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Anatomía de un centro escolar: (1956-2016) Antonio Vara Recio El Instituto José María de Pereda

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Anatomía de un centro escolar:

(1956-2016)

Antonio Vara Recio

El Instituto José María de Pereda

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Anatomía de un centro escolar:EL INSTITUTO JOSÉ MARÍA DE PEREDA(1956-2016)

ANTONIO VARA RECIO

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Edita: Consejería de Educación, Cultura y Deporte de Cantabria

© De la presente edición: Consejería de Educación, Cultura y Deporte de Cantabria

© Del texto: Antonio Vara Recio

Depósito legal: SA578-2017

Fotografía de cubierta: Pablo Hojas Llama. Nuevo Instituto de Enseñanza Media José María de Pereda, 20 de octubre de 1966, Fondo Pablo Hojas Llama, Centro de Documen-tación de la Imagen de Santander (CDIS), Ayuntamiento de Santander

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SALUDA

Pocos centros educativos pueden presumir de la historia que lleva a sus espaldas el Instituto José María de Pereda. En sus más de cien años de vida ha logrado convertirse en un emblema de la

educación en Santander y en Cantabria, atendiendo a la formación integral del alumnado que ha tenido el privilegio de pasar por sus aulas, contribuyendo al mismo tiempo, con la docencia impartida por sus profesores y profesoras, al progreso y bienestar colectivo.

Con una amplia y plural oferta educativa, tanto presencial, como a distancia, el Instituto José María Pereda es hoy en día uno de los centros referencia de esta comunidad autónoma, con programas de enseñanza bilingüe, refuerzo educativo e interculturalidad, así como sus bachilleratos de Música o Inglés o el Proyecto Integrado de Innovación Educativa, recién implantado, por citar alguna de sus fortalezas más sobresalientes.

Pero su éxito no ha sido flor de un día. Basta con echar la vista atrás y recordar a todas aquellas generaciones de docentes que dejaron lo mejor de su magisterio magníficamente aprovechado por todos aquellos alumnos y alumnas que se formaron en sus aulas, algunos de los cuales han llegado a lo más alto de sus disciplinas. Eduardo Obregón Barreda, el que fuera presidente del Parlamento de Cantabria; Víctor García de la Concha, director de la Academia de la Lengua, o la campeona olímpica Ruth Beitia son sólo algunos ejemplos.

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Quiero felicitar al profesor Antonio Vara y todos aquellos que han colaborado para que este libro vea la luz porque es un auténtico acierto. Recordar la dilatada historia de este centro permitirá al lector ver la evolución que ha experimentado el sistema educativo de Cantabria en estos últimos cien años. Sus dificultades iniciales, su adaptación continúa a los nuevos tiempos y todo ello en base a los valores que transmite la enseñanza pública: calidad educativa para todos, innovación, participación, equidad, diálogo y un modelo educativo en el que todos los alumnos y alumnas son apoyados para desarrollar al máximo sus capacidades y para insertarse plenamente en la sociedad como ciudadanos y ciudadanas libres y responsables.

Disfruten de este viaje por la historia de uno de los centros educativos que mejor ha sabido cumplir su función de atender a la formación integral de las personas.

Francisco Fernández Mañanes Consejero de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno de Cantabria

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ÍNDICE

INTRODUCCIÓN 7

I.- SANTANDER: TRANSFORMACIONES, CULTURA Y EDUCACIÓN 91.- Santander, antes y después 92.- Santander, educación y cultura 17

II.- EL INSTITUTO JOSÉ MARÍA DE PEREDA: DE INB A IES 28

1.- Los primeros pasos en un tronco común (1956-1963) 28A).- Camino común y carencia de espacio 28B).- El desarrollo del programa de gobierno de la Dirección 36C).- Intentos de resolver el problema: las dos primeras filiales 47

2.- Los años decisivos de un centro consolidado (1963-1966) 55

A).- Gestiones del gobernador civil y proyecto ministerial 55B).- El proyecto aprobado se desfonda 61C).- Nació femenino y se convirtió en masculino 67D).- Caminos divergentes y Filial número 3 77E).- Bachillerato Radiofónico 81F).- Proyecto y construcción del edificio actual del IES José María de Pereda 86G).- La Sección Delegada de Laredo 95

3.- Continuidad y transición: adaptación al nuevo edificio (1966-1968) 97

A).- Traslado y problemas del nuevo edificio: Jesús Mendiola Ruiz (1966-67) 97B).- Dirección de circunstancias: Enrique de Cabo Pérez (1967-68) 104

4.- Normalización y consolidación: Domingo Muñoz Valle (1969-1982) 106

A).- Los primeros años de su mandato (1969-1975) 1071.- Deficiencias y soluciones (1969-1973) 1072.- Nuevos aires educativos (1970-75) 118

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B).- Normalización y nuevos problemas (1975-1978) 123C).- Sin sobresaltos hasta el cese voluntario (1978-1982) 130

1.- Se abren nuevos horizontes (1978) 1302.- El final del camino (1979-1982) 132

D).- Filial número cuatro 134 5.- De nuevo: Eduardo Obregón Barreda (1982-1986) 136 6.- Nuevos rumbos: Mercedes García-Mendoza Ortega (1986-1989) 143 7.- Gestión y retos: María Asunción Peña de la Hera (1989-1991) 148 8.- Nuevo tipo de gestión: Fernando Llorente de la Peña (1991-1994) 154 9.- Beligerancia y sosiego: Fernando García Domínguez (1994-2000)161

A).- Los años beligerantes (1994-1996) 162B).- Un momento de tregua (1996-98) 171C).- De nuevo la conflictividad (1998-2000) 173

10.- Duración y gestión: José Manuel Cabrales Arteaga (2000-2016) 177

A).- Disintonías (2000-2004) 178B).- Gestión consolidada (2004-2012) 185C).- El último mandato (2012-2016) 195

III.- LOS ALUMNOS 205A).- 1956-1966: El punto de partida 207B).- 1966-1982: Consolidación del Centro en el nuevo edificio 215C).- 1983-1999: Estabilidad y crecimiento 224D).- 2000-2017: Continuidad y crisis de la enseñanza oficial 230

IV.- LOS PROFESORES 239A).- Semblanzas (1956-2016) 239B).- A vueltas con las cifras 246

BIBLIOGRAFÍA 252

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INTRODUCCIÓN

Cuando se formó la Comisión encargada de celebrar el 50 aniversario del Ins-tituto José María de Pereda, uno de sus miembros me pidió que escribiera unas líneas sobre el origen del Centro. Confieso que desde el principio me atrajo la idea por tres razones. Primero, por haber sido antiguo alumno en aquellos lejanos años de mediados de la década de 1960 y haber pateado sus aulas en el segundo curso (1967-68) que se desarrolló en la nueva sede del paseo del General Dávila. Segundo, por ser el instituto donde he pasado los últimos años de mi dedicación a la enseñanza. Tercero, por las afirmaciones que algunos compañeros me transmitieron sobre aquel, las cuales no cua-draban con los recuerdos que guardaba en mi memoria.

Lo que inicialmente fue un simple compromiso de unos pocos folios, pronto se convirtió en algo más amplio y complejo. Mis idas y venidas al Archivo del Ayun-tamiento y a la Biblioteca Municipal de Santander revelaron hasta qué punto estaban equivocadas muchas personas al repetir por inercia hechos escuchados que no se ajusta-ban a la realidad que relatan las documentaciones custodiadas en aquellos. Esto espoleó mi curiosidad y decidí embarcarme en un estudio más amplio que me ha llevado a consultar de manera sistemática los fondos documentales que se conservan en el propio Archivo del Instituto y en el AGA (Archivo General de la Administración, en Alcalá de Henares). El fruto de esas pesquisas es el que tú, lector, tienes entre tus manos.

He querido mostrar cómo el nacimiento del Instituto José María de Pereda, el protagonista de este relato, se produjo en unas determinadas circunstancias, en contra de la opinión de algunos, en el año 1956. Cómo dio sus primeros pasos en la calle Santa Clara y cuáles fueron sus preocupaciones y avatares. Para lograrlo he dedicado muchas páginas a aclarar con detalle la problemática de la enseñanza en la ciudad de Santander en los primeros años de su andadura, y a la gestación, el desarrollo y la materialización del proyecto de construcción de un edificio que, originariamente, iba a albergar el Ins-tituto Femenino, y que acabó convirtiéndose en Masculino, sin olvidar las actuaciones de sus protagonistas.

La historia del Instituto José María de Pereda tiene en realidad dos momentos diferenciados: uno, el que acabamos de aludir (1956-1966), y otro, heredero y conti-nuador de aquel, que se ha desarrollado y sigue desarrollándose en su sede actual. A este segundo momento (1966-2016), más dilatado que el primero, rico en hechos y ma-tices, pletórico de ilusiones y proyectos, repleto de alumnos, también le he dedicado el espacio requerido. No he olvidado que el Centro contó desde su nacimiento con varias Secciones Filiales y una Sección Delegada de las que se da cumplida cuenta de su crea-ción y desarrollo. Naturalmente esto se ha puesto siempre en relación con la aparición de otros centros escolares, con la única pretensión de establecer el panorama general en el que se movió la Enseñanza Media en los años en los que se puso en marcha nuestro Instituto.

Mis indagaciones me han llevado a integrar en la investigación a todos los directores y sus equipos directivos, en lo que se refiere a sus actuaciones cotidianas,

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empleando las actas del Claustro y del Consejo Escolar. Necesariamente he tenido que dar nombres, los imprescindibles, y espero que por ello nadie se moleste por no haber recabado su permiso expreso, tal y como establece la Ley de Protección de Datos. Estos entenderán que no me era posible escribir una carta de petición a los miles de personas cuyos nombres aparecen en los expedientes y registros depositados en el Archivo del Centro.

Junto al edificio y los profesores, también me he volcado en los alumnos, em-pleando un tono más técnico, analizando su cuantía, la evolución de sus efectivos en el tiempo e intentando explicar su procedencia.

De la investigación se infiere que el Instituto como tal tiene sesenta años de antigüedad y el actual edificio, cincuenta. Lo que se está conmemorando es, en conse-cuencia, el 50 aniversario de la construcción de la actual sede.

Esta investigación no hubiera sido posible sin la ayuda prestada por algunas personas del Instituto José María de Pereda. Quiero dejar aquí pues constancia de mi agradecimiento, en primer lugar, a la directora, Elena Vicente Morales, que acogió con entusiasmo el proyecto de este libro y me facilitó en todo momento el libre acceso a toda la documentación depositada en el Centro, y al secretario, Manuel Ángel Villanueva Iban, que puso a mi disposición todos los Libros de Actas del Claustro y del Consejo Escolar, sin ninguna cortapisa, y abrió a mi investigación cuanta documentación se encontraba en su despacho.

En segundo lugar, a los administrativos de la Secretaría del Instituto, ya que sin ellos no hubiera podido dar los pasos que he dado: María Jesús Ruiz Marcos, Juan Carlos Huidobro Cagigas y Guadalupe Sánchez Angulo, que se han encargado en los últimos años, empleando una paciencia infinita, de ordenar y archivar por orden alfabético los expedientes de todos los profesores y de los alumnos, de guardar a buen recaudo cuanta documentación de interés han encontrado en el Centro, lo que me ha facilitado la consulta de los tres depósitos existentes, y por haberme abierto de par en par las puertas de la oficina de Secretaría y poner a mi disposición todos los medios a su alcance.

Por último, tengo que dar las gracias a Carmen Alonso Castro por las moles-tias que se ha tomado en la corrección del texto y al personal subalterno por haberse mostrado siempre solícito en lo que se refiere a facilitarme las llaves de los depósitos documentales y cuantas necesidades relacionadas con el desempeño de su trabajo haya podido tener.

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I.- SANTANDER: TRANSFORMACIONES, CULTURA Y EDUCACIÓN

1.- Santander, antes y después

El día 15 de febrero de 1941 es una fecha que ha quedado grabada en la me-moria de los habitantes de la ciudad de Santander de una manera indeleble. Aquel día merced a las especiales condiciones climatológicas se desató un pavoroso incendio que acabó reduciendo a cenizas gran parte de la misma.

El trágico suceso1 ha sido el gozne que separa, diferencia e individualiza el Santander anterior a aquella fecha, abigarrado y constreñido a unos límites precisos y reconocibles por todos sus habitantes, y el que se alzó sobre sus cenizas, más ordenado y compartimentado social y espacialmente, que ha desembocado en la ciudad actual.

Aquella primera ciudad no fue nada más que el resultado de un largo proce-so histórico que se desarrolló a lo largo del primer cuarto del siglo XX. Santander se fue transformando por causa del definitivo agotamiento del modelo económico que había tenido como base el comercio colonial2. La ciudad tuvo que reorientar todas sus actividades económicas, poner en juego todas sus energías para no hundirse en la autocomplacencia de un pasado supuestamente mejor y, en consecuencia, apostó por otro modelo económico basado en el ocio (El Sardinero, balnearios, alojamientos3); el desarrollo portuario (dique seco de Gamazo, Depósito Franco, muelles de Raos y Ma-liaño...); la industria (arco sur de la Bahía); las actividades pesqueras (pesca en sí y su transformación), que se completaron con las inversiones en la minería, en los criaderos más cercanos a la capital, y la integración de las actividades ganaderas en la base in-dustrial (incremento de la producción láctea y la transformación de la ganadería). Los resultados más inmediatos fueron el constante crecimiento de la población y la segrega-ción espacial de la misma dentro del área urbana. La población obrera, como no podía ser de otra manera, no tuvo más remedio que instalarse fuera del estricto casco urbano, en zonas cercanas a las instalaciones industriales que comenzaban a sentar sus edificios en la periferia de la ciudad en torno a la Bahía.

Las energías que se pusieron en marcha acabaron por concienciar a las auto-ridades políticas sobre la necesidad de lavar la cara a la ciudad y modernizarla de ma-nera acorde con los tiempos del ‘veraneo regio’. Así, se embarcaron en la mejora de los servicios básicos, de las calles principales, de la dotación de infraestructuras benéficas y culturales; incluso las vetustas e inadecuadas instalaciones del convento de Santa Cla-ra fueron renovadas para albergar más dignamente al Instituto de Enseñanza Media (1911-1916), y de la promoción de todo tipo de actividades deportivas4.

1.- J. L. Casado Soto: El incendio de Santander. A. G. Quinzaños, S. L. Torrelavega, 2001.2.- Vide J. Ortega de Valcárcel: Cantabria 1866-1986. Formación y desarrollo de una economía moderna. Santander 1986.3.- C. Gil de Arriba: Casas para baños de ola y balnearios marítimos en el litoral montañés, 1868-1936. Santander. Universidad de Cantabria/Fundación Marcelino Botín, 1992.4.- J. Casado Soto: El incendio de Santander. Págs.16 y ss. A. G. Quinzaños. S. L. Torrelavega, 2001.

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Todo aquel esfuerzo de transformación dio sus frutos en las décadas de 1920 y 1930 cuando Cantabria vivió uno de los momentos cruciales y decisivos del proceso de modernización de su sociedad al pasar de una sociedad tradicional rural y agraria a una sociedad moderna, industrial y urbana5. Los factores más destacados de aquel proceso fueron el crecimiento demográfico (se creció de manera más rápida que la media nacional), una menor incidencia negativa del fenómeno migratorio (el desarrollo económico fue capaz de anclar en las zonas de desarrollo industrial a un mayor porcen-taje de personas que en circunstancias normales hubieran aumentado la emigración), el desarrollo industrial, minero y comercial, al aumento de número de empleados/as y el despegue del sector de los servicios.

En la ciudad de Santander el proceso que acabamos de describir sumariamente tuvo como base el desarrollo de la construcción y las industrias de bienes de consumo (textil, madera, construcciones metálicas, alimentación, artes gráficas...) y cómo no, la concentración del sector comercial en la capital y el servicio doméstico.

La mano de los poderes públicos se alargó, como no podía ser de otra manera, para intentar resolver los crecientes problemas de la carencia de viviendas que estaba generando el desarrollo económico. En este sentido cabe destacar la construcción del Barrio Obrero del Rey, en el extremo noroeste de la calle Sánchez Porrúa, los chalés de la Tierruca (Cisneros), y la Ciudad-Jardín en la periferia de la ciudad, pero próximos al casco urbano, que preludiaban el desarrollo posterior de la zona en la que se asienta en la actualidad el Instituto José María de Pereda. De esta manera, en vísperas de la Guerra Civil el espacio urbano estaba integrado esencialmente por el barrio de los comerciantes, la dársena, el muelle de Calderón, los nuevos muelles y la zona urbana de Maliaño, El Sardinero, los barrios obreros surgidos fuera del casco urbano y los su-burbios-jardín6. En fin, aquellos cambios derivaron en una fuerte segregación urbana, escolar, cultural y recreativa. En el ámbito estrictamente educativo también se avanzó, pero sobre todo fue en la Enseñanza Primaria, pues en la Enseñanza Media solamente se registra la creación de un nuevo y efímero centro educativo que se suma al ya exis-tente en el año 19337.

La tendencia a la expansión de la ciudad de Santander se acentuó y consolidó a partir de los años cuarenta. A comienzos de aquella década, antes del incendio, era una típica capital de provincias que no alcanzaba los cien mil habitantes, su carácter abiga-rrado, mezcla de elementos puramente rurales y urbanos impregnaba todo el caserío.

5.- M. Suárez Cortina (Ed.): El perfil de la Montaña. Economía, sociedad y política en la Cantabria contemporánea. Calima. Santander, 1994. M. Suárez y A. Moure: De la Montaña a Cantabria: la construcción histórica de una co-munidad autónoma. Universidad de Cantabria. Santander, 1995. J. Ortega de Valcárcel: Cantabria 1886-1986. Formación y desarrollo de una economía moderna. Santander, 1986. R. Olavarri: Historia general de Cantabria, siglo XX. Vol. I. Tantín. Santander, 1987.6.- Elena Martín Latorre y Ángela de Meer: Creación y transformaciones de un espacio urbano. En Antonio Mon-tesino González (Ed.): Estudios sobre la sociedad cántabra. Continuidades, cambios y procesos adaptativos. Pág. 216. UC/Asamblea regional de Cantabria. Servicio de Publicaciones de la Universidad de Cantabria, 1995.7.- Vide: Ángel Llano Díaz: La Educación Primaria en Cantabria. 1923-1936. Gobierno de Cantabria. Conse-jería de Educación, Cultura y Deporte. Santander, 2016.

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Sus límites físicos aparecían perfectamente definidos para sus habitantes.

Al norte se extendía una amplia zona rural que contenía toda una serie de vi-viendas aisladas y mal comunicadas con el Centro. Por el sur, el paseo del Alta que se precipitaba sobre el perfil de la costa, destacando, en este último caso, al otro lado del Pasaje de Peña y en dirección sudoeste, las estaciones y los depósitos y almacenes que daban paso a la zona industrial de Maliaño en su parte ganada al mar. Cuatro Caminos (al oeste) era el lugar donde confluían la calzada proveniente de Cajo, la avenida de San Martín, la de Calzadas Altas y el arranque de San Fernando. Era la línea divisoria que separaba lo urbano de lo rústico pues las primeras casas que se levantaron en la ciudad-jardín se consideraban entonces como un barrio de recreo, fuera de la ciudad propiamente dicha, rodeado de praderías a las que solían ir a solazarse muchos santan-derinos los domingos y días de fiesta.

Si se ascendía por la avenida de San Martín, hasta lo que hoy es la avenida del General Dávila nuestros pasos nos permitían recorrer, por su parte externa, la finca de las Salesas y terminar en Pronillo. Al final del camino, a la derecha, se encontraba la Finca de Porrúa que se alargaba hasta la cumbre de la ladera. Si, por el contrario, uno decidía tomar la avenida de Parayas (hoy, Camilo Alonso Vega) para llegar hasta el lugar donde se iba a construir el edificio que alberga al Instituto José María de Pereda, se transitaba por una pequeña calzada flanqueada de numerosas fincas tapizadas de pequeñas casas de aspecto rural.

Desde Cuatro Caminos (dirección este), la avenida de San Fernando nos trans-portaba al corazón de la ciudad, una calle caracterizada por una mezcla de fincas de recreo y pequeñas casas de dos pisos, y en medio de ella el jardín, la fábrica de cervezas de la Cruz Blanca, otro de los lugares de ocio de la población. Detrás de San Fernando, los barrios de Perines y de San Andrés. En paralelo, la Alameda, arbolada y desnuda de edificaciones, y al final, Numancia, barrio de aires residenciales que en realidad escondía tras su fachada un mundo semirrural de huertas, jardines y callejuelas.

A continuación, se abría la calle Burgos que desembocaba en Amós de Escalan-te repleta de casas bajas de dos pisos y el túnel (pasaje de Peña) que se estaba constru-yendo, Bercedo y Cuesta del Hospital nos permitían acceder a la puebla alta. En torno al actual Ayuntamiento y enfrente de Atarazanas se desarrollaba, en lo que en otro tiempo fue la puebla baja, un laberinto de calles angostas, estrechas y sombrías (calle de la Puerta de la Sierra, San Francisco, el Peso, Rualasal...). Desde el Ayuntamiento se en-lazaba con el paseo de la Ribera (vía comercial, de cafés y cervecerías hasta la Casa de la Aduana) y el paseo de Pereda (paseo estrecho que tenía en su parte sur una alameda, una pequeña calzada y unos jardines) que representaba el muelle por antonomasia. A la derecha, la avenida de Alfonso XIII con sus farolas.

Al final del paseo de Pereda (en el este de la ciudad), Puerto Chico con sus pe-queños jardines, antesala de la calle Casimiro Saiz, donde se acababa de inaugurar el edificio de la Diputación Provincial, que terminaba su recorrido en el cine Victoria y los antiguos solares en donde se habían erigido viejas fábricas conserveras. Ante Castelar, una calzada y una alameda donde se alzaba la Comandancia de Marina y, cómo no, la

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Dársena de Molnedo, espacio urbano que todavía conservaba el sabor de los antiguos mareantes y de la vida al aire libre de las pescadoras arreglando sus redes.

En fin, desde allí, por la angosta calle de Juan de la Cosa, se llegaba hasta San Martín donde todavía persistían varios solares repletos de maleza que daban al lugar un aire de dejadez. La avenida de la Reina Victoria continuaba en la misma situación que cuando se inauguró y después de la curva de La Magdalena se vislumbraba en los alrededores del Casino la Plaza de Italia que preludiaba la posterior transformación de toda la zona, pero todavía persistían numerosos eriales y el comienzo del muro que iba a ser la base del futuro parque.

La ciudad descrita y caracterizada, anterior a 1941, fue la que pereció con el incendio. Sobre sus cenizas, poco a poco, se iba a levantar otra radicalmente diferente que alcanza su puesta de largo en los años sesenta, momento en el que se va a construir el nuevo edificio que albergará al viejo Instituto José María de Pereda.

Los pivotes sustentantes de esta nueva ciudad fueron esencialmente dos: el de-sarrollo económico y los planes de reconstrucción tras el incendio de 1941.

En lo que se refiere al primer aspecto, el sustrato del nuevo dinamismo econó-mico se forjó, esencialmente, con la industria y las actividades mineras. Las décadas de 1940 y 1950 fueron, en Cantabria, las de la cristalización del largo proceso de industria-lización iniciado en las últimas décadas del siglo XIX y que ha continuado a lo largo de casi un siglo. Tomó como base la preeminencia de las grandes industrias, sobre todo, la química y la siderometalúrgica básicas, que descansan en el empleo de una abundante mano de obra8. Paralelamente se produjo el hundimiento definitivo de las industrias de bienes de consumo que habían nacido en el último tercio del siglo XIX y habían alargado sus buenos años a lo largo del primer tercio del siglo XX. De esta quema sola-mente parece salvarse la industria conservera del oriente de la provincia que aumentó el volumen de su producción y el número de obreros9.

Entre 1940 y 1962, según Ortega de Valcárcel, se crearon 31.005 empleos. Mano de obra que fundamentalmente engrosaron las instalaciones industriales del arco de la Bahía (Nueva Montaña Quijano, Corcho e Hijos, Sociedad Cirages Français) y de otras cercanas (Cros S.A; Estándar Eléctrica S.A y Talleres de Astillero). Si a este desarrollo industrial de Santander le sumamos el de Torrelavega, Reinosa, y en menor medida el de otros puntos de la región, no nos debe extrañar que Cantabria fuera a mediados del siglo XX una de las provincias más industrializadas de España. En 1960 la población activa de la provincia llegaba a 160.210 personas (144.292 hombres y 15.918 mujeres) sobre un total de 440.000 habitantes, y la renta por habitante se situa-ba en 22.300 pesetas lo que se traducía, según el Banco de Bilbao, en que la provincia ocupara el sexto puesto en el ranking de renta del conjunto de las provincias españolas.

8.- J. Ortega de Valcárcel: Industrialización y desarrollo económico en Cantabria. En Papeles de Economía. Econo-mía de las Comunidades Autónomas. Cantabria, 13. Pág. 18. 1994.9.- J. Ortega de Valcárcel: Gentes de mar en Cantabria. Págs. 19-32. UC/Banco de Santander. Servicio de Publicaciones de la UC. 1996.

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En este último sentido, los poderes públicos no se recataban al ensalzar, de una manera triunfalista, que el desarrollo económico de la provincia alcanzaba en algunos aspectos niveles europeos, que la población tenía un bienestar sensiblemente superior a la mayoría del país, aunque reconocieran que a algunas zonas de los Valles Altos y de la rasa litoral todavía no habían llegado esas mejoras. Atribuían estas bondades, por un lado, al desarrollo de la diseminación industrial que permitía una economía mixta (agropecuaria, pesquera e industrial), es decir, a un tipo de obrero-agricultor que mez-claba en sus actividades diarias el trabajo en una empresa y el de una pequeña explo-tación agropecuaria, siendo ayudado en esta última por su esposa e hijos menores; por otro lado a una menor emigración desde el campo en contraste con épocas anteriores por una mayor capacidad de retención de los núcleos industriales provinciales, que ha-cían que, incluso, se produjera un fenómeno de inmigración desde Castilla, aunque se reconociera que muchos de nuestros emigrantes se dirigían a Europa y a las provincias de mayor atracción industrial, como Madrid y Vizcaya. Así concluían señalando que Santander era por su renta agrícola, industrial, servicios y población activa una provin-cia equilibrada en lo económico10. Además, estos hechos supusieron la llegada de una avalancha de gente a la que hubo que ofrecer todo tipo de servicios: alojamientos, ocio, cultura, deporte...

Con esta base, la ciudad de Santander entró en la década de 1960, y se asentó y expandió al compás de los efectos del Plan de estabilización de 1959 y el componente de liberalización económica que le acompañó. Esto posibilitó numerosos cambios en la actividad productiva de España que se concretaron, entre otros aspectos, en los Planes de desarrollo. En el caso de Cantabria la vitalidad anterior se mantuvo bajo la forma de una crisis larvada que terminó por manifestarse a partir de finales de la década de 1970 cuando algunas grandes empresas de la región comenzaron a tener serias dificultades, lo que se reflejó en la reducción del número de sus trabajadores. Esta reducción de los efectivos obreros se detecta perfectamente al considerar la población activa en donde constatamos que en los años 60 la población ocupada en la industria representaba en la ciudad de Santander un 29,4 %, o un 38,9 %, si incluimos el sector de la construcción; pero, en realidad, desde los inicios de la década el sector terciario no dejó de crecer, primero de una manera lenta pues pasó del 54,2 %, en 1960, al 57,2 % en 197011 y después de forma más rápida. Santander se estaba convirtiendo en un auténtico centro de servicios para toda la provincia.

Una de las consecuencias más importantes aquella expansión fue el crecimien-to urbano ante la llegada de una numerosa población (Tabla 1).

10.- BMS. M-660. Periódico Alerta. Suplemento extraordinario. 1 de abril de 1964.11. E. Martín Latorre y A. de Meer Lecha Marzo: Creación y transformaciones de un espacio urbano: Santander, 1750-1990. En Estudios sobre la sociedad tradicional cántabra. A. Montesino González (Ed.). Pág. 217. UC/Asamblea Regional de Cantabria. Servicio de Publicaciones de la UC. 1995.

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Tabla 1

EL INCREMENTO DE LA POBLACIÓN DE SANTANDER (1930-2016)

AÑOS POBLACIÓNCRECIMIENTO

INTERDECENAL% ÍNDICE

1930

1940

1950

1960

1970

1981

1991

1998

2001

2006

2011

2016

79.226

98.282

100.069

114.430

148.845

179.594

191.079

185.967

180.747

175.630

179.921

173.656

--

19.056

1.787

14.361

34.415

30.749

11.485

- 5.112

-5.220

-5.117

+4.291

-6.265

--

24.05

1,81

14,35

30,07

20,65

6,39

- 2,67

- 2,80

- 2,83

+ 2,44

-3,78

100

124

126

144

187

227

241

235

228

222

227

219

Fuente: Censos de población. INE.

El crecimiento de la población santanderina ha venido manifestándose, con algunos altibajos, desde la década de 1930; pero las ganancias más notables las ha al-canzado en los años que discurren entre 1960 y 1981, cuando se disparó la llegada de efectivos a la ciudad ante las buenas perspectivas para encontrar trabajo en la industria, la construcción y las actividades del sector terciario que estaban en franco desarrollo y cedía el fenómeno migratorio. A partir de 1981, la población de la ciudad de Santander comenzó a descender suavemente debido a un fenómeno de redistribución geográfica (periurbanización); es decir, bastantes santanderinos optaron (hoy también) por fijar su residencia habitual en municipios adyacentes al de la ciudad buscando una mayor calidad de vida en urbanizaciones donde predomina la casa chalet adosada o aislada y las edificaciones de poca altura con mayores espacios verdes y menor hacinamiento12.

Por otro lado, si comparamos la población de la ciudad de Santander, con el total regional para los años de 1960 y 1970, vemos que, entre ambas fechas, pasó de

12.- Vide P. Requés Velasco: Población y territorio en Cantabria. UC/Asamblea Regional de Cantabria. Servicio de Publicaciones de la UC. 1997.

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concentrar una cuarta parte de la población regional (26,48 %) a casi un tercio (32,00 %), situación que se ha mantenido, al menos, en las dos siguientes décadas (35,15 % y 34,45 %, respectivamente).

Al mismo tiempo estos hechos hicieron reflexionar a los poderes públicos sobre la necesidad de dotar de viviendas, infraestructuras, espacios de ocio y culturales... a esta masa de población en continuo aumento, y para ello aprovechando la oportunidad de remodelar la ciudad que brindó el incendio de 1941 se embarcaron en sendos planes de ordenación urbana (Plan de Reforma Interior, subsiguiente al incendio y Plan Co-marcal de Santander de 1955).

El resultado del primer plan fue la remodelación del centro histórico y la expul-sión de las actividades tradicionales (industria, comercio, servicios, vivienda modesta), y, cómo no, de la población más vulnerable, de menores recursos, que acabaron asentán-dose en los márgenes del tejido urbano y en viviendas de baja calidad. En esa periferia es donde va a proyectarse el edificio que albergará el futuro Instituto José María de Pereda.

Sobre las cenizas del incendio surgió otra ciudad muy distinta a la anterior. Una cuadrícula donde sus calles rectas destacaban sobre el anterior abigarramiento; donde sus nuevos edificios de mayor altura y, en muchos casos, de porte señorial, contrastaban con las antiguas y vetustas edificaciones que se había llevado por delante el incendio. Se había apostado por crear un área residencial de calidad que se iba a especializar en las actividades terciarias13. Naturalmente en este espacio no cabía un instituto de nueva creación cuando ya existía muy cerca del mismo el Instituto de Santander (hoy, Santa Clara).

El segundo plan que está relacionado con el anterior insiste en unir desarrollo industrial y desarrollo urbano, y en consecuencia da lugar una mayor zonificación y segregación del espacio urbano que se manifiesta en la idea de tratar de encajar a cada grupo social en un determinado espacio partiendo de su nivel de renta lo que da como resultado que para los grupos acomodados se reserve la zona del Sardinero, Valdenoja, Menéndez Pelayo y la mitad superior de la ladera sur de General Dávila (el extremo opuesto a la ubicación del Instituto José María de Pereda); para los grupos de tipo medio y modesto se acota la zona norte y sur de General Dávila (donde se implanta el Instituto José María de Pereda) y la calle Alta. La industria y los transportes se relegan al arco este de la Bahía14.

La materialización de este plan comienza a llenar de viviendas los intersticios

13.- R. Rodríguez Llera: La reconstrucción urbana de Santander, 1941-1950. Institución Cultural de Cantabria. Diputación Provincial de Santander. 1980. 14.- P. Gómez Portilla y J. María Ureña Francés: Procesos de estructuración territorial en torno a la Bahía de Santan-der. Ciudad y territorio. Pág. 18-20. 1984.

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proyectados, y con ellas se fraguan otros servicios, como los escolares15. El desarrollo del segundo plan destacó por un crecimiento desordenado y una fuerte dosis de espe-culación dando lugar a la construcción de muchas viviendas para trabajadores que se caracterizaron por su escasa calidad y la nula urbanización del entorno.

No obstante, el auténtico empuje transformador se produjo a partir de 1960, cuando los poderes públicos, que aspiraban a más, centraron sus esfuerzos y desvelos en apoyar una política industrial a nivel regional que facilitó la ampliación de la fá-brica de SNIACE, Solvay, General, Nueva Montaña y la implantación en Gajano de una factoría de caucho sintético y negro humo, sin olvidar a las pequeñas y medianas empresas; que demandó que se siguieran ejecutando los tramos correspondientes del puerto para ir completando sus muelles y la ampliación de la zona de servicios; que se iniciaran las obras en la márgenes del canal de entrada a la Dársena de Maliaño; que se ejecutara la ampliación del refugio de Áliva y se edificara el Parador de Fuente Dé junto al Teleférico que se estaba construyendo o que se impulsara el turismo en Laredo; que se invirtiera en la mejora de la red viaria..., en fin, que la Diputación Provincial elabo-rara un presupuesto extraordinario de 400 millones para abordar obras comarcales de abastecimiento de aguas, sanidad, comunicaciones, cultura.

A finales de 1963 el gobernador civil, José Elorza Aristorena, en entrevista con-cedida al diario Alerta señalaba que entre las realizaciones de aquel año, además de las señaladas anteriormente, se encontraban, en lo que se refiere al ámbito de la educación, la creación de la escuela de Ingenieros, el Instituto Femenino de Enseñanza Media, Secciones Delegadas de Enseñanza Media en Santander y la provincia; la Escuela de Peritos y Minas y Formación Profesional en Torrelavega, amén de veintiocho escuelas terminadas y otras cincuenta en estado de construcción16.

Si fijamos nuestra atención en la ciudad de Santander, aquel despliegue cons-tructivo iniciado después del incendio, sometido a presiones de todo tipo, dio como resultado que, entre 1941 y 1960, se reconstruyera la zona siniestrada de acuerdo a los parámetros ideológicos del régimen y a criterios urbanísticos modernos. Los Libros de Actas de los Plenos celebrados por el Ayuntamiento de Santander referentes a aquellos años nos informan puntualmente de la marcha, del ritmo, de los obstáculos, de los acuerdos que se adoptaron. Por ellos desfilan tantas actuaciones que formarían una lista interminable, pero de ellas podemos destacar a modo de ejemplo: la prolongación de la Avenida de Calvo Sotelo por el este hasta Puerto Chico y por el oeste hasta la altura del Gran Cinema; la prolongación de la avenida de Reina Victoria desde La Magdalena a la Playa de la Concha, la expropiación de la fábrica de Gas Lebón S.A. para abrir una vía de enlace entre Castelar y la avenida de Reina Victoria, la mejora del acceso a la Plaza de la catedral, la adquisición de terrenos para la futura Universidad, la progresiva apertura de la avenida de los Castros..., la pavimentación de calles, el abastecimiento de

15.- No hace falta nada más que echar un vistazo a los Libros de Actas del Ayuntamiento de Santander para constatar este fenómeno. Ejemplos serían los Libros número 120, 121, 122... y la prensa de los años 60 (Alerta y El Diario Montañés) 16.- BMS. M-659. Última Plana del 31-12-1963: Un año de importantes realizaciones para la Montaña.

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agua, la construcción de viviendas...17

En cualquier caso, esto supuso reservar la zona siniestrada para las clases más pudientes mientras que las de menos recursos tuvieron que fijar su nueva residencia en las numerosas viviendas que se alzaron en las nuevas barriadas que fueron surgiendo en la periferia de la ciudad (Santos Mártires, José María de Pereda, Pedro Velarde, Canda Landaburu, el Poblado de Pescadores Sotileza y el Barrio Pesquero, Poblado de Campogiro...).

La continuidad de tal hecho se manifestó con todo su rigor en los años posterio-res y así se pusieron en marcha, entre otros muchos, el Polígono de Cazoña, viviendas en la Colonia de los Pinares, calle Alta y Calzadas Altas, avenida de San Fernando, Ca-milo Alonso Vega, bajada de la Gándara, Prado de San Roque, bajada de San Juan, La Albericia... por lo que no nos debe extrañar que el alcalde explicara en 1964, de forma muy triunfalista, que los retos que había que abordar en los próximos años se podían resumir en la mejora de la red de aguas, el acondicionamiento del Palacio Municipal, el Plan turístico del Sardinero para transformar la parte noroeste de la segunda playa, el Plan comprensivo de Las Llamas para liberar espacio para construir trasladando el complejo deportivo proyectado a La Albericia, la pavimentación y el alumbrado públi-co, la transformación total de La Albericia construyendo el complejo deportivo y mil viviendas, la remodelación de Atarazanas, e incluso hablaba de desarrollar la gran ave-nida de oeste tras trasladar las estaciones ferroviarias al oeste de la Peña del Cuervo18.

Este halagüeño panorama comenzó a hacer aguas de la mano de la crisis del petróleo de 1973, momento a partir del cual se manifestaron los grandes retos que tuvieron que afrontar las grandes empresas para sobrevivir en un mercado cada vez más competitivo y con una energía cara. Los dos problemas más graves eran el de la transformación tecnológica de las empresas y el del incremento de la productividad. Ambas cuestiones se hicieron más críticas a finales de los años 70 y primera mitad de los 80, cuando los beneficios industriales comenzaron a decrecer y muchas empresas redujeron sus plantillas dando lugar a un auténtico desmantelamiento de las grandes industrias tradicionales (Arco de la Bahía, Torrelavega, Corrales Buelna, Reinosa...). Fenómeno que aumentó con la entrada de España en la actual Unión Europea, y que se tradujo en un continuo aumento del número de parados. La alternativa a esa pérdida de actividad industrial y empleo ha venido de la mano de la Sanidad, la Educación y la Administración. En este proceso Santander, capital de la región y sede del Gobierno, ha sido la gran favorecida al concentrar los servicios a escala regional.

2.- Santander, educación y cultura

Santander, inmediatamente después de finalizada la Guerra Civil, en poco o nada se diferenciaba del resto de las provincias españolas. Miseria, hambre, miedo, re-presión, ajustes de cuentas personales, tribulaciones de todo tipo... anidaron en su nue-

17.- AMS. Libros de Plenos números 117-1 (1948-1951), 117-2 (1951-1953), 118-1 (1953-1955), 118-2 (1955-1957), 119-1 (1957-1959).18.- BMS. M-661. Periódico Alerta de 18-7-1964. Suplemento extraordinario. Pág. 12.

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va sociedad. Los cauces vehiculares de la nueva cultura implantada por los vencedores fueron fundamentalmente, por un lado, la Falange, la Sección Femenina y el Ateneo de Santander, que representaban la cultura oficial, y la Acción Católica que difundía las posiciones de la Iglesia, y, por otro lado, el sistema educativo.

En lo que se refiere al primer aspecto, lo singular y diferenciador, con respecto a otras provincias, fue la aparición temprana de grupos de personas con inquietudes culturales que encontraron en el entonces gobernador civil, Joaquín Reguera Sevilla, a una persona receptiva, dentro de los cauces del Régimen, para poder desarrollar sus propuestas, olvidándose de la clásica dicotomía izquierdas/derechas.

Este dejar hacer, dentro de un orden ideológico y moral, dio como resultado el que la ciudad volviera a vivir un cierto renacer cultural que se reflejó en el nacimiento y desarrollo del Grupo Proel, el de la Biblioteca Menéndez Pelayo, el Ateneo de San-tander, el Centro de Estudios Montañeses, las redacciones de Alerta y El Diario Montañés, las tertulias en los cafés, la Isla de los ratones, la Galería Sur, la Escuela de Altamira...19.

Esta acción cultural se prolongó a lo largo de los años cuarenta y cincuenta, e incluso se adentró en la década de 1960, dejándonos un sinfín de publicaciones y una clara promoción de muchos escritores montañeses y foráneos, algunos de ellos conside-rados malditos por su militancia ideológica.

Exposiciones de pintura, recitales de poesía, cursos de cinematografía, confe-rencias, charlas..., perfectamente tamizadas desde el poder llenaron, en un inexorable ciclo anual, que se extendía por los meses del otoño/invierno y la primavera, los locales del Ateneo, los de la revista El Gato Verde o los de la Acción Católica, sitos, estos últimos, en la calle Rualasal. El verano era el espacio de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo.

Como simple ejemplo de lo que en aquellos mediatizados templos se cocía po-demos señalar que en el año 1955 se celebró, en el mes de abril y en coincidencia con los ‘Conciertos de Invierno’, una Exposición del Magisterio Montañés en el más puro estilo propagandístico patrocinada por Falange para resaltar a través de cien obras la labor de los maestros. Como no podía ser menos, en el mes de junio, la Sección Feme-nina programó, desarrolló y clausuró con la debida pompa sus ‘Tardes de Enseñanza’. En el mismo mes de abril la revista El Gato Verde programó una conferencia del sacer-dote Esteban Castrillo, profesor de religión del Instituto José María de Pereda, titulada ‘En torno al existencialismo’, a la que siguió en el mes de septiembre un ciclo titulado ‘Panorama del Teatro Actual’.

El Ateneo, por su parte, celebró sesión de la Sección de Ciencias Médicas con destacadas intervenciones de especialistas, atendió las disertaciones de Roberto San-mells, escuchó el Recital de canto de los premiados con el premio ‘Estanislao Abarca’ y se deleitó con conferencias como las de Redonet y Gerardo Diego, entre otros.

19.- A este respecto es muy instructiva la lectura del libro de A. García Cantalapiedra: Desde el borde de la memoria. Stvdio. Santander, 1991.

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La Acción Católica, en sus instalaciones de la calle Rualasal, centró su atención preferente en los alumnos de Preuniversitario y Universidad, y contando con sacerdotes y seglares que impartían docencia en el Instituto de Santander, trataron y abordaron cuestiones como ‘La ruptura con la Iglesia’ (Eduardo Obregón Barreda), ‘Dinero y Apostolado’ (Gabriel Palomero), ‘El humanismo ateo’ (Francisco Pérez), ‘Los fieles y la potestad del magisterio’ (Salaverri), o ‘La Iglesia y el mundo actual’ (Ciclo de confe-rencias)20.

Ahora bien, no es nuestro propósito seguir por esta línea sino centrarnos en el cauce del sistema educativo, pues qué contraste de todo lo anterior con el anuncio de que 10.000 niños cántabros “recibirían gratis leche y mantequilla a media mañana”21.

A nadie se nos escapa que el sistema educativo ha sido tradicionalmente un campo de batalla en el que nadie ignora el poder que comporta la educación como arma modeladora y orientadora del carácter y de las opiniones de los individuos22, de manera particular, en los primeros años y en la adolescencia. Por estas y otras razo-nes, a lo largo de los diversos momentos históricos, los grupos de poder con capacidad de influencia en la sociedad han tratado de controlar, cuando no de usar como arma arrojadiza, los diferentes canales de difusión educativa con el objeto de orientar com-portamientos, fijar hábitos y formar estados de opinión favorables a sus planteamientos ideológico-sociales.

La ciudad de Santander, como las del resto de España, ha vivido los dos gran-des momentos de la política educativa de nuestro país: el que comúnmente identifica-mos con el periodo del franquismo (1936-1975) y el que se extiende desde la llegada de la democracia hasta la actualidad (1975-...).

El primero, que es el que nos interesa en estos momentos, fue la consecuencia de una guerra civil (1936-1939) ganada por el bando defensor de la revolución antibur-guesa y antiurbana, de sentimiento nacionalista con ayuda de las potencias del Eje y la inhibición de las democracias occidentales.

Los vencedores del conflicto rápidamente implantaron (apoyados por el ejér-cito, un partido único - FET y de las JONS-, una nueva concepción de las relaciones laborales y el nacional-catolicismo) una concepción totalitaria del Estado que se man-tendría hasta 1945, para después de esa fecha convertirse en autoritaria como conse-cuencia del aislamiento internacional al que fue sometido el Régimen franquista.

En estos primeros años, de contrarreforma y represión, a la educación se le asignaron dos grandes papeles: el de la beligerancia y el de la politización. La belige-rancia se asentó al constituir uno de los medios de socialización más importantes con los

20.- Todas las referencias aportadas en BMS. M-636. Periódico Alerta. Página 2 de los periódicos de 1955. 21.- BMS. M-636. Periódico Alerta de 22 de septiembre de 1955. Pág. 2.22.- Vide, entre otros. M.W. Apple: Ideología y currículo. Akal. Madrid, 1986. Educación y poder. Paidós/MEC. Barcelona, 1987. B. Berstein: Clases, Códigos y control. II. Madrid, 1988.

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que contaba el nuevo Estado para sus fines de adoctrinamiento total23. Tras el desman-telamiento de la obra republicana basada en el laicismo se impuso un marco educativo confesional y agobiante, que implicó, entre otras cosas, la obligatoriedad de la enseñan-za religiosa y el control de profesores y alumnos a través de las prácticas religiosas. La politización fue la consecuencia del desarrollo de la idea de dar nacimiento a un “hom-bre nuevo en una España nueva”, algo que necesitaba el nuevo régimen político y que se tradujo en la simbiosis de la Iglesia y el Estado, dando lugar al nacional-catolicismo y la reconquista espiritual de los españoles (por parte de la Iglesia) haciendo la vista gorda sobre los verdaderos problemas que tenía España24.

En medio de esta confusión consciente y consentida de valores religiosos y po-líticos (alimentada por los discursos oficiales), se producirá una cierta tensión entre las dos fuerzas totalizadoras del régimen franquista: los defensores del monopolio de la enseñanza por el Estado (Falange), siempre dispuestos a condenar como intromisión de la Iglesia en la política el más pequeño deslizamiento de la Acción Católica en el campo laboral o estudiantil y la Iglesia, que aspiraba a ser la fuerza social de referencia con competencia exclusiva sobre la educación. Tales hechos se vieron reflejados en las tres leyes más importantes del período:

a).- Ley de 20 de septiembre de 1938, sobre la reforma de la segunda ense-ñanza, al regular este nivel de enseñanza proclamando en la exposición de motivos que “Iniciase con la reforma de la parte más importante de la Enseñanza Media –el Bachillerato Universitario- porque el criterio que en ella se aplique ha de ser norma y módulo de toda la reforma, y porque una modificación profunda de este grado de Enseñanza es el instrumento más eficaz para, rápidamente, influir en la transformación de la sociedad y en la formación intelectual y moral de sus futuras clases directivas”25. Con ello quedaba claro que se abandonaba la tradición liberal del Bachillerato conce-bida como una prolongación de la Enseñanza Primaria y como medio de la formación básica del hombre y del ciudadano. Además, para que no quedara ninguna duda sobre los fines que se proponían alcanzar, en el Artículo preliminar se establecía que los prin-cipios fundamentales “que informan la presente Ley reguladora del Bachillerato son los siguientes: 1º.- Empleo de la técnica docente formativa de la personalidad sobre un firme fundamento religioso, patriótico y humanístico”26.

b).- Ley de 29 de julio de 1943, sobre la ordenación de la Universidad española. Nuevamente, en esa pugna ya señalada, la Falange logra imponer sus criterios y la Ley

23.- Manuel de Puelles y Emilio Lázaro: Política y legislación educativas. Ministerio de Educación y Ciencia. Universidad Nacional de Educación a Distancia. Pág. 31. Madrid, 1983. Manuel Utande Igualada: Treinta años de Enseñanza Media (1938-1968), en Revista de Educación Nº 240 (Sept.-Oct.), 1975. 24.- Vide, entre otros. R. Gómez Pérez: Política y religión en el régimen de Franco. Págs. 119 y ss. Dopesa. Ma-drid, 1976. N. Cooper: La Iglesia: de la “cruzada” al cristianismo. Págs. 93-146. En P. Preston: España en crisis: la evolución y decadencia del régimen de Franco. FCE. Madrid, 1978. J. Luis Orella Martínez: La construcción en solitario del Estado católico (1945-1959). Págs. 793-822. En Javier Paredes (dir.): Historia de España Contemporánea. Sello Editorial. Barcelona, 2009.25.- Ley de 20 de septiembre de 1938. BOE. Nº 85, de 23 de septiembre. Pág. 1.385.26.- Ley de 20 de septiembre de 1938. BOE. Nº 85, de 23 de septiembre. Pág. 1.388.

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confirma el monopolio estatal con respecto a la Universidad con el fin de “realizar y orientar las actividades científicas, culturales y educativas de la Nación con la norma de servicios que impone la actual Revolución española27”. Así, toda la Ley rezuma falan-gismo por los cuatro costados al señalar, incluso, que el rector deberá ser un catedrático militante de FET y de la JONS o que los profesores necesitarán un certificado de la Secretaria General del Movimiento en que conste su adhesión a los principios del Esta-do, etc. No obstante, en esa simbiosis de Iglesia y Estado, la Universidad tendrá como guía, como establecen los Artículos Tercero y Cuarto “el dogma, la moral cristiana, las normas de derecho canónico y los principios del Movimiento”.

c).- Ley de 17 de julio de 1945, sobre la Enseñanza Primaria se enmarca en una situación política en la que se ha producido la total derrota de las potencias del Eje y el Estado busca, en medio del aislamiento internacional al que es sometido, unas alianzas más sólidas. En esta situación volvió a reproducirse la sórdida pugna por el control de la educación entre los contendientes tradicionales, pero, en esta ocasión, la balanza se decantó a favor de la Iglesia triunfando el principio de subsidiariedad del Estado al establecer en el preámbulo que “se abre ancho cauce en la creación de escuelas a la colaboración del Estado, la Iglesia y las Corporaciones Públicas, las Empresas y la sociedad en general”28. Este hecho se completa desde el mismo momento en el que la Ley reconoce a la Iglesia “el derecho que, de manera supereminente e independiente de toda potestad terrena, le corresponde para la educación por títulos de orden sobrenatu-ral...29”. Todo ello se completa con otros elementos como la inspiración en los principios religiosos y la tradición, la restauración de la formación católica de la juventud, la sepa-ración de sexos, la clasificación de escuelas en públicas y privadas, etc.

Finalizada la Segunda Guerra Mundial con la derrota total de las fuerzas del Eje, España quedó aislada: no formó parte de la ONU, no se benefició de los progra-mas de reconstrucción europea (Plan Marshall), y tras las condenas formuladas contra el régimen en la Conferencia de Potsdam (1945) y en la ONU (1946) se llegó a una resolución que recomendaba la retirada de todos los embajadores de Madrid. Sin em-bargo, la Iglesia no cesó en su apoyo, viéndose recompensada con el reforzamiento de su situación de privilegio lo que determinará el reconocimiento del régimen político por la Santa Sede, y con ello la legitimación exterior.

Este mayor acercamiento a la Iglesia posibilitó el nombramiento de Joaquín Ruiz Jiménez como ministro de Educación (1951-1956) y al mismo tiempo se suprimió del Ministerio de Educación la Dirección General de Propaganda, de connotaciones marcadamente nazis, y se transfirió a otro Ministerio (Información y Turismo)30, lo que supuso una timidísima liberalización del sistema que pronto chocó contra el muro de la rigidez de los inmovilistas impidiendo una auténtica política liberal que le llevó de

27.- Ley de 29 de julio de 1943. BOE. Nº 212, de 3 de julio. Ref. BOE A-1943-7181. Pág. 3.28.- Ley de 17 de julio de 1945. BOE. Nº 199, de 18 de julio. Pág. 386.29.- Ley de 17 de julio de 1945. BOE. Nº 199, de 18 de julio. Pág. 386. 30.- Salvador Giner San Julián: Libertad y poder político en la Universidad Española: el movimiento democrático bajo el franquismo. En P. Preston: España en crisis: La evolución y decadencia del régimen de Franco. Pág. 316. FCE. Madrid, 1978.

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cabeza a la crisis de 1956.

A Joaquín Ruiz Jiménez y a su equipo se debe la atención preferente por la Enseñanza Media y Profesional. La nueva Ley de Ordenación de Enseñanza Media de 26 de febrero de l953, por un lado, deroga la anterior Ley de 1938 y expulsa al baúl de los recuerdos la beligerancia con la que había nacido pues “la evolución de las cir-cunstancias históricas, el desenvolvimiento de los métodos pedagógicos y otras hondas razones de carácter social y político, aconsejan proceder a una reordenación de este grado de enseñanza...31”. No obstante, aunque en ella se siguen manteniendo los princi-pios del nacional-catolicismo (dogma, moral católica, derechos de la Iglesia conforme al Derecho canónico) y los principios fundamentales del Movimiento (Capítulo Primero. Principios fundamentales. Sección Primera. Principios jurídicos)32, la división del Ba-chillerato en elemental y superior abrió el camino para extender la educación hasta los catorce años, punto de partida de otras ampliaciones posteriores, y popularizar el título de bachiller elemental.

Además, el equipo ministerial de Ruiz Jiménez dio a conocer la Ley de Forma-ción Profesional Industrial de 20 de julio de 1955 que tenía como objetivo la modifi-cación de la Ley de 1928 porque “resulta obvia de que la transformación industrial de España necesita, en forma perentoria, unos fundamentos educativos capaces de pro-porcionar el elevado número de especialistas y cuadros técnicos de mando de grado medio sin los que aquella no sería viable”33. En definitiva, era poner en contacto a la industria con las escuelas de aprendizaje y maestría, pero, además, se abre al reconoci-miento de las escuelas estimuladas por otros organismos e instituciones (Iglesia, Orga-nización Sindical, Ejército, Empresa privada) y establece los términos de colaboración y obligaciones económicas de las empresas y entidades.

Finalmente, se abordó la cuestión de las enseñanzas profesionales en su nivel superior mediante la Ley de 20 de julio de 195734, de ordenación de enseñanzas técni-cas. Era la respuesta necesaria a la industrialización que se había iniciado en la década de 1950.

Las ideas aperturistas de Joaquín Ruiz Jiménez, católico tolerante, nunca pu-dieron llevarse del todo a la práctica al carecer de los recursos económicos necesarios y, en consecuencia, nunca pudo poner remedio a los problemas y necesidades del sistema educativo español35. Su actuación provocó ataques por parte de los falangistas y la ex-trema derecha coincidiendo con el declive de la Falange, la redoblada influencia de la Iglesia, la burocratización del SEU y la llegada de una nueva generación de estudiantes que habían nacido después de la guerra y que muy pronto se politizaron. El punto culminante de la crisis fueron los sangrientos enfrentamientos entre falangistas y las frustradas élites estudiantiles al ver como la tímida apertura cultural se desvanecía entre

31.- Preámbulo de la Ley de 27 de febrero de 1953. BOE. Nº 58, de 27 de febrero. Pág. 1.119. 32.- Ibidem. Pág. 1.120.33.- Preámbulo de la Ley de 20 de julio de 1955. BOE. Nº 202, de 21 de julio. Pág. 4.442.34.- BOE. Nº 187, de 22 de julio de 1957.35.- Stanley G. Payne: El franquismo. Segunda parte. Pág. 55. Arlanza Ediciones. Madrid, 2005.

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el laberinto de las prohibiciones. El ministro dimitió y Raimundo Fernández Cuesta (ministro del Movimiento Nacional) fue separado de su cargo.

Todos estos sucesos abrieron la vía del cambio y, Franco, en 1957, terminó por abandonar las propuestas falangistas y llevar a cabo una profunda renovación guber-namental en la que aparentemente se pretendió que en él estuvieran representadas, equilibradamente, todas las fuerzas que sustentaban el Régimen para abordar los nue-vos retos que se imponían a finales de los años cincuenta. En realidad, el poder se les otorgaba a los tecnócratas del Opus Dei y la Falange claramente perdía influencia36.

Esta fue la respuesta de Franco ante la senda de crecimiento económico que estaba tomando la economía española a finales de los años cincuenta. Este camino se reafirmó en los años sesenta cuando la expansión económica e industrial se hizo tan intensa que algunos autores han identificado como el decenio de la ‘Revolución industrial española’37. El proceso provocó, al menos, dos cambios fundamentales: un intenso y prolongado crecimiento económico que se alarga hasta 1973 y una profunda transformación social. Pero si en la política económica se abrieron nuevos horizontes, no sucedió lo mismo en la cuestión política donde primó el continuismo que se mani-festó en el rechazo a los partidos políticos y a los sindicatos de clase, en la ausencia de sufragio universal y en la negación de las autonomías. Fueron los años de la táctica del palo y la zanahoria.

¿En qué se tradujeron todos los hechos que venimos comentando? Parece ser que no se avanzó mucho pues en realidad la educación fue en la primera etapa del fran-quismo una de las olvidadas. En el caso de la ciudad de Santander, aunque lentamente, se sientan las bases de la posterior expansión de los años 60, se puede afirmar que el Ayuntamiento con la consiguiente ayuda de la Diputación Provincial y el Gobierno Ci-vil actuaron fundamentalmente en tres direcciones: Enseñanza Primaria, Universidad y Escuela de Magisterio, olvidándose de la Enseñanza Media.

a).- Enseñanza Primaria: Si repasamos las construcciones escolares que se po-nen en marcha en aquellos años nos damos cuenta del esfuerzo que se realiza pero de resultados escasos pues no se resuelve el problema de las necesidades escolares.

Leyendo las actas de los Plenos del Ayuntamiento de Santander se constata que todo el acento se pone en la reconstrucción de la ciudad, aunque para no faltar a la ver-dad los nuevos barrios que estaban surgiendo para albergar las clases menos favorecidas se entregaban con escuela. A estas se irán sumando la subvención a la Escuela Noctur-na Obrera, en 1948, encomendada por el obispo de Santander al sacerdote Antonio Gómez López-Hoyos con el fin de atender a los obreros de la ciudad38; el proyecto, en 1949, de construcción sobre el Cuartel de la Milicia (paseo de Canalejas) de un Grupo Escolar y aneja una Escuela de Reeducación Moral para cedérselos al Patronato de las

36.- José Luis Orellana Martínez: La construcción en solitario del Estado católico (1945-1959). En Javier Paredes (dir.): Historia de España Contemporánea. Págs. 793-821. Sello Editorial. Madrid, 2009.37.- G. Tortella: El desarrollo de la España contemporánea. Pág. 281. Alianza Universidad. Madrid, 1994.38.- AMS. Libro 117-1. Pág. 1. Pleno de 1 de diciembre de 1948.

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Escuelas de San Martín (Hermanos de la Doctrina Cristiana) a cambio de que impar-tieran enseñanza gratuita39; el proyecto, en 1950, de un Grupo Escolar en San Román de la Llanilla40; elevación, en 1951, de una planta en las Escuelas del Poblado de Canda Landáburu41; creación, en 1954, de una Sección de niños en la Escuela Municipal de Fuente de la Salud, otra en el Grupo Escolar Ramón Pelayo y una de Párvulos en la Aneja42; la propuesta al director general de Enseñanza Primaria, en 1955, la de crea-ción de una escuela de niños en el Sardinero43, que funcionaría en régimen graduado con la ya existente y en el mismo edificio de esta.

Estas actuaciones no parecen haber sido suficientes para cubrir las necesidades de una población en aumento y por ello en el año 1956 se puso de manifiesto el desequi-librio que se ha producido con la construcción de centros de Primaria en algunas zonas de la ciudad mientras que, en otras, precisamente en donde más crece la población, se aprecia un considerable déficit. Como ejemplo de saturación se señala el paseo de Ca-nalejas y como ejemplo de déficit alarmante La Albericia y San Román de la Llanilla, en consecuencia, se propone la construcción de sendos grupos escolares en La Albericia y San Román44.

En este mismo sentido, en 1959, y ante el incremento de la población escolar de la zona oeste de la ciudad y las insuficientes instalaciones, la Obra Social de la Falange pone a disposición del Ayuntamiento terrenos en ‘Quinta Porrúa’ con el fin de “poder solucionar el grave problema de la enseñanza planteado en relación con la situación escolar de dicho grupo”45.

Al mismo tiempo fueron surgiendo otros temas educativos como los relacio-nados con los viejos deseos de contar con estudios superiores en la ciudad. Se trabajó fundamentalmente en dos frentes: Universidad y Escuela de Magisterio.

b).- Universidad: Desde 1945, fecha de la creación de la Universidad Inter-nacional Menéndez Pelayo con sede en el antiguo Hospital de San Rafael, se venía trabajando para dotarla de unas instalaciones adecuadas. Los primeros pasos se dieron en 1949 cuando ante el interés mostrado por el Ministerio de Educación Nacional “para la construcción de una serie de edificios a fin de instalar en ellos la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, en el sitio de la Gándara, de El Sardinero para lo que se requiere que la capital y su provincia donen los terrenos correspondientes...” se propuso, tras reunión celebrada en Madrid, que el dinero necesario para adquirir los terrenos se obtuvieran mediante aportaciones a partes iguales, entre el Ministerio de Educación Nacional, la Diputación Provincial y el Ayuntamiento de Santander. Tanto el Ayuntamiento como la Diputación, faltos de fondos en aquellos momentos, acorda-

39.- AMS. Libro 117-1. Pág. 42. Pleno Extraordinario de 16 de febrero de 1949.40.- AMS. Libro 117-1. Pág. 128. Pleno Ordinario de 1 de enero de 1950.41.- AMS. Libro 117-1. Pág. 142. Pleno Extraordinario de 14 de febrero de 1951.42.- AMS. Libro 118-1. Pág. 206. Pleno Extraordinario de 10 de noviembre de 1954.43.- AMS. Libro 118-2. Pág. 42. Pleno Ordinario de 2 de noviembre de 1955.44.- AMS. Libro 118-2. Pág. 145. Pleno Ordinario de 2 de mayo de 1955.45.- AMS. Libro 119-2. Pág. 13. Pleno Ordinario de 9 de mayo de 1959.

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ron con el Ministerio de Educación Nacional que el Consejo Superior de Investigacio-nes Científicas abriera una cuenta de crédito en el Banco de Santander, suficiente para adquirir los terrenos, y que ellos fraccionarían el pago que les correspondía a cada uno, de 500.000 pts., en cinco anualidades. El dinero que tenía que aportar el Ayuntamiento se esperaba obtener de la subasta de los terrenos de la antigua cárcel y otros colindantes del Barrio de la Consolación46.

La senda emprendida aquel año de 1949 se fue completando a lo largo de los siguientes años mediante la compra de terrenos y la puesta a punto de las edificaciones del complejo de ‘Las Llamas’, como por ejemplo la construcción del llamado ‘Pabellón del Indiano’ y del ‘Colegio Mayor de la Provincia’47, implicando en su financiación a todos los Ayuntamientos pues se comienza a considerar que la consecución de una Universidad es algo que debe de atañer al conjunto de los poderes públicos y civiles de la provincia. El fin último de estas y otras actuaciones es un paso más en la ansiada consecución de una Universidad estable en la ciudad de Santander.

En el mismo sentido habría también que enmarcar la cuestión de la llamada Universidad del Norte. Cuestión que había lanzado a los cuatro vientos el periódico ABC en un artículo, en su edición del día 22 de julio de 1955, en el que tras desgranar razones varias (densidad de población, índice de alfabetización, vocaciones profesiona-les, distancia a los centros universitarios existentes...) se abogaba por el establecimiento en Santander de una Universidad “por haber asumido la jefatura de un movimiento pro universitario, por la fuerza irresistible de su propia vocación... (que) ... ha creado centros universitarios de hecho... (la Casa de Salud Valdecilla y la Biblioteca de Menén-dez Pelayo)... que están esperando su sistematización de derechos”48.

El guante fue recogido por algunos concejales del Ayuntamiento de Santander para proceder a preguntar al alcalde sobre el cruce de cartas y conversaciones mante-nidas por la Alcaldía con el Ministerio de Educación Nacional49. El alcalde, con la con-siguiente cautela política, contestó que la Alcaldía se había limitado, como vocal que era de la Junta del Centenario de Menéndez Pelayo, a firmar y publicar un documento conjunto con el mencionado organismo sobre la posible creación de Instituciones Uni-versitarias permanentes en la ciudad. Con ello no hacía nada más que poner en prácti-ca acuerdos adoptados previamente por el propio Ayuntamiento. No obstante, valoraba la posición del diario madrileño y tomaba en consideración su sugerencia.

La respuesta del alcalde suscitó una cierta polémica en la prensa local por lo que el Pleno del Ayuntamiento tuvo que acordar y publicar un escrito aclaratorio, y proceder a consultar la cuestión de la creación de Facultades Universitarias al Gober-nador Civil, máxima autoridad política de la provincia y sin el que no se podía dar ningún paso50.

46.- AMS. Libro 117-1. Pág. 69. Pleno Extraordinario de 3 de junio de 1949.47.- AMS. Libro 117-2. Pág. 155. Pleno de 2 de julio de 1952, y Libro 118-1. Pág. 199. Pleno de 20 de octubre de 1954.48.- ABC. Edición Madrid. La Universidad del Norte. 22 de julio de 1955. Pág. 18.49.- AMS. Libro 118-2. Pág. 28. Pleno Ordinario de 7 de octubre de 1955.50.- AMS. Libro 118-2. Pág. 455. Pleno Ordinario de 2 de noviembre de 1955.

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Naturalmente, la consecución de una Universidad siguió su curso y en el año 1958 el Ayuntamiento procedió a la adquisición en la Gándara (El Sardinero) de los te-rrenos necesarios (52 carros de tierra, de 150 metros cuadrados, a 11.000 pesetas el ca-rro) para la construcción de los laboratorios de la Universidad Internacional51, a lo que se sumó una nueva petición para implantar Enseñanzas Técnicas Superiores en 195952.

Los esfuerzos que hemos relatado no dieron los frutos deseados, y en realidad cayeron en saco roto. A finales de la década de 1950, las supuestas promesas hechas por las autoridades del Ministerio de Educación Nacional a las de Santander no se materializaron en algo tangible y se sufrió una enorme decepción cuando el Ministerio en 1959 decidió conceder Escuelas Especiales Universitarias a Sevilla, Oviedo y otras, excluyendo de la lista a Santander. La prensa aireó la decepción y todo el mundo se preguntó sobre las gestiones llevadas a cabo por el Ayuntamiento, teniendo en cuenta el mimo con el que se trataba a la Universidad Internacional y el hecho de haber adquiri-do ya los terrenos para los laboratorios de la misma. El alcalde se limitó a contestar que el tema se le había recordado al ministro correspondiente y que se estaba a la espera de poder gestionar la concesión de las Escuelas Técnicas. En esta situación la cuestión de la Universidad pasó a la siguiente década.

c).- Escuela de Magisterio: el hecho de que el dinero para financiar la com-pra de terrenos para la Universidad Internacional saliera de las ventas mencionadas (antigua cárcel y barrio de La Consolación) chocaba frontalmente con otro proyecto: el referente a la Escuela de Magisterio (antigua Escuela Normal de Maestros), proyec-tada en principio en la calle Alta, pues los terrenos que ocupaba la antigua cárcel se habían ofrecido para construir el nuevo edificio de la Escuela de Magisterio, dado el mal estado y alarmante deterioro del edificio donde se encontraba ubicada. En 1951 el Ayuntamiento recibía un oficio del director general de Enseñanza Primaria indicándole aquellos extremos y le rogaba se ratificase o no sobre el ofrecimiento del solar que había ocupado la antigua cárcel y otros colindantes en el barrio de La Consolación, y si no fuera posible la asignación de otro solar donde poder levantar el nuevo edificio.

La respuesta de la Corporación Municipal a este requerimiento fue negativa, pues en ella se constata que no se disponía en aquella zona de la ciudad nada más que de ese solar, situado en la calle Alta, y de otro pegado al anterior, “que están destinados a convertirse en Plaza Pública”. La Corporación Municipal para no faltar a su com-promiso ofreció a cambio otro solar en la misma calle “que lindaba al norte con la calle Santa María Egipciaca, al sur con la propia calle Alta, al este con la calle que la separa de la Clínica ‘18 de julio’ y por el oeste con la calle Consolación53”. Naturalmente, aquí no se construyó nunca el nuevo edificio de la Escuela de Magisterio.

Para resolver, definitivamente, el problema de la Escuela de Magisterio, y ante la insistencia de las autoridades educativas, la Corporación Municipal decidió “ceder

51.- AMS. Libro 119-1. Pág. 202. Pleno Ordinario de 6 de noviembre de 1958.52.- AMS. Libro 119-1. Pág. 279. Pleno Ordinario del 5 de febrero de 1959.53.- AMS. Libro 117-1. Pág. 299-300. Pleno Ordinario de 4 de julio de 1951.

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gratuitamente al Estado, para el Ministerio de Educación Nacional y con destino a la Escuela de Magisterio, anejas y demás servicios, los terrenos de propiedad municipal, sitos en la plaza de Numancia, entre las calles de Magallanes, Antonio Mendoza y Cis-neros...54”. Esta decisión puso de manifiesto, en 1957 algo que era sabido por todos, que los terrenos donde se iba a alzar la Escuela de Magisterio estaban ocupados por una Escuela y casas donde vivían varios maestros por lo que la Corporación Municipal tuvo que abordar la cuestión planteando la necesidad de “alterar la calificación jurídica de la finca55”, algo que evidentemente va a aprobar el Pleno del Ayuntamiento. La cons-trucción como tal se llevará a cabo en la década de 1960.

En fin, en el panorama que acabamos de analizar la gran olvidada fue la En-señanza Media. En los años cuarenta y cincuenta no se crea ningún nuevo instituto en la ciudad y sobre aquella no aparecen prácticamente referencias, salvo las aperturas de los cursos correspondientes. No deja de ser elocuente, a este respecto, que la Oficina de Información de la Presidencia del Gobierno se dirija al delegado administrativo de Educación Nacional de la Provincia de Santander (16 de marzo de 1959) para que “re-mita a la mayor brevedad posible relación de los centros de Enseñanza Media, Técnica y Laboral radicada en esa provincia, así como nota numérica de las unidades escolares existentes en los municipios de la misma...”. La relación de centros fue remitida el día 20 de marzo de 1959 y el panorama que traza de la Enseñanza Media era penoso, como podemos comprobar56:

- Enseñanza Media:o Instituto Nacional de Santander (mixto)o Instituto Nacional de Torrelavega (mixto)

- Enseñanza Técnica:o Escuela de Peritos Industriales (Santander) o Escuela de Maestría Industrial (Santander)o Escuela de Ayudantes Facultativos de Minas (Torrelavega)o Escuelas de Ayudantes Técnicos Sanitarios Femeninos (San-

tander)o Instituto Médico de Valdecilla

- Enseñanza Laboral:

o Instituto Laboral de Castañedao Instituto Laboral de Santoña

54.- AMS. Libro 118-1. Pág. 254. Pleno Extraordinario de 9 de marzo de 1955.55.- AMS. Libro 119-1. Págs. 26-27. Pleno Ordinario de 7 de agosto de 1957. El Pleno del Ayuntamiento del 4 de enero de 1950 había probado la propuesta de construir 16 viviendas para maestros que serán el punto de partida para llegar a la cifra de 101 (Libro 117-1. Pág. 129). La decisión se ratificó en Pleno Ex-traordinario de 13 de enero de 1951 (Libro 117-1. Pág. 233). 56.- AHPC. Delegación de Educación (Delegación Provincial de Educación). Legajo 3-6 documentos 113 y 115.

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II.- EL INSTITUTO JOSÉ MARÍA DE PEREDA: DE INB A IES

1.- Los primeros pasos en un tronco común (1956-1963)

A).- Camino común y carencia de espacioLos orígenes del Instituto de Educación Secundaria (originariamente Nacio-

nal de Bachillerato) José María de Pereda hunden sus raíces en los acontecimientos económicos y sociales que vivió Cantabria y, por ende, la ciudad de Santander, en la década de los años 50 y 60 coincidentes con las actuaciones educativas de los ministros Joaquín Ruiz Jiménez y, sobre todo, Manuel Lora Tamayo. Se puede considerar como el resultado de la combinación de varios factores, entre los que destacaron la política económica de los Planes de Desarrollo puestos en marcha en aquellos años, el continuo aumento del número de alumnos del único instituto público existente en la ciudad de Santander y las insistentes peticiones de los poderes públicos locales y provinciales, todo ello inserto en el ofrecimiento de un gran proyecto de expansión de la Enseñanza Media diseñado por el Ministerio de Educación y expuesto por el director general de Enseñanza Media en 1963, en su visita a la ciudad.

A mediados de los años 50, cuando ejercía como ministro de Educación Joaquín Ruiz Jiménez y se acababa de poner en marcha la Ley de Ordenación de Enseñanza Media, de 26 de febrero de 1953, la oferta educativa pública de la ciudad de Santander no era muy halagüeña. Se puede afirmar que, en realidad, era exigua, pues se reducía a la existencia de un Instituto Nacional de Enseñanza Media, varios colegios de carácter religioso y una ausencia de estudios universitarios, aunque existiera “un conjunto de escuelas superiores históricamente no universitarias, denominadas de “grado medio” por la titulación concedida”57.

En la documentación custodiada en el Archivo Histórico Provincial de Canta-bria (Fondo Santa Clara) se aprecia con nitidez que la denominación de Instituto Na-cional de Enseñanza Media José María de Pereda de Santander ya estaba establecida en el curso 1955-56, pues así se puede constatar en el encabezamiento del documento que remite la Dirección del Centro al Ministerio de Educación Nacional relacionando la nómina de los profesores con los que contaba58. Del mismo modo, en el primer Libro de Actas de Calificación (1956-57) que se encuentra depositado en el Archivo del IES José María de Pereda se aprecia la existencia de un centro escolar denominado Insti-tuto Nacional de Enseñanza Media del Distrito Universitario de Valladolid, apelativo que paralelamente subsiste con el anterior hasta el curso 1958-59. Es indudable que en aquellas fechas en el antiguo Instituto de Enseñanza Media de Santander del que B. Madariaga de la Campa y C. Valbuena59 han dado cumplida cuenta comenzó a

57.- Fidel Gómez Ochoa y Andrés Hoyo Aparicio: Miradas desde el XXV aniversario. Pág. 13. Vicerrectorado de Relaciones Internacionales y Extensión Universitaria y Servicio de Publicaciones de la Universidad de Cantabria. Santander 1997. 58.- AHPCAN. Fondo Santa Clara. Legajo 360.59.- Benito Madariaga de la Campa y Celia Valbuena: El Instituto de Santander. Institución cultural de Cantabria. Santander, 1971.

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diferenciarse un centro que acogía a los chicos y cuya denominación fue Instituto José María de Pereda y otro que acogía a las chicas y que entonces carecía de nombre espe-cífico pues simplemente se denominaba Instituto Femenino de Santander. A partir de aquella última fecha, curso 1959-1960, se consigna en los Libros de Actas, nuevamente, el nombre de Instituto Nacional de Enseñanza Media José María de Pereda60.

Ahora bien, desde el punto de vista formal y legal la denominación de Instituto Nacional de Enseñanza Media José María de Pereda quedó inequívocamente estableci-da por la Orden de 15 de Octubre de 1956 por la que se autorizaba al Instituto Nacio-nal de Enseñanza Media de Santander a ostentar la denominación que se cita, vista la propuesta elevada por la Dirección y el dictamen del Consejo Nacional de Educación, solicitando autorización para que el referido centro se llame José María de Pereda, nombre de uno de sus “hijos más ilustres, escritor cristianísimo, honra de las letras españolas61”.

¿Quiere esto decir que, al menos desde 1956, en el edificio en que hoy se encuentra el Instituto Santa Clara funcionaron paralelamente dos centros escolares independientes? Es indudable que, en aquella fecha, en el viejo Instituto de Santander comenzaron a diferenciarse dos centros, uno acogió a los chicos y su denominación fue, a partir de entonces, el de Instituto Masculino José María de Pereda, y otro que acogió a las chicas y que, en aquellos momentos, careció de nombre específico y simplemente se le denominó Instituto Femenino de Santander.

Ambos centros tuvieron inicialmente, durante los años 1956 a 1963, un único director y un único edificio para el desarrollo de sus actividades. En 1963 se separaron formalmente al crearse el Instituto Femenino. Así, entre 1963 y 1966, convivieron en el antiguo edificio del Instituto de Santander dos centros escolares de Enseñanza Media, con sus respectivos directores, y separados por sendos tabiques que individualizaban dos zonas, la del este y la del oeste, una para las chicas y otra para los chicos. En defini-tiva, de un tronco común, el viejo Instituto de Santander, surgieron en fechas distintas dos centros escolares de Enseñanza Media, uno masculino y otro femenino. Finalmen-te, todo nos indica que el Instituto José María de Pereda cumple en realidad 60 años, pues, como veremos, lo que cumple 50 años es el edificio en el que se encuentra ubicado en la actualidad.

Desde el mismo momento en que se decidió dar el nombre de Instituto Nacio-nal de Bachillerato José María de Pereda a la parte masculina del antiguo Instituto de Santander se suscitó en su seno la cuestión de la falta de espacio.

La escasez de espacio para desarrollar adecuadamente los cometidos educati-vos había venido impulsando, desde años atrás, a la Dirección del Centro a buscar cual-quier posibilidad de aumentarlo. En este sentido, el día 17 de enero de 1956, el director, a la sazón Eduardo Obregón Barreda, catedrático de Lengua Griega, dirigió una carta al presidente de la Diputación José Pérez Bustamante, que además era catedrático de

60.- Archivo del IES José María de Pereda. Libro de Actas de Calificación de 1959-1960. Sin catalogar.61.- BOE. Nº 322, de 17 de noviembre de 1956. Pág. 7.625.

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Geografía e Historia de dicho Instituto, pidiéndole que “para el buen desarrollo de las clases de este Centro... ruego a V. I. dé las oportunas órdenes para que no se ponga impedimento a la utilización de los locales que en dicha planta (1ª) queden libres con ocasión del traslado de las Escuelas del Círculo Católico. Dichos locales, en los que se desea instalar la Escuela Preparatoria del Instituto, se utilizarán sólo hasta las seis de la tarde, pudiendo quedar después de dicha hora vacantes para cualquier otro servicio, si hay necesidad de ello62”. Las Escuelas del Círculo Católico se habían creado de manera definitiva el 25 de abril de 195063 y desde entonces habían venido desarrollando sus actividades en el mismo edificio que albergaba al Instituto de Santander.

Además, la Dirección del Centro, con apoyo del Claustro de profesores, pre-ocupada por la extensión de la educación en general y del Bachiller en particular, no había dudado al pedir la implantación de los Estudios Nocturnos al amparo del De-creto de 26 de julio de 1956 sobre la extensión de la Enseñanza Media64. Esta nueva modalidad de Bachillerato dirigida a la población trabajadora que no podía acudir a los centros por dedicar su actividad diurna al ejercicio profesional, se publicitó en la prensa y se puso en marcha en el mes de noviembre de aquel año. Abierto el plazo de matrícula, la Dirección se puso en contacto con los principales centros laborales para difundir la iniciativa y captar alumnos. Aunque inicialmente se matricularon 23 alum-nos, solamente superaron las pruebas de acceso 20. Con ellos comenzaron las clases en el mes de diciembre en un horario que se iniciaba a las siete de la tarde con clases de cuarenta minutos. Ello hacía más intensivo el uso del edificio del Instituto.

El éxito de los Estudios Nocturnos no se hizo esperar y en el informe emitido sobre la evolución de este primer curso se especifica que los alumnos alcanzaron la preparación adecuada a primero de Bachiller por lo que era necesario se les concediera la oportunidad de pasar a segundo de Bachiller. Con ello quedaba clara la vocación de continuidad de dichos Estudios.

Por otro lado, la Dirección, previendo que la matrícula del Instituto iba a au-mentar en los próximos años, comenzó a estudiar por un lado, el desarrollo de estudios complementarios de contabilidad, mecanografía, mecánica y otros análogos, y por otro, el establecer las consiguientes Secciones Filiales en aquellos barrios de la ciudad donde no estuviera bien atendida la Enseñanza Media, en consecuencia, para poder lograrlo, el Instituto se comprometió a establecer cuantos acuerdos de ayuda con entidades ofi-ciales o no fueran necesarios65.

En aquellos momentos el espacio a disposición de los dos Institutos (masculino y femenino) era bastante limitado como nos pone de manifiesto la relación de aulas que se conserva de mayo de 1957 (Tabla 2):

62.- AHPCAN. Fondo Santa Clara. Legajo 360.63.- AHPCAN. Delegación de Educación Legajo 5. Documento 1-25.64.- BOE. Nº 226, de 13 de agosto de 1956 Págs. 5.291-92.65.- BMS. M- 639. Periódico Alerta de 28 de octubre de 1956. Pág. 2.

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Tabla 2RELACIÓN DE AULAS DEL INSTITUTO DE SANTANDER (1957)

Planta Primera:

- 4 aulas de 50 alumnos con mobiliario

- 2 aulas de 50 alumnos con mobiliario y pendientes de construir un tabique

- 1 aula de 100 alumnos con mobiliario

- 1 aula de 100 alumnos con mobiliario para 50 alumnos

- 8 aulas sin mobiliario, pendientes de reforma y que utiliza Náutica. En ellas se pretende construir la Capilla, Sala de Lectura, Laboratorios... y aulas de alum-nos.

Planta Segunda:

- 6 aulas de 50 alumnos con mobiliario

- 1 aula de 100 alumnos (Hoy Sala de conferencias)

- 1 aula grande (Biblioteca)

- 1 Salón de Actos

- 2 aulas de Museo de Historia Natural

- 1 aula de Seminario de Historia Natural

Planta Tercera:

- 3 aulas de 50 alumnos con mobiliario

- 2 aulas de 50 alumnos sin mobiliario

- 1 aula grande de 100 alumnos sin mobiliario y pendiente de división

- 1 laboratorio de Física y Química

- 2 aulas de Dibujo para 100 alumnos

Fuente AHPCAN. Legajo 360. Documento 214.

En realidad, las aulas disponibles eran 8 para acoger a los alumnos de sexo masculino y 8 para las de sexo femenino. Con ellas se estimaba que se podrían acoger unos 1.100 alumnos de ambos sexos.

Esto sucedía en un momento en el que se estaba asentando y popularizando el bachillerato elemental como fórmula para el acceso a un mejor puesto de trabajo, por lo que el número de alumnos que cursaban la Enseñanza Media aumentaba constan-temente. Este último hecho se manifestaba claramente en la evolución del número de alumnos matriculados (Tabla 3).

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Tabla 3INSTITUTO NACIONAL DE BACHILLERATO JOSÉ MARÍA DE PEREDA

EVOLUCIÓN DEL NÚMERO DE ALUMNOS VARONES (CURSOS 1956-1957 A 1965-66)

ENSEÑANZA DIURNA Y NOCTURNA

CURSO 1º 2º 3º 4º 5º 6º PREU TOTAL NOCTURNO TOTAL

1956-57 83 72 97 64 37 39 19 411 20 431

1957-58 98 86 84 82 34 33 45 462 32 494

1958-59 137 130 117 83 56 34 45 602 55 657

1959-60 113 156 125 62 59 61 45 621 73 694

1960-61 137 41 151 105 59 47 80 720 78 798

1961-62 99 139 146 157 63 60 78 898 75 973

1962-63 97 109 109 111 57 70 70 625 -- 625

1963-64 135 179 200 211 56 96 70 947 99 1046

1964-65 137 167 158 186 77 81 78 884 120 1004

1965-66 164 199 231 263 128 160 92 1237 95 1332

Fuente: Libros de Matrícula del Instituto José María de Pereda

En los datos expuestos podemos observar cómo el número de alumnos varo-nes va incrementándose desde el curso 1956-57, primero del que existen datos en el Archivo del Centro, de una manera constante y progresiva, viéndose empañada esta brillante trayectoria por el descenso momentáneo del curso 1962-63, del que además carecemos de datos para los Estudios Nocturnos, aunque dadas las cifras expuestas no sería aventurado señalar que se situarían en unos 80 alumnos. La gran explosión se manifestó a partir de 1963-64 cuando prácticamente se dobla el número de alumnos, lo que coincide con la intensificación de las peticiones por los poderes públicos para que se construya otro instituto y así dar respuesta a la creciente demanda escolar fruto del crecimiento económico de aquellos años.

A medida que pasaba el tiempo la situación de hacinamiento se hizo más ago-biante, y mucho más si tenemos en cuenta que paralelamente el edificio en el que se ubicaban los dos Institutos tuvo que compartir espacio con otras instituciones, entre las que se encontraban las Escuelas de Náutica y Artes y Oficios y el Archivo Histórico Provincial. Las primeras en fecha 9 de enero de 1957 fueron autorizadas a abandonar el edifico e instalarse en el antiguo Hospital de San Rafael en la calle Alta66, mientras que el Archivo Histórico Provincial por manifiesta falta de espacio se decidió trasladar a la calle Gravina, junto a la Biblioteca Menéndez Pelayo. Este asentamiento era inade-cuado tanto por la escasez de espacio para almacenar toda la documentación histórica provincial como por la incapacidad para acoger a los investigadores y a los biblioteca-rios. Por ello, en el año 2009, se le buscó un emplazamiento más digno y se instaló en la mitad norte del antiguo edificio de Tabacalera en la calle Marqués de la Hermida, espacio hermanado con la nueva biblioteca provincial.

66.- AHPCAN. Fondo Santa Clara. Legajo 360. Doc. Nº 5.

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El aumento del número de alumnos no era algo exclusivo de la enseñanza pú-blica pues de la misma manera se venía suscitando en la enseñanza privada, entre otras razones por la insuficiencia de la oferta pública, como nos lo demuestra la estadística enviada por el director del Instituto José María de Pereda al Ministerio de Educación el día 4 de diciembre de 1957, consignando que el número de alumnos/as que cursaban Bachiller en los centros dependientes de aquel era de 3.14367 frente a los 725 del insti-tuto público. Sobran las palabras: ¡qué desequilibrio a favor de la enseñanza privada!

Tabla 4NÚMERO DE ALUMNOS DE LOS COLEGIOS RECONOCIDOS DE SANTANDER

DEPENDIENTES DEL INB JOSÉ MARÍA DE PEREDA (1957)

COLEGIO 1º 2º 3º 4º 5º 6º PREU TOTAL

San José

La Salle

María Auxiliadora

San Agustín

SS. Corazones

Esclavas

Internado Femenino

Divina Pastora

Asilo S. José

Mercedes

Escolanía

131

103

178

56

38

36

81

25

30

52

22

98

86

161

30

36

22

71

31

29

63

13

106

109

120

25

41

36

71

26

20

43

11

70

95

96

17

20

32

51

26

26

40

6

70

87

50

8

17

13

27

8

5

19

--

56

72

22

--

14

12

13

6

7

14

--

46

50

13

---

10

7

8

--

--

--

--

577

602

640

136

176

168

322

122

117

231

52

TOTAL 752 650 608 479 304 216 134 3143

Fuente: AHPCAN. Legajo 360. Documento 416.

