“méxico- gran caribe: ¿colaboración o...

24
1 “México- Gran Caribe: ¿Colaboración o Competencia? Autora: Lourdes Ma. Regueiro Bello Centro de Estudios sobre América (CEA) Cuba. TLCs con México, un paso hacia el ALCA La década de los 90 tuvo un significado ambiguo para la integración latinoamericana. Se produce un relanzamiento de las iniciativas regionales y subregionales de integración, lo que ocurre en un contexto de apertura y desregulación de las economías latinoamericanas y caribeñas impulsadas por los programas de ajuste y estabilización de sello neoliberal, con un consecuente cambio en la naturaleza de los acuerdos. Por otra parte la irrupción de la propuesta hemisférica del ALCA, coherente con el nuevo patrón de acumulación, tuvo el efecto de bajar el perfil de los acuerdos subregionales y potenciar las expectativas de acceso al mercado norteamericano. El entusiasmo con que los gobiernos latinoamericanos recibieron el lanzamiento de la Iniciativa para las Américas en 1990, primero y la concreción de un acuerdo de libre comercio de México con Canadá y los Estados Unidos (TLCAN) en 1994 allanaron el camino de una predisposición positiva de América Latina y el Caribe hacia el ALCA, cuando fue lanzada su propuesta en diciembre de 1994 en Miami. Cuáles serían los posibles caminos hacia el ALCA nunca fueron precisados, pero a la intuición gubernamental latinoamericana y a las burocracias negociadoras quedaba claro que la firma de acuerdos con México era escalón necesario que desbrozaba el camino en cualquier variante de negociación posterior con los Estados Unidos. En ese contexto México se convierte en un paladín del bilateralismo y en los 90 es uno de los países latinoamericanos que aparece como firmante de una significativa cantidad de acuerdos que trascendían el comercio. Ilustran ese proceder los Tratados de Libre Comercio firmados con Bolivia, Chile, Costa Rica, Nicaragua, Grupo de los Tres (México-Colombia- Venezuela) y el Triángulo Norte (Guatemala, Honduras y El Salvador), además de los acuerdos firmados con Estados Unidos y Canadá, Israel y la Unión Europea. Al amparo de estos acuerdos el comercio mexicano con esas áreas reportó importantes incrementos hasta 1998 (última fecha de la información): 120% con Estados Unidos, 83% con Canadá, 67% con Colombia, 91% con Venezuela, 153% con Costa Rica y del 646% con Chile. 1 El modelo de los acuerdos bilaterales con México seguía la estructura del TLCAN por lo que sirvieron como instrumento idóneo para extender su normatividad a las negociaciones con otros países de la región 2 . El “modelo TLCAN” se caracteriza por enfocar de manera distinta a los acuerdos tradicionales un conjunto de temas; se plantea la reducción y 1 Según datos de SECOFI. 2 Es importante aclarar que no sólo los acuerdos firmados con México seguían la normativa del TLCAN, también el firmado por Canadá con Chile, por citar alguno, tenía esta característica.

Upload: others

Post on 23-Oct-2019

3 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

1

“México- Gran Caribe: ¿Colaboración o Competencia? Autora: Lourdes Ma. Regueiro Bello

Centro de Estudios sobre América (CEA) Cuba.

TLCs con México, un paso hacia el ALCA

La década de los 90 tuvo un significado ambiguo para la integración latinoamericana. Se produce un relanzamiento de las iniciativas regionales y subregionales de integración, lo que ocurre en un contexto de apertura y desregulación de las economías latinoamericanas y caribeñas impulsadas por los programas de ajuste y estabilización de sello neoliberal, con un consecuente cambio en la naturaleza de los acuerdos. Por otra parte la irrupción de la propuesta hemisférica del ALCA, coherente con el nuevo patrón de acumulación, tuvo el efecto de bajar el perfil de los acuerdos subregionales y potenciar las expectativas de acceso al mercado norteamericano.

El entusiasmo con que los gobiernos latinoamericanos recibieron el lanzamiento de la Iniciativa para las Américas en 1990, primero y la concreción de un acuerdo de libre comercio de México con Canadá y los Estados Unidos (TLCAN) en 1994 allanaron el camino de una predisposición positiva de América Latina y el Caribe hacia el ALCA, cuando fue lanzada su propuesta en diciembre de 1994 en Miami.

Cuáles serían los posibles caminos hacia el ALCA nunca fueron precisados, pero a la intuición gubernamental latinoamericana y a las burocracias negociadoras quedaba claro que la firma de acuerdos con México era escalón necesario que desbrozaba el camino en cualquier variante de negociación posterior con los Estados Unidos.

En ese contexto México se convierte en un paladín del bilateralismo y en los 90 es uno de los países latinoamericanos que aparece como firmante de una significativa cantidad de acuerdos que trascendían el comercio. Ilustran ese proceder los Tratados de Libre Comercio firmados con Bolivia, Chile, Costa Rica, Nicaragua, Grupo de los Tres (México-Colombia-Venezuela) y el Triángulo Norte (Guatemala, Honduras y El Salvador), además de los acuerdos firmados con Estados Unidos y Canadá, Israel y la Unión Europea.

Al amparo de estos acuerdos el comercio mexicano con esas áreas reportó importantes incrementos hasta 1998 (última fecha de la información): 120% con Estados Unidos, 83% con Canadá, 67% con Colombia, 91% con Venezuela, 153% con Costa Rica y del 646% con Chile.1

El modelo de los acuerdos bilaterales con México seguía la estructura del TLCAN por lo que sirvieron como instrumento idóneo para extender su normatividad a las negociaciones con otros países de la región2. El “modelo TLCAN” se caracteriza por enfocar de manera distinta a los acuerdos tradicionales un conjunto de temas; se plantea la reducción y

1 Según datos de SECOFI. 2 Es importante aclarar que no sólo los acuerdos firmados con México seguían la normativa del TLCAN, también el firmado por Canadá con Chile, por citar alguno, tenía esta característica.

2

eliminación automática de todo el universo arancelario, más que graduales rebajas para renglones determinados; las normas de origen son estrictamente detalladas y los mecanismos de solución de controversias establecen estrictos requisitos formales para esas materias. Los acuerdos “modelo TLCAN” tienen capítulos aparte para los servicios, la propiedad intelectual, las inversiones, las compras gubernamentales y otros temas.3

La práctica bilateral mexicana generó fricciones en los esquemas subregionales cuyos miembros negociaron este tipo de acuerdos bilateralmente, ya que en muchos casos como es el del TLC México-Costa Rica, erosionó el arancel externo común del MCCA. Otro disenso importante se produjo en el seno de la ALADI por los incumplimientos de la normativa de este organismo por parte de México cuando firmó el TLCAN. Aunque estas diferencias no llevaron a la disolución de esos esquemas, sí dio las señales de los conflictos potenciales que encerraba el nuevo modelo de “integración”.

De esta forma, a mediados de la década del 90 el panorama de la integración en la región latinoamericana mostraba dos ejes de integración; uno encabezado por México, cuyo referente era el TLCAN como protoesquema del ALCA, otro protagonizado por Brasil, que a través del MERCOSUR ofrecía una propuesta de relaciones e inserción en la que el ALCA no se presentaba como la primera prioridad, o al menos se planteaba la pertinencia de la consolidación de los esquemas subregionales antes de llegar a un acuerdo que involucrara a las economías de Canadá y los Estados Unidos.

En la práctica, México en 1994 había logrado lo que era una aspiración de la mayor parte de los países latinoamericanos, para los cuales llegar al mercado norteamericano significaba dar coherencia a la nueva estrategia de crecimiento en función de pagar los servicios de la deuda externa, en un modelo de acumulación basado en las exportaciones. La interrogante en lo adelante es si México será un aliado de Latinoamérica y el Caribe para hacer avanzar el ALCA, o si sus acciones se dirigirán a la preservación de su posición preferencial, o si promoverá otras iniciativas que consolidaran la integración latinoamericana. La opción de integración con los Estados Unidos ha tenido un costo para la economía mexicana, pero también lo ha tenido en términos de competitividad para las economías de Centroamérica, el Caribe e incluso para Colombia.

En el período 1994-2000 no se apreciaron cambios significativos en la orientación de la política exterior de México hacia la región, la consolidación de sus relaciones con los otros dos socios del TLCAN y la búsqueda de un acuerdo con la Unión Europea fueron su prioridad. Sin embargo, el cambio presidencial que desplazó al PRI del gobierno ha traído aparejado un cambio en la retórica presidencial, el interés por acercarse al MERCOSUR, el lanzamiento del Plan Puebla-Panamá y el empeño de resaltar el perfil caribeño de México en el discurso de Fox en su aproximación a la CARICOM, dan cuenta de un cambio, al menos en los matices, que apunta a la reevaluación del papel de la región en la política mexicana.

