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VOS SOS EL DIOS DE LOS POBRES Un análisis y comentario lingüístico-filosófico
de la Misa Campesina Nicaragüense de Carlos Mejía Godoy
josé luis olimón nolasco
Prólogo de
Manuel Olimón Nolasco
2
Ad maoirem Dei pauperum gloria En el 40° Aniversario de su estreno
En la Isla de Solentiname
3
Te alabo por mil veces Porque fuiste rebelde Luchando noche y día
Contra la injusticia de la humanidad Misa Campesina Nicaragüense
4
COLORES, PALABRAS Y SILENCIOS.
Prólogo a
'Vos sos el Dios de los pobres. Un análisis y comentario lingüístico-filosófico de la Misa Campesina
Nicaragüense de Carlos Mejía Godoy'
de José Luis Olimón Nolasco
Manuel Olimón Nolasco.
No se pueden leer las páginas que siguen sin oír la música festiva y a veces nostálgica de
las celebraciones populares latinoamericanas y más específicamente centroamericanas y
sin ver con los ojos limpios de la imaginación la belleza exuberante de campos, montañas,
lagos, ríos y de los dos mares que acinturan a Nicaragua, tierra pródiga en poetas y cantores.
Pues si bien sus renglones comienzan y aquí y allá quedan salpicados por incursiones
intelectuales sobre las posibilidades o imposibilidades del lenguaje religioso, conforme
avanzan de la mano de palabras, ritmos e imágenes de la Misa campesina nicaragüense,
conducen a la fascinación propia del vergel de la fe del judaísmo troncal del Génesis y el
Éxodo y del cristianismo católico de la palabra actuante y los sacramentos que dan vida.
Parece que escuchamos al apóstol San Juan: "[...] Lo que oímos, lo que vieron nuestros ojos,
lo que contemplamos y palparon nuestras manos--hablamos de la Palabra que es la
5
vida...Eso que vimos y oímos os lo anunciamos ahora..." (1 Jn 1.3). Esta Misa aporta no sólo
el asomo a las delicias de un paraíso distante, quizá instrumento de evasión, sino a los
dolores y luchas entremezclados con ese asomo a las delicias ya en esta tierra.
La Misa, la Eucaristía, es un acto de fe, pues sólo la fe puede hacer que signos pequeños
sean señales de un Dios increíblemente poderoso pero a la vez, en Cristo, cercano, solidario
y amigo. Por ello, al seguir los pasos de las "partes" de esta Misa (como en las de Mozart,
de Stravinsky, de Bernstein o la "Misa criolla"), Kyrie, canto de meditación, Gloria, Credo,
canto de ofrenda, Comunión y Despedida (sigo el orden singular de la Campesina
Nicaragüense) se entrelazan historias y sentimientos, gritos, súplicas y ternura interior ante
la belleza del mundo que pueden sintetizarse como "aclamaciones de una presencia
inundante", como expresiones de un lenguaje auténticamente religioso que "casi hace
estallar la semejanza" y diálogo con "Alguien ante Quien se poetiza, se canta, se baila..." Por
ello, esta Misa nos pone delante de un Dios "con quien se puede dialogar", "entreverado
en la vida", "absconditus (de incógnito) entre el mismo pueblo", percibido a veces desde el
fondo de un abismo.
Del recorrido que José Luis hace parte por parte y con longitudes diferentes, tomo y
destaco algunos rasgos sin tratar de suplantar su texto que merece ser leído aun sin estas
líneas mías por él pedidas y sólo por esa razón escritas:
El Kyrie es una súplica entre confiada y dudosa: "solidarízate con nosotros", "identifícate
con el pueblo oprimido". El canto de meditación, "antes de que nazca el día", evoca el
"Canto de las criaturas" de San Francisco de Asís; es un "himno auroral", una "alabanza
matutina" en la que "mil especies de pájaros" gorjean por el "Señor, rebelde, luchador
contra la injusticia" indudablemente el mejor guía, el pastor del pueblo, Jesús, el Pastor de
los pastores. Se canta al Dios del Éxodo, al que libró de Egipto "con brazo poderoso" al
pueblo israelita. Queda sin pronunciarse pero no sin llevarse en las entrañas, desde el
vínculo singular que da el amor, "como estos pajarillos", el grito del salmo 7: "¡Levántate
Señor lleno de cólera, álzate contra la ira de mis opresores!"
6
El Gloria manifiesta--y así tiene que ser-- gozo explosivo y desbordante, "como los cohetes
que iluminan nuestro cielo en la fiesta popular" y se hacen sonar instrumentos variados,
algunos conocidos en el mundo y otros sólo de la específica región donde surgió la
inspiración.
Al llegar al Credo me llamó la atención la longitud dedicada a la profesión de fe que, por
otra parte, después del Concilio Vaticano II ha dejado de cantarse pero en este caso ha sido
lo que más atención ha recibido de músicos profesionales. El comentario, sin embargo, no
se refiere al canto sino a las expresiones utilizadas, vernáculas, históricas y para algunos tal
vez heterodoxas, pero, como lo hace ver la cuidadosa comparación con los Credos "de los
apóstoles" y el nicenoconstantinopolitano, rigurosamente católicos, es decir universales y
no locales, con sus afirmaciones y silencios es creativamente ortodoxo. En este Misa
campesina se describe poéticamente al Creador junto con su creación, se le dan "manos de
artista" como al alfarero del relato del Génesis, pero se le hace nicaragüense, "pintor
primitivista" y al hombre, su obra, le ha cedido el pincel y los instrumentos de trabajo para
continuar su obra maestra, cuidarla y alejar de ella "el hacha criminal".
Por riguroso que sea un acercamiento teológico a este Credo, lo resiste: el camino amplio,
florido, del lenguaje poético acoge el rigor doctrinal en su seno y lo lanza al infinito. Aquí se
percibe "la epifanía del Otro que no es totalmente otro" y el lenguaje de diálogo directo, de
cercanía, de cariño, forja mucho más que una baja Jesusología o un arrianismo disfrazado
antiguo o moderno: integra una verdadera cristología, manifiesta la fe en un Mesías
encarnado al que ya San Juan de la Cruz había vislumbrado "pasando por estos sotos con
presura" y que "con su sola figura, vestidos los dejó de su hermosura". Al ver con la mirada
interior a los participantes en esta Misa llegar "cada cual con su taburete" me parece ver a
los Padres que llegaron a Nicea "cada cual con el Credo de su Iglesia local".1 La Encarnación,
1 Un emocionante recorrido por las fórmulas de la profesión de fe en la Iglesia primitiva y antigua con sus variantes, insistencias y silencios, puede hacerse siguiendo las páginas de: Heinrich Denzinger/ Peter Hünermann, El magisterio de la Iglesia. Enchiridion Symbolorum, definitionum et declarationum de rebus fidei et morum, Herder, Barcelona (2) 2000, nn.1-177 (pp.53-114). Este recorrido nos hará caer en la cuenta de la libertad creativa para expresar lo aparentemente inexpresable en materia tan delicada. El mejor estudio--así me parece--sobre las profesiones de fe antiguas es: J.N.D. Kelly, Early Christian Creeds, Continuum, London/New York (3) 2006. El autor abre la puerta sin decirlo expresamente para que a manera de las acciones
7
que siguiendo a uno de sus principales doctores, San Ireneo de Lyon, "trajo consigo toda
novedad", autoriza la para muchos rara profesión de obrero de Jesús ("¿qué no es éste el
hijo del carpintero?") como se le ha dado en la historia la de artesano o demiurgo pues en
último término, como San Juan lo afirmó, "mediante Él (el Verbo de la vida) se hizo todo"(Jn
1, 3).
La expresión más bella de este Credo es la que afirma la maternidad de María la Virgen:
"en el seno humilde y puro de María se encarnó". Los dolores de la Pasión, unidos a la
necedad, indiferencia y miedo de Pilatos quien "se lava las manos" como tantos en nuestro
tiempo y de "los judíos", quedan cincelados con fuerza y aluden en silencio a las dictaduras
latinoamericanas haciéndolos doblemente históricos, en los rudos verbos golpear, triturar,
martirizar aquí pronunciados. Jesús resucitó (si no, afirma San Pablo, "vana sería nuestra
fe") y esa resurrección suya ha "engendrado al hombre nuevo" y es "presencia viva y
actuante" principalmente en la Eucaristía.
El Credo de esta Misa y su largo comentario manifiestan la alegría de la contemplación de
los signos de vida a pesar de la hostilidad y aspereza del mundo en que vivimos.
José Luis el filósofo, se acordó de los sustentantes del "lenguaje negativo" y de la
imposibilidad de expresar humanamente lo divino por ser "totalmente Otro" y calificó esta
visión nicaragüense más contemporánea que la negadora, a la que considera
"conservadora" y ―agrego― triste.
José Luis el poeta (ahora ya no tengo dudas de esta cualidad suya) expresó que las líneas de
esta profesión de fe "parecen dejar entre azucenas olvidado" a Cristo juez de vivos y
muertos y "cuyo reino no tendrá fin". Entre líneas y con el impacto general, sin embargo,
no dudo que está dicho y colmado.
Pasamos los ojos rápidamente por las restantes "partes" de la Misa: un canto de ofrendas
que presenta tanto los frutos de la tierra como los del trabajo, del "sudor de la frente". Un
de la antigüedad, , exista la posibilidad de un Credo formulado en el siglo XX o XXI: "Durante cientos de años los cristianos se han acostumbrado a entender por la palabra Credo una fórmula fija que resume los artículos esenciales de la religión y que gozan de la sanción de la autoridad eclesiástica..." (p. 1) (Texto original en inglés)...pero...
