angela gorodischer memoria yconstruccion del yo

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Revista de Literaturas ModernasNmero 36 (2006) 249-264MEMORIA Y CONSTRUCCIN DEL YOEN ANGLICA GORODISCHERFabiana Ins VarelaUNCuyo - CONICETHistoria de mi madre1, de Anglica Gorodischer2constituyeuna obra atpica en el corpus creativo de la escritora. Reconocidainternacionalmente como narradora de ficciones fantsticas, deciencia ficcin y policiales3, este libro se aleja de sus temashabituales para adentrarse en un espacio conflictivo y pocotransitado por la autora, como son los recuerdos de infancia4.Alejada de todo registro confesional y de toda actitudnostlgica hacia su pasado, la Gorodischer narra con soltura ycierto desparpajo ancdotas de su infancia relacionadas con lasfiguras femeninas del clan familiar: principalmente su madre, ejede la memoria que se despliega, pero tambin una serie de tas ytas abuelas que dejaron su impronta, ya sea para seguir una ruta,o como en este caso, para apartarse de los designios fijados porsu grupo social y parental. Junto a ellas se desgranan losrecuerdos de las casas habitadas, los primeros amigos, laescuela, las maestras, el club, las sirvientas y su incondicionalapoyo domstico a lo largo de toda su vida-, el cine, las lecturas,la facultad y la decisin de casarse a pesar de las presionesfamiliares en contra.Como se aclara desde el ttulo, el libro presenta las memoriasde Anglica Gorodischer, centradas principalmente en la historiade su madre, la pintora y tambin escritora Anglica de Arcal5.Sin embargo, el texto adquiere hondura y complejidad al

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FABIANA INS VARELA250construirse como un diario en el que los recuerdos seyuxtaponen con detalles de la vida cotidiana y actual de laescritora. De esta manera se entrelazan el pasado y el presente,la figura de la madre y su familia, con la vida de la escritora y susafectos, el yo nio, adolescente y joven junto al yo maduro desdeel que se despliega la voz que da forma a la escritura. Esta dobleva marca a la vez una serie de oposiciones que iluminanaspectos de la personalidad de la Gorodischer quien en y desde eltexto construye una identidad propia por oposicin a lo vivido en -ydado por- su familia de origen.Sin tratar de agotar las posibilidades que el libro presenta,nos limitaremos a precisar en esta ocasin una serie de temasque se perfilan espontneamente a medida que transitamos sulectura. Estimamos que estos deslindes pueden ser tiles parailuminar la personalidad y la obra de esta escritora rosarina, lainterpretacin acabada de su libro complejo, pero tambin paraplantear algunas consideraciones -no estrictamente tericas,aunque por momentos se rocen- sobre las posibilidades de lamemoria y de la escritura autobiogrfica. Los temas apuntan adeslindar aspectos relacionados con la capacidad de recordar y elolvido, lo dicho y lo callado, la franqueza de la escritura, laproblemtica del gnero que se escribe y el sentido y propsito deeste libro. Todo esto para convergir en la tarea de construirse unyo mientras la obra se va desplegando.Relacin memoria / olvidoEl libro se abre con un fuerte cuestionamiento a lasposibilidades de la memoria, especialmente las referidas aimgenes y episodios de la infancia: Me pregunto si alguna vezRamiro, cuando sea grande, se va a acordar de las lucecitas decolores que bailaban en la pared junto a la puerta de entrada acasa. No. Creo que no: es muy chiquito todava (p. 11). Estaimposibilidad del otro para el recuerdo -en este caso su propionieto- tiene como contrapartida, la capacidad del yo narrador

