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Rev. Fil. Univ. Costa Rica, XVII (45), 57 - 61, 1979 ANALlTICA DE L RECURSO DE L METODO (*) Descartes nos ofrece mirar al punto desde un punto de vista teleológico, intenta observar las consecuencias históricas. Desde la posición de un sujeto, la historia se convierte en un concepto que determinan el tiempo personal como relativo a la adecuación de su pensamiento, en las circunstan- cias posibles para los planteamientos de una nueva ciencia: la física cartesiana. En Descartes esta nue- va vitaliza el humanismo, que es característica de una fase burguesa en su esencia. Para Descartes, la función de su método señala una ruptura con el pasado, al sobrepasar la necesidad de una aplica- ción inmediata. Los cambios exigidos por la histo- ria, requieren que hayamos encontrado un estado universal de las cosas en que es posible medir y cla- rificar los ideales propuestos. La solución de las contradicciones internas a nivel de los sentidos, que son llevados a los límites del engaño y el error, torna la duda en metafisicamente imposible (1). La posibilidad de los límites del conocimiento y del hombre mismo en la época racionalista, puede lle- vamos a la inquietud de seguir a Descartes en la elaboración de pasos consecuentes con el estable- (*) El presente artículo proviene de la tesis de grado del autor: El Discurso del método en el Recurso del mé- todo, Univ. C.R., Ese. Filosofía, 1978. Se usan las siglas D.M. (Discurso del método) y R.M. (Recurso del método). La primera según R. Descartes, Oeuvres Completes, Gall. Paris, 1970 (texto Adam. P. Tannery); y la segunda según la ed. de siglo XXI, México, 1974 (2°ed.). (1) Camon Aznar, José: El tiempo interno como certidumbre, en el Ser en el Espiritu: (Ed. Gredos, Madrid, 1959, p. 135): "La duda es un recurso dialéctico o un convencional planteamiento teorético para una con- clusión lógica. La duda es simplemente la expresión de un desconocimiento. Yo puedo o quizá debo poner en duda lo que ignoro. Pero esta ignorancia no debe figurar en el activo de mi personalidad en calidad de duda. Al dudar de alguna cosa que ha pasado -sea como noción, sea corno espectro- por delante de nuestra conciencia, de quien dudamos es de nosotros mismos. Y esto es lo contrario de la conclusión cartesiana", Gerardo César Hurtado cimiento de un sistema de pensamiento, el cual tenderá a elevar la eficacia de aquello que logra con el método. Descartes menciona que no debe reformarse un Estado (2). Prevé en esta fase del Discurso que todo puede caer con violencia (3). En nuestra investigación, el personaje que interpreta los niveles de la historia es el Primer Magistrado, agón que experimenta en sí mismo los extremos y las consecuencias de concebir carte- sianamente la vivencia de su ascensión y usufructo del poder. Es el proceso gradual del aprendizaje y la formación de la voluntad de poder lo que nos de las características de un hombre, con la ciencia y el dominio de la naturaleza. Es, desde este punto de vista, que dilucidamos una teoría del hombre y como demos acometer el planteamiento formal de la obra escrita, así como el de las posibilidades que se dan al barajar una forma de pensamiento que obedece a una estricta observancia de reglas metó- dicas, que dan la situación objetiva de la esencia del h o m b re, y las posibles reducciones a una amplia visión, cuestionada desde el individuo que piensa y no se deja engañar por un "espíritu maligno". Así nos muestra la posibilidad de pensar mediante la duda. Es el sujeto humano que sub- vierte el orden establecido a partir de la pujanza de una voluntad sometida al requerimiento del ho- rizonte que se le abre, corno una espectación del mundo vivido y la actualización de su presente po- lítico. Es posible dilucidar la estructura del méto- do sin recurrir -ahí su precisión- a los contenidos de una experiencia (práctica) dudosa en su conte- nido. En el interés por esclarecer los "fundamentos, es necesario aclarar la estructura histórica, dentro del sistema cartesiano y que éste nos excluye la posibilidad de extrapolar su contenido dentro de cordenadas históricas tal como efectúa su recurso 79. (2) Descartes, R.: (*) D. M. 11,13; 20-25, pág. (3) Descartes, R.: D. M. II, 14; 1-13, ibid.

