análisis del cambio en las sociedades campesinas

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La Serie Universitaria de La Fundación Juan March presenta resúmenes, realizados por el propio autor, de algunos estudios e investigaciones Llevados a cabo por Los becarios de La Fundación y aprobados por los Asesores Secretarios de Los distintos Departamentos. EL texto integro de Las Memorias correspondientes se encuentra en La Bibliotec(l. de La Fundación (Castelló, 77. Madrid-6). La Lista completa de Los trabajo_s aprobados se presenta, en forma de fichas, en Los Cuadernos Bibliográficos que publica La Fundación Juan March. Los trabajos publicados en Serie Universitaria abarcan Las siguientes especialidades: Arquitectura y Urbanismo; Artes Plásticas; Biología; Ciencias Agrarias; Ciencias Sociales; Comunicación Social; Derecho; Economía; Filosofía; Física; Geología; Historia; Ingeniería; Literatura y Filología; Matemáticas; Medicina, Farmacia y Veterinaria; Música; Química; Teología. A ellas correspon,den Los colores de La cubierta. Edición no venal de 300 ejemplares · que se reparte gratuitamente a investigadores, Bibliotecas y Centros especializados de toda España. . ' Juan March i::: 11) o }i FJM-Uni 185-Mor Análisis del cambio en las sociedades Moreno Feliú, Paz Sofía. 1031566 111 111111111111111 Biblioteca FJM u Paz Sofía Moreno Feliú Análisis del cambio en las sociedades campesinas. Un caso de estudio: Campo Lameiro (Pontevedra) Fundación Juan March (Madrid)

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Page 1: Análisis del cambio en las sociedades campesinas

La Serie Universitaria de La Fundación Juan March presenta resúmenes, realizados por el propio autor,

de algunos estudios e investigaciones

Llevados a cabo por Los becarios de La Fundación

y aprobados por los Asesores Secretarios

de Los distintos Departamentos.

EL texto integro de Las Memorias correspondientes

se encuentra en La Bibliotec(l. de La Fundación

(Castelló, 77. Madrid-6).

La Lista completa de Los trabajo_s aprobados

se presenta, en forma de fichas,

en Los Cuadernos Bibliográficos

que publica La Fundación Juan March.

Los trabajos publicados en Serie Universitaria

abarcan Las siguientes especialidades:

Arquitectura y Urbanismo; Artes Plásticas;

Biología; Ciencias Agrarias; Ciencias Sociales;

Comunicación Social; Derecho; Economía; Filosofía;

Física; Geología; Historia; Ingeniería;

Literatura y Filología; Matemáticas; Medicina,

Farmacia y Veterinaria; Música; Química; Teología.

A ellas correspon,den Los colores de La cubierta .

Edición no venal de 300 ejemplares · que se reparte gratuitamente a investigadores,

Bibliotecas y Centros especializados de toda España.

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Fun~acjón Juan March

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Análisis del cambio en las sociedades Moreno Feliú, Paz Sofía. 1031566

111 111111111111111 Biblioteca FJM

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Paz Sofía Moreno Feliú

Análisis del cambio en las sociedades campesinas. Un caso de estudio: Campo Lameiro (Pontevedra)

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Page 2: Análisis del cambio en las sociedades campesinas

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Fundación Juan March

Serie Universitaria

185

Paz Sofía Moreno Feliú

Análisis del cambio en las sociedades campesinas. Un caso de estudio: Campo Lameiro (Pontevedra)

,¡,\"'>PA,y_,

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t?-¡p i """'' Fundación Juan March

Castelló, 77. Teléf. 435 42 40 Madrid-6

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Page 4: Análisis del cambio en las sociedades campesinas

Este trabajo fué realizado con una Beca de la

Convocatoria de Extranjero, 1979, individual

Departamento de CIENCIAS SOCIALES

Centro de trabajo : Department of Anthropology.

University College London (England)

Los textos publicados en esta Serie Universitaria son elaborados por los propios autores e impresos por reproducción fotostática.

Depósito Legal : M -30963-1982

LS .B .N .: 84-7075-255-3

Impresión : Gráficas 1 bérica Tarragona, 34 . Madrid -7

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Page 5: Análisis del cambio en las sociedades campesinas

INDICE

INTRODUCCION

ANALISIS DEL SISTEMA DE AXUDAS . l. Características de las axudas . .

5

8 8

11. Clases y factores determinantes de la existencia de axudas 11 III. Composición de los grupos de trabajo . . 31 IV. Esferas de cambio en el sistema de axudas 39

CONCLUSIONES

BIBLIOGRAFIA .

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Fundación Juan March (Madrid)

Page 6: Análisis del cambio en las sociedades campesinas

Fundación Juan March (Madrid)

Page 7: Análisis del cambio en las sociedades campesinas

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INTRODUCCION

A excepci6n de algunos casos aislados, el interés de los

antrop6logos por el estudio de las llamadas "aociedadcs campe­

sinas" es relativamente reciente. Sin embargo, durante los Úl~

timos veinte años se han multiplicado los trabajos sobre estas

sociedades, y con ellos las interpretaciones te6ricas de lo

que el tlirmino "sociedad campesina" significa. Basta repasar

algunas de las obras m~s representativas de estos estudios pa­

ra darnos cuenta del caos teórico y de la crisis que atravie­

san. Así por ejemplo, Firth, (1959) considera que la caracte­

rística más importante del campesinado es el fórmar un sistema

de pequeños productores autosufidientes, que utilizan una tec­

nología simple¡ para Thorner (1963) la principal característi­

ca de los campesinos es la producci6n de alimentos p~ra los h~

bitantes de las ciudades¡ según Redfield estas comunidades son

en parte sociedades,en parte culturas¡ Foster (1967) se centra

en la dependencia de los campesinos del mundo exterior y Wolf

(1966) da como principal factor distintivo el hecho de que los

campesinos están más interesados en satisfacer las necesidades

de la Camilia que en la idea de obtener ganancias. Varios auto

res han intentado marcar el conceptri (destacaremos el intento

de Sutti Ortiz y el de A. Leeds entre otros), pero la unanimi­

dad entre los distintos antrop6logos está lejos de haberse al­

canzado. Por ello, hemos creido donveniente, seña1ar en esta

pequeña introducci6n algunos de los aspectos que consideramos

que en general poseen las llamadas sociedades campesinas:

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Page 8: Análisis del cambio en las sociedades campesinas

1) La unidad de producción es la familia campesina, y por

ello el sistema no se basa en relaciones estrictamente económi

cas (usando el término "económico" en un sentido formal). La

existencia de la familia campesina como unidad básica de la or

ganización social (tal y como mostró Chayanov), implica las di

ferencias existentes entre lo que podemos llamar granjero cap!

talista y el campesino. Para el primero, el factor fijo es el

capital y las varialbes tierra y trabajo, mientras que para el

campesino el factor fijo es el trabajo que es proporcional al

núm~ro de miembros de la familia.

2) El campesino forma parte de un sistema social m!s am­

plio del que política, econó~ica y culturalmente es un ele­

mento marginal.

3) A la hora de estudiar la econom!a campesina, ya que

tener en cuenta que si bien la pequeña comunidad es en gran

parte autosuficiente, no lo es por completo, sino que está pa~

cialmente integrada en el sistema de mercado dominante en la

sociedad exterior.

q) Políticamente volvemos a encontrarnos con el campesino

como un elemento marginal. Por una parte existe una cierta au­

tonomía dentro de la comunidad, pero por otra parte, dentro de

la sociedad nacional la comunidad campesina es un elemento de­

pendiente y sin poder. Esta relación existente entre la socie­

dad estatal y la pequeña aldea campesina, nos ofrece una de

las claves para comprender lo que algunos llaman 11apoliticismo"

de los campesinos, representado por ejemplo, en el alto n<unero

de abstenciones en el medio rural durante las eleccionea nacio

Fundación Juan March (Madrid)

Page 9: Análisis del cambio en las sociedades campesinas

7

nales.

5) Del mismo modo, podemos decir que el campesino tiene

una cultura tradicional (en el sentido corrientemente utiliza­

do en la li tera•.ura antropol6gica) especifica 1 por tanto dife­

rente de la existente en la sociedad exterior.

6) Por Último,señalar que la relaci6n comunidad campesi­

na-sociedad nacional es, por varios motivos, una relaci6n

compleja. En primer lugar, lo es porque la comunidad campesi­

na forma parte de uno de los modos de dominio político más s~

fisticado que conocemos: la organizaci6n estatal. En segundo

lugar, porque las crisis y trasformaciones que atraviesa la so

ciedad m&s amplia repercuten en la comunidad campesina, que es

en Última instancia la que tiene que ad~ptarse a la marcha de

sucesos en el exterior.

Es este Último apartado, precisamente, nuestro punto de

partida para estudiar los cambios sociales y econ6micos que

est&n sufriendo las sociedades campesinas. Si efectivamente

se est&n produciendo cambios en la comunidad campesina, y si

estos cambios dependen en gran parte de las transformaciones

que se producen fuera de ellas, nada nos parece más apropiado

que analizarlos a trav~s de una organizaci6n soci~l peculiar

de las so~iedades campesinas. Por ello, basándonos en el mate

rial recogido durante el trabajo de campo que llevé a caho en

Campo Lameiro (Pontevedra) desde el mes de noviembre de 1979

hasta octubre de 1980 1 vamos a exponer en este trabajo el sis

tema de intercambio recíproco de trabajo conocido con el nom­

bre de "axudas 11 y los cambios que ha suf'rido.

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Page 10: Análisis del cambio en las sociedades campesinas

e.

~LISIS DEL SISTEMA DE AXUDAS

lo CARACTERISTICAS DE LAS AXUDAS

a) La axuda es un intercambio reciproco de trabajo, te6r!

camente voluntario, al menos en el momento de iniciarse la re­

laci6n. "A" va a trabajar para 11 B11 y "B" para "A" ( 11 a axuda é

o traballar cambiados, eu vou hoxe pra ti, e ti ves mañan pra

mÍ.n") •

La relaci6n de axuda puede iniciarse de dos maneras: un

individuo (como miembro de una casa) al que llamaremos "A" pi­

de a otro individuo "B" que vaya a trabajar de axuda para ¡1.