Por otro lado, el desarrollo industrial produjo un incremento de la demanda de bienes y servicios, y entre ellos el de la educación. La tendencia al incremento constante de la matrícula se fue consolidando después de 1957 y afectó consecuentemente tanto a los centros privados como al único centro público que entonces tenía la ciudad de San-tander. En este sentido, algunos autores han señalado que la década de 1960 fue la de la “explosión escolar” (la matrícula de Bachillerato y la universitaria se duplicaron con creces)68. La Administración respondió como pudo a este reto que ya se había manifes-tado con anterioridad en los países europeos, pero en ningún caso reconoció la falta de recursos económicos y la dejadez mostrada en los años anteriores.

67.- AHPCAN. Fondo Santa Clara. Legajo 360. Doc. 416.68.- Manuel de Puelles y Emilio Lázaro: Políticas y Legislación Educativas. Pág. 34. MEC y UNED. Madrid, 1983.

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En el caso concreto de la provincia de Santander, Abel Ramos Escudero, secre-tario del Instituto, en entrevista concedida al diario Alerta (6 de octubre de 1960) explicó que el número de alumnos que cursaban Bachillerato se había venido incrementando constantemente desde 1939, lo que atribuía a “la constante superación en la conciencia social de las clases modestas, el deseo de que los hijos estudien y las mayores facilida-des”. Él daba las siguientes cifras para el conjunto de los centros que impartían Bachi-llerato en Santander: 1.370 alumnos/as para 1939; 2.150 para 1945; 2.747 para 1950; 4.139 para 1955, y 6.183 para 1960. El entrevistador, en una actitud acrítica, concluía la entrevista señalando que como consecuencia de ello el Instituto se estaba quedando pequeño y era necesario aumentar su actual capacidad, aprovechando al máximo sus amplias instalaciones aún no talmente ocupadas desde que abandonaran el edificio la Escuela de Náutica y la de Artes y Oficios, a fin de evitar el rechazo de más de un cen-tenar de matriculaciones69.

El propio Ayuntamiento reconoció este extremo y la insuficiencia de la oferta educativa pública en la Memoria mecanografiada que envió al Gobierno Civil en el año 1963 donde daba cuenta de la situación que tenía la ciudad en aquel año y los logros que se habían conseguido entre 1960 y 1963 (Tabla 5).

Tabla 5NÚMERO DE ALUMNOS EN LOS CENTROS DOCENTES

DE LA CIUDAD DE SANTANDER (1963)

CENTRO NÚMERO DE ALUMNOS

Escuela de Comercio

Escuela de Peritos Industriales

Escuela de Magisterio

Institutos de Enseñanza Media*

Escuela de Maestría Industrial

Seminario Conciliar

Escuela de Artes y Oficios

Escuela de Náutica

Escuela de Estudios Sociales

Formación Profesional CNS

Formación Profesional Sindical

Censo Escolar

Conservatorio de Música

403

628

562

6.100

314

457

165

98

91

231

2.472

7.982

512

TOTAL 20.015

Fuente: AHPC. Gobierno Civil. Legajo 18. *Recoge los efectivos de todos los centros que impartían Bachiller en la ciudad

69.- BMS. M-649. Periódico Alerta de 6 de octubre de 1960. Pág. 2.

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En consecuencia, no es de extrañar que esta raquítica oferta pública, en escasa consonancia con el desarrollo económico que se estaba viviendo, diera lugar a una estado de mala conciencia y actuara como un revulsivo en los estamentos oficiales de la época dando lugar a la existencia de cierta preocupación por dotar a la ciudad de instituciones educativas más acordes con los tiempos que corrían: conseguir un nuevo Instituto de Enseñanza Media e insistir en la vieja aspiración de estudios superiores de carácter universitario para parchear las graves deficiencias de la enseñanza pública.

Así, pronto, el antiguo edificio, que albergaba a la vez varias instituciones, que-dó saturado y los poderes públicos y otros estamentos oficiales se hicieron eco a co-mienzos de la década de 1960 de las nuevas necesidades educativas que requería el desarrollo industrial en marcha y más teniendo en cuenta que muchas de las grandes industrias instaladas en el arco de la Bahía comenzaban a impulsar muchas modalida-des de formación profesional pues querían un trabajador más formado. Ejemplo de ello fue la acción de la empresa Nueva Montaña Quijano70. En consecuencia, arreciaron las manifestaciones públicas de diversas autoridades sobre la conveniencia de dotar a la ciudad de Santander de instituciones académicas de rango medio y universitario para hacer frente al desafío desarrollista que estaba desplegando el régimen por todo el territorio nacional.

Aquellas viejas/renovadas aspiraciones que se habían venido manifestando en los años anteriores cobraron nuevo vigor a partir de los comienzos de la década de 1960 y se manifestaron, al menos con mayor fuerza si cabe, en todos los ámbitos de decisión ciudadana e incluso entre los dirigentes de la Universidad de Verano (luego UIMP) y los ponentes de muchos de sus cursos. Tal sentimiento no era ajeno a la Corporación Municipal ni a los propios componentes del viejo Instituto de Enseñanza Media. Así, el nacimiento del Instituto José María de Pereda, como el de otros muchos en España, se enmarcó, por un lado, en el desarrollo de una política educativa a escala nacional y, por otro lado, la acción económica modernizadora provincial iniciada a finales de la década de 1950 y comienzos de los años sesenta.

En el año 1962, en el Instituto no pudieron matricularse, por falta de espacio, todos aquellos alumnos que demandaban Enseñanza Media y las protestas de los pa-dres y profesores no se hicieron esperar saltando incluso a la prensa en donde siempre, con el debido respeto y siguiendo los cauces y precauciones habituales de la época, denunciaron la falta de puestos escolares en la ciudad.

En este sentido, es elocuente el artículo enviado por José Vega Merino, cate-drático de Francés del Instituto, al periódico Alerta (18 de octubre de 1962) donde, tras comparar la situación escolar de Francia y España, ponía de manifiesto que la situación que se estaba viviendo no dejaba de ser la falta de previsión del Ministerio de Educa-ción Nacional que, por la falta de recursos y de planificación de prioridades, ante el incremento de la matrícula había optado por fijar topes máximos de alumnos en vez de construir institutos. Así, continuaba, a los padres no les queda más que dos opciones,

70.- BMS. M-1086. El Diario Montañés. Octubre de 1964.

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“si tienen recursos económicos suficientes o están dispuestos a sacrificarse, enviarán a sus hijos a un colegio acreditado; por el contrario, si carecen de aquellos verán a sus hijos vegetar en las nutridas filas de la enseñanza libre, cuya misma existencia es un hecho lamentable, y una confesión de impotencia por parte de la enseñanza estatal”71. Concluía dando un toque de atención a los poderes públicos para que partiendo de nuestras características económicas pusieran las cosas en su sitio y establecieran como una prioridad la inversión en la enseñanza porque “no hay inversión más rentable, a la larga, que la que supone la educación de un pueblo”.

Un nuevo ministro, Manuel Lora Tamayo (1962-1968), para intentar resolver el incremento tan espectacular de alumnado va a poner en marcha la Ley de 29 de abril de 1964 por la que el período de escolarización obligatoria se extiende hasta los 14 años72 y la Ley de 21 de diciembre de 1965 sobre reforma de la Enseñanza Primaria que implanta el requisito de que los futuros maestros accedan a los estudios de Magiste-rio con el título de Bachiller Superior73. Ahora bien, en lo que se refiere a la Enseñanza Media, sobresale la Ley de 8 de abril de 1967 por la que se establece que “el primer ciclo de la Enseñanza Media, que comprende los estudios de Bachillerato elemental, constará de cuatro cursos, en la forma establecida en la vigente Ley de Ordenación de la Enseñanza Media de 28 de febrero de 1953, y será único para todos los alumnos de este grado”, con lo que desaparece el Bachillerato laboral de este nivel y se preparaba el camino a la Ley General de Educación de 1970 al estimularse la tendencia a la ge-neralización.

B).- El desarrollo del programa de gobierno de la Dirección A lo largo de estos primeros años comunes en los que caminaron de la mano

el Instituto Nacional de Bachillerato José María de Pereda y el Instituto Femenino de Santander, la Dirección estuvo en manos de la misma persona. Tras el dilatado periodo que va desde 1939 a 1955, en el que el Centro tuvo como director a Cipriano Rodrí-guez Aniceto74, fue nombrado para sustituirle el entonces joven catedrático de Lengua Griega Eduardo Obregón Barreda (O. M. de 15 de septiembre de 1955) que se iba a mantener en el cargo, tras sucesivas renovaciones, hasta 1966.

Este conocía perfectamente el Centro pues había iniciado su andadura como profesor encargado de Filosofía en el año 1942, y desde entonces hasta el año 1949, mo-mento en el que se convirtió en catedrático de Lengua Griega por oposición libre, había venido desempeñando diversas funciones. Inicialmente, la cátedra que obtuvo fue la del Instituto masculino de Oviedo75, pero permutó la plaza con el titular del Instituto de Santander que a la sazón era Valentín García Yebra76.

71.- BMS. Periódico Alerta, de 18 de octubre de 1962. Pág. 2.72.- BOE. Nº 107, de 4 de mayo de 1964. Pág. 5.696.73.- BOE. Nº 306, de 23 de diciembre. Págs. 17.240-17.246.74.- Su cese en O. M. de 15 de septiembre de 1955. BOE. Nº 307, de 3 de noviembre. Pág. 6.677.75.- O. M. de 7 de junio de 1949. BOE. Nº 188, de 7 de julio. Pág. 3.017.76.- O. M. de 4 de noviembre de 1949. BOE. Nº 324, de 20 de noviembre. Pág. 4.861.

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Ligado a la Acción Católica, con él, en primer lugar, se consagraba y refor-zaba aún más, si cabe, la influencia y el control de la Iglesia sobre el Centro escolar. Control que no nacía únicamente de la posición alcanzada por la Iglesia en el nuevo Estado surgido del 18 de julio, pues dimanaba, también, de la labor llevada a cabo en la sociedad santanderina, en general, y en el Instituto, de manera particular, por primeros espadas del obispado en aquellos años, como Enrique de Cabo Pérez (Canónigo y catedrático de Filosofía), Esteban Castrillo Bravo (profesor de Religión), José Castanedo Samperio (Canónigo y profesor de Latín y Gabriel Palomero Díaz (Canónigo y profesor de Religión).

En segundo lugar, con su llegada, dentro de la más pura ortodoxia falangista pero tamizada por las ideas de la Acción Católica y sin salirse de la línea trazada por la autoridad competente, entraron ciertos aires nuevos que se reflejaron en el ritual con el que comenzaba cada curso escolar: solemne apertura con la participación de los representantes de todas las fuerzas vivas de la ciudad de Santander. Obispo, gober-nador civil, presidente de la Diputación, delegados del Frente de Juventudes y Sección Femenina, alcalde o su representante... hacían acto de presencia, bajo la presidencia del director, en las actividades que cada año se desarrollaban para tal fin.

El día señalado (octubre), a media mañana, comenzaban los actos que gene-ralmente consistían en la celebración de una misa de acción de gracias oficiada por el obispo o en su caso por su representante, que daba paso a la reunión de todos (autori-dades, profesores, alumnos/as) en el paraninfo del edificio de la calle Santa Clara donde el secretario del Instituto leía la ‘Memoria’ correspondiente al curso pasado y hablaba de las previsiones para el curso que iba a comenzar.

El primer Equipo Directivo que le acompañó en todos los cometidos era una mezcla de laicos y curas, algunos con muchos años de docencia a sus espaldas, como sucedía con el vicedirector y vicesecretario, respectivamente, Enrique de Cabo Pérez (catedrático desde 1948) y José Castanedo Samperio (profesor desde el curso 1945-46) y, con el secretario, Abel Ramos Escudero (catedrático de Ciencias Naturales, en el Centro desde 1939). Por su parte, la jefa de Estudios, Teresa Valbuena Morán, había iniciado su andadura profesional en el curso 1951-52. El organigrama se completaba con el profesor Francisco Ramos (Ciencias Naturales) al que se le nombró delegado para todas las actividades que hoy consideraríamos como extraescolares.

Este director quiso hacer del Instituto un auténtico foco de irradiación cultural y como hombre avezado y curtido en las filas de la Acción Católica quiso desarrollar un nuevo talante que entusiasmara a los estudiantes del Centro. Así, comenzado el curso 1955-56, en el mes de noviembre, organizó y presidió un ciclo de conferencias, dirigidas fundamentalmente para los alumnos del curso Preuniversitario, bajo el título de ‘La Segunda República y la Guerra Civil Española’. Pero no nos llamemos a engaños, todo el ciclo se desarrolló bajo la óptica de culpabilizar de todo lo que había sucedido a los perdedores de la guerra77. La clausura, en la que intervino como conferenciante Ignacio de Cáceres, fue un acto de reafirmación nacional al más puro estilo falangista.

77.- BMS. Periódico Alerta, de 22 de noviembre de 1955. Pág. 2.

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Este tipo de actos tuvo su continuidad a lo largo de sus años como director, y el siguiente paso fue sumarse a los actos que se iban a celebrar para conmemorar el centenario del nacimiento de Menéndez Pelayo, que culminaron en el mes de agosto de 1956 cuando el ‘caudillo’ llegó a Santander y presidió el traslado de los restos del polígrafo montañés a la Catedral donde fue enterrado. En aquella ocasión, como señaló Eduardo Obregón Barreda, en el Instituto se celebraron dos homenajes que estuvieron presididos por el director general, Señor Vilas. Uno, la imposición de la Encomienda de Alfonso X ‘el Sabio’ a Cipriano Rodríguez Aniceto, por sus años como director. Otro a Menéndez Pelayo en el que intervino como conferenciante José Pérez Bustamante, catedrático de Geografía e Historia, que disertó sobre ‘Menéndez Pelayo, alumno del Instituto’, para lo que hubo que buscar entre el mar de papeles del Archivo del Centro el expediente personal del homenajeado, extraviado en aquellos momentos.

La actividad intelectual de este director en aquellos años no se limitó a dar sus clases y dirigir el Instituto pues, además de participar activamente en las conferencias que periódicamente ponía en marcha la Acción Católica en la calle Rualasal, se dedicó a plasmar su saber docente como profesor de lengua griega en su famosa Gramática, y sus ideas de militante cristiano comprometido en su libro ¿A dónde va la enseñanza?78.

El inicio del curso 1956-57 se desarrolló según lo previsto y, tras los actos co-rrespondientes y la lectura de la Memoria en la que puso de manifiesto el número de alumnos matriculados en la enseñanza oficial, colegiada y libre, se pasó revista en el más puro estilo propagandístico de aquellos años a la supuesta gran cantidad de matrí-culas gratuitas y parcialmente gratuitas que habían sido concedidas por el servicio de Protección Escolar. Resalto este hecho dado que el número de alumnos oficiales, libres y de enseñanza colegiada ascendió, según el secretario, a 4.162, de los cuales consiguie-ron ayuda por familia numerosa de primera y segunda categoría 478 alumnos/as distri-buidos de la siguiente manera: 230 alumnos/as oficiales, 143 alumnos/as colegiados, y 105 alumnos/as libres. Raquíticos efectivos y ayudas que solamente abarcaban al 11,48 % del censo escolar de Enseñanza Media79.

En ese mismo curso, en el mes de marzo, para conmemorar la festividad de santo Tomás de Aquino, el Instituto celebró un magno festival público en el teatro Pereda que fue la puesta de largo de las nuevas ideas introducidas por la Dirección del Centro en lo referente a las actividades complementarias en sus dimensiones artísticas y de extensión cultural. Aquellas actividades, que, en realidad, era el programa “político” del nuevo director comprendían desde la fundación de una rondalla bajo la dirección de Teodardo Gutiérrez (maestro de Canto), la formación de una masa coral de chicas y varios grupos de ballets de 10-12 chicas cada uno, pasando por un grupo de teatro y terminando con todo un conjunto de excursiones formativas de carácter arqueológico, artístico y turístico.

78.- E. Obregón Barreda: ¿A dónde va la enseñanza? (Reflexiones sobre la enseñanza). Artes Gráficas Bedia. San-tander, 1956. Lo más curioso de este libro es que su “nihil obstat” está firmada por Gabriel Palomero Díaz, canónigo, teólogo y compañero del autor en el Instituto.79.- BMS. M- 1064. Periódico El Diario Montañés, de 8 de octubre de 1956. Pág. 2.

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El grupo de teatro tuvo su primera prueba de fuego ese mismo día con la repre-sentación de la obra teatral titulada El buey mudo escrita por el alumno de sexto curso, José Villalba Barreiro80.

En el curso 1957-58, puede sorprender dada la falta de espacio en el Instituto, que la novedad más importante fuera la inauguración, por el obispo de Santander, de una capilla en el Centro, que se instaló en el cuerpo oeste del edificio, con capacidad para 150 personas y cuyo coste fue de 50.000 pesetas. Sin embargo, tiene que quedar claro que, en aquellos años, la existencia de una capilla era algo normal en los institutos pues todos la tenían ya que así lo establecía la legalidad vigente. Al decir de la prensa era de trazado moderno, de gran sencillez y austeridad, y venía a llenar una necesi-dad que se hacía sentir: el poder decir diariamente misa para que pudieran acudir de manera voluntaria los alumnos/as que quisieran. Con ello se reforzaba, aún más, la influencia de la Iglesia en el sistema educativo. El proyecto fue redactado por el arqui-tecto Alfonso de la Lastra Villa y las obras fueron ejecutadas por el contratista Francisco Revilla Cuevas81.

Llegado el curso 1958-59 se procedió, como venía siendo habitual, a su aper-tura de una manera solemne. Leída la Memoria correspondiente donde se recogieron las actividades artísticas, lúdicas, gimnásticas más sobresalientes, se destacaron las re-ferentes a la implantación de un servicio de misa diaria y la celebración de ejercicios espirituales (algo habitual en aquellos momentos). En la exposición no pudo faltar el capítulo dedicado a las excursiones fuera y dentro de la provincia que reflejaban el plan de la Dirección y que consistía en un número fijo de excursiones, para los diferentes cursos, que venía repitiéndose desde 1956, y que consistió en: primero y segundo de Ba-chiller, excursiones a Solares y Santoña; tercero de Bachiller, excursiones a Santillana, Torrelavega, Castañeda y Puente Viesgo; cuarto de Bachiller, excursiones a Renedo de Piélagos, Ontaneda, Corconte y Vega de Pas; quinto de Bachiller, excursiones a Cerva-tos y Cabezón de la Sal; sexto de Bachiller, excursiones a Comillas, San Vicente de la Barquea y Liébana; preuniversitario, una excursión más larga que las de los cursos de Bachiller82.

La Memoria se explayó por otras cuestiones de importancia, entre las que cabe destacar la referente a la subvención que había concedido el Ministerio de Educación Nacional para mejorar el equipamiento del Instituto que supuso la inversión de más de 400.000 pesetas con las que se pudieron “dotar seis aulas nuevas, hacer una pequeña nueva biblioteca para uso de cátedras preuniversitarias, comprar un proyector sonoro de 16 mm. y otros de imagen fija”83.

80.- BMS. M-637. Periódico Alerta, de 17 de marzo de 1956. Pág. 2.81.- Aprobación del Expediente de Obras en BOE. Nº 56, de 27 de febrero de 1957. Pág. 1.227. Noticias sobre la Capilla en M-641. Periódico Alerta, de 9 de octubre de 1957. Portada y pág. 2. M-1067. Periódico El Diario Montañés, de 9 de octubre de 1957. Portada y pág. 6.82.- BMS. M-637. Periódico Alerta, de 17 de marzo de 1956. Pág. 2. M-1069. Periódico El Diario Montañés, de 8 de octubre de 1958. Pág. 2.83.- BMS. M-1069. Periódico El Diario Montañés, de 8 de octubre de 1958. Pág. 2.

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Por otro lado, se constató un nuevo aumento del número de matriculados (100 alumnos/as), pero quizás lo más importante fue poner nuevamente de manifiesto la de-bilidad de la oferta de plazas escolares públicas al explicarse que, de los 5.241 alumnos/as de Bachillerato que integraban los centros de la ciudad, solamente el 13 % acudía a centros oficiales públicos y un 20 % integraba las filas de la enseñanza libre, por lo que el 67 % restante acudía a colegios privados. Estos datos volvían a poner de manifiesto la necesidad de dotar a Santander de más centros de Enseñanza Media de carácter públi-co. Pero, además, se insistió en denunciar la escasez de alumnos/as que lograban llegar a los cursos superiores del Bachillerato, pues en el caso de los alumnos que comenzaban el Bachiller (Oficial y Colegiado) solamente llegaban uno de cada tres y uno de cada diez, si cursaban la enseñanza libre. En el caso de las alumnas la cuestión empeoraba, ya que en la Enseñanza Colegiada llegaban a los cursos superiores una de cada cinco, pero si se trataba de la Enseñanza Oficial era una de cada ocho, y si se consideraba la enseñanza libre se situaba en una de cada treinta y cinco. Balance pobre que, entre otras razones, estaba totalmente ligado a los niveles de disposición económica de las familias y a la necesidad de que los hijos de muchas de ellas necesitaran entrar pronto en el mercado laboral y paliar con sus sueldos las carencias familiares84.

Finalmente, se resaltaron, por un lado, la acogida y buenos resultados de la apuesta por el Bachillerato Nocturno, dirigido por Cipriano Rodríguez Aniceto (sola-mente habían comenzado con él 21 centros en toda España), que este curso continuará con la implantación del tercer curso de Bachiller, lo que nos anima a seguir ampliándo-lo hasta completar sus respectivos ciclos; por otro lado, la constitución y funcionamien-to, para el siguiente curso, de la Asociación de Padres de Familia del Instituto85.

Los siguientes cursos, 1959-60, 1960-61 y 1961-62, continuaron desarrollándo-se en la misma línea que los anteriores. Del primero cabe destacar que la apertura del curso fue presidida por el obispo de Santander y que el conferenciante, Eduardo Obre-gón Barreda, se dedicó a glosar el tema, adecuado a su talante religioso y a la presencia de la primera autoridad eclesiástica de la provincia, ‘Problemática religiosa y social de la enseñanza actual’.

No me resisto a resumir brevemente su contenido por la importancia que tie-ne desde el punto de vista del pensamiento religioso al encerrar y manifestar muchos aspectos de la realidad educativa de aquellos años. Partiendo de una interrogación: ¿Capacita la enseñanza para enfrentarse adecuadamente a la vida? Respondía negati-vamente, porque en el orden moral los jóvenes sucumben a las tentaciones del egoísmo y a los extravíos de otros géneros; en el orden religioso carecen del correspondiente en-tusiasmo y consideran a la religión como un asunto de postrimerías, y en el orden social no educamos en el culto de la justicia y de la hermandad. Así, en el orden religioso el gran fallo de la enseñanza consiste en la incapacidad de la educación para descubrir

84.- BMS. M-644. Periódico Alerta, de 8 de octubre de 1958. Pág. 2. M-1069. Periódico El Diario Montañés, de 8 de octubre de 1958. Pág. 2.85.- AGA. 19644-32/58-69. Proyecto de estatutos de la Asociación de Padres de Alumnos del I. N. de Enseñanza Media José María de Pereda. Fechado el 12 de marzo de 1959.

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al alumno la realidad de Dios, y en el orden social la deficiencia capital consiste en la falta de estudio para descubrir las realidades del prójimo. En consecuencia, tenemos que plantearnos que la educación fundamentalmente es la tarea de descubrimiento de realidades, y que Dios y el prójimo son las dos mayores realidades que hay en torno a la vida del individuo humano. Es asunto grave que la enseñanza fracase ante estos dos problemas86.

La actuación del director y su equipo no se limitó a la rutina diaria ya que para acercar y facilitar a los alumnos la asimilación de los contenidos de las diversas mate-rias, que se impartían en el Bachillerato, pusieron en marcha, con apoyo de los padres, emisiones de ‘Radio Escolar’, de carácter bisemanal. Esto se completó con la materiali-zación de la idea que venía rondando desde hacía tiempo la cabeza del director: poner en marcha una revista en el Instituto. Tras recabar apoyos en el Equipo Directivo, en los poderes públicos y en la Asociación de Padres se presentó oficialmente, el primer número, en el mes de mayo de 1960 bajo el nombre de ‘Boletín del Instituto de Ense-ñanza Media José María de Pereda’87. Según reza en la misma publicación, se editó en colaboración con la Asociación de Padres. Aunque solamente hemos podido localizar otro número sabemos que su contenido se limitó a dar informaciones estrictamente referentes a las actividades del Centro y que se publicó, al menos, hasta 1975.

Este primer número (dos hojas o cuatro caras), calificado de “mero borrador” y precedente de una revista de más enjundia para el próximo curso escolar, nació con el propósito de convertirse en la “expresión de la colaboración de los profesores y los padres y complemento de la labor escolar”. Pretendió facilitar el diálogo sobre los temas educativos y orientar sobre el proceloso mundo Institucional y legal de la Enseñanza. Naturalmente, los alumnos debían encontrar en la publicación “las palabras, las re-flexiones, los comentarios y hasta las noticias de la vida diaria que no habían tenido tiempo de escuchar en la radio o leído en la prensa”. En definitiva, se trataba de “dar más anchura a la vida docente del Instituto”, y como no podía ser de otra manera las ideas oficiales dominantes y el sentimiento religioso llenaron sus páginas. Una muestra de ello es el cierre de la presentación del Boletín con la frase “¡Quiera Dios que entre todos lo logremos!”88.

El Boletín estaba integrado por diferentes artículos y, más que secciones, infor-maciones útiles para alumnos y padres. Entre aquellos podemos destacar el que llama-ríamos de fondo, que plantea una cuestión fundamental: abrir la enseñanza al pueblo. El autor, del que desconocemos su nombre, se mueve entre la constatación de un hecho (la necesidad de edificar una amplia estructura docente para recoger las nutridas forma-ciones escolares) y la denuncia (hacen falta instituciones sin separaciones ni divisiones del orden social, no debe haber segregaciones sociales, no podemos seguir teniendo una patria dividida desde las aulas de los centros docentes) para unir a la variopinta juven-

86.- Un resumen amplio de la conferencia se encuentra en BMS. M-1072. Periódico El Diario Montañés, de 6 de octubre de 1959. Pág. 2. M-646. Diario Alerta, de 6 de octubre de 1959. Pág. 2.87.- AHPCAN. Fondo Santa Clara. Lega. 893. Se conserva el único ejemplar que hemos encontrado.88.- AHPCAN. Fondo Santa Clara. Lega. 893. Portada.

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tud. Esto se puede conseguir poniendo en valor la Enseñanza Media para procurar a todos el derecho al desarrollo de sus posibilidades aunque haya gente que se lamente, se manifieste contrario, se oponga, al acceso del pueblo a cualquier forma de enseñanza superior.

Puesto que el Boletín se publicó con la ayuda de la Asociación de Padres, se recabó la opinión de algunos de ellos para que escribieran unas líneas sobre los pro-blemas que veían más apremiantes. El presidente de la Asociación propuso cargar con más trabajo a los alumnos (establecer en la publicación una sección sobre orientaciones didácticas y bibliografía; organizar pruebas trimestrales voluntarias, con tribunales de profesores; celebrar conferencias de orientación didáctica para los profesores que atien-dan a los alumnos libres). El vicepresidente pedía que el Instituto trascendiera, más allá de la necesaria preparación académica para la Universidad y se convirtiera, en el orientador de las aptitudes e inclinaciones de los alumnos, en el lugar donde se ayudaba a tomar conciencia de los problemas de la sociedad y donde se adquiriera una sólida formación religiosa y moral para “combatir los peligros y tentaciones” de la edad. Una madre puso el acento en la necesidad que tenían los alumnos responsables sobre la re-ducción de las tareas escolares en unos cursos, ya de por sí muy cargados de asignaturas, para poder combinar adecuadamente estudio, distracciones y disfrute después del de-ber cumplido, y finalmente otro padre teorizó sobre la forma de elección de los alumnos ‘Jefes de Curso’ proponiendo que fueran los propios alumnos quienes los eligieran.

La última página se dedicó a ofrecer información legislativa centrándose en la ‘Protección Escolar’ (requisitos para las matrículas gratuitas, alumnos gratuitos exter-nos, alumnos becarios), pero lo más interesante cara a los alumnos fue que en la tercera página se desarrollaba la oferta que hacía el propio Instituto para llenar el largo verano que se avecinaba. Se proponía un curso de verano, a comenzar el 1 de julio y finali-zar el 31 de agosto, en el que se integraban el repaso de las materias fundamentales, la preparación para el examen de grado, las clases de idiomas modernos, la lectura y comentarios de libros, la ortografía y el vocabulario, el dibujo artístico, la declamación y el arte escénico, la música (Rondalla y Orfeón), las reuniones y coloquios sobre temas de interés formativo y los campamentos (los del Frente de Juventudes y los de Acción Católica) y excursiones.

Del segundo de los cursos aludidos se puede decir que lo más importante fue nuevamente, en primer lugar, la denuncia de la falta de espacio en el Instituto para ha-cer frente al aumento de la demanda de plazas escolares y el rechazo de más de un cen-tenar de matrículas; en segundo lugar, el entusiasmo por la terminación de sus estudios de la primera promoción de Bachillerato Elemental Nocturno y el éxito alcanzado por los alumnos pues, de 26 presentados a los exámenes, 24 superaron todas las pruebas.

Por lo demás, el curso se inició como siempre con la asistencia de las primeras autoridades, la correspondiente misa y la actuación de la rondalla del Centro, y culmi-nó con la conferencia del catedrático de Filosofía y canónigo de la catedral de Santan-

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der Enrique de Cabo Pérez, que versó sobre ‘Los problemas de la libertad’89. Lo más negativo fue la supresión de la sección de la Escuela Preparatoria de Niños del Instituto por el Ministerio de Educación Nacional, mediante Orden de 27 de diciembre de 1961, a causa de la jubilación de su titular y los negativos informes emitidos sobre aquella90.

No obstante, tenemos que señalar que, en el mes junio de 1962, se reunió la Co-misión Delegada de Acción Cultural del Gobierno Civil para tratar, entre otros asuntos, el tema de la localización de un solar para construir un instituto en Santander; poner en marcha un colegio de Segunda Enseñanza en Potes, regido por la Sección Femenina, y un instituto laboral en sus modalidades agrícola y ganadera; pedir dos nuevos institutos, uno para Reinosa y otro para Castro Urdiales, y rogar al Ministerio que reconsiderase la decisión de la supresión de la Escuela de Minas de Torrelavega. Estos asuntos y otros fueron expuestos por José Elorza Aristorena en su visita a Madrid en el mes de julio, sin éxito91.

El curso 1962-63 vino cargado de numerosas novedades y en la apertura del mismo (4 de octubre) se volvió a poner de manifiesto que, del total de alumnos matri-culados en Santander en la Enseñanza Media (6.871), solamente el 21 % lo estaban en centros públicos y que, además, se habían visto en la necesidad de rechazar a nume-rosos alumnos por falta de espacio, lo que había dado lugar a muchas protestas de los padres y de algunos profesores.

Todo demostraba la necesidad de crear nuevos centros públicos, pero no pare-cía que las protestas y denuncias fueran escuchadas convenientemente por el ministro correspondiente. La indignación fue subiendo de tono y el periódico El Diario Montañés publicó, el día 7 de octubre, una editorial donde se hacía eco de las preocupaciones de los padres y de los alumnos, donde denunciaba la falta de puestos escolares públicos, los sacrificios económicos de las familias, la falta de coraje de la sociedad santanderina ante el problema, la necesidad de no truncar las justas aspiraciones de nuestros hijos. Y advertía que no era suficiente con conseguir un nuevo instituto ya que lo que exige La Montaña y los montañeses son escuelas de formación y facultades universitarias. “Sue-ños ambiciosos que no pueden malograrse con gestos de resignación que son confesión de impotencia o de incapacidad”. Concluía diciendo que “Todos tenemos un deber urgente e inapelable, y a él hemos de entregarnos con fe y con decisión, con la voluntad resuelta a triunfar en la empresa”92.

En los días siguientes la prensa local (Alerta y El Diario Montañés) insistió en el problema y aparecieron publicadas sendas cartas donde se denunciaba la situación que se estaba viviendo con los mismos argumentos. Nuevas tesis se sumaron a las ya explici-tadas: la denuncia de la escasa atención que el Ayuntamiento y otras entidades dedica-

89.- BMS. M-648. Periódico Alerta, de 6 de octubre de 1960. Pág. 2. M-1075. Periódico El Diario Montañés, de 7 de octubre de 1960. Pág. 2.90.- BOE. Nº 4 de 5 de enero de 1961. Pág. 220.91.- BMS. Periódico El Diario Montañés, de 12 de junio de 1962. Pág. 5, y de 3 de julio de 1962. Portada y pág. 4.92.- BMS. M-1080. Periódico El Diario Montañés, de 7 octubre de 1962. Pág. 2.

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ban la cuestión y las insuficiencias de la Enseñanza Primaria.

En todos los casos se decantaban por la petición al Ministerio de Educación Nacional de que creara un nuevo instituto para resolver el problema y mientras tanto aportaban soluciones provisionales de diversa índole que pasaban, por utilizar el vetus-to Hospital de San Rafael, el propio edificio del Instituto o los pabellones de la Univer-sidad Internacional Menéndez Pelayo en Las Llamas93.

Estas manifestaciones y presiones acabaron por convencer al gobernador civil para pedir al Ministerio de Educación Nacional la creación de otro instituto. El día 17 de octubre de 1962 se reunió la Comisión Delegada de Acción Cultural, dependiente de la de Servicios Técnicos de la provincia, en el Gobierno Civil, bajo la presidencia de José Elorza Aristorena, para “tratar de diversos e importantes problemas de ense-ñanza que tienen planteados La Montaña”. A la reunión asistieron el presidente de la Diputación, el alcalde-presidente del Ayuntamiento de Santander y la totalidad de los miembros que la componían.

Entre los asuntos a tratar en el orden del día cabe destacar el de “crear en Santander otro instituto de Segunda Enseñanza, además del existente a la vista de la insuficiencia de condiciones que reúne el actual para el crecidísimo número de alumnos que cursan estudios de este tipo”. Hecha la propuesta por el gobernador civil se acordó “... la inmediata petición al Ministerio de Educación Nacional, de la creación del citado Instituto... con el correspondiente cuadro de profesores y elementos administrativos, a fin de que sin perjuicio de la construcción en su día del edificio adecuado o de la habi-litación del mismo, pueda garantizarse la enseñanza a todos los alumnos...”. También se aprobó que, mientras se ponía en marcha el nuevo instituto para el curso 1963-64, se adoptaran las medidas necesarias para mitigar la situación creada94.

Aprovechando la reunión, para transmitir la sensación de que el Gobierno Ci-vil estaba haciendo todo lo que estaba al alcance de su mano en la cuestión educativa, no solo en Santander sino también en el resto de la provincia, y para calmar los áni-mos, informó que ya estaban a punto de finalizar las gestiones para poner en marcha el Colegio Libre Adoptado de Potes (Bachillerato Elemental), que se había informado de los requisitos necesarios para instalar nuevos institutos en Reinosa y Castro Urdiales y que se había concedido una Escuela de Facultativos de Minas y otra de Formación Profesional en Torrelavega.

José Elorza Aristorena con los acuerdos tomados en la reunión que acabamos de comentar se volvió a trasladar a Madrid a comienzos del mes de noviembre de 1962. A su vuelta dio una larga conferencia de prensa (12 de noviembre) donde expuso los acuerdos que había conseguido arrancar a los titulares de los diferentes ministerios95:

93.- Estos extremos se pueden seguir en BMS. M-655. Periódico Alerta, de los días 13, 16 y 18 de octubre de 1962. BMS. Periódico El Diario Montañés, de 16 de octubre de 1962.94.- BMS. M-655. Periódico Alerta, de 18 de octubre de 1962. Pág. 2.95.- BMS. M-655. Periódico Alerta, de 16 de octubre de 1962. Portada y pág. 4.

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- La creación por el Consejo de Ministros de un nuevo instituto de Segunda Enseñanza en Santander que comenzaría a funcionar el próximo curso.

- La asignación de 100.000 pesetas para gastos del Colegio Libre Adoptado de Potes.

- La concesión de 200.000 pesetas para el Colegio Reconocido de Reinosa y su posible conversión en instituto.

- La posibilidad de crear otro Instituto en Castro Urdiales.

- No se ha logrado que la Escuela de Minas de Torrelavega se convierta en oficial, pero se trabajará en ello.

- Remate de la Escuela de Formación Profesional y aspiración de crear un grupo escolar para atender la Mies de Vega y Campuzano, en Torrelavega.

- Se ha resuelto el problema de la financiación de las escuelas de Tagle, Cor-tiguera, Tarrueza, San Martín de Toranzo, Villasevil, Las Rozas de Rene-do, Liaño y Vega de Liébana.

- Se han realizado gestiones para que las instalaciones de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo se usen todo el año.

- Ampliación del refugio de Áliva, construcción del parador de Fuente Dé y carretera Fuente Dé a Espinama.

- El inmediato concurso-subasta para la radical mejora del abastecimiento de agua de la ciudad de Santander.

- Plan Comarcal de abastecimiento de aguas para Laredo, Santoña y Co-lindres.

- La próxima adjudicación definitiva de los tramos 10 y 11 del muelle.

- Polígono de Cazoña: comentó que su desarrollo se estaba estudiando en la Comisión de Urbanismo y en él se preveían la construcción de 8.500 viviendas.

Aparentemente todos estos acuerdos parecían encarrilar algunas de las cuestio-nes más candentes de los últimos meses y traían un cierto alivio a los poderes públicos al dar la sensación que había una decidida voluntad por resolver los problemas. Pero la guardia no podía bajarse, y caer en la autocomplacencia, pues todavía quedaba mucho camino por recorrer y este podía estar erizado de obstáculos, entre ellos, el de ver como las promesas se venían abajo tal y como había como había sucedido en otras ocasio-nes. No obstante, el día 21 de noviembre de 1962, los periódicos locales (Alerta y El Diario Montañés) publicaban, con gran despliegue tipográfico, sendas páginas dedicadas a glosar lo que se calificó, en un caso, como “Transcendental moción de D. Pedro de

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Escalante, en la Diputación Provincial”96, y en otro, como “Importante plan de obras y servicios aprobados por la Diputación Provincial”97.

En esta importante declaración de intenciones de la Diputación Provincial se volvía a dar un repaso a todos los temas pendientes, se apoyaban las gestiones del go-bernador civil en Madrid y se señalaban los objetivos que se querían cubrir en los próximos años: revisión de las actividades benéficas; política de fomento ganadero; de-sarrollo de una intensa campaña turística; captación de aguas de los ríos Gándara y Asón; mejora de las vías provinciales; Autopista Santander-Torrelavega; posibilidades marítimas pesqueras; trasvase de aguas del Ebro al Besaya.

Entre los anhelos que se querían materializar lo más pronto posible, se encon-traban los referentes a la cuestión educativa y en este sentido se acordó un importan-tísimo punto, condicionado al cumplimiento de otros tres, que en puridad no hacían sino insistir en los temas que venían planteándose desde años atrás, y sobre los que no se habían obtenido respuestas positivas y fiables por parte del Ministerio de Educación, a pesar de las múltiples protestas encauzadas dentro de los límites ideológicos que per-mitía el régimen en aquellos años.

El punto en cuestión puede resumirse de la siguiente manera: Se acuerda ceder al Ministerio de Educación Nacional una parte de la finca donde se encuentra enclava-do el Hogar Provincial, incluso con el campo de deportes en ella instalada, pues desea la Diputación que el segundo instituto esté en el mejor lugar posible y sea la última palabra en establecimientos docentes de esta clase... El Ayuntamiento satisfará a la Diputación el 50 % del valor de los terrenos que se cederán para el instituto. Pero con motivo de esta cesión y del extraordinario valor que tienen los terrenos que se ceden, considera la Diputación indispensable que una Comisión de la Diputación, presidida por el gobernador civil visite en Madrid al Sr. ministro de Educación Nacional para ha-cerle saber que la provincia de Santander espera... y ruega que el Sr. ministro satisfaga las aspiraciones siguientes:

a).- Que para el curso 1963-64 en la Universidad de las Llamas se cree una facultad o escuela superior, o por lo menos un colegio mayor para cursos selectivos universitarios. Para lograrlo se harán cuantos esfuerzos de todas clases sean necesarios.

b).- Que para 1963 sea realidad inmediata el restablecimiento de la Escuela Oficial de Náutica, particular prometido y jamás cumplido, y que está costando cuan-tiosos desembolsos a las Corporaciones Locales sin contrapartida por parte del Minis-terio.

c).- Que la Escuela de Peritos de Minas de Torrelavega funcione oficialmente a todos los efectos en el curso 1963-64, adoptando el Ministerio las medidas necesarias a tal fin.

96.- BMS. M-1080. Periódico El Diario Montañés, de 21 de noviembre de 1962. Pág. 4.97.- BMS. M-655. Periódico Alerta, de 21 de noviembre de 1962. Pág. 4.

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De estos nuevos esfuerzos, tan loables, al igual que las negociaciones del go-bernador civil y las presiones ejercidas desde la prensa y otras entidades, no sabemos si fueron argumentos definitivos para conceder un segundo instituto para la ciudad de Santander. Decimos esto porque cabe preguntarse si la concesión del segundo instituto fue simplemente la aplicación de la normativa educativa (la Ley de 17 de julio de 1945 ya establecía en su artículo 14: El Estado, por razones de orden moral y de eficacia pe-dagógica, prescribe la separación de sexos y la formación peculiar de niños y niñas en la Educación Primaria98. Ahora se extiende a la Educación Secundaria) que, para resolver problemas de matrícula en todas las provincias, similares a los de Santander, estableció la división de los antiguos institutos en masculinos y femeninos, idea a su vez tan queri-da y propugnada por las fuerzas eclesiásticas de separar por sexos a la población escolar, o por el contrario fue el fruto maduro de las protestas.

Pudo haber de todo, pero, por fin, el Ministerio de Educación Nacional termi-nó por aprobar el nuevo centro en el seno de aquel Instituto de Santander preexistente, que colmaba parcialmente los anhelos de los santanderinos. El nuevo Instituto Femeni-no fue creado, junto a otros, mediante Decreto 3133/1962, de 22 de noviembre (BOE de 1 de diciembre)99. La materialización práctica de tal decisión entraría en vigor en el mes de octubre de 1963, y para esa fecha se suponía que los nuevos centros estarían dotados del consiguiente cuadro de profesores.

El nuevo centro carecía de denominación y, aunque parece ser que la elección del nombre fue hecha de manera democrática en el Claustro de Profesores a propuesta de Dolores García Gutiérrez Cañas, profesora de Arte, en realidad, desde el punto de vista formal y legal, el apelativo actual de Instituto Femenino Santa Clara se aprueba, según acuerdo del Claustro de Profesores e informe favorable del Consejo Nacional de Educación, por Orden del Ministerio de Educación y Ciencia, de 28 de noviembre de 1970, publicada en el BOE número 2, de 2 de enero de 1971100.

C).- Intentos de resolver el problema: las dos primeras filiales Hasta este momento hemos tratado de dejar claro como surgieron, después

de 1939, los dos primeros institutos de la ciudad de Santander porque en el periodo de la Segunda República se puso en marcha otro instituto que, en realidad, a pesar de su escasa vigencia, tendría que ser considerado como el segundo Instituto Nacional de Educación Secundaria creado en la ciudad de Santander, y al que siguieron los elemen-tales de Santoña y Reinosa101.

La aprobación y puesta en marcha de este segundo centro de Enseñanza Media vino precedido como se señalaba en el periódico El Cantábrico de una intensa campaña

98.- Ley de 17 de julio de 1945. BOE. Nº 199, de 18 de julio. Pág. 386.99.- BOE. Nº 288, de 1 de diciembre de 1962. Pág. 17.118.100.- BOE. Nº de 2 de enero de 1971. Pág. 46. También consta en AMS. CMP 17. Libro 1. Pág. 46.101.- Gaceta de Madrid, del 30 de octubre de 1933. Número 303. Pág. 729-730. Ver también Ángel Llano Díaz: La Enseñanza Primaria en Cantabria. Dictadura de Primo de Rivera y Segunda República. Tesis doctoral dirigida por Miguel Ángel Sánchez Gómez. Págs.154-166. Universidad de Cantabria, 2012.

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de denuncia sobre la insuficiencia de escuelas que sufría la ciudad de Santander, ne-cesitada de centros escolares para “no dejar vagar por las calles a millares de niños y niñas”102.

El centro denominado Instituto Nacional de Segunda Enseñanza número 2, después de numerosas y “laboriosas” gestiones para contar con un local digno y ade-cuado, acabó instalándose “bajo contrato de arrendamiento en los chalets Cantabria, alzados a la entrada del paseo de Menéndez Pelayo”, tras llevar a cabo las consiguientes reformas103. Su apertura se realizó en febrero de 1934 y fue suprimido en octubre de aquel mismo año, al parecer por insuficiencia de matrícula, lo que generó numerosas protestas que llevaron a su reapertura en abril de 1936104, reiniciando sus actividades de una manera muy precaria lo que terminó provocando su definitivo cierre en 1937.

Pero no es mi intención hacer la historia de aquellos sino el resaltar que, desde fechas muy tempranas, se pusieron en funcionamiento las primeras filiales del Instituto José María de Pereda. Nacían de la iniciativa religiosa y fueron: la Filial número 1 (calle Guevara) y la número 2 (Poblado Pesquero o Barrio Pesquero).

La creación de Filiales quedó perfectamente regulada a través del Artículo Pri-mero del Decreto de 26 de julio de 1956105, de Extensión de la Enseñanza Media; la Or-den Ministerial de 1 de octubre de 1956 sobre establecimiento de Secciones Filiales106, y Ley 11/1962 de extensión de la Enseñanza Media, y el Decreto 90/1963 de 17 de enero donde se regulaban las secciones filiales y los Estudios Nocturnos que establecía en sus artículos:

Quinto: En todo caso, el establecimiento de una Sección Filial será hecho por Decreto, previo informe del Consejo Nacional de Educación.

Sexto: La iniciativa para la creación de una Sección Filial podrá partir del mi-nisterio de Educación Nacional, del Instituto o de las personas o entidades que ofrezcan su colaboración...”107.

1).- Filial Díaz de Villegas: La primera Filial llegó de la mano del Círculo Católico de Obreros y tuvo su sede en la calle Guevara número 20. Fue establecida, y aprobados los acuerdos estipulados para su funcionamiento, al igual que otras 18, por Orden Ministerial de 3 de enero de 1961. Nació como Filial de Patronato y fue dirigida por un director técnico que asumía, a su vez, la Jefatura de Estudios y se constituía en enlace entre la Sección Filial y el Instituto a la que estaba adscrita. En consecuencia, el director técnico era nombrado por el Ministerio de Educación Nacional y, en los casos

102.- AMS. M-160. Periódico El Cantábrico, de 4 de octubre 1933. Pág. 4.103.- AMS. Periódico El Cantábrico, de 21 de noviembre de 1933. Pág. 4.104.- AMS. M-160. Periódico El Cantábrico, de 14 de abril de 1936. Pág. 4.105.- BOE. Nº 226, de 13 de agosto. Pág. 5.291. 106.- BOE. Nº 302, de 28 de octubre. Pág. 6.829107.- BOE. Nº 23, de 26 de enero de 1963. Pág. 1.404-1.409.

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que nos ocupa, recaía en un profesor del Instituto José María de Pereda aunque, inicial-mente tal cometido, recayó en el jesuita P. Vela.

Por Orden de 8 de marzo de 1961, y a propuesta del propio Círculo de Obreros de Santander, fue autorizada a llevar el nombre de ‘Díaz de Villegas’108. Para poder albergar a los alumnos hubo que ir transformando los locales en donde se estableció la Sección Filial al comienzo de su andadura, pues pronto faltó el espacio (en el curso 1962-63 tuvieron que rechazar 300 solicitudes) y, en consecuencia, en el año 1963 hubo que embarcarse en la construcción de un nuevo edificio, que se levantó en el patio de los Kostkas, donde se centralizó todo y se ofrecieron clases gratuitas de Bachillerato y Formación Profesional para los hijos de los obreros.

Las obras que se estaban llevando a cabo fueron mostradas a la prensa. El Dia-rio Montañés publicó un amplio reportaje donde explicaba que el edifico que se estaba construyendo de 50 metros de largo por 18 de ancho, “moderno, airoso y de amplios ventanales”, era obra del arquitecto Ramón Peredo. Integraba en su planta baja una capilla y salón de actos “capaz de resolver todos los problemas, educativos, culturales y sociales de Forja de Jóvenes”. En su planta primera se situarían las aulas y los salones que permitirían cursar el curso preparatorio de Bachiller, Bachiller Elemental, Forma-ción Profesional. Sobre aquella planta y ocupando todo el edificio se desarrollaría una amplia azotea en la que se podrá practicar actividades deportivas, sobre todo fútbol109.

El edificio que según el P. Vela costaría entre 9 a 14 millones de pesetas se sufra-gó mediante donativos y la subvención del Ministerio de Educación Nacional, con un montante de 800.000 pesetas para la terminación de ocho aulas.

El éxito de esta Filial pensada para ofertar una enseñanza laboral que posibi-litará la inserción adecuada en el mundo laboral, la preparación para los estudios de Bachillerato, el alivio a los problemas del Instituto Masculino, sin olvidar la labor de apostolado entre los hijos de muchos obreros y sus familias, y dirigida en sus comienzos por el P. Vela, no se hizo esperar pues desde su puesta en funcionamiento acogió a un cada vez más creciente número de jóvenes, como podemos apreciar (Tablas 6 y 7) en la evolución del número de matriculados a lo largo de los años que perteneció como Filial del Instituto José María de Pereda.

108.- BOE. Nº 94, de 20 de abril de 1961. Pág. 6.005. 109.- AMS. M-1081. Periódico El Diario Montañés, de 8 de febrero de 1963. Portada y pág. 5.

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Tabla 6FILIALES DEL INSTITUTO JOSÉ MARÍA DE PEREDA

FILIAL 1: DÍAZ DE VILLEGAS

CURSO 1º 2º 3º 4º 5º 6º 1º BUP TOTAL

1961-62 76 27 -- -- -- -- -- 103

1962-63 47 38 23 -- -- -- -- 108

1963-64 62 46 35 21 -- - -- 164

1964-65 72 59 44 28 -- -- -- 203

1965-66 83 78 60 27 -- -- -- 248

1966-67 83 87 69 35 -- -- -- 274

1967-68 86 77 82 49 -- -- -- 294

1968-69 91 84 90 59 -- -- -- 324

1969-70 88 94 85 57 -- -- -- 324

1970-71 84 103 93 51 -- -- -- 331

1971-72 -- 116 98 34 36 -- -- 284

1972-73 -- -- 126 90 38 -- -- 254

1973-74 -- -- -- 89 35 36 -- 160

1974-75 -- -- -- -- 65 35 100

1975-76 -- -- -- -- -- 62 28 90Fuente: Archivo de IES José María de Pereda. Libros de Matrícula sin catalogar.

Fue a partir del curso 1964-65 cuando comenzó a dispararse el número de alumnos que acudían a sus aulas, lo que hizo que se volviese a pensar en una nueva ampliación del edificio. Así, en febrero de 1964 ‘Forja de Jóvenes’ convocó una reunión, con motivo de la vista girada por Francisco de Borja Vizmanos (Provincial de los Jesui-tas para Castilla), a la que acudieron padres, profesores y alumnos. En ella el P. Vela, ‘alma mater’ de la institución, presentó los proyectos que tenía en mente.

En su exposición aclaró que era prioritaria la ampliación de las instalaciones para poder recibir a 700 alumnos. Este número estaría integrado por aquellos chicos que cursaran Bachillerato Elemental que podía terminar ampliándose al Superior, si hubiera suficiente demanda; enseñanza laboral y postfiliales de electrónica y automovi-lismo. En este plan se contaba con la fundación de un Colegio Menor para doscientos alumnos, residentes y becarios110.

Poco tiempo pasó entre el anunció del P. Vela y la concreción del proyecto ya que, el día 3 de marzo el BOE del Estado publicaba el Decreto 458/1964, de 20 de febrero, por el que se declaraban “de interés social las obras de construcción de un edi-fico destinado a la instalación de la Sección Filial número 1 del Instituto Nacional de

110.- BMS. M-1084. Periódico El Diario Montañés, de 16 de febrero de 1964. Pág. 5.

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Enseñanza Media José María de Pereda”111. El edificio se siguió ubicando en el número 20 de la calle Guevara donde se encontraba el Instituto Social Forja de Jóvenes de los PP. de la Compañía de Jesús112. Finalmente, mediante Decreto 2381/1964, de 9 de ju-lio, por el que se ratificaba la Orden Ministerial aludida, se autorizaba la sustitución de la entidad colaboradora que regía por la Compañía de Jesús. Andando el tiempo esta Filial pasaría a convertirse en el Colegio Kostka.

Tabla 7FILIALES DEL INSTITUTO JOSÉ MARÍA DE PEREDA

FILIAL 1: DÍAZ DE VILLEGAS

CURSO OTROS ESO 1º BUP 2º BUP 3º BUP 4º BUP TOTAL BUP

COU TOTAL

1976-77

1977-78 -- -- 38 27 25 -- 90 -- 90

1978-79 -- -- 39 36 22 -- 97 -- 97

1979-80 -- -- 41 31 33 -- 105 -- 105

1980-81 -- -- 42 50 29 -- 121 -- 121Fuente: Archivo de IES José María de Pereda. Libros de Matrícula sin catalogar.

Todas estas actuaciones no parecen haber sido suficientes y en el año 1966 tuvo que volver a plantearse la construcción de un nuevo edificio por insuficiencia del ante-rior para absorber el aumento de la demanda de puestos escolares, desarrollar los co-metidos educativos en marcha y completar las instalaciones con laboratorios, implantar el Bachillerato Superior (se puso en marcha en el curso 1972-73) y, como no, reforzar la labor de apostolado que tenía en mente la orden de los Jesuitas.

Este nuevo proyecto cuajó rápidamente y en el mes agosto de aquel año co-menzaron las obras, procediéndose al derribo del antiguo edificio situado en el ábside de la Iglesia de los Jesuitas y la edificación de uno nuevo de cinco plantas, “llegando casi a igualar de altura del inmueble destinado actualmente a clases y campos deporti-vos”. Diseño y líneas modernas son sus características más destacadas, y estará rema-tado por una terraza plana que podrá ser utilizada para “recreo y esparcimiento de los alumnos”. Su entrada, que actualmente se realiza por la calle de la Marina, frente al vertedero de basuras, será modificada mediante la apertura de un nuevo acceso por Guevara, que atravesará subterráneamente el salón de cine. La duración de las obras se desconoce, pero la estructura estará finalizada en el mes de diciembre. No obstante, se espera poner en marcha las instalaciones para el próximo curso 1967-68113.

Con esta construcción se contribuía a resolver los problemas de espacio que tenía planteada la Filial, se podían ofertar más plazas, aliviar la presión de la matrícula

111.- BOE. Nº 54, de 3 de marzo de 1964. Pág. 2.878. 112.- BOE. Nº 54, de 3 de marzo de 1964. Pág. 2.878.113.- AMS. M-1092. Periódico El Diario Montañés, de 9 de septiembre de 1966. Pág. 5.

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del Instituto José María de Pereda, intentar cubrir el hueco existente entre la formación más teórica del Bachiller y la práctica de las escuelas laborales y, en fin, orientar más adecuadamente a los jóvenes hacia el mundo laboral o los estudios universitarios.

Terminemos señalando que por Decreto 2363/1965 de 22 de julio de 1965 el Ministerio de Educación Nacional reconoció como Colegio Menor Masculino al Cole-gio Menor del Centro Residencial Forja de Jóvenes114.

La Filial ‘Díaz de Villegas’ estuvo ligada como tal Instituto José María de Pe-reda hasta su extinción por O. M. de 10 de julio de 1975 (BOE del 28 de agosto) en conformidad con lo dispuesto en la O. M. de 4 de abril de 1970 (BOE de 8 de junio siguiente), en virtud de la cual se dictan normas para la aplicación y desarrollo del De-creto de la Presidencia de Gobierno 557/1960, de 24 de marzo (BOE del 29).

Algunos de sus directores técnicos nombrados por el Ministerio fueron: Jacobo Guerreira Romero, agregado de Francés (1964 a 1966); José Fernández Martín, agrega-do de Dibujo (1966-1967), y Eduardo González Alcalde, catedrático de Francés (1967 a 1975).

2).- Filial del Barrio Pesquero: La Filial número 2 (Poblado Pesquero, luego Barrio Pesquero) nació de las gestiones realizadas por el Obispado de Santander ante el Ministerio de Educación Nacional, a propuesta de los capellanes del poblado pesquero, Guillermo Simón Altuna y Miguel Bravo. Establecido el convenio entre am-bas entidades, el obispado encargó a los mencionados capellanes que se ocuparan de su organización y dirección115.

Fue aprobada en 1962, antes de que lo fuera el segundo instituto, y en el mes de septiembre ya se encontraba en plena efervescencia al instalarse provisionalmente en el piso superior del edificio escuela de los Antiguos Alumnos de Escuela de la Salle116. Su creación se llevó a cabo en dos momentos sucesivos, primero por la Orden de 25 de septiembre de 1962 por la que “se autorizaba al director general de Enseñanza Media para que en representación del Ministerio de Educación Nacional concierte... con el Obispado de Santander la prestación de servicios docentes y formativos en la Sección Filial Masculina de Enseñanza Media que se establecería en el barrio pesquero de dicha ciudad”117, y segundo mediante el Decreto 1294/1963, de 28 de mayo, por el que el Ministerio de Educación Nacional creaba varias Secciones Filiales, adscritas a Institutos Nacionales de Enseñanza Media, entre ellas la Número 2 Masculina, promovida por el

114.- BOE. Nº 195, de 6 de agosto de 1965. Pág. 11.469.115.- BMS. M-655. Periódico Alerta, de 10 de enero de 1963.116.- BMS. M-1080. Periódico El Diario Montañés, de 27 de septiembre de 1962. Pág. 4.117.- BOE. Nº 245, de 12 de octubre de 1962. Págs. 14.456-57.

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Obispado de Santander118.

Los primeros pasos con alumnos se iniciaron en el mes de enero de 1963, tras convocar unos primeros exámenes de ingreso a los que se presentaron 20 alumnos. Cantidad insuficiente para despegar por lo que hubo de convocarse un segundo exa-men para completar el número de alumnos requeridos. Las clases comenzaron a ser im-partidas por los propios profesores del Instituto José María de Pereda y los designados por el Ministerio de Educación Nacional.

El objetivo primordial con el que nació esta Filial fue aminorar la escasa cul-tura y preparación de los hijos de los pescadores que vivían allí, atajar el alto índice de analfabetismo (se acababa de inaugurar la escuela primaria) y tratar de ofrecerles un futuro más prometedor. Por ello se volcaron en implantar el Bachillerato Elemental para después orientar a los alumnos hacia la Formación Profesional. Los que quisieran continuar cursando el Bachillerato Superior debían trasladarse al Instituto José María de Pereda. Se dijo entonces que el potencial de la filial era muy prometedor ya que el número de niños en edad escolar, menores de 13 años, que vivían en el Barrio Pesquero era de 421. De ellos nadie hasta la fecha cursaba Bachiller.

El proyecto no contemplaba solamente la futura construcción de un edificio (en el plazo de dos años) para albergar a los alumnos de Bachillerato. Iba más allá al contemplar que aquel pudiera cobijar, además, de entre 80-120 alumnos de ambos sexos, una Escuela de Maestría Industrial o de Artes y Oficios con las especialidades de mecánica y pesca.

Por otro lado, a instancias de los propios pescadores se abrieron estudios de Ba-chillerato Nocturno y en ellos se inscribieron el primer año 30 personas que iban desde los 14 años hasta abarcar a algún padre de familia pasando por varios que habían cum-plido recientemente el servicio militar, lo que nos pone en la pista de la buena acogida y las ansias de aprendizaje de gran parte de la población allí domiciliada.

118.- BOE. Nº 131, de 1 de junio de 1963. Págs. 8.962-8.963.

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Tabla 8FILIALES DEL INSTITUTO JOSÉ MARÍA DE PEREDA

FILIAL 2: BARRIO PESQUERO

CURSO 1º 2º 3º 4º 5º 6º COU 1º BUP TOTAL

1962-63 30 -- -- -- 30

1963-64 17 28 -- -- 45

1964-65 22 15 25 -- 62

1965-66 25 20 15 20 -- -- -- -- 80

1966-67 83 78 52 27 -- -- -- -- 240

1967-68 54 36 36 23 -- -- -- -- 149

1968-69 55 55 53 54 -- -- -- -- 217

1969-70 78 179 48 49 -- -- -- -- 364

1970-71 -- 84 80 72 51 -- -- -- 287

1971-72 -- -- 80 73 51 -- 204

1972-73 -- -- 94 61 58 43 -- --- 314

1973-74 -- -- - 84 46 53 183

1974-75 -- -- -- -- 74 45 43 162

1975-76 -- -- -- -- -- 58 45 46 149

1976-77 -- -- -- -- -- --

Fuente: Archivo de IES José María de Pereda. Libros de Matrícula sin catalogar.

La evolución del número de alumnos de esta Filial (Tabla 8) nos indica clara-mente que los mayores efectivos se alcanzaron tras la terminación del edificio que la iba a albergar definitivamente y que se construyó casi al mismo tiempo que la Escuela de Pesca. Su irresistible ascensión culminó en el curso 1970-71. La estructura de aquel estaba prácticamente echada en noviembre de 1964, y el edificio completamente termi-nado y en funcionamiento en 1965. El corresponsal del periódico Alerta, dando cuenta de este hecho, escribió: “tanto el muelle comercial como la calle que corre paralela a los espigones ofrecen una fisonomía distinta. La Sección Delegada del Instituto y el edificio en avanzada construcción de la Escuela de Pesca han surgido y custodian la Iglesia para formar una trilogía de lo que es el alma de aquel barrio: religión, cultura y formación profesional”119.

Algunos de sus directores técnicos nombrados por el Ministerio fueron: Celia Valbuena Morán, agregada de Lengua y Literatura (1963 a 1966); Teresa Valbuena Morán, interina de Filosofía (1966 a 1968); José Fernández Martín, agregado de Dibujo (1968-69), y Tomás López, catedrático de Inglés (1970-1979).

La creación de estas dos filiales no resolvió los problemas de falta de espacio

119.- BMS. M- 667. Periódico del día 22 de octubre de 1965. Pág. 3.

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crónico que padecía el Instituto y las protestas como ya hemos puesto de manifiesto siguieron produciéndose para reclamar nuevos centros.

2.- Los años decisivos de un centro consolidado (1963-1966)

A).- Gestiones del gobernador civil y proyecto ministerial

Después de la publicación en el Boletín Oficial del Estado de la creación de un segundo instituto, de carácter femenino, todas las fuerzas implicadas respiraron de satis-facción, pero todavía quedaba por resolver lo más importante: la ubicación del edificio, la redacción del proyecto, el concurso-subasta de las obras y su ejecución. Ningún diri-gente político quería dejar pasar la ocasión y, al ver que no terminaba de materializarse en algo tangible el proyecto aprobado, se decidió insistir sobre éste y otros problemas pendientes en Madrid.

El gobernador civil, José Elorza Aristorena (1961-1963120), hombre de amplia trayectoria política (gobernador civil de Logroño, condecorado en varias ocasiones) y avezado en la lides de la negociación, decidió tomar el toro por los cuernos, y se trasladó a Madrid, en el mes de febrero de 1963, para llevar a cabo, como señaló la prensa local “importantes gestiones”, que coincidieron con el momento en los que desde el Minis-terio de Educación Nacional se estaba procediendo a la reordenación del Bachillerato, que terminaría por plasmarse en la Ley de 29 de abril de 1964.

A su vuelta de Madrid dio cuenta de las gestiones, que había llevado a cabo ante diferentes ministerios. El Diario Montañés, en su edición de 9 de febrero de 1963, ofreció a sus lectores una amplia reseña, casi la totalidad de una página, donde se en-trevistaba al gobernador y se ponía de manifiesto que los asuntos, que le habían llevado a la capital, se referían a “presidir las comisiones, que designadas por la Comisión Delegada de Asuntos Económicos de la de Servicios Técnicos de la provincia, han visitado en la capital de España a varios ministros y altos funcionarios en relación con dos asuntos del mayor interés para el desarrollo de la economía montañesa: el trasvase de determinados caudales del pantano del Ebro para incrementar el del río Besaya y transformar en regadío una amplia zona de Valderredible”.

Las gestiones del gobernador no se limitaron a lo anterior pues, acompañado del presidente de la Diputación (Pedro Escalante), el alcalde de Torrelavega (Jesús Co-llado Soto), los diputados Mazarrasa Quijano y Riancho; los señores Alvear y García Nuevo en representación de las Cámaras de Comercio de Santander y Torrelavega, así como los alcaldes de Cabezón de la Sal, Cartes, Valdáliga, Ruiloba, Comillas y del presidente de la Junta Vecinal de Caviedes, visitaron al ministro de Agricultura y al director del Patrimonio Forestal “en solicitud de que los referidos pueblos a los que la zona repoblada del Monte Corona corresponde puedan tener en los beneficios de

120.- Nombrado por Decreto 303/1961, de 25 de febrero. BOE del 1-3-1961. Nº 51. Págs. 3.173-74. Cesado por Decreto 913/1966 de 16 de abril. BOE. Nº 97. Pág. 4.890.

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la nueva riqueza forestal creada más alta participación que la que originalmente fue consorciada”121.

Por lo que respecta a nuestro tema, debemos manifestar que el periodista que entrevistó al gobernador le preguntó si tenía algo más que añadir a lo que extensamente se había referido con anterioridad, aquel contestó que sí y, que era de gran importancia, poniendo de manifiesto: “Visité al director general de Enseñanza Media, don Ángel González... para tratar de la ubicación en Santander del nuevo Instituto de Enseñanza Media Femenino, recientemente creado”. Aquel se comprometió a visitar la Montaña a comienzos del mes de marzo para analizar la cuestión y para “estudiar sobre el terreno los problemas de Reinosa y Castro Urdiales”.

José Elorza no se olvidó de otro de los anhelos de los santanderinos, el de esta-blecer estudios universitarios y, en consecuencia, se entrevistó con Pío García Escudero, a la sazón, director general de Enseñanzas Técnicas, para tratar el tema de la Escuela de Peritos de Torrelavega, y con el director general de Enseñanza Universitaria para pedirle que en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo se establecieran algunas facultades con carácter permanente. Sobre la primera cuestión el ministerio se compro-metió a dar carácter oficial a dicha escuela para el próximo curso y sobre el segundo dejó entrever que, la concesión de una futura Universidad, sería algo que se iba a hacer realidad muy pronto (hubo que esperar hasta 1972).

Esta visita del gobernador civil a Madrid puede considerarse el punto de parti-da del largo camino que todavía habría de recorrer la implantación en nuestra ciudad del nuevo instituto que, en principio, estaba destinado a albergar a las féminas. Todas estas declaraciones, tomadas con la debida cautela, desataron la alegría y el optimismo. Pronto cundió la esperanza entre los poderes públicos y todos esperaron con ilusión y paciencia contenida la anunciada llegada de los responsables ministeriales para que concretaran los planes que traían debajo del brazo, y que según los dirigentes locales iban a representar un gran paso para el desarrollo de la región.

El director general de Enseñanza Media y su séquito llegaron a Santander el día 31 de marzo de 1963. El periódico El Diario Montañés, como no podía ser de otra ma-nera, dadas las expectativas de aquella visita, dedicó el día anterior (30 de marzo) toda una página a glosar los resultados y beneficios que se esperaban122. En ella se aireaba a bombo y platillo que el director general de Enseñanza Media, Ángel González Álvarez, “presidirá con nuestras primeras autoridades una reunión en el Gobierno Civil, a la cual han sido convocados los miembros de la Comisión delegada de Acción Cultural más directamente relacionados con los problemas de la Enseñanza Media. Los alcal-des de Santander, Torrelavega, Castro Urdiales, Reinosa, Laredo, Potes y Comillas, así como otras personas y representaciones directamente interesados en los temas que habrán de ser objeto de la reunión”.

121.- BMS. M-1081. Periódico El Diario Montañés. Pág. 10, de 9 de febrero de 1963.122.- BMS. M-1081. Periódico El Diario Montañés. Pág. 7, de 30 de marzo de 1963.

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En realidad, esta nueva información, ofrecida por El Diario Montañés, completa la que había dado anteriormente el día 9 de febrero. Los problemas que se iban a tratar no se reducían exclusivamente al establecimiento de un nuevo instituto en Santander, pues el director general iba a venir acompañado del secretario general de Enseñanza Media, Eduardo del Arco, y del arquitecto de la misma Marciano Hernández, para ha-blar de otra serie de temas de carácter educativo referentes a compromisos adquiridos anteriormente, tales como “la creación de Colegios Menores en Santoña y Castañeda; la construcción de una planta piloto en Santoña donde puedan ejercitarse en la técnica conservera los alumnos de bachillerato superior de modalidad marítima pesquera; la ampliación de guarderías infantiles”123.

Estos compromisos se completaban con otros relacionados con las Cuevas Pre-históricas de Puente Viesgo (mejora de la iluminación y accesos), la aceleración admi-nistrativa del Parador de Fuente Dé y la ampliación del refugio de Áliva, la iniciación lo más rápidamente posible de la construcción de viviendas de la Obra Social de la Falange en el Polígono de Cazoña, el establecimiento de sendos polígonos industriales en Torrelavega y Santoña, y las obras a realizar en la Colegiata de Santillana y plaza principal de la villa.

El director general de Enseñanza Media y su séquito por fin llegaron, vía ferro-carril, y poco después se celebró la anunciada reunión. La prensa local se hizo amplio eco del evento en el que quedaron colmadas, en gran parte, todas las peticiones que habían sido formuladas y acordadas con anterioridad. El periódico Alerta, en la porta-da de su edición del día 31 de marzo de 1963, titulaba: “Noticias esperanzadoras para la Enseñanza Media en la Montaña”124. Su contenido no dejaba dudas ya que daba cuenta del desarrollo de un gran proyecto educativo de Enseñanza Media para Santan-der, que completaba los anteriores compromisos, “consistente en la construcción de un Instituto Medio Femenino, que permitirá habilitar mayor espacio al censo masculino en el Centro de la calle Santa Clara, más un creación de dos secciones delegadas en San Rafael y otra masculina, en Santa Clara, también se subvencionará la sección filial nú-mero 1, de Guevara y se acelerarán los trámites para la creación de la sección número 2”.

En la cuarta página del periódico se daba cuenta de una manera más amplia del conjunto de la reunión mantenida y, en un alarde de pura propaganda, el delegado de Educación no dudó en exponer ante todos los asistentes el buen hacer del Minis-terio dirigido por Manuel Lora Tamayo. Política educativa encaminada a resolver los múltiples problemas de enseñanza que padecía el país, pero obviando la insuficiencia presupuestaria, la rigidez de las leyes educativas y la carencia de una oferta de puestos escolares acorde con el desarrollo que estaba en marcha en España. Se extendió sobre la necesidad de que todos los niños con aptitud suficiente cursen los estudios de Ense-ñanza Media elemental. Esta era una de las metas del ministerio y para ello se precisa-

123.- BMS. M-1081. Periódico El Diario Montañés. Pág. 7, de 30 de marzo de 1963. También en M-656. Periódico Alerta. Portada y pág. 4, de 31 de marzo de 1963.124.- BMS. M-656. Periódico Alerta. Portada, de 31 de marzo de 1963.

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ban la creación de doscientos institutos125.

Insistiendo en la cuestión de cómo extender la Enseñanza Media explicó que, en los núcleos urbanos, en sus zonas de más reciente expansión, en los suburbios, la fór-mula más certera para aproximar dicha enseñanza sería la de la creación de Secciones Filiales, y en el caso de los núcleos rurales la del desarrollo de Colegios Libres Adop-tados. Como hemos visto a estas alturas ya se habían creado en Santander dos filiales, pero no por iniciativa del ministerio sino por las gestiones de la Iglesia.

Todos estos proyectos colmaron las ansias del desarrollo educativo, que propo-nían los poderes públicos, e incluso creyeron tocar la gloria política cuando el día 7 de abril de 1963 el director general de Enseñanza Universitaria se acercó a Santander y se reunió con las autoridades locales, el rector de la Universidad de Verano (Ciriaco Pérez Bustamante) y su Secretario (Francisco Ynduráin), comprometiéndose a ampliar ciertas instalaciones de la Universidad de Verano: los comedores y las cocinas en Las Llamas, así como fundar alguna facultad con carácter permanente.

Confirmados todos los planes del Ministerio de Educación Nacional por el di-rector general de Enseñanza Media, se comenzó a pensar seriamente en los lugares donde se iban a ubicar los centros acordados. Además, se determinó que cuando hu-bieran concluido las obras del nuevo Instituto Femenino, “se estableciera en el piso que viene ocupando el alumnado en la calle Santa Clara una nueva sección delegada del Instituto Masculino”, con lo cual serán tres las secciones delegadas de nueva creación en esta capital. Finalmente, en relación a las secciones filiales del Instituto Nacional de Enseñanza Media, que ya vienen funcionando (ya hemos constatado que estaban funcionando las filiales número 1, con la denominación de Díaz de Villegas, sita en ca-lle Guevara 22, y la filial número 2 del Barrio Pesquero126), subvencionar con 800.000 pesetas durante el año en curso para la terminación de las obras de ocho aulas en la sección filial número 1 que dirige el jesuita padre Vela127.

Todas estas propuestas, cargadas de buenas intenciones, dibujaban un futuro esperanzador pues con la materialización de los proyectos prometidos iba a ser posible acabar con la falta de espacio para acoger a los alumnos/as y dar una respuesta adecua-da al constante aumento de alumnos. Parecía que se sentaban las bases de la expansión de la Enseñanza Media en la ciudad, para dar respuesta a la creciente demanda de estos estudios que abrían las puertas a mejores empleos, en consonancia con el desa-rrollo económico. No obstante, todo ello requería tiempo y eso es lo que en aquellos momentos no sobraba pues era necesario y urgente actuar con rapidez y diligencia ante el aumento de la matrícula. Así, para paliar la cuestión se suscitaron dos actuaciones, la primera vino de la mano del gobernador civil y la segunda del propio Ministerio de Educación Nacional.

125.- BMS. M-656. Periódico Alerta, de 31 de marzo de 1963. Pág. 4.126.- Archivo del IES José María de Pereda. Libros de Actas de Calificación y Matrícula. Sin catalo-gar. 127.- BMS. M-1081. Periódico El Diario Montañés. Portada y Pág. 9, de 31 de marzo de 1963.

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La urgencia por resolver los problemas de escolarización suscitados por el au-mento de la matrícula en el curso 1962-63, las previsiones al alza para el curso 1963-64 y el hecho de que el edificio del nuevo Instituto Femenino no estaría listo hasta dentro de dos años, llevaron al gobernador civil a buscar una solución provisional para absor-ber a todos los alumnos/as que quisieran cursar estudios en el Instituto, y en consecuen-cia se puso rápidamente en contacto con el director del Instituto Femenino, Antonio Bueno Tomás, para que emitiera un informe al respecto. El documento estuvo listo para el día 29 de agosto de 1963, y con esa fecha fue remitido al Gobierno Civil. Dada su importancia no me resisto a no trascribir sus puntos más importantes:

“Designado por la Dirección del Instituto Nacional de Enseñanza Media feme-nino por un escrito del Ministerio con fecha de 14 de agosto que me fue comunicado el día 21, he estudiado las diversas soluciones que se ofrecen al problema de un local apropiado para una inmediata apertura de curso en el mes de octubre. Naturalmente, este informe no se opone a las decisiones de la Dirección General de Enseñanza Media sobre este asunto”.

El aumento de la población escolar planteó en años anteriores un grave proble-ma a la ciudad de Santander: muchos niños y niñas que deseaban matricularse como alumnos oficiales en el Instituto tuvieron que ser rechazados por falta de sitio en el Insti-tuto Mixto. El desdoblamiento de dos institutos viene a poner remedio a esta deficiencia y, por tanto, ni el masculino ni el femenino pueden, en este año, limitar su matrícula. Sentada esta premisa y teniendo en cuenta la premura de tiempo, he examinado las distintas soluciones propuestas por la prensa o por personas interesadas en la cuestión.

1.- El antiguo Hospital de San Rafael.- Este edificio ofrece la ventaja de estar situado en el centro de la ciudad, pero está ocupado por la Escuela de Náutica, la Es-cuela de Artes y Oficios y el Conservatorio. Aún en el supuesto de que estas escuelas de Artes y Oficios, Náutica, etc. Pudieran encontrar inmediatamente otro sitio, el edificio requeriría de una transformación muy larga y costosa antes de que pudiera acoger a las alumnas del Instituto que han de permanecer todo el día en él.

2.- La antigua escuela aneja a la normal del Magisterio.- Como el edificio ante-rior tiene la ventaja de estar situado en un lugar céntrico, pero sigue funcionando como aneja mientras no esté terminada la normal. Los directores tanto de la normal como de la aneja me aseguran que ha de ser ya muy adentrado el curso. Además, el edificio en cuestión no reúne condiciones para un instituto: falta de patios, servicios higiénicos deficientes, aulas muy pequeñas. El contratista de la obra de la normal tiene adquirido el derecho a los materiales de derribo.

3.- Edificio del Instituto José María de Pereda.- Dos modalidades pueden pro-ponerse para la utilización del mismo edificio por los dos institutos, masculino y feme-nino.

a).- Primera modalidad. Es la que propone el Instituto Masculino en caso de que no se logre otro local en la ciudad. El Instituto Masculino ocuparía los dos pisos superiores y el femenino la planta baja. Esta planta baja se encuentra en unas con-

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diciones lamentables: sólo dos aulas tienen mesas, los lados este y oeste son húmedos, fríos y sombríos. Las reparaciones más indispensables exigirían unas 500.000 pts. Sin contar los gastos de mobiliario y no permitirían empezar el curso antes de noviembre, suponiendo que las obras comenzasen enseguida. Aunque el Instituto Masculino cedie-se la planta baja en su totalidad, el femenino tendría que limitar su matrícula en mayor proporción que el año pasado. Además, carecería de muchos servicios, como biblioteca, salón de actos, capilla, laboratorios...

b).- Segunda modalidad. La jornada escolar se divide en dos partes, por ejemplo, de 9 a 2 por la mañana y de 3 a 8 por la tarde; cada uno de los institutos ocu-paría la totalidad del edificio durante media jornada. Esta solución permitiría la admi-sión de todos los alumnos o alumnas que se presentasen, pero recortaría el tiempo de permanencia en el Instituto con perjuicio para los estudios y con desagrado previsible de las familias.

4.- Pabellón de Las Llamas. (Universidad Internacional Menéndez Pelayo).- Ofrece aulas y servicios anejos magníficos. Tiene el inconveniente de la distancia, pero podría ser resuelta esta dificultad con ayuda del municipio y, quizá, de Protección Es-colar. Las objeciones que pueden presentarse a su cesión provisional al Instituto son las siguientes: 1. Que las alumnas estropearan el edificio; 2. Que hay proyecto de crear en Santander una facultad.- A lo primero se debe responder que las niñas son general-mente más cuidadosa que los niños; el vivir en el ambiente de sobria elegancia como el que ofrece Las Llamas las educará y hará más fácil la labor de sus profesores cuando intenten inculcarles el respeto del edificio y de los muebles; además un edifico habitado sufre menos que deshabitado.

La facultad, si algún día se crea en Santander, volverá a encontrar libre el edifi-cio que el Instituto ocupa sólo provisionalmente. Es de suponer que estas justas aspira-ciones universitarias de La Montaña no se logren antes del curso 1964-65. Sería, desde luego, una lástima que habiendo en Santander un edificio del Ministerio de Educación Nacional cerrado todo el invierno, quedase el Instituto Femenino sin local apropiado.

Conclusión. Consideradas todas estas soluciones, los cuatro catedráticos ya nombrados para el nuevo instituto estiman que la mejor es la última, utilizado en oc-tubre el edificio de Las Llamas con arreglo previo de la cuestión de transportes. El Iltmo. Sr. director del Instituto Masculino me asegura que es también de la opinión del Claustro de su Centro.

De todos modos, esta solución, como cualquier otra, es provisional e implica serias dificultades, por lo que debe encarecer la pronta puesta en marcha de la construc-ción del futuro Instituto”128.

La prensa local también se hizo eco del asunto planteado por el gobernador

128.- AHPCAN. Gobierno Civil S. XX. Legajo 23. 29 de agosto de 1963. El informe fue elevado al di-rector general de Enseñanza en fecha 5 de septiembre de 1963, pidiendo se ejecutase la solución tercera, modalidad b), para que se pudieran comenzar las clases el día 3 de octubre.

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civil y trató de aportar su granito de arena difundiendo las soluciones que se habían barajado, y rechazando de plano el uso del Hospital de San Rafael por el enorme costo de las obras y el tiempo que llevaría ejecutarlas, que excedería con mucho del comien-zo del curso escolar 1963-64. Tomando en consideración las declaraciones de María Teresa Valbuena (jefa de Estudios del Instituto) dio como casi seguro que el Instituto Femenino funcionaría el próximo curso en Las Llamas, “porque las chicas son más cuidadosas que los chicos, está en estudio la prolongación de la línea de autobuses y se ha resuelto la formación del Claustro de Profesores”.

La solución adoptada y la existencia de las filiales de la calle Guevara y Poblado Pesquero sumada a la tercera filial que se prevé poner en marcha para el próximo curso, al parecer por el Alto de Miranda, acabarán con todos los problemas129.

B).- El proyecto aprobado se desfondaLa gran propuesta del Ministerio de Educación Nacional fue, en parte, un es-

pejismo, pues los proyectos se fueron dilatando en el tiempo y la mayoría de ellos no se ejecutaron ¿Qué sucedió con el gran proyecto educativo diseñado por el Ministerio de Educación Nacional? Para ser exactos digamos que de aquel proyecto que bien podría-mos dividir en dos apartados, uno el que se refirió a la provincia, en general, y otro a la ciudad de Santander, en particular, nunca fue ejecutado en su totalidad.

En el primer caso, de una manera sintética, se procedió a hacer realidad la Sección Delegada de Reinosa adscrita al Instituto de Torrelavega130, la ampliación del Instituto Marqués de Santillana de Torrelavega131, la construcción de comedores y co-cinas para la Universidad Internacional Menéndez Pelayo132, la Escuela de Peritos y la Escuela de Magisterio, la Escuela de Aprendizaje Industrial en Torrelavega133. En cual-quiera de los casos expuestos lo único que se había conseguido era la materialización de viejos/nuevos proyectos, peticiones y anhelos que habían costado muchas idas y vistas a Madrid, muchas luchas y muchas decepciones, y que habían tenido su origen en los años cincuenta. ¡Cuánto tiempo transcurrido desde su formulación! Pero entre ellos no se encontraba la tan ansiada creación de la Universidad.

En el segundo caso, la cuestión no tiene una respuesta sencilla, dados los vai-venes y cambios de criterio que se fueron sucediendo en el tiempo. Para poderlo com-prender debemos partir de la siguiente interrogación: ¿dónde se ubicarían los centros que se proponía construir el Ministerio de Educación Nacional?

En primer lugar, abordada la cuestión de las Secciones Filiales, se aprobó que dos de ellas, una masculina y otra femenina, se dispusieran en la edificación del inmue-ble que se levantara en el solar que ocupa actualmente el Hospital de San Rafael (hoy,

129.- BMS. M-656. Periódico Alerta, de 30 de agosto de 1963. Pág. 2.130.- Decreto 3529/964. BOE. Nº 271, de 11 de noviembre. Pág. 14.818.131.- BOE. Nº 283, de 25 de noviembre de 1964. Págs. 15.547 y 15.548.132.- BOE. Nº 284, de 26 de noviembre de 1964. Págs. 15.596-97.133.- BOE. Nº 232, de 27 de septiembre de 1963. Pág. 13.936.

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Parlamento de Cantabria). Estas secciones nunca se pusieron en marcha por el elevado coste que suponía transformar una construcción que se encontraba en una situación lamentable.

En segundo lugar, en lo referente a la Sección Filial Masculina prevista, pronto se iba a concretar el lugar de su levantamiento: la confluencia de la avenida del General Dávila con la bajada del Caleruco134, una ubicación excéntrica al centro de la ciudad, en un paraje escasamente poblado en aquellos momentos.

Quizás lo más curioso de la tramitación, de la puesta en marcha de esta Sec-ción Delegada fallida (masculina), aparece reflejado con claridad en la certificación del secretario general del Ayuntamiento de Santander, Alejandro Rebollo Álvarez, de fecha 10 de julio de 1963, referida al pleno del Ayuntamiento celebrado el día 6 de junio de 1963.

En aquella se pone de manifiesto que en el pleno citado se aprobó remitir con el visto bueno del alcalde, Manuel González Mesones Díaz, al director general de En-señanza Media, los acuerdos adoptados por la Corporación Municipal referentes a la construcción del referido Centro escolar, especificándose la idea de “crear una sección delegada del Instituto Masculino de Enseñanza Media”, en una finca situada en el paseo del General Dávila, en su confluencia con la bajada del Caleruco, pues la CMP (Comisión Municipal Permanente) adoptó dicho acuerdo y el del ofrecimiento de terre-nos al Ministerio de Educación Nacional para los fines expresados, en fecha de 29 de mayo último, en consonancia con la opinión favorable del arquitecto de la Dirección General de Enseñanza Media, Marciano Hernández Serrano y el arquitecto municipal de Urbanismo de esta ciudad. El lugar escogido queda definido como:

“Terreno con su frente al paseo del General Dávila, de 3.500 metros cuadrados de superficie, hoy destinado a prado, de forma sensiblemente rectangular y que linda al norte, en línea de 42 metros, con finca particular; al este, en la de 84 metros, con resto de la finca de don Álvaro Cobo; al oeste con bajada del Caleruco, y al sur, en la de 42 metros, con el paseo del General Dávila. Estas medidas lineales y superficial son aproximadas”135.

La Comisión de Cultura, a la vista de dicho informe, propone que se ofrezca dicha finca al Estado y se proceda a su expropiación, tomando como base el artículo 10 de la Ley de Expropiación Forzosa, “al entenderse implícita la utilidad pública por tratarse de ejecución de un plan del servicio público estatal para la Enseñanza Media”.

134.- AMS. Pleno Ordinario de 6 de junio de 1963. Libro 120-1. Pág. 119 recto. 135.- AMS. Libro de Actas del Ayuntamiento de Santander de 1961-64. Número 120-2.

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Fotografía 1. Finca de Álvaro Cobo ofrecida para construir la Sección Delegada Masculina. Fuente AMS. Caja 470-1. Negociado de Oficialía Mayor.

En consecuencia, el Ayuntamiento de Santander le comunicaba al Ministerio de Educación Nacional que los acuerdos que había adoptado eran136:

1.- Ofrecer al Estado, Dirección General de Enseñanza Media del Ministerio de Educación Nacional, la finca que queda descrita en la presente moción, con destino a la construcción del edificio de la Sección Filial del Instituto de Enseñanza Media, en esta ciudad.

