CATEQUESIS 5VÍAS DE ACCESO AL

CONOCIMIENTODE DIOS

Meditamos algunos caminos para llegar al conocimiento de Dios.

* Con todo, no podemos olvidar que la iniciativa parte siempre de Dios; es Él quien ilumina, orienta y guía, respetando siempre nuestra libertad. Él es quien nos regala su intimidad y nos da la gracia para poder acogerlo por la fe.

“No somos nosotros quienes poseemos la Verdad después de haberla buscado, sino que es la Verdad quien nos busca y nos posee” (San Agustín)

* Hay caminos, signos, que pueden abrirnos al conocimiento de Dios y al encuentro con Él. Corremos el riesgo de no encontrar esos caminos, de no distinguir los signos, deslumbrados por los resplandores de la mundanidad.

* Dios, sin embargo, no

se cansa de buscarnos, es

fiel; nos ha creado y

redimido y está siempre

cercano porque nos

ama.

* Aunque algunos nos hagan difícil, tanto a la Iglesia como a cada cristiano, comunicar la alegría del Evangelio a todos los hombres, para que puedan encontrarse con Jesucristo, Salvador del mundo, no podemos perder la certeza de que Dios nos ama.

* Y la misión encomendada por el Señor está por encima de todo. Comunicar la alegría del Evangelio para que otros la acojan y la compartan con nosotros, es la misión de la Iglesia, que hemos de vivirla con gozo y sentirla propia.

* Una existencia animada por la fe, marcada

por la caridad y el servicio a Dios y a los demás, es

capaz de irradiar esperanza, es la mejor

manera de vivir la misión, que resplandece sobretodo

en la santidad a la que hemos sido llamados.

* No nos faltan dificultades y pruebas en la vivencia de nuestra fe. Con frecuencia es poco comprendida, contestada y rechazada… pero…

“Estad siempre dispuestos para dar explicación a todo el que os pida una razón de vuestra esperanza, pero con delicadeza y con respeto” (1P 3, 15-16)

* En el pasado, occidente, se consideraba una sociedad cristiana. La fe lo penetraba todo; la referencia y la adhesión a Dios era parte de la vida diaria. El no creyente tenía que justificar su increencia Hoy es el creyente el que debe ser capaz de dar razón de su fe.

* Desde la ilustración, la crítica a la religión se ha intensificado: también han influido los sistemas ateos en los que Dios era considerado como una proyección del ánimo humano, un espejismo, una alienación.

“El ateísmo teórico y práctico pone a prueba la fe” (Juan Pablo II - Fides et Ratio, 46-47)

* El secularismo, con su defensa de la autonomía absoluta del hombre, como medida y artífice de la realidad, cree que el ser criatura hecha a “imagen y semejanza de Dios” es algo que le empobrece.

* Uno de los peligros actuales para la vivencia de la fe es el ateísmo práctico. No se niegan las verdades de la fe, ni las expresiones rituales, simplemente se consideran irrelevantes, desgajadas de la vida, inútiles: no sirven para nada.

* Con frecuencia se cree en Dios de manera superficial, se vive como si Dios no existiera. Este modo de vivir es más destructivo, pues lleva a la indiferencia y a cuestionar al mismo Dios.

* La vida del hombre, sin Dios, se reduce a la dimensión horizontal. Esa simplificación de la persona ha sido una de las causas de los totalitarismos y de las crisis de valores que padecemos.

* Si dejamos de lado la referencia a Dios, también queda fuera todo

horizonte ético y deja abierto el camino al relativismo y a una libertad que no es

otra cosa que adhesión a los “ídolos”.

* Estos ídolos están bien representados en el episodio de las tentaciones de Jesús en el desierto; son los que atraen al hombre cuando no tiene más horizonte que él mismo.

* Si Dios deja de ser el centro de la existencia, el hombre pierde su lugar en la creación y en la relación con los demás.

Sigue el mito de Prometeo: el

hombre cree que puede ser él mismo “dios”, dueño de la

vida y de la muerte.