Evidentemente A, nunca solicitará axuda a un B que vaya a decir

le que no, por ejemplo a alguien con quien esté enemistado. La

otro forma de iniciarse la relaci6n de axuda serla la inversa

de la anterior, esto es, que B se ofrezca a A como un posible

trabajador. Las posibilidades de obtener una respuesta negati­

va son como en el caso anterior, escasas. Es decir, que el in!

cia de una relaci6n de axuda (que todos los actores definen co

mo voluntaria) contiene un cálculo econ6mico 1 pero dicho cálc~

lo, se ajusta a la distinci6n hecha en 1921 por IEnight entre

incertidumbre medible o cuantificable (riesgo) y aquel tipo

de incertidumbre que no se puede medir ni cuantificar (incert!

dumbre). A la hora de tomar la deci•i6n de pedir axuda, el in­

dividuo A corre un riesgo, ya que él conoce el universo social,

las relaciones de axuda rle años anteriores, los vinculo• de su

casa con otras, etc, pero desconoce si B podrá acudir aquel

d!a a trabajar para él por algún imprevisto, sin embargo, A no

se encuentra en una situaci6n de incertidumbre.

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Page 11: Análisis del cambio en las sociedades campesinas

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Si la axuda fuese realmente voluntaria, y no como es el

caso, sancionable socialmente, el individuo A estaría en una

situaci6n de incertidumbre al no poder calcular cuanta gente

respondería a su petici6n de axuda.

Una vez establecido el circuito de axudas, la supuesta v~

luntariedad desaparece incluso te6ricamente, dado que la rela­

ci6n establecida se basa en la reciprocidad. A, que recibi6

una exuda de B, está obligado a trabajar para B. Esta oblignt~

riedad no está, por supuesto, reforzada con leyes sino que lo

está por fueí"zas sociales. Esta característica, parece ser co­

mún a todos los intercambios recíprocos, como dice M. Mauss

11 Auaque las prestaciones y contraprestaciones tienen lugar ap~

rentemente como voluntarias, son en esencia estrictamente obli

gatorias y su sanci6n es una querra privada o abierta"•

B) El hecho de que las axudas ~1edan ser sancionadas so­

cialmente, e incluso el de que el solicitante de axuda corra

un riesgo pero no esté en una situaci6n de incertidurobre, es

posible s6lo porque la axuda no se realiza entre inviduos si

no entre grupos. Cada grupo es identificable con una casa, y

si el miembro de una cas,a no contrapresta una axuda ( l'lin que

exista un motivo muy justificado), la sanci6n social (cotille­

os, boicots, ruptura de relaciones con el otro grupo, etc) no

se dirigirá s6lo cont~a la persona en cuestr6n, sino contra la

casa .como un todo. (Se dice muy a menudo, "sal á raza")

Es decir, que las peticiones de axuda son realizadas por

un miembro de un grupo doméstico a otro miembro de un grupo d~

méstico. Este se puede considerar como el punto inicial de

los circuitos de axuda 1 cuya composi~i6n estudiaremos m's ade­

lante.

Fundación Juan March (Madrid)

Page 12: Análisis del cambio en las sociedades campesinas

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c) EJ cambio existente en las relaciones de axuda es ca­

racterístico de las sociedades campe s inas, pero no de una eco

nomia de mercado. Creemos conveniente establecer una compara­

ci6n entre ambos sistemas.

1) Tanto en un sistema de reciprocidad en el trabajo como

en uno de mercado, el intercambio se realiza mediante una ra­

zón de cambio fija. En el primer caso, esta raz6n es una rela

ci6n entre las horas de trabajo realizadas por el miembro de

una casa A y la contraprestaci6n de un número equivalente de

horas de trabajo por parte de un miembro de otra casa B¡ mie!!.

tras que en el segundo caso, se trata del salario (dinero) que

un individuo recibe de un patr6n a cambio del trabajo realiza­

do. Así pues, la primera diferencia la podemos establecer ba­

sándonos en la presencia o ausencia de dinero en la raz6n de

cambio.

2) En una axuda las leyes de la oferta y la demanda no e.!.

tán presentes de forma evidente, sino que estos principios es­

tán suplantados por otros de tipo social, tales como el paren-

tesco 1 ln relaci6n de vecindad, etc. En el sistema de mercado

las leyes de la oferta y la demanda ri gen visiblemente el in­

tercambio trabajo-dinero.

3) El mercado de trabajo es en gran medida una consecuen­

cia de la divisi6n del trabajo (aunqne puede existir una divi­

si6n del trabajo sin que exista mercado como ocurre en ·algu­

nas sociedades de casta o esclavistas). La distinci6n entre

trabajadores especializados y no especializados es particular­

mente relevante para comprender la incidencia de la oferta y

la demanda a la hora de proponer, aceptar o rechazar un empleo.

En el caso de las axudas el intercambio tiene lugar entre cam-Fundación Juan March (Madrid)

Page 13: Análisis del cambio en las sociedades campesinas

11

pesinos, es decir entre trabajadores no especializados, y don­

de la divisi6n del trabajo obedece básicamente a los criterios

de sexo t edad.

4) En situaciones de mercado las transacciones pueden ser

aceptadas o rechazadas sin que existan repercusiones sociales,

al contrario de lo que ocurre en el sistema de axudas.

5) Como consecuencia de las diferencia básicas que hemos

señalado entre ambos sistemas, en caso de ~ue existan sancio­

nes por i•cuaplimiento de lo acordado, en el caso de las axu­

das, e•tas sanciones serán de tipo social, mientras que en el

de mercado, lo serán legales.

d) En las axudas, además de un intercamb~o recíproco de

trabajo, tiene lugar también un intercambio de alimentos. La

casa para la que se está trabajando tiene que ofrecer refres­

cos y una merienda a todos los trabajadores.

:q. CLASES Y FACTORES DETERMINANTES

DE LA EXISTENCIA DE AXUDAS

Las axudas se reservan Única y exclusivamente para aquel

tipo de actividades, generalmente agrícolas, aunque no siempre,

que necesitan durante una cantidad de tiempo no muy larga un

aumento considerable de mano de obra del que la unidad familiar

no dispone.

CUADRO DE AXUDAS TRADICIONALES

A) AXUDAS AGRICOLAS

l. :Matanza de cerdos.

2. Recolecci6n y acarreo de leña.

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Page 14: Análisis del cambio en las sociedades campesinas

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3. Yodar y atar las viñas.

4. Plantacibn de patatas y maiz.

5. Sacho de patatas y maiz.

6. Siega. Construcci6n de pajares.

7. Trilla del centeno.

8. "Esfolladas".

9. Vendimia (en caso de que se recolectase uva).

B) AXUOAS DE CONSTHUCCION

l. Construcci6n de carros, mesas, etc.

2. Construcci6n de casas y sus depend•acias.

3. Construcción de vigas y emperrados de las viñas.

C) AXTJOAS SOCIALES Y CEREMONIALES

l. Axudas en banquetes de bodas, bautizos, fiestas.

2. Axudas en entierros:

construcci6n de caja

recogida de certificados de defunci6n

avisos a sacerdotes y al campanero

lavado y vestido del difunto

preparaci6n de alimentos

Estas eran las axudas que tradicionalmente existían en

Campo Lameiro, algunas de ellas se han modificado, otras prác­

ticamente han desaparecido, pero la mayor parte de ellas aún

persisten. Vamos a analizar a continuaci6n (siguiendo el ya e~

puesto cuadro de axudos tradicionales) qué factores determinan

la existencia de las axudas:

A) Axudas agricolas

Las agricolas son indudablemente las axudas m!s numerosas.

Fundación Juan March (Madrid)

Page 15: Análisis del cambio en las sociedades campesinas

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La necesidad de un aumento r&pido de mano de obra, viende dado

por la explotación que se hace del ecosistema. Existe en el ci

clo agrícola anual un desequilibrio muy importante en el número

de horas trabajadas en los campos. Asi por ejemplo, durante

la estación invernal el número de horas que se dedican a traba

jos estrictamente agrícolas (aunque dada la no especialización

del campesino es difícil determinar qu~ trabajos son estricta­

mente agrícolas y cu&les no), es relativamente bajo¡ sin embar

go a partir de la primavera el número de horas trabajadas en

los campo• se multiplica por tres, llegando en sus momentos

cumbres a alcanzar la casi totalidad del día solar. A pesar

de este incremento en el número de horas trabajadas por el

grupo dom~stico 1 muchas labores necesitan un refuerzo adicio­

nal para poder ser concluidas en el mismo día, y es entonces

cuando se recurre a las axudas. Las razones por las que es de­

seable acabar ciertas labores el mismo día en que se comienzan

•on bastantes claras:

1) Dada la dispersi~n de las fincas, ~stas no se encuen­

tran con mucha frecuencia cerca de las casas. La distancia me­

dia oscila entre 1 y 2 klil. Recorrer v~rias veces esta distan­

cia, generalmente a pie y por atajos de monte, s~one por par­

te de los trabajadores un gasto de energía y tiempo considera­

bles. Nunca observ~ que se organizaran axudas para cultivas

las tierras del circundo que rodea la casa.

2) Variaciones meteorológicas y cambios de luna. bade que

el clima es muy húmedo y llueve con frecuencia, la gente pre­

fiere aprovechar al m&ximo los días en los oue el tiempo es

m&s apropiado para cultivar.

Por otra parte, muchos de los trabajos realizados, como Fundación Juan March (Madrid)

Page 16: Análisis del cambio en las sociedades campesinas

14

por ejemplo plantar patatas, verduras, ajo~, podar las viñ as,

matar los cerdos, etc, s6lo pueden hacerse cuando la luna no

está en cuarto creciente. Existe la creencia de que cuando la

111na está en cuarto creciente ("está nQ forza") no se pueden

realizar ciertas tareas: si se plantan patatas o verduras, és­

tas "~relan 11 (se grillan); si se poda, las viñas se "desangran"

o si se mata a un cerdo, las tripas se le revientan. Aunque

el tema está sujeto a discusiones, el no plantar o podar en

esos dlas es respetado por más de un 80% de los vecinos.

3) Es deseable que las patatas, etc, sean plantadas en un

plazo de tiempo homogéneo.

4) Por Último, porque al aumentar el número de trabajadores

disminuye la cantidad de trabajo a realizar.

El hecho de contar con un periodo de tiempo limitado para

llevar a cabo el trabajo en cuesti6n es un factor determinante

de la existencia de axudas. Los limites de tiempo son marcados

por la estaci6n del ciclo agrícola favorable para realizar una

determinada tarea, por las condiciones meteorol6gicas y por la

fase en la que se encuentra la luna.

