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1 (I) PRESENTACIÓN (Roberto Aretxaga) * Han transcurrido ya cinco años desde que Letras de Deusto (LD) publicara la colaboración titulada “Astrobiología y Filosofía”. Nadie imaginaba entonces que aquella sería la primera de una serie de entregas que, con la actual, suman ya tres en su haber. 1 La nueva colaboración que ahora presentamos es más ambiciosa que las anteriores, pues además de reunir a un mayor número de autores, se ha puesto especial cuidado en que estén presentes los principales campos del saber involucrados en la cuestión: filosofía, teología, física, biología, química e ingeniería. 2 El planteamiento de esta nueva colaboración, el interés y la generosa respuesta de los numerosos invitados a participar en ella, así como su relevancia académica y profesional, hacen de esta III edición un hito en la vida de la serie, pues indican que lo que comenzó siendo una singularidad en el panorama filosófico español de hace un lustro se va consolidando como un espacio académico para la reflexión multidisciplinar en torno al tema de la posible existencia de vida extraterrestre y su búsqueda científica. Este hecho, unido al interés que la dirección de LD siempre ha manifestado por nuestras propuestas y la excelente acogida que las ha dispensado, me hace ser optimista acerca de la posibilidad de una cuarta edición. La astrobiología posee características que hacen de ella una oportunidad excepcional para el diálogo entre las ciencias naturales y las disciplinas humanas, algo que demandan en general los diferentes ámbitos del conocimiento ante la creciente complejidad de los fenómenos estudiados y la situación de encrucijada histórica en que se halla nuestra civilización como consecuencia de las nuevas posibilidades que se le ofrecen, pero también por la naturaleza y diversidad de los problemas que la aquejan. Consideramos que sólo de este diálogo puede surgir una imagen más ajustada y actual del ser humano y del universo, lo que debería contribuir a la adaptación de nuestra especie y, por tanto, a su supervivencia. Nosotros ni practicamos ni creemos en el divorcio entre las mal llamadas “ciencias” y “letras”. La serie “Astrobiología y Filosofía” es, en este sentido, un compromiso a favor de su maridaje y en contra de esa concepción estrecha y empobrecedora del saber y del ser humano, y de ahí que por sus páginas * Promotor, director y coordinador de la serie de colaboraciones multidisciplinares “Astrobiología y Filosofía”. 1 La primera colaboración apareció en Letras de Deusto, nº 98, Vol. 33, enero-marzo 2003, pp. 187-224; la segunda, en LD, nº 110, Vol. 36, enero-marzo 2006, pp. 9-36. 2 El plan de esta colaboración incluía la presencia de la astronomía. Sin embargo, circunstancias personales graves del autor invitado a desarrollar esta contribución han impedido a última hora que podamos contar con su ensayo en estas páginas.

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    (I) PRESENTACIN

    (Roberto Aretxaga)

    Han transcurrido ya cinco aos desde que Letras de Deusto (LD) publicara la colaboracin titulada Astrobiologa y Filosofa. Nadie imaginaba entonces que aquella sera la primera de una serie de entregas que, con la actual, suman ya tres en su haber.1 La nueva colaboracin que ahora presentamos es ms ambiciosa que las anteriores, pues adems de reunir a un mayor nmero de autores, se ha puesto especial cuidado en que estn presentes los principales campos del saber involucrados en la cuestin: filosofa, teologa, fsica, biologa, qumica e ingeniera.2 El planteamiento de esta nueva colaboracin, el inters y la generosa respuesta de los numerosos invitados a participar en ella, as como su relevancia acadmica y profesional, hacen de esta III edicin un hito en la vida de la serie, pues indican que lo que comenz siendo una singularidad en el panorama filosfico espaol de hace un lustro se va consolidando como un espacio acadmico para la reflexin multidisciplinar en torno al tema de la posible existencia de vida extraterrestre y su bsqueda cientfica. Este hecho, unido al inters que la direccin de LD siempre ha manifestado por nuestras propuestas y la excelente acogida que las ha dispensado, me hace ser optimista acerca de la posibilidad de una cuarta edicin.

    La astrobiologa posee caractersticas que hacen de ella una oportunidad excepcional para el dilogo entre las ciencias naturales y las disciplinas humanas, algo que demandan en general los diferentes mbitos del conocimiento ante la creciente complejidad de los fenmenos estudiados y la situacin de encrucijada histrica en que se halla nuestra civilizacin como consecuencia de las nuevas posibilidades que se le ofrecen, pero tambin por la naturaleza y diversidad de los problemas que la aquejan. Consideramos que slo de este dilogo puede surgir una imagen ms ajustada y actual del ser humano y del universo, lo que debera contribuir a la adaptacin de nuestra especie y, por tanto, a su supervivencia.

    Nosotros ni practicamos ni creemos en el divorcio entre las mal llamadas ciencias y letras. La serie Astrobiologa y Filosofa es, en este sentido, un compromiso a favor de su maridaje y en contra de esa concepcin estrecha y empobrecedora del saber y del ser humano, y de ah que por sus pginas

    Promotor, director y coordinador de la serie de colaboraciones multidisciplinares Astrobiologa y Filosofa.

    1 La primera colaboracin apareci en Letras de Deusto, n 98, Vol. 33, enero-marzo 2003, pp. 187-224; la segunda,

    en LD, n 110, Vol. 36, enero-marzo 2006, pp. 9-36. 2 El plan de esta colaboracin inclua la presencia de la astronoma. Sin embargo, circunstancias personales graves del

    autor invitado a desarrollar esta contribucin han impedido a ltima hora que podamos contar con su ensayo en estas pginas.

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    desfilen cientficos con sensibilidad hacia las humanidades y humanistas implicados con la ciencia, todos ellos en torno a un mismo tema. En esta nueva edicin de la serie veremos colaborar a fsicos que han sido Ctedra UNESCO de Filosofa, filsofos interesados en las implicaciones antropolgicas de la ciencia y la tcnica, telogos que son ingenieros y qumicos, bioqumicos que cultivan la literatura, ingenieros comprometidos con el cambio social de mentalidad o bilogos que alternan su reflexin crtica sobre la tecno-ciencia con la actividad de actor profesional. Tal es el tipo de personas invitadas a colaborar en la serie Astrobiologa y Filosofa: investigadores y profesionales competentes en sus respectivos campos y con manifiesta sensibilidad e inters tanto por las disciplinas y ciencias humanas como por las naturales; en definitiva, por la Cultura. Estas personas, con su preparacin y labor, son la prueba de que el ideal Humanista del Renacimiento, debidamente actualizado, es posible y deseable tambin en nuestros tiempos.

    En lo referente a los contenidos de esta III edicin, quiero agradecer pblicamente a los autores su compromiso e inters, as como el esfuerzo por ceirse a las lneas maestras que les fueron sugeridas inicialmente a cada uno de ellos para sus respectivos ensayos, lo que adems de preservar la unidad del conjunto resultante, ha facilitado enormemente la tarea de coordinacin, as como la de ensamblaje de los escritos, cuyo orden queda como sigue:

    La primera contribucin, Astrobiologa: entre la ciencia y la exploracin (Roberto Aretxaga, Dr. en Filosofa, Especialista Universitario en Ciencia, Tecnologa y Sociedad (CTS) e investigador del Dpto. de Filosofa de la Universidad de Deusto), consiste en un ensayo de carcter epistemolgico (teora de la ciencia) que, concebido como introduccin al tema de debate, reflexiona crticamente sobre la condicin de ciencia de la astrobiologa y argumenta su caracterizacin como exploracin cientfica.

    Siguen dos trabajos, complementarios entre s, con los que se busca cubrir el aspecto prctico de la astrobiologa, a la vez que ofrecer una panormica completa de los esfuerzos orientados a la bsqueda de vida extraterrestre.

    El primero de ellos, En busca de vida fuera de la Tierra: claves desde la investigacin sobre el origen y la evolucin de los seres vivos en nuestro planeta (Carlos Briones Llorente, Dr. en CC Qumicas -Bioqumica y Qumica Molecular-, investigador del Laboratorio de Evolucin Molecular del CAB y co-inventor de varias patentes en biosensores), es una aproximacin a la prctica de la astrobiologa como ciencia interesada por la vida en la Tierra en tanto que modelo extrapolable vlido para la deteccin de microorganismos vivos extraterrestres en nuestro sistema solar, incidiendo tambin en la relevancia cultural de esta actividad.

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    El segundo, La posibilidad de existencia de vida extraterrestre inteligente, su bsqueda cientfica e inters filosfico (Julin Chela Flores, Dr. en Fsica Mecnica Cuntica- y Matemtico, profesor del Centro Internacional Abdus Salam de Fsica Terica (ICTP-UNESCO) y cientfico, entre otras, de la misin LAPLACE), nos sita ante el problema de la existencia de vida extraterrestre inteligente, los esfuerzos cientficos realizados para su deteccin y el inters de los filsofos por la cuestin.

    Cuatro ensayos ms componen un bloque terico dedicado a la reflexin sobre las implicaciones del tema de la vida extraterrestre y su bsqueda cientfica.

    El primero de ellos, La cuestin de la vida extraterrestre a la luz de los posibles y la imposible-posibilidad (Alfonso Prez de Laborda, sacerdote y telogo catlico y Dr. Ingeniero Industrial, Catedrtico de la Facultad de Teologa San Dmaso de Madrid), sita el tema de la vida extraterrestre dentro de la problemtica filosfica de la identidad entre el ser y el pensar, al hacer de l su autor prueba del nueve y ejemplo de su teora sobre la analoga, advirtiendo por su medio contra el error de reducir la riqueza entitativa de lo real, definido como creatividad (la imposible-posibilidad) a las determinaciones lgicas del pensar (los posibles).

    El segundo, Ciencia astrobiolgica y pensamiento cristiano (Enrique Miret Magdalena, telogo, escritor y qumico de formacin), discute algunos aspectos relativos al problema de la vida extraterrestre y su bsqueda cientfica en el contexto de las relaciones entre ciencia y religin.

    Le sigue La innovacin tecnolgica en la astrobiologa como motor de cambio en la mentalidad actual (Jos Antonio Rodrguez Manfredi, Dr. Ingeniero de Telecomunicacin, investigador del Laboratorio de Robtica y Exploracin Planetaria del CAB, trabaja actualmente, entre otros proyectos, en la instrumentacin de la misin Mars Science Laboratory (MSL), el mayor laboratorio robtico construido por la NASA para la bsqueda de vida en Marte, cuyo lanzamiento se efectuar en el transcurso del ao 2009). Este trabajo plantea el papel de la astrobiologa como ciencia transdisciplinar que, ms all de la cuestin de la bsqueda de vida extraterrestre y su posible xito, est contribuyendo a transformar tanto nuestra percepcin de la realidad como la forma de entender la prctica cientfica.

    Cierra el bloque terico el ensayo Astrobiologa, cultura popular y comunicacin social de la ciencia y la tecnologa (Miguel Alcbar Cuello, Dr. en Comunicacin, Bilogo, responsable durante la elaboracin de este trabajo del rea de Comunicacin del Centro de Astrobiologa (CAB) y actualmente profesor de Periodismo en la Universidad de Sevilla), que nos ofrece un enfoque social de la ciencia astrobiolgica; una reflexin en clave de Ciencia Tecnologa y Sociedad (CTS) invitndonos a descubrir crticamente los

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    presupuestos e intereses movilizadores que se hallan tras esta disciplina emergente.

