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BIBLIOTECA DE MÉXICO
NÚMERO NOVENTA YTRES MAYO-JUNIO DE 2006 • $35.00
PLAZA DE lA CIUDADElA 4, CENTRO HISTÓRICO
DE lA CIUDAD DE MÉXICO, CP 06040,
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CONSEJO NACIONAL PARA LA CULTURA Y LAS ARTES PRESIDENTA SARI BERMÚDEZ
DIRECTOR GENERAL DE BIBLIOTECAS jORGEVON ZIEGLER
REVISTA BIBLIOTECA DE MÉXICO
DIRECTOR FUNDADOR: JAIME GARcfA TERRÉS t DIRECTOR: EDUARDO LlZALDE
EDITOR: JOSÉ ANTONIO MONTERO
EDITOR ASOCIADO: MARIO BOjÓRQUEZ
SECRETARIO DE REDACCiÓN: JOSÉ DE lA COLINA
CONSEJO DE REDACCiÓN: JUAN ALMElA, FERNANDO
ÁLVAREZ DEL CASTILLO. MIGUEL CAPISTRÁN,
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VíCTOR TOLlEDO Y RAFAEL VARGAS
PROMOCiÓN EDITORIAL: MIGUEL GARCíA RUIZ
DISEÑO: PEDRO A. GARCrA c. ASISTENCIA EDITORIAL: MARINA GRAF
Y ANDREA DEL RAZO
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IMPRESiÓN: GRÁFICA, CREAllVIDAD Y DISEÑO, SA DE C.v
PORTADA: SARTRE DISTRIBUYE SU PERiÓDICO LA CAUSA DEL PUEBLO
2A DE FORROS: SARTRE CON SIMONE DE BEAUVOIR EN CUBA
4A DE FORROS: SARTRE ORADOR EN UN MITIN AFUERA DE lA
PlANTA RENAULT
lAS IMÁGENES QUE ILUSTRAN EL TEXTO SOBRE JEAN PAUL SARTRE
PROVIENEN DE LOS LIBROS QUE SE INDICAN RESPECTIVAMENTE
CON UN SIGNO DISTINTO:
,+ FRANCOIS NOUDELMANN,jEAN PAUL SARTRE. ASSOClATION
POUR lA DIFFUSION DE lA PENSÉE FRAN<;:AISE, PARlS, FRANCE.
2005 .
• SARTRE VISITA CUBA (FOTOS DE KORDA Y ERNESTO), LITERATURA,
1960, EDICIONES R., lA HABANA. CUBA. 1960,
• CAMUS, COLLECTION GÉNIES ET RÉALlTÉS, HACHETTE. FRANCE.
1966.
O FRANCIS jEANSON, SARTRE POR ÉL MISMO, COMPAÑíA GENERAL
DE EDICIONES, SA. MÉXICO, 1950.
I BIBLIQTECA DE MEXICO
Traducción: Marta Donís
POEsíA VENEZOLANA
José Antonio Ramos Sucre • Vicente
Gerbasi • Pálmenes Yarza • Ana
Enriqueta Terán • Juan Sánchez Peláez
• Rafael Cadenas • Alfredo Silva Estrada
• Ramón Palomares • Eugenio Montejo
• Gustavo Pereira • Lydda Franco
Farías • William Osuna • Edda Armas
• Santos López • Marissa Arroyal
• Juan Carlos López Quintero
• Ezequiel Borges • Carmen Verde
Arocha • María Ramírez Delgado
• Erika Reginato • Gabriela Rosas
EL OJO ABIERTO MIRA EL LIBRO
El LIBRO ALEMÁN INFANTIL ilUSTRADO
LAs LUCES DE LA LECTURA
CIUDAD IMAGINARIA
FRANC;:OIS NOUDELMANN
JEAN PAUL SARTRE Traducción de Marta Donís
El año pasado se celebró el centenario del nacimiento de jean Paul Sartre, razón suficiente para recordar al autor de una obra tras
cendente en múltiples sentidos: filosofía, ensayo, crítica literaria, novela, cuento, teatro y gran periodismo en la prensa y en la radio,
Teórico político y mil itante, su legado intelectual es diverso, luminoso y recurrente y simboliza a plenitud el pensamiento crítico de los años más difíciles del siglo xx, siempre dispuesto a manifestarse en contra del colonialismo y el imperialismo y en favor de la libertad. Obra tan relevante quiso ser reconocida con la entrega del premio Nobel en 1964, que Sartre rechazó, consecuente con
las ideas de una inteligencia insumisa. Para rememorar su natalicio Biblioteca de México publica en este número la introducción y un capitulo del ensayo que Fran~ois Noudelmann preparó para el catálogo de la exposición que se montó en 2005 en Francia, así como
imágenes del mismo, ello nos conduce una vez más a expresar nuestra gratitud y aprecio al autor por su texto y a la autorización que nos otorgaron para editar la introducción, un cápitulo y las imágenes del catálogo, las siguientes personas e instituciones: Franc;ois
Neuville, director de la Association pour la diffusion de la pensée franc;aise (Adpt); Anna du Parquet. responsable del Servicio de Promoción y Difusión de la Adpf; y jacqueline André, a cargo de la Mediateca de la Casa de Francia en México.
En 2005 se cumplió el centésimo aniversario del nacimien
to de Jean-Paul Sartre, muerto en 1980. Filósofo, escritor
y dramaturgo, su figura de intelectual comprometido
marcó perdurablemente el siglo XX y continúa haciéndo
lo todavía. Para todos los lectores y en particular para
aquellos que frecuentan las bibliotecas de los estableci
mientos culturales franceses en el extranjero, el Ministerio
de Asuntos Extranjeros y su operador para textos escri
tos, la Association pour la diffusion de la pensée franc;:aise,
han confiado al señor Franc;:ois Noudelmann la responsa
bilidad del texto, la exposición sobre Sartre, así como el
catálogo que la acompaña.
Reciba por ello el más profundo agradecimiento,
FRAN(OIS N EUVILLE
Directeur de l'Associotion pour lo diffusion
de lo pensée fron<;oise
• Jean Paul Sartre
JAM.
Introducción
Debemos estor hechos de borro, pero yo estoy hecho de viento
jEAN-PAUL SARTRE
P or mucho tiempo se ha considerado a Sartre como el
pensador y el escritor francés más importante del siglo
XX, y sin embargo su aceptación ha conocido fortunas
opuestas, Es poco usual que un autor haya encarnado
poderosamente una referencia intelectual tan admirada
como odiada, y el centésimo aniversario de su nacimien
to no puede hacer que se olvide la coexistencia de una
sortrof¡lio y de una sortrofobio recurrentes desde fines de
la Segunda Guerra Mundial. Denunciado por su anti
humanismo destructor de ídolos y luego por su compro
miso intelectual radical, deshonrado por iglesias y parti
dos que lo veían meterse en todo, rechazado por las
corporaciones que no soportaban el nomadismo de es
te escritor polimorfo, Sartre está a la vez en todos lados
y en ninguna parte, pero continuamente en los puntos
por los que transita la modernidad política y estética. El
que pasa y acompaña, el creador; sin permanecer nunca
en posiciones establecidas, estuvo contra los reconoci
mientos y los honores.
Desde 1945, se convirtió en la figura dominante del
campo intelectual: lanzó su revista Les Temps Modernes, prosiguió con su obra teatral y novelesca, intervino en la
radio, participó en reuniones políticas, escribió sobre
escritores y artistas contemporáneos. Más allá del cliché
de la vida literaria en Saint-Germain-des-Pres, Sartre
accedió a una notoriedad internacional al convertirse en
un intelectual total. El solitario desengañado de la pre
guerra que observaba los desfiles del Frente Popular
desde su balcón, encerrado en sus di sertaciones y sus
fantasmagorías literarias, en lo sucesivo estaría en todos
los frentes - culturales, sociales y pol íticos- durante trein
ta y cinco años. Unos militares exigen su muerte y vue
lan su apartamento, se le otorgó el premio Nobel, que
rechazó, De Gaulle no se atrevió a encarcelarlo, los revo
lucionarios del mundo entero reclamaban su voz. Y en
Biblioteca de México
• Albert Camus
1980, cuando sus funerales, decenas de miles de personas fueron a rendirle
homenaje a todas las esperanzas que él supo traer. Sin embargo, este acon
tecimiento no ocurrió sin repliegues: en los años sesenta surgieron rupturas
teóricas y estéticas -el nuevo teatro, la nueva novela, el estructuralismo- que
relegaron a Sartre al pasado. Eso no impidió que el teórico y escritor prosi
guiera con sus prodigiosas obras filosóficas y escribiera todavía miles de pági
nas ni lo disuadió de comprometerse aún mucho más en los conflictos del
mundo y seguir la caída de las dictaduras y los totalitarismos. Pero el fin del
comunismo de Estado significó un periodo de purgatorio para Sartre des
pués de su muerte, beneficiando a pensadores que había eclipsado: la vigi-
Les Temps Modernas
\- année REVUE MENSUEI..LE no. 1
l et Oclobre 19~
JEAN--'AUl SAl\TRf - PrittJ\ta~C)G RICHARD WI\JGHT - le fati 4¡n1 r. f'1I.k.
MAURICE MERLE~U.pONlY - l.. ItI"'" •• 0 tt.lu. ftV,NCIS PONGt - No,*, ptemlb-ef i.- ,'.am1'\ft.
,:~~~¿-r~~~~ &o~;~~1~~~:'~é~~ 't::i. .vq.d'uMlhnn"". r JtMOHilllA"Olfa .
- l JEo'.N ~~:;s~; ~f'(,J.
f . P"'KHE. 1I:..A,YMONO AA,ON. IEAN.P"Vt,. S .... RTRf LEENHAAT, PHllUP TOYNBEE.
1"AN MGFfAT. JEA.N fOUlllON.
• Portada del número I de Les Temps Modemes. octubre de 1945
Biblioteca de México
JEAN PAUL SARTRE
1905-1980
Al cumplirse el centenario del
nacimiento de Sartre, un alud
de libros, de ensayos, de publi
caciones periodísticas en varias
lenguas y países se volvió nue
vamente sobre la emblemática
figura de este grande persona
je intelectual del siglo xx, autor
de El ser y lo nodo que es sólo
una parte central de su vastísi
ma y brillante obra filosófica.
Publicamos en este número
de la revista un largo ensayo (la
introducción y un primer capí
tulo) del texto escrito por Fran
~ois Nudelman para el catálogo
de la exposición montada en
Francia en 2005, que conme
moraba el centenario del naci
miento del filósofo. Como
siempre, debemos agradecer la
desinteresada colaboración que
nos brindaron, para ilustrar
nuestro número, varias perso
nas e instituciones: Fran~ois
Neuville, director de la Aso
ciación para la difusión del pen
samiento francés y Anne du
Parquet, funcionaria de ese or
ganismo, y la siempre entusiasta
señora Jacqueline André, res
ponsable de la Mediateca de la
Casa de Francia en México.
El controvertido, venerado,
celebrado y combatido escri
tor que fue Jean Paul Sartre, al
lado de su brillante compañera
Simone de Beauvoir; fundó en
1954, a sólo un decenio del fi
nal de la segunda guerra mun
dial, la revista Les Temps Mo
dernes, que sirvió en Francia y
• Sartre anuncia a Simone de Beauvolr la publicación de Me/ancho/lo. mas tarde Lo nóusea
lancia de Camus y el realismo de Aron se valoraron entonces contra el ide
alismo revolucionario de un Sartre que olvidó los derechos del hombre.
Había que echar abajo la estatua de un intelectual tan cari smático, aun cuan
do él hubiese tenido la fobia de que le levantaran una estatua. Actualmente,
estas revanchas han cedido su lugar al estudio de un escritor inmenso y sin
gular cuya influencia no ha cesado y los pensadores que vinieron tras él la
recibieron. No es posible dar cuenta cabalmente de la producción de un po
lígrafo semejante ni distinguirla de la empresa de una vida. Las obras de
Sartre no se reducen a intenciones teóricas, ya que cada una constituye un
proyecto en sí y todas se inscriben en una revolución permanente de los
poderes del lenguaje.
Esta obra se disemina en filosofía, periodismo político, crítica de arte, an
tropología histórica, novelas, novelas cortas, autobiografía, correspondencia,
teatro, argumentos cinematográficos. Semejante disparidad desafía las clasifi
caciones por género, y la empresa sartreana es menos el testimonio de un
eclecticismo razonado que de un estilo de vida y de una ambición formida
ble. Según él , escribir su vida significa no hablar de sí, sino hacer del lenguaje
la materia y el vector de una experiencia vital que se abre a la vio lencia y a
la energía del mundo. Después de haber vivido la confusión infantil de las
palabras y las cosas trabajó incansable y frenéticamente el lenguaje para des
cubrir en él la verdad de la conciencia y los resortes de la acción. Jamás se
dejó engañar por lo sublime del arte y el pensamiento, que estudió en otros
grandes autores para conjurarlo mejor; y constantemente puso en juego sus
adquisiciones intelectuales. La palabra compromiso, ligada a su concepción de
la escritura, designa en primer lugar el carácter absoluto de la investigación,
el ponerse en peligro a sí mismo en una prueba de comunicación con los
otros y la extrañeza del mundo.
... • Jean Paul Sartre en la ventana de su apartamento. 42 rue Bonaparte, alrededor de 1950 Bibl ioteca de M éxico
MENTI' E~' en Europa de encendido cam
po de batalla a todas las ten
dencias filosóficas y políticas de
las siguientes tres décadas. Al
cumplirse el centenario sar
treano, Les Temps Modemes pu
blicó un voluminoso número
de más de 700 páginas en que
la reflexión de esa grande bata
lla que prosigue librándose con
Jean Paul Sartre, es consumada
por los más importantes críti
cos, filósofos y estudiosos con
temporáneos.
Sartre vive, pese a todos los
errores, utopías e ilusiones po
líticas revolucionarias que le re
procharon sus opositores más
lúcidos, incluidos el inteligentísi
mo Raymond Aron y su entra
ñable amigo Albert Camus.
Creo que ningún importante
escritor del siglo xx, de cual
quier especialidad o ideología,
pudo ser en alguna medida in
mune a la influencia de Jean
Paul Sartre, cuyos libros asom
braron y transformaron en mu
chos aspectos a mi generación
y a todas las inmediatamente
anteriores, tras 105 años cua
renta y cincuenta del siglo xx.
La mejor imagen que con
servo de ese sin duda formida
ble icono en que se convirtió
Jean Paul Sartre es precisamen
te una frase de la novela Los
mandarines, en que Simone de
Beauvoir (disfrazando a Sartre
con el nombre de un persona
je ficticio) dice: "Me acerqué a
su mesa de trabajo y me pare
ció percibir que de ella salía in
cesantemente luz."
E.L.
• El 16 de junio de 1944. repetición en casa de Zette y Michel Leiris de la obra que Picasso acababa de escribir: Le déslr ottropé por lo Queue. En primer
plano. Sartre que actuaba como le Bout rondo Camus que dirigia la puesta en escena. Leiri s que decía los monólogos de Gros Pied. De pie. de izquierda a
derecha: Jacques Lacan. Cécile Éluard. Pierre Reverdy. Louise Leiris. Zanie Campan. Pablo Picasso. Valentine Hugo. Simone de Beauvoi~ Brassa:i. Foto de Halasz
Gyula. alias Brassai.
En respuesta a sus detractores, Sartre mismo dio
razón de las revoluciones íntimas y colectivas que movili
zaron su pensamiento y su escritura. La literatura y la fIlosofía encuentran ahí sólidas articulaciones, la evolución
filosófica se sostiene en ellas con aportaciones coheren
tes, de la fenomenología al marxismo. No obstante, baJO
esta unificación retrospectiva corre la ilusión de un pro
yecto intencional y continuo que enmascara las rutas con
obstáculos, perspectivas aleatorias y desplazamientos im
previstos. La obra de Sartre presenta menos un conti
nente que un archipiélago cuyos caminos de paso son
múltiples, inestables e inventivos. Supone circulaciones
inesperadas entre un imaginario de alucinaciones, una vo
luntad teórica encarnizada, la preocupación por lo espec
tacular; la ambición de decir todo de un hombre, el gusto
por los paseos amorosos, la violencia combativa y mortí
fera. Sartre es el nombre de un filósofo que no deJÓ
repensar la conciencia, la libertad y la historia, el nombre
de un dramaturgo que quiso crear mitos modernos, el
nombre de un intelectual, ángel guardián de los condena
dos de la tierra, el nombre de un escritor que nunca optó
por los beneficios inmemoriales de la escritura. Un nom
bre sobrecargado de nombres, excesivo en el sentido en
que excede todas las denominaciones.
... • Sartre en Cuba Biblioteca de México
• Raymond A ron
Gustave Flaubert
• Albert Camus
Políticas del compromiso
La paradoja que Sartre dilucida a propósito de Flaubert
-un hombre que escribe contra su época y que se con
vierte en un sujeto emblemático de ella- podría aplicar
se a él: una y otra vez rechazó los honores y la consa
gración nacional, y sin embargo llegó a ser el intelectual
francés más reconocido, a cuyo entierro en el cemente
rio Montparnasse acudieron espontáneamente cincuen
ta mil personas, un suceso inédito desde el funeral de
Victor Hugo. Es cierto que la tesis sartreana del univer
sal singular podría aplicarse a su autor y el espíritu del
tiempo pudo encarnarse en un pensador que se puso
deliberadamente al margen de sus instituciones. Sartre
desarrolló su filosofía fuera de la universidad y eligió sis
temáticamente el lado de los rebeldes, hasta el punto de
inspirar un odio que su muerte no ha extinguido (en
forma de homenaje funerario, ciertos periódicos denun
ciaron de nuevo al "corruptor de la juventud", compa
rándolo involuntariamente a Sócrates). No obstante,
supo sobre todo ponerse al acecho de todas las fractu
ras históricas, a veces ciegamente, es decir. sin la protec
ción del análisis experto. Fue el barquero no sólo de teo
rías y escrituras nuevas sino también de los movimientos
políticos que transformaron la segunda mitad del siglo
xx. Antes de ser el fruto de una experiencia colectiva,
esta sensibilidad a la rebelión le vino de su infancia, y la
comparación con Flaubert falla cuando sabemos que
Sartre fue educado en el universo de las palabras y la
programación para la escritura. Si el joven Gustavo tuvo
dificultades en el aprendizaje de la lengua, el pequeño
Jean-Paul. llamado Poulou, confundía las palabras con las
cosas y vivió en una fusión mágica con las palabras de su
madre. Esta proximidad verbal fue hecha posible por la
ausencia de padre, que Sartre eligió simbólicamente co
mo un estado de gracia y de libertad. "Cuando los pa
dres tienen proyectos, los hijos tienen destinos", ' ob
serva a propósito de los chicos Flaubert, de quienes el
mayor reproduJo el modelo paternal mientras que Gus
tave se definió como el hijo que no pudo responder a
esta conminación familiar. En cambio, la desaparición del
padre, descrita por Sartre en su autobiografla Los polobras, se llevó con ella el orden patriarcal. Sin padre, no
hay destino ni ley ni semejanza, sino una t otal libertad de
elección. El hija construye así una pequeña mitología ínti
ma mediante la que denuncia el principio mismo de la paternidad:
N o existen padres buenos, ésa es la norma; que no se
hagan reproches a los hombres, sino al vínculo de la pater
nidad que está podrido. N o hay nada mejor que hacer hijos;
pero tenerlos . iqué iniquidadl Si hubiese vivido, mi padre se
habría tendido encima de mí cuan largo era y me habría
aplastado. Por suerte, murió Joven; en medio de los Eneas
que cargan en su espalda a sus Anqu ises, yo paso de una
ori lla a la otra, so lo y detestando a esos progenitores invi
sibles que montan a sus hiJOS durante toda la vida; he deja
do at rás a un joven muerto que no tuvo tiempo de ser mi
El ,d,ow de lo fom,IIo . tomo l. Gall,mard. 197 I . p. 107
Biblioteca de México
• Jean Paul Sartre
padre y que podría ser; hoy. mi hijo. ¿Fue algo bueno o algo
malo) No lo sé. pero suscribo de buena gana el veredicto
de un eminente psicoanalista: no tengo superegol
No obstante. hubo sustitutos de padre. especialmente la
figura tutelar del abuelo Schweitzer; o el padrastro a quien
jamás aceptó. pero lo que Sartre quiere hacernos enten
der es que su anarquía innata y jamás desmentida viene de
ahí: no se le inculcó el gusto del poder; por carecer de
autoridad paternal. La falta de transmisión se transforma
entonces en desafío. ya que el niño debió inventarse a par
tir de la nada. Al menos se fo~ó esta ficción personal que
hizo de él un ser común y excepcional. a la vez ordinario
y sin comparación. La última frase de Los palabras presen
ta el duelo de las falsas ambiciones -la salvación por
medio de la literatura- y descubre el inmenso proyecto
1 Les Mots. tomo 1. Gallimard. 1964. p. 1 1
de convertirse en el igual de todos:"¿Qué queda?Todo un
hombre. hecho de todos los hombres y que vale lo que
todos y lo que cualquiera de ellos."]
No obstante. la tabula rasa de las identidades artificia
les no puede ocultar el condicionamiento social de un
individuo que llegó a posiciones dominantes. aun si ejer
ció éstas leJOS de los poderes constituidos. Sartre siguió
primero el itinerario balizado de un heredero cuya edu
cación privilegiada lo llevó a la École Normale Supérieu
re ya la ogrégotion. Esos años de estudios fueron momen
tos de aprendizaje teórico y de construcción de redes en
el mundo codificado de la intelligentsio parisina. Basta con
recordar la situación de Camus. un niño pobre de Argelia.
para observar la disparidad de condiciones y la determi
nación de las carreras de aquellos que "ascienden" o viven
en París. No obstante. Sartre no vivió este espíritu de
Ibldem. p. 2 1 3
Biblioteca de México
• Con Paul Nizan en la terraza del Luxemburgo, 14 de julio de 1925
cooptación como simpatla, y marcó muy pronto su dis
tancia en relación con una enseñanza envarada, ignorante
de las realidades y del pensamiento contemporáneo, Su
amistad electiva de Paul Nizan es testimonio de tal crltica:
este último se hallaba en total ruptura con el sistema de
reclutamiento de las élites, que no obstante lo habla dis
tinguido, y prefirió en cambio el compromiso polltico y la
partida a Adén, La felicidad de esta época de estudios
tenia que ver más con la libertad de vida y con las amis
tades que con el descubrimiento intelectual. Sartre descri
be aSI con nostalgia -y según un estilo inusual que evoca
a los héroes novelescos del siglo XIX- su afinidad con
Nizan y sus felices paseos en la capital:
Caminábamos por París durante horas, durante días: descu
bríamos su fauna y su fiora, las piedras, emocionados hasta
las lágrimas cuando se encendían las primeras luces de los
anuncios eléctricos: pensábamos que el mundo era nuevo
porque nosotros éramos nuevos en el mundo; París fue
nuestro vínculo, nos encariñamos uno con el otro en medio
de las muchedumbres de esta ciudad gris, bajo los cielos
ligeros de sus primaveras
Nizan tomarla definitivamente la tangente, pero volverlan
a atraparlo la guerra, para arrastrarlo, y luego la calumnia
'Pau l N,zan". en S,wQ[¡ons IV. op Clt .. p. 144
de sus camaradas comunistas, Sartre permaneció solo en
Parls y, después de un año de cautiverio, se convertirla en
el intelectual adulado de la posguerra, Estos dos itinerarios
se cruzaron a la manera de una novela de educación sen
timental y social, y fue ciertamente un "personaje" lo que
encarnó el fllósofo-novelista-dramaturgo cuando llegó la
ola del existencialismo, En 1945, Sartre se convirtió en un
autor de moda que participó de la imaginen'a literaria de
Saint-Germain-des-Prés: la de los cafés literarios, Les Deux
Magots y Le Flore, bodegas donde se escuchaba jazz y se
bai laba el be-bop, Las canciones de Juliette Greco propor
cionaron los clichés de una despreocupación que volvie
ron a encontrar los Jóvenes que cargaban El ser y lo nodo
como un fetiche de indumentaria y que buscaban una
renovación moral después del derrumbe de todos los va
lores y de todas las creencias, Respondiendo a este entu
siasmo, Sartre dio una conferencia en octubre de 1945, "El
existencialismo es un humanismo", destinada a vulgarizar
sus tesis filosóficas, En ella expuso una moral de la acción
y de la libertad que sirvió de breviario a la generación de
la posguerra, BorisVian ha descrito con humor este espec
táculo mediático y la adulación en el ambiente:
Desde donde comenzaba la calle, la muchedumbre se atro
pel laba para llegar a la sala donde Jean-Sol Partre daba su
conferenCia. La gente utilizaba astucias de lo más variadas
para burlar la vigilancia del cordón sanitario encargado de
10 Biblioteca de México
examinar la validez de las ta~etas de invitación, ya que se
habían puesto en circulación unas falsas por decenas de
miles. [ ... ] El público que se apretujaba ahí presentaba
aspectos bastante particulares. No había más que rostros
huidizos con gafas, cabellos erizados, colillas amarillentas,
eructos de turrón y, en cuanto a las mujeres, pequeñas tren
zas lastimosas atadas alrededor del cráneo y canadiense
directamente sobre la piel, que se veían como rebanadas de
senos sobre un fondo de sombra.s
Esta vida parisiense exaltada que consagró la notoriedad
de Sartre no fue posible, paradójicamente, más que des
pués de los años terribles de la guerra, durante la que el
ídolo del existencialismo no fue sin embargo un héroe
de la Resistencia. Importa pues regresar para compren
der lo que transformó al filósofo individualista de la pre
guerra en hombre público con la Liberación.
