aprendiendo a ser maestros

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    Guadalupe Albores CastroCOORDINADORA

    Aprendiendo a ser :emaestr@descubrimiento incertidumbre

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    SECRETARIA DE EDUCACIÓN

    SUBSERCRETARÍA DE EDUCACIÓN

    DIRECCIÓN DE EDUCACIÓN SUPERIOR

    ESCUELA NORMAL DE LICENCIATURA EN EDUCACIÓN PRIMARIA“DEL OCCIDENTE DE CHIAPAS”

    Aprendiendo a ser maestr@:descubrimiento e incertidumbre

    Guadalupe Albores CastroCOORDINADORA

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    Primera edición: 2015ISBN: 968 5710 82 3

    D.R. © ESCUELA NORMAL DE LICENCIATURAEN EDUCACIÓN PRIMARIA “DEL OCCIDENTEDE CHIAPAS”

    COORDINACIÓN EDITORIAL Y DISEÑO

    Tania Bautista

    FOTO DE PORTADA

    Susana Colín Contreras“Organizando los aprendizaje y maestros y

    aprendices”

    Impreso en México

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     Agradecimientos

    La publicación de Aprendiendo a ser maestro: descubrimientoe incertidumbre es un logro de la Escuela Normal de Licenciatura

    en Educación Primaria “Del Occidente de Chiapas”,

    ubicada en Cintalapa, Chiapas.

     Agradezco al Mtro. Martín Rafael Mondragón, al Dr. Domingo Ramírez García

    y a la Mtra. Cruz Toledo Cruz, directivos de la escuela en el periodo

    en que se realizó el Taller “Documentación de experiencias docentes”,

    su interés en fortalecer la formación de las y los jóvenes y la invitación

    que me hicieron para contribuir a ese propósito.

    Mi gratitud también por hacer posible la publicación de este volumen.

    Mi mayor agradecimiento a los autores de los textos

    por su perseverancia y compromiso para contar de la mejor forma

    algunas de las experiencias docentes que han tenido en su camino

    para aprender a ser maestras y maestros.

    En particular deseo hacer un reconocimiento especial a Susy Colín Contreras

    por su gran aporte a este libro con sus fotografías.

     A todas y todos, por la riqueza que se produce en el encuentro educativo.

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    Índice

    PRESENTACIÓN 7

    ÁNGELES EN DIFICULTADES

    Un ángel o un diablillo 14

    Susana Colín Contreras

    Una experiencia que enseña 22

    Carla Rocío Ramos Núñez

    Ángel, un pequeño diablillo 27 Juan Manuel Pérez Carpio

    Mi reto con Eduardo 32 Jesús Alberto Moguel Camacho

    Un niño problema 36Christian Yeremi Cruz Torres

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    Aprendiendo a ser maestr@: descubrimiento e incertidumbre

    ORGANIZANDO LOS APRENDIZAJES

    Un desorden inesperado 40 Jaret Crystely Zárate Ramos

    Los experimentos causándonos problemas 45Mayra Isabel Rocha Natividad

    Mi experiencia con las matemáticas 49Mónica Graciela Guzmán Grajales

    Mi dicultad para organizar a los niños en el trabajo 54

     Adriana Guadalupe Cruz López

    MESTROS Y APRENDICES

    Una experiencia improvisada 60

    María Alejandra Santos Cordero

    El peor maestro 64

    Brenda Isela Vera Velazquez

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    Presentación

    No es mío, no es mío cuanto escribo.

    ¿A quién lo debo?

    ¿De quién soy el heraldo nato?

    ¿Por qué, engañado,

     juzgué ser mío lo que no era mío?

    ¿Quién más me lo dio?

    Fernando Pessoa

    El proceso por el cual los estudiantes normalistas se apropian de

    la profesión docente y elaboran o transforman su conocimiento dela institución escolar ha sido documentado, aún insucientemente,

    por la investigación educativa pero escasamente por los propiosactores. Este es el aporte del conjunto de textos que integraneste volumen: relatos de un grupo de docentes en formación que

    escriben su experiencia de hacerse maestros en el encuentro conlos niños y las escuelas de Educación Básica.

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    Aprendiendo a ser maestr@: descubrimiento e incertidumbre

    Los textos son producto de los estudiantes que cursaban el

    quinto semestre de la Licenciatura en Educación Primaria de laEscuela Normal del Occidente, ubicada en Cintalapa, Chiapas, en los

    últimos meses del año 2012 en el marco del Taller: “Documentaciónde experiencias docentes”.

    El propósito que la escuela planteó para el taller fue fortalecerlas habilidades de escritura de los docentes en formación enatención al reto que les signica elaborar el documento que los lleve

    a lograr su titulación. Pero la escritura, como sabemos hoy, es unejercicio situado el cual implica una intencionalidad que conere

    características particulares a lo que se comunica y que expresa demanera indisoluble al autor y su mundo.

    Ante estas consideraciones el ejercicio formativo que el tallerimpulsó no pudo desconocer que se trataba de un grupo deestudiantes en proceso de formación inicial para la docencia en

    educación primaria y que implicaba, entre otras experiencias, elnecesario encuentro con las escuelas de educación primaria. La

    asistencia a éstas, como queda documentado, involucra tantolas subjetividades de los aprendices de docentes como a dosinstituciones que coinciden para su formación: la escuela primaria

    y la escuela Normal.Las escuelas primarias son, en muchos sentidos, una extensión

    de la institución formadora. Es en sus aulas en donde los aprendices

    de docentes elaboran algunos saberes que articulan su profesión, seacercan o conrman las tradiciones y rituales que constituyen la vidacotidiana de las escuelas; ahí se inician en las particulares formasde ser docente mediante la observación de niños y maestros,

    ejercicios de enseñanza con grupos diversos y también mediante lasevera crítica que frecuentemente hacen a las formas de trabajo y

    organización de las escuelas y actores educativos.

    Históricamente la asistencia de los futuros maestros a las escuelasde Educación Básica ha formado parte indisoluble de la preparaciónpara la docencia en las Escuelas Normales, de ahí la relevancia decontribuir a documentar lo que ocurre en ese indispensable vínculo,

    y aunque los fundamentos conceptuales para explicar la estancia en

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    Presentación

    las escuelas han variado a lo largo de los diversos Planes de Estudio,

    las tareas de observación y los posteriores ejercicios de prácticasdocentes se han mantenido prácticamente inalterables desde la

    fundación de las Normales.El grupo participante al Taller “Documentación de experiencias

    docentes” fue una de las últimas generaciones inscritas dentro delPlan que se implantó en el país en el año 1997, éste considerabacomo lineamiento transversal en toda la carrera uno de sus tres ejes

    formativos: las “actividades de acercamiento a la práctica escolar”.En el momento del taller los jóvenes habían cursado del primero

    al cuarto semestres las asignaturas: Escuela y contexto social,Iniciación al trabajo escolar, Observación y práctica Docente I y II.

    Esta organización curricular implicaba tiempos diferenciados depermanencia en las escuelas, de ahí que en los relatos se da cuentade estancias que suponen únicamente el ejercicio de observar a un

    docente por cortos periodos y de otras de más tiempo en las quelas jornadas en las aulas suponen primero un momento para la

    observación y posteriormente desarrollar un ejercicio de docenciapreviamente planicado en la Normal.

    A partir de las consideraciones descritas se pensó que una

    de las estrategias del taller fuera que los talleristas elaboraranuna narrativa de las experiencias vivenciadas en alguna de sus

    estancias en escuelas primarias, aquéllas que hubieran resultado

    particularmente signicativas. Así entendida, cada relato es unespacio en la biografía de su construcción como docentes.

    El proceso de escritura que se siguió podemos identicarlo con lasentencia: “pon una marca y ve a dónde te lleva” del cuento infantil

    “El punto”, que tan didácticamente narra Luis Pescetti, uno de losmateriales del taller. La primera marca para construir el conjunto

    de narrativas que integran este volumen siguió el camino creativo

    del texto y se continuó con elaborar las primeras ideas, dotarlasde contenido y esbozar el hilo narrativo. Para traer la experienciaal presente se trabajó también con la narrativa oral: contar pararecrear la historia, los rostros, espacios, tiempos, hechos. Algunos

    autores se acercaron a los registros de ese periodo, cuando los

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    Aprendiendo a ser maestr@: descubrimiento e incertidumbre

    tenían; la mayoría optó por reconstruir a partir de la memoria y el

    diálogo.A ese punto le siguieron por lo menos tres borradores: escribir,

    corregir, volver a escribir. Poco habituados a la recursividad enla escritura, la mayoría de los 28 integrantes de este grupo logró

    estructurar un texto inicial, pocos fueron los que hicieron de élun espacio creativo y se comprometieron en su elaboración parallevarlo un poco más allá del ejercicio escolar: estos son los nueve

    trabajos que integran este volumen.

    Lo que nos cuentan: indicios del aprendizaje de la profesión docente

    Algunos planteamientos curriculares recientes para las escuelasNormales parten del supuesto de que los docentes en formaciónconocen la vida de las escuelas de educación básica por su

    tránsito en ellas; las narrativas que aquí se presentan evidencianla debilidad de esta idea. El acercamiento que se hace desde la

    formación inicial supone para los estudiantes normalistas procesosde gran descubrimiento del mundo escolar y sus procesos, enellos, emoción y entusiasmo van a la par de la incertidumbre que

    se experimenta.Encontramos en las narrativas la expresión de la alegría del día

    en que “se rifa” la escuela de práctica o el grupo al que habrán de

    asistir, la emoción por el aprendizaje que esto supone o por tenerla oportunidad de practicar con el grado que se desea. De ladode la incertidumbre leemos las dudas que trae el acercamiento ala escuela asignada: desde el “¿cómo estará el camino?” hasta la

    preocupación por el carácter urbano de la escuela.Otro aspecto singular resulta del encuentro de normalistas y

    maestros responsables del grupo al que acuden. En la mayoría de

    los textos encontramos referencias a este momento y valoracionesdiversas que van desde el “maestro responsable y exigente” a la“sonrisa forzada” de la maestra “difícil”. El acercamiento entreambos actores puede resultar tan importante que dene por sí

    mismo la experiencia de sus prácticas.