2.- Solicitar de la Dirección General de Enseñanza Media la redacción y apro-bación del oportuno proyecto, con objeto de proceder a la expropiación forzosa de los terrenos a que se hace referencia en el apartado anterior.

3.- Solicitar del Ministerio de la Gobernación autorización para la cesión gra-tuita al Estado de los expresados terrenos a los fines que se indican.

4.- Abrir información pública por el plazo de quince días para oír a los afecta-dos por la construcción proyectada para, en su día, solicitar la declaración de urgencia a efectos de lo dispuesto en el artículo 52 de la Ley de Expropiación Forzosa.

Cumplidos todos los requisitos, se expusieron en el correspondiente tablón de anuncios, y la maquinaria municipal se puso en marcha para ir ejecutando todos los acuerdos adoptados. De esta manera, el día 1 de junio, el arquitecto municipal, jefe de la Sección de Urbanismo, dio el visto bueno a la expropiación de la finca reseñada y la

136.- AMS. Caja 470-1, Negociado de Oficialía Mayor y Libro de Actas del Ayuntamiento de Santander de 1961-64. Número 120-2.

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Dirección General de Enseñanza Media se reafirmó en la necesidad de contar con la finca para la construcción del Centro137.

El Ayuntamiento, paralelamente, fue tocando todas las teclas necesarias para hacer realidad el proyecto, como la Comisión Delegada de Acción Cultural del Go-bierno Civil de la Provincia, y el día 19 de junio remitió para su inserción en el Boletín Oficial de la Provincia el anunció de información pública a efectos de “declaración de urgencia” para proceder a la expropiación de la finca para la construcción de una “Sección Filial del Instituto Masculino de Enseñanza Media de esta ciudad”138. El bole-tín Oficial de la Provincia del miércoles 26 de junio de 1963 reproduce nuevamente el documento aprobado por el pleno del Ayuntamiento139.

Pronto va a cundir el desánimo pues el Ministerio va a orillar el proyecto al ma-nifestar, en primer lugar, en el mes de julio (carta de Marciano Hernández, arquitecto de la Dirección General de Enseñanza Media, de 8 de julio de 1963, al alcalde de San-tander), que en el lugar donde estaba proyectada la edificación de la Sección Delegada Masculina (bajada del Caleruco) se iba a construir una Sección Delgada Femenina; en segundo lugar, que, en el solar donde se iba a levantar el Instituto Femenino (Campos de Miramar), se construiría un Instituto Masculino, ya que el Instituto Femenino que-daría ubicado de manera definitiva en la calle Santa Clara. Las razones de este cambio de criterio parecen haber sido que el solar previsto para la Sección Delgada Masculina no reunía las condiciones de tamaño adecuadas para un centro de aquellas caracterís-ticas y el hecho de que no iba a entrar en el presupuesto de 1963, por lo que no corría una excesiva prisa140.

No obstante, el arquitecto se comprometió a estudiar la cuestión y determinar el mejor aprovechamiento para que todos quedaran satisfechos. Finalmente le indicó que le habían comunicado que el secretario general técnico no había recibido aún el plano que se envió a través del Gobierno para la Sección Delegada.

El alcalde de Santander, a vuelta de correo, le respondió que la Corporación Municipal desde el primer momento pensó que el nuevo instituto sería masculino y que el actual se quedaría como femenino. Añadió que, en lo referente a la rehabilitación del Hospital de San Rafael, en la calle de Calzadas Altas (actualmente calle Alta), para dos Secciones Delegadas masculina y femenina, no era un hecho nuevo pues ya había sido tratado en la reunión anterior, cuando también se acordó la aceptación por el Mi-nisterio del solar situado en el paseo del General Dávila, bajada del Caleruco, e incluso se visitó141.

A pesar del cambio de criterio toda la maquinaria desatada siguió su curso, durante el mes de agosto, como lo demuestra la correspondencia entre el alcalde de

137.- AMS. Caja 470-1. Negociado de Oficialía Mayor. Documentos del expediente citado. 138.- AMS. Caja 470-1. Negociado de Oficialía Mayor. Nº 195.139.- AMS. Caja 470-1. Negociado de Oficialía Mayor. Contiene un ejemplar del Boletín Oficial de la Provincia correspondiente al Año XXVII. Nº 76, de 26 de junio de 1963. Anuncio en págs. 603 y ss.140.- AMS. Caja 470-1. Negociado de Oficialía Mayor. Nº 229.141.- AMS. Caja 470-1. Negociado de Oficialía Mayor. Carta de 15 de julio de 1963.

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Santander con diversas instancias del Ministerio de Educación en las que, entre otras cosas, se notifica que la reparcelación, sobre la que había insistido el Ministerio, llevada a cabo en la zona donde se iba a construir el Instituto Femenino ya estaba concluida y que la parcela resultante, edificable era de 8.000 metros cuadrados, con lo que se podía comenzar la proyección del Instituto142.

Llegado el mes de septiembre el alcalde volvió a ponerse en contacto, mediante una nueva carta, con Marciano Hernández Serrano (arquitecto de la Dirección Ge-neral de Enseñanza Media), para interesarse por el estado en el que se encontraba la redacción del proyecto, adjuntando un plano del solar en que se levantaría el futuro edificio e indicando que “tan pronto como esté redactado el proyecto iniciaremos el expediente de expropiación forzosa, ya que no ha sido posible llegar a un acuerdo con el propietario”143.

Paralelamente, en esa misma fecha, el alcalde pide información al Registro General y a la Oficialía Mayor para que le informen si se ha tenido entrada en el Ayun-tamiento algún escrito de reclamación relacionada con la información pública abierta a efectos de la declaración de urgencia de la expropiación forzosa del solar mencionado, a lo que le responden que hasta la fecha nada se había registrado.

El alcalde, viendo que todas las gestiones se estaban dilatando, que no obtenía nada más que promesas y buenas palabras, decidió nuevamente dirigirse mediante car-ta, de 14 de septiembre, al director general de Enseñanza Media (Ángel González Álva-rez), para recordarle que el estudio llevado a cabo por el Ministerio de Educación para la creación de nuevos centros de Enseñanza Media en esta ciudad había concluido, que eran necesarios un Instituto Femenino en el paseo del General Dávila, sitio de Miramar y una Sección Delegada del Instituto Masculino, en el mismo paseo del General Dávila, sitio de la bajada del Caleruco.

Para satisfacer estos anhelos, el Ayuntamiento había ofrecido a ese Ministerio un solar en la bajada del Caleruco e iniciado todas las gestiones oportunas. Ahora bien, con posterioridad a estos hechos, esta Alcaldía ha tenido noticias de la variación que han sufrido estos planes iniciales en el sentido de “destinar a Instituto Masculino el terreno del General Dávila, al sitio de Miramar, a Instituto Femenino el actual edificio en la calle Santa Clara, así como habilitar se en el antiguo Hospital de San Rafael en la calle de Calzadas Altas, actualmente calle Alta, para dos Secciones Delegadas mas-culina y femenina”144. En consecuencia, desea saber si ya no era necesario disponer del terreno de la bajada del Caleruco, ya que su propietario se había dirigido a la Alcaldía pidiendo se le facilitase informe sobre la situación del terreno, pues tenía proyectos para edificar en él.

La respuesta sobre la situación de la finca afectada se iba a dilatar en el tiempo y

142.- AMS. Caja 470-1. Negociado de Oficialía Mayor. Cartas, del 5-8-1963 y 27-8-1963, remitidas a Madrid por el alcalde de Santander y contestaciones a las mismas de 28 de agosto.143.- AMS. Negociado de Oficialía Mayor. Caja 470-1. Carta de 2 de septiembre de 1963.144.- AMS. Negociado de Oficialía Mayor. 184. Carta de 14 de septiembre de 1963.

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todavía el día 28 de diciembre de 1964 el propietario, Álvaro Cobo Cano, recibe como respuesta que “en principio no ha habido variación en cuanto al proyecto de construc-ción en la misma de una Sección Delegada”, y esto después de haber presentado senda instancia, el 9 de noviembre de 1964, pidiendo al alcalde las necesarias aclaraciones145.

A estas alturas de las negociaciones se confirmó que el proyecto de construir un Instituto Femenino en Miramar (confluencia de la avenida de Parayas con el pa-seo del General Dávila) había quedado descartada, y que en esa misma finca se iba a desarrollar la construcción de un edificio para albergar a los alumnos masculinos, es decir al Instituto José María de Pereda. Así, se lo comunica, mediante carta, el alcalde de Santander a Marciano Hernández Serrano (arquitecto de la Dirección General de Enseñanza Media). Además, el alcalde recibe un nuevo jarro de agua fría cuando se le comunica que la construcción de la Sección Delegada Filial “no entrará en el presu-puesto de esta anualidad”146.

A pesar de ello, la Corporación Municipal continuó insistiendo en la construc-ción al comunicar a Madrid que, el solar donde se iba a instalar una Sección Delegada Masculina (bajada del Caleruco) y que como consecuencia del cambio de criterio se va a dedicar a una Sección Delegada Femenina, es propiedad particular por lo que se ha de proceder a su expropiación y, para ello, la condición es que la Dirección General de Enseñanza Media redacte y apruebe el oportuno proyecto según lo acordado.

Como podemos apreciar, en el mes de diciembre de 1963, el desarrollo del gran proyecto educativo de Enseñanza Media para la ciudad de Santander se encontraba en un punto muerto y hacía aguas por todas partes. Había habido negociaciones y múl-tiples intercambios de cartas, pero todavía no se había materializado en algo tangible las promesas del Ministerio de Educación. El propio Ministerio no parecía tener las cosas muy claras y cada vez pedía más cosas al Ayuntamiento. Así, el 30 de diciembre Ángel González Álvarez (director general de Enseñanza Media) se dirigió nuevamente al alcalde para recordarle que “al amparo del Plan de Desarrollo Económico y Social, figura esa localidad con una Sección Delegada de Instituto Nacional de Enseñanza Media, con capacidad para 640 alumnos, cuyas obras deben ser realizadas en el año 1966, pero, para que esto pueda ser así, es preciso que por parte de ese Ayuntamiento se ceda al Ministerio de Educación Nacional un solar con una superficie mínima de 6.500 metros cuadrados”147. Además, la carta concluía que la respuesta, de aceptación o negación, se debía dar a la mayor brevedad y urgencia, pues si no fuera posible la colaboración, “el crédito correspondiente será transferido a otra localidad”.

Estas y otras cuestiones continuaron discutiéndose a lo largo de 1964, y aunque desconocemos la repuesta dada por el Ayuntamiento al Ministerio sobre la cuestión

145.- AMS. Negociado de Oficialía Mayor. Caja 470-1. Instancia de Álvaro Cobo. Las respuestas al mismo por parte del Ayuntamiento en Oficialía Mayor. 401-184-1720 y 460-144-1944.146.- AMS. Negociado de Oficialía Mayor. Caja 470-1. Carta de 23 de septiembre de 1963.147.- AMS. Negociado de Oficialía Mayor. Caja 470-1. Carta de 30 de diciembre de 1963.

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planteada, suponemos que fue positiva pues, el 18 de junio de 1965, el director general volvió a reiterarse, mediante carta, en que la finca de la bajada del Caleruco era ade-cuada para la construcción de una Sección Filial. No obstante, nunca se construyó la proyectada Sección Filial.

La finca en cuestión acabó siendo revertida a su propietario Álvaro Cobo y en 1967 se le concedió la oportuna licencia para construir en ella un grupo de viviendas148.

C).- Nació femenino y se convirtió en masculino

Hasta este momento hemos analizado y expuesto como fueron desarrollándose las negociaciones para expandir la Enseñanza Media en la ciudad de Santander. De ello podemos extraer una primera conclusión, que el edificio donde en la actualidad se encuentra ubicado el Instituto José María de Pereda tuvo su origen en aquel paquete ofrecido por el Ministerio de Educación Nacional, tras el desplazamiento a Madrid del gobernador civil y la posterior llegada a la ciudad del director general de Enseñanza Media. Inicialmente aquel edificio escolar no estaba destinado a albergar a los chicos, sino que estaba destinado a Instituto Femenino.

El acuerdo de la Diputación Provincial referente a la cesión de la parte de la finca enclavada en el Hogar Provincial, para la construcción de recién creado Instituto Femenino de Enseñanza Media de Santander, no se materializó nunca, y en consecuen-cia el director general de Enseñanza Media decidió aceptar el solar que le ofreció el Ayuntamiento en la avenida de General Dávila, en el cruce de esta con la nueva aveni-da que actualmente se denomina avenida de Parayas149, la sede del actual edificio que alberga al Instituto de Educación Secundaria José María de Pereda.

¿Cómo se desarrolló el proceso? El Ayuntamiento de Santander, al mismo tiempo que negoció la expropiación forzosa de la finca mencionada de la bajada del Caleruco, propiedad de Álvaro Cobo Cano, se preocupó por encontrar otro solar donde se pudiera albergar la futura sede del Instituto Femenino.

148.- AMS. Libro de Actas Nº 119-2. Pleno Ordinario de 1 de diciembre de 1967. Pág. 48 recto.149.- BMS. MS-656. Periódico Alerta. Pág. 4, de 31 de marzo de 1963.

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Fotografía 2. 1953. Parcelación de la zona de ubicación del Instituto José María de Pere-da. Finca 489-8. Fuente Gobierno de Cantabria. Consejería de Universidades e Investiga-ción, Medio Ambiente y Política Social. http://mapas.cantabria.es.

El solar se encontró cerca de la bajada del Caleruco, a unos pocos cientos de metros de distancia; es decir, en un paraje denominado Miramar, situado en el final de la entonces llamada avenida de Parayas, en confluencia con el paseo del Alta o de Sánchez Porrúa, después del General Dávila. Aquella avenida muy pronto cambió de nombre pues el pleno del Ayuntamiento de Santander decidió, mediante acuerdo mu-nicipal de 5 de septiembre de 1963150, que pasase a llamarse avenida de Camilo Alonso Vega, tal como hoy la conocemos.

Estaba enclavada, al igual que la otra, en un paraje escasamente atractivo, ale-jado y mal comunicado para albergar a la población estudiantil. Las fotografías aéreas (1948, 1953151) que se conservan sobre el paseo del General Dávila en general, y sobre las fincas en particular, en las que se alza el Instituto José María de Pereda, nos trasmi-ten la imagen de un lugar excéntrico y alejado del centro urbano, una zona de extra-rradio, de expansión de la ciudad, a la que se le había asignado una función residencial para familias de rentas de tipo medio y bajo, y por supuesto un área urbana con escasos servicios, en donde predominaban las praderías y las actividades agrarias ligadas a las actividades ganaderas.

150.- AMS. Libro de Actas del Ayuntamiento. Nº 120-2. Folio 214 vuelta.151.- Gobierno de Cantabria. Consejería de Universidades e Investigación, Medio Ambiente y Política Social. http://mapas.cantabria.es

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El hecho de que fuese elegida esta ubicación, en principio para los dos centros, es posible que estuviera relacionado con intereses puramente urbanísticos, además de las razones de zonificación urbana de las que hemos hablado. Es decir, quizás se pensó que era una buena idea liberar espacio urbano en el centro, en continua revalorización, relegando a zonas menos nobles a los alumnos de los dos centros. Este tipo de hechos va a provocar que, en el futuro desarrollo escolar de la ciudad, tanto a nivel de grupos escolares como de institutos, se implanten en lugares de laderas marginales, incluso en marismas, zonas sin demanda para el desarrollo de viviendas y que parece que son utilizados por ciertos intereses para provocar la consiguiente revalorización del suelo y su posterior uso para albergar a una población en aumento.

Fotografía 3. Los ‘Campos de Miramar’ en 1948. Fuente Gobierno de Cantabria. Conse-jería de Universidades e Investigación, Medio Ambiente y Política Social. http://mapas.cantabria.es.

En aquellos años, entre 1948 y 1963, a izquierda y derecha del solar donde se iba a terminar ubicando este establecimiento escolar, la densificación urbana era nula y en realidad entre las escasas edificaciones existentes se sucedían las praderías sepa-radas por paredes de piedra que individualizaban las diferentes parcelas de un sin fin de propietarios. Destacaban entonces los edificios que forman el conjunto del barrio Obrero del Rey, las instalaciones de la fábrica de curtidos de Mendicoague, y justo enfrente el edificio y los patios de recreo del Colegio La Salle.

En lo que hoy es el propio Instituto se alzaba el campo de fútbol levantado por la Sociedad Deportiva Unión Montañesa fundada en 1919, la cual cesó en sus actividades deportivas en 1949. La Sociedad tras finalizar la guerra civil pasó a lla-marse Juventud Unión Montañesa, y su complejo deportivo denominado ‘Campos de

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Miramar’152 acabó perteneciendo al Frente de Juventudes153. Siendo pues el solar de la Falange Española Tradicionalista y de las Juntas Ofensiva Nacional Sindicalista (FET y de las JONS) el Ayuntamiento entabló negociaciones para su cesión al Ministerio de Educación con el objeto de construir inicialmente un Instituto Femenino que acabó convirtiéndose en Masculino, hoy José María de Pereda.

Todavía no se había comenzado la construcción del barrio de San Francisco y mucho menos las edificaciones que después de la fábrica de curtidos nos conducen a la actual Glorieta de los Osos. Toda la parte norte, prácticamente, era un mar de hierba que descendía, en un continuo de prados, salpicada de algunas casas que se concentra-ban en el camino que más tarde se convertiría en la prolongación de Camilo Alonso Vega, hasta enlazar con la actual avenida de los Castros. La zona comenzó a densi-ficarse en la década de 1960 cuando se construye el Instituto José María de Pereda y el barrio de San Francisco, al tiempo que aumentan las edificaciones que comienzan a llenar los espacios de la zona norte, adyacentes al Centro, como se puede apreciar en el mapa catastral de 1968, aunque dista mucho de la situación que presenta en la actualidad, pues todavía sigue siendo un espacio muy a desmano y alejado del centro.

Su elección desató la polémica y unos opinaron sobre lo acertado de la solu-ción argumentando que la ciudad iba a crecer hacia ese lugar y aledaños en un futuro próximo, otros consideraron el lugar escasamente atractivo por su lejanía del centro para ubicar un centro de Enseñanza Media y más si se trataba de un centro femenino.

¿Cuál fue el origen del solar donde se iba a construir el Instituto Femenino, después José María de Pereda? En el año 1952, el pleno del Ayuntamiento de Santander aprobó el estudio de las líneas maestras sobre la urbanización de la ciudad para los próximos cincuenta años154. Para ello tomó como base la foto-plano realizada en 1949. En ese gran proyecto (Plan Comarcal), que fue aprobado por la Comisión Central de Sanidad Local el día 13 de septiembre de 1955, se incluía la construcción de una carretera entre Parayas y El Sardinero, que afectaba directamente a la finca ‘Campos de Miramar’.

En el año 1959 cuando se activó el proyecto de construcción de la llamada entonces ‘autopista del Aeropuerto de Parayas al Sardinero’. El alcalde presentó una moción que fue aprobada el día 28 de septiembre de 1959 que, entre otras cosas, ma-nifestaba: “Trazada en parte la autopista..., vía de la mayor importancia para nuestras comunicaciones, falta, sin embargo, para su tramitación el resolver una serie de proble-mas de índole administrativo relacionados con los terrenos a ocupar... Entre los terre-nos afectados se encuentra la finca denominada ‘Campos de Miramar’, perteneciente

152.- BMS. Periódico El Cantábrico. 29 de mayo de 1924, pág. 5, y 30 de mayo de 1924, pág. 2. Se indica que el campo era originariamente de la Sociedad Deportiva Unión Montañesa. 153.- Anuarios de la RFEF de 1923-24; 1926-27; 1942. Según el Anuario de la Real Federación Española de Fútbol, esta Sociedad Deportiva se fundó en 1919 y estuvo activa hasta la temporada 1948-49 para después desaparecer y sus instalaciones pasar a manos del Frente de Juventudes. Su último presidente fue José María Aldasoro Gurtubay. 154.- AMS. Libro de Actas del Ayuntamiento Nº 117-2. Filo 63 recto. Pleno de 13 de febrero de 1952.

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al patrimonio de FET y de las JONS y adscrita actualmente al Frente de Juventudes de esta ciudad, y se pretende... que el organismo competente haga cesión gratuita al Municipio de 3.500 metros cuadrados aproximadamente... para la continuación de aquella autopista, y para la apertura de una calle... conforme se detalla y describe en el plano que se acompaña”155.

La moción aprobada autorizaba al alcalde para dirigirse al ministro secretario general del Movimiento para solicitar la cesión gratuita y poder iniciar la tramitación del correspondiente expediente que permitiera la construcción de la llamada prolon-gación de la hoy avenida de Camilo Alonso Vega. En esta situación, la finca llegó a finales de 1962 cuando se creó el Instituto Femenino, al que había que buscarle una ubicación. En consecuencia, la realidad era que no existía, en aquellos momentos, un terreno suficientemente grande como para construir el edificio que albergara al Insti-tuto Femenino.

El hecho de que se estuviera negociando con FET y de las JONS no impidió al alcalde informar ampliamente, en el mes de mayo de 1963, a la Comisión Delegada de Acción Cultural del Gobierno Civil, respecto a los solares donde iban a funcionar los centros docentes de nueva creación, reiterando que la ciudad de Santander iba a contar con tres Secciones Delegadas y un Instituto Femenino. Este último se iba a cons-truir en la avenida del General Dávila, con el cruce de la avenida de Parayas. Señaló, además, que el solar ya había sido visitado recientemente por el director general de Enseñanza Media y que se había comprometido a que se confeccionara el oportuno proyecto156.

En la reunión a la que acabamos de referirnos se abordaron, también, todos los temas de enseñanza que estaban pendientes con el propósito de que el gobernador civil los expusiese en Madrid en su próxima visita, a celebrar a finales del mismo mes: Convertir en Oficial la Escuela de Minas de Torrelavega, lo mismo que el Colegio Libre Adoptado de Potes; proponer la creación de un centro de Formación Profesio-nal Industrial en Valdáliga; buscar soluciones al Colegio Libre Adoptado de Laredo; impulsar la creación de la Sección Delegada de Reinosa, donde el Ayuntamiento ya ofrecido un solar de 10.000 metros cuadrados, y de las de Castro Urdiales y Laredo; y la petición de crear una facultad universitaria. Cuestiones que junto a otras fueron dis-cutidas ampliamente en Madrid, y donde escucharon que se reconocería como oficial la Escuela de Minas y que Lora Tamayo se desplazaría hasta Santander para concretar el asunto de la Universidad157.

A comienzos del mes de agosto el ministro cumplió su promesa, pero en sus conversaciones con las autoridades provinciales únicamente se comprometió a acoger con el máximo interés y a apoyar las justas aspiraciones de Santander para la creación de algún centro universitario, siempre que no altere los planes del ministerio tendentes

155.- AMS. Libro de Actas del Ayuntamiento Nº 119-2. Pleno Ordinario de 3 de octubre 1959. Folios 67 vuelta y 68 recto.156.- AMS. M-657. Periódico Alerta, de 23 de mayo de 1963. Portada y pág. 3.157.- AMS. M-657. Periódico Alerta, de 31 de mayo de 1963. Portada y pág. 7.

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a crear en España “tres centros de Enseñanza Superior, tres o cuatro de grado medio y veinte secciones universitarias”158. Además, “llegado el momento de su distribución por el territorio nacional, tendré presente a Santander”. La respuesta ministerial, que no era la que se esperaba, determinó que se levantara una oleada de protestas que se con-cretaron en el envío masivo de telegramas de todas las fuerzas políticas y agrupaciones sociales de la provincia, comenzando por el Cabildo catedralicio de Santander para pedir la creación de un centro de Enseñanza Superior159. Se completó con la entrega por el gobernador civil de un memorándum en Madrid160.

Los deseos de la Corporación Municipal, por contar cuanto antes con un nue-vo centro de Enseñanza Media, llevaron a tomar la decisión de la reparcelación de la zona donde se iba a ubicar el edificio para obtener una parcela para ofrecérsela al Ministerio de Educación Nacional. Tal extremo queda perfectamente definido en la carta enviada al arquitecto de la Dirección General de Enseñanza Media, con fecha 28 de agosto de 1963, en la que se explica que “dicha reparcelación la ha estado efec-tuando nuestro arquitecto Sr. Carceller, el que hasta hace muy pocos día no ha podido entregar el plano, que ahora le adjunto... Con dicho plano le remito un nota en la que se manifiesta que la nueva parcela edificable es de ocho mil metros cuadrados, y que es necesario realizar el trámite administrativo correspondiente para su aprobación por el Ayuntamiento pleno... puesto que se pretende modificar el vigente plan de Urbanismo de esta ciudad”.

Concluida la reparcelación de la zona, movidos los ejes de las avenidas del General Dávila y Camilo Alonso Vega y comunicados ambos extremos a la Dirección General de Enseñanza Media, la Corporación Municipal dio el siguiente paso que consistió en permutar dos fincas de propiedad municipal, una sita en Bellavista y otra en ‘El Verdoso’ por otra propiedad de FET y de las JONS enclavada en el paseo del General Dávila. Esta última finca de algo más de 4.242,13 metros cuadrados se había formado mediante la segregación de una parcela mayor que formaba los ‘Campos de Miramar’. Lindaba al norte, en línea de 106 metros, con finca de FET y de las JONS; al este, con autopista en proyecto de Parayas a El Sardinero; al sur, línea de 67,50 metros, con finca de FET y de las JONS y finca de Natividad Pereda; oeste con finca de las Salesas161. Hechas las correspondientes valoraciones de las fincas en cuestión se aprobó proceder a la permuta y a cuantas gestiones fueran necesarias.

Es evidente que con la permuta que acabamos de exponer no se consiguió la cacareada parcela de 8.000 metros cuadrados, pero eso no fue un impedimento para continuar con el proceso. Por ello, en el mes de diciembre de 1963, tras haber avanza-do un poco más en la cuestión a la que nos estamos refiriendo, la Dirección General de Enseñanza Media comunica al alcalde que, para construir el Instituto no bastaba

158.- AMS. M-657. Periódico Alerta, de 4 de agosto de 1963. Portada y pág. 2.159.- AMS. M-658. Periódico Alerta, de 14 de septiembre de 1963. Pág. 4, y 18 de septiembre de 1963. Pág. 3.160.- AMS. M-658. Periódico Alerta, de 21 septiembre de 1963. Pág. 2.161.- AMS. Libro de Actas del Ayuntamiento Nº 119-1. Págs. 2 vuelta y 3. Pleno Ordinario de 10 de octubre de 1963.

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con la comunicación de las permutas y la modificación del plan de urbanismo, pues era necesario la firma de la escritura de cesión del solar, que debía estar precedida del correspondiente decreto del Consejo de Ministros. Es por ello que la Dirección General del Patrimonio del Estado requiere a esa Alcaldía para que envíe la siguiente documentación162:

1.- Certificación del acuerdo del Pleno municipal de cesión del solar, con des-cripción e indicación de la superficie del mismo.

2.- Certificación del Registro de la Propiedad, de que el referido solar está ins-crito a nombre del Ayuntamiento.

3.- Certificación de pleno dominio del solar, es decir, que este se halle libre de cargas, gravámenes o servidumbres de cualquier clase.

4- Autorización del Ministerio de la Gobernación para dicha cesión.

Como no podía ser de otra manera el alcalde responde a vuelta de correo, el día 24 del mismo mes163, reiterándose en los argumentos ya expuestos, pero añadiendo una novedad interesante: explicita que el solar en donde se iba a instalar el Instituto Femenino, y que ahora va a destinarse al Instituto Masculino, es propiedad del Frente de Juventudes, “hallándose en tramitación el expediente para su cesión a este Excmo. Ayuntamiento, expediente que ha de aprobar el Excmo. Sr. ministro secretario general del Movimiento”.

Los anhelados deseos de la Corporación Municipal por contar con un nuevo centro de Enseñanza Media les llevó a dar un segundo paso: aprobar el día 25 de enero de 1964, sin discusión y por unanimidad, una moción de la Alcaldía-Presidencia, fecha 22 del actual del tenor literal siguiente:

“Excmo. Señor.- En la fase de elaboración muy avanzada en el Ministerio de Educación Nacional el proyecto técnico para la construcción de un nuevo centro de Enseñanza Media del máximo interés para nuestra ciudad, y que viene a resolver el problema que desde hace tiempo se siente por falta de espacio para acoger al actual Centro a los cada vez más numerosos estudiantes, y que aunque por su naturaleza la educación pública es estatal, sin embargo, no impide de la razonable contribución municipal a los fines indicados, y que, en este caso, se ha de concretar a la adquisición de los terrenos necesarios para su emplazamiento, pensándose para ello después de las gestiones realizadas, en la finca denominada ‘Campos de Miramar’, propiedad de FET y de las JONS.- Y como esta finca está afectada en el Plan Comarcal por el cruce de la avenida de El Sardinero a Parayas con el paseo del General Dávila, se ha redactado un proyecto de alineaciones en el que se desvían los ejes de dichas vías urbanas, expediente remitido ya para su aprobación a la Comisión Central de Urbanismo del Ministerio de la Vivienda quedando así la superficie de terreno suficiente para la construcción del

162.- AMS. Negociado de Oficialía Mayor. Caja 470-1. Carta de 20 de diciembre de 1963.163.- AMS. Negociado de Oficialía Mayor. Caja 470-1. Carta de 24 de diciembre de 1963.

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mencionado edificio, en el supuesto de que se consiga lo que ahora se pretende.- En resumen, y ante la gran transcendencia local que este proyecto de instituto tiene para la ciudad, la Alcaldía-Presidencia que subscribe, tiene el honor de proponer a V.E se adopte el pertinente acuerdo para solicitar de la Secretaría General del Movimiento la venta a este Excmo. Ayuntamiento la finca conocida por ‘Campos de Miramar’ a fin de ofrecerla en cesión gratuita al Ministerio de Educación Nacional para la construcción de un edificio destinado a centro de Secundaria”164.

La noticia fue aireada por la prensa local. Ahora bien, si diseccionamos la no-ticia, en realidad lo que se había aprobado era solicitar del ministro secretario general del Movimiento la cesión, en venta, de los mencionados terrenos y el recordar que el proyecto de alineaciones de las vías afectadas por el Plan Comarcal ya se había llevado a cabo. Es decir, lo único que se había puesto en marcha era el inicio de las negocia-ciones para poder hacerse con los terrenos y, posteriormente, cederlos al Ministerio de Educación Nacional para la construcción del Centro.

Naturalmente las negociaciones no se paralizaron en ningún momento. Mien-tras tanto comenzaron a llegar cartas a las redacciones de los periódicos locales donde se ponía en entredicho la elección de los ‘Campos de Miramar’ como sede del futuro Instituto Femenino. En todas ellas se cuestiona la idoneidad del lugar elegido, por ser un lugar distante al Centro de la ciudad, ser una zona prácticamente inaccesible para grandes núcleos de estudiantes, estar desconectado de la ciudad y carecer de medios de transporte, enclavarse en la ladera norte expuesta a las duras inclemencias del tiempo..., en consecuencia, pedían se reconsiderase la decisión antes de que dieran comienzo las obras de edificación.

Las críticas se fueron extendiendo y pronto tocaron a la propia Dirección del Instituto a la que se acusó de connivencia con los poderes públicos al no haberse opues-to a la elección de los ‘Campos de Miramar’. La Dirección del Centro para defensa de sus actuaciones envió, de acuerdo con el Claustro de Profesores, una carta al perió-dico Alerta donde defendía firmemente su oposición al lugar elegido y rechazaba “la extrañeza y el descaro” manifestado por algunos padres de alumnos al enterarse del inmediato comienzo de las obras del nuevo instituto de Enseñanza Media Masculino en los terrenos del ‘Campo de Miramar’. En su descargo estimó hacer las aclaraciones siguientes:

“Primera.- El director del Instituto, de acuerdo con el Claustro, manifestó en todo momento, tanto a las autoridades locales como al director general de Enseñanza Media, la opinión de que el lugar elegido para el emplazamiento del nuevo edificio era enteramente inadecuado. En las reuniones de la Comisión Provincial de Acción cul-tural insistió en la necesidad de una información previa, lo más extensa posible, sobre los lugares más convenientes para la construcción del edificio proyectado. De todas estas afirmaciones deben quedar testimonio en las actas oficiales de las mencionadas

164.- AMS. Libro de Actas del Ayuntamiento. Nº 120 Folio 252 recto y vuelta. Nº 20. Pleno Extraordina-rio de 25 de enero de 1964.

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secciones.

Segunda.- Aunque en su día la Dirección General de Enseñanza Media no opuso reparos de ningún género al emplazamiento del solar cedido... por estimar que las autoridades locales eran las que mejor podían apreciar las conveniencias de la ciu-dad en este orden de cosas... el director general ha autorizado al director del Instituto Masculino para que plantee de nuevo a las mencionadas autoridades la posibilidad de buscar otro solar, si en efecto, se cree que el emplazamiento actual no es el adecuado. Dado... que ya han sido adjudicadas las obras no es posible demorar más de un mes el comienzo de la construcción del nuevo edificio ni modificar sus características. El direc-tor... ha cumplido ya este encargo.

Tercero.- ... la insistencia de la Dirección... en la conveniencia de rectificar el emplazamiento elegido... cuya puesta en servicio se prevé para octubre próximo no está motivada... por consideraciones de interés del profesorado, sino por el convencimiento de que la situación económica de las familias aconsejan buscar una mejor situación aunque ello suponga para las corporaciones locales sacrificios económicos no previs-tos”165.

Destaquemos que para el mes de abril de 1964 ya se estaba inclinada cla-ramente la balanza hacia la consideración de que el Instituto, que se iba a construir, tuviera carácter masculino en vez de femenino y que, independientemente de las nego-ciaciones, el edificio se iba a comenzar a construir.

Pero no adelantemos acontecimientos. Nuevamente las expectativas del Ayun-tamiento se vieron frustradas pues las negociaciones para adquirir los terrenos se fueron demorando por la necesidad de completar el solar para que alcanzara los ocho mil me-tros cuadrados prometidos. Así, el pleno municipal, el día 3 de febrero de 1966, aprobó, sin discusión y con el voto favorable de todos los concejales asistentes, una moción que se había presentado el día 2 del mes en curso por el alcalde y que copiada literalmente dice:

“Excmo. Señor: .- Por acuerdo de V. E, en sesión celebrada el día 15 del pa-sado mes de diciembre, se decidió la iniciación del oportuno expediente de permuta de una parcela de terreno de propiedad municipal, sita en la calle de Vargas, de una extensión de 2.474,70 m2, por otras dos propiedades de FET y de las JNS, de 5.222 m2 y 271 m2, respectivamente, sitas ambas en el paseo del General Dávila.- El fin de esta permuta es el de que el Excmo. Ayuntamiento pueda facilitar terreno para la construc-ción de una sección delegada del Instituto de Enseñanza Media de esta ciudad que ha de construir en el paseo del General Dávila.- Se han llevado a término los trámites per-tinentes y, en consecuencia, es procedente acordar la definitiva permuta.- Por lo tanto, la Alcaldía que subscribe tiene el honor de proponer a V.E la adopción de acuerdo por el que se decida la permuta de las mencionadas parcelas de terreno, dándose cuenta

165.- AMS. M-660. Periódico Alerta, de 5 de abril de 1964. Pág. 4.

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de ello a la Dirección General de Administración Local, a los efectos procedentes166”.

La Dirección General de Administración Local no perdió el tiempo y rápida-mente contestó al alcalde con el objeto de indicarle que no se oponía a la operación de permuta en macha. Esta contestación y acuerdo quedó reflejada en el pleno municipal de 31 de marzo de 1966, que dice:

“Se dio cuenta de un escrito del Ilmo. Sr. director general de Administración Local sección 2ª, nº 793, Refª º, fecha 18 del actual, comunicando que el Ministerio de la Gobernación no encuentra inconveniente alguno en que se lleve a efecto la permuta de una parcela de terreno de propiedad municipal, de 2.774,70 m2 de superficie, sita en la calle de Vargas, que linda al norte, con la citada calle, sur, terrenos municipales que la separan del Grupo Escolar Ramón Pelayo, este, con la cancha de baloncesto del Frente de Juventudes; y, oeste, resto de terreno municipal, por otras dos parcelas propiedad de Falange Española Tradicionalista y de las JONS, de 5.272 y 271 m2 de superficie, sitas en el paseo del General Dávila, siempre que se cumplan los requisitos prevenidos en los artículos 189 y 190 de la Ley de Régimen Local, y siempre que antes de la permuta se acredite en el expediente la situación, cabida y linderos de las parcelas pertenecientes a FET y de las JONS; y el Excmo. Ayuntamiento pleno, al quedar enterado de dicha resolución, acordó que pase a la Oficialía Mayor, a los afectados procedentes”167.

Estos acuerdos de permuta encarrilaron definitivamente la cuestión del solar, donde ya se estaba construyendo el edificio del Instituto, y ello puede dar lugar a pensar que a estas alturas de las negociaciones se habían terminado de remover todos los obs-táculos que se opusieron a una rápida tramitación, pero no fue así pues ese mismo día, 31 de marzo de 1966, el pleno municipal del Ayuntamiento volvió a aprobar una nueva moción cuyo tenor fue el siguiente:

“Excmo. Señor.- Con el fin de completar los terrenos que ha de ceder este Excmo. Ayuntamiento, suficientes para la construcción... del Instituto de Segunda En-señanza en el paseo del General Dávila, de esta ciudad, así como para realizar la red viaria con la que ha de limitar aquel, es precisa la adquisición de 2.635,50 m2 de terreno edificable que se valora en 1.100 pesetas el m2, y 950,50 m2 que han de quedar afecta-dos por calle a 100 pesetas el m2, lo que significa, respectivamente, 2.889,050 pesetas y 95.050,00 pesetas, lo que supone un total de 2.994.100,00 pesetas.- Estos terrenos son propiedad de FET y de las JONS, en la actualidad.- Por lo tanto la Alcaldía-Presidencia que subscribe tiene el honor de proponer a V. E., la adopción de acuerdo de adquisición de aquellos terrenos a los fines expresados, facultando ampliamente a esta Alcaldía para la formalización de los correspondientes contratos en documento público168”.

En este nuevo acuerdo, cuyo origen fue la carta remitida por el secretario técni-co del Gabinete de Estudios del Ministerio de Educación Nacional, Eduardo del Arco,

166.- AMS. Libro de Actas del Ayuntamiento. Nº 120-2. Folios 249 vuelta y 250 recto. Nº 39.167.- AMS. Libro de Actas del Ayuntamiento. Nº 120-2. Folio 262-74168.- AMS. Libro de Actas del Ayuntamiento. Nº 120-2. Folio 250 recto. Nº 40.

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con fecha de 23 de abril de 1965169, se señalan tanto las necesidades de terreno necesa-rias, para completar la permuta anterior con el fin de desarrollar la red viaria, y el coste que supone para el Ayuntamiento. Así, en el primer trimestre de 1966, todavía no se habían despejado todas las cuestiones para poner en macha el Centro, y ello era algo grave pues había que completar las obras del entorno para que pudiera iniciarse el pri-mer curso escolar que se desarrolló en 1966-67. Esta urgencia dio pie a la aprobación de las obras de alcantarillado en el mes de julio de aquel mismo año.

Llegado el año 1967, cuando ya estaban instalados en el nuevo edificio alum-nos y profesores y se había desarrollado el primer curso escolar, la cuestión del solar todavía seguía coleando y el Pleno del Ayuntamiento tuvo que tratar en dos ocasiones la cuestión, con el fin de cerrarla definitivamente. En primer lugar, el 24 de septiembre, se puso de manifiesto que el Ayuntamiento carecía del dinero necesario (2.994.100 pe-setas) para pagar los terrenos que se compraron a FET y de la JONS para completar el solar donde construyó el Instituto de Segunda Enseñanza, y por lo tanto era necesario consignarlo en el presupuesto del próximo año170. En segundo lugar, para que surtiera efecto el acuerdo anterior, el Pleno del Ayuntamiento del 4 de octubre del mismo año procedió a aprobar un nuevo acuerdo cuyo tenor fue:

“Excmo. Señor.- Con el fin de completar los terrenos que este Excmo. Ayun-tamiento ha de ceder para la construcción del... Instituto de Segunda Enseñanza, en el paso del General Dávila de esta ciudad por V. E., y en sesión del Pleno Municipal celebrada el día 3 de febrero de pasado año se acordó adquirir aquellos terrenos de su propietario, FET y de las JONS, en 2.994.100 pesetas.- No existe consignación en el presupuesto del presente ejercicio para la compra en cuestión.- Por ello, la Alcaldía-Pre-sidencia que subscribe tiene el honor de proponer a V. E. la adopción de acuerdo con-signando en los presupuestos del próximo año, citada cantidad, con el fin específico que se dice.- No obstante, V. E. con sus superior criterio, resolverá definitivamente lo que es-time más acertado.- Palacio Consistorial de Santander a cuatro de octubre de 1967”171.

Con estas últimas actuaciones del Ayuntamiento se cerró definitivamente la tan procelosa negociación sobre los terrenos donde se iba instalar el Instituto Femenino que pasaría a ser masculino.

D).- Caminos divergentes y filial número 3

La separación definitiva de los dos institutos de Segunda Enseñanza de la ciu-dad de Santander se produjo, según estaba previsto en el propio Decreto de creación del Instituto Femenino, en los comienzos del curso 1963-64.

Tras el fracaso de todos los planes (coste económico, falta de tiempo para ha-bilitar los pabellones de las Llamas, carencia de transportes...), que se habían barajado

169.- AMS. Negociado de Oficialía Mayor. Caja 470-1. Carta de 23 de abril de 1965. 170.- AMS. Libro de Actas Nº 121-1. Pleno Extraordinario de 24 de septiembre de 1967.171.- AMS. Libro de Actas Nº 121-1. Pleno de 4 de octubre de 1967. Pág. 133 vuelta.

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para buscar unas instalaciones adecuadas al nuevo Instituto Femenino, este acabó insta-lándose, se dijo entonces de manera provisional (se pensaba que el nuevo edificio que se construiría en los ‘Campos de Miramar’ estaría listo para el curso 1965-66), en el viejo edificio de Instituto y siguió compartiendo con el José María de Pereda el espacio del mismo, aunque completamente separados.

El Instituto Femenino, después de subdividir el edificio en dos partes y habilitar varias aulas para dar acogida al mayor número de estudiantes, ocupó la Planta Baja y parte del Primer Piso, mientras que el resto quedó para el Instituto Masculino. Con ello se pudo pasar a matricular a más de 700 alumnas.

El Claustro de Profesores, tal y como también estaba previsto, se convirtió en dos, totalmente diferenciados. Para dirigir el Instituto Femenino fue nombrado director, por un periodo de tres años (hasta el 30 de junio de 1966), el sacerdote Antonio Bueno Tomás172, catedrático de Francés, nacido en Saint-Nazaire (Loira inferior, Francia) que había estudiado en la Universidad Pontificia de Comillas donde se licenció en Filosofía, y que había sido profesor del Seminario Conciliar ‘Monte Corbán’ de Santander y di-rector hasta hacía poco tiempo del Patronato de Enseñanza Media de Santoña.

Entre los nuevos claustrales que le acompañarían, el director, en entrevista con-cedida al corresponsal de El Diario Montañés, señaló que aquel se había conformado mediante traslados, antiguos profesores del Instituto y contrataciones, y destacó por su trayectoria profesional a los catedráticos Alfonso Corchón (Física y Química), Raimun-do Fernández González (Lengua y Literatura Española), Luis Gutiérrez Sosa (Griego), y a otros como Orestes Cendrero (Ciencias Naturales), Francisco Odriozola (Dibujo), Liborio Ibáñez (Religión) y Antonio Gómez (Director Espiritual)173.

Finalmente, como no podía ser de otra manera, la Asociación de Padres de Alumnos del Instituto José María de Pereda, presidida por Regino Mateo de Celis, decidió en Asamblea plenaria, celebrada el día 11 de noviembre de 1963, proceder a desdoblarse para formar dos Asociaciones diferentes y autónomas con sus correspon-dientes Juntas Directivas, una pasaría a ser la del nuevo Instituto Femenino y la otra la del Masculino. La elección y nombramiento de los nuevos cargos directivos se realizó en el mes de diciembre174.

El Ministerio de Educación Nacional, viendo que la construcción del nuevo instituto se comenzaba a retrasar como consecuencia de las negociaciones que se es-taban llevando a cabo sobre la parcela donde se iba a construir, y que las instalaciones donde se había asentado el Instituto Femenino no reunían las condiciones que este tipo de centros debían tener, decidió hacer unas inversión con objeto de paliar en la medida de lo posible el problema de capacidad que se venía arrastrando desde años atrás y salir mal que bien del atolladero. Así, en lo que se refiere al Instituto Femenino, proyectó y

172.- Orden de 30 de julio de 1963. BOE. Nº 208, de 20 agosto de 1963. Pág. 12.818.173.- AMS. M-1082. Periódico El Diario Montañés, de 15 de septiembre de 1963. Pág. 7.174.- AMS. M-659. Periódico Alerta, de 12 de noviembre de 1963. Pág. 5 y de 10 de diciembre de 1963. Pág. 2.

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ejecutó una “reparación de aseos y otras reformas”, que fueron aprobadas mediante Resolución de la Dirección General de Enseñanza Primaria con fecha 7 de octubre de 1964175 (Tabla 9).

Tabla 9PRESUPUESTO DE OBRAS DE REPARACIÓN DE ASEOS Y OTRAS DEL INSTITUTO

FEMENINO DE SANTANDER (1964)

Ejecución material 387.090,72 pesetas

Beneficio industrial 58.063, 60 pesetas

Pluses 30.482,83 pesetas

Honorarios del arquitecto 17.419,08 pesetas

Honorarios del aparejador 5.225,72 pesetas

TOTAL 498.282,00 pesetas

Fuente: BOE. Nº 288, de 1 de diciembre de 1964. Pág. 15.867.

La adjudicación de la obra se llevó a cabo por el sistema de contratación di-recta, por resultar más beneficiosa para los intereses del Estado, y fue ejecutada por la empresa constructora Revuelta-Galarraga, con domicilio en Vista Alegre, número 11, de Santander, que se comprometió a ejecutarlas con una rebaja de 1.637,20 pesetas, quedando el importe de contrata en 474.000 pesetas.

Esta obra únicamente parcheaba el viejo edificio de la calle Santa Clara y afec-taba en exclusiva al Instituto Femenino. Su planteamiento y ejecución había partido de una idea ya comentada: el cambio de criterio del Ministerio de Educación Nacional que se concretaba en que el instituto del paseo del General Dávila iba a ser la sede del Instituto Masculino José María de Pereda, por lo que en el momento de que se inaugu-rase quedaría en la calle Santa Clara espacio suficiente para albergar la creciente matrí-cula del Instituto Femenino, que se preveía pudiera ser superior a 1.800 alumnas. Este proyecto suponía un estudio serio sobre las futuras obras a realizar en el viejo edificio.

El plan que acabamos de exponer no excluyó la necesidad de actuar en el Instituto Masculino, y el Ministerio de Educación Nacional, a través de la Dirección General de Enseñanza Media, tuvo que proceder a nuevas obras para hacer frente a la falta de espacio para acoger a los alumnos.

El nuevo diseño, de “adaptación de aulas y servicios”, fue redactado por el arquitecto Ángel Hernández Morales, y con el informe favorable emitido por la Junta Facultativa de Construcciones Civiles, con fecha de 27 de noviembre de 1964, fue apro-bado y adjudicado definitivamente mediante “Resolución de la Dirección General de

175.- BOE. Nº 288, de 1 de diciembre de 1964. Pág. 15.867.

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Enseñanza Media” del 25 de febrero de 1965176. Fue presupuestado por la cantidad de 379.412,97 pesetas que se distribuyeron de la siguiente forma (Tabla 10):

Tabla 10PRESUPUESTO DE LAS OBRAS DE ADAPTACIÓN DE AULAS Y SERVICIOS DEL

INSTITUTO JOSÉ MARÍA DE PEREDA (1965)

Ejecución material 293.266,38 pesetas

Beneficio industrial 43.989,95 pesetas

Pluses 23.094,33 pesetas

Honorarios arquitecto 14.663,32 pesetas

Honorarios aparejador 4.398,99 pesetas

TOTAL 379.412,97 pesetas

Fuente: BOE. Nº 48, de 25 de febrero de 1965. Pág. 2.984.

Por este presupuesto se interesaron dos contratistas de la ciudad y presentaron las consiguientes ofertas. De ellas fue elegida y aprobada la correspondiente a Manuel Alonso, ‘Construcciones y Reparaciones de Edificios’, con domicilio en los Acebedos, nº 13, que se comprometió a realizar las obras por importe de 358.000 pesetas. Para abordar la obra, el Ministerio de Educación aprobó un presupuesto de referencia de 377.062,31 pesetas.

Paralelamente a estas actuaciones, como el problema de la falta de plazas es-colares se agravaba cada año más y las protestas de los padres iban en aumento, el Ministerio de Educación Nacional decidió aceptar, al entrar dentro de su estrategia, la propuesta de crear la tercera filial del Instituto José María de Pereda. La iniciativa partió otra vez del Obispado de Santander, y más concretamente de la parroquia de Santa Lucía, a través de la entidad colaboradora ‘Fraterna Ayuda Cristiana’. Fue crea-da, aunque de ella se hablara al menos desde el mes de agosto de 1963177, mediante Decreto 1311/1964, de 9 de abril178.

El lugar elegido para su ubicación provisional fue el paseo de Menéndez Pe-layo, número 53, en donde en dos chalets se implantaron los estudios de Bachillerato Elemental, inicialmente para 75 alumnos. Esta filial contaría con dos residencias: una para los estudiantes procedentes de la provincia, la otra para cubrir las necesidades de alojamiento de las chicas. Sería el Colegio Menor de la Sección Femenina.

176.- BOE. Nº 48, de 23 de febrero de 1965. Pág. 2.984.177.- BMS. M-658. Periódico Alerta, de 30 de agosto de 1963. Pág. 2, y 21 de septiembre de 1963. Pág. 3.178.- BOE. Nº 109, de 4 de mayo de 1964. Pág. 5.881.

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El objetivo de esta nueva filial era contribuir a resolver el grave problema de carencia de puestos escolares de Enseñanza Media, extender el Bachillerato a otra zona obrera de la ciudad, ofrecer nuevas oportunidades a los hijos de las clases con menos recursos económicos y extender la labor de apostolado.

Tabla 11FILIALES DEL INSTITUTO JOSÉ MARÍA DE PEREDA

FILIAL 3: PASEO DE MENÉNDEZ PELAYO

CURSO 1º 2º 3º 4º 5º 6º PREU TOTAL

1964-65 33 -- -- -- 33

1965-66 47 27 -- -- -- -- -- 74

1966-67 45 --

1967-68 64 39 39 29 -- -- -- 171

1968-69 51 71 50 42 -- -- -- 214

1969-70 37 42 37 41 -- -- -- 157

1970-71 84 103 93 51 -- -- 331

1971-72 -- 66 55 53 35 -- 209

1972-73 -- -- 105 64 50 43 262

1973-74 -- -- -- 59 41 33 133

1974-75 -- -- -- -- 35 31 66

1975-76 -- -- -- -- -- 28 28Fuente: Archivo de IES José María de Pereda. Libros de Matrícula sin catalogar.

Esta filial (Tabla 11) inició su andadura en el curso 1964-65 con 33 alumnos en primero de Bachiller. Su máximo desarrollo lo alcanzó en 1970-71 cuando en sus aulas y cursos llegó a contar con 331 alumnos que cursaban Bachiller Elemental. Desde aquella fecha, paradójicamente, comenzó a desinflarse, a pesar la implantación del Ba-chiller Superior. El hecho está en relación al desarrollo de la Ley General de Educación de 1979, la apertura del Instituto Villajunco y el que esta filial se concibiera como un mero paliativo a los problemas de espacio del Instituto José María de Pereda y del Santa Clara.

Algunos directores técnicos nombrados por el Ministerio de Educación Nacio-nal fueron: Consuelo Obregón Barreda (1965-67); Francisco Ignacio de Cáceres (1967-69); José Fernández Martín (1970-71).

E).- Bachillerato RadiofónicoLos medios de comunicación son, indudablemente, un ventanal abierto al mun-

do y a la adquisición de todo tipo de conocimientos. Pero si hay algo que caracteriza a este mundo que nos ha tocado vivir es el empleo masivo de los medios audiovisuales,

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no solamente como un medio para transmitir noticias y acontecimientos de toda índole y condición, sino también por ser instrumentos capaces de orientar conductas, mode-lar los espíritus, crear estados de opinión, pues, como ha señalado Juan Beneyto, “la información ampliamente considerada contribuye al pensamiento y a la opinión, y el juego de la actividad informativa fomenta la expresión de los pareceres y coadyuva a la formación de juicios sobre los acontecimientos”179.

En este sentido, los medios de información, radio y televisión, muy pronto se convirtieron en los instrumentos más poderosos para potenciar y multiplicar aquellos mensajes que interesaban a diversos grupos políticos, sociales y al propio Estado, sin que esto haya sido un atributo específico de las dictaduras pues también ha sido, y es, ampliamente instrumentalizado por las democracias. Indudablemente, también ha su-cedido en España180.

En el terreno de la educación, la radio presenta amplias posibilidades de ex-plotación dentro y fuera del aula. Puede tener, como muchas veces se ha señalado, múltiples aplicaciones desde despertar la imaginación de los alumnos, hasta convertirse en un formidable instrumento para mejorar la expresión oral y la capacidad creativa, por ser un medio vivo, cercano y asequible, pues en relación con otros medios de co-municación181.

En la década de los años 50 se consideraba que la comunicación a través de las ondas de la radio podía resultar más cómoda que la de procedencia visual por varias razones: ser meramente auditiva e instantánea lo que borraba la concurrencia de cual-quier otro medio; no ofrecer obstáculos a las condiciones orográficas de los países y en consecuencia llegar a los lugares más recónditos para difundir sus mensajes, además era más barata que otros medios y más sencilla desde el punto de vista técnico.

Por otro lado, la radio puede ser, depende de su planteamiento, una palanca desde la que se trate de promover el bienestar social182, e incluso constituirse en una alternativa a la educación reglada, allí donde el sistema educativo no llega, por las insuficiencias presupuestarias del Estado, inadecuada planificación o simplemente por carecer de éxito.

El Ministerio de Educación Nacional, consciente de los extremos que acaba-mos de exponer y ante lo exiguo de los presupuestos que manejaba, el creciente males-

179.- Juan Beneyto Pérez: La influencia de la información en las masa. Revista de Estudios Políticos. Nº 159-160. 1968. Págs. 53-74. 180.- Juan Benyto Pérez: La política de comunicación en España durante el franquismo. Revista de Estudios Políticos. Nº 11. 1979. Págs. 157-170. 181.- Ana Ávila Bohórquez: Radioficción educativa. Tres proyectos de creación. Depósito de Investigación de la Universidad de Sevilla. Facultad de Comunicación. Dialnet. 2011. Carolina Arteaga Romero: La radio como medio para la educación. En Razón y Palabra, Nº 36 (diciembre 2003-enero 2004). Disponible en internet (2011): httpp://www.razonypalabra.org.mx/anteriores/n36/carteaga.html.182.- Arturo Merayo Pérez: Identidad, sentido y uso de la radio educativa, en III Congreso Internacional Cultura y Medios de Comunicación. Universidad Pontificia de Salamanca. Salamanca 2000. Disponible en internet en: http://www.bocc.ubi.pt/pag/merayo-arturo-radio-educativa.html.

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tar de los padres por la falta de puestos escolares, la lentitud en la creación de nuevos centros de Bachillerato, el crecimiento de número de demandantes para cursar Ense-ñanza Media que relegaba a muchos estudiantes a cursar la opción de enseñanza libre y la política educativa del Gobierno consistente en agarrarse a cualquier posibilidad que diera apariencia de que se estaba haciendo lo impensable para resolver todos pro-blemas planteados, determinó que en 1962 se dispusiera “la realización de un ensayo de enseñanza del primer curso del Bachillerato por medio de la radiodifusión, y así conviniere a la prensa y la televisión”183. El hecho fue rápidamente difundido por todos los medios de comunicación en lugar destacado y algunos como, por ejemplo, el diario Alerta explicó que se justificaba simplemente por la constatación de la existencia de 630.000 alumnos de Bachillerato, de los cuales 270.000 cursaban enseñanza libre184.

Este primer ensayo demostró desde el mes de febrero de 1963 sus posibilidades al cosecharse un éxito importante por la demanda que supuso, por lo que el Ministerio decidió, y así lo explica en la exposición de motivos del Decreto 1181/1963, de 16 de mayo, establecer un Centro Nacional de Enseñanza Media por Radio y Televisión185. En este primer ensayo participaron 4.590 alumnos/as de los que aprobaron 3.980, de ellos 640 con calificación sobresaliente. Los alumnos que siguieron este primer curso fueron una mezcla de personas de todo tipo, donde destacaron las de condición hu-milde, los adultos/as y los inválidos que estudiaron después de su jornada laboral y residentes en localidades aisladas y distantes de cualquier centro oficial de enseñanza.

La creación de este, que no tenía como objetivo sustituir a los tradicionales centros de Enseñanza Media ni establecer categoría nueva de alumnos, fue, además de las debilidades presupuestarias, una consecuencia de la Ley 11/1962, de 14 de abril, sobre la extensión de la Enseñanza Media, ya que en ella quedaba claro que la “ex-periencia obtenida en la política de extensión de la Enseñanza Media con la creación de Secciones filiales y Centros de Patronato, establecimiento de Estudios Nocturnos y adopción de Colegios libres por el Estado, aconseja consagrar en una norma general y con rango de Ley la facultad del Gobierno para establecer nuevos tipos de centros y nuevas modalidades de estudios en el proceso de extensión de la Enseñanza Media”186.

El proceso se completó mediante la Orden de 16 de agosto de 1963 por la que se dictaron normas sobre las enseñanzas de Bachillerato Radiofónico (1963-64 se impartirán primero y segundo de Bachiller; calendario escolar; tipos de alumnos: libres dependientes del Centro Nacional que estudian individualmente con la sola ayuda de los exámenes mensuales; libres integrados en grupos de audición colectiva, es decir aquellos que en empresas o entidades estudian en aulas de audición colectiva; oyentes no sometidos a la intervención del Centro Nacional, sin pretensiones de que sus es-tudios tengan validez académica ; inscripciones; exámenes...) y se dispuso a título de

183.- Orden de 9 de noviembre de 1962. BOE. Nº 285, de 28 de noviembre de 1962. Pág. 16.975. Enrique Domínguez Millán: El Bachillerato Radiofónico. Publicaciones Españolas, 1963.184.- AMS. M-655. Periódico Alerta, de 26 de noviembre de 1962. Portada, y 30 de noviembre de 1962. Portada185.- BOE. Nº 131, de 1 de junio de 1963. Pág. 8.917.186.- BOE. Nº 91, de 16 de abril de 1962. Pág. 5.102.

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ensayo la iniciación de las de Bachillerato por televisión187.

Este nuevo tipo de enseñanza, aunque arrancara con carácter experimental, fue positivamente acogida. El Diario Montañés dedicó, en el mes de febrero de 1963, toda una página a cantar las alabanzas del Caudillo, de Lora Tamayo y de la nueva modalidad de Bachillerato, que iba a extender la enseñanza mediante el empleo “de las modernas técnicas audio-visuales para la transmisión constante y continuada del conocimiento”. Además, el periodista que subscribió el artículo, dando rienda suelta a su vena patriótica no se recató en afirmar: “Ahora sí, ahora nuestra Patria ha puesto en marcha el más eficaz de los mecanismos para la elevación de un nivel de vida y de-sarrollo, al facilitar la cultura del pueblo llevándola, prácticamente a cada individuo, a cada hogar, a cada rincón del país, y al establecer y aceptar un plan de enseñanza por Radio-Televisión y completarlo por correspondencia...”188.

Para cursar esta modalidad de Bachillerato no se exigían trámites especiales, ni matrícula diferente al Bachillerato normal, ya que bastaba con acudir a un instituto na-cional y proceder a matricularse como alumno libre en esta modalidad de enseñanza, en los plazos señalados. El costo de la matrícula era de un cincuenta por ciento de la del Bachiller ordinario, y una vez cumplimentada el alumno/a recibía un cuaderno de ejercicios que tenía que devolver cada mes al Centro para su corrección y calificación.

El programa de emisiones, de acuerdo con un calendario previamente aproba-do, comenzó el 4 de febrero y finalizó el 6 de abril de 1963, se coordinó desde Madrid. A las pocas semanas de salida a las ondas radiofónicas cosechó un éxito indudable por la difusión que estaba alcanzando. Algunos medios periodísticos, como la revista Blan-co y Negro, hablaron de que en las primeras semanas el número de oyentes ascendió a 40.000-50.000189. El Bachillerato Radiofónico logró la movilización de numerosas per-sonas (maestros, curas...) que dedicaron su tiempo y sus energías a organizar los grupos de oyentes, sobre todo en los medios rurales, les ayudaron a interpretar los guiones, e incluso llegaron a impartirles clases complementarias.

La emisora encargada de las emisiones fue Radio Nacional de España y, coope-rando con aquella, las emisoras de la Cadena Azul (Radio Juventud). En Cantabria la encargada fue la emisora de Radio Santander. Un equipo de cuarenta y ocho personas (director, directores adjuntos, profesores, adaptadores, realizador, montador, operado-res, técnico de efectos especiales y veinte voces) se ocuparon de que el programa llegara a toda España. En fin, desde Madrid Radio Nacional emitía la programación de 7 a 8 de la tarde, en tanto que Radio Juventud lo hacía de 8,30 a 9,30, y el resto de las emi-soras provinciales lo hacían, según sus propias conveniencias, entre las 6 y las 9 de la noche. Los exámenes eran un cometido de la Oficina del Bachillerato Radiofónico190.

Tras rastrear pacientemente los Libros de Matrícula y calificación depositados

187.- BOE. Nº 211, de 3 de septiembre de 1963. Págs. 12.959-60.188.- AMS. M-1081. Periódico El Diario Montañés, de 31 de febrero de 1963. Pág. 5.189.- Revista Blanco y Negro, de 18 de mayo de 1963. El Bachillerato Radiofónico. Págs. 54-60.190.- AMS. M-1081. El Diario Montañés, de 3 de febrero de 1963. Pág. 5.

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en el Archivo del IES José María de Pereda hemos obtenido los siguientes datos (Tabla 12):

Tabla 12ALUMNOS INSCRITOS EN EL BACHILLERATO RADIOFÓNICO Y RTV DEL

INSTITUTO JOSÉ MARÍA DE PEREDA (1963-64 a 1970-71)

CURSO INGRESO 1º 2º 3º 4º TOTAL

1963-64

1964-65

1965-66

1966-67

1967-68

1968-69

1969-70

4

9

7

--

--

--

--

10

21

17

8

--

9

--

8

18

24

14

--

2

--

--

9

17

12

--

--

1

--

5

3

2

--

--

--

18

53

61

36

--

11

1Fuente: Archivo IES José María de Pereda. Libros de Matrícula y de Calificación. Sin cata-logar.

No parece que sean totalmente completos, excepto para los cuatro primeros cursos (1963-64 a 1966-67), pero de ellos se puede extraer una primera conclusión: que fue en esos años cuando el impacto de este tipo de enseñanza se sintió más positiva-mente pues el número de alumnos se incrementó progresivamente hasta situarse en 61. A partir del curso 1966-67 se fue desfondando poco a poco hasta su práctica extinción en 1971.

Si analizamos brevemente el número de alumnos aprobados y suspensos, en los cursos para los que hay datos, el resultado quizás nos diga algo más. En el curso 1963-64 se presentaron a los exámenes 4 alumnos de primero y 4 de segundo de Bachiller, de los cuales, en junio no aprobaron ninguno. En la convocatoria de septiembre se vol-vieron a presentar esos 8 alumnos y de los cuatro de primero de Bachiller aprobaron 3, mientras que de segundo volvieron a suspender todos. En ese mismo año, sin embargo, las alumnas que se presentaron en junio fueron 4 de primero y 6 de segundo de Bachi-ller, y todas ellas aprobaron. Quizás este hecho se deba a que los chicos no pudieran dedicar el tiempo adecuado al estudio como consecuencia de desempeñar algún tipo de actividad laboral, mientras que las chicas tendrían más tiempo a estar en casa dedicadas a ayudar a sus madres en las labores del hogar.

En el curso 1964-65, los Libros de Calificación, firmados por Enrique de Cabo (presidente), Luis García-Nieto (secretario) y José Castanedo (vocal), arrojan algo más de luz, pues de los 20 alumnos calificados, aunque se habían matriculado 21, aproba-

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ron entre junio y septiembre 15; en segundo curso, de 18 aprobaron 15; en tercero, de 9 aprobaron 8, y en cuarto, de 5 aprobaron todos. Los resultados habían mejorado ostensiblemente. En fin, en el curso 1965-66 los aprobados fueron en primero, 8 de 17 matriculados; en segundo, 9 de 24; en tercero, 6 de 17 y en cuarto, 1 de 3.

Cuando se llevaba prácticamente un curso de emisiones radiofónicas todos los medios de comunicación ensalzaron el modelo, que por otra parte no era nuevo pues experiencias de este tipo venían desarrollándose desde años atrás en Europa, y hubo periódicos, como el Alerta en Cantabria, que volvieron a dedicar sendos análisis a la gran “oportunidad” que representaba el Bachillerato Radiofónico y TV, al constituirse como un “verdadero plan de desarrollo de la cultura nacional”. Un Bachillerato “sin las obligaciones de la escolaridad, ni la interpretación de los libros de texto”, con “el profesor en la propia casa, en horas compatibles con otras actividades”191.

En el año 1968 el Bachillerato Radiofónico fue sustituido por el Centro Nacio-nal de Enseñanza Media por Radio y Televisión y se transformó en Instituto Nacional de Enseñanza Media a Distancia (INEMAD).

F).- Proyecto y construcción del edificio actual del IES José María de Pereda

El hecho de que las negociaciones en torno al solar se fueran dilatando no implicó que no se iniciara su construcción, pues era una práctica bastante habitual en aquellos años que se iniciara la construcción de un edificio público sin haberse remata-do todos los flecos de su cesión.

El gobernador civil, en un nuevo viaje a Madrid realizado en febrero de 1964, recibió por fin la noticia de que “en un plazo breve se procederá a la subasta de las obras del nuevo instituto, y que lo mismo sucedería con las Secciones de Reinosa y de Castro Urdiales”. Entusiasmado se lo comunicó a la prensa192.

El proceso para la construcción del edificio comenzó con la aprobación del pro-yecto de obras (O. M. de 17 de febrero de 1964), del que se derivó, como era preceptiva la consiguiente subasta, que se celebró el día 31 de marzo del mismo año, y de la que se levantó la correspondiente acta notarial. Se completó con la publicación en el BOE de la Resolución de la Subsecretaría del Ministerio de Educación Nacional, dada en Madrid el día 17 de abril de 1964193, por la que se hizo pública “haber sido adjudicadas definitivamente las obras de construcción de edificio para Instituto Nacional de Ense-ñanza Media masculino de Santander”, y la carta que el secretario técnico del Gabinete de Estudios de la Dirección General de Enseñanza Media, Eduardo de Arco, dirigió al Alcalde de Santander, con fecha de 23 de abril de 1965, en la que pide al Ayuntamiento que se ocupe de abordar la cuestión de los “servicios de saneamiento municipales” pues

191.- AMS. M-1081. Periódico Alerta, de 29 de octubre de 1964. Pág. 6.192.- BMS. M-1084. Periódico del 6 de febrero de 1964. Portada y pág. 5.193.- BOE de 19 de mayo de 1964. Nº 120. Pág. 6.498.

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el solar carece de ellos y son imprescindible para que el Centro pueda funcionar, ya que este tipo de obras no son de competencia y no pueden ser ejecutadas por la Dirección General de Enseñanza Media194.

La Resolución de la Subsecretaría de Educación explicita que:

“Vista la acta notarial de la subasta verificada el día 31 de marzo último para la adjudicación al mejor postor de las obras de construcción de edificio para Instituto Nacional de Enseñanza Media masculino de Santander, provincia de ídem por un pre-supuesto de contrata de 14.672.272,71 pesetas; resultando que la acta ha sido autoriza-da por el Notario don Urbicio López Gallego, en la que consta que la proposición más ventajosa es la subscrita por don Daniel Bustamante Sierra, residente en Santander, calle de San Fernando, número 66, que se compromete a realizar las obras con una baja de 0,55 %, equivalente a 80.697,50 pesetas, por lo que el presupuesto de contrata queda fijado en 14.591.575,21 pesetas... Este Ministerio ha dispuesto:

Primero.- Que se adjudiquen definitivamente a don Daniel Bustamante Sie-rra... las obras de construcción del edificio para Instituto Nacional de Enseñanza Media Masculino de Santander... El citado importe de contrata de 14.591.575, 21 pesetas, base del precio que ha de constar en la escritura pública correspondiente se distribu-ye en la siguiente forma: 5.755.529,68 pesetas para el ejercicio económico de 1964 y 8.836.045,53 para el año 1965.

Segundo.- Que, en consecuencia, el presupuesto total de estas obras incluidas los honorarios facultativos quede fijado exactamente en 14.900.409,55 pesetas, distri-buidos en las siguientes anualidades: 5.949.276,57 pesetas con cargo a la partida que figura en el número 345.611-a del vigente presupuesto de gastos del Departamento y 8.961.132,93 para el ejercicio económico de 1965.

Tercero.- Que se conceda un plazo de treinta días a contar desde el siguiente a la publicación de esta Orden de adjudicación en el Boletín Oficial del Estado para la consignación de la fianza definitiva por importe de 586.890,90 pesetas y el otorgamien-to de la escritura de contrata”.

La adjudicación de las obras de construcción del edificio coincidió con otras actuaciones del Ministerio de Educación Nacional en Santander y en la provincia de las que, en principio, se podría deducir que en Madrid se habían tomado en serio las necesidades que se tenían. A título meramente informativo y de curiosidad señalemos que, en ese año de 1964, la oferta pública educativa comenzó a dispararse al aprobar-se una Sección Delegada de Enseñanza Media en Reinosa, dependiente del Instituto Marqués de Santillana de Torrelavega y la propia ampliación del mencionado Centro, la construcción de los comedores y cocinas de la Universidad Internacional de Verano, el edificio de la filial número 1 y la creación de las filiales número 3 y número 4 del Insti-tuto José María de Pereda, la Escuela Normal de Magisterio, sendas obras en el edificio de la calle Santa Clara de reparación de aseos y otras reformas en la parte femenina...

194.- AMS. Negociado de Oficialía Mayor. 470-1. Carta de 23 de abril de 1965.

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Esta febril actividad alcanzó, también, a la oferta educativa privada, y, por ejemplo, se reconoció a la Escolanía de San Antonio, al Colegio Hispano, al Colegio San Vicente de Paul (Limpias) y al de Cóbreces, poder impartir el grado elemental de Enseñanza Media. El Ministerio daba una de cal y otra de arena, aunque parecía que se estaba en el camino de solucionar la falta de puestos escolares públicos.

El comienzo de las obras del nuevo instituto, aunque amainó en cierta manera las críticas en torno a la carencia de puestos escolares de Enseñanza Media, no las eli-minó en su totalidad. Aquella inquietud continuó manifestándose a lo largo del verano de aquel año y llegado el mes de diciembre, al decir de algún periodista, las preguntas que se hacían muchos padres eran: ¿Qué hay del nuevo instituto?, ¿cuándo comenzará a funcionar? El periódico Alerta, para contestar a estas cuestiones y tratar de eliminar recelos, decidió hacer un seguimiento de las obras que se estaban acometiendo y publi-có un amplio reportaje sobre la situación en la que se encontraban en aquel momento, tras girar visita a la constructora y al lugar de la construcción195.

En el reportaje se explicaba que las obras del nuevo centro, que se estaba cons-truyendo en el paseo del General Dávila, marchaban a buen ritmo, que el edifico ocu-paba la zona oeste y norte del antiguo campo de futbol, que el resto del terreno se destinaría a zona de recreo de los alumnos y a instalaciones deportiva, y que tendría capacidad para mil alumnos. Se esperaba que estuviera finalizado para el próximo año y señalaba como probable puesta en funcionamiento el curso 1966-67.

Quizás lo más interesante fue el reconocer que en la visita realizada le ense-ñaron por primera vez los planos del nuevo centro. Pudo apreciar que la edificación en curso formaba una “L” y que la fachada estaría situada al sur, es decir orientada al paseo del General Dávila. Desde este paseo, y a través de un porche, se accedía al vestí-bulo principal, en el que se encuentra “un pequeño estanque con una fuente”. Además, dicho porche “va a permitir a los alumnos trasladarse de un punto a otro del edificio siempre bajo techo”.

El edificio consta de dos bloques de cuatro plantas y otros dos de tres. El pre-supuesto de las obras asciende a 15 millones de pesetas y el del mobiliario (metálico, cubierto de tableros de formica y madera de enebro) superará los 3 millones de pese-tas. Su distribución será: en la planta baja se instalarán las correspondientes oficinas administrativas, el archivo y la capilla. Esta última “tendrá una superficie de 300 me-tros cuadrados”. La planta se completará con un “bar social, un teatro de 525 metros cuadrados, un pequeño gimnasio y la vivienda del conserje”. La planta primera estará ocupada por diferentes aulas, la sala de Juntas, Sala de Profesores y visitas, despacho de Dirección y Secretaría y los laboratorios de Ciencias y Física con los correspondientes despachos para los profesores. El laboratorio de Química, la clase de Dibujo y otra serie de aulas ocuparán la segunda planta. En la tercera planta se instalarán el resto de las aulas, que en total suman 19 aulas de 52 metros cuadrados y 3 aulas de 25 metros cua-drados. Todas las aulas tendrán tabiques abatibles, lo que permitirá transformaciones

195.- BMS. M-663. Periódico Alerta, de 3 de diciembre de 1964. Portada y pág. 5.

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en una amplia sala de conferencias o exámenes. En fin, el sistema de calefacción será eléctrico, por calor negro, con termostatos de ambiente, “por estimarse que es la más adecuada dada su rápida puesta en régimen y su interrupción automática... al alcanzar la temperatura de 18º”.

Para terminar el reportaje, el periodista preguntó sobre las instalaciones de-portivas que estaban previstas. Cuestión de suma importancia en aquellos momentos para la propia ciudad de Santander, y ello por dos razones. Por un lado, para dar cumplimiento a la ley que acababa de reformarse, la Ley de construcciones escolares de 1953, en la que, tras varias discusiones de sendas enmiendas, se estableció con la aquiescencia del Ministerio, que todas las nuevas construcciones tendrían sus instala-ciones polideportivas de acuerdo con las normas técnicas que se promulgaren antes de diciembre de 1965196. Por otro lado, por la precaria situación en la que se encontraba sumida la ciudad pues, como ya se había denunciado en 1963197, se había quedado sin instalaciones deportivas, ya que en los últimos veinte años habían desaparecido cuatro campos de futbol, y en su lugar habían surgido numerosas viviendas. Además, estaba todavía en estudio el complejo deportivo, que se pretendía levantar en Las Llamas, y que más tarde se materializaría en La Albericia. La desaparición de los campos a los que se hacía referencia era: Campo del Eclipse, en los Arenales; el construido por la Ibero Tanagra, en Adarzo; y los del Rayo Cantabria y Miramar.

Se entendía que unas buenas instalaciones deportivas en el nuevo instituto po-dían suplir parcialmente las carencias existentes, y más aún si tenemos en cuenta que las instalaciones deportivas de los centros privados no eran las más adecuadas.

Tras reconocer que la superficie del terreno, que se iba a destinar a ubicar las edificaciones y las instalaciones deportivas, era reducido y con pocas posibilidades de ampliación, ya que se verían afectadas por la segunda fase de las obras para enlazar la avenida del General Dávila (prolongación de Camilo Alonso Vega) con la avenida de Los Castros, respondió que “habrá, pero no las que serán de desear” y terminó explicando que “estaban previstos dos campos de baloncesto, dos pistas de tenis y un pequeño gimnasio que solo tendrá 17 por 9 metros cuadrados, con vestuario, duchas y servicio médico”, además contará con dos patios, uno cubierto de unos 200 metros cuadrados, y otro descubierto de unos 300 metros cuadrados.

Las obras de construcción del edificio siguieron su curso y, en el mes de febrero de 1966, nuevamente el corresponsal del periódico volvió a desplazarse hasta el lugar de la edificación para dar cumplida cuenta de la situación en la que se encontraban las obras, pues tendrían que estar listas para el comienzo del próximo curso escolar (1966-67).

196.- Decreto-ley 11/1964 de 2 de julio. BOE. Nº 161, de 6 de julio. Págs. 8.678-79.197.- BMS. M-657. Periódico Alerta, de 8 de mayo de 1963. Pág. 3.

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Fuente: CDIS. Foto Pablo Hojas Llama, de 25 de febrero de 1966.

La información ofrecida se muestra relativamente crítica198, porque lo que vio no se ajustaba exactamente a lo que había escrito con anterioridad. Las obras, según el nuevo reportaje, que estaban a punto de finalizar, se habían llevado a cabo de acuerdo con el proyecto previsto y, en consecuencia, el Centro abriría sus puertas el próximo curso escolar; sin embargo no era todo lo amplio “que nuestra ciudad precisa, ya que cuando se ponga en funcionamiento se habrá quedado pequeño pues, aunque se había proyectado para albergar 1.200 alumnos, la realidad es que en él solamente caben 890 dado el diseño de las aulas que tendrán una capacidad máxima de cuarenta alumnos; es decir, no caben ni los 1.020 alumnos con los que cuenta actualmente el Instituto, y ello sin tener en cuenta que se están rechazando numerosas matrículas”. De ahí que este nuevo edificio no resuelva los problemas de matrícula en lo que se refiere a los chicos, pero al abandonar aquellos el edificio de la calle Santa Clara, si dejan espacio libre para ampliar la capacidad del Instituto Femenino, que bien podría pasar a albergar el millar y medio de alumnas cuando ahora caben 850.

Además, a este crucial problema de capacidad, se añadieron, por un lado, el de la ubicación y el de la falta de instalaciones deportivas. Sobre el primero algunos argu-mentaron que estaba alejada del centro de la ciudad, y mucho más para los alumnos que procedieran de la zona este; otros la consideraron casi perfecta, pues la ciudad cre-cía especialmente para la zona oeste. Independientemente de la polémica, la ubicación planteaba serios problemas de transporte, sobre todo para los alumnos que residían en zonas alejadas del centro. La Corporación Municipal consciente de que en el próximo

198.- BMS. M-668. Periódico Alerta, de 25 de febrero de 1966. Pág. 3.

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curso (1966-67), en una pequeña zona, iban a coincidir los alumnos del Instituto José María de Pereda, del colegio de La Salle y del de las Mercedarias, que supuestamente sumarían tres millares, se comprometió a que el Servicio Municipal de Transportes Ur-banos realizara un estudio para resolver esta nueva situación, pues no todos los alumnos de los centros citados podían trasladarse a sus respectivos centros con sus vehículos propios. Era, pues, necesario organizar algún tipo de servicio de autobuses o reforzar las líneas ya en uso para cubrir la posible demanda.

La cuestión de las instalaciones deportivas se puso de manifiesto cuando en el proyecto inicial se contempló la construcción en el patio del Centro de dos pistas de baloncesto. Canchas que, al igual que parte del solar dedicado a recreo, iban a ser cubiertas, dada las características climatológicas de Santander, de acuerdo con un pro-metido presupuesto extraordinario. Naturalmente, ni se aprobó dicho presupuesto ex-traordinario, ni se construyeron las cacareadas instalaciones de baloncesto. En su lugar se desarrolló una pequeña pista de usos múltiples que quedó rodeada de un campo de prado. Esta pista supuestamente tendría que cumplir el cometido de cancha de balon-cesto, de balonmano, de tenis, de hockey sala y de hockey sobre patines. Incluso, en un tono triunfalista, hubo quien pensó que la construcción de esta pista de usos múltiples podría ser la panacea a los males deportivos de Santander o cuando menos contribuir a aliviar el grave problema que, debido a la carencia de instalaciones de este tipo, padecía la ciudad.

La realidad fue que nadie se había hecho eco de las propuestas, que se habían lanzado desde la prensa, sobre las deficiencias que comportaba el proyecto de instala-ciones del nuevo instituto, y que pasaban por construir una pista de atletismo de 100 metros de longitud por seis de ancho, en el terreno inservible de la franja norte, con el fin de paliar la falta de espacio para las prácticas deportivas, tal y como lo exigía un moderno centro como este, y ello independientemente de la Ley de construcciones escolares de 1953, a la que ya hemos aludido, que había sido modificada en 1964 esta-bleciendo que “por el Ministerio de Hacienda se habilitarán los medios suficientes para que cada unidad escolar tenga sus instalaciones polideportivas conforme a sus necesi-dades y de acuerdo con las normas técnicas...”199. La solución de este problema iba a ir demorándose en el tiempo.

Por otro lado, al mismo tiempo que se iban completando las obras del nuevo edificio, se hicieron necesarias obras de carácter complementario pero fundamentales, como las obras de alcantarillado y cierre del solar. Las obras de alcantarillado, dada la urgencia, fueron aprobadas en el pleno del Ayuntamiento de Santander, del día 7 de julio de 1966: “... se acordó aprobar el proyecto y presupuesto redactado por el Sr. inge-niero municipal de caminos para las obras de alcantarillado del nuevo instituto de Ense-ñanza Media en el paseo del General Dávila por un importe de 108.533,05 pesetas200”.

199.- BOE. Decreto-Ley 11/1964 de 2 de julio. BOE. Nº 161, de 6 de julio. Págs. 8.678-79 y BMS. M-1085. El Diario Montañés, de 6 de diciembre de 1964. Pág.1 y 11.200.- AMS. Libro de Actas de Ayuntamiento. Nº 121-A. Folio 6-183.

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El proyecto de alcantarillado fue redactado por el ingeniero de Caminos Juan José de la Lastra Santos y fue ejecutado por el contratista y vecino de Santander, Agustín Bárcena Domínguez, tras ser aprobado el día 3 de agosto por la Comisión Municipal Permanente y por el pleno el día 9 de agosto. Fue adjudicado mediante contratación directa dada la urgencia de las obras y por un monto de 108.533,05 pesetas201. El Pliego de condiciones destaca por los siguientes extremos202:

a).- Pliego de Condiciones Facultativas: Tras señalar que las obras se atendrán al Artículo 1º que “... comprende... condiciones generales para la construcción de obras públicas de acuerdo con la Ley de 13 de marzo de 1903, y el de las condiciones faculta-tivas de cada obra” se especifican los áridos para morteros, los hormigones, el agua, las preparaciones, maderas, aceros, moldeados, laminados, fundición, ensayo replanteo, plan de obra excavaciones de zanjas, tuberías...

b).- Cubicaciones y Cuadro de precios (Tabla 13):

Tabla 13

CUADRO DE PRECIOS

Excavación de m3 en cualquier clase de terreno 70,00 pesetas

M3 de hormigón en masa de 200 kgs de cemento 700,00 pesetas

M3 de hormigón moldeado de 250 kgs de cemento 1.300,00 pesetas

M. L de ovoide de 52X35 cms colocados y rejunteados 200,00 pesetas

Kgramo de hierro fundido en pozos de registros 15,00 pesetas

En consecuencia, y teniendo en cuenta las actuaciones que se iban a llevar a cabo y los metros afectados se compuso el presupuesto general de la obra que quedó como indicamos a continuación (Tabla 14):

201.- AMS. Obras. Legajo 318-25. Proyecto de Alcantarillado.202.- AMS. Obras. Legajo 318-25. Documentos 3,4, 5.

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Tabla 14PRESUPUESTO GENERAL DE LA OBRA DE ALCANTARILLADO

919,57- M3 de excavación y transporte sobrante a vertedero a 70 pts. 64.369,90

21,96- M3 de hormigón en masa de 200 kgrs. De cemento Portland a 700 pts. 15.372,00

12,78- M3 de hormigón moldeado de 250 kgrs... en pozos y registros a 1.200 pts. 15.336,00

200- M. L ovoide de 52X35 cms colocado y rejunteado 200 pts. 40.000,00

900- kgs de hierro fundido en tapas de registro a 15 pts. 13.500,00

SUMA TOTAL 148.577,90

De la cantidad anterior hay que deducir los materiales suministrados por el Ayuntamiento a pie de obra y que suponen las siguientes cantidades: cemento (11.380,50 pts.); arena (2.257,40 pts.); ovoide (24.000 pts.); hierro fundido (11.700,50 pts.); imprevisto y dirección (14.201,48), que suman 68.357,81.

Así si restamos las cantidades aportadas por el Ayuntamiento a pie de obra de las Suma Total nos da como resultado las 108.533 pts., presupuestadas.

Naturalmente, el presupuesto de la obra fue al pleno del Ayuntamiento con el visto bueno de la Comisión de Obras y Reconstrucción, de la Comisión Permanente Municipal y de la Intervención. Esta última indicó que:

“Visto el proyecto de obras para la construcción de alcantarillado del nuevo Instituto de Enseñanza Media sito... tiene el honor de informar:

1.- Que la obra proyectada, en atención a la naturaleza, ha de realizarse sin cargo al presupuesto Especial de Urbanismo.

2.- Que el presupuesto de la obra asciende a 108.533,05 pts.; pero hallándo-se comprometida toda la consignación, únicamente podrá atenderse el pago de estas obras con cargo a posibles economías que se produzcan durante el ejercicio” (Santan-der 30 de julio de 1966)”203.

Todas las actuaciones anteriores no dieron como resultado la finalización de las obras, pues en visita girada en el mes de agosto de 1966, poco antes de que se pusiera

203.- AMS. Obras. Legajo 318-25.

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en marcha el nuevo curso escolar, el corresponsal de El Diario Montañés Manuel Ángel Castañeda ponía de manifiesto que el curso escolar 1966-67 se presentaba cargado de novedades, y aludía a la apertura de la Escuela de Caminos y la creación de la Escuela de Dirección de Empresas, pero dejaba en la duda la inauguración del nuevo Instituto de Enseñanza Media de Miramar204.

¿Qué estaba sucediendo con la edificación? Que, aunque la construcción del edificio había venido ejecutándose a buen ritmo y sus fachadas ofrecían un aspecto alegre y moderno, al decir del periodista, todavía quedaban varios flecos por solucionar pues faltaban por rematar la capilla, el salón de actos, los laboratorios y otros detalles como la colocación de armarios, mesas, sillas que ya se habían recibido y que, supues-tamente, se encontraban almacenados en las dependencias de la planta baja. En fin, en aquellos momentos se desconocía la fecha de su inauguración, aunque voces auto-rizadas afirmaban que entraría en funcionamiento el próximo curso, y que por tanto su inauguración sería el próximo mes de septiembre, probablemente aprovechando la presencia del ministro de Educación y Ciencia que se desplazaría a Santander para inaugurar la Escuela de Ingenieros. La inauguración nunca se produjo en los términos expresados.

El día 26 de agosto el periódico Alerta volvía a hablar de la situación de las obras del Centro. Expresaba que las obras parecían terminadas y que el mobiliario se encon-traba ya en Santander, pero que quedaba por resolver el problema de la limpieza de los desechos y suciedad dejada por el final de las obras, incluso, dejaba caer que dejar lustroso el nuevo edificio costaba, según había pedido una empresa de Madrid, 100.000 pts. El día 21 de octubre volvió a la carga para resaltar que desde el día anterior el Instituto, según le había informado el director, funcionaba en todos los cursos, y que solamente faltaba en su parte externa “el alumbrado, las aceras”, y en su parte interna “el acondicionamiento de los espacios de las oficinas”, que se prevé estén terminados en los próximos días, y el “montaje de los laboratorios”205.

