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Asamblea ParroquialTRANSCRIPT
Cuentan que en la Carpintería
“Aceptación” hubo una vez una extraña
asamblea.
Fue una reunión de herramientas para
arreglar sus diferencias.
¡Hacía demasiado ruido!
Y, además, se pasaba todo el
tiempo golpeando
El martillo ejerció la
presidencia, pero la asamblea le
notificó que tenía que renunciar.
¿La Causa?
pero pidió que también fuera
expulsado el tornillo; dijo que había
que darle muchas vueltas para que
sirviera de algo.
El martillo aceptó su culpa,
Ante el ataque, el tornillo aceptó
también, pero a su vez pidió la
expulsión de la lija.
Hizo ver que era muy áspera en su
trato y siempre tenía fricciones
con los demás.
Y la lija estuvo de acuerdo, a
condición de que fuera
expulsado el metro
que siempre se la pasaba midiendo
a los demás según su
medida, como si fuera
el único perfecto.
En esto entró el
carpintero,
se puso el delantal e inició su trabajo.
Utilizó el martillo, la lija, el metro y el tornillo.
Finalmente, la tosca madera inicial
se convirtió en un lindo juego de ajedrez.
Cuando la carpintería quedó nuevamente
sola, la asamblea reanudó la deliberación.
Fue entonces cuando tomó la palabra el serrucho, y dijo:
“Señores, ha quedado
demostrado que tenemos
defectos, pero el carpintero
trabaja con nuestras
cualidades. Eso es lo que nos
hace valiosos.
Así que no pensemos ya en
nuestros puntos malos y
concentrémonos en la utilidad
de nuestros puntos buenos”
Ocurre lo mismo con los seres humanos.
Observen y lo comprobaran...
Cuando en una comunidad
las personas buscan a
menudo los defectos de los
demás, la situación se
vuelve tensa y negativa.
En cambio, al tratar con
sinceridad de percibir los
puntos fuertes de los
demás, es cuando florecen
los mejores logros humanos.
La asamblea encontró entonces que
y observaron que el metro era
preciso y exacto.
la lija era especial para afinar y
limar asperezas
el tornillo unía y daba fuerza,
el martillo era fuerte,
Se sintieron entonces un equipo capaz de producir y hacer
cosas de calidad.
Se sintieron orgullosos de sus fortalezas y de trabajar juntos
Es fácil encontrar
defectos, cualquiera lo
puede hacer, pero
encontrar
cualidades, eso
es para las personas que
son capaces de inspirar
todos los éxitos humanos.
1. ¿Qué me dice esta dinámica con respecto a mi
participación dentro del equipo al que
pertenezco?
2. ¿Cómo vemos nuestros grupos en relación a
esta dinámica?
3. ¿Qué me dice esta dinámica en lo personal?
¿Qué me dice en mi participación en la
parroquia?
4. ¿Cuáles valores tenemos claros para seguir
trabajando en la parroquia al ver esta dinámica?
Conclusiones
1. Necesitamos trabajar juntos con la
finalidad de que se haga algo bien
hecho, por lo tanto trabajaremos
organizados en la pastoral de la
Iglesia, programando y calendarizando.
2. Terminaremos diciendo nos
necesitamos entre todos, para una
finalidad, con un objetivo; programar y
calendarizar, no es nada mas por tener
un programa, es para que se haga algo
bueno para la parroquia.
II. BLOQUE
QUE NOS PIDE DIOS EN
ESTE MOMENTO
En nuestras comunidades la gran diversidad de
grupos, actividades y servicios: hablamos del equipo
de liturgia, catequesis, coros, pastoral social, grupos
de jóvenes, movimientos parroquiales, Cofradía del
Santísimo; etc.; toda esta realidad compleja nos habla
de las distintas maneras y experiencias de vivir el
Evangelio.
Introducción
Sin embargo, reconociendo todas estas
manifestaciones de vida pastoral como un don de
Dios, nos encontramos frente al desafío de trabajar
de manera coordinada y con criterios comunes.
Introducción
Ahora se nos pide programar, tal vez hemos
entendido por “Programa” aquello que casi todos los
grupos hacen al inicio de un año o de un período
determinado de trabajo.
Elementos para la Programación
La programación es necesaria para saber
dónde estamos, dónde queremos ir y cómo seguir
caminando.
Razones para Programar
El punto de partida
de la acción pastoral en
nuestra Diócesis es el Plan
Diocesano de Pastoral.
La programación tiene por
finalidad aplicar el Plan
para hacerlo efectivo.
El punto de arranque es el Plan
Lo primero es “apropiarse”
los objetivos y ver el modo cómo pueden cumplirse.
Es imprescindible asumirlos e incorporarlos a
nuestro caminar pastoral.
Hacer propios los objetivos y
trabajar para que se cumplan
A la luz de la situación de nuestra parroquia,
grupo, decanato o diócesis, hemos de ver cómo
podemos abordar algunos de los objetivos descritos
en el Plan para que sean alcanzables, al menos, en
parte.
Hacer propios los objetivos y
trabajar para que se cumplan
Corresponde, pues, a los miembros del Consejo de
Pastoral animar al grupo al que representan, a que
participe y se implique en la programación.
Es la programación el instrumento que hace visible la
responsabilidad de la comunidad.
Hay que tener claro quiénes
deben programar
Para asegurar la coordinación hay que determinar
quiénes van a ser los responsables de la misma y
cuándo se van a reunir.
Es necesaria la coordinación de quienes
desean trabajaran conjuntamente
La evaluación es condición previa a una nueva
programación.
La evaluación debe ser
permanente
Es importante el seguimiento
que debe concluir en una
evaluación final, para ver si
hemos conseguido lo que nos
habíamos propuesto.
Trabajo de discernimiento por
equipos y, en plenario, compartir
los más significativo
¿Que aspectos nos ayudaran a recoger la realidad
que va a encausar a nuestro objetivo, que es
programar y calendarizar?
¿Pongo lo que me toca para que l coordinador
haga su trabajo?
Conclusión
Tenemos que organizarnos trabajar juntos para
lograr la programación de nuestra parroquia.
