apocalipsis 03, ellen white (94)

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Pág. 1 Apocalipsis 3 A los Ángeles de las Iglesias de Sardis, Filadelfia y Laodicea Escribe A la iglesia de hoy es enviado este mensaje. Pido a nuestros miembros de iglesia que lean completamente el tercer capítulo de Revelación, y que hagan aplicación práctica del mismo. El mensaje a la iglesia de los laodicenses se aplica especialmente al pueblo de Dios hoy. Es un mensaje a los cristianos profesos quienes han llegado a parecerse tanto al mundo que ninguna diferencia se puede ver [versículos 14-18 citado]. RH, 20 de Agosto, 1903. Versículo 1. “Escribe al ángel de la iglesia de Sardis: "El que tiene los siete Espíritus de Dios y las siete estrellas, dice: Conozco tus obras, que tienes nombre que vives, pero estás muerto”. PVGM:84-85. El Espíritu Santo, enviado desde los cielos por la benevolencia del amor infinito toma las cosas de Dios y las revela a cada alma que tiene una fe implícita en Cristo. Por su poder, las verdades vitales de las cuales depende la salvación del alma son impresas en la mente, y el camino de la vida es hecho tan claro que nadie necesita errar en él. Mientras estudiamos las Escrituras, debemos orar para que la luz del 85 Espíritu Santo brille sobre la Palabra, a fin de que veamos y apreciemos sus tesoros. RH, 15 de Noviembre de 1892. ¿Cómo podremos soportar el día de la prueba si no entendemos las palabras de Cristo? Él dijo: “Estas cosas os he hablado, estando aun presente con vosotros. Pero el Consolador, el cual es el Espíritu Santo,

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Revelacin 3

Pg. 94

Apocalipsis 3A los ngeles de las Iglesias de Sardis, Filadelfia y Laodicea Escribe

A la iglesia de hoy es enviado este mensaje. Pido a nuestros miembros de iglesia que lean completamente el tercer captulo de Revelacin, y que hagan aplicacin prctica del mismo. El mensaje a la iglesia de los laodicenses se aplica especialmente al pueblo de Dios hoy. Es un mensaje a los cristianos profesos quienes han llegado a parecerse tanto al mundo que ninguna diferencia se puede ver [versculos 14-18 citado]. RH, 20 de Agosto, 1903.

Versculo 1. Escribe al ngel de la iglesia de Sardis: "El que tiene los siete Espritus de Dios y las siete estrellas, dice: Conozco tus obras, que tienes nombre que vives, pero ests muerto.PVGM:84-85. El Espritu Santo, enviado desde los cielos por la benevolencia del amor infinito toma las cosas de Dios y las revela a cada alma que tiene una fe implcita en Cristo. Por su poder, las verdades vitales de las cuales depende la salvacin del alma son impresas en la mente, y el camino de la vida es hecho tan claro que nadie necesita errar en l. Mientras estudiamos las Escrituras, debemos orar para que la luz del 85 Espritu Santo brille sobre la Palabra, a fin de que veamos y apreciemos sus tesoros.

RH, 15 de Noviembre de 1892. Cmo podremos soportar el da de la prueba si no entendemos las palabras de Cristo? l dijo: Estas cosas os he hablado, estando aun presente con vosotros. Pero el Consolador, el cual es el Espritu Santo, el cual el Padre enviar en mi nombre, l os ensear todas las cosas, y traer todas las cosas a vuestra memoria, todo lo que os he dicho. Es el Espritu Santo quien ha de traer a nuestra memoria las palabras de Cristo. El tema sobre el cual Cristo prefiri dialogar en su ltimo discurso era el oficio del Espritu Santo. l abri ante ellos un amplio camino de verdad. Ellos habran de recibir sus palabras por fe, y el Consolador, el Espritu Santo, habra de traer todas las cosas a su memoria. La consolacin dada por Cristo en esta promesa fue encontrada en el hecho de que la influencia divina habra de estar con sus seguidores hasta el fin. Pero esta promesa no es aceptada y recibida por el pueblo de hoy, y por tanto no es apreciada por ellos, ni su cumplimiento es visto en la experiencia de la iglesia. La promesa del don del Espritu de Dios, es dejado como un asunto que ha de recibir poca consideracin de parte de la iglesia. Su importancia no es enfatizada sobre el pueblo, y el resultado es slo lo que se pudiera esperar, sequa espiritual, tinieblas, y declinacin y muerte espiritual. Asuntos de menor importancia ocupan la mente y el alma, pero poder divino que es necesario para el crecimiento y prosperidad de la iglesia, el cual, si posedo, traera todas las otras bendiciones en su estela, est faltando, aunque nos es ofrecido en plenitud infinita. Al par que la iglesia est satisfecha con asuntos pequeos, queda descalificada para recibir las cosas grandes de Dios. Pero por qu no aoramos con vehemencia el don del Espritu Santo, siendo que es el medio por el cual el corazn puede ser mantenido puro? El Seor se propone que el poder divino coopere con el esfuerzo humano. Es sumamente esencial para el cristiano el entender el significado de la promesa del Espritu Santo justo antes de la venida del Seor Jess por segunda vez. Hablad de l, orad por l, predicad concerniente a l; pues el Seor est ms dispuesto a dar el Espritu Santo que los padres dar buenas ddivas a sus hijos.

RH, 7 de Febrero de 1857. En tiempos del pasado hombres santos del pasado hablaron siendo movidos por el Espritu Santo. En la antigedad los profetas escudriaron lo que el Espritu de Dios, que estaba en ellos, quera decir. El Espritu aun no haba sido enviado con poder porque Jess aun no haba sido glorificado. Partiendo desde el da de Pentecosts, el Espritu Santo habra de ser derramado sobre hijos e hijas, sobre siervos y siervas. En toda colina, todo llano, todo valle, obreros humildes del Seor han de ser reclutados. La divina, sagrada influencia del Espritu Santo obrando en nuestro mundo ha de ser como seales y maravillas, porque el pueblo de Dios es un pueblo peculiar, nacin santa, resplandeciendo e medio de las tinieblas morales como piedras vivientes en el edificio del Seor. Los ms dbiles y enfermos, si ejercitan fe en Dios, y mejoran las facultades encomendadas, elevarn, refinarn y perfeccionarn en carcter bajo la obra del Espritu Santo. Con humildad y contricin se someten al moldeo y disciplina del Espritu, y sabrn lo que significa su eterna plenitud.

[PH154] 4-5. Hemos de orar por el derramamiento del Espritu como remedio para las almas enfermas del pecado. La iglesia necesita ser convertida, y por qu no habremos de postrarnos ante el trono de gracia, como representantes de la iglesia, y de un corazn quebrantado y espritu contrito hacer sincera splica que el Espritu Santo sea derramado sobre nosotros de lo alto? Oremos que cuando por gracia nos sea concedido, nuestros fros corazones sean reavivados, y tengamos discernimiento para entender que viene de Dios, y lo recibamos con gozo. Algunos han tratado al Espritu como visita no bien recibida, rehusando recibir el rico don, dejando de reconocerlo, apartndose de l, y condenndolo como fanatismo. Cuando el Espritu Santo obra sobre el agente humano, no nos pregunta en qu forma habr de operar. A menudo se mueve en forma insospechada. Cristo no vino como lo esperaban los judos. l no vino de manera para glorificarlos como nacin. Su precursor vino para preparar el camino para l, llamando al pueblo al arrepentimiento, la conversin, y el bautismo. El mensaje de Cristo fue: El reino de Dios ha llegado: arrepentos, y creed el evangelio. Los judos se negaron en recibir a Cristo, porque l no vino de acuerdo a sus expectaciones. Las ideas de hombres finitos eran sostenidas como infalibles, por tantsimo tiempo haber sido sostenidas. Este es el peligro al cual la iglesia ahora est expuesta,---que las invenciones de hombres finitos indiquen la precisa forma en que vendr el Espritu Santo. Aunque ellos no desearan reconocerlo, algunos ya lo han hecho. Y porque este Espritu ha de venir, no para alabar a los hombres o apoyar sus errneas teoras, sino para reprender al mundo de pecado, de justicia, y de juicio, muchos se apartan de l. No estn dispuestos a que se les prive de sus propias ropas de justicia propia. No estn dispuestos a cambiar su propia justicia, la cual es injusticia, por la justicia de Cristo, la cual es verdad pura, no adulterada. El Espritu Santo a nadie halaga, tampoco obra segn los designios del hombre. Hombres finitos y pecadores, no habrn de manejar al Espritu Santo. Cuando l venga para reprender, mediante cualquier agente humano que Dios escoja, le corresponde al hombre escuchar y obedecer su voz.

ST, 17 de Abril de 1893. El Espritu Santo implantado en los discpulos, los capacit para estar firmes contra la idolatra, y exaltar slo al Seor. El Espritu Santo gui los lapiceros de los historiadores sagrados para el registro de las preciosas palabras y obras de Cristo pudieran ser presentadas al mundo. El Espritu Santo est constantemente trabaja procurando atraer la atencin de hombres al gran sacrificio hecho en la cruz del Calvario, para explicar al mundo el amor de Dios al hombre, y abrir al corazn compungido las preciosas promesas en las Escrituras. Es el Espritu Santo que trae a las mentes anubladas los lucientes rayos del Sol de Justicia. Es el Espritu Santo quien hace que el corazn del hombre arda con una inteligencia despertada tocante a las verdades eternas. Es el Espritu Santo quien presenta ante las mentes la norma moral de justicia y convence de pecado. Es el Espritu Santo quien produce tristeza divina que obra el arrepentimiento del cual no necesitamos arrepentirnos, e inspira fe en Aqul que nicamente puede salvar de todo pecado. Es el Espritu Santo quien obra para transformar el carcter al apartar los afectos del hombre de aquellas cosas que son temporales y perecederas, fijndolos sobre la herencia inmortal, la sustancia eterna que no perece. El Espritu Santo recrea, refina, y santifica al agente humano, para que sean hechos miembros de la familia real, hijos del Rey Celestial.

Y LAS SIETE ESTRELLAS. Vase EGW sobre 1:16 y 2:1.

BTS,, 1 de Noviembre de 1916. Cuntos se encuentran en esta misma posicin! En su ignorancia se encuentran en una condicin deplorable y egosta. Son como sal sin sabor. Estn separados del Seor Jess, en quien est centrada su esperanza de vida eterna, no obstante estn satisfechos con el conocimiento de su habilidad, pensando ser sabios. Pero su vista est cegada; ellos no disciernen su miseria. No guardan la ley de Dios, y fracasan en hacer aquello que es agradable a Su vista. Yo conozco tus obras, declara Cristo. Ellos son una ofensa a Dios. Su justicia no se encuentra en ellos. No han guardado sus vestiduras de la contaminacin mundanal. No guardan elevada ante s la correcta norma de carcter.

YO CONOZCO TUS OBRAS. Vase tambin EGW sobre 2:2, 9, 13.

4CBA:1187. El Espritu de Dios, con su poder vivificante, debe estar en cada agente humano para que pueda entrar en accin cada msculo y tendn espiritual. Sin el Espritu Santo, sin el aliento de Dios, hay embotamiento de conciencia, prdida de vida espiritual. Muchos que carecen de vida espiritual tienen sus nombres en los registros de la iglesia; pero no estn escritos en el libro de la vida del Cordero. Pueden estar acoplados a la iglesia pero no estn unidos con el Seor. Pueden ser diligentes en el cumplimiento de determinados deberes, y pueden ser considerados como seres vivientes; pero muchos estn entre los que tienen "nombres de que" viven, y estn muertos.

