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COMPENDIO DE ANÁLISIS INSTITUCIONAL Y OTRAS CORRIENTES

TEORÍA Y PRÁCTICA

GREGORIO BAREMBLITT

ED. Rosa dos Tempos, Río de Janeiro 1992

Clase: Institución y Organizaciones- Prof. Fabián Vilas

Curso Interdisciplinario de Educación Popular

Programa de Educación Popular- PEP- Uruguay

CAP.II SOCIEDADES E INSTITUCIONES

Selección de fragmentos y traducción del portugués Lic. Clara Netto.

Las instituciones son lógicas, son árboles de composiciones lógicas, que según la forma y el

grado de formalización que adopten, pueden ser leyes, pueden ser normas, y cuando no están

enunciadas de manera manifiesta, pueden ser pautas, regularidades de comportamientos.

Las leyes en general están escritas; las normas o códigos también. Pero una institución no

necesita de tal formalización por escrito: las sociedades ágrafas también tienen códigos, solo

que los mismos son transmitidos en forma verbal o práctica, no figurando en ningún

documento.

Qué significan estas lógicas? Significan la regulación de una actividad humana, caracterizan

una actividad humana y se pronuncian valorativamente respecto a ella, clarificando lo que debe

ser, lo que está prescripto y lo que no debe ser, esto significa, lo que está prescripto, así como

lo que es indiferente.

Vamos a examinar algunos ejemplos más o menos indiscutibles. Un ejemplo de una institución

es el LENGUAJE, ya que entraría en esta definición que vimos cuando lo pensamos desde el

punto de vista de la gramática. La gramática no es nada más que un conjunto de leyes, de

normas, que rigen la combinatoria de elementos fónicos de unidades de significación en el

lenguaje. Con la combinación de elementos conforme lo indicado por esas leyes, pueden

construirse un infinito número de mensajes.

Otro ejemplo son las instituciones de reglamentación de PARENTESCO las que definen los

lugares tales como padre, madre, hijo, nuera, género, etc. Son las que prescriben entre qué

miembros de esas clasificaciones se pueden dar las uniones, entre cuáles no pueden darse

uniones y de qué tipo, qué característica de vínculo de descendencia y alianza relaciona cada

una de estas posiciones con la otra. Esto también es un código que, formalizado o no, regula la

relación de parentesco y tiene prescripciones -lo que está indicado- y también proscripciones -

lo que está prohibido- así como lo que es indiferente o no está comprendido por esta lógica.

Otra institución poco discutible entre los institucionalistas es la DIVISION DEL TRABAJO

HUMANO. El trabajo humano está dividido según los momentos y las especificidades de cada

tipo de producción y tarea (división técnica).

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Pero por otro lado, esa división viene acompañada de una jerarquía que instituye diferencias de

poder, de prestigio y de lucro, no necesariamente justificadas por la importancia productiva de

aquellos que detentan esos lugares (división social). Por ejemplo: trabajo manual e intelectual,

del campo y de la ciudad, asalariados y autónomos, etc.

Están también las instituciones de EDUCACION esto es, aquellas leyes, normas y pautas que

prescriben como se debe socializar, instruir, a un aspirante a miembro de nuestra comunidad

para que se pueda integrar a la misma, con sus características efectivas.

Tenemos también la institución de la RELIGIÓN, que es la que regula las relaciones del

hombre con la divinidad, divinidad sobrenatural para unos o inmanente a la vida terrena para

otros, pero con respecto a la cual existe toda una serie de comportamientos indicados y toda

una serie de comportamientos contraindicados.

Tenemos también las instituciones de justicia, las instituciones de administración de fuerza, etc.

En un plano formal, una sociedad no es más que eso, un tejido de instituciones que se

interpenetran y se articulan entre sí para regular la producción y la reproducción de la vida

humana sobre la tierra y la relación entre los hombres. Ahora, entendidas así, las instituciones

son entidades abstractas, por mas que puedan estar registradas en escritos o tradiciones .

