En los 25 años de la Iglesia diocesana

Desde que fuera creada por el papa san Juan Pablo II el 1 de abril de 1991

Construyendo Memoria

“Iglesia en Salida”Número 3 - Marzo / Abril 2016

Carmelitas Descalzas de Puangue:

Bodas de Plata de alegría, trabajo y oración

Nuestra Tradición

Misiones 2016

Iglesia en Salida

Diócesis San José de Melipilla

Director ResponsableMons. Cristián Contreras Villarroel

Editora PeriodísticaAndrea Robles Iturriaga

Diseño y maquetaciónValeria Silva Trujillo

Consejo EditorialMons. Cristián Contreras VillarroelPbro. Vladimir Valencia GutiérrezPbro. Juan Pablo Miranda NúñezGermán Reyes MezaJorge Córdova CarreñoAndrea Robles IturriagaValeria Silva Trujillo

Número 3Obispado San José de MelipillaSan Agustín 277, MelipillaTeléfono: 22832 3456E-mail: comunicameli@iglesia.cl

Sitio Web:www.iglesiademelipilla.cl

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Índice

Editorial

Magisterio del Papa

Construyendo memoria: En los 25 años de la Iglesia diocesana

Agradecimiento a los Sagrados Corazones: ¡Hasta siempre Curacaví!

Tema del año: Misericordiosos como el Padre

Vicaría Pastoral: Comenzando el jubileo diocesano

Tema central: Misiones 2016

Preparación para Semana Santa Semana Santa “LA“ semana del año

Vicaría para la Educación Razones por las que este inicio del año escolar será distinto

Testimonios Isabel Molina Cepeda

Nuestra Tradición Carmelitas Descalzas de Puangue: Bodas de Plata de alegría, trabajo y oración

Humor

Almanaque

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+Cristián Contreras VillarroelObispo de Melipilla

Se acercan los días más importantes de nuestra fe. Son los días santos de la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo, nuestro Señor. Sin ellos nuestra vida carecería de sentido y, como dice San Pablo: “si Cristo no ha resucitado, seríamos los más desdichados de todos los seres humanos” (1ª Cor. 15, 19). Son los días en que se manifiesta la misericordia de nuestro Padre Dios en toda su grandeza. Y por eso, la primera invitación que quiero formular es que nos dejemos abrazar por el corazón misericordioso de Dios.

Cada uno de estos días tiene su sello. Lo vivimos en la celebración de la Liturgia y, gracias al Espíritu Santo, en ellos Jesús vuelve a ser el eterno contemporáneo de la humanidad. Él vuelve a entrar en nuestra historia para mostrarnos el camino que conduce a la vida plena y a la paz.

Mi invitación es que cada uno de nosotros, nuestras familias y comunidades entremos de lleno en estos días grandes de la fe. Seamos humildes como el hijo que regresa a casa después de haber malgastado los bienes de su Padre. Y como él, recibamos el abrazo

Dejémonos abrazar por la misericordia de Dios

emocionado de un Padre que nos espera sin descanso. Seamos tan grandes como los niños que desean la bendición y la caricia de Jesús. Seamos amigos cercanos de Jesús como Juan, capaces de reclinar nuestras vidas junto al corazón del Señor.

Seamos tan acogedores como María, la Virgen, para que el Espíritu Santo nos haga sentir y gustar como el Espíritu Santo engendra la vida de Dios en nosotros. Es el Espíritu Santo que como a María nos mantiene enteros a la hora de la Cruz y nos impulsa a comunicar a otros todo lo que “hemos visto y oído” en los días de Semana Santa.

Seamos cada día como los discípulos de Emaús, que en el camino se alimentaron con su Palabra y lo reconocieron en la fracción del Pan. Que no pase un día sin contar y cantar la fe, la esperanza y el amor que nos reúne. Y que no privemos a nadie de conocer, amar y servir al Señor Jesús, ni de dejarse abrazar cada día por la Misericordia de Dios.

Editorial

Iglesia en Salida

Magisterio del Papa

“La familia es el centro natural de la vida de un ser humano y de la sociedad. Estamos preocupados por la crisis de la familia en muchos países (…) Lamentamos que otras formas de convivencia se equiparan ahora con esta unión, y la visión de la paternidad y la maternidad como de especial vocación del hombre y de la mujer en el matrimonio, santificada por la tradición bíblica, se expulsa de la conciencia pública”, señalaron.

En cuanto al valor de la familia tradicional la declaración indica que “la familia es fundada sobre el matrimonio que es un acto libre y fiel de amor entre un hombre y una mujer. El amor fortalece su unión, les enseña a aceptar uno a otros como a un don”.

El texto indica que los católicos y los ortodoxos están llamados a “testificar acerca de la familia como un camino hacia la santidad, que se manifiesta en la fidelidad mutua de los cónyuges, su disponibilidad para dar a

El Papa Francisco y el Patriarca ortodoxo ruso Kirill de Moscú firmaron el viernes 12 de febrero en el aeropuerto internacional José Martí de La Habana (Cuba), una declara-ción conjunta que resalta la importancia del respeto a la protección de la vida y del valor de la familia tradicional, conformada por un hombre y una mujer.

Papa Francisco y Patriarca ruso: Defendamos la vida y la familia, busquemos reconciliación

luz a los niños y formarles, en la solidaridad entre las generaciones y el respeto hacia los enfermos”.

Por otro lado, hicieron un llamado a que se respete “el derecho inalienable a la vida. Unos millones de bebés están privados de la propia posibilidad de aparecer a la luz. La sangre de los niños no nacidos pide a gritos a Dios que haga justicia”.

La declaración que firmaron Francisco y el Patriarca también rechaza la eutanasia e indica que esta “conduce al hecho de que los ancianos y enfermos comienzan a sentirse carga excesiva para su familia y la sociedad en conjunto”.

“Expresamos nuestra preocupación por el uso cada vez más extendido de las tecnologías biomédicas de reproducción, porque la manipulación de la vida humana es un ataque contra los fundamentos del ser de la

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Diócesis San José de Melipilla

persona creada a imagen de Dios”, señala el texto.

Por último, el Pontífice y el líder de la Iglesia ortodoxa rusa consideraron que es deber de todos “acordarse sobre la inmutabilidad de los principios morales cristianos, basados en el respeto por la dignidad de la persona que está destinada a la vida de acuerdo con el plan de su Creador”.

Otro de los temas tratados fue el genocidio contra los cristianos en Medio Oriente, sobre todo en Siria e Irak.

“En Siria, Irak y otros países de Oriente Medio observamos con dolor el éxodo masivo de cristianos de la tierra donde nuestra fe comenzó a extenderse, y donde ellos vivían a partir de los tiempos apostólicos, junto con otras comunidades religiosas”, expresaron.

Asimismo, hicieron un llamado a la comunidad internacional “a tomar medidas inmediatas para evitar un mayor desplazamiento de los cristianos de Oriente Medio. Levantando nuestras voces en defensa de los cristianos perseguidos, también solidarizamos con sufrimientos de seguidores de otras tradiciones religiosas, que se han convertido en víctimas de la guerra civil, el caos y la violencia terrorista”.

Esta declaración tiene 30 puntos donde también se pide la protección de la libertad religiosa, la unidad religiosa, la pobreza; dan

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un mensaje de aliento a los jóvenes, entre otros.

Los regalos

El Papa Francisco le regaló al Patriarca Kirill de Moscú un relicario que contiene reliquias de San Cirilo, que estaban en la parroquia de San Clemente en Roma.

También le dio un cáliz y una patena hechos de plata. Estos obsequios llevan grabado “Regalo del Papa Francisco a Su Santidad el Patriarca Kirill”.

