pulsaciones. periodismo de opinión de 1950-2013

8/18/2019 Pulsaciones. Periodismo de opinión de 1950-2013

1/271


2/271


3/271

PERIODISMO DE OPINIÓN DE 1950-2013 1


4/271

R ADHAMÉS GÓMEZ PEPÍN, PULSACIONES2


5/271



6/271



7/271


Periodismo de opinión de 1950-2013

Radhamés Gómez Pepín

Pulsaciones


8/271



9/271


Periodismo de opinión de 1950-2013

Santo Domingo, República Dominicana,

2014

EDICIÓN

José Rafael Sosa

Radhamés Gómez Pepín

Pulsaciones


10/271


RADHAMÉS GÓMEZ PEPÍN, PULSACIONESPeriodismo de opinión 1950-20132014

Esta publicación, sin valor comercial, es un producto cultural del Banco de Reservas dela República Dominicana.

COMITÉ DE EVALUACIÓN Y SELECCIÓN

ORIÓN MEJÍA, Director General de Relaciones Públicas, Coordinador

JUAN SALVADOR TAVÁREZ DELGADO, Director de Relaciones Públicas, Miembro

JUAN FREDDY ARMANDO, Gerente de Cultura, Miembro

OSCAR PEÑA JIMÉNEZ , Gerente de Prensa, Miembro

JOAQUÍN E. ORTIZ PIMENTEL, Encargado Administrativo, Miembro

EDICIÓN: José Rafael Sosa

ASISTENTES DE EDICIÓN:Grimilda de Portes, Radhamés Gómez Sánchez y Wendy Selmo

DISEÑO DE PORTADA, DIAGRAMACIÓN Y CURADURÍA DE LOS TEXTOS:Amado Santana

FUENTES:.Centro de Documentación de El Nacional, Hoy y El DíaGrecia Batista –Encargada–, Cynthia Mora Heredia y Juana de La Cruz –Auxiliares–.Archivos del Periódico La Información.Archivos del Periódico El Caribe.Archivo personal de Radhamés Gómez Pepín

ESCANEO DE COLUMNAS: José Radhamés Castro y Abimael Antonio CamachoProcesamiento Digital de Imágenes de El Nacional

FOTO DE R ADHAMÉS GÓMEZ PEPÍN:Guillermo Burgos

DIBUJO DE R ADHAMÉS GÓMEZ PEPÍN:Cristian Hernández

ARCHIVO FOTOGRÁFICO COMPILADO POR :Cornelia Torres de Gómez

ISBN: 978-9945-00-966-8

IMPRESIÓN: Amigo del Hogar

Impreso en República Dominicana


11/271


Banco de Reservas

de la República Dominicana

Lic. Enrique A. Ramírez PaniaguaADMINISTRADOR GENERAL

CONSEJO DE DIRECTORES

Lic. Simón Lizardo Mézquita

Ministro de HaciendaPRESIDENTE EX OFICIO

Lic. Mícalo E. BermúdezMIEMBRO

VICEPRESIDENTE

Lic. Edita A. Castillo Martínez

SECRETARIA GENERAL

VOCALESSr. Luis Ml. Bonetti Mesa

Lic. Domingo Dauhajre SelmanLic. Luis A. Encarnación Pimentel

Ing. Manuel Enrique Tavárez MirabalLic. Luis Mejía Oviedo

Lic. Mariano Mella

SUPLENTES DE VOCALESSr. Manuel Agustín Singer Verdeja

Lic. Héctor Herrera CabralIng. Ramón de la Rocha Pimentel

Dr. Julio E. Báez BáezLic. Estela Fernández de Abreu

Lic. Ada N. Wiscovitch C.


12/271



13/271


Contenido

Presentación............................................................................................ 15ENRIQUE R AMÍREZ PANIAGUAADMINISTRADOR GENERAL DEL BANCO DE R ESERVAS

Las Pulsaciones de Radhamés ................................................................ 17

JUAN JOSÉ A YUSO

Radhamés es Radhamés......................................................................... 21 JOSÉ LUIS CORRIPIO ESTRADA

Un maestro del periodismo dominicano ............................................ 23

OSVALDO SANTANA

Radhamés, un alma buena .................................................................... 25

JOSÉ R AFAEL SOSA

No creo merecer… ................................................................................. 27R ADHAMÉS VIRGILIO GÓMEZ PEPÍN

PULSACIONES

Así comencé a escribir ............................................................................ 31Columnas excepcionales ......................................................................... 51Del orden público ................................................................................... 77

De política, políticos y personalidades ................................................ 109


14/271


De periódicos y periodistas .................................................................. 153De lo internacional ................................................................................ 183De lo electoral y la inmigración ........................................................... 203

De mi familia ......................................................................................... 221

Epílogo ................................................................................................... 235BIENVENIDO ÁLVAREZ VEGA

A los nuevos periodistas de RD. .......................................................... 239

Biografía ................................................................................................. 241

El hombre en imágenes ......................................................................... 245


15/271


1947. Radhamés Gómez Pepín con uniformede piloto de práctica, Fuerza Aérea Dominicana.


16/271



17/271


PresentaciónENRIQUE R AMÍREZ PANIAGUAAdministrador General del Banco de Reservas

L a misión del periodista no

es sólo ofrecer información veraz a sus lectores, sino la creación de opi-niones certeras y bien fundamentadas, dejando en sus conciencias ideasnuevas, interpretaciones equilibradas y objetivas sobre la realidad en susdiferentes vertientes.

De igual manera, reflejar las actuaciones y opiniones de los hombresy mujeres de una sociedad en el contexto político, histórico, cultural o de

cualquier otra naturaleza en que desenvuelven sus actividades, pensandosiempre en el bien común y en los mejores intereses de la sociedad.Es, en esencia, un testigo de su época. Un hombre y una mujer dota-

dos con el poder más extraordinario que existe: la palabra humana y ladifusión de las ideas, fundamento esencial de la democracia y de la convi-vencia civilizada, que en muchas ocasiones emerge al ejercer la críticaconstructiva de hechos y pareceres, como la manifestación más auténticadel sentir de un pueblo.

El Banco de Reservas, como un verdadero y legítimo patrimonio dela República Dominicana, siempre ha valorado la misión de nuestrosmedios informativos y de sus más destacados protagonistas, y su positivacontribución al desarrollo de nuestro país en todos los órdenes.

En tal sentido, al auspiciar la publicación de esta obra que incluye latrayectoria y producción periodística de uno de nuestros más destacadoscomunicadores, un maestro indiscutible, Radhamés Gómez Pepín, ejer-

cida durante un período muy significativo de nuestra historia moderna,


18/271


ofrecemos un claro ejemplo del apoyo y reconocimiento que siemprehemos dispensado a la prensa en nuestro país.

Su dilatada y exitosa carrera profesional, que abarca todas las facetas

del periodismo en diferentes medios radiales y televisivos, desde repor-tero, columnista, jefe de redacción, subdirector y finalmente director delperiódico vespertino El Nacional , la ha asumido con una vocación a todaprueba.

Su labor constituye un digno ejemplo de que cuando el trabajo y eltalento se aúnan, pueden alcanzar grandes logros, como los obtenidospor este testigo de excepción de los acontecimientos más relevantes de

nuestra historia, en los últimos 60 años, que se ha distinguido por enar-bolar los sagrados principios de la libre expresión del pensamiento.


19/271


Las Pulsaciones de Radhamés JUAN JOSÉ A YUSO

Sesenta años atrás y con todala ilusión del mundo, Radhamés Gómez Pepín caminó hacia su primera

redacción, en La Información, diario de Santiago. Faltaba toda la libertadde prensa en ejercicio. Imperaba la tiranía de Trujillo y era “contra laseguridad del Estado” soñar siquiera con la palabra libertad. Cuando pasóa la redacción de El Caribe, en Santo Domingo, comprobó que era igual,o peor.

La circunstancia lo convirtió en un agente clandestino de la luchapor la libertad de prensa y, en general, por las libertades públicas.

A contar del ajusticiamiento del tirano el 30 de mayo de 1961, Ra-dhamés desembozó sus aspiraciones y propósitos, y se convirtió en elperiodista que quería ser. Se consagró a la lucha por la libertad, la deprensa y todas las demás.

Desde entonces, cada mañana y vaya a la redacción a la que le toque,lleva sus herramientas y materiales para construir lo que la jornada del díadetermine como su cuota diaria de lucha por la libertad.

Las Pulsaciones de Radhamés, que debieron nacer y desarrollarsedesde 1961, adoptaron la filosofía de decir siempre algo más de lo que “sepodía” o permitía, según fueran las circunstancias políticas del momen-to, la mentalidad de los dueños del periódico del que se tratara, que lamentalidad de la tiranía de Trujillo que no terminaba de concluir, comono termina hoy.

Igual que el albañil de José Martí, este periodista se encuentra cadanoche salpicado por los materiales de su construcción, pero lo compensa

porque ve que ha avanzado el edificio de la libertad de prensa y el resto de


20/271


1 De la Revista Ahora, madre de El Nacional , habían sido asesinados a fines de abrilde 1965: Diógenes Ortiz Cassó y Juan (Papito) Arias Contreras. Corrían los díasiniciales de la Revolución Constitucionalista y Guerra Patria del 24 de ese mes. Aprincipios de octubre del mismo año, las fuerzas militares norteamericanas y desus aliados criollos hicieron volar las instalaciones de la Revista. Sobre esas ruinas,el director Rafael Molina Morillo y un grupo de periodistas se prometieron fundar

el vespertino.

las libertades públicas. Y comprueba que, como lo hace el albañil, vale lapena mancharse la ropa en el trabajo de construir.

