basualdo, eduardo_estudios de historia económica argentina(pp.25-53)

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ESTUDIOS DE HISTORIA ECONÓMICA ARGENTINA desde mediados del siglo xx a la actualidad eduardo m. basualdo """" sigloveintiuno editores "1ifY i I +i" Facultad latinoamericana de Ciencias Sociales SedeAcadémica Argentina

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Page 1: Basualdo, Eduardo_Estudios de Historia Económica Argentina(Pp.25-53)

ESTUDIOS DEHISTORIA ECONÓMICAARGENTINAdesde mediados del siglo xx a la actualidad

eduardo m. basualdo

"""" sigloveintiuno~ editores

"1ifY i I+i"Facultad latinoamericanade Ciencias SocialesSedeAcadémica Argentina

Page 2: Basualdo, Eduardo_Estudios de Historia Económica Argentina(Pp.25-53)

siglO veintiuno editoresGuatemala 4824 (C1425BUP), Buenos Aires, Argentina

siglo veintiuno editores, s.a. de c.v.Cerro del agua 248, Delegación Coyoacán (04310), D.F., MéXico

siglo veintiuno de españa editores, s.a,c/Menéndez Pidal, 3 BIS (28006) Madrid, España

Índice

Agradecimientos 16

1. Introducción 17

2. La segunda etapa de la sustitución de importaciones y el papel

del endeudamiento externo (1956-1975) 25

2.1 Antecedentes: la reestructuración de los sectores dominantes

y los primeros gobiernos peronistas (1930-1955) 26Basualdo, EduardoEstudios de historia económica argentina: desde mediados del siglo XXa la actualidad. ~ 2& ed. ~ Buenos Aires: Siglo Veintiuno Editores, 2010.496 p-: 23x16 cm. ~ (Economía política argentina-Dirigida por Eduardo Basualdo)

ISBN 978-987·629·118-7

l. Historia Económica Argentina. I. TítuloCDD 330.982

Portada: Peter Tjebbes

© 2010, Siglo Veintiuno Editores Argentina S. A.

ISBN 978-987·629-118-7

1ll. edición; 20062ll. edición, revisada: 2010

Artes Gráficas Delsur / / Solier 2450, Avellanedaen el mes de marzo de 2010

Hecho el depósito que marca la ley 11.723Impreso en Argentina ~ Made in Argentina

2.1.1 La conformación de las fracciones industriales, antes

y durante el peronismo

2.1.2 Crecimiento económico, distribución del ingreso

y expansión industrial durante los primeros gobiernos

peronistas (1946-1955)

2.1.3 Deuda externa, nacionalización de los servicios públicos

y proyectos alternativos

2.1.4 Comportamiento e incidencia de las fracciones

industriales durante los primeros gobiernos peronistas

2.2 Evolución y características de la segunda etapa de sustitución

de importaciones (1958-1975)

2.2.1 Modificación del ciclo sustitutivo de corto plazo

y las transformaciones en el sector externo de la economía

argentina

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específicos no sólo de la deuda externa y la fuga de capitales local.:s al ext~­

rior sino también sobre otros aspectos estructurales de la economta argenu­na. Todos ellos fueron desarrollados en el Área de Economía y Tecnología dela Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales a partir de diversos proyec­tos de investigación promovidos por el CONICET y por la Secretaría de Cien­cia, Tecnología e Innovación Productiva (Agencia Nacional de Promoción

Científica y Tecnológica).

24 EDUARDO M. BASUALDO

2. La segunda etapa de la sustitución deimportaciones y el papel del endeudanrientoexterno (1956-1975)

Todo intento de indagar esta etapa de la economía argentina, que comen­

zó en 1958 y culminó en 1975, cuenta con un importante acervo de conoci­micntos acumulados, ya que durante su desarrollo confluyeron e interactua­ron procesos que generaron avances significativos en la comprensión de lassociedades latinoamericanas y específicamente del caso argentino.

El auge de las luchas populares que enfrentaron a los regímenes autorita­rios en América Latina dio lugar a una profundización del análisis de las con­diciones de la dominación, que coincidió con la institucionalización de la eco­nomía como disciplina específica y con el comienzo de la ruptura, durante losaños sesenta y setenta, de los compartimentos estancos dentro de las CienciasSociales. Sin duda, mirado desde el silencio, las ausencias y las complicidadesimpuestas por la represión a los movimientos populares y con el predominiodel neoliberalismo en América Latina, son envidiables los aportes realizados aldesarrollo de la teoría económica y de la economía aplicada desde la realidadlatinoamericana tanto por la escuela de la dependencia como por el estructuralismocepalinoy las diferentes corrientes marxistas, por mencionar sólo algunos.

Este trabajo intenta dilucidar algunos interrogantes que se juzgan trascen­dentes. El primero consiste en determinar los factores que explican el cambiodel patrón de acumulación a partir de la dictadura militar que comenzó enmarzo de 1976. ¿Se trató de un recambio obligado por el agotamiento econó­mito de la segunda etapa de sustitución de importaciones? ¿O, por el contra­rio, de una nueva alianza social que la interrumpió deliberadamente cuandoestaba en vías de autosustentarse? y, vinculado con 10 anterior, ¿cuál fue el pa­pel de las fracciones del capital que llevaron a cabo este giro copernicano enel comportamiento económico y social?

Dado el acervo conceptual y empírico disponible, el abordaje de estas proble­máticas será realizado únicamente mediante notas sobre aspectos estructurales es­pecíficos y sus repercusiones en términos del comportamiento de esta etapa sus­titutiva, teniendo especial cuidado en respetar la verdad histórica, en función delos subsiguientes períodos del desarrollo económico y social argentino.

Asumiendo corno realidad ya demostrada que las firmas extranjeras ejer­cían el liderazgo estructural, interesa examinar las fracciones que integraban

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I Véansej. V. Sourrouille (1976); A. Dorfman (1983); D. Azpiazu y B. Kosacoff (1985);Azpiazu(1995); E. Basualdo (1984); E. Basualdo, E. Llsfchitz y E. Roca (1988).

2.1.1 LA CONFORMACIÓN DE lAS FRACCIONFS INDUSTRIALFS, ANTES y DURANTE

EL PERONISMO

2.1 Antecedentes: la reestructuración de los sectores dominantesy los primeros gobiernos peronistas (1930-1955)

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social.2 Se trata de una discusión en la que se pone en juego el análisis so­bre la conformación de los sectores dominantes y los subalternos en esa etapa

histórica.Las evidencias empíricas son concluyentes en señalar que la presencia de

las empresas extranjeras se remonta a los orígenes mismos de la industrializa­ción argentina. Si bien las firmas industriales extranjeras representaban unaporción mínima del capital foráneo en el país,3 su importancia es indiscutible,ya que controlaban los grandes establecimientos manufactureros en sectoresclave del modelo agroexportador. Tal es el caso de la producción frigorífica

(Bovril, Swift o Liebigs), la producción de tanino (Quebrachales Fusionados-La Forestal-) o los propios talleres ferroviarios, que constituían las grandes

empresas metalúrgicas de la época.Sin embargo, a partir de las primeras décadas del siglo XX se multiplica­

ron las empresas extranjeras con un comportamiento distinto al de las anterio­

res. La nueva modalidad fue la instalación de filiales que replicaban los proce­sos productivos implementados por las casas matrices en los países de origen,ylos bienes producidos estaban destinados al abastecimiento del mercado in­terno. Durante los años veinte se radicaron firmas extranjeras que se convirtie­

ron en tradicionales del mercado local, algunas de las cuales han sobrevividoal proceso de desindustrialización de las últimas décadas, como Refinerías deMaíz SA y Chiclet's Adams en la producción de alimentos, las subsidiarias deCyanamid y Roche en la producción de medicamentos, y Ducilo, Duperial yBayer en la producción química.

En los años treinta, la protección arancelaria y las restricciones en el merca­

do cambiarío impuestas por la situación del sector externo impulsaron un ace­

leramiento del proceso de industrialización basado en la sustitución de impor­

taciones, consolidándose un elevado grado de concentración económica, tanto

en términos de producción como del empleo sectorial. Las cifras censales dis­

poniblcs indican que en 1937 los grandes establecimientos (aquellos con 200 omás obreros ocupados) representaban el 1,4% de las plantas fabriles, concen­trando el 37% de la ocupación y el 58% del valor de producción industrial. Enel otro extremo se encontraba el 70% de los establecimientos totales, que eran

las plantas industriales más pequeñas (con la o menos de 10 obreros), con el15% de la ocupación total y solamente el 6% del valor de producción industrial.

2 Para ahondar esta temática, veáse E.Jorge, "Industria yconcentración económica (desde prin­cipios de siglo hasta el peronismo), Siglo XXI (1971); M. Peña (1964);],1. Llach (1972);].]. Llach(1984);]. Víllanueva (1972); M. Murmis yJ.C. Portantiero (1971); A. Dorfman (1942); D. Azpiazu,E. M. Basualdo y M. Khavisse (1986); E. Arcea (2003).

3Según la CEPAL (1959), las inversiones industriales representaban el 1,3% del capital extran­jero radicado en la Argentina en 1909.

ESTUDIOS DE HISTORIA ECONÓMICA ARGENTINAEDUARDO M. BASUALDO

el capital local y la trayectoria que siguieron durante estos afios.! Además, te­niendo en cuenta que los trabajos existentes señalan pero no profundizan elpapel que cumplieron las variables estabilizadoras del ciclo sustitutivo (expor­taciones industriales y deuda externa) en términos de la brecha externa, se ha­ce necesario incorporar algunas evidencias sobre ellas. Especialmente cuan­do una de ellas, la deuda externa, es el hilo conductor de este trabajo.Finalmente, se intentará indagar las consecuencias que el comportamientode estas dos va~iables (exportaciones y deuda externa) tiene sobre el ciclo tÍ­

pico de la producción durante la etapa (pare-siga), así como sobre el compor­tamiento pendular de las diferentes fracciones del capital en las fases ascen­

dente y descendente.

El análisis de las distintas fracciones empresarias en la etapa previa a losdos primeros gobiernos peronistas ha sido, y sigue siendo, un tema de deba­te que concita -acertadamente, porque allí se originaron o consolidaron los

sectores que serán decisivos en las etapas posteriores- la atención de múlti­ples analistas económicos y de otras disciplinas. Directa o indirectamente, elcontenido central de los distintos aportes no cuestiona la existencia de em­

presas extranjeras y su incidencia en la producción industrial desde los orí­

genes de la industrialización en el país. Más bien, implícita o explícitamen­

te, el debate está centrado en la importancia de las empresas nacionales, tanto

en términos cuantitativos de la producción sectorial como en su dinamismo

o expansión durante la década infame. Incluso, en algunos casos, se abre el in­

terrogante de si la escasa cohesión e identidad de estos empresarios no impide

considerarlos como una burguesía nacional propiamente dicha.