El último presente fue la encíclica Laudato Si´ autografiada y encuadernada en cuero blanco.

Por su parte el Patriarca Kirill le regaló al Papa una réplica de la imagen de la Virgen de Kazán.

Fuente: AciPrensawww.iglesiadesantiago.cl

Iglesia en Salida04

Construyendo Memoria

“En los 25 años de la Iglesia diocesana”

Pbro. Patricio Infante, Vicario Zonal en 1983

Este 2016 celebramos gozosamente los 25 años de nuestra Iglesia diocesana desde que fuera creada por el papa san Juan Pablo II. Mis inicios en este querido obispado parten en marzo de 1991, año en que estábamos a la espera del nombramiento de la diócesis, hasta ese momento éramos la antigua Zona Rural Costa. Nuestra vida eclesial estaba unida a la Iglesia de Santiago, con muchos recuerdos, grandes actividades y un pueblo marcado por la fe. Desde 1983 hasta el 12 de diciembre de 1990, el Vicario Episcopal zonal fue Monseñor Patricio Infante, y con él se dio inicio al anhelado sueño de “construir nuestra Catedral”. Luego asume el Pbro. Rafael Vicuña Valdés como Vicario de la Zona Rural Costa y Pro-Vicario el Pbro. Rosendo Gálvez.

El 4 de abril de 1991, mediante un Decreto Pontificio, se crea la Diócesis San José de Melipilla, nombrando a Monseñor Pablo Lizama Riquelme como nuestro primer obispo. La noticia fue muy bien recibida, considerado un acierto muy grande del Papa. Monseñor Lizama, había sido párroco de Melipilla unos años antes y era muy conocido y querido, era una doble alegría. Con el nacimiento de nuestra diócesis en 1991, el Gobierno Pastoral abarca un Territorio de 6,217,7 Km(2), 588.714 habitantes y 15 comunas: San Antonio, Cartagena, El Tabo, Santo Domingo, Navidad, Alhué, San Pedro, Melipilla, María Pinto, Curacaví, El Monte, Talagante, Isla de Maipo, Peñaflor y Padre Hurtado. Se necesitaba contar con una Catedral para esta nueva diócesis, tarea que se había iniciado con Monseñor Patricio Infante. Para continuar con la construcción Monseñor Pablo Lizama utilizó el lema “Yo construyo mi Catedral”. Finalmente el 30 de abril de 1992 participamos de la inauguración civil, para alegría de todos los fieles y gloria de Dios.

En sus inicios la diócesis tenía 27 parroquias, a las que luego se sumaron:

1. Santa Rosa de Chena de Padre Hurtado, creada en marzo de 1993.

2. Nuestra Señora del Carmen de Peñaflor, creada en marzo de 1994.

3. Sagrado Corazón de Jesús de Talagante, creada en agosto de 1996.

4. Nuestra Señora de Lourdes de Bollenar, creada en enero 2001.

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Campanas de la Catedral de Melipilla, bendecidas bajo los nombres de Jesús,

José, María y Melipilla

Obreros encargados de la construcción de la Catedral de Melipilla

Territorio eclesial de la Diócesis de Melipilla

Poco a poco se comenzó a organizar todo, como la entrega del primer Plan Pastoral Diocesano de 1997 al 2001; la primera Semana Social realizada del 5 al 9 de agosto de 1991; eucaristías diocesanas, actividades con los hombres de mar, pescadores, artesanos y artesanas, campesinos/as, los y las cuasimodistas, cantores a lo divino, adultos mayores, festivales, etc.

Durante la Misión Diocesana en 1994 las comunidades fueron enviadas a anunciar al Señor. Así surgieron vocaciones y el Señor nos regaló pastores según su corazón, 27 sacerdotes ordenados en estos 25 años y 73 diáconos permanentes, para pastorear mejor a los fieles. Se han realizado grandes encuentros diocesanos para compartir como una Iglesia en comunión, con los catequistas, educadores católicos, jóvenes, adultos mayores, diáconos, recaudadoras del 1%, Conferre, Pastoral Familiar, etc. Una Iglesia joven había nacido. A mediados de 1997 nos preparábamos para un gran desafío:El “Encuentro Continental de Jóvenes”, que se realizó exitosamente en octubre de 1998, ocasión en que nuestra diócesis acogió a miles de hermanos y hermanas de todo el continente. Ese mismo año se reparó el ex convento San Agustín hasta donde se trasladó el Obispado de Melipilla, inaugurado por Mons. Pablo Lizama en marzo de 1999. En noviembre de ese año, Monseñor Lizama dejó nuestra diócesis, no sin antes dar por iniciado el Jubileo del año 2000. En el inicio del milenio fue nombrado nuestro segundo obispo, Monseñor Enrique Troncoso Troncoso, quien asumió el 23 de julio del 2000.

Participamos en nuestro Primer Congreso Eucarístico en el Estadio Municipal de Melipilla, y en 2001 realizamos la primera Asamblea Diocesana, donde celebramos 10 años de vida. En 2003 el Pbro. Guillermo Vera, párroco de la Parroquia San José, fue nombrado Obispo de Calama. El 2004 nos reunimos en un gran Encuentro Diocesano de la Familia.

Durante estos 25 años hemos trabajo arduamente: visitas a las comunidades parroquiales y educativas; fuerte preocupación por la formación y el mundo de la educación, grandes encuentros con los jóvenes, labor permanente en la catequesis, pero sin descuidar nuestro Encuentro Personal

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Equipo del XXI Encuentro Juvenil de OraciónToma de posesión de Mons.Cristián

Contreras Villarroel el 31 de mayo de 2014

Despedida de Mons. Enrique Troncoso el 21 de mayo de 2014

con el Señor, el trabajo misionero, pastoral y tanto más que el Señor bien conoce.

El 2011, cuando cumplíamos 20 años, fue un año con grandes actividades pastorales que se prolongaron hasta mayo del 2014, cuando Monseñor Enrique Troncoso se despide de nuestra diócesis, con mucha pena el 21 de mayo. Diez días después recibíamos con gran alegría la toma de posesión de nuestro tercer obispo, Monseñor Cristián Contreras Villarroel. Por tanto desde el 31 de mayo hasta la fecha hemos continuado con nuestras actividades diocesanas, como los encuentros, seminarios, congresos, y por citar alguno, en noviembre del 2014 se realizó una linda fiesta diocesana: “FIESTA DEL REINO”, con mucha participación de todas las pastorales.

En 2015 celebramos el Encuentro Nacional del Adulto Mayor, Congreso de Educadores Católicos, Inicio del año de la Misericordia, con la apertura de las Puertas Santas en Catedral de Melipilla, Parroquia de María Pinto, San Pedro, El Monte, Isla de Maipo, Malloco, Llo-lleo y San Antonio. Somos una Iglesia viva.

Termino orando al Señor:

SEÑOR DIOS RECIBE MI ORACIÓN AGRADECIDA DE MI IGLESIA DIOCESANA,

ANHELO SER FIEL A JESUCRISTO Y RENOVARME SEGÚN EL EVANGELIO. ENVÍAME LA FUERZA DE TÚ ESPÍRITU Y

CONCÉDEME AUMENTAR MI FE, ESPERANZA Y CARIDAD, PARA QUE EN ESTOS VEINTICINCO

AÑOS QUE CELEBRO PODER DESCUBRIR CAMINOS NUEVOS AL SERVICIO DEL REINO

DE DIOS.

