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Texto RAFAEL ARJONA Andalucía MAPA DE CARRETERAS 1:400.000

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La guía más completa para conocer la comunidad andaluza, sus principales localidades, costumbres, gastronomía... incluye los más importantes recorridos para descubrir el terreno andaluz.

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RAFAEL ARJONA

AndalucíaMapa de carreteras 1:400.000

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Santa Ana la Real

1. DE ARACENA A AROCHELa sIerra mágIca: santuarIos y castILLos (45 km)

El camino que lleva de Aracena a Aroche recorre transversalmente el Parque Natural de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche, una de las áreas mágicas y esotéricas más interesantes de España. Poblado desde muy antiguo por los celtas, que volvían desde los confines de Europa a sus lugares de origen, como piensan algunos investigadores, aquí perduraron algunas de sus costumbres y de sus creen cias. Los monjes soldados del Temple, or den solar de probada vocación mística, fijaron su residencia en Aracena, donde levantaron un castillo y una iglesia. La romanización de estos lugares fue difícil y no estuvo exenta de costosas expediciones y batallas. Viriato y, más tarde, Sertorio plantaron cara a Roma y, durante mucho tiempo, mantuvieron en jaque a sus legiones. Hasta el Tratado de Ba dajoz de 1267 por el que pasaron a la corona de Castilla todas las tierras situadas al este del río Guadia na, el territorio fue larga y agriamente disputado entre Castilla y Portugal. Buena par te de él había sido conquistado a los musulmanes por la orden de los Hospi talarios, cuya afición al ocultismo y a la magia está igualmente reconocida.Hermosos bosques de encinas, de alcornoques y de castaños, bajo los que crece una variada flora silvestre, con la jara y la aulaga como principales protagonistas, se suce-den a lo largo del recorrido. A ello hay que añadir el agua, que baja de las cumbres en innumerables arroyos y riachuelos, en manantiales que no se agotan nunca. Y la pureza y limpidez del aire. Toda la sierra ofrece una belleza profunda y vigorosa. Guarda además una formidable riqueza faunística, con especies en peligro de extinción como el águila real, el azor, el halcón, el gato montés o la jineta. En las laderas de los montes, en la dehesas casi siempre verdes, pastan en montanera abundantes piaras de cerdos ibéricos, de los que se obtiene el famosísimo y exquisito jamón de pata negra.

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de aracena a aroche

Entre picos y cañadas◗ Aracena★ [pág. 170] es la capital admi­

nistrativa de la comarca. Es también un importante centro turístico, gracias sobre todo al atractivo de la gruta de las Maravillas★★, situada bajo el cerro en el que se levantan el antiguo castillo tem­plario y la iglesia de Nuestra Señora de los Dolores★.

Gruta, cerro y castillo constituyen el pri­mer enclave mágico. Tanto en las pro­fundidades de la tierra como en la cima del monte, se experimentan emociones que no es posible concretar.

◗ La N 433 Sevilla­Lisboa deja atrás Ara­cena por el polígono industrial Cantal­gallo. Es amplia, con pocas curvas y el piso en excelentes condiciones. A unos 9 km, tras dejar a la derecha Los Marines, se alcanza Fuenteheridos, uno de los pueblecitos más pintorescos de la zona, declarado Conjunto Histórico Artístico. La carreterita que a él lleva desemboca en la plaza del Coso, alegre y populosa, especialmente los fines de semana, con su cruz de piedra, sus bares, sus mesones y su fuente de los Doce Caños. Al lado de esta plaza está el paseo que llaman de Arias Montano. Tiene castaños, grandes

y frondosos, bares con terraza y la fuente de los Turnos, llamada así porque con sus aguas, que proceden de la fuente de los Doce Caños, se riegan alternativa­mente distintos campos. Subiendo por la calle la Fuente, a través de la que trepa el caserío, se alcanza la iglesia del Espí-ritu Santo, emplazada en una mesetilla del camino que sube hacia el lugar en el que existía un castillo. Es templo de notable empaque, construido en estilo neoclásico durante el siglo xviii. Desde aquí se observa con gusto el inmaculado laberinto que forman las calles en su dis­currir por la ladera del monte.