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Page 1: ANALlTICA DE L RECURSO DE L METODO (*) de Filosofía UCR/Vol. XVII/No. 45/ANALITICA...cursos" ofrecidos. La constatación del recurso me-tódico es la contrapartida de la aplicación

Rev. Fil. Univ. Costa Rica, XVII (45), 57 - 61, 1979

ANALlTICA DE L RECURSO DE LMETODO (*)

Descartes nos ofrece mirar al punto desde unpunto de vista teleológico, intenta observar lasconsecuencias históricas. Desde la posición de unsujeto, la historia se convierte en un concepto quedeterminan el tiempo personal como relativo a laadecuación de su pensamiento, en las circunstan-cias posibles para los planteamientos de una nuevaciencia: la física cartesiana. En Descartes esta nue-va vitaliza el humanismo, que es característica deuna fase burguesa en su esencia. Para Descartes, lafunción de su método señala una ruptura con elpasado, al sobrepasar la necesidad de una aplica-ción inmediata. Los cambios exigidos por la histo-ria, requieren que hayamos encontrado un estadouniversal de las cosas en que es posible medir y cla-rificar los ideales propuestos. La solución de lascontradicciones internas a nivel de los sentidos,que son llevados a los límites del engaño y el error,torna la duda en metafisicamente imposible (1). Laposibilidad de los límites del conocimiento y delhombre mismo en la época racionalista, puede lle-vamos a la inquietud de seguir a Descartes en laelaboración de pasos consecuentes con el estable-

(*) El presente artículo proviene de la tesis de gradodel autor: El Discurso del método en el Recurso del mé-todo, Univ. C.R., Ese. Filosofía, 1978.

Se usan las siglas D.M. (Discurso del método) y R.M.(Recurso del método). La primera según R. Descartes,Oeuvres Completes, Gall. Paris, 1970 (texto Adam. P.Tannery); y la segunda según la ed. de siglo XXI, México,1974 (2°ed.).

(1) Camon Aznar, José: El tiempo internocomo certidumbre, en el Ser en el Espiritu: (Ed. Gredos,Madrid, 1959, p. 135): "La duda es un recurso dialécticoo un convencional planteamiento teorético para una con-clusión lógica. La duda es simplemente la expresión de undesconocimiento. Yo puedo o quizá debo poner en dudalo que ignoro. Pero esta ignorancia no debe figurar en elactivo de mi personalidad en calidad de duda. Al dudar dealguna cosa que ha pasado -sea como noción, sea cornoespectro- por delante de nuestra conciencia, de quiendudamos es de nosotros mismos. Y esto es lo contrario dela conclusión cartesiana",

Gerardo César Hurtado

cimiento de un sistema de pensamiento, el cualtenderá a elevar la eficacia de aquello que logracon el método. Descartes menciona que no debereformarse un Estado (2). Prevé en esta fase delDiscurso que todo puede caer con violencia (3).