No menos relevante es el debate acerca de si el espectro empresario seagotaba en la existencia de la fracción nacional y la extranjera o hubo otras

que, más allá de sus afinidades o discrepancias con las anteriores, tuvieron

incidencia, tanto por su grado de participación en la producción industrialcomo por el tipo de inserción en la economía y su identidad como fracción

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4 Véanse W. Leontieff (1985); E. Lifschitz (1992).

También se aceleró la incorporación de subsidiarias extranjeras en la pro­ducción industrial. Por un lado, se incrementó la cantidad de empresas (en­tre ellas y en diferentes ramas industriales: Nestlé, Suchard, Bols, Sudamtex,Glaxo, Ciba, Gillette, Remington, Osram, Union Carbide, etc.). Por el otro,las estimaciones acerca de su incidencia sobre la producción sectorial son va­riables pero siempre significativas. Así, por ejemplo, A. Dorfman (1942) eva­lúa que el capital extranjero controlaba, en 1937, algo más del 50% del capital

industrial total.E.Jorge introduce un fructífero debate al analizar este mismo proceso pe­

ro ubicando como centro de atención la evolución que asumió el capital local,

oponiéndolo al capital extranjero. Sin embargo, tal como lo señala posterior­

menteJ.J. Llach, la participación de las empresas pequeñas y medianas pare­ce estar sobrevaluada en el trabajo de E.Jorge, por el límite superior de la ocu­

pación que adopta para definirlas (hasta 500 obreros ocupados).

Es necesario tener en cuenta algunas características de la estructura econó­mica que determinaron que las firmas extranjeras y las empresas locales no

constituyeran fracciones empresarias desvinculadas, tanto dentro de una mis­ma rama de actividad como entre firmas ubicadas en diversas actividades liga­das por relaciones de insumo-producto. En efecto, el desarrollo de la matriz de

insumo-producto, según W. Leontieff, derivó en la identificación de los bloquessectoriales, es decir, el conjunto de ramas industriales que mantuvieron una es­trecha relación a través de sus compras de insumos y/o ventas de los bienes fi­nales." Asimismo, dentro de cada uno de estos bloques sectoriales, había ramas

industriales monopólicas u oligopólicas -los núcleos económicos y tecnológi­cos de determinados bloques sectoriales- que detentaron tanto la capacidad

de modelar las condiciones estructurales como la de determinar el comporta­

miento económico del resto de las actividades, incluso de otras ramas de la

actividad industrial igualmente oligopólicas.

Esta conformación de la producción capitalista fue la que permitió que

ya durante la primera etapa de sustitución de importaciones se expresarandos características relevantes que están interrelacionadas. La primera consis­

tió en que, tal como señalóJ.Villanueva en su clásico trabajo (1972) sobre la

industrialización argentina, las subsidiarias extranjeras se instalaron en acti­

vidades oligopólicas en las que también había empresas locales de menor in­

cidencia que quedaron supeditadas al comportamiento de aquéllas, que ejer­cían el liderazgo sectorial. La otra característica fue que, en general, las firmasextranjeras controlaron las ramas industriales que eran los núcleos económi­

cos y tecnológicos de los bloques sectoriales; en consecuencia, tuvieron la

capacidad de subordinar un conjunto de actividades industriales, aun cuan-no tenían relaciones directas de insumo-producto. De allí que en muchos

casos las empresas locales quedaron subordinadas a las extranjeras aunqueno fueran directamente proveedoras de insumos o bienes intermedios, e in­

cluso siendo empresas oligopólicas en sus respectivas actividades, porque susproducciones integraban un determinado bloque sectorial en el que el capi­tal foráneo controlaba los núcleos centrales.

Estas condiciones son importantes para comprender las vinculaciones en­tre las firmas extranjeras y las locales, y también para evaluar las consecuencias

de la disminución en el grado de extranjerización de la producción que se ex­

presó entre el modelo agroexportador y la sustitución de importaciones, espe­cialmente en su vertiente peronista. En este sentido, la reducción del grado de

extranjerización no implicó necesariamente una disminución del control ex­tranjerc sobre la producción sino una modificación en la estructura económi­ca y las formas de inversión.

Los resultados de los Censos de 1935 y 1946 indican, en términos de evo­industrial, un considerable crecimiento de la cantidad y la incidencia de

las empresas locales. Un primer indicador es la notable expansión de dichasen todas las variables censales (valor de producción, ocupación y nú­

de establecimientos), que supera claramente el aporte de las nuevas sub­

snnanas extranjeras manufactureras radicadas en el período. Asimismo, el es­tancanlie:nto.,je los obreros ocupados por establecimiento es otro indicador de

la incorporación de empresas locales fue significativa, porque expresa una

incorporación masiva que logró neutralizar la mayor intensidad de capital delas nuevas subsidiarias extranjeras. Finahnente, la importancia que mantuvo la

producción textil y los cambios que registró (aparición de los tejidos de algo-

y lana al tiempo que declinó la elaboración de bolsas de arpillera) son otros

indicios en esa dirección, ya que se trata de la actividad típica en la que se in­

sertó la burguesía nacional. Lo mismo ocurrió con algunas de las actividades

más dinámicas durante ese período, como curtiembres, materiales para la cons­

trucción y papel. Probablemente, la mayor expansión de las empresas localesse situó entre 1943 y 1946, debido a las políticas que se adoptaron a partir del

derrocamiento del presidente Castillo por un golpe militar.

Los ejemplos de las empresas nacionales que actuaron en la producciónindustrial durante los primeros gobiernos peronistas son múltiples, especial­

mente en la producción textil (Castelar, Gaby Salomón, Ezra, Teubal y Hnos.,o Sedalana, Establecimientos Textil Oeste, etcétera) y metalúrgica (comoJosé

Lombardi e Hijos, Cura Hermanos, Roque Vasalli, Impa, etcétera). Sin em­

bargo, más trascendente aún es que las empresas locales se confonnaron co­

mo la burguesía nacional propiamente dicha en el momento en que estable­

cieron su propia central empresaria, la Confederación General Económica

29ESTUDIOS DE HISTORIA ECONÓMICA ARGENTINAEDUARDO M. BASUALDO28

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5 M. Peña (1964) entiende que hay una estrecha relación entre la burguesía industrial, los te­rratenientes pampeanos y el capital extranjero. Sobre el tema, también véase].]. Llach (1972).

6J. Sábato (1991), al caracterizar a la clase dominante, destaca, entre otros aspectos, que: "a)

Esta clase, si bien poseía buena parte de la tierra, actuaba en una variada gama de actividadesy su principalbasede podereconómíco-sociai residía, sobre todo, en el conlroldel comercio y losfinanzas; f...] c) seríaprecisa­mente el con/roldel comercio y lasfinanzas el que, al abrir un conjunto de oportunidades y otorgaruna alta fle­xibilidad, le habríapermisídoimplantarse simultáneamente en una sede de actividades productivas y especula­l'iV(LI' (desdela proflu¡;ción agropecuaria hasta la industrial, pasando por la provúión deservicios, la cooperaciónen la construcción de infraestructura, la especulación urbana y rural, ele.)". (pp. 110-112)

(CGE). a partir de la cual enarbolaron sus propias reivindicaciones, habi­tualmente contrapuestas a las esgrimidas por la tradicional Unión Industrial

Argentina (UIA).Sin embargo, el tratamiento de las fracciones empresarias no se agota en

la identificación de las diferencias entre las empresas extranjeras y las firmaslocales, ya que dentro de estos dos tipos de firmas quedó subsumida (en ma­yor o menor medida, dependiendo de los criterios) una fracción empresariatradicional diferente a ambas, con intereses, condiciones estructurales e

identidad propias.Esta fracción estaba compuesta por capitales de distinto origen y grado de

diversificación económica. En primer lugar se encontraba un conjunto de ca­pitales de origen extranjero, con formas de internacionalización temprana, insta­

lado en el país a fines del siglo XIX a partir de la radicación de algunos miem­

bros de las familias propietarias. Como tales, se integraron con la clase

dominante local en términos sociales y cconómicos.fAsí, estos capitales no se sustentaron sobre una base económica exclusi­

vamente industrial-aunque controlaban múltiples firmas industriales líde­

res- sino que tuvieron una destacada presencia en la propiedad y produc­ción agropecuaria pampeana y extrapampeana y, formando parte de los

grandes terratenientes, participaron en la exportación de productos prima­rios, en los negocios financieros de la época e, incluso, instalaron o adquirie­ron firmas en otros países del Cono Sur," Entre ellos se encontraban Bunge

y Born, Bemberg y Tornquist.En segundo lugar, formaban parte de esta fracción empresaria otros ca­

pitales locales que provenían de integrantes de los sectores dominantes pam­

peanos y provinciales, que adquirieron trascendencia nacional por su perte-:­

nencia -en un caso- o por su integración social -en el otro- con la

oligarquía pampeana, así como por la relevancia económica que exhibían

sus empresas en la producción local. Tal como los anteriores, estaban pre­

sentes en múltiples actividades económicas y detentaban un nítido y signifi­

cativo predominio en la propiedad y producción agropecuaria pampeana

31STUDlOS DE HISTORIA ECONÓMICA ARGENTINA

extrapampeana. Ejemplos de este tipo de capitales son: Braun Menéndez,InlR<:nio Ledesma, 'Ierrabusi, Fortabat y Corcemar.?

En tercer lugar, también formaban parte de esta fracción algunos capitalesrelacionados con capitales extranjeros de carácter financiero y

antigua data en la Argentina, cuyos representantes se ligaban social y eco­néimicalmente con la oligarquía pampeana. Es el caso de Alpargatas (relaciona­

al grupo Roberts) y la Cía. General de Combustibles (controlada por la trans­nacional suiza Brown Boverí).

Esta fracción empresaria (con sus respectivas incorporaciones y bajas en ca­

etapa, y con las distinciones impuestas por el origen de los capitales) se di­rerencio claramente tanto de las típicas subsidiarias extranjeras instaladas du­

la sustitución de importaciones como de las pequeñas y medianas

errmresas e incluso de las grandes firmas locales con las que compartía un po­oligopólico en diversas ramas de actividad. Por su origen, conformación e

in'e,·e.""' se la puede considerar como un sector de la oligarquía local con in­(rere.,,", en la industria, el agro y otras actividades económicas. De allí que, de

en más, se la denomine: oligarquía diversificada.