◗ Aunque luego será necesario volver, desde Fuenteheridos no se puede dejar de visitar Galaroza, a 7 km por la N 433, que pasa rozando el caserío. El agua es el principal atributo de este precioso pue­blo. Tanto es así que a la plaza –aquí la denominan paseo– del alcalde Luis Nava­rro, hoy pavimentada y con palmeras, la llamaron en otro tiempo la Venecia por encontrarse inundada la mayor parte del año. Se llega a él por la avenida de los Carpinteros, que es en realidad una espaciosa plaza ajardinada en los bajos del monte. Resulta muy grato subir a pie

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AndAlucíA de lA A A lA Z

ADRA (30, C1; 15 m, 24.512 habitantes). Pro vincia de Almería.

Puerta de salida de la Alpujarra a través de la cuenca de su nombre, Adra se asienta a orillas del Mediterráneo, en una fértil llanura cercada por las sierras de Gádor y de la Contraviesa.

❚ ALREDEDORESEl término municipal de Adamuz es muy rico, tanto en paisaje, montuoso y adehe-sado, como en caza menor y mayor, como en lugares para la práctica de variados deportes. En la Oficina de Turismo infor-

man de las rutas a pie o en bicicleta que pueden realizarse. Por la carretera que lleva a Pedro Abad, a 6 km, en la peña del Águila, se puede practicar la escalada; y a 7,5 km, en el embalse del Salto, el piragüismo.

Historia Adra es una de las poblaciones más anti-guas de la provincia de Almería. La fun-daron los fenicios hacia el siglo viii a.C. en el cerro de Montecristo con el nombre de Abdera, del que deriva el actual. Desde sus orígenes fue villa marinera. Tanto en esta época como en la posterior romana tuvo gran importancia su industria de salazones, lo que la llevó a convertirse en un floreciente centro comercial con acu-ñación de moneda propia. Amurallada por los árabes, los monarcas cristianos potenciaron más adelante estas defensas.

En el siglo xix se transforma en un importante centro metalúrgico, llegando durante algún tiempo a dominar el mercado mundial del plomo a través de la Fundición San Andrés, que obtenía el mineral de la cercana sierra de Gádor. Esta industria y la de obtención de azúcar de caña no per-duraron y Adra vivió una fuerte decadencia durante buena parte del siglo xx.

En la actualidad, se ha convertido en una ciudad moderna que vive de la agri-cultura de invernadero, de la pesca, para la que dispone de una de las flotas más importantes del Mediterráneo, y de un turismo en constante expansión.

Vida urbanaEn las últimas décadas Adra ha sufrido un profundo proceso de modernización, en el que mucho ha tenido que ver la mejora de las vías de comunicación, especialmente la autovía que la ha unido a la capital. La luz y los amplios espacios, incluidas sus muy cuidadas playas, constituyen al día de hoy un patrimonio que hace la vida muy agradable. A la agricultura de invernadero,

se suma un turismo creciente, de carácter principalmente familiar, que llega atraído por la dulzura del clima, sus numerosas y cuidadas playas y la tranquilidad que la ciudad ofrece. Creciente es también la actividad cultural, abierta en un abanico que va desde variados conciertos a expo-siciones, talleres de distinto tipo y teatro.

Gastronomía Productos del mar y de la tierra se fun-den en su cocina, de la que salen platos tradicionales como el tascaburras, a base de bacalao y pimientos secos; los fideos aparte, una caldereta de pescado; las gachas colorás y la olla fresca, un cocido de garbanzos con productos del cerdo.

Fiestas La más popular es la de la Noche de San Juan, con candelas, música, comida y baño en la playa. El 25 de abril, día de San Marcos, se realizan desfiles de ani-males enjaezados.

El 16 de julio, día de la Virgen del Car­men, hay procesión marinera. Del 5 al 10 de septiembre son las Fiestas Patronales.

❚ VISITAAdra cuenta con un litoral que, en con-junto, suma 13 km de playa. En el casco urbano existen dos, la de Poniente y la de Levante o de San Nicolás, ambas separadas por el puerto y dotadas con bandera azul.

La calle de Natalio Rivas divide la ciu-dad en dos partes asimétricas: una mira al mar y la otra se adentra hacia el interior a través de un entramado urbano en el que se hace presente el recuerdo musul-mán. La plaza de San Sebastián es uno

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AdrA

Historia Poblada desde el Paleolítico Medio, Aguilar conoce su primer florecimiento durante la dominación romana. Con la llegada del cristianismo fue cabeza de diócesis. Sinagius, obispo ipagrense, participó en el Concilio de Elvira a principios del siglo iv. Mantuvo gran importancia como plaza fuerte durante la época islámica.

