arguedas pulsaciones sonoras de nuestra voz americana

7/26/2019 Arguedas Pulsaciones Sonoras de Nuestra Voz Americana

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Es notable la importancia que se le da a la literatura en el siglo 121 11

como mecanismo para construir las representaciones de las

identidades nacionales. 6a independencia que se haba dado en lo

poltico buscaba encontrar ahora su independencia literaria. +na voz

propia original alejada de la que otrora /uera su madre patria" Espa#a"

esto era lo que reclamaba el discurso nacional. Esta voz /ue hallada en

un primer momento en la corporalidad /sica de la naturaleza en algo

que estaba a3n por de7nirse" pero que saban mu bien 8los

constructores de este relato nacional9 que en la tradici$n encontraran

piezas /undamentales de esto que estaba apenas por de7nirse) la

cultura nacional. Esta e%ploraci$n a tientas de la cultura nacional"

siempre estuvo de alguna /orma hegemonizada por los di/erentes grupos

de la elite poltica econ$mica que mandaban en cada pas. Es decir"

al ser derrotados los peninsulares" los criollos tomaron la esta/eta del

poder poltico econ$mico e instauraron por medio de la literatura:

entre otros tantos m;s dispositivos de legitimizaci$n social: las

representaciones que desde su perspectiva e intereses de clase deban

ser lo nacional. *osteriormente /ueron los mestizos" que con/orme paso

el tiempo se /ueron poco a poco : o a veces de /orma abrupta :encumbrando en la cima del poder" pudiendo as dictaminar la

representaci$n de lo que deba ser nacional. Es as" que la voz nuestra

americana transita por inter/erencias de /recuencia que impiden la

pluralidad de sonoridades. (oces m3ltiples que tienen necesariamente

que escucharse para poder hablar de una voz nuestra americana.

Y veo, veo; puedo tambin, como t, ser lo que sea. As es. Hablemos,

alcancmonos hasta donde es posible y como sea posible. Ar!uedas.

!uestra voz americana es poli/$nica" es por necesidad dial$gica e

hist$rica. Surgida de una brutal violencia" esta voz nuestra llena de

poli/onas muchas veces nos susurra" otras tantas nos canta" otras nos

habla danzando muchas otras callando nos dice lo indecible. (oz que


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asedia lo real" que lo palapa con la mirada" con los odos que a

habitado este espacio de lo real le da vida atreves del canto"

#entro del muro aislante y opresor, el pueblo quechua, bastante arcai$ado y

de%endindose con el disimulo, se!ua concibiendo ideas, creando cantos y mitos. Y

bien sabemos que los muros aislantes de las naciones no son nunca completamente

aislantes. Ar!uedas.

&l canto de ,rguedas es parte de esta voz nuestra americana que

desde sus orgenes es transici$n" es proecto de vida construcci$n

de sentido. (oz que vuelta canto" es decir" literatura" crea la posibilidad

del disenso.


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arrasar las culturas indgenas como hasta ahora lo ha venido haciendo el

capitalismo sus respectivas ideologas 8progreso" individualismo"

desarrollo" etc.9" ni tampoco como un abismarse en s mismas de estas

identidades culturales" mucho menos la aparente mezcla de ambas que

da como resultado la /olclorizaci$n de las tradiciones pueblos

indgenas que en realidad merman la heterogeneidad de estas

tradiciones e identidades las supedita a las necesidades econ$micas"

que ni siquiera son la de los pueblos indgenas o la de los condenados

de la tierra" sino que sirven a intereses econ$micos particulares

privados" del gran capital" que solo utiliza a dichas comunidades como

conejillo de indias o maniqu de aparador. -ente de clase media que se

amamarrachan con las convenciones sociales, con ese enredo

%enomenal en que aparecen estos huasos amariconados, estas

muchachas achuchumecadas, que as se achuchumecan para convertir

los bailes de la !ente %uerte en espect*culo a!radable y nacional.

+(aldita sea, ne!ro astiabur- eras mdico, un doctor. Y

maldecamos )untos estas cosas que son %abricaciones de los !rin!os

para !anar plata. odo eso es para !anar plata. Ar!uedas.