Ya en los años treinta esta fracción de clase tuvo una significativa influen­

dentro de las grandes firmas industriales," y en los cuarenta fue la fracción

que impulsó, ante el agotamiento del modelo agroexportador clá­la alternativa industrial exportadora del Plan Pinedo. Al mismo tiempo,

formaba parte de los grandes terratenientes pampeanos y extrapampeanos,

uno de los sectores integrantes del establishmenteconómico del país, qui­más estable y tradicional desde la conformación del Estado liberal haciadel siglo XIX.

Teniendo en cuenta estas características, y retomando el análisis del pe­.ronísmo, es posible avanzar hacia una visión más integral que permita extraer

algunas hipótesis y conclusiones acerca de ese período y que, al mismo tiem­

arroje luz acerca de la conformación de los bloques sociales que actua-

1Un análisis del grupo Braun Menéndez se encuentra en H. Mendoza y otros (1975). Por otrael grupo económico Corcemar ya pertenecía en esa época a la familia Allende Posse y estabaeconómicamente en la producción de cemento yotros insumos para la construcción. Duran­

infame su fundador (Justiniano Allende Posee) tuvo una destacada participación en losgobiernos de la Concordancia. R. Potash (p. 125, 1984) sostiene que: "... el círculode asesores íntimos

incluía a dos ingenieros, PabloNougésyJustiniano Allende Posse. Noug;ués eraresponsable de la admi­nülr""i6n (~las líneasferroviariasestatales, y Allende Posee dirigíaelnuevo programanacional de construcción

8Al cuantificar la importancia de las fracciones del capital dentro de los establecimientos másen 1935, Llach (1972) señala: ",.. los 170 establecimientos mencionadossedistribuían así:114 erande inversiones extranjerasdirectas ( 50 de losEstados Unidos, 37 deEuropa Continental y 21 de Gran

56 estaban controlados por conglomerados o gruposfinancieros comoTomquist (16), Bemberg (15),La" "'oh,,'" (11), Bunge y Born (10) y Braun Menéndez (4). "(p. 179)

EDUARDO M. BASUALDO30

Page 7: Basualdo, Eduardo_Estudios de Historia Económica Argentina(Pp.25-53)

9 Al respecto, véase V. Basualdo (2001); O. Barsky, M. Lattuada e l. Llover (1988) (mimeo);]un­ta de Planificación Económica de la Provincia de Buenos Aires (1958).

ron en los años posteriores, durante la segunda etapa de sustitución de im­

portaciones.Es poco discutible que la gestión del primer gobierno peronista llevó a ca­

bo una profunda redistribución del ingreso en detrimento de la oligarquía te­rrateniente pampeana-a través de una acentuada modificación de los preciosrelativos- con el objetivo de impulsar el desarrollo industrial del país. Estecambio, junto con las políticas específicas destinadas a solucionar el acucianteproblema económico y social de los arrendatarios, derivó en la desconcentra­ción de la propiedad pampeana más significativa de la historia argentina, conel consecuente resentimiento de los terratenientes.

Si bien la información al respecto es escasa por falta de catastros rurales deesa época, la comparación de las estimaciones realizadas para la provincia deBuenos Aires indica que, entre el modelo agroexportador (1923) yel del pe­ronismo (1958), los grandes propietarios bonaerenses (aquellos con 2.500 omás hectáreas) registraron una espectacular reducción en la extensión de sustierras al pasar la superficie controlada por ellos de 17,9 millones a 6,8 millo­nes de hectáreas, con una igualmente significativa reducción de las hectáreaspor propietario (de 7.786 a 5.292, respectivamentej.?

En este contexto, sabiendo que el sector empresario industrial era una rea­lidad heterogénea, la cuestión analítica decisiva en este estudio consiste enaprehender lo que ocurrió con las diversas fracciones empresarias que interactua­ron en la nueva actividad dinámica impulsada por el peronismo: la producciónindustrial.

Hay consenso -quizá más implícito que plasmado en análisis específi­cos- en que el peronismo generó la burguesía nacional. Por cierto. esto nosignifica que antes no hubiesen surgido las empresas nacionales como un es­trato particular dentro de la producción generada internamente. sino quedurante estos años dichas empresas registraron un salto cualitativo. Todo pa­rece indicar que la expansión de empresas de origen nacional se acentuó. pe­ro el fenómeno central es que muchas de ellas devinieron en grandes firmasoligopólicas que disputaron con las otras fracciones empresarias el controlde producciones industriales clave (alimentos. textiles, cuero, etc.). Es indu­dable que esta transformación estructural fue impulsada por el gobierno pe­ronista, al igual que la conformación de la Confederación General Económi­ca (CGE) en 1953.

De esta manera, la creación de la CGE como aglutinante de la burguesíanacional dentro del capital fue equivalente a la organización de la CGT como

33.-tIJDl:OS DE HISTORlA ECONÓMICA ARGENTINA

tral única de los trabajadores, siempre y cuando se considere a esta últimauna expresión de la constitución de la clase trabajadora como sujeto so­

ÚÚ. Sin embargo, es necesario destacar que esta analogía no se establece en­lfédos conformaciones sociales distantes, sino entre dos realidades socialesq~e, con un orden de prelación específico, estaban intensamente imbricadas,f?l1stituyendo una alianza social. La alianza fue posible porque la clase traba­'ádora, como sujeto social y político, enfrentó el poder oligárquico intentando

¿delar un nuevo tipo de Estado que impulsó la conformación de una burgue­nacional asentada en una dinámica compatible con una mayor participaciónlos trabajadores en la distribución del ingreso.En términos económicos, la centralidad de la producción de bienes sa­

rio (alimentos y textiles, etcétera) que exhibió la inserción de la burgue­~nacional reconoció con especial intensidad -como no ocurrió con nin­na de las otras fracciones empresarias de la industria- el salario como

rifactor de demanda insustituible para su existencia, al mismo tiempo queprotección arancelaria y paraarancelaria permitió, vía el ajuste de sus pre­

íos, aminorar su significación en la estructura de costos. No es que la pro-~Edón haya eliminado la incidencia del salario como un factor relevanteelcosto; lo que posibilitó es que ese costo -y la obtención de elevadas ga­ancias-e- se transfiriera a otras actividades económicas mediante la instau­ción de un precio relativo más elevado. Entonces, 10 que permitió la pro-eción fue la expansión del mercado interno con altos niveles de salario y~ganancias, al menos mientras se pudo transferir renta agropecuaria. Es­~funciona1nien to fue decisivo para que los asalariados y la burguesía na­ional se unieran en un bloque social que se enfrentó reiteradamente con

Otras fracciones empresarias durante la segunda sustitución de importa­(1958-1975).

Respecto de la oligarquía diversificada, las falencias analíticas son mayores,tradicionalmente no se la considera como una fracción empresaria si­de acuerdo con las concepciones y los casos específicos, se la asimila

'iridistintamente al capital extranjero o a la burguesía nacional. Pese a estas res­tricciones, es posible esbozar algunas hipótesis.

En tanto su inserción multisectorial reconocía la producción agropecua­como uno de sus ejes relevantes, no caben dudas de que el peronismo la

económicamente, incluso en términos ideológicos y políticos. Sin em­no parece ocurrir lo mismo con sus otras actividades, en especial la

fH'UUUCD'UH industrial y la actividad comercial. En ese aspecto, por su inser­en la producción de alimentos y bienes intermedios, fue una de las be­

ueiucrauas por la industrialización. Paradójicamente, durante el peronismo,"J¡SUnc,S de los integrantes de esa burguesía nacional que instalaron algunas

sus empresas más relevantes (Acindar, fundada en 1948) o comenzaron

EDUARDO M. BASUALDO32

Page 8: Basualdo, Eduardo_Estudios de Historia Económica Argentina(Pp.25-53)

12 Así por ejemplo, C. F. Diaz Alejandro (1975) afirma: "Laspolíticasperonistasdan la impresióndeun gobierno interesado no tanto enjometuorla industrialización cuanto en desplegar una poíiticanacionalistay popular (leaumento del COllSllmO real, la ocupación y la seguridad económica de las masas -y de los nuevosempresarios-o Persiguió estosobjetivos aun a expensasde laformación (lecapitaly de la capacidadde transfor­mación de la economía"(p. 129).

35DE HISTORIA ECONÓMICA ARGENTINA

150 55

14550 %

49,

47,0 d45 e

129

40ng

35re,o

30

100 251946 1947 1948 1949 1950 1951 1952 1953 1954 1955

---- PSI (en pesos de 1950,1946 -100)-e- Partici ación de los asalariados en el Ingreso

Elaboración propia sobre la base de la información del SCRA y CEPAL

(:;r'fic:o N° 2.1: Evolución del PBI y de la participación de los asalariadosen el ingreso (1946-1955 = 100 y % del ingreso)

Así, durante ese período se registró una participación creciente de los asa­J"riaect')sen el ingreso nacional, impulsada por un incremento tanto del sala­

como de la ocupación de mano de obra. Tal fue su intensidad que va­autores consideran que este factor fue el que impidió un salto cualitativo

la producción industrial y en la modernización de la infraestructura lue­la reducción de la inversión que había sido impuesta por la guerra.F

Si bien el crecimiento económico de los primeros años del gobiernonerorrista no logró mantenerse después de 1948, la tendencia fue positiva

a pesar de la crisis de 1952, Esta expansión y la creciente participaciónlos asalariados en el ingreso estuvieron directamente relacionadas connotable crecimiento de la producción industrial. que pasó a ser el eje

central del proceso económico. Tal como se verifica en el Gráfico n Q 2.2,1945 la incidencia relativa de la industria en el PB1 superó por primera

EDUARDO M, BASUALDO

2.1.2 CRECIMIENTO ECONÓMICO, DISTRIBUCIÓN DEL INGRESO Y EXPANSIÓN

INDUSTRIAL DURANTE LOS PRIMEROs GOBIERNOS PERONISTAS (1946-1955)

actividades en esos anos (Pérez Companc y Bridas) terminaron, no mu­chos años después, formando parte de la oligarquía diversificada.

Durante el período 1946-1955 se plasmó una divisoria de aguas en el de­sarrollo económico, social y político del país. El modelo oligárquico agroex,

portador quedó atrás y se fortaleció la industrialización, conformándose lascondiciones estructurales y las alianzas sociales que fueron decisivas en los acon­tecimientos posteriores al derrocamiento del peronismo en 1955.

