anaya martin eva - hermanos del castillo 01 - traicion

66
Eva Anaya Martin -Traición 1 Serie: Hermanos del Castillo Titulo: nº 1 de la serie, Traición Género: Contemporáneo Autor: Eva Anaya Martin Protagonistas: Juan y Eva Argumento: Juan y Eva se amaban desde niños, todo era felicidad entre ellos… Una sola noche, una pequeña discusión y sus vidas cambiarán para siempre. Juan está furioso con Eva, como se atreve a dejarlo plantado en una fiesta. Comete el error de ahogar sus penas en alcohol, y a la mañana siguiente lo lamentara para siempre, una mujer desnuda esta a su lado… en su cama. Lo primero que pensó fue ocultárselo a la mujer que amaba y que sabia no le perdonaría, pero sus esperanzas de que todo quedara en un amargo secreto, que ni siquiera recordaba, se esfumaron cuando la dama en cuestión le informó que esperaba un hijo suyo. Les esperan días de dolor y sufrimiento, ¿podrá la fuerza de su amor, olvidar y perdonar todo el daño causado?

Upload: oruguitas

Post on 04-Jul-2015

204 views

Category:

Documents


3 download

TRANSCRIPT

Page 1: Anaya Martin Eva - Hermanos Del Castillo 01 - Traicion

Eva Anaya Martin -Traición

1

Serie: Hermanos del Castillo

Titulo: nº 1 de la serie, Traición

Género: Contemporáneo

Autor: Eva Anaya Martin

Protagonistas: Juan y Eva

Argumento:

Juan y Eva se amaban desde niños, todo era felicidad entre ellos…

Una sola noche, una pequeña discusión y sus vidas cambiarán para siempre.

Juan está furioso con Eva, como se atreve a dejarlo plantado en una fiesta. Comete el

error de ahogar sus penas en alcohol, y a la mañana siguiente lo lamentara para siempre,

una mujer desnuda esta a su lado… en su cama. Lo primero que pensó fue ocultárselo a

la mujer que amaba y que sabia no le perdonaría, pero sus esperanzas de que todo

quedara en un amargo secreto, que ni siquiera recordaba, se esfumaron cuando la dama

en cuestión le informó que esperaba un hijo suyo.

Les esperan días de dolor y sufrimiento, ¿podrá la fuerza de su amor, olvidar y perdonar

todo el daño causado?

Page 2: Anaya Martin Eva - Hermanos Del Castillo 01 - Traicion

Eva Anaya Martin -Traición

2

Capítulo 1

Cayendo de rodillas al suelo, apoyé la cabeza en uno de los brazos del sofá, con

las manos cerradas en puños intentando contener el estallido de dolor que amenazaba

con partirme en dos. Fuera el temporal arreciaba, hoy es un día negro, pensé.

El hombre al que amaba se casaba con otra mujer. -¡Dios mío, como ha pasado

esto!, me repetía una y otra vez. Me quedé ahí, sin querer moverme siquiera, luchando

contra las lágrimas que llevaba días derramando. Sentía un dolor lacerante que me

desgarraba el alma. Así estuve desde que supe que Juan, el hombre que había amado

desde que era una niña se uniría a otra persona para toda la vida.

A lo lejos se oían las campanas de la ermita en la que se celebraría la boda. La

tormenta seguía descargando, como si entendiese su pena, yo también sentía ganas de

gritar mi dolor.

Dejé a mi mente vagar por los recuerdos, remontándose dos semanas atrás, justo

el momento en el que Juan vino a verme para darme la noticia.

Cuando abrí la puerta me arrojé a sus brazos como siempre hacia, el se puso

tenso y yo me aparté un poco para poder verle la cara, estaba muy pálido y más delgado.

-¿Qué pasa?, -le pregunté preocupada por su reacción y su aspecto, -¿porqué

tienes esa cara?, vamos entra -le dije tirando de su mano.

A regañadientes el entró y se dejó llevar hasta el sofá, el mismo en el que ahora

estaba encogida intentando sobrellevar mi pena.

-Tenemos que hablar, -me dijo tan bajito que casi no le oí, -se acercó, cogió mi

mano entre las suyas y se la llevo a los labios, -suspiró, no paraba de moverse de un

lado para el otro, se le veía agitado, nervioso, empecé a preocuparme, ¿qué le estaba

pasando?

-Mi amor, lo siento mucho... tengo que hacerlo, no puedo hacer otra cosa, -me

seguía diciendo, mientras me apretaba la mano, agachó la cabeza y se la llevó a la

frente, no entendía nada, sus frases eran incoherentes, ¿qué era lo que se veía obligado a

hacer?

-¿Que pasa cariño?, me estas asustando, -le dije.

-Amor, ¿recuerdas la noche de la gala benéfica?, en la que discutimos y yo…

bebí demasiado, tú te marchaste y me dejaste solo allí…

-Sí, pero, ¿Qué tiene eso que ver?

Page 3: Anaya Martin Eva - Hermanos Del Castillo 01 - Traicion

Eva Anaya Martin -Traición

3

-Esa noche, bebí mucho, no sabía lo que hacía, ni donde estaba, -seguía

repitiendo, una y otra vez, ¡sí!, ya sabía que se quedó bebiendo en aquella dichosa gala,

todos en el pueblo se habían encargado de ir diciendo que habían montado una escena y

que Juan estaba borracho, ¿pero a que venía ahora sacar ese tema?, -Julia... me ayudó a

llegar a casa, y cuando me desperté... cariño yo te amo, -me repetía, buscando mis ojos

con ansiedad, cogiendo mi cara entre sus manos y besándome en los labios.

Estaba desconcertada. -¿Que intentas decirme Juan?

Le vi tensarse, me soltó el rostro y se levantó, empezó a pasear por la habitación

pasándose las palmas por el pelo con nerviosismo, se volvió a mirar por la ventana,

suspiró de nuevo.

-¿Juan que pasa?,- le dije levantándome también. Me acerqué a él y le abracé por

la espalda, el se reclinó en mi pecho. Permanecimos así durante un rato, el queriendo

alargar el momento y yo intuyendo que nunca más lo abrazaría.

Por fin con un gemido entrecortado, se soltó de mis brazos y se dio la vuelta.

-Esa noche paso algo, cuando me desperté, por la mañana... Julia... estaba

desnuda en mi cama.

Yo sentí que la habitación daba vueltas, note como un agujero negro me tragaba,

caí al suelo desmayada.

Page 4: Anaya Martin Eva - Hermanos Del Castillo 01 - Traicion

Eva Anaya Martin -Traición

4

Capítulo 2

Poco a poco, fui abriendo los ojos. Habría estado dormida mucho tiempo, porque

la habitación se encontraba en penumbra y recordaba que Juan llego con la luz del día.

¡Juan!, de pronto todo se vino de golpe a mi mente, no podía ser, tenía que ser

una pesadilla, seguramente soñé que mi novio, el hombre al que amaba, me decía que se

había acostado con otra. No es cierto, -me dije, seguramente cuando me sacuda las

telarañas del sueño, veré que en realidad fue una pesadilla, y que nada de esto ha

pasado. Miré a mi lado y Juan, mi amor, mi todo, estaba sentado a mi lado, con la

cabeza echada en la cama, y sujetando mi mano. Ves, -me dije, ahí le tienes, ¿cómo un

hombre que vela tu sueño, va a ser capaz de engañarte así? Pero el recuerdo de esa

conversación parecía muy real. Suavemente deslicé mi mano de entre las suyas y

empecé a acariciar su pelo. Era el hombre más guapo que había visto nunca, estaba

enamorada de él desde que era una niña .Era el único que había conocido íntimamente,

y sabía que jamás podría entregarse a otro. Alto, de anchos hombros, pelo castaño, y

con los ojos del azul más claro que había visto nunca, era el sueño de toda mujer. Mis

caricias debieron despertarlo porqué empezó a moverse, y poco a poco fue levantando la

cabeza clavando su mirada en la mía.

-Amor, ¿estás bien?, has estado desmallada mucho tiempo, -me dijo, con gesto

de preocupación.

¿Desmayada?, entonces me había desvanecido, ¿Por qué?, mi cabeza me gritaba

la respuesta pero yo no quería creerlo, no podía creerlo.

-¿Me he desmayado?, -le pregunté, queriendo alargar el momento y desviar el

tema, porque sabía que cuando habláramos, todo habría terminado.

-Amor, recuerdas lo que hablamos, antes de que… te desmayaras, -me dijo,

bajando la mirada, y en ese ademan pude ver culpabilidad, vergüenza, y otras cosas que

no supe definir.

-¡No!, -grité incorporándome de golpe en la cama, la realidad cayó encima de mí

como una losa. –Dime que no es verdad, -le supliqué, -dime que no, Juan, le pedía

desesperada mientras las lágrimas inundaban mis ojos.

El intentó coger mis manos, pero yo ya no estaba para escuchar explicaciones.

Me levanté de un salto de la cama, y empecé a lanzarle cosas a través del cuarto, con la

vista nublada por el llanto.

-¿Por qué?, ¿Por qué?, -le voceaba enloquecida.

Page 5: Anaya Martin Eva - Hermanos Del Castillo 01 - Traicion

Eva Anaya Martin -Traición

5

Pude sentir el momento justo en que mi corazón se hizo añicos, cuando después

de lanzar por los aires todos los objetos que había a mi alcance, mientras que el

procuraba esquivarlos a la vez que intentaba sin éxito, sujetarme. Yo sabía que aquel

arranque era desproporcionado, pero no podía dejar de llorar de gritar, de moverme de

un lado para él otro como una demente, el pecho me dolía por la fuerza de los sollozos.

Cuando por fin exhausta caí derrotada al suelo, cuando ya solo me quedaban

fuerzas para acurrucarme en un rincón y llorar mi pena, me dio la estocada final.

-Eva, -bajó la cabeza, no sé si avergonzado, o porque sabía que iba a

destrozarme con lo que iba a decirme. –Está embarazada, vamos a… casarnos, -terminó

con esa bomba y salió de la habitación dejándome allí, destrozada, muerta por dentro.

Me arrastré a la cama y me quedé ahí, sin fuerzas para nada que no fuera, llorar

y llorar. Durante horas no hice otra cosa, además de esperar a que volviera y por algún

milagro me dijera que aquello era mentira, que mi vida no estaba acabada, que me

amaba tanto como el primer día y que todo iba a salir bien. Pero el no volvió.

Page 6: Anaya Martin Eva - Hermanos Del Castillo 01 - Traicion

Eva Anaya Martin -Traición

6

Capítulo 3

Encogida en la cama, con los ojos enrojecidos, fue como me encontró mi

hermana cuando volvió de trabajar. Debí de darle un gran susto, pues el teléfono sonó

toda la noche, seguramente era ella para avisarme que llegaría tarde o tal vez fuera Juan

qué le pesaba en la conciencia haberme dejado tirada sin más, pero yo no me moví del

sitio, provocando con ello, que Carmen viniera corriendo a casa pensando en que algo

malo me había pasado, o quizás alertada por ese sinvergüenza que hasta hacía menos de

un día era mi novio, mi hombre, el amor de mi vida.

Sin pronunciar palabra, no hizo falta, se quitó los zapatos, se acostó a mi lado y

me abrazó. Me mantuvo así pegada a su pecho, sin decir ni preguntarme nada, solo nos

quedamos en silencio. Ella siempre sabía lo que necesitaba, no en vano me había criado

desde que nuestros padres murieron.

No sé cuándo, pero entre las lágrimas, y las caricias que mi hermana me hacía en

el cabello y los suaves besos que me dio en la sien, me quedé dormida.

Cuando desperté ya estaba amaneciendo, y ella seguía ahí conmigo. Acerqué mi

cara a su pelo, y aspiré su aroma, me sentía a salvo estando a su lado, su olor me

recordaba a mi madre. Carmen había sacrificado mucho por mí, había dejado los

estudios y se puso a trabajar para que yo pudiera continuar los míos, y todavía a estas

alturas, sigue cuidando de mí, acudiendo en mi ayuda cada vez que la necesito y lo que

es más de valorar, sin necesidad de pedírselo.

Abrió los ojos, y pude ver como en ellos se reflejaba la preocupación y el amor

que sabía que me tenía. Me levanté antes de ponerme de nuevo a sollozar sin freno y

ella me siguió.

-Cariño, ahora si me vas a decir que te pasa, -me dijo, con ese tono maternal que

siempre usaba, y que casi me hizo echarme a llorar de nuevo para que volviera a

abrazarme y borrara todo el dolor que sentía. -Su pregunta probaba que Juan no la había

llamado para contarle lo que pasó, por mi parte nada me habría gustado más que

dejarme otra vez consolar por mi hermana, pero no podía seguir haciéndole eso, ella

tenía que vivir su vida, y yo debía solucionar mis problemas sola.

Me di la vuelta e intenté sonreír, aunque con los ojos hinchados, enrojecidos y

la ropa arrugada no mostraba muy buen aspecto, como para tranquilizar a nadie, mucho

menos a ella que tan bien me conocía.

-Estoy bien, -le dije intentando aparentar normalidad, aunque sabía que tenía

que contarle que había terminado con Juan, prefería aplazar esa conversación, como si

omitir los hechos fuera a hacerlos desaparecer, me reproché a mí misma, -no es nada, -le

dije en cambio, -se me pasará, -continué, sin dar más explicación.

Page 7: Anaya Martin Eva - Hermanos Del Castillo 01 - Traicion

Eva Anaya Martin -Traición

7

Pero ella no lo iba a dejar estar sin más, y me quedó claro cuando tiró de mí

hacía el baño.

-Ahora te vas a dar una ducha, mientras yo preparo algo para desayunar y

después hablaremos de lo que te tiene tan mal.

Me empujó dentro del baño y cerró la puerta después de poner un dedo en mi

boca para callar mi protesta. Solo era tres años mayor que yo, pero era una mujer muy

madura, no le quedo más remedio que madurar, cuando tuvo que ocupar el lugar de mis

padres.

No quise mirarme al espejo, ya sabía lo que vería en el, mi reflejo seria igual que

el estado de mi corazón, nefasto. Me quité la ropa, y me metí en la ducha. Apoyé la

cabeza en la pared y dejé que el agua cayera por mi cuerpo. Mientras estaba ahí, mi

mente voló a la tarde del día anterior. Con el alma hecha pedazos, recordé cada palabra

cada minuto y cada segundo que había pasado con él. Dios, ¿cómo pudo hacerme esto?,

-me preguntaba una y otra vez, como pudo ir a meterse con esa mujer en la cama. Sentí

como la rabia se apoderaba de mí, cerré los puños, y sin enjabonarme si quiera, cerré el

grifo, cogí una toalla y rápidamente me sequé. Me puse lo primero que encontré y sin

peinarme la maraña en que se había convertido mi pelo, corrí escaleras abajo hasta

llegar a la entrada. Paré un instante para coger fuerzas, e ignorando la llamada de mi

hermana, salí a la calle.

Llovía de nuevo, pero no me importó, corrí calle abajo como si mi vida fuera en

ello, y realmente así era, tenía que encontrarlo, tenía que decirle lo que pensaba de él.

Paré mi loca carrera justo en frente del parque en el que tantas veces habíamos paseado

cogidos de la mano, y las lágrimas volvieron a manar de mis ojos en tromba,

mezclándose con la lluvia.

De pronto me vi allí, en medio de la calle, debajo de un aguacero, con la ropa

empapada, y no supe que hacer, poco a poco me fui acercando al bosquecillo que

formaban el conjunto de arboles y me senté en uno de los bancos. No supe cuanto

tiempo pasó. Sentí que una mano me tocaba el hombro, levanté la mirada y allí estaba

él. El motivo de mi dolor, el objeto de mi amor, estaba delante de mí, tan mojado y

demacrado como yo.

Me ayudó a levantarme y los dos nos fundimos en un abrazo, la lluvia seguía

descendiendo sobre nosotros. No nos importó, permanecimos ciñéndonos el uno al otro.

Los dos sabíamos que sería la última vez, que no abrían más encuentros, ni mas besos,

ni caricias, nada, todo había terminado para nosotros.

-¿Por qué me hiciste esto?, -le pregunté, tratando de contener la nueva oleada de

llanto que se avecinaba, -¿Por qué?, si yo te amo, ¿Por qué?, si todo era maravilloso

entre nosotros, -continué, notando como cada vez me sentía mas y mas alterada,

mientras que el permanecía de pie delante de mí con la cabeza inclinada, -¿Por qué?, -le

grité enfurecida por tanta pasividad.

Page 8: Anaya Martin Eva - Hermanos Del Castillo 01 - Traicion

Eva Anaya Martin -Traición

8

Mis manos cobraron vida y empecé a golpearle el pecho, seguía vociferando, en

tanto el siguió impasible, soportando los impactos sin decir nada. Le golpeé e insulté

hasta que el cansancio pudo conmigo y me dejé caer contra su pecho agotada. Sentí

como me apretaba, como apoyaba su barbilla en mi cabeza, le oí suspirar, pero de su

boca no salió una sola palabra, ni un lo siento, ni un te amo a ti, ni un todo irá bien.

Una voz aguda y desagradable sonó detrás nuestro sobresaltándonos.

Suavemente me apartó, y se dio la vuelta para enfrentarse a la dueña de aquel chillido.

-Te dije que esperaras en el coche, -su tono era autoritario, ella puso un mohín

en sus labios demasiado pintados, negando con la cabeza, se acercó a él y le puso la

mano en el torso, donde hacia un momento mi cabeza había reposado, la imagen me

desgarró.

No pude soportarlo más y salí corriendo sin tomar ninguna dirección en

concreto, e ignorando por segunda vez la mención de mí nombre.

Los pulmones parecían querer estallarme, pero continué con la fuerza que me

daba el querer alejarme de aquella representación que me hizo pedazos. Una cosa era

saberlo y otra muy distinta fue verlos juntos. Un coche se detuvo a mi lado y la puerta

se abrió, no me hizo falta mirar quien era, me metí en él y la cerré con fuerza,

temblando de frio, mientras que mi hermana me pasaba una toalla. Pasamos por el

parque justo a tiempo para ver como Juan ayudaba a Julia a subir a su coche. Observé

como Carmen apretaba el volante y como ni corta ni perezosa, paró el suyo en medio de

la calle y se bajó. Se acercó al hombre al que amaba y sin mediar palabra le abofeteó,

dejando a la pareja de jotas estupefacta por ese arranque que no eran típicos de mi

hermana.

Page 9: Anaya Martin Eva - Hermanos Del Castillo 01 - Traicion

Eva Anaya Martin -Traición

9

Capítulo 4

Tres semanas habían pasado, y el dolor seguía siendo igual de intenso. Ahora

más, porque en este tiempo, estuve esperando un milagro que nunca llegó, que todo

fuera una falsa alarma, que Juan decidiera que no era necesario casarse para ser padre,

pero nada pasó, todo siguió adelante. Me lo gritaba el repiqué de esas campanas que

anunciaban la hora de el enlace, haciendo que mi corazón se rompiera en mil pedazos.

No quería salir, había dejado de ir a trabajar, solo quería quedarme en un rincón y lamer

mis heridas. No volví a verlo, el nunca más se presentó delante de mí, no sé si por

vergüenza, porque se sentía tan mal como yo, o simplemente porque no quería verme

mas. La que si me vino a ver fue mi suegra, todavía me costaba llamarla de otra manera.

