na’ Rosa, nada.

La sangre nos hierve ante la injusticia

y tu voz nos llama a cruzar fronteras,

como nos enseñaste en vida.

Seguimos pues,

como si en tu ausencia

el maíz de la nostalgia

madurara en un buen sueño

y no en angustia.

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52

La casa cambió.

De sangre firme la base

y una enramada de tiempo,

son ahora los rumbos de nuestra esencia.

En tu honor la fiesta de los años.

El color amargo de la noticia de tu muerte

hizo viajar a músicos y cocineras

que te agradecen y reclaman.

Hasta aquí palabra dulce, ahora:

el recuerdo.

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53

Xhandú*

IOctubre es un caracol.

Cada portal de palma que uno cruza,

conduce a otras casas y a otros años.

Uno peregrina y descubre que, al final,

otro Octubre arremolina.

IIDe lejos vienen

los más cercanos extranjeros:

sangre, fuego, llanto.

IIEn el suave sacrificio del maíz,

vive un dios petrificado.

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Exilio

Volver al pueblo... ¿Cambia algo cuando

me voy? La fachada de las casas y los comercios

permanece inmóvil en su frag lidad de

utilería, como una película de cine del

oeste, de un “guetabingui western”*.

Así era mi pueblo la última vez que

me fui. O así encarnaba en el exilio.

Podría volver a mi estado salvaje o podría

continuar, --como los hombres de aquel sitio--,

por un rito iniciático. Entregarme totalmente

a una sola mujer con quien compartir el resto

de la función. Tomar alguna tierra --de otro--

reclamando: “este satélite de la pobreza

es mío”, como diezmo para una secta política

que sacrificara a sus miembros.

Tener hijos en mi pueblo. Ofrecerlos, al instinto

feroz de los alcohólicos. Ofrecer su infancia

como un muégano amargo y solitario.

Morir en mi pueblo. En la frontera, entre

el panteón y el basurero. Una cruz de madera

con mi nombre y fecha de caducidad que

anuncie --por las flores de temporada--

el espíritu mártir y trasnochado, pendiente,

de la semana santa...

A lo mejor no pase todo esto y permanezca

en el exilio; o recuerde con nostalgia que,

amé, odié, y fui feliz en mi pueblo, sin razones

para volver, sin razones.

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La última tribu

Se bebe, se enerva, se

olvida. Se agita el corazón

al mismo instante en que

se baten las alas del

olvido. Porque no se es

en otra parte. Nacer y

estar al mismo tiempo; en

el lugar que conjuga las

más profundas heridas, y

los sueños más hondos.

La última tríbu es nómada.

Halla su lengua en la

lengua que besa, su

aliento en el que respira,

su mano en la tierra

que trabaja.

Hunde sus raíces sin fin.

Desmorona y afianza; chupa,

humedece, penetra; recibe,

simultáneamente, la doble

hélice que teje sueño en

la vigilia.

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Entretenery no tenerni pa' comer

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Amor venéreo

Descubro en el espejo

un lunar nuevo...

Sin duda es psicosomático

(debo haberme contagiado

de esa enfermedad

que contraen los poetas).

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Tempo

Appassionato e morendo

Entre besos

hilvanan el tiempo.

(En silencio)

Acontece el olvido

despojado de recuerdos.

Ingrávido aroma crepuscular.

Scioccato e focoso

Aunque huele a viernes,

no es más que una mujer

con cara de sábado.

Adagio nuclear

Primero vemos el sonido,

(estridente quemar amargo)

sorber el primer trago

en los lindes de la muerte

(el último azul).

Pronto vendrá

el horrísono,

--vestido, floreado,

impoluto--, a lubricar

su epitafio.

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El ingenuo infausto sueño del Fauno aflora

En las arterias del monstruo,

espesa fluye la sangre

con sus oleajes de cuatro cilindros.

Aúllan las trolefocas,

berrean las microllenas.

La escasa carne fresca que le resta a

la bestia

es devorada por el gusano de metal.

De olfato fluorescente y vista gorda;

torpe acecha, sigiloso entre las tumbas.

No reconoce su voz

(¿alguna vez la tuvo?).

Ebrio, y con las vísceras de fuera.