Los primeros gobiernos peronistas pusieron en marcha una experiencia iné­dita al conjugar el crecimiento económico con un importante aumento de la par~

ticipación de los trabajadores en el ingreso (Gráfico n'' 2.1), Los trabajos realiza­d~s sobre estos periodos señalan la existencia -en especial durante los primerosanos (1946/4~)-de una acelerada expansión económica sustentada en la excep­cional situación de la Balanza de Pagos -originada en el conflicto mundial-, yen un sensible crecimiento de la inversión bruta fija. !O Sin embargo, en el con­texto de un acelerado crecimiento industrial que dio por terminado el modelo~groexportador,los primeros gobiernos peronistas tuvieron la peculiaridad deIncorporar a la clase trabajadora en términos económicos, sociales y políticos. u

La constitución de la clase trabajadora como sujeto social de trascendencias: .llevó a.cabo concretando las reivindicaciones (convenios colectivos por ao­tividad, tnbunales laborales, salarios mínimos, seguridad social, aguinaldo, ete.)que habían formulado los sectores populares en las décadas anteriores, a tra­vés de sus representaciones sociales y políticas (anarquistas. socialistas, radica­les yrigoyenistas, etc.): Muchas ya estaban establecidas legalmente pero no secumplían, mientras que otras dieron lugar a una profusa legislación que las pu­so en marcha. Complementariamente, en 1945 se sancionó la mítica Ley deAsociaciones Profesionales que permitió la expansión y el fortalecimiento de lossindicatos en la sociedad argentina.

10 Sobre este,pa:ticular, R. Mallon yJ. Sourrouille (1973) expresan: "Entre 1945 y 1948 el volu­11":~ de las merc~nClas tmpo:t~(las se cumlriplicóy el productointerne bruto realaumentó el 28%. La disponi­bilidad realde bienesy sennaos -total delproducto interno más importaciones 'menos exportaciones-e- creció,dllr~nte.el perío~lo de tres~MS, en una cifraaun más impresionante: el45 %,favorecidapor el mejoramiento enlos ter;:mos d~ intercambio con .el exterior): en.~s servicios de lospréstamos e inversionesextranjeros"(p. 21).

De allí q~e A. HorOWlCZ, en su InCISIVO ensayo sobre el peronismo (1990), señale sobre el17de octubre: "A.ny ~od(), en la historiaargentina es algonunca vistopuesto que esuna movilizaciónpacifica demas~ obreras ~ue oioíenca elJiel de la balanza donde discurrela políticaburguesa. Es dedr, la claseobrera lomó{xutido en la dísinua y su partido se denominó oeronismo"(p. 133).

Page 9: Basualdo, Eduardo_Estudios de Historia Económica Argentina(Pp.25-53)

EDUARDO M. BASUALDO 37S'11JDIIOS DE HISTORIA ECONÓMICA ARGENTINA

1:1Al respecto véaseJ.v. Sourrouille yJ. Lucángeli (1980). Señalan: "Los datos son ilustrativos delpapelpeculiar que le cupo a la industria 11lelalmecánir:a en el desarrollo industrial de la inmeduüa posguerra.En ezcs ochoaños se vuelve (J (luplicar el número de establecimientos, la ocupación aumenta en. un 60 %frauea un 25 % dellotal)' supera a la industria alimenuuía y a la textil en lodos los indicadores, aJ1t excepcióndelvalorde pmdUl:ción. "(p. 11)

14 Véase N. Cirbal-Blancha (2002) yM. Rougier (2001).rs Véase O. Altimir; H. Santamarfa v.l- V. Sourrouille (1966).

~nleltalm"c,inica,de la cual la fabricación de la heladera Siam es un hecho sim­que perdura en el riempo.l''

Todos los cambios reseñados se plasmaron mediante una profundizaciónintervención estatal en el proceso económico, lo que permitió una sig­

úi,t¡catIva redistribución de la renta agropecuaria -antes apropiada por la,,¡igarquia terrateniente y el capital extranjero vinculado al modelo agroex­n,\rtadlor'- hacia los trabajadores, los empresarios industriales vinculados alát,aste,:inli<,nt:o del mercado interno y al propio Estado.

el sector financiero, esta tendencia intervencionista, iniciada a partir de

de 1929, se expresó mediante la nacionalización de los depósitos ban-'os por parte del Banco Central, la asignación del crédito mediante redes­

f:riéntos otorgados por esta entidad, la creación del Banco Hipotecario Nacio­la regulación del mercado de seguros, etcétera. Lo mismo ocurrió en

materia del comercio exterior con la creación del IAPI (lnstituto Argentino pa­

ira la i-romocion del 1ntercambio) , que regulaba el intercambio comercial del(importaciones y exportaciones). Incluso algunos años se establecieron

en las importaciones, destinadas a controlar la salida de divisas, y en las"xpolrt:lCiorles, destinadas a garantizar el consumo interno.

Asimismo, se extendió la promoción industrial mediante la consolidaciónIndustrial, creado en 1944,14 Yla implementación de diversos incen­

(arancelarios, impositivos y crediticios) para las actividades industriales,fueron declaradas de "interés nacional". Sin embargo, la acción estatal no

circunscribió a definir una política industrial sino que durante esta etapa se

constituyeron o fortalecieron numerosas empresas estatales, muchas de las cua­actuaron en la producción industrial hasta la ola privatizadora de la déca­

los años noventa. Entre ellas se cuentan las siguientes: Dirección Gene­

Fabricaciones Militares (DGFM), fundada en 1941 y dedicada a producir

materiales de guelTa y afines; Dirección Nacional de Fabricaciones e Investiga-

Aeronáuticas (DINFIA), sucesora de la Fábrica Militar de Aviones fun­

en 1927 y que producirá aviones y automotores; Astilleros y Fábricas Na­

del Estado (AFNE); Dirección Nacional de Industrias del Estado (DINIE),

toma a su cargo las empresas alemanas intervenidas y luego adquiridas porEstado; Sociedad Mixta Siderúrgica Argentina (SOMISA) creada en 1947 paraproducción de accro.!"

Dictadura Peronismo Dictadura Desarrolllsmo RadIcalismoDictadura(Farr:el• (Perón, (Lecnardl, (Fondizi. (1lIIa, (Onganía,Ramfrez, 1946-55) Aramburu Guido. 1963-66) Levlngseon,1943-46) 1955-1958) 1958-63) Lanusse,

1966-73)

Concordancia(Urlburu, Justo,Ortíz, Castillo.1930-43)

Radicalismo(Yrlgoyen­Alvear,1916-30)

O· ::!:';"':f~+::'t:H::'-::+-!":H:+++-!:H::'-H-+;HK+++-I-H-H--H-I-H++-I-HK+++-I-H-H-+J- I00191511 1911 13 2S 21 29 31 33 35 l7 19 41 43 45 47 49 51 5] 55 51 59 61 63 65 67 69 71 73

Fuente: Elaboración propia sobre la base de Información del BCRA a precios de 1960.

Gráfico N° 2.2: Evolución del PBI y participación de la actividadagropecuaria e industrial, 1915·1974 (en números índices y % del PBI)

40900

.......- Agricultura (% del PBI)-+-. Industria (% del PBI) fW'O

35 --o- PBI a costo de los factores (19 I5= I00) ifl 800

"""Al/ o" ~ -700

% fo"'.I¡ 6009dIe 20 !'/"'''......r 5500

p ".~"V~...I' IB 15 O400IO

lO300

5200

vez la participación de la producción agropecuaria. De allí en 111ás, en elmarco de una sensible expansión del PBI, las diferencias entre ellas se acen­tuaron con rapidez.

Ya en los primeros año.s de la gestión del peronismo, la industria en suconjunto ocupaba más de un millón de trabajadores -cifra superior a la que

exhibió el último Censo Industrial, realizado en 1994- y, a pesar de la desa­celeración posterior a 1948, consolidó su predominio sobre la producción agro­

pecuaria, afianzándose una relación que fue irreversible en las décadas poste­riores. En términos de la composición de la producción industrial, la

comparación intercensal (1946-1954) permite apreciar un notorio avance de

Page 10: Basualdo, Eduardo_Estudios de Historia Económica Argentina(Pp.25-53)

Elabcraclénpropia sobre la base de la Memoriay Balance del BancoCentral de la RepúblicaArgentlna,1958.

39

n° 2.1de los activos y pasivos externos y el comercio exterior. 1943-1955

millones de dólares y porcentajes)

Activos externos Pasivos Saldo Comercio Exterior Deuda!(reservas) externos (Activos Exporta-

BCRA -Paslvos) ciones (%)Total 0,0 Divisas Exportaciones Importaciones Saldo

995 824 171 23 972 601 239 362 3,71.296 975 321 24 1.272 658 257 401 3,71.639 1.192 447 24 1.615 724 295 429 3,31.733 1.090 643 47 1.687 1.159 588 571 4,01.176 338 838 13 1.163 1.612 1.340 272 0,8

773 143 630 99 674 1.629 1.561 68 6,1664 210 454 141 523 1.043 1.180 -137 13,5843 210 633 153 690 1.178 964 214 13,0708 267 441 351 357 1.169 1.480 -311 30,0608 287 321 424 184 688 1.179 -491 61,6634 372 262 256 378 1.125 795 330 22,8655 372 283 283 372 1.027 979 48 27,5510 372 138 390 120 929 1.173 -244 42,0

Constit.uy,en)nlos principales temas de la agenda en las negociaciones posterio­al incumplimiento inglés del tratado Miranda-Eady de 1946, desvirtuadola nueva declaración de inconvertibilidad de la libra esterlina. A juzgar por

elementos disponibles, dicho tratado implicaba una buena negociación pa­el país, ya que fijaba en 150 millones de libras el precio de la transferenciaestos activos.

">O, U'J'C'" DE HISTORIA ECONÓMlCAARGENTINA

Si bien el monto de recursos comprometido en la transferencia de los fe­rrocarriles constituye una problemática signada históricamente por intensas

controversias. con su estatización no ocurre 10mismo ya que, excluyendo a laoligarquía eminentemente agropecuaria y a los intereses ingleses. los distin­

tos sectores sociales que querían modificar el statu quo estuvieron de acuerdoen llevarla a cabo. Es importante recordar que la discusión e incluso las nego­

c",c,u,.,,, para nacionalizar los servicios públicos en general, y los ferrocarri-

en particular, comenzaron con el gobierno de la Concordancia durante la

D,WnA EX:TE:ro'A, NACIONALIZACIÓN DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS

PRO~EC:TC)SALTEID<ATIVOS

EDUARDO M. BASUALDO

"Desde el punto de vista del sector externo, hay pleno consenso en que ini­cialmente se trató de una etapa excepcional en la que luego irrumpieron losproblemas de Balanza de Pagos típicos de esa etapa de la industrialización ba­sada en la sustitución de importaciones. Dichos problemas pusieron de mani­fiesto la ausencia de políticas estatales orientadas a completar el esquema in­dustrial interno.

Con el objetivo de analizar ambos aspectos, en el Cuadro nº 2.1 se exponela evolución de los activos (reservas) y de los pasivos (deuda externa pública)

del Banco Central, así como del comercio exterior (exportaciones e importa­ciones) entre 1943 y 1955.