La pobre mujer estaba muy apenada con todo esto, no podía ocultar el desagrado que le

producía lo sucedido. Según Carmen en el pueblo se comentaba que la señora discutió

con su hijo, y no ha vuelto a dirigirle la palabra desde entonces, si era cierto Juan debía

estar pasándolo mal, siempre estuvo muy unido a su madre, claro que la gente a veces

hablaba de cosas que no sabía. El único que estaba contento, radiante, fue la palabra

exacta que utilizó Carmen, era el padre del novio, que debía ver la ventaja que suponía

que dos familias poderosas se unieran, aunque el caso era el mismo, siempre podían ser

simples habladurías, por lo visto ni siquiera se encontraban en el pueblo, al parecer los

flamantes suegros de Julia, habían salido de vacaciones. Me acurruqué en una esquina

del sofá, e intenté dejar la mente en blanco, pero aquello era algo complicado, no podía

cerrarla a los recuerdos, se me llenaba de momentos fugaces, aquella vez que nos

bañamos desnudos en el lago a la luz de la luna, la ocasión en que hicimos el amor bajo

las estrellas, como me lanzaba a sus brazos cuando llegaba a buscarme, y como él me

alzaba y daba vueltas conmigo, todo estaba tan vivo en mi cabeza.

-Eva, -escuché como mi hermana me hablaba suavemente, -pero no quise

levantar la cabeza para mirarla, solo quería seguir allí echada, y que me dejara llorar mi

pena. -No puedes seguir así cariño, te vas a enfermar, mírate, estas demacrada, no

comes, no duermes, esto se tiene que acabar, -se cruzó de brazos delante de mí, y su

cara decidida me decía que no me iba a dejar seguir con mi duelo. –Vas a levantarte de

ahí y vendrás conmigo a la mesa a comer algo, -dijo aquello, quitándome el cojín al que

me aferraba y tirando de mí para que me pusiera de pie.

Me arrastró literalmente hasta la mesa, pues yo no tenía fuerzas para nada, y

colocó delante de mí un plato con bollos de canela, mis preferidos, y un vaso con zumo

de naranja.

-Vamos, tienes que alimentarte, no voy a dejar que te mates, -me dijo,

sentándose a mi lado, -he estado pensando, -siguió diciendo, -que quizá deberíamos

irnos de aquí, empezar de nuevo en otro sitio.

Page 10: Anaya Martin Eva - Hermanos Del Castillo 01 - Traicion

Eva Anaya Martin -Traición

10

-¡Que!, -aquella declaración me hizo salir de la bruma en la que me encontraba

de golpe, -yo no quiero irme Carmen, este es nuestro hogar, hemos vivido aquí toda la

vida… no quiero empezar de cero, no me parece bien ni para ti ni para mí, -a pesar de

todo, mi discurso sonó con menos convicción de la que quería mostrar, no era justo que

mi hermana tuviera que empezar de nuevo, ella que había luchado tanto por conseguir el

puesto del que disfrutaba ahora, como enfermera del pequeño hospital del pueblo, yo

sabía que para Carmen era todo un logro aquel trabajo, que quizá para otra persona seria

insignificante, pero mi hermana había trabajado de día y estudiado por las noches para

sacar su titulo de enfermería y se lo había ganado a pulso, no podía hacerle esto. –Por

otro lado la idea de cruzarme con Juan, feliz con su mujer y su hijo, me mataba.

-Si alguien tiene que irse soy yo, tú te quedaras y seguirás con tu vida, ya has

hecho bastante por mí, -le dije decidida a que ella no tuviera que alterar de nuevo su

vida por mí causa.

-Y crees, que yo sería feliz estando lejos de ti, -respondió con la mirada triste, -

tu eres la única familia que tengo, Eva, las dos iremos juntas a donde sea necesario,

buscaremos trabajo en la ciudad, o encontraremos un pueblo pequeño, tenemos buenas

referencias, no nos será difícil encontrar algo, -ella ya tenía el plan trazado, y yo no

podía permitir, que se sacrificara de nuevo por mí.

Fui a levantarme de la mesa dispuesta a zanjar la conversación. La habitación

empezó a dar vueltas, las piernas no me sostenían, se me nubló la vista, intentaba

enfocar a Carmen que me llamaba mientras hacía verdaderos esfuerzos por sujetarme.

Todo se volvió negro y sentí un fuerte golpe en la cabeza.

Cuando desperté estaba en mi habitación, en mi cama, me dolía todo. Me llevé la

mano a la frente y sentí una punzada de dolor.

-No te toques, -escuché que me decía una voz conocida, con cuidado giré la

cabeza en su dirección, y le vi quitándose unos guantes manchados de sangre, -he tenido

que darte unos puntos, -me dijo el jefe de mi hermana y uno de los médicos del pueblo.

-¿Qué me ha pasado?, -le pregunté con voz pastosa, el hombre suspiró, y vi

como sus hombros se hundían, se acercó a la cama y se sentó en una silla.

-Que te puedo decir Eva, me ha dicho Carmen que llevas días sin comer, ni

dormir, la debilidad que sientes es debido a esto, pero hay mas... te hemos puesto unos

puntos, el golpe en la cabeza te abrió una brecha de dos centímetros, no es nada serio, -

no sé porque, pero me pareció que estaba dando un rodeo, había algo que no me habían

dicho.

-Doctor, ¿puede decirme lo que tengo?, -le dije, tratando de aparentar una calma

que no sentía, si estaba enferma, dios no quería ni pensar en hacerle pasar a mi hermana

también por algo así.

Page 11: Anaya Martin Eva - Hermanos Del Castillo 01 - Traicion

Eva Anaya Martin -Traición

11

-Bueno, -volvió a hablar el médico, -abría que hacer más pruebas pero todo apunta, -lo

sabia tenía alguna enfermedad grave e iba a hacer sufrir a Carmen, -todo apunta a que

estas… embarazada.

Page 12: Anaya Martin Eva - Hermanos Del Castillo 01 - Traicion

Eva Anaya Martin -Traición

12

Capítulo 5

-¡Embarazada!, ¿estoy embarazada?, -pregunté incorporándome en la cama.

-Cálmate Eva, no queremos que te vuelvas a desmayar, Carmen acaba de llegar

del laboratorio, con las muestras que te he tomado, y no, antes de que lo preguntes, ella

todavía no sabe nada, -me dijo antes de que efectivamente pudiera preguntarle, -he

querido decírtelo primero a ti y que seas tú quien decida, que quieres hacer.

Ahora entendía porque me miraba con pena, sin duda estaba enterado de todo lo

que había pasado y se compadecía de mí, la novia abandonada y ahora embarazada. Me

llevé la mano al vientre aun plano, aquí está mi hijo, pensé, y el hijo de Juan. Dios mío

¿y que iba a hacer ahora?

-No tengo ni que decirte que cuentas con mi discreción, si decides no tenerlo, lo

arreglaré todo y si quieres seguir adelante con él embarazo, puedes contar con mi apoyo,

-sentenció sacando a relucir tanto su parte de médico, como la de amigo de la familia, y

quizá de algo más, a mí siempre me había dado la impresión de que había algo entre él y

mi hermana.

Me dirigí a él, esta vez no al doctor, si no al amigo.

-Mario, te agradezco todo lo que haces por nosotras, y si, me gustaría hablar a

mí con Carmen, y antes de que digas nada mas, -la decisión ya estaba tomada, iba a ser

madre, y tenía que tomar las riendas de mi vida y ser fuerte por mi y ahora también por

mi hijo, -si, voy a tener a este niño, -le dije, posando nuevamente la mano en mi vientre,

ya lo sentía parte de mi, ¿cómo podía pensar si quiera en no tenerlo?

-Me alegro, -declaró sonriendo, -ahora, voy a decir a Carmen que pase, y os

dejaré solas para que le des la noticia, -se inclinó y me dio un beso en la mejilla.

Era un buen hombre, ojala que mi hermana lo vea a tiempo. Mario salió a buscar

a Carmen y yo me quedé pensando en todo lo ocurrido en estos días.

Me sentía mejor, Juan me había abandonado, pero me dejó un regalo

maravilloso, sonreí mientras acariciaba el lugar en el que mi pequeño se formaba, mi

niño, el bebe de Juan. Si lo hubiera sabido antes el no se abría ido, las lágrimas

empezaron a llenar mis ojos de nuevo, me las limpié con rabia, no voy a llorar mas por

ti, le hablé directamente, como si lo tuviera delante, voy a olvidarte, Juan, aunque sea lo

último que haga, lo haré por mi hijo, por nuestro hijo.

La puerta se abrió dando paso a una preocupada Carmen, que se retorcía las

manos, gesto que hacia siempre que se sentía nerviosa. Se acercó a la cama, y se sentó a

mi lado cogiendo mi mano.

Page 13: Anaya Martin Eva - Hermanos Del Castillo 01 - Traicion

Eva Anaya Martin -Traición

13

-Me has dado un susto de muerte, -manifestó, tratando de sonreír.

-Lo siento, -no sabía cómo decirle, -Carmen… hay algo que tengo que tienes que

saber, -ella me acarició la mano que sujetaba entre las suyas, y como siempre me lo

facilitó todo.

-no tienes que decir nada, las dos juntas vamos a salir adelante, y cuidaremos a

ese bebe, -anunció, llevando ahora nuestras palmas a mi vientre, -¿Cómo lo has sabido?,

Mario me dijo…

-Cariño, soy enfermera veo los síntomas, y la cara que tenia Mario, era… muy

reveladora, -dijo sonriendo.

-Carmen ¿qué voy a hacer?, -le dije, sin poder reprimir las lagrimas, tenía miedo,

¿qué hará Juan cuándo lo sepa?, -estoy asustada, -reconocí, abrazándome a mí misma.

-Yo estoy aquí, va a ser duro, pero todo saldrá bien, haremos lo que tú quieras, si

prefieres que permanezcamos aquí, nos quedaremos, ni Juan, ni nadie nos va a sacar de

nuestro hogar, si tu no lo deseas, -siguió consolándome.

Unos ruidos nos llegaron desde el exterior haciendo que las dos nos

sobresaltáramos. Me levanté de la cama, reconocería esa voz que me llamaba a gritos

hasta en medio de una multitud. Me acerqué a la ventana, y lo que vi casi hizo que

volviera a desmayarme.

Juan, con la camisa desabrochada, el pelo alborotado y gritando mi nombre,

estaba en el jardín de casa, cayéndose de borracho.

-Ese hombre parece creer que bebiendo lo arregla todo, -refunfuño Carmen

detrás de mí.

Lo que sentí al verle así no podía contárselo a mi hermana, pensaría que estoy

loca por sentir pena por un hombre que me había dejado para casarse con otra y encima

embarazada, pensé de nuevo tocando mi vientre. Se le veía realmente infeliz, estaba

demacrado.

-Nunca lo vi en ese estado, -susurré mas hablando conmigo que con mi hermana,

que se disponía a bajar para decirle que se marchara.

-Carmen, -la llamé antes de que abandonara la habitación, -quiero salir hablaré

con él, deja que baje yo, -expresé suplicante.

Mi hermana me miró como había pensado, creyendo que estaba loca, pero como

siempre, comprendió y me dejó hacer a mí. Bajé las escaleras despacio, pensando en

cómo me sentiría cuando le tuviera frente a frente.

Salí a la calle y la impresión de verle de cerca, fue mayor de lo que había

esperado. Su estado era lamentable. Tenía la ropa sucia y arrugada, el pelo demasiado

Page 14: Anaya Martin Eva - Hermanos Del Castillo 01 - Traicion

Eva Anaya Martin -Traición

14

largo, ojeras y estaba más delgado. Las manos me quemaban de aguantar las ganas que

tenía de tirarme a sus brazos, deseaba abrazarlo, quería consolarlo, no me gustaba

encontrarlo de esa manera. El se giró y me vio.

Se acercó tambaleándose y cuando estuvo delante de mí, dejó escapar una

especie de gemido y cayó de rodillas al suelo.

Abrazándome por la cintura, puso su cara contra mí sin dejar de pedirme perdón.

Ya no pude soportar más las lágrimas que rodaban por mis mejillas, ni pude contener

mis manos, que le acariciaban el cabello como habían hecho tantas veces.

-Perdóname amor, -repetía una y otra vez, -lo siento tanto, no debí hacerlo, -

balbuceaba incoherencias, -no debí estar de acuerdo, -no entendía nada de lo que decía,

lo único que yo quería era que nos quedáramos así, fingiendo que nada había pasado,

que no acababa de casarse con otra.

Page 15: Anaya Martin Eva - Hermanos Del Castillo 01 - Traicion

Eva Anaya Martin -Traición

15

Capítulo 6

El tiempo se paró, solo estábamos nosotros en un lugar en el que no entraba

nadie más, allí no había esposas, ni hermanos, ni padres, solo él yo y nuestro amor.

No supe por cuanto rato estuvimos así, hasta que el ruido de un motor, provocó

que Juan levantara la cabeza que sin saberlo tenía apoyada en mi vientre, donde ya

crecía nuestro hijo.

El coche se detuvo en la acera, delante del jardín de mi casa, y de él se apearon

el padre y el hermano de Juan, Víctor. Mi ex suegro se dirigió a nosotros echando fuego

por los ojos, y Juan se apartó tambaleándose aún, no sé si por enfrentarse a él, por temor

a que nos vieran juntos, o porque todavía estaba borracho, mientras que su hermano se

acercaba con la cabeza baja.

El señor estaba muy enfadado, se paró delante de su hijo, y le sujetó por los

hombros, mientras le gritaba como un energúmeno.

-¿Qué demonios crees que estás haciendo?, -bramó, -dejando a tu esposa, en

mitad del banquete de tu boda.

Aquellas palabras provocaron una nueva herida en mi corazón. Víctor seguía

parado con la mirada en el suelo. Juan no dijo nada, solo se dejó guiar al coche.

Se metió en el asiento de atrás en cuanto su padre abrió la puerta y ni si quiera

volvió a mirar en mi dirección. Con otro estridente gritó, mi ex suegro llamo a su hijo

menor, que permanecía a mi lado sin moverse. Antes de seguir a su familia, y casi en

un susurro, manifestó.

-Yo nunca te abría dejado, por nadie, ni por nada, -y sin más se fue, dejándome

confundida con esa declaración y mas dolorida que nunca, porque sus palabras me

habían hecho ver lo que había olvidado por unos minutos, que Juan, mi amor, el hombre

de mi vida me había abandonado, y ahora le pertenecía a otra mujer, una con la cual,

pasaría los días y las noches, la que le daría hijos a los que amaría y protegería, mientras

que el nuestro…

Una familiar mano se posó en mi hombro, y me abandoné en los brazos que se

abrieron para mí, como siempre ahí estaba Carmen para consolarme. Me deje llevar por

ella al interior de la casa, mientras los sollozos desgarraban mi corazón, que ya estaba

sangrando.

¿Cómo había pasado todo esto?, me repetía una y otra vez, hace un mes yo era

feliz, tenía a mi lado al hombre más maravilloso del mundo, y ahora estoy sola,

destrozada y embarazada y Juan casado con otra mujer, dios ¿qué iba a hacer?, ¿cómo

Page 16: Anaya Martin Eva - Hermanos Del Castillo 01 - Traicion

Eva Anaya Martin -Traición

16

iba a soportar verle a diario?, ¿qué iba a hacer cuando el embarazo se hiciera evidente?,

un millón de preguntas asolaban mi mente.

-Carmen… quiero irme, -declaré secándome los ojos que apenas me dejaban ver,

-he tomado una decisión, y por favor, debes hacer lo que te voy a pedir.

Me miró con gesto preocupado y me ayudó a sentarme en el sofá, no estaba

enferma pero los días sin dormir, comiendo mal y tantas emociones fuertes, estaban

pasando factura y me sentía muy débil.

-Cuéntame lo que quieres hacer, -preguntó acomodándose a mi lado, -pero te

digo desde ya, qué iré contigo a donde quiera que vayas.

-Eres tan terca como yo, -le dije, tratando de sonreír.

Iba a ser difícil, pero no le permitiría que tuviera que sacrificar su carrera… y su

vida, porque estaba segura que su vida estaba aquí, y que ella tenía miedo de enfrentarse

a lo que sentía.

-He estado pensando, -continué intentando sonar segura, -en Myriam, ¿te

acuerdas de mí amiga del internado?, siempre me estaba diciendo que fuera a la ciudad

con ella. –Creo que esta vez aceptaré su oferta, -y antes de que digas nada, -atajé

poniendo la mano en su boca para acallar su protesta, -solo serán unos meses, hasta que

las cosas se tranquilicen, y tome una decisión... respecto a decirle a Juan lo del bebe.

Carmen pareció pensativa y después de un rato, en el que imagino que estaría

luchando consigo misma, debatiendo entre lo que le gustaría hacer, y lo que debía,

sonrió y me abrazó.

-Te voy a echar mucho de menos, -gimoteó con la voz entre cortada por la

emoción, -nunca nos habíamos separado, no sé qué haré sin ti, y prométeme que me

llamaras todos los días, y que te cuidaras, y… que volverás pronto, -terminó sin poder

contener un sollozo.

Page 17: Anaya Martin Eva - Hermanos Del Castillo 01 - Traicion

Eva Anaya Martin -Traición

17

Capítulo 7

Todo se solucionó rápido. Llamé a mi buena amiga Myriam, y le conté todo lo

que había pasado. Ella, aunque se mostró muy sorprendida, no preguntó nada mas, la

quería por eso, porque nunca hurgaba en tu vida, te dejaba contarle lo que tu quisieras,

no te exigía nada, al igual que Carmen, solo quería ayudarme. Estaba contenta, por

contar con gente así a mí alrededor. Así que cuando pasaran los quince días de sobre

aviso que marcaba la ley, me marcharía, y empezaría de nuevo. Myriam, me llamó de

nuevo un rato después de acabar nuestra conversación, anunciando que había hablado

con su jefe y que tenía un puesto de secretaria esperando por mí y que por supuesto, por

el alojamiento no me preocupase, pues el apartamento que tenía alquilado tenía varias

habitaciones y estaría encantada de compartirlo conmigo.

Así que ya solo me quedaba una semana de trabajo. Hacia una tarde agradable y

decidí nada más poner un pie en el exterior después de la larga jornada que caminaría

hasta casa, me vendría bien para despejarme de tanto papeleo. El sonido del teléfono

aun martillaba mi cabeza y es que la actividad en el pequeño ayuntamiento del pueblo,

era bastante grande. Me iba a dar pena dejar a tan buenos compañeros, pensaba mientras

caminaba por esas calles que me traían tantos recuerdos y de las que me tendría que

despedir pronto. Empecé a trabajar nada más terminar los estudios, quería poder ayudar

a Carmen con todos los gastos y que por fin pudiera pensar en ella y no siempre en los

demás. El alcalde era muy buen amigo de mi padre y no dudo en darme el puesto, eso

sí, primero unos días de prueba y si no funcionaba, prometió colocarme en otro

departamento. Me esforcé al máximo, quería que mi hermana se sintiera orgullosa y lo

conseguí, ahora iba a tener que renunciar a todo lo que había conseguido.

Estaba tan metida en mis pensamientos, que no me di cuenta que un vehículo se

detuvo a mi lado. No tuve que mirar para ver de quien se trataba era como si tuviera un

radar interno, que me avisaba de su presencia. Juan. La ventanilla se abrió y su voz me

llego desde el interior.

-Sube, -me soltó en tono seco.

Le ignoré y seguí caminando, ¿qué pensaba?, que podía aparecer cuando

quisiera y yo le obedecería sin rechistar. Aligeré el paso enfurecida mientras que el me

seguía. Cuando estuvo de nuevo a mi altura volvió a llamarme, esta vez su voz sonó

exasperada.

-Entra en el coche, si no quieres que te meta yo en brazos, -me espetó.