En nuestra investigación, el personaje queinterpreta los niveles de la historia es el PrimerMagistrado, agón que experimenta en sí mismo losextremos y las consecuencias de concebir carte-sianamente la vivencia de su ascensión y usufructodel poder. Es el proceso gradual del aprendizaje yla formación de la voluntad de poder lo que nos delas características de un hombre, con la ciencia y eldominio de la naturaleza. Es, desde este punto devista, que dilucidamos una teoría del hombre ycomo demos acometer el planteamiento formal dela obra escrita, así como el de las posibilidades quese dan al barajar una forma de pensamiento queobedece a una estricta observancia de reglas metó-dicas, que dan la situación objetiva de la esenciadel h o m b re, y las posibles reducciones a unaamplia visión, cuestionada desde el individuo quepiensa y no se deja engañar por un "espíritumaligno". Así nos muestra la posibilidad de pensarmediante la duda. Es el sujeto humano que sub-vierte el orden establecido a partir de la pujanzade una voluntad sometida al requerimiento del ho-rizonte que se le abre, corno una espectación delmundo vivido y la actualización de su presente po-lítico. Es posible dilucidar la estructura del méto-do sin recurrir -ahí su precisión- a los contenidosde una experiencia (práctica) dudosa en su conte-nido. En el interés por esclarecer los "fundamentos,es necesario aclarar la estructura histórica, dentrodel sistema cartesiano y que éste nos excluye laposibilidad de extrapolar su contenido dentro decordenadas históricas tal como efectúa su recurso

79.(2) Descartes, R.: (*) D. M. 11,13; 20-25, pág.

(3) Descartes, R.: D. M. II, 14; 1-13, ibid.

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58 GERARDOCESAR HURTADO

al Primer Magistrado en nombre del Método.Caeríamos en un equívoco, cuyo significado alcan-za la racionalidad histórica misma, al trocarse éstaen nombre del progreso en el cuño de una ideolo-gía determinada desde los ámbitos de su efectua-ción histórica y ontológica; esto es, convirtiendotodo lo racional en irracional y lo real en una paro-dia, desde donde se acude a la compasión humanacomo su límite. Es decir, trastocando la vida en supolo opuesto: la muerte. En este este sentido, elDictador cumple su finalidad y llena de contenidola explicación de su apelación metódica como ras-go típico de una época. El acontecer del hombre,en el proceso de objetivarlo en una substanciacapaz sólo de obedecer mandatos, no excluye tam-poco que el ámbito de la conciencia se transformeen la esencia y fundamento del ser, sino en su meraapariencia, como punto universalizante que da ladisposición racional, y la extracción de las fuerzassociales del trabajo o costa del progreso de la socie-dad que ha impuesto el Dictador, en el segui-miento y transformación de las costumbres esta-blecidas. Este nuevo "orden" es la disposición delrecurso que no convalida -a pesar de creerlo él, sintitubeos- que el sistema político cambie en lascontrastaciones históricas y los cambios sociales,desde el ámbito de la práctica racional de "los re-cursos" ofrecidos. La constatación del recurso me-tódico es la contrapartida de la aplicación de unmétodo marxista, como lo vislumbra el poloopuesto del dictador: El Estudiante. Esto se reflejaen el juego opositivo de acudir a la religión, la cien-cia, en la cual el Dictador pierde el juego con elempleo dialéctico de otra ciencia que juzga susprincipios en la práctica social, ya que el acontecerhistórico lo ha determinado mediante una razónhistórica que transforma la teoría puesta en lapráctica del racionalismo cartesiano, que sólo des-virtúa sus principios en razón de juzgar o dicta-minar la ley que exceptúa al dueño del poder polí-tico de su alcance efectivo. El Primer Magistradosoluciona por la vía de la conveniencia el trastrue-que del tiempo histórico como una apelación a sullamado del "nuevo orden", que le sirve a él, indi-vidualmente, para delimitar y precisar el métodoque lo ha llevado a extremar tanto las ideas comolas costumbres.

Para Descartes la posición del yo frente almundo produce una nueva forma de considerar lahistoria política de todos los tiempos; sin embargo,puede encontrar la posibilidad de acuñar datos yhechos más fieles en el afán de esclarecer las ideas

en los hombres más ilustres de todos los tiempos:

"y que incluso las historias más fieles, en elcaso de que no cambien ni aumentan el valorde las cosas, para hacerlas más dignas de serleídas, al menos omiten casi siempre las masbajas y menos ilustres circunstancias" (4).