    El eplogo de la III edicin de Astrobiologa y Filosofa consiste en un trabajo singular: Cuando sea grande quiero ser astrobilogo (Antgona Segura Peralta, Dra. en Fsica Espacial, investigadora del Instituto de Ciencias Nucleares de la UNAM participante en varios proyectos astrobiolgicos del Instituto de Astrobiologa de la NASA (NAI), como el Terrestrial Planet Finder), consistente en una breve gua para el estudio de la astrobiologa, fruto de la experiencia personal de la autora, cuyo estilo directo y desenfadado contribuye a acentuar su tono de queja ante la situacin acadmica en que se hallan los estudios astrobiolgicos como consecuencia del carcter emergente de esta disciplina, pero tambin del recelo que suscita en algunos mbitos cientficos e intelectuales.

    Tal es lo que ha dado de s esta III edicin de la colaboracin multidisciplinar Astrobiologa y Filosofa en LD, que ahora ofrecemos al lector con la intencin de que disfrute de ella tanto, al menos, como nosotros en su elaboracin.

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    (II) ASTROBIOLOGA: ENTRE LA CIENCIA Y LA EXPLORACIN

    (Roberto Aretxaga Burgos)

    RESUMEN Argumentamos que nicamente el enfoque que hemos dado en llamar

    exobiolgico crtico justifica suficientemente la especificidad de la astrobiologa y, por tanto, su razn de ser. Discutimos el problema de la cientificidad de la astrobiologa como exobiologa crtica, a la vez que mostramos su condicin de empresa exploradora aventurada. Concluimos caracterizando la astrobiologa como exploracin cientfica y apuntando algunas cuestiones implicadas desde un enfoque social de la ciencia y la tecnologa.

    1. EL OBJETO DE LA ASTROBIOLOGA Desde que en 1953 el astrnomo sovitico Gabriel Tikhov utilizara por vez

    primera el trmino astrobiologa3, ste ha experimentado algunos cambios en su significado. El ltimo intento por fijarlo es el realizado por la Agencia Espacial Norteamericana (NASA) en 2002, que define la astrobiologa como el estudio del origen, evolucin, distribucin y futuro de la vida en el Universo.4

    En este primer apartado expondremos cuatro posibles interpretaciones de la anterior definicin de astrobiologa, en funcin de otros tantos modos distintos de entender su objeto de estudio, considerar su actividad y valorar su inters.

    a) Enfoque exobiolgico

    Roberto Aretxaga (1963) es Doctor en Filosofa por la Universidad de Deusto (1998), Especialista Universitario en

    Ciencia, Tecnologa y Sociedad (CTS) y miembro del Equipo de Investigacin de Filosofa Espaola del Siglo XX del Departamento de Filosofa de la Universidad de Deusto (Bilbao). Sus lneas actuales de investigacin son el pensamiento de Garca Bacca y las implicaciones filosficas de la astrobiologa. Dentro de esta lnea destaca su labor como promotor, director y coordinador de la serie de colaboraciones multidisciplinares Astrobiologa y Filosofa en Letras de Deusto, as como de la seccin del mismo nombre en el Proyecto Educativo de Filosofa en Red CIBERNOUS. Es autor de numerosos ensayos sobre las relaciones entre filosofa y astrobiologa, tema con el que ha intervenido en diversos foros nacionales e internacionales, como la Seventh Trieste Conference on Chemical Evolution and Origin of Life: Life in the Universe: From the Miller Experiment to the Search for Life on Other Worlds (por invitacin), organizada por el ICTP, NASA, ESA, et al. (Trieste, Italia, 2003). Pgina Web temtica: . Su otra lnea de investigacin es el pensamiento de Juan David Garca Bacca, sobre el que ha realizado numerosos estudios y ensayos, destacando su tesis doctoral La filosofa de la tcnica de Juan David Garca Bacca (1998), investigacin tomada como base en 2004 por el Ministerio de Ciencia y Tecnologa de la Repblica Bolivariana de Venezuela para la conceptualizacin de varios de sus programas. Es reseable tambin su labor en el Congreso Internacional de Filosofa: Centenario del Nacimiento de J.D. Garca Bacca (Bilbao, 2001) como miembro del Comit Organizador, ponente y co-editor del libro de actas, as como su participacin como co-autor (por invitacin) en la obra conmemorativa Juan David Garca Bacca: Vivir dos veces despierto 1901/1992 (Caracas: Banco Central de Venezuela/Fundacin Juan David Garca Bacca, 2005), galardonada con el Premio Nacional del Libro de Venezuela en su III edicin (2005). 3 Baruch S. Blumberg, The NASA Astrobiology Institute: Early History and Organization Astrobiology, Vol. 3, n 3,

    (2003), pp. 464. 4 The NASA Astrobiology Roadmap (20 de noviembre de 2002).

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    Consiste en considerar la astrobiologa como exobiologa, de modo cuando se dice que la astrobiologa estudia la vida en el Universo, ello se interpreta en el sentido de que su objeto de inters son las formas de vida posiblemente existentes en otros lugares del Universo distintos de la Tierra.

    Esta forma de entender la astrobiologa logra, sin duda, dotarla de especificidad frente a otras disciplinas, pero su nfasis en el aspecto exo, relegando o desatendiendo otros relacionados con la vida en la Tierra, la hace vulnerable a dos crticas de peso: la de fantasear sobre las formas de vida aliengena y sus posibilidades de existencia (al no disponer de un referente conocido que atempere la actividad imaginativa)5, y la de encontrarse ms prxima a la metafsica que a la ciencia (al no constituir su objeto de estudio fenmeno alguno)6.

    b) Enfoque biogeocentrista

    La clave de este enfoque radica en el supuesto que vertebra su discurso: la excepcionalidad de la vida terrestre en el conjunto del Universo (biogeocentrismo)7.

    Una buena definicin debe delimitar con exactitud aquello que el objeto o fenmeno al que se refiere es, frente a lo que no es. El biogeocentrismo se hara fuerte en el hecho de que esta condicin no parece cumplirse en el caso de la astrobiologa, lo que tendra consecuencias funestas para ella.

    As, si se admite que para la astrobiologa el trmino vida tiene exactamente el mismo significado que en biologa y que, como sta, lo emplea para referirse al nico tipo de vida conocido -el terrestre-, la existencia de diferentes ciencias que ya se ocupan, desde hace tiempo y con notable xito, de los diversos aspectos del fenmeno de la vida (su origen, evolucin,

    5 Sucede entonces lo que Platn denuncia de algunos saberes cuando dice que no hacen ms que soar con lo que

    existe, pero que sern incapaces de contemplarlo en vigilia mientras, valindose de hiptesis, dejen stas intactas por no poder dar cuenta de ellas. En efecto, cuando el principio es lo que uno no sabe y la conclusin y parte intermedia estn entretejidas con lo que uno no conoce, qu posibilidad existe de que una semejante concatenacin llegue jams a ser conocimiento? (Repblica, Libro VII, 533 c). 6 En su Crtica a la Razn Pura, Kant afronta la tarea de establecer los lmites del conocimiento humano. Como

    resultado de su titnica labor, el filsofo alemn concluye que el conocimiento humano slo es posible en cuanto cientfico, y ste nicamente si interviene la experiencia sensible. As, slo es posible obtener conocimiento (ciencia) de los fenmenos (que son el resultado de unificar y ordenar las sensaciones en el espacio y el tiempo), pues slo ellos son objeto de experiencia sensible. En consecuencia, la metafsica, que versa sobre objetos de los que no es posible obtener intuicin (experiencia) sensible alguna, no ser ciencia. Ello no obsta, sin embargo, para que Kant defienda un uso regulativo, o heurstico, de las ideas y, por tanto, la utilidad de la metafsica. 7 Entendemos por biogeocentrismo la doctrina que atribuye un carcter nico a la evolucin biolgica que ha tenido

    lugar en la Tierra, desde una bacteria hasta los seres humanos (Julin Chela Flores, Marco cultural de la astrobiologa, Letras de Deusto (Universidad de Deusto, Bilbao), Vol. 33, n 98 (2003), p. 214) o, brevemente, the belief that life has occurred only on Earth (Julin Chela Flores, Search for the Ascent of Microbial Life towards Intelligence in the Outer Solar System, en R. Colombo, G. Giorello and E. Sindoni (eds.) Origin of the Life in the Universe. Edizioni New Press: Como, 1998, pp. 143-157. Hemos desarrollado este tema en Astrobiology and Biocentrism (R. Aretxaga, en J. Seckbach; J. Chela Flores; T. Owen; F. Raulin (eds.), Life in the Universe. From the Miller Experiment to the Search for Life on Other Worlds. Dordrecht (The Netherlands): Kluwer Academic Publishers, 2004, Serie Celular Origin and Life in Extreme Habitats (COLE). Versin espaola: Astrobiologa y Biocentrismo, Letras de Deusto (Bilbao), Vol. 36, n 110 (2006), pp. 30-36.

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    distribucin y futuro) obliga a la emergente disciplina astrobiolgica a justificar debidamente su especificidad frente a tales ciencias o a desaparecer.

    Sin embargo, cuando se afirma que la astrobiologa es el estudio del origen, evolucin, distribucin y futuro de la vida, lo que se dice resulta tan genrico e impreciso que, en rigor, nada define: no suministra informacin suficiente para determinar la especificidad del estudio astrobiolgico, frente al que ya vienen realizando las ciencias de la vida actualmente operativas.

    Podra pensarse, entonces, que la tan esperada singularidad se hallara contenida en el nico elemento que resta por atender de entre los que integran la definicin: en el Universo, pero no es as. Decir que la astrobiologa estudia la vida en el Universo es, en realidad, no decir nada nuevo: el hecho de ser la terrestre la nica clase de vida conocida en el Universo convierte en sinnimos los trminos vida y vida terrestre, lo que implica que el nico estudio cientfico posible de la vida en el Universo sea el de la vida en la Tierra.

    En conclusin: el biogeocentrismo entiende que la definicin de astrobiologa elaborada por la NASA no es una buena definicin porque no delimita ni un objeto ni una actividad especficos. Y puesto que la astrobiologa no puede justificar debidamente su particularidad frente a las actuales ciencias de la vida, deber desaparecer. Consecuentemente, el trmino astrobiologa resulta prescindible por innecesario, ya que, adems de redundante (no aadir nada nuevo a lo que hacen las ciencias de la vida), resulta engaoso (el prefijo astro induce a creer que se refiere a algo que en realidad no designa). Ms an, la persistencia en su uso injustificado podra hacer pensar que la astrobiologa sea un subterfugio para conseguir fondos y apoyos a proyectos de investigacin que de otra forma, y por razones de diversa ndole, no podran obtenerse.