La conversión personal y filosófica de Sartre, de la on
tología fenomenológica al marxismo crítico, de la novela
al teatro, de la soledad existencial al activismo político, se
llevó a cabo durante la Segunda Guerra Mundial. No sur
gió de una decisión intelectual sino de la fuerza de la
Historia, cuyo curso se apoderó brutalmente de las vidas
singulares. La "movilización" sacó bruscamente a las exis
tencias de sus espacios confinados para acarrearlos
colectivamente sin que nadie dominara más el sentido
de su destino. Sartre vivió así el comienzo de la guerra
como simple soldado y como prisionero en Alemania. Su
trilogía novelesca, Los cominos de lo libertad, describe las
etapas de esta conmoción: el primer tomo, Lo edad de lo rozón, sigue el itinerario de un personaje principal que se
parece al Sartre de antes de la guerra, preocupado por
una libertad sin cortapisas. Tiene una relación amorosa y
regular pero se rehúsa a instalarse, lo alteran las agresio
nes franquistas contra la República española pero aparta
todo compromiso concreto, vive de hábitos, de peque
ños proyectos, de deseos no asumidos. Su existencia
tranquila se ve bruscamente turbada cuando su compa
ñera se embaraza, y la intriga de la novela se construye
sobre la búsqueda de una mujer que le ayude a abortar.
El tomo siguiente, Lo prórroga, se desarrolla en el perío
do de la guerra, y Sartre adopta las técnicas de la nove
la americana, de Faulkner y de Dos Passos, para aumen
tar los puntos de vista y fomentar una simultaneidad que
entrecorta y alterna los discursos de los individuos con
los de la historia colectiva. Reina el caos y las vidas se ven
de repente agitadas pasivamente en el flujo de los acon
tecimientos. Sartre regresa al realismo subjetivo con el
tercer tomo, Lo muerte en el olmo, para intentar construir
existencias a la vez conscientes del peso de la Historia y
deseosas de retomar las riendas de sus acciones. La
construcción dialéctica de su trilogía muestra una con
cepción ilusoria de la libertad como ausencia de deter
minaciones, luego, a la inversa, un poder absoluto de la
Historia que transforma las vidas en elementos pasivos.
En fin, descubre las vías de una libertad comprometida
que se construye a partir de sus condicionamientos. No
I Boris Vian. LÉcume des jours.en Romons. Nouvelles. CEuvres diverses. LGF. 1995.
p. ll8.
11 Biblioteca de México
• L'etre et le néant. portada. edición original. 1943
• William Faulkner
• Vietnam. caída de Salgón. 25 de abri l de 1975
obstante, Sartre dejó su proyecto inacabado, pese a la
continuación que quiso darle, menos por el didactismo
un poco pesado sin duda que en virtud de una técnica
novelesca que diera cuenta de esta liberación. Captar el
espíritu objetivo en las singularidades exigía conmocio
nar radicalmente la narración novelesca y sus implicacio
nes, y Sartre prefirió en vez de ello el género teatral o el
estudio antropológico. Con todo, Los cominos de lo liber
tad manifiestan el trabajo teórico, estilístico e íntimo de
Sartre, que integra los choques de la Historia en su ver
sión apocalíptica; la humanidad es perecedera en ella, y
hasta imposible, pero lo humano resurge para rechazar
esta imposibilidad. L'Espece humoine, de Robert Antelme
ofrece al respecto el testimonio al final de la guerra: la
sola voluntad de vida, ante las humillaciones más Inhu
manas, es aún una resistencia de lo humano. El paso a la
Historia y a lo colectivo separa, así, la obra y la vida de
Sartre en dos vertientes, antes y después de la Segunda
Guerra Mundial:
La guerra verdaderamente partiÓ mi vida en dos. Comenzó
cuando yo tenía treinta y cuatro años, terminó cuando yo
tenía cuarenta. y éste fue en verdad el paso de la Juventud a
la edad madura. Al mismo tiempo. la guerra me reveló clel'
tos aspectos de mí mismo y del mundo. Por ejemplo, ahí fue
donde supe de la alienación profunda del cautiverio. ahí co
nocí también el trato con la gente. con el enemigo. el ene
migo real, no el adversario. que viven en la misma sociedad
que usted o que lo ataca verbalmente, sino el enemigo que
puede mandarlo arrestar y llevarlo a la cárcel con sólo hacer
una seña a unos hombres armados. Y luego conocí ahí tam
bién, oprimido. abatido, pero todavía existiendo, el orden
social, la sociedad democrática. en la medida precisamente en
que aquélla estaba opnmida. destruida y donde nosotros
luchábamos por conservar su valor, esperando que después
de la guerra renacen'a. Es ahí. si usted quiere. que pasé del
individualismo puro de antes de la guerra a lo SOCial. al socia
lismo. Ése fue el verdadero momento crUCial de mi Vida .'
"Autoportralt á sOlxante-dlx ans" con Mlchel Contat. en S,tuouons X
Esta experiencia, por muy radical que haya sido, sigue
estando no obstante lejos de las grandes tragedias vivi
das durante la guerra, y Sartre describe situaciones mo
destas que provocaron su conversión, como compartir
letrinas, en el campo de prisioneros, que hizo que de
saparecieran todos los pudores y las diferencias sociales.
No cabe duda que existe un cierto desfase entre sus
grandes declaraciones de la posguerra, especialmente
sobre la oposición entre los de la Resistencia y los cola
boradores. y sobre la libertad llevada a su apogeo cuan
do la eleCCión se limita a la vida y a la muerte. De hecho.
el periodo de la Ocupación en Francia fue de medias tin
tas para un espíritu como el de Sartre, que deseaba ac
tuar pero no encontró las vías de una resistencia eficaz y
que finalmente se acomodó, como la gran mayoría de los
franceses y los intelectuales, a la opresión nazi, continuó
dando clases, publicando mientras se excluía a los Judíos
de todas las administraciones y de los catálogos de edi
ciones, y después se los deportaba hacia los campos de
exterminio. Sartre fue parte de la Resistencia pero sólo
en el alma. pues no se comprometió Jamás con aquélla.
Tal vez la mala conciencia motivó su activismo a partir de
la Liberación y hasta su muerte. Por lo menos Vladimir
Jankélévitch ha sugerido tal interpretación.
La voluntad de llevar a cabo una nueva política del
pensamiento implicaba fundar un espacio de publicación.
Sartre creó para esta finalidad Les Temps modernes. edi
tados por Gallimard, que se convirtió rápidamente en
una revista de referencia que lo ha sobrevivido hasta el
día de hoy. El comité de redacción incluyó especialmen
te a Raymond Aron, a Simone de Beauvoir y a Maurice
Merleau-Ponty. A la manera de los manifiestos vanguar
distas, el primer número presenta un texto de gran fuer
za programática y ambiciona tratar todos los ámbitos de
la cultura, la política, el arte, la literatura, la filosofía, baJO
la dirección del compromiso. Según un análisis marxista
de la ideología burguesa y un voluntarismo revoluciona
rio. Sartr-e qu iso hacer de su revista un órgano de eman
cipaCión intelectual:
Gallimard (coll. «Blanche»). 1976. p. 180 El fin lejano que nos fijamos es una liberaCión. Puesto que el
.... • Sartre con Slmone de Beauvoir en La Coupole. Montparnasse 13 Biblioteca de México
hombre es una totalidad, no basta en realidad acordarle el
derecho al voto, sin tocar otros factores que lo constituyen:
es necesario que el hombre se libere, es decir, que se haga
otro, actuando sobre su constitución biológica tanto como
sobre su condicionamiento económico, sobre sus comple
jos sexuales así como también sobre los datos políticos de
su situación?
La revista desarrolla ampliamente la noción de literatura
comprometida, lo que da lugar a algunos malentendidos.
Sartre define en ella la responsabilidad de todos los es
critores respecto de los acontecimientos políticos con el
pretexto de que se benefician de un poder de la palabra
y de que se hacen cómplices de todo aquello que no han
denunciado; pero esta politización del arte se distingue
muy claramente del realismo socialista predicado por los
teóricos comunistas, y Sartre repetirá con frecuencia que
es a partir del arte o de la literatura como se forja una
dimensión política. El compromiso no requisa las obras,
sino que emana de una reflexión y de un trabajo estéti
cos a partir de los materiales y las técnicas del arte. La
revista de Sartre abordó los grandes asuntos políticos y
sociales de la posguerra que ocuparon el debate intelec
tual durante medio siglo: la búsqueda de una tercera vía
más allá del comunismo y del capitalismo, la critica del
imperialismo y del colonialismo, los derechos de las mu
jeres, la situación de los pueblos oprimidos. Y si los tér
minos y lo que estaba en juego en estas discusiones
sociopolíticas han cambiado hoy en día, muchos artículos
y libros de Sartre siguen siendo obras de referencia. Tal
es el caso de Ré~exions sur lo question juive, que apare
cieron en 1946: mientras que la toma de conciencia del
exterminio de judíos durante la guerra se llevaba a cabo
lentamente, Sartre dedicó muy pronto un estudio del
.) En el Congreso de Viena. 1952
"Pr-esentatlon des Temps modernes . en Srtuouons 11. Galllmard (coll. «Blan
che» ). 1948. p. 23
• Guerra de Argelia
antisemitismo europeo. Su libro no ambicionaba ocupar
se del judaísmo, ni de la identidad judía, ni siquiera de
aquello que se llama la Shoah desde la película de Claude
Lanzmann. Lo que intenta, más bien, es examinar la situa
ción de los judíos y demostrar todos los prejuicios per
sistentes sobre su comunidad. Sus reflexiones apuntan a
dos blancos: por un lado, al antisemita francés, del que
hace un retrato psicológico devastador; por otra parte al
demócrata, que pretende arreglar el problema mediante
la asimilación. El odio del primero no es sino la expresión
del miedo del otro, bajo la apariencia de una ideología
del arraigo, como lo había descrito Sartre en "L'Enfance
d'un chef", una de las novelas cortas del Mur. El huma
nismo del segundo defiende un universalismo nivelador
de las diferencias y oculta la situación y la historia singu
lares de los judíos. Una de las tesis de la obra, según la
que "el antisemitismo es lo que hoce al judío",B suscitó
muchos debates criticas, ya que se advirtió en ella un
desconocimiento de la especificidad judía. Pero Sartre
jamás pretendió definir una esencia judía, y prefirió las
palabras de situación, de condición o de realidad, y su pro
pósito tiene que ver ante todo con el antisemita, o con
la actitud de un judío inauténtico que desea borrarse en
una pretendida naturaleza humana universal. No obstan
te, se preocupó continuamente de la construcción de
Israel, del establecimiento del pueblo judío y de sus rela
ciones con los palestinos. Sartre manifestó su apoyo a la
causa palestina y aprobó en ocasiones sus actos terroris
tas, sin jamás cuestionar la existencia del Estado israelí.
. Répexrons sur lo quesuon ¡urve. Galllmard (coll. <ddées» ). 1971. p. 85.
14 Biblioteca de México
Fue incluso el artífice de un diálogo entre intelectuales
de los dos partidos beligerantes, sobre todo gracias a Les Temps modernes. Al final de su vida, se interesó más par
ticularmente en la historia judía, gracias a los diálogos con
un militante izquierdista, Benny Levy. convertido en el
ocaso de la vida a los estudios judíos, lector de Levinas y
quien llegó a ser su último secretario particular. Agobia
do por la ceguera, Sartre concibió con él el proyecto de
un libro de entrevistas del que quedan algunos diálogos
controvertidos. Intenta definir ahí un nuevo proyecto filo
sófico y político a la luz de un mesianismo ateo, liberado de sus utopías revolucionarias.
Sartre jamás renunció a la idea de la emancipación y
sin cesar reformuló las motivaciones y las finalidades de
una esperanza semejante. Su humanismo crítico no podía
satisfacerse con la razón emancipadora de la Ilustración, y
buscó en diversas fuentes las vías de una liberación social,
económica y polftica del ser humano. La fenomenología y
luego el marxismo fueron, así, reinvestidos por este poder
emancipador que surgió de una moral que Sartre jamás
escribió, pero que trabajó constantemente en su intento
de comprender las luchas por la igualdad y la dignidad.
Los propósitos contemporáneos sobre el reconocimien
to necesario de las singularidades, sean éstas étnicas o
sexuales, le deben mucho. Desde este punto de vista, la
obra de Sartre se escribió también en contigüidad con la
de Si mane de Beauvoir. pues la reivindicación de una
igualdad de los sexos se fundó sobre una filosofía exis
tencialista común. La aparición de El segundo sexo fue un
acontecimiento considerable porque Beauvoir presenta
ba en él al mismo tiempo una genealogía de la opresión
femenina y una reflexión sobre la construcción de la iden
tidad sexual. La famosa fórmula: "No se nace mujer. sino
que una se convierte en mujer" sirvió de breviario a toda
una generación que luchó por los derechos a la contra
cepción, al aborto y a la autonomía. Al mostrar cómo se
ha dado forma a la identidad femenina por medio de las
representaciones masculinas en beneficio del poder de
los hombres, Beauvoir trazó el camino de una emancipa
ción social y de un pensamiento de la diferencia sexual
que determinó el debate feminista. Y aun cuando esta
negación de una esencia femenina conoció controversias
internas, vuelve a plantearse todavía hoy en día en las dis
cusiones del otro lado del Atlántico, con la noción de
género y su posible superación. El compartir esta visión
de la igualdad entre Sartre y Beauvoir no se limitó a una
proximidad filosófica, y la pareja encarnó, públicamente,
otra concepción de las relaciones entre hombres y muje
res. Conjugó, efectivamente, la igualdad y la libertad, el
respeto y la confianza, relegando las nociones de posesión
y de fidelidad a una definición no igualitaria y alienada de
la relación amorosa. Sartre y Beauvoir se conocieron en
el momento en que pasaban el concurso para la ogrégodon y conservaron una complicidad intelectual durante
toda su vida, lo que no les impidió establecer muchas
otras relaciones amorosas y sexuales, declaradas e inclu
so comentadas en su abundante correspondencia. Esta
multiplicidad no fue siempre armoniosa y adoptó formas
diversas, yendo del compartir a la rivalidad. Esto dio lugar
• Sartre en Cuba
a muchos encuentros y a hermosos intercambios episto
lares, de uno y de otro lado, y tanto más cuanto que
Sartre afirmó siempre que prefería frecuentar a mujeres
cuya psique le fuera cercana. La elección de una vida libre
y siempre disponible descartó el deseo de procrear. pero
el huérfano de padre mostró siempre preferencias por
los niños perdidos o adoptivos a aquellos lastrados por el
peso de sus ascendientes, así que oficializó una paternidad
electiva con Arletle Elka'im, que se convirtió de este
modo en su hija. Sin intentar construir un modelo de rela
ción a partir de su propia existencia, rechazó las posturas
del padre y del marido y defendió la igualdad de cada uno
15 Biblioteca de México
• Durante su viaje a Cuba en I 960
cualquiera fuese su sexo. A manera de balance de la situa
ción, confió a Simone de Beauvoir:
Comprendí que había relaciones entre hombre y mujer que
indicaban la igualdad profunda de ambos sexos. Yo no me
consideraba superior a ti , o más inteligente, o más activo; por
eso te puse en el mismo plan. Éramos iguales. Curiosamen
te, creo que eso, en cierto modo, fortaleció mi machismo
porque me permitió portarme machista con otras mujeres.
Sin embargo, la igualdad que teníamos no me parecía tan
sólo una igualdad de hecho de dos individuos, sino que me
parecía revelar la igualdad profunda de ambos sexos'
El rechazo de la discriminación sexual fue, pues, una línea
teórica firme y, si bien se hizo sensible tardíamente, Sar
t re defendió también el reconocimiento de la homose
xualidad en la época de las reivindicaciones de los años
setenta. El compromiso político de Sartre dio siempre un
lugar especial a estos combates, a los que no quiso redu
cir a epifenómenos como lo hacían los teóricos dogmá
ticos de la lucha de clases. Es por ello que a menudo rei
teró esta cuestión teórica y práctica: ¿cómo articular la
emancipación social con la liberación polítical La dificul
tad de responder a esta pregunta se manifestó dramáti
camente en sus relaciones con el comunismo real.
La voluntad de actuar concretamente en la vida políti
ca y social había llevado a Sartre a crear; en 1948, con algu
nos amigos de izquierda, el Rossemblement démocrotique révolutionnoire,· que deseaba plantear nuevamente la idea
'S,mone de Beauvolr Interroge Jean-Paul Sart,-e ' . en S,tuoUons x. op Cit... P
120 • AgrupaCión democrática revoluclonana
de la emancipación pero sin que intervinieran los partidos,
demasiado osificados, Sin embargo, muy pronto, descubrió
los límites de una agrupación de intelectuales desconecta
dos de toda base social, por lo que durante cuatro años,
de 1952 a 1956, participó como simpatizante del Partido
Comunista. Si bien la esperanza de llegar a la clase obrera
mediante esta proximidad fue una razón muy importante,
el verdadero motivo de esta decisión fue el anticomunis
mo virulento de aquellos años: Sartre fue más "anti-anti
comunista" que comunista. De hecho, reaccionó con furor
al arresto lleno de peripecias de Jacques Duclos, repre
sentante del PCF, acusado de espionaje en provecho de la
URSS a causa de que transportaba unas palomas en su
auto. Escribió entonces un largo artículo, "Los comunistas
y la paz", que inauguró una serie de textos sobre las luchas
obreras y sobre la contra-violencia que éstas encarnaban.
En el origen de esta participación se hallaban no sola
mente los conflictos sociales franceses sino también el
clima político de la guerra fria. Sartre apoyó las manifesta
ciones cont ra la guerra de Corea y comenzó a declarar
una oposición radical a la política imperialista de Estados
Unidos; participó así en el Congreso de Viena, a finales de
1952, que reagrupó a los simpatizantes comunistas de
todos los origenes. Durante este periodo de acercamien
to al Partido Comunista, participó en numerosas organi
zaciones favorables a la URSS, que visitó varias veces y
donde se reunió con Jrushchov; al hablar de lo anterior;
informa de los propósitos entusiastas para la construcción
del socialismo, la libertad y la felicidad soviéticas que son
testimonio de su ceguera más o menos voluntaria en rela
ción ante el comunismo real. Estas declaraciones estaban
destinadas a la burguesía francesa y defendían una opinión
16 Biblioteca de México
• En Cuba
contraria a su prensa, que Sartre combatía, especialmente
con su pieza satírica Nekrossov. Las oposiciones se mani
festaron entonces sin matices, y la argumentación se tornó
dogmática, lo que condujo a exclusiones definitivas. De
este modo, Sartre se malquista con Camus y con Merleau
Ponty, prefiriendo el activismo militante a la amistad filosó
fica. Pero el compromiso con el comunismo institucional
no dura más que un tiempo, y la ruptura estalla brutal
mente en el momento de la intervención militar soviética
en Hungría. Esta vez, el intelectual crítico retoma sus dere
chos para denunciar la represión del pueblo húngaro y
escribe "Le fantome de Staline", que sella su separación
definitiva del PCF, que se había convertido en un "mons
truo prehistórico". Pese a su distanciamiento crítico, Sartre
no abandonó toda esperanza en la edificación del socialis
mo, que esperaba reencontrar en las luchas anti-imperia
listas. Pero de nueva cuenta en éstas tras las sorpresas ven
drían amargas decepciones, sin que por ello lamentara sus
elecciones anteriores, ya que las verdades se manifiestan
siempre en la situación: tienen un devenir que no es un
destino y que no debe impedir la apuesta sobre la
Historia. En 1960, Sartre y Beauvoir van a Cuba por invi
tación del Che Guevara y de Fidel Castro, con quienes las
discusiones sobre la experiencia revolucionaria son fructí
feras. La euforia teórica y periodística de Sartre se verá no
obstante atemperada varios años después, cuando la
represión de los opositores comenzó a empañar; y por
mucho tiempo, el éxito de este país que hizo frente a
Estados Unidos. El internacionalismo revolucionario per
maneció en todo caso como una constante del compro
miso sartreano y de sus escritos políticos, sean cuales fue
ren las angustias de la construcción socialista. "Para un
europeo, es en Vietnam, en Cuba y en América Latina
donde se juega su propia suerte", declaró el filósofo, que
acudía a todos aquellos lugares donde se desarrollaba una
alternativa al capitalismo triunfante y al modelo estadouni
dense. La guerra de Vietnam fue uno de los momentos
clave de la toma de conciencia política propia de toda una
generación, y Sartre encarnó una referencia de ella. Así, en
1967 participó en Estocolmo en el Tribunal Russell, una
organización no institucional sustentada únicamente por
su legitimidad y que aspiraba a juzgar los crímenes de gue
rra cometidos por Estados Unidos. Aunque criticaba el
derecho formal burgués, Sartre no dejó de sostener esta
exigencia de una jurisdicción universal que está en el ori-
17 Biblioteca de México
gen del derecho internacional actual. No habría pues con
tradicción en encontrarlo en 1980 al lado de Raymond
Aron para defender a los boat people que huían del régi
men comunista vietnamita. En los compromisos de Sartre
está subyacente una rebelión moral. No es que defendie
ra valores trascendentes, sino que mantuvo la esperanza
de un mundo donde los seres humanos se liberarían de la
necesidad y aceptarían la libertad del otro ser humano. Es
en nombre de este proyecto, formulado como desarraigo,
fusión o fraternidad, que denunció el mal radical de la bar
barie nazi y que continuó, a lo largo de medio siglo, aco
rralando la posibilidad del "hombre humano" en la rebe
lión del sub-hombre. Los artículos de Sartre, reunidos en
los diez volúmenes de Situations, dan testimonio de una
atención sin tregua a los pueblos humillados, y uno de sus
combates más caros siguió siendo contra el colonialismo.
Al desmitificar el universalismo republicano, sin necesaria
mente ceder a la retórica tercermundista, en ocasiones
gritó su indignación ante la opresión colonial y a veces
intentó comprender la cultura contradictoria de los colo
nizados, en busca de una identidad perdida para siempre
y que éstos debían reconstruir. "Orfeo negro" forma parte
de estos textos que analizan la alienación cultural y las vir
tudes emancipadoras de la palabra poética; a manera de
introducción a la Anthologíe de lo nouvel/e poésie negre et
malgache de langue franr;aise, publicada por Léopold Sédar
Senghor en 1948, muestra la reapropiación dialéctica y
subversiva de la lengua de los opresores por parte de los
negros para hacer surgir una palabra a la vez hlbrida y
auténtica. En cuanto a la violencia y a la rebelión, la guerra
de Argelia provocaría los escritos más radicales de Sartre.
En 1960, apoyó la red de apoyo al FLN, dirigido clandesti
namente por Francis Jeanson, firmó el "Manifiesto de los
121 ", que exigía la no sumisión a los soldados franceses, y
redactó un prefacio al libro de Franz Fanon, Los condenados de lo tierra, donde justifica el asesinato de los colonos.
El horror de la tortura practicada por el ejército francés
en Argelia motivó la violencia extrema de sus artículos, a
tal punto que establece un lazo consubstancial entre la
colonización y la tortura, que se rehúsa a considerar como
un accidente.