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    Aprendiendo a ser maestr@: descubrimiento e incertidumbre

    ¿Un ángel o un diablillo?

    Susana Colín Contreras

    Hace dos años, durante el mes de septiembre, aún me encontraba

    en el primer semestre de la Escuela Normal.Para esos días la asesora de grupo nos rifaría las escuelas a donde

    iríamos para realizar nuestras observaciones, eso me emocionabamucho, pensaba mucho sobre cuál iba a ser la escuela a la que iría y

    me imaginaba cómo sería.Ese día llegó, al n sabría a qué escuela iría y al escuchar mi

    nombre me apresuré al escritorio de la maestra y con gran

    entusiasmo tomé un papelito y lo desdoblé muy lentamente,nalmente ahí estaba el nombre de mi escuelita: Solecito. Mi

    cara fue de gran sorpresa no sólo por el nombre sino porque nisiquiera conocía donde estaba esa escuela, solamente sabía que

    se encontraba en un contexto urbano.

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    El día más esperado

    Llegó el día de ir a mi primera observación, me desperté con muchas

    ganas de conocer la escuela, tomé mi mochila y el disco que unanoche anterior había grabado con algunas canciones infantiles.

    Quería compartirlas con los niños aunque todavía no sabía muy biencómo las ocuparía ya que no habría clase de música, pero ese discome acompañaría.

    Beto, mi compañero de clases, comentó que el camino a la escuelano estaba en muy buenas condiciones y a medida que avanzamos

    conrmaba lo que había dicho parecía más bien una escuela decontexto rural, pero eso no importaba me interesaba conocerla, ver

    a los niños y saber en qué grado realizaría mi observación.

    ¿Un pequeño Ángel o un pequeño diablillo?

    Cuando llegamos a la escuela nos trasladamos a la dirección para queel director nos asignara el grado y el grupo al que nos integraríamos.Me asignaron el primer grado, así que sin más, me dirigí en compañía

    del director al salón de clases.Mientras el director le explicaba a la maestra titular que yo

    estaba ahí para realizar mi jornada de observación, los niños

    susurraban y se asomaban por la ventana; algunos tenían unacarita muy seria, otros no paraban de reír, otros disimulabantratando de aparentar que nada pasaba. Cuando volví mi cara a laprofesora ella me veía jamente como si yo fuera un bicho raro,

    sonrió de manera forzada y me dijo: ¡adelante, pásale! pero sutono era muy forzado, como por compromiso… ya estaba ahí y no

    podía correrme.

    Cuando entramos al salón los niños me veían con una carade sorpresa pues no sabían la razón de mi presencia; yo era unapersona extraña que sonreía mientras caminaba a la silla ubicada enel rincón, algunos pequeños mostraban gestos de alegría y otros de

    seriedad.

    ¿Un ángel o un diablillo?

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    Aprendiendo a ser maestr@: descubrimiento e incertidumbre

    Me aproximé al escritorio de la maestra ya que me dio un espacio

    para presentarme con los niños, les dije que por indicaciones demis maestros me encontraba en esa escuela y que mi nombre era

    Fernanda. Inesperadamente un pequeño me interrumpió diciendo:¡mmm! y ¿cuándo te vas? a mí no me gusta que otras personas

    vengan a mi salón. ¡Me caes mal!, ¡vete de aquí!En un primer momento sentí tristeza y un poco de coraje pero mi

    cara ocultó ese sentir e inmediatamente mostré una sonrisa, esa que

    muchas veces ponemos con tal de quedar bien. Le pregunté al niño¿cuál es tu nombre? y él respondió: me llamó Ángel. Se paró de su

    silla y se aproximó a un compañero, de la nada comenzó a molestarlodiciéndole groserías y golpeándolo, mi reacción fue la de jalarlo

    inmediatamente tratando de que no siguiera y él gritó que lo soltará,que no le gustaba que nadie lo tocara. En ese momento pasaba queel nombre que ese niño llevaba no era el correcto pues lejos de ser un

    Ángel más bien parecía un pequeño diablillo, aunque claro nadie seatrevería a ponerle un nombre así a alguno de sus hijos.

    Cuando le pedí al niño que tomará su lugar la maestra interrumpiómi indicación con una voz ruda: ¡Ese niño es insoportable, yo no séqué hace aquí, nada más se la pasa fuera del salón y nunca hace

    nada, por eso nadie lo quiere!Cuando regresé mi vista hacia Ángel el niño la veía con enfado, el

    rencor que mostraba era inocultable. En ese momento me percaté

    que él sólo recibía desprecio y la falta de cariño lo obligaba a portarsegrosero para sentirse respetado por los demás. En ese momento mimente comenzó a trabajar en cómo le haría para que ese niño cambiaráde actitud, así las cosas serían más fáciles para él y su maestra.

    La maestra y los niños

    Cuando comenzó la clase la maestra repartió hojas con imágenesque los niños tenían que recortar para pegarlas en su cuaderno yescribir el nombre del objeto que se mostraba. Pensé que quizás era

    un poco apresurado pedirles algo así ya que no estaban trabajando

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    Aprendiendo a ser maestr@: descubrimiento e incertidumbre

    divertían y eso representaba un gran avance, por lo menos ese día.

    La maestra me veía y en momentos quería reírse de los movimientosque hacían los niños pero lo disimulaba.

    Ángel era el que más disfrutaba la música, se movía con gransoltura y hacia movimientos graciosos, me recordó al actor y bailarín

    llamado Resortes; era tan chistoso verlo bailar, parecía que era elúnico en el salón porque no le importaba que los demás lo estuvieranviendo y que se burlaran de él. De repente la maestra interrumpió

    y dijo: ¡bueno! ya es mucho tiempo, es hora de continuar con lasclases. Ángel se acercó corriendo y me pidió que el día siguiente

    volviéramos a bailar, sonreí y moví la cabeza aceptando su petición.

    Ángel necesitado de amor

    El siguiente día fue demasiado corto pues la maestra citó a los padresde familia para platicar de algunas cosas relacionadas con sus hijos.

    Mientras hablaba con ellos yo jugaba con los niños involucrandosiempre al pequeño diablillo tratando de ganarme su conanza, élparecía contento y después de un rato nalmente se acercó para

    pedirme que le diera dinero porque tenía hambre, en su casa nohabía desayunado y no tenía dinero para comer.

    Acepté y desayuné con él, le pregunté si su mamá estaba en la

    junta y él dijo que no, noté su molestia; poco a poco y con ciertaspreguntas, conocí la historia de ese pequeño. Entendí que su rebeldíase debía a que vivía con su abuela porque su mamá trabajaba y no seresponsabilizaba de él, además lo veía como un problema y prefería

    dejarlo con su abuela y ella decía que era vieja para hacerse cargodel niño y lo educaba maltratándolo física y psicológicamente, por

    eso el pequeño desquitaba su coraje con sus compañeros.

    El niño a pesar de ser tan pequeño se daba muy bien cuenta deque ninguna de las personas que lo rodeaban le demostraban amor,que lo veían como un problema o estorbo, y además su maestra,lejos de ayudarlo, le mostraba también desprecio, jamás se había

    interesado en lo que él vivía.

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    ¿Un ángel o un diablillo?

    El niño me platicaba lo que sentía y era muy triste ver su carita,

    sus lágrimas y ese dolor que le representaba hablar de su vida,inesperadamente me abrazó y me dijo: Maestra, ¿tú me quieres? Yo

    respondí. Claro que sí Ángel, claro que te quiero, aunque te conozcopoco, te quiero.

    Era obvio que el niño necesitaba escuchar un “te quiero”, él mesonrió cuando escuchó mis palabras y dijo “gracias”, esas palabrashicieron que mi corazón se estremeciera y que de mis ojos rodaran

    unas lágrimas. Se levantó de su lugar y mientras lo veía irse mi mentepensaba qué haría para hacer que la maestra comprendiera a Ángel

    y le demostrará un poco de cariño. ¿Cómo hacerlo? si parecía queella misma no se daba amor.

    Después de las clases me acerqué a la maestra haciéndolecomentarios que me permitieran adentrarme poco a poco, le dijeque la rebeldía de Ángel se debía a que sus padres eran divorciados

    y que no tenía apoyo de nadie, ella dijo que prefería no meterse enla vida de los niños, que ya eran sucientes los problemas que tenía

    como para complicarse más la vida. Dijo que a lo mejor porque yoapenas comenzaba me interesaba por las situaciones de los niñospero que en la medida en que pasaran los años me daría igual, es

    más, me recomendaba que para evitarme problemas con los padresde familia dejara de meterme en la vida personal de los alumnos.

    ¡Vaya que esa maestra era difícil! Cambiar su mentalidad sería

    demasiado complicado y además no sabía cómo hacerlo pues laspalabras no eran sucientes.

    Solamente me quedaba un día para poder ayudar a Ángel puesdespués sería muy difícil que pudiera volver a verlo. También me

    preocupaba que los niños habían comentado que Ángel se iría de laciudad así que el rescate debía ser casi fugaz.

    La despedida

    El último día de observación Ángel estuvo más inquieto que de

    costumbre, cuando me acercaba a otros niños se mostraba celoso,

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    Aprendiendo a ser maestr@: descubrimiento e incertidumbre

    quería que mi atención solamente la centrará en él. Para mi sorpresa

    la maestra me pidió que consiguiera la grabadora porque, ya queera el último día, quería poner música a los niños para que bailaran.

    Me apresuré a hacer lo que la maestra me había pedido y mássorprendida me quedé cuando al poner las música y comenzar a

    bailar la maestra también lo hizo, al parecer ese día había amanecidode mejor carácter. ¡Y vaya que a mí me hacía sentir bien y muy felizconmigo misma! Pero el encanto duro poco, después de unos

    cuantos minutos de música la maestra regresó repentinamente a suestado de enojo y comenzó a trabajar como de costumbre.

