anonimo. la misión del sistema educativo mexicano, tres reformas profundas. (tema)

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111. LA MISIÓN DEL SISTEMA EDUCATIVO MEXICANO: TRES REFORMAS PROFUNDAS La verdadera reforma educativa, la que llega hasta el fondo de la cultura nacional, está por hacerse .. . Tal educación no podrá ser puramente espiritual pero tampoco exclusivamente material, ni sólo orientada en el sentido de la técnica, ni sólo en el de la cultura del espíritu. Más bien se orientaría a formar hom- bres en el sentido integral de la palabra. SAMUEL RAMOS, Veinte años de educación en México Los cambios recientes en las relaciones económicas, hacen evidente que México se encuentra en una etapa de transición desde que el país ingresó al Acuerdo General sobre Aranceles y Comercio (CATT) : en unos cuantos años se pasó del proteccionismo económico a una economía abierta, para muchos la más abierta del mundo. De ser un país princi- palmente productor de bienes de consumo intermedios para un mer- cado interno y seguro, se pasa a un sistema productivo orientado hacia la exportación con miras a satisfacer demandas del mercado interna- cional. Todo esto acarrea mayores demandas a la educación mexicana, en términos de mejorar su calidad y cobertura. Al sistema educativo se le exige que sea mejor, se le dice que tiene la obligación de formar a los recursos humanos que demanda el país, que debe hacer frente al reto de formar a productores eficientes para modernizar a México, para formar a los hombres y mujeres del siglo XXI, quienes enfrentarán seve- ras metamorfosis en la organización social y en la división del trabajo. México, se arguye, necesita una educación eficiente para estar a la al- tura de los cambios que se avecinan. Se da por hecho, no sin razón, que el sistema educativo heredado de las siete décadas anteriores, es inca- paz de hacer frente a ese reto. Igualmente, se demanda que la educación promueva la participa- ción pública responsable para contribuir a mantener y fortalecer la identidad nacional y reproducir la ' cultura que México heredó de sus antepasados. Pero, al mismo tiempo, se reconoce que no es posible sa- 95

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  • 111. LA MISIN DEL SISTEMA EDUCATIVO MEXICANO: TRES REFORMAS PROFUNDAS

    La verdadera reforma educativa, la que llega hasta el fondo de la cultura nacional, est por hacerse .. . Tal educacin no podr ser puramente espiritual pero tampoco exclusivamente material, ni slo orientada en el sentido de la tcnica, ni slo en el de la cultura del espritu. Ms bien se orientara a formar hom-bres en el sentido integral de la palabra.

    SAMUEL RAMOS,

    Veinte aos de educacin en Mxico

    Los cambios recientes en las relaciones econmicas, hacen evidente que Mxico se encuentra en una etapa de transicin desde que el pas ingres al Acuerdo General sobre Aranceles y Comercio (CATT): en unos cuantos aos se pas del proteccionismo econmico a una economa abierta, para muchos la ms abierta del mundo. De ser un pas princi-palmente productor de bienes de consumo intermedios para un mer-cado interno y seguro, se pasa a un sistema productivo orientado hacia la exportacin con miras a satisfacer demandas del mercado interna-cional. Todo esto acarrea mayores demandas a la educacin mexicana, en trminos de mejorar su calidad y cobertura. Al sistema educativo se le exige que sea mejor, se le dice que tiene la obligacin de formar a los recursos humanos que demanda el pas, que debe hacer frente al reto de formar a productores eficientes para modernizar a Mxico, para formar a los hombres y mujeres del siglo XXI, quienes enfrentarn seve-ras metamorfosis en la organizacin social y en la divisin del trabajo. Mxico, se arguye, necesita una educacin eficiente para estar a la al-tura de los cambios que se avecinan. Se da por hecho, no sin razn, que el sistema educativo heredado de las siete dcadas anteriores, es inca-paz de hacer frente a ese reto.

    Igualmente, se demanda que la educacin promueva la participa-cin pblica responsable para contribuir a mantener y fortalecer la identidad nacional y reproducir la 'cultura que Mxico hered de sus antepasados. Pero, al mismo tiempo, se reconoce que no es posible sa-

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  • 96 LA MISIN DEL SISTEMA EDUCATIVO MEXICANO

    tisfacer estas demandas con un sistema educativo que no se renueve, que est falto de recursos para sus acciones principales, que siga cen-tralizado y cargando la inercia burocrtica que 10 caracteriza; en fin, que se oriente ms a reproducir el pasado que a preparar las nuevas generaciones para el futuro.1

    La reforma del sistema educativo est en marcha y no es poco 10 he-cho por el gobierno salinista. En primer lugar un diagnstico crudo y realista del SEM, de sus deficiencias y necesidades, apenas esbozado en el Programa para la Modernizacin Educativa: 1989-1994; en segundo lu-gar, una inyeccin de recursos al sistema a partir de 1990 que permite la recuperacin paulatina de ingresos y salarios de maestros yadmi-nistradores de la educacin y que, tal vez, alcanz en 1993 entre 5.2 y 5.3% del PIB; en tercer lugar, se progresa en la descentralizacin del sis-tema educativo mexicano a partir del Acuerdo Nacional para la Moderni-zacin de la Educacin Bsica del 18 de mayo de 1992; en cuarto lugar, se comenz una reforma curricular de la educacin bsica, secundaria y normal, as como la elaboracin de los nuevos libros de texto corres-pondientes; en quinto lugar, se han dado cambios en planes y progra-mas de la enseanza tecnolgica y se avanza en la evaluacin de la educacin superior y, en sexto lugar, como se examin en el captulo anterior, se reform el artculo 30. de la Constitucin y se promulg la Ley General de Educacin.

    Las reformas del gobierno del presidente Salinas de Gortari definen con cierta precisin que la meta principal del sistema educativo es for-mar productores y preparar a los ciudadanos; es decir, al sistema edu-cativo mexicano se le asignan propsitos ambivalentes y aparente-mente contradictorios, que no se han podido resolver definitivamente en la historia de la educacin mexicana. La escuela mexicana, al igual que otros sistemas educativos del mundo, provoca una tensin entre las demandas del desarrollo econmico de formar el capital humano que requiere el mismo desarrollo, por una parte y, por la otra, satisfa-cer las necesidades de la democracia de formar a ciudadanos respon-sables. En la transicin del SEM todava hay confusin respecto a cmo

    1 Estas cualidades se derivan de varios discursos del presidente Salinas de Gortari, de las exposiciones de motivos de las iniciativas de reformas al artculo 30. y de Ley General de Educacin enviadas por el Poder Ejecutivo Federal al Congreso de la Unin en 1992 y del Programa de Modernizacin Educativa. Cf Carlos Salinas de Gor-tari, Pensamiwto edllcativo, Mxico, SEP, 1991; Secretara de Educacin Pblica, Artcu-lo 30. Constitllcional y Ley General de Edllcacin, Mxico, SEP, 1993, y Poder Ejecutivo Fe-deral, Programa ... , op. cit.

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    conjugar esos fines. Sin embargo, se puede postular que en el largo plazo, la educacin mexicana tendr que cumplir ambas misiones y ms todava: contribuir a formar una amplia base de mexicanos cultos, que sean a la vez ciudadanos responsables y seres productivos al m-ximo de su capacidad. De esta manera ampliar la conciencia de la na-cionalidad para que Mxico participe en mejores condiciones en el mercado mundial.

    Si en el captulo II el anlisis de los proyectos de reforma del Estado se hizo con base en el sentido comn y el debate pblico, el examen sociolgico de los fines de esos proyectos exige ir ms all de lo paten-te. Esa aparente dicotoma entre los fines de la educacin es en ocasio-nes explcita, pero las ms de las veces implcita, en el discurso poltico y las actividades tericas del Estado. Pero, al igual que en el mbito de la poltica, en el mundo de las explicaciones tericas, la educacin tambin est sujeta a controversia y, a pesar de que en circunstan-cias concretas hay acuerdo respecto a los propsitos ltimos, debido a las diferentes perspectivas se destaca en aspectos distintos. Tmese por ejemplo los fines de la educacin y las perspectivas positivas y cr-ticas.

    Como se seal en el captulo I, la nueva sociologa de la educacin surgi principalmente como una corriente crtica que pona en duda los mtodos y hallazgos de investigacin de la ciencia social positivis-ta, as como su orientacin. Por tanto, para elaborar sus propias expli-caciones fabric conceptos paralelos, con el fin de juzgar a sus adver-sarios y hacer propuestas (reproduccin, reformas profundas y valores). stos sern tiles para arribar al primer esbozo de reforma profunda que supone el proyecto democrtico y definir en consecuen-cia la misin del SEM en trminos del enfoque cultural, es conveniente principiar con una mirada al pasado y de nuevo a la poltica educativa del Estado.

    Los VAIVENES DE LA POLrnCA EDUCATNA

    A partir del triunfo de la Repblica sobre las fuerzas invasoras en 1867, la poltica educativa del Estado mexicano se enlaz indisolublemente con la idea de progreso. La escuela en Mxico tal vez nunca tuvo como propsito principal formar a una persona educada (en el sentido de que fuera una persona culta, sensible e impregnada de valores intelectua-les y morales superiores), sino modelar al ciudadano oal productor.

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    En el primer caso se destacaron la educacin cvica, la historia y la geo-grafa, despus de que los alumnos aprendieran a leer, escribir y con-tar. Tal vez hasta 1920 sa era la tnica general, tanto en el gobierno como en las recomendaciones de los mltiples congresos pedaggicos.2

    En el segundo caso, quiz desde los aos treinta, se acentu el des-arrollo de habilidades tcnicas y la adquisicin de ciertos rasgos nece-sarios para el trabajo productivo, como puntualidad y disciplina. No-ciones tales como la belleza, el desarrollo de la sensibilidad y las facultades creativas, si no se abandonaron por completo, se refugiaron en escuelas de artes. La reproduccin de valores y actitudes intelectua-les se dejaba a la iniciativa personal de quienes ascendan en la escala social o eran ya privilegiados de antemano. La idea de progreso, salvo en los tiempos de Vasconcelos y -parcialmente- en los momentos culminantes de la escuela rural, ha estado falta de cultura y padecido cierto tipo de empirismo e intuicin.

