Área temÁtica léxico y marcadores de la …exordio.qfb.umich.mx/archivos pdf de trabajo...

91
ÁREA TEMÁTICA: Léxico y marcadores de la argumentación ¿DE DÓNDE LO SACASTE? ELEVACIÓN DE SUJETO Y GRAMATICALIZACIÓN DE LA EVIDENCIALIDAD EN CASTELLANO Fernando Bermúdez Universidad de Estocolmo - Universidad de Mälardalen / Suecia [email protected] Argumentación y evidencia Se llama evidencialidad al dominio semántico relacionado con la fuente u origen de la in- formación expresada en el enunciado; y evidencial, al elemento lingüístico que marca o refie- re la fuente de información. Todas las lenguas poseen medios para calificar evidencialmente un enunciado. Algunas lenguas, como el wintú, el tuyuca, el quechua, el turco, el armenio, el búlgaro, el tibetano, el persa, entre muchas otras, poseen formas gramaticales específicas para este propósito, esto es, morfemas verbales (obligatorios u opcionales) que refieren a la fuente de la información, del mismo modo que otras lenguas poseen morfemas verbales que indican tiempo o modo. Un wintú nunca dice “esto es pan”. Ellos dicen “Esto me-parece-pan”, o “Esto lo-siento-pan”, o “Esto lo- he-escuchado-ser pan”, o “Yo-infiero-basándome-en-evidencia-que-esto-es-pan”, o “Yo-pienso-esto-ser- pan”, o, vaga e intemporalmente, “de-acuerdo-con-mi-experiencia-ser pan”. (Lee 1959, 137, traducción mía) En estas lenguas la evidencialidad constituye verdaderamente una categoría gramatical, como el tiempo o el modo en castellano. En el otro extremo del espectro, las lenguas de Euro- pa occidental marcan solo léxicamente la fuente de información, por medio de expresiones del tipo “por lo visto”, “(según) dicen”, “aparentemente”, “(según) parece”, “visiblemente”, etc. Existe cierto acuerdo en clasificar los subdominios de la evidencialidad –o su espacio gramatical (Plungian 2001)– según el siguiente esquema (Wilett 1988, 57) 1 . Visual Directa Sensorial Auditiva Otros sentidos Endofórica Segunda mano Tipos de evidencia Transmitida Tercera mano “hearsay” Folklore Indirecta Inferida Inferencia Razonamiento 1 Para la inclusión del subdominio “endofórico” (la fuente de información es un estado interno del hablante) véase Tournadre (1996); para una discusión sobre el lugar del “mirativo” véase DeLancey (1997)

Upload: lamnguyet

Post on 25-Sep-2018

214 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: ÁREA TEMÁTICA Léxico y marcadores de la …exordio.qfb.umich.mx/archivos PDF de trabajo UMSNH/Aphilosofia/2.pdf · ÁREA TEMÁTICA: Léxico y marcadores de la argumentación ¿DE

ÁREA TEMÁTICA: Léxico y marcadores de la argumentación

¿DE DÓNDE LO SACASTE? ELEVACIÓN DE SUJETO Y GRAMATICALIZACIÓN DE LA EVIDENCIALIDAD EN CASTELLANO

Fernando Bermúdez

Universidad de Estocolmo - Universidad de Mälardalen / Suecia [email protected]

Argumentación y evidencia Se llama evidencialidad al dominio semántico relacionado con la fuente u origen de la in-

formación expresada en el enunciado; y evidencial, al elemento lingüístico que marca o refie-re la fuente de información. Todas las lenguas poseen medios para calificar evidencialmente un enunciado. Algunas lenguas, como el wintú, el tuyuca, el quechua, el turco, el armenio, el búlgaro, el tibetano, el persa, entre muchas otras, poseen formas gramaticales específicas para este propósito, esto es, morfemas verbales (obligatorios u opcionales) que refieren a la fuente de la información, del mismo modo que otras lenguas poseen morfemas verbales que indican tiempo o modo.

Un wintú nunca dice “esto es pan”. Ellos dicen “Esto me-parece-pan”, o “Esto lo-siento-pan”, o “Esto lo-he-escuchado-ser pan”, o “Yo-infiero-basándome-en-evidencia-que-esto-es-pan”, o “Yo-pienso-esto-ser-pan”, o, vaga e intemporalmente, “de-acuerdo-con-mi-experiencia-ser pan”. (Lee 1959, 137, traducción mía)

En estas lenguas la evidencialidad constituye verdaderamente una categoría gramatical, como el tiempo o el modo en castellano. En el otro extremo del espectro, las lenguas de Euro-pa occidental marcan solo léxicamente la fuente de información, por medio de expresiones del tipo “por lo visto”, “(según) dicen”, “aparentemente”, “(según) parece”, “visiblemente”, etc.

Existe cierto acuerdo en clasificar los subdominios de la evidencialidad –o su espacio gramatical (Plungian 2001)– según el siguiente esquema (Wilett 1988, 57)1.

Visual Directa Sensorial Auditiva Otros sentidos Endofórica

Segunda mano Tipos de evidencia Transmitida Tercera mano “hearsay”

Folklore Indirecta Inferida Inferencia Razonamiento

1 Para la inclusión del subdominio “endofórico” (la fuente de información es un estado interno del hablante) véase Tournadre (1996); para una discusión sobre el lugar del “mirativo” véase DeLancey (1997)

Page 2: ÁREA TEMÁTICA Léxico y marcadores de la …exordio.qfb.umich.mx/archivos PDF de trabajo UMSNH/Aphilosofia/2.pdf · ÁREA TEMÁTICA: Léxico y marcadores de la argumentación ¿DE

Fernando Bermúdez ¿De dónde lo sacaste? Elevación del sujeto y gramaticalización de la evidencia en castellano

175

La evidencialidad en castellano y la elevación de sujeto Es comúnmente aceptado que el castellano no posee una categoría evidencial, dado que no

existe una forma perteneciente al sistema gramatical (i.e. no léxica) cuyo contenido semánti-co/pragmático sea específicamente una referencia a la fuente de información (Lazard 2001, 360).2 Sin embargo, al estructurar su discurso el hablante no solamente tiene que seleccionar entre alternativas morfológicas sino también entre constelaciones sintácticas diferentes. Y estas diferentes construcciones sintácticas no son otra cosa que la “puesta en gramática” de diferentes matices semántico-pragmáticos, o dicho de otra manera, la simbolización de dife-rentes conceptualizaciones (Langacker 1987, 1991).

De este modo, el hablante debe elegir, por ejemplo, entre las constelaciones sintácticas (1) y (2), lo cual significa, en rigor, elegir entre diferentes conceptualizaciones:

(1)

(2)

a. Vi que (Ana) llegó.

a. La vi llegar (a Ana).

b. Oí que (Ana) llegó.

b. La oí llegar (a Ana).

La diferencia entre los enunciados de (1) y (2) es que mientras los primeros pueden señalar evidencia directa o indirecta, los segundos marcan que la fuente de información es directa:

a) “Mis oídos registraron el momento”. Oí que Ana llegó b) “Alguien me dijo”.

La oí llegar (a Ana).

a) “Mis ojos registraron el momento”. Vi que Ana llegó b) “Inferí”. La vi llegar (a Ana).

Por otro lado, la existencia de las construcciones “elevadas” de (2) hace que las oraciones

de (1) se interpreten preferentemente como señalando evidencia indirecta. Pareciera entonces que lo que se suele conocer como “elevación de sujeto” es en realidad la gramaticalización de una oposición evidencial: evidencia directa versus evidencia indirecta o mediada.

Esto explica al mismo tiempo que la elevación de sujeto no pueda practicarse con verbos cuyo significado implique evidencia indirecta, como por ejemplo “leer” (transmitida) o “de-ducir” (inferida), ya que se produce una incompatibilidad semántica entre el significado de la construcción y el significado del lexema verbal:

(3)

(4)

a. Oí que Ana llegó.

a. La oí llegar (a Ana).

a. Leí que Ana llegó.

b. *La leí llegar (a Ana).

a. Deduje que Ana había llegado.

b. *La deduje llegar (a Ana).

Compartimos con Langacker (1991) la idea de que la elevación de sujeto es una configura-ción de corte metonímico, dado que se evoca una entidad (la escena completa de la cláusula incluida) por medio de la mención explícita de otra (su sujeto) que es más saliente, de más interés o más fácilmente codificada. En este proceso metonímico el sujeto de la cláusula in-cluida puede llegar al extremo de reemplazar por completo al evento entero:

2 Aunque podría decirse que el potencial, al menos en el uso periodístico, tiene un valor evidencial. Por ejemplo en la si-guiente oración: (i) El presidente renunciaría en las próximas horas. la elección del potencial indica no sólo que la información no es segura (valor modal) y que el hablante no se compromete con la veracidad de la información, sino también que la información es de segunda mano (valor evidencial).

Page 3: ÁREA TEMÁTICA Léxico y marcadores de la …exordio.qfb.umich.mx/archivos PDF de trabajo UMSNH/Aphilosofia/2.pdf · ÁREA TEMÁTICA: Léxico y marcadores de la argumentación ¿DE

Actas del Congreso Internacional La Argumentación Léxico y marcadores de la argumentación

176

(5) Vi que probaste la torta con el dedo. Te vi probar la torta con el dedo. Te vi.

Posiblemente sea este movimiento metonímico lo que está en la base de que la elevación de sujeto implique una evidencia directa, pero no ahondaremos aquí en este punto.

¿Qué ocurre con los verbos que denotan evidencia directa no sensorial? Tomemos por ejemplo “imaginar”, o “suponer”:

(6)

(7)

a. Imagino que disfruta de su tiempo libre.

a.??La imagino disfrutar de su tiempo libre.

b. Supongo que disfruta de su tiempo.

b. ??La supongo disfrutar de su tiempo.

Las oraciones elevadas de (7) son muy dudosas y la gran mayoría de los informantes las han encontrado directamente inaceptables. Sin embargo el castellano posee otra forma de construir las oraciones de “elevación de sujeto”, a saber, con gerundio, en la que los verbos endofóricos se convierten en absolutamente aceptables:

(8) a. La imagino disfrutando de su tiempo libre. b. La supongo disfrutando de su tiempo.

Esta construcción con gerundio, sin embargo, es todavía imposible con los verbos cuyo significado implica evidencia indirecta:

(9) a. *La leí llegando. b. *La deduje llegando.

De este modo podemos afirmar que la construcción de elevación de sujeto con infinitivo marca evidencia directa sensorial, mientras que la construcción de elevación con gerundio implica evidencia directa, pero no necesariamente sensorial. Por su parte, la construcción no elevada no hace referencia alguna a la fuente de información.3 Esto podemos notarlo en un verbo más claramente polisémico como “ver”:

(10) Veo que trabaja en el taller.

(11) Lo veo trabajando en el taller.

(12) Lo veo trabajar en el taller.

La oración no elevada (10) puede tener cualquiera de los significados (13a-d):

(13) a. Veo con mis propios ojos que está trabajando en el taller (evidencia directa sensorial).

b. Fantaseo con que trabaja en el taller (evidencia endofórica).

c. Infiero que trabaja en el taller (evidencia indirecta inferida).

d. Leo que trabaja en el taller (evidencia indirecta transmitida).

Por su parte, la oración (11) –la construcción de elevación con gerundio– puede significar solamente (13a-b), pero no (13c-d), es decir, solamente puede significar evidencia directa. Por último, la oración (12) sólo puede significar (13a), esto es, evidencia directa sensorial.

3 Como dijimos más arriba, el hecho de que existen las construcciones de elevación hace que las construcciones no elevadas tiendan a interpretarse como señalando evidencia no directa, pero esto es una inferencia pragmática y no un efecto de signifi-cado de la construcción

Page 4: ÁREA TEMÁTICA Léxico y marcadores de la …exordio.qfb.umich.mx/archivos PDF de trabajo UMSNH/Aphilosofia/2.pdf · ÁREA TEMÁTICA: Léxico y marcadores de la argumentación ¿DE

Fernando Bermúdez ¿De dónde lo sacaste? Elevación del sujeto y gramaticalización de la evidencia en castellano

177

Implicaciones para el análisis de la argumentación Hasta aquí se ha tratado de mostrar que el castellano hace referencia a la fuente de infor-

mación de lo dicho en el enunciado no sólo con medios léxicos, sino también mediante estra-tegias sintácticas. O, dicho de otro modo, que la evidencialidad se encuentra (parcialmente) gramaticalizada en castellano. Y este hecho es de importancia en el análisis argumentativo, dado que la referencia a la fuente de la información expresada en el enunciado constituye, en sí, un mecanismo argumentativo considerable. Del mismo modo que los elementos léxicos evidenciales, pues, las estrategias sintácticas evidenciales deben tomarse en cuenta en el aná-lisis de la argumentación. Algunos ejemplos sencillos pueden ilustrar este punto.

(14) a. Vi que Ana robó una manzana.

b. La vi robar una manzana.

El enunciado (14b) tiene mayor fuerza argumentativa que (14a), a pesar de que ambos ex-presan la misma información. Y esto es así porque (14b) expresa que la fuente de tal informa-ción es la evidencia directa sensorial, por lo tanto más contundente, mientras que (14a) no hace referencia alguna a la fuente de información.

Del mismo modo, en (15a) el hablante presenta una fantasía con más fuerza de hecho que en (15b), dado que la elección de la construcción de elevación de sujeto con infinitivo la pre-senta como si se hubiera tratado de una experiencia visual.

(15) a. Lo imaginé ganar la carrera.

b. Lo imaginé ganando la carrera.

El verbo parecer y la intersubjetividad

Otro típico contexto de elevación de sujeto se presenta con el verbo parecer.

(16) a. Parece que él sabe.

b. Él parece saber.

Vemos aquí el mismo escenario: mientras la construcción no elevada puede indicar evi-dencia de segunda mano, la construcción de infinitivo no la permite:

Parece que él sabe. a) “Puede deducirse de la evidencia directa.”.

b) “Dicen.” Él parece saber.

Sin embargo se ha notado también que la construcción con elevación de sujeto (16b) es “más objetiva”, mientras que la construcción no elevada (16a) es “más subjetiva”. Pero ¿qué es lo que se quiere indicar con esta distinción subjetivo/objetivo? Pareciera estarse refiriendo a la “calidad” o la “confiabilidad” de la evidencia. Si se posee una evidencia confiable, buena, la información se verá como “más objetiva”. Por el contrario, si se posee una evidencia débil, vaga, intuitiva, la información se experimentará como “más subjetiva”. Otra vez, la elevación de sujeto se encuentra íntimamente relacionada con la codificación de la evidencialidad.

Como sea, pareciera más adecuado replantear esta dimensión de la subjetividad, siempre dentro del dominio evidencial, en términos del acceso a la fuente de información. En un ex-

Page 5: ÁREA TEMÁTICA Léxico y marcadores de la …exordio.qfb.umich.mx/archivos PDF de trabajo UMSNH/Aphilosofia/2.pdf · ÁREA TEMÁTICA: Léxico y marcadores de la argumentación ¿DE

Actas del Congreso Internacional La Argumentación Léxico y marcadores de la argumentación

178

tremo estaría la situación en la que el hablante indica tener acceso exclusivo a la fuente de información; en el otro, el hablante señala que también el oyente tiene acceso a la fuente de información. En el primer caso hablamos de un acceso subjetivo a la fuente de la información; en el segundo, de un acceso intersubjetivo. Un caso intermedio sería cuando el hablante no hace mención alguna del acceso que los participantes tienen.

Lo que aquí se está proponiendo es que en la construcción no elevada (16a) el hablante no señala nada respecto del acceso que los participantes tienen a la fuente de información. Por el contrario, en la construcción elevada (16b) el hablante señala que el oyente también tiene ac-ceso a la evidencia.

El siguiente ejemplo aclarará los conceptos. Durante la discusión de una novela en un taller literario algunos de los participantes habían señalado que parecía que los personajes actuaban como si no supieran lo que estaba ocurriendo. Uno de los integrantes entonces expresa lo si-guiente:

(17) Sí, los personajes parecen no saber nada, pero al mismo yo al mismo tiempo a mí me parece que saben mucho.

El hablante elige primero la construcción con elevación de sujeto para indicar que todos los presentes tienen acceso a la fuente de esa información, dado que justamente se había estado discutiendo ese tema, pero luego agrega otra información, utilizando el mismo verbo parecer, y ahora utilizando la construcción no elevada, porque ahora es sólo él el que tiene acceso a la fuente de esta nueva información expresada, de hecho es una información contradictoria con lo que se venía discutiendo.

Si analizamos las expresiones de (18):

(18) a. Parece que Laura tiene frío.

b. Laura parece tener frío.

podremos redefinir entonces la oposición subjetivo/objetivo en términos evidenciales diciendo que en (18a) el hablante no hace ninguna referencia a si el oyente tiene acceso a la fuente de información, mientras que en (18b) señala que tanto hablante como oyente tienen acceso a la fuente de información. Esto puede notarse en (19):

(19) a. Me parece que Laura tiene frío.

b.?? Laura me parece tener frío.

La inclusión de un marcador de subjetividad “me” no es problemática en (19a), dado que en la construcción no elevada el hablante no indica acceso a la fuente de información. En (19b), por el contrario, el “me”, entra en conflicto con el acceso intersubjetivo a la fuente de información que la construcción de elevación conlleva: el hablante dice sintácticamente que hablante y oyente tienen acceso a la evidencia, al mismo tiempo que léxicamente indica que lo expresado es sólo una opinión personal, lo cual explica el carácter anómalo de la construc-ción.

Sin embargo, la anomalía no es tan radical como en el caso de (4b-c), por ejemplo. De hecho, si existiera un contexto en el que el hablante necesitara indicar que el acceso a la fuen-te de información es intersubjetivo pero al mismo tiempo presentar la conclusión como subje-tiva, entonces la construcción de elevación con un experimentante debería ser completamente

Page 6: ÁREA TEMÁTICA Léxico y marcadores de la …exordio.qfb.umich.mx/archivos PDF de trabajo UMSNH/Aphilosofia/2.pdf · ÁREA TEMÁTICA: Léxico y marcadores de la argumentación ¿DE

Fernando Bermúdez ¿De dónde lo sacaste? Elevación del sujeto y gramaticalización de la evidencia en castellano

179

aceptable. Y este parece ser el caso. En el siguiente pasaje del Eutifrón se dan las condiciones mencionadas:

SÓCRATES. —Lo que tú dices, Eutifrón, semeja ser obra de Dédalo, nuestro antepasado. Y si fuese yo el que dijese y trajese a colocación estas razones, tal vez podrías afirmar, en tono de chanza, que al descender de aquél las figuras que yo presento en palabras, han de tratar de huir y no querer permanecer en el lugar que se les señala. Mas, como en este ca-so las hipótesis son tuyas, conviene que busquemos algún otro motivo de chanza, porque es claro que no quieren permanecer contigo, según tú mismo afirmas. EUTIFRÓN. —A mí me parece, Sócrates, que esta chanza va muy bien con lo que ambos decimos. Porque no soy yo solo el que inspiro la necesidad de que estas hipótesis mero-deen alrededor de nosotros y no permanezcan fijas. Eres tú precisamente quien me pare-ces ser Dédalo, puesto que si de mí dependiese haría lo posible para que permaneciesen.

Lo que Eutifrón dice en la expresión resaltada es que es obvio tanto para él como para Só-crates que Sócrates parece ser Dédalo, y da las razones de tal conclusión. Sin embargo, dado que Sócrates acaba de decir que es en cambio Eutifrón y no él mismo el que actúa como Dé-dalo, Eutifrón se ve obligado a presentar la conclusión como subjetiva. El contexto (las nece-sidades argumentativas del hablante), hace plausible el uso de la construcción elevada junto con el marcador “me”. Aquí puede verse claramente cómo es importante tomar en cuenta la evidencialidad codificada en las construcciones sintácticas para poder interpretar adecuada-mente una argumentación.

Por otro lado, esto podría explicar por qué los verbos de estado mental, como “pensar” o “creer” no pueden aparecer en construcciones de elevación de sujeto:

(20)

(21)

a. Creo que Ana tiene frío.

a. *La creo tener frío.

b. Pienso que Ana está loca.

b. *La pienso estar loca.

Igual que en los casos (4b-c) el significado evidencial de la construcción (acceso intersubjetivo a la fuente de información) entra en contradicción con el significado del lexema verbal, que sistemáticamente expresa subjetividad, o acceso no intersubjetivo a la fuente de información.

Conclusiones El castellano marca la referencia a la fuente de información de lo dicho –y el acceso que

los participantes tienen a esa fuente– no sólo mediante estrategias léxicas (“según dicen”, “aparentemente”, “por lo visto”) sino también por medio de estrategias gramaticales. La com-posición de la categoría evidencial en castellano parece por otro lado adaptarse perfectamente a la estructura propuesta en otros trabajos para otras lenguas no relacionadas –en especial Wilett (1988) y Plungian (2001)–, dado que en principio pareciera distinguir entre evidencia directa (posibilidad de elevación de sujeto) versus evidencia indirecta (imposibilidad de ele-vación), y dentro de la evidencia directa, entre sensorial (construcción elevada con infinitivo) y endofórica (construcción elevada con gerundio). Dado que tanto la inclusión de evidencias como la referencia a la fuente de información y al acceso que los participantes tienen a esa fuente de información son centrales en la (co)construcción de los movimientos argumentati-vos, el reconocimiento del castellano como una lengua que (parcialmente) ha gramaticalizado el dominio evidencial es ineludible para un análisis adecuado de la argumentación.

Page 7: ÁREA TEMÁTICA Léxico y marcadores de la …exordio.qfb.umich.mx/archivos PDF de trabajo UMSNH/Aphilosofia/2.pdf · ÁREA TEMÁTICA: Léxico y marcadores de la argumentación ¿DE

Actas del Congreso Internacional La Argumentación Léxico y marcadores de la argumentación

180

Bibliografía DELANCEY, S. (1997) “Mirativity: The grammatical marking of unexpected information”. En Linguistic TYPOL-

OGY 1, 33-52. LANGACKER, R. W. (1987) Foundations of Cognitive Grammar. Vol 1: Theoretical Prerequisites. Standford:

Standford University Press. LANGACKER, R. W. (1991) Foundations of Cognitive Grammar. Vol 2: Descriptive application. Standford:

Standford University Press. LAZARD, G. (2001) “On the grammaticalization of evidentiality”. En Journal of Pragmatics 33, 359-367 LEE, D. (1959) Freedom & Culture. Englewood Clifts: Prentice Hall. PLUNGIAN, V. (2001) “The place of evidentiality within the universal grammatical space”. En Journal of Pragmatics

33, 349-357. TOURNADRE, N. (1996) “Comparaison des systèmes médiatifs de quatre dialectes tibétains (tibétain central, la-

dakhi, dzonkha et amdo).” En Z. Guentchéva (ed.), L’énonciation médiatisée. Paris: Peeters, 195-213. WILETT, T. (1988) “A cross-linguistic survey of the grammaticalization of evidentiality”. En Studies in Langua-

ge 12, 57-91.

Page 8: ÁREA TEMÁTICA Léxico y marcadores de la …exordio.qfb.umich.mx/archivos PDF de trabajo UMSNH/Aphilosofia/2.pdf · ÁREA TEMÁTICA: Léxico y marcadores de la argumentación ¿DE

A CADA FORMA UN SIGNIFICADO LOS CONECTORES SIEMPRE QUE Y SI

Claudia Borzi

Universidad de Buenos Aires - CONICET / Argentina [email protected]

0. Introducción En el marco de los presupuestos y resultados de la Lingüística Cognitiva, me ocupo, en el

presente trabajo, del uso de las formas siempre que y si en contexto condicional. Tomo en consideración ejemplos semejantes a los siguientes: (1) El sector agropecuario va a crecer siempre que haya créditos versus (2) El sector agropecuario va a crecer si tiene créditos.

1. Estado de la cuestión En sentido estricto, las gramáticas, diccionarios de uso y artículos especializados, aunque

señalen ciertos valores semánticos secundarios asociados a siempre que, sostienen la equiva-lencia entre esta combinación de formas y si en contextos de condicionalidad. En el marco de la clasificación de las expresiones condicionales en general, muchos autores asocian el uso de siempre que en contexto condicional con el modo subjuntivo y los estudios más recientes in-corporan el problema de la posición de la cláusula con conector en relación con la cláusula ‘principal’. Estos dos últimos fenómenos quedan, sin embargo, sin explicación. Seguidamente reseño el estado de la cuestión en lo que respecta a estos dos conectores.

La Gramática de la Real Academia Española de 1959 (§435) dice que la locución siempre que “se usa también con el valor de la condicional si” (así también S. Gili Gaya y M. Moliner (1996))1. En la misma línea está el Esbozo (1973:3.22.6.c)), que analiza siempre que entre los “Otros vocablos o giros condicionales”; cabe señalar que, aunque la Academia no aluda en ninguno de los dos casos al problema de la posición de la cláusula, como ofrece una casuística auténtica el ejemplo que presenta muestra la cláusula de siempre que pospuesta.2

J. Mondéjar, que se dedica especialmente a los conectores condicionales diferentes de si, se refiere a un valor semántico que es retomado por muchos de los otros autores dice “siempre que [...] no expresa tanto una hipótesis cuanto el ineludible cumplimiento de la condición para que se realice o no lo que se expone en la principal” (1966:238). Destacando el valor de nece-sariedad entre los conectados se encuentra también J. Borrego Nieto (1980)3. O. Kovacci (1992:§2.2.1), sostiene la conmutabilidad de los conectores y la exigencia de subjuntivo para que siempre que sea considerado un conector condicional. A. López García (1994:§6.3), sin establecer límites precisos y sin trabajar con ejemplos auténticos ni contar con la orientación que las estadísticas ofrecen, clasifica las expresiones condicionales en deónticas (promesa, recomendación, orden –si me escribes te contestaré; si llama, abridle–), dinámicas (expresan capacidad para –si tienes sed, hay cerveza en la nevera–), aléticas (expresan necesariedad –si el volumen aumenta, la presión disminuye–) y epistémicas (su posición, posibilidad –si viene María, Pedro estará contento –). El autor, como otros, señala la importancia del modo verbal 1 Gili Gaya (1955:§248) admite que puede usarse “traslaticiamente” como condicional una conjunción como siempre que y Moliner (1996) dice: “siempre que o siempre y cuando. Expresiones condicionales equivalentes a «si»: ‘Te llevaré conmigo siempre que [siempre y cuando] me prometas ser formal’. 2 Cito el ejemplo seguidamente: Mañana comeré en tu casa, siempre que tú comas hoy en la mía. 3Borrego Nieto (1980:30) sostiene que siempre que restringe “emparejando” el valor de las cláusulas y generando necesarie-dad.

Page 9: ÁREA TEMÁTICA Léxico y marcadores de la …exordio.qfb.umich.mx/archivos PDF de trabajo UMSNH/Aphilosofia/2.pdf · ÁREA TEMÁTICA: Léxico y marcadores de la argumentación ¿DE

Actas del Congreso Internacional La Argumentación Léxico y marcadores de la argumentación

182

en relación con el análisis de los conectores (a los que llama formantes introductores) y ofrece una clasificación, aunque luego la relativice. De hecho sostiene que dentro de cada uno de los grupos de expresiones condicionales, dichos formantes introductores son intercambiables entre sí y con el formante si. 4 Siempre que con Subjuntivo queda clasificado como deóntico, el ejemplo que ofrece como característico, siempre que apruebes, te llevaré al cine, resulta, en primer lugar ambiguo entre una lectura temporal y una condicional, y en segundo lugar, no muestra la posición que resulta ser la más típica para este tipo de cláusulas. El autor encuentra seguidamente cercanía de las condicionales “deónticas” con las “dinámicas” (siempre que tengáis hambre, hay queso en la nevera) –respecto de lo cual no estamos de acuerdo–, y dife-rencia estos casos de los epistémicos (siempre que venga Juan, se irá María) que, sostiene, “ya no son expresiones condicionales sino meramente de sucesividad temporal” (1994:147). En la misma tónica sostiene que con indicativo siempre que es alético (siempre que sube la presión, disminuirá el volumen) donde “más que la expresión de una ley física, [estas cláusu-las] constituyen la descripción del funcionamiento de un aparato” (1994:147). López García atribuye la oposición siempre que deóntico /alético al contraste subjuntivo e indicativo respec-tivamente (1994:148). Se advierte que el autor desestima la importancia de la posición sintác-tica para la caracterización del uso de siempre que, dado que en el único caso en que ubica la cláusula de siempre que en Posición 3 está retomando ejemplos de Borrego Nieto (Lucía está dispuesta a perdonarte siempre que le prometas volver versus siempre que canta, me duele la cabeza).

F. M. Marín y colaboradores (1998:456) sostienen el uso de siempre que en la concomitan-cia temporal de prótasis y apódosis que permite que adverbios o expresiones temporales (co-mo siempre que) funcionen como transpositores condicionales. En el marco del enfoque en que abordan el análisis de todos los conectores, diferenciando un conector básico de otros que no lo son, abonan la conmutabilidad de las formas. No aluden al problema de la posición de la cláusula.

E. Montolío (1999:§57.6.3.4.), considera siempre que un Conector Condicional Complejo Afirmativo. Le asigna las siguientes características: a. la cláusula subordinada –que corres-ponde entender que es la precedida por siempre que– restringe el contenido de la otra cláusu-la; b. argumentativamente dicha cláusula da una condición favorable para que se cumpla lo enunciado en la principal (a diferencia de lo que ocurre con sólo, excepto o salvo si); c. en el período se advierte un valor bicondicional; d. el carácter del período es estrictamente hipotéti-co; e. la cláusula encabezada por siempre que muestra un carácter netamente remático; f. la forma siempre que aparece como condicional acompañada solo por subjuntivo; f. se presenta una tendencia a la posposición de la cláusula. 5

Todos los autores mencionados previamente, con excepción de Montolío, desestiman la importancia de la posición de la cláusula. Desestiman a su vez el modo verbal para la particu-larización del uso de siempre que (con excepción de Kovacci y Montolío), sostienen la equi-valencia de formas y rescatan –retomando a Mondéjar– la bicondicionalidad. Marín y colabo-radores asocian además siempre que con coincidencia temporal de las cláusulas. No queda claro a

4 López García dice al respecto: “Como es sabido, el paso del latín al romance arruinó casi todo el sistema de las conjuncio-nes: es sintomático que los nuevos giros conjuntivos [...] hayan tendido a especializarse para alguno o algunos de los nuevos grupos y que sólo el formante latino si [...] quede como término no marcado” (1994:144). 5 Pon Bordería (1998), Vigara Tauste (1992) y Alcina Franch y Blecua (1975) no tratan siempre que. Martínez J. A. (1994) trata solamente la forma siempre en contexto temporal. H. Kenniston no registra usos de siempre que en contexto condicio-nal, sí en contexto temporal con indicativo y subjuntivo (§28.56 y 29.811).

Page 10: ÁREA TEMÁTICA Léxico y marcadores de la …exordio.qfb.umich.mx/archivos PDF de trabajo UMSNH/Aphilosofia/2.pdf · ÁREA TEMÁTICA: Léxico y marcadores de la argumentación ¿DE

Claudia Borzi A cada forma un significado. Los conectores siempre que y si

183

qué apuntan, ya que de hecho este conector se combina con anterioridad/posterioridad y no con ‘coincidencia’. Es interesante que Montolío preste atención a la distribución de la información.

En lo que respecta a la forma si, y limitándonos a rastrear los contextos sustantivos y con-dicionales en los que funciona esta cadena, ya sea en un marco homonímico o en uno polisé-mico, es considerada por todos los autores como el conector condicional por excelencia. El estudio de los modos fundamenta la clasificación general de las construcciones condicionales, sin que quede un modo verbal necesariamente asociado con el funcionamiento de este conec-tor. La posición y la información son aspectos desestimados por la mayor parte de los gramá-ticos, no así por aquellos estudiosos que siguen la línea de J. Haiman. Sin embargo, estos elementos no intervienen en el análisis del conector en sí, sino en el de las cláusulas. En re-sumen, como se verá, si queda identificado como una forma que se combina con indicativo y subjuntivo y puede encabezar cláusulas con información vieja o nueva y en cualquier posición.

A. Bello, en una concepción polisémica de si que engloba el uso condicional y el sustanti-vo, diferencia “adverbios demostrativos” (como así) (§394) de “adverbios relativos” (como si) (§410) y los relaciona en tanto ambos muestran la misma significación, aunque distinta función. Los adverbios relativos sirven exclusivamente para enlazar proposiciones. De esta manera, el valor “relativo” de si viene a justificarse en tanto envuelve a su antecedente (así) (§416) y equivale a la expresión supuesto que o dado que “tomado en el sentido de condi-ción” (§414).

A diferencia de Bello, la Academia de 1959 y el Esbozo tienen visiones homonímicas y ven en el si condicional una conjunción subordinante diferenciada del si sustantivo que es para estos un adverbio o partícula interrogativa (1973:§1.5.Nota 17).

Para J. Alcina Franch y J. M. Blecua, si es una “marca” que funciona como condicional, conjetural, interrogativa, exclamativa, de valoración, encarecimiento y como expletiva (1975:§8.4.2.). S. Gili Gaya (§248) y R. Lenz (§346) consideran que la única conjunción (su-bordinante) condicional es si, la que se diferencia de la conjunción interrogativa.

H.Kenniston (1937:§42.3 y §42.8.) registra usos de si conjunción subordinante condicional y conjunción anunciativa y muestra el camino histórico.

F. M. Marín y colaboradores clasifican la forma si como una conjunción subordinante con-dicional o transpositor condicional (pág.455- §5) que diferencian del si sustantivo al que ca-racterizan como “transpositor de la proposición a la función sustantiva” (pág.307), retoman de este modo literalmente la clasificación de E. Alarcos Llorach (1994: §300 y §446). 6

Montolío (1999) y M. Pérez Saldanya (1999) analizan si como conjunción subordinante condicional por excelencia, de hecho sus estudios no están centrados en el conector.

La visión de todos los autores respecto de si, excepto Bello y Alcina Franch y Blecua, es homonímica y se basa en la identificación de uno de los usos de si como conector condicional básico que puede ser conmutado, sin alteración del significado condicional, por otros conecto-res entre los que algunos de ellos tienen en cuenta siempre que. Como se señaló previamente, algunos autores se ocupan de particularizar (sin aportar evidencia empírica) ciertos valores semánticos secundarios que siempre que agregaría a la construcción, pero dando por sentado que las formas son conmutables sin cambio de significado.

6 Cabe señalar también que en página 292 y 293 asignan el nombre de “transpositores” no solamente a las conjunciones que “establecen” una relación de subordinación sino también a las que establecen una relación de interdependencia, donde por el mero significado de la relación hjelmsloviana se advierte que no se puede hablar de “transponer” porque ambos funtivos son Constantes. La Gramática Española de estos autores presenta en el apartado de Elementos de relación (§10.4. Conjunciones) imprecisiones y ausencia de ejemplos que ayudarían a evaluar el alcance de la clasificación que sugiere.

Page 11: ÁREA TEMÁTICA Léxico y marcadores de la …exordio.qfb.umich.mx/archivos PDF de trabajo UMSNH/Aphilosofia/2.pdf · ÁREA TEMÁTICA: Léxico y marcadores de la argumentación ¿DE

Actas del Congreso Internacional La Argumentación Léxico y marcadores de la argumentación

184

El Enfoque Cognitivo-prototípico parte del supuesto de que todo hablante usa la lengua como instrumento para lograr objetivos específicos y que, en algún sentido, dice siempre ‘lo que quiere decir’. Es así que cada forma de un mensaje tiene una función comunicativa y un significado específicos que corresponde que sean descriptos.

2. Problema e hipótesis El problema puede plantearse, entonces, en los siguientes términos: ¿Se puede probar que

cada forma tiene una función y un significado propios? En contexto de condicionalidad, las formas siempre que y si ¿son o no son intercambiables? ¿Podemos responder a las preguntas cuándo, por qué y para qué elige el hablante a veces siempre que y a veces si?

Sostengo que el hablante, en contexto de condicionalidad, elige siempre que cuando, en un marco descriptivo de los hechos (situación tangible/hechos objetivados), quiere restringir una aserción recordando o actualizando un contenido informativo que, a diferencia de las otras voces argumentativas, él no cree o no comparte. Este objetivo motiva la sintaxis (posposición) y la morfología verbal (subjuntivo). Elige si cuando quiere establecer un marco común (caso de las prepuestas –no tratadas aquí–) o recuperar ese marco común (pospuestas) para presen-tar o sostener información vieja o nueva que, en principio, considera compartida por todos. 3. Experimento

Para aportar evidencia empírica a favor de estas hipótesis, procedí a analizar el contexto de uso de 60 casos de discurso auténtico oral y escrito (30 de cada conector no contabilizados en las tablas que se presentarán en este trabajo). De dicho análisis surgieron los factores que me-dí en el experimento final, se corroboraron además la correlación siempre que/subjuntivo (a la que alude gran parte de la bibliografía) y la Posición 3 para las cláusulas con siempre que.

En cuanto a los factores, para sostener la hipótesis de la influencia del Marco descriptivo de los hechos (situación tangible/hechos objetivados) en la aparición de siempre que, selec-cioné contextos descriptivos de actantes [+humanos], identificados, donde hubiera locativos precisos y verbos descriptivos (distintos de copulativos). Para sostener la influencia de la pos-tura del Hablante en relación con los hechos descriptos en la cláusula con conector, comparé contextos positivos y negativos diferenciados entre sí por la presencia o ausencia en el entor-no de negaciones, de conectores restrictivos, de contraposiciones léxicas, de bases de valora-ción negativa y de modo subjuntivo.

La Muestra estuvo conformada por 101 hombres y mujeres de 17 a 23 años, estudiantes del Bachillerato de Adultos de la Ciudad de Buenos Aires. El Material estuvo constituido por una Prueba escrita dirigida de completamiento. Se ofreció un total de cinco contextos auténticos en los que los entrevistados debían elegir una de las dos opciones que se ofrecían donde apa-recían las formas siempre que y si. Se presentaron dos contextos que mostraban los factores [+hablante no cree/no comparte] combinado con [+situación tangible] y [- situación tangible] (Cf. luego los ejemplos (3) y (5)); dos contextos que mostraban los factores [-hablante no cree/no comparte] combinado con [- situación tangible] y [+situación tangible] (Cf. luego los ejemplos (4) y (6) ) y un contexto de control que mostraba [- hablante no cree/no comparte] y [+ situación tangible], no contabilizado en las tablas.7 7 Transcribo este último caso: Los indios yawalapitis pasan la mayor parte del tiempo en las cabañas o en las cercanías + siempre que no estén pescando o recogiendo mandioca/si no están pescando o recogiendo mandioca.

Page 12: ÁREA TEMÁTICA Léxico y marcadores de la …exordio.qfb.umich.mx/archivos PDF de trabajo UMSNH/Aphilosofia/2.pdf · ÁREA TEMÁTICA: Léxico y marcadores de la argumentación ¿DE

Claudia Borzi A cada forma un significado. Los conectores siempre que y si

185

4. Resultados y discusión 4.1. [+/- hablante no cree/no comparte]

En este apartado se mide la influencia en la elección de siempre que del contexto en el que el hablante no cree o no comparte el contenido informativo de la cláusula. A continuación se presenta el ejemplo que muestra marcado el factor [hablante no cree/no comparte] y menos marcado el factor [situación tangible].

(3) Las cenizas volcánicas son consideradas un excelente abono para los cultivos, siempre que primen en su composición ciertos minerales. Pero no es la regla. En 1931 las cenizas del Qui-zapu viajaron de Mendoza hasta Río de Janeiro y echaron a perder muchas cosechas.

El ejemplo que sigue muestra no marcado el factor [hablante no cree/no comparte] y mar-

cado el factor [situación tangible].

(4) ROSARIO. En esta ciudad de creadores, ciudad repleta de bares y de músicos, sentó sus re-ales el tango con el imponente título de Quinta Cumbre Mundial. Comenzó con buenos auspi-cios si se tienen en cuenta las actuaciones del bandoneonista rosarino Cholo Montironi y el Nuevo Quinteto Real, con Horacio Salgán. Mientras la lluvia iba alejándose de la ciudad, los rosarinos se daban cita en el bello y espacioso Teatro El Círculo. Lo hicieron con auténtica flema inglesa.

TABLA 1: [+/- HABLANTE NO CREE]

Observemos la Tabla 1, según los resultados de la celda A1 (66.66% en la horizontal y 75.25% en la vertical) si el hablante no cree/no comparte elige siempre que, es decir que el factor [hablante no cree/ no comparte] favorece en un alto porcentaje el uso de este conector.

