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Año XLVII Barcelona 15 de Agosto de 1892. Núm. 15 EL mmum HCÍUTICO Felicitación.—A la Junta de Sanidad, por Eugenio Pérez.—Estu- dio de los derivados de la serie aromática de aplicación tera- péutica, por el Dr. D. José A. Masip y Gumá.—Preparación de las disoluciones de los reactivos, por el Dr. Krauch.—Varieda- des.—Anuncios. FELICITACION El «Restaurador Farmacéutico» vivamente impresio- nado por las acertadas y justas medidas adoptadas por el Exorno. Sr. Gobernador Sr. Sanchez de Toledo en contra los infractores de las Leyes de Sanidad y las Ordenanzas de Farmacia, felicita calurosamente á la primera autoridad civil de la Provincia deseando no ceje en tan noble empre- sa seguro de adquirir un homenaje de respeto y considera- ción de cuantos anhelan cese la anarquía que por tanto tiempo reinaba en nuestra capital. Para perseguir á mé- dicos que despachan medicamentos, á farmacéuticos que hacen de médico, á comadronas que no partean, á sonám- bulas, adivinos, cartistas y demás ralea, nos tiene incondi- cionalmente á su disposición. A LA JUNTA DE SANIDAD por Eugenio Pérez Saben nuestros queridos lectores la campaña que desde las revistas científicas y de los periódicos se ha hecho contra los que, burlando la ley merced á un hábil é ingenioso ardid siempre reprobable, han venido usurpando el arte de curar á los que por ministerio de la ley tienen encomendada tan i m - portante y trascendental misión. Así es que á pesar de los es- fuerzos de los encargados del cumplimiento de la ley, tene- mos á granel, aunque con carácter reservado, agencias de curación que vienen bien bajo el nombre de adivinos, sonám-

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Page 1: Año XLVII Barcelona 15 de Agosto de 1892. Núm. 15 EL mmum

Año X L V I I Barcelona 15 de Agosto de 1892. Núm. 15

EL mmum HCÍUTICO Fel ic i t ac ión .—A l a Junta de Sanidad, por Eugenio Pérez.—Estu­

dio de los derivados de la serie a r o m á t i c a de a p l i c a c i ó n tera­péu t i ca , por el Dr. D. José A. Masip y Gumá.—Preparac ión de las disoluciones de los reactivos, por el Dr. Krauch.—Varieda­des.—Anuncios.

FELICITACION El «Restaurador Farmacéutico» vivamente impresio­

nado por las acertadas y justas medidas adoptadas por el Exorno. Sr. Gobernador Sr. Sanchez de Toledo en contra los infractores de las Leyes de Sanidad y las Ordenanzas de Farmacia, felicita calurosamente á la primera autoridad civil de la Provincia deseando no ceje en tan noble empre­sa seguro de adquirir un homenaje de respeto y considera­ción de cuantos anhelan cese la anarquía que por tanto tiempo reinaba en nuestra capital. Para perseguir á mé­dicos que despachan medicamentos, á farmacéuticos que hacen de médico, á comadronas que no partean, á sonám­bulas, adivinos, cartistas y demás ralea, nos tiene incondi-cionalmente á su disposición.

A LA JUNTA DE SANIDAD por Eugenio P é r e z

Saben nuestros queridos lectores la campaña que desde las revistas científicas y de los periódicos se ha hecho contra los que, burlando la ley merced á un hábil é ingenioso ardid siempre reprobable, han venido usurpando el arte de curar á los que por ministerio de la ley tienen encomendada tan i m ­portante y trascendental misión. Así es que á pesar de los es­fuerzos de los encargados del cumplimiento de la ley, tene­mos á granel, aunque con carácter reservado, agencias de curación que vienen bien bajo el nombre de adivinos, sonám-

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bulos, curanderos, cartistas, etc., etc., que tallados bajo un mismo patrón explotan á los incautos que ya por ignorancia ó por necesidad acuden á esos centros, no obstante de existir establecimientos que sin dispendio alguno cuidan de la cura­ción de los males, aunque se carezca de toda clase de recursos.

Hoy día este hecho reviste mayor gravedad si se tiene en cuenta que algunas de estas agencias de curación podrán ejercer libremente su industria haciéndolo en la vía pública pagando veinte pesetas al mes, y anunciándose como vende­dores de específicos autorizados, sin que autoridad ni subde­legado alguno, ni el Consejo de Sanidad pueda oponerse á ello. Y esta industria la ejercerán, no obstante las disposicio­nes legales que citaremos, prohibitivas de tales hechos y de cuyo cumplimiento están encargados en primer lugar nuestra primera autoridad superior civil de la provincia como presi­dente del Consejo de Sanidad y los Subdelegados de Farmacia y Medicina.

Tal es la consecuencia que se nos ocurre del exámen que de los presupuestos formados por el Excmo. Ayuntamiento de esta ciudad hemos hecho y en los que aparece en el capítulo 3.°, artículo 17, relación n.011, una tarifa en la que viene el detalle siguiente: Vendedores de específicos autorizados que se sitúen en ¿as calles y pía:as públicas: por un mes 20 pesetas.

¿Qué significa este capítulo de ingresos que figura en los presupuestos referidos? Es una autorización para la expendi-ción y venta de medicamentos en la vía pública; autorización que no podrá el Ayuntamiento conceder por oponerse á ello las vigentes disposiciones que vamos á citar.

