articulo - de otro modo que ser -diego fernandez

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Cuaderno materiales 23 http://www.filosofia.net/materiales/articulos/ a_7_deotro_fernandez.html De otro modo que ser-(para-la-muerte) Diego Fernández [*] I. Del saber sobre la muerte (o de su posibilidad) Mi muerte es insignificante, a no ser que arrastre en mi muerte la totalidad del ser, como lo desearía Macbeth en el momento de su último combate. E. Levinas, en De otro modo que ser o más allá de la esencia ¿Cómo volver una vez más sobre aquello de lo cual no es posible hablar? Vale la pena declarar desde ya entonces: no sabemos nada de la muerte. No hay experiencia posible de la muerte, la muerte se anuncia como el límite de toda experiencia. Curiosa forma de decirlo, pues de alguna manera, la muerte es al mismo tiempo, lo que nossucede, lo que nos pasa, la marca inminente e inevitable de un paso. En este paso –paso de la vida a la muerte, paso que siempre nos pasa, o mejor, como veremos, que nos sobrepasa– es donde debiera centrarse toda la cuestión, toda la cuestión que en tanto cuestión se interrogue por un saber de o sobre la muerte. La cuestión que permanece ahí, debiera ser aquella que se interroga por el paso mismo, permaneciendo en el tránsito, en la suspensión de ese tránsito, entre vida y muerte: no pensar más la muerte como un paso del ser al no ser, paso del ser a la nada, concepción que orienta toda relación de occidente con la muerte. De cualquier forma, que no sepamos nada de la muerte, no quiere decir, desde luego, que no nos importe, pues no sólo nos importa, sino que –así es como Heidegger lo ha pensado– la muerte nos

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Artículo escrito por Diego Fernandez

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Cuaderno materiales 23http://www.flosofa.net/materiales/articulos/a_7_deotro_fernandez.htmlDe otro modo que ser-(para-la-muerte)Diego Fernndez [*]I. Del saber sobre la muerte (o de su posibilidad)Mi muerte es insignificante, a no ser que arrastre en mi muerte la totalidad del ser, como lo deseara Macbeth en el momento de su ltimo combate.E. Levinas, en De otro modo que ser o ms all de la esenciaCmo volver una vez ms sobre aquello de lo ual no es posible !ablar" #ale la pena delarar desde $a entones% no sabemos nada de la muerte. &o !a$ e'perienia posible de la muerte, la muerte se anunia omo el l(mite de toda e'perienia. Curiosa )orma de deirlo, pues de al*una manera, la muerte es al mismo tiempo, lo que nossuede, lo que nos pasa, la mara inminente e inevitable de un paso.En este paso +paso de la vida a la muerte, paso que siempre nos pasa, o me,or, omo veremos, que nos sobrepasa+ es donde debiera entrarse toda la uestin, toda la uestin que en tanto uestin se interro*ue por un saber de o sobre la muerte. La uestin que permanee a!(, debiera ser aquella que se interro*a por el paso mismo, permaneiendo en el trnsito, en la suspensin de ese trnsito, entre vida $ muerte% no pensar ms la muerte omo un paso del ser al no ser, paso del ser a la nada, onepin que orienta toda relain de oidente on la muerte.De ualquier )orma, que no sepamos nada de la muerte, no quiere deir, desde lue*o, que no nos importe, pues no slo nos importa, sino que +as( es omo -eide**er lo !a pensado+ la muerte nos on)i*ura esenialmente en la estrutura del Dasein omo ser-para-la-muerte, omo la manera de ser en la que el Dasein est vuelto hacia su muerte./0. Es en este sentido que -eide**er traza una serie distiniones aparentemente seme,antes (fenecer, dejar de vivir $ )inalmente morir), para deirnos que a di)erenia de otros entes dotados de vida slo el Dasein propiamente muere, en tanto la muerte (reservada slo para el Dasein) desi*na un modo de ser de ese ente que somos, u$a onstituin de la e'istenia propia es el estar vueltos hacia el fin.10.2in embar*o, teniendo en uenta el de otro modo que ser, on que Levinas disute on la ontolo*(a !eide**eriana (al menos !asta er ! "iempo) es posible pensar la muerte no $a meramente por su relain al ser. 2in duda al*una para todo el pro$eto que implia De otro modo que ser o ms all de la esencia, aunque no e'pl(itamente, la muerte debe volverse un mbito privile*iado para pensar el ser $ lo de otro modo que ser, preisamente porque la muerte aparee omo a!o*ada )rente al dilema de -amlet% ser o no ser.Desde el prinipio del te'to rei3n itado, Levinas plantear la uestin de otro modo (aunque plantearla no quiere deir todav(a que se !a$a e)etuado una ruptura, una 4salida5, o ese movimiento que Levinas llama, a su modo, trascendencia, $ iertamente, el modo de deir este movimiento no es al*o que quede