La colonización se lleva a cabo por medio de la anulación de
los colonizados. Ya no poseían nada, yo no eran nadie; noso
tros hemos liquidado su civilización rehusándonos a darles
la nuestra. [ ... ] Cuando la desesperación los empujó a la
rebelión, fue necesario que estos sub-hombres estallaran, o
que afirmaran su humanidad contra nosotros: han rechaza
do todos nuestros valores. nuestra cultura, nuestras supues
tas superioridades, y para ellos fue una sola cosa reivindicar
el título de hombre y rechazar la nacionalidad francesa,w
El radicalismo de Sartre se ejerció, así, en la indignación y
el asco de su propia clase, de su propia cultura. La figura
del traidor que atraviesa su teatro y su filosofía, marcan
do la libertad de aquel que no responde a lo que se
espera de él, que pervierte la programación familiar y
social, se convierte en una línea de conducta para la
" "Une victoire". en Situations V. Gallimard (coll. «Blanche»). 1964. p. 85.
Manifestación feminista en París. 1968. (Lo primavera de París. Anaya & Mario
Muchnik. Madrid. 1995.)
acción política de Sartre . Lucha sin tregua contra lo esta
blecido y los establecidos, contra el academismo, contra
las posiciones adquiridas, contra el espíritu de seriedad.
Más rebelde que revolucionario, más anarquista que
comunista, Sartre experimentó naturalmente una gran
simpatía por los movimientos estudiantiles de mayo del
68. La oposición del filósofo independiente a los manda
rines universitarios se manifestó abiertamente en tales
movimientos y marcó cuán diferentes eran los itinerarios
de los antiguos camaradas de la escuela: Aron figuraba
entonces como pensador institucional. Sartre conoció a
Daniel Cohn-Bendit e hizo una aparición en la Sorbona
ocupada, pero sobre todo participó en el activismo polí
tico de la esfera de influencia izquierdista de los años
setenta. Si eligió apoyar a los maos de la izquierda prole
taria, fue principalmente a causa de su antiautoritarismo
y de las motivaciones morales de su violencia. Lejos del
modelo de la vanguardia revolucionaria, prefirió una mo
dalidad de militancia que se pone al servicio de las masas
y que no habla en lugar de ellas. En el momento en que
su periódico, Lo Cause du peuple, fue prohibido, toma la
dirección del mismo y lo distribuye en las calles, antes de
dirigir el diario Libération: su papel de intelectual consiste
en ponerse al servicio más que en dar lecciones. Sartre
no se afilió jamás a un partido, acompañó los mo
vimientos; no fue misionero y dio su voz a la palabra de
otros. Cuando dio unas conferencias en Japón, formuló
su definición del intelectual y recompuso esta figura naci
da del affaire Dreyfus: el intelectual no pertenece a una
casta profesional de la inteligencia. ni a una esfera moral
guardiana de los valores racionales; cualquiera puede lle
gar a ser un intelectual, no como estado sino en la
acción; "El intelectual es alguien que se mete en lo que
no le importa."Y propuso el ejemplo de los científicos:
19 Biblioteca de México
• Primera venta del periódico maoista La Cause du peuple. París. 1972. Atrás de Sartre. Simone de Beauvoi r
N o llamaremos " intelectuales" a los científicos que traba
jan en la fi sión del átomo para perfeccionar las máquinas de
la guerra atómica: son científi cos, nada más. Pero si estos
mismos científicos, espantados por el poder destructivo de
las máquinas que gracias a ellos se fabrican, se reúnen y fi r
man un manifiesto para poner a la opinión pública en guar
dia contra el uso de la bomba atómica se vuelven intelec
tuales. Esto es así porque, lOse salen de su competencia:
fabricar una bomba es una cosa, Juzgar de su empleo es
otra; 2° abusan de su celebridad o de la competencia que
se les reconoce para vio lentar a la opinión pública, enmas
carando con esto el abismo infranqueable que separa sus
conocimientos científicos de la apreciación política que tie
nen en virt ud de otros principios respecto de la máquina
que perfeccionan; 3° en real idad no condenan el uso de la
bomba por haber verificado defectos técnicos, sino en
nombre de un sistema de valores eminent ement e discuti
ble que t iene como norma suprema la vida humana. '
Como técnico del saber. el intelectual descubre en él la
contradicción entre su prácti ca y sus finalidades, entre la
pretensión a lo universal y la servidumbre a intereses
ideológicos. Rehusándose a la posición tanto de perro
guardián como de sabio, Sartre encarnó al intelectual en
rebelión contra sí mismo, cont ra su clase y su cultura, y
esperó abolir la distancia entre el pueblo y sus élites. A
menudo se recuerda con simpat ía o con bur la la foto
grafía que lo muestra encaramado sobre un tonel en Bi
Ilancourt. en 1970, dirigiéndose a los obreros, especie de
D iógenes convertido en arengador. esperando una fra
tern idad de adopción, soñando en una libertad revolu
Cionaria. N os equivocaríamos si clasificáramos rápida
mente esta imagen en el álbum de las utopías caducas,
pues más allá de las viejas chifiaduras obreristas, tal ima-
Pla'doye' pour les 'ntellecwe/s. Galllmard (coll ,<Idees») . 1972. pp. I 3- 14
gen manifiesta la actitud de un pensador que rehuyó has
ta el final toda complacencia consigo mismo. Sartre puso
en duda, infatigablemente, todas sus certezas, y su diálo
go con los demás, con los más ajenos a él, lo llevó siem
pre a nuevos planteamientos. Si bien los años que siguie
ron a su muerte vieron el regreso del realismo político y
de la resignación cínica, los trastornos relacionados con
la globalización contemporánea hacen que vuelva la figu
ra de aquel que conjugó la rebelión y la esperanza. Pero
no retorna tal cual, y se nos aparece, veinticinco años
después de su muerte, con una complejidad formidable.
La energía y la trayectoria de Sartre atravesaron pensa
mientos, libros, seres, lugares e historias para inquietarlos
y sobrepasar los. Siempre a la delantera de su propia
obra, el autor dejó sin terminar muchos de sus libros. La
imposibilidad de acabarlos, debida a la profusión de ideas
y de escritura, lo caracterizaba al punto de producir
objetos monstruosos, a la vez macizos y desbordantes,
t rastocando todas las normas. Nadie vio nunca que deja
ra ni de escribir. ni de aprender. ni de amar. ni de com
prometerse, ni de viajar. Él mismo intentaba asir su vérti
go, menos para afianzar su trayecto que con el fin de
proyectar aún más las revoluciones que lo hacían avan
zar. Expresó este movimiento con la figura de la espiral.
la reanudación del pasado que gira y se nutre de las vuel
tas infinitas y recupera sus antiguas vueltas. Sin embargo,
esta t otalización retrospectiva construye la ficción de una
unidad que desmiente la multiplicidad de Sartre, que
escribía simultáneamente los textos más diversos. Más
que ceder al fantasma de la unidad o a la periodización
escolar de su pensamiento, preferimos hablar de conste
laciones, de trayectorias y de destellos. En el siglo que
irradian se ha pensado cur iosamente en Sartre, en su
conciencia libre y rebelde. Sus resplandores, excesos y
luces nos impiden creer que la suerte esté echada.
20 Biblioteca de México
• Funerales de Sartre en 1980. al que asistieron 50 mil personas ~
, PROSA Y POESIA
Biblioteca de México agradece la colaboración de instituc iones y amigos para la conformación de esta pequeña muestra de literatura venezolana. especialmente a la Casa Andrés Bello y a su director el poeta Luis Alberto Crespo, a Miroslava Cardiel, al poeta Santos López. dil-ector de la Casa de la Poesla Pérez Bonalde, a Carmen Verde, directora de la editorial Eclepsidra, a Nelci Mann. Korinna Bustamante y Pablo Villamizar de Monte Ávila Editores Latinoamericana, a Bernardo Infante Daboín, director de bid & co. editores, así como a los propiOS autores que consintieron en la reproducción de sus obras.
ANDRÉS BELLO
A la nave* ODA IMITADA DE LA DE HORACIO O NAVIS. REFERENT
c ..... 4....,~ ~ "',. ~ l ~!:::' ,"'~ .... , • •
• ~ .- ~ ~~..u ,~:~ :'~~~~~ ~ .... ,,~-""""' .. ~!
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...... _-..1 4~ .. ~ 1..,.. ~_...A ... '"
,;¡" , .... ~ .. I .,., "._..... ~,J..,
"4'~:'·. t~-':, :-..:: .. , .. _;~4-# ,. .. ~ ft ..... "'" .. ... .,.~ .' ......... .... -
.... - ". . '
v. I 6 En el manuscnto onglnal apal'ece tachado ondas. y sustituido por olas
\. 26 En el manuscnto onglnal aparece tachado esws olas. y sustituido por los ondns
¿Qué nuevas esperanzas
al mar te ll evan? Torna,
torna, atrevida nave,
a la nativa costa.
Aún ves de la pasada
tormenta mi l memorias,
¿y ya a correr fortuna
segunda vez te arrojas!
Sembrada está de sirtes
aleves tu derrota,
do tarde los peligros
avisará la sonda.
¡Ahl Vuelve, que aún es tiempo,
mientras el mar las conchas
de la ribera halaga
con apacibles olas.
Presto erizando cerros
vendrá a batir las rocas,
y náufragas reliquias
hará a Neptuno alfombra.
De flámulas de seda
la presumida pompa
no arredra los insu ltos
de tempestad sonora.
¿Qué valen contra el Euro,
tirano de las ondas,
las barras y leones
de tu dorada popa?
• Publicada por pnmera vez en JUICIO Cn·~co. 186/ . De ahí denvan las ediciones posteriores. que han Sido numerosíslmas. La reproducimos del manuscrito on.
glnal . con las vanantes de redaCClun La fecha de composICión es Insegura. Se da habitualmente el año de 1808. (COMISIOH EDITORA. CARACAS). Los textos. manus.
cntos. Ilustraciones y conrespondenCla de Andrés Bello fueron tomados de Obros Complews de Andrés Bello. tomos l. V. XXIV Y XXV. La Casa de Bello, 1981. Caracas Venezuela
22 Biblioteca de México
Nycticorax Europaeus, dibujo de A. Bello Scoppus Umbretto, dibujo de A. Bello
¿Qué tu nombre, famoso
en reinos de la aurora,
y donde al sol recibe
su cristalina alcoba?
Ayer por estas aguas,
segura de sí propia,
desafiaba al viento
otra arrogante proa;
y ya, padrón infausto
que al navegante asombra,
en un desnudo escollo
está cubierta de ovas.
¡Qué! ¿No me oyes? ¿El rumbo
no tuerces? ¿Orgullosa
descoges nuevas velas,
y sin pavor te engolfas?
¿No ves, ¡oh malhadada!
que ya el cielo se entolda,
y las nubes bramando
relámpagos abortan?
¿No ves la espuma cana,
que hinchada se alborota,
ni el vendaval te asusta,
que silba en las maromas?
¡Vuelve, objeto querido
de mi inquietud ansiosa;
vuelve a la amiga playa,
antes que el sol se escondal
23 Biblioteca de México
DE SERVANDO TERESA DE MIER
Cuenta los sucesos que le acontecieron durante los últimos años en la lucha por la independencia de México. Opina acerca de la situación de las nuevas naciones americanas. Recuerda a los amigos de sus días en Londres:
Mi querido Bello ':
Esta carta va a la aventura pues no sé su paradero. V. me creerá muerto como al infeliz Mina2 y a mi criado Antonio con casi todos cuantos fueron en la temeraria expedición de aquel valiente joven que con 290 hombres hizo prodigios, destruyó 5 a 6 regimientos europeos y derrotó el ejército virreinal. Pero tuvo la desgracia de desembarcar a una época en que la insurrección estaba casi concluida y desembarcó a 200 leguas del teatro de la guerra.Yo caí prisionero en el fuerte de Soto-la-marina pero no se atrevieron a fusilarme, querían que pereciera trayéndome con grillos 300 leguas por la cima de los andes, donde sólo me quebré el brazo derecho que me ha quedado estropeadísimo, y me sepultaron en la Inquisición donde estuve 3 años. Salí porque se extinguió y me mandaban a España. La culpa de todo era mi Historio de lo revolución de Nuevo Espoñ03
• Me escapé en mayo del morro de La Habana y cátame aquí.
Pero ya sabrá V. la nueva insurrección que resultó en México el 24 de febrero de este año, en que el coronel realista Iturbide4 alzó bandera por la independencia absoluta de España bajo un emperador llamado para serlo a Fernando VII o a los infantes' . Este ha sido un golpe eléctrico que se extendió de un extremo al otro del Anáhuac reuniéndose a Iturbide casi todos los jefes realistas y patriotas con sus tropas, las ciudades y villas abrieron sus puertas y no les ha quedado a los realistas españoles sino Veracruz y la ciudad de México sitiadas estrechamente. El resto del reino entero está libre. Los godos en México depusieron a Apodaca6 como antes a Iturrigarai: pero llegó de virrey sin este nombre Don Juan O'Donojú' . Pidió en una proclama permiso a los independientes para pasar a México suplicándoles suspendiesen las armas hasta recibir el correo de 24 de junio.
• Del onglnal manuscrito
Mier debiÓ haber conocido a Bello hacia 1812 cuando Blanco Whrte publica
en su periódico (a partir del número nueve, del 13 de septiembre de 1812) el
texto Carta de un Amencano en Español que Mler firmó con el seudónimo
Doctor José Guerra
F,'anclSco Javier Mina, liberal navarro que a los 28 años Invade México junto
con Mler y los otros 22 ofiCiales y que muere fusilado el I I de noviembre de
I 8 I 7 en el Cerro del Vellaco
H'stono de la RevolUCión de Nuevo Españo. Antlguame'/re A.1óhuac. o verdadero
origen, causa de ella y lo RevoluCión de sus Progresos hosco el presente año de
181 3. Londres, Imprenta de Guillermo Gl/ndon. 18 I 3, 2 volúmenes
Agusiín de Iturb,de (1783-1824)
Mler alude al Plan de Iguala (conOCido con el nombre de LasTres Garantías) "en
el que se establece la conservac,ón de la IgleSia CatóliCa. la absoluta Independen
cia de MéliCO como monarquía. con una ostensible adheSión a Femando '/11, y la
unión de españoles y mel/canos en términos de amistad". En: EnCiClopedia Unlve-so!
l/u\I!odo Europeo-orncnCCJno. tomo " Madnd. Espasa Calpe. 1966. p 317 Juan RlJlZ de .Apodaca y Ellza qUien en 1816 susti tuyó a Calleja del Rey en el
gobierno de la colonld. Tuvo que dimitir' ante el levantamiento del pueblo mexI
cano,! el Ejé .·(,[Q de lOS Tres Gnrc'1r.Ós
José de Itumga,-ay gobernó el VIITelllato de MéXICO desde el 4 de enero de
i 803 hasta el 16 de septiembre de : 808 ti Cap,lan General Juan ODonojú qUien Iba posteriormente a encontral-se
con Iturblde en Cór-doba para firmar en nomb'-e de su goblemo un tratado que
er-J Id confifmdclón del Pian de Iguala
FIlPDELFIA, 7 DE OCTUBRE DE 1821
Servando Teresa de Mler
En el caso que a pedimento de los diputados de México se trató con calor de conceder 3 secciones de Cortes, Consejos de Estado y Supremos Tribunales de Justicia de América. Pedían Infantes, pero sólo se concedían delegados regios. Se convenía en esto en la comisión ultramarina, con asistencia de muchos diputados de las cortes y los ministros. Pero sabida la libertad entera de Colombia, es decir. de toda Venezuela y virreinato de Santa Fe con Guayaquil. de Chile y el Perú excepto Lima sitiada, el día 24 de junio, la comisión redujo su dictamen a que el gobierno propusiera a las cortes los medios que juzgase convenientes para la pacificación de las Américas. Los americanos protestaron y leyeron el día 25 sus proposiciones presentadas a la comisión desde mayo, pero no se discutieron y las cortes se cerraron el día 30.
Sin embargo, el Indicador de lo Habano que es como el papel oficial del gobierno, ha publicado como aprobadas enteramente las bases de los diputados. ¿Para qué? Para engañar a los mexicanos. Con ellas negoció 0'00-nojú un armisticio con Iturbide, y luego adoptó su plan de absoluta independencia, con un emperador. enviándose a España comisionados a ofrecer la corona a Fernando, poniéndose luego una junta provisional de 7 personas; una será O'DonoJú. Este gobierno nombrará una regencia de 3 y la regencia inmediatamente convocará a cortes, iQué desatinos! ¡qué podía producir un asesino decenal de sus compatriotas l ¿Se verificará todo esto? Sí,
24 Biblioteca de México
Óleo de Andrés Bello en la Universidad de Chile
porque era plan de Apodaca combinado con Iturbide, con Inglaterra y la Santa Alianza. ¡Maldito sea Pradt' con su obra de las colonias y radical autor de todos estos desaciertos! Yo he escrito una obrita impugnando con mi acostumbrado calor el plan de Iturbide y la tengo impresa; pero no hay un caraja de barco que la lleve a Nueva España. Estos cochinos de angloamericanos nos han estado mirando fríamente degollarnos y han contratado sobre nuestra sangre para obtener las Floridas prometiendo no ayudarnos. ¡Ah canalla! Vosotros la pagaréis con un emperador en México y tendréis que largar la Luisiana y las Floridas.
Sólo Colombia marcha con paso firme. Está operando su congreso, y la Constitución que rige e hizo el difunto Roscio es buena. No restan sino Cumaná que está pereciendo, Puerto Cabello, digo, su castillo porque lo demás está tomado, donde el hambre compite con la epidemia que se lleva a 20 por día y ya huyeron los generales, porque en la batalla de Carabobo dada el 24 de junio, de 7 mil españoles apenas quedaron 400. El otro punto en Cartagena, pero tenemos la bahía y Bocachica con su dos castillos. Ya habrá caído porque no puede recibir víveres y estaba en el extremo.
¿Por qué no se viene V. a servir su patria falta de hombres sabios? Sí, cuando yo he visto a Revenga de Ministro de Estado, veo que V. debe ser presidente. Dé V. más expresiones a García 'o Ni Real ni Mendez" las merecen. Supe que murió el infeliz de Palacio " . N o esté V. ocioso,
" Dominique de Fourt. Abate de Pradt
'o Juan García del Río
" Luis López Méndez.
'. Manuel Palacio Fajardo.
copie del Museo los dos tomos que hay de Casas '] y hará mucho dinero. Yo he reimpreso aquí su Breve relación '" con un largo prólogo mío. He escrito a Madame Moore desde la Habana y luego desde que llegué aquí y estoy sorprendido de no tener respuesta suya cuando la he tenido de Carlota. ¿Habrá muerto? Si no, déle V. mil expresiones de mi parte, lo mismo a nuestro Blanco y que se sirva darlas a Lady Holland.
¿Ha vuelto por ahí Don Manuel Pinto que llevó 600 ejemplares de mi Historio, o Capdevila que llevo 17m No he recibido un penny de todo. Si acaso estuvieren por ahí, dígales V. que se acuerden de mí.Yo le doy a V. el afecto todos mis poderes y si algo cae , envíemelo V. con carta a Don Manuel Torres, ministro de Colombia, con quien vivo. Sepa V. que hay paquete mensual de Liverpool a los Estados Unidos. Sobre: to Dr Mier --care of Manuel Torres. Philadelphia.
Y adiós, mi caro Bello. Mande V. con con fi anza a su sincero e invariable amigo.
Po. Escribo aho ra también a Mrs. Moore.
S~IWANOO 1)[ M I[R
(En el dOl'so): Europa
Andrés Be llo . Esq .
L.ondon
(En tinta sepia): 13 Cldre ndon Square
(Hay tres ma tase ll os]: 8 de octubre, 2 de novie mbre de 182 1, Y 13
de noviembre de 182 1.
kly Banolorné de l.as Casas
, Se re fiere a Id 8reviSllno relOClón de la de\ /1 uccuin de I(J I Ind,os
25 Biblioteca de México
A SERVANDO TERESA DE MIER
Opina sobre la monarquía en América y le recomienda poner al día la Historia de la Revolución de México.* Londres, 15 de noviembre de 1821
Amigo Mler:
Dos noches ha que recibí la de V. de 7 del mes pasado, que me ha causado el gusto que V. fácilmente puede considerar; a mí tampoco me han faltado desgracias y de las más terribles que pueden afligir a un corazón sensible, como lo es por desgracia el mío; pero en fin , ha habido siquiera el consuelo de no carecer de lo preciso para la subsistencia. Un habanero que ha estado algún tiempo en Londres y acaba de salir con destino a Tampico en un buque inglés que lleva una máquina de vapor para aplicarla al desagüe de ciertas minas de Nueva España, me ha dado muchas noticias de v., aunque a decir verdad, no he dejado de oírlas con bastante desconfianza, porque el tal sUjeto no tiene el vicio de ser demasiado adicto a la veracidad. Llámase D. Mariano Medina, y me dijo haber navegado con V. de Veracruz a la Habana.
Acá como V. puede considerar han hecho muchísimo ruido las últimas novedades de Nueva España. Todo el mundo tiene la más alta Idea de las ventajas y recursos de esa parte de América. y éste es el momento en que tiene V. a todo el comercio especulando. Del gobierno no sé qué deCI r. porque sigue con su acostumbrada reserva; aunque siempre he sido y soy de dictamen no t ienen porqué quejarse de él nuestros compatriotas. y que su conducta ha Sido di ferentísimo de la que observa esa repúbltca maquiavél ica. que es de todas las naciones antiguas y modernas la más odiosa a mis oJos. Es verdad que la
Inglaterra, como las otras grandes potencias de Europa, se alegrarían de ver prevalecer en nuestros países las ideas monárquicas; yo no digo que este sentimiento es dictado por miras filantrópicas; sé muy bien cuál es el espíritu de los gabinetes de esta parte del mar, y nunca he creído que la justicia y la humanidad pesen gran cosa en la balanza de los estadistas, pero si diré que en este punto el interés de los gabinetes de Europa coincide con el de los pueblos de América; que la monarquía (limitada por supuesto) es el gobierno único que nos conviene y que miro como particularmente desgraciados aquellos países que por sus circunstancias no permiten pensar en esta especie de gobierno. ¡Qué desgracia que Venezuela después de una lucha tan gloriosa, de una lucha que en virtudes y heroísmo puede competir con cualquiera de las más célebres que recuerda la historia, y deja a gran distancia detrás de sí la de los afortunados americanos del norte, qué desgracia, digo, que por falta de un gobierno regular (porque el republicano jamás lo será entre nosotros) siga siendo el teatro de la guerra civil, aun después que no tengamos nada que temer de los españoles!
Pero dejemos ese asunto, y tratemos de los personales de V. La señora Moore vive; la fortuna o por mejor decir la Providencia ha recompensado la beneficencia, dando a su marido una herencia brillante de ciento cincuenta mil libras esterlinas. Ha recibido cartas de v., y supongo habrá contestado a ellas, pues me consta que ha hecho muchísimo aprecio de este testimonio que V. le ha dado de su gratitud. Blanco siempre enfermo; tan bueno y amable como siempre; pero rara vez tenemos la fortuna de verle en Londres.
fOSJlOGRilfIA
DI~If, ' R' .·t:.o~ DEL ".:\1..-8 •••
I /.1/.'. I I TI VfJ.~ m :,w'/'BflIVII: \ J IJ .~.
26 Biblioteca de México
De los libros de V ni noticias. El diablo sólo pudo haberle metido a V en la cabeza la idea de enviar 750 ejemplares de una obra (cualquiera que fuese) a Buenos Aires, que de todos los países de América es sin duda el más ignorante, y donde menos se lee. 50 ejemplares hubiera sido un exceso, y estoy seguro de que no se habrán vendido 20. Es muy sensible no hubiesen quedado en Londres algunos, pues actualmente ha habido demanda de ellos, y en estas circunstancias se hubieran despachado muy bien. Escribiré a Capdevila y Manuel Pinto para que me remitan 100, Y si logro venderlos aquí, remitiré a V el dinero a donde me indique; pero juzgo necesario que V escriba a dichos sujetos autorizando esta petición que trato de hacerles.
Acá tenemos a Irisarri, Diputado de Chile, que estima a V mucho, y va a escribirle. Dénos V noticias de las cosas de Nueva España, y de las cortes de Madrid, pues acá estamos a oscuras sobre las ideas e intrigas de la corte y la legislatura peninsular.
Fuera muy bueno que V se dedicase a escribir una historia completa de la revolución de México, refundiendo en ella la primera que V dio a luz en Londres; pero en tal caso convendría dejar ciertas declamaciones que no dicen bien a la imparcialidad de la historia, como V sabe mejor que nadie. Se trata simplemente de conservar la memoria de los sucesos; ella basta para llenar de infamia a los enemigos de nuestra causa; y tanto más seguramente, cuanto más justo e imparcial el historiador.Acuérdese V que habla con la posteridad, no con los Canceladas, y con otros periodistas del mismo jaez, cuyas producciones efímeras volverán a los mostradores, en que se educaron sus autores, a envolver allí
. .. "tus et adores, Et piper. et quidquid chortis omicitur ineptis".