“La razón más alta de la dignidad humana consiste en la vocación del hombre a la comunión con Dios. El hombre es invitado al diálogo con Dios desde su nacimiento; pues no existe sino porque, creado por Dios por amor, es conservado siempre por amor; y no vive plenamente según la verdad si no reconoce libremente aquel amor y se entrega al Creador” Vaticano II – Gaudium et spes, 19)

* Ante el ateísmo, el escepticismo, la indiferencia ante la dimensión vertical, ¿qué respuestas debemos dar desde la fe, con “delicadeza y respeto”? ¿Cómo debemos actuar para que el hombre de nuestro tiempo pueda seguir interrogándose sobre la existencia de Dios y los caminos que llevan a Él?

* Tres caminos que parten de la reflexión natural y de la fuerza de la fe:

* San Agustín, buscador de la Verdad y agarrado por la Verdad nos dice:

“Interroga a la belleza de la tierra, del mar, del aire limpio y difuso. Interroga la belleza del cielo…, interroga todas estas realidades. Todos te responderán: “Míranos, somos bellos”. Su belleza es como un himno de alabanza. Estas criaturas tan bellas, si bien son mutables, ¿quién las ha creado sino la Belleza inmutable? (Sermón 241, 2: PL 38, 1134)

* Hemos de recuperar la capacidad de contemplar la creación, su belleza, su estructura. Cuanto más la conocemos más nos admiramos de sus maravillosos mecanismos que nos abren a una inteligencia creadora.

En las leyes de la naturaleza “ se revela una razón tan superior, que toda la racionalidad del pensamiento y de los ordenamientos humanos es, en comparación, un reflejo absolutamente insignificante” (Albert Einstein - Il mondo como lo vedo io, Roma 2005)

* Un camino para descubrir a Dios es la contemplación de la creación con ojos atentos.

“Dios es más íntimo a mí mismo de cuanto lo sea yo mismo” (San Agustín – Confesiones III, 6, 11)

“No quieras salir fuera de ti; entra dentro de ti mismo, porque en el hombre interior reside la verdad” (San Agustín . La verdadera religión, 39, 72).

* En el mundo ruidoso y disperso en el que vivimos corremos el riesgo de perder la capacidad de detenernos y mirar en profundidad dentro de nosotros mismos, de leer la sed de infinito que llevamos dentro y que nos impulsa hacia a Aquel que puede colmar nuestras necesidades, saciar nuestra sed.

“Con su apertura a la verdad y a la belleza, con su sentido del bien moral, con su libertad y la voz de su conciencia, con su aspiración al infinito y a la dicha, el hombre se interroga sobre la existencia de Dios” (Catecismo de la Iglesia Católica nº 33)

* En nuestro tiempo, la fe es un camino que conduce al conocimiento de Dios. El que cree está unido a Dios, abierto a la gracia y a la caridad. Su vida es testimonio del Resucitado, no tiene miedo a manifestarse como creyente en su vida diaria y es portador de esperanza, de felicidad y de futuro.

* La fe es encuentro con Dios que habla y actúa en la historia; este encuentro transforma radicalmente nuestra mentalidad, nuestros juicios de valor nuestras opciones y acciones concretas. La fe no es un espejismo, fuga de la realidad, cómodo refugio, sentimentalismo. La fe abarca nuestra vida; la fe es anuncio del Evangelio que puede liberar al hombre.

* Un cristiano, una comunidad fiel al proyecto de Dios, que nos amó primero, es camino privilegiado para quienes viven en la indiferencia, en la duda. Esto nos exige purificar nuestra vida para que se acerque cada vez más a Cristo y nuestro testimonio se válido, transparente.

* Hay que superar concepciones limitadas de la fe cristiana que la consideran como un mero sistema de creencias y valores. Creemos en un Dios que se ha revelado en la historia, que quiere comunicarse con el hombre en una relación de amor.

* Dios se ha hecho el

encontradizo en Cristo Jesús.

El cristianismo

antes que una moral una ética

es un encuentro de amor, es acoger a la persona de

Jesús. Mirar y hacer

mirar a Cristo, verdadero

camino que conduce a Dios.