por )uera del pro$eto levinasiano). De otro modo que ser o ms all de la esencia onstitu$e debiera ser le(do omo un es)uerzo por emprender el movimiento de trasendenia que no quede prisionero de la diotom(a ser + no ser, preisamente en la medida en que el no-ser, o la nada, quedainmediatamente re)erido a la l*ia del ser% la nada omo ausenia de ser. &os die Levinas% #asar a lo otro que el ser, de otro modo que ser. $o ser de otro modo, sino de otro modo que ser.60.7u3 puede, pues, significar la muerte para un pensamiento $ un decir que quiere pasar alo otro que el ser% 8a est di!o% el paso de la muerte, pensado en el orden de la meta)(sia $ la ontolo*(a, no puede si*ni)iar el paso a lo otro que el ser, sino apenas el paso del ser al no ser. 9ero onstitu$e la muerte, por tanto, la evidenia irreusable de la imposible de salir de la l*ia del ser, $ por tanto, una demostrain del )raaso del pro$eto de Levinas":ntes de responder, iertamente, !abr(a que interro*arse on -eide**er $ ms all del 3l, por eso e'tra;o que es la muerte, aquel no-)enmeno que sin embar*o es esenial a nuestra ondiin de Dasein. Interro*arse, omo de(amos +$ permaneer+ en el paso para detenerse a!( (tampoo es posible otra osa, en la medida en que nada sabemos de la muerte). 2lo en uanto podamos pre*untar la muerte, $ en uanto podamos pre*untarla de otro modo, quiz podamos saber al*o sobre ella, o quiz apenas sobre el paso, pues tal vez no se trate de un saber, lo que sin duda nos abrir(a una pre*unta por el traba,o mismo de la )ilosofa +amor por el saber, por deirlo on una torpeza e'trema que no nos saque a!ora del amino.2i la muerte no enuentra en De otro modo que ser o ms all de la esencia una tratamiento privile*iado, ser neesario avanzar tambi3n por el urso que ditara Levinas en la 2orbona durante el a;o aad3mio /-/K que es el entral del primer ap(tulo de la sein se*unda. :ntes de lle*ar a!( +donde de)initivamente e'pone -eide**er a la muerte omo el modo esenial de ser del Dasein/ -eide**er se pre*unta por el sentido, podr(amos deir, que tiene pasar por la e'perienia de la muerte de otro Dasein (G@=).-eide**er omienza onstatando la obviedad on la que omenzramos, la imposibilidad de la e'perienia de la muerte propia (di*amos muerte a en sentido lato, omo )alleer)% sin duda esta e'periencia .la muerte0 le est vedada a cada Dasein respecto de s mismo. "anto ms se nos impone entonces la muerte de los otros./>0. 2i no !a$ e'perienia de la propia muerte, la relain ms pr'ima a un aonteimiento del morir +$ $a lo sabemos, este no es el sentido !eide**eriano para HmorirI, pues ImorirI $a no ser ms el en uanto tal de ese aonteimiento+ la tenemos respeto de la muerte de los otros, $ puesto que, omo reuerda -eide**er +omo si lo pudi3semos !aber olvidado+ el Dasein es por esencia un coestar con los otros./?0.2in embar*o es preiso tomarnos de esto que -eide**er nos reuerda% la muerte de los otros, la e'perienia de la muerte de los otros, no es todava la HmuerteI en el sentido ontol*io e'istenial que menionramos ms arriba. En primer lu*ar, porque tampoo esel aso que podamos tener, a )alta de una e'perienia propia de la muerte en uanto tal ()alleer), una e'perienia en uanto tal de la muerte de los otros. Ciertamente que podemos preseniar la )inalidad de otro (asistir a su )uneral, por e,emplo, mientras $ae el uerpo del di)unto), pero el Dasein que muere es al*o que nosotros e'perimentamos omop3rdida (el di)unto .verstorbene0, a quien se le reuerda, se le llora $ se le rinden !omena,es), pero es una p3rdida para quienes quedan, los testi*os de esa muerte, quienes, sin embar*o no podemos dar testimonio de ese paso./=0. $o e'perimentamos, en sentido propio, el morir de los otros, sino que, a lo sumo, solamente 0asistimos1 a ,l./J0.Aodo el amino queda despe,ado, pues, para la determinain del morir en un sentido ontol*io-e'istenial, omo ser-para-la-muerte, estar volados, remitidos a nuestra propiamuerte, que es ada vez la m(a $ slo la m(a $ que tiene su radialidad en tanto posibilidade inminenia. &o slo no se puede !aer la e'perienia de la muerte del otro, en sentido en)tio, sino que tampoo es posible morir por los dems, pues en ada aso el estar-vuelto-!aia-la-muerte tiene que ser siempre slo mi muerte, de lo ontrario nos atenemos a un onepto de muerte aCn no lo su)iientemente )undamental (biol*io, )isiol*io o m3dio), es deir no un onepto que se atiene ada vez al modo de ser del Dasein.&os die, pues, -eide**er%Nadie puede tomarle al otro su morir .O0. 2l morir debe asumirlo cada Dasein por s mismo. &a muerte,en la medida en que ella 0es1, es por esencia cada ve* la ma. 2s decir, ella significa una peculiar posibilidad de ser, en la que est en juego simplemente el ser que es, en cada caso, propio del Dasein. 