Pero me temo que es predicar en desierto, y que la sangre de V es demasiado ardiente para seguir estos conse-
jos, En tal caso no hay que pensar en escribir la historia. Mande V a quién es y será siempre su verdadero amigo.
BELLO
United States
Dr.Mier
Care of Manuel Torres Esq
Philadelphia
[En un borde se lee]: Recibida el 6 de febrero de 1822
En fecha I 5 de marzo envío copia
del artículo marcado + al gobierno
de Colombia en oficio reservado '.
, Los o ficios que se transcriben a continuación se conservan en el Archivo de
San Carlos. Bogotá y se refieren a la carta en cuestión.
Ministerio de
Relaciones Exteriores
Palacio de Gobiemo en Bogotá a 17 de Julio de 1822
RESERVADO
A l Sr. José Rafael Revenga
Paso a manos de V copia de un fragmento de carta, esenta por
Andrés Bello residente en la corte de Londres; y como por ella se ve clara
mente, que sus opiniones son contrarias del todo a nuestro actual sistema de
gobiemo. lo participo a Vd. para que en sus comunicaciones con este individuo
guarde la debida reserva.
Dios guarde a V
PGual
Lo que sigue es copiado de una carta de A Bello, escrita en Londres el I 5 de
noviembre de 182 1. al Dr. D ' Servando de Mier - Acá como V puede conside
rar. han hecho muchísimo ruido las últimas novedades de Nueva España; todo
el mundo tiene la más alta idea de las ventajas y recursos de esa parte de
Amér ica. y este es el momento en que tiene V a todo el comercio especulan
do. del gobiemo no sé que decir. porque sigue con su acostumbrada reserva,
aunque siempre he sido y soy de opinión no tienen porqué quejarse de él nues
tros compatriotas. y que su conducta ha sido diferente de la que observa esa
República (Los Estados Unidos) maquiavélica. que es de todas las naciones anti
guas y modemas la más odiosa a mis ojos. (.,,),
27 Biblioteca de México
ANDRÉS BELLO
ORTOGRAFíA CASTELLANA*
Hasta muy pocos días ha, no llegó a nuestras manos un artículo del Sol de Méjico (15 de julio de 1824), dirigido a los autores del discurso sobre la conveniencia de simpli{lcar la ortografía, que se dio a luz en la Biblioteca Americana, y ha sido reimpreso con algunas adiciones en el tomo primero del Repertorio.
Agradecemos al señor N. N . la comunicación que nos hace; pero hubiéramos deseado una noticia más por menor de la traducción castellana que cita del tratado sobre los sacramentos de la iglesia por el arzobispo de Florencia Martini, impreso con una ortografía que bajo muchos respectos se asemeja a la nuestra. La misma individualidad sentimos echar menos en lo tocante a El moribundo socorrido; pero de todos modos nos lisonjea mucho la atención que algunos literatos de Méjico han prestado a nuestro discurso, sea modificando las opiniones
Grus Clnerea. Shaw. dibUJO de A. Bello
expresadas en él, sea rebatiéndolas. La discusión es el mejor medio de fijar el Juicio; y si mediante ella llegamos a convencernos de que la práctica recomendada por nosotros produciría más inconvenientes que utilidades, seremos los primeros en abandonarla, y nos abstendremos de turbar a la etimología y el uso en el goce pacífico de su jurisdicción sobre materias ortográficas, que a nosotros ha parecido siempre usurpada.
"La ortografía (dice con razón el ilustrado traductor
• Se publiCÓ en El ReperlofloAmenclJno. Londnes. abnl de 1827. pp. 50-56 (CoMI90N EDiTORA. C'IV\C',)
del arzobispo florentino) se reduze al uso de las letras, o de los signos con qe se espresan los sonidos; a la puntuazion para denotar el sentido qe se ha de dar a las oraziones; y a la azentuazion, para distinguir o marcar la cantidad de las silabas, esto es, para qe se conozcan las qe son largas, o en qe se á de cargar la pronunziazion en los casos dudosos,
"En cuanto a la puntuazion, en nada nos apartamos de las mejores reglas rezibidas, Por lo qe aze a los azentos no creemos necesario mas qe uno, qe le usamos solamente en la silaba larga, qe lo reqiere, para evitar eqivocaziones i para uniformar en esto la pronunziazion, qe suele variar en algunas provinzias,
"Yen lo respectivo al uso de las letras, qe es la piedra del escándalo, toda nuestra variación se reduze a suprimir la b, y la u vocal. cuando no suenan, ni azen falta para
Ardea minuta, dibujo de A Bello
qe se pronunzie el sonido qe se quiere espresar; a escluir la k por estraña y superflua, y la x por qe, a mas de ser eterojénea, y no necesaria, tiene diversas pronunziaziones, y es mui espuesta a equivocar su sonido en la lectura, como de facto suzede,
También escluiríamos a la z por sobrante y estraña de nuestro alfabeto, y de uso inzierto, si estuviese en nuestra mano azer qe, escribiendo con c, ca, ce, ci, ca, cu, pronunciasen todos za, ze, zi, zo, zu, por qe entonces pondríamos qa, qe,qi,qo,qu, con q, en lugar de ca, con c, qe, qi, con q, y ca, cu, con c: y con esto seria perfecto nuestro alfabeto: cada signo espresaria un sonido, y no mas, y nin-
28 Biblioteca de México
gun sonido tendría mas qe un signo, qe le espresase, y todos escribirian con uniformidad. Pero como la c en las silabas ca, co, cu, la pronunzian todos como q, y para qe tenga el sonido de ce, o cedo, es menester usar de la z, se conserva esta letra, estendiendo su uso a las silabas ze, zi, qe es en lo qe está la diferenzia, por qe así nadie eqivacará el sonido con qe á de pronunciar; pues nos acomodamos al qe todos dan a la z, y usamos de la c solo para las silabas ca, co, cu, qe nadie errará, por ser conforme a la pronunziazion jeneral de este signo en dichas silabas.
"Por la misma raza n , escribimos, ga, gue, gui. go, gu, con g: y jo, je, ji, jo, ju, con j, qe todos pronunzian sin tropiezo ni eqivocazion; y solo diferimos en usar de la j, y no de la g antes de la e y de la i, en que su sonido es de J, y asi nadie se eqivocará en lo que nosotros escribimos, fijando a cada uno de los dos signos el uso qe le corresponde, conforme a la pronunziazion comúnmente rezibida y no suprimimos la u en gue, gui, por qe pronunziarian je,ji.
"Finalmente, no introduzimos ninguna letra, o signo nuevo, y nos valemos de los nezesarios del alfabeto castellano para los sonidos que todos les dan.
"De esta materia se an escrito de un siglo a esta parte varias obras, y buenos discursos en los diarios de esta ciudad y en los de Méjico, y en las recomendables gaze-
TridactyJa hirsuto. dibUJO de A. Bello
tas de Guatemala, que permanezen victoriosos. aunqe varian en aczidentes: y creemos que si no los siguen todos lo qe los an leido, es por lo que diJO el poeta, que imberbes disdicere, senes perdenda fateri erubescunt. El traductor de ambas obras es vieJO, y á escrito, e impreso otras varias en el metodo comun; pero la corruptela. el uso, y la costumbre misma deben zeder a la razono
"Estamos bien persuadidos de qe la real academia española lo conoze asi, y de qe por pura prudenzia no á echo de una vez la reforma, qe cree justa y nezesaria, a fin de no chocar con la preocupazión y la ignoranzia de los nezios, cuyo número es infinito".
0115 tordo. dibujo de A. Bello
Así dice este literato, y hemos copiado con exactitud su ortografía, para que nuestros lectores menos instruidos vean que ni somos singulares en nuestro modo de pensar; ni han faltado hombres juiciosos que llevasen las reformas de materia de escritura algo más allá que los editores del Repertorio. Nuestro sistema no es nuevo, ni, cuando dimos el artículo citado de la Biblioteca, tuvimos la menor pretensión de originalidad. Si se examinan nuestras reglas ortográficas, se verá que apenas hay una que no haya sido puesta en práctica antes de ahora. Tenemos a la vista la primera edición del Terencio traducido por Pedro Simón de Abril (Alcalá de Henares, 1583), yen ella
29 Biblioteca de México
observamos que se escribe el verbo haber sin h; los verbos hacer, deCIr, traducir, inducir, los nombres jueces, veces, vecinos, vecindad, haciendo, y otros semejantes con z': la preposición o y la conjunción o sin acento. En el Sabio instruido de la gracia del padre Francisco Garau (Barcelona, 171 1), tenemos excluida la h de todas las voces en que
no suena; los plurales veces, cruces, luces, los derivados lucimiento, lucero, voracidad, y otros que se hallan en igual
caso, con z; i por y cuando hace de conjunción, y en los diptongos como rei, voi; o, i, o, sin acento. Iguales observa
ciones pueden hacerse en multitud de otros libros, y no
dejaremos de citar particularmente el ejemplo del erudito Mayáns. Nuestras reformas por otra parte son conse
cuencia inmediata de los principios que ha seguido en las
suyas la Real Academia Española. ¿No se desentendió ésta de la etimología y el uso escribiendo elocuencia, cual, cuanto? ¿Es más repugnante a la vista el sustituir la j a la g en
ónjel, inJenio, que la g a la x en exemplo, exercicio? Se pudo
poner i por y, en bayle y peyne, ¿y no se podrá hacer otro tanto en taray, convoy? Si los que reprueban nuestro sis
tema condenasen también el de la Academia, serían a lo
menos consecuentes, y mostrarían conducirse en sus jui
cios por algún principio racional, y no por el hábito enve
jecido de preferir autoridades a razones.Y si condenan las
reformas de la Academia quisiéramos preguntarles: ¿Qué sistema es el suyol ¿ En qué época de la lengua suponen
fijada invariablemente la ortografía? O ¿en qué consiste la
perfección de la escritura? O ¿con qué argumentos prue
ban que la suya ha llegado a este dichoso término de que ya no puede pasar?
El señor N. N. nos dice que conserva en su poder una carta en que se oponen las objeciones más fuertes con
tra el nuevo sistema por un sujeto de la más recomen
dable opinión. Mucho celebraríamos que nuestro respe
tado corresponsal se hubiese tomado el trabajo de indi
cárnoslas, y que, en obsequio de la ilustración americana,
continuase y diese a luz el discurso que comenzó a escribir sobre la materia.
"El uniformar la escritura (añade el señor N . N., cuya
ortografía copiamos), fijando el alfabeto con los signos
nezesarios para espresar los sonidos de nuestro idioma,
y escluyendo los superfluos, o equívocos, se debe azer
por un cuerpo literario, como la academia de la lengua
castellana. por qe si no, serian interminables las disputas i
costaria mucho llegar al fin. Aora se acaba de instalar el instituto o academia de zienzias i bellas letras, i en esta
debe esperarse qe se tome en considerazion el asunto,
reuniendo a mas de las obras zitadas por ustedes la qe
escribió e imprimió en esta ziudad don José Ybargoyen
otra de un anonimo publicada en Madrid el año de I 803,
la de don Gregorio Garcia del Pozo, impresa en la misma
corte en el año de. i los opúsculos dados a la luz en
821 y 823 en Veracruz i Jalapa por el profesor de primeras letras don Félix Mendarte."
Mucho debe esperarse de la ilustración y celo de los
individuos que componen el nuevo instituto mejicano: pero no esperamos que la uniformidad en materia de
(en 1583 era general escnb,r hoze( dez'( troduZ/( Induz', juezes, vezes. vezlnos,
lez/rrdud. hrwecJo. etc. En esa época (hdsta pnnc'p'os del Siglo XVI) la z repre
senta un sonido distinto del de la ce. Véase Ru~no José Cuervo. DisqUiSICiones
sobre onrlguú orrografi,¡ y pronunCOOClón cmtellonos (en Obras méd/tos. Bogotá.
1944. pp. 353-492). y Amado Alonso. Cronologio ae la IgualoClón CoZ en espo
00'. en HsrúnlC Re\'le", XIX, 195 l. 37-58. 143- 164 .t.,. R)
escritura, que no pudo lograrse durante el reinado de la
Real Academia, sea posible de obtener después de la desmembración de la América castellana en tantos esta
dos independientes entre sí y de España. Tampoco cree
mos que a ningún cuerpo, por sabio que sea, correspon
da arrogarse en materia de lenguaje autoridad alguna. Un instituto filológico debe ceñirse a exponer sencillamente
cuál es el uso establecido en la lengua, y a sugerir las me
joras de que le juzgue susceptible, quedando al público,
es decir, cada individuo, en plena libertad para discutir las
opiniones del instituto y para acomodar su práctica a las
reglas que más acertadas le parecieren. La utilidad de
estos cuerpos consiste principalmente en la facilidad que proporcionan de repartir entre muchas personas los tra
bajos, a veces vastos y prolijos, que demanda el estudio
y cultivo de una lengua. La libertad es en lo literario, no
menos que en lo político, la promovedora de todos los
adelantamientos, Como ella sola puede difundir la con
vicción, a ella sola es dado conducir, no decimos a una
absoluta uniformidad de práctica, que es inasequible, sino
a la decidida preponderancia de lo mejor entre los hombres que piensan.
Pero ¿no es de temer, se dirá, que esta libertad oca
sione confusión, y que, tomándose cada cual la licencia
de alterar a su arbitrio los valores de los signos alfabéti
cos, se formen tantos sistemas diferentes como escrito
res? Nosotros no lo tememos, Entre las varias tentativas
que se hagan para perfeccionar la ortografía, prevalece
rán aquéllas que la experiencia acredite ser las más ade
cuadas al fin; el interés propio hará que cada escritor
someta su opinión a la del público literario; las academias
mismas se verán precisadas a respetarla; y las extrava
gancias no tendrán séquito ni sobrevivirán a sus autores.
Bucco Lothoml, dibUJO de A Bello
30 Biblioteca de México
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POESIA VENEZOLANA
JOSÉ ANTONIO RAMOS SUCRE*
La merced de la bruma
Y o vivo a los pies de la dama cortés, atisbando su benigna
sonrisa de numen.
El cierzo invade la sala friolenta y cautiva en su torbellino las
quimeras y los fantasmas del hastío. Repite el monólogo del
pino desventurado y humedece ioh lágrimas invisiblesl la faz de
los espejos y de las consolas de un dorado t r iste.
Yo diviso a través de la ventana el desmán de un oso y el
sobresalto de unas aves lentas, de sueño precoz. La tarde enga
lana el bosque de luces taciturnas.
El discurso de la mujer insinuante no consigue mitigar la
* Nacido en la ciudad de Cumaná en 1890. Ramos Sucre fue educado en la más
férrea tradición clásica. Nunca se afilió a ninguno de los movimientos literarios
vanguardistas de nuestro país y emigró a Europa, donde ejerció labores diplo
máticas. Su vida. signada por el drama de una enfermedad psicológica, finalizó
con su suicidio en la ciudad de Ginebra en 1930. Su obra, tal como él mismo
predijo. comenzó a ser reconocida sólo varias décadas después de su muerte.
José A ntonio Ramos Sucre. Antología poético. Monte Ávila Editores
Latinoamericana. Caracas. Venezuela. 2004. pp. 133-139
31 Biblioteca de México
BIBLIOTECA BAslCA DE AUTORES VENEZOLANOS
pesadumbre del exilio. Yo padezco el sortilegio de su voluntad
repentina y declaro en frases indirectas el pensamiento del re
tomo al mediodía jovial. Mis palabras vuelan ateridas, enfermas
de la congoja del cielo.
La dama cortés adivina en lontananza un mensaje benévo
lo. Recibe de manos de un jinete menudo y suspicaz el secre
to de la belleza inmortal. el iris de los polos, una flor ignorada.
La zarza de los médanos
y se siente dormido
en el ataúd.
El insomne abre
los ojos
y ve de nuevo el espectro
atravesando la pared
con su cabeza cortada.
El insomne se coloca la cabeza cortada
en el lugar de su cabeza
y empieza a gritar.
pero no grita
El país de mi infancia adolecía de una aridez penitencial. porque nadie lo oye.
Yo sufna el ascendiente de un cielo desvaído y divisaba el El insomne grita, grita,
perfil de una torre mística. pero nadie lo oye.
Los montes sobrios y de cima recóndita prefenan el capuz El insomne flota
de noviembre. Las almas de los difuntos, según eJ pensamien- en el silencio del Universo.
to de una criatura pusilánime, se recataban en su esquivez,
seguían las vicisitudes de un no perplejo y volaban en la brisa
del océano.
Vencíamos el susto de las noches visionarias a través del
páramo, en la carroza veloz. Unos juncos lacios interrumpían
la fuga de las ruedas y la luna indolente vertía a la redonda el
embeleso de sus matices de plata.
La criatura infantil. objeto de mis cuitas, amaba de modo
férvido unas flores balsámicas, de origen sideral, imbuidas en el
aire salobre. Vivía suspensa del anuncio de la muerte y las
demandaba para su tumba. Yo he defendido las hojas monta
races del asalto de las arenas.
El mar salió de sus límites a cubrir el litoral desventurado.
Una sombra muda y transparente dirigió el esquife de mi salud
al reino de la aurora, a la felicidad inequívoca.Yo despertaba de
unos sueños encantados y percibía en el aire del aposento los
efluvios de la maleza fragante .
VICENTE GERBASI*
El insomne
El insomne no descansa.
Cierra los ojos
y sigue viendo un espectro
que traspasa la pared
y regresa con la lámpara
encendida, opaca,
de los muertos.
El insomne toca la madera
de la cama, fna,
A Francisco Pérez Perdomo
• Vicente Gemasl (Canoabo, 191 3·Caracas. 1992), Fue fundador del grupo
Viernes Premio Municipal de Poesla (1943), Premio N aCional de Li teratura
( 1969). Algunos libros Vigilia del nóufrago (1937), Bosque doliente ( 1940), Poe·
mas de la noche y de la uerra (1943), Mi padre el inmigrante (1945), Los espa·
ClOS cólldos (1952). Tirano de sombra y fuego (1955), Por arte del sol (1958).
011\05 de eternidad (196 1), Rememorando la Batalla de Carabobo (1971), Re·
rumba como un sótano del CielO (1977), Un dJ'a muy distante (1988), El solltano
>lento de las hOjas ( 1989), D,amante fúnebre (1991 ), Los onundos del Paral'so
Vicente Gemasl, Antolog,'a poética, Monte Ávda Edrtones Latlnoamencana.
Caracas, Venezuela. 2004, pp 234,235 y 255
Hojas
Qué silencio
tan profundo
se oye en tu muerte.
Se abre el arcoiris
en la soledad
de la tarde.
Sólo oraciones
se oyen en el curso
del no.
El agua habla
con las piedras.
Tú y yo
permanecemos
callados
bajo un cielo
de hojas que vuelan.
32 Biblioteca de México
PÁLMENESYARZA*
Después
Nosotros no podremos romper con el recuerdo
porque la trabazón del mundo nos aprieta.
- Mañanas afligidas con niños moribundos
palpitan en el pecho de la aurora del tiempo-
Árboles deshojados, aspiraciones yertas
de imprevistos veranos surgirán inminentes.
Fondos de secos cauces que la luna interpreta
tenderán la nostalgia larga de su belleza.
Seremos viejos templos de fallidas creencias.
Nos buscarán los cantos de nuestros hondos ritos
por cielos displicentes.
Veremos la corona que unió nuestras cabezas
fragmentada en los astros: en el rocío, cayendo!
Siempre habrá calles so las que digan nuestra historia.
Cipreses que acompasen la voz de los silencios.
Ríos que sigan llorando de distantes ausencias,
• Pálmenes Yana publicó su primer poemario en 1936, bajo e l emblemático y sorprendente titulo de Pálmenes YafZa. es decir, su propio nombre. La entonces joven poeta exhibía su nombre con audacia, en una época en la que todavía muchas mujeres se sentían obligadas a ocultarse detrás de un seudónimo. Su libro más reciente. titulado Expresiones. se editó en 2002 La escritora lleva, pues. sesenta y seis años entregándonos sus textos. de una manera sostenida y consecuente.
Pálmenes Yana nació en Nirgua, estado Yaracuy. en 1916. Premio Municipal de Poesía en 1974 con su poemario Contraseñas del ~empo.
Pálmenes Yana. Antología poética. Monte Ávila Editores Latinoamericana.
Caracas. Venezuela, 2004. pp. I 1-12 Y 99-100.
blancas ermitas pálidas, encrucijadas cómplices
y aldeas en secreto.
Al envés de mi luz tu sombra hallaré en reto:
En mi luz la contienda de tu mirar inmensol
Nuestra voz no caerá, el cielo no bosteza,
seguirá, grito erguido. cabalgando en el éter.
No podremos perdernos: las almas lo comprenden,
y al huir nos buscamos. Nuestro amor es esférico.
Podremos no estar solos, podremos no estar cerca.
Pero nunca podremos romper con el recuerdo.
Recomienzo
Es un rumor continuo cuanto fluye
la vida entre la muerte hora por hora:
cada segundo su reciente entrega,
su interminable huirse y encontrarse.
Escúchase ahuyentar un hilo de agua
permanente, a la taza donde espera
esa boca abismal que lo consume
en su febril rescoldo de latido.
A ninguno esa voz podrás oír;
resuelta así la vida en sorda escucha.
N adie comparte el tono ni la huella
por donde escurre su ola nuestra sombra.
Todo va de reflejo en pos de un término,
de un nuevo ser; de un descubrimiento.
Toda criatura, de su modo último.
Este buey de nostalgia rumia la indiferente
lumbre de un astro 5010 , hito en la noche vana
y la cencida ruta deshijada en la fuente .
Cualquier niño harapiento me lo erige en el alma.
La soledad le vierte sus filtros en creciente.
La taciturna cima, su estatismo le estampa.
Desciende por manoJos de limbo hasta la frente.
Este buey de nostalgia rumia una voz lejana.
Si extrañó 105 erales, no le inquieta el invierno.
Si se mudó sus oros, no lo apremian 105 días.
Su horizonte es un alto tenebrario de heleros.
Tal vez busque la veta de algún camino eterno.
Este buey de nostalgia - pastor sin pastorías
sólo brama y rotura para su propio yermo.
33 Biblioteca de México
ANA ENRIQUETA TERÁN*
Junio
Se podía llegar si se pensaba en algo
hasta las ondas puras del trigal y la noche;
la niebla recostaba sus amorosos gajos
sobre la quieta casa sumida en tiernas voces.
Crecía la frescura lentamente en el musgo
y rezumaba verdes para el pecho sediento;
rosaledas profundas mecía el mes de Junio.
Junio sobre las niñas cercadas de si lencio.
La madre sobre el tiempo y sobre todo apenas
débil fuerza terrestre sus labios agobiaba,
nos decia de un árbol. un poco de violetas
que en morados ardientes recordaban su casa.
La madre atardecía con un claror inmenso
de poniente y de niñas signadas por la bruma,
la madre con lentísimas aguas por el recuerdo
fluye en tierra labrada entreabierta y fecunda.
El río rumoroso partía en dos la noche
y se elevaba fino por vertical aroma
de lirios y las sombras que los perros recogen
las dejaban al borde de la sala espaciosa.
• Ana Ennqueta Terán (Valera edo.TnuJlllo. 1918). Ha publicado numerosos títu
los como: Al norre de la sangre ( 1 946). PresenCia terrena (con prólogo de Juvenal
OrtlZ Saralegul. 1949). Verdor secreto (editado por Cuadernos Julio HelTera y
Relsslg y pmlogado por Juana de Ibanbourou. 1949) y De bosque a bosque
( 1971). Monte ÁVlla Editores ha publicado de ella Libro de los O(JClOS (1975).
MÚSIco con pie de salmo (1985). Casa de hablas (1 991 ). Albatros (1992) Y Anto
logia min,ma (2003). Se le con~ere el Premio NaCional de Literatura en 1989
Ana Ennqueta Terán Anta/ogia poéuca. Monte Ávila Editores Latlnoame
ncana. Caracas. Venezuela. 2005. pp. 45. 46 Y 129.
Que los trigos mecían blandamente la casa
y la niebla cercaba sus serenas fronteras
nos lo decía Junio con sus voces de agua;
Junio sobre los hombros del padre y de la ausencia.
El huracán nocturno nos llevaba tan lejos
que acariciar pudimos los potros de la bruma,
y los amaneceres nos traían de nuevo
a la suave colina naciente en luz fecunda.
Crecíamos en fuegos de profundos metales
en floraciones hondas, en lejanos impulsos,
donde el árbol tremía dulcemente en la sangre
y copiaba en el fruto la redondez del mundo.