Patricia Catalán QuiviraSecretaria ejecutiva

Vicaría para la Educación

Mons. Pablo Lizama con fieles de la diócesis

Toma de posesión de Mons. Enrique Troncoso el 23 de julio de 2000

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Agradecimiento a los Sagrados Corazones

Esta historia comienza en marzo de 1984. Ya habían pasado casi 20 años desde el fin de Los Perales como espacio de formación y se “buscaron nuevas fórmulas de cómo armar la formación en el nuevo contexto eclesial. Después de algunas experiencias se llegó a la convicción de que tenía que ser un año que debía tener mucho de experiencia monacal, entonces se buscó un lugar que favoreciera el silencio y la soledad para fortalecer esa dimensión en la vida religiosa del joven que se está formando” cuenta Sandro Mancilla.

No fue difícil pedirle a los tres maestros anteriores que se pusieran a recordar lo vivido en este lugar tan especial y querido para la provincia. Así, Pablo Fontaine cuenta que para él los 12 años como maestro fueron “un gran retiro espiritual, enriquecido con la grata amistad de los novicios y de las familias vecinas. Entre tantos recuerdos está la construcción de la capilla (inaugurada en marzo de 1987) junto a la casa del noviciado, que requirió el esfuerzo de mucha gente y el inteligente liderazgo de Javier Cerda”. Para Eduardo Pérez-Cotapos, en tanto, la experiencia en el noviciado fue muy intensa, “estuve solo cuatro años (1996

¡Hasta siempre Curacaví!

a 1999), pero en esos escasos años llegaron al noviciado 54 novicios, provenientes de 9 nacionalidades distintas. La relación con todos ellos fue intensa, exigente para ambas partes, ya que debimos ir creando la nueva realidad del noviciado interprovincial, con personas que proveníamos de lugares y con experiencias formativas diversas”, recuerda. Fue a Eduardo a quien le correspondió en 1996 comenzar el noviciado interprovincial que recibía también a los novicios de otras provincias de la Congregación en América Latina.

Fue Pablo Fontaine en conjunto con el equipo de formación de esa época; José Vicente Odriozola, Javier Cerda y Eduardo Pérez-Cotapos, los encargados de darle contenido a la estructura del noviciado. Luego Eduardo armaría la sistematización que tuvo hasta hoy.

Sismo, Cicerón, Carlomagno y Solón, entre otros

En el recuerdo de Pablo Fontaine no puede estar ausente la nota pintoresca sobre los animales que acompañaron alguna época

Pablo Fontaine, Eduardo Pérez-Cotapos, José Vicente Odriozola y Sandro Mancilla, fueron los cuatro maestros del noviciado en Cerrillos de Curacaví, que cerró sus puertas con una emotiva despedida el 12 de diciembre de 2015 en la capilla Sagrados Corazones, para dar paso al nuevo noviciado inteprovincial en Lima, una decisión meditada, conversada y muy esperada.

Novicios formados en Cerrillos

Iglesia en Salida

adolescentes, ayudándoles a responder con más verdad a su vocación”, cuenta Eduardo Pérez-Cotapos.

“Quizás una de las experiencias más ricas fue la de compartir la vida desde adentro con una comunidad rural pequeña, sencilla, de profundas y cordiales relaciones de amistad de tono familiar. Allí se generaron vínculos sinceros de una amistad difícil de borrar. Ya a la distancia, después de cinco años en otros servicios en la congregación, no me queda más que agradecer de corazón a Dios y a los hermanos por esos intensos y hermosos años vividos en el noviciado de Cerrillos de Curacaví”, concluye José Vicente.

Sandro ha sido el responsable de recoger los frutos que los maestros anteriores sembraron en este comunidad. En estos 31 años el sector fue cambiando de una manera vertiginosa. “Cuando llegué como maestro me costó reconocer algunas casas y lugares. Cuando me fui de novicio había un solo teléfono, la micro pasaba cuatro veces al día, había pocagente, era mucho más campesino el estilo de vida y de la gente. Por lo mismo Pablo, por ejemplo, tenía la capacidad para visitar mucho a las personas. Él se acercó a la comunidad, también Javier Cerda. Y se preocuparon de comenzar a formar a los laicos. Pablo sabía que a la gente había que darle herramientas, no solo en lo pastoral, sino que también en lo humano, formarlos para la vida, decirles que ellos podían hacer cosas, salir adelante. La gente acá tiene mucha adhesión y valoración de nuestra presencia.

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del noviciado: “El chancho se llamaba Cicerón; el gallo, Carlomagno; uno de los perros se llamó Solón. Así contribuía yo a la ilustración humanística de los novicios. Además un perro que nació en el terremoto del 85, terremoto que afectó gravemente nuestra casa, fue llamado el Sismo. Otro, el Lego, nombre de antigua raigambre monástica”. A ellos se suman tantos otros en estos años como Cristina, la última chancha criada para la despedida del noviciado.

Una comunidad madura

Hay coincidencia en que la comunidad a la que llegó el noviciado se fue transformando en un espacio eclesial importante y poderoso. No solo llegó un grupo de jóvenes a vivir un año de formación acompañados de un maestro y de su socio, sino que también se llegaba a un espacio de Iglesia viva con una comunidad que sin duda aportó en el proceso de cada uno de los novicios. “Creo que el noviciado aportó elementos importantes a la comunidad de Cerrillos, pero tengo la certeza de que muchísimo más es lo que ha aportado la comunidad de Cerrillos al noviciado: un afecto sincero, gratuito, libre y generoso de las familias a los diversos grupos de novicios que se iban sucediendo año a año. Las familias desde el inicio han sido verdaderos hogares de acogida para los novicios; los han acompañado en los momentos de más dificultad, propios del noviciado; les han abierto un espacio de humanidad sencilla, campesina; a veces también los han cuestionado en sus comportamientos algo

Maestro de novicios Sandro Mancila con Norma Llafquén

Diócesis San José de Melipilla 09

Hace algún tiempo conocí a una pastora evangélica que estaba muy impresionada de que en estos sectores no haya presencia evangélica porque la presencia de la capilla es muy fuerte”.

Para Pablo es muy significativo “que haya quedado para el futuro una comunidad bastante madura y estructurada. Como particular recuerdo de los comienzos, está la vieja capilla de campo que no resistió la violencia de 1985. Era bella en su sencillez y pobreza. Esos viejos muros vieron las celebraciones del año 84, una Semana Santa y la profesión de los primeros novicios Víctor Córdova, René Cabezón y Sergio Pérez de Arce. Esta última fiesta se prolongó en el jardín del noviciado con muchas mesas que brillaban al sol de marzo y atraían a las visitas con los mejores dulces de Curacaví. Al día siguiente, cuando el nuevo grupo iniciaba su noviciado, el terremoto destruyó la casa del Noviciado, la antigua capilla y muchas casas del lugar. Esa noche dormimos bajo los árboles”.

La despedida

Norma Llafquén

“Empecé a participar después del terremoto del

85, cuando la capilla se vino abajo. Hacíamos

misa en un rinconcito, luego se consiguieron

una sala en un colegio y programamos cómo

reconstruir la capilla y empezamos a trabajar.

Recuerdo a tantos novicios que han pasado

por aquí. Un día en una celebración del

padre Pablo, Rafael Domínguez se para y dice

que tiene un saludo del Papa, y comienza a

imitarlo. ¡Lo hacía igual!

Estoy tratando de asumir que se van, va a ser

muy difícil porque es toda una vida junto a

ellos. Pero ellos nos han transmitido un fe fuerte

con la que tendremos que seguir. Si el Señor

me llamó, será para algo, ¿no?”.

Patricia Abarca AguadComunicaciones ss.cc.

Álex Vigueras ss.cc., en la despedida del 12 de

diciembre dirigiéndose a la comunidad.

