análisis de la leyenda el rayo de luna

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Análisis de la leyenda "El rayo de luna" en relación al perfil del héroe romántico. El racionalismo es arrasado por una ola gigante de sentimientos, emociones, fantasías y libertad. El siglo XIX llega con un nuevo movimiento que se desparrama sobre todos los aspectos de la vida, EL ROMANTICISMO. Ante los esquemas rígidos de los ilustrados se oponen la rebeldía, el desorden, la sensibilidad y el sufrimiento del romántico, que insatisfecho con la realidad, se refugia dentro de sí mismo. En la segunda mitad del siglo la poesía alcanza el sumun de sentimentalismo e intimidad, instándose el período posromántico. Gustavo Adolfo Becquer logra reflejar los aspectos esenciales de la corriente en su leyenda “El rayo de luna”, la cual será analizada a continuación. La leyenda es un género cultivado por los románticos ya que se inspiran en temas históricos y legendarios. Buscan anclar sus producciones en tiempos y costumbres lejanas a las suyas, demostrando así la disconformidad y rechazo por los tiempos en los que vivían. Por lo tanto, podemos observar desde el propio género una característica romántica. Cuando se analiza el título de la leyenda se aprecia uno de los símbolos más recurrentes de la literatura: la luna. Su simbología adquiere especial trato en este período, debido a sus connotaciones misteriosas, oscuras y sentimentales. En el texto es mencionada en diversas circunstancias: “…en este globo de nácar que ruda sobre las nubes habitan gentes…” “…una luna blanca y serena en mitad del cielo azul…” “…la luz de la luna rielaba chispeando…” “…la luna brillaba en toda su plenitud en lo más alto del cielo…” “…era un rayo de luna…” La repetición indica la importancia de la luna con la propia leyenda y la asociación con el título. El lector descubre que su simbología tendrá un valor fundamental en el desenlace. La voz del narrador se hace explícita en el prefacio. Con el empleo de la primera persona y su repetición puede sugerirse la importancia del “yo” tan arraigado en el romanticismo, en donde el artista se siente superior al mundo que lo rodea, considerándose un genio incomprendido, pero orgulloso de su condición. Yo no sé si esto es una historia…”

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Comentario sobre esta leyenda de Bécquer

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Page 1: Análisis de La Leyenda El Rayo de Luna

Análisis de la leyenda "El rayo de luna" en relación al perfil del héroe romántico.

  El racionalismo es arrasado por una ola gigante de sentimientos, emociones, fantasías y libertad. El siglo XIX llega con un nuevo movimiento que se desparrama sobre todos los aspectos de la vida, EL ROMANTICISMO.

Ante los esquemas rígidos de los ilustrados se oponen la rebeldía, el desorden, la sensibilidad y el sufrimiento del romántico, que insatisfecho con la realidad,  se refugia dentro de sí mismo.En la segunda mitad del siglo la poesía alcanza el sumun de sentimentalismo e intimidad, instándose el período posromántico. Gustavo Adolfo Becquer logra reflejar los aspectos esenciales de la corriente en su leyenda “El rayo de luna”, la cual será analizada a continuación.La leyenda es un género cultivado por los románticos  ya que se inspiran en temas históricos y legendarios. Buscan anclar sus producciones en tiempos y costumbres lejanas a las suyas, demostrando así la disconformidad y rechazo por los tiempos en los que vivían. Por lo tanto, podemos observar desde el propio género una característica romántica. Cuando se analiza el título de la leyenda se aprecia uno de los símbolos más recurrentes de la literatura: la luna. Su simbología adquiere especial trato en este período, debido a sus connotaciones misteriosas,   oscuras y sentimentales. En el texto es mencionada en diversas  circunstancias:“…en este globo de nácar que ruda sobre las nubes habitan gentes…”“…una luna blanca y serena en mitad del cielo azul…” “…la luz de la luna rielaba chispeando…”“…la luna brillaba en toda su plenitud en lo más alto del cielo…”“…era un rayo de luna…”La repetición indica la importancia de la luna con la propia leyenda y la asociación con el título. El lector descubre que su simbología tendrá un valor fundamental en el desenlace. La voz del narrador se hace explícita en el prefacio. Con el empleo de la primera persona y su repetición puede sugerirse la importancia del “yo” tan arraigado en el romanticismo, en donde el artista se siente superior al mundo que lo rodea, considerándose un genio incomprendido, pero orgulloso de su condición.