4.2. [+/-situación tangible] En este apartado se mide la influencia del factor [situación tangible]. En el Ejemplo que si-

gue se encuentran marcados tanto el factor [situación tangible] como el factor [hablante no cree/no comparte].

(5) La inauguración del Festival de Folklore había sido dos días atrás, con la presencia de fi-guras como los Carabajal y Mercedes Sosa. Sin embargo ese martes llegó Martirio. Pero ¿qué canta aquí Martirio? Pues zambas. ¿Por qué zambas? Porque está en un festival del género. La osadía y el riesgo caben, siempre que tenga enfrente a un público incondicional que la reciba como a una heroína de la jornada. Pero Martirio la emprende con “Zamba para usted” para encajarle melismas y liberarla del acento y del ritmo folklórico. Es como si a nosotros se nos ocurriese ir a Andalucía para cantar flamenco en molde de zamba. Y el público chifla.

Hablante no cree Hablante cree Totales A B 66.66% 33.33% 100% Siempre que 1 76 38 114 75.25% 37.62% 28.41% 71.59% 100% Si 2 25 63 88 24.75% 62.38% Totales 101 101 202 100% 100%

Page 13: ÁREA TEMÁTICA Léxico y marcadores de la …exordio.qfb.umich.mx/archivos PDF de trabajo UMSNH/Aphilosofia/2.pdf · ÁREA TEMÁTICA: Léxico y marcadores de la argumentación ¿DE

Actas del Congreso Internacional La Argumentación Léxico y marcadores de la argumentación

186

En el Ejemplo que sigue aparece no marcado el factor [situación tangible] y marcado el

factor [+ hablante cree/comparte]. (6) Entre los distintos formatos de sonidos se destacan el Dolby Digital y el DTS. El Dolby Di-gital es el formato de cabecera del DVD, que puede brindar, si se cuenta con equipo adecuado, hasta seis canales de sonido repartidos en tres canales delanteros, dos traseros y el subwoofer para los graves.

[+ Situación tangi-ble]

[- Situación tangi-ble]

Totales

A B 63.73% 36.27% 100% Siempre que 1 65 37 102 60.75% 38.95% 42% 58% 100% Si 2 42 58 100 39.25% 61.05% Totales 107 95 202 100% 100%

TABLA 2: [+/-SITUACIÓN TANGIBLE]

De la observación de la Tabla 2 se desprende que los resultados de la celda A1 muestran tanto en la horizontal como en la vertical (63.73% y 60.75% respectivamente) que la percep-ción de una situación tangible favorece el uso de siempre que. 5. Comentarios finales

La experiencia que describo en este trabajo corrobora lo enunciado en la hipótesis en lo que respecta a la influencia de la postura del hablante en relación con los hechos descriptos en la cláusula y a la tangibilidad del contexto que rodea a la cláusula con siempre que. Este últi-mo factor viene a coincidir con el significado de la forma siempre que primariamente tempo-ral, descriptivo y ligado más a los hechos que a la argumentación. Se confirma de esta manera la motivación en la elección de las formas que dan lugar a esta conexión. El primer factor se relaciona más estrechamente con el modo verbal subjuntivo y con la Posición 3 de la cláusula. La bibliografía menciona estos dos fenómenos en relación con la combinación siempre que, pero no los explica ni justifica. El hecho de que el hablante no crea o no comparta el conteni-do de la cláusula y que esto motive la elección de siempre que repercute directamente no solo en la elección de ese conector (y no de otro) sino también en la elección del modo y de la po-sición. En consonancia con las afirmaciones de Borzi (2002b), la postura negativa y de no-creencia del hablante motiva la elección de subjuntivo en tanto este modo verbal es síntoma de una conceptualización no asertiva, de información vieja, negada.8 Por otro lado, la Posición 3 de la cláusula viene a ser síntoma de una relación sintáctica poco estrecha (factor medido en Borzi (2001)). 8 En Borzi (2002b) se presenta una distribución espacial de las zonas modales en una ojiva que muestra dos subzonas semán-tico-pragmáticas enfrentadas que motivan que el hablante elija subjuntivo. Una de información no asertiva (presuposicional), vieja y negada y la otra de información no asertiva, no verdadera (no presuposicional).

Page 14: ÁREA TEMÁTICA Léxico y marcadores de la …exordio.qfb.umich.mx/archivos PDF de trabajo UMSNH/Aphilosofia/2.pdf · ÁREA TEMÁTICA: Léxico y marcadores de la argumentación ¿DE

Claudia Borzi A cada forma un significado. Los conectores siempre que y si

187

6. Bibliografía ALARCOS LLORACH, E. (1994). Gramática de la Lengua Española, Madrid: Espasa Calpe. ALCINA FRANCH, J. Y J. M. BLECUA, (1975). Gramática española, Madrid: Ariel. BELLO, A. (1980) [1847]. Gramática de la lengua castellana, Madrid: EDAF. BORREGO NIETO, J .J. (1980). Las locuciones condicionales con como y siempre que, en Studia Philologica Sal-

manticensis, IV: 17-38. BORZI, C. (1997). Syntax, Semantik und Pragmatik der Konnektoren entonces, así que und (tal/…) que, Munich:

Profidruck LMU. (Dissertation) BORZI, C. (2001), Coordinación y subordinación: zonas de una ojiva, en Volumen Homenaje a Ofelia Kovacci,

Buenos Aires: Eudeba, 91-112. BORZI, C. (2002a). Conectores y Progresión Temática en la Reseña de Divulgación Científica, Ponencia en IV

Jornadas de la Lengua Española, Universidad del Salvador, 27 al 29 de Septiembre de 2000, 47-52. BORZI, C. (2002b). Modos indicativo y subjuntivo: propuesta de una organización del espacio categorial, Po-

nencia aceptada en las V Jornadas de la Lengua Española, Universidad del Salvador, Buenos Aires 9 al 11 de octubre de 2002.

GILI GAYA, S. (1955). Curso Superior de Sintaxis Española, Barcelona: Spes. HAIMAN, J. (1978). Conditionals are Topics, en Language, 54:564-589. KENNISTON, H. (1937). The syntax of Castilian Prose. The sixteenth century, Chicago: University Press. KOVACCI, O. (1992). El Comentario Gramatical Tomo II, Madrid: Arco/Libros. LANGACKER, R. (1991). Foundations of cognitive grammar: Descriptive Application, Vol. II, Stanford:Stanford

University Press. LENZ, R. (1935). La oración y sus partes, Madrid: Nueva Revista de Filología Española. LÓPEZ GARCÍA, A. (1994). Gramática del español Tomo I, Madrid: Arco/Libros. MARÍN, F. M., F. J. SATORRE GRAU Y M. L. VIEJO, (1998). Gramática Española, Madrid: Síntesis. MARTÍNEZ, J. A. (1994). Cuestiones marginadas de gramática española, Madrid: Itsmo. MOLINER, M. (1966/7). Diccionario de uso del español, Madrid: Gredos. MONDÉJAR, J. (1966). La expresión de la condicionalidad en español, en Revista de Filología Española, XLIX:

229-254. MONTOLÍO, E. (1999). Las construcciones condicionales, en I. Bosque y V. Demonte (Coord.), Gramática Des-

criptiva de la lengua española V 3, Madrid: Espasa, 3643-3737. PÉREZ SALDANYA, M. (1999). El modo en las subordinadas relativas y adverbiales, en I. Bosque y V. Demonte

(Coord.), Gramática Descriptiva de la lengua española V 2, Madrid: Espasa, 3253-3322. PONS BORDERÍA, S. (1998). Conexión y Conectores, Valencia: Universidad de Valencia. REAL ACADEMIA ESPAÑOLA, (1959). Gramática, Madrid: Espasa Calpe. REAL ACADEMIA ESPAÑOLA, (1973). Esbozo para una Nueva Gramática de la Lengua Española. Madrid: Espa-

sa Calpe. SCHIFFRIN, D. (1992). Conditionals as topics in discourse, en Linguistics 30:165-197. VIGARA TAUSTE, A. M. (1992). Morfosintaxis del español coloquial, Madrid: Gredos.

Page 15: ÁREA TEMÁTICA Léxico y marcadores de la …exordio.qfb.umich.mx/archivos PDF de trabajo UMSNH/Aphilosofia/2.pdf · ÁREA TEMÁTICA: Léxico y marcadores de la argumentación ¿DE

CONTATO E TRANSIÇÃO EM INTERAÇÕES VERBAIS O USO DE MARCADORES DISCURSIVOS

Maria Lúcia da Cunha Victório de Oliveira Andrade

Universidade de São Paulo / Brasil [email protected]

0. Considerações iniciais

Este trabalho tem como objetivo estudar nas interações verbais, composta por conversações espontâneas e entrevistas televisivas, o uso de marcadores discursivos de abordagem ou intimação e convocação, a fim de conhecer alguns traços e características próprias dessas unidades: o tipo de ação que podem suscitar, sua multifuncionalidade e as diferenças que podem manifestar em relação aos demais conectores textuais. Para tanto, faz-se um levantamento rápido de várias ocorrências de tais operadores, descrevendo suas características e respectivas funções.

Os referidos marcadores são analisados em seus contextos e condições de produção e não separadamente, visto que se realizam em atividades interacionais entres indivíduos durante a conversação. As atividades interacionais são enfocadas com base na Etnometodologia, mas tendo sempre como meta o aspecto lingüísticos. Isso se explica porque é no lingüístico que a interação apresenta um de seus níveis de concretização. O lingüístico exterioriza o sociocultural e o paralingüístico, criando a imagem dos interactantes e instaurando a polidez entre eles. Desse modo, ao produzir o texto falado, os interlocutores deixam marcas que comprovam os procedimentos adotados durante a elaboração textual, essas marcas estabelecem o contato inicial entre os participantes, a fase de transição até chegar à orientação da conversação, instaurando, portanto, a coesão e a coerência textuais. 1. A interação verbal e sua dinâmica

Na visão de Fávero e Aquino (2002:161), as conversações em que participam três ou mais interlocutores tendem, em termos potenciais, mais a criar conflito e menos a situações constrangedoras para os participantes do que as conversações em que atuam apenas dois interlocutores (dílogo), pois segundo as autoras:

“um deles pode, provisoriamente, pôr-se de lado sem que isso ameace seriamente o desenrolar da conversa. Assim, há momentos em que o silêncio de um dos participantes se prolonga, cabendo aos outros o desenvolvimento da conversação, quer dizer, a obrigação de cooperar fica diluída no grupo”.

Ainda segundo as autoras, qualquer que seja o papel dos destinatários (direto ou indireto) dificilmente eles mantêm com o locutor o mesmo tipo de relação, ou seja, cada um deles tem uma “história conversacional” específica e não partilham os mesmos conhecimentos. 2. Marcadores Discursivos no Estabelecimento de Contato e na Transição

O estabelecimento de contato, primeiro constituinte organizador da abertura conversacional, tem nos textos sob análise uma estrutura peculiar ligada a fatores contextuais específicos; muitos deles estão relacionados ao gênero ao qual pertencem os diálogos aqui observados.

Importa salientar que o corpus é formado por entrevistas de televisão e tais textos são dialógicos por sua função e trilogais pelo número de participantes envolvidos nas atividades

Page 16: ÁREA TEMÁTICA Léxico y marcadores de la …exordio.qfb.umich.mx/archivos PDF de trabajo UMSNH/Aphilosofia/2.pdf · ÁREA TEMÁTICA: Léxico y marcadores de la argumentación ¿DE

Maria Lúcia da Cunha Victório de Oliveira Andrade Contato e transição em interações verbais. O uso de marcadores discursivos

189

interacionais. Ao contrário do que ocorre normalmente nas interações verbais entre pessoas desconhecidas, cada um dos participantes sabe o que o outro está esperando no início da conversação, desse modo não chega a existir uma verdadeira irrupção no território do outro.

Com efeito, a pessoa que é convidada a participar de uma entrevista de televisão já tem noção de qual será o tópico a ser desenvolvido durante o evento e todos os interlocutores podem ser considerados locutores autorizados (André-Larouchebouvy 1984:87). Por isso, é natural que não se encontrem nos textos do corpus os operadores discursivos tipicamente destinados a compensar a intromissão que, muitas vezes, abre um intercâmbio. Desse modo, quase não há em nossas entrevistas operadores de intimação ou de abordagem denominados “pseudo-apologies” (Wardhaugh 1985:124) como por exemplo: perdão, por favor. Observe- se o exemplo a seguir:

(1) L4 mas não tinha uma pesquisa ainda em maio ou junho dizendo que o primeiro item da pauta de preocupação do brasileiro era a estabilidade da moeda... mais que emprego... mais do que ( ) [ L2 aí já tinha entrado... em...vigor o plano.... [ L5 desculpa... Lula mas aí é o seguinte... nós... eu participei de um almoço com Você em que você previa para trinta dias a grande desilusão nacional... (Programa Entrevista Coletiva – Lula, 1995)

Nesse segmento, o entrevistado Luís Inácio Lula da Silva estava discorrendo sobre o Plano

Real e a estabilidade da moeda, quando um dos entrevistadores, L5, pede desculpas para introduzir um argumento a respeito do tópico em pauta, já que vai introduzir algo que se contrapõe ao que vinha sendo dito. Essa sobreposição e intromissão do entrevistador é atenuada com o uso do operador desculpa.

De modo geral, as trocas que abrem as entrevistas estudadas são do tipo confirmativo e não reparador, utilizando termos apresentados por Goffman (1973). Os intercâmbios confirmativos são de caráter ritual e servem para ratificar a existência de uma relação entre os participantes; é característicos que os recursos utilizados pelos participantes tenham idêntica função e inclusive que sejam formalmente idênticos ou muito semelhantes. Veja-se o segmento a serguir.

(2) L1 o nosso entrevistado desta noite é o ministro da cultura... o professor Francisco Weffort... Cientista político.... [...] eu gostaria de abrir indagando... professor Francisco We/Weffort a respeito ... da ação do seu ministério... né? que coisa é essa... cultura... qual é a cultura... que objeto da ação do ministério... que que o senhor pretende fazer com esse tema? boa noite... L2 boa noite... Chico Pinheiro... o ahn... o tema.... o tema central do... do... do ministério da cultura em última instância... é o tema da... da cultura nacional... é o tema da identidade nacional... (Programa Entrevista Coletiva – Francisco Weffort, 1995)

Por outro lado, a motivação fundamental dos intercâmbios reparadores, que também são

de natureza ritual, assenta-se “sobre o princípio de reparação de uma ofensa territorial” (Moeschler, 1985:83), dado que nesses intercâmbios um dos participantes é o intrometido e o outro o possível prejudicado, é claro que o ato ilocutório realizado pelos participantes seja de natureza diferente (por exemplo, o par: Olhe, perdão. Sim?). Observe-se o exemplo abaixo,

Page 17: ÁREA TEMÁTICA Léxico y marcadores de la …exordio.qfb.umich.mx/archivos PDF de trabajo UMSNH/Aphilosofia/2.pdf · ÁREA TEMÁTICA: Léxico y marcadores de la argumentación ¿DE

Actas del Congreso Internacional La Argumentación Léxico y marcadores de la argumentación

190

em que um dos entrevistadores faz uso do marcador desculpa para poder apresentar a sua discordância em relação ao papel do presidente da república e sua relação com o senado:

(3) L2 e pra isso é preciso se conhecer o novo congresso... um colégio de líderes eficiente... afinados com o novo governo e desta maneira se fazer um trabalho político ... [ L5 governador... desculpa... mas um colégio de líderes não ocupa esse papel.... não faze esse papel (Programa Entrevista Coletiva – Tasso Jereissati, 1995)

Os marcadores de abordagem ou intimação (summonses) incluem tanto os movimentos de solicitação de contato como as respostas correspondentes a esses movimentos. Definem-se como unidades destinadas “a estabelecer contato antes de introduzir o tópico discursivo” (Burton, 1981: 66). Sua função é indicar prontidão para participar da conversação ou advertir que o interlocutor está atento. Stenström (1994: 85) incorpora à classe dos summonses os alertadores (alerts), cuja função é a de reclamar a atenção do interlocutor ante uma mudança de direção no discurso. Alguns alertadores (por exemplo, veja) podem ser usados como marcadores de abordagem em certas situações comunicativas, como se pode notar no segmento abaixo:

(4) L6 o senhor acredita que vai ter a mesma liberdade pra atuar... como atuaria num governo petista... numa eventual... numa vitória... se fosse do Lula... por exemplo? [ L2 eu...eu...eu [ L6 o senhor acha que se impõem... algumas... limitações? [ L2 olha... eu devo lhe dizer Salomão... que eu sempre... eu sempre disse... eu... que... o que pensei... quer dizer... certo ou errado... tá certo? e nunc/ evidentemente em muitas oportunidades eu cometi erros... por exemplo... avaliações... tentativas de avaliação política... não é? (Programa Entrevista Coletiva – Francisco Weffort, 1995)

É necessário lembrar que nas entrevistas a disposição estratégico-lingüística se ajusta a determinados padrões já fixados culturalmente pelo tipo de programa e pelo estilo de seu entrevistador (jornalístico ou talk-show). Segundo Arcocha (1999:95), isso produz uma considerável descarga semântica das fórmulas utilizadas no primeiro intercâmbio das aberturas conversacionais e, de modo correspondente, cria uma especialização pragmático-discursiva e metaconversacional quase absoluta de tais fórmulas, fato que explica, por exemplo, a perda de valor propriamente imperativo dos marcadores de abordagem empregados normalmente no primeiro turno de conversações telefônicas (diga, fala, olha) que servem apenas para a realização de atos de caráter fático. Assim, essas formas lingüísticas correspondem a solicitações, mas não a atos diretivos, como poderia pensar alguém que desconhecesse o valor discursivo de tais elementos: assinalar que o canal de comunicação está aberto.

(5) L1 eu tenho uma pessoa que se chama Tata Pierri... que é... ela faz música... ela tem 21 anos... e é de São Paulo e tem uma pergunta pra fazer pra você por telefone... você tá aí... Tata? L3 alô... L1 oi... Tata... L3 oi... Gabi... tudo bom?

Page 18: ÁREA TEMÁTICA Léxico y marcadores de la …exordio.qfb.umich.mx/archivos PDF de trabajo UMSNH/Aphilosofia/2.pdf · ÁREA TEMÁTICA: Léxico y marcadores de la argumentación ¿DE

Maria Lúcia da Cunha Victório de Oliveira Andrade Contato e transição em interações verbais. O uso de marcadores discursivos

191

L1 bem... obrigada... L3 oi... Arnaldo... L1 obrigada pela participação... [ L2 oi... L3 obrigada vocês... pode mandar?... L1 pode mandar... L3 é o seguinte... Arnaldo... eu queria saber... se desde que você saiu dos Titãs você tem:: mais liberdade assim... pra compor o seu som né? que é bem diferente do que você vinha fazendo com o grupo... é... mas apesar de/do seu sucesso... você não tem mais a fama nem a mídia de antes que você tinha... quando você tava nos Titãs... você acha que... que perdeu alguma coisa com isso::... isso te incomoda de alguma forma mesmo não inc/incomodando os seus fãs verDADEIros? L2 olha ... é legal você falar dos Titãs só pra eu fazer uma correçãozinha do que falou no começo que eu... na verdade fui lider dos Titãs... os Titãs nunca tivera um lider né?... eu na verdade desitribui ali... um... um papel... (Programa Gabi – Arnaldo Antunes, 2001)

Os turnos iniciais do estabelecimento de contato constituem conjuntos de pares adjacentes ritualizados e predeterminados por fatores contextuais (especialmente, o gênero textual), e têm um valor global definido pelo próprio ato de emissão: em tais turnos não importa tanto o que se diz, mas o fato de que se diga algo adequado ao funcionalmente previsto: os elementos que aparecem nesses turnos iniciais servem para gerir a conversação como tipo de atividade interacional que é, portanto, são operadores metaconversacionais ou metainterativos. Pode-se dizer que existem variantes lingüísticas para o primeiro constituinte das aberturas discursivas, mas a possibilidade de escolha é um pouco restrita e está relacionada ao tipo convencional de interação (desde as conversações telefônicas até as mais distintas interações públicas: uma conferência, um discurso político, um debate, etc.) A escolha de uma variante ou outra dentro das possibilidades adequadas a cada gênero não tem consequências na interação: cada interlocutor interpretará o dito como uma forma eminentemente fática.

Gallardo Paúls (1996: 130) afirma que “existem expectativas sociais sobre o momento concreto em que resulta pertinente um ritual de acesso, por isso se interpretará como tal qualquer conduta que se realize nesse momento”.

Veja-se, a seguir, o início (apresentação do convidado e cumprimentos) da entrevista feita por Marília Gabriela ao deputado federal José Genoino do PT:

(6) L1 o nome dele é José Genoino Neto... filho de Sebastião e Maria Lais... é irmão de

Giovani... Laide... Lais... Liduino... Francisco... Odílio... Guimarães... Wagner... Ronaldo e Cleidson... acertei todos? L2 todos... L1 casado com Yoko... é pai de Miruna... Ronan e Mariana... tem cinquenta e cinco anos ... nasceu em Quixeramobim... e sem ser ator de novela ou astro de televisão ele tem sido CAMPEÃO nas telinhas na última semana... boa noite José Genoino... L2 boa noite... (Programa Marília Gabriela Entrevista – José Genoino, 2001)

Nesse segmento, verifica-se que a jornalista faz uma breve biografia de quem é o convidado do programa e, a seguir, usa como sinal de contato uma saudação (boa noite).

Os operadores discursivos destinados a realizar o estabelecimento de contato adotam o esquema próprio de uma frase léxica1 de saudação (Boa noite; Oi, como vai você?; Olá, tudo

1 Termo empregado por Arcocha (1996: 317) para designar construções oracionais lexicalizadas que são empregadas como recursos lingüísticos associados direta e convencionalmente a atos ilocutórios como: saudar, agradecer, despedir-se, descul-par-se, etc. Algumas frases léxicas são operadores discursivos, como por exemplo: Olá, boa tarde. Obrigada e boa tarde.

Page 19: ÁREA TEMÁTICA Léxico y marcadores de la …exordio.qfb.umich.mx/archivos PDF de trabajo UMSNH/Aphilosofia/2.pdf · ÁREA TEMÁTICA: Léxico y marcadores de la argumentación ¿DE

Actas del Congreso Internacional La Argumentación Léxico y marcadores de la argumentación

192

bem.), criando um ambiente de cortesia. Entretanto, é necessário destacar que não são especialmente abundantes nas aberturas de nossos textos as marcas explícitas de cortesia, provavelmente por razões que uma aproximação sociolingüística permitiria desvelar. Se é verdade que os participantes de nossas entrevistas tendem a evitar termos ou expressões rudes, também é verdade que é raro encontrar intervenções corteses positivas:

(7) L1 ela é a estrela da nova novela do SBT... Débora Bloch.... ((aplausos)) como você está bonita... menina... tá... tá cada dia mais bonita... [ L2 brigada... obrigada... L1 impressionante... aliás... a gente tinha se encontrado lá na festa [ L2 é... L1 do SBT e eu já tinha falado isso... como é que tá esse... (Programa Jô Soares – Débora Bolch, 1994)

Parece que o operador discursivo (Olá; Boa noite) das aberturas de nossos textos é empregado em parte como pseudo-saudação, ao contrário do que ocorre em outras situações interacionais. As observações elencadas a seguir, reforçam essa posição: a- o fato de que em algumas ocasiões a saudação não é desenvolvida e que se introduza o

tópico discursivo. Uma explicação plausível é que o outro interlocutor estima que o contato já esteja estabelecido e que, portanto, não é necessário demorar a entrada na fase de orientação do discurso:

(8) L1 Oi... diga... L2 bom... eu apenas gostaria de fazer um pequeno comentário sobre o... que ocorreu durante a partida de futebol... (Conversão Espontânea)

b- o uso do marcador Olá como elemento estritamente fático:

(9) L1 olá... como vai? L2 olá... bem... e você? (Conversão Espontânea)

c- a utilização de um marcador de contato Sim, que diferentemente dos retroalimentadores de

Goffman (1974) ou sinais de atenção continuada de Gallardo Paúls (1993), não está destinado a confirmar que se recebeu adequadamente uma informação e indicar que é possível continuar a apresentação, mas sim marcar que o canal de comunicação está aberto.

(10) L1 olá... boa tarde!... L3 olá... sim... boa tarde... L2 ah!... pensei que não fosse comigo... L1 sim... olha...me diga uma coisa... (Conversão Espontânea)

3. Função dos marcadores de abordagem Como foi visto no estabelecimento de contato de nossas entrevistas, os atos de saudação

servem de modo indireto mas primordialmente como operadores de abordagem. É necessário reconhecer que esses elementos não perdem totalmente seu valor original como elementos de cortesia destinados a manifestar condições de acesso amistosas. Assim, uma saudação usada

Page 20: ÁREA TEMÁTICA Léxico y marcadores de la …exordio.qfb.umich.mx/archivos PDF de trabajo UMSNH/Aphilosofia/2.pdf · ÁREA TEMÁTICA: Léxico y marcadores de la argumentación ¿DE

Maria Lúcia da Cunha Victório de Oliveira Andrade Contato e transição em interações verbais. O uso de marcadores discursivos

193

para estabelecer contato não deixa de ser uma saudação, da mesma maneira que uma pergunta usada para solicitar uma ação não deixa de ser uma pergunta (Você pode fechar a porta, por favor?).

De modo geral, os marcadores não realizam somente uma ação pragmático-discursiva nos contextos em que são utilizados. Na verdade, eles podem servir para resolver vários problemas discursivos ao mesmo tempo. Schiffrin (1987:64) já havia destacado essa caracterítica ao afirmar que os operadores “podem ser usados em diferentes possibilidades discursivas simultaneamente”.

Na visão de Arcocha (1996), nos segmentos exemplificados em (8) e (10), os enunciados Olá... como vai? e Olá... boa tarde! recebem como resposta ou complementação um sinal de recepção (sim) e uma saudação (bem e você e boa tarde!) comprovam a idéia de que o operador de estabelecimento de contato conserva seu caráter inicial de saudação. Essa permanência de uma função primeira pode se comprovada nas ocasiões em que o operador recebe um reforço com um elemento como e aí tudo bem? ou e aí tudo em cima?

(11) L1 Oi... e aí tudo bem? L2 Oi... tudo ótimo e você? (Conversação Espontânea)

O estabelecimento de contato constitui uma unidade interativa que exige a presença de um operador que assinale o limite de transição a outra unidade conversacional. Nas entrevistas, dada sua função de interação social visando a uma informação, o segundo intercâmbio se destina regularmente a orientar a apresentação do tópico discursivo e definir a posição do entrevistado em relação a esse tópico

Definimos como macadores discursivos o conjunto de unidades que se ajustam ao esquema Olá... bom /boa dia/tarde/noite não apenas porque servem para a realização de atos pragmáticos: observe-se, em primeiro lugar, que os turnos que contituem o intercâmbio de estabelecimento de contato são interdependentes e, em segundo lugar, que a função geral do intercâmbio é discursiva, na medida em que pressupõe a existência de outros intercâmbios posteriores, aos quais se liga globalmente como uma sequência que serve de marco/moldura para o desenvolvimento da atividade. 4. Função dos marcadores de transição

O operador que assinala a transição desde o intercâmbio destinado ao estabelecimento de contato à apresentação do tópico discursivo sobre o qual vai desenvolver-se a interação é habitualmente o marcador diga, em algumas ocasiões aparece me diga ou me diz.

A primeira função discursiva (organizadora do discuso) deste marcador é cancelar provisoriamente, a partir do momento de sua emissão, o mecanismo de sucessão de turnos: o participante (entrevistador) que emite me diga/ me diz realiza um ato por meio do qual se compromete a ceder um turno extenso ao outro participante (entrevistado), ou seja, a não intervir igualitariamente na fase seguinte da conversação. O operador me diga/me diz é um elemento diferenciador na tomada de turno e é processado como tal por parte do entrevistador.

A segunda função é a de delimitador, ou seja, o operador marca um limite no discurso (final do estabelecimento de contato) e uma mudança de rumo na interação (a partir desse momento começa uma nova fase). Cabe apontar que relacionado ao seu valor original me diga/ me diz tem força ilocutória própria de um requeridor, como se pode verificar no fato de

Page 21: ÁREA TEMÁTICA Léxico y marcadores de la …exordio.qfb.umich.mx/archivos PDF de trabajo UMSNH/Aphilosofia/2.pdf · ÁREA TEMÁTICA: Léxico y marcadores de la argumentación ¿DE

Actas del Congreso Internacional La Argumentación Léxico y marcadores de la argumentación

194

que pode ser aceito explicitamente expressando conformidade com o marcador bom.(marcador discursivo que exerce a função de introduzir um argumento, enlaçar um tópico discursivo).

Considerações Finais Como se pôde verificar por meio das análises feitas, o uso de marcadores discursivos é

reflexo de uma necessidade comunicativa associada às estratégias interacionais próprias das atividades em andamento durante uma entrevista ou em uma conversação cotidiana.

Referências Bibliográficas ANDRÉ-LAROUCHEBOUVY, D. (1984). La conversation quotidienne. Paris: Didier. ARCOCHA, M. T. LLORENTE. (1996). Organizadores de la conversación. Salamanca: Publicaciones Universidad

Pontificia de Salamanca. BURTON, D. (1981).Analizing spoken discourse. In Coulthard, M. e M. Montgomery (eds.) Sutdies in discourse

analysis. London: Routledge y Kegan Paul. FÁVERO, L. LOPES e AQUINO, Z. GASPAR OLIVEIRA (2002). A dinâmica das interações verbais: o trílogo. In:

PRETI, Dino (org.) Interação na fala e na escrita. São Paulo: Humanitas, vol. 5 Projetos Paralelos, p. 158-177.

GALLARDO PAÚLS, B. (1993). Lingüística percpetiva y conversación: secuencias. Valencia: Universidad de Va-lencia.

GOFFMAN, E.(1973). La mise en scène de la vie quitidienne. Paris: Minuit. MOESCHLER, J. (1985). Argumentation et conversation. Saint-Cloud: Hatier-Credif. STENSTRÖM, A (1994).An introduction to spoken interaction. London: Longman, WARDHAUGH, R. (1985). How conversation works. Oxford/Cambridge, Mass.: Basil Blackwell.

Page 22: ÁREA TEMÁTICA Léxico y marcadores de la …exordio.qfb.umich.mx/archivos PDF de trabajo UMSNH/Aphilosofia/2.pdf · ÁREA TEMÁTICA: Léxico y marcadores de la argumentación ¿DE

INFORMACIÓN LÉXICA, INFERENCIA PRAGMÁTICA Y ARGUMENTACIÓN

Héctor Mario Manni

Universidad Nacional del Litoral / Argentina [email protected]

1. Introducción

El universo del significado es un locus de indagación muy atractivo para filósofos y lin-güistas, entre otros, a la hora de dar algún tipo de explicación para el lenguaje humano. En este trabajo focalizaré el estudio de la semántica léxica, especialmente en la caracterización de los rasgos semánticos del ítem léxico porque. Asumiré que este ítem tiene una representación semántica capaz de facilitar procesos inferenciales que permiten la interpretación del enuncia-do en el que aparece. Esto supone aceptar que es pertinente la distinción entre dos procesos cognitivos: la decodificación, por un lado; y las inferencias, por el otro. Desde la perspectiva cognitiva de la Teoría de la Relevancia (TR) (Sperber y Wilson (1986, 1995)), la distinción entre semántica y pragmática intenta captar de una manera descriptiva y explicativa estos dos procesos mentales1.

En términos de TR, la decodificación es un proceso realizado por el sistema lingüístico que ejecuta una serie de mecanismos computacionales gramaticales, lo que da como resultado un tipo de representación (forma lógica, en el sentido de la lingüística chomskiana, o algún otro tipo de representación). El segundo proceso cognitivo, inferencial pragmático, integra la con-tribución lingüística con otra información accesible. Esta fase inferencial de la interpretación está restringida y orientada por el principio comunicativo de relevancia.

Intentaré mostrar que porque tiene dos lecturas posibles y que estas lecturas están codifi-cadas en la representación semántica léxica del ítem.

2. Los datos2

Se publicó hace algunos años una nota en la que se analizaba una carta abierta del ex pre-sidente Carlos Menem como respuesta a las críticas de la entonces Alianza opositora. En la misma, el periodista usa en dos ocasiones el conector porque. Me gustaría observar con dete-nimiento esta situación, en virtud de que en el mismo texto el conector adquiere diferentes interpretaciones. Si bien este comportamiento es observado en las gramáticas descriptivas, lo interesante sería explicar cómo el oyente, en tiempo real, asigna diferentes interpretaciones a las emisiones en las cuales aparecen y en ese caso, cuál es el aporte semántico del ítem léxico en cuestión. En (1), transcribo dos fragmentos de la nota:

(1)”Ni la táctica ni la dureza presidencial fueron casuales. (Menem) golpeó a Machinea porque éste es el técnico más prestigioso y con mejores contactos en el establishment… Pero, sobre todo, lo golpeó por la terrible frase que Machinea utilizó el miércoles ante un auditorio de em-presarios: –’La fiesta se acabó”

“Aunque ya se conocen porque ambos comparten a menudo las canchas de golf, Menem es-cuchó con placer a Cirigliano describir –con planos y maquetas incluidas– las reformas que planea ejecutar si renegocia con éxito la concesión de las líneas (de los ferrocarriles) Mitre y Sarmiento”

1 Ver Carston (1998) 2 Parte del análisis que propongo en este trabajo fue presentado en Manni (1999). En aquel trabajo se presentaban datos ex-traídos del análisis de una carta abierta del entonces presidente Menem aparecida en el diario Clarín de año 1998.

Page 23: ÁREA TEMÁTICA Léxico y marcadores de la …exordio.qfb.umich.mx/archivos PDF de trabajo UMSNH/Aphilosofia/2.pdf · ÁREA TEMÁTICA: Léxico y marcadores de la argumentación ¿DE

Actas del Congreso Internacional La Argumentación Léxico y marcadores de la argumentación

196

El uso de porque en (1a.) supone una lectura en la que se establece una relación entre dos contenidos, uno de causa y el otro de consecuencia: la razón por la que Menem asestó un gol-pe (verbal) a Machinea es su prestigio y los contactos que éste puede establecer con el esta-blischment. Mientras que en (1b.), no parece tan claro que la razón por la que ambos se co-nozcan sea el hecho de que compartan la misma cancha de golf. La lectura que se impone es, en este caso, la siguiente: el hecho de compartir el mismo sitio es la razón por la cual el autor de la nota afirma que Menem y Cirigliano ya se conocían antes de la entrevista (aunque simu-laron lo contrario).

Pongamos en un contexto de intercambio conversacional las expresiones de (1). Obsérvese en (2) y (3) el resultado que se obtiene intercalando entre ambas otra intervención:

(2) – Menem golpeó a Machinea. – ¿Por qué decís eso? – #Porque es el técnico más prestigioso de la Alianza3.

(3) – Menem y Cirigliano ya se conocen.

– ¿Por qué decís eso? – Porque ambos comparten las mismas canchas de golf.

Hasta aquí parece bastante claro lo que nos muestran los datos: hay al menos dos usos dife-rentes de porque en el texto: por un lado en (1a.) se establece una relación causal entre dos hechos; por el otro, en (1b.) la relación se da entre un acto de habla y una proposición que asume el rol de evidencia para justificar la emisión de tal enunciado.

En las gramáticas se han considerado estas diferentes interpretaciones en términos de la distinción latina entre “causa real” y “causa lógica”. Andrés Bello (1847) ofreció otra deno-minación de la distinción: “causa de lo dicho” y “causa del decir”. Sobre esta base se ha hecho la distinción entre “causa del enunciado” y “causa de la enunciación”4. Denominaré a la primera interpretación de porque “interpretación de cadena causal” (ic-c); a la segunda, “in-terpretación argumentativa” (ia). Véase el paradigma, en (4):

(4) a. El examen se tomará porque figura en planilla. (ic-c)

b. El examen se tomará, porque figura en planilla. (ia)

En las gramáticas, las diferencias entre (4a.)y (4b.) se describen en términos de relaciones semánticas, sintácticas y de entonación.

Lo que es interesante en este caso es que la interpretación del significado de las emisiones en las que porque es usado no ofrece dificultad para el oyente (o lector, en este caso). Esto es, los hablantes del español conocemos el significado de porque en ambos contextos sin ningún tipo de dudas. Las diferentes interpretaciones (una, causa-efecto; la otra, argumentación-evidencias a favor) son, en cada caso, las únicas posibles por parte del oyente / lector. 3. El análisis

Asumiré en primer lugar que en el diccionario mental hay una sola entrada léxica para el ítem porque. Esta suposición se apoya en principios de procesamiento de la información y de posibilidades de actuación lingüística. En consecuencia, habrá que postular que la semántica

3 El símbolo # lo usaré para indicar falta de coherencia en el texto. 4 Ver Galán Rodríguez (1999)

Page 24: ÁREA TEMÁTICA Léxico y marcadores de la …exordio.qfb.umich.mx/archivos PDF de trabajo UMSNH/Aphilosofia/2.pdf · ÁREA TEMÁTICA: Léxico y marcadores de la argumentación ¿DE

Héctor Mario Manni Información léxica, inferencia pragmática y argumentación

197

de porque tiene suficiente información como para dar lugar a las diversas lecturas, en los con-textos adecuados.

3.1. Niveles de representación En Pustejovsky (1991, 1995) se ofrece una teoría donde los ítems léxicos son mínimamente

descompuestos en forma estructurada y no en un conjunto de rasgos. La teoría ofrece una in-teresante concepción del principio de composicionalidad. Si un ítem léxico tiene diversas po-sibilidades para su interpretación, entonces cómo es posible obtener un sistema que fuera lo suficientemente amplio para que permita todas las lecturas posibles, pero, a la vez, las sufi-cientes restricciones para evitar las estructuras mal formadas. La pregunta es, entonces, ¿cómo se logra una interpretación particular en un contexto dado? La respuesta para Pustejovsky es que para este fin hay un sistema muy simple de mecanismos generativos, que a través de la composición, produce “sentidos en contextos”.

Propone diversos niveles de representación. La idea de niveles de representación, usado en el sentido de David Marr (1982), aporta un importante marco conceptual al aparato descripti-vo que estoy usando. Las estructuras lingüísticas procesan información que interactúa con otros componentes del sistema cognitivo. Los que debe definirse, entonces, es el tipo de re-presentación para la entrada y salida de la información del sistema. Esto es, se definen, por un lado, ciertos elementos, lingüísticos en nuestro caso, que conforman los objetos formales del proceso; y, por otro, se definen las operaciones que transformarán las estructuras.

3.2. Porque Voy a proponer un análisis parcial del modo en cómo, a través del mecanismo de co-

composición, se relacionan las posibles interpretaciones de porque. Usaré algunas categorías del lexicón generativo propuesto por Pustejovsky (1995).

Por otro lado habrá que definir al menos los tipos de información que se codificará en la semántica léxica. En esto seguiré TR que sostiene que se codifican dos tipos de informaciones: una de tipo conceptual: los objetos, los eventos, las intenciones, propiedades, tiempo, cantida-des conceptualizados en el sistema. Por otro lado, un conjunto de instrucciones que permiten las interpretaciones posibles con las que opera el sistema de inferencias.

El sistema lingüístico debe codificar estos tipos de información. Tanto el léxico como las estructuras sintácticas permiten la codificación de esta información, de modo que la interfaz entre el sistema conceptual y el sistema lingüístico sea posible. Veamos cómo se puede anali-zar el conector porque usando este aparato descriptivo. Observemos (5) donde se repite la proposición de (1a.):

(5) Menem golpeó a Machinea.

Esta proposición expresa un evento complejo formado por dos sub-eventos: (6) Estr. Eventiva Estr. Argumental Estr. Qualia

golpeó proceso (e1) Arg.1 (1) Formal = result. (e2, (2)) estado (e2) Arg.2 (2) Agentivo = acc. golpear (e1, (1))

El predicado golpear tiene una relación entre dos sub-eventos y dos individuos tal que al-

guna relación existe entre el Argumento (1) y (2) en la producción (esto es, el rol agentivo), del que resulta un estado para (2) (esto es, el rol formal). Este estado no tuvo lugar antes, sino como consecuencia del e1. En (7), la segunda proposición:

(7) Machinea es prestigioso.

Page 25: ÁREA TEMÁTICA Léxico y marcadores de la …exordio.qfb.umich.mx/archivos PDF de trabajo UMSNH/Aphilosofia/2.pdf · ÁREA TEMÁTICA: Léxico y marcadores de la argumentación ¿DE

Actas del Congreso Internacional La Argumentación Léxico y marcadores de la argumentación

198

La información contenida en la estructura eventiva de esta proposición es de estado. Mi propuesta es que en la estructura semántica de porque se procesa información respecto

a un tipo de evento que se conforma composicionalmente. En la gramática de Bello se explica que porque es el resultado de la unión entre por y el enunciativo que, conformando lo que él denomina un adverbio relativo. Parece bastante plausible entonces sostener que la relación de causa está incorporada por la proposición por cuya selección categorial es una proposición.