“Nuestros formadores no solo fueron los

maestros y los socios, sino que ustedes. Nos

formaron como pastores y como personas;

ese amor por la naturaleza, esa esperanza

en el trabajo, esa fe que vimos en las fiestas

religiosas, esa fuerza con que los vimos

enfrentar la llegada de la lluvia que se lo

llevaba todo. Gracias por todo eso. Esta no es

una historia de ustedes con nosotros, sino que

de Dios con todos nosotros”.

Elvira Serrano“Conocer a la congregación fue una novedad muy bonita y muy grande, nos integramos a su familia, y ellos a la nuestra. Nos duele mucho que se vayan. Cuando terminé con mi hijo mayor la catequesis el padre Pablo me pidió que me metiera y aquí estoy, 26 años de catequista. La Congregación ha cambiado la vida de muchas familias acá. Hemos crecido. Por ese lado cuesta conformarse que se van. También depende de nosotros mantener el contacto, y saber cosechar los frutos que han sembrado.

Mons. Cristián Contreras VillarroelDeseo expresar nuevamente mi gratitud al gran servicio prestado por la Congregación, por sus sacerdotes y novicios durante estos 31 años de presencia. Ustedes han sido testigos de la creación de la diócesis hace ya casi 25 años. En segundo lugar, el compromiso de la comunidad diocesana de orar más y más por las vocaciones sacerdotales y religiosas: ¡que haya muchas vocaciones!, de modo que las Congregaciones religiosas puedan abrir casas de formación sacerdotal en muchas diócesis no sólo de Chile, sino de nuestra América Latina.Gracias a los sacerdotes que conocí en este tiempo y mi animación a los novicios para que perseveren en esta hermosa vocación: “Dios que empezó la buena obra, Él mismo la lleve a feliz término”.

Iglesia en Salida10

Tema del Año

Misericordiosos como el Padre

Esta sencilla frase, que nos pone en sintonía con la invitación del papa Francisco a celebrar en toda la Iglesia Universal un Jubileo de la Misericordia, es un programa integral para nuestra diócesis, nuestras parroquias y en fin, para toda instancia eclesial que desea unirse a la invitación del Santo Padre.

Se trata de recorrer un itinerario que comienza contemplando el amor misericordioso del Padre, manifestado inicialmente en el Antiguo Testamento, pero luego hecho carne en su Hijo amado Jesucristo, rostro visible de la Misericordia del Padre, como nos ha recordado recientemente el papa Francisco en su Bula de convocación a la celebración de este Jubileo.

Este amor misericordioso del Padre manifestado en Jesucristo, no queda encerrado en sí mismo, sino que se abre a todos y es para todos los hermanos. De hecho, en la enseñanza parabólica de Jesucristo acerca de la misericordia resuena constantemente su llamado: “Haz tú lo mismo” (Lc 10,37).

Amor misericordioso del Padre en el Hijo

En este Año de la Misericordia, nos detenemos para meditar en torno al amor misericordioso de Dios Padre. Nos decía san Juan Pablo II en la carta encíclica Dives in Misericordia

que conocer a Dios como Padre está en el corazón de la misión de su Hijo. Y se trata de conocer al Padre como un Dios rico en misericordia. En efecto, nos dice el apóstol Pablo que “Dios que es rico en misericordia, por el gran amor con que nos amó, y estando nosotros muertos a nuestros delitos, nos dio vida por Cristo”. (Ef 2,4). Por tanto, el rasgo característico de este Padre es su amor lleno de misericordia.

El amor misericordioso de Dios no solo se hace patente en los profetas sino que alcanza en las parábolas de Jesús su expresión más plena. Uno de los mejores ejemplos es la parábola que llamaremos “del Padre Misericordioso y sus dos hijos perdidos” (Lc 15,11-32), que aparentemente forma parte de un “tríptico” junto con el ejemplo de Jesús acerca de la dragma perdida (dentro de la casa) (Lc 15,4-7) y la oveja perdida (fuera de la casa) (Lc 15,8-10), de tal forma que se aprecia una tan íntima conexión entre ellas revelando que el tema de fondo es la misericordia del Padre hacia sus dos hijos perdidos (el mayor dentro de la casa) y el menor (fuera de casa) o alejados de la casa paterna.

Podríamos decir, por tanto, que la historia de la salvación parece hacerse vida en los dos hijos de la parábola evocando determinados momentos de la historia de Israel, que es en el fondo una historia de retorno a la casa

Diócesis San José de Melipilla 11

del Padre. Así, el hermano menor, como nos relata la parábola, se ha perdido lejos, en una tierra extranjera, alejado de la casa paterna.

Notamos una cierta semejanza entre el episodio del desierto y el diálogo del Padre con su hijo mayor, que se negaba a entrar en la fiesta y murmuraba contra su hermano menor: “Pero, cuando llega ese hijo tuyo que ha devorado tus bienes con prostitutas, has mandado matar para él el ternero cebado”.Pero el padre le contestó: “Hijo, tú siempre estás conmigo, y todas mis cosas son tuyas” (Lc 15:30-31). Una vez más la respuesta de Dios a la murmuración es su amor misericordioso e incondicional.

Amor misericordioso del cristiano

El amor del Padre misericordioso, amor fiel y eterno (como dice el salmo 136 en su estribillo,“Por que eterna es su misericordia”), se hace carne en Jesucristo. Como dice san Juan en su prólogo. El verbo se hizo carne y puso su tienda entre nosotros (Cf. Jn 1,14).

Por tanto, todo el mensaje de Jesucristo está teñido por este deseo de manifestar a los hombres el alcance de la misericordia de su Padre. En efecto, en la sinagoga de Nazaret, Jesucristo, proclama a modo de programa, un año de gracias del Señor (Lc 4, 18). Esta noticia es buena precisamente para los que esperan misericordia: los oprimidos, los esclavos, los ciegos, los pobres. Como nos dice san Juan Pablo II en Dives in Misericordia, “Cristo se convierte sobretodo en signo legible de Dios

que es amor; se hace signo del Padre”. Cristo con sus palabras y acciones manifiesta el amor, en modo tal que podemos decir que “cabalmente el modo y el ámbito en que se manifiesta el amor es llamado “misericordia” en el lenguaje bíblico”.

Entre otras, la parábola del llamado Buen Samaritano (Lc 10,30-37), refleja claramente esta verdad evangélica. Cristo, como dice el prefacio del Buen Samaritano, “pasó haciendo el bien y curando a los oprimidos por el mal. También hoy, como buen samaritano, se acerca a todo hombre que sufre en su cuerpo o en su espíritu, y cura sus heridas con el aceite del consuelo y el vino de la esperanza”.

Pero Jesús no solo nos nuestra la misericordia del Padre y nos invita a retornar a la casa paterna, más aún, nos invita a comportarnos del mismo modo, vale a decir, tener misericordia de nuestros prójimos. En efecto, la pregunta del maestro de la Ley por el prójimo (Lc 10,29) es el elemento clave de la parábola. Y la respuesta de Jesús al final de la parábola es: “Anda y haz tú lo mismo” Por su parte, San Ignacio nos invita a mediar sobre esto: “Señor, tú haz hecho tanto por mi y yo que estoy dispuesto a hacer por ti?”(Cf. EE 234). Se trata de una invitación, dirigida a cada cristiano, que nace de las entrañas de Dios-Padre, hecha rostro en Jesucristo, a ser misericordiosos como el Padre.

Pbro. Alejandro Salazar S.