    La decepción volvió a mí cuando me percaté de lo sucedido.Rápidamente había transcurrido los minutos y la hora de

    despedirme había llegado, algunos niños mostraban muchatristeza ya que nos encariñamos mucho. Ángel estaba ahí, quieto,inmóvil sin pronunciar una sola palabra. Uno a uno comenzaron

    a despedirse, mi pequeño diablillo esperó pacientemente a quetodos sus compañeros se retirarán, la maestra aun permanecía en

    su escritorio guardando sus cosas.Ángel me veía jamente y pronto se acercó para despedirse con

    un abrazo tan fuerte que me estremeció, sonrió, me dio un beso

    y dijo “te quiero”; las lágrimas estaban a punto de deslizarse pornuestras mejillas pero nos miramos jamente y las contuvimos, le

    dije que era un niño hermoso, inteligente y muy valiente y que debía

    seguir adelante y que esperaba algún día volver a verlo.Justo en ese instante la maestra se acercó y le llamó “llorón”,

    Ángel giró su cabeza y la ignoró, en ese momento le dije a la maestraque él no era un “llorón” sino un pequeño ser que demostraba sus

    sentimientos y que tan solo necesitaba un poco de cariño. La maestrasolamente sonrió dijo “que estés bien, me tengo que ir”, tomé al

    pequeño de la mano y salimos del salón y nos despedimos una vez

    más con un abrazo y poco a poco vi como mi pequeño ángel se iba, fueuna despedida muy triste y a la vez muy feliz porque pude ganarme laconanza de ese diablillo al que todos huían e ignoraban.

    A veces llegué a pensar que Ángel y la maestra eran iguales por

    eso mostraban tanta antipatía entre ellos, quizá ambos estaban

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    ¿Un ángel o un diablillo?

    tan necesitados de amor que no podían ver más allá y darse cuenta

    cuanto necesitaban uno del otro, tal vez si los dos no hubieran sidotan orgullosos sus circunstancias hubieran sido tan distintas.

    Hasta el día de hoy no sé nada de Ángel ni de aquella maestra.Lo único que sé es que aprendí, y principalmente de Ángel, que

    detrás de su rebeldía existía un ser hermoso que tan sólo queríaamor, cuidado y comprensión, pedía que existiera alguna personaque le regalara unos cuantos minutos para que lo escucharan, lo

    orientaran y le dijeran cuanto lo amaban.

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    Aprendiendo a ser maestr@: descubrimiento e incertidumbre

    Una experiencia que enseña

    Carla Rocío Ramos Núñez

    ¡Mi tercera práctica docente!

    Una inmensa alegría por trabajar por primera vez con el gradodeseado… tercero. Sería en la escuela primaria “Vicente Guerrero”

    que está ubicada en la carretera de mi querido pueblo de Cintalapade Figueroa en Chiapas.

    Me sentía además mucho más conmocionada y emocionada

    por las excelentes referencias que tenía la institución ya que alparecer se caracterizaba por la disposición y el arduo trabajo de los

    maestros, así también por las buenas relaciones que había entre elpersonal administrativo y docente con los padres de familia y con

    los alumnos; también se decía mucho de la sobresaliente conductade todos los alumnos.Todo esto me hacía pensar que las prácticas serían de gran

    relevancia aunque también me exigirían mucha responsabilidad ypreparación.

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    La triste realidad educativa

    El período de mi jornada de observación llegó. Al presentarme en la

    escuela coincidí con Albino un buen amigo de la Normal, la casa demi formación docente. También él sentía nervios por saber cómo

    sería el recibimiento de la directora y del grupo de trabajo. Paranuestra sorpresa la directora fue muy amable, sin hacernos esperarmandó llamar a los maestros titulares y entre una plática amena

    cada uno de nosotros se fue presentado con su maestro de grupo.Cuando vi a la docente con quien estaría intuí que sería

    sensacional practicar con ella, su personalidad enérgica y agradableme dio la conanza para iniciar una conversación sobre cómo

    eran los niños. Su respuesta no se hizo esperar, con un semblantecálido argumentó: ¡ja! son “unas chitas” cuídate chulita, porqueademás de indisciplinados son muy burros para las matemáticas y

    para la comprensión lectora. Su comentario me dejó atónita por unmomento, cuando reaccioné nos encontrábamos en el 5°A.

    El aula estaba en completa desorganización, algunas las seconstituían de más alumnos, otras de menos, el espacio que habíaentre ellas era muy estrecho, los libros del rincón y el escritorio se

    encontraban sucios, mis ojos no podrían creerlo pero evidentementeera real.

    Acaparó mi atención las caritas de los niños, nunca antes

    había visto unos ojos con un brillo tan especial pidiendo a gritosun cambio… la idea resonó en mi mente por unos instantes. Laprofesora Elvira cordialmente me presentó al grupo explicándolesel motivo de mi estancia y exigiéndoles respeto, los alumnos con

    una dulce sonrisa aceptaron mi presencia en el aula-clase.Al ser un integrante más en el aula mi perspectiva cambió,

    detecté un problema muy grande, una gran inconsciencia con

    respecto a la importancia de nuestro papel en el proceso deaprendizaje… no existía una planicación didáctica por lo que lasactividades improvisadas aburrían a los educandos, el libro de textoera únicamente para leer, copiar información, resolver ejercicios,

    hacer preguntas y responder dudas. El tiempo libre lo aprovechaban

    Una experiencia que enseña

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    Aprendiendo a ser maestr@: descubrimiento e incertidumbre

    para decir apodos, groserías, dar uno que otro golpe, pararse a

    molestar a los compañeros, salir, tomar una siesta o jugar.Lamentablemente estaba frente a un caso de la educación

    “tradicionalista” en donde, el maestro lo es todo y el discípulo debellenarse de conocimientos. Pero, por si no hubiera sido suciente,

    encontré un problema mayor, el caso de Pepe que debido a sudesmotivación no participaba en clases, mucho menos cumplía conlas tareas propuestas para la casa, además su conducta violenta

    provocaba el rechazo por parte de sus compañeros. Esta situaciónme impulsó para demostrar que enseñar y aprender no es aburrido

    además de poder integrar a Pepe al entorno escolar.

    La hazaña de la labor docente

    Mi aventura comenzó al conocer los gustos e intereses de los niños:les pregunté sobre cuáles eran las materias más agradables, las

    más aburridas o difíciles, sus juegos y deportes, música preferida,lugares, sueños, metas, miedos y retos. En realidad no fue algonuevo porque quienes estamos incursionados en el mundo de la

    docencia sabemos sobre la importancia de conocer éstos aspectospara una buena enseñanza en la escuela primaria.

    De pronto, en un abrir y cerrar de ojos el 21 de mayo de 2012

    llegó, era el momento de comenzar con mis prácticas docentes. Fueinnitamente emocionante encontrar a mis alumnos esperándomeen el portón para saludarme y ayudarme con mis cosas. Por mimente cada segundo pasaba el compromiso de aquel día soleado:

    integrar a Pepe al aula y ayudarlo en el proceso de su aprendizaje.Durante las tres semanas de práctica docente estimulé a

    Pepe con actividades de interés, lo inducía a trabajar gracias

    a su habilidad en el dibujo y la escritura, esto lo motivó mucho ypudo participar en todas las materias. Sus compañeros al ver sustrabajos se sorprendieron, algunos le pedían tips para dibujar igualde bonito que él, otros querían un dibujo de su caricatura favorita,

    una rosa para su mamá o el animalito preferido para su hermanita

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    y había algunos más quienes solamente se sentaban a su lado para

    observarlo mientras dibujaba. Pepe se mostraba muy entusiasmadoy alegre con lo que ocurría.

    En la hora del recreo me involucré con los niños que jugabanfutbol, ellos ayudaron mucho al acercamiento con Pepe; las niñas

    y yo éramos las encargadas de la porra cuando nuestro salón teníareta con los de 4°A o 3°B. Cada gol de Pepe era motivo de celebraciónpor todos los integrantes del grupo. En algunas otras ocasiones

    jugábamos “a los atrapados” niños contra niñas, era muy divertidover como corrían todos contra mí, Pepe por su velocidad siempre

    me atrapaba primero y me llevaba a la zona de resguardo. Nuncaolvidaré la frase ¡maestra ya la atrapamos!

    Con el transcurrir del tiempo él y yo nos hicimos grandes amigos,compartimos golosinas, desayunos, experiencias de vida, chistes,sonrisas y una que otra carita triste. Todos veíamos a Pepe diferente,

    con una conanza equilibrada, el miedo al afecto de los demás habíadesaparecido, me saludaba y se despedía de beso, se mostraba

    amable para ayudarme a borrar el pizarrón o pegar una lámina.Cuando requería ayuda no solamente se dirigía a mí para

    preguntar sino también permitía que sus demás compañeros le

    explicaran sobre el tema; aprendió a respetar las normas establecidaspor todos dentro del salón y no se salía de las clases para molestar

    a los demás niños, al ir al baño hacía uso del semáforo como todos

    los demás. Con esta experiencia aprendí lo importante que son losmateriales didácticos para la organización en el aula pues a travésde ellos los niños se sienten motivados e interesados por aprenderincluso las materias “más aburridas” ayudando a crear relaciones

    afectivas sólidas entre los educandos.Mi aprendizaje fue sin duda muy signicativo: en ocasiones

    parece imposible creer que actividades tan sencillas de integración,

    como un “simple” partido de futbol, una amena charla a la horadel recreo, o correr con ellos pueden cambiar la vida de muchaspersonitas. Ahora sé que como yo Pepe nunca olvidará esosmomentos gloriosos en que sus compañeros de equipo le daban

    porras y festejaban junto con él los goles. A pesar del tiempo que ha

    Una experiencia que enseña

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    Aprendiendo a ser maestr@: descubrimiento e incertidumbre

    pasado no olvido su sonrisa y el tierno abrazo que me dio el día en

    que fue llamado para ser parte de un equipo.Desde aquella vez no he vuelto a ser la misma, esta experiencia

    transformó mi forma de pensar y actuar ante situaciones como estas.Aunque tal vez al principio dudé mucho sí lo lograría hoy sé que de

    no haberlo intentado Pepe no sería un niño feliz lleno de sueños.Agradezco a Dios por permitirme vivir esta gran oportunidad ya queme permitió crecer y darme cuenta que con fe, amor y perseverancia

    todo es posible en la vida.Cuando se te presenten “dicultades” no dejes de creer en ti,

    confía, confía, confía… aunque todo el mundo te diga que seráimposible no pierdas la fe, porque mientras exista un motivo por el

    que luchar todo, absolutamente todo es posible.Se inteligente y escucha siempre a tu corazón ya que difícilmente

    se equivoca.