Lenta humedad seguía los pasos de la hierba
hasta un verde tiernísimo de jardín por el este;
la niebla nos dejaba sus extrañas doncellas
sobre los torsos ávidos de los adolescentes.
Ir y venir
D ejad que aparezca apoye su frente en borde sagrado.
Indague del árbol vuelo suelto y osadías de tonos;
penachos de jadeos, cabezadas de copa en alto
para encender respiros y casi lluvia por llegar
por asumir destino yendo a brumas, a colgajos de humo.
Todo visto, real al tacto, rasgado y nítido al oído.
Todo empalmado a bestias de antiguo, marcado modo.
Firma lujosa siguiendo alambre y fríos de libertad.
Firma para rodear el árbol con una esfera de sonido,
con una pajarada azul-negro y muchos hilos
[desmenuzados en el ir y venir.
JUAN SÁNCHEZ PELÁEZ*
XVII
No quiero hincharme con palabras.
Pienso en los indios y en los barcos de vela
y miro el ramo de magnolias
Que cae en el agua de la cascada.
Una balada tan nostálgica que ya no tiene significado
Se escucha en la otra orilla.
Veo, danzando entre las hojas verdes y la hoguera.
Al antiguo guerrero,
Libre de riesgo, como en colina de recreo.
Cuando el Océano es infranqueable,
• Sus libros: Elena y los elementos ( 1951 ). Animal de coswmbre (1959), F¡ltaClón
oscura (1 966). Lo hUIdiZO y permanente (1969), Rasgos comunes (1975), Por cuál
causa o nostalgia ( 198 1) Y Aire sobre el a,re (1989). La editorial Lumen publicó.
en 2004, poco después de su muerte, una antología con toda su obra en la que
Incorpora nueve poemas Inéditos.
Juan Sánchez Peláez naCió en Altagracia de Orituco (estado Guárico) en
1922. PremiO NaCional de Literatura (1 975).
Juan Sánchez Peláez. Anto/ogio paéuca, Monte Áv,la Editores Latinoa
mencana. Caracas,Venezuela. 2004, pp. 20 Y 25
34 Biblioteca de México
Cuando la limitación humana es grande. y
corremos en busca de perdices. maíz y el
somnoliento fósforo como la lluvia.
Vuelvo a hablarle al antiguo guerrero.
El huésped invisible. adornado con bellas plumas.
Me detiene en el umbral de su casa.
Con un gesto
Ciego
De amor.
XII
Yo me identifico. a menudo. con otra persona que no me
revela su nombre ni sus facciones. Entre dicha persona
y yo. ambos extrañamente rencorosos. reina la beatitud y
la crueldad. Nos amamos y nos degollamos. Somos
dolientes y pequeños. En nuestros lechos hay una iguana.
una rosa mustia (para los días de lluvia) y gatos
sonámbulos que antaño pasaron sobre los tejados.
Nosotros. que no rebasamos las fronteras. nos quedamos
en el umbral. en nuestras alcobas. siempre esperando un
tiempo meJor.
El ojo perspicaz descubre en este semejante mi propia
ignorancia. mi ausencia de rasgos frente a cualquier
espejo.
Ahora camino. desnudo en el desierto. Camino en el
desierto con las manos.
RAFAEL CADENAS*
Ra&eI Cadenas
VemIlS selecto.
You
T ú apareces.
tú te desnudas.
tú entras en la luz.
tú despiertas 105 colores
tú coronas las aguas.
&
tú comienzas a recorrer el tiempo como un licor;
tú rematas la más cegadora de las ori llas.
tú predices si el mundo seguirá o va a caer;
tú conjuras la tierra para que acompase su ritmo a tu
lentitud de lava.
tú reinas en el centro de esta conflagración
y del primero
al séptimo día
tu cuerpo es un arrogante
palacio
donde vive
el
temblor.
(De Una isla)
• Rafael Cadenas. nació en Barqulslmeto en 1930. ha publicado 105 poemanos
Los cuadelnos del desuerro (1960). Falsas manIobras (1966). Imempene (1977).
Memonal ( 1977). Amante (1983) Y Gesuones ( 1992) así como 105 textos
RealIdad y LIteratura (1979). En tomo al lengUaje ( 1985). AnotaCIones ( 1983).
DIchos ( 1992). Apuntes sobre San Juan de la (ruz y la misuca y Enffev/s(Qs (2000) Rafael Cadenas. Poemas selectos. bid & ca. editor. Caracas. Venezuela. 2005.
pp. 1 1. 45.78. 129 Y 138
35 Biblioteca de México
Rutina
Me fustigo.
Me abro la carne.
Me exhibo sobre un escenario.
Allí no ofrezco el número decisivo.
Devorarme ¡mi gran milicia!, pero soy también un armador
tenaz.
Sé reunirme pacientemente, usando rudos métodos de
ensamblaje.
Conozco mil fórmulas de reparación. Reajustes,
atornillamientos, tirones, las manejo todas.
A golpes junto las piezas.
Siempre regreso a mi tamaño natural.
Me deshago, me suprimo, displicente, me borro de un
plumazo y vuelvo a montar, montar al carafresca.
(No se trata de rearmar un monstruo, eso es fácil, sino de
devolverle a alguien las proporciones.)
Planto mi casa en medio de la locuacidad.
Me reconstruyo con un plano inefable.
Calma. Ya está. Entro a la horma
Angst
No es nada, nada
algo sin trascendencia,
nada.
Una dificultad leve
en la respiración.
Problema de angostura
parece.
¿Acaso no sabías
que la puerta es estrecha?
Disyuntiva
(De Falsos maniobras)
(De Memoria0
lo naturaleza de lo poesía
La poesía moderna también tiene reglas; sus guardianes for
man una especie de academia rígida. Como árbitros deciden
qué es poesía y qué no lo es. Poesía, por supuesto, es la que a
ellos les gusta. El espectro de la poesía es muy ancho; pero
ellos eligen una franja y decretan que las otras no existen. Son
monoteístas.
Según los cánones del Intemational Style de la poesía actual, a
que se refiere Michael Hamburger, yo no he escrito ningún
poema. La impersonalidad, el correlato, la máscara, el objeto, la
incoherencia me resultan casi imposibles. Siento algo ficticio,
forzado, en todo eso.
Lo moderno que me atrae sería solamente la proximidad del
lenguaje que uso respecto al habla natural, el verso libre que
evita hasta las menores asonancias, la sequedad insobornable,
la ausencia de figuras literarias, la profisicación del texto, la anti
poesía, la alusión, la ironía. Pero, ¿qué es lo moderno? Los que
viven hoy creen saberlo muy bien, cosa que no deja de sor
prenderme. No sé cómo pueden sentirse tan seguros. En rea
lidad, eso lo pueden decidir solamente los que todavía no han
nacido. Además, ¿es tan importante eso de lo moderno?
¿Y lo intemporal?
El poeta moderno está condenado a ser un "experto", lo cual
se me antoja un poco triste. El anti-especialista por excelencia
se encuentra obligado a jugar el mismo juego que considera
peligroso. Debe estar al tanto de las últimas publicaciones en
su campo, conocer los "secretos" técnicos, saber qué es lo mo
derno (como si esto fuera posible) , sumergirse en teorías, es
tudiar semiótica, etc y después, si sale ileso, escribir amol
dándose a un estilo que los otros "especialistas", los poetas,
aprueben. ¡Cuántos espejismos engendra el pequeño ourobo
ros de los poetas condenados a escribir para poetas!
(De Addenda)
ALFREDO SILVA ESTRADA*
es inintencionada. Movimiento
Yo quería escribir
un poema,
luego tuve la intención
de no tener intención
y el poema se quedó allí
detenido,
atrapado,
carbonizado entre la chispa
de las dos intenciones
y aquí
lo dejo.
G ORAN PALM
(Inédito)
De adelante hacia atrás
como para tomar impulso
o tal vez
como para ocupar en un fragmento de instante el espacio
[hipotético
donde se anudan
donde se separan los cinco sentidos
- cinco sentidos sobre el imposible sentido de la muerte
Hacia atrás: esfuerzo de habitar por un fragmento de instante
entre dos espacios hipotéticos
• Alfredo Silva Estrada nace en Caracas.Venezuela el 14 de mayo de 1933. Es autor de más de veinte poemarios entre los que destacan: De la casa arraigada, (1953); Las morodores, (1975); Cenrro el espacio hostil, (1979). En el año de 1997 obtiene el Premio Nacional de Literatura.
Alfredo Silva Estrada. Acercamientos, Monte Ávila Editores, Attazo~ Caracas, Venezuela, 1992. pp. I 3 I y 205.
36 Biblioteca de México
el espacio donde comienza el nacer - invadido a cada instante
y el espacio puramente conjetural de la muerte.
En vertical dos espacios se confrontan
entre dos concavidades opuestas en horizontal: percepción del
[suelo y percepción del cielo
-suelo y cielo que a través de mi cuerpo
intercambian ecos en un espacio hipotético.
En ese instante
(envuelto yo en una atmósfera magnética
cuando todas las sensaciones se confunden hacia el blanco
hacia un silencio agudo
hacia un punto de aroma y de sabor que aprieto con la punta
[de la lengua)
sólo una sensación parece venir del exterior:
un rayo que atraviesa en diagonal el espacio formado por las
dos concavidades y los dos espacios hipotéticos.
Antes de partir
A ntes de partir
No te detengas a mirar
Esas sábanas en desorden
y ese vaso
Donde tantas veces uno ha bebido
Busca más bien
Los horizontes que puedas tejer como estambres
Los pájaros que comen sobre los hombros de los ciegos
y esa ruta que te lleve
Como una escritura
RAMÓN PALOMARES*
.. aLlOTECA aASICA DE AUTORU VENEZOLANOS
la comida
No me comas Francisco
que soy tu muerte
Yo, la carne espesa de tomates y orégano
yo, la sal
soy tu cuchillo
No me comas Francisco
que soy tu filo, tu punta de flecha,
Yo, el venado
el puerco de monte,
el aguacate y la papa
Soy tu vela de entierro,
tu inCienso, tu urna
N o me comas Francisco que soy tu agua bendita,
las legumbres, yo
tu pala, tu pico
el sitio donde caven tu fosa
No me comas, hijo, no me comas,
que después no podrás vomitarme
• Ramón Palomares nació en Escuque. estado Trujillo. en 19 35. Es fundador del
grupo literario SardiO (1958-6 1). años en los que se publica El reinO, su primer
libro. PertenecIó a El Techo de la Ballena. Maestro. Fue profesor titular de L,
teratura de la Universidad de Los Andes
A lgunos libros: POIsano ( 1964). El ahogado ( 1964), Honras (unebres ( 1965).
Santiago de León de Caracas ( 1967), El vlenteClCO suave del amanecer con los pomeros aromas ( 1969). AdiÓS Escuque (Premio NaCional de Literatura 1974).
Elegia 1830 ( 1980). El vlenco y lo p,edra ( 1984). Alegres prOVinCIaS ( 1988).
Méoda. elogIO de sus n'os ( 1985). Lobos y halcones ( 1997)
Ramón Palomares, Antologia poética. Monte ÁVlla Edrtores Latinoamericana.
Caracas. Venezuela. 2004, pp. 103-104. 177- 178
37 Biblioteca de México
y comió Francisco su noche, su filo, su punta de flecha
y comió su pala y su pico
y la urna
y las velas que no le pusieron.
El jugador
Yo soy como aquel hombre que estaba sentado en una
[mesa de juego
y al promediar la tarde ya estaba bien basado
y dio y dio hasta que estuvo rodeado de montones de plata
y ya en la tardecita era puro de oro
y le llegaban mujeres y le ponían los brazos al cuello
y él se reía
y estaba lleno de joyas, lleno de prendas
y los ojos y las orejas eran de fina joyería
y los bigotes y la barba eran de verdad piedrasl Y muy
Muy preciosas!
y a las nueve ya estaba en su apogeo
y la mesa y los jugadores y los que estaban en lo alrededor
brillaban
y aquello eran nomás soles Y un gran sol que era él
y esa casa era un solo resplandecer y resplandecer
y mientras más entraba la noche
más y más claro se hacía
y el tiempo iba y venía y así
hasta que todo era una gran montaña
y el hombre estaba en el centro y en lo más alto del monte
y se veía como una enorme piedra roja y en lo alrededor
todos eran de oro y todos de monedas
riéndose con aquellos dientes que chispeaban
y hablando con sus lenguas de porcelana y rubíes.
Entonces eran como las doce Y el reloj
dijo a dar las doce
y al ratico nomás quedaba la casa
y al ratico
nomás quedaba la sala con la gente brillando y brillando
y ya no quedaba sino la mesa y los montoncitos de oro
y el hombre miraba a todos lados
y abría la boca y miraba
y desaparecieron las mujeres Y vio los montoncitos de
ceniza
y se quedó desnudo
y se puso a llorar
Ai se dio cuenta Que todo se le había vuelto noche
y resplandores Nadal
Todo de luto y hosco
Yesos ojos de él vieron una luz
y volvieron en sí
y volvieron a mirarse como era él
y tendió la mano sobre los montoncitos de ceniza
sonriendo
Ya me voy -dijo
Me voy como me vine - dijo
"Adiós"
Y se fue por :0 oscuro.
EUGENIO MONTEJO*
Eugenio Montejo
Poemas selectos
&
La estatua de Pessoa
La estatua de Pessoa nos pesa mucho,
hay que llevarla despacio.
Descansemos un poco aquí a la vuelta
mientras vienen más gentes en ayuda.
Tenemos tiempo de tomar un trago.
Son tantas sombras en un mismo cuerpo
y debemos subirlas a la cumbre del Chiado.
A cada paso se intercambian idiomas,
anteoJos, sombreros, soledades.
Démosle vino ahora. Pessoa siempre bebía
en estos bares de borrosos espejos
que el Tajo cruza en un tranvía sonámbulo.
¿Por qué no va a beber su estatua)
Con todo el siglo dentro de sus huesos
vueltos ya piedras llenas de saudades,
casi nos dobla los hombros
bajo el silencio de su risa pagana.
A Rafael Cadenas
• EugeniO Montejo (Cal'acas. Venezuela. 1938). ha publIcado los Siguientes
libros de poesía: Élegos ( 1967). Muerte y memorra ( 1972). Algunos Palabras ( 1976). Terredad (1978). TrópICO absoluto ( 1982). Alfabeto del mundo (1986).
AdIÓS 01 Siglo xx ( 1992). Partitura de lo cigarra (2999) y Papiros amorosos (2002) .
Ha publicado asimIsmo dos colecciones de ensayos Lo ventano obliCUO ( 1974)
y El taller blanco ( 1983). así como vanos cuadernos de escritura heteronímica
entre los que figuran El cuaderno de Bias ColI ( 1981 ). GUItarra de horrzonte por
SergIo Sandoval ( 1992). El hacho de sedo por Tomás Linden (1996) Y Chamarra
por Eduardo Polo (2004). Antologías de su obra poética han sido publIcadas
en Brasil. España. México. Bogotá. Londres. Caracas y Valencia. En 1998 le fue concedido el Premio Nacional de Literatura.
EugeniO Monte/o. Poemas selectos. bid & ce. editor, Caracas. Venezuela. 2005. pp. 77-78. 86-88
.... Paisaje de Venezuela 39 Bibl ioteca de México
No hay que apurarse. Llegaremos.
Lo que más cuesta no es la altura de su cuerpo
ni el largo abrigo que lo envuelve
sino las horas del misterio
que se repliegan pétreas en el mármol.
Cuanto a diario soñó por estas calles
y desoñó y volvió a soñar y desoñar;
el tiempo refractado en voces y antivoces
y los horóscopos oscuros
que lo han cubierto como una gruesa pátina.
Alzar sólo su cuerpo sería fácil.
Aunque se embriague no pesa más que un pájaro.
Adiós al siglo xx
Cruzo la calle Marx, la calle Freud;
ando por una orilla de este siglo,
despacio, insomne, caviloso,
A Á/varo Mutis
espía od honorem de algún reino gótico,
recogiendo vocales caídas, pequeños guijarros
tatuados de rumor infinito.
La línea de Mondrian frente a mis ojos
va cortando la noche en sombras rectas
ahora que ya no cabe más soledad
en las paredes de vidrio.
Cruzo la calle Mao, la calle Stalin;
miro el instante donde muere un milenio
y otro despunta su terrestre dominio.
Mi siglo vertical y lleno de teorías ...
Mi siglo con sus guerras, sus posguerras
y su tambor de Hitler allá lejos,
entre sangre y abismo.
Prosigo entre las piedras de los viejos suburbios
por un trago, por un poco de jazz,
contemplando los dioses que duermen disueltos
en el serrín de los bares,
mientras descifro sus nombres al paso
y sigo mi camino.
La poesía
La poesía cruza la tierra sola,
apoya su voz en el dolor del mundo
y nada pide
- ni siquiera palabras.
Llega de lejos y sin hora, nunca avisa;
tiene la llave de la puerta.
Al entrar siempre se detiene a miramos.
Después abre su mano y nos entrega
una flor o un guijarro, algo secreto,
pero tan intenso que el corazón palpita
demasiado veloz. Y despertamos.
El naufragio
El naufragio de un cuerpo en otro cuerpo
cuando en su noche, de pronto, se va a pique ...
Las burbujas que suben desde el fondo
hasta el bordado pliegue de las sábanas.
Negros abrazos y gritos en la sombra
para morir uno en el otro,
hasta borrarse dentro de lo oscuro
sin que el rencor se adueñe de esta muerte.
Los enlazados cuerpos que zozobran
bajo una misma tormenta solitaria,
la lucha contra el tiempo ya sin tiempo,
palpando lo infinito aquí tan cerca,
el deseo que devora con sus fauces,
la luna que consuela y ya no basta.
El naufragio final contra la noche,
sin más allá del agua, sino el agua,
sin otro paraíso ni otro infierno
que el fugaz epitafio de la espuma
y la carne que muere en otra carne.
GUSTAVO PEREIRA*
• Gustavo Pereira. poeta y ensayista venezolano nacido en Margarita (1940). doctorado en la Universidad de Paris y fundador del Departamento de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad de Oriente. Ha obtenido numerosos premios. como el Nacional de Literatura (2000). el Ramos Sucre (1997) Y el de Fundarte ( 1993). Director de la Revista Nacional de Cultura (1 999-2002) Y autor de una treintena de libros; su más reciente titulo. Sentimentario (2004). pertenece a la colección Altazor de Monte Avila Editores Latinoamericana.
Gustavo Pereira. Poesía Selecta. Monte Ávila Editores Latinoamericana, Caracas Venezuela. 2004. p.1 04. 134 Y 135.
40 Biblioteca de México
Canción del otro con ceniza
Como plato vacío sobre la mesa donde una tropa
hambrienta espera
Como poste pelado por la lluvia y las tormentas
en medio de un
interminable desierto
Como animal óseo y con lágrimas
que lame con su hocico húmedo y largo los basurales
de la gran ciudad
Como tren abandonado a un extremo de la vía en la que
nadie repara
porque es la vía hacia el desamparo y la desolación
Como un poeta tonto entre miles de técnicos geniales
en las suntuosas oficinas donde se deciden los destinos
las forn icaciones
y el hastío
Como un envoltorio arrugado en el cesto de donde nadie
lo rescata
porque su pobre papel sobre el mundo ya fue
desempeñado
Así tal vez seré algún día
cuando de mi cabeza no salgan pájaros sino pardas
o locas cenizas.
Carta de (des )identidad
Vengo de tres sombras
pero sólo conozco
el desprecio que marcó la calzada que me conducía a
las otras dos
Por muchos años sentí maíz amargo en mis huesos
aunque era dulce la arepa de mi infancia
y soleadas las hamacas que arrebujaban mis espejismos
Por mucho tiempo sentí el escozor del esclavo
y la rodilla rota de los shamanes
pero ¿quién iba a decirme que bajo esta piel blanca había
lejanos pómulos y plumas y escombros
y latigazos y perros
fosforeciendo en los rincones
sacando sus lenguas descuartizadas
bajo los restos de su derrota?
Yo había huido sin saberlo de los tejados adonde los
murciélagos
acuden por las noches a traer de la gran oscuridad el
mediodía
Yo tropezaba en el desierto de mi madriguera
sin saber que más allá las vasijas de barro despuntaban
sobre los tambores
y las flechas escupían su corteza secreta
en nuestra carne
Yo desconocía el rumbo de la madera y el balbucir de las
totumas
y el triste diapasón de las flautas
Yo era un búho más sobre la t ierra
Un condenado de la historia
Hasta el día en que vinie ron hacia mí los viejos coágulos
de aquellas
Sombras
y me persuadí de estas cosas.
lYDDA FRANCO FARíAS*
lisa y llanamente abre los ojos
se coloca la mascara del día
las zapati llas de rondar sobre el abismo
las pestañas de ir a los oficios
las alas de vo lar hasta la fábrica
a marcar la ta~eta que computa
la no vida
he aquí esta mujer lívida como un fantasma
real como una espina o una piedra
que menstrúa
que copula
y se vale de ciertos artificios
como teñirse los cabellos
ponerse sombras en los párpados
sacarle brillo al piso
• Nació en la Sierra de San Luis (estado Falcón) en 1943. Y se radicó en Maracaibo en 1963.
Publicó, ent re otros: Poemas circunstanciales (1 965), Primer premio en el
Concurso Literario del Ateneo de Coro, Edad de los grandes ataúdes (1977);
Summarius, prosa poética ( 1985); Recordar o los dormidos (1994); Descalabros en oberturo mientras ejercito mi coartado ( 1994) con el cual gana el Premio
Regional de Literatura Jesús Enrique Losada, Mención Poesía, otorgado por la
Gobernación del estado Zulia; Bolero o medio luz (1994); Uno (1 998); Antología poético (2002). Falleció en 2004, dejando cinco de sus obras inéditas.
Lydda Franco Fanas, Antología poético. Monte Ávila Editores Latinoameri
canos, Caracas, Venezuela, 2005, pp. 41 Y 84.
41 Biblioteca de México
brillo a la soledad
brillo a la parcela de aliento
que guarda en los cartnagos
en la marejada del corazón
en la penumbra de los sueños
donde a veces relampaguea
la dormida tenaza
guijarro contra espejo
preñez a contracielo
me encontrarán tendida a ras de luna
o flotando lluvia abajo
en la resaca del último cigarro
en el silencio que vibra emparamado
desde donde pronuncio mi postrer discurso
exhortando a los curiosos a que desvíen la atención
hacia otra parte
por ejemplo a ciertas virtudes
que no tuve tiempo de probar
quizás porque no logré lo que quise
un cómodo sofá
un mundo que no cambió
que apenas si empieza a pestañear
ahora que purgo mi orfandad
que los párpados pesan asidos al desamparo
ya voy tierra
ya voy cenizas
ya voy olvido
circulen buenas gentes
aquí no ha pasado nada
regresen a sus oficios
a la sobrecogedora normalidad
SharonTate
Sangre
Sangre
y más sangre
WILLIAM OSUNA*
un flujo de sangre por toda la casa
las luces apagadas
y el cinematógrafo encendido
por última vez
en la última escena
la palabra pig escrita en las
paredes del baño
• William Osuna ( 1948) es poeta. docente. editor. Ha publicado Estos 81 : Mas
si yo fuera poeta. un buen poeta: Antología de lo molo calle: Son José Blues + Epopeya del Gua/re y otros poemas. Dirigió el Taller de poesía del Centro de
Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos. Ha obtenido los siguientes pre
mios: IV Bienal José Antonio Ramos Sucre; Premio Municipal de Poesía Manuel
Díaz Rodríguez; Premio Ciudad de Caracas; primera mención en el Concurso
Internacional de la revista Poesía. Su obra poética ha sido traducida al inglés.
chino y serviocroata. Es editor de las revistas En el cominO y A pleno voz.
William Osuna. Miré los muros de lo patrio mío. Monte Ávila editores
Latinoamericana. Caracas. Venezuela, 2004. pp. 225. 238 Y 245.
no hay ticket de vuelta
ni función continuada.
Por la noche
en los oscuros estudios de Hollywood
un sueño de dólares y gatos perfumados
se une a éste
que finaliza
en un estacionamiento
y hace
que yo despierte
con humo en la boca.
Casi arte poética
Un poema no sale de esta campana sorda.
ni mucho menos
de este bostezo angelical
que teme pudrirse con las palabras.
Un poema - por ejemplo- es capaz
de reventar hasta caminando por las calles
donde quebramos los vidrios hace quince años
cuando entonces llevábamos pantalones mofletudos
y los zapatos gastados en los tacones.
En el mejor de los casos un poema es cuestión
de principios
y en este asunto sabemos que cada quien lleva los
suyos
Un (¡1m imposible de olvidar.