El presente trabajo pretende examinar algunos procesos que involucran a México de cara a los procesos de integración y asociación que tienen lugar en la región del Gran Caribe, en

3 Cfr. BID: “Integration and Trade in the Americas”, Periodic Note, Octubre de 1999

3

su dimensión económica y de política externa. En la dimensión económica de estos procesos el sector manufacturero de las confecciones (maquila) es un punto sensible en las relaciones entre México y el área en la competencia por el acceso ventajoso al mercado norteamericano, por lo que se hace especial énfasis en la dinámica y posible evolución de las relaciones en torno a ese factor. En la de política externa los indicios de una cierta búsqueda de protagonismo regional como contrapeso a Brasil y a Venezuela son las ideas que propician el hilo conductor de esta reflexión.

En los 90 la idea de la construcción del Gran Caribe como una región ha sido vista desde diversas perspectivas que implican dinámicas y velocidades diferentes. En el interior del Gran Caribe en las formas de relacionamiento entre sus miembros no se percibe una política hacia la subregión como un todo, sino hacia los diferentes países y subregiones que lo conforman. Por esta razón las relaciones de México con el Gran Caribe se tratan en su orientación (hasta donde la información disponible lo permite) hacia Centroamérica, el Caribe y el Grupo de los Tres.

TLCAN-CBI: el desbalance de las preferencias establece diferencias

México y el resto de los países de la Cuenca del Caribe, a pesar de sus diferencias en el peso y desarrollo económico relativo presentan rasgos, tendencias y entornos compartidos.

El primer rasgo compartido, es la alta concentración de su comercio con las áreas industrializadas, fundamentalmente Estados Unidos y Europa. Para México, Centroamérica, Colombia y Venezuela es significativo el peso que tienen los Estados Unidos como receptor de sus exportaciones. Por la parte de las importaciones los datos evidencian el papel indiscutido de los Estados Unidos como proveedor de esta subregión

Tabla 1 Cuenca del Caribe: Estructura geográfica del comercio 1999

Exportaciones Importaciones Países seleccionados EE.UU

.% Japón

% UE %

EE.UU.%

Japón %

UE. 5

Barbados 19.7 0.1 2.1 42.5 7.9 16.0 Belice 48.7 0.1 41.17 51.6 7.8 2.3 Colombia 50.2 2.1 14.5 37.4 4.9 17.4 Costa Rica 51.9 2.0 21.4 54.6 5.0 8.8 Dominica 4.8 0 35.6 41.5 7.2 14.3 El Salvador 21.2 0.7 12.7 37.5 4.1 7.4 Granada 16.8 0 46.1 41.8 5.5 12 Guatemala 34.3 2.4 10.8 41.6 4.0 8.5 Honduras 57.2 3.5 13.0 48.8 4.0 6.5 Jamaica 32.6 2.4 30.1 48.1 6.9 12.8 México 88.4 0.6 3.6 74.3 3.5 8.8 Nicaragua 32.3 0.7 20.1 33.2 5.3 4.6 Panamá 44.8 1.0 17.9 35.7 7.2 8.7 Sta. Lucía 15.0 0.1 64.6 40.1 5.3 19 Surinam 19.1 3.8 32.8 32.9 11.5 28.2 Trinidad –Tobago 41.4 0.1 10.5 40.3 5.1 12.2 Venezuela 48.8 1.2 5.5 38.5 3.4 24.9

Fuente: CEPAL: Panorama de la inserción internacional de América Latina y el Caribe 1999-2000.

4

El segundo elemento compartido por estos países es el lugar diferenciado del resto de América Latina en la geoeconomía y la geopolítica norteamericana. México es la segunda y el Caribe la tercera frontera de los Estados Unidos y son áreas donde los problemas del narcotráfico, procesos migratorios, tráfico de armas e inestabilidad política son evaluados como temas de la seguridad nacional de los Estados Unidos.

De ahí la política diferenciada de los Estados Unidos hacia esas subregiones, materializada en iniciativas y proyectos de los que no participan el resto de los países latinoamericanos. En 1983 la administración Reagan lanzó la Iniciativa para la Cuenca del Caribe, que incluía a los países de Centroamérica y del Caribe (ICC, o CBI, por sus siglas en inglés), actualizada por George Bush (padre) en 1990 (Caribbean Basin Economic Recovery Expansion Act of 1990 ó CBI-II). Por su parte México ha sido beneficiario de regímenes preferenciales que favorecieron las inversiones norteamericanas en su territorio y finalmente se produjo su inclusión en el TLCAN.

Tanto la ICC como el TLCAN son elementos de la estrategia geopolítica norteamericana, pero tienen un importante componente desde la geoeconomía. Centroamérica, el Caribe y México forman parte de la estrategia norteamericana para enfrentar la competencia de sus rivales en los mercados globales, lo que será analizado más adelante.

Bajo la ICC se incrementaron las exportaciones de Centroamérica y el Caribe a los Estados Unidos en un 11%. En Centroamérica más que en el Caribe se produjo un cambio en la composición de las exportaciones. Si en 1984 el 48% de las exportaciones de los países signatarios de la ICC a los Estados Unidos estaba formada por combustibles minerales en 1999 ese rubro sólo cubría el 5% de las exportaciones a ese mercado; en cambio las exportaciones de confecciones crecieron de 8% en 1984 a 46% en 1999,4 convirtiendo a ese sector en el segundo por su aporte económico, después del de alimentos y bebidas.5

México es el país latinoamericano donde en la década de los 90 tiene lugar una mayor reestructuración de la economía, en la cual se incrementan los niveles de participación de los bienes industriales, tanto tradicionales como no tradicionales.

La siguiente tabla ilustra el cambio en la composición de las exportaciones que tiene lugar en la década de los 90 y muestra el creciente peso de los bienes industriales en México y Centroamérica.

4 Rodríguez, Ennio: “Caribbean Basin Initiative: a Window of Opportunity”, presentado en Seminario “El futuro de la maquila en México y Centroamérica”, CEPAL-BID-INTAL, México. DF. 30 de marzo de 2001. 5 Hernández, René A: “La industria maquiladora de exportación en Centroamérica: aspectos institucionales y del entorno”, presentado en Seminario “El futuro de la maquila en México y Centroamérica”, CEPAL-BID-INTAL, México. DF. 30 de marzo de 2001

5

Tabla 2 Composición de las exportaciones: México, Centroamérica, Caribe (habla inglesa)

1988-1998 (en porcentaje)

México a/ Centroamérica

b/

Caribe de habla inglesa c/

América Latina y el Caribe d/

Categorías de Bienes 1988 1998 1988 1998 1988 1997 |988 1998 Bienes Primarios 42.9 10.0 63.8 41.7 27.8 28.2 35.5 22.9

Agrícolas 10.7 4.1 63.2 41.0 27.8 28.2 17.2 12.3 Mineros 2.8 0.4 0.1 0.2 3.6 9.8 4.9 3.0 Energéticos 29.4 5.5 0.4 05 13.8 10.6 13.4 7.6

Bienes industrializados 56.7 89.9 35.7 58.2 72.0 70.2 63.9 76.2 Tradicionales 10.8 20.0 23.6 31.1 19.1 21.0 21.3 22.6 Alimenticios, bebidas y tabaco 3.9 2.3 12.3 13.0 10.7 11.8 11.8 8.7 Otros tradicionales 6.8 17.7 11.3 18.1 8.3 9.3 9.5 13.9 De uso intensivo de recursos naturales y con elevadas economías de escala f/

20.6 8.3 6.9 8.9 50.4 47.3 29.5 18.1

Duraderos de uso final g/ 10.2 24.0 0.2 1.1 0.3 0.1 5.4 14.2 Difusores del progreso técnico h/ 15.1 37.6 5.2 17.0 2.2 1.7 7.7 21.4 Otros bienes 0.3 0.1 0.5 0.1 0.2 1.7 0.5 0.9

Total 100 100 100 100 100 100 100 100 Fuente: Notas de CEPAL No.15 marzo 2001 a/ Desde 1992 México incluye la maquila en los registros de bienes. Antes de esa fecha la registraba en el comercio de servicios. Por ese motivo los datos de 1988 y 1998 no son comparables. b/ Comprende a los siguientes cinco países: Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua. c/ Comprende los ocho siguientes países: Barbados, Belice, Dominica, Granada, Jamaica, Santa Lucía, Surinam y Trinidad Tobago. d/ Comprende los siguientes 25 países: Argentina, Barbados, Belice, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Dominica, Ecuador, El Salvador, Granada, Guatemala, Honduras, Jamaica, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, Santa Lucía, Surinam, Trinidad y Tobago, Uruguay y Venezuela.

El tercer elemento: estos países comparten una estrategia diferenciada de las empresas transnacionales (ETN) norteamericanas hacia la subregión. Las ETN en el proceso de adaptación a un nuevo ambiente han implementado nuevas estrategias como el establecimiento de sistemas de producción integrados en el ámbito internacional, regional o subregional a los que han incorporado algunas economías latinoamericanas, especialmente México y los países de Centroamérica y el Caribe.