!o" el mito que enuncia ,rguedas es di/erente" es un vnculo vivo,

%uerte, capa$ de universali$arse, de la !ran naci/n cercada y la parte

!enerosa, humana, de los opresores. &l vnculo poda universali$arse,

e0tenderse; se mostraba un e)emplo concreto, actuante. &l cerco poda

y deba ser destruido; el caudal de las dos naciones se poda y deba

unir. Y el camino no tena por qu ser, ni era posible que %uera

nicamente el que se e0i!a con imperio de vencedores e0poliadores, o

sea" que la naci/n vencida renuncie a su alma, aunque no sea sino en la

apariencia, %ormalmente, y tome la de los vencedores, es decir, que se

aculture. Yo no soy un aculturado; yo soy un peruano que

or!ullosamente, como un demonio %eli$ habla en cristiano y en indio, en

espa1ol y en quechua. #eseaba convertir esa realidad en len!ua)e


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artstico y tal parece, se!n cierto consenso m*s o menos !eneral, que

lo he conse!uido. ,rguedas.

En ,rguedas estas contradicciones personales tambi@n son

contracciones sociales viceversa. ,rguedas" pulsi$n de los conCictosculturales irresolutos del continente americano" un continente

e%poliado" colonizado. ,rguedas el incomprendido" ,rguedas el

vituperado por muchos de los principales intelectuales de su @poca.

,rguedas el que a veces hasta por s mismo era saboteado. Yo no voy a

sobrevivir al libro, resignado nos deca el peruano.

#omini, no est*s tan solo,

no est*s solo, #omin.

e acosa el hambre y el dolo,

s/lo que t no est*s solo,

y hoy que miran hacia ti

tamos hombres y mu)eres

2qu te pasa, #omin3 45

45 e acosa el hambre y el dolo,

s/lo que t no est*s solo

+#omin, no est*s tan solo,

no est*s solo, #omin-

#omin.

6edro (ir.


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de padeceres, de conciencias, de santa lu)uria, de hombra, de todo lo

que en la criatura humana hay de ceni$a, de piedra, de a!ua, de

pudride$ violenta por parir y cantar, como t3 En ,rguedas ha

reminiscencias del canto rul7ano" ecos del llano en llamas de nuestros

pueblos americanos que se e%panden hacia el sur para tomar nuevos

bros de alturas quechuas. Rul/o ,rguedas" ,rguedas Rul/o.

Dambi@n: adem;s de neti" !icanor" Rama" Retamar: lo acompa#aron

en su peregrinaci$n" zambos" mulatos" cholos" te$logos de la liberaci$n

desheredados como Moncada" que era precisamente su condici$n

peri/@rica lo que les daba el privilegio de hablar verdad que a veces

hasta para ellos mismos estaba oculta" pero que de todos modos estaba

en ellos que les haca hablar la verdad que dicen los locos"

(iren c/mo toreo las perversidades, las pestilencias. Yo soy lunar ne!ro que adorna

la cara; el lunar cuando est* en la me)illa de la mu)er buenamo$a o en la %rente del

hombre, es adorno. 27uin dice que no3 Yo soy lunar de #ios en la tierra, ante la

humanidad. 9stedes saben que la polica me ha querido llevar preso otras veces

porque decan que era !ato con u1as lar!a$as, de ladr/n. Yo no nie!o que soy !ato,

pero robo la amistad, el cora$/n de #ios, as ara1o yo... Y no es la moneda la que me

hace disvariar sino mi estrella....,rguedas.

Del3rico c$smico a la vez" Moncada nos canta verdades)Yo soy esa

pestilencia, aqu estoy sudando la bub/nica de alara:umbes

nternacional 6etrolium


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oscuridad casi absoluta? =


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sue#o que es de muchos latinoamericanos que en di/erentes latitudes

del continente se pueden localizar.