Para cumplir su función de regulación de la vida humana, las instituciones tienen que realizarse,

tienen que materializarse. En qué se materializan?, en dispositivos concretos que son las

organizaciones.

Las organizaciones entonces, son formas materiales, muy variadas, que comprenden desde un

gran complejo institucional como un ministerio (Ministerio de Educación, de Trabajo, etc.)

hasta un pequeño establecimiento. O sea, las organizaciones son grandes o pequeños conjuntos

de formas materiales que ponen en efectividad, que concretizan las opciones que las

instituciones distribuyen, que las instituciones enuncian. Esto significa que las instituciones no

tendrían vida, no tendrían realidad social si no fuese a través de las organizaciones. Pero las

organizaciones, no tendrían sentido, no tendrían objetivo, no tendrían dirección si no estuvieran

sustentadas como están, por las instituciones.

A la vez, una organización que como señalé es un conjunto complejo y voluminoso, está

compuesta de unidades menores. Estas son de naturaleza muy diversa y sería difícil enunciarlas

a todas. Pero , por lo menos, hay algunas que son muy características como por ejemplo, los

establecimientos.

Los establecimientos serían las escuelas, un convento, una fábrica, un club, un banco, un

cuartel. Hay diversos tipos de establecimientos de muy diversas características. Es un conjunto

de establecimientos los que integran una organización.(...)

INSTITUCION - ORGANIZACION - ESTABLECIMIENTO , todo esto adquiere

dinamismo a través de los agentes. Nada se moviliza, nada puede operar sino a través de los

agentes. Los agentes son “seres humanos”, son los soportes y los protagonistas de la actividad

de toda esa parafernalia.

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Y los agentes protagonizan prácticas. Estas prácticas pueden ser verbales, no verbales,

discursivas o no, teóricas, técnicas. Pero es en las acciones donde toda esa parafernalia termina

por operar transformaciones de la realidad.

Entonces, estas unidades ( instituciones - organizaciones - establecimientos - equipamientos -

agentes - prácticas ) no pueden ser confundidas. Desgraciadamente esto ocurre con frecuencia.

(...)

Si decimos entonces que una escuela es una institución, el asunto se complejiza, porque en

realidad esa escuela no es una institución, pero sí un establecimiento que forma parte de una

gran organización, probablemente del Ministerio de Educación, que a su vez, realiza una gran

institución que es la institución de la Educación, que es una lógica, una serie de prescripciones

o leyes.

En una institución se pueden distinguir dos vertientes importantes. Una vertiente es la

del instituyente y otra la del instituído.

Los orígenes de las instituciones son muy difíciles de poder determinarse; hacer la historia de

una institución y particularmente de su origen, es a veces una tarea imposible y “se pierde en el

comienzo de los tiempos” como se acostumbra a decir. Inclusive, hay muchas instituciones,

como la institución del lenguaje o de las relaciones de parentesco , de la religión y de la división

del trabajo, de las cuales no se puede decir cuál vino primero y cuál después. La única cosa que

se puede decir es que para que una sociedad humana exista, tiene que existir como mínimo,

esas cuatro instituciones humanas, o sea, que humanidad es sinónimo de colectivo regido por

estas instituciones y estas instituciones son sinónimos de existencia de un colectivo humano.

Entonces, es difícil saber cómo eran los colectivos antes que aparecieran estas instituciones. Es

casi preguntarse como era el hombre antes de ser hombre. Entonces, situar el origen de estas

instituciones es muy difícil. Sólo se puede decir que una institución supone otra, precisa de la

otra, y que es el conjunto lo que constituye una civilización o una sociedad humana.

Ahora, si frecuentemente no se puede decir cómo comenzaron estas grandes instituciones, sin

duda se puede distinguir en ellas una potencia, un movimiento de transformación constante

que tiende a modificar, a operar mutaciones, transmutaciones en sus características. En pocas

ocasiones privilegiadas se puede asistir históricamente al nacimiento de una gran institución.

