astorga: encrucijada de caminos y núcleo€¦ · ninsular con las tierras gallegas. cazadores,...

El conocimiento de Astorga desde una perspectiva geográfica debe ir más allá de laretención en la memoria del golpeteo de las mazas de los maragatos, que marcan eldiscurrir del tiempo en el reloj del Ayuntamiento barroco de la Plaza Mayor, o de llevarseuna postal y una caja de mantecadas como recuerdo. Sin duda, el viajero que camine concierta curiosidad por las calles de Astorga quedará sorprendido por la singular tramaurbana en la que se apoya la ciudad, y por el inestimable valor cultural de los conjuntosmonumentales que encierra, a pesar de la remodelación intensa e interesada a que se hanvisto sometidos el caserío tradicional y la planta de la ciudad durante las últimas décadasbajo la «acción devastadora de la piqueta».

Astorga, como realidad urbana, se explica y se observa normalmente a través de lomonumental; monumentos nobles de tipo civil o eclesiástico, símbolos de la presenciasecular de alguna institución como el Obispado; monumentosrelevantes (muralla, plazas, torres, iglesias), testimonios de lassucesivas destrucciones y reconstrucciones de la ciudad, que nosclarifican al mismo tiempo acerca de lo más permanente y lo másefímero en la vida de Astorga; la fisonomía de las calles y delcaserío, las tiendas y comercios, las fábricas y talleres, loscolegios y oficinas, las carreteras y transportes, a los que se prestamenor atención, son también señal inequívoca, tanto de lasactividades y funciones cotidianas como del esfuerzo colectivo enla construcción de una ciudad.

La explicación de Astorga como hecho urbano, una «jovenciudad de más de dos mil primaveras», según palabras de Víctorde la Serna, rebasa la propia estructura de la ciudad y se adentraen la comprensión del entorno comarcal o del ámbito geográficode sus relaciones históricas y actuales. No olvidemos que más alláde la cerca, en las feraces vegas del Tuerto y del Orbigo, o en lasausteras sernas y mediocres pastizales de La Maragatería y LaCepeda, bulle una vida anónima campesina que ha sido y es elsostén de la base económica de la ciudad. Astorga, por otraparte, nos muestra de forma ejemplar el valor de una encrucijadade comunicaciones, de un núcleo estratégico y de un centrosecular de servicios, cuyo bimilenario como «civitas romana»(Asturica Augusta) celebramos el pasado 1986.

234 - LA PROVINCIA DE LEON Y SUS COMARCAS

Las calles delcasco histórico secaracterizan por

su estrechez; sonespacios para elpaseo. La calle

de La Portería esun excelente

ejemplo.

Esta perspectivade Astorga, enla quesobresalen lastorres de laCatedral y lospináculosneogóticos delPalacio deGaudí, puedecontemplarsedesde distintospuntos delentornourbano.

Astorga: encrucijada de caminos y núcleohistórico de relaciones

'1. LOS CIMIENTOSTOPOGRAFICOS DE LACIUDAD: ELEMPLAZAMIENTO

Desde el teso de Santa Mari-na, en Celada, a 866 m.; desdeel alto de Manjarín, a 870 m., odesde el crucero de San Justo dela Vega, a 880 m., podemos con-templar distintas panorámicasde la ciudad de Astorga que, conmatices siempre enriquecedores,nos enseñan los rasgos más rele-vantes de unos hechos geográfi-cos que son las raíces sobre lasque vive desde hace más de dosmil años: la posición o emplaza-miento elegido y el entorno in-mediato que le sirve de marcogeográfico. Y viceversa, desde elJardín de Astorga, «el más belloy el más saludable que jamás seha visto», según Ramón y Cajal,

se observan los tonos ocres, ver-des, grisáceos o amarillentos delas comarcas circundantes, enlas que radica otra de las clavesexplicativas de la ciudad de As-torga. Las choperas del Tuerto,las cárcavas («torcas») de lacuesta del páramo o las cumbresnevadas del Teleno (2.188 m.)hacen de telón de fondo a estepaisaje.

La curva de nivel de los 850metros de altitud marca con cier-ta precisión el altonazo sobre elque se asienta la ciudad y seña-la, —con ligeras modificacio-nes— el umbral topográfico en-tre los cultivos de secano y los deregadío en el entorno de Astor-ga. La plataforma que desde elJardín asciende suavemente ha-cia el Norte —880 m. en la con-fluencia de las carreteras de Ma-drid-La Coruña y León-Vigo-

fue labrada por la acción combi-nada del arroyo Villaseca, cuyavaguada se aprecia bien por de-bajo de las Ventas de Peñicas, yel río Jerga que ha mordido losterrenos terciarios por el Sur, ca-mino del río Tuerto; este río, co-lector general de la comarca, halabrado una fértil vega a los piesde Astorga y ha dejado a ambosmárgenes largos y aplanados re-tazos de la cubierta terciaria, re-tocados en sus bordes por cues-tas y terrazas.

En el emplazamiento de As-torga se combinan así posibilida-des defensivas con la proximi-dad del agua y de suelos aluvia-les de inmejorable vocación agrí-cola. El hombre lo utilizó comocastro y lo dotó posteriormentede murallas, fortaleciendo lascondiciones estratégicas natura-les. La acumulación de materia-

LA PROVINCIA DE LEON Y SUS COMARCAS - 235

Desde Manjarín y la severa se contempla esta panorámica del sector surorientalde la ciudad de Astorga, destacando en primer término el viejo convento de clau-sura de Santa Clara, donde se han tejido, junto al silencio y la oración, magnífi-cos bordados para el culto y para ajuares particulares. En segundo término, el Jar-

dín de la Sinagoga, colgado en el espolón de la muralla.

les procedentes de diversas des-trucciones o del relleno ha idoelevando el lomo primitivo, detal manera que la topografía ac-tual se nos presenta a una alti-tud ligeramente superior a la ori-ginaria.

