EL SUEÑO DE GONZALO Érase una vez un niño llamado Gonzalo. Él sacaba notas

excelentes y era un buen estudiante aunque en las no-

tas finales nunca sacaba todo sobresaliente, siempre le

faltaba alguna. Era siempre así, en todos los cursos.

Gonzalo ya estaba un poco harto.

Sus padres le reñían porque querían que Gonzalo alguna

vez sacase todo sobresaliente. Sus padres le reñían

porque cuando ellos eran pequeños sacaban notas muy

buenas, mejores que las de Gonzalo, o sea, todo 10.

Él estaba ya cansado de esforzarse tanto. Pensaba que

sus padres deberían decirle que las notas que él sacaba

eran buenas, pero no, tenía siempre que haber una

crítica.

Un día pensó, pensó, pensó... y decidió dejar las cosas

como estaban y darle una oportunidad más al estudio.

Gonzalo estudiaba leyendo una vez la materia y luego

soñaba con ella.

Pero un día fue diferente. Gonzalo tenía que estudiar

para un examen. Él leyó la materia y luego se fue a

dormir.

Tuvo un sueño. Ese sueño fue raro, pero al mismo tiem-

po misterioso. ¿Qué pasó?

Aquel día había una tempestad horrorosa. Alicia estaba

con su amigo que era porquero. Era de noche y no se ve-

ía nada. Estaba todo oscuro, Alicia tenía miedo, pero su

amigo Cristian (el porquero) decía que no tenía miedo y

que él era muy valiente.

De repente sólo se oye una persona andando y

acercándose a ellos. Alicia, como tenía miedo, quería

darle la mano a Cristian pero de repente ella extien-

de el brazo y… ¡No hay nadie! Alicia empieza a correr

y a correr pero la persona le sigue, corre a su paso.

Ella se esconde pierde de vista a esa persona. Alicia

cada vez tiene más miedo y allí al fondo avista una

zona donde había una luz encendida. Alicia despacio

sin hacer ruido se va hacia aquella zona. Ella ve ban-

quetes con comida, con muchos manjares. Siente que

en aquel lugar hay peligro y la persona que le seguía la

quiere matar.

Ella siente que alguien le coge el brazo… ¿Quién

será…?

…Era Cristian que había perdido de vista a Alicia. Pe-

ro luego ellos se preguntaron:

-Pero… entonces… ¿quién era aquella persona que an-

tes nos estaba siguiendo?

¡Aaaaaaaahhhhhhhh!