Cuando junto a Freddy Gatón Arce y otros periodistas participó en

la fundación de El Nacional , fue de los que escuchó al primer director delvespertino decir que había empezado a correr los últimos 100 metros dela carrera de su vida y que nadie lo haría torcer la dirección ni abandonar-la. Para esos días empezaba también el despotismo neotrujillista de JoaquínBalaguer, a quien por fuerza debió enfrentar el periódico para que el paíspudiera conservar el ejercicio de la libertad de prensa y el de las demáslibertades públicas.1

Varios cayeron en el trayecto que siguió, pero los periodistas y otrosciudadanos mantuvieron las libertades y la democracia como fundamen-tos propuestos de vida y gobierno.

Radhamés participó como el que más en el El Nacional , junto aFreddy y los demás del grupo, y creció y se fortaleció en los principioscomo lo hacía la libertad de prensa a cuya construcción estaban todosconsagrados sin mirar atrás o a los lados.

Las Pulsaciones fueron una de las herramientas de ese trabajo, aun-que, periodista por los cuatro costados, también hacía una labor invaluableen cuando al planeamiento, búsqueda y redacción objetivos e indepen-dientes de las noticias, su gran pasión como profesional.

Hoy, como director de El Nacional , Radhamés mantiene sus Pulsa-ciones, que publica cada vez que necesita que otros escuchen y que escucheél mismo el palpitar libertario de su conciencia.

Ignoro cuántos de sus compañeros decidirían que, como amigo y com-

padre de Radhamés Gómez Pepín, escribiera estas palabras a orillas de laprimera edición de esta selección de su columna. Por eso no sé a cuántos,


21/271


salvo al que me lo comunicó por teléfono, debo agradecer la oportunidadde recordar junto a Radhamés, acciones que lo honran y que, al permitír-seme honrarlo, me honran de pasada.

Los estudiantes de periodismo tienen en este volumen una excelentelección de lo que es la investigación e interpretación periodísticas de opi-nión dedicadas a la lucha por la libertad, la de prensa y todas las demás.


22/271



23/271


Radhamés es Radhamés JOSÉ LUIS CORRIPIO ESTRADA

E n mi trayectoria comoempresario de la comunicación, me ha tocado la suerte de tratar a per-

sonalidades periodísticas tan formadas en su oficio, tan singulares ensu forma de ser y tan firmes en sus principios, que me puedo conside-rar afortunado por contar entre mis conocidos, a miembros estelaresdel periodismo dominicano.

De entre esas personalidades, resalta la de Radhámes Gómez Pepínpor su amor por Santiago, su actitud crítica contra abusos y desmanes,vengan de donde vengan, su afinado olfato periodístico para descubrir

noticia donde pocos pueden soñar que existe un filón a explotar en losmedios.Del trabajo de Radhamés como director no tengo más que el reco-

nocimiento a un hombre que se ha desempeñado con criterio profesionaly sentido humano.

Desde las páginas de El Nacional , abraza causas que sólo él podríahacerlo, dando vocería a sectores ignorados, marginados o segregadosinjustamente.

Su columna Pulsaciones, que ha tenido residencia en El Nacional porel mayor tiempo que conozca el diarismo nacional, es un reflejo de laactitud firme de un comunicador que no se ha limitado a transmitir con-tenidos. Su redacción, marcada por la recia personalidad irreductible deeste hombre, es un ejemplo a las nuevas generaciones acerca de cómoescribir subjetivamente.

La publicación de este libro que compila una parte de sus trabajos de

opinión, es un motivo de alegría para el Grupo de Comunicaciones que


24/271


presido y para el colectivo nacional. Se deja constancia de la labor perso-nal de un ser que no vino al mundo para tener la comodidad de una piedra.Agradezco al Banco de Reservas, la iniciativa de publicarlo como aporte

a la cultura comunicacional dominicana, proyecto al cual nos sumamoscon orgullo como homenaje a lo impagable que ha sido su aporte.


25/271


Un maestro del periodismo dominicanoOSVALDO S ANTANA

L a columna Pulsaciones deRadhamés Gómez comenzó a aparecer en El Caribe, que ahora dirijo,

cuando no soñaba con ser periodista. Y como nació en ese diario, loseditores de este libro, me han planteado escriba algunas palabras con oca-sión de la edición de este libro que recoge parte de las mismas.

Como era de esperarse, le dije que no me parecía que debía escribirporque si bien estoy hoy en El Caribe es por pura carambola, pues obvia-mente, no soy parte de la historia que había vivido o protagonizado elautor de Pulsaciones. De modo que la desesperanza empezó a abrumar a

Sosa cuando le hice el comentario.Hasta que se me ocurrió comentarle que de todas formas para mí cons-tituía un inmenso placer que se pensara en el periódico, y que no me parecíaprudente hablar de aquellas Pulsaciones, sí podía hacerlo del Radhamés quehabía conocido, porque tuve la dicha de trabajar bajo su dirección.

La década del 70, ya doblaba la mitad, cuando perdí mi primer em-pleo como periodista profesional, en Noticiario Popular , por lasintolerancias de la época. Me estaba siendo muy difícil conseguir un tra-bajo, hasta que mi inolvidable amigo José Labourt, que trabajaba en El Sol ,me habló de la posibilidad de presentarme a su jefe, que era Radhamés.

Yo había salido de Noticiario Popular con la fama de que estaba a laizquierda de los izquierdistas del medio, y no dejaba de ser motivo depreocupación, y así se lo comenté a Labourt, quien me dijo que me desen-tendiera de eso.

Cuando llegué a la Redacción de El Sol , Radhamés, que era el direc-

tor, me recibió muy a su manera. Y me lanzó un fogonazo: “¿Me dicen


26/271


que tú dizque eres medio comunista?”. La verdad que me dejó sin pala-bras y no atiné más que a brindarle una sonrisa, y volver el rostro haciaLabourt, que me apadrinaba. No pasaron 30 segundos, que para mí fue-

ron una eternidad, cuando entonces me dijo:—No hombre… Así es que yo los prefiero, medio comunistas. Y todo el mundo estalló en risas. Todavía el país era gobernado por

Joaquín Balaguer, en los doce años, en la búsqueda de la reelección de1978…

Lo que quedó en el ambiente, de lo que este hombre hablaba era dela tolerancia. De su tolerancia y de su apertura. Y de su fe en los hombres

que creían en algunos principios y se movían por algunas causas.Desde entonces lo he valorado igual. Por su entereza. Por su calidad

humana, por su sencillez. Nunca voy a olvidar, que unos días después,cuando me encomendó un trabajo, que para mí era un “análisis” o una“perspectiva” de esas que yo empecé a escribir muy temprano, siendomuy nuevo en el periodismo, después de entregarle las cuartillas y leerlos primeros párrafos, golpeó el escritorio con fuerza y gritó, en plena

Redacción:—¡Coño! ¡Eso es! ¡Eso era lo que yo quería! ¡Has dado en el clavo…!Mis días con Radhamés no duraron mucho. Pocos y adorables, por-

que cuando ya nos sentíamos como pejes del mismo charco, una mañanacualquiera nos dijo, como si nada estuviese pasando, que se iría del diario…

Pero ese tiempo que compartí con él fue suficiente para conocerlo,quererlo y valorarlo para toda la vida, como un gran periodista, como unser auténtico, como un maestro del periodismo dominicano.


27/271


Radhamés, un alma buena JOSÉ R AFAEL SOSA

Cómo es el Radhamés Gó-mez Pepín, el compañero de trabajo? ¿De qué material está formado ese

temperamento? ¿Es necesariamente y siempre, inaguantable, grosero,hipercrítico? ¿De dónde saca la memoria que tiene y que le auxilia recor-dando cada detalle del trasfondo no visible de cada tema que se le trata?

¿Por qué la suya es una de las pocas puertas de un director de perió-dico que siempre están abiertas y a la que se puede acceder libremente,siempre que no haya una visita “del mundo”? ¿De dónde saca la perspec-tiva que descubre el aspecto “que nadie estaba viendo” de las propuestas

de temas y conceptos a ser publicados?¿Por qué se mete en barahúnda de opinión e información en las que

solo él incursionaría, dando vocería pública y validez social a sectoresnormalmente estigmatizados o marginados, como es el caso de los “gais”,como prefiere que se escriba, castellanizando el término?

¿Por qué no ha habido circunstancia que le impida ser el primero enllegar, todavía de madrugada, a la redacción de El Nacional , a tomar elpulso noticioso nacional e internacional, revisar cada portal informativode internet, ver la edición impresa de los medios nacionales, comenzar arecibir información privilegiada y primicias?

Radhamés Gómez Pepín, tras la coraza escrutadora, tras el escudonecesario, cuestionador y necio (muchos consideran, no sin razón, quehasta grosero), que levanta a miles de propuestas, aparentemente infor-mativas o de opinión, que le llegan a sus manos para ser publicadas en laspáginas de El Nacional , allá en sus esencias humanas, es un alma buena de

esas con que Dios premia a la humanidad.

¿


28/271


Una perspectiva poco conocida de este hombre es la del Compañe-ro (con mayúscula) de trabajo. Se trata de un hombre tierno, rico en eldespliegue de detalles en su trato, solidario al punto de (por mucho tiem-

po) ser el banco de emergencia para casos inesperados de sus periodistasy personal de apoyo. ¡Qué hermoso y oportuno el gesto pausado y lim-pio, de sus manos cuando saca la cartera, y saca esos dos mil pesos pararesolver una situación de emergencia. Eso sí… cójale prestado al señorde las tinieblas y no a Radhamés, si su plan es no pagarle. Es un cuchillocuando se da cuenta que intentaron burlarlo con un amaraco de irrespon-sabilidad a la deuda contraída. Le sale todo el barrio joyero por los poros

y no hay quien aguante esa boca.Trabajar con él es el disfrute de una escuela y leyenda viva del perio-

dismo dominicano. Una dimensión informativa y ética de las enseñanzasque nunca habrá de encontrarse en un libro de periodismo, por modernoo antiguo que este sea, y que debería escribir él.