2. LAS VENTAJAS DE LASITUACION:ENCRUCIJADA DECAMINOS YCOMPLEMENTARIEDADECONOMICA

En el vestíbulo de los montesde León y a orillas del río Tuer-to, que abre su valle hacia la Me-seta Leonesa y la Cuenca delDuero, Astorga es paso obliga-do para los caminos que buscanel puerto del Manzanal (1.225m.) y el puerto de Foncebadón(1.500 m.), en la «raya de Cas-tilla», y ponen en contacto losrecursos y gentes del interior pe-ninsular con las tierras gallegas.

Cazadores, pastores, busca-dores de metales, soldados,monjes, peregrinos, segadores,buhoneros, arrieros, transportis-tas modernos y ahora también

los turistas, aprovecharán demanera efectiva esta posición yutilizarán estos caminos. En elpasado, los astures de allende lasmontañas, los transmontanos, ylos de aquende, los augustanos,buscaron a su vez los collados delas montañas y trazaron los ca-minos, que siguiendo casi siem-pre el curso de los ríos, se encon-traban en Astorga.

Los romanos potenciaron almáximo esta encrucijada natu-ral, convirtiendo el núcleo pri-mitivo en un centro convergentey divergente de vías. Por ellaspenetrará hacia el norte la roma-nización o llegarán los musulma-nes y mozárabes y, en sentido in-verso, caminarán hacia el sur losrepobladores cristianos, al mis-mo tiempo que una gran corrien-te económica, cultural y demo-gráfica entrará a lo largo del Ca-mino de Santiago. La «Cañadade la Vizana», llamada tambiénen algunos tramos «CañadaReal Coruñesa» o «Calzada delos Gallegos», venía con sus ga-nados trashumantes en busca delos pastos de la cabecera del Or-bigo y de los pasos naturales del

contrafuerte que separan la fosade El Bierzo de Galicia. Des-pués, el Camino Real a Galiciatendrá en Astorga una etapa derefresco y de descanso, antes decruzar el Manzanal y los Montesde León, travesía bien conocidapor los arrieros maragatos.

Uno de los caminos arrierilesmás transitados hasta el sigloXIX fue, sin duda, el de Fonce-badón, que cumplió una funciónesencial en el intercambio de ar-tículos y productos; trajín mer-cantil que benefició no solo a laMaragatería sino también y so-bre todo a Astorga. La antiguacalle de Carretas, calle ancha(hoy de García Prieto) nos re-cuerda esta decisiva actividadeconómica. Efectivamente, laprecaria situación económica dela Maragatería era salvada engran parte y contribuyó a crearhábitos mercantiles y financie-ros, avalados por la seriedad ne-gociadora, o acumular grandescantidades de dinero, que lespermitieron iniciar otras anda-duras económicas, cuando lascircunstancias del mercado na-cional y regional cambiaron designo, en la segunda mitad del si-glo XIX.

Entonces las relaciones de As-torga con su entorno geográficoy regional también se transfor-man. La integración en el mode-lo de desarrollo nacional estaráprotagonizada por la llegada delferrocarril, que contribuirá deci-sivamente a la diversificacióneconómica de las funciones ur-banas y a la ampliación del pla-no de la ciudad, hasta este mo-mento fiel reflejo del medieval.

En 1866 llega el ferrocarril delNoroeste a Astorga, quedándo-se detenido en Brañuelas, sinsortear el paso del Manzanal. En1882 se terminarán las obras delfamoso «Túnel del Lazo» y en1883 se inaugurará la línea delferrocarril León-La Coruña, quepone en contacto la periferia ga-llega y El Bierzo con el interior.En 1896 se termina la línea deAstorga a Plasencia o ferrocarrildel Oeste, que sigue en generalel recorrido de la Vía de la Plata


y de la cañada de La Vizana. As-torga conoció en los momentosdel tránsito de siglo una gran re-novación funcional y urbana,que no conviene olvidar cuandose cierra un ferrocarril de tantatrascendencia para las tierrasmarginales y occidentales de laMeseta como el del Oeste.

Tras la revolución habida enlos medios de transporte porcarretera, Astorga continuarácomo paso obligado de las co-municaciones interurbanas re-gionales, especialmente en el ejeLeón-Ponferrada, y compartien-do con Benavente el acceso alNoroeste desde el resto del país.La favorable situación de encru-cijada de caminos permanece yse plasma a su vez en los distin-tos espacios de influencia de laciudad.

3. LOS AMBITOSGEOGRÁFICOS DERELACION: LASDISTINTAS ESCALAS DEINFLUENCIA

Astorga nos muestra de mane-ra bien explícita distintos gradosde vinculación con los territoriosy hombres sobre los que recae suárea de influencia. Los vínculos,

Este dibujo de la «Puerta delSol», derruida y desaparecida ha-ce mucho tiempo, nos recuerda laentrada de los peregrinos y delCamino de Santiago en la ciu-dad; no en vano, a su lado se ubi-ca el Hospital de las Cinco Lla-gas de gran resonancia en la his-

toria de la beneficencia deAstorga

más fuertes o más laxos, varíansegún se trate de integración ydependencia económica o de in-fluencia jurídico-administrativay eclesiástica. El alfoz, las co-marcas, la diócesis y el partidojudicial representan espacios

geográficos diferenciados, perocon sólidos nexos unidos al cen-tro urbano de Astorga. En ellosradica, obviamente, otra de lasdimensiones de la base económi-ca de la ciudad: los servicios.