Sincopado el corazón,

crudo,

anuncia un nuevo día.

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El arte de la fuga

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Clasificados

Se fía céfira zarabanda

vagabunda frenética

para homúnculo furibundo

sonoramico y faquir.

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Tiffany

La puta no se acordaba de mí.

Yo, sin embargo, tengo grabado

su rostro en los oídos.

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Cosas

Si estás esperando al amor de tu vida,

se acaba de ir...

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Cómo frustrarse fácilmente en 10 simplespasos (Se requiere haber cursado al menos12 años de educación escolarizada)

1.- Exija un aumento del 30 por ciento de

su salario.

2.- Compre la sala más bonita de la mueblería.

3.- Use la ropa interior más sexy de su clóset.

4.- Vaya a una discoteca y mantenga una

conversación con el hombre o la mujer

más apuest@ del lugar.

5.- Llame a su amig@ más cercana y dígale

que l@ ama.

6.- Llame a su “ex “a las 6 de la mañana.

7.- Escriba un poema sobre verduras.

8.- Planee un viaje de placer al norte del país.

9.- Organice una reunión familiar.

10.- Hágase pasar por loco (sonría en

la calle, recuerde los momentos más

graciosos de su vida, pregunte

intimidades, invite comida y bebida

a sus amigos, lea un libro de ciencia-

ficción, converse lo más que pueda

sobre la muerte, de consejos).

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Me gustan las feas.Las nalgatelas crepusculares

como corazón de agave reposado,

sulfurino.

Su canto no embelesa,

ni deslumbra su belleza monstruosa,

si acaso se les mira.

El misterio del aquelarre

entre suspiernas, es equivalente

a la desesperación de un lisiado

tratando de romper nueces.

Los hombres que las abandonan

acentúan su felleza.

Y amarlas en la sombra

perfila su anonimato

(nadie ama con tanta clemencia).

Sus cuerpos atléticos,

grandes, o menudísimos;

parecen robles, o fideos,

pero ninguna es igual.

A ellas, sin embargo,

les gustan los mismos que a todas

(nadie busca un poeta por espejo).

Que vayan, pues, y amen a los cirujanos,

y a los políticos. Y que regresen,

vencidas por una cruda fulminante.

Que suban al primer pegaso que encuentren,

reinas de paraísos putrefactos,

con la voz ronca y desaliento.

Total, la victoria las hace menos bellas.

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El grito (postal)

Ni alma,

ni esperanza,

ni soledad

recorren las calles,

sólo tortugas pétreas,

ciervos, cuervos férricos,

y un chingo de militares.

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Examen

Rellena las oraciones con las letras

faltantes.

1.- La _ _ _ _ _ _ _ción

madura con los _ _ _ños.

2.- El _ _ _ verso es un lugar silencioso

aunque esté lleno de _ _ _ _ _ _as.

3.- ¿A _ _ _ _ _ lleva el acento?

4.- ¿Cuántas _ _ _ _as

caben en una “_ _ _ _ _ _ _ _a”?

Subraye la respuesta correcta

Un momento cabe en:

a) Dos puntos.

b) Dos palabras.

c) Nueve letras.

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Amnesia

Momento,

el tiempo

me ha perdido

para siempre.

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71

Para continuarmarque la tecla-gato.Biiiip...

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Incienso

Estambre,

canela rota;

destejida mano

peinada de tierra.

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Las cosas Para Loan

Las cosas se regalan;

se entregan a la embriaguez

de las migajas y el celofán.

Caben en los centímetros

y en los cántaros;

adornan el mar inexistente

de los temblores,

y se adhieren a las palabras

como un cinturón de manos diminutas.

Las cosas se regalan

en su único cumpleaños;

casi parecen niños

haciendo travesuras y tormentas.

Y cuando el ajedrez vegetal

gana la partida al cemento,

las cosas se visten

con su nueva gloria.

Con su moño araña,

las cosas se regalan,

conteniendo la sorpresa,

atrapadas en su sólido grito,

y en su peluda llama.

Las cosas se regalan

y se riegan de confeti;

cuelgan peces globo en la arena,

rompen huevos de harina y oro;

y el tiempo se lo quedan, celosas,

en el alma.