2n el morir se echa de ver que la muerte se constitu!e ontol)gicamente por medio del ser-cada-ve*-mo !de la e'istencia./0.9or esto, porque la muerte no es nuna en primer lu*ar mi propia muerte, porque la muertees siempre $a la muerte del otro en la medida en que so$ responsable por 3l o me,or, en lades-medida responsabilidad en que so$ por 3l% so$ por 3l +reh,n del otro. La muerte es un 4aonteimiento5 irredutible al sentido de la HmuerteI, pues no !a$ omprensin, palabra o medida para esa muerte, $ porque la palabra es $a siempre omprensin $ medida, reduin de lo otro a lo mismo, a no ser que pueda traiionarse !asta el l(mite, l(mite en que rompa on la si*ni)iain totalizadora $ totalizante del sentido.1?0.2e trata de una responsabilidad que rebasa ualquier libertadD preisamente no so$ libre respeto del otro en tanto responsable de 3l, en tanto responsable por 3l. &o se trata, por tanto, de la muerte del otro en el sentido de otro Dasein, sino que, si la muerte traba,a $a en el mundo, es Cniamente porque la Cnia muerte que ten*o, la ten*o porque el otro me tiene a mi, omo responsable por 3l, lo que !ae a la muerte +que no podemos evitar deir+ una muerte irredutible, ,ustamente porque es la muerte del otro en tanto radialmente otro. 2i !a$ una noin de sub,etividad en Levinas +$ desde lue*o la !a$, e'pl(itamente+ 3sta $a no puede reduirse en nin*Cn sentido a ualquiera de los modos en que 3ste onepto !a quedado estableido por la tradiin )ilos)ia en sus diversos momentos. 9rinipalmente no puede ser $a una sub,etividad onebida omo autonoma. La onstituin sub,etiva en Levinas es, pues, ori*inariamente +o ms preisamente di!o, pre-ori*inariamente+ e'posiin al otro omo irredutible, a quien no puedo onoer ni nombrar% una heteronoma radial. 8 es una !eteronom(a radial porque no se trata meramente de que el su,eto se onstitu$a en relaci)n on los otros -lo que orresponder(a al onepto soio-antropol*io de sociali*aci)n, por e,emplo, omo un proeso mediante el ual un individuo se inorpora al espaio soial, omprende las normas, respeta a los otros $ se pone en el lu*ar de ellos porqueomprendeque los otros son tal ual 3l es. Ende)initiva, sabe esperar su turno $ puede inlusive onstituirse en un buen iudadano. Estaes la dimensin que $a -eide**er !ab(a pensado (en el convivir) $ dese!ado para llevarlamu!o ms le,os. 9ero la radialidad de lo que Levinas nos da a pensar on el nombre de sub,etividad es la onstituin del su,eto ba,o la substituin del otro en mi, $ que rompe ualquier identidad de un para s del su,eto, alteridad que se uela en ese plie*ue que es el s mismo de un $o.Esta e'posiin al otro en tanto otro es lo que )unda la relain 3tia, $ es lo que !ae que la 3tia adquiera as( la *ravitain de la filosofa primera, puesto que so$ responsable $ no libre del otro. La indeible muerte del otro, ser siempre $a el propio modo en que la muerte traba,a en el mundo, primera en el sentido de que abre un sin-sentido en el ual somos onvoados omo responsables.IV. Breve nota sobre lo infinito y la muerte&a relaci)n con el :nfinito es la responsabilidad de un mortal por un mortal.E. Levinas, en &a muerte ! el tiempo.2i la muerte tiene un sentido, $ si 3sta tiene un sentido para el pro$eto de la salida del ser, HmuerteI $a no puede desi*nar ms la mera )initud de la e'istenia del Dasein6HmuerteI,ms bien, es otro modo inevitable $ traiionado de deir lo otro que ser, pues la muerte +que no podemos de,ar de nombrar+ es $a primeramente la muerte del otro. HNuerteI desi*na +en una inomodidad e'trema, pero inevitable+ la muerte-del-otro en uanto desonoido $ e'tran,ero. 2in nombre. HNuerteI, entones, que en las omillas no porta el si*no de un onepto, o el si*no de la re)erenia a la palabra por ontraposiin a su uso, sino 3ste desa,uste irreuperable que la obli*a a insistir en el len*ua,e en uanto a lo dicho, $ puesto que el ser se ejercita de este modo como una invencible persistencia en la esencia.1=0.Este modo en que el ser traba,a o se e,erita es el propio sentido del ser en uanto a su inter3s% 2sse es interesse.1J0, nos reuerda Levinas. El sentido del ser no es otro que el inter3s de los entes en su poder-ser omo a)irmain de s( en la presenialidad del presente, insistenia de ada ente a partir de s( mismo, en su propio presente, $ puesto que el inter3s es dominain, voluntad $ )uerza% &a esencia es el sincronismo e'tremo de la guerra.16. Destaado en el ori*inal.1/0 Levinas E. &a muerte ! el tiempo. Ep. Cit. 9*. 61..110 Levinas, E., De otro modo que ser o ms all de la esencia. Arad. de :ntonio 9intor B. Ed. 2(*ueme, 2alamanaQEspa;a, /