Radhamés, en el fondo, es un alma buena de Dios. Un suspiro hu-mano que estimula cada día a construir un mejor periodismo, un amantede la buena poesía, de la música que vale, esa que impone su calidad ins-crita en los cánones de lo que no perece con la vuelta de la moda, sin dejarde atender, incluso con una fruición hasta desesperante, por un tal “Peli-to de coco”, que nos hizo escuchar desde su celular un poco más de loaconsejable.

En suma, la cara y la imagen del compañero de trabajo de Radhamés,una vez que se le ha perdido el miedo a sus andanadas, cuando se sabedominar su temperamento inaguantable para el común de los mortales,

es la de un hombre responsable de cada palabra escrita por él o publicadaen su medio.


29/271


No creo merecer…R ADHAMÉS VIRGILIO GÓMEZ PEPÍN

De ser por mí, este libro no

estaría, señor lector, en sus manos. No me propuse su publicación, ni meconsidero escritor de nada. He trabajado periodismo por dos razones:porque me gusta y porque me pagan. Es un privilegio que sea así.

Cualquier otra consideración referida a que es un magisterio, un ofi-cio sublime, un acto de ejercer justicia desde el eufemismo llamado “elCuarto Poder”, sería eso: espejismo, una fantasía, una irrealidad.

Durante varios años me resistí a la idea de que se me consideraran

mis artículos o mi persona como objeto de un producto editorial. Sólo lainsistencia, necia a mi modo de ver, de quienes me pedían que autorizaraestos contenidos a fin de que tomaran forma de libro y que me ha venci-do por cansancio, hace posible esta publicación.

Pulsaciones me permitía opinar del movimiento social coyuntural dela comunidad dominicana e internacional, por lo que me parecía absurdodarle la permanencia que lo editorial confiere.

Si a alguien le agrada alguna de estas columnas, será solo un senti-miento de su parecer y aprecio. Agradezco en primer lugar a CorneliaMargarita Torres de Gómez, mi esposa, quien aceptó desde el primermomento, el papel de apoyo al proyecto, suministrando al equipo edi-tor, toda la documentación e información solicitada. A mis hijosRadhamés y Ramón Gómez Sánchez, quienes auxiliaron y estimularonel propósito editorial. A Amado Santana, quien corrió con el diseño ydigitalización de todo el material y a José Rafael Sosa, gestor de la idea

y editor.


30/271


Gracias especiales a la administración del Banco de Reservas que tanamablemente, y ya, por segunda vez, auspicia una publicación vinculada alo que he sido como periodista, y al Sr. José Luis Corripio Estrada, quien

me ha permitido trabajar en la dirección de El Nacional con las condicio-nes que requiere un tipo tan exigente y difícil como las que ha demandadoquien escribe esta nota. Le agradezco, particularmente, por dejarme serun director responsable de sus contenidos y mantenerse como un lectormás, sin emplear su condición de propietario del medio para que se varíela orientación que nos ha llevado a ser El Nacional , La Voz de Todos.


31/271



32/271



33/271


Así comencé a escribir

Todo inicio en lo que sea, tiene unmatiz de desafío y drama cotidiano.

Comenzar a escribir noticias, peque-

ños reportajes, una que otra crónica,cuando me lo permitían las circuns-

tancias casi siempre encauzadas por

la inflexible agenda a cubrir, era un

descanso. Ver mi primera noticia pu-

blicada y a pesar de tener un padre

periodista, me produjo una sensa-

ción indescriptible. Escribir es la úni-

ca forma de aprender a hacerlo y dehacerlo bien. Al comienzo me equi-

voqué mucho. Y, por tanto, apren-

día más para las muchas cuartillas

en blanco que ya esperaban su “día

siguiente”. Nunca teman comenzar.

Negarse a saborear el gusto de ese

desafío será como ir a la playa sin

las condiciones de darte un baño.


34/271



35/271


Se está conmemorando hoy los

140 años del nacimiento de Juan Pa-blo Duarte, y si esplendente tuvoque ser ese grandioso día de 1813por su futura significación para lahistoria dominicana, porque juntoa nuestro sol comenzaba a brillar elsol imponderable que nos debía dedar la libertad, lluvioso y gris fue sinduda aquel otro día –sesenta y tresaños más tarde– en que, desterradoy solo, moría el ilustre patricio enCaracas, capital de la hermana Re-pública de Venezuela.

La vida de Duarte fue todaconsagración a los altos ideales in-dependentistas, lo que le impidió

seguir la carrera de comerciante quesus padres querían para él. Los co-nocimientos que adquirió en sus via-jes –principalmente en uno que hizoa Europa– fueron ampliamente cap-tados por su intelecto y desde en-tonces se puso a trabajar en la granobra que habría de inmortalizarle en

la historia y en la conciencia de

hombres libres. Precisamente deesos viajes surgieron los motivosque le indujeron a fundar en 1838,junto con un grupo de amigos ena-morados del mismo ideal redento-rista, la sociedad patriótica LaTrinitaria, dispuestos a rescatar alpaís que marchaba irremisiblemen-te hacia el abismo del caos total.

Cualquiera idea supone un prin-cipio de acción, sobre todo cuando laasisten derechos tan supra humanoscomo es el de libertar una nación,por eso Duarte, sin dar tiempo a quesu decisión libertaria, perdiera en-tusiasmo en el correr de los días,pone manos a la obra y desde elmomento mismo en que se pronun-cia el Juramento de los Trinitarios,ya su figura se agiganta y en los cie-los de América, surge, con estruen-do de trompetas celestiales, unnuevo predestinado, otro héroe dela libertad en el bello continentecolombino. Pero el destino fue

muy cruel para con Duarte, porque

Lunes 26 de enero de 1953 La Información, Santiago.

Natalicio de Juan Pablo Duarte


36/271


además de depararle varios destie-rros y que fuera tildado de traidor poralgunos de sus compatriotas –a él, que

hasta sus bienes materiales ofrendóen aras de su ideal– pone otra gota dehiel en su existencia, quizás la másamarga, al mantenerle alejado de suPatria, precisamente cuando ésta que-daba incorporada al consorcio de lasnaciones libres del mundo, a base dedecisión y heroísmo.

Duarte no estaba presente cuan-do el trabucazo de Mella hizo des-pertar conciencias; ni cuando Sánchezenarboló nuestro Pabellón Tricoloren La Puerta del Conde, pero de se-guro que su espíritu alentaba en cadauno de esos inmortales patricios quellevaron a la realidad lo que para élhabía sido su sueño de sueños.

De ahí que, una vez lograda laIndependencia, todos piensen enDuarte, que está desterrado en Cu-razao y cuando arriba al puerto de lacapital, el 15 de marzo de 1844, la re-cepción que se le tributó sirvió parasignificar con cuánta ansiedad y re-gocijo se le esperaba para que partici-

para, él con más razón que nadie, delnuevo aire que se respiraba y por esoel saludo no pudo ser más emotivo:“Salve Padre de la Patria”, tus virtu-des son dignas de los tiempos de Es-parta”. Allí estaban congregados los

buenos dominicanos, los que habíansido fieles seguidores de Duarte yconsecuencialmente sabían de sus

desvelos y cuando le llaman Padre dela Patria, nadie mejor que ellos paraconferirle tan dignificador título.Pero la insidia acechaba y luego decrueles calumnias y persecuciones,Duarte es desterrado por Pedro San-tana, junto con Sánchez y Mella, paranunca más volver al terruño por el quetanto luchó y del que le habían ofre-cido la Presidencia –honor al que re-nunció– sino después de habermuerto y colocado su nombre al ladode los inmortales de la historia.

Hoy sus restos –respetados yvenerados– descansan junto a los deFrancisco del Rosario Sánchez y Ma-tías Ramón Mella en el Baluarte 27

de Febrero (Puerta del Conde), dis-frutando de la paz que merecen. Suideal se ha cumplido: ya en la Repú-blica Dominicana no hay guerras dehermanos contra hermanos y el paísatraviesa por una etapa de progresivasuperación, gracias a los esfuerzos delGeneralísimo Dr. Rafael L. Trujillo

Molina, quien compenetrado con lasaspiraciones de Duarte ha forjado unaRepública Dominicana feliz, prósperay apacible, pero dispuesta siempre adefender esos logros cuando las cir-cunstancias así lo exijan.

(Nota: del Editor: La referencia al “Generalísimo” que aparece al final del trabajo era obli-gatoria protocolarmente por parte de todos los medios escritos de la época, por lo que nose puede interpretar como actitud personal de quienes publicaban en los mismos).


37/271


E l Día de las Madres es unade las fiestas de mayor fuerza emoti-va de la humanidad contemporánea.Es testimonio de que la modernacivilización, tan atropellada, tan di-solvente de tradiciones, se mantiene

fiel a las más nobles instancias de lavida.En la maternidad se hace ple-

nitud la mujer, al igual que en la pa-ternidad culmina el destino delhombre. No se trata de la mera con-cepción biológica, ni de la simplecrianza física. La madre es la primor-

dial educadora de los hijos, la trasmi-sora de los saberes, creencias y actitu-des esenciales de la cultura. La madrees el vínculo con el fondo cósmico denuestra existencia al par que nos in-funde lo que es fidelidad, pureza y for-taleza en el reino del espíritu.

Las madres gobiernan el mundo

por manera sutil y como atmosférica,

estableciendo el dulce e inexorableimperio de la femenidad ideal.

Por eso la tierna emoción delDía de las Madres se extiende a to-das las mujeres, que de un modo uotro, tienen el amor de nuestros

corazones.Esposa, novia, hermana, ami-ga, tía y aún las amante tienen en suvertiente más pura y fuerte, una sig-nificación maternal a veces muysutil y otras, avasalladora.

Por eso la celebración de hoyes un desbordamiento de toda nues-

tra capacidad de ternura, de respetoy devoción.

Con clara comprensión delsentido de fecha, el pueblo domi-nicano ha consagrado el Día de lasMadres, a la Excelsa Matrona, Doña

Julia Molina Viuda Trujillo Valdez,dama ilustre que ha dado a la pa-

tria el más insigne y preclaro de sus

Domingo 27 de mayo de 1956 La Información, Santiago.