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MEMORIA Y CONSTRUCCIN DEL YO EN A. GORODISCHER251identificado con la voz autorial- para traer a la memoria recuerdosmuy antiguos, de su primera infancia:Pero yo me acuerdo del sombrero colorado de esa mujerque cruzaba la calle y probablemente se pudiera decir de mque era muy chiquita todava porque estaba en brazos dealguien junto a la ventana que daba a la calle Juncal, ydesde all doblemente arriba, vea la calle gris. Todo era ungris que terminaba en una lnea aguda como el filo de uncuchillo en el que empezaba el sol. La gente cruzaba la calley era gris. La gente, digo: gris como la calle. Pero una mujerllevaba un sombrero colorado y al cruzar el filo del cuchillo ymeterse en el sol, el color salt en un instante de maravilla.Se fue, se perdi la mujer con su sombrero colorado y yojams la olvid (p. 11).Esta imagen, que se impregna de valor simblico a lo largode las pginas, abre y cierra el libro: un extrao libro de recuerdosen el que constantemente se establece un juego ambiguo con lasposibilidades de la memoria y el acecho implacable del olvido. Poruna parte, como hemos visto, la voz narradora se reconoce comoposeedora de una capacidad de rememorar episodios ocurridosmucho tiempo atrs, sin embargo, en numerosas ocasiones sepone en duda esta facultad e, incluso, la veracidad del recuerdo. Acontinuacin comentaremos algunos de los juegos ms relevantesen los que se va imbricando la dualidad memoria / olvido.En primer lugar, el recuerdo antes comentado no surge demodo prstino, sino enredado con otros posteriores que conformanuna imagen compleja construida en distintos tiempos, a modo decapas sedimentarias yuxtapuestas. En primer lugar, la evocacinde una clase de Lenguaje, en la escuela secundaria, cuando unaprofesora les haca escribir composiciones diarias sobre distintostemas y uno de ellas haba sido el primer recuerdo, dondeescribi sobre la mujer del sombrero colorado que cruzaba lacalle Juncal (p. 12). A sta se suma la memoria ms reciente desu paso por el edificio recordado (cf. p. 12).La memoria tiene, para Anglica Gorodischer, una dimensinfsica y gentica que permite la transmisin de un recuerdo

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FABIANA INS VARELA252corporal de generacin en generacin. Asociado a determinadascaractersticas fsicas, este recuerdo consolida la imagen de laspersonas del clan, para que su presencia permanezca viva y lamuerte no las desvanezca. En este caso, el ejemplo preclaro es elde la nariz de las Junquet, las tas maternas, que ella recibi yhered a su hija (p. 13).Sin embargo, y a pesar de este aporte concreto, las fallas dela memoria aparecen, desde diversas perspectivas a lo largo dellibro. Por una parte, estn las capacidades personales: laposibilidad de recordar ciertas cosas, algo disparatadas, y olvidarotras ms importantes. En este caso la narradora comenta susvvidos recuerdos, plenos de detalles, de las casas en las quetranscurri su infancia y juventud (cf. p. 42). Pero tambin, laangustia del olvido de los rostros de las personas, aun de las mscercanas y amadas:Hay quienes admiran mi memoria pero yo creo, en serio,no es pose, creo que no es para tanto. Tengo gravescarencias en ese terreno. No recuerdo las caras, porejemplo [] Y esto me sucede desde que era chica. Yaentonces, cuando Tat me llevaba a su casa a pasar unosdas, me atormentaba tratando de acordarme de la cara demi madre, la cara de mi padre, y nunca las recordaba endetalle. Ahora s, ahora estn ac frene a m, con todas susmiradas y todos sus gestos, pero entonces eran unanebulosa y eso me causaba preocupacin y dolor.Pero recuerdo con precisin los nmeros, cosa que esabsolutamente intil y estpida (pp. 87-88).En otros casos, los recuerdos son confusos, borrosos y lamemoria una capacidad huidiza y no confiable. Por esta razn, lossujetos del recuerdo pueden ser intercambiables, no est claroquin realiz una accin ni quin la percibi, se confunden sujetoy objeto, pero tambin persiste la duda de si es real o imaginario:De ese tapial me acuerdo muy bien. Alguien, un chico, sesubi a ese tapial y camin por ah arriba, por el filo. Yahora, all hay uno de esos asombrosos vericuetos de lamemoria porque yo no s, realmente no s si era un chico o