Levanté la barbilla indignada, ¿pero quién cree que es?, continué andando. El

coche se detuvo y mirando sobre mi hombro, vi que salía y se dirigía hacia mí. Me

dieron ganas de echarme a correr, pero no lo iba a hacer, me giré y le planté cara.

Page 18: Anaya Martin Eva - Hermanos Del Castillo 01 - Traicion

Eva Anaya Martin -Traición

18

-¿Qué quieres?

-¿Qué que quiero?, -me respondió echando fuego por los ojos, -he oído que te

vas del pueblo y no lo voy a permitir.

-¿Con qué derecho?, vienes a decirme lo qué puedo o no puedo hacer, -le grité, -

tú ya no eres nada mío, ya no formas parte de mi vida.

Hizo una extraña mueca, como de dolor. No me importó, que pasaba con él mío,

con toda la angustia que llevaba días sufriendo, con todo lo que me había hecho, esto ya

era lo último que me esperaba, que tuviera el descaro de exigirme nada. La gente nos

miraba al pasar, y se volvían murmurando, en un rato todo el pueblo estaría enterado de

que estábamos discutiendo en medio de la calle, quizá debí haberle hecho caso y subir al

automóvil por lo menos nadie seria testigo de nuestra discusión.

El pareció pensar lo mismo. Soltando un suspiro, me cogió por el brazo y me

guió al coche, esta vez me dejé llevar. Me ayudó a entrar, lo que trajo a mi mente el

amargo recuerdo de haberlo visto hacer lo mismo con Julia, también leyó eso en mi

mente, rozó mi mejilla en una suave caricia que yo le permití, para pedirme una

silenciosa disculpa, cerró la puerta y dio la vuelta al vehículo, para ponerse al volante.

-¿A dónde vamos?, -interrogué después de recorrer algunos metros.

-A un lugar en el que podamos, hablar, -me respondió, sin apartar la mirada de la

carretera.

-¡No!, no quiero ir allí, -exploté al percatarme de a donde me llevaba, no quería

volver al lago donde tantas veces habíamos paseado, donde tantas veces nos amamos,

no, aquel lugar me traía demasiados recuerdos.

El me ignoró y siguió conduciendo. Por su gesto de determinación, supe que era

inútil protestar, ya había decidido por mí, y nada le haría cambiar de idea. Cerré los ojos

cansada, física y emocionalmente. El embarazo, me hacia estar más exhausta de lo

normal y tenía mucho sueño. Sin darme cuenta me fui relajando, tanto que sin poder

evitarlo me quedé dormida.

En mi sueño, Juan me llevaba al lago, hablábamos, reíamos, me besaba, todo

estaba bien entre nosotros. Hasta que alguien me zarandeaba suavemente y pronunciaba

mi nombre, sacándome del maravilloso mundo en el que me encontraba, en el que nada

había pasado y el hombre al que amaba seguía a mi lado.

-Amor, ¿estás bien?, -exclamó con un deje de preocupación en la voz. –Nunca

antes te habías dormido en un trayecto tan corto, ¿estás enferma?, -continuó con su

interrogatorio, poniendo su mano en mi frente.

Como iba a decirle, que me dormía en cualquier sitio a causa del embarazo del

que él no sabía nada.

Page 19: Anaya Martin Eva - Hermanos Del Castillo 01 - Traicion

Eva Anaya Martin -Traición

19

-Juan, yo…

Page 20: Anaya Martin Eva - Hermanos Del Castillo 01 - Traicion

Eva Anaya Martin -Traición

20

Capítulo 8

No me dio tiempo a hablar. Su cabeza bajó, y sus labios se posaron en los míos,

tomando mi boca en un beso abrasador. Mis manos se entrelazaron detrás de su nuca sin

pensarlo, olvidándome de todo, las de Juan pasaron de mis brazos a recorrer mi cuerpo.

Lo había dejado empezar algo que sabía que no iba a poder parar, haríamos el

amor en el lago, como muchas otras veces. Debería asquearme, pero como podía

rechazarlo si lo necesitaba más que respirar, y lo amaba con toda el alma.

Me ayudó a salir del coche, sin dejar de mirarme en todo momento, y

caminamos sin dejar de besarnos, directos al lugar al que íbamos cuando queríamos

estar solos. Ninguno de los dos pronunció una sola palabra, no hacía falta, nuestras

manos, con sus caricias, nuestros labios, con besos, dirían todo lo que necesitábamos

saber… por el momento.

Llegamos a un pequeño recoveco, que quedaba oculto a las miradas indiscretas.

Habían nacido flores de todos los colores, y la hierba estaba verde y brillante a causa de

las recientes lluvias, hacía ya más de un mes que no veníamos, y todo estaba precioso,

idílico. Nos sentamos en el suelo con las manos entrelazadas. Juan bajo la cabeza y rozó

mis labios con los suyos, me empujó suavemente en los hombros y lentamente me

tumbó en el suelo.

-Te amo, -declaró sin apartar sus ojos de los míos.

-Yo también te amo, -respondí como siempre, sin dudar un segundo, ¿por qué

mentir en ese momento?, si era lo que sentía, si ese amor salía por cada poro de mi piel

cada vez que me hacia una simple caricia, con un solo roce de sus labios.

A esa declaración la siguió una lluvia de besos y arrumacos. Despacio y con

sumo cuidado como si desenvolviera un delicado regalo, fue abriendo los botones de la

blusa ligera que llevaba puesta al mismo tiempo que yo le ayudaba a quitarse la camisa.

En poco tiempo los dos estuvimos desnudos. Me quedé sin aliento al ver de nuevo su

cuerpo, al sentir su contacto con el mío. La sensación era tan maravillosa, que ni

siquiera la humedad de la hierba debajo de nosotros me importaba, después de tantas

semanas sin sentir el calor de su piel, nada más tenía importancia. Estaba más delgado,

pero seguía siendo fuerte. Pasé las manos por su pecho y le sentí estremecerse. El dejó

un reguero de caricias de fuego por mi cara, utilizando para ello su lengua, ese musculo

que hacía que me estremeciera de placer, siguió bajando por mi cuello y más abajo, se

detuvo en mis pechos, que ahora estaban más sensibles y más grandes a causa del

embarazo, esperaba que no notara ese detalle, puesto que aún no había decidido cuando

Page 21: Anaya Martin Eva - Hermanos Del Castillo 01 - Traicion

Eva Anaya Martin -Traición

21

se lo diría. Después de atormentarme con sus labios, y con sus manos, se colocó sobre

mí, y con delicadeza me penetró.

-Mi amor, no sabes cuánto te necesito, -manifestó con voz ronca, -te he echado

tanto de menos, -susurró contra mí boca.

La sensación de sentirlo dentro era tal que lágrimas de felicidad rodaron por mis

mejillas. Juan las limpió con sus besos, diciéndome en todo momento lo mucho que me

había extrañado y cuanto me amaba, a lo que yo respondía con las mismas palabras y

agarrándome fuertemente a sus hombros.

Fue acelerando las embestidas, hasta llevarme a lo alto de un precipicio por el

que los dos seriamos lanzados, a un lugar en el que nada ni nadie, más que nosotros

importaba. Abrí los ojos y los clave en los suyos, que estaban vidriosos y oscurecidos

por la pasión que compartíamos.

Terminamos el uno en los brazos del otro, saciados y felices, ajenos al mundo

que nos rodeaba. Deseé que el momento fuera eterno, poder quedarme siempre

refugiada en aquel pecho duro que me cobijaba. Pero la realidad nos golpearía pronto, el

momento que habíamos compartido quedaría solo en nuestros recuerdos.

Fui la primera en reaccionar. Dios mío, que había hecho, me había acostado con

un hombre que ya no era mío, que le pertenecía a otra mujer.

Juan tenía los ojos cerrados y su mano descansaba ahora sobre mi vientre. Me

sentí desesperada, tenía que alejarme de él, si no lo hacía no podría negarle nada. Intenté

levantarme, soltarme de su agarre, el me apretó más a su cuerpo y con la voz soñolienta

me dijo.

-Quédate conmigo, amor no te vayas, sin ti no podré soportarlo, -aquella

declaración me enfureció.

De un tirón, me deshice de sus brazos y rápidamente cogí mi ropa

colocándomela con movimientos torpes.

-Que me estás diciendo Juan, ¿me estas pidiendo que sea tu amante, tu sucio

secreto?, -le solté sin mirarle a la cara si quiera.

El se incorporó de un salto y me sujetó por los hombros, clavando sus dedos en

mi tierna carne. Quise gritar de dolor, pero era más grande el que tenía en el alma que

el que aquellas garras me hacían en la piel y esa tortura no quería dejársela ver, si lo

hacía podría usarlo para conseguir de mi lo que quisiera.

-Lo que hay entre nosotros no es sucio, -bramó, -es hermoso, es lo más

maravilloso que pueden sentir dos personas.

Page 22: Anaya Martin Eva - Hermanos Del Castillo 01 - Traicion

Eva Anaya Martin -Traición

22

-Tú no eres un hombre libre, -respondí apartándome, -no puedes pedirme que me

quede contigo, no lo hagas por favor, -susurré con la voz rota conteniendo un sollozo en

el fondo de mi garganta.

Tenía que alejarme de allí, si me quedaba me convencería para que fuera su

amante y estaba a un paso de aceptar, de conformarme con cualquier migaja que

quisiera darme.

-Duermes con ella, Juan, -afirmé más que pregunté sabiendo que de su respuesta

dependería mi decisión, que sería lo que me daría las fuerzas para alejarme o para

lanzarme a sus brazos y no soltarme jamás.

El bajó la mirada y no respondió nada. Aquel silencio fue todo lo que necesité.

-¿Quién eres Juan?, no eres el hombre del que me enamoré, ¿crees que merezco

tan poco?, piensas que lo único a lo que puedo aspirar son cuatro momentos robados y

que luego me dejes para ir a la cama de tu esposa.

No supe cómo pero conseguí que mi voz sonara firme.

-Vuelve con tu mujer y olvídate de mí, esto no se volverá a repetir, espero no

llegar a verte nunca más.

Le oí soltar un gemido, una especie de quejido, me di la vuelta y eché a correr,

dejando atrás todo el amor y llevándome conmigo el dolor, el corazón roto y el recuerdo

de ese hombre que estaba segura sería el único amor que conocería, porque nunca

podría olvidarle.

Page 23: Anaya Martin Eva - Hermanos Del Castillo 01 - Traicion

Eva Anaya Martin -Traición

23

Capítulo 9

Los días que siguieron solo salí de casa para ir a trabajar, y para no toparme con

Juan, le pedí a Carmen que me recogiera a la salida del ayuntamiento. Me dio vergüenza

contarle el episodio del lago, sin duda mi hermana pensaría que no tengo dignidad.

Estaba deseando ahora más que nunca marcharme, poner distancia y olvidarme de Juan

para siempre. Pero lo que uno quiere y lo que los acontecimientos te obligan hacer son

dos cosas muy distintas.

Esa tarde estaba aún en el ayuntamiento, tenía mucho trabajo que hacer para que

mi sustituta encontrara todo en perfectas condiciones, así que llamé al hospital y le avisé

a Carmen que no fuese a buscarme, pues la tendría esperándome y no era justo para ella

después de un largo día de trabajo, tener que aguardarme en el coche. Estaba tan

inmersa en la tarea, que me olvidé salir a comer, tampoco había desayunado mucho, así

que a esas horas la debilidad que sentía me hizo levantarme del escritorio y dar por

terminada la jornada.

Al salir a la calle, aunque estábamos en primavera y ya el sol había desaparecido

el calor me pareció sofocante, un mareo me hizo tambalearme.

Pensé que estaba a punto de caerme en redondo por lo que decidí sentarme un

momento en uno de los bancos que había a las puertas del edificio. Me encontraba débil,

sin fuerzas, después de todo iba a tener que llamar a Carmen para que pasara a

recogerme, pensé furiosa conmigo misma por tener que seguir molestándola de esa

manera.

Esperé un poco a ver si me reponía, cerré los ojos y ya no supe cuanto tiempo

pasó, cuando los abrí casi había oscurecido y alguien me tocaba el hombro y me

llamaba por mi nombre.

Alcé la mirada a esa cara y por un momento la mente me jugó una mala pasada,

imaginé que era la del hombre que amaba, que nada había cambiado y que venía a

recogerme al trabajo como tantas otras veces, pero no era él, era su hermano Víctor, el

que me tocaba el hombro y me llamaba casi en un susurro como si estuviera

despertando a una niña.

-¿Estás bien?, -indagaba, su cara era tan parecida a la de Juan.

-Sí, estoy bien, -le respondí, intentando levantarme.

-No pareces estarlo, -me dijo, estudiando mis torpes movimientos y ayudándome

a levantarme.

Page 24: Anaya Martin Eva - Hermanos Del Castillo 01 - Traicion

Eva Anaya Martin -Traición

24

Deseaba salir corriendo, no quería tener contacto con ninguno de los miembros

de su familia, pues todos me recordaban a Juan y no me apetecia que nada me lo

recordara.

-Sí, estoy bien, -le aseguré, -solo me senté un momento a esperar a Carmen, -

debe haberse olvidado de recogerme, -mentí.

-Deja, que te lleve a casa, -me pidió cogiéndome del brazo, lo que agradecí, pues

las piernas empezaban a no sostenerme y hasta me costaba enfocar las cosas.

-No estás nada bien, no te mantienes en pie, ¿Cuándo fue la última vez que

comiste?, -acusó con tono de reproche.

-Yo… -no pude decir nada más, me cogió en brazos y se dirigió conmigo hacia

el coche.

Todo fue tan rápido que ni siquiera tuve tiempo de protestar, cuando me quise

dar cuenta ya estaba sentada en el asiento del acompañante y él rodeaba el vehículo

para subir al lado del conductor. Minutos después me recuperé de la impresión y por

fin pude hablar.

-¿Por qué has hecho eso?, -le reproché intentando parecer indignada aunque no

me salía, Víctor siempre fue un encanto y se me hacía imposible enfadarme con él.

-Estabas al borde del desmayo, no iba a dejarte tirada en la calle, lo menos que

puedo hacer es llevarte a casa.

Hicimos el camino en silencio, ninguno de los dos sabía que decir a pesar de que

siempre me llevé muy bien con él, la situación era incomoda. Al llegar a casa cuando

hubo parado el motor, me giré para darle las gracias y antes de que pudiera hablar

Víctor me cogió la mano y con una mirada extraña, que no le había visto antes me dijo.

-No te vayas, Eva, he oído que te marchas a la ciudad, quédate, yo…

-No puedo Víctor, -le respondí tirando para que soltara mi mano, por el brillo de

sus ojos, por el gesto de su cara, sabía lo que me iba a decir.

-Te he estado observando, se lo que te pasa, -declaró, -Eva, -siguió después de

una pausa, -se que estas embarazada y que es el motivo de tu marcha.

Aquello me dejó de una pieza, ¿cómo podía saberlo?, no se lo habíamos contado

a nadie, solo Mario lo sabía y era el hombre más discreto que había conocido.

-No sé de qué me hablas, -le dije con menos convicción de la que me abría

gustado mostrar.

-Si lo sabes y tranquila, no le diré nada a nadie, pero por favor escucha lo que te

tengo que decir.

Page 25: Anaya Martin Eva - Hermanos Del Castillo 01 - Traicion

Eva Anaya Martin -Traición

25

El ambiente, empezaba a parecerme asfixiante, tenía que salir de allí. Las cosas

se me estaban yendo de las manos tendría que adelantar mi partida, no estaba preparada

para enfrentarme a Juan y no me creía ni por un momento que Víctor guardara silencio.

-Tengo que irme, -repetí, agarrándome a la manecilla de la puerta con tanta

fuerza que pensé que la arrancaría.

El solo asintió con la cabeza, salió y de nuevo dio la vuelta al coche para

ayudarme a salir, siempre el perfecto caballero, constantemente atento. Que distinto

abrían sido las cosas si me hubiera enamorado de él en lugar de su hermano, pero la

vida era así de complicada.

Me ayudó a salir del automóvil y me acompañó hasta la puerta de casa, antes de

que entrara volvió a detenerme, sujetándome esta vez por el brazo.

-Antes de que entres piensa en esto, -hizo una pausa antes de continuar, -yo sería

un buen padre para tu hijo, le querría como si fuera mío.

Y sin más se dio media vuelta y se alejo, dejándome más confundida que nunca.

Page 26: Anaya Martin Eva - Hermanos Del Castillo 01 - Traicion

Eva Anaya Martin -Traición

26

Capítulo 10

La semana transcurrió sin problemas, no volví a encontrarme con Juan ni con

nadie de su familia. Este era mi último día de trabajo y mis compañeros me

sorprendieron con una salida para despedirme, iríamos al pub del pueblo a tomar unas

copas. Yo por supuesto no podía beber por el embarazo, tendría que buscar alguna

escusa. Me levanté de mi escritorio cuando dieron las cinco, cogí mi bolso y fui al baño

a arreglarme un poco para salir.

Una vez allí me mire al espejo, me sentía sofocada. Tenía mechones sueltos del

improvisado recogido que todos los días me hacía a lo largo de la jornada, saqué el

palillo que lo sujetaba y decidí llevarlo suelto, como le gustaba a Juan, se me hacía

imposible no incluirlo en todos mis pensamientos, era muy difícil olvidar una relación

de tanto tiempo, un hombre que estaba segura sería el único para mí.

Era una mujer corriente, tenía los ojos oscuros, la nariz y la boca pequeñas, mi

piel era clara y mi estatura no superaba el metro sesenta. En cambio Julia era una mujer

despampanante, su cabello rubio le caía en suaves ondas hasta la cintura, era al menos

quince centímetros más alta que yo y su cuerpo era una sucesión de curvas perfectas,

mientras que el mío era pequeño por todas partes. Seguí estudiándome delante del

espejo, mis pechos ahora estaban algo más grandes, pero con eso y todo no podían

compararse con la talla cien que lucía Julia. Mi pelo era una maraña de rizos que me

costaba horrores dominar. En conjunto, todo en mi me hacía parecer una niña inocente,

mientras que ella poseía un aire de mujer sofisticada, que no podría perder ni aunque

quisiera.

Y que importa eso, me regañé a mí misma, olvídate de todos ellos no merecen

ni uno solo de tus pensamientos, intentaba darme ánimos pero sabía que era inútil,

nunca podría sacar a Juan de mi cabeza y lo que era peor, tampoco de mi corazón.

Llevaba unos vaqueros ajustados y una blusa sin mangas de color rojo, con

corte debajo del pecho y dos botones pequeños en el escote, una chaqueta negra

ajustada completaba el sencillo e informal conjunto. Me puse un poco de brillo en los

labios y un toque de sombra en los ojos, mi perfume, el favorito de Juan, otra vez estaba

el ahí, suspiré mientras recordaba que cada vez que me besaba hundía su cara en mi

cuello y me susurraba que mi olor a jazmines lo volvía loco.

Mis compañeros ya me esperaban cuando por fin salí del baño. Los iba a echar

mucho de menos. Se habían portado maravillosamente bien conmigo, antes y después

de que mi vida se viniera abajo, fueron discretos y no intentaron hurgar en mi herida,

solo me dejaron ver que estaban ahí para lo que necesitara. Mayte, mi compañera de

mesa, se acerco a mí, y me cogió del brazo.

Page 27: Anaya Martin Eva - Hermanos Del Castillo 01 - Traicion

Eva Anaya Martin -Traición

27

-Vamos, alegra esa cara, esto no es una despedida, es solo un hasta pronto, -me

dijo, con esa sonrisa que nunca la abandonaba.

-Lo sé, es solo que os echare mucho de menos a todos, -confesé volviéndome

para mirar al resto.