Día de las madres


38/271


estadistas, el Generalísimo Trujillo,y a gobernante tan distinguido yrecto como lo es el Señor Presiden-

te de la República.En la noble progenitora de la

ilustre Familia Molina, los domini-canos tenemos a un supremo mo-delo de virtudes femeninas, cuyabondad es luz que ilumina plácida-mente nuestras conciencias.

Es con tan clara y dulce advo-cación espiritual que festejamoseste día, con regocijo y satisfacciónprofundos por la concordia y her-mandad que reina en la gran familiadominicana, hoy más que nunca

unida y solidaria bajo la orientaciónde su gran líder.

La prosperidad reinante en la

República ha hecho que este Día delas Madres sea el más animado de to-dos estos años. Durante los últimosdías las calles de tiendas han tenidoextraordinaria animación. Anoche,sábado, la calle de El Conde y la ave-nida Mella tenían un aire navideño ode víspera de Reyes con la gran mul-titud de compradores en búsqueda deobjetos delicados para llevarlos a lareina de su hogar, en tributo de vene-ración. Qué en este bello día reinen lapaz y la dicha en el corazón de todos.

(Nota del Editor: De igual manera que en el artículo anterior, RGP tiene que consignarelogios a la dictadura, por medio de la figura de la madre del tirano, un mecanismo delcual no podía escapar un articulista o reportero del sistema. Clandestinamente, el mismoautor de este trabajo, desarrollaba una labor conspirativa contra la dictadura. Se hanseleccionado estos dos artículos debido a su valor como reflejo de una época de opresióny autoritarismo.)


39/271


¿Estamos locos? ¿Vamos adesandar lo andado? ¿Estamos des-pilfarrando lo que tan costosamen-te hemos ganado? Si seguimoscomo hasta ahora, la Patria aumen-tará su llanto, y se avergonzará de

sus hijos.Robos, saqueos, asaltos y crí-

menes de toda índole caracterizanla etapa histórica posterior a aque-lla época en que acontecían sucesossimilares, y que se creía ya definiti-vamente superada.

Podría decirse que sólo mate-

rialmente se fueron los Trujillo,pero que espiritualmente –si es queesa gente tenía espíritu– todavía es-tán rigiendo los destinos del país.

Una crisis sucede a otra. Enveces a causa de un desacierto gu-bernamental, otras por egoísmopartidista o de grupo. Y el tiempo

pasa. Nadie mira hacia el futuro. Todo

es introspectivo. Tumultos en Santia-go; tumultos en Santo Domingo. Deseguro hay otros en gestación. Losmotivos no justifican las proporcio-nes de tales acontecimientos, queson aprovechados anti dominicanos

que rondan como fieras, en acechodel zarpazo que los salvaría a ellosy que hundiría al pueblo.

¿El Consejo de Estado no sa-tisface, con sus actuaciones? Voy aestar de acuerdo con quienes piensenasí. Pero al Consejo sólo le quedan sie-te meses de Gobierno y –en último

extremo– es el menor de los malesque podríamos soportar.

Porque –no hay quien lo dude–un cambio de Gobierno a estas al-turas, sería un riesgo terrible parala democracia dominicana. ¿O esque nuestra ceguera es tan grave queya olvidamos lo que significa una

dictadura?

Lunes 7 de mayo de 1962 El Caribe

La Patria llora


40/271


A todo esto, los partidos polí-ticos mantienen un silencio que yointerpreto de irresponsable, por no

decir cobarde.Esporádicas y muy discretas

manifestaciones de crítica a los gra-ves desórdenes del país, es todocuanto han hecho. Y esto, no enexposiciones concretas de sus diri-gentes, sino al través de programaspor la radio.

Esa ha sido su posición hastaahora. Y la Patria sigue hundiéndose.Continúa llorando.

¿Dónde está el valor, la firme-za de aquellos comunicados contrala dictadura? No aparecen por nin-gún lado. Y voy a decir por qué:porque los partidos políticos temen

dar ese paso lleno de valentía, pueserróneamente consideran que po-dría costarles votos en diciembre,si es que en diciembre habrá votos.

Creen que defender la tranqui-lidad nacional sería defender alConsejo de Estado, que parece ha-berse convertido en el enemigo pú-blico número uno, en la RepúblicaDominicana.

Y no vengan a hablar de Poli-cía, ni de Ejército, porque aquí elque manda es el pueblo. Ya lo ha

demostrado. Pero si el pueblo se ve des-amparado por quienes pretendenser sus líderes, entonces de ese pue-blo, se apoderarán los anti domini-canos. Eso es lo que debemos deevitar a cualquier costo.

Ya sabemos que es preferiblemorir a vivir esclavizados. Enton-

ces, ¡vamos a morir con dignidad!Pero estoy seguro de que el puebloentero moriría al lado de quien sal-ga en su defensa. Lástima que nadiequiera realizar el sacrificio.

Si esto sucede, cuando los antidominicanos vengan a aprovechar-se del botín encontrarán sepulcros,

pero sepulcros de verdaderos pa-triotas, que no permitieron viola-ciones a sus derechos.

Hay que tener eso presentesobre cualquier interés personal ode partido, y afrontar lo que se pre-sente. Porque si triunfamos, y esdifícil que no ocurra así, la Patriano se hundirá. La Patria dejará dellorar...

(Nota del editor: Este trabajo, escrito en mayo de 1962, durante el Consejo de Estadoy meses antes de la elección de Juan Bosch, retrata la mentalidad democrática y firmedel RGP, escribiendo ya en relativa libertad de pensamiento y expresión)


41/271


¿Quedan trujillistas en lasFuerzas Armadas? El frustrado in-tento de enviar los caballos a RamfisTrujillo es la última y más escanda-losa de las pruebas. Esto tiene queaclararse y ojalá que no se intente

el envío utilizando otros medios.Además, todos creíamos que ya esaspropiedades estaban confiscadas.Parece que no es así.

—o0o—

El licenciado Héctor Barón

Goico –defensor de los acusados deasesinar a las hermanas Mirabal y aRufino de la Cruz– está sentandocátedras de honradez profesional.Aunque algunos insensatos lo ame-nacen o insulten, la realidad es queestá cumpliendo con su deber yponiendo bien en alto a la justicia

dominicana.

—o0o—

Claro que en tiempos de la dic-tadura era totalmente imposible quelos enemigos de Trujillo tuvieran laoportunidad que ahora se les ofre-

ce a los acusados. Pero quedamosen que esa etapa ya está superada yque tememos ansias de mejorar. ¡Sigaasí, licenciado! Tenga la seguridad deque sus esfuerzos serán inútiles, peroasegure también que su actitud estásentando un loable precedente en lajudicatura dominicana.

—o0o—

Estados Unidos han devueltola ciudadanía a (Félix) BenítezRexach. Eso ocurre a los pocos díasdel Estado dominicano haber con-fiscado los bienes que tiene el

discutido ingeniero en este país.

30 de junio de 1962, El Caribe.


42/271


¡Qué hay detrás de esto? ¿Otra ame-naza o un intento de coacción?

—o0o—

Los inspectores de Salud Pú-blica están en el deber de inspeccio-nar las condiciones higiénicas de loscafés y restaurantes de la ciudad.Esto es un escándalo. Los propie-tarios –chinos en su inmensa ma-yoría– sólo se ocupan de acumularganancias a costa del pueblo. El res-to les importa un bledo.

—o0o—

Lamentable, muy lamentable,

el incidente entre el director de La Nación y Bocico Bonetti. ¿Quiénes él encargado de despistolizar elpaís? Primero fue el arsenal de Fia-llo, ahora éste. Y vendrán más.

—o0o—

Aclaro. Según parece, no fue

en el programa Baluarte Cívico sinoen Atalaya Cívica donde criticaronal administrador de la ChocolateraIndustrial. La información acerca dela protesta; y la identificación delprograma, la dio el corresponsal deeste periódico en Puerto Plata.

—o0o—

El descargo, hace varias sema-nas, del grupo de personas acusadasde celebrar juegos de azar no fue“dizque porque los sometimientospoliciales, estaban plagados de vi-

cios”, sino porque fue así. Cualquierperiodista hubiera podido comprobaresto, con sólo ir al juzgado de paz don-de se ventiló el asunto y leer el acta desometimiento hecha por la Policía.

(Nota del Editor: RGP logró que El Caribe le diera acceso a comentar las noticias bajosu firma y en oportunidades no tocaba un tema sino varios. Como puede verse, suactitud era notablemente inclinada al ejercicio de la democracia y contra el Trujillismoque pervivía en muchas esferas de la vida nacional. Fue el único opinante que salió endefensa del abogado que defendía a los matadores de las Hermanas Mirabal, al conside-rar que ese profesional cumplía con un deber ético).


43/271


Parece que Juan Bosch se hainclinado a aceptar que si las elec-ciones de agosto son aplazadas paraseptiembre u octubre, aquí no seproducirá ninguna bancarrota. Esolo habían previsto otros menos ex-pertos que él en cuestiones de polí-tica. Ahora los partidos deben in-

crementar su campaña para que elpueblo comprenda que, en las ac-tuales circunstancias era imposibleefectuar tales comicios en agosto.

—o0o—

Vivimos de sorpresa en sor-

presa. Hace algo más de un mesen semanario humorístico Lea pu-blicó una carta supuestamente en-viada por Petán Trujillo en la queeste reclama la devolución de laVoz Dominicana y se representa-ba como “un perseguido por ladictadura” de su hermano. Este

chiste se convirtió en realidad, y

así lo informó El Caribe de ayer.

Es el colmo del cinismo. De mo-mento tendremos una carta del“perseguido Ramfis”, alegandoque siempre se vio precisado a re-sidir en el extranjero por temor deque lo llevaran a La 40.