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MEMORIA Y CONSTRUCCIN DEL YO EN A. GORODISCHER253si era yo quien estaba arriba de ese tapial. Tal vez era yo,creo que s, que era yo, y en ese caso, como todo el mundose enojaba muchsimo, trat de pensar que era otro. O erarealmente un chico, vaya a saber qu chico, y como yo tenaganas de desobedecer y de treparme al tapial, llegu apensar que era yo. Vaya a saber. Ya no importa. La verdades que nunca import, y otra verdad es que as est bien:pequeos misterios (p. 13).O bien, la confusin temporal, la imprecisin en la datacindel hecho que aparece en la memoria:Sera en los aos de la escuela primaria pero no s justocundo. Creo (todo fluye, todo va y viene []) que yo iba porla calle con una compaera. Debe de haber sido msadelante, tal vez en los aos no de la primaria sino de lasecundaria porque en la primaria no me hubieran dejadoandar sola por la calle con otra chica. Pero s es cierto quebamos por la calle (p. 41).Adems, el recuerdo puede aparecer envuelto en sombrasque velan su sentido, pero que de pronto se disipan revelndoloen toda su dimensin: Pero ac tengo que hablar de otrorecuerdo muy remoto. [] porque se trata de un trozo recurrente ymisterioso de la memoria. Es decir, yo no saba qu era eso, dequ me estaba acordando, pero el recuerdo vena una y otra vezmuy vvido, como reclamando su sentido. Finalmente me di cuentay supe lo tonta que haba sido al no haberme dado cuenta antes.Era tan evidente! (p. 59)6.En otras ocasiones la evocacin se apoya en imgenespictricas, como por ejemplo el jardn de la casa de Flores, enBuenos Aires, donde vivi siendo muy nia, cuyo recuerdo seconstruye a partir de un cuadro pintado por su madre, aunquecontina persistiendo la duda si realmente jug en ese jardn o fueen otro semejante (cf. pp. 102-103).A lo largo del libro, las dudas, las imprecisiones, las imgenesnebulosas, la posibilidad de que muchos cuadros que aparecen enla mente sean slo falsos recuerdos (Digo que era muy chica,mucho, tanto que a veces me parece que eso no puede ser y mi

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FABIANA INS VARELA254hija psicoanalista me explica algo sobre los falsos recuerdos. Peroyo s que a los tres aos yo escriba cuentos, p. 23) vansocavando sutilmente la confianza en la capacidad de la memoriapara rescatar del olvido, la posibilidad de reconstruir el pasado,pues se asienta en frgiles y torpes cimientos. Hay entonces unaconstruccin de un recuerdo que al mismo tiempo que se edificase destruye, se desmaterializa, aunque la escritura le da unanueva y ms rica entidad.Pero no slo el recuerdo aparece confuso y llena de dudas laconsistencia de realidad de aquello que se trae a la memoria,existe tambin una actitud deliberada por parte de la voz autorialde retacear u ocultar informacin que no resulta pertinente, que noes apropiada, guiada en este acto por diversos factores de ndolepersonal: Borr la mitad de lo que haba escrito ayer. No megust, no son cosas que quiero decir (p. 229). Se percibe, engeneral y a lo largo del libro, un negarse a hablar de cosas que lainvolucren muy personalmente o que dejen al descubierto a laspersonas de su crculo ms cercano, por ejemplo su esposo o sushijos y nietos que son nombrados y aparecen siempre de modogeneral y sin detalles. La atencin del recuerdo se centra en losfamiliares ya muertos y sin voz, que no pueden replicar nicontradecir lo dicho.La franqueza de estos escritos est cuestionada perotambin limitada por su postura frente a la verdad y la concienciade que no todo debe exponerse frente al lector, que deberespetarse el pudor ntimo de revelar el alma. Esta actitud serelaciona con su posicin de narradora de ficciones, en las que loimposible, lo extrao, est siempre presente y es buscado por suslectores que aceptan el pacto que convalida este engao. LaGorodischer traslada este pacto de la ficcin tambin a la escrituraautorreferencial y a todo tipo de escrito: El lector es el destinatariodel engao,sea lo que fuere lo que lee. Pide el engao, est ahpara recibir lo que l sabe y precisa, que es el engao (p. 76, elresaltado es mo).

