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APROXIMACIONES A LA CULTURA DE LA PREVENCIÓN. UN
CONCEPTO EN DESARROLLO
GRACIELA CRISTINA ANTACLI 1
RESUMEN
La siniestralidad laboral es uno de los flagelos más acuciantes en el mundo del trabajo en consecuencia, tanto la OIT como los gobiernos y organizaciones de empleadores y trabajadores reconocen que los sistemas de Salud y Seguridad del Trabajo son fundamentales para prevenir los accidentes y enfermedades del trabajo, también para beneficiar la productividad de la empresa y la calidad del empleo. En función de ello la OIT propone: implantar y fortalecer continuamente una cultura de la prevención en materia de Salud y Seguridad a través del Convenio N° 155 (1981), su Protocolo del año 2002 y el Convenio N° 187 (2006), instrumentos que establecen los pilares de la prevención. El término “cultura de la prevención” o de la seguridad surgió como consecuencia de grandes accidentes (nucleares y de aviación). Fue utilizado por primera vez en el informe del accidente nuclear en Chernobyl (1986) en donde se destaca el impacto de los factores humanos y de gestión sobre los resultados de rendimiento de seguridad. En ésta presentación se analizarán las distintas definiciones sobre el concepto en estudio, cuáles son los elementos que la componen y sus características. Por otra parte, se destacan los componentes claves para su desarrollo. Se entiende que fomentar la “cultura de la prevención” es instar a un cambio, indagándose, en el presente, cuáles son las peculiaridades de ese proceso, como así también las claves para promover la “cultura de la prevención” Asimismo se abordará, la formación de los trabajadores, como una de las esferas de acción para contribuir al desarrollo de la “cultura de la prevención”. En pos de la reducción de la siniestralidad laboral, y para generar un cambio en la prevención de riesgos del trabajo, se impone internalizar la “cultura de la prevención” con compromiso y participación en todos los sectores involucrados
1 Abogada. Escribana . Doctora en Derecho del Trabajo, Previsión Social y Derechos Humanos. Magíster
en Derecho del Trabajo y Relaciones Laborales Internacionales. Diplomada en Derecho Colectivo del
Trabajo. Docente – Investigadora- Publicista.
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Palabras clave: Cultura de la prevención– Cultura de la seguridad - Prevención
en los riesgos del trabajo – Salud y Seguridad en el Trabajo –
INTRODUCCIÓN
La seguridad y salud en el trabajo, constituyen una cuestión sustancial,
pues se procura con ella lograr el bienestar tanto físico como mental de los
trabajadores. Por tal razón en la mayoría de los convenios de la OIT se
contempla de forma directa o indirecta el asunto de la seguridad y salud,
siguiendo dos principios fundamentales: a) el trabajo debe realizarse en un
medio ambiente seguro y salubre; y b) las condiciones del trabajo deber ser
compatibles con el bienestar y la dignidad humana de los trabajadores.
En las últimas décadas, se operaron transformaciones en el mundo del
trabajo generadas por la globalización, los avances tecnológicos en el lugar de
trabajo, entre otros, cuyos efectos impactaron en la seguridad y salud en el
trabajo. En algunos casos redujeron riesgos tradicionales, en otros se
incrementaron y surgieron nuevos
En paralelo, la concepción moderna del mundo del trabajo en el plano
internacional, es más preventiva que indemnizatoria, ya que pone especial
atención a las condiciones y al medio ambiente en el cual se desarrolla el
trabajo para proteger adecuadamente la vida saludable del trabajador, que es
el bien que jurídicamente tutela.
3
La siniestralidad laboral es uno de los problemas más graves, además
que en función de la nueva concepción los bienes afectados (salud y vida) no
son reparables aunque puedan ser indemnizables. Por ello, el objetivo principal
de la prevención de riesgos laborales es proteger al trabajador de los riesgos
que se derivan de su trabajo. Por tanto, una buena actuación en prevención de
riesgos laborales implica evitar o minimizar las causas de los accidentes y de
las enfermedades derivadas del mismo. Esto debe conseguirse, fomentando
una auténtica cultura preventiva, que debe tener su reflejo en la planificación de
la prevención dirigida a los distintos sectores que componen el mundo laboral.
Ahora bien, escuchamos hablar de “cultura preventiva” de una manera
simplificada como si ella fuera incorporada a los actores sociales y a la
sociedad misma de una forma espontánea
Como se analizará, promover la “cultura de la prevención” requiere de
un proceso, con sus particularidades, de normativa acorde, de compromiso y
voluntad de los involucrados. Se trata de un proceso y cambio cultural hacia la
mayor seguridad en el trabajo, creando conciencia, adoptando nuevas
conductas, desde una acción colectiva. Desde tal perspectiva, el objeto de
ésta presentación es hacer una aproximación al concepto de “cultura
preventiva”.
Además, se propone un somero análisis de la formación en prevención
como una alternativa para contribuir a la promoción de la “cultura preventiva”
.
EL CONCEPTO DE “CULTURA DE LA PREVENCIÓN”.
CARACTERÍSTICAS.
Al hablar de cultura de la prevención pareciera que se hace referencia a
la cultura de una organización.
Para la Real Academia Española la palabra “cultura” tiene varias
acepciones, en el contexto que nos ocupa seleccionamos dos:
1) “conjunto de conocimientos que permite a alguien desarrollar su juicio
crítico”.
4
2) Relacionado con la palabra “cultivar”, pues se trata de un proceso del
que forman parte todas las personas de la organización y se va
cristalizando hasta obtener los resultados.
El concepto de cultura está compuesto por las interacciones de sus
miembros, sus eventos. Los elementos que la transmiten y sostienen son los
principios, declaraciones, historias, ceremonias, símbolos, liderazgos, rituales,
objetivos comunes, procesos de socialización de sus miembros.
La cultura se inscribe con los valores compartidos, las prácticas
comunes y las percepciones que influirán en la elección de los
comportamientos en un entorno determinado, sea laboral o no.