En los años 90 la estrategia de las ETN norteamericanas en la industria manufacturera localizada en la Cuenca del Caribe y en México tiene como objetivo fundamental incrementar la eficiencia de los sistemas de producción internacionalmente integrados6 buscando reducir los costos en industrias como la automotriz, la electrónica y la de prendas de vestir, para competir en su propio mercado frente a las importaciones asiáticas.7

6 CEPAL: Informe de la Inversión Extranjera en América Latina y el Caribe, 1999, Internet. 7 Entrevista a Michael Mortimore, con motivo de la presentación de la edición 1999 sobre Inversión Extranjera en América Latina y el Caribe. Internet, www.cepal.org

6

Con vistas a apuntalar su propia industria las ETN norteamericanas han incentivado la creación de cadenas productivas regionales que involucran a países de la región, deslocalizando hacia ellos aquellos segmentos del proceso productivo donde pueden aprovechar el diferencial salarial, reduciendo los costos y preservando los tramos que aportan mayor valor agregado en la cadena, o garantizando un encadenamiento hacia atrás con industrias norteamericanas que no logran competitivamente los eslabonamientos hacia adelante. Para esto se utilizan mecanismos de producción compartida que ofrecen exención arancelaria para los productos importados desde países con los cuales los Estados Unidos han establecido acuerdos y que incorporen componentes producidos en ese país y que sean ensamblados fuera de él,8 en la industria del vestido se destaca la disposición HTS 9802 de los Estados Unidos (mecanismo que facilita la importación de confecciones ensambladas en México y Centroamérica utilizando insumos norteamericanos pagando un impuesto al reingresar sólo por el valor agregado, formado fundamentalmente por salarios.)

De acuerdo a resultados de estudios especializados, del total de las importaciones provenientes de México y de los países de la ICC, más del 85% ingresaron al amparo de la disposición HTS 9802, del cual el 70% eran productos ensamblados con telas hechas y cortadas en los EE.UU. Para el resto del mundo, el comercio bajo la 9802 apenas alcanza el 2%.9 La casi totalidad de las importaciones de confección que ingresan al mercado estadounidense bajo la partida 9802 provienen de los países de la ICC y de México.10

Esta estrategia de las ETN viabilizó la elevación de la participación del Caribe, Centroamérica y México en las importaciones norteamericanas de textiles como puede apreciarse en la tabla

Tabla 3 Cuenca del Caribe: Participación de mercado en las importaciones de productos de la

confección en EE.UU. 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000

Honduras 0.5 0.9 1.4 1.8 2.1 2.7 3.4 3.9 3.9 4.2 4.1 Rep.Dominicana 3.2 4.0 4.5 5.0 5.0 5.0 4.8 5.2 4.9 4.6 4.2 El Salvador 0.2 0.4 0.6 0.9 1.3 1.7 2.0 2.5 2.4 2.6 2.8 Costa Rica 1.7 1.9 2.2 2.3 2.2 2.2 1.9 2.0 1.7 1.6 1.4 Guatemala 0.9 1.5 1.7 1.9 1.9 2.0 2.2 2.2 2.4 2.4 2.6 Nicaragua 0.0 0.0 0.0 0.0 0.1 0.2 0.4 0.4 0.5 0.5 0.6 ICC 8.9 11.0 12.1 14.0 14.3 15.7 16.5 17.7 17.2 17.3 16.8 México 2.3 3.0 3.4 4.0 5.1 7.4 9.8 11.8 13.5 14.8 14.7 China 12.5 12.6 12.8 12.2 11.4 10.2 10.4 10.5 8.9 8.6 7.9 Hong Kong 16.5 16.5 15.3 13.4 13.4 12.1 10.6 9.2 9.2 8.4 7.8 Taiwán 10.6 11.2 8.8 7.8 6.9 5.9 5.4 4.8 4.4 3.9 3.6 Corea 9.8 8.2 7.0 6.7 5.9 4.7 3.8 3.5 3.9 4.1 4.0 Fuente: Departamento de Comercio de los Estados Unidos Tomado de: Werner Romero: “Perspectivas de la nueva ICC”, CEPAL-BID-INTAL, marzo 2001.

8 CEPAL: Informe de La Inversión Extranjera en América Latina y el Caribe, 1999. Internet www.cepal.org 9 Chacón, Francisco: “Comercio internacional de los textiles y el vestido: Reestructuración global de las fuentes de oferta en EEUU. durante la década de los noventa “, Seminario CEPAL-BID-INTAL, 30 de marzo de 2001. 10 Ibíd.

7

Resultante de esta estrategia se produjo un desplazamiento del mercado norteamericano de los mayores proveedores asiáticos, especialmente de China, Hong Kong, Corea y Taiwán, por lo que al finalizar la década México y la Cuenca del Caribe se convirtieron en el principal proveedor de confecciones del mercado norteamericano.

Adicionalmente, esto garantizó la demanda de telas, hilados, etc. a las empresas norteamericanas de la industria textil que de esa forma garantizaron su permanencia en el mercado.

El cuarto elemento compartido es el peso de la maquila en las exportaciones totales y en las exportaciones al mercado norteamericano.

Tabla 4

Exportaciones de la maquila % de las exportaciones totales

Exportaciones de la maquila %de las exportaciones a EE.UU.

Costa Rica (1996) 23.4 43.1 El Salvador (1997) 44.5 81.0 Guatemala (1997) 32.9 57.8 Honduras (1997) 61.1 70 Nicaragua (1997) 17.2 31.6 Rep.Dominicana ( 1994)

41.6 45.7

México (1997) 40.9 Fuente: Dpto. de Comercio de EE.UU., BADECEL, CEPAL Elaborado con cifras de: Buitelaar, Rudolf; Padilla, Ramón; y Urrutia, Ruth: “Industria maquiladora y cambio técnico” Revista de la CEPAL, No.67 abril de 1999.

El hecho de que el dinamismo de las exportaciones esté basado en la maquila o al amparo de la 9802 no ha generado eslabonamientos hacia atrás en la cadena productiva y por tanto no se revierten en un desarrollo de la industria nacional; particularmente la disposición HTS 9802 penaliza la utilización de insumos nacionales, sirva de ilustración el hecho de que en México las maquiladoras utilizan menos del 3% de insumos nacionales. Un rasgo del crecimiento basado en este mecanismo es su volatilidad.

El quinto elemento que comparten estos países es la sensibilidad del tema migratorio en las relaciones con los Estados Unidos y el papel de las remesas en la economía.

Si bien las estadísticas apuntan a procesos comunes, también ponen de manifiesto que no hay un aprovechamiento simétrico por parte de los países involucrados de las ventajas de acceso al mercado norteamericano en términos de participación de mercado, ni tampoco en la estructura de las exportaciones. Es evidente que las mayores ventajas las obtiene México que alcanza una participación de mercado cercana al 15%, mientras su seguidor más cercano, República Dominicana no llega al 5%, aun cuando este último país parte de una participación inicial en el mercado norteamericano superior a la de México.

Si se toma en cuenta la estructura de las exportaciones, sólo en el caso de México hay un cambio significativo en la participación de los bienes industriales difusores del progreso técnico y en los de uso final como muestra la tabla 2. Las variaciones que tienen lugar en Centroamérica en los bienes difusores del progreso técnico se deben en lo fundamental a

8

Costa Rica por las operaciones de INTEL que responden por el 50% de las exportaciones de Costas Rica y por el 20% de las exportaciones de Centroamérica.11

A partir de 1994, año en que se firma el TLCAN, y más aceleradamente después de la devaluación mexicana de fines de ese año, la participación mexicana en el mercado norteamericano de confecciones creció a un ritmo mayor que el del resto de los países de la Cuenca del Caribe. Hasta 1993 los aranceles para las confecciones de México y de la ICC eran similares, pero con el TLCAN tiene lugar una desgravación más favorable a México, que supone la eliminación de cuotas y la utilización de la norma del TLCAN para las normas de origen.

Las exportaciones mexicanas a los Estados Unidos después del TLCAN crecieron significativamente y México se convirtió en el primer proveedor en ese mercado en 12 de las 34 partidas ( a 4 dígitos) de la confección y en 27 de ellas aparece entre los cinco primeros.12

En términos arancelarios el TLCAN otorga ventajas a México frente a los competidores. En 1994 México pagaba un arancel efectivo por las exportaciones a los Estados Unidos de 4.9% y en 1999 de 0.4%, mientras Centroamérica para el mismo período pagaba 9.8% y 9.1%; y la República Dominicana 85 y 7.2% respectivamente.13

Un estudio comparado de la diferencia del arancel aplicado a México y a otros países de la región ratifica con otro instrumento de medición la ventaja arancelaria para México, lo que explica en cierto modo la pérdida de dinamismo de las exportaciones desde los beneficiarios de la ICC hacia el mercado norteamericano.