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MEMORIA Y CONSTRUCCIN DEL YO EN A. GORODISCHER255La problemtica del gneroFrente a un texto supuestamente de memorias en el que sedesconfa del rigor de tal capacidad, en el que concientementeseengaaal lector, en el que no todo se dice y por lo tanto lafranqueza est restringida, surge espontneamente elcuestionamiento sobre los gneros autorreferenciales y laubicacin de su aporte dentro de este universo:Le ayer precisamente en un comentario de un libro en elNew York Times, que un seor aseguraba que no se puedeescribir una autobiografa si no se tiene el propsito de serabsolutamente franca. Claro que esto no es unaautobiografa. No s muy bien lo que es: una crnicafamiliar? mis memorias? una biografa? unagenealoga? qu diablos es? La verdad es que me importaun pomo. Esto es esto que es. Un texto en el que hablo dealgunas cosas s y de otras cosas no. No es que no seafranca. Lo soy (todo lo que se puede) cuando digo algo. Loque pasa es que no lo digo todo y eso est bien. No todo espertinente, no todo es interesante y sobre todo hay temasque no me da la gana tocar. Cosa que es totalmente locontrario de lo que dijo Simone de Beauvoir al empezar susmemorias. Qu hay (p. 229).Si bien el texto est armado como un diario en el que se vaconsignando, da a da los recuerdos surgidos a partir dedeterminados factores cotidianos, tambin es evidente que notiene la espontaneidad de ste, sino que es producto de unejercicio voluntario de incentivar la memoria para poder dar cursoal pasado que conforma la historia de la propia familia, de aquellosmuertos queridos que no desea ver desaparecer del todo. LaGorodischer refiere que uno de los disparadores del texto fue elregalo de un cuaderno, ese cuadernito en blanco que dice en latapaLos Das de mi Vida (p. 122), sin embargo, confiesa suaversin a llevar por escrito lo que ocurre cotidianamente en suvida (cf. p. 232), y aunque ha pensado en este escrito como unno-diario con pretextos cada da para escribirotracosa (p. 45), locierto es que se constituye en una interesante metodologa de

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FABIANA INS VARELA256trabajo que permite el fluir de la memoria a partir de la libreasociacin de ideas que se van encadenando de un modo pormomentos disparatado (cf. p. 30).La problemtica del gnero en el que podra inscribirse sutexto le interesa especialmente como escritora. A ella, que sedefine narradora, no le gusta escribir sobre lo conocido, lo vivido,sino que busca siempre historias alejadas en el tiempo y en elespacio que dan vida a sus cuentos y novelas de ciencia ficcin opoliciales. Si bien en algunos aparecen elementos relacionadoscon Rosario7y con ciertos personajes claramente inspirados en surealidad ms cercana, lo cierto es que no se siente cmodahablando sobre lo conocido, y menos an sobre la intimidad de sufamilia. Por ello le resulta difcil utilizar el gnero novela paraarmar este libro y de pronto se pone a escribir recuerdos,pensando que al ir dando forma al contenido de su mente, lograraencontrar el sentido genrico de lo que escriba: Era eso, me dije,era que no tena la forma, era que necesitaba ver el cmo pero elcmo externo, la apariencia, como de un cuadro, en la que iba acalzar todo lo que tena para contar. No es una novela sobre losnaranjos en el patio de la abuela. Es el patio de la abuela (p.123).Sin embargo, y ya al final de su libro, vuelve de modorecurrente el preguntarse sobre la clasificacin de este texto queno halla, para ella, fcil cabida dentro del gnero. Sin embargo,este cuestionamiento no constituye una limitacin sino la garantade la libertad absoluta de una artista que ama sin reparos laescritura, que afirma haber comenzado a escribir a los tres aos yque encara un texto difcil, no tanto por su pertinencia genrica,sino por la labor de ahondar en el pasado, para traer al presentehechos, situaciones y personajes, ya muertos pero que tuvieronuna decisiva influencia en su vida y que an en el presentepueden avivar el dolor de ciertas heridas. As la escritura estambin catarsis, reparacin y sanacin de llagas profundas,principalmente de aqullas producto de una relacin tan complejacomo la de madre e hija.