Poetalandia
L os poetas quieren escribir como niñas del San José
de Tarbes, cosa que no estana nada mal, si
fuesen las niñas del San José en persona.
Parecen princesas desanilladas. Toman caña
mala, comen cuca andina, hablan de ambrosía,
y de una miel que no vino del estado Aragua.
42 Biblioteca de México
Antes monan en una barricada. devorados por el
hambre, paraíso de las drogas, arrastrados en el
estiércol de las oficinas, o de amor.
Hoy aparecen como sombras parloteando en un
matorral. Son límpidos e inmaculados. Si fuesen
gusanos vivinan dentro de manzanas de oro.
A los poetas les obsede una dulzura inimaginable.
No se les conoce pares, la mejor especie.
Invocan los caminos de la fama; en esos caminos
trepan alto, andan en zancos por toda la ciudad,
se hacen perseguir por vendedores de alfombras
y artefactos eléctricos.
En los hoteles cuentan historietas de hombres
con gabán, lentes oscuros, noches de apremio en
supermercados y cines.
No revelan, no liberan, se unen a un hilo telefónico,
a una suma bancaria, a una placa de bronce.
en cualquier esquina o salón. Al pasar de los
años devienen en la butaca 1800 en el gallinero
del Parnaso.
Los poetas viven dentro de los poetas. es decir
que allí no vive nadie, sino su pequeña ambición.
Suceden.
EDDAARMAS*
• (Caracas. 1955) Ha publicado los libros de poesía: Roto todo silencio (1975). Contro el aire (1977). Cuerdas de serpiente (1985). Rojo circular (1992). Sable (1994. Premio Municipal de Poesía 1995). La otro orilla (1999). La mujer que nos miro (2000). En bicicleta recibió en 2002 el Premio de Poesía de la X IV
Bienal J. A Ramos 5ucre. Edda Armas. Armaduro de piedro. Ed. Pequeña Venecia. No. 97. Caracas.
Venezuela. 2005. pp. 45 Y 67.
Cuando regresen los guerreros
con la vida metida en una misma maleta
ahorcadas las ideas y los ruegos
quemados ya los libros y los manifiestos
escritos con celo de carcelero
con el coraje de los silenciados
de los que ya se han ido
de la fogata sacarás los ojos
para interrogarlo todo
C astigar los amuletos. Trenzar
la suerte con la cinta alrededor del tobillo
no basta. Daga que se enfunda
Cascabel que amarra la luz al encenderla
El lodo en el rostro son las nubes huesas
de todo holocausto
paso de piedra en piedra. Auschwitz
H iroshima. Bosnia. Irak, Bagdad
como piedra honda
La ciudad rota. las ciudades
desde donde esto escribo. Cae. duelen
como cuerpo
como país.
El ojo sangra. El amuleto sangra
Luna que nos sigue. No hay caverna
Saliva amarga lo que tragas
SANTOS LÓPEZ*
Decimos oro
Decimos oro.
y el apetito de lo extraño limpia su camino de saña;
y de lo propio, la roca de los muertos rueda hacia su volcán.
El hombre destinado al péndulo continúa su vaivén de trueque.
A un lado prueba el amor y en el otro, la repugnancia y sus
lenguas.
Al pensar su permanencia, abre un suspenso.
No sigue ningún cauce ni leyenda.
Los anhelos no pasan cuando oímos quietud.
• ( 1955) Poeta Director fundador de la Casa de la Poesía Pérez Bonalde. Libros de poesía publicados: Otras costumbres. Universidad Central de Venezuela. 1980; Alguna luz Alguna ausencia. Fundarte. 1981 . Mas doliendo ya. la Calle Empedrada 1984; Soy el animal que creo. Fundarte. 1987. E/libro de la tribu. Monte Ávila Editores, 1993. Los buscadores de agua. Ediciones de la Casa de la Poesía. 2000. E/ cielo entre cenizas. Monte Ávila Editores, 2004. Poemas suyos han sido traducidos al inglés, alemán, francés, chino e italiano. Fue merecedor del Premio Municipal de Poesía en dos ocasiones: 1986 y 200 l .
Santos López, Soy el animal que creo. Antología; Colección Vitral es de Alejandría. Grupo Editorial Eclepsidra. Caracas, Venezuela, 2004, pp. 141 Y 160.
4l Biblioteca de México
Decimos verdad.
y de qué manera gozosa el caos agrada a nuestros sentidos
y los disuelve en su hora.
El cielo en la balanza es apenas un huésped del día
La luz hace luz en las palabras.
y la noche tiene un préstamo pálido de la imaginación;
y es prenda de la blasfemia bajo un sol celoso.
Decimos adorno.
y venimos al mundo en dos tiempos inseparables:
Un milenio de mentiras recalentado en su sed
y otro de fantasía, donde las aguas se beben estancadas.
Contemplación
Esta noche he sacado mi estera a la luz de la luna
y sobre una piedra me acuesto a ver el cielo.
Ahora puedo reír y volar a mis anchas.
Aquí todo es resplandeciente .
Después del redondo espejo en el cruce de la entrada,
Aparecen las grandes terrazas de los astros,
El plumaje de las estrellas que se queman,
El torrente de aguas que no se encoge,
Las ondas celestes que navegan sin sombras,
El torbellino transparente de nubes,
El paso tembloroso del arcoiris,
El árbol de rocío que nunca cesa
y las murallas de vapores y lluvias.
Vi todo esto en el cielo acostado en una estera
Sobre una piedra negra a la luz de la luna.
MARISSA ARROYAl*
Vertiente norte
Hay un puente
Qué nos han dejado
la transparencia de la mañana
el cuarzo rosado
de una rama de apamate
las crines de los caballos
relucientes de rocío
la niña bajo las bungavillas
y un perfume en la mirada
que a sí misma se mira
Vida en el desierto
Tras las dunas
Marissa Arroya/
los vientos se agitan y ululan y bruñen
las torres ojivales de obsidiana
en el tumulto de arena y sal
a tientas hilo con hebras luminosas
la frescura del pozo
que guardan el león y el unicornio
.Venezolana nacida en San José de Mayo. Uruguay. en 1959. Ha colaborado con
la producción de la Semana Internacional de la Poesía. organizada por la Casa
de la Poesía J. A Pérez Bonalde. Obtuvo mención de honor en la V bienal de literatura Mariano Picón Salas de la Universidad de los Andes. Premio Caupolicán
Ovalles, con el poemario Vertiente norte. Su poemario infantil Guoroiro Repono fue finalista en la Bienal latinoamericana y del Caribe de Literatura para Niños
"Canta Pirulero". del Ateneo de Valencia Marissa Arroyal. Vertiente Norte. Ediciones Actual-Universidad de los
Andes. Mérida. Venezuela. 2004. pp. 61 Y 93.
... Caracas vista desde La Rinconada 45 Biblioteca de México
JUAN CARLOS LÓPEZ QUINTERO*
de no a no
JUJIl Carl", Lóp"] QUIIllcrn
al pie de la página
l, IU I'o r llllnlll\1 I III!"\IIII{
(, 11)-1\11'" \'IIR.\I'\ 01 \ 111' ..... ORlo\ P'll ,l"
no me conformo con tener cabeza de chacal
barbilla perfilada que no deja apoyar mano alguna
la casa grande y eterna del faraón
no
hay un deseo de saber que no teme pena
y enmudece las palabras
tengo que aceptar en la oscuridad
los jeroglíficos de la angustia
de un aquí y un allá
entre un no y no
agua de fuego fuego de agua
han tendido el odio y todos somos presas
triunfo de aquel que vive de su pr isionero
agua sal agua dulce
las manos no encuentran los caminos
esperamos sentados
el agua del aliento el aliento del fuego
nuestro pasado su futuro su futuro nuestro pasado
el presente unísono reflejo
nubes y vientos vientos y nubes
• Caracas. 1963. Es poeta. critico y filósofo del arte. LicenCiado en Arte (Aca·
demla P,etro VannuCCl di Perugla. Italia. 1989) y en Filosofía (Universitá degli
Studl di Perugla. Italia. 1992). Tiene postgrado en Estét ica y Artes Visuales
(Essex Unlverslty. Inglaterra. 1995). Una selección de poesías de su manuscri
to "A" fue publicado en la Antologio de la poesia launoamencana del siglo xx. El
turno y la tranSICión. compilada por Julio Ortega para Siglo XXI Editores
Juan Carlos López Quintero. Al pie de la página. Colección Vitrales de Ale
Jandría. Grupo Editorial Eclepsidra. Caracas. Venezuela. 2005. pp. 36 Y 40
han tendido la red donde caemos con muecas y sonrisas
laurel de puños
vino de salivas
pan de hambre
han tendido el agua y el fuego
EZEQUIEL BORGES*
Ezra
Nunca daría un ojo por ti Ezra Pound
Sólo quisiera que nos sentáramos a remar un poco
en la vieja barca de los días
y esta vez me gustaría que dijeras lo que amas
No tendría yo piedras acumuladas
para distraer el tiempo del agua
Tu sabrías escucharme, a golpe de remo
Yo sé que dirías la palabra justa.
N o daría un ojo por ti Ezra Pound
El oro no está lejos
El oro pesa igual en nuestras manos
• Ezequiel Borges (1964). poeta venezolano. periodista y traductor; es una de
las voces más particulares de la joven poesía venezolana actual. De su palabra
emanan múltiples universos expresados sorprendentemente, encuentros insó
litos con épicas y fábulas milenarias. mitos subyacentes en la memoria y el alma
colectivas que afloran como enigmáticas experiencias personales.
Ezequiel Borges. Treinta poemas. Comala.com. Caracas,Venazuela, 2005. pp.
13 Y 32·33.
46 Biblioteca de México
También el miedo es nuestro
Nosotros que soñamos lo infinito,
sabemos que nuestros árboles
-como la lIuvia-
sucedieron ayer
Mañana las lunas perderán el sentido.
N i un ojo por ti Ezra Pound
Un día, cuando estés loco,
iré a llevarles pedazos de pan a tus palomas
Mientras tanto, ojalá olvides, entre otras cosas,
la voz de Radio Italia.
Aunque podría decirte que el amanecer nos muere
Que este es el crepúsculo de levantarse
Hoy muchas estrellas brillan de pronto
Rojos oscuros, franjas azules, gris bellísimo
Todo dentro de nosotros.
Ya no hay ojos para ti Ezra
Te perdonamos, perdón ate tú ahora
La vida es un animal en presente
Si estás ciego, si estás enfermo, si estás cansado
Descúbrete, vuelve a nadar el río
Cuéntanos el último tonko de los pájaros
Ahora que estás verdaderamente solo
Cuéntanos la risa de la luciérnaga
Con esa tos tuya
Amigo
Cuéntanos el amor que no tiene tiempo.
Cuadrilátero
Se llamaba Jack Johnson,
se llamaba Jack
Y cuando cruzaba la gran puerta de Harlem
se quebraban los espejos
y los niños negros jugaban a cantar
el humo de sus bocas
Esa luna que brillaba era una cama
para los niños en el frío
Y él era un hombre de arcilla vestido de ghetto
Jack era un hombre de arcilla
Un hombre terrible
Decidido a quebrar el mar con las manos
Pero aquel umbral que cruzaba no era para él
Era para los que cruzaban día a día
la soledad y el hambre
Él peleaba por ellos largos asaltos
En las noches rojas
Jack
CARMEN VERDE AROCHA*
VI
El hombre estaba guardado en mi bolso.
Iba conmigo al colegio.
Era gallardo.
Llevaba el cielo en los huesos,
entraba en remolino.
No podía oír las clases
porque me molestaba con su amor.
Una noche quise vengarme.
Sus manos eran largas como un río.
Traté de dormir,
los ojos se fueron cerrando.
El hombre roncaba
en su intento de enseñarme a multiplicar
los murmullos.
Así quedó todo, en murmullos.
Finalizó el año escolar.
Al hombre se le llenó el cuerpo de uvas.
Se trataba de un ánima.
Por él decido volver al Convento.
(De Amentio)
• Carmen Verde A rocha (Caracas. 1967). poeta y ensayista. es licenciada en
Letras de la Universidad Católica Andrés Bello. Ha publicado cuatro libros de
poesía: Magdalena en Ginebra (1994). Cuira ( 1997). Amencia (1 999) Premio de
poesía del II Concurso Literario A nual Aristides Rojas. y Mieles (2003).También
publicó el libro de ensayo El quejido trágico en Herrera Luque ( 1992)
Carmen Verde Arocha. Mieles. Poesía reunida. Monte Ávila Editores Lati
noamericana. Caracas Venezuela. 2005. pp. 63 y 99-10 l.
47 Biblioteca de México
La concubina
La concubina vive cerca del Monasterio,
en un pedazo de t ierra,
escogido para guardar los secretos de la tarde,
y doblar la tarde como si se tratara
de un vestido largo con grandes pliegues.
Se levanta temprano,
va descalza a la montaña para ocultar el odio
debajo del racimo de una palmera.
N unca ha olido el perfume de las flores secas.
Siempre lo mismo,
el pecado retenido entre el cielo y los labios,
esperando un cambio de luna para acercarse a Dios,
ofrendar un té de hierbabuena,
ovejas y leones.
Quitarse un poco de ojos, de oído, de palabras,
todo aqu~lIo que estorbe en la oración.
Por eso nunca está de cumpleaños.
De pie con la espalda hacia la puerta
espera la edad de los días.
La casa de la concubina, grande y espaciosa,
no t iene nada que envidiarle al Monasterio.
Es una casa que se ha caído varias veces,
luego vuelve a edificarse.
¿Qué es lo impuro?
preguntó la última vez,
que venía de pedir perdón
t raía consigo un mandato:
Hay que silbar a los perros
para que nuestra sombra esté lista a la hora de amar
La concubina disimula cuando su cabello
comienza a volverse ceniciento.
Siempre hay un hombre que vive en la casa con ella,
saca el hierro de su cint ura
cava hondo con una pala,
y le recorre el destino.
El humo se sostiene en el aire,
la canela en las manos,
y milímetro a milímetro la serpiente va debajo
de la tierra,
mientras ella de regreso,
lejos de todo reproche
canta:
El amor
siempre lo sueño
con un pájaro en los dientes
y el aire eleva
una a una las plumas de colores.
Esto ocurre en el alma
y ve en el espejo blanco,
alzados sus brazos,
el pulgar cerrando sus enormes ojos negros.
Afuera se oía:
"Vida después de la muerte"
era el amolador cruzando la calle.
Hay muchas maneras de amar
Piensa.
y cierra la puerta de los cuartos.
(De Mieles)
MARíA RAMíREZ DELGADO*
• Nació en Los Teques (Venezuela). 1974. Autora de los libros Éramos malos y otros textos agnos (Narrativa. Ediciones Funsagu. 2002) y de haikus En el barro
de Lesbos (Ediciones Funsagu. 2002). Algunos de sus cuentos están en la anto
logía Voces nuevas 1995-1997 del Centro de Estudios Latinoamericanos Casa Rómulo Gallegos (CElARG). donde también participó en los Talleres de Expresión Literaria de Narrativa y Dramaturgia. Ganadora del concurso "¿Qué
es un fetiche)" de clubculturacom en 2002 y en 2004 finalista del concurso
"Cartas de Amor" de Mont Blanc.
María Ramírez Delgado. Quemaduras. Colección VitraJes de Alejandría.
Grupo Editorial Eclepsidra. Caracas. Venezuela,. 2004, pp. 8 Y 25.
48 Biblioteca de México
Tengo esta absurda forma de buscarte
insistente representación
de arrebatar tu mano en una plaza
donde te instituyo cada mañana.
Encontrarte perdida entre carpetas
entre hojas
entre cajones olorosos a polillas
que debieron morir y siguen vivas.
Combino tus olores
sonrío al pensar que me sonríes
que, tal vez, por error
te t ropezaste con mi pensamiento,
me creo así el invento del apego
y juego a que me juegas,
a que también, de pronto,
sin excusas,
eres cálidamente ilógica.
Va comiendo tus piernas un río
desciende raíz
asciende salpicando vino tinto
fluye abriendo piedras
tu franja delicada amputa
arena creciendo detrás de mí.
y entra la mar
como una garrafa rajada en un puerto
te visto de macizo y monte
permaneces
dentro de una esmeralda
ni la canela oscura
cortada por los sacn1egos detiene
tu humedad durmiente.
ERIKA REGINATO*
La vida se desprende
de mi lado derecho
Escucho las promesas
las plegarias del retorno
la voz de la vigilia
del hambre
Me pierdo
entre los muros grises
de esta habitación
• (Caracas, 1977) Cursa estudios de Letras en la Universidad Central de Venezuela Obtuvo la Mención Hononñca en el Concurso Nacional de Poesía para liceístas del año 1995. organizado por la Casa de la Poesía Pérez Bonalde. Ha realizado labores como asistente a la producción y relaciones públicas de la Semana Internacional de la Poesía; a la vez. ha participado en recitales de poesra en programas como "El país en el espejo de la literatura" (1 997), en la Semana Internacional de la Poesía ( 1997). Primer Encuentro de Jóvenes Poetas organizado por el Ateneo de Valencia ( 1998), entre otros. Participó en el Taller
de Poesra dictado por Santos López. Erika Reginato, Día de San José, Colección Vitral es de Alejandría. Grupo
Editorial Ec!epsidra. Caracas. Venezuela. 1999, pp. 17 Y 37.
Con cautela observo
las formas oscuras
que se detienen
en el marco de la puerta
Comienzo a tocarme
el inicio de la errancia
los fragmentos de mi espesor
C amino sobre los cimientos
de tu pueblo
en pena
recuerdo tu vejez
Busco tus manos arrugadas
en el Monte Grappa
Escucho
el ruido de las piedras
los golpes de las ventanas
que penetran
Toda la noche espero
los restos que recorren
estas pesadas telas
estas camas que sostienen
el olor de lo encerrado
fA DE SAN JOSÉ EI(II,>\ RI( , IN ¡, 'I! )
49 Biblioteca de México
GABRIELA ROSAS*
Las costillas
T oca a la puerta
el cordero duerme en las costillas
no he podido ser la mujer
diaria y fría
ni el amor
acostúmbrate a los huesos de María
a su cama
al malestar de vivir un mismo día durante años
dentro de mí
todo está hecho de tierra
es t u culpa el odio que sostienen mis piernas
la voz que me hace falta
aunque nos pese.
¿Cómo salir de tu lengua
sin ser atropellada por tu aliento?
descalza
sin ropajes que puedan lastimarte
dame paso
quiero ser duende que habite tus pupi las
una amante celosa de cualquier ojo
que te pretenda
una criatura valiente
a cambio
una concha marina que te evoque
un mago que me arroje un sueño
donde tú me persigas.
MUDANZA GABRIELA Ro AS
VITRA LE DE A LE.JANORfA
RVI'O EDITORIAL E LEP'i IORA
• (Caracas, 19T1). Ganadora del Primer Premio Nacional de Poesía para Jóvenes
Liceístas (1995), organizado por la Casa de la Poesía Pérez Bonalde. Colabora
en la producción de la Semana Intemacional de la Poesía. Ha participado en
diversos recitales y encuentros de poesía nacionales entre los que se encuen
tran el Primer Encuentro de Poetas y Narradores Noveles organizado por el
Ateneo de Valencia en octubre de 1998, en el ciclo "El país en el espejo de su
literatura", en Caracas, evento organizado por la Fundación Herrera Luque en
1997; el 111 Salón Pirelli de Jóvenes Artistas, evento organizado por el Museo de
Arte Contemporáneo de Caracas Sofia Imber, 1997, entre otros.
Gabriela Rosas, La Mudanza, Colección Vitral es de Alejandría, Grupo Edi
torial Eclepsidra, Caracas Venezuela, 1999, pp. 22 Y 29.
..... Monumento en Caracas 5 1 Biblioteca de México
RE NA TE RAECKE
EL OJO ABIERTO
MIRA EL LIBRO Traducción de Claudia Cabrera
Agradecemos profundamente a las doctoras Barbara Honrath, directora del Goethe-Institut y Maria Linsmann, directora del Bilderbuchmuseum Troisdorf. su generosa autorización para reproducir el texto de Renate Raecke y las imágenes de la exposición Ilustración Contemporánea de Libros Infantiles en Alemania. No menor es el reconocimiento para Eva Maria Hackenberg, directora del Centro de Información del Goethe Institut, Mexiko, AC.
52 Biblioteca de México
El libro alemán infantil ilustrado y la visión del mundo del niño'"
Karl Philipp Moritz, autor de la famosa novela educativa Anton Reiser, I publicó en 1790 su Neues ABC-Buch (El nuevo libro del abecedario), en el que él, apasionado pedagogo y pensador ilustrado, transmitió "con frases sencillas, además de la técnica básica de la lectura -apoyada en imágenes y una prosa rítmica [ ... ]- los fundamentos del pensamiento".2
"Este libro contiene imágenes y letras. La primera imagen [para la letra A] muestra alojo (Auge, en alemán) con el que veo las imágenes. El ojo abierto mira el libro."Y continúa en la segunda página [para la letra B] diciendo: "Quien no sabe leer, sólo ve las imágenes (Bilder, en alemán). El libro (Buch, en alemán) hace más listos a los niños pequeños." Estas frases iniciales ponen de manifiesto que Moritz va más allá de los abecedarios comunes. Ni largas enumeraciones de palabras que empiezan con la letra A (águila, anguila, animal, etc.) ni rimas fáciles de memorizar acompañan al joven lector a través del abecedario. Por el contrario, desde la primera página la desafiante exigencia del autor y el carácter imperativo de sus intenciones quedan más que claro~: ¡Mira bien! ¡Piensa! ¡Establece relaciones! iMira más allá de lo que te muestra la imagen!
Poco más de dos siglos después (en el año 2000) Wolf Erlbruch, uno de los ilustradores alemanes contemporáneos más reconocidos, ilustró la nueva edición de El nuevo libro del abecedario de Karl Philipp Moritz. Las imágenes igualmente geniales que utilizó en este histórico abecedario, ponen de manifiesto las intenciones educativas del autor. Prácticamente no existe un mejor ejemplo para mostrar la fuerza autónoma de una ilustración. Los dibujos y col/ages
· Texto para el catálogo de la exposición montada
en la Biblioteca de México (Sala de exposiciones 1)
del 2 al 26 de marzo de 2006. I La novela Anton Reiser apareció en cuatro partes
entre 1785 y 1790. Se le consideró como un docu
mento autobiográfico único del siglo XVIII. El autor.
nacido en Hameln en 1756. murió en Berlín en 1793.
1 Karl Philipp Moritz. Neues ABC-Buch. ilustración y
tipografia de Wolf Erlbruch. prólogo de Heide
Hollmer. Münich. Kunstmann. 2000. 64 páginas sin
numerar.
de Erlbruch trasladan un antiguo texto a la época actual. La manera en la que convierte en imágenes "los fundamentos del pensamiento" propuestos por el autor es tan sorpresiva como "simple".
Miremos de nuevo la primera página: "La primera imagen muestra al ojo con el que veo las imágenes." Erlbruch hace un escueto col/age con una figura elíptica, en forma de ojo, sobre una superficie verde. Frente a ella se encuentra, dándole la espalda al lector, un niño. Está parado de tal forma que mira exactamente dentro de la clara forma del ojo a la vez que su redonda cabeza de cabello negro conforma la oscura pupila del ojo que nos mira. ¡Percibir y ser percibido en el mismo instante! Las manos cruzadas a la espalda del niño indican una tranquila y concentrada reflexión. En la parte de atrás de su cabeza una mano infantil escribió un "¡ajá!", una exclamación de sorpresa, de comprensión. "El ojo abierto mira el libro": ¡el ojo como la clave para conectar el lenguaje, la imagen y la conciencia!
El nuevo libro del abecedario de Moritz data de un tiempo en que un libro era todavía algo precioso para un niño y en el que la ilustración de tal libro debía darle al niño una primera idea del "mundo visible":] el niño había de hacerse una imagen de los objetos existentes y apropiarse de una imagen del mundo en tres pasos: mirar, nombrar y explicar.
Desde tiempos de Moritz han cambiado no sólo las ambiciones y los valores pedagógicos: la marea de imágenes, que se inició ya en el siglo XIX gracias a las mejores técnicas de impresión, es imposible de contener ahora, en el año 2005, debido al desarrol lo de los medios. Imágenes de revistas y publicidad, de fotos, del ci ne y la televisión, de mongos, juegos de computadora y de internet bombardean a los niños sin que nada las
) El concepto del "mundo visible" se refiere al fa
moso libro de Johann Amos Comenius. Olbis sen
suolium piáUS. Die sichtbore We/t. de 1658 (Olbis sensuo/ium piáUS. El mundo visible). Este libro se
considera hoy como el iniciador de la literatura
infantil y juvenil europea La base del libro de texto de Comenius la constituye la visión. es decir. la ilus
tración y explicación del mundo visible. Este libro
dio origen a todo un género de obras parecidas
que se desarrolló a lo largo de varias generaciones.