En los casos en los quA no existen presiones temporales,

tampoco existen axudas agrlcolas. Un ejemplo muy significativo

es el del tojo. Parece ser que la vegetaci6n del monte bajo,

especialmente el tojo, comenz6 a integrarse plenamente en el

ciclo productivo a partir del siglo XVII, época en la que Gali

cia sufrió una profunda trasformación agrícola ante la utiliza

ción generalizada de dos nuevos cultivos -el maíz y lu patata­

que siguen sien do en la actualidad dos de los productos m&s

cultivados en Campo Lameiro. El tojo es un elemento imprescin-

Fundación Juan March (Madrid)

Page 17: Análisis del cambio en las sociedades campesinas

15

dible en la pr&ctica agrícola que se realiza. Su obtención y

transporte son bastante trabajosos: es preciso desplazarse al

monte, cortarlo (rozar), amontonarlo para facilitar su trans­

porte (pavear) y cargar1o en los carros de vacas. Esta laLor

ocupa el trabajo de dos tardes (lo/11 horas por persona) y en

Campo Lameiro, al contrario de lo que sucede en otros 111gares

de Galicia 1 no est! en absoluto mecanizado. El monte de donde

se obtiene el tojo es generalmente de propiedad comunal y sue­

le distar de las casas unos tres kilómetros aproximadamente.

Sin embargo, desde hace cinco o seis años ninguna mujer

(són las mujeres quienea cortan el tojo) quiere ir sola al mon

te, porque se cuentan muchas historias de mujeres atacadas por

hombres desconocidos cuando iban o volvían del monte. Por ello

se forman pequeños grupos de tres o cuatro mujeres para ir ju~

tas al monte a cortar el tojo. Estos grupcs no mantienen rela­

ciones de axuda sino que cada mujer corta para su casa, es de­

cir que los grupos pueden ser llamados de compañía pero no de

trabajo. La razón creemos que radica en que en este caso no

hay presiones de tiempo, cada casa decide cu!ndo es el momento

oportuno para ir al monte, pero no toda la gente tiene necesa­

riamente 1{Ue acudir en la misma ~poca, mientras que en el caso

de las patatas por ejemplo, la oscilación de la casa que prim~

ro empieza a plantarlas puede ser de una a dos semanas con res

pecto a la 6ltima en hacerlo.

En conclusión, las axudas agrícolas est!n fuertemente in­

fluidas por el tipo de explotacian que se hace del ecosistema,

es dea~r, una agricultura intensiva con un ciclo ~grícola des~

quilibrado y un tiempo limitado para realizar ciertas tareas.

Fundación Juan March (Madrid)

Page 18: Análisis del cambio en las sociedades campesinas

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El desequilibrio existente es común a casi todas las socieda­

des agrarias, y en muchas de ellas est& también presente el

intercambio recíproco de trabajo: así en sociedades de agricu!

tura extensiva de tala y quema suelen estar presentes grupos

de trabajo recíprocos; o en sociedades de agricultura intensi­

v~, siempre que se trate de c~mpesinos y no de granjeros, tam­

bién suele existir reciprocidad. O recordemos también la impo~

tancia que M. Harris da al des~quilibrio estacional (la necesi

dad de fuerza animal durante breves periodos de tiempo) en su

explicaci6n de la persistencia del tabú de la vaca sagrada en

la India.

Técnicas utilizadas

Otro factor muy importe a tener en cuenta es la técnica

material utilizada en las labores agrícolas, sobre todo a raiz

de los cambios que implica el uso de nueva maquinaria en la

cxplotaci6n tradicional.

Dos son las técnicas agrícolas m&s corrientes en Campo l'!,

meiro: el arado tirado por vacas y el tractor. Al margen de es­

tas dos, p•ra fincas de muy pequeño tamaño o de dificil acceso

al ganado y al tractor, se utiliza la energía de origen hwnano

como principal fuente.

Los dos métodos habituales -arado y tractor- se utilizan

en las axudas para plantar productos, aunque la revoluci6n té~

nica que supone el uso de tractores, afecta considerablemente

al sistema de axudas actual. La persistencia del arado se debe

a dos razones: una, que hay terrenos a los que wi tractor no

tiene acceso y al que pueden llegar las vacas, y en segundo lu

Fundación Juan March (Madrid)

Page 19: Análisis del cambio en las sociedades campesinas

17

gar a la di:ficultad que supone el disponer ele dinero para com­

prar un tractor o incluso para alquilarlo. A pesar de ello, la

t~cnica m&s popular hoy en día es el uso de tractores sobre to

do para plantar patatas, maíz e hiertJa :forrajera. El ahorro de

tiempo que supone el tractor queda disminuido si se trata de

plantar patatas porque éstas se colocan en el surco una a una

y baj&ndose hasta la tierra¡ en caso de que se planten otros

productos como el maiz (aventando), la rapidez del proceso es

tal, qu~ las axudas para plantar han desaparecido prácticame!

te.

El tractor. Ea A Lagoa, Lameiro y Liñariños de las 92 ca

sas existentes s6lo siete disponen de un tractor. Los poseedo­

res de estos tractores los ~lquilan al resto de los vecinos a

raz6n de 800-1000 ptas/hora. La _escasez de tractores y su uti­

lizaci6n han modificado en varios aspectos el sistema de axu­

das:

1) En el caso de que use el arado, es el dueño de la

casa el que solicitará axuda en el momento que él considere ne

cesario. Al utilizar tractor la situaci6n cambia considerable­

mente, ya que la a%uda se organiza en función del tractorista,

quien debido a la abundancia de demandas no dispone de muchos

dias libres.

2) El tractorista suele agrupar las peticiones de trabajo

en funci6n de la proximidad de las fincas. Así en una tarde,

puede arar dos o tres que no estén lejos.

3) Por consiguiente, a la hora de llamar a axuda, el solí

citante tiene que tener en cuenta si la gente a la que pidi6

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Page 20: Análisis del cambio en las sociedades campesinas

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axuda est! libre o acudi6 a otras axudas. Por otra parte una

persona puede ser llamada a axudar por varias casas distintas

al mismo tiempo. La decisi6n es dificil ("pode parecerlles

mal") y según mis informantes, lo que se hace en esos casos es

~veriguar quién de los solicitantes tiene menos gente y acudir

a ése. O si dos casas peticionarias de axuda se llevan bien,

pueden ponerse de acuerdo en las horas y trabajar en coopera­

ci6n si sus fincas no est!n muy distantes.

4) La posici6n del tractorista queda fuera del intercam­

bio reciproco de trabajo desde el momento en que estA recibie!!

do un salario por el alquiler del tractor y de su trabajo. Sin

embargo, a veces entra dentro del intercambio reciproco, por­

que él también puede llamar a axuda para sus propias tierras y

contraprestar no cobrando a1 que le fue a axudar.

Las ganancias econ6micas del tractorista no son tan gran­

d es como puede parecer a primera vista, ya que s6lo es llamado

a trabajar en ciertos momentos del ciclo agrícola.

Uivisi6n del trabajo

Aunque existen ciertos trabajos realizados s6lo o prefer!

blemente por hombres, la mayoría de las tareas agrícolas son

realizadas única y e•clusiv .. ente por mujeres. Es de sobra co­

nocido que en las sociedades campesinas, al ser en general es­

casa la incidencia de trabajadores especializados, la divisi6n

del trabajo obedece principalmente a los criterios de sexo y

edad. En algunas de ellas la mujer realiza pr9ferentemente los

menesteres domésticos. Pero en Campo Lameiro la mujer tradici~

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Page 21: Análisis del cambio en las sociedades campesinas

19

nalmente ha trabajado de lleno en la agricultura debido a dos

causas fundamentales:

1) Campo Lameiro era tierra de canteros, y el trabajo de

cantería era realizado s6lo por los hombres. Este oficio hace

que sus profesionales tengan que desplazarse a los sitios don­

de están construyendo edificios, y al depender de las condicio

nes meteorol6gicas su actividad más importante comienza en la

primavera y concluye a finales del otoño, es decir, la época

de más trabajos en la agricultura de todo el año. Luego si se

deseaba continuar la explotaci6n agraria era necesario recurrir

al trabajo de mujeres, ancianos y niños.

2) A finales del siglo XIX comenzaron la~ oleadas masivas

de emigraci6n 1 cuyos efectos aún se sufren en la actualidad. A

partir de mediados de este siglo comenz6 un nuevo tipo de casi­

emigraci6n: los hombres que hab!an permanecido en Campo Lameiro

intentan buscar un trabajo asalariado en las localidades veci­

nas, surgiendo as! lo que algunos autores denominan 11Worker

peasant" (as! Friedl 1 1973). El worker-peasant vive del salario

obtenido fuera de Campo Lameiro y permanece durante los tiem­

pos libres (salida del trabajo, fines de semana y periodos de

Yacacianes) realizando trabajos agrícolas. Como fuera del cam­

po suele ser un trabajador no especializado (construcci6n, etc)

el salario que recibe no es muy abundante, as! que la casa ne­

cesita continuar con la explotaci6n agrícola. El hecho de que

los hombres trabajen preferentemente fuera de la aldea, yn sea

como emigrante, ya sea como 11worker peasant", refuerza la ~ivi­

si6n del trabajo tradicional al quedar la m11jer coMo la ~rinci-

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Page 22: Análisis del cambio en las sociedades campesinas

20

pal ~ncargada de los campos.

La divisi6n sexual del trabajo influye en gran medida en

las axudas, ya que aquellas axudas que eran realizadas entre

hombres tienden a desaparecer mientras que, aquellas llevadas

a cabo por mujeres, suelen permanecer estables.

La otra divisi6n del trabajo típica de las sociedades ca~

pesinas, la de los grupos de edad, tambi~n ha visto modificada

considerablemente su estructura en el trabajo que solían real!

zar los niños. Antes, la enseñanza primaria no era obligatoria,

no llegaba a todos los lugares, y en los que llegaba, la asis­

tencia de los niños a la escuela dependía de la necesidad que

hubiera en la casa de sus trabajos. L8 s labores que solían re~

lizar los niños eran cuidar el ganado, regar los campos, y en

general cooperar con los trabajos que la aasa estaba desarro­

llando. Hoy en dia, excepto en los periodos de vacaciones, los

nilios cumplen con un riguroso programa escolar, y aunque no se

puede decir que no cooperen con el resto de la familia, lo ha­

cen en una medida mucho menor que lo hicieron sus padres cuan­

do eran niños.

Adem!s de las divisiones de trabajo tradidcionales, comie~

zan a existir grupos de trabajos de especialistas: fontaneros,

albañiles, carpinteros que trabajan en A Lagoa en pequeñas em­

presas de tipo familiar. Estos nuevos profesionales influyen

poderosamente en la transformación o desaparici6n de algunas

axudas de car&cter no agrícola que hace tan s6lo unos veinte

años estaban a la orden del dfa.

Por tanto, podemos decir que la divisi6n del trabajo y

los cambios que han sufrido, constituye la tercera varialbe ex­

plicativa del modo en el que se desarrollan las axudas actual­

mente.