    Sin duda, el biogeocentrismo tiene a su favor la ausencia de prueba de existencia de vida extraterrestre, pero comete un error al interpretar esta ausencia de prueba como prueba de la ausencia y dar por seguro que no hay vida fuera de la Tierra. El biogeocentrismo convierte en prescripcin (no puede no debe- haber vida fuera de la Tierra) lo que en el actual estado de conocimientos slo se puede considerar una situacin de hecho formulable descriptivamente: hasta el presente no se ha encontrado evidencia indiscutible alguna de la existencia de vida fuera de la Tierra. Este exceso explica la sinonimia arriba indicada.

    c) Enfoque metodolgico

    Denominamos as a aquel que sostiene que el sentido y especificidad de la astrobiologa habra que buscarlos no tanto en su objeto de estudio, que no sera otro que la vida en la Tierra (salvaguardando con ello su condicin de

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    ciencia), como en la forma de abordarlo: transdisciplinarmente. En cuanto a las tcnicas utilizadas para ello, stas no diferiran de las empleadas en su labor por cualquier otra ciencia (incluidas las de la vida).

    El enfoque metodolgico, o transdisciplinar, admite que la astrobiologa utiliza el trmino vida en el mismo sentido en que lo hacen las ciencias biolgicas, y que hay ciencias que ya se ocupan competentemente del estudio de su origen, evolucin, distribucin y futuro. Sin embargo, entiende que la superespecializacin de tales saberes e investigaciones resulta un problema a la hora de afrontar la creciente complejidad que el fenmeno de la vida manifiesta bajo la mirada de las nuevas tcnicas de investigacin. Esta situacin exigira una mayor y ms estrecha colaboracin entre disciplinas y campos del saber antes alejados o sin conexin. Desde esta perspectiva, la especificidad astrobiolgica consistir en aportar a las ciencias de la vida la mirada transdisciplinar que precisan para alcanzar una mejor comprensin de su objeto de estudio.

    Las fecundas aportaciones de la astrobiologa al conocimiento de la vida en la Tierra, as como su demostrada capacidad para generar nuevos desarrollos tecnolgicos, justificaran suficientemente su importancia y oportunidad y, por tanto, los diferentes apoyos que precisan sus proyectos de investigacin.

    Pero el enfoque metodolgico se expone a una objecin nada desdeable: si la nica especificidad de la astrobiologa consiste en la transdisciplinariedad que aporta al estudio de la vida en la Tierra, por qu seguir manteniendo el prefijo astro, y continuar hablando de astrobiologa, en lugar de buscar una denominacin ms acorde con el tipo de especificidad defendida por dicho enfoque? Responder a esta cuestin nos conduce directamente a una cuarta concepcin de la astrobiologa, ms radical y comprometida con el que fuera originalmente su objeto de estudio: la vida extraterrestre (enfoque exobiolgico), pero de forma crtica.

    d) Enfoque exobiolgico crtico

    Este modo de entender la astrobiologa admite parcialmente la tesis del enfoque metodolgico, pero lo considera insuficiente para caracterizar debidamente la especificidad de tal disciplina. La transdisciplinariedad puesta de manifiesto por dicho enfoque tendra su origen en las aportaciones que desde mediados de la dcada de los cincuenta vienen realizando tanto las ciencias de la vida como la exploracin y las ciencias espaciales y planetarias, cuyos sorprendentes datos y descubrimientos habran hecho posible una nueva forma de contemplar el fenmeno de la vida, que aqu denominaremos sub specie Universorum. De este modo, la perspectiva transdisciplinar

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    apuntara, como a su origen y sentido, hacia el mbito en el que encuentra su explicacin natural el uso del trmino astrobiologa, es decir, al de la exploracin y estudio de los astros, lo que incluye la consideracin de la idoneidad de stos para albergar vida de algn tipo, tal y como es el caso y el nico conocido hasta el presente- de nuestro bello planeta.

    Pues bien, el aspecto crtico de este renovado enfoque exobiolgico radica, justamente, en su peculiar manera de considerar la relacin entre los elementos vida y Universo presentes en la definicin de astrobiologa. As, mientras que las interpretaciones exobiolgica y biogeocentrista coinciden en separar ambos elementos, aunque por razones bien distintas, la exobiolgica crtica asume una conexin esencial entre ellos procediendo a cargar el peso de la definicin sobre dicha conexin, concibiendo la astrobiologa como el estudio del origen, evolucin, distribucin y futuro de la-vida-en-el-Universo. Esto significa que lo propio y peculiar de esta disciplina consiste en interesarse por el fenmeno de la vida terrestre ciertamente el nico caso de vida conocido hasta ahora en el Universo y, por tanto, el nico por el momento con el que la astrobiologa cuenta para un estudio cientfico- pero en tanto que episodio local (sub specie) de un fenmeno presente en otras partes del Universo conjunto de Mundos- en virtud de su esencial conexin entitativa con l (Universorum). Por ello, cuando desde esta perspectiva se afirma que el objeto propio, especfico, de la astrobiologa es la vida extraterrestre, este trmino debe entenderse en el sentido de vida terrestre como modelo metodolgicamente extrapolable al Universo.

    El resto de este ensayo explicita los principales aspectos de este enfoque, que hemos dado en llamar exobiolgico crtico.

    2. LA ASTROBIOLOGA COMO CIENCIA. Toda nueva forma de considerar un objeto genera una percepcin

    diferente del mismo que da origen a una imagen indita, caracterstica y propia de esa nueva perspectiva. En el caso de la astrobiologa entendida como exobiologa crtica, el objeto -la vida terrestre- es contemplado, como hemos avanzado, sub specie Universorum. Bajo esta concepcin, la vida aparece como un fenmeno esencialmente ligado al Universo, de modo que el nico tipo de vida conocido el terrestre- pasa a ser considerado un caso particular (un episodio local) de un fenmeno la vida- extendido por el Universo como consecuencia de ser ste, a la vez y en uno, la matriz de la que emerge y el lugar en el que aqul se manifiesta. Desde esta perspectiva, la importancia de la astrobiologa sera doble pues, por una parte, su inters por la posible existencia de vida ms all de la Tierra y su bsqueda permiten calar ms hondo en la comprensin de dicho fenmeno (y ello con independencia del xito en su bsqueda) y, por otra, dada la aparente conexin de la vida con el

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    sustrato materio-energtico del Universo, la misma existencia de la astrobiologa vuelve real la posibilidad de demostrar cientficamente (mediante observacin y experimentacin) el carcter universal del fenmeno de la vida, con todas las consecuencias que de ello pudieran seguirse para los diversos campos de la cultura y el saber humanos.

    En cualquier caso, esa forma de comprender el fenmeno de la vida est revelando ser un eficaz generador de desarrollos cientficos y tecnolgicos en diversos campos, y lo que comenz como un enfoque marginal se ha transformado actualmente en un conjunto de conocimientos, mtodos, temas y problemas especficos de rpido crecimiento y evolucin que reclama un espacio acadmico propio.

    Pero, ms all de este aspecto prctico, nos interesa saber si bajo el enfoque crtico la astrobiologa logra salir airosa de las acusaciones de falta de rigor racional (exceso de imaginacin) y de metafsica (disciplina sin fenmeno), a que se haca acreedora bajo la forma de simple exobiologa, tal como apuntamos oportunamente.

    Pues bien, si se admite que, hoy por hoy, no hay otro modo de abordar cientficamente el fenmeno de la vida que tomando como objeto de estudio, de alguna forma, la vida en la Tierra, habr que concluir que la astrobiologa slo ser ciencia en la medida en que haga de ella su objeto de estudio. Ello implica, como se dijo, que en esa misma medida la astrobiologa pierda su especificidad (tal como nota la crtica biogeocentrista) y que, en el caso de mantenerla, lo haga a condicin de reducirla a una cuestin metodolgica (enfoque transdisciplinar). Por el contrario, en la medida en que la vida en la Tierra ceda su sitio como objeto de estudio a la extraterrestre, la astrobiologa ganar en especificidad perdiendo en cientificidad.

    Consideramos, sin embargo, que este dilema tiene solucin y que sta consiste, justamente, en el enfoque exobiolgico crtico. As, el inters manifestado por la astrobiologa hacia la vida en nuestro planeta, a diferencia de lo que sucede con las otras ciencias que tambin la estudian, no se agota en el fenmeno en si, sino que, como se dijo anteriormente, va ms all del mismo al contextualizarlo csmicamente, apareciendo entonces como el nico caso disponible de estudio, en principio, de un fenmeno que sera universal. Dicho de otro modo: lo que confiere carcter propiamente astrobiolgico (exobiolgico, en sentido crtico) a cualquier investigacin cientfica sobre la vida terrestre es el propsito de profundizar en su conocimiento con la intencin de descubrir o comprender mejor aquellos aspectos y mecanismos que permiten fundamentar racionalmente la posibilidad de su existencia en entornos no terrestres (su extrapolabilidad) y, por tanto, su bsqueda. En definitiva, la astrobiologa como exobiologa crtica parte del supuesto de que

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    los trminos vida y vida terrestre no son sinnimos y est dispuesta a demostrar cientficamente su hiptesis.

    Salvada la especificidad de la astrobiologa, atendamos ahora a los fundamentos que sostienen la anterior suposicin.

    En ciencia, una teora dominante es puesta en entredicho cuando la cantidad de hechos descubiertos que no puede explicar, o que la contradicen abiertamente, aumenta hasta el punto en que resulta desaconsejable, o intolerable, la introduccin de nuevas hiptesis ad hoc. Pues bien, por una parte, no hay entre los conocimientos cientficos actuales ninguno que prohba, expresa o implcitamente, la extrapolacin del modelo de vida terrestre a otros lugares del Universo. Por otra, tanto la acumulacin de datos y descubrimientos aportados por los estudios de la vida en la Tierra y la exploracin y las ciencias espaciales, como la direccin en la que apuntan y la creciente celeridad con que se producen en funcin de la mejora de las tcnicas y aparatos de medicin y observacin, posibilitan el cuestionamiento del paradigma biogeocentrista. En efecto, los revolucionarios conocimientos aportados por la biologa molecular y la gentica sobre el origen, composicin, estructura y funcionamiento de la vida terrestre, junto con los nuevos descubrimientos realizados acerca de su capacidad para sobrevivir y progresar en ambientes extremos, unidos a los suministrados por la exploracin espacial -como la presencia de molculas prebiticas en entornos extraterrestres y las condiciones atmosfricas y geolgicas de otros mundos-, constituyen el fundamento que permite pensar la posibilidad de existencia de vida similar a la terrestre en entornos extraterrestres -cercanos, cuando menos-, y en la vida en trminos de imperativo csmico en vez del fenmeno azaroso altamente improbable por el que es tenida dentro del paradigma cientfico biogeocentrista.

    Y todo ello sin olvidar la asuncin por parte de la astrobiologa de la universalidad de las leyes de la fsica y la qumica, algo que las ciencias consagradas ya vienen haciendo desde hace mucho tiempo. En el caso de la astrobiologa, esta suposicin resulta crucial para legitimar la extrapolacin del modelo de vida terrestre a entornos no terrestres; una posibilidad a la que contribuy decisivamente Stanley Miller poniendo de manifiesto experimentalmente, en 1953, la intervencin de dichas leyes en la aparicin de los componentes bsicos de la vida (molculas prebiticas), lo que avalara la consideracin del sustrato materio-energtico del Universo como crisol de la vida. Pero no sucede lo mismo con las leyes de la biologa pues, a diferencia de la fsica y la qumica, que estudian sus objetos tambin en entornos distintos del terrestre, las ciencias de la vida slo disponen del caso terrestre para su estudio, lo que no permite suponer la universalidad de sus leyes, entretejidas, adems, de azar y necesidad. No obstante, este problema podra soslayarse apelando a la posibilidad de una evolucin convergente, de la que

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    la biologa posee numerosas evidencias y casos bien documentados entre los vivientes terrestres.8

    En definitiva, la astrobiologa entendida como exobiologa crtica ofrece argumentos suficientes para elaborar, defender e intentar probar su hiptesis principal de trabajo: la vida como fenmeno universal bajo ciertas condiciones de aparicin. De un modo ms explcito: dado que conocemos de forma bastante aceptable las condiciones de aparicin que se dieron cita en el caso de la vida en la Tierra, y que su presencia se ve progresivamente confirmada tambin en otros lugares del Universo, puede suponerse sin temor a contravenir leyes fundamentales y conocimientos cientficos bien establecidos que la no excepcionalidad de tales condiciones tenga su reflejo en la no excepcionalidad del fenmeno al que, en su momento, dieron origen en la Tierra.