Tabla 5 1997 2000

Arancel NMF Arancel México Arancel NMF Arancel México Costa Rica 16.4 3.3 14.5 0.7 El Salvador 18.5 4.0 17.5 0.5 Guatemala 19.1 6.1 19.3 0.6 Honduras 18.2 4.0 18.3 0.9 Nicaragua 18.5 5.6 18.0 0.9 Panamá 18.8 2.6 - - Rep. Dominicana - - 18.0 0.5 Jamaica - - 16.7 1.0 Promedio 18.5 4.1 17.5 0.7

Fuente: Elaborado por Eduardo Gitli utilizando los valores importados por Estados Unidos en el 2000, obtenidos de Harmonizad Tariff Schedule of the U.S. (2000. )Los datos para 1997 de Gitli.

Tomado de: Gitli, Eduardo: “El efecto TLCAN sobre las industria de confección en los países de la Cuenca del Caribe”, 30 de marzo de 2001, México, DF.

11 Hernández, René: “La industria maquiladora de exportación en Centroamérica: aspectos institucionales y del entorno”, Seminario CEPAL-BID-INTAL, 30 de marzo de 2001. 12 Máttar, Jorge: “Inserción internacional y desempeño productivo de la confección en México después del TLCAN: dos caras (¿antagónicas?) de la misma moneda”, Seminario CEPAL-BID-INTAL, 30 de marzo de 2001, México, DF. 13 Ibid.

9

En el citado estudio los aranceles para México se calcularon para la misma canasta de productos de cada país en la Cuenca del Caribe, productos que representan como mínimo un 80% de las exportaciones a Estados Unidos.

La desigual competencia entre México y los países de la ICC por la participación en el mercado norteamericano se explica por la naturaleza diferente de las preferencias que cubren a unos y otros.

Los productos de la industria del vestuario en la ICC ingresaban a Estados Unidos pagando aranceles pues este rubro estaba excluido tanto de las preferencias que otorgaba el Sistema General de Preferencias, como de los beneficios de la ICC, además de estar sometido al sistema de cuotas al amparo del Acuerdo Multifibras del GATT-OMC.

Sin embargo el diferencial arancelario no explica totalmente la pérdida de dinamismo de las exportaciones de los países signatarios de la ICC. La devaluación de fines de 1994 tuvo un efecto positivo sobre los costos salariales relativos.

Desde 1992 cuando el TLCAN estaba en proceso de negociación los países centroamericanos y caribeños mostraron su inquietud ante el posible impacto de las diferentes condiciones de acceso al mercado norteamericano que se producirían con la entrada en vigor del TLCAN, por lo que prontamente reclamaron se otorgara a la ICC la paridad con el TLCAN. Es importante destacar que a pesar de las condiciones desventajosas de la ICC en relación con el TLCAN, los países de Centroamérica y República Dominicana incrementaron la productividad del trabajo un 25%, frente a un 5% de las firmas mexicanas.14

No obstante, frente a los países de Centroamérica y la Rep. Dominicana, con el TLCAN México tiene una ventaja adicional y es poder hacer uso de insumos mexicanos como parte de los requisitos del contenido regional del acuerdo, lo que está facilitando el tránsito de México a formas superiores dentro de la cadena productiva como es la producción del paquete completo, mientras en la Cuenca del Caribe continúa predominando la forma tradicional de producción compartida basada en los bajos salarios y el esquema de zona de procesamiento de las exportaciones, acceso preferencial al mercado de Estados Unidos y las cuotas.15

Adicionalmente habría que apuntar las características organizativo-estructurales del sector en las dos regiones y la influencia que puedan tener estas configuraciones diferentes en el mercado de confecciones en el futuro. Gereffi apunta: “El sector del vestido de México es, con mucho, el más importante ya que cuenta con 12 000 fábricas y ocupa 460 000 trabajadores. Sin embargo, estas estadísticas abarcan tanto a las empresas que abastecen el mercado interno como a las orientadas a las exportaciones. Muchas de las empresas que abastecen el mercado interno de México están subcapitalizadas y son talleres o microempresas familiares tradicionales. Se considera que el 95% de las fábricas de ropa de

14 Rodríguez, Ennio: “Caribbean Basin Initiative: a Window of Opportunity”, Seminario CEPAL-BID-INTAL, 30 de marzo de 2001. 15 Gereffi, Gary: Op. Cit.

10

México son pequeñas, por lo que el promedio nacional de empleados por fábrica se reduce a 39. En cambio, en el sector del vestido de los países de Centroamérica y del Caribe predominan empresas mucho más grandes, orientadas a la exportación, que abastecen el mercado de los Estados Unidos en el marco del programa 807/9802 de producción compartida. En la República Dominicana hay 180 000 trabajadores del vestido y le siguen Honduras (con 90 000 trabajadores), Guatemala (con 70 000 trabajadores) y El Salvador (con 42 000 trabajadores.) En todas estas economías, la industria del vestido es la más importante. Llama especialmente la atención el gran tamaño de las fábricas de prendas de vestir de estas cuatro economías de la ICC, que emplean entre 250 y más de 500 trabajadores. Estas cifras parecen indicar que las exportaciones de prendas de vestir de la ICC se realizan a través de gigantescas plantas de ensamblaje.”16

Y más adelante señala Gereffi: “La falta de paridad entre el TLC y la ICC ha limitado considerablemente las actividades de ensamblaje de prendas de vestir orientadas a las exportaciones de estas economías más pequeñas. Según el Caribbean and Apparel Institute de Kingston, Jamaica (Rother, 1997), en 1995 y 1996 en el Caribe han cerrado más de 150 fábricas de ropa y se han perdido 123 000 puestos de trabajo "como consecuencia directa del desvío del comercio y las inversiones a México".17

De esta manera frente a los países de la Cuenca del Caribe, para mucho de los cuales la industria del vestido es uno de los principales renglones de exportación con un peso importante en el empleo del sector manufacturero, México se ubica como competidor. Hasta ahora, ha competido con ventajas, pero la tendencia en los próximos 5 años es a la acentuación de las condiciones de la competencia, pues muchos de los elementos que hasta ahora han dado la ventaja a México están a punto de desaparecer:

Primero, en mayo de 2000 el presidente W. Clinton firmó Caribbean Basin Trade Partnership Act, lo que permitiría ampliar las exportaciones desde la Cuenca del Caribe hacia los Estados Unidos. En el estudio citado anteriormente de Werner Romero “Perspectivas de la nueva ICC”se recoge que aunque la nueva ICC ó CBTPA sólo garantice parcialmente la paridad del TLCAN para los productos de la industria de la confección da tratamiento de libre comercio a:

-Las prendas ensambladas en la región con telas de los Estados Unidos y cortadas allí.

-Las prendas ensambladas en la región con telas de Estados Unidos, cortadas en la región y cosidas con hilo de Estados Unidos.

-Las prendas elaboradas con tela de punto regional hasta un límite preferencial de 250 millones de m2.

-Para las camisetas de vestir de tela de punto regional hasta un límite preferencial de 4.2 millones docenas.

16 Gereffi, Gary: “El tratado de libre comercio de América del Norte en la transformación de la industria del vestido: ¿bendición o castigo? CEPAL, Serie Desarrollo Productivo, Santiago de Chile, octubre de 2000 17 Ibíd.

11

-Para artículos tejidos mano, hechos a mano o artesanales originarios de la región.

Segundo: la entrada en vigor del artículo 303 del TLCAN desde enero de 2001, ello significa el fin del programa maquilador, que define que las maquilas pasan a la categoría de establecimientos independientes por lo que están obligados a pagar el impuesto anual sobre la base del valor de sus activos.

Tercero: Extinción del prorrogado Acuerdo Multifibras en el 2005, con lo cual desaparecerán las cuotas establecida para las confecciones en el mercado norteamericano.

Cuarto: la desaceleración de la economía norteamericana.

Quinto: el ALCA.

Sexto: posible aprobación de la iniciativa regional andina, lo que haría de esos países especialmente de Colombia un competidor importante.

Séptimo: incremento en los costos salariales.

Octavo: entrada de China en la OMC.

Todos estos eventos significarían un recrudecimiento de las condiciones de competencia para México y la consecuente posibilidad de pérdida de las posiciones de mercado, atribuidas en parte a las condiciones preferenciales de que disfruta en el mercado norteamericano. El desencadenamiento de la mayor parte de ellos podría favorecer especialmente a nuevos competidores asiáticos que tienen una inserción diferente de la mexicana auspiciada por el TLCAN y por la ICC, aunque con la desventaja de los costos de transporte.

