análisis y síntesis metafísica de las costumbres y los bello y lo sublime, immanuel kant

13
Immanuel Kant Observaciones sobre lo Bello y lo Sublime Fundamentación de la Metafísica de las Costumbres Análisis y S íntesis Autor: David Alcántara Miranda

Upload: david-alcantara

Post on 15-Jun-2015

5.126 views

Category:

Education


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: Análisis y síntesis Metafísica de las Costumbres y los Bello y lo Sublime, Immanuel Kant

 

Immanuel Kant

Observaciones sobre lo Bello y lo Sublime

Fundamentación de la Metafísica de las Costumbres  

Análisis  y  Síntesis  

 

Autor: David Alcántara Miranda

Page 2: Análisis y síntesis Metafísica de las Costumbres y los Bello y lo Sublime, Immanuel Kant

 

WWW.COSMOVISIONFILOSOFICA.CL  

2  

_____________________________ ÍNDICE __________________________________ I OBSERVACIONES SOBRE LO BELLO Y LO SUBLIME Sobre los diferentes Objetos

del Sentimiento de lo Sublime y lo Bello 3 Sobre las propiedades de lo Sublime y lo Bello en el Humano en General 4

II FUNDAMENTACIÓN DE LA METAFÍSICA DE LAS COSTUMBRES

Introducción 5 Transito del Conocimiento Moral común de la razón al Conocimiento Filosófico 6 Transito de la Filosofía Moral Popular a la Metafísica de las Costumbres 8 Transito de la Metafísica de las Costumbres a la Crítica de la Razón Pura Práctica 11 Observación Final 12

Page 3: Análisis y síntesis Metafísica de las Costumbres y los Bello y lo Sublime, Immanuel Kant

 

WWW.COSMOVISIONFILOSOFICA.CL  

3  

________________ I: OBSERVACIONES SOBRE ___________________ LO BELLO Y LO SUBLIME Sobre los diferentes Objetos del Sentimiento de lo Sublime y lo Bello “Las diferentes sensaciones de contento o disgusto descansan no tanto sobre la condición de la cosas externas que las suscitan, como lo es sobre la sensibilidad peculiar a cada hombre para ser grata o ingratamente impresionado

por ellas; de ahí proviene que algunos sientan placer con lo que a otros les produce, por ejemplo, asco o repugnancia; la consecuencia de las inclinaciones es diferente en cada persona.”

Pero ¿el placer producido en nuestro interior es siempre de la misma clase, del mismo tipo, sugestionado de la misma manera, involucra los mismos factores?, pues no es así. A continuación observaremos los dos tipos de emociones sensibles que, a grandes rasgos, podemos distinguir:

- Lo Bello: Aquí está involucrado lo alegre y sonriente; el día, bosques solitarios y altas montañas. Involucra sensaciones de júbilo y encanto por la vida. El hombre dominado por el sentimiento de lo bello

- Lo Sublime: Se nos presenta aquí una mezcla de agrado, ternura y terror a la vez; la noche, arboles

floridos y arroyos en el campo. Involucra sensaciones de amistad, desprecio al mundo y eternidad. El hombre dominado por el sentimiento de lo sublime es sencillo, serio, admirable y asombroso. A su vez, lo sublime se puede caracterizar en tres formas de representación: a) Terrorífico (Monstruoso): Posee terror y melancolía; desiertos, sombras y profundidades; recordar el

pasado. Su exceso provoca lo Extravagante; su gusto crea Fanáticos

b) Noble: Se caracteriza por asombro y tranquilidad; Pirámides y grandes alturas en general; pensar en el futuro. Su exceso provoca lo Fastidioso (no es ni bello ni sublime ni lo intenta) e Insípido (lo intenta y no lo logra).

c) Magnífico: Se compone de una Belleza sobre-extendida. Su exceso provoca lo Frívolo.

“Aquellos que gozan de ambas virtudes reconocen que las relacionadas a lo Sublime son más poderosas,

superlativas y magnánimas.”