53 Biblioteca de México
filtre ni las frene. ¿Qué imagen del mundo ha de hacerse un niño a partir de la sobreoferta visual en la actua�idad? ¿El libro de ilustraciones artísticas tiene todavía siquiera una oportunidad de ser percibido en medio de esta diversidad mediática?
Antes de mirar lo que nos ofrecen los artistas representados en esta exposición, debemos echar un vistazo a dos "hitos" en el largo camino que va de 1790 a 2005, a dos artistas y sus libros infantiles ilustrados que, en su época, fueron poco convencionales y atrevidos (hoy diríamos "innovadores") y con los que abrieron brecha para la comprensión totalmente nueva que se tiene hoy de los libros infantiles ilustrados: un cambio de dirección de lo instructivo a lo entretenido.
Estos dos libros son, por un lado, Der Struwwelpeter (Pedro Melenos, 1845), de Heinrich Hoffmann y, por otro, Mox und Moritz (Mox y Moritz, 1865), de Wilhelm Busch, que narra las travesuras de dos pequeños. Con ambos libros el niño fue liberado del rígido corsé biedermeier de ilustradores como Ludwig Richter,4 en cuyos dibujos y grabados los niños actuaban como pequeños adultos adiestrados y muy bien educados. El mundo de Richter es un idilio en el que no aparecen niños reales. Por el contrario, tanto Hoffmann como Busch presentaron al niño como un individuo autónomo y le concedieron, a pesar de todas las aspiraciones pedagógicas de la época, libertad de acción. Nunca podremos alabar lo suficiente la intuición y el valor de estos dos artistas, quienes, por un lado, se opusieron a la romántica imagen biedermeier del niño Yo por otro, le abrieron nuevos caminos al lenguaje gráfico y de la ilustración. Tuvieron que pasar casi cien años para que otro artista ilustrador de libros se ocupara de manera tan radical de los miedos, deseos y caprichos de un niño: el norteamericano Maurice Sendak y su libro, convertido ya en clásico, Where the Wild Things Are, del año 1963 (Donde viven los monstruos). Y
• Ludwig Richter ( 1803-1884) fue uno de los ilus
tradores más exitosos del siglo XIX. SUS grabados en
cobre y dibujos. que muestran encantadoras esce
nas idealizadas. se siguieron utilizando en libros in
fantiles y de música hasta bien entrado el siglo xx.
en la fase álgida de la literatura infantil antiautoritaria, el genial dibujante alemán F .K. Waechter volvió a poner en un pedestal al niño revoltoso y autónomo con su ANTI-StruW'Nelpeter, si bien con una intención diferente a la del padre del libro infantil ilustrado alemán, Heinrich Hoffmann.
Si buscamos a los herederos de Hoffmann, Busch y Waechter entre los ilustradores que participan en esta exposición, y miramos si Pedro Melenos o Max y Moritz tienen bisnietos o incluso tataranietos, notaremos que, por lo menos entre los artistas aquí representados, la cotidianidad del niño parece haber sido expulsada del libro infantil. Pareciera que los niños le han cedido su lugar a ratones y conejos, cerditos y marmotas, gigantes y enanos. La única historia que se sale de este pat rón es el Schwi-SchwaSchweinehund (El haragán interior), de Karoline Kehr: con colores estridentes y grotescas exageraciones, Kehr crea a Florent ine, una niña indómita que se
resiste animosa a las órdenes de sus padres (ino comas dulces!, ilávate los dientes!, iordena tu cuarto!) porque el haragán interior (personificado por un cerdo color rosa) resulta demasiado seductor. No obstante, la rebeldía de Florentine es de corto aliento y su sensatez se impone sobre el inescrupuloso haragán . . . lo cual no le impide confesarle, una vez que están en cama en su ya ordenado cuarto, que le cae tan bien que se lo "comería". Con su muy personal método de construir y fotografiar bastidores tridimensionales, que se amplían por numerosos reflejos, Kehr crea escenarios inconfundibles en los que se hace visible la cotidianidad actual de un niño (por ejemplo, en la basura por suelo de la habitación de Florentine, a resultas del consumo).
El salto que va de Hoffmann a Kehr pasando por Busch es osado y omite muchas cosas, pero nos permite aterrizq[ en medio de la ilustración contemporánea de libros infan-
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tiles en Alemania. No podemos asumir que la visión del mundo del niño (en el sentido de una visión de la realidad) dependa en la actualidad del libro infantil ilustrado o de texto. Pero para que el libro ilustrado tenga una oportunidad de sobrevivir es necesario ofrecer a los niños imágenes no convencionales y, por tanto, se necesitan artistas que encuentren un lenguaje visual adecuado a la época y que le posibiliten alojo tener experiencias que le provoquen una exclamación de asombro: "iajá!"
" Ilustrar. ¿qué es eso?", preguntó una vez Erhart Kastner. quien durante años fue director de la Herzog August Bibliothek (Biblioteca Conde Augusto) en Wolfenbüttel, además de ser un coleccionista apasionado de libros ilustrados por artistas para niños:
¿Acaso podemos permitimos tomar
el concepto de la ilustración de mane
ra tan superlicial, como si sólo se tra
tara de sentar a la fantasía en un sofá
y de repetir con el lápiz de dibujo lo que ya se dijo con palabras, lo que ya se puso en escena? Eso sena demasiado poco, eso no funcionaS
Así pues, la ilustración debe hacer más que tan sólo poner en imágenes exactas lo ya narrado en palabras. Debe buscar el diálogo con el texto, debe fungir como un plano de narración propio, como contrapeso, como interpretación.
En esta exposición están representados reconocidos artistas, cuyos libros se encuentran en el mercado alemán e internacional del libro. Con sus ilustraciones muestran un amplio espectro de posibilidades de expresión artística. Algunos de ellos se dirigen con sus obras exclusivamente a los niños, mientras que otros pertenecen más bien a la categoría del libro que rebasa fronteras y al que hoy gustamos de llamar 01/ oges.
Tratemos de repetir la pregunta de Erhart Kastner, "Ilustrar, ¿qué es eso?", sirviéndonos de dos ejemplos tomados de esta exposición, para mostrar las distintas maneras en las que los artistas encontraron el diálogo con el texto y el plano narrativo propio de la ilustración.
Klaus Ensikat parece haber tenido un trabajo relativamente fácil al ilustrar el texto Ponyweihnocht (Lo Navidad de los ponis) , de Erwin Strittmatter. El autor cuenta una historia, rica en episodios que piden a gritos ser ilustrados, sobre una manada de ponis Shetland y la familia con la que viven. Ensikat crea, muy apegado a la tradición del dibujo clásico, a una encantadora y vivaz manada de ponis con melenas alborotadas y por la que todos envidian a la familia. Justamente la noche de Navidad los ponis, que pueden pastar en libertad atrás de la casa, se pierden. Strittmatter es parco al componer su historia: "Un potro Shetland puede esconderse debajo de la mesa de la cocina cuando su madre entra a pedir pan duro." En el dibujo de Ensikat surge una cocina con una atmósfera que inmediatamente le confiere al texto una época determinada. El potro debajo de la mesa de la cocina y la yegua que asoma su cabeza por la puerta parecen ser menos importantes que el interior de la cocina de la granja, en la que el molino de café,
, Erhart Kastner, "lIustrieren. was ist das". en
Philobiblon, año 3/ 1959. cuademo 3. pp. 186 ss.
el calendario, las tazas, las jarras de leche, el embudo y las ollas permiten reconocer a un dibujante y cronista que trabaja con una precisión extrema. O en la siguiente página: "Cuando los Shetlands trotan, tirando de su pequeño carro de ruedas rojas, el tráfico se detiene." Lo único que el autor determina en su texto son las ruedas rojas, el resto lo puede "inventar" el ilustrador: la ciudad, la calle, el Volkspolizist (miembro de la Policía Popular de Alemania Oriental), el limpiador de chimeneas, los visitantes del balneario termal, los autos.
En el t ranscurso posterior de la narración se hace alusión en el texto a que los ponis se comen la decoración navideña en el comedor del VEB
Strossen- und Tiefbou Neubrondenburg (empresa estatal para la construcción de carreteras y obras de ingeniería civil en Neubrandenburg), incluyendo el árbol de Navidad, los manteles de papel y los adornos de las paredes, pero Ensikat le da nombre a aquello y lo "traduce" en sus imágenes: el vigilante nocturno que reclama su recompensa por haber encontrado a los ponis está sentado en un comedor totalmente caótico, en el que lemas fraternales-socialistas cuelgan en jirones de la pared, y en el que se encuentra en primer plano, de manera que es imposible pasarla por alto, una pala con el excremento de los
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caballos. "Atrás de cada poni había otra vez un montoncito de estiércol." Mientras que el autor cuenta una historia de Navidad, Ensikat ilustra, con humor subversivo, la desolada vida interior de la ex República Democrática Alemana (ROA).
Jutta Bauer tuvo que ilustrar un texto que, como ella misma escribe, era considerado " imposible de ilustrar": Worum wir vor der Stodt wohnen (Por qué vivimos o los afueras de lo ciudad). El autor, Peter Stamm, retrata la fantástica odisea de una familia de var ios miembros que busca un hogar. De manera sutil, poética y un tanto intrincada, Stamm describe los lugares en los que se establece la familia: de la casa con una lámpara azul se mudan porque ahí la hermana siempre estaba triste; del trolebús, porque el papá ya no quena a la mamá; del bosque, porque la mamá perdió su último libro .. Página por página se busca un nuevo refugio: bajo los puentes, en la luna, en el techo de la iglesia, en el bosque ... pero también en el violín de la tía, "en ningún lado", en el cine, en la lluvia, en un sueño.
Jutta Bauer resuelve el problema utilizando una mirada aparentemente ingenua, que empieza por considerar posible todo lo que el autor propone. Mientras que en las páginas del lado izquierdo, abajo del texto, bosqueja con trazos de lápiz a la fa-
milia durante su peregrinar -cargando su equipaje, bailando o con impermeables para la lluvia (con lo cual la artista adopta sin problemas el ritmo fluido del texto )-, en las páginas de la derecha se encuentra una ilustración cuadrada a colores frente al texto en el que se dibuja el nuevo "domicilio". El truco de Bauer radica en el hecho de que ni siquiera intenta representar todos los detalles narrativos del texto de Peter Stamm, quien con sus palabras dice más de lo que la ilustradora podría nunca traducir en imágenes.
Con colores predominantemente cálidos y expresivos, los cuadrados constituyen una especie de espacio habitacional emocional, en el que resuttan posibles y concebibles los detalles del texto de Stamm, aunque no estén presentes. Precisamente con las ilustraciones "Cuando vivía yo solita" o "Cuando todas las noches vivíamos bajo un puente distinto", la artista reduce su imagen tan sólo a los sentimientos provocados por la situación de la protagonista, sin perderse en detalles. Con un trazo ligeramente caricaturesco y utilizando ocasionalmente el collage, las imágenes de Jutta Bauer retoman las palabras del autor como un tema musical que permite variaciones. Bauer juega el juego mental, poético y chocarrero de Peter Stamm, omitiendo algunas cosas y enriqueciendo otras. El delicado trazo de su línea, que casi siempre se trasluce a través de sus colores transparentes, le brinda un carácter ligero a sus ilustraciones: imagen por imagen, el etéreo equivalente de las utópicas residencias de la famil ia.
A diferencia de Wolf Erlbruch, Jvtta
Bauer y. como veremos al final, también Rotraut Susanne Bemer; quienes con sus ilustraciones apelan tanto a un público infantil como (o quizás particularmente) a uno adutto, varios artistas que participan en esta exposición se dirigen con sus textos e ilustraciones primordialmente a los niños: Nikolaus Heidelbach, Axel Scheffler; Jacky Gleich, Nadia Budde, Philip Waechter; Sybille Hein y Katja Wehner. Ellos tienen en común, a pesar de sus muy diferentes lenguajes visuales, que se dirigen de manera natural y directa a su principal audiencia: los niños.
Axel Scheffler le apuesta totalmente a la calidad narrativa del texto de Julia Donaldson y dibuja con colores brillantes y líneas vigorosas un fantástico mundo de juegos en el que la lógica adulta no tiene cabida. Gigantes y ratones diminutos, jirafas y enanos se encuentran y viven en pacífica armonía. La mirada sobre lo que ocurre se presenta siempre desde la misma perspectiva, al nivel de los ojos. En algún lugar; un conejo habla por su teléfono móvil y un buggy book cuelga de un cochecito de bebé (como referencia al aquí y ahora), pero algunas páginas más adelante, la princesa camina de la mano del Rey Sapo. Así pues, es éste un mundo ilógico, un mundo al revés, que cuenta con que los niños saben valorar un ambiente sin complicaciones y que disfrutan las pequeñas figuras divertidas. Éste es un patrón que, por cierto, hemos ya interiorizado desde que Janosch mandara en los años setenta a su Pequeño Oso y a su Pequeño Tigre a la búsqueda de tesoros y desde que con su diminuto Mausesheriff (El sheriff ratón) convirtiera al personaje más
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pequeñito de todos en prototipo del triunfador.
Mientras que los animales de Scheffier tienen un comportamiento antropomórfico (el zorro quiere dormir en un sleeping bag, el conejo habla por teléfono, el perro quiere mantener limpias sus patas, etc.) , el ratón de Janosch le es fiel a su especie: el ratón sigue siendo un ratón y su comida favorita sigue siendo el queso, aunque lleve la placa en forma de estrella de sheriff. El artista juega de manera soberana con nuestra memoria visual, que archiva los motivos y tópicos del Viejo Oeste. Aun cuando el sheriff ratón aparentemente no tiene ninguna posibilidad de triunfar sobre los dos oscuros personajes que se acuclillan amenazantes frente a él, el lector sabe (puesto que conoce las correspondientes escenas fnmicas) que, al final, el más débil será el más fuerte. Los animales de Janosch (no sólo los ratones, sino también el Pequeño Oso y el Pequeño Tigre que quieren viajar a Panamá)6 son los nietos del topo, la rata, el tejón y el sapo de Wind in the Willows (El viento en los sauces), un clásico escrito por Kenneth Grahame y publicado por primera vez en 1908, en Londres. Tienen anhelos humanos pero disfrutan los gozos animales, se marchan para ampliar sus horizontes y tras el regreso a casa se contentan, sabios y agradecidos, con su madriguera. Como ya lo dijo Goethe: "Basta con marcharse al extranjero, para apreciar lo bueno que se tiene en casa."
• Janosch. Oh. wie schiin ist Panama. Weinheim. Beltz & Gelberg. 1978. 48 pp.
También los conejos y gansos, ranas y marmotas de Katja Wehner en Hasen pfeifen nicht (Los conejos no silban) miran al mundo con grandes ojos abiertos. Un conejo anhela algo del todo imposible: aprender a silbar. Ludvik Askenazy, el autor; conduce al conejo en la búsqueda de un maestro, una marmota. Ésta dirá, con una expresión un tanto taimada: "No todos tienen que saber silbar." En la última página, el conejo está sentado en una banca, un disonante silbido pende en el aire, no es perfecto, ¡pero algo es algo! Valió la pena el intento.
Tanto Jacky Gleich como Philip Waechter eligen como tema al miedo infantil, pero ¡cuán diferente resulta el lenguaje visual empleado por cada uno de ellos! Con una línea expresiva y vigorosos colores, Gleich pinta, en perspectivas inclinadas, sueños que explotan con figuras temibles. El negro verdoso, el azul nocturno y el amarillo veneno son los colores predominantes. La ilustradora toma en serio el miedo de la narradora infantil en primera persona y no le resta importancia. Ojos y boca muy abiertos indican el pánico de la niña, mismo que sólo se esfumará cuando se decida a hacerle frente a aquello que la aterroriza. Las figuras que se agitaban
tan horrorosamente se convierten en siluetas reconocibles de árboles, el miedo ha sido desterrado.
Rosi , la protagonista de Rosi in der Geisterbahn (Rosi en lo coso de los sustos / el tren fantasma) también tiene miedo, pero siguiendo el lema de que "el peligro previsto es peligro extinto", se enfrenta al problema con seguridad y determinación: ejercicios de yoga, visitas al terapeuta, boxeo de sombras a la luz de una lámpara de pie ... la sagaz conejita sabe dónde conseguir ayuda y se escabulle por la colorida cotidianidad de la casa, la ciudad y la feria, dibujadas amorosamente en todos sus pequeños detalles. ¿Y el miedo? Los dinosaurios de la casa de los sustos resultan ser "besables" criaturas de papel maché. De manera alegre e irónica, se narra cómo Rosi se decide a superar sus miedos, enseñándoles a otros, al mismo tiempo, a temer.
Nadia Budde, Sybille Hein y Nikolaus Heidelbach han creado textos e imágenes (los tres ilustran sus propios textos) cuya intención es estimular el "juego". Así, por ejemplo, Nadia Budde seduce con el lenguaje, en el que la nocturna cuenta de ovejitas se convierte en un turbulento ritual , para nada soporífero, con co-
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nejas que corren y perros que saltan. Animales trazados con vigorosas líneas se ofrecen, en un vertiginoso lenguaje visual con perspectiva transversal, como sustitutos para las ya tan trilladas ovejas: salamandras y hienas, ratas y castores, cucarachas, polillas y muchos otros. El texto y las ilustraciones se aventuran en un novedoso lenguaje visual, lleno de carácter; al que también se integra la tipografía. El ritmo del lenguaje y el ingenio de las imágenes van a la par y ambos alcanzan su objetivo.
Sybille Hein quiere que el juego se perciba de manera sensorial con páginas cortadas horizontalmente a la mitad, que permiten numerosas combinaciones al darles vuelta de acá para allá. La búsqueda de la felicidad de la protagonista Rutti Berg, a quien le gustaría mucho ser reina, se ve interrumpida por un monstruo. No obstante, Rutti emprende el camino para lograr el siguiente sueño (¡ser astronauta!). La artista llenó la narración de estas aventuras con figuras dibujadas y coloreadas que luego recortó y pegó sobre la línea casi continua de un horizonte curvado muy ligeramente. Collages de let ras y números, proporciones alteradas y líneas que se mueven con brío
ponen traviesamente en escena el sueño de Rutti Berg.
Por último, Nikolaus Heidelbach, en su libro Die dreizehnte Fee (Lo decimotercero hado) traduce en imágenes los deseos subliminales y las fantasías nocturnas de algunos escolares. ¿Cuáles son los dones que concede un hada? Partiendo del cuento de hadas Lo bello durmiente, que está impreso en la versión de los hermanos Grimm en las guardas del libro sobre un estampado de rosas, Heidelbach les confiere a las hadas del cuento apariencias extravagantes, que no coinciden del todo con la idea que nos hemos hecho de las hadas ... y sus "buenos deseos" no se corresponden tampoco con aquello que nosotros o los niños consideramos como tales.
Quien conozca el humor chocarrero de Heidelbach, sus extravagantes fantasías soñadas y sus diversas "citas textuales" tomadas de la historia del arte en sus obras anteriores no se sorprenderá por la variedad del artista. Así pues, Konrad Becker se encuentra de pronto en un sueño bajo la falda de un hada. Se permiten todas las interpretaciones: desde una madonna medieval con su manto protector hasta Anna Bronski, de El tambor de hojalata, de Günter Grass. Las hadas de Heidelbach irradian feminidad pura y ganas de vivir. El lector reconocerá que una vez más se ha dejado engañar por Heidelbach: la bello durmiente y hadas, eso suena como un típico libro infantil,
traciones de Rotraut Susanne Bemer aparentemente le toman la palabra ingenuamente al texto de Schubiger. Con sus líneas simples se acercan a los dibujos infantiles (y, por tanto a la perspectiva narrativa de los niños) y, no obstante, cada ilustración demuestra que la artista sabe más de la vida de lo que sospecha el niño narrador. Es este arco de tensión lo que le da vida al libro.
Así, por ejemplo, cuando la abuela muere, en el diario ficticio se lee: "Morir es normal para todas las personas, animales y plantas, pero quizá no lo sea precisamente para quien está muriendo.' 'a Y como contraparte
_ vemos un río azul oscuro en el que una canoa roja se desliza hacia abajo. En el bote se encuentra una figura humana que sostiene una máscara demasiado grande frente al rostro (que recuerda las dimensiones de las
pero el ilustrador lo dotó de una tan placentera ambigüedad, que también el lector adulto podría abandonarse a la pasión de ese juego mental.
Una vez más: ¿cuáles son los dones que concede un hada? Las ilust raciones de Heidelbach y su juego con la fantasía nos incitan a seguir soñando y a descubrir a la decimotercera hada (ibuena!): una maestra más bien insignificante, que le ha leído en voz alta a su grupo el cuento de Lo bello durmiente. iQué homenaje más gentil a las mujeres que todos los días cumplen con su "misión en el frente" del salón escolar.
"En el mundo todo va con algo y en ningún lado hay un hueco. La nariz va con los lentes, la boca con la cu-chara . . Los peces van con el agua, los pájaros con el aire, las vacas con la pradera . . . Las palabras van con las cosas ... " El autor. Jürg Schubiger. ha puesto estas palabras en boca de un pequeño narrador en primera persona, quien escribe un diario. En Mutter. Vater. ich und sie (Madre, podre, yo y ello), el niño reflexiona sobre la vida con sus padres y su hermanita, a quien sólo menciona en tercera persona, ello. "Mamá dice que algunas cosas no van con nada. Hay vacas sin pradera y personas sin ropa ... Mis pies no van con los zapatos de papá, mi hermana no va con los libros, porque todavía no sabe leer ... " 7 Las ilus-
, Jürg Schubiger. Muner. Valer. ieh und sie. con ilus
traciones de Rotraut Susanne Bemer. Weinheim. Beltz & Gelberg. 1997. p. 12.
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máscaras africanas). El lector infantil sentirá la tristeza y pesadumbre de la imagen, mientras que el adulto podrá interpretar a la figura humana como Caronte, el barquero encargado de conducir a los muertos por el río Estigia hacia el reino de las sombras.
¿Descubrir al mundo en el libro infantil ilustrado? Como hemos visto, las ilustraciones de los artistas se han transformado, son más diversas y complejas. Actualmente, la cotidianidad real del niño aparece relativamente poco en el libro ilustrado de artista. Pero muchas imágenes poéticas, creativas, surrealistas y cómicas le ofrecen al niño la oportunidad de hacerse de una visión del mundo a partir de lo que ve. Se trata más de estímulos para la reflexión que de reproducciones para reconocer y nombrar. "¿Existen personas que pueden imaginarse lo grande sin empequeñecerlo?", pregunta Schubiger.9 En el lomo de un gato, Berner dibuja un "mapa" por el que pasea un hombrecito, por encima de él los astros giran alrededor del sol.
Imaginarse lo grande ... quizá a veces exigimos demasiado a los niños en este sentido, pero peor sería no ofrecerles lo grande, con todas las variedades del juego para agrandar y empequeñecer que sólo el libro infantil ilustrado puede ofrecer: respuestas creativas a preguntas a veces irrelevantes, a veces existenciales.
• J. Schubiger • op. cit. p. 52. • Ibid .. p. 27
JORGE FERNÁNDEZ GRANADOS
LAS LUCES DE
LA LECTURA
Nunca sabremos con certeza lo que despierta en alguien el interés por la literatura. Cada caso es intrigantemente distinto. En algunos fue una costumbre familiar : había libros en la casa, el padre o la madre leían o recitaban algún poema de vez en cuando; esta costumbre pasa así de una generación a otra como una tradición doméstica, junto con la Navidad o las fiestas patrias. En otros, fue el deleite de un tipo de actividad antes desconocida, generalmente descubierta en la escuela, que ejerce en ellos un efecto perturbador y adictivo, y que los convierte progresivamente en lectores de literatura. En muchos casos, hay que reconocerlo, es un requisito simplemente del status social o académico y, más que interesarse en la literatura, este pretencioso público la wnsume. En ciertos casos, asimismo, es sólo la vanidad de sentirse un "intelectual", un "hombre culto" o atraer con ese artificio al sexo opuesto -el medio literario suele estar atiborrado de egos de peso completo-. y. finalmente, para unos pocos, puede ser el deseo de expresar algo que no se aviene a los usos e intercambios de la vida cotidiana y para quienes la realidad inmediata es incompleta: para ellos la literatura es algo natural y a la vez necesario como poder respirar el aire fresco. Un oxígeno.