La CBTPA agudiza las condiciones de competencia entre México y los países de la Cuenca. El resto de los eventos agudiza la competencia para ambos. Por ese motivo existe una potencial coincidencia de intereses con respecto a eventos como el ALCA que implicarían hipotéticamente la latinoamericanización y/o mundialización (en el caso de la expiración del Acuerdo Multifibras en la OMC) de las ventajas del TLCAN y la posibilidad de “nuevos entrantes”. Ello explica que la demanda de los países del Caribe y Centroamérica haya sido la obtención de la paridad TLCAN o la expectativa de acceso a ese acuerdo. En el caso de México la CBTPA representa un mal menor frente al ALCA, que diluiría las preferencias emanadas del TLCAN, aunque en las consideraciones geopolíticas de Estados Unidos, México primero, y el Caribe y Centroamérica, después ocupan lugares diferenciados. Tampoco habría que descartar la idea de que teniendo en cuenta el tipo de estructura y organización del sector de confecciones en la Cuenca del Caribe y en México, pueda ocurrir el desplazamiento de los productos mexicanos en el propio mercado interno en determinados renglones en que los centroamericanos y dominicanos han logrado posicionamientos competitivos.

En este sentido es posible la identificación de áreas de colaboración, de competencia y de fricción entre México por una parte y Centroamérica y el Caribe por la otra. La cuestión

12

incrementa su complejidad si se incorporan en el análisis convergencias y divergencias a los otros dos grandes de la Gran Cuenca del Caribe: Venezuela y Colombia, que junto a México forman el Grupo de los Tres.

Gran Caribe: ¿México mira al Sur?

Los años 90 marcaron la institucionalización de las relaciones económicas de México con los Estados Unidos, lo cual ratificaba su prioridad de relaciones, al firmar el TLCAN.

Paralelamente al TLCAN se firman acuerdos con numerosos países de América Latina, a los que ya se hizo referencia al inicio de este trabajo. Tales acuerdos tienen un doble significado desde la perspectiva mexicana. Por una parte; se desplazan costos de la integración con el Norte hacia países de menor desarrollo relativo, muchos de los cuales no han sido objeto de una atención preferencial por los capitales internacionales; por la otra se contrapesan las reacciones políticas negativas al acuerdo con Estados Unidos y Canadá.

Los acuerdos firmados con México para las contrapartes latinoamericanas tenía primero, la significación de que era un primer paso de acercamiento en el camino de acceso al TLCAN o un adelanto del ALCA; segundo, era una señal de aceptación de la normatividad del TLCAN.

Es importante destacar, sin embargo, que siendo las subregiones del Caribe y Centroamérica de las más interesadas en el ámbito latinoamericano en ser incluidas en el TLCAN los acuerdos con México se circunscribieron a países centroamericanos y ninguno del Caribe propiamente dicho, lo que apunta al interés marginal que, hasta el momento, representa esa área en el contexto del Gran Caribe.

La tabla de las exportaciones de México al Gran Caribe y TLCAN muestra como en los años 1999 y 2000 las exportaciones mexicanas al Caribe representaban (excluyendo a Cuba) menos del 2%18 de las exportaciones totales, mientras para Centroamérica eran 1.5% en 1999 y menos del 1%19 en el 2000, lo que apunta al papel marginal de estas subregiones para el comercio mexicano.

Pero el interés mexicano en Centroamérica no es estrictamente comercial. Los acuerdos con esa área abren el camino a una estrategia de más largo alcance que involucra a México y a los Estados Unidos.

Desde el punto de vista formal-institucional, hasta 1999 México tenía suscritos 64 convenios de cooperación educativa y cultural, de los cuales 12 eran con naciones de Centroamérica y el Caribe. Según declara la Secretaria de Relaciones Exteriores “El objetivo central de la política de cooperación de México hacia las dos áreas vecinas es realizar una aportación útil y significativa, que permita consolidar un entorno favorable a nuestros intereses económicos y políticos.”

Más adelante señala: “En el caso de Centroamérica cobran particular importancia tanto el respaldo a los esfuerzos de consolidación de la paz, como el apoyo al fortalecimiento de los

18 Datos estadísticos de la ALADI. 19 Ibíd.

13

mecanismos de integración regional. Las actividades de la cooperación mexicana con esa área se producen de manera simultánea en el plano bilateral y en el regional."20

Por lo que toca al Caribe, el énfasis reside en el robustecimiento de las capacidades técnicas y científicas de sus instituciones para afrontar los retos que plantea el desarrollo socio-económico Los sectores en que incide nuestra cooperación son, en orden de importancia: gestión pública; sector agropecuario y alimentación; educación técnica; energía, medio ambiente, recursos naturales y pesca; salud y seguridad social; comunicaciones y transportes; desarrollo industrial y comercial; vivienda y desarrollo urbano; turismo y minería.”21

Hasta 1999 México tenía suscritos Convenios Básicos de Cooperación Técnica y Científica con Antigua y Barbuda, Bahamas, Barbados, Dominica, Guyana, Trinidad y Tobago, Haití, Rep. Dominicana, San Cristóbal y Nieves y se renovó el existente con Cuba. Los países con los cuales se reporta mayor dinamismo en las relaciones de cooperación son Jamaica, Rep.Dominicana y Cuba. Las principales áreas de cooperación técnica con el Caribe anglófono son: producción sustentable para la acuicultura, mapeo digital, técnicas artesanales, maquinaria y equipo para la industria agroprocesadora y factores nutricionales en cultivos de alimentos.22 Con Cuba se mantienen acuerdos y convenios interinstitucionales en las áreas de colaboración científica y transferencia tecnológica, pesca, energía protección del medio ambiente, salud, agricultura, ganadería, comunicaciones y transportes, etc.23

La cooperación con Centroamérica evoluciona en el marco del Mecanismo de Tuxtla hacia un programa con proyectos de alcance regional, lo que constituye incluso un objetivo a alcanzar. Esto marca una diferencia con el Caribe donde prevalecen los proyectos con países individuales. Es apreciable un interés más marcado y una política más articulada hacia Centroamérica que hacia el Caribe.

Si la dinámica de las negociaciones bilaterales prevaleciera se reduciría una potencial área de fricción con la subregión, ya que como se señaló anteriormente el bilateralismo ha sido un elemento que ha exacerbado la competencia entre los centroamericanos quienes han hecho concesiones a México que no han estado dispuestos a hacer al resto de los miembros de la iniciativa regional.

La Secretaría de Relaciones Exteriores de manera explícita reconoce que: “La estrategia actual hacia Centroamérica parte de la percepción de que la estabilidad política y el desarrollo económico de los países del istmo son elementos de gran importancia para México como país vecino. Por tanto, resulta obligado el seguimiento de los acontecimientos de los siete países que conforman el istmo centroamericano; la conducción de acciones para cooperar en el fortalecimiento institucional y en la medida de lo posible, contribuir al desarrollo económico de los países del área.”24

20 Secretaria de Relaciones Exteriores http://www.sre.gob.mx/ 21 Ibid. 22 Ibid. 23 Ibid. 24 Ibid

14

Tabla 6 PAIS TECNICA EDUCATIVA-

CULTURAL TOTAL

Belice 37 63 100 Costa Rica 149 79 228 El Salvador 58 71 129 Guatemala 100 72 172 Honduras 84 73 157 Nicaragua 114 58 172 Panamá 74 77 151 Subtotal 616 493 1109 Regional 19 5 24 Total 635 498 1133

Fuente: Secretaría de Relaciones Exteriores de México Las relaciones de México con los países de la Cuenca diferencia tres áreas: Centroamérica, Colombia y Venezuela; Antillas Mayores: Cuba, Rep.Dominicana y Haití) y el Caribe Anglófono.25

Caribe: Las relaciones de México con el Caribe datan de los años 70 cuando bajo el gobierno de Luis Echeverría desarrolló una política pro-Tercer Mundo sumándose a la demanda del establecimiento de un nuevo orden internacional. En aquellos momentos existía un mayor consenso acerca de que la promoción y profundización de las relaciones de cooperación entre los países del Sur era un mecanismo acertado para reducir la dependencia de los países desarrollados. En ese contexto se produce el acercamiento de México a la CARICOM y en 1974 se firma un Acuerdo para el Establecimiento de una Comisión Conjunta con el objetivo de promover las relaciones México-CARICOM en los campos económico, cultural y tecnológico, así como de promover el entendimiento mutuo en temas de relevancia creciente en los foros internacionales.26

Aunque el objetivo principal del Acuerdo era profundizar y fortalecer las relaciones entre los firmantes en numerosas áreas y estableció una estructura institucional básica para lograrlo, las acciones prácticas estuvieron determinadas por la naturaleza operativa y actividades de la Comisión Conjunta.27

En la primera reunión de la Comisión Conjunta celebrada en 1980 se exploraron las posibles áreas de cooperación: comercio, industria, transporte, educación, ciencia y cultura. Ese mismo años se firmó el Acuerdo de San José mediante el cual se oferta petróleo a los países de esa región aprecios más favorables. En esa ocasión México puso especial énfasis en la profundización de relaciones con países de interés estratégico, en la promoción de la cooperación internacional como herramienta para el desarrollo y el fortalecimiento de la

25 El presente trabajo centrará su atención en las relaciones con Centroamérica y el área del Caribe perteneciente a la CARICOM. 26 Working Document for the Twenty.Second Meeting of the conference of Heads of Government of the Caribbean Community, Nassau, The Bahamas, 3-6 de julio de 2001 27 Ibíd.