Page 4: Análisis y síntesis Metafísica de las Costumbres y los Bello y lo Sublime, Immanuel Kant

 

WWW.COSMOVISIONFILOSOFICA.CL  

4  

Sobre las propiedades de lo Sublime y lo Bello en el Humano en General Lo bello: Aquí se infunde Amor; Ingenio, lisonja, amabilidad, cortesía, compasión. Lo Sublime: Aquí se infunde Respeto, Amistad; Inteligencia, audacia, veracidad, rectitud, constancia, fidelidad. “Nunca se encuentran en la naturaleza humana cualidades loables sin que, al mismo tiempo, las degeneraciones de

las mismas no terminen por infinitas gradaciones en la imperfección más extrema.” A continuación nos toca señalar una cuestión importante respecto a este tema, pero antes, analicemos esta pregunta ¿qué pasa con aquellos desdichados que, por lo que ellos sienten y piensan, no poseen carácter virtuoso alguno en su poder?. La estética y la percepción sensacional de las cosas bellas y sublimes no ofrece excepción alguno, ¿cómo es esto?, incluso hasta la persona más ratera, infiel y mentirosa posee momentos de delirio virtuoso en el que conoce la compasión, la empatía o cualquier otra virtud de alta calidad; esta capacidad innata de poder vivir y sentir estas experiencias es gracias a la entrega de, lo que llamaremos nosotros, la Providencia. Lamentablemente, la calidad moral de la Providencia no es alta, ni muy genuina. Se compone ésta de juegos de impulsos y placeres dentro de la ejecución de las virtudes adoptadas, contrarrestando la débil naturaleza humana a través de su propio medio: la percepción y sensación mediante inclinaciones. Teniendo todo esto en cuenta, analicemos los diferentes temperamentos posibles:

- Melancólico (Sublime Noble): Este no es aquel que está inclinado a la tristeza por una falta de goce en la vida, sino aquel que la encuentra más fácil y rápido que otros por que las consecuencias de la dirección de sus causas de vida así lo amerita. Sus principales características son: a) Siente un placer más serio, pero no menor b) Prefiere la tranquilidad y bienestar que la alegría; carácter taciturno y veraz. c) Es Constante; su firmeza a veces lo hace caer en la obstinación. d) Se mueve por principios (supremo fundamento) y no por sensaciones. e) No se apoya en lo que los demás piensan, sino en lo que él sabe que es bueno.

- Sanguíneo (Bello): Este es considerado el polo opuesto de los melancólicos. Características:

a) Sus placeres deben ser vivos y grotescos. b) Prefiere la alegría desbordante; cae en vicios y excesos, más por complacencia que por inclinación. c) Es inconstante; siempre se acongoja así como se sienten los demás. d) Obedece a las emociones momentáneas y diáfanas. e) Se deja llevar por lo que a los demás les agrada y contenta.

- Colérico (Sublime Magnífico): Su carácter es principalmente ampuloso, veleidoso y, incluso a veces, cae

en la concupiscencia. Su cáscara, lo que él construye en base al resto es lo que se ve y lo que él demuestra ser. Veamos ahora sus características específicas: a) Sus placeres siempre serán aquellos que sean aprobados y fomentados por el resto. b) Su brújula de vida es el orgullo; aún si nadie lo sigue o acongoja, él pretenderá tener la razón. c) La constancia en algo, el seguimiento de principios, no es parte de su vocabulario ni de vida. d) Siempre aparenta y busca agradar; cae en galimatías y ampulosidades constantes. e) Es voluble, siempre está a la moda de todo, esto lo hace caer en torpezas e inconsecuencias.

- Flemático: Este tipo de personas es tan mesuroso, sencillo y natural ante todo que, evidentemente (ante

toda evidencia), entendemos que no se pueden distinguir caracteres de belleza o sublimidad en él.

Page 5: Análisis y síntesis Metafísica de las Costumbres y los Bello y lo Sublime, Immanuel Kant

 

WWW.COSMOVISIONFILOSOFICA.CL  

5  

_____________ II: FUNDAMENTACIÓN DE LA ______________ METAFÍSICA DE LAS COSTUMBRES Introducción

Desde la antigua Filosofía Griega se entienden tres tipos diferentes de Ciencia; formal, física y ética; analizaremos entonces su proveniencia, características y derivados.

La razón se divide en dos formas de representación:

-­‐ Formal: Aquí nos preocupamos de la “forma” del pensamiento. Su consecuencia científica es la Lógica (Dialéctica).