A menos que haya una conversin genuina del alma a Dios; a menos que el aliento vital de Dios vivifique el alma a la vida espiritual; a menos que los catedrticos de la verdad sean movidos por principios emanados del cielo, no han nacido de la simiente incorruptible que vive y permanece para siempre. A menos que confen en la justicia de Cristo como su nica garanta; a menos que copien el carcter de Cristo y procedan con el espritu de l, estn desnudos, no tienen el manto de su justicia. Los muertos a menudo se hacen pasar como si estuvieran vivos, pues los que se esfuerzan en lo que, segn sus ideas, llaman salvacin, no tienen a Dios obrando en sus vidas tanto "el querer como el hacer, por su buena voluntad".

CS:354-355. Cuando el Salvador dirigi la atencin de sus discpulos hacia las seales de su regreso, predijo el estado de apostasa que existira precisamente antes de su segundo advenimiento. Habra, como en los das de No, actividad febril en los negocios mundanos y sed de placeres, y los seres humanos iban a comprar, vender, sembrar, edificar, casarse y darse en matrimonio, olvidndose entre tanto de Dios y de la vida futura. La amonestacin de Cristo para los que vivieran en aquel tiempo es: "Mirad, pues, por vosotros mismos, no sea que vuestros corazones sean entorpecidos con la glotonera, y la embriaguez, y los cuidados de esta vida, y as os sobrevenga de improviso aquel da." "Velad, pues, en todo tiempo, y orad, a fin de que logris evitar todas estas cosas que van a suceder, y estar en pie delante del Hijo del hombre." (S. Lucas 21: 34, 36, V.M.)

La condicin en que se hallara entonces la iglesia est descrita en las palabras del Salvador en el Apocalipsis: "Tienes nombre que vives, y ests muerto." Y a los que no quieren dejar su indolente descuido, se les dirige el solemne aviso: "Si no velares, vendr a ti como ladrn, y no sabrs en qu hora vendr a ti." (Apocalipsis 3: 1, 3.)

HHD:87. Todos los que lleven dignamente el nombre de cristianos, que significa semejante a Cristo, estarn llenos de piedad y pureza, de amor y reverencia por Dios y Jesucristo a quien envi; su espritu, sus palabras y sus actos llevarn la impronta del cielo. Los dems vern que ha estado con Jess y aprendido de l. Sus oraciones sern sencillas y fervientes, y ascendern al cielo en alas de la fe. Al aprender en la escuela de Cristo, tendr una opinin humilde de s mismo; y aunque sea pobre en bienes de este mundo, ser rico en las gracias del Espritu de Dios, y podr bendecir y enriquecer a los dems mediante su espritu y su influencia, porque Cristo es en l una fuente de agua que surge para vida eterna. Esparcir a su alrededor una atmsfera de esperanza, valor y fortaleza, que avergonzar a los mundanos, egostas, que slo tienen profesin de fe, que tienen nombre que viven y estn muertos.- (YI, 22-06-1893)

1T:276. Los que profesan ser cristianos en medio de los peligros de los ltimos das, y no imitan al humilde y abnegado Patrn, se ubican en las filas del enemigo. l los considera sus sbditos, y ellos sirven tan importante propsito como lo hace cualquiera de sus sbditos, pues ellos tienen Nombre que representar, pero estn muertos. Otros los toman como ejemplos a seguir, y siguiendo a ellos pierden la salvacin, cuando, si estos no hubieran profesado ser cristianos, su ejemplo no hubiera sido seguido. Estos supuestos profesos cristianos no estn concientes del peso de su influencia. Ellos hacen mucho ms severo el conflicto para los que son el pueblo peculiar de Dios. Pablo, en Tito 2:15, se refiere al pueblo que est esperando la aparicin de Cristo. l dice: Estas cosas habla, y exhorta, y reprende con toda autoridad. Que nadie Te: tenga en poco.

2T:175-176. La influencia de los jvenes en ________ se extiende tan lejos como son conocidos, y sus modos impos son proverbiales; y nadie ha tenido ms influencia en la senda equivocada como ustedes. Ustedes han deshonrado su profesin y han sido miserables representantes de la verdad. Dice el Testigo Fiel: Yo conozco tus obras, que ni eres fro ni caliente: ojala fueras fro o caliente. Pero porque eres tibio, y ni fro o caliente, Te: vomitar de mi boca. Si fuerais fros, habra alguna esperanza que fuerais convertidos; pero donde la justicia propia lo envuelve a uno, en lugar de la justicia de Cristo, el engao es tan difcil de ver, y la justicia propia tan difcil de desechar, que el caso es el ms difcil de alcanzar. Un pecador impo e inconverso se encuentra en condicin ms favorable que tal persona.

Ustedes son piedra de tropiezo para pecadores. Su falta de consagracin es obvia. Est desparramando de Cristo en lugar de recoger con l. Si Dios me ayudara a romper sus vestimentas de justicia propia, tendr esperanza que usted aun pueda redimir el tiempo y llevar vidas ejemplares. Habis sido frecuentemente despertados, pero al igual os habis vuelto a vuestra vida de condicin inactiva y de justicia propia, teniendo un nombre que vive mientras se encuentra muerto. Su orgullo amenaza con ser su ruina. Dios le ha hablado a usted sobre este punto. Si no hacer alguna reforma, la afliccin le sobrevendr, y su gozo se tornar en pesadumbre, hasta que humillis vuestros corazones bajo la mano de Dios. Vuestras oraciones Dios no acepta. Provienen de corazones llenos de orgullo y egosmo. Usted, mi querida hermana, es vana; usted ha vivido una vida sin rumbo, cuando, si hubiera sido humilde y vivido para bendecir a otros, hubiera sido una bendicin para usted misma y para todos los que la rodeaban. Que Dios perdone a sus padres y hermanas por la parte que han desempeado en hacer de usted quien usted hoy es---justo lo que Dios no puede aceptar, justo lo que, si usted permanece igual, ser paja para ser consumida por el fuego en el da de Dios.

TM:152-153. Habis descuidado tristemente leer las Escrituras e investigarlas con corazn humilde por vosotros mismos. No aceptis la explicacin que ningn hombre haga de las Escrituras, cualquiera sea su posicin, sino id a la Biblia e investigad la verdad por vosotros mismos. Despus de escuchar a Jess, los samaritanos dijeron: "Ya no creemos por tu dicho; porque nosotros mismos hemos odo, y sabemos que verdaderamente ste es el Salvador del mundo, el Cristo". Existe la mina de la verdad. Profundizadla y poseeris el conocimiento que es de ms valor para vosotros. Muchos se han vuelto perezosos y han cado en un criminal descuido del escudriamiento de las Escrituras, y estn destituidos del Espritu de Dios as como del conocimiento de su Palabra. Leemos, en la Revelacin que le fue hecha a Juan, acerca de algunos que tenan nombre que vivan aunque estaban muertos. S, hay muchas personas tales entre nosotros como pueblo, muchos que pretenden estar vivos, y sin embargo estn muertos. Hermanos mos, a menos que el Espritu Santo est obrando en vosotros como un principio vital, a menos que obedezcis sus impulsos, y dependis de sus influencias, trabajando con la fuerza divina, mi mensaje de Dios para vosotros es: "Estis bajo un engao que resultar fatal para vuestras almas. Debis convertiros. Debis recibir luz antes de dar luz. Colocaos a vosotros mismos bajo los brillantes rayos del Sol de Justicia". Entonces podis decir con Isaas: "Levntate, resplandece; que ha venido tu lumbre, y la gloria de Jehov ha nacido sobre ti". Debis cultivar la fe y el amor. "No se ha acortado la mano de Jehov para salvar, ni hace agravado su odo para no or". Buscad al Seor. No descansis antes que sepis que Cristo es vuestro Salvador.

Ev:237. Muchos aceptan la verdad sin cavar hondo para comprender sus principios fundamentales; y cuando ella encuentra oposicin, se olvidan de los argumentos y pruebas que lo sostienen. Han sido inducidos a creer la verdad, pero no han sido plenamente instruidos acerca de lo que es, ni han sido llevados de un punto a otro en el conocimiento de Cristo. Demasiado a menudo su piedad de vuelve formal, y cuando dejan de or los llamamientos que los despertaron, se quedan espiritualmente muertos.

1T:492. Me fue mostrado que no existe falta de recursos entre adventistas del sptimo da. Al presente su mayor peligro est en la acumulacin de propiedad. Algunos estn continuamente aumentando sus afanes y trabajos; estn sobrecargados. El resultado es que Dios y las necesidades de su causa estn casi olvidadas por ellos; estn espiritualmente muertos. Se requiere de ellos que hagan un sacrificio a Dios, una ofrenda. Un sacrificio no aumenta, sino hace decrecer y consume. Aqu, me fue mostrado, haba una noble empresa para ser puesta a trabajar por el pueblo de Dios, una en la cual pueden invertir recursos para su gloria y el avance de su causa. Muchos de los recursos entre nuestro pueblo slo estn probando ser perjudicial para los que no desean soltarlos.

5T:73. Muchos tienen nombre de que viven mientras han llegado ser espiritualmente muertos. Estos un da dirn: Seor, Seor, no hemos profetizado en tu nombre? Y en tu nombre hemos echado fuera demonios. Y en tu nombre hemos hecho muchas maravillas? Y entonces les dir: nunca os conoc: apartaos, obradores de iniquidad. Un ay ser pronunciado contra usted, si se detiene y dilata hasta que el Sol de Justicia se oculte. O, que el fro, y formal corazn sea derretido! Cristo no slo derram lgrimas por nosotros, sino su propia sangre. Acaso estas manifestaciones de su amor no nos despertarn a una profunda humillacin ante Dios? Es humildad y abnegacin lo que necesitamos para ser aprobados por Dios.

RH, 10 de Julio de 1879. Como pueblo, estamos apartndonos de Dios. Los corazones de sus profesos hijos se estn separando de l. Mientras tienen nombre de que viven, las reales vitales energas del alma se han tornado en muerte espiritual. A los tales, Jess dice: Si hubierais conocido, t, a lo menos en este tu da, las cosas que pertenecan a tu paz! Cristo no dice das, sino da,este tu da. Esa ltima reunin pudiera ser el ltimo da de la especial visitacin de Cristo,--un da de raros privilegios y bendiciones que ellos tanto necesitan.

7CBA:998. El mundo espera algo de vosotros. Si no resplandecis como luces en el mundo, alguien se levantar en el juicio y os culpar de la sangre de su alma. Se ver que t fuiste un agente en las manos del enemigo de Dios y del hombre para extraviar y engaar por medio de tu falsa profesin de cristianismo. No condujiste las almas a la piedad y a la consagracin. Tuviste nombre de que vivas; pero estabas espiritualmente muerto. No tuviste la influencia vitalizadora del Espritu de Dios, que se da abundantemente a todos los que la piden con fe (RH, 16-8-1898).

7CBA:969. [Se cita Apoc. 3:1]. Cristo exhorta a esta iglesia para que haga un cambio. Tenan, O, cuntos han cado porque confiaron en su profesin para la salvacin! Cuntos se pierden por su esfuerzo de mantener su reputacin! Si uno tiene la reputacin de ser un evangelista de talento, un predicador bien dotado, un hombre de oracin, un hombre de fe, un hombre especialmente consagrado, hay un positivo peligro de que naufrague en la fe cuando sea puesto a prueba por las pequeas vicisitudes que Dios permite que sobrevengan. Con frecuencia su gran empeo ser mantener su reputacin.