15

participación de México en los organismos regionales y multilaterales para promover mejor los objetivos nacionales y contribuir a la solución de los desafíos globales.28

La crisis de 1982 y el terremoto de 1985 explican en cierta forma la lentitud en el desarrollo de las relaciones mexicanas con la CARICOM. Bajo el gobierno de Salinas de Gortari hubo cierta revitalización de las relaciones, pero el centro de atención de la política exterior mexicana ya no era el mismo. La consolidación de las reformas económicas iniciadas bajo De la Madrid, la búsqueda de su inserción en el mercado global, la atracción de inversiones y la liberalización comercial devinieron rasgos fundamentales. Los acuerdos de libre comercio se convirtieron en la forma fundamental de relaciones por la parte mexicana. El comercio y la cooperación con la región se desarrollaron más rápidamente con los países con los cuales México tenía relaciones bilaterales (Belice, Haití, Jamaica, Surinam y Trinidad y Tobago), que con la CARICOM como grupo, con quien las relaciones estuvieron dirigidas a las actividades de cooperación financieras y técnicas.

Bajo la presidencia de Salinas de Gortari se firman entre México y la CARICOM varios acuerdos: en 1990 la Secretaría General firmó un Acuerdo de Cooperación Técnica entre el Gobierno de los Estados Unidos Mexicanos y la CARICOM,29 el mismo involucraba recursos mexicanos para el apoyo de programas del bloque caribeño y sectores claves que incluían turismo, desastres nacionales, biotecnología, protección medioambiental y administración; en ese mismo año se firmó un Acuerdo de Cooperación Técnica y Promoción Comercial entre la Secretaría de Comercio y Desarrollo Industrial y BANCOMEX, por la parte mexicana y la CARICOM por otra, según el cual BANCOMEX a petición de la Secretaría de CARICOM brindaría asistencia técnica y personal calificado para asesorar a la Secretaría y a los estados miembros en áreas de información, promoción comercial, financiamiento del comercio exterior y el establecimiento de vínculos de producción. 30

También en 1990 se firmó un acuerdo de cooperación entre el Gobierno mexicano y la Universidad de West Indies para la actualización técnica y profesional, cuyo objetivo era promover la cooperación en la capacitación y actualización de los recursos humanos, la expansión de las capacidades científicas y tecnológicas, e incrementar la colaboración entre investigadores caribeños y mexicanos.31

Como puede apreciarse la mayor parte de estas acciones se desarrollan en 1990, antes de que se firmara el TLCAN y éstas prácticamente no trascendían los marcos de la cooperación.

Cuando el TLCAN entró en vigor en 1994 el interés por la CARICOM se desvió hacia los socios del norte. Posteriormente la situación financiera a raíz de la crisis del peso mexicano limitó la participación en los programas de cooperación técnica y financiera en la región; y no se observó una revitalización del interés por el Caribe hasta los últimos años del gobierno de Zedillo, cuando en mayo de 2000 se celebró la tercera Reunión de la Comisión

28 Ibíd. 29 Ibíd. 30 Ibíd. 31 Ibíd..

16

Conjunta, donde fue planteado entrar en una nueva fase de la cooperación técnica y avanzar en otros caminos considerados en las reuniones previas.32

México, como miembro del G-3, participa en el Plan de Acción para la Cooperación entre la Comunidad del Caribe y el Grupo de los Tres firmado en 1993, en el cual se plantean actividades en el área de oportunidades de negocios, desarrollo de pequeñas empresas, turismo, transporte, comercio hemisférico, coordinación mediante instituciones financieras multilaterales, diversificación agrícola, ambiente y desarrollo sostenible, tráfico ilegal de drogas y sustancias psicotrópicas, cooperación científica y técnica, cultura, sistemas de información, desarrollo social y político, desarrollo de los recursos humanos. Tampoco en ese marco las propuestas se han convertido en acciones.

En la revisión de las discusiones del la Comisión Conjunta se identificó el comercio como el área que necesitaría revertir los erráticos y decrecientes flujos de comercio, así como corregir los desbalances comerciales, en correspondencia con lo cual existe una estrategia basada en los siguientes elementos: determinación por ambas partes de un listado de productos en los cuales exista interés exportador; la creación e implementación de un sistema de intercambio de información y promoción comercial para apoyar la expansión del comercio entre México y la CARICOM; promoción de intercambios institucionalizados entre sectores privados de México y CARICOM; y finalmente la conclusión de un acuerdo comercial. Pero nada de lo anteriormente mencionado ha tenido ninguna concreción hasta el momento.33

El presidente Fox se presenta con una nueva imagen en su proyección hacia el área latinoamericana y caribeña, y con respecto al Caribe particularmente ha estructurado un discurso en el que rescata la dimensión caribeña de México. Una hipótesis explicativa de este inusitado interés en el Caribe más allá del discurso gubernamental de la importancia de esa región como Tercera Frontera podría encaminarse por la búsqueda de un compromiso de votación de los países caribeños a favor de que México ocupe un lugar temporal en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Téngase en cuenta que los países caribeños presentan una posición unificada ante estos eventos, lo cual significaría un número de votos no despreciable.

Cualquiera sean las razones que impulsan al nuevo gobierno mexicano lo cierto es que se ha planteado una ofensiva en las relaciones. En la Sesión Inaugural de la Conferencia de Jefes de Gobierno de la CARICOM el 6 de julio de 2001, Fox reconoció que a fines de la década del 90 se había producido una disminución de los recursos canalizados por México a la cooperación científico técnica y subrayó su intención de revertir esta situación en la cuarta fase del programa en que propone duplicar el monto de los fondos aportados por su país.

Además Fox ofreció facilidades para la cooperación a países como Santa Lucía, Granada, San Vicente, Granadinas, Dominica y Haití, que no tienen firmado convenio de cooperación con México.

32 Ibíd.. 33 Ibíd..

17

Dando curso a temas de una gran sensibilidad para el Caribe el presidente mexicano propuso la realización de una Conferencia del Caribe sobre Delimitación Marítima y también dejó su explícito su apoyo a la necesidad de un tratamiento diferenciado a las economía más pequeñas en el marco de las negociaciones del ALCA, cuestión que constituye la preocupación medular de los caribeños en ese ámbito.

Como hipótesis no debe descartarse la intención mexicana de elevar su reducido protagonismo como promotor de iniciativas en el contexto latinoamericano (exceptuando los acuerdos con Centroamérica) después de la crisis del peso 1994-95, momento en que Brasil, a través del MERCOSUR devino eje de dinamización y articulación de propuestas en el ámbito sudamericano; y posteriormente la elevación del perfil caribeño de la política venezolana.

Junto a México, Venezuela es firmante desde 1980 del Programa de Cooperación Energética para Países de Centroamérica y el Caribe, más conocido como Acuerdo de San José, en el que estos dos países tienen el compromiso de garantizar el suministro de 160 mil barriles diarios tanto de petróleo crudo como de productos refinados a precio preferencial y contempla además un esquema de cooperación destinado a financiar proyectos de desarrollo económico a mediano y largo plazos en los países participantes. Son beneficiarios del Acuerdo de San Andrés: Barbados, Belice, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Haití, Honduras, Jamaica, Nicaragua, Panamá y República Dominicana

A fines del 2000 Venezuela también firmó el Acuerdo de Cooperación Energética de Caracas, por el que 12 naciones del Caribe y América Central reciben petróleo en condiciones favorables.34 Este nuevo acuerdo establecerá una escala de precios para fijar porcentajes preferenciales para el financiamiento a largo plazo, préstamos blandos para cada país, con base en la factura petrolera. La totalidad de los préstamos oscilará entre 10 y 25% del monto pagado por el crudo, dependiendo de los precios del petróleo, con un período de gracia de un año y de reembolso de hasta 15 años.35

Adicionalmente, Venezuela ha ofrecido auspiciar un estudio para evaluar la posibilidad de cooperación financiera entre los fondos especiales de la OPEP y la Asociación de Estados del Caribe (AEC). En julio de 2000 se creó la Universidad Marítima para facilitar la cooperación venezolana con el Caribe.