    Hay etapas cruciales en la historia del SEM que marcan pautas que, a pesar de apelar a los mismos fines, se diferencian muy bien por sus intenciones polticas y por los valores que trataban de imbuir en la po-blacin. Con Vasconcelos se buscaba consolidar la nacionalidad por medio de valores culturales universales y un mpetu civilizador, mas su obra educativa, despus de algunos aos, concluy en la burocrati-zacin del aparato escolar por l creado y en un abandono paulatino de los valores culturales, que se cambiaron por una enseanza que po-na ms el acento en la reproduccin de valores cvicos, el anticlerica-lismo y el fortalecimiento de la ideologa de la Revolucin Mexicana. La segunda etapa se realiza con Narciso Bassols al frente de la SEP y la reforma que impuls con dos vertientes: una utilitarista y otra popu-lista (en el sentido que Crdova le da al trmino). La primera vertiente tuvo mayor impacto y largo aliento y sent las bases de todo el subsis-tema de enseanza tecnolgica que hoy se conoce. La segunda, ha su-frido variaciones en el tiempo pero en trminos generales continua vigente. La tercera etapa es la de la consolidacin del proyecto de edu-cacin nacional, homogneo en los contenidos y que, con reformas de superficie y mucho ms grande, sobrevivi hasta 1992. El Acuerdo Na-cional para la Modernizacin de la Educacin Bsica, en consecuencia, cierra una etapa del SEM, pero abre otra llena de expectativas e incerti-dumbres.

    2 Cf Meneses, op. cit., t. 2.

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    El cambio profundo: La creacin de la Secretara de Educacin Pblica

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    Despus de los aos turbulentos de la Revolucin Mexicana, el Estado, fuerte como nunca antes en la historia, se propuso la tarea de consoli-dar a la nacin, de construir desde sus cimientos la idea de un Mxico independiente y revolucionario, de imbuir en la mente de sus habitan-tes (de todos, no nada ms de las lites) la idea de pertenencia a una patria, de producir y reproducir la imagen de que los mexicanos com-partan una historia comn, que son parte de una sociedad nica y di-ferenciada y que la historia es una especie de rampa ascendente que conduce hacia el progreso y la modernidad.

    La educacin pblica sera el instrumento ideal para realizar esa ta-rea que era crucial para el Estado revolucionario. A pesar de que la Cons-titucin recin promulgada en 1917 postulaba que la piedra angular del sistema democrtico descansaba en el municipio libre y el rgimen republicano en la libre asociacin de los estados federados, muy pron-to el poder central decret que los municipios eran incapaces de hacer-se cargo de educar al pueblo. Las razones polticas del grupo triunfa-dor en la Revolucin coincidieron con los propsitos civilizadores de Jos Vasconcelos, en aquel entonces rector de la Universidad Nacional. Para los primeros era urgente unificar al pas, acabar con las pugnas entre facciones revolucionarias y organizar la economa nacional; para el segundo era imprescindible la formacin de ciudadanos que se en-cargaran en el futuro de la conduccin de la nacin. Esos mexicanos deberan ser conscientes de sus orgenes histricos y raciales adems de poseer los elementos de una cultura occidental que les proporcio-nara visiones y conceptos universales.

    No se puede afirmar que el grupo sonorense estuviera por completo alejado de preocupaciones sociales y culturales, como tampoco asegu-rar que Vasconcelos era polticamente neutro o ingenuo. Sin embargo, los propsitos de control poltico de Obregn y Calles eran superiores a sus fines culturales y los de Vasconcelos -y la plyade de intelectua-les y artistas que lo secundaban- prevalecan sobre sus apetitos pol-ticos (al menos por algunos aos). Para ambos grupos, la creacin de la Secretara de Educacin Pblica significaba un paso trascendente en la historia de Mxico. Para los gobernantes simbolizaba la posibili-dad de impulsar un proyecto poltico de gran alcance en el cual el Es-tado sera la piedra angular -no slo de las relaciones polticas sino

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    tambin de las econmicas y las sociales- en la reconstruccin y con-solidacin de la nacin.

    Para Vasconcelos la creacin de la Secretara de Educacin Pblica expresaba la eventualidad de erigir la nacionalidad sobre bases cultu-rales que dieran cierta identidad homognea a los mexicanos. La "raza csmica" es tal vez la construccin intelectual que sintetiz aquellos afanes: era necesaria una masa creciente poseedora de una " ... concien-cia poltica de un 'nosotros' frente a Espaa y posteriormente los Esta-dos Unidos y Francia".3 El ideal de Vasconcelos de la raza csmica, la quinta sobre la faz de la tierra, sera mestiza, homognea en su lengua, sera el antecedente para la creacin de una cultura nacional, que reco-noca las aportaciones de la cultura universal a la elevacin intelectual de las masas.

    Con el fin de lograr esa homogeneidad, ese mestizaje completo, haba que unificar lingsticamente al pas con el nimo de adquirir conciencia de un pasado compartido. Del pasado remoto y preco-lombino haba una herencia cultural rica y una cosmovisin que habra que incorporar al presente y al futuro para afirmar lo mexi-cano. Simultneamente, haba que asimilar los valores de la cultura universal y as buscar la nobleza espiritual de las masas. Al haber apertura a todas las culturas y razas, tanto del oriente como del occiden-te, los mexicanos incorporaran su herencia doble y as podran des-cubrir su propia ~dentidad. El ideal educativo de Vasconcelos, a propsito de lograr la afirmacin de la nacionalidad, asociaba la sabidura de Quetzalcatl, la entereza de Prometeo y la mstica de Buda. Tres valores significativos que, a juzgar por el desarrollo poste-rior de l a educacin, nunca se conjugaron en la cultura nacional.

    La SEP, en consecuencia, se deba dedicar primordialmente a esa ta-rea, para la cual hacan falta recursos, mentes y voluntad para cambiar el orden de cosas reinante. Para Vasconcelos era claro que la misin de la educacin consista en formar las bases de la nacin a partir de la formacin de hombres y mujeres libres, porque:

    Las escuelas monrquicas se proponan formar buenos sbditos, las escue-las teolgicas, buenos sacerdotes; los despotismos se empean en crear sol-dados, y solamente los pueblos civilizados procuran formar buenos ciuda-

    3 Jos Joaqun Blanco, "El proyecto educativo de Jos Vasconcelos como programa poltico", en Hctor Aguilar Camn et al., En tomo a la cultura nacional, Mxico, INI, 1976, pgina 87.

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    danos, es decir, hombres y mujeres libres, capaces de juzgar la vida desde un punto de vista propio, de producir su sustento y de forjar la sociedad de tal manera que todo hombre de trabajo est en condiciones de conquistar una cmoda manera de vivir. Este es el tipo de hombre que tratamos de crear en Mxico y se ha sido el propsito de nuestra reforma educaciona1.4

    La libertad fundamental radica en la capacidad de juzgar la vida desde un punto de vista propio, es decir, apropiarse conceptos yopi-niones, para lo cual era necesario poseer no slo conocimientos y habi-lidades, sino adems ideas y sensibilidad para comprender la natura-leza, poder apreciar una obra de arte, emocionarse al escuchar una sinfona o seguir con exaltacin la lectura de un libro clsico.

    Ya desde 1912, Vasconcelos, junto con otros intelectuales del Ateneo de la Juventud, haba fundado la Universidad Popular, que organiza-ba conferencias y lecturas de poesa en los jardines pblicos, las fbri-cas y los hospitales. Quiz por eso, cuando fund la SEP, el Departa-mento de Bellas Artes tena como misin fomentar y ampliar la cultura nacional. Tambin ofreca cursos prcticos de idiomas, aritmtica, ta-quigrafa y organizaba grupos de alfabetizacin, campaas contra el alcoholismo y en favor de la higiene. Para Vasconcelos educar era sem-brar grmenes de cultura, moral ciudadana y sensibilidad artstica. Tal vez inspirado en Lunacharski, el legendario Comisario del Pueblo para la Educacin y las Artes de la naciente Unin Sovitica, el Depar-tamento de Bellas Artes tom bajo su jurisdiccin las instituciones ofi-ciales de artes, los museos, los monumentos, los sitios arqueolgicos, muchos teatros y conservatorios de msica. A pesar de lo raqutico de los medios (sobre todo de recursos intelectuales), la labor cultural de Vasconcelos, su mpetu, originalidad e intensidad, no ha sido supera-da en la his toria pos terior del SEM.

    La educacin formal de las masas estaba a cargo del Departamento Escolar de la SEP. Ah la tarea tambin era gigantesca. El propsito era claro, ms que habilidades para el trabajo, los ciudadanos libres debe-ran pensar y disfrutar la cultura, elevar el espritu:

    La educacin moderna, que abarca la gleba, lo mismo que al privilegiado, ha de dar a cada uno, en su breve paso por las aulas, no slo cierta especia-lizacin tcnica que lo habilite para sumarse al ejrcito irremplazable de

    4 Jos Vasconcelos, Antologa de textos sobre edllcacill, introduccin y seleccin de Silvia Malina, Mxico, SEr, 1981, p. 282.