8
Sanctus (Tres veces Santo) que parte de la evidencia visual y evoca sensiblemente la entrada
triunfal de Jesús a Jerusalén y las apocalípticas "bodas del Cordero". El canto de comunión
subraya rítmicamente que comulgar no es "un rito intrascendente y banal" sino que,
además de alimentar el alma del cristiano ayuda a formar la comunidad, es compromiso y
vivencia. La despedida ha merecido en Vos sos varias sólidas frases: se percibe cierta natural
nostalgia inherente a toda despedida, pero se afirma la proximidad de un reencuentro, "va
a ser pronto una sonrisa" y hay algo parecido a una invitación a la danza, al modo quizá, sin
saberlo en Nicaragua, de la invitación al final del rito matrimonial bizantino. José Luis
exclamó: "¡Vaya sorpresa que hubiera tenido Nietzsche!", negativo frente al cristianismo
gris que conoció en su entorno e ignorante del cristianismo colorido y feliz de Latinoamérica
que aquí resplandece. Y la tarea del comentarista de esta Misa se ha realizado ―así lo
afirmó― "desde el calor del fuego de una hermenéutica comprometida".
No puedo concluir este prólogo a estas inspiradas páginas de mi hermano José Luis sin
citar con amplitud unas líneas suyas que resumen la tarea hermenéutica que emprendió y
consumó en este texto: "[...] De ahí que no sea completamente aventurado y sin
fundamento, afirmar que en un mundo globalizado y excluyente como el contemporáneo,
las sendas que incursionan en lo Otro desde la negación del mundo de las apariencias
acaben siendo enajenantes y conservadoras y que las irrupciones encarnadas de lo sagrado
en todo este mundo que nació de una pródiga mente (que no es una mente brillante sino
generosa) resulten incómodas, críticas, revolucionarias, transformadoras; que las
interpretaciones de trasparencia que se desarrollan sin negar de manera absoluta la
consistencia del mundo fenoménico a través del cual se muestra el nouménico (utilizando
el lenguaje conceptual kantiano) conducen al compromiso con la tierra y con la historia,
mientras que las de la diferencia total, del abismo y del mundo fenomenal no sólo como
opaco sino como obstáculo para acceder al principio único de todo parecieran justificar, al
menos como omisión, el descuido, el olvido de la tierra, de la historia, de la desigualdad y
de la injusticia". (P. 51).
Y ahora... ¡a leer!
9
Tepic, 27 de marzo de 2016.
Pascua de Resurrección.
10
Introducción.
Este texto, que comenzó pretendiendo ser un análisis hermenéutico del lenguaje religioso
de la Misa Campesina Nicaragüense de Carlos Mejía Godoy y que se convirtió en un
comentario apasionado, originalmente fue escrito como parte de un texto-homenaje a Don
Luis Villoro Toranzo en el cual se exploraba lo que se podría denominar su filosofía del
lenguaje religioso, una filosofía de acuerdo con la cual el silencio y el lenguaje negativo
serían las únicas expresiones pertinentes en el ámbito religioso o, como él lo llama, en el
ámbito de lo otro o de lo sagrado.
Obviamente, asumiendo la pertinencia del silencio y del lenguaje negativo en ese ámbito,
creo que fuera de esos lenguajes hay otros que pueda decir legítima y pertinentemente algo
acerca de lo otro, de lo sagrado y, por qué no, de Dios.
Por ello, tenía pensado concluir y culminar ese texto-homenaje con una exploración del
lenguaje poético religioso a través de dos joyas de poéticas de cuño cristiano: la ya
mencionada Misa Campesina Nicaragüense y el Cántico de Amor de San Juan de la Cruz.
Sin embargo ―como podrás constatarlo quienes intentan llevar algo a la palabra escrita o,
dicho de otra manera, quienes pretenden hacer palabra escrita algo― al ir redactando esa
sección dedicada a explorar el lenguaje poético de las obras mencionadas, acabé siendo
11
guiado por una especie de diálogo entre palabras: las de la Misa y las que buscaban
comentarlas, por lo que aquello que empezó como un trabajo de análisis, acabó siendo un
comentario que había dejado de lado los instrumentos que le ayudarían en su análisis.
A un lado, quedaron los modelos y los calificadores, no del todo abandonados, pero sí
desempeñando un rol que, utilizando la figura del canto, se parecería más a los coros y a los
instrumentos que acompañan la melodía…
Sin duda, a lo largo de las páginas que siguen, se encontrarán rastros de sus orígenes
mediatos, es decir, de la discusión con la postura de Don Luis que, para decirlo en unas
pocas palabras, niega la legitimidad del lenguaje discursivo en el ámbito religioso (lo que
significa negar la posibilidad de la teología como discurso racional) y que, por asignar al
lenguaje poético una función puramente negadora del lenguaje discursivo, le niega
también, legitimidad, pertinencia y fecundidad en el ámbito de lo otro.
Y se encontrarán también rastros, estos más frecuentes y visibles, de la pretensión original
de estas palabras que consistía en mostrar la fecundidad del lenguaje poético para hablar
de lo otro, para decir algo en el ámbito de lo sagrado, para hablar de Dios y a Dios. Por ello
también, se encontrará un sección dedicada a los modelos y a los calificadores, elementos
clave en el lenguaje religioso de acuerdo con el pensamiento de Paul Ricoeur para quien, al
igual que para Heidegger, desde una perspectiva distinta, el de los poetas, es el lenguaje
humano mejor para hablar de lo otro, sobre todo dentro de las tradiciones filosóficas y
religiosas en las que se habla no de lo otro, sino de y con el Otro, dentro de las tradiciones
para las que en el principio no era el silencio, sino la palabra.
Cabe señalar que la conversión de este texto en un texto independiente de aquel del que
iba a formar parte tuvo una consecuencia derivada de las dimensiones que fue alcanzando:
dejó fuera, para otro texto distinto, la exploración, el análisis, el comentario del Cántico de
Amor de San Juan de la Cruz.
Por si fuera poco, al ir recopilando los materiales que me ayudarían en esta tarea, me enteré
que este año 2015 se cumplen 40 años del estreno de la Misa Campesina Nicaragüense en
la Isla de Solentiname…
12
Por ello, quiero dedicar este humilde análisis y comentario a quienes hicieron posible esta
Misa y, por supuesto, a la fuente do mana: el mismísimo Dios de los pobres que no sólo ha
mostrado su rostro curtido, sino que se ha solidarizado ―una vez más― con los oprimidos,
con el pueblo sediento de paz, “hasta la muerte y muerte de cruz”.
Tepic, Nayarit, México
23 de mayo de 2015
Día de la Beatificación de Monseñor Romero
13
Hacia otros lenguajes en el ámbito de lo otro.
Si nos atenemos a la postura de Don Luis ―una postura ampliamente compartida en el
mundo contemporáneo al grado que se podría decir que es la postura dominante ante la
crisis del occidente y sus instituciones― el lenguaje conceptual, el lenguaje con carácter
afirmativo y el lenguaje de carácter personal e interpersonal tendrían que quedar fuera del
ámbito de lo sagrado, tendrían que callar porque al decir algo estarían entificándolo,
cosificándolo, objetizándolo, profanándolo…2
Esta postura es, sin duda, digna de atención porque muestra no sólo las dificultades que
encuentra el lenguaje humano cuando intenta (o tiene que) incursionar en ámbitos en que
no puede expresarse con precisión, con esa precisión que llegó a ser el prototipo de todo
lenguaje, sino también porque, en relación con lo otro, con lo sagrado, muestra un respeto
reverencial que, sin duda alguna, está presente en muchas e importantes filosofías y
religiones a lo largo de la historia y debiera estar presente en toda religión auténtica.
Sin embargo, creo que, si al lenguaje sobre lo sagrado se le limita al lenguaje negativo y al
silencio como lo hace Don Luis y con él la Filosofía de la India y algunas corrientes
importantes de la mística de Oriente y Occidente, se empobrecen sus posibilidades, sobre
2 Sobre estos aspectos, se puede consultar. Villoro, Luis, Vislumbres de lo otro: ensayos de Filosofia de la Religión, El Colegio Nacional, Verde Lago, México, 2006. Especialmente: “La significación del silencio”; “Una Filosofía del Silencio, la Filosofía de la India” y “El Concepto de Dios y la pregunta por el sentido”.
14
todo las del ámbito del lenguaje poético al que se ha recurrido también, en ocasiones
considerándolo el lenguaje más apropiado de todos, a lo largo de la historia para expresar
las experiencias de lo otro en distintas tradiciones religiosas y filosóficas, incluso en la
mismísima Filosofía de la India, una filosofía de lo encubierto, de lo informe y del silencio,
en la que encontramos expresiones que van más allá del lenguaje negativo recurren
frecuentemente al lenguaje poético y que llegan a afirmaciones tales como: “el fondo de mi
ser (atman) y el principio de todo (Brahma) son una y la misma cosa”.
Ahora bien, para poder incluir el lenguaje poético entre los lenguajes que pueden hablar de
lo otro, es preciso, en nuestro caso, modificar la concepción que Don Luis tiene de este tipo
de lenguaje, de ese lenguaje cuya función se reduce a negar lo dicho en el lenguaje
discursivo, de un lenguaje “basado en la ruptura, en la destrucción de los significados
habituales del discurso”.
Don Luis considera que el poeta emplea las palabras negando sus significaciones invariables
y objetivas; que más que decir lo que algo es, alude a lo que no es.
Por otro lado, sostiene que el lenguaje poético busca expresar lo vivido con todos sus
elementos, algo que no hace el lenguaje discursivo en aras de la precisión y la objetividad.