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    Ángel, un pequeño diablillo

     Juan Manuel Pérez Carpio

    Es un momento emocionante cuando nos asignan nuestra escuela

    de observación y práctica pues los aprendizajes y experienciasque nos dejarán serán muy valiosas en nuestra formación como

    docentes.Era mi tercera práctica, en esta ocasión me habían asignado la

    Escuela Primaria Primero de Mayo y el grupo 4º A.

    Los nervios nuevamente estaban presentes como en prácticasanteriores, esta vez había un poco más porque estaría con un

    maestro bastante responsable y exigente; un gran sentidode responsabilidad se apodero de mí, tenía que estar muy

    concentrado en mis actividades para no decepcionarlo. Habíamuchas expectativas sobre mi grupo pero la más grande era ¿cómoserían mis nuevos alumnos?

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    Aprendiendo a ser maestr@: descubrimiento e incertidumbre

    El momento de conocerlos…

    Como ya mencioné el profesor del grupo, llamado Noé, era muy

    responsable y estricto, tenía a los niños muy disciplinados y siempretrabajando con actividades interesantes, se respiraba dentro del

    aula un aire de tranquilidad, todo transcurría bien. El último díade observación se integró al grupo un niño llamado Ángel, que deángel sólo tenía el nombre; era el niño más travieso del grupo y

    con mucho esfuerzo entregaba las tareas. El maestro me comentóque Ángel presentaba hiperactividad con décit de atención

    pero que meses atrás lo habían declarado apto para integrarsecompletamente al grupo pues ya había recibido atención especial.

    Era la primera vez que me tocaba trabajar con un niño conNecesidades Educativas Especiales (NEE); un sinfín de preguntasvinieron a mi mente con respecto a la responsabilidad y la

    incertidumbre del problema; pensé que trabajar con ese niño ylograr que sus compañeros también lo hicieran seria un gran reto.

    Para poder trabajar con él empecé por investigar sobre el tema:pedí al maestro referencias acerca del comportamiento de Ángely él me comentó con seriedad y con un cariño enorme la situación,

    dando mucha importancia a la falta de atención por parte de suspadres. Todavía sentí mucha preocupación pero el maestro me

    pidió que esto no fuera un obstáculo pues contaba con su apoyo y

    consejos, esto me hizo sentir mejor.La situación de Ángel era inquietante, no había equipo ni

    compañero que quisiera trabajar con él; a simple vista parecía noimportarle la actitud de ellos, pero yo estaba seguro que seria muy

    feliz y trabajaría mejor si fuera aceptado.

    El gran reto…

    Al iniciar la práctica les comenté a los alumnos que la mayoría delas actividades que traía estaban destinadas a trabajar en equipos

    con la nalidad de poder relacionarnos; no pasó ni un minuto de

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    Aprendiendo a ser maestr@: descubrimiento e incertidumbre

    En la segunda semana Ángel ya se había convertido en mi amigo,

    no contradecía mis indicaciones y realizaba las actividades; lashacía solo, pero las realizaba. En esos días, si bien había peleas con

    sus compañeros, con un poco de rigor el pequeño se controlaba.Era la última semana y ya no hacia tantas travesuras como al

    principio… tampoco puedo decir que era un angelito, trabajabasiempre y cuando estuviera con él y lo animara. Un día al revisarsu cuaderno me pude dar cuenta de su gran habilidad para dibujar.

    Me sentí muy emocionado: había encontrado, quizá, la posibilidadde cómo poder integrar a Ángel.

    Era el momento de elaborar nuestra tarea de la clase deespañol, consistía en escribir una noticia y acompañarla con un

    dibujo para el periódico escolar. Con un poco de trabajo Ángelpor n fue aceptado en un equipo y fue el encargado de dibujarla imagen. Les llevé muchos materiales, colores, pinturas, listones

    y papel fantasía, todos estaban muy emocionados decorando elperiódico escolar, ese día marchó muy bien. Ángel había trabajado

    y lo había hecho sin pelear… bueno, eso había creído.Al día siguiente Ángel se portó mejor que en otras ocasiones,

    terminó de decorar el periódico y realizó sus tareas bastante

    bien. Me apresuré a terminar con mis actividades ya que antes deirme tenia que dejar al grupo evaluado: un examen les esperaba.

    Minutos antes del toque de la salida se acercó la mamá de Ángel

    para hablar conmigo, lo hizo en un tono bastante elevado. Noentendía qué pasaba ni el motivo de su presencia, así que conun poco de incertidumbre le pedí que me esperara un momento;minutos después la atendí y me dijo que estaba ahí por que su

    hijo había sido golpeado por un niño llamado Daniel y yo no habíahecho nada para impedirlo. Me costó creer que Daniel lo hubiera

    hecho pues era el niño más inteligente y tranquilo del salón por

    eso realmente era difícil creerlo.La señora estaba bastante alterada, ni siquiera me dejaba

    hablar; cuando por n pude hacerlo le dije que su hijo no era lo queella creía, que él hacía pocas tareas, se la pasaba molestando a los

    demás y salía del salón sólo para jugar.

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    Ángel, un pequeño diablillo

    La tía de Daniel también estaba ahí e intervino en la conversación

    discutiendo con la mamá de Ángel, yo no sabía cómo manejar lasituación. En ese momento llegó el maestro Noé y conversó un

    poco con las señoras, ahí me di cuenta que la experiencia hace almaestro; empezó de una forma tranquila a hablar con ellas, llamó

    a los niños y le preguntó a Ángel si Daniel le había pegado, lo hizocon tanto cuidado que Ángel dijo que sí que lo había hecho porqueél le había quitado sus materiales. Continuó la conversación un

    poco más y después de un rato los padres de familia se retiraron.

    Mi mayor aprendizaje…

    El maestro y yo nos quedamos platicando acerca de estassituaciones inevitables dentro de una escuela y de lo mal que me

    sentía por no haber sabido manejar la situación. Reconozco que laactitud que tuve en ese problema no fue la más indicada… pero ya

    ni lamentarlo es bueno.Les mentiría si dijera que nalmente pude integrar al pequeño

    completamente a los equipos, pero estoy satisfecho con lo que

    logré pues al menos trabajó haciendo lo que más le gustaba:dibujar.

    Este niño me hizo reexionar acerca de la labor tan importante

    que tenemos los maestros y de lo complicado que resulta tenerun niño con NEE, sobre todo si queremos darle la atención querequiere y tratarlo como a uno más del grupo.

    Siendo su amigo logré cosas que estoy seguro no hubieran

    sido posibles si hubiera estado en su contra; me da gusto haberencontrado un nuevo amigo, un amigo sincero que me dio su

    atención y cariño.

    Ángel: siempre te recordaré como el primer niño que me hadejado un gran aprendizaje y además estoy seguro de que jamás teolvidaré porque has hecho que me haga varias preguntas para lasque hasta ahora no tengo respuesta.

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    Aprendiendo a ser maestr@: descubrimiento e incertidumbre

    Mi reto con Eduardo

     Jesús Alberto Moguel Camacho

    Del 21 de noviembre al 9 de diciembre del 2011 fue la segunda jornada

    de observación y prácticas docentes, me tocó impartir clases enel segundo grado de la escuela primaria General Cal y Mayor. Al

    llegar por primera vez hice una visita por las instalaciones paraconocerla, noté que los niños me miraban con mucha curiosidad,algunos de ellos me saludaban y algunos otros se acercaban para

    preguntarme qué hacía ahí, que si iba a dar clases, de dónde era yotras preguntas más.

    Me emocionó mucho poder trabajar en esa escuela por tressemanas ya que en el periodo anterior de observación me había

    ido excelente: los niños respondieron muy bien en aquella ocasióna las actividades que les presenté, prestaban atención y tuvimosuna muy buena relación con los pequeños; es por eso que en esta

    ocasión guardaba la esperanza de que nuevamente se repitieraesta situación.

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    Conociendo mi grupo

    Un día miércoles inició mi de observación. Me tocó estar en un

    salón amplio con mucho material pegado en sus paredes y algodesordenado, dentro se sentía un ambiente muy agradable…

    aunque eso cambiaria durante el transcurso del día. El grupoestaba a cargo de la profesora Mariana que por motivos de saludno asistiría durante un tiempo a la escuela, así que el grupo estaba

    temporalmente bajo la supervisión de la profesora Lucía.El día comenzó tranquilo, los niños trabajaban y seguían las

    indicaciones que daba la profesora, se levantaban para preguntarlesus dudas sobre las actividades y algunos se acercaban a mí. Sin

    embargo poco a poco los niños se comenzaron a distraer conalgunos ruidos que venían de afuera de la escuela como autos ycarretas. Todo este desorden lo iniciaba, la mayoría de las veces, un

    solo niño llamado Eduardo.Los tres días de observación iban pasando lentamente y cada vez

    me preocupaba más el comportamiento de Eduardo, me preguntaba¿qué tipo de actividades podría trabajar con él?, ¿cómo podría lograrque trabajara más a gusto con sus compañeros? o ¿qué era lo que

    podía hacer para evitar las situaciones que se habían presentado enesos tres días?

