art. periódico el vedat

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29 Septiembre / Octubre de 2011 el vedat periódico de la asociación de vecinos Deporte Ana I. Quintela Desde hace un tiempo vengo ex- perimentando los beneficios del deporte en mi salud tanto física como psíquica. Aquello de mens sana in corpore sano. Sé que el tema está un poco más que ma- nido y que no hay programa de televisión, revista… en la que no se nos instruya sobre el asunto en cuestión. Pero, y aunque se- pamos a ciencia cierta de estos beneficios, hasta que no damos un paso más allá y de verdad nos comprometemos con llevar una vida menos sedentaria, no percibimos todos los aspectos positivos que conlleva practicar deporte. Sobre este tema pienso sinceramen- te -claro está que estas afirmaciones son resultado de mi modesta expe- riencia empírica y de observación del medio- que el hombre es un animal activo por naturaleza, y que el tipo de vida y trabajos que tenemos hoy en día en absoluto se adaptan a estas características. Cuando observamos a un niño pequeño, que todavía está en la etapa de socialización, su característica principal es el movimiento. No obstante, como la vida es así y no la vamos a cambiar, el ejercicio físico nos sirve para compensar esa ca- rencia. Realizarlo en el gimnasio es práctico pero, en cuanto ten- go un poco más de tiempo, pre- fiero el senderismo o la bicicleta al aire libre. Estas nuevas afi- ciones me han dado, además, la oportuni- dad de co- nectar de nuevo con la Natura- leza; o mejor dicho, de re- conectar con mi esencia y vivir momen- tos realmente especiales con gente muy di- versa y en luga- res increíbles. También he descubierto una nueva dimensión del deporte que hasta ahora se me había escapado, como una manera de poner a prueba mis propios límites (siempre dentro de lo razonable) y mejorar mi fortaleza mental. Y es eso precisamente lo que me llamó la aten- ción del libro del japo- nés Haruki Murakami, “De qué hablo cuando hablo de correr”. Murakami reflexio- na acerca de la relación entre su faceta de escritor y su decisión de salir a correr diariamente. A través de su experiencia en este ámbito, durante años participa en multitud de maratones, nos va descubriendo cómo el medir- se consigo mismo, a través del esfuerzo físico, repercute en su trabajo y en su vida de una ma- nera absolutamente positiva. A veces descubriendo aspectos de sí mismo con los que no está sa- tisfecho, otras haciendo evidente la realidad del paso del tiempo… Pero siempre desde un punto de vista consciente, de darse cuen- ta de su propia existencia y, por qué no, de sus limitaciones. Es en este ámbito donde el de- porte tiene mucho que aportar. A través del mismo estoy con- vencida de que desarrollamos cualidades de fortaleza, voluntad y disciplina que podremos apli- car a nuestra propia vida, y que nos ayudarán a sobrellevar mejor sus vaivenes. Porque hay una fra- se al principio del libro, como un mantra que durante mucho tiempo se repetía el autor cuan- do corría, que creo que resume de manera brillante los princi- pios que rigen el deporte y, claro está, nuestra propia existencia: el dolor es inevitable, pero el sufrimiento opcional. En el de- porte tenemos pues un magní- fico campo de pruebas para ex- perimentar con estos conceptos. ¡Aprovechémoslo! “De qué hablo cuando hablo de correr” Actividad física y deporte

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Art. sobre deporte

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Page 1: Art. Periódico El Vedat

29Septiembre / Octubre de 2011 el vedat periódico de la asociación de vecinos Deporte

Ana I. Quintela

Desde hace un tiempo vengo ex-perimentando los beneficios del deporte en mi salud tanto física como psíquica. Aquello de mens sana in corpore sano. Sé que el tema está un poco más que ma-nido y que no hay programa de televisión, revista… en la que no se nos instruya sobre el asunto en cuestión. Pero, y aunque se-pamos a ciencia cierta de estos beneficios, hasta que no damos un paso más allá y de verdad nos comprometemos con llevar una vida menos sedentaria, no percibimos todos los aspectos positivos que conlleva practicar deporte.

Sobre este tema pienso sinceramen-te -claro está que estas afirmaciones son resultado de mi modesta expe-riencia empírica y de observación del medio- que el hombre es un animal activo por naturaleza, y que el tipo de vida y trabajos que tenemos hoy en día en absoluto se adaptan a estas características. Cuando observamos a un niño pequeño, que todavía está en la etapa de socialización, su característica principal es el movimiento.

No obstante, como la vida es así y no la vamos a cambiar, el

ejercicio físico nos sirve para compensar esa ca-rencia. Realizarlo en el gimnasio es práctico pero, en cuanto ten-go un poco más de tiempo, pre-fiero el senderismo o la bicicleta al aire libre. Estas nuevas afi-ciones me han dado, además, la

oportuni-dad de co-nectar de nuevo con la Natura-leza; o mejor dicho, de re-conectar con mi esencia y vivir momen-tos realmente especiales con gente muy di-versa y en luga-res increíbles.

También he descubierto una nueva dimensión del deporte que hasta ahora se me había escapado, como una manera de poner a prueba mis propios límites (siempre dentro de lo

razonable) y mejorar mi fortaleza mental. Y es eso precisamente lo que me llamó la aten-ción del libro del japo-

nés Haruki Murakami, “De qué hablo cuando hablo de correr”. Murakami reflexio-na acerca de la relación entre su faceta de escritor y su decisión de salir a correr diariamente. A través de su experiencia en este

ámbito, durante años participa en multitud de maratones, nos va descubriendo cómo el medir-se consigo mismo, a través del esfuerzo físico, repercute en su trabajo y en su vida de una ma-nera absolutamente positiva. A veces descubriendo aspectos de sí mismo con los que no está sa-tisfecho, otras haciendo evidente la realidad del paso del tiempo… Pero siempre desde un punto de vista consciente, de darse cuen-ta de su propia existencia y, por qué no, de sus limitaciones.

Es en este ámbito donde el de-porte tiene mucho que aportar. A través del mismo estoy con-vencida de que desarrollamos cualidades de fortaleza, voluntad y disciplina que podremos apli-car a nuestra propia vida, y que nos ayudarán a sobrellevar mejor sus vaivenes. Porque hay una fra-se al principio del libro, como un mantra que durante mucho tiempo se repetía el autor cuan-do corría, que creo que resume de manera brillante los princi-pios que rigen el deporte y, claro está, nuestra propia existencia: el dolor es inevitable, pero el sufrimiento opcional. En el de-porte tenemos pues un magní-fico campo de pruebas para ex-perimentar con estos conceptos. ¡Aprovechémoslo!

“De qué hablo cuando hablo de correr”

Actividad física y deporte