Pareciera, pues, que Don Luis, más allá de considerar que el lenguaje poético niega más que
afirmar, se da cuenta que, precisamente por su falta de precisión y objetividad, el lenguaje
poético no sólo niega, sino que amplía el ámbito de lo que quiere expresar. Es más, no sería
difícil que el propio Villoro pudiera reconocer que el lenguaje poético más que negar,
afirma, si bien lo hace de manera imprecisa y con una inevitable carga subjetiva, en aras de
decir algo que el lenguaje discursivo no puede decir.
Parecería, pues, que es posible relacionar el lenguaje discursivo y el lenguaje poético de una
manera distinta a la manera en que lo hace Don Luis para quien éste negaría lo dicho por
aquel, una manera en la que éste pretende expresar la experiencia completa, mientras
aquel busca expresarla liberada de la imprecisión y de la carga subjetiva, para lo cual es
preciso prescindir de todo aquello que no se puede decir con precisión y de toda carga
subjetiva.
15
En el fondo de ambos tipos de lenguaje yace la experiencia que los origina y que buscan
expresar, que buscan hacer palabra.
En el caso específico de la experiencia de lo otro, parece haber espacio, junto al lenguaje
del silencio y al lenguaje negativo, para el lenguaje poético que buscaría expresar también
lo otro que se ha experimentado, sobre todo si se considera que se trata de un lenguaje que
no se limita a negar lo dicho en el lenguaje discursivo (si es que hace eso), sino que es un
lenguaje que se mantiene tan cercano como le es posible a la experiencia vivida con todos
sus componentes, un lenguaje que se da cuenta que no puede expresar el todo vivido y que
tampoco puede decirlo con precisión, sino solamente a través de imágenes, de símbolos,
que callan más que lo que dicen, pero que dicen más que el silencio o el lenguaje negativo
con el que se mantienen también en relación para evitar la profanación que está siempre
latente si se llega a identificar el símbolo y la realidad o si se olvida que lo dicho tiene una
dosis inevitable de imaginación y de transgresión.
Aquí sería el lugar para buscar la legitimación del lenguaje religioso en general y la de este
tipo de lenguaje en particular para hablar de lo sagrado.
Caben aquí, a manera de ejemplo, las reflexiones de José María Velasco acerca del lenguaje
religioso desde una perspectiva fenomenológica en el contexto de una situación en que no
se cuestiona directamente la existencia de realidades religiosas, sino si el lenguaje en que
aparecen tiene sentido.
En ellas, Velasco sostiene que el lenguaje religioso es un juego específico de lenguaje que
“se funda en una no menos específica forma de vida y, más radicalmente, en una peculiar
actitud global ante la misma que determina el surgimiento del específico y original mundo
religioso.”3
El lenguaje religioso, señala Velasco, “es esencialmente un lenguaje simbólico por cuanto
con palabras que se refieren inmediatamente a realidades de este mundo, del mundo de la
vida ordinaria, remite a realidades de otro mundo, del mundo de la realidad superior.”
3 Velasco, Juan Martín, La Religión en Nuestro Mundo: Ensayo de fenomenologia, Sígueme, Salamanca, 1978, p. 268.
16
Por otro lado ―Velasco considera (cercano en ello a Don Luis)― “el primer momento […]
de la relación religiosa consiste en el reconocimiento de una realidad superior que ha
irrumpido en la vida del hombre”4 y especifica:
Este reconocimiento contiene como elementos más importantes la «evidencia» de su
superioridad absoluta, la convicción de la íntima dependencia, la conciencia de la propia
limitación ante su grandeza y la seguridad de encontrar por fin en ella la tan ansiada y
buscada salvación.5
Añadiendo:
La compleja situación existencial vivida en esos elementos tiene numerosas formas de
expresión. Pero los modos de todas ellas coincidirán en ser más del género de la expresión
«explosiva» en la que se hace palabra un sentimiento intenso, que de la comunicativa de
contenidos intelectualmente dominados y elaborados. La situación y el talante del sujeto,
así como la cualidad de su experiencia religiosa y la estructura de la religión en la que vive
influirán en la cristalización completa de esa forma expresiva. Pero todas ellas serán
primariamente aclamaciones de una presencia inundante.6
El lenguaje religioso, pues, nace de la irrupción de algo superior (de lo otro, diría Don Luis)
que irrumpe en la vida de alguien que, si bien podría hipotéticamente guardar silencio al
respecto, busca expresarlo y lo hace recurriendo a un lenguaje de tipo simbólico, emotivo
y, en un primer momento, aclamativo, por lo que sostiene: “La primera teología, el primer
lenguaje sobre lo divino, es la doxología. El modo originario del lenguaje religioso es el del
himno de alabanza.”7
Únicamente en un momento posterior, el lenguaje religioso se distanciará de la vivencia
original a la que pertenecen aún algunas expresiones asertivas que permanecen ligadas a
ella.
4 Ibídem, p. 273. 5 Ídem 6 Ídem 7 Ídem
17
Ahora bien ―siempre conforme a la reflexión de Velasco― el lenguaje religioso tiene
también una dimensión comunicativa.
Desde ese punto de vista, “en cuanto expresión del contenido dado en la vivencia de una
actitud, el lenguaje religioso no comunica directamente esos contenidos sino sólo a través
de la vivencia de la misma actitud. La misión del lenguaje no es, pues, aquí servir de vehículo
de unos significados directamente captables, sino testimoniar de una actitud y hacerla
posible en otros para que de esa forma expresen a su vez el contenido de la misma y puedan
así interpretar los términos del lenguaje del interlocutor. La comunicación en el lenguaje
religioso tiene, pues, lugar bajo la forma del testimonio.”8
Con el fin de esclarecer esta reflexión sobre el lenguaje religioso, más allá del
esclarecimiento que se haya podido alcanzar con lo ya dicho, permítasenos una cita-
resumen un tanto extensa:
Resumiendo los resultados de esta rudimentaria fenomenología del lenguaje religioso, las
características de éste son: en relación con los términos que intervienen con sus frases, el
clima simbólico en que están bañados todos ellos. En relación con los modos de
enunciación de ese discurso, el carácter autoimplicativo del sujeto que habla, la expresión
en él de toda su existencia el hecho de producirse desde la relación intersubjetiva con la
trascendencia. A partir de estas características fundamentales los modos más importantes
de este juego del lenguaje humano son en nuestra descripción el exclamativo del himno,
la adoración y la alabanza; el invocativo del diálogo y la petición; y, por último, el asertivo.
Este se produce desde la misma relación y tiene la negatividad como horizonte que nunca
se traspasa. Desde el punto de vista de la comunicación, el lenguaje religioso es un
lenguaje esencialmente testimonial.9
Tal vez, el único elemento no abordado previamente, sea el de “la negatividad como
horizonte que nunca se traspasa”, una referencia que muestra que, a pesar que en esta
interpretación del lenguaje religioso tiene cabida el lenguaje afirmativo o positivo, este
queda siempre abierto a la negatividad porque quien lo utiliza se da cuenta que nada de lo
8 Ibídem, p. 276 9 Ídem
18
dicho es capaz de llevar al lenguaje la experiencia vivida y mucho menos de asir lo que Don
Luis denominaba lo otro y que aquí ―por ser una reflexión que se da en el seno de una
estructura religiosa distinta― se focaliza en la palabra Dios.
19
El lenguaje poético-religioso.
En relación más directa con el uso del lenguaje poético en el ámbito de lo sagrado, la
referencia se hará directamente a Juan Carlos Scannone e, indirectamente, a Paul Ricoeur
y a Ian Ramsey, ya que Scannone basa su reflexión en la de Ricoeur y éste, a su vez, en la de
Ramsey.
De acuerdo con la interpretación de Scannone, para Ricoeur “el habla religiosa inmediata
es siempre simbólica y, en ese sentido, poética”10
En el habla simbólica y poética, a su vez, “suspendiendo un sentido primero (literal), se
accede a un sentido metafórico o segundo, en, a través y más allá del primero [y] a través
de la función heurística de la configuración narrativa o poética (que ocupa el lugar de la
metáfora), se trasgrede y suspende la referencia inmediata y ostensiva a la realidad
cotidiana, para abrirse a una nueva realidad más honda: el mundo del texto.”11
Ricoeur, ―sigue diciendo Scannone― empleando la distinción de Gottlieb Frege entre
sentido (Sinn) y referencia (Bedeutung), la aplica al símbolo, la metáfora y la obra poética.
