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Chantal Mouffe “El retorno de lo político” RAWLS: FILOSOFÍA POLÍTICA SIN POLÍTICA Todos esos falsos dilemas se deben a que bajo el término «liberalismo» se produce la confluencia de una serie de discursos que se han articulado en determinadas circunstancias, pero que carecen de relación necesaria. Escogeré el caso del liberalismo deontológico de Rawls como ejemplo de esas múltiples articulaciones y lo emplearé como punto de partida para analizar la naturaleza y el papel de la filosofía política en una sociedad democrática. (pag.66) La obra de Rawls ilustra muy bien lo que quiero decir, En primer lugar, tenemos allí la defensa del liberalismo político, que establece su autonomía respecto del liberalismo económico. Uno de los rasgos característicos de la justicia entendida como equidad es que afirma la prioridad del derecho sobre el bien. (pág. 70) Rawls cree que la superioridad del enfoque deontológico sobre del teleológico (que afirma la prioridad del bien y define el derecho como lo que maximiza el bien) está en que es el único que proporciona una representación adecuada de la distinción de los individuos y una defensa de sus derechos inalienables. De aquí su afirmación de que la justicia como equidad es la teoría de la justicia que mejor se adapta a la democracia moderna. (pág.71) Pienso que Rawls tiene razón cuando sostiene que en una democracia moderna los principios de justicia deben derivarse con independencia de toda concepción moral, religiosa o filosófica y servir como marco para determinar qué concepciones particulares del bien son aceptables. Pero su defensa de esta tesis es inadecuada y lo ha dejado en una posición vulnerable a la crítica comunitaria. (pág. 71) Como señala con acierto Charles Taylor, «el error básico del atomismo en todas sus formas es que no toma en cuenta que el individuo libre, con metas y aspiraciones propias cuyas justas recompensas trata de proteger, sólo es posible en un cierto tipo de civilización; que la producción del individuo moderno requirió un largo desarrollo de ciertas instituciones

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Chantal Mouffe El retorno de lo poltico

Chantal Mouffe El retorno de lo poltico

RAWLS: FILOSOFA POLTICA SIN POLTICA

Todos esos falsos dilemas se deben a que bajo el trmino liberalismo se produce la confluencia de una serie de discursos que se han articulado en determinadas circunstancias, pero que carecen de relacin necesaria.

Escoger el caso del liberalismo deontolgico de Rawls como ejemplo de esas mltiples articulaciones y lo emplear como punto de partida para analizar la naturaleza y el papel de la filosofa poltica en una sociedad democrtica. (pag.66)

La obra de Rawls ilustra muy bien lo que quiero decir, En primer lugar, tenemos all la defensa del liberalismo poltico, que establece su autonoma respecto del liberalismo econmico.Uno de los rasgos caractersticos de la justicia entendida como equidad es que afirma la prioridad del derecho sobre el bien. (pg. 70)

Rawls cree que la superioridad del enfoque deontolgico sobre del teleolgico (que afirma la prioridad del bien y define el derecho como lo que maximiza el bien) est en que es el nico que proporciona una representacin adecuada de la distincin de los individuos y una defensa de sus derechos inalienables. De aqu su afirmacin de que la justicia como equidad es la teora de la justicia que mejor se adapta a la democracia moderna. (pg.71)

Pienso que Rawls tiene razn cuando sostiene que en una democracia moderna los principios de justicia deben derivarse con independencia de toda concepcin moral, religiosa o filosfica y servir como marco para determinar qu concepciones particulares del bien son aceptables. Pero su defensa de esta tesis es inadecuada y lo ha dejado en una posicin vulnerable a la crtica comunitaria. (pg. 71)

Como seala con acierto Charles Taylor, el error bsico del atomismo en todas sus formas es que no toma en cuenta que el individuo libre, con metas y aspiraciones propias cuyas justas recompensas trata de proteger, slo es posible en un cierto tipo de civilizacin; que la produccin del individuo moderno requiri un largo desarrollo de ciertas instituciones y prcticas, imperio del derecho, reglas de igualdad de respeto, hbitos de deliberacin comn, asociacin comn, desarrollo cultural, etc.. Una vez que se ha reconocido que la existencia de derechos y de una concepcin de justicia no puede ser previa a, ni independiente de, formas especficas de asociacin poltica que por definicin implican un concepto del bien-, resulta evidente que jams puede darse una prioridad absoluta del derecho sobre el bien." (pg. 71)

Pero si Rawls tiene razn en querer defender el pluralismo y los derechos individuales, se equivoca en creer que ese proyecto exige el rechazo de cualquier idea posible de bien comn, porque la prioridad del derecho por la que l aboga slo puede darse en el contexto de una asociacin poltica especfica definida por una idea de! bien comn; salvo que en este caso debe entenderse en trminos estrictamente polticos, como el bien comn poltico de un rgimen democrtico liberal, esto es, los principios del rgimen democrtico liberal en tanto asociacin poltica: igualdad y libertad. (pg. 72)