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Serrano que es marcado por otros ritmos cotidianos citadinos de

vida que lo hace bailar 8aculturarse9 con di/erente estilo al que marcaba

su identidad originaria olvidando as sus tradiciones o en el mejor de

los caso transculturandose con el estereotipo del sujeto que les impone

ser la modernidad. >e andinos a coste#os" el dinero lo corrompe todo en


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&n cambio a m, a m... +>o es #ios quien me ha enviado a la tierra sino la

conciencia...- Ar!uedas.

Esta voz nuestra americana no es sino la conciencia hecha carne en las

verdades de Moncada" en los cantos de


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sacarle provecho en bene7cio de las maoras" pero sobre todo de esas

inmensas maoras que han sido arrojadas a un a/uera en donde no

cuentan con los mnimos derechos o que en el caso de la maora de los

pueblos de ,m@rica 6atina son condenados generaci$n tras generaci$n

al subdesarrollo.

&st* el hombre, libre de amar!ura y escepticismo, que %ue en!endrado por la

anti!edad peruana y tambin el que apareci/, creci/ y encontr/ al demonio en las

llanuras de &spa1a. 6arte de estos diablos se me$claron en los montes y abismos del

6er, permaneciendo, sin embar!o, separados sus !rmenes y naturale$as, dentro de

la misma entra1a, pretendiendo se!uir sus destinos, arranc*ndose las tripas el uno al

otro, en la misma corriente de #ios, e0cremento y lu$. Ar!uedas.

El zorro de arriba al igual que el zorro de abajo" no han desaparecido" alcontrario" se han bi/urcado en diversas" transitorias a la vez

permanentes polaridades culturales" que estan en constante /orcejeo"

en una tensi$n permanente que reclama soluci$n. ,rguedas en lo

literario /orma parte de esta tensi$n.

mare)ada de vi!orosas e0presiones de identidad colectiva que desa%an la

!lobali$aci/n y el cosmopolitismo en nombre de la sin!ularidad cultural y del control de

la !ente sobre sus vidas y entornos. &stas e0presiones son mltiples, est*n muydiversiBcadas y si!uen los contornos de cada cultura y de las %uentes hist/ricas de la

%ormaci/n de cada identidad.Manuel


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totalmente dependientes del mercado mundial controladas por las neo:

oligarquas de las metr$polis europeas posteriormente por las

norteamericanas. 6legando al ahora en donde diversas potencias se

disputan esta hegemona mundial.

,rguedas atreves de su agona 8 agona que era constante al no poder

escribir cada captulo de su novela ultima) &ntonces a!oni$aba porque

no poda escribir el se!undo captulo; ahora se trata del tercero&9 nos

devela la nuestra" que como hijos del mal llamado Bn de la historia

noventero nos /ue obnubilada" oculta o reprimida" repiti@ndonos unos a

otros la misma mentira del progreso econ$mico que jam;s llego" del

cambio democr;tico que en nada cambio la situaci$n concreta de a los

que nos repetan : repetamos : desde una c3spide elitista lejana"

con sonidos de voces que no reconocamos no reconocemos como

nuestras" que no estaba bien estar angustiados o preguntarnos por qu@

nos sentamos as" raros" insatis/echos" con esa sensaci$n de que todo

va mal. F ahora son esas mismas letanas hechas voces las 3nicas que

siguen encumbradas en un estado de per/ecto bienestar. Gijos de la

transici$n 8o de la traici$n9" nosotros queremos escuchar a nuestros

abuelos literarios" a esos que vivieron un permanente llanto que

gracias a ello : a su bella rabia : /ueron demiurgos de ese otro lugar

que ellos construeron que ahora quiere ser una vez m;s acallado.

,rguedas" cumulo de /uerzas" heredero heredad" ,rguedas al darte

vida atreves de tu voz" nos diste vida" nos diste voz a nosotros tambi@n)

s/lo escriba al!o cuando estaba decidido a quitarme la vida de puro

intil y deteriorado.

Escritura que tambi@n denuncia lo invivible de esta /ragmentaci$n social

que describe la situaci$n de despojo menos valor en que est;

sumergido en este caso el indio serrano)


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As es ahora


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