—o0o—

Muy alentadores los nuevosanuncios sobre la construcción devitales obras para Puerto Plata.Ojalá que la tardanza para comen-zarlas sea breve, y se estará cum-pliendo con una comunidad sufri-

da y meritoria.

—o0o—

Ya están vendiendo en la Libre-ría Dominicana el cuaderno de poe-mas de la Leyenda de la muchacha,escrito por Freddy Gatón Arce.

Recomiendo su lectura. Estoy

Mayo,1962, El Caribe.


44/271


plenamente convencido de que gus-tará en Santiago.

—o0o—

El subjefe de la policía me in-terrogo ayer en la mañana acerca delo que publiqué el sábado en esa sec-ción, en torno a algunos accidentesdurante las huelga de los cariberos.No hay que asustarse, pues todoresultó cordial. Tuve oportunidadde confirmar letras por letra cuan-do había escrito, y hasta de ampliarlos conceptos y emitir opiniones demuchas cosas que ocurren en san-tiago, que no debían ser.

—o0o—

La conversación de anoche en-tre Corpito Pérez Cabral, Dato Pa-gán y las casi cuatrocientas perso-nas que llenaron totalmente elAteneo Amantes de Luz, bien po-

dría marcar un precedente para esetipo de reuniones y así se evitaríalos bostezos –que no se produjeron

años durante tres horas y media–que surgen cuando un señor, con unvaso de agua al lodo pasa una horaen un monólogo.

—o0o—

Se hicieron toda clase de pre-guntas, pero quizás de los más in-teresante fue la participación deldoctor Aníbal Campagna para re-batir a Dato Pagán su omisiónacerca del aplastamiento de la re-volución Húngara. Aquí se produ-jo un momento difícil, pero fue

superado democráticamente cuan-do la inmensa mayoría de los asis-tentes comprendió que se tratabade un acto en el cual cada quienpodía emitir sus opiniones libre-mente.


45/271


De primera intención, alcumplirse hoy siete meses del gol-

pe de estado, surge esta pregunta:¿Cuáles fueron más productivospara el país, los siete meses del Go-bierno comunista de Juan Bosch, olos siete del an-ticomunista Triun-virato?

La respuesta a esa pregunta esla que constará en la Historia do-minicana, única encargada de exal-tar o condenar a quienes pretendanentrar en sus páginas.

Los acontecimientos de estosúltimos catorce meses son muyrecientes para hacer un recuentode ellos. Dentro y fuera del país

se tiene ya la conclusión exacta decuáles han sido buenos, y cuálesno.

Lo que sí salta a la vista es queel “anticomunismo” de ciertos po-derosos sectores dominicanos haquedado en ridículo y en lugar decontribuir a elevar el nivel nacional,

lo ha hundido hasta lo indecible.

Estos párrafos bastarían de porsí para comentar la fecha de hoy,tratando de no ser superabundan-tes ni de repetir lo que todos he-mos visto con ojos azorados y es-píritu lleno de indignación.

Sin embargo, no estaría de másrecordarles a los jerarcas del golpis-mo –confesos o encubiertos– que

su acción egoísta ni siquiera a ellosmismos ha beneficiado.Es bueno que esos señores, en

un día como hoy, recapaciten acer-ca del grave daño que han ocasio-nado al país y que traten –si les que-da tiempo– de enmendarlo.

Advertirles que si han obteni-

do beneficios, en cambio contribu-yeron a llevar luto a la familia do-minicana y a sembrar un desasosiegoque no se advertía desde los tiem-pos de Trujillo.

Yo –en primera persona, comoaquel comentado editorial– quierocreer que esas personas nunca pa-

decerán las mismas penas que han

Abril, 1964, El Caribe.


46/271


llevado a otros círculos, porquepienso que el pueblo dominicano esmagnánimo, que sabe encumbrar-

se en los momentos difíciles. Yo quiero creer que el castigo

a esos pontífices del golpismo lesvendrá de su propia conciencia, por-que ¡la tienen!

Yo quiero creer que esta pesa-dilla dominicana será superada y

que todos –buenos y malos– vamosa luchar por la auténtica recupera-ción de un país que tiene el raro pri-

vilegio de estar entre los más des-dichados del Continente.

Podría haber eufemismo entodo esto. Correcto. Pero es preferi-ble emplear eufemismos a estimularodios. Por estimular odios estamosen la situación actual.

Nota del Editor: RGP tenía el valor que se requería para cuestionar políticamente alTriunvirato en tanto era un régimen de facto (impuesto por la fuerza ), enrostrándole suesencia anti-democrática.


47/271


Debe sospecharse que al

propio procurador general de laRepública le resultará muy difícil–más bien imposible– presentarpruebas convincentes para demos-trar, como lo dijo, que el periodis-mo dominicano está en pañales.

Cualquiera pensaría que fue unafrase dicha a la ligera, sin previo,estudio. Porque en este país de losen pañales, hace tiempo que el pe-riodismo está usando pantaloneslargos... sin pinzas.

Fue el periodismo dominicanoel que hizo de conocimiento públi-

co: todo lo que estaba acontecien-do en Palma Sola, cuando ya otrosdebían haber estado enterados.También le correspondió al perio-dismo dominicano trazar las medi-das que debían seguirse para resol-ver el problema; a fin de evitar latragedia que allí ocurrió y como re-

sultado de la cual los periodistas

pudieron contar 42 cadáveres en elllano, sin tiempo, de adentrarse enlas lomas.

El 21 de noviembre último enesta columna se dijo lo siguiente:“En caso de que las autoridadesvayan a interceder en el asunto de

Los Mellizos de Palma Sola, esconveniente reiterar que no pue-de irse con violencias, porque pe-ligrarían cientos de vidas”.

En esa misma publicación sesugirió que debía hacerse algo enPalma Sola, “sin que la soluciónrepresente atropellos o cosa pa-

recida. Entonces se estaría aran-do en el mar”. Esto fue dicho cin-co días después del primerreportaje que publicó El Caribe,con fotografías que decían por sí solas la realidad penosa que pa-decían miles de campesinos de laregión Sur, víctimas de la super-

chería. Sin embargo, en honor a

10 de enero de 1963, El Caribe.


48/271


la verdad, ya anteriormente elsemanario Claridad había denun-ciado el asunto.

Para sorpresa general, el secre-tario de Interior y Policía y el pro-pio procurador general de la Repú-blica afirmaron el 20 de noviembreque los informes que ellos habíanrecibido sobre Palma Sola eran con-tradictorios y que, por tal motivo,las investigaciones se prolongaban.

Todavía no se ha explicado enqué consistían esas contradicciones,porque los informes de prensa y delas autoridades de San Juan de laMaguana y Las Matas de Farfán erancoincidentes. Lo que nunca dijo laprensa dominicana fue que PalmaSola era un nido de trujillistas o de

caliés, porque ningún periodistapudo comprobarlo.

Cuando algo de eso ha sidopublicado es porque las autoridadesasí lo afirmaron, y casi siempre la citase hizo entre comillas. Esta medidade precaución surtió efecto, porqueentre los 42 cadáveres y 673 prisio-

neros no hay un solo calié ni truji-llista confeso, ni convicto.

¿Qué se encontraron inscrip-ciones del Partido Dominicano? Nohay que ir a Palma Sola para encon-trar tarjetas similares, porque en ple-na capital existen quienes la conser-van como “souvenir” o por un

inexplicable sentido de conservación.

Sin embargo, ante un tribunal esano es prueba para demostrar queuna persona sea trujillista.

Tampoco puede decirse queuna mala décima de 28 cuartetas esprueba de que en Palma Sola se es-tuviera fraguando una trama parallevar a la Presidencia a Plinio Ven-tura. Yo conversé con Plinio y él,igual que todos los que le rodea-ban, no reflejaban ningún interés

de poder y sí una ignorancia insos-pechada.

Es posible que la décima nose publicara por no aportar nadanuevo a lo que ya se había dicho.Además, esa décima no era unhimno nacional en Palma Sola,sino más bien algo característico

del campesino dominicano, queescribe décimas sobre cualquiercaso o cosa.

Por otro lado, puede que al-gunos consideren que publicar unalista con 673 nombres de personasdesconocidas es hacer periodismo,y puede que otros opinen que es

periodismo en pañales el desperdi-ciar un espacio de un periódico quepodría utilizarse en algo apropia-do para ser leído. Y decir que esalista serviría para informar la suer-te de los que en ella estaban a susfamiliares, es olvidar que en estepaís se lee muy poco y que es su-

mamente improbable que a Palma


49/271


Sola o sus alrededores lleguenperiódicos, ni ninguna otra clase depublicación.

De modo que olvidemos esode los pañales del periodismo

dominicano, porque no es verdad,y esa verdad, está bien demostradaen más de una ocasión.

(Nota del Editor: En esta columna, RGP tiene uno de sus primeros enfrentamientoscon un funcionario público, en el caso de la especie, el entonces Procurador General dela República, quien la emprendió contra el periodismo dominicano alegando que estaba“en pañales” al cuestionar la forma en que se ofrecieron las informaciones de la masacrede Palma Sola, de la cual su principal reportero nacional fue Gómez Pepín, entoncestrabajando para el diario El Caribe).


50/271



51/271


Hasta a mí me gustaría sa-ber quién dio la orden de fusilar alos guerrilleros de Las Manaclas,puesto que eso tuvo un origen po-lítico y no militar.

La recibió, es cierto, el enton-ces secretario de las Fuerzas Arma-das, mayor general Elby Viñas Ro-mán, pero salió de algún despacho

del Palacio Nacional, ocupado enesa época por los golpistas de sep-tiembre del 63.

El caso es que quien solicita re-velar el o los nombres de quienesimpartieron la drástica orden no soyyo, sino cuatro de los compañerossobrevivientes de los guerrilleros fusi-

lados: Fidelio Despradel, Rafael Reyes(Pitifia), Napoleón Méndez (Pelón) yGermán Arias (Chanchano).