Esta información semántica se tiene que incorporar a la estructura determinando que uno de sus valores es la cadena causal. En el modelo de Pustejovsky esta información está conte-nida en el rol agentivo de la estructura qualia de porque. Si aceptamos esto, entonces (8):

(8) Porque Machinea es prestigioso.

conforma una unidad semántica. Esta unidad expresa un evento complejo formado por meca-nismos de co-composición. Esto es, un evento conformado por dos subeventos:

(9) e1 = Estado e1 = Proceso

El orden debe ser restringido para preservar la misma estructura del sistema conceptual. Esto es, la causa del golpe es el estado expresado por la proposición Machinea es prestigioso. De modo que el sistema debe prever algún tipo de operación que permita interpretar esta pro-posición como causa. Mi propuesta es que por aporta una información instruccional del tipo siguiente:

“la información que sigue debe interpretarse como CAUSA”

Restringido el orden, se establece la relación entre los eventos. Si aplicamos nuevamente los mecanismos de co-composición, podemos ver (11), la estructura eventiva de Menem gol-peó a Machinea porque es el más prestigioso.

(11) E1 = Estado (Machinea es prestigioso) E2 = Proceso (CADENA CAUSA) E3 = Proceso (Menem golpea) E4 = Estado (efecto del golpe sobre Machinea)

Los pares ordenados se respetan (E1 , E2 ) (E3 , E4 ). La relación entre estos eventos es de solapamiento lo que conforma una estructura eventiva mayor.

Sin embargo, con esta representación semántica no puede explicarse el comportamiento de la segunda interpretación de porque. La estrategia a seguir es complejizar la representación semántica.

En primer lugar, voy a sugerir que se incorpore en la representación semántica una entrada para los predicados implícitos. En nuestro caso, el predicado “argumento...”, “afirmo...”. Este predicado tiene una representación semántica en todos los niveles de representación. (Si destaco la estructura argumental del predicado, que difiere de la estructura argumental de los otros predicados –expresados en las proposiciones– tiene un argumento1 (1)).

Lo que hay que complejizar también es la información semántica de porque. Tiene codifi-cado en su especificidad semántica dos significados. En Pustejovsky (1995) se intenta captar la idea de la polisemia a través del Paradigma Conceptual Léxico (PCL). La intuición que sub-yace al PCL es que los significados de un ítem léxico se proyectan a los contextos sintácticos y semánticos de una manera paradigmática. En mi opinión, porque codifica información proce-dimental diferente especificada en su estructura qualia de la manera siguiente: en el rol agen-tivo, se especifica la relación de cadena causal que se establece entre los subeventos y los ar-gumentos de los predicados; en el rol télico, se especifica la función argumentativa que se

Page 26: ÁREA TEMÁTICA Léxico y marcadores de la …exordio.qfb.umich.mx/archivos PDF de trabajo UMSNH/Aphilosofia/2.pdf · ÁREA TEMÁTICA: Léxico y marcadores de la argumentación ¿DE

Héctor Mario Manni Información léxica, inferencia pragmática y argumentación

199

establece en la relación de un evento y los argumentos de los predicados; y en el rol constitu-tivo, se especifica la naturaleza procedimental del ítem léxico. De modo entonces que, si en la estructura eventiva, un evento (o sub-evento) está marcado como núcleo de la misma, enton-ces algunos componentes de la qualia de porque se “ensombrecen” (por usar un término de Pustejovsky), esto es, no tienen una proyección semántica (y probablemente sintáctica).

En la primera interpretación (causa-efecto) el sub-evento núcleo es el proceso que genera los subeventos siguientes. En este caso, operan el rol constitutivo y el rol agentivo; en la se-gunda interpretación (argumentativa), la estructura eventiva del predicado implícito dispara los roles télico y constitutivo y “ensombrece” el rol agentivo.

En otras palabras, hay una sola entrada en el diccionario mental para porque y los meca-nismos propios del lexicón generativo permiten ambas lecturas. Bibliografía BELLO, ANDRÉS (1847): Gramática de la Lengua Castellana. CARSTON, ROBYN (1998): “The semantics/pragmatics distinction: a view from relevance theory”. UCL Working

Papers in Linguistics 10 (1998) GALÁN RODRÍGUEZ, CARMEN (1999): “La subordinación causal y final” en Bosque I. y Demonte V. (ed) (1999):

Gramática Descriptiva de la Lengua Española. Tomo 3. Espasa. Madrid MARR, DAVID (1982): Vision. A computational Investigation into the Human Representation and Processing of

Visual Information. Freeman and Company, N.Y. PUSTEJOVSKY, JAMES (1991): “The Syntax of Event Structure”, Cognition 41:47-81 PUSTEJOVSKY, JAMES (1995): The Generative Lexicon. MIT Press. SPERBER, DAN. & DEIRDRE WILSON (1986,1995): Relevance: communication and cognition. Oxford,Blackwell.

Page 27: ÁREA TEMÁTICA Léxico y marcadores de la …exordio.qfb.umich.mx/archivos PDF de trabajo UMSNH/Aphilosofia/2.pdf · ÁREA TEMÁTICA: Léxico y marcadores de la argumentación ¿DE

POLIFONÍA Y DENEGACIÓN: LOS EDITORIALES DE LA NACIÓN Y CLARÍN

EN LOS PRIMEROS MESES DE 1976

Marta Marín Universidad de Buenos Aires / Argentina

[email protected] Introducción

Entre 1976 y 1983, la Argentina vivió una de las dictaduras más sangrientas de su historia. A pesar de ese carácter, su establecimiento y continuidad en el poder contaron con la acepta-ción de gran parte de la sociedad, la que esperaba, posiblemente, un cierto ordenamiento de los actos de gobierno y de la conducción del país, ya que esta había sido una de las carencias más notables del gobierno constitucional que fue derrocado por el golpe militar (Romero, 1996). A esta confianza y al acatamiento que le siguió habría contribuido en gran parte la prensa argentina mediante la creación de un consenso para la aprobación, tanto del golpe mili-tar como hecho puntual, como así también de las actuaciones del gobierno dictatorial (Blaus-tein y Zubieta, 1998).

Esta comunicación es parte de un trabajo mayor que tiene como propósito general indagar acerca de cómo en los editoriales de Clarín y La Nación se manipuló el lenguaje para cons-truir una realidad discursiva que legitimara las acciones del gobierno militar y que favoreciera ese consenso social general de aceptación.

En efecto, dentro de los variados discursos de la prensa escrita, los artículos editoriales son los que, canónicamente, han representado de manera explícita la posición política de un pe-riódico, lo que debería suponer la elección de una discursividad argumentativa y la conse-cuente presencia de marcas de opinión en los discursos. El género editorial, sin embargo, se ha caracterizado por el borramiento de esas marcas y por la enunciación de opiniones y posi-ciones políticas como si se tratara de verdades incontrastables, lo que contribuye a crear una imagen única de la realidad. En los artículos editoriales, las opiniones sostenidas se constru-yen discursivamente como hechos demostrables o como entidades referenciales, se los ponde-ra axiológicamente, y a partir de ellos se plantean generalizaciones éticas y se proponen cur-sos de acción no sólo legítimos, sino obligados por imperativos deónticos. Así, las argumen-taciones de los editoriales adquieren carácter de “demostración de verdad” por lo que contri-buyen a afianzar y difundir la doxa sobre la cual se sostienen.

Para ello estos discursos construyen, naturalizan e imponen sentidos, de los cuales hacen desprender, “lógicamente”, la necesidad de acciones perentorias. Sería éste un caso, entonces, de manipulación lingüística y discursiva, concibiendo ésta como la elección de ciertos recur-sos lingüísticos y discursivos con preferencia a otros, con el fin de obtener la mayor eficacia persuasiva o de imponer sentidos orientados hacia determinadas conclusiones.

Se dice, por otra parte, que La Nación y Clarín fueron órganos periodísticos mesurados du-rante los meses previos al golpe militar de 1976 (Díaz, 2002), simplemente porque no pedían ostensiblemente un gobierno militar. Sin embargo, el análisis lingüístico nos autoriza a pensar que mientras mantenían esa apariencia de mesura construían –y/o reforzaban– discursivamen-te la doxa favorable a ese tipo de gobierno.

Page 28: ÁREA TEMÁTICA Léxico y marcadores de la …exordio.qfb.umich.mx/archivos PDF de trabajo UMSNH/Aphilosofia/2.pdf · ÁREA TEMÁTICA: Léxico y marcadores de la argumentación ¿DE

Marta Marín Polifonía y denegación: los editoriales de La Nación y Clarín en los primeros meses de 1976

201

Nuestra hipótesis, para este trabajo, es que uno de los recursos lingüísticos por los cuales esto se logró, fue el de negar existencia a los puntos de vista que no fortalecieran el propio. Por esa razón, en esta comunicación se intenta dar cuenta de cómo –en la necesidad de consti-tuirse en una voz única y de construir un discurso irreversible–, el uso de las negaciones pue-de llegar a ser un modo de mitigar, acallar, o denegar las posiciones o perspectivas que no sean las que la institución periodística sostiene.

Corpus La elección de La Nación y de Clarín está motivada en que se trataba de los diarios de ma-

yor circulación en el ámbito nacional y ese carácter aún perdura, con propietarios que –al me-nos nominalmente– son los mismos. Por otra parte, responden a lo que se conoce como dia-rios “serios”, de modo que ofrecerán elementos del corpus más o menos comparables para el análisis contrastivo. En cuanto al diario La Prensa, por una parte, no tenía una difusión tan importante como Clarín y La Nación, y, por otro, su doctrina conservadora fue mucho más estricta que la de La Nación, sin los matices de pensamiento liberal que caracterizan a este último medio, por lo que sus textos ofrecerían un interés un tanto relativo.

Para este trabajo se han considerado sólo los editoriales publicados entre el 1º de enero y el 30 de marzo de 1976. Se tuvieron en cuenta estas fechas porque se hipotetizó –y los exámenes posteriores lo confirmarían– que luego del 25 de marzo de 1976, los procedimientos lingüísti-cos para reforzar la doxa de aceptación serían de índole diversa y que por lo tanto se reduciría enormemente la cantidad de ocurrencias de la negación.

Por otra parte, dentro de este rango de fechas se hizo una selección con criterio aleatorio basado en la hipótesis de que la creación y/o reforzamiento de la doxa que finalmente condujo a la aceptación del golpe militar no necesariamente debería hallarse en aquellos artículos edi-toriales referidos a grandes aspectos de la política nacional y partidaria de entonces, sino que el corpus debía incluir editoriales que trataran temas que son políticos de una manera tangen-cial, es decir, temas del dominio de la sociabilidad, de la cultura y de la economía.

Negación y negatividad Un rasgo macrodiscursivo frecuente y cuasi-habitual en los editoriales, y que hemos men-

cionado antes, consiste en que el editorial expone una situación factual que es transformada en ejemplar y llevada al plano de la carencia axiológica1. La transformación consiste en una in-terpretación de los hechos que dan origen a la argumentación y esa interpretación, a su vez, da lugar a conclusiones, apelaciones e interpelaciones destinadas a poner fin a esa carencia, es decir que propone un plan de acción, o programa argumentativo2 para remediarla.

Ahora bien, para que la interpretación pueda dar lugar a esas conclusiones, que se presen-tan como forzosas, y modalizadas como imperativos deónticos3, es necesario desarrollar un dispositivo aparentemente lógico que vaya destruyendo todas las voces, posiciones y perspec-

1 La ortodoxia del género indicaría que raramente se escriben editoriales elogiosos porque se rompería la “regla” de la caren-cia. Significativamente, el 29 de marzo Clarín empieza a quebrar (y luego continuará) esa cuasi -norma al publicar un edito-rial de aprobación al gobierno militar. 2 Hemos creado este concepto como una derivación del PN de la semiótica de Greimas. 3 La construcción de estos programas de naturaleza deóntica estarían en relación con la ostentación, por parte del enunciador, de un cierto poder de acción sobre la realidad o, mejor aún, la ostentación de un poder epistémico exclusivo, es decir que sólo él posee, para el análisis de la realidad extralingüística, lo que lo colocaría en situación de ejercer influencia sobre sus enun-ciatarios.

Page 29: ÁREA TEMÁTICA Léxico y marcadores de la …exordio.qfb.umich.mx/archivos PDF de trabajo UMSNH/Aphilosofia/2.pdf · ÁREA TEMÁTICA: Léxico y marcadores de la argumentación ¿DE

Actas del Congreso Internacional La Argumentación Léxico y marcadores de la argumentación

202

tivas opuestas. Así, lo que caracteriza el desarrollo argumentativo de los editoriales de los meses previos al golpe es que el punto de partida es la carencia, y la conclusión es una caren-cia mayor: las terribles consecuencias que sobrevendrán de no atender a las interpretaciones y advertencias que el discurso despliega.

Entre el punto de partida y la conclusión, es decir entre la carencia y la catástrofe, se des-pliegan los argumentos, destinados a fundamentar la alta probabilidad de que esas prediccio-nes catastróficas del programa argumentativo se cumplan. En ese despliegue argumentativo casi no hay lugar para la contrargumentación, sino que se lo construye básicamente sobre la refutación y la cancelación misma de cualquier otro punto de vista que no sea favorable a los del locutor. Ese intento de anulación de los puntos de vista contrarios al propio se realiza me-diante la negación, y se utiliza para ello tal variedad de procedimientos verbales (sintácticos, léxicos y morfológicos), que bien podríamos decir que en el discurso se despliega un disposi-tivo general de negatividad.

El procedimientos gramatical canónico de la negación es la presencia del adverbio no en posición preverbal, pero también aparecen como portadoras de negación las palabras negati-vas4, los sintagmas negativos5, las negaciones morfológicas6 y los lexemas que contengan una negación7.

No es nuestra intención hacer una suerte de inventario numérico, pero digamos a modo de ejemplo que solo en nueve editoriales de Clarín (publicados entre enero y marzo de 1976) hemos contabilizado cuarenta y una ocurrencias de negación. El procedimiento se repite tam-bién en LN 8 y lo que sigue es un ejemplo de la co-ocurrencia de varias de estas formas en un mismo discurso (la negación metalingüística –con o sin rectificación explícita–, negaciones morfológicas y negaciones léxicas):

no se ha hecho ningún esfuerzo serio [...] no hay ninguna perspectiva de que tan deplorable [...]. Por el contrario, [...] no sólo persisten [...] sino que [...] la falta de seguridad personal, los riesgos derivados de la inestabilidad política [...] no son sino poderosas incitaciones a [...] que aquí no resulta posible. Nos estamos desangrando doblemente: por los atentados terroristas que se cometen sin pausa y por el desgarramiento [...]

O este otro: “[...] los padres deberán impedir durante el curso lectivo de 1976 que con ningún pretexto sus hijos, sobre los cuales la escuela no tiene en modo alguno derecho absoluto, sean adoctrinados con el objeto de termi-nar en las filas de la guerrilla” (LN 7-02-76)

Lo que nos interesa especialmente es analizar la posibilidad de utilizar la negación para su-primir la polifonía en el discurso, por esa razón vamos a considerar aquí –entre todas las for-mas posibles que pueda adoptar la negación– solamente las construcciones adversativas de rectificación, la lítote y las condicionales negativas. Las construcciones adversativas de rectificación: no... sino

La construcción de rectificación explícita tiene consecuencias diversas en la dimensión polifónica de un enunciado, según la forma que adopte:

4 Nos referimos a los cuantificadores indefinidos como ninguno, nada nadie, etc. (Sánchez López, op.cit) 5 Nos referimos tanto a los sintagmas encabezados por ni como a expresiones de grado extremo de la negación, tales como en la vida, y otra similares (ib. sup.) 6 Es decir los procedimientos morfológicos que implican la presencia de sufijos negativos como -in o -des (ib. sup.) Se carac-terizan por que sólo niegan el ítem léxico, no afectan al enunciado. 7 Nos referimos a unidades léxicas como falta, carecer, etc. (Carel, 2000; Ducrot, 2000) 8 “El éxodo que no cesa”, 14 –01-76.

Page 30: ÁREA TEMÁTICA Léxico y marcadores de la …exordio.qfb.umich.mx/archivos PDF de trabajo UMSNH/Aphilosofia/2.pdf · ÁREA TEMÁTICA: Léxico y marcadores de la argumentación ¿DE

Marta Marín Polifonía y denegación: los editoriales de La Nación y Clarín en los primeros meses de 1976

203

a) Hay un punto de vista que se enuncia para ser rectificado; se le da cabida material en el discurso y se niega una parte de él: en eso consiste la rectificación. Dentro de las limita-ciones de un corpus aleatorio, casi no se hallaron ocurrencias, una de las cuales es la recti-ficación parcial:

[...] esa circunstancia no se supera mediante el juego espontáneo de las fuerzas económicas, sino que su modificación se produce únicamente mediante acciones deliberadas, orientadas todas con el mismo pro-pósito. Cl, 22-03-76

b) Hay otras formas en que la rectificación consiste en aceptar un punto de vista, pero negar su suficiencia argumentativa (no es sólo esto). El segmento que se encadena acepta esa declaración de insuficiencia, y enuncia el agregado de algo más (sino también...). La ne-gación no se prestar para la supresión de la polifonía, sino para subrayar y consolidar el punto de vista del locutor.

En el ejemplo siguiente, la negación metalingüística tiene alcance sobre la suficiencia ar-gumentativa, así la rectificación consiste en “agregar más”. Se permite la aparición de la voz contraria para poder declarar su insuficiencia argumentativa (“no es solamente”), y el resto del enunciado se encadena sobre esa negación. La rectificación sirve para dar lugar enfáticamente al punto de vista al que el locutor adhiere:

[...] “la subversión no es solamente una manifestación militar del problema. Es un problema global, de orden social, político, económico y tiene un matiz militar” 9

c) Las construcciones rectificativas que nos interesan particularmente son las que se formu-lan como no es sino y no es otra cosa que. Con ellas, el punto de vista que se niega tiene un carácter virtual, ni siquiera es enunciado y constituye, entonces, un caso de acallamien-to de puntos de vista que no sean los del locutor. Por ejemplo:

“no son sino poderosas incitaciones”10 ; “y esa vía no era otra que atacar las causas”11 “no reveló su existencia [...] sino después de agotados los plazos12

No se trata de voces o perspectivas que se refutan, que se descalifican o a las que se les otorga un alcance restringido, simplemente las voces desfavorables no aparecen en la superfi-cie discursiva, y son sustituidas por otro punto de vista que las excluye. Es decir, aparece sólo el enunciado rectificativo (“no es sino”); no aparece el punto de vista que es negado y luego rectificado y, al no aparecer, no puede vehiculizar el punto de vista positivo que subyace en toda negación. Este punto de vista positivo es desfavorable al que sostiene el locutor y enton-ces es acallado mediante este procedimiento.

Pero la denegación de un punto de vista no es la única consecuencia que tiene la negación rectificativa sobre la polifonía del discurso, ya que su presencia realza el segmento portador del punto de vista con el cual el locutor se identifica y para el cual quiere lograr la adhesión, de modo que creemos que este tipo de negaciones es uno de los dispositivos de constitución de una posición única en el discurso.

9 CL, 25-02-76. Esta cita corresponde a una declaración del comandante general del Ejército, que a renglón seguido CL elo-gia, diciendo de ella: “una respuesta tan clara y didáctica”. 10 LN, 14 –01-76 11 CL, 18-01-76 12 CL, 23-03-76 En este caso lo que no se enuncia es “a tiempo”

Page 31: ÁREA TEMÁTICA Léxico y marcadores de la …exordio.qfb.umich.mx/archivos PDF de trabajo UMSNH/Aphilosofia/2.pdf · ÁREA TEMÁTICA: Léxico y marcadores de la argumentación ¿DE

Actas del Congreso Internacional La Argumentación Léxico y marcadores de la argumentación

204

La lítote Fue concebida por la retórica tradicional como una figura de atenuación con efectos iróni-

cos ya que se la describía como el modo de decir menos, dando a entender más. Ducrot (1986) la menciona como un ejemplo de sobrentendido, en el cual algo no está enunciado por la ne-cesidad de no decir una inconveniencia13. Algunos retóricos actuales la consideran como pro-duciendo “una plusvalía comunicativa” (Mortara Garavelli, 1991: 203). Nos atrevemos a pos-tular que esa plusvalía que mencionan reside en la polifonía de la lítote14.

“No parece razonable [...]” LN 13-01-76 “No faltó quien sugiriera demorar la intervención de las Fuerzas Armadas” CL 28-03-76 “[...] no debe llamar tampoco la atención” CL 25-01-76

Los casos son tan abundantes que la lítote se nos apareció como obedeciendo a alguna ra-zón profundamente argumentativa y no a una suerte de mecanicismo retórico. En relación con nuestra hipótesis central, diríamos que en la lítote se niega para no enunciar. Es decir que, si no faltó, se da a entender –pero no se enuncia– que hubo; si se dice que no parece razonable se evita enunciar que es absurdo, con lo cual el punto de vista que enunciaría “hubo”, “es ab-surdo” no tiene cabida en el discurso, queda sobrentendido. El análisis polifónico revela la existencia del punto de vista positivo (parece razonable), como presupuesto de la negación, que es lo expuesto (“no parece razonable”). Pero hay un primer punto de vista, anterior a estos dos y sobrentendido (es absurdo) que queda profundamente sumergido y que es difícil de rescatar. Pero, ¿qué es lo que tiene de inconveniente, de reprensible la enunciación de este punto de vista para que no pueda aparecer expuesto? Hipotetizamos que la reticencia litótica es, en muchas de las ocurrencias halladas, una reticencia ideológica. Parece bastante claro en este ejemplo:

“No faltó quien sugiriera demorar la intervención de las Fuerzas Armadas” CL 28-03-76

en el cual, el punto de vista positivo (“hubo quien sugirió demorar el golpe”) no se enuncia, es lo que no puede decirse porque sería altamente desfavorable al punto de vista que conside-raba el golpe como inevitable.

La lítote se presenta en el corpus bajo otras dos formas: una es aquella en la que la nega-ción está inscripta en el léxico, por ejemplo:

“lo que era inobjetable en el plano teórico distó de haber probado sus virtudes una vez llevado al terre-no de la práctica” CL 27-03-76 “es difícil entender cómo ha podido ocurrir” LN 12-03-76 “la sorpresa ya es trabajosa” LN 13-01-76

Un caso extremo de negación, de reticencia, de “no decir” y de distanciamiento con lo enunciado es la lítote con doble negación, que en muchos ocurrencias presenta una de las ne-gaciones sintáctica y la otra léxica, o sintáctica, léxica y morfológica. Por ejemplo:

no hace falta señalar LN 3-02-76 no ha sido ajena CL 13-01-76 no es posible soslayar CL 18-01-76 no es extraño CL 25-01-76 es inocultablemente difícil LN 6-02-76

no admite mengua LN 6-02-76 13 “[...] cuando La utilización de un enunciado más fuerte tiene algo de desplazado, de inconveniente, de reprensible” (Du-crot, 1986:24) 14 Muchos de los ejemplos hallados se caracterizan por la doble negación: “No podemos dejar de notar que...” LN 13-01-76. Por otra parte, también se hallaron ocurrencias de lítote por negación inscripta en el lexema: “lo que era inobjetable en el plano teórico distó de haber probado sus virtudes una vez llevado al terreno de la práctica” CL 27-03-76

Page 32: ÁREA TEMÁTICA Léxico y marcadores de la …exordio.qfb.umich.mx/archivos PDF de trabajo UMSNH/Aphilosofia/2.pdf · ÁREA TEMÁTICA: Léxico y marcadores de la argumentación ¿DE

Marta Marín Polifonía y denegación: los editoriales de La Nación y Clarín en los primeros meses de 1976

205

La condicional negativa y la amenaza Nos referimos aquí a una suerte de fórmulas conclusivas que hemos observado en los dis-

cursos del corpus y que sirven –como dijimos antes– para cerrar el programa argumentativo que desarrolla el discurso. Se trata de diversas expresiones cuyo sentido podría parafrasearse como “si no se hace así ocurrirá lo peor”. Identificamos tres casos:

Caso a): “si no” “la violencia se realimentará si no se acude a dar solución a los problemas nacionales” (Cla-rín, 25-01-76)

Caso b): “de lo contrario” “alejar el terror, la violencia, la guerrilla y toda la vasta gama de la acción subversiva, de lo contrario brotará nuevamente” (Clarín, 25-01-76)

Caso c): léxico “en su falta de solución [de la problemática económica] está la simiente de una posible dis-gregación nacional” (Clarín?)

Las ocurrencias de a) muestran una forma bastante habitual de una construcción condicio-nal: las cláusulas condicionales (prótasis) cuyo verbo está en presente del indicativo, seguidas por una apódosis en futuro, cargan este futuro con el valor de intención y promesa. Por otra parte, la relación entre presente y futuro hace que la prótasis se convierta en condición indis-pensable15 para el cumplimiento de la apódosis. Ahora bien, la presencia de la negación en el primer segmento de enunciado convierte al segundo, a la promesa, en amenaza. Es más, ar-gumentativamente, el valor negativo de la prótasis es dar lugar a la enunciación de la amena-za. En cuanto al valor polifónico, lo que aparece es la descalificación del punto de vista nega-tivo que se atribuye al otro y que está en la condicional. La frase genérica “si no se hace así”, responde a un punto de vista que diría: “eso no se puede hacer” o “no queremos hacerlo”, y ese posible punto de vista está inmediatamente impugnado por la enunciación de las amena-zantes consecuencias que sobrevendrían.

El ejemplo siguiente, donde se ve la conmutación del orden entre prótasis y apódosis, se encuadra en este mismo caso a), pero la impugnación aparece como más fuerte porque la ne-gación se ejerce sobre un sintagma verbal formado por el futuro del verbo modal “poder” y una pasiva con ‘ser’, lo que le otorga un valor axiomático al enunciado16:

“Lo que no se advierte [...] es que las instituciones están amenazadas por el derrumbe del sistema económico [...] Y que no podrán ser salvadas si no se ataca de frente ese fenómeno” CL 20-03-76

El mismo caso puede configurarse mediante otras formas de la condicionalidad, por ejem-plo, mediante construcciones de infinitivo con valor condicional:

“de no interrumpirse los asentamientos clandestinos [...] las perspectivas son escasas. Más aún habremos de asistir a un neto agravamiento de [...] (Clarín, 16-02- 76)

O con encabezadores más complejos que la partícula “si”: “en tanto [...] y en la medida en que [...] no [...] serán inútiles todos los controles [...]” (Clarín, 15-02-76)

“Mientras no se comprenda que no hay equidistancia frente al desorden y mucho menos frente a la inminente amenaza de disolución nacional [...] se acercará la hora de la virtual desaparición de un pa-

15 “[...] la relación de carácter implicativo que se produce entre las dos cláusulas de una oración condicional no se produce entre dos fenómenos existenciales, sino entre dos actos de habla [...] la partícula si tiene un fuerte valor pragmático” (Sánchez López, 2000). 16 Estas formas sintácticas, además, aparecen en un enunciado que apela al pathos del destinatario, mediante una constelación léxica que despierta la emoción del temor, necesarias para la efectividad de las amenazas (Oléron, 1983)

Page 33: ÁREA TEMÁTICA Léxico y marcadores de la …exordio.qfb.umich.mx/archivos PDF de trabajo UMSNH/Aphilosofia/2.pdf · ÁREA TEMÁTICA: Léxico y marcadores de la argumentación ¿DE

Actas del Congreso Internacional La Argumentación Léxico y marcadores de la argumentación

206

ís antes próspero [...] CL 13-01-76

El caso b) muestra el conector “de lo contrario”, que en el corpus suele aparecer cuando no se niega el primer segmento de una construcción condicional, pero igualmente se lo quiere encadenar con alguna suerte de amenaza. Es el caso del ejemplo que vimos antes (pág.8) y de éste:

“Si las nuevas autoridades del país, especialmente en el ámbito educativo, comprenden el problema, se habrá dado un paso sustancial. De lo contrario, las fuerzas armadas deberán proseguir combatiendo el fruto provisto sin cesar por quienes reclutan arteramente [...]” (LN, 26 –02-76)17.

Desde el punto de vista argumentativo, en el caso a) la función del segmento condicional, como ya hemos dicho, es justificar la enunciación de la amenaza. En el caso b) “de lo contra-rio” reemplaza una prótasis no enunciada (“si no comprenden el problema”) y da lugar a la enunciación de la amenaza. Por otra parte, en el ejemplo de Clarín, “de lo contrario” aparece después de una mención de la subversión y la guerrilla, en el de La Nación, después de una referencia a los militares que acababan de asumir el gobierno. Creemos que esto no es indife-rente. En Clarín (“alejar el terror, la violencia, la guerrilla y toda la vasta gama de la acción subversiva, de lo contrario brotará nuevamente”) se presenta la imposibilidad ideológica de negar la construcción “combatir o alejar la guerrilla y la subversión”. En el ejemplo de LN no era posible colocar una negación en el enunciado que nombraba al gobierno militar. La “con-dicional de amenaza”, como hemos descripto antes, en este trabajo, presenta una negación en la prótasis, pero, si la prótasis contuviera sintagmas (como “nuevas autoridades”, o como “combatir la subversión”) junto a los cuales cualquier forma de negación resultaría ideológi-camente inconveniente, el problema que debe resolver el argumentador es enunciar una ame-naza sin colocar una negación en la prótasis. En ambos periódicos se resuelve este conflicto con el conector de lo contrario, gracias al cual la prótasis negativa (“si no se alejan el terror y la guerrilla”/ “si las nuevas autoridades no comprendieran”) no se enuncia, se calla.

El uso de este conector presenta entonces un aspecto que está relacionado con el intento de supresión y acallamiento de las otras voces. En efecto, el uso de de lo contrario cancela la enunciación de un punto de vista que se presupone desfavorable para la conclusión; es decir, el punto de vista “contrario” no está enunciado, no se manifiesta en la superficie del discurso. Una vez más se construye una única voz posible, dóxica.

Pasemos ahora a otro caso de “condición negativa + amenaza” que hemos de nominado c). Allí se muestra el reemplazo de las fórmulas “si no se hace así” /”de no hacerse así”/ “en tanto no se haga” por un lexema que comporta negación; que en este caso el “no hacer”. Por ejem-plo, en el fragmento siguiente, “en su falta de solución” es equivalente a “si no se soluciona”, por lo tanto constituye una condición negativa a la que se le puede encadenar la amenaza, representada aquí por “disgregación” (falta A, por lo tanto B).

en su falta de solución [de la problemática económica] está la simiente de una posible disgregación na-cional” (Cl., 16-02-76)

“a falta de una mención expresa [...] habráse de convenir que [...] LN, 13-01-76

Conclusiones

En el transcurso de este trabajo hemos denominado negatividad a la convergencia, en el discurso, de una variedad de procedimientos de negación que tienen la función de rechazar, o

17 Obsérvese que es posterior al golpe militar.

Page 34: ÁREA TEMÁTICA Léxico y marcadores de la …exordio.qfb.umich.mx/archivos PDF de trabajo UMSNH/Aphilosofia/2.pdf · ÁREA TEMÁTICA: Léxico y marcadores de la argumentación ¿DE

Marta Marín Polifonía y denegación: los editoriales de La Nación y Clarín en los primeros meses de 1976

207

simplemente cancelar, las voces que no sean favorables a los encadenamientos argumentati-vos del locutor. Esos procedimientos son:

1) la negación metalingüística con rectificación explícita (“no es sino”) sin enuncia-ción del punto de vista rectificado;

2) el no decir y el distanciamiento con lo enunciado que subyace en la lítote; 3) la formulación de una condición negativa para poder encadenar sobre ella la enun-

ciación de una amenaza.; 4) el uso de “de lo contrario” cuando es ideológicamente inconveniente enunciar una

condicional negativa, pero es necesario encadenar una amenaza.

Estos dispositivos hacen que el discurso vaya constituyendo una voz monolítica e irrever-sible que no sólo rectifica, descalifica y refuta los puntos de vista desfavorables para su propia interpretación de los hechos, sino que termina por quitar existencia a las voces que no forta-lezcan la propia posición.

Por último, una comprobación: después del 24 de marzo comienza a desaparecer la negati-vidad, se empieza a quebrar el canon discursivo de los editoriales que funda su programa ar-gumentativo en la carencia: los análisis de la realidad muestran una visión positiva y no nega-tiva18. Este cambio está, incluso, textualizado: “Torcer una situación adversa y transformarla en positiva es una empresa estimulante” (LN, 29-03-76) Y, además, y esto aportaría la mayor significatividad a nuestro análisis, las ocurrencias de negación desaparecen bruscamente.

Bibliografía ASCOMBRE, J. C. Y DUCROT, O. (1994), La argumentación en la lengua, Madrid, Gredos, p.222 y ss. CAREL, M., “Para un tratamiento predicativo de la argumentación”, en Discurso y Sociedad, Vol. 4, nº 4, Barce-

lona. DÍAZ, C. L. (2002), La cuenta regresiva. La construcción periodística del golpe de Estado de 1976, Buenos

Aires, La Crujía DONAIRE, M. L. (2000), “Polifonía y punto de vista”, en Discurso y Sociedad, Vol. 4, nº 4, Barcelona. DUCROT, O. (1984), El decir y lo dicho. Polifonía de la enunciación, Buenos Aires, Paidós. DUCROT, O. (1989), El decir y lo dicho, Buenos Aires, Edicial. DUCROT, O. (2000), “La elección de las descripciones en semántica argumentativa léxica”, en Discurso y Socie-

dad, Vol. 4, nº 4, Barcelona. FLAMENCO GARCÍA, L, (2000), “Las construcciones concesivas y adversativas” en BOSQUE I. Y DEMONTE, V.,

(dres.), Gramática descriptiva de la lengua española, Madrid, Espasa, p. 3868 y ss. LAVANDERA, B. (s/d), “Decir y aludir: una propuesta metodológica”, en Cuaderno del Instituto de Lingüística,

año 1, nº 1 LAVANDERA, B., (1985) “Hacia una tipología del discurso autoritario”, en Plural nº 1, Buenos Aires, Fundación

Plural. OLERON, P. (1983) L’argumentation, Paris, PUF SÁNCHEZ LÓPEZ, C. (2000), “La negación”, en BOSQUE I. Y DEMONTE, V., (dres.), Gramática descriptiva de la

lengua española, Madrid, Espasa.

18 En el caso de Clarín, el fenómeno se produce tempranamente: el 29 de marzo, 4 días después del golpe, se publica el pri-mer editorial abiertamente elogioso. De todos modos, a partir del día 25 ambos diarios –y La Prensa hizo lo mismo– desarro-llaron sus editoriales sobre el programa argumentativo de la necesidad del “cambio”, la “sustitución” o “los acontecimientos” (como lo denominan), pero todavía utilizando como argumentos los aspectos negativos del gobierno derrocado.

Page 35: ÁREA TEMÁTICA Léxico y marcadores de la …exordio.qfb.umich.mx/archivos PDF de trabajo UMSNH/Aphilosofia/2.pdf · ÁREA TEMÁTICA: Léxico y marcadores de la argumentación ¿DE

PORTUGUÊS DO BRASIL

MECANISMOS ARGUMENTATIVOS DE CONEXÃO INTERFRÁSTICA NO TEXTO PUBLICITÁRIO

Rosane S. M. Monnerat Universidade Federal Fluminense / Brasil

[email protected] 0. Considerações iniciais

Este trabalho apresenta os resultados do projeto de pesquisa Estudo das relações interfrásticas na construção do texto publicitário – Implicações semântico-discursivas, realizado na Universidade Federal Fluminense (UFF), no biênio 1999/2001.

A pesquisa, desenvolvida com base em textos publicitários extraídos da mídia impressa, analisa, no estudo das relações interfrásticas, dentre os mecanismos de junção, o recorte contra(dis)junção, apoiando-se na Macrossintaxe Argumentativa (Ducrot, 1977) e no Estudo Semiolingüístico das Relações Lógicas, segundo a ótica de Charaudeau (1992). Em relação à contrajunção, privilegia o conector mas, destacando a diferença entre o mas PA e o mas SN, ambos polifônicos; já com referência à disjunção, o foco de estudo recairá sobre o ou inclusivo e o ou exclusivo, destacando-se, ainda, a diferença entre a disjunção lógica e a argumentativa, para revelar os efeitos semântico-discursivos que se depreendem desses enunciados e que contribuem para a construção da mensagem de sedução/persuasão do discurso publicitário. 1. Introdução

Beaugrande e Dressler (1981) chamam junção aos vários processos de seqüencialização que expressam os diferentes tipos de interdependência semântica das frases. Os conectores interfrásticos e as pausas são os elementos lingüísticos que exprimem a junção. Para esses autores, pelo menos quatro grandes classes de mecanismos de junção podem ser estabelecidas: a conjunção, a disjunção, a contrajunção e a subordinação. Considerando-se a conexão uma noção semântica, constata-se que sentenças ou seqüências de sentenças podem expressar relações entre proposições, através de conectivos de várias categorias sintáticas (conjunções, advérbios etc.). Orações são “conectadas” entre si se os fatos por elas denotados estão relacionados a mundos relacionados. A similaridade entre mundos e fatos deve ser especificada a partir de um certo ponto de vista, ou tópico de conversação, cuja noção, com respeito à similaridade de mundos e fatos, deve ser determinada não apenas por propriedades semânticas, mas também pragmáticas, ou seja, as sentenças são conectadas (ou não) por falante e ouvinte num contexto particular de comunicação (Van Dijk, 1977:45). A contrajunção e a disjunção, como mecanismos de conexão interfrástica, recobrem uma área sintático-semântica de interesse para os estudos de Análise do Discurso.

2. Os mecanismos de contrajunção 2.1. A macrossintaxe argumentativa

Ducrot (1977), em sua Semântica da Enunciação, procura mostrar que, dentro do que a Gramática Tradicional considera como coordenação e subordinação, podem-se identificar

Page 36: ÁREA TEMÁTICA Léxico y marcadores de la …exordio.qfb.umich.mx/archivos PDF de trabajo UMSNH/Aphilosofia/2.pdf · ÁREA TEMÁTICA: Léxico y marcadores de la argumentación ¿DE

Rosane S. M. Monnerat Português do brasil: mecanismos argumentativos de conexão interfrástica no texto publicitário

209

relações diferentes quanto à natureza e à organização dos enunciados. Assim, é possível distinguir dois tipos básicos de elementos de conexão interfrástica: os conectores de tipo lógico e os encadeadores de tipo discursivo. A função dos conectores lógicos é apontar o tipo de relação lógica que o locutor estabelece entre o conteúdo de duas proposições. Nesse caso, trata-se de um único enunciado, resultante de um ato de fala único, já que nenhuma das proposições constitui objeto de um ato de enunciação compreensível independentemente da outra. Já as relações do tipo discursivo, também chamadas de pragmáticas, argumentativas, retóricas ou ideológicas são marcadas por encadeamentos sucessivos de enunciados, cada um dos quais resultante de um ato de linguagem particular. Geralmente esse encadeamento é feito através dos operadores argumentativos, dentre os quais, distinguimos os operadores de contrajunção e os de disjunção argumentativa. Os operadores de contrajunção contrapõem argumentos orientados para conclusões contrárias. Essa relação sintática é expressa por conectores que pertencem à área semântica de oposição, como mas, porém, todavia, entretanto, no entanto, não obstante, embora, ainda que, mesmo que, apesar de, se bem que etc., cujo conteúdo se opõe a algo explícito ou implícito em enunciados anteriores. Na contrajunção, articulam-se enunciados de orientações discursivas diferentes, devendo prevalecer a do enunciado introduzido pelo operador mas (porém, todavia, contudo etc.). No caso de se utilizar o operador embora (ainda que, mesmo que, apesar de (que) etc.), prevalece a orientação argumentativa do enunciado não introduzido por esse conector:

(1) “Pequeno, mas com a energia de um grande campeão. Novo PEDIGREE Pequenos Campeões.” (CLÁUDIA, março de 1999)

(2) “P O O L Sushi, sahimi, yakisoba. Mesmo que não seja sua comida preferida, lembre-se: gatas adoram peixe.” Pool (ÉPOCA, 02 - 11 - 2000)

Em (1), o conteúdo do primeiro membro, articulado ao segundo pelo mas, implica uma terceira asserção implícita, conclusão espontânea da 1a (“se é pequeno, seria de se supor que não tivesse a energia de um grande campeão”) e que deverá negar o conteúdo da 2a asserção. O mas ocorre sempre em enunciados factuais. Havendo um encaminhamento argumentativo contrário ao da oração anterior, frustra-se a expectativa do destinatário. Em (2), há uma situação inesperada, ou não desejada pelo locutor. É o que Schnedecker (1992:80), muito propriamente, chama de “pseudo generosidade”, uma vez que “conceder” consiste em retomar o argumento do adversário, reconhecer que ele pode ter razão (desta forma ficará mais disposto a escutar o locutor) para manifestar, em seguida, sua oposição. A articulação sintática de oposição que utiliza a subordinação concessiva tem, pois, um efeito de modalização, já que prepara, com antecedência, o destinatário para uma conclusão contrária à inicialmente esperada. Quando situada no início da argumentação, a concessão é uma estratégia “preventiva”. O locutor estabelece uma espécie de “conivência argumentativa”, resguardando-se contra objeções fortes, ou poupando a face do outro. Uma diferença fundamental entre as proposições introduzidas por mas e as por embora é que, com as primeiras, só é possível a ordem p, mas q e nunca mas q, p e, com as segundas, é possível a ordem A, embora B e Embora B, A, caso em que se anuncia com antecedência que o argumento se manterá. Segundo Guimarães (1987:109-122), a diferença de emprego entre esses conectores pode ser explicada em termos de estratégias de relação utilizadas pelo locutor, como a da antecipação e a do suspense. No caso do mas, o locutor emprega a estratégia do suspense, segundo a qual faz com que venha à mente do interlocutor a conclusão R, para depois introduzir o argumento (ou conjunto de argumentos) que irá levar à conclusão ∼R. No caso do embora, o locutor utiliza a estratégia da antecipação, isto é, anuncia, de antemão, que o argumento introduzido pela concessiva vai ser anulado. A

Page 37: ÁREA TEMÁTICA Léxico y marcadores de la …exordio.qfb.umich.mx/archivos PDF de trabajo UMSNH/Aphilosofia/2.pdf · ÁREA TEMÁTICA: Léxico y marcadores de la argumentación ¿DE

Actas del Congreso Internacional La Argumentación Léxico y marcadores de la argumentación

210

argumentação concessiva veicula pressuposições. O mas que aparece em (1) é o chamado mas PA (equivalente ao alemão aber e ao espanhol pero), o mas argumentativo em sentido estrito, que permite uma descrição polifônica. Há, no entanto, um segundo tipo de mas, o mas SN (correspondente ao alemão sondern e ao espanhol sino), que possui valor pragmático de retificação, ou ainda de justificação de uma recusa de p. Segue sempre uma proposição negativa (negativa p MAS q), pode ser substituído por ao contrário e, da mesma forma que o mas PA, permite uma descrição polifônica:

(3) “Compre batom, Compre batom, Compre batom, Compre batom. Não é de chocolate, mas seu garoto vai adorar” Claude Bergère (CLÁUDIA, maio de 1999)

(4) “Ela ainda não sabe falar. Mas sabe sentir.” Mon bijou (CLÁUDIA, nov. de 2001).