La cultura en las organizaciones opera en distintos niveles pero lo que
frecuentemente observamos son las manifestaciones visibles de la cultura. Son
el “qué” o “como”, no el “porqué”, por cuanto la cultura en las organizaciones
opera en diferentes niveles2.
Pedraza-Álvarez, Obispo-Salazar, Vásquez-González y Gómez-Gómez,
(2015) en su investigación describen los niveles de cultura conceptualizados
por Edgar Schein revelando que no son estáticos, ni independientes, y que se
relacionan entre ellos:
Manifestaciones Visibles (Producciones): Es el nivel más externo o superficial
de la cultura que se manifiesta a través de símbolos, señales, elementos físicos, social
u otros que se pueden observar o sentir.
Valores Declarados Es un nivel más interno de la cultura que se manifiesta a
través de lo que expresan las personas sobre lo que piensan o creen, sobre los
2 Foro Iberoamericano de Organismos Reguladores Radiológicos y Nucleares 2015“Cultura de Seguridad
en las organizaciones, instalaciones y actividades con fuentes de radiación ionizante” Recuperado de
www.foroiberam.org/documents/193375/6564c023-826b-4104-81d0-58417c1912d6
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valores que asumen o son apoyados por la Organización. Pueden ser preferencias,
impresiones o deseo más que realidad práctica.
Suposiciones Básicas Es el nivel más profundo de la Cultura donde yacen las
creencias, muchas veces inconscientes. Son el resultado del efecto del entorno a
diferentes niveles, la historia y las experiencias y el efecto de los líderes, entre otros.
Es lo que las personas realmente piensan y creen3.
Conforme lo describen los citados autores, una vez que se comprendan
las suposiciones básicas, pueden entenderse los otros niveles que son más
superficiales. En ésta línea de ideas, cuando se hace alusión al fomento de la
“Cultura de la Prevención” implica la existencia de cambios culturales, que
trasladado a los conceptos de cultura en general se infiere que el cambio
cultural comenzará a producirse una vez que se modifiquen los “porqués”, es
decir, las suposiciones básicas de las actitudes o comportamientos.
El Foro Iberoamericano de Organismos Reguladores Radiológicos y
Nucleares en 2015 publicó una investigación titulada “Cultura de Seguridad en
las organizaciones, instalaciones y actividades con fuentes de radiación
ionizante”, en la que analiza las particularidades en los procesos de cambio de
la cultura en general, que deben considerarse para los cambios operados en
la cultura de la seguridad; ellas son:
Es un fenómeno profundo, que opera en tres niveles, siendo las Suposiciones
Básicas el nivel determinante. Por lo tanto, su abordaje y transformación no es un
proceso simple o superficial;
Es estable, puesto que se basa en creencias arraigadas en el tiempo por
convencimiento, conveniencia o por haber funcionado bien en el pasado. Por lo tanto,
su cambio o modificación puede generar resistencia y ansiedad;
3 Pedraza-Álvarez ,Lilibeth, Obispo-Salazar Kelly, Vásquez-González Lina y Gómez-Gómez Leonardo
Investigación: Cultura organizacional desde la teoría de Edgar Schein: Estudio fenomenológico. Revista
Clío América. Enero - Junio 2015, Vol. 9 No. 17. Recuperado de:
https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/5139907.pdf
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Se basa en patrones asumidos y compartidos por un grupo, por lo tanto, la
modificación de viejos patrones, hábitos o costumbres requiere que las nuevas
propuestas sean percibidas como beneficiosas y convenientes por el grupo, para
asumirlas y compartirlas colectivamente como organización. El cambio de unos pocos
no significa un cambio cultural en la organización. Se requiere un efecto colectivo o al
menos mayoritario;
Está relacionada con el entorno para adecuarse o adaptarse, y sobrevivir.
Esto sugiere que la modificación de los entornos puede favorecer el cambio cultural
deseado;
Es un elemento social, para la interacción y convivencia con sus semejantes.
De aquí que los miembros de una organización pueden ejercer un efecto
transformador de la Cultura;
Opera de forma inconsciente, es decir, que para producir un cambio cultural
deberán descifrarse fundamentos no conscientes de la actuación;
Evoluciona, no es estática, lo que hace posible trabajar sobre la Cultura y
cambiarla;
Es aprendida, no es genéticamente determinada, lo que permite el proceso
de inducirla;
Se trasmite con el tiempo, lo que asigna un papel importante a los líderes,
fundadores, formadores y otros agentes de cambio como trasmisores de valores
No es un ente aislado, rara vez es homogénea, lo que obliga a considerar que
aún una Cultura dominante puede ser afectada por otras Culturas o subculturas, tanto
internas como externas;
Es amplia y multifactorial, por lo que descifrar todos los elementos de la
Cultura puede ser una tarea ardua e interminable, siendo conveniente enfocar los
esfuerzos en aristas determinadas de la Cultura, consideradas importantes para el
cambio, de forma que sea manejable y realizable;
Es de modificación lenta, lo que significa que no se pueden anticipar o
esperar cambios a nivel cultural de forma inmediata ni en un corto período de tiempo,
incluso cuando son inducidos por una acción consciente externa, pues depende de
que emerjan o se descubran, se desarrollen y se asuman nuevas suposiciones o
creencias básicas sobre “las formas de hacer las cosas”, mejor y diferente a como se
venían haciendo hasta el momento4.
4 Recuperado de www.foroiberam.org/documents/193375/6564c023-826b-4104-81d0-58417c1912d6
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Abordando ahora, el significado de “cultura de la seguridad” o “cultura de
la prevención”, se indica que es un concepto en permanente evolución y tiene
variadas definiciones que ponen el acento en distintas teorías, ideologías, en la
cultura organizacional, en actitudes. Cabe señalar que se utilizan
indistintamente los términos “cultura de la seguridad”, “cultura de la
prevención”, “cultura de la salud y seguridad en el trabajo”.
El término “cultura de la prevención” o de la seguridad nació como
consecuencia de grandes accidentes (nucleares y de aviación) esta noción se
fue relacionando enfermedades originadas por las malas condiciones de
trabajo.