La excepcionalidad inicial radica en que durante los primeros años delgobierno peronista, la Argentina (a la inversa de lo que acontece en la ac­

tualidad) exhibía una holgada posición acreedora neta con el resto del mun­do, pero una parte significativa no estaba disponible, por la insolvencia delprincipal país deudor (Inglaterra) como consecuencia de la Segunda Gue­rra Mundial. La evolución del saldo acreedor indica su punto culminante en

1946 (1.687 millones de dólares) para reducirse en 1947 (1.163 millones dedólares) y luego caer abruptamente en 1948 (674 millones de dólares). Es­ta acentuada reducción se relacionó directamente con la disminución de las

reservas -y no con un incremento de la deuda externa- provocada por laamplia política de nacionalización de los servicios públicos.l" de la cual el

hecho más oneroso, resonante y denostado fue la nacionalización de los fe­

rrocarriles ingleses en 19471 7

Sin abordar un análisis pormenorizado, parece poco discutible que la na­

cionalización de los ferrocarriles estuvo encaminada a solucionar el diferen­

do económico entre la Argentina e Inglaterra en función del afianzamiento

de la sustitución de importaciones como nuevo patrón de acumulación decapital.l"

La problemática central eran los 112 millones de libras que a fines de 1945tenía la Argentina en el Banco de Inglaterra, que estaban bloqueados a raíz de

la insolvencia inglesa. Éstos. junto con la determinación del precio de venta,

16Véase M. Rapoporty otros (2000, pp. 386 Yss.).17 La evolución histórica de los ferrocarriles en encuentra en el trabajo clásico de R. Scalabrini

Ortiz (1975). Sobre la estatización, véase P. Skupch (1972).18 La relación entre Argentina, Inglaterra y EE.UU. hasta mediados del siglo XX se puede con­

sultar en]. Fodory A. O'Connell (1973).

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19 Durante los primeros aúos de la segunda etapa de sustitución de importaciones, ese coeficien­te entre la deuda externa ylas exportaciones alcanzó valores que rondaron el 200%. Incluso en los añosde mayor expansión económica de la etapa (1964-1975) llegó al 144%. Es decir, más de tres veces el re­gistro alcanzado en 1955 (42%), el más elevado durante los primeros gobiernos peronistas.

41Tumos DE HISTORIA ECONÓMICA ARGENTINA

e industrialización alternativo (exportador) al del peronismo (mercado in­

mista). se mencionaba explícitamente la nacionalización de los serviciosúblrcos, lo que es un indicador del grado de avance de las negociaciones

porparte de algunos de los sectores que habían integrado el gobierno de laConcordancia.2o

Por otra parte, durante la década de 1940 los sectores nacionalistas de laspaerzas Armadas y de distintas fracturas del sistema político, influenciados to­40s ellos por FO.IqA, fueron conformando una propuesta alternativa al mode­

l(jagroexportador, también industrialista pero asentada en el consumo inter­#0 y la redistribución del ingreso hacia los asalariados. Desde el punto de vista

(lel peronismo -la fuerza política que asumió este ideario-, la propiedad es­jaral de los servicios públicos, y específicamente de los ferrocarriles, se consi­

~erabavital para consolidar la política económica. No se trataba únicamentede obtener un instrumento directo para la promoción de la industria sino de

replantear el conjunto de las relaciones existentes, eliminando la posible com­petencia inglesa en los bienes industriales, que eran vitales como sustento delmpresariado nacional.é!

Pese a la importancia que asumió la industrialización en la tarea de gobier­rio del peronismo, es indiscutible que éste no logró profundizarla incorporan­(lb en la estructura productiva interna aquellas actividades que indican la su­

peración de la etapa de la industrialización liviana -producción de acero,petroquímica, etcétera-, lo que habría permitido una mayor expansión eco­tlómica y autonomía nacional. Para varios autores, esta oportunidad perdí­

da se ubica en los primeros años de gobierno (1946/48), cuando las ingen­

tes reservas de divisas con las que contaba el país supuestamente se usaron enla redistribución del ingreso hacia los asalariados, los gastos improductivos delEstado y la nacionalización de los servicios públicos.V

20 Al respecto, en dicho Plan (Ministerio de Hacienda, 1940) se señala que: "Sin que pueda, has­~~ésfe momento, anunciarse otra cosa que la existenciade un proyecto en elaboración, cabeen estelugar expresarqueno es aventurado pensar en que lossaldosen librasresultantesde nuestrocomercio con lospaíses(leláreaes­ftrrlina pueden ser utilizados en un vastoprograma de adquisición del coruraíor ele piezas esenciales ,lel sistema~~lransj)()rte, si e!proyectorespeetivo -ho)' a estudiode otrodeportameruo-:-: mereciera Ú1 aprobación delgobier-fUI y del Honorable Congreso" (capítulo m,punto 37), .

21 Según P. Skupch (1972): "Aljinalizar U1 guerraelobjetivo básico delgobierno mgentino, comode otrosjitJbiernos kuinoamerícanos, era drftnder lo queexistía en materiadeproducciónmanufacturera.Estadefensasearticulabacon e! temora la desocupación que era (leesperas: corno consecuencia de los reajustes econó~icos quetraería UI paz: Las alternativas eran CUlTaS: seprotegíanlas industrias quee!país babialogrado desarrollar osedejabaque la competencia externarecuperase los mercados perdidos. "(p. 486)

22 Para Esahg yThorp (1969): "ElerrormasorIue no utilizar losampliosrecursos dela nación para su­primir los estranguulmientos de la economíaseñalados antes. Vistas las cosasde manera retrospectiva, resultaclaro que U1S reservas de divisas inicialesy los ingrpsos adicionales de la exportación podrían haberse utilizadopara renovary aumentar el capital de lossectores de transporte)' (leenergía, acero e industrias pesadas.Esta po­líticahabría exigidomayorcontrolsobre la lLrlgnación de recursos y en especial sobre la composición de la inuer­'síón, perohabríapermitidoal país continuar y profundizar su industrializaciónaun bajolas condicionesdesfa­vorables de!comercio exterior quese manifestarondesfntú de 1948. "(pp. 73-74)

EDUARDO M. BASUALDO40

Década Infame, siendo contemporáneas de las estatizaciones que se realiza­mundial (Inglaterra y Francia, nacionalizadas por el laborismo y

por De Gaul1e, respectivamente).

Sin embargo, desde 1948 en adelante, la tendencia de los saldos entre losactivos y los pasivos del Banco Central fue decreciente. A su vez, la evolución deeste endeudamiento estuvo influenciada por los saldos negativos en la balanzacomercial, que inumpieron por el estancamiento de las exportaciones agrope­

cuarias y el dinamismo de las importaciones de insumas intermedios y bienesde capital demandados por la creciente actividad industrial. Para algunos auto­res, como G. Vitelli (1999), el estancamiento de las exportaciones agropecua­

rias estuvo vinculado al atraso tecnológico del sector que comenzó hacia 1930.

La relación entre deuda externa y exportaciones tuvo un fuerte crecimien­to aunque, de todas maneras, nunca llegó a los niveles que alcanzó en la segun­da etapa de sustitución de importaciones (1958-1975)19

Así comenzó a expresarse el típico estrangulamiento en la Balanza de Pa­gos que acompañó la evolución de esa etapa. En realidad, las restricciones ex­ternas pusieron de manifiesto la extrema debilidad de las políticas estatales pa­ra avanzar, mediante la inversión pública, en la integración de la estructura

industrial interna. Era una situación paradójica porque, mientras los sectoresdominantes denunciaban hasta el hartazgo el intolerable dirigismo estatal delperonismo, la conformación estatal y la política económica no buscaban un sal­to cualitativo en la estructura industrial sino poder garantizar la rentabilidad

del conjunto de las fracciones empresarias industriales. Pero esta rentabilidad

no se plasmó -tampoco en el caso de la burguesía nacional- en nuevas in­versiones que permitieran integrar la estructura industrial y diluir las presionessobre el sector externo de la economía.

Si bien los sectores sociales que impulsaban un recambio del modelo

agroexportador coincidieron con la estatización de los servicios públicos, sus

desacuerdos fueron evidentes en el momento de definir el carácter específico

del nuevo patrón de acumulación de capital. Las fracciones de la oligarquía

con presencia en la producción industrial planteaban la integración de unamayor injerencia estatal con el mantenimiento de las exportaciones agropecua­

rias pero también con un nuevo eje productivo dinámico basado en la cons­trucción y, sobre todo, en las ventas externas de los productos industriales.

La expresión orgánica más acabada de la propuesta que impulsó esta frac­

ción de la oligarquía fue el denominado Plan Pineda de 1940. En este proyecto

Page 12: Basualdo, Eduardo_Estudios de Historia Económica Argentina(Pp.25-53)

2.1.4 COMPORTAMIENTO E INCIDENCIA DE lAS FRACCIONES INDUSTRIALES

DURANTE LOS PRIMEROS GOBIERNOS PERONISTAS

23 Por ejemplo, C. F. Díaz Alejandro (1975) al analizar el desarrollo industrial argentino expre­sa: "Desde 1943 hasta 1953 elgobierno obseroó una IJOlítica de hostilidad, o por lo menos de indiferencia, haciael capital extranjero. Hasta 1948 la abundancia de divisas y las posibilidadesde sustituir importacionesen

43

Radicalismo Dictadura(Onganía, Lanesse,

(1963-1966) 1966-1973)

Desarrclllsmo(Frondlzi­1958-1963)

Dictadura[Laonardi­1955.1958)

PeronismoO. D.Perón,1946-1955)

Dictadura(Ramirez,1943.1946)

Fuente: Elaboración propia sobre la base de información del Ministerio de Economía, 1976.

--o- Utilidades---+-- Inversión_····x····- Reinversión de utilidades

Gráfico N° 2.3:Comportamiento del capital extranjero: utilidades,inversión neta y reinversión de utilidades entre 1940 y 1974

(en millones de dólares de 1975)

120

100

>rtJDIOSDE HISTORIA ECONÓMICA ARGENTINA

indicador apropiado para evaluar la posible discriminación del capitales la evolución histórica de las utilidades que percibió durante esta

en relación con otros períodos históricos. En el Gráfico n° 2.3 se puedeX\i'<Prvar la trayectoria seguida entre 1940 y 1974 por las utilidades, la inversión

(nueva inversión más reinversión de utilidades) y la reinversión de las em­extranjeras radicadas en el país de acuerdo con las cifras oficiales expre­

en dólares de 1975. 24

de la industria para las cuales la cooperación de los conocimientos tecnológicos extranjeros no era fle im­oortanciadecisiuaconsiguieron neutralizar losefectos desfavorables de aquellapolítica. No obstante, el estanca­

de 1948-54 provocó su reconsíderación. Se hizo evidente que la nueva etapa de índustrializacum. exigíacooperación en una u otraforma de ÚJS tractores, vehículosautomotores, siderurgiay demás industrias inge­

(pp. 261-62).24 Información oficial publicada por el Ministerio de Economía, Secretaría de Estado de Pro­

gramación y Coordinación Económica, noviembre de 1976.