Para hablar claro, no aliento lamenor esperanza de que Viñas Ro-mán vaya a hacer la revelación quese le pide y, de hecho, personas quehan estado cerca de él me dicen que,

incluso, nunca ha vuelto a hablar de

ese tema. Es una decisión militarque todos sabemos cuánto pesan ensu inflexibilidad.

Lo cierto es que el 17 de di-ciembre del 63 hubo una reunión depolíticos en el Palacio Nacional en laque se habría decidido que ManoloTavárez Justo y sus compañeros nodebían salir vivos de Las Manaclas.

En ese entonces yo era redac-tor de El Caribe y hoy puedocalcular que fue el 18 de diciembrecuando recibí la primera de dos llama-das telefónicas del jefe de redacción,Francisco Comarazamy, para queabandonara Las Manaclas y retor-nara a la Capital.

Hacía más de una semana queestaba por allí y, en base a excelen-tes contactos civiles y militares,pude percatarme de que algo degran importancia iba a suceder, lue-go del implacable bombardeo de laaviación.

Le dije a Comarazamy que era

inoportuno que yo saliera de Las

Noviembre , 29, 1964, El Caribe.


52/271


Manaclas, pero él me explicó que setrataba de una orden invariable deldirector, doctor Germán E. Ornes.

Salí para la Capital el día 19 y, dosdías después –21 de diciembre– seprodujo el fusilamiento de los gue-rrilleros sin ningún periodista comotestigo. Horas después los militaresllevaron su fotógrafo.

¿Sabía Ornes lo que iba a su-ceder y quería sacarme de allí parano exponerme a un riesgo que po-día ser mortal? Creo que sí.

El compañero Manuel de Jesús Javier García había escuchado sema-nas antes, una conversación enPalacio en la que dos militares ha-blaban de llevarme el pescuezo

cuando volviera por la zona guerri-llera de Bonao. Javier –mi compadre– le pidió

a Ornes que me enviara a otra partey así lo hizo. Cogí para Las Mana-clas, San José de Las Matas, en donde

el ambiente noticioso era muchísi-mo mejor.

Ornes nunca me habló con

respeto a su decisión de sacarme deLas Manaclas, ni aún cuando le dije–para herirle su amor propio– quecon ella había impedido un paloperiodístico de quién sabe cuálesdimensiones.

Hoy, al enterarme de la reuniónpalaciega del 17 de diciembre, veolas cosas más claras y reafirmo micreencia de que Ornes fue un granperiodista, aunque a veces no enten-diéramos sus decisiones.

Porque no me cabe duda deque Ornes sabía, de segunda mano,lo tratado en la reunión del 17 de

diciembre en Palacio. Lo que igno-raba era cuáles iban a ser losmuertos y no quería que entre ellosestuviera ni siquiera uno de sus pe-riodistas. Aunque fuera el másjodón.

(Nota del Editor: Esta columna es historia patria real dominicana. RGP se preguntabaquien políticamente dio desde el Palacio Nacional, la orden de fusilar en Las Manaclasa los guerrilleros lidereados por Manolo Tavárez, que se había entregados a los efecti-vos miliares, tras su fracaso militar y aislamiento bélico por las tropas del gobierno defacto del Triunvirato. Muestra su sentido del periodismo responsable y expone consi-deraciones sobre la sagacidad y prudencia del doctor Germán Emilio Ornes, quien,enterado de lo que “se movía” procuró evitar que fuera un periodista, el muerto adicionalen la zona de enfrentamientos).


53/271


Columnas excepcionales

Escribir diariamente por exigenciaauto-impuesta, no es fácil. Escribir

a diario no implica en tiempo en que

el Sr. Lector recorre de arriba abajo

las “Pulsaciones” del día. Escribir im-

plica también, enfocar temas o que

me seducen por su singular espec-tacularidad inadvertida a los ojos del

común ciudadano, o que me han

tocado de forma tan aguda o plena

que lo que sale finalmente son giro-

nes de mi piel en forma de párrafos

periodísticos de opinión. En este

aparte, hemos seleccionado algunas

de esas columnas excepcionales.


54/271



55/271


M artincito es la satisfac-

ción de sus padres y la alegría detodo su vecindario. Sus cinco años,los primeros pasados de brazos enbrazos, recibiendo mimos de cuan-to le conocen.

Este año, Martincito, ha co-menzado ha asistir a un colegio, en

el kindergarten del Quisqueya, es elcampeón de la simpatía y el ídolode las monjitas y de sus pequeñoscompañeros.

Los Reyes Magos fueron muyespléndidos con él. Lo merece. Peroen realidad los juguetes de Martin-cito son de todos sus amigos y él es

el primero en tratar de demostrarlo.“Voy a ser policía de tráfico”,no se cansa de repetir a grandes ypequeños, al tiempo que luce en sucintura dos enormes pistolones.

Y así va Martincito, acumulan-do cariños en cada hogar que visita,ampliando el círculo de sus amista-

des, con el poder persuasivo de su

simpatía, y con la inocencia de su

sonrisa. Sin embargo, desde haceunos días Martincito no va al co-legio, ni corretea en las casas delvecindario detrás de la pelota o desu compañerito que hace bandidoen el juego de vaqueros. Martinci-to está enfermo. En su colegio, entodo su vecindario se reza a Diospara que le reestablezca la salud.

Oraciones de niños y grandesdeben estar llegando de continúohasta el trono del Todopoderoso.Inútilmente. Martincito muere lamadrugada de ayer, fulminado porel cáncer que le destrozó su orga-

nismo en pocos días.(Los sabios están muy ocupa-dos en la conquista del espacio y enfabricación de armas mortales paraunir sus inteligencias en busca dealgo que sirva para combatir elcáncer con eficacia).

Otra vez en el colegio y en el

vecindario de Martincito están

Septiembre 1962, El Caribe.


56/271


rezando por él. A sus compañeri-tos se le ha dicho lo de costumbre:se fue al cielo.

Pero los mayores son más in-crédulos y sólo saben que yaMartincito no será “policía de trá-fico”, ni correrá de hogar en hogar

detrás de la pelota o del “pequeñobandido”. Pocas veces, en tan cortotiempo, una persona ha cosechado

tanto afecto. Pero es que Martincitoera el campeón de primera simpatía,y lo será donde quiera que esté…

(Nota de editor: Hay quienes sostiene que es éste el primer trabajo del periodismodominicano de la corriente llamada “de interés humano”. En el RGP que denota susensibilidad frente a un caso de una persona sin renombre alguno, sin titularidad, sinser funcionario, empresario o político, supo expresar sus sentimientos ante la muertedesgarradora por la ferocidad con que el cáncer se llevó la vida de ese niño).


57/271


L ucía Fiordaliza Vicioso Al-

sina, la hermosa niña de 10 años quedebutó anteanoche por el Canal 7, ob-teniendo un éxito más que halagador.

Una hermosa niña de 10 añosde edad que nunca ha estudiadomúsica y cuya primera diversión son

sus muñecas, se ganó anteanoche a

los televidentes de esta capital conlas tres canciones que interpretó ad-mirablemente en el programa Sola-no y sus Amigos, por el Canal 7.

Lucía Fiordaliza Vicioso Alsi-na, quien en el arte a que se ha dedi-cado sólo tiene como experiencia es-

porádicas participaciones en veladas

Luciíta Vicioso, de apenas 10 años, es una firmepromesa del canto31 de agosto de 1960, El Caribe.

Su debut por televisión ha sido de los más exitosos

Fotos Rafael E. Bidó


58/271


del Colegio Quisqueya, confesóque no sabe “ni jota” de música,pero que en igual circunstancia es-

tán otros familiares suyos que can-tan aceptablemente.

Su llegada a la televisión fuepor vía del pianista Rafael Solano,quien parece haberse convertido enel Sol Hurok de la nueva generaciónartística del país.

Solano atendió la recomenda-ción que le hizo la señorita LudgardaCasanova, quien oyó cantar a Lu-ciíta en el salón de belleza de la se-ñora Elvira de Paulino, calle Doc-tor Báez 22.

Los primeros ensayos fueronel sábado último y ya el domingo

Solano la anunciaba en su progra-ma de mediodía como “la revelacióndel año”. Los resultados del lunes

no le hicieron quedar mal.Con una voz preciosísima y

con amplio sentido de la melodíay el compás, Luciíta debutó can-tando Sabor a mí . Con esa solainterpretación, la batalla estabaganada.

La “alternativa” a Luciíta se ladió la sensacional Aida Lucía. En-tre ambas hicieron uno de losprogramas más bien ajustados deRahintel en el último trimestre.

Tras el piano, Solano sonreíaampliamente. Había otro (ilegible).

(Nota del Editor: Esta es una excepcional crónica sobre una entonces infantil artistadel canto: Luchi Vicioso. Una página periodística para la historia del arte popular).


59/271


E n los primeros años de ladécada de los 50, La Voz Domi-nicana contrató al Indio Duarte,un declamador argentino que ha-bía recién triunfado en Cuba yque se escuchaba en la RepúblicaDominicana entera al través de laCMQ.

Desde la una de la tarde co-menzaba el Indio Duarte a declamarsus versos, durante media hora, y alterminar toda la audiencia lloraba.¡Cuánta calidad en los versos y enel declamador!

Al Indio Duarte le escuchédecir numerosas veces, hasta apren-dérmelos de memoria, estos versos:

“…no hay beso que más el alma taladreni que cause más ardor,

que el que se da con amor

al cadáver de una madre”.

Nos tocó a mis hermanos y amí comprobar esa verdad. Sepulta-

mos a nuestra madre esta tarde, enSantiago. Nunca había sentido en-vidia de Dios. Desde hoy sí, porqueestá junto a ella.

Agosto 1980, El Nacional .