Ante la entrada de Venezuela en el escenario caribeño con acciones de cooperación México ha desarrollado la estrategia de revitalizar los viejos programas de cooperación, pero además está buscando un espacio como mediador de conflictos fronterizos, en algunos de los cuales está involucrada Venezuela. Actualmente existe una disputa entre Venezuela y países del Caribe por Isla de Aves, además disputa con Guyana por la zona del Esequibo. La CARICOM sostiene que la posición venezolana de reconocimiento de su soberanía

34 “El Pacto de San José se renovará sin problemas”, América Económica Internacional, 10 de julio de 2001. Internet: http://www.americaeconomica.com 35 Girvan elogia el Acuerdo de Caracas, Comunicado de prensa en Internet: http://www.acs-aec.org/press/acsPR241000_s.htm

18

sobre la Isla de Aves, afecta el proceso de delimitación del mar territorial de algunos países de la región.36

¿A quién dará México el beneficio de su apoyo? ¿Mediará o fertilizará el conflicto? El acercamiento al Caribe ¿es estratégico o coyuntural? A la fecha de conclusión de este trabajo se cuenta con un inventario de señales sobre la proyección de México hacia el Caribe, pero ellos no propician aún un instrumento de análisis para la definición de las tendencias en el mediano y largo plazo. Resulta clara la idea de que existen problemas compartidos e interconectados en un escenario geográfico y de relaciones con socios comunes, el problema es si las soluciones tenderán a la convergencia o a la atomización regional.

Centroamérica: hoy México cuenta con acuerdos de libre comercio con todos los países del istmo centroamericano, excepto con Panamá con quien está en proceso de negociación. Esto marca una diferencia con relación a los países caribeños, con quienes prevalecen acuerdos de cooperación.

En las relaciones de México con Centroamérica se superponen la intención de una proyección hacia la subregión como un todo, con la práctica bilateral grupal y la individual.

Los acuerdos de libre comercio firmados con Centroamérica reproducen en cierta medida las asimetrías de México con sus socios norteamericanos del TLCAN, favorecen las exportaciones mexicanas y excluyen el azúcar, café y plátano por considerarlos sensibles para los productores del Sureste mexicano. También se excluyen los textiles, y las confecciones y el cemento. En cambio se desgravan de inmediato producciones en las que México es competitivo, pero que podrían competir con el surtido asiático como son de autopartes, vehículos, etc.37

Los acuerdos de libre comercio firmados con la casi totalidad de los países centroamericanos, a diferencia de lo que ocurre con otros acuerdos de su tipo, no es la meta, sino un paso en la implementación de un proyecto geopolítico, geoeconómico y contrainsurgente de manufactura similar, a la del Plan Colombia: El Plan Puebla-Panamá, o las tres PPP.

En el PPP se refuerza más la imagen como proyecto de desarrollo a regiones menos desarrolladas que el aspecto contrainsurgente, como ocurre en el Plan Colombia, (aunque su versión actualizada, la Iniciativa Regional Andina, es un intento de limar su proyección militar y realzar su propuesta de desarrollo). En torno al PPP se articulan hoy las relaciones México-Centroamérica.

El PPP se ha presentado como un proyecto de desarrollo sustentable e integral, cuyo objetivo es la elevación del nivel de vida de los habitantes de la región formada por los estados de del sur- sureste mexicano: Puebla, Veracruz, Tabasco, Guerrero, Quintana Roo, Oaxaca, Campeche, Yucatán y Chiapas, más siete países centroamericanos: Guatemala,

36 Meridiano-CARICOM, 11 de julio de 2001, en Internet: http://www.cefir.org.uy 37 Comienza el TLC de Centroamérica, en Internet. http://www.Univision.com

19

Honduras, Belice, Nicaragua ,Costa Rica, El Salvador y Panamá. En este sentido el PPP parte del reconocimiento de que “el rezago y los problemas de desarrollo socioeconómico de la región Sur-Sureste de México se asemejan a los correspondientes de los países de Centroamérica.”38

Tiene como prioridad atender tres tipos de acciones y políticas: las relacionadas con el fomento a la inversión productiva, tanto en el ámbito estatal como en el federal; las relacionadas con obras de infraestructura, tales como carreteras, puertos, aeropuertos, ferrocarriles, o con generación de electricidad; y las vinculadas con el establecimiento de condiciones que garanticen la seguridad jurídica de las personas y de sus bienes.39

Las áreas fundamentales de inversión planteadas en el PPP son: carreteras, caminos de aprovechamiento agropecuario, presas e infraestructura de riego, electrificación, puertos, aeropuertos y ferrocarriles, gasoductos y oleoductos, telecomunicaciones, almacenamiento, reparación y proveeduría y protección del medio ambiente.40

En el 2001 proyecta invertir cerca de 4 mil 200 millones de pesos en infraestructura carretera y ferroviaria para la zona sur-sureste del país. En el sector energético más de 7 mil millones de pesos en gas y alrededor de 65 mil millones de pesos en PEMEX; y en infraestructura hidrológica se estima un gasto de cerca de 650 millones de pesos.41 Además prevé la creación de 300 000 empleos en los estados del Sur-Sureste en un período de 6 años. Este proyecto contará con el apoyo financiero del BID, BCIE y el BM.

Desde su lanzamiento en marzo de 2001 el PPP ha contado con el apoyo explícito del gobierno de los Estados Unidos y de los gobiernos centroamericanos. Sin embargo, el proyecto no ha logrado un consenso favorable en importantes sectores de la sociedad civil, incluidos los empresarios centroamericanos que han acogido con recelos la propuesta en torno a la cual existen suspicacias que no deben se subestimadas.

Por una parte, suscita lógicas dudas la relación entre el PPP y la solución del conflicto de Chiapas. En los términos que se están planteando el problema para el gobierno mexicano el PPP es parte de la solución del conflicto; en cambio para otros analistas y funcionarios gubernamentales, como el ex -canciller de Costa Rica Rodrigo Madrigal la solución del conflicto es una condición para su materialización. Por la parte del movimiento zapatista la aprobación de la Ley de Derechos y Cultura Indígenas como fue planteada por la Cocopa, es un requisito para la paz, pero la citada ley interfiere los objetivos del PPP en tanto la primera plantea la autonomía territorial en esas áreas donde más del 18% de la población es indígena; el segundo (PPP) es el camino para el establecimiento del control y explotación de los recursos ubicados en esos territorios por las empresas transnacionales y la privatización de las tierras de uso comunitario.

Precisamente el objetivo final del PPP es entregar a las empresas transnacionales los recursos ubicados en esos territorios teniendo en cuenta que en el Sureste del país se

38 Plan Puebla Panamá, Capítulo México, Documento base marzo 2001 Internet. 39 ¿Qué es el Plan Puebla Panamá?, en Internet: http://ppp.presidencia.gob.mx 40 Ibíd.. 41 “El Plan Puebla Panamá: ¿Un nuevo espejismo?, en Internet http: www.dossierpolitico.com

20

concentran la mayor parte de la precipitación pluvial del país, los más grandes acuíferos del país y los menos explotados; se encuentra representada casi el 70 por ciento de la biodiversidad total del país, casi la mitad de la fauna protegida por la legislación mexicana y los tratados internacionales, y el 60 por ciento de la flora endémica y protegida por las instancias mencionadas, a ello se suma que más de la mitad de la superficie de la región está cubierta por selvas medianas y altas. “La región es la principal productora del país de diversos productos agrícolas. En ella se produce el 100% del cacao, del agave mezcalero y de la higuerilla, casi el 97% de la piña, casi el 93% del café cereza, el 91% del tejocote, casi el 89% del mamey, casi el 83% de la yuca alimenticia, el 78% de la papaya (y el 74% de la maradol y el 70% de la roja), el 75% del rabanito, el 74% del plátano, casi el 73% de la toronja, el 71% de la copra, el 64% de la mandarina, el 61% del arroz palay, el 57% del cacahuate, el 58% de la caña de azúcar, el 55% del mango, el 52% de la naranja y cerca del 47% del tamarindo.”42

Estas condiciones hacen a la naturaleza de la subregión un activo para las transnacionales de la biotecnología y productoras de transgénicos como DuPont, Pulsar, Monsanto, Novartis y Diversa, expropiando a los habitantes de un valioso capital, lo que tendría repercusiones también en el plano cultural.

La abundancia de recursos energéticos; en particular, en hidrocarburos e hidroelectricidad y el hecho de que en ella estén localizados los principales yacimientos de petróleo del país y las presas más importantes, es un atractivo para las transnacionales del petróleo y de esa forma la nueva subregión se integraría en condiciones de proveedora al proyecto energético norteamericano (la crisis en California desató la alarma). Carlos Fazio señala que “Se trata de otra faceta del viejo proyecto de un Mercomún Petrolero del Norte impulsado por Ronald Reagan a comienzos de los años 80, con base en las fuentes de hidrocarburos de Canadá y México, que fue preludio del TLC o NAFTA.”43

De manera sesgada el documento base del PPP señala a los habitantes de la zona como responsables de la vulnerabilidad ambiental.