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Page 23: Análisis del cambio en las sociedades campesinas

21

B) Axuda• de con•trucci6n

Quiz&s sea en este apartado donde la vigencia del siste<::a

de exuda• haya disminuido su importancia de forma m&s visible.

Ello se debe principalmente a la aparición de nueva maquinaria

y a la divisi6n del trabajo dentro y fuera de Campo Lameiro.

Por una parte, los hombres disponen de poco tiempo para reali­

zar estos menesteres ya que la mayor parte de ellos trabajan

fuera de la casa (es decir, fuera del mundo campesino) y por

otra parte, en Campo Lameiro existen especialistas (carpinte­

ro.a, albañiles, etc) que los realizan a cambio de <linero (y en

la mayor parte de los casos el dinero no proviene de la agri-

cultura). Sia embargo, este tipo de axudas estaban a la orden

del dia hace tan s6lo unos veinte años y su progresiva dismi­

nución o p~rdida de relevancia es uno de los principales indi-­

cadores del cambio ocurrido en Campo Lameiro. En efecto, al e­

xistencia de tal tipo de axudas señala la tendencia del campe­

sino al autoabastecimiento, no s6lo en cuanto a los productos

agrícola ganaderos ··: (caso que persiste en la actualidad) sino

de productos de todo tipo. As{ por ejemplo, hace unos cincuen­

ta años Campo Lameiro era independiente del mercado exterior

para proveerse de tejidos (cada casa _ consumía su propio lino y

lana), mobiliario, etc.

Las axudas de construcci6n, tradicionalmente, comprendían:

a) Construcci6n de carros, mesas, etc. El oficio de car­

pintero (como el de herrero o el de sastre) no era extraño en

Campo Lameiro, pero no todas las casas podían pagar sus serv!

cios. Por ello, en muchos casos, eran confeccionados por los

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Page 24: Análisis del cambio en las sociedades campesinas

22

h ombres de una determinada casa C1Ue recibían la 1KXUda de hom-

brea de otras casas en el transporte y preparaci6n de la made­

ra. De todos los trabajos de carpintería el más importante era

la construcción de carros, hechos única y exclusivamente por

hombres y que era un trabajo tan típicamente masculino, que el

no saber hacerlo era un desprestigio: 11 0 home que non sabe :fa-

cer un carro, non ~ home" (El hombre que no sabe hacer un carro

no es un hombre). Su equivalente femenino era el saber coser.

Este tipo de axudas ha desaparecido por completo. Actual­

mente los carros son hechos o bien por los carpinteros (una

pequeña empresa :familiar) o por los herreros, contando estos

Últimos con una mayor y creciente clientela, porq~e al hacer­

los de hierro duran más que los de país (de madera).

b) Construcción de casas y sus dependiencias. Muchas de

las casas están sufriendo un considerable número de arreglos

para adaptarlas a los nuevos tiempos (construcci6n de cuartos

de baño, cocinas, etc). Otras casas han sido construidas 'e

nuevo recientemente. Para realizar estas obras, aunque se con-

traten especialistas, esto se hace el menor número de veces p~

sible¡ la mayor parte del trabajo se realiza durante los Cines

de semana por parte de la gente de la casa y la axuda de algu-

nos vecinos.

El circuito de axudas que se establece con motivo de la

construcción de casas supone la existencia de algo similar a

un "crédito" en el sistema de axudas, es decir, que, como no

toda la gente reconstruye o repara su casa el mismo año, la

contraprestación no es inmedi~ta, sino que puede llevarse a ca

bo despu~s de varios años, sin que por ello varie su carácter

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Page 25: Análisis del cambio en las sociedades campesinas

23

b¡sico de reciprocidad.

c) Construcci6n de viñas y emparrados. La importancia de

estas axudas fue grande hace unos 15-20 años cuando el cultivo

de la vid,se generaliz6, y por tanto rara fue la casa que no

construy6 algún emparrado en aquella ~poca. Hoy en día han de­

saparecido prácticamente, a no ser que por alguna causa impre­

•ista (un vendaval que derriba los postes, o algún fen6meno si

milar) se vea una casa en la necesidad de pedir axuda.

En concluai6n 1 podemos decir que las axudas en construcci6n

están perdiendo (o algunas ya la han perdido) la relevancia

que tuvieron en otros tiempos. El fundamento de estas axudas

es similar al de las agrarias, es decir, una necesidad tempo­

ral de aumento de la fuerza de trabajo, de la que el grupo do­

méstico no dispone. Es más asequible una contraprestaci6n de

trabajo, que pagar en dinero, ya que el dinero es un bien esca

ao en la comunidad tradicional. De los tres tipos de axuda que

distinguimos en eate apartado, s6lo uno de ellos persiste, aun

que modificado en la actualidad. Los cambios más importantes

en la axuda para reconstruir casas están relacionados con los

nuevos materiales y técni cas de construcci6n empleados, ya que

la tradicional arquitectura popular de la zona-edificaciones

de granito, 16gicamente en gran parte obra de canteros- es ex­

cesivamente cara hoy en día, por lo que el ladrillo ha susti­

tuido a la piedra.

Las otras dos axudas han desaparecido. En un caso P.sta

desaparici6n se debe a la actual divisi6n del trabajo y a la

existencia de especialistas, y en el otro, debido a que la

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Page 26: Análisis del cambio en las sociedades campesinas

24

construcción de viñas a ~ran escala, fue una innovación en la

zona, pero, una vez realizado el trabajo inicial, las repara­

ciones que necesiten, pueden ser hechas por los miembros de

cada casa.

C) Axudas sociales y ceremoniales

En este grupo de axudas incluimos aquellas que a diferen­

cia de las anteriorea, cuya intenci6n podemos considerar econ!

mica, tienen un carácter estrictamente social. Un intercambio

reciproco de este tipo no es exclusivo de las sociedades camp~

sinas, incluso dentro del sistema capitalista, se producen in­

tercambios recíprocos de bienes. Asl por ejemplo, durante la

época de Navidad, muchas empresas intercambian regalos con o­

tras sin que intenten maximizar los regalos. Las axudas de tra

bajo en ceremonias o en festividades tienen un car&cter simi­

lar. Su necesidad es igual a la del resto de las axudas, es d~

cir, suponen un aumento de trabajo durante un tiempo limitado

cuya satisfacción precisa un n6mero adicional de trabajadores.

La importancia de las ceremonias en una comunidad campes!

na, ha sido señalada por muchos antrop6logos, entre ellos E.

Wolf 1 que divide el uso de excedentes campesinos en tres fon­

dos, el de re ... plaze, el ceremonial y el de renta: " Todas las

relaciones sociales est&n pues rodeadas de un ceremonial, y el

ceremonial puede ser pagado con trabajo, bienes o dinero. Si

los hombres han de mantener relaciones sociales, han de traba­

jar también para constituir un fondo destinado a los gastos que

esas relaciones origiaen 11 •

1,.;onsidcra11·,os axudas ceremoniales aquellas que se producen

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Page 27: Análisis del cambio en las sociedades campesinas

25

en la prepaaación de banquetes para bodas, bautizos, primeras

comuniones, fiestas y aunque prácticamente extinguidas en la

actualidad, ent'ierros. La preparaci6n de un banquete para un nú

mero de personas generalmente superior a la veintena, exige una

adici6n de personas a las de la casa que lo real~za. Creemos

necesario establecer en primer lugar algunas observaciones:

1) El car,cter de la axuda es más restringido que en el

resto de las axudas. En el caso de los banquetes -el más fre­

cuente en los tiempos que eorren- las axudantes requeridas

so.n mujeres• Pero dado que en un banquete está en juego el

prestigio social de la casa, no todas las mujeres invitadas

•on consideradas apropiadas para echar una mano, sino que se

recurre a aquellas muy vinculadas a la casa bien por lazos

de parentesco, o bien de vecindad.

2) La axuda consiste no sólo en preparar la comida, sino

tabién en servir y atender a los comensales. Rs frecuente que

las mujeres de la casa y las axudantes no coman con el resto

de los asistentes al banquete, sino que lo hagan en la cocina.

3) La contraprestaci6n de la axuda puede ser más discuti­

ble que en los casos anteriores, porque aunque una casa A pue­

da tener el •ismo número de ocasiones para celebrar banquetes

que una casa B, esto no tiene necesariamente que ocurrir asi.

Ea decir, si pensamos que los bautizes o primeras comunio

nes dependen 16gicamente del n6mero de hijos que tenga un ma­

trimonio, no tenemos por qué suponer que en la otra casa que

~xuda vaya a existir el mismo número de niños. Sin embargo, e~

te tipo de axudaa exige, como en el caso de la construcci6n, un Fundación Juan March (Madrid)

Page 28: Análisis del cambio en las sociedades campesinas

26

"cr~dito" en la contraprestaci6n y a lo largo del tiempo, pos!

blemente habrá ocasiones para celebrar otros banquetes. Tampo­

co tiene por qué suponerse que el intercambio va a realizarse

estrictamente por el mismo motivo. Como veremos más adelante,

existen axudas en situaciones difíciles -enfermedades, desgra­

cias, etc.- en las que si ya de por sí existe la obligaci6n de

ayudar a los vecinos en tiempos difíciles, los primeros en acu

dir, serán aquellos m~s vinculados a la casa víctima en cues­

ti6n.

4) Por el matiz especial que acabamos de señalar, el ini­

cio de esta relaci6n de axuda es un ofrecimiento en lugar de

una petici6n.

De todos los banquetes que tradicionalmente se ofrecían

en la casa, s6lo uno de ellos -el de bodas- va perdiendo su c~

lebraci6n dentro de las casas. Dado que el número de asisten­

tes a una boda suele ser bastante elevado, la mayor parte de

las casas no quieren hacerse cargo de los banquetes, por lo

que se suele acudir a restaurantes especializados €\lera Ca~

po Lameiro. En el resto de los casos se siguen realizando en

la casa.

Un tipo excepcional de axudas ceremoniales, hoy ya desap~

redido, era aquel que se producía cuando moría algún convecino.

Los familiares del finarlo recibían muestras de solidaridad por

parte de toda la parroquia, y los más Íntimos de la casa se o­

frecían para realizar los siguientes servicios:

1) La caja. En muchas ocasiones, si el fallecido era an­

ci~no, ya se había él ocupado de la confección de la caja. En

Fundación Juan March (Madrid)

Page 29: Análisis del cambio en las sociedades campesinas

27

otros casos, sobre todo en los de muertes repentinas, o bien

la construían los vecinos, o, más a menudo, acudían a buscar­

la a algún sitio, generalmente tabernas donde se vendieran. Si

eran de un lugar apartado tenían que andar varios kilómetros.