Pero en general, esto no es lo que sucede. Se puede asistir a grandes momentos históricos de

revolución de una institución, de profundas transformaciones de una institución. Entonces, a

estos momentos de transformación institucional, a estas fuerzas que tienden a transformar a las

instituciones o también a estas fuerzas que tienden a fundarlas (cuando todavía no existen), a

esto se le llama lo instituyente, las fuerzas instituyentes. Son las fuerzas productivas de

códigos institucionales.

Este gran momento inicial del proceso constante de producción, de creación de instituciones,

tiene un producto, genera un resultado: este es el instituido. El instituído es el efecto de la

actividad instituyente. Si ustedes prestan atención a estos nombres, ellos ya están diciendo

alguna cosa con relación a la diferencia entre el instituyente y el instituído. El instituyente

aparece como un proceso, en tanto que el instituido aparece como un resultado. El instituyente

transmite una característica dinámica; el instituido transmite una característica estática,

congelada. Entonces, es evidente que el instituido cumple un papel histórico importante,

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porque las leyes creadas, las normas constituidas o pautas, los parámetros, se refuerzan para

regular las actividades sociales, esenciales a la vida de la sociedad. Pero sucede que esa vida es

un proceso esencialmente cambiante, mutante.

Para que los instituidos sean útiles, sean funcionales en la vida social, deben estar acompañando

la transformación de la vida social misma para producir cada vez más nuevos instituidos que

sean apropiados para los nuevos estados sociales.

Es necesario evitar una lectura de tipo maniquea que piensa que el instituyente es bueno y el

instituido es malo, aunque por naturaleza es verdad que el instituido presenta una tendencia a la

resistencia, una disposición que se podría llamar a “persistir en su ser”, a no cambiar, que

cuando se exacerba, se exagera, se conoce políticamente por el nombre de conservadurismo,

de reaccionarismo.

Por el contrario, el instituyente aparece como actividad revolucionaria, creativa,

transformadora por excelencia. En realidad, no es exactamente así, porque el instituyente

carecería completamente de sentido si no se plasmase, si no se materializase en los instituidos.

Por otro lado, los instiutidos no serían útiles, no serían funcionales si no estuviesen

permanentemente abiertos a la potencia instituyente.

Por otro lado, lo mismo sucede a nivel organizacional. Existe organizante y organizado.

Hay una actividad permanentemente crítica y transformadora, optimizadora de las

organizaciones: el organizante .Y está el organizado, que se puede ilustrar con el organigrama

(o flujograma) que es necesario, pero que tiene una tendencia “natural” a cristalizarse (entre

comillas, ya que no tiene nada que ver con lo natural) , una tendencia histórica a esclerosarse y

a adoptar una serie de vicios entre los cuales el más conocido es la burocracia, aunque no es el

único. Entonces, es importante saber que para que la vida social, entendida como un proceso

en permanente transformación que debe tender al perfeccionamiento, que debe apuntar a la

mayor felicidad, a la mayor realización, la mayor salud, la mayor creatividad de todos sus

miembros, esa vida sólo es posible cuando está regulada por instituciones y organizaciones,

cuando en estas instituciones y organizaciones la relación y la dialéctica existentes entre el

instituyente y el instituido, entre el organizante y el organizado (proceso de institucionalización-

organización) se mantienen permanentemente permeables, fluidas, elásticas.

Otra manera de referirse a esto es decir que en las instituciones, organizaciones,

establecimientos, agentes, prácticas, se puede distinguir un función y un funcionamiento.

Para poder entender esta terminología, se tiene que comprender que en las civilizaciones y en

los conjuntos humanos, en la vida humana tomada en un sentido muy amplio, hay tendencia a

adquirir siempre características históricas que comprometen este objetivo utópico activo. Estas

características históricas muy diferentes de una sociedad a otra, de una fase histórica a otra, se

pueden resumir en tres grandes situaciones viciosas que son conocidas por todo el mundo. Son

los procesos de explotación, de dominación y de mistificación (desinformación o engaño.)