El pub estaba muy cerca, en realidad todo en el pequeño pueblo estaba

inmediato así que decidimos ir andando. El local estaba lleno, no en vano era el único

lugar de copas con el que contábamos.

Todos, jóvenes y mayores pasaban por allí una u otra noche de la semana, era

bastante acogedor. Una música suave que te permitía tomar tranquilamente una copa y

charlar sin tener que darle gritos a tu acompañante para hacerte oír, unos cómodos

sillones que hacían que el tiempo volara sin darte cuenta.

No quería recordar las veces que había estado allí con Juan, pero era imposible,

todo me hacía rememorarlo. Fueron tantas las veces que estuvimos juntos allí. Nos

sentamos en uno de los reservados, era el más cercano a la entrada desde allí podíamos

ver a todos los que accedían. Me pareció buena elección, había quedado allí con Carmen

y Mario y así les vería en cuanto llegaran.

El camarero se acercó a nuestra mesa y todos pidieron sus bebidas, cuando llego

mi turno no sabía todavía lo que tomar, como iba a hacer para explicar que en mi propia

reunión de despedida no quería beber alcohol. Ordené un simple refresco evitando las

miradas extrañadas que me lanzaron.

-No me digas que no vas a brindar con nosotros, -me dijo Cristian, el más joven

del grupo.

-Lo siento, tengo el estomago un poco revuelto y no quiero tener que marcharme

precipitadamente, -comenté esperando que se conformaran con la explicación.

La conversación giró en torno al trabajo, los compañeros que no habían podido

venir y me mandaban mensajes de despedida, o como ellos decían de hasta pronto.

Hablamos del nuevo puesto que me esperaba. De pronto la conversación cesó y todos

miraron a la entrada y luego a mí.

Con su rubia y preciosa esposa del brazo, Juan entraba en ese momento. Me

quise morir, la escena hizo un nuevo agujero en mi ya destrozado corazón, me dieron

ganas de levantarme, echar a correr, y esconderme a llorar mi pena, pero ya había

llorado bastante y tenía que ser fuerte por mi hijo.

Juan me miró y por un momento pareció que iba a darse la vuelta y salir de allí,

pero su mujer le tiró del brazo y el agachó la cabeza para escuchar algo que ella le decía

al oído. Fuera lo que fuese lo que le dijo, le hizo sonreír, me dolió el alma al recordar

que ninguna de sus sonrisas sería para mí.

Page 28: Anaya Martin Eva - Hermanos Del Castillo 01 - Traicion

Eva Anaya Martin -Traición

28

Se fueron a sentar y el cruce de miradas con mis compañeros se me hizo tan

insoportable que me levanté para ir al baño, necesitaba unos minutos a solas para

recomponerme.

Entré en uno de los cubículos y me senté en el retrete, no podía permitir que

nadie me encontrara de esa manera. Me quedé más tiempo del normal, no era bueno

permanecer allí, alguna de mis compañeras vendría a buscarme y cuando descubrieran

mi estado seria mucho pero. Salí, abrí el agua y metí las manos debajo del grifo,

pasándomelas luego por la nuca, necesitaba refrescarme un poco.

La puerta se abrió y la persona a la que menos quería ver, entró por ella. Me

miró igual que si fuera un mosquito insignificante y cerrándola de nuevo se apoyó en

ella, lo que me indicó que no me iba a dejar salir de allí sin decirme lo que fuera que

había venido a exponer, porque no me creía para nada que hubiera venido por

necesidad.

-Quería hablar contigo, -declaró haciendo uno de esos mohines que le dedicaba a

los hombres, -no había encontrado la ocasión de disculparme por todo lo que ha pasado.

-Yo no tengo nada que charlar contigo y ahora si me dejas pasar, -repondí dando

un paso al frente y esperando que ella se apartara.

-Juan me pidió que conversara contigo que intentara explicarte, ya sabía yo que

era inútil.

Aquel golpe me dejó sin palabras, dolorida, ¿Juan había tenido el descaro de

mandarla a hablar conmigo?, no me podía creer que fuera tan cruel.

-Dile a tu marido que deje de molestarme, que no quiero vuestras disculpas.

Hice el intento de salir, pero ella me sujetó del brazo.

-Quería decirte algo mas… ¿sabes?, no nos acostamos esa noche, aún no estoy

embarazada pero lo estaré pronto.

Sus palabras hicieron que mi sangre hirviera, ¿esa maldita mujer le había hecho

creer, que iban a tener un hijo?

La empujé para huir de allí, dispuesta a decirle a Juan que se había casado con

una arpía pero esa bruja me impidió de nuevo la salida.

-Antes de que hagas el ridículo te diré, -hizo una pausa, en la que se miró las

perfectas uñas, -antes de casarnos le confesé todo a Juan, no quería que nuestro

matrimonio comenzara con mentiras y quise darle la oportunidad de parar todo, pero

Juan no lo permitió, dijo que todo se haría como estaba planeado… ¿no es un encanto?

Page 29: Anaya Martin Eva - Hermanos Del Castillo 01 - Traicion

Eva Anaya Martin -Traición

29

Capítulo 11

No podía creer en nada de lo que dijera esa mujer, no debía creerla y lo que era

mas no quería, pero entonces, ¿por qué parecía tan segura de sí misma?

Julia salió y yo me quedé allí sin saber qué hacer, no podía mover un solo

musculo aquello había sido algo que no esperaba. Una luz de esperanza se encendió en

mi corazón y si lo que me había dicho era verdad, si Julia no estaba embarazada. Estaba

segura de que Juan no estaba al tanto de aquello no se abría casado con ella, tenía que

decírselo.

Le anunciaría que yo sí que estaba embarazada de un hijo suyo, entonces todo

se arreglaría, tenía que ser así. Soñaba despierta mientras apoyaba la mano en mi

estomago, mi hijo no crecería sin su padre, debía decirle la clase de arpía con la que se

había casado. La puerta del baño volvió a abrirse y di un salto sobre saltada pensando en

que a Julia le habían quedado cosas que arrojarme a la cara esa mujer era una bruja y

Juan se merecía saber la verdad, lo amaba, e iba a luchar por él.

No era Julia, era mi hermana que me miraba preocupada.

-Eva, ¿qué te pasa?, ¿estás bien?, tus compañeros me han dicho que llevas

mucho rato en el baño, Mayte quería venir a buscarte.

-Estoy bien, -le conteste distraída pensando en el modo en que le diría a Juan la

clase de sinvergüenza con la que se había visto obligado a casarse, porque mi cerebro no

quería pensar que había sido de otra manera.

-He visto a… esa mujer salir de aquí, ¿ha estado molestándote?, si te ha hecho

algo soy capaz de…

-Sí, me ha dicho algo, pero no es nada malo al contrario, -anuncié sonriendo por

primera vez desde hacía días, -me ha dicho que lo engañó, Carmen le dijo que estaba

embarazada y era mentira ni siquiera se habían acostado.

-No quiero desesperanzarte, ¿pero qué tiene eso de bueno?, ya están casados y tú

has sufrido mucho, no te hagas ilusiones por algo que ella simplemente puede negar

haberte dicho, además… no creo que Juan sea tan tonto como para casarse con esa

mujer sin una sola prueba del embarazo.

Mi hermana no lo dijo, pero me miraba con lastima, seguramente pensaba que

tantos días de sufrimiento me habían afectado.

-Según ella, se lo confesó antes de que se casaran pero eso no puede ser, si fuera

así Juan no se abría casado con ella, -le dije llena de un anhelo que no podía disimular.

Page 30: Anaya Martin Eva - Hermanos Del Castillo 01 - Traicion

Eva Anaya Martin -Traición

30

-Cariño tranquilízate, tienes que tomarte esto con calma puede ser una treta de

ella para que te pongas en ridículo, o para… vete a saber lo que esa arpía tiene en

mente.

-Voy a hablar con Juan, se lo diré hoy mismo, -sentencié agarrando ya el pomo

de la puerta dispuesta a salir.

-Eva espera, recuerda lo mal que lo has pasado, acuérdate de tu bebe no puedes

ir de susto en susto tienes que cuidarte por él. –Piensa un poco las cosas antes de dar un

paso así.

De repente los acontecimientos se fueron sucediendo uno tras otro en mi cabeza.

El día de la boda, como Juan decía incoherencias, no debí hacerlo, en ese momento no

entendí, ahora las cosas empezaban a tomar forma y cuando Víctor me dijo que él no

me habría abandonado por nadie ni por nada y después Juan ni siquiera pudo responder

cuando le pregunté si dormía con ella, todo cayó encima de mí como una pesada losa,

mi hermana tenía razón, Juan no era ningún idiota para dejarse engañar así la imbécil

aquí era yo. Era a mí a la que habían engañado, menospreciado y humillado.

-Tengo que salir de aquí, -le dije aturdida por la evidencia de la que me acababa

de dar cuenta, por eso sale de copas con ella, por eso le sonríe, maldito hijo de puta,

realmente la única tonta en esta historia era yo, por confiar en un hombre que no se

había merecido ni uno solo de mis besos, pero le iba a hacer arrepentirse, iba a pagar

con creces el daño que me había hecho.

-Vamos tengo el coche fuera, te llevaré con Mario e iré a decirles a tus

compañeros que no te encuentras bien mientras él te acompaña fuera.

Guiada por mi hermana, pues mi cerebro no dejaba de repetirme todo lo que

había pasado por alto y mi cuerpo y mi corazón estaban muertos, llegamos hasta donde

estaba Mario que en cuanto nos vio acercarnos no necesitó palabras se acercó a nosotras

y sustituyó la mano con la que mi hermana me conducía por la suya mientras que ella se

alejó para cumplir con lo que me había prometido, disculparse con mis compañeros por

mi repentina marcha.

-Tranquila en un minuto estaremos fuera de aquí, -decía mientras se abría paso

entre la gente.

Uno de esos cuerpos que fuimos apartando en nuestro avance a la calle fue el de

Juan, que le detuvo y acercándose a mí levantó mi barbilla con un dedo.

-¿Estás bien?, no estás enferma verdad, -su tono parecía preocupado pero yo ya

no confiaba en el, lo odiaba e iba a demostrárselo.

-No es asunto tuyo, -le espeté, -vete a revisar a tu mujer y déjame en paz le dije

moviendo la cabeza bruscamente para apartarme del dedo que se había posado ahora en

mi mejilla.

Page 31: Anaya Martin Eva - Hermanos Del Castillo 01 - Traicion

Eva Anaya Martin -Traición

31

-Tú si eres asunto mío, -declaró con voz dura, -y siempre lo serás.

-Yo ya te saqué de mi vida, haz tú lo mismo, -le dije sintiendo una punzada en el

corazón al ver como su cara se contraía como si hubiera sufrido un golpe.

Mario intervino en ese momento.

-Solo ha sufrido una bajada de tensión nada importante, hay mucha gente hoy

aquí y se sintió un poco acalorada vamos a llevarla a casa.

Juan hizo un gesto con la cabeza agradeciendo a Mario la información, había

olvidado que eran amigos desde niños, tendría que hablar con él y hacerle prometer que

no le diría nada de mi embarazo hasta no estar segura de lo que iba a hacer.

-Tenemos que hablar, -me dijo acercándose a mi oído para que nadie pudiera

oírle.

-No tengo nada de qué hablar contigo, ya te lo he dicho varias veces, no vuelvas

a buscarme, -terminé también cerca de su cara para que solo él pudiera escucharme.

-Eso lo veremos, -me dijo tan terco como siempre y sujetando mi cara entre sus

manos bajó la cabeza y me dio un beso en los labios.

Por un momento quise dejarme ir, apoyarme en su pecho, enredar mis dedos en

su pelo, pero sus palabras volvieron a mi mente, e intenté apartarme al mismo tiempo

que él me agarraba por la cintura para profundizar la exploración que le hacía a mí boca.

Forcejeé para soltarme de él, no podía permitir esto si le dejaba besarme así pensaría

que podía jugar conmigo siempre que quisiera.

-Suéltame, le dije empujándole en el torso para apartarlo de mí.

El me sujetó más fuerte, entré en pánico al ver que Mario se había alejado, sin

duda se comunicaba muy bien con su amigo que le habría pedido que nos dejara a solas.

Volví a empujarle.

-Suéltame, -le repetí.

Una voz sonó detrás de nosotros.

-No has oído, ¿es que estás sordo?, te ha dicho que la sueltes, -dijo Víctor que

apareció de la nada.

Juan me soltó y yo aproveché para lanzarme a los brazos de mi ex cuñado.

-Sácame de aquí, por favor.

Page 32: Anaya Martin Eva - Hermanos Del Castillo 01 - Traicion

Eva Anaya Martin -Traición

32

Capítulo 12

Me aferré al brazo de mi ex cuñado, que me guiaba con delicadeza a la salida.

Las lágrimas que ya pensaba que había agotado, me cegaban y caían sin control por mis

mejillas. El descubrimiento que acababa de hacer me dejó una nueva herida que no creía

posible que sanara. Había pensado todo el tiempo que Juan se vio obligado a casarse

por el hijo que esperaba. Ella lo conocía muy bien sabía que él era un hombre de honor,

que no abandonaría a su hijo pero si no había ningún niño, si el ya sabía antes de casarse

que ese bebe no existía, ¿por qué se caso con esa mujer?, mi cabeza no dejaba de darle

vueltas a las palabras de Julia.

No quería que nuestro matrimonio empezara con mentiras, como un taladro esa

frase golpeaba en mi cerebro.

Llegamos al coche en silencio, como siempre Víctor se portó como un caballero

al rescate. Hicimos todo el trayecto sin que ninguno dijera una sola palabra. La

declaración que me hizo días antes también rondaba por mi cabeza, haciendo que me

sintiera incomoda de pronto al estar en su compañía, él conocía el dolor que yo sentía,

sabía que amaba a su hermano desde que era una niña, ¿Cómo podía imaginar si quiera

que yo pudiera casarme con el hermano del hombre al que adoraba?

La idea de vengarme de Juan aceptando la proposición de su hermano me

tentaba, pero sabía que no era justo, Víctor se merecía a una mujer que lo amara, era un

hombre maravilloso muy atractivo con un gran futuro como abogado, con una buena

posición aquí y en la ciudad cercana en la que había establecido su bufete. No podía

hacerle algo así a la larga terminaría odiándome, cuando viese que sus esfuerzos por

ganarse mi amor eran en vano, porque yo nunca dejaría de amar a Juan. A pesar de todo

el daño que me causó, de todo el dolor que sabia sentiría por mucho tiempo, nunca

habría otro para mi, solo tendría a mi hijo, pensé poniendo la mano sobre mi estomago

aún plano, gesto que a Víctor no le pasó desapercibido.

Aparcó al coche y como la última vez que me trajo a casa, se volvió a mirarme y

cogió mi mano entre las suyas.

-¿Sabes que puedes contar conmigo para lo que sea?, eres una mujer

maravillosa, preciosa, inteligente y tan bella por dentro como por fuera… no puedo

entender como mi hermano se ha dejado arrastrar por todo esto. –Pero he estado

pensando y he llegado a la conclusión de que no es justo por mi parte aprovechar este

momento en el que estas sensible y dolida, por estar todo tan reciente.

-Gracias Víctor, es mejor así yo… nunca podría amarte como te mereces, -le dije

aliviada de que hubiera cambiado de opinión y no insistiera en una relación sin sentido.

Page 33: Anaya Martin Eva - Hermanos Del Castillo 01 - Traicion

Eva Anaya Martin -Traición

33

-No te equivoques, todavía quiero estar contigo, solo que prefiero esperar a que

sepas todo lo que se te ha ocultado.

-¿Qué quieres decir?, ¿qué es lo que se me ha ocultado?, estoy cansada de jugar

a las adivinanzas Víctor, si tienes algo que decirme, dímelo, aunque te advierto que

Julia ya me ha puesto en antecedentes, ya me ha informado de que Juan estaba enterado

de que no iba a tener un hijo… con ella, -le dije apretando el puño de la mano que me

quedaba libre por la rabia que me consumía.

¡Yo sí, iba a tener un hijo!, un bebe que nacería sin su padre porque el muy

canalla se había casado con otra, desechando a su madre cuando ya no le fue útil.

-Lo siento, pero eso son cosas que le corresponde a Juan decirte. –Y antes de que

digas nada, te diré que hable con él, le confesé mis sentimientos por ti, me pareció que

debía jugar limpio.

No me podía creer lo que acababa de oír. ¿Juan sabía que su hermano está

enamorado de mí?

-Estoy cansada, -le dije dejándome llevar por la ira que estaba empezando a

sentir, -cansada de tu hermano, de ti y de toda tu familia, -grité, -harta de tantas

mentiras, de tantos secretos, no quiero que te vuelvas a acercar a mí y díselo también a

tu hermano, ya que parece que os comunicáis muy bien, - Salí del coche con tanta

violencia que casi me caigo en la acera, antes de cerrar la puerta de un portazo, me volví

para gritarle algo que sabía que luego me arrepentiría de haber dicho, -y dile también

que si que va a ser padre, aunque jamás tendrá a su hijo.

Entré en la casa llena de rabia, subí a mi habitación. Mi maleta estaba a medio

hacer encima de la cama, cogí la ropa a puñados y la tiré dentro del armario. No iría a

ninguna parte. Ni Julia, con su lengua de víbora, ni Juan, ni nadie me haría irme de mi

hogar. Me quité la chaqueta y la tiré a una silla, me senté en la cama tratando de

calmarme. No le haría ningún bien al bebe que me alterara de ese modo y sin duda ellos

no merecían ni uno solo de mis desvelos.

Por la mañana iría a hablar con mi jefe, esperaba que pudiera devolverme mi

puesto, si no que me pusiera en cualquier otro no me importaba, incluso si tenía que

buscar un nuevo trabajo, ya estaba decidido me quedaría aquí, donde había crecido y

donde quería que mi hijo lo hiciera también. Tendría que prepararme para las

habladurías, ser fuerte por lo que se me vendría encima, pero no me importaba.

También tenía que llamar a Myriam, avisarla de que había cambiado de idea, esperaba

que no se enfadara y que comprendiera. Esperaba también que la decisión que había

tomado, fuera la acertada por el bien del niño, pero, ¿por qué no iba a serlo?, crecería en

un lugar tranquilo, siendo cuidado y protegido por su madre y por su tía, pues estaba

segura de que Carmen se alegraría de que me quedara y también de que adoraría a su

sobrino o sobrina.

Page 34: Anaya Martin Eva - Hermanos Del Castillo 01 - Traicion

Eva Anaya Martin -Traición

34

Me eché en la cama y cerré los ojos. Debía descansar, cuidarme por mi hijo,

pero lo único que veía era la cara de Juan, ¿Por qué con todo el daño que me había

hecho, en lo único que podía pensar era en el dolor que había visto cruzar por sus ojos

cuando le grité que le había sacado de mi vida?, que ya no era nada mío.

Porque le amas, me dijo una vocecita en mi cabeza y en el fondo de mi corazón

aun abrigaba la esperanza de que todo se arreglara, incluso después de nuestro

encuentro en el lago en el que con su silencio admitió que dormía con su esposa,

después de que lo único que me ofreciera fuera ser su amante, algo que él sabía que

sería una ofensa para mi, todavía tenía la esperanza de que viniera a buscarme y me

dijera que la había abandonado, que me quería y que nada le importaba más que yo,

porqué a pesar de tanto dolor no quería verle sufrir y la expresión que cruzó su rostro

por un momento me hizo pensar que así era.

Pero eso nunca iba a pasar y lo mejor sería que me hiciera a la idea de vivir sin

él, lo haría por mi hijo y por mí misma.