    Es claro que esta forma de proceder supone una inversin en la forma habitual de considerar el fenmeno de la vida, parecida en cierto modo a la ensayada hace siglos por Coprnico para explicar los movimientos aparentes de los astros. Si el clebre astrnomo polaco hubo de hacer un esfuerzo de comprensin que requera invertir la perspectiva de estudio de los fenmenos celestes, aqu sucede algo similar con relacin al tema que nos ocupa: de considerar la vida en la Tierra como la nica existente en el universo se pasa a verla como un caso particular (local) de un fenmeno universal; de la Tierra como planeta de condiciones excepcionales e irrepetibles, nicas, para el surgimiento de la vida, a la consideracin de un Universo rico en condiciones favorables para el nacimiento de la vida y posiblemente, por tanto, rebosante de ella (Living Universe).

    As las cosas, la cuestin se centra ahora en considerar la cientificidad (la posibilidad de ser puesta a prueba) de la hiptesis defendida por la astrobiologa entendida como exobiologa crtica. En este sentido, hay que decir que el inters de la exobiologa crtica por la vida terrestre ha permitido a esta disciplina disponer de una definicin operacional -no esencial- para la expresin vida extraterrestre, suficiente til- para fundamentar y orientar cientficamente su bsqueda. En efecto, la estrategia extrapoladora proporciona a dicha expresin un referente que hace posible tanto la formulacin de enunciados con sentido (susceptibles de ser o verdaderos o falsos) como la elaboracin de hiptesis cientficas (suposiciones coherentes de las que pueden deducirse hechos observables o reproducibles, esto es, contrastables) acerca de tan escurridizo sujeto. Actuando as, el tema de la existencia de vida fuera de nuestro planeta abandona el mbito de la

    8 Cfr. Julin Chela Flores, La evolucin del comportamiento inteligente: Existe evidencia de propsito en las

    molculas complejas de la qumica?, Letras de Deusto (Universidad de Deusto, Bilbao), Vol. 36, n 110 (2006), pp. 9-36.

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    metafsica para convertirse en un problema cientfico, es decir, en una pregunta que admite respuesta experimental.

    Resumiendo: la astrobiologa entendida como exobiologa crtica presenta dos objetos de estudio complementarios: la vida en la Tierra y la vida extraterrestre (en el sentido aqu explicado). nicamente ste ltimo merece la consideracin de objeto de estudio propio, especfico, de la astrobiologa, pero dado que no hay evidencia emprica alguna del mismo, ni su existencia puede ser inferida a partir del corpus de conocimientos cientficos actuales, en el estado actual del arte no puede afirmarse que el objeto de estudio propio de la astrobiologa sea, en rigor, objeto (fenmeno) alguno, sino ms bien un objetivo, una expectativa racional, una posibilidad fundamentada en suposiciones plausibles, datos y conocimientos cientficos, susceptible de contrastacin experimental. Pero hasta que eso suceda, si es que tal cosa puede realmente acontecer, la astrobiologa llevar implcito un componente de incertidumbre que algunos confunden con metafsica pero que, como veremos, nada tiene que ver con ella.

    3. LA ASTROBIOLOGA COMO EXPLORACIN CIENTFICA Es un hecho que no disponemos de evidencia indiscutible de la existencia

    de vida extraterrestre; es un hecho que la pregunta por la posible existencia de vida en otros mundos distintos del nuestro acompaa a la humanidad desde antiguo y contina hacindolo an en la actualidad; y es un hecho, finalmente, que no hay nada en el corpus de nuestros conocimientos cientficos que permita concluir con certeza deductiva o bien la existencia de vida extraterrestre o, por el contrario, su imposibilidad. Sin embargo, tal y como apuntamos ms arriba, la pregunta por la existencia de vida distinta de la terrestre en el Universo admite actualmente, en principio y por vez primera en la historia, una respuesta cientfica (experimental).

    Dcadas de estudios cientficos del nico caso de vida existente que nos consta -el de la Tierra- han dado como resultado un modelo de vida bastante bien conocido susceptible de extrapolacin al Universo, lo que permite fundamentar racional, tericamente, la idea de su posible existencia ms all de nuestro planeta, a la vez que orientar su bsqueda y estudio sirvindose de l cual gua o brjula que permita saber en todo momento qu, cmo y dnde buscar (contrastabilidad terica o en principio).

    En cuanto a la posibilidad real, prctica, de contrastacin de las hiptesis sobre el particular, hay que decir que existen las tecnologas y los conocimientos necesarios y suficientes para ponerlas a prueba, y hacerlo, adems, con finura y rigor crecientes, tanto in situ (desarrollo de biomarcadores, naves exploradoras, sondas portadoras de laboratorios

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    robticos dotados de sistemas biosensores,) como a distancia (radiotelescopios,).

    En definitiva, el hecho de poder fundamentar racional, tericamente, la posibilidad de la existencia del objeto a buscar (vida extraterrestre) y de disponer de una estrategia coherente y realista de bsqueda, es decir, de contrastacin (capacidad para orientarla y disponibilidad de los medios prcticos adecuados para llevarla a cabo con posibilidad de xito), hacen de la actividad astrobiolgica una bsqueda diligente (exploracin) dotada de los mtodos y tcnicas experimentales y de observacin apropiados (cientfica).

    Como actividad exploradora, la astrobiologa no tiene garantizado el xito en su bsqueda, confirindole tal incertidumbre en su resultado carcter de aventura.

    As, aunque existen buenas razones para suponer la existencia del objeto buscado la vida extraterrestre- y, por tanto, para la esperanza en su hallazgo, bien pudiera suceder que no existiese, lo que hara necesariamente infructuosa cualquier estrategia de bsqueda por muy coherente que sta fuese. Otros factores de incertidumbre a tener en cuenta son la inmensidad del Universo a explorar o la posibilidad de que las hipotticas formas de vida extraterrestre difieran tanto del patrn seguido en nuestro planeta que resulte imposible su reconocimiento.

    Sin embargo, ni la lejana ni la desemejanza son necesariamente obstculos absolutos. La historia de la ciencia y la tcnica muestra que a menudo la imposibilidad lo es slo relativamente, es decir, en funcin de la capacidad tecnolgica y de las ideas y conocimientos disponibles en un determinado momento histrico, pero que deja de serlo en una poca posterior. No sera descabellado, por tanto, pensar que la misma actividad exploratoria pudiera servir como acicate del desarrollo cientfico y tecnolgico que hiciera superable en el futuro esa momentnea imposibilidad inicial. Si, por el contrario, la imposibilidad de identificacin o hallazgo de la vida extraterrestre existente fuese absoluta, es decir, realmente insuperable, y no tuviramos modo de saberlo, estaramos en la prctica ante una situacin equivalente a la de la inexistencia de vida extraterrestre y, por tanto, de su bsqueda infructuosa.

    La traduccin epistemolgica de todo ello podra ser la siguiente: a) La hiptesis EVE -Existe Vida Extraterrestre- crticamente formulada:

    algn otro lugar del Universo adems de la Tierra alberga vida basada en iguales o similares principios y condiciones que la terrestre, es verificable (al menos en principio), pero no falsable. Por ms que se busque sin xito vida extraterrestre, no habr forma de saber con certeza si ello es debido a su inexistencia, o bien a su lejana o desemejanza con la terrestre, por lo que siempre ser posible mantener una actitud esperanzada de bsqueda en la

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    creencia de que el problema se reduce a una cuestin de tiempo o mejora tecnolgica. Pero la imposibilidad de falsacin de una hiptesis constituye para algunos razn suficiente para negarle carcter cientfico (Popper)9.

    b) La hiptesis NEVE -No Existe Vida Extraterrestre- (que podramos formular as: ningn otro lugar del Universo, a excepcin de la Tierra, alberga vida) no es verificable. En efecto, debido al problema de la induccin los enunciados universales no son verificables, y la hiptesis NEVE, como queda patente arriba, es un caso de enunciacin negativa universal. Pero s resulta, en cambio, falsable (lo que satisfara la condicin de los falsacionistas para considerar su cientificidad), bastando para ello un solo caso en contrario (lo que supondra la confirmacin de la hiptesis EVE, a condicin de eliminar toda posibilidad de introducir alguna hiptesis ad hoc, como, por ejemplo, la de contaminacin planetaria por las propias naves exploradoras).

    As las cosas, parece lgico que sean los defensores de la hiptesis EVE quienes deban correr con la carga de la prueba, para lo cual disponen de dos vas: abogar en defensa de la hiptesis EVE (probando su verdad o inocencia: verificacin) o actuando como fiscales contra la hiptesis NEVE (demostrando su falsedad o culpabilidad: falsacin). Los defensores de NEVE, en cambio, no actuaran inteligentemente si intentaran probar su tesis: no les interesa hacerlo porque no tienen nada que ganar (el statu quo actual ya juega a su favor, de modo que en ausencia de prueba en contrario ser inocente verdadera- hasta que se demuestre lo contrario) y s, en cambio, mucho que perder, pues al intentar su verificacin (demostrar su inocencia) se arriesgaran a falsarla (probar su culpabilidad), con el agravante, adems, de saber que tal demostracin (la verificacin) no es posible.

    Como consecuencia de todo ello, surgen varios escenarios posibles, cada uno de ellos con sus pros y contras, resultando, adems, que nos hallamos en la tesitura de tener que tomar partido obligatoriamente por alguno de ellos pues, dada la situacin de facto en que nos encontramos (buscando ya cientficamente vida extraterrestre), el no elegir es ya una forma de hacerlo:

    9 Verificacin y falsacin son las dos formas que tiene la ciencia de contrastar sus hiptesis. Verificar consiste en

    comprobar experimentalmente que se dan las consecuencias previstas por los hechos deducidos de- esa hiptesis, resultando entonces dicha hiptesis verdadera. Sin embargo, la verificacin presenta varios problemas: se fundamenta sobre un esquema de inferencia lgicamente incorrecto, conocido como falacia de afirmar el consecuente (si la hiptesis es verdadera pasarn tales cosas; pasan tales cosas, luego la hiptesis es verdadera); no es posible verificar enunciados universales (problema de la induccin) ni probabilsticos. A pesar de todo, la verificacin, acompaada de las debidas precauciones, es una forma aceptada y habitual de proceder cientficamente. En vista de los problemas que presenta la verificacin, el filsofo de la ciencia Karl Popper propuso la falsacin como nico procedimiento vlido de contrastacin de las hiptesis cientficas: si la hiptesis es verdadera pasarn tales cosas; no pasan tales cosas, luego la hiptesis es falsa. Segn Popper, la experimentacin slo es vlida para falsar hiptesis, no para verificarlas, porque no es posible tener jams la completa certeza de la verdad de una hiptesis, pero si de su falsedad. Por tanto, slo las hiptesis falsables seran cientficas. Aunque el esquema argumentativo de la falsacin es irreprochable desde el punto de vista lgico y permite, adems, contrastar enunciados universales, la falsacin tambin tiene sus limitaciones: no es posible falsar enunciados particulares negativos ni probabilsticos; no toda hiptesis verdadera es falsable, y en ocasiones es posible utilizar hiptesis ad hoc para salvar teoras formuladas con proposiciones universales (una forma prctica de hacerlo, pero no lgica).