Estoy de acuerdo con Glaston en que la posicin actual de Rawls es insostenible, aunque no pienso que la solucin resida en dar abiertamente por supuesta una visin perfeccionista, sino, por el contrario, como tratar de mostrar ms adelante, en establecer las condiciones que lo habilitaran para basar su concepcin poltica de justicia sobre fundamentos polticos. Eso requerir que reconozcamos que un rgimen democrtico liberal, pese a tener que ser agnstico en trminos de moral y religin, no puede serlo en lo concerniente a valores pol-ticos, pues por definicin afirma los principios que constituyen su especificidad en tanto asociacin poltica, esto es, los principios polticos de igualdad y libertad. (pp. 73-74)

La posicin original ya no expresa un punto de vista neutral, sino que refleja los ideales implcitos en la cultura pblica de una sociedad democrtica, y ahora las diferentes partes que intervienen en la deliberacin se orientan de acuerdo con el ejercicio y el desarrollo de sus dos potencialidades morales. (p. 74) insatisfactoria nocin de lo poltico que encontramos en su obra. En la medida en que lo poltico est presente en Rawls, se reduce a poltica de inters, es decir, a la persecucin de intereses diferenciados y definidos con prioridad a, e independencia de, su posible articulacin de discursos alternativos y en competencia. () Pero entre lo razonable y lo racional- no queda espacio para nada poltico propiamente dicho, cuya naturaleza pudiramos establecer de manera independiente de la moral o la economa. (p. 75)

slo nos quedan las ideas intuitivas para comprender en qu sentido es poltica una concepcin de la justicia. Por otro lado, como ya hemos visto, las dos ideas intuitivas principales de las cuales parte Rawls son que la sociedad es un sistema de cooperacin social y que los ciudadanos son libres e iguales en virtud de su posesin de dos potencialidades morales -a) capacidad para un sentido de justicia; b) capacidad para una concepcin del bien-," an nos hallamos inmersos en el discurso moral, y difcilmente su concepcin de la ciudadana sea poltica. (pp. 75-76)

El problema reside en que desde el comienzo Rawls ha usado un modo de razonamiento especfico del discurso moral cuyo efecto, al aplicarlo al campo de la poltica, es reducir este ltimo a un proceso racional de negociacin entre intereses privados con las limitaciones impuestas por la moral. (). Pensar la poltica en trminos de lenguaje moral, como hace Rawls, lleva necesariamente a descuidar el papel que desempean el conflicto, el poder y el inters. (p. 76)

El discurso poltico intenta crear formas especficas de unidad entre intereses distintos relacionndolos con un proyecto comn y estableciendo una frontera que defina las fuerzas a las que hay que oponerse, el enemigo. (p. 77)En poltica, el inters pblico siempre es un tema de debate y es imposible alcanzar jams un acuerdo final; imaginarse esa situacin es soar con una sociedad sin poltica. No habra que esperar la eliminacin del desacuerdo, sino su contencin en formas tales que respeten la existencia de las instituciones democrticas liberales. (p. 77)Esta visin de lo poltico falta por completo en Rawls, quien da por supuesta la existencia de un inters propio racional comn sobre el cual los ciudadanos que actan como personas libres e iguales pueden acordar y fundar principios de justicia. Este autor parece creer que los desacuerdos slo afectan a cuestiones religiosas y filosficas y que con evitar esos temas controvertibles es posible alcanzar un consenso sobre la manera de organizar las instituciones bsicas de la sociedad. Tan convencido est de que slo hay una solucin a este problema y de que las personas racionales, que deliberan dentro de las limitaciones de lo razonable y estn movidas nicamente por su ventaja racional, elegirn los principios de justicia que l postula, que estima suficiente que un hombre calcule el inters propio racional para todos. En tal caso, el proceso de deliberacin es superfluo." La poltica no se ve afectada por la existencia del pluralismo, que Rawls entiende slo como la multiplicidad de las concepciones del bien que la gente ejerce en la esfera privada, perfectamente separada de la esfera pblica en la que reina el consenso basado en el inters propio. sta es la utopa liberal perfecta. Como lo muestran claramente las discusiones acerca del aborto, el pluralismo no significa que todas esas concepciones conflictivas del bien coexistan pacficamente sin tratar de intervenir en la esfera pblica, y la frontera entre lo pblico y lo privado no est trazada de una vez para siempre, sino que constantemente se est construyendo y cambiando. Adems, en cualquier momento los asuntos privados pueden ver surgir antagonismos en su seno y, en consecuencia, politizarse. Por tanto, la sociedad bien ordenada de Rawls se apoya en la eliminacin de la idea misma de lo poltico.Pero hay tambin otro sentido en que lo poltico est ausente en Rawls, el sentido de ordenamiento simblico de las relaciones sociales, el aspecto de la poltica en sentido profundo, en tanto conjunto de las relaciones humanas en su real estructura social, en su capacidad para construir el mundo.' (pp. 77-78)