Los encargados de ir a buscar la caja solían ser dos hombres y

cuatro mujeres que la llevaban en la cabeza hasta la casa del

difUB:tO ..

2) Otra comisi6n, o a veces la misma, se encargaba de ir

al ayuntamiento a recoger los certificados de defunci6n y de

comprar pan de trigo. El pan de trigo sólo se consumía en las

casas más pudientes durante los días de fiesta. P.n los entie­

rros este pan de trigo era entregado a los sacerdotes ofician9

tes y a veces, en caso de familias ricas, era acompañado de g~

lletas y vino blanco. El pan de trigo y demás alimentos que se

entregaban a los sacerdotes era conocido con el nombre de "pa~

VA"•

3)0tro grupo de vecinos se encargaba de ir a la iglesia a

ultimar con el sacerdote los preparativos del funeral (número

de velas que le correspondían al finado según el número rte co

fradias a las que pertenecía, número de sacerdotes, etc.) El

número de oficiantes en misas de difuntos variaba -y varia­

según los medios econ6micas de la casa, y la última voluntad

del finado, pero cuantos más acuden, más prestigio tienen la

ceremonia.

4) El lavado y vestido del cadáver era llevado a cabo, con

la ayuda de algunas vecinas y familiares, por las mujP.res de la

casa. Ninguna de ellas podía estar embarazada, ya que la

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Page 30: Análisis del cambio en las sociedades campesinas

28

criatura podfa nacer con un aire de "morto" (las embarazadas

tampoco acudían al entierro -la costubre está todavía bastan­

te extendida- debido al mismo motivo. En algunos lugares, has­

ta hace diez años aproximadamente, al volver de un entierro, en

cada casa se pasaban las ropas que se habían llevado al enti~

rro por una hoguera, para así evitar todo peligro)

5) El mismo grupo de vecinas axudaba a cocer pan. Se ha

cía una coción de pan de maiz para los pobres de la parroquia,

a los que a veces también se ofrecía una copa de aguardiente.

Las dos clases de pan -el de maiz y el de trigo de la Pª!:.

va- se colocaban en cestas cubiertas con toallas de alabanisco

(eran unas toallas adamascadas que tenían gran importancia en

ciertas ocasiones especiales como entierros o para quitarles a

los niños el "anganido" o el "aire de mortos")• Si no se disp,2_

nía del número sufiente ~ de toallas de alabanisco o de cestos,

se pedían prestados. Alaunas de la• mujeres que ayudaron a co-

cer el pan, llevaban las cestas al entierro, ocupando un lugar

preferente. La que llevaba "la parva" tenla que llevarla a la

sacristía después de la ceremonia pasando por el lugar mAs vi­

sible de la iglesia.

Existían pues, en un entierro, varios tipos de d'stribu­

ci6n. En primer lugar, babia una transacción reciproca de tra­

bajo, que aunque poseyendo ciertas características peculiares,

podemos incluirla entre las axudas ceremoniales: el ir a bus­

car la caja, certificados y sacerdotes, las cociones de pan,

etc. Un segundo tipo~de distribución serian las transferencias

de bienes a los sacerdotes ("parva"), aunque no consideramos

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Page 31: Análisis del cambio en las sociedades campesinas

29

una transferencia el precio de las misas, ya que ~stas, pueden

ser consideradas como un servicio con precio fijo, que aunque

fuese pagado en dinero o en especie (maiz 1 centeno) pertenece

a la misma categoría que el pago de la caja o de los certifica

dos de defunci6n. Por 6ltimo 1 el pan ofrecido a los pobres de

la parroquia es una redistribuci6n de la riqueza, que en este

sentido, un equilibrador social, aunque la parte donadora au­

mentase su prestigio social en la transferencia.

Si hay ceremonias cuyo carácter ha variado sensiblemente

en este siglo, una de ellas es la de los entierros. En la ac­

tualidad, han desaparecido de los entierros las axudas (reci­

procidad), la parva (donaci6n) 1 el reparto de pan a los veci­

nos pobres (redistribuci6n) 1 mientras prevalecen aquel tipo

de transacciones que podríamos denominar de mercado, en las

que el dinero es el medio de pago utilizado a cambio de un

servicio determinado.

As! las cajas, recogidas de certificados, etc, son el tr~

bajo realizado por una pequeña funeraria local situada en una

de las tabernas de A Lagoa, que tambi~n se encarga de la difu­

si6n de la noticia a trav~s de la radio o muy raram ente publi­

cando esquelas en un peri6dico.

La desaparici6n de la parva parece tener su origen en los

cambios litúrgicos de la Iglesia Cat6lica. La parva era realme~

te un pequeño desayuno que se entregaba al sacerdote porque

~ste llevaba en ayuno desde las doce de la noche del día ante­

rior. Al desaparecer este re~1isito, desapareci6 tambi~n la

parva. El pago de las misas se efectúa actualmente por medio de

dinero. Fundación Juan March (Madrid)

Page 32: Análisis del cambio en las sociedades campesinas

30

Es decir, que la caracter!stica más importante del cambio

ocurrido P.n los entierros es la sustituci6n de varios modos de

distribuci6n por una relaci6n de mercado.

Las demás muestras de solidaridad con la familia del fina

do (velatorios, etc) persiste, a no ser algunos cambios en la

expresi6n p6blica de dolor. (Cada vez son más raros los lamen­

tos funerarios en voz alta, llorar a gritos, etc 0 )

APENDICE

En adici6n a los casos expuestos de intercambios rec!pro­

cos de trabajo, existe otro, que debido a su propia naturaleza

no se puede considerar estrictamente como rec!proco 0 Nos refe­

rimos a las axudas que se prestan a vecinos que atraviesan una

racha especialmente mala y que reciben el apoyo de sus conveci

nos• El caso más frr ,cuente es el de enfermedad. En el caso de

que un grupo de•éstico no pueda realizar las faenas agr!colaa

propias de la estaci6n porque haya varios enfermos o impedidos

en la casa, algunos vecinos o familiares las realizan por ellos

En esta circunstancia, los axudantes no son llamados, acuden

como una muestra de solidaridad ante una situaci6n dif!cil 0 P~

ro la reciprocidad prácticamente no está presente ya que si el

grupo A que atraviesa uh momento dificil es ayudado por el gr~

po B, no es muy probable que el grupo B se vaya a ver en una

situaci6n similar.

Aunque s! se formali?'.a la reciprocidad, porque al termi­

nar las labores en cuesti6n, los de la casa ayudada despiden

a sus axudantes diciendo: "E que non che teña que p <> gar na mi!.

ma moneda" (y que no tenga que pagarte con la misma moneda).

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Page 33: Análisis del cambio en las sociedades campesinas

31

Eata formula · imp.lica un ofrecimiento para un caso de aecesida d,

es decir, en cierto sentido viene a ser un crédito.

La f6rmula antes mencionada se usa siempre en los casos

de axuda por enfermedad o de s gracia, siendo equiparable al 11 t e

acompafio en el sentimiento" de los entierros.

J:l'.I. COMPOSICION DE LOS GRUPOS DE THABAJO

Las axudas forman parte de una red de intercamhio global,

y por tanto no se puede ver en ellas Únicamente las ventajas

econ6micas que suponen. De hecho el sistema de axudas refuerza

poderosamente las relaciones de parentesco, las de buena vecin

dad y la cohesion entre los distintos grupos domésticos.

Aunque la respuesta que se suele obtener al preguntar por

la composici6n de los grupos de axuda es "inda che axuda cal­

queira", al observar varios grupos de axuda, no podemos decir

111ue ''axude calqueira"• Existe una selecci6n de los componentes

estables de un grupo de axudas, pero ¿qué criterios sigue esta

selecci6n? 1 o en otras paln li ras ¿de quienes se compone un ¡:ru­

po de axudas?.

Bas&ndonos en los datos obtenidos en el trabajo de campo,

podemos decir que cinco son los criterios m&s importantes en

la forn;iaci6n de grupos de axuda:

a) Parentesco. El grupo doméstico residente en una casa,

mantiene ciertas relaciones con otros miembros de la familia

que residen en otra casa o incluso en otro lugar o parroquia.

En los casos de parientes residentes en otro lugar, la existen

cia de axudas es particularmente relevante, porque las ti e rras

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Page 34: Análisis del cambio en las sociedades campesinas

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heredadas que no pasaron a manos de la hija millorada 1 pueden

de esta forma seguir siendo cultivadas por su propietario le­

gal.

Las axudas ~n fiestas o banquetes (preparación de comida,

atender al resto de los invitados,etc) son casi siempre ofreci

das por parientes no residentes en la aldea.

Hermanos, suegros, yernos y cuñados forman •arte del gr~

po más estable de las axudas.

b) Vecinos. Dada la segmentación de la población, el con­

cepto de vecindad en el sentido de proximidad espacial, se nos

presenta como un elemento estable en casi todos los grupos •

Idealmente se intentará que los vecinos de "porta con porta"

formen casi una prolongación del grupo dom~stico, aunque con

cierta frecuencia también se den casos de enemistad (pleitos,

luchas, etc) con este tipo de vecinos.

c) Amistades. En adición a los dos anteriores el nucleo

más compacto de participantes en un sistema de axudas es re­

clutado de entre aquellos grupos dom~sticos con los que una

casa dada mall.t.iene una estrecha relación .amistosa. A veces 1

estas amistades tienen au origen en un parentesco lejano, o en

una antigua relación tipo b (de vecindad), con alguno de los

cónyuges que forman la unidad familiar. No es extraño que es­

tas relaciones amistosas se formalicen en relaciones de compaa

drazgo.

d) Ocasionales. LLamamos ocasionales a aquella gente dis­

ponible y dispuesta a exudar en un momento dado, pero cuyos

vínculos con los promotores de la axuda no son tan fijos como

en los casos anteriores.

e) ~zar. Son aquellas axudas inesperadas en las que no ha Fundación Juan March (Madrid)

Page 35: Análisis del cambio en las sociedades campesinas

33

existido ning6n ofrecimiento ni ninguna petici6n formal de axu

da entre ambas partes.

Podrían incluirse aqui los casos de a:icudas a enfernos re-

pentinos o imposibi1itados. Otra axuda al azar, ~ue ocurre con

bastante frecuencia, tiene lugar cuando una persona viene de

vuelta de otra axuda: o de sus campos y se encuentra con un gr.!!_

pode trabajo que est& casi terminando una labor cualquiera.En

numerosas ocasiones si esta persona que va rle paso, está en bue

nos términos con los dueños de la finca, se incorpor;:i al r.;rupo

de trabajadores.