Estas "menos ilustres circunstancis" típífícanla posición radical de las disposiciones de un sujetoordenador y su incidencia práctica en las costum-bres establecidas. Ante la prevención de los he-chos, estos deben proceder a un ordenamiento se-gún la lógica propia de una filosofía que avanzajunto a la historia. Está situada en el contenidoprogramático de una ideología que asevera la falsarealidad del uso que posibilite el mecanismo de lacostumbre.

Este establecimiento de la costumbre semuestra en la objetivación de la conciencia quepropone una ratio, como se entiende en el Idealis-mo moderno. La superación del individuo frente alas dificultades, es sobreponer a esas dificultadeslos límites de la razón que emplea. Además, por laobservación del cuerpo, nos posibilita una ade-cuación del pensamiento racional: "El descubri-miento del cuerpo es así ordenación del pensa-miento tanto como del panorama" (5). La obser-vancia de "lo posible", se efectúa con el criterio deevidencia, que nos permite seperar la posición limi-tativa de la duda metódica. Es necesario encontrarla solución a las dificultades en el descubrimientode la verdad por medio del método y que consti-tuye tres distintos aspectos:'

l. El Análisis.2. La síntesis.3. la enumeración completa.

En Descartes corresponden estos tres aspec-tos a la segunda, tercera y cuarta reglas. En el pro-ceso último se requiere la revisión completa, verifi-cadora, de la verdad obtenida. No deben ser, estastres distintas facetas, consideradas como métodosdiferentes y de entre los cuales "se elige uno u otro

(4) Descartes, R.: D. M. 1,7,1; 5-10, pág. 73.(trad. Láscaris).

(5) Gurdolf, George: Mito y Metafísica, Ed.Nova, Bs. A., 1960, pág. 142.

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EL RECURSO DEL METODO

según los casos, sino como tres momentos de unmismo y único método complejo" (6).

Para Descartes el descubrimiento de un mé-todo data ya de 1619. Desde muy joven considerahaber llegado a él. Ese método comienza por reglasciertas y fáciles, que observadas rigurosamente,impedirán que jamás se admita lo que es falso y ha-rán que, sin consumir inútilmente sus fuerzas, lo-gre aumentar gradualmente su saber, y se eleve elespíritu "al conocimiento exacto de todo lo que escapaz de alcanzar" (7). Señala Descartes su motivopersonal y lo ve más completo en lo que consideraen El Discurso del Método: " ... de l' afleuer peu apeu au plus haut point, auquel la mediocrité demon ésprit et la courta durés de ma vie luy pou-rront permettre d'atteindre" (8). También señalaDescartes el conocimiento de los filósofos estoicosdurante su período de aprendizaje en La Fléche:" ... que les ecrits qui traitent des meurs contie-nent plusiers en seígnements et plusiers exhor-tations a la vertu qui sont utiles" (9) que le dan laposibilidad de postular la Moral. Sin embargo, Des-cartes no destruye lo anterior a él, sino que dis-tingue los elementos fundamentales de su crítica,necesaria para establecer la verdad a que quiere lle-gar por medio de la duda metódica: "Ningún filó-sofo puede hacer tabula rasa de los conocimientos,las sugestiones y los influjos recibidos en el pro-ceso de su formación espiritual; aun cuando quierereaccionar contra ellos, está movido por exigenciasdespertadas o estimuladas por ellos y pone en ac-ción medios y elementos que le son otorgados porsu época y por la herencia de épocas ante-riores" (IO).

Descartes toma el método de la geometríapara llevado a otras ciencias. El término análisisDescartes lo usa como el precepto del Discurso:"Ainsi mon dessein n'est pas d'anseigner icy laMethode que chascun doit suivre pour bien con-duire la raison, mais seulement de faire voir en

(6) Mondolfo, Rodolfo: El tránsito del métodoanalit ico de Descartes a la investigación genética, enCondillac: Tratado de las Sensaciones, Eudeba, B, A,1962, pág. 6.

(7) Descartes, R.: Reglas para la dirección delespiritu, IV, pág. 11.