-­‐ Material: Aquí en cambio nos preocupamos del objeto del pensamiento. El centrar atención en el objeto,

inmediatamente, se crean dos perspectivas distintas, una dicotomía, respecto a la inferencia de los diferentes pensamientos; la razón pura (a priori, Metafísica) y la Empírea; desde un punto de vista Fenomenológico, aquellos pensamientos que tienen que ver con el “por qué” y aquellos que tienen que ver con el “cómo” de los fenómenos. Aquí distinguimos dos derivaciones científicas: 1) Física: Se relaciona con todo lo que tiene que ver con la Naturaleza. Se describe a priori por la Metafísica Natural y según empírea a través de la Física. 2) Ética: Su relación es directa con el concepto de Libertad. Se describe a priori por la Metafísica de las Costumbres (Moral) y según empírea a través de la Antropología Práctica.

Respecto a la Voluntad, antes de ésta está su propia Metafísica y, después de esta, luego su factor Empírico. Pensamos entonces que es de suma importancia separar en absoluto un factor del otro y, es más, definir de la manera más exacta posible su constitución a priori, ya que es ésta la que será aplicada luego por los sentidos. Les pregunto entonces ¿no creen que es de la más urgente necesidad elaborar de una vez por todas una filosofía moral pura que esté completamente limpia de cuanto pueda ser empírico?. Es nuestro deber afirmar lo siguiente: toda Filosofía que mezcla factores empíricos con principios puros a priori no merece ser llamada Filosofía. El caso de la Moral es bastante particular, aquí su aplicación (Antropología) no vale ni lo más mínimo a no ser que su factor puro sea Legítimo y Verdadero en sí y por sí. Aquí se nos presenta el primer problema ¿están nuestras leyes morales dispuestas de manera que, despojadas de todo lo sensible, sean correctas y universales para todo ser racional?, pues creo que no. Nuestras leyes morales están manoseadas y mezcladas en conjuntos con un sin fin de factores sensibles, sensaciones, intenciones y consecuencias terrenas que sólo opacan y destruyen la pureza y universalidad de la Moral misma. Éste es, justamente, el objeto de este libro, despojar de todo factor empírico los preceptos y leyes morales para, consecuentemente, localizar legítimamente el imperativo más puro (por tanto, menos opaco) y, entonces, desde allí crear leyes, definir máximas y establecer deberes genuinos que no se turben por el entorno, las influencias, premios y castigos de la realidad.

Page 6: Análisis y síntesis Metafísica de las Costumbres y los Bello y lo Sublime, Immanuel Kant

 

WWW.COSMOVISIONFILOSOFICA.CL  

6  

Transito del Conocimiento Moral común de la razón al Conocimiento Filosófico

Partiré por señalar que todo Talento, cualquiera sea éste, siempre está, respecto a su calidad moral, sujeto a la Voluntad del sujeto que lo posee y ejecuta; ingenio, valor, constancia y decisión pueden ser tan positivos como negativos en cuestión. Por lo tanto, lo que a veces parece una virtud loable y plausible en sí misma jamás lo a sido, ningún talento es calificable positivamente por sí, ni tiene valor interno propio, todas éstas hacen más eficiente y eficaz un trabajo, pero éste está sujeto a la Intención del que la ejecuta. La segunda cuestión que se señalará es que, bajo ningún caso posible, jamás debe pensarse que, por más sentido aparente que esto tenga, la Consecuencia de un acto define la calidad de la Voluntad del mismo. Si me siento bien o mal o, en parte, si es otra persona, o otras personas, la(s) que se siente(n) bien o mal, todo esto no influye ni en lo más mínimo en mi cualificación Moral final. ¿Si no son el talento ni la consecuencia las que definen la calidad moral de un acto, entonces qué lo hace?, pues la Razón. Antes de continuar en nuestro análisis aclararemos algo con respecto a la razón:

“Desde una perspectiva Teleológica, el fin que le corresponde a la razón, para con todo los seres racionales, no está, en lo absoluto, relacionado con su adaptación, supervivencia, incluso, felicidad. Está demostrado, por todos

los siglos que el humano a vivido y ha escrito su historia, que bastaría un buen instinto natural congénito, una sensibilidad mayor no necesariamente racional, para que pudiéramos evolucionar correctamente, para que nos

conserváramos correctamente; la Razón no satisface las necesidades, las multiplica.” Es más, el ser humano que cultiva, incluso en exceso, sus capacidades de razonamientos culmina, muchas veces, en una Misología fría y dura, se da cuenta de que la razón no es el camino para la Felicidad, sino ésta, de seguro, debe de serlo para algo más; para ser feliz bastaría subordinación a los instintos. Aquí es cuando comenzamos a armar el rompecabezas. Despojamos a la Voluntad de todo y, por esto mismo, buscamos ahora algo que nos ayude a definir su calidad moral. También hemos despojado a la razón de toda función relacionada con lo empírico, por lo tanto, es hora de agregar ese objeto de existencia, llenar ese vacío que hemos dejado, y lo haremos a través de la siguiente afirmación:

“La razón, fuera de toda consecuencia empírica sensible u observable, es la encargada de crear las Leyes Morales que definirán las Máximas que, a su vez, se concretarán en actos de calidad positiva (deber) o negativa; la Razón

crea la Moral, ésta es la suprema condición del ser humano, como ser racional.” A continuación, para poder desarrollar el concepto de una “buena” voluntad, discutiremos el concepto de Deber. Primero que todo, existe una diferencia sutil e importante entre “hacer algo junto al deber” y “hacer las cosas por deber”; sólo las segundas poseen un valor moral. La diferencia entre ambas acciones está dada por la intromisión, o ausencia, de las intenciones e inclinaciones. Éstas corresponden a los factores empíricos que afectan una conducta, es decir, el sí qué tanto tomo en cuenta las consecuencias de mis actos o qué tanto me interesa, o me repugna, la idea de hacer lo que voy a hacer. En el primer caso hago las cosas producto de sensaciones y en conjunto con un “tal deber” definido, en cambio, en el segundo la cosa es muy distinta: hago las cosas por que así corresponde; mis acciones son prácticas y no patológicas.. Un sujeto que no se quita la vida porque sabe que no se debe y, además, no “tiene ganas”, no es partícipe de la ejecución de una conducta que se rija por una máxima de valor moral. En cambio, una persona que ya no tiene motivos para vivir, ya no se ve en un futuro prodigioso, se siente solo y desamparado y, pese a todo esto, decide no quitarse la vida, sólo entonces, aquí sí estamos presenciando una conducta de valor moral.

Page 7: Análisis y síntesis Metafísica de las Costumbres y los Bello y lo Sublime, Immanuel Kant

 

WWW.COSMOVISIONFILOSOFICA.CL  

7  

Respecto a la Felicidad la condición no cambia, es decir, si buscamos la Felicidad por inclinaciones (nos sentimos bien, nos hace bien, nos gusta, etcétera) y no por el deber mismo, entonces nuestra máxima no es de Valor Moral.

“Una acción hecha por deber jamás depende de la realidad del objeto (es más, jamás depende de un objeto) sino

más bien de principios (leyes). Estos principios, para poder ser construidos de la manera correcta, deben ser penetrados lógicamente exentos de la materialidad, es decir, deben de ser analizados puramente, formalmente,

metafísicamente; debe de excluirse todo factor empírico. El deber es entonces la acción por respeto a la Ley, ya que es un efecto y no una actividad propia de la voluntad.”

Es hora de definir dos cosas importantes de manera más directa y sintética:

-­‐ Máxima: Principio Subjetivo del querer. -­‐ Ley: Principio Objetivo del querer. -­‐ Voluntad: Razón puesta en práctica.

Es de suma importancia que esto quede muy claro: la Moral se formula a través de leyes y se aplica en acciones a través de máximas. Éstas (ambas) no tienen como objetivo hacernos sentir bien, o hacer sentir bien a otros, para esto no hace falta la razón, sólo basta con un instinto adecuado. Su objetivo real es la representación en sí misma. Acerquémonos un poco a cuál sería esta Legalidad Universal que, sustraída de todo impulso, sería válida para todo ser racional: obrar sólo a modo que pueda querer que mi Máxima se convierta en Ley Universal. Como podemos ver, no se necesita ser un gran pensador, filósofo o erudito en materias profundas y complejas para responder, de manera un tanto pragmática al menos, cualquier tipo de interrogante relacionada con la legalidad recién mencionada. Imaginemos que se formulan preguntas antepuestas por lo siguiente -¿puedes querer que…- y que las terminamos con esto –… se convierta en máxima universal?-, veamos un ejemplo: ¿puedes querer que quitarte la vida frente a momentos difíciles, sólo por actitud pusilánime y egocéntrica, se convierta en máxima universal?. Estamos frente a la esencia de los cuestionamientos Morales del Conocimiento Popular de la Razón Común. Toda persona común está expuesta a dos situaciones claves que se encuentran en constante lucha y disputa; creando la llamada Dialéctica Natural. Estas situaciones son:

-­‐ Toda persona está preparada para discernir y descubrir que principio y acciones pueden ser consideradas buenas o malas, incluso, más allá de las sensaciones e inclinaciones; quedo demostrado anteriormente.