En este caso, no se suele producir reciprocidad, por~ue

esta axuda es considerada como una muestra de buena vecindad

(usando vecindad en sentido amplio), o también como una posib~

lidad de presentarse en un futuro como una posible axudante o-

casional. Generalmente la persona que axuda al azar, suele te-

ner un vinculo de parentesco, vecindad o amistad con al .<runas

de· las personas que se encuentran en la axuda.

Así pué·s, distinguimos en li! composici6n de los grupos de

axuda dos niveles distintos: uno fijo que forma una especie de

sociedad, en el que el circuito de participantes es estable a

lo largo del tiempo de' una generacion y que por consiguiente

es todos· los año·s pr!cticamente invariable, y que está basado

en relaciones de parentesco, vecindad y amistad; y otro irrec:u ~ -

la·r compuesto por elementos ocasionales y de azar, s6lo 11tili-

z·ado eri ciertas oc·ásiones •

Existe una· correlaci6n entre la tarea a realizar y el tino

de grupo de axuda que se forma. Así .. por ejemplo parA la siega,

para sachar el maiz y para la trilla de centeno, la axuda ocu-

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Page 36: Análisis del cambio en las sociedades campesinas

34

rre s6lo entre los componentes estables de un grupo de axuda

dado. Bn este caso la reciprocidad e s directa y no se forman

grandes redes de intercambio.

Indudablemente la tarea agrícola que cuenta con un n6mero

de participantes más numeroso es la siembre de patatas, y por

consiguiente, las relaciones de axuda son más complejas que

en los casos anteriores. Basándonos en el material etn6gráfico

recogido, vamos a analizar detalladamente un circuito de axuda:

CASO Nl2 l

LUGAR: Agrelo

CASA NQ 15 de Agrelo ( A Lagoa) (1)

CLASIFIC~CION OE LA CASA: A/B (2)

TRABAJO REALIZADO: Siembra de patatas tempranas

JNSTTHJllENTOS EMPLEADOS: Azada (las patatas se plantaron debajo

del emparrado de las viñas).

DURACION OE LA AXUDA:4 horas, 30 minutos.

ALIME NTC: S OF rmcrnos: Queso 1 jam6n, pan, plátanos, vino.

AXUDANTES: 2

CASA NQ 9 A Lagoa

CLASIFICACION DE LA CASA: A/B

SEXO: Hujeres

RELACION: Parentesco

CASO NQ 2

LUGAR: Areal

CASA N2 8 de A Lagoa

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Page 37: Análisis del cambio en las sociedades campesinas

35

CLASIFICACION DE LA CASA: A/B

TRABAJO REALIZADO: Siembra de patatas

INSTRUMENTOS EMPLEADOS: Arado (2 vacas)

DURACION nE LA AXUDA: 3 horas, 15 minutos

ALIMENTOS OFRECIDOS: Vino, tortilla, chorizo, pan

AXUDANTES:

1) CASA NQ 9 (A Lagoa) CLASIFICACION DE LA

SEXO: Mujer RELACION: Vecindad

2) CASA Ng 53 (A La 8 ~a) CLASIFICACION DE LA

SSl:O: Mujer RELACION: Amistad

3) CASA NQ 54 (A Lagoa) CLASIFICACION DE LA

SEXO: Hombre RELACION: Amistad

4) CASA NQ 22 (A Lagoa) CLASIFICACION DE LA

SEXO: Mujer RELACION:Ocasional

CASA: A/!l

CASA: A

CASA: A

CASA: A

(Especial).(a)

(a) Debido a que la casa nQ 22 iba a plantar patatas en la fi~

ca contigua (con tractor) ambas casas compartieron la axuda

(merienda, etc), aunque cada una de ellas contraprestó con los

axudantes suyos.

CASO NQ 3

LUGAR: O Areal

CASA NQ 22 de A Lagoa

CLASIFICACION DE LA CASA: A

TRABAJO REALIZADO: Siembra de patatas

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Page 38: Análisis del cambio en las sociedades campesinas

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INST :WME'ITOS EMPLEADOS: Tractor

ílURACION DE LA AXUDA: 55 minutos

ALIMENTOS OFREC IDOS: Vino, bacalao frito, pan (Compartidos con

los traidos por la casa nQ 46)

AXIJDANTES:

1) CASA NQ40 (A Lagoa) CLASIFICACION:B

2) CASA NQ 8 (A Lagoa) CLASIFICACION:A/B

3) CASA NQ20 (A Lagoa) CLASIFICACION:A

4) CASA NQ21 (A Lagoa) CLASIFICACION:B

5) CASA N213 (liame~ra) CLASIFICAOION:B/C

6) CASA N231 (Lameiro) CLASIFICACION:A

CASO NQ 4

LUGAR: Praderrey

\.ASA NQ 42 de A Lagoa

CLASIFICACION DE LA CASA: C

Tl!ABAJO i<EALIZAOO: Siembra de patatas

·1 NSTifüMENTOS EMPLE~DOS: Tractor

ílllRACION DE LA AXUDA: 3 horas

SEXO:M RELAC: Parent.

SEXO:M RELAC:Vecin.

SEXO:M RELAC: Vecind.

SEXO:M RELAC: Vecind.

SEXO:M RELAC:Ocas.

SEXO:M RELAC: Amistad.

ALIMENTOS OFRECIDOS: Emparlada, chorizo, queso, pan, vino

AXUDANTES:

1) CASA NQ46 (A Lagoa) CLASIFICACION:C/D SEXO:H RELAC:Vecin.

2) CASA NQ44 (A Lagoa) CLASIFICACION:B/C SEXO:M RELAC:Paren.

CASO N2 5

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Page 39: Análisis del cambio en las sociedades campesinas

LUGAR: Ferreiros

CASA N2 44 de A Lagoa

CLASIFICACION DE LA CASA: B/C

37

TRABAJO REALIZADO: Siembra de patatas

INSTRUMENTOS EMPLEADOS: Azad6n

DURACION DE LA AXUDA: 3 horas

ALIMENTOS OFRECIDOS: Chorizo, queso, pan, vino

AXUDANTES:

1) CASA Nl242 (A Lagoa) CLASIFICACION:C SEXO:M RELAC:Parent.

2) CASA N29 (A Lagoa) CLASIFICACION:A/B SEXO:M !IELAC: Amist

3) CASA."Nª9 (A Lagoa) CLASIFICACION:A/B SEXO:M RELAC:Azar

4) CASA N28 (A Lagoa) CLASIFICACION:A/B SEXO:M RELAC:Azar

CASO N2 6

CASA Nl2 54 de A Lagoa

CLASIFICACION D.E LA CASA: A

TRABAJO REALIZADO: Siembra de patatas

INSTRUMENTOS EMPLEADOS: Tractor

DURACION DE LA AXUDA: 3 horas, 40 minutos

ALIMENTOS OFRECIDOS: Empañada, chorizo, pan, vino

AXUDANTES:

1) CASA ND14 (.l.ameiro) CLASIFICACION:A SEXO:M

2) CASA N2ll (Lameiro) CLASIFICACION:A SEXO:M

3) CASA N240 (A:..Lagoa) CLASIFICACION:B SEXO:M

4) CASA N29 (A Lagoa) CLASIFICACION:A/B SEXO:M

5) CASA ND8 (A ..,

agoa) CLASIFICACION:A/B SEXO:M

RELAC:Vecind.

RELAC:Amistad.

RELAC:Amistad.

RELAC:Amis.

RELAC:Amis.

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CASO N!l 7

CASA N2 9 de A Lagoa

CLASIFICACION DE LA CASA: A/B

TRABAJO REALIZADO: Siembra de patatas

INSTHUMENTOS EMPLEADOS: Tractor

OUHACION DE LA AXUDA: 2 horas, 20 minutos

ALIMENTOS OF :lECIDOS: Chorizo, queso, pan, vino

AXUDANTES:

1) CAS'A Nlll5 (A Lagoa) CLASIFICACION:A/B SEXOiM RELAC: Parent.

2) CASA Nll54 (A Lagoa) CLASIFICACION:A SEXO:H RELAC: Amistad.

3) CASA Nll44 (A Lagoa) CLASIFICACION:B/C SEXO:M RELAC: Amis t.

4) CASA Nl28 (A Lagoa) CLASIFICACION:A/B SEXO:M RELAC: Vecin.

5) CASA N!l40 (A Lagoa) CLASIFICACION:B SEXO:M RELAC: Ocas ion.

CUADRO I: Composición de los grupos de trabajo en el circuito de

axudas de la patata

PARENTESCO: 34'28 "

AMISTAD

VECINDAD

AZAR

OCASIONAL

28'57 "

17'14 "

5'71 "

14'27 %

ESTABLES

Los grupos estables de una ~ axuda (parientes, vecinos y a­

migos) pueden durar el tiempo de una generación, pero, dado

que los grupos domésticos cambian sus componentes cada 20-30

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Page 41: Análisis del cambio en las sociedades campesinas

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años, al desaparecer los miembros originarios y ser reemplaza­

dos por otros¡ es decir, no podemos basar la composici6n de

los grupos estab~es de trabajo en la tradición, sino que ~stos

varian con el paso de cada generación.

Además de la reciprocidad de trabajo, existe en las axu­

das un intercambio reciproco de alimentos. Esta reciprocidad

en la comida tuvo gran importancia durante los años cuarenta,

en los que alguna gente recibia como cambio a su trabajo sim­

plemente una merienda, en caso de que la casa fuese lo sufi­

cientemente fuerte como para disponer de comida. '°'ctualmente,

las meriendas suelen tomarse al acabar la faena y en ellas se

acentúa el carácter festivo de la axuda.

Por último, queremos señalar que las regularidades encon­

tradas en la composición de los grupos de axuda no se expre­

san formalmente por los participantes. Las respuestas que dan

a las preguntas sobre axudl;ls son un vago "nos axudamos uns aos

outros" que no da idea de la formalidad y regularidad que en­

contramos en nuestras observaciones.

IVe ESFERAS DE CAHBIO EN EL SISTEMA DE AXUDAS

Como se desprende de lo anteriormente expuesto, las axu­

das eran más numerosas hace veinte años que en la actualidad.

Casi se puede decir que hoy en d!a, las únicas axudas verdade­

ramente importantes para la vida de CampoLameiro son las que

tienen lugar durante la siembra de patatas y para la siega, ya

que el resto de las axudas tradicionales van poco a poco lan­

guideciendo. Vamos pues a exponer cuáles son los factores que

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Page 42: Análisis del cambio en las sociedades campesinas

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a nuestro juicio son pertinentes para explicar las transforma­

ciones que se están produciendo.