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MEMORIA Y CONSTRUCCIN DEL YO EN A. GORODISCHER257El sentido de esta escrituraLlegamos as a la pregunta central sobre el sentido de laescritura de este libro. Por qu razn escribir un texto basado enla memoria, cuando esta facultad se presenta tan lbil yevanescente? Por qu razn recordar si se piensa que todoregreso al pasado resulta un sinsentido8? Por qu embarcarseen una tarea dolorosa, que remueve heridas y que, incluso, desdeel ejercicio de lo literario, plantea constantes cuestionamientossobre su clasificacin?La primera respuesta es sencilla: slo por medio del recuerdopodemos conjurar la muerte y recuperar a los que se han ido:recobrar la memoria del propio clan para que este no se pierda enel olvido, para dar un sentido de pertenencia, en primer lugar, alos que vienen detrs nuestro. De esta manera, la muerte de losltimos parientes maternos abre el interrogante sobre la necesidadde transmitir la historia cotidiana de una familia de la que se tieneconciencia de ser la ltima y nica heredera ya que ninguna desus tas tuvo hijos. La misma Gorodischer confiesa los motivosque la llevaron a intentar la escritura de este libro:Ayer estuve con Clara y con Manuela. Clara tiene suparte de responsabilidad en lo de la escritura de este texto.Me cont una vez, hace mucho, que estaba escribiendo lahistoria de su familia. Eso me dio vuelta la cabeza porqueera lo que yo quera hacer y no me sala. Laura habamuerto haca poco y yo pensaba que con ella se perdadefinitivamente toda la memoria de la familia. Quin iba arecordar de ah en adelante quines y cmo haban sido mistas, mis primas segundas, las casas en las que habamosvivido, las leyes familiares dictadas por Carmencita, lasvisiones de Paula, los tropiezos en la vida de Manena?Eh? Quin? La respuesta evidente era: Yo (p. 121).Sin embargo la escritura trasciende ampliamente el deseo derecuperar al otro para internarse en los vericuetos de la concienciadel yo autorial. En primer lugar este sumergirse en el pasadotiene, como ya vimos, una importante dimensin de catarsis, de

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FABIANA INS VARELA258curacin del alma y de las pasiones a partir del ejercicio derecordar, principalmente a la madre. Con dolor, con rabia maldisimulada la relacin madre / hija va construyndose a medidaque la escritura avanza. Esto permite a la autora poner fuera,objetivar un lazo doloroso, complejo y lleno de incomprensiones.Aunque de modo conciente la Gorodischer afirme que con sumadre tuvo un vnculo parental normal9, tambin observa que laescritura, si bien placentera en s misma, tiene un contenidodoloroso en la recuperacin de un recuerdo, no siempreagradable: Cierto que escribir me da placer, es placer, peroescribir la historia de mi madre es bastante duro (p. 161).El dolor se agigante cuando comprende que tampoco, ni elrecuerdo ni la escritura, le permiten asir por completo la imagen desu madre, que se torna evanescente y dolorosamente incompleta:Ella tuvo las palabras a su alcance y las us; [] perohay que ver que yo nunca o algunas de ellas, aquellas otrasque pronunciaba suavemente y con cuidado. Las cancionesde cuna, por ejemplo: qu cara tena mi madre cuando mecantabaseora santa ana porqu llora el nio? Es cierto, lao y la vi cantarles a mis hijos y a mi hija cuando eran bebs,pero esa mujer que les cantaba a ellos no me haba cantadonunca a m. Aqulla, la que le cantaba a su propio beb, yano estaba, se haba ido, era otra (p. 237).Pero ms all de la bsqueda de una curacin para su alma,lo que Anglica Gorodischer busca consciente einconscientemente a lo largo del libro, es construir poco a poco supropia identidad textual. As va surgiendo una voz hecha de libros,de cuentos narrados, de libros ledos que la van configurandodentro un universo literario del que ella es la protagonista, laelegida, la llamada para narrar historias que conforman, a su vez,mundos diferentes, ms complejos, ms ricos y, por qu no, msfelices que el propio: yo escriba cuentos antes de haberaprendido a escribir (p. 23).Pero esa Anglica Gorodischer que conscientemente cambiael apellido de su familia Arcal- por el de su marido, va a irsurgiendo en oposicin a todo lo heredado. Se manifestar en