Fuera de las murallas, cuyoscimientos podemos remontar alsiglo III, quedan los arrabalesmedievales, las tierras de secanoy de regadío, los pastos y lospueblos del alfoz, con los que laciudad mantuvo desde siempreunos vínculos estrechos. Laspuertas y postigos, cuya funcio-nalidad permanece, aunque nosus razones y arquitectura, eranlos cauces por los que se canali-zaba el flujo comercial y huma-no de intercambio entre la ciu-dad y el territorio inmediato y le-jano, como dice Martín Fuertesen su estudio sobre el Concejode Astorga. Puerta del Sol, en-trada de peregrinos y comercian-tes; El Postigo, salida de gana-dos y gentes hacia el Jerga y Ma-ragatería; Puerta del Obispo, sa-lida de peregrinos y arrieros porRectivía; Puerta de Hierro, flan-queando y vigilando el ámbitode vida del prelado, y Puerta deRey, abierta hacia las fértilestierras de la Vega del Tuerto yde la Moldería Real, era el cami-no de abastecimiento de produc-tos del campo.

Hoy, las puertas forman aúnla trama fundamental de entra-da y salida de la ciudad y articu-lan las relaciones cotidianas delcasco histórico con los viejosarrabales (San Andrés, Puertade Rey y Rectivía), el conventode Santa Clara y el poblamientode sus cercanías, los nuevosbarrios nacidos al amparo de laEstación y de las vías de comu-nicación, y con los pueblos de suantiguo alfoz (Valdeviejas, Mu-rias de Rechivaldo, Castrillo delos Polvazares, Santa Catalinade Somoza, Brimeda, Carnerosy Sopeña, San Roman de la Ve-ga, San Justo de la Vega, Nistal,Piedralba y Celada). Si ayer, lospueblos del alfoz fueron el ám-bito común de explotación agro-pecuaria (tierras, aguas, pastos,


La venta de Fuenlecalada representó en el pasado un lugar de encuentro para losarrieros maragatos, antes de iniciar su marcha hacia lugares lejanos de la Meseta

ganados, montes) y la fuentepróxima de abastecimiento de laciudad y de su mercado (moline-ros, panaderos, hortelanos, agri-cultores, ganaderos), ahora sehan integrado como espacios re-sidenciales, industriales o de ser-vicio en el marco administrativoy en el plano urbano de Astor-ga, que ha roto y traspasado loslímites del pequeño término desu antiguo municipio (12,87Km.2).

En las relaciones campo-ciu-dad, Astorga ampliaba su áreade influencia desde fechas leja-nas a un territorio mayor, a tra-vés de vínculos económicos ymercantiles que encuentran suexpresión real en el mercado se-manal de los martes, desde 1471,y en la feria anual, desde 1519.Se consolidan así lazos de inter-dependencia y de complementa-riedad entre la ciudad y una ba-se territorial amplia que conoce-mos como comarca de Astorga.Tradicionalmente la atracción yarticulación entre la cabecera yla comarca se apoyaba en el in-tercambio de productos agrarioso ganaderos y bienes manufac-turados, facilitando la compra ypermuta entre espacios de eco-nomía campesina distinta. As-

ra, granos de las vegas, tocino deGalicia, aceite de Sierra-Gata yExtremadura, frutos en abun-dancia de El Bierzo, Toro, ribe-ra del Orbigo y Cepeda, legum-bres de dicha ribera, queso deVillalón, loza de León y Valla-dolid, mucho pan cocido y otrasmenudencias» (Madoz, 1845).Un siglo más tarde, a mediadosde los años cincuenta, se decíaque el comercio y mercado de laciudad eran muy activos, ya quecanalizaban la vida económicade la comarca y se relacionabancasi los mismos productos queen el pasado.

En la actualidad el mercadosemanal ha cambiado de signo yla atracción ha menguado nota-blemente, a la par que las pérdi-das demográficas de su espaciode influencia, acarreando inevi-tablemente una disminución dela clientela. A pesar de ello, elmercado de Astorga es una bue-na inyección económica semanalpuesto que las transacciones detodo género experimentan un al-za y todos se benefician del in-tercambio entre vendedores ycompradores, de la vertebracióny articulación de la comarca y laciudad, que cobra estos días unaactividad inusitada; los trans-portes, los comercios al por ma-yor y al por menor, así como losservicios personales y públicos

torga ha sido el núcleo de rela-ciones entre dos áreas diferentes;al Sur y Oeste, la de agriculturamás pobre, ganadera y artesanalde la Maragatería, Cepeda y Se-queda que se unen en la ciudad;y al Este y Noroeste, la basadaen la agricultura intensiva y ricade las vegas del Tuerto y del Or-bigo. Así se describía el merca-do de los martes a mediados delsiglo XIX: «en ellos se vendenpaños y lienzos del país y de fue-


IIIIIII1l11111111111

Los antiguos arrabales medievales (Puerta de Rey, Rectivía y San Andrés), cons-tituyen células fundamentales en el desarrollo y vida de la ciudad. Aquí se con-templan el barrio de San Andrés, la vega del Tuerto-Jerga y la estación del Oeste

desde el espolón de la muralla, que domina el paisaje a mediodía.