10 Scannone, Juan Carlos, Religión y Nuevo Pensamiento: Hacia una Filosofía de la Religión para nuestro tiempo desde América Latina, Rubí (Barcelona), Anthropos Editorial, México, Universidad Autónoma Metropolitana – Iztapalapa, 2005. p. 167. 11 Ibídem, p. 168
20
Éstas no sólo tienen un sentido segundo sino una referencia segunda, simbólica, a la que
sólo se llega suspendiendo la primera.12
Siempre conforme con Ricoeur ―quien se inspira para ello en Ian T. Ramsey― el lenguaje
religioso de primer nivel, ese lenguaje que se mantiene cercano a la experiencia que busca
expresar, “emplea modelos de habla tomados de la experiencia (motor, finito, mudable,
perfecto, causa, fin creación, plan, otro, tú, etc.), pero por medio de calificadores, les da un
sentido nuevo.”13
En cuanto a los modelos, según los entiende Ramsey:
Se comprenden mejor a la luz de la teoría de Max Black sobre los «modelos analógicos»
en las ciencias. No se trata de modelos a escala, como puede ser una maqueta, o de
modelos meramente estructurales, como el plano de un edificio, sino de una
correspondencia estructural entre una realidad menos conocida, como es, por ejemplo, la
electricidad (que se desea investigar), y la imaginación de algo mejor conocido, como es el
fluir de un líquido, el cual sirve de modelo o soporte imaginario para descubrir—por
analogía— características de lo no tan bien conocido, v.g. la electricidad imaginada como
un fluido. Aquí también el «es como» significa, al mismo tiempo: un «es» y un «no es»,
pero no se pierde por ello el rigor científico del conocimiento.14
En relación con los calificadores, afirma:
Dichos modificadores o calificadores operan sintácticamente, sea mediante la negación
(de los modelos), como al decir: «motor inmóvil», «in-finito», «in-mutable», etc., sea
llevando dichos modelos —no cuantitativamente sino lógicamente—al infinito, por
ejemplo, en casos como «infinitamente perfecto», «primera causa», «último fin»,
«creación ex nihilo», «plan eterno», «totalmente otro», «Tú absoluto», etc.15
El habla religiosa ―sigue diciendo Scannone siguiendo libremente a Ricoeur― al igual que
la poética llega:
12 Ibídem, p. 169 13 Ibídem, p. 165 14 Ibídem, p. 170 15 Ibídem, p. 165
21
A decir su verdad a través de «modelos»: metáforas, símbolos, narraciones metafóricas
(mitos, parábolas, historias de acontecimientos con valor simbólico), etc. Pero en el caso
del lenguaje religioso, los modelos son de tal manera tensionados ―casi hasta la ruptura―
por los «calificadores», que la semejanza (el «ser como») parece estallar—con todo sin
perderse― gracias a la acentuación crítica de una «siempre mayor desemejanza» […]. El
«no es» prevalece así con respecto al «es». Pero éste no se sumerge en la riada de una
teología sólo negativa.16
He aquí un elemento clave para nuestro intento de explorar el lenguaje religioso expresado
poéticamente a través de modelos. Cuando el lenguaje poético incursiona en el ámbito de
lo sagrado, tensa esos modelos casi hasta la ruptura porque utiliza calificadores que casi
hacen estallar la semejanza, el “ser como”, lo que hace que incluso cuando se utilizan
lenguajes simbólicos afirmativos o positivos, la desemejanza sea siempre mayor y que, por
consiguiente, sea más lo que no se dice que lo que se dice; que el lenguaje poético religioso
contenga un alto porcentaje de lenguaje negativo, que sea, en buena medida, lenguaje
negativo.
De ahí que esta manera de entender el lenguaje poético sea cercana a la de Don Luis con la
sola ―pequeña y grande― diferencia que en esta concepción hay lugar para la afirmación,
que en este caso el lenguaje poético no es sólo negación y que no se trata de negación del
lenguaje predicativo que, en el caso del lenguaje religioso viene después, en un segundo,
tercero o cuarto momento, si es que llega, porque será sólo en el quehacer teológico en
sentido estricto en el que se recurrirá al concepto, al lenguaje conceptual, preciso, para
(tratar de) hablar de lo sagrado.
En el caso del lenguaje religioso, “el modificador desorienta, llevando el modelo al límite —
y aun hasta más allá del límite— de sus posibilidades semánticas. Con todo, la flecha de
sentido que el calificador lanza al infinito, aunque permanece siempre en movimiento, está
positivamente (re)orientada por el «ser como» del modelo. Sin embargo dicha flecha de
sentido nunca llega a «clavarse» en el Misterio, «fijándolo» como si este fuera un objeto
16 Ibídem, p. 170
22
absoluto. Precisamente en esto consistiría caer en la «ilusión trascendental», haciendo del
símbolo un ídolo.17
De acuerdo con esta interpretación del lenguaje poético religioso ―interpretación que en
el caso de Scannone se extiende hasta el lenguaje teológico en sentido estricto― éste busca
decir algo del misterio valiéndose de las posibilidades del lenguaje simbólico, tensando los
modelos hasta más allá de sus límites, donde moran el lenguaje negativo, el silencio
(negación del lenguaje) y el misterio inefable, trascendente a todo lenguaje humano.
Eppur…non ostante tutto… si poeta, si canta, si balla sacramente! (Sin embargo… a pesar
de todo… ¡se poeta, se canta, se baila sagradamente!)
En el caso específico que nos ocupa, se poeta y canta al Dios de los pobres y hasta se baila
con Él…
Se poeta, canta, danza en el marco de la mística espiritualidad de la liberación
latinoamericana de la segunda mitad del siglo XX.
Se poeta, se canta, se danza porque se ha experimentado (¡se ha visto!) a alguien ante quien
no pueden callar; a alguien a quien no pueden nombrar solo de manera negativa o
llamándolo Uno o Eso; a alguien a quien tienen que nombrar de manera afirmativa aun
sabiendo que a quien han experimentado, quien se les ha mostrado, está más allá de toda
palabra y de todo nombre por lo que si se atreven a hacerle poemas, a cantarle y danzarle,
lo han de hacer con el rostro cubierto, con los pies descalzos y llegando, de nuevo, al punto
de partida: el silencio, fuente y destino de cualquier tipo de lenguaje religioso que no
profane lo sacro.
Osan poetar, cantar, danzar porque su Dios querido se solidariza con ellos hasta morir por
ellos, con ellos y en ellos.
17 Ibídem, p. 171
23
La Misa Campesina Nicaragüense: flor y canto de un pueblo oprimido sediento de Paz.18
Una vez explorado someramente el lenguaje religioso desde la perspectiva fenomenológica
de José María Velasco y desde el punto de vista hermenéutico de Juan Carlos Scannone y
Paul Ricoeur, en este apartado se explorará, con cierto detenimiento, el lenguaje religioso
presente en la Misa Campesina Nicaragüense buscando los modelos y los calificadores que
le dan su carácter religioso, así como su impronta cristiana y nicaragüense de la segunda
mitad del siglo XX.
A propósito de la Misa Campesina Nicaragüense, en atención a quienes no hayan oído
siquiera hablar de ella, unas palabras introductorias…
Esta obra musical nace de una experiencia religiosa concreta ubicada en tierras
nicaragüenses en la década de los setenta del siglo y milenio pasados. De ahí que su creador
musical, Carlos Mejía Godoy, afirme que su contenido nace sobre todo de las experiencias
pastorales “de la Costa Atlántica con el Padre Smuko y la de Solentiname con Ernesto
18 En la siguiente dirección electrónica se pueden escuchar los 10 cantos de esta misma. (Se sugiera escucharlos antes, durante o después de la lectura del comentario a cada uno de ellos: https://www.youtube.com/watch?v=l07dX6wQ96M&list=PLTNTR9RkgTGa1OJZf75bbk82loNn73-o8
24
Cardenal a la cabeza” y que añada “lo que me tocó a mí fue agarrar todo eso y meterlo en
la olla, con el chilito congo, la yerbabuena, el culantro, con todos esos elementos. Porque
la carne, los huesos, la esencia, ya estaba allí”. 19
En torno a los “modelos”
Puesto que se trata de un conjunto de cantos (10) para la misa, el modelo obvio que
estructura la Misa Campesina es el de la de su celebración: Canto de Entrada (1), Kyrie (2),
Gloria (3), Canto de Meditación (4), Credo (5), Ofertorio (6), Santo (7), Canto de Comunión
(89 y Canto de Despedida (9), al que se añade un canto en lengua miskita (10).20
En cuanto al Dios a quien se dirigen los cantos, se puede decir ―de manera introductoria y
a reserva de confirmar lo aquí escrito o, en dado caso, modificarlo― que se trata de un ser
personal con quien se puede dialogar; un Dios creador, encarnado y salvador. En pocas
palabras, el Dios judeocristiano.
En estos cantos se están presentes distintos modelos de lenguaje religioso ―confesiones
de fe, súplicas, alabanzas entre ellos―.
Todo parece indicar que en la Misa Campesina Nicaragüense se utilizan modelos lingüísticos
religiosos previos que sirven para expresar una experiencia religioso pastoral que es la que
le da especificidad y singularidad a estos cantos desde el punto de vista de su contenido ya
que nacen de la experiencia de una comunidad que cree, suplica y alaba y se dirigen a un
Dios, que ha irrumpido en su vida, en su historia, de una manera singular e inédita.
De ahí la relevancia que adquieren en estos cantos, los calificadores, entre los que destaca
el calificador “de los pobres” que se añade a la palabra clave de las religiones denominadas
proféticas: Dios.
19 García Zeledón, Zayda, LA Misa campesina de Carlos. El Nuevo Diario. Nicaragua, diciembre de 2001 http://www.lainsignia.org/2001/diciembre/cul_030.htm [Consulta realizada el 28/04/201]). (En este mismo artículo se puede obtener información más amplia y precisa en cuanto a los cantos desde el punto de vista musical, así como sobre la historia que ha ido escribiendo desde que fue estrenada). 20 En sentido estricto, se puede decir que le faltan dos cantos: el Canto del Aleluya previo a la lectura del Evangelio y el Canto del Cordero de Dios.
25
De esta exploración se excluirá el canto en lengua miskita por tratarse de un canto que no
formaba parte del conjunto nacido de la inspiración de Carlos Mejía Godoy y de la irrupción
del Dios de los pobres en la Nicaragua de la década de los setenta.
Esta exploración se tornará más o menos amplia de acuerdo con lo que cada una de los
cantos dice de ese Dios o le canta a ese Dios…
26
1. Vos sos el Dios de los pobres, el Dios humano y sencillo... Canto de Entrada.
En este canto para ser entonado antes de iniciar la celebración, la comunidad creyente
alaba a (su) Dios “como habla su pueblo”:
Vos sos el Dios de los pobres,
el Dios humano y sencillo,
el Dios que suda en la calle,
el Dios de rostro curtido,
[…]
el Dios obrero,
el Cristo trabajador.