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    los trabajadores, sino tambin una visin general del mundo invisible, construido por valores que se disfrutan sin sentido de rivalidad o compe-tencia con nuestros semejantes.

    y para que no hubiera duda,

    La educacin en su aspecto de ilustracin y escape de las ruindades de lo cotidiano, es algo digno de ser preservado. La perenne insatisfaccin del alma halla su estmulo mejor en el trabajo asociado a la cultura. Por eso la escuela no ha de limitarse a enseamos a manejar las cosas; cualquier viejo taller o cualquier fbrica cumple ese objetivo. Las mejores horas de la es-cuela son las horas aparentemente intiles en que seguamos las aventuras de Telmaco, los viajes inverosmiles de San Balandrn o los relatos sospe-chosos de Marco Polo.5

    Parece claro que en el viejo debate entre educacin general y la es-pecializacin, Vasconcelos no titube en tomar partido por la primera. Haba precisin respecto al papel fundamental de la escolaridad en la formacin de personas completas, con un intelecto desarrollado y sen-sibilidad cultural. Para l la inculcacin de valores era ms, mucho ms importante que los aspectos prcticos. Este punto era congruente con sus ideales democrticos porque para l un pueblo sin educacin, sin cultura, sera siempr~ esclavo, vctima de unos cuantos dictadores y plutcratas sin moral. Tener pueblos educados, civilizados, cons-cientes de su pasado, con fe en el porvenir y culturalmente homog-neos, es la base de la nacionalidad, la fortaleza del pas y el mejor ins-trumento contra la opresin. Alcanzarlo exiga primero ensear a leer alas masas.

    Alfabetizar fue el credo que empuj a Vasconcelos a iniciar las mi-siones culturales y las casas del pueblo. Para redimir a las masas, se-gn su sueo y pasin, era necesaria la cultura, el arma de la razn, ya no tanto por medio de la lucha armada o hacindolas beneficiarias de las reformas sociales. Haba que tomarse esa tarea con dedicacin o, tal vez sea ms correcto decirlo, con devocin. Ya desde que fue designa-do rector de la Universidad Nacional por el presidente De la Huerta, Vasconcelos haba hecho claro que conceba su empresa educativa mu-cho ms all de las aulas universitarias, haba que educar a esa raza irredenta de indios que deban ser mexicanos. Y, a falta de otros recur-

    5 Jos Vasconcelos, op. cit., pp. 76-77.

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    sos, eso deba hacerse con fervor evanglico igual al de las misiones que propagaban la fe.

    No obstante, Vasconcelos no quera imbuir con ese fervor una fe re-ligiosa, sino formar hombres autosuficientes, generosos y plenos de moral ciudadana:

    Los educadores de nuestra raza deben tener en cuenta que el fin capital de la educacin es formar hombres capaces de bastarse a s mismos y de em-plear su energa sobrante en el bien de los dems. Esto que tericamente parece muy sencillo es, sin embargo, una de las ms difciles empresas, una empresa que requiere verdadero fervor apostlico. Para resolver de verdad el problema de nuestra educacin nacional, va a ser necesario mover el es-pritu pblico y animarlo de un ardor evanglico, semejante ... al que lleva-ra a los misioneros por todas las regiones del mundo a propagar la fe.6

    En consecuencia, ya como secretario de Educacin Pblica, Vascon-celos organiz las misiones culturales y las casas del pueblo para cum-plir con esa obra patritica y cultural. Alfabetizar, no obstante, era insuficiente. La cultura universal tena que formar parte del alma me-xicana y la SEP emprendi la tarea de traducir a los clsicos de la litera-tura, al mismo tiempo que puso a disposicin de los pintores Rivera, Siqueiros y Montenegro, los muros del flamante edificio de la SEP para que recrearan la cultura nacional. Sin embargo, a pesar de la importan-cia en la reproduccin de los valores y la ideologa, el naciente sistema educativo tambin pona atencin a la reproduccin de ciertas habili-dades prcticas, que auxiliaran a los pobres a mejorar su condicin y que, paradjicamente, al poner en marcha escuelas para obreros y es-pecialistas, entre stas la de Ingeniera Mecnica y Elctrica en 1923, Vasconcelos agrand los cimientos de una enseanza utilitarista que floreci aos despus, cuando ya l renegaba de su obra.

    Para ser consecuente con sus ideales democrticos y redentores, Vasconcelos encauz la mayor parte del presupuesto de la SEP a la en-seanza elemental y a las reas rurales. Sus prioridades eran las masas no las lites. Al final de su periodo, informa John Skirius, haba 722 casas del pueblo, 1 048 maestros rurales y 62 maestros misioneros que itineraban por el pas alfabetizando y aconsejando a los maestros rura-les cmo establecer programas de enseanza prcticos y que propor-cionaran placer intelectual a la gente?

    6 Jos Vasconcelos, op. cit., p. 209. 7 John Skirius, "Vasconcelos: El poltico y el educador", en lvaro Matute y Martha

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    La parte ms polmica tanto de la obra como de la visin de Vascon-celos radic en la educacin para los indios y en su nocin de la raza csmica. Primero como rector de la Universidad Nacional y luego como secretario de Educacin Pblica, Vasconcelos insisti que el Departamento de Enseanza Indgena era transitorio y solamente para castellanizar a los indios, en cuanto ellos dominaran el espaol, se les transfiriera a la escuela rural para que se fundieran con los mes-tizos sin distincin de razas. Castellanizar, aparte de homogeneizar a la poblacin en una sola cultura, era asimilarla a la nacionalidad.

    Recientemente se ha escrito mucho acerca de la mejor manera de educar a los indios de pura raza, siendo numerosos los partidarios de la creacin de escuelas especiales de indios, pero siempre he sido enemigo de esta medi-da porque fatalmente conduce al sistema llamado de la resenJacin, que di-vide a la poblacin en castas y colores de piel, y nosotros deseamos educar al indio para asimilarlo totalmente a nuestra nacionalidad y no para hacer-lo a un lado. En realidad, creo que debe seguirse, para educar al indio, el mtodo venerable de los grandes educadores espaoles que, como Las Ca-sas, Vasco de Quiroga y Motolina, adaptaron al indio a la civilizacin eu-ropea, creando de esta suerte nuevos pases y nuevas razas, en lugar de borrar a los naturales o reducirlos al aislamiento.8

    La pregunta siempre ser si aqulla actitud era la adecuada. Si Vas-cancelas pensaba que al castellanizar, en vez de asimilar inmediata-mente a la nacin, rompa los valores tradicionales de los indios, su visin cosmolgica del mundo y de la vida, si al destruir sus mitos no se instalaban otros que al final slo reproduciran un universo simb-lico distinto. A juzgar por los resultados parece que no, que la visin evangelizadora de Vasconcelos estaba no por encima, sino en contra de esas preocupaciones. Estaba convencido que l tena la razn; por eso, en el primer nmero de El Maestro, el rgano de difusin de la SEP, sentenci: 11 escribiremos para los muchos con el propsito de elevar-los y no nos preguntamos qu es lo que quieren las multitudes, sino qu es lo que ms les conviene para que ellos mismos encuentren el camino de la redencin".9

    Dorus (comps.), Jos Vasconcelos: Sil pida y Sil obm, Mxico, UNAM, Textos de Humanida-des, 1984, p. 74.

    8 Jos Vasconcelos, op, cit., p. 292. 9 Citado por Enrique Krauze, "El caudillo Vasconcelos", en lvaro Matute y Mar-

    tha Dorus (comps.), op. cit., p. 137.

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    Al leer a Vasconcelos al final del siglo xx (sus obras de juventud y primera madurez, las de creacin y crecimiento intelectual; no las de su decadencia y ancianidad), no es aventurado afirmar que su espritu estaba enfermo de racismo. Esto se confirma por sus juicios, palabras y, hasta cierto grado, por sus obras en la SEP. Haba cierto odio hacia los sajones y los blancos, y nunca neg su aspiracin a desnaturalizar a los indios. Su concepto de raza csmica, iberoamericana, fue el resul-tado no de un estudio filosfico sistemtico, sino de la emocin y el nimo que pona en todo lo que haca. Aunque es imposible descartar que Vasconcelos fuera ms racista que la mayora de sus contempor-neos, al menos planteaba sus prejuicios en forma de reivindicaciones futuras de los oprimidos de aquella actualidad. (Por las herencias de la Colonia y la influencia del positivismo decimonnico que estableca las divisiones sociales por raza principalmente, con dificultad alguien se escapaba de hacer juicios denigrantes de las diferentes etnias de M-xico.) Empero, el deseo expreso de Vasconcelos no era la competencia entre las razas y la supervivencia de los ms aptos como pregonaban los positivistas, sino una amalgama para crear una nueva raza, cuyo heraldo ya exista: el mestizo, del cual surgira un hombre nuevo.

    Rafael Moreno sintetiza el anhelo de Vasconcelos sobre la raza del futuro, que segn l tiene su asiento en Iberoamrica:

    El hombre elegido no es el ms apto, segn determinaron Darwin y Spen-cer; la seleccin la har el gusto y el amor. Tampoco ser una raza de hom-bres blancos, negros, amarillos, rojos, al modo como aconteci en el pasa-do; la nueva raza, la quinta en la historia, y la definitiva del hombre, se fundar en el mestizaje. La raza por venir huir de las parcialidades y de los nacionalismos para ser verdaderamente universal en los propsitos, en la composicin, en los valores que la rijan. As morirn los egosmos, los intereses parciales, el peligro del hombre sobre el hombre. Habr una su-premaca del espritu ante la materia, de los valores ante la tcnica, de la emocin y la esttica ante la razn.10

    y luego:

    El punto de partida no es la carencia culhlral. La interpretacin y la volun-tad de cultura tienen sentido porque la cultura existe. lberoamrica no es

    10 Rafael Moreno, "La cultura y la filosofa iberoamericana de Jos Vasconcelos", en lvaro Matute y Martha Doros (comps.), op. cit., p. 105.