La murallaseptentrional, aunque

desaparecida en sumayor parte desde

Puerta de Rey,conserva los trazosmás genuinos de la

ciudad histórica:restos de una puerta

romana, cloacaromana y cubos en

buen estado; a sucobijo crecen en

primavera y en otoñoalgunos campos dealfalfa y de hierbas

que pastan los rebañosde ovejas. Un

excelente espacio parael disfrute y uso

público como nuevoparque.

reciben una demanda superior ala del resto de la semana.

Por otra parte, el carácter desede episcopal —de las más an-tiguas de España— no sólo inci-de sobre la vida y estructura dela ciudad, sino también sobre unterritorio extenso, que sobrepa-sa los 11.000 Km. 2 en los que vi-ven unos 300.000 habitantes;son pocas las diócesis de Espa-ña, que abracen tan crecido nú-mero de pueblos como la de As-torga, al decir de P. Madoz. Esbien sabido que el obispo y elCabildo participaban como pro-tagonistas en los órganos de go-bierno de la ciudad, pero su in-fluencia, y con ella la de la ciu-dad, llegaba y está presente enterritorios de tres provincias dis-tintas: León, Zamora y Orense.León está representado por lastierras de El Bierzo, la Vega yRibera del Orbigo, La Cepeda,Maragatería, Valduerna, Valde-ría y Cabrera; Zamora con lastierras de La Polvorosa, Vidria-les, Tábara, Carballeda y Sana-bria, y Orense participa con laszonas de Valdeorras, Trives y ElBollo. Tierras y gentes pertene-cientes a pobres comarcas demontaña, a comarcas de próspe-ra agricultura, a zonas minerasy a núcleos de mayor o menordinamismo, que de una u otra

manera (diezmos, primicias,rentas, formación religiosa, edu-cación, tradiciones artísticas yculturales, etc.) han mantenidovínculos determinantes en la vi-da de la ciudad. El patrimoniomonumental y la síntesis artísti-ca y cultural que el visitante pue-de encontrar ordenadamente enel Museo de los Caminos (Pala-cio de Gaudí) es sólo una partede las complejas relaciones his-tóricas y geográficas existentesentre la ciudad y su diócesis.

Otro de los ámbitos territoria-les en el que la ciudad de Astor-ga está presente es el Partido Ju-dicial, que en los momentos de

máxima población alcanzó los63.370 habitantes (1960); sin em-bargo, ni antes ni ahora la vin-culación judicial ha venidoacompañada de la dependenciaeconómica, ya que los pueblosimportantes (Carrizo, Benavi-des, Hospital de Orbigo y Ve-guellina de Orbigo) han tendidoa una relativa autonomía deabastecimiento; además, la villade La Bañeza atrae a su radiomercantil muchos de los pueblospertenecientes al partido de As-torga, reduciéndose notoriamen-te el área de influencia comarcalrespecto a lo que es su PartidoJudicial.


La construcción y reconstrucción de la ciudad:las profundas huellas del pasado

1. DE LA «CIVITAS»ROMANA A LAREPOBLACIONMEDIEVAL E IMPULSODEL CAMIMO DESANTIAGO

Con la llegada de los romanosy la fundación de la «civitas» ha-ce unos dos mil años, cuandoAugusto domina a cántabros yastures, Asturica Augusta, vin-cula a su centro no solamente elsuelo y los productos agrícolas,sino también, y ante todo al sub-suelo, pues bajo su control se en-contraba el «área productora deoro más importante de todo elmundo entonces conocido». Enestrecha relación con ello cabeañadir la transformación del nú-cleo en un enclave fundamentalen la red viaria del Noroeste y enimportante centro político por lacapitalidad jurídico-administra-tiva del Conventum Asturum.

Quizás por ello fue calificadopor Plinio como «urbe magnífi-ca», aunque no hayamos here-dado grandes conjuntos monu-mentales de carácter público oprivado en las 27 Has. que ocu-paba la «civitas romana», salvola enigmática Ergástula y la só-lida red de cloacas.

Posteriormente, con la deca-dencia y crisis romana, el fin delas explotaciones mineras haciafinales del siglo IV y la desinte-gración del Imperio, Astorgapierde su categoría y se iniciauna etapa de sucesivas destruc-ciones de la ciudad (456 por Teo-dorico; 714, por los árabes), alvaivén de las distintas invasio-nes. En definitiva, Astorga su-frirá un largo letargo, roto tan

sólo por la presencia de la sedeepiscopal y la reconstrucción dela ciudad por el obispo Toribio(460). La repoblación hacia ladécada del 850, en tiempos deOrdoño II, por el conde Gatóny gentes del Bierzo —hecho delque nos quedan abundantes to-pónimos como Villagatón o Ber-cianos del Páramo—, supuso

una revitalización del núcleo ur-bano y de la sede episcopal in-terrumpida de nuevo a finalesdel siglo X (987) por el arrasa-miento de Álmanzor.

A partir de la segunda mitaddel siglo XI Astorga recibe el im-pulso de peregrinación a Santia-go, que resulta ser un nuevo mo-delador urbano y mercantil. Hayun incremento de población yaparecen inmigrantes extranje-ros de diversas procedencias (rúade francos). A sus murallas seadosarán sus arrabales de SanAndrés, Rectivía y Puerta deRey, y nuevas iglesias, monaste-rios y hospitales vendrán a ubi-carse tanto en el núcleo viejo co-mo las nuevas ramificaciones.Asimismo las dos juderías cum-plirán un importante papel en lavida de la ciudad. La yuxtaposi-ción de estos nuevos habitantesy de estos barrios a la antigua«civitas» y a la sede episcopali mprime a la ciudad un mayordinamismo y complejidad fun-cional.