2.2. Os conectores na semiolingüística Charaudeau (1992) assinala que os procedimentos lingüísticos de articulação lógica são

categorias da língua que refletem a organização argumentativa da linguagem, embora estas, como também outras categorias da língua, possam ser colocadas a serviço de outros modos de organização do discurso. Por operação lógica, entende-se a operação que liga duas asserções sobre o mundo, de tal modo que a existência de uma dependa da existência da outra e inversamente. Essas duas asserções são unidas por um laço conceitual (e não formal), resultante de operações de pensamento que constroem as relações de sentido entre seres, propriedades e ações, daí essa relação ser chamada lógica. Existem três níveis de construção das relações lógicas: o cognitivo, onde se constroem os arquétipos lógico-lingüísticos; o lingüístico, em que a relação é especificada pelo sentido das marcas formais e o discursivo, em que o contexto e a situação de comunicação integram essa relação num dispositivo argumentativo, já que para Charaudeau a argumentação faz parte do discurso e não da língua. A configuração lingüística das relações lógicas se faz através de marcas formais: palavras gramaticais, palavras do léxico e certas construções particulares. Propõe o autor cinco categorias lógico-lingüísticas, como arquétipos submetidos a certas condições de realização semântica: a conjunção, a disjunção, a restrição, a oposição e a causalidade, esta última agrupando as subcategorias: implicação, explicação e hipótese.

2.2.1. A relação lógica de restrição A restrição engloba as categorias das adversativas e concessivas da Gramática Tradicional,

além de corresponder ao mecanismo sintático-semântico da contrajunção. A operação de restrição envolve três asserções (duas com um elemento constitutivo comum), a saber: a asserção de base, a asserção restritiva e a terceira asserção, geralmente implícita. As duas asserções são ligadas de maneira que uma delas, geralmente a segunda, nega a asserção (freqüentemente implícita) que poderia ser uma das conseqüências da outra asserção, considerada asserção de base (cf. exemplo 1). A marca principal para exprimir essa relação é o mas, no entanto, há outros relatores que se caracterizam por seu valor semântico, como as “modalidades”, que indicam sentimentos do falante. É o caso, por exemplo, do advérbio infelizmente e ainda de outros, esvaziados de seu conteúdo temporal, como já, ou agora:

(5) “Para você, a tecnologia HP Photoret é uma nova era. Já para a concorrência é o apocalipse.” Hewlett Packard (ISTO É, 21 - 04 - 1999)

(6) “Você vai ficar charmoso e elegante. Agora, bonito é por sua conta.” Mitsubishi (JORNAL DO BRASIL, 06 - 06 - 1999)

Page 38: ÁREA TEMÁTICA Léxico y marcadores de la …exordio.qfb.umich.mx/archivos PDF de trabajo UMSNH/Aphilosofia/2.pdf · ÁREA TEMÁTICA: Léxico y marcadores de la argumentación ¿DE

Rosane S. M. Monnerat Português do brasil: mecanismos argumentativos de conexão interfrástica no texto publicitário

211

3. Os mecanismos de disjunção A disjunção pode apresentar-se como disjunção argumentativa, ou como disjunção lógica.

3.1. A disjunção argumentativa Trata-se da disjunção de enunciados resultantes de dois atos de fala distintos, em que o

segundo procura provocar o leitor/ouvinte para levá-lo a modificar sua opinião ou, simplesmente, a aceitar a opinião expressa no primeiro, e não da disjunção lógica entre o conteúdo de duas proposições:

(7) “Na sua lista de presentes, não esqueça de incluir um lindo vaso. Ou você não pretende continuar ganhando flores?” H Stern Presentes (CLÁUDIA, maio de 1999)

(8) “Para um investimento seguro assine com a Globo. Ou você prefere assinar um contrato de risco?” (ÉPOCA, 07-06-1999)

3.2. A disjunção do tipo lógico Os operadores de disjunção lógica introduzem argumentos alternativos que levam à

mesma conclusão1: ou, ou então, quer...quer, seja...seja etc. Como se sabe, os lógicos propõem uma distinção entre disjunção exclusiva e disjunção inclusiva. Esta admite três interpretações, de acordo com a verdade de cada uma das asserções postas em presença: a primeira é verdadeira, a segunda é falsa / a primeira é falsa, a segunda é verdadeira / a primeira é verdadeira, a segunda é verdadeira; aquela admite duas interpretações: a primeira é verdadeira, a segunda é falsa / a primeira é falsa, a segunda é verdadeira. A disjunção inclusiva emprega-se, portanto, nos casos em que os fatos são apresentados como compatíveis:

(9)”Viver ou sonhar? Viver e sonhar.” Casa Cláudia (VEJA RIO, 17 - 05 - 1999)

(10) “Peugeot 405. Mais barato ou mais carro? (JORNAL DO BRASIL 10- 11- 2000)

A disjunção exclusiva indica que os fatos devem existir em mundos diferentes. Podem ser similares, no sentido de que são “alternativas” (daí a nomenclatura da Gramática Tradicional) com relação ao mesmo “tópico de conversação”:

(11) Irei ao cinema ou à casa de minha tia.

(12) Você vai viajar de avião ou de navio?

Segundo Van Dijk (1977:64), a exclusão pode ser acidental ou necessária. Essa última é baseada na inconsistência conceptual ou lógica, ou seja, referindo-me a (12), é impossível viajar de avião ou navio simultaneamente. O mesmo aplica-se a propriedades contraditórias. A exclusão acidental, por sua vez, baseia-se em intenções incompatíveis, com respeito a ações, mas apenas durante um certo período de tempo, como ocorre em (11): durante à tarde, por exemplo, “eu posso ir ao cinema e à casa de minha tia”, contanto que o faça em diferentes períodos de tempo. A exclusão, portanto, deve ser interpretada em relação ao mesmo ponto na linha de tempo. Nos exemplos apresentados até agora (em relação à disjunção lógica), a ordenação das orações é livre, ou melhor, a disjunção é comutativa, ou simétrica. No entanto, há um tipo de disjunção que tem a mesma estrutura assimétrica das condicionais:

(13) “Ou você dá Keds. Ou ela troca de par.” (CARAS, 04-06-1999)

1 Em “(ou) A ou B”, há uma terceira asserção (geralmente implícita) com uma adversativa: “mas C”. A e B podem ser mutuamente exclusivos, mas orientam-se ambos, argumentativamente, para C, ou para uma conclusão apoiada em C: “Entre ou saia, mas não fique aí parado na porta”.

Page 39: ÁREA TEMÁTICA Léxico y marcadores de la …exordio.qfb.umich.mx/archivos PDF de trabajo UMSNH/Aphilosofia/2.pdf · ÁREA TEMÁTICA: Léxico y marcadores de la argumentación ¿DE

Actas del Congreso Internacional La Argumentación Léxico y marcadores de la argumentación

212

Com efeito, (13) pode ser parafraseada com uma condicional e a negação: “Se você não der Keds, ela troca de par”. Assim, a interpretação do ou assimétrico ou não comutativo baseia-se no fato de que o conseqüente é dependente da negação do antecedente. Vale observar, ainda, que há casos de disjunção em que os fatos propriamente ditos podem ser desconhecidos, devendo ser inferidos a partir de outra informação, como ocorre em:

(14) Pedro está em casa, ou as luzes não estariam acesas. (A leitura desse enunciado permite chegar a duas conclusões inferidas das evidências apresentadas: (a) Pedro está em casa para acender as luzes, ou (b) alguém acendeu as luzes.

Sweetser (1990:94) considera epistêmico o emprego de ou, em frases como (14). A compreensão do enunciado envolve a noção de “conhecimento de mundo partilhado”, isto é, a noção de tópico de conversação, ou tópico de discurso necessária para a conexão de sentenças: enquanto um dos elementos disjuntos deve ser verdadeiro (em algum mundo atual, ou pretendido), ambos disjuntos devem estar conectados com o mesmo tópico de conversação (Van Dijk,1977:66).

3.3. A disjunção na ótica de Charaudeau A disjunção não é focalizada pela tradição gramatical. Fala-se na conjunção ou, incluindo-

a entre as coordenativas, para expressar alternância. No entanto, a disjunção é uma relação que possui características próprias. Para que a disjunção ocorra, são necessárias certas condições discursivas. Como na conjunção, é preciso que haja duas asserções e que, pelo menos, um elemento de uma das asserções seja semanticamente idêntico a um dos da outra. Esses elementos podem ser ações, características, ou seres. Essa operação pressupõe a existência de uma asserção genérica (geralmente implícita e suscetível de ser introduzida por uma adversativa, que constitui um eixo semântico sobre o qual se encontram os termos disjuntos, os quais devem pertencer ao mesmo domínio semântico (que corresponde à asserção genérica, pressuposta em toda a operação da disjunção) e devem-se apresentar numa relação de oposição paradigmática. O eixo semântico sobre o qual se dá a oposição pode ser de natureza lexical, cotextual, ou contextual. O sujeito falante ignora a seleção a operar, ou seja, o enunciador deve ignorar alguma informação, ignorância essa que pode manifestar-se lingüisticamente, através do emprego da interrogação (direta, ou indireta), do imperativo, de uma construção hipotética, ou de construções com valor declarativo, que exprimem alternância no tempo:

(15) “Foi o pão que diminuiu ou a salsicha que cresceu?” Longuete Salsicha Seara (CLÁUDIA, outubro de 1999) (16) Eu me pergunto se foi o pão que diminuiu ou a salsicha que cresceu. (17) “Me ame ou me odeie. Mais ou menos é que incomoda”Free (VEJA, 25-11-1999) (18) Quer você queira ou não, vai ser assim. (19) Por uma razão ou por outra, eu espero um sim ou um não.

A terceira asserção, geralmente implícita e que pode ser explicitada através do relator mas, corresponde ao argumento mais forte, exercendo papel secundário a parte explícita do enunciado. Por exemplo, em (17) “Me ame ou me odeie” (MAS exprima algum sentimento, a indiferença é que me incomoda). Para Charaudeau (1992:799), o emprego de ou...ou insere-se num raciocínio dedutivo ou explicativo, que coloca em oposição duas relações argumentativas, deixando a possibilidade de escolher entre as duas, ou mostrar a incompatibilidade que resultaria da conjunção das mesmas. Pode referir-se:

Page 40: ÁREA TEMÁTICA Léxico y marcadores de la …exordio.qfb.umich.mx/archivos PDF de trabajo UMSNH/Aphilosofia/2.pdf · ÁREA TEMÁTICA: Léxico y marcadores de la argumentación ¿DE

Rosane S. M. Monnerat Português do brasil: mecanismos argumentativos de conexão interfrástica no texto publicitário

213

- a uma simples incompatibilidade: (20) “Celulite. Ou você cuida. Ou esquece...” Ana Pegova (CARAS, 04-06-1999)

- a uma escolha entre positivo e negativo:

(21) “Ou você tem ou não tem”. Chivas Regal scotch (VEJA, 21-11-2000)

- a uma escolha entre duas negativas (dilema negativo): (22) Ou reduzimos seu salário, ou você aumenta sua carga horária de trabalho.

- a uma escolha entre dois positivos (dilema positivo): (23) Ou aumentamos seu salário e você passa a ganhar mais, ou reduzimos sua carga horária e você disporá de mais tempo livre.

O valor positivo ou negativo da “escolha” dependerá, evidentemente, do ponto de vista dos interlocutores. Na propaganda comercial, por exemplo, propõe-se sempre uma escolha entre positivo e negativo: “Compre seu carro novo agora, ou pagará mais caro com a nova tarifa”, o que equivale a dizer: “se você comprar agora, terá benefícios, o que não ocorrerá se deixar para depois”. 4. Conclusão

Em relação aos conectores que expressam contra-expectativa, observa-se o emprego maciço do mas, o que pode ser explicado pelo viés da relação entre o mas e enunciados factuais e a característica dos textos publicitários de veicularem constatações, certezas e quase nunca enunciados não factuais, ou hipotéticos. Dessa forma, evidencia-se a preferência pela estratégia do suspense em detrimento da de antecipação – o interlocutor é levado a considerar a posteriori qual a asserção negada.Tanto o mas SN, quanto o mas PA permitem uma descrição polifônica, Dentre os textos conectados pelo operador mas, a maioria corresponde ao mas PA, o que permite concluir ser o mas argumentativo por excelência o operador mais utilizado nesse tipo de texto. Como marca formal da expressão da disjunção, a pesquisa revelou a prevalência absoluta do ou, que se apresenta isolado ou repetido. O ou isolado revela a hierarquia entre os elementos disjuntos e o ou repetido, o efeito de focalização sucessiva, autonomização dos elementos. A disjunção argumentativa apresenta índice de ocorrências inferior ao da disjunção lógica. Isso talvez se explique pelo caráter manipulador e de persuasão/sedução do texto publicitário, onde não convém polemizar com o destinatário, mas sim “capturá-lo”, para levá-lo a adquirir o produto. Esse tipo de disjunção caracteriza-se por ser sempre assimétrica, ou seja, nunca é comutativa, já que se trata de duas proposições, resultantes de dois atos de enunciação diferentes, em que a segunda toma a primeira como tema. A disjunção lógica apresenta-se em suas duas modalidades: a inclusiva (sempre comutativa) e a exclusiva (comutativa, ou não), com uma ligeira preponderância da exclusiva sobre a inclusiva, o que já era de se esperar, dado o caráter do texto publicitário que coloca sempre o receptor diante de uma “dilema” entre positivo e negativo. A escolha, obviamente será direcionada para o pólo positivo (implica adquirir o produto), ancorado na expectativa de conquista dos “sonhos de consumo”. Assim, ao aproveitar-se dessa necessidade instintiva do ser humano de “busca” do que lhe dá prazer, bem-estar e saúde, a publicidade projeta o receptor num mundo imaginário e não real, próximo ao sonho, condizente com a ideologia da publicidade - Contrato do Maravilhoso (Charaudeau, 1982), - que sugere a mudança de perspectiva do pólo do fazer-crer para o do dever-fazer.

Page 41: ÁREA TEMÁTICA Léxico y marcadores de la …exordio.qfb.umich.mx/archivos PDF de trabajo UMSNH/Aphilosofia/2.pdf · ÁREA TEMÁTICA: Léxico y marcadores de la argumentación ¿DE

Actas del Congreso Internacional La Argumentación Léxico y marcadores de la argumentación

214

5. Referências bibliográficas BEAUGRANDE, R. & DRESSLER, W. U. Introduction to text linguistics. London:Longman, 1981. CHARAUDEAU, P. Grammaire du sens et de l’expression. Paris: Hachette,1992. DUCROT, O. Dizer-não dizer, princípios de semântica lingüística. São Paulo:Cultrix, 1977. GUIMARÃES, E. Texto e argumentação - um estudo das conjunções do português. Campinas: Pontes, 1987. KOCH, I. V. A articulação entre orações no texto. In: Cadernos de estudos lingüísticos, Campinas, (28):9-18,

Jan./Jun. 1995. MONNERAT, ROSANE S. M. Uma leitura semiolingüística dos conectores e e se no texto publicitário. Tese de

Doutorado apresentada à Coordenação dos Cursos de Pós-Graduação em Letras, Universidade Federal do Rio de Janeiro, 1998.

SCHNEDECKER, C. “Quand il faut faire des concessions: quelques suggestions pour une didactique de la conces-sion”. In Pratiques. Metz, 75: 76-110, set., 1992.

SWEETSER, E. From etymology to pragmatics. New York: Cambridge University Press, 1990. VAN DYJK, T. A. Text and context. Explorations in the semantics and pragmatics of discourse. London: Longman,

1977.

Page 42: ÁREA TEMÁTICA Léxico y marcadores de la …exordio.qfb.umich.mx/archivos PDF de trabajo UMSNH/Aphilosofia/2.pdf · ÁREA TEMÁTICA: Léxico y marcadores de la argumentación ¿DE

O MOVIMENTO REFERENCIAL EM TEXTOS ARGUMENTATIVOS

Liane Filomena Muller Faculdades de Taquara (FACCAT) / Brasil

[email protected] Introdução

Este trabalho é fruto da Dissertação de Mestrado intitulada “O movimento referencial em textos argumentativos”, que analisa a referenciação nesse modo de organização textual, mais especificamente em editoriais de jornal. A perspectiva adotada levou em conta a atuação do leitor, o que evidencia o caráter semântico-pragmático da proposta apresentada. Tomamos como ponto de partida a descrição fornecida por Hasan (1984, 1989), que restringe o estudo da harmonia coesiva ao texto narrativo, deixando uma lacuna para o estudo desse fenômeno em outros tipos de textos. Além disso, na demonstração da correlação entre o número de elos coesivos e o grau de coerência (harmonia coesiva), Hasan só trabalhou com relações de natureza explícita. No entanto, a coesão não deve somente explicar as entidades puramente lingüísticas, mas também o conhecimento baseado nas inferências dos leitores, nas quais se incluem o conhecimento lexical e o conhecimento de mundo que é partilhado entre emissor e receptor. Buscamos suporte teórico para complementar o modelo de Hasan no grupo de lingüistas franceses que se dedica aos problemas de ordem textual, entre os quais se destacam Charolles, Combettes, Adam, Ducrot, Apothéloz, Corblin e Reichler & Béguelin. O trabalho demonstra como as anáforas intervêm no discurso argumentativo para participar de diferentes estratégias argumentativas. Os resultados da análise evidenciaram a necessidade de, nos textos argumentativos, levar em conta o papel dos agrupamentos semânticos e das relações lógicas para o estabelecimento da harmonia coesiva.

Base teórica Esta análise buscou verificar a relação existente entre o grau de harmonia coesiva e o grau

de coerência em textos argumentativos. O modelo teórico que motivou a pesquisa foi a proposta de análise encontrada nos artigos

de Halliday & Hasan (1976), Hasan (1984), Halliday (1985) e Hasan (1989). Um aspecto relevante dessa teoria, estudado aqui, é o das cadeias referenciais. Por cadeias

ou elos, os autores entendem os elementos conectores co-referentes, substituidores ou pausas que vão compondo a tessitura do texto, o que faz com que a interpretação de um elemento lingüístico seja dependente da de outro.

Segundo os autores, a coesão depende de algo diferente da estrutura, podendo ocorrer na mesma frase como em frases diferentes. A coesão constitui uma relação, isto é, envolve um item lexical que aponta para outro, ou para frente (catáfora), ou para trás (anáfora). Os autores enfatizam o papel da coesão como recurso revelador da coerência. Sustentam a vinculação entre os aspectos de coesão e coerência, por entenderem que não é aceitável a desvinculação entre “forma” e “significado”, respectivamente.

Hasan (1984, 1989), ao se propor verificar a possibilidade da existência de correlação entre o grau de coerência em textos produzidos por crianças e a sua procedência social, deparou com o desafio de construir um modelo para a avaliação da coerência textual. Partindo do pressuposto de que há estreitos vínculos entre coesão e coerência, a autora decidiu avaliar a

Page 43: ÁREA TEMÁTICA Léxico y marcadores de la …exordio.qfb.umich.mx/archivos PDF de trabajo UMSNH/Aphilosofia/2.pdf · ÁREA TEMÁTICA: Léxico y marcadores de la argumentación ¿DE

Actas del Congreso Internacional La Argumentación Léxico y marcadores de la argumentación

216

coerência com base no número de elos coesivos presentes no texto e, caso isso não fosse suficiente, relacionar esse número à proporção de elos integrantes de cadeias semânticas. Ou seja, estabeleceu que quanto maior o número total de elos coesivos presentes no texto, tanto maior seria a coerência desse texto; ou quanto maior o número de elos presentes em cadeias, tanto maior a coerência. No entanto, em seus estudos, Hasan verificou que somente a existência de itens lexicais que formam cadeias (itens relevantes) não necessariamente trazem coerência. Para que haja coerência, é necessário que haja interação entre as cadeias. “Um requisito mínimo para a interação em cadeia é que pelo menos dois membros de uma cadeia estejam na mesma relação com dois membros de outra (Hasan, 1989: 91,92). Os itens que integram cadeias e elos são chamados de itens lexicais relevantes; os que não entram em nenhum tipo de cadeia ou provocam quebra na representação da interação são chamados periféricos. O total de itens lexicais, portanto, resulta da soma dos itens relevantes e periféricos. O itens lexicais relevantes subdividem-se em centrais (que interagem) e não centrais (que não interagem).

Assim, com o objetivo de buscar uma medida válida de expressão do grau de coerência de um texto, Hasan estudou as relações que se podiam estabelecer entre os diferentes tipos de itens lexicais – relevantes, centrais e periféricos – e o total de itens lexicais, até chegar ao conceito de harmonia coesiva, que é a expressão decorrente da relação entre os itens lexicais centrais (IC) e o total de itens lexicais de um texto (TIL). O grau de harmonia coesiva é, então, a percentagem de (IC) em relação ao (TIL). Para efeitos de avaliação, a autora considera estatisticamente significativa uma percentagem de 50% dos itens centrais sobre o número total de itens.

Podemos afirmar que o correlato lingüístico da variação da coerência é, segundo Hasan (1989: 93-4): quanto mais baixa a proporção de itens periféricos em relação aos relevantes, mais coerente será o texto. Para a lingüista, portanto, a variação da coerência está em função da variação na harmonia coesiva de um texto.

Aplicação do modelo ao texto argumentativo O texto é aqui entendido como uma “unidade de linguagem em uso”, como uma unidade

de comunicação que, por sua vez, implica a importância do falante/escritor e do ouvinte/leitor para a construção do significado.

A autora trabalhou a coerência em textos narrativos escritos por crianças e, na demonstração da correlação entre o número de elos coesivos, ela só trabalhou com relações de natureza explícita.

Pela nossa concepção, contudo, a coesão não se restringe às relações entre objetos explícitos, pois a referência não ocorre somente através dos pronomes, dos artigos definidos, de expressões nominais, mas também através de recuperações pressuposicionais e de inferências. Assim, sempre que o leitor é capaz de identificar o referente de uma dada expressão está contribuindo para a coesão do texto. A coerência deriva da lógica interna do texto, resultante de significados que sua rede de conceitos e relações põe em jogo e da compatibilidade entre o texto e o conhecimento de mundo de quem processa o discurso.

Para avaliar a coerência dos editoriais do corpus, procedemos a uma análise quantitativa utilizando os mesmos procedimentos de Hasan (1984, 1989), descritos na fundamentação teórica.

Analisamos na Disseração dois textos, entretanto, neste artigo, apresentamos os resultados da análise de um dos textos.

Page 44: ÁREA TEMÁTICA Léxico y marcadores de la …exordio.qfb.umich.mx/archivos PDF de trabajo UMSNH/Aphilosofia/2.pdf · ÁREA TEMÁTICA: Léxico y marcadores de la argumentación ¿DE

Liane Filomena Muller O movimento referencial em textos argumentativos

217

Os resultados da análise nos mostraram que, para os textos narrativos analisados por Hasan (narrativas infantis), cuja lógica de ações se dá basicamente na relação agente-ação, ato-atuação, atributo-atribuído, e considerando o conceito de item lexical por ela adotado a adoção desse sistema teve resultados favoráveis. Entretanto, nos textos argumentativos analisados por nós, a hipótese levantada por Hasan da relação entre o grau de harmonia e o grau de coerência, não se confirma. Em virtude da ausência de cadeias verbais, não é possível interagir cadeias e elos no texto , segundo o modelo de Hasan (1984, 1989). Assim o escore da harmonia coesiva do texto em estudo corresponde a:

Itens Harmonia coesiva

(TIL)

81

100%

(IR)

57

70,37%

(IP)

24

29,63%

(IC)

0

0%

(IC) sobre % de (TIL)

-

ESCORE DA HARMONIA COESIVA Levando em conta esses dados podemos observar que a hipótese sobre harmonia coesiva

em textos argumentativos, segundo o modelo de Hasan não se confirmou. Uma vez que os itens centrais teriam de formar 50% do total de itens para indicar que o texto é coerente.

Embora os resultados do texto acima, referentes à percentagem de (IC) sobre (TIL), do ponto de vista do modelo de Hasan, sejam baixos, não percebemos o texto como menos coerente.

O levantamento quantitativo, ou seja, a organização dos elos coesivos em cadeias propiciou que fizéssemos também uma análise qualitativa, uma vez que alguns tipos de elos encontrados nos textos não correspondiam aos tipos presentes no modelo de Hasan.A partir do trabalho de Halliday & Hasan (1976), Hasan (1984), Halliday (1985) e Hasan 1984, 1989), buscamos construir a metodologia a partir da qual analisamos alguns editoriais de Zero Hora.

Após dar início à aplicação do modelo ao qual nos propusemos, vimos que, para agrupar itens em cadeias, precisaríamos, em primeiro lugar, identificar os que mantêm relação com outros itens do texto. Entretanto, esse procedimento de identificação e seleção nos trouxe algumas dificuldades. A primeira diz respeito à seleção e conceituação de item lexical1. Antes de discutirmos esse assunto, vejamos o procedimento adotado por Hasan (1989: 72) em relação aos itens do texto:

uma vez havia uma menininha e ela saiu para passear e ela viu um adorável ursinho de brinquedo e então ela levou-o para casa e quando ela chegou em casa ela lavou-o

[...]

Os itens coesivos desse texto, segundo a autora, são agrupados assim: a- menininha - ela - ela - ela - ela - ela (cadeia de identidade); b-saiu - passear - chegou (cadeia de similaridade); c-casa - casa (cadeia de identidade).

1 Dubois et al (1973: 355) definem item como “todo elemento de um conjunto (gramatical, léxico, etc.) considerado enquanto termo particular: dir-se-á que os substantivos pai, irmão, irmã, mesa, cadeira são itens léxicos que têm propriedades semânticas particulares, e que presente, passado são itens gramaticais”. A definição de item lexical de Halliday & Hasan (1976) se enquadra dentro dessa mesma concepção: “item lexical (membro de um conjunto aberto); item gramatical (membro de um sistema fechado)” (op. cit. : 274).

Page 45: ÁREA TEMÁTICA Léxico y marcadores de la …exordio.qfb.umich.mx/archivos PDF de trabajo UMSNH/Aphilosofia/2.pdf · ÁREA TEMÁTICA: Léxico y marcadores de la argumentación ¿DE

Actas del Congreso Internacional La Argumentación Léxico y marcadores de la argumentación

218

Podemos notar que há um desmembramento dos constituintes dos blocos “levar para casa” e “chegar em casa”. Entendemos que, para a autora, “item lexical” e “palavra” 2 não possuem diferenças significativas.

Após a análise prévia dos textos argumentativos em estudo, verificamos que não é possível aceitar o critério de desmembramento tal como faz Hasan, pois definir item lexical como “palavra” não levaria em conta características significativas encontradas nos textos. Expressões como “responsáveis pela venda de produtos medicinais vencidos e adulterados”, “falsificadores de medicamentos” , entre outras, ao sofrerem desmembramentos, perderiam o sentido contextual. Cada uma dessas expressões, no texto, constitui um bloco, ou unidade Embasa teoricamente o conceito de item lexical empregado neste estudo a concepção de Ducrot (1987: 164-5):

“há coesão em um segmento se nenhum de seus segmentos é escolhido por si mesmo, quer dizer, se a escolha de cada constituinte é determinada pela escolha do conjunto. [...] Exemplo. Quando, para incitar à temperança uma pessoa muito gulosa, se lhe recomenda Coma para viver!, o coma [...] é escolhido somente para produzir a mensagem global, pois o sujeito falante não deu primeiro o conselho coma ao qual teria acrescentado em seguida a especificação para viver”.

Seguindo o que postula Ducrot, estabelecemos que item lexical, neste trabalho, será toda palavra ou conjunto de palavras que tiver unidade de sentido.

Na tentativa de aplicar a teoria da harmonia coesiva proposta por Hasan, percebemos as diferenças e especificidades do texto argumentativo em relação aos textos narrativos, estudados por ela.

À medida que procedemos à análise, deparamos com aspectos que formam a coesão textual que não são considerados em seu modelo, tais como, anáfora indireta, anáfora associativa, anáfora conceitual, como a seguir exemplificamos:

(1) “Tão ou mais perniciosos que os fraudadores da Previdência, os falsificadores de medicamentos ou os responsáveis pela venda de produtos medicinais vencidos ou adulterados merecem a mais severa investigação por parte das autoridades”3.

No decorrer do texto, a ação dos falsificadores e dos responsáveis pela venda de produtos vencidos ou adulterados é assim retomada:

(1’) – a falsificação de medicamentos ou a venda de produtos vencidos ou adulterados – essa delinqüência – essa prática – essa ordem – essa ação criminosa – essa ameaça crescente

Como podemos observar, os itens que formam cadeia não retomam os agentes

“falsificadores de medicamentos ou os responsáveis pela venda de produtos medicinais vencidos ou adulterados” mencionado no início do texto, mas a ação realizada por eles. Nessa cadeia, os itens de referência, representados pelos demonstrativos associados aos sintagmas nominais, permitem a busca do antecedente. Além disso, os itens de referência “essa delinqüência”, “essa ação criminosa”, “essa ameaça crescente”, de acordo com Dénervaud & Jespersen (1992) constituem, sob o ponto de vista argumentativo, um ato refutativo e são

2 Segundo Dubois et al (1973: 450), palavra é “a unidade do texto inscrita entre dois brancos gráficos”. 3 Os exemplos citados neste artigo foram extraídos de: FRAUDE contra a vida. Zero Hora, Porto Alegre, 29 mai. 1998.

Page 46: ÁREA TEMÁTICA Léxico y marcadores de la …exordio.qfb.umich.mx/archivos PDF de trabajo UMSNH/Aphilosofia/2.pdf · ÁREA TEMÁTICA: Léxico y marcadores de la argumentación ¿DE

Liane Filomena Muller O movimento referencial em textos argumentativos

219

denominadas anáforas depreciativas. Esses atos permitem inferir a posição do veículo de comunicação, expressa no editorial.

O esquema simétrico do funcionamento da referência tal como foi proposto por Hasan não fornece um modelo exaustivo dos processos psicolingüísticos e informacionais que entram em jogo na anáfora e na catáfora.

Aos tipos de referência apontados pela autora (referência demonstrativa, pronominal, artigo definido e comparativa) acrescentamos a anáfora conceitual ou resumitiva, que consiste na retomada de uma idéia, já desenvolvida no texto. Sua função é condensar uma estrutura e orientar para constituir uma nova forma de SN. Além disso, traz um traço de avaliação ou uma orientação argumentativa, conforme exemplo (1’).

No exemplo de anáfora conceitual a seguir, cabe, ao leitor, pragmaticamente, fazer a associação entre os itens relacionados.

(2) nem as autoridades policiais, nem as de sáude, no âmbito federal ou dos Estados, estão suficientemente preparadas para enfrentar um risco dessa ordem à população. Enquanto os fraudadores se sofisticam, –esses organismos contam apenas com a disposição de fazer o melhor diante de uma estrutura precária para atender ao volume de denúncias qye se nultiplicam por todo o país.

Na anáfora associativa se extrai o antecedente da forma referencial de modelos cognitivos (frames, cenários) armazenados na memória, ou seja, de conhecimentos que constituem (no dizer de Koch) “horizontes de consciência”. A anáfora associativa está fundada sobre um saber partilhado entre emissor e receptor.

Na seqüência a seguir, o antecedente indefinido introduz o pressuposto de que “há um momento difícil” e esse “momento” é recuperado no enunciado seguinte.

(3) um momento difícil para o país – o recrudescimento sem precedentes do desemprego; o fracasso das políticas públicas de saúde; preocupante reincidência de doenças endêmicas

Em (4), o item “verdadeira máfia na área de medicamentos” associa-se ao antecedente acrescentando uma nova informação.

(4) os falsificadores de medicamentos ou os responsáveis pela venda de produtos vencidos ou adulterados – uma verdadeira máfia na área de medicamentos

Analisadas as cadeias, passamos ao trabalho de interação de cadeias e elos, identificando os itens relevantes e os periféricos.

O resultado da interação é a harmonia coesiva, isto é, o grau de harmonia coesiva está relacionado com a densidade da ocorrência de laços coesivos e da sua inter-relação. Essa interação se dá, conforme Hasan, pelo sistema de transitividade de Halliday, ou seja, por relações, agente-ação, atributo-atribuído, ato-atuação, entre outros. Nos textos em estudo, entretanto, em virtude da ausência de cadeias verbais, não houve essa interação em cadeias pelo sistema de transitividade. O agrupamento, então, foi feito por conectores.

Os resultados da análise evidenciaram a necessidade de, nos textos argumentativos, levar em conta os agrupamentos semânticos e as relações lógicas, na tentativa de propor a interação pela reunião de cadeias em conexão de causa, conseqüência, finalidade, etc.

A hipótese de que “a interação entre os itens da cadeia determina o grau de coerência de um texto” não foi confirmada nos textos argumentativos analisados. É importante enfatizar que cada tipo de texto constitui um universo particular, ou seja, dentro de cada tipo há

Page 47: ÁREA TEMÁTICA Léxico y marcadores de la …exordio.qfb.umich.mx/archivos PDF de trabajo UMSNH/Aphilosofia/2.pdf · ÁREA TEMÁTICA: Léxico y marcadores de la argumentación ¿DE

Actas del Congreso Internacional La Argumentación Léxico y marcadores de la argumentación

220

especificidades que devem ser consideradas nas propostas de análise, sem que se busque enquadrar todos os textos num único e mesmo aparato teórico. Assim sendo, procuramos apresentar uma sugestão de análise que levasse em conta o tipo texto em foco. Bibliografia APOTHELOZ, DENIS. Rôle et fonctionnement de l’anaphore dans la dynamique textuelle. Genève: Librairie Droz,

1995. CORBLIN, FRANCIS. Indéfini, défini et démonstratif. Genève-Paris: Droz,1987. DUCROT, OSWALD. La pragmatique et l’étude sémantique de la langue. Letras de Hoje, Porto Alegre: Edipucrs,

n. 107, v. 32, p. 9-21, mar 1997. Publicado originalmente na obra de J. Revel et N. Wachtel, 1996, p. 339-51.

DUCROT, OSWALD. Les mots du discours. Paris: Minuit, 1980. HALLIDAY, M. A. K. Clause as representation. In: An introduction to functional grammar. London: Edward Ar-

nold, 1985, p. 101-44. HALLIDAY, M. A. K. Context of situation. In: HALLIDAY, M. A. K. , HASAN, RUQAIYA. Language, context, and text:

aspects of language in a social-semiotic perspective. Oxford: Oxford University Press, 1989, p. 3-13. HALLIDAY, M. A. K., HASAN Ruqaiya. Cohesion in English. London: Longman, 1976. HASAN, RUQAIYA. Coherence in cohesive harmony. In: FLOOD, James. (Ed.) Understanding reading comprehen-

sion: cognition, language and the struture of prose. Newark: International Reading Association, 1984, p.181-219.

HASAN, RUQAIYA. The texture of a text. In: HALLIDAY, M. A. K., HASAN RUQAIYA. Language, context, and text: aspects of language in a social-semiotic perspective. Oxford: Oxford University Press, 1989, p. 70-96.

KLEIBER, GEORGES. Article défini: théorie de la localisation et préssuposition existentielle. Langue Française, Paris: Larousse, n. 57, p. 87 - 105, fév. 1983.

REICHLER-BEGUELIN, MARIE-JOSE. Alternatives et décisions lexicales dans l’emploi des expressions démonstra-tives. Pratiques, Metz, n. 85, p. 53-87, mars 1995.

REICHLER-BÉGUELIN, MARIE-JOSÉ. Anáfora, catáfora e memória discursiva. Pratiques, Metz, n. 57, p. 15-43, mars 1988.

SCHNEDECKER, CATHERINE. Os problemas de continuidade referencial. Pratiques, Metz, n. 85, p. 1-25, mars 1995.

TURCO, GILBERT; COLTIER, DANIELLE. Des agents doubles de l’organisation textuelle: les marqueurs d’integration linéaire. Pratiques, Metz, n. 57, p. 57-79, mars 1988.

Page 48: ÁREA TEMÁTICA Léxico y marcadores de la …exordio.qfb.umich.mx/archivos PDF de trabajo UMSNH/Aphilosofia/2.pdf · ÁREA TEMÁTICA: Léxico y marcadores de la argumentación ¿DE

RAZONAR, OPINAR, CONVENCER Y PERSUADIR

¿CÓMO LO HACEN LOS HABITANTES DE SANTA ROSA, LA PAMPA?

Analía E. Nieto González Universidad Nacional de La Pampa / Argentina

[email protected]

El presente trabajo tiene como finalidad identificar los operadores que, con mayor frecuen-cia, utilizan los hablantes nativos de la ciudad de Santa Rosa (La Pampa), al introducir una argumentación en su discurso coloquial.

Dado que el estudio tiene carácter de investigación preliminar, el número de entrevistados es inferior al que correspondería en un muestreo, de acuerdo a la cantidad de hablantes nati-vos de la mencionada localidad. Por hablante nativo entendemos a aquellas personas, nacidas en la ciudad, o con una residencia mayor a treinta años en la misma, capaces de

improvisar, mantener la continuidad del habla y la comprensión, responder inmediatamente a expre-siones inesperadas, efectuar cambios rápidos de tema y de hablante, etc. Por tanto, el hablante nativo tiene la capacidad de usar el lenguaje bajo la presión comunicativa (cf. Givón, 1979:105) de procesamiento en un tiempo real (Stubbs, M, 1993:48).

De esta manera, el corpus de estudio consta de 36 grabaciones de treinta minutos (aproximadamente) cada una. Las mismas pertenecen a hablantes nativos de la ciudad de Santa Rosa, (18 del sexo femenino y 18 del sexo masculino), que corresponden a los tres niveles socioeconómicos predeterminados (-A- alto, -B- medio y -C- bajo) y, dentro de cada uno de ellos, hemos tomado las tres generaciones (primera: de veinte a treinta y cinco años; segunda: de treinta y seis a cincuenta y cinco años y, tercera: más de 55 años).