-­‐ Todos se sienten inclinados, a su vez, a responder a los estímulos de constante búsqueda de la supuesta Libertad, por lo que, pese a su conocimiento práctico de máximas morales, sucumben ante actos de poca legitimidad moral (pero sí de mucha riqueza empírica).

Hemos descubierto que la Voluntad, expresada según máxima y regida según leyes, debe estar situada sobre fórmulas e imperativos que sean de Legitimidad Moral, de otra forma sólo estaremos respondiendo a estímulos. Entonces, lo que se verá en el próximo capítulo, debemos indicar qué tipo de leyes y principios deben regirnos, más exactamente claro, de manera que podamos considerar nuestros actos como regidos por Universales; aplicables a todo ser racional.

Page 8: Análisis y síntesis Metafísica de las Costumbres y los Bello y lo Sublime, Immanuel Kant

 

WWW.COSMOVISIONFILOSOFICA.CL  

8  

Transito de la Filosofía Moral Popular a la Metafísica de las Costumbres En la Naturaleza todo actúa y se desarrolla siguiendo ciertas Leyes específicas. La Voluntad humana, como razón práctica, posee la particular característica de poder seleccionar, a su gusto, la procedencia de estas mismas acciones; el humano, en tanto que es ser racional, posee la capacidad de decidir si quiere guiarse por las leyes (morales) o desea influenciarse por las inclinaciones y estímulos empíricos, o en una mezcla de ambos. Así es como nacen los conceptos que a continuación serán definidos:

-­‐ Inclinación: Dependencia en que la facultad de desear se encuentra con respecto a las sensaciones. -­‐ Interés: Voluntad ejercida por influencia de la razón.

a) Práctico: Se interesa en la acción misma. Se produce por efecto de la razón pura. b) Patológico: Se enfoca en el objeto de la acción. Se crea por contricción (mezcla de inclinaciones y razón formal).

Como podemos discernir, sea cual sea la proveniencia de la Voluntad una cosa es segura: posee algo que la define, en la medida claro que no está subyugada completamente a inclinaciones, a modo de fórmula en su esencia práctica; a esto lo llamamos los Imperativos. Estas representaciones de principios siempre se expresan a través de un “deber ser”, ya que es esto lo que genera su estrecha relación con las máximas que definen la futura conducta; vínculo entre lo objetivo y lo subjetivo; a este vínculo lo llamamos Contricción. Analicemos los tipos de Imperativos existentes y sus correspondientes formas y representaciones (principios que definen las máximas de la Voluntad):

-­‐ De Habilidad o Técnicos (problemático-práctico): Señala acciones objetivamente necesarias en función de un objeto definido (arte y otros). Principio: Reglas.

-­‐ Hipotético o Pragmáticos (asertórico-práctico): Señala acciones objetivamente necesarias en función de un objeto indefinido (principalmente la Felicidad / Bienestar en general). Principio: Consejos.

-­‐ Categóricos o Morales (apodíctico-práctico): Define acciones objetivamente necesarias en sí mismas (en

forma / Libertad). Principio: Mandatos.

A la luz de estas definiciones extraemos la siguiente conclusión: tanto los imperativos de Habilidad como los Hipotéticos están en función de objetos, por lo tanto, lo que los sustenta es el análisis sintético con respecto a qué medio es el más adecuado para lograr ese fin, para manipular ese objeto; en cambio, los imperativos Categóricos son más complejos de ser definidos. Ésta última es la cuestión que trataremos a continuación:

a) Primera pista: cuando pienso en un imperativo Hipotético debo analizar la contingencia y adaptación de la conducta, de otra forma será inaplicable y desconocido, en cambio, el Categórico siempre es.

b) Segunda pista: Así como debe ser inalterable, también debe estar exento de condicionantes y valores subjetivos.

c) Tercera pista: Este imperativo debe ser único y, por esto mismo, poseer la característica de que en función de él se deriven todo el resto de leyes y principios.