En 1240 cayó en poder de los cristianos y en 1257 Alfonso X la donó a Gonzalo Yáñez Dovinel. A partir de 1258 aparece ya en las crónicas con su nombre actual de Aguilar, añadiéndosele poco después “de la Frontera” por su situación fronteriza con el territorio todavía islámico. En 1370 pasó a manos de Gonzalo Fernández de Córdoba, quien restaura el antiguo seño-río de Aguilar. En el siglo xix adquiere protagonismo nacional a través de figu-ras como Antonio Ramírez de Arellano y, sobre todo, la de su hijo Carlos, varias veces diputado. Fuertemente progresista, en 1871 contará incluso con un núcleo anarquista afiliado a la AIT.

Tradicionalmente agrícola, forma parte de la D.O. Montilla-Moriles, contando con importantes bodegas, almazaras de aceite y fábricas de materiales de construcción.

GastronomíaDiversos y jugosos platos que tienen como base los productos del campo surten la mesa aguilarense: co nejo en salsa, arroz con gallo, perdiz en salmorejo, alcachofas estofadas y tortillitas de San José, especie de croqueta aplastada, con ajo y perejil.

Pero, sobre todo, en Aguilar existe una extraor dinaria repostería difícilmente superable: me rengas de café y de fresa, arropes, ga chas de mosto y, por enci ma de todo, los risaos, a base de azúcar, almen-dras, yema de huevo y raspaduras de limón.

Artesanía Aún existen algunos talleres de forja en los que se realizan los delicados trabajos de rejería que engalanan las fachadas de las casas aguilarenses.

Manuel Morillo trabaja la piedra caliza de las cantera de Cabra en su taller de la carretera de Puente Genil.

Fiestas y tradicionesEl 3 de febrero, día de San Blas, se quema en la Plaza Ochavada el Juílla ante la pre-sencia de los niños de los distintos cole-gios que han acudido portando farolillos encendidos. Antes, el día 2, se han bende-

de los lugares más emblemáticos del pue-blo antiguo. En ella están la ermita del mismo nombre, un conjunto de singulares casas barrocas de muy buena factura y el Museo de Adra, instalado en la casa del Conde Chacón, con colecciones de la comarca desde la Prehistoria.

La plaza Puerta del Mar es el centro geo-gráfico y administrativo de la población. El Ayuntamiento preside un colorido conjunto en cuyos extremos aparecen restos de las antiguas fortificaciones musulmanas. Por la calle Iglesia, se alcanza la plaza Atarazana, con la parroquia de la Inmaculada Concepción, templo fortaleza del siglo xvi, muy modificado en el xviii, en cuyo exte-rior pueden observarse los antepechos con saeteras de claro carácter defensivo. La

calle Natalio Rivas, llena de comercios, es un constante fluir de gente. Hacia su mitad se abre la calle Carril de Cuenca, en la que se sitúa la Casa de la Cultura y, un poco más abajo, entrando por Portón o por Torre, se llega al Centro de Arte Fabriquilla del Vinagre y a la conocida torre de los Perdigones, gran chimenea de ladrillo de la que fuera fundición de plomo.

❚ ALREDEDORESA unos 3 km de la ciudad en dirección a Almería se encuentra la Reserva Natural de las Albuferas de Adra, un amplio humedal en el que llegan a vivir hasta 140 especies de aves acuáticas, algunas emble-máticas y amenazadas, como la malvasía cabeciblanca o el ánade azulón.

AGUILAR DE LA FRONTERA★

(14, D2; 396 m, 13.654 habitantes). Provincia de Córdoba.

La antigua Ipagro de los romanos, la altiva Poley de los árabes, se alza en una empinada colina de la campiña cordobesa rodeada de viñedos y de olivares.

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cido las roscas de pan y los busilis, lazos que les colocan a los niños en el cuello para prevenir las enfermedades de gar-ganta. Poco después, el Carnaval llena de jolgorio las calles del pueblo.

La Semana Santa llama la atención tanto por las imágenes como por el recorrido que estas realizan. Cruces y arcos engalanados adornan distintos lugares el 3 de mayo, Día de la Cruz. El Corpus se celebra el domingo siguiente al jueves tradicional engalanando las calles con alfombras y cruces florales. Al domingo siguiente tiene lugar la romería de la Virgen de los Remedios.