Un viejo rincón que nos queda para la memoria de la ciudad histórica, en la Callede San Javier, en la actualidad desaparecido y convertido en plazuela y solar.

2. DEL LETARGO DE LAEPOCA MODERNA A LAREANIMACION EN LASEGUNDA MITAD DELSIGLO XIX

Astorga se recupera ligera-mente de la crisis del siglo XIVa finales del siglo XVI (2.624 ha-bitantes en 1591), pero arrastra-rá una vida lánguida a lo largode los siglos modernos de losque, sin embargo, nos quedanlas huellas de la catedral, la pla-za mayor y el ayuntamiento, esdecir del concejo y del obispado,las dos instituciones que prota-gonizan la vida de entonces jun-to con el marquesado. Durantelos siglos de la época moderna lacaracterística fundamental de lavida astorgana, lo mismo que lade gran número de ciudades es-pañoles, es el predominio de lafunción eclesiástica sobre las ac-tividades más directamente pro-

El Paseo de la Estación sellenó a finales del siglo XIX

y principios del XX convillas, fábricas y almacenes,

al amparo del ferrocarril,dejando detrás de las

viviendas amplios espaciosde huerta. Hoy este paseo ha

perdido su funcionalidadanterior y se encuentra enproceso de remodelación.

llas urbanas como la de la Bre-cha.

A mediados del siglo XIX, laciudad proseguía con la estruc-tura funcional heredada delXVIII, es decir, sector terciarioabundante, actividades artesa-nales estabilizadas y significadomediocre de la actividad agríco-la. Los panaderos continuabansiendo numerosos —100 segúnMadoz—, y destacaban por sutrabajo artesanal los tejedores,curtidores y chocolateros ya queabastecían con sus productos eltráfico comercial que aún man-tenían los maragatos. Hacia Ga-licia iban harinas y pan cocido,y hacia Madrid curtidos, choco-lates y lienzos. La implantacióndel ferrocarril en la segunda mi-tad del siglo XIX, motiva, poruna parte, el entorpecimiento yruina de la arriería, y por otra,el desarrollo funcional de la ciu-dad al potenciar de nuevo las po-sibilidades que como centro decomunicaciones brindan la si-tuación y el emplazamiento.

La incorporación de nuevosservicios en función de cabeza dePartido Judicial, del desarrollode la enseñanza, del acuartela-miento y, por último, del au-mento del transporte por carre-tera, han dado una mayor diver-sidad a las actividades urbanas,debilitando el papel agrícola, pe-ro sin que Astorga haya perdidosus funciones tradicionales y elcarácter de viejo núniro

ductivas; el caserío, la configu-ración urbana y el talante mis-mo de la ciudad siguen reflejan-do el peso de la función re-ligiosa.

La recuperación iniciada enparte en el siglo XVIII (la cons-trucción del seminario arrancade la segunda mitad), se cortacon brusquedad en la crisis deprincipios del XIX y en laGuerra de la Independencia quetan duramente afectó a la ciu-dad: asedio y defensa, destruc-ciones, mortalidad catastrófica,hambre, etc., de la que nos que-dan héroes como Santocildes oel legendario Pedro Mato, y hue-


La Plaza Mayor, Plaza de España, de la Constitución... denominaciones a lo lar-go del siglo para un espacio de encuentro mercantil y ciudadano; dominada porel Ayuntamiento barroco o «la Casona» y bordeada de edificios con soportales.

La Moldería Realrepresenta la acciónhumana mássignificativa con vistasa la organización delespacio agrarioastorgano; sangradacerca de la confluenciadel Argañoso con elTuerto, riega parte delcampo de Sopeña yCarneros, y muere enel río Jerga a la alturade Celada, antes de sudesembocadura en elTuerto. A mediadosdel XVIII, aparte deregar los terrenos deAstorga, sus aguasdaban movimientos atres molinos de linaza,a quince molinosharineros, quetrabajaban paraabastecer el grannúmero de panaderos.

La base económica de la ciudad:sus funciones urbanas

La atracción que la ciudadejerce en su territorio circunve-cino justifica la existencia deunas funciones urbanas; desta-can en Astorga el neto predomi-nio de las actividades terciariaso de servicios como dimensiónbásica de la vida económica, porser tanto centro distribuidor ycabecera de un espacio comar-cal, cuanto por mantenerse co-mo centro de comunicaciones,bien conectado a su vez al siste-ma urbano regional castellano-leonés y formando parte de losejes que enlazan la región con elresto del país. Es, por tanto, co-mo se ha señalado en apartadosanteriores, un nudo entre variosejes del máximo significado geo-gráfico.

A pesar de la pérdida de po-blación en su área comarcal, seha dado en los últimos años unarelativa transformación de losservicios, que en todo caso cu-bren la demanda de la poblaciónurbana y rural del área de in-fluencia; si bien esta poblaciónen términos absolutos es bastan-te menor que en décadas anterio-res, se caracteriza por disponerde una capacidad de compra yde un nivel de vida superior, querepercuten directamente sobre lademanda y el aumento del con-sumo.

1. LA BASEDEMOGRAFICA DE LACIUDAD: UNAESTRUCTURAENVEJECIDA

Siempre dentro de una peque-ña talla urbana, que ha osciladoen torno a los 4.000-5.000 habi-tantes en épocas pretéritas, As-torga se ha caracterizado por rit-


ner un ritmo distinto al observa-do actualmente.