El periodista Mann Sierra terminaba su crónica explicando que las reputadas empresas que habían intervenido en la construcción del edificio habían sido: ‘Cons-trucciones Sierra’, firma santanderina fundada en 1866, que había construido en su día el Palacio de la Magdalena y parte de la Casa Salud Valdecilla; CRISA, que se había ocupado del acristalamiento; NOVOSOL, dirigida por Jesús Mier Porras de Ruamayor, había instalado el sistema de calefacción de calor negro; la carpintería metálica había corrido a cargo de URSSA S.L de Vitoria, mientras que la pintura fue obra de Manuel Lavín Gutiérrez y las obras metálicas de los talleres metalúrgicos LEGUR.

Este “magnífico edificio”, aún en obras, de líneas sencillas y nobles, de aulas luminosas, de pupitres cómodos y modernos, de amplios pasillos, con un gran Salón de Actos apto para paraninfo, cine o teatro, y espléndida Iglesia separada de la sala

204.- BMS. M-1092. Periódico El Diario Montañés. Pág. 5.205.- BMS. M-670. Periódico Alerta, de 26 de agosto de 1966. Pág. 3 y M-671, periódico de 21 de octu-bre de 1966. Pág. 6.

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de gimnasia por puertas extensibles, aunque falto de espacios para juegos y deportes “contrasta escandalosamente con el descuido de las calle, de calzada angosta repleta de baches, de lodos, de escombros y arenas, que además comienza a soportar un tráfico endemoniado por estar convirtiéndose en una arteria fundamental de la ciudad”. Urge pues buscar la solución adecuada a todos estos males para acabar con la dejadez y abandono que viene sufriendo206.

El dinero presupuestado por el Ministerio de Educación Nacional para la eje-cución material del edificio del Instituto resultó insuficiente y, en el mes de noviembre de 1966, tuvo que aprobar mediante la “Resolución General de Enseñanza Media... las obras de colocación de zócalos” por un montante de 533.482,67 pesetas, que fueron adjudicados al mismo contratista que se había encargado de levantar la edificación, Daniel Bustamante Sierra207.

Entre 1967 y 1968, siendo alcalde de Santander Máximo Fernández-Regatillo Basave, por cese voluntario de Manuel González-Mesones y Díaz, fueron aprobados sendos expedientes para proceder a la urbanización, alumbrado (concedido a Talleres Bolado) y aceras (concedido a Faustino López Pablo) del paseo del General Dávila, con lo que se completaban las obras del entorno donde se alza el Instituto José María de Pereda208. No obstante, haciendo bueno el dicho popular “las cosas de palacio van por despacio”, las obras fueron retrasándose y, a finales de aquel mismo año, el Pleno del Ayuntamiento tuvo que aprobar la “urgencia del arreglo del paseo del General Dávila mediante la construcción de una calzada de siete metros y unos arcenes de 2,5 metros que pudieran también utilizarse para aparcamiento de coches”209. Proyecto que se fue completando, a partir de esas fechas, mediante sendos expedientes complementarios de obras210. La urbanización de la prolongación de Camilo Alonso Vega, que linda con el Instituto por el este, fue aprobada de manera provisional en pleno de 8 de junio de 1977211.

G).- La Sección Delegada de Laredo

Desde al menos 1963 se venía hablando con insistencia de las dificultades que encontraban los estudiantes de varias comarcas de la provincia (Oriental, Campoo, Liébana) para seguir estudios de Enseñanza Media al finalizar la escuela, pues no existían establecimientos públicos dedicados a ello. El asunto fue aireado en diversos

206.- BMS. M-670. Periódico Alerta, de 24 de noviembre de 1966. Pág. 3.207.- Resolución de 5 de noviembre de 1966. BOE. Nº 288, de 2 de diciembre de 1966. Págs. 15.176-77.208.- AMS. Libro de Actas del Ayuntamiento. Nº 121-1, en folio 151 vuelta (calzada); folio 172 y 204 vuelta (alumbrado) aparece la aprobación de la urbanización y alumbrado, y en el folio 189 (aceras), la referente a las aceras.209.- AMS. Libro de Actas Nº 121-1. Pleno Ordinario de 7 de diciembre de 1967. Folio 151 recto.210.- Por ejemplo. AMS. Libro de Actas 12-1. Plenos de 1 de febrero de 1968; Pleno de 6 de abril de 196; Pleno de 19 de junio de 1968.211.- AMS. Libro de Actas Nº 122-2. Folio 259.

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momentos en la prensa local212. En sus viajes a Madrid, siempre que tenía ocasión, el gobernador civil José Elorza Aristorena planteaba la cuestión de dotar a aquellas de los necesarios establecimientos de Enseñanza Media. Sus desvelos no cayeron en saco roto, y el Ministerio de Educación Nacional terminó por aprobar sendas Secciones De-legadas, dependientes del Instituto Marqués de Santillana de Torrelavega, en Reinosa y Castro Urdiales. La primera se creó por Decreto 3529/1964, de 22 de octubre213, y la segunda por el Decreto 1150/1966, de 21 de abril de 1966214, mientras que Potes, por Decreto 1264/1963, de 16 de mayo215, contó con un Colegio Libre adoptado, tutelado por su Ayuntamiento, y dependiente también del Instituto de Torrelavega, y que más tarde (1970) dio paso al actual instituto.

¿Qué sucedió con Laredo? Desde el año 1923 no se había creado ningún cen-tro escolar en la Villa mientras que el número de sus habitantes aumentaba, llegando a 10.000 a finales de 1965. Las escuelas en activo no podían absorber con eficacia a to-dos los alumnos, teniendo que desplazarse a otras localidades, si querían continuar sus estudios, con los consiguientes perjuicios económicos para las familias. En consecuen-cia, no nos debe extrañar los permanentes anhelos de la Corporación Municipal y del Consejo Local del Movimiento para conseguir la creación de un centro de Enseñanza Media. Estos desvelos se iban a concretar, andando el tiempo, en la concesión de una Sección Delegada mixta dependiente del Instituto José María de Pereda.

La Corporación Municipal dejándose llevar por un entusiasmo desbordante creyó que el Ministerio de Educación Nacional iba a conceder rápidamente la tan an-siada Sección Delegada, dadas las decisiones adoptadas en torno a Castro Urdiales y Potes y, en consecuencia, tomó el acuerdo de cesión de terrenos para su construcción, el 27 de abril de 1964. El hecho, aunque mostraba la disposición y buena voluntad de las autoridades locales para impulsar la creación de un instituto, no dio los frutos espe-rados y muy pronto se comprendió que no era todo tan fácil.

Los contratiempos no amilanaron al Ayuntamiento ni al Consejo Local del Movimiento, ya que con renovadas energías continuaron pidiendo la concesión de un instituto, en todas las ocasiones que se les presentaron. La cuestión fue aireada en la prensa en diversas ocasiones y las noticias que se ofrecían siempre iban por delante de la concesión legal. En este sentido pongamos como ejemplo la noticia aparecida en El Diario Montañés en enero de 1966 que daba cuenta de que el proyecto de la Sección De-legada de Laredo, redactada por el arquitecto Marciano Hernández Serrano, el mis-mo que redactó el proyecto del Instituto José María de Pereda, ya estaba terminada. Según los planos, contará con planta baja y dos pisos, dependencias administrativas, aulas y despachos, capilla en forma de proa de barco, gimnasio, laboratorio de Física

212.- BMS. M-656. Periódico Alerta, de 8 de marzo de 1963. Pág. 10 (Potes). M-657. Periódico Alerta, de 7 de abril de 1962. Pág. 12 (Reinosa). Periódico del 23 de mayo de 1963. Pág. 3. Periódico del 31 de mayo de 1963 (Laredo). Pág. 7. M-658. Periódico Alerta, de 6 de junio de 1963. Pág. 7 (Castro Urdiales).213.- BOE. Nº 271, de 11 de noviembre. Pág. 14.818.214.- BOE. Nº 111, de 10 de mayo. Pág. 5.748.215.- BOE. Nº 131, de 1 de junio de 1963. Pág. 8.956. El Instituto se creó mediante Decreto 1973/1970, de 12 de junio. BOE. Nº 169, de 16 de julio de 1970. Pág. 11.297.

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y Química, vivienda de conserje y, para las chicas, aulas de escuela-hogar y economía doméstica216.

Por su parte, el periódico Alerta en noviembre de 1966 afirmaba que en “enero de 1967 se subastarán las obras de la Sección Delegada de Laredo, que contará con dos plantas y una capacidad de 640 alumnos”. Nuevamente, en el mes abril de 1967 el mismo periódico publicaba que Laredo iba a contar “con una Sección Delegada de Enseñanza Media con capacidad para 600 alumnos y un coste de 8 millones de pesetas”217.

La noticia era más un deseo que una realidad. No obstante, reflejaba con exac-titud que la Corporación Municipal había procedido a la adquisición de un terreno de 10.000 metros cuadrados a la entrada de la Villa, situado entre el cine y campo de fútbol, en la Alameda de José Antonio, para levantar el edificio que albergaría el futuro Instituto de Enseñanza Media.

Los esfuerzos y desvelos del Ayuntamiento de Laredo se vieron colmados con la publicación del Decreto 2088/1967, de 22 de julio, por el que el Ministerio de Edu-cación Nacional “creaba diez Secciones Delegadas adscritas a los Institutos Nacionales de Enseñanza Media de... Santander (masculino)...”218.

A partir de aquel momento comenzó la construcción del edificio y en 1968 las obras alcanzaron la velocidad de crucero. La Sección delegada abrió sus puertas en el curso 1968-69 y la mayoría de sus profesores, tal y como consta en el Archivo del Instituto José María de Pereda en donde se conservan diversos expedientes, fueron propuestos desde él hasta que se convirtió en un centro totalmente autónomo.

3.- Continuidad y transición: adaptación al nuevo edificio (1966-1968)

Continuidad y transición son los dos términos que mejor definen los años que van de 1966 a 1968, y ello por dos razones, por un lado, porque, aunque deje de ser director Eduardo Obregón Barreda, los que le suceden en el cargo van a continuar en la misma línea emprendida por él; en segundo lugar, porque las dos direcciones que se desenvuelven en estos años solamente duran un curso escolar cada una.

A).- Traslado y problemas del nuevo edificio: Jesús Mendiola Ruiz (1966-67)

Cuando estaba finalizando el curso escolar 1965-1966, la autoridad compe-tente comunicó a las direcciones de los centros (masculino y femenino) que el traslado

216.- BMS. M-1091, periódico del 18 de enero de 1966. Pág. 7.217.- AMS. M-671. Periódico de 12 de noviembre de 1967. Pág. 3, y M-673. Periódico de 20 de abril de 1967. Pág. 3.218.- BOE. Nº 205, de 28 de agosto de 1967. Pág. 12.170. El nombre de ‘Bernardino de Escalante’ se le concede por Orden Ministerial de 11 de abril de 1970. BOE. Nº 101, de 28 de abril de 1970. Pág. 6.727.

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al nuevo edificio se realizaría en el verano para poder comenzar el próximo curso en el paseo del General Dávila. Sin embargo, en aquellos momentos no tenían claro a quienes afectaba la decisión, pues, aunque el Ministerio, como recordó el director del Instituto José María de Pereda ya se había decantado en el sentido de que fuese mas-culino, se volvió a plantear la cuestión por el malestar que se manifestó en el Claustro de Profesores.

Intentando resolver la cuestión de una manera definitiva, y con el propósito de ayudar a los padres en la toma de decisión de en qué centro matricular a sus pupilos, el Consejo Provincial de Trabajadores solicitó a través de la Organización Sindical del Ministerio de Educación y Ciencia, que los dos centros se convirtieran en mixtos, alegando para ello la disposición alargada de la ciudad y el costo de los transportes. El asunto fue planteado en Madrid por el reciente nombrado gobernador civil de la pro-vincia, Jesús López Cancio, que recibió un no como repuesta, dada la política del Mi-nisterio de considerar que cuando en una localidad hubiera dos centros de Enseñanza Media, uno sería masculino y otro femenino219.

Con ello se terminó la polémica, que había tenido en vilo a parte de la sociedad santanderina. Pero al haberse abandonado el plan inicial del Ministerio de Educación Nacional que preveían la construcción de dos institutos y, en consecuencia, no poder ubicar a todos los alumnos en la nueva edificación, la directiva planteó ante la Delega-ción de Educación Secundaria qué debía hacer con los más de 1300 alumnos sobrantes, pues aquel se había proyectado para 1.000 alumnos. Tras una buena reprimenda se les comunicó que el Instituto José María de Pereda se trasladaría al nuevo centro y que las chicas iban a quedarse en la calle Santa Clara.

No sabemos si este hecho, que contó con algunas resistencias, influyó de mane-ra decisiva en el cese como director de Eduardo Obregón Barreda (6 de junio de 1966), al que a duras penas le dio tiempo a celebrar los actos programados para conmemorar la festividad de santo Tomás de Aquino, pero lo que sí quedó claro fue el nombramiento de un nuevo director en la persona Jesús Mendiola Ruiz, catedrático de Física y Quí-mica, por O. M. de 9 de julio de 1966, que tomó posesión del cargo el día 1 de agosto de 1966.

Su mandato estaba previsto que se acabase el 30 de junio de 1969. Hombre de prestigio y conocido perfectamente en la ciudad por sus actividades docentes y por la publicación de diversos libros de texto para Bachillerato sobre su materia220, pero también por su dilatada trayectoria profesional ligado al Instituto de Santander, ya que en fechas muy tempranas (1943) consiguió una Cátedra de Agricultura, de la que cesó para ser nombrado para una Cátedra de Física y Química. Incluso, a partir de 1953, simultaneó su Cátedra con la del nombramiento como “profesor especial interino” de lengua alemana. Además, durante algunos años actuó como interventor del Centro.

219.- BMS. M-670. Periódico Alerta, de 26 de agosto de 1966. Pág. 3.220.- Orden de 4 de noviembre de 1961. Se le autoriza su libro de Física General. BOE. Nº 289, de 4 de diciembre. Pág. 17.129.

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A él le cupo ejecutar el traslado del consolidado Instituto José María de Pereda desde su primitiva ubicación en la calle Santa Clara a las nuevas instalaciones sitas en la avenida del General Dávila. Ese tránsito no parece haberse llevado a cabo de una ma-nera normal, pues la apertura del curso 1966-67 todavía se celebró, a bombo y platillo, en el paraninfo del viejo edificio, como se puso de manifiesto en el largo artículo que dedicó El Diario Montañés a tal evento. Aquella tuvo lugar el día 4 de octubre a las doce de la mañana, con la asistencia de los directores del Instituto Masculino y Femenino, el Claustro de Profesores de ambos centros y una nutrida representación, hasta rebosar la sala, de alumnos de los cursos superiores y de los que habían obtenido el curso anterior matrícula de honor.

El padre Castanedo dio lectura a la Memoria correspondiente al curso 1965-66, resaltando las actividades llevadas a cabo por el alumnado: edición de la revista Perfil 66, la representación teatral del día de santo Tomás, la tarea deportiva, y se explayó en los cambios introducidos por el Ministerio de Educación y Ciencia, que habían supues-to el relevo del director, que había desempeñado el cargo durante cuatro trienios con-secutivos, y el nombramiento para sustituirle en el cargo de Jesús Mendiola Ruiz, al que acompañaría, como vicedirector, Enrique de Cabo Pérez. También dio cuenta de la re-nuncia voluntaria de Abel Ramos Escudero como secretario y del nombramiento como su sustituto de Domingo Muñoz Valle. El anterior director, Eduardo Obregón Barreda, pasó a desempeñar la labor de jefe de Estudios. José Castanedo siguió desempeñando las labores de vicesecretario y Luis García-Nieto Gascón actuó como interventor. Fina-lizó su intervención agradeciendo a las autoridades su colaboración. A continuación, el Sr. Sousa dio lectura a la Memoria del Instituto Femenino.

¿A qué se debió el hecho de celebrar todavía la apertura del curso escolar en el antiguo edificio? Naturalmente, la respuesta se encuentra en que las obras del nuevo instituto, llegadas las fechas de comienzo del curso escolar, no estaban finalizadas, y ello a pesar de las prisas, la necesidad y las promesas ampliamente repetidas.

La prensa nos da la clave de lo que estaba sucediendo: el edificio que iba a al-bergar al amplio alumnado masculino no se había terminado para aquellas fechas. El día 5 de octubre, el periódico Alerta explicaba que, seguramente, las obras finalizarían en la siguiente semana, pues solamente faltaba una parte del mobiliario y el enganche de la luz. El día 21 de octubre este mismo periódico publicaba ya una instantánea de Pablo Hojas en la que, aunque con muchas carencias, el nuevo centro se ponía en mar-cha221.

Recordemos, además, que todavía en noviembre de 1966, el Ministerio de Edu-cación Nacional, aprobaba obras complementarias para rematar el edificio y que por supuesto aquellas convivieron durante un corto espacio de tiempo con el inicio de las actividades docentes.

221.- BMS. M-1092. Periódico El Diario Montañés. Pág. 5.

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Fuente CDIS. Foto Pablo Hojas Llama, de 20 de octubre de 1966. Publicada el día 21 en el periódico Alerta.

La fotografía nos remite a una verdad a medias: la aparente finalización de las obras del edificio. Una edificación de líneas sencillas pero modernas que muy pronto iba a dejar ver sus deficiencias. He dicho aparente porque si uno detiene fijamente su mirada sobre el inmueble pronto descubre que aún faltan elementos muy importantes del complejo escolar: la ausencia de las más mínimas medidas de seguridad, el cierre perimetral, el acondicionamiento de los patios y las correspondientes instalaciones de-portivas. Obras que tenían que haberse presupuestado y ejecutado en su momento, por el Ministerio de Educación Nacional, pero que no se materializaron.

A pesar de ello observamos a algunos alumnos sentados en el patio esperando pacientemente, mientras que otros parsimoniosamente se disponen a acceder al recinto escolar, lo que nos incita a considerar que, a pesar de las deficiencias, con las que había que convivir pacientemente, existía una cierta normalidad. Pero ¿por qué tan pocos alumnos? Sencillamente porque para poder ordenar la llegada de todos los alumnos que iban a ocupar sus aulas se fue llamando cada día un curso diferente para que hicie-ra su presentación y al día siguiente comenzaran con sus actividades escolares. Precisa-mente, el día 20 se presentó sexto curso de Bachiller y al día siguiente Preuniversitario, con lo que quedó formalmente comenzado el curso escolar 1966-67.

Si nuestra mirada cambia de ángulo y se detiene en la parte externa del edifi-cio, competencia de Ayuntamiento de Santander, rápidamente nos percatamos de que las aceras de la calle, la urbanización del entorno, incluso la calzada de la avenida del General Dávila, muestran una ausencia alarmante de asfaltado, y sobre ella vemos to-davía un tubo de considerables dimensiones que no es ni más ni menos que uno de los

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restos que han quedado sobre la superficie después de haberse ejecutado, en los meses anteriores, las obras de alcantarillado de la zona, condición indispensable para poder poner en marcha el nuevo centro escolar.

Seguramente todo ello nos transmite la sensación de que todo se ha hecho deprisa y corriendo para poder poner en marcha las actividades lectivas del curso 1966-1967.

Superados todos los obstáculos, alumnos y profesores se trasladaron al nuevo edificio, y con ello comenzó formalmente el desarrollo del Centro del que hoy se cele-bra el 50 aniversario. Si fuéramos unos puristas, en realidad, el Instituto José María de Pereda ya habría superado la meta de los cincuenta años y alcanzado los 60; pero lo que tratamos de recuperar es el momento en el que se puso en marcha el centro tal y como lo conocemos en la actualidad.

El actual edificio del Instituto José María de Pereda es el fruto combinado de la ejecución de un proyecto inicial sencillo, escasamente original (estándar), que copia modelos ya ensayados en otros lugares y de varias posteriores intervenciones que en han ido alterando el proyecto primigenio.

Consta de cuatro cuerpos rectangulares enlazados entre sí (doble L). Al cuerpo principal se accede por su parte más noble (hoy: vestíbulo, escaleras, administración, estancia de los bedeles) desde donde podemos trasladarnos mediante sendos pasillos longitudinales al segundo cuerpo que conforma el conjunto de la edificación. En esos pasillos que recorren los dos cuerpos esenciales se sitúan las aulas.

En ese mismo lugar del cuerpo principal arranca la escalera que conduce al pri-mer y segundo piso. En el primer piso (Dirección, secretario, Jefatura de Estudios), por un lado, se sitúan los pasillos que nuevamente conectan el primer cuerpo del edificio con el segundo cuerpo tras superar la sala de profesores desde donde podemos acceder hasta el tercer piso del segundo cuerpo; por otro lado, el pasillo que recorriendo lon-gitudinalmente el edificio principal nos conduce a la escalera que nos transporta hasta el tercer piso del edificio principal y al acceso al tercer cuerpo del Centro. Esto mismo sucede en la segunda planta al estar interconectados los tres cuerpos de la edificación, pero no en la tercera planta pues el edifico de enlace se concibió como un cuerpo con dos pisos (nos referimos al cuerpo donde se ubica la sala de profesores).

Originariamente el cuerpo donde se desarrolla el actual edificio adosado era de una altura y acabó convirtiéndose en dos alturas. Pegado a estos tres cuerpos se desarro-lló el polideportivo actual, en su parte este. Entre el cuerpo principal y el polideportivo se sitúa el patio mayor del Centro (inicialmente una pequeña pista de usos múltiples rodeada de tierra que se siembra de hierba), mientras que el menor queda confinado al interior del cuerpo principal y el cuerpo orientado norte-oeste (originariamente era de césped), en forma de L y conectado por los pasillos que hemos mencionado.

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La calidad de la construcción puede calificarse de pésima, por su deficiente cimentación, como se ha demostrado en las últimas obras de reforzamiento de la es-tructura realizadas en el Centro, que han afectado al cuerpo orientado al oeste-este del conjunto; por el empleo de una estructura en parte metálica con un recubrimiento de ladrillo, deficientemente aislado, y su consiguiente enlucido, en unos años donde las construcciones de muchas viviendas y centros públicos se hicieron precipitadamente y terminaron padeciendo de aluminosis y humedades, como por ejemplo sucedió con el Hospital Valdecilla; por el típico empleo de ventanas metálicas que, con el tiempo, han tenido que ser sustituidas como consecuencia de la corrosión y las dificultades de mantenimiento, por otras menos problemáticas; en fin, por el remate del conjunto, en una cubierta plana que desde su inauguración no ha dado nada más que problemas.

Cuando alumnos y profesores se trasladaron al nuevo edificio en el curso 1966-67 todavía no estaba totalmente finalizado. Así, a lo largo de los años siguientes, hubo que proceder a reparaciones y adaptaciones para resolver las deficiencias, que fueron apareciendo, y a completar las dotaciones inexistentes. Estas intervenciones demues-tran, la premura y ligereza con la que se hicieron las obras, y la escasa adecuación del proyecto a la climatología de Santander. Algunas pueden parecer, en principio, puramente anecdóticas, pero no lo son, pues en realidad resolvían pequeños y grandes problemas y complementaban las dotaciones del Centro.

En el mes de septiembre de 1966, Jesús Mendiola reconoció que el cúmulo de solicitudes de matrícula recibidas era imposible de atender y que como mucho se po-drían matricular tantos alumnos como en el curso anterior: quizás pecando de optimis-ta, e intentando acallar posibles protestas, explicó que el Ministerio siendo consciente del problema, estaba barajando proyectos de ampliación de otros edificios para cubrir la demanda222.

Las manifestaciones anteriores no impidieron que incluso poco antes de que se pusiera en funcionamiento el curso comenzaran a salir a la superficie, con toda su cru-deza, algunas de las cuestiones que se habían planteada con anterioridad, pero quizás la más importante fue el constatar que con la apertura del Centro no se había resuelto el problema de la oferta de plazas públicas, incluso en cierta manera se había agravado ya que en el curso 1965-66, en el vetusto edificio de la calle Santa Clara, como reconoció el propio Jesús Mendiola, los alumnos matriculados fueron 1.100. Esta cantidad no podía mantenerse en el paseo del General Dávila ya que el nuevo centro únicamente contaba con 28 aulas, de las cuales 3 estaban destinadas a los desdobles requeridos por algunas materias, y en las 25 restantes solamente se podían acoger legalmente a 40 alumnos por aula, si eran de Bachillerato Elemental o Superior, pues en las aulas que se dedicaran al Preuniversitario la ratio será de 30 alumnos por aula223.

He aquí pues una primera limitación legal, muy necesaria y que no era la ideal,

222.- BMS. M- 671. Diario Alerta, de 29 de septiembre de 1966. Pág. 5.223.- BMS. M- 671. Diario Alerta, de 5 de octubre de 1966. Portada y pág. 3.

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ya que como dijo el secretario (Domingo Muñoz Valle) a lo que tenemos que aspirar es a equipararnos a Europa (30 alumnos por aula). La consecuencia práctica es que por este camino la matrícula se había reducido en 270 alumnos porque tengamos en cuenta que cuando no había esa limitación normalmente entraban en cada aula 50 alumnos.

Otra significativa reducción se derivó del hecho de que las clases de Preuniver-sitario se desarrollasen por la mañana, ya que en los cursos anteriores se impartían por la tarde, por lo que en el turno de la mañana podían disponer de más aulas. Ahora al simultanearse las clases de todos los cursos se habían perdido 80 puestos escolares.

Es evidente que el traslado y la capacidad inadecuada, según las expectati-vas levantadas del nuevo edificio, favorecieron directamente al Instituto Femenino que pudo aumentar considerablemente su oferta y, sobre todo, a los colegios privados que en aquellos momentos tenían más alumnos en sus instalaciones que la suma de los alumnos oficiales y libres de los centros públicos.

El nuevo gobernador civil, Jesús López Cancio, no dejó pasar la ocasión y para acallar las nuevas protestas, anunció que el Ministerio le había comunicado la idea de crear un tercer instituto, siempre que el Ayuntamiento cediera los terrenos. Las obras del nuevo instituto se podrían poner en marcha en 1967, si se cedían los terrenos con prontitud. Esto permitiría abandonar el edificio de la calle Santa Clara y posibilitaría crear en aquél dos Secciones filiales, una masculina y otra femenina. Este nuevo plan se completaría con la creación de otra filial en Camargo224.

Los terrenos para este tercer instituto, en una cuantía de 7.500 metros cuadra-dos, según anunció el periódico Alerta, iban a ser adquiridos por el Ayuntamiento de Santander a la Cámara Oficial Agraria, en el Alto de Miranda, en la finca denominada ‘Villajunco’225.

El periódico no estaba desencaminado porque, en el mes de diciembre de 1966, el Pleno del Ayuntamiento aprobó incoar expediente de compra a la Cámara Oficial Sindical Agraria, de una finca de su propiedad denominada ‘Villa Junco’, próxima a la avenida del General Dávila, “según las condiciones fijadas por la misma en su oferta”226. La cesión de la mencionada finca al Ministerio de Educación se materializó mediante acuerdo de la Corporación Municipal de 6 de abril de 1968227. La creación como tal de este instituto, señalado como el número 2 Femenino, se hizo mediante De-creto 1972/1970, de 12 de junio228.

224.- BMS. M- 670. Periódico Alerta, de 4 de septiembre de 1966. Pág. 3.225.- BMS. M- 671. Periódico Alerta, de 20 de octubre de 1966. Pág. 5.226.- AMS. Pleno Ordinario de 1 de diciembre de 1966. Libro 119-2. Pág. 48 recto.227.- AMS. Pleno del 6 de abril de 1968. Libro 121-1. Pág. 194 vuelta.228.- BOE. Nº 169, de 16 de julio de 1970. Pág. 11.296. Al mismo tiempo se creó el Instituto de Potes, mediante Decreto 1973/1970 de la misma fecha y mismo BOE. Pág. 11.297.

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Fotografía 4. El Instituto José María de Pereda en 1968. Fuente Gobierno de Canta-bria. Consejería de Universidades e Investigación, Medio Ambiente y Política Social. http://mapas.cantabria.es.

Este primer curso desarrollado en la nueva sede contó con la una plantilla consolidada integrada por 10 catedráticos, 13 adjuntos numerarios, 1 profesor titular de Religión y 1 adjunto, 1 profesor de Educación Física y 1 profesor de Formación del Espíritu Nacional. Por necesidades de mayor número de profesores se completó con otros profesores contratados.

Jesús Mendiola no pudo consolidar de nuevo el Centro, ni completar su man-dato como director, al fallecer prematuramente el 7 de agosto de 1967.

B).- Dirección de circunstancias: Enrique de Cabo Pérez (1967-68)

La inesperada muerte de Jesús Mendiola, “apreciado por sus singulares virtu-des”229, el día 7 de agosto de 1967, a los 59 años, víctima de una rápida enfermedad, planteó el problema de su sucesión. El Ministerio queriendo dar una cierta continuidad a la labor que se había llevado a cabo el curso que acababa de finalizar optó por nom-brar a Enrique de Cabo Pérez (O. M. de 25 de septiembre de 1967 con efectos de 1 de agosto). Maestreescuela de la santa Catedral, vicario general de la Diócesis, y catedráti-

229.- BMS. M- 675. Necrológica y glosa de su vida en el periódico Alerta de 8 de agosto de 1966. Págs. 6 y 7.

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co de Filosofía desde 1948. Un hombre de la casa, aún a sabiendas de que su trayectoria profesional estaba a punto de finalizar por su avanzada edad (tenía 68 años) y próxima jubilación.

El Equipo Directivo que le acompañó estuvo integrado por Domingo Muñoz Valle como secretario, José Castanedo Samperio en el cargo de vicesecretario y Eduar-do Obregón Barreda como jefe de Estudios. El interventor fue Luis García-Nieto Gas-cón. Aunque su nombramiento coincidiera con el de un nuevo Ministro de Educación (Villar Palasí) y los nuevos aires que quería imprimir a la enseñanza, no pudo hacer mucho por lo escaso de su mandato.

El curso 1967-68 fue abierto con las formalidades tradicionales (misa, confe-rencia, rondalla, autoridades) y en la lectura de la Memoria destacaron dos puntos, el recuerdo especial para el director fallecido y el dato referente al número de alumnos.

Este curso se caracterizó fundamentalmente por cuatro actuaciones:

a).- Las gestiones tendentes a solucionar los múltiples problemas que tenía el nuevo edificio, que no iban a tener una respuesta positiva por parte de la Administra-ción hasta después de su jubilación y la llegada de una nueva Dirección, salvo la cons-trucción del Pabellón Polideportivo del Instituto.

La obra, que venía a suplir la carencia de instalaciones deportivas del Centro, que como ya hemos manifestado no hicieron en su día, comenzó a construirse a co-mienzos de 1969230, y fue saludada como una obra que venía a completar las escasas dependencias de este tipo que entonces tenía la ciudad de Santander. Por su bajo coste (3 millones de pesetas) se convirtió en un modelo a imitar.

En realidad, fue una apuesta personal de Juan José Pérez de la Torre, profesor del Instituto y Delegado Provincial de Deportes, ayudado por su equipo, que no dudó en emplear fondos de su delegación para construir unas instalaciones que se necesita-ban.

Cuando finalizó su construcción en el mes de noviembre del mismo año se dijo de ella que era un polideportivo “sencillo, muy bonito, bien construido y dotado de los vestuarios, servicios, duchas y almacenes precisos, y con una grada lateral con capaci-dad para casi un millar de espectadores. En el otro lateral han sido colocadas espalderas para que los alumnos puedan hacer gimnasia, pues a este fin y a competiciones de ba-loncesto, balonmano, voleibol y otros deportes de sala se dedicará” 231.

Fue el primer pabellón cubierto con el que contó Santander y permitió la con-solidación de los proyectos deportivos que se habían puesto en marcha desde el año 1968, tanto en lo que se refiere a los de carácter colectivo, como a los individuales. Incluso, se puso en marcha un foso para la práctica del salto de pértiga, donde entrenó

230.- BMS. M- 682. Periódico Alerta, de 9 de marzo de 1969. Pág. 5.231.- BMS. M- 685. Periódico Alerta, de 15 de noviembre de 1969. Pág. 13.

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Daniel Cobo pero, en principio, los deportes más masivos fueron los de fútbol donde destacaron los hermanos Barros, Morante, Torralbo, Cimiano... y balonmano y vo-leibol, cuyos entrenadores fueron, en aquellos primeros años, respectivamente, Rafa Pastor y Fernando Diestro.

b).- El esfuerzo realizado para dar suficiente información a los alumnos sobre su posible futuro profesional, para lo que se desarrollaron varios ciclos de conferencias de orientación profesional en las que intervinieron ingenieros como Francisco Román Ortega, director gerente de Corcho-Basse Sambre, que disertó sobre ‘Una empresa moderna’ y Enrique Campos Pedraja, director del Gabinete Contable y Fiscal, que hizo lo propio con su charla ‘Necesidad de técnicos empresariales’232.

c).- Las masivas peticiones de plaza que se suscitaron en el mes de septiembre de 1968 que determinaron el tener que rechazar a muchos pretendientes y limitarse a admitir 250 nuevos alumnos porque la capacidad máxima del Centro se cifró en 1.180 alumnos.

d).- La necesidad de relanzar los Estudios Nocturnos cuyos resultados estaban resultando inferiores a lo que se había previsto. Los problemas de esta modalidad de Bachillerato venían arrastrándose desde 1965-66, cuando descendió el número de sus efectivos y no se impartía el Bachillerato Superior, por ausencia de matriculados. Estos datos habían convencido a Madrid de la inviabilidad de estos estudios en el Instituto, y en consecuencia procedió a suprimir el primer curso de nocturno. La alarma cundió en todos los sectores de la sociedad santanderina y el gobernador civil se trasladó a Madrid, donde arrancó al Ministerio el restablecimiento del curso suprimido y el com-promiso de poner en marcha el Bachillerato Superior233.

Su mandato finalizó el 31 de diciembre de 1968, con motivo de su jubilación. Fue homenajeado a comienzos de febrero de 1969, y en la entrevista que le realizaron se definió como un profesor persuasivo, narrador de grandes periodos y confidente de sus alumnos234. A los pocos meses falleció235 y el Pleno del Ayuntamiento de Santander hizo costar su condolencia en el Libro de Actas236.

4.- NORMALIZACIÓN Y CONSOLIDACIÓN: DOMINGO MUÑOZ VALLE (1969-1982)

La jubilación de Enrique de Cabo Pérez abrió la posibilidad de rejuvenecer la Dirección y de tratar de introducir unos aires diferentes en el Centro, pero el Ministerio de Educación se inclinó por nombrar como director a Domingo Muñoz Valle, cate-

232.- BMS. M- 677. Periódico Alerta, de 16 y 17 de marzo de 1968. Pág. 2, respectivamente.233.- BMS. M- 671. Periódico Alerta, de 26 de noviembre de 1966. Pág. 5, y M-672. Periódico Alerta, de 2 de diciembre de 1966. Pág. 2.234.- BMS. M-682. Periódico Alerta, de 13 de febrero de 1969. Pág. 5.235.- BMS. M-682. Periódico Alerta, de 2 de mayo de 1969. Esquela en pág. 9.236.- AMS. Libro de Actas 121-1. Pleno de 2 de mayo de 1969. Pág. 277 recto.

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drático de Lengua Latina. Estaba ligado al Instituto desde el año 1961 y, además de profesor, había venido desempeñando en los últimos años el cargo de secretario, por lo que no era ajeno a la gestión diaria del mismo. Fue renovado en el cargo sucesivamente hasta su cese voluntario el día 30 de junio de 1982, al optar a un puesto en la Inspec-ción, donde terminó jubilándose.

A).- Los primeros años de su mandato (1969-1975)

Su primer Equipo Directivo (1969) estuvo integrado por Luis Thomas Ara, que desempeñó el cargo de vicedirector; Luis García-Nieto Gascón se encargó de la Secretaría, en tanto que José Castanedo hacía lo propio con la Vicesecretaría. Eduardo Obregón Barreda continuó como jefe de Estudios. En 1970 para sustituir a José Cas-tanedo fue nombrado en el cargo Eduardo Peralta Ferrer y, a su vez, este último fue relevado en 1972 por Nicolás Hernando García.

Los primeros años de su mandato estuvieron condicionados por dos hechos fundamentales: intentar dar soluciones razonables a los múltiples viejos/nuevos proble-mas que comenzaron a manifestarse en el edificio y la implantación de la Ley General de 1970. Por ello se puede dividir en dos momentos diferentes:

1.- Deficiencias y soluciones (1969-1973)

Desde el mismo momento de su toma de posesión tuvo que hacer frente a las múltiples deficiencias que comenzaron a manifestarse. El periodo 1969-1973 estuvo plagado de intervenciones para paliar, en la medida de los posible, las carencias y defi-ciencias del edificio. Entre ellas tenemos que destacar:

a).- Rejas, sillas y banquetas: La primera cuestión que hubo que resolver fue la referente a las “rejas, sillas y banquetas”, es decir necesariamente se tuvo que abordar un imprevisto en la terminación del edificio: los ventanales de la planta baja habían quedado sin ningún tipo de protección lo que posibilitaba la acción imprevista de los cacos. Hecha la correspondiente petición, el Ministerio no tuvo otra salida que habilitar la correspondiente partida presupuestaria con el fin de dotar al edificio de las mínimas medidas de seguridad237. El día 27 de abril de 1969 se adjudicaba a la empresa ADAN de Santander, domiciliada en la calle Canalejas, 52, la colocación de rejas metálicas en la planta baja del edificio con el fin de evitar robos (Tabla 15).

237.- El Expediente completo en AGA. (05) Caja 37.145 top 33/44-67.

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Tabla 15PRESUPUESTO DE REJAS, SILLAS Y BANQUETAS

90 Sillas de Pala 67.500 Pts.

50 Banquetas de Asiento 30.000 Pts.

17 Rejas de Bajos 97.400 Pts.

Total 194.900 Pts.

Fuente: AGA. Caja 37145 top 33/44-67.

En el expediente se señala que fueron colocadas un total de 17 rejas (4 rejas de 2X3.45; 12 de 1.62X3.45; 1 de 1.64X1.75) construidas según el dibujo aportado y terminadas con una mano de óxido de plomo y dos de negro mate, colocadas al precio de 780/metro cuadrado. A ello se añadieron 90 sillas de pala, 50 banquetas de asiento de madera barnizada hechas por la fábrica de muebles metálicos MIAMI (Talleres Metalúrgicos Justino Piedra) que supusieron una inversión de 194.900 pts.

La dotación de sillas y banquetas no era nada más que el cumplimiento de las promesas hechas por la Inspección de Educación en sus visitas al anterior director y que este ante la falta positiva de respuesta había tenido que reclamar en sendas cartas antes de su fallecimiento238.

b).- Laboratorio de Idiomas: A esta primera intervención le sucedió una segunda referida a dotar al Centro de un Laboratorio Electrónico de Idiomas, sistema Audio-oral-comparativo, previa solicitud en pleno, de todos los integrantes de los semi-narios de francés e inglés, del día 20 de abril de 1969. Justificaban aquella necesidad explicando, por un lado, que la enseñanza actual de los idiomas se basaba en el ejerci-cio de la conversación y que para ello se requería un perfecto dominio de la fonética, entonación y ritmo de las estructuras gramaticales; por otro lado, que para adquirir ese dominio era necesario, como ya se había demostrado en otros países, un laboratorio de idiomas. Además, hacían ver al Ministerio que el Instituto José María de Pereda era el centro más representativo de la provincia y que, por estar ligado a la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, parecía conveniente se le dotara con las mejores insta-laciones como se había hecho con otros centros.

La Dirección General de Enseñanza Media, con fecha de 18 de agosto de 1969, adjudicó un laboratorio de Idiomas con capacidad para 40 plazas. Tras analizar tres presupuestos, fue adjudicado a la empresa electrónica CELMA, domiciliada en la calle

238.- Las cartas se encuentran en el expediente personal de Jesús Mendiola depositado en el Archivo del IES José María de Pereda. Sin catalogar.

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Fuengirola, 4, Falda de Ulía, en San Sebastián, por un montante de 1.005.245 pts239.

c).- Goteras: resueltas las cuestiones anteriores había que abordar indefecti-blemente uno de los problemas que más quebraderos ha dado al Instituto: las goteras. La Dirección del Centro, alarmada por las filtraciones de agua que comenzaron en la cubierta del edificio, se puso en contacto con el Ayuntamiento de Santander. Este, tras enviar a sus técnicos para que realizaran una inspección ocular y redactaran un infor-me sobre la situación denunciada, autorizó con fecha 6 de octubre de 1969 las obras necesarias para resolver las “diez grandes goteras en este momento debidas a la mala ejecución en la impermeabilización de la cubierta, razón por la cual la reparación es de difícil solución”240. Quizás, esta deficiencia se debió a las prisas en la ejecución del proyecto y a la calidad de los materiales empleados por lo que el arquitecto municipal aconsejó abordar un estudio general sobre el estado de la cubierta para luego proceder a su reparación integral. Su total reparación hubo de esperar mejores tiempos y se de-moró hasta el año 1987.

d).- Aparato de Rayos X: Puede sorprender que un centro escolar necesita-ra comprar un aparato de Rayos X, pero no lo es tanto, si consideramos que la ley, des-de la década de 1950 a mediados de la de los años 70, establecía que todos los centros de Enseñanza Media tenían que contar con la presencia de un facultativo médico que se encargara de la salud de los alumnos. Por sus manos pasamos todos los que estudia-mos Bachiller durante aquellos años.

La O. M. de 28 de febrero de 1962 establecía que todos los alumnos de pri-mero y quinto de Bachiller, así como los de Preuniversitario y los que se matricularan por primera vez en el Centro y sus filiales, tenían que ser reconocidos clínicamente. En consecuencia, las labores o cometidos que tenía que desarrollar el médico de un centro de Enseñanza Media quedaron perfectamente reglados. Incluían, como no podía ser de otra manera, el reconocimiento anual de los alumnos, a lo largo del primer trimestre del curso, y en los casos que fuera necesario repetirlos en el segundo y tercer trimestre; cumplimentar la ficha médica oficial; prestación de primeros auxilios en caso de acci-dente; vigilar las exenciones de gimnasia y ordenar, en cada caso, los tipos de ejercicios físicos adecuados; reconocer a los alumnos seleccionados para actividades deportivas y orientar a los alumnos sobre el deporte o deportes más idóneos, en cada caso.

Estas tareas se fueron completando con el paso de los años hasta culminar en la década de 1970 cuando los médicos de los centros, también, comenzaron a desarrollar una cierta labor docente que se concretó en la impartición de conferencias sobre pre-vención de toxicomanías, educación sexual..., y que se extendió hasta la colaboración en la evaluación continua del rendimiento de los alumnos, tal y como preveía la Ley 14/1970 General de Educación y Financiamiento de la reforma educativa y las órdenes

239.- Tanto la solicitud hecha por los Seminarios como el presupuesto y la adjudicación del Laboratorio de Idiomas en AGA (05) Caja 35.377 topo 83/61-67.240.- AMS. Obras. Caja 470-2.

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y resoluciones que la complementaban241.

A estos quehaceres se sumaron en última instancia el cuidar y velar por todo lo relacionado con la sanidad del Centro, tanto en la higiene privada como pública y dar cumplimiento a todo lo ordenado por la Jefaturas Provinciales de Sanidad e Inspección Central de Servicios Médicos. Señalemos, finalmente, que se convirtieron en auténticos inspectores de la salud del personal docente, pues se encargaron de todo lo relacionado con las altas y bajas de los profesores, incluyendo un diagnóstico y días probables de duración de la enfermedad en general, y en los ejecutores de cuantas instrucciones di-manaran de la Inspección Central de Servicios Médicos.

El facultativo que tuvo el Instituto José María de Pereda, ente 1954 a 1975, fue Federico Pardo Villa que, para desarrollar su actividad, sometía a los alumnos a una serie de pruebas someras, para determinar los grandes males que les aquejaban y su estado físico general (clasificación física, estado de sus ojos, necesidad o no de usar gafas, pruebas de audición, exploración torácica externa...), para hacer constar los datos clíni-cos normales y anormales que se observasen en una ficha que se custodiaba en el propio Centro. Para poder complementar las exploraciones externas, se hacían necesarias las exploraciones radiológicas, con el fin de determinar con rigor la existencia de enferme-dades pulmonares, como la tuberculosis y las de características infecto-contagiosas. El fin último era el de alertar a los padres de posibles problemas o simplemente quedar eximido de las clases de gimnasia o de la práctica de algunos deportes.

Como consecuencia de todo ello, el día 23 de abril de 1969 dirigió una ex-tensa carta al director del Centro explicando la necesidad que tenía de un apara-to de Rayos X para poder completar sus exploraciones clínicas, y pidió su com-pra242. Hechas las oportunas gestiones ante el Ministerio y aprobada la propuesta de compra, el día 1 de diciembre de 1970 se adjudicó a Mariano Camino Agui-rre, domiciliado en la calle Canarias, nº 4 un aparato de Rayos X, modelo Radio-mono Bloc ML, compuesto de: mesa de exploración, transformador AT, mesita de mandos, tubo de Rayos X y pedal interruptor por un monto total de 79.750 pts243.

El despacho médico y el aparato al que estamos aludiendo se situaron originariamente en la planta baja del Centro en lo que hoy es la sala de telemática.

e).- Acondicionamiento de patios: Ya hemos puesto de manifiesto que las instalaciones deportivas que se proyectaron para el Instituto nunca se formalizaron y que, por lo tanto inicialmente, el Centro solamente contó con una pequeña pista asfaltada multiusos. Alarmados por el hecho, la Junta Provincial de Educación Física y Deportes, de la que formaba parte un profesor del Centro (Juan José Pérez de la To-rre), decidió financiar, al cincuenta por ciento con la Dirección General de Enseñanza Media, la construcción de un pequeño gimnasio para poder impartir las clases desde el

241.- BOE. Nº 187, de 6 de agosto de 1970. Págs. 12.525 a 12.546. El Decreto 2168/1970, de 22 de agosto. La O. M. de 16 de noviembre de 1970 y la Resolución de la Dirección General de Enseñanza Media y Profesional de 17 de noviembre de 1970.242.- AGA (05) Caja 35.377 top 83/69-02869.243.- AGA (05) Caja 35.377 top 83/61-67.

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momento en que se pusiera en funcionamiento el Centro.

Aquel compromiso fue el primer paso, pero los primeros alumnos que acudi-mos a este nuevo edificio, durante los primeros años de su funcionamiento, padecimos esas carencias en nuestras carnes y nos limitábamos a hacer las tablas de gimnasia y a jugar un partidillo de fútbol en el patio, mezcla de hierba y asfalto. De esas carencias eran conscientes los poderes públicos, los profesores, los alumnos... y, en consecuencia, hubo que luchar por conseguir eliminarlas.

El segundo paso fue intentar acondicionar los patios, para lo que la Dirección del Instituto, nuevamente, se dirigió a la Junta Provincial de Educación Física y Depor-tes para pedirles que se implicaran en el asunto. Con fecha 14 de abril de 1969244, Juan José Pérez de la Torre, emitió desde aquel organismo un informe favorable y se com-prometió a financiar con un cincuenta por ciento el acondicionamiento de los patios del Centro, sobre un presupuesto de 1.725.671,56 pts.

El director, con esta respuesta positiva, el día 27 de abril de 1969, envió al Ministerio de Educación la petición para que se abordase la cuestión de las necesarias instalaciones, acompañada de un pequeño informe, necesario para hace más fuerza cara a la aprobación, en el que se resaltaba que el Instituto José María de Pereda tenía 1.422 alumnos, que impartía los grados de Bachiller, que el número total de profesores de Educación Física era de cuatro y el de entrenadores dos, que el número dedicadas a las clases de Educación Física eran tres y el de las actividades deportivas nueve, y que las actividades deportivas en las que participaba el Centro comprendían los campeona-tos federados de Baloncesto, Balonmano, Hockey en hierba y sala, Atletismo, Voleibol, Juegos de la OJE, Iniciación Deportiva y aquellas competiciones asequibles a nuestros medios.

Pero lo más importante, que respetuosamente denunciaba, era que no tenía ningún tipo de instalaciones deportivas y las de los colegios más cercanos no eran aptas para desarrollar las actividades en marcha. Las instalaciones más cercanas que se esta-ban construyendo por el Ayuntamiento de Santander se encontraban a 6 kilómetros de distancia245.

El Ministerio de Educación acabó por hacerse eco de estas peticiones a lo largo de 1969. En el mismo mes de abril encargó a Jaime Carceller Fernández que emitiera informe sobre aquel extremo. Aquel concluyó que el Instituto José María de Pereda no tenía instalaciones deportivas, a pesar de su reciente construcción y en contra de toda política actual y que, para dotarle de ellas, se podía aprovechar el campo escolar que “tiene de 3.500 metros cuadrados”. En dicho campo se pueden construir dos campos de voleibol, uno de baloncesto, una pista múltiple y una pista de atletismo de 80 metros, lo que supondría un gasto de 1.608.098 pts. Este informe con su respectivo presupuesto pasó para su aprobación a la Junta de Educación Física en mayo de 1969.

244.- AGA (05) Caja 37.689 top 33/44.245.- AGA (05) Caja 37.689 top 33/44.

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Aprovechando las circunstancias, el Ministerio de Educación no solamente contempló la propuesta del acondicionamiento de los patios (complejo deportivo, como se le denominó), pues, ante la necesidad de acoger a un mayor número de alumnos y la falta de espacio para ello, autorizó el día 11 de septiembre de 1970 que las obras a realizar en el Instituto José María de Pereda fueran:

a).- Acondicionamiento de los patios

b).- Transformación del gimnasio primitivo en 3 aulas y ampliación del Archivo

c).- Acondicionamiento del Salón de Actos.

Cada una de estas intervenciones fue tratada de forma independiente y tuvie-ron su presupuesto específico. Así, en el caso de las instalaciones deportivas, sobre el informe aprobado de Jaime Carceller Fernández y el presupuesto indicado, comenzó a trabajar el arquitecto Fernando Cuerno Cabrero que, en aquellos momentos, traba-jaba para el Ministerio de Educación en Santander. Este redactó el proyecto definitivo siguiendo las pautas con el pomposo título de ‘Complejo Deportivo del Instituto José María de Pereda’ con fecha de 30 de octubre de 1970 y lo trasladó al Ministerio de Educación en Madrid.

Fotografía 5. Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. Archivo General de Adminis-tración. Fondo Ministerio de Educación. IDD (05) 001.029. Caja 37.689. Fernando Cuerno Cabrero, arquitecto (1970).

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El Ministerio de Educación calificó la obra como de pura necesidad y la justi-ficó señalando que se redactaba por no tener el Centro instalaciones deportivas a pesar de su reciente construcción.

Proyectaba una pista polideportiva, un campo de baloncesto, un campo de voleibol y otro de las mismas dimensiones, 9x18, que puede servir para este u otro uso, así como una pista de atletismo de 80 metros de longitud. Esta última, por indicaciones del Ministerio, tuvo que ser modificada para alcanzar las dimensiones normales de 100-110 metros.

Para llevar a cabo esta obra de bastante envergadura, y que tendría que haber-se ejecutado cuando se construyó el edificio, se hizo necesario proceder a la explanación general del terreno (el actual patio grande), instalar una red horizontal de saneamiento, construir una losa de hormigón y un pavimento de cemento roleteado continuo. Aña-dir, después, una capa de carbonilla y otra de tierra granulada para el drenaje y un acabado de dos capas en las pistas.

Para completar la obra se añadían en el presupuesto todos los accesorios nece-sarios, tales como porterías, tableros, colocación, marcado de pistas, etc. El presupuesto de las obras fue remitido al Ministerio de Educación en el mes de noviembre de 1970 (Tabla 16):

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Tabla 16PRESUPUESTO DEL COMPLEJO DEPORTIVO DE INB JOSÉ MARÍA DE PEREDA

Vaciado para caja

Apertura zanjas de drenaje y alcantarillado

Apertura pozos y arquetas

Tubo de drenaje

Tubería de cemento

Arqueta registro

Encachado de piedra en drenaje

Encachado en capa

Solera de hormigón

Pavimento continuo roleteado

Carbonilla y tierra granulada

Carbonilla y tierra granulada en pista

Bordillo rematado

Accesorios, soporte, tableros, redes...

Marcado de campos

88.723,35

14.744,30

594,30

145.800,00

8.602,80

9.037,14

24.300.00

22.800,00

22.800,00

172.050,00

432.656,64

173.340,00

33.642,00

60.000,00

20.000,00

TOTAL 1.229.090,53

A ello hay que restar 6 % de pluses 73.745,43

TOTAL 1.155345,10

15 % de beneficio

Pluses

173.301,76

73.745,43

TOTAL 1.402.329,29

Honorarios de arquitecto

Dirección de obra

Aparejador

20.276,30

30.414,45

12.165,78

TOTAL 1.465.248,70

Fuente: AGA. (05) caja 37.689-104-71. Top 33-44-67.

Conocido el proyecto y el presupuesto correspondiente, se presentaron tres ofertas: la de Manuel Alonso Helguera, domiciliado en la calle de los Acebedos, nº 13 por 1.378.001,22 pts.; la de J. Escobedo, de la empresa Obras y Proyectos, por 1.393.314,23 pts., y la de Construcciones Amo, por 1.402.392,29 pts. Fue adjudicada a

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Manuel Alonso Helguera246.

f).- Salón de Actos, ampliación de aulas y Archivo: Al mismo tiempo, que se procedió a resolver la cuestión de la falta de instalaciones deportivas, el Minis-terio de Educación decidió subsanar, en cierto grado, las necesidades de espacio para acoger al creciente número de alumnos que, como hemos explicado, cuando se puso en marcha, ya se había quedado pequeño y no cabían en él todos los alumnos que solicitaban plaza. Era evidente que el Centro en este aspecto no había respondido a las necesidades que tenía la ciudad de Santander. Se tendría que haber construido un centro escolar con mayor capacidad. En definitiva, cuando se redactó el proyecto de instalaciones deportivas, se planearon, a su vez, el acondicionamiento del Salón de Ac-tos y la transformación del gimnasio, del que saldrían tres nuevas aulas y la ampliación del Archivo. Cada una de las actuaciones contó con su propio presupuesto.

La ampliación de aulas se inició el 21 de septiembre de 1970247 cuando el Mi-nisterio de Educación remitió el presupuesto de las obras y dio las órdenes oportunas a la Unidad Técnica de Santander para que redactase el proyecto. Fue la primera modi-ficación de cierta envergadura que padeció el Instituto (Fotografías 6 y 7).

Fotografía 6. Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. Archivo General de Adminis-tración. Fondo Ministerio de Educación. IDD (05) 001.029. Caja 37.689. Fernando Cuerno Cabrero, arquitecto (1970).

246.- AGA. (05) Caja 37.145 top 33/44-67-02773247.- AGA. (05) Caja 37.689 top 33/44-00105

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Fotografía 7. Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. Archivo General de Adminis-tración. Fondo Ministerio de Educación. IDD (05) 001.029. Caja 37.689. Fernando Cuerno Cabrero, arquitecto (1970).

A partir de aquella fecha se fueron sumando otras. Consistió en disponer del pequeño gimnasio que tanto había costado conseguir, que al decir del arquitecto care-cía de un uso definido, para dividirlo en dos plantas con el fin de conseguir en la planta baja un local para instalar el Archivo del Centro y en la planta superior tres aulas. La obra se llevaría a cabo mediante el desarrollo de una estructura de pilares metálicos, apoyados sobre zapatas de hormigón armado. El reparto se realizaría mediante fábrica de ladrillo trabada con mortero, o de cemento y el aislamiento de los techos y las plantas mediante escayola y solado de terrazo de 40x40, etc.

A la planta superior se le daría acceso por una escalera que se ejecutaría con una losa de hormigón armado, formación de peldaños de ladrillo, cubiertos con pa-sos de terrazo, y mesetas del mismo material. El presupuesto global estimado sería de 642.498,38 pts.

Las obras a ejecutar incluían en el caso de la ampliación de aulas y Archivo: demoliciones, movimientos de tierras, cimentación, albañilería, estructuras de hormi-gón y metálica, forjados, solados, revestimientos continuos conglomerados, carpintería, electricidad y pintura; en lo que se refería al Salón de Actos se presupuestaban revesti-mientos continuos y conglomerados, cerrajería, electricidad y pintura.

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Para la ejecución de las obras se presentaron tres ofertas a saber, la de Manuel Alonso Helguera por un total de 605.528,69 pts., que se desglosaba en Archivo con un presupuesto 250.627 pts., Salón de Actos por valor de 282.929 pts.; la de J. Escobedo (Obras y Proyectos) por un total de 611.599,50 pts., que presupuestaba el Archivo en 253.091,60 pts. y el Salón de Actos en 282.929 pts.; y la de Construcciones Amo por 614.753,60 pts., que valoraba las obras del Archivo en 255.258 pts., y las del Salón de Actos en 283.526,20 pts. Fueron adjudicadas a Manuel Alonso Helguera y se materia-lizaron en el año 1971.

A pesar de todos estos problemas a la Dirección le quedó tiempo para desa-rrollar actividades de carácter lúdico como lo demuestra el nutrido programa de actos para conmemorar la festividad de santo Tomás de Aquino de 1970, tradición hoy prác-ticamente perdida y muy arraigada en aquellos años. Dos días de fiesta en las que se asistió en la primera jornada a las finales de salto de altura y partido de balonmano y a una velada teatral en la que se interpretó, bajo la dirección del profesor E. Ibáñez, la obra Proceso por la sombra de un burro, de Dürrenmatt, culminando con la actuación de la Rondalla del Instituto y el canto del Gaudeamus.

El segundo día, tras la misa comunitaria y la proclamación de los vencedores y entrega de premios en los concursos literarios, Gabriel Palomero, profesor de Religión, disertó sobre ‘Santo Tomás, hoy’. Por la tarde se celebraron pruebas atléticas en La Albericia y en el Salón de Actos del Instituto se celebró una velada musical en la que intervinieron la Rondalla (dirigida por María Luz Pardo), el Coro (dirigido por Teodar-do Gutiérrez) y un conjunto musical (trío de ritmo), integrado por los alumnos Emilio Otero, Manuel Prieto y Manuel Macías Santacruz.

Los esfuerzos llevados a cabo durante los años anteriores culminaron en el año 1973, cuando el deterioro que estaba padeciendo el Instituto, aconsejó volver a hacer nuevas peticiones al Ministerio de Educación para proceder a la reparación de la pintu-ra exterior del edificio, el levantamiento de la tela asfáltica del tejado, para salvaguardar la techumbre del último piso de las inclemencias climatológicas, colocación de rejas para mejorar la seguridad en el primer piso y la solicitud de un sistema de calefacción para el Pabellón Deportivo (el presupuesto elaborado fue de 2.400.000 pts.). Las pro-puestas no cayeron en saco roto y la Delegación de Educación decidió subvencionar con 1.400.000 pts. la obra que, a su juicio era la más importante y la que corría mayor urgencia, el arreglo del tejado.

Por lo demás, el curso 1972-73 destacó en sus quehaceres diarios, en primer lugar por el proyecto de viaje lingüístico-cultural para los alumnos del curso de COU, acompañados de la profesora Carmen Pellón, y el de viaje de estudios de sexto curso al Centro y sur de España (este último fue subvencionado por la Delegación de Educación con 26.000 pts.); en segundo lugar, por algo que entonces era muy habitual en muchos centros escolares, vivir la Cuaresma dando testimonio de fe a través de ‘Conferencias Cuaresmales’ que, en este caso, fueron organizadas por Lorenzo Francisco Lisaso; en tercer lugar por el manifiesto deterioro de la disciplina que se concretó en diversos actos vandálicos, llevados a cabo por los alumnos durante los recreos, lo que obligó a

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la Dirección a dar un serio toque a los alumnos e insistir a los profesores que la única solución para evitar aquel tipo de hechos era la puntualidad; en cuarto lugar, por la reparación de 18 de las cabinas del Laboratorio de Idiomas y la admisión de todos los alumnos del Colegio Menor Modesto Tapia ante la peligrosa situación de cierre por falta de alumnos.

Dentro de aquellos quehaceres sobresalió un proyecto singular, por el esfuerzo que supuso, tanto por la participación de muchos profesores como por el coste econó-mico; pero, sobre todo, por la altura intelectual alcanzada. Nos referimos a la revista Cimas, dirigida por el profesor Manuel Abascal Cobo, ilustrada por el profesor Luis Brayda Balsera y diseñada su portada por Matilde Mollá Giner. La revista248, aunque continuadora de otra llamada Atalaya, fue una nueva propuesta que, incluso, fue cele-brada por el Instituto Cervantes de Madrid.

Nació en 1971, como decía Domingo Muñoz Valle en el primer número, para “acoger las efemérides de la vida académica, deportiva, artística, cultural, trabajos de creación literaria, científica, erudición e investigación”. Apuesta, propósito, conseguida con creces, pues sólo basta echar una ojeada a sus páginas para constar la altura inte-lectual que se alcanzó.

Cada número contó con la participación de profesores y alumnos, que escribie-ron sobre temas muy variados (Filosofía, Historia, Literatura Española, Música, Tea-tro...) o contaron sus experiencias personales. Entre los primeros estuvieron Gabriel Palomero, Manuel Abascal Cobo, María Antonia Cuenca, Carlos Galán, Inés Ortega, Jacobo Guerreira, Lorenzo Lisaso, Elena Fernández de las Heras, José Luis Elizalde Esparza, José María Santamaría... entre los segundos, los tres primeros premios del concurso literario ‘Pío Baroja’, organizado por el Seminario de Lengua y Literatura Española, los alumnos de COU, Fernando Abascal Cobo, Roberto Sánchez Gala y Poligamma, a los que se añadieron Ramón Álvarez González, J. C. Nodar Martín.

Cada número finalizaba con un repaso en plan denuncia jocosa de los proble-mas más importantes del Centro, de sobra conocidos: Pabellón Polideportivo, calefac-ción, gritas, goteras, proyectos...

2.- Nuevos aires educativos (1970-75)

Poco antes de ser nombrado director Domingo Muñoz Valle, fue nombrado Ministro de Educación José Luis Villar Palasí (1968-1973). En aquellos momentos el proceso de industrialización de España había avanzado considerablemente. Se refle-jó en el aumento de la Renta Nacional, del Producto Interior Bruto, de la Renta per cápita, en la crisis de la agricultura tradicional, en la transferencia de mano de obra de campo a la ciudad, en la producción y la productividad, en el transporte, en las

248.- De la revista Atalaya solamente se editó un ejemplar que no he podido consultar en la BMS por estar traspapelado. De la revista Cimas, editada en la Imprenta de Gonzalo Bedia, en Santander, se conservan los cuatro ejemplares en la Biblioteca del Centro, y en la BMS, tres.

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comunicaciones, etc.249, pero no sucedió lo mismo con el sistema educativo, que conti-nuó anclado en su referencia fundamental, la Ley Moyano de 1857. Se necesitaba una reforma en profundidad del sistema educativo para responder a los nuevos derroteros económicos y sociales por los que transitaba la economía española, la de una España que había abandonado la sociedad rural y se adentraba a toda velocidad en una socie-dad en pleno proceso de urbanización.

La respuesta del equipo ministerial de Villar Palasí fue recabar la ayuda de un grupo de expertos para redactar el Libro Blanco de la Educación (análisis de los pro-blemas y propuestas legales de solución250). Con aquellas ideas y propuestas se redactó el Proyecto de Ley General de Educación y Financiación de la Reforma Educativa. Su principal problema fue el financiero pues la Comisión de Hacienda de las Cortes no aceptó, por un lado, la reforma financiera que suponía el extender la educación obliga-toria desde los seis a los catorce años, ni aceptó, por otro lado, el proyecto de elevación paulatina de los gastos educativos para hacer frente a los gastos del profesorado entre 1972 y 1981. Tampoco se concretaron las cantidades dedicadas a la inversión. Así, se convirtió en una ley de muy difícil cumplimiento.

La Ley 14/1970 General de Educación y Financiamiento de la Reforma Edu-cativa251 introdujo una nueva estructura del sistema educativo que se organiza en ni-veles, ciclos y modalidades de enseñanza. Su base son los principios de flexibilidad (se suprime la doble vía de los primeros niveles educativos) e interrelación (puentes) para hacer posible el paso de un nivel a otro y tratar de recuperar para el sistema educativo a aquellos alumnos que los hubiesen abandonado por las razones que fueran y poder así completar su formación para incorporarse al mundo laboral, con ello se quería llevar a la práctica el Artículo 2 de la Ley al explicitar que todo español tiene “derecho a recibir y el Estado a proporcionar una educación general y una formación profesional que... les capacite para el desempeño de una tarea útil para la sociedad y para sí mismos”.

La Ley nació para corregir y superar las deficiencias en las que había caído el sistema educativo tras años de sucesivas reformas parciales, que se habían revelado como insuficientes para responder a los nuevos retos que supusieron los acelerados cambios económicos y sociales de la España de los años 50 y 60. Sus planteamientos volvían a conectar con la antigua tradición educativa liberal, abandonada en 1938, y ponían de manifiesto el alejamiento de nuestro sistema educativo respecto a Europa y el fracaso de la educación autoritaria de los últimos años.

Los niveles educativos que regulaba la Ley fueron todos, pues, cambiaba el sis-tema de abajo arriba: la educación preescolar, la educación general básica, la educación universitaria, la educación permanente de adultos, las llamadas enseñanzas especializa-das, la educación especial para personas discapacitadas y las diversas modalidades de

249.- Se puede seguir este proceso en R. Tamames: Estructura económica de España. 3 volúmenes. Guadiana. 7ª Edición, revisada y ampliada. Madrid, 1974. 250.- Secretaría General Técnica del Ministerios de Educación y Ciencia: La Educación en España. Bases para una política educativa. Pág. 14. Madrid, 1969. 251.- BOE. Nº 187, de 6 de agosto de 1970. Págs. 12.525 a 12.546.

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enseñanza (a distancia, cursos nocturnos, cursos para extranjeros...) que se consignan en los Capítulos I, V, VI y VII de la Ley.

Pero lo que realmente nos interesa a nosotros es la regulación del Bachillerato: comprensivo, articulado en tres cursos y que se definió como unificado (desaparece la anterior división en Ciencias y Letras) y polivalente (materias comunes, optativas y enseñanzas y actividades técnico-profesionales). Una vez acabado este, el alumno podía optar por el curso de orientación universitaria (COU), vía de acceso natural a la Uni-versidad, o por la formación profesional de segundo grado.

Así, las características más relevantes de este nuevo sistema educativo fueron: la generalización de la educación de 6 a 14 años para toda la población en un doble sentido: el de la integración en un sistema único, no discriminatorio, y de escolarización plena; la preocupación por la calidad de la enseñanza; el fin del principio de subsidia-ridad del Estado, sin perjuicio del reconocimiento del papel de otras fuerzas sociales, la preocupación por conectar educación y trabajo, es decir, que el sistema educativo pre-parase para el mundo laboral; la configuración de un sistema educativo centralizado y uniforme; la implantación de un bachillerato polivalente, alejado del academicismo en el que se impartirían enseñanzas teóricas y práctico-profesionales, etc.

A pesar de lo riguroso de este proyecto educativo muy pronto comenzó a hacer aguas por razones variadas, entre las que cabe destacar, la falta de legitimidad democrá-tica por las circunstancias políticas y la falta de participación del profesorado; la deriva normativa posterior y la falta de continuidad de los equipos ministeriales; la insuficien-cia de los recursos presupuestarios; la inversión de los planes de estudios respecto a lo acordado en la Ley (ejemplo de ello puede ser el plan de estudios de Bachiller de 1975 que reintrodujo un bachillerato teórico, tradicional y regresivo, y la sustitución de los contenidos de la EGB); la discriminación de la formación profesional al exigirse una titulación inferior que para cursar Bachillerato, amén de la fracasada reforma univer-sitaria.

En el Instituto José María de Pereda todo el contenido de la Ley, referente al Bachillerato y Curso de Orientación Universitaria, se fue implantando progresivamen-te a partir del curso 1971-72, momento en que dejó de impartirse el primer curso del antiguo Bachillerato Elemental. El proceso de extinción se alargó durante varios años, y en el curso 1975-76 se implantó definitivamente el primer curso de BUP. La adaptación supuso una ligera reducción del número de alumnos en el turno del día y los temores del estamento docente al tener que ir ajustando la plantilla a la nueva realidad, aunque después, con la normalización y la llegada de los alumnos del boom demográfico, au-mente.

La primera novedad que trajo el curso 1973-74 fue la del nombramiento de un nuevo Equipo Directivo, integrado por Eduardo Obregón Barreda (vicedirector), Carlos Galán Lorés (secretario), Nicolás Hernando García (vicesecretario), Luis Gar-cía-Nieto Gascón (jefe de Estudios Diurnos), Jacobo Guerreira (jefe de Estudios Noc-turnos). En 1974 por Resolución del MEC de 28 de junio, Domingo Muñoz Valle, fue renovado para el cargo de director para el trienio 1974-1977.

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Se puede afirmar, sin lugar a dudas, que a partir del curso 1973-74 una vez puesta en marcha la Ley General de Educación, el Instituto José María de Pereda entró en la senda de la normalización. Algunos dirían, quizás exageradamente y con cierta añoranza por los años vividos en el Centro, que lo que sucedió es que se había dado comienzo, tras unos años de dificultades, a la época dorada del Centro. Aunque esto fue una realidad en muchos aspectos no es menos cierto que muchos problemas de la etapa anterior seguían coleando y sus soluciones se iban alargando en el tiempo.

Las obras anunciadas (techumbre, verjas, pintura, radiadores, calefacción del polideportivo...) no marchaban, iban aplazándose ‘sine die’, y ello a pesar de los com-promisos adquiridos por la Dirección Provincial de Educación. El Claustro de Profe-sores manifestó su malestar por la dejadez de la Administración e, incluso, hubo quien denunció que con la templanza de la Dirección se estaba haciendo el juego al Ministe-rio. Naturalmente, el director cortó de raíz este tipo de críticas y achacó los retrasos a la lentitud de los trámites administrativos, resignándose a esperar su pronta aprobación. Además, como la Dirección Provincial no se planteó la renovación del firme de la pista polideportiva, algo necesario, la Dirección decidió asumir la petición de un crédito, que se concedió y fue gestionado por Juan José Pérez de la Torre, para hacer frente a las obras252.

Ese mismo curso se tomaron dos decisiones importantes. Una, estaba totalmen-te relacionada con los alumnos, y había nacido como la consecuencia natural derivada de la implantación del nuevo Bachillerato (BUP), quedó extinguido el cuarto curso del fenecido Bachillerato anterior, lo que planteó un problema serio. ¿Qué hacer con los alumnos que tenían que repetir curso? Se acordó que pudiera organizarse un grupo con los repetidores. Estos se matricularían como alumnos libres, pero estarían sujetos a la evaluación continua como si fueran alumnos oficiales. La otra atañía a los alumnos y profesores del Nocturno. El director, ante la constatación continuada y contumaz de la ausencia de los alumnos a las clases de los sábados, decidió suprimir las actividades docentes, pero no eximió a los profesores de cumplir su horario pues tuvieron que com-pletar, sin remisión, sus horas lectivas con todo tipo de actividades determinadas por la Dirección.

La adaptación al BUP supuso en aquel año que quedaran libres de alumnos tres aulas, dos de las cuales volvieron a recuperar su primitiva función, ser de nuevo la sede de dos Seminarios Didácticos, mientras que la tercera, que en su día había sido el lugar donde se guardaba el ‘Herbario’, pasó a convertirse en el despacho de la Asociación de Padres de Familia. El curso se cerró con el éxito de los alumnos Palacio Cavada y Orbe Cano en el Concurso Provincial de Redacción, y el de Piñal Matorras en el Campeonato Nacional de “Judo Junior”, amén del apartado lúdico-cultural de los viajes realizados por el Seminario de Geografía e Historia a Oviedo, León, Palencia y Burgos; los de Física y Química a diversas fábricas, y la celebración de la fiesta de santo Tomás de Aquino. Además, la Asociación de Padres, alarmada por las continuas y re-

252.- Archivo del IES José María de Pereda. Libros de Actas del Claustro, del 28 de marzo de 1973 a 12 de noviembre de 1986. Págs. 1 a 10 vuelta. Sin catalogar.

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petitivas faltas de asistencia de bastantes alumnos a las clases propuso la colaboración, y fue aceptada por la Jefatura de Estudios, para el control de las faltas mediante un parte mensual por parte de una señorita destinada a tal fin como auxiliar de la Jefatura de Estudios.

Se suele decir que “al perro flaco todo son pulgas”. Esto es lo que le siguió su-cediendo al José María de Pereda en el curso 1974-75253, pues los viejos y recurrentes problemas seguían sin solución. Planteados en el Claustro de Profesores y en el Consejo de Dirección, se decidió elevar un escrito de queja a la superioridad denunciando sua-vemente que todas las obras que se habían planteado y aprobado estaban sin ejecutar. Además, el director, tratando de calmar los ánimos y haciendo ver que hacía todo lo posible por impulsar las cuestiones en marcha, informó que las cosas seguían su curso normal y que una muestra de ello era la aprobación de un presupuesto para la insta-lación de puertas nuevas y de mejor calidad en todo el edificio. Un profesor, al que se sumaron otros, sugirió que aprovechando la situación se procediera a dotar al edificio de un doble cerramiento de ventanales con el fin de suprimir el ruido de ciertas zonas del Instituto. Fue aceptado por la Dirección que se comprometió a hacer la consiguien-te propuesta a la autoridad competente.

Las dificultades del Instituto no acababan en lo que acabamos de mencionar pues, en el mes de diciembre de 1974, la Inspección Médica de Enseñanza Media se personó en el Centro y redactó un informe sobre la deficiente situación sanitaria exis-tente. En aquel informe quedaban claro dos aspectos, por un lado, la necesidad de pro-ceder con urgencia al arreglo de los servicios del alumnado y, por el otro, las carencias de limpieza en muchas zonas del edificio. Respecto a la primera cuestión la Dirección, además de corregir los desperfectos observados, aprobó colocar en las puertas de los servicios puertas con muelles de cierre para evitar olores y economizar en calefacción; el segundo tema era más peliagudo de remediar, pues tenía como trasfondo el insufi-ciente número de limpiadoras, que eran cuatro, y por lo tanto dependía directamente de que la Dirección Provincial ampliara la plantilla. Para paliar de alguna manera el asunto se propuso que, momentáneamente, se hiciera cargo de la limpieza una empresa especializada.

A los trances señalados se sumó en el comienzo del curso la falta de un profe-sor de Dibujo (se remedió en el mes de febrero) y del auxiliar de lengua inglesa (había renunciado a la plaza), a pesar de todos los trámites efectuados. Por lo demás, ese curso vio como obtenían premio extraordinario de Bachillerato los alumnos Francisco de Mi-guel Álvarez, Luis Muñoz Jiménez y Manuel Rivero González. Una nueva satisfacción se sumó a la anterior, el Coro de Instituto consiguió el primer premio del primer Festival de la Canción Misionera y el segundo en el Concurso Provincial de Villancicos.

El curso 1974-75 vio una última novedad. En el mes de julio el director modificó el organigrama en el sentido de nombrar jefe de Estudios Diurnos a José Antonio Benito

253.- Archivo del IES José María de Pereda. Libros de Actas del Claustro, del 28 de marzo de 1973 a 12 de noviembre de 1986. Págs. 10 vuelta a 14 vuelta. Sin catalogar.

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Gallego, en sustitución de Luis García-Nieto Gascón y del Nocturno a José Luis Espar-za, que hizo lo propio con Jacobo Guerreira.

B).- Normalización y nuevos problemas (1975-1978)

1975-76254 fue un curso con escasas incidencias, aunque su comienzo se vivió, como ha sucedido en muchas ocasiones, con la plantilla incompleta (faltaban por con-tratar 4 profesores) y la existencia de 28 grupos de alumnos. No obstante, se produjeron varias novedades que es necesario resaltar.

Primero, la más importante residió en la circular de la Dirección General de Ordenación Educativa (17 de septiembre de 1975) que explicitaba las nuevas normas que deberían seguir la INB en la modalidad de Estudios Nocturnos, que se resumió en:

1).- Los Estudios Nocturnos serán para aquellos alumnos que no puedan seguir los estudios de Bachiller en el horario normal del diurno.

2).- Los alumnos podrán matricularse por cursos completos o por asignaturas.

3).- El horario de trabajo no superará las veinte horas semanales, de lunes a viernes.

4).- El horario no tiene por qué ceñirse al módulo hora-clase, pudiendo con-centrarse en uno o dos días semanales de trabajo correspondiente a cada asignatura.

5).- El profesor de Bachillerato Nocturno deberá ser más coordinador y direc-tor del trabajo de los alumnos que mero expositor de conocimientos.

6).- El profesor será el mismo que el del Bachillerato diurno, no pudiendo cu-brir su horario en aquel con más de seis horas semanales.

Con estas se pretendía acotar y relanzar los Estudios Nocturnos, haciendo hin-capié en que era una modalidad pensada para los trabajadores que quisieran mejorar su situación dentro de las empresas, de aquí su horario; acomodarse las necesidades del alumnado trabajador facilitando los estudios mediante la partición de los cursos, si así lo decidiesen y reorganizando los horarios; dando un nuevo sentido a la labor del profesor.

Segundo, el Ministerio anunció que el día 1 de octubre finalizaba el contrato por el que los centros escolares disfrutaban de la presencia de un médico. Inicialmente el hecho se interpretó como que esto no implicaba la supresión del servicio que venían prestando, sino que suponía una nueva reorganización, pero en la práctica desapareció.

Tercero, el director Domingo Muñoz Valle fue nombrado, junto a Antonio Bueno Tomás (director del Instituto Santa Clara) para formar parte de la Junta Nacio-

254.- Archivo del IES José María de Pereda. Libros de Actas del Claustro, del 28 de marzo de 1973 a 12 de noviembre de 1986. Págs. 14 vuelta a 18 vuelta. Sin catalogar.

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nal de Directores de Institutos.

Cuarto, la asignación presupuestaria dedicada a ‘Actividades docentes y ex-traescolares’ quedó recortada como consecuencia de la adopción, por la Delegación de Educación, de un nuevo criterio de reparto, se daría una cantidad por alumno. Esto supuso que la cantidad recibida por los tres primeros trimestres de 1975 quedase en 259.108 pesetas que, sumada a la que recibiría en el cuarto trimestre, era bastante menor que la de años anteriores. Es evidente que esta merma de dinero era una conse-cuencia del nuevo criterio que penalizó la bajada de matrícula de aquellos años, fruto de la adaptación al nuevo plan de BUP. Las dificultades presupuestarias obligaron a marcarse prioridades y, en aras de aquellas, se sacrificaron la publicación del Boletín Informativo, la revista Cimas y el Cine Fórum, aunque en este último caso, gracias a las gestiones de Luis Calvo (jefe del Seminario de Formación del Espíritu Nacional), se logró suplir las proyecciones anteriores por cortos y largometrajes proporcionados por diversas embajadas.

Quinto, inesperadamente, pero derivado de mala calidad de los materiales em-pleado en la construcción del edificio, se tuvieron que elaborar dos presupuestos, uno para reparar urgentemente los destrozos causados en uno de los pisos por rotura de la tubería del agua, y otro para reparar el muro de la parte este del Pabellón Polideportivo.

En fin, ese curso de 1974-75 reparó unas últimas satisfacciones: la Rondalla del Instituto ganó el ‘XIII Certamen Provincial de Rondallas’, organizado por la Delega-ción Provincial de Educación y programado con motivo de la Semana de la Juventud; el equipo presentado a los Juegos Escolares se proclamó campeón provincial de juveni-les y cadetes, y el equipo de voleibol de segunda división consiguió llegar a la final del Campeonato de España, clasificándose en tercer lugar.

El curso 1976-77255 se abrió con la falta de tres profesores (Música, Francés e Inglés), la existencia de 24 grupos en el día y 6 en la noche, y la constatación de que cada grupo no podía estar formado en modo alguno con menos de 40 alumnos. Relación de alumnos profesores que el Claustro consideró muy excesiva por lo que se rogó al director que comunicara a la Delegación de Educación que con ese número de alumnos por grupo no se podía alcanzar un buen aprovechamiento y rendimiento de los alumnos.

En el capítulo de obras, volvió a manifestarse un hecho ya muy recurrente, las obras supuestamente programadas estaban en estado de estancamiento, no se había avanzado nada, por lo que nuevamente cundió el malestar entre los claustrales, lo que se agravó al conocerse que tampoco se había recibido el dinero (último trimestre de 1975 y los tres primeros trimestres de 1975-76) para el funcionamiento del Centro. Además, el director se vio en la necesidad de nombrar una nueva persona, Inés Ortega Nieto, para ocuparse de la Secretaría por cese voluntario de Carlos Galán Lorés que

255.- Archivo del IES José María de Pereda. Libros de Actas del Claustro, del 28 de marzo de 1973 a 12 de noviembre de 1986. Págs. 18 a 24. Sin catalogar.

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marchó al Instituto de Ciencias de la Educación para hacerse cargo de su dirección.

El verdadero problema de fondo de aquel curso, como de otros precedentes y algunos posteriores, estuvo relacionado con los proyectos de Decretos, dados a conocer por el Ministerio de Educación, sobre el acceso a Cátedras y Agregadurías y sobre la in-tegración de los cuerpos de Bachillerato256, que afectaban plenamente a los estamentos docentes que integraban los Claustros de todos los institutos españoles.

La cuestión que se planteaba no era nueva ya que muchos profesores habían accedido a los institutos en condiciones precarias, contratados como profesores no nu-merarios, para atender la gran demanda de escolarización que se generó a partir de la segunda mitad de los años setenta. Era el fruto maduro de la expansión económica que, entre otras cosas, aceleró el desarrollo demográfico y dio nacimiento al deseo de la clase media y trabajadora de que sus hijos llegaran a la Universidad. Los profesores no numerarios por su edad, por los acontecimientos históricos de cambio que les tocó vivir, por su formación y mentalidad fueron una de las puntas de lanza de la lucha antifranquista, al tiempo que conectaron fácilmente con un alumnado receptivo a sus problemas, aunque muchas veces en su quehacer diario confundieran actividades do-centes y actividades políticas.

En una época dominada por la organización sindical emanada del Estado, los PNN usaron como estandarte de su movimiento y lucha, la asamblea y la huelga. Mez-claron sus reivindicaciones laborales con la consecución de la libertad, la defensa de ciertos principios autogestionarios y un marcado antiautoritarismo. Estos, identificados entonces con el apelativo de “progres” de inspiración cristiana, marxista o anarquista, quisieron transformar el sistema educativo cuestionando todo lo que se venía haciendo (disciplina, exámenes, notas, autoridad del profesor...).

La oposición frontal a pasar por el aro de una “oposición libre” y convertirse en “funcionario” muy pronto se desmoronó. Vino de la mano de la democracia y de los Pactos de la Moncloa257. En estos últimos se había acordado un aumento conside-rable de las plazas escolares en los institutos, lo que fue aprovechado por la UCD para introducir una política de ‘divide y vencerás’ tendente a resolver, de una vez por todas la situación de aquellos “rebeldes”, proponiéndoles el acceso a la estabilidad laboral a través de unas oposiciones ‘sui generis’, las llamadas “oposiciones restringidas”, que cubriendo las formalidades les reconvertía en funcionarios a la antigua usanza. Aun-que la propuesta provocó fuertes discusiones entre aquellos, por razones ideológicas, la mayoría la aceptaron. Este camino emprendido por el Gobierno acabó resolviendo el problema de los profesores no numerarios, pero en cierta medida cercenó muchas de las aspiraciones de aquellos titulados universitarios que no habían tenido la oportunidad

256.- El Decreto de integración se publicó posteriormente: Decreto 1074/1978 de 19 de mayo. BOE. Nº 123 de 24 de mayo. Págs. 12.120-12.122.257.- Javier Tusell: La transición a la democracia. Historia 16. Madrid, 1977. Carlos Barrera del Barrio: La transición a la democracia y sus dificultades (1975-1982), en Javier Paredes (Dir.): Historia de España Contemporánea. Págs. 889-931. Sello Editorial. Barcelona, 2010. Gabriel Tortella: El desarrollo de la España Contemporánea. Alianza Universidad Textos. Madrid, 1994.

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de un contrato laboral, aunque fuera precario, y que cifraban sus esperanzas de trabajo en las oposiciones libres, sin reserva de plaza.

La publicación de los Decretos derivó en una división de los Claustros y en un cierto enfrentamiento en defensa de las respectivas posiciones de los afectados (PNN, Agregados y Catedráticos). En consecuencia, en el mes de mayo de 1977, en Claus-tro Extraordinario, ambos estamentos docentes pidieron al Claustro fuesen aprobados sendos escritos en apoyo de sus intereses. En el caso de los Profesores no numerarios, como sucedió en otros centros, pidieron al director, y este aceptó que constara en acta un escrito cuyo tenor era:

“Los profesores NO NUMERARIOS del INB José María de Pereda de San-tander se manifiestan en contra del procedimiento antidemocrático de la elaboración y aprobación del Consejo de Ministros, sin consulta a los sectores implicados, de la Reglamentación del sistema de acceso a los cuerpos docentes de INB por lo que piden:

1º.- Congelación del concurso-oposición hasta una nueva regulación de acceso a la docencia.

2º.- Elaboración de una propuesta distinta al concurso-oposición que garantice la estabilidad de todos los PNN.”

Aunque el Claustro en pleno firmó el escrito que acabamos de reproducir, no es menos cierto que no todos estaban de acuerdo con ello pues los Profesores Agregados, también se veían afectados por la normativa y el escrito que se acababa de aprobar rompía sus aspiraciones profesionales. Por ello, pidieron que constara en acta otro es-crito que rezaba así:

“Los que subscriben, Profesores Agregados del INB José María de Pereda de Santander, ruegan al Sr. presidente del Claustro que en el acta de la sesión del presente Claustro figuren las siguientes manifestaciones:

Teniendo conocimiento de que por determinados sectores de la Docencia ofi-cial se pretende la congelación y no publicación, o su postergación del Decreto-Ley regulador de las fórmulas de acceso al Cuerpo de Catedráticos, según referencia oficial de los medios de comunicación y teniendo en cuenta:

1º.- que dicho Decreto-Ley se ha aprobado de conformidad y para cumpli-miento de la Ley General de Educación vigente.

2º.- que en la fórmula prevista en la Ley aprobada en el indicado Decreto-Ley se conjugan los factores “conocimiento y práctica docente”, las fórmulas propugnadas y deseadas como acceso al Cuerpo de Catedráticos, y

3º.- que la no publicación y consiguiente congelación de dicho Decreto-Ley perjudica, en su opinión, gravemente a los Profesores Agregados Numerarios, truncán-doles sus esperanzas de posible integración en el Cuerpo de catedráticos de Institutos de Bachillerato.

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Los aquí abajo firmantes. En su dicha condición de Profesores Agregados del INB José María de Pereda de Santander, expresan de forma clara y firme su oposición a cualquier acción dilatoria de la publicación del referido Decreto-Ley, y ruegan al Sr. presidente del Claustro que en la Junta que próximamente ha de acudir, como director del Centro, haga constar expresamente estas manifestaciones.”