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Vicaría Pastoral

Celebrar un aniversario es siempre un motivo de alegría y de gozo, más aún cuando son 25 años de vida y de trabajo. En el lenguaje más popular lo llamamos “Bodas de Plata”, significando que ha sido un tiempo valioso y que nos impulsa a vivir con esperanza el futuro.

Desde esta perspectiva nuestra diócesis se alegra por un nuevo jubileo que se enmarca en el Año de la Misericordia. Este año será un tiempo de renovación en el amor y el seguimiento de Jesús. Un año que nos invita a mostrarnos agradecidos por el camino recorrido, y también mostrar gratitud a las personas que han contribuido al crecimiento de nuestra comunidad diocesana.

Además, en este año de aniversario de la fundación de nuestra diócesis se nos presentan nuevos desafíos en lo pastoral: seguir creciendo en la identidad diocesana, profundizar en nuestra relación personal comunitaria con Jesús, poner empeño en vivir en un espíritu de mayor comunión y salir al encuentro de aquellos que están más alejados, lo que el Papa ha llamado ser una “Iglesia en salida”.

Para ello, cada uno de los que participamos en las diversas comunidades eclesiales somos llamados por el Señor a trabajar juntos, creando ambientes de corresponsabilidad donde cada cual aporte lo mejor de sí en bien de la construcción de la comunión

Comenzando el jubileo diocesano

eclesial y sirva con alegría en las tareas que le tocan, especialmente cuando se trate de atender a los más necesitados y a aquellos que se sienten alejados de la Iglesia.

Este jubileo de 25 años de vida diocesana es una muy buena oportunidad que el Señor nos da para reencontrarnos como hermanos, acogiéndonos con misericordia, e invitándonos a continuar adelante fijando la mirada en el Señor Jesús que nos invita a su seguimiento como discípulos misioneros.

Que san José nuestro patrono nos ayude en este año, y nos enseñe a descubrir la voz de Dios en nuestra vida.

Muy feliz aniversario a cada uno.

Pbro. Víctor Fernández

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Reportaje Gráfico

Misio

nes 2016

Misiones en Alhué

Misiones en Bollenar

Iglesia en Salida14

Misiones en Bollenar

Misiones en Curacaví

Diócesis San José de Melipilla 15

Misiones en Curacaví

Misiones en Chocalán

Iglesia en Salida16

Misiones en Chocalán

Diócesis San José de Melipilla 17

Preparación para Semana Santa

Semana, un concepto muy ocupado por nosotros y que se refiere a la medida temporal dentro del calendario que sirve para ordenar nuestro tiempo y quehacer. En el año hay 52 semanas ordenadas en grupos de a cuatro a los que llamamos meses. Cada semana tiene siete jornadas de sol a los que llamamos días. La parte más entretenida de la semana le llamamos fin de semana o como le dicen los jóvenes en las redes sociales: “finde” ó “weekend” para los internacionales, y para algunos la parte más pesada de la semana es el lunes, por ser el día en que volvemos a producir, dejando atrás el descanso y la entretención.

Según el conocimiento bíblico, Dios hizo el Cielo y la Tierra en siete días, es decir en una semana, cuyo último día es reconocido como día de descanso o sabbat ya que el Creador decidió descansar una vez terminada su obra. Desde la cultura romana, los siete días de la semana estaban asignados a los siete astros conocidos en la época. Estos son la Luna, para el lunes, para el día siguiente el planeta rojo (Marte, dios de la guerra), Mercurio para el miércoles, el jueves era día del dios Júpiter, la más grande de sus divinidades y el planeta mas gigante del sistema solar, la diosa Venus era reconocida en el viernes, el planeta de los anillos Saturno, para el sábado y finalmente el día del sol para el astro rey.

Así, la semana como concepto y realidad, nos llega cargada de significados culturales

Semana Santa, “LA” semana del añoy religiosos. Sin embargo, existe en nuestra cultura un acontecimiento que heredamos desde más allá de nuestras fronteras e historia y que está presente en la programación durante el año. Me refiero a la Semana Santa. Semana que para muchos es un accidente en el calendario. Un viernes teñido de rojo que nos anuncia una semana corta de trabajo. Una invitación a cambiar el menú hogareño e introducir productos del mar en la dieta de ese “finde”. Quizás la oportunidad de congraciarse con los niños comprándole huevos de chocolate que promocionan hasta aburrir las multitiendas y su invasiva propaganda. O simplemente como espacio para hacer una salida familiar al cine, la playa o visitar a un familiar de las afuera de la ciudad. En resumen, todas actividades que muchas veces son moda, pero que raramente sabemos de dónde las imitamos.

Semana Santa es la semana más importante de nuestra fe. Donde todo lo que hacemos en el año cobra sentido. Donde la catequesis que alguna vez vivimos preparándonos para la primera comunión nos quiso enseñar, pero que muchas veces por diversos motivos no retenemos en la mente, o a veces sí en el corazón. Y como su nombre lo indica, Semana Santa implica a los siete días de tiempo cronológico y no un día feriado que anuncia el calendario junto a la programación radial que propone cantos gregorianos todo el día y las repetidas películas de Jesús que la televisión transmite desde antaño en esta

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fecha, sumado a los ahora promocionados reportajes sensacionalistas sobre los supuestos misterios escondidos de la Iglesia que tanto seducen a los que no comulgan con la fe.

Son siete días de entrar en el misterio de un Dios que se encarna para entregarse por nosotros y abrirnos las puertas a la eternidad. Su inicio es en domingo y dura hasta el domingo siguiente. La entrada de Jesús a Jerusalén la celebramos con ramos, como forma de actualizar los hechos que acontecieron hace más de dos mil años. Cada fiel busca bendecir el ramo participando de la Misa de aquel domingo, y escuchando con curiosidad la lectura del Evangelio leído a tres voces. Un cronista que narra toda la pasión de Jesús, el sacerdote que responde lo dicho por el Señor y un tercer relator que hace las voces de los otros protagonistas del evangelio. En este solemne día los altares se visten de rojo, al igual que los ornamentos del sacerdote. Ramas de palmeras decoran la entrada de nuestros templos en un acto decorativo que nos avisa que esa semana será distinta, y que ha comenzado.

El lunes como el martes, aunque no tienen celebraciones que los hagan distintos para el calendario, igual se les llama días santos, y nos invitan a la oración, meditación, confesión y recogimiento especial. En Melipilla, el miércoles santo las parroquias se reúnen a celebrar junto al obispo, en la Catedral de la ciudad, la Misa Crismal en la cual cada sacerdote renueva sus promesas y se consagran los aceites que durante el año se aplicarán a los nuevos bautizados, a jóvenes y adultos que se confirman y a los enfermos. El

día jueves santo, los templos se transforman, buscando en algunas iniciativas pastorales imitar aquella noche de intimidad de los apóstoles con Jesús y su última cena, para finalizar esa noche, vaciando los sagrarios de las iglesias porque acompañamos a Jesús al Huerto de los Olivos mientras las imágenes son cubiertas porque se avecina el viernes de la Pasión. El viernes feriado, mientras el mundo recién se entera de que es Semana Santa, los creyentes más comprometidos se acercan a

la Oración de las tres de la tarde o Adoración de la Cruz, por ser esa la hora en que Nuestro Señor entrega el espíritu desde el madero. Ese día no hay misas en ninguna parte y la comunión se distribuye en la misma Adoración donde se vuelve a dar lectura de la Pasión de Jesús, pero desde el evangelio de San Juan. Por herencia de nuestros abuelos somos invitados a hacer de ese día un día de recogimiento especial como creyentes en el hogar y en familia, dejando aquellas labores cotidianas de cualquier viernes para que éste sea distinto. Finalmente se invita a participar de la devoción

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Esa es la Semana Santa. No una semana cualquiera. Es “LA” semana del año (y es una semana completa) en que reconocemos nuestra condición creatural y asistimos asombrados a ser testigos de la acción de Dios en la historia de la humanidad. Te invito entonces a que esta semana sea realmente una semana distinta, una que marque tu vida para siempre.