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MEMORIA Y CONSTRUCCIN DEL YO EN A. GORODISCHER259cada pgina como distinta de su madre y de sus tas. Ella no serel producto de los prejuicios de una clase ni de una generacin.Ella es diferente. Y lo deja bien en claro: Toda esa familia grande,de muchas mujeres fuertes, ingeniosas, simpticas elegantes ehipcritas, iba a entrar como en un embudo para terminar en m, laindeseable, en m que, siempre lo sent, inauguraba otra cosa (p.50).A lo largo del libro, la voz narradora va marcando lasdiferencias con cada miembro de su familia: ella es distinta deCarmencita, la gran Matriarca de la familia10, es el espejo opuestoa la menor de sus tas, Manena, pero esencialmente es distinta desu madre. En cada recuerdo va surgiendo con especial nfasis supostura diferente de la de su madre, su catadura completamenteopuesta: mi madre quera siempreotra cosa. Reconozco eso,pero hay una diferencia importante: yo doy pelea para conseguiresa otra cosa y ella no haca nada sino quejarse y echarle la culpaa mi padre (p. 57). Sin embargo, la situacin se torna complejapues, a pesar del intento de diferenciarse hay un punto en el queconvergen inexorablemente, pues ambas son escritoras. Por ello,marcar constantemente las fallas de la escritura de su madre, loarduo que le resultaba a ella escribir una pgina y la facilidad quecaracteriza a su propia escritura11y marcar constantemente losaciertos maternos en la pintura12, una gran pasin que no pudoejercer como deba porque, segn la hija, le falt el corajenecesario para persistir, para poder llevar adelante sus talentos,porque no supo sobreponerse a las trampas que ella misma setenda.Frente a esta realidad de su madre, la hija se plantar frentea la vida de modo opuesto y esa figura es la que se destaca a lolargo del libro, la que pudo, la que se atrevi a desafiar a su grupo,a su familia, a sus creencias para intentar algo nuevo, diferente. Yese yo, especie de Adn de su estirpe, es el que se vaconfigurando a lo largo de la escritura.Ese yo estaba tambin prefigurado al inicio del libro, en laimagen de la dama con el sombrero colorado que pasa de laoscuridad al sol. De esta manera el crculo se cierra: ella es la que

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FABIANA INS VARELA260mira pero tambin es el objeto mirado pues ambos acabanfundindose. Pero ella es tambin esa escritura, ese libro, informe,proteico, mentiroso y veraz al mismo tiempo, ese libro que le hapermitido irse definiendo, por oposicin, a lo largo de toda suescritura. Mujer con sombrero, Anglica Gorodischer, este libro,todos se funden en la actitud desafiante de calzarse un sombrerocolorado y enfrentar al gris, para salir al sol de la vida.