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    106 LA MISIN DEL SISTEMA EDUCATIVO MEXICANO

    un simple agregado, sino una comunidad con calidades para ser el asiento de la raza y la civilizacin futura.u

    A ese universo cultural por nacer, Vasconcelos quera inducir a los indios ya que por s mismos no progresaran ni disfrutaran de los pla-ceres de la cultura ni los valores de la civilizacin. En las condiciones de opresin y abandono eran una rmora para la cultura nacional. Si cambi el universo simblico de los indios castellanizados o no, es una pregunta que no se podr contestar nunca, ya que la realidad de las etnias mexicanas no vari significativamente durante el tiempo de Vas-concelos. Esto, por supuesto, no va en detrimento de su obra. Con Vascon-celos la SEP vivi sus momentos heroicos y si la existencia de los pobres no se modific, fue por el contexto general del pas: la inestabilidad que an reinaba, la aguda escasez de todo tipo de productos, la corrup-cin poltica y la falta de recursos econmicos. Sin embargo, dadas las condiciones del pas en aquellos aos, los recursos fueron relativamen-te abundantes como se documentar en el captulo VII .

    An antes que Vasconcelos terminara sus periodo en la SEP, la rutina empezaba a imponerse por sobre el espritu misionero; la labor del funcionario devena ms importante que la del maestro; el culto a los reglamentos superaba al nimo por experimentar cosas nuevas; en sntesis, la construccin del aparato escolar llevaba implcito las si-mientes de su propia burocratizacin. A pesar de ello, Vasconcelos concit el apoyo entusiasta de artistas e intelectuales, de maestros de escuela y profesionales, de padres de familia del barrio y de polticos importantes. Lo ms destacado de su obra fue esa insistencia en la cul-tura, en la formacin de valores morales y estticos para formar la na-cionalidad. Una herencia que, acaso latente, sobrevive hasta estos das y que es indispensable recuperar para el proyecto de un SEM democr-tico y equitativo.

    Los tiempos de Bassols: La segunda reforma profunda

    Despus de Vasconcelos fueron pocos los experimentos educativos. Por un tiempo Moiss Senz continu impulsando las 11 escuelas de la accin" que haba apoyado Vasconcelos. Rafael Ramrez prosegua

    11 Ibid., p. 106.

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  • LA MISIN DEL SISTEMA EDUCATIVO MEXICANO 107

    con ahnco la construccin de escuelas rurales (as como con el estable-cimiento de reglamentos para los supervisores, la edicin de manuales y revistas para los maestros), por lo dems la SEP se institucionaliza-ba y desarrollaba sus propias dinmicas, reglamentos y rutinas. En el debate pblico y los aspectos financieros, la educacin superior cobra-ba mayor importancia y las luchas estudiantiles antiautoritarias y por la autonoma de la Universidad, apoyadas por muchos intelectuales, llenaban las pginas de los peridicos. En 1929, el presidente Portes Gil concedi la autonoma a la Universidad, que entr en un periodo de inestabilidad hasta 1945.

    De la salida de Vasconcelos de la SEP a la instauracin de la educa-cin socialista, el pas se estremeCa con el asesinato de Obregn, la campaa presidencial de 1929, que puso a Vasconcelos contra sus an-tiguos aliados y que, al perder la Presidencia, lo llenaron de amargura, desencanto y rencor. La crisis econmica de 1929 a 1933 gener proble-mas inditos para Mxico y se inici la primera etapa de sustitucin de importaciones. En el SEM paulatinamente se transit de la importancia en la escuela rural a la creacin de instituciones urbanas -aunque los presupuestos para la educacin rural eran todava generosos, conside-rando la pobreza del SEM- y del acento en las cuestiones culturales a la formacin de mano de obra que demandaba el progreso de Mxico.

    La crisis econmica de 1929 a 1933 produjo efectos contradictorios en el desarrollo del pas. Ante el cierre del mercado internacional y la baja de las exportaciones, el Estado mexicano se vio forzado a impul-sar la industrializacin. Sin embargo, la mayor parte de la industria de transformacin, al igual que la minera, el petrleo y la agricultura de exportacin, estaba en manos de capitalistas extranjeros e incluso algunas empresas dependan, para su actividad, de la importacin de materias productivas. Mas el Estado se defina como el promotor del nacionalismo econmico y la mayor parte de las empresas -naciona-les y extranjeras- no encontraban tcnicos y operarios calificados y, aun en este terreno, se dependa del extranjero. As que desde el punto de vista del gobierno era imperativo impulsar y expandir la educacin tcnica para relacionarse con los problemas ms grandes de la econo-ma mexicana, para que los mexicanos manejaran y administraran los bienes de la nacinP

    12 Narciso Bassols, Obras, Mxico, Fondo de Cultura Econmica, 1964, introduccin y notas de Jess Silva Herzog, pp. 225-230.

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    108 LA MISiN DEL SISTEMA EDUCATIVO MEXICANO

    En octubre de 1931, Narciso Bassols fue designado secretario de Edu-cacin Pblica por el presidente Pascual Ortiz Rubio. Tal vez pocos me-xicanos comprendieron como l la importancia que el desarrollo econ-mico tena para el pas. Bassols, junto con Luis Enrique Erro, director del Departamento de Educacin Tcnica durante su administracin, disearon y ejecutaron la poltica del Estado en este rengln. Ambos compartan una visin marxista del universo, igualmente compartan ciertas inquietudes y pasiones sobre el destino de Mxico y eran anti-clericales furibundos. A diferencia de los lderes de la poca, Bassols no disfrutaba del talento poltico que le permitiera convertirse en dirigen-te. "Aunque su habilidad mental era considerable" -resea Britton-"su determinacin de reformar a la sociedad en la cual viva lo haca un tanto falto de perspicacia al tratar a sus colaboradores, cuyas men-tes no se movan tan aprisa ni por los mismos caminos que la suya. Su preocupacin por ver resultados inmediatos y su impaciencia con los burcratas estorbosos, influyeron a veces en sus juicios ms que la ideo-10ga".B Problema que, aunado al conflicto que mantuvo con la Iglesia catlica y las fuerzas conservadoras, por una parte, y los maestros y sus mltiples sindicatos por otra, forzaron su renuncia como secreta-rio de Educacin Pblica en mayo de 1934.

    Britton concluye su documentado anlisis de la obra de Bassols con la siguiente sentencia:

    Al evaluar la actuacin de Bassols en la Secretaria de Educacin Pblica es imposible omitir la dedicacin firme y la unidad de mente que puso en cada tarea que emprendi. Hasta cierto punto tuvo xItos de corta duracin en todos sus esfuerzos importantes: la laicizacin de las escuelas privadas, la reforma de la educacin rural pos primaria y la creacin de un nuevo esca-lafn. Su falla principal parece haber sido su ceguera para las consecuen-cias ms grandes de sus acciones y palabras, especialmente los disturbios en y fuera de la Secretaria que finalmente lo hicieron caer.14

    Acaso Britton tenga razn en la mayor parte de su juicio, pero en lo que respecta a sembrar una tendencia utilitarista en la educacin, es posible sostener que tuvo xitos de largo alcance y que lo sembrado por Bassols fructific aos despus, aunque sus efectos y consecuen-

    13 John A. Britton, Edllcacin y radicalismo el! Mxico, Mxico, Sep-Setentas, 1976, t. 1, pgina 5I.

    14 Britton, op. cit., t. J, p. 114.

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  • LA MISIN DEL SISTEMA EDUCATIVO MEXICANO 109

    cas estuvieron cargados de contradicciones, que perduran hasta nues-tros das.

    Desde su posicin de secretario, Bassols pens que una forma de ayudar a resolver los problemas econmicos de Mxico era preparan-do gente para que supiera hacer las cosas. En su discurso, la escuela tcnica deba y poda cumplir tal papel. Afirmaba a principios de 1932:

    Para los intereses generales del pas, las escuelas tcnicas tienen una gran importancia porque de ellas depende grandemente el porvenir de nuestra economa nacional... Si la educacin industrial y comercial que se imparte por el Estado no corresponde a las exigencias y necesidades de nuestra vida econmica, los recursos que el Estado gasta en ella significarn un despil-farro absurdo. Es indispensable que la enseanza tcnica, industrial, se oriente de una forma estrictamente acorde con las condiciones de nuestra indus-tria y sus posibilidades ... Por tanto, es indispensable, que las enseanzas tengan un carcter estrictamente prctico y que capaciten a los que la reci-ben para ingresar a las industrias ya existentes.15

    Es decir, desde la perspectiva del Estado, la educacin tcnica debe estar en correspondencia con el desarrollo industrial del pas . Esto era congruente con la nocin terica que Erro haba acuado sobre la edu-cacin tcnica y su papel en la sociedad:

    Se considera como enseanza tcnica aqulla que tiene por objeto adiestrar al hombre en el manejo inteligente de los recursos tericos y ma teriales que la humanidad ha acumulado para transformar el medio fsico y adaptarlo a sus necesidades. Los recursos tericos estn organizados en disciplinas cientficas. Los recursos materiales en sistemas de produccin y de cambio de productos; y esa organizacin es de tal manera importante que consti-tuye la estructura de la vida social y a ella se conforman todas las otras actividades. La escuela tcnica no est vuelta hacia el individuo sino hacia la organizacin de la produccin y del cambio. No est condicionada por el aumento de la poblacin sino por las transformaciones operadas en la estructura econmica del pas.16

    Esta visin del papel de la educacin es una ruptura tajante con las nociones vasconcelistas de ver a la escuela como centro de ilustracin, generadora de cultura y como el lugar ideal para el engrandecimiento

    15 Narciso Bassols, op. cit., pp. 216-217. 16 Citado por Isidro Castillo, op. cit., t. 3, pp. 377-378.

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  • 110 LA MISIN DEL SISTEMA EDUCATIVO MEXICANO

    del espritu. La concepcin emergente se preocup ms por la subsis-tencia material que por la elevacin intelectual. Fue el comienzo de un largo trnsito: desde el usar a la escuela C

  • LA MISIN DEL SISTEMA EDUCATIVO MEXICANO 111

    se destaca la funcin que la escuela debe desempear para contribuir a formar ciudadanos, hacer que todos -indios y mestizos, campesi-nos y trabajadores- se identifiquen como mexicanos y conciban al Es-tado como representante de la nacin. No obstante que el Estado es ubicado por encima de las clases sociales y se reconoce la lucha de cla-ses como algo inherente a la sociedad, el discurso de Bassols destacaba la necesidad de lograr cierta uniformidad entre los mexicanos igno-rando el carcter de clase del Estado, en contraposicin a su ideologa marxista.