Pbro. Vladimir Valencia G.

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del Vía Crucis, práctica de piedad religiosa de 14 estaciones, que en muchas partes es representada por las calles de nuestros vecindarios con una larga procesión a veces actuada por jóvenes de nuestras parroquias.

El sábado sigue siendo santo, y aunque el mundo olvida rápidamente el recogimiento del día anterior, las comunidades cristiana son invitadas a permanecer en la oración y meditación de Cristo en el sepulcro, preparando el corazón para la tan esperada y siempre sorprendente Vigilia Pascual, que al anochecer de ese día nos llevará a oscuras inicialmente por la historia de la salvación, haciéndonos testigos de cómo la Luz del Señor que resucita vuelve a iluminar el mundo desde el Cirio Pascual, para no apagarse más porque Jesucristo a vencido a la muerte.

Finalmente el domingo, amanece con la alegría de la Resurrección. Día en que la cultura romana llamaba día del sol, y que los cristianos, como dice el salmo 118 Día en que actuó el Señor, empezaron a cambiar de nombre, como Día Señorial del Señor, ya que el Sol para el creyente es Cristo Resucitado que como Luz no tiene ocaso y trae la verdadera Vida. La tradición latina desde el concepto Señor (Deus) derivará en el nombre del día que llamamos Domingo. Se inicia el tiempo Pascual en que vuelve la alegría del aleluya y las celebraciones litúrgicas lucirán cual primavera la esperanza de un Dios que no abandona y que cumple su promesa de redención.

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Vicaría para la Educación

La diócesis de Melipilla tiene bajo su administración seis colegios: tres en la comuna de San Antonio, Escuela industrial de San Antonio (EISA), Instituto del Puerto (IPSA) y Papa san Juan Pan Pablo II; uno en la comuna de Santo Domingo, colegio Santo Domingo, también conocido como Helen Lee Lassen; dos en la comuna de Talagante, Sagrado Corazón y Colegio Niño Jesús, que cuenta con una larga historia educando en la zona (nada menos que ¡154 años!). Hace algunos años que, por iniciativa de Mons. Troncoso y desde la Vicaría para Educación se reunen estos colegios para aunar criterios formativos, pastorales y administrativos. Con el correr del tiempo se creó la Corporación para el desarrollo de la educación de la Diócesis de Melipilla cuyo nombre abreviado es EduRed. El objetivo principal de la red es generar un trabajo colaborativo entre los seis colegios a fin de transferir experiencias que contribuyan a mejorar la calidad de la educación y desarrollar un sello propio como colegios católicos pertenecientes a la diócesis en todos los aspectos posibles. Por ello el inicio del año escolar 2016 adquiere una connotación particular, y la presencia del obispo diocesano en la ceremonia es un

Razones por las que este inicio del año escolar será distinto

signo que imprime el sello de unidad eclesial en nuestros colegios que nos invita a caminar juntos, en colaboración mutua para edificar una sociedad mejor para todos.

Un segundo aspecto es el nuevo escenario para la educación en nuestro país definido por la ley de inclusión que ha tenido efectos en nuestros colegios. Los ejes de la nueva legislación son el fin al lucro, de la selección y el copago, abogando por la gratuidad de la educación, afirmando el carácter de derecho universal en nuestro país más que un bien de mercado. Después de largos y minuciosos estudios de la ley y sus alcances, a fines del mes de agosto se tomó la decisión de pasar a la gratuidad tres de nuestros colegios, Juan Pablo II, EISA y Niño Jesús (el colegio Santo Domingo es gratuito desde hace algunos años). Tanto el colegio Sagrado Corazón como Instituto del puerto, requieren de mayores estudios para tomar esta determinación en lo inmediato. El paso a la gratuidad significa un beneficio real para muchas familias que confían la educación de sus hijos en nuestras comunidades educativas. Al mismo tiempo compromete nuestros esfuerzos en seguir trabajando

El viernes 1 de abril será inaugurado el año escolar en los colegios de la red del obispado, EduRed. Esta podría ser una noticia de poca importancia y ocupar un par de líneas en cualquier medio de comunicación, sin embargo, debemos destacar algunos aspectos que pueden ser relevantes.

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por una educación de calidad. Estamos convencidos de nuestra tarea educativa y a ella dedicamos nuestros esfuerzos, creemos que la educación es un medio para el desarrollo de la persona y de toda la comunidad humana.

No es menor el contexto eclesial en que se inserta el año escolar 2016. El papa Francisco, en su preocupación por imprimir una vitalidad nueva a toda la Iglesia, nos ha convocado a vivir el Año de la Misericordia. Es una invitación a mirar y descubrir en el corazón del Padre sus más profundos sentimientos de amor por el ser humano y la creación. El amor del Padre que lo mueve a salir de sí para ir al encuentro del hombre, especialmente del que sufre por distintas razones, incluso a causa de su propia torpeza. El amor del Padre que se ha manifestado en Jesús, el Hijo de Dios hecho hombre, presente en medio de nosotros. Esta invitación es también una llamada a pasar por la vida, en medio de nuestra comunidad humana con los ojos abiertos para descubrir a tantos hombres y mujeres que sufren injusticias tan radicales que menoscaban su dignidad y les impiden vivir adecuadamente, pero también es un llamado a dejarse conmover por tantas situaciones que dañan y nos dañan. La misericordia es tal cuando la sed de justicia remueve nuestras entrañas y nos lleva al encuentro del otro y nos compromete con el deseo de Dios que quiere una vida plena y digna para nosotros. Como nunca resonará en nuestros oídos y corazón la pregunta de Jesús al maestro de ley “¿quién

se portó como prójimo?”. La respuesta es una: el que experimentó la conmoción por la situación dolorosa y grave del otro y salió a su encuentro y se comprometió con él. Por eso pudo revivir. El inicio del año escolar se inserta en este llamado y quiere ser acogido en nuestras comunidades educativas. La respuesta tendrá múltiples expresiones que finalmente se traducirán en un mayor compromiso entre todos nosotros por constituir espacios de cultivo de la dignidad de todos los participantes en el quehacer educativo: directivos, docentes, estudiantes, apoderados, auxiliares, vecinos y un largo y rico etcétera según la apertura de nuestros corazones. Este año de misericordia será un año de gozo en nuestras comunidades educativas porque toca lo más profundo de nuestro quehacer que es jugarnos constantemente por el bien de nuestros estudiantes.

Parecía que el inicio del año escolar se trataba sólo de un acto oficial, que debe hacerse por conveniencias sociales. Este año queremos que sea relevante, tenemos muchos motivos para reunirnos e iniciar un año con alegría y renovado compromiso con lo que hacemos.

Roberto SepúlvedaDirector Área de formación y pastoral

Edured

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Testimonios

El Papa Francisco celebró en la mañana del 20 de febrero- desde la Plaza de San Pedro - la segunda Audiencia Jubilar del Año Santo de la Misericordia.

En la ocasión recordó a los fieles que, más que nunca en este Jubileo, “debemos llevar siempre esa caricia de Dios –porque Dios nos ha acariciado con su misericordia–, llevarla a los otros, a aquellos que tienen necesidad, a aquellos que tienen un sufrimiento en el corazón o están tristes: acercarnos con esas caricia de Dios, que es la misma que Él nos ha dado a nosotros” dijo.