El primer fin de semana de julio se organiza en la Plaza Ochavada una Cata Popular a la que asisten miles de personas de toda la comarca. Poco después tiene lugar la Noche de la Media Luna, fiesta en la que a lo largo del día se recrea el ambiente medieval del que un día gozó la ciudad, con mercadillo, participación de 120 actores y la culminación, llegada la noche, de una cena medieval. Del 6 al 9 de agosto es la Feria.

❚ VISITALa apertura de la autovía Córdoba-Málaga ha alejado el denso tráfico de vehículos que sufría la antigua travesía, lo que ha permitido su embellecimiento y conver-sión en un agradable paseo. Hacia la mitad de este, en la calle San Cristóbal, está la ermita del Cristo de la Salud, templo de principios del siglo xvii que luce una portada barroca y un airoso campanario. Al final de la mencionada travesía, en su confluencia con la ave-nida de Puente Genil, están las bodegas Toro-Albalá, en las que se ha montado un interesante Museo del Vino digno de una detenida visita.

Desde aquí, por la avenida de Miguel Cosano, se alcanza fácilmente la Plaza Ochavada★, llamada oficialmente de San José, magnífico ejemplo de arquitectura popular, centro geométrico y administra-tivo de la ciudad. Además de su preciosa traza, en ella se encuentra el Ayuntamiento y la taberna del Tuta, que hiciera célebre el poeta Vicente Núñez.

La ciudad posee un buen número de casas señoriales, localizadas principal-mente en la citada plaza y en las calles ale-dañas. Especial atención merecen las del número 1 de la calle Carrera, las número

5, 11 y 13, llamada de las Cadenas, en la calle Arrabal, el 9 y el 13 de Mercaderes y el 52 de Moralejo, calle de antigua pro-sapia, en la que se levanta también la iglesia del convento de las Descalzas. Construido a caballo de los siglos xvii y xviii, este templo es una soberbia muestra del barroco cordobés.

Un bello ejemplo de arquitectura civil se encuentra en la torre del Reloj, situada en la plazoleta de Silera. Se trata de una torre exenta barroca con gran riqueza decorativa, construida en ladrillo por el arquitecto Juan Vicente Gutiérrez en 1774.

Subiendo por la calle Arrabal, al fondo de la cuesta de Jesús, orlada de naranjos, aparece el templo principal de la ciudad, la parroquia de la Virgen del Soterraño, de 1530 y estilo gótico-mudéjar, en cuya traza participó Hernán Ruiz I. Por encima de la Placilla Vieja se alcanzan los restos del castillo, muy escasos, pero que dan idea de lo que debió ser en su día.

Volviendo atrás, en la esquina de la calle Moros se encuentra la iglesia del Hospital, cuya característica más llama-tiva es la de tener la torre embutida entre dos fachadas simétricas. Construida en el siglo xvi, la torre se remató en 1982 con el templete que ahora muestra.

La calle Santa Brígida lleva al ameno paseo de Agustín Aranda, desde donde, por Desamparados o por Carrera, se

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AguilAr de lA FronterA

alcanza la parroquia del Carmen, en la plaza de su nombre, donde existe un Cristo de los Faroles inspirado en el de Córdoba. El templo, que formó parte de un convento de carmelitas, data de 1590, tiene una sobria fachada y una sola nave con capillas laterales.

En el Llano de la Cruz, amplio paseo al que se puede llegar por El Carmen y Lorca, se encuentra la ermita de la Vera Cruz, edificio de muy bella estampa construido a mediados del siglo xvii. En todos los templos de la ciudad existe una

enorme riqueza de retablos, imágenes y pinturas, principalmente barrocos y de influjo granadino.

❚ ALREDEDORESA unos 7 km de la ciudad por la carretera de Puente Genil se encuentra la laguna de Zóñar, ameno humedal de 66 ha que cuenta con un centro de visitantes y con observatorios para contemplar las nume-rosas especies de aves acuáticas que aquí habitan, entre las que destacan el pato malvasía y el flamenco.

Vista de Alájar

Fiestas y tradiciones La fiesta por antonomasia es la de la rome­ría al santuario de la Virgen que se cele-bra el 8 de septiembre y a la que acuden hermandades de todos los pueblos de la sierra. Aunque el origen de su culto parece remontarse al tiempo de los visigodos, la cofradía actual data de 1528, si bien no empezó a cobrar importancia hasta 1700. No obstante, fue a partir de 1835 cuando, tras librarse de la epidemia de cólera morbo que asoló toda la sierra, gracias a la promesa hecha a la Virgen, el pue-

blo la adoptó como protectora perpetua decidiendo sacarla en procesión con los mismos honores que al Corpus.