Todavía sentía en mis labios su sabor, podía evocar el calor que su cuerpo le

transmitió al mío. Como sus brazos me habían rodeado, como me apretó contra su

pecho y lo bien que me había sentido. Por un instante quise olvidarme de todo, dejarme

llevar por lo que sentía cada vez que me rozaba, pero la realidad siempre se imponía,

recordándome que el ahora se debía a otra mujer.

Intenté dormir, pero las imágenes de lo sucedido durante el día se sucedían y

algo que Víctor me había dicho y que había pasado por alto hasta el momento me hizo

levantarme de un salto.

-¿Qué era lo que Juan me tenía que contar?, ¿qué me había ocultado?, cuantas

sorpresas desagradables tendría todavía que capear.

Page 35: Anaya Martin Eva - Hermanos Del Castillo 01 - Traicion

Eva Anaya Martin -Traición

35

Capítulo 13

Todo salió como esperaba. Mi jefe estaba encantado de que finalmente no me

fuera, mi sustituta pasaría a otro departamento y yo seguiría haciendo el mismo trabajo.

Carmen también estaba feliz de que me quedara. A Juan no lo había vuelto a ver ni a

ningún otro miembro de su familia. Todo resultó fácil, menos mi conversación con

Myriam, que se quedó muy desilusionada y extrañamente nerviosa cuando le conté la

proposición que me había hecho Víctor. Aquello me resultó raro, pero ella enseguida

llevó la conversación a otros temas y no me pareció oportuno preguntarle porque había

tenido esa reacción. De manera que la única pega era que Myriam, ahora parecía estar

molesta conmigo y la verdad la entendía.

Por lo demás habían sido días tranquilos, solo había una cosa que me preocupa y

era saber si Víctor le había contado a Juan sobre el embarazo. Sabía que él se enteraría

tarde o temprano, pero preferiría que fuera más adelante, cuando estuviera preparada

para responder al ataque que seguro, Julia lanzaría contra ella, sobre todo si era cierto

que la mujer no estaba iba a tener ningún bebe, se pondría furiosa cuando supiera que

finalmente Juan sí que iba a tener un hijo y que no sería ella quien se lo diera. Mayte

entró en ese momento al despacho y me hizo dejar mis problemas a un lado para

intentar parecer centrada en mi trabajo, no quería que mi jefe se arrepintiera de

haberme dado la oportunidad de volver.

-Hola, -saludó con su enorme sonrisa como siempre, -no sabes lo feliz que estoy

de que te hayas quedado, me alegro mucho de que no te hayas dejado vencer por esa…

bruja, estoy segura de que todo se arreglara entre ustedes, hacían una estupenda pareja,

es una pena que los hombres sean tan… imbéciles.

-Pues sí Mayte, -le respondí medio en broma, pues ella era una de las pocas

afortunadas con un marido estupendo, -los hombres son…

-Eva, he oído algo que no se… si decirte, quizá sea solo un chisme, ya sabes

cómo es la gente en un pueblo pequeño como este, adorable, pero se dejan llevar

demasiado por las habladurías, -se puso tan seria que me asustó.

-¿Qué pasa?, -dios mío, no quería ni pensar en qué ocurriría si su embarazo se

hubiera descubierto antes de que ella misma pudiera hablar con Juan.

-Bueno tarde o temprano, te enteraras así que ahí va, dicen que Julia no está

embarazada, que fue una treta para atrapar a Juan, -terminó la frase mirándome con una

mezcla de lastima por mí, indignación por lo que supuestamente había acontecido y

vergüenza por dar crédito a lo que la gente murmuraba.

Page 36: Anaya Martin Eva - Hermanos Del Castillo 01 - Traicion

Eva Anaya Martin -Traición

36

-No te preocupes Mayte, he oído todo lo que se rumorea, -me callé intentando

decidir si decirle que conocía los rumores de la mano de la mismísima Julia, decidí

enseguida que, porque no decirle, eran amigas desde hacía un tiempo y era una buena

mujer sabía que podía confiar en ella, -sé lo que se comenta… la propia Julia me lo dijo,

la noche de mi despedida en el pub, -comenté, bajando la sombría mirada que sabía que

tenía, al recordar todo lo que paso esa noche.

-Lo sé, Carmen me comentó el disgusto que tuviste con esa arpía, discúlpame,

pero Juan se merece lo que le está pasando, ha hecho meritos para todo lo que se dice de

él, aunque en el fondo a mi me da mucha pena de todo lo que se le viene encima.

-¿Qué se dice de él?, -aquello me descolocó, no había escuchado que nadie

reprochara a Juan abiertamente por lo que había pasado.

- Cariño, yo no quiero ser como una de esas personas que no tienen nada que

hacer más que repetir todos los chismorreos que se cuentan, pero lo que escuché esta

mañana me dejó helada.

-Mayte, me estas poniendo nerviosa, ¿qué es lo que has escuchado?, -empezaba

a exasperarme.

-Bueno, no solo se comenta… mi marido vio a Julia ayer por la mañana antes

del amanecer, ¿sabes que el sale a correr?, pues como te iba diciendo, Julia salía de una

casa que no era la suya y un tipo la despedía en la entrada con un beso, que según mi

marido no era precisamente como se despide a un amigo.

Me esperaba cualquier cosa de esa mujer, pero no me podía creer que Juan

consintiera algo así, porque en el pueblo un comentario de ese tipo estaba segura que ya

había llegado a sus oídos, ¿entonces porque seguía con ella?

-Y no te he dicho lo más importante, que por otro lado era lo que venía a decirte,

me da mucha rabia todo lo que os ha pasado, creo que Juan se ha dejado manipular

tanto por la bruja esa, como por su familia.

-Mayte tengo mucho trabajo, lo siento, pero no me apetece hablar de Juan, -me

arrepentí en cuanto pronuncie las palabras, por la cara que puso la pobre que pensaba

que aquello me hacia bien, cuando en realidad cada vez que escuchaba nombrar a la

pareja en cuestión sentía como mi herida sangraba un poco más, -lo siento, pero no me

apetece nada, saber qué vida llevan, ni lo que se dice de ellos.

-Sí, ya sé, pero es que lo que te tengo que decir te dejara tan fría como me ha

dejado a mí cuando lo he escuchado y te puedo asegurar que la persona que me lo ha

comentado no es un chismoso del pueblo, he prometido que no te diría quien me lo ha

dicho, pero creo que no me va a quedar más remedio, no ha sido una de esas mujeres

ociosas la que me lo ha contado, si no nuestro jefe, que se ha cansado de verte sufrir y

me ha pedido que venga a hablar contigo, ya sabes, es mejor de mujer a mujer.

Page 37: Anaya Martin Eva - Hermanos Del Castillo 01 - Traicion

Eva Anaya Martin -Traición

37

¿Mi jefe mandaba a su secretaria a contarme cosas sobre el matrimonio de

Juan?, aquello era surrealista. Sabía que el hombre me tenia cariño, que fue muy amigo

de mis padres, pero de ahí a que hiciera algo como aquello.

-Eva, ese matrimonio es un fraude, ni siquiera viven en la misma casa, no han

pasado una sola noche bajo el mismo techo.

Eso no era para nada lo que había esperado, las palabras de Mayte me dejaron

como ella me había dicho, como si me hubieran escarchado, no por la sorpresa que ella

pensaba que me había llevado por la noticia de que ni siquiera vivían juntos, si no

porque Juan admitió cuando estuvimos en el lago que dormía con su mujer, ¿entonces

qué estaba pasando?, ¿era el él que mentía?, y porque me hacía daño con falsedades

como esa.

Mi corazón salto ante la posibilidad de que todo fuera un malentendido, que las

cosas se arreglaran y la razón me advertía que no había equivocación alguna, que el

hombre al que amaba y en el que confié ciegamente, se había casado con otra mujer, me

había abandonado y me había hecho daño a posta, si no con la admisión de que

efectivamente, hacia vida de pareja con su mujer, al menos si con su silencio ante mi

pregunta, ¿con que fin?, eso era lo que averiguaría en este mismo momento, pensé

levantándome de la mesa y dirigiéndome a la puerta.

Page 38: Anaya Martin Eva - Hermanos Del Castillo 01 - Traicion

Eva Anaya Martin -Traición

38

Capítulo 14

Salí decidida a aclarar todo aquel lio inmediatamente, pero de camino al

despacho de Juan que quedaba a un paseo del ayuntamiento, mil dudas me asaltaron,

¿qué clase de mujer era?, que después de todo lo que había pasado iba a rebajarme a

buscarlo para pedirle cuentas por asuntos relacionados con su matrimonio. ¿Es que no

tienes orgullo?, -me gritaba mi cabeza, pero mi corazón, me decía que luchara por el

hombre que amaba, por el padre de mi hijo. Iba a hacer aquello aunque luego me

arrepintiera al recibir respuestas que no me gustarán. La oficina de Juan, estaba a solo

unas calles de mi trabajo, también él era abogado como su hermano, solo que decidió

establecerse aquí, decidimos, -me dije, que criaríamos aquí a nuestros hijos, pensé con

amargura. Y le había ido muy bien, en poco tiempo se había hecho con una buena

cartera de clientes, llevaba los asuntos de todos los establecimientos del pueblo, no en

vano era un magnifico letrado, además de ser el único que residía en la localidad. Su

secretaria era una mujer mayor pero muy eficiente además de ser muy amable y querida

por todos los habitantes del lugar. Yo le tenía mucho cariño.

Entré en el pequeño edificio y pude ver como la mirada de la mujer se iluminaba

al verme, se levantó de su mesa y salió a mi encuentro, dándome un cálido abrazo y

susurrando en mi oído.

-No sabes cuánto siento lo que ha pasado y lo enfadada que estoy con ese

hombre, -señaló por encima de su hombro a la puerta del gabinete, donde se encontraba

Juan.

-Lo sé y te agradezco tu apoyo, -comenté devolviéndole el abrazo, apreciaba de

verdad a esta buena mujer, -he venido a hablar con él, ¿esta?

-Sí y de un humor de perros desde que pasó todo esto, de hecho, -me confió

bajando mas la voz, -ese hombre lleva días durmiendo aquí, si sigue así se va a

enfermar, le he dicho mil veces que se vaya a casa de sus padres, pero ni caso.

Así que era verdad, no estaba haciendo vida matrimonial con su mujer, ¿Por qué

todas aquellas mentiras? Sentí tal ataque de ira que sin una palabra más dejé a la pobre

señora perpleja por mi arranque e irrumpí en el despacho sin llamar a la puerta, sin

pensar si quiera en que podía estar ocupado. Tuve suerte, estaba solo, miraba por la

ventana o más bien contemplaba sin ver. Estaba más delgado, podía notarlo hasta

estando de espaldas, lo había observado tantas veces, sabía exactamente como le

quedaban cada uno de sus trajes muchos de ellos los habíamos comprado juntos y este

en concreto estaba segura lo eligió para él y le quedaba demasiado ancho, no como

antes cuando todo le había ajustado a la perfección y parecía un dios griego con

Page 39: Anaya Martin Eva - Hermanos Del Castillo 01 - Traicion

Eva Anaya Martin -Traición

39

cualquier cosa encima y sin nada también. Me perdí en esos recuerdos y no me di

cuenta de que él se dio la vuelta y me pilló en pleno escrutinio.

-Eva, -pronuncio mi nombre en un susurro apenas audible, como si hablara

consigo mismo.

-Necesito hablar contigo, -le dije cuando por fin volví a encontrar mi voz.

-Bien, -asintió después de un rato en el que lo único que hizo fue mirarme

asombrado, parecía que había pensado que se trataba de un sueño, o de una pesadilla, -

quieres sentarte, tomar algo, -ofreció y yo negué con la cabeza al tiempo que me

sentaba.

-No quiero tomar nada, lo que quiero son respuestas.

-Lo sé, y también se que no te gustarán, -bajó la cabeza tratando de calmarse,

como siempre hacía conocía cada uno de sus gestos, podía predecir todas sus

reacciones, la única que no pude prever fue la que tuvo el día que todo mi mundo se

derrumbó, cuando por una simple discusión bebió hasta la inconsciencia cayendo en las

garras de esa arpía.

-De eso estoy segura, pero como ya estoy cansada de tantas patrañas, quiero de

una vez dejar las cosas claras, porque después soy yo la que te las aclarará a ti. –Para

empezar quiero saber, ¿Por qué si sabias que no estaba embarazada, por dios que ni

siquiera os acostasteis, seguiste adelante con la boda?, ¿y porque me dijiste que dormías

con ella, cuando me acaba de decir tu secretaria que llevas días pasando la noche aquí?,

-las palabras salían atropelladas de mi boca.

-Todo eso te lo iba a contar en el lago, pero… ya sabes lo que pasó, luego saliste

corriendo y no quisiste escucharme.

-¡Tu admitiste que te acostabas con ella!, cuando acababas de estar conmigo, -le

grité levantándome de un salto, el se levantó también y gritó casi tanto como yo.

-¡Yo no admití nada!, no puedo admitir algo que nunca pasó, pero tú no quisiste

escucharme, ¿tengo que recordarte que corriste tanto, que hasta te dejaste los zapatos?,

me espetó, con los ojos empañados por la ira que sabia estaba intentando contener.

-Como querías que me quedara a escuchar, por dios, mi novio, el hombre con el

que pensaba envejecer, el hombre que amaba más que a nada, me había dejado para

casarse con otra, ¿me habrías escuchado tu Juan?- el no dijo nada, solo agachó la cabeza

y respiró hondo, se estaba exasperando y todavía no me había dicho ni uno solo de sus

motivos.

-No, probablemente no te abría escuchado y te hubiera mandado al infierno y sé

que tienes todos los motivos para odiarme, pero por favor amor, créeme que te amo, eso

nunca va a cambiar y dame la oportunidad de explicarme y de borrar todo el dolor que

te he causado.

Page 40: Anaya Martin Eva - Hermanos Del Castillo 01 - Traicion

Eva Anaya Martin -Traición

40

-Te escucho, -le dije después de un pausa y de volver a sentarme intentando

tranquilizarme.

Después de lo que me parecieron horas, aunque probablemente no abrían pasado

ni unos minutos, por fin empezó a hablar.

-Mi padre cometió un desfalco, -me dijo por fin y yo me quedé igual que antes

porque que tenia eso que ver, -si, ya sé que estas pensando, también te conozco bien

cariño, -sonrió, pero sus ojos estaban tristes, sentí deseos de abrazarle, de consolarle, -el

padre de Julia lo averiguó, no sé cómo ni cuándo, pero descubrió el mal manejo que mi

padre había llevado en sus cuentas y si detenía la boda, si les hacía pasar por el

escándalo que después del que se acababa de montar por cómo se dieron las cosas,

seguro seria aun mas grande que él anterior, lo denunciaría. -Si aceptaba fingir que

éramos un matrimonio normal durante unos meses se olvidaría de todo, aceptando la

dimisión de mi padre o haciendo pasar su despido por una jubilación anticipada.

Volví a levantarme de un golpe cuando la comprensión me alcanzó.

-Me estás diciendo que me has hecho pasar por todo esto, que he sentido como

el corazón se me rompía en mil pedazos, que me he pasado días llorando, he estado a

punto de dejar mi pueblo, mi hogar, a mi hermana, para que tu padre no cumpliera el

merecido castigo por ser el sin vergüenza que es, -empecé a gritar paseándome por el

despacho fuera de control, mientras que Juan intentaba hacer que me sentara de nuevo.

-Cálmate amor, te va a dar algo, -entonces recordé a mi hijo y respiré hondo para

tratar de serenarme.

Aunque las lagrimas corrían por mis mejillas y mi respiración todavía era

agitada, me sentía más sosegada para seguir escuchando lo que le quedara por decir.

-Bueno, sigo esperando, -le dije cuando por fin mi corazón empezó a latir a un

ritmo más o menos normal.

-Tienes razón, mi padre es un hijo de puta que merecía ir a la cárcel, pero mi

madre no merece la vergüenza, la pena de ver a su marido señalado como un

delincuente, los chismorreos de la gente la hubieran matado y además… es mi padre,

¿qué podía hacer?, pero te juro, que nunca me he acostado con Julia que jamás hemos

dormido si quiera en la misma cama, solo acordamos hacer el paripé durante un par de

meses y después pedir el divorcio.

-Entonces, ¿Por qué esa mujer me dijo que estabais intentando tener un hijo?, -

apunté levantándome de nuevo, ya no podía más.

-Cariño no sé porque te dijo eso, pero lo aclararé con ella y la hare saber que

entre nosotros nunca abra nada, te juro que nunca la he tocado, esa es la verdad -

intentaba acercarse a mí pero yo no paraba de moverme por toda la habitación.

Page 41: Anaya Martin Eva - Hermanos Del Castillo 01 - Traicion

Eva Anaya Martin -Traición

41

-Lo único que hay aquí de verdad, es que has hecho lo posible porque tu padre

no fuera a la cárcel, porque tu madre no sufriera, e incluso has aparentado ser el marido

ideal para proteger a esa alimaña con la que te has casado, has pensado en todos Juan,

en todos menos en mi, -gire sobre mis talones y salí de allí, ignorando las llamadas que

me hacía.

Page 42: Anaya Martin Eva - Hermanos Del Castillo 01 - Traicion

Eva Anaya Martin -Traición

42

Capítulo 15

No había salido del edificio, cuando le sentí detrás de mí y antes de que pudiera

echar a correr de nuevo ya me tenia sujeta por el brazo y me daba la vuelta para

ponerme frente a él.

-No quiero seguir hablando, ya he tenido suficiente por hoy, -manifesté antes de

que él pudiera decir nada, necesitaba marcharme de allí para estar sola y reflexionar

sobre todo lo que acababa de saber, pero parecía que Juan no había dicho todo lo que

quería.

-No hemos terminado, quedan muchas cosas por decir, -me miraba como si

quisiera tragarme, no sé si por la cólera que se veía aun claramente marcada en sus ojos,

o por el deseo que a los dos nos arrastraba cada vez que estábamos el uno cerca del otro.

Tiró de mí, suave pero firme y los dos entramos en la salita que utilizaba como

comedor. La habitación estaba como siempre. Todo muy limpio y ordenado, sin duda

María se ocupaba de aquello. Había ido tantas veces a comer allí con Juan, cuando

estaba tan ocupado que ni siquiera tenía tiempo de almorzar, me presentaba para verlo

con uno de mis guisos, eso me trajo tantos recuerdos que estuve a punto de echarme a

llorar de nuevo. Fueron tantos los momentos vividos con él, ¿Cómo iba a poder

olvidarlo?, si él había sido toda mi vida y ahora tendría algo que me lo recordaría

siempre.

No había pensado en eso, aun no sabía qué hacer respecto al bebe, tendría que

decírselo, pero de momento quería esperar a que las cosas se hubieran aclarado entre

nosotros. –Pero que quieres aclarar, -me dije, todo está claro ya y sea como sea, la

realidad es que es un hombre casado.

-No te iras de aquí hasta que escuches todo lo que te tengo que decir, tienes que

creerme cariño, yo nunca me he acostado con ella, ni he deseado hacerlo, te lo juro, -me

repetía acercándose a mí, cada paso que el daba en mi dirección yo lo daba para

apartarme de él, podía ver en su rostro cual era su intención y sabia que no tenía la

fortaleza para rechazarlo, -nunca hemos dormido en la misma habitación, ni siquiera en

la misma cama, después de la boda, cuando fui a verte, mi padre y Víctor me llevaron a

casa, allí pasé aquella noche, se lo puedes preguntar a mi madre, sabes que ella te adora,

y no te mentiría, -su mirada se ensombreció al hablar de ella, -y las siguientes las he

pasado aquí, en el despacho, solo hemos salido alguna que otra vez por el pueblo, fue la

condición que puso ese… para no denunciar a mi padre, que hiciéramos algo de vida

Page 43: Anaya Martin Eva - Hermanos Del Castillo 01 - Traicion

Eva Anaya Martin -Traición

43

social, para que la gente viera que éramos un matrimonio normal, pero yo no sabía que

estarías en el pub aquella noche.