Si yo regalara cosas,

regalaría crayolas,

porque la pólvora del silencio

explota en burbujas de colores.

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Si yo regalara cosas,

regalaría aspiradoras

con galaxias en sus entrañas,

y bocas intercambiables.

Pero las cosas se regalan,

y uno se envuelve de ellas.

Te traigo mi cuerpo nuevo,

por ejemplo, para que lo abras.

Soy una casa de palabras,

para jugar a los abrazos;

soy un punto y seguido

para las oraciones y el rezo.

Soy contigo, hijo, amigo, hermano,

para jugar a la vida,

--soy el tío cosa--.

Las cosas se regalan,

como la belleza y la memoria;

sólo hay que caminar un poco,

hasta encontrarlas;

mirar atentamente su voz ronca,

invitarse uno mismo a su fiesta de olores,

ponerse el sombrero de fina palma

y el traje rojo.

Y como las cosas no tienen patria;

habrás de regalarles desiertos estelares,

y escorpiones, y vírgenes de plata.

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Nubes

Voy a recortar nubes

con mis tijeras oculares;

--cosecharé petirrojos--,

al viento voy a podarle las cejas.

Desde las orejas hasta los bigotes;

esta cama tiene cara de Fluffy

(es un buen nombre para una nube).

Sobre su espalda sube, temblando,

una escalera hasta un nido vacío.

El huevo se ha roto,

y un animal de tiempo

vuela en círculos

y en ombligos de luz.

El color tiende sus antenas

para captar nuestras señales,

pero la única imagen que capta

es la del espejo.

Cálices de memoria y piedra

se acarician en el pasto.

La vejez corre un maratón de angustia:

una tortuga vuela.

Tanta tela de espuma hay en el cielo,

que la arena se confunde y se desviste,

y se abraza al ademán de agua,

como lavándose el terciopelo.

La mujer blanca de ojos verdes

saca a pastar sus cabras.

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El ángel azul lleva en sus alas

broches de cangrejo y mojarra.

Un ojo triangular,

un laberinto inefable, nos mira

desde su trigal de ámbar.

He salido a cortar nubes,

pero no encuentro los hilos

para zurcir estos paisajes;

en cambio, la tinta, teje

retratos tridimensionales.

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Vaquinoccio

Abril se adelantó con sus espinas.

Me sepultó en el ecuador exponencial

de la cebolla. O rosa vacuna, como se

prefiera. La figura todo lo desagravia.

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Apología de la monogamia

Hace tiempo, la pareja era una excepción

en la especie. Lo normal era ser nómada... y ser

devorado por algún tigre. Por eso, para

adelantarse al trágico fin (para morirse de una

buena vez) aquellos humanos copulaban

masivamente en el aire, como enjambres; bajo

tierra y agua, como armadillos o peces.

Haciendo hasta lo imposible por llenarse

la piel de faunitas y flores microcósmicas

que, poco a poco, los bestificaran.

Las parejas, en cambio, trenzadas por un

solo temblor, borraban la eternidad estéril.

Y no es que tuvieran hijos o dejaran de

tenerlos; es que en su soledad sobrevivía

la tristeza como una especie de muerte

permanente y agradecida.

Lo común en aquel tiempo era una brevedad

marchita: lo que un día el corazón agitaba, en

laresaca engendraría calendarios y agriculturas

(la civilización, al cabo, está hecha

de sobrevivientes).

No eran de admirarse las parejas... Luchando

contra el olvido, con la mirada puesta en

las costillas de caracoles esqueléticos.

En fin, los días pasaron excepcionalmente

y las parejas continúan abrazadas.

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Elcariñoes una

gotera

en la

mirada

por

donde

se

cuelan

nuestros

cuerpos,

llenándose

de casas,

llenándose

de templos.

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Ítaca

Figúrese un hombre,

unos retazos de tela como fibras del alma.

La voz de un niño muerto le habla desde lejos;

algo está caliente y brilla.

Llega a su celda, al aire libre,

--una piedra gluteiforme y cóncava--.

Una cortina de humo le abriga.

Una vez más, vació las manos sobre la tierra.