EDUARDO M. BASUALDO42

El señalamiento es válido pero improcedente, porque en la concepcióndel gobierno no se evaluaba continuar con la postergación social y debilitaral Estado para desarrollar la industria pesada, sobre todo cuando, además, entan breve lapso se afianzaba la industria liviana y desplegaba un nuevo plan­teo institucional.

Sin embargo, todo parece indicar que era necesario no sólo profundizar laindustrialización sino también renovar parte de la maquinaria y el equipo ins­talados. Tanto es así que en los años cincuenta el propio gobierno peronista in­tentó infructuosamente solucionar este problema mediante la promulgación

de la primera Ley sobre las inversiones extranjeras y la negociación con capi­tales extranjeros para la explotación petrolífera, lo que implicaba asumir la im­

potencia estatal para llevarla a cabo y reconocerle a la fracción industrial do­minante la capacidad de hacerlo, cosa que más tarde hará, pero redefiniendo

la naturaleza del Estado con gobiernos condicionados por el brazo armado delos sectores dominantes, las Fuerzas Armadas.

Las críticas a la estrategia adoptada por el peronismo y la situación impe­rante durante esos años suscitan, desde la perspectiva de este ensayo, un doble

interrogante: ¿La única posibilidad que tuvo el peronismo para desarrollar laindustria pesada y renovar los bienes de capital fue sacrificar los objetivos cen­trales de su política? 0, por el contrario, ¿tenía otras alternativas que no utili­zó? Indagar esta problemática es crucial para comprender la naturaleza tantodel peronismo como la de los bloques sociales que se enfrentarán durante la

industrialización, pero exige incorporar nuevos elementos estructurales, espe­cíficamente referidos a las características que asumieron las diferentes fraccio­

nes empresarias que participaban en la producción industrial.

Dado el carácter antioligárquico y antiimperialista del peronismo en el planopolítico, se suele asumir que el capital extranjero industrial, a la inversa de las frac­

ciones del capital local, fue acentuadamente perjudicado. Más aún, si se tiene en

cuenta la estatización de los servicios públicos, esas actitudes parecen signar al pe­ronismo no sólo en el plano político sino también económico. Si bien en destaca­dos trabajos sobre la historia económica argentina se asume esta perspectiva co­

mo si fuera un hecho que no es necesario fundamentar en términos económicos,es pertinente indagar esta problemática con los elementos dísponíbles.P

Page 13: Basualdo, Eduardo_Estudios de Historia Económica Argentina(Pp.25-53)

25 Sobre el tema, véase M. Brodersohn (1972).

Los resultados obtenidos no dejan de ser sorprendentes, ya que el capitalextranjero que se insertó en el país realizando una inversión extranjera direc­ta (la forma típica que adoptan las subsidiarias industriales) percibió en losaños ~el peronismo las utilidades totales más elevadas, no sólo entre 1940 y1974 smo desde el momento en que hay registros, es decir, desde las primerasdécadas del siglo XX (1912).

Tanto es así que, al cOlnparar el promedio de las utilidades totales percibi­das por este tipo de firmas entre 1946/53 con el otro período de auge, entre

195~ y 1:64 (c~ando el desarrollismo sienta las bases de la segunda etapa desust.ltUClOD de Importaciones)' se comprueba que las obtenidas durante el pe­

romsmo son un 27% más elevadas (520 contra 409 millones de dólares de 1975respectivamente). Si bien entre 1946 y 1949, los años de mayor bonanza eco:

nómica y mejor situación externa del peronismo, se alcanzaron los niveles deu,tilidades más elt~vados, no deja de ser llamativo que se ubiquen muy por en­CIma del promedio hasta 1953, es decir, durante el período más comprometi­do desde el punto de vista económico y de la Balanza de Pagos.

Sin embargo, un análisis más minucioso de estas evidencias permite co­rroborar otros comportamientos que podrían aminorar la disponibilidad deesas utilidades por parte de las casas matrices. En efecto, centrando la aten­ción en las restantes variables (inversión neta y reinversión de utilidades) secomprueba que, pese a la notable rentabilidad de la época, las empresas ex­tranjeras prácticamente no efectuaron nuevas inversiones pero sí reinvirtie­

ro.~ parte de las utilidades totales. Esta característica contrasta con lo que ocu­rno en la segunda etapa de sustitución de importaciones bajo la conduccióndel "desarrollismo" (1958/64), en la cual el capital extranjero tuvo una ele­

vada rentabilidad pero la mayor parte de la inversión neta se originaba ennuevos flujos de inversión extranjera directa y en menor medida en la rein­versión de utilidades. Pese a ello, es preciso señalar que la inversión susten­tada en la reinversión de utilidades fue una forma típica del financiamientode las firmas (no sólo de origen extranjero) en los años posteriores a los pri­meros gobiernos peronistas, rasgo que ha sido mencionado en diversos tra­bajos sobre el tema.25

Con el propósito de indagar la magnitud de las utilidades reinvertidas y, es­

~eclalmente, de evaluar la importancia que asumieron en este período las uti­lidades en relación con otras variables económicas, en el Cuadro n'' 2.2 se con­signa la evolución de las utilidades percibidas por el capital extranjero, labalanza comercial y las reservas de oro y divisas entre 1946 Y1953 pero en dó­lares corrientes.

45

_ ...~

tilldades Utilidades Exportaciones Importaciones Saldo Bza. ReservasTotales en efectivo Totales Totales Comercial (oro y divisas)

..---- --

219 147 1.159 588 571 1.733

46 23 1.612 1.340 272 1.176

246 193 1.629 1.561 68 773

453 369 1.043 1.180 -137 664

381 310 1.178 964 214 843

398 347 1.169 1.480 -311 708

242 211 688 1.179 -491 608

270 230 1.125 795 330 634-------1--

2.255 1.830 9.603 9.087 516 7.139

282 229 1.200 1.136 64 892

u

nte:Elaboración propia sobre labasede información del Ministerio de Economía y ellNDEC.

",idro n" 2.2()Iución de las utilidades percibidas por el capital extranjero, la Balanza Comercial

s.reservas de oro y divisas, 1946M 1953millones de dólares)

§fODIOé DE HISTORIA ECONÓMICA ARGENTINA

Una primera evaluación indica que las utilidades distribuidas en efectivopresentan el 81 % de las utilidades totales en el período considerado (1.830

óntra 2.255 millones de dólares), lo que significa que las reinvertidas alcanza­

3rIos 424 millones de dólares (19%). Por otra parte, deteniendo la atenciónfJ.los montos totales del período, se comprueba que tanto las utilidades tota­

como las distribuidas asumieron una indiscutible relevancia en términos deR~~lquierade las variables del sector externo que se considere. Aunque, dadal~ gran magnitud relativa de ambas variables no parece necesario abundar endetalles, puede verificarse, por ejemplo, que las utilidades totales percibidas

r el capital extranjero en los ocho años considerados fueron equivalentes aaños de exportaciones e importaciones (con un promedio anual de

y 1.136 millones de dólares, respectivamente), a más de cuatro veces eltotal de la Balanza Comercial en el mismo período (516 millones de dó­y más de dos veces y media las reservas de oro y divisas de las que, en

omeruo. dispuso el BCRA (892 millones de dólares).La determinación del monto de las utilidades del capital extranjero per­

comparaciones con otras variables económicas directamente emparen­con la problemática de fondo. Una de ellas es relacionarlo con el cos­

que implicaba llevar adelante el programa que se proponía en el Primer

EDUARDO M. BASUALDO44

Page 14: Basualdo, Eduardo_Estudios de Historia Económica Argentina(Pp.25-53)

26 En su clásico trabajo, R. Potash (1981) dice respecto del Plan Quinquenal: "ElPlan menciona­ba una seriede cifras, consideradas estimativas de loscostos de organiz.ación e inversión para el periodo 1947~

1951, Y quellegabana la mma total de 6,66 billonesdepesas(1.270millones de dólares). Pero estetotal excluía,por cierto, la adquisición (leequiposy fábricas militaresdestinados a servicios delEjército, también omitía todamma destinada a la salud públicay a losprogramas de construcciónde viviendas y no hacía referencia a las in­dustrias deservicios públicosen poderde empresas extranjeras)'cuya adquisición, en una u otraforma, erapar­teimplícita del programade independenciaeconómica [. ..} Es evidente,pues, que una estimaciónde 10.000 mi­llonesde pesos hubiera arrojado una cifra más realista para el Pan Quinquenal." (p. 94, tomo I)

Plan Quinquenal del peronismo que, según R. Potash, alcanzaba a 1.270 o1.900 millones de dólares, aproxirnadamente, si se suman las estatizaciones yotras inversiones contempladas. Esto significa que, en términos de la estima­ción más baja del Plan (1.270 millones de dólares), las utilidades totales del ca­pital extranjero (2.255 millones de dólares de acuerdo con el Cuadro nº 2.2)fueron un 78% más elevadas, y que las utilidades en efectivo (1.830 millonesde dólares según consta en el mismo Cuadro) fueron un 16% más elevadas queesos recursos demandados por el Plan. Por otra parte, si se considera la estima­ción más alta del Plan (1.900 millones de dólares) dichas utilidades totales fue­ron un 16% más elevadas mientras que las utilidades en efectivo fueron equi­valentes a ese costo del Plan Quinquenal.P

Sin embargo, ese Plan -que reconocía en la industrialización su base desustentacíón- no se cumplió por falta de recursos, mientras que las empresasextranjeras sí percibieron las utilidades mencionadas.

Otra comparación interesante consiste en confrontar dichas utilidadescon los montos necesarios para la estatización de los servicios públicos y lacancelación de empréstitos. Las distintas fuentes son más o menos coinciden­tes, ya que Eshag y Thorp los estima en 1.000 millones de dólares mientrasque Horowicz, en 983 millones de la misma moneda (645 millones en la na­cionalización de los ferrocarriles, 95 millones en la adquisición de la UniónTelefónica y 243 millones en cancelar los empréstitos). De los valores en dó­lares de la estatización de los servicios públicos y el rescate de los emprésti­tos, se desprende que las utilidades totales de las empresas extranjeras absor­bieron más del doble y las utilidades distribuidas por ellas en efectivo fueron1,8 veces dichos montos.