Lo que me dijo tenía sentido, si creía en lo que le había contado Mayte, que no

tenia porque estar mintiendo y además también estaba María, en la que confiaba

ciegamente, pero no por eso me iba a dejar arrastrar por lo que me pedía mi cuerpo que

era ni más ni menos que aceptara lo que me quisiera dar.

Debía reconocer que en cuanto le ponía una mano encima la consumía el anhelo

que sentía por él, eso nunca cambiaria, lo deseaba igual que el primer día y estaba

segura que el también a ella, pero no cedería tenía que ser fuerte.

-No me voy a convertir en tu amante, si es lo que tienes en mente, -sentencié

cuando topé con la pared, -no me humilles pidiéndomelo.

-Cariño, yo nunca he querido herirte, mucho menos humillarte, esa nunca ha

sido mi intención, yo iba a contarte todo esto, cuando Julia me dijo que no pasó nada

aquella noche, me sentí aliviado, iba a ir a buscarte para decirte que todo fue un invento

de ella, iba a suplicarte que me perdonaras, pero luego apareció su padre y… todo se

complicó.

-¿Cuándo lo supiste?, -no hizo falta que le dijera mas, sabía a qué me refería.

-Julia me lo dijo la noche antes de la boda, estuve bebiendo dos días enteros, no

aceptaba perderte y cuando vino a verme y me dijo que aquella noche solo me ayudó a

llegar a la cama y que hizo todo aquello para fastidiar a su padre con el escándalo que se

montaría te juro que quise estrangularla, después… ya sabes lo que pasó, ese hombre se

presento diciendo que si no acudía a la iglesia denunciaría a mi padre por desfalco, fui a

verle le pedí explicaciones, no me podía creer que aquello estuviera pasando de verdad,

discutimos durante toda la noche, y… llegamos a la única conclusión posible, lo siento

amor, mi intención fue contártelo ese mismo día y después rezar para que me

perdonaras, -se le veía demacrado había perdido mucho peso y estaba ojeroso, no

soportaba verle así, el impulso de lanzarme a sus brazos y consolarlo era muy grande.

Sin darme cuenta otra vez estaba llorando, debía ser el embarazo que me ponía

aun más sensible, había derramado mas lágrimas en unas semanas que en toda mi vida,

Juan alzó la mano y siguió el recorrido de una de esas perlas liquidas por mi mejilla.

-No me gusta verte llorar, -su expresión mostraba tal angustia que me dolía el

alma por verlo así, ¿por qué las mujeres éramos tan tontas?, no dejaba de preguntarme.

Me aparté para alejarme de su toque y limpie las molestas gotas de un manotazo,

empezaba a flaquear y no podía permitírmelo, si le dejaba acercarse no podría

rechazarlo, no tendría la voluntad necesaria. Odiaba reconocerlo, pero así era, era una

mujer débil, enamorada hasta tal punto que haría cualquier cosa que me pidiera, pero

ahora tenía que pensar por otra persona y de ahí sacaría las fuerzas necesarias para hacer

lo correcto.

Page 44: Anaya Martin Eva - Hermanos Del Castillo 01 - Traicion

Eva Anaya Martin -Traición

44

-Me voy, tengo que volver al trabajo, -me dirigí a la puerta y antes de llegar el ya

estaba bloqueándola, -Juan, no me hagas las cosas más difíciles, -suspiré.

-Por favor, -apoyó su frente en la mía y me rodeó con sus brazos, mi cuerpo se

pegó al suyo como si de imanes se tratara, me sentí atraída sin remedio al calor que

emanaba de él.

Tenía que hacer algo antes de que fuera demasiado tarde, busqué en mi mente

algo que decirle para apartarlo de mi y de pronto recordé algo que me había olvidado

sacar a colación, decidí que era el momento justo para hacerlo.

-¿Sabías que Víctor está enamorado de mi?, -surtió el efecto que había deseado,

pero cuando me soltó me quedé vacía, sola y abandonada, sin el calor que me había

estado envolviendo hasta hacía un momento, incluso sentí frio.

-Eso crees, -me dijo haciendo una mueca que pretendía hacer pasar por una

sonrisa pero que no lo consiguió, -lo que mi hermano siente por ti no es amor, -continuó

apretando los puños a los costados, -lo único que quiere es joderme y escúchame bien,

no quiero que vuelvas a verlo el no sabe nada de nosotros, no conoce cuáles son los

motivos, si lo supiera…, -ahora sus manos me sujetaban por los hombros y su mirada se

clavaba en la mía llena de ira, agachó la cabeza y tomó mis labios, arroyándome con un

beso que me hizo olvidarme hasta de donde estaba.

-No te olvides nunca de que eres mía, -me repetía mientras mordisqueaba mi

mandíbula en el camino hacia el lóbulo de mi oreja, volviéndome loca y haciendo que

me sintiera tan débil que tuve que sujetarme a su cuello para no caerme, -dilo, quiero

escuchártelo decir, -en ese momento estaba tan consumida por el deseo que tenia de él,

que le diría cualquier cosa.

-Soy tuya, -acepté con la voz ronca y echando la cabeza hacia atrás, para

facilitarle el acceso a mi cuello.

-Y yo tuyo, amor, - dijo contra mi piel acalorada.

Un golpecito en la puerta nos sorprendió. Juan se giró sin soltarme, para

enfrentar a quién fuera que se atrevió a interrumpirnos. María sabía que cuando íbamos

a la salita, él no quería interrupciones, pero ninguno de los dos esperaba a la persona

que estaba en la entrada.

-Hola cariño, -ronroneó la arpía de Julia, -¿estás ocupado?

Page 45: Anaya Martin Eva - Hermanos Del Castillo 01 - Traicion

Eva Anaya Martin -Traición

45

Capítulo 16

-Deja la pose Julia, Eva ya sabe toda la verdad, ya no tienes que fingir, -Juan le

habló duramente, -no tendré secretos con ella nunca más.

Quería salir de allí, la situación no podía ser más embarazosa, la vergüenza y la

rabia me invadían por completo, no contra Juan, ni siquiera contra Julia, puesto que si

creía en lo que Juan me acababa de contar, no había nada entre ellos y mi corazón

quería creerlo, la rabia que sentía iba dirigida contra mí misma. Me odiaba por ser tan

débil, por haber dejado que las cosas llegaran tan lejos. No quería ni pensar en lo que

habría pasado si ella no hubiera llegado. Se abría entregado a él, como siempre, sin

reservas en cuerpo y alma.

-Bien, ya estaba cansada de tanto teatro, no me interpretes mal querido, me ha

encantado hacer el papel de tu mujercita, -hasta su voz sonaba sexy, ¿es que esa bruja

no tenía ningún defecto?, -¿y tu Juan, estas enterado de todo?, -¿de qué estaba

hablando?, ¿qué sería lo que tendría preparado ahora?, -me preguntaba.

-De que tengo que estar enterado, -pregunto Juan frunciendo el ceño y

mirándome no sé si para ver mi reacción, o para ver si yo sabía de que estaba hablando

Julia.

Me agaché para coger mi bolso que había dejado abandonado en la mesita baja

delante del sofá dispuesta a irme de allí, si la otra mujer tenía ganas de jugar no lo haría

con ella, no iba a perder ni un minuto de su tiempo escuchando sus mentiras.

-De lo que si estoy enterado, es de que fuiste a molestar a mi mujer la otra noche

en el pub y te advierto, ¡ella es mi mujer!, la única a la que amo y amaré toda mi vida,

quítate de la cabeza cualquier idea de que este absurdo tramite al que llamamos

matrimonio vaya a pasar a ser algo más.

Julia estaba furiosa, me lanzó una mirada cargada de odio.

-No querido, se ve que no estás enterado de todo, pues tu preciosa muñequita te

guarda algún secreto, ¿no es cierto cariño?, -miró en mi dirección al pronunciar la

última palabra, que sonó cargada de desdén.

Yo empecé a temblar, a que se refería, ¿sería posible que estuviera al tanto de mi

embarazo?, no quería que Juan se enterara de esa manera, necesitaba tiempo para pensar

en qué hacer y desde luego, ser yo misma la que le diera la noticia, no una mujer

vengativa que lo único que buscaba era hacer daño.

-¿Sabes?, ahora que todo está claro y que no hay que fingir, te diré que tengo

una… estrecha relación con cierto medico, -todo empezó a darme vueltas, no podía ser

Page 46: Anaya Martin Eva - Hermanos Del Castillo 01 - Traicion

Eva Anaya Martin -Traición

46

verdad, Mario no me habría traicionado hablándole precisamente a ella de mi

embarazo, -sí, es lo que estas pensando, -soltó una carcajada que me hizo recordar a una

hiena, sin duda a esta mujer lo único que la movía era causar perjuicio, -no te puedes ni

imaginar lo que se le puede sacar a un hombre… en la cama, -ronroneó y sentí asco de

ella, de Mario. Y yo que pensaba que entre él y mi hermana había algo, habíamos

confiado en él y nos lo pagaba de esta manera, estaba cansada de todo y de todos, de

estar en medio de tantas mentiras, de tantos secretos.

Juan notó mi desconcierto y se encaró con la mujer.

-Di lo que tengas que decir y márchate, -ella me miró y lo que vi en sus ojos me

produjo miedo, un pánico que quizá era injustificado, pero algo me decía que la temiera,

que esa bruja era capaz de cualquier cosa.

Se acercó a Juan balanceando las caderas, contoneándose.

-Espera, -antes de que hablara me interpuse entre los dos, -déjame hablar con él,

por favor, -rogarle a esa mujer hizo que mis entrañas ardieran pero era el único modo.

-Has tenido mucho tiempo para hacerlo, debiste pensarlo antes de guardar tu

pequeño secretito, -dijo bajando su mirada a mi vientre.

-Querido, -su voz casi un susurro, puso una mano en su pecho y la otra en el de

Juan, -de corazón te digo que me hubiera gustado que no te enteraras de este modo pero

lo que planean… ella, -le dijo lanzándome otra mirada de desprecio, -y ese hermano

tuyo es…

-No quiero escucharte mas, esta vez no vas a lograr enredarme, -terminó Juan

apartándose de ella, -ya una vez te colaste en mi vida destrozándola, no voy a

permitírtelo mas.

-Pero cariño, si yo lo único que quiero decirte es que… vas a ser padre, -la

habitación empezó a darme vueltas, no estaba segura de si mis piernas me sostendrían,

pero tenía que salir de allí antes de derrumbarme con pasos temblorosos me dirigí a la

puerta.

-Amor, no la escuches, no es cierto ya te lo he dicho, -gritó Juan sujetándome

por el brazo.

Le miré asombrada, ¿era posible que él no hubiera entendido a que se refería

Julia?

-Querido, pero si la que te va a dar un hijo es tu adorada Eva, tu y yo sabemos

que yo no estoy embarazada, -puso uno de esos mohines que usaba para coquetear y sin

más se dio la vuelta para salir, no sin antes dejar caer otra de sus venenosas frases.

Page 47: Anaya Martin Eva - Hermanos Del Castillo 01 - Traicion

Eva Anaya Martin -Traición

47

-Me daba mucha pena lo que estaban tramando, por eso quise avisarte, tu

mujercita y tu hermano no pensaban decirte nada sobre el bebe, tenían planeado casarse

y hacer pasar al niño por hijo de los dos.

La oscuridad se cernió sobre mí y yo no luché contra ella, cerré los ojos y me

dejé llevar por ella, prefería mil veces eso a aguantar la mirada de hielo que Juan me

dirigió.

Alguien pronunciaba mi nombre, pero yo no conseguía salir de la bruma que me

envolvía, intentaba abrir los parpados pero no podía me pesaban demasiado, sentía

como si mi cuerpo flotara en el mar, realmente no quería despertar de aquel sueño,

prefería estar allí que volver a encarar la realidad. Haciendo un último esfuerzo los abrí

lentamente y pude ver que Juan estaba inclinado sobre mí mientras yo estaba tumbada

en el sofá, sus iris me miraban preocupados.

-Cariño, ¿estás bien?, -me preguntaba ansioso, -¿qué tienes?, sientes dolor en

alguna parte, -continuaba haciéndome preguntas.

-Estoy bien, -le dije intentando incorporarme, ha sido solo… un mareo, ya estoy

acostumbrada.

-¿Acostumbrada?, como vas a estar habituada a desmayarte, yo nunca te he visto

así, has estado mucho rato inconsciente.

-Juan yo…

-¿Qué me quieres decir?, -se incorporó haciendo que tuviera que mirarlo hacia

arriba, no me sentía cómoda así, -me estás diciendo que por una vez Julia decía la

verdad, tú no harías algo así, ¿verdad?, no me ocultarías a mi hijo.

-Es cierto, estoy embarazada.

Page 48: Anaya Martin Eva - Hermanos Del Castillo 01 - Traicion

Eva Anaya Martin -Traición

48

Capítulo 17

La gélida mirada que me dirigió me llenó de ira, ¿pero que se creía?, ¿qué

después de todo lo que él me había hecho, tenía derecho a juzgarme?, no se lo iba a

permitir. Me levanté, no sin cierta dificultad. Sentía las piernas débiles, pero tenía que

salir de allí no permitiría que Juan me volviera a acorralar.

-No te iras de aquí sin que aclaremos esto, no puedo creerme que me hayas

ocultado que estas embarazada, -me acusó, su voz sonó tan fría como lo estaban sus

ojos.

-¿Y que querías que hiciera?, correr a buscar al hombre que dos semanas antes

me había abandonado para casarse con otra, además cuando lo supe ya estabas casado, -

le dije poniendo énfasis en la última palabra y viendo como su rostro se contraía por el

golpe recibido.

-¿Pensabas de verdad aceptar a mi hermano?, -parecía tan abatido que nuevamente me

dieron ganas de abrazarlo para consolarlo.

-Por lo menos el estaba ahí, -le dije en cambio con toda la intención de herirlo, estaba

cansada de ser siempre la víctima, -y me ofreció su ayuda, me dijo que estaba

enamorado de mi.

-¿Y le creíste?, -bramó, -¿creíste de verdad que te ofrecía su ayuda por amor?

Empezaba a dolerme la cabeza, eran demasiados descubrimientos para un solo

día, aunque si hacia memoria tenía que reconocer que Víctor, en ningún momento me

dijo que me amaba, solo se prestó a ser el padre de mi hijo y me comentó lo estupenda

mujer que le parecía y que él nunca habría dejado que nadie se interpusiera entre los

dos, ¿quizá mal interpreté sus palabras?, puede que él lo único que quería era echar una

mano a la mujer que sería la madre de su sobrino.

-Juan… estoy cansada, ya está bien por hoy me voy a casa, -intenté salir, pero él

aún tenía algo que decir y me bloqueó el paso.

-Recuerda una cosa, -clavó sus dedos en mis hombros y me colocó frente a él,

acercando su cara a la mía, -no voy a permitir que mi hermano se vuelva a acercar a ti,

no olvides que el hijo que llevas dentro es mío, al igual que tu, -dicho esto bajó su boca

a la mía y me besó, un beso posesivo lleno de promesas, de advertencias y de muchas

otras cosas que no supe y no quise definir en ese momento, prefiriendo dejarme llevar

de nuevo por la fuerza de mi deseo por Juan.

Cuando al fin nos separamos y pude recuperar algo de cordura, fui yo la que le

lancé un aviso.

Page 49: Anaya Martin Eva - Hermanos Del Castillo 01 - Traicion

Eva Anaya Martin -Traición

49

-Tú perdiste tus derechos el día que te casaste con otra mujer, recuerda eso, -y

poniendo la mano en mi vientre continué, -este hijo es solo mío y si insistes en

acosarme, atosigarme con preguntas y juzgándome cuando eres el menos indicado, me

iré de aquí y no podrás verlo ni de lejos.

Eva salió, y el no hizo más intentos por detenerla, respiró aliviada al sentir el

aire fresco en su rostro acalorado. Se sintió más tranquila por haber salido ilesa de este

combate. Caminó satisfecha por haber logrado no sucumbir a los intentos de seducción

de Juan, no esperaba tener un encuentro aun más desagradable.

Solo había recorrido algunos metros en dirección a su casa, al trabajo no

volvería, ya era demasiado tarde. Esperaba que su jefe la perdonara por haberlo dejado

todo y salir corriendo en busca de respuestas.

Una mano se posó en su hombro haciéndola dar un salto, segura de que se

trataba de Juan, que no estaba dispuesto a quedarse sin decir la última palabra en todo.

Eso no había cambiado, seguía siendo cabezota y dominante, por muy abatido que lo

hubiera visto. La sorpresa fue mayúscula, cuando al darme la vuelta, a quien vi ante mí,

no fue a Juan, si no a su padre y si el hijo me pareció apocado, no sabría decir el estado

en que se encontraba ese hombre. Alrededor de sus ojos había unas grandes sombras

como si no hubiera dormido en días, estaba muy delgado, casi demacrado, el hombre

fuerte y autoritario que yo había conocido, no estaba, había desaparecido. Aun así,

decidió que no se ablandaría.

-¿Qué quiere?, viene otra vez para decirme que deje a su hijo en paz, quiere

recordarme que es un hombre casado, todo eso lo sé.

-Lo siento, -me respondió mirando al suelo, -no debí haberte dicho eso, estaba…

muy nervioso.

-No sería mejor explicación que se sentía culpable por lo que acababa de obligar

a su hijo hacer.

-Tienes razón, por eso quiero contarte mis motivos, necesito tu ayuda y también

que sepas por que Juan hizo todo esto.

-Eso no tiene que decírmelo, su hijo ya me lo dijo, lo hizo para salvarle el

pellejo y evitar que fuera a la cárcel, -le arrojé las palabras a la cara y me arrepentí al

instante por el dolor que vi en sus ojos.

-Por favor, necesito contarte algunas cosas y no pueden ser aquí en medio de la

calle, deja que te lleve a casa y hablamos, además estas pálida, se te ve cansada, -me

dijo mientras me sostenía suavemente por el codo y tenía razón, las piernas empezaban

a temblarme, había sido un día demasiado largo y lleno de revelaciones, -deja al menos

que haga esto por la madre de mi nieto, si, se que vas a tener un hijo, -me dijo cuando

en mi rostro se formo la pregunta, -Víctor me lo dijo.

Page 50: Anaya Martin Eva - Hermanos Del Castillo 01 - Traicion

Eva Anaya Martin -Traición

50

Me guió hasta su coche, ¿qué pasaba con los hombres de esta familia?, siempre

estaban dispuestos a hacer de caballeros andantes, al mismo tiempo que te destrozaban

con sus acciones, me dije cuando me di cuenta que este episodio me era muy familiar,

que ya se había producido en demasiadas ocasiones, que me encontraran extenuada por

la fuerza de las emociones vividas y tuvieran que llevarme a mi casa.

-Diga lo que tenga que decir, porque cuando baje de este coche, no quiero volver

a verle, -le dije con hostilidad.

-Se que estas muy dolida pero hay cosas que no sabes… los motivos por los que

Juan, tuvo que aceptar ese…matrimonio.

-Eso ya lo sé, usted metió la pata y no quiso asumir sus errores, -le acusé sin

poder creerme que tuviera la cara dura de interceder ahora por su hijo, después de lo que

lo había abocado a hacer.