Procediendo por orden de fechas, debemos citar en primer término el art. .81 de la ley de Sanidad de 28 de Noviembre de 1855, que establece que solo los farmacéuticos autorizados con arreglo á las leyes podrán expender en sus boticas medi­camentos simples ó compuestos, no pudiendo hacerlo sin receta de facultativo aquellos que por su naturaleza lo exigen. En segundo lugar tal arbitrio pugna igualmente con el art. 2.° de las Ordenanzas para el ejercicio de la profesión de farma­cia, comercio de drogas y venta de plantas medicinales, de fecha 18 de Abril de 1860, ya que prescribe terminantemente que la elaboración y venta de los medicamentos corresponde exclusivamente á los farmacéuticos aprobados y con título legal para el ejercicio de su profesión; consignando que única­mente serán de libre elaboración y venta los jarabes simples ó de recreo, tales como los de agraz, fresa, grosella, horchata,

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limón, naranja, frambuesa, etc., mas no los compuestos y propiamente medicinales.

Al autorizar el Ayuntamiento de esta ciudad, con motivo del capítulo de sus presupuestos que hemos referido, la venta de específicos en las calles y plazas de esta ciudad, median-te el pago de veinte pesetas mensuales, ha infringido las dispo­siciones legales que hemos invocado.

De ahí, pues, que no comprendemos cómo á los mismos se haya dado su aprobación por la superior autoridad civil de la provincia, toda vez que correspondióndole según el art. 53 de la ley de Sanidad la presidencia de la Junta provincial de Sa­nidad, no podía ésta admitir un impuesto que venía á dejar sin efecto ó á barrenar la ley, la existencia, atribuciones y funcionamiento de tal Junta. No se nos diga que el Ayunta­miento al establecer aquel arbitrio vino á autorizar, no la venta de remedios para la curación de las enfermedades, sino la venta de otros cualesquiera específicos de perfumería.

No habiéndose aclarado este concepto en los presupuestos, no cabe dar al arbitrio referido otro significado que el que según la ciencia debe tener. El arbitrio autoriza la venta de específicos en las calles y plazas de esta ciudad. Específico, según el diccionario de la Academia, significa un medicamento eficaz para curar alguna enfermedad determinada.

Luego pues al establecer aquel arbitrio, el Ayuntamiento autorizó á los particulares, que sin garantía alguna para el público, vendieran en las plazas públicas los medicamentos que solo deben ser vendidos por aquellos que según las leyes, reúnan las condiciones especiales, ó sea por los farmacéuticos.

Luego, pues, no cabe dar á aquel arbitrio otro significado que el que real y verdaderamente tengan las palabras en él usadas, según el lenguaje técnico.

Ello nos ha movido á levantar la voz de alerta contra el referido impuesto, debiendo manifestar la extrañeza que nos ha causado el silencio que han guardado las Juntas provincial y municipal de Sanidad, de las que son presidentes natos res­pectivamente el Excmo. Sr. Gobernador civil de la provincia y el ICxcmo Sr. Alcalde. Y lo propio que de estas persona­lidades debemos manifestar, la extrañeza que igualmente nos ha causado el silencio que han observado los individuos del Ayuntamiento, los que á su cargo concejil ejercen la pro­fesión de médico y farmacéutico, puesto que en todo caso siendo éstos los que debían aclarar el concepto, debían levan­tar su voz desde el seno del Ayuntamiento para evitar estos

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abusos que no solamente redundan en desprestigio de la clase, sino que constituyen un mal para la sociedad, ya que aban­donan sus funciones en manos de personas ignorantes y ex­plotadoras del público '.

Considerando el arte de curar como uno de los ramos que forman parte de la beneficencia pública, tenemos igualmente que el Excmo. Ayuntamiento no podía consignar en sus pre­supuestos el capítulo referido, toda vez que no pueden estable­cerse otros que los á que se refiere el apartado 2.° del artícu­lo 136 de la ley municipal vigente.

Con el impuesto referido ha venido á sancionarse en nues­tro concepto el derecho de vender medicinas y medicamentos conocidos bajo el nombre de específicos en las calles y plazas públicas, usurpando el derecho único y exclusivo que compe­te á los farmacéuticos, barrenando las Ordenanzas de Farma­cia ó infringiendo la ley de sanidad vigente y constituyendo un grave peligro para los barceloneses la autorización referi­da, y ello tiene más importancia si se tiene en cuenta los te­mores de que invada nuestra ciudad el cólera morbo. Por ello en nuestro concepto constituye un contrasentido que nuestras autoridades dicten medidas para evitar la aparición de aque­lla terrible plaga, y en cambio autoricen la expendición de específicos que, según hemos explicado anteriormente, son medicamentos para la curación de las enfermedades.

Si hoy día no puede ejercerse la profesión de farmacéutico sino bajo las condiciones que las leyes establecen, de ahí en adelante tendremos que cualquiera podrá ejercerla con solo pedir una autorización al Excmo. ^Ayuntamiento para la ven­ta de medicinas en las calles y plazas públicas de esta ciudad, consignándose que es para la venta de específicos, y de esta suerte no solamente se perjudica á la clase, para el ejercicio de cuya profesión el Estado exije determinadas condiciones y tiene que pagar cuantiosas cantidades y la contribución co­rrespondiente, sinó que además barrena la legislación vigen­te y constituye un grave peligro para la humanidad.