Por eso, durante este Año de la Misericordia, “Iglesia en salida” quiere dar a conocer a aquellas personas que han hecho de la caricia de Dios su motivo de vida, muchas veces anónimamente. En esta edición comenzaremos “por casa”, con una mujer que ha entregado cada minuto durante años a los enfermos postrados, niños y jóvenes vulnerables, y fundamentalmente a los adultos mayores, en especial los más pobres: Isabel Molina Cepeda, Encargada del Programa Adulto Mayor (PAM) de Caritas Melipilla.

Dolores asumidos

Isabel nació el 2 de mayo de 1954 en Quilpué. Su infancia no fue nada fácil. Cuenta con lágrimas retenidas que le da mucha pena

Isabel Molina Cepeda:

“Para visitar a un enfermo no se necesita una profesión”recordar esa época, y que recién hace pocos años logró hablar de ello: “Mi vida hasta los seis años me entrega recuerdos bonitos, después se transforman en muy malos…el alcohol cambió a mi papá y con él nuestras vidas. No podíamos ni siquiera salir a jugar con los demás niños. Me costó un mundo superar la pena de nuestra realidad desde los seis o siete años, hasta más o menos los 13 que fue cuando mi papá murió. Hoy puedo hablar de eso, con dolor, pero lo hago”.

Con pausa Isabel continúa: “Yo era la penúltima de seis hermanos, y mi mamá cuidándonos a todos, no tuvo tiempo de ir a matricularme al liceo, me quedé fuera. Yo tenía 12 años, y ella sin preguntarme me puso en un colegio vocacional, para que estudiara peluquería…desde entonces yo odio las peluquerías y todo lo que tiene que ver con ellas. No era lo que yo quería, yo

Isabel junto a sus hijos y nietos

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quería estudiar como todos los otros niños, ir al colegio. Por lo tanto mi educación llegó hasta ahí”.

Nos confiesa que después de casada, sin siquiera decirle a su marido, se inscribió en un colegio especial, dio las pruebas para aprobar 7º y 8º, y luego en dos años hizo 1º y 2º medio y luego 3º y 4º. Eso fue cuando yo tenía cerca de los 50 años.

“Yo veía a mi mamá afligida cuidando a tantos hijos y además sacrificarse con su trabajo, que era lavar y planchar la ropa de otras personas, sigue relatando Isabel, entonces decidimos trabajar, todos trabajamos y todos nos casamos jóvenes, imagínate que a esta edad ya tenemos bisnietos” dice.

Madurez a la fuerza

Su marido era de San Antonio igual que su mamá. Un día visitando a familiares coincidió con el cuñado de uno de sus primos: “Allí lo conocí, él tenía 30 años y yo, 15. Pero mi madurez era diferente, con más responsabilidades, trabajaba, así es que yo no me consideraba una niña chica. Nos pusimos a pololear y dos años después nos casamos.

Para mí fue terrible separarme de mi mamá y quedarme en San Antonio. Yo la admiraba, para mí era la persona más maravillosa del mundo, y venirme sola me costó mucho. Ahí me dí cuenta de que era una niña, lloraba, tenía responsabilidades de grande…a los 21

años tenía dos hijos, una casa y un marido que atender”.

Pero los indicios de tristeza dan paso a una brillante luz en sus ojos cuando habla de sus hijos: “Ellos se sienten orgullosos de mí. Los tres, en general son muy generosos, pero el del medio es muy parecido a mí, se entrega mucho, está siempre pendiente del que necesita algo”.

Su hija Yasna tiene 42 años, una hija de 21 que ya es mamá y un niño de 11; Patricio es el segundo, y tiene dos hijos, una niña de 13 y niño de 9; Marcelo nació después de varios años, tiene 27 años y un hijo de dos años,su marido va a cumplir cuatro años de fallecido. Tres hijos, cinco nietos y un bisnieto son el tesoro de Isabel: “Lo que más me gusta es que son muy hermanables y los tres se adoran” dice con un orgullo más grande que su corazón.

Inicios de la vocación

“Yo tuve la suerte de poder tener a mis hijos en colegios católicos y ahí empezó mi trabajo en la Iglesia. Teníamos en San Antonio un grupo que se llamaba MOANI (Movimiento Apostólico de Adolescentes y Niños), junto al P. Ricardo Reyes (P. Chocolito) y al P. Enrique Tronocoso que luego fue nuestro obispo.

Ahí trabajábamos con niños vulnerables, como se dice ahora, en ese tiempo los llamábamos niños con problemas, niños de la calle. Con ellos nos juntábamos los

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días sábado y de esa manera empezó mi apostolado en la Iglesia”.

Cuenta que posteriormente, viviendo en Llolleo conoció a las hermanas de la obra de Don Guanella. Y como si hubiera sido ayer, relata: “Todo lo que sé y he aprendido fue gracias a una monja maravillosa que era enfermera y con ella empezamos a visitar a enfermos postrados y a curarles las heridas. Salíamos en la mañana y estábamos todo el día visitando enfermos, había una necesidad tan grande y me daba todo el tiempo del mundo para ellos, me dedicaba solo a eso. Creo que ese fue el llamado del Señor, de verdad yo siento que es así porque me han pasado cosas insólitas que me indican que es así”.

Una de esas significativas expericias está viva en el corazón y en el recuerdo de Isabel: “Nosotros teníamos adultos mayores todo el día en el techo fraterno, en ese tiempo le decíamos “abuelitos” , y uno de ellos se enfermó, y yo me organizaba en la semana para ir por días a ver a los enfermos, curarles las heridas, las escaras, un voluntariado con harto trabajo. Ese día no me tocaba ir a ver a ese abuelito, y no sé cómo mis pasos me llevaron a su casa. Entré y él se estaba muriendo ahogado, vivía solo. Le pedí ayuda a la vecina, lo subimos a mi auto y lo llevamos al hospital. Al día siguiente lo fui a ver y solo estaban sus zapatos y su ropita…había muerto. Esa misma situación la viví en tres o cuatro oportunidades, creo que el Señor me mandaba, para que yo hiciera algo y esas personas pudieran morir en forma digna”.

Señala con mucha convicción que, recordando esas vivencias, le gustaría que hubiera mucha gente que se sensibilizara con el tema de los enfermos postrados, sus necesidades y más aún si viven solas. “Los hogares particulares son muy caros, dice, y ellos no tienen como pagarlos. Es entonces que se quedan en sus casas sin nadie que los

cuide, a veces tienen muchos hijos y ninguno se hace cargo”.

Apunta que con la gracia de Dios, Caritas ha podido iniciar unos cursos de conocimientos básicos para enfermos postrados, son 27 personas que están sensibilizadas para acompañar a estas personas que tanto lo necesitan. “Cada día habrá más adultos mayores y hay muchos de ellos que son muy pobres” afirma.

“La vida para los adultos mayores es muy difícil-reflexiona Isabel- hicimos un trabajo en Bellavista y nos encontramos con personas quehacían cuatro años que no salían a la calle. Nadie los iba a ver, estában enfermos y ni los vecinos los acompañaban. La única manera de que la gente se sensibilice con esta realidad es impartiendo cursos, para enseñarles una realidad que no conocen: no saben que hay tanto dolor y mucha gente sola”.

Caritas Melipilla.

- ¿Cómo llegó a trabajar en el obispado?