Durante la investigación se optó por grabar conversaciones familiares espontáneas en gru-pos reducidos, debido a que son conocidos los problemas que se presentan con la grabación en lugares públicos, donde existe gran cantidad de hablantes. También decidimos que los hablantes seleccionados no estuvieran en conocimiento del hecho, porque consideramos que cuando se sienten observados, realizan un cambio en su forma de expresión, hacia un estilo más formal. Esto quiere decir que varían su lenguaje de acuerdo a la situación y, a su vez, tienen en cuenta los elementos extralingüísticos que rodean y condicionan la comunicación y la caracterizan pragmáticamente. Por lo tanto, nos instalamos en el uso, en el habla, en donde aparecen y se multiplican los signos que son trascendentes en el proceso comunicativo y, por supuesto, en el área que nos interesa.

Cuando accedemos a la transcripción de los registros obtenidos, observamos que en el de-sarrollo de los mismos aparecen rasgos que pueden identificarse como tácticas argumentativas diversas. Esto es así porque la conversación, según Stubbs (op. cit.), al ser polisistémica, hace depender su coherencia de diversos tipos de mecanismos diferentes entre sí, como la repeti-ción de palabras y locuciones, los indicadores estructurales, una buena sincronización tempo-ral y una estructura jerárquica subyacente que relaciona secuencia de actos de discurso.

Por consiguiente, en esta investigación valoramos las estrategias lingüísticas y pragmáticas que utilizan los hablantes y apreciamos cómo se conjugan las reglas gramaticales con las in-tenciones comunicativas para llegar a establecer cuáles son los operadores más comunes, con los que el hablante pone de manifiesto su intención de influir sobre el receptor, y que son uti-lizados para producir los “encadenamientos argumentativos” que permiten razonar, rechazar opiniones, convencer y persuadir, entre otras estrategias. Según Maingueneau :

Page 49: ÁREA TEMÁTICA Léxico y marcadores de la …exordio.qfb.umich.mx/archivos PDF de trabajo UMSNH/Aphilosofia/2.pdf · ÁREA TEMÁTICA: Léxico y marcadores de la argumentación ¿DE

Actas del Congreso Internacional La Argumentación Léxico y marcadores de la argumentación

222

Una argumentación se define como una acción compleja finalizada; este fin coincide con la adhesión de los oyentes a una tesis presentada por el hablante y que da lugar a un encadenamiento estructurado de argumentos. Esta finalidad se alcanza a través de una serie de “subfinalidades”, que son los diferentes ar-gumentos, ligados por una estrategia global. Frecuentemente existe una jerarquización de los argumentos: tal argumento contribuye a establecer tal otro, situado en un nivel superior, y así sucesivamente (Main-gueneau, D, 1989:182)

De esta manera, intentamos descubrir las diferentes marcas lingüísticas de argumentación, las cuales -según Ducrot (1980)- componen instrucciones sobre la manera en que se interpreta un enunciado. Llamamos operadores a estas marcas porque consideramos que, junto a los conectores argumentativos (conjunción de coordinación y subordinación, adverbios, locucio-nes adverbiales, entre otros), señalan la orientación argumentativa que posee el discurso y garantizan la unión entre los distintos actos que constituyen una intervención. Creemos tam-bién, que, a partir de ellos, se manifiestan los recursos en los que el hablante nativo coloca toda su fuerza para actuar sobre el oyente. Rossetti y de Gregorio los definen como

señales léxicas, morfosintácticas, semánticas, conceptuales (o lógicas), fónicas y gráficas que marcan la relación H-O.

Esta se manifiesta en un acto de lenguaje que contiene la fuerza evolucionaria (acto del emisor) y apunta a un efecto perlocucionario (respuesta del receptor)” (Rossetti, M. M. de - de Gregorio de Mac, M. I., 1992.14)

Siguiendo la clasificación propuesta por estas autoras, abordamos los operadores encontra-dos en nuestro corpus. Ellas plantean que se puede acceder a ellos a partir de la función que cumplen en el discurso. Esto quiere decir que pueden tener una función o más de una. A partir de esto los clasifican en léxicos, sintácticos, morfológicos, semánticos y conceptuales.

Si observamos los operadores encontrados en las transcripciones nos encontramos con los siguientes:

- Operadores léxicos. Presentan sólo la función pragmática. Es decir que únicamente nos indican el acto del lenguaje. Así, refuerzan la aserción sin cambiar el tipo de discurso. Por ejemplo:

...realmente somos un país demasiado rico... (A - 3° - F)

...por supuesto, siempre está el clásico... (B - 2° - F)

...decididamente lo descartamos. (A - 2° - M) Ahora bien, según las autoras, si a este operador se le incorpora un verbo, agrega a su fun-

ción pragmática, la sintáctica y se transforma en un operador sintáctico. - Operadores sintácticos. No son muchos los hallados en el corpus, sin embargo, hemos

podido identificar los siguientes: es lógico que lo que ofrece de comida.... (C - 3° - M) todos sabemos que sale a trabajar (A - 1° - F)

Estos operadores buscan reforzar la verdad de lo que se está afirmando en el discurso, con distintos matices que se apoyan sobre la seguridad del hablante.

- Operadores morfológicos. A partir de su desinencia, ciertos operadores nos permiten identificar un acto que intenta alertar y producir cierto temor en el oyente. Por ejemplo:

...de un manotazo abren la cartera (C - 3° - M) También pueden aparecer a partir del prefijo re-, funcionando como un operador apreciati-

vo que intenta reforzar la información para que al oyente no le queden dudas acerca de lo que se está hablando. Por ejemplo:

...me pegó re-fuerte (C - 1° - F) la dieta era re-linda porque comías bien (C - 1° - F)

Page 50: ÁREA TEMÁTICA Léxico y marcadores de la …exordio.qfb.umich.mx/archivos PDF de trabajo UMSNH/Aphilosofia/2.pdf · ÁREA TEMÁTICA: Léxico y marcadores de la argumentación ¿DE

Analía E. Nieto González Razonar, opinar, convencer y persuadir ¿Cómo lo hacen los habitantes de Santa Rosa, La Pampa?

223

- Operadores conceptuales. Son los más numerosos y aparecen, de una forma u otra, en to-dos los hablantes. Daremos sólo un ejemplo:

la escuela como institución perdió prestigio e importancia. Los padres no le dan la misma importancia ahora que cuando nosotros íbamos a la escuela. Seguro que por la realidad social que se está viviendo en estos momentos. ( A - 1° - F)

En estos casos, el operador produce un razonamiento por parte del hablante, a través del acto de informar con un recurso lógico de persuasión (relación hechos - conclusión).

Ahora bien, si tomamos cada uno de los operadores encontrados en el corpus, y los anali-zamos a partir del acto de habla producido, nos encontramos con que aparecen matizadores conceptuales de carácter enfático, cuyos operadores tienen la función de actuar sobre el recep-tor para persuadirlo de que acepte la información que se le brinda sin realizar objeciones. Por ejemplo:

Seguramente se habrá perdido contacto con la familia y es por eso que no tenemos los registros (A - 2° - F) Naturalmente son imágenes de archivo filmadas en 1930 o 1940... (A - 2° - M) Son las cuatro y diez, seguro que X se hizo unas tortas de aquellas (C - 1° - F)

Observamos que los operadores ponen de manifiesto la seguridad o la certeza con que el hablante enfrenta la información, para que el oyente la acepte sin dudar, sin discutir. “Este tipo de mensajes manifiesta que lo dicho es obvio y no admite dudas, y en ellos suele darse por presupuesto el consenso del oyente” (Barrenechea, A. M., 1979: 50).

Existen otros operadores a través de los cuales se espera que el oyente sea partícipe de la misma opinión, por la información que ya posee o que se le ha brindado. Así, encontramos:

...entonces, lógicamente que hay lugares donde estás atendiendo gente... (B - 3° - F) En este caso, el hablante se anticipa a las conclusiones que supone que el oyente debe

hacer, aunque también suele aparecer como una muletilla de apoyo, que no tiene justificación en el discurso.

También nos encontramos ante algunos casos en los que están ausentes los signos de enla-ce causa-consecuencia y el adverbio aparece destacando un fragmento del discurso como ob-vio. Por ejemplo:

Lo que iría a ofrecer, lógico, es comida... (C - 3°- F) Estos matizadores se comportan como auténticos recursos de interacción que facilitan el

fluir discursivo de los hablantes. Si por un lado, podemos prescindir de ellos sin restar lógi-camente nada a nuestro mensaje, por otro lado, no es fácil asignarles un puesto en la descrip-ción gramatical, quizá precisamente porque sobran en el enunciado.

Por lo tanto, tenemos operadores que nos indican una actitud del hablante que ha sido pen-sada, meditada y enfatizan la opinión de este. Estos operadores aparecen modificando la ora-ción total. El más común es el adverbio realmente. Un ejemplo:

...poner gente que realmente tenga conciencia... (B - 2° - F) También aparece con frecuencia la frase en realidad, como en:

...en realidad no se nota mucho la diferencia entre la vestimenta de noche y la del día... (B - 2° - F) Estos dos últimos operadores aparecen también cuando el hablante quiere asegurar que lo

que afirma en su discurso coincide plenamente con la realidad. A menudo su uso tiene un tono polémico y recalca que lo que se dice debe ser tomado en serio como

cosa real, positiva, concreta, estricta, no como confusión o imaginación o exageración del hablante (Ba-rrenechea, A. M., op. cit.:55)

Así tenemos, por ejemplo:

Page 51: ÁREA TEMÁTICA Léxico y marcadores de la …exordio.qfb.umich.mx/archivos PDF de trabajo UMSNH/Aphilosofia/2.pdf · ÁREA TEMÁTICA: Léxico y marcadores de la argumentación ¿DE

Actas del Congreso Internacional La Argumentación Léxico y marcadores de la argumentación

224

...pensar en sí mismo y no en la clase media y la clase humilde que está realmente desahuciada... (B - 2° - F) ...y en realidad las diferencias sociales son cada vez más grandes... (A - 1° - F)

Según Barrenechea (op. cit.), existen ciertos verbos de opinión (creo, entiendo, pienso, en-cuentro, considero, observo, lo veo así, etc.) que suelen figurar en mensajes que enfatizan la afirmación “cuando el hablante refuerza su punto de vista, apoyándose en la seguridad que tiene en su criterio personal para emitir los juicios” (Barrenechea, A. M., op. cit.: 48). Entre nuestros registros sólo aparecen tres de estos verbos: creo, pienso y considero, sin embargo, debemos decir que estos operadores son los más frecuentes. Así encontramos, por ejemplo:

...yo creo que un muy buen alumno es aquel que... (A - 1° - F)

...considero que el tema de la administración de la justicia es... (A - 1° - M)

...yo pienso que el consumo de frutas depende del costo (B - 3° - M) Vemos entonces que estas intercalaciones sintácticas, en las que el hablante aclara que

aquello que afirma es “cosa suya” están expresados en primera persona, la del hablante. Hemos podido observar que, en los distintos actos, los operadores pueden realizarse con

una palabra o a partir de una construcción. Aquellos que se realizan a través de una palabra son:

- adverbios terminados en -mente, que son utilizados en los niveles A y B, en su mayoría por la segunda generación tanto femenina como masculina. Los identificados, hasta el mo-mento, son: realmente, seguramente, naturalmente, decididamente y lógicamente.

- Lógico, que aparece en la tercera generación masculina del nivel C. Por su parte, los operadores que se realizan a partir de una construcción son los que se de-

tallan a continuación: - creo que, es utilizado en los tres niveles (A, B y C), con preferencia en la tercera genera-

ción, en ambos sexos. - Pienso que, aparece en los tres niveles, sobre todo en la tercera generación masculina. - Considero que, es usado por la primera generación masculina del nivel A y por la primera

generación femenina del nivel B. - En realidad, es utilizado por la primera generación femenina del nivel A y por la segunda

generación femenina del nivel B. - Por supuesto que, es reconocido en la segunda generación masculina del nivel B y en la

tercera generación masculina del nivel C. - Seguro que y el prefijo re-, aparecen únicamente en la primera generación femenina del

nivel C. - Sabemos que, es reconocido en la primera generación femenina del nivel A. - Por favor y pensamos que se encontraron únicamente en la primera generación masculina

del nivel B. Para concluir, podemos decir que este análisis nos ha permitido identificar los principales

operadores que le permiten al hablante nativo de la ciudad de Santa Rosa (La Pampa), influir sobre el receptor al momento de establecer una conversación coloquial.

Como ya sabemos, la argumentación es una práctica discursiva que responde a una función comunicativa: la que se orienta hacia el receptor para lograr su adhesión. Muchos son los dis-cursos que incluyen esta función, son todos los de cualquier persona que quiere influir o sedu-cir para lo cual activa estrategias sutiles de convencimiento, de persuasión o de seducción con instrumentos más orientados a la racionalidad (exhibiendo razones) o más orientadas a la

Page 52: ÁREA TEMÁTICA Léxico y marcadores de la …exordio.qfb.umich.mx/archivos PDF de trabajo UMSNH/Aphilosofia/2.pdf · ÁREA TEMÁTICA: Léxico y marcadores de la argumentación ¿DE

Analía E. Nieto González Razonar, opinar, convencer y persuadir ¿Cómo lo hacen los habitantes de Santa Rosa, La Pampa?

225

emoción (exhibiendo afectos o apelando a ellos). A partir de esto, hemos podido identificar operadores realizados a partir de una palabra (sobre todo adverbios terminados en -mente) y otros, que se producen a partir de una construcción.

Comprobamos que, básicamente, estos operadores, le permiten al hablante influir sobre el receptor enfatizando el mensaje, haciéndolo partícipe de su opinión sobre el tema. Por eso, los operadores identificados le permiten al hablante razonar, opinar, convencer y persuadir al oyente.

Somos conscientes de que también aparecen en el discurso coloquial otros operadores de carácter fónico y gestual que permiten interpretar determinadas expresiones argumentativas. Sin embargo, han quedado fuera de nuestro estudio ya que serán abordados en una futura in-vestigación. Bibliografía BARRENECHEA, ANA MARÍA (1979) “Operadores pragmáticos de actitud oracional: los adverbios en -mente y

otros signos” en Estudios lingüísticos y dialectológicos. Buenos Aires, Hachette. DUCROT, OSWALD (1984) El decir y lo dicho. Buenos Aires, Hachette. MAINGUENEAU, DOMINIQUE (1989) Introducción a los métodos de análisis del discurso. Buenos Aires, Hachet-

te. ROSSETTI, MABEL V. M. DE - DE GREGORIO DE MAC, M. I. (1992) Los operadores pragmáticos y el acto del len-

guaje. Buenos Aires, Plus Ultra. STUBBS, MICHAEL (1987) Análisis del Discurso. Análisis sociolingüísticos del lenguaje natural. Madrid, Alianza

/Título original: Discourse Analysis - The sociolinguistic Analysis of Natural Language. Versión espa-ñola de Celina González)

Page 53: ÁREA TEMÁTICA Léxico y marcadores de la …exordio.qfb.umich.mx/archivos PDF de trabajo UMSNH/Aphilosofia/2.pdf · ÁREA TEMÁTICA: Léxico y marcadores de la argumentación ¿DE

EL VALOR ARGUMENTATIVO DE LOS MARCADORES TEXTUALES EN LAS COMUNICACIONES DE LAS EMPRESAS A SUS CLIENTES

Patricia María Nigro

Universidad Austral / Argentina [email protected]; [email protected]

0. Introducción

“En el macrocentro del mundo empresarial y de negocios, las comunicaciones escritas que se cursan han alcanzado el rango de nuevo género discursivo.” (Botta, 1994: 20). En el ámbito de la comunicación empresarial se distingue la comunicación interna de la externa. La prime-ra está dirigida al llamado “cliente interno” que trabaja en la compañía; la segunda tiene como receptor al “cliente externo”, consumidor de los productos o servicios de la empresa.

Para este trabajo, hemos tomado estos últimos tipos de textos. Se trata de un corpus forma-do por cartas y folletos remitidos a los domicilios de los clientes en el primer semestre del año 2002 por empresas privadas, de agua, de luz eléctrica, de teléfono, de medicina prepaga, de cable, de telefonía móvil, de las AFJP, de seguros y de Internet.

A pesar de que muchos autores consideran que los textos empresariales son sobre todo in-formativos, podemos afirmar que son también, en muchos casos, fuertemente argumentativos. Intentan siempre persuadir al lector para que realice alguna acción o para que cambie su modo de pensar respecto de un tema. Partimos, entonces, de la base de que las comunicaciones es-critas que las empresas remiten a sus clientes poseen no sólo valor informativo sino también valor argumentativo y pragmático. Esto se manifiesta, entre otros aspectos, en el uso de los marcadores textuales.

El presente trabajo analiza los marcadores textuales del corpus. Como primer objetivo, de-tecta los marcadores argumentativos empleados; como segundo objetivo, analiza su valor ar-gumentativo. Finalmente, sistematiza el uso de estos en este tipo de escritos. La ponencia concluye con algunas propuestas para el estudio de los textos empresariales y para el abordaje pragmático de los marcadores textuales.

1. Algunas consideraciones acerca de la comunicación empresarial y del corpus seleccionado “Las cartas de negocios son siempre documentos formales que ponen a prueba la imagen

de la empresa” (Carbonell: 1998). Los textos empresariales que las compañías envían a sus clientes argumentan en favor de posibles beneficios, de alternativas ofrecidas o de restriccio-nes impuestas, presentando siempre la información que utilizan como una ventaja para el con-sumidor y no como un obstáculo. Las empresas intentan dar una imagen de sí mismas como de organizaciones al servicio del bienestar del cliente. Esto se condice con lo que Botta sos-tiene:

“en la escritura de documentos empresarios…debemos persuadir al lector de nuestros mensajes a través de las pruebas que podamos aportar sobre hechos, circunstancias y otros aspectos de la tarea; una afirma-ción, sugerencia o recomendación del emisor de un mensaje deben estar sustentadas en razones absoluta-mente objetivas y fáciles de comprobar.” (Botta, 1994: 113)

Swiderski (1999) señala que el cliente sólo podrá responder a estos mensajes mediante acciones concretas: cancelar un servicio, efectuar una demanda, elevar una queja… Marca, con acierto, la desigualdad de poder entre emisor y receptor en los casos en que las empresas no compiten libremente con otras sino que ejercen una actuación monopólica. En esas

Page 54: ÁREA TEMÁTICA Léxico y marcadores de la …exordio.qfb.umich.mx/archivos PDF de trabajo UMSNH/Aphilosofia/2.pdf · ÁREA TEMÁTICA: Léxico y marcadores de la argumentación ¿DE

Patricia María Nigro El valor argumentativo de los marcadores textuales en las comunicaciones de las empresas a sus clientes

227

compiten libremente con otras sino que ejercen una actuación monopólica. En esas circuns-tancias, la institución impone las reglas de juego. Esta investigadora también distingue las empresas que brindan prestaciones suntuarias a las que el cliente puede renunciar (el cable o el celular, por ejemplo) de aquellas que brindan servicios esenciales para la supervivencia (luz, agua, gas natural). Swiderski demuestra cómo las imposiciones se minimizan mediante los siguientes recursos: se las presenta como beneficios; se brindan opciones para implemen-tar cambios; se manifiesta que la situación del cliente ha sido tenida en cuenta; se apela a una instancia de poder que trasciende la institución.

Respecto del corpus seleccionado, nos hemos focalizado en cartas y folletos o boletines in-formativos que las empresas envían a sus clientes. No hemos tenido en cuenta el ámbito esta-tal que ha quedado notoriamente restringido con las privatizaciones.

Debemos diferenciar los dos tipos de textos. El uso de la carta se reserva, generalmente, para las “malas noticias”: aumentos en las tarifas o en las cuotas, restricciones en los benefi-cios de los que se gozaba, anuncios de que la empresa fue absorbida por otra no elegida por el cliente, etc. La carta es siempre un texto más formal y en el que el cliente suele aparecer iden-tificado con su nombre y apellido y tratado de usted.

En cambio, los folletos o boletines de información son textos de una diagramación fuerte-mente publicitaria, están impresos en papel de colores, llevan imágenes y gráficos. Es común que aparezcan textos breves con enumeraciones de beneficios o de alternativas en forma de viñetas para cuestiones más prácticas como modos de pago, lugares de atención al cliente, consejos para ahorrar consumo.

En general, las empresas que compiten con otras en los productos o servicios que brindan, usan un formato revista para estos folletos. Se los llama “boletines informativos” o “resúme-nes de noticias”. Poseen un sumario con un índice de los temas que se tratan, una nota edito-rial a cargo de algún alto directivo de la empresa; llevan título, año de edición, número y fe-cha. Casi todos ellos presentan análisis de la coyuntura que atraviesa el país y tratan de expli-car cómo la empresa sobrelleva las dificultades, teniendo siempre presente el bienestar del cliente.

Los folletos de las empresas privatizadas que poseen un cliente cautivo son más breves, menos formales y se envían generalmente junto con la factura. Comunican cambios en los modos de la atención al cliente, nuevos productos o servicios, consejos para ahorrar el con-sumo o noticias institucionales.

2. Acerca de los marcadores textuales Cuando nos referimos a los marcadores textuales, nos encontramos con una noción com-

pleja que no está resuelta de manera categórica y que plantea discrepancias entre los estudio-sos del tema. Ni siquiera la denominación permanece constante1.

Martín Zorraquino y Portolés Lázaro entienden que las llamadas “partículas”, adverbios, preposiciones y conjunciones, pueden desempeñar funciones que no se ajustan a las que cum-plen habitualmente en el marco de la sintaxis oracional y explican que:

“...si bien no se reconoce la existencia de lo que hoy denominamos ‘marcadores del discurso’, se atribuye a ciertas unidades lingüísticas que puedan presentar usos discursivos, empleos enfatizadores, valores ex-presivos, etc. “ (1999: 4055)

1 La designación dada a estas partículas de relación es muy variada. Las más frecuentes son: “conectores”, “enlaces”, “expre-siones adverbiales”, “conjuntivos” y “marcadores”. Elegimos esta última pues subraya mejor su carácter argumentativo.

Page 55: ÁREA TEMÁTICA Léxico y marcadores de la …exordio.qfb.umich.mx/archivos PDF de trabajo UMSNH/Aphilosofia/2.pdf · ÁREA TEMÁTICA: Léxico y marcadores de la argumentación ¿DE

Actas del Congreso Internacional La Argumentación Léxico y marcadores de la argumentación

228

Los autores entienden que es muy difícil sistematizar los marcadores: “No estamos ante una clase uniforme de palabras...” (1999: 4056)2.

Incluso la Gramática descriptiva de la lengua española (Bosque y Demonte, 1999) titula el volumen 3 que estudia esta clase de palabras “Entre la oración y el discurso”. García Negroni y otros (2001) en el capítulo “La conjunción” clasifican estas partículas en conjunciones de coordinación y de subordinación3. En el primer grupo, incluyen las conjunciones que actúan como enlaces de elementos intraoracionales pero también aquellas que Martín Zorraquino y Portolés Lázaro (1999) llaman “marcadores del discurso”, es decir, los llamados enlaces ex-traoracionales o “supraoracionales” para Fuente Rodríguez (1996).

Las relaciones de subordinación están constituidas por las proposiciones subordinadas. Pa-ra la gramática tradicional, las proposiciones adverbiales con subordinante fueron siempre un problema porque la relación que establecían con el resto de la oración no era la misma que la de las proposiciones sustantivas o adjetivas. Se considera toda la construcción Modificador del Núcleo Oracional, lo que subraya su carácter de marginalidad respecto del resto de la ora-ción. Si apelamos a la autoridad de Ofelia Kovacci, tenemos que:

“Desde el punto de vista de la estructura sintáctica la construcción endocéntrica coordinativa se caracteri-za por la equivalencia funcional de sus constituyentes. Desde el punto de vista semántico, la coordinación debe cumplir con la exigencia del ‘asunto común’ manifestado por los elementos sintácticos y léxicos que realizan las funciones.” (1992: 232-233)

Queda claro que la coordinación une elementos del mismo nivel sintáctico y que, por lo tanto, la subordinación marca relaciones de dependencia de un elemento respecto de otro. Creemos que los marcadores del discurso, tal vez por su carácter esencialmente pragmático, no pertenecen a ninguno de los dos tipos de relaciones. Los marcadores textuales aluden al cotexto pero también al contexto extralingüístico del cual surge más claramente su valor ar-gumentativo y pragmático4.

Van Dijk sostiene: “Las relaciones entre oraciones no son sólo de naturaleza semántica sino también pragmática. No se trata sólo de expresar conexiones entre circunstancias sino también entre actos de habla.” (1996: 98)

Así, las relaciones entre texto y contexto tienen lugar, entre otros aspectos, en la dependen-cia mutua de las secuencias de oraciones y de las secuencias de actos de habla. En un texto anterior, el mismo autor entendía que las frases están conectadas por un hablante en un con-texto particular de comunicación y que poseen propiedades pragmáticas (1977)5. Explica:

“Las diferencias entre el uso ‘sentencial’ y ‘secuencial’ de los conectivos son principalmente pragmáticas o se infieren de relaciones de significado entre las proposiciones.” (1977: 145)

Por último, Reale y Vitale (1985: 32) entienden que no hay que equiparar los conectores lógicos con los argumentativos. Los primeros unen exclusivamente proposiciones. Los segun-dos pueden unir tanto enunciados como enunciaciones o también articular enunciados con elementos de la situación extralingüística.

Seguiremos en este trabajo la definición de Martín Zorraquino y de Portolés Lázaro:

2 Cfr. Fuentes Rodríguez, C., (1996: 11): “ No entran en las clases de palabras tradicionales.” 3 Halliday y Hassan (1976) también incluyen en el capítulo “Conjunción” todo tipo de marcadores. 4 El capítulo 54 (Bosque y Demonte (1999))trata el tema de parataxis e hipotaxis y tanto su autor, López García, como los de los capítulos 56, Galán Rodríguez (subordinación causal y final), 57, Montolío (construcciones condicionales) y 59, Flamen-co García (construcciones concesivas y adversativas) insisten en que el tema exige un abordaje interdisciplinario y en que en estas construcciones con marcadores está presente siempre la relación con el momento de la enunciación. 5 En este libro van Dijk incluye todos los conectores dentro de la categoría “conectivos de la lengua natural”. El mismo crite-rio sigue Stubbs (1998).

Page 56: ÁREA TEMÁTICA Léxico y marcadores de la …exordio.qfb.umich.mx/archivos PDF de trabajo UMSNH/Aphilosofia/2.pdf · ÁREA TEMÁTICA: Léxico y marcadores de la argumentación ¿DE

Patricia María Nigro El valor argumentativo de los marcadores textuales en las comunicaciones de las empresas a sus clientes

229

“Los ‘marcadores del discurso’ son unidades lingüísticas invariables, no ejercen una función sintáctica en el marco de la predicación oracional –son, pues, elementos marginales– y poseen un cometido coinciden-te con el del discurso.” (1999: 4057)

Realizaremos ahora algunas aclaraciones esenciales. En primer lugar, observaremos que serán marcadores del discurso aquellos signos “que orientan y ordenan las inferencias que cabe obtener de ellos.”(Martín Zorraquino y Portolés Lázaro, 1999: 4058)

En segundo lugar, hay que destacar que no siempre es fácil discernir si una unidad lingüís-tica contribuye o no contribuye a las condiciones de verdad de un discurso o si su significado es de procesamiento y no conceptual; por esto, la enumeración de los marcadores del discurso puede presentar variaciones (1999: 4059)6.

Para un análisis más exhaustivo del corpus, decidimos incorporar a la clasificación pro-puesta por los autores algunos marcadores que poseen alta fuerza argumentativa y que no apa-recen contemplados en su taxonomía. Recurriremos así a algunas de las categorías utilizadas por Lo Cascio (1998) que estudia los marcadores, específicamente, en el texto argumentativo. Este autor llama a los marcadores “indicadores de fuerza” y, desde la perspectiva de una gra-mática de la argumentación, los define como:

“…exponentes lingüísticos que sirven para conectar los enunciados y para indicar su papel dentro de un discurso. Hacen las veces de conectivos textuales y pueden clasificarse según la función que realizan. Al-gunos marcan la tesis, otros los datos o los argumentos, otros la regla general y otros la reserva, la fuente, o categorías mayores como la argumentación misma.” (1998: 199)

En tercer lugar, tenemos que la mayor parte de las formas que se usan como marcadores discursivos pueden aparecer con distintas funciones lingüísticas, es decir que pueden no ser marcadores.

En cuarto lugar, pueden estudiarse los marcadores del discurso desde distintas perspecti-vas: desde la gramática textual, desde la pragmática, desde la lógica. En esta ponencia inten-tamos un abordaje no sólo desde la gramática textual sino también desde la retórica de la ar-gumentación y desde la pragmática. Así entendemos que los marcadores funcionan como “operadores pragmáticos”. Seguimos a Manacorda de Rosetti y a Aguirre de Martínez (1985: 27):

“… consideramos operadores a las señales léxicas morfosintácticas, fónicas, gráficas, conceptuales, que marcan en el discurso la relación entre hablante, texto y oyente. Son, pues, indicadores explícitos del acto de lenguaje en la dimensión ilocucionaria, es decir, de su fuerza ilocucionaria.”

Este concepto es más abarcativo que el de los marcadores pero los incluye. Finalmente, desde el punto de vista pragmático, los distintos marcadores textuales funcio-

nan como operadores en el sentido de que hacen alusión a la relación empresa (emisora del mensaje), texto, cliente (receptor del mensaje) y contexto (situación espacio temporal que se está viviendo). Los operadores pragmáticos matizan el acto de habla atenuándolo o enfatizán-dolo. (Rosetti y otros 1991: 18) y se clasifican en lógicos (refuerzan la aserción pero no cam-bian el tipo de discurso, no lo modalizan) y en apreciativos (agregan una valoración sobre el enunciado; son modalizadores). (Manacorda de Rosetti y Aguirre de Martínez, 1985.)

6 Cfr. Van Dijk, T. (1977: 101): “Uno de los problemas de las semántica de los conectivos naturales es su posible ambigüe-dad: el mismo conectivo puede expresar diferentes clases de conexión, y una clase de conexión puede ser expresada por varios conectivos.”

Page 57: ÁREA TEMÁTICA Léxico y marcadores de la …exordio.qfb.umich.mx/archivos PDF de trabajo UMSNH/Aphilosofia/2.pdf · ÁREA TEMÁTICA: Léxico y marcadores de la argumentación ¿DE

Actas del Congreso Internacional La Argumentación Léxico y marcadores de la argumentación

230

3. Análisis del corpus de textos empresariales Las cartas analizadas pertenecen al primer semestre del año 2002 y todas ellas se refieren,

obviamente, a las modificaciones que las empresas tuvieron que realizar en servicios y tarifas a partir de la crisis que vive el país. El mismo tema aparece en las notas editoriales de los bo-letines informativos.

En todos estos textos se apela al conocimiento que el cliente tiene de la crisis, se explican las medidas que tomó la empresa referidas a distintos aspectos y se trata de suavizar los efec-tos negativos indicando que la organización está haciendo el mayor esfuerzo para proteger a sus clientes.

Aplicaremos ahora las categorías de Martín Zorraquino y Portolés Lázaro (1999). Encon-tramos en los textos del corpus conectores y operadores argumentativos. Se hallaron en los textos: conectores aditivos, consecutivos y contraargumentativos.

Los aditivos son: además, incluso, inclusive, aun cuando, asimismo, adicionalmente. Los consecutivos: por lo tanto, como consecuencia. Los contraargumentativos son: sin embargo, pero, no obstante.

Asimismo se encuentran los denominados operadores de concreción. Es el caso de en el caso particular de, en lo que respecta a, a modo de referencia.

Aplicando ahora al corpus elegido la clasificación de Lo Cascio (1998), hemos encontrado los siguientes marcadores o “indicadores de fuerza”: justificadores: porque, ya que, también porque, por este motivo, como, gracias a, debido a, uso del gerundio...7; conclusivos: por eso, por ello, si...entonces...; generalizadores: a partir de, dado que; modales: lamentablemente, seguramente; garantes: como dice, según; relativizadores: aunque; refuerzos: no obstante, a pesar de que, si bien, aunque, aun cuando, pese a; alternantes: sin embargo, no obstante que, a pesar de que.

Antes de analizar algunos ejemplos del corpus, recordaremos que uno de los recursos bási-cos de la argumentación es el uso de la concesión y de la adversación. Estrategias retóricas por excelencia, polifónicas y polémicas, permiten avanzar el proceso argumentativo. Están presentes en todos los textos del corpus.

Observemos ahora algunos ejemplos de los textos seleccionados para apreciar el valor ar-gumentativo de los marcadores y cómo se repite siempre la misma secuencia argumentativa. Los párrafos de inicio comienzan con una apelación a lo que el cliente conoce de la situación del país o con alguna frase que intenta la renovación o el inicio de la comunicación. Ya en tema, se proveen sobre todo evidencias del aumento de los costos o de la reducción de los beneficios. Finalmente, se trata de atenuar los efectos dejando a salvo la imagen de la empre-sa. El cierre es, con la mayor frecuencia, el ofrecimiento de quedar al servicio del cliente y un saludo “cordial”.

• Para introducir el tema se puede apelar a lo que el cliente ya sabe: o Como seguramente lo fue para ud. y su empresa, la devaluación del peso… (Carta de Fibertel,

mayo de 2002) o Ante la difícil coyuntura que atraviesa la Argentina… (Alico, Boletín informativo Contact-

news, otoño 2002) • También se puede aludir a la relación de comunicación con el cliente, renovando el

contacto o iniciándolo: o Una vez más le agradecemos la confianza depositada… (Carta de Río Seguros, abril de 2002)

7 Hay que aclarar que existen dos tipos de argumentos: argumento que corresponde a “por causa de, gracias a” de valor causal y argumento que corresponde a “y es prueba de”, de valor argumentativo. (Lo Cascio, 1998)

Page 58: ÁREA TEMÁTICA Léxico y marcadores de la …exordio.qfb.umich.mx/archivos PDF de trabajo UMSNH/Aphilosofia/2.pdf · ÁREA TEMÁTICA: Léxico y marcadores de la argumentación ¿DE

Patricia María Nigro El valor argumentativo de los marcadores textuales en las comunicaciones de las empresas a sus clientes

231

o Nos comunicamos nuevamente con usted para acercarle… (Carta de Siembra AFJP, mayo de 2002)

o Le escribimos por segunda vez en lo que va del año. (Carta de CableVisión, junio de 2002) o Nuevamente tomamos contacto con usted para informarle… (Carta de Telefónica, abril de

2002) • Para proveer evidencias que justifiquen los perjuicios para el cliente:

o Debido a los impactos de las medidas… (Carta de Río Seguros, abril de 2002) o Ya que gran parte de los mismos son de origen importado… (Carta de Telefónica, abril de

2002) • Para atenuar los efectos sobre el cliente y rescatar la imagen de la empresa:

o Sin embargo, si usted considera…(Carta de Río Seguros, abril de 2002) o Sin embargo, durante más de tres meses…(Carta de Telefónica, abril de 2002) o Siendo así, usted verá…; asimismo podrá observar…(Carta de Siembra AFJP, mayo de 2002) o Pero CableVision decidió…; incluso con mejoras de calidad… (Carta de CableVisión, junio de

2002) o A pesar del significativo incremento…; inclusive en los últimos meses…(Carta de Fibertel, ma-

yo de 2002) o Como así tampoco de la tarifa promocional… (Telecom, boletín informativo Comunicándonos

Nº 50 mayo de 2002) o Aunque no lo parece…; aunque cueste creerlo… (Aguas Argentinas Informa) o A pesar de la actual coyuntura… (BBVA Consolidar AFJP, resumen de noticias, mayo de 2002)

• Para indicar las consecuencias negativas para el cliente: o Lamentablemente nos obligan a… (Carta de CableVisión, abril de 2002) o Pese a nuestros esfuerzos, … (Carta de Telefónica, abril de 2002) o Por lo tanto, en este envío...(Carta de Siembra AFJP, mayo de 2002) o Como consecuencia de la devaluación… (Carta de Telefónica, junio de 2002) o Como consecuencia de ello… (BBVA Consolidar AFJP, resumen de noticias, mayo de 2002)

Los marcadores que aparecen en los textos del corpus son, fundamentalmente, operadores pragmáticos apreciativos, ya que tratan de atenuar o de enfatizar la fuerza argumentativa del acto que realizan, modalizando además el mensaje8.

4. Propuestas finales y líneas abiertas para la investigación Las conclusiones que realizamos son provisionales y deberán ser confrontadas con un cor-

pus mayor y más variado. Estas son: o Cuando las empresas se presentan a sus clientes, utilizan marcadores cuyo valor argumentativo se basa

en la referencia al contexto para justificar sus decisiones, o marcadores que aluden a la función fática del lenguaje que apunta a abrir o mantener el canal comunicativo.

o Cuando tienen que dar razones o evidencias para apoyar esas decisiones, utilizan los tradicionales mar-cadores causales.

o Cuando desean atenuar los efectos negativos que producirán sobre el cliente, se recurre al recurso retó-rico de la concesión, a los operadores contraargumentativos, que responden por anticipado a la objeción del cliente.

o Cuando deben expresar los efectos concretos, prefieren los marcadores que indican consecuencia.

Este trabajo ha pretendido un acercamiento al análisis del papel argumentativo de los mar-cadores textuales en los textos empresariales. Como propuestas nos parecería pertinente que:

1. Se profundice el estudio de los marcadores en la lengua española. Aunque son abordados por muchísi-mos lingüistas y desde distintas perspectivas, hacen falta investigaciones que los aborden interdiscipli-nariamente.

8 Debemos aclarar que está fuera de los límites de este trabajo el análisis de la modalidad en este tipo de textos. Cfr. Main-gueneau, d., (1980)

Page 59: ÁREA TEMÁTICA Léxico y marcadores de la …exordio.qfb.umich.mx/archivos PDF de trabajo UMSNH/Aphilosofia/2.pdf · ÁREA TEMÁTICA: Léxico y marcadores de la argumentación ¿DE

Actas del Congreso Internacional La Argumentación Léxico y marcadores de la argumentación

232

2. Ante este presente marcado por la economía y por el mercado, sería conveniente que se estudiasen más en profundidad los textos que se escriben en las empresas, que tanto inciden en nuestras vidas, para comprender mejor el modo que tienen de comunicarnos sus mensajes y para aprender mejor cómo res-ponder a ellos.

3. Hemos dicho ya que dejamos de lado los textos de organismos estatales, pero sería importante realizar un trabajo comparativo con las empresas privadas.

4. Además, merecen estudiarse los portales de Internet de las empresas para ver el modo como construyen su imagen institucional.

Existe mucho campo de trabajo para realizar sobre estos textos: las funciones del lenguaje, las estrategias argumentativas, los rasgos de estilo, los elementos léxicos, las formas de pre-sentar al autor y al lector modelo, entre otros.

Para terminar, recordemos las palabras de Ducrot (1984: 168): “Decir que una oración tiene valor argumentativo es lo mismo que decir que se la presenta como debien-do inclinar al destinatario hacia tal o cual tipo de conclusión; por lo tanto, hablar de su valor argumentati-vo equivale a hablar de la continuación que se pretende para ella.”

En los textos empresariales esta continuación queda para el cliente que deberá responder, como señalamos al comienzo, con acciones concretas que afectarán la vida de la empresa o la suya propia.

5. Bibliografía BOSQUE, I. Y DEMONTE, V., (1999), Gramática descriptiva de la lengua española, 3 volúmenes, Madrid, Espasa. BOTTA, M., (1994), Las comunicaciones escritas en la empresa. Cómo dominar la estructura de negocios, Bue-

nos Aires, Granica. CARBONELL, R. Gª, (1998) Nuevas técnicas de la comunicación escrita. Interpersonales, profesionales y de

negocios, Madrid, Edaf. DUCROT, O., (1984), El decir y lo dicho, Buenos Aires, Hachette. FUENTES RODRÍGUEZ, C., (1996), La sintaxis de los relacionantes supraoracionales, Madrid, Cuadernos de la

lengua española, Arco Libros. GARCÍA NEGRONI, M. M. (coord.), STERN, M. Y PÉRGOLA, L., (2001), El arte de escribir bien en español. Ma-

nual de corrección de estilo, Buenos Aires, Edicial. HALLIDAY, M. A. K. Y HASAN, R., (1976), Cohesion in English, London, Longman. KOVACCI, O., (1992), El comentario gramatical, Tomo II, Madrid, Arco Libros. LO CASCIO, V., (1998), Gramática de la argumentación, Madrid, Alianza Universidad. MAINGUENEAU, D., (1980), Introducción a los métodos de análisis del discurso. Problemas y perspectivas, Bue-

nos Aires, Hachette, 1a edición en francés 1976. MANACORDA DE ROSETTI, M. Y AGUIRRE DE MARTÍNEZ, E., (1985), El discurso informativo de grado 0. Enfoque

pragmático, Buenos Aires, Kapelusz. MANACORDA DE ROSETTI, M., GREGORIO DE MAC, M. Y DE MARTÍNEZ, E., (1991), La pragmática. Por qué in-

teresa hoy, Buenos Aires, La Obra. MARTÍN ZORRAQUINO, M. A. Y PORTOLÉS LÁZARO, J., (1999), “Los marcadores del discurso” en Bosque, I. y

Demonte, V., Gramática descriptiva de la lengua española, Volumen 3, Cap. 63, Madrid, Espasa. REALE, A. Y VITALE, A., (1995), La argumentación (Una aproximación retórico- discursiva), Buenos Aires, Ars

Editorial. STUBBS, M., (1998), Discourse Analysis.The sociolinguistic analysis of natural language, Oxford, Blackwell

Publishers, 1ª edición en inglés 1983. SWIDERSKI, L., (1999), “Estrategias de cortesía verbal en las comunicaciones de las empresas a sus clientes”,

ponencia presentada en las 1as. Jornadas de Lingüística “Beatriz Lavandera” organizadas por la Univer-sidad Nacional de Mar del Plata, del 24 al 27 de marzo de 1999.