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    a) Proseguir la bsqueda de vida extraterrestre: si decidimos hacerlo, y la hubiera, nos estaramos brindando la oportunidad de hallarla, lo que, de suceder, seguramente contribuira al progreso del conocimiento humano (sobre la vida, el Universo y el lugar que nuestra especie ocupa en l) y tecnolgico (con sus correspondientes retornos hacia los mbitos cientfico, industrial, econmico o social, entre otros). Pero en el caso de no dar con ella (por no acertar a encontrarla, no poder hacerlo, no disponer de fondos suficientes para ejecutar mltiples experimentos destinados a identificar biomarcadores en la futura exploracin del Sistema Solar o, simplemente, no existir), siempre quedaran las contribuciones de la exploracin astrobiolgica al conocimiento de la vida y el Universo, as como al progreso tecnolgico.

    b) Abandonar la bsqueda de vida extraterrestre: de hacerlo as, y no existir, habramos tomado la decisin correcta, aunque nunca podramos saberlo con certeza debido a la no verificabilidad de la hiptesis NEVE, a nos ser que algn nuevo descubrimiento o conocimiento permitiera inferir con certeza la imposibilidad de la existencia de vida extraterrestre de cualquier tipo ms all de nuestro planeta -lo que no parece muy probable ni verosmil- acabando as con la esperanza de encontrarla. Pero si abandonramos y la hubiera, difcilmente podramos hallarla contribuyendo de este modo con su descubrimiento al progreso del conocimiento humano. En este ltimo supuesto, cabe tambin dentro de lo posible su hallazgo fortuito, lo que probablemente nos abocara a una incomoda situacin caracterizada por la perplejidad de afrontar una situacin inesperada, la necesidad y urgencia de tener que hacerlo de manera irremediable, y la angustia de advertir la falta de preparacin suficiente para ello.

    Adems de los apuntados, hay otros aspectos que tambin inciden sobre el carcter de aventura de la astrobiologa, aunque en esta ocasin para hacer de ella una actividad aventurada. Puesto que no es posible demostrar la inexistencia de vida extraterrestre (inverificabilidad de la hiptesis NEVE), el hecho de encontrarnos ya embarcados, y al parecer sin remedio, en la exploracin estelar obliga a considerar los peligros que entraa una actividad de tal naturaleza. Por esta razn, es imperativo que las misiones exploratorias cumplan el protocolo biolgico -o de proteccin planetaria-, es decir, con todas las medidas de seguridad necesarias para prevenir y evitar posibles riesgos o amenazas tanto para la vida terrestre en general (incluida nuestra especie), como para cualquier posible forma de vida extraterrestre existente. Pinsese, por ejemplo, en una posible contaminacin planetaria por microorganismos (posibilidad real desde el mismo momento en que han sido posibles las misiones exploratorias sobre el terreno, y de forma muy especial aquellas que contemplan el retorno con muestras o materiales exgenos para su posterior

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    anlisis en la Tierra). Igualmente debiramos estar precavidos para posibles impactos socioculturales de un eventual xito de SETI.

    En definitiva, no es el grado de dificultad tcnica o terica de una investigacin lo que la caracteriza como metafsica, sino la presencia de enunciados incontrastables en sus hiptesis lo cual, como se ha visto, no es el caso de la astrobiologa.

    4. CONCLUSIN La consideracin de la astrobiologa como exobiologa crtica salvaguarda

    la especificidad de esta disciplina emergente a la vez que transformar la escurridiza y polmica cuestin de la existencia de vida extraterrestre en un problema cientfico, es decir, en una pregunta que admite solucin experimental, al menos en principio. Pero ciencia y exploracin se rigen por parmetros diferentes. El carcter de aventura inherente a toda empresa exploradora se halla tambin presente en la bsqueda de evidencia emprica de un fenmeno, la vida extraterrestre, cuya existencia por ahora es nada ms (y nada menos) que una posibilidad racional. Adems de aventura, la astrobiologa es una disciplina esencialmente polmica por su peculiar enfoque del fenmeno de la vida (sub specie Universorum), por lo que tiene de aventura exploradora aventurada y, finalmente, por las implicaciones de su actividad para los diferentes campos del saber y la cultura humanos, en especial de verse su labor coronada por el xito.

    Todo ello hace de la astrobiologa una disciplina de fronteras necesitada de investigadores que sean, a la vez y en uno, cientficos audaces y aventureros cabales; personas de mirada pionera capaz de trascender el horizonte de lo inmediato y cotidiano para asomarse al otro lado del lmite. Al fin y al cabo, qu habra sido de nuestra especie sin la capacidad de nuestros ancestros para soar con el otro lado de los lmites y el coraje de fisgar tras ellos? Qu quedara del espritu humano de renunciar a su afn explorador de fronteras?

    Pero se halla la humanidad en condiciones econmicas, morales, sociales y polticas de intentar, y soportar, tal aventurada empresa?; justifican la cantidad y calidad de los retornos cientficos y tecnolgicos generados por las investigaciones astrobiolgicas las cuantiosas inversiones que stas demandan y, de ser as, bajo qu criterios?; acaso constituya la astrobiologa, con el consentimiento interesado y tcito de los astrobilogos, la excusa idnea que, bien orquestada y mejor publicitada, sirva para devolver a la sociedad el inters por la exploracin espacial, logrando vencer as sus reticencias hacia las costosas inversiones en este terreno?

    Es un hecho que, adems de los aspectos tericos abordados en este trabajo, existen alrededor de la ciencia y la investigacin otros intereses

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    implicados, legtimos la mayora de las veces, que tambin deben ser contemplados a la hora de decidir qu, quin, cmo, cundo y con qu recursos investigar, o acerca de quin deba tomar tales decisiones y de su idoneidad para hacerlo. La astrobiologa, tanto por su condicin hbrida de ciencia y exploracin como por lo peculiar de su actividad y objeto de estudio, es un campo especialmente propicio para el surgimiento de este tipo de consideraciones crticas de carcter social involucradas necesariamente por la forma actual de hacer ciencia y tecnologa.

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    (III) EN BUSCA DE VIDA FUERA DE LA TIERRA: CLAVES DESDE LA

    INVESTIGACIN SOBRE EL ORIGEN Y LA EVOLUCIN DE LOS SERES VIVOS EN NUESTRO PLANETA

    (Carlos Briones Llorente)

    RESUMEN Una nueva ciencia, la Astrobiologa, est permitiendo integrar las

    herramientas formales y experimentales de diversas especialidades en un esfuerzo transdisciplinar encaminado a la investigacin sobre el origen y evolucin de la vida en la Tierra, as como a la bsqueda de evidencias de vida fuera de nuestro planeta. La aparicin de la vida en la Tierra es un captulo de su pasado, un hecho histrico que como tal es intrnsecamente irrepetible, pero a pesar de ello s puede ser investigado empleando el mtodo cientfico y las tcnicas que las distintas ramas de la fsica, la qumica, la geologa y la biologa han puesto en nuestras manos, sometiendo los resultados obtenidos a la luz del espritu crtico. En el mbito de las ciencias de la vida, durante los ltimos aos se ha logrado demostrar el origen comn de todos los seres vivos, y se estn estudiando los posibles pasos seguidos en la transicin entre la materia inanimada y la viva. Tambin ha sido fundamental el descubrimiento y caracterizacin de microorganismos extremfilos, que viven en condiciones fsico-qumicas muy alejadas de las que consideramos normales y que podran desarrollarse en entornos tan aparentemente hostiles como los que ofrecen Marte, Europa, Titn, Venus... o incluso algunos astros fuera de nuestro Sistema Solar.

    Gracias a estos conocimientos, en la actualidad se disean instrumentos biosensores que comienzan a ser enviados a dichos planetas o satlites. Si la vida existe en ellos o si existi en el pasado pero ha dejado huellas reconocibles sera posible detectarla, e incluso analizar hasta qu punto se parece a la que conocemos en nuestro planeta. ste es un aspecto muy interesante, pues sabemos que las leyes de la fsica y la qumica son

    Carlos Briones Llorente (1969), cientfico y escritor. Doctor en Ciencias Qumicas en la especialidad de Bioqumica y

    Biologa Molecular, trabaja en el laboratorio de evolucin molecular del Centro de Astrobiologa (centro mixto CSIC-INTA, asociado al Instituto de Astrobiologa de la NASA). Sus intereses cientficos se centran en el origen y evolucin temprana de la vida y en el desarrollo de biosensores para la deteccin de vida fuera de nuestro planeta. Ha publicado casi cincuenta artculos en revistas especializadas, numerosos captulos de libros, y es co-inventor de cinco patentes internacionales en el campo de los biosensores y sus aplicaciones biotecnolgicas. Posee tambin una amplia experiencia en divulgacin y comunicacin de la ciencia. En el mbito de la literatura ha cultivado fundamentalmente la poesa y el relato corto, siendo autor de los poemarios De donde ests ausente (Hiperin, Madrid, 1993) y Memoria de la luz (DVD Ediciones, Barcelona, 2002).

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    universales, pero la biologa siempre a medio camino entre el azar y la necesidad puede seguir derroteros muy diferentes en unos y otros lugares. Si en el futuro este esfuerzo cientfico y tecnolgico permite detectar vida fuera de la Tierra nos hallaremos ante un descubrimiento de extraordinarias consecuencias cientficas y filosficas para la humanidad.

    1. INTRODUCCIN La Astrobiologa es una ciencia joven y marcadamente transdisciplinar

    cuyo objetivo se suele definir, de una forma sinttica, como el estudio del origen, evolucin y distribucin de la vida en el Universo. Por tanto, aunque el trmino Astrobiologa es relativamente reciente, las cuestiones que busca responder han acompaado a los humanos desde la antigedad: cmo aparecieron los seres vivos, y si estamos o no solos en el Universo. Estudiar el origen, la emergencia de algo nuevo a partir de una situacin anterior diferente, supone siempre un notable reto intelectual. Y esto es especialmente cierto en lo que respecta al origen de la vida, que engloba numerosas preguntas apasionantes, entre ellas cundo y cmo ocurri, si tuvo lugar en la Tierra o fuera de ella, y cun frecuente pudo haber sido tal biognesis en diferentes lugares del universo.