En el accidente nuclear en Chernobyl (1986), la expresión “cultura de la
seguridad” fue utilizada por primera vez en el informe de la comisión de
investigación de seguridad nuclear, reunido después del accidente.
Dicho concepto fue presentado como un modo de explicar que la falta de
conocimiento y comprensión de los riesgos y seguridad por parte de los
empleados y la organización contribuyeron a esa catástrofe.
Como se manifestara, las definiciones sobre “Cultura de la Seguridad”
son numerosas, y varias de ellas como se apreciará, han revelado una
importancia clave de elementos tales como: el comportamiento, las creencias
básicas, el liderazgo. A continuación se enuncian alguna de ellas5:
5 Foro Iberoamericano de Organismos Reguladores Radiológicos y Nucleares 2015“Cultura de Seguridad
en las organizaciones, instalaciones y actividades con fuentes de radiación ionizante” Recuperado de
www.foroiberam.org/documents/193375/6564c023-826b-4104-81d0-58417c1912d6
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Según el Grupo Internacional Asesor en Seguridad Nuclear (1991) la
“cultura de la seguridad” es un “Conjunto de características y actitudes en
organizaciones e individuos que establecen que, como una prioridad suprema,
las cuestiones de seguridad de la central nuclear reciben la atención que
merecen en función de su significado”.
Por su parte afirma Frank Guldenmund (2000) que la cultura es el marco
que nos sirve de referencia para el comportamiento de un determinado grupo,
es decir, la manera en cómo hacemos las cosas en un determinado lugar.
En la Organización Internacional de Energía Nuclear, se formula en el
año 2007 un Glosario de Seguridad Tecnológica que enuncian el concepto de
cultura de la prevención como el: “Conjunto de características y actitudes de las
organizaciones y personas que establece, como prioridad absoluta, que las
cuestiones relativas a la protección y la seguridad
Conforme lo refiere Carlos Rodríguez6 (2009), está la propuesta por el
Comité Asesor sobre Seguridad de Instalaciones Nucleares ( Advisory Comite
on the Safety of Nuclear Installations) que abarca aspectos de las otras
definiciones y sugiere lo siguiente:
“La Cultura de Seguridad de una organización es el producto de los valores,
actitudes, competencias y patrones de comportamiento, grupales e
individuales, que determinan el compromiso y el estilo y la competencia de los
programas de salud y seguridad. Organizaciones con una cultura positiva están
caracterizadas por comunicaciones fundadas en la confianza mutua, por
percepciones compartidas respecto de la importancia de la seguridad y por
confianza en la eficacia de las medidas preventivas”.
6 Rodríguez, Carlos Aníbal Los convenios de la OIT sobre seguridad y salud en el trabajo: una oportunidad
para mejorar las condiciones y el medioambiente de trabajo. Buenos Aires, Oficina de la OIT en Argentina, Centro Internacional de Formación de la OIT, Turín-CIF, 2009. P 41.
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Continúa afirmando:
“Cada grupo desarrolla actitudes compartidas, creencias y formas de
comportamiento. Esta forma de cultura es mucho más que la suma de sus
partes. En una organización segura los patrones de asunciones compartidas
ponen a la seguridad en un lugar muy alto de sus prioridades. Este estilo es el
producto de los valores individuales y grupales, actitudes, competencias y
patrones de comportamiento”.
En consonancia a lo dicho, amerita destacar que los conceptos:
comportamiento, asunciones, valores, hacen referencia a los responsables de
ponerlos en marcha, es decir a nivel conducción de la organización. Al respecto
observa Rodríguez7 (2009) que las distintas investigaciones prueban que la
estructura gerencial juega un rol clave para garantizar el éxito de los
programas de salud y seguridad. No existe una cultura de la seguridad donde
la línea gerencial no se implique íntimamente con cada uno de los aspectos
concernientes a la prevención.
Rodríguez8 hace referencia a una investigación realizada por Hui
Zhang, Douglas Wiegmann, Tery von Thaden, Gunjan Sharma, Ayssa Mitchell,
en el marco de la 49 Reunión Anual de la Sociedad de Factores Humanos y
Ergonomía en Santa Mónica (2002) bajo el lema "Cultura de seguridad: un
concepto en el caos”. En la aludida investigación se revisan 107 documentos,
en pos de acordar definiciones de “cultura de la prevención” o “cultura de la
seguridad”, advirtiendo que la mayoría de los conceptos tenían muchos
elementos en común, a saber:
7 Rodríguez, Carlos Aníbal Los convenios de la OIT sobre seguridad y salud en el trabajo: una
oportunidad para mejorar las condiciones y el medioambiente de trabajo. Buenos Aires, Oficina de la OIT en Argentina, Centro Internacional de Formación de la OIT, Turín-CIF, 2009. P 43.
8 Ibídem p.47
10
a) Cultura de seguridad es un concepto definido en el nivel grupal o alto, con
referencia a valores compartidos por todos los miembros de un grupo u
organización.
b) Es la preocupación formal por los asuntos de seguridad en una organización,
estrechamente relacionada, pero no restringida, a los sistemas de supervisión y
gerenciamiento.
c) La cultura de la seguridad enfatiza la contribución de cada uno a todos los
niveles en una organización.
d) La cultura de la prevención de una organización tiene impacto en el
comportamiento de sus miembros en el trabajo.
e) La cultura de la seguridad está usualmente reflejada en la contingencia entre
los sistemas de recompensas y la performance en seguridad.
f) La cultura de la prevención se refleja en una organización por la buena
disposición para desarrollar y aprender a partir de los errores, incidentes y
accidentes.
g) La cultura de la seguridad es relativamente duradera, estable y resistente al
cambio.
Es en función de ello que los citados autores proponen la siguiente
definición:
“Los valores duraderos y las prioridades puestas en la seguridad pública y de
los trabajadores por cada uno, en cada grupo, en todo nivel de una
organización. Se refiere a la extensión con que los individuos y grupos
comprometerán la responsabilidad personal hacia la seguridad; actuando para
preservar, realzar y comunicar lo concerniente a la seguridad, adaptando y
modificando (ambos: individuos y organización) los comportamientos, basados
en las lecciones aprendidas de los errores y siendo recompensados en forma
consistente con esos valores”.