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MEMORIA Y CONSTRUCCIN DEL YO EN A. GORODISCHER261NOTAS1Anglica Gorodischer.Historia de mi madre. Buenos Aires, Emec,2004, 240 p. (Cruz del Sur). A partir de aqu citamos en el cuerpo deltrabajo por esta edicin.2Anglica Gorodischer naci en Buenos Aires, en 1928, hija de AnglicaJunquet de Arcal, pintora y tambin escritora. Vive en Rosario desde1936. Ha publicado numerosos libros, todos de narrativa. Estudi enRosario en la Escuela Normal de Profesoras N 2 y en Facultad deFilosofa y Letras de la entonces Universidad Nacional del Litoral,aunque no lleg a obtener el ttulo. Entre los reconocimientos que harecibido estn: Premio Vea y Lea, tercer concurso nacional de cuentospoliciales (1964); Premio Club del Orden (1965); Premio Ms All (1984);Premio Poblet (1984); Premio Emec (1984-85); Premio Sigfrido RadaelliClub de los XIII (1985); Premio Gilgamesh, Espaa (1986); PremioKonex de Platino (1994); Premio Dignidad, otorgado por la AsambleaPermanente por los Derechos Humanos, en vista de su trabajo por losderechos de las mujeres (1996); Premio Bullrich, otorgado por la SADE ala mejor novela del trienio escrita por una mujer (1998), y PremioEsteban Echeverra, narrativa (2000). Adems, obtuvo dos becasFulbright, una de ellas en el International Writing Program, de la IowaUniversity, en 1988, y la otra para dictar dos cursos en la University ofNorthern Colorado, en 1991. Ha publicado cuentos en antologas delpas y del extranjero. Cuenta con traducciones al alemn, ingls, francs,ruso y checo. Ha participado en congresos y reuniones internacionales, eimpartido ms de 350 conferencias -sin contar las ponencias encongresos-, en Argentina y en otros pases, especialmente sobrenarrativa fantstica y sobre escritura de mujeres.3Entre sus principales ttulos encontramos:Cuentos con soldados,cuentos (1965);Opus dos, novela (1967);Las pelucas, cuentos (1968);Bajo las jubeas en flor, cuentos (1973 y 1978);Casta luna electrnica,cuentos (1977);Trafalgar, cuentos (1979, 1984 y 1986);Kalpa imperial,novela (1983, 1991 y 2001);Mala noche y parir hembra, cuentos (1983 y1997);Floreros de alabastro, alfombras de Bokhara, novela (1985, 1992y 2002);Jugo de mango, novela (1988);Las repblicas, cuentos (1991);

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FABIANA INS VARELA262Fbula de la virgen y el bombero, novela (1993);Prodigios, novela(1994);Tcnicas de supervivencia, cuentos (1994);La noche delinocente, novela (1996);Cmo triunfar en la vida, cuentos (1998);Menta,cuentos (2000);Doquier, novela (2002);Historia de mi madre, memoria(2003) yCien islas, compilacin de artculos y cuentos (2004).4Cf. Anglica Gorodischer. El cuento es un anzuelo con lnea, en:Mempo Giardinelli.As se escribe un cuento. Buenos Aires, Beas, 1992,pp. 274-275. En esta entrevista, Giadinelli destaca la ausencia deelementos biogrficos en su obra. Sin embargo, la Gorodischer ya dejaentrever el inters por la historia de una familia amplia cuyos integrantespoco a poco van muriendo.5Mara Anglica Junquet de Arcal naci en Rosario el 10 de julio de1892 y desde pequea vislumbr un futuro dedicado a las artes. En unprincipio se destac como alumna del taller de pintura de Salvador Zainoy hasta expuso en varias muestras colectivas, pero finalmente las letrasla ganaron. Mientras la lectura se haca carne en su personalidad, secas en 1924 con Fernando Flix de Arcal y se fue a vivir a BuenosAires. Cuando regres a Rosario en 1935 la familia se habamultiplicado: haba dado a luz a sus dos hijas, Anglica Beatriz, nacidaen 1928, y Ana Mara que vio el mundo en 1931.Arribada a la ciudad, se reintegr rpidamente a la vida social de unaRosario que arda como uno de los polos culturales ms importantes delpas. Segn su amigo personal Hugo Padeletti, Anglica de Arcal, comofirm sus libros y se la conoca en el ambiente artstico, "perteneca auna burguesa muy rica en tradicin cultural, cuyos miembros sedisputaban entre s el ttulo de benefactores de las artes y las letras".Comenz a publicar sus escritos en 1931. Abri fuego con el libro depoesasMis canciones, y luego vendranMolino de oro(1936) yRomances de Santa Fe(1937) que recibi un importante premio enBuenos Aires. Particip en ese intern de laPrimera antologa de poetasrosarinos, compilada y comentada por Ecio Rossi: "En verdad, reconfortaver a una mujer as, que concilia el arte con los sagrados deberes delhogar; canta el amor en las ms puras de sus manifestaciones; exalta lossacrificios y las satisfacciones de la maternidad; celebra los episodios