    Puesto que va a ser nuestro objeto de estudio, comenzaremos intentando definir lo que entendemos por vida. ste no es un asunto sencillo, y de hecho tanto los cientficos como los filsofos no van ms all de acuar definiciones operativas que les permitan distinguir la materia inanimada de la viva, y por tanto consensuar a qu tipo de entidades se refieren cuando se busca vida fuera de la Tierra. Una de tales definiciones es la que ha propuesto la NASA, segn la cual una entidad viva es un sistema qumico automantenido que evoluciona como consecuencia de su interaccin con el medio. En ella estn recogidas las dos principales caractersticas de los seres vivos: poseen algn tipo de metabolismo para intercambiar materia y energa entre el individuo y su entorno, y cuentan con un sistema de almacenamiento y replicacin de la informacin heredable. No obstante, todas las definiciones de vida son siempre incompletas o cuestionables, y de hecho existen sistemas replicativos como los virus y los viroides que, a pesar de su gran inters en biologa, pueden considerarse a uno u otro lado del lmite entre lo vivo y lo no vivo.

    En cualquier caso, la segunda de las caractersticas sealadas es tal vez la ms definitoria de la vida: los seres vivos replican la informacin codificada en su genoma de forma tal que en el proceso de copia se producen siempre errores o mutaciones que generan una cierta biodiversidad en la descendencia.

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    Esto permitir una variabilidad en su respuesta a las presiones selectivas introducidas por el ambiente, y con ello una mayor capacidad reproductora de los individuos mejor adaptados. La vida conlleva la evolucin. Algo que sin siquiera intuir la complejidad de sus bases moleculares ya demostr Charles Darwin hace casi 150 aos10, y que ha quedado brillantemente expresado en el famoso enunciado de Theodosius Dobzhansky11: Nada en biologa tiene sentido si no es a la luz de la evolucin.

    2. EL ORIGEN DE LA VIDA: DIVERSAS APROXIMACIONES A UNA MISMA CUESTIN

    Desde la formacin de la Tierra, hace aproximadamente 4.550 millones de aos (Ma), hasta que hace unos 3.900 Ma aparecieron las primeras rocas sedimentarias, nuestro planeta estuvo sometido a un intenso bombardeo de meteoritos que produca temperaturas y presiones incompatibles con la existencia de agua lquida. Por tanto, la vida difcilmente pudo originarse en la Tierra hace ms de 3.900 Ma. Pero hace unos 3.500 Ma la vida ya exista, y adems haba dado lugar a gran variedad de morfologas celulares y relaciones ecolgicas, como indican los microfsiles de bacterias y comunidades microbianas hallados en rocas de esa antigedad en Australia. Es decir, la aparicin de la vida fue un evento temprano en este planeta, que ha estado habitado durante casi el 80% de su historia.

    Diferentes lneas de investigacin nos estn permitiendo plantear una secuencia de pasos que pudieron producirse durante ese perodo de 400 Ma como mximo en el que tuvo lugar el origen y la evolucin temprana de la vida. Este es un campo de trabajo complejo, ya que el mundo molecular anterior a las clulas no deja fsiles ni otras evidencias directas que puedan ser analizadas para reconstruir dicha transicin entre la materia inanimada y la viva. As, lo que hoy sabemos sobre aquella poca es el resultado de las pruebas indirectas, aunque cada vez ms slidas, derivadas de dos aproximaciones complementarias.

    La aproximacin al origen de la vida denominada de arriba hacia abajo, o top-down, se basa en la comparacin de los genomas y metabolismos de los seres vivos actuales, en busca de caractersticas comunes que pudieran haber estado presentes en las primeras clulas. Mediante el anlisis de la secuencia de determinados genes en la totalidad de los organismos conocidos ha sido posible demostrar que todos provenimos de un mismo ancestro comn, una

    10 Charles Darwin, The origin of species by means of natural selection, Londres, John Murray, 1859.

    11 Theodosius Dobzhansky, Nothing in biology makes sense except in the light of evolution. The American Biology

    Teacher (Washington DC), vol. 35, n 3 (1973), pp. 125-129.

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    entidad celular a la que se ha denominado progenote o LUCA del ingls last universal common ancestor. En este antepasado global, que vivi hace ms de 3.500 Ma, ya se haban fijado las estrategias moleculares bsicas de los seres vivos conocidos, entre ellas el sentido en que fluye la informacin gentica: DNA (archivo de informacin) RNA (molcula intermediaria) Protena (funciones estructurales y metablicas). Adems, la organizacin bioqumica y las rutas metablicas bsicas del progenote eran ya muy similares a las de los organismos que nos rodean. Para intentar profundizar en sus caractersticas se est secuenciando los genomas bacterianos que poseen menor nmero de genes, se trabaja en la definicin terica de lo que podra necesitar una clula mnima viable, y se disea programas informticos para simular los metabolismos ms simples que puedan dar lugar a sistemas vivos auto-mantenidos.

    Pero, en el contexto del origen de la vida, una clula aunque sea la ms simple que podamos encontrar o imaginar es algo demasiado complejo como punto de partida. Por ello, la segunda aproximacin fundamental es la conocida como de abajo hacia arriba o bottom-up, que consiste en intentar llegar a la vida partiendo de la qumica. Dentro de esta estrategia ha resultado fundamental la investigacin en qumica prebitica, que permite obtener muchos monmeros de las molculas biolgicas a partir de compuestos qumicos muy sencillos. El famoso experimento realizado en 1953 por el recientemente fallecido Stanley L. Miller12 demostr que los aminocidos que constituyen las protenas podan obtenerse abiticamente a partir de los gases que entonces se supona presentes en la atmsfera terrestre primitiva, sin ms que someterlos a intensas descargas elctricas durante unos das. Estos experimentos as como los realizados posteriormente por Joan Or y otros investigadores no estn exentos de controversia cientfica, pero en cualquier caso su repercusin va ms all de los resultados concretos obtenidos. En efecto, mientras que en la dcada de 1920 las obras de Aleksandr I. Oparin y John B. S. Haldane permitieron comprender que el origen de la vida era una cuestin de ndole cientfica13, Miller y los dems pioneros de la qumica prebitica demostraron que se trataba de un problema abordable por la ciencia experimental.

    Como combinacin de ambas aproximaciones al origen de la vida, durante las ltimas dcadas se ha realizado un trabajo muy intenso para

    12 Stanley L. Miller, A production of amino acids under possible primitive Earth conditions. Science (Washington DC),

    vol. 117, n 3046 (1953), pp. 528-529. 13

    Aleksandr I. Oparin, Proskhodenie zhisni, Mosc, Moscovksii Rabotchii, 1924. (Primera traduccin al ingls: Aleksandr I. Oparin, The origin of life, New York, MacMillan, 1938).

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    intentar comprender cmo fue la evolucin que llev de las primeras molculas biolgicas a LUCA, es decir, de las races del rbol de la vida hasta ese punto de su tronco en que se separaron las ramas que han originado toda la biodiversidad actual. En este complejo proceso, uno de los pasos fundamentales es la aparicin de las primeras molculas con informacin gentica heredable. Muchas evidencias experimentales apoyan la hiptesis del Mundo RNA, segn la cual esa biomolcula fue anterior al DNA y a las protenas ya que en el principio pudo funcionar simultneamente como genotipo archivo de informacin gentica y fenotipo catalizador de reacciones, entre ellas su propia replicacin. El modelo del Mundo RNA tiene an importantes problemas que resolver, pero muchos cientficos realizan experimentos de evolucin in vitro de cidos nucleicos con la esperanza de encontrar una molcula de RNA capaz de auto-replicarse, que podra postularse como el punto de partida de la evolucin biolgica. En paralelo a esta lnea de pensamiento la replicacin primordial otros cientficos han defendido la idea del metabolismo primigenio, segn la cual antes de la aparicin de la primera molcula auto-replicante hubo de establecerse una red de reacciones qumicas automantenidas capaz de crecer y reproducirse en el interior de un compartimento. La controversia inherente a estas dos escuelas ha sido muy fructfera cientficamente, y en la sntesis que recientemente ha comenzado a producirse entre ambas14 est quedando de manifiesto que la investigacin sobre el origen de la vida se encuentra muy prxima a otros campos de gran trascendencia, como la biologa de sistemas y la vida sinttica.

    3. LOS MICROORGANISMOS EXTREMFILOS COMO MODELO PARA LA BSQUEDA DE VIDA FUERA DE NUESTRO PLANETA

    La comparacin gentica y metablica de los seres vivos actuales permiti, como se ha indicado, demostrar que todos los organismos poseemos un origen comn. Adems, el profundo conocimiento molecular acumulado durante las ltimas dcadas se ha utilizado para clasificar la abrumadora biodiversidad que nos rodea en funcin de las huellas que la evolucin ha ido dejando en los genomas de los organismos. As, se ha podido constatar que los seres vivos celulares no estn divididos en los dos grupos tradicionalmente descritos en funcin de la presencia o ausencia de ncleo diferenciado

    14 Jack W. Szostak, David P. Bartel, Pier L. Luisi, Synthesizing life. Nature (Londres), vol. 409, n 6818 (2001), pp.

    387-390.

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    eucariotas y procariotas, respectivamente sino en tres linajes o dominios15: Eucarya, Bacteria y Archaea. Bacterias y arqueas son organismos unicelulares y sin ncleo, previamente agrupados como procariotas, pero entre ellos existen diferencias tan profundas como las que cualquiera de estos dos dominios posee respecto a los eucariotas. Una de las consecuencias de este cambio de paradigma, derivado del conocimiento gentico de los seres vivos, es que se reconoce el estatus de linaje independiente de las arqueas, microorganismos que en muchos casos haban sido detectados en entornos de la Tierra considerados extremos.

    En efecto, en paralelo a los avances de la filogenia molecular, durante las ltimas dcadas la microbiologa de campo ha permitido descubrir y caracterizar numerosos gneros de microorganismos extremfilos, amantes de los extremos que viven en condiciones fsico-qumicas muy alejadas de las que consideramos haciendo gala de nuestro habitual antropocentrismo normales. Se ha logrado aislar multitud de microorganimos generalmente arqueas y bacterias en lugares antes insospechados: surgencias hidrotermales a ms de 115C y cientos de atmsferas de presin, los hielos de la Antrtida a -30C, aguas con extrema acidez o alcalinidad, salinas de evaporacin, ambientes de alta radiactividad, rocas a varios kilmetros de profundidad, o entornos ricos en metales pesados y compuestos qumicos supuestamente txicos. As, hoy sabemos que casi independientemente de su temperatura, presin, pH, salinidad o nivel de radiacin, en cualquier entorno de la Tierra con un mnimo de agua lquida y una fuente de energa utilizable luz visible, compuestos orgnicos reducidos, o determinados minerales existen organismos capaces de desarrollarse. Esta constatacin ha ampliado enormemente los mrgenes de habitabilidad que se les supona a los seres vivos, y ha permitido plantear la bsqueda de vida fuera de nuestro planeta, en un amplio abanico de entornos realmente extremos a la par que fascinantes: los desiertos helados de Marte por los que en el pasado fluy el agua lquida, el subsuelo rico en minerales de hierro del planeta rojo, la cubierta de hielo y sal del satlite Europa, su inmenso ocano interior, los lagos de metano de Titn, las nubes altas de la atmsfera de Venus, o incluso los planetas extrasolares en los que se est constatando la existencia de agua.

    En consecuencia, uno de los retos de la Astrobiologa es caracterizar molecularmente los ecosistemas que podran existir en tales entornos

    15 Carl R. Woese, Otto Kandler, Mark L. Wheelis, Towards a natural system of organisms: Proposal for the domains

    Archaea, Bacteria and Eucarya. Proceedings of the National Academy of Sciences USA (Washington DC), vol. 87, n 12 (1990), pp. 4576-4579.