(8) Descartes, R.: D. M. 1, 1,5-10, pág. 11.(9) Descartes, R.: D. M. 1, 1, 5-10, pág. 12.(lO) Mondolfo, Rodolfo: Problemas y métodos

de la investigación en la historia de la [ilosofia, Eudeba.B.A., 1969.

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quelle sorte j'ay tasché de conduire lamienne" (11).

Es de notar que para la formulación del aná-lisis debe tenerse en cuenta la síntesis: "En oposi-ción al análisis está la síntesis que procede a poste-riori, es decir, parte de lo objetivamente posteriory lo separa en sus determinaciones. Este métodono muestra, pues, la vía de la inventio, sino quepermanece encerrado en la discusión de proposi-ciones fijas" (12). La síntesis que realiza Descartesy la incorporación de un corpus melódico obedecea las tensiones por parte del elemento autobiográ-fico que coincita la redacción de El Discurso. Asítambién podemos ver en la libertad otro de losconceptos básicos en que se desenvuelva el prose-guimiento del camino hacia lo verdadero en lasíntesis, ya que este concepto se liga a la expe-riencia personal de Descartes: "En Descartes la li-bertad humana se presenta como una verdad intui-tiva. Pero esta experiencia absolutamente personal,tendría un valor universal, desde que todo hombrepuede vivir la en su propio desarrollo espiri-tual" (13). En la formalización de los conceptosque hemos señalado, éstos tienen que responder ala realidad, de donde surge el poder llevar a cabolas acciones que nacen de la idea de una experien-cia individual y que Descartes ve en un juicio, yaque los conceptos no tienen la necesidad interiorde "indagar en busca de un causa exterior que losinculque en nuestro espíritu, ya que la idea que yome formo por mí mismo es la razón suficiente paraexplicarlos" (14). Estos conceptos serán aplicadosy explicados en la reconstrucción de lo conocido,que abraza la verdad a través de la intuición y lospreceptos rretodológicos del Discurso mismo. An-te la apelación de realizar una tabula rasa, es con-veniente que exista el mundo posible por el cual loparticular, lo concreto, se construyen por "los ma-teriales puros de la matemática" (15). El estable-cimiento de una razón válida para toda crítica apartir de los datos que la realidad ofrece, es la de

(11) Descartes, R.: D. M. 1, 1,5-15. Pago8.(12) Schulz, Walter: La Asunción de la metafi-

sica de Descartes en los sistemas constructivos de la EdadModerna en El Dios de la Metafísica Moderna, F. C. E.,México, 1961. Pág. 58.

(13) Dlanos, Alfredo: El problema del volunta-rismo en Descartes., Bahía Blanca, 1960. Pág. 27.

(14) Cassirer, Ernst: El Problema del conoci-miento., F. C. E., México, 1974. Pág. 503.

(15) Cassirer, Ernst: ob. Cit., 1.Pág. 482.

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modificar esos datos sensibles en los cuales nossubsuminos en el concepto de una práctica, segúnel racionalismo cartesiana (I 6), Y que Descartes se-ñala con precisión rnetodológica en las Reglas parala dirección del espiritu. Si la razón es válida en laposición individual, está llevada a su explicaciónúltima; se tipifica como la actitud cartesiana porexcelencia. También podría situarse -en el extre-mo Iiterario- la posición individual del personajeEl Estudiante en la novela El Recurso del Método,que configura su punto de vista desde el marxismo,en contra de esa racionalidad destructora que re-presenta El Primer Magistrado. En un primer paso,aparece una connotación del uso de lo ideológicoque proyecta posiciones contradictorias de la cien-cia, usadas con fines diferentes, El racionalismoemprenderá el establecimiento del progreso comomed io de perpetuar el poder en el privilegiadohombre-símbolo del poder político; el otro méto-do, que postula el Estudiante, asciende a tomarposición en una dialéctica que toma conciencia deldesarrollo histórico de las condiciones materialesde la sociedad que gobierna el Primer Magistrado.Este otro método parte de la opción individual deese individuo y que particulariza y convalida, en suefecto, la práctica de una razón que no obedece alos prejuicios de los demás, sino a la propia, autó-noma, en una realidad posible e inteligible no paraun solo individuo, sino para una comunidad.