La estructura demográfica,reflejada en la pirámide adjun-ta, muestra la escasa poblacióninfantil, así como unas cohortesmermadas en las edades adultasinferiores a los 50 años, resul-tando todo ello de la salida depoblación joven en décadas pa-sadas, sin olvidar la importanciaque la abundante población cé-libe existente en la ciudad hayapodido tener en estos procesos.Por otro lado, aparece una cús-pide muy ancha correspondientea la tercera edad, en la que losmayores de 65 años alcanzan un163/4 de la población total. Sinduda, la existencia de el Asilo yvarias residencias de poblaciónanciana, explica la elevada tasade vejez, y también el déficit ve-getativo y la proyección demo-gráfica decreciente.

mos de crecimiento lentos, porno calificarlos de estáticos. Has-ta el censo de 1987, Astorga nosobrespasa de una manera deci-dida la población registrada a fi-nales del siglo XVI, para iniciardesde la última década del XIXun ascenso continuado que al-canza su cifra máxima en 1940:14.000 habitantes, cuya cantidadse explica al ser la ciudad plazamilitar y presidio, con gran nú-mero de soldados y poblaciónreclusa en aquella etapa de post-guerra.

Pasado este máximo excepcio-nal, el crecimiento continúa conaltibajos que se ven compensa-dos con la llegada de inmigran-tes del medio rural y con ciertodinamismo ligado a una activi-dad minera pasajera y coyuntu-ral. En el último quinquenio elestancamiento se manifiesta sitenemos en cuenta que de 13.600habitantes en 1981 el último pa-drón (1986) registra una pobla-ción de hecho de 12.900, restan-do los efectivos del antiguo mu-nicipio de Castrillo de los Polva-zares, incorporado al de Astor-ga en 1977.

En los últimos años observa-mos también la caída del creci-

miento natural o vegetativo, es-to es, el aumento de la mortali-dad respecto a la natalidad; porprimera vez en cuarenta años,las defunciones (1.267) son sen-siblemente más elevadas que losnacimientos (1.064), en concretode 1980 a 1987. Como a la vezse ha frenado la entrada de po-blación por inmigración proce-dente del entorno rural próximo,podemos hablar de un potencialdemográfico con escasa renova-ción endógena, incapaz de impo-

2. LA DEBIL PRESENCIADE LAS ACTIVIDADESINDUSTRIALES

Entre las funciones urbanas,la industrial ha compartido conlas actividades artesanales tradi-cionales un débil protagonismoen la base económica de Astor-ga. Las artes gráficas, los curti-dos, las derivadas de la alimen-tación (repostería, chocolates,pastas) se verán acompañadas


La muralla que mira al Teleno y La Maragatería, en constante peligro de derrum-bamiento, gracias entre otras causas a la plancha de cemento que recubre el anti-guo paseo de tierra y . grava, delimita dos espacios urbanos bien distintos de la ciu-dad: el borde intramuros ocupado por viviendas de cierta calidad que ahora hancreido excesivamente en altura; y el borde y escalón extramuros ocupado por sen-

cillas viviendas de una o dos plantas y sus huertos, pegados al Bastión.

Sector de Trabajo Empleos PorcentajeAgricultura y Ganadería 445 12,3Alimentación 210 6Energía 113 3,1Industria no energética (química, cerámica, etc.) 135 3,7Industria metalúrgica y mecánica 160 4,4Industrias manufactureras (textil, papel) 489 13,5Construcción 268 7,4Comercio, hostelería, reparaciones 563 15,6Transportes y comunicaciones 286 8Banca y Seguros 102 3Administración Pública, Sanidad, Educación, etc. 826 23

TOTALES 3.597 100

Fuente: Padrón Municipal de 1986.

Cuadro 2

ACTIVIDAD LABORAL

1900 5.573 hab.1910 5.6821920 6.3121930 8.2431940 14.5231950 9.9161960 10.1011970 11.7941981 14.040**1986 13.298

" Población extraordinaria (militares y re-clusa) de la postguerra." Incluido el municipio de Castrillo delos Polvazares, que en 1970 contaba 497hab.

por la renovación que supone lallegada del ferrocarril y, en susproximidades, la industria hari-nera. Es en los años 40 cuandoaparece la industria de tamañomedio y modernizada: la fábri-ca de hilados y tejidosA.I.P.T.E.S.A. en el término deSan Justo de la Vega; poco mástarde, el mismo empresario deorigen cepedano monta la segun-da empresa industrial de impor-tancia, la Papelera Astorgana,S. A., localizada también en laperiferia de la ciudad, benefi-ciándose de la proximidad delferrocarril, de agua, de suelo ba-rato y de mano de obra abun-dante.

A mediados de los años 80 lapoblación activa industrial re-presenta un 34% del total de lostrabajadores del municipio e in-cluye 1.375 empleos en el sectordistribuidos en 175 firmas distin-tas, fundamentalmente en lossubsectores de la construcción,textil (2 4 O empleados enA.I.P.T.E.S.A.), alimentacióncon 210 trabajadores, tallerescon 150 y artes gráficas y del pa-pel en el que sobresale la Pape-lera con casi 100 trabajadores.

3. LOS SERVICIOS:FACTOR CLAVE DE LABASE ECONOMICA

Casi la mitad de la poblaciónactiva está ocupada en alguna de

las ramas de los servicios, sobretodo en el comercio, los trans-portes y, en menor medida, laAdministración Pública (servi-cios locales, gubernativos y mi-litares); la función religiosamantiene aún una gran trascen-dencia en la vida urbana.