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    extraterrestres y definir qu tipo de biomarcadores sera posible detectar en ellos. La hiptesis de trabajo es que en funcin de las caractersticas siempre extremas, por lo que sabemos hasta ahora del astro en el que se busque vida, cabe encontrar evidencias de algo ms o menos parecido a alguno de los microorganismos extremfilos que conocemos. Y eventualmente, en funcin del nivel de sofisticacin tecnolgica al que lleguemos con los instrumentos biosensores que se estn desarrollando, podra compararse esa vida con el nico ejemplo de vida que conocemos hasta ahora. Adems, si el nuevo entorno vivo estuviera suficientemente cerca de la Tierra en trminos astronmicos como sera el caso si se detecta vida en Marte sera posible incluso postular algn tipo de conexin evolutiva de mayor nivel, que nos hablara de un pasado comn entre los seres vivos de nuestro entorno y los habitantes de otros mundos. De hecho, esto supondra una forma de demostrar la hiptesis de la panspermia, segn la cual determinadas semillas de vida pudieron viajar a travs de cometas o meteoritos entre un planeta o satlite donante y otro receptor, inoculando en ste las estrategias evolutivas que ya haban triunfado en aqul. La panspermia un nombre en recuerdo a Anaxgoras fue planteada por Svante A. Arrhenius a principios del siglo XX como una hiptesis provocativa, pero cada vez cuenta con ms apoyo entre la comunidad cientfica, en parte por las sorprendentes posibilidades que estn abriendo los micro organismos extremfilos.

    4. EPLOGO

    La Astrobiologa tiene como uno de sus objetivos fundamentales, y probablemente el ms atractivo para el gran pblico, la bsqueda de vida fuera de la Tierra. Para ello se disean y desarrollan costosos programas que culminan en espectaculares viajes espaciales a distintos lugares del Sistema Solar. Pero, en paralelo, esta nueva ciencia est permitindonos realizar un viaje incluso ms fascinante, ste no en el espacio sino en el tiempo, hasta remontarnos al origen y la evolucin temprana de la vida en nuestro planeta. La universalidad de las leyes de la fsica y la qumica, y el conocimiento cada vez ms profundo de los seres vivos actuales, nos ha llevado a establecer una secuencia de procesos que pudieron producirse durante la transicin entre la materia inanimada y la viva. Y resulta evidente que ese fenmeno que denominamos vida ha sido recordando lo que Jacques Monod16 replante a

    16 Jacques Monod, Le hasard et la ncessit. Essai sur la philosophie de la biologie moderne, Pars, Seuil, 1970.

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    partir de las ideas de Demcrito consecuencia de la combinacin entre el azar y la necesidad.

    En efecto, se ha postulado que la emergencia de la vida tal vez responda a una cierta necesidad inherente a la materia, una vez que alcanza un determinado grado de complejidad molecular17. La rpida aparicin de la vida en nuestro planeta, en cuanto las condiciones fsico-qumicas fueron las adecuadas, va a favor de esta idea. Por tanto, quiz la biologa sea una consecuencia inevitable, una propiedad emergente que surge como una transicin de fases natural en sistemas qumicos suficientemente complejos y autoorganizados18. Si esto es as, la vida podra haberse iniciado en numerosos lugares del cosmos, y adems lo habra hecho siguiendo unos principios generales comunes e implicando el mismo tipo de reacciones qumicas. Sin embargo, cuando a partir de esa qumica compleja y automantenida se origina la primera molcula capaz de auto-replicarse, y con ello se desencadena la evolucin biolgica, los derroteros que puede seguir la vida sin desligarse de una cierta necesidad, ya que la seleccin acta, en cada momento, sobre lo que ya existe comienzan a estar fuertemente condicionados por el azar. As, el estudio de la evolucin de la vida sobre la Tierra nos muestra que podran haber existido trayectorias evolutivas muy diferentes a las que conocemos y, por ejemplo, no haberse originado las clulas eucariotas, o los organismos pluricelulares, o los animales, o los primates. Tal como argumentaba grficamente Stephen Jay Gould19, si rebobinramos la pelcula de la vida hasta un punto del pasado y volviramos a dejarla avanzar hasta nuestros das, es imposible saber qu tipo de biodiversidad encontraramos y, en concreto, es altamente improbable que los seres humanos existieran en la actualidad. Evidentemente, si esto es as en nuestro planeta, la situacin resulta an ms imprevisible en otros mundos. De hecho, en ese largo camino evolutivo salpicado de eventos contingentes, la probabilidad de encontrar fuera sistemas vivos similares a los que conocemos ser tanto ms pequea cuanto ms tarde hayan aparecido dichos sistemas en la historia de la vida sobre la Tierra. Y, como sabemos, nuestra especie es una recin llegada a este planeta.

    Adems, conviene recordar que la evolucin biolgica es ciega, no tiene finalidad alguna ni ningn punto de llegada o culminacin predefinido. Se ha querido situar a los humanos en esa supuesta cima de la evolucin debido a su inteligencia y capacidad para el razonamiento abstracto, que nos ha dotado de

    17 Christian de Duve, Vital dust: Life as a cosmic imperative, New York, Basic Books, 1995.

    18 Stuart Kauffman, At home in the Universe, Oxford, Oxford University Press, 1995.

    19 Stephen Jay Gould, Wonderful life: The Burgess Shale and the nature of history, New York, W. W. Norton, 1989.

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    instrumentos maravillosos como el lenguaje y la cultura. Recorrer los senderos del amor a travs del Soneto V de Garcilaso de la Vega, sumergirnos en el caudaloso Concierto para violn y orquesta en mi menor de Mendelssohn, apreciar la sinttica elegancia de las ecuaciones de Maxwell, o recibir imgenes de la superficie de Titn enviadas por la sonda Huygens, son experiencias que nos reconfortan con esa visin sublime de las capacidades humanas. Pero en trminos biolgicos, y la azarosa historia de la vida sobre la Tierra nos lo recuerda, no hay motivos para suponer que un gran desarrollo cerebral resulte una adaptacin ms til a largo plazo que la posesin de un exoesqueleto de quitina, la capacidad para crecer en ausencia de oxgeno, o la habilidad para extraer energa de los minerales. El futuro lo dir. En cualquier caso, esto nos invita a utilizar la razn precisamente para repensar nuestra propia naturaleza, puesto que parte de los prejuicios antropocntricos comienzan a disiparse si asumimos que el ser humano es una entidad evolutiva ms, no el resultado de una tendencia, y que la evolucin biolgica no ha de imaginarse como una pirmide en cuya cima estamos sentados los humanos, sino como un rbol con la especie Homo sapiens en el extremo de una de sus innumerables ramas.

    Por ello, los principales esfuerzos cientficos encaminados a la bsqueda de vida fuera de nuestro planeta no estn dirigidos a detectar seres ms o menos inteligentes, esos humanoides de variado pelaje que desde los mitos hasta la ciencia-ficcin tan profundamente han calado en el imaginario colectivo, y a los cuales habitualmente se otorga no slo una capacidad tecnolgica igual o superior a la nuestra, sino una curiosa fijacin por contactar con nosotros. De hecho, con la excepcin de la iniciativa desarrollada por SETI de gran repercusin popular pero cientficamente controvertida la bsqueda de vida fuera de la Tierra no se plantea como un objetivo fundamental el hallazgo de seres con una inteligencia reconocible por la nuestra, ni siquiera la deteccin de animales, ni de seres pluricelulares... Pero esto, lejos de hacer el viaje menos interesante, lo convierte precisamente en ms realista y eventualmente fructfero, por ser abordable utilizando todo nuestro potencial cientfico y tecnolgico. As, como se ha descrito brevemente en este captulo, la Astrobiologa trata de buscar vida extraterrestre bsicamente molecular o microbiana, y lo hace aprovechando todas las claves que nos ha dejado el origen y evolucin del nico ejemplo de vida que por el momento conocemos: la que ha triunfado en nuestro planeta.

    En cualquier caso, si se detectara vida fuera de la Tierra, si en el futuro se demostrara que los habitantes de esta biosfera no estamos solos en el

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    cosmos, se desencadenara una revolucin cientfica sin precedentes. Y, adems, nos encontraramos ante un descubrimiento con extraordinarias consecuencias filosficas y existenciales para la humanidad, obligada a reubicarse en un plano de situacin cada vez ms extenso y complejo. Por tanto, junto con las diferentes disciplinas de la ciencia, todos los mbitos del pensamiento tienen algo que aportar y muchos frutos que cosechar en el fascinante debate sobre el origen de la vida y su presencia en el universo.

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    (IV) LA POSIBILIDAD DE EXISTENCIA DE VIDA EXTRATERRESTRE

    INTELIGENTE, SU BSQUEDA CIENTFICA E INTERS FILOSFICO (Julin Chela-Flores)

    RESUMEN Consideramos la posibilidad de la existencia de vida extraterrestre

    inteligente. Nos interesan principalmente los esfuerzos actuales, tanto tericos como observacionales (en radio astronoma) en la bsqueda de nuevas manifestaciones del fenmeno de la vida. Dedicamos especial atencin al papel que juegan las observaciones del Proyecto SETI en el campo de la astrobiologa, o sea en la ciencia que estudia el origen, evolucin, distribucin y destino de la vida en el universo. Tambin incluimos la problemtica del surgimiento de la inteligencia en otras partes del universo (especialmente en grado racional elevado, como el humano). Concluimos con algunos comentarios en relacin al inters filosfico, social y cultural de la bsqueda de vida inteligente en el universo y las implicaciones de su eventual xito.

    1. INTRODUCCIN En Letras de Deusto ya en dos ocasiones precedentes se han discutido

    algunos temas resaltantes de la nueva ciencia de la astrobiologa (Aretxaga et al., 2003; Aretxaga y Chela-Flores, 2006). Hasta el presente se ha puesto el nfasis en las implicaciones de la astrobiologa en las humanidades, principalmente centrado sobre las implicaciones de la astrobiologa en la frontera entre la ciencia y la filosofa.

    El presente trabajo intenta restringirse a la posibilidad de la existencia de la vida extraterrestre. Especialmente nos concierne estudiar cuando otras evoluciones biolgicas, al igual que la nuestra, hayan sido convergentes

    Julin Chela-Flores (1942) se gradu en la Universidad de Londres con el grado de Doctor en el rea de fsica. Es

    miembro de la Academia de Ciencias de la Amrica Latina; The Academy of Sciences of the Developing World; The Academy of Scientific Endeavours (Mosc) y Miembro Correspondiente de la Academia de Ciencias Fsicas, Matemticas y Naturales de Venezuela. Su rea de investigacin es la astrobiologa y su relacin con las humanidades: filosofa (especialmente tica) y teologa. Fue Ctedra UNESCO de Filosofa (1998). Organiz la Escuela Iberoamericana de Astrobiologa en Caracas (1999) y una serie de siete conferencias de astrobiologa en Trieste (1992-2003). Todos estos eventos han sido publicados por casas editoriales en los Estados Unidos y Europa. Fue Investigador Titular Asociado del Instituto Venezolano de Investigaciones Cientficas y Profesor Titular de la Universidad Simn Bolvar. Actualmente es Miembro Asociado del Centro Internacional de Fsica Terica Abdus Salam en Trieste Italia; Profesor Titular de la Fundacin IDEA e Investigador Asociado de la Escuela de Fsica Terica del Instituto de Estudios Avanzados de Dubln.

