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Auto de la huida a Egipto Anónimo
[Nota preliminar: Edición digital a partir de El Auto de la huida a Egipto, drama anónimo del siglo XV, edición de José Amícola en Filología (1971), pp. 1-29 y cotejada con la edición crítica de Ana Mª Álvarez Pellitero en Teatro Medieval , Madrid, Espasa Calpe, 1990, pp. 141-170. Esta última es de imprescindible consulta para la correcta apreciación crítica de la obra editada. Hemos actualizado la ortografía y la puntuación.]
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Escena I
El ÁNGEL a JOSEPE.
Josepe, si estás durmiendo,
despierta y toma el cayado,
que Dios te es mandado
que luego vayas huyendo.
Ha de ser de esta manera, 5
Josepe, de Dios bendito:
que no pares hasta Egipto
ni quedes en otra tierra.
Dios manda que allá vayáis,
Él quiere que allí moréis, 10
que por muy cierto sabréis
cuándo cumple que volváis.
Levantaos, viejo, priado,
comenzad a caminar,
que a Dios piensa de matar 15
el falso [H]erodes malvado.
Escena II
JOSEPE a NUESTRA SEÑORA.
Dios por su ángel decía
que vamos a tierra ajena,
no recibáis de esto pena,
esposa y señora mía; 20
y dice que allí moremos,
que Él nos enviará decir
que el tiempo para venir,
y que alegres volveremos.
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(NUESTRA SEÑORA a JOSEPE.)
Señor esposo vayamos, 25
cumplamos su mandamiento,
con la obra y pensamiento
a Dios siempre obedezcamos;
esta noche nos partamos
desterrados de Judea, 30
pues Dios quiere que así sea,
a Él plega que volvamos.
Escena III
Pártense y llama JOSEPE al ÁNGEL que los guíe.
JOSEPE.
Ángel, tú que me mandaste
de Judea ir a Egipto,
guíanos con el chiquito. 35
Guía al hijo y a la madre,
guía al viejo pecador,
que se parte sin temor
a donde manda Dios padre;
y pues al niño bendito 40
y a nosotros tú sacaste,
ángel, tú que me mandaste
de Judea ir a Egipto,
guíanos con el chiquito.
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(El ÁNGEL a JOSEPE.)
A quien cielo y tierra adora, 45
¿quién le podría guiar?
Por donde os quisiere llevar
caminad con la señora.
(Prosigue el ÁNGEL.)
Es verdadera carrera,
es eterno, es infinito, 50
Él os llevará a Egipto,
Él os volverá a esta tierra.
(Oyendo JOSEPE al ÁNGEL, va cantando este villancico.)
Andemos, señora, andemos,
o si manda, descansemos.
No me carga mi zurrón, 55
no he de menester mi cayado,
que de Dios soy consolado,
libre de toda pasión,
pues que nuestra redención
con nosotros la traemos; 60
andemos, señora, andemos,
o si manda, descansemos.
El descanso verdadero
es nuestro hijo precioso,
Éste es Dios poderoso, 65
Éste es el manso cordero;
en la su piedad espero
que muy presto volveremos;
andemos, Señora, andemos,
o si manda, descansemos. 70
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Escena IV
Prosigue JOSEPE.
Los tigres y los leones
se humillan al poderoso,
y en este valle fraguoso
nos cercaron tres ladrones;
a la Virgen quitan manto, 75
a mí, la capa y zurrón,
desnudan al niño santo,
déjanle en un camisón.
El viejo y dos hijos suyos
ladrones que nos robaron, 80
viéndote, ellos confesaron
los altos secretos tuyos;
y un hijo de este ladrón,
de tu gracia inspirado,
quisiste fuese salvado 85
en el día de la pasión.
(El LADRÓN mozo a JESUCRISTO.)
De ti, niño, veo salir
tan grande resplendor,
que me pone tal temor
cuanto no puedo decir; 90
y, según pienso y entiendo,
eres el santo Mesías,
que las santas profecías
veo que se van cumpliendo.
(Pónense de rodillas los tres LADRONES y dicen a NUESTRA SEÑORA.)
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Ladrones somos probados, 95
Señora, ya lo sabéis,
al niño vos supliquéis
que seamos perdonados;
queremos restituir
lo que a vos hemos tomado, 100
si queréis, de lo hurtado
con vos queremos partir.
(NUESTRA SEÑORA a los LADRONES.)
Dicen que es vicio hurtar,
vos lo sabéis, que lo usáis,
mas si de ello os apartáis, 105
Dios os querrá perdonar;
Él, por su misericordia,
os aparte de este vicio,
trabajad en algún oficio
porque alcancéis su gloria. 110
Escena V
SAN JUAN pide licencia a sus padres.