Virgen tenida por milagrosa, hasta su santuario acuden gentes de todos los lugares de Andalucía, de España y aun del ex tranjero en solicitud de favores o en cumplimiento de promesas. La rome-ría, muy vistosa, se lleva a cabo con gran profusión de caballos, con los trajes típi-cos de gitana y corto, con el tamboril y la dulzaina, con campanas, cohetes, baile, vino y el cante y el baile del gracioso fan-danguillo de la tierra.

ALÁJAR★

(10, B2; 577 m, 798 habitantes). Provincia de Huelva.

Encantador pueblecito de la sierra de Aracena que cuenta con el renombrado enclave mágico de la peña de Arias Montano.

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❚ HISTORIA Y VISITAVilla de origen árabe, su nombre significa «piedra». Pertenció a la Orden de Santiago y al conde duque de Olivares. En 1700, en tiempos de Carlos II el Hechizado, alcanzó la condición de villa.

Situada en el fondo de un recoleto valle-cito en cuyas faldas crecen espléndidos bosques de castaños y encinas, el caserío –de clarado Conjunto Histórico Artístico– se arracima alrededor de la iglesia de San Marcos en calles que conservan fielmente sus orígenes. La iglesia se levantó en el siglo xvi, siendo reformada con posterio-ridad en estilo barroco. Es toda ella de pie-dra, grande y poderosa, aunque su torre es esbelta y está rematada por un airoso pináculo. Las casas, la mayoría de dos plantas, son todas blancas y con tejados rojos; muchas de ellas muestran en el pavi-mento de la calle ante la puerta principal los llamados llanos o enchinados, especie de mosaicos a base de cantos rodados.

En los últimos años se ha venido afin-cando en el pueblo y en sus alrededores un creciente número de artistas y de arte-sanos de diversas especialidades que, a

determinadas horas del día, llenan de pin-toresquismo y de color las calles del lugar.

A poco más de 1 km, en una meseta formada en la ladera del monte, se halla la famosa peña de Arias Montano, lugar de fuerte actividad telúrica así como de reconfortantes virtudes de carácter mágico. Debe su nombre al hecho de haberse reti-rado aquí el erudito, esotérico y consejero de Felipe II Benito Arias Montano (1527-1598), donde se de dicó durante un tiempo a la meditación y al estudio de la Biblia.

Por encima de la peña se encuentra el santuario de Nuestra Señora de los Ángeles, de origen altomedieval, aunque con reformas posteriores. Des de aquí se divisa uno de los más bellos paisajes de toda la serranía: allí abajo, en el fondo del valle, el pueblo, como un pequeño labe-rinto del que emerge la mole de la iglesia; al frente, los dientes de la sierra, por cuyas faldas ascienden espesos bosques de casta-ños, encinas, robles y alcornoques; detrás el monte, recta pared vertical que muestra en anchas vetas la densa oscuridad de la roca. Y arriba del todo, el cielo intensa-mente azul gracias a la pureza del aire.

ALBOX (19, C2; 423 m, 11.091 habitantes). Provincia de Almería.

Antigua vía de acceso al reino nazarí de Granada, esta graciosa villa se levanta sobre la rambla de su nombre, en la cuenca del Almanzora, al sur de la sierra de las Estancias.

HistoriaAntiguos vestigios remontan el poblamiento de Albox al Neolítico, pero su fundación como ciudad se debe a los árabes, aunque se desconoce el momento exacto de este evento. Los musulmanes le dieron el nom-bre de Albox, que significa El Bosque, lo que da idea de las arboledas que cubrían sus campos, tristemente desaparecidas a poco de la conquista por parte de los cristianos. A partir del siglo xii forma parte del reino nazarí de Granada. En 1436, el adelantado mayor de Murcia Alonso Yáñez Fajardo se apodera de ella, arrasando el castillo. Tomó parte en la su blevación de los moriscos, quedando prácticamente despoblada tras la expulsión de estos en 1571.

Durante el siglo xix la ciudad vivió su mayor pujanza económica. Llegó a con-tar con 250 telares, además de molinos

de aceite y de harina y una importante industria alfarera, así como cuatro ferias anuales de ganado. Hoy sus actividades se reparten entre la agricultura, la ganadería, el transporte y la fabricación de exquisitos quesos de oveja y de cabra.