Otro indicador que surge de la información disponible es la tasa de renta­bilidad sobre el capital invertido que obtuvieron las empresas durante este pe­ríodo. A partir de las cifras oficiales, es posible efectuar una aproximación a surentabilidad, relacionando las utilidades obtenidas con el stockde capital acu­mulado en cada año de la serie de datos considerada.

Nuevamente, los resultados obtenidos, que se presentan en el Cuadro nº 2.3,tienen tal contundencia que no exigen lnayores explicaciones, ya que se trata detasas de rentabilidad inusitadamente elevadas (23,9% en el caso de las utilidades

Cuadro n" 2.3~yplución del stock de capital extranjero, utilidades totales y distribuidas,1946-1953 (en millones de dólares de 1975 y porcentajes)

475TUDl05 DE HISTORIA ECONÓMICA ARGENTINA

Stock Utilidades Utilidades 211 311

de capital* Totales Distribuidas

( 1) (2) (3)

2.130 605 405 28,4 19,0

2.213 110 57 5,0 2,6

2.364 548 432 23,2 18,3

2.569 1.025 833 39,9 32,4

2.744 851 692 31,0 25,2

2.861 823 719 28,8 25,1

2.944 491 428 16,7 14,5

3.091 543 462 17,6 15,0

1946-1953 2.615 624 503 23,9 19,2

1958-1964 4.749 409 290 8,6 6,1

Estimación propia basada en la suma de la inversión neta desde 1912 al año considerado.

propia sobre la base de Información del Ministerio de Economía.

totales y 19,2% en el de las utilidades distribuidas). Para tener una idea de su im­Ortancia, es pertinente señalar que, de acuerdo con la misma fuente oficial, en­eJ958 y 1964, cuando se instalaron las bases materiales de la segunda etapa de

llstitución de importaciones, esa misma tasa de rentabilidad alcanzó el 8,6 y el6,1 %según se consideren las utilidades totales o las distribuidas, respectivamente.

La política económica del peronismo no tenía entre sus objetivos funda­mentales promover el capital extranjero en la industria aunque sí respetar lasconsecuencias de su peso estructural ya que, salvo excepciones vinculadas alconflicto bélico, no impulsó la nacionalización de estas empresas. Sin duda, elorneuvo prioritario era consolidar la burguesía nacional y buena parte de la oli­earouia diversificada) por considerarla integrante de aquélla. Bajo ese supuesto,re,""[" evidente que el notable monto de las utilidades y de la tasa de rentabi­

exhibido por el capital extranjero no indica una excepción sino una si­ruacion generalizada de la rentabilidad industrial, con las lógicas diferenciasderivadas del peso estructural de cada una de las fracciones empresarias.

Las evidencias empíricas oficiales analizadas dejan pocas dudas acerca de que

peronismo llevó a cabo una política que concluyó con la economía agroexpor-

EDUARDO M. BASUALDO46

Page 15: Basualdo, Eduardo_Estudios de Historia Económica Argentina(Pp.25-53)

tadora tanto en términos estructurales -con la estatización de la infracstructu­1'a- corno financieros, apropiándose de la renta agropecuaria mediante una pro­funda modificación de los precios relativos entre el sector urbano y rural, y espe­cfficamente entre la industria y el agro, como complemento de la intensaintervención estatal encaminada a consolidar el desarrollo industrial.

Ciertamente no avanzó sobre la propiedad de la tierra -bastión fundamen­tal de la oligarquía agropecuada- a través de una reforma agraria. pero suspolíticas generales ysectoriales respecto de la distribución del excedente, ypar­

ticulares en relación con el agro pampeano, parecen haber generado un pro­ceso de desconcentración de la propiedad rural que comenzará a revertirse enlas décadas posteriores pero sin la intensidad necesaria como para retornar a

la situación previa al peronismo.

En todo caso, el "contenido oligárquico" de la política peronista radica enel salto cualitativo que registró la oligarquía diversificada como fracción empre­

saria industrial, excluyendo al resto de la oligarquía, exclusiva o principalmen­te terrateniente. Quizá por eso, de allí en adelante el papel de los terratenien­

tes en la economía local se modificó, ya que se transformaron en una fracciónsubordinada a la oligarquía diversificada que logró incidir en el ciclo sustitutivosólo cuando sus intereses se articulaban con los de ésta. Se estableció la rela­ción inversa a la que había primado durante la vigencia del modelo agroexpor­

tadoryaque, de aquí en adelante, al desplazarse el espacio privilegiado de acu­mulación hacia la producción industrial, la oligarquía diversificada tuvo, sin duda,una inserción trascendente.

Una revisión más amplia de la situación de esta fracción diversificada de la

oligarquía pampeana indica que durante la década del treinta ya se encontra­

ba plenamente abocada a definir recambios estratégicos ante el creciente -ycada vez más ostensible- agotamiento agroexportador. Corno se señaló, un

primer intento hegemónico se expresó en el Plan Pinedo, que la tuvo comouno de sus pilares fundamentales pero que fracasó políticamente y era estruc­

turalmente inviable. Vale recordar que su principal socio potencial, las empre­

sas norteamericanas, en ese momento se expandieron a través de formas de in­

ternacionalización contrapuestas al eje central del Plan -las exportaciones

industriales-, en tanto la instalación de subsidiarias en la región respondía.ala intención de explotar los mercados internos de los países latinoamericanos

y no a utilizarlos como plataforma exportadora. Sin embargo, la derrota de es­te planteo para plasmar una industrialización exportadora no parece haber traí­do aparejado un debilitamiento de esta fracción. Por el contrario, se insertóplenamente en la sustitución de importaciones pero conduciendo al conjuntode la oligarquía agropecuaria.

Los lnuy elevados beneficios industriales no significaron que algunas de las

medidas trascendentes del gobierno peronista no hayan puesto un límite a la

49TUDlOS DE HISTORIA ECONÓMIC" ARGENTINA

fedistribución de la renta agropecuaria hacia los sectores urbanos. Así por ejem­plo, es muy probable que la estatización de los ferrocarriles haya redundado,Sqmo dice Horow:icz, en un beneficio para los terratenientes pampeanos al im­pedir una mayor disminución de la renta transferida a los sectores urbanos,"?p~ro siempre que se tenga presente que también benefició a los pequeños y

l1:ledianos productores rurales, a los industriales -que redujeron sus costos-c--, e¡Ilc1uso a los asalariados, por la disminución de las tarifas en el transporte depasajeros. Pero no parece radicar allí el núcleo de la cuestión, es decir, el im­

p~dhnento que encontró el peronismo para ampliar las fuerzas productivas y¿ónsolidar su intento de capitalismo de Estado.

El escollo insalvable para los primeros gobiernos peronistas estuvo en lol.1evo que le aportó al desarrollo económico argentino la industrialización, y

()precisamente desde el lado del trabajo, como conciben las corrientes libe­les, sino desde el lado del capital.

Las evidencias insinúan que la alternativa entre estatización de los serviciosúblicos o industrialización pesada no era tal, ya que el nivel de excedente ge­erado anualmente y el acumulado socialmente en manos del gobierno en tér­

inos de oro y divisas (monto de las reservas) era suficiente como para llevarcabo ambas iniciativas, aun acompañadas por la redistribución del ingresoacia los asalariados.

Sin embargo, la condición para que eso fuera posible era que la rentabili­ad de las fracciones industriales no estuviese engrosada por ganancias extraor­inarias alimentadas por transferencias desde el Estado, y por el ejercicio oli­

()pólico pleno resguardado por la protección arancelaria sin medidas queientaran el excedente hacia otros fines.

Así, cuando no se incorporan en el análisis las elevadas ganancias percibí­por el capital industrial, la contradicción aparece como si la alternativa es­

ratégica se hubiera dirimido entre la estatización de los servicios públicos y landustrialización.

El fenómeno es muy pronunciado, a juzgar por la notable magnitud de las

utilidades percibidas por el capital extranjero así como su no menos sorpren­

?ente tasa de rentabilidad. No obstante, lo más grave no es que se trató deun hecho excepcional restringido a esta fracción del capital industrial sino

27Al respecto, A. Horowicz (1990) sostiene: "Formulando epigmmáticamenl.e el problema: el (;rmlrol

ilt;LJerrocarril era un elemento esencialen lafijación del monto de la renta agraria; la nacionalización del[erro­'l era una medida que beneficiaba a los terratenientf!s)' productores, en primer término, )' a los industriales

Los industriales obtenían mercado; los terratenientes, la renta, De allí en más, el dijicit [enooia­no es lléji(;il de transportede pasajeros, sino de carga) se transformó en un sutil mecanismo de subven­

la renta agraria f...} La nacíonalixoción.ferrooíasía atendíafundamentalmente losintereses urraunien­sólomu)' limuademerue los intereses industriales. Si bien ampliaba elmacado (yaelcamión lohabía hecho

pmda,I""nle. ti través de la política de.Justo), cerrabael camino al equipamiento esencial. " (pp. 164-65)

EDUARDO M. BASUALDü48

Page 16: Basualdo, Eduardo_Estudios de Historia Económica Argentina(Pp.25-53)

Cuadro n° 2.4Composición del capital suscrlpto, las utilidades y la rentabilidad de las 50 empresasindustriales de mayores utilidades según tipo de capital, 1954 (en porcentajes)

28 Esta elevada y generalizada rentabilidad industrial es la que habría impulsado las adhesionesempresariales al gobierno peronista que destaca]. Brennan en un trabajo reciente (199B). Sobre esteparticular destaca: "Este ensa:;'o presenuirá (losprincipales ideascon. respecto al roljugado porelempresoriado melPemnismo. Primero, la creencia extendida en. ntletJOS versusviejos industrialescomo una juenu deapoyoa Perónenlre1943 y J 955 es,de muchas maneras, la contraparte de loshoydesacreditados argumeruos deuna nueva Vfff­

sus una viejaclase obrera para explicarla existencia dePerón. y el Penmismo. De hecho, Perón dis/JUSO de 'Un ciertop;rlulo (leapoyo departede ambossectores, viciol' nuevo, de la bureuesia industrial (t1gentina. " (p. 80)

extendido al resto de los sectores empresarios.é'' En principio, era esperable

que el nivel de utilidades y de la tasa de ganancia estuviese en relación direc­ta con lajerarquía estructural de cada una de las fracciones (importancia delcomplejo sectorial específico, su lugar en el complejo sectorial, su inserciónen actividades altamente concentradas, el carácter de núcleo económico y téc­nico de esas actividades, su grado de diversificación hacia otros complejos sec­toriales, etc.) y, en ese sentido, las obtenidas por el capital extranjero seríanlas más elevadas, seguidas por las de la oligarquía diversificada y, finalmente, laburguesía nacional.