“Yo no sé si esto es una historia…”“…yo seré uno de los últimos en aprovecharme…”“Yo he escrito esta leyenda…”El primer capítulo nos presenta al personaje principal de la leyenda: Manrique. Es a través de su perfil  psicológico y social que pueden apreciarse las cualidades más representativas del héroe romántico.Un noble el cual desprecia las armas, desprecia en sí su propia identidad. La guerra era considerada un sinónimo de gloria, pero nada puede distraer a nuestro héroe de la lectura de la cántiga  de un trovador. Este aspecto demuestra el interés por la poesía medieval, tiempo anhelado por los románticos. Se caracteriza un personaje que comprende rasgos extraños  y singulares.Manrique evade la compañía de los  hombres, de su familia, de su entorno. La soledad forma parte de su espíritu, sentimiento  del cual el romántico se complace unas veces y sufre otras. En este caso, su deseo de estar solo se transforma en una obsesión.“…Manrique amaba la soledad, y la amaba de tal modo que algunas veces hubiera deseado  no tener sombra…”

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Esta obsesión se explica a través de otro rasgo romántico: romper los esquemas establecidos por el neoclasicismo, defendiendo la fantasía, la imaginación y las fuerzas irracionales del espíritu. Manrique se aísla para soñar despierto. Para crear mundos ficticios en donde pudiera sentirse más cómodo, más a gusto. El rechazo por la sociedad  los lleva a evadirse de sus circunstancias, imaginando épocas pasadas, tierras lejanas, seres maravillosos.“…forjaba un mundo fantástico, habitado por extrañas creaciones, hijas de sus delirios y sus ensueños de poeta…”El poeta  y el héroe de su creación comparten cualidades e ideales. Uno es el reflejo del otro. Por lo tanto, cuando el narrador hace mención a los “ensueños de poeta” se describe a sí mismo, pero  simultáneamente juzga esta condición permitiendo que el lector construya su propio criterio.El romántico no se conforma con encerrar sus pensamientos en la escritura, sino que necesita sentirlos con intensidad, su vida se convierte en una poesía fantástica sin restricciones. Esta característica puede ser interpretada como crítica hacia el neoclasicismo, período en el cual se debía estructurar el pensamiento y la obra literaria a un modelo rígido, repleto de reglas gramaticales, semánticas y sintácticas. El romántico descubre la libertad de expresarse a su antojo, sin regirse por las barreras de la forma, endiosando la inspiración y espontaneidad.“…al que nunca le habían satisfecho las formas en que pudiera encerrar sus pensamientos, y nunca los había encerrado al escribirlos.”La naturaleza cobra una significación esencial. El poder de los elementos naturales lo cautivan. El agua, la tierra, el fuego, el aire… todo el ambiente  se transforma en un cuadro digno de admiración  y descubrimiento. A su vez, el alma del personaje y del poeta se funde en esta naturaleza, convirtiéndola en el fiel reflejo de su ánimo.  El entorno se convierte en cómplice de sus ensoñaciones, pero también es el combustible que necesita el héroe para inventar  sus fantasías.“Creía que en el fondo de las ondas del río, ente los musgos de la fuente y sobre los vapores del lago, vivían unas mujeres misteriosas, hadas, sílfides…”“En las nubes, en el aire, en el fondo de los bosques, en las grietas de las peñas, imaginaba percibir formas de  seres sobrenaturales, palabras inteligibles que no podía comprender.”El escenario en el cual se desarrolla la mayor parte de la acción es típicamente romántico. Las ruinas  son rescatadas por el poeta y escogidas como símbolo de caducidad de un pasado mejor, el cual pretende redescubrir y perpetuar. Su preferencia por lo histórico es evidente. La soledad es una cualidad inherente a este tipo de espacios.“…hay un puente que conduce de la ciudad al antiguo convento de los Templarios…”“En la época a que nos referimos, los caballeros de la Orden habían ya abandonado sus históricas fortalezas.”“…se internó en las desiertas ruinas de los Templarios.”La vegetación gana terreno y devora las ruinas olvidadas. La naturaleza en estado salvaje, puro, sin la intervención de la mano del hombre es extensamente detallada por el poeta, denotando la admiración por aquellas cosas que escapan de las convenciones humanas.“…hacía muchos años que las plantas de los religiosos, la vegetación abandonada a sí misma, desplegaba toda sus galas, sin temor a que la mano del hombre la mutilase, creyendo embellecerlas.”La noche, madre de los secretos y misterios más profundos, es también madre del romántico. Ésta puede brindarle el cobijo necesario para que nadie descubra su presencia. Lo invita hacia lo prohibido, lo místico y paranormal. 