-Yo hubiera ido a la cárcel con tal de evitar ese sufrimiento a mi hijo, pero… hay

otros motivos que no conoces y son de los que te quiero hablar…y pedirte un favor.

¿Un favor?, aquello le causó tal indignación que estuvo a punto de abofetearlo,

¿cómo era posible ser tan cínico?, ¿Cómo después de haber destrozado su vida, tenía el

descaro de venir a pedirme ayuda?

-Es usted un sinvergüenza y no, no voy a hacerle ningún favor, hágale usted uno

a su hijo y declare su culpa.

-Lo siento Eva, pero eso no puedo hacerlo y no por miedo a la cárcel, -me dijo

deteniendo el coche delante de mi casa, si no por no dañar a…otra persona que no se lo

merece y a la que no le queda mucho tiempo.

-¡Que!, -¿qué quería decir?, que persona podía ser más importante que la

felicidad de su hijo y el nieto que estaba en camino.

-Mi mujer se está muriendo, -respondió a la silenciosa pregunta que le había

hecho, dejándome sin habla no por primera vez en este día.

Page 51: Anaya Martin Eva - Hermanos Del Castillo 01 - Traicion

Eva Anaya Martin -Traición

51

Capítulo 18

Caminamos en silencio por el corto sendero que conducía a la puerta de mi casa.

Entramos y le conduje al salón. La tensión se podía cortar con un cuchillo, la noticia

que me acababa de dar me dejó helada, no paraba de pensar en esa pobre mujer que

siempre me acogió con los brazos abiertos, ¿por qué ocurrían estas cosas?, no era justo.

Antes de sentarnos le ofrecí algo de beber, el hombre parecía a punto del colapso. Lo

rechazó y simplemente se sentó, indicándome que yo hiciera, lo mismo, ¿Qué se creía?,

yo estaba en mi casa. Intentaba controlarme y no olvidar que estaba roto por el dolor,

pero me enervaba que no perdiera su arrogancia ni en los peores momentos,

definitivamente todos los hombres de esta familia eran iguales.

Mi ex suegro se aclaró la garganta y empezó a hablar.

-Se que te hemos hecho mucho daño y no sé lo que tengas pensado hacer, pero

me gustaría pedirte dos cosas, una que por favor no correspondas a las locuras de

Víctor, el no sabe que su madre esta tan enferma y destrozarías la relación de dos

hermanos por otro matrimonio sin amor, porque tu jamás le corresponderás y el…ya

estuvo enamorado y no creo que lo vuelva a estar. –Lo siento, no quiero meterme en tus

decisiones, solo trato de evitar que los tres os arrepintáis de algo que es un absurdo, -yo

seguía muda, desde luego que este hombre era descarado, ¿qué le importaba a él lo que

yo hiciera?, -lo segundo que me gustaría pedirte… es que vayas a ver a mi mujer, que le

cuentes lo del niño, ella se pondrá feliz y… si la convences de que Juan y tu vais a

volver a estar juntos, lo sé, lo sé, no tengo ningún derecho a pedirte nada después de

todo lo que he hecho pero por favor déjame contarte mis motivos, -me dijo levantando

la mano para que le dejara terminar, pero yo no me podía quedar callada un solo minuto

más.

-Sus razones ya las sé, robó ese dinero e hizo que su hijo pagara por ello, -cada

vez que pensaba en el motivo por el que todos nos habíamos metido en este lío mi

sangre hervía de tal modo que no podía contenerme.

-Lo que quiero contarte es… para que robé ese dinero, -me indicó con la mirada

que le dejase explicarme, me lo imploró más bien. –Cuando Mario nos dijo… lo grave

que era la enfermedad, me quise morir. Mi mujer no podía estar en los últimos días de

su vida. Buscamos otras opiniones, seguimos todos las instrucciones, hicimos todos los

tratamientos que pudimos encontrar, por eso tantos viajes, al principio Melissa no quiso

que los chicos lo supieran y nos íbamos fuera cada vez que tenía que seguir un nuevo

método, pero todo aquello era caro y no estaba funcionando. Ya habíamos tirado la

toalla cuando me enteré de un nuevo fármaco, estaba en fase experimental pero haría lo

Page 52: Anaya Martin Eva - Hermanos Del Castillo 01 - Traicion

Eva Anaya Martin -Traición

52

que fuera por ella, ¿no lo harías tú por mi hijo?, -me dijo suplicante, pidiéndome que

entendiera.

-El viaje y la estancia en la clínica eran muy costosos, si Melissa hubiera sabido

de donde saqué el dinero para pagarlo hubiera preferido dejarse morir. Tuve que

hacerlo, no había otra forma, -en sus ojos podía ver todo el dolor vivido, en ese

momento comprendí.

Este hombre arrogante y orgulloso, que siempre había sido honesto no podía

haberlo hecho sin un buen motivo, por fin entendí todo, mi ex suegro robó ese dinero

para salvar la vida de su mujer. Aunque esa no era escusa para obligar a su hijo a

casarse con esa arpía y tampoco a arrancármelo de los brazos el día en que vino a

contarme todo después de aquella maldita boda.

-Sé lo que estas pensando, que no debí dejar que Juan pagara, ¿pero cómo iba a

dejar me mi mujer, a la que adoro, tuviera que pasar por ver a su marido en la cárcel los

últimos días de su vida?, le rogué al padre de Julia que esperara, que yo mismo me

entregaría cuando todo hubiera terminado, pero… se negó, por eso tuve que venir a

buscar a Juan aquel día, amenazó con traer a la policía allí mismo, haría que me

detuvieran antes de que pudiera respirar, si no lo llevaba de vuelta. Créeme que me

dolió en el alma todo lo que tuviste que pasar, pero entiéndeme, son sus últimos días…

La vida era injusta, creí que no habría justificación alguna para que me hubieran

hecho pasar por toda aquella pesadilla. Ahora en lo único que podía pensar era en

buscar a Juan y abrazarlo hasta borrar todo la angustia que sabía que estaba sintiendo,

en lugar de eso, me acerqué al hombre al que un día vi como a un padre y lo estreché en

mis brazos, haciéndole saber sin necesidad de palabras que contaba con mi apoyo.

Estaba segura de que era la primera vez que lloraba, abría estado aparentando

fortaleza para no derrumbarse delante de su familia. Lloró, mientras entre sollozos de

los que para nada se avergonzaba, me contaba que todo lo que había hecho no sirvió de

nada, que el tratamiento no funcionó, pero que lo hubiera hecho mil veces solo por

poder ver la sonrisa de su mujer un minuto más. Me pidió perdón, me rogó que fuera a

visitar a su mujer que le diera la última alegría de su vida contándole que iba a tener un

nieto y que todo se había arreglado entre nosotros.

-Lo haré, iré a verla mañana mismo, -le aseguré mientras secaba mis propias

lágrimas.

-No sabes cuánto te lo agradezco, -respondió poniéndose en pie listo para

marcharse, ya no quedaba nada más que decir, pero yo sí necesitaba decirle algo.

-Antes de que se marche quiero decirle que… no le guardo ningún rencor, estoy

segura de que de haber estado en su situación hubiera hecho lo mismo y también que

estoy aquí para lo que necesité y que espero que su nieto le ayude a mitigar algo del

dolor que se que está sintiendo.

Page 53: Anaya Martin Eva - Hermanos Del Castillo 01 - Traicion

Eva Anaya Martin -Traición

53

El hombre se acercó a mí y besó mi frente, como cuando me consoló por la

muerte de mis padres. Había olvidado todos aquellos momentos en los que estuvo

presente y en los que lo vi como al padre al que perdí.

-Ya lo hace, ese bebe será lo único bueno en esta historia, eso y el gran amor que

se que se tienen tu y mi hijo

Page 54: Anaya Martin Eva - Hermanos Del Castillo 01 - Traicion

Eva Anaya Martin -Traición

54

Capítulo 19

Mucho tiempo después de que mi ex suegro se hubiera ido, yo seguía sentada en

el mismo sitio. Los acontecimientos vividos me habían dejado agotada, física y

emocionalmente. La vida era injusta, no dejaba de pensar en esa gran mujer, que me

trató siempre como a una hija, y que ahora…

Escuché como la llave de Carmen entraba en la cerradura, dios, el momento que

más había temido se presentaba ahora, ¿Cómo iba a decirle que Mario nos había

traicionado? Mi hermana, a pesar de lo unidas que estábamos era muy reservada para

ese tipo de cosas, nunca me habló de la relación que tenia con su jefe ni siquiera estaba

segura de que la hubiera. Solo deduje que por las miradas que se lanzaban el uno al otro,

que había algo entre ellos. Y ahora que hacer, ¿contarle lo que dijo Julia? y si se trataba

de otra de sus tretas y hacía daño a mi hermana sin necesidad alguna de ello, ¿pero que

otro médico en el pueblo sabia sobre mi embarazo?, maldita fuera Julia por meterse en

nuestras vidas y destruirlas. Ahora a ella también le tocaría enfrentarse al dolor de ser

traicionada.

Carmen entró en el salón con una gran sonrisa. -Oh dios, -pensé, como hago

ahora para echarle el jarro de agua fría que tengo que vaciarle encima, cavilé todas las

posibilidades que tenia, ¿callarme y esperar hasta hablar con Mario?, ¿simplemente no

decir nada?, ¿cómo iba a hacer eso?, a mi me habría gustado que mi hermana me lo

contara de haber sabido algo como esto.

-Hola preciosa, -canturreó, sentándose a mi lado, y palmeando mi rodilla, -

¿Cómo te encuentras?, ¿y porque tan pronto en casa?, cuando llegaste.

Yo seguía muda, las palabras no querían salir de mi boca. Necesitaba aparentar

normalidad. Primero indagaría en los sentimientos de mi hermana, intentaría preguntarle

sutilmente por la relación que tenía con Mario…

Antes de que pudiera hacer una sola pregunta ella me sorprendió dándome la

noticia que menos esperaba en este momento y que fue lo único que necesité para

decidirme, debía contarle lo que sabía y que ella decidiera que quería hacer. Estaría a su

lado fuera cual fuera su decisión y si era necesario, las dos enfrentaríamos a Mario,

porque también a mi me había herido con su deslealtad, primero hacia mi hermana, que

era maravillosa con todos y no merecía ser engañada y luego para con su profesión

como médico, que se supone no debe airear los asuntos de sus pacientes.

-Tengo una cita, -comentó ilusionada y me sentí fatal por tener que arrebatarle

esa felicidad que mostraba su rostro.

Page 55: Anaya Martin Eva - Hermanos Del Castillo 01 - Traicion

Eva Anaya Martin -Traición

55

-Carmen, tengo algo que decirte, -empecé titubeante, es sobre…

En el momento en el que empecé a hablar unas espantosas nauseas subieron por

mi garganta, obligándome a salir corriendo con una mano en mi boca para conseguir

llegar hasta el baño. Salvada por la campana, -me dije, cuando al fin vacié el estomago

en el retrete bajo la atenta mirada de mi hermana que me pasaba ahora una toalla

mojada para que me secara la cara sudorosa. Me ayudó a incorporarme con todo el

cariño del mundo y yo tenía que estropear su cita y seguramente romperle el corazón

con la noticia que me sentía obligada a darle.

Una vez acomodada en la cama donde mi hermana había insistido que reposara,

le pedí que se sentara a mi lado. Ella me miro extrañada, pero hizo lo que le pedí.

-Te escuchó, -me dijo sin perder la sonrisa.

-Aparte de Mario, ¿hay algún otro médico en el hospital que supiera de mi

embarazo?, -preferí empezar investigando antes de aventurarme en algo en lo que podía

estar equivocada.

-Claro que no, solo Mario y yo. Cuando te mando hacer esos análisis, no

pusimos tu nombre en la petición los lleve yo misma y la chica encargada del

laboratorio es de toda confianza, nadie más lo sabe, ¿Por qué lo preguntas?, -me dijo

frunciendo el ceño.

-Víctor lo supo y ahora también lo sabe Juan, -abrió mucho los ojos y me

pregunto:

-¿Se lo has dicho por fin?, ¿Qué paso, como tomó la noticia?, espero que

después de todo lo que ha pasado no te reprochara el silencio.

-No, no se lo he dicho yo y si, se lo tomo bastante mal y si, también me

recriminó que no se lo contara antes, pero ese no es el punto, el asunto es por quien

supo Juan de mi embarazo.

Me incorporé y cogí su mano.

-Carmen, fue Julia quien se lo dijo, delante de mí… y ella dice que, -tome aire

para pasar a la peor parte, -cierto medico del pueblo se lo contó mientras estaban…

Mi hermana se levantó de un salto y antes de que pudiera continuar, salió

corriendo de la habitación. Dios mío, debí haberme callado, no tenía que haberle

contado nada. Fui a buscarla. Estaba en su habitación y ni siquiera había cerrado la

puerta, miraba sin ver por la ventana. Por la expresión de sus ojos, estos debían de estar

en otro lugar pensando sin duda en lo que acababa de soltarle, -me golpeé mentalmente,

que bruta eres Eva, -me dije, ¿no podías haber suavizado algo la noticia?

-Mario no puede haberme hecho esto, -dijo sin volverse a mirarme, no lo

necesitaba, su voz sonaba rota por las lágrimas que seguro estaba intentando contener.

Page 56: Anaya Martin Eva - Hermanos Del Castillo 01 - Traicion

Eva Anaya Martin -Traición

56

Ella siempre hacia ese tipo de cosas, aparentaba ser dura, fría, pero yo sabía que estaba

sufriendo.

-Yo también lo pienso, no te preocupes hablaremos con él, seguro que hay una

explicación para todo esto. Julia miente probablemente tenga algún contacto en el

hospital al que le haya sacado la información, -le dije acariciando su espalda, tratando

de devolverle el consuelo que ella siempre me había brindado a mí. Entonces ella hizo

algo que no me esperaba, se giró y se echó en mis brazos llorando.

Era la primera vez que mi hermana mayor, que siempre había estado al pie del

cañón, cuidando de mi, pendiente de que no me faltara nada, siempre intentando

protegerme no solo físicamente, si no emocionalmente, dando ejemplo de fortaleza, se

derrumbaba. Ahora me tocaba a mí velar por ella.

Page 57: Anaya Martin Eva - Hermanos Del Castillo 01 - Traicion

Eva Anaya Martin -Traición

57

Capítulo 20

EL timbre de la puerta sonó, pero Carmen no quiso que abriera. Después de

repiquetear un buen rato, Mario se cansó y se marchó. Diez minutos más tarde, fue el

teléfono el que no dejó de llamar nuestra atención con idénticos resultados, después de

unos cuantos tonos el contestador saltó y la voz grave del médico resonó en toda la

habitación haciendo que las lágrimas de mi hermana volvieran a aparecer.

-Carmen, ¿dónde estás?, estoy empezando a preocuparme, por favor llámame

cuando escuches este mensaje… ha surgido algo y tengo que salir de viaje, -siguió tras

una pequeña pausa, -espero que sean solo un par de días, tres a lo sumo, comunícate

conmigo, no me gustaría irme sin saber que pasó, ¿porqué no estabas en casa?

habíamos quedado, -después de otro receso en el que imaginé estaría intentando

decidir cómo se despedía continuó diciendo, -un beso, cuídate, nos veremos a mi

regreso… y hablaremos.

Cuando el mensaje hubo acabado, mi hermana se paró delante del aparato, pulsó

el botón de rebobinado y volvió a escucharlo. Después de la tercera vez, me acerqué a

ella y se lo quité de las manos lo que provocó un nuevo episodio de llantos. La

acompañé a su cuarto y la ayudé a meterse en la cama, me quedé con ella hasta que

entre sollozos y silenciosos lamentos se durmió.

La noche fue larga, en todo momento esperé que mi hermana despertara de

madrugada y todo volviera a empezar, pero al encontrarnos por la mañana para el

desayuno, ella parecía haber vuelto a esa concha en la que se ocultaba siempre, así que

no quise sacar de nuevo el tema y lo dejé estar. Pensaba ir a ver a la madre de Juan y

quería estar fuerte emocionalmente para lo que me esperaba y si empezaba a indagar en

todo el tema de Mario, me vendría abajo al ver como Carmen intentaba ocultar su pena,

y no sería de gran ayuda para esa pobre mujer.

La casa estaba bastante cerca de la nuestra así que en menos de diez minutos

estuve ante la puerta. Llamé y esperé a que quien abriera no fuera Juan, no me apetecía

otro enfrentamiento con él en ese momento. Casi instantáneamente, como si me

hubieran estado esperando detrás de ella, la puerta se abrió y Víctor apareció.

-Gracias por venir, -fue la única frase que me dijo, antes de invitarme a pasar

con un gesto y guiarme a la habitación en la que se encontraba su madre, sin duda ya

sabía que Melissa…

Me había preparado para aquel momento, pero de nada sirvió. Lo que encontré

allí me destrozó, la vida era injusta y lo demostraba en la mujer que había sido y que

ahora solo era una sombra desdibujada de lo que fue mi suegra.

Page 58: Anaya Martin Eva - Hermanos Del Castillo 01 - Traicion

Eva Anaya Martin -Traición

58

La señora se encontraba postrada en una cama de hospital, rodeada de aparatos y

llena de tubos, vías y cosas que jamás pasaron por mi cabeza encontrarme allí, pero aún

así nada mas verme entrar me dedicó una débil sonrisa y sus ojos se iluminaron, soltó la

mano que su marido sentado a la cabecera de su cama estrechaba entre las suyas y la

levantó hacia mí para que me aproximara. ¿Cómo era posible que se hubiera deteriorado

tanto y en tan poco tiempo?, una vez más maldije al destino por ser tan cruel mientras

que me acercaba intentando poner mi mejor cara.

Mi suegro, así lo consideraría siempre, me cedió su lugar. Antes de sentarme me

incliné sobre la enferma y la besé en la frente. Su piel estaba fría, lo que provocó un

escalofrío por todo mi cuerpo, la mujer estaba a las puertas de la muerte y ahora sí

comprendía porque este hombre hizo todo lo que hizo, yo, estaba segura ahora, hubiera

hecho lo mismo.

-¿Es cierto que voy a ser abuela?, -preguntó con los ojos centelleantes y llenos

de expectación.

-Sí, -le contesté tratando de contener el llanto al que tenia desesperadas ganas de

darle rienda suelta, no era justo, -me decía una y otra vez, ¡no!, ¡no!, ¡no!, pero

desgraciadamente la vida tomaba sus propios caminos y a los demás solo nos quedaba

acatarlos y superarlos lo mejor que pudiéramos.

Una mano familiar se posó en mi hombro y el calor de su cuerpo inclinándose

sobre mí ni siquiera me sobresaltó. Sabia quien era antes incluso de que sus labios

rozaran mi sien y posaran un suave beso en ese lugar, al tiempo que sus dedos me daban

un delicado apretón, tratando de darme la fuerza que Juan sabía estaba perdiendo por

segundos. Se lo agradecí llevando mi mano al lugar en el que sus dedos me sujetaban

tiernamente y colocándola allí. La mujer de la cama nos miro embelesada y sonrió.

Todo es un teatro para su madre, -me dije, no te hagas tontas ilusiones nada se

ha arreglado, solo trata de aparentar normalidad para que la señora postrada en el lecho

se lleve la alegría de saber que todo se arregló, pero sigue siendo un hombre casado con

otra mujer.

Después de contarle todo lo relacionado con el bebe y de contestar a todas las

preguntas que el maltrecho estado en el que se encontraba le permitió hacerme y con la

promesa de que volvería al día siguiente, agotada por los acontecimientos vividos me

despedí de todos los presentes, que eran solo los hijos y el marido de la mujer y me

dispuse a marcharme.