60/271



61/271


De Santiago venimos

A quienes me “acusan” de ser “extremadamente santiaguero”,les calmó admitiendo que tienen la boca llena de bolitas multi-colores de razones irrebatibles. Nací en La Joya, uno de los

barrios más conocidos y legendarios de eso que llaman todavía

y con razones suficientes, “La Ciudad Corazón”. Mi “santiague-

ridad” no se negocia, aún cuando el Santiago de hoy, en que se

urbaniza y pierde parte del candor pueblerino y próximo, ami-

gable y cálidamente humano, sigue siendo una razón para vivir

y soñar. Santiago no es simplemente una ciudad pujante enindustria, arte, folklore, deportes, carnaval y educación, para

solo citar seis de sus condiciones precursoras. Santiago es más

que Santiago. Es una realidad que se supera a sí misma. El país

no fuera como es, si toda la gente tuviera el concepto de vida

de los santiagueros. Siento incluso que el aire que se vive en

Santiago, es distinto al que se respira en el resto del país… y

que no me vengan con historias de localismos exagerados y

regionalismos mandados a guardar… ¡Santiago es Santiago!


62/271



63/271


Cuando yo era bastante másque un niño, pero mucho menosque un muchacho, había en la calleDel Sol, en Santiago, una muy co-nocida tienda que se llamaba ElReguero. Ubicada en donde hoyestá la tienda de calzados Los Mu-chachos. La tienda El Reguerodebía su nombre a que todos los

efectos que en ella eran vendidos,estaban diseminados en el suelo.El propietario era un singular

personaje a quien todos conocíancomo Chon García, y cuyo nombrede pila me fue imposible determinarhasta el día de hoy pese a los esfuer-zos que hice durante más de una se-

mana en Santiago, con el auxilio delcolega Santiago González. Final-mente se determinó que Don Chonse llamaba Manuel García Valverde.

Aunque dilató averiguar elnombre de Don Chon, pude reco-ger sin trabajo algunas de sus innu-merables anécdotas, todas cargadas

de un buen humor que cortaba.

Se dice, por ejemplo, que enuna oportunidad en que uno de sus

tres hijos le pidió dinero para veruna película en el teatro Colón lerespondió secamente: “El cine... ola cena”. Y que cuando uno de susempleados le dijo que un clientesólo tenía peso y medio para com-prar un par de cubiertos le dijo:

“Dáselo y dile que pase por aquí abuscar un jabón de ñapa”.Chon atendía su tienda desde

una tarima un poco alta para podervigilar a algunos clientes pasados delistos. Dicen que, en una ocasiónuno de esos clientes se metió unataza en uno de los bolsillos y Chon

le dijo: “Amigo, la taza que ustedtiene en el bolsillo derecho vale dospesos. El plato sólo vale 50 centa-vos, pero cójalo y venga a pagar poraquí”…

Es famoso el relato de lo quesucedió cuando una pareja de burrosenamorados indecorosamente en-

tró a El Reguero y causó cuantiosos

Sin fecha legible, El Nacional.


64/271


daños en la cristalería que estaba enel suelo.

A la hora de pagar los daños,

Chon sentenció que al dueño de laburra le correspondía el doble de loque tuviera que pagar el del burro,puesto que la hembra tenía sus cuatropatas en el suelo y el burro apenasdos... Chon vivió con sus dos hijasy su hijo en la Benito Monción entre16 de Agosto y La Barranca, luego 27de Febrero y ahora Circunvalación.Luego se mudó por el puentecitode piedra de Nibaje.

Tan popular era Chon que eseatinado decimero que era Luis Ca-mejo le dedicó los siguientes ver-sos, que eran la propaganda de El

Reguero en la HI1A y en la HI3U,las únicas radioemisoras que habíaen Santiago:

Es mucho lo que te quiero,

mucho más lo que te adoro,

y a tu corazón imploro

que me lleves al Reguero a comprar hoyas, calderos

juegos de cristalería,

para cuando llegue el día

de nuestro enlace divino,

que nos sirva de padrino

el popular Chon García.

El Archivo Histórico de San-tiago debería investigar a ese tanquerido y emblemático personajede Santiago, para ver si el Ayunta-miento le asigna su nombre a unacalle.

O, al menos, auspiciar la colo-

cación de una tarja en el sitio en don-de estuvo El Reguero. No es muchopedir.


65/271


Tenía decidida –¿o todavía lo

tengo?– la suspensión temporal deesta columna inconforme con de-cisiones globales que tienen que vercon mi trabajo, de las cuales disien-to total y absolutamente.

Esas decisiones en modo algu-no afectan mis ingresos mensuales,

como tampoco lo hace la suspen-sión temporal ni definitiva de estacolumna por la cual no cobro, nohe cobrado, ni cobraré un centavo,desde que salió por primera vez en

El Caribe, hace 43 años.Sin embargo, la escribo hoy

porque ayer viví en Santiago uno

de esos momentos que se me ha-cen inolvidables y que me gustacompartirlos con la mayor canti-dad posible de personas.

Sucedió que, al salir del cemen-terio de la 30 de Marzo –en dondees uno de mis rituales visitar la tum-ba de mis padres, de uno de mis

hermanos y de mi abuela materna–,

pasé por el solar vacío y sucio en

donde estaba mi casa paterna, en la ave-nida Hermanas Mirabal, y de allí seguí a llevar a mi hermana Teresita a su casa.Luego cogí para el Monumento.

En el Monumento, arriba,donde se parquean vehículos, debíaesperar al amigo y colega Carlos

Manuel Estrella, a quien había invi-tado a almorzar, y quien me infor-mó que había estado en el aeropuer-to, pero que en “cuatro minutos”llegaría donde mí, porque ya se en-contraba encima del elevado de laMadre y Maestra.

Como los cuatro minutos de

Carlos Manuel ya iban por 24, salí del carro a buscar aire limpio y, deinmediato, un niño limpiabotas meofreció lustrar mis zapatos, pero ledi las gracias y le dije que no. Elniño, sin embargo, ripostó:

—¿Y cómo es que usted, unhombre tan elegante, anda con unos

zapatos tan sucios?

Septiembre, 1981, El Nacional .


66/271


Aunque no era tanto como éldecía, comprendí la trampa y accedí ala oferta. Y mientras el niño limpiaba

mis zapatos con mucha pericia, meenteré que se llama Pedrito, tiene 9años y un hermano de siete, es huér-fano de padre y su madre trabaja enlavado y planchado de ropa. Resideen Hato del Yaque, un campo a unossiete u ocho kilómetros al suroestede Santiago, desde donde se trasladapidiendo “bola” a la ciudad los díasfestivos.

Regularmente recauda entre100 y 130 pesos por cada jornada, arazón de diez pesos por par de za-patos. Lo ganado lo entrega a sumadre. Le aconsejé que pidiera 20

pesos pero rechazó mi idea, al con-siderar que el trabajo no valía eso,sobre lodo porque le quedaba casitodo el material gastable.

Al terminar de limpiar mis za-patos, y en un arranque de increí-ble pesimismo, extendí al niño unbillete de 500 pesos, como pago por

su labor.El niño ni se inmutó. Con una

firmeza increíble, dijo: “No señor,

yo no quiero eso”. Le pregunté elpor qué de su inesperado rechazo yno vaciló: “No me he ganado eso”.

Quise entender su proceder,pero lo hice sin discutir. No valía lapena. A manera de explicación le dijeque yo no era ladrón, ni negociabacon droga, ni era maricón. Usé el tér-mino maricón para que me entendie-ra, porque era perder el tiempo ha-blar de homosexualismo o pedofilia.

Le dije que era periodista, lemostré mi carné y apelé a la menti-ra salvadora: “Yo te doy ese dineroporque cuando tenía tu edad yo lim-piaba zapatos en Baracoa, pero es-tudié y mírame donde estoy”.

Tímidamente el niño aceptó

los 500 pesos, llorando; a mí se meaguaron los ojos y también los deTony, mi chofer.

El niño se fue en silencio. Alpoco rato otros siete de sus compa-ñeritos voceaban cerca de mí. “Pasopaño con pasta, paño con pasta”. Yme decidí a soltar las lágrimas.

Carlos Manuel llegó en ese pre-ciso momento. Sus cuatro minutospasaron de los 30. Se lo agradezco.


67/271


H ay mucho luto y mucha

indignación en Santiago como con-secuencia del horrible asesinato deque fue víctima la estudiante uni-versitaria Vanessa Ramírez Faña, deapenas 18 años de edad.

No la conocía a ella ni a su fa-milia, pero como santiaguero deci-

dí ir ayer a mi pueblo para unirmeal dolor que ya está extendido portodo el territorio. Me estremecí cuando vi dentro del ataúd, una fotode Vanessa junto a un grupo de con-discípulos, todos los cuales, además,también estaban en la funeraria.

La Vanessa que yo vi muerta

está lejos de la que había conocidoen la fotografía que El Nacional publicó el sábado. Lo que estabaviendo era casi una niña, frágil, pá-lida, como durmiendo. Entonceslloré. Traté de serenarme cuando, apocos pasos, tuve la oportunidad deconocer a los padres de Vanessa, los

doctoras Juan Ramírez y Rosaida Faña.

¿Pésame? ¿Qué decir que no

pareciera una necedad? Por eso melimité a abrazarlos a ambos y tar-tamudear no recuerdo cuáles ex-presiones. Todos los salones de lafuneraria estaban repletos de coro-nas de flores y los cartelones deprotesta y condolencias eran innu-merables. Un empleado me dijoque habían pasado por allí unas 70mil personas.

Conversé con mucha gente ylo que escuchaba aumentaba no sóloel dolor, sino la indignación por estehecho macabro y bochornoso.

Me enteraron de una campaña

al través de medios de comunica-ción en contra del comandante dela Policía en Santiago, atribuyéndoleincluso la realización de celebracio-nes inconcebibles.

Me dijeron que eso se hace sis-temáticamente, y por asuntos per-sonales, no importa lo que suceda

en Santiago y sus alrededores.

Junio, 2006, El Nacional.