El que vive temiendo que otros no aprecien su valor, est perdiendo de vista a Aquel que es el nico que nos hace dignos de glorificar a Dios. Seamos fieles mayordomos de nosotros mismos. Desviemos nuestra vista del yo y fijmosla en Cristo. Entonces no habr la ms mnima dificultad. Toda la obra hecha, no importa cun excelente parezca, no tiene valor si no se hace en el amor de Jess. Uno puede pasar por todo el ciclo de la actividad religiosa; pero a menos que Cristo est entretejido en todo lo que dice y hace, estar traba ando para su propia gloria (Carta 48, 1903).

7CBA:970. "Yo conozco tus obras, que tienes nombre de que vives, y ests muerto". Delante de Dios de nada vale la apariencia exterior. Las ceremonias externas de la religin son absolutamente intiles si falta el amor de Dios en el alma.

[PH007] 4. Hoy da existen pocos que estn sirviendo a Dios de corazn. La mayora de aquellos que componen nuestras congregaciones estn espiritualmente muertos en transgresiones y pecados. Van y viene como la puerta sobre sus bisagras. Por aos han escuchado en complacencia las verdades ms solemnes y agitadoras, pero no las han practicado. Estn menos y menos sensibles de los precioso y valioso de la verdad, porque son negligentes en cuanto a la prctica de aquellas cosas que son agradables en la presencia de Dios. Los fuertes testimonios de reprensin y advertencia no los despierta. Las melodas ms dulces que vienen de Dios mediante labios humanosjustificacin por fe, y la justicia de Cristono sacan de ellos un responso de amor y gratitud. Aunque el Mercader Celestial despliega ante ellos las ms ricas joyas de fe y amor; aunque su voz los invita a comprar de l oro probado en el fuego, y vestiduras blancas para que sean vestidos, y colirio para que puedan ver, endurecen sus corazones contra l, y fracasan en cambiar su tibieza por amor y celo; y cruzan sus brazos complacientes, haciendo profesin pero negando el poder de la verdadera piedad. Si continan en este estado, Dios los rechazar con aborrecimiento. Alabar al mundo y a Dios al mismo tiempo, en ninguna forma es aceptable para con Dios.Despertad, despertad, antes que sea para siempre demasiado tarde!

RH, 12 de Marzo de 1901. Para despertar a los espiritualmente muertos, crear nuevos gustos, y nuevos motivos, se requiere tan grande uso de poder como para levantar a uno de la muerte fsica. Ciertamente es como dar vida al muerto cuando se convierte el pecador del error de sus caminos; pero nuestro Libertador es capaz de hacer esto; pues l vino para destruir las obras del enemigo. Y acaso no cumplir aquello que l mismo ha prometido cumplir?

RH, 6 de Mayo de 1890. El Seor nos ha hecho como pueblo los depositarios de su verdad; esta verdad est cargada con intereses eternos, y no obstante nos encontramos espiritualmente muertos. No reconocemos la situacin en la cual somos puestos. Hemos de ser portadores de luz al mundo, y sin embargo existen decenas en nuestras iglesias grandes a quienes nada importa tocante a al salvacin de los pecadores. Somos nosotros los hombres y mujeres a quienes la luz de las Escrituras ha sido revelada, luz que hemos de dejar brillar al mundo en rayos claros y consistentes? Al daros la verdad, y mandando que la hagis conocer a los que estn en tinieblas, ha cometido Dios un error?

RH, 1 de Enero de 1890. Existe demasiado formalismo en la iglesia. Almas estn pereciendo por falta de luz y conocimiento. Debemos estar tan conectados con la Fuente de toda luz que podamos ser canales de luz para el mundo. El Seor deseara que sus ministros que predican la palabra fueran vitalizados por su Espritu Santo. Y la gente que la escucha no debe permanecer en estupefacta indiferencia o quedarse mirando como si en un sueo, sin hacer ningn responso a lo que se est diciendo. El espritu del mundo ha paralizado la espiritualidad de los tales, y no estn despiertos para con el precioso tema de la redencin. La verdad de la palabra de Dios es hablada a odos sordos, y a corazones duros y no impresionables. La impresin que recibe el incrdulo de estos cristianos profesos es nada favorable para la religin de Cristo. Estos descuidados y de corazn opaco muestran ambicin y celo cuando envueltos en el negocio del mundo, pero asuntos de importancia eterna no llenan la mente e inters como lo hacen las cosas del mundo. La voz de Dios mediante sus mensajeros es un canto placentero; pero sus sagradas advertencias, reprensiones, y alicientes quedan todos en la nada. Cosas eternas y sagradas son puestas en el mismo nivel con las comunes. El Espritu Santo es entristecido. Dijo Cristo: Cuidad, pues, de cmo os. Los que profesa adorar a Cristo mientras que de corazn no est en la obra, estn espiritualmente muertos. Debiera verse una iglesia activa y bien despierta para animar y sostener los brazos de los ministros de Cristo Jess.

[SpTA12] 6. Necesitamos estudiar el mensaje dado a la iglesia de Sardis. Escribe al ngel de la iglesia de Sardis: "El que tiene los siete Espritus de Dios y las siete estrellas, dice: Conozco tus obras, que tienes nombre que vives, pero ests muerto. S vigilante, y reanima lo que queda y est por morir; porque no hall tus obras perfectas ante Dios. Acurdate de lo que has recibido y odo. Gurdalo, y arrepintete. Si no velas, vendr como ladrn, Y no sabrs a qu hora vendr sobre ti. Muertos, y teniendo el nombre de que estn vivos qu terrible condicin!

De aquel que ha estado trabajando con intenso esfuerzo para sostener slo un nombre, Dios dice: Yo conozco tus obras, que tienes nombre de que est vivo, y ests muerto. l ha estado tan ocupado con mantener un buen nombre, que ha omitido responsabilidades del ms solemne carcter. Dios ve al nombre tal como muerto, en lo que corresponde a una correcta influencia. Aquellos que siguen sus pisadas quedarn muertos, destruidos por falsas representaciones. Nada hay tan peligroso para un cristiano profeso que el tener meramente un nombre.[SpTa12] 7. Es un triste engao el tener un nombre, y sin embargo estar sin una conexin con Dios, sin vida espiritual, sin Cristo, sin un sentido de la presencia de Dios en el corazn. Tienes nombre de que vives, y ests muerto.Versculo 2. S vigilante, y reanima lo que queda y est por morir; porque no hall tus obras perfectas ante Dios.PC:393. Escribe al ngel de la iglesia de Sardis: "El que tiene los siete Espritus de Dios y las siete estrellas, dice: Conozco tus obras, que tienes nombre que vives, pero ests muerto. S vigilante, y reanima lo que queda y est por morir; porque no hall tus obras perfectas ante Dios. Acurdate de lo que has recibido y odo. Gurdalo, y arrepintete. Si no velas, vendr como ladrn, Y no sabrs a qu hora vendr sobre ti. O cuntas veces fracasa el agente humano y, cuando suscita la urgencia, est totalmente desprovisto para hacer el servicio del Seor. Si hubiera velado, hubiera quedado ciertamente como amigo, y como embajador de Jess. Pero el Espritu de Cristo no est en l, es otro Espritu.

Ev:296. Pero a cada paso hay que velar y orar, porque muchas cosas ocurrirn para confundir y enredar a los obreros. Hermanos mos, se me ha ordenado que os diga: "Velad y orad". Velad a fin de no poneros en el camino de la obra de Dios, realizando una impresin que dae la verdad. Revestid vuestra profesin con una conducta honesta. Apreciad la gracia del Espritu Santo a fin de no llegar a ser estorbos en el camino de la obra de Dios. Enderezad las sendas que recorren vuestros pies, no sea que el cojo sea desviado del camino (Manuscrito 105, 1902).

2T:511. Se me ha mostrado que muchos estn en el mayor peligro de no alcanzar la perfeccin en santidad en el temor del Seor. Los ministros se encuentran en peligro de perder sus propias almas. Algunos que han predicado a otros sern ellos mismos rechazados porque no han perfeccionado un carcter cristiano. En su obra ellos no salvan almas, y fracasan aun en salvar sus propias almas. No ven la importancia de conocerse a s mismos y tener dominio propio. Ellos no velan y oran para no entrar en tentacin. Si velaran, llegaran a estar familiarizados con sus propias debilidades, los puntos donde hay mayor probabilidad de ser asaltados por la tentacin. Con precaucin y oracin sus puntos ms dbiles pueden ser guardados de tal forma como para llegar a ser sus puntos ms fuertes, y pueden afrontar la tentacin sin ser vencidos.

SC:134. Hay tres consignas en la vida cristiana que deben ser observadas si deseamos evitar que Satans nos gane la delantera; a saber: Velar, orar y trabajar.

Maranata:56. Al exhortarnos a vigilar y orar, Jess nos seala la nica conducta segura. Necesitamos vigilar. Nuestros corazones son engaosos; estamos rodeados por las debilidades y fragilidades de la humanidad, y el propsito de Satans es destruirnos. Aunque nosotros bajemos la guardia, nuestro adversario jams estar ocioso. Puesto que estamos informados acerca de su incansable vigilancia, no durmamos, como los dems, sino "velemos y seamos sobrios". Tenemos que enfrentar el espritu y la influencia del mundo, pero no debemos permitir que tome posesin de nuestra mente y nuestro corazn.

1MS:474. Cuando el yo se entreteje en nuestras labores, entonces la verdad que llevamos a otros no santifica, refina ni ennoblece nuestro propio corazn. No testificar que somos vasos adecuados para el uso del Maestro. Slo mediante la oracin ferviente podemos tener una dulce comunin con Jess, y mediante esa bendita comunin las palabras y el espritu reciben la fragancia del espritu de Cristo. No hay un corazn que no se beneficie al velar. Jess el precioso Salvador, nos orden velar. La vigilancia del yo no debe ser descuidada ni por un momento. Debe cuidarse diligentemente el corazn, porque de l mana la vida. Vigilad y disciplinad los pensamientos para que no pequis con vuestros labios.

PR:61. La vigilancia y la oracin son la salvaguardia de la pureza.

5T:610-611. La amonestacin del Testigo fiel a la iglesia de Sardis es: "Tienes nombre que vives, y ests muerto. S vigilante y confirma las otras cosas que estn para morir; porque no he hallado tus obras perfectas delante de Dios. Acurdate pues de lo que has recibido y has odo, y gurdalo, y arrepintete". (Apoc. 3:1-3) El pecado especialmente imputado a esa iglesia es que sus miembros no haban fortalecido las cosas que quedaban, que estaban por perecer. Se aplica esta amonestacin a nosotros? Examinemos individualmente nuestro corazn a la luz de la Palabra de Dios, y sea nuestra primera obra poner nuestro corazn en orden por la ayuda de Cristo.

Dios ha hecho su parte en la obra de salvar a los hombres, y ahora pide la cooperacin de la iglesia. All est la sangre de Cristo, la Palabra de verdad, el Espritu Santo, por un lado, y por el otro las almas que perecen. Cada uno de los que siguen a Cristo tiene que hacer una parte para inducir a los hombres a aceptar las bendiciones que el ciclo ha provisto. Examinmonos detenidamente a nosotros mismos y veamos si hemos hecho esta obra. Indaguemos nuestros motivos y cada accin de nuestra vida. No hay muchos cuadros desagradables grabados en la memoria? Con frecuencia habis necesitado el perdn de Jess. Habis dependido constantemente de su compasin y amor. Sin embargo, no habis dejado de manifestar hacia otros el espritu que Cristo manifest hacia vosotros? Habis sentido preocupacin por aquel a quien visteis aventurarse por sendas prohibidas? Le habis amonestado bondadosamente? Habis llorado y orado por l y con l? Habis demostrado por vuestras palabras de ternura y actos bondadosos que le amabais y deseabais salvarle? Mientras tratabais a aquellos que vacilaban y se tambaleaban bajo la carga de sus propias flaquezas de disposicin y de sus hbitos defectuosos, los habis dejado pelear sus batallas solos, cuando podrais haberles ayudado? No habis pasado de un lado del camino frente a estas almas fieramente tentadas, mientras que el mundo estaba listo para manifestarles simpata y para atraerlas a las redes de Satans? No habis estado con Can listos para decir: "Soy yo guarda de mi hermano?" (Gn. 4:9). Cmo debe considerar la obra de vuestra vida la gran Cabeza de la iglesia? Cmo mira vuestra indiferencia para con los que se extravan del buen camino, Aquel para quien toda alma es preciosa, como comprada por su sangre? No temis que l os deje como los habis dejado a ellos? Tened por seguro que el verdadero Centinela de la casa del Seor ha notado toda negligencia.