Padre mío, Zacarías,
señor, dé vuestra licencia,
y vos, madre, habed paciencia
ora por algunos días;
pido licencia a los dos, 115
que mi corazón desea
apartarme de Judea
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hasta que a ella vuelva Dios.
(ZACARÍAS a SAN JUAN.)
Hijo, la vuestra niñez
no os engaña, según creo; 120
naciste en gran deseo
por consolar mi vejez;
y, pues me queréis dejar
por ir a buscar al Mesías,
Él prospere vuestros días, 125
Él os quiera aquí tornar.
(SANTA ISABEL a SAN JUAN.)
La gracia de Dios tamaña,
hijo mío, con vos sea,
de Egipto para Judea
vienen por esa montaña; 130
si alguno vieres pasar,
que venga por esta vía,
al Jesús y a la María
me enviaréis a saludar.
Escena VI
El PEREGRINO viene de Egipto y dícele SAN JUAN.
-Amigo, ¿dónde venís?, 135
parecéisme fatigado.
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(PEREGRINO.)
-Así es, como decís,
de Egipto vengo cansado.
(SAN JUAN.)
-¿Para dónde habéis camino?
¿Para dónde es vuestra vía? 140
(PEREGRINO.)
-Soy de Egipto peregrino,
a Judea voy en romería.
(SAN JUAN.)
-Si tuviese pan o vino,
por cierto, dároslo ya.
(PEREGRINO.)
-Pues, decidme, ¿qué coméis 145
en esta fiera montaña?
(SAN JUAN.)
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-La gracia de Dios tamaña
me sostiene, como veis.
(PEREGRINO.)
-Decidme, ¿con esa gracia
sin comer os sostenéis? 150
(SAN JUAN.)
-Como las hierbas que veis
y en invierno de la lacia.
(PEREGRINO.)
-Tenéis vida muy cruel
en comer hierba del campo.
(SAN JUAN.)
-Otras veces como miel 155
que a las colmenas arranco.
(PEREGRINO.)
10
-Tornáseme ya hiel
el comer sin pan y vino.
(SAN JUAN.)
-Al que Dios hiciere digno
bien podrá pasar sin él. 160
(PEREGRINO.)
-No viviría como vos
sin comer pan solo un día.
(SAN JUAN.)
-Estoy esperando a Dios,
que allá en Egipto sería.
(PEREGRINO.)
-¡Cómo! ¿El vuestro Mesías 165
sabéis que al mundo es venido?
(SAN JUAN.)
-En Belén Él fue nacido,
críase donde venías.
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(PEREGRINO.)
-Tú dame las señas de Él
quiero volver a buscarle. 170
(SAN JUAN.)
-De una Virgen nació
desposada con un viejo.
(PEREGRINO.)
-Bien creo que es mi consejo
todos tres los dejo yo.
(SAN JUAN.)
-La madre llaman María, 175
al niño, santo Jesús.
(PEREGRINO.)
-Esos que me dices tú
yo muy bien los conocía.
(SAN JUAN.)
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-Así Dios te dé alegría,
que me cuentes cómo están. 180
(PEREGRINO.)
-No les falta vino y pan,
la dueña les mantenía.
(SAN JUAN.)
-Dime, hermano, ¿qué hacía
o a qué gana de comer?
(PEREGRINO.)
-A hilar y a coser, 185
trabajando noche y día.
(SAN JUAN.)
-¡Oh, quién te viese, Jesús!
¡Oh, quién te viese, María!
(PEREGRINO.)
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-¿Y al viejo querías ver tú
que Josepe se decía? 190
(SAN JUAN.)
-Bien sé que los conocías
pues a Josepe has nombrado.
(PEREGRINO.)
-Pues me has encaminado,
¿qué me mandas que les diga?
(SAN JUAN.)
-Que al niño beso los pies, 195
y a la Virgen consagrada.
(PEREGRINO.)
-¿Y al viejo no dices nada?
También creo que santo es.
(SAN JUAN.)
-Encomiéndame a todos tres,
dales cuenta de mi vida. 200
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(PEREGRINO.)
-Adiós, hasta su venida,
que a la vuelta me veréis.
(SAN JUAN.)
-Siempre sea en tu guía
aquel niño, Dios y hombre.
(PEREGRINO.)
-Pues dime, hermano, tu nombre 205
para contarles tu afán.
(SAN JUAN.)
-Dios me puso nombre: Juan
Bautista seré llamado.
(PEREGRINO.)
-Haz cuenta que me has salvado;
hermano, quédate a Dios. 210
(SAN JUAN.)
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-Él vaya siempre con vos
y Él os traiga consigo.
(PEREGRINO.)
-Adiós, Juan.
(SAN JUAN.)
-Adiós amigo;
Él haga salvos los dos.