Para la consideración del método que el Pri-mer Magistrado ofrece, él se ha convertido en es-trategia de su propia política y nada le falta yapara semejarse a un ídolo (falsa representación dela imagen que propicia), cuya figura vale en todoslos ámbitos de la República de Nueva Córdoba.Idolo puede significar prejuicio, o ídola como enBacón; o extremando más, vamos que estas imá-genes prestan una representación posible de lo quese condiciona bajo la forma social.

Por ejemplo, la oratoria del Primer Magis-trado, sus discursos organizados y articulados congran capacidad intelectual para presentarlos y re-solverlos en el plano lingüístico con alusiones a lasformas clásicas de la oratoria. Este representantede la ideología también es un arquetipo, el de

( 16) "By practice we can arrange and classifydata on which the mind is set to work, all this in an or-derly manner so that the mind wiU work and develop itsknowledge under the best possible conditions. ", Beck, L.1.: The Method 01Descartes, Oxford, London, 1952. Pág.154.

quien posee el principio ordenador, el que mandaen Nueva Córdoba.

Descartes, extiende su consideración metó-dica a la Naturaleza, de donde nacen estos idolaque quedan en meras carencias de esencia y perso-nalidad, exentas de ciencia verdadera (I7). Laciencia verdadera Descartes solo la puede mostraren la división del todo complejo en sus partes mássimples. Descartes, que revoluciona sus ideasdespués de su aprendizaje de la Escolástica, nosdescubre el "misterio del mundo" a través de lapostulación del ser subjetivo y que devela las apa-riencias como idola; así, él, intérprete de su época,comienza por la construcción del yo como acto deautoconciencia y "después para dar extensión uni-versal a su descubrimiento, se transformó a símismo en un objeto pensante" (I8). Esta carac-terística que observamos en la racionalidad carte-siana la podemos encontrar en la figura del PrimerMagistrado en la novela de Carpentier. En las esta-tuas se ve a sí mismo en reconocimiento de sí. Losactos que realiza en su imaginación personal y losque fueron realizados conllevan el estar situadosdentro de una coordenada histórica. La conso-nancia de observar que el método nace y va haciael interior del problema de la geometría, en Des-cartes, puede también ser colegido en la concep-ción absolutista del Estado; si el método triunfa,requiere también ser estudiado el concepto polí-tico que nos refiere el mismo Descartes en el elogioa Esparta, contenido en la época de su vida de losv íajes. Descartes es partícipe de un Despotismoilustrado (19).

(17) Podemos referimos a la singularidad históri-ca que adquiere este concepto en Destutt de Trancy, queconsidera que las ideas se componen de sensaciones, don-de pensar equivale a sentir. CF. Fernández de la Mora, G.:El crepúsculo de las Ideo logias, Pág. 22 supra, y tambiénen otro aspecto polémico donde este término alude a unsistema de representaciones, en que se distingue de la cien-cia en que la función práctico-social es más importanteque su función teórica. Al ser la ideología un sistema derepresentaciones, estas no se relacionan con la conciencia,"son la mayor parte del tiempo imágenes, a veces concep-tos, pero sobre todo, se imponen como estructuras a lainmensa mayoría de los hombres, sin pasar por su "con-ciencia". CL Althusser y otros en Polémica sobre Mar-xismo y Humanismo, Pág. 21, ss. y donde se trata de de-finir la ideología. Pág. 98-106; 176 yss, Así también cf.Elementos de Autocrítica de Althuser. Pág. 28, ss.

(18) Kolakowsky, Leskek: Tratado sobre la mor-talidad de la razón, Monte Avila, Caracas, 1969. Pág. 155.