8T:99-100. Estamos viendo el cumplimiento de estas advertencias. Nunca se han cumplido tan fielmente las Escrituras como lo han sido estas.

Los hombres pueden lo mejor posible y con el mayor cuidado, construir edificios a prueba de fuego, pero un solo toque de la mano de Dios, una chispa del cielo, destruir por completo todo refugio.

Se ha preguntado si tengo algn consejo que Dios me ha dado, esperando prevenir la llegada de la espada de fuego que estaba encima de Battle Creek. Ahora aquello que yo tema ha llegadola noticias del incendio del edificio de la Review & Herald. Cuando esta noticia lleg, no qued sorprendida, y no tuve palabras para decir. Lo que he tenido que decir de tiempo en tiempo en advertencias, no ha surtido efecto excepto para endurecer a los que oyeron, y ahora slo puedo decir: Lo siento, lo siento mucho, que era necesario que este golpe llegara. Suficiente luz ha sido dada. Si se hubiera puesto en prctica, no se habra necesitado ms luz.

A nuestro pueblo, ministros y laicos, se me ha instruido que diga: Buscad al Eterno mientras puede ser hallado, llamadlo en tanto que est cerca. Deje el impo su camino, y el hombre malo sus pensamientos; y vulvase al Seor, quien tendr de l misericordia, y a nuestro Dios, que es amplio en perdonar.

Que cada alma est alerta. El adversario os sigue las huellas. Sed vigilantes, velando diligentemente no sea que alguna trampa maestra y cuidadosamente escondida os coja de sorpresa. Sean atentos los descuidados e indiferentes, no sea que el da del Seor venga sobre ustedes como ladrn en la noche. Muchos se apartarn del camino de la humildad, y, echando de s el yugo de Cristo, caminarn por veredas extraas. Enceguecidos y embelesados, dejarn la senda angosta que lleva a la ciudad de Dios.

TM:358-359. "Y escribe al ngel de la iglesia en SARDIS: El que tiene los siete Espritus de Dios, y las siete estrellas, dice estas cosas: Yo conozco tus obras, que tienes nombre que vives, y ests muerto. S vigilante y confirma las otras cosas que estn para morir; porque no he hallado tus obras perfectas delante de Dios". Aqu el problema est resuelto. Las personas que aqu se describen han tenido la luz que los habra inducido a realizar obras completamente diferentes, si hubieran seguido la luz, y habran fortalecido las cosas que quedaban y que estaban por morir. La luz que brillaba en sus propios corazones cuando Jess habl a sus almas, diciendo: "Tus pecados Te: son perdonados", deban haberla mantenido viva ayudando a los que necesitaban auxilio.

Se especifica claramente la obra que ha de ser hecha.- "S vigilante y confirma las otras cosas que estn para morir; porque no he hallado tus obras perfectas delante de Dios. Acurdate pues de lo que has recibido y has odo, y gurdalo, y arrepintete. Y si no velares, vendr a ti como ladrn, y no sabrs en qu hora vendr a ti". Muchos han odo y recibido la Palabra de vida, y han sido poderosamente conmovidos por la verdad, pero han permitido que sus almas se volvieran fras, su le oscura, por su justicia propia, por su espritu de creerse importantes, por el orgullo debido a la posesin de un conocimiento de la verdad que dejan de practicar. La verdad que no se pone en prctica, pierde su poder. El corazn es cerrado a su divina influencia, y los que debieron ser obreros para Cristo estn ociosos, y las almas a quienes debieran ayudar son dejadas en el desaliento, en las tinieblas y en la desesperacin.

7CBA:969-970. Se da una advertencia acerca de un tiempo cuando penetraran errores como un ladrn para robar la fe del pueblo de Dios, cuando los hijos de Dios deban velar diligentemente y estar constantemente en guardia contra los engaos del enemigo.

En Sardis muchos se haban convertido por la predicacin de los apstoles. La verdad haba sido recibida como una luz brillante y resplandeciente; pero algunos haban olvidado la forma maravillosa en que haban recibido la verdad, y Jess crey necesario enviar un reproche.

Los antiguos portaestandartes haban cado uno tras otro, y algunos se haban cansado de la frecuente repeticin de las verdades. Deseaban una doctrina novedosa, ms agradable para muchas mentes. Pensaban que necesitaban un cambio maravilloso, y en su ceguera espiritual no discernan que sus sofisteras desarraigaran todas las experiencias del pasado.

Pero el Seor Jess poda ver el fin desde el principio. Por medio de Juan les envi la advertencia: "Acurdate, pues, de lo que has recibido y odo; y gurdalo, y arrepintete. Pues si no velas, vendr sobre ti como ladrn" (MS 34, 1905).

(2 Tim. 2:23-26.) Peligros de sutilizar.-

[Se cita Apoc. 3:1-3]. Entre aquellos a quienes fue enviado este mensaje algunos haban odo la predicacin de Juan el Bautista y haban sido convencidos por ella; pero perdieron la fe en la cual una vez se regocijaron. Otros haban recibido la verdad de las enseanzas de Cristo y fueron creyentes fervorosos; pero haban perdido su primer amor y no tenan vigor espiritual. No haban mantenido el principio de su confianza firme hasta el fin. Tenan nombre de que vivan; pero estaban muertos en lo que se refiere a ejercer una influencia salvadora. Tenan apariencia de piedad sin el poder correspondiente. Sutilizaban en cuanto a asuntos sin importancia especial, no dados por el Seor como pruebas, hasta que esos asuntos se transformaron en montaas que los separaban de Cristo y tambin entre s...

"Yo conozco tus obras, que tienes nombre de que vives, y ests muerto". Delante de Dios de nada vale la apariencia exterior. Las ceremonias externas de la religin son absolutamente intiles si falta el amor de Dios en el alma.

"S vigilante, y afirma las otras cosas que estn para morir". Esta es nuestra obra. Hay muchos que estn a punto de morir espiritualmente, y el Seor nos exhorta para que los fortalezcamos. Los hijos de Dios deben estar firmemente unidos con los vnculos de la comunin cristiana, y deben ser fortalecidos en la fe hablando con frecuencia mutuamente acerca de las preciosas verdades confiadas a ellos. Nunca deben pasar su tiempo acusando y condenando el uno al otro (RH, 10-08-1905).

7CBA:970. [Se cita Apoc. 3:1-3]. El discernimiento manifestado por Cristo al pesar los caracteres de los que ostentan el nombre del Seor en su carcter de cristianos, nos induce a comprender ms plenamente que cada individuo est bajo la supervisin del Seor. El conoce ntimamente los pensamientos y las intenciones del corazn, as como tambin cada palabra y acto. Conoce todo lo que se refiere a nuestra experiencia religiosa; sabe a quin amamos y servimos (MS 81, 1900).

NB:101. En aos ulteriores se me mostr que todava no se han abandonado las falsas teoras expuestas en lo pasado. Resurgirn en cuanto hallen circunstancias favorables. No olvidemos que ser sacudido todo cuanto pueda ser sacudido. El enemigo lograr quebrantar la fe de algunos, pero quienes se mantengan fieles a los principios no sern conmovidos. Permanecern firmes entre las pruebas y las tentaciones. El Seor ha sealado los errores, y quienes no disciernan dnde se ha introducido Satans, continuarn extraviados por falsos senderos. Jess nos manda velar y fortalecer las cosas que quedan y que estn por morir.

No debemos entrar en controversia con quienes sustentan teoras falsas. La controversia es intil. Cristo nunca entr en discusiones. El arma empleada por el Redentor del mundo fue: "Escrito est". Adhirmonos a la palabra. Dejemos que el Seor Jess y sus mensajeros den testimonio. Sabemos que su testimonio es verdadero.

2T:104-105. Como el incrdulo Toms, usted ha considerado ser una virtud el dudar hasta poder tener clara evidencia, quitando de su mente toda razn para dudar. Dio encomio Jess al incrdulo Toms al concederle la evidencia que l dijo que tendra antes de creer? Jess le dijo: No seis incrdulo sino creed. Toms contest: Mi Seor, mi Dios. No le queda otra sino la de creer; no hay lugar para dudar. Jess entonces dijo: Toms, porque me has visto, has credo: bienaventurados los que no vieron, y han credo. Usted me fue presentado como unindose con el lder rebelde y su hueste para angustiar, confundir, desanimar, y hacer tropezar a los que estn luchando por el bien, los que se encuentran bajo el estandarte ensangrentado del Prncipe Emanuel. Su influencia, me fue mostrado, ha hecho que almas se aparten del sbado del cuarto mandamiento. Usted ha empleado sus talentos y su habilidad para fabricar armas y ponerlas en las manos de los enemigos de Dios, para que luchen en contra de los que estn procurando obedecer a Dios al guardar sus mandamientos. Mientras que ngeles han sido comisionados para fortalecer las cosas que quedan, para resistir y contrarrestar su influencia, ellos han visto con la ms profunda tristeza su obra de descorazonar y destruir. Usted ha hecho que lloren los ngeles puros y sin pecado.

2T:649. No son nicamente predicadores, yendo a las iglesias y orando y exhortando ocasionalmente, lo Vermont necesita. Un clamor por obreros pudiera consistentemente elevarse entre el pueblo de Dios en Vermont. Obreros sinceros y celosos se necesitan para fortalecer las cosas que quedan al ministrar a las necesidades espirituales de la gente. La causa de Dios por doquier, especialmente en Vermont, necesita hombres que lleven responsabilidades. Los hombres cubren vez tras vez el mismo terreno, pero logran muy poco, si algo. Tienen buenas visitas con los hermanos, y esto es frecuentemente lo nico que se hace; y sin embargo esperan que se les remunere por su tiempo.

8T:135-136. Debe ponerse un lmite a la expansin de nuestras instituciones en Battle Creek. El campo es el mundo, y Dios tiene un inters en otras partes de su gran via. Existen iglesias e instituciones que estn estrechando cada nervio para establecerse, para poder vivir. Que nuestras instituciones se responsabilicen en fortalecer las cosas que quedan y estn por morir. Cun fcilmente pudiera la gran iglesia en Battle Creek proporcionar algunos de sus recursos para la ayuda de las iglesias ms pobres, que casi estn dobladas bajo el peso de la deuda! Por qu es que estas iglesias hermanas son dejadas de ao en ao para luchar con la pobreza y la deuda? El egosmo trae la muerte espiritual. Cun grande bien pudieran lograr nuestras iglesias ms capaces si ayudaran a sus iglesias hermanas, llevndolas a una condicin de prosperidad!

TM:363-364. Representar el carcter sagrado de la obra, magnificar la verdad, y siempre presentar delante de los hombres y de los ngeles el perfume santo del carcter de Cristo. Este es el fuego sagrado encendido por Dios. Cualquier cosa fuera de esto es fuego extrao, que Dios aborrece, y tanto ms ofensivo cuanto mayores sean las responsabilidades envueltas en la posicin del obrero.