Habíamos enunciado tres variables explicativas de la exis

tcncia del sis tenia de axudas: 1) 1a explotaci6n del ecosistema

2) tecno~ogia agrícola y 3) divisi6n social del trabajo. De

ellas s6lo podemos considerar más o menos estable a la primera

y decimos más o menos, porque a pesar de qne en los Ílltimos a­

ños no se han producido grandes cambios en los cultivos por

parte de los campesinos (la sustituci6n del centeno por la v~d

es más importante desde el punto de vista econ6mico que ecol6-

gico), si han existido grandes y graves innovaciones por parte

de las autoridades, que tienen una consecuencia directa si con

sideramos el ecosistema como un todo, pero que no afecta en

gran medida al sistema de axudas. Nos referimos a las planta­

ciones masivas de pinos y eucaliptos, verdaderas calamidades

para el sistema ecol6gico, causa .principal del Índice elevado

ele incendios, del empobrecimiento del suel.o, y de la desapari­

ci6n del pastoreo de ovejas y cabras, en este sentido, empobr~

cedor de los campesinos y eetimulante de la emigraci6n. Pero

esencialmente, se mantiene el tipo de explotaci6n tradicional

esto es, una agricultura de tipo intensivo y de policultivo al

ternante• Es por esta raz6n por la que no damos importancia al

abandono del cultivo del centeno, ya que la vid puede conside­

rarse como un cultivo alternativo que no varía en absoluto el

tipo de agricultura practicada.

~~yores variaciones sufrieron, como ya hemos apuntado,

las otras dos variables, y estas variaciones son los principa­

les determinantes de los cambios habidos en el sistema de axu-

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Page 43: Análisis del cambio en las sociedades campesinas

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das.

VARIACIONES EN EL SISTEMA DE AXUDAS

A. AXUDAS AGRICOLAS

l. Mata de cerdos

Sexo de los ayudantes: hombres

Tecnología: simple¡ cuchillo, banco de mader~, paja de cente­

no y helechos secos.

Variaciones: no apreciables.

2. Recolecci6n y acarreo de leña

Sexo de los ayudantes: hombres

Tecnología: simple¡ hachas y carros del país.

Variaciones: utili~aci6n de tractores.

Vigencia: este tipo de axudas h a desaparecido.

3.Poda r y atar las viñas

Sexo de los ayudantes: hombres

Tecnología: simple¡ tijeras de podar y mimbre para atar

Vigencia: este tipo de axudas ha desaparecido.

~. Plantaci6n de patatas y maíz

Sexo de los ayudantes: hombres o mujeres indistintamente.

Tecnología: arado tirado por vacas o en algunos casos azad6n.

Variaciones: a) el uso de arados ha disminuido. Abundan las

- Vigencia

plantaciones efectuadas con tractor.

b) la presencia de hombres es muy escasa, casi

inexistente.

a) Patatas. Una de las axudas m&s importantes.

b) Maiz. En la mayor ' parte de los casos ya no

hay ·axudas, y si las hay, son pequeñas.

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Page 44: Análisis del cambio en las sociedades campesinas

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5o Sacho de patatas y maiz 0

Sexo de los ayudantes: hombres o mujeres.

Tecnología: simple¡azada. En algunas ocasiones se utilizan ga­

nado vacuno con un 11 sachadeiro 11 (tiene siete hojas

para sachar el maiz 0

Variaciones: a) tecnológicamente ninguna

b) la presencia de hombres es muy escasa

- Vigencia: en caso de que haya axudas (sobre todo para el

maiz), éstas son pequeñas ( 3 ó 4 participantes co­

mo máximo)

6 0 Siega. Construcción de pajares

Sexo de los ayudantes: hombres

Tecnología: simple; guadaña

Variaciones: tecnológicas, se alterna el uso de las guadañas

con el de pequeñas segadoras con motor.

- Vigencia: importante entre el núcleo estable de un circuito

de axudas dado. La siega suele tener lugar durante

los fines de semana.

7. Trilla del centeno.

Sexo de los ayudantes: hombres y mujeres.

: Tecnología: tecnológicas, una m&quina trilladora va reco­

rriendo las distintas casas de la zona.

- Vigencia: escasa debido a la paulatina desaparición del cen­

teno. La m&quina trilladora, hace diez estuvo tres

días en A Lagoa, este año, dos horas y media.

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Page 45: Análisis del cambio en las sociedades campesinas

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8. "Esfollada"

Sexo de los ayudantes: ho•bres y mujeres

Tecnología: manual

Variaciones: ninguna

Vigencia: estas axudas han desaparecido por completo

9. Vendimia

Debido a las adversas condiciones meteorol6gicas no pudimos ob­

servar ninguna. Aunque en caso de que las haya, participan en

ella mujeres, hombres disponibles y niños.

De las nueve labores agrícolas (consid eramos la mata de

cerdos y el transporte de leña como agrícol~s . por la importan­

cia que tienen para una economía campesina) que hemos examina­

do , s6lo una de ellas se mantiene como era: la matanza de cer­

dos . Esta axuda requiere un semi-especialista (el ma ta dor) y

cinco o seis hombres para sujetar el cerdo. Sin embargo, al

ser realizadas por hombres, se hacen pre!erentemente durante

los fines de semana, porque hay un mayor número de hombres dis

ponibles.

Otras tres han desaparecido por completo. El transporte y

acarreo de la leña, se lleva a cabo utilizando tractores, lo

que quiere decir que se cuenta con un nuevo medio de transpor­

te más ráp~do y con más capacidad que el carro del país, y por

otra parte con un tractorista o trabajador asalariado. Como a­

dici6n al tractor, en muchos casos, las mujeres recogen l~ña

cuando vuelven a casa con el carro vacío después de abonar los

campos. Influye tambi'n en la desaparici6n de la axuda la esca

sez de hombres para realizar esta tarea.

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Page 46: Análisis del cambio en las sociedades campesinas

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Otra axuda desaparecida es la que existía para podar y

atar las viñas, el factor determinante en este caso, es clara­

mente la emergencia de lo que venimos llamando "Worker peasant"

Dado que el tiempo ctel que disponen los hombres para realizar

esta tarea es escaso e irregular, cada uno aprovecha las horas

libres de que dispone para ir podando poco a poco ("aos poucos")

Las axudas para "esfollar" eran de carácter festivo. Se

hacían juegos, concursos (el que hubiese encontrado más espi­

gas rojas 11reises 11 ganabat, y concluían a las dos o a las tres

de la madrugada cantando por1Ddos los rincones del lugar. Más

que el trabajo, era la diversi6n lo que hacia a esta axuda im­

portante.

Es muy significatiTo que de las tres axudas desaparecidas

dos de ellas eran consideradas como trabajos propios de hom­

bres y la tercera tenía importantes connotaciones festivas.

L,, axuda que podemos considerar como más importante, la

de las patatas, a pesar del uso del tractor, se mantiene como

era tradicionalmente, excepto que es llevada a cabo casi ex­

clusivamente por mujeres.

La axuda de sembrar mai•t perdi6 vigencia a raiz de la

disminuci6n de trabajo que representa el uso del tractor. Las

de sachar maiz y patatas son llevadas a cabo por mujeres y en

pequeño número, pero hay que tener en cuenta que siempre fue­

ron menos numerosas que otras.

Las variaciones en la siega, son comparables a las habi­

das en las podas de las viñas, es decir, que dado que en ella

pnrticipan hombres, se realizan durante los fines de semana.

El cambio de la trilla del centeno, se dehe en primer lu­

gar al abandono de este cultivo, y en segundo lugar al uso de

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Page 47: Análisis del cambio en las sociedades campesinas

45

•&quinas trilladoras. Era ésta una de las axudas con más parti­

cipantes, que compartía con las 11 esfolladas 11 el carácter festi­

vo. Al final de la trilla, los trabajadores se dividían en dos

grupos, uno de hombres y otro de mujeres,que luchaban entre si,

( 11brlnquetas")• Las brinquetas comenzaban cuando una mujer co­

gía a un hombre descuidado y le tiraba entre la paja. Los gru­

pos de hombres acudían a defender a su compañero, y los de mu­

jeres a la suya. Después de esto, se cantaban coplas de desa­

fio entre hombres y mujeres, y el grupo ganador, era aquel que

lograse dejar al contrincante sin respuesta. De las brinquetas

el único vestigio que queda es en Fentans (Cotobade) a tres

kil6metros de A Lagoa, donde todavía persisten las luchas aun­

que no los desaflos.

B.AXUDAS TECNICAS

le Construcci6n de carros, mesas, etc.

Sexo de loa ayudantesf hombres

Tecnologla: preparaci6n de la madera,instrumentos de carpint~

ria.

Variaciones: los carros se prefieren con gomas neumáticas, y

con refuerzos de hierro.

- Vigencia: han desaparecido.

2. Construcci6n de casas y su• dependencias~

Sexo de los ayudantes: hombres

Tecnología: compleja, canterla.

Variaciones: cambio de materiales empleados, utili7.aci6n de

máquinas.

- Vigencia: considerable.

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Page 48: Análisis del cambio en las sociedades campesinas

46

3. Construcci6n de vigas y emparrados de las viñas

Sexo de los ayudantes: hombres

Tecnología: canterla para los postes.

Variaciones: fue una axuda temporal.

Vigencia: desapareci6.

Este tipo de axudas eran realizadas exclusivamente por

hombres. De ellas s6lo persiste una, las axudas para construir

casas, que debe su vigencia al hecho de que al ser Campo Lame!

ro tierra de canteros, era ~sta una de las axudas con más rai­

gambre. La persistencia ae debe a que poaa gente podr!a arre­

glar o reconstruir una casa sin contar con la axuda de algunos

vecinos o parientes, dado que el dinero sigue siendo un bien

escaso4

La desaparici6n de la axuda para hacer carros viene deter

minada por una parte por las innovaciones tecnol6gicas 1 tales

como la paulatina desaparici6n del earro del país (todo de ma­

dera) ante los de hierro y ruedas de goma. El uso de carros es

más restringido que hace unos años ante las ventajas del tracT

tor para ciertos transportes. Por otra ~arte, la divisi6n del

trabajo que genera especialistas para encargarse de su confe­

cci6n y la falta rle tiempo de los hombres de la casa es otra de

las causas que explican la desaparici6n de esta axuda. (Aunque

como hemos dicho el de carpintero era uno de los pocos oficios

tradicionales de la comunidad, no toda la gente disponía de di

ncro para pagar sus servicios.)

La otra ~xuda extinguida-confecci6n de viñas- se perdi6

por motivos de orden coyuntural, ya que fue un trabajo realizl.

do intensamente durante unos años, pero perdurable, y las rep~

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Page 49: Análisis del cambio en las sociedades campesinas

47

raciones que necesitan no tienen el alcance que tuvo su cons­

trucci6n inicial.