    Trabajando con Eduardo

    Algunas semanas después regresé a la misma escuela y esta vez fue

    para comenzar ya con mi periodo de prácticas. Me sentía nerviosoy preocupado por la posibilidad de tener que trabajar con Eduardo

    quien a sus once años prácticamente no sabía leer, ni escribir ni

    contar.Comencé a trabajar la primera actividad con los niños y todo iba

    muy bien cuando surgió el primer problema: me acerqué al grupode niños que discutían porque Eduardo estaba copiando su trabajo

    y no los dejaba trabajar ya que ellos no querían que el niño siguiera

    Mi reto con Eduardo

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    Aprendiendo a ser maestr@: descubrimiento e incertidumbre

    ahí. Intenté que se calmaran pero ellos seguían discutiendo así que

    tuve que levantar la voz para que me escucharan, así lo hicieron ycontinuaron trabajando. Me quedé en ese lugar para evitar que se

    repitiera la situación y poder trabajar un rato con Eduardo.Mientras realizaba junto con él algunas operaciones matemáticas

    de sumas y restas me pude percatar de que le ponía mucho empeñoa su actividad pero por no saber contar muy bien se le dicultabaresolver los ejercicios, en ese momento comenzaba a frustrarse y

    dejaba el ejercicio a un lado para ponerse a jugar o hacer otras cosa.A Eduardo le gustaba trabajar mucho conmigo pero algunas

    veces eso me traía muchos problemas porque solo quería quecentrara mi atención en él. Si estaba ayudando a alguno de sus

    compañeros llegaba y comenzaba a jalarme para que le hiciera casoa él o si estaba explicando alguna actividad se paraba enfrente delgrupo y exigía que le explicara tirándome de la camisa para que lo

    ayudara. Al ver todo este comportamiento tuve que tomar medidas pero

    cometí un error que a mi parecer fue muy grave: crearme prejuiciossobre el pequeño. Pensé que era un niño sin interés, muy agresivoy que molestaba a sus compañeros por el simple hecho de llamar la

    atención, por puro gusto; también consideré que era muy impulsivoya que en una ocasión golpeó a una niña del salón porque pensó

    que ella le había robado su borrador pero lo había guardado en su

    pantalón.Debido a su conducta la gran mayoría de los otros alumnos no

    querían trabajar con él en equipo, todos decían que no hacía nada,que solo se la pasaba platicando, que se peleaba con los integrantes

    del equipo; incluso no les agradaba la idea de participar con él enalgún juego ya que, como decían los niños, se metía de una manera

    muy pesada y tenían miedo de que los lastimara. Claro, todo esto

    provocaba que rápidamente se generara un ambiente de descontrolque costaba mucho trabajo revertir.

    Aunque también hay que decir que no en todo momento secomportaba de esa manera, por ejemplo: en la clase de educación

    física ponía más atención que los demás pues le gustaba mucho

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    y quería participar los más que pudiera; ahí sí hacia caso desde la

    primera llamada de atención para no tener problemas y que no loregresaran al salón. Claro que también en esta clase se generaba

    desorden pero era iniciado por otro grupo de niños.Gracias a una charla que tuve con los padres de Eduardo pude

    entrever algunos motivos de su comportamiento, por desgraciasolo quedaban un par de días de prácticas y no pude hacer muchomás para trabajar con él con la debida atención y comprensión que

    se merecía sin hacer a un lado a los otros niños ya que tambiénmerecen una atención especial.

    El último día del periodo de prácticas docentes fue uno de losmás tranquilos, trabajé con los niños un proyecto de español que

    consistía en realizar un periódico escolar. Me gustó ver esa situaciónya que todos los niños se encontraban trabajando muy a gusto y seayudaban entre ellos, incluso Eduardo estaba trabajando muy bien y

    ayudaba en lo que podía.

    Buenos recuerdos, buenos aprendizajes

    A pesar de todo el estrés que viví con ese grupo, especialmente conEduardo, debo admitir que me encariñé mucho con todos los niños

    de ese salón y de vez en cuando recuerdo los buenos momentos

    que pasé con ellos, como cuando jugábamos basquetbol contralos alumnos de cuarto grado, ¡lo mucho que nos divertíamos! Enespecial recuerdo cuando Eduardo me regalaba un poquito de sutiempo para enseñarme a jugar canicas.

    También me llevo muchas experiencias de esta jornada deprácticas, ahora tengo una idea de cómo comenzar a trabajar con

    niños con problemas de aprendizaje y el tipo de trato que se les debe

    brindar. Pero sobre todo logré entender que antes de etiquetar a unniño por el comportamiento que demuestre primero hay que saberqué provoca su conducta; para lograr esto es necesario ganarse laconanza del niño y hacerse su amigo.

    Mi reto con Eduardo

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    Aprendiendo a ser maestr@: descubrimiento e incertidumbre

    Un niño problema

    Christian Yeremi Cruz Torres

    Soy un maestro que no habla mucho con otras personas que no

    conozco o que no están en mi vida cotidiana, esta característicapersonal hace que me cause temor, en un principio, cada nuevo

    grupo con el que voy a practicar. Es por esto que deseo narraralgunas de mis experiencias frente a grupo.

    Recuerdo muy bien mi segunda jornada de prácticas en el medio

    rural con niños de segundo grado de la escuela primaria “MiguelHidalgo” la cual se encuentra en un pequeño ejido del municipio

    de Cintalapa. La comunidad tenía un parque, un kiosco y su canchade basquetbol con domo. La escuelita se encontraba arriba del

    parque y por ciertos cambios de relieve del suelo los niños jugabanen ese espacio a la hora del recreo.Estaba súper entusiasmado antes de ir a conocer la escuela

    porque tenía vagos algunos recuerdos de ella en mi infanciacuando acompañaba a mi papá a impartir sus clases ahí; recuerdo

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    que a la hora del recreo íbamos a la cocina a tomar café con leche

    junto a los demás maestros y el director.Pero todo ese entusiasmo lo perdí porque desde un principio

    todo salió mal: me regresaron mi planeación unos días antes deir a practicar, me faltaba materiales que terminar y los tiempos

    me ganaron. Reconozco que en esos momentos fracasé comodocente por los distintos problemas que se presentaron y ademásporque tenía una maestra muy exigente… vi que todo el mundo se

    hundió bajo mis pies.El grupo tenía cerca de treinta niños: unos altos y otros bajitos,

    unos que platicaban mucho y dos hermanos que no hablaban paranada con sus compañeritos.

    También había un niño con una necesidad educativa especial:hiperactividad. Tengo muy presente el nombre de este niño:Moisés Imanol. Sólo andaba molestando a sus compañeritos,

    nunca trabajaba en las actividades, se aburría rápidamente y sesalía del salón sin explicaciones. En los días que él no asistía el

    salón de clases estaba tranquilo, sin gritos o quejas.Además tenía en ese grupo a otros dos niños, Jorge y Luis

    Ángel que también eran difíciles de controlar: andaban a ratos

    parados o molestando a los compañeros de lado; sin embargo noera nada fuera de lo normal para un niño de esa edad... al menos

    el desorden que ellos provocaban se quedaba corto frente a la

    magnitud del desorden que hacia Moisés Imanol.Una tarde después de clases me quedé un momento más en

    la comunidad para realizar una visita a la casa de este alumnoy platicar con su mamá. Él pensaba que iría a quejarme con la

    señora y no me esperó a pesar que le había pedido que lo hiciera.Sin embargo lo seguí hasta llegar a su casa y ahí me recibió muy

    amablemente la madre.

    Me comentó que su hijo en el momento del parto “veniamoradito” y que después había sufrido asma pero con el tiempose había controlado, que hasta la fecha Moisés Imanol ya no teníadicha enfermedad. Después de haber tenido esta plática con su

    mamá mi relación con el niño cambió, como si hubiéramos hecho

    Un niño problema

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    Aprendiendo a ser maestr@: descubrimiento e incertidumbre

    un giro de 360 grados. El niño estuvo más atento y comenzó a

    trabajar más, casi al ritmo de los demás niños.Después de un tiempo aún pienso que todavía me falta un poco

    de habilidad para organizar a los grupos además de mejorar misactitudes como ser paciente y tener la habilidad de reconocer en

    un primer momento a los niños especiales.

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    ORGANIZANDO LOS APRENDIZAJES

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    Aprendiendo a ser maestr@: descubrimiento e incertidumbre

    Un desorden inesperado

     Jaret Crystely Zárate Ramos

    A lo largo de mis prácticas docentes he obtenido diversas

    experiencias que me gustaría compartir. En esta ocasión me hedetenido a analizar y reexionar una que me propuso nuevos retos

    para superar.Era mi tercera experiencia como practicante en el contexto

    urbano, sabía que me esperaba algo diferente con respecto a la

    práctica anterior que desarrollé en un contexto rural y en dónde elambiente era más tranquilo ya que sólo había doce alumnos.

    La escuela primaria “La Primavera”, ubicada en el centro de laciudad fue la que me designaron en esta ocasión. Un martes llegué

    por primera vez a la escuela, muy temprano y con un poco denervios, como hemos de sentirnos todos durante los primeros díasque estamos frente a un grupo. Sabía que en esta experiencia tenía

    un gran reto que superar, la organización del grupo, pues ahora teníael triple de alumnos con los que había trabajado anteriormente.

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    Un desorden inesperado

    Al entrar saludé a los maestros que estaban en el pasillo y me

    dirigí al salón de 3°B. De los treinta y cinco alumnos que estudiabanen este grupo quince estaban dentro del salón y al verme llegar me

    ayudaron a acomodar los materiales que llevaba.

    Se generó el desorden

    Poco después de haber entrado al salón comencé a pegar algunasláminas en la pared y a ordenar algunos materiales que utilizaría

    ese día, en ese momento pensé en tranquilizarme y animarmepues mi clase estaba bien organizada y no existía motivo por el cuál

    debiera preocuparme. A las ocho de la mañana tocaron la chicharray todos los niños pasaron al salón, iniciamos con la asignatura dematemáticas. Durante las actividades que se realizaron durante la

    mañana los niños estuvieron muy atentos y participativos.Al terminar con matemáticas comenzamos a abordar la

    asignatura de español con el proyecto “Escribir un recetario deremedios caseros”. Pedí que dieran a conocer al grupo la plantaque buscaron el día anterior y explicaran su función como remedio

    casero. Durante esta dinámica todo marchó bien hasta que llegóel momento de llevar a cabo la actividad que consistía en dividir

    al grupo en dos equipos: un niño de cada equipo debía pasar al

    frente y elegir una tarjeta, ésta contenía un verbo que se empleapara elaborar recetas, después, con mímica, debía comunicar a losdemás niños de su equipo el verbo que estaba escrito en la tarjeta;al adivinar la respuesta acumulaban un punto extra.