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“Era de noche, una noche de verano, templada, llena de perfumes y rumores apacibles…”El amor romántico escapa de la cotidianidad y la monotonía de las relaciones estables. Su capacidad de amar es múltiple y fugaz. Puede ser una mirada, una sonrisa, una palabra  y caerá presa de un estado sublime de enamoramiento. Manrique no escapa a la regla, “…había nacido para soñar el amor, no para sentirlo, amaba a todas las mujeres un instante…”La abstracción, la incorporeidad, la imposibilidad de concretar ese lazo  son tópicos esenciales del movimiento, como bien lo refleja Bécquer en la leyenda y en sus rimas. La rima once sintetiza poéticamente el perfil de la  amada:

“Yo soy un sueño, un imposible,vano fantasma de niebla y luz;soy incorpórea, soy intangible;

no puedo amarte. - ¡Oh, ven; ven tú!”

La necesidad de amar algo hermoso, lejano, inverosímil acerca a Manrique a los límites de la locura, cuestionando  qué tipo de mujeres habitaría la luna. Parece no conformase con las pertenecientes a este  mundo y su normalidad. Debe hallar un ser único y especial que lo deslumbre.Esta concepción surge de la imaginación susceptible de Manrique, que deseando encontrar un espíritu al cual encauzar   su amor, confunde un rayo de luna con la orla de un traje de mujer. La persecución comienza a desquiciar al héroe, convencido de que su alma gemela ronda en el mismo lugar y a la misma hora que él, cual estratagema del destino. El personaje no hace más que proyectar su propia identidad en la creación de esta efímera dama. Sus gustos, deseos, miedos, y soledades se depositan en el perfil  representando  sus propios ideales y  particular realidad.“Una mujer desconocida… En este sitio… A estas horas. Esa, ésa es la mujer que yo busco.”El narrador objetiva la situación y anticipa que los esfuerzos  de Manrique por alcanzar a su amada son un “Afán inútil.”  Pero el personaje mantiene su fe basado en la brújula más certera de los románticos: el corazón.“…la encontraré, me lo da el corazón, y mi corazón no me engaña nunca.”Nunca ha podido ver más que la borla de su vestido blanco, pero la imaginación prolífera de Manrique le permite visualizar cómo es su amada físicamente, pintándola  de pies a cabeza, desde sus  ojos azules, su cabello negro, su figura alta y esbelta. Cree que así ha de ser, porque así lo anhela su alma. Debe pensar como él y odiar como él, tal vez para no sentirse en la soledad e incomprensión absoluta en la que se encuentra sumergido. Una compañera que lo entienda por completo, sin cuestionar su aislamiento y repulsión por la sociedad.“¿Quién sabe si, caprichosa como yo, amiga de la soledad y el misterio, como todas las almas soñadoras, se complace en vagar por entre las ruinas, en el silencio de la noche?”La desilusión de Manrique, aunque dolorosa, es una característica más la corriente. Al descubrir con terror que su misteriosa mujer no es otra cosa que un rayo de luna filtrado entre los árboles,  el estado inicial de melancolía, no plenitud y disconformidad por el contexto se acentúa.  Esta angustia existencial nublará el temple y la actitud del personaje, ya que ha caído en la cuenta de que sus ideales no encuentran  cauce en la realidad cotidiana.  La fugacidad e inconsistencia de los valores, los sentimientos y los principios, se transforman en la daga que acuchilla los sueños de Manrique. Las grandes ilusiones abocan al desengaño.“El amor, el amor es un rayo de luna.”

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“La gloria, la gloria es un rayo de luna.”“Mentiras todo. Fantasmas vanos que formamos en nuestra imaginación y vestimos a nuestro antojo, y los amamos y corremos tras ellos (…) ¿Para qué? Para encontrar un rayo de luna.”La expectativa de alcanzar la plenitud a través de los grandes ideales y valores universales se convierte en ese rayo de luna, y el poeta, agonizando ante la realidad de la vida se apaga sin ninguna brisa que avive la llama de su imaginación.“A mí, por el contrario, se me figura que lo que había hecho era recuperar el juicio.” 

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¿Manrique es un romántico?