De ahí pues, que contra semejante abuso debe levantarse á una, no ya la clase farmacéutica ó los farmacéuticos todos, sino los médicos y subdelegados de medicina y farmacia lla­mando la atención del Excmo. Sr. Gobernador civil delapro-

1 Por otra parte conociendo á los aludidos individuos, de cuyo celo en pro de la clase médico-farmacéutica nadie puede dudar, no atribuimos el silencio sino á un olvido que no dudamos un momento subsanarán cuando conozcan los resultados de tal acuerdo.—N. de la i?.

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vincia para que suspenda el cobro del referido arbitrio, ó en otro caso obligue al Excmo. Ayuntamiento á que modifique dicho capítulo en el caso de que con él no se quisiera autori­zar la venta de los específicos en el verdadero sentido de la pa­labra y dicte las medidas procedentes para que en asunto de tan vital interés para el vecindario se cumpla la ley y no se dé lugar á que mediante esta autorización vengan ejerciendo la ciencia de curar personas que han de constituir y son un gran peligro para la sociedad.

Fije el Excmo. Sr. Gobernador civil de la provincia su ilus­trada atención en la Real orden de 8 de Mayo de 1871 relati­va á un expediente promovido al efecto de obtener la autori­zación para expender exclusivamente un medicamento de in ­vención particular del solicitante, siéndole negada tal autori­zación, fundándose en que revistiendo el producto el carácter de medicamento, sea cual fuere su composición, solo podía expenderse en las oficinas de farmacia á tenor de las disposi­ciones legales que hemos enumerado anteriormente y abriga­mos la íntima confianza de que dicha respetable autoridad procediendo como siempre con la rectitud, imparcialidad y energía que le son peculiares y celoso como siempre por todo lo que se refiere al interés moral y material de sus subordina­dos, no permitirá que se autorice la venta de medicamentos, aunque sea bajo la forma á que pueda dar lugar el arbitrio es­tablecido por el Ayuntamiento de esta ciudad.

E S T U D I O D E L O S D E R I V A D O S D E L A S E R I E A R O M A T I C A D E APLICACIÓN TERAPÉUTICA

Non omis moñar; muliaque para mei vitabit libitinam.

Memoria premiada con medalla de plata y diploma por la Academia Médico-Farmacéutica de Barcelona en el con­curso público ordinario de 489 4, cayo autor resultó ser el Dr. D. José A. Masip y Gumá.

(Continuación) * FLOROL. C8 H10 O

Es uno de los seis fenoles ó xenoles que pueden derivar del xileno; es el metaxenol líquido C6 H3 (CH3)5 (1.3) (OH) ( i K Se

* En el número anterior se omitieron algunas cuartillas que publicaremos á la conclusión del grupo.

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encuentra en la brea de hulla y también [en la de haya, y se usa en terapéutica formando parte de estos productos, pero no aislado. Su éter metílico ó metil/lorol C6 H3 (CH3)'2 OCH3 es uno de los componentes de la esencia de árnica montana.

ÁCIDO TÍ MICO, TIMOL.

El timol es el fenol del cimeno C6H3. CH3. C3H7. OH, pero como el grupo hidroxílico (OH) puede ocupar posiciones diversas con respecto á las otras dos cadenas laterales CH3 y C3 H7, de aquí que se conozcan dos isómeros de este fe­nol: el timol a ó timol propiamente dicho, y el timol 3, cimol ó carvacrol.

CH3 CHS I I

H—0=C—C—H H—C—C—C—OH I II . I II

H—C=C—G—OH H—C=C—C—H I I

C3 H7 C3 H7 timol a timol g ó cimol

El timol a, llamado también ácido tí mico, C6 H3, CH^D C3H7 (,5) OH (3), fué descubierto por Neumann y forma casi la mitad de la esencia de tomillo (1). Sus caracteres, según la Farmacopea española (pág. 613) son los siguientes: «Crista­les gruesos, incoloros, trasparentes, de olor fuerte, pareci­do al del tomillo, y de sabor picante acre. Fusible á 44°, hierve á 230°, muy poco soluble en el agua (2) y bastante en alcohol, etér, ácido acético, cuerpos grasos y álcalis.» Con el percloruro de hierro no ha de producir coloración alguna.

Para obtenerlo «sométase la esencia de tomillo á un en­friamiento prolongado: sepárense los cristales de la parte lí­quida; purifiqúense, y guárdense en frascos bien tapados.» Con este procedimiento, que es el que indica la Farmacopea, es como se obtiene el timol con los caracteres indicados. Otras veces se prepara tratando la esencia de tomillo por una solu­ción acuosa de potasa ó sosa cáusticas, formándose así un t i -

(IJ El timol es la parte concreta 6 estearoptena de esta esencia y se le considera también como el alcanfor de la misma; en este concepto puede estu­diarse entre los alcanfores. La otra mitad de la esencia de tomillo está formada principalmente por dos hidrocarburos: el cimeno ó metilpropilbencina (Cl0 HU) que ya hemos citado y el timeno ( O H16) isómero del trementeno ó esencia de trementina.

(2) IporlOOO:

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mato soluble que se separa, y del que luego se deja libre el t i -mol añadiendo ácido clorhídrico; pero empleando este proce -dimiento, se obtiene un timol que no cristaliza, por mucho que se baje la temperatura, lo que indica que ha sufrido algu­na modificación molecular; los otros caracteres son análogos á los del timol cristalizado.