Page 9: Análisis y síntesis Metafísica de las Costumbres y los Bello y lo Sublime, Immanuel Kant

 

WWW.COSMOVISIONFILOSOFICA.CL  

9  

Comencemos entonces a construir el gran Imperativo Categórico, el Principio Supremos: Obra sólo según aquella máxima que puedas querer que se convierta, al mismo tiempo, en ley universal. Agreguemos ahora el concepto vinculante del Deber: Obra como si la máxima de su acción debiera convertirse, por tu voluntad, en ley universal. Pero ¿de qué deberes, por ejemplo, estamos hablando?, pues a continuación enunciaremos cuatro de las máximas más significantes en este aspecto:

1) Me hago, por egoísmo, el principio de abreviar mi vida cuando ésta, a la larga, me ofrezca más males que bienes.

2) Cuando crea estar apurado por la falta de dinero tomaré prestado y prometeré el pago, aún cuando sé que no voy a realizarlo nunca.

3) A pesar de mis aptitudes y cualidades innatas prefiero la holgazanería y la flojera, en vez del cultivo de mis aptitudes en función de un aporte a la sociedad y a mi mismo.

4) Cada vez que vea a alguien pasándolo mal, no le haré el bien pero tampoco lo perjudicaré con algún acto inoportuno.

Cuando un imperativo categórico reina por sobre los demás no lo hace, ni su merecimiento nace, desde las consecuencias que éste puede traer, es más, cuanto más digno es un mandato intrínsecamente menores son las causas subjetivas favorables y mayores las contrarias; pese a esto, su contricción queda inalterada. Analicemos ahora otra cuestión importante: dentro de la descripción subjetiva y objetiva de toda acción dilucidamos dos elementos constituyentes ineludibles, el fin (fundamento de autodeterminación) y el medio (fundamento de la posibilidad de acción); el tercer factor es distinto según la naturaleza de la conducta, aquellas que son subjetivas poseen estímulos y aquellas que son objetivas poseen motivos. Como conclusión simple, deducimos que todo estímulo crea fines materiales y todo motivo un fin absoluto (el fin en sí mismo). Gracias a éstas nuevas características indicadas estamos en condiciones de señalar una nueva expresión para el Imperativo Categórico general: Obra de tal modo que te relaciones con la humanidad, tanto en tu persona como en la de cualquier otro, siempre como un fin, y nunca sólo como un medio. Debemos tener en cuenta que, analizando el fin que cumple esta acción, nos referimos no sólo al hecho de velar por su Mantenimiento, sino además por su Fomento. Ahora, teniendo presente este nuevo criterio general, analizaremos sintéticamente los ejemplos dado anteriormente:

1) Respecto al Suicidio: Aquí distinguimos, claramente, evidentemente, que nosotros mismos nos convertimos en un medio, una especia de vehículo, que nos transitará hacia nuestro fin particular: la no existencia.

2) Respecto al no cumplimiento de las Promesas: Nuevamente dilucidamos que se usa la integridad de una persona, en este caso el prestamista, simplemente como un medio (el cual corresponde al cumplimiento de mi bien material particular) y no como un fin en sí mismo.

3) Respecto a la Holgazanería: Aquí se presta indiferencia respecto al imperativo categórico de excelencia pero, pese a que tampoco se está afectando como medio lo que es fin en sí mismo, tampoco se favorece o aporta al Fomento de la humanidad, sino más bien se favorece el estancamiento.

4) Respecto a la Indiferencia: Al igual que en el caso anterior, no estoy afectando negativamente a la humanidad pero, tampoco, en ningún caso favorezco a su fomento y crecimiento: tampoco cumplimos con e imperativo categórico.

Page 10: Análisis y síntesis Metafísica de las Costumbres y los Bello y lo Sublime, Immanuel Kant

 