- Empecé a trabajar con la hermanas guanellianas desde que mi hijo nació, hace 28 años. Después del terremoto surgieron muchos problemas en esta zona: sarna, pediculosis, infecciones y eso era lo que tratábamos nosotros. Mi familia me quería matar, decían que me iba a contagiar yo y de paso a mi hijo, pero nunca nos contagiamos con nada, porque estábamos haciendo cosas que Dios quería que hiciéramos. Yo estaba trabajando en el techo fraterno, y se inició un proyecto de prevención de

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alcoholismo y drogadicción financiado por aportes que llegaron a la parroquia de Llolleo y las hermanas me encargaron a mí. Estaba haciendo provención en colegios con niños vulnerables, en ese tiempo la droga estaba empezando a llegar acá.

Un día, Irene Fuentes, del Departamento de Acción Social del obispado, me vino a buscar y me dijo que necesitaban a una persona como yo. De eso hace más de 20 años y todavía estoy ahí. Gracias a Dios eso me permitió ayudar a mi marido con los gastos de la casa y que nuestros hijos pudiera sacar sus carreras”.

-¿Su familia la apoyaba en todo esto?

- No mucho, la verdad es que después me rebelé, porque sentía más fuerte el llamado “desde arriba” que el llamado de la tierra. Mi marido no me apoyaba porque a él no le interasaban las actividades de la Iglesia y no era muy solidario. En general mi familia me criticaba y me decían que yo era tonta, que no me preocupaba de los niños chicos, etc. Yo hacía oídos sordos porque era más potente la solidaridad, la sensación de serle útil a alguien. Eso te hace sentir reconfortada. La sonrisa de una persona que dice “gracias” es irremplazable.

Pero no todo fue tan fácil. La primera vez que salió a curar a una persona junto a la religiosa guanelliana, no pudo sacarse el olor de la carne descompuesta de las heridas que atendió y pensó que no podría ayudar por las náuseas que eso le producía. “En la noche hablé con el Señor y le dije, ‘si Tú quieres que yo te ayude en esto, me tienes que quitar el asco porque o si no, no puedo’. Al otro día fui a curar las mismas heridas y esa sensación no volvió a aparecer”, recuerda.

La única vez que se negó a curar a alguien, fue a un adulto mayor que encontraron botado en la calle, y cuando lo fueron a dejar a su casa, supieron que después de muerta su esposa había dejado embarazada tres veces a su hija mayor. Esa situación la marcó mucho porque tiempo después de conocer la realidad de esa familia, el hombre quedó postrado, solo y lleno de escaras, en una situación de pobreza extrema. Ella no quizo curarlo, y una de sus compañeras de voluntariado le insitió, recordándole que Dios estaba en esa persona. Le costó muchísimo pero accedió y fue. Las visitas al hombre era dos veces al día, pero no lo podía mirar a la

cara sabiendo el daño que le había hecho a sus hijos. Hasta que él, un día, buscó su mirada y le sonrió. Isabel cuenta que en ese momento se creó un lazo de perdón, y poco tiempo después él murió.

Vergüenzas

Curiosamente a Isabel si hay una cosa que la avergüenza: que le digan que es un ángel de la guarda. Ella mantiene la certeza de estar haciendo lo que Dios quiere que haga, con alegría, con ganas, con toda su voluntad.

Hoy quisiera tener más tiempo para poder atender a sus “abuelitos”, pero hay tanto que hacer, dice. Y agrega con fuerza: “No hay ningún sueldo que recompense este trabajo, te lo pagan las personas, ¡y tan gratamente que uno para qué quiere más!”

Después de lograr nivelar sus estudios se dedicó en cuerpo y alma a los necesitados. “No seguí estudiando ni tengo una carrera – apunta- porque para ir a visitar a una persona que está enferma no se necesita una profesión. Se necesita buena voluntad, carisma y mucho amor a Dios, nada más”.

Andrea Robles IturriagaEditora Periodística “Iglesia en salida”.

Isabel y su bisnieto

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Entrar al Monasterio de las Carmelitas Descalzas de Puangue llena de paz el corazón. Desde el saludo inicial se palpa algo en el ambiente y especialmente en la sonrisa de las seis hermanas que allí viven que toca finamente el alma, de una manera tan delicada que más que invadir, invita a sentir la alegría inmensa que las hermanas Patricia, Consuelo, Lucía, Gabriela, Teresa y Alejandra contagian en cada palabra, en cada mirada.

Nuestra Tradición

Bodas de Plata de alegría, trabajo y oración

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Ellas también están de fiesta, porque al igual que nuestra diócesis, cumplen 25 años desde que Monseñor Juan Francisco Fresno las llamó a dejar su vida en Talca y se instalaron en las antiguas dependencias que en ese momento había en Puangue. Hoy, ellas y la comunidad son una. No podrían estar sin sus vecinos y ellos tampoco sin ellas.

Seis mujeres que viven en oración, silencio y trabajo, esperando a las que sentirán la llamada y vendrán. Manos que cosen y bordan ornamentos, que derriten cera y hacen velas, que ponen todo su amor en los alfajores y calugas que llevan a tocar el cielo. Mujeres que se abandonan sin dudar a la Providencia del Señor para conseguir lo que no alcanza con el trabajo, seis mujeres felices y normales (como dicen ellas) que se entregan por completo a la oración por quienes estamos aquí afuera.

Humor

M A R Y T A N I V E R S A R I O P A D G

S I V T A A A E A G N M M G Q P O Z S E

U C S E G T I S G I M Ñ I B E Q Q F E T

I O K E P R N T T H K P S N I Ñ V D M Q

P L N H R J H U O N H Y I W R T X V A E

L A M E L I A D E R D I O C E S I S N U

E E G F Ñ L C I A T R U N I A R Y U A I

T P P G O T B O D A S D E P L A T A S U

A Ñ K P P E A W R I M M S C A C M N A O

E X Y A T S D L M D P P O H A X B M N O

Y W R S S S A V T U I K L L T H N V T P

U F R C B E N M W N F A M I L I A B A Ñ

I G R U R N I O U I F Q P P N O N I C D

O H P A P A F R A N C I S C O G M O V F

H Y E O W J G R J E I H R V V A U I D I

K G H J R K P E R C O I I R T A I P I N

- MISERICORDIA- BODAS DE PLATA - ANIVERSARIO - DIÓCESIS - MISIONES- SEMANA SANTA - FAMILIA- PAPA FRANCISCO- ESTUDIO– PASCUA

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Almanaque

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ABRIL 2016

MAYO 2016Fecha Pastoral Responsable Tema01-05-2016 Pastoral Vocacional Jornada de voluntariado solidario04-05-2016 Catequesis Reunión coordinadoras de Catequesis06-05-2016 Espiritualidad Reunión tutores Escuela Bíblica07-05-2016 Pastoral Juvenil Encuentro de oración decanato Melipilla07-05-2016 Catequesis Día del Catequista 07-05-2016 Misiones Reunión IAM14-05-2016 Pastoral Laical Encuentro con mujeres14-05-2016 Comunicaciones Jornada de comunicadores14-05-2016 Diáconos permanentes Formación de postulantes y varones14 al 15 - 05 Pastoral Vocacional Jornada vocacional masculina20 al 22 - 05 Pastoral Vocacional Jornada PROJUV Etapa I21-05-2016 Pastoral Juvenil Encuentro con la Misericordia decanato San Antonio22-05-2016 Conferre Encuentro diocesano de Conferre26-05-2016 Educación Reunión equipo diocesano UNAPAC28-05-2016 Educación Congreso padres y apoderados28-05-2016 Pastoral Vocacional Jornada vocacional femenina28-05-2016 Pastoral Vocacional Jornada de acompañantes y animadores vocacionales28-05-2016 Diáconos permanentes Formación de Diáconos, postulantes y varones28-05-2016 Pastoral Juvenil Misión extra eclesial decanato Talagante