Por su parte, los catedráticos del Centro expusieron su posición al respecto en otro escrito que decía:

“Que los catedráticos del INB José María de Pereda piden que se publique el Real-Decreto aprobado en el último Consejo de Ministros por el que se regula el ingre-so en los Cuerpos de Catedráticos y Profesores Agregados de Bachillerato, en desarrollo del Artículo 117 de la Ley General de Educación258, ya que aceptan las informaciones recibidas al respecto en el sentido de que no serán lesionados los derechos adquiridos y su situación actual en el cuerpo”.

Los profesores no numerarios para apoyar sus reivindicaciones desencadenaron una huelga que por su duración terminó por preocupar a los padres y a los alumnos. Ante tal situación se propuso que para que los alumnos no perdieran el curso escolar se les facilitaría los apuntes y aclaraciones necesarias, al tiempo que se les recomendó que establecieran un sistema de ayudas. Los padres acabaron invitando a los profesores en huelga a exponer sus razones y el director se ofreció a hacer de intermediario y a programar clases paralelas, si fuera necesario.

El punto final del conflicto vino de la mano del Ministerio de Educación me-diante la O. M del 3 de marzo de 1977 por la que “se autorizaba a los institutos a adoptar medidas en orden a la recuperación de horas lectivas durante el presente curso académico”259. El Claustro del Instituto aprobó que las pruebas de las evaluaciones se realizaran en la mañana de los sábados y que los Seminarios estudiaran el procedimien-to más conveniente para no dejar partes sin explicar de las asignaturas.

A las cuestiones planteadas se sumaron otras de interés como el anuncio de la normalización de la situación económica y la inversión de 2 millones de pesetas para repintar el interior del Centro y ennoblecer su parte principal; la solución de los problemas disciplinarios surgidos; las nuevas normas de los institutos que preveían tres

258.- Ley 14/1970 General de Educación, de 4 agosto. BOE. Nº 187, de 6 de agosto. El Artículo 117 establece:

Uno. El ingreso en el Cuerpo de Profesores Agregados de Universidad se realizará, en un cincuenta por ciento, por concurso-oposición entre profesores adjuntos que acrediten reunir previamente los requi-sitos que reglamentariamente se determinen en orden al debido cumplimiento de la función que habrán de desempeñar.

Dos. En las materias que expresamente se determinen, podrán concursar, juntamente con los profe-sores a que se refiere el párrafo anterior, los catedráticos de Bachillerato y de Escuelas universitarias, en la forma y condiciones que reglamentariamente se establezcan.

Tres. El cincuenta por ciento restante mediante concurso-oposición, entre doctores que hayan seguido los correspondientes cursos en los Institutos de Ciencias de la Educación.259.- BOE. Nº 58, de 9 de marzo de 1977. Pág. 5.471.

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órganos colegiados (Claustro, Consejo de Dirección y Consejo Asesor), un nuevo Re-glamento de Régimen Interior y la desaparición de la participación del presidente de la Asociación de Padres en el Claustro de Profesores; la elección de los miembros del Consejo Asesor, y la satisfacción de haber visto el ascenso del equipo de voleibol a la primera categoría.

El curso escolar 1976-77 finalizó con la elección de la terna por parte del Claus-tro de Profesores para la elección de director, de acuerdo con el Real Decreto 264/1977, de 21 de enero260. Los integrantes de la terna fueron: Domingo Muñoz Valle, Eduardo Obregón Barreda y Luis García-Nieto Gascón. El Ministerio confirmó como director a Domingo Muñoz Valle para el periodo 1997-1980. Este formó un nuevo Equipo Direc-tivo compuesto por Eduardo Obregón Barreda (vicedirector), Eduardo Peralta Ferrer (secretario), Nicolás Hernando García (vicesecretario), Antonio Pesquera Zurro (jefe de Estudios Diurnos), Teresa Valbuena Morán (jefa de Estudios Nocturnos).

El curso escolar 1977-78261 comenzó con la desazón de los profesores interinos por el miedo a perder su puesto de trabajo, pues la Junta de Directores, por orden del Ministerio de Educación, había tratado como punto clave su situación. Acordaron que serían los jefes de Seminario los que decidirían sobre qué profesores interinos perma-necían en el Centro y quienes lo abandonaban. En el caso del José María de Pereda se cifraron las necesidades de profesorado interino en 11 o 12. En cualquier caso, difícil y grave decisión, que provocó numerosas protestas que se manifestaron en el Claustro. Eduardo Obregón haciéndose eco del malestar expuso que, en su opinión, los directo-res no tenían por qué ser una mera correa de transmisión o los meros ejecutores de las órdenes del Ministerio y juzgó improcedente el que fueran los jefes de Seminario los que decidieran sobre la permanencia de aquellos. Añadió que lo más incomprensible e inadmisible era que sobraran profesores cuando tenemos cuarenta alumnos por aula.

El director contestó que al Claustro no le correspondía resolver las cuestiones de principios planteadas por el Sr. Obregón y que todo el proceso de selección de inte-rinos se haría a través de la elección de una Junta que aplicaría un baremo previamente establecido, con lo que los jefes de Seminario serán meramente los garantes del proceso.

La Junta de jefes de Seminario presentó su propuesta de nombramientos el día 10 de octubre para que el Claustro diera, si lo consideraba oportuno, el visto bueno. La Junta de jefes de Seminario, tras aplicar el baremo, estimó que tenían que despla-zarse cinco profesores, pero no se quedó en la mera presentación del documento y lo acompañó de un escrito donde explicitaba su acatamiento a la norma, y en el que estimaban que todos los profesores interinos merecían su visto bueno, y denunciaban que las necesidades del profesorado no se terminaban con la plantilla del Centro, pues se debía contar con profesores encargados de las sustituciones que, inevitablemente, se producían a lo largo del curso.

260.- BOE. Nº 50, de 28 de febrero de 1977. Págs. 4.766-4.770.261.- Archivo del IES José María de Pereda. Libros de Actas del Claustro, del 28 de marzo de 1973 a 12 de noviembre de 1986. Págs. 24 vuelta a 36 vuelta. Sin catalogar.

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Superado este delicado trance el curso continuó su marcha con la presentación del presupuesto de gastos del Centro que se estimó en 1.971.000 pesetas, que represen-taba un 15 % más que el del ejercicio anterior, pero, curiosamente, cuando se elaboró no se conocía la cuantía económica asignada por la Delegación de Educación por lo que se advirtió sobre la necesidad de moderar los gastos.

El director insistió en la necesidad de aquilatar los gastos de las ‘Actividades Complementarias’, sobre todo en el capítulo de deportes, aunque reconoció que los gastos del equipo de voleibol, que militaba en la Primera División, eran sufragados por el Racing Club. También explicó que al haber desaparecido la “delegación de la Juventud”, la organización de los “Juegos Escolares” habían sido confiados a una Direc-ción llamada ‘Deportiva Provincial’, para la que había sido elegida, como miembro, el director del INB José María de Pereda. Un profesor pidió que se pulsara la opinión de los alumnos para saber si estaban interesados en otro tipo de actividades, a lo que se le contestó que se haría cuando se reuniera el Consejo Asesor.

En lo que se refiere a Reglamento de Régimen Interior, dado que el Ministerio no acababa de publicar la norma de referencia, se decidió elaborar uno. Como en prin-cipio no hubo acuerdo unánime se presentaron dos reglamentos, el puesto a punto por los profesores y el de los alumnos. Confrontados ambos, se hizo especial hincapié en los puntos donde no había acuerdo, siendo sometidos al criterio del profesorado para que emitiera su parecer, sobre todo en lo que se refería al capítulo de “faltas y sanciones”. Uno de los temas estrella fue en aquel momento la prohibición o no de fumar, para profesores y alumnos, que no logró una prohibición unánime y taxativa.

En el mes de febrero se planteó una cuestión que no fue en modo alguno baladí. El Claustro y la Asociación de Padres debían manifestarse en torno a la posible trans-formación del Centro Masculino en Centro Mixto, proceso imparable que suscitó nu-merosas dudas. El director, por un lado, para no acelerar el proceso apuntó a las malas instalaciones y deficiencias de estructura del edificio que se deteriorarían aún más con su paso a mixto e iría en detrimento de la calidad de enseñanza y repercutiría negati-vamente sobre las peticiones de plaza, lo que hasta el momento se había paliado con la enseñanza unificada que se impartía; y, por otro lado, esgrimió razones de degradación académica, de disciplina y de convivencia. Concluyó diciendo que la transformación solo sería aceptable sí se hicieran las reparaciones adecuadas para las necesidades de un centro mixto.

Este planteamiento no fue compartido por todos los miembros del Claustro de Profesores y se le contestó que los motivos que se aducían no eran un obstáculo para la transformación, sino más bien un estímulo que contribuiría en gran medida a mejorar la convivencia y a conectar con las corrientes actuales de la coeducación, en consecuen-cia, en vez de ir a remolque deberíamos ponernos al frente del proceso.

Después de estas diversas intervenciones y puntualizaciones, el Claustro de Pro-fesores votó a favor de convertir el Centro en mixto, pero condicionado a la adaptación del edificio a las nuevas circunstancias. Lo mismo fue acordado por la Asociación de Padres. Comunicada la decisión al director provincial de Educación, este se personó en

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el Instituto para inspeccionarlo y hacerse cargo de las reformas necesarias. La cuantía estimada por la Dirección Provincial de Educación fue de 7.500.000 de pesetas, a la que habría que sumar los 2.500.000 millones de pesetas concedidos con anterioridad.

En el mes de abril el director dio lectura al proyecto de obras de reparación y adaptación del Centro y algunos profesores propusieron sugerencias como la insono-rización con doble cristal de las aulas que miran a General Dávila; el cambio de las persianas, el sistema de encerados y las perchas de las aulas; la transformación de la vivienda del conserje en gimnasio femenino y la ampliación de la calefacción, al menos en el vestuario del polideportivo.

El director, comprendiendo las preocupaciones de los claustrales, hizo suyas las propuestas y contestó que la ampliación de la calefacción, en los términos propues-tos, era inviable por lo que habría que instalar un sistema de gas butano o gas ciudad para cubrir las necesidades, al menos de las duchas y que lo de la casa del conserje se sometería a estudio. Terminó exponiendo que la transformación iba a ser algo gradual y que iba a hacer todo lo posible para que el curso comenzara normalmente en el mes de octubre.

El curso 1977-78 se cerró con la discusión y aprobación del proyecto del Es-tatuto del Profesorado, no antes de criticar y oponerse a algunos de sus apartados: no aceptar la dicotomía entre Estatuto Universitario y No Universitario; tener dudas sobre la propuesta de carrera docente y la formación y selección del profesorado...

C).- Sin sobresaltos hasta el cese voluntario (1978-1982)

1.- Se abren nuevos horizontes (1978)

En el curso 1978-79262 comenzó la última etapa de gobierno de este director. Sus inicios se vieron marcados por cuatro hechos. Primero, por la dimisión del jefe de Estudios Diurnos (Antonio Pesquera Zurro) y el traslado a Valladolid del vicesecreta-rio (Nicolás Hernando García), lo que le obligó a remodelar su Equipo Directivo, que quedó integrado por Eduardo Obregón Barreda (vicedirector), Eduardo Peralta Ferré (secretario), Higinio Sainz Abascal (vicesecretario), Teresa Valbuena Morán (jefa de Es-tudios Diurnos) y Francisco Martínez Mora (jefe de Estudios Nocturnos). Segundo, por un descenso del número de alumnos en el turno diurno, que dio lugar a una interpe-lación en el Claustro en sentido de que se explicase el porqué de la merma. El director aclaró que muchos alumnos se habían encaminado a la enseñanza profesional y otros al Instituto Santa Clara por su ubicación privilegiada. Tercero, por el desplazamiento de profesores interinos que llevaban varios años en el Centro y a los que ofreció su total apoyo. Cuarto, las dificultades para que el curso arrancase con normalidad por la au-

262.- Archivo del IES José María de Pereda. Libros de Actas del Claustro, del 28 de marzo de 1973 a 12 de noviembre de 1986. Págs. 37 a 43 vuelta. Sin catalogar.

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sencia justificada de muchos profesores.

Este último aspecto provocó un deterioro de la disciplina de los alumnos que se reflejó en un aumento de las roturas en el edificio. Obligó al director a proponer el cierre de las puertas laterales del Centro al exterior durante las clases, aumentar en los pasillos la presencia de los bedeles y pedir a los profesores que extremasen su puntuali-dad. Medidas que se completaron señalando que, cuando se concediese un permiso, el profesor afectado tenía que dejar resuelto el problema de sus clases.

Pronto llegaron los desacuerdos y las denuncias. El primero giró en torno a la manera de completar el horario de los profesores que en sus seminarios carecían de ho-ras suficientes. El director tuvo que recordar que se debía hacer de forma racional, sin dejarse llevar por los gustos y preferencias para no perjudicar a los alumnos. Después se volvió a denunciar la política del Ministerio sobre el número de alumnos por aula señalándose que tener 40 alumnos en clase iba en contra del Decreto de Ordenación de la Enseñanza. La discusión sobre esta cuestión acabó con la propuesta, aceptada por todos, de celebrar un claustro para que se manifestase sobre si era competencia del Claustro pronunciarse o no sobre el número de alumnos por aula, sobre la formación de grupos con más de treinta alumnos y sobre las incumbencias reales de los Claustro.

No hubo claustro como se había pedido, pero el tema estrella que hubo que tra-tar en las dos últimas reuniones fue el de la disciplina de uno de los grupos en el que se hacía imposible la docencia debido al desarrollo de lo que se calificó como “incidentes gravísimos” que llevaron a proponer la expulsión de los implicados y la colaboración de los profesores para restablecer la imagen debida.

El curso acabó en medio de la indignación y la protestas al conocerse que la asignación económica concedida, insuficiente, por la Dirección Provincial ascendía a 1.218.598 pesetas, de las cuales todavía no se había recibido nada, y que tampoco se les había ingresado las 256.000 pesetas correspondientes al cuarto trimestre de 1978, por lo que el Centro tenía un déficit de la nada despreciable cantidad de 800.000 pesetas.

Lo más transcendental de aquel año fue la aprobación de la Constitución de 1978263, punto de partida de un proceso de cambio que se puso en marcha con la muer-te de Francisco Franco (20 de noviembre de 1975), en una cama del Hospital La Paz (Madrid), el hombre que había regido los destinos de España en los últimos 39 años. Los acontecimientos se fueron precipitando y poco a poco comenzó a desmontarse aquel régimen que dividió a los españoles en vencedores y vencidos. La clave de bóveda del nuevo edificio que se estaba construyendo fue la Constitución de 1978.

Desde el punto de vista del sistema educativo es la columna vertebral del mis-mo, de la cual se ha derivado el marco normativo subsiguiente. Es una Constitución que se diferencia netamente de todas las que estuvieron vigentes en el pasado por no haber sido impuesta por un grupo político concreto y por haber sido consensuada, elaborada y aprobada por todos los partidos políticos, que tenían representación parla-

263.- BOE. Nº 311, de 29 de diciembre de 1978.

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mentaria en aquellos momentos.

La Constitución, como muchas veces se ha explicado, dedica una atención es-pecial a la educación, al menos por dos razones. En primer lugar, por la extensión y contenido del Artículo 27, donde se establecen como derechos la libertad de enseñanza y el derecho a la educación. En segundo lugar, por la introducción de otros preceptos que completan el mencionado Artículo como por ejemplo: Artículo 10.2 (interpretación de los derechos de la persona de conformidad con la Declaración Universal de Derecho Humanos, tratados y acuerdos internacionales sobre las mismas materias ratificados por España); Artículo 20.1c (libertad de Cátedra); Artículo 43.3 (fomento de la educa-ción física); Artículo 44.1 (promoción, tutela y acceso a la cultura); Artículo 53.1 (tutela de las libertades y derechos); Artículo 149.1.30 (competencias exclusivas del Estado en la regulación de títulos académicos y normas básicas para el desarrollo del Artículo 27).

La redacción del Artículo 27 trató de evitar el enfrentamiento entre las fuerzas volcadas en defensa de la tradición conservadora y las innovaciones progresistas; por ello, tras aparcar la cuestión educativa por falta de acuerdo, se impuso un equilibrio entre ambas con el nada disimulado objetivo de superar una posible “guerra escolar” en ciernes.

El conjunto de los principios establecidos en la Constitución fue desarrollándo-se en los años siguientes y su resultado fueron las leyes educativas que han marcado la andadura democrática. Con ellas se ha querido dar una respuesta a las exigencias de los diferentes estamentos de la sociedad española, que venían demandando la necesidad de una reforma de los niveles educativos, de sus contenidos, de sus métodos y fines, de manera que satisficiera adecuadamente los nuevos planteamientos de las teorías peda-gógicas, los de los docentes, los de los alumnos, los de los padres y los del mercado de trabajo.

2.- El final del camino (1979-1982)

De los tres últimos cursos264 de Domingo Muñoz Valle como director se puede resaltar que en 1979-80 se produjo una incorporación masiva de profesores al Claustro (27) cambiando la faz del Centro, a pesar de lo cual siguieron sin cubrir seis plazas; el nombramiento de su último Equipo Directivo integrado por Eduardo Obregón Ba-rreda (vicedirector), Roberto Alonso Álvarez (secretario), Higinio Sainz Abascal (vice-secretario), Vicente Ballesteros Ayllón (jefe de Estudios Diurnos), Rosario Ferré Chiné (jefa de Estudios Nocturnos); la denuncia de la falta de espacio y las escasas dotaciones de los seminarios y el rechazo del Proyecto de Centros Superiores de Formación del Profesorado.

El curso 1980-81, desde el punto de vista del Centro, pasó sin pena ni gloria, y las novedades que se vivieron giraron en torno a los destrozos causados por algún

264.- Archivo del IES José María de Pereda. Libros de Actas del Claustro, del 28 de marzo de 1973 a 12 de noviembre de 1986. Págs. 43 vuelta 60. Sin catalogar.

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alumno en los baños al cercenar varias cisternas, la instalación de un teléfono público, las quejas por el contenido de alguna de las conferencias impartidas, la instalación del busto de José María de Pereda con motivo de su 75 aniversario, y la preocupación por el cierre perimetral del Centro en su parte este, con motivo de la apertura de la nueva vía (prolongación de Camilo Alonso Vega) que dependía del Ayuntamiento.

Pero el asunto más importante fue la concesión de un crédito por la Dirección Provincial de Educación para la reparación del tejado, dado el grado de deterioro en que se encontraba y acabar con las filtraciones de agua y las goteras. El presupues-to de la obra para subsanar todas las deficiencias del tejado plano, inadecuado para nuestra climatología, supuso 4.591.600 pesetas. La obra fue adjudicada a una empresa de Aranda de Duero que la ejecutó durante el verano de 1981, con un coste final de 4.200.000 pesetas.

En 1980 el Instituto tuvo que adaptarse a la primera norma, de escaso recorri-do, que se derivó de la Constitución, la Ley Orgánica 5/1980265, por la que se regulaba el Estatuto de Centros Escolares. Fue presentada por el gobierno de la UCD (Adolfo Suárez) y aprobada por las Cortes Generales. En esencia, desarrollaba el Artículo 27 de la Constitución, en un sentido conservador, sin haber buscado un consenso previo con otras fuerzas políticas, fundamentalmente con el PSOE. Su punto de partida y finalidad quedó explicitado en los artículos segundo (desarrollo de la personalidad, formación humana integral, principios democráticos, los derechos y deberes fundamentales...) y tercero (derecho a la educación, obligatoriedad, gratuidad en los niveles que establezca la ley...).

Para lograr hacer efectivos los artículos citados se ponía de manifiesto la nece-sidad de contar con los medios necesarios (presupuestarios, materiales y humanos); la libertad de elección de los padres; la libertad de erigir centros escolares; los requisitos mínimos que deben cumplir los establecimientos educativos; la libertad de enseñanza; asociaciones de padres y alumnos; programaciones y mínimos... y en lo tocante a la Enseñanza Media se especificaba que, a partir de la entrada en vigor de la Ley, la deno-minación general de los centros sería la de “Institutos de Bachillerato”, que tendrían un nombre específico y un número de registro que usarían para desarrollar todas sus acti-vidades. Además, la Ley se recreaba en definir la composición, funciones y atribuciones de los Órganos Unipersonales y Colegiados, el Consejo de Dirección y el Claustro de Profesores, la Junta Económica y, cómo no, los derechos y deberes de los alumnos.

La Ley fue duramente contestada por el PSOE, y quedó tocada de muerte tras la presentación de recurso de inconstitucionalidad266. Al Gobierno no le quedó más salida que someterla a una revisión profunda o elaborar una nueva ley, pero los acontecimientos económicos y políticos se precipitaron (ascenso triunfante del paro; situación económica estacionaria; pérdida de gran parte de las cosechas en Andalucía

265.- BOE. Nº 154, de 27 de junio de 1980. Págs. 14.633 a 14.636.266.- Pleno del Tribunal Constitucional. Sentencia 5 (2981, de 13 de febrero de 1981 (BOE. Nº 47, de 24 de febrero de 1981).

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a consecuencia de las inclemencias climáticas; derrota del Gobierno en las elecciones municipales y autonómicas; aumento de la actividad del GRAPO y ETA; agitación en el seno del ejército; la UCD dividida en luchas internas; dudas de la Iglesia sobre el progresismo de algunas leyes; ciertas dificultades con la Corona) y Adolfo Suárez acabó por dimitir. El Gobierno de Leopoldo Calvo Sotelo abrumado por los problemas no hizo nada respecto a la Ley, y esta fue abandonada definitivamente con la llegada al poder del PSOE en 1982.

En fin, 1981-82 evolucionó con toda normalidad y se vivió la constitución de la Comisión que elaboró el Reglamento de Régimen Interno que fue aprobado, tras numerosas discusiones, el 28 de noviembre de 1981; el éxito del equipo de voleibol, que quedó el primero en el Campeonato de España, y el cese de Domingo Muñoz Valle, de manera voluntaria para pasar a ocupar un puesto como inspector de Bachillerato.

D).- Filial número cuatro

En el mes de septiembre de 1968 la afluencia de alumnos había desbordado la capacidad del nuevo Instituto José María de Pereda. Bastantes quedaron sin matricular y volvieron a escucharse las lamentaciones de los padres que, si querían que sus vásta-gos estudiaran Bachiller, tenían que acudir a los centros privados los cuales anunciaban fuertes subidas en sus tarifas.

La prensa, haciéndose eco de la situación, trató de averiguar la razón de esta si-tuación y entrevistó a Domingo Muñoz Valle, que entonces era el secretario del Institu-to. Contestó que todos los alumnos que habían estudiado el curso anterior en el Centro tenían asegurada la matrícula, tanto hubieran aprobado como si tuvieran alguna asig-natura pendiente. Añadió que después de aquellos la prioridad, que se había estableci-do, era matricular a los alumnos de las Secciones Delegadas y Filiales, y por último a los demás, de acuerdo con el expediente académico de cada uno. Finalizó comentando que el Ministerio, consciente de este problema, iba a resolverlo definitivamente con la construcción de un nuevo Instituto Femenino, el Villajunco, que ya había sido aproba-do por el Consejo de Ministros, celebrado el día 11 de junio del año en curso, con una capacidad para 1.000 alumnos y cuyas obras ya habían sido subastadas267.

Como había sucedido en otras ocasiones la solución iba a tardar en materia-lizarse, y algo había que hacer para aminorar el malestar. Entre las respuestas dadas destacó la puesta en marcha, en 1970, de la cuarta filial en Cueto. En realidad, en este momento mediante el Decreto 24/1970, de 22 de agosto268, el Ministerio de Educación creó dos filiales, una masculina dependiente del Instituto José María de Pereda, y la otra femenina, dependiente del Instituto Femenino, luego llamado Santa Clara. Esta última tenía como entidad colaboradora a Cáritas Diocesana.

Los antecedentes de la filial masculina de Cueto se encuentran, a mi entender,

267.- BMS. M-679. Periódico Alerta, de 13 de junio de 1968. Pág. 7, y M-680. Periódico Alerta de 19 de septiembre de 1968. Pág. 5.268.- BOE. Nº 213, de 5 de septiembre de 1970. Pág. 14.642.

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en la acción pastoral llevada a cabo por el que fuera párroco de aquel barrio y después rector del Colegio San Luis (Argomilla de Cayón), a mediados de los años 60, Modesto San Emeterio Cobo, y luego continuada por Julio Blanco y su equipo. El primero cons-tató que los niños y niñas del barrio de Cueto a duras penas completaban los estudios de primera enseñanza, y se empeñó en promocionar la Enseñanza Profesional y la En-señanza Media. Para ello habló con los responsables de la Fundación Domingo Camus Cuartas, que le cedieron una escuela donde instaló a los primeros 35 niños, mientras se construía el futuro centro, que les albergaría en Villamier269. Así, bajo la dirección de Modesto Cobo, en el edificio cedido se comenzaron a impartir clases, en horario noc-turno, de iniciación profesional industrial y de preparación para el Bachillerato.

Cuando Modesto San Emeterio fue trasladado por el Obispado a Argomilla de Cayón para dirigir lo que entonces era el Seminario Menor Conciliar, tomó el relevo Julio Blanco que se encontró con una parroquia con 8.000 almas, carente de centros de enseñanza, que reunía todas las características para que se pusiera un instituto. El tesón de los vecinos que habían venido contribuyendo con dinero y trabajo para construir diversos caminos, la Iglesia y la Escuela, no cayó en saco roto, pues las autoridades do-centes ofrecieron facilidades para satisfacer las aspiraciones de tan encomiables vecinos.

En 1968, Julio Blanco y su equipo, como había sucedido en otras ocasiones, no dudaron en ponerse el mono de albañil para, mano a mano con los vecinos, proceder a levantar el edificio que iba a albergar la futura filial del Instituto. Los terrenos donde se alzó el Centro habían sido comprados por la Fundación Domingo Camus Cuartas, la cual, a su vez, aportó cuatro millones de pesetas. El dinero se completó con aportacio-nes personales y la prestación de trabajo por parte de los vecinos de Cueto, que fueron organizados por los curas de la parroquia en grupos de 15, que trabajaron gratuitamen-te en la obra todos los domingos del año.

Las obras, que habían comenzado en 1963, empezaron a dar sus frutos en 1968 cuando se echó el suelo de la nueva Escuela de Formación Profesional, que levantaban en Bellavista. Centro que había sido aprobado como benéfico-docente y que costaba de dos plantas, susceptibles de ampliación. En este edificio, en su segunda planta, se insta-larían los 75 alumnos previstos de Bachillerato, y en la planta baja quedarían alojados los 80 alumnos que se preveía cursarían taller.

Para completar las instalaciones, en sus inmediaciones, se construiría una pista polideportiva. La inauguración se ha previsto para el próximo curso en lo que se refiere a la formación profesional nocturna en sus modalidades de fresa, torno, mecánica y electricidad. La filial del Instituto Masculino lo hará al siguiente270. En fin, Julio Blan-co, volcado también en la atención a la mujer, impulsó la creación de la Sección Filial Femenina valiéndose de que la Fundación Domingo Camus Cuartas contaba con una sección femenina.

269.- BMS. M- 660. Periódico Alerta, de 3 de junio de 1964. Pág. 3.270.- BMS. M- 680. Periódico Alerta, de 25 de octubre de 1968.

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Tabla 17

FILIALES DEL INSTITUTO JOSÉ MARÍA DE PEREDA

FILIAL 4: CUETO

CURSO 1º 2º 3º 4º 5º 6º 1ºBUP TOTAL

1971-72 -- 32 -- -- -- -- 32

1972-73 -- -- 27 -- -- -- -- 27

1973-74

1974-75 -- -- -- -- 21 2 23

1975-76 -- -- -- -- -- 15 7 22Fuente: Archivo de IES José María de Pereda. Libros de Matrícula sin catalogar.

Los escasos datos que obran en el Archivo del Instituto José María de Pereda sobre los alumnos de esta Filial (Tabla 17) nos ponen en la pista de la escasa entidad que tuvo durante los años de su funcionamiento. El número más alto de alumnos fue de 32, en el curso 1971-72; este hecho se debió a que la mayoría de los que accedieron a los estudios de Enseñanza Media lo hicieron en el ámbito de la Formación Profesio-nal.

5.- De nuevo: Eduardo Obregón Barreda (1982-1986)

Quizás decir nuevo director no sea del todo correcto, pues Eduardo Obregón Barreda había ocupado la Dirección y otros cargos durante muchos años. Su nuevo nombramiento fue una iniciativa de la Dirección Provincial de Educación y se le comu-nicó con anterioridad al cese de Domingo Muñoz Valle. De hecho, él mismo se lo noti-ficó al Claustro en fecha 30 de junio de 1982. Con ello quedaba claro que la autoridad competente había optado por lo ya conocido y por la continuidad.

Esta última etapa de su vida como director estuvo impregnada de múltiples gestos tendentes a democratizar, en la medida de lo posible y dentro del orden, la acción de gobierno del Centro. Sus ideas de democracia no eran nuevas, ya que las había ve-nido ejercitando en muchas ocasiones, a través de su militancia política y de sus libros. Por ello comenzó su mandato pulsando la opinión del Claustro de Profesores sobre las personas que considerasen más idóneas para ocupar los cargos directivos. Sabidas sus opiniones, se reunió con los representantes del Claustro y el Consejo de Dirección y, tras examinar el resultado de la consulta, decidió la constitución de la nueva Junta Directi-va, haciendo la salvedad de que la Jefatura de Estudios Nocturnos no variaría.

Cumplidos los trámites, que él mismo había propuesto, dio a conocer el nue-vo Equipo Directivo, que quedó formado por Julio Nieto Berrocal (vicedirector), Jesús Valle Gutiérrez (secretario), Higinio Sainz Abascal (vicesecretario), Vicente Ballesteros

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Ayllón (jefe de Estudios Diurnos), Rosario Ferré Chiné (jefa de Estudios Nocturnos).

El primer problema al que se tuvo que enfrentar fue el que él mismo había criticado en numerosas ocasiones: el del número de alumnos por aula. No le quedó más remedio que aceptar la norma que imponía 40 alumnos, y lo justificó diciendo que se había hecho para atender a los alumnos del Centro, con una o dos asignaturas pendientes, con los que moralmente estaban obligados, dar satisfacción a compromisos personales de compañeros de Claustro y haber hecho previsiones difíciles de conseguir. No renunciando a sus ideas pidió que, para el próximo mes de mayo, se elaborasen unas normas claras sobre la elección de alumnos para no desbordar el número de 40, y sugirió matricular 35 por grupo y añadir 5 con matrícula condicional.

La segunda cuestión que abordó fue la de advertir a la Administración sobre la necesidad de poner los medios necesarios para corregir en los comienzos del curso escolar la falta de profesores, dado el elevado número de alumnos y los problemas que generaba de disciplina y desajustes organizativos.

El tercer tema en el que fijó su atención fue la reorganización de la Jefatura de Estudios, en el sentido de hacerla más eficaz. Para ello se insistió en un mayor control de los alumnos (pasar lista, custodia de los partes de clase...), la elección de delegados y la conveniencia de que los tutores citaran a todos los padres para entablar contacto y cambio de impresiones. El afán reformista se extendió a las evaluaciones (normas gene-rales, criterios de recuperación y pendientes, preevaluación...), las tutorías (preparación adecuada y labores), las guardias y las actividades extraescolares (comisión de profeso-res, padres y alumnos, subcomisiones de teatro, cine...); participación de los alumnos. De su obsesión por la eficiencia no escaparon el horario de la Biblioteca, la aplicación estricta de la normativa sobre el tabaco, los pedidos de libros de los seminarios y el funcionamiento del bar del Centro. Se completó con las actuaciones en la Secretaría (inventario de los seminarios, fichero-dossier del profesorado...).

Este primer tramo del curso 1982-83271 se consumó con su propuesta más signi-ficativa: la necesidad de crear una Dirección Colegiada y órganos de asesoramiento del director, a la que algunos profesores se opusieron por considerar que ya existían. Defen-dió su postura explicitando que, a su juicio, los órganos previstos por la legislación eran insuficientes, y que ante la existencia de un vacío se debían crear otros subordinados a los órganos personales. Dicho planteamiento fue apoyado por una parte del Claustro. La propuesta, tras someterse a votación, fue aprobada por la mayoría de los profesores y solamente tres se opusieron.

Puestas en marcha todas estas directrices, se intentó dar satisfacción a las de-mandas de modernización de los seminarios mediante la inversión de un crédito pro-cedente de la Dirección Provincial de Educación por valor de 300.000 pesetas. Pero la mala suerte se cebó en las deficientes instalaciones del edificio, ya que volvieron a surgir

271.- Archivo del IES José María de Pereda. Libros de Actas del Claustro, del 28 de marzo de 1973 a 12 de noviembre de 1986. Págs. 60 vuelta 71. Sin catalogar.

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algunos de los típicos vicios derivados de la edificación. Una considerable fuga de agua, que hubo que arreglar de inmediato, distorsionó el presupuesto del último trimestre del curso y, por si fuera poco, se produjo la rotura de la caldera de la calefacción, que tuvie-ron que soportar con estoicismo alumnos y profesores mientras se hacían las gestiones para su arreglo.

Las insuficiencias que se venían detectando en el Centro determinaron que la Dirección propusiera se tomaran en consideración un conjunto de medidas, a trasladar a la Dirección Provincial, que iban desde pedir que se edificara la zona antigua dedi-cada a vivienda del bedel, pasando por la instalación de un nuevo cuadro general de la luz y nueva caldera de calefacción, levantar una sala de alumnos aprovechando uno de los soportales, el vallado exterior, la instalación de nuevas persianas, y terminando con la necesidad de pedir más bedeles y más personal de limpieza, sin olvidar el entender la Biblioteca como una sala de lectura.

Este curso, cargado de numerosas iniciativas, concluyó con el desarrollo de un nutrido grupo de actividades complementarias (viajes a Andalucía, Aranjuez, Toledo, Madrid, París, y la representación de dos obras de teatro) y la circular enviada por la Dirección Provincial sobre lo conveniente de reflexionar, sacar conclusiones y dar res-puestas a los resultados académicos de los centros. El Instituto constató que los suspen-sos habían sido de un 65 %, porcentaje inadecuado para los parámetros que manejaban las autoridades educativas. Tras justificar que los resultados respondían al exceso de alumnos por grupo, la existencia de numerosos repetidores, las dificultades de los alum-nos con asignaturas pendientes y la desconexión con los centros de donde procedían los alumnos, se propusieron medidas de diversa índole para paliar la situación.

Durante el segundo curso de su mandato, 1983-84272, el desánimo y malestar en el seno del profesorado volvió a cuajar bajo la forma de numerosas protestas a causa de que la Administración dejara de considerar lectivas las clases prácticas, el manteni-miento de 40 alumnos por clase y la consideración de ilegalidad de la obligatoriedad de impartir asignaturas afines para completar el horario de los profesores, medida que suponía quedarse en una dedicación normal con la consiguiente merma del sueldo. Pero lo que verdaderamente encabritó al profesorado fue que había compañeros que tenían que compartir centro para completar sus horarios, lo que se consideró una ilega-lidad, una tomadura de pelo, un ninguneo, por lo que se planteó acordar una respuesta contundente para que la Administración viera la oposición y el desacuerdo. Amago de huelga que quedó en aguas de borrajas al decidirse coordinar las posibles acciones con los demás centros.

En su programa de actuaciones destacaron las actividades de carácter cultural, tantas veces defendidas en el pasado por el director. Queriendo recuperar algunas de las que se habían venido haciendo en otros momentos de la historia del Centro, que tanto prestigio le habían dado, se volcó en formar un equipo para poner en marcha un perió-

272.- Archivo del IES José María de Pereda. Libros de Actas del Claustro, del 28 de marzo de 1973 a 12 de noviembre de 1986. Págs. 71 a 77 vuelta. Sin catalogar.

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dico, impulsar entre los alumnos la lectura y redacción de poesía, cuentos, el desarrollo de conferencias y mesas redondas, cine-fórum, rondalla, coro, viajes de estudios y fiestas de convivencia profesores-alumnos; aunque se le acusó de abandonar en cierta manera las actividades deportivas, de tanto arraigo en el Instituto por sus excelentes resultados, y no haber pedido la colaboración del Seminario de Lengua y Literatura Española para las conferencias y los concursos.

La apelación a los seminarios para poner en marcha el programa cultural no tuvo excesivo eco y solamente unos pocos programaron actividades y las ejecutaron, con lo que vivió una cierta decepción. Constató que el alumnado tenía sus propias ideas, diferentes a las suyas, que se centraban más en propuestas lúdicas, como por ejemplo la celebración de los carnavales.

El curso escolar terminó con el anuncio de que los gastos para el funcionamien-to del próximo curso 1984-85 se cubrirían con la asignación concedida de 5.380.820 pesetas y un nuevo análisis de los resultados académicos, que no aportaron nada nuevo a lo dicho con anterioridad.

El curso 1984-85273 inició su andadura con la discusión sobre solicitar un posi-ble nuevo horario de las actividades lectivas, centrado en la mañana y alguna tarde, que fue aprobado y puesto en funcionamiento en el mes de octubre. No obstante, el asunto que más repercusión tuvo fue el referente a la situación de despido de los profesores no numerarios, que llevó al director a proponer, lo que fue aceptado como un primer paso, que se dirigieran al Claustro para informarle, antes de redactar un escrito de denuncia al que se daría la máxima publicidad.

En las siguientes reuniones los temas que afloraron fueron: el nefasto estado general del Centro por falta de limpieza, el aspecto cochambroso de las persianas nece-sitadas de renovación, el mal estado de las tuberías, cuestiones de orden interno (pun-tualidad, circulación de alumnos por los pasillos, horario del Centro, prohibición de fumar...), el relevo de la jefa de Estudios Nocturnos (Rosario Ferré Chiné) por Fernando Llorente. Pero los temas más importantes fueron los del Pabellón Polideportivo y la pu-blicación por el Ministerio de Educación de la Orden de 19 de abril de 1985 sobre las nuevas especialidades de enseñanzas y actividades técnico-profesionales274.

Respecto a la primera cuestión, se volvieron a poner de manifiesto las malas re-laciones existentes entre el Centro y la Consejería de Deportes, con respecto al Pabellón Polideportivo, algo que venía desarrollándose desde el momento de su construcción y que nació de los desacuerdos sobre del uso y mantenimiento del mismo. La Dirección, viendo que sus esfuerzos por clarificar y encauzar estas cuestiones no surtían efecto, decidió cerrarlo alegando los excesivos gastos que comportaba y la no colaboración económica por parte de las autoridades.

273.- Archivo del IES José María de Pereda. Libros de Actas del Claustro, del 28 de marzo de 1973 a 12 de noviembre de 1986. Págs. 78 recto a 86. Sin catalogar.274.- BOE. Nº 101, de 27 de abril de 1985. Pág. 11.702.

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Respecto a la segunda cuestión, había que pronunciarse sobre si aquellas ma-terias, contempladas como lectivas, fijadas por el Ministerio de Educación, eran de interés y podían ser impartidas en el Instituto. Se decidió pedir para su implantación, siguiendo los trámites pertinentes, Informática y sus aplicaciones, Imagen y Sonido y Ciencias Aplicadas.

El continuo deterioro del edificio del Instituto y las necesidades de adaptarle a la nueva normativa persuadió a la Delegación de Educación para hacer las inversiones requeridas. Así, en 1984, hubo que abordar obras de electricidad y calefacción. El pro-yecto se remitió al Ayuntamiento de Santander, el 13 de julio de aquel año, para que se concediese la oportuna licencia. Los trabajos se harían con cargo al programa RAM de la Delegación de Educación del Ministerio de Educación y Ciencia.

Las faenas de electricidad, obligadas por el mal estado del cuadro general eléc-trico e insuficiencia de corriente para los cometidos del Centro, tuvieron tres objetivos: adaptación a las normas vigentes, sustitución de parte de la instalación anterior e incor-poración de nuevos elementos. No obstante, esta intervención no fue completa ya que hubo que complementarla en los siguientes años.

Las obras de calefacción, obligadas por sus problemas, consistieron en la susti-tución de la caldera de calefacción por otra de similares características, el reforzamiento de la circulación de agua caliente, la incorporación de bombas y el desdoblamiento del circuito en dos zonas diferenciadas de uso, como consecuencia del uso parcial del edifi-cio por el horario del Bachillerato nocturno, así como la incorporación de termostatos automáticos para la regulación de su funcionamiento óptimo según normas de ahorro de energía.

En el pliego de condiciones se especificó que todos los materiales a emplear debían ser de la máxima calidad y que no se aceptarían sin el visto bueno de los arqui-tectos o de la persona en que se delegase la inspección de los mismos.

El presupuesto de las obras, en resumen, fue (Tabla 18):

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Tabla 18

PRESUPUESTO OBRAS ELECTRICIDAD Y CALEFACCIÓN

ELECTRICIDAD

Cable de conducción eléctrica

Cuadro parcial de zona

Cuadro laboratorios

Instalación eléctrica laboratorios

Cuadro general

Caja de acometida general

Módulo contadores

Toma de tierra

Punto de luz emergencia

553.278,67

328768,50

107.377,04

286.885,24

231.55700

19.508,14

22.868,85

24.094,98

704.490,15

TOTAL 2.278.828,40 Pts.

CALEFACCIÓN

Caldera gas calor

Aislamiento térmico

Aislamiento extracción

Válvula motorizada

Centralita electrónica

Sonda exterior

Sonda de inversión

Bomba de circulación

Circuito sala caldera

Cuadro eléctrico y cables

Válvula de cierre rápido

Demoliciones y reconstrucciones

527.406,85

59.160,79

10.868,79

114.261,30

84.957,16

16.132,72

16.131,72

136.913,58

78.098,25

51.439,30

85.534,88

19.764,60

TOTAL 1.200.686,80 Pts.

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Beneficio industrial (6 %)

Gastos generales

208.770,91

556.722,43

TOTAL 765.493,3 Pts.

Honorarios

Descuento sobre honorarios (20 %)

242.174,25

48434,85

TOTAL

TOTAL menos misión parcial

193.739,40

154.991,46 Pts.

TOTAL PRESUPUESTO 4.400.000,00 Pts.Fuente: AMS. Caja 470-2. Obras. Expediente 293/84.

En fin, la redacción del proyecto corrió a cargo de los arquitectos Francisco Salas San Celedonio y Victoriano Gorostegui Ceballos, y fue autorizada por el Ayunta-miento de Santander, previo pago de las correspondientes tasas (28.278 pts.), el día 29 de agosto de 1984275.

Su último curso como director, 1985-86276, estuvo plagado de acontecimientos. Por un lado, tras solventar pequeños asuntos referentes al horario, a los desplazados, a las protestas por la sobrecarga de alumnos en las aulas y al reparto de asignaturas afines entre el Seminario de Latín y el de Filosofía, y ver como muchos profesores se ponían en huelga, se puso manos a la obra para formar un organismo, integrado por profeso-res elegidos por el Consejo de Dirección, que se encargara de encauzar las actividades complementarias y extraescolares (Feria del Libro, Biblioteca, viajes, revista del Centro, intercambios de Inglés...).

Fruto de aquel esfuerzo fue el nacimiento, en el mes de marzo, de una nueva revista del Centro, Palabras Mayores. Dirigida por Javier Bonet, heredera de la ante-rior, se convirtió en el cauce de sensibilidades varias pues en sus páginas convivieron, codo con codo, artículos de profesores y alumnos. Compuesta a esfuerzo de máquina de escribir y con secciones fijas (Presentación, Interior, Exterior, Literatura y Música, Colaboraciones de las más brillantes plumas, Rebeldes con causa, Veleidades), en ella se mezclaron artículos serios con todo tipo de noticias de interés para los alumnos del Centro (teatro, concursos, crucigramas, cómics, música, cine...)277. Su existencia se alar-gó hasta finales de la década de 1980.

Por otro lado, como no podía ser de otra manera, y siendo consciente de la necesidad de entenderse con la administración deportiva, abordó la “reglamentación”

275.- AMS. Caja 470-2. Obras. Expediente 293/84.276.- Archivo del IES José María de Pereda. Libros de Actas del Claustro, del 28 de marzo de 1973 a 12 de noviembre de 1986. Págs. 87 recto a 97 vuelta. Sin catalogar.277.- El primer número se conserva en la Biblioteca del Instituto.

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sobre la utilización del Pabellón Polideportivo, presentando un Proyecto de Reglamen-to que fue aprobado por el Claustro, pero con la oposición de uno de los profesores de Gimnasia que se consideró ninguneado. El documento regulaba los gastos de luz y agua, el horario de apertura y cierre, la conservación y las obras, la limpieza, la repre-sentación del Instituto, la publicidad, las actividades a realizar y la vigencia del acuerdo. El acuerdo se alcanzó rápidamente y en el mes de febrero de 1985 ya estaba firmado y en vigor.

En ese mismo mes de febrero el director provincial se desplazó al Centro para una visita. En la reunión mantenida se trataron la urgencia del cambio de las persianas, el arreglo de las conducciones de agua y la cubierta del edificio. Además, se le expuso que, a juicio del Equipo Directivo, el Instituto estaba siendo tratado de manera diferen-te a otros. Como no obtuvieron nada en concreto acordaron hacer una denuncia para explicar su situación y el trato que estaban recibiendo. La insuficiencia del presupuesto del Centro y las graves deficiencias de las tuberías del agua derivaron en una situación de continuas pérdidas y continuas roturas que generaron una deuda con el Ayunta-miento que fue imposible pagar. Tuvo que resolverlo la siguiente Dirección.

Finalmente, en el mes de junio, poco antes del cese del director por jubilación, se comunicó que el Instituto había sido seleccionado para impartir el Proyecto Atenea. Ello dio pasó a una nueva etapa.

6.- Nuevos rumbos: Mercedes García-Mendoza Ortega (1986-1989)

Mercedes García-Mendoza Ortega, catedrática de Lengua y Literatura Espa-ñola, se hizo cargo formalmente de la Dirección del Instituto en junio de 1986, cuando intervino como tal en el Claustro donde se anunció su nombramiento y el cese de Eduardo Obregón Barreda. Su Equipo Directivo fue el primero que eligió el propio Centro y estuvo integrado por María Cruz Abad (vicedirectora), José María Gómez Royo (secretario), Higinio Sainz Abascal (vicesecretario), Vicente Ballesteros Ayllón (jefe de Estudios Diurnos) y Consuelo Cuadros García (jefa de Estudios Nocturnos)278.

Con ella se inició una nueva etapa que estuvo marcada fundamentalmente por el orden, la transparencia y el esfuerzo por enderezar todas las cuestiones pendientes del Centro. Puso las bases de las posteriores actuaciones de otras direcciones.

Nada más hacerse cargo de la Dirección, y sin que hubiera comenzado formal-mente el curso escolar, vio como el primer Gobierno de Felipe González (1982-1986) abordaba la cuestión educativa partiendo del recurso de inconstitucionalidad presenta-do contra la LOECE y la sentencia que del mismo se había derivado.

Presentó una ley de nuevo cuño en las Cortes Generales, que fue discutida y aprobada no sin reticencias de las fuerzas conservadoras. En su Preámbulo se denun-

278.- Archivo del IES José María de Pereda. Libros de Actas del Claustro, del 28 de marzo de 1973 a 12 de noviembre de 1986. Págs. 93 vuelta a 97 vuelta. Sin catalogar.

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cian los avatares que ha sufrido la educación en España, la dejación de responsabilida-des históricas del Estado en este tipo de cuestiones, la deficiente regulación de la LOE-CE respecto a los centros privados sostenidos por el Estado, y la necesidad de aplicar el Artículo 27 de la Constitución. En consecuencia:

“Se impone, pues, una nueva norma que desarrolle cabal y armónicamente los principios que, en materia de educación, contiene la Constitución Española, respe-tando tanto su tenor literal como el espíritu que presidió su redacción, y que garantice al mismo tiempo el pluralismo educativo y la equidad. A satisfacer esta necesidad se orienta la Ley Orgánica reguladora del Derecho a la Educación”.

De ello se desprendía que, sobre los principios constitucionales, se tenía que asentar la libertad de enseñanza, entendiéndose aquella como un conjunto de liberta-des y derechos que bañan la totalidad de la educación. En esta dimensión se incluye, en primer lugar, la libertad de crear centros docentes con proyectos educativos propios y la capacidad de los padres para elegir el centro docente que mejor se adapte a visión de la vida y a sus principios religiosos y morales; en segundo lugar, la libertad de enseñanza que atañe a los profesores, pues la libertad de cátedra está amparada por la Constitu-ción al constituir un principio básico de toda la sociedad democrática en el campo de la educación y, en tercer lugar, se extiende hasta los propios alumnos, pues la libertad de conciencia es un principio irrenunciable que no puede supeditarse a ningún otro.

Es al Estado y a las comunidades autónomas a quienes corresponde la plani-ficación y programación de la enseñanza para cubrir las necesidades educativas, me-diante una oferta adecuada de puestos escolares, partiendo de la dignificación de la enseñanza pública y promoviendo la igualdad de oportunidades.

La nueva Ley Orgánica 8/1985, de 3 de julio, reguladora del Derecho a la Educación279, derogaba en su totalidad la de la UCD (Ley Orgánica 5/1980 que regu-laba el Estatuto de Centros escolares) y parcialmente la Ley Villar Palasí (Ley Orgánica 14/1970, General de Educación). Sus elementos más novedosos fueron la fijación de las atribuciones que tenían las comunidades autónomas con respecto a la educación (programación de las necesidades prioritarias, objetivos, actuaciones concretas, recur-sos emplear...), de acuerdo con la planificación económica del Estado); la coordinación entre las comunidades autónomas y el Estado mediante la Conferencia de consejeros de Educación de las mismas y el ministro del ramo; el establecimiento y desarrollo del Consejo Escolar del Estado (composición, atribuciones, informes anuales...); el deta-llismo de la composición y atribuciones de los órganos de gobierno unipersonales y colegiados de los centros escolares; y la introducción del régimen de conciertos con los colegios privados, siempre que desarrollen sus actividades de acuerdo a los principios constitucionales, y que abarca todo el Título IV de la Ley (Artículos 47 a 63): derechos, obligaciones recíprocas, régimen económico, duración prorroga, extinción, número de aulas afectadas...

279.- LODE. BOE. Nº 159, de 4 de julio de 1985. Págs. 21.015 a 21.022.

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Los primeros meses de mandato (junio-octubre de 1986) fueron de una activi-dad frenética. Su primera intervención como directora tuvo como objeto comunicar al Claustro que, una vez concluida la escolarización del curso 1986-87, todavía habían quedado sin plaza cerca de 250 alumnos, a los que había que buscar acomodo, y que, para solucionar el problema, la Dirección Provincial pretendía crear un doble turno que podría ser asignado al José María de Pereda. Naturalmente, al Centro le sorprendió desagradablemente tal pretensión y acordó manifestar su oposición a tal incongruencia “por tener ya dos turnos (diurno y nocturno); por el cúmulo de inconveniencias que aparecerían con el solapamiento de los turnos, que aumentaría cada curso que pasase; por la degradación que supondría para la enseñanza, y por existir en Santander centros que no tienen nada más que un turno y lo lógico parecería no abrumar a aquellos cen-tros muy completos de por sí”. Para apoyar ese “no”, que no fue todo lo rotundo que se necesitaba, recabaron las opiniones de la Asociación de Padres y del Consejo Escolar, que ya se habían mostrado contrarios y habían especificado que la solución pasaba por la construcción de otro instituto.

El programa de gobierno con el que llegó a la Dirección tuvo como punto de partida el deseo de ofrecerse a todos, como persona y como profesora, para prestar la máxima ayuda posible a profesores y alumnos y mantener e incrementar el clima de franca convivencia en que se movía el Centro. Tales propósitos se concretaron en el esfuerzo prioritario por dar solución a la reparación del tejado y las fugas de agua, la pintura del edificio, el cerramiento del perímetro, la colocación de puertas de emergen-cia en el Salón de Actos, el saneamiento de la zona norte del Instituto para su uso ade-cuado, la puesta a punto de la casa-habitación del conserje y la colocación de persianas.

En este sentido, sus dos primeras actuaciones fueron el Pabellón Polideportivo y la factura del agua. La primera estuvo relacionada con el anuncio de la Dirección Ge-neral de Cultura de dejar de usar el Pabellón a partir del 1 de octubre de 1986, tras la cancelación de su deuda de 225.000 pesetas, que apremió a buscar una reorganización tendente a normalizar su funcionamiento y obtener los más eficaces resultados. El coro-lario de las gestiones fue la firma de un convenio de uso con varias federaciones depor-tivas. La segunda tuvo como finalidad encarar la deuda contraída con el Ayuntamiento por causa de las señaladas pérdidas de agua y mal estado de las conducciones. Tal situación se había agravado en el verano de 1986 cuando la factura ascendió a 65.000 pesetas, en unos meses en los que el consumo de agua era prácticamente inexistente al no tener actividad docente el Centro. La deuda ascendía en el mes de septiembre a 570.000 pesetas y sobre el Centro pendía la amenaza del Ayuntamiento del corte del suministro si no se procedía al pago inmediato.

La Dirección, alarmada por las dimensiones que estaban alcanzando la deuda y las amenazas del Ayuntamiento, se lo comunicó a la Dirección Provincial, que envió un técnico para estudiar el asunto. Constatado el problema se procedió a su pronta solución, al tiempo que la Dirección Provincial se hacía cargo de la deuda de agua, que acabó siendo aminorada por el Ayuntamiento en 241.000 pesetas. La solución definiti-va vendría de la mano del tendido de una nueva conducción general por el exterior del Centro. Una nueva fuga en 1988, reparada rápidamente, volvió a agravar la situación

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económica al suponer una carga de 234.000 pesetas, que terminó siendo condonada en parte y el resto tuvo que pagarse distribuido en varios recibos.

Aunque dentro de su programa de gobierno no figuraba explícitamente la cuestión de los medios informáticos y audiovisuales, asunto que venía arrastrándose desde el último año de la anterior Dirección, los hizo suyos y los impulsó. En el caso del Proyecto Atenea, mediante la habilitación de un aula para su instalación, pagada con dinero del presupuesto del Instituto al considerarla una obra menor. Lo mismo hizo con los medios audiovisuales, pero al no poder plasmarlo con prontitud, a causa del excesivo número de alumnos que tuvo que matricular, obligada por la Dirección Provincial y no quedar ningún espacio libre, se decantó por dejar fija la televisión en un aula. Además, asistió con estoicismo a la denegación de la concesión del Proyecto Mercurio, que se conseguiría más adelante.

Completó sus gestiones con la petición al Ayuntamiento de que se pusiera un paso de peatones en la prolongación de Camilo Alonso Vega y se redondease la valla del perímetro del Instituto, en su frente de General Dávila, para dar más seguridad y visibilidad a los alumnos en su tránsito por la calzada. No se olvidó de mandar limpiar zarzas, matorrales y malas hierbas de todo el vallado y la parte posterior del terreno del Centro.

Con este bagaje a su favor inició propiamente el curso 1986-87280, en el que se siguió ejecutando rígidamente su programa de gobierno y lo complementó con to-das aquellas cuestiones que fueron surgiendo en el devenir del día a día, entre las que sobresalieron la petición de mobiliario, las solicitudes para implantar el Bachillerato Internacional y el Proyecto Experimental de Orientación Educativa, la creación de una Cátedra de Italiano, la propuesta para impartir un segundo idioma, la reorganización de la Biblioteca, la Feria de Libro, la adaptación del Reglamento de Régimen Interior a la LODE... Y, además, tuvo que hacer frente a una huelga de alumnos, a varias ame-nazas de bomba y al creciente fracaso escolar.

Por último, vio como el Claustro aprobaba un escrito de disconformidad con el Ministerio de Educación ante la marginación que, a su juicio, padecía el colectivo de profesores de Enseñanza Media en cuestiones fundamentales que atañían a directa-mente al desarrollo de la vida docente, como la ausencia del profesorado en las negocia-ciones bilaterales entre el Ministerio de Educación y los alumnos y la posible reforma de la Selectividad (programas, pruebas...), reforma de las enseñanzas medias, etc.

El curso 1987-88281 se desenvolvió con total normalidad y todos los asuntos que

280.- Archivo del IES José María de Pereda. Libros de Actas del Claustro, del 28 de marzo de 1973 a 12 de noviembre de 1986. Págs. 97 vuelta a 100. Este curso se prolonga en el siguiente Libro de Actas que se abre el 17 de noviembre de 1986 y se cierra el 27 de junio de 1995. Ambos libros sin catalogar. También en primer Libro de Actas del Consejo Escolar, de 30 de junio de 1986 a 14 de abril de 1992. Págs. 1 a 12 vuelta. Sin catalogar.281.- Archivo del IES José María de Pereda. Libro de Actas del Claustro, del 17 de noviembre de 1986 a 27 de junio de 1995. Sin catalogar. Libro de Actas del Consejo Escolar, de 30 de junio de 1986 a 14 de abril de 1992. Págs. 12 vuelta a 27 vuelta. Sin catalogar.

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se venían planteando fueron evolucionando de manera positiva.

Sin grandes sobresaltos el edificio había venido acogiendo a numerosos alum-nos y adaptándose a los sucesivos planes educativos. No obstante, la cubierta del edifi-cio, que no había sido reparada integralmente en las anteriores obras, comenzó a dar problemas, y en 1987 el Ministerio de Educación, ante el deterioro de las instalaciones, pidió y obtuvo la consiguiente autorización para realizar obras en el Instituto con el fin de repararla y, al mismo tiempo, ejecutar una más completa urbanización del perí-metro mediante vallas y cerramiento. ¡Por fin se atendían algunas de las tradicionales reivindicaciones!

El Ayuntamiento, mediante resolución de 7 de diciembre de 1987282, autorizó las obras e impuso las condiciones al uso (ejecución de las obras según proyecto y nor-mas municipales, cierre ajustado a la alineación que señalaba Plan General de Ordena-ción Urbana, urbanización de la zona colindante...).

La resolución terminaba insistiendo en que, una vez finalizadas las obras, “el pavimento tanto de la acera como de la calzada correspondiente al frente del local de-berá quedar en perfectas condiciones. Asimismo, deberá darse cuenta en el Negociado de procedencia de la ejecución de las obras, para su debida inspección”.

En esta ocasión no se limitaron a reparar la cubierta y acondicionar el vallado, sino que las obras llevadas a cabo fueron más allá. Según la memoria presentada por el arquitecto jefe de la Unidad Técnica de la Delegación del Ministerio de Educación, Javier Maruri Aranzadi, en junio de 1987, las obras a ejecutar a cargo del Programa RAM se resumían en:

- Urbanización del conjunto (vallas y cerramiento)

- Adecuación de un aula para ordenadores

- Renovación de la acometida de la red general de abastecimiento

- Terminación y acondicionamiento de la instalación eléctrica

La autorización para ejecutar las obras fue firmada por el ingeniero jefe J. de la Lastra Santos y por el arquitecto jefe Ricardo Gutiérrez López-Vázquez, ambos del Ayuntamiento de Santander, y fue aprobada el día 4 de diciembre de 1987. Todo ello se completó con la instalación de luces en los patios exteriores.

Conseguidas estas necesarias y urgentes obras, la atención de la Dirección se volvió sobre otros temas que estaban en su agenda: la pintura interior, que terminó siendo presupuestada por la Delegación Provincial en 3,5 millones de pesetas; la reha-bilitación de la vivienda del conserje; la ampliación del Aula del Proyecto Atenea a base de ocupar la Biblioteca y, en contrapartida, la construcción de una nueva, con su Sala

282.- AMS. Caja 470-2. Obras. Expediente 519/1987.

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de Lectura y dotación correspondiente, en los soportales del ala derecha del Centro con recursos del Centro y la colaboración de la Asociación de Padres y del Ministerio de Educación, y la reforma del Salón de Actos.

El último curso de su mandato (1988-89283) no destacó especialmente por nada en concreto, pues sus actuaciones se centraron en cuestiones ya trilladas. Las inciden-cias más importantes fueron el proyecto de remodelación de la zona de oficinas; el de-seo de crear una Escuela de Voleibol y Bádminton, mediante la aportación de 50.000 pesetas por el Ayuntamiento; los intercambios escolares con Inglaterra y Francia y el accidentado viaje a Lourdes por el mal comportamiento de algunos alumnos.

A aquellos se añadieron: la constitución de la Asociación de Alumnos y la apro-bación de su programa de actividades en el que denunciaban la poca libertad de ac-tuación que se les daba, las pocas ayudas económicas que recibía y el supuesto trato vejatorio que padecían por parte de algunos profesores; el apoyo al escrito de la Junta de Personal pidiendo las transferencias educativas para Cantabria; los avisos de bomba, con sus correspondientes desalojos, que se vivieron en el Centro; la puesta en marcha y potenciación del servicio de orientación educativa (cuestionarios, charlas, coloquios, sociometría...) y las nuevas propuestas sobre las EATP.

El punto final de sus actuaciones se manifestó en la Memoria de Gestión, que presentó al Claustro, en la que hizo balance de sus actuaciones explicando la situación que se encontró cuando se hizo cargo de la Dirección, los propósitos que la guiaron y los logros que se habían conseguido con la ayuda de los profesores, los padres, el Minis-terio de Educación, Orientación Escolar y una administración rigurosa de los fondos del Centro.

Antes de despedirse como directora y presentar a su sucesora, fue interpelada por uno de los profesores para que explicara el porqué del rechazo por el Consejo Es-colar del candidato a director. Respondió, y fue respaldada por los testimonios de otros profesores, que el Consejo Escolar era un órgano soberano y democrático y que había que respetar la decisión de las urnas.

7.- Gestión y retos: María Asunción Peña de la Hera (1989-1991)

Al finaliza el mandato de Mercedes García-Mendoza Ortega se planteó la elec-ción de un nuevo director. No hubo nada más que un candidato, avalado supuesta-mente por todo el Claustro de Profesores, lo que luego se reveló que no era así pues solamente tenía el plácet de un sector crítico. El Consejo Escolar rechazó al candidato. Se pidieron explicaciones y en ellas se demostró que ni siquiera los padres estaban de acuerdo con el aspirante. Ante esta situación inédita fue nombrada directamente, por el delegado provincial de Educación, María Asunción Peña de la Hera, con el fin de dar

283.- Archivo del IES José María de Pereda. Libro de Actas del Claustro, del 17 de noviembre de 1986 a 27 de junio de 1995. Sin catalogar. Libro de Actas del Consejo Escolar, de 30 de junio de 1986 a 14 de abril de 1992. Págs. 27 vuelta a 47. Sin catalogar.

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continuidad y no quebrar la línea de actuaciones de la anterior Dirección. La nueva directora, que era en aquellos momentos agregada de Geografía e Historia y más tarde catedrática, se comprometió en principio para ejercer como tal durante un año.

Desde el primer momento trató de superar los resquemores y malos enten-didos, ajenos a su persona, que se habían producido en la elección del director, y se ofreció para conseguir el acercamiento entre la Administración y los componentes del Claustro de Profesores. Su Equipo Directivo estuvo constituido por Teresa Varela An-cochea (vicedirectora), José Antonio Pereda Arce (secretario), Higinio Sainz Abascal (vicesecretario), Vicente Ballesteros Ayllón (jefe de Estudios Diurnos) y Carmen Anievas Gómez (jefa de Estudios Nocturnos).

No presentó programa alguno de intenciones, pero sus acciones y las del Equi-po Directivo se encaminaron a la consolidación de las que se habían emprendido en los años pasados, sin que ello supusiera el abandono de la consecución de otras metas. En consecuencia, fijó su atención en: conseguir un funcionamiento continuo del Pabellón Polideportivo; las nuevas necesidades de remodelación del Aula de Audiovisuales, de la Secretaría y la legalización y normalización del bar del Centro; apoyar el Programa de Educación Ambiental del Ministerio de Educación; los intercambios de alumnos con Inglaterra y Francia; reparar el muro de la zona este y cerca norte; colocación de bancos en el patio y cubos y jaboneras en los servicios; creación de una Asociación de Astronomía; sin olvidar cuestiones como la reelaboración del Reglamento de Régimen Interior para incorporar la Carta de Derechos y Deberes de los Alumnos y la difusión y debate de los documentos referentes al Libro Blanco para la reforma educativa, y el impulso de las actividades teatrales284.

Para conseguir aquellas metas, en 1990 intentó renegociar los acuerdos de pu-blicidad que el Instituto tenía con la Caja de Ahorros (Caja Cantabria) en el Pabellón Polideportivo, con la finalidad de lograr el aumento de las 80.000 pesetas que se re-cibían en aquellos momentos, para poder aplicarlo a la mejora del mismo, lo que se materializó en la consecución de 160.000 pesetas por el anunció que CASYC mantenía en aquella edificación.

Prosiguiendo en la consecución de aquellos objetivos, se pintaron las aulas y las fachadas que estaban pendientes y se marcó como próxima meta el arreglo y adecenta-miento de la valla norte que cerraba el perímetro del Instituto.

Antes de que se cumpliera el año al que se había comprometido como direc-tora, le quedó tiempo a la Dirección para participar en el concurso de selección de centros, que “integren los medios audiovisuales en proyectos educativos”, con el apo-yo de los seminarios de Francés, Inglés, Lengua y Literatura Española y Geografía e Historia; presentar un proyecto del Seminario de Geografía e Historia de Innovación Pedagógica, concebido como desarrollo del Diseño Curricular Base, adelantándose a

284.- Archivo del IES José María de Pereda. Libro de Actas del Claustro, del 17 de noviembre de 1986 a 27 de junio de 1995. Sin catalogar. Libro de Actas del Consejo Escolar, de 30 de junio de 1986 a 14 de abril de 1992. Págs. 47 vuelta a 63 vuelta. Sin catalogar.

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la generalización de la reforma educativa; hacer gestiones, sin resultado práctico, ante el Ayuntamiento para habilitar un aparcamiento para el Instituto; aprobar una nueva EATP del Seminario de Lengua y Literatura, para solventar la problemática que gene-raba el BUP, al no impartirse Lengua nada más que en primero y en COU; realizar vi-sita, acompañada de la directiva de la Asociación de Padres, al director provincial, para recordarle la denuncia realizada mediante escrito sobre el mal estado de las persianas y su elevado mantenimiento, e insistirle en la necesidad de remodelar con recursos de la Dirección Provincial el Aula de Audiovisuales y las Oficinas de la Secretaría, recibiendo como respuesta que la partida habilitada para tal fin había tenido que ser empleada, por imprevistos de fuerza mayor, en una obra de otro instituto.

La marcha triunfante de su gestión, en este primer año, se vio empañada por varios incidentes:

a).- El primero estuvo relacionado con su nombramiento como directora, pues un sector de los profesores, los críticos que habían apoyado la candidatura rechazada por el Consejo Escolar, presentó una denuncia sin fundamento ante los sindicatos, que causó su disgusto y su total desacuerdo, y que la llevó a reiterar su disposición al diálogo y su entrega al Centro.

b).- El segundo giró en torno a las actividades teatrales del Instituto que dirigía el profesor Fernando Llorente, que dieron lugar al rechazo por los profesores que inte-graban el Consejo Escolar de una obra, considerada inadecuada, y que no dejaba de ser similar a las que habían visto en otros lugares. En este caso tuvo que rebajar la ten-sión en el Consejo Escolar, dejando claro que la censura se tenía que haber ejercido con anterioridad si se consideraba que la obra carecía de los valores educativos requeridos.

c).- El tercero nació de las quejas de un padre por el supuesto maltrato recibi-do por su hijo en la excursión a Londres, que la llevó a ofrecerse como intermediaria entre aquel y los profesores responsables del viaje, lo que fue rechazado y acompañado de una carta de renuncia de aquellos para realizar un próximo viaje. El contenido del escrito no fue admitido por la Dirección, alegando que el padre ya había sido recon-venido en la reunión que había mantenido con la Asociación de Padres donde dejó clara la dedicación de los profesores hacia los alumnos. Hizo aflorar nuevas tensiones y resquemores entre el grupo crítico, que había apoyado la candidatura rechazada del pretendiente a la Dirección, y la Dirección del Centro.

c).- En cuarto lugar las ya habituales amenazas de bomba que obligaron a nu-merosos desalojos y la huelga de los alumnos. Este último dio lugar a que los padres se mostraran contrarios y que, ante el temor de que se perdieran muchas explicaciones, rogaran al Claustro que estableciera que mientras durase cualquier huelga no corriera materia en las diferentes asignaturas. Apoyaron su petición manifestando por escrito que ellos creían que la Constitución no amparaba la capacidad legal de sus hijos para decidir la asistencia o no a clase, que dentro de los derechos y deberes de los alumnos no se contemplaba el derecho de huelga y que por ello no se debía dejar que se votara este tipo de cuestiones en las horas lectivas. Naturalmente no hubo contestación a estas pretensiones de los padres.

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En el mes de junio de 1990, al cumplirse el plazo para el que se había com-prometido como directora, se volvieron a plantear elecciones. No hubo ninguna can-didatura y por lo tanto fue confirmada para seguir otro curso. No cambió su Equipo Directivo.

En el curso 1990-91285, la búsqueda de recursos económicos con los que com-pletar las dotaciones del Centro, por insuficiencia de los presupuestos oficiales, llevó a ponerse en contacto con el Banco Santander para pedirle algún tipo de aportación, argumentando que las cuentas del Instituto estaban allí depositadas. Lograron que fi-nanciara una parte importante de la informatización de la gestión del Instituto. Para-lelamente se negoció con la Electra de Viesgo un contrato de doble tarifa para reducir la cuantía de los gastos de energía eléctrica, y se consiguió que la Asociación de Padres, como había hecho en otras ocasiones, comprara libros para la Biblioteca del Centro por valor de 380.000 pesetas. No se olvidaron de seguir insistiendo en la Dirección Provincial sobre las muchas necesidades que tenía el Instituto, consiguiendo arrancarle 3 millones de pesetas para remodelar las zonas acordadas y convertir la Capilla en Aula de Audiovisuales.

Las obras previstas se efectuaron a lo largo del verano y se complementaron con el pintado de pasillos y seminarios, completándose con el cambio de algunas piza-rras y persianas en las aulas. La remodelación de la planta baja dio como resultado, al suprimirse la Capilla, la consecución de tres nuevas aulas que se emplearon para acti-vidades audiovisuales. El mobiliario de aquella y el altar fueron donados al Obispado y para no herir susceptibilidades de índole religiosa se acordó la compra de un altar portátil que costó 50.000 pesetas.

Todo fue insuficiente, ya que el tan traído y llevado asunto de las goteras y ca-nalones y el de la casa del conserje quedaron en el aire. A estos problemas se le añadió uno nuevo, el del Salón de Actos, que se inundaba constantemente en los momentos de lluvia, como consecuencia de la rotura del alcantarillado. Ante el peligro que com-portaba y el deterioro que suponía, fue arreglado rápidamente por la Unidad Técnica de la Delegación Provincial, lo que supuso una inversión de 7 millones de pesetas. Cantidad que tuvo que ser suplementada con posterioridad para acuchillar y barnizar el escenario.

El final del curso 1990-91 se vio empañado por dos nuevas puyas lanzadas por quienes se habían venido mostrando críticos con la Dirección: Día de Europa y huelga del personal laboral. El primer incidente que generó protestas y aclaraciones vino de la mano de una llamada telefónica de la Oficina de Europa solicitando el Salón de Actos para la celebración institucional del Día de Europa. La directora justificó su decisión explicando que, ante la premura de tiempo, accedió a conceder el permiso sin convocar previamente al Consejo Escolar, pero comunicándoselo telefónicamente a los padres

285.- Archivo del IES José María de Pereda. Libro de Actas del Claustro, del 17 de noviembre de 1986 a 27 de junio de 1995. Sin catalogar. Libro de Actas del Consejo Escolar, de 30 de junio de 1986 a 14 de abril de 1992. Págs. 63 vuelta a 89 recto. Sin catalogar.

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que integraban el mismo, oralmente a los alumnos y mediante un anunció, en la sala correspondiente, a los profesores. Lo curioso de este asunto que tanto revuelo generó fue que la celebración no se llevó a cabo por ausencia de participantes. El segundo incidente estuvo relacionado, por un lado, con la acusación por el mismo grupo de profesores críticos de que la puerta del Instituto había sido abierta desde dentro para abortar de alguna manera la huelga del personal laboral en curso y, por otro, con la forma en que se recogieron los partes del día. En resumen, se acusaba a la Dirección de falta de respeto al personal laboral y a sus justas reivindicaciones. La Dirección en total desacuerdo y en su descargo explicó que aquel día la oficina no había expedido ni tramitado ningún expediente, ni se había recibido ni expedido correo alguno, y que la puerta fue abierta por un cerrajero ante la existencia de palillos en la cerradura.

Cumplido su mandato dio paso a una nueva Dirección, no sin antes hacer un balance de sus gestiones a las que añadió, además de las ya comentadas, los proyectos pedagógicos que se habían puesto en marcha; el arranque de un grupo de montañismo y senderismo; la creación de la Hemeroteca del Centro; el éxito de la Feria del Libro; la reedición de la revista; las charlas ofertadas, entre las que destacó la de Jesús Cabezón sobre la Comunidad Europea, y el compromiso de una visita de 40 alumnos al Parla-mento Europeo (Estrasburgo). Pero lo más significativo fue el esfuerzo que se efectuó para estudiar y dar a conocer la Reforma Educativa entre profesores y padres.

En este último sentido debemos añadir que el día 13 de septiembre de 1990 se aprobó el texto de la LOGSE (Ley 1/1990 de Ordenación General del Sistema Educativo286), que propiciaba una educación institucionalizada en conformidad con las circunstancias y demandas de la sociedad del momento. El nuevo sistema educativo, al secuenciar nuevamente el conjunto de los pasos que deben llevar al alumno desde la Educación Infantil a la Universidad o al mundo laboral, previó la ampliación de la Educación Obligatoria, haciendo posible una etapa con identidad y caracteres propios, situada entre los 12 a los 16 años. Es la de la Educación Secundaria Obligatoria, piedra angular del nuevo sistema por lo decisivo de la etapa y colmar aquella vieja aspiración de la que hablaba Manuel B. Cossío en 1919, “... para reformar nuestra segunda en-señanza se necesitaría cambiar su actual régimen meramente instructivo... ofreciendo así ocasión para que se produzca... la plena educación intelectual y con ella la del sentimiento y el carácter... que abraza desde el pensar y el discurrir hasta la limpieza corporal y el refinamiento de las maneras; la armoniosa salud, en suma, del cuerpo y del espíritu”.

Esta fase del Sistema Educativo, novedosa por su obligatoriedad y contenidos, reorganizó los dos últimos años del ciclo superior de la Educación General Básica y la amplió en dos años más. Así, la ESO quedó organizada en dos ciclos de dos años cada uno, de manera que se mantuvo la estructura cíclica a lo largo de la Educación Obli-gatoria. Desde esta perspectiva el ciclo se constituyó como el parámetro organizador y temporalizador del currículo, pero siempre en una estructura más amplia que es el sexenio (Educación Infantil o Preescolar, Educación Primaria, Educación Secundaria).

286.- BOE. Nº 238, de 4 de octubre. Págs. 28.927 a 28.942.

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El primer ciclo de la ESO abarca la etapa 12-14 años; el segundo ciclo, la etapa 14-16 años.

Además, la Ley de Ordenación General del Sistema Educativo, en su Artículo 4.1, definió con claridad lo que el legislador entendía por currículo:

“... el conjunto de objetivos, contenidos, métodos pedagógicos y criterios de evaluación de cada uno de los niveles, etapas, ciclos, grados y modalidades del sistema educativo que regulan la práctica docente”287.

Es decir, adoptó una definición integradora pues completaba el institucionalis-mo europeo con el sentido omnicomprensivo del mundo anglosajón al incluir no solo las finalidades, los contenidos y los objetivos, sino también su justificación, métodos didácticos y evaluación. Era la respuesta al nuevo contexto social que había venido desarrollándose en España durante las últimas décadas y la incorporación a las Mesas Europeas de Educación, celebradas durante las últimas décadas (1970-1980), donde se puso de manifiesto la necesidad de construir los lineamientos generales de un Sistema Educativo de la Europa Comunitaria, y la oportunidad de un currículo con cimenta-ción en los paradigmas pedagógico conceptual (Ausubel) y ecológico (B. Eliade). Pero, también, respondía a la existencia de grupos de expertos (psicólogos, sociólogos, di-dactas...) que, dentro de nuestro país, colaboraron en la confección del DCB (Diseño Curricular de Base) y la expansión de las doctrinas del aprendizaje significativo.

Precisamente fueron los documentos del DCB (carta magna del sistema educa-tivo) los que más fueron trabajados por los profesores del Instituto a lo largo del curso 1989-91, tras empaparse de la bibliografía al uso288, para tratar de establecer un nuevo currículo escolar abierto, flexible y adaptable al Estado de las Autonomías contrapuesto a un currículo anterior cerrado, partiendo de la base de que es la Administración Cen-tral la que prescribe normativamente la arquitectura común (intencionalidad, opor-tunidad y estrategias) donde se formulan los objetivos, contenidos mínimos, métodos y criterios de evaluación propios de las distintas etapas del Sistema Educativo289, y sin olvidar que las administraciones educativas autónomas con competencias educativas matizan el DCB definido por la Administración Central e introducen objetivos y con-tenidos de etapa nacidos de sus propias peculiaridades (Lengua, Geografía e Historia,

287.- Ley Orgánica de Ordenación General del Sistema Educativo. Pág. 23. Centro de Publicaciones del MEC. Secretaría General Técnica. Madrid, 1990.288.- J. M. Moreno: El diseño curricular del centro educativo. Alhambra Longman. Madrid, 1990. J. L. Ro-dríguez Diéguez: Currículum, acto didáctico y teoría del texto. Madrid. Anaya, 1985. J. Gimeno Sacristán: El currículum: una reflexión sobre la práctica. Madrid. Morata, 1988. M. W. Apple: Ideología y currículo. Madrid, 1986. Educación y poder. Barcelona, 1987. H. Lobrot: Pedagogía institucional. Humanitas. Buenos Aires, 1966. L. Stenhouse: Investigación y desarrollo del currículum. Morata. Madrid, 1984. J. Elliot: La investigación-acción en educación. Madrid, 1986. C. Coll: Diseño curricular base y proyectos curriculares. Cuadernos de Pedagogía. Nº 168. Págs. 8-14. M. A. Zabalza: Diseño y desarrollo curricular. Narcea. Madrid, 1987. M. Rodríguez Rojo: El proyecto curricular. En Prácticas de Enseñanza. Marfil. Alcoy, 1991.289.- Enseñanzas Mínimas. RD. 1007/91, de 14 de junio. BOE, de 26 de junio de 1991. En el caso del territorio MEC la matización se estableció mediante el RD 1345/91, de 6 de septiembre (BOE del 13 de septiembre de 1991).

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Entorno Natural, Cultural, Social, Tradiciones, Costumbres, Arte...).

Todo fue agradecido por el nuevo director.

8.- Nuevo tipo de gestión: Fernando Llorente de la Peña (1991-1994)

En el mes de junio de 1991 fue elegido director Fernando Llorente de la Peña, agregado de Filosofía. Lo que pareció que iba a ser una larga etapa de dirección se convirtió en un único mandato. Fiel a su actitud crítica se mostró, como en otras mu-chas ocasiones, contrario y disconforme con la norma mediante la cual tenían que ser elegidos los cargos directivos propuestos por él. Con él se implantó el turno vespertino y el Instituto alcanzó el máximo de alumnos desde el comienzo de su historia.

Su Equipo Directivo lo integraron Julio Nieto Berrocal (vicedirector), Francisco Pellón Bilbao (secretario), Higinio Sainz Abascal (vicesecretario), Javier Bonet Maza (jefe de Estudios Diurnos), Fernando García Domínguez (jefe de Estudios Nocturnos), Joana María Poulussen (jefa de Estudios Vespertinos).

Abrió su mandato exponiendo el programa de gobierno que quería materiali-zar. Iba desde las cuestiones internas del Centro, como tutorías, evaluaciones, recupera-ciones, repasos y profundizaciones, faltas de asistencia, organización de alumnos, hasta las actividades extraescolares en las que se incluían un taller de cerámica, teatro, revista, montañismo, excursiones, intercambios de alumnos...290

Desde el comienzo de su mandato quiso implicar a los profesores y a los padres en la marcha y las actividades del Instituto pues él se sintió siempre (así lo manifestó en entrevista concedida a la revista del Instituto) un “coordinador de la acción articulada de todos los que estamos implicados en esta labor, es decir, los profesores, los alumnos y los padres de los alumnos”291. Para lograrlo, aunque no tuvo muchas respuestas posi-tivas, les requirió para que le presentaran por escrito aquellas ideas que consideraran más adecuadas para llevarlas a la práctica. Ideas que previamente se discutirían en las reuniones programadas al efecto.

Algunos de sus logros fueron la activación del grupo de teatro del Centro, co-nocido con el nombre de Cábula, del que fue su alma mater, y la publicación de una nueva revista, por muerte de la anterior, con el nombre de Palabras Mayores. Revista, rea-lizada en ciclostil, de en torno a 35 páginas, que tuvo diferentes equipos de redacción (Javier Bonet, Ana Gómez, Jesús Gutiérrez, Isabel Gutiérrez, Eduardo Gómez...), en la

290.- Archivo del IES José María de Pereda. Libro de Actas del Claustro, del 17 de noviembre de 1986 a 27 de junio de 1995. Sin catalogar. Libro de Actas del Consejo Escolar, de 30 de junio de 1986 a 14 de abril de 1992. Págs. 88 vuelta a 99 vuelta. Sin catalogar. Libro de Actas del Consejo Escolar de 7 de mayo de 1992 a 14 de noviembre de 1996.291.- Número de diciembre de 1991. Entrevista al nuevo director Fernando Llorente.

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que participaron con sus artículos profesores y alumnos, que escribieron de actualidad, música, poesía, Semana Cultural, viajes, historia, cómic..., es decir, de todo aquello que tuviera interés para los alumnos del Centro. Editada un par de veces al año, alargó su vida hasta finales de la década de 1990.

La primera cuestión que tuvo que abordar fue la referente al Proyecto Atenea, cuyo origen era la masiva petición de los alumnos para cursar la materia de Informática viéndose desbordada el aula, lo que provocaba que no funcionara correctamente. Para resolverlo, de manera provisional, se adoptó el acuerdo de que los alumnos que pidieran esta materia la cursaran en un único curso y aumentar la oferta de materias optativas.

El segundo asunto que ocupo su atención fue el del Pabellón Polideportivo, dado su mal estado general, al que le salieron dos novias en 1991. La primera, un club privado que propuso hacerse cargo de los arreglos del Pabellón a cambio de la firma de un contrato de exclusividad por cinco años. El acuerdo implicaba el uso de esta de-pendencia del Centro a partir de la finalización de las clases e incluía el mantenimiento de la misma a partes proporcionales con el Instituto. La segunda, el Ayuntamiento de Santander que mostró su disposición a llevar esta instalación, previa su puesta a punto con algunas inversiones sin concretar, y su mantenimiento.

El Claustro rechazó ambas propuestas y se siguió alquilando a diferentes clubes aumentando la cantidad por derechos de uso a 2.000 pesetas por módulo, y dejando claro, a propuesta de la Dirección, que del dinero que se obtuviera durante el curso, 1.000.000 de pesetas, se destinaría a encargar un proyecto de arreglo integral, que se presentaría a la Dirección Provincial. A esa cantidad de dinero habría que sumarle la petición, por adelantado, de otro millón de pesetas, que saldría de los clubes que usaban el Pabellón, y lo que aportara la Asociación de Padres. Con estos atractivos se pretendió engatusar a la Dirección Provincial para que aportara el resto de la cantidad necesaria para solventar, de una vez por todas, todos los problemas de la instalación.

Nada de esto se pudo materializar en algo práctico por el rechazo de los clubes, que alegaron falta de fondos para aportar las cantidades que se les requería, y por la falta de interés de la Dirección Provincial, pues no entraba en sus planes lo que se le proponía por tener comprometidos sus presupuestos en otros asuntos. La Dirección del Centro, ante esta tesitura, encargó a Escayolas Ciriaco S. L. el arreglo del techo del pri-mer piso para que no se deteriorara aún más, no sin antes volver a insistir a la Dirección Provincial para que enviara un técnico que comprobase las múltiples deficiencias, sobre todo las del suelo.

La Dirección del Centro acabó rindiéndose a la evidencia de que era impo-sible aumentar en aquellos momentos (1992) los ingresos procedentes del alquiler. El Ayuntamiento, necesitado de instalaciones deportivas del tipo del Pabellón, procedió a arreglar la entrada y a colocar focos nuevos en su interior, de menor potencia, con el fin de ahorrar consumo y dinero en la factura de la luz.

El tercer punto que requirió su atención, y la convocatoria de un Claustro Ex-traordinario, fue el de la adjudicación por parte de la Dirección Provincial de un turno

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vespertino para 1º de BUP en el curso 1992-93.

En el mes de febrero (1992) el director fue requerido vía telefónica por el direc-tor provincial para comunicarle que se había tomado la decisión de implantar un tercer turno (vespertino) en el Instituto José María de Pereda. Los motivos que adujo fueron las necesidades de escolarización; la constatación de que la experiencia, en este sentido, del Instituto Santa Clara no había resultado tan mala y el hecho de que el Instituto contaba ya con Estudios Nocturnos, por lo que ofrecía más posibilidades estructurales y de horario que otros.

La decisión de la Dirección Provincial fue rechazada por los profesores y por los padres. Los primeros decidieron enviar un escrito, en el que manifestaban su des-acuerdo por razones pedagógicas, organizativas y de programación general, pidiendo se buscaran otras fórmulas más adecuadas. Los segundos, aunque algunos mostraran cierta simpatía por su puesta en marcha aduciendo ventajas numéricas en las clases (32 alumnos), se alinearon con el escrito del Claustro y decidieron elaborar y firmar un escrito similar, pero propio, al representar a otro sector de la comunidad escolar.

Los esfuerzos para evitar la implantación del vespertino no dieron los resulta-dos apetecibles. En sucesivas reuniones con la Dirección Provincial se analizaron las posibles dificultades de estructura y organización que se pudieran tener. Todas se con-sideraron superables haciendo un doble turno de actividades y suprimiendo algunas clases. Fue entonces cuando la Dirección del Centro propuso que para encajar el turno vespertino con el menor daño posible cabía la posibilidad de establecer un turno matu-tino en jornada continua, en vez de la jornada partida actual. La propuesta fue enviada por escrito a la Dirección Provincial y se decidió no llevar a cabo ningún tipo de medida de presión mientras no se obtuviera una respuesta.

La contestación de la Dirección Provincial llegó en el mes de mayo y para ana-lizarla fue convocado un Claustro Extraordinario. En aquella se ponía de manifiesto que el Instituto tendría vespertino el próximo curso por no haberse podido construir un nuevo instituto, por falta de suelo y, en consecuencia, la enorme demanda de escolari-zación tendría que ser absorbida por los actuales centros. Dado que la decisión sobre el turno vespertino era ya irreversible, el director propuso, y fue votado favorablemente por los profesores, la introducción de una nueva organización horaria del Centro: tur-no matutino en jornada continua (de 8:30 a 14:15 horas), turno vespertino (de 15:00 a 20:00 de la tarde), turno nocturno (de 18:00 a 22:30 horas) y cuyas dos primeras clases coincidirían con las dos últimas del vespertino. Algunos profesores en desacuerdo con el vespertino propusieron la dimisión de todo el Equipo Directivo, siendo rechazada.