WWW.COSMOVISIONFILOSOFICA.CL  

10  

Ya ha quedado claro que la diferencia esencial entre las acciones que provienen de imperativos distintos se distingue a través de su especificación de fines: agregaremos entonces que, todo imperativo centrado en el objeto se rige por la Heteronomía de las emociones, mientras que todo imperativo centrado en la forma, en la ley en sí, se regirá adecuadamente por sí mismo, generando la llamada Autonomía Legisladora. Esta Autonomía unifica los fines de todo ser en cuanto es racional y se rige por imperativos categóricos, por lo que se crea un conjunto común: el Reino de los Fines; aquí todos poseen la misma contricción práctica, el mismo concepto de deber, el cual, al ser buscado y mantenido, alcanza el concepto de Dignidad (distinto al de Precio). La habilidad, la ambición, incluso la imaginación y el ingenio, todas éstas poseen un Precio; por otro lado, la fidelidad de las promesas, la benevolencia por principios tiene un valor interior (Dignidad); este es un valor incondicionado, incomparable, para el cual sólo la palabra “respeto” posee la expresión conveniente de la estimación que un ser racional ha de tributarle; la Autonomía es, pues, el fundamento de toda Dignidad de la naturaleza racional. A modo de analogía distinguimos tres características (Principios) de toda Máxima que brota de un Imperativo Categórico:

1) Forma (Unidad): Es el que da el cuerpo general de la universalidad; el imperativo que se vuelve categórico.

2) Materia (Pluralidad): Es la que define su fin, por lo tanto, la que lo define para sí mismo y para los demás.

3) Determinación Integral (Totalidad): Aquí se unifica todo a través del Reino de los Fines; se reúnen todas las legislaciones en una sola.

“La Teleología concibe la naturaleza como un reino de fines, mientras que la moral concibe un reino de fines como un reino de la naturaleza. Allí el reino de los fines es una idea teórica para explicar lo que es: aquí es un

idea práctica para realizar lo que no es pero puede ser real por nuestras acciones y omisiones, todo ello de conformidad con esa idea.”

Volvamos ahora a la primera cuestión ¿cómo definimos una Voluntad Buena?, pues la única forma de tener una voluntad buena es excluirla de toda maldad, es decir, de toda condición sensible e inclinación: Obra según máximas que, al mismo tiempo, puedan tener por objeto presentarse como leyes universales. Aún cuando ya no se presenten más seres en común, más fines en común, aún así, tenemos un imperativo que manda categóricamente: Obra siguiendo la máxima de un miembro legislador universal en un posible reino de los fines. La Autonomía de la Voluntad como supremo principio de la Moralidad: Como ya hemos visto, esta autonomía es la única forma de formar parte de las Leyes Universales y excluir toda inclinación empírica y sensible; es la única manera de enfocarnos en la forma y no en la diversidad de objetos existentes. La Heteronomía de la Voluntad como origen de todos los principios ilegítimos de la Moralidad: Según el razonamiento anterior, deducimos que, en base a la heteronomía, todo principio se vuelve contingente y aplicable de manera específica y no universal, siempre estaré comportándome según “me convenga o no”; aquí el enfoque es, dependiendo donde me encuentre, en el objeto que está a mi disposición, no de la forma.

Page 11: Análisis y síntesis Metafísica de las Costumbres y los Bello y lo Sublime, Immanuel Kant

 

WWW.COSMOVISIONFILOSOFICA.CL  

11  

Transito de la Metafísica de las Costumbres a la Crítica de la Razón Pura Práctica Nos corresponde a continuación señalar algo que, de cierta manera, se ha estado asumiendo a lo largo de toda la argumentación. ¿Qué es aquello que nos permite exiliarnos de toda cuanta sensación e inclinación encontramos en la vida y enfocarnos, sólo, y sólo, a través de la razón, en mandatos e imperativos morales que se sustentan en sí mismo en forma y no por objeto de acción?, pues lo que permite que se de esta situación, esencia y principal característica de la autonomía de la voluntad, es la Libertad. La única forma de sustentar la creación del reino de los fines es asumiendo un “algo” que nos permite y de la capacidad de poder alejarnos de todo aquellos que nos acerque a la heteronomía general provocada por diversos estímulos de la vida empírica; este algo es la Libertad. Ésta nos lleva a formar parte de un nuevo mundo inteligible (a través del deber) donde, ya que estamos constantemente tentados a sugestionar la voluntad en función de inclinaciones, toda acción se adecúa al concepto general de Autonomía. La Razón entonces toma otra forma, encontramos en ella otra definición exacta: es aquella que nos permite dilucidar cuando sí y cuando no estamos siendo afectados por un objeto; su misión entonces es distinguir el mundo sensible del inteligible; señala al entendimiento sus propios límites. Nuestra vida, como seres racionales que somos, se lleva a cabo bajo constante disputa entre la Autonomía y la Heteronomía, el mundo inteligible y sensible, los mandatos y los consejos, los imperativos categóricos y los hipotéticos, la Libertad y la Obligación, la Moral y la Felicidad. A continuación se presentará la pregunta que busca, de manera abrupta y definitiva, explicar la base y sustento principal de toda la filosofía moral que se ha planteado en este texto: ¿Cómo es posible la existencia de un Imperativo Categórico?, pues a través de la suposición de la existencia de la Libertad. Así es, jamás podremos saber por qué la libertad existe, eso cabe dentro de aquellas cosas que están más allá de los límites de la filosofía práctica. Lo que sí es seguro, es que la razón existe, por lo tanto existe un mundo inteligible como expresión uniforme, pero no independiente con respecto a los sensible, de la conciencia práctica en busca de la universalidad. No pensemos que ambos mundos se contradicen, es más, es todo lo contrarios, la existencia y Autonomía de los seres humanos consiste y existen en función del mundo sensible, aquel mundo empírico donde todo se expone ante nuestro sentidos, todo parece ser real.