Estas son las deformaciones del curso de la vida social y de sus objetivos más nobles, de sus

finalidades más altas, que cada sociedad plantea a su manera y que son llamadas utopías

sociales: cómo una sociedad prueba, desea, debe llegar a ser. Es claro que, a excepción de

algunas sociedades en particular, desde que existen sociedades, las utopías sociales incluyen

diferentes formas de libertad, diferentes formas de igualdad, diferentes formas de verdad y de

fraternidad, a pesar de estar usando para referirme a esto, la utopía de la Revolución Francesa,

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llamada, revolución burguesa, que no es ni la única ni la mejor de las utopías pero que es la más

conocida por nosotros.

Cada sociedad, en sus aspectos instituyentes y organizantes, siempre tiene una utopía, una

orientación histórica de sus objetivos, que es desvirtuada o comprometida por una deformación

que se resume en:

explotación de unos hombres por otros (expropiación de la potencia y del resultado

productivo de unos por parte de otros), dominación, o sea, imposición de la voluntad de unos

sobre los otros y no respeto de la voluntad colectiva, compartida en consenso, y

mistificación, o sea, una administración arbitraria o deformada de lo que se considera saber

y verdad histórica, que es sustituida por diferentes formas de mentira, engaño, ilusión y

retaceo de la información.

Entonces, si se comprende esta oposición entre la utopía, el perfeccionamiento de la vida social

y sus deformaciones -explotación, dominación, mistificación, entonces se puede comprender

más fácilmente la división que se establece entre función y funcionamiento.

Las instituciones, organizaciones, establecimientos, agentes y prácticas tienen una función. Esta

función está siempre al servicio de las formas históricas de explotación, dominación y

mistificación que se dan en esta sociedad. Toda institución, toda organización, todo

establecimiento presenta esta función: función al servicio de los explotadores, los dominadores,

de los mistificadores. Solo que esta función raramente se presenta como ella es, justamente a

causa del tema de la mistificación... La función se presenta deformada, se muestra como el

objetivo natural, deseado y lógico de las instituciones y de las organizaciones, esto es: no se

expresa claramente a nivel del instituido y del organizado.

El instituyente, el organizante, son fuerzas y procesos que reciben el nombre de

funcionamiento. El funcionamiento tiene un alto componente instituyente y transformador; la

función es conservadora, reaccionaria, y se presenta ante los ojos desatentos como eterna,

natural, deseable e inmutable.

El instituido, el organizado, en tanto productivos, en tanto expresión apropiada, en tanto

recursos operantes del instituyente, es claro que son necesarios. Sucede que, rápidamente,

tienden a caer fuera de su sentido de funcionamiento para adoptar las características de la

función, cosa que se comprenderá mejor cuando se dice que la característica esencial del

instituyente, del organizante y de sus productos operantes es el ser propicios la producción,

producción que es generación de lo nuevo, de aquello que persigue la utopía;

funcionamiento y producción son la misma cosa. Función es sinónimo de reproducción: es la

tentativa de reiterar lo igual, de perpetuar lo que ya existe, aquello que no es operativo para

acompañar las transformaciones sociales.

Para finalizar, expondremos definiciones que son un poco áridas, abstractas, pero necesarias

para entender los pasos siguientes que vamos a dar. ¿Cómo se puede entender, analizar cada

institución, cada organización, y cómo intervenir para promover la acción del instituyente y del

organizante? No se puede hacer este trabajo sin tener claras estas definiciones. Para concluir,

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los instituidos, organizantes-organizados que constituyen la trama, la red social, no actúan

separadamente, sino en conjunto. Esta actuación en conjunto puede ser enunciada con una

fórmula pedagógica: cada uno de ellos actúa en el otro, por el otro, para el otro, desde el otro.