Tengo un mensaje de Dios para los pecadores en Sin, aquellos a los cuales Cristo se dirigi: "S vigilante y confirma las otras cosas que estn para morir; porque no he hallado tus obras perfectas delante de Dios". Necesitis ofrecer siempre el fuego sagrado; pues entonces las obras de Cristo, su amor, su misericordia, su justicia, ascendern delante de Dios, como una nube de fragante y santo incienso, plenamente aceptables.

Pero el fuego extrao ha sido ofrecido en el empleo de palabras rudas, en la importancia propia, la exaltacin del yo, en la justicia propia, en la autoridad arbitraria, en el espritu dominante, en la opresin, en la restriccin de la libertad del pueblo de Dios, atando a los hijos de Dios con planes y reglas que Dios no ha dictado, ni han surgido en su mente. Todas estas cosas son fuego extrao, no reconocido por Dios, y son una permanente representacin falsa de su carcter.

RH, 24 de Mayo de 1892. Se necesitan ministros que sienten la necesidad e ser obreros colaborando con Dios, quienes saldrn para edificar la gente en conocimiento espiritual hasta la medida plena en Cristo. Se necesitan ministros que se eduquen mediante la solemne, y reverencial comunin con Dios en la cmara de oracin, para poder ser hombres de poder en la oracin. La piedad se ha degenerado en formalismo, y es necesario fortalecer las cosas que quedan y que estn por morir. La obra del ministerio ha sido olvidada y la obra est menguando por haber sido sabiamente atendida. Cmo sabris que la palabra hablada desde el plpito ha sido de beneficio a los que escuchan, si no visitis las familias, orando con ellos, y conociendo el verdadero estado mental y la verdadera condicin de su experiencia, para poder llevarlos hacia el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo? Se necesita que el hlito divino se haga sentir sobre ellos, y les proporcione vida espiritual. Las iglesias necesitan ser iluminadas respecto a la religin prctica en la vida hogarea. Vez tras vez la necesidad de vivir una vida virtuosa, de tener un corazn santificado, de revelar una creciente conformidad a la imagen de Cristo, deber ser presentada al pueblo. Reconocen que la obra de santificacin ha de ser una obra de toda la vida?

RH, 4 de Marzo de 1890. Cuando salgis de esta reunin, debe ser para ensear la verdad a otros, deber ser para ir a estas iglesias para destellar luz, no del cerebro de otro hombre, sino de la luz que ustedes han recibido mediante la diligente bsqueda en la palabra de Dios. Debis saber que vuestra lmpara est alumbrada en el altar divino, y que podis emanar rayos brillantes en el camino de los que estn en tinieblas. Cuando sals de aqu, debe ser para confirmar a los dbiles, para fortalecer los brazos que estn dbiles, para decir a los que son de corazn tembloroso, Sed fuertes, no temis: he aqu vuestro Dios vendr con venganza, s, vendr con recompensa; l vendr y os salvar. Debis salir para fortalecer las cosas que quedan y que estn por morir, de modo que haya un testimonio viviente reavivado entre nuestras filas, y los hombres digan: Escuchad lo que el Seor ha hecho por mi alma.

SpM:367. A todo obrero mdico conectado con la causa de Dios son dirigidas las palabras dichas por Pablo a Timoteo: Cuida de ti y de la doctrina. Necesitamos examinarnos de cerca, y renunciar todo plan o principio que nos lleve a representar mal al Seor. La experiencia del pasado ha de ser revisada cercanamente. Cada motivo ha de ser examinado con exactitud. Todo proyecto ambicioso que es contrario a la Palabra de Dios ha de puesto a un lado. La palabra que me es dada para hablarles es: No he encontrado tus obras perfectas delante de Dios. El Seor no aceptar el servicio ms esplndido que significa el abandono del yugo ms liviano de parte de su pueblo. No hemos de fraguar yugo alguno para nuestro prjimo. La palabra de Dios a nosotros es que hemos de romper todo yugo.

TM:363-364. Tengo un mensaje de Dios para los pecadores en Sin, aquellos a los cuales Cristo se dirigi: "S vigilante y confirma las otras cosas que estn para morir; porque no he hallado tus obras perfectas delante de Dios". Necesitis ofrecer siempre el fuego sagrado; pues entonces las obras de Cristo, su amor, su misericordia, su justicia, ascendern delante de Dios, como una nube de fragante y santo incienso, plenamente aceptables.

Versculo 3. Acurdate de lo que has recibido y odo. Gurdalo, y arrepintete. Si no velas, vendr como ladrn, Y no sabrs a qu hora vendr sobre ti.

CS:544. Estamos viviendo ahora en el gran da de la expiacin. Cuando en el servicio simblico el sumo sacerdote hacia la propiciacin por Israel, todos deban afligir sus almas arrepintindose de sus pecados y humillndose ante el Seor, si no queran verse separados del pueblo. De la misma manera, todos los que desean que sus nombres sean conservados en el libro de la vida, deben ahora, en los pocos das que les quedan de este tiempo de gracia, afligir sus almas ante Dios con verdadero arrepentimiento y dolor por sus pecados. Hay que escudriar honda y sinceramente el corazn. Hay que deponer el espritu liviano y frvolo al que se entregan tantos cristianos de profesin. Empeada lucha espera a todos aquellos que quieran subyugar las malas inclinaciones que tratan de dominarlos. La obra de preparacin es obra individual. No somos salvados en grupos. La pureza y la devocin de uno no suplir la falta de estas cualidades en otro. Si bien todas las naciones deben pasar en juicio ante Dios, sin embargo l examinar el caso de cada individuo de un modo tan rgido y minucioso como si no hubiese otro ser en la tierra. Cada cual tiene que ser probado y encontrado sin mancha, ni arruga, ni cosa semejante.

7CBA:970-971. Acurdate, pues, de lo que has recibido y odo; y gurdalo y arrepintete". Los que han nacido de nuevo recuerdan con qu gozo y alegra recibieron la luz del cielo y cun deseosos estaban de contar a todos acerca de su felicidad...

"Gurdalo". No significa, guarda tus pecados, sino guarda el consuelo, la fe, la esperanza que Dios Te: ha dado en su Palabra. Nunca Te: desanimes. Un hombre desanimado no puede hacer nada. Satans est procurando desanimaros dicindoos que es intil servir a Dios, que no vale la pena, y que da lo mismo buscar los placeres y gozos de este mundo. Pero "qu aprovechar al hombre si ganare todo el mundo, y perdiere su alma?" Podis disfrutar de placeres mundanos a expensas del mundo futuro; pero podris permitiros pagar tal precio?

Debemos "guardar" toda la luz que recibimos del cielo y vivir a la altura de ella. Por qu? Porque Dios quiere que nos aferremos a la verdad eterna y actuemos como la mano ayudadora del Seor, comunicando la luz a aquellos que no conocen su amor hacia ellos. Cuando os entregasteis a Cristo hicisteis una promesa en la presencia del Padre, el Hijo y el Espritu Santo: los tres grandes Dignatarios personales del cielo. "Guardad" firmemente esa promesa.

"Y arrepintete". Nuestra vida debe ser una vida de arrepentimiento y humildad continuos. Necesitamos arrepentirnos constantemente para que podamos ser constantemente victoriosos. Cuando tenemos verdadera humildad logramos la victoria. El enemigo nunca puede arrancar de la mano de Cristo a aquel que sencillamente confa en las promesas del Seor. Si la persona confa y procede con obediencia, la mente ser sensible a las impresiones divinas y la luz de Dios resplandecer para alumbrar el entendimiento. Qu privilegios tenemos en Cristo Jess!

Un verdadero sentimiento de arrepentimiento delante de Dios no nos mantiene en servidumbre hacindonos sentir como las personas en un cortejo fnebre. Debemos estar alegres y no tristes; pero todo el tiempo debemos estar tristes porque despus de que Cristo dio su preciosa vida por nosotros entregamos tantos aos de nuestra vida a las potestades de las tinieblas. Debemos sentir pesar en el corazn cuando recordamos que despus de que Cristo dio todo lo suyo por nuestra redencin, usamos en el servicio del enemigo algo del tiempo y de las capacidades que el Seor nos confi como talentos para usar para la gloria de su nombre. Debemos arrepentirnos porque no nos hemos esforzado en toda forma posible para familiarizarnos con la preciosa verdad que nos capacita para emplear aquella fe que obra por el amor y purifica el alma.

Cuando vemos almas alejadas de Cristo debemos ponernos en su lugar y sentir arrepentimiento en su favor delante de Dios, y no descansar hasta que las llevemos al arrepentimiento. Si hacemos todo lo que podamos y sin embargo no se arrepienten, el pecado est a la puerta de ellas; pero todava debemos sentir dolor de corazn debido a su condicin, mostrndoles cmo arrepentirse y tratando de guiarlas paso tras paso a Jesucristo (MS 92, 190l).

PE:60. Pronto llegar ese tiempo, y habremos de asirnos firmemente del fuerte brazo de Jehov, porque todos los prodigios y las grandes seales del diablo tienen por finalidad engaar y vencer al pueblo de Dios. Nuestra mente debe estar fija en Dios, y no debemos experimentar el temor que tienen los impos; es decir, no hemos de temer lo que ellos temen, ni reverenciar lo que ellos reverencian, sino ser esforzados y valientes en pro de la verdad.

RETN LO QUE TIENES, Y ARREPINTETE. Vase tambin EGW sobre Apoc. 2:25.

DTG:589. El mal siervo dice en su corazn: "Mi seor se tarda en venir." No dice que Cristo no vendr. No se burla de la idea de su segunda venida. Pero en su corazn y por sus acciones y palabras, declara que la venida de su Seor tarda. Destierra del nimo ajeno la conviccin de que el Seor va a venir prestamente. Su influencia induce a los hombres a una demora presuntuosa y negligente. Los confirma en su mundanalidad y estupor. Las pasiones terrenales y los pensamientos corruptos se posesionan de su mente. El mal siervo come y bebe con los borrachos, y se une con el mundo en la bsqueda de placeres. Hiere a sus consiervos acusando y condenando a los que son fieles a su Maestro. Se asocia con el mundo. Siendo semejantes, participan juntos en la transgresin. Es una asimilacin temible. Juntamente con el mundo, queda entrampado. Se nos advierte: "Vendr el Seor de aquel siervo... a la hora que no sabe, y le cortar por medio, y pondr su parte con los hipcritas.

"Y si no velares, vendr a ti como ladrn, y no sabrs en qu hora vendr a ti." El advenimiento de Cristo sorprender a los falsos maestros. Estn diciendo: "Paz y seguridad." Como los sacerdotes y doctores antes de la cada de Jerusaln, esperan que la iglesia disfrute de prosperidad terrenal y gloria. Interpretan las seales de los tiempos como indicios de esto. Pero qu dice la Palabra inspirada? "Vendr sobre ellos destruccin de repente."* El da de Dios vendr como ladrn sobre todos los que moran en la faz de la tierra, que hacen de este mundo su hogar. Viene para ellos como ladrn furtivo.

CS:354-355. Cuando el Salvador dirigi la atencin de sus discpulos hacia las seales de su regreso, predijo el estado de apostasa 355 que existira precisamente antes de su segundo advenimiento. Habra, como en los das de No, actividad febril en los negocios mundanos y sed de placeres, y los seres humanos iban a comprar, vender, sembrar, edificar, casarse y darse en matrimonio, olvidndose entre tanto de Dios y de la vida futura. La amonestacin de Cristo para los que vivieran en aquel tiempo es: "Mirad, pues, por vosotros mismos, no sea que vuestros corazones sean entorpecidos con la glotonera, y la embriaguez, y los cuidados de esta vida, y as os sobrevenga de improviso aquel da." "Velad, pues, en todo tiempo, y orad, a fin de que logris evitar todas estas cosas que van a suceder, y estar en pie delante del Hijo del hombre". (Luc. 21:34, 36, V.M.)