En conclusi6n, podemos comprobar una vez m&s que la desa­

parici6n de estas axudas de trabajo •e debe, como en el caso

de las agrícolas, a las dos variables que hemos tomado como ex

plicativas del cambio internamente, es decir, a la división so

cial del trabajo y a las innovaciones tecnol6gicas.

Co AXUDAS CEREMONIALES

l. Axudas en banquetes de bodas, bautizos, fiestas,etc.

Sexo de los ayudantes: mujeres.(a)

Tecnología: culinaria y servicio de mesas.

Variaciones: no aprecibles 1 excepto en el caso de l a s bodas.

Vigencia: persisten.

(a) En casos de banquetes con gran número de comensales,

los hombres pueden ayudar el día anterior para matar

animales.

2. Entierros

- Sexo de los ayudantes: mujeres y hombres (éstos en menor medi

da.)

Tecnología: -

Variaciones: utilizaci6n de servicios de funerarias.

Vigencia: desaparecidas.

l. Las axudas en la preparaci6n de banquetes persisten en

nuestros días excepto en el caso de los banquetes de bodas. Ha

brla que establecer una distinci6n entre aquellos banquetes

de Índole privada como son los de bauti~os, comuniones,etc, y

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Page 50: Análisis del cambio en las sociedades campesinas

48

los ~ uc tienen lugar cuando son las fiestas de barrio o de la

parroquia. En el primer caso, la reciprocidad directa est! de­

terminada por el número de familias envueltas, siendo invita­

dos familiares, vecinos y amigos. En el segundo, los invitados

son miembros de otros lugares (familiares.o amigos), pero no

los residentes en el mismo barrio que tambi~n están de fiesta.

Así se forma un circuito de fiestas que permite una contrapre~

tación directa. Es muy importante señalar que las fiestas pa­

rroquiales o de barrio no s6lo se celebran públicamente, sino

que su dimensión más importante tiene lugar en la esfera dom~s

tica. La prueba de ello la tenemos en las llamadas "festas de

pote 111 pequeñas fiestas de un barrio o lugar, generalmente in­

vernales que no son celebrados fuera de las casas (no hay ver­

benas ni demás atracciones), pero se mantienen como tales fies

tas dentro de las casas.

En el caso de las fiestas, la mayor parte de los invita­

dos son parientes residentes fuera de A Lagoa 1 que generalme~

te mantienen vínculos estrechos con el grupo dom~stico origi­

nario, y que por tanto, suelen participar en algunas axudas !.

gricolas, sobre todo en la siega.

El incremento de trabajo durante los días de fiesta es

considerable. La dicta alimenticia se altera considerablemente

Dos son las intenciones de esta alteraci6n: ofrecer a los inv!

tados de lo mejor, y en abundancia. La comida tiene qne sobrar .

Una comida de fiesta suele constar de tres platos fuertes

como callos, cocido o pescado y carne de ternera. La carne que

se consume diariamente es de cerdo, pero en estos días especi!.

les se ofrece de ternera. Este año, con ocasión de las fiestas

patronales de San Miguel, varias casas mataron una ternera po~

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Page 51: Análisis del cambio en las sociedades campesinas

49

que, aunque hay una carnicería, el precio de la carne de tP.rne

raque tienen que pagar es de seiscientas pesetas por kg., cu­

riosamente si ellos venden una ternera no obtienen por ella

m&s de catorce mil pesetas, y por esta raz6n varias casas que

tenían terneras en la Epoca de las fiestas patronales se aso­

ciaron con otras para compartir las terneras.La proporci6n e­

xacta, fue de una ternera por dos casas, y la necesidad de a­

bundancia que apuntamos antes, queda mejor explicada al compr~

bar que en tres días una casa consumi6 media ternera, teniendo

adem&s en cuenta que la carne de ternera no era el Único plato

de la fiesta.

Otro trabajo que justifica la existencia· de axudas es,ad~

m&s del mencionado de preparar los alimentos, atender a los in

vitados, cuyo número como media aproximada oscila entre veinte

y treinta por casa.

En el <mico de los banquetes en el que desaparecen las axu

das es, como hemos dicho anteriormente, en el de bodas, que

suele celebrarse fuera de Campo Lameiro. La causa más impor­

tante es la divisi6n del trabajo fuera de Campo Lameiro que g~

nera especialistas. Otra de las causas de su extinci6n es un

cambio ea sistema de valores. Uno de los bienes más apetecidos

en banquetes es el marisco, producto dificil de conseguir

en Campo Lameiro. El celebrar una boda en un restaurante espe­

cialista, que incluya en su menú marisco, genera más presti g io

social que un banquete celebrado en casa con carne de ternera

o de cabrito.

2. El caso de los entierros, puede verse en cierto senti­

do similar al de las bodas pero con un Enfasis diferente: en

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Page 52: Análisis del cambio en las sociedades campesinas

50

las bodas se gana prestigio, en los entierros no.

La desaparici6n de la ceremonia fúnebre tradicional, se de

be tambi~n al impacto de la divisi6n del trabajo, y con ella a

la creaci6n de especialistas fuera de Campo Lameiro 0 (Aunque ~

xiste una funeraria local, en su estructura y en su funciona­

miento no es aut6ctona). Si antes había en los entierros algu­

na forma de conseguir o de mostrar prestigio social, ha desap~

recibo sin ser sustituida por ninguna otra. Esto se debe por

una parte a reformas eclesi&sticas, sobre todo a la desapari­

ci6n de la importancia de las cofradías. Las cofradías eran o~

ganizaciones religiosas a las que podían pertenecer todas las

casas de Campo Lameiro (la base formal eran los matri•onios) y

que se ocupaban del cuidado de un santo y de organizar por ttl!:,

no (cada año según el orden de edad del matri•onio) las fiestas

del santo en cuesti6n. Había seis cofradías y de ellas cada mi

embro (la adscripci6n era v&lida para todo el grupo dom~stico)

tenía derecho 1 cuando moría un familiar,a colocar doce velas, d~

rante los funerales, alrededor de la caja. La cuesti6n de las

velas desapareci6 ante las nuevas regulaciones eclesi&sticas

del Concilio Vaticano II (y con ellas, la vigencia de las co~

fradías) 1 ua que si por ejemplo, una casa era miembro de las

seis cofradías (lo que era relativamente frecuente) tenía de­

recho a colocar 72 velas alrededor de sus difuntos.

Hoy en d{a las '1nicas diferencias apreciables entre en­

tierro y entierro est&n en el lujo de los panteones, en el nú

mero de sacerdotes contratados para decir los ~unerales o en

el número de coronas funerarias, pero el prestigio de las ve­

las, de los productos ofrecidos a los pobres o de la "parva"

no ha sido sustituido por ninguna otra distribuci6n que cum-

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Page 53: Análisis del cambio en las sociedades campesinas

51

pla las mismas o similares funciones.

En estos dos casos ~bodas y entierros- los cambios vienen

dados por la divisi6n del trabajo fuera de Campo Lameiro a di­

ferencia de los que hemos estudiado en otras axudas, fundamen­

talmente en las agrícolas, en las que los cambios producidos

por la divisi6n del trabajo, hacen referecia también a la a­

centuaci6n dentro de Campo Lameiro de la divisi6n sexual del

trabajo.

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Page 54: Análisis del cambio en las sociedades campesinas

52

CONCLUSION

A Través de las variables utilizadas para estudiar . los

cambios en el sistema de axudas dentro de Campo Lameiro, he­

mos visto que todas estas causas internas son dependientes de

un cambio procedente del exterior. Sobre todo, si tenemos en

cuenta que la desapariei6n de ciertas axudas, y la pérdida de

vigencia de otras, coincide con el final de otros actos socia­

les peculiares de la vida en Campo Lameiro.

Entre las costumbres desaparecidas durante la misma época

que ciertas axudas, podemos enumerar las siguientes: desapari­

ci6n de las ferias (habia des d!as al mes de feria en A Lagoa)

los cantos de Reís (de Reyea Magos) durante la noche de Reyes

por parte de todos los mozos de un barrio¡ esconder y atar ca­

rros y cancelas durante la noche de San Juan (tras auchos años

de abandono, esto se vuelve a hacer desde hace dos o tres años)

el abandono de los molinos de aguas comunales¡ el declive de

los lamentos funerarios formalizados¡ y la deaaparici6n de los

Últimos canteros.

La época en la que la gente sitúa estos cambios coincide

con el llamado "boom econ6mico de los 60 111 en Campo La111eiro 1

relacionado con la emigración a Europa y a 0 tros puntos de Es­

paña y que representa el abandono casi total de la agricultura

por parte de los hombres.

Es decir, que las variables internas que explican la des~

parici6n y las transformaciones del sistema de axudas,ae apoyan

en los cambios globales ocurridos en la comunidad como consecu­

encia de otros cambios y presiones que tienen lugar en la socie­

dad m~s amplia.

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Page 55: Análisis del cambio en las sociedades campesinas

BIBLIOGRAFIA

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CHAYANOV

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FUNDACION JUAN MARCH SERIE UNIVERSITARIA

TITULOS PUBLICADOS Serie Azul

(Derecho, Economía, Ciencias Sociales, Comunicación Social)

17 Ruiz Bravo, G.: Modelos econométricos en el enfo· que objetivos-instrumentos.

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37 Lázaro Carreter, F., y otros: Lenguaje en periodismo escrito.

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78 Martín Serrano. M., y otros: Seminario sobre Cultura en Perio· dismo.

85 Sirera Oliag, M.• J .: Las enseñanzas secundarlas en el País Valenciano.

108 Orizo. F. A.: Factores socio-culturales y comporta· mientos económicos.

124 Roldán Barber, H.: La naturaleza jurídica del estado de necesidad en el Códim> Penal Espa· ñol: critica a la teoría de la exigibi· lidad de la conducta adecuada a la norma.

128 De Esteban Alonso. J.: Los condicionamientos e intensidad de la participación política.

135 Santillana del Barrio, l.: Evaluación de los costes y beneficios de proyectos públicos: referencia al coste de oportunidad en situaciones de desempleo.

153 Maravall Herrero, F.: Organización industrial, estructura sa· larial y estabilidad de la inversión: Un análisis del caso español.

155 Al cántara Sáez, M.: La ayuda al desarrollo acordada a lbe· roamérica. Especial referencia al papel concesionario de la C. E. E.

162 Vanac locha Bellver, F. J. : Prensa político-militar y sistema de partidos en España (1874-1898).

170 Solé Puig , C. : La integración socio-cultural de los inmigrantes en Cataluña.

184 Morán Aláez. E. : La evo lución demográfica en España: un test de la teoría de la respuesta multifásica de K. Davis.

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