Y lo hace después de haberle visto:
en una pulpería (instalado en un caramanchel)
vendiendo lotería (sin que [le] avergüence ese papel)
en las gasolineras chequeando las llantas de un camión,
y hasta petroleando carreteras con guantes de cuero y overol.
27
Y no sólo eso, sino que le ha visto:
ir de la mano con su gente,
luchar en el campo y la ciudad,
hacer fila en el campamento para que le paguen su jornal;
comer raspado en el parque con Eusebio, Pancho y Juan José
y hasta protestando por el sirope cuando no le echan mucha miel.
Por eso, no puede menos que exclamar y alabarle cantando:
Vos sos el Dios de los pobres,
el Dios humano y sencillo,
el Dios que suda en la calle,
el Dios de rostro curtido,
[…]
el Dios obrero,
el Cristo trabajador.
Si bien no es éste el espacio para llevar demasiado lejos la exploración de este canto de
alabanza, parece pertinente hacer notar que esa exclamación Vos sos, más allá de ser una
expresión del habla del pueblo nicaragüense refiere a o evoca otras de la tradición
judeocristiana que tienen que ver, ni más ni menos que con el nombre de Dios: ¿Cuál es su
nombre? ¿Cómo se llama? Un asunto cuya solución ha oscilado entre el Innombrable y el
Yo soy veterotestamentario (“Yo soy el Dios de tu padre, el Dios de Abraham, el Dios de
Isaac y el Dios de Jacob”, dice Dios a Moisés en el monte Horeb [Éxodo 3,6] y poco más
adelante “Esto dirás a los israelitas: ‘Yo soy’ me ha enviado a ustedes” cuando Moisés
pregunta que responder a los israelitas cuando pregunten por su nombre [Éxodo 3,14]) y,
ya en relación con el Hijo de Dios, del evangelio según san Juan (Yo soy el pan de vida
[Capítulo 6], Yo soy el buen pastor [Capítulo 10],Yo soy el camino, la verdad y la vida
[Capítulo 14], Yo soy la vid [15]…)
En este caso se podría decir que, habiéndole visto ―¡y visto en acción!― lo pueden
nominar, nombrar, dar no uno sino varios nombres que dicen algo de él, que “es como”
28
aunque dada la transparencia y cercanía de lo que han visto, se atreven a decir simplemente
sos, sin añadir “como”, sin presencia alguna de alguna preocupación por una eventual
profanación del Nombre de Dios o de Dios mismo.
Por otro lado, este encuentro con el Dios de los pobres evoca también, pasajes narrativos
de los evangelios, entre los que se podría mencionar aquel en que dos de los discípulos de
Juan le dicen a Jesús: “Rabbí […] ¿Dónde vives?” a lo que Jesús les responde: “Vengan y
vean” (Juan, 1, 38-39) o aquel otro en que Jesús pregunta quién dice la gente y quién dicen
ellos que es él… A lo que Pedro responde “Tu eres el Mesías” (Cfr. Marcos 8,27-30).
Es evidente que este Dios no es un Dios lejano, inaccesible, innombrable, sino un Dios
humanado, un Deus absconditus, mas no absconditus en lo inaccesible, sino absconditus
entre el mismo pueblo que le canta, absconditus para unos, manifestus para otros, como
ese Jesús de la parábola del juicio final a quien le preguntan ¿Cuándo te vimos…? (Mateo
25,31-46).
29
2. Cristo Jesús, Cristo Jesús…; Señor, Señor mi Dios, identifícate con nosotros. Kyrie: Cristo.
Este canto fue compuesto para acompañar el momento de la celebración que
tradicionalmente se denomina Kyrie y que, por ello mismo, evoca los tiempos remotos de
la liturgia en lengua griega y que en cantos semejantes gira en torno a las expresiones Señor,
ten piedad (de nosotros), Cristo, ten piedad (de nosotros).
Se trata de un canto de súplica dirigido al Señor mi Dios (una vez) y a Cristo Jesús (dos veces).
El contenido de la petición modifica la tradicional petición de piedad, de misericordia “para
nosotros” y pide, suplica a uno y otro que se identifiquen con ellos y sólo a Cristo Jesús que
se solidarice con ellos, con el oprimido, con el pueblo suyo sediento de paz, así como que
no lo haga con la clase opresora que exprime y devora la comunidad.
Una petición muy específica y explicable en un contexto de injusticia y opresión en la
Nicaragua de Anastasio Somoza Debyale, quien gobernó el país durante los períodos 1967-
1972 y 1974-1979 y quien a su vez formaba parte de una familia que había gobernado el
país desde 1936.
30
Explicable también que sea ese canto de súplica uno de los que mayor controversia suscitó
desde el día que se cantó por primera vez por esa oposición entre oprimidos y clase
opresora, términos que tenían una connotación marxista, de un marxismo que estaba
presente en las principales organizaciones de liberación nacional y entre los miembros de
las comunidades cristianas antes mencionadas.
Que el Señor Dios y Cristo Jesús se identifiquen con el oprimido y con el pueblo sediento de
paz parece más aceptable y hasta tener sustentos. El principal conflicto provino y proviene
de que no se identifique y solidarice con la clase opresora porque se trataría de un concepto
ideológico al que no le correspondería algo en la realidad.
Que no se trata de un Kyrie tradicional e incluso que no sea un Kyrie litúrgicamente correcto
es aceptable; que no tenga sentido este tipo de canto de suplica de solidaridad, no.
31
3. Te alabo por mil veces porque fuiste rebelde, luchando noche y día contra la injusticia
de la humanidad. Canto de Meditación.21
Si bien en cuestiones de gusto se rompen géneros (vox populi dixit) este canto puede
considerarse uno de los más bellos en su música y en su letra, si no es que el más bello de
todos, una especie de Cántico de la Creaturas, semejante al célebre Cántico de Francisco de
Asís que, dicho sea de paso fue la primera poesía escrita en italiano y que es un canto de
alabanza a Dios por sus creaturas (el hermano sol, la hermana luna y las hermanas estrellas;
los hermanos viento, aire y cielo; la hermana agua, el hermano fuego, la hermana tierra; los
hermanos (y hermanas) que perdonan y soportan enfermedades y sufrimientos y la
hermana muerte).
Antes que nazca el día es también un himno de alabanza a Dios; un himno auroral, para ser
cantado antes de romper el alba, para una misa que paradójicamente no es cena sino un
banquete matinal.
21 Todo parece indicar que este Canto de Meditación es obra de Pablo Martínez Téllez, cantautor nicaragüense apodado El Guadalupano y, durante los años de la composición de la Misa Campesina miembro del Grupo “Los de Palacahuina” de Carlos Mejía Godoy. Él es quien canta este canto en la Versión Pop de 1979.
32
Sin embargo, en él, quien canta ― Mil campesinos unidos [que bajan] de los cerros con [sus]
alforjas repletas de amor― no alaba a su Señor por sus criaturas, sino que lo alaba ―“como
estos pajarillos” a quienes invita a cantar felices todos― uniendo su voz al canto de los
pájaros en una especie de coro de criaturas que son capaces de cantar, un canto de pájaros
y humanos…
Mas, ¿Por qué le alaban estos mil campesinos?
No lo hacen por el hermano pájaro carpintero, o por el hermano gorrión y todos los demás
pájaros, por lo bello que son o por lo bien que trabajan o por lo bello que cantan, sino que
lo alaban ―juntamente con ellos (y ellas, porque también hay mil pájaras que se suman al
coro)― mil veces:
porque fuiste rebelde,
luchando noche y día
contra la injusticia de la humanidad,
Por ser (¡Vos sos!):
el pencón,
el guía y justiciero,
el tayacán de mi pueblo entero,
La alabanza auroral se dirige al Señor por haber sido rebelde, por haber luchado noche y día
contra la injusticia…
Mil (campesinos y veces), un calificador que exagera las cifras numéricas que se convierten
en cifras en sentido jasperiano, cifras que conducen más allá de los límites, en este caso de
los límites del número mil para significar algo in-contable (uncontable) algo que no se puede
contar no por su cantidad, sino porque ya no se mueve en el ámbito de lo numérico.
Día y noche, un calificador que toma la díada día y noche que divide en dos segmentos las
24 horas del día para decir siempre, sin descanso, de tiempo completo…
Ese Señor que fue (es y será) rebelde, que ha luchado (lucha y luchará) siempre contra la
injusticia de la humanidad merece ser alabado mil veces, una y mil veces, siempre y por
todos y cada uno…
33
Y ¿Quién ese Señor rebelde que día y noche lucha contra la injusticia de la humanidad?
¿Cómo llamarle?
Vos sos el pencón
Vos sos el guía y justiciero
Vos sos el tayacán.
Que es el guía y justiciero parece fácil de entender, sin mayores explicaciones…
El Señor rebelde guía, conduce, va por delante; el Señor que lucha contra la injusticia, no
sólo hace eso que muchos pueden hacer, sino que es justiciero, hace justicia, hace que la
justicia se haga, llegue a ser, sea…
Pero, ¿Qué es eso de Vos sos el pencón y el tayacán?
Pencón es alguien diligente, un trabajador muy esforzado.