Por otro lado, el director, que había basado su programa de gobierno, entre otras cosas, en la colaboración de los profesores, pronto se vio en cierta manera de-cepcionado. En unas reflexiones ante el Claustro les recordó que les había pasado una encuesta y que en sus respuestas se habían comprometido a velar por el orden y la limpieza del Centro, a oponerse al turno vespertino, a mantener reuniones periódicas para conocer la nueva Enseñanza Secundaria Obligatoria y el nuevo Bachillerato, y la realidad era que la colaboración y participación había sido escasa hasta el momento.

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Algún profesor se tomó la queja como si fuera una regañina del padre hacia el niño que no cumple con la palabra dada y justificó las ausencias por el mucho trabajo que les estaba ocupando la redacción de las memorias de acceso a cátedras.

El curso escolar de 1991-92 se cerró con una pequeña remodelación del Equi-po Directivo por jubilación del vicesecretario, que fue sustituido por Concepción Cas-anueva Muñoz.

En el curso 1992-93292, además de insistir en la línea planteada, que se reflejó en la Programación General Anual donde se establecieron las prioridades (Acción Tu-torial, Juntas de Evaluación...), se trató de poner el acento en la informática, los medios audiovisuales y el perfeccionamiento del profesorado mediante actividades a realizar en el propio Centro, sin olvidar la potenciación de la Asociación de Alumnos para con-cienciarlos de los problemas que tenía el Instituto e implicarlos en posibles soluciones.

Tal como se había explicitado en el curso anterior, en la solución provisional sobre informática, se procedió a ampliar las materias optativas proponiéndose cuatro nuevas por diferentes seminarios, sin tener claro si iban a ser aprobadas por la próxima puesta en marcha de la reforma educativa. Al mismo tiempo se pidió que se limitaran los grupos de alumnos en estas nuevas materias para que fuera el profesor que las pro-ponía el que las impartiera.

Cuando parecía que todo marchaba con tranquilidad apareció un proyecto que requirió de nuevas atenciones, la Enseñanza a Distancia. Es decir, lo que estaba po-niéndose en marcha era la reorganización de este tipo de enseñanza que había nacido mucho antes293 y que en aquel año daba servicio a 22.000 alumnos en las comunidades autónomas en las que el MEC todavía tenía competencias. Evidentemente el hecho causaba numerosos quebrantos a los afectados y muchos pensaron que lo mejor era abandonar los estudios, incluso profesores y alumnos pidieron que se retrasara la puesta en vigor de la nueva normativa que imponía la desaparición y creaba su sustituto, el CIDEAD (Centro de Innovación y Desarrollo de la Educación a Distancia).

La Dirección del Centro, interesada por las perspectivas que podría abrir la implantación de este tipo de estudios en el Instituto, pidió todo tipo de información a la Dirección Provincial para conocer dónde se iba a impartir y decidió llevar el asunto al Claustro para debatir su solicitud o no. La propuesta de petición fue aprobada y poste-riormente al Centro se le concedió la implantación de este tipo de estudios.

En otro orden de cosas, el año 1993 trajo consigo el cese del director provin-cial y el nombramiento de otro, lo que dio pie para pedir una entrevista con el recién

292.- Archivo del IES José María de Pereda. Libro de Actas del Claustro, del 17 de noviembre de 1986 a 27 de junio de 1995. Sin catalogar. Libro de Actas del Consejo Escolar, de 30 de junio de 1986 a 14 de abril de 1992. Págs. 88 vuelta a 99 vuelta. Sin catalogar. Libro de Actas del Consejo Escolar de 7 de mayo de 1992 a 14 de noviembre de 1996.293.- Creación del INBAD. Decreto 2408/1975, de 9 de octubre. BOE. Nº 248, de 16 de octubre. Págs. 21.784-85. Calendario de cese de las actividades. Orden de 3 de febrero de 1993. BOE. Nº 38, de 18 de febrero. Pág. 4.601.

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nombrado para transmitirle los problemas de deterioro que padecía el Centro. El direc-tor provincial se decidió por enviar a los técnicos para que revisaran las instalaciones. Detectaron la necesidad de proceder a arreglar fachadas, puertas, ventanas, tejado... y se comprometieron a realizar las obras progresivamente, dependiendo del dinero dis-ponible en cada momento. Como pasa muchas veces, las promesas se las llevó el aire y solamente quedaron en pie las intervenciones en las puertas exteriores (cambio de sentido) y el repaso del suelo del escenario del Salón de Actos.

Decepcionados por la falta de receptividad de la Dirección Provincial decidie-ron por unanimidad enviar una carta al director provincial expresando el disgusto y malestar porque, una vez más, sus justas y reiteradas peticiones habían sido desoídas y las urgentes reparaciones del Centro, nuevamente desatendidas. Terminaron pidiendo se acometiera la reparación exterior del Centro lo antes posible, dada la precaria situa-ción. La Dirección Provincial, tratando de calmar los ánimos, respondió que entre 1994 y 1996 se producirían reparaciones en profundidad, siempre que las disponibilidades económicas lo permitieran.

La Dirección, por su parte, tuvo que abordar el arreglo de las persianas de siete aulas; la compra de tres vídeos portátiles y la habilitación de tres locales, uno por piso, para guardarlos; la instalación de una red para conectar los ordenadores de la Secre-taría y la Jefatura de Estudios, y la reorganización del Aula de Informática. Completó estas actuaciones con la petición al Ayuntamiento de un vado de aparcamiento para uso exclusivo del Centro, la aprobación de instalar un portero automático en la puerta de acceso y la compra de un equipo de música, una aspiradora y un fax, además de un vídeo proyector para el cine fórum.

Un viejo conocido volvió a reaparecer en el Pabellón Polideportivo y en algu-nas aulas, las goteras, que requirieron una acción rápida por parte del fontanero que periódicamente chequeaba las instalaciones. Este y otros arreglos supusieron aquel año la inversión de la nada despreciable cantidad de 4.938.000 pesetas que demostraba las carencias de las edificaciones.

El curso finalizó con la comunicación por la Dirección Provincial de que el turno vespertino iba tener su continuidad con la puesta en marcha del segundo curso y con el paso de los repetidores de aquel al turno matutino. Este último anunció provocó el rechazo del Equipo Directivo, que pidió que no se hiciera, ya que creían que lo me-jor era hacer dos grupos de repetidores más pequeños en el turno vespertino porque ya había listas de espera y exceso de repetidores en el turno matutino. La postura fue avalada por la Asociación de Padres. La cuestión se resolvió a favor de la postura de la Dirección Provincial cuando comprendieron que carecían de fuerza, y se constató que no había sido necesario rechazar a ningún repetidor ni proceder a enviar a la Comisión de Escolarización a ningún alumno.

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En los comienzos del curso 1993-94294, por un lado, se tuvo que hacer una pequeña remodelación del Equipo Directivo: el jefe de Estudios Diurnos, Javier Bonet, fue sustituido por Ana Isabel Méndez Salmón; por otro lado, recibió, al igual que otros directores, una regañina por el incumplimiento del calendario de actividades del mes de septiembre enviado por la Dirección Provincial. Para que no volviera a suceder, los directores pidieron que para el próximo curso se les consultase y se organizasen las actividades de acuerdo con ellos. Lo que así se hizo constituyendo diversas comisiones.

En la primera reunión se trataron temas presupuestarios, calendario del próxi-mo curso y escolarización. El Instituto no salió muy bien parado ya que en lo que se refirió a la cantidad que iban a recibir era menor, en 500.000 pesetas, que la del año anterior. Las protestas no se hicieron esperar y el director las transmitió. Se les pidió templanza y paciencia mientras se estudiaba la posibilidad de aumentar el dinero de la asignación. Esto no convenció a nadie y se decidió protestar mediante un escrito.

Las tensiones entre profesores, aunque solapadas, se manifestaron en algunas ocasiones públicamente como sucedió con el nombramiento como inspector accidental de uno de los profesores del Claustro, al que se le dio la enhorabuena haciendo constar en el acta las felicitaciones por su nombramiento, provocando reacciones contrarias de algunos de sus compañeros que obligó a retirar la propuesta. Incluso el director se dirigió por escrito a la Dirección Provincial para manifestar su desacuerdo por la im-pertinencia del procedimiento y las inconveniencias del momento del apartamiento de las clases y otras actividades, pidiendo retrasar el nombramiento.

Los dos asuntos más importantes del último curso295 escolar del Equipo Direc-tivo encabezado por Fernando Llorente podemos resumirlos en:

a).- LOGSE: aunque se había aprobado en septiembre de 1990, todavía no se había elaborado un mapa escolar sobre la implantación de la misma. En el Instituto se desconocía en qué momento se iba a poner en marcha y la información que tenían los profesores sobre ella era escasa. Tratando de suplir esas carencias se decidió organizar reuniones informativas, con invitación de profesores que estuvieran trabajando en el marco de la Ley, ya que su puesta de largo no llegó hasta 1995.

b).- Educación de Adultos: en el mes de octubre de 1993 la coordinadora de Educación de Adultos y el jefe de Programas Educativos de la Dirección Provincial de Educación hablaron con el director para pulsar la posibilidad de ocupar entre cuatro y seis aulas del Instituto para desarrollar en ellas el programa de Educación de Adultos. El director expresó su oposición por las inconveniencias de mezclar jóvenes y adultos en el mismo centro y a las mismas horas, problemas de inserción y otras muchas razones.

294.- Archivo del IES José María de Pereda. Libro de Actas del Claustro, del 17 de noviembre de 1986 a 27 de junio de 1995. Sin catalogar. Libro de Actas del Consejo Escolar de 7 de mayo de 1992 a 14 de noviembre de 1996. Sin catalogar.295.- Archivo del IES José María de Pereda. Libro de Actas del Claustro, del 17 de noviembre de 1986 a 27 de junio de 1995. Sin catalogar. Libro de Actas del Consejo Escolar de 7 de mayo de 1992 a 14 de noviembre de 1996. Sin catalogar.

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Parece ser que las razones aducidas por el director no fueron lo suficientemen-te convincentes porque la Dirección Provincial decidió seguir con sus planes, oída la Inspección y leídos sus informes técnicos. Convocó al director a una reunión donde le comunicaron la decisión, y aquel volvió a oponerse e indicar que ante la imposición reuniría al Equipo Directivo del Centro para obrar en consecuencia.

Planteada la cuestión al Equipo Directivo, este decidió presentar su dimisión ante el Consejo Escolar. Cuando se iba a materializar la decisión tomada se recibió una llamada telefónica del director provincial en la que se comunicó que ante la negativa mostrada y las razones expuestas se estaba reconsiderando la decisión de implantar el programa de Educación de Adultos en el Instituto José María de Pereda.

Algunos profesores que habían trabajado en el programa de adultos desde el Ayuntamiento y la Asociación de Vecinos del Barrio San Francisco pidieron que el tema fuera tratado por el Consejo Escolar y rechazaron la postura de dimisión, aunque la considerasen muy respetable. Los consejeros apoyaron la dimisión de la Dirección y aprobaron, a su vez, su propia dimisión en el caso de que se hiciera efectiva la implan-tación del programa de adultos. Nunca se hizo.

c).- Educación a Distancia296: La Dirección Provincial en el mes de mayo de 1994, tras visita girada por el propio director provincial, acompañado de inspectores, indicó que cabía la posibilidad de la implantación progresiva de la Educación a Dis-tancia. Más tarde la propuesta fue detallada en visita efectuada al Centro por el jefe de Programas Educativos y su séquito. Consistía en establecer en los próximos dos años la totalidad del nuevo programa, lo que iría acompañado de la supresión paulatina del turno nocturno (un curso por año), que comenzaría en el mes de octubre, con lo que en cuatro años quedaría suprimido el nocturno e instalada la EGB (Educación General Básica) con el Bachillerato y la Formación Profesional a distancia.

El ofrecimiento de la Dirección Provincial tenía que obtener el visto bueno del Claustro ya que si la rechazaba se propondría a otro centro. La respuesta del Claustro fue mayoritariamente afirmativa.

d).- Obras: Las promesas hechas por la Dirección Provincial por cuantía de 30 millones de pesetas para reparar las fachadas y cubiertas del Instituto pronto se disol-vieron como un azucarillo en un vaso de agua. Aquella cantidad se redujo a entre 2 y 5 millones de pesetas, con lo que quedaban mermadas las posibilidades de corregir los graves defectos que se venían arrastrando de años atrás. Este hecho fue una nueva decepción que se sumaba a las pasadas y al escaso presupuesto del Instituto para aquel año. Quizás para sacudirse la mala conciencia y compensar la merma económica co-municada anunciaron, tras visita al Pabellón Polideportivo, la posibilidad de ejecutar su pintura exterior, el arreglo de la cubierta y el suelo que estaban en un estado extre-madamente malo.

296.- Vide, entre otros, Mario Rodríguez Alvariño: Evolución de la oferta educativa para adultos: de la educación a distancia a los centros de segunda oportunidad. Revista del Consejo Escolar del Estado. Nº 9. Noviembre 2008. Págs. 30-52. En http://studylib.es/doc/73366...

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El curso y su mandato se cerraron con la comunicación de que no iba a optar a la reelección.

9.- Beligerancia y sosiego: Fernando García Domínguez (1994-2000)

Conocida la decisión del director, y de su equipo anterior, de no presentarse para renovar los cargos por un nuevo periodo, y ante la ausencia nuevos candidato ya que nadie quería asumir el cargo, la Dirección Provincial se decantó por Fernando García Domínguez, agregado de Matemáticas. Su compromiso inicial fue por un año, luego por un mandato, y pasado el tiempo se convirtieron en dos. Con él, el Instituto iba a entrar en una nueva etapa, la de la Educación Secundaria Obligatoria y la nueva denominación “Instituto de Educación Secundaria (IES)”.

Su Equipo Directivo estuvo integrado por José Antonio Álvarez García (secre-tario), Ana Isabel Méndez Salmón (jefa de Estudios Diurnos), María del Carmen Polo Sobrón (jefa de Estudios Nocturnos), Blanca González Santos (jefa de Estudios Vesper-tinos) y José Antonio Pardo (jefe de Estudios del INBAD). En 1995 María Jesús Morlote Abascal fue nombrada jefa de Estudios adjunta.

El inicio de su andadura no fue muy halagüeño ya que, tras ser nombrado di-rector, se le pidieron aclaraciones sobre su nombramiento y el de otros nombramientos hechos por él en el Centro. En el primer caso explicó que él no se había presentado al cargo, como algunos miembros del Consejo Escolar se lo habían pedido, por el trabajo y compromiso que comportaba, y por su dedicación a la docencia universitaria y sus responsabilidades sindicales. Así se lo había manifestado a la Dirección Provincial cuan-do le propuso hacerse cargo del Instituto, pero a pesar de ello se le pidió que aceptase y aceptó. En el segundo asunto señaló que simplemente había seguido el criterio de antigüedad en la pertenencia a los proyectos y el hecho de que así se había procedido en otras ocasiones.

Superados estos primeros lances explicó el programa que se proponía desarro-llar. De él podemos destacar la aplicación de las novedades contenidas en la Programa-ción General Anual (aparición de la figura del representante en el CEP, la introducción de un descanso de 5 minutos entre clase y clase, y el horario de 25 horas semanales a las que se sumarían las actividades complementarias y de permanencia), el desarrollo del CIDEAD, el acondicionamiento del Pabellón Polideportivo, la reparación de los ven-tanales de la zona norte y el vestuario para personal no docente. Pero si hubo algo que destacó por encima de todo, con lo que tuvo que lidiar, fue la publicación en el BOE de la LOPEG y la implantación adelantada del segundo ciclo de la ESO.

La gestión de Fernando García Domínguez tuvo tres momentos:

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A).- Los años beligerantes (1994-1996)

Los dos primeros cursos de su mandato 1994-95 y 1995-96 se caracterizaron por:

a).- LOPEG (1995): Ley Orgánica 9/1995, de 20 de noviembre, de la partici-pación, la evaluación y el gobierno de los centros docentes297. Tercera ley presentada y aprobada por el PSOE, conocida como Ley Pertierra, cerró el círculo emprendido con la LODE y continuado con la LOGSE, y en consecuencia no deja de ser una profundi-zación de las citadas leyes. Este hecho queda puesto de manifiesto en la Exposición de Motivos al explicarse que lo que ahora se regulaba eran los principios constitucionales contenidos en el Artículo 27 de la Constitución, que ya habían sido objeto de desarrollo en las leyes anteriores. Tal regulación se hizo necesaria para “adecuar a la nueva reali-dad educativa el planteamiento participativo y los aspectos referentes a la organización y funcionamiento que se establecieron en la Ley 8/1985, de 3 de julio, reguladora del derecho a la educación”.

Implicó la reglamentación minuciosa de la elección y participación de los pro-fesores, las familias, el personal de administración y de servicios, los representantes municipales y los titulares de los centros privados para que se realizara en las óptimas condiciones. El Consejo Escolar se convirtió en la clave del Centro y de la actividad educativa pues se le otorgaron numerosos cometidos, y en esencia todo lo que se hiciera en el Centro debía pasar por él mismo para su conocimiento y su aprobación; incluso el Proyecto Educativo, las normas de funcionamiento, el modelo de organización pe-dagógica, el reglamento de régimen interior, la admisión de alumnos y el control del presupuesto económico y sus posibles ingresos al margen de la aportación anual de Ministerio de Educación.

Además, por un lado, incide sobre la necesidad de valorar adecuadamente la función docente con el propósito de establecer una “carrera docente”, de lo que se deriva la organización de la actualización permanente del profesorado y el fomento de la investigación e innovación educativa; por otro lado, impone la evaluación del propio sistema educativo y de los centros estableciéndose que la misma se desarrolle a tres niveles: el Instituto Nacional de Calidad y Evaluación lo hará a nivel del Estado; la inspección educativa mediante los correspondientes planes de evaluación a nivel de centro, y los departamentos didácticos de los centros a nivel de materia o asignatura. Naturalmente para hacer factible este desarrollo se regula y organiza la inspección edu-cativa (acceso, prácticas...).

La Ley, aprobada en las Cortes con los votos en contra del Partido Popular, Izquierda Unida y Coalición Canaria, fue rechazada de plano por los sindicatos de profesores al entender que abría la puerta a la privatización de la enseñanza pública. Fue derogada en el año 2006.

297.- BOE. Nº 278, de 21 de noviembre de 1991. Págs. 33.651 a 33.665.

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b).- Segundo Ciclo de la ESO y adaptación de espacios298: En el verano de 1994 la Dirección del Instituto recibió una notificación de la Dirección Provincial anuncian-do que en el curso 1995-96 se implantaría la ESO en todos los centros de Cantabria, con excepción del Barrio Pesquero. Se informó del proceso a seguir y calendario a aplicar. En principio, el Claustro se mostró favorable a su puesta en marcha, pero algu-nos de sus componentes, en total desacuerdo con el procedimiento y la incorporación anticipada, no dudaron en plantear la conveniencia de protestar por la imposición, argumentando las dificultades presupuestarias y el precedente del CIDEAD, que se ha-bía implantado sin haberle dotado previamente de instalación alguna. Otros profesores propusieron un debate a fondo sobre la ESO y cuestionaron la legalidad de la medida anticipativa. Unos y otros concluyeron que eran contrarios a la introducción de la ESO y convinieron celebrar una próxima reunión para discutir el asunto con la presencia de algún representante de la Administración, si fuera posible.

Con las espadas en alto, el director trató de apaciguar los ímpetus opositores y explicó que en la reciente reunión de directores no se había acordado nada, que lo único que se había discutido había sido la conveniencia o no de avanzar en el análisis de la citada implantación y que todos los acuerdos se tomarían en el Claustro. Estas ma-nifestaciones no cortaron ni las protestas ni los temores a lo nuevo, por lo que se adujo que la simple publicación en el BOE de la Orden que retrasaba el proceso era motivo más que suficiente para anular la propuesta de la Dirección Provincial, y ello sin contar que era necesario dar tiempo para hacerlo de la manera más conveniente y garantizar un máximo de 30 alumnos por clase.

Hubo profesores que se opusieron por los problemas que comportaba de ade-cuación física del Instituto, por la reducción del número de grupos que implicaba, de lo que se derivaba la estabilidad geográfica de puesto de trabajo y la problemática pedagógica que suponía por el cambio de un sistema a otro. En cualquier caso, todos estos recelos llevaron a esbozar el camino a seguir que pasaba, según escrito aprobado por unanimidad, por la conveniencia de la ineludible formación previa; la urgencia de personal cualificado de la Dirección Provincial para informar a los profesores y APA so-bre los planes de adecuación del Centro; el coordinarse con otros centros y asociaciones profesionales de enseñanza para luchar contra lo evidente; el estudio de la viabilidad de entablar un recurso legal contra la medida, y la oportunidad de enviar a la prensa y a la Dirección Provincial un escrito de reprobación, proponiendo al Consejo Escolar su posible adhesión razonando que:

“La anticipación en la introducción de la ESO en el Centro a propuesta de la Dirección Provincial del MEC no parece oportuna a la vista del Real Decreto que retra-sa la aplicación general y obligatoria de la ESO, supuestamente por escasez de medios, la cual, por otra parte, mantiene al Centro en condiciones inadecuadas para la citada implantación.

298.- Archivo del IES José María de Pereda. Libro de Actas del Claustro, del 17 de noviembre de 1986 a 27 de junio de 1995. Sin catalogar. Libro de Actas del Consejo Escolar de 7 de mayo de 1992 a 14 de noviembre de 1996. Sin catalogar.

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La adecuación del Centro a las exigencias de la ESO necesita la realización previa de obras con presupuesto suficiente, que no signifiquen sacrificio para las actua-les instalaciones.

La normativa vigente de la ESO no impide la masificación al no garantizarse la reducción de alumnos a un máximo de treinta por aula, hasta la fecha de la implan-tación obligatoria.

Por otra parte, los alumnos que se incorporasen el próximo curso al Centro sufrirían un cambio brusco en el sistema educativo al pasar de 8º de EGB a 3º de ESO sin adaptación de ningún tipo, lo que resulta pedagógicamente inadmisible.

Por todo ello, se solicita del MEC que reconsidere la decisión de incorporar anticipadamente la ESO el próximo curso”.

El proceso siguió su curso y, para dar cumplimiento a lo acordado, se consultó en una asesoría jurídica sobre la viabilidad de entablar un recurso legal contra la im-posición. La respuesta fue que se podía actuar mediante un recurso contencioso-ad-ministrativo pero que, dada la habitual tardanza en resolverse, carecería de interés. Este camino quedó descartado. Algo parecido sucedió con la coordinación con otros centros, ya que a la reunión convocada al efecto unos sencillamente no acudieron, otros excusaron su asistencia y, de los que acudieron, dos expusieron que sus claustros no se oponían a la implantación. El Instituto José María de Pereda se había quedado solo en su lucha contra la imposición.

Estas escaramuzas dieron lugar a un enfrentamiento colateral: las optativas. En el mes de febrero de 1995 finalizaba el plazo para presentar aquellas materias optativas no planificadas por el MEC que tenían que ser aprobadas por la Dirección General de Renovación Pedagógica. Alguien preguntó qué sucedería si no se presentaban. Se contestó que nada, y al hilo de la respuesta un profesor lanzó la idea de usar la cuestión como una medida de presión para retrasar la implantación de la ESO. El Claustro se dividió entre la aceptación y el rechazo.

Los partidarios de adoptar esa medida de fuerza propusieron no presentarlas, argumentando razones de coherencia (no podían rechazar la ESO y aceptar las optati-vas), de falta de información sobre las condiciones en las que se iba a mover la ESO en el próximo curso, y la consideración de que los plazos era flexibles como demostraban ciertos precedentes. Los partidarios de presentarlas adujeron que sus protestas sobre la ESO ya se habían manifestado meridianamente por escrito, que ningún otro centro había apoyado su oposición, y que la decisión de implantar la ESO en el próximo curso ya estaba tomada por el MEC y era irreversible, por lo que no proponiendo materias optativas nada se conseguiría, salvo el inconveniente de no disponer de ellas en ese cur-so. Añadieron que no solicitar materias optativas podía suponer que algunos profesores no dispusieran de horario suficiente en el Centro y que, para ser de verdad coherente, lo que había que hacer era negarse simple y llanamente a impartir asignaturas de ESO el próximo curso. Remataron su exposición dejando nítido que, independientemente del acuerdo que tomara el Claustro, nadie debía sentirse coaccionado para no presentar

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las que creyera oportunas y, por supuesto, que a los autores de tales propuestas no se les debían considerar por ello culpables de falta alguna contra el Claustro, al ejercer un derecho que les correspondía.

Sometidas a votación las propuestas, la mayoría de los profesores se decantó a favor de los partidarios de la medida de fuerza, señalando que el “Claustro de modo consecuente con las manifestaciones anteriores decide no presentar las materias opta-tivas para el próximo curso de ESO, justificando su posición con un escrito explicativo que se enviará a la Dirección Provincial”.

Como las protestas sobre la ESO continuaban en muchos lugares, el secretario de Estado, Álvaro Marchesi, padre de la reforma, se fue reuniendo con los directores de los institutos de muchas provincias para despejar dudas y aclarar contenidos. En el caso de Cantabria lo hizo en febrero de 1995. Explicó cuestiones como que la ley que iba a regular los órganos de gobierno de los centros; la red de centros a la que se añadiría la de Educación Permanente de Adultos a la que podría optar el Instituto, en sustitución del Nocturno... Nada de esto aflojó la posición adoptada por el Centro y por ello la Di-rección Provincial decidió hacer una reunión con el Claustro sobre la ESO para tratar el tema y ofrecer soluciones.

La proposición generó nuevamente una fuerte discusión sobre la conveniencia o no de la reunión, ofreciéndose además como alternativa, por un lado, la celebración de una reunión informativa, de asistencia no obligada, en sustitución del Claustro y con los mismos objetivos. Por otro lado, tomar una decisión, desde aquel mismo momento, sobre los trabajos preparatorios para la implantación de la ESO en el próximo curso en el Centro. El Claustro mediante votación rechazó todas las propuestas, incluyendo la reunión con la Dirección Provincial, pero ello no paralizó el proceso de implantación de la ESO, ni el de la adaptación de los espacios en el Centro para su puesta en funcio-namiento.

La intervención más importante que ha sufrido el Instituto José María de Pe-reda está íntimamente relacionada con la puesta en marcha de la ESO. En este caso las obras tuvieron como finalidad adaptar el Centro para poder acoger la avalancha de alumnos que iba a recibir en los años sucesivos.

El simple anunció de que había que hacer obras puso de uñas a muchos miem-bros del Claustro (los que se oponían a la implantación adelantada de la ESO), que no solo criticaron la decisión del MEC, sino que acusaron al Equipo Directivo de dar facilidades para hacer las obras. El director salió al paso declarando que, si la decisión era irreversible, lo mejor era que el acondicionamiento se hiciera adecuadamente, en vez de una manera incoherente, como proponía la Dirección Provincial mediante la instalación de un módulo exterior, que fue rechazado por todos. En consecuencia, el día 28 de abril de 1995, el delegado provincial de Educación, Alejandro Sánchez Calvo, solicitó al Ayuntamiento de Santander licencia de obras sobre “Adaptación de Espacios. Anticipación reforma ESO”. La Unidad Técnica de la Delegación Provincial redactó el consiguiente Proyecto, que fue remitido al Ayuntamiento. De ella hemos entresacado

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los elementos característicos más importantes299.

En la memoria presentada se destaca que el Proyecto se había redactado para “definir la adaptación de espacios”, por la anticipación de la implantación de la refor-ma de la ESO y que respondía a un encargo realizado por el Ministerio de Educación y Ciencia. Es por ello por lo que se contemplaba como una obra completa, que iba de acuerdo con el artículo 21 de la Ley de Contratos del Estado. El punto de partida fue que, hecho un análisis de los espacios con los que contaba el Centro, carecía de los necesarios, por insuficientes, para desarrollar el nuevo modelo educativo, que se estaba implantando en todo el territorio nacional, pues los existentes estaban totalmente ocu-pados.

Para dotar de nuevos espacios al Centro vieron que, de acuerdo con la distri-bución de los edificios que conforman el mismo, existía (existe) un patio (actual patio grande) donde era posible la ubicación de nuevos locales, siempre que se procediera al derribo de unas aulas existentes de doble altura para después poder alzar una cons-trucción de tres plantas que se comunicaría con el resto del Centro mediante pasillos. Esta solución fue considerada como la más idónea por los técnicos de la Delegación de Educación Provincial y, además, para dar mayor fuerza a su propuesta, que “resuelve perfectamente las necesidades de ampliación para la aplicación de la reforma, con una solución funcional y de aprovechamiento conjunta muy racional”, se la explicaron a la Dirección del Centro y a los profesores.

Tras recabar la información pertinente sobre las características y condiciones del suelo donde se habría de levantar el nuevo pabellón y comprobar que tenía la capa-cidad suficiente para desarrollar el proyecto y garantizar su uso escolar, “sin perjuicio de que se realicen pruebas de carga en el transcurso de la obra para su comprobación si ofrece alguna duda”, se puso en marcha todo el proceso de desarrollo de “una cons-trucción exterior adosada a la existente en el patio interior... (donde) se ha buscado... un conjunto acorde y equilibrado” (actual pabellón anexo). La propuesta de construcción contempló según los resúmenes de superficies (Tabla 19):

299.- AMS. Negociado de Obras. Caja 470-2.

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Tabla 19

RESÚMENES DE SUPERFICIES ÚTILES A AMPLIAR EN EL INSTITUTO JOSÉ MARÍA DE PEREDA (1995)

- Aula de Música y Dramatización y Audiovisuales 73,10 m2

- Aula de Educación Plástica y Visual 73,10 m2

- Aula de Taller de Tecnología 148,95 m2

- Aula Audiovisuales I 73,50 m2

- Aula de Audiovisuales II 73,10 m2

TOTAL 442,15 m2

La superficie total construida sería de 16,83X9,20X3, es decir 442,15 m2 por planta

AMS. Negociado de obras. Caja 470-2

La edificación que se llevó a cabo no fue para nada pretenciosa y, como había sucedido con el edificio original, se ejecutó con premura de tiempo para salir del trance. La intervención que se desarrolló era muy simple y consistió en una cimentación y es-tructura en zapatas aisladas y entrelazadas con vigas riostras en ambas direcciones, que sirven además de soporte forjado de saneamiento, que se completa mediante perfiles laminados normalizados. Para completar este esqueleto se le dotó de la consiguiente fontanería (piletas en el Aula de Educación Plástica y Aula de Taller de Tecnología); electricidad (cuadros, circuitos derivados, fluorescentes, alumbrado de emergencia); ca-lefacción; agua, desagües, saneamiento, arquetas, etc.

Como dato curioso señalemos que el presupuesto de la nueva construcción adosada, que no ha dejado de ser un pegote en un edificio que en su día tampoco fue un alarde de construcción, una vez revisado ascendió a 20.893.657 pts. (Tabla 20):

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Tabla 20

PRESUPUESTO DEL EDIFICIO ADOSADO DEL INSTITUTO JOSÉ MARÍA DE PEREDA (1995)

I.- Demoliciones 2.669,394

II.- Excavaciones 447.925

III.- Cimentación 1.060.654

IV.- Estructuras 6.004.731

V. Saneamiento 481.278

VI.- Cubierta 1.059.711

VII.- Albañilería 1.858.865

VIII. Aislamientos 381.867

IX.- Falsos techos y solados 2.814.693

X.- Carpintería exterior 1.335.360

XI.- Carpintería interior 273.335

XII.- Fontanería 258.564

XIII.- Calefacción 716.942

XIV.- Electricidad 1.089.010

XV.- Acabado 372.671

TOTAL 20.893.657 Pts.

En fin, toda la cuestión del edificio adosado quedó resuelta, desde el punto de vista formal, con el visto bueno dado por el arquitecto municipal Carmelo de Vicente Ibáñez, el día 31 de mayo de 1995, y con la aprobación de la autorización de las obras el día 9 de junio del mismo año, lo que se completó mediante la Resolución de autori-zación de fecha 20 de junio de 1995300.

Independientemente de la construcción del nuevo módulo, se tuvieron que abordar obras para dotar de espacios a los Departamentos de Tecnología, Música y Plástica, tal y como requería la ESO, y ello requirió, a su vez, hacer desaparecer y reu-

300.- AMS. Negociado de Obras. Caja 470-2. Documentos insertos en la misma.

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bicar en nuevos espacios el Seminario de Religión y el despacho del CIDEAD. Aprove-chando estas circunstancias se arreglaron los baños de la planta baja del ala oeste para transformarlos en vestuarios de personal laboral y en un cuarto oscuro para laboratorio fotográfico. No se olvidaron de procurar dotar de medios audiovisuales las nuevas aulas, ya que tenían toma de antena parabólica, mediante la compra de torres de vídeo móvil. Las obras se completaron con la dotación de un espacio suficiente para el Aula de Edu-cación Plástica y Visual, añadiendo al aula situada encima del despacho de la Jefatura de Estudios el pasillo que le daba acceso al Seminario de Dibujo para luego permutar el espacio resultante con la antigua Aula de Plástica.

c).- Estudios Nocturnos: La puesta en marcha de la ESO implicaba la desapa-rición progresiva de los Estudios Nocturnos. Todos los institutos de España, que con-taban con esta modalidad, trataron de coordinarse, para presionar en aras de que no desaparecieran, convocando una reunión en Madrid para tratar sobre las medidas que se podrían adoptar. A la reunión acudió la jefa de Estudios Nocturnos y dio cumplida cuenta de lo tratado. En Cantabria los tres centros que impartían Nocturno, preocu-pados por su desaparición y queriendo mantener su continuidad, solicitaron una en-trevista con el director provincial para que les informase del problema. Mientras tanto en el Instituto José María de Pereda algunos profesores entendieron que alguna de las posibles alternativas a la desaparición era solicitar con fuerza la Enseñanza de Adultos y la de Idiomas a Distancia.

La desaparición del Nocturno siguió avanzando inexorablemente y a nivel na-cional surgió un movimiento contrario a su desaparición, que estuvo coordinado desde el Instituto Ramón y Cajal de Huesca, con el que mantuvieron contactos para coordi-nar acciones, ya que el Instituto pretendía conjugar al mismo tiempo las enseñanzas de los Estudios Nocturnos y el CIDEAD. Esta idea, presuntamente, estaba avalada por los sindicatos, de acuerdo con la aparición en el tablón de anuncios de la Sala de Profesores de una información, referida a la existencia de un acuerdo entre el MEC y los sindi-catos, en el que se admitía que había la posibilidad de hacer compatibles los Estudios Nocturnos y los de Distancia.

Un profesor, tomando como base la supuesta información, propuso aprobar una declaración solicitando el restablecimiento de todos los cursos de BUP, incluyendo los del Nocturno. Era una defensa cerrada de los puestos de trabajo ante la posible dis-minución de la plantilla. El tenor de aquella fue:

“El Claustro del IES José María de Pereda de Santander, informado del acuer-do suscrito por el MEC y los sindicatos en el que se reconoce explícitamente la compa-tibilidad de las enseñanzas nocturnas y a distancia en un mismo centro, manifiesta lo siguiente:

En 1994, la autoridad educativa ordenó la desaparición paulatina del Bachille-rato Nocturno que se venía impartiendo en este Centro; ello se hacía simultáneamente a la implantación del llamado CIDEAD o Educación a Distancia, so pretexto verbal de que ambos modos de enseñanza eran incompatibles en el mismo instituto, cosa que ahora desmiente el susodicho acuerdo Ministerio-sindicatos. Por otra parte, ya enton-

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ces manifestamos que la enseñanza a distancia no puede nunca suplir a la enseñanza con presencia directa de alumnos y que por razones personales, familiares o laborales habían optado, hasta la fecha, por el turno nocturno.

Al mismo tiempo, contra todo pronóstico de necesidades futuras de plantilla —tendente, por desgracia, a disminuir con la implantación de la reforma prevista de la LOGSE—, en 1995 procedió el Ministerio a ampliar la plantilla orgánica de nuestro Centro (por ejemplo, en Seminario de Ciencia Naturales).

Esto, unido a la desaparición del Bachillerato Vespertino, cuyo último año se cursa actualmente, conduce inevitablemente a generar —a corto plazo— un excedente de plantilla, en cuanto se complete la implantación de la reforma y se consume la ex-tinción del turno de noche.

Por todo ello, y con el fin de evitar serios perjuicios a los alumnos y profesores afectados, pedimos a la Dirección Provincial del MEC que proceda a revisar su anterior decisión sobre los Estudios Nocturnos y reimplante su matrícula en este Instituto para el curso 1996-97”.

La declaración fue aprobada por unanimidad, pero algunos profesores mos-traron su escepticismo práctico y queriendo aminorar el impacto de la desaparición y la posible merma de la plantilla, plantearon aprobar medidas complementarias. Unos, alegando que seguramente iba a ser más plausible conseguir todos los cursos en los Estudios Nocturnos cuando se extendiera a ellos la LOGSE, sugirieron hacer la corres-pondiente solicitud. Otros, considerando que, a su juicio, pronto se iba a modificar el actual CIDEAD, pidieron solicitar el mantenimiento de los Estudios a Distancia en el Centro. Alguno planteó que había que optar a la convocatoria que iba a hacer el MEC para impartir prácticas de preparación de titulados que pretendían ejercer la docencia. Naturalmente todas fueron aprobadas por unanimidad y, finalmente, hubo quien vio la solución en establecer un horario lectivo para los profesores de 16 horas semanales.

Todos los acuerdos aludidos fueron tramitados con diligencia por la Dirección del Centro, pero no alcanzaron los objetivos que se proponían. La Dirección Provincial contestó que la continuidad de los Estudios a Distancia requería una petición formal por escrito y los demás se fueron diluyendo poco a poco, excepto el asunto de los Estu-dios Nocturnos. En este sentido, tras solicitarse varias veces una entrevista con el direc-tor provincial, no se dio ningún tipo de esperanza sobre su mantenimiento hasta que se le mostró el documento, firmado por el MEC con los sindicatos, en el que se trataba la cuestión y donde quedaba clara la no vinculación del turno de noche con la modalidad a distancia. A la vista del documento, el director provincial pidió tiempo para analizar las repercusiones del documento en la solución a adoptar.

d).- Otras cuestiones: Las preocupaciones del Equipo Directivo no se centraron únicamente en los temas más candentes ya que había que ir despejando el camino del día a día. Otras tareas requirieron su atención. Entre ellas, podemos destacar la puesta en funcionamiento de la Comisión de Coordinación Pedagógica (CCP), órgano que integra a los jefes de Seminario y al jefe de Estudios bajo la presidencia del director, y

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cuyo cometido es estudiar las líneas de actuación pedagógica, las decisiones a tomar y ser el enlace de la Dirección con los profesores.

A aquella se añadieron la presentación de sendos proyectos de cooperación con la Universidad de Cantabria en Geografía y Matemáticas; la complementariedad de las optativas programadas por el MEC para la ESO con nuevas optativas propias del Cen-tro; la participación en el Plan EVA (sobre la ESO) de la Dirección Provincial; la amor-tización de plazas de la plantilla de Instituto; las actividades extraescolares; los nuevos Departamentos Didácticos (Orientación, Tecnología, Extraescolares); la supresión tem-poral de una plaza de ordenanza... Pero el asunto que más enfrentamientos y controver-sias generó fue el de la asignatura de Religión, que muchos profesores consideraban que se había impuesto por presiones eclesiásticas, por lo que tenía que desparecer.

B).- Un momento de tregua (1996-98)

En junio de 1996 Fernando García Domínguez renovó su cargo por un nuevo mandato y continuó con el mismo equipo. Aunque muchos de los problemas plantea-dos en la etapa anterior seguían esperando soluciones definitivas, los dos cursos siguien-tes fueron de calma relativa. En los cursos 1996-97 y 1997-98301 surgieron dos nuevos temas. Por un lado, la supresión del Nocturno y la llegada de antiguos profesores del INBAD, que por su antigüedad desplazaban a algunos de los que estaban en el Centro. Esta situación provocó la dimisión del responsable del Proyecto Atenea, dio lugar a un escrito de protesta, a la redacción de una nueva misiva a favor de mantener el Noc-turno, y a reclamar la duplicación de los puestos de profesor que ocupaban los recién llegados. Por otro lado, la certeza de que, con la generalización de la LOGSE, se iban a amortizar plazas de profesores, por el desplazamiento de alumnos hacia la enseñanza privada, ya que el tramo de la ESO se convertía en gratuito. El MEC para paliar el impacto permitió el desdoblamiento de grupos, siempre que no supusiera el aumento del cupo de profesores destinados en los centros.

Al mismo tiempo el Equipo Directivo puso su atención en otras cuestiones. Im-pulsó en la CCP la redacción del Proyecto Curricular del Centro, cuyo primer borrador estuvo parcialmente desarrollado en septiembre de 1997 y para el que se pidieron todo tipo de sugerencias con la finalidad de ponerle a punto para someterle a aprobación. Se esforzó en inculcar hábitos de limpieza entre los alumnos, dada la situación de suciedad general que se respiraba, y en pedir la consiguiente ayuda económica y técnica para resolver tareas generales de limpieza poco habituales. Esta acción fue recriminada por algún profesor indicando que le parecía muy bien pero que la limpieza debía de comen-zar por mantener en buen estado las instalaciones, por ejemplo, reparando las goteras y cambiando las ventanas que no ajustaban a causa de su vejez.

301.- Archivo del IES José María de Pereda. Libro de Actas del Claustro, del 13 de septiembre 1995 a 26 de junio de 2000. Sin catalogar. Libro de Actas de 7 de mayo de 1992 a 14 de noviembre de 1996, y Libro de Actas del Consejo Escolar de 5 de diciembre de 1996 a 20 de junio de 2001. Págs. 1 a 50 vuelta. Sin catalogar.

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En otro orden de cosas, trató de contener los gastos corrientes al mínimo, por causa de la reducción del dinero recibido por el Centro, debido a la minoración del número de alumnos. El problema de fondo fue que en los últimos años la partida pre-supuestaria se había reducido en tres millones de pesetas. Esta situación de falta de re-cursos venía entorpeciendo proyectos, como el acondicionamiento de una nueva Aula de Informática y la instalación de una red local entre las aulas con sus correspondientes conexiones a Internet.

Esto provocó nuevas tensiones entre el Instituto y la Dirección Provincial ya que, dada la escasez de recursos para hacer frente a los gastos, se decidió presentar al Consejo Escolar un presupuesto desajustado en el que se contemplaba un déficit de más de un millón de pesetas. El Consejo Escolar, en vez de podar gastos y ajustar el presu-puesto, decidió aprobarlo ajustándolo a las necesidades reales, aunque ello supusiera un mayor déficit, y lo presento ante el MEC. El déficit que se contemplaba era de 7 millo-nes de pesetas. Tras varias discusiones, el director provincial exigió que el presupuesto se ajustase a los ingresos, lo que fue rechazado por el Consejo Escolar al tiempo que reclamó una entrevista con aquel para tratar el asunto.

En el encuentro se reafirmaron las posiciones del Consejo Escolar y las de la Administración. El Consejo Escolar lo único que consiguió fue que, de palabra, el director provincial se comprometiera para que en el próximo año el Instituto no su-friera ninguna baja económica significativa. Ante ello el Consejo Escolar terminó por aprobar el presupuesto ajustado a los ingresos, con algunas variantes. Se había vuelto al punto de partida: recortar los gastos innecesarios.

La renovada preocupación por el Pabellón Polideportivo condujo a mantener conversaciones con el Ayuntamiento para que completara con sus inversiones las obras, ya comenzadas por el MEC, de reparación del suelo muy deteriorado por la práctica del hockey sobre patines.

Las conversaciones con el Ayuntamiento no dieron los frutos deseados, pero sirvieron para que se les comunicase la existencia de un proyecto de remodelación ur-banística en la zona del Instituto que aminoraba su espacio, ya que se iba a expropiar una parte del patio. Hubo que advertir a la Dirección Provincial, como propietaria del terreno, para que actuase lo más rápidamente para parar el proyecto. Tampoco los compromisos de la Dirección Provincial fueron más allá del arreglo del suelo del Pabe-llón Polideportivo por falta de recursos.

La Dirección Provincial, para salir del paso y ganar tiempo, propuso desviar el dinero que tenía presupuestado para la sustitución de ventanales e invertirlo en aquel para alargar un curso más su vida útil y después proceder a realizar todas las refor-mas que se necesitasen. El Equipo Directivo y la Asociación de Padres se opusieron a tales pretensiones y en contrapartida demandaron que se acondicionase la zona del CIDEAD. Si este extremo se cumplía, el Centro asumiría los trabajos que necesitaba el Pabellón Polideportivo para funcionar un año más, siempre y cuando la Dirección Provincial se comprometiera a una remodelación total en el próximo año.

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La respuesta de la Dirección Provincial consistió en ofrecer 3 millones de pese-tas, cantidad insuficiente para las necesidades existentes, y el Centro decidió pedir más presupuestos para ver si con aquella cantidad se podían cubrir todos los gastos. Con este dinero y la aportación por centro de un millón de pesetas, se pudieron realizar obras en el CIDEAD, el Pabellón Polideportivo, el Salón de Actos y la nueva Aula de Informática.

Esta segunda etapa de su mandato podemos decir que finalizó con la parti-cipación en el proyecto TREND (sistema de formación del profesorado mediante las nuevas tecnologías de comunicación e informática) y con el habitual desarrollo de las actividades extraescolares (guitarra, danza, bailes de salón, escalada, ajedrez, viajes e intercambios, concurso en Telecabarga...).

C).- De nuevo la conflictividad (1998-2000302)

En el último tramo de su mandato volvió a manifestarse la conflictividad y el enfrentamiento con la Dirección Provincial al persistir las dificultades financieras, no por la progresiva desaparición del Nocturno y el desarrollo de los Estudios a Distancia, sino por el descenso del número de alumnos por grupo y las menores subvenciones que suponían. Pero el verdadero quid de este nuevo periodo de desencuentros vino de la mano de la extensión de la reforma, es decir, la implantación del Primer Ciclo de la ESO y la ampliación del Centro.

1.- Primer Ciclo de la ESO: En el mes de diciembre de 1998 la Inspección transmitió a los centros la decisión del director provincial del MEC de incorporar para el próximo curso el Primer Ciclo de la ESO en todos los institutos de la ciudad. El anunció avivó los rescoldos del reciente enfrentamiento con motivo de la puesta en marcha del Segundo Ciclo de la ESO. Esta vez se invocaron como negativa problemas de ubicación por carecer de suficientes aulas.

La Dirección del Instituto, tras la visita exhaustiva y minuciosa de la Inspección Educativa, que escudriñó hasta la saciedad sus espacios para habilitar nuevas aulas, trató de buscar una salida negociada. Barajó y presentó a la Dirección Provincial varias alternativas: levantar una tercera planta en el bloque recientemente construido; reedi-ficar la parte donde se ubicaba la Jefatura de Estudios del CIDEAD para dar mayor altura y obtener aulas, o hacer provisionalmente una extensión en uno de los colegios adscritos al Centro.

¿Por qué se revisó tan a fondo el Centro? El director contestó que parecía que la Dirección Provincial no estaba muy inclinada a realizar obras de ampliación, ya que, según sus previsiones para los próximos cursos, el número de alumnos y de grupos iba a descender paulatinamente. La respuesta no sentó muy bien entre los profesores al cons-tatar que muchos alumnos no accedían al Instituto porque se quedaban para cursar el

302.- Archivo del IES José María de Pereda. Libro de Actas del Claustro, del 13 de septiembre 1995 a 26 de junio de 2000. Págs. 47 vuelta a 85 vuelta. Sin catalogar. Libro de Actas del Consejo Escolar de 5 de diciembre de 1996 a 20 de junio de 2001. Págs. 50 vuelta a 72 vuelta. Sin catalogar.

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Primer Ciclo de la ESO en uno de los colegios adscritos. Todos se inclinaron por con-cienciar a las autoridades educativas sobre la conveniencia de nuevas aulas que después, cuando descendiera el volumen de alumnos, sirvieran para la incorporación de ciclos formativos. Hubo quien se postuló a favor de la protesta al considerar que la política de la Dirección Provincial empujaba a los alumnos a matricularse en otros institutos, y lamentó que después se acusara al Centro de que la disminución de alumnos era una consecuencia de lo mucho que se suspendía y de lo poco que se les entendía.

A pesar de estas reticencias, el proceso de incorporación iba a seguir inexora-blemente su curso y no era posible evitarlo, pero sí se podía modificar el número de gru-pos a admitir y las obras que se tenían que realizar. Por ello la Dirección lanzó la idea de que, si no se acogía a más de veintisiete grupos, no era necesario hacer obras. Si, por el contrario, se quiere analizar la posibilidad de admitir a más grupos, sería conveniente convocar una reunión extraordinaria donde se trataría el asunto.

Como la Dirección Provincial había previsto que se incorporaran entre 28 y 31 grupos, y ello exigía obras, nuevamente se reunió el Claustro para que aportara pro-puestas de acondicionamiento del Instituto para resolver el problema. Una vez más se desataron los recelos, volvieron los enfrentamientos y desconfianzas, entre el Claustro y la Dirección Provincial.

Un profesor, para presionar a la Dirección Provincial, tras leer un escrito valo-rando la situación y las razones expuestas por la Inspección, formuló al director varias preguntas sobre si se había comunicado la decisión por escrito, la posterior conversión de los espacios, el futuro de los profesores cuando se redujera el número de alumnos... Finalizada la lectura hizo tres propuestas:

• La exigencia de mantener 26 grupos de alumnos, aunque se redujera el nú-mero de estos a base de reducir consecuentemente el número de alumnos por grupo.

• Instar a las autoridades educativas a realizar las obras de ampliación ne-cesarias, o bien mantener a los alumnos del Primer Ciclo en alguno de los actuales colegios como extensión del Instituto.

• En caso de no obtener las respuestas deseadas que el Equipo Directivo pre-sente la dimisión irrevocable y que ningún claustral acepte ser nombrado para cualquiera de los cargos de Equipo Directivo.

El director respondió que no había recibido ninguna comunicación por escrito sobre la implantación del Primer Ciclo, la reconversión de los espacios y el futuro de los profesores, pero que estaba de acuerdo en la introducción de Ciclos Formativos y que en el plazo de 3 a 4 años el número de grupo se situaría en 19. Finalmente aclaró que la dimisión del Equipo Directivo solamente tendría sentido si, siendo una competencia de este la incorporación o no del Primer Ciclo, nos la impusieran desde el exterior.

Tras un intenso debate, en el que se acepta el acogimiento del Primer Ciclo

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de la ESO, al no poder parar el proceso, se acordó demandar las obras necesarias; y para tratar de paliar el éxodo de alumnos a otros centros, utilizar con carácter tempo-ral como aulas los laboratorios poco usados. Fue acompañado de la solicitud de una entrevista con el director general de Educación del Gobierno de Cantabria en la que se expondrían las necesidades de obras a realizar en el Centro.

La entrevista con el director general de Educación y el inspector jefe fue un jarro de agua fría sobre el Instituto y una nueva decepción, ya que reveló que no había tiempo suficiente para desarrollar los trabajos técnicos que requería una obra de nueva construcción y que tampoco había partidas presupuestarias previstas para ello. Tratan-do de resolver el escollo, los representantes de los profesores explicaron que estaban tra-bajando con la hipótesis de acoger a 28 grupos y que tenían el propósito de no ofrecer plazas de Bachillerato a los alumnos ajenos al Centro, por lo que no era necesario hacer obras. Se les respondió que se olvidaran de sus previsiones pues para la Administración era prioritario atender todas las peticiones.

Como en la reunión anterior no se había logrado nada, volvieron a reunirse las partes. En el nuevo encuentro se comunicó a los representantes del Instituto que se había tomado la decisión de no hacer ninguna obra de nueva construcción, pero que no se descartaba afrontarlas en el año 2000. Se había vuelto al punto de partida, pero con una novedad: la necesidad de admitir a todos los que solicitaran plaza. Esto hizo necesario explorar posibles nuevas soluciones, que pasaron por:

• Crear una extensión en el Colegio Público Antonio Mendoza para alber-gar durante el curso 1999-2000 a los alumnos del Primer Ciclo de la ESO adscritos al Instituto, procedentes de ese colegio y del Cardenal Cisneros.

• Construir en el patio un barracón como alojamiento provisional de los alumnos que no quepan en las actuales instalaciones.

• Desplazar a un horario de tarde a los cursos que no pudieran ser atendidos en horario de mañana por falta de espacio.

De las tres propuestas, se trasladó a la Dirección General de Educación, por unanimidad, la primera de ellas, que fue rechazada invocando que su puesta en práctica distorsionaría la vida de los colegios. Ante la respuesta, el director del Instituto formuló como alternativa que los alumnos de la hipotética extensión cursasen cuatro horas de clase por la mañana en su colegio, con el mismo horario que los demás, y completasen su horario con dos horas por la tarde en el Instituto, donde a esas horas se dispondría de aulas específicas que en el colegio no tienen para materias concretas, como Música, Tecnología y Artes Plásticas. Esta opción también fue rechazada y se volvió a recalcar que era prioritario alojar al Primer Ciclo físicamente en el Centro.

Las escaramuzas se fueron sucediendo a cada paso que se daba. La Inspección terminó por comunicar mediante escrito la decisión de alojar el Primer Ciclo y citó de pasada posibles soluciones de redistribución de los espacios para el hospedaje de los aquellos alumnos. Para suavizar tensiones, el secretario general de la Consejería de

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Educación, en conversación con el director del Instituto, dejó caer la noticia de que para el año 2000 se harían obras en el Pabellón Polideportivo y otras dependencias, por valor de 30 millones de pesetas.

Los ánimos no se calmaron, se llevó el asunto al Consejo Escolar y con renova-da insistencia se siguieron pidiendo las obras y la creación de una extensión del Centro como tenían otros centros de la ciudad. El Consejo Escolar envió un escrito a la Direc-ción Provincial amenazando con la dimisión si no se obtenía una respuesta adecuada. Al mismo tiempo los padres de los futuros alumnos, al tener conocimiento de que el horario escolar de sus hijos podía ser de cuatro horas por la mañana y dos por la tarde, protestaron en la Consejería de Educación, lo que embrolló aún más la cuestión.

Nuevos trajines, nuevas reuniones, nuevas idas y venidas, hicieron que las ten-siones fueran aumentando hasta culminar en una reunión de la Inspección con el Con-sejo Escolar, en la que fue leído un escrito del director general, que fue calificado de decepcionante e indignante por los profesores. Pues, además de aconsejar la mejora en el trabajo, exigía que en la organización del siguiente curso se adaptase todo el Proyecto Curricular a la nueva situación. El Primer Ciclo fue implantado como quería la Con-sejería de Educación.

La falta de entendimiento y los oídos sordos de la Consejería de Educación a las peticiones de obras planteadas determinó que todo el Equipo Directivo presentará la dimisión, no siendo aceptada por la Consejería. No obstante, el abandono, por dife-rentes motivos, de varios miembros de la Dirección obligó a remodelarla. María Jesús Morlote (jefa de Estudios adjunta), trasladada a otro centro, fue sustituida por Eulogio Fernández Bustillo, que se encargó de la Jefatura de Estudios del Primer Ciclo de la ESO, y Carmen Polo Sobrón, que se hizo cargo de la Jefatura de Estudios de Bachiller. Los demás integrantes continuaron en sus cargos.

2.- Estudio de la ampliación: El nuevo equipo con el que arrancó Fernando García Domínguez en su último año como director en realidad era el mismo que había dimitido en su día. Estrenó un nuevo horario que se extendía de las 8:15 de la mañana hasta las 10:15 de la noche, en el que a las 3 de la tarde tendrían clase los alumnos del Primer Ciclo. Las obras que se necesitaban no estaban terminadas y algunos profeso-res comenzaron a comentar los problemas de comprensión y falta de disciplina de los nuevos alumnos.

Parecía que todo volvía a la normalidad, a la rutina, pero rápidamente comen-zaron a desempolvarse viejos/nuevos asuntos como la insuficiencia de la calefacción, la lentitud de los ordenadores y su necesidad de actualización, la conexión a Internet, las deficiencias del Aula de Tecnología... y la cuestión de la ampliación del Centro.

La ampliación se sometió a estudio y fue proyectada por la Unidad Técnica de la Consejería de Educación con el propósito de obtener 600 metros cuadrados de superficie útil y así acabar con todos los problemas de espacio. La Dirección del Centro propuso como solución adosar un bloque al ala de los laboratorios por su cara sur, de-jando diáfana la planta baja como patio cubierto, o bien derribar la casa del conserje

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y edificar en el solar ampliando el mismo hasta el patio. Los técnicos de la Consejería añadieron a la propuesta anterior el construir en el patio interior o bien montar un bloque de estructura prefabricada junto al Pabellón Polideportivo.

La idea de construir en el patio interior fue rápidamente desechada al coincidir todos que quitaría mucha luminosidad a todas las dependencias y dejaría excesivamen-te próximas las ventanas del nuevo y del viejo edificio. Este hecho hizo que desde aquel momento la Dirección se mantuviera en guardia y atenta para que no se construyera cualquier cosa y que además resultara inadecuada.

3.- Otros asuntos: La situación económica del Centro fue mejorando lentamen-te por los recortes que se habían impuesto y sin especiales agobios se llegó a junio de 2000 con un haber en caja de 7 millones de pesetas, un buen punto de partida para la próxima Dirección. A ello se añadió que la Consejería decidió celebrar las Jornadas de Formación del Profesorado en el Instituto.

Necesitando transmitir buena imagen y convencer sobre su preocupación por los problemas de los centros, se lanzó a lavar la cara del José María de Pereda pintando la planta baja y continuando con las demás, lo que obligó, primero, a desplazar las cla-ses y, segundo, a suspender las de los afectados, el Primer Ciclo de la ESO. La iniciativa también fue protestada; unos lo hicieron por no estar de acuerdo con el color elegido, otros porque consideraron que era un simple golpe de efecto cara a la galería, pero hubo quien lo juzgó positivo y animó al nuevo Equipo Directivo a extenderla al resto del Centro.

El director y su equipo se despidieron dejando un instituto de Educación Se-cundaria en el que se impartían las modalidades del Bachillerato de Ciencias de la Naturaleza y de la Salud, Humanidades y Ciencias Sociales y la práctica totalidad del Tecnológico. Además, aspiró a contar en su oferta educativa con el Bachillerato Inter-nacional y Ciclos Formativos.

10.- Duración y gestión: José Manuel Cabrales Arteaga (2000-2016)

José Manuel Cabrales Arteaga, catedrático de Lengua y Literatura Española, fue elegido director tras la renuncia de Fernando García por pasar a ocupar un puesto sindical en la Consejería de Educación. Si consideramos la duración de los mandatos de los diferentes directores que ha tenido el Centro, tenemos que concluir que el que comenzó en el año 2000 y se alargó, mediante sucesivas reelecciones, hasta el 2016 ha sido hasta el momento el de mayor duración, y solamente son comparables a él los de Eduardo Obregón (15 años) y Domingo Muñoz (13 años).

Su primer Equipo Directivo estuvo integrado por Jesús Gutiérrez Flores (se-cretario), Ana María Gómez García (jefa de Estudios Diurnos), Antonio Soler Ferrán (jefe de Estudios de ESO), Amador Salvador Martín (jefe de Estudios adjunto), Marino Torre Rivero (jefe de Estudios IESAD), Eduardo Gómez Rodríguez (jefe de Estudios adjunto de Bachiller) y Adela Rubio (jefa de Actividades Complementarias y Extraes-colares).

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Su gestión tuvo tres momentos:

A).- Disintonías (2000-2004)

Los dos primeros cursos de su mandato (2000-01 y 2001-02303) se caracteri-zaron por la culminación de viejos proyectos ya emprendidos en la etapa anterior y el inicio de otros nuevos expuestos en su programa de dirección. Así, tras pedir el apoyo y la comprensión del Claustro para el nuevo Equipo Directivo por su bisoñez, explicó el estado de las obras que había heredado, haciendo hincapié en los retrasos que se acu-mulaban. La demora en la ejecución obligó, por un lado, a convocar al Consejo Escolar e invitar a los responsables de aquellas para que dieran las convenientes explicaciones y, por otro lado, a trasladar a un horario de tarde, dos días a la semana, las clases de Tecnología, Música y Plástica.

Las aclaraciones dadas por los responsables y la empresa adjudicataria (pro-blemas en los suministros de materiales) no fueron muy bien recibidas por algunos profesores ya que dieron lugar a un aplazamiento del inicio del curso. Uno de ellos, para ilustrar el rechazo a la moratoria, manifestó, de un modo trágico-jocoso: “Un bosque de brazos alzados se alza sobre las cabezas de los asistentes. Todos rechazan por diversos y justificadas razones (inadecuadas condiciones para el normal desarrollo lectivo) el aplazamiento del inicio de las clases..., ante este panorama dejado por la obra terminada y la obra aún por empezar”.

Superado este primer obstáculo, la atención del Equipo Directivo se centró en el desarrollo de su programa de gobierno que abarcaba múltiples aspectos. De ellos podemos destacar:

a).- Inicio del proyecto de implantación del Bachillerato Musical y la posible adscripción de los alumnos de Danza al mismo. Para lo cual, se acordó con el director del Conservatorio la realización de una amplia convocatoria en Bachillerato para cap-tar alumnos para esta modalidad. Esfuerzos que pretendían tener su continuidad en la consolidación futura de la educación musical en el Segundo Ciclo de la ESO.

b).- Mejora del IESAD, para lo que se reunió con el director de Educación del Gobierno de Cantabria, consiguiendo la creación de un Aula de Telemática, dotada inicialmente con seis ordenadores, la puesta en marcha de un curso de formación para profesores, la contratación de un becario para diseñar el portal de Internet y la página web, sin olvidarse de la potenciación de este tipo de enseñanza mediante campañas publicitarias y la creación de tutorías telemáticas.

303.- Archivo del IES José María de Pereda. Libro de Actas del Claustro, del 13 de septiembre 1995 a 26 de junio de 2001. Págs. 86 a 99. Sin catalogar. Libro de Actas del Consejo Escolar de 5 de diciembre de 1996 a 20 de junio de 2001. Págs. 72 vuelta a 99 vuelta. Sin catalogar. Archivo del IES José María de Pereda. Libro de Actas del Claustro, del 12 de septiembre de 2001 a 28 de octubre de 2009. Págs. 1 a 23. Sin catalogar. Libro de Actas del Consejo Escolar de 5 de diciembre de 1996 a 20 de junio de 2001. Págs. 72 vuelta a 99 vuelta. Sin catalogar. Libro de Actas del Consejo Escolar de 5 de noviembre de 2001 a 15 de diciembre de 2008. Págs. 1 a 18 vuelta. Sin catalogar.

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c).- Ampliación de las modalidades de enseñanza mediante la aprobación en el Consejo Escolar de la implantación del Bachillerato Tecnológico; la renovada solicitud de Ciclos Formativos de Hostelería y Turismo (Agencia de Viajes); de Video e Imagen, y de Secretariado y de Desarrollo de Proyectos Urbanísticos. La introducción de una nueva materia reglada por el Ministerio de Educación, ‘Transición a la vida adulta y activa’, a impartir por el Departamento de Orientación, suscitó un intenso debate al considerar algunos que era una materia que podía ser desarrollada por cualquier de-partamento.

La preocupación por la seguridad llevó, por un lado, a establecer conversacio-nes con la empresa INSENOR con el fin de elaborar un plan de autoprotección. El elevado coste del mismo y la carencia de recursos determinaron que tuvieran que diri-girse a la Consejería de Educación para que lo asumiera. La cuestión pudo comenzar a solucionarse cuando se decidió elaborar un Plan de Evacuación del Centro (año 2002) y pedir la consiguiente financiación a través de la Comisión de Educación del Parlamento de Cantabria y la Consejería de la Presidencia.

Por otro lado, se sustituyó el viejo y peligroso sistema de calefacción a gasoil por otro basado en el gas natural para evitar posibles problemas de seguridad y tratar de conseguir un sustancioso ahorro económico a medio plazo, lo que supuso el alzado de una nueva chimenea y la inversión de 2.504.000 pesetas.

Aquellas primeras actuaciones se completaron con las inversiones en una nue-va Aula de Informática y el cableado para la conexión telefónica del nuevo edificio levantado que supusieron 842.000 pesetas; la puesta a punto de un Aula de Pedagogía Terapéutica (3.000 euros); la reparación y reposición del vallado exterior de las instala-ciones del Centro por valor de 4.776.633 de pesetas, a la que se añadió en su tramo de General Dávila un seto que actuara a modo de pantalla para mitigar el ruido y mejorar estéticamente la visión, obra que se tenía que haber complementado con otros dos pro-yectos que nunca se ejecutaron, la creación de una zona arbolada y la de una bolera en la parte trasera de edificio, y las gestiones sobre nuevos pasos de peatones.

La mayor preocupación de aquellos primero meses de su mandato fue la de la entrega de las obras de las nuevas aulas (Pabellón Prefabricado), que requirió la redac-ción de un escrito de reclamaciones de obra nueva, en el que se señalaban las múltiples deficiencias observadas: goteras, ausencia de cortinas, falta de lavabo en el Aula de Plás-tica, carencia de instalación de timbre y megafonía, alto grado de calor que se alcanza-ba en las aulas cuando les daba el sol..., pero la más importante fue la relacionada con la insonorización, a pesar de que el arquitecto que había ejecutado el proyecto señalara la idoneidad del material empleado para tal fin. Un miembro del Claustro, arquitecto a su vez, opinó que el problema de la reverberación era algo estructural pues procedía de la estructura metálica empleada como armazón del edificio.

Si profundizamos un poco más, pronto nos percatamos de que, de una manera más específica, el curso 2001-02 se abrió con dos novedades. La primera fue la posi-bilidad contemplada por la Consejería de Educación y la Inspección de implantar en el Centro la Escuela de Adultos, hecho comunicado por la propia consejera de Edu-

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cación del Gobierno de Cantabria al director y por la Inspección Educativa a la CCP (Comisión de Coordinación Pedagógica). El proyecto se llevaría a efecto tras el informe correspondiente y el asentimiento del Claustro de Profesores.

Tal posibilidad no suscitó excesiva controversia, aunque se manifestaron opi-niones de cierto rechazo a causa de la falta de espacios para desarrollar este cometido y la peculiaridad de este tipo de enseñanza, que iba a desarrollarse junto a la de alumnos de bastante menor edad, lo que supondría problemas de incomodidad e integración.

La segunda novedad tenía que ver con el ya muy viejo problema de la remode-lación del Pabellón Polideportivo, tantas veces discutido, tantas veces prometido, tantas veces aplazado... sobre la que anunció la consejera de Educación, en entrevista con las partes afectadas, la voluntad de inversión de cerca de 100.000.000 de pesetas para resolver definitivamente todas las cuestiones, incluida la remodelación integral del patio del Instituto. Obras que comenzarían en el mes de junio y concluirían en el de septiem-bre.

El proyecto muy pronto comenzó a retrasarse y se convirtió en una nueva fuen-te de decepción que recordaba otras promesas incumplidas. En el mes de junio de 2002 se le preguntó al director sobre el dinero que supuestamente se había presupuestado para ejecutar las obras. ¿A dónde había ido a parar? Recabada la consiguiente infor-mación, se le dijo que el presupuesto del Pabellón había tenido que ser desviado a las urgentes obras que necesitaban los centros de Torrelavega, pero que seguía vigente una partida de 80.000.000 de pesetas, de la cual una parte iría a cargo del presupuesto de aquel año y la otra al del siguiente. Además, para calmar los ánimos, se explicó que el acuerdo del Consejo de Gobierno se haría público en octubre y que las obras comen-zarían en diciembre.

Esta vez se cumplieron todas las promesas y el día 24 de diciembre de 2002 aparecía publicado en el BOC el ‘Anuncio de concurso, procedimiento abierto... y re-modelación del Pabellón Polideportivo y ampliación de pistas en el IES José María de Pereda’ con un presupuesto de 678.923,27 euros y un plazo de ejecución previsto de cuatro meses. Las propuestas económicas se abrirían el día 10 de enero de 2003 y se procedería a la adjudicación de la obra304. El proyecto fue adjudicado a la empresa AS-CAN que puso rápidamente las obras en marcha.

Las obras al parecer no interfirieron excesivamente en la marcha de las acti-vidades docentes. Supusieron la remodelación total del Pabellón Polideportivo, que se mejoró con la ampliación de los baños, hasta cuatro, para cumplir con la normativa europea. El patio del Centro fue cubierto con una capa de hormigón pulido apto para todo tipo de deportes, entre ellos el hockey sobre patines, viejo anhelo que ahora se veía cumplido, y se procedió al saneamiento del mismo mediante la instalación de dos canaletas longitudinales para facilitar la evacuación de las aguas.

Pronto hubo que estar encima de los trabajos que se estaban realizando en el

304.- BOC. Nº 246, de 24 de diciembre de 2002. Pág. 11.272.

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Pabellón al comprobar la entrada masiva de agua de lluvia, como consecuencia de una tormenta, y por ello se decidió un seguimiento más riguroso para evitar posibles defi-ciencias.

En otro orden de cosas, se decidió participar en el Plan contra el Absentismo Escolar diseñado por los Servicios Sociales del Ayuntamiento de Santander en cola-boración con la Consejería de Educación; en el Plan de Prevención de Toxicomanías (Alcohol y Drogodependencias); y abordar planes de mejora en la asignatura de Inglés (creación de un aula de autoaprendizaje) y en la Biblioteca (catalogación, nuevas estan-terías). Hizo suyo el proyecto de creación de una Aula Videoteca, que completara con más medios la existente y en la que pudieran llevarse a cabo montajes audiovisuales y quedara recogido todo el material disponible.

Estos dos primeros cursos concluyeron, por un lado, con el cese de Marino Torre Rivero como jefe de Estudios del IESAD y el nombramiento para sustituirle de Consolación Gil; por otro lado, en medio de preocupación, por parte de la Consejería de Educación de la evidente situación de deterioro de muchos de los centros escolares de Cantabria. Para conocer la situación real de los centros, la Consejería firmó un acuerdo con el Colegio de Arquitectos para que a lo largo del verano desplazara a varios equipos que se encargarían de evaluar la situación real de las instalaciones esco-lares, para después poder acometer las obras más necesarias de actuación inmediata. La circunstancia fue aprovechada para seguir insistiendo en la necesidad de resolver los múltiples problemas que se venían arrastrando tradicionalmente: pintura, calefacción, pabellón, sustitución de ventanales...

El curso 2002-03305 se inició de manera tranquila y sin sobresaltos. Las cues-tiones pendientes iban poco a poco encarrilándose (Plan de Evacuación y Seguridad, Pabellón Polideportivo, reposición de ventanales...), pero dos cuestiones iban a romper la aparente quietud, mostrar las divisiones del Claustro y las soterradas tensiones que se vivían.

La primera: una cuestión de carteles. El asunto tuvo su origen en el desarrollo de la Guerra de Irak, de la que se derivó la colocación de carteles de denuncia en la fachada del Instituto, lo que determinó que la Dirección del Centro presentara al Con-sejo Escolar, con fecha 26 de marzo de 2003, un ‘Protocolo de Exhibición de Carteles y Pancartas’, que fue aprobado tras su correspondiente debate.

Dicho protocolo establecía que los carteles deberían situarse en los lugares re-servados para ello, que se avisaría de ello al responsable del Centro, que responderían a un sentimiento colectivo y debatido, y que no debían tener contenidos violentos, ofensivos o insultantes.

En un momento determinado dichas normas aprobadas por el Consejo Esco-

305.- Archivo del IES José María de Pereda. Libro de Actas del Claustro, del 12 de septiembre de 2001 a 28 de octubre de 2009. Págs. 18 vuelta a 34 recto. Sin catalogar. Libro de Actas del Consejo escolar de 5 de noviembre de 2001 a 15 de diciembre de 2008. Págs. 20 a 38 recto. Sin catalogar.

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lar fueron contravenidas según se dijo en aras de una necesidad ética y del sacrosanto principio de la libertad de expresión, lo que llevó al director a recordar lo que se había aprobado. La intervención fue contestada y se pidió, tras enconado debate, la retirada del mencionado protocolo.

La segunda cuestión fue la LOCE (Ley Orgánica de Calidad de la Educa-ción)306. En marzo de 1996, el PP liderado por José María Aznar logró la victoria en las elecciones. Formó gobierno con las minorías catalana, vasca y canaria, y demostró que la democracia ya estaba consolidada. La dependencia de su gobierno de aquellas minorías le hizo renunciar a muchas de sus propuestas, entre ellas, las referentes a la educación. Acabada la legislatura, en el año 2000, el PP volvió a ganar las elecciones, pero esta vez con mayoría absoluta, lo que llevó a que José María Aznar, sin las ataduras de las minorías, recuperara algunas de sus propuestas originales, entre las que destacó la de la reforma educativa.

En el año 2002 fue aprobada la Ley Orgánica de Calidad de la Educación, que desde sus planteamientos suscitó la polémica y la confrontación en el seno de la socie-dad española, sobre todo por sus propuestas sobre la enseñanza de la Religión.

La Ley era la contraofensiva del Partido Popular a las leyes que habían sido elaboradas a lo largo de los años de gobierno del PSOE. Su justificación nace, según la Exposición de Motivos, de los retos del nuevo contexto social y económico que vivía España en aquellos años y el objetivo de lograr una educación de calidad para todos mediante la búsqueda de políticas educativas acertadas y más ajustadas a la realidad; una educación de calidad basada en los valores humanistas de nuestra tradición cultu-ral europea; un mejor ejercicio de la libertad individual y la realización personal, y el logro de cotas más elevadas de progresos social y económico para conciliar el bienestar individual y social. Por ello, no se deben ocultar las importantes deficiencias de nuestro sistema educativo. Deficiencias que deben ser subsanadas porque así lo requieren el futuro de nuestros jóvenes, las aspiraciones de las familias y las necesidades de nuestra economía y nuestra sociedad.

Pretendía resolver los problemas de nuestro sistema educativo, que se con-cretaban en la necesidad de reducir las elevadas tasas de abandono de la Educación Secundaria Obligatoria; de facilitar una efectiva integración educativa y social de los alumnos procedentes de otros países; de mejorar el nivel medio de los conocimientos de nuestros alumnos; de universalizar la educación y la atención a la primera infancia y en la necesaria ampliación de la atención educativa a la población adulta. Para ello proponía varios ejes de actuación: valorar el esfuerzo y la experiencia personal, orien-tar más abiertamente del sistema educativo hacia los resultados, reforzar un sistema de oportunidades de calidad para todos, elevar la consideración social del profesorado, profundizar en la autonomía de los centros...

306.- Ley Orgánica 10/2002, de 23 de diciembre, de Calidad de la Educación. BOE. Nº 307, de 24 de diciembre de 2002. Págs. 45.188-45.220.

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Las consideraciones anteriores quedaron plasmadas en el articulado de la Ley y las novedades más significativas que introdujo fueron: se siguieron manteniendo de una manera genérica las condiciones del derecho a la educación, la atención a la diver-sidad; se continúa reconociendo como edad límite para cursar la enseñanza obligatoria los 18 años, pero con ciertas condiciones restrictivas; se restringe el derecho a la esco-larización de los hijos de los inmigrantes que no estén regularizados, ofreciéndoles su incorporación a los Programas de Iniciación Profesional establecidos, si tienen 15 años, u obligándoles a cursar la ESO en un centro de personas adultas, si tienen 16 años; el currículo será fijado por el Gobierno y las enseñanzas comunes comprenderán un 55 % del horario escolar en el caso de aquellas comunidades autónomas que tengan junto a la castellana otra lengua propia cooficial y el 65 % en caso de no tenerla; los contenidos mínimos, los objetivos, los contenidos y los criterios de evaluación se fijaron por ciclos y cursos; redujo la etapa educativa a 3-5 y la 0-2 se convierte en enseñanza no escolar; se mantiene la etapa de la ESO haciéndola más propedéutica y se organiza por cursos con itinerarios (3º y 4º); el título de Bachillerato se vincula a la superación de una prueba y permite un acceso a FP de Grado Superior si solo se han aprobado las asignaturas.

Todo ello se completa con la regulación del alumnado con necesidades educa-tivas específicas, la enseñanza de idiomas, la de adultos, las artísticas, la organización de los centros docentes, la función docente y carrera profesional, los centros concertados, la evaluación del sistema educativo, la Inspección Educativa y un apartado de varios (jubilación anticipada, recursos).

La Ley, que llegó muy tarde, en la segunda legislatura de José María Aznar, nunca llegó a aplicarse en su totalidad. Se ha dicho de ella que las tres cuestiones fun-damentales que en realidad reguló fueron:

1.- Legalizar y normalizar situaciones anacrónicas, jerárquicas y selectivas que se habían desarrollado en muchos centros escolares públicos al margen de la normativa vigente.

2.- Rebajar la democracia participativa de los centros públicos y aumentar la opacidad de los centros privados.

3.- Continuar el camino emprendido, en el pasado reciente, en la privatización de la enseñanza y dar alas a la expansión y consolidación del ideario católico.

El PSOE interpuso recurso de inconstitucionalidad, y fue paralizada en el año 2004 cuando José Luis Rodríguez Zapatero llegó al Gobierno tras los terribles sucesos del 11-M.

Ahora bien, independientemente de las tensiones creadas por los dos asuntos anteriores, el curso transcurrió con normalidad. El final de aquel vino marcado por el descenso del número de grupos en primero y segundo de Bachiller y la propuesta de desdoblar los de Segundo de ESO para paliar la nueva situación, y las reflexiones sobre el proceso de integración de los alumnos inmigrantes en un doble aspecto: el acadé-mico y el económico. Respecto a lo primero (falta de criterios claros y concretos para

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ubicar al alumno en el curso correcto, problemas de idioma, deficiencias de base...), se propuso y aprobó la creación de un aula de acogida, con la participación evaluadora de la Inspección Educativa, que les permitiera alcanzar los mínimos exigidos para incor-porarlos a la enseñanza reglada. Respecto a lo segundo, se decidió poner en marcha un Banco de Libros alimentado por los alumnos de los cursos pasados con el propósito de compensar las carencias de recursos de los alumnos procedentes de otros países. Esto se completó con la puesta en marcha de un Taller de expresión o refuerzo del lenguaje y otro de Matemáticas para primero y segundo de ESO.

Finalmente, el Equipo Directivo tuvo que ser remodelado como consecuencia de la jubilación de Amador Salvador Martín (jefe de Estudios adjunto), que fue sustitui-do por Alfonso Manso Herraiz.

Nuevas tensiones iban a manifestarse al comienzo del curso 2003-04307. El ori-gen de aquellas se encuentra en una noticia de prensa en la que se daba cuenta de que cinco alumnos de Segundo de Bachiller del Instituto José María de Pereda, con asigna-turas pendientes, habían presentado (siguiendo el procedimiento establecido) sendas re-clamaciones ante la Inspección Educativa y que aquella, tras el análisis de los exámenes y el informe aportado por el Centro, había decidido aprobarlos, por lo que comunicó al Instituto que los reclamantes podían presentarse a las pruebas de Selectividad. Ante tal hecho otros veintidós alumnos, que estaban en la misma situación, decidieron presentar su correspondiente reclamación, pero fuera de plazo.

Ante tal situación algunos ánimos se encresparon y otros, tras expresar su opi-nión, pidieron, antes de tomar una decisión, prudencia, reflexión y espera hasta cono-cer todos los datos de la resolución de la Inspección Educativa. Hubo quien manifestó que, en parte, la culpa de lo sucedido era responsabilidad del propio director al haber enviado un informe que había inclinado la balanza a un lado, dejando al descubierto a unos buenos profesionales. Esta opinión fue contestada por el director señalando el derecho de la Inspección Educativa a decidir sobre aquellas cuestiones y afirmando no tener problemas para asumir la posibilidad de que los alumnos hubieran sido aproba-dos a raíz de su informe.

Conocida la resolución de la Inspección Educativa, el Claustro de Profesores procedió al análisis del escrito remitido al Instituto y, tras una áspera discusión donde se manifestaron opiniones contrapuestas que dejaban claro el rechazo del extraño concep-to de madurez manejado y la decisión tomada por las autoridades educativas, se pro-pusieron diversas acciones, que iban desde negarse a entregar la programación anual hasta que se consiguiera que la Inspección, por escrito o presencialmente, explicara cómo se medían los parámetros de la madurez, pasando por la reflexión serena sobre qué hacer con aquellos alumnos que quedaban atascados tiempo y tiempo con alguna asignatura pendiente, y terminando con la idea de proceder judicialmente.

307.- Archivo del IES José María de Pereda. Libro de Actas del Claustro, del 12 de septiembre de 2001 a 28 de octubre de 2009. Págs. 34 vuelta a 40 vuelta. Sin catalogar. Libro de Actas del Consejo Escolar, del 5 de noviembre de 2001 a 15 de diciembre de 2008. Págs. 38 vuelta a 51 vuelta. Sin catalogar.

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El final de la cuestión se saldó con la redacción de un escrito para remitir a la prensa, que fue firmado por aquellos que lo consideraron adecuado, el traslado a los jefes de Departamento de la decisión de entregar o no la programación, y la manifesta-ción por algunos profesores de que quedara constancia de la escasa sintonía que existía entre ellos y el Equipo Directivo.

Pasado este amargo trago, el curso continuó desarrollándose según lo previsto, incluso cayó en la rutina, de no ser por el malestar que se generó por la imposición de las fechas de las pruebas extraordinarias, la legislación de la LOCE y el nuevo proce-dimiento para renovar la Dirección de los centros públicos. En este último sentido, la elección de candidatos a director se reguló mediante Órdenes de 10 y 11 de mayo de 2004308. Para dar cumplimiento a la norma se convocó Claustro Extraordinario, y en él se rechazó el procedimiento establecido al estar en total desacuerdo, por lo que, en consecuencia, no fueron elegidos los consiguientes representantes, que debían formar la Comisión de Selección de Director por Concurso de Méritos, lo que no impidió que José Manuel Cabrales Arteaga fuera reelegido por un nuevo periodo de tres años.

B).- Gestión consolidada (2004-2012)

Confirmado en el cargo de director, remodeló en parte su Equipo Directivo. Cesaron Eduardo Gómez Rodríguez (jefe de Estudios adjunto de Bachiller) y Conso-lación Ruiz Gil (jefa de Estudios del IESAD), que fueron sustituidos, respectivamente, por Carmen Lasén Pellón y Adela Rubio González. Esta última dejó, a su vez, vacante el cargo de Actividades Extraescolares para el que fue nombrado Antonio Martín309.

Con este nuevo Equipo Directivo se propuso continuar con la labor empren-dida en la etapa anterior: consolidación y expansión del equipamiento informático y audiovisual, cambio de la central telefónica, estudio sobre la posibilidad de implantar la Enseñanza Compensatoria, reforzamiento de la seguridad del Aula de Imagen, ex-pansión de los grupos flexibles en Segundo de la ESO y extensión a primero de ESO, proyecto para la integración de los inmigrantes, facilitar repasos en Lengua y Matemá-ticas, atención a la diversidad, conmemoración del cuarto centenario del Quijote, Plan de Atención a los Alumnos Extranjeros (Lengua y Literatura) y Proyecto PRETIC (Ma-temáticas), Plan de Interculturalidad, petición de un profesor TIC a tiempo completo, Biblioteca, clases de portugués...

El primer contratiempo en esta nueva singladura vino de la mano de un escrito presentado en el Claustro por un profesor a propósito de los resultados académicos. En aquel se denunciaba que “brillaba con luz propia la promoción de alumnos de ESO repetidores y en situación total de abandono de sus estudios”, algo que chocaba fron-talmente con las instrucciones dadas por la Consejería de Educación acordes con la

308.- BOC. Nº 95, de 17 de mayo de 2004. Págs. 5.257-5.263, y nº 96, de 18 de mayo de 2004. Págs. 5.315-16.309.- Archivo del IES José María de Pereda. Libro de Actas del Claustro, del 12 de septiembre de 2001 a 28 de octubre de 2009. Págs. 41 a 55 vuelta. Sin catalogar. Libro de Actas del Consejo Escolar, del 5 de noviembre de 2001 a 15 de diciembre de 2008. Págs. 49 a 63 vuelta. Sin catalogar.

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LOCE y publicadas en el BOC, invocando para ello que era aplicable la vieja norma-tiva de promoción por edad, ya que el RD 1318/2004 de paralización de la LOCE de-jaba sin efecto la normativa autonómica310, ya que él consideraba que justamente aquel RD mantenía de forma taxativa la plena vigencia de las nuevas medidas de evaluación y promoción de la ESO, publicadas con anterioridad. En consecuencia, tal hecho supo-nía, a su entender, no solamente un delito de desobediencia y desacato a lo dispuesto en el RD mencionado, sino también un resultado desolador: la incorporación a los futuros grupos de tercero de ESO de bastantes alumnos conflictivos, con graves daños para los derechos de los docentes y los discentes a una enseñanza en condiciones normales de trabajo. Por ello concluía que, dadas las circunstancias, parecía obligado que el Claustro se pronunciase sobre tales extremos.

El Claustro pidió que se sometiera a votación el escrito aludido y el director in-dicó que no se podía tomar en consideración algo que no estaba en el orden del día. La respuesta provocó que algunos profesores mostraran su contrariedad por el desamparo a que se veían sometidos por parte de la Dirección del Centro.

Los esfuerzos emprendidos se extendieron, como no podía ser de otra manera, al capítulo de obras: instalación de celosías en las aulas, petición de la remodelación del Salón de Actos, motorización de la puerta de entrada y vídeo portero, ascensor o siste-ma para que pudieran acceder al aula alumnos discapacitados motóricos, remodelación de la instalación eléctrica para evitar apagones generales, e incluso se modificaron los precios por el uso del Pabellón Polideportivo, el canon por la explotación del bar, las fotocopias y el fax.

Se suele decir que a perro flaco todo son pulgas. Esto es lo que volvió a suceder con el edificio del Instituto José María de Pereda en el año 2005 cuando inesperada-mente se plantearon dos nuevos problemas con los que nadie contaba.

Por un lado, un nuevo/viejo quebradero de cabeza necesitó de tiempo y es-fuerzo. El Pabellón Polideportivo, recientemente entregado y puesto en funcionamien-to, comenzó a hacer literalmente aguas. Es decir, en la cubierta aparecieron diversas goteras y el sistema eléctrico comenzó a fallar. Ambas deficiencias hicieron revivir los fantasmas del pasado. Para resolverlos hubo que cambiar la acometida eléctrica y pedir a la empresa que había ejecutado las obras que revisara toda la cubierta del edificio (goteras, pesebrones y canalones).

Por otro lado, en el Departamento de Física y Química apareció una grieta que amenazaba parte de la fachada norte del edificio. Alarmados, se comunicó a la Con-sejería de Educación, que envió rápidamente un arquitecto para evaluar la situación. Analizado el asunto, recomendó que el Instituto insistiera en la petición de la remode-lación del Salón de Actos y la reparación de la fachada norte. La situación comenzó a agravarse cuando ciertos movimientos de tierra dieron origen a la aparición de nuevas grietas en las fachadas oeste y norte, lo que obligó a colocar testigos en esta última para

310.- BOE. Nº 130, de 29 de mayo de 2004. Págs. 19.924-25.