    En aquel discurso Bassols demostraba que comprenda con profun-didad la funcin que la escuela tiene en una sociedad en transicin. Teoriz y ofreci ejemplos relevantes de los puntos sustantivos de su programa. Asegur que la educacin deba realizar cuatro funciones armnicas y coherentes entre s para cumplir su verdadero cometido. En primer lugar, una funcin biolgica para promover la buena alimen-tacin, la higiene y la salud, porque slo una sociedad saludable poda avanzar por la senda del progreso; al mismo tiempo supuso que este tipo de educacin ayudara a preservar a las razas indgenas. Esto co-rresponde a la reproduccin biolgica y fsica de la fuerza de trabajo.

    En segundo lugar, la escuela deba tener un carcter nacional e inte-grador, pero que ayudara a preservar a las culturas indgenas, reconocer su autonoma cultural y respetar sus costumbres. Adems, la Revolu-cin en el poder debera prestar atencin a la educacin para los adultos con el fin de integrarlos a los trabajos productivos y a la vida nacional.

    En tercer lugar, para Bassols, la integracin nacional debera lograrse por medio del desarrollo econmico, ms que por la identidad cultu-ral. Lo que condujo a postular el rasgo distintivo de su poltica educa-cional: la escuela, antes que nada, deba cumplir una funcin econmi-ca. Por una parte los planteles en s mismos (especialmente los tcnicos y los campesinos) deberan integrarse a las actividades productivas; por otra parte, ensear mtodos modernos de trabajo y formas de organi-zacin eficientes.

    En cuarto lugar, en la visin de Bassols las escuelas deberan cum-plir una funcin poltica muy explcita: laicismo y cultura para deste-rrar el fanatismo y los prejuicios religiosos e impartir educacin cvica que ponga el acento en el crecimiento de las instituciones nacionales. Es decir, la escuela deba contribuir a reproducir la ideologa de la Re-volucin Mexicana. El fin del programa educativo de Mxico, segn Bassols,

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  • 112 LA MISIN DEL SISTEMA EDUCATIVO MEXICANO

    ... consiste en tratar de modificar los sistemas de produccin, de distribu-cin y de consumo de la riqueza, porque nuestra obra educativa no sola-mente procura hacer de cada joven un nuevo productor capaz de enfren-tarse a los dems y obtener un sitio propio sino que esencialmente se preocupa por desterrar viejos e inadecuados sistemas de produccin y de transformacin de la riqueza .. P

    Por palabra y obra, Bassols se situ en el extremo opuesto a Vascon-celos sin dejar lugar a dudas o ambigedades. En la polmica entre tcnica y cultura, entre instruccin especializada y educacin general, sus inclinaciones utilitaristas siempre ladearon la balanza en favor de la primera. Aunque es posible coincidir con Britton en que en el terre-no de la prctica muy poco se logr, al menos en el discurso Bassols planteaba que ms que dedicarse al crecimiento intelectual, las escue-las deberan reproducir fuerza de trabajo, conforme a sus convicciones marxistas.

    Sin embargo, aqu subyace una proposicin importante acerca de la funcin de vanguardia que puede desempear la educacin o, como dira don Jess Silva Herzog, de sus virtudes transformadoras. Cuan-do Bassols hablaba estrictamente de la educacin tcnica, se refera a formar gente preparada para satisfacer las necesidades de la industria moderna y modificar las tendencias del desarrollo econmico. Este era un salto en su concepcin. Ya no se requera gente para operar en las arcaicas estructuras productivas, sino personas con conocimientos, habilidades, destrezas y rasgos de la personalidad necesarios para transformar los sistemas de produccin y distribucin dominantes. Por otra parte, el hecho de concebir la escuela tcnica en contacto estre-cho con la produccin le aproximaba a la concepcin de Marx, quien propona relacionar la educacin con el trabajo productivo como uno de los medios de formar hombres plenamente desarrollados. Bassols, no obstante, se mantuvo con un enfoque utilitarista quiz demasiado estrecho, ya que su objetivo principal era aumentar la productividad por medio de la escuela.

    La relevancia de la obra de Bassols al frente de la SEP no radica tal vez en las realizaciones prcticas, sino en el hecho de que se percat del valor econmico de la educacin. Y lo conceptualiz de una mane-ra hasta cierto punto brillante:

    17 Narciso Bassols, op. cit., p. 176.

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  • LA MISIN DEL SISTEMA EDUCATIVO MEXICANO 113

    ... la divisin del trabajo -escribi- exige diferenciacin de aptitudes y conocimientos, pero por encima de la diversidad, la obra educativa tiende a asimilar a los nuevos elementos humanos dentro de las formas de orga-nizacin y trabajo del grupo. En el aspecto econmico de la educacin, vista as, tiende a incorporar a los jvenes al proceso de produccin de la rique-za, sumando unidades de refresco en los cuadros de la estructura econmi-ca y sociaLl8

    Pero

    ... para el logro pleno de las finalidades educativas que hemos sealado, sin duda alguna es menester adems de una elevacin de las condiciones biolgicas de la raza y de la formacin de una estructura econmica nueva, que aumente la productividad y haga posible el correspondiente ascenso cultural, logr ar la creacin de un sistema orgnico de convivencia polti-ca que exprese sinceramente las aspiraciones y necesidades de nuestra po-blacin ... 19

    El sistema de convivencia poltica ya haba surgido: era el Estado emanado de la Revolucin Mexicana, que para esas fechas defina con cierta precisin su carcter corporativo.

    Tanto para Bassols como para Erro, la escuela (la tcnica en particu-lar) debera estar ligada a la produccin en forma orgnica, de manera tal que los estudiantes no se sintieran en la escuela sino en el trabajo mismo, que percibieran en la realidad lo que es producir y disciplinar-se a una rutina de trabajo ardua, darse cuenta por medio de la expe-riencia lo que es hacer cosas con las manos.

    Dentro de las escuelas (industriales para mujeres) se dar fuerte preferen-cia en el ao al trabajo en taller con el propsito de crear, hasta donde esto sea posible, un rgimen interior de trabajo igual, en cuanto se pueda, a las condiciones reales de las fbricas y talleres de industrias semejantes. As se educar a las futuras productoras dentro de un ambiente de fbrica, no un ambiente escolar.2o

    Y, qu caractersticas crea el rgimen de trabajo de los talleres? Se-gn Bowles y Gintis, para los obreros, rasgos tales como disciplina, pa-sividad, rutina frente a la mquina y prdida de iniciativa para sujetar-

    18 Narciso Bassols, op. cit., p. 174. 19 Narciso Bassols, op. cit., p. 179. 20 Narciso Bassols, op. cit., p. 223.

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    114 LA MISIN DEL SISTEMA EDUCATIVO MEXICANO

    se al ritmo impuesto por la produccin de mercancas.21 De manera in-directa, la fbrica tambin reproduce en los obreros respeto a una je-rarqua generalmente vertical originada en la propiedad de los medios de produccin. Esta es de nuevo una contradiccin entre los propsi-tos de progreso para las masas trabajadoras que Bassols manifest y los resultados prcticos de la educacin que propona.

    Lo que importa sealar en el discurso de Bassols es que la educacin tcnica impulsada por el Estado dio un salto cualitativo de gran mag-nitud. Ya no slo tena que reproducir fuerza de trabajo para la indus-tria, sino competir por los nuevos campos profesionales con la univer-sidad liberal. La UNAM, desde la perspectiva de los gobernantes, se haba convertido en un refugio de los conservadores que se oponan a los regmenes revolucionarios; entonces era necesario crear nuevas insti-tuciones que se opusieran a la decadente Universidad y defendieran a los gobiernos e instituciones emanadas de la Revolucin Mexicana. La escuela politcnica cumplira tal misin. Durante los aos de la educa-cin socialista, el presidente Crdenas tom la estafeta.

    Toda la obra educacional de Bassols fue contradictoria. Debido a sus preocupaciones por el desarrollo econmico de Mxico, propona que las escuelas contribuyeran a tal proceso formando gente que en habilidades y destrezas, rasgos de la personalidad e ideologa, partici-paran ms eficientemente en esas tareas. Mas por esas mismas razones descuid la cuestin de la formacin ciudadana por la va de la inte-gracin cultural. Y, al apreciar los frutos de su encomienda en el largo plazo, la influencia economista que introdujo y hered al futuro de la SEP, Bassols gener una tendencia pesada en el SEM, una percepcin uti-litarista de la educacin, de nuevo un instrumento de progreso, cierto con valores intelectuales y morales, pero ms que nada, con valor de cambio en la economa.

    La herencia ms franca de Bassols y Erro en la SEP, fueron las bases para que durante los aos de la educacin socialista se fundara el Ins-tituto Politcnico Nacional y la red de escuelas tcnicas que por mu-chos aos fueron autnticos canales de movilidad social para cientos de miles de jvenes de los segmentos populares, que no hubieran po-dido estudiar si no fuera por las becas que otorgaba el gobierno fede-ral. El utilitarismo de Bassols, su voluntad de cambio y su tenacidad, consolidaron el aparato que Vasconcelos fund. Adems, le dio una

    21 Bowles y Gintis, op. cit., cap. 5.

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  • LA MISIN DEL SISTEMA EDUCATIVO MEXICANO 115

    orientacin que, con ligeras variaciones, perdura hasta el presente y que los abogados del proyecto neoliberal quieren extender hasta el si-glo XXI.