La condicin en que se hallara entonces la iglesia est descrita en las palabras del Salvador en el Apocalipsis: "Tienes nombre que vives, y ests muerto." Y a los que no quieren dejar su indolente descuido, se les dirige el solemne aviso: "Si no velares, vendr a ti como ladrn, y no sabrs en qu hora vendr a ti." (Apoc. 3:1, 3).

Maranata:268. Durante la noche pas ante m una escena sumamente impresionante. Pareca haber gran confusin y lucha de ejrcitos. Un mensajero del Seor se par ante m y dijo: "Llama a tu familia. Yo os conducir, seguidme". Me llev por un oscuro pasaje a travs de un bosque; luego por un desfiladero de las montaas, y dijo "Aqu estars segura". Haba otros que haban sido llevados a aquel retiro. El mensajero celestial dijo: "El tiempo de prueba vendr como ladrn en la noche, como el seor anunci que vendra".

RH, 22 de Noviembre de 1906. El Seor pide a los que creen en l que sean obreros junto con l. Mientras dure la vida, no han de sentir que su obra est cumplida. Permitiremos que se cumplan las seales del fin sin decir a la gente lo que viene sobre la tierra? Los veremos bajar a las tinieblas sin haberles impresionado tocante a la necesidad de hacer preparacin para encontrarse con el Seor? A menos que nosotros mismos cumplamos nuestro deber para con los que nos rodean, el da de Dios vendr sobre nosotros como ladrn. La confusin llena al mundo y un gran terror pronto ha de venir sobre los seres humanos. El fin est muy cerca. Nosotros que conocemos la verdad debemos estar preparndonos para lo que pronto ha de romper sobre el mundo como sorpresa sobrecogedora.

14ML:97. El mundo lleno de revueltas, lleno de placer impo, est dormido, dormido en seguridad carnal, poniendo a lejos la venida del Seor, burlndose de las advertencias, llamando fanticos entusiastas y locos a los que procuran llamarles la atencin. Los amantes del placer ms que de Dios son tomados por sorpresa. Este es el orgulloso alarde que se hace: Todo permanece como era desde el principio. Maana ser como este da, o mucho ms mejor. Nos profundizaremos ms en el placer desenfrenado. Pero, dice Cristo: He aqu yo vengo como ladrn. Cuando el burlador, el que rechaza la verdad, se ha hecho presuntuoso, cuando la rutina del trabajo en las diferentes lneas comerciales se est llevando a cabo sin respeto a principio, cuando el estudiante est plenamente envuelto en fines ambiciosos para obtener todo excepto conocimiento de la Biblia, Cristo viene como ladrn. La advertencia ha sido dada: Por tanto velad: pues no sabis a qu hora vuestro Seor viene. Pero saber esto, que si el esposo de al casa hubiera sabido en qu vela el ladrn vendra, l hubiera velado, y no hubiera permitido que su casa fuera saqueada [Mateo 24:42-43]. Cada hora que pasa es una hora menos para que hagis preparacin de carcter para este gran evento. MS 7, 1896.

PM:312-313. Los juicios de Dios se ven sobre la tierra. Permitiremos que estas cosas vengan sobre el mundo sin decir a la gente el significado de estas terribles calamidades, y cmo todos pueden evadir la ira que viene? Dejaremos que nuestros vecinos permanezcan en tinieblas sin hacer preparacin para la vida futura? A menos que nosotros mismos reconozcamos dnde es que estamos situados, el da de Dios vendr sobre nosotros como ladrn...

4SP:443-444. A todos, el tiempo de prueba llegar. Mediante el zarandeo de la tentacin, el cristiano genuino ser revelado. Est el pueblo de Dios ahora establecido tan firmemente sobre su palabra que no cederan a las evidencias de sus sentidos? En tal crisis, se apegaran a la Biblia, y slo a la Biblia? Satans, si fuera posible, no permitira que obtuvieran una preparacin para estar de pie en ese da. l arreglar los asuntos de tal forma como para poner barreras, enmaraarlos con tesoros mundanales, hacerlos llevar una pesada, y agobiadora carga, de modo que sus corazones sean sobrecargados con los afanes de esta vida, y el da de prueba venga sobre ellos como ladrn.

VENDR SOBRE TI COMO LADRN. Vase tambin EGW sobre Revelacin 16:15.

Versculo 4. "Con todo, tienes unas pocas personas en Sardis que no han manchado su ropa, y andarn conmigo vestidas de blanco, porque son dignas.7CBA:996-997. La iglesia es la desposada, la esposa del Cordero. Debe conservarse pura, santificada, santa. Nunca debe complacerse en ninguna necedad, pues es la novia de un Rey; sin embargo, no comprende su excelsa posicin. Si lo entendiera, internamente estara llena de toda gloria (Carta 177, 1901).

PE:216. As se vali Satans de la resurreccin en provecho de sus propsitos. El y sus ngeles se congratularon de que los errores por ellos preparados fuesen aceptados tan favorablemente entre quienes se llamaban amigos de Cristo. Lo que uno consideraba con religioso horror, lo admita otro, y as fueron celosamente acogidos y defendidos diferentes errores. La voluntad de Dios, tan claramente revelada en su Palabra, fue encubierta con errores y tradiciones que eran enseados como mandamientos de Dios. Aunque este engao que desafa al cielo ser tolerado hasta la segunda venida de Jess, no ha quedado Dios sin testigos durante todo ese tiempo de error y engao. En medio de las tinieblas y persecuciones contra la iglesia, siempre hubo cristianos que guardaron fielmente todos los mandamientos de Dios.

7CBA:970. Se presenta a la iglesia de Sardis como que tuviera en ella unas pocas personas fieles entre las muchas que, por as decirlo, se haban vuelto descuidadas e insensibles a sus obligaciones para con Dios. "Tienes unas pocas personas en Sardis que no han manchado sus vestiduras; y andarn conmigo en vestiduras blancas, porque son dignas". Quin es tan favorecido como para ser contado entre esas pocas personas en Sardis? Eres t? Soy yo? Quines estn entre ese nmero? No es mejor para nosotros que averigemos este asunto para que podamos saber a quines se refiere el Seor cuando dice que unas pocas personas no han manchado sus ropas blancas del carcter? (MS 81, 1900).

TM:454. Dios me ha mostrado que en el mismo tiempo en que se estn cumpliendo en torno a nosotros las seales de los tiempos, cuando oigamos, por as decirlo, el paso -de las huestes del cielo que cumplen su mis n, hombres inteligentes, hombres que ocupen puestos de responsabilidad, estarn colocando materiales podridos en el edificio de su carcter: material que ser consumible en el da de Dios, y que decidir que son inaptos para entrar en las mansiones de arriba. Han rehusado despojarse de los vestidos sucios; s han aferrado ellos como si fueran de precioso valor. Perdern el cielo y una eternidad de bendicin a causa de ello.

HAp:417. Es correcto amar lo bello y desearlo; pero Dios desea que primero amemos y busquemos las bellezas superiores, que son imperecederas. Ningn adorno exterior puede ser comparado en valor o belleza con aquel "espritu agradable y pacfico," el "lino finsimo, blanco y limpio" (Apoc. 19:14) que todos los santos de la tierra usarn. Estas ropas los harn hermosos y deseables aqu, y en el futuro sern su distintivo de admisin en el palacio del Rey. Su promesa es: "Y andarn conmigo en vestiduras blancas; porque son dignos." (Apoc. 3:4).

7CBA:937. Cuando contemplamos a Cristo con los ojos de la fe, vemos la necesidad de llegar a ser puros de pensamiento y santos de carcter. Cristo nos invita a que nos acerquemos a l, y l promete que se acercar a nosotros. Al contemplarlo vemos al Dios invisible que revisti su divinidad con humanidad para que por medio de la humanidad pudiera exhalar una gloria discreta y moderada, de modo que nuestros Ojos pudieran descansar en l y nuestras almas no fueran destruidas por su resplandor en toda su plenitud. Contemplamos a Dios a travs de Cristo, nuestro Creador y Redentor. Tenemos el privilegio de contemplar a Jess por fe, y de verlo de pie entre la humanidad y el trono eterno. Es nuestro Abogado que presenta nuestras oraciones y ofrendas como sacrificios espirituales ante Dios. Jess es la gran propiciacin impecable y por sus mritos Dios y el hombre pueden dialogar.

Cristo penetr en la eternidad llevando su humanidad. Est delante de Dios como representante de nuestra raza. Cuando estamos vestidos con el traje de bodas de su justicia, llegamos a ser uno con l, y dice de nosotros: "Andarn conmigo en vestiduras blancas, porque son dignos". Sus santos lo contemplarn en su gloria, sin que se interponga un velo que lo opaque (YI, 28-10-1897).

7CBA:971. "Tienes unas pocas personas en Sardis que no han manchado sus vestiduras; y andarn conmigo en vestiduras blancas, porque son dignas". Se les confiere este honor debido a su fe. En esta vida no se jactaron ni su alma se envaneci. Con intenso deseo, con fe pura y santa se aferraron a la promesa de riquezas eternas. Su nico deseo era ser como Cristo. Siempre mantuvieron en alto la norma de justicia. Les es dado un eterno peso de gloria porque en la tierra anduvieron con Dios guardndose sin mancha en el mundo, revelando a sus prjimos la justicia de Cristo. De esas personas declara el Salvador: "Andarn conmigo en vestiduras blancas, en el mundo que he preparado para ellas" [se cita Apoc. 3:5] (RH, 10-08-1905).

7CBA:971-972. [Se cita Apoc. 3:4-5]. Estas palabras se dan para las personas que an estn relacionadas con el mundo, sujetas a tentaciones e influencias que son engaosas y alucinantes. Mientras mantengan fija su atencin en Aquel que es su sol y su escudo, las tinieblas y la oscuridad que las rodean no dejarn una mancha ni una mcula en sus vestiduras. Caminarn con Cristo; orarn, creern y trabajarn para salvar a las almas que estn a punto de perecer. Estn tratando de romper las ataduras con que Satans las ha ligado, y no sern avergonzadas si por fe hacen de Cristo su compaero. El gran engaador presentar constantemente tentaciones y engaos para echar a perder la obra del ser humano; pero si ste confa en Dios, si es manso, humilde y dcil de corazn, si persevera en el camino del Seor, el cielo se regocijar porque ganar la victoria. Dios dice: "Andar conmigo de blanco, con vestiduras inmaculadas, porque es digno" (MS 97, 1898).

CsS:359. Siempre est abierta la va de acceso al trono de Dios. No siempre podemos orar de rodillas, pero nuestras peticiones silenciosas pueden ascender constantemente hacia Dios a fin de solicitar poder y direccin. Cuando seamos tentados, como lo seremos, podemos correr hacia el lugar secreto del Altsimo. Sus brazos eternos nos sostendrn. Que estas palabras nos llenen de gozo: "Pero tienes unas pocas personas en Sardis que no han manchado sus vestiduras; y andarn conmigo en vestiduras blancas, porque son dignas" (Apocalipsis 3: 4).