Este es un intento de enunciar el entrelazamiento ,la interpretación que existe entre todos los

instituyentes e instituidos, entre los organizantes y organizados. Esta articulación, esta

interpenetración, sucede a nivel de la función y al nivel del funcionamiento; a nivel de la

producción y a nivel de la reproducción; a nivel de aquello que está en contra. Entonces, esta

interpenetración a nivel de la función de lo conservador, de lo reproductivo se llama

atravesamiento.

Esta interpenetración al nivel de lo instituyente, de lo productivo, de lo revolucionario, de lo

creativo, se llama transversalidad.

Para dar apenas un ejemplo les voy a mostrar un caso de atravesamiento de funciones en el

nivel organizacional. Nosotros decimos, por ejemplo, que una escuela es un establecimiento de

las organizaciones de la enseñanza, que a su vez, son una realización de la institución de la

educación. Pero sucede que una escuela no sólo alfabetiza, no sólo instruye, no sólo educa

dentro de los objetivos manifiestos de lo organizado y de lo instituido, sino que, de alguna

forma ella también prepara fuerza de trabajo (alienado), o sea, una escuela también es una

fábrica. Por otro lado, una escuela, de acuerdo con la concepción de enseñanza que ella tenga,

también consigue mantener a los alumnos presos durante seis a ocho horas por día y, además

de enseñarlos a leer y a escribir. lo que fundamentalmente les enseña es a obedecer y lo que

básicamente les transmite es un sistema de premios y penitencias. En este sentido es que una

escuela es también una cárcel.

Pero, además de eso, lo que la escuela enseña es una serie de valores de lo que debe ser

construido, de lo que debe ser destruido, enseña formas de ejercicio de la agresividad. Así, de

alguna manera, también se puede decir que una escuela es un cuartel.

Entonces, ustedes van viendo como una escuela, en el nivel del instituido, de lo organizado, en

el nivel de la función, en el nivel de la reproducción, está atravesada por las otras

organizaciones. Existe una estrecha colaboración en la tarea de reproducir lo que está, tal

como está, y de esa manera colaborar para la perpetuación de la explotación, de la dominación

y de la mistificación.

Pero una escuela es también un ámbito donde se tiene la ocasión de formar un agrupamiento

político-escolar, un club estudiantil, una escuela también es un lugar donde

se puede aprender a luchar por los derechos; una escuela es también un lugar donde se puede

integrar un sistema de ayuda mutua entre los alumnos, donde se pueden adquirir elementos

para poder materializar las corrientes instituyentes, productivas. En una escuela también se

puede aprender a luchar contra la explotación, la dominación, la mistificación, En tanto, una

escuela tiene un lado instituyente, un lado organizante. En este sentido una escuela puede ser

también un frente de lucha revolucionante, de ejercicio de la solidaridad. En este sentido es que

una escuela tiene también un funcionamiento articulado, interpenetrado con muchas otras

organizaciones, instituciones, con muchos otros instituyentes y organizantes de la sociedad que

actúan en ella para ella, por ella y ella por otras, y aún entre los diversos cuadros y segmentos

de ese mismo establecimiento. Esa interpenetración se llama transversalidad. La

interpenetración a nivel de la función de la reproducción, ya vimos, se llama atravesamiento.

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La interpenetración a nivel instituyente, productivo, se llama transversalidad que se define

también como una dimensión de la vida social y organizacional que no se reduce al orden

jerárquico de la verticalidad ni al orden informal de la horizontalidad. Los efectos de la

transversalidad se caracterizan por crear dispositivos que no respetan los límites de las

unidades organizacionales formalmente constituidas, generando así movimientos y

agrupamientos alternativos, marginales y hasta clandestinos a las estructuras oficiales y

consagradas.

Con esto tenemos definido hasta cierto punto cual es la concepción institucionalista de la

sociedad.