    La unidad nacional: Una refonna que perdura

    Despus del interregno de la educacin socialista que Bassols, tal vez sin proponrselo o quiz en contra de su voluntad, prepar; apacigua-das ya las clases medias al frenar el reparto de tierras; nacionalizado el petrleo y con la guerra en Europa, soplaron nuevos vientos en la SEP

    . y se abri de nuevo la contienda por la misin del SEM. En 1941 se pro-clam el fin del radicalismo en la educacin, no se trataba ya de que la escuela sirviera de palanca a la transformacin de Mxico, sino que fuera un instrumento para unificar al pas, con el nimo de consolidar la convivencia nacional; en fin, ya no para estimular la lucha de clases, sino para favorecer la unidad de los mexicanos.

    Tras una breve extensin de la educacin socialista con Luis Sn-chez Pontn como primer secretario de Educacin Pblica en el gabi-nete del presidente vila Camacho, la transicin a la escuela de la uni-dad nacional se inici con la designacin de Octavio Vjar Vzquez, quien sin miramiento ni tacto poltico arremeti contra la educacin socialista y las escuelas rurales. Fue el autor de la unificacin de planes y programas de las escuelas de las ciudades y del campo, lo que signi-fic, segn el maestro Isidro Castillo, la desaparicin de hecho del es-pritu revolucionario en la educacin. Era un plan de estudios urbano que se impona a los medios rurales para satisfacer necesidades ajenas. La propuesta ideolgica ms importante y controvertida de Vjar Vz-quez fue la "pedagoga del amor" para acentuar la armona social y acabar con la lucha de clases.

    La pedagoga del amor, aunque nunca se defini siquiera mediana-mente, des tacaba la cuestin de la ideologa en detrimento de los asun-tos prcticos; haca llamados a la bondad y virtudes implcitas en cada ser humano para acabar con la desigualdad y hacer de Mxico un gran pas. Los soportes para ello seran el individuo, la familia y la nacin:

    Se piensa borrar las desigualdades totalmente: queremos que en la escuela se haga obra de homogeneidad espiritual, de acercamiento, de unificacin; ya que es el amor, quirase o no, el que ha de unir en un solo espritu a todos los mexicanos para formar lo que anhelamos: una nacin fuerte ... La

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    116 LA MISIN DEL SISTEMA EDUCATIVO MEXICANO

    nacin es as, un mnimo espiritual idntico para todos los hombres que viven en Mxico. Este mnimo espiritual tiene que condensarse, que mate-rializarse, no en estructuras pasajeras que integran la poblacin nuestra, sino perpetuarse a travs de lo que es duradero y perdurable, de lo que permanece: el hombre, la familia, la nacin. Por eso hemos credo que para integrar una verdadera nacionalidad es indispensable que la educacin torne en cuenta en forma bsica estas tres categoras: el mexicano, la fami-lia mexicana, la nacin mexicana. 22

    Sin embargo, la pedagoga del amor se trat de imponer autoritaria-mente desde la SEP al gremio magisterial, el cual, an disperso en cen-tenas de organizaciones sindicales y grupos polticos resista la poltica oficial. El gobierno impuls la asociacin de los maestros y contribuy notablemente a la creacin del SNTE en 1943, en concordancia con la po-ltica corporativista iniciada durante la dcada anterior. Pero la unifi-cacin de los maestros, as como la poltica educativa del gobierno, estaba en riesgo de un fracaso rotundo debido a la intolerancia del se-cretar io Vjar y, por otro lado, por las presiones de los muchos enemi-gos que l se haba conquistado.

    El 24 de diciembre de 1943, Jaime Torres Bodet fue designado secre-tario de Educacin Pblica por pdmera ocasin; el presidente Lpez Mateos lo hara secretario de nuevo en 1958 para cubrir toda la ruta. Torres Bodet, quien pronto tom conciencia de lo que le esperaba, ante las pugnas viejas de los maestros y las crticas de algunos polticos des-plazados, reflexion:

    A m, por lo pronto, no me importaba durar. Me importaba ser. Y para ser, necesitaba determinar, ante todo, la manera de ser; es decir, lo que tena que ser, no slo corno ejecutor de una voluntad oficial ni como intrprete de un criterio exclusivo, por mo que fuese, sino como servidor de una cau-sa pblica.23

    La causa pblica era una escuela que serva para unir a todos los mexicanos.

    Torres Bodet, antiguo secretario de Vasconcelos y director del De-partamento de Bibliotecas cuando ste fue secretario de Educacin P-blica, intent una restauracin del espritu vasconceliano. Deseaba de nuevo imprimir un aliento civilizador a la educacin: restableci las

    22 Citado por Isidro Castillo, op. cit., t. 4, p. 43. 23 Jaime Torres Bodet, op. cit., t. 1, p. 237.

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  • LA MISIN DEL SISTEMA EDUCATIVO MEXICANO 117

    misiones culturales y fund la Biblioteca Enciclopdica Popular, tal vez como una reminiscencia de las ediciones de los clsicos que orden Vas-concelos. En su discurso poltico y cultural, el maestro se convirti en un apstol, el abnegado servidor de las causas ms nobles de la nacin: la educacin de los nios . Siguiendo las enseanzas de su antiguo maestro y, adems, convencido del valor intrnseco de la obra, inici una nueva cruzada para ensear a los adultos a leer y escribir. La Cam-paa Nacional contra el Analfabetismo, al igual que en los tiempos de Vasconcelos, concit el apoyo de intelectuales y artistas de prestigio, pero sin el calor de los aos veinte. Muchos de ellos fueron integrantes de la Comisin Revisora y Coordinadora de Planes Educativos, Pro-gramas de Estudios y Textos Escolares.

    Sin embargo, Torres Bodet no era Vasconcelos, ni el pas era el mis-mo de los caudillos. El nuevo periodo de sustitucin de importacio-nes, debido a la segunda Guerra Mundial, el desarrollo acelerado de la industria, el crecimiento de la urbanizacin y diferenciacin social, au-nados a la tendencia utilitarista ya arraigada en la educacin mexicana y las deficiencias presupuestales, obligaron a Torres Bodet a disear una estrategia ms modesta. No obstante, cargada de tensiones.

    Torres Bodet desde la pedagoga del amor, reconoci el valor de la educacin tcnica, pero le interesaba encontrar un concepto que re-orientara la enseanza no a la lucha entre los mexicanos, sino al forta-lecimiento de la nacin. La unidad nacional era un eslogan que no te-na otro fin mas que alinear a las fuerzas polticas con el gobierno para luchar contra el fascismo y el nazismo y, en el trayecto, afianzar el pre-sidencialismo. Esa consigna se convirti, gracias a Torres Bodet, en un elemento aglutinador y forjador de polticas de largo plazo:

    Haba llegado a la conclusin de que la unidad nacional no se erige, en nin-guna parte, de manera tan honda y tan perdurable como en la escuela. An-siaba una escuela digna de unir a todos los mexicanos. Y ese fue el tema, precisamente, del primer acuerdo que tuve con l [el presidente vila Ca-macho] durante el mes de enero de 1944 ... Una escuela digna de unir a to-dos los mexicanos. S, agregaba yo, y digna de unirlos en el progreso, la democracia, en la justicia social, en la libertad de pensar, de escribir, de creer ... pero no en la subordinacin a una secta poltica o religiosa (o reli-giosa y, tambin, poltica) sometida a instrucciones del extranjero.24

    Q4 Jaime Torres Bodet, op. cit., t. 1, p. 249.

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  • l.

    118 LA MISIN DEL SISTEMA EDUCATIVO MEXICANO

    La imagen aglutinadora de Torres Bodet, al mismo tiempo que rati-ficaba la idea del progreso por medio de la educacin, mantena su re-lacin con la ideologa de la Revolucin Mexicana: la persecucin de la justicia social y, finalmente, recuperaba el principio liberal en el que Vasconcelos puso tanto inters. Tal sntesis, sin embargo, no condujo a una restauracin de los ideales de Vasconcelos, sino al fortalecimiento del Estado educador y, quiz sin que Torres Bodet se lo propusiera, contribuy a la consolidacin del corporativismo mexicano. La lgica del corporativismo, segn Semo:

    ... asimila y subordina a los dos grandes principios de la era de la industria y la burocracia en una sola ecuacin. Individuo y comunidad se combinan en una terza va de la ideologa de Estado hasta conformar un cuerpo nico de vocaciones e interpelaciones. La razn y el humanismo, utopas tradi-cionales de la educacin moderna, a las dos banalidades fundamentales dellogos corporativo: el Estado y la Nacin ... No fue una involucin sino una congregacin de todos los impulsos educativos inspirados por la revo-lucin, que podan formar parte de una educacin corporativizada. Del vasconcelismo adopta su espritu liberal y occidentalizante; de Bassols y sus correligionarios asimila elementos que slo pueden pertenecer al so-cialismo de Estado, en su versin sovitica ... no una educacin pensada en el fortalecimiento de la sociedad, sino en la entronizacin del Estado.25

    Infortunadamente Serno no ofrece pruebas convincentes para su in-terpretacin. Tal vez exagera en su conclusin de la entronizacin del Estado; la supremaca del Estado por sobre la sociedad, segn la evi-dencia que presenta Crdova, era ya parte del cuerpo ideolgico de la Revolucin Mexicana. Mas es probable que Semo tenga razn en que la poltica de la unidad nacional significaba una congregacin de to-das las tendencias pasadas. No obstante, un compendio de tal natura-leza, necesariamente encuba los conflictos que hered de su historia. En lugar de un modelo nuevo, original (para el cual tal vez no haba fuentes intelectuales para fundarlo), se metieron en un solo recipiente corrientes encontradas. El resultado palpable fue la burocratizacin de la SEP, la reproduccin de rutinas y el imperio del formalismo. El mis-mo Torres Bodet se lamentaba 15 aos despus, cuando regres a la SEP con Lpez Mateos, que muchos de los programas no se haban actua-lizado, algunos haban sido alterados.