Habiendo ya definido el concepto de la “cultura de la seguridad”, e
indagando si posee una característica individual o grupal, los expertos opinan
que hay distintas líneas de pensamiento en ambos sentidos y la cuestión no es
menor ya que tiene directa vinculación con las medidas de intervención que se
tomen.
11
Puntualiza Carlos Rodríguez9 (2009) que quienes sostienen que la
“cultura de la prevención” es una característica individual, están relacionadas a
las actitudes individuales, vinculadas a las características de las personas y no
con la organización en la que trabajan. Este pensamiento está muy difundido
en muchas empresas en donde se minimizan los riesgos del trabajo y se pone
el acento en la actitud del trabajador en la génesis del accidente.
El aludido autor afirma “… debe remarcarse que es la cultura gerencial, antes
que la cultura de la fuerza de trabajo en general, la más relevante. Mientras que los
trabajadores pueden en ciertos casos no tener todos los conocimientos necesarios, la
identificación de los riesgos, teniendo en cuenta la percepción de los trabajadores,
además de los “técnicamente identificados”, es una tarea básica de las gerencias. Es
el compromiso de la gerencia lo que hace posible disponer de los recursos necesarios
para hacer un lugar de trabajo seguro…”10
Otros autores se posicionan en la cultura como práctica colectiva, tal es el
caso del psicólogo inglés James Reason (1998)11 quien sostiene que la cultura
de la seguridad está compuesta por cinco elementos:
• Una cultura de la información: la organización recolecta y analiza datos
relevantes, y difunde la información de seguridad de manera activa
• Una cultura del reporte: se cultiva una atmósfera en donde las personas se
sienten libres para notificar problemas de seguridad sin temor a represalias y
sabiendo que se actuará sobre los reportado.
• Una cultura de aprendizaje: la organización es capaz de aprender de sus
errores y realizar cambios.
9 Rodríguez, Carlos Aníbal Los convenios de la OIT sobre seguridad y salud en el trabajo: una
oportunidad para mejorar las condiciones y el medioambiente de trabajo. Buenos Aires, Oficina de la OIT en Argentina, Centro Internacional de Formación de la OIT, Turín-CIF, 2009. P 51. 10 Rodríguez, Carlos Aníbal Los convenios de la OIT sobre seguridad y salud en el trabajo: una
oportunidad para mejorar las condiciones y el medioambiente de trabajo. Buenos Aires, Oficina de la OIT en Argentina, Centro Internacional de Formación de la OIT, Turín-CIF, 2009. P 49
11 Recuperado de: www.noble-arp.com/src/img_up/02062016.7.pdf
12
• Una cultura justa: en donde los errores y actos inseguros no son castigados si
el error no es intencional, pero en donde se sanciona a quienes actúan
temerariamente tomando riesgos de manera deliberada e injustificable.
• Una cultura flexible: en donde la organización y las personas que la
componen son capaces de adaptarse efectivamente a la necesidad de cambio.
En otro orden de ideas y en paralelo al concepto de “Cultura de la
Seguridad”, emerge otra expresión que es “clima de seguridad”. Se sostiene
que, aunque algunos expertos lo usen en forma indistinta, son conceptos
diferentes.
Quienes diferencian ambos conceptos sostienen que el “clima de seguridad”
se aplica a ciertos patrones superficiales de la “cultura de la seguridad”
observados a partir de algunas percepciones y actitudes de los individuos en
un momento dado. Es decir, utilizan el término cultura para algo más profundo
y arraigado dentro de la organización, el mismo proviene del mundo de la
sociología. Por otra parte, se entiende al “clima de seguridad”, como una
manifestación específica de la cultura, otorgándole una visión más superficial y
variable. Dicha expresión pertenece al universo de la psicología
En cuanto a la expresión “clima de la seguridad”, fue utilizada por primera
vez por O. Zohar (1989) Carlos Rodríguez12 (2009) en su obra, cita al referido
autor quien enfatiza los elementos distintivos del concepto en examen:
• El clima de seguridad es un fenómeno psicológico, definido habitualmente
como percepciones del estado de la seguridad en un momento particular.
• El clima de seguridad está estrechamente vinculado con temas tales como los
factores medioambientales y de una situación.
•El clima de seguridad es un fenómeno temporal, una “foto” de la cultura de la
seguridad, relativamente inestable y sujeto a cambio.
12 Rodríguez, Carlos Aníbal Los convenios de la OIT sobre seguridad y salud en el trabajo: una
oportunidad para mejorar las condiciones y el medioambiente de trabajo. Buenos Aires, Oficina de la OIT en Argentina, Centro Internacional de Formación de la OIT, Turín-CIF, 2009. P 47
13
En tal sentido coinciden Oliver, Tomás y Cheyne13 (2005) respecto a que el
clima puede ser visto como una medida del estado temporal de la cultura que
se refleja en las percepciones compartidas de la organización en un momento
determinado.
Como se señalara existe una considerable variación de definiciones y
conceptos sobre “cultura de la seguridad” o “cultura de la prevención” sin que
exista un acuerdo sobre el alcance del mismo, pero poseen elementos
comunes.
Ahora bien, de acuerdo a los distintos espacios donde se posicionen,
incluso sin importar el origen, se procura promover y desarrollar dentro de las
organizaciones una “Cultura de la Prevención”. En función de ello cabe
preguntarse si existen componentes claves para ese desarrollo. Conforme lo
sustenta Fabián Vítolo14se destacan:
a) Compromiso: la importancia que le asigna la organización, las
decisiones tomadas en todos los niveles. Asignación de recursos,
recompensas.
b) Comunicaciones: los métodos, frecuencia de comunicación e
interacción dentro de la organización. Participación.
c) Estímulo a la colaboración entre distintos rangos y disciplinas en la
búsqueda de soluciones a problemas de seguridad. Obligación de trabajar en
equipo
d) Competencia: calidad, cantidad y frecuencia de capacitación formal e
informal, evaluación.