Sin embargo, dado el sesgo de la política económica en favor de las frac­

ciones de origen local, dichas diferencias probablemente se hayan estrecha­

do, no porque se redujeran las utilidades y la tasa de ganancia de las extran­jeras, sino porque se aumentaron las correspondientes a los capitales locales,

manteniendo la preeminencia entre ellas la oligarquía diversificada.

Esta prelación estructural entre las fracciones del capital, así como el acor­

tamiento de las diferencias en términos de la rentabilidad relativa, parecen con­firmarse a partir de la información disponible. Si bien se trata de resultados

51

indicativos,29 las evidencias que constan en el Cuadro n" 2.4confirman, en tér­

ruinas generales, las deducciones realizadas.Así, al considerar la distribución del capital suscripto y las utilidades perci­

bidas en 1954 se replica la misma importancia estructural, en tanto en amboscasos el capital extranjero encabeza nítidamente las posiciones, seguido por lasempresas controladas por la oligarquía diversificada ya corta distancia por lasque constituyen la burguesía nacional. Por otra parte, el sesgo que introduje­ron las políticas económicas se expresa con singular intensidad en el indicador

de la rentabilidad (utilidades/capital suscripto) que percibía cada una de ellasenlas postrimerías de los gobiernos peronistas. Desde esta perspectiva, las ven­

tajas del capital extranjero respecto de la fracción del capital que le sigue se

acortan, pero sugestivamente la que le sigue es la burguesía nacional. la cualsupera holgadamente la rentabilidad percibida por la oligarquía diversifzcada.

Un rasgo característico del peronismo, coherente con su concepción doc­

trinaria, fue el de acentuar sensiblemente la presencia de las empresas y orga­

nismos estatales en la producción industrial. En principio, estas empresas yor­ganismos eran los que tenían que abrir el camino hacia un mayor desarrollode la industrialización mediante la incorporación de la industria pesada en la

btructura productiva del país. Sin embargo, cuando se analiza la importanciacuantitativa de todos los organismos estatales en la industria manufacturera, secomprueba que fue escasa, a pesar de su incremento en la participación duran­

te el período intercensal. En efecto, el análisis censal indica que las empresasestatales de todo tipo generaron en 1947 el 3,6% de la producción total mien­

as que en 1954 concentraron el 9,5% de la producción. Como era de espe­en términos del personal ocupado (empleados más obreros) dicha partici­

es más elevada pero igualmente intrascendente (el4,3y el 12% en 1947respectlvamenter.é?

Es decir que las empresas que debían ser la vanguardia de la industriali­

zacron, condición ineludible para consolidar el capitalismo de Estado que

29 Se trata de resultados empíricos aproximados porque, ante la carencia de información em­desagregada para esos años, de las cíen empresas de mayor facturación en 1958 se conside­

las cincuenta de mayores utilidades en 1954 asignándole a cada una de las fracciones del ca­la propiedad de las empresas que controlaban en 1958. La fuente de la información básica

suscripto y utilidades) proviene, tal como se indica en el Cuadro, de El Accionista (diario ju­y comercial), 1955.

30 Tanto en el Censo Industrial de 1947 como de 1954 se consigna información al respecto, compu­todos los establecimientos controlados por dependencias nacionales, provinciales y mixtas (pena­

escuelas, etc.}. C. Díaz Alejandro (l975) es uno de los pocos autores que mencionan la escasa partí­estatal en la industria, al decir: ~Si bien las políticas oficiales han #ifluido sobre las pautas de

;n,lusl:rialw.rión, elEstadoha cumplido "Un papel1nuy modesto en Iaadministración ypropiedad directa delasempre­manufaclureras. Después devariosañosde régimen pemnisla, menos del J0% de la jJmdl1Cción manufacturera

administradas ----total o Imrcialmente- parelsector tniblice. "(p. 243)

ESTUDIOS DE HISTORIA ECONÓMICA ARGENTINA

37,3

IB,I

29,0

27,2

Utilidades!capitalsuscripto

EDUARDO M. BASUALDO

43,1

29,6

27,3

100,0

Utilidades

29,0

46,9

24,2

100,0

Capital suscripto

Fuente: Elaboración propia sobre la base de ElAccionista, 1955.

Capital extranjero

Oligarquía diversificada

Burguesía nacional

Total

50

Page 17: Basualdo, Eduardo_Estudios de Historia Económica Argentina(Pp.25-53)

Evolución y características de la segunda etapa de sustituciónde importaciones (1958-1975)

53

¡ttanje¡-o, predominante en el nivel estructural: la oligarquía diversificada, yaIDO conducción de la oligarquía en su conjunto (que establecerá alianzas oJtancias con el capital extranjero), y la burguesía nacional, que oscilará eil­

la subordinación a los sectores dominantes y la alianza con los trabajadorese intentan ocupar en la sociedad el lugar que les corresponde como creado­

la riqueza social.

'TIIU1voDE HISTORIA ECONÓMICA ARGENTINA

Entre los años cincuenta y mediados de los setenta, la economía argentina

lucionó sobre la base de un comportamiento cíclico de corto plazo del pro­cto y los precios (ciclo corto). De allí que, desde el punto de vista económico,

a etapa sea reconocida por el denominado pare-siga o stop-go. Si bien respec­de este comportamiento hay un consenso prácticamente unánime, no pare­

Áocurrir lo mismo con relación a la expansión económica que se registró enI perfodo. Desde la Ciencia Política parece asumirse -especialmenteJ. C. Por­

tiero en su análisis sobre el empate hegemónico-- que a partir de los años cin­enta se produjo un agotamiento de las fuerzas productivas, específicamente

5i!a industrialización. Desde esa perspectiva, no se trataría de la culminación<;::una etapa y el comienzo de otra sino más bien de la clausura definitiva deindustrialización.V

De ser acertada dicha interpretación, significaría que durante esos años elecimiento económico había sido sumamente reducido, casi equivalente al es­

ncamiento. Sin embargo, esa caracterización olvida la expansión económica

e trajo aparejada la implantación de nuevas inversiones extranjeras durante la

estión gubernamental del desarrollismo (1958-1964), que afianzaron la indus­

ialización y dieron lugar a la segunda etapa de sustitución de importaciones.

; representaba una concepción económicafundametuahnente distinta de aquella sustentada PM los tradicio­lescírculos económicos (liTigentes, nos veremos defraudados. Sus resoluciones no se d~rerencian mucho de las

pimcionesy tnetensionesexpuestasal gobierno por la Bolsa de Comercio. "(p. 203)32 Textualmente,]. C. Portantiero (I977) afirma que: ''El derrocamiento del primerexperimento na­

'onalistapop·ular dePerán,en septiembre de 1955, había deimplicar,en variossentidos,el citrrede-uneido tus­•. 0. En lo económico quedaba atrás, agotado, un modelode acumulación, iniciado con las crisisdel '30)' re­

(J"f"t,rulo en la décadn de 1940, que el peronismo modijicó socialmenteintroduciéndole un ptllrón ampliado (lerihucíón," (p. 532) Asimismo, en otro trabajo sobre el tema (1973) expresa: "Una situación en. que

no seencarnan enfuerzas sociales que se corresponden conellasno es excep­una etapa se cienn primeroen el plano económico-social que en el plano político. Nuestra hipótesiscen­

queesasituación se da 110)' en la sociedadargentina con un arrastrede casi dos décadas: desde mediadosmios cincuenta, cuando entra en crisisel ciclaisuíustsíaluacián. sustituliua, al ritmo del cual se desairo­durante veinte mIOS, las fuerzasoroductiaas." (p. 35)

31 Al efectuar una revisión histórica,]. W. Cooke (1985) afirma que: "La burguesía industrial, be­lujiciada de esa política, no sólo lomóparte activa sino q'lte además siguió en la úrbila grauitacional poliliea,ideolúgica )' cultural de la víeja oligrtn¡uia ternüeniense-merccntil. Lrt pmsperidrulno fue obstáculopam que sesintiesen amenazarlos porel auunce delpoderde los smdiaüos y las condicionesnuevas en que se desenvolveJianlas relaciones obrero-patronales. [. .. ] al desaparecer las condiciones en el 1m el ingresonacional creciente permi­lía el enriquecimientoempresaria y elmejormniento de la vida de los trabajadores, la lnnguesic se pasó masiva­mente alfrente asuioercniaa. " (pp. 66-67) También, P. Waldmann (1986) señala: "Pero si aeemos que la

EDUARDO M. BASUAl.DO

W'f()I1is,ht', en realidad constituyeron un conjunto numeroso deuna raquítica incidencia en la producción clave, de­

escasez de recursos disponibles para llevar a cabo los grandes em­I"erldirrlient.os. Esos recursos existían pero fueron a manos de las diferentesfracciones empresarias que actuaban en la industria con una elevadísima ren­tabilidad y es plausible asumir que, si los recursos disponibles hubieran sidomás, habrían crecido las utilidades y aumentado la rentabilidad pero la in­dustrialización habría permanecido igualmente trunca.

En síntesis, durante sus primeros gobiernos, el peronísmo consiguió dis­ciplinar a varios de los sectores centrales de la agotada economía agroexpor­

tadora pero fue doblegado por las fracciones del capital que conducían la ac­tividad dinámica promovida. Entre ellos se encontraba, además del capital

extranjero, la fracción dominante de la oligarquía argentina.

Es cierto que desde el gobierno se alentó y promovió una fuerza propia den­tro del empresariado industrial, pero no es menos evidente que esa burguesía

nacional era estructuralmente endeble y. quizá, más dependiente en términosideológicos y productivos de los sectores dominantes que de la concepción y lainiciativa gubernamentales, aspecto que afloró cuando. en la década del cin­

cuenta, surgieron problemas económicos. El principio del fin del gobierno pe­ronista comenzó cuando la rentabilidad obtenida por las fracciones industria­

les dominantes empezó a descender. Entiéndase bien, a disminuir respecto dela "época de oro" (40% de rentabilidad sobre el capital invertido en 1949 porlas subsidiarias extranjeras), ya que seguía siendo notablemente alta en térmi­

nos históricos e internacionales (entre el 17 Yel 18 % en 1952 y 1953). Anteesa situación, y tal como lo harán sistemáticamente en los años posteriores, las

fracciones dominantes del capital llevaron a cabo una ofensiva política, ideo­

lógica y económica para instalar socialmente la convicción de que el problema

radicaba en los excesivos gastos estatales y en el elevado nivel de los salarios. En

esas circunstancias, como lo han destacado algunos autores, la posición de la

burguesía nacional no se diferenció demasiado de la adoptada por las fraccio­nes empresarias dominantes.é!

En términos estructurales, al final del pcronismo la industrialización que­

dó fortalecida, pero trunca como eje del proceso económico, y tres fraccionesse disputaban la conducción del proceso económico, social y político: el capital