Page 12: Análisis y síntesis Metafísica de las Costumbres y los Bello y lo Sublime, Immanuel Kant

 

WWW.COSMOVISIONFILOSOFICA.CL  

12  

Observación Final El uso especulativo de la razón aplicada a la naturaleza conduce a la necesidad absoluta de alguna causa suprema del universo, mientras que el uso práctico de la razón aplicada a la libertad conduce también a la necesidad absoluta, pero sólo de las acciones de un ser racional en cuanto tal. Ahora bien, es un principio esencial de todo uso de nuestra razón elevar su conocimiento hasta la consciencia de su necesidad (de otra manera no sería conocimiento de la razón). Pero también es una limitación esencial de la misma razón el no poder conocer la necesidad ni de lo que existe o sucede ni de lo que debe suceder “sin poner una condición bajo la que ello existe o sucede o debe suceder”. De esta forma, sin embargo, a causa de la constante pregunta sobre la condición, la satisfacción de la razón queda perpetuamente aplazada, y por eso busca ésta sin descanso lo que es incondicional-necesario y se ve obligada a admitirlo sin ningún medio para hacérselo concebible. No se trata, desde luego, de censurar nuestra razón por la deducción que lleva a cabo el principio supremo de la moralidad, sólo que si no quiere hacerlo por medio de una condición, es decir, por medio de algún interés puesto como fundamento, entonces no hay que censurarla por ello en absoluto, ya que entonces no sería una ley moral, es decir, una “ley suprema de libertad”. En conclusión, si es bien cierto que no concebimos la necesidad práctica incondicionada del imperativo moral, también lo es que concebimos, al menos, su inconsebilidad, y esto es todo lo que, en justicia, puede exigirse de una filosofía que aspira a alcanzar mediante principios los límites de la razón humana; a esto lo llamamos el Criticismo.

Page 13: Análisis y síntesis Metafísica de las Costumbres y los Bello y lo Sublime, Immanuel Kant

 

WWW.COSMOVISIONFILOSOFICA.CL  

13  

Immanuel Kant (1724 – 1804) es el Filósofo Prusiano más importante de la historia. Precursor de las doctrinas Criticistas y del Idealismo Trascendental, es considerado además como el más grande exponente de la Filosofía Moderna de Europa y el mundo. Su estudios tratan temas relacionados con la religión, moral, historia, ciencia y derecho, y entre sus más grandes alcances se encuentra el concilio y compromiso entre las posturas Racionalistas y Empiristas de la época de la Ilustración. Kant, a través de su característica lucidez y alegría, cimienta las bases del Idealismo Alemán que, luego, sería reforzado por otros grandes de la Filosofía, como los son Hegel, Schelling y Schopenhauer.

 

¿Qué se entiende por lo bello y lo sublime? ¿Es posible una moral ajena a todos los sentidos?

¿Cuáles son los límites de nuestra razón formal (pura)?

_____________________________________________ Ω ____________________________________________

 

Este pequeño ensayo acerca de sus obras Lo Bello y lo Sublime y Fundamentación de la Metafísica de las Costumbres, nos entregan un análisis sintético, superlativo y trascendental respecto al estudio del concepto de la Moral Kantiana. Aquí encontraremos una fuerte crítica a las inclinaciones sensibles y una presentación magnánima y loable sobre el concepto de buena Voluntad, lo cual nos llevará a conocer los límites de la razón formal y la importancia de ésta en la creación un fundamentación de las Leyes Universales.