ACCIÓN.—El timol posee propiedades antisépticas nota­bles, cuatro veces mayores que las del ácido fónico, según Lewin; y solo es inferior el sublimado, según Bucholtz, el cual dice que en solución al 1 por 2000 impide la prolifera­ción bacteridiana; no obstante, su acción no es tan fiel como se ha querido suponer. Puro ó en solución concentrada es irritante, pero no lo es en solución diluida y de todos modos lo es menos que el ácido fénico. Absorbido paraliza los cen­tros nerviosos sin fase de excitación preliminar, y se elimina por los ríñones y por los pulmones. En los casos de intoxica­ción estos órganos se encuentran congestionados ó inñama-dos (Lauder-Brunton) (1). Su acción tóxica, según los expe­rimentos de Mairet, Pilatte y Combemale, se presenta cuando se introducen en el organismo 3 centigramos de ácido tímico por kilógramo de animal (Ac. Ciencias, París, 1885).

APLICACIONES TERAPÉUTICAS.—Sus usos más importantes son como antiséptico externo, en cuyo concepto tiene varias ventajas sobre el fenol, como son su olor agradable, su menor volatilidad y causticidad y su acción más enérgica. Por estos motivos se ha recomendado para el tratamiento antiséptico por diversos autores, como Lewin, Largenbeck, Ilans, Banke, Haller, Olshaussen y Eanke (2). El doctor Morales Perez lo emplea con resultados en su Clínica de Operatoria quirúrgica, asociado á otros antisépticos formando el licor de Pennes. Braun (AUg. Wien. Med. Zeit) lo usa como antiséptico obs­tétrico en forma de duchas vaginales después de toda inter­vención operatoria; en cuatro mil casos en que lo ha usado, sólo ha tenido dos defunciones, una por hemorragia debida á inserción viciosa de la placenta y otra por rotura del útero. Paquet, Ustariz y sobre todo Wywodzeff lo han empleado en los embalsamamientos; este último inyecta lentamente el áci­do tímico en solución en agua y glicerina, en las arterias ca-

(1) Lauder Bruntón. Tmitó de Pharm. de Thérap., eéde Mad med.— Bruselas 1888-89, pág. 1126.

(2) . Gomez de ia Mata. Estudio terapéutico de los Medicamentos moder­nos. Madrid, 1890, pág. 319. De la misma obra extractamos los datos relativos al empleo del timol en los embalsamamientos y al timato sódico.

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rótidas y crurales, por un procedimiento especial, en cantidad igual á la mitad del peso del cadáver.

Al mismo tiempo que como antiséptico obra como anesté­sico local en el tratamiento de varias dermatosis, como el pso­riasis, liquen, eczema crónico, prurigo, pitiriasis versicolor (Radcliffe Crocker) y en las quemaduras (Fuller). También se ha empleado como anestésico dentario (1).

En inhalaciones y pulverizaciones se ha recomendado en la bronquitis fétida, gangrena pulmonar, coqueluche (Leyden, Küssner, Kuster) y en la difteria (Warren). Lauder Brunton (2) recomienda las inyecciones nasales en los casos de ocena.

Al interior se ha usado como antiséptico en diversos esta­dos infecciosos, como en la difteria, por el mismo Warren, pero sobre todo se ha recomendado como antiséptico intesti­nal á causa de su poca solubilidad y por no alterar las funcio­nes digestivas (Manini 1887); asi Buzzolo dice que ha obteni­do buenos resultados en los catarros gastro intestinales, y en vista de esto propone que se ensaye en el cólera (Gac. mecí. Catal. 1884); también Henry {Medical News) lo ha empleado con éxito en los catarros agudos y crónicos del tubo digestivo y en la fiebre tifoidea, en la que disminuye la temperatura; en esta enfermedad está convencido Testi (Congr. ital. de Met. interna, 1888), fundándose en 150 casos, que el timol disminuye su gravedad y evita las complicaciones. Lewin lo aconseja en la dilatación del estómago.

Por esta misma acción antiséptica sobre el tubo digestivo, se ha empleado en la diabetes. Buffalini {Ann. XJnivers. de Me(i.,1887( dice que el timol no tiene acción sobre la gluco-suria, pero que con su uso ha obtenido mejorías en los diabé­ticos con acetonemia, lo que demuestra que la producción de la acetona tiene lugar en gran parte en el intestino.

También se ha empleado para combatir los parásitos intes­tinales como el anquilistoma (Buzzolo, Sonsino, Congr Roma, 1888), y la tenía (Wanni, Campi, Roe. Mecí.) Contra los oxiu­ros se emplean los enemas (Schmiedeberg). Lawrie {Th eLan-cet) ha usado el timol al interior para el tratamiento de la quiluría causada por la filarla de la sangre.

FORMAS FARMACOLÓGICAS Y DOSIS.—Al exterior se usan las soluciones al milésimo, como las siguientes:

(1) De Buck, loe, ciL, pág. 160. (2) Lauder Bruntón, loe. eit.t pág. 1127.