13 Oliver Amparo, Tomás José Manuel y Cheyne Alistair. Clima de Seguridad Laboral: naturaleza y poder
predictivo. Revista de Psicología del Trabajo y de las Organizaciones 2005. Vol. 21 N°.3. Recuperado de www.redalyc.org/pdf/2313/231317624004.pdf
14 Vítolo Fabián “Cultura de la seguridad” Biblioteca Virtual NOBLE . Marzo 2016. Recuperado de
www.noble-arp.com/src/img_up/02062016.7.pdf
14
e) Compromiso de los líderes de la organización con la seguridad.
f) Percepción del riesgo y actitudes: una visión precisa y compartida del
riesgo planteado y la confianza y aceptación sobre conductas inseguras.
En el marco de lo abordado se llega a una primera conclusión, la cultura
de la prevención es el resultado de un colectivo. En ésta línea ¿se puede
hablar de una sola forma o variable de cultura de la prevención?
Al estudiar una organización determinada se comprueba que el sistema
de creencias, valores y prácticas, varía en los distintos espacios y en los
diferentes grupos de trabajadores. Los diversos estudios empíricos han
demostrado que los miembros no responden de la misma forma en
determinadas situaciones y su conducta está influenciada por el rol que
cumple en la organización.
Hay numerosas variables que inciden en la conformación del concepto
de cultura de la prevención: la percepción de riesgo, los niveles de adaptación
de los trabajadores y que generan subculturas. El estudio de las subculturas
permite suministrar interpretaciones sobre problemas de Salud y Seguridad de
una organización. Por ello, la cuestión radicaría en cómo integrar esas
subculturas y lograr la mejor perfomance en materia de prevención.
Richter y Christian Koxh15 (2004) ilustran como otro punto a considerar
a la hora de establecer la existencia de distintos tipos de culturas, el poner
énfasis en las ambigüedades de las intenciones. Se pueden distinguir tres
tipos de racionalidades:
1) Como perspectiva de los productores: pone el acento en que cada
miembro sea capaz de hacer un producto de calidad.
15 Richter A y Koxh Christian, Integración, diferenciación y ambigüedad en las culturas de seguridad. en
Safety Science 42.2004, pgs.703-722, 2004.
15
2) La perspectiva desde el salario de los trabajadores: que el pago sea
decente, con participación y seguridad en el empleo.
3) La perspectiva desde la seguridad: mantener la preservación a largo
plazo de la habilidad de trabajar y enfrentar a corto plazo los
aspectos emocionales que generan los riesgos.
En este orden y siempre relacionado con la prevención, sería deseable
entonces, que los integrantes de una organización tuvieran un mismo trabajo
colectivo, una misma visión, pero es un logro difícil de alcanzar.
Con claridad meridiana Carlos Rodríguez (2009) abrevia éste contexto:
“…Cuando una organización se impone el desafío de desarrollar un
programa de cambio cultural, debe tener muy en cuenta las subculturas
existentes en su interior, sus formas de interacción y cómo están establecidas
las relaciones de poder entre ellas…Además de tener en cuenta la existencia
de las distintas subculturas, la organización que intenta crear una cultura de
seguridad e iniciar el camino de la “mejora continua” debe asumir la
convicción de que la organización debe tener la fortaleza de enseñar a “abrir
las cabezas”. Es decir que debe desarrollar la capacidad de aprender como
organización…”.16
En esa línea de pensamiento, cuando se trabaja para el proceso de la
“cultura de la seguridad” lo que se pretende es producir un cambio cultural
positivo, es decir, hacia una mayor seguridad. Por ello se deduce, que la
“cultura de la prevención” debería constituir el valor prioritario de la
organización en cada uno de sus niveles y de todos sus trabajadores, debiendo
a su vez, asumir todos el compromiso en pos de la vida y la salud, mediante
16 Rodríguez, Carlos Aníbal Los convenios de la OIT sobre seguridad y salud en el trabajo: una
oportunidad para mejorar las condiciones y el medioambiente de trabajo. Buenos Aires, Oficina de la OIT en Argentina, Centro Internacional de Formación de la OIT,Turín-CIF, 2009. P 58
16
acciones en materia de prevención, aprendizaje, aumento de comunicaciones,
entre otras.
IMPLANTAR UNA CULTURA DE LA PREVENCIÓN – CONVENIOS DE OIT
Tanto la OIT, como los gobiernos y organizaciones de empleadores y
trabajadores reconocen que los sistemas de Salud y Seguridad del Trabajo son
fundamentales para prevenir los accidentes y enfermedades del trabajo, así
también para beneficiar la productividad de la empresa y la calidad del empleo.
Es por ello que la OIT propone: implantar, poner en práctica y fortalecer
continuamente una cultura de la prevención en materia de Salud y Seguridad a
través del Convenio N° 155 (1981) sobre Seguridad y Salud de los
trabajadores, su Protocolo del año 2002 y el Convenio N° 187 (2006) sobre el
marco Promocional para la seguridad y salud en el trabajo. Los citados
convenios fueron ratificados por Argentina a través de las leyes N° 26693 y N°
26694 respectivamente del 27/7/11 y con vigencia a partir del 2015 y ello es
significativo para poder deducir las normativas y acciones de nuestro país en el
marco de la “Cultura preventiva”
El Convenio N° 155, detalla los principios básicos y la metodología que
se requiere para lograr mejoras en la gestión de la SST. El Protocolo de 2002,
complementa y refuerza el requisito de recabar información pertinente a fin de
evaluar los progresos realizados. El Convenio N° 187 refuerza el requisito de
promover un medio ambiente de trabajo seguro y saludable. Asimismo,
especifica la naturaleza cíclica de proceso político nacional y la manera en que
esas políticas, a través de programas nacionales, contribuyen a establecer y
mantener una cultura de prevención en materia de seguridad y salud. Por otra
parte, se debe tener en cuenta la Recomendación N° 164, que con el Convenio
N° 155 destaca la importancia de la participación tripartita en la implementación
de medidas de seguridad.