VAN DIJK, T., (1977), Texto y contexto, Madrid, Cátedra. VAN DIJK, T., (1996), La ciencia del texto, Barcelona, Paidós Comunicación, 1ª edición en holandés 1978.

Page 60: ÁREA TEMÁTICA Léxico y marcadores de la …exordio.qfb.umich.mx/archivos PDF de trabajo UMSNH/Aphilosofia/2.pdf · ÁREA TEMÁTICA: Léxico y marcadores de la argumentación ¿DE

EFICACIA ARGUMENTATIVA DE QUE, “RELATIVO” Y “COMPLETIVO”

Verónica Orellano de Marra

Universidad Nacional de San Juan / Argentina Liliana Berenguer

Universidad Nacional de San Juan / Argentina Adriana Collado Madcur

Universidad Nacional de San Juan / Argentina [email protected] Leonor Marra de Acebedo

Universidad Nacional de San Juan / Argentina

1. Introducción

Considerando que “argumentar” es buscar “fuertes argumentos para demostrar otros no tan fuertes” (Toulmin 1986), la Teoría de la Argumentación abandonó su restrictivo interés por el silogismo clásico, proyectándose al razonar en estrados judiciales. Oswald Ducrot elaboró una teoría de la argumentación como conexión discursiva donde se asume que “el significado de un enunciado contiene una alusión a su eventual continuación.” Muchos conectores (mais, alors, d´ailleurs, entre otros) fueron estudiados por su capacidad argumentativa. En el presen-te trabajo, nos ocupamos del conector español que y rastreamos su funcionamiento argumen-tativo desde este marco. Tanto el llamado que ´relativo´ como el que ´completivo´ establecen vínculos discursivos con la tesis defendida por el autor, de un modo cuya eficiencia evalua-mos por medio de posibles alternancias. En 2. y 3. recordamos el contexto teórico de nuestra búsqueda y presentamos el corpus analizado. En 4. analizamos cualitativamente los factores que pesan en la posible lectura causal o consecutiva de que. En 5. mostramos algunos datos numéricos que apoyan nuestra interpretación y en 6. enunciamos conclusiones. 2. Conexión entre Tesis y Argumentos: el papel de que

La intención argumentativa de los enunciados traduce el deseo del hablante de llevar al oyente a una determinada conclusión (o tesis) acerca de los hechos. Para ello, pone en juego una proposición que considera más fácilmente aceptable por el oyente (el argumento) y cuya relación con la tesis es defendible. Más allá del valor de verdad de las proposiciones aisladas, interesa, entonces, la orientación que asumen tales proposiciones dependiendo del vínculo que el hablante establece entre ellas. Ducrot ha recordado persuasivamente (Ducrot 1980 a y b, 1984) el papel de las conexiones entre enunciados como una sólida columna en que se sostie-ne la fuerza de la argumentación. Entre esas conexiones, emerge la importancia de los conec-tores de causa-consecuencia, inherentes a cualquier forma de razonamiento que dice: “Si aceptas a, seguramente deberás aceptar b”.

Este trabajo se inscribe en un proyecto mayor que investiga el valor discursivo del conector que, en el marco de la hipótesis de Lavandera (1971) acerca de la comunidad de este signo lingüístico: en vez de preguntarnos sobre los diferentes comportamientos de que “relativo” versus “completivo”, nos interesamos por su papel común de jerarquizador de información entre proposiciones. En un trabajo anterior (Orellano 2001) se han destacado parámetros dis-cursivos que ayudan a caracterizar a que como el más neutral de los conectores no sólo del español sino de otras lenguas romances. En ese contexto analítico, nos resultó muy curioso

Page 61: ÁREA TEMÁTICA Léxico y marcadores de la …exordio.qfb.umich.mx/archivos PDF de trabajo UMSNH/Aphilosofia/2.pdf · ÁREA TEMÁTICA: Léxico y marcadores de la argumentación ¿DE

Actas del Congreso Internacional La Argumentación Léxico y marcadores de la argumentación

234

relevar casos en que el conector que admite una lectura causal o consecutiva, y sirve particu-larmente a los fines del discurso argumentativo. Ejemplos como:

(1) “Yo argentino”. Me borro. No tengo nada que ver. Ponciopilatismo militante QUE hace lo mismo que desprecia de los políticos: no se hace cargo de nada. [Ponciopilatismo]1

(2) Ahí, Singh les cortó en seco. Con clase, pero contundente, les dijo que él no hablaba de política, QUE no era analista político sino un técnico económico y QUE sólo hablaba de lo que conocía. [El indio]

permiten leer a que con valor de porque, del modo siguiente: (1´) Ponciopilatismo militante, PORQUE hace lo mismo que desprecia [...]

(2´) [...] no hablaba de política, PORQUE no era analista político [...] y PORQUE sólo hablaba [...]

Y ello, desde luego, no es lo común en los comportamientos de que: (1) Con la clave “chistes argentinos” se puede acceder a un promedio de 17 mil entradas por buscador, QUE tiene de diez a cincuenta chistes por página. [Argentinos]

(2) Algunos radicales sostienen QUE tienen las ideas pero no el poder para gobernar... [Tiempo]

Nos interesó, entonces, saber qué propiedades tiene el contexto que admite lectura causal y consecutiva de que, y qué diferencias de mensaje produce la alternancia2. Como cambio gene-ral advertimos que la presencia de porque conduce a focalizar un elemento anterior del dis-curso, llevando la atención hacia el vínculo que sostiene la nueva información proposicional con algún segmento de la anterior. Se cumple, entonces, lo afirmado por Borzi 1997, acerca de que las causales con porque (tanto las de causa lógica como las de causa real) tienden a mostrar información nueva focalizada en función de argumento para una conclusión y al estar pospuestas (es decir que el orden de los hechos no es icónico con el orden de las cláusulas) tiende a prestarse a una relación sintáctica de subordinación retórica.

3. Los discursos sobre la crisis Abordamos el análisis en textos mediáticos (prensa escrita, radial y televisiva) que tratan la

actual crisis socioeconómica y política argentina, privilegiando los que tienen propuestas con-cretas de superación por sobre los que hacen meramente crítica. En este caso, se analizan seis ejemplos de prensa escrita publicados entre enero y mayo de 2002.

En el texto titulado “Ponciopilatismo”, Alfredo Leuco analiza la queja expresada por el movimiento de las cacerolas, como un reclamo interesado típico en la clase media argentina, que siempre se lavó las manos de sus responsabilidades públicas. Invita a asumirlas, en la

1 Los textos estudiados son seis: [Ponciopilatismo] “Ponciopilatismo” - Alfredo Leuco. Revista Noticias, 19/01/02. [Argentinos] “Ese deseo de ser argentinos” - María Seoane. Clarín, 17/05/2002. [Pañuelo] “Del pañuelo a la cacerola” - Norma Morandini. Clarín, 10/03/02. [Tiempo] “Por qué se acaba el tiempo” - Héctor Timerman. Revista Noticias, 04/05/02. [El indio] “Un mano a mano con el indio” - Elizabeth Pérez. Diario de Cuyo, 13/04/02. [Remiendos] “La vuelta de los remiendos” – Paulina Roitman. Diario de Cuyo, 31/03/02. 2 Desde el form-content analysis, todo cambio de un signo produce diferencias de perspectiva en los mensajes resultantes (García 1975).

Page 62: ÁREA TEMÁTICA Léxico y marcadores de la …exordio.qfb.umich.mx/archivos PDF de trabajo UMSNH/Aphilosofia/2.pdf · ÁREA TEMÁTICA: Léxico y marcadores de la argumentación ¿DE

Verónica Orellano de Marra et al. Eficacia argumentativa de que, “relativo” y “completivo”

235

conciencia de que “la democracia se construye con mejores políticos pero fundamentalmente con mejores ciudadanos”.

En “Del pañuelo a la cacerola”, Norma Morandini destaca que hombres y mujeres se en-contraron en el espacio público, superando viejas divisiones de roles en cuanto a género, y asumiendo, tardíamente, un proceso ya dado en Europa y Estados Unidos.

Héctor Timerman sostiene, en “Por qué se acaba el tiempo”, que las elecciones deben ade-lantarse para que el espacio público esté dirigido por gobernantes dignos.

María Seoane, en “Ese deseo de ser argentinos”, aspira a que los argentinos respeten sus propias fórmulas para construir lo público, como lo hicieron para lograr ser “la sociedad más armónica y culta de Latinoamérica durante el siglo XX”. Considera que seguir recetas externas ha sido nocivo para el país, que hoy se analiza escandalizadamente desde el exterior, por di-versas miradas exentas de autocrítica.

En “Un mano a mano con el indio”, Elizabeth Pérez relata la entrevista que diversos sena-dores tuvieron con Anoop Singh, representante del FMI para el caso argentino. El técnico eva-lúa fríamente la crisis argentina, y lo hace restringiéndose a los términos económicos, que son su especialidad. Evita, entonces, tomar partido acerca de las consecuencias político-sociales que la crisis puede tener, no sólo para el país, sino para todo el continente.

Paulina Rotman, en “La vuelta de los remiendos” revisa oficios vinculados a distintas for-mas de reciclado, que volvieron con la devaluación. Reparaciones de electrodomésticos, col-chonería, zapatería, entre otros, renacen con la crisis, después de los años de convertibilidad y de importación de bienes desde los más diversos lugares del mundo.

4. El conector que con valor causal: factores 4.1. Una diferencia de especificidad

Uno de los factores, a cuya luz creemos que podemos observar nuestros datos, es el carác-ter específico vs. no específico del sustantivo, con el que está asociada la proposición encabe-zada con que y alternante con porque. Observamos los siguientes ejemplos:

(1) Otro interrogante que surgió a partir del debate “elecciones ya”, es por qué los gober-nantes no forzaron el llamado a elecciones junto con la renuncia de Jorge Remes Lenicov. Trataron. Si bien más por codicia que por patriotismo chocaron con un presidente QUE les contestó con más fuerza que elegancia. [Tiempo]

(6) Luis Barrionuevo y la CGT de Rodolfo Daer forman el último bastión de un proyecto QUE no incluye a nadie más. [Tiempo]

En estos ejemplos, vemos que el argumento está subordinado a la oración principal, y codi-ficado en forma de proposición incluida relativa. Si el sustantivo se encuentra acompañado por un adjetivo inespecífico, es precisamente la relativa la que otorga especificidad al sintag-ma. Al intentar la paráfrasis con su alternante potencial porque, observamos que el principio de coherencia nos ‘pide’ un adjetivo específico. El cambio con porque nos obliga a completar la primera proposición especificando el SN con el cambio de artículo:

(5’) Chocaron con el presidente, PORQUE les contestó con más fuerza que elegancia.

(6’) [...] forman el último bastión del proyecto, PORQUE no incluye a nadie más.

De este modo, advertimos el corte entre las informaciones aportadas por ambas proposi-ciones, que ganan en independencia y notoriedad propias. ¿Qué particularidad relacionada con fenómenos referenciales provoca esta necesidad? Si pensamos en este recurso en términos de

Page 63: ÁREA TEMÁTICA Léxico y marcadores de la …exordio.qfb.umich.mx/archivos PDF de trabajo UMSNH/Aphilosofia/2.pdf · ÁREA TEMÁTICA: Léxico y marcadores de la argumentación ¿DE

Actas del Congreso Internacional La Argumentación Léxico y marcadores de la argumentación

236

figura-fondo, percibimos que la presencia del conector causal explicita la conexión –y ‘nos’ indica cómo debe ser entendida una idea con respecto a la otra. Debe completarse la predica-ción de la principal y para lograrlo completamente necesita de otras estrategias lingüísticas que le ayuden a poner de relieve su carácter de específico e identificado (Du Bois, 1980). Con la proposición completa, el porque focaliza algún elemento de ella (en (5´) la predicación cho-caron, en (6´) el OD, último bastión).

Por el contrario, la codificación a través de las relativas ‘disimula’ la conexión causal, lo cual permite que la estrategia argumentativa sea más sutil e imperceptible. Por lo tanto, sería más eficaz. Ayuda a ese enmascaramiento la colocación de atributos inespecíficos que exigen completar “hacia delante” su referencia.

4.2. Una actitud metadiscursiva Si, en cambio, la relativa pertenece al tipo explicativo (Kovacci 1990), es decir, que ya

cuenta con pausa y no restringe la cantidad de miembros del conjunto referido en la principal, los efectos son distintos:

(7) ¿Quién habrá rogado a los milicos que nos sacaran de encima a Isabelita, QUE nos estaba atosigando de irracionalidad? [Ponciopilatismo]

(8) [la mayoría de los políticos quiere elecciones] Todos menos los radicales, QUE temen perder hasta la sombra de Yrigoyen. [Tiempo]

(9) Ojo con el infantilismo utópico, QUE es otra forma de frivolidad. [Ponciopilatismo]

Su posible paráfrasis: (7´) ¿Quién habrá rogado a los milicos que nos sacaran de encima a Isabelita, PORQUE nos es-taba atosigado de irracionalidad?

(8´) Todos menos los radicales, PORQUE temen perder hasta la sombra de Yrigoyen.

(9´) Ojo con el infantilismo utópico, PORQUE es otra forma de frivolidad.

En estos tres últimos ejemplos, lo que parece focalizarse en la paráfrasis con porque es una actitud metadiscursiva, que argumenta más primariamente desde el sujeto de la enunciación: “digo ‘ojo’ porque...”. Nuevamente, el cambio de foco provoca una interesante inversión del punto de vista, emergiendo en el discurso como figura un elemento que, en el caso del uso original con cláusula relativa, aparece como fondo de otros argumentos, es decir, como un atributo del personaje o del fenómeno aludido.

4.3. Detención o avance discursivo En [El indio] el conector que encabeza cláusulas completivas con el valor de cita en estilo

indirecto: (10) Después, luego de agradecer la visita de los legisladores –les dijo que era un honor recibir-los– respondió la pregunta acerca de su pensamiento del país. Durante unos 10 minutos dijo que la crisis argentina era inédita, una de las más complicadas que le había tocado vivir. Que el FMI no hace exigencias de ningún tipo, QUE es un organismo donde los países son los dueños, algunos tienen más y otros tienen menos, y QUE el organismo está cuando lo llaman.

El enunciador es en este caso el funcionario del FMI, conocido por los argentinos como ‘el indio’. A él se atribuye un extenso discurso acerca de la crisis económica argentina y el rol del Fondo Monetario. La cita indirecta se organiza en cuatro cláusulas de las cuales destacamos las dos últimas por tratarse de contextos que admitirían porque en lugar de que. Como puede

Page 64: ÁREA TEMÁTICA Léxico y marcadores de la …exordio.qfb.umich.mx/archivos PDF de trabajo UMSNH/Aphilosofia/2.pdf · ÁREA TEMÁTICA: Léxico y marcadores de la argumentación ¿DE

Verónica Orellano de Marra et al. Eficacia argumentativa de que, “relativo” y “completivo”

237

verse, las cláusulas presentan argumentos que fundamentan la aseveración anterior: el FMI no hace exigencias de ningún tipo. ¿En qué cambiaría el texto si en lugar de que se hubiera usado porque? Sin duda, se marcaría más explícitamente la vinculación lógica entre las tres últimas cláusulas; particularmente se focalizaría sobre la negativa anterior: El FMI no hace exigencias, que se yergue dialógicamente sobre la afirmación positiva en el mismo sentido, plenamente vigente en los discursos sociales sobre el organismo. Al explicitar la relación, se expone a la respuesta, a la crítica o a la discusión. En cambio, el uso original del autor (que) propicia la presentación acumulativa del contenido, la simplicidad del vínculo, y la equivalencia de las informaciones, estructuralmente al mismo nivel (OD de dijo). En ese sentido, todas las afir-maciones se cargan del valor de constataciones aparentemente independientes y no dadas con propósito argumentativo. Por tanto, son menos discutibles y contestables. Un tono de seguri-dad o de rápida aseveración de algo obvio caracteriza esos paralelismos.

Otro ejemplo. Así comienza el texto de Leuco: (11) Un plazo fijo tira más que una yunta de bueyes.

Está claro QUE una parte de la clase media que se levantó en ollas con toda legitimidad cree que ser un ahorrista estafado es más importante que ser un ciudadano sin futuro. Está claro QUE una parte de los caceroleros tiene como único objetivo recuperar sus dólares confiscados, y QUE antes y después de eso, no tiene otro tipo de interés sobre el destino de nuestros hijos en esta tierra. [Ponciopilatismo]

Los tres casos destacados en el fragmento anterior presentan una estructura sintáctica equi-valente “Está claro que X”, donde X, el sujeto, es un argumento de la tesis expuesta en el pri-mer enunciado del texto. Notamos que las tres cláusulas señaladas particularizan, mediante ejemplos, la tesis inicial, formulada sintéticamente como parodia de un dicho popular, y ade-más, admiten la alternancia de que con porque. Sin embargo, el uso plausible de porque indu-ciría a un rumbo hacia atrás en la lectura, a fin de recuperar la afirmación de la cual es argu-mento la cláusula que sigue (Un plazo fijo tira más que...). En cambio, la presencia de que impulsa el rumbo hacia adelante, sumando ideas aparentemente distintas a la tesis, cuando en realidad la explican y ejemplifican.

Casos similares de alternancia que/porque en cláusulas completivas se registraron en el texto [Remiendos]:

(12) De todos modos, al hacer este tipo de trabajos artesanales el cliente se puede ahorrar hasta un 60 %. Es QUE los costos de un colchón nuevo aumentaron al doble.

Aquí la conmutación por porque requeriría reponer un sujeto que recupere el contenido del enunciado precedente: ‘Esto es porque’. En este contexto notamos cómo el conector que con-tribuye a que la información se incorpore ágilmente –con connotaciones de intervención oral– al discurso. Siendo por todos conocido el aumento de los precios, no es necesario destacarlo como causa del reciclado.

En los tres autores, las alternancias de que completivo a porque provocan un movimiento similar, de recuperación de información anterior, detención en el razonamiento y, por tanto, mayor exposición del hablante a que sus argumentos sean objetados y contestados. Por el con-trario el vínculo –más neutral– que produce que estrecha la relación del argumento con su tesis, dado que lo presenta como una propiedad de los objetos o de las situaciones. Su explo-tación argumentativa resulta más soterrada y sutil, porque invita al lector a continuar con la lectura de nuevas informaciones inherentes a los hechos.

Precisamente por esto, no admiten lectura causal los siguientes ejemplos:

Page 65: ÁREA TEMÁTICA Léxico y marcadores de la …exordio.qfb.umich.mx/archivos PDF de trabajo UMSNH/Aphilosofia/2.pdf · ÁREA TEMÁTICA: Léxico y marcadores de la argumentación ¿DE

Actas del Congreso Internacional La Argumentación Léxico y marcadores de la argumentación

238

(13) Ni siquiera se trata de hablar de la tragedia social QUE implicaría achicarse hasta tener un 90 por ciento de pobres. [Argentinos]

(14) ¿Alguien se imagina a Paul O’Neill aceptando negociar con un ministro QUE debe rendir cuentas a Barrionuevo? [Tiempo]

(15) En el peronismo creen que tienen ambos atributos, pero las peleas internas impiden la lle-gada de un dirigente QUE ordene a los caudillos provinciales e imponga su mayoría electoral. [Tiempo]

La proyección hacia delante, que expresan las modalidades de los tres ejemplos (condicio-nal, deóntica-obligatoria y desiderativa), se vuelve incompatible con la lectura causal de que.

5. Coherencia discursiva Sobre un total de 131 cláusulas conectadas con que, separamos las que admiten lectura

causal de las que no la admiten, y discriminamos su presencia diferencial en dos grupos de textos. El primer grupo ([Ponciopilatismo], [Argentinos] y [Tiempo]) resulta discursivamente marcado por la acumulación de datos referidos a hechos, personajes y opiniones, que se su-perponen rápida y a veces elípticamente, en oraciones unimembres del tipo:

(16) (Principio de párrafo) Tontos que intentan, en estos tiempos, dar lecciones de cómo deberí-an ser y qué deberían hacer “estos argentinos”. [Argentinos]

(17) Todos menos Duhalde, quien ya es presidente. [Tiempo]

O que deben completarse cohesivamente con informaciones de la oración anterior, evitando al máximo la reiteración, como:

(18) [chistes sobre argentinos] Los hay hechos por chilenos, mexicanos, españoles, venezolanos y peruanos. [Argentinos]

Por tanto, este primer grupo se caracteriza por el abigarrado conjunto de informaciones que se presentan al lector sin solución de continuidad y exigiendo un grado máximo de coopera-ción en el comportamiento inferencial. Calificamos como “+ Densos” a este primer grupo.

El segundo grupo de textos ([Pañuelo], [El indio] y [Remiendos]) no participa de estos ras-gos y es de lectura normal. Particularmente, [El indio] contiene fragmentos descriptivos que detienen (Genette 1989) el relato de la entrevista, desarrollada paso a paso en todos sus deta-lles, aun marginales como:

(19) Fue un desayuno –con café y masitas finas de por medio– en un elegante salón del Sheraton, el cinco estrellas donde se hospeda el enviado del FMI.

Según nuestra hipótesis, es en el primer grupo de textos donde esperamos la concentración mayor de que con valor causal, es decir, aquellos casos que evitan el detenimiento típico del conector porque. Los resultados, como siguen:

QUE alternante con PORQUE

QUE no alternante

% QUE alternantes

Textos “+Densos” 15 45 25 Textos “-Densos” 10 61 14

Or: 2,03

TABLA: QUE CON LECTURA CAUSAL EN DOS GRUPOS DE TEXTOS: “+ DENSOS” VERSUS “- DENSOS”

Page 66: ÁREA TEMÁTICA Léxico y marcadores de la …exordio.qfb.umich.mx/archivos PDF de trabajo UMSNH/Aphilosofia/2.pdf · ÁREA TEMÁTICA: Léxico y marcadores de la argumentación ¿DE

Verónica Orellano de Marra et al. Eficacia argumentativa de que, “relativo” y “completivo”

239

Como esperábamos, en los textos “+ Densos” encontramos más uso de que reemplazando a porque, con sus efectos discursivos de proyección “hacia adelante” en la interpretación. Preci-samente, en esos textos no encontramos la partícula causal porque utilizada en ningún caso. Por el contrario, en el segundo grupo de textos al que llamamos “- Densos” existen ocho ocu-rrencias de ese conector causal. El mayor detenimiento de la lectura es compatible con el uso del conector extenso y no con su reemplazo del más elíptico que. 6. Conclusiones

Los mensajes que construimos resultan de la conjunción del valor de los signos, y del con-texto en que son usados. Aquí el tipo textual argumentativo ha permitido observar un uso de que compatible con su carácter de conector “neutral” en español. La lectura causal o consecu-tiva de ocurrencias de que, tanto “relativos” como “completivos”, nos permite validar un nue-vo aspecto del “polimorfismo sintáctico” que los autores reconocen a este signo de nuestra lengua. Esta lectura causal-consecutiva produce, a semejanza de porque o de así que, una cierta detención en el discurrir del autor, volviendo la mirada hacia algún elemento de la tesis expuesta anteriormente.

Podemos preguntarnos: ¿por qué razón no se usan en estos casos los conectores causales típicos que producirían de un modo explícito el mismo efecto? Precisamente, porque esa ex-plicitud debilitaría el efecto, al notarse demasiado la voz del autor en su enunciación. Aquí es el lector el que debe leer un porque donde hay simplemente un que. A su vez, el dinamismo del fluir de la información no se detiene, cosa que ocurriría relativamente más con un porque explícito. Por el contrario, el conector que presenta al argumento como un atributo, propiedad o afirmaciones del personaje o hecho que forma parte de la tesis. En ese sentido, produce una mayor intimidad del vínculo entre tesis y argumento, que se vuelve sutilmente persuasivo. 7. Bibliografía BARTHES, R. (1997) La aventura semiológica. Paidós, Buenos Aires BORZI, C. (1997) Construcciones causales. FFyL. UBA, Bs. As. DU BOIS, J. (1980) “Beyond Definiteness: The trace of Identity in Discourse” pp 203-274 En Chafe (Ed.) The pear

stories: cognitive, cultural and linguistic aspects of narrative productions. Norwood, NJ: Ablex. DUCROT, O (1980b) Les échelles argumentatives. Minuit, Paris. DUCROT, O (1984) El decir y lo dicho. Hachette, Buenos Aires. DUCROT, O (1988) “Topoi argumentativos” en Lenguaje en contexto 1-2: 63-84. DUCROT, O. (1980a) Dire et ne pas dire. Hermann, Paris. DUCROT, O. et alia (1980) Les mots du discours. Minuit, Paris. GARCÍA, E. (1975) The role of theory in linguistic analysis: The spanish pronoun system. Amsterdam, North

Holland. GENETTE, G. (1989) Figuras III. Lumen, Barcelona. KOVACCI, O. (l990), El Comentario gramatical I, Arco Libros, Madrid ORELLANO, V. (2001) “Mirar a que como prototipo sintáctic”o. VI Congreso Nacional de Hispanistas. UNSJ. TOULMIN, ST. (1986) The uses of argument. Cambridge UP, London.

Page 67: ÁREA TEMÁTICA Léxico y marcadores de la …exordio.qfb.umich.mx/archivos PDF de trabajo UMSNH/Aphilosofia/2.pdf · ÁREA TEMÁTICA: Léxico y marcadores de la argumentación ¿DE

EL MARCADOR EH EN BUENOS AIRES O CÓMO CONFIRMAMOS LOS PORTEÑOS

Silvia Ramírez Gelbes Universidad de Buenos Aires / Argentina

[email protected] 1. Introducción: la partícula eh como interjección y como marcador de discurso

En las gramáticas tradicionales, la partícula eh aparece tratada como interjección, palabra invariable con que expresamos afectos o impresiones súbitas del alma (alegría, tristeza, enojo, impaciencia, etc.)1. Las interjecciones pueden ser propias e impropias, sencillas y dobles y modos interjectivos. Dentro de esta clasificación, la partícula eh es una interjección sencilla propia, dado que sólo desempeña el “oficio” que la define.

En las gramáticas más modernas, sin embargo, las partículas como eh han recibido un tra-tamiento más interesado y una diversidad de denominaciones: conectores, enlaces, regulado-res o marcadores, por dar solo algunos ejemplos. Concretamente, la Gramática Descriptiva de la Lengua Española (1999) elige incluirla entre los marcadores de discurso. Siguiendo esta gramática, los marcadores de discurso son unidades lingüísticas invariables que no ejercen una función sintáctica dentro de la oración –son elementos marginales– y su objetivo es guiar las inferencias necesarias para que el mensaje sea comprendido.

Los marcadores del discurso pueden dividirse en dos grandes grupos: los que relacionan dos o más miembros del discurso y aquellos cuyo significado sólo afecta a un miembro (en este grupo se circunscribe la partícula eh). Y la clasificación que proponen Zorraquino y Por-tolés (autores de este capítulo de la Gramática que nos ocupa) ordena los marcadores en cinco clases:

los estructuradores de la información, que sirven para señalar la organización informativa de los discursos,

los conectores, que vinculan un miembro del discurso con otro, los reformuladores, que presentan el miembro del discurso en el que se encuentran como

una expresión más adecuada de lo que se quiere decir que otro miembro precedente, los operadores argumentativos, que condicionan por su significado las posibilidades ar-

gumentativas del miembro en el que se incluyen y los marcadores conversacionales, que incluyen las partículas discursivas más frecuentes en

la conversación. Esta última clase, que es la que nos interesa porque comprende a la partícula eh, se subdi-

vide, a su vez, en cuatro grupos: a. los metadiscursivos conversacionales sirven para estructurar la conversación (ya sea en blo-

ques informativos o para organizar los turnos de palabra), b. los marcadores de modalidad deóntica indican diversas actitudes volitivas del hablante res-

pecto del miembro o miembros del discurso en los que aparecen, y piden, en muchos casos, la confirmación o aprobación del interlocutor2,

c. los enfocadores de alteridad orientan sobre la forma como el hablante se sitúa en relación con su interlocutor en esa interacción y

d. los marcadores de modalidad epistémica señalan el grado de certeza, de evidencia, etc., que el hablante atribuye al miembro, o miembros del discurso, con los que se vincula la partícula.

1 Ragucci, 1956. 2 La itálica es un agregado nuestro, no aparece en la exposición de la Gramática.

Page 68: ÁREA TEMÁTICA Léxico y marcadores de la …exordio.qfb.umich.mx/archivos PDF de trabajo UMSNH/Aphilosofia/2.pdf · ÁREA TEMÁTICA: Léxico y marcadores de la argumentación ¿DE

Silvia Ramírez Gelbes El marcador eh en Buenos Aires o cómo confirmamos los porteños

241

Para cada uno de los subgrupos mencionados, tenemos ejemplos de partícula eh que se dis-tinguen no sólo por su función sino, sobre todo, por la entonación que les es característica3:

a. JOSÉ: –Bueno, cien no creo, eeh, pero tiene razón, eeh, por ahí, eeh, somos más.4

En esta emisión, como se ve, la partícula eh es un metadiscursivo conversacional que cola-bora en la estructuración discursiva, permitiendo al hablante organizar su pensamiento y pro-ducir su discurso. La entonación resulta llana y la vocal aparece generalmente alargada.

b. OLEGARIO: -Lo habías notao, ¿eh? 5

Aquí, la partícula eh es un marcador de modalidad deóntica porque el hablante busca con-firmar lo que acaba de decir, pide la aprobación del interlocutor que efectivamente podría responder “Sí” o “No”. La entonación es interrogativa.

c. JUANCHO: -Alcanzame esos papeles. ¡Eh! ¡Pupi! 6

La partícula eh es en este caso un enfocador de alteridad y se instaura con un valor clara-mente deíctico, exigiendo la atención del interlocutor. La entonación es enfática y la partícula aparece delimitada –es decir, precedida y seguida– por pausas largas y muy marcadas.

d. PADRE: -¡Claro! La señorita quería estudiar dibujo. ¡Dibujo! Y ¿qué vas a hacer con dibujo, se puede saber? Morirte de hambre, ser una carga para nosotros. No te-nés cabeza, vos. Y andá sabiéndolo, ¡eh! Perito mercantil o nada, ¿me entendés?, o nada.7

En este último caso, la partícula eh funciona como marcador de modalidad epistémica, ya que propende a una orientación en la interpretación de que lo dicho por el hablante con segu-ridad y con firmeza, quiere decirlo, quiere que quede claro que lo dice. La entonación no es interrogativa, pero sí enfática y ascendente y está precedida por una pausa más breve y segui-da por una pausa más larga y marcada.

Precisamente, este último es el uso del que intentamos ocuparnos en esta ocasión: el caso en que la partícula eh aparece sólo en posición final –es decir, con una pausa marcada que la limita a su término–, con influencia sobre el sintagma que la precede y una entonación ascen-dente y enfática, pero no interrogativa8.

3 Aunque esta clasificación es provista por la Gramática, no ocurre lo mismo con los usos de eh que nosotros consideramos. Es por esa razón que preferimos proponer ejemplos legitimados desde la literatura y no simplemente los que nos ofrece nues-tro conocimiento de hablantes nativos. Nótese que todos los casos son tomados de obras de teatro de autores rioplatenses. 4 Adaptación de Bortnik, A. Papá querido, en Teatro breve contemporáneo argentino. Buenos Aires, Colihue, 1984. 5 Sánchez, F. M’hijo el dotor. Buenos Aires, Colihue, 1997. 6 Halac, R. Tentempié I, en Teatro breve contemporáneo argentino. Buenos Aires, Colihue, 1984. 7 Gené, J.C. La oportunidad. Guión para el programa televisivo “Cosa juzgada”. 8 De acuerdo con la Gramática de Bosque (1999), todos los marcadores de discurso comparten algunas características o propiedades gramaticales: a. son unidades lingüísticas invariables b. tienden a ser inmóviles posicionalmente c. se encuentran limitados como incisos por la entonación d. no pueden recibir especificadores ni adyacentes e. no se coordinan entre sí f. no pueden ser negados g. no pueden ocupar por sí solos un turno de palabra Si analizamos, bajo esta luz, el uso de eh que nos ocupa, comprendemos rápidamente que, incluso desde el punto de vista de las propiedades, no quedan dudas acerca de su inclusión dentro de los marcadores del discurso: a. son unidades lingüísticas invariables La partícula eh no varía, sea precedida por el sintagma que la precediera: • Buena, eh.

Page 69: ÁREA TEMÁTICA Léxico y marcadores de la …exordio.qfb.umich.mx/archivos PDF de trabajo UMSNH/Aphilosofia/2.pdf · ÁREA TEMÁTICA: Léxico y marcadores de la argumentación ¿DE

Actas del Congreso Internacional La Argumentación Léxico y marcadores de la argumentación

242

En su exhaustivo trabajo sobre la interjección eh, Blas Arroyo (1995) propone una clasifi-cación de su uso organizada sobre las tres dimensiones establecidas por Vion9: la dimensión ideal o informativa, la dimensión inter.-enunciativa y la dimensión discursiva. La primera –informativa– corresponde a los casos en que eh solicita la intervención del interlocutor y pre-senta una entonación interrogativa. La segunda –inter-enunciativa– implica “todos los fenó-menos discursivos que tienen una relación prioritaria con la construcción de la relación entre los interlocutores y entre estos y lo expresado por sus enunciados”10. La tercera –discursiva– tiene que ver con las estrategias dirigidas a orientar el discurso en la configuración de distin-tos tipos de texto, es decir, en la formulación de repeticiones, interpelaciones, modulaciones, etc.

Como queda claro, el uso de eh que tratamos en el presente trabajo es el que queda com-prendido, en términos generales, en el segundo tipo previsto por Blas, es decir, el correspon-diente a la dimensión inter-enunciativa.

Ocupando siempre la posición final, este eh –dice Blas Arroyo– comporta significados ex-presivos que van desde estrategias que buscan obtener la cooperación hasta otras que impul-san la oposición discursiva. Es decir, promueve la participación de los coenunciadores en la construcción de un espacio interactivo complejo en tanto “se convierte en una verdadera mar-ca de complicidad interaccional”11.

Pero, sea como fuere, la pregunta central que describe nuestro problema –el valor argu-mentativo de eh como marcador de modalidad epistémica– es:

¿En que se diferencian dos enunciados básicamente similares como “Gracias” y “Gracias, eh”?

En los próximos parágrafos, ensayaremos algunas de las respuestas posibles.

2. La partícula eh en la Teoría de la Argumentación 2.1. El locutor

Tal como propone la Teoría de la Argumentación, no es dado hablar de una identificación entre el sujeto hablante, ser de carne y hueso, y el locutor, algo así como una ficción discursi-va; como tampoco es dado hablar de una identificación entre el autor y el narrador (Ducrot

• Una casa, eh. • De nuevo, eh. • Volvé temprano, eh. b. tienden a ser inmóviles posicionalmente *Eh, volvé temprano. La partícula eh solo puede aparecer en posición final de sintagma. c. se encuentran limitados como incisos por la entonación La partícula eh aparece siempre entre pausas –representadas en la escritura, normalmente, por una coma antes de la partícula y un punto inmediatamente después–, con incidencia sobre el sintagma que la precede, y una entonación ascendente no inter-rogativa. d. no pueden recibir especificadores ni adyacentes *Gracias, eh con todo. e. no se coordinan entre sí *Gracias, eh y bueno. f. no pueden ser negados *Volvé temprano, no eh sino bueno. g. no pueden ocupar por sí solos un turno de palabra –Bueno. –*Eh. 9 Citado por Blas Arroyo, 1995. 10 Blas Arroyo, 1995. 11 Blas Arroyo, 1995.

Page 70: ÁREA TEMÁTICA Léxico y marcadores de la …exordio.qfb.umich.mx/archivos PDF de trabajo UMSNH/Aphilosofia/2.pdf · ÁREA TEMÁTICA: Léxico y marcadores de la argumentación ¿DE

Silvia Ramírez Gelbes El marcador eh en Buenos Aires o cómo confirmamos los porteños

243

también usa el ejemplo del dramaturgo y los actores): aun cuando muchas de las manifesta-ciones de los personajes puedan patentizar las propias representaciones mentales del autor, debe quedar claro que la voz que aparece en el texto narrativo es la de un personaje más, un personaje al que llamamos narrador y que, incluso, puede llevar el nombre del autor, pero no debe nunca confundirse con él. Del mismo modo, decíamos, las voces que aparecen en el dis-curso no han de atribuirse al sujeto hablante (ser empírico) sino, más bien, al locutor (ser del discurso).

Pero debe hacerse todavía otra discriminación. El propio locutor ha de describirse como una entidad que encarna dos nociones de manera simultánea: el “locutor como tal” y el “locu-tor como ser en el mundo” (al que Ducrot designa con la letra griega lambda). El “locutor como tal” es el responsable de la enunciación y su carácter reside exclusivamente en esta con-dición de serlo. El “locutor como ser en el mundo”, por su parte, es una persona completa –dentro, aun así, de la “ficción discursiva”–, que entre otras muchas propiedades tiene la de ser el origen del enunciado, es decir, que incluye en sí la existencia del “locutor como tal”.

Considerada desde esta perspectiva, una frase como “Gracias, eh” pone en juego tanto al “locutor como tal” cuanto al “locutor como ser en el mundo”.

“Gracias” puede atribuírsele al “locutor como ser en el mundo”, quien tiene la propiedad de producir los enunciados pero, además, de realizar los intercambios con sus interlocutores expresando que los realiza, verbalizando (como en este caso) su agradecimiento. Claro que todo esto se repetiría, con otros contenidos, si eligiéramos la misma frase pero en sentido iró-nico, “Gracias, eh” (sobre la que volveremos más adelante) en la que el “locutor como ser en el mundo” expresa una ironía, o si propusiéramos cualquier otro enunciado, por ejemplo “Y andá sabiéndolo, eh”, donde el “locutor como ser en el mundo” se manifiesta como entidad que tiene el poder para expresar una amenaza.

Por su parte, “eh” debe atribuírsele al locutor como tal, el locutor considerado en su com-promiso enunciativo. Dice Ducrot (1986):

...el sentimiento, en el caso de los enunciados declarativos, aparece como exterior a la enunciación, como un objeto de la enunciación, mientras que las interjecciones sitúan el sentimiento en la enunciación mis-ma, pues esta se presenta como el efecto inmediato del sentimiento que expresa. Postularé pues que en una interjección el ser a quien se atribuye el sentimiento es el “locutor como tal”, el locutor considerado en su compromiso enunciativo.

Más aún, desde Aristóteles se ha propuesto que uno de los secretos del orador consiste en brindar una imagen favorable de sí mismo para persuadir al destinatario, para conseguir el objetivo de modificar sus representaciones, sus creencias o sus comportamientos. Al modo de la imagen o face que presentaron Brown y Levinson (1978), el orador conforma la representa-ción que genera en el destinatario a través de su discurso. Y es por eso que utiliza estrategias que lo muestran como sincero, confiable, amigable a veces o firme otras, pero siempre com-prometido con su discurso. Este orador es el “locutor como tal” y no quedan dudas de que el uso de eh propende a construir esa imagen de la que hablamos, como si el marcador dejara esa imagen desnuda, sin la intermediación de la palabra.