Te alabo por mil veces por ser diligente, por tu trabajo esforzado…
Y Tayacán es una palabra que proviene “del náhuatl ´teyacanqui´ y se refiere a la persona
que guía a otro, otros, personas y animales. Asume los sentidos de educador, guía,
baquiano, conductor, bueyero, caudillo, duce, demagogo. En Nicaragua siempre se usa en
su sentido más positivo. Es un gran elogio para quien se le dice.”22
Te alabo por mil veces por ser educador, guía, baquiano, conductor, bueyero, caudillo, duce
(no demagogo)…
Ahora bien, esos pájaros del monte que antes que nazca el día nos dan sus melodías y a los
que se invita a que se unan en el canto de alabanza al tayacán del pueblo también parecen
mil, de diversas especies, unas que cantan bello y otras que lo hacen fello pero que le
22 Esta clarificación del término tayacán, el anterior del término pencón y los que vengan posteriormente, están tomados de una página de You Tube en que se encuentran 9 de los 10 cantos de la Misa Campesina Nicaragüense con sus letras y explicación de términos: https://www.youtube.com/playlist?list=PLTNTR9RkgTGa1OJZf75bbk82loNn73-o8 [Esta página fue consultada el jueves, 30 de abril de 2015]
34
regalan su canto cual primera obra del día, antes que nazca el día, “antes de romper el alba”
como dice otro canto religioso popular…
Güises y zenzontes; (carpintero), gorrioncillo; pijules, zanates23 y pocoyos24, chichilotes25,
saltapiñuelas y el alcaraván26; el colibrí, canarios y chocoyos27 y el macuá28 conforman ese
coro de pájaros que se unen a las voces de los mil campesinos que bajan de los cerros con
sus alforjas repletas de amor, antes que nazca el día y alaban al Pencón, al Tayacán de su
pueblo mil veces…29
Así como el Vos sos del canto de entrada remitía al Yo soy del Antiguo Testamento,
particularmente, al libro del Éxodo, esta alabanza al Señor rebelde que lucha noche y día
contra la injusticia de la humanidad recuerda también a ese Dios que sacó a su pueblo de la
esclavitud de Egipto para llevarle a una tierra que mana leche y miel y a quien dirigen un
himno de alabanza en que Dios es presentado como guía y justiciero, como pencón y
tayacán, un himno que quienes no aceptan que Cristo Jesús se solidarice con el oprimido y
que no lo haga con la clase opresora que exprime y devora la comunidad, muy
probablemente rechazarían por violento, tendencioso, marxista y comunista ya que, entre
otras cosas, dice:
23 Pájaro negro, de tamaño un poco más que una cuarta. Pájaro dominante. Procede de México y se va extendiendo hacia el sur. Donde se establece casi desaparecen las otras clases de pájaros. Es omnívoro. 24 Yo soy un pocoyito, solito y sin fortuna/que llora su destino/bajo el blanquecino candil de la Luna por una pocoyita, que siendo ella de acá/se me fue de repente,/silenciosamente rumbo a Tonalá Toda la santa noche/la pasaré llamando/bajo el espino negro que sembró Leuterio frente al Pipianal/Quizá este cantito, se lo lleven los vientos/y llegue hasta el ranchito donde mi Adorada Dormidita está./Está relampagueando, por aquella colina/debe de estar lloviendo allá por las laderas de Cosigüina/ayudenme pocoyos de toda la comarca/quizá por cordillera llegue mi querella hasta donde ella está - Carlos Mejía Godoy. 25 También conocido como ´Chorcha´, ´Coliamarillo´, ´Chilote´. Ave de color amarillo, cola larga y negra con bordes amarillos conspicuos y pico grueso, garganta y centro del pecho, espalda y alas negras. Pico negro, patas gris azuladas. Vive en toda Centroamérica. 26 Ave corredora, largas y delgadas patas. Mide un poco menos de medio metro. 27 Conocido como ´Loro Verde´ o ´Perico¨. Tiene la curiosidad de hacer los nidos en los farallones, por lo que normalmente las paredes de los cráteres están llenos de sus nidos y en medio de nubes sulfuradas bandadas de chocoyos. 28 El pájaro macuá, es un vencejo de nuestras montañas; su nido o pedacitos del mismo tienen virtudes afrodisíacas. 29 Todas estas referencias a los “pájaros nicaragüenses” está tomada de la siguiente dirección (que forma parte de la lista de reproducción antes mencionada: https://www.youtube.com/watch?v=GBeEQ54axEM&list=PLTNTR9RkgTGa1OJZf75bbk82loNn73-o8&index=6
[Esta página fue consultada el jueves, 30 de abril de 2015]
35
Canto a Yahvé,
esplendorosa es su gloria,
caballo y jinete arrojó en el mar.
Mi fortaleza y mi canción es Yahvé
Él es mi salvación.
Él es mi Dios: yo lo alabaré,
el Dios de mi padre, yo lo exaltaré.
¡Yahvé es un guerrero,
Yahvé es su nombre!
Los carros del faraón y sus soldados precipitó en el mar.
La flor de sus guerreros
tragó el mar de Suf;
los abismos los cubrieron,
descendieron hasta el fondo como piedra.
Tu diestra, Yahvé,
impresionante por su esplendor;
tu diestra, Yahvé, aplasta al enemigo.30
Frente a este canto triunfal, las súplicas del Kyrie “identifícate con nosotros y solidarízate
no con la clase oprimida que exprime y devora la comunidad” se muestra como una súplica
ligera (light)…
Antes de concluir esta exploración del Canto de Meditación, una referencia más, a manera
de muestra, en torno a ese Señor a quien se suplica: “identifícate con nosotros y solidarízate
no con la clase oprimida que exprime y devora la comunidad”, tomada del salmo 7:
Levántate, Señor, lleno de cólera,
álzate contra la ira de mis opresores,
despierta ya, Dios mío,
30 El canto triunfal tras la salida de Egipto y el ambiente festivo ―música y danza― en que se entonaba se encuentra en el capítulo 15 del Libro del Éxodo.
36
tú que el juicio convocas.31
Ahora bien, esa expresión que se ha elegido entre muchas para encabezar este apartado:
“te alabo por mil veces porque fuiste rebelde, luchando noche y día contra la injusticia de
la humanidad” tiene un aire de familia (Wittgenstein dixit) con aquella exclamación de Jesús
que reza: “Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas
a los sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla.” (Mateo 11,25).
Todavía, antes de concluir este apartado, una palabra acerca de una súplica un tanto
perdida en medio de un canto de alabanza: “como estos pajarillos, hoy te canto Señor,
pidiendo que nos unas en fuerzas y en amor”.
Una súplica profunda, que reconoce la necesidad de ser unidos por él: unidos en fuerzas no
solo porque la unión hace la fuerza, sino porque la fuerza unida nunca será vencida o, al
menos, lo será mucho más difícilmente como múltiples cuerdas que se unen de manera
entrelazada para forman un cable de gran resistencia; unidos en amor porque es difícil
unirse en el amor más allá de las diferencias que surgen en todo grupo humano y, en sentido
positivo, porque no hay unión más plena que la unión en amor, que el amar unidos…
31 A este respecto, no es nada extraño que el modelo Dios que subyace en la Misa Campesina Nicaragüense sea ese Dios del Éxodo, ese Dios que ve la opresión a su pueblo, le libera y conduce a la tierra prometida. No es extraño porque una de las principales fuentes de la inspiración cristiana en la búsqueda de la justicia en la sociedad en esos años fue, precisamente, el Libro del Éxodo.
37
4. Hoy te glorificamos Señor con las marimbas… Gloria.
El Gloria es un canto que es recitado o cantado en las celebraciones extraordinarias: de los
domingos, de las solemnidades y, sobre todo de las pascuas de Navidad (inspirado en el
canto de los ángeles en la coyuntura del nacimiento del Dios-niño, en un pesebre, en Belén)
y de Resurrección (con el gozo desbordante y explosivo de” saber que quien “fue
crucificado, muerto y sepultado resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está
sentado a la derecha del Padre” por lo que ya no puede morir más).
Precisamente, por ese gozo desbordante y explosivo (como el) “de los cohetes que iluminan
nuestro cielos en la fiesta popular” “este Gloria a Cristo” se canta “con el más alegre son de
mi pueblo”, es decir, “en son de toros”.32
Por eso, a los coros de los ángeles, de los pájaros y de la comunidad, se unen los
instrumentos varios de la región, comenzando con las marimbas, con sus sones de maderas
que cantan, que glorifican:
32 Otra línea de ampliación y profundización en relación con esta Misa Campesina, consistiría en explorar los ritmos que se hacen presentes en ella, entre los cuales sólo se menciona explícitamente este: el son de toros.
38
Hoy te glorificamos Señor con las marimbas 33,
con violines de ñambar,34 sonajas y atabales,
con chirimías35, quijongos36 y sambubias,
con las danzas nativas de Sutiava 37 y Monimbó 38.
Aquí se oirá, de nuevo, la crítica por encontrarnos ante un gloria mutilado, impropio de la
liturgia católica porque hay demasiado gloria en la tierra y poca para el cielo; porque es un
Gloria a Cristo, a Jesús (¡única vez que se menciona su nombre en toda la misa!) porque “es
líder de la verdad”, pero no hay gloria ni para el Padre, ni para el Espíritu Santo; porque sólo
hay un gloria con gozo desbordante a Cristo en son de toros y un gloria para los hombres (y
mujeres) “de buena voluntad”, “que ama el Señor” y que hoy son “los que siguen la luz del
Evangelio, quienes “denuncian sin miedo la injusticia”, el “que sufre la cárcel y el destierro
y da su vida combatiendo al opresor.
Este hoy que no corresponde a una fecha de calendario, sino a ese Hoy se ha cumplido que
brota de los labios de Jesús en la sinagoga de Nazaret, un sábado, después de leer un texto
del capítulo 61 del Libro del Profeta Isaías y que dice:
El Espíritu del Señor sobre mí, porque me ha ungido.
Me ha enviado a anunciar a los pobres la Buena Nueva;
A proclamar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos;
Para dar la libertad a los oprimidos y proclamar el año de gracia del Señor.