    25 Iln Serno, "Vasconcelos liS. Bassols: La disputa por la educacin", en Foro Uni-versitario, nm. 68, poca n, julio de 1986, p. 26.

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    En cuanto a los otros, los ms ambiciosos (o sea los menos buenos), se les cumpla de manera automtica y formalista. Me refiero, por ejemplo, a los de civismo. Mal concebidos desde su origen -lo reconozco-, tales pro-gramas estaban dando lugar a una especie de introduccin a las tcnicas del derecho, y no a una adecuada preparacin para la vida diaria del ciu-dadano.26

    El diagnstico de Torres Bodet indica que los propsitos de formar ciudadanos responsables, amantes de la democracia y que tuvieran valores morales y estticos, haba cado en una especie de catequiza-cin civil. Quiz, como sealaba Althusser, la ideologa de la clase do-minante no se puede reproducir como un producto ntegro para las clases subordinadas.27 Sin embargo, se no era el propsito, al menos explcito, de Torres Bodet. Acaso l, como antes Vasconcelos y aun los gobernantes, estaban sinceramente convencidos de que deseaban la mejor educacin posible para todos, para elevar a las masas, al menos intelectualmente. Esto sugiere que el proceso de reproduccin de valo-res e ideologa es mucho ms complejo, que no se circunscribe a los deseos de los gobernantes y que exige prcticas sociales de sujetos par-ticulares que influyen en el proceso, principalmente los maestros.

    Uno de los puntos fuertes de la poltica educativa del Estado en esos tiempos y mrito indiscutible de Torres Bodet, fue la creacin del Ins-tituto Federal de Capacitacin del Magisterio (IFCM). Torres Bodet comprendi que el problema de la ineficacia docente recaa primor-dialmente en los maestros, pero no desconoca sus carencias materia-les e intelectuales.

    Pero, cmo exigirles un rendimiento cabal, sin darles -por lo menos-una preparacin docente gratuita, rpida y uniforme? Los maestros rura-les podan demostrar su gran capacidad humana, aunque carecan, en su mayora, de verdaderas capacidades tcnicas. De los 18 mil que prestaban servicios a la Federacin, nueve mil tenan solamente certificados de estu-dios primarios; tres mil haban hecho estudios secundarios parciales (de uno o de dos grados); tres mil haban egresado de las Escuelas Normales Rurales, y solamente dos mil haban sido formados en Escuelas Norma-les de plan completo.28

    26 Jaime Torres Bodet, op. cit., t. 1, p. 328. 27 Cf Louis Althusser, "Ideologa y aparatos ideolgicos de Estado (Apuntes para

    una investigacin)", en Revista Mexicana de Ciencia Poltica, nm. 78, 1974. 28 Jaime Torres Bodet, op. cit., t. 1, p. 332.

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    El propsito del IFCM era doble. Por una parte mejorar las capacida-des intelectuales de los maestros en ejercicio y acrecentar sus conoci-mientos de los contenidos educativos y, por otra parte, buscar la mejo-ra profesional del magisterio y, en consecuencia, acrecentar su posicin social. Metas que todava persiguen el gremio y el gobierno a partir del Programa para la Modernizacin de la Educacin de 1989 y des-pus de las reformas de 1992. Simultneamente al avance en la conse-cucin de grados, los maestros reciban un aumento (el famoso sexto) de salario y avanzaban hacia la basificacin. El IFCM fue tambin una innovacin educativa. Fue la primera institucin de que se tenga noti-cia que en la Amrica Latina estableci los cursos por correspondencia y ofreci oportunidades de titulacin en veranos u otros periodos de vacaciones.

    Poner al maestro en el centro de un programa de educacin, apoyar-lo econmicamente, incrementar su decoro profesional y estimularlo a la superacin intelectual, tiene efectos tangibles, no slo en la poltica educativa y el prestigio del secretario que lo hace, sino tambin en la educacin misma. De tal manera que, aunque no sea el fin explcito de sus promotores, esa mejora tiene efectos positivos en los sujetos que pasan por las aulas y algunos, como fue el caso de la generacin del 68, quienes asistieron a la primaria ya la secundaria en las dcadas de los cincuenta y sesenta, se tomaron en serio la cuestin de la democracia.

    La tarea de Torres Bodet comenz en 1943, pero concluy en 1964. Despus de 12 aos de ausencia, Torres Bodet regres en 1958 para continuar su obra. Las bases de su proyecto educativo, la congrega-cin entre liberalismo y utilitarismo ya estaban sentadas y, con la revi-sin de la enseanza secundaria de 1944, tambin arraigadas en las ac-tividades prcticas de la educacin mexicana. En la segunda vuelta, Torres Bodet consolid lo hecho, avanz en la expansin del sistema y se preocup en parte de la educacin superior. En 1959, a escasas se-manas de haber tomado posesin del cargo, retir de "comisiones y licencias" a ms de tres mil maestros del Distrito Federal; consigui el apoyo del presidente Lpez Mateos para que la SEP designara unilate-ralmente el lugar donde los egresados de la Escuela Normal de Mxico y las normales federales realizarn el servicio social; igualmente, con-venci al Presidente de asignar recursos adicionales a la SEP y se cons-truyeron ms de 1 700 aulas en la ciudad de Mxico en unos cuantos meses para satisfacer la demanda de inscripciones en las escuelas pri-marias.

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    El rezago en la satisfaccin de la demanda era muy elevado, haba largas filas de padres de familia buscando inscribir a sus hijos en las escuelas y no haba cupo. Al parecer, la imagen de que por medio de la educacin se puede avanzar socialmente haba atravesado la concien-cia de la poblacin, al menos la de las ciudades. Ahora el Estado tena que satisfacer, insista Torres Bodet, lo que ya era una demanda popu-lar irresistible, a pesar de los obstculos que le colocaban los funcionarios de la Secretara de Hacienda por las erogaciones que aquello represen-taba. No obstante que eso cuesta, los polticos corno Lpez Mateos sa-ban que. brindar educacin para las masas es menos caro que repartir las tierras y no genera inestabilidad y agitacin, al menos no tanta.

    El modelo de la educacin para la unidad nacional, al igual que en los tiempos de Vasconcelos y Bassols, persegua la integracin de los indios a la nacionalidad mexicana. La creacin del Instituto Nacional Indigenista (INI), en 1948, recogi la experiencia del periodo de la edu-cacin socialista; el Departamento de Asuntos Indgenas destac ms la mexicanizacin que la reproduccin de habilidades. Tanto la polti-ca de la educacin socialista, corno la de la unidad nacional, superan la visin de Vasconcelos; sin embargo, sin abandonar cierto paternalis-mo, al considerar que las etnias tienen intereses propios y que ms que hispanizar lo que se requiere es integrar todas las etnias a la nacin. El Estado mexicano se reconoce pluritnico y pluricultural.

    Con pocas variaciones, la poltica educativa del Estado hacia las mi-noras raciales es la misma desde los aos cincuenta. Se induce al cam-bio de la visin cosmolgica de la etnia, mas se pretende, al menos en las declaraciones, que a partir de la identificacin de los intereses de las propias comunidades; se intenta usar la lengua materna corno medio para la castellanizacin, pero preservando su existencia (se han escrito innumerables libros de texto en muchas lenguas nativas y antroplo-gos del INI y la SEP hacen estudios para dotar a las lenguas indgenas de gramtica y escritura) y se busca, con poco xito, que la mayora de los maestros a cargo de esas tareas sean de la misma etnia. En consecuen-cia, para los indios, ms que reproducir habilidades y destrezas para el trabajo, la educacin oficial otorga ms importancia a la formacin de la nacionalidad. Esto no obsta para que en la sociedad persista un ra-cismo fuerte, pero sutil; no franco, pero efectivo.

    Torres Bodet, esta vez sin la participacin entusiasta de los intelec-tuales notables que reuni en la antigua Comisin Revisora, form otro grupo para formular el Plan para la Expansin y Mejoramiento de

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    la Escuela Primaria, el plan de once aos. En ste predominaban fun-cionarios pblicos y representantes sindicales. El propsito era claro: ampliar la oferta de la educacin primaria y prever el crecimiento de la poblacin para satisfacer toda la demanda; es decir, que ningn nio menor a los 14 aos quedara sin escuela. El plan persegua adems abatir la desercin, sobre todo en las reas rurales. Mas no era fcil conseguir los medios para alcanzar tal fin. Durante la elaboracin mis-ma del plan, Torres Bodet enfrent dificultades con los funcionarios de las secretaras de Hacienda e Industria y Comercio. Los primeros tra-taban de disminuir los presupuestos, los segundos hacan estimacio-nes estadsticas muy conservadoras, que no dibujaban la realidad de-mogrfica del pas.

    La parte del plan que le toc poner en marcha, durante los primeros cinco aos, cumpli con las metas propuestas en cuanto a la expansin de la oferta. Sin embargo, la demanda fue mayor a la estimada y la de-sercin, que no es un fenmeno exclusivamente escolar, no disminuy de manera notable a pesar de los incrementos en los servicios asisten-ciales, como los desayunos escolares y los programas de higiene. La segunda parte del plan, segn Latap, en el cuidadoso anlisis que hizo de la poltica educativa del gobierno de Daz Ordaz, fue un retroceso. No hubo los recursos fiscales para la educacin, ni la voluntad poltica del rgimen de continuar la obra.29 El segundo asunto pes ms que el primero.