Manrique es el personaje principal de la leyenda “El rayo de luna” texto perteneciente al género narrativo, el término “leyenda” proviene del latín legenda, que significa “lo que debe ser oído”. Originalmente, era una narración escrita que era leída en público en las celebraciones de las festividades de los santos. Desde el siglo XIX, la leyenda es considerada como un sinónimo de la llamada tradición popular. Como parte del género literario, la leyenda se considera como una narración de carácter ficticio con origen oral. Una leyenda tiene como característica fundamental, que es de carácter oral, es decir, es un relato hablado que se transmite tradicionalmente en un lugar, un pueblo, una población. También se destaca en una leyenda, que señala en su historia lugares precisos, que son parte de la realidad. Además, se relaciona con hechos, lugares, monumentos, personas o comunidades. Los hechos relatados en una leyenda normal, son transformados con el correr de los años, a menos que las leyendas sean escritas, ya que no cuentan con esa característica. Algunas leyendas comienzan y continúan siendo de carácter oral, mientras que otras tienen el mismo origen pero posteriormente pasan a ser escritas. Esta, fue escrita por Gustavo Adolfo Bécquer, autor español, nacido en 1837, en Sevilla, uno de los más importantes en el Romanticismo español.Bajo el título “Las leyendas” se agrupan casi todas las narraciones en prosa de Bécquer, son veintidós y están escritas con un estilo delicado y rítmico, abundan las descripciones que explican las imágenes y las sensaciones del personaje. Revela el interés artístico de Bécquer por la Edad Media. Predomina en ellas lo misterioso, lo sobrenatural, lo mágico.“El rayo de luna” es la historia de una desilusión, de un ensueño que conduce a una locura que siempre estuvo presente, de un amor que sólo existe en sueños, en la imaginación. Manrique es un muchacho que vive en su propio mundo, y en éste aparece una mujer vestida de blanco y hermosa; todo ocurre en un marco donde la luna preside majestuosa y expectante. Pero todo es fruto de su fantasía, de una ilusión que le hace ser feliz pero, cuando tropieza con la realidad, le hace sentir la peor de las desdichas. Manrique, quizás, nunca estuvo loco, quizás era un soñador que tropezó con una vida que no le gustaba, con unos sentimientos que le negaban la propia realidad, con un amor imposible que, quizás, nunca esperó alcanzar. Como tema podemos hablar del concepto de amor idealizado, pero también plantea una visión pesimista del mundo, nada de aquello por lo que el ser humano lucha con tanto empeño vale la pena, sea porque para llegar dejamos demasiadas cosas en el camino, sea porque una vez alcanzada la meta nos damos cuenta de que ésta no es lo que nosotros pensábamos. Externamente se estructura en un prólogo, seis capítulos y un epílogo, a modo de conclusión. Internamente, reconocemos la presentación de Manrique, la ambientación y descripción del lugar, el encuentro con la mujer desconocida, luego el desarrollo en el que lo vemos perseguir a la mujer, la búsqueda en Soria, la esperanza de encontrarla y cómo se enamora de ella en base a lo que imagina, luego el descubrimiento, lo que creía era una mujer era un rayo de luna y el epílogo en el que el narrador plantea la interrogante ¿la verdad está en la locura? La leyenda gira en torno a Manrique y su ilusión: la mujer de sus sueños. Es de origen noble. Entre las ocupaciones u obligaciones propias de la nobleza, una de ellas es la carrera de las armas, sugiere que ni el ruido de las armas ni la trompeta de guerra le parecían insólitas. Aquí el narrador comienza distinguirlo del resto de los guerreros, no se preocupa por las armas sino por la lectura de poemas. Es, pues un romántico típico, un hombre distinto al resto de los demás. Este pretende introducirse en el mundo misterioso de los muertos tratando de sorprender alguna conversación.

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Esto comienza a darnos el retrato de un hombre romántico, que se aleja del mundo cotidiano y normal pretendiendo penetrar en el mundo misterioso del más allá porque tiene aspiraciones distintas al resto de los hombres. Por otro lado podemos pensar que el querer oír las conversaciones de los muertos es la interpretación que dan sus servidores a sus actitudes incomprendidas por el resto de la gente, lo que constituye otro carácter romántico. Al mismo tiempo evidencia el atractivo que tiene la naturaleza para el romántico, naturaleza que es contemplada y disfrutada en soledad. Una de las características de los personajes románticos es la soledad, y nuestro personaje “amaba la soledad”; para indicar hasta qué punto le gusta el narrador exagera al decir que no quería tener sombra. Otro elemento que tipifica al hombre romántico es que crea un mundo fantástico con su imaginación, en esa soledad tan buscada y tan gustada. El narrador lo define como poeta por crear en su imaginación ese mundo fantástico y dice que tanto más lo es cuanto que nunca quiso encerrar en formas escritas sus pensamientos. En esto se acerca también a la definición del romántico que ama la libertad en las formas, y encerrar sus pensamientos en una forma escrita significa aprisionarlos, impidiendo el libre vuelo imaginativo.