Con los fundamentos que se examinaron en el presente trabajo, el art. 1
del Convenio N° 187 de la OIT puntualiza el concepto de “cultura nacional de
17
prevención en materia de seguridad y salud” que se refiere a una cultura en la
que el derecho a un medio ambiente de trabajo seguro y saludable se respeta
en todos los niveles, y en la que el gobierno, los empleadores y los
trabajadores participan activamente en iniciativas destinadas a asegurar estas
condiciones mediante un sistema de derechos, responsabilidades y deberes
bien definidos, y en la que se concede la máxima prioridad al principio de
prevención.
En consecuencia y conforme lo indicado, la cultura de la prevención
supone el compromiso de las organizaciones y de los individuos con la salud y
la seguridad, manifestándose en un conjunto de valores, actitudes,
percepciones, conocimientos y prácticas de orden individual y colectivo.
En el contexto de la normativa de los Convenios aludidos puede decirse
que los pilares de la cultura de la prevención son la información, el compromiso
y la participación en tal sentido:
a) informarse supone identificar y evaluar los riesgos a los que
están expuestos trabajadores y trabajadoras en sus
actividades, incluyendo la multiplicidad de puntos de vista de
los actores involucrados;
b) comprometerse se refiere a la necesidad de tomar conciencia y
educar para la adopción de conductas responsables que
cuiden las vidas de las personas en situación de trabajo así
como el entorno en que estas acciones se desarrollan;
c) participar implica formar parte de acciones colectivas
compartidas por todos los miembros de una comunidad u
organización con el objetivo de cambiar situaciones riesgosas.
Para ello es necesario asumir comportamientos proactivos, en ese
sentido, la implementación de estrategias participativas hace posible que la
tarea se realice de forma más creativa, flexible, con mayor nivel de innovación
y mayores posibilidades de mejora.
18
LA CULTURA DE LA PREVENCIÓN Y LA NECESIDAD DE UNA FORMACIÓN EN PREVENCIÓN
La política nacional en materia de Salud y Seguridad en el Trabajo
otorga un marco de acción para garantizar que se minimicen los riesgos
existentes en el medio ambiente de trabajo nacional. El contenido dependerá
de las condiciones y la práctica nacional concreta y su eficacia de las mejoras
que se adquieran en la prevención de accidentes y daños en la salud.
La Cultura Nacional en prevención en el art. 1 del Convenio N° 187 de
OIT , es definida como la cultura en la que el derecho a un medio ambiente de
trabajo seguro y saludable se respeta en todos los niveles, en la que el
gobierno, los empleadores y los trabajadores participan activamente en
iniciativas destinadas a asegurar un medio ambiente de trabajo seguro y
saludable mediante un sistema de derechos, responsabilidades y deberes bien
definidos, y en la que se concede la máxima prioridad al principio de
prevención.
Por otra parte, el Convenio N°155 incluye tanto requisitos
metodológicos como requisitos sustantivos y prevé que una política nacional
deberá: formularse, ponerse en práctica y reexaminarse periódicamente
siguiendo ciertos principios; tener en cuenta esferas de acción definidas;
garantizar que ciertas funciones se llevan a cabo de forma progresiva; y prever
la definición de ciertos derechos y deberes.
Las grandes esferas de acción de una política nacional son cinco y
están contempladas en el artículo 5 del Convenio N°. 155:
a) controlar los componentes materiales del trabajo;
b) adaptar la maquinaria, las herramientas y el equipo de trabajo a las
necesidades de los trabajadores;
c) proporcionar formación, incluida la formación complementaria necesaria,
calificaciones y motivación a las personas que intervienen;
19
d) garantizar la comunicación y cooperación a todos los niveles de la sociedad;
e) proteger a los trabajadores y a sus representantes contra toda medida
disciplinaria resultante de acciones emprendidas por estos justificadamente
En virtud de lo extenso del tema, abordamos en ésta presentación,
aquella esfera de acción relativa a la formación para contribuir a la “Cultura de
la prevención”.
La formación y la información en prevención de riesgos laborales, son
elementos esenciales de la actividad preventiva, con objetivos marcados como
los de aportar al trabajador los datos, conocimientos y habilidades para que sea
capaz de desarrollar sus funciones con las mayores garantías de seguridad y
salud.
La prevención y protección efectiva no implica únicamente, por ejemplo,
mejorar la formación en seguridad del personal de la empresa, sino garantizar,
para cada uno de los trabajadores, la formación y la información adecuadas
sobre los riesgos que entraña su puesto de trabajo, y la adaptación de sus
características psicofísicas a las del puesto de trabajo que tiene asignado.
Además de ello, conforme lo señala Javier Navarro Aparicio17 está la
necesidad de la concreta obligación de una ley, que establezca un conjunto de
actividades de aprendizaje que permita a sus destinatarios adquirir ese valor
conductual necesario para garantizar un comportamiento adecuado frente a los
riesgos laborales de su lugar de trabajo. Claro está, que el objetivo de esta
formación es sensibilizar a los receptores mediante un aumento del
conocimiento de los peligros para la seguridad y la salud, como también la
comprensión en las medidas preventivas eficaces. Además la mejora en la
educación debería atravesar todos los niveles educativos.
17 Navarro Aparicio, Javier (2017) La Cultura preventiva a través de la formación en prevención.
Universidad Internacional de Valencia. Recuperado de https://www.universidadviu.es/la-cultura-preventiva-traves-la-formacion-prevencion/
20
En consonancia, Navarro Aparicio, tomando como punto de partida la
existencia de una Ley de Prevención de Riesgos Laborales, propone cinco
tipos formativos, entendiendo que tanto la normativa como los aspectos
técnicos son diferentes18:
a) La formación académica: La misma Ley de Prevención plantea al sistema
educativo nacional contenidos relativos a la prevención de riesgos
laborales. En el plano superior, la generación de especialidades en
Medicina del Trabajo, Seguridad en el Trabajo, Higiene Laboral, Ergonomía
y Psicología Aplicadas, entre otras.
b) La formación a los trabajadores: Además de la obligación que se establece
en una Ley de Prevención, en nuestro país, los empleadores deben
responder al Deber de seguridad (art. 75 LCT) por el cual han de garantizar
la seguridad y salud de los trabajadores a su servicio en todos los
aspectos.