No hay glorias para el Padre, ni al Espíritu Santo, si bien pudieran estar escondidos en el
Señor glorificado, como en casi todos los cantos de esta misa, en lenguaje dialogal: “hoy te
glorificamos, Señor”…
33 ¨Xilofono¨ de buen tamaño. 34 Palo propio de México y Centroamérica. También conocido como Cocobolo. De madera dura y pesada. Se considera madera preciosa. 35 Especie de flauta en forma casi cónica. De madera, con lengüeta de caña y sonido muy estridente. 36 Violín de una sola cuerda. 37 Pueblo indígena a cuyo lado se trasladó la ciudad de León. 38 Pueblo indígena a cuyo lado se construyó la ciudad de Masaya.
39
Lo más seguro es, sin embargo, que este Gloria de gozo desbordante y explosivo sea
exclusivamente para Jesús el líder de la verdad (¡vaya expresión! ¡Qué calificador!) y para
quienes siguen sus pasos en un entorno de mentira, de injusticia, de cárceles, destierros y
opresión.
Dejémosles glorificar a Jesús, el líder de la verdad y a sus seguidores…
Dejemos a los expertos en el lenguaje teológico (lenguaje religioso de segundo nivel) decir
si al dar gloria al Hijo unigénito se da gloria también a su Padre y al Espíritu Paráclito qui ex
Patre Filioque procedit. Y, reconozcamos que no es un Gloria pertinente para la liturgia o,
simplemente que es un Gloria impertinente.
40
5. Credo: Creo en vos, Cristo obrero
Este canto de la Misa Campesina Nicaragüense es, desde el punto de vista del género, una
confesión de fe. De ahí que en lugar de nombrar a Dios de distintas maneras ―al modo de
la Substancia spinoziana con sus múltiples atributos, entre los cuales los humanos
solamente seríamos capaces de conocer dos (el pensamiento y la extensión)― Vos sos..., le
canta diciéndole: Creo en Vos, en Vos que sos…, por lo que acaba diciendo quién es, cómo
es ese Dios en quien cree. (Quizás por contraste se puedan inferir los rasgos del dios en
quien no cree, en quien ya no cree).
Desde el punto de vista litúrgico, es un elemento de la celebración de la misa que se incluye
solamente los domingos, las conmemoraciones más importante y las solemnidades.
El Credo39 ha sido, sin duda alguna, el canto de la Misa Campesina que mayor difusión
adquirió, allende las fronteras nicaragüense ya que no sólo se grabó en la versión pop de
39 La versión original de este Credo se puede encontrar en la siguiente dirección: https://www.youtube.com/watch?v=mdoKE4kJss0 Una versión en vivo más reciente, en: https://www.youtube.com/watch?v=YiZCJx_dzFg [Estas páginas fueron consultadas el jueves 14 de mayo de 2015]
41
esta misa, en interpretación de Elsa Baeza40, sino que llegó a ser interpretada, entre otros,
por Nina Mouskouri y Mercedes Sosa41, Katia Cardenal42 y Los Joao43…
Al igual que la mayoría de los cantos de esta misa, el Credo ha sido objeto de críticas por su
lejanía del Credo Niceno-constantinopolitano y del Credo de los apóstoles, sobre todo por
la ausencia de referencia alguna al Espíritu Santo, a la Iglesia, al bautismo y, si
profundizamos el asunto, incluso al Padre, a pesar que en la primera estrofa podría
suponerse que ese Dios de cuya “pródiga mente todo este mundo nació” es el Padre
innominado (no innominable)…
La primera estrofa expresa la fe firme en la acción creadora del Señor de cuya mente todo
este mundo nació.
Creo señor firmemente
que de tu pródiga mente todo este mundo nació,
que de tu mano de artista, de pintor primitivista, la belleza floreció.
las estrellas y la luna, las casitas, las lagunas,
los barquitos navegando sobre el río rumbo al mar,
los inmensos cafetales, los blancos algodonales
y los bosques mutilados por el hacha criminal.
Mas no solo de su mente, sino también de sus manos de artista, y no de cualquier artista
sino un artista “como” los pintores primitivistas, de ese arte típicamente nicaragüense en
cuyos inicios se pueden “mencionar tres mujeres pintoras: Asilia Guillén (1887-1964), Adela
Vargas (nacida en 1910) y Salvadora Enríquez de Noguera (nacida en la segunda mitad del
40 Esta versión del Credo se puede encontrar en la siguiente dirección electrónica: https://www.youtube.com/watch?v=ikazhIk_GhY [Esta página fue consultada el jueves 14 de mayo de 2015] 41 Esta versión del Credo se puede encontrar en la siguiente dirección electrónica: https://www.youtube.com/watch?v=m95SlAcGGNA [Esta página fue consultada el jueves 14 de mayo de 2015] 42 Esta versión del Credo se puede encontrar en la siguiente dirección electrónica: https://www.youtube.com/watch?v=JKs6S3Vz1W4 [Esta página fue consultada el jueves 14 de mayo de 2015] 43 Esta versión del Credo se puede encontrar en la siguiente dirección electrónica: https://www.youtube.com/watch?v=mxsJ4IuZQ4o [Esta página fue consultada el jueves 14 de mayo de 2015]
42
siglo XIX), quienes comenzaron en los años 50 a pintar motivos de la naturaleza
nicaragüense y también las fiestas tradicionales de los pueblos en Nicaragua”44 y que
alcanzó relevancia a partir de los años 60.
A este respecto, informa Sofía Sánchez:
En los años 60 nació la Escuela de Arte Primitivista en el archipiélago de Solentiname bajo
la dirección del padre Ernesto Cardenal, poeta, teólogo y escultor quien además, durante
los años 80 asumió el cargo de Ministro de Cultura de Nicaragua. Cardenal inició la escuela
de arte en la isla y esta escuela se convirtió después en un gran taller de arte, donde los
campesinos se encontraban para analizar y criticar el arte producido por ellos. (Ídem).
Siguiendo una técnica propia de la poesía presente en el Antiguo Testamento, una técnica
que poeta diciendo lo mismo dos veces de distinta manera, en esta estrofa parece decirse:
De tu pródiga mente todo este mundo nació
De tu mano de artista, de pintor primitivista, la belleza floreció.
Y menciona algunas de las obras que nacieron de esa pródiga mente y de esa mano de
artista, de pintor primitivista:
las estrellas y la luna, las casitas, las lagunas,
los barquitos navegando por el río rumbo al mar;
los inmensos cafetales, los blancos algodonales
y los bosques mutilados por el hacha criminal.
Que de su pródiga mente hayan nacido las estrellas y la luna referencia clara al Dios de los
credos ya mencionados ―niceno-constantinopolitano y de los apóstoles― en que se
afirma, respectivamente:
Creo en un solo Dios, Padre omnipotente, creador del cielo
y
Creo en Dios, Padre omnipotente, creador del cielo
44 Sánchez, Sofía, El florecimiento del arte primitivista en Nicaragua. http://www.latice.org/kul/es/sofsanc1101es.html [Esta página fue consultada el jueves, 01 de mayo de 2015]
43
Las diferencias, la novedad, la especificidad de este Credo viene a propósito de la tierra…
De la pródiga mente y de la mano de artista del Señor en quien el confesor cree firmemente,
han nacido, ha florecido la belleza no sólo de la denominada naturaleza 1, que es aquella
en que no ha intervenido aún la mano del hombre para modificarla, como los ríos y los
bosques, sino también los barquitos, los cafetales y los algodonales que forman parte de la
Naturaleza 2, es decir, de aquella en que la mano del hombre ha intervenido ya y la ha
transformado con proyectos de sus mentes y con la obra de las manos de obreros y
campesinos, de unas mentes y unas manos que por un lado le han creado bellezas inéditas
como la de los barquitos navegando por el río, rumbo al mar, la de los inmensos cafetales y
de los blancos algodonales.
Aquí hay algo novedoso y más que significativo porque resulta que si de esa pródiga mente
todo este mundo nació y de su mano de artista la belleza florece, las obras de otras mentes
y de otras manos artísticas son también obra suya, quizás no en cuanto creadas por él o
para él, sino en cuanto creadas para mejorar la obra de sus manos, colaborando con su
obra.
Sin embargo, resulta que algunas de esas otras mentes y de otras manos la han dañado,
como en el caso de los bosques “mutilados por el hacha criminal” en que hay proyectos
nacidos de mentes e intervención de manos que no son de artistas, que no embellecen sino
que afean y destruyen, en ocasiones, incluso, por necesidad, como los campesinos sin tierra
que año con año utilizan las laderos de los cerros para sembrar “su máis”, pero sobre todo
por la ambición hecha proyectos de “dominio explotador” ―como dirá más adelante este
Credo―, proyectos que incluso en los bellos y blancos algodonales y en los bellos e
inmensos cafetales “explotan y devoran” a obreros y campesinos, tierras, ríos y montes…
Sin duda se trata de una estrofa exquisitamente estética, que se concentra en la belleza
florecida de la mano de artista primitivista del Señor pero que no puede olvidar su
mutilación, su afeamiento, su destrucción.