GastronomíaEntre sus platos más tradicionales, todos elaborados con productos del campo, están el remojón, un guiso con patatas, longaniza y bacalao; el puchero y las pelotas, cocido al que se le añaden bolas hechas con harina de maíz, longaniza, pimientos rojos y ajos. De postre, hornazo, acompañado de una copita de anís con uvas.

Artesanía De la rica tradición alfarera de Albox solo quedan cuatro talleres familiares. El de

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Albox

ALCALÁ DE GUADAIRA (24, A1; 92 m, 72.800 habitantes). Provincia de Sevilla.

Hendida por el río que le da nombre, esta populosa ciudad se ha convertido a lo largo de las últimas décadas en uno de los focos industriales más poderosos de Andalucía.

Historia El alcor en el que se asienta el castillo ha estado poblado desde la más remota anti-güedad. Se sabe que los griegos denomina-ron al lugar Hienipa, que procede de hip­pos, caballo, quizás por la abundancia de caballos salvajes o porque sus habitantes eran diestros con los mismos. Tras el paso de romanos y visigodos, los musulmanes la denominaron Al­Qalat wed­Xira o lo que es igual, “el castillo del río del abasto”, circunstancia que se cumplió especial-mente bajo dominio almohade, cuando se convirtió en la gran tahona de Sevilla.

En 1246 la ciudad se entregó a Fer-nan do III, con la mediación de Alhamar de Arjona, fundador de la dinastía nazarí de Granada y en aquel momento aliado del monarca cristiano. La cristianización supuso un grave quebranto económico para la villa, que durante mucho tiempo se mantuvo casi únicamente como abaste-cedora de pan de Sevilla, por lo que sería conocida como Alcalá de los Panaderos.

Gastronomía El pan, elaborado en muy distintas for-mas, es el producto más famoso de Alcalá, espléndido acompañante de platos como el gazpacho, los cocidos o el arroz con perdiz.

A la hora de los postres, la mesa alca-laína cuenta con las bizcotelas rellenas, el tocino de cielo, las tortas de Alcalá y todos los dulces que fabrican las monjas de Santa Clara.

Fiestas El Carnaval se ha convertido en los últi-mos años en una de las celebraciones más potentes de la ciudad, casi tanto como la Semana Santa, declarada de Interés Turístico Nacional de Andalucía. Alrededor del último fin de semana de mayo tiene lugar la Feria.

El 15 de agosto es el día de Nuestra Señora del Águila y el domingo más cer-cano al 21 de septiembre se celebra la romería de San Mateo.

los Puntas cuenta con hornos cataloga-dos co mo Patrimonio Histórico Artístico. Producen objetos de uso cotidiano, con un barniz fino y brillante, así como reproduc-ciones de cerámica ibérica.

Fiestas y tradiciones En la noche del 7 al 8 de septiembre tiene lugar la peregrinación al Saliente, declarada de Interés Turístico Nacional. Numerosas romerías de todo el sureste peninsular confluyen en el santuario del Saliente. A primeros de noviembre es la fiesta de los Santos.Por otra parte, el Club Reverté (www.ajedrezreverte.com) promueve la gran afición al ajedrez que existe en la ciudad.

❚ VISITALa autovía Baza-Huércal-Overa, está acercando Albox al resto de la provin-cia almeriense y del levante mediterrá-neo. La villa se reparte en tres barrios

bien diferenciados: el de San Antonio o Alto, el más antiguo, cuyas estrechas callejuelas convergen en una placita cen-tral y en el que se encuentra la ermita del Santo, levantada sobre una antigua mezquita islámica en estilos barroco y rococó; el Pueblo y el de la Loma de San Francisco, a orillas de la rambla. En este último, en la plaza del Pueblo, se localiza la iglesia de Santa María, en una de cuyas ca pillas laterales se conser-van algunas tallas del hermoso retablo de Alonso Cano, destruido durante la contienda civil de 1936.

❚ ALREDEDORESEl santuario del Saliente, declarado Monumento Histórico Artístico, en el cerro Roel, a unos 18 km de la ciudad por la carretera de Chirivel, es una joya arqui-tectónica del siglo xviii, en un barroco austero e imponente, y con impresionan-tes vistas de la cuenca del Almanzora.