Ésta formación se ajustará a las necesidades y requerimientos de la
persona en relación al nivel de riesgos al que está expuesto y considerando
su nivel académico. Esos conocimientos deberán ser mantenidos y
complementados (cartelería en la empresa, folletos, etc.).
c) La formación a los delegados de prevención: consiste en la formación de
los representantes de los trabajadores con funciones específicas en
materia de prevención de riesgos para el correcto desarrollo de sus tareas.
d) La formación de los equipos de emergencia: el empleador designará a los
trabajadores que lo integren ante situaciones de emergencia; debiendo
estar formados en la detección, alarma, extinción, evacuación y primeros
auxilios.
e) La formación de los miembros de un sistema de prevención: existen
Reglamentos de los Servicios de Prevención en donde se detallan tres
niveles de actuación: básico, intermedio y superior. Quienes lo integren
(interno o externo) deberán acreditar la formación en tales niveles.
18 Ibídem
21
De acuerdo con los razonamientos que se han venido realizando en
ésta presentación, se infiere que en la “cultura de la prevención” la
educación debe ser una constante. En nuestro país desde 1995 existe un
marco legal que muestra la prevención como el eje, el objetivo y el medio
fundamental para conseguir una mejora efectiva en las condiciones de vida
y de trabajo.
Efectivamente, la Ley 24.557 o Ley de Riesgos del Trabajo (4/10/1995)
rige la prevención de los riesgos y la reparación de los daños derivados del
trabajo. Son sus objetivos: a) reducir la siniestralidad laboral mediante la
prevención de los riesgos derivados del trabajo, b). Reparar los daños
derivados de accidentes de trabajo y de enfermedades profesionales,
incluyendo la rehabilitación del trabajador damnificado, c) promover la
recalificación y la recolocación de los trabajadores damnificados, d) promover
la negociación colectiva laboral para la mejora de las medidas de prevención y
de las prestaciones.
Por otra parte, el art. 19 de la Ley 27348 (24/2/2017) modificatoria de la
Ley 24.557 dispone la obligación para la Superintendencia de Riesgos del
Trabajo de remitir al Comité Consultivo Permanente (art. 40 Ley 24.557) un
anteproyecto de ley de protección y prevención laboral destinado a garantizar
que las condiciones y medio ambiente de trabajo resulten acordes con la
normativa y prácticas internacionales.
En la actualidad y con un nuevo impulso, se está discutiendo el
anteproyecto en la sede el Comité Consultivo Permanente. La iniciativa
persigue como premisa que la ley sea de aplicación “en todo el territorio de la
Argentina” y que tenga alcance para los trabajadores y empleadores de todas
las actividades, tanto en los lugares de trabajo del ámbito público como
privado, persigan o no fines de lucro.
El citado Comité tiene además: funciones consultivas en la
reglamentación de la Ley de Riesgos del Trabajo, en la modificación del Listado
22
de Enfermedades Profesionales, en la determinación de las acciones de
prevención y reparación y demás aspectos atinentes al fortalecimiento del
Sistema de Riesgos de Trabajo.
Son conocidas en nuestro país las estructuras tripartitas y permanentes
de diálogo social en la materia, cuya misión es impulsar políticas y programas
nacionales de Salud y Seguridad en el Trabajo, diseñar propuestas de
legislación, coordinar distintas instituciones, asesorar y promover acciones. Sin
dudas, resulta imperioso que esas políticas estén enmarcadas en las tres
dimensiones–información, compromiso y participación– que son los pivotes
sobre los cuales se afianza la cultura de la prevención
En otro orden de ideas, debemos tener en cuenta que al referirnos a
formación estamos apuntando también a la modificación de la conducta
humana que al ser compleja en su constitución requiere de tiempo para su
transformación. En efecto, modificar la conducta de una persona que,
culturalmente, ignora un peligro, supone generar una nueva memoria en su
cerebro a largo plazo que se integre a sus vivencias, le permita una nueva
interpretación de la realidad y ello genere una nueva forma de actuar.
Jaime Llacuna Morera19 sostiene: “…La formación debe hacerse
entendiendo que debe perdurar, fundamentalmente, y que es muy probable
que se oponga a alguna variable cultural integrada anteriormente. Es la cultura
contra la cultura. Extinguir recuerdos negativos para aprender acciones
preventivas nuevas…”
Otro de los tópicos a tener en cuenta, y que fue considerado en ésta
presentación, es que la cultura de la prevención esté integrada en la empresa,
ya que no es suficiente que se disponga de sistemas de gestión preventivos si
éstos no son aplicados en la organización.
19 Llacuma Morera, Jaime (2008) Cultura de Prevención. Respuestas, códigos, parodias y paradojas. La
Mutua (Madrid) N° 20. Recuperado de
https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=4408145
23
En dicho sentido afirman José Luis Fernández García y David de la Fuente
García (2007)20 que para que el sistema de prevención esté integrado a la
empresa y resulte eficaz deberá trabajar en tres dimensiones, considerándolo
así un cambio cultural: aprender de los errores, permitir aplicar las medidas
preventivas y que todos los miembros de la organización estén convencidos de
su eficacia, es decir, motivar a los trabajadores.
De lo enunciado se destaca, que la “Cultura preventiva” es una escalera
de progreso por la que ascienden las empresas mediante buenas prácticas
preventivas.
A MODO DE CONCLUSIÓN
Según estimaciones de la OIT, cada año mueren en el mundo más
de dos millones de trabajadores a pesar de los esfuerzos realizados para
superar los problemas de salud y seguridad en el trabajo.