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Agua destilada. 800 gramos Glicerina) A * 1RTA Alcohol 1 aa 100 gramos Timol. . . . . . . . . . . . 1 gramo

(Crocker). Agua destilada. . . . . . . . . 1000 gramos Ácido salicílico 2'50 gramos Timol.. . 1 A A Eucaliptoli aa- ' '

(Pennes). La dé la F. E. es al §'50 por 6OO.3 Para inhalaciones sólo se emplean las soluciones al medio

por mil. Las pomadas se preparan del 1 al 4 por 100, con manteca,

glicerolado de almidón (Bouillón-Paquet), vaselina ó lanolina. La dosis ordinaria para uso interno es de 50 centigramos á

2 gramos en las veinticuatro horas; Campi llega hasta 6 y 8 gramos. Se administra en mixtura (Warren), en pildoras de á 15 centigramos, unido al jabón medicinal (Henry) ó en pa­peletas (Vanni y Campi).

TIMATO SÓDICO.—C'0 H'3ONa,—Cazziluvo (Giorn. med., 1878) ha llamado la atención sobre esta sal, habiéndola em­pleado en la terapéutica infantil como antipirético ligero, y sobre todo como carminativo y antiséptico; en los niños se emplea á la dosis de 50 centigramos. En colutorio se recomien­da contra el muguet; sus soluciones también están indicadas en las afecciones de la vagina, útero, vejiga, etc.

TIMATO DE MERCUEIO.—Esta sal se emplea al interior y en inyecciones hipodérmicas, lo mismo que sus derivados timoa-cetato, timosulfato y timonitrato de mercurio. No los descri­biremos por la misma razón que no hemos descrito el fenato de este mismo metal.

CARVACROL Ó CIMOL.—Es el timol 3 G?H3.CH3(1;03H74 OH2 , cuerpo que se presenta en forma de aceite espeso, de olor de piel de Rusia y se obtiene por la acción del ácido sulfúrico so­bre el cimeno del alcanfor, y haciendo obrar luego la potasa cáustica sobre el ácido conjugado que se ha formado. Tam­bién se produce por la acción de la potasa sobre la esencia de tuya. Se h,a recomendado en terapéutica uno de sus derivados yodados.

Otro isómero de los timóles, pero cuya constitución exacta

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no se conoce es el CARVOL, que se extrae de la alearaoea, del hinojo j de la menta.

Entre los fenoles correspondientes al cinameno citaremos el ANOL C9HS00, en el que el hidroxilo ocupa el lugar para con relación al vinilo C6 H*. OH(4)C3 H\i), y cuyo éter metilico OBk O CH*. OHs, ó ANETOL C'0 H" O forma la parte cfistali-zable de la esencia de anís.

NAFTOL, Q I O J J 8 Q

El naftol, descubierto por Schaeffer en 1869, es el fenol co­rrespondiente á la naftalina C10 H7. OH. Como en este hidro­carburo los átomos de carbono no guardan la misma relación entre sí, de aquí que los derivados serán distintos según don­de tengan lugar las sustituciones. Si éstas se verifican en el hidrógeno que está más próximo á los átomos de carbono co­munes á ambos núcleos bencénicos, se obtienen ios derivados a, y si la sustitución se verifica en los que están más aparta­dos, resultan los derivados [¿, según expresa el siguiente es­quema:

I ' 1 1 - I ,

Hay pues dos naftoles, « y g, según sea el hidrógeno de la naftalina que se ha reemplazado por el hidroxilo.

El ^a/ft)/ a cristaliza en agujas blancas, brillantes, de olor de fenol y de sabor acre; funde á 94°; es soluble en alcohol, éter y cloroformo, y casi insoluble en el agua, pues un litro de ésta á 70° solo disuelve 40 centigramos de naftol a. Un l i ­tro de agua que contenga 400 centímetros cúbicos de alcohol absoluto, puede disolver 10 gramos de este naftol. Su solución acuosa tratada por el cloruro cálcico toma color violeta y por el percloruro de hierro-se vuelve blanquecina y luego produ­ce un precipitado violeta de dinaftol a.

El naftol 3 ó isonaftol se presenta en forma de láminas cristalinas, incoloras, brillantes, de olor agradable, cuando es puro; funde á 122°; se disuelve en alcohol, éter, cloroformo, bencina y aceites grasos; es menos soluble en el agua que la

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El ílestatirador farmacéutico %'óS

variedad a, pues un litro de este líquido caliente solo disuelve 20 centigramos de naftol P; puede aumentarse esta proporción añadiendo alcohol en cantidad sutíciente, ó bien disolviéndolo en agua bórica saturada, según propone Annotta (L'CM. pharm., 1891), la cual á 100° disuelve 1 gramo de naftol y al enfriarse sólo deja precipitar 5 centigramos al cabo de algu­nos días. El naftol 3 en solución acuosa, tratado por el cloru­ro cálcico, toma coloración amarilla.

Los naftoles se preparan tratando la naftalina por el ácido sulfúrico; se obtiene entonces el ácido naftil-sulñiroso, p10 H7. S03Hque por un carbonato alcalino se convierte en naftil-, sulfite, el cual se descompone luego por medio de la potasa. Cuando durante la primera de estas reacciones la temperatura nó pasa de 80°, se obtiene la variedad a; si se conserva á la temperatura de 170° durante cuatro horas, se produce la va­riedad 3; á temperaturas intermedias se obtienen los dos naf­toles en proporciones variables. El naftol a se ha preparado sintéticamente (Fithg y Erdmann, Grimaud).