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    biolgicamente con la vida sobre la Tierra. Dos son las posibilidades de convergencia que nos interesa discutir en este trabajo. Recordamos al lector que el concepto de convergencia en evolucin biolgica fue revisado en esta revista, especialmente en la segunda discusin (Aretxaga y Chela-Flores, 2006).

    La primera posibilidad del origen de la vida en otros ambientes fuera de la Tierra es que la vida se haya originado dentro del Sistema Solar en ecosistemas compatibles con la presencia de microorganismos adaptados a la vida en condiciones ambientales extremas. En biologa usualmente estos organismos son denominados 'extremfilos'.20

    La segunda posibilidad de emergencia de la vida en el cosmos es que fuera de la Tierra pueda haber organismos que durante su evolucin lleguen a manifestar un comportamiento inteligente. Al igual que en el caso de los seres humanos, es posible que tales 'exo-organismos' sean capaces de comunicarse entre ellos mismos a travs de seales en alguna banda del espectro electromagntico. Estas comunicaciones podran realizarse a travs de ondas de radio, a travs de las ondas correspondientes a fotones del ultravioleta, rayos-X, rayos gamma, o alguna otra estrategia alternativa (por ejemplo, siguiendo algn medio de comunicacin digital).

    Desde 1995 comenzamos a reconocer otros sistemas planetarios que tienen planetas similares a la Tierra (Mayor, 1996). Desafortunadamente, hasta la fecha tales exoplanetas estn limitados a mundos de mayor tamao que la Tierra. Esta peculiaridad es debida a los lmites de observacin que estn a disposicin de la astronoma moderna sobre la superficie terrestre. Centenares de exoplanetas han sido descubiertos en los grandes observatorios de los Estados Unidos de Amrica (situados en Hawai), as como tambin en los observatorios europeos del hemisferio sur (situados en Chile). Pero ya comenzamos a desarrollar mtodos de observacin con instrumentacin ubicada en rbita a la Tierra. Este es el caso de la Misin COROT de la Agencia Espacial Europea, ESA, (COROT, 2007), o eventualmente lo ser con la Misin Discovery Kepler de la Agencia Espacial de los Estados Unidos de Amrica, NASA, (Kepler, 2007). Esta misin, planificada inicialmente para el

    20 Recomendamos antes de continuar la lectura consultar los comentarios relacionados con este tema en un artculo

    de este mismo volumen (Briones, 2008)

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    ao 2008, estar dotada de un telescopio de 1 m especialmente diseado para medir cambios en la brillantez de estrellas que sufran un trnsito planetario en la lnea de visin hacia la Tierra. Estos esfuerzos culminarn en la futura Misin Darwin (Darwin, 2007), la cual deber estar en rbita alrededor del Sol en la prxima dcada (Cosmic Vision, 2005).

    Entre estas dos posibilidades para la emergencia de una nueva 'gnesis de la vida' o, brevemente, una Segunda Gnesis, focalizaremos nuestra atencin en la posibilidad de detectar manifestaciones de seres inteligentes que estn en ecosistemas en planetas similares a la Tierra alrededor de otras estrellas. Ya hemos discutido en Letras de Deusto (Aretxaga et al., 2003) y en trabajos ms recientes (Chela-Flores, 2006; 2007) algunos temas relacionados con la bsqueda de la vida en nuestro propio Sistema Solar, especialmente en el misterioso, fascinante y pequeo mundo llamado Europa, la luna de Jpiter, la cual fue descubierta por Galileo Galilei en 1610.

    2. EL CONTEXTO CIENTFICO DE UNA AUTNTICA 'SEGUNDA GNESIS'

    El inters por la vida extraterrestre ha acompaado a la cultura occidental desde sus albores. La posibilidad de que haya ocurrido una Segunda Gnesis en el universo es un tema que no agota su inters en el mundo cientfico y humanstico (Russell, 2001). Los autores que se han ocupado de este tema son principalmente filsofos, cientficos y telogos. El tema del origen, evolucin y distribucin de la vida en el universo comenz hace al menos 2.300 aos cuando los humanistas comenzaron a especular sobre el creador del universo, quien ha debido "distribuir almas en nmeros iguales en las estrellas y asignado un alma para cada estrella" (Platn, 360 a. de C.).

    Muchos otros humanistas precedieron al entusiasmo cientfico actual sobre organismos extraterrestres que pudiesen alcanzar un nivel de inteligencia comparable al de los humanos.21

    Para poder considerar si una Segunda Gnesis es posible, debemos

    21 Los autores de dichas publicaciones completaron su trabajo durante la dcada de los aos 1960-1970. Entre ellos

    podemos mencionar a los siguientes: T. J. Zubek, John P. Kleinz, James Harford, Daniel C. Raible, George Dugan, A. Carr, John J. Lynch, L. C. McHugh, Angelo Perego, Joseph A. Breig y J. Edgar Bruns. Para una bibliografa ms completa referimos al lector al trabajo de Douglas Vakoch (Vakoch, 2000); mientras que las obras de siglos precedentes ya han sido discutidas por el astrnomo italiano e historiador de la ciencia Francesco Bertola (Bertola, 2001).

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    decidir en primer lugar si la biologa es una ciencia apropiada para identificar la vida en otra parte del universo. Debemos notar que ha habido estudios que se proponen elucidar el problema de la posible universalidad de la biologa. Como todas las formas de vida conocidas hasta la fecha son los organismos terrestres, es relevante hacernos la pregunta de si efectivamente la ciencia de la biologa es de validez universal (Chela-Flores, 2007). Independientemente de la contingencia histrica, la seleccin natural es lo suficientemente poderosa como para que organismos que viven en ambientes similares se adapten dando soluciones similares, debido a una gradual modificacin convergente de su morfologa. Por esta razn es pertinente documentar ejemplos de evolucin convergente, lo que se ha logrado en numerosos casos ya referidos en nuestro trabajo anterior (Aretxaga y Chela-Flores 2006).

    En una razonable extrapolacin no sera sorprendente formular la hiptesis del ascenso desde el polvo estelar (producido por el nacimiento, evolucin y muerte de las estrellas), hasta el origen de la vida y su evolucin hasta organismos dotados de un cerebro. Estos organismos seran capaces de comunicacin entre ellos mismos a travs de seales usando una tecnologa similar a la nuestra. La hiptesis de la evolucin biolgica en el cosmos se diferencia de una doctrina filosfica en el sentido que tales vas de comunicacin entre otras civilizaciones estaran sujetas a confirmacin por va de observaciones repetibles con una tecnologa que se ha venido desarrollando vertiginosamente desde los aos 60 del siglo pasado.

    El resto del presente trabajo intenta introducir a los lectores de Letras de Deusto a lo que se ha logrado con un proyecto especficamente dirigido a dar una respuesta cientfica a la cuestin central de la nueva ciencia de la astrobiologa, la cual estudia el origen, la evolucin, la distribucin y el destino de la vida en el universo.

    3. SETI 1960- 2020 Las principales investigaciones en la bsqueda de vida en otras partes del

    universo son, en primer lugar, la exploracin del Sistema Solar y, en segundo, la bsqueda de seales inteligentes a travs de 'ventanas' del espectro electromagntico. Esta ltima estrategia se ha llamado la bsqueda de inteligencia extraterrestre y, debido a sus iniciales en el idioma ingls, se la

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    conoce brevemente como Proyecto SETI (abreviando la expresin inglesa: Search for ExtraTerrestrial Intelligence). En los aos 1960-1970 los pioneros en este rea de investigacin estuvieron liderados por el astrnomo estadounidense Frank Drake (Drake, y Sobel, 1992). Fueron mltiples las seales estudiadas en las ondas radio que pudiesen reflejar diferencias con las emisiones de fenmenos naturales, tales como explosiones de supernovas, o bien emisiones regulares de estrellas pulsares22.

    Desafortunadamente, no se ha obtenido ninguna seal reproducible por observadores diferentes durante este primer perodo de medio siglo de observaciones regulares (Zuckerman y Hart, 1995). Sin embargo, no debemos inferir que ha fracasado la persistente bsqueda de una Segunda Gnesis. De hecho, este aspecto de la astrobiologa que los astrnomos prefieren llamar 'bioastronoma', ha progresado desde el punto de vista tecnolgico al ampliar la capacidad para efectuar un enorme nmero de observaciones simultneas, as como tambin nuestro esfuerzo para llevar a cabo una bsqueda exhaustiva y precisa de signos de vida microscpica en los ambientes extremos de planetas y satlites de nuestro Sistema Solar.

    El Instituto SETI, fundado por Drake, ha planificado la bsqueda de inteligencia extraterrestre para las prximas dos dcadas. Dichos planes han sido recogidos en un magnfico volumen: "SETI 2020", el cual rene el trabajo del SETI Science and Technology Working Group. Este libro es el resultado de una colaboracin de unos 50 cientficos e ingenieros (Ekers et al., 2002). SETI 2020 adems demuestra la perseverancia de un grupo de investigadores, quienes basndose en la radio astronoma han continuado la bsqueda iniciada por dos fsicos de la Universidad de Cornell, Giuseppe Cocconi y Philip Morrison (Cocconi y Morrison, 1959). Ellos sugirieron inicialmente una probable longitud de onda para las comunicaciones va radio. Esto se justifica por el hecho de que el hidrgeno es el elemento mas abundante en el universo, lo que se puede confirmar mediante estudios espectroscpicos del polvo interestelar. Cuando el hidrgeno absorbe energa hay una emisin relacionada en ondas de radio caracterizada por una longitud de onda de 21 cm. Debido a

    22 Los pulsares son reliquias del colapso de estrellas precedentes, ya reducidas a astros compuestos de neutrones.

    Estas autnticas estrellas de partculas nucleares emiten regularmente ondas en todo el espectro electromagntico, pero especialmente nos interesan las ondas emitidas en el intervalo de radio, las cuales son detectables en radio telescopios terrestres.

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    su abundancia, la lnea de 21 cm es ampliamente utilizada, adems de para el Proyecto SETI, en una gran variedad de estudios de la estructura de las galaxias, debido a que ellas tambin emiten ondas de radio.

    La probabilidad de xito de un primer contacto con una civilizacin fuera de la Tierra ha sido ampliamente discutida desde un punto de vista terico (Sagan, 1995). Cuando las diversas misiones (COROT, Kepler, o Darwin) nos permitan a su vez identificar exoplanetas similares a la Tierra habr una serie de elementos que nos permitirn cuestionar la habitabilidad de otros mundos. Por ejemplo, en sus atmsferas podremos comprobar con seales espectrales la presencia del agua, del oxgeno y especialmente del ozono. Adicionalmente, podramos buscar molculas y elementos qumicos que estn relacionadas con procesos biolgicos diferentes a la fotosntesis, como el metano y el azufre.

    4. APLICACIONES DE LA ASTRONOMA EN LA ASTROBIOLOGA La red de telescopios Allen (ATA, The Allen Telescope Array) -

    anteriormente denominada como el telescopio de una hectrea (1hT) - es un esfuerzo conjunto del Instituto SETI y el Laboratorio de Radio Astronoma de la Universidad de California en Berkeley. Se intenta construir un radio interfermetro dedicado exclusivament