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averiguar si las grietas se producían por fallos en la cimentación, como así fue, para luego proceder a su rehabilitación, que acabaría materializándose posteriormente.

El curso 2005-06311 también trajo otras novedades, entre ellas podemos desta-car cinco: la conmemoración de la muerte del insigne escritor José María de Pereda, el impulso por la Consejería de Educación del Plan de Atención a la Diversidad, los comportamientos antisociales de algunos alumnos, la encuesta de la Consejería de Edu-cación y la aprobación de la LOE (Ley Orgánica de Educación).

En el primer caso, se prepararon un conjunto de actos que incluyeron concier-tos, lecturas de fragmentos de sus obras, actividades deportivas, certamen de pintura, concursos literarios... con sus correspondientes premios de lotes de libros que fueron donados por el Ayuntamiento de Santander.

En el segundo caso, en el Centro se impulsó la creación de una Comisión, la CESPAD, con cometidos como el acogimiento de los alumnos, tanto en el turno de día como en los Estudios a Distancia, ya fueran nacionales o extranjeros; el desarrollo de una docencia específica para los alumnos con deficiencias (o ignorancia absoluta) de la lengua española, y la formación de grupos de diversificación y agrupaciones flexibles.

En el tercer caso, se intentó dar solución a un problema que venía coleando desde hacía tiempo: los cada vez más frecuentes comportamientos antisociales de al-gunos alumnos. En conversaciones con la Inspección se barajó la puesta en marcha de dos posibilidades: primero, proceder a expedientar a aquellos alumnos implicados y enviarlos a otros centros hasta que cumplieran 16 años, para que después pasaran a cursar Garantía Social; segundo, que algunos profesores se dedicaran voluntariamente, en un aula específica, a atender estos casos. En cualquier caso, el plan tenía que ser aprobado por el Claustro.

En el cuarto caso, el envío por la Consejería de Educación de una encuesta sobre ‘El clima escolar y conductas conflictivas’, en la que se incluían preguntas y valo-raciones acerca de las creencias políticas y religiosas personales, provocó un manifiesto malestar en un nutrido grupo de profesores, que manifestaron su rechazo y dio lugar a un escrito de protesta del director, al envío a la prensa de un artículo denunciando el contenido de aquella y a que un partido político lo trasladara al Parlamento interrogan-do al Gobierno bajo el formato de pregunta parlamentaria.

En quinto lugar, cuando en el mes de mayo de 2006 fue aprobada la LOE (Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación312), hubo que adaptarse a una nueva legislación. El Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero rápidamente puso en marcha el mecanismo para dejar sin efecto la LOCE, y el 19 de mayo de 2004 aprobó un Real

311.- Archivo del IES José María de Pereda. Libro de Actas del Claustro, del 12 de septiembre de 2001 a 28 de octubre de 2009. Págs. 56 a 66 vuelta. Sin catalogar. Libro de Actas del Consejo Escolar, del 5 de noviembre de 2001 a 15 de diciembre de 2008. Págs. 64 a 73 recto. Sin catalogar.312.- BOE. Nº 106, de 4 de mayo de 2006. Págs. 17.158 a 17.202.

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Decreto suspendiendo la aplicación de la reforma educativa del PP, que establecía la obligatoriedad del área de Religión, los itinerarios formativos y la reválida. El Partido Popular, como no podía ser de otra manera, anunció el consiguiente recurso, y la vi-cepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, advirtió que quienes siguieran aplicando la LOCE deberían “atenerse a las consecuencias”. Era un aviso a los dirigentes del PP, que estaban sopesando la idea de regirse por la legislación anterior bajo el argumento de que la suspensión de la Ley había creado un vacío legislativo.

Ana Pastor, coordinadora de Participación y Acción Sectorial del PP, dio el visto bueno a la decisión de las comunidades autónomas gobernadas por el PP para recurrir la paralización ante los tribunales ordinarios, argumentando que la decisión del Gobierno invadía competencias de las comunidades autónomas, constituía una desvia-ción de poder y carecía de alternativas educativas, poniendo en serio aprieto a las fami-lias cara al próximo curso escolar. La ministra de Educación, María Jesús San Segundo, negó tales extremos y explicó que la norma que se paralizaba no era compatible con los principios de igualdad, y señaló que durante los dos años que durara la moratoria los estudiantes cursarían los currículos de la LOGSE, al tiempo que se mantendrían en vigor aspectos de la LOCE que ya habían entrado en vigor en el presente curso escolar.

El plan de reforma del Gobierno fue lanzado bajo la forma de ‘Propuesta de MEC para la reforma de la LOCE’. Un documento abierto a la participación de toda la comunidad educativa con el objeto de que fuera ampliamente debatido a lo largo del mes de septiembre de 2004, para que, tras recoger las propuestas que se enviaran al Mi-nisterio, se redactara en enero-febrero de 2005 el consiguiente anteproyecto de ley que sería discutido, modificado y aprobado por las Cortes en 2005-2006, para que entrara en vigor en el curso 2006-2007.

La LOE fue aprobada con los votos en contra del PP y la abstención de IU. Sus aspectos más significativos fueron: se volvía al espíritu y formas de anteriores leyes socialistas y se especificaba con más nitidez y compromiso los principios de calidad (participación, responsabilidad, formación, equidad...), los derechos de los padres y alumnos, las becas ayudas y estímulos al estudio; se recogió el derecho al aprendizaje permanente de un manera más detallada y comprometida; se mantuvo la obligato-riedad de la Enseñanza Obligatoria sin restricciones hasta los 18 años; se redefinió el principio de atención a la diversidad elevándole a principio fundamental al tiempo que se suprimieron las diferencias entre nacionales y extranjeros residentes, modificando las leyes anteriores para que independientemente de su situación legal pudieran cursar la ESO sin restricciones; los aspectos básicos del currículo no pasaron a requerir más del 55 % de los horarios escolares en las comunidades autónomas que tuvieran lengua cooficial y el 65 % en caso de no tenerla; se estableció un plan de Estado-comunidades autónomas para el incremento del gasto educativo con el objetivo de equipararle al de la UE.

Además, en la ESO se insistió en la atención a la diversidad (organización por cursos con medidas de atención a la diversidad, organizativas y curriculares) y la orientación educativa; se desarrolló la Educación para la Ciudadanía y los Derechos

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Humanos, como materia obligatoria y evaluable, en detrimento de Lengua y Literatura que redujo su horario lectivo; el Bachillerato se vinculó a la superación de todas las materias, pero excluyendo una prueba externa, con él se pudo acceder a la FP y a la Universidad; la asignatura de Religión se mantuvo en la misma regulación que en la LOGSE (disponible en todos los centros, voluntaria y no evaluable) y se estableció un área de Sociedad, Cultura y Religión; los programas de Garantía Social se mantuvie-ron en la misma línea, mientras que los de Iniciación Profesional se paralizaron y no se implantaron los itinerarios para tercero y cuarto de ESO; se retrasó la elección de asignaturas en función del rendimiento escolar para los alumnos de tercero de ESO y el Bachillerato pasó a contar con cuatro modalidades (Ciencias de la Naturaleza y de la Salud, Tecnología, Humanidades y Ciencias Sociales y Arte).

La Ley suscitó una fuerte polémica en toda la sociedad, que fue seguida de numerosas manifestaciones a favor y en contra, e incluso la Conferencia Episcopal Es-pañola amparó una de las más sonadas. Entre las críticas que salieron de los diferentes colectivos, ya fueran sindicatos, profesores, Iglesia, partidos políticos... o personas indi-viduales, se pueden destacar las referentes a la ideología (no aborda los aspectos rela-cionados con la democracia y la transmisión del conocimiento para el pleno desarrollo de la libertad y capacidad crítica de cada persona); a la escuela pública (equipara a los centros de titularidad pública y privada al abandonar el principio constitucional de la planificación general de la enseñanza, como derecho a la educación de todos: garanti-za y legaliza la privatización); a la gestión y democracia participativa (asociaciones de padres y madres, participación del alumnado, autonomía de los centros); a la confe-sionalidad de la educación (se rinde ante los privilegios de la enseñanza confesional y segrega al alumnado por causas sociales, intelectuales y territoriales en función de las concepciones morales y religiosas de las familias chocando con la propia Constitución y la Declaración Universal de los Derechos Humanos al financiar al cien por cien las escuelas confesionales).

En fin, podríamos seguir añadiendo argumentos, como el de que es una ley urbana por antonomasia, que se olvida de la escuela rural; el de mantener un currículo muy cerrado, escasamente flexible y universal, poco inclusivo y laico y con buenas dosis de democracia; establecer unos horarios escolares recargados en vez de reforzar las asignaturas instrumentales... pero no es nuestra intención.

La ley que puso de moda las competencias básicas y que pretendió ser el bálsa-mo de todos los problemas de nuestra enseñanza, al intentar una síntesis de las leyes an-teriores para contentar a todos los sectores implicados, nació con vocación de futuro y pretensión de alcanzar la convergencia con Europa, fue derogada por la ley Wert.

Los cursos 2006-07 a 2009-10313 se desenvolvieron con total normalidad. En su arranque el director remodeló mínimamente su Equipo Directivo al cesar como jefe de

313.- Archivo del IES José María de Pereda. Libro de Actas del Claustro, del 12 de septiembre de 2001 a 28 de octubre de 2009. Págs. 67 a 100. Sin catalogar. Libro de Actas del Consejo Escolar, del 5 de noviembre de 2001 a 15 de diciembre de 2008. Págs. 73 vuelta a 100 vuelta. Sin catalogar.

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Actividades Extraescolares Antonio Martín, que fue sustituido por María del Carmen Urlanga Zubillaga. Continuaron abordándose las cuestiones que se venían planteando desde hacía varios años: el cambio de los ventanales del edificio, el estudio de la cimen-tación mediante catas del Salón de Actos y alas norte y oeste del edificio, la solución a la condensación en el bloque prefabricado mediante la inyección de espuma aislante, la construcción del vestuario para el personal de limpieza y bedeles, la revisión de las cubiertas... y, cómo no, otra vez, los problemas del Pabellón Polideportivo en el que hubo que corregir las humedades de la planta superior que se venían arrastrando desde el año 2003 y reparar los desperfectos causados en el techo del mismo (se desplomó) a causa de la tormenta del mes de agosto de 2006.

Dentro de aquella normalidad establecida se participó en proyectos puestos en marcha por la Consejería de Educación, como el Plan de Evaluación de Centros (2006); el Programa de Acompañamiento y Refuerzo Educativo en la Educación Se-cundaria (2007); la Extensión del PRETIC, para lo que se solicitaron, entre otras cosas, la ampliación del Aula del Proyecto Atenea (en superficie y equipamiento) y la dotación de todas las aulas de ESO con un cañón fijo, así como la ampliación del número de ordenadores portátiles para el profesorado y la actualización y mejora de la cobertura wifi. Además de integrarse en el Plan Escolar de Drogodependencias patrocinado por el Proyecto Hombre que quedó incluido en el Proyecto de Centro (2008), se propuso solicitar la asignación de una persona experta en Servicios a la Comunidad para ayudar en todos estos cometidos.

La preocupación por participar e implicar a los alumnos llevó a que dos profe-sores, Jesús Peñalva y José María Alonso, presentaran un proyecto, que fue aprobado, denominado ‘Desayuno saludable’ (2007), que se desarrolló a lo largo de varios cursos y que consiguió ser galardonado con el Primer Premio de la Escuela Europea de Con-sumidores.

Otros profesores, entre los que se encontraban Luis María Acero, José Francis-co Alonso y Paciano Merino, decidieron resucitar la antigua tradición de que el Centro contara con una revista y dieron nacimiento a El Hoplita, hasta la fecha última publi-cación con la que ha contado el Instituto. Su planteamiento es totalmente diferente, ya que está exclusivamente hecha por alumnos y para alumnos, que son los que se han encargado de escribir todos los artículos que en ella han aparecido desde que comen-zó a editarse en el año 2008. La revista, hecha a ciclostil, es cauce de expresión de los alumnos, e incluye todos aquellos acontecimientos de interés relacionados con la vida del Centro: viajes, poemas, narraciones, cómics, entrevistas, intercambios, artículos va-rios, etc. Lleva publicados, desde su creación, 8 números de unas 35-40 páginas.

Los proyectos más emblemáticos puestos en marcha por el Instituto fueron el del Plan de Atención a la Diversidad y el de Interculturalidad. Naturalmente eran el reflejo del Plan que había suscitado en la primavera de 2004 la Consejería de Educa-ción. Su arranque se produjo en el año 2005 con la formación de la Comisión del Plan, presidida por el jefe de Estudios e integrada por el orientador y la profesora de Peda-gogía Terapéutica del Centro, a la que se sumaron aquellos profesores interesados en la

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cuestión.

El objetivo de aquellos primeros pasos fue la redacción de un programa de actuaciones con el fin de atender a aquellos alumnos que, por las circunstancias que fueran, no alcanzaban los conocimientos mínimos exigidos, a los alumnos superdotados necesitados de atenciones especiales, a los alumnos extranjeros que saben poco o des-conocen totalmente el español, a los alumnos con minusvalías o discapacidades ya sean permanentes o temporales... para proporcionarles dotaciones especiales de infraestruc-tura (por ejemplo, se pide ya un ascensor) o de profesorado.

El Plan comenzó a tomar cuerpo y dimensión a partir de 2007, sobre todo cuando la Comisión, con cierta experiencia acumulada, propuso que para hacer más operativo el Plan se adoptasen las siguientes medidas:

a).- La continuidad del ‘Programa de Estudio Asistido’ puesto en marcha en 2006, a pesar de que los resultados de asistencia no habían sido los esperados.

b).- Dedicar una semana a la acogida de los alumnos inmigrantes y su fami-lia, en la que la profesora de Interculturalidad mediante entrevista daría a conocer el Centro (profesores, pruebas de nivel de competencia curricular, información acerca del sistema escolar, asignaturas, etc.) con la finalidad de que la transición escolar, social y personal desde su país de origen al nuestro fuera lo más suave posible y se le pudiera situar en el nivel y grupo que le correspondiera sin apresuramiento.

Además, sería conveniente la creación de un aula de transición como espacio de acogida, observación y acompañamiento en la que los alumnos inmigrantes perma-necerían entre dos y tres semanas con profesores de materias o áreas instrumentales para evaluar convenientemente y de modo más preciso su nivel, para ubicarlos en el grupo más adecuado.

c).- La supresión de los llamados grupos de alumnos de ritmo lento en tercero y cuarto de ESO, y su sustitución por la creación de un grupo flexible en tercero de ESO, ante la imposibilidad de conseguir que tengan cierta estabilidad, es decir, un número máximo de alumnos “estables” que permita una enseñanza adaptada a su nivel y ritmo de sus posibilidades.

d).- El continuo aumento del número de alumnos extranjeros (en el curso 2006-07 representaban el 25 % de los efectivos del Centro) aconseja que, al menos, otro profesor con horario completo colabore con la profesora de Interculturalidad en lo que se refiere a la acogida y enseñanza del idioma español.

Este Plan, continuado en la actualidad en consonancia con las normas de la LOE y de la LOMCE, y cuyas sugerencias no se cumplieron en su totalidad, se com-plementó con un Plan de Acción Tutorial (afecta a todos los alumnos) y los proyectos de Agrupaciones Flexibles en la ESO puestos en marcha por el Departamento de Inglés, que alcanzaron a los alumnos extranjeros, a los recién incorporados y a los repetido-res. Sus resultados positivos comenzaron a verse a partir del curso 2007-08, cuando se

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informó sobre el buen funcionamiento del grupo flexible de tercero de ESO, la evolu-ción favorable del número de alumnos atendidos en la Biblioteca, los tres niveles que se impartían en el Aula de Interculturalidad y la extensión del programa a primero y segundo de ESO, y se propuso formar grupos de alumnos de “alto rendimiento” que recibirían una enseñanza más intensa.

El tramo final de este periodo se caracterizó por la implantación de nuevas optativas en tercero y cuarto de ESO; los resultados del Informe PISA (no lo suficiente-mente buenos en toda Cantabria), que impulsó a la Consejería de Educación a estable-cer un Plan Lector con la finalidad de mejorar la competencia lectora cuyo resultado había sido francamente bajo; la puesta en marcha de un Plan de Convivencia (intro-ducción de las figuras del doble orientador y del tutor de pendientes, el fomento de las nuevas tecnologías...) y el establecimiento de nuevas actividades en el Plan de Acción Tutorial y la puesta en marcha del programa Yedra.

Junto a todo esto se siguió insistiendo en los temas pendientes. En este sentido se consiguió que la Consejería de Educación se decidiera a intervenir en el Salón de Actos (humedades, suelo, pintura, cambio de butacas, nuevo sistema de iluminación, sonido y calefacción), y completara la revisión de las cubiertas del edifico y la instala-ción eléctrica; pero no se consiguió en esta ocasión la instalación de un ascensor tan repetidamente pedido.

A finales del curso 2007-08, Jesús Gutiérrez Flores cesó como secretario por licencia de estudios y fue sustituido por Gloria Saiz de Omeñaca González.

El asunto más grave y llamativo, por inesperado, se produjo el día 5 de marzo de 2009314 a causa de un recrudecimiento del invierno en su recta final, que se tradujo en un fuerte temporal de viento que se llevó gran parte de la cubierta del Pabellón Polideportivo y que obligó a suspender las clases, desalojar el recinto y la intervención de los bomberos. Las placas de la cubierta y el aislante de la techumbre volaron por los aires y fueron a caer en el patio del Centro y en las inmediaciones del Instituto causan-do la consiguiente alarma y pérdidas materiales. Una nueva inyección económica de la Consejería de Educación resolvió con prontitud el problema creado, pero la inter-vención de los bomberos destapó que el Centro no contaba con los accesos adecuados para abordar esta y otras necesidades, por lo que recomendaron la necesidad de contar con un vado de entrada que hubo que solicitar y cuyo costo iba a ser asumido por las autoridades educativas.

Este suceso vino acompañado de otro lamentable hecho. A comienzos del año 2010, el viento y la lluvia también levantaron una sección del tejado del edificio dejando inutilizadas cuatro aulas de la última planta, lo que hizo necesario proceder a una reu-bicación de los alumnos de las aulas afectadas y a la realización de las obras necesarias (tela asfáltica, pintura y renovación de fluorescentes. A pesar del arreglo en una de las

314.- Archivo del IES José María de Pereda. Libro de Actas del Claustro, del 12 de septiembre de 2001 a 28 de octubre de 2009. Págs. 91 a 100. Sin catalogar. Libro de Actas del Consejo Escolar, del 5 de noviembre de 2001 a 15 de diciembre de 2008. Págs. 73 vuelta a 100 vuelta. Sin catalogar.

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aulas, continuaron los problemas al desprenderse las placas del techo a causa de la en-trada de agua, lo que obligó a desplazar nuevamente a sus alumnos y a inyectar resinas por las grietas y las canaletas de ensamblaje de los módulos para resolver el problema.

Después de lo sucedido con la cubierta del Pabellón Polideportivo y del tejado, siendo conscientes de la necesidad de contar con ciertas medidas de seguridad, se ac-tualizó el Plan de Autoprotección (asistencia a cursos, actualización de las medidas de seguridad, señalizaciones fotoluminiscentes, croquis de situación...) y se participó en el Plan de Evaluación de Riesgos Laborales desarrollado por la Dirección General de Per-sonal Docente, donde se analizaron las instalaciones en sí mismas (calderas, laborato-rios, concentración de CO2, temperatura...), la colaboración de profesores y alumnos, los factores de riesgo psicosociales...

Los sucesos que acabamos de relatar sucintamente dieron pie, nuevamente, a que la Dirección del Centro siguiera reclamando machaconamente obras pendientes, como la pintura exterior del edifico, sobre todo en su fachada norte; la colocación de un ascensor; la reparación de grietas, la renovación de la megafonía del Salón de Actos... Pero las mayores preocupaciones de aquel año 2010 estuvieron relacionados con el incierto futuro de los Estudios a Distancia, que solamente comenzó a disiparse cuando, tras hablar con los responsables de la Consejería de Educación, se garantizó que con-tinuarían impartiéndose en el Centro y que a los futuros profesores que lo impartirían no se les iba a exigir especiales conocimientos en informática, salvo trabajar con la plataforma Moodle; la participación en el Máster de Secundaria, que fue rechazada; el mantenimiento de la plantilla orgánica; la convivencia escolar, la comprobación de si el techo del Pabellón Polideportivo desprendía amianto o no; la participación en proyec-tos institucionales mediante el ‘Club de Lectura José María de Pereda’ para fomentar la lectura entre alumnos, padres y otro personal del Centro.

Al finalizar el curso 2009-2010, Ana María Gómez García cesó, a petición pro-pia, como jefa de Estudios, y fue sustituida por Antonio Soler Ferrán. Con este ligero retoque, al que se sumó el de María del Carmen Urlanga, que cesó como jefa de Acti-vidades Extraescolares (2001) y fue sustituida por Carmen Guerrero Fidalgo, encaró los dos últimos cursos de su tercer mandato, 2010-11 y 2011-12315, que se caracterizaron por:

a).- La renovada petición de obras pendientes, asunto en el que tras un ligero aplazamiento vio cómo se abordaban las obras de reparación de las grietas que presen-taba el edificio y el reforzamiento de los pilares de la zona oeste, que requirió de los co-rrespondientes reajustes de las aulas para poder continuar con las actividades lectivas. A lo que se añadió la realización de una zanja en el patio pequeño para plantar unos árboles y formar una barrera vegetal que mejorase su aspecto, lo que fue acompañado del trazado de un mural decorativo en la pared, y la individualización de la calefacción

315.- Archivo del IES José María de Pereda. Libro de Actas del Claustro, del 17 de febrero de 2010 a la actualidad. Págs. 1 a 57. Sin catalogar. Libro de Actas del Consejo Escolar de 15 diciembre de 2008 a 28 de octubre de 2016. Págs. 1 a 32 vuelta. Sin catalogar.

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por zonas con el objeto de ahorra energía y reducir el consumo.

De todas las obras que se ejecutaron quedaron pendientes dos: el huerto y la ampliación del Aula del Proyecto Atenea. Esta última no pudo ejecutarse porque el arquitecto de la Consejería de Educación desaconsejó el derribo del tabique correspon-diente por razones de seguridad.

b).- La insistencia en que al Centro se le concediera, por un lado, poner en marcha sendos programas bilingües en inglés y francés y, por otro lado, fuera acreditado como ‘Centro de Formación en Prácticas para el Máster de Profesores de Enseñanza Secundaria’, pidiendo a los profesores que se presentaran para poder ser habilitados y concurriendo mediante la correspondiente solicitud en todas las ocasiones en las que se convocó.

c).- La continuación de los programas de diversificación (PROA, desdoble de grupos flexibles, acogimiento de alumnos extranjeros...), interculturalidad, estudio diri-gido y de los grupos de alto rendimiento (se amplía a segundo de ESO). A ello se sumó la participación en el ‘Programa de autodiagnóstico sobre la convivencia escolar en los centros educativos’.

d).- La renovación del proyecto educativo del Centro, la adaptación del Re-glamento del Régimen Interior a la nueva normativa de la Consejería de Educación y el desarrollo de un amplio Plan de Formación del Profesorado (manejo de pizarras digitales, archivos gráficos y de imagen, competencias básicas, Self Access, Yedra...).

e).- La solicitud de implantar ciclos formativos, al pairo del Decreto de especia-lidades de 2011, pidiendo Atención Geriátrica, Robótica y nanotecnología e Imagen y Sonido, incluso aprovechando la saturación que padecía el Bachillerato de Artes Plás-ticas y Escénicas en el Instituto Torres Quevedo, se solicitó su implantación en el José María de Pereda. No se consiguió nada, sobre todo por los altos costos que suponía poner en marcha este tipo de ciclos formativos.

El fracaso no hizo que se abandonara la insistencia, y la Consejería, como premio de consolación al no haberle concedido ningún ciclo al Instituto, le ofreció la implantación de módulos voluntarios para alumnos que ya habían estado en PCPI. Nunca se hicieron efectivos.

f).- Las acciones, de acuerdo con la CCP (Comisión de Coordinación Peda-gógica) para intentar aumentar el número de alumnos en Bachiller y la mejora de los resultados de PISA.

Las tres cuestiones que cerraron este tercer mandato fueron el debate sobre la situación de la educación en Cantabria y las repercusiones en el Centro, los desacuerdos que se manifestaron entre un sector del profesorado y la Dirección como consecuencia de una huelga protagonizada por los alumnos y las protestas de un grupo de padres por los agrupamientos de alto rendimiento.

Respecto a la primera, en la que intervinieron numerosos profesores, se denun-

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ciaron los recortes presupuestarios y el descrédito que, a su juicio, estaba padeciendo la enseñanza pública en comparación con la enseñanza privada, ya que para aquella no faltaban ni buenas palabras ni los recursos necesarios para que siguieran funcio-nando sus colegios concertados. Respecto a la segunda, el motivo fue la retirada por la Dirección de un cartel anunciador de una huelga de alumnos, hecho que fue afeado y requirió una intervención del director explicando que el cartel había sido puesto con nocturnidad y no precisamente por alumnos del Centro a los que nunca se les ha nega-do la colocación de carteles en los lugares pactados.

Las discrepancias se agrandaron con la supuesta retención en el patio, por par-te de la Dirección, de los alumnos que querían abandonar el Centro el día de la jornada de huelga, y la rumorología sobre la convocatoria de la misma y el cierre o apertura del Centro, que indujo a algunos a ponerse en contacto telefónicamente con los sindicatos, la Policía y la prensa, denunciando que a los alumnos se les impedía salir. El director afirmó que los alumnos que decidieran hacer la huelga podían quedarse en su casa. Los que vinieran al Centro solo saldrían con autorización paterna.

Las protestas por los agrupamientos de los grupos de alto rendimiento sus-citaron en el mes de marzo de 2011 un rechazo por escrito de las madres de algunos alumnos. En aquel dejaban constancia de que tales agrupamientos, a su entender, no beneficiaban a nadie, pues privaban a los alumnos de la oportunidad de convivir en un grupo que, al igual que el resto de la sociedad, era heterogéneo. Consideraban que era mejor el establecimiento de relaciones entre compañeros de distintas características y el desarrollo de estrategias de relación que les sería muy útil a lo largo de la vida en una sociedad cambiante y multicultural... Este razonamiento lo acompañaron con otros referentes a las conductas de los alumnos, el nivel académico, el nivel psicológico, el nivel familiar, las posturas de exclusión que se podían manifestar respecto a los que no formasen parte de las agrupaciones... para concluir que estaban en desacuerdo e indi-car que los grandes olvidados con este tipo de medidas eran los alumnos de tipo medio.

C).- El último mandato (2012-2016)

En el mes de marzo de 2012, José Manuel Cabrales Arteaga comunicó al Claustro de Profesores y al Consejo Escolar que iba a optar a un nuevo mandato de director. Con su renovación por cuatro años se abrió su último mandato. Los cursos que transcurrieron entre el año 2012 y 2016 no dejan de ser el broche final a una dilatada trayectoria profesional que había comenzado hacía ya muchos años. Constituyeron una continuación de los caminos emprendidos con anterioridad y el cotidiano esfuerzo por seguir mejorando el Centro, en la medida de lo posible, tanto desde el punto de vista material como desde el punto de vista académico, mediante la participación en cuantas iniciativas fueran planteadas por la Consejería de Educación.

La continuidad con el mandato anterior quedó perfectamente reflejada el cur-so 2012-13 con la persistencia de las acciones ya emprendidas, entre las que destacaron las obras de reforzamiento de los pilares y vigas del ala oeste, la intervención en los bajos del módulo prefabricado, el cableado eléctrico, la reiterada petición de un ascensor y

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de un paso de cebra en la calle Camilo Alonso Vega, la preocupación por implantar nuevas enseñanzas para aminorar la marcha de alumnos a otros centros, los planes de convivencia y tutoría individualizada, el equipamiento informático y la compra de ca-ñones para las aulas, el banco de libros, y las peticiones de un becario para Informática y un profesor de Servicios a la Comunidad. Estas cuestiones poco a poco fueron tenien-do respuesta positiva, excepto la referente a la concesión de ciclos formativos, que fue rechazada por la Consejería por razones presupuestarias.

Con renovados bríos el Instituto emprendió nuevos caminos. Los importantes fueron316:

a).- La participación en el proyecto THALIS (Estudio Internacional sobre la Enseñanza y Aprendizaje) patrocinado por la OCDE, que había nacido en el curso 2007-08, con el que se ha “pretendido ofrecer una perspectiva internacional comparati-va sobre las condiciones de enseñanza y aprendizaje en la Educación Secundaria Obli-gatoria y sobre algunos de los principales factores que permiten explicar las diferencias en los resultados educativos que PISA ha revelado”317.

Implicó el examen, a través de encuestas a los profesores y a los directores de Educación Secundaria Obligatoria en los 24 países participantes, de una gran varie-dad de cuestiones, que iban desde los propios profesores y los centros de enseñanza, la formación y desarrollo profesional del profesorado hasta la evaluación del profesorado y del Centro, pasando por las opiniones y actitudes del profesorado y la mejora de la práctica de la enseñanza.

Las encuestas pusieron de manifiesto la necesidad que tenía (tiene) la Enseñan-za Secundaria Obligatoria de contar con recursos suficientes, garantizados por los es-tados, y contar con un profesorado ilusionado, cualificado y reconocido; lo conveniente de intensificar y mejorar la formación del profesorado con el fin de mejorar los procesos educativos; el contar con un clima de aula positivo para asegurar el rendimiento ade-cuado de los alumnos; la imprescindible evaluación del profesorado para garantizar un trabajo efectivo, y la importancia del liderazgo escolar para favorecer la eficacia del profesorado.

b).- La participación en PISA (Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes) como había venido realizándose en ediciones anteriores. Para abordarlo con más éxito que en otras participaciones (no se venían obteniendo los resultados ade-cuados en matemáticas, ciencias y lectura comprensiva), se explicó que se habían pu-blicado sendos cuestionarios sobre las pruebas y que era interesante conocerlos ya que podían ayudar a trabajar con los alumnos que tenían que hacerlas. Precisamente, como consecuencia de los malos resultados obtenidos, se derivó la puesta en marcha, sobre todo por el Departamento de Lengua Española y Literatura, de nuevas estrategias lec-

316.- Archivo del IES José María de Pereda. Libro de Actas del Claustro, del 17 de febrero de 2010 a la actualidad. Págs. 17 a 37. Sin catalogar. Libro de Actas del Consejo Escolar de 15 diciembre de 2008 a 28 de octubre de 2016. Págs. 47 a 62. Sin catalogar.317.- www.mecd.gob.es/dctm/ievaluacion/.../pdf-imprenta-25-oct-2010.

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toras que, en el fondo, no eran nada más que la continuación de otras que se habían emprendido en años anteriores y en las que participaron también otros departamentos del Instituto.

c).- La continuidad del PROA (Programa de Refuerzo, Orientación y Apoyo), que había nacido en el curso 2005-06 como proyecto de cooperación entre el Ministe-rio de Educación y Ciencia y las comunidades autónomas, para desarrollar “un abani-co de actuaciones en centros de Educación Primaria y Secundaria, con el objetivo de mejorar los resultados educativos mediante la aplicación de medidas de apoyo directo e individualizado al alumnado y en otros con la dotación de recursos para facilitar que se produzca un cambio global en el Centro”318.

El PROA, concebido por la Consejería de Educación como medida de calidad educativa con el objetivo de aumentar el éxito escolar del alumnado319, se estructura en el Programa de Acompañamiento Escolar que incide sobre los alumnos con dificultades en los primeros cursos de Secundaria, y el Programa de Apoyo y Refuerzo en Secunda-ria, y cuyo objetivo es abordar mejor la acción educativa. Supuso la continuidad de los programas de diversificación que se habían venido desarrollando en el Centro, lo que facilitó que rápidamente se pusiera en marcha y se obtuvieran buenos resultados, que han animado a seguir aplicándole.

d).- La posible participación, junto a los colegios Manuel Llano y Cisneros, en el Proyecto de Red Cántabra de Escuelas Promotoras de Salud320, impulsado por la Consejería de Educación con la colaboración de la Consejería de Sanidad y Servi-cios Sociales para promover la alimentación saludable de los alumnos. Plan deudor de otras iniciativas puestas en marcha por la Organización Mundial de la Salud y otros organismos internacionales que han venido desarrollando estrategias y programas con nombres diversos para promocionar la salud en la escuela.

La Escuela Promotora de Salud (EPS-SHE) tiene como objetivos educar en modos de vida sanos a toda la comunidad educativa y favorecer un marco de trabajo y de estudio dirigido a la promoción de la salud teniendo en cuenta las condiciones de las instalaciones escolares y sus aspectos de seguridad. Además, trata de desarrollar el sentido de responsabilidad individual, familiar y social en relación con la salud para posibilitar el pleno desarrollo físico y psíquico.

Partiendo pues de aquellas ideas, se trataba de definir al centro educativo como un lugar de adopción, por parte de la comunidad educativa, de modos de vida sanos en un ambiente saludable, e integrase con un proyecto en la construcción y desarrollo de una Red Cántabra de Escuelas Promotoras de Salud, incorporadas a la Red Europea (REEPS), actual SHE, proyecto que en el Instituto no llegó a cuajar.

e).- La aprobación y puesta en marcha para los alumnos de Filosofía de segun-

318.- www.educacion.es/multimedia/00003323.pdf319.- https://www.educantabria.es/.../39700238-programa-de-refuerzo-orientación-y-apoyo...320.- https:/www.educantabria.es/…/escuelas_salud/redesescuelaspromotorassalud.2013.pdf.

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do de Bachillerato del Programa CogniFit321, a propuesta del profesor Marino Torre, cedido gratuitamente por la editorial santanderina Tantín. La propuesta iba enca-minada a tratar de dar una respuesta a las dificultades de aprendizaje de sus alumnos mediante la aplicación de un conjunto de acciones puestas a punto por la empresa del sector salud-investigación (CogniFit), fundada en 1999 por el profesor Shlomo Breznit, y orientada a la evaluación y mejora de la salud cognitiva.

Los objetivos de este programa son el mantenimiento de un cerebro activo para poder identificar los posibles déficits cognitivos, con el fin de crear un régimen de entre-namiento preciso que nos ayude a superarlos. Para lograrlo propone todo un conjunto de juegos mentales y ejercicios cerebrales para evaluar y entrenar la mente y el cerebro en las habilidades cognitivas (memoria aditiva a corto plazo, memoria contextual, aten-ción dividida, coordinación ojo-mano...).

El programa se ensayaría a lo largo de varios cursos escolares y se fue exten-diendo a otros cursos diferentes a segundo de Bachiller; incluso se propuso extenderlo a otros centros y que fuera financiado por la Consejería de Educación sin éxito, por lo que terminaron haciéndose cargo de los gastos el AMPA del Instituto (2016).

f).- La participación en otros proyectos institucionales como la mejora del Plan de Convivencia Escolar y prevención del acoso escolar con el apoyo de la Policía, la Agenda 2018 sobre las competencias lingüísticas y matemáticas, el Plan de Fomento del Espíritu Emprendedor, los planes de mejora de los resultados académicos, las Jornadas de Formación Dual con empresarios alemanes, el Plan ‘Leer, Comunicar, Crecer’, aje-drez en las aulas, Proyecto LaborESO para alumnos de diversificación, etc.

La acciones emprendidas por el nuevo Equipo Directivo también se extendie-ron a otros ámbitos de la actividades cotidianas como el funcionamiento de la Bibliote-ca, la formación de un grupo de teatro, la mejora de la integración de las familias en el Centro, las fiestas de fin de curso, la intervención en algunos casos de acoso y reforza-miento de la seguridad del edificio como consecuencia de los robos que se padecieron, lo que obligó a tener que instalar las consiguientes alarmas y a mejorar las cámaras de seguridad.

La cuestión que más preocupó y más controversias generó en el Claustro de Profesores a finales del año 2013 fue la publicación por el Ministerio de Educación de la LOMCE (Ley Orgánica 8/2013, de 9 de diciembre, para la Mejora de la Calidad Educativa322).

El final de los gobiernos de José Luis Rodríguez Zapatero estuvo marcado, en-tre otras cosas, por la crisis económica, el colapso del sector financiero, el hundimiento del sector inmobiliario y el continuo aumento del paro. Dada la situación que vivía Es-paña, decidió no presentarse a las elecciones para un tercer mandato y, además, las ade-

321.- Para una información más precisa se puede acudir a diversas webs en Internet. Entre ellas: https://www.cognifit.com/es322.- BOE. Nº 295, de 10 de diciembre de 2013. Págs. 97.858-97.921.

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lantó. El Partido Popular encabezado por Mariano Rajoy, tras ganar las elecciones de 2011 por mayoría absoluta, formó gobierno con sus fieles y entre ellos nombró ministro de Educación y Cultura a José Ignacio Wert, que impulsaría la nueva ley educativa del PP y última, por el momento, de la democracia.

La LOMCE es, en principio, una reforma de las leyes socialistas (LOGSE y LOE) que fue aprobada con la mayoría absoluta del PP en las Cortes Generales. Se-gún el propio presidente, Mariano Rajoy, y otros dirigentes del PP era algo “necesa-rio, urgente e inaplazable”, dada la situación tan desastrosa que se vivía en el sistema educativo español como consecuencia de las leyes socialistas. Tal situación nacía del alarmante abandono escolar que propiciaba el sistema educativo de corte socialista, y para argumentar tal desaguisado se echaba mano de las estadísticas elaboradas por Eurostat y la OCDE, donde no salimos bien parados, pues a pesar de que en España se dedique a la enseñanza no universitaria un 21 % más de gasto que la OCDE y UE, se haya duplicado el gasto en la última década y el número de alumnos por profesor sea más bajo, nuestro sistema muestra unas debilidades que nos sitúan en el vagón de cola.

Esas debilidades, que serán los puntos de partida y que aparecen en el preám-bulo de la Ley, las resumen el Ministerio de Educación en: la tasa de titulados (65 %) es menor que la del promedio de la OCDE (82 %); la disminución de los porcentajes de población entre 20-24 años que han completado al menos la Educación Secundaria Superior ha descendido; la tasa de abandono temprano se sitúa en un 26,5 % frente a un 13,5 % de la media de la OCDE; la generación nini, entre 15-19 años, supone un 22,6 % frente al promedio de 15,8 en la OCDE; el paro juvenil que ha ascendido en el primer trimestre de 2013 al 57,2 % frente al promedio de 23,4 % del conjunto de la OCDE... a lo que se añaden los malos resultados de las pruebas PISA y PIACC (Perso-nas Adultas)323.

Partiendo de estas bases se formulan los principios que deben desarrollarse para alcanzar los objetivos que se persiguen. Los principios son el aumento de la autonomía de los centros, el refuerzo de la capacidad de gestión de la Dirección, las evaluaciones externas de fin de etapa, la racionalización de la oferta educativa y la flexibilización de las trayectorias educativas. Con estas propuestas se quieren conseguir unos objetivos, que son: la reducción de la tasa de abandono temprano; la mejora de los resultados educativos de acuerdo a criterios internacionales, tanto en los alumnos excelentes como en los titulados en ESO; la mejora de la empleabilidad y el estímulo del espíritu em-prendedor; poner énfasis en las Tecnologías de la Información y Comunicación, en el plurilingüismo y en la Formación Profesional.

Los cambios que promueve la Ley arrancan de la convicción (preámbulo) de que lo bueno para un país no es educar ciudadanos sino procurar mano de obra para el mercado, al señalar que:

323.- Ministerio de Educación y Cultura. Propuestas para la mejora de la Calidad Educativa. 10 de di-ciembre de 2010.

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“La educación es el motor que promueve el bienestar de un país. El nivel edu-cativo de los ciudadanos determina su capacidad de competir con éxito en el ámbito del panorama internacional y de afrontar los desafíos que se planteen en el futuro. Mejorar el nivel de los ciudadanos en el ámbito educativo supone abrirles las puertas a puestos de trabajo de alta cualificación, lo que representa una apuesta por el crecimiento eco-nómico y por un futuro mejor.

En la esfera individual, la educación supone facilitar el desarrollo personal y la integración social. El nivel educativo determina, en gran manera, las metas y expec-tativas de la trayectoria vital, tanto en lo profesional como en lo personal, así como el conjunto de conocimientos, recursos y herramientas de aprendizaje que capacitan a una persona para cumplir con éxito sus objetivos.

Solo un sistema educativo de calidad, inclusivo, integrador y exigente, garan-tiza la igualdad de oportunidades y hace efectiva la posibilidad de que cada alumno o alumna desarrolle el máximo de sus potencialidades. Solo desde la calidad se podrá hacer efectivo el mandato del artículo 27.2 de la Constitución española: «La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana en el respeto a los principios democráticos de convivencia y a los derechos y libertades fundamentales»”.

Para hacerlo efectivo, a lo largo de la Ley se van desgranando las medidas que se pondrán en marcha y que en el caso de la ESO y Bachillerato las más importantes son:

Se introducen las Pruebas de Evaluación Final para la obtención del título de graduado en ESO y en Bachiller con el objetivo de normalizar los estándares de titu-lación en toda España mediante pruebas al final de cada etapa educativa, y siempre propuestas por el Ministerio de Educación. Estas pruebas, de carácter orientativo en Primaria, serán corregidas externamente por profesores de la enseñanza pública y/o privada. El alumno que suspenda la prueba final de la ESO solamente podrá acceder a la Formación Profesional Básica y desde esta a la de Grado Medio, con lo que se cierra la puerta que había abierto la LOE. El alumno que apruebe la prueba final de Bachille-rato podrá cursar la Formación Profesional de Grado Medio, Superior o presentarse a los exámenes de acceso a los Estudios Universitarios; pero, en caso contrario, solo podrá cursar Formación Profesional de Grado Medio. Además, para poder cursar estudios universitarios habrá de superarse una prueba propuesta por la propia universidad a la que se quiere acceder.

Se reordenan los estudios obligatorios de la ESO, estableciéndose dos ciclos, el primero de tres cursos (1º a 3º) y el segundo de uno (4º), con lo que se abandona la LOE. El cuarto curso queda ramificado en dos opciones que se llaman Opción de En-señanzas Académicas para la Iniciación al Bachillerato y la Opción de las Enseñanzas Aplicadas para la Iniciación de la Formación Profesional. Previamente, en tercero de ESO el alumno habrá tenido que elegir cursar Matemáticas orientadas a una u otra opción, con lo que se encasilla muy tempranamente al alumno, recortando su libertad de elegir. El Bachillerato pasa a estar integrado por tres modalidades: Artes, Ciencias y Humanidades y Ciencias Sociales.

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Se abandonan los Programas de Diversificación de la LOE y se implantan Pro-gramas de Mejora del Aprendizaje y del Rendimiento en la ESO. Su inicio se adelanta a segundo de ESO y se extiende a tercero, pero queda sin cubrir cuarto de ESO, dejan-do en desamparo a los alumnos que pasando a cuarto de ESO habían cursado diver-sificación en años anteriores. El objetivo es que los alumnos que sigan este programa puedan estudiar cuarto de ESO de una manera normal, pero si no aprueban tendrán que cursar, como salida a sus estudios, la Formación Profesional Básica.

Se reordenan todas las asignaturas impartidas en la ESO y Bachiller. Así, a partir de ahora, para racionalizar la oferta educativa, simplificar el currículo y pro-porcionar un conocimiento sólido de los contenidos que garantice la efectividad en la adquisición de las competencias básica, habrá asignaturas troncales, asignaturas espe-cíficas y asignaturas de libre configuración autonómica (entre ellas la lengua oficial y literatura de las comunidades que la posean). Además, se reconoce el poder impartir todas las asignaturas no lingüísticas, exclusivamente en la lengua cooficial. En cualquier caso, el Estado garantizará a quien así lo quiera la enseñanza en castellano.

Se establecen las bases para una educación plurilingüe con el objeto de resol-ver las carencias del sistema y lograr que los alumnos consigan dominar una segunda lengua. Abarcará desde el segundo ciclo de la Educación Infantil hasta el Bachillerato. Para tal efecto y ante la carencia de profesores competentes se abre la puerta a la con-tratación de expertos en lenguas extranjeras ajenos al sistema educativo español.

La asignatura de Religión pasa a tener plena validez académica rompiendo con lo establecido en las leyes anteriores y dando satisfacción a la posición de la Iglesia en detrimento de otras consideraciones. Supone la desaparición de la materia de Ciuda-danía y la introducción, como contrapartida, de una materia alternativa que se llamará Valores Sociales y Cívicos, en el caso de Primaria, y Valores Éticos en la ESO. En Ba-chillerato la asignatura de Religión será optativa en los dos cursos.

La Formación Profesional ve nacer nuevas modalidades para revitalizarla y flexibilizarla, supuestamente, para hacer más fácil el acceso entre la Formación Profe-sional Básica, la Media y la Superior. En consecuencia, se establecen tres modalidades: Formación Profesional Básica (para los alumnos de 15-16 años que han suspendido la ESO) y la Formación Profesional Dual (se completa con materias optativas y está orien-tada al acceso al Grado Superior y a otras enseñanzas). El objetivo de esta última es el de cualificar profesionalmente a quien la curse.

El Consejo Escolar pierde fuerza y pasa a tener un carácter consultivo al am-pliarse las competencias del director (mayor liderazgo pedagógico y de gestión). Ade-más de modificarse la composición de la Comisión en favor de la Administración, que elige al director, este asume atribuciones que antes estaban en manos del Consejo Escolar: presupuestos, proyectos educativos, admisión de alumnos, intervención en el nombramiento de interinos y comisiones de servicio. En la misma línea de reducción de atribuciones se trata a los consejos escolares de los centros de enseñanza privados, liberándoles del posible control de los estamentos presentes en los mismos.

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El preámbulo de la Ley deja claro que es bueno y conveniente que cada cen-tro tenga una mayor autonomía y, en consecuencia, “capacidad para tomar decisiones sobre cómo mejorar su oferta educativa y metodológica”. A tal fin, la Administración promoverá la “especialización curricular de los institutos de Educación Secundaria”; esta deberá incorporarse a la oferta que haga el centro a sus alumnos y para desarro-llarla podrán optar a fondos económicos extraordinarios y a establecer filtros a través de las calificaciones a los alumnos que quieran cursar estudios en el centro. En realidad, esta medida aumenta la desigualdad y discrimina a los alumnos.

Finalmente, se establece una nueva relación en cuanto a la oferta de plazas escolares entre la enseñanza pública y la privada concertada; se elimina el compromiso del Estado de garantizar una plaza educativa en un centro público al organizar la oferta en conjunto; se abre la posibilidad de construir y gestionar colegios privados concer-tados sobre levantados en suelo público, y se oficializa el concierto económico con los colegios que separan por sexos.

La Ley ha sido duramente criticada desde que se conoció su primer borrador en 2012. Contra ella se lanzaron los partidos de izquierda, los sindicatos, las asociacio-nes de padres y madres, las asociaciones de alumnos. Promovieron concentraciones, manifestaciones y huelgas que en muchas ocasiones se mezclaron con las protestas por causa de la reducción del gasto público en educación y la austeridad impuesta por la Unión Europea.

Los argumentos que se han empleado y se emplean contra ella se extienden desde la consideración de que es una ley innecesaria, carente de justificación (parte de un análisis endeble del sistema vigente), partidista (concepciones ideológicas del PP), conservadora (educar para el mercado), neoliberal (mercantiliza la enseñanza) y cínica (culpabiliza al sistema educativo de la ineficiencia empresarial y de la corrupción) y que trata de justificar los recortes económicos del PP (becas, recorte de plantillas, endureci-miento de requisitos...); pasando por la denuncia de ley clasista, regresiva (segregación y separación por clase social y etnia a partir de los 17 años que supone la vuelta a la ley de 1970; estimular centros especiales: bilingües, excelentes...), asistencial (la etapa 0-3 años la convierte en asistencial), sexista (permite colegios separados por sexo ignorando a la ONU y al Tribunal Constitucional), recorta las competencias de las comunidades autónomas, y terminando por tener como norte mejorar PISA, desconfiar del profe-sorado (evaluaciones externas y reválidas), imponer las competencias y los contenidos, dar mucha importancia a las calificaciones en detrimento de las inversiones, el contexto sociocultural de los alumnos y la imposición de los test orillando los modelos formativos y cualitativos anteriores.

A este movimiento no han sido ajenos los partidos nacionalistas al considerar que merma sus competencias y pone en peligro la enseñanza de las lenguas cooficiales al dejar de ser “asignaturas troncales” para convertirse en “asignaturas de especializa-ción opcional” y que, además, no serán tenidas en cuenta para la homologación de los estudios a nivel nacional.

Publicada la nueva ley de educación, la vida el Instituto siguió su curso y aun-

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que todos manifestaron sus temores sobre el desarrollo de la LOMCE y se aprestaron a conocer las nuevas directrices que les iban a afectar como profesores, pronto volvieron al primer plano de la vida cotidiana los problemas del día a día. Las pruebas de diagnós-tico con resultados agridulces, los exámenes estandarizados de inglés y los inconvenien-tes a que daba lugar su celebración (esfuerzo de organización, falta de profesorado), la insistencia en la implantación de algún ciclo formativo, la organización del banco de libros, el equipamiento informático, el ajedrez educativo, el plan de competencia matemática, la participación en PISA, el Plan de Atención a la Diversidad... fueron llenando todo el curso 2013-2014 en coincidencia con las huelgas llevadas a cabo por los alumnos para protestar por los contenidos de la ley educativa, previa convocatoria del Sindicato de Estudiantes 324.

Los cursos 2014-15 y 2015-16325, últimos de su mandato como director, estu-vieron marcados por la insistencia en la consecución de aquellos proyectos que venían planteando desde los años anteriores. Esta obstinación vio resultados positivos en mate-máticas, lingüística, ajedrez educativo, ampliación del proyecto bilingüe a Bachillerato, concesión del tan anhelado ascensor, huerto del Centro y financiación por el Fondo Social Europeo de un proyecto para mejorar la comprensión y los rendimientos mate-máticos para tercero de ESO. Esto último implica la custodia de la información reci-bida y generada por el Centro, la información al Claustro y al Consejo Escolar de las actuaciones realizadas y las que se realizarán, la información a los alumnos de tercero de ESO de todo lo concerniente a la financiación, la instalación de carteles y anuncio en la página web, un informe final, el envío a través de Yedra de los datos de los alum-nos, horarios, profesores afectados por el proyecto, la realización de un cuestionario de contexto en junio y septiembre y el envío de partes mensuales por curso, incluyendo las ausencias y los justificantes aportados para su auditoria posterior.

Además, vio como la Consejería de Educación publicaba el nuevo currículo de Cantabria derivado de la nueva ley de educación y el nuevo fracaso en las pruebas de diagnóstico. Vivió las protestas generadas por la publicación y convocatoria del Pro-grama de Iniciación al Profesorado, más conocido como becas BIP, que en su primera convocatoria concedió 181 becas para Primaria y Secundaria, y que fue tachado por los grupos opuestos al Partido Popular de inaceptable porque implicaba un recorte más en la contratación de posibles profesores interinos y un abandono presupuestario de necesidades más perentorias.

Al inicio de su último año como director, en septiembre de 2015, tras el cese de Gloria Saiz de Omeñaca en la Secretaría del Instituto a causa de su jubilación, fue nombrado para sustituirla en el cargo Alberto Arias Poo. Este último curso (2015-16) se vio definido por varias cuestiones: el escrito enviado por el AMPA del Instituto a la

324.- Archivo del IES José María de Pereda. Libro de Actas del Claustro, del 17 de febrero de 2010 a la actualidad. Págs. 34 a 42. Sin catalogar. Libro de Actas del Consejo Escolar de 15 diciembre de 2008 a 28 de octubre de 2016. Págs. 63 a 75. Sin catalogar.325.- Archivo del IES José María de Pereda. Libro de Actas del Claustro, del 17 de febrero de 2010 a la actualidad. Págs. 43 a 56. Sin catalogar. Libro de Actas del Consejo Escolar de 15 diciembre de 2008 a 28 de octubre de 2016. Págs. 76 a 98. Sin catalogar.

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prensa local para apoyar públicamente a la Dirección en su empeño por conseguir un ascensor y los arreglos del muro del Pabellón Polideportivo y la fachada norte del edifi-cio; la puesta de largo de la Comisión encargada del 50 aniversario del edificio y la lla-mada a la colaboración de todos los profesores; la adhesión a la propuesta de concesión del Premio Princesa de Asturias del Deporte a la antigua alumna Ruth Beitia; el afian-zamiento del Banco de Libros en funcionamiento desde el año 2004 para los alumnos con dificultades económicas; los buenos resultados del Programa MARE (Medidas de Apoyo y Refuerzo Educativo) sustituto de PROA, y la finalización de su mandato como director.

En el mes de enero de 2016, José Manuel Cabrales Arteaga explicó al Claustro de Profesores que su mandato expiraba el día 30 de junio de aquel año y que él no se iba a presentar a la renovación del cargo. En consecuencia, según lo previsto en la normativa correspondiente, se convocaría un concurso de méritos para la elección del nuevo director. Este sería elegido por una Comisión integrada por representantes de la Consejería de Educación, del Claustro de Profesores, de los alumnos y del Consejo Escolar.

Las candidaturas que optaron a la elección estuvieron encabezadas por Ana María Gómez García y por Elena Vicente Morales. Tras arduas deliberaciones sobre los programas propuestos, la Comisión encargada de la elección se decantó a favor de la candidatura presentada por Elena Vicente Morales, profesora agregada de Lengua Francesa. Esta formó un nuevo Equipo Directivo integrado por Manuel Ángel Villa-nueva Iban (secretario), Antonio Soler Ferrán (jefe de Estudios Diurnos), María del Carmen Lasén Pellón (jefa de Estudios adjunta al Bachiller), Ángela Troyano Cestelo (jefa de Estudios adjunta a la ESO), Leticia Bustamante Valbuena (jefa de Estudios a Distancia) y María del Carmen Guerrero Fidalgo (jefa de Actividades Extraescolares).

El nuevo Equipo Directivo iniciaba nuevas singladuras que, en principio, no su-ponen una variación de las líneas maestras que se habían puesto a punto con la anterior Dirección, pues siguen insistiendo en propuestas ya andadas y haciendo más hincapié, si cabe, en los programas sobre matemáticas, bilingüe, biblioteca e interculturalidad.

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III.- LOS ALUMNOS

Sería pretencioso por mi parte referirme a la cantidad de alumnos que han pasado por las aulas del Instituto José María de Pereda e individualizar muchas de las brillantes trayectorias profesionales y políticas de cada uno de ellos. Digo esto porque, en conjunto, ya sea teniendo en cuenta la matrícula libre o sin ella, han trajinado por sus aulas miles de alumnos, ímproba tarea pues la de particularizar.

Tabla 21

INSTITUTO DE BACHILLERATO JOSÉ MARÍA DE PEREDA

ENSEÑANZA OFICIAL MASCULINA DIURNO, LIBRE Y NOCTURNO

CURSO OFI-CIAL

LI-BRES

NOC-TURNO

TO-TAL CURSO OFI-

CIALLI-

BRESNOC-

TURNOTO-TAL

1956-57 411 484 20 915 1987-88 1027 11 186 1224

1957-58 462 490 32 984 1988-89 998 18 226 1242

1958-59 602 695 55 1352 1989-90 989 11 252 1252

1959-60 621 847 73 1541 1990-91 987 15 258 1260

1960-61 720 656 80 1456 1991-92 973 18 299 1290

1961-62 898 693 75 1666 1992-93 959 9 216 1184

1962-63 535 727 90 1352 1993-94 1031 11 234 1276

1963-64 947 846 99 1892 1994-95 1111 6 243 1360

1964-65 884 668 120 1672 1995-96 1017 7 625 1649

1965-66 1237 1168 95 2501 1996-97 988 -- 778 1766

1966-67 939 1243 199 2381 1997-98 789 -- 1039 1828

1967-68 1231 1125 178 2534 1998-99 713 -- 630 1343

1968-69 1117 1060 208 2385 1999-00 858 -- 376 1234

1969-70 1145 1194 198 2537 2000-01 952 -- 380 1332

1970-71 1240 669 285 2194 2001-02 775 -- 690 1465

1971-72 810 484 324 1618 2002-03 674 -- 795 1469

1972-73 637 490 271 1398 2003-04 637 -- 581 1218

1973-74 567 695 258 1520 2004-05 580 -- 825 1405

1974-75 541 847 216 1604 2005-06 538 -- 1042 1580

1975-76 871 145 181 1197 2006-07 526 -- 1132 1658

1976-77 909 113 261 1283 2007-08 521 -- 605 1126

1977-78 951 16 194 1161 2008-09 521 -- 993 1514

1978-79 958 29 297 1284 2009-10 512 -- 1051 1563

1979-80 999 31 305 1335 2010-11 517 -- 1149 1666

1980-81 908 -- 250 1158 2011-12 484 -- 927 1411

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1981-82 1003 12 241 1269 2012-13 495 -- 919 1414

1982-83 1005 44 280 1329 2013-14 512 -- 1032 1544

1983-84 1014 14 254 1282 2014-15 498 -- 1056 1557

1984-85 1030 -- 271 1301 2015-16 504 -- 926 1430

1985-86 1048 9 404 1461 2016-17* 507 -- 849* 1356

1986-87 1014 15 207 1236 Fuente: Libros de Matrícula del Instituto José María de Pereda. Elaboración propia.*2016-17: No incluye las matrículas del segundo cuatrimestre de Distancia

Muchos de los que vivieron sus primeros pasos, en su antigua sede de la calle Santa Clara, recordarán todavía desde el fondo de su memoria aquellos momentos a la vez difíciles y esperanzadores. Años plagados de dificultades y esfuerzos por las muchas carencias que se padecían. Años repletos de anhelos por encontrar a través de los estu-dios de Bachiller la mejora de la situación personal de cada uno. Y también, cómo no, decepciones por no haber podido alcanzar las metas planteadas.

Probablemente en el cerebro de muchos de los que hemos frecuentado sus au-las, en su sede del paseo del General Dávila, y pateado aquel patio, que en sus comien-zos se limitó a ser un pequeño espacio asfaltado que se completaba con un prado que se extendía hasta lo que hoy es la prolongación de Camilo Alonso Vega, donde jugábamos al futbol y hacíamos gimnasia en los momentos que quedábamos libres de actividades docentes, aniden recuerdos de algunos de sus compañeros a los que han perdido la pis-ta, y que después han destacado en muchas esferas de la vida pública desde la ingeniería a la medicina, desde la administración pública hasta el deporte, desde la arquitectura a la creación artística, desde la empresa privada a los medios de comunicación, desde la enseñanza en sus múltiples facetas... Quizás a muchos el paso de los años y los avatares de la vida les haya llevado a borrar de sus mentes muchas de las experiencias vividas en aquellos años de estudiante de Bachillerato, pero estoy seguro de que, al menos, siempre tendrán presente que, para bien o para mal, hicieron sus pinitos de adolescentes como alumnos del Instituto José María de Pereda.

Lo que pretendo, en este capítulo, es analizar el desarrollo de la matrícula a lo largo de los cincuenta años de existencia del Centro tras su instalación en el paseo del General Dávila, pues entiendo que ya he dedicado bastantes páginas al análisis de la evolución del propio Centro. En nuestro empeño no puede faltar un recordatorio de los pasos de aquella desde el mismo momento en el que nació el Instituto José María de Pereda.

La evolución general del número de alumnos que frecuentaron sus aulas entre el curso 1956-57 hasta el curso 2015-16, ya fuera en su primitiva sede de la calle Santa

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Clara o en la nueva situada en el paseo del General Dávila, queda perfectamente retra-tada en la Tabla 21.

En ella aparecen agrupados todos los alumnos por cursos escolares según el turno en el que cursaron sus estudios de Bachillerato (Oficial Diurno, Libre, Oficial Nocturno, Oficial Vespertino, CIDEAD, Enseñanza a Distancia...), según los registros de matrícula que se conservan en el Archivo del Centro. Los datos nos dan una idea global de la cantidad de alumnos que se han formado en sus aulas, pero no nos dicen otras muchas cosas que es necesario averiguarlas descendiendo a los detalles. En consecuencia, si profundizamos en los datos brutos podemos establecer los diferentes momentos y los avatares por los que han transitado los efectivos humanos que se han formado el Centro a lo largo del tiempo. A).- 1956-1966: El punto de partida

La primera etapa que pasamos a considerar se corresponde con la Dirección de Eduardo Obregón Barreda, catedrático de Griego, que dirigió los destinos del Centro entre octubre de 1955 y junio de 1966, tras el prolongado mandato de Cipriano Ro-dríguez Aniceto que se había iniciado en abril de 1939 y concluido el 3 de noviembre de 1955.

Hemos puesto de manifiesto en otro lugar que el número de alumnos en el viejo edificio que albergaba al Instituto José María de Pereda comenzó a aumentar desde mediados de la década de 1950. Este hecho se aprecia en toda su dimensión en la Grá-fica 1, donde quedan retratados los alumnos de acuerdo a los planes de estudio vigentes (Plan de 1953 y Plan de 1957) y a la modalidad de Bachiller que estaban cursando en aquellos años: alumnos oficiales diurnos, alumnos libres, alumnos nocturnos. Incluso habría que añadir los que cursaron el bachillerato radiofónico.

En una primera aproximación, atendiendo al número total de alumnos matri-culados en todas las modalidades de bachillerato: Oficial, Libre, Nocturno (el bachi-llerato radiofónico le excluimos por ser una modalidad singular que hemos analizado en otro lugar y por el escaso número de sus efectivos no distorsiona para nada nuestro propósito), la serie nos pone de manifiesto que, de los 15.331 alumnos que pasaron por sus aulas, un 47,68 % cursaron la modalidad de Bachillerato Oficial Diurno, un 47,50 % la modalidad de Bachillerato Libre y un 4,82 % el Bachiller Nocturno.

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Fuente: Libros de Matrícula del Instituto José María de Pereda. Elaboración propia.

Puede sorprender que un alto porcentaje de los alumnos optase por cursar es-tudios libres, pero tengamos en cuenta que en aquellos años la oferta educativa pública era muy reducida. La ciudad de Santander únicamente contaba con un instituto que, a su vez, no podía ofrecer todas las plazas que se requerían por falta de espacio. Además, por un lado, el costo de los colegios que impartían este tipo de estudios no estaba al alcance de todas las familias, y la necesidad de contar con todos los brazos disponibles para poder cubrir las muchas miserias existentes impulsaban a una gran parte de los padres a poner a trabajar lo más rápido posible a todos sus hijos, orillando cualquier forma de estudios. Esto hacía que aquella fracción de la población que quería mejorar sus expectativas optase por los Estudios Libres o por los Nocturnos.

En una segunda aproximación, atendiendo a la tendencia general de la serie, observamos un movimiento a la ascensión, que se caracteriza por su sostenimiento y su continuidad en el tiempo. Esta propensión fulgurante se inicia en el curso 1956-57, y alcanza sus puntos culminantes en los cursos 1959-60, 1961-62, 1963-64 y 1964-65 y 1965-66, cuando en esos cursos el número de alumnos matriculados en todas las modalidades de Bachiller fueron, respectivamente, 1.541, 1.666, 1.892, 1.672 y 2.501. No obstante, estas cifras son un poco engañosas en el sentido de que recogen a todos los alumnos matriculados, y una persona al leer estos datos puede sacar la impresión de que era imposible albergar a tamaño número de alumnos en aquel vetusto edificio y ello sin contar con las chicas. Esta cuestión se esclarece si de esas cifras excluimos a los alumnos libres que en la Gráfica 1 aparecen objetivados con el color rojo. El resultado que obtenemos son cifras más razonables para la época. A pesar de ello, la serie nos sigue descubriendo esa tendencia creciente que tiene sus picos culminantes en los cur-sos 1961-62, 1963-64 y 1965-66 cuando, respectivamente, se matriculan 973, 1.046 y 1.332 alumnos en las modalidades de Oficial Diurno y Nocturno. Este hecho, a nuestro

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juicio, no hace más que preludiar el boom de los años posteriores.

En fin, podemos proceder a una tercera aproximación, pero, esta vez, poniendo especial énfasis en la división clásica que se hacía de los alumnos de acuerdo con los Planes de Bachiller de 1953 y 1957, que establecían la existencia de un Bachillerato Ele-mental (cursos: primero, segundo, tercero y cuarto), un Bachillerato Superior (quinto y sexto) y un curso de Preuniversitario. El paso entre el Bachiller Elemental y el Superior se certificaba mediante la superación de la temida reválida del Bachiller Elemental. Si no se aprobaban las pruebas correspondientes, no se podía dar el salto al Bachiller Superior, y lo mismo sucedía con los exámenes de la reválida de sexto, pues sin ese re-quisito era imposible pasar a cursar Preuniversitario (Gráfica 2).

Fuente: Libros de Matrícula del Instituto José María de Pereda. Elaboración propia.

Los resultados expuestos en los párrafos anteriores no varían, pero de alguna manera quedan matizados, pues lo que nos muestra la serie, en primer lugar, es el peso que en el conjunto tenía el Bachillerato Elemental ya que representaba en el curso 1956-57 el 84,81 % del total de los alumnos que cursaban Bachiller aquel en el Instituto José María de Pereda y que respondía tanto a las necesidades del desarrollo industrial que se estaba viviendo en nuestra región como a la política educativa puesta en marcha por Joaquín Ruiz Jiménez desde el Ministerio de Educación Nacional que, entre otras muchas cosas y a pesar de sus limitaciones, abrió el camino para extender la Enseñanza Media y valorizar los estudios de Bachillerato Elemental.

Naturalmente el peso del Bachillerato Elemental comenzó a reducirse desde mediados de la década de 1950 como consecuencia del desarrollo económico en cier-nes de cuyos primeros pasos fue pionera Cantabria, al saber combinar la expansión industrial con el ocio, las actividades pesqueras y un pujante desarrollo ganadero, lo que

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determinó la necesidad de una mayor formación de la población laboral que se reflejó en el incremento paulatino del número de matriculaciones en la Enseñanza Media.

El proceso vino acompañado de la creación de numerosos puestos de trabajo y de la necesidad de contar con un personal cada vez más formado, capaz de asumir las nuevas tareas que se demandaban, como, por ejemplo, los puestos a desempeñar por los llamados “mandos intermedios”. Así, primero de una manera tímida y después de forma rápida y sostenible con ciertos altibajos, comenzó a descender el porcentaje de alumnos que cursaban Bachillerato Elemental hasta situarse en 1962-62 en el 68,37 %, lo que no quiere decir que el número de alumnos que estudiaban Bachiller descendiera, pues globalmente la matrícula aumentaba año tras año. Ese paulatino descenso parece detenerse momentáneamente en el curso 1963-64 (76,55 %) al aumentar ligeramente, pero el proceso de descenso se reinicia a partir del curso 1964-65 (69,28 %) cuando la serie alcanza el máximo de matriculaciones.

Estos hechos se vieron favorecidos por las reformas educativas que introdujo el Ministerio de Educación bajo la batuta de Joaquín Ruiz Jiménez (Ley de Ordenación de la Enseñanza Media), que trataba de humanizar los planes escolares haciéndolos más racionales y que, en un principio, según anunció él mismo en 1955326, iban a suponer: la reforma del Bachillerato por desmesurado para el estudiante medio, la introducción de una clara distinción entre el Bachiller Elemental y el Superior, una nueva distribu-ción de las asignaturas de quinto y sexto, la modificación de los cuestionarios a fin de marcar en ellos las materias fundamentales que debía conocer el alumno de capacidad media y, por último, la preparación junto al Bachiller ordinario de dos tipos posibles de Bachiller para que voluntariamente los siguieran los que tuvieran especial vocación para ello, uno humanista y otro más femenino a base de cultura general, taquigrafía y mecanografía. Este proyecto no se completó en su totalidad, pues lo concerniente a aquel Bachillerato femenino no se llevó a la práctica.

En cualquier caso, sus efectos más inmediatos fueron la popularización del Ba-chiller Elemental y la apertura de la puerta para extender la escolarización hasta los catorce años. El título de Bachiller Elemental, en aquellos años, confirió a su poseedor una marca de prestigio y superioridad, frente al que carecía de él, al facilitarle el acceso a mejores puestos de trabajo y mejor retribuidos. Incluso algunas empresas se embarca-ron en promover sus propios establecimientos educativos en los que ofrecieron no solo una educación primaria, sino también una formación profesional para formar a sus futuros obreros. En este sentido, bajo el paraguas del Ministerio de Educación, colabo-raron en la extensión del sistema educativo.

En realidad, lo que se estaba produciendo, sobre todo desde comienzos de la década de 1960, era la explosión del sistema educativo en general y del de la Enseñanza Media en particular, que venía de la mano del gran número de institutos de todas las clases, secciones delegadas y secciones filiales que se pusieron en marcha por el Minis-terio de Educación Nacional, dirigido por Lora Tamayo para, entre otras cosas, acabar

326.- BMS. M-636. Periódico Alerta. Portada del 3 de mayo de 1955.

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con su secular olvido y poder dar una cierta respuesta a las necesidades que se estaban generando como consecuencia del desarrollo económico e industrial. Este boom del sistema educativo culminaría en torno a 1970 y provocó, a su vez, en combinación con el crecimiento económico la expansión del Bachillerato Superior.

Aquella política se reflejó en el constante aumento del número de matriculados en los centros oficiales y en el caso de Santander, del Instituto José María de Pereda, se manifestó en el continuo aumento de los efectivos en el Bachillerato Superior (5º y 6º) al pasar de un 9,90 % en el primer curso de la serie hasta alcanzar sus mayores porcenta-jes en 1962-63 (20,38 %) y 1965-66 (23,28 %). Esto supuso pasar de tener 76 alumnos en 1956-57 a 288 en 1965-66, en vísperas de traslado desde la calle Santa Clara al paseo del General Dávila.

Lo mismo sucedió con el curso de Preuniversitario donde los porcentajes entre el comienzo y el final de la serie se situaron en un 2,64 % y un 7,43, respectivamente. En el caso de los Estudios Nocturnos, que comenzaron a impartirse a partir del cur-so 1956-57, el porcentaje de alumnos que cursaron el Bachiller Elemental se mantu-vo constante (100 %) hasta el curso 1964-65, pues solamente estaba implantada esta modalidad. A partir de 1965-66 descendió, como era lógico, al ponerse en marcha el Bachillerato Superior y matricularse en los cursos de 5º y 6º un 66,83 % y un 33,16 %, respectivamente.

Los hechos que acabamos de poner de manifiesto nos corroboran sobre la ne-cesidad que tuvieron los poderes públicos, así como el propio sector educativo, para de-mandar a la Administración del Estado la construcción de un nuevo instituto. Además, tal anhelo se veía reforzado con otro argumento: que el edificio donde se desarrollaba la actividad docente también albergaba un instituto femenino cuyo número de alumnas no era nada desdeñable y su matrícula seguía los mismos pasos ascendentes que los del Instituto Masculino. De hecho, el número de alumnas sobrepasó las quinientas en el curso 1959-60. Así, en los últimos años de la serie considerada, si sumamos los efectivos masculinos y los femeninos, obtenemos cifras que llegan a sobrepasar los 3.000 matri-culados en todas las modalidades.

Esta última cuestión se ha relacionado con la convicción, por parte de las Di-recciones de los dos centros (masculino y femenino), de que la Administración edu-cativa estaba jugando con ellos, ya que entendían que no quedaba claro el futuro del Instituto Femenino, como consecuencia de oscuros intereses urbanísticos, y por ello decidieron matricular a todo aquel que se presentase, algo excepcional, pues en el viejo Instituto José María de Pereda se entraba con una nota mínima de 6 sobre 10. Para intentar aclarar esta cuestión veamos la Tabla 22.

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Tabla 22

ALUMNOS/AS PRESENTADOS A LOS EXÁMENES DE INGRESO EN EL INSTITUTO

JOSÉ MARÍA DE PEREDA

CURSO INGRESO JUNIO

INGRESO SEPTIEM-

BREPREPARATORIA INGRESO

NOCTURNO TOTAL

PREMIO

EXTRAOR-DINARIO

1956-57 535 183 4 4 726 9

1957-58 530 231 27 11 799 11

1958-59 729 234 -- 22 985 6

1959-60 579 312 83 20 994 7

1960-61 330 195 -- 16 541 4

1961-62 542 -- -- -- 542 8

1962-63 337 177 -- -- 514 --

1963-64 478 213 -- -- 691 14

1964-65 423 214 -- 12 649 9

1965-66 462 249 24 735 13

1966-67 -- -- -- 24 --

1967-68 360 102 -- 462 7

1968-69 -- 6 -- Fuente: Libros de Matrícula del Instituto José María de Pereda. Elaboración propia.

Entiendo que la idea de abandono pudo influir de alguna manera, ya que los planes iniciales del Ministerio de Educación fueron los de construir dos edificios dife-rentes para albergar uno al Instituto Masculino (para mil alumnos) y el otro al Instituto Femenino (para 640 alumnas). Incluso no se puede destacar algún tipo de jugada urba-nística, si tenemos en cuenta la situación del solar en el centro de la ciudad y los altos precios que podía alcanzar su conversión en viviendas. Pero, independientemente de ello, creo que la cuestión del aumento del alumnado está más relacionada con el desa-rrollo económico suscitado en aquellos años, la demanda de las empresas y las posibili-dades de mejora social de la población, pues la evolución del número de alumnos que se presentaron a los exámenes de ingreso en el Instituto muestran dos años cumbres, 1958-59 (985 alumnos/as) y 1959-60 (994 alumnos/as), que coinciden con el inicio de la expansión de las matriculaciones al saltar de 462 matrículas oficiales masculinas a 602 y 621, respectivamente.

La preocupación por la extensión de la educación a las clases populares obreras en horario nocturno tuvo una primera iniciativa en el año 1948 cuando, bajo el impulso del obispo de Santander, se creó la Escuela nocturna obrera, que quedó encomendada al sacerdote Antonio Gómez López Hoyos y cuyo propósito fue atender a los obreros

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de la ciudad327. Siguiendo esta senda, el Ayuntamiento de Santander aprobó la creación de una Academia Municipal de Formación y Perfeccionamiento para sus funcionarios y sus hijos328. Pero la puesta en marcha de los auténticos Estudios Nocturnos oficiales, públicos, dependientes del Ministerio de Educación Nacional y que pervivieron hasta la actualidad, nacieron, como ya hemos expuesto, de la mano del Decreto de 26 de julio de 1956, sobre extensión de la Enseñanza Media al que se acogió la Dirección del Instituto para poner en marcha los Estudios Nocturnos.

La evolución de los matriculados en los Estudios Nocturnos siguió la misma tendencia general de la serie y en ella se aprecia un despegue lento, pues el número de alumnos en aquellos primeros años no fue lo suficientemente satisfactorio, aunque se produjera un incremento constante, desde los 20 alumnos iniciales del curso 1956-57, a los 95 del curso 1965-66.

Queriendo saber algo más sobre el alumnado, he tomado una amplia muestra de las fichas de los alumnos que se conservan en el Archivo del Centro. La cata se ha hecho cada diez años, es decir, hemos analizado todas las fichas de los alumnos matricu-lados en los cursos 1957-58, 1967-68, 1977-78, 1987-88, 1997-98 y 2015-16 y 2016-17. A través de ellas he tratado de aproximarme y esclarecer la procedencia geográfica de los mismos y sus variaciones.

Fuente: Fichas de alumnos conservadas en el Archivo del Instituto José María de Pereda. Elaboración propia.

327.- AMS. Libro de Actas del Ayuntamiento. Nº 117-1. Pág. 1 recto y vuelta. Pleno de 1 de diciembre de 1948. El Ayuntamiento concede una subvención de 3.000 pts. para su sostenimiento.328.- AMS. Libro de Actas del Ayuntamiento. Nº 118-2. Pleno de 4 de julio de 1956. Págs. 174 recto y vuelta.

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En el curso 1957-58 se matricularon 494 alumnos oficiales, 490 libres y 32 noc-turnos. Consideradas las fichas de los 494 alumnos oficiales constatamos que el 66,66 % procedían de la ciudad de Santander y su entorno más inmediato (Peñacastillo, Cueto, San Román de la Llanilla, Monte, Muriedas, Camargo...), un 18,76 % del resto de la provincia (la mayoría de la zona oriental), un 15,46 % de otras provincias (Palencia, Burgos, Vizcaya, Valladolid, Asturias...) y el 0,49 % de América (México). Esto demues-tra, como es lógico, el peso de la ciudad de Santander, pero apunta a un fenómeno que se iba a intensificar relativamente en la década siguiente: la emigración hacia la capital de Cantabria desde su entorno provincial y las provincias limítrofes, sobre todo las castellanas, alimentadas por las buenas perspectivas económicas generadas por el desarrollo económico.

Si comparamos los datos anteriores con los de la matrícula de alumnos libres, apreciamos que el número de alumnos de la ciudad de Santander se desploma hasta un 19,85, algo que nos parece normal si tenemos en cuenta que su preferencia era cursar estudios oficiales con todas sus ventajas (profesores, clases, actividades...), pero también nos indica que los que accedían a los estudios de Bachillerato no eran precisamente chicos y chicas integrantes de las clases populares.

Por el contrario, los alumnos procedentes de la provincia (61,80 %) y los de otras provincias (16,44 %) aumentan, lo que se explica, en el caso de los primeros, por el atractivo que suponía para muchos padres que sus hijos estudiaran en la capital de la provincia ya que en sus zonas de origen se carecía de los consiguientes centros de Ense-ñanza Media, pero también porque se contaba con familiares en la ciudad que podían albergar a los chicos, con un módico coste, menor que el de un colegio privado, durante el tiempo que duraran los estudios. En el caso de los segundos se pone de manifiesto esa corriente migratoria a la que hemos aludido.

En fin, los alumnos procedentes de fuera de España se sitúan en el 1,87 %, y salvo uno que ascendía de África, los demás eran hijos de emigrantes españoles pro-cedentes de México que habían venido a España, unos por el retorno de sus padres y otros porque habían sido enviados a estudiar Bachiller contando con la presencia en la ciudad de sus familiares.

Los que estudiaban la Enseñanza Media en el Instituto representaban una pe-queña fracción del total, ya que las familias más pudientes optaban por enviar a sus vástagos a alguno de los colegios privados (religiosos o no) que funcionaban en la ciu-dad de Santander o fuera de ella (Villacarriedo). Esto colegios integraban la llamada “enseñanza colegiada”.

La importancia de este tipo de enseñanza, como consecuencia de la escasa oferta educativa publica y el déficit de puestos escolares, queda claramente constatada si consideramos que en 1956 representaba el 63,90 % de todos los alumnos/as matri-culados en los centros que impartían Bachillerato en Santander, proporción que incluso

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ascendió en el año 1958 al situase en el 77,77 %329.

Un año antes (1965) de que se pusiera en funcionamiento el Instituto José Ma-ría de Pereda en su nueva sede, los colegios privados autorizados que se anunciaban en la prensa postulándose para acoger a los alumnos/as que lo solicitaran eran veintidós (Escolanía de San Antonio, Bilingüe, Cantabria, Cervantes, La Salle, Salesianos, San Agustín, Escolapios...), a los que habría que sumar los que estaban en trámite de auto-rización, que eran seis.

Tal situación no aflojó hasta que se comenzaron a poner en marcha nuevos centros de carácter público en la década de 1960 y 1970, pero, aun así, ha seguido representando un considerable atractivo para muchas familias y sigue contando con un gran número de alumnos.

Todos estos hechos parecen trasmitir placidez, sosiego, ausencia de conflictos y quizás algunos deduzcan que estábamos en una sociedad casi perfecta. Pero ¡qué con-traste con la realidad cotidiana! Muchos de los que estudiaban Bachiller eran auténticos privilegiados en aquellos años 50 y comienzos de los 60, ya que otros muchos chicos y chicas no tenían la posibilidad de acceder a los Estudios Medios, incluso acudían a los centros escolares faltos de todo. Basta con echar un vistazo rápido a la prensa de aque-llos años para entresacar noticias que consignan las dificultades a las que se enfrentaba una parte de la población y que se reflejaba en el nivel escolar en aquel complemento alimentario (leche en polvo, queso, mantequilla) que se repartía a media mañana en las escuelas. Tomemos como muestra dos ejemplos que rezuman cierto triunfalismo: uno referido a 1955, en el que se publica que los escolares montañeses recibieron en octubre más de un millón de raciones de leche y mantequilla; otro referido a 1958, en el que se explicita que este año 40.000 niños recibirán el complemento alimentico y que el año anterior se habían repartido 1.123.000 litros de leche y 66.543 kilos de queso330.

B).- 1966-1982: Consolidación del Centro en el nuevo edificio

La segunda etapa se corresponde con las direcciones de Jesús Mendiola Ruiz (1966-67), Enrique de Cabo Pérez (1967-68) y Domingo Muñoz Valle (1969-1982).

La apertura del nuevo edificio donde se instaló el Instituto José María de Pere-da en la avenida del General Dávila no supuso que el número de alumnos matriculados descendiera, pues las peticiones para cursar estudios en aquel aumentaron de una ma-nera considerable y hubo que rechazar como ya hemos expuesto a muchos pretendien-tes.

En el periodo que transcurre entre el curso 1966-67, primero que se desarrolló en el nuevo edificio, y el curso 1982-83, se matricularon en el Instituto 28.174 alumnos

329 .- AHPCAN. Legajo 360. Documentos 34 y 35.330.- AMS. M-637. Periódico Alerta, de 3 de noviembre de 1955. Pág. 2, y M-643. Periódico del 28 de septiembre de 1958. Pág. 6.

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(Gráfica 4) en todas sus modalidades de enseñanza. De ellos, un 56,19 % lo hizo como alumnado oficial diurno, un 29,09 % como alumnado libre y un 14,71 % como alum-nado oficial del nocturno.

Fuente: Libros de Matrícula del Instituto José María de Pereda. Elaboración propia.

La tendencia inicial de la serie, en lo que se refiere a la matrícula oficial, es de continuidad respecto a los años anteriores. En ella se constata, por un lado, la constante presión de peticiones de matrícula que sufrió el Centro en aquellos primeros años de su andadura en su nueva ubicación y, por otro, el continuo aumento de la matrícula, dentro de las posibilidades que existían dadas las condiciones del nuevo edifico.

En el primer curso (1966-67) fueron tantos demandantes de un puesto escolar en el Instituto que hubo que rechazar muchas matrículas, dado que el nuevo edificio se había proyectado para albergar un máximo de 1.000 alumnos, cifra a todas luces insufi-ciente para cubrir la creciente demanda de puestos escolares en la Enseñanza Media en aquellos momentos. Por ello, el número de matriculados descendió aquel curso respecto al curso 1965-66 y se acomodó a las nuevas condiciones del nuevo edificio. La matrícula oficial en el curso 1966-67 fue de 939 alumnos.

La demanda de puestos escolares para cursar Bachiller continuó aumentando a partir del curso 1966-67 y, ante la carencia de una oferta pública suficiente, a la Direc-ción del Instituto no le quedó más remedio que matricular al mayor número posible de alumnos que se situó en 1.231 cuando la capacidad máxima del Centro se había fijado en 1.180. Para lograrlo habilitó espacios y elevó el número de alumnos por aula a pesar de las manifestaciones de algún miembro de la Dirección sobre el ideal de alumnos por aula, que fijaba en 30.

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El aumento de la matrícula oficial se reflejó con toda su nitidez en los cursos 1967-68, 1968-69, 1969-70 y 1970-71 cuando, respectivamente, se alcanzaron cifras de 1.231, 1.117, 1.145 y 1.240 alumnos matriculados. Es a partir del curso 1971-72 cuando se produce un descenso importante al situarse el número de matriculados en 810, que suponía cerca de un 35 % menos que en el curso anterior. Esta bajada se fue confirmando en los cursos 1972-73 (637 matrículas) y 1973-74 (567 matrículas), hasta tocar fondo en el curso 1974-75 con 541 alumnos matriculados.

La explicación de este acusado descenso de los matriculados se encuentra en dos hechos. Por un lado, la aplicación de la Ley General de Educación de 1970 que sustituye el antiguo Bachiller de seis cursos, reválidas y preuniversitario por el BUP (Ba-chillerato Unificado y Polivalente) y COU (Curso de Orientación Universitaria), que supone la detracción de cursos y efectivos en favor de la escuela. Por otro lado, la puesta en marcha de secciones filiales y secciones delegadas en diversos puntos de la ciudad y después del Instituto Villajunco que, como era lógico, comenzó a captar alumnos cer-canos a su ubicación, alumnos que antes se matriculaban en el José María de Pereda.

Fuente: Libros de Matrícula del Instituto José María de Pereda. Elaboración propia.

El proceso de extinción del anterior Bachillerato y la implantación del nuevo quedan perfectamente retratados en la gráfica 5, en la que podemos apreciar cómo has-ta el curso 1969-70 el Bachillerato Elemental sigue siendo preponderante en los estu-dios de Bachiller, al mantenerse en porcentajes en torno al 60 % o superiores, lo que se explica por el hecho de que todavía no se había aprobado la Ley General de Educación que iba a provocar el paso al BUP. A partir de aquella fecha el Bachillerato Elemental sencillamente fue perdiendo fuelle hasta su extinción, certificada en el curso 1974-75, cuando el número de matrículas fue cero. El proceso de implantación del nuevo Bachi-llerato se inició en el curso 1971-72 y supuso la desaparición de 1º de Bachiller del plan anterior; 2º lo hizo en 1972-73, 3º en 1973-74 y 4º en 1974-75. De esta manera, en el

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curso 1975-76 solamente quedaban en el Centro 230 alumnos del extinto Bachiller y ya se contabilizaban 322 del nuevo BUP.

El cambio de tendencia se produjo en el curso 1975-76 (871 alumnos) cuando, pasado ya el periodo de adaptación al nuevo BUP, la matrícula comenzó a recuperarse para volver a cifras cercanas o ligeramente superiores al millar (1.003 en 1982-83), pero ya por debajo de aquellas que habían caracterizado al Centro en los primeros años de rodadura en el paseo del General Dávila.

La evolución del Bachillerato Superior se movió siempre en porcentajes cre-cientes, pasando de su nivel más bajo, el 25,87 % (curso 1967-68) al más alto, el 56,54 % (curso 1974-75). Esta tendencia no nos debe sorprender pues está en justa correspon-dencia con los inicios de lo que se ha dado en llamar la democratización de la Enseñan-za Media, que queda atestiguado en el aumento constante del número de alumnos que accedían a los estudios de Bachiller Superior y que, en el caso del Instituto José María de Pereda, se materializó en un crecimiento de la matrícula desde los 289 alumnos del curso 1967-68 a los 428 del curso 1974-75.

El curso preuniversitario sufrió un proceso semejante a los del Bachiller Ele-mental y Superior pues en sus últimos años de vigencia pasó a representar un 7,87 % en el curso 1966-67 a un 43,46 % en el curso 1974-75, aunque siempre se movió en números absolutos de matriculados situados entre los 97 (1966-67) y los 169 (1970-71). Fue a partir del curso 1971-72 cuando el número de alumnos del nocturno comenzó a dispararse al pasar a contar con 257 alumnos, cifra que aumentó ligeramente en los cursos siguientes

En realidad, la explosión del curso con el que se culminaban los estudios de Bachiller comenzó con la implantación del Curso de Orientación Universitaria, que hizo que se dispararan las matriculaciones hasta alcanzar la cifra de 329 en 1974-75, para luego descender bruscamente a 60 alumnos de 1977-78. Bajada momentánea que se supera en 1978-79 (159 matrículas) y que se afianza a partir de 1979-80, al situarse en cifras ligeramente más bajas que las anteriores. La evolución de estos números está relacionada, también, con el tránsito al nuevo Bachillerato diseñado por la Ley General de 1970 pues el nocturno va recogiendo restos de alumnos que, por una u otra razón, se habían quedado rezagados en sus estudios y se matricularon en aquella modalidad de enseñanza para acogerse a la última oportunidad que tenían para terminar los estudios que habían empezado sin tener que adaptarse al nuevo sistema.