(19) Descartes, R.: D. M. 11, 12, 1, 10-20; 11, 13,10-25. Cf. Láscaris, Intr., n. 383. Pág. XXX. (Opto publ.U. de C. R., 1967).

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EL RECURSO DEL METODO

Descartes, con su método, busca esclarecerlos contenidos actuales de su pensar y los princi-pios que agoten la existencia de las cosas y conellos derivar lo verdadero y obtener la superaciónde la duda, además de corrobar con ese contactocon la realidad de su propia imagen del mundo;"así el método pueda solo probar su eficacia en lapráctica misma"(20).

Para Descartes la comprehensión del mundose da como un hecho; es lo posible, y este mundoposible condiciona al sujeto del conocimiento; esel hombre social y con las condiciones reales de suexistencia. En este sentido dilucidamos que larazón sea un producto histórico. Descubre quenada nuevo puede ser demostrado con el silogismoque solo por la aprehensión de la esencia por laintuición, se descubre una nueva verdad. En unnivel determinado por la función verbal, El Dis-curso del Método está considerado en su con-trucción en forma silogística. Para Descartes la va-lidez de su demostración, la verdad puede encon-trarse en la experiencia que se da a partir del sujetosometido a la experiencia, en su posible conexióncon la realidad y los hechos identificables y conaquello que mueve el destino individual, es el se-guir un ordenamiento determinado, una visióncongruente con la realidad histórica.

En la búsqueda de un orden consecuenteeste individuo tenderá a buscar los beneficios queha creado el progreso. Al seguir el método de Des-cartes el Primer magistrado tiene una nueva actitudvital, en que la experiencia le permite inquirir enlos hechos históricos de ese pasado que ha dejadoatrás el progreso; así puede conducir "su" razónpor caminos precavidos y atentos y enfrentarse alas bruscas transformaciones que han brotado de

(20) Jasper, Karl: Descartes y lo filosofia, Edi-ciones Leviatán B. A., 1958. Pág. 60.

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ese nuevo orden y el progreso, el cual es coherentedesde la época de Descartes con la aparición de lamanufactura, que provoca un cambio en el modode contemplar la vida social, cuando se advierte loque es medible en la cantidad de trabajo invertidoen los objetos (21).

Con la posibilidad y existencia del estable-cimiento de un método llega Descartes a sometersus investigaciones a un campo epistemológico de-terminado por un yo pienso; pero este cogito escapaz de solucionar los problemas del futuro porhaber hecho fructificar esta ciencia arrancada de supropia naturaleza. Es posible concebir esta cienciasobreponiendo la técnica como la solución alcampo de la práctica: "Descartes posee -de acuer-do a la corriente de la época- fantasías técnicasdel futuro. Como Descartes extiende su pensa-miento técnico a la totalidad de la ciencia -es de-cir en él, a la filosofía- hace caer a ésta tras unasombra eclipsante. Por eso puede, por ejemplo,evocar la simplificación del trabajo junto a la medi-cina y a la moral. El bienestar general de todos loshombres será la meta del filosofar de modo quepermita colocar todo bajo el punto de vista delpro du cir técnico" (22). Este es el aspecto máspositivo de la determinación de una ciencia exactaque obedece a la reflexión racionalista tipificadacomo ideología, que Descartes plantea en los fun-damentos del método a seguir de la teoría a lapráctica, para ofrecemos la idea del hombre ante latotalidad concreta de las cosas. Ha revolucionadola naturaleza para extrer de ella la ciencia y com-prender al entre aislado frente al desarrollo cientí-fico, en que coloca el sujeto ante su objeto detransformaciones, para poder alcanzar los distintosniveles de conocimiento.

(21) Labastiada, Jaime: Producción. ciencia y so-ciedad: De Descartes a Marx, Siglo XXI, México. 1977,6a.

(22) Jaspers, Karl: Ob. Cit. Pág. 72.