    Al principio de la actividad los niños estaban muy activos,participaban y ayudaban a sus compañeros. Después de un rato,

    Pedrito al ver que tenían que turnarse para pasar al frente sacó su

    celular para ver la hora y al darse cuenta que ya faltaba media horapara salir al recreo se acercó a mí para pedirme que los dejara salira jugar; seguramente ya estaba aburrido. Sus demás compañeroslo escucharon y comenzaron a pararse de sus lugares para ver a los

    niños que afuera tenían clase de educación física; en ese instante

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    Aprendiendo a ser maestr@: descubrimiento e incertidumbre

    les pedí que volvieran a sus lugares y prestaran atención a sus

    compañeros que pasaban al frente.Parecía que ya se habían concentrado de nuevo en la actividad

    porque ya estaban atentos a la participación de sus compañeros,pero al poco tiempo, mientras Jennifer describía con mímicas

    la palabra de la tarjeta, Eduardo y sus compañeros perdieron laatención y comenzaron a platicar sobre lo que harían en el recreo.

    Los niños del equipo de Jennifer al ver la actitud de los otros se

    molestaron mucho y cuando Eduardo pasó al frente se pusierona jugar para hacerle lo mismo que él y sus amigos hicieron al otro

    equipo. A Eduardo no le gustó esta actitud y se enojó tanto queterminó insultando a sus compañeros, ellos se molestaron y de igual

    forma lo insultaron.Se hizo un desorden en el salón: los niños gritaban, peleaban y se

    insultaban, corrían de un lado para otro, algunos se acercaban a mí

    para decirme que ya tenían mucha hambre e insistían en que ya losdejara salir al recreo. Intenté guiar al grupo y retomar la actividad

    diciéndoles que si no guardaban silencio les quitaría un punto atodos. Al escuchar esto algunos se calmaron un poco y regresarona sus lugares, pero al ver a los demás grupos que andaban jugando

    en la cancha volvieron a inquietarse y continuaron haciendodesorden.

    Esta vez no pude contenerme, me sentí muy nerviosa, me

    desesperé tanto por querer organizarlos que tomé el borradordel pizarrón y lo azoté contra la mesa diciendo ¡silencio por favor!Algunos niños regresaron a sus lugares un poco asustados perootros siguieron inquietos hasta que llegó la hora de salir al recreo.

    Durante la media hora que dura el receso estuve muy molestay me la pasé adentro del salón analizando la situación que se había

    presentado. Me frustraba mucho pensar cómo era que una actividad

    que estaba bien organizada había generado un conicto tan fuerteentre los niños y sobre todo un gran desorden. Además también meenojó que el maestro titular ese día había salido de la escuela muytemprano y todavía no regresaba, quizás su presencia en el salón en

    ese momento hubiera sido de mucha ayuda.

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    Después de darle vueltas al asunto traté de tranquilizarme

    un poco para comenzar a ver la planeación de la secuencia dela materia de ciencias naturales que era la asignatura con la que

    comenzaríamos a trabajar después del recreo.A las 11:30 los niños entraron al salón muy agitados pero un poco

    más disciplinados que cuando salieron pues habían estado corriendodurante la media hora y seguramente ya habían sacado toda laenergía que tenían antes. En ese instante aproveché el momento

    para hablar con ellos sobre lo que había ocurrido.Empecé con manifestarles el disgusto que me causó su actitud

    durante la actividad y la falta de respeto que demostraron haciasus compañeros. De igual forma pedí una disculpa por haber

    reaccionado de la manera incorrecta. Les sugerí que evitáramossituaciones de este tipo para no violentar y que a partir de esedía pondríamos en práctica los valores con nuestros compañeros,

    además de respetar el reglamento que establecimos un día antesen el salón.

    Los alumnos respondieron de manera positiva ante lo que lespropuse y me llamó mucho la atención que solos tomaron el acuerdode aplicarle un castigo o sanción al niño o niña que no respetara el

    reglamento. Al concluir les pedí que se pudieran de pie para realizaruna dinámica en la cual se necesitaría formar equipos para iniciar a

    trabajar con el proyecto de ciencias naturales “la importancia de la

    nutrición y la salud”.Me tranquilicé mucho al ver que los alumnos demostraron

    disposición para realizar las actividades, aún hacían ruido y unpoco de desorden pero esto no causó ninguna perturbación en la

    actividad. Mientras los niños trabajaban el maestro titular llegó alsalón y al ver que todo estaba en orden se dirigió hacia la dirección

    de la escuela sin hacerme ninguna pregunta sobre lo que pasó

    mientras no estuvo presente.Durante los siguientes días de práctica el desorden en el grupo

    fue disminuyendo pues los niños cumplieron con el acuerdo derespetar el reglamento y practicar los valores.

    Un desorden inesperado

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    Aprendiendo a ser maestr@: descubrimiento e incertidumbre

    Reto por superar

    Hoy en día aún sigo considerando a la organización del grupo como

    uno de los grandes retos que debo superar en mis próximas prácticaspues es un elemento fundamental dentro del trabajo en el aula para

    poder llevar a cabo el proceso de aprendizaje de los alumnos.Reconozco que durante el transcurso de mis estudios he

    adquirido diversos conocimientos que me han sido de gran utilidad

    para estar frente a un grupo y seguir aprendiendo a lo largode mi formación. También me he interesado por reforzar éstos

    aprendizajes dándome a la tarea de investigar nuevas estrategiasque puedan ser de gran ayuda para saber cómo actuar ante estas

    situaciones.Deseo obtener muy buenos resultados al poner todo esto en

    práctica y poder seguir enriqueciendo cada vez mis conocimientos y

    sobre todo mi formación docente.

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    Los experimentos causándonos problemas

    Mayra Isabel Rocha Natividad

    Mi tercera experiencia de práctica docente fue en la ciudad de

    Cintalapa en un contexto urbano, el grupo de trabajo era cuarto año ycuando fui por primera vez a la escuela me di cuenta que contaba con

    suciente espacio para realizar actividades fuera del aula. El primerdía me presenté temprano en el plantel y tenía algo de nervios perotraté de relajarme. El recibimiento del director fue bueno pero el del

    docente no, lo hizo con una cara de gran alivio, hasta mencionó quese alegraba mucho pues tendría un descanso de más de tres semanas;

    al principio no le di mucha importancia a su comentario.

    El inicio de los problemas con el maestro

    El primer día de mi observación me percaté de que el maestro yaestaba en la escuela pero que la mayoría del tiempo no estaba dentro

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    Aprendiendo a ser maestr@: descubrimiento e incertidumbre

    del aula, con esta actitud obstaculizó mi proceso de observación y

    el trabajo de los niños. Después, en algún momento, me dijo queaprovecharía mi presencia y que no llegaría los siguientes dos días,

    que me quedaría a cargo del grupo.Estuve dando clases ante este grupo aunque el maestro me dejó

    trabajando a la deriva, tuve que realizar actividades que pensabaserían prudentes para que los alumnos comprendieran los temas,afortunadamente todo salió bien pero me di cuenta que no tenía

    el más mínimo interés en ellos, mucho menos en su proceso deaprendizaje. El quedarme a cargo del grupo me permitió ver algunas

    de las actitudes de los niños: eran muy inquietos, decían palabrasaltisonantes, se molestaban entre sí y eran muy platicones.

    Mi planeación la realicé con base en lo que observé: trabajabanlento y les costaba comprender algunos temas, además no poníannada de atención diez minutos antes de recreo y después de entrar.

    Uno de los problemas que se me presentaron por ejemplo, fueal trabajar con la materia de ciencias naturales ya que el maestro no

    realizaba los experimentos sugeridos en el libro de texto, solamentehacían la lectura y copiaban los párrafos que eran acompañadosde dibujos de su libro. Cuando intenté trabajar los experimentos

    los niños no querían, mostraban mucha apatía por las actividadesy me decían que no las harían, que en dado caso las harían en su

    casa con ayuda de sus padres, pero en realidad sólo escribían lo que

    les dictaba el maestro sin llegar a la reexión del porqué y muchomenos cuál era el resultado del experimento.

    Me tomó mucho tiempo pero logré que en las clases hiciéramoslos experimentos: “Que baile tan elegante” y “El día y la noche”,

    ambos son sobre el movimiento de rotación y tienen la nalidad deobservar y reexionar sobre este suceso natural. No obstante, el

    objetivo de que comprendieran por qué sucede este movimiento y

    qué consecuencias trae no se logró cumplir por completo ya quealgunos alumnos no respondieron a la actividad.

    A esto se le anexó que tampoco querían trabajar en equipoporque se acusaban mutuamente de no trabajar, decían que sus

    mamás les decían que no se juntaran con los otros compañeros.

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    Los experimentos causándonos problemas

    Tardé mucho en integrarlos porqué además el docente no

    fomentaba el trabajo colaborativo y cooperativo en el grupo, ellosmencionaban que él decía que era una pérdida de tiempo y que era

    mejor trabajar individualmente.  Algo que también me causó extrañeza fue que se negaron

    a trabajar entre hombres y mujeres, se alejaban unos de otros yhasta hacían las sólo de niños y de niñas. Les pregunté la razón delporqué de esta organización pero ningún me respondió.

    Pensando cómo hacer para que uyera mejor nuestra relaciónme di a la tarea de crear un buzón, les expliqué que podían depositar

    cartas o recados dirigidos a mi persona y que podían contarmesus dudas, decirme los temas que quisieran estudiar y sus cosas

    personales, que les daríamos solución a sus inquietudes todos losdías diez minutos después de recreo (este tiempo fue asignado porellos de forma democrática). A través de esta estrategia pude saber

    por qué era su rechazo al sexo opuesto: era por la simple y sencillarazón de que empezaban sentir atracción y esto les generaba

    nervios y temor: qué dirán de mí, cómo debo actuar ante él y quétengo que decirle mientras trabajamos juntos.