La coherencia del PPP con los intereses geopolíticos norteamericanos también ha generado resistencias al proyecto. La integración del Istmo de Tehuantepec, vieja aspiración norteamericana se viabilizaría con la puesta en marcha del Plan, lo cual adquiere particular significación después de la salida de los Estados Unidos del Canal de Panamá.

En el citado análisis Fazio también señala la subordinación del PPP a los intereses geoeconómicos de los Estados Unidos: “Todo el proyecto está en función de la industria de exportación de Estados Unidos, que utilizará los territorios de México y Centroamérica para colocar su producción en el océano Pacífico, donde está hoy el motor de la economía mundial. Según aclara el plan, se crearán empleos para "una fuerza de trabajo sin capacitación". Lo que responde al interés de las maquiladoras, que amenazan con abandonar la franja ensambladora del norte del país ante "los altos costos de producción, la excesiva regulación, el encarecimiento de la mano de obra y la defectuosa infraestructura". 42 Plan Puebla Panamá, Capítulo México, Documento base marzo 2001 Internet 43 Fazio, Carlos: “México: El Plan Puebla-Panamá y el intervensionismo de EEUU”, La Jornada, 24 de marzo de 2001

21

Para evitar que las maquiladoras abandonen el país en busca de otros mercados, el presidente Fox habilitará el sureste mexicano con una política de exenciones fiscales y subsidios a las empresas que allí se instalen, y ofreciéndoles mano de obra indígena con sueldos de ganga y sin beneficios sociales.”44

Las críticas y resistencias al PPP provienen también del sector empresarial centroamericano que no comparte la euforia gubernamental pues se percata del potencial peligro de ser desplazados de los mercados locales en una competencia muy asimétrica con su vecino.

De esta forma los reales beneficiarios del PPP son los Estados Unidos en primer lugar y México después.

La relación de México con Centroamérica tiende a la competencia por los mercados centroamericanos y norteamericano. La firma de acuerdos de libre comercio previo al ALCA con los países de esa subregión concede a México los beneficios de tener una presencia en los mercados de Centroamérica. El PPP si llegara a concretarse sería un ensayo en un escenario reducido del ALCA, de manera que continúa quedando en pie la interrogante que da título a este trabajo. Hasta el momento nadie ha calificado el ALCA como un proyecto de colaboración, sino de competencia. La colaboración es limitada y la competencia encarnizada.

A manera de conclusiones: México-Gran Caribe: un debate inconcluso entre concertación , competencia y subordinación

El Gran Caribe en términos de región continúa siendo más una propuesta que una realidad. La experiencia de los procesos de integración apunta a la necesidad de cierto liderazgo para la marcha de tales procesos. A diferencia de lo que ocurre en el proyecto del Área de Libre Comercio de Sudamérica (ALCSA), donde se aprecia claramente el papel de Brasil como articulador, en el Gran Caribe no es posible identificar ese papel. Sólo recientemente se dan las señales de un cierto interés mexicano por constituirse en una suerte de eje (hub) de este proceso, pero sin un reconocimiento del resto de los involucrados que legitime esa aspiración.

En el informe de Diálogo Interamericano correspondiente al año 2000: “A Time for Decisions: U.S. Policy in the Western Hemisphere”, se recomienda al próximo presidente de los Estados Unidos apoyarse en México y Brasil para lograr sus objetivos en los temas concernientes a la política hemisférica. Desde algún tiempo antes los Estados Unidos perciben la incapacidad de promover determinadas políticas si no cuentan con el soporte de algunos países del hemisferio, en el caso de Sudamérica el creciente peso de Brasil en la formación del consenso es un dato de la realidad. La resistencia al Plan Colombia liderada por Brasil y Venezuela es una preocupación para los Estados Unidos.

De otra parte, tampoco es muy compatible con la política norteamericana reconocer la necesidad de un liderazgo compartido con potencias menores en temas puntuales especialmente cuando tal liderazgo apunta al disenso. En ese contexto México es la carta de contrapeso.

44 Ibíd..

22

La proyección mexicana apunta a la inserción en los mercados del norte y a la transferencia de sus costos al sur en una contradictoria maniobra de abrirle paso al ALCA, a la vez que se teme la latinoamericanización del TLCAN.

Concertación gubernamental, competencia empresarial y la reproducción reciclada de las relaciones Centro-Subperiferia-Periferia, parecen ser los actuales derroteros de la relación México-Gran Caribe.

10 de agosto de 2001

23

México y Cuenca del Caribe: Aspectos de su competitividad en las importaciones mundiales, 1985-1998 (porcentajes)

1985 1990 1995 1998

I. Participación de mercado 2.13 1.73 2.21 2.80 Recursos naturales 1/ 5.01 3.61 3.31 3.69 Manufacturas basadas en recursos naturales 2/ 1.43 1.15 1.30 1.53 Manufacturas no basadas en recursos naturales 3/ 1.17 1.41 2.22 2.95 -Baja tecnología 4/ 1.06 1.44 2.40 3.40 -Tecnología mediana 5/ 1.09 1.43 2.35 2.97

-Alta tecnología 6/ 1.50 1.34 1.84 2.55 Otros 7/ 1.83 1.84 2.18 2.60

II. Estructura de las exportaciones 100 100 100 100 Recursos naturales 1/ 54.4 33.3 20.0 16.2 Manufacturas basadas en recursos naturales 2/ 13.1 11.9 9.7 8.6 Manufacturas no basadas en recursos naturales 3/ 29.9 51.3 66.9 71.9

-Baja tecnología 4/ 7.1 13.8 18.0 20.1 Tecnología mediana 5/ 14.6 25.7 33.1 32.8 Alta tecnología 6/ 8.2 8 15.8 9 Otros 7/ 2.7 3.6 3.4 3.3 III. 10 exportaciones principales según contribución a/ b/ 43.3 36.2 37.0 38.9 781 Automóviles para pasajeros + 0.6 4.4 7.6 7.5

333 Aceites petróleos crudos - 33.2 15.6 7.6 6.2 773 Material de distribución de electricidad * + 1.8 3.3 3.8 3.9 846 Ropa interior de punto y de ganchillo * + 0.6 1.2 2.4 3.2 761 Receptores de televisión * + 0.4 1.8 2.7 3.2

764 Equipos de telecomunicaciones * - 2.4 2.2 2.9 3.2

752 Máquinas para la elaboración automática * 0.1 1.3 1.9 3.1

782 Vehículos automotores para el transporte 0.4 0.4 2.2 2.9

931 Operaciones y mercancías especiales 1.9 2.9 2.8 2.8 784 Partes y accesorios de vehículos automotores + 1.9 3.1 3.0 2.8

Fuente: Michael Mortimore “La precaria competitividad internacional de la región”, basado en el programa de cómputo CAN 2000

1/ Contiene 45 productos básicos de sencillo procesamiento, incluye concentrados. 2/ Contiene 65 elementos: 37 grupos agropecuarios/forestales y 28 otras (mayormente metales, excepto acero, productos petroleros, cemento, vidrio, etc.) 3/ Contiene 120 grupos que representa la suma de 4/+5/+6/. 4/ Contiene 44 elementos: 20 grupos del cluster de textil y prendas de vestir, más 24 otros (productos de papel, vidrio y acero, joyas) 5/ Contiene 58 elementos: 5 grupos de la industria automotriz, 22 de la industria de procesamiento y 31 de la industria de ingeniería. 6/ Contiene 18 elementos: 11 grupos del cluster de electrónica más 7 otros productos farmacéuticos, turbinas, aviones, instrumentos. 7/ Contiene 9 grupos no clasificados (mayormente de la sección 9.) a/ Grupos que corresponden (*) a los 50 más dinámicos en las importaciones mundiales, 1985-1998. b/ Grupos donde se gana (+) o se pierde (-) participación de mercado en las importaciones mundiales, 1985-1998.

24

México: Exportaciones e Importaciones Estructura geográfica ( regiones seleccionadas)

(Millones de dólares)

Exportaciones Importaciones

1998 1999 2000 1998 1999 2000

MCCA 1,282.683 1,259.012 1,363.216 219.800 314.904 330.923

CARICOM 255.759 186.047 232.986 60.473 73.558 142.258

GRAN 1,348.564 1,082.473 1,325.894 674.762 765.699 961.034

ALADI 2,992.573 2,173.031 2,681.207 2,560.550 2,834.920 3,989.505

TLC 104,392.382 122,920.918 150,993.606 95,386.895 108,233.239 131,582.195

Unión Europea

3,909.024 5,304.688 5,620.828 11,713.980 12,742.754 14,745.059

OECD 109,568.907 129,610.043 158,278.717 112,808.905 127,354.753 154,197.868

MUNDO 335,954.953 391,037.024 476,784.278 336,934.117 380,921.144 465,375.090

Fuente: SECOFI, Banco Nacional de Comercio Exterior. Internet: www.bancomext.com