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MEMORIA Y CONSTRUCCIN DEL YO EN A. GORODISCHER263histricos de su ciudad y de su provincia y nos habla ntimamente de lapena y la alegra de vivir".Ms tarde se publicaronRomancillosyLetrillas(ambos de 1938), ascomoCartas a la amiga del mundo(1941) y el ejemplar de ensayosHablemos de incomprensin(1942). Este libro fue el preludio con el queAnglica de Arcal trabaj para hilar su nica novelaSiempre habrtiempo(1946).En esta poca, la de mayor produccin literaria, public artculos sobrepoesa, arte y teatro enLa Capital, La Nacin, La Prensa, La Tribuna, ElHogar, Espiga y Linaje. Hasta hizo algunas intervenciones en la radio yfue miembro de la Sociedad Argentina de Escritores, la AsociacinLiteraria Nosotras y secretaria fundadora de Amigos del Arte de Rosario.Lamentablemente quedaron en su haber algunos textos inditos comoBalancn, doncella legendaria,El libro de mi campoy los sonetosCantosde la ruta difcil, entre otros.Entre 1950 y 1965 la poetisa, que profundiz en la manera clsica deescribir poesas y despleg su fascinacin por el ser femenino,solamente se dedic a publicar colaboraciones espordicas enLaCapital.Luego se dedic a la meditacin, al estudio de las religiones y delas artes orientales. Anglica de Arcal falleci en Rosario el 30 de julio de1975. (DiarioLa Capital on line, Rosario, 11 de abril de 2004, consultadoel 20 de enero de 2006).6El recuerdo al que se refiere es sobre el da del casamiento de su taCarmencita.7Cf. su libroTrafalgar.8No hay que tratar de volver al pasado. Amn (p. 108). Y msadelante: S perfectamente que no es bueno tratar de volver al pasado[]. No, no quiero volver. Los veinte aos son, es cierto, una pocaterrible. Nizan tena razn: no hay que permitirle a nadie que diga queson los mejores aos de la vida. Los mejores aos de la vida son stos,los de hoy. No los ms felices, hay aos felices?, los mejores (p. 228).9Los problemas que tenamos eran problemas de relacin comunes encualquier familia, como pasa en todas las relaciones madre-hija. En mi

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FABIANA INS VARELA264caso estaban ms acentuados. Cf. Orlando Verna. AnglicaGorodischer: Todo sobre mi madre (entrevista). En:La Capital on line.Rosario, 11 de abril de 2004, consultado el 20 de enero de 2006.10Ella era perfecta, siempre tena razn, siempre haca y deca lo quedeba hacerse y decirse. No exagero. Tampoco s cmo se lasarreglaba, cmo se logra eso. Lo que s s es cmo me pesaba. Yo noquera ser como ella, de ninguna manera; pero sospecho ahora que laenvidiaba esa perfeccin, esa seguridad (p. 55).11Mi madre trabajaba mucho en su escritura. Suele darme un poco depena pensar en lo poco que a m me cuestan las cosas que para ellaeran sumamente trabajosas. Escribo una conferencia en un da, en unatarde, porque s de antemano, gracias a la lectura que me ense areflexionar, s lo que voy a decir. [] Un artculo puede llevarme unahora o dos. [] Ella, mi madre, necesitaba meses para preparar unaconferencia o para escribir un artculo (p. 72).12Mi madre fue slo hasta cuarto grado al Colegio del Huerto. Todo lodems lo aprendi por s misma y eso es maravilloso porque no se tratsolamente de lo que era conveniente que aprendieran las nias. Leymucho, pint muy bien, toc la guitarra y cant con gracia. Casi increblepor la poca en la que vivi. Aprendi pintura con Salvador Zaino ypintaba bien, yo dira muy bien (p 66).