(Continuará).

PREPARACIÓN D E L A S D I S O L U C I O N E S D E L O S R E A C T I V O S POR EL DR. KRAUOH.

, Acetato bdrico. Una parte de sal se disuelve en 19 de agua. Acetato plúmbico. Disolución acuosa 1 : 9. Acetato sódico. Disolución acuosa 1 : 4 Acido clorhidrico diluido. Se diluye una parte de ácido clorhí­

drico puro de peso específico 1,19 en 3 partes de agua. Ácido fosfoantimónico, A 3 volúmenes de disolución acuosa re­

gularmente concentrada de fosfato sódico se añade un volumen de percloruro de antimonio (R. Otto).

Ácido fosfomolibdico. Se disuelve el ácido puro en agua. Ácido fosfotúngstico. Se añade un poco de ácido fosfórico puro

á una disolución de tungstato sódico puro (R. Otto), ó bien se usa la disolución acuosa del ácido fosfotúngstico puro.

Ácido nítrico diluido. Se diluye una parte de ácido nítrico de peso específico 1,2 en 2 partes de agua.

Ácido sulfúrico diluido. Mezcla de 5 partes de agua y una del ácido puro.

Ácido tánico. Se prepara en el momento necesario disolviendo una parte de tanino en 19 de agua.

Agua de bromo. Disolución acuosa saturada. Agua de cal. Se apaga una parte de cal viva con agua 3̂ después

se agita con 50 parles de este mismo líquido dejando la mezcla en

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contacto algunas horas. A l cabo de este tiempo se decanta el líquido que está encima del poso, se añaden á éste otras 50 partes de agua, se agita y se filtra poco antes de usarse.

Agua de cloro. Disolución saturada, de color amarillo verdoso Amoniaco. Se diluye el amoniaco de peso específico 0,925 con

una parte de agua, de modo que el nuevo peso específico sea 0,96 y la cantidad de NBL, del líquido sea próximamente el 10 7o-

Carbonato amónico. Se disuelve una parte de esta sal en una mezcla de 3 partes de agua y 1 de amoniaco de peso específico 0,96.

Carbonato potásico. Disolución acuosa 1 : 4. Carbonato sódico. Disolución]acuosa 1 : 4. Cloruro amónico. Una parte de sal se disuelve en 9 de agua. Cloruro bárico. Una parte de sal se disuelve en 20 de agua. Cloruro calcico. Se disuelve la sal cristalizada en la relación de

una parte de sal para 9 de agua. Cloruro mercúrico. Disolución acuosa 1:19. Cromato potásico ácido. Disolución acuosa 1 :19. Cromato potásico neutro. Disolución acuosa 1 : 19. Disolución de cloruro de cal. Se prepara poco antes de usarse

deshaciendo una parte del producto en 9 de agua y filtrando ense­guida el l íquido.

Disolución de cloruro estannoso para el exámen del arsénico por el método de Bettendorf. La manera de preparar esta disolución según la Pharm. Germ. I I I . Véase en las págs. 256 y 31. H . Warnecke y otros (Pharm. Ztg. 1891, pág. 167) consideran expuesto á equivo­caciones el ensayo de Bettendorf practicado con arreglo á las indica­ciones de la Farmacopea germánica I I I . Y en vez de la disolución re­comendada por esta últ ima, usa Warnecke otra de una parte de clo­ruro estannoso cristalizado en 2 de ácido clorhídrico humeante de peso específico 1,19 á 1,20. Usando esta disolución debe resultar exacto el ensayo de Bettendorf. Pueden verse más pormenores sobre este particular enWarnecke L e .

Disolución de cloruro fér r ico . Una parte de cloruro en 19 de agua.

Disolución de cloruro platínico. Una parte d.) cloruro platínico se disuelve en 19 de agua. También se prepara otra disolución con­centrada que en 100 grs. contiene 5 de platino metálico.

Disolución de gas sulfhídrico. Disolución acuosa enteramente saturadade gas.

Disolución de godo. (Disolución de godo en otra de goduro potá­sico). Se disuelven algunos granitos de yoduro potásico en agua y después se añade un poco de yodo hasta que adquiera el líquido color pardo (R. Otto).

Disoluciones de fachsina, azul de metileno y otros reactivos usa­dos para reconocer los bacilos de la tuberculosis en la investigación de los esputos (Hueppe, Ghemiker-Ztg. 189, N.0 101):

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1. Agua destilada. Está destinada á diluir los esputos, etc., y debe esterilizarse préviamente por ebullición ó destilación.

2. Alcohol absoluto ó espíritu de la farmacopea de 90 "/o- cíue se destina en parte á la preparación de disoluciones concentradas de las materias coló rantes y en parte para obtener alcohol de 60 7o cohol diluido).

3. Una disolución al 5 70 de ácido carbólico ó fénico. 4. Acidos minerales especialmente nítrico, clorhídrico ó sulfú­

rico diluidos aproximadamente en la relación de 1 :10 de agua, des­tinados á la descoloración.

5. Para colorear los bacilos tuberculosos se usa una disolución de 1,0 de fuchsina, 10,0 de alcuhol ó espíritu y 90,0 de ácido carbó­lico al 5 7o- La fuchsina se echa primero en el alcohol y después se añade el ácido carbólico; esta disolución se conserva muchos meses.