Ahí siguen las puertas que se abrirán en par

cuando haya vuelto al pueblo que lo vio partir

sin su espejo.

Figúrese una noche, una sonrisa llena

y sin raíces.

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Inventario

Ellos no existen, estiban; erigen anaqueles.

Al pan dan el peso de un dios, y a la tortilla

el sobrepeso.

En las vitrinas enjuagan reuniones y con-

ferencias. Son superiores las ofertas que

promueven: se aceptan tarjetas de crédito

y vales de despensa.

Sus aptitudes se limitan al dominio del coito

y la respiración. El cuerpo para ellos es una nave

en la que escobas, martillos y botargas (tal vez

ésta sea otra nave), se desenvuelven y existen.

¿Alguien se ha preguntado dónde nacen

los clavos?; ¿o cómo terminan sosteniendo

la columna dorsal de una bodega?; ¿por qué

el mundo parece habitable cuando tiramos

toneladas de basura?; ¿cuál es la verdadera

identidad de esos héroes en éxtasis de

las plazas comerciales?

El mundo les exige con dureza;les precisa

para concentrar pedidos en sucursales,

donde otros como ellos nunca han visto

a sus iguales. Son una rima ripiosa que,

de tener buen oído, apagaría la bocina.

Es un crimen su inpresencia, pues, se puede

faltar, pero se debe existir. El cero, por

ejemplo, es el rey de los bancos; y el libro

que sostiene religiones (y códigos) remata

barrocamente la cuadratura del cemento en

que reposa...

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Pero existe, se puede nombrar, mencionar

en la conversación, transmitir a través

de los satélites de tiempo que llamamos

escuelas.

¿A quién le interesa un piso que no produce

antigüedad?, ¿o el efímero corte ransversal

de un jamón?, ¿o el botón pupa permanente

de una máquina de refresco perenne?

Son la fuente de alienación, el abrelatas

de la saciedad.

¿Lo que existe?:

El baile de los niños,

el salario común de un pozole,

la botella de una misma sonrisa,

la botana sub-acuática de un beso;

una invitación:

sin) firma,

ni) huellas digitales,

ni) referencias.

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NOTAS

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Pag.39.- Pitu nisiaba. Gruposmusicales de flauta ytambor” que tocan en las fiestas del Istmo de Tehuantepec.

Pag.40.- Binnifashion. Neologismo de micreación. Binni: gente + Fashion:moda = Hipster.

Pag.41.- Río de los perros. Nombremoderno del “Guigu Bicunisa”, Río de las Nutrias, que desciende del nortedel Istmo y atraviesa algunos pueblos,como Juchitán.

Pag.42.- Muxhe. Transgénero. Transexual.

Pag.44.- Chituguí. Así se le conoce al ave Cuculus Canorus (cuco común) de la región del Istmo. Al poeta Alejandro Cruz Martínez, de la ciudad de Ixtepec, se le conoció como el “poeta chituguí”.

Pag.45.- Chapiada. De “Chapiar”, derivadodel verbo “Guendariapi”: fornicar.

Pag.46.- Tagana. Acosador(a) sexual.

Pag.47.- Pozol. Bebida refrescantehecha a base de maíz molido.

Pag.48.- Binnigulaza. Los antiguos zapotecas. Por extensión se refierea los tepalcates, generalmenteantropomorfos, que aquellos crearon.

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Pag.49.- Rapto. Ritual simbólico en que la pareja “huye” para poder casarse. Guie xhuba. Especie de jazmín endémica de la región. Guendaranaxhii. “Amor”.

Pag.50.- Mudubina y Stagabeñe, Leyendazapoteca cuyos personajes encarnana dos especies de lirio nativos de la región del Istmo de Tehuantepec.

Pag.51.- Na’ Rosa. “Señora” Rosa. Títuloque se otorga a las personas mayoresen señal de respeto.

Pag.53.- Xhandú. “Todosantos”.Festividad que se celebra (al contrariodel resto del país), durante losúltimos días de Octubre en las casasde los recién difuntos (a partirde tres meses).

Psg.54.- Guetabingui. Especie de tortilla de maíz horneada con camarones adentro.

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La primera edición consta de ejemplares.

México, 2015

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