Manrique es diferente al resto de los hombres de su época porque sus iguales eran hombres dinámicos, guerreros que vivían ejercitándose en las armas, preparándose para la guerra o practicando deportes rudos como la caza. Él, por el contrario, es presentado en una imagen estática, se reitera su actitud de quietud externa hasta “quedarse una noche entera mirando la luna”. La acción para él no se resuelve en actividad corporal sino mental, por eso, da “rienda suelta a la imaginación”. Cree en la existencia de mujeres misteriosas que habitan en los ríos, en las fuentes y los lagos y escucha sus voces en el rumor del agua que intenta traducir. Para este romántico todo está lleno de misterios que él desea penetrar. En todo lo que le rodea cree percibir formas y escuchar sonidos y palabras que no puede comprender. Hay en él un intento de ver lo que nadie ve y comprender lo que nadie comprende. El narrador describe la concepción amorosa del personaje, es un enamorado del amor. Sueña con el amor pero no lo puede sentir plenamente, en forma abarcadora y total por una cierta ansiedad de sus sentimientos. Está tan ansioso por llegar a sentir el amor que “amaba a todas las mujeres un instante”, a cada una por su cualidad.Según el narrador el estado en que vive en ciertos instantes es el delirio y lo ejemplifica con el hecho de pasarse la noche entera contemplando la luna o las estrellas. Vemos en Manrique el deseo de lo desconocido y cómo el narrador ya nos prepara para lo que ocurrirá después, porque el personaje piensa en mujeres de otros mundos, inalcanzables, como ocurre en la rima XI, en la que el yo lírico rechaza a dos mujeres para llamar a un fantasma de niebla y luz, un sueño, un imposible. Sin duda, podemos concluir que Manrique es el típico romántico.

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Guía de lectura "El rayo de luna"

Guía de lectura de la leyenda “El rayo de luna” de G. A. Bécquer.   

            La siguiente guía tiene como objetivo mejorar la comprensión del texto para su abordaje analítico.

v  Lee con atención la leyenda y luego responde:

1) Describe al protagonista, Manrique, teniendo en cuenta:v  Qué cosas no le llaman la atención al personaje.v  Cuáles son los lugares que frecuenta.v  Cómo es su relacionamiento con el mundo.v  Cuáles son sus actividades.v  Cuál es el perfil de mujer que le atrae a Manrique.v  Para qué ha nacido.

2) Realiza una breve investigación sobre los Templarios (no más de 5 renglones).3) Describe al antiguo convento de los Templarios en la leyenda. ¿Cómo se presenta la naturaleza en aquel  lugar?4) ¿Cómo era la noche en la cual Manrique ve a la misteriosa mujer?5) ¿Hacia dónde se dirige luego el personaje en busca de la amada? ¿Qué sucede?6) Describe a la mujer desconocida según la visión de Manrique.7) ¿Qué descubre tristemente  sobre su amada?8) Explica la siguiente  cita: “El amor es un rayo de luna”.9) Localiza y cuenta la cantidad de veces que el narrador menciona la locura o palabras relacionadas con la misma. ¿Qué reflexión realiza el narrador acerca de la locura del personaje?10) “Yo he escrito esta leyenda que, a los que nada vean en su fondo, al menos podrá entretenerles un rato.” Como lector:¿Simplemente te has entretenido o lograste ver el fondo de la leyenda? Fundamenta.

 Recuerda que las respuestas deben estar desarrolladas en base al texto pero no deben ser un copie y pegue del mismo. Exprésate con claridad, revisa la

redacción y ortografía. Utiliza citas  para ejemplificar tus respuestas, pero no te excedas en su uso.

 IMPORTANTE: La guía de lectura  deberá ser entregada impresa antes del _________. Luego de esa fecha no se  corregirá.  Deberá realizarse en formato A4, Times New Roman, tamaño 12. Interlineado 1.5. Carátula con: Título del trabajo,

nombre, grupo, liceo, año, Prof., asignatura.

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