CsS:421. Si permitimos que el exceso de trabajo nos aleje de nuestro propsito de buscar diariamente al Seor, cometeremos los mayores errores; incurriremos en prdidas, porque el Seor no est con nosotros; as hemos cerrado la puerta para que l no tenga acceso a nuestras almas. Pero si oramos aun cuando tenemos las manos ocupadas, los odos del Salvador estn abiertos para escuchar nuestras peticiones. Si estamos decididos a no separarnos de la fuente de nuestra fortaleza, Jess se pondr decididamente a nuestra mano derecha para ayudarnos, a fin de que nuestros enemigos no nos avergencen. La gracia de Cristo puede cumplir por nosotros todo lo que nuestros esfuerzos fallarn en hacer. Los que aman y temen a Dios pueden estar rodeados por una multitud de cuidados, y sin embargo no fallar ni hacer sendas torcidas para sus pies. Dios se ocupa de vosotros en el lugar donde desempeis vuestro deber. Pero aseguraos de ir con frecuencia al lugar donde se acostumbra a orar. El Salvador dice: "Pero tienes una pocas personas en Sardis que no han manchado sus vestiduras; y andarn conmigo en vestiduras blancas, porque son dignas" (Apocalipsis 3: 4). Estas almas vencieron por medio de la sangre del Cordero y la palabra de su testimonio. En medio de la contaminacin moral que prevaleca en todas partes, se mantuvieron firmes en su integridad, y por qu? Porque participaban de la naturaleza divina, y as escaparon de la corrupcin que se encuentra en el mundo a causa de la concupiscencia. Se hicieron ricos en fe, herederos de un patrimonio de ms valor que el oro de Ofir. Solamente una vida que depende constantemente del Salvador es una vida de santidad.

DTG:298-299. Los que aceptan la palabra de Cristo al pie de la letra, y entregan su alma a su custodia, y su vida para que l la ordene, hallarn paz y quietud. Ninguna cosa del mundo puede entristecerlos cuando Jess los alegra con su presencia. En la perfecta aquiescencia hay descanso perfecto. El Seor dice: "T le guardars en completa paz, cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti se ha confiado." Nuestra vida puede parecer enredada, pero al confiarnos al sabio Artfice Maestro, l desentraar el modelo de vida y carcter que sea para su propia gloria. Y ese carcter que expresa la gloria -o carcter- de Cristo, ser recibido en el Paraso de Dios Los miembros de una raza renovada andarn con l en vestiduras blancas porque son dignos.

A medida que entramos por Jess en el descanso, empezamos aqu a disfrutar del cielo. Respondemos a su invitacin: Venid, aprended de m, y al venir as comenzamos la vida eterna. El cielo consiste en acercarse incesantemente a Dios por Cristo. Cuanto ms tiempo estemos en el cielo de la felicidad, tanto ms de la gloria se abrir ante nosotros; y cuanto ms conozcamos a Dios, tanto ms intensa ser nuestra felicidad. A medida que andamos con Jess en esta vida, podemos estar llenos de su amor, satisfechos con su presencia. Podemos recibir aqu todo lo que la naturaleza humana puede soportar. Pero, qu es esto comparado con lo que nos espera ms all? All "estn delante del trono de Dios, y le sirven da y noche en su templo: y el que est sentado en el trono tender su pabelln sobre ellos. No tendrn ms hambre, ni sed, y el sol no caer ms sobre ellos, ni otro ningn calor. Porque el Cordero que est en medio del trono los pastorear, y los guiar a fuentes vivas de aguas: y Dios limpiar toda lgrima de los ojos de ellos."

Ed:249. Es justo amar la belleza y desearla; pero Dios desea que primero amemos y busquemos la belleza superior, imperecedera. Las producciones ms descollantes del ingenio humano no poseen belleza alguna que pueda compararse a la hermosura de carcter que a su vista es de "gran precio".

Ensese a los jvenes y nios a escoger para s la vestidura real tejida en el telar del cielo, el "lino fino, limpio... resplandeciente" que usarn todos los santos de la tierra. Se ofrece gratuitamente a todo ser humano esta vestidura, el carcter inmaculado de Cristo. Pero todos los que la reciban la han de recibir y usar aqu.

Ensese a los nios que al abrir la mente a los pensamientos puros y amantes, y al hacer algo til y amable, se visten con el hermoso atuendo del carcter de Cristo. Ese traje les dar hermosura e influir para que sean amados aqu, y ms adelante ser su ttulo de admisin al palacio del Rey. Su promesa es: "Andarn conmigo en vestiduras blancas, porque son dignos"

5T:368. Los ms fuertes incentivos a la fidelidad son puestos ante nosotros, los motivos ms altos, las recompensas ms gloriosas. Los cristianos ha de ser los representantes de Cristo, hijos e hijas de Dios. Ellos son sus joyas, su peculiar tesoro. A todos los que mantengan su fidelidad l declara: Caminarn conmigo en blanco: pues son dignos. Aquellos que lleguen a los portales de eterna gloria no considerarn que hayan hecho algn sacrificio demasiado grande.

Que Dios os ayude a soportar la prueba y preservar vuestra integridad. Aferraos por la fe a Jess. No descorazonis a vuestro Redentor. Sta. Helena, California, 13 de Febrero de 1885.

5T:481-482. Dentro de poco habremos de encontrarnos con nuestro Seor; y cmo le daremos cuenta del uso que hemos hecho de nuestro tiempo, nuestros talentos de influencia, y nuestras posesiones? Nuestro gozo debe estar en la obra de ganar almas. Solemnemente pregunto a la iglesia de Healdsburg: Se encuentra de verdad Dios entre ustedes? Dice el Testigo Fiel: Con todo, tienes unas pocas personas en Sardis que no han manchado su ropa, y andarn conmigo vestidas de blanco, porque son dignas. Pertenecis vosotros a este nmero? Habis sostenido con firmeza vuestra integridad? Como hombres que se estn ahogando, os habis aferrado a Jess, quien es vuestro refugio? Le estis obedeciendo, viviendo para l, amndole? Es cada miembro puro y santo y sin mancha, como aquel en cuya boca no hay engao? Si es as, sois los ms felices; pues sois, a la vista de Dios, ms preciosos que el oro fino; aun...que el oro fino de Ofir. Mientras multitudes adoran al hombre, y no sirven al Santo de Israel, existen unos pocos que no han manchado sus vestiduras, sino que las han mantenido limpias de la corrupcin del mundo; y estos pocos sern un poder. Esta clase tendr esa fe que obra por el amor y purifica el alma. Ejemplificarn los altos principios cristianos. Procurarn una conexin personal con la Fuente de luz y tratarn de hacer una constante mejora, cultivando cada facultad a su mximo. Dios deseara que introduzcis a vuestra vida la rectitud e integridad ms frrea; y esto os distinguir ante el mundo como hijos del Dios Altsimo. Jess fue calmado y tranquilo, no perdiendo su dominio propio, aun cuando en tormentoso conflicto, en medio de los ms fieros elementos de oposicin.

9T:115. El compasivo Redentor ordena a sus siervos que den tanto a ricos como a pobres la invitacin a la cena. Salid a los caminos y vallados, y por vuestros esfuerzos perseverantes y resueltos, forzadlos a entrar. Echen mano los ministros del Evangelio a estos hombres pudientes del mundo, y triganlos al banquete de la verdad que Cristo ha preparado para ellos. El que dio su vida preciosa para ellos, dice: "Hacedlos, entrar, y sentar a mi mesa, y les servir."

Ministros de Cristo, unos con esta clase. No la pasis por alto como si no hubiese esperanza para ella. Trabajad con toda la persuasin posible, y como fruto de vuestros esfuerzos fieles, veris en el reino de los cielos a hombres y mujeres que sern coronados como vencedores y cantarn el himno triunfante del vencedor. "Andarn conmigo en vestiduras blancas -dice el Primero y el Postrero;-porque son dignos." Se ha realizado demasiado poco esfuerzo en favor de los hombres que ocupan posiciones de responsabilidad en el mundo. Muchos de ellos poseen calificaciones superiores; tienen recursos e influencia. Estos son dones preciosos que el Seor les confi para que los desarrollen y empleen para bien de otros.

Versculo 5. "El que venza, ser vestido de ropa blanca. No borrar su nombre del Libro de la Vida, y confesar su nombre ante mi padre y ante sus ngeles.

HC:104. Hermano mo, hermana ma, abrid la puerta del corazn para recibir a Jess. Invitadle a entrar en el templo del alma. Ayudaos mutuamente a vencer los obstculos que se encuentran en la vida matrimonial de todos. Arrostraris un fiero combate para vencer a vuestro adversario el diablo, y si queris que Dios os ayude en la batalla, debis estar unidos en la decisin de vencer y de mantener los labios sellados para no decir mal alguno, aun cuando hayis de caer de rodillas y clamar: "Seor, reprime al adversario de mi alma."

BTS, 1 de Mayo de 1915. Todo el cielo se regocija sobre el alma dbil y con defectos que se entrega a Jess, y vive una vida de pureza. Los que vencen consistentemente, aman ms a Jess, y son puestos al lado de Cristo, al lado de gran trono blanco, dentro del crculo cerrado; s, muy honrados. Con todo, tienes unas pocas personas en Sardis que no han manchado su ropa, y andarn conmigo vestidas de blanco, porque son dignas. El que venza, ser vestido de ropa blanca. No borrar su nombre del Libro de la Vida, y confesar su nombre ante mi padre y ante sus ngeles.

RH, 9 de Julio de 1908. La expresin: El que venciere, indica que existe algo que cada uno necesita vencer. El vencedor ha de ser vestido en la vestidura blanca de la justicia de Cristo, y de l est escrito: No borrar su nombre del libro de la vida, sino que confesar su nombre delante de mi Padre, y delante de los ngeles. O, qu privilegio es llegar a ser un vencedor, y que nuestros nombres sean presentados delante del Padre por el mismo Salvador! Y cuando, como vencedores, seamos vestidos con vestiduras blancas, el Seor reconocer nuestra fidelidad tan ciertamente como cuando en los das de la iglesia cristiana primitiva reconoci los pocos nombres aun en Sardis que no haban manchado sus vestiduras; y caminaremos con l en blanco, pues mediante su sacrificio expiatorio seremos tenidos por dignos.

3MS:331. Pero no es un asunto fcil vencer las tendencias heredadas y cultivadas. El yo es dominante, y lucha por la victoria. Pero las promesas son para "el que venciere". El Seor presenta el camino correcto, pero l no obliga a nadie a obedecer. l deja al arbitrio de quienes ha concedido la luz, recibirla o despreciarla; pero la conducta de los tales es seguida por seguros resultados. La causa debe producir efectos...

ST, 4 de Agosto de 1890. Adn cay cuando cedi al apetito. El hombre nunca pudiera haber vencido el poder del apetito a menos que Cristo hubiera vencido a su favor; pero ahora el hombre puede obtener la victoria. Cristo vino para unir el poder divino con el esfuerzo humano, para que a pesar de que hemos quedado abatidos por el apetito pervertido, podemos coger nimo, pues somos prisioneros de esperanza. No se nos exige que seamos vencedores en nuestra propia fuerza; mediante una fe viviente podemos aferrarnos de las manos del Poder Infinito, y cuando Satans viene con sus tentaciones, podemos apuntar a la cruz del Calvario, y decir: Cristo muri por m; en su nombre yo puedo, y voy a vencer. Yo deseo llegar al hogar ednico que Adn perdi. Yo debo, y as har, pelear las batallas del Seor, y ser un vencedor, y tendr un lugar en el reino de gloria.

9T:151. Cristo es el Redentor que simpatiza con nuestro pesar y que abunda en compasin. En su poder sustentador, hombres y mujeres se hacen fuertes para resistir el mal. Al ver el pecador culpable al pecado, le llega a ser muy aborrecible. Se maravilla de por qu no hubo venido antes a Cristo. l ve que sus defectos deben ser vencidos y que sus apetitos y pasiones deben ser sujetados a la voluntad de Dios, que debe ser participante de la naturaleza divina, habiendo vencido la corrupcin que est en el mundo mediante la lascivia. Habindose arrepentido de su transgresin de la ley de Dios, se esfuerza sinceramente para vencer el pecado. l procura revelar el poder de la gracia de Cristo, y es llevado a una relacin personal con el Salvador. Constantemente guarda a Cristo delante de s. Orando, creyendo, y recibiendo las bendiciones que necesita, se acerca ms y ms a la norma divina.