44
Hasta aquí la exploración de esta primera estrofa, la estrofa que expresa la fe en el Señor
de cuya prodiga mente todo este mundo (que incluye las estrellas y la luna45) nació, de cuya
mano de artista, de pintor primitivista nació la belleza, un mundo que es, todo él, bello, no
bueno como el mundo del relato de la creación del capítulo primero del Libro del Génesis
que es el modelo que está detrás, no sólo de este Credo, sino de los credos ya
mencionados.46
Al concluir esta estrofa, viene el estribillo que se repetirá al final de cada una de las tres
estrofas que componen esta confesión de fe, ese estribillo cuyo lugar adecuado es éste y
que ya no parece tan adecuado después de las siguientes estrofas. Un estribillo que se
recrea con palabras que parecen giran en torno al concepto Creador de los credos niceno-
constantinopolitano y de los apóstoles ya mencionados sin utilizarlo nunca, sino más bien
rodeándolo, embelleciéndolo, complementándolo, confesando su fe en alguien que “es
algo así como” los arquitectos, los ingenieros, los artesanos, los carpinteros, los albañiles,
los armadores y que es, además, constructor del pensamiento, de la música y del viento, de
la paz y del amor…
Creo en Vos
arquitecto, ingeniero,
artesano, carpintero,
albañil y armador;
creo en Vos
constructor del pensamiento,
de la música y el viento,
de la paz y el amor.
A estas alturas no puedo dejar de exclamar:
45 Curiosamente, no se menciona al sol, por lo que se podría pensar que en esta estrofa se encuentra presente una religiosidad lunar, no solar, una religiosidad estética, femenina, contemplativa, pacífica, no bélica. 46 A este respecto, se podrían explorar aún más, buscando qué otros relatos de creación, relatos cosmogónicos pueden estar latentes en este Credo.
45
¡Cuán lejos nos llevan estos cantos del silencio y del lenguaje negativo como únicos caminos
posibles o, al menos legítimos, para el lenguaje religioso en otras tradiciones religiosas y en
otros enfoques lingüístico-filosóficos, algunos de los cuales lo descartan sin más por carecer
de sentido, por no decir las cosas con la precisión con que lo hacen ―o al menos lo
hicieron― las ciencias con su pretensión de exactitud pre-dominante!
¡Qué lejos están de pretender de alguna manera, como sugiere Don Luis, profanar lo
Sagrado, comprenderlo para manejarlo!
¡Qué lejos se está aquí de esa divinidad que no es semejante a nada y no puede describirse
con conceptos que sólo pueden referirse a hechos y cosas del mundo!
¡Cómo callar, si lo hemos visto!
¡Es preciso cantarle como habla mi pueblo y danzarle con su son más alegre!
A este respecto, viene a mi mente (no tan pródiga como aquella de la que todo este mundo
nació) el pasaje del capítulo 19 del Evangelio según San Lucas en que algunos fariseos le
piden a Jesús que reprenda a sus discípulos que alababan a Dios por todos los milagros que
habían visto y que se encuentran con la respuesta de Jesús: “les digo que si estos se callan,
gritarán las piedras”. Ya no son los pájaros que cantan, sino ¡las piedras que gritan!47
Es aquí el espacio para subrayar que los cantos de la Misa Campesina Nicaragüense abrevan
en una tradición religiosa cuyo lenguaje no se detiene en el silencio, ni en el lenguaje
negativo sin que le sean ajenos, si bien en este caso, precisamente por ser cantos, por ser
expresiones de lenguaje religioso de primer nivel ―el más cercano a la experiencia religiosa
correspondiente― se valen del lenguaje poético para intentar decir, para llevar a la palabra
lo que se ha vivido y que si bien forma parte de una larga tradición tiene algo novedoso,
inédito que decir y que lo hace de una y mil maneras, mostrando con ello que el lenguaje
47 La versión mexicana de este pasaje se puede leer en el Evangelio de Lucas Gavilán, de Vicente Leñero, cuyo Jesús si es claramente, puramente humano (y mexicano). Se sitúa en la Plaza de Iztapalapa donde la gente aclama a Jesucristo Gómez y un oficial de la policía le pide que haga callar a la gente a lo que responde: “si ellos se callan, gritarán las piedras”.
46
poético si bien es distinto del lenguaje discursivo o conceptual no se reduce a negar lo dicho
por ese tipo de lenguaje, sino que sigue un camino distinto, un camino amplio, lleno de
flores multicolores que le dan la posibilidad de decir mucho sin decirlo todo, de decir mucho
de algo o de alguien sin profanación alguna porque no hace sino acariciar por doquier a
aquel de quien habla con ternura, con amor, con respeto, con agradecimiento, sabiendo
que no puede asirlo, mucho menos manipularlo o hacerlo suyo. Pero que, sin embargo,
puede y debe decir algo, mucho de ser posible, decirle algo, todo lo que sea posible porque
le ha visto, oído, tocado.
Aquí también, parece lugar adecuado y momento propicio para comparar, esperando que
no se trata de una comparación odiosa, la búsqueda del principio “de donde todo surge, en
que todo crece y donde todo muere” (Villoro, p. 34) en la Filosofía de la India que explora
Don Luis en su ensayo denominado Una filosofía del silencio: la filosofía de la India con el
que conduce a la fe firme en aquel de cuya pródiga mente todo este mundo nació, a creer
firmemente que de su mano de artista, de pintor primitivista la belleza floreció.
En la búsqueda de ese primer principio “de donde todo surge, en que todo crece y donde
todo muere” en la filosofía de la India ―al menos tal como la encuentra Don Luis en los
Upanishads― es preciso rebasar los nombres y las formas porque “al nombrar las cosas, las
separo y defino; la palabra saca al ente de su anonimato y lo muestra; a la vez, lo determina.
Por su parte, la forma […] permite que unos entes se destaquen frente a otros, establece
lindes entre las cosas.” (Ídem).
De ahí que “El principio de todo” resulta así “lo otro”, lo distinto por naturaleza de cualquier
cosa definida.
De ahí también que todo lo que surge, todo lo que crece, todo lo que muere sea “irrealidad,
ensueño, mentira; o, con la palabra justa: maya, es decir, ilusión mágica” (Ibídem, p. 37).
De este modo, el mundo de la diversidad, el mundo de lo manifiesto no es sino un
intermedio entre el ser y la nada, es un mundo, a final de cuentas, irrelevante.
En contraste con ello, el mundo de la Misa Campesina es un mundo relevante, bello en sí y
por sí mismo cuya belleza mana de la pródiga mente del Dios en quien cree, de su mano de
47
artista, de pintor primitivista, un Dios que no está totalmente en un más allá de todo este
mundo bello, sino que se transparenta en él, se muestra en él, en ese todo que ha salido de
la nada pero que es más ser que nada.
Este mundo “es”, y “no es sin más” o “simplemente es”, sino que es una primera
manifestación, una primera epifanía de lo Otro que ya no es del todo el totalmente Otro
porque a todos los seres de este mundo que de su pródiga mente nació, cuya belleza
floreció de su mano de artista, de pintor primitivista [que es creación suya en lenguaje
teológico-analógico], “con sola su figura, vestidos los dejó de su hermosura”, como
bellamente lo dice Juan de la Cruz en la quinta canción de su Cántico de Amor B.
La segunda estrofa y la tercera estrofas de este Credo, contienen el núcleo central, íntimo y
profundo de esta confesión de fe en cuanto se trata de una fe en el Mesías (en el Cristo), en
el Mesías que es el “verdadero unigénito de Dios” como lo dice el segundo verso de la
segunda estrofa, una fe no sólo cristocéntrica, sino cristológica en sentido literal, es decir
palabra (confesión de fe en este caso) acerca del Mesías y hacia el Mesías que tiene un
carácter divino. Una palabra ―esencialmente poética, no conceptual, si bien en ella este
otro tipo de lenguaje religioso está presente― un lenguaje religioso de primer nivel que
está lejano, muy lejano de reducirse una Jesuología de carácter más político que religioso,
si no es que puramente político y, por ello, no religioso (como el Jesucristo Gómez de
Vicente Leñero que se acaba de mencionar o el de Un tal Jesús de José Ignacio y María López
Vigil), como tantas veces se dijo y se creyó; como se sigue diciendo y creyendo aún..
En estas estrofas, como en ninguna otra parte de estos cantos y, más específicamente, de
este Credo, se muestra cercano, muy cercano a los credo niceno-constantinopolitano y de
los apóstoles, sin dejar de ser un Credo que podría considerarse mutilado en cuanto que no
es un credo claramente trinitario, sino un credo en que el Hijo es la única de las tres
personas de la Trinidad mencionada explícitamente (el Padre parece estar latente en Señor
de la primera estrofa y el Espíritu Santo podría estarlo, de manera más velada aún, en la
48
segunda al hablar de su encarnación en el seno humilde y puro de María y en la tercera en
su triunfo sobre la muerte).
Ante todo, debe decirse que la comparación de los tres credos muestra que los tres constan
de cinco artículos que corresponden grosso modo (Marx dixit) a la preexistencia del Hijo (1);
encarnación (2); pasión y muerte (3); resurrección (4); segunda venida (5).
Desde el punto de vista estructural y de contenido fundamental48, hay una semejanza
notable entre los dos credos oficiales de la Iglesia Católica Apostólica y Romana ―como
suele denominársele― y el controvertido Credo de la Misa Campesina, sin que eso
signifique que sean iguales sus expresiones, sobre todo si tenemos en cuenta que los credo
oficiales pueden considerarse, desde el punto de vista del lenguaje religioso, lenguajes de
segundo nivel, es decir, lenguajes que no se expresan en lenguaje poético o, al menos no lo
hacen de manera general, sino que recurren al lenguaje conceptual en la medida de lo
posible y, en el caso del niceno-constantinopolitano a instrumentos de la filosofía griega,
que, entre otros conceptos hablaba del Hijo como “consustancial” al Padre, aunque la
traducción vigente en español dice “de la misma naturaleza”, que es lo mismo, pero no
igual.49
Asimismo, mientras el Credo de los Apóstoles y el Niceno-constantinopolitano expresan su
confesión de fe en lenguaje impersonal: “Creo en Dios