Actualmente, el radio deatracción de Astorga en cuantoa los servicios no administrati-vos es menor, concretamente en

la función comercial, por las di-versas razones que ya se han co-mentado más atrás y en el fascí-culo correspondiente a la Mara-gatería y Cepeda. La pérdida dela feria y mercado de ganados hareducido la cita semanal a la pre-sencia de hortelanos con produc-tos de temporada y a los comer-ciantes ambulantes que recorrenlos mercados de las villas próxi-mas. La competencia de la ciu-

Cuadro 1

Evolución de lapoblación en Astorga


En las callespróximas a laPlaza Mayor yPlaza deSantocildes selocaliza la mayorparte del comercioy de los serviciosde la ciudad. Laestrecha e históricacalle de Pío Gullón(Rúa Antigua),viene cumpliendoesta funciónterciaria desde laépoca medieval.

La plaza romana con el Convento de los frailes Redentoristas y la iglesia de San Francisco, junto a «Puerta Sol»; en ellasse han encontrado restos de época romana (hábitat, mosaico) y aquí se ubicaba parte del comercio medieval («rua de las

tiendas».


dad de León en el comercio decierta calidad o en algunos ser-vicios especializados (educati-vos, culturales, sanitarios, admi-nistrativos) ha relegado a un pla-no secundario a algunas activi-dades arraigadas en la ciudad.Se mantiene, no obstante, unacierta estabilidad en la ofertaeducativa y, asimismo, se apre-cia una creciente especializacióny mejora en la oferta hostelera yturística, que ha de potenciarsecon sensibilidad y acompañarsede una oferta cultural continuay diversificada.

Los servicios vienen localizán-dose, al igual que en el pasado,en las calles próximas a la PlazaMayor, Plaza de Santocildes yPlaza del Obispo Alcolea, des-plazándose cada día más hacialos cruces de las vías y callesprincipales como observamos enel noroeste de la ciudad, en laconfluencia de la carretera N-VIy la carretera N-120. Algunosservicios administrativos, educa-tivos y religiosos se encuentranlocalizados preferentemente enel barrio catedralicio de SantaMarta, patrona de la ciudad.

La ciudad heredada y los problemas urbanos deun núcleo histórico.

«Astorga es ciudad decana. Capital de losastures augustos. Acrópolis de sólidamuralla, reforzada por cubossemicirculares, más ornamentales quebélicos, comprados con los de León yLugo. Silueta apaisada sobre las !lanadasdel río Jerga, más airosa hacia las costanasde San Justo, aunque más distante. Conadarve disfrutando de vistas preciosas sobrelos secanos al pie de los altos de la Cruz,bajo las nieves del Teleno.

La planta murada es larga. Se vaestrechando hacia el siroco, siguiendo elborde del altozano natural. La distribucióninterior está basada en caminos a lo largo,unidos por otros a través más breves,alcanzando a todo el recinto; sin restosmarginales como en Lugo.

El caserío forma manzanas, dejandoalmizcates en los aprovechamientosintensivos del suelo, y huertos en losbordes. Las vías principales, determinadaspor las puertas de acceso desde los caminosexteriores.

El centro dispone de amplias plazas dondecelebrar mercados. La zoca Mayor esrectángulo con edificios comerciales,aporticados, presididos por edificiomunicipal, concino. Tiene acceso por loscuatro ángulos y enlaza directamente conotra, de mayores dimensiones, que sólotiene acceso por tres. La plazuela delobispo Alcolea, patio de armas en la puertade León, lo mismo que la correspondienteal postigo.

El ángulo norte del recinto murado es en sumayor parte capitular, formado porcatedral y parroquia de Santa Marta,emparejadas de la misma forma que elgrupo de Carrizo. Después, se agregó elPalacio Episcopal. Conjunto circundado deplazuelas, con acceso por la puerta delHierro. Bastante despejado extramuros,ofrece silueta de gran interés y vistasinteriores particulares.

El rincón sureste del mismo recinto estádominado por edificios religiosos, sin granperfil pero formando vastas plazas. Eladarve que corre un kilómetro, desde LaAlameda al Juego de Cañas, es mirandadespejada sobre el techo de las casas queocupan el Bastión. Otras plazuelas, en losencuentros de calles o ante edificios deinterés común.

Las calles enlazan los nudos básicos de lared urbana. Estrechas y con alineacionesdespreocupadas. Formadas por edificiossobrios, de dos o de tres entonaciones ocre,como reflejos de los sembrados delcontorno, sobre las que destacan el pardocatedralicio y el gris episcopal».

Efrén García Fernández: Pueblos y alfocesde León (1986).

Durante los últimos 120 años,desde la llegada del ferrocarril alarrabal de Puerta de Rey, ha cul-minado de un lado, el fenómenode superposición en el casco his-tórico y, de otro, el de un creci-miento periférico cada vez másextendido. Tres problemas bási-cos preocupan a los habitantesde Astorga y a los que se intere-san por su futuro y patrimonio:la ordenación de los usos y de laedificación en el recinto amura-llado, la integración y soluciónde las deficiencias estructuralesen los barrios periféricos y, porúltimo, la consolidación de unabase económica que garantice unporvenir sin traumas ni desarrai-gos tanto de la comarca como dela ciudad.