    Para mejorar la comunicación entre todos me volví su cómplice,

    la tarea resultó demasiado difícil, pero como dicen nunca hay querendirnos. Me costó tiempo y esfuerzo pero sí se logró favorecer

    la integración entre unos y otros; esto me dio una enorme

    satisfacción.A causa de las suspensiones de labores por juntas, eventos

    culturales y recreos alargados llevados a cabo dentro de los horariosde clase muchas de las actividades que tenía planeadas no las puede

    realizar; tuve que reajustarlas considerando las más importantes ylas que facilitarían el proceso de aprendizaje.

    Como en todo grupo los niños eran demasiado inquietos: se

    levantaban, gritaban, peleaban unos con otros, aventaban bolitasde papel y jugaban; por supuesto me hacían trabajar mucho, tuveque implementar estrategias como alzar o bajar mi voz, sonarcascabeles, cantar canciones, contar hasta tres y levantar la mano

    entre ellos para poder mantener el orden e integrarlos en grupos.

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    Algo que ayuda mucho son las observaciones que hacen los

    docentes al terminar la práctica, en lo personal le pedí al docenteque me las hiciera pero claro que no pudo porque nunca estuvo y no

    logré rescatar mucho de esta experiencia docente.

    Aprendizaje y compromiso de experiencias vividas

    Con esta vivencia pude entender y aprender que a pesar de losobstáculos que se encuentran en nuestras vidas siempre hay que

    ver el lado bueno y buscar soluciones para poder seguir adelantecon nuestros objetivos. Además debemos tener presente que no

    todo puede cambiar de la noche a la mañana, todo lleva su tiempo,y que a la larga se obtienen frutos grandiosos, sobre todo hablandode la educación en donde el propósito central es que se forme a los

    niños para que sepan desenvolverse en la sociedad.

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    Mi experiencia con las matemáticas

    Mónica Graciela Guzmán Grajales

    Me encontraba en el cuarto semestre de la licenciatura en Educación

    Primaria cuando el maestro de observación y práctica docente nosdio a conocer las escuelas y grados que había para poder realizar

    nuestro trabajo escolar; la distribución de éstas fue al azar pormedio de una rifa: tomé el primer papel y la escuela que me tocó fuela Fray Bartolomé de Las Casas, en el segundo papel estaba escrito

    el grado, era cuarto.Me sentí muy emocionada pues mis prácticas anteriores habían

    sido con niños de primer grado y en esta ocasión mis alumnosserían un poco más grandes; en ese momento llegó a mi mente

    la pregunta: ¿qué actividades llevaré para hacer más llamativa ycomprensible mi clase?, me preocupaba especialmente la materiade matemáticas.

    Pasaron los días y llegó el momento de iniciar mi periodo deobservación. Me presenté junto con mis compañeros a la directora

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    que nos recibió amablemente, después ella nos dirigió a nuestro

    respectivo grupo para presentarnos con el maestro titular.En el recorrido la directora me condujo hacia el salón de clases

    donde se encontraba la maestra responsable del cuarto gradocon quien charlé un poco sobre el tiempo y las materias que

    trabajaría. Después me dirigí a los alumnos, me recibieron muybien, amablemente y atentos, además realicé una dinámica con lanalidad de conocernos y crear un ambiente de conanza que se

    reejaría después en el periodo de trabajo escolar.

    Conociendo al grupo

    Durante estos tres días observé la forma de trabajar de la maestracon los alumnos en las diferentes materias; me di cuenta de que ella

    explicaba las actividades pero si surgían dudas durante el desarrollode los ejercicios. Especialmente en matemáticas y en las operaciones

    con fracciones, no respondía las dudas, pedía que otros alumnoslo hicieran por ella; también observé que las actividades eran muyextensas y aburrían a los niños lo que ocasionaba desorganización

    en el grupo: pláticas en el rincón, niños tirándose bolitas de papel yen ocasiones peleas.

    En mis anotaciones señalé a los alumnos que presentaban

    mayores dicultades y en qué materias para poder plantearadecuadamente las actividades y además dosicarlas para evitarla fatiga y el aburrimiento en los pequeños; buscaba tener comoresultado un alto desempeño escolar así como la comprensión de

    los temas y la organización de los niños.En la semana de planeación seleccioné las actividades adecuadas

    para cada materia, busqué los materiales didácticos más llamativos

    y de mayor utilidad.Al día siguiente, cuando mi asesor de práctica docente revisó

    mi plan de clase, me comentó cuáles eran las fortalezas quepresentaban mis actividades y también me hizo algunas sugerencias

    para mejorarlas.

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    Mi experiencia con las matemáticas

    El trabajo en el aula

    Retorné a la escuela primaria para realizar mi práctica docente, me

    encontraba muy feliz, emocionada y ansiosa de trabajar con losalumnos. En las primeras sesiones de trabajo todo había marchado

    muy bien hasta que un día en la clase de matemáticas tocó trabajarlas sumas y restas de las fracciones.

    Inicié con un planteamiento: comparar dos empaques y

    mencionar cuál contenía la mayor cantidad, después preguntéel resultado al sumar y restar ambas cantidades. Estos ejercicios

    los repetimos varias veces con diferentes fracciones buscandoobtener una noción de lo que realizaríamos en las actividades

    posteriores, también para observar quienes presentaban dudas ylas pudiera discernir con otros ejemplos. Pregunté a los alumnossi alguien todavía tenía dicultad para responder la actividad,

    porque podía volver a explicar y nadie respondió, por lo tantoasumí que todos habían asimilado el tema de estudio.

    Durante el desarrollo de la actividad principal de la clase norepartí fotocopias con la tarea que estudiaríamos, ésta consistíaen realizar sumas y restas de algunos objetos; en el centro de los

    recuadros se encontraban escritas diversas fracciones y debíanseñalar con rojo los resultados mayores y con azul los menores.

    Durante la actividad observaba a los alumnos trabajar, caminaba

    pasillo por pasillo, había niños que respondían acertadamentepero también me encontraba con otros que presentaban dudas,entonces les dije que se apoyaran en los materiales empleadosanteriormente como las fajillas divididas en fracciones y las guras

    fraccionadas.Algunos alumnos se apoyaron en el material pero otros niños

    no podían resolver los ejercicios porque no comprendían la

    operación matemática adecuada para responder las preguntas.Por un momento me sentí preocupada porque me encontrabacon estudiantes que respondían equivocadamente, pero evitéhacer notar mi sentir con los niños para que no se percataran de la

    inseguridad que presentaba en ese instante.

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    Aprendiendo a ser maestr@: descubrimiento e incertidumbre

     Entonces comencé a leer un ejercicio y pregunté ¿qué operación

    matemática vamos a emplear? Algunos niños sobresalientesarmaban que sería una suma y si, estaban en lo correcto, pero

    otros alumnos mencionaban ¡es una resta!; leí nuevamenteel ejercicio, analizamos las indicaciones y poco a poco fueron

    entendiendo que consistía en una suma.Durante el desarrollo de la actividad empleamos los materiales

    que teníamos en el salón y fui pasando al frente a los niños con

    dicultad para apoyarlos en su resolución cuando el proceso de laresolución del ejercicio, los compañeros iban apoyando a resolverlo.

    Varios niños, después de este suceso, fueron comprendiendola actividad, hasta que por sí mismos en la segunda parte de los

    planteamientos respondieron acertadamente la mayoría de losejercicios; fueron muy pocos los que continuaban con dudas perotrabajé con ellos de forma personalizada.

    Continúe observando, apoyando y en ocasiones explicandoa quienes conservaban dudas; al nalizar la actividad planeada

    pedí a los alumnos que respondiéramos juntos los incisos. En estemomento me sentí feliz, entusiasmada y con una gran sonrisa enmi cara pues me daba cuenta el avance que tenían mis alumnos,

    también porque pude guiar adecuadamente el tema de estudiocon preguntas y materiales idóneos.

    En esta experiencia me percaté y pude comprobar nuevamente

    que todos tenemos diferentes estilos y ritmos de aprendizaje,además de aprender de diversas formas; por lo tanto como maestratengo que tener paciencia para evitar desesperarme al notar quemis alumnos no han comprendido un tema para ayudarlos con

    actividades de reforzamiento, explicarles detalladamente lasindicaciones y ejemplicar con materiales adecuados.

    También es necesario identicar a los niños más sobresalientes

    para que apoyen a los compañeros con las tareas difíciles y buscaradecuar de una mejor manera mis actividades a las necesidadesdel grupo. También es importante considerar como referente elnivel cognitivo cuando observo que no presentan el éxito que

    había pronosticado y buscar estrategias y herramientas idóneas

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    Mi experiencia con las matemáticas

    para mejorar el trabajo con los alumnos, además de emplear los

    materiales adecuados para cada materia y tema.

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    Aprendiendo a ser maestr@: descubrimiento e incertidumbre

    Mi dicultad para organizar

    a los niños en el trabajo

     Adriana Guadalupe Cruz López

    Era mi tercera jornada de prácticas docentes y la realicé en un

    contexto urbano del 21 de mayo al 8 de junio. El maestro de laasignatura “Observación y práctica docente” me asignó el tercer

    grado de la escuela primaria Ignacio Manuel Altamirano, ubicada enel municipio de Jiquipilas. La idea de realizar mis prácticas en estaescuela no me gustó mucho desde un principio pues pensaba en

    todos los gastos que me generaría viajar diario a la localidad, ademástendría que levantarme más temprano para llegar puntualmente.

    Mi desagradable periodo de observación

    El primer día era de observación y mis compañeros y yo llegamos a

    la escuela puntualmente, esperamos un rato y después del toquede entrada nos presentamos con la directora y el subdirector

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    quienes nos dieron la bienvenida, desde un principio se portaron

    muy amables con nosotros y nos ofrecieron todo su apoyo en eltiempo que durara nuestra estancia. Después pasamos a conocer

    los salones para elegir en qué aula nos quedaríamos, el primer salónal que pasamos fue el 3°A y en el que me quedé.