YI, 7 de Septiembre de 1893. Nadie diga: Yo no puedo vencer mis defectos de carcter; pues si esta es su decisin, entonces no lograris la vida eterna. La imposibilidad estriba completamente en vuestra voluntad. Si usted no desea, eso constituye el por qu. La real dificultad es la corrupcin de un corazn no santificado, y un corazn indispuesto a someterse a la voluntad de Dios. Cuando en el corazn nace un determinado propsito para vencer, tendris una disposicin para vencer, y cultivaris esos rasgos de carcter que son deseables, y entraris en el conflicto con un esfuerzo perseverante y consistente. Ejercitaris una vigilancia continua sobre vuestros defectos de carcter; y cultivaris prcticas correctas en las cosas pequeas. La dificultad en vencer disminuir en proporcin a la santificacin del corazn mediante la gracia de Cristo. Esfuerzo sincero y perseverante os pondr sobre el terreno ventajoso de la victoria; pues aquel que se esfuerza para vencer en y mediante la gracia de Cristo, tendr iluminacin divina, y entender cmo las grandes verdades pueden ser introducidas a las cosas pequeas, y la religin puede ser llevada a lo pequeo tanto como a lo grande de la vida.

7CBA:981. Las palmas significan que han ganado la victoria, y los mantos blancos que han sido revestidos con la justicia de Cristo. Gracias a Dios porque se ha abierto una fuente para lavar los mantos de nuestro carcter y hacerlos tan blancos como la nieve (MS 23, sin fecha).

PVGM:133-134. No obstante los defectos del pueblo de Dios, Cristo no se aparta de los objetos de su cuidado. Tiene poder para cambiar sus vestiduras. Saca sus ropas contaminadas, y pone sobre los que se arrepienten y creen, su propio manto de justicia, y escribe "Perdonado" frente a sus nombres en los registros del cielo. Los confiesa como suyos ante el universo celestial. Su adversario Satans queda desenmascarado como acusador y engaador. Dios har justicia a sus elegidos.

PVGM:252-254. El vestido de boda de la parbola representa el carcter puro y sin mancha que poseern los verdaderos seguidores de Cristo. A la iglesia "le fue dado que se vista de lino fino, limpio y brillante", "que no tuviese mancha, ni arruga, ni cosa semejante". El lino fino, dice la Escritura, "son las justificaciones de los santos". Es la justicia de Cristo, su propio carcter sin mancha, que por la fe se imparte a todos los que lo reciben como Salvador personal.

La ropa blanca de la inocencia era llevada por nuestros primeros padres cuando fueron colocados por Dios en el santo Edn. Ellos vivan en perfecta conformidad con la voluntad de Dios. Toda la fuerza de sus afectos era dada a su Padre celestial. Una hermosa y suave luz, la luz de Dios, envolva a la santa pareja. Este manto de luz era un smbolo de sus vestiduras espirituales de celestial inocencia. Si hubieran permanecido fieles a Dios, habra continuado envolvindolos. Pero cuando entr el pecado, rompieron su relacin con Dios, y la luz que los haba circuido se apart. Desnudos y avergonzados, procuraron suplir la falta de los mantos celestiales cosiendo hojas de higuera para cubrirse.

Esto es lo que los transgresores de la ley de Dios han hecho desde el da en que Adn y Eva desobedecieron. Han cosido hojas de higuera para cubrir la desnudez causada por la transgresin. Han usado los mantos de su propia invencin; mediante sus propias obras han tratado de cubrir sus pecados y hacerse aceptables a Dios.

Pero esto no pueden lograrlo jams. El hombre no puede idear nada que pueda ocupar el lugar de su perdido manto de inocencia. Ningn manto hecho de hojas de higuera, ningn vestido comn a la usanza mundana, podrn emplear aquellos que se sienten con Cristo y los ngeles en la cena de las bodas del Cordero.

nicamente el manto que Cristo mismo ha provisto puede hacernos dignos de aparecer ante la presencia de Dios. Cristo colocar este manto, esta ropa de su propia justicia sobre cada alma arrepentida y creyente. "Yo Te: amonesto -dice l- que de m compres... vestiduras blancas, para que no se descubra la vergenza de tu desnudez".

Este manto, tejido en el telar del cielo, no tiene un solo hilo de invencin humana. Cristo, en su humanidad, desarroll un carcter perfecto, y ofrece impartirnos a nosotros este carcter. "Como trapos asquerosos son todas nuestras justicias". Todo cuanto podamos hacer por nosotros mismos est manchado por el pecado. Pero el Hijo de Dios "apareci para quitar nuestros pecados, y no hay pecado en l". Se define el pecado como "la transgresin de la ley". Pero Cristo fue obediente a todo requerimiento de la ley. El dijo de s mismo: "Me complazco en hacer tu voluntad, o Dios mo, y tu ley est en medio de mi corazn". Cuando estaba en la tierra dijo a sus discpulos: "He guardado los mandamientos de mi Padre". Por su perfecta obediencia ha hecho posible que cada ser humano obedezca los mandamientos de Dios. Cuando nos sometemos a Cristo, el corazn se une con su corazn, la voluntad se fusiona con su voluntad, la mente llega a ser una con su mente, los pensamientos se sujetan a l; vivimos su vida. Esto es lo que significa estar vestidos con el manto de su justicia. Entonces, cuando el Seor nos contempla, l ve no el vestido de hojas de higuera, no la desnudez y deformidad del pecado, sino su propia ropa de justicia, que es la perfecta obediencia a la ley de Jehov.

CS:537-538. A todos los que se hayan arrepentido verdaderamente de su pecado, y que hayan aceptado con fe la sangre de Cristo como su sacrificio expiatorio, se les ha inscrito el perdn frente a sus nombres en los libros del cielo; como llegaron a ser partcipes de la justicia de Cristo y su carcter est en armona con la ley de Dios, sus pecados sern borrados, y ellos mismos sern juzgados dignos de la vida eterna. El Seor declara por el profeta Isaas: "Yo, yo soy aquel que borro tus transgresiones a causa de m mismo, y no me acordar ms de tus pecados." (Isa. 43:25, V.M.) Jess dijo: "El que venciere, ser as revestido de ropas blancas; y no borrar su nombre del libro de la vida, sino confesar su nombre delante de mi Padre, y delante de sus santos ngeles." "A todo aquel, pues, que me confesare delante de los hombres, le confesar yo tambin delante de mi Padre que est en los cielos. Pero a cualquiera que me negare delante de los hombres, le negar yo tambin delante de mi Padre que est en los cielos". (Apoc. 3:5; Mat. 10:32-33, V.M.)

Todo el ms profundo inters manifestado entre los hombres por los fallos de los tribunales terrenales no representa sino dbilmente el inters manifestado en los atrios celestiales cuando los nombres inscritos en el libro de la vida desfilen ante el Juez de toda la tierra. El divino Intercesor aboga por que a todos los que han vencido por la fe en su sangre se les perdonen sus transgresiones, a fin de que sean restablecidos en su morada ednica y coronados con l coherederos del "seoro primero". (Miq. 4:8). Con sus esfuerzos para engaar y tentar a nuestra raza, Satans haba pensado frustrar el plan que Dios tena al crear al hombre, pero Cristo pide ahora que este plan sea llevado a cabo como si el hombre no hubiese cado jams. Pide para su pueblo, no slo el perdn y la justificacin, plenos y completos, sino adems participacin en su gloria y un asiento en su trono.

Mientras Jess intercede por los sbditos de su gracia, Satans los acusa ante Dios como transgresores. El gran seductor procur arrastrarlos al escepticismo, hacerles perder la confianza en Dios, separarse de su amor y transgredir su ley. Ahora l seala la historia de sus vidas, los defectos de carcter, la falta de semejanza con Cristo, lo que deshonr a su Redentor, todos los pecados que les indujo a cometer, y a causa de stos los reclama como sus sbditos.

Jess no disculpa sus pecados, pero muestra su arrepentimiento y su fe, y, reclamando el perdn para ellos, levanta sus manos heridas ante el Padre y los santos ngeles, diciendo: Los conozco por sus nombres. Los he grabado en las palmas de mis manos. "Los sacrificios de Dios son el espritu Quebrantado: al corazn contrito y humillado no despreciars t, oh Dios." (Salmo 51:17). Y al acusador de su pueblo le dice: "Jehov Te: reprenda, oh Satn; Jehov, que ha escogido a Jerusaln, Te: reprenda. No es ste un tizn arrebatado del incendio?" (Zac. 3:2). Cristo revestir a sus fieles con su propia justicia, para presentarlos a su Padre como una "Iglesia gloriosa, no teniendo mancha, ni arruga, ni otra cosa semejante." (Efe. 5:27, V.M.) Sus nombres estn inscritos en el libro de la vida, y de estos escogidos est escrito: "Andarn conmigo en vestiduras blancas; porque son dignos." (Apoc. 3:4).HHD:370- . Pero tienes unas pocas personas en Sardis que no han manchado sus vestiduras; y andarn conmigo en vestiduras blancas, porque son dignas. Apocalipsis 3: 4.

En vista de estas animadoras promesas, cun fervientemente deberamos esforzarnos por conformar un carcter que nos capacite para estar de pie ante el Hijo de Dios. Slo aquellos que estn vestidos con el manto de su justicia podrn soportar la gloria de su presencia cuando l aparezca con "grande poder y gloria".

Significa mucho ser vencedor. Deben ser firmemente resistidas las asechanzas del enemigo y de todos sus malignos instrumentos. Debemos estar en guardia a cada momento. Ni por un instante debemos perder de vista a Cristo y su poder para salvar en la hora de prueba. Debemos colocar nuestra manos en la suya, para que podamos ser sostenidos por el poder de su fortaleza.-RH, 9-7-1908.

Si queris sentaros junto a la mesa de Cristo, y participar de los alimentos que l ha provisto para la cena de las bodas del Cordero, debis poseer un vestido especial, llamado el vestido de bodas, que es el manto blanco de justicia de Cristo. Todo aquel que lo tenga est autorizado para entrar en la ciudad de Dios; y si Jess no hubiese estado tan deseoso de que tuvieseis un lugar en las mansiones que ha ido a preparar para aquellos que le aman, no habra hecho, a un costo tan grande para s, todos esos preparativos, efectuados nicamente para que podis ser felices y sentaros junto a su mesa y disfrutar del hogar que fue a preparar para toda la familia de los redimidos. YI, 11-08-1886.

El que venciere ser vestido de vestiduras blancas; y no borrar su nombre del libro de la vida, y confesar su nombre delante de mi Padre, y delante de sus ngeles. Apoc. 3: 5.

La expresin "el que venciere", revela que hay algo que cada uno de nosotros debe vencer. El vencedor ser cubierto con el manto blanco de la justicia de Cristo, y se dice de l: "Y no borrar su nombre del libro de la vida, y confesar su nombre delante de mi Padre, y delante de sus ngeles". Oh, qu privilegio ser vencedores, y que nuestros nombres sean presentados ante el Padre por el mismo Salvador! RH, 09-07-1908.

Qu preciosa seguridad est contenida en esta promesa! Qu mayor aliciente podra presentrsenos para llegar a ser hijos e hijas de Dios? Quin se colocar toda la armadura? Quin se alistar bajo el estandarte ensangrentado del Prncipe Emmanuel?. . . A todo hijo de Dios que est luchando y sufriendo tentaciones puede llegar la iluminacin divina a fin de que no necesite