La matrícula de los alumnos libres corrió una suerte diferente a la de los ofi-ciales. Poco a poco fue descendiendo hasta prácticamente desaparecer a finales de la década de 1970. Este fenómeno, entiendo, estuvo relacionado con dos hechos. Por un lado, el desarrollo económico de las décadas de 1960 y 1970 que permitió a muchas familias vivir más desahogadamente, y dio la posibilidad de prescindir de alguno de los sueldos que entraban en la casa para que alguno de sus miembros orientara sus esfuerzos hacia el estudio, con el propósito de hacer una carrera que les permitiera superar la posición que habían alcanzado sus padres en la vida. Por otro lado, las ma-yores oportunidades de puestos escolares en la Enseñanza Media pública al ponerse en

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marcha nuevos institutos, secciones filiales y secciones delegadas, situadas en lugares en donde antes, aquellos que tenían la posibilidad de estudiar Bachiller necesariamente, se tenían que trasladar hasta los núcleos de población donde existía un centro que lo impartiera, con los consiguientes costos económicos, u optar por la enseñanza privada o la enseñanza libre.

La evolución pues de la matrícula libre (Gráfica 4) presentó una continuidad en el ascenso que se venía manifestando desde la etapa anterior y en el curso 1966-67 se situó en 1.243 alumnos, nivel que se mantuvo con una ligera tendencia a la baja hasta el curso 1969-70 cuando se matricularon 1.194 alumnos. Después de esta última fecha se produjo un auténtico desplome del número de alumnos matriculados al descender a 669 alumnos en 1970-71, que representaban más de un 40 % menos, cifra que todavía continuó descendiendo hasta los 490 alumnos del curso 1972-73, momento en el que se tocó fondo. Un ligero repunte, canto de sirena, se produjo en los cursos 1973-74 (695) y 1974-75 (847), lo que pudo inducir a pensar que la situación comenzaba a normali-zarse, pero a partir de 1975-76 el proceso de extinción se mostró imparable y en el cur-so 1982-83 solamente hubo 44 alumnos libres. Esto demostraba que la modalidad de enseñanza libre ya había cumplido su ciclo habiendo respondido a la demanda escolar en unos momentos determinados y en unas circunstancias concretas. En consecuencia, superadas aquellas, las nuevas condiciones económicas y de expansión de la enseñanza aconsejaban matricularse en la enseñanza oficial.

¿De dónde procedían los alumnos matriculados en el Instituto José María de Pereda? ¿Qué variaciones se produjeron entre los años 50 y las décadas 60 y 70? Para poder responder a estos interrogantes hemos tomado como referencia dos momentos, el curso 1967-68 (Gráfica 6) y el curso 1977-78 (Gráfica 8).

Fuente: Fichas de alumnos conservadas en el Archivo del Instituto José María de Pereda. Elaboración propia.

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En el curso 1967-68, según los registros del Instituto, se matricularon un total de 2.534 alumnos en todas las modalidades de Bachillerato. De ellos, 1.231 (48,58 %) cursaron la modalidad oficial, 1.125 (44,39 %) la modalidad libre y 178 (7,02 %) la de Estudios Nocturnos. Porcentajes que están prácticamente en consonancia con las cifras de 1957-58 con ligeras variaciones a favor del número de alumnos oficiales, el ligero descenso de los libres y el aumento de los nocturnos, que dobla su porcentaje.

Consideradas las fichas de los alumnos oficiales (Diurno y Nocturno), observa-mos que un 54,20 % procedía de la ciudad de Santander y su entorno, proporción que superaba en algo más de 12 puntos a la de 1957-59 y que deja traslucir un menor peso de Santander. Esto no quiere decir que las familias de la ciudad no enviaran a sus hijos al instituto, pues, como ya hemos visto, en aquel año la presión para matricularse en el Centro fue enorme. Más bien responde al crecimiento del número de alumnos matri-culados procedentes de la provincia, que se sitúa en un 31,56 %, lo que representa una diferencia de más de 12 puntos respecto a 1957-58.

La disparidad entre ambas fechas puede estar relacionada con varios hechos que contribuyeron a elevar el número de los matriculados procedentes de la provincia. Primero, el compromiso alcanzado entre las autoridades educativas y el Obispado de Santander para enviar a estudiar a los alumnos del Seminario Conciliar al Instituto José María de Pereda. Así lo manifestó en su momento Jesús Mendiola Ruiz a causa de los nuevos aires que trajo el Concilio Vaticano II, y que en este caso concreto se tradujo en la adaptación de los estudios eclesiásticos a los estudios civiles.

El proceso de adaptación había comenzado en los años anteriores a 1966-67 y determinó que los alumnos del Seminario de Monte Corbán se examinaran como alumnos libres en el Instituto. Las pruebas todavía las realizaron en la sede del mismo en la calle Santa Clara (tercero y cuarto de Bachiller, reválidas). Cuando se abrió el nue-vo edificio, en la calle del General Dávila, un nutrido grupo de aquellos que entonces residían en un edificio perteneciente al Obispado de Santander, sito en la calle Rualasal, pasaron a cursar el Bachiller en el citado centro. La mayoría de aquellos eran origina-rios de los pueblos de la provincia.

Segundo, la apertura del Colegio Menor Modesto Tapia, fruto de la colabora-ción entre la Caja de Ahorros de Santander y la Delegación Nacional de Juventudes, que comenzó a funcionar a comienzos del curso 1967-68, aunque su inauguración oficial fuera posterior. Colegio integrado en la red de colegios menores y residencias de la Delegación Nacional de Juventudes al que acudían numerosos alumnos, unos como residentes permanentes a lo largo del curso escolar y otros como medios pensionistas. La mayoría de ellos, sobre todo los residentes, eran originarios de la provincia y junto a algunos de los externos acudían al Instituto José María de Pereda.

Tercero, el éxodo rural, en este caso los desplazamientos de la población desde muchos pueblos de la región para instalarse en la ciudad de Santander o sus alrede-

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dores por haber conseguido un trabajo que les permitía mejorar sus expectativas de vida y que llevaba a que, tras acabar los estudios primarios, pasaran a cursar Bachiller e incluso después, en muchos casos, estudios universitarios como fórmula de un éxito económico y social futuro.

Cuarto, la idea de muchas familias pudientes del ámbito rural que entendían que la mejora de las expectativas de sus vástagos pasaba por cursar Bachiller, como paso previo a los estudios universitarios, y les enviaban a los institutos que consideraban de más prestigio, como el José María de Pereda. Incluso hubo quien, para que sus hijos se sintieran más a gusto y tuvieran las mejores comodidades, adquirió un piso en la ciu-dad que servía de residencia a lo largo del curso escolar y de solaz en la época estival, cuando no se alquilaba.

El porcentaje de alumnos procedentes de otras provincias (13,02 %) prác-ticamente se mantiene estable respecto al curso 1957-58. En realidad, la diferencia es de poco más de un punto y responde, como en el caso anterior, a la intensificación del proceso migratorio de las provincias adyacentes hacia la de Santander.

El resto de los alumnos procedentes de América (0,96 %), África (0,17 %) y Europa (0,09 %) representa en conjunto un pequeño porcentaje del total que en reali-dad es escasamente representativo. En todo caso sobresalen los alumnos originarios de América, que se multiplican respecto a la etapa anterior al contabilizarse 11 matricula-dos. Los oriundos de América eran sobre todo hijos de emigrantes cántabros regresados de México. En realidad, constituyen una sana excepción pues, como hemos podido constatar en las fichas que se conservan en el Instituto, la mayoría de los hijos de los cántabros emigrados a América no optan, tras el regreso de sus padres a su patria chica, por matricularse en los centros públicos, ya que lo hacen mayoritariamente en colegios privados como La Salle, los Escolapios, las Escuelas Pías de Villacarriedo y otros, al considerar que cursar estudios en este tipo de colegios daba más lustre y más prestigio social. Paralelamente esta actitud dejaba entrever el potencial económico de aquellos que habían hecho fortuna en América.

Si analizamos las fichas de los alumnos matriculados en la modalidad de Ba-chillerato Libre (1.125 alumnos) observamos (Gráfica 7) que un 31,93 % procedía de la ciudad de Santander; porcentaje que, comparado con el del año 1957-58, había aumentado en algo más de doce puntos, lo que se tradujo en que el número de alumnos superó con creces los trescientos, es decir, sus efectivos se multiplicaron por algo más de 6. Esto no nos debe extrañar, pues responde a la expansión del Bachillerato, a la mejora de la situación económica y a los anhelos de situarse en un mejor puesto dentro de las empresas.

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Fuente: Fichas de alumnos conservadas en el Archivo del Instituto José María de Pereda. Elaboración propia.

El 57,70 % eran alumnos que vivían y desarrollaban sus actividades en la pro-vincia, pero la mayoría venía a hacer sus exámenes desde los municipios adyacentes a la ciudad de Santander, como sucedía con los alumnos de los años 50. Además, el porcentaje sigue la misma línea que el del curso 1957-58, pues tiene prácticamente el mismo peso en el conjunto que aquel. El 9,12 % había nacido en las provincias más cercanas, lo que no les diferenciaba de años anteriores, pero su peso había comenzado a descender, lo que parece indicarnos una cierta ralentización de la corriente migratoria como consecuencia de los problemas que se preludiaban en nuestro sector industrial. El resto de los porcentajes —América (0,91 %), África (0,23 %) y Europa (0,11 %)— está en la misma línea que el de los alumnos oficiales del mismo curso escolar y tiene la misma explicación. Resaltar que la corriente migratoria desde África era en aquellos momentos escasa.

Diez años más tarde, en 1977-78, el número de matriculados había descendido a 1.161 en todas las modalidades de Bachillerato. No insistiré nuevamente en las razo-nes que explican la cuestión. De ellos, un 81,91 % estaba matriculado como alumno oficial diurno, un 1,38 % como alumno libre y un 16,70 % como alumno nocturno.

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Fuente: Fichas de alumnos conservadas en el Archivo del Instituto José María de Pereda. Elaboración propia.

Consideradas las fichas de los alumnos oficiales (Gráfica 8), apreciamos que la ciudad de Santander y sus satélites (Monte, Peñacastillo, Cueto, San Román de la Llanilla...) seguían teniendo un peso en el conjunto de los matriculados similar en por-centaje (63,58 %) a los años precedentemente considerados. En aquel se manifiesta con toda nitidez la consolidación de la expansión de los estudios de Bachiller, tanto por la reducción del número de alumnos que está relacionado con la apertura de otros centros públicos de Bachiller, como con el desarrollo económico alcanzado, que impulsa este tipo de estudios, por las dinámicas de las ofertas de empleo y las necesidades de labrarse un porvenir, en una sociedad que cada día demanda una mayor preparación.

Un 21,07 % de los alumnos provenía del resto de la provincia. Fundamental-mente, al igual que en otros momentos considerados, de los municipios más cercanos a la ciudad. Lo que les distinguió fue el descenso de diez puntos sobre el año 1967-68, lo que está relacionado con el hecho de que comenzaban a tener en su entorno otras opciones públicas para estudiar Bachiller. Pongamos como ejemplo los institutos de Torrelavega, Castro Urdiales, Laredo, Reinosa u otros colegios privados.

Un 12,27 % había nacido en otras provincias españolas y presentaba las mis-mas características ya aludidas, incluso su porcentaje se mantuvo en la misma línea. El conjunto de las cifras representadas por el resto de los lugares de procedencia de los alumnos (3,08 %) se repartía de la siguiente manera: América (1,99 %), África (0,27 %),

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Europa (0,73 %) y Australia (0,09 %). Aunque aumenten ligeramente, siguen la misma tónica que en los años precedentes. Quizás llame la atención el hecho de que aparezca Australia, que a mi entender es un dato puramente anecdótico ya que solamente se trata de un alumno.

Los alumnos que cursaron la modalidad de libres representan por su número (16) el brusco descenso de este tipo de estudios y certifican su progresiva e imparable desaparición, aunque sigan matriculándose pequeñas cantidades el curso 1995-96. A partir de 1977-78 y hasta 1995-96, los cursos de mayor matriculación de alumnos libres fueron 1978-79 (29 matrículas) y 1979-80 (31 matrículas); el resto de los cursos oscilaron entre 6 y 18.

C).- 1983-1999: Estabilidad y crecimiento

La tercera etapa abarca las Direcciones de Eduardo Obregón Barreda (1982-86), de Mercedes García-Mendoza Ortega (1986-1989), de María Asunción Peña de la Hera (1989-91), de Fernando Llorente de la Peña (1991-94) y de Fernando García Domínguez (1994-2000).

En los diecisiete años que transcurren entre el curso 1983-84 y el 1999-2000, se matricularon en el Instituto José María de Pereda 23.188 alumnos (Gráfica 9) en todas las modalidades de enseñanza. De ellos, un 71,35 % lo hizo como alumnos oficiales diurnos, un 28,02 % como alumnos oficiales del nocturno y un 0,62 % como alumnos libres.

Fuente: Libros de Matrícula del Instituto José María de Pereda. Elaboración propia.

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El primer hecho que se pone de manifiesto en la evolución de la matrícula en este periodo es la escasísima entidad que tienen en el conjunto de la serie los estudios libres. Como hemos explicado en el apartado anterior, esta modalidad de estudios que había cumplido con sus cometidos a lo largo de muchos años comenzó a desfondarse con la aplicación de la Ley General de Educación y los cambios económicos de la déca-da de 1970. Su agonía se prolongó hasta su total extinción desde el curso 1975-76 hasta el curso 1995-96, en el que se registran las últimas siete matriculaciones.

El segundo hecho que se dibuja son las cifras correspondientes a los cursos 1995-96, 1996-97 y 1997-98, en los que se matriculan respectivamente 1.649, 1.766 y 1.828 alumnos. Estas cantidades pueden sorprender por su magnitud, al superar con creces lo habitual de aquellos años en los que el número de matriculados se situó en una horquilla de entre 1.200-1.350. Estas quedan perfectamente explicadas si tenemos en cuenta que se corresponden con la llegada masiva a los centros de Enseñanza Media de aquellas nutridas generaciones nacidas en los años ochenta al amparo del desarrollo económico y de la total democratización de la enseñanza, al menos en lo que se refiere a los Estudios Primarios (escuela) y Secundarios (institutos de Educación Secundaria), lo que implicó en el caso que nos ocupa que se tuviera que poner en marcha, para absor-ber la enorme demanda de puestos escolares, un turno vespertino que acogió a aquellos alumnos que no cabían en el diurno.

La tendencia general que define la evolución de la matrícula oficial (diurno y nocturno) entre el curso 1983-84 y 1999-00 fue la estabilidad de las cifras totales del conjunto, ya que prácticamente todos los cursos escolares contaron con los mis-mos efectivos, entre 1.200-1.300 alumnos. Estas cifras solamente se sobrepasaron en momentos puntuales como 1985-86, 1995-96 y 1997-98. No obstante, esta tendencia general encubre una cierta crisis que se traduce en los altibajos que se producen en las matriculaciones de los alumnos oficiales diurnos y en el crecimiento de los que lo hacen en los Estudios Nocturnos y CIDEAD/Distancia.

La evolución de la matrícula de los alumnos oficiales diurnos se mantuvo cons-tante entre los cursos escolares de 1983-84 a 1987-88; siempre se situó ligeramente por encima del millar de alumnos. Después de la última fecha fue descendiendo ligeramen-te hasta tocar fondo en el curso 1992-93 (959 alumnos), para remontar ligeramente en los cursos 1993-94 (1.031) y 1994-95 (1.111). La gran explosión en el número de matriculados se produjo en los cursos 1995-96, 1996-97, 1997-98 y 1998-99, cuando la enorme demanda de puestos escolares determinó la apertura del turno vespertino e hizo pensar que se había acabado con la crisis de alumnado. Pero no fue así, pues a partir del curso 1999-00, cuando las aguas volvieron a su cauce por la desaparición del turno vespertino, la tendencia a la baja volvió a desatarse al matricularse únicamente 858 alumnos, cifra muy por debajo de los años de vigencia del turno de la tarde. Duran-te aquellos gloriosos años llegaron a matricularse cerca de 1.100-1.200 alumnos entre los dos turnos (diurno y vespertino). Se habían perdido algo más de 240 alumnos. Lo más grave fue que aquella tendencia a la baja ya no se iba a quebrar, se iba a consolidar llegando a la actualidad.

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El trasfondo, el origen de las variaciones que hemos apuntado, se encuentra en la puesta en marcha de la Ley de Ordenación General del Sistema Educativo (LOGSE) que sustituía el Bachillerato diseñado por la Ley General de Educación de 1970 (BUP y COU) por otro nuevo basado en cuatro cursos, divididos en dos ciclos (ESO), y dos cur-sos de Bachiller (1º y 2º) y la presión ejercida sobre el sistema educativo por las enormes generaciones nacidas en la década de 1980. El reflejo de esta nueva reordenación del sistema educativo comenzó a reflejarse en el Instituto en el curso 1995-96, cuando se asentó tercero de ESO y comenzó a extinguirse el anterior sistema. Aquella conviven-cia momentánea hizo que las matrículas aumentaran ligeramente, pero, a medida que el nuevo sistema se fue asentando, también la matrícula se fue normalizando en unos parámetros inferiores a los anteriores.

La evolución del número de alumnos matriculados en los Estudios Nocturnos (Gráfica 9) mantuvo a lo largo de la serie la misma tónica que en la etapa 1966-1982, es decir, una tendencia hacia un ligero crecimiento, manteniéndose en cifras en torno a los 250 alumnos entre el curso 1983-84 al curso 1994-95, con excepción del curso 1985-86, en el que se matricularon 404. Al igual que sucedió con los alumnos oficiales diurnos, su número comenzó a dispararse con la desaparición de los Estudios Nocturnos y su sustitución por los del CIDEAD (Centro de Innovación y Desarrollo de la Educación a Distancia), que inició su implantación a partir del curso 1992-93, y que en el Centro comenzó a tener entidad desde el curso 1995-95, momento en el que todavía coincidie-ron en los Estudios Nocturnos alumnos procedentes del viejo sistema que fenecía y del nuevo que surgía de sus cenizas. Esta situación se prolongó hasta el curso 1998-1999, pues en el curso 1999-00 ya estaba en marcha la ESO.

No nos debe entonces extrañar que sean los cursos 1995-96, 1996-97, 1997-98 y 1998-99 los que presenten un mayor número de matriculaciones en consonancia con los cambios que introduce la LOGSE y la avalancha de demandantes de puestos esco-lares, a lo que habría que añadir que en esos años el CIDEAD recogió a todos aquellos, de prácticamente toda la provincia, que por las razones que fueran no habían podido aprobar sus estudios de Bachiller en los turnos de diurno de sus respectivos institutos. El fenómeno que llevó a situar las matriculaciones en 1.039 alumnos en 1997-98 terminó quebrándose, momentáneamente, en el curso 1999-00, cuando descendieron hasta los 376 alumnos.

Los resultados que hemos expuesto en los párrafos pasados no varían si pasa-mos a considerar a los alumnos matriculados desde el punto de vista de los porcentajes por curso de matriculación (Gráfica 10).

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Fuente: Libros de Matrícula del Instituto José María de Pereda. Elaboración propia.

Como podemos observar en la serie, los porcentajes por curso de matriculación se muestran muy estables, en lo que se refiere a todos de BUP y COU, hasta el curso 1994-95. El curso primero de BUP se movió durante todo el periodo en rangos que se situaron entre el máximo de 31,20 %, en el curso 1990-91, y el 23,95 %, en el curso 1993-94. Ambos representan el porcentaje más alto y el mínimo de la serie. El resto de los mismos fluctúa muy moderadamente, lo que nos indica la estabilidad del número de alumnos que cursaban aquel curso de BUP. Lo mismo sucede si analizamos los porcen-tajes de los alumnos que cursaron 2º de BUP ya que, aunque se inviertan los años, los extremos se sitúan en el 23,08 % del curso 1994-95 y el 30,93 % del curso 1991-92. En tercero de BUP lo que se aprecia es un crecimiento desde el 17,72 % del curso 1983-84 hasta el 23,84 % del curso 1988-89, para después descender hasta niveles del 20 % entre 1989-90 y 1992-93. Pasada esta fecha se produce una recuperación que se alarga hasta 1996-97, cuando se alcanza el cenit con un porcentaje del 37,55 %. Lo mismo sucede con la evolución del curso de COU.

Esto hechos están en relación, como se ha explicado, con la implantación de la LOGSE, que decretó la fecha de caducidad del Bachillerato Unificado y Polivalente y del COU, dando paso al sistema LOGSE, que se manifestó con toda claridad en el curso 1995-96, cuando en el conjunto de los matriculados se contabiliza un porcentaje del 20,74 % en tercero de ESO. Desde aquel curso con la implantación progresiva del nuevo sistema de Enseñanza Secundaria, los porcentajes de alumnos del antiguo BUP y COU van disminuyendo hasta desaparecer de la escena en el curso 1998-99, al tiempo que aumentan, como es lógico, los de los alumnos matriculados en el nuevo sistema. En realidad, están cifras nos indican cómo se produjo el paso de uno a otro.

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El proceso que acabamos de describir para los Estudios Diurnos se confirma, en el caso de la evolución de los porcentajes de los Estudios Nocturnos, en su desapa-rición y en la implantación del CIDEAD, pues el proceso de cambio se desarrolla en los mismos momentos. También, en aquellos la matrícula se mantuvo razonablemente estable en el número y en los porcentajes. Fue en el curso 1995-96 cuando, implantado el CIDEAD, se disparó triplicando los efectivos del curso 1994-95, tendencia que se mantuvo en los cursos siguientes llegando a alcanzar su máximo en el curso 1997-98, momento en que acudieron alumnos de casi toda Cantabria que, al no haber consegui-do aprobar sus respectivos cursos en el sistema que acababa de morir, cifraron todas sus esperanzas de titulación en el nuevo Bachiller a Distancia.

¿De dónde procedían los alumnos matriculados en el Instituto José María de Pereda? ¿Qué variaciones se produjeron respecto a los momentos ya considerados? Para poder responder a estos interrogantes hemos tomado como referencia nuevamente dos momentos, el curso 1987-88 (Gráfica 11) y el curso 1997-1998 (Gráfica 12).

En el curso 1987-88 el número de alumnos matriculados en el Centro fue de 1.224; de ellos, el 83,90 % lo hizo como alumnos oficiales diurnos, el 15,19 % como alumnos oficiales nocturnos y el 0,89 % como alumnos libres.

Fuente: Fichas de alumnos conservadas en el Archivo del Instituto José Ma-ría de Pereda. Elaboración propia.

Si analizamos la distribución de los alumnos oficiales diurnos y nocturnos, un factor sobresale por encima de cualquier otro: el enorme protagonismo que vuelve a te-ner la ciudad de Santander y sus anexos, al representar el 84,72 % de toda la matrícula. Reparemos en que, si comparamos la cifra con la de 1977-78, supone un incremento de más de 20 puntos porcentuales. Naturalmente el hecho tiene que tener una explicación. Entiendo que se encuentra en la combinación de varios factores, entre los que podemos

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destacar el crecimiento económico de las décadas de 1960 y 70; el continuo crecimiento de la población de la ciudad de Santander como consecuencia de una migración, que llenó sus intersticios hasta hacer que la tercera parte de la población de Cantabria esta-bleciera en ella su residencia; la rápida conversión de la ciudad en un auténtico centro de servicios; la extensión y democratización de la enseñanza y la puesta en marcha de la Universidad.

El fenómeno hace que el resto de los componentes tenga porcentajes pequeños o muy pequeños. Los alumnos procedentes del resto de provincia solamente represen-tan el 4,24 %, que implica una reducción de casi 17 puntos respecto a 1977-78. La disminución está claramente relacionada con el desarrollo de la oferta educativa que se produjo, dentro de la ciudad y en la provincia, con la puesta en marcha de otros insti-tutos, que facilitaron el acceso al Bachiller de muchos alumnos que antes no tenían más remedio que acudir a aquellos lugares donde había un centro que impartiera aquellas enseñanzas.

La minoración de la corriente migratoria desde las provincias adyacentes por los cambios que se estaban produciendo, a causa de la crisis de las grandes empresas de la región y la falta de ofertas de empleo, se manifestó en el descenso de matriculaciones de alumnos de otras provincias, en una cuantía de casi 3,5 puntos, situándose en un 8,83 %. Lo mismo sucedió con los alumnos procedentes de otros continentes, pues los provenientes de América se redujeron en dos tercios (0,62 %) respecto a 1977-78, y los de África desaparecieron. Solamente aumentó el porcentaje de los que llegaban desde Europa, que se situó en un 1,60 % doblando el porcentaje de 1977-78. Estos alumnos eran en realidad hijos de emigrantes españoles que regresaban para establecerse en la ciudad de Santander.

Fuente: Fichas de alumnos conservadas en el Archivo del Instituto José María de Pereda. Elaboración propia.

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Diez años más tarde (1997-98) el panorama que acabamos de observar había cambiado muy poco (Gráfica 12), pues el peso de la ciudad de Santander y sus anexos se seguía manteniendo muy alto, aunque hubiera descendido su porcentaje hasta el 76,39 % respecto a la década anterior.

La reducción del peso de Santander fue acompañada de la recuperación de los porcentajes representados por los alumnos procedentes del resto de la provincia, que se multiplicaron por tres con respecto a 1987-88, lo que está en relación con el aumento de los alumnos de otros municipios que, ante la situación de crisis que se estaba comen-zando a vivir, optaron por retomar en muchos casos sus estudios abandonados, y se matricularon en la modalidad de los Estudios a Distancia. También se recuperaron las matriculaciones de alumnos provenientes de América y África, pero en esta ocasión el hecho responde a la llegada de migrantes desde aquellos lugares. El porcentaje de los que vienen desde Europa se vuelve a reducir a algo más de la mitad y sus componentes son, por un lado, hijos de españoles que regresan a su patria y, por otro, migrantes del Este de Europa.

D).- 2000-2017: Continuidad y crisis de la enseñanza oficial

La cuarta etapa en la evolución del número de alumnos matriculado en el Ins-tituto José María de Pereda se corresponde con la Dirección de José Manuel Cabrales Arteaga (2000-2016) y los comienzos de la de Elena Vicente Morales (2016-...).

En los últimos 17 años se han matriculado en el Centro un total de 24.709 alumnos, de los cuales un 39,50 % lo hizo como alumnos oficiales diurnos y un 60,50 % como alumnos de la modalidad a Distancia (Gráfica 13).

Fuente: Libros de Matrícula del Instituto José María de Pereda. Elaboración propia.

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Las características que mejor definen la evolución de la matrícula del Centro, considerada de una manera global, son la continuidad respecto a la etapa anterior y el mantenimiento de unas cifras que se sitúan entre los 1300-1500 alumnos por curso escolar. Pero si profundizamos en los números nos damos cuenta de que existe una diferencia fundamental entre la evolución de la matrícula oficial diurna y la de la mo-dalidad a Distancia.

El número de alumnos matriculados en la modalidad presencial (oficial) no ha cesado de disminuir desde el curso 2000-01, momento en el que el número de matri-culados alcanzó los 952 alumnos/as. De manera inexorable año tras año se viene con-firmando el descenso, primero de una manera brutal, ya que entre el aquel curso y el curso 2003-04 ha padecido unas pérdidas de 320 alumnos, cantidad nada despreciable que levantó todas las alarmas de la Dirección y del Claustro de Profesores para estu-diar y tratar de adoptar medidas para aminorar esta tendencia. Las soluciones que se intentaron no dieron los resultados esperados, y después del curso 2003-04 el descenso del número de matriculados siguió su curso, hasta amoldarse a unas cifras que se han movido en torno a las 500 matrículas, con ligeras variaciones al alza o a la baja.

La explicación de este continuo descenso se encuentra fundamentalmente en la progresiva disminución del número de hijos de las familias cántabras; en la enorme oferta educativa, que hace que los padres de los futuros alumnos de ESO y Bachiller tengan a su disposición una gran variedad de centros para enviar a sus pupilos; en la limitación del número de modalidades de enseñanza impartidas en el Centro y la ca-rencia de ciclos formativos; en el envejecimiento de la población del entorno donde se ubica el Instituto, que ha restado posibilidades de crecimiento por la falta de efectivos demográficos jóvenes; en la política de reparto entre todos los centros de número de alumnos que piden plaza en la ciudad de Santander, etc.

La llegada de migrantes procedentes, sobre todo, de los países sudamericanos y del Este de Europa, importante por su número, no ha logrado acabar con el descenso de la matrícula, aunque en algunos cursos escolares haya mitigado el fenómeno. Hoy el impacto de estos migrantes ha disminuido como consecuencia de la crisis económi-ca que viene soportando la sociedad española, pues muchos, ante la falta de trabajo y oportunidades, han emprendido el regreso a sus países de origen, acompañados de toda su familia, restando posibilidades de crecimiento a la matrícula.

El comportamiento de la matrícula de los alumnos que han cursado la moda-lidad de Estudios a Distancia ha sido totalmente opuesto a la de los alumnos de la mo-dalidad diurna presencial, ya que en vez de disminuir ha ido aumentando progresiva-mente desde el curso 2000-01 hasta el curso 2016-17. La evolución se ha caracterizado por los altibajos.

El nivel de partida fueron los 380 alumnos que se matricularon en el curso 2000-01, cifra que prácticamente se multiplicó por dos al curso siguiente. Tendencia al crecimiento continuo, con altibajos a lo largo de los cursos escolares, hasta alcanzar unos efectivos de 1.042 alumnos en el curso 2005-06, de 1.132 en 2006-07 y 1.149 alumnos en el curso 2010-11, que representan los máximos de la serie. Altibajos pro-

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nunciados, descensos a veces brutales, como los del curso 2007-08 cuando el número de matriculados descendió hasta los 605 alumnos. No obstante, en el resto de los cursos la matrícula siempre se mantuvo en cifras cercanas al millar de alumnos.

La explicación de estos hechos la encontramos en varios factores: el regreso a los estudios de muchos alumnos que los habían abandonado por un puesto de trabajo que según ellos les reportaba unos salarios que nunca iban a conseguir a través de sus estudios. Este fenómeno de abandono está ligado a los años de bonanza económica vivida por nuestro país, que se quebró bruscamente cuando se desató la crisis financie-ra de mediados de la primera década del siglo XXI y que, rápidamente, se propagó y afectó al conjunto de la economía, dejando sobre el terreno a cientos de damnificados jóvenes que se tenían que enfrentar a unas nuevas condiciones del mercado laboral, donde los puestos de trabajo escaseaban y para los que se necesitaba una cierta prepa-ración que en el pasado nunca habían conseguido completar.

La profundidad y persistencia de la crisis, las nuevas condiciones del mercado laboral, las escasas ofertas de trabajo existentes, inadecuadas a los perfiles de muchos jóvenes parados, la demanda de trabajadores cada vez más formados, el anhelo por un trabajo digno, etc., han hecho que muchos tomaran la decisión de regresar a los centros de Enseñanza Media, sobre todo a los que imparten enseñanza a Distancia, con el pro-pósito de completar su formación cursando la ESO y/o el Bachillerato, en unos casos para obtener la titulación mínima, y en otros para poder proseguir otros estudios de ciclos formativos de Grado Medio y Superior, e incluso para poder optar a una carrera universitaria.

El objetivo final de los que han regresado a las aulas es el de obtener las herra-mientas necesarias para enfrentarse más adecuadamente, lo mejor posible, a las nuevas y cambiantes circunstancias de los mercados laborales que demandan cada vez más perfiles más ajustados y versátiles.

Los resultados que hemos expuesto en los párrafos pasados no varían sustan-cialmente si pasamos a considerar a los alumnos matriculados desde el punto de vista de los porcentajes por curso de matriculación (Gráfica 14).

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Fuente: Libros de Matrícula del Instituto José María de Pereda. Elaboración propia.

Como podemos observar en la serie, todos los porcentajes expresados muestran una clara tendencia a la estabilidad, lo que no excluye que entre ellos se produzcan va-riaciones, en algunos casos de fuerte entidad, como sucede con el curso de primero de ESO si consideramos el porcentaje del curso 2000-01, que es el 8,19 % del total de ma-triculados, y el del curso 2015-16, que supone el 20,03 %. Este hecho está en relación con el total de matriculados en ambos cursos, pues en el curso 2000-01 se matricularon 952, y en 2015-16 lo hicieron 504. En consecuencia, en realidad el peso de ambos en relación con el número de matriculados es parecido. Lo mismo sucede en los tres cursos siguientes. En el resto de los años escolares aquella estabilidad al alza se alarga hasta el final de la serie, con la excepción de los cursos 2006-07 y 2013-14.

En segundo de ESO la estabilidad de los porcentajes se aprecia más nítida-mente, aun teniendo en cuenta que hay una variación sustancial entre el curso 2000-01 (11,23 %) y el curso 2016-2017 (21,89 %), ya que la diferencia es de algo más de 10 puntos, muy similar al caso de primero de ESO, donde la diferencia es de casi 12 pun-tos, y que en el curso 2007-08 el porcentaje descienda hasta el 12,26 %. Las mismas características se dan para los cursos de tercero y cuarto de ESO, que se mantienen en porcentajes de matrícula estables y tienen prácticamente las mismas variaciones que los cursos de primero y segundo.

Si avanzamos un poco más, analizamos la cantidad de alumnos de ESO en cada curso escolar y los comparamos con el total de matriculaciones, vemos que siem-pre representan más del 50 % del conjunto. En realidad, están en porcentaje que van desde el 56,38 % del curso 2001-02 hasta el 72,81 % del curso 2015-16. La única excepción la constituye el curso 2000-01 con un 47,26 %. Esto quiere decir que, tras descender ligeramente el número de alumnos en los cursos 2000-01 (450) y 2001-02

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(437), el número de alumnos matriculados se acomodó a números algo inferiores situa-dos entre los 310 y los 392 alumnos.

Los dos cursos de Bachiller muestran en toda la serie, con algunas excepciones, una tendencia a la baja continua desde el curso 2000-01 hasta la actualidad. Su partici-pación en el conjunto del Centro ha estado siempre por debajo del 45 %, e incluso ha llegado a situarse en un raquítico 33 %. El único curso en el que se superó el porcentaje del 50 % fue en 2000-01.

¿De dónde procedían los alumnos matriculados en el Instituto José María de Pereda? ¿Qué variaciones se produjeron respecto a los momentos ya considerados? Para poder responder a estos interrogantes hemos tomado como referencia nuevamente dos momentos, el curso 2007-08 (Gráfica 15) y los cursos 2015-16 y 2016-17 (Gráfica 16).

En el curso 2007-08 el número de alumnos matriculados en el Centro fue de 1.126; de ellos, el 46,36 % lo hizo como alumnos oficiales diurnos y el 53,73 % como alumnos de la modalidad de Distancia.

Fuente: Fichas de alumnos conservadas en el Archivo del Instituto José María de Pere-da. Elaboración propia.

Consideradas las fichas de los alumnos oficiales diurnos y de la modalidad de Distancia, apreciamos que la ciudad de Santander y sus satélites (Monte, Peñacastillo, Cueto, San Román de la Llanilla...) siguen teniendo un gran peso en el conjunto de los matriculados, pero si lo comparamos con el curso 1997-98 vemos que ha perdido mu-cho terreno, casi 22 puntos, hecho que está directamente relacionado con el descenso demográfico general en el seno de la sociedad cántabra, el envejecimiento del entorno

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del Centro, la amplia oferta educativa de públicos y de centros privados concertados, la política de cupos establecida por la Consejería de Educación y el inicio de la crisis financiera.

Los alumnos procedentes de la provincia suponían el 22,07 %, un aumento de algo más de 9 puntos respecto a 1997-98. Provenían mayoritariamente de los munici-pios de la zona central y oriental de Cantabria (Torrelavega, Santoña, Laredo, Noja, Ampuero, Camargo, Piélagos, Suances, Astillero, Cudeyo, Maliaño, etc., e incluso acu-dieron desde lugares más alejados como Ramales de la Victoria, San Vicente de la Barquera y Liébana). El que procedieran de lugares tan variopintos se debía, en gran medida, a que eran alumnos que en muchas ocasiones no habían completado sus estu-dios de ESO y/o Bachiller en los centros donde originariamente los cursaron. Ahora trataban de solventar ese problema y conseguir una titulación por las necesidades que estaba imponiendo el mercado y las crecientes dificultades para encontrar un trabajo. La repuesta a sus nuevos anhelos creyeron encontrarla en los Estudios a Distancia, que fue donde se matricularon la mayoría.

El porcentaje de alumnos proveniente de otras provincias (Palencia, Vizcaya, Asturias, Valladolid, Gran Canaria...) en poco difiere del de 1997-98. Un 8,19 % frente a un 9,24, manteniéndose en la misma línea que en anteriores ocasiones.

La novedad más destacable fue el importante aumento del número de alumnos matriculados provenientes de otros países, que representaron el 14,76 % de todos los que lo hicieron (164 alumnos), de los que 41 cursaron enseñanza oficial diurno y 123 optaron por la modalidad de Distancia.

Si analizamos el porcentaje, descubrimos que es el continente americano el que se lleva la palma con un 8,37 %, 93 alumnos (85 cursaron ESO y Bachiller diurno y 8 a Distancia). Aquellos alumnos procedían de varios países sudamericanos y, de entre ellos, destacaron Colombia, Ecuador y Perú, que aportaron los mayores contingentes. Al continente americano le siguió el europeo, aunque distanciado en el número de alumnos que aportó: un 4,32 %, prácticamente la mitad, pero cantidad nada despre-ciable, pues fueron 48 alumnos (43 alumnos cursaron ESO y Bachiller diurno y 5 a Dis-tancia). Así, los países que más cantidad de alumnos aportaron fueron respectivamente Moldavia con 39 alumnos y Rumanía con 10. El continente africano aportó el 1,44 % (13 alumnos), de los que 9 provenían de Guinea y 4 de Marruecos. El total de los alum-nos extranjeros se cerró con la matriculación de 3 alumnos procedentes de China (0,45 %) y 2 que se declararon apátridas (0,18 %).

La explicación de estas cifras, nada comparables a las de otros institutos de otras regiones españolas más expuestas al fenómeno migratorio que Cantabria, se en-cuentra en diferentes factores. Entre ellos se pueden destacar las situaciones de crisis que se estaban viviendo en muchos países de América Latina (Colombia, Ecuador, Perú, Venezuela...), donde las poblaciones sufrían la dureza de la pobreza y de una situación económica desequilibrada, que se mezclaba en muchas ocasiones con una desaforada violencia generada por las garras del narcotráfico y la guerra civil larvada e intermitente, cuyos efectos sobre las poblaciones eran desbastadores, impulsando a

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muchos a la emigración.

Otras veces fueron y son las situaciones de inestabilidad política las que han generado la persecución ideológica, la eliminación física del disidente, impulsando a familias enteras a transitar por los durísimos caminos de la emigración, como sucedió y sucede en los países donde se desarrollaron y/o se desarrollan conflictos armados.

A las situaciones anteriores se añade la causa más importante, la pobreza, la falta de oportunidades, el incierto futuro que muchos hombres y mujeres vislumbran en unas sociedades atrasadas y llenas de conflictos, como por ejemplo sucedía en los países de la Europa del Este tras la caída del muro de Berlín, la disolución del bloque soviético y el acceso a la independencia de varios países de dudosa viabilidad económica. La po-breza y el espejismo de riqueza, bienestar, estabilidad, placidez, satisfacción, que crea la televisión en la mente de muchos también ha impulsado e impulsa el movimiento migratorio desde los países africanos hacia Europa.

Una fracción importante del movimiento migratorio se ha dirigido hacia nues-tro país atraído por el espejismo de la bonanza económica surgida en los años de la “burbuja constructiva”, cuando había trabajo para todos, y ha provocado el estableci-miento en el mismo de numerosas familias ansiosas de que sus hijos cursen unos estu-dios que les permitan superar los roles que ellos han venido jugando tradicionalmente; estudios que sirvan de base para construir una vida mejor en nuestro país o para en-frentarse con éxito a nuevas tareas en sus países de origen, si deciden regresar.

Para concluir con la cuestión de la procedencia de los alumnos hemos tomado los cursos 2015-16 y 2016-17 como última referencia. Tengamos en cuenta que para el último curso no se consignan los datos del segundo cuatrimestre de los Estudios a Distancia por no estar disponibles en el momento en que escribimos estas líneas. No obstante, consideramos que la muestra es suficientemente representativa de la situación del Instituto.

El panorama que dibujan los dos cursos que ahora consideramos (Gráfica 16) es bastante diferente, aunque en algún porcentaje muestre similitudes. En primer lugar, el peso de la ciudad de Santander desciende hasta niveles nunca vistos, el 44,50 % del total, que supone una caída de 10 puntos respecto a 2007-08 y de algo más de 30 si se compara con el curso 1997-98. La cuestión está relacionada, nuevamente y entre otras cosas, con el descenso del número de hijos de las familias españolas, la situación de crisis económica, el envejecimiento del entorno y la oferta educativa.

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Fuente: Fichas de alumnos conservadas en el Archivo del Instituto José María de Pere-da. Elaboración propia.

En segundo lugar, el porcentaje de alumnos procedentes de la provincia es del 24,12 %, cuota bastante similar a la del curso 2007-08 aunque descienda en dos puntos. Estos alumnos, salvo en muy pocos casos, engrosan las filas de los Estudios a Distancia. El mismo comportamiento tiene la matrícula de los procedentes de otras provincias (8,19 %), aunque presente un alza de dos puntos. Las cifras revelan como la crisis ha vuelto a lanzar al seno del sistema educativo a una parte importante de los jóvenes que lo abandonaron movidos por el espejismo de los buenos salarios y la consideración de la inutilidad de la formación, en un mundo donde prima lo material por encima de otras consideraciones.

Lo verdaderamente significativo, como sucedió en el curso 2007-08, es el es-pectacular crecimiento de las matriculaciones de alumnos de otros países que pasan a representar el 22,19 % del total. Esta explosión estuvo inducida por el nutrido grupo de alumnos que, procedentes de América y Europa, optan por realizar sus estudios en el Instituto José María de Pereda, unas veces por su propia voluntad y otras por asigna-ción de la Consejería de Educación al incorporarse, en algunos casos, cuando el curso escolar ya estaba en marcha.

El porcentaje global del 22,19 % encierra algunas diferencias. El grupo de ma-trículas más relevante es el de los alumnos americanos (405 alumnos entre el diurno y Distancia), que suponen por sí mismos un 14,53 % del total de las matriculaciones de los cursos 2015-16 y 2016-17. Como en el curso 2007-08, la mayoría son colombianos, peruanos y ecuatorianos, sin que falte la representación de otros países como Cuba, Chile, Argentina o Venezuela.

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A continuación, a bastante distancia respecto la aportación del continente ame-ricano, se posicionan el grupo de los alumnos europeos (133 en diurno y Distancia), que representan el 4,77 % del total), porcentaje similar al de 2007-08 y, aunque implique el paso en números absolutos desde los 48 alumnos de aquella fecha a los 133 de las que estamos considerando, si la dividimos por dos nos indica que se mantuvo constante. Los países de los que provienen estos alumnos siguen siendo en esencia los mismos que en los cursos anteriores: Moldavia, Rumanía a la cabeza, seguidos de Bulgaria, Ucrania o Rusia.

En la cola de la lista aparecen los alumnos africanos, que representan el 1,07 % (30 alumnos), y que también prácticamente repiten el porcentaje de 2007-08. A sus países de origen, que siguieron siendo los mismos, se sumaron Argelia, Costa de Marfil, Angola, Camerún y otros del área subsahariana.

Los países asiáticos aportaron el 0,75 % (21 alumnos), doblando sus efectivos y variando en la procedencia geográfica, pues en 2007-08 todos procedían de China y en estos dos últimos cursos a aquella se sumaron Pakistán y Siria. En fin, Australia estuvo representada por dos alumnos (0,07 %).

La explicación de estas cifras básicamente es la misma que la dada para el curso 2007-08, pero habría que añadir que muestran la persistencia del fenómeno migratorio hacia nuestro país a pesar de la situación de paro generada por el estallido de la burbuja financiera y de la construcción, que determinó la vuelta a sus países de origen de nume-rosas familias. También explicita el arraigo de otras muchas familias que, a pesar de las dificultades de los últimos años, han decido permanecer en nuestro país y, conscientes de la necesidad de alcanzar una formación adecuada para abandonar trabajos mal re-munerados y enfrentarse con más garantía de éxito al nuevo mercado laboral, han deci-dido que sus hijos (o ellos mismos) cursen estudios de Enseñanza Media y/o Profesional matriculándoles (matriculándose) en la modalidad de diurno presencial o a Distancia.

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IV.- LOS PROFESORES

Para averiguar con cierta precisión el monto total de los profesores que ha tenido el Instituto José María de Pereda a lo largo de su historia, hemos combinado el libro Registro de títulos administrativos, que comienza el 16 de diciembre de 1893 y finaliza el 16 de febrero de 1971, con los expedientes y fichas de profesores, conservados en el Archivo del Centro, a los que hemos sumado los que no estaban consignados en ambas fuentes pero que aparecían en las anotaciones de asistencia a las sesiones de los claustros.

El resultado obtenido ha sido de 847 de profesores. ¿Responden al número total de los que han ejercido como docentes en algún momento de su historia? Creemos que no, que debe de faltar alguna ficha, fruto del trasiego inicial entre la calle Santa Clara y General Dávila y la ausencia de rigor en las anotaciones, ya que en el curso de esta investigación otras fuentes nos han proporcionado nombres de algunos que no estaban presentes en aquel fondo, por lo que es posible que se nos haya escapado alguno. A pesar de ello la cifra se aproxima mucho a la cantidad total.

Prosiguiendo con esta curiosidad, precisaré que dentro del grupo de profesores procedentes del resto de España destacaron los originarios de Castilla-León (92), segui-dos a cierta distancia por los de Asturias (42), País Vasco y Navarra (32) y continuando por los de Galicia (18), Madrid (16), Valencia (16), Aragón (10), Andalucía (10), Ca-narias (6), Logroño (6), Canarias (6) y terminando con los de Extremadura (2) y los de Murcia, Melilla y Larache, con 1 profesor respectivamente.

Quizás lo más curioso de todo sea que en la nómina del Centro ha habido también profesores procedentes de Inglaterra, Países Bajos, Estados Unidos, Australia, Suecia, Brasil, Argentina y Chile.

A).- Semblanzas (1956-2016)

Tarea ardua y difícil la de realizar una semblanza biográfica de cada uno de los profesores que han pasado por el Centro, pero quizás sea el momento de singularizar algunos casos aún a riesgo de equivocarnos. La percepción que tenemos de aquellos profesores que nos dieron clase seguramente esté relacionada con la impresión que causaron en nosotros. Uno, o más de uno, representó el paradigma de nuestros anhelos juveniles, el modelo a seguir, y de él recordamos con satisfacción cómo nos indujo a saber enfrentarnos con la vida. Otros fueron el blanco de nuestras socarronas sonrisas y comentarios por el modo de conducirse en el aula, la manera de vestir, las manías que practicaban y la forma de imponer la disciplina en unos alumnos muchas veces embelesados con las musarañas, desinteresados por sus explicaciones y siempre dispues-tos a aprovechar todas las ocasiones que se presentaran para regocijarse de cualquier situación que pudiera alterar la marcha normal de la clase. De algunos celebraremos su cercanía, su compresión hacia nosotros y su trato jovial y alegre; sin embargo, de otros tendremos siempre presente su frialdad y lejanía... Pero ahora no se trata de contar

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anécdotas, sino de resaltar la categoría humana de los hombres y mujeres que ha tran-sitado por el Instituto José María de Pereda.

Algunos han destacado en el inmenso campo de la cultura, otros han tenido un contacto fugaz con el Centro (días, semanas, meses, un curso), muchos han transitado por sus pasillos y sus aulas considerando que su estancia en él era una etapa más de su vida profesional. Sin embargo, bastantes le han dedicado su vida, en muchos casos de una manera callada, sin destacar especialmente por nada, pero haciendo una labor constante, intensa, sin estridencias, que ha orientado en múltiples casos las vocaciones de muchos alumnos que hoy les recuerdan con inmensa gratitud.

Muchos de aquellos antes de recalar en el Instituto José María de Pereda cum-plieron un enriquecedor periplo en otras ciudades y en otros centros. Entre las ciudades en las que estuvieron algunos de ellos se encuentra Torrelavega331, etapa intermedia de bastantes de los currículos de los profesores del Centro. De aquellos primeros profeso-res y de los que les han seguido hasta la actualidad destaquemos a algunos, sin afán de olvidar a nadie, de aquellos 847 cuyos expedientes, nutridos o menguados, han llegado hasta nosotros.

En los primeros años, los profesores del Instituto impartieron docencia, indis-tintamente, en el Instituto Masculino y Femenino, hasta que ambos centros se separa-ron definitivamente en 1963.

Muchos de los alumnos que han pateado las aulas de este Instituto recordarán, en primer lugar, con nostalgia y cariño, las clases que impartía Eduardo Obregón Ba-rreda, catedrático de Lengua Griega y primer director del Instituto, que ejerció su do-cencia desde fechas tan tempranas (1942), primero como profesor encargado de Filoso-fía y más tarde (1949) como catedrático de Lengua Griega, hasta su jubilación en 1986.

Algunos, a su vez, al recordar su dilatado magisterio, resaltaran los aspectos de su dimensión como intelectual cristiano comprometido, conferenciante habitual en los locales de la Acción Católica, y preocupado por teñir con el derecho público cristiano, la doctrina social de la Iglesia y la dialéctica política las acciones derivadas de la polí-tica oficial imperante en aquellos primero y difíciles años que vivió como profesor en el edificio de la calle Santa Clara. Caserón que él mismo recordó décadas después con “socrática, sufriente ironía”, explicando que en él convivieron separados conveniente-mente chicos y chicas, que accedían por diferentes entradas y a los que una Dirección anterior, la de Cipriano Rodríguez Aniceto de corte nacionalcatólica, trató de evitar sus contactos mandando “pintar de blanco los cristales de todas las ventanas”332.

Otros le tendrán presente en su memoria por su labor como escritor. Muchas de sus ideas quedaron plasmadas en los artículos y libros que escribió. A los ya men-

331.- Este hecho puede comprobarse en M. Sánchez Gómez: El Instituto Marqués de Santillana (1932-1982). Medio siglo de enseñanza en Torrelavega. Santander, 1984, y 75 años de enseñanza en Torrelavega. IES Marqués de Santillana. Consejería de Cultura, Turismo y Deporte. Santander, 2007.332.- Necrológica para El País de Jesús González Bedoya. Lunes, 22 de mayo de 2006.

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cionados tenemos que añadir: Las razones del proletariado (1955), Los grandes textos sobre la propiedad (1962), Las clases sociales: qué son y que significan (1964), Democra-cia. Exigencia y condición de la dignidad humana (1966), Las autonomías territoriales (1989), El Estatuto de Autonomía de Cantabria: perspectivas doctrinales y prácticas (1994) y El mundo de las palabras (2002)333.

Habrá quien analice su vida desde una perspectiva política y explique la evo-lución de sus posiciones de opositor al franquismo partiendo de su amistad con el car-denal Herrera Oria, su militancia en la Acción Católica, su paso por la HOAC (Her-mandad Obrera de Acción Católica) y por el FELIPE (Frente de Liberación Popular), incluso señalará que fue detenido en 1968 y que fue en los años 70 un activo militante y propagador de las ideas del grupo Cristianos por el Socialismo. En este sentido, publicó en 1976-1977 una pequeña revista con el nombre de Cuadernos de Socialismo, que nació “con la pretensión de contribuir —dentro de las modestas posibilidades de sus editores— a la elaboración y reelaboración continuas del pensamiento socialista”334, en la que se abordaron cuestiones como la democracia política y económica, la compa-tibilidad o no del cristianismo y el marxismo o la participación de los cristianos en la política.

No se le quedará en el tintero de los recuerdos su salto al Partido Regionalis-ta de Cantabria, del que fue uno de sus fundadores, ni su quehacer como secretario general de aquel hasta que fuera sustituido por Miguel Ángel Revilla Roiz. Tampoco olvidará de reseñar los cargos ocupados en ejercicio de militancia política: candidato al Senado (1977), concejal del Ayuntamiento de Santander y diputado regional (1979-83) y presidente de la Asamblea Regional de Cantabria (1987-89).

El punto final de su periplo como “viejo profesor”, si es que los profesores aban-donan su magisterio, fue su inexorable jubilación por edad en 1986.

Otra de las figuras señeras del Instituto fue la de Domingo Muñoz Valle, entra-ñable catedrático de Latín y director del Centro durante un largo periodo, al que todos los que fuimos alumnos suyos le recordamos siempre vestido de traje, impecable, bigote arreglado, cercano a los alumnos y con el cigarrillo en la mano mientras nos explicaba en el curso de Preuniversitario la Eneida. Hombre que, tras estudiar Filosofía y Letras y especializarse en Latín en la Universidad Complutense de Madrid, se doctoró en Filología Clásica en la Universidad de Málaga. Fue agregado de Latín en el Instituto Nacional de Enseñanza Media de Algeciras (1945-47) y en el IES Marqués de Santilla-na de Torrelavega (1947-54). Tras ganar la oposición a Cátedra de Latín fue, durante

333.- El primero fue publicado por la Editorial Zero-zyx de Madrid (1ª Edición) y después por Euramérica de Madrid en su colección Mundo Mejor; el segundo se publicó en Santander-Madrid; el tercero y cuarto fueron publicados nuevamente por Zero-zyx; el quinto por Manufacturas JEAN S.A, de Santander; y el sexto dentro de la obra colectiva sobre las autonomías territoriales, dirigida por Antonio Bar Cendón y publicada por la Asamblea Regional/Universidad de Cantabria; el séptimo por la Fundación Cultural Eusebio Gómez García-Justina Bedia López, de Santander.334.- Conservo los tres primeros ejemplares de aquella publicación que comenzó a ser editada por el mis-mo Eduardo Obregón Barreda en Manufacturas JEAN, S.A, de Santander, en 1976.

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un brevísimo periodo de tiempo, catedrático en el Instituto de Avilés (junio-agosto de 1954). Desde allí regresó a Torrelavega para hacerse cargo de la cátedra de Latín del Instituto y permaneció en él hasta 1961, fecha en la que se trasladó al Instituto José María de Pereda en el que estuvo hasta su jubilación voluntaria en 1982, para pasar a ocupar un puesto en la Inspección Educativa.

De aquellos primeros años también destacaron otros nombres que han queda-do en el baúl de nuestros recuerdos como José Castanedo Samperio (1937-1970), que había comenzado a dar clases en el Instituto como un simple ayudante interino y que antes de convertirse en agregado de Latín en 1969, mediante la correspondiente opo-sición, estuvo sometido como otros muchos a la tiranía de la precariedad teniendo que contentarse unas veces con ser adjunto, otras encargado de curso, e incluso impartir otras materias como Griego, lo que no fue óbice para que ocupara durante muchos años el cargo de vicesecretario. Su vida como profesor acabó por incapacidad física derivada de su edad en 1970.

Luis Thomas Ara, catedrático de Matemáticas, autor de más de una treintena de libros dedicados a diversos aspectos de sus especialidades (álgebra lineal, problemas de álgebra, matemáticas (COU), cálculo infinitesimal, geometría descriptiva...), tanto para estudiantes de Bachiller como universitarios, que, procedente del Instituto Mar-qués de Santillana (Torrelavega) donde llegó a ser director (curso 1949-50), se trasladó al José María de Pereda en 1955 y permaneció en él hasta el curso 1975-76.

Enrique de Cabo Pérez, catedrático de Filosofía, que, tras culminar los estudios eclesiásticos en Comillas y doctorarse en Filosofía y Derecho Canónico, encamina sus pasos hacia la universidad opositando al puesto de adjunto de Filosofía en 1947 y al no conseguir su propósito redirige su actividad hacia la Enseñanza Media, convirtiéndose en catedrático en 1948. Activo conferenciante y escritor. Desde aquel año se liga al Instituto de Santander y luego al José María de Pereda desde su nacimiento hasta su jubilación en 1968.

Luis García-Nieto Gascón, catedrático de Matemáticas y doctor en Ciencias Exactas, que había comenzado su carrera profesional como ayudante (1939) en el Insti-tuto Femenino Isabel la Católica de Madrid. Este puesto lo combinó con el de ayudante gratuito de Geometría, Métrica y Trigonometría en la Universidad Central de Madrid. Catedrático y director del Instituto Marqués de Santillana de Torrelavega, primero accidental y luego definitivo, en 1942. En esta última fecha se traslada a Santander y permanece en el Instituto José María de Pereda hasta su jubilación en 1982. Combinó su actividad docente en la Enseñanza Media con la impartida en la Escuela de Peritos Industriales de Santander, donde fue profesor auxiliar numerario por oposición. Ade-más de asentar su magisterio ocupó los cargos de secretario e interventor.

Antonio González Carnero, catedrático de Física y Química, que llegó a San-tander en 1937 desde el Instituto de Toro (Zamora) como interino de Ciencias Físicas de la Naturaleza, puesto en el que permaneció poco tiempo, pues entre 1938 y 1942 fue encargado de Agricultura en el Instituto de Torrelavega. Tras su traslado a Santander, permaneció como profesor del Instituto José María de Pereda hasta su cese en 1972.

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Fue además vicesecretario y bibliotecario.

Jesús Mendiola Ruiz, catedrático de Física y Química, hombre de dilatada tra-yectoria profesional, pues cuando llegó a Santander en 1943 traía sobre sus hombros el peso de una enorme experiencia docente al haber sido profesor en la Facultad de Cien-cia de Valladolid y en los Institutos de Aranda de Duero, Huesca, Astorga, Ponferrada, Palencia y Torrelavega. En el Instituto de Santander ejerció su magisterio, primero como catedrático de Agricultura, y segundo como catedrático de Física y Química, e incluso fue profesor especial interino de Lengua Alemana, además de interventor y director. Brilló con luz propia entre sus alumnos por su saber hacer, por su mano iz-quierda y por los libros de texto que escribió sobre su materia y que muchos de nosotros todavía recordamos al haber tenido que luchar con ellos. El final de su carrera vino de la mano de su muerte prematura en 1969.

Abel Ramos Escudero, catedrático de Ciencias Naturales, que había hecho sus primeros pinitos como profesor ayudante interino en el Instituto de Jaén donde perma-neció entre 1928 hasta 1932. En 1933 fue nombrado catedrático de Historia Natural del Instituto Marqués de Santillana (Torrelavega) en donde, además, fue secretario. En 1939 se trasladó al Instituto de Santander donde se hizo cargo, inicialmente, de la cátedra de Agricultura (1941) y después de la de Ciencias Naturales (1942). Fue nom-brado secretario y condecorado con la Cruz de Alfonso X ‘el Sabio’. Permaneció como profesor del Centro hasta su jubilación en 1966.

José Pérez Bustamante, catedrático de Geografía e Historia, no deja de ser un caso singular ya que, aunque formó parte de la plantilla del Centro desde 1942 hasta su jubilación en 1971, en realidad estuvo ausente gran parte de su periplo como docente, al ocupar diversos cargos políticos (presidente de la Diputación de Santander, goberna-dor civil de Ciudad Real y Valladolid, inspector de los institutos militares de Enseñanza Media). Cuando se reintegró al Centro en 1970, por el cese de la excedencia que se le había concedido en 1962, no encontró el ambiente de estudio que él esperaba, por lo que decidió jubilarse en 1971.

Los entrañables Jacobo Guerreira Romero y Francisco Miguel Arriola. El pri-mero, cursillista del 36 en Alcoy, que recaló en el Centro en 1958 como agregado de Francés y permaneció en él hasta su jubilación en 1981. Recordado por todos los alum-nos que pasaron por sus manos por su socarronería y su manera de conducir las clases. Llegó a ser director de la filial número 1 (1964-66). El segundo, interino a lo largo de su vida, hombre todo terreno que, precisamente por aquella circunstancia, se vio en la tesitura de tener que impartir materias ajenas a su especialidad de Química. Fue su-cesivamente profesor de prácticas de Ciencias Naturales, de Matemáticas, e incluso de Lengua Francesa y Dibujo. Acabó su vida laboral como interino de Química.

Teresa Valbuena Morán, profesora de amplia trayectoria que, desde el inició de su rodadura como profesora allá por el año 1951 como ayudante de prácticas de Letras y en años sucesivos como adjunta interina de Lengua y Literatura, estuvo ligada al Centro hasta su jubilación en los años 70. Agregada de Filosofía desde 1960, fue jefa de Estudios Nocturnos durante varios años y directora de la filial número 2 (1966-67 y

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1967-68).

José Cataluña Miralles y Juan José Cobo Barquera, afamados profesores de Dibujo. El primero, cursillista de 1933, depurado por sus supuestas ideas políticas entre 1941 y 1943. Catedrático desde 1951 en Almería, desde donde se trasladó al Instituto Marqués de Santillana (Torrelavega) y, desde aquel, mediante permuta con José Cor-nejo Marqués, al José María de Pereda en 1954. Se jubiló en 1979 al cumplir la edad reglamentaria. El segundo, que había dado sus primeros pasos en 1934, fue profesor también en Torrelavega desde 1937 hasta 1945, fecha en la que se traslada a Santander como adjunto numerario de Dibujo. En 1966 cesa por pasar a engrosar la plantilla del Instituto Femenino de Santander.

A ellos se fueron sumando otros como Mercedes García-Mendoza Ortega, de Lengua y Literatura Española que, procedente del Instituto Marqués de Santillana (To-rrelavega), donde fue interina (1962-69), se trasladó primero al Instituto Santa Clara, en donde ejerció entre 1970 y 1975, y después al Villajunco tras obtener la agregaduría por oposición. En 1977 recaló en el José María de Pereda, en donde ascendió a cate-drática de Lengua y Literatura Española por concurso de méritos (1979) y finalizó su carrera docente en 1995, tras pasar a ocupar un cargo en la Consejería de Educación. Conjugó su quehacer como profesora con la de la presidencia del Ateneo de Santander.

Víctor García de la Concha, catedrático de Lengua y Literatura Española, de-sarrolló su magisterio antes de ser nombrado director del Instituto Cervantes, a finales de la década de 1960. Aunque lo hizo en un corto periodo de tiempo, siempre será recordado por la amenidad y rigurosidad de sus clases. Carlos Galán Lorés, también catedrático de Lengua y Literatura Española y ligado al Centro de 1970, orientó con su saber y buen tino muchas vocaciones. Simultaneó su docencia con su colaboración con el ICE (Instituto de Ciencias de la Educación), del que fue su director, y con la pre-sidencia del Ateneo de Santander.

Fernando María Llorente de la Peña, agregado de Filosofía, que en el curso 1969-70, siendo interino de la filial número 3, ocupó el cargo de director. Finalizado su mandato se trasladó al Instituto Nacional de Bachillerato del Sáhara, con la categoría de interino, donde ejerció su docencia ente 1971 y 1975. Aquel año un nuevo traslado le trajo al Instituto de la Albericia, y permaneció en él hasta 1978. En el curso 1978-79, aprobadas las oposiciones a agregado de Filosofía, realiza sus prácticas en el Instituto Santa Clara y desde allí marcha como agregado al Instituto de Vina (Tenerife). En 1980 se traslada al Instituto José María de Pereda, en el que permanecerá hasta su jubilación en el curso 2004-05, no sin antes haber ocupado la Dirección por un periodo de tres años.

Asunción Peña de la Hera, catedrática de Geografía e Historia que, tras cursar estudios de Filosofía y Letras en la Universidad de Deusto, fue contratada para impar-tir clases de su especialidad en el Instituto de Churdínaga (Vizcaya), en donde estuvo durante los cursos 1973-74 y 1974-75. Finalizado su contrato se integró en el Claustro del Instituto José María de Pereda, desempeñando durante dos años las labores docen-

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tes que se le encomendaron. Aprobó las oposiciones libres de agregada de Geografía e Historia en 1977 y realizó en el Centro las prácticas correspondientes durante el curso 1977-78. Desde aquel curso escolar ha continuado hasta la actualidad en el mismo centro. Fue nombrada directora en 1989 y posteriormente catedrática de Geografía e Historia mediante concurso de méritos.

Fernando García Domínguez, agregado de Matemáticas, que llegó al Centro mediante traslado en 1991, y dedicó su vida a la docencia, la Dirección y, sobre todo, a las actividades sindicales.

José Manuel Cabrales Arteaga, antiguo alumno del Instituto José María de Pe-reda, director durante un largo periodo de tiempo y actualmente catedrático de Lengua y Literatura Española. Estudió Filosofía y Letras, especialidad de Filología en la Uni-versidad Complutense de Madrid, en donde se licenció. Hizo sus primeros pinitos como profesor de su especialidad en el curso 1978-79 en el Instituto de Enseñanza Media de Potes. En el curso 1979-80 se trasladó al Instituto de Cabezón de la Sal, donde ejerció como catedrático y director hasta el curso 1983-84. Este último año, nuevamente, se trasladó al Instituto de Castañeda, y en él se mantuvo, también como director, hasta 1989. En 1990 llegó al Instituto José María de Pereda, en el que sigue en la actualidad y en el que se ha ocupado de la Dirección durante 16 años.

Sus labores como profesor de instituto han estado asociadas desde fechas tem-pranas (1982), por un lado, a la docencia universitaria y como tal ha venido desarrollan-do la tarea de profesor tutor del Centro Asociado de la UNED; por otro lado, a ejercer como crítico literario del periódico regional El Diario Montañés. Además, en diversas ocasiones ha ejercido como profesor de Lengua y Literatura en los cursos de la UIMP para extranjeros.

A pesar de sus múltiples ocupaciones como profesor, le ha quedado tiempo su-ficiente para entregarse a una sus pasiones preferidas: investigar y escribir. Fruto de ese ardor han sido hasta el momento la publicación de un puñado de libros y artículos. Su producción literaria se extiende desde la publicación de libros a la de artículos, pasando por la colaboración en obras colectivas.

Sin afán de ser exhaustivo, señalaremos que entre los libros que ha publicado se encuentran aquellos que están dirigidos a la enseñanza, es decir, son libros de texto de ESO y Bachiller editados por la editorial SGEL, escritos en colaboración con Guiller-mo Hernández García: Lengua Castellana y Literatura 1 (2015); Lengua Castellana y Literatura 2 (2016); Literatura Española y Latinoamericana 1: del Romanticismo a la actualidad (2009); Lite-ratura Española y Latinoamericana 2: de la Edad Media al Neoclasicismo (2009).

Su preocupación por la enseñanza no se ha quedado en los libros de texto, pues en colaboración con otros autores ha escrito: Guías básicas de Literatura Española: una propuesta para COU, y sendas ediciones de las obras siguientes: de Benito Pérez Galdós,

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Marianela; de Miguel de Unamuno, San Manuel Bueno, mártir335; Flor de leyendas y Retablo jovial, ambas de Alejandro Casona. La nómina de sus libros se completa con La Edad Media en el teatro español, entre 1875 y 1936, Literatura hispanoamericana: siglo XX y Literatura hispanoamericana: del descubrimiento al siglo XIX336.

Otro de sus focos de atención ha sido lo que en otros momentos se denominó la literatura regional. Ha dedicado esfuerzos por descubrir y dar a conocer las caracte-rísticas de aquella y su relación con las ideas literarias y poéticas de las grandes figuras españolas, resaltando diversos aspectos de la vida y obra de José María de Pereda y de Rodrigo de Reinosa. Al primero le ha dedicado varios artículos, incluso sonoros. Sobre el segundo editó sus poesías con el correspondiente estudio preliminar, lo que comple-mentó con el estudio y explicación del panorama de nuestras letras regionales a finales del siglo XIX y comienzos del XX337.

Además, ha colaborado con Parodia y polifonía en una comedia ligera de Eduardo Mendoza, en el VIII Simposio General de la Asociación de Profesores de España, y con Muchos años después: de J. A. Gabriel y Galán en el marco de la narrativa del desencanto en el homenaje a Miguel Ángel Garrido Gallardo338.

Su producción literaria se completa con el conjunto de artículos publica-dos en revistas varias, en el periódico El Diario Montañés, dedicados a Pereda, Ca-sona, Cervantes, el teatro modernista... y publicados en revistas como Peonza, Mon-te Buciero, Revista de Literatura y el boletín de la Biblioteca Menéndez Pelayo339. B).- A vueltas con las cifras

Dejemos los piropos y centrémonos en la evolución del número de profesores a lo largo de sus sesenta años de existencia (Tabla 23). Si analizamos por sí mismas las cifras que aparecen en la tabla, en las que aparecen agrupados los alumnos oficiales de diurno, nocturno y distancia, podemos extraer una impresión general: el constan-te aumento del número de profesores que a lo largo de los años fueron integrando el Claustro del Instituto; hecho que corre parejo a la evolución del número de alumnos matriculados.

335.- La primera Guías... es fruto de la colaboración con Carmen Peláez de Frutos. Santander, 1990. Las segundas fueron publicadas por la editorial Anaya en 2001 y 2003 respectivamente y están escritas con José María Ponce.336.- El primero fue publicado por la Fundación Juan March (1986) y los siguientes por la Editorial Playor (1982).337.- Un ejemplo de ellos, con su correspondiente audio, se puede ver y escuchar en www.cevantesvirtual.com/obra/la-prosa-perediana. Poesía de Rodrigo de Reinosa (estudio y edición). Institución Cultural de Cantabria. Santander, 1980. J. M. Cabrales Arteaga y José Antonio Balbontín: De la tierruca (Cantabria 4 estaciones). Universidad de Cantabria. Santander, 1999. 338.- Coordinadores: Ramón González Cabanach, Francisco Crosas López, Javier de Navascués y Martín. Págs. 59-70. Pamplona 2001. Coordinan: José Luis García Barrientos, Esteban Torre Serrano. Págs. 51-66. Madrid 1997.339.- A todos los artículos se puede acceder a través de https://dialnet.unirioja.es/servlet/extaut?codigo 1616693.

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Tabla 23

EVOLUCIÓN DEL NÚMERO DE PROFESORES DEL INSTITUTO JOSÉ MARÍA DE PEREDA (1956-2016)

1956-57

1957-58

1958-59

1959-60

1960-61

1961-62

1962-63

1963-64

1964-65

1965-66

1966-67

1967-68

1968-69

1969-70

1970-71

1971-72

1972-73

1973-74

1974-75

1975-76

1976-77

52

52

52

53

53

62

64

61

54

54

55

56

56

59

56

59

54

50

50

63

63

1977-78

1978-79

1979-80

1980-81

1981-82

1982-83

1983-84

1984-85

1985-86

1986-87

1987-88

1988-89

1989-90

1990-91

1991-92

1992-93

1993-94

1994-95

1995-96

1996-97

1997-98

63

62

71

68

69

68

70

68

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67

67

71

73

67

64

75

75

84

78

70

70

1998-99

1999-00

2000-01

2001-02

2002-03

2003-04

2004-05

2005-06

2006-07

2007-08

2008-09

2009-10

2010-11

2011-12

2012-13

2013-14

2014-15

2015-16

2016-17

70

75

80

79

77

81

80

78

79

80

77

72

73

73

73

73

73

70

73

Fuente: DOC y otros documentos conservados del Archivo del Instituto José María de Pereda. Elaboración propia.

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Esta constatación requiere que la maticemos. En los primeros años de roda-dura del Instituto José María de Pereda (cursos 1956-57 a 1962-63), como ya hemos señalado, aunque existieran dos centros, uno masculino y otro femenino, contaron con profesores comunes y un único Claustro, por lo que las cifras que ofrecemos de aquellos años son la suma de los profesores del masculino y del femenino que allí impartieron docencia. En esos años el número de profesores se mantuvo constante en 52-53. Puede llamar la atención el que el número de profesores no aumentara cuando la matrícula de aquellos cursos lo hizo a buen ritmo, pero creemos que fue debido a que la ratio de alumnos/profesor, como veremos después, era muy baja.

Cuando comenzaron a dispararse las matriculaciones, el Ministerio de Educa-ción Nacional dispuso un ligero incremento del número de profesores hasta situarlo en 64, en el curso escolar 1962-62, en vísperas de que se formalizara la separación de los dos institutos y, en consecuencia, se formaran dos claustros de profesores diferentes. La nueva situación determinó que el número de profesores que quedaran integrados en el Claustro del Instituto José María de Pereda fuera de 61, cantidad ligeramente inferior a la del curso 1962-63, que todavía refleja el conjunto de los dos centros.

Por otro lado, la cifra de 1963-64 (64 profesores) nos indica con claridad que el crecimiento de las matrículas había sido tan extraordinario que había espoleado con fuerza la separación de ambos institutos e impulsado con más ahínco, si cabe, la petición de construir un nuevo edificio para albergar a las alumnas. Evidentemente el aumento de profesores repercutió fundamentalmente sobre las espaldas del Instituto Femenino, al que pasaron a formar parte algunos de los profesores anteriores, a los que se sumaron para completarlo aquellos que llegaron por concurso de traslado.

El núcleo duro (lo que hoy llamaríamos la plantilla orgánica) del Claustro de aquellos años, según referencia del curso 1956-57, estuvo formado por nueve catedráti-cos: Cipriano Rodríguez Aniceto, de Latín; Jesús Mendiola Ruiz, de Física y Química; Abel Ramos Escudero, de Ciencias Naturales; Enrique de Cabo Pérez, de Filosofía; José Pérez Bustamante, de Geografía e Historia; Luis García Nieto, de Matemáticas; Eduardo Obregón Barreda, de Griego; Luis Thomas Ara, de Matemáticas, y José Ca-taluña Miralles, de Dibujo, además de ocho adjuntos (Alberto Dorao Díez Montero, auxiliar de Letras; Antonia Tafall Vallina, adjunta permanente de Francés e Italiano; Gabriel Palomero Díaz, interino de Religión; Juan Cobo Barquera, adjunto de Dibujo; Antonio González Carnero, adjunto de Ciencias; José Castanedo Samperio, adjunto de Latín, y Eugenio Diego Salcedo, interino de Inglés), que se completó con otros pro-fesores contratados340.

A partir del curso 1963-64, el número de profesores permanece relativamente estable, entre los 54 de aquel primer curso hasta los 50 del curso 1971-72, con pequeñas variaciones que alcanzan sus máximos en el curso 1965-66 y 1970-71 en consonancia con la expansión del número de matriculados. La entrada en vigor y posterior desarro-

340.- AHPC. Fondo Santa Clara. Leg. 360. Documento de 23 de febrero de 1956 remitido al Ministerio de Educación Nacional.

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llo de la Ley General de Educación de 1970, que quebró la tradicional estructura de la escuela y de la Enseñanza Media; el número de profesores tuvo que acomodarse a las nuevas condiciones que se derivaron; un Bachillerato de tres años (BUP) y un curso de COU (Curso de Orientación Universitaria) y el aumento de los cursos de la nueva EGB (Educación General Básica), que suponía inicialmente un menor número de alumnos en la Enseñanza Media. En consecuencia, el número de profesores descendió hasta el curso 1974-75. Pasado el bache, el número de profesores se recupera lentamente desde 1975-76 siguiendo la senda de la evolución de las matrículas. Las variaciones, nueva-mente, aparecen relacionadas con la evolución de los matriculados, hasta por lo menos el curso 1991-92.

Desde el curso 1992-93 y hasta el curso 2016-17 un nuevo impulso de las ma-trículas, sobre todo de los Estudios a Distancia, mientras descendía las de los alumnos oficiales diurnos, ha permitido el mantenimiento del número de profesores por encima de los años anteriores, e incluso alcanzar el máximo de 81 (2003-04), el nivel más alto al que ha llegado el Centro en sus años de existencia. Este nivel ha comenzado a des-cender para acomodarse a un número ligeramente superior a 70 profesores, algo que puede resultar paradójico pues si lo comparamos con la matrícula podemos observar que, desde el curso 2003-04 hasta el 2016-17, las matriculaciones han ido en aumento. La explicación de este hecho entendemos que se encuentra en la política practicada por la Consejería de Educación en el mantenimiento de las plantillas de los centros, al me-nos hasta el momento en el que se comenzaron a aplicar recortes a causa de la situación de crisis económica, y que hoy parece retomarse, la existencia de unas ratios profesor/alumno pequeñas y el incremento constante de los matriculados en la modalidad de Distancia.

En los años setenta, de la mano de algunos países y diversos organismos inter-nacionales como la UNESCO y la OCDE, se pusieron a punto sistemas de medición, indicadores sociales que tratan de definir y medir los múltiples aspectos que caracte-rizan a las sociedades: niveles de vida, condiciones sociales, situación económica, etc. Entre ellos se encontraban los relacionados con la instrucción y escolarización. Los indicadores sociales, imperfectos y duramente criticados, se han ido imponiendo en nuestras sociedades como un método que facilita el análisis de la realidad. En el cam-po educativo su aplicación ofrece elementos de juicio para su interpretación, aunque sus resultados numéricos no nos permitan explicar relaciones causales ni extraer con-clusiones unívocas. Sencillamente aportan información relevante acerca de fenómenos educativos, permiten detectar problemas y proporcionan elementos para su interpreta-ción y datos para evaluar los sistemas educativos341. Cuando abordamos la evaluación del sistema educativo, nos fijamos en los datos que obtenemos referentes a los niveles de formación, a la relación entre la educación y el mercado de trabajo, a la calidad y cantidad del equipamiento educativo, a los recursos financieros que se emplean y a los recursos humanos. Precisamente, en este último caso, uno de los índices más sencillos

341.- María del Carmen Delgado Acosta: Los indicadores educativos estado de la cuestión y uso en geografía. Revista Bibliográfica de Geografía y Ciencias Sociales. Universidad de Barcelona. Vol. VIII. Nº 354, 2002. http://www.ub.es/geocrit/b3w-354.htm

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de obtener, entre otros muchos, y más reveladores de la calidad de la enseñanza es la de la ratio profesor/alumno. Consiste en dividir el número de alumnos entre el de profe-sores. El resultado obtenido para el Instituto José María de Pereda ha sido (Tabla 24):

Tabla 24

EVOLUCIÓN DE LA RATIO PROFESOR/ALUMNO EN EL INSTITUTO JOSÉ

MARÍA DE PEREDA (1956-2016)

1956-57

1957-58

1958-59

1959-60

1960-61

1961-62

1962-63

1963-64

1964-65

1965-66

1966-67

1967-68

1968-69

1969-70

1970-71

1971-72

1972-73

1973-74

1974-75

1975-76

1976-77

1/14

1/17

1/21

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1/14

1/17

1/10

1/17

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1/25

1/21

1/26

1/24

1/24

1/29

1/20

1/17

1/17

1/15

1/17

1/18

1977-78

1978-79

1979-80

1980-81

1981-82

1982-83

1983-84

1984-85

1985-86

1986-87

1987-88

1988-89

1989-90

1990-91

1991-92

1992-93

1993-94

1994-95

1995-96

1996-97

1997-98

1/18

1/20

1/18

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1/18

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1/21

1/18

1/18

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1/17

1/18

1/18

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1/18

1/20

1/23

1/26

1998-99

1999-00

2000-01

2001-02

2002-03

2003-04

2004-05

2005-06

2006-07

2007-08

2008-09

2009-10

2010-11

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2012-13

2013-14

2014-15

2015-16

2016-17

1/18

1/16

1/17

1/19

1/19

1/15

1/18

1/20

1/21

1/14

1/20

1/22

1/23

1/19

1/19

1/21

1/21

1/21

1/19

Fuente: DOC y otros documentos conservados del Archivo del Instituto José María de Pe-reda. Elaboración propia.

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Si comparamos los datos de la tabla con la evolución de los matriculados que se expresan en la Tabla 21 podemos afirmar:

a).- que existe una plena correlación entre el aumento de los matriculados y el aumento del número de profesores, que los cursos que presentan unas mayores cuotas de matriculados coinciden con los aumentos del número de profesores (1958-59, 1964-65 a 1970-71, 1979-80, 1985-86, 1992-93 a 1997-98, 2006-07, 2009-10 y 2014-5).

b).- que en los años que acabamos de señalar la ratio profesor/alumnos, a pe-sar del aumento del profesorado, se ha alejado del ideal proclamado por la UNESCO (1/20), pero no del indicado por la LOGSE, que estableció la relación de 1/30 para la ESO y 1/35 para el Bachiller.

c).- que los datos que se ofrecen son medias que encierran grandes diferencias, pues dependiendo de las materias que se impartan (comunes u optativas), del nivel educativo (ESO, Bachiller) y de la modalidad (Ciencias, Letras, Humanidades...), se tendrán más o menos alumnos, es decir, las ratios pueden ser mayores o menores. En lo que se refiere a la enseñanza oficial diurna, en los años 60, en general, el número de alumnos por aula en el Bachiller Elemental se situó entre los 32 y 38, y el del Bachiller Superior en 23-25 en Letras y 32-34 en Ciencias. En los años 70, el número de alumnos por aula aumentó hasta alcanzar los 40 en todos los cursos, situación que se mantuvo en los años 80 y se mantuvo en la década de 1990 hasta la entrada en vigor de la LOGSE, que propició un descenso del número de alumnos por aula y que en el Instituto José María de Pereda supuso situar el número, en el caso de la ESO, en 30-31, mientras que en el Bachiller siguieron muy cerca del umbral de 40. En los últimos años el número de alumnos por aula ha descendido considerablemente a causa, entre otras razones, del impulso de una decidida política de descenso de las ratios, la variedad de la oferta educativa y el descenso de los efectivos demográficos.

En cualquier caso, recordemos que, ya en el momento en el que se produjo el traslado desde la calle Santa Clara a General Dávila, el entonces secretario y luego director Domingo Muñoz Valle explicó en una entrevista concedida al diario Alerta que el ideal era tener clases de 30 alumnos. Lo que estaba poniendo de manifiesto era la necesidad de rebajar las ratios profesor/alumno para hacer más eficaz el sistema educativo y poder ofrecer una mayor calidad de enseñanza, algo que se ha ido consi-guiendo lentamente con el paso de los años y las sucesivas reformas educativas, que han ido rebajando el número de alumnos por clase para adecuarnos a los estándares de los países más desarrollados.

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FUENTES Y BIBLIOGRAFÍA CITADAS

1.- Fuentes primarias no impresas:

- Anuarios de la Real Federación Española de Fútbol de 1923-24, 1926-27 y 1942.

- Archivo General de la Administración (AGA). Sección 5.- Ministerio de Edu-cación:

- (05) caja 35.248 top 83/61-67

- (05) caja 35.248 top 83/61-67

- (05) caja 35.370 top 83/61-67

- (05) caja 35.377 top 83/61-67

- (05) caja 36.721 top 33/44-67

- (05) caja 37.145 top 33/44-67

- (05) caja 37.689 top 33-44-67

- (05) caja 38.012 top 33/44-67

- (05) caja 19.644 top 32/58-59

- Archivo Histórico Provincial de Cantabria (AHPC)

- Delegación de Educación (Delegación Provincial de Educación). Legajo 3-6, documentos 113 y 115.

- Fondo Santa Clara: Legajos 360 y 893.

- Gobierno Civil S. XX: Legajo 23.

- Archivo del Instituto José María de Pereda:

Todos los documentos depositados en el Archivo del Instituto han formado la base fundamental para esta investigación. Se han visto y analizado los Libros de Ma-trícula y de Calificación, y los expedientes de los profesores y las fichas de los alumnos (resumen de los miles de expedientes conservados), que son la base de todas las tablas y gráficos presentados. Se ha completado con los Libros de Actas del Claustro y los del Consejo Escolar, que están sin catalogar, al igual que el resto de la documentación.

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Los Libros de Actas del Claustro analizados han sido:

- Libro 1: Actas desde 28 de marzo de 1973 a 12 de noviembre de 1986.

- Libro 2: Actas desde 17 de noviembre de 1986 a 27 de junio de 1995.

- Libro 3: Actas desde el 27 de junio de 1995 a 26 de junio de 2001.

- Libro 4: Actas desde 12 de septiembre de 2001 a 28 de octubre de 2009.

- Libro 5: Actas desde 17 de febrero de 2009 a la actualidad.

Los Libros de Actas del Consejo Escolar analizados han sido:

- Libro 1: Actas desde 30 de junio de 1986 a 14 de abril de 1992.

- Libro 2: Actas de 7 de mayo de 1992 a 14 de noviembre de 1996.

- Libro 3: Actas de 12 de diciembre de 1996 a 20 de junio de 2001.

- Libro 4: Actas de 5 de noviembre de 2001 a 15 de noviembre de 2008.

- Libro 5: Actas de 15 de diciembre de 2008 a 21 de octubre de 2016.

A toda esta documentación se han añadido la documentación facilitada por la Secretaría y todos los ejemplares de las revistas conservadas en la Biblioteca del Centro: Cimas, Palabras, Palabras Mayores y El Hoplita.

- Archivo Municipal de Santander (AMS):

- Libros de Actas del Ayuntamiento de Santander: 117-1 (1948-51), 117- 2 (1951-53), 118-1 (1953-55), 118-2 (1955-57), 119-1 (1957-59); 119-2 (1959-64), 120-1 (1964-66), 120-2 (1966-69), 121-2 (1969-72), 122-1(1972-75).

- Negociado de Oficialía Mayor. Sección Obras: Legajo 318 y Cajas 470-1 y 470-2.

2.- Fuentes primarias impresas. Periódicos y revistas:

- ABC de 22 de julio de 1955. Edición de la mañana: Universidad del Norte.

- Revista Blanco y Negro, del 18 de mayo de 1963. El Bachillerato Radiofónico. Págs. 54-60.

- Boletín Oficial del Estado (BOE): Años 1933, 1938, 1943, 1945, 1949, 1953, 1955, 1956, 1957, 1961, 1962, 1963, 1964, 1965, 1966, 1967, 1970, 1971,1975, 1978,

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1980, 1981, 1985, 1990, 1991, 2002, 2004, 2006, 2013.

- Biblioteca Municipal de Santander (BMS):

- El Cantábrico: M-160. Años 1923 y 1933.

- Alerta: M-636, M-637, M-638, M-639, M-640, M-641, M-642, M-643, M-644, M-645, M-646, M-647, M-648, M-649, M-650, M-651, M-652, M-653, M-654, M-655, M-656, M-657, M-658, M-659, M-660, M-661, M-662, M-663, M-664, M-665, M-666, M-667, M-668, M-669, M-670, M-671, M-672, M-673, M-674, M-675, M-676, M-677, M-678, M-679, M-680, M-681, M-682, M-683, M-684, M-685, referentes a los años 1955 a 1969.

- El Diario Montañés: M-1062, M-1063, M-1064, M-1065, M-1066, M-1067, M-1068, M-1069, M-1070, M-1071, M-1072, M-1075, M-1077, M-1078, M-1080, M-1081, M-1082, M-1084, M-1085, M-1087, M-1088, M-1089, M-1090, M-1091, M-1092, referentes a los años 1955 a 1969.

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