Me interesan sobre todo estos últimos. Creo que es el público más fino y responsable de la literatura. Habrá otro y mayor, seguramente, que la usa, vive de ella o la consume. No lo desdeño. Gracias a él existen en buena medida los editores, los libros de texto, las librerías y vive toda una colectividad en torno a la industria de lo escrito. Pero me refiero a ese lector secreto y decisivo, para quien la historia de lo escrito es una historia sagrada. Ese lector para quien hallar el libro siguiente de su vida no es hallar el libro inmediato, sino el verdadero. Verdadero en la medida que ofrece la continuación del diálogo genuino de cada quien con la literatura y al mismo tiempo consigo mismo. Rara, por lo menos algo rara, es esta dimensión de lo escrito. De hecho, no sé si el simple término de "público lector" sea el más acertado para lo que intento definir.
El libro es hoy día un objeto que se exhibe en las estanterías del supermercado. De hecho, se le llama " libro" a una variedad incompatible de objetos sólo parecidos unos a otros en su forma. Del mismo modo que sucede con el objeto "pantalla", es inimaginable lo que puede contener o la función para la que se le utiliza. La página es el abuelo ilustre de la pantalla. El libro en realidad es sólo un espacio de almacenamiento de información y un vehículo hasta cierto punto práctico para transportar y difundir esa información. Hoy en día, como todo, también
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ME L le DEL SIGLO XVI -~-
PRIMERA PART¡'
es un objeto de consumo. Cada semana encumbra a " los inmortales del momento" para verlos desaparecer a la siguiente. No obstante, me asombra que un objeto que requiere tanto esfuerzo para interpretarse y utilizarse tenga todavía demanda. Entre las papas y los focos, el jabón y los cereales, hay un paquete de hojas llenas de palabras que a alguien le interesa tener y recorrer. ¿Cómo se explica esto?
Creo que nadie lee porque sí.Todos buscan algo en la lectura. Pero ese algo es lo que no se deja definir. La confusión consiste en que bajo el mismo objeto físico (el libro) encontramos un sinnúmero de especies informativas distintas. Del libro de texto al manual de autoayuda y de la novela rosa a la Biblia, lo que se ofrece es, ni más ni menos, la abierta diversidad del mundo y de la actividad humana. Algo semejante ocurre con la televisión o el internet. Miles, millones de canales en todo el planeta transmiten día y noche algo parecido a una Torre de Babel electrónica. Paraíso o pesadilla de la simultaneidad, la suma de todos estos canales como la de los libros hace mucho que rebasó las capacidades de asimilación de un cerebro humano.
Pero donde nos equivocamos es en atribuirle valores al objeto en sí. Los libros, como los canales o las páginas electrónicas, sólo son soportes: es deci r, simplemente el lugar o espacio donde se ofrece la información. No hay nada sagrado en un libro como no lo hay en un disco magnético. Además, esta diversidad babélica no tiene por
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qué limitarse. Al contrario, habrá tantos libros como información genere la actividad humana en el futuro. Lo podemos ver aún en los términos del vaticinio de Stéphane Mallarmé: "Todo lo que existe tarde o temprano termina en un libro". Pues bien, ahora podemos decir que "Todo lo que existe tarde o temprano termina en una pantalla".
2
Advierte T S. Eliot que las civilizaciones pasan por edades. La edad en que una civilización es capaz de examinarse y compararse consigo misma y con otras civilizaciones es la edad de la crítica. Para llegar a ella primero hay que pasar por dos etapas por lo menos: una de gestación y otra de esplendor. La tercera, cuando ya es factible dicha perspectiva crítica, sobreviene generalmente a la edad de consolidación en la cual la confianza de una cultura ha permitido construir y expresar -incluso delirar- en lo que respecta a sus propias potencias creativas. La edad de la crítica no es el momento de la propagación sino la del ordenamiento, cuando pesa más el examen que la aventura. Estas tres etapas si bien no son designios unívocos sí suelen coincidir en tanto que tendencias regenerativas en la vida lo mismo de un individuo que de una civilización. Así, los grandes intelectos críticos son crepusculares. Eliot mismo y Paul Valéry lo fueron, como también, dos siglos antes, Voltaire y De Quincey En el momento en que una civilización está lista para dejar de creer ciegamente en sí misma, y comienza a examinarse ha entrado en la edad de la crítica.
Entre otras peculiaridades, esta edad de la crítica entraña un perfeccionamiento de la lectura. No podía ser de otra manera, si consideramos que la lectura se desarrolla sobre el cuerpo de lo escrito: hasta que existe ese cuerpo puede comenzar a ser interpretado. La lectura, por lo tanto, es el ejercicio de recorrer y ordenar la historia de lo escrito. Una civilización que ha alcanzado una literatura no es sino una civilización que ha perfeccionado el arte de la lectura hasta converti r lo en una herra-
mienta intelectual indispensable para la comunicación del pensamiento.
En términos de esta edad de lo crítico, saber leer quiere decir ser capaz de comparar un texto con cientos o miles de textos comparables existentes y percibir sus eficacias o sus torpezas, su novedad o su reiteración. Un texto no es bueno o malo en sí, sino sólo en relación con el cuerpo entero de una literatura.
Me temo también, llegados a este punto, que cada quien lee los textos que se merece. Se los merece, primero, porque han sido una elección suya (salvo en el caso de la escuela o la docencia), Yo segundo, porque la lectura es hasta cierto punto una proyección. En efecto, el lector proyecta en lo leído un persistente reflejo, un reflejo que recoge sólo cierta fisonomía personal del total posible de contenido de un texto. Se ha comparado por eso a la obra literaria con un espejo en el que nos miramos no mejor sino más verdaderamente. No es exactamente así, pero mucho tiene de cierto. Dependiendo de la calidad de nuestra lectura los buenos textos no nos reflejan sino que nos traducen. En la medida en que dan forma a nuestras intuiciones humanas somos más plenamente humanos allí y en la medida en que iluminan zonas que estaban en penumbra nos ayudan a conocernos. Pero hay que estar dotados también para aprovecharlos, sin duda, puesto que la sabiduría no es un software que pase de una cabeza a otra. El texto literario es sólo un objeto propiciatorio. La belleza no sucede en la página, evidentemente, sino en la conciencia de quien la lee y estaba preparado para recibirla. Junto a las grandes obras escritas son las grandes lecturas las que completan las luces de una literatura. Por eso cuando afirmo que cada quien lee los textos que se merece estoy diciendo simplemente que el constituyente primordial de toda lectura proviene del lector.
3
Me he preguntado más de una vez en qué medida es posible afinar el ejercicio de la lectura. Es evidente que el
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texto está ahí, inalterable, y que el fenómeno de su lectura ha de suceder en nosotros, casi exclusivamente en la intimidad de nuestra conciencia. Pero ¿cómo ha de disponerse entonces nuestra conciencia a aprehenderlo, cuál es el estado que mejor recogerá la edificación de esas palabras y el orden de esos territorios subjetivos?
Creo que, como en casi todo, la práctica y la experiencia nos van dotando de alguna técnica más o menos eficaz. Sin embargo, y en especial cuando se trata de las mejores obras de la literatura, hay cierto nivel de percepción que debe ser alcanzado, así como cierto nivel de elaboración imaginaria. Esto último no quiere decir que esta clase de textos digan cualquier cosa y cada quien los interprete como pueda. Quiere decir que una obra literaria posee varios niveles de sentido que están implícitos y entretejidos; si bien distintos entre sí, todos ellos verdaderos. Saber alumbrar estos niveles y aprender a relacionarlos es fundamental para una lectura adecuada.
Hay tres niveles esenciales en un buen texto literario, por lo menos, tres niveles que requieren tres luces diferentes o tres momentos de la lectura, a saber: la luz del día o la luz de la razón, la luz de la noche o la luz de la intuición y la luz del fuego o la luz de la visión.
La luz del día es la primera luz, hecha de claridad y raciocinio, su sentido es ordenar y relacionar los elementos dispuestos en un texto. Alumbra la forma, la estructura que subyace en una obra literaria y los conceptos que la atraviesan. Alumbra la trama de una narración o las ideas de un ensayo, por ejemplo, lo mismo que la arquitectura de un poema. Puesto que es la luz de Apolo, es el razonable día de los ojos y el equilibrio la regocija. También es la luz que advierte la contradicción, la desproporción y la paradoja. Detecta los excesos tanto como los desvaríos y es particularmente fina para calibrar la armonía de las semejanzas o puramente disfrutar de las simetrías.
La luz de la noche es la complementaria de la del día. Mientras que la del día es panorámica, la de la noche es íntima. Lo que la luz del día rehunde en un horizonte amplio o dominante, la de la noche particulariza y detalla. Es la luz de la subjetividad, la emoción y la sutileza; la que alumbra los pormenores entrevistos, imperceptibles a la razón o desdeñados por ella: el oído que escucha lo no dicho. Esta es la lectura que mejor puede entender el valor de una metáfora, por ejemplo, en un rincón de un relato o de cierta sonoridad oculta, hipnótica, en la longitud de los enunciados. Es la que distingue la distancia no conceptual pero evidente que separa al "aún" del "todavía" en una frase. Por eso se trata, también, de la luz de Dionisos, una luz sensorial, despierta al deleite, alimentada libremente por las sensaciones; aquella, en suma, que permite que la lectura sea una experiencia de todos los sentidos.
La tercera luz es la más extraña pero la definitiva para que una obra pueda ser universal. Son pocos los textos que la alcanzan. Es la luz que vuelve a una obra inquietante e inagotable más allá de sus hazañas técnicas o sus contenidos temáticos. La he llamado la luz de la visión o la luz del fuego porque para mí representa la revelación a través de las palabras, tal vez hasta inconscientemente, de un orden simbólico o no articulable más que para el espíritu. Es la luz que toca el fondo del sentido mismo de la literatura, porque sin ella quizá sólo estaríamos ante ingeniosos entretenimientos de la inteligencia. Es una luz
que tiene que ver también con el momento particular de la vida en que se nos presenta esa obra en particular. algo que la torna decisiva e irreversible en el campo de nuestra experiencia. Quizá el momento en que recibimos por primera vez, a través de la lengua, un conocimiento ancestral. Es también la luz del mito y la luz de la poesía; la que permite que súbitamente las palabras digan más de lo que saben y se comuniquen de una generación a otra como tesoros o secretos. Es la luz, en fin, que reúne a los hombres alrededor del fuego.
Mircea Eliade, al hablar de la luz mística o sobrenatural de cuya experiencia hay registro en muchas culturas, nos refiere algunas de sus peculiaridades:
Podría decirse que la significación de la luz sobrenatural se
da directamente en el alma de quien la experimenta, y, sin
embargo, esta significación no llega plenamente a la con
ciencia mientras que no se integra en una ideología pree
xistente. La paradoja consiste en que la significación de la
luz es, en suma, un descubrimiento personal y que, por otro
lado, cada uno descubre lo que cultural y espiritualmente
estaba preparado para descubrir. '
No puedo asegurar que se trate del mismo fenómeno; pero es notable la suma de semejanzas entre esta luz sobrenatural a la que alude Eliade y la tercera luz de la lectura que aquí intento definir: Tal vez se deba a que ambas son irreversibles saltos del intelecto más allá de sí mismo. Pero en el caso de la tercera luz el salto proviene únicamente de la propia conciencia al reconocer su orden verdadero.
De modo que, concluyendo, una obra maestra de la literatura, para serlo, deberá cumplirse ante estas tres luces y ante varias generaciones de lectores. La lectura a tres luces, en individuos avezados, puede darse incluso a un tiempo; pero las más de las veces requieren distintos lugares, momentos y edades, tanto del día como de cada uno de nosotros.
, Mircea Eliade. "Experiencias de la luz mística" en Me(¡stófeles y el andrógino. Kairós. Barcelona. 200 l. p. 75. traducción de Fabián García.
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ISABEL FRAIRE
NUEVAYORK, CIUDAD IMAGINARIA
Hace ya medio año que vivo en Nueva York, esa ciudad que todos imaginamos conocer a fuerza de verla tantas veces en las películas. Es, sin duda. una de las ciudades más fotografiadas del mundo, y la mejor conocida a través del cine para los mexicanos. Gracias al cine negro de los cincuenta, magníficamente actuado, con sus policías sudorosos, ladrones traicioneros y escenarios sórdidos; las comedias de salón y revistas musicales donde Fred Astaire y Ginger Rogers flotan eternamente entre risas y alardes de exquisito zapateado; las películas cómicofilosóficas de Woody Allen y las orgías amargas y autodestructivas de Scorsese, hemos absorbido a Nueva York como por ósmosis y creado en nuestras mentes una ciudad graciosa o tenebrosa, pero siempre deslumbrante, con su horizonte de rascacielos brillando como un imán.
Después de vivirla por seis meses en carne propia, agregando los gustos y sustos de la vida real y cotidiana al modelo mental que teníamos, es forzoso enfrentarnos a un hecho palpable: el Nueva York de los sueños no es el Nueva York de la realidad.
Hay que confesar que después de vivir en Londres y conocer varias capitales europeas y regresar y gozar de México varios años, no vi la misma ciudad que en mi primer encuentro con ella. En el viaje en taxi desde el aeropuerto lo que vi esta vez fue una ciudad muy semejante a cualquier otra gran capital. consistente en vastos trechos de edificios blanquecinos o grises vistos desde un periférico interminable. Cuando fui por primera vez al centro en esta vuelta (había estado en la ciudad en años anteriores por temporadas largas). ahí estaban otra vez los rascacielos de las películas. pero habían perdido su chiste. Sólo veía centenares de oficinas unas encima de otras y. bajando
la mirada al nivel de la calle, un tráfico infernal y banquetas recorridas por turbas alarmantes.
Después de varias semanas y meses no se ha modificado esa impresión. Al caminar por la banqueta se está en continuo peligro -sobre todo en verano cuando el calor intolerable exacerba los nervios- de ser arrollado por patinadores frenéticos que zigzaguean en ambos sentidos entre los transeúntes sobre ruedas silenciosas. Si se toma un taxi el chofer suele no entender bien ni el inglés ni el español y desconoce las calles y los reglamentos de tránsito. La propina reglamentaria debe ser alta o de lo contrario le gritan al pasajero groserías y se niegan a irse sin la que desean. La mayoría de los choferes inexpertos son inmigrantes recién venidos de Paquistán, Afganistán, Europa oriental o Etiopía que trabajan turnos de doce o más horas diarias para pagar el alquiler del automóvil y además comer. Uno me dijo, después de casi chocar en dos ocasiones y estar a punto de arrollar a un niño que atravesaba con el semáforo a su favor, que manejaba aprisa y corriendo riesgos
para mantenerse despierto. Con lo cual, por supuesto, me tranquilizó.
Algunos de los transeúntes que encuentra uno en las calles o en el Metro hablan solos, lo cual es bastante normal en las grandes ciudades. Lo que no es normal es que muchas veces agreden sin motivo a cualquiera que los vea feo o parezca insultarlos o se acerque demasiado o les niegue una limosna o las arañas. En los barrios residenciales muchos desempleados sin hogar caminan como espectros arrastrando inmensas bolsas de plástico azul llenas de botellas vacías y latas vacías de refresco que llevan a los supermercados para cambiarlas por cinco centavos cada una De eso viven, y en Greenwich Village -ese barrio romántico de gran abolengo literario al cual llegamos en un principio- deambulan todo el día y toda la noche hurgando en los grandes recipientes para basura de casas y edificios arrastrando sus talegas tintineantes. Estos desamparados sin techo, entre los cuales hay también mujeres, duermen en las banquetas o debajo de los puentes ferroviarios, cubiertos de cartones y con sus escasí-
Fotografías de Mario Bojórquez
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simas posesiones junto a ellos. A veces delatan por la forma de hablar un alto nivel de educación y se dan en todas las variables raciales y grados de truculencia o amabilidad. Algunos muestran una gran cortesía, otros un resentimiento que se antoja justo. Con frecuencia están drogados, crudos o a medio emborrachar y no se sabe exactamente cómo reaccionar cuando se cruza uno con ellos.
En cambio en las grandes tiendas de lujo del centro de Manhattan, en donde ríos de turistas dejan sus ahorros, felices de adquirir la última elegancia con la cual sorprender a sus amigos cuando regresen a su patria, es fácil imaginar que en Nueva York todos son ricos, o llevan una vida desahogada. Los restaurantes están llenos, como también los bares.Todo se consigue y los menús expuestos anuncian platillos franceses, tailandeses, hindúes, chinos, árabes, italianos, israelitas, chicanos y hasta norteamericanos. Las esperanzas de comer bien, sin embargo, no siempre se cumplen, ya que muchas cocinas internacionales han adecuado su producto al paladar medio norteamericano, con la consecuencia de que la comida china, aunque barata, no sabe a nada. Ni en los establecimientos de lujo se obtiene algo mejor que una mediocridad servida con aspavientos de banquete a precios desmesurados.
Pero eso sí, todo proclama ser lo mejor del mundo y Nueva York la más estupenda creación del espíritu humano. Nada es, según se colige, comparable a Nueva York. A cada paso se encuentra uno variantes del lema original YO AMO A NUEVA YORK,
con la palabra amo sustituida por el dibujo de una manzana La manzana ha llegado a significar la ciudad y la palabra amo indistintamente.Y la bandera norteamericana ondea en cada edificio que pudiera tener pretexto para abanderarse, desde las estaciones de policía, las escuelas y las oficinas públicas hasta los grandes almacenes y cualquier otro que se pueda imaginar: Nunca he visto tantas banderas. Nunca me ha dicho tanta gente: "¡Ah, sí,Venecia .. . o Roma .. . o Londres o lo que sea ... qué maravi-
. lIa! .. . pero yo amo a Nueva York" Y lo dicen con la sonrisa extática, los ojos húmedos de emoción, de niños en su retrato de primera comunión.
Bien puede uno preguntarse: ¿A qué se debe tanto ondear de bande-
ras, tanto regocijo, en una ciudad que, fuera de sus rascacielos, no tiene tanto de qué presumir? ¿Será otro el Nueva York en el cuál imaginan vivir? ¿Cuál es ese Nueva York?
Y ¿Cuál es este real, de cemento y lodo, carne y hueso, en el que viven tantas personas venidas de todas partes del mundo, entre ellas yo?
El Nueva York de los turistas
En cualquier día del año pero sobre todo en los per iodos de vacaciones, y con mayor razón en el largo verano, algunas zonas de la ciudad se encuentran casi paralizadas por la enorme afluencia de turistas. Los hay de todos tipos, jóvenes de mochila al hombro, en busca de sus congéneres ya amantes de los museos y los cafés y de la libertad que les da estar en una ciudad donde nadie los conoce
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y en donde se puede hacer lo que le dé a uno la gana. Parejas mayores. elegante o discordantemente vestidas, dándose por fin los lujos que no pudieron darse en sus largos años de trabajo: japoneses en manada o solitarios, armados de cámaras de foto fija o video que no cesan de registrar para la posteridad lo que bien podrían guardar en la memoria. Latinoamericanos prósperos que salen de las grandes tiendas ataviados orgullosamente con el último y pasajero grito de la moda internacional. Franceses atentos y discutidores, que se detienen ante los cuadros de los museos o galerías, intercambiando comentarios. Grupos de escolares pastoreados por maestros que invaden el Museo de Historia Natural o suben al nuevo rascacielos del Centro de Comercio Mundial, después de hacer cola durante horas para poder entrar: Mirar por los telescopios es, después de todo, saber lo
que siente Superman cuando vuela sobre la ciudad en busca de villanos o víctimas. En el Central Park la visita obligada de los niños viajeros es al pequeño zoológico, en donde las focas hacen sus gracias y se puede admirar a los osos polares nadando detrás de un muro de cristal.
Otros turistas acuden a las calles en donde florecen, desbocados, los centros de la industria del sexo en todas sus variantes. Allí ceden impunemente a los reclamos para los placeres de todo tipo, orgiásticos o solitarios, en vivo o en video y para todos los bolsillos: la octava avenida, por ejemplo, junto a la zona de los teatros, o bien ciertas calles de Greenwich Village, hoy convertidas en Zona Rosa mezclada de gueto homosexual. en donde el travestismo, la prostitución callejera masculina y femenina y la drogadicción saltan a la vista de cualquiera y a todas horas, pero sobre todo en verano. O el barrio chino, en donde las mercancías electrónicas, la ropa y los comestibles frescos o enlatados de todo tipo se consiguen a la cuarta parte de su precio normal y los burdeles cárcel y las fábricas cárcel proliferan en una ilegalidad tolerada.
De hecho, la corrupción de la policía neoyorquina es un escándalo nada secreto que aflora en los periódicos y en los tribunales periódicamente, y la cantidad de reglas que se rompen cotidianamente con la anuencia tácita de las autoridades, sobre todo en los barrios más populosos y menos afortunados, va destruyendo el tejido mismo de la sociedad. Pero al turista que pasa unos días feliz en los museos y galerías o en las grandes tiendas del centro de Manhattan, gozando de los restaurantes lujosos o comiendo sándwiches en la calle, eso no sólo le tiene sin cuidado sino que ni siquiera se percata.
Porque no cabe duda de que los museos y galerías, la ópera y el ballet, el teatro de revista, el teatro serio, el teatro homosexual o feminista, las orquestas de jazz, los conjuntos de rock y de rap, de música tropical, las lecturas de poesía, las librerías, las bibliotecas. hacen de Nueva York una meca para quienes vienen a pasarse unas vacaciones a gozar del arte, de la cultura, del roce con el gran mundo y de las diversiones de todo tipo. Claro, hay que tener dinero, y mientras más dinero disponible, más satis-
factores se encuentran dentro de un espacio muy reducido. Después de todo, Manhattan, o sea la isla central de la zona urbana mucho más vasta que es Nueva York, es un territorio limitado. Dentro de ese territorio es fácil llegar a cualquier parte. Pasar de allí a las islas vecinas y mucho mayores que contienen, junto a grandes zonas de pobreza y criminalidad, otras residenciales provistas de abundantes parques y playas, campos deportivos, universidades y hospitales, implica hacer un viaje arduo en tren o en automóvil que puede llevarse una hora o más de ida y otro tanto de regreso. Sin embargo, cuanto neoyorquino culto y rico o medianamente acomodado que prefiere vivir en relativa paz, rodeado de jardines, al horizonte de rascacielos de un penthouse junto a Central Park, se echa el viaje diariamente sin chistar. En cambio los turistas rara vez salen de Manhattan, aunque también en las otras islas que constituyen la zona urbana de Nueva York haya notables atractivos.
Por otra parte Manhattan no es sólo la zona llena de atractivos que conocen los turistas.lnesperadamente, al pasar de una calle a otra, se encuentra uno con grupos de drogadictos, tiendas de barrio donde se venden toda clase de revistas y videos pornográficos, y las pintas características que denotan la presencia de pandillas. Hay que caminar de prisa para salir de allí antes de ser asaltado y acuchillado o violado y jamás ir de noche, al menos que se vea uno obligado a vivir en esa zona por lo caro de las rentas en el resto de la ciudad. En el Central Park hay zonas intimidantes incluso de día, en donde se congregan personas des-
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amparadas, drogadictas, siempre a medio alcoholizar. De noche jamás hay que atravesar el único gran parque popular de Manhattan.
Si sube uno por las calles que quedan al oeste del Central Park hasta la Universidad de Columbia hay que tener cuidado de no cruzar la raya invisible en donde empieza Harlem, cuyos habitantes no tienen ya nada que ver con los iniciales pobladores holandeses. Hoy la población es predominantemente negra, portorriqueña y latinoamericana, en gran parte desempleada o subempleada, o empleada en el tráfico de drogas y la prostitución. Allí se ha permitido que la drogadicción y el pandillismo cundan hasta convertir la zona en una selva humana o más bien infrahumana. Hacia el noreste de Manhattan, y, después de un largo intervalo de barrios prósperos y tranquilos, ya en el sureste, en la zona dividida por las avenidas a, b y c, pasa lo mismo.
Eso no quita que allí también florezca la cultura.varios de mis mejores amigos viven, escriben, pintan, dan ciases y dirigen galerías en esas zonas, en donde por otra parte hay todavía edificios elegantes, centros universitarios y bibliotecas y archivos históricos envidiables. Muchos de los bares donde se dan lecturas concurridas de poesía en inglés o en español, alternadas con música de jazz, flamenco o tropical se encuentran en esas calles. Curiosamente las rentas bajas de las zonas indeseables atraen tanto a los negros y portorriqueños como a los inmigrantes latinoamericanos que, hambrientos de cultura y rodeados de congéneres, crean sus propios centros artísticos que florecen con o sin asistencia de las autoridades.
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