Dicho de otro modo, la voz inmediata del “locutor como tal” –que se verifica en la presen-cia del marcador eh– confirma el acto ilocutivo performado por el “locutor como ser en el mundo”. Si el “locutor como ser en el mundo” cumple el acto de habla de agradecimiento, el “locutor como tal”, por medio de eh, confirma que el “locutor como ser en el mundo” agrade-ce; si el “locutor como ser en el mundo” cumple el acto de habla de la ironía, el “locutor como tal”, por medio de eh, confirma que el “locutor como ser en el mundo” ironiza; si el “locutor como ser en el mundo” cumple el acto de habla de amenaza, el “locutor como tal” confirma que el “locutor como ser en el mundo” está amenazando.

Page 71: ÁREA TEMÁTICA Léxico y marcadores de la …exordio.qfb.umich.mx/archivos PDF de trabajo UMSNH/Aphilosofia/2.pdf · ÁREA TEMÁTICA: Léxico y marcadores de la argumentación ¿DE

Actas del Congreso Internacional La Argumentación Léxico y marcadores de la argumentación

244

2.2. Los enunciadores La presencia de dos entidades discursivas diferenciadas, el “locutor como tal” y el “locutor

como ser en el mundo”, ha de ser vista como una primera forma de polifonía o multiplicación de voces.

Debe aceptarse, sin embargo, la presencia de otras voces en el discurso que puede atribuir-se al locutor: los enunciadores. Dice Ducrot (1986):

Llamo “enunciadores” a esos seres que supuestamente se expresan a través de la enunciación sin que por ello se les atribuyan palabras precisas; si ellos “hablan” es solo en el sentido de que la enunciación apare-ce como si expresara su punto de vista, su posición, su actitud, pero no, en el sentido material del término, sus manifestaciones concretas.

A la manera en que, en su discurso, un emisor expone –explícitamente– “Otros dicen que...” o bien “Se podría afirmar que...”, las voces de otros se entremezclan en el discurso del locutor sin expresarse abiertamente, sin declarar autoría. Y son voces que producen discursos con los cuales el locutor no necesariamente estará de acuerdo, de los cuales no necesariamente compartirá las actitudes o los puntos de vista; o sí. Lo que importa, en todo caso, es que son discursos de otros u otros discursos (es decir, discursos propios pero distintos del discurso actual), y esas voces que se han superpuesto a la voz del locutor constituyen entonces lo que llamaremos enunciadores.

Volviendo a nuestro caso específico, en “Gracias, eh”, como hemos dicho, eh manifiesta la presencia del “locutor como tal”. Pero podemos, ahora, decir más: el “locutor como tal” pone en juego la voz de un enunciador E2 porque desconfía de la eficacia de E1 (el enunciador que ha expresado “Gracias”) y en respuesta a un E3, quien podría contestarle a E1 “vos no hablás en serio”.

Lo mismo ocurriría si propusiéramos un enunciado como “Y andá sabiéndolo, eh”, donde E2 declara eh porque desconfía de la capacidad de E1 para amenazar y necesita, al mismo tiempo, oponerse a E3 que podría sostener que E1 no amenaza de verdad.

Más aún, los enunciadores se multiplican en la ocurrencia del “Gracias, eh” irónico, en que ese “Gracias” es ahora expresado por un enunciador distinto del E1 que ya postulamos, un enunciador de quien E1 se distancia ostensiblemente, de acuerdo con la evidencia lingüística –sobre todo– de datos suprasegmentales como la entonación y el ritmo, y la evidencia factual de los datos contextuales. A ese enunciador se suma el E2, que no es irónico sino que, como en los casos anteriores, simplemente desconfía de la capacidad de E1 para distanciarse de ese otro enunciador patentizando la ironía, y se manifiesta manifestando que esa ironía expresada por E1 está expresada en serio. Es decir, el eh de E2 no es irónico: solo el Gracias del primer segmento es irónico y el eh, como en los casos precedentes, es confirmativo y se opone a E3 que puede decirle a E1 “Vos no estás ironizando en serio”.

2.3. Los sobrerrealizantes No acaba aquí, sin embargo, el estatuto argumentativo de eh. A la manera de esas esferas

cubiertas de pequeños fragmentos de espejo que reflejan la luz de manera diversa según la perspectiva que tome el observador, el fenómeno lingüístico puede considerarse según distin-tas miradas que no necesariamente han de oponerse sino que pueden complementarse y favorecerse.

Ducrot ha estudiado el comportamiento de ciertos lexemas que pueden aplicarse a los predicados de la lengua y cuya presencia disminuye o aumenta la fuerza con la que se aplican, a propósito de un objeto o de una situación, los topoi que constituyen la significación de esos predicados. Estos lexemas son los llamados modificadores desrealizantes –cuando disminu-

Page 72: ÁREA TEMÁTICA Léxico y marcadores de la …exordio.qfb.umich.mx/archivos PDF de trabajo UMSNH/Aphilosofia/2.pdf · ÁREA TEMÁTICA: Léxico y marcadores de la argumentación ¿DE

Silvia Ramírez Gelbes El marcador eh en Buenos Aires o cómo confirmamos los porteños

245

yen la fuerza del topos aplicado– y modificadores realizantes –cuando aumentan la fuerza del topos–.

Por su parte, García Negroni (1996) propone, sobre esta descripción, la existencia de una tercera clase de modificadores: los sobrerrealizantes. Los sobrerrealizantes son, como los rea-lizantes, reforzadores de la orientación argumentativa del predicado que modifican pero, a diferencia de estos, se destacan por ciertas propiedades semánticas específicas:

• indican el grado extremo en la gradación del predicado al que se aplican • no pueden ser empleados sin que el locutor los asuma • no se los puede interrogar • no se los puede negar

sumadas a un acento de intensidad, pausas y otros rasgos prosódicos que no pueden soslayarse. Considerado en esta línea de pensamiento, el enunciado “Gracias, eh” propone un sobre-

rrealizante eh que aumenta la fuerza del segmento que lo precede y descalifica la aparición de un argumento antagónico como “No me lo estás agradeciendo en serio” o “No me lo estás diciendo en serio”. Y, analizado según las características descriptas para los sobrerrealizantes:

• indica el grado extremo de refuerzo en la orientación argumentativa del segmento que lo pre-cede, sin admisión de argumentos antagónicos (como hemos propuesto más arriba)

• es asumido plenamente por el “locutor como tal” (como hemos indicado más arriba) • no se lo puede interrogar: *Gracias, ¿es acaso que eh? • no se lo puede negar: *Gracias, no eh.

Y se suman a ello los datos prosódicos consignados en la primera parte de esta comunica-ción: que la entonación de eh no es interrogativa, pero sí enfática y levemente ascendente y que eh está precedido por una pausa más breve y seguido por una pausa más larga y marcada.

Lo mismo resulta si se considera “Y andá sabiéndolo, eh”, donde eh refuerza el segmento precedente y descalifica la aparición de un argumento antagónico del tipo “No me estás ame-nazando en serio” o “No me lo estás diciendo en serio”. O, si elegimos el enunciado “Gracias, eh” irónico, queda claro que eh refuerza la orientación irónica del primer segmento e invalida la aparición de un argumento antagónico como “Esta no es una ironía”.

Dicho de otro modo, la presencia de eh provee una instrucción de relectura del segmento precedente en el sentido de que ese segmento ha de tomarse como que fue dicho en serio, co-mo que el emisor brinda indicios de que lo que dice lo dice seriamente, lo dice con intención y no admite oposiciones. Y entonces, en última instancia, el procedimiento argumentativo conformado por eh consiste en proponer un argumento conclusivo que invalida la aparición de un contraargumento.

3. Conclusiones En forma empírica, todos los hablantes de Buenos Aires reconocen que el marcador eh,

siempre en posición final y en frases como “Gracias, eh” o “Y andá sabiéndolo, eh” propor-ciona cierto énfasis a lo que se dice o propende a una interpretación de compromiso por parte del emisor con lo que acaba de decir. Dicho de otro modo, el marcador eh parece proveer una instrucción del tipo:

Tome la proposición como que el emisor dice lo que dice seriamente Descripto de diversa manera a lo largo del tiempo y por distintos autores, preferimos defi-

nir este uso de eh según la clasificación de la Gramática descriptiva de la lengua española

Page 73: ÁREA TEMÁTICA Léxico y marcadores de la …exordio.qfb.umich.mx/archivos PDF de trabajo UMSNH/Aphilosofia/2.pdf · ÁREA TEMÁTICA: Léxico y marcadores de la argumentación ¿DE

Actas del Congreso Internacional La Argumentación Léxico y marcadores de la argumentación

246

como marcador de modalidad epistémica que señala el grado de certeza, de evidencia, etc., que el hablante atribuye al miembro del discurso con el que se vincula.

Pero la pregunta central de nuestro análisis podría formularse así: ¿cuál es la diferencia en-tre “Gracias” y “Gracias, eh”?

Hablar no es describir o informar en relación con el mundo sino, más bien, orientar el dis-curso en una determinada dirección, en busca de determinadas conclusiones en detrimento de otras. En este sentido, es evidente que los dos enunciados propuestos están orientados hacia el mismo tipo de conclusiones pero queda claro, también, que el segundo aparece más fuerte-mente orientado hacia ese tipo de conclusiones o, dicho de otro modo, provee indicios de que esa conclusión resulta más convincente.

Instalados en la Teoría de la Argumentación, podríamos proponer algunas respuestas. En primer lugar, frases como “Gracias, eh” evidencian la presencia tanto del “locutor como

ser en el mundo” para el primer segmento cuanto del “locutor como tal” en el segundo. Y esa presencia del “locutor como tal” sin mediaciones en la ocurrencia de eh establece la primera diferencia: el “locutor como tal” necesita evidenciarse porque la mediación del “locutor como ser en el mundo” en la ocurrencia de Gracias no le resulta suficiente.

En segundo lugar, puede postularse, ya en esa distinción de voces que se acaba de plantear, la presencia de dos enunciadores diferentes –E1, el “locutor como ser en el mundo” y E2, el “locutor como tal”– que se hacen visibles en el discurso. Pero, además, podemos hipotetizar la presencia de un tercer enunciador –el E3, que dice “no me estás hablando en serio”– cuya voz no se oye, pero que es en realidad a quien el E2 le responde con su eh.

Finalmente, presentamos el análisis del eh que nos ocupa desde la perspectiva de los sobre-rrealizantes. Considerado como tal por ciertas condiciones semánticas y prosódicas que lo caracterizan, eh funciona aumentando la fuerza argumentativa del segmento que lo precede y descalificando los argumentos antagónicos.

Entonces nos queda una última pregunta para responder: ¿qué nos mueve a los porteños a ofrecer indicios de que lo que estamos diciendo lo decimos en serio? Y sólo se nos ocurre, al menos provisoriamente, una respuesta: quizá, los discursos vigentes aparecen tan devaluados en cuanto a su confiabilidad, que nosotros, por aquí y por ahora, andamos echando mano de todos los recursos posibles para confirmar lo que decimos. 4. Bibliografía ANSCOMBRE, J.C. Y O. DUCROT (1994). La argumentación en la lengua. Madrid, Gredos. ARCE CASTILLO, A. (1998) “Los conectores pragmáticos como índices de modalidad en español actual” en Estu-

dios de Lingüística. Universidad de Alicante, 12, pp. 9-23. BLAS ARROYO, J. L. (1995) “La interjección como marcador discursivo: el caso de eh”, Anuario de lingüística

hispánica, 11, pp.81-117. BOSQUE, I. y V. DEMONTE (1999). Gramática descriptiva de la lengua española. Madrid, R.A.E. BROWN P. y S. LEVINSON (1978). “Universals In Language Usage: Politeness Phenomena” en Questions and

Politeness. Strategies in Social Interaction. E. N. Goody (ed.). Cambridge, C.U.P., pp.56-289. DUCROT, O. (1982). Decir y no decir. Barcelona, Anagrama. DUCROT, O. (1986). El decir y lo dicho. Polifonía de la enunciación. Buenos Aires, Paidós. GARCÍA NEGRONI, M .M. (1998). “La Teoría de la Argumentación en la Lengua: presupuestos teóricos” en Signo

ySeña, 9, pp. 23-44. GARCÍA NEGRONI, M. M. (1996). “Prosodia y Polifonía. El acento de intensidad como marca de la subjetividad del

locutor” en Actas del VI Congreso Nacional de la Sociedad Argentina de Lingüística “La Oralidad”. RAGUCCI, R. (1956). El habla de mi tierra. Buenos Aires, Don Bosco.

Page 74: ÁREA TEMÁTICA Léxico y marcadores de la …exordio.qfb.umich.mx/archivos PDF de trabajo UMSNH/Aphilosofia/2.pdf · ÁREA TEMÁTICA: Léxico y marcadores de la argumentación ¿DE

SINONIMIA Y ARGUMENTACIÓN

María Luisa Regueiro Rodríguez

Universidad Complutense de Madrid / España [email protected]

Introducción

La sinonimia está estrechamente relacionada con la argumentación, en el territorio común y siempre vivo de la Retórica, y en el texto, tal como lo entendemos a la luz de las teorías sobre argumentación. Sin embargo, demostrar la vitalidad de esta relación supone, necesaria-mente, la revisión y refutación de un tópico: el de la inexistencia de la sinonimia. Para acer-carnos a la relación sinonimia-argumentación, es necesario sustituir este preconcepto tradi-cional, por la clarificación del papel lingüístico de la sinonimia en el sistema. La sinonimia ha sido –y sigue siendo– objeto de polémica: lingüistas y lexicógrafos, entre los que no faltan, paradójicamente, los propios autores de diccionarios de sinónimos, la niegan con más de un lugar común que se viene repitiendo desde los inicios de la historia de la lexicografía sinoní-mica. La negación de la sinonimia ha penetrado incluso en las teorías más relevantes sobre argumentación. Baste por ahora un ejemplo, sobre el que volveremos: CH. Perelman y L. Ol-brechts-Tyteca, consideran que la sinonimia es inadmisible en el proceso de la argumentación:

Sólo como consecuencia de la supresión deliberada o inconsciente de la intención argumentativa se puede admitir la existencia de sinónimos, de términos que serían susceptibles de utilizarse indistinta-mente. Sólo entonces, la elección de uno de los vocablos es pura cuestión de forma, y depende de razo-nes de variedad, de eufonía, de ritmo oratorio.1

Analizaremos la relación sinonimia- argumentación en tres etapas:

1. Breve historia de la sinonimia 1.1. La catalogación lexicográfica sinonímica como precedente 1.2. La reflexión teórica sobre la sinonimia La negación de la sinonimia como axioma Las afirmaciones vacilantes de la sinonimia 2. Confirmación de la existencia de la sinonimia lingüística y afirmación de su variedad 3. La relación sinonimia-argumentación 3.1. La sinonimia en las teorías sobre argumentación 3.2 El análisis de la argumentación sobre sinonimia 4. A modo de conclusión y sin propósito de exhaustividad, apuntaremos algunas de las ricas posibilidades que ofrece el estudio de la sinonimia lingüística en la argumentación, a partir de su afirmación. La valoración de la poliédrica presencia de la sinonimia nos acercará –así al menos lo esperamos– un poco más, a la comprensión del discurso argumentativo. 1 En CH. PERELMAN Y L. OLBRECHTS-TYTECA: Tratado de la argumentación. La Nueva Retórica. Madrid, 1989. Ed. Gredos, p. 240.

Page 75: ÁREA TEMÁTICA Léxico y marcadores de la …exordio.qfb.umich.mx/archivos PDF de trabajo UMSNH/Aphilosofia/2.pdf · ÁREA TEMÁTICA: Léxico y marcadores de la argumentación ¿DE

Actas del Congreso Internacional La Argumentación Léxico y marcadores de la argumentación

248

1. Breve historia de la sinonimia 1.1. La catalogación lexicográfica sinonímica como precedente

La historia de la sinonimia nos enfrenta a un primer tópico que es necesario desvelar: el de su supuesta independencia de la tradición lexicográfica sinonímica, cuyo origen se sitúa en la Francia Ilustrada del siglo XVIII. Sin embargo, el estudio pormenorizado de la historia de la lexicografía sinonímica y el de las teorías sobre la sinonimia revela que ambas se inician mu-cho antes: en los momentos iniciales de reflexión sobre el lenguaje; y que las segundas proce-den de la primera. La distinción semántica entre falsos sinónimos de los lexicógrafos sinoni-mistas vive en la negación de la sinonimia por semantistas y lexicólogos contemporáneos. Así lo demuestra Gregorio Salvador en su artículo Sí hay sinónimos2, punto de partida de estas reflexiones y del trabajo de investigación a que el mismo dio origen3. Cuando se proclama que la sinonimia no existe, se reiteran, tal vez sin saberlo, argumentos de los lexicógrafos si-nonimistas del pasado, cuyas obras constituyen una especie de lexemática precientífica.

En la Retórica no hay negación de la sinonimia lingüística, sino afirmación de la sinonimia estilística. La sinonimia, la relajación de la igualdad en todo el cuerpo fónico y en la repeti-ción de la misma significación de la palabra pero con un término distinto4, es objeto de la electio verborum en la elocutio. Mas, en Cicerón, Quintiliano o Varrón, también es copia ver-borum en la mente del orador; posibilidad de incrementum o de color para conferir al discurso una fuerza persuasiva especial; forma de garantizar la proprietas del lenguaje; y recurso que permite el verbis commutare, la paráfrasis, la variatio y la riqueza de la expresión. Aristóte-les5 definió los sinónimos como “palabras distintas que tienen la misma o casi la misma signi-ficación6. En esta primera formulación puede estar la inspiración de otros argumentos que impregnarán las reflexiones posteriores sobre el tema: a) oposición entre sinónimos absolutos y cuasisinónimos; b) “distinción de las diferencias entre sinónimos”.

En la Edad Media, es San Isidoro (c.570-636) la fuente para la consideración de la sinoni-mia, con sus Differentiae verborum et Differentia rerum7; y sus Synonima de homine et de ratione (los Soliloquios o Liber lamentationum). Los dos libros que componen las Differen-tiae, verdadero precedente de los diccionarios de sinónimos, que desde el título proclaman la inequívoca intención de distinción semántica, recogen palabras semánticamente parecidas, algunos sinónimos, que se diferencian muchas veces por su etimología. Fueron ampliamente difundidos y, en palabras de F. Della Corte,

“....son substancialmente distintos, pues aún tratándose de una sinonímica general, el primero es puramen-te formalístico y gramatical, mientras que el segundo es de contenido y filosófico. La obra halla también una correspondencia en otro escrito isidoriano: los Synonima que trataban de la propiedad del habla lati-na”8

2 En Semántica y Lexicología del español. Estudios y lecciones. Madrid, 1985. Ed. Paraninfo, pp. 51-66 3 Lexicografía sinonímica: estudio crítico. Confirmación de la sinonimia. Tesis doctoral dirigida por Gregorio Salvador y defendida en la Universidad Complutense de Madrid, en 1998. 4 LAUSBERG, Henrinch: Manual de Retórica Literaria, Madrid, 1991, Gredos, & 649-656 5 (P. 2) 1405 a 1 6 (P 2) 1404. b 39 Observó también que eran útiles para el poeta, mientras que las palabras con significado ambiguo lo eran para los sofistas, ya que les permitía desorientar a los oyentes 7 “Los manuscritos son abundantes y antiguos, y en ellos los dos libros se encuentran aislados, o netamente separados, aun-que se transmitan dentro del mismo códice: del siglo VIII hay copias originarias de centros irlandeses, como el fragmento conservado en Milán, Bibl. Ambrosiana D. 23. Sup.; ingleses como Basilea, F. III. 15, o de más al Este, como St. Gallen, Bibl. Abad. 189. La tradición hispana para estas obras es muy reducida” DÍAZ Y DÍAZ, M. C.: Etimologías. Edición bilingüe. Madrid, 1982. BAC, tomo I, p. 118-9 8 En GONZÁLEZ PORTO-BOMPIANI: Diccionario Literario de obras y personajes de todos los tiempos y de todos los países. Barcelona, 1963. Ed. Montaner y Simón.

Page 76: ÁREA TEMÁTICA Léxico y marcadores de la …exordio.qfb.umich.mx/archivos PDF de trabajo UMSNH/Aphilosofia/2.pdf · ÁREA TEMÁTICA: Léxico y marcadores de la argumentación ¿DE

María Luisa Regueiro Rodríguez Sinonimia y argumentación

249

En los Synonima, San Isidoro aprovechó las posibilidades expresivas de la sinonimia para exponer su arrepentimiento ante el pecado, mediante la repetición de sinónimos y de expre-siones análogas, lo que más tarde ayudó a definir el llamado “estilo isidoriano”9. Los Solilo-quios, título con el que aparecen en muchos de los manuscritos antiguos, lograron un éxito y una trascendencia considerables. Serán impresas y reeditadas en Europa mucho antes que en España, pocos años después de la invención de la imprenta. Palau y Dulcet10 registra, en un período de cien años, desde 1470, catorce ediciones de los Soliloquios (seis en Alemania, otras tantas en Italia, y dos sin localización). Las Differentiae se incluyen en la primera edi-ción de las obras completas isidorianas, en 1580, en París, la misma que sirvió de base para la OPERUM DIVI ISIDORI HISPAL. EPISCOPI, la primera edición española, elaborada con el patrocinio de Felipe II, e impresa entre 1579 y 1599.

El redescubrimiento de Aristóteles, Cicerón, Horacio, etc.; el interés filológico; el cultivo literario de las lenguas modernas y la creciente autonomía de la Retórica respecto de la Poéti-ca que caracterizan al Renacimiento11 serán, entre otros, los factores que incidan en el interés humanístico por la sinonimia, como recurso de elegancia y riqueza del estilo. Coincidiendo con el momento de esplendor de la lexicografía general en España, aparece De synonymis elegantibus de Alfonso Fernández de Palencia, (1423-1492), editado en Sevilla en 149112, pero escrito en 1472. El autor del Universal Vocabularium y de las Décadas escribe De sino-nymis... después de su estancia en Italia, entre 1441 y 1453, donde, como demuestra la serie de ediciones de los Sinónimos de San Isidoro, la sinonimia seguía interesando, desde un punto de vista retórico y, sobre todo, elocutivo. Escrito en latín, supone, por su extensión (un corpus de más de 1.500 vocablos en 188 folios), y por ser el primer “diccionario de sinónimos” im-preso en Europa, una novedad que, sin duda, es imitada por el más famoso sinonimista del momento: Stephan Fliscus, autor de Variationies Sententiarum o Libro de los sinónimos (Ve-necia, 1494). Pero a pesar de este carácter pionero, los historiadores circunstanciales de la lexicografía sinonímica – incluido La Viñaza– no lo han tenido en cuenta. Varias son los au-tores que mantienen vivo el espíritu de Alfonso de Palencia: Jerónimo Amiguet13 (Valencia, 1502); Simón Pelegronio 14 (Burgos, 1555); Bartolomé Barrientos 15 (Salamanca, 1570). Juan de Valdés, en su Diálogo de la lengua, incluye distinciones entre términos de significado pa-recido, en la búsqueda de la elegancia del estilo: “Duelo y duelos están tenidos por feos voca-blos, y por ellos usamos fatiga y fatigas” 16

En el siglo XVII, al igual que ocurre en la lexicografía general, España pierde terreno en la sinonímica frente al resto de Europa: gramáticas, manuales y vocabularios reflejan la crecien-te preocupación por el léxico en las primeras obras destinadas a los estudiantes de las lenguas vulgares en plena expansión, frente a la pérdida de hegemonía del latín, y contienen apartados específicos dedicados a los sinónimos. En 1614, el Tratado de los sinónimos del alemán Enri-

9 La obra, en la que se combinan “oración lírica y meditación ascética”, es seguramente posterior a las Differentiae. Aunque no se cuenta con datos objetivos al respecto, es probable que se redactara en el 610. Consta de dos libros: en el primero, al autor adopta la forma retórica en el cual el escritor, en un juego de introspección, descubre la congoja que le causa el recono-cimiento de su condición pecadora; en el segundo, se ofrece una exhortación a sentir el dolor de los propios pecados y a la conversión. 10 ANTONIO PALAU Y DULCET, Manual del Librero Hispanoamericano. Por Agustín Palau Claveras. Palacete Palau Dulcet. Empuries & The Dolphin Book. Oxford. 1986 11 ALBALADEJO, T.: Retórica. Madrid, 1993. Ed. Síntesis, pág. 33 12 Existe un ejemplar en la Biblioteca Nacional de Madrid que es el que hemos consultado. 13 Sinonimia variationu sententiaru elegantiaru eleganti stilo constructa ex italico sermone in valentinum per Hieronimum Amiguetum dertusenses 14 Synonimorum Sylva 15 Synonimorum liber. Liberalium Artium 16 Diálogo de la lengua, Madrid, 19 , Clásicos Castalia, p. 122

Page 77: ÁREA TEMÁTICA Léxico y marcadores de la …exordio.qfb.umich.mx/archivos PDF de trabajo UMSNH/Aphilosofia/2.pdf · ÁREA TEMÁTICA: Léxico y marcadores de la argumentación ¿DE

Actas del Congreso Internacional La Argumentación Léxico y marcadores de la argumentación

250

co Doergangk17 forma parte de su Gramática, escrita en latín, que no reviste ninguna origina-lidad, ya que es una mera copia de las páginas que el francés César Oudin dedica a los sinó-nimos en su Gramática18, de 1597. Un Estudio sobre sinónimos castellanos se incluye en la Gramática Spagnuola ed Italiana de Lorenzo Franciosini, de 1638, que contó con varias re-ediciones posteriores. También la deuda con Doergangk, y con Oudin, es evidente.

A pesar de esta larga tradición previa, los historiadores de la lexicografía sinonímica sitúan en 1718, con la publicación de Justesse de la langue française del Abad Girard, la piedra fun-dacional del planteamiento teórico de la sinonimia y de la lexicografía sinonímica. Se trata del primer “diccionario” de sinónimos de una lengua moderna y, a la vez, el paradigma de la re-flexión teórica posterior. El Ensayo de los synónimos, de Manuel Dendo19 y el Examen de la posibilidad de fixar la significación de los sinónimos de la lengua castellana de Joseph López De la Huerta20(1789), los primeros repertorios sinonímicos en lengua española, se inspiran en los principios enunciados por Girard, recogidos, y por tanto refrendados, por la Enciclopedia, e imitados en otras lenguas, como en la inglesa por Crabb21. Dichos principios son:

Negación de los “verdaderos sinónimos”.

Afán de precisión idiomática entendida como la correspondencia perfecta y exclusiva sig-no-idea. Necesidad de “distinguir” los significados de los sinónimos y argumentación de esta nece-sidad con ejemplificación con falsos sinónimos.

Bajo la influencia francesa y como producto de las reflexiones sobre el lenguaje, la actitud hacia la abundancia léxica varía sustancialmente. Como dice Manuel Alvar Ezquerra, “Frente a la creencia –dominante en épocas anteriores– de que una lengua es tanto más rica cuantas más palabras tiene, la lexicografía de la época, de acuerdo con la lógica del racionalismo car-tesiano, establece un criterio de selección <... > que condiciona la aparición de los dicciona-rios de sinónimos, que deslindan los campos semánticos de las palabras”22 La limitación de Dendo –cataloga 13 falsos sinónimos– contrasta con la fina percepción lingüística de De La Huerta, altamente valorada por sus continuadores mediatos e inmediatos. Proyectos y obras suscitaron una encendida polémica que sólo fue posible por el desarrollo creciente de la acti-vidad periodística y editorial del período.

El interés por la distinción de sinónimos se manifestó en las reediciones, lo que aseguró la continuidad de principios y creencias en torno al tema. De La Huerta tuvo una decena de edi-ciones, en distintos formatos, hasta bien entrado el siglo XIX; y sus imitadores y defensores

17Institutiones in linguam hispanicam, admodum faciles, quales ante hac numquam visae. Quae omnes qui studiose legerint totas, multis inopinatis ¬ non speratis recreabunt, & ilinguam perfecte docebunt. 18 Hemos consultado la edición de 1632: Grammaire espagnolle, expliquée en francois par CESAR OUDIN, Secretaire Interprete du Roy, és langues Germanique, Italienne, & Espagnolle, a Paris, Chez Pierre billaine, rüe D. Iacques, a la Bonne- Foy, deuant S. Yues, M.DC.XXXII, “augmentée en cette derniere edition, par ANTOINE OUDIN, Professeur des mesmes langues”. La Viñaza señala la existencia de otra edición de 1629, también de París. 19 Madrid, 1757. Órgano impresor: Oficina de Don Antonio Muñoz del Valle, calle del Carmen. 130 Págs. 14 x 18 cm. El Conde de La Viñaza indica como año de la primera l737, aunque en las “erratas” finales de su Biblioteca... la corrige por 1757. Lázaro Carreter considera errónea esta primera datación de 1737 y propone el año l756. Gregorio Salvador, por su parte, da como fecha de publicación el año 1736,...”es decir, antes de que concluyera la publicación del Diccionario de Auto-ridades, del que aún no habían visto la luz los tomos V y VI” 20 Viena, 1789.Órgano impresor: Imprenta de Ignacio Alberti. Formato: 19x 16 cm. Páginas: 251 (xiv págs. + 225+ 7 finales). Índice alfabético 21 GEORGE CRABB, OF MAGDALEN HALL, OXFORD. English Synonymes explained, in alphabetical order, with copious illustra-tions and examples drawn from the best writers. London: printed for Saldwin, Cradock, and Joy, 47, Paternoster-Row; and T. Boosey, Old Broad-Street. 1816. 22 Op. cit., pág. 38

Page 78: ÁREA TEMÁTICA Léxico y marcadores de la …exordio.qfb.umich.mx/archivos PDF de trabajo UMSNH/Aphilosofia/2.pdf · ÁREA TEMÁTICA: Léxico y marcadores de la argumentación ¿DE

María Luisa Regueiro Rodríguez Sinonimia y argumentación

251

incorporaron su corpus a sus propias obras23. La nueva tradición se consolida en las compila-ciones de las obras anteriores, inspiradas en el Dictionnaire Universel des Synonymes de la Langue Française contenant les synonymes de Girard, (París, 1818). El intento de fundamen-tación teórica representado por Jonama en su Ensayo sobre la distinción de sinónimos de la lengua castellana (Madrid, 1806) no es sino la reiteración de creencias: negación de la sino-nimia –hasta proclama que son contrarios a la riqueza de la lengua–, y distinción semántica. En un extenso prólogo, a la vez que asume la defensa de De La Huerta, pretende definir una teoría metafísica del lenguaje que, en conjunto, es la exposición de los principios de la época ilustrada sobre la sinonimia. Declara su deuda con Condillac, considera fundamental para la precisión la distinción de sinónimos, ya que éstos impiden la propiedad, son el origen de la confusión y de los malos raciocinios, y, en definitiva, se constituyen en el mayor defecto del idioma. Con estas premisas, su corpus, como será norma de la lexicografía sinonímica poste-rior, incluye falsos sinónimos, hipónimos, hiperónimos, palabras semánticamente afines, y muy pocos sinónimos verdaderos.

En la segunda mitad del XIX, la lexicografía sinonímica se integra a la “lexicografía comer-cial”, situación que se prolonga hasta nuestros días. En palabras de G. Salvador, nace la lexi-cografía como negocio. Los repertorios sinonímicos se multiplican en España y en Hispanoa-mérica: después de las obras de Jonama o March, esta última Sinónimos de la lengua caste-llana (1834), un ejemplo de continuidad sin novedad, vendrán, como un eco lejano de la pro-fusa actividad lexicográfica general, con la consolidación del modelo “diccionario”, asociado al ordenamiento alfabético: el Diccionario de sinónimos de la lengua castellana, de Pedro María de Olive y Santos López Pelegrín (1843)24, y el Diccionario de sinónimos castellanos del Conde de La Cortina (1845) El interés de la RAE por los sinónimos es tardío: encarga a José María de Mora un diccionario de sinónimos. En el prólogo, el académico Hartzenbusch ofrece la primera historia de la sinonimia española, y –lo cual es una excepción hasta ese momento (1855), aunque no menciona los antecedentes de Palencia ni de San Isidoro–, afirma la existencia de la sinonimia en el sistema y explica el proceso por el cual coinciden los signi-ficados de dos signos distintos en su forma, por evolución etimológica. El último diccionario de sinónimos dieciochesco es el de Roque Barcia, publicado póstumamente en 1864 con el nombre de Filosofía de la lengua española. Sinónimos castellanos: desde criterios etimológi-cos, se afirma la distinción semántica de –una vez más– falsos sinónimos.

Frente al panorama de la lexicografía sinonímica comercial de la primera mitad del siglo XX, con subproductos que se limitan a la copia, con mínimas modificaciones, de corpus y principios, generalmente en catálogos de palabras afines (Sáinz de Robles), o sin autor defini-do –salvo la honrosa excepción del Diccionario de sinónimos de Gili Gaya25– los sinónimos ocuparán un lugar especial en los nuevos modelos lexicográficos de calidad: el Diccionario de uso de María Moliner o el Diccionario ideológico de Julio Casares26, que muchas veces el lector confunde con diccionarios de sinónimos.

23 Trabajan de espaldas a la labor de la Real Academia Española, que por entonces ofrece en la lexicografía general sus mejo-res frutos en su Diccionario de Autoridades – que contiene abundantes geosinónimos, – verdadero monumento lexicográfico general en lengua española. 24 Publicado dentro de un ambicioso pero frustrado proyecto de lexicografía comercial, el Panléxico es el mejor exponente de la nueva etapa de la lexicografía sinonímica comercial: afán enciclopédico que amplía espectacularmente el corpus, oposi-ción crítica a la labor de la RAE, y objetivo prioritario de amplia comercialización. 25 Diccionario de sinónimos. Barcelona, 1958. Publicaciones y Ediciones Spes, XIII- 358 pp., Col. Vox 26 La tendencia parece confirmarse en el Diccionario ideológico de Manuel Alvar Ezquerra.

Page 79: ÁREA TEMÁTICA Léxico y marcadores de la …exordio.qfb.umich.mx/archivos PDF de trabajo UMSNH/Aphilosofia/2.pdf · ÁREA TEMÁTICA: Léxico y marcadores de la argumentación ¿DE

Actas del Congreso Internacional La Argumentación Léxico y marcadores de la argumentación

252

1.2. La reflexión teórica sobre sinonimia 1.2.1. La negación de la sinonimia como “axioma” lingüístico

El nacimiento de la lingüística científica y de la semántica, lejos de suponer una revisión del concepto de sinonimia, consolida las creencias del siglo XVIII. “...Continúa la tradición de los autores de diccionarios de sinónimos, empeñados en señalar las diferencias entre sinóni-mos que no lo son, o, a veces, en inventárselas a los que lo son”27 La oportunidad del replanteamiento científico sucumbe al peso de la tradición: Michel Brèal en “Las leyes intelectuales del lenguaje” (1884), artículo desde el que propugna la creación de la Semántica o “ciencia de las significaciones”, y en su Essai de sémantique (1897), niega la sinonimia en virtud de la “ley de repartición del significado” que él mismo formula, por la que cada vez que se produce una sinonimia en una lengua, las voces implicadas en ella tienden a repartir su contenido y acaban por diferenciarse semánticamente. Arséne Darmesteter, en La vie des mots étudiée dans leur significations (1887), niega la sinonimia con los mismos argumentos. Un ejemplo de demostración de la inexistencia de sinonimia por falsos sinónimos de un lingüista del siglo XX, la vemos en Hockett:

“... lo que comúnmente se llama sinónimos: palabras cuya configuración fonemática es distinta, pero cuyo significado es idéntico o muy similar: como por ejemplo pueril e infantil, feliz y dichoso, hallar y encon-trar. Los dos del primer par, por ejemplo, son palabras de dos morfemas cada una, el segundo de los cua-les, -il, es el mismo en ambas. Por lo tanto, podemos decir con propiedad que puer- e infant- son morfe-mas sinónimos. Pero, ¿hasta qué punto son sinónimos?”28

En la misma vía argumentativa, Gaetano Berruto29, apoyándose en criterios de diferencia-ción de uso por razones subjetivas –emotividad, estilo–, objetivas –social– y, sobre todo, de diferenciación geográfica:

“...es difícil establecer una verdadera identidad de significado entre dos o más palabras distintas (supo-niendo que exista): en otras palabras, la conmutabilidad perfecta dentro de un mismo contexto no se da más que teóricamente. Por lo tanto, la sinonimia en sentido riguroso no existe, dado que siempre hay, o por lo menos es de suponer que siempre exista, algún valor estilístico, emotivo, social, etc. que diferencia aunque sea ligeramente, a palabras de significado aparentemente igual”

R. Palmer30, pretende demostrar la inexistencia de los sinónimos con el argumento de la obligada distribución y posterior desaparición de las palabras que poseen en la lengua el mis-mo significado:

“se puede sostener que no hay sinónimos auténticos, que ningún par de palabras tiene exactamente el mismo significado. En realidad parecería improbable que dos palabras que poseyeran exactamente el mismo significado sobrevivieran en una lengua”31

Kurt Baldinger, el autor más citado como autoridad sobre el tema, niega la sinonimia en su Teoría semántica, reincidiendo en los principios tradicionales de refutación, aunque con una nomenclatura mucho más “moderna”:

“¿Existe la sinonimia absoluta? Nuestra respuesta es precisa: la sinonimia absoluta sólo existe en el plano de los sememas (o sobre el de los significados, si y solamente si, el significado contiene un solo semema simbólico y si se hace abstracción de sus componentes no-simbólicos); dicho de otro modo: la sinonimia absoluta no existe sino en el plano del análisis onomasiológico. Dos monemas diferentes pueden realizar un solo y mismo sistema conceptual-simbólico (hay, por tanto, sinónimos absolutos desde el punto de vis-ta onomasiológico). Pero cuando realizo un concepto o un sistema conceptual integrando en un signo lin-güístico una serie de implicaciones estilísticas de procedencia externa (valores de síntoma y de señal) y de

27Ibidem 28 CHARLES F. HOCKETT: Curso de lingüística moderna. EUDEBA. Buenos Aires, 1979, pág.132. 29 La Semántica. Ed. Nueva Imagen. México, 1979, pág. 92. (Cito también aquí por G.S.) 30 En La Semántica. Una nueva introducción. Siglo XXI Editores, México, 1978, pág. 80. 31 Cito por G. SALVADOR, ibidem.

Page 80: ÁREA TEMÁTICA Léxico y marcadores de la …exordio.qfb.umich.mx/archivos PDF de trabajo UMSNH/Aphilosofia/2.pdf · ÁREA TEMÁTICA: Léxico y marcadores de la argumentación ¿DE

María Luisa Regueiro Rodríguez Sinonimia y argumentación

253

procedencia interna (estructura de la lengua), sea en el plano de la forma de la expresión o del contenido o en el de la sustancia del contenido, sea en el plano de cualquier otro aspecto de la lengua, incluyendo el contexto, la entonación, nivel estilístico se agrega como un halo al contenido conceptual. La complejidad de este halo de valores estilísticos diferencia e individualiza los sinónimos. En el plano de los signos lin-güísticos, esto es, en el plano semasiológico, la sinonimia absoluta no existe, ni en la lengua común ni en la terminología científica, aunque en este último caso se ponga el acento en la sinonimia absoluta que de-riva del sistema conceptual”32

Los ejemplos podrían multiplicarse casi sin límite (incluso niegan la sinonimia lingüística Bloomfield, Coseriu, Pottier); pero lo cierto es que los argumentos son similares:

“La autoridad de Bréal, por una parte, y la contundencia con que Darmesteter, previamente, había negado la existencia de sinónimos, afirmando que los que existen en los repertorios lexicográficos de una lengua tienen una distribución geográfica determinada y fuera de su área no se usan, tuvieron un influjo decisivo en el tratamiento dado a la cuestión por los lingüistas posteriores”33

En síntesis, la negación teórica de la sinonimia tiene la fuerza de un axioma, y se funda en las mismas premisas de los lexicógrafos sinonimistas del pasado: 1) La argumentación con ejemplificación de falsos sinónimos 2) La confusión entre significado y sentido, entre lengua y habla, que se percibe tanto en los argumentos de negación en razón de las variantes diastrá-ticas, diafásicas o diatópicas, como en las explicaciones lexicográficas de las diferencias se-mánticas de los términos catalogados, en realidad hipónimos, hiperónimos o afines pero no iguales en su significado. 3) La misma confusión explica la distinción teórica tan extendida de sinónimos absolutos/parciales. 4) La precisión idiomática, entendida como la corresponden-cia perfecta y exclusiva entre signo e idea, tal como lo entienden los lexicógrafos del siglo XVIII, reaparece en la argumentación a partir de supuestas “leyes” semánticas como la de “re-partición del significado”, y hasta en complicadas teorías contemporáneas que siguen decla-rando que “la economía de la lengua no tolera ningún sinónimo absoluto genuino” (Wolf). 5) La contradicción de los lexicógrafos sinonimistas que niegan la sinonimia se corresponde con la contradictoria – y compleja– formulación teórica de lingüistas como Baldinger, que afirma la sinonimia en el plano de la función simbólica del signo pero la niega en el sintomático. No es la única contradicción entre lo formulado teóricamente y lo realizado de modo práctico: se afirma la ley de la sinonimia respecto de la definición lexicográfica, y, al mismo tiempo, se niega la sinonimia como relación lingüística. Un efecto es el “horror” a la definición sinoní-mica34, con lo que se confunde el procedimiento con el uso –y el abuso– del mismo.