68/271


Alguien me informó que el Pre-sidente estaba por San Francisco deMacorís y que es posible que pre-

sentara personalmente sus condo-lencias a la familia de Vanessa. Estono sucedió.

Conversando con investigado-res tengo la esperanza de que, a es-tas horas, ya estén presos los auto-res del asesinato, probablementeresidentes en vecindario cercano ala residencia de Vanessa.

Se cree que esos mismos indi-viduos habían arrebatado dos telé-fonos celulares a otras dos mucha-chas antes de asesinar a Vanessa yque esto facilitó la preparación de“fotos habladas” que dieron con los

sospechosos.Sea lo que fuere, es posible quehaya llegado el momento en que se

tome con toda seriedad el asuntodel pandillerismo dominicano yque su solución no sólo sea un acto

público de visible figureo, sino unplan debidamente elaborado...

Y es que, mientras en la capitalse proclama otro “barrio libre” enel parque Colón, el cuerpecito deVanessa iba rumbo a la morgue, conla perforación que una bala le habíahecho en el costado izquierdo, par-tiéndole el corazón. Es una lástimaque haya pasado tanto tiempo an-tes de enfrentar con decisión a ladelincuencia armada.

Porque, en honor a la verdad,ya son muchas las Vanessas que hanmuerto en República Dominicana,

con la agravante de que sus victima-rios –en una parte alarmante– estáncasi todos en las calles.


69/271


L eonel García fue uno de losjóvenes de Santiago que en el 33participó en una conspiración paraeliminar a Trujillo disparando des-de el parque Duarte, cuando cami-nara hacia el Centro de Recreo.

Esto se frustró porque a la horadel nones no aparecieren quienesdebían dispararle al Dictador, que

cayeron presos junto con el grupoque incluía a Esteban Piola, JuanIsidro Jimenes Grullón, Ángel Mio-lán, Manuel –Caporí– Idelfonso yotros cuyos nombres no retieneahora mi mala memoria.

De esa conspiración me ente-ré años después al través de dos to-

mos editados por la Justicia de enton-ces con los auspicios del Gobierno, yque pude leer gracias a Masú, el bi-bliotecario de Amantes de la Luzcuando esa institución estaba en laesquina sureste de la 30 de Marzocon 16 de Agosto.

Masú prestaba a muy pocos esa

clase de libros, siempre bajo la más

absoluta reserva. Pues bien, en esoslibros conocí a Leonel García, y yaestando yo diremos que en séptimou octavo curso lo veía casi todos losdías en su gasolinera de la 30 deMarzo con Salvador Cacurullo.

No fuimos amigos en el cabalsentido de la palabra, aunque reco-nozco que él me simpatizaba, y a un

cúmulo de jóvenes, por su historialanti-trujillista. Creo que salió de lacárcel beneficiado con un indulto y,desde entonces, llevó una vida bienreservada.

Me parece que la gasolinera fuevendida a otra persona cuando yayo residía en Santo Domingo –en

donde tengo 47 años cumplidos– yme dicen que Leonel fue a trabajara la Tabacalera cuando ya ésta no erapropiedad de Trujillo.

Volví a ver a Leonel el sábadoal mediodía, porque coincidimos enel Pez Dorado y él llegó junto conuna joven pareja. Vino el habitual

cruce de miradas que se repetía con

Noviembre 2006, El Nacional.


70/271


breves intervalos, porque algo ha-cia entender que nos conocíamos.Al terminar mi almuerzo me acer-

qué a su mesa y le dije con franque-za que yo tenía la creencia de que loconocía. Claro que sí, me respondió.

—Es Leonel García, dijo el va-rón de la joven pareja. Entoncescomo que desperté. Lo abracé y élme preguntó como cuánto hacíaque ni siquiera nos veíamos.

—Para no discutir, vamos adecir que por lo menos 50 años, osea cuando estos jóvenes ni siquie-ra eran un piropo.

Conversamos cosas ligeras yprotocolares durante un par de mi-nutos y nos despedimos con gran

afecto.

Ya de retorno a la capital veníapensando en ese encuentro tan gra-tificante y ante el hecho de que Leo-

nel García es uno de los poquísimosdominicanos que han servido a supaís con todas las fuerzas imagina-bles y nunca le ha pasado factura.Prácticamente en el anonimato hadiscurrido su vida, siempre dedica-do al trabajo, y nunca, jamás, dán-dose de héroe, ni de mártir, ni cosaparecida, a pesar de que puso enriesgo su existencia cuando apenascomenzaba a vivirla.

De esos son pocos los que que-dan. Por eso el encuentro con Leo-nel García me hizo sentir muy bien.Tan bien que espero volver a verlo

en otro de mis viajes a Santiago.


71/271


H oy era la fecha de cum-pleaños del doctor Rafael AntonioPérez Nicasio, uno de esos amigosde infancia que nunca pueden ser ol-vidados porque crecieron al lado deuno y supieron de todas nuestrasalegrías y tristezas.

Imposible olvidar la fecha, por-que cuando muy niños los dijo a

todos los muchachos que cumplíaaños el 29 de febrero y, por lo ten-tó, cada cuatro años. Esto nos que-dó bailando en la cabeza a algunosy fueron nuestros padres los encar-gados de borrar la confusión. Noera Rafael lo que se dice un estu-diante brillante, pero sí de una per-

severancia ejemplar.Residía en la calle Pimentel, de

Santiago, a unas tres esquinas delcolmado de Moisés Luna, en don-de nos reuníamos “los muchachosde la avenida” que fue originalmen-te 30 de Marzo, luego Generalísi-mo Trujillo y, finalmente, Hermanas

Mirabal.

Se alejó un tanto del grupo, creoque avergonzado, cuando tuvo querepetir el sexto curso de primaria–para tortura de su madre, doñaFrancisca–, si bien casi siempre nosveíamos los fines de semana y laamistad jamás se enfrió.

Aún así, mi ingreso al semi-nario del Santo Cerro y luego a la

Aviación de la San Martín me dis-tanciaron muchísimo de Rafael, dequien apenas me enteraba sobre suvida de estudiarte hasta que com-pletó el bachillerato. Familiar yvecino del doctor Pedrito Nicasiono me sorprendió cuando supeque Rafael iba a estudiar medici-

na, aunque le aconsejé que hicieraotra carrera menos problemática.

Pero Rafael era de una decisiónmuy firme y estudió medicina. Sehizo médico e ingresó en la PolicíaNacional gracias a su amistad conel general José de Jesús MorilloLópez quien, cuando hombre joven,

no salía de la Avenida.

Enero 2007, El Nacional


72/271


Nada supe del paso de Rafaelpor la Policía, con el rango de capi-tán, y volví a saber algo de él cuan-

do, ya convertido en civil, me dijeronque era un ortopeda de prestigio enSantiago, algo que me sorprendió yalegró indeciblemente.

Pasó muchísimo tiempo hastaque una mañana de hace quizás tresaños, y a la espera de una guagua dela Metro para ir a Santiago, alguiense paró delante de mí y me llamópor mí nombre completito: Radha-més Virgilio Gómez Pepín.

Al mirar hacia arriba para de-terminar quién sabía un nombre tanlargo, riposté de la misma manera:Rafael Antonio Pérez Nicasio.

El viaje de dos horas nos sir-vió para ponernos al día sobre loacontecido al menos en 20 años;hicimos el recuento de una niñez

que ya se estaba poniendo suma-mente lejana y hablamos sobre losplanes, si había tiempo para planes.

Me habló de su dolencia car-díaca, me dio el teléfono y la direc-ción de su casa, pero la visita quedópendiente. Menos de un mes des-pués me avisaron con urgencia queel corazón había fulminado a Rafaely me conmovió mucho que, por re-ferencias suyas, la viuda me cono-cía y me contó cuanto conversamosel día del encuentro en la Metro ylo satisfecho que se lo narró.

—¿Todavía tu cumpleaños escada cuatro años?

—¡Claro que sí! Por eso meveo más joven que tú y que todos

los muchachos. Yo le llevaba dos años, pero elmarchó primero. Ni él mismo iba acreerlo.


73/271


Sólo por problemas en la co-nexión telefónica no participé el

viernes recién pasado en el progra-ma “La Receta de la Z”, en el que sehablaba de serenatas a las novias enlos tiempos actuales y en el pasado.

En el programa, como de cos-tumbre, actuaban Aracelis Melo,Chico Arias y Santos Peralta, ade-más de un cantante y guitarrista queme dijeron que es cubano y que la-menté no residiera en Santiagocuando la actividad “serenatera” erauna hermosa rutina.

Iba a contarles a los producto-res del programa que, según me re-lataron mis padres, en Santiago eran

serenateros Machilo Guzmán, Joa-quín Balaguer –ese mismito–, Dió-genes Silva, Carlos Almonte, PiroValeria, Chencho Pereyra y otrosdel mismo calibre.

En mis tiempos, en la AvenidaGeneralísimo, esa actividad estabaa cargo de los hermanos Arredon-

do –Tulio con un violín y Alejandro,

guitarra–, Fernando Pizano, MoisésLuna, declamador, y quien esto es-

cribe y a veces cantaba –junto conFernando– o tenía a su cargo llevarlas piedras.

Las piedras desempeñaban elimportante papel de respuesta acualquier recipiente lleno de orinesque nos lanzara un padre o una ma-

dre ofendido, algo que solo suce-dió en una oportunidad.Cada sábado la serenata era in-

mancable, pero esto no significaque, en una que otra ocasión, no seprodujera a mediados de semana.

Recuerdo que una vez una her-mosa campesina fue al colmado de

Moisés, la seguimos y localizamosla casa en donde se hospedaba. Allí –al extremo Norte de la calle Capo-tillo– residía una de sus hermanas,casada con un teniente de la Policía,detalle que todos ignorábamos.

Cuando Moisés estaba inspira-do –�

pulsaciones. periodismo de opinión de 1950-2013

Documents