Una pequeña ciudad comoAstorga ha visto aparecer for-mas constructivas desmesuradas

en un proceso de renovación in-controlado y que ha eliminado laarmonía de viejas calles y plazas,tal como lo ha denunciado el ar-quitecto Balbín: «Astorga tratade abandonar y borrar lo que eray construir sobre sí misma unavispero de bloques, a imitaciónde lo malo de otros lugares... sinconseguir siquiera ofrecer vi-viendas a los que vienen». Elproceso de renovación del case-río antiguo, a veces en deplora-ble situación, la destrucción deedificios valiosos, el crecimientoen altura, los cambios de alinea-ción y trazado de calles, los de-siguales perfiles de fachadas ylos contrastes violentos de los di-seños, han traido una transfor-mación disarmónica de la ciudadcon resultados urbanísticos engeneral deficientes, especialmen-te en el recinto amurallado. La


dejadez de la administración y laespeculación del suelo tienenmucho que ver con los desmanesproducidos en la fisonomía ur-bana.

En el crecimiento a extramu-ros y en la periferia, se ha pasa-do desde la tercera década denuestro siglo, de un caserío lo-calizado exclusivamente en losbarrios históricos y en la Esta-ción, a un desarrollo de tipo ten-tacular a lo largo de los princi-pales ejes viarios (cuartel mili-tar, naves y almacenes, talleres yotros edificios), que llegan hastalas tradicionales ventas o meso-nes (Ventas de Peñicas, Celada,San Justo y San Román). El au-

Más allá delespaciohistórico, laciudad hacrecidosiguiendo lasvías decomunicación oha ocupadoantiguas tierraslabradas deescasa calidad.Un buenejemplo son lasnuevas casas dela carretera dePandorado.

ge experimentado en el transpor-te por carretera yugula la atrac-ción ejercida por el ferrocarril yel crecimiento de la ciudad cam-bia de dirección, orientándosehacia el Noroeste, siguiendo eleje de la carretera «Madrid-Co-ruña» y el de la avenida de Pon-ferrada, donde los bajos preciosdel suelo de secano y la óptimaaccesibilidad fueron en su díamotivo de atracción. El rellenocon servicios públicos de la an-tigua Plaza del Ganado, la polé-mica urbanización de esta aveni-da y la mejora de la calidad dela vivienda, convierten a esta zo-na en una de las áreas preferidasen la expansión de la ciudad. Al-

gunos polígonos como el de LasCandelas o el Dos de Mayo, deescasa calidad urbanística, fue-ron el anticipo de este proceso.

Contrasta esta zona con lamorfología de los arrabales tra-dicionales de Rectivía y Puertade Rey, donde se observa unaautorrenovación edificatoriacon altura y volúmenes exagera-dos, sobre todo en las callespróximas a las carreteras. Enmenor medida pueden recono-cerse estos hechos en los otrosbarrios (San Andrés, Manjarín-Santa Clara, Las Huertas o elChapín), donde predominan lasedificaciones unifamiliares y, enalgún caso, de tipo rural. Man-tienen estos barrios graves defi-ciencias en la dotación de equi-pamientos y servicios básicos(saneamiento, urbanización,abastecimiento de aguas, centrosasistenciales y educativos, espa-cios de ocio y culturales).

Son estos los problemas queen buena medida han tenido queafrontar las primeras corpora-ciones democráticas y que ha-bían sido recogidos en gran me-dida en el Plan General de Or-denación Urbana de 1970, aun-que sin efectividad real hasta los80. La Revisión de 1985 preten-frenar las tendencias negativas

La industria deAstorga, apoyadatradicionalmenteen la elaboraciónde productos de

alimentación(chocolates y

mantecadas) o enla artesanía textil,

tiene como fábricasmás relevantes enla actualidad «La

PapeleraAstorgana», que

aparece en estafotografía, y la

A.I.P.T.E.S.A.; alamparo de ellas, la

ciudad se haextendido por la

ribera del Tuerto,sobrepasando los

límites delmunicipio de

Astorga.


Calle de Zapata, en el barrio de San Andrés, con viviendas de características agrí-colas y rurales en contacto directo con la Vega del Tuerto y del Jerga.

de renovación y densificación enel recinto amurallado y contro-lar la dispersión, con frecuenciacaótica e infraurbana, de la pe-riferia, a la vez que mitigar lastensiones producidas en el mer-cado del suelo impulsando lapromoción de viviendas y deli-mitando su localización y altura.A este fin se han previsto 34Has. del extrarradio como suelourbano y se han clasificado co-mo suelo urbanizable, residen-cial o industrial, zonas próximasa los núcleos de Valdeviejas yPeñicas. Por otra parte, se hanrevisado los diseños y alineacio-nes en el recinto histórico, limi-tándose radicalmente los volú-menes y alturas desproporciona-das. Esperemos que exista vo-luntad política y social paracumplir estos objetivos.

Astorga se plantea, pues, jun-to a su dinámica demográfica ysu consolidación económica,una gestión del suelo urbano yde su entorno geográfico en laque se concilien los intereses co-munes frente a las estrategias depromotores y constructores pri-vados, que han llegado a veces alímites inadmisibles en la faltade respeto a la historia de la ciu-dad. La conservación de un ricolegado monumental y patrimo-nial que aparece reflejado y re-sumido en el plano adjunto, hade ser en el futuro una exigenciacomún, pues en él radica la sín-tesis urbana de 2.000 años y, engran medida, la mejor base eco-nómica de la ciudad.

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Gráficas Celarayn, 1981, 2 vols.).

Delineación y dibujos: Francisco Pelayo Somoano, Valentín Cabero Diéguez.

Fotografías: Miguel Angel Luengo Ugidos, José Vicente Luengo Ugidos, Archivo Diario de León.


astorga: encrucijada de caminos y núcleo€¦ · ninsular con las tierras gallegas. cazadores,...

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