6. Como coloraciones de comprobación y fundamentales sirven las siguientes.

a) Azul de metileno acuoso, es decir, la disolución concentrada de azul de metileno frecuentemente renovada y filtrada, ó una d i ­solución alcohólica concentrada de la misma sustancia, á la que se añade antes de usarse la cantidad de agua necesaria para que se forme el color azul oscuro. v .

b) Fluorescina amarilla en disolución alcohólica concentrada, que se añade al azul de metileno hasta la saturación.

c) Aceite de anilina con ácido pícrico. Se disuelve^en un mortero, agitando con la mano del mismo el ácido pícrico en el aceite de ani­lina, toda la cantidad que sea posible, se deja aposar, se decanta y se añaden á la disolución concentrada 2 ó 3 gotas de anilina pura colocadas en una capsulita aparte.

También se usan estas mismas disoluciones de fuchsina y azul de metileno en la investigación de los micro-organismos contenidos en el agua (véase entre otros autores, Pharm. Ztg., 1889, pág. 37). Con este fin se preparan disoluciones alcohólicas saturadas de las mate­rias colorantes y se diluyen después de modo que el líquido aparez­ca aún transparente en capas de 3 centímetros de espesor. Acerca de los demás líquidos y reactivos usados en los casos anteriores, así como de la infusión de gelatina de carne, etc., véase Pharm. Ztg. í. c.

Fenoltaleína. Disolución en alcohol diluido de una parte de sustancia para ciento de alcohol.

Ferricianuro potásico. Disolución acuosa 1 : 19. Ferrocianuro potásico. Disolución acuosa 1 :19. Fosfato sódico. Disolución acuosa 1:9. . Hidrato sódico. Disolución acuosa 1 : 6. Hidróxido bárico, agua de barita. Disolución de una parte de

hidróxidopara 19 de agua. Hidróxido potásico. Disolución acuosa 1 : 6.

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Nitrato argéntico. Disolución acuosa 1 : 19. Nitrato hárico. Una parte de sal por 19 de agua. Nitroprusiato sódico. Disolución acuosa 1 : 50. Oxalato amónico. Se disuelve una parte de sal en 19 de agua. Permanganato potásico. Disolución acuosa 1 :1000. Sulfato calcico. Disolución acuosa saturada. Sulfato ferroso. Se disuelve una parte de sal en otra de ácido

sulfúrico diluido y 8 de agua. Sulfato magnésico. Disolución acuosa 1 : 9. Sulfocianato potásico. Disolución acuosa 1 : 19. Yoduro bismútico potásico. Su disolución se prepara lo mismo

que la del yoduro cádmico potásico. Yoduro cádmico potásico. Se disuelve el yoduro cádmico en

una disolución acuosa concentrada y caliente de yoduro potásiso, y el líquido así obtenido se mezcla con una cantidad de esta última disolución igual á la que fué necesaria para disolver el yoduro cád­mico (R. Otto).

Yoduro mercúrico potásico. Se disuelve cloruro mercúrico en agua y se le añade disolución de yoduro potásico hasta que se redi-suelva el precipitado formado al principio (R. Otto).

Yoduro potásico. Disolución acuosal : 9 Yoduro zíncico potásico. Se prepara la disolución lo mismo

que la del yoduro cádmico potásico.

V A R I E D A D E S — Buena campaña: El Sr. Gobernador se propone extirpar de

nuestra capital el sin número de embaucadores y charlatanes que explotan la credulidad del público con sus fantasmagorías prácticas, aliviando los bolsillos de su peso en perjuicio de la ignorancia y en menosprecio de la ley.

Son ya varios los explotadores que han sido visitados por la poli­cía, esperando no cejará en tan saludable campaña, que podría hacer estensiva á todas las poblaciones de la jurisdicción de su mando.

Felicitamos á dicho funcionario, esperando que los Subdelegados de Medicina y Farmacia encontrarán decido apoyo en cuantas gestio­nes realicen para el logro de tanta desidia como existe en asuntos de Sanidad.

— Sequah ahogado: Según noticias de Gandía el famoso cu­randero Sequah falleció ahogado en las playas de Gandía. Nosotros que hemos sido de los más entusiastas en perseguir su instrusión so­mos los primeros en comunicar la triste noticia á nuestros abonados, deseando olvido á todas sus proezas.

— Suicidio: En Santa Goloma de Parnés se suicidó al parecer con la estrignina el farmacéutico señor Roca instalado en dicha po­blación. Deseamos á su familia resignación para sobrellevar tan rudo golpe que no puede ser atribuido sino á un acto de demencia.

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— Pésame: Ha fallecido en la villa de Riudoms (Tarragona), D.a Magdalena Salvado, madre política de nuestro querido amigo D. Fedeiico Massó. Creemos interpretar los sentimientos de todos los amigos lamentando tan sensible como irreparable pérdida, acompa­ñando á toda su familia en el dolor.

— Limiiación de boticas en Bélgica: Un periódico francés dice que la Academia de Medicina de Bélgica ha votado la resolución s i ­guiente: La Academia teniendo en cuenta solamente lo que c'onviene al ejercicio del arle de curar y á los intereses de la salud pública, esüraa que la limitación del número de farmacias es el único medio de poner término á los abusos existentes.

Este acuerdo, añade el periódico aludido, ha sido en general cen­surado por la prensa médica belga.