1.2.2. Las afirmaciones vacilantes de la sinonimia John Lyons35, en Introduction to theoretical lingüistics, incluye la sinonimia entre las que

denomina relaciones semánticas bilaterales, junto a la hiponimia (inclusión, oposición término intenso-extenso); y a la incompatibilidad, relaciones de oposición especiales como la com-plementariedad, la antonimia y la reciprocidad. La sinonimia se caracteriza como “implica-ción bilateral” o “hiponimia simétrica” ya que los términos sinónimos no se hallan en relación de inclusión del menos extenso en el más extenso, sino de simetría de extensión entre ambos. En Lenguaje, significado y contexto36, Lyons precisa que la sinonimia se inscribe en el marco de lo que denomina “relaciones de sentido”37, que son de dos tipos: a) sustitutivas, y b) com- 32 Reproducimos el párrafo seleccionado por Salvador (Teoría Semántica, Madrid, 1970. Edics. Alcalá pág. 233), a pesar de la extensión, porque es harto elocuente de los derroteros expresivos de la investigación sobre sinonimia. 33 Op. Cit., pág. 54 34 Carmen Castillo Peña, en “La definición sinonímica y los círculos viciosos”, en el Boletín de la R.A.E, 1992, pp. 508-530, demuestra los límites reales de esta relación. 35 Introduction to Theoretical Linguistics, Cambridge, 1968, págs. 407 y 460-470 36 Paidós. Barcelona, 1991. 1a. reimpresión. 1a ed. Language, Meaning and Context. 1981 37 Op. cit., pág. 96 y 97

Page 81: ÁREA TEMÁTICA Léxico y marcadores de la …exordio.qfb.umich.mx/archivos PDF de trabajo UMSNH/Aphilosofia/2.pdf · ÁREA TEMÁTICA: Léxico y marcadores de la argumentación ¿DE

Actas del Congreso Internacional La Argumentación Léxico y marcadores de la argumentación

254

binatorias; y que identifica, respectivamente, con las asociativas y sintagmáticas de Saussure. A pesar de este comienzo prometedor, termina manifestando que “Por el momento es casi axiomático en la lingüística que la sinonimia absoluta, como la definiré, es extremadamente rara, al menos como una relación entre lexemas, en las lenguas naturales”.

Para la lingüística del texto, la sinonimia es uno de los procedimientos de repetición, esto es, de la reaparición o recurrencia de un elemento del texto en el mismo texto, la recurrencia de un elemento con valor semántico o funcional, por regla general después de la primera ocu-rrencia del elemento que se sustituye38. Como expresa Diether Viehweger, el estudio de la repetición tiene una extensa tradición fuera de la lingüística, en la retórica clásica –incluso como postulado de la retórica y de la estilística– , en la poética. Se distinguen dos tipos: la sustitución léxica sinonímica y la pronominalización o sustitución mediante proformas. La sustitución léxica sinonímica es definida como: “repetición de un elemento léxico con un elemento léxico diferente”39 Para que esta sustitución sea posible en el discurso, en la compe-tencia del hablante se ha de percibir una relación de “identidad” entre el substituendum y el substituens. A diferencia de la consideración tradicional de la sinonimia, siempre limitada a la unidad léxica de la palabra, la sustitución puede referirse también a unidades superiores al lexema, como sintagmas, oraciones. La más frecuente es la utilización de elementos léxicos formalmente distintos pero semánticamente idénticos o casi idénticos. Los mecanismos de la sustitución léxica sinonímica quedan incluidos en el mismo grupo que hiperónimos e hipóni-mos. “Podemos sustituir así un lexema por otro sinónimo del mismo. Por ejemplo, estatua por escultu-ra, automóvil por coche, perro por can, andar por caminar, viejo por anciano o antiguo, etc. También pueden utilizarse hipónimos, hiperónimos, etc.” El punto de vista adoptado es referencial, onoma-siológico, en el plano del habla que toma en cuenta la designación, no el significado lingüísti-co:

“La sinonimia, efectivamente, no existe en el nivel puramente “léxico”, pero sí en el nivel textual, porque aquí lo que interesa es fundamentalmente la “identidad referencial”. Desde el punto de vista de la “semán-tica referencial”, son lexemas sinónimos los que poseen identidad referencial, es decir, cuando se refieren a un mismo objeto, proceso, estado, etc. de la realidad (“extralingüística”)40.

2. Confirmación de la existencia de la sinonimia lingüística y afirmación de su variedad léxica La consideración afirmativa, coherente y sistemática de la sinonimia lingüística tiene en

Gregorio Salvador el más claro y, creemos, definitivo exponente. De ahí que hablemos de confirmación de la sinonimia. Su argumentación –teórico-práctica porque aporta abundante ejemplificación lexemática– demuestra que:

“La existencia de sinónimos no es que sea evidente, es que es obvia, y me sorprende la ofuscación de tan-tos lingüistas como se han negado a verla”41.

El procedimiento demostrativo básico es la conmutación: “...si hay ejemplos de vocablos absolutamente intercambiables en cualquier contexto, sin modificar el contenido denotativo, entonces es que sí hay sinónimos y el axioma contrario quedará anulado por la propia evidencia de los hechos.” 42

1) Frente a la ley de repartición de significados (Brêal), hay ejemplos de dicha realidad entre sinónimos, pero también la tendencia a la igualación de significados.

38Bernárdez, E.: Introducción a la Lingüística del Texto. Espasa-Calpe. Madrid, 1982. pág.102 39Bernárdez, 1982, pág. 103. 40Op. cit., pág. 104 41Op. cit, pág. 57 42Op. cit., pág. 56

Page 82: ÁREA TEMÁTICA Léxico y marcadores de la …exordio.qfb.umich.mx/archivos PDF de trabajo UMSNH/Aphilosofia/2.pdf · ÁREA TEMÁTICA: Léxico y marcadores de la argumentación ¿DE

María Luisa Regueiro Rodríguez Sinonimia y argumentación

255

a) Palabras que devienen sinónimos, términos que acaban anulando sus rasgos se-mánticos distintivos sin haberlo sido antes. Dos vocablos perfectamente diferenciados en es-pañol como asunto (`materia de que se trata´) y tema (`proposición o texto que se toma por asunto o materia de su discurso´) se están convirtiendo en sinónimos en el uso habitual de todos los hablantes.

b) Sinónimos recalcitrantes, que no reparten su significado aunque sería fácil la par-tición. Arrendar/ alquilar, documentados desde el XIII, siguen empleándose como sinónimas y ambiguas en nuestra lengua. El arabismo alquiler y su derivado castellano alquilar, entraron como sinónimos de los patrimoniales renta y arrendar.

“Que una lengua posea ambos términos durante más de setecientos años y una casilla vacía en su siste-ma semántico, la que configura el rasgo de dirección en la acción que opone otras parejas verbales co-mo vender/comprar, dar/tomar, entregar/recibir, etc. y no reparta el valor de ambos lexemas, es una clara muestra de la inconstancia y fiabilidad de esta ley formulada por la semántica tradicional” 43

c) Hay en las lenguas ciertos sememas cuya constante y reiterada presencia en la co-municación los convierte en polos de irresistible atracción sinonímica. Un buen ejemplo lo constituyen las series en torno a la finalización o al inicio de algo: iniciar, comenzar; acabar, terminar. 2) Respecto de los geosinónimos aducidos por Darmesteter o Berrito, la experiencia dialecto-lógica demuestra que:

a) En zonas limítrofes de las diversas áreas dialectales se emplean como perfectos si-nónimos series como palangana, palancana, zafa, lavamanos, sin que los hablantes muestren preferencia por ninguno de ellos; o hijastro y entenado; ingle, verija y bienza. “Los informan-tes han ofrecido los dos términos como perfectos sinónimos, sin mostrar decidida preferencia por ninguno de ellos”44. Existen series geosinonímicas de las cuales cada hablante, de cual-quier región peninsular o americana, utiliza indistintamente dos o tres sinónimos, como por ejemplo, cerdo, puerco, cochino, guarro, marrano, gocho, tocino, chancho, etc.

b) Existen geosinónimos, que corresponden a localizaciones, que quedan reflejados en los atlas lingüísticos. Tomando como referencia el ALEA, en el estudio del campo semántico de `ARAR’ en Andalucía, entre otros: romper/roturar se da en Gr 503, donde hay sinonimia para el sema /I/ `roturar’, y además en Ma 102, Gr 202, Gr 203 y Gr 402.45; en Co 609 Iznájar se obtuvo la voz roturar para `descuajar’ roturar o romper para `roturar’; en H 202 Aracena se registran los sinónimos levantar y barbechar para `descuajar´, labrar y romper para `rotu-rar’ y barbechar para el semema que le es propio46

c) La geografía lingüística demuestra que, en la vasta extensión de nuestra lengua, es abundante la sinonimia en la designación de plantas y animales; ej.: aguzanieves- nevatilla-pizpita-pajarita de las nieves; názula- requesón. Se trata de “sinónimos de diccionario, ver-daderos sinónimos que corresponden a áreas geográficas generalmente bien delimitadas y que raramente coexisten en el uso de un mismo lugar. Es decir, donde la lavanda se llama esplie-go, no se llama alhucema y donde se llama alhucema, no se llama espliego; donde la mejora-ma se llama almoraduj, no se llama mejorama”47.

43Op. cit., pág. 53. 44Op. cit., pág. 57. 45Op. cit., pág. 31 46Op. cit., pág. 38 47Op. cit, pág. 190

Page 83: ÁREA TEMÁTICA Léxico y marcadores de la …exordio.qfb.umich.mx/archivos PDF de trabajo UMSNH/Aphilosofia/2.pdf · ÁREA TEMÁTICA: Léxico y marcadores de la argumentación ¿DE

Actas del Congreso Internacional La Argumentación Léxico y marcadores de la argumentación

256

La lexicografía sinonímica, lamentablemente, no precisa siempre la extensión geográfica de los sinónimos. La excepción la constituye el Diccionario de Autoridades, que especifica con frecuencia el área de uso de las palabras y opone a la de aquella que está definiendo y bajo la misma definición, la extensión territorial de los sinónimos correspondientes 48.

d) La geosinonimia existe incluso en los casos de objetos y enseres muy comunes en la vida diaria que, sin embargo, la lexicografía registra, a veces, como términos de valor semán-tico distinto. Un ejemplo es “pollera”, en relación perfectamente sinonímica con la palabra “falda”.

3) Quienes niegan la sinonimia en razón de las diferencias estilísticas, confunden la lengua con el habla, el significado con el sentido:

“...si existen sinónimos en un idiolecto, es decir palabras que puedan ser utilizadas por su poseedor indis-tintamente -e independientemente de conveniencias contextuales o de intenciones momentáneas– no para designar sino para significar una cosa, es decir, significantes que corresponden en todos los casos al mis-mo significado lingüístico, no estilístico, entonces es que existen sinónimos en la lengua funcional...”49

La limitación al uso literario de estío frente al común verano, o la pareja sinonímica pi-pí/orina, no suponen oposición de significados, sino diferentes circunstancias de uso. En este caso, entran en el juego electivo consideraciones eufemísticas...pero esas son motivaciones sociales, causas del cambio onomasiológico en la historia de la lengua, pero no rasgos dife-renciadores del significado como tal significado. Entre los sinónimos amigdalitis / anginas del lenguaje médico extendido a la lengua general, el hablante los emplea indistintamente, o emplea con preferencia uno pero comprende sin problemas el otro, utilizado por su interlocu-tor. “Entre barriga y vientre se advierte una coloración connotativa de menor o mayor “finu-ra” que puede condicionar la preferencia ocasional de determinados hablantes. Pero sólo dis-tingos estilísticos las separan: su significado es el mismo y en mi idiolecto conviven en pari-dad como dos posibilidades de empleo [...] En cualquier caso, sinónimos absolutos”50. 4) Hay vocablos perfectamente intercambiables en el mismo contexto e incluso palabras que son intercambiables en todos los contextos, esto es, sinónimos. Son sinónimos dos significan-tes con idéntico significado, sin que en sus sememas pueda advertirse ni el más mínimo rasgo diferenciador. Pueden reconocerse series sinonímicas que responden a la exigencia de conmu-tabilidad en todos los idiolectos y lenguajes. Existen sinónimos, lo mismo en idiolectos rústi-cos que en idiolectos literarios.

a) Existen sinónimos en los lenguajes nomenclator. Las características especiales del lenguaje nomenclator –monosemia, motivación, precisión– nos podrían llevar a creer que la terminología científica no es el campo propicio para la sinonimia. Sin embargo, en el lenguaje de la ciencia, existen términos que se conmutan en todos los contextos sin cambio alguno de significado. Son sinónimos aguda/llana, esdrújula y oxítona/paroxítona/proparoxítona, res-

48 Como ejemplos de identificación geográfica de los sinónimos en el Diccionario de Autoridades: “Aliaga, lo mismo que aulaga y jaulaza [...]llámase en Andalucía jaulaga y aunque en Castilla se llama aulaga y en Aragón, Valencia, Murcia y La Mancha aliaga, es poca la corrupción”; “Alubias. Nombre que se da en algunas partes, como en la Mancha y reino de Murcia a la legumbre o planta que comúnmente se llama en castellano judías, judigüelos, frijoles o majocas y habichuelas en Anda-lucía”; “en los Reinos de Murcia y Granada llaman almazara al molino de aceite, y en Rioja trujal”; “alhávega es voz que designa en el Reino de Murcia lo mismo que es Castilla se llama albahaca”, “en Castilla La Vieja catar las colmenas expresa lo mismo que en otros lugares castrarlas”, “ababol...nombre que en algunas partes de España se da a la hierba que en lo restante de ella se llama amapola” AURORA SALVADOR , en “Las localizaciones geográficas en el Diccionario de Autorida-des”, (LEA, VII, 1985), analiza de modo preciso este tema. 49 Ibídem. 50 Ibidem.

Page 84: ÁREA TEMÁTICA Léxico y marcadores de la …exordio.qfb.umich.mx/archivos PDF de trabajo UMSNH/Aphilosofia/2.pdf · ÁREA TEMÁTICA: Léxico y marcadores de la argumentación ¿DE

María Luisa Regueiro Rodríguez Sinonimia y argumentación

257

pectivamente; a su vez, llana es sinónima de grave.51 Puede emplearse una u otra forma de cada serie, dependiendo de la preferencia o de la cultura –o de la pedantería– del hablante, pero grave, llana y paroxítona significan exactamente lo mismo. Los libros de texto aportan abundante ejemplificación de sinonimia terminológica lingüística52: en la denominación de las funciones del lenguaje, tal vez por las variantes de traducción o por una indefinición del con-cepto, salvo la metalingüística, se da un verdadero alarde sinonímico. La función fática de Jakobson, se denomina de contacto; la kundgabe de Bühler aparece como función expresiva, emotiva, sintomática y de manifestación; la Auslösung como representativa, referencial, sim-bólica, denotativa, informativa, cognoscitiva, declarativa y de comunicación; la estética al-terna con poética; la apelativa con conativa. En Retórica, significan lo mismo, son verdaderos sinónimos, gradación o clímax, a los que podríamos añadir prosopopeya/ personificación, zeugma/ adjunción/ detractio parentética, expolición/ conmoración, concatenación/ condu-plicación, retruécano / conmutación, dilogía/ equívoco. b) Existen sinónimos en la lengua estándar, en el español general, que un hablante utiliza indistintamente en un contexto u otro, cuya conmutación no supone diferencia de signi-ficado. Son innumerables las series sinonímicas, por ejemplo, de marcadores: quizás, a lo mejor, posiblemente, probablemente. E innegable la sinonimia en la conciencia del hablante y como necesidad estilística para evitar la repetición cercana de la misma palabra en las diferen-tes lenguas funcionales y que aparecen con frecuencia en el discurso: empezar, comenzar, principiar; acabar, terminar, concluir, finalizar. Incluso, sinónimos apenas utilizados pero reales en el uso de ciertos hablantes53: pantorrilla- sura; religionario- protestante; sudor-diaforesis (desde el s. XVIII); yunque de platero – tas. No sólo hay sinónimos en cualquier lengua, histórica o funcional, sino que hay determinados campos semánticos donde la acumulación sinonímica es constante, yo diría que casi obligada. El temor a repetirse, no es exclusiva del lenguaje literario: también la siente “el humilde hablante”. Si se admite que, como en la polisemia o en la homonimia, a un significante puedan co-rresponder varios significados, también debe admitirse que un significado pueda tener en el plano de la expresión más de un significante. La argumentación de Gregorio Salvador queda-ría definitivamente confirmada con las referencias sinonímicas –incluidos los geosinónimos– que contiene el DRAE en su última edición (2001). Sería un argumento rotundo de cantidad. Pero los sinónimos de la lengua no son sólo abundantes sino también variados, hasta el punto de que es posible clasificarlos. La clasificación más frecuente, que es la que utilizan general-mente sus detractores es la que opone sinónimos parciales y sinónimos absolutos (Hartzen-busch, Gili Gaya, Ullmann, López García, etc.). Conviene hacer una salvedad: el semantista Stephen Ullmann54 afirma que no abundan los sinónimos absolutos, pero no niega la sinoni-mia:

“sería erróneo negar la posibilidad de sinonimia completa. Bastante paradójicamente la encontramos don-de menos se esperaría: en las nomenclaturas técnicas”. (cetitis/tiflitis `inflamación del colon´; espiran-te/fricativa) “La sinonimia absoluta no es, en modo alguno, infrecuente”...

Pero como bien dice Salvador: los sinónimos, o son absolutos, o no lo son.

51Lenguas romances, neolatinas, románicas; palatales y velares son otros ejemplos indudables de sinonimia. 52 Op. cit., pág. 127. 53 Op cit., pág. 150. 54 V. Ullmann: Semántica. Introducción a la Ciencia del Significado. Madrid, Taurus, 1991.

Page 85: ÁREA TEMÁTICA Léxico y marcadores de la …exordio.qfb.umich.mx/archivos PDF de trabajo UMSNH/Aphilosofia/2.pdf · ÁREA TEMÁTICA: Léxico y marcadores de la argumentación ¿DE

Actas del Congreso Internacional La Argumentación Léxico y marcadores de la argumentación

258

En 1964, el lingüista polaco Otto Duchacek publica el artículo “Contributions à l’étude de la sémantique: les synonymes”55, en el que afirma la existencia de sinónimos y establece una clasificación semántica de los mismos de acuerdo con su subtítulo “Différents types de syno-nymes”. Su tipología es exhaustiva, con ejemplificación francesa, y, aunque no compartimos todas sus distinciones, creemos que se trata de un planteamiento útil para aprehender la varie-dad de la sinonimia lingüística. En tal sentido, presentamos una clasificación de sinónimos56 que no pretende ser definitiva, ya que sólo podrá revestir este carácter una vez culminado el proyecto de lexicografía sinonímica en el que se sustenta57.

3. La relación sinonimia-argumentación La relación entre sinonimia y argumentación ofrece múltiples posibilidades de indagación

y de esclarecimiento mutuo. Entre otras, reconsiderar el papel asignado a la sinonimia por las teorías sobre argumentación; o aprovechar los nuevos criterios de análisis que las mismas ofrecen para revisar los argumentos que sobre sinonimia se han venido realizando o que pu-dieran elaborarse en el futuro, a fin de no reincidir en los errores del pasado.

La sinonimia en las teorías sobre argumentación Volviendo al texto inicial de Perelman, es innegable que la presentación de los datos no es

independiente de los problemas del lenguaje. La elección de los términos, para expresar las ideas, pocas veces se produce sin alcance argumentativo. Sin embargo, no podemos compartir la negación de la sinonimia, en la que es fácil reconocer el lugar común de la tradición de la que venimos hablando:

“Sólo como consecuencia de la supresión deliberada o inconsciente de la intención argumentativa se pue-de admitir la existencia de sinónimos, de términos que serían susceptibles de utilizarse indistintamente. Sólo entonces, la elección de uno de los vocablos es pura cuestión de forma, y depende de razones de va-riedad, de eufonía, de ritmo oratorio” 58.

Las razones que se apuntan proceden de la confusión, una vez más, entre código y realiza-ción, como confirma la siguiente aseveración, referida al proceso de selección de sinónimos:

“...cuando se trata de la utilización que de ellas hace un orador en un discurso determinado, sólo se puede garantizar la equivalencia de los sinónimos en atención a la situación del conjunto en la cual se inserta su discurso, y especialmente en consideración de ciertas convenciones sociales que pudieran regirlo. A ve-ces, un término estará destinado a servir de indicio (indicio de distinción, de familiaridad o de sencillez) Otras veces, servirá más directamente a la argumentación, dado que situará el objeto de discurso dentro de una categoría mejor de lo que lo haría el uso del sinónimo; la elección de la palabra hexaedro en lugar de cubo.”59

Hexaedro y cubo son, efectivamente, sinónimos; y la elección de uno u otro, en un discurso concreto, puede obedecer a razones estilísticas, situacionales, lo que no deshace la sinonimia lingüística. Se confunden significado y sentido, como ocurre también con el síntoma expresi-vo estilístico respecto del valor denotativo de los términos que el hablante escoge en situacio-nes y contextos de argumentación posibles y concretos:

“Generalmente, se descubre la intención argumentativa por el indicio que presenta el uso de un término que se aleja del lenguaje habitual. Es obvio que la elección del vocablo habitual también puede tener va-lor de argumento; por otra parte, sería conveniente precisar dónde y cuándo puede considerarse que un

55 En Orbis (XIII.1, Págs. 35-49) 56 Ver Anexo 57 La elaboración de un diccionario de sinónimos de nueva planta, con inclusión de toda la variedad de los mismos. 58 Op. cit., p. 240. 59 Op. cit., p. 241.

Page 86: ÁREA TEMÁTICA Léxico y marcadores de la …exordio.qfb.umich.mx/archivos PDF de trabajo UMSNH/Aphilosofia/2.pdf · ÁREA TEMÁTICA: Léxico y marcadores de la argumentación ¿DE

María Luisa Regueiro Rodríguez Sinonimia y argumentación

259

término determinado es habitual; grosso modo, podemos calificar de habitual la palabra que pasa inadver-tida. No existe la elección neutra, pero hay una elección que parece neutra y, a partir de aquella, se pue-den estudiar las modificaciones argumentativas. El término neutro depende, evidentemente, del medio. Por ejemplo: bajo la ocupación alemana, en Bélgica, en ciertos ambientes era normal, sin duda, designar al alemán con el vocablo boche. De ahí que la voz alemán pudiera indicar, bien la sumisión general de la actitud hostil que se sentía por el enemigo, bien la estima particular por un alemán determinado que me-recía tal consideración”.

La argumentación de que los sinónimos no existen insiste en el viejo procedimiento de ejemplificar con falsos sinónimos (boche/ alemán); como en el siguiente caso, en el que resul-ta obvio que las expresiones analizadas”persona con disposición a inducir a error”, para designar al “mentiroso”, no son ni mucho menos sinónimos lingüísticos. Designación no es significación

“Asimismo, el uso de la perífrasis persona con disposición a inducir a error, para designar al mentiroso, puede tener por finalidad el despojar a este término, tanto como sea posible, del elemento desvalorizador para asimilarlo a una voz descriptiva y darle al juicio en el cual interviene la apariencia de un juicio de hecho; de ahí la significación argumentativa de esta perífrasis, que no posee el vocablo mentiroso”

Entre las posibilidades que se ofrecen al hablante, en la familia de palabras, las cuales no son voces vinculadas por un sistema de derivaciones, sino expresiones emparentadas por su sentido60, están sin duda los sinónimos, junto a otras palabras o expresiones relacionadas se-mánticamente con ellos, pero que lingüísticamente serán hipónimos, hiperónimos, palabras semánticamente afines, etc. Si en un discurso concreto, la selección de un determinado térmi-no de esta amplia familia recae en un sinónimo o, más frecuentemente, en una palabra semán-ticamente afín, más o menos “neutro”, no implica que lo sinónimos no existan.

Si tomamos en cuenta el concepto de superestructura de la argumentación (Van Dijk), desde la hipótesis a la conclusión, los sinónimos forman parte de ese marco conceptual com-partido por los participantes que garantiza la argumentación. Es parte de ese territorio común para argumentador y argumentatario del que hablan también Perelman y Olbrechts: el sistema de la lengua. Entre las condiciones de legitimidad del argumentador y el argumentatario, el significado común de los sinónimos es el que permitirá su utilización Y la selección de un sinónimo de la serie dependerá, sin duda, del contexto social, del marco argumentativo que concierne a las situaciones pragmáticas en las que se desarrolla la argumentación: del tema, del tipo de interlocutores, de las situaciones sociolingüísticas y culturales. Reconocer la exis-tencia de series de sinónimos afectivos, cultos, formales, coloquiales, geosinónimos, etc., su-pone conocer la variedad de posibilidades ante las que se enfrenta el argumentador. La sino-nimia es una de las tantas figuras de presencia61, que consiguen que el objeto del discurso esté presente en la mente de quienes argumentan. Incluso está en los conectores argumentativos: entre justificadores (puesto que/ porque), conclusivos (por consiguiente/ en consecuencia), generalizadores (a partir de/ dado que), modalizadores (a lo mejor, tal vez, quizás), garantes (según/ como dice), relativizadores (a no ser que/ si no), alternantes (no obstante/ sin embar-go) 3.2. El análisis de las argumentaciones sobre sinonimia

Las teorías sobre la argumentación ofrecen un corpus de análisis que permite descubrir los procedimientos y los argumentos empleados en las demostraciones de existencia, o de nega-ción, de la sinonimia, presentes y futuras. Es, precisamente, desde este corpus que podemos

60 Op. cit., p. 241 61 Op. cit., p. 281

Page 87: ÁREA TEMÁTICA Léxico y marcadores de la …exordio.qfb.umich.mx/archivos PDF de trabajo UMSNH/Aphilosofia/2.pdf · ÁREA TEMÁTICA: Léxico y marcadores de la argumentación ¿DE

Actas del Congreso Internacional La Argumentación Léxico y marcadores de la argumentación

260

desvelar el verdadero carácter de tópico de la negación. En palabras de Salvador: “La nega-ción de la sinonimia constituye un principio de acuerdo entre semantistas tradicionales, pseu-domodernos y modernos de verdad, lo que más que demostrativo resulta sospechoso y obliga a pensar en que tal vez se trate más bien de una creencia común, no lo bastante puesta a prue-ba, que de un meditado juicio suficientemente comprobado”62.

La negación reiterada de la sinonimia parece responder a la regla de justicia63 por la cual se puede suponer, mientras no se demuestre lo contrario, que la actitud adoptada anteriormen-te se continuará por la fuerza de la costumbre. Se han empleado diversos argumentos cuasiló-gicos (autoridad, reciprocidad, etc.64 para negar la sinonimia, pero creemos que Salvador ha demostrado con creces la existencia de sinónimos, con una sólida argumentación por ejem-plos contrastados y reales, que es la que conviene a la ciencia, dejando sin efecto la argumen-tación de lo particular a lo particular que supone “demostrar” que la sinonimia no existe con ejemplos de falsos sinónimos. Mediante el exemplum in contrarium 65adecuado: “El fraude consiste en argumentar la inexistencia de la sinonimia con ejemplos de sinónimos que no lo son, que son hiperónimos o hipónimos, o meras posibilidades designativas de la misma reali-dad”.

En cuanto a la forma, cabría esperar de los lingüistas una argumentación basada en méto-dos contrastados y en datos objetivamente verificados, no en presuposiciones, ni en connota-ciones. Sin embargo, la suposición y sus modalizadores están presentes en la mayor parte de las negaciones rotundas de la sinonimia. Baste un ejemplo:

“Nuestra suposición fundamental implica que cada forma lingüística tiene un significado constante y es-pecífico. Si las formas son fonológicamente diferentes, suponemos que sus significados son también dife-rentes...suponemos que no son realmente sinónimos.”66

En cuestiones científicas, conviene una argumentación lógica, no cuasilógica. La negación de la sinonimia se trata de una presunción67, sobreentendida por siglos, que se apoya en la valoración de lo único, que otorga más fuerza a lo que tiene este carácter frente a la multipli-cidad, con su séquito de valores asociados de lo original, lo fugaz. La ley de diferenciación de Brèal responde perfectamente al mismo. ¿No hay, tal vez, en la negación de dos términos po-sibles para un mismo significado, la sobrevaloración de la precisión entendida como corres-pondencia unívoca signo-idea? Tal vez en estos valores y en sus jerarquías reside la explica-ción de ese instinto del que nos habla Ullmann:

“Cuando vemos palabras diferentes, suponemos instintivamente que debe haber también alguna diferencia en el signi-ficado, y en la inmensa mayoría de los casos hay, en efecto, una distinción, aunque quizás sea difícil formularla.”

4. A modo de conclusión

Si partimos de la afirmación de la existencia de sinónimos en la lengua, como posibilidad de elección que se abre ante el individuo que argumenta y que selecciona los términos más efectivos para su argumentación, comprenderemos de un modo más adecuado la relación si-nonimia-argumentación:

62 Op. cit., p. 56 63 Op. cit., p. 536. 64 Op. cit., p. 287-8. 65 Op. cit., p. 539. 66 BLOOMFIELD, LEONARD: Lenguaje. Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Lima, 1964. pág. 168. La negrita es nues-tra. 67 Op. cit., p. 126.

Page 88: ÁREA TEMÁTICA Léxico y marcadores de la …exordio.qfb.umich.mx/archivos PDF de trabajo UMSNH/Aphilosofia/2.pdf · ÁREA TEMÁTICA: Léxico y marcadores de la argumentación ¿DE

María Luisa Regueiro Rodríguez Sinonimia y argumentación

261

Los sinónimos son, como bien decía Quintiliano, una de las mejores armas para la argumentación. La selección de la forma técnica, por ejemplo, frente a la general en un dis-curso que se propone argumentar convincentemente ante un auditorio especializado, sólo será posible si está en el lexicón del hablante, como posibilidad de uso, toda la serie sinonímica. No se trata de cambio de significado, sino de posibilidad de elección de acuerdo con la situa-ción comunicativa.

Igualmente, los geosinónimos podrán ser empleados en diversos contextos, pero no por ello tendrán distinto significado: en Argentina pediré en un negocio (no una tienda, como en España) una pollera sin dudarlo, y cuando regrese a España hablaré de falda, porque en mi lexicón ambos sinónimos son, como todos los sinónimos, absolutos y perfectamente inter-cambiables. Que se trate de una mayor o menor adecuación a la situación comunicativa, no implica cambio alguno de significado de los símbolos pollera o falda.

Los estudios sobre el texto, la lingüística del texto y la pragmática, nos han llevado a comprender los diversos puntos de vista y las distintas perspectivas desde las que abordamos la realidad lingüística. Los conceptos de adecuación, coherencia, cohesión, y sobre todo, los de competencia lingüística frente a competencia comunicativa nos han permitido diferenciar sistema frente a realización, código respecto de uso, de un modo nuevo, que debe ayudarnos a superar los tópicos que tan negativamente afectan a la cuestión de la sinonimia. En la compe-tencia lingüística del hablante puede existir una amplia gama de sinónimos, de los que podrá seleccionar por necesidades expresivas diversas las posibilidades que su competencia comu-nicativa determine, de acuerdo con cada contexto comunicativo, con cada situación. En el acto de habla para unos, en la actividad comunicativa para otros, el sistema sigue existiendo como base de cualquier posibilidad de comunicación: y los sinónimos están ahí, esperando la oportunidad de manifestarse.

Decir que los sinónimos no existen porque pueda darse en la competencia del hablante una identificación con palabras semánticamente afines en lugar de verdaderos sinónimos, no quiere decir que los sinónimos no existan en la lengua: competencia y sistema no son equiva-lentes. Sería como pensar que la humedad no existe porque el instrumento que utilizamos para medirla no la detecte. Además, puede ocurrir que simplemente el hablante prefiera otros mati-ces adicionales, nuevos y distintos, más intensidad de uno de los semas compartidos por los sinónimos, que pueda darla una palabra afín, no un sinónimo: está en su derecho, pero no to-memos el uso que hacemos de una cosa por la cosa misma.

El estudio de las sutiles relaciones semánticas entre palabras en todo el corpus de la lengua es una condición para que se devuelva a la sinonimia su entidad lingüística, perdida bajo el peso de una tradición de siglos. Es una ardua tarea pendiente de la Lexicología, de la Semántica y de la Lexicografía, no necesariamente de la lingüística de la argumentación. Pero se avanzaría mucho si, desde todos los campos lingüísticos, se reflexionara sobre la sinonimia sin los prejuicios del pasado, sustituyendo el axioma de su inexistencia por la evidencia de su realidad en el sistema.

La Neorretórica, que tan espléndidos frutos y posibilidades proporciona respecto de la comprensión del pensamiento discursivo y de la fuerza del lenguaje en la argumentación, en un sentido tan amplio como enriquecedor, podría proporcionar más de una respuesta a la difí-cil tarea de esclarecimiento de la sinonimia. Entre otras cuestiones, podría desentrañar el enigma de por qué un hablante selecciona entre dos sinónimos uno y sólo uno de esta duplici-dad.

Page 89: ÁREA TEMÁTICA Léxico y marcadores de la …exordio.qfb.umich.mx/archivos PDF de trabajo UMSNH/Aphilosofia/2.pdf · ÁREA TEMÁTICA: Léxico y marcadores de la argumentación ¿DE

Actas del Congreso Internacional La Argumentación Léxico y marcadores de la argumentación

262

La investigación de la sinonimia en los textos argumentativos proporcionaría datos de interés para interpretar su valor en la expresión literaria, en el lenguaje científico, en el publi-citario o en cualquier otro tipo textual; en los argumentos, en la expresión de los tópicos, en la actividad verbal argumentativa en general. Hacemos nuestra la expresión de Perelman y a Olbrechts:

Para discernir el uso argumentativo de un término, es importante conocer las palabras o las expresiones que el orador puede emplear y de las cuales ha preferido la voz utilizada.

Entre ellas, creemos, están los sinónimos.

ANEXO: ESBOZO DE CLASIFICACIÓN DE SINÓNIMOS (página siguiente) CUADRO 1. RELACIÓN SINONÍMICA EN EL SISTEMA CUADRO 2. SELECCIÓN EN EL USO

Page 90: ÁREA TEMÁTICA Léxico y marcadores de la …exordio.qfb.umich.mx/archivos PDF de trabajo UMSNH/Aphilosofia/2.pdf · ÁREA TEMÁTICA: Léxico y marcadores de la argumentación ¿DE

María Luisa Regueiro Rodríguez Sinonimia y argumentación

263

CUADRO 1- RELACIÓN SINONÍMICA EN EL SISTEMA Empezar, comenzar, iniciar, principiar

Homogénea Apostatar de, hacer apostasía de, abjurar de, renegar de Unidades Léxicas en relación Heterogénea Acaso, tal vez, a lo mejor

Incremento Abarrenar/barrenar. Hipocentauro/ centauro. barbe-char/abarbechar

Prefijación

Modific. Acanallar, encanallar. Abarraz/albarraz Cambio fonético Abuñolar / abuñuelar. Cangrena / gangrena. Acogotar /acocotar Pref. + cambio base léxica Aburelado /burielado Entropiezo / tropezón Sufijación Abundoso/ abundante. Abordo/ abordaje. Aceitunil/ aceitunado

Acuátil/ acuático Profesional/ profesionista Suf. + camb. b. léxica Ababa/ ababol/ amapola Elipsis- acortamiento síncopa, etc.

Foto /fotografía, buscapersonas/ busca, cine/cinematógrafo. Autobús /bus

Base léxica común

Cambio gramatical El vuelto /la vuelta Base léxica diferente

Alcaldada (<ár.)/ atropello (<fr. Tropa) Arrendar/ alquilar, amancebamiento/ abarraganamiento, reduplicación/ epanadiplosis, escultura (<lat. Escalpere: rascar)/ estatua (<lat. Stare: estar de pie), carrero (<celt., carrus /, estela (< port. Esteira) escrupuloso/aprensivo

Forma

Serie mixta Maní, cacahuate, cacahuate, cacahuey Completa Acantio/ cardo borriquero/ cardo borriqueño

Extensión Selectiva Confortar 1) / fortalecer; (ac. 2)/ alentar, animar, consolar Conformar (1) / adaptar, formar; (ac. 2) amigar, reconciliar, desenemistar; (ac. 3 ) contentar; (ac. , con) estar con-forme con, de acuerdo con, asentir

Sigdo recto Adiposis / obesidad. Bautizar/ cristianar. Emplasto 1 / cataplasma Cualidad

Significado figurado

Bautizar1 / llamar, nombrar, denominar, poner nombre. Bautizar 2/ llamar, rebautizar, tildar. Emplasto 2/ parche, pegote (`añadido o remiendo que desentona´). Emplasto 3/ cataplasma, chanca, chancla, chancleta (calif., persona achacosa o de poca salud´). Emplasto4 / chapucería, chapuza, mamarracho (desp., obra sin arte ni esmero )

Actuales Arrendar/ alquilar Des.antics. Liviano/ ligero; Pollera/ falda.

Contenido semántico

Actualidad

Neologismo

Ordenador/ computadora

Page 91: ÁREA TEMÁTICA Léxico y marcadores de la …exordio.qfb.umich.mx/archivos PDF de trabajo UMSNH/Aphilosofia/2.pdf · ÁREA TEMÁTICA: Léxico y marcadores de la argumentación ¿DE

Actas del Congreso Internacional La Argumentación Léxico y marcadores de la argumentación

264

CUADRO 2. SELECCIÓN EN EL USO Generales Empezar, comenzar, iniciar, principiar. Acabar, concluir, terminar, finalizar. Acaso, tal vez, quizá, quizás Dialectales de grandes áreas

Zumo /jugo. Llamado/ llamada. Liviano/ ligero. Papa, patata. Bravo/ irritado.

Regionales Palta/ aguacate. Tomate / jitomate. Hamaca/ columpio (Arg.) Retar (Arg.)/ reprender/ reñir (Esp.) Vidrieras (Arg.), escaparates, aparadores (Méx.).

Geosinónimos

Locales Jorobado: jiboso, jorobado; jorobeto; jiboso; jibiento, jibao, jibo, jibudo, jorobao1 Eufemísticos Parir/ dar a luz/ alumbrar. Tocador/ servicio/ baño Hipocorísticos Pipí/ pis/ orina. Nene/ peque/ chiqui Jocosos, festivos, burlescos

Torpe 2/ adoquín, alcornoque, bodoque, cabeza dura, calabacín, ceporro, lelo, leño, madero, mendrugo, pánfilo, zopenco, zoquete

Despectivos Médico: medicastro, mediquillo, medicucho, matasanos Muy formales Erguido/ enhiesto. Caer / incurrir (en un error) Formales Partera, comadrona, matrona. Oculista/ oftalmólogo

Contextuales Informs. Cols. Ebriedad, borrachera

Cultos Latrocinio/ ladrocinio, robo Populares Alcohólico/ borracho

Registro

Vulgares Empujar, rempujar, arrempujar

Estándar Cient.- técnicos Corteza terrestre/ litosfera. Hemorroide/ almorrana

Estilísticos

Situacionales

De dominio

Literarios Blancura, albura, albor Sistema “arrojar, tirar violentamente una cosa” 2 “hierba piojera”, otro sinónimo de la serie, en este caso, pluriverbal 3 “De color rojo, entre negro y leonado” como el que caracteriza al paño buriel 4 En solidaridad lexemática respecto de “ojos”: “de color de aceituna verde” 5 “lo que vive en el agua”, sea planta o pez. Con una restricción por solidaridad: la sinonimia no existe cuando se refieren a objetos: por lo que no se admitiría * esquí acuátil, pero sí esquí acuátic

1 El contraste entre el mapa 64 y el 3 del Pequeño atlas léxico de la sabana de Bogotá, ofrece para jorobado la distribución local de la siguiente serie sinonímica: en Riofrío: jiboso y jorobado; en Suesca, jorobe-to; en Villapinzón y en Gachacinpá: jiboso; en Chía, giboso, jibao; en El Salitre, giboso, jibiento; Madrid, jibao, jibo; Cota, giboso, jibao, jibo; Soecha, jibudo; Usme, jorobado. 2 En la acepción de “rudo, tardo en comprender” (DRAE), “el que comprende o aprende difícilmente o falto de habilidad en cualquier cosa” (DUE)