En razón que la siniestralidad laboral constituye uno de los flagelos más
significativos, se entiende que fomentando una “cultura de la prevención” o
“cultura de la seguridad” se protegerá al trabajador de los riesgos que deriven
de su trabajo, evitando o minimizando las causas de los accidentes o
enfermedades derivadas del trabajo.
Ya se hizo referencia que la expresión “cultura de la seguridad” fue
utilizada en el informe de la comisión de investigación del accidente nuclear en
Chernobyl(1986) para explicar que la catástrofe se produjo por falta de
20 Fernández García, José Luis y De la Fuente García, David (2007) La integración de la prevención en la
cultura de la empresa. Gestión práctica de riesgos laborales: Integración y desarrollo de la gestión de
prevención N° 35, Recuperado de
https://dialnet.unirioja.es/servlet/extaut?codigo=170987
24
conocimiento y comprensión de los riesgos y seguridad de los empleados y de
la organización misma.
Existen diversas definiciones de “Cultura de la prevención” o
“Cultura de la seguridad” (términos utilizados en forma indistinta), a
continuación se enumeran elementos que están contenidos en ellas: a) Es un
concepto definido en el nivel grupal y compartido por todos los miembros de la
organización. b) Se enfatiza la contribución de todos y cada uno de los
integrantes y niveles. c) Tiene impacto en el comportamiento de sus miembros
en el trabajo. d) Es la preocupación formal, no restringida, del nivel
gerenciamiento. e) Disposición para desarrollar y aprender a partir de errores,
incidentes y accidentes. f) Es relativamente duradera, estable y resistente al
cambio.
Se puede decir entonces que “Cultura de la prevención” es el producto
de los valores, actitudes, percepciones, capacidades y patrones de conducta
individuales y grupales que determinan el compromiso, el estilo y la
profesionalidad en el manejo de la salud y la seguridad en una organización.
Al hablar de “cultura de la prevención” se hace referencia a la educación
y al cambio cultural, ya que se trata de crear conciencia, adoptar nuevas
conductas, implica una actitud colectiva que se puede construir mediante un
largo proceso social. Se fundamenta en el compromiso y la participación de los
actores involucrados.
En el desarrollo de ésta presentación surge que las particularidades en
los cambios culturales en general se aplican también en los procesos de
cambios en la “cultura de la prevención” por cuanto: su abordaje y
trasformación operan en lo profundo de una cultura; el efecto debe ser colectivo
o mayoritario; es un elemento social, operando en forma inconsciente y lenta;
es aprendida, lo que permite el proceso de inducirla; se transmite con el tiempo
otorgándole un rol importante a los líderes.
25
Conforme lo dicho, la expresión “cultura de la prevención” es el
resultado de un colectivo. Cuando una organización se impone el desafío de un
cambio cultural, debe tener en cuenta tanto las subculturas que existen en su
interior como las relaciones entre ellas y tener la fortaleza de generar
conciencia.
Este proceso debe ir acompañado de una mayor interacción entre los
miembros de la organización, compromiso de toda la organización, en especial
de los líderes, estimular la participación, compartir la percepción del riesgo y
aceptar las conductas inseguras.
Sin lugar a dudas, con la promoción de la “cultura de la prevención” se
pretende un cambio cultural hacia una mayor seguridad, que dicha cultura
constituya un valor prioritario de la organización en todos sus trabajadores y
niveles, debiendo asumir todos el compromiso en pos de la vida y la salud,
mediante aprendizaje, acciones de prevención, comunicaciones y otras.
En dicho marco la OIT prepone: implantar, poner en práctica y
fortalecer continuamente una cultura de la prevención en materia de Salud y
Seguridad a través del Convenio N° 155 (1981) sobre Seguridad y Salud de los
trabajadores, su Protocolo del año 2002 y el Convenio N° 187 (2006) sobre el
marco Promocional para la seguridad y salud en el trabajo. Ratificados por
Argentina a través de las leyes N° 26693 y N° 26694 respectivamente del
27/7/11.
Los convenios enunciados establecen las dimensiones de información,
compromiso y participación que son los pivotes sobre los cuales se afianza la
cultura de la prevención.
En el marco del art. 1 del Convenio N° 187 de OIT se fija la política
nacional en materia de Salud y Seguridad en el Trabajo que otorga un marco
de acción para garantizar que se minimicen los riesgos existentes en el medio
ambiente de trabajo nacional. Por otra parte y de acuerdo al art. 5 del Convenio
N° 155 de OIT se describen las esferas de acción para contribuir al desarrollo
26
de la “cultura de la prevención”, en éste trabajo se abordó la cuestión de la
necesidad de formación de las personas que integran una organización.
La formación adecuada sobre los riesgos no sólo implica el conocimiento
de los mismos sino la adaptación del trabajador y sus características
psicofísicas a las del puesto de trabajo que tiene asignado. Asimismo
sensibilizar a los receptores frente al riesgo y una mayor comprensión de las
medidas preventivas eficaces.
En esta dirección para un mayor fomento de la “cultura de prevención” hay
cinco ámbitos específicos donde puede desarrollarse: en el académico, en el
contexto de los trabajadores, en los delegados de prevención, en los equipos
de emergencia y en los miembros de un sistema de prevención.
Si bien son conocidas en nuestro país las políticas y programas
implementados en materia de Salud y Seguridad en el Trabajo, resulta
imperioso que las actuales estén enmarcadas en las tres dimensiones–
información, compromiso y participación.
Al mismo tiempo que el Anteproyecto de Ley de protección y prevención
laboral, que aún están discutiendo las partes involucradas en el seno del
Comité Consultivo Permanente, garantice que las condiciones y medio
ambiente de trabajo resulten acordes con la normativa y prácticas
internacionales.
La formación en prevención de riesgos laborales es compleja y pasa por
garantizar su accesibilidad a lo largo de la vida del trabajador, debe hacerse
entendiendo que la misma debe perdurar y que esa formación debe estar
integrada a la empresa.
En la “cultura de la prevención” hay que seguir trabajando para empezar
a tener resultados en largos años, pues hablamos de cambios culturales a nivel
colectivo e individual.
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