¿Y en qué se funda esta censura? Precisamente nos ocurriría hacer la propia pregunta si un querido colega no la tuviera hecha por entender que es muy cómodo censurar sin alegar los motivos objeto de la censura.

Nosotros que desde muchos años venimos sosteniéndola impe­riosa necesidad de la limitación para contener las ridiculas cuando no punibles competencias en perjuicio de la salud pública, estamos muy conformes con el acuerdo, abogando para que sea un hecho la limitación, única fuente donde se puede acudir para la regeneración del edificio farmacéutico tan útil como desprestigiado.

— Encomienda: Amaestro amigo el digno Subdelegado de far­macia de Alberique, I ) . Magín Font y Martí, se le ha concedido la Encomienda de número de Isabel la Católica en méritos de expediente gubernativo, para depurar los servicios prestados en la última inva­sión colérica de dicha población.

Felicitamos al amigo, creyendo merece tan honrosa distinción. — Obituario: Falleció en Va liad olid D.a Inés Marcos y Fer­

nández, viuda del ilustrado farmacéutico que fué de aquella capital D. Mariano Peres Mit guez.

Acompañamos á su distinguida familia en el justo dolor experi­mentado por lan irreparable pérdida.

— Proceso: Ruidoso promete ser el que sostiene el Colegio de Farmacéuticos de Lérida contra uno de sus compañeros de profesión, sobre ciertas frases que dicho señor creyó calumniosa s para el pres­tigio de sus preparados.

Tendremos al corriente á nuestros lectores de cuanto ocurra, la ­mentando el pugilato entre individuos de una misma profesión.

Si las noticias ho.-la nosotros llegadas son ciertas, no será difícil probar á nuestros amigos de Lérida la verdad de cuanto se dice, aunque para ello haya necesidad de icfutar un d idámen , no siendo por hoy más extensos porque tiempo habrá para hablar de lo que ocurra.

Interin ofrecemos á los compañeros nuestro insignificante apoyo. — Nuevo periódico: Hemos recibido y leído con gusto el p r i ­

mer número de un periódico intitulado E l Memorandum. Agradecemos el saludo que dirige á la prensa haciendo gustosos

recíproco cambio. — La magnesia M i l i t a r : Mediana maiimorena se ha armado

en Madrid con el despacho en las farmacias militares de una magne-

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sia efervescente que no hace efervescencia. ¡Pobres farmacéuticos militares, buenos compañeros nuestros en su inmensa mayoría, sobre todo de corone! abajo!; los tienen convertidos en verdaderos oficiales de contabilidad, les exijen trabajar de boticarios con unas drogas... de contralista, con un personal siempre nuevo, siempre deficiente por su calidad y número, les obligan á un servicio público que re­pugnan por que conocen lo injusto y arbitrario del mismo y por que no les proporciona más que un trabajo escesivo que rechaza sus na-tura'es inclinaciones y estar expuestos, por fin, á una fiscalización militar que los desacredita y abruma.

Basta conocer la tramitación y espedienteo, entradas, salidas, cuen­tas corrientes, firmas y contrafirmas que emplea nuestra administra­ción en todos sus ramos para ver el origen y causa primordial de esa magnesia efervescente cuyo despacho, á pesar de las quejas, se repi­te; eso no es ni puede ser ineptitud de nuestros compañeros los m i ­litares, ni abandono de funciones ni nada que pueda dañar su honra profesional, para quien tenga sentido común. Eso indica sencilla­mente que una salida de laboratorio y entrada al despacho sufrió avería, por mala desecación de frascos, mal taponaje, etc., etc., y esa partida ha de seguir sus trámites naturales porque así lo exigen el espedienteo, la contabilidad y las bases fundamentales de la monar­quía española.

De ese quid pro cuo y de otros mil que sucederán, no tiene nadie más la culpa que los flamantes inventores de las farmacias militares de despacho público, á esos caballeros incumbe la responsabilidad toda y ya que las razones y el sentido común no les hicieron ver lo absurdo de sus proyectos, la esperiencia y repetición de hechos como el que motiva estas líneas les harán ver claro en el asunto y les de­mostrarán que un cuerpo oficial se halla incapacitado para el servi­cio público, porque no tiene la libertad de acción necesaria para ello, ni puede tener el acicate y amor propio que el individuo dedicado á ello y en lo que cifra su bienestar y porvenir, tiene: el interés que puede tener en nuestro caso el farmacéutico militar es puramente cor­porativo, por él desaparece su individualidad profesional y en su con­secuencia toda emulación tan necesaria para el buen servicio público.

Eso se vá, y se vá al compás de la silba más estrepitosa que pueda imaginarse. Los periódicos que en otro tiempo más incienso gastaron en pró de esa innovación son los que más duro atacan y más dudan de la bondad del hecho; los farmacéuticos militares convertidos en parias del ramo de guerra están .. nada, desfilando todo aquel que por su capacidad, posición ó suerte puede ganarse la subsistencia cicilmente aun á trueque de perder derechos pasivos para el porve­nir; la pretendida economía obtenida á costa de intereses sacratísi­mos, desconceptuada porque no deja de tener sus contras; y en suma todos hastiados y esperando un Mesías en forma de Ministro de la

- Guerra que en atención á lo inúti l , injusto, peligroso y absurdo, dé al traste con todo el tarantín de las farmacias militares de servicio público,