Juan salió detrás de mí y antes de que pudiera alcanzar la puerta de la calle me

cogió del brazo y con un tono de voz que me hizo temblar me giró para mirarme a los

ojos y me dijo:

-Tenemos que hablar.

Page 59: Anaya Martin Eva - Hermanos Del Castillo 01 - Traicion

Eva Anaya Martin -Traición

59

-Ahora no, por favor, necesito irme a casa, no me siento bien, -le contesté

pensando que no era para nada una mentira, ya que empezaba a notar como unas

molestas punzadas se instalaban en mi cabeza, pero él insistió.

-Ya estoy harto de esperar, debemos aclarar muchas cosas, -esta vez bajó el tono

de su voz, sin duda para no perturbar a su madre en el estado en que se encontraba.

Mientras yo negaba con la cabeza, Víctor apareció detrás de nosotros y se encaró

con su hermano.

-Déjala en paz, no ves que no se tiene en pie, -susurró, mientras que Juan

apretaba los dientes y cerraba las manos en puños tratando de controlarse para no

golpearle.

-Eres tú el que sobra aquí, de modo que vete por dónde has venido y déjame a

mi solucionar mis asuntos con mi mujer, -recalcó las últimas palabras para dejar claro

que no estaba dispuesto a dejar que su hermano se metiera en su terreno, -hazte un favor

a ti mismo y márchate a buscar a esa mujer por la que suspiras y vagas como un alma

en pena por las noches y no te inmiscuyas en asuntos ajenos.

¡Mujer por la que suspira!, ¿Quién era esa mujer?, era la segunda vez que

escuchaba que Víctor estaba enamorado de otra mujer, ¿entonces por qué se ofreció

para ser el padre de mi hijo? aunque nunca pensé aceptarlo, me dolían tantas mentiras,

¿cuántos engaños y secretos me quedaban por descubrir?, -me preguntaba mientras que

dejaba a los dos hombres discutiendo y me escabullía por la puerta sin ser vista.

Page 60: Anaya Martin Eva - Hermanos Del Castillo 01 - Traicion

Eva Anaya Martin -Traición

60

Capítulo 21

Después de mi primera visita a la madre de Juan, seguí yendo cada día

procurando no encontrarme con él. Acudía siempre a las horas en las que sabía que su

hijo no estaría presente. Con quien sí que me encontré fue con Víctor, apareció una

tarde mientras yo leía sentada en a la cabecera de la enferma. Me sentí observada y al

levantar la cabeza ahí estaba el, apoyado en el marco de la puerta, contemplándonos sin

ver. Tenía la mirada perdida, seguramente en los recuerdos de esa misteriosa mujer de la

que estaba enamorado. Era tan parecido a Juan que el corazón me dio un vuelco al

advertir su presencia. Su pelo era del mismo color que el de su hermano, de constitución

casi idéntica podrían pasar fácilmente por gemelos, solo que Víctor era dos años mayor

que Juan y en sus ojos… no estaba segura de lo que veía pero aparte de la tristeza que

todos teníamos por cómo se estaban acelerando los síntomas de la enfermedad de su

madre, se apreciaba en él una pena más profunda más antigua. Unos minutos después,

reaccionó y avergonzado por haber sido descubierto en ese momento en el que se

permitió, seguramente, echar la vista atrás hacía algún recuerdo doloroso, me saludó

con la cabeza y dándose media vuelta salió de la habitación.

Yo seguí recitándole a Melissa que yacía en la cama con los ojos cerrados, cada

vez estaba más débil, -pensé con rabia que el final estaba cerca. Era tal la impotencia de

ver a esa mujer que hacía solo unos meses estaba llena de vitalidad, de alegría, siempre

con una sonrisa, dispuesta a ayudar a todos, no era justo, ¿Por qué ese castigo tan

inmerecido para una persona, que lo dio todo por sus hijos y su marido?, se desvivió por

ellos y ahora ni siquiera podrá conocer a su nieto.

Los días fueron pasando. Había establecido una rutina, cada tarde después del

trabajo me pasaba por la casa de los futuros abuelos de mi hijo y relevaba a mi abatido

ex suegro, que aunque se negaba en redondo a apartarse de su mujer un solo minuto, se

dejaba guiar por uno de sus hijos, que lo obligaban a que aprovechara el tiempo que yo

pasara con la enferma para que pudiera descansar un rato. Ya no me importaba coincidir

con Juan. No volvimos a hablar de nosotros, el ambiente era de desolación y no era

momento de discusiones, ni de reproches. Era tiempo de permanecer unidos e intentar

que las últimas horas de esa mujer fueran en la medida de lo posible, tranquilos y

felices.

Julia, jamás apareció por allí, ni ella ni ningún otro miembro de su familia de

hecho ella no se encontraba en el pueblo. Sospechosamente su ausencia coincidió con la

de Mario, para consternación de mi hermana. Supe por Víctor, que el mismo estaba

tramitando la nulidad del matrimonio de Juan, me contó que su hermano se lo pidió el

mismo día que les dejé discutiendo en la entrada de su casa. Al parecer los dos habrían

hablado y aclarado todos los malentendidos, eso me alegraba, estaba segura de que

Page 61: Anaya Martin Eva - Hermanos Del Castillo 01 - Traicion

Eva Anaya Martin -Traición

61

Víctor nunca tuvo la intención de entrometerse, ahora me daba cuenta de que en

realidad el solo me ofreció su ayuda por amor hacia el sobrino que estaba en camino y

por el cariño que seguramente al igual que yo a él, me tenía simplemente porque nos

conocíamos desde niños.

Esa noche me metí en la cama temprano. Había pasado la tarde en casa de Juan,

su madre se encontraba ya muy mal, en las últimas horas de su vida. Algunos familiares

de la ciudad habían venido para acompañar a la familia en estos momentos tan difíciles.

El cansancio acumulado en esos días empezó a pasarme factura y Juan me obligó a

marcharme a casa a descansar, el mismo me trajo en su coche. Durante el trayecto no

hablamos, los dos sabíamos que no era la ocasión apropiada. El corto recorrido se

desarrolló en medio de un tenso silencio. Me incorporé en las almohadas y posé mi

mano en el pequeño bulto que era ahora mi estomago, las semanas habían pasado y el

embarazo ya era visible. Seguramente la gente del pueblo ya empezaba a murmurar, -

suspiré, no me importaba, ese no era el tiempo de preocuparse por el que dirán.

Un golpecito en el cristal de mi ventana, hizo que girara la cabeza bruscamente,

tanto que un mareo me nublo la vista, eso o las lágrimas que acudieron a mis ojos al

recordar cuando al principio de mi relación con Juan, el venia a buscarme por las noches

y lanzaba piedrecitas contra mi ventana para que bajara al porche de la entrada donde

nos sentábamos a mirar las estrellas y hablábamos en susurros para no despertar a

Carmen.

La nostalgia le ganó al cansancio y me levanté para asomarme. Aunque estaba

segura de que había sido el viento el causante de ese tintineó, mi corazón latía deprisa

mientras retiraba la cortina para mirar al exterior y terminó por dar un gran vuelco,

cuando al fijar mi mirada en la oscuridad pude claramente distinguir su silueta en la

negrura de la noche.

Estaba sentado en los escalones con los hombros hundidos y sujetándose la

cabeza entre las rodillas. Hasta en la penumbra se le notaba abatido, dios mío, el

momento tan temido había llegado. Cogí la bata de los pies de la cama y olvidándome

de que estaba descalza bajé rápidamente al piso de abajo. Me agarré al pomo de la

puerta e hice varias respiraciones antes de abrirla, tenía que calmarme, el me necesitaba

fuerte, precisaba mi consuelo, no era ocasión para venirme abajo. Salí a la calle, el frio

de las losas me provocó un escalofrío, pero lo ignoré y caminé despacio hasta donde se

encontraba. Coloqué suavemente mi mano en su hombro y lo apreté, para hacerle saber

que estaba aquí, que estaría a su lado para cuando estuviera preparado para hablar.

Me senté un escalón por encima del suyo, y acaricié su pelo en silencio.

Permanecimos así por largo rato, no supe cuanto, no me importaba, estaría allí el tiempo

que fuera necesario. Al cabo de lo que pudo ser una hora, o quizá más, Juan se giró y

alcancé a ver en sus ojos la desolación que sentía. Estaban brillantes por las lágrimas

contenidas, el muy tonto seguro que seguía pensando que los hombres no lloraban. Nos

miramos durante otro minuto, hasta que ese hombre duro, orgulloso, terco y arrogante,

Page 62: Anaya Martin Eva - Hermanos Del Castillo 01 - Traicion

Eva Anaya Martin -Traición

62

se rompió como una hoja y abrazado a mi cintura y con la cabeza apoyada en mi regazo,

lloró.

-Se ha ido, ya no está Eva, no volveré a verla, -me decía entre sollozos, mientras

que yo solo pasaba mi mano por su espalda tratando de confortarlo en la medida de lo

posible.

Cuando se hubo desahogado, levantó la cabeza y volvió a clavar sus pupilas en

las mías, levantó su mano para acariciar mi mejilla y con los hilos de su llanto aún

corriendo por sus sienes me pidió, me suplicó.

-Abrázame, por favor no me dejes tu también, -su voz sonaba ronca, rota por la

emoción. No tuvo que repetírmelo dos veces yo también estaba deseando hacerlo, le

acogí en mis brazos mientras él me apretaba con los suyos al tiempo que me pedía una y

otra vez perdón.

Page 63: Anaya Martin Eva - Hermanos Del Castillo 01 - Traicion

Eva Anaya Martin -Traición

63

Epílogo

Había pasado un mes desde el funeral. Todo fue tan triste, mi suegro estaba

destrozado, no existía consuelo para él. Víctor no dejaba que nadie se le acercara, se

encerró en ese caparazón que hasta ahora no me había dado cuenta que lo cubría. Juan

no se soltó de mi mano en ningún momento, como si temiera que al separarse aunque

solo se tratara de un milímetro fuera a desaparecer también. Todo se dispuso como

Melissa dejó estipulado, no quería nada ostentoso, su deseo era que esparciéramos sus

cenizas en el lago, a donde tantas veces, al igual que Juan y yo misma habíamos hecho,

había ido a pasear con su marido cuando eran novios y más tarde llevó a sus hijos,

enseñándoles a amar ese lugar. Así que al acabar la emotiva misa, en la que el párroco

del pueblo enumero las muchas virtudes de la señora que acababa de irse, para dolor de

esos tres hombres que la adoraban y de todos los habitantes del pueblo que también

amaban y respetaban a esa mujer tan noble, nos dirigimos todos como si de una

procesión se tratara a esparcir las cenizas en el sitio marcado. Carmen nos acompañó,

pendiente en todo momento de que no me cansara demasiado, pues mi embarazo ya

había llegado al quinto mes por aquella fecha, el sexto en el presente. Mario no volvió,

ni siquiera para el funeral de la madre de su amigo y paciente a la que había estado

atendiendo hasta casi el final de sus días. Al parecer el hospital recibió una llamada

suya, pidiendo una excedencia de un año, por problemas personales. No quise

preguntarle a mi hermana si volvió a ponerse en contacto con ella.

Sorprendentemente, el juez concedió la nulidad del matrimonio de Juan con

Julia, en un tiempo record. Esta última tampoco apareció mas por el pueblo, su abogado

afirmó tener poderes de su cliente para rubricar cualquier documento al respecto. Al

parecer todo se resolvió con la máxima celeridad, gracias a que el juez era amigo de

Víctor y este le pidió como un favor personal que acelerara los tramites debido a mi

estado. Además y para felicidad nuestra el cura olvidó enviar los papeles y la iglesia

nunca llegó a tener conocimiento del enlace y por su puesto porque los esponsales

nunca se consumaron y se entregaron las pruebas de todo ello, que no fueron otras que

las declaraciones de mi suegro y cuñado que declararon que su hijo y hermano, jamás

faltó a dormir en su casa una sola noche, lo cual no era del todo cierto, pues Juan estuvo

quedándose en los últimos días en el sofá de su despacho, secreto que guardó

celosamente María, la secretaria de mi ahora marido.

Carmen recibió una propuesta para especializarse en enfermería pediátrica en

una de las mejores escuelas de la ciudad y a fuerza de mucho porfiar con ella en que

estaría perfectamente, ya que mi suegro insistió en que Juan y yo viviéramos en su casa,

que era demasiado grande como para que tuviéramos intimidad y alegando que la risa

de su nieto le ayudaría a mitigar la tristeza en la que estaba sumido después de la muerte

de su mujer, solo entonces mi hermana por fin accedió a aprovechar aquella

Page 64: Anaya Martin Eva - Hermanos Del Castillo 01 - Traicion

Eva Anaya Martin -Traición

64

oportunidad. El padre de Julia, por fin se ablandó y le pidió perdón tanto a Juan como a

su padre por todo lo que había pasado, aduciendo a que si él hubiera estado en el lugar

de ese hombre cuya esposa estaba al borde de la muerte habría hecho lo mismo, de

modo que todo quedó arreglado. Víctor iba y venía desde la ciudad donde tenía

establecido su bufete y se pasaba las largas noches trabajando en su despacho, de hecho

no hacía otra cosa que estar encerrado entre esas cuatro paredes.

Llegó el día en que celebramos una pequeña ceremonia donde unimos nuestras

vidas, esperábamos que para siempre. El enlace fue sencillo, solo la familia y algunos

amigos allegados nos acompañaron, apenas hacía un mes de la muerte de Melissa y a

ninguno de nosotros nos apetecía una algarabía, ya la haríamos en el bautizo del

pequeño, de momento lo único que deseábamos era por fin formalizar nuestra situación,

y no volver a separarnos nunca el uno del otro.

De manera que aquí estaba, acostada en la cama de la habitación, en nuestra ala

de la gran casa de mi suegro, que porfió con nosotros para que nos mudáramos cuanto

antes, aduciendo que lo que necesitaban esas tristes paredes eran las carreras y juegos de

unos cuantos niños, viendo como en ese momento mi apuesto marido se quitaba la ropa,

haciendo que un deseo incontenible se apoderara de mi.

Con una burlona mirada, pues él sabía lo que me provocaba, se acercó a la cama

y se tumbó a mí lado. No sabía si era debido al embarazo o si siempre había sido así, lo

cierto era que cada vez que se me acercaba, aunque fuese con un simple roce, me

consumían las ansias que sentía por él, las mismas que Juan tenía de mí. Eso era lo que

me susurraba cada vez que yacíamos saciados el uno en los brazos del otro.

Me cogió por el trasero y con una facilidad que me fascinaba, debido a que ya

mi tripa estaba bastante abultada y mi peso aumentó considerablemente, me colocó

sobre su cintura, poniendo una mano en mi nuca para acercar mis labios a los suyos,

devorándome con un beso ardiente que nos dejó a los dos con la respiración agitada.

-Esto sobra amor, -dijo subiéndome el camisón por los muslos y hasta la cintura

con tanta lentitud que me dieron ganas de gritar.

Yo no tenía nada que quitarle, se había deshecho de todo ya, así que le ayudé a

sacarme la molesta prenda desesperada por sentir su piel contra la mía.

Al fin pude tumbarme sobre él, notando como el bello de su pecho hacía

cosquillas en mis hipersensibles pezones. Le acaricié a mi antojo, Juan se dejó hacer,

me dio el placer de recorrer su cuerpo con mis manos y mi boca. Al fin se cansó de estar

pasivo y para mí regocijo, me agarró de nuevo por las caderas, como si fuera de cristal y

tuviera miedo de romperme, me dio la vuelta y se situó encima de mí. Era su turno para

volverme loca y lo consiguió. No pude evitar los gemidos que escapaban de mi

garganta, me llevó a la cima del éxtasis una y otra vez, hasta que al fin, posicionó su

miembro erecto en el centro de mi cuerpo penetrándome tan despacio, que casi le

supliqué que acelerara sus movimientos. No hizo falta el me conocía bien, sabia cuando

Page 65: Anaya Martin Eva - Hermanos Del Castillo 01 - Traicion

Eva Anaya Martin -Traición

65

apresurar las embestidas, donde y como tenía que acariciar mi cuerpo, que se

encontraba rendido sin fuerzas para nada que no fuera sentir sus dedos presionando en

el pequeño capullo que palpitaba por él, para él, sus labios recorriendo una y otra vez,

desde mi cuello hasta mis hombros, succionando mis pechos, su enorme erección

abriéndose paso en los sedosos pliegues de mi centro de placer. Los dos alcanzamos la

cumbre al mismo tiempo, el se aseguraba siempre de que así fuera, de arrastrarme con él

al abismo por el que yo saltaba más que gustosa.

Después me tomó en sus brazos y me meció suavemente hasta que me quedé

dormida, arrullada por el sonido de su voz, que me decía una y otra vez, lo feliz que

estaba de tenerme en su vida, lo mucho que me amaba y que me lo demostraría durante

el resto de sus días, a lo que yo respondí con la voz soñolienta.

-Te amo, - fue lo único que alcancé a decirle antes de que el sueño me alcanzara.

Juan estaba en una nube, por fin tenía en su cama, en su casa y en su vida a la

mujer que amaba y al hijo que albergaba en su vientre. La observó dormir, el embarazo

la mantenía más cansada que de costumbre, pero siempre le quedaban fuerzas para

deleitarse en las noches de placer que se daban el uno al otro, aunque después caía en un

agotamiento que no conseguía sacudirse en horas. Sonrió. Era tan preciosa, aun seguía

sin poder creer que finalmente todo se había arreglado entre ellos, todo lo que habían

vivido le parecía ahora una pesadilla de la cual por fin habían despertado. Lo único que

ensombrecía su felicidad, era que su madre no pudo conocer a su nieto y por supuesto lo

abatidos que veía a su padre y a su hermano, aunque este último arrastraba esa apatía

desde hacía ya algunos años y era el que más le preocupaba de los dos hombres.

Antes de apagar la luz, se inclinó de nuevo sobre su mujer y le besó en la sien.

-Te amo, -le dijo, aunque sabía que ella no lo escuchaba, no le importaba, no se

cansaría de dar las gracias al cielo por haberle devuelto al único amor de su vida.

Víctor, hizo tintinear el hielo de la copa que tenia entre las manos y se retrepó en

el asiento de cuero poniendo los pies sobre el escritorio. Mi hermano tiene razón, -

pensó, soy un alma en pena. Suspiró. Ya era hora de desterrar a los viejos demonios,

hora de olvidar a aquella ingrata mujer que me destrozó. Dejó vagar sus pensamientos,

dibujando en su mente el rostro de aquella chica a la que un día le entregó su corazón

para que ella lo pisoteara y se lo lanzara a la cara, acompañado de amargas palabras que

resonaban en su cabeza desde entonces. Maldita fuera, no lograba arrancarla de su alma,

la tenia grabada ahí, como el tatuaje que llevaba en el pecho con la inicial de su nombre.

Se lo hizo con tanta ilusión, pensando en que nunca amaría a otra y así había sido, hasta

ahora, -me dije, soltando el vaso tan bruscamente que el licor que contenía se derramó

sobre la superficie llena de papeles. Abrí el cajón en el que albergaba celosamente la

única foto que me quedé antes de destruir cada uno de los recuerdos que tenia de ella y

Page 66: Anaya Martin Eva - Hermanos Del Castillo 01 - Traicion

Eva Anaya Martin -Traición

66

mirándola fijamente, me hice la firme promesa de arrancar de mi cabeza a esa mujer que

un día se dio el lujo de rechazarme tan cruelmente.

No puedes seguir así Víctor, -seguí hablando conmigo mismo mientras devolvía

el retrato a su lugar y lo encerraba con llave, igual de cerrado que mi corazón, -no

puedes dejarte morir por un desengaño.