    Al entrar al salón los niños me recibieron muy felices, parecía quea todos les daba de gusto el tener una nueva maestra practicante,eso me llenó de emoción y ganas de trabajar con ellos.

    Al platicar con la maestra Leti, que era interina docente, mecomentó que llevaba aproximadamente cinco meses a cargo de ese

    grupo y que le había costado mucho, llegó incluso a querer dejarlo enel primer mes de trabajo porque los niños eran muy indisciplinados

    e irrespetuosos. Este comentario de la maestra me causó granpreocupación por los problemas de organización que iba a tener,sin embargo confíé en que todo saldría bien; además la maestra Leti

    me ofreció su ayuda para coordinar a los más desordenados, lo queme tranquilizó un poco.

    Durante los tres días de observación pude comprobar queefectivamente los niños eran muy inquietos, a la maestra le costabamucho captar la atención de todos: mientras explicaba algunas

    actividades en el pizarrón los niños jugaban, platicaban en grupos,peleaban, se salían del salón de clases… la mayoría estaban parados

    y nadie entendía lo que la maestra explicaba por el gran ruido que

    provocaban. Mejor optaba por escribir las actividades en el pizarróndescribiendo las instrucciones de este modo los niños las copiaban yrealizaban; cuando tenían alguna duda se acercaban a preguntarle yles explicaba de forma individual.

    Creo que el motivo principal de que los niños se comportarande esa manera tan indisciplinada era porque la planicación

    de las actividades que desarrollaba la maestra no estaban bien

    organizadas: perdía mucho tiempo entre una tarea y otra, ademásle faltaba hacer uso del material didáctico y de ambientación paraque propiciara en los alumnos su interés por realizar los ejercicios.

    Otro de los problemas que observé es que la maestra tenía

    dividido el grupo entre los niños que iban más avanzados y los que

    Mi dicultad para organizar a los niños en el trabajo

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    Aprendiendo a ser maestr@: descubrimiento e incertidumbre

    estaban rezagados; entre éstos últimos habían unos que no sabían

    leer ni escribir y la maestra los tenía con puras planas, además deque dos días a la semana trabajaban con un maestro de USAER.

    La profesora me informó que en mis días de práctica iba a estartrabajando con sólo la mitad del grupo, con los que iban mas

    avanzados para que de esta manera pudiera realizar mis actividadesplaneadas.

    Tuve que organizar mis actividades de enseñanza adecuándolas

    a las características que había observado de los niños, incluyendola mayor cantidad de material didáctico y de ambientación,

    también agregué más ejercicios y fotocopias para poder trabajarcon los que terminaran rápidamente y también no metí muchas

    actividades por equipo pues de esta manera se les dicultabatrabajar.

    ¡Mi primer día de práctica!

    Por n llegó mi primer día de práctica, llegué a la escuela muyentusiasmada a las 7:30 de la mañana, y también un poco nerviosa

    al pensar en la actitud que iban a tener los niños conmigo en esteprimer día. Esperaba que todo saliera bien y que mis actividades

    planeadas dieran los mejores resultados.

    Llegué al salón y coloqué algunos materiales de ambientación:el “semáforo”, el “quién vino y quién no vino” para el pase de lista,la lámina donde elaboraríamos el reglamento del salón de clase,algunos números y los días de la semana así como otros materiales.

    Los niños fueron llegando uno a uno, me saludaban y preguntabanpara que ponía esos materiales y algunos se ofrecían a ayudarme,

    otros sólo observaban, yo estaba muy contenta de estar ahí y

    ansiosa de que iniciara la clase.Cuando tocaron la chicharra todos los niños entraron al salón,

    me volví a presentar y pedí por medio de una dinámica que ellostambién se presentaran para que los fuera identicando. Después

    elaboramos entre todos el reglamento del salón de clases, aquí

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    todos fueron aportando ideas de lo que querían que se prohibiera

    dentro y fuera del salón y acordamos un castigo para el que nocumpliera; también les expliqué cómo funcionarían los materiales

    que había pegado: el “semáforo” y el “quién vino y quién no vino”.Posteriormente empecé a trabajar con la mitad del grupo que había

    acordado con la maestra titular tiempo atrás.En un principio, como era algo nuevo para los niños, se

    portaron bien, estuvieron atentos a las explicaciones que les daba

    para realizar las actividades pero después de unos minutos seempezaban a inquietar, a platicar, a pararse, a jugar y ya no querían

    terminar de hacer las actividades. La forma de organizarse paratrabajar con diferentes grupos y diferentes actividades en el mismo

    salón de clases se convertía en un gran distractor para todos. Enese momento no sabía qué hacer, les hablaba de manera generaly de manera individual y no entendían, un ratito se sentaban y se

    ponían a trabajar y al ratito ya estaban parados nuevamente. Parapoder utilizar el “semáforo” salían a cada rato del salón de clases

    y esto ocasionó más desorganización, la maestra interina tratabade ayudarme y tranquilizar a los niños pero igual era sólo por unosmomentos y después volvía la indisciplina.

    Ese primer día de práctica fue muy difícil para mí, llegué a mi casamuy estresada y cansada. Empecé a buscar otras estrategias para

    poder implementarlas con los niños y así poder mejorar un poco el

    orden en el aula.Durante el segundo día la situación continuó igual, llegué

    preparada con otras actividades para los más inquietos pero no medieron los resultados que esperaba, siguieron comportándose de

    la misma manera, se la pasaban peleando todo el tiempo, inclusollegaban a los golpes. Todo me parecía horrible y deseaba que el

    tiempo de clases se pasara lo más pronto posible

    A pesar de que los niños fueron mejorando su manera detrabajar cuando transcurrió el tiempo, puedo armar que desde unprincipio me faltó recurrir a más estrategias para ordenar mejor lasactividades y la convivencia con los alumnos, nunca pude tener la

    organización que deseaba.

    Mi dicultad para organizar a los niños en el trabajo

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    Aprendiendo a ser maestr@: descubrimiento e incertidumbre

    La experiencia en estos primeros días de trabajo con los niños

    me dejó muchos aprendizajes, por ejemplo el darme cuenta quetodos lo grupos son heterogéneos ya que hay una gran diversidad

    de niños, también de que hay que buscar las formas más apropiadaspara poder superar nuestras dicultades.

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    MAESTROS Y APRENDICES

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    Una experiencia improvisada

    María Alejandra Santos Cordero

    Nunca imaginé cómo era la vida de un maestro y todo lo que

    implicaba hasta que empecé a estudiar la licenciatura en EducaciónPrimaria. Actualmente tengo ya un poco más de experiencia, sin

    embargo, no puedo olvidar la primera vez que fui a observar; erauna comunidad un poco retirada en el municipio de Jiquipilas, sellamaba Galicia Galilea.

    Me di cuenta que si viajaba en el transporte público no llegaríaa tiempo a la escuela, así que los tres compañeros con quien haría

    la observación y yo decidimos quedarnos a dormir esos días allí enla comunidad, me parecía emocionante porque no conocía el lugar

    y además era mi primera experiencia, eso me parecía agradable...pero no sabía lo que me deparaba el destino.Hicimos aproximadamente dos horas de camino y cuando

    llegamos estaba amaneciendo y había algo de neblina, hacía frío yun enorme silencio rodeaba aquel pequeño pueblo. Nos dirigimos a

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    Una experiencia improvisada

    la casa más cercana para preguntar por el maestro o alguien que nos

    pudiera abrirla escuela; casi en frente había una casita muy sencilla,ahí preguntamos por el maestro y una señora amablemente se

    ofreció a abrir la escuela para que pasáramos y nos explicó que elprofesor había ido a Cintalapa y que todavía no regresaba.

    Las vivencias en la escuela

    Estábamos ya en la escuela. Tenía un patio pequeño, estaba

    enmallada, había un salón que se veía recién construido y otro queestaba en mal estado pero bien ventilado (porque no tenía puerta ni

    ventanas), también había una cocina que se encontraba en uno delos extremos. Como sólo había estas construcciones comprendí quese trataba de una escuela multigrado.

    El sol había salido y ya se veían algunos niños que venían a laescuela con su mochila, ya era casi la hora de entrada y aún no llegaba

    el maestro. Las y los pequeños nos saludaron un poco admirados,lo cual era lógico porque para ellos éramos unos extraños, nosobservaron un buen rato y nalmente se animaron a preguntarnos

    qué hacíamos ahí.Después de una larga espera por n llegó el maestro muy

    apresurado. Habló con nosotros y con mucha pena se disculpó por

    habernos hecho esperar, posteriormente nos asignó a cada unoel grado que observaríamos. Yo me quedé en el salón de los máspequeños; 1º, 2º y 3º.

    Así comenzó la jornada escolar. El maestro inició la clase con la

    asignatura de español por lo que les pidió a los niños abrieran suslibros y leyeran la lección que tocaba; cuando terminaron el maestro

    dividió el pizarrón (el cual, por cierto estaba algo desgastado) en

    tres partes para poder dar a conocer las actividades que realizaríancada uno de los grupos.

    Me sorprendí mucho cuando escuché algunos niños murmurardentro del aula, me preguntaba qué decían pues ellos hablaban

    nada más y nada menos que tsotsil, una lengua completamente

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    Aprendiendo a ser maestr@: descubrimiento e incertidumbre

    desconocida por mí. Me causó mucho asombro ver cómo los

    pequeños dominaban las dos lenguas.

    Un caso de desconcierto

    El día siguiente surgió algo inesperado, el maestro debía salir delpueblo a la cabecera municipal así que no quedaba de otra más

    que yo me quedara a cargo del grupo. Recuerdo que sentí una graninseguridad cuando me lo dijo, un gran caos inundó mi pensamiento:

    ¿qué voy a hacer con el grupo?, ¿cómo daré la clase?.. eran algunaspreguntas que me pasaban por la mente, y a la vez también me

    resistía a estar sola con los alumnos.Sabía perfectamente que no tenía idea sobre cómo aprenden los

    niños, ni de las estrategias didácticas adecuadas, es más, ni siquiera

    sab