    El otro elemento fue la creacin de la Comisin Nacional de los li-bros de Texto Gratuitos (Conaliteg). Un programa de elaboracin inte-lectual, produccin y distribucin de libros de texto ya haba sido planteado durante los aos de la educacin socialista. Es ms, en ese tiempo un proyecto pequeo se puso en movimiento, "los Dap", pero que por la escasez de fondos y falta de cooperacin de la SEP se suspen-di. Los Dap, eran libros editados por el Departamento Autnomo de Publicaciones, cuyo subdirector era el joven funcionario Adolfo Lpez Mateos.30 Ya como presidente, orden a su secretario de Educacin P-blica que hiciera el plan en grande. La puesta en marcha de un progra-ma de libros de texto gratuitos, en aquel entonces nico en el mundo fuera de la Unin de Repblicas Socialistas Soviticas (URSS) y la Ale-mania Democrtica, le vali al gobierno de Mxico muchos reconoc-

    29 Pablo Latap, "Balance de un sexenio", en Diorama de la Cultura de Exclsior, 22de noviembre de 1970.

    30 Vctor Hugo Bolaos, op. cit., p. 133.

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  • LA MISIN DEL SISTEMA EDUCATIVO MEXICANO 123

    mientos internacionales y otros tantos conflictos internos. La impug-nacin interna, desde la derecha, apuntaba en dos direcciones. La pri-mera, de los empresarios de la industria editorial que vean mermar sus actividades. La segunda, la vieja demanda de los sectores medios conservadores por la libertad de enseanza. Se acusaba al gobierno de querer imponer una visin nica de la vida, la sociedad y la historia de Mxico. Rechazaban los intentos del Estado de 11 colectivizar la mente" y demandaban, como en el pasado y el presente, que la incli-nacin religiosa de los padres se reprodujera en las escuelas pblicas.31

    Muchos aos despus, don Jess Reyes Heroles respondi de nuevo a esa peticin sealando:

    ... ensear en la escuela todas las religiones, sabiendo que pronto ese pro-ceso va a conducir a la concentracin en una sola religin y a volver a los viejos conflictos del siglo pasado.32

    y ratific que en Mxico existe libertad de enseanza, que es la Igle-sia catlica la que en el siglo pasado se opuso radicalmente a ella.

    La pugna ideolgica, la querella escolar, como la denomina Soledad Loaeza, se manifest con fuerza en 1961, pero al final se impuso la voluntad del gobierno y el principio del Estado educador result inc-lume y fortalecido. Ms fuerte an por la participacin creciente del gobierno federal en el financiamiento de la educacin superior. En 1959, a Torres Bodet le correspondi resolver el problema del IPN que perma-neca ocupado por el ejrcito y, aunque se respet la decisin de Adol-fo Ruiz Cortines de cerrar el internado, se incrementaron el nmero y los montos de las becas a los estudiantes y se removi al director im-pugnado por la mayora, se elabor un reglamento interno que inclua demandas de profesores y estudiantes y se hicieron otras concesiones a los maestros. En la dcada de los cincuenta, se crearon muchas uni-versidades estatales a partir de los antiguos colegios civiles y, desde 1960, el gobierno federal comenz a incrementarles los subsidios y, a pesar de la autonoma, inducir reformas desde el centro. Poltica que se interrumpi de 1964 a 1970, durante el gobierno de Daz Ordaz, pero que regres con fuerza y empuje en 1971.

    Las reformas de los aos setenta no tuvieron la contundencia y pe-

    31 Soledad Loaeza, op. cit., pp. 272-273. 32 Jess Reyes Heroles, Educllr pllm construir unll sociedlld mejor, Mxico, SEP, 1985,

    t. 1, pp. 289-290.

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    netracin de las anteriores, slo modificaron las partes superficiales del sistema para despus ser atacadas, aun por quienes participaron en su diseo e implantacin, pero que apuntaban a una reforma pro-funda de los mtodos y prcticas de la educacin en Mxico. Eso me-rece un anlisis ms detallado que se hace en un captulo posterior.

    La educacin para la unidad nacional, que se inaugur en 1943, puso en el mismo continente y con pesos equivalentes tendencias encontra-das. Se supuso y expres pblicamente, que la educacin nacional puede y debe formar ciudadanos y productores simultneamente, pero no se menciona cul es la funcin principal del SEM. En la visin y la obra de Torres Bodet aparece la posibilidad de realizacin de ambas, cierto con tintes estatistas -el corporativismo- pero no defini, como tampoco su amigo Samuel Ramos, en qu lugar cabe una y dnde en-tra la otra.

    HACIA LA NUEVA REFORMA

    A 70 aos de iniciado el debate de si la escuela debe educar ciu-dadanos o capacitar productores, en ciertos discursos se reproducen los principios educativos que inspiraron los debates liberales del siglo pasado y, simultneamente, los ideales de educadores protoso-cialistas y utilitarista s de los aos treinta. En el Acuerdo Nacional para la Modernizacin de la Educacin Bsica y en la Exposicin de Motivos de la Ley General de Educacin, tanto por lo expresado abiertamente, como por los elementos implcitos, se reproduce esa dicotoma. En el Acuerdo se insiste que la educacin bsica

    ... impulsa la capacidad productiva de una sociedad y mejora sus institu-ciones econmicas, sociales, polticas y cientficas, puesto que contribuye decisivamente a fortalecer la unidad nacional y a consolidar la cohesin social, a promover una ms equitativa distribucin del ingreso, a fomentar hbitos ms racionales de consumo, a enaltecer el respeto a los derechos humanos, en particular el aprecio a la posicin de la mujer y de los nios de la comunidad, y a facilitar la adaptacin social al cambio tecnolgico. Adems, una buena educacin bsica genera niveles ms altos de empleo bien remunerado, una mayor productividad agrcola e industrial, y mejo-res condiciones generales de alimentacin y de salud, y actitudes cvicas ms positivas y solidarias.33

    33 Poder Ejecutivo Federal, op. cit., p. 4.

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  • LA MISIN DEL SISTEMA EDUCATIVO MEXICANO 125

    La ambigedad de la propuesta deja las puertas abiertas a muchas interpretaciones. La neoliberal insistira en que la parte inicial de la primera oracin tiene la prioridad y resume la esencia de la misin del SEM. Es tiempo de desafos de una economa global que exige competi-tividad (un adverbio de la nocin de competencia), personas con co-nocimientos, hbitos y destrezas capaces de hacer frente a esos retos. Obreros calificados, tcnicos, gerentes y profesionales seran los acti-vos principales que elevaran la capacidad productiva de Mxico fren-te a la globalizacin, son el capital humano que ocupar los puestos de trabajo bien pagados y que sern fcilmente adaptables al cambio tec-nolgico.

    Pero tambin la puerta est abierta para el proyecto democrtico y cultural. Se asegura que la educacin bsica contribuye a fortalecer la unidad nacional y a consolidar la cohesin social. Esto tiene sus orge-nes en la reforma de Vasconcelos, cuando se proclam que la educa-cin sera la base de la mexicanidad y que por medio de ella se conso-lidaran los valores nacionales cuando todos fueran partcipes de una idea de comunidad, de pertenencia a la Repblica. Mas la educacin an no llega a todos los mexicanos y nadie piensa que la nacin se pueda desintegrar. Cul ha sido pues el peso real del sistema educa-tivo en la consolidacin de la nacionalidad? Nadie puede contestar con certeza a la pregunta, mas se puede aventurar que no ha sido el factor central. Lo que se avecina, con los retos de la globalizacin eco-nmica y la integracin comercial de Norteamrica, tal vez sea una convivencia cultural y una confrontacin de valores.

    En trminos de cultura, entendida como el modo de vida material, intelectual y espiritual acumulado por Mxico y los mexicanos a lo lar-go de la historia, quiz, como seala repetidamente el escritor Carlos Fuentes, Mxico es superior, tiene races ms ricas, no slo en el pasa-do precolombino, sino tambin de la Europa mediterrI;\ea, el mundo rabe y, en menor medida, de frica. Adems, un sentimiento de na-cionalidad bien arraigado entre las masas, que se manifiesta incluso en el corazn de los Estados Unidos entre los mexicano-estadunidenses de varias generaciones. Sin embargo, en trminos de la cultura popuiar, de medios de entretenimiento y de difusin de patrones de consumo, la cultura de masas de los Estados Unidos es ms robusta. Igualmente sus instituciones de educacin superior y centros de alta cultura, po-seen una riqueza material e intelectual mucho mayor que la de Mxico.

    Si bien no hay que temer a Mickey Mouse, hay valores que se derivan

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    de la nocin de ser mexicanos que bien vale la pena mantener, enri-quecer e incrementar: lazos de solidaridad, en lugar del individualis-mo egosta; sentimientos de pertenencia y adscripcin a una nacin e historia, no slo a un territorio; y un conjunto de mitos y ritos sociales, entre ellos el de los nios hroes, que forman parte de la cosmovisin de los mexicanos. En otras palabras, la base de la identificacin es una historia edificante en la educacin bsica, aunque no necesariamente ms all de la enseanza secundaria.

    El proyecto democrtico para el SEM tendr que definir mejor, sin ambigedades, hasta dnde y cmo se pueden conjugar los propsi-tos de formar a ciudadanos conscientes de su pasado histrico con las demandas de la economa abierta de contar con productores ms efi-cientes. Esa conjugacin es posible y en el captulo final se esbozan los lineamientos ms generales de ese proyecto alternativo, que adems de estar afianzado en la historia del SEM, contempla mayores transfor-maciones en su devenir. Ese proyecto, acaso ser capaz de tener reali-zaciones si adems de insistir en los valores de la nacionalidad, contri-buye al avance y consolidacin de la democracia.

    Para lograr tal propsito. como lo demanda la sociedad, la educa-cin mexicana tiene que ser ms abierta, igualitaria y de mayor cali-dad. Elementos stos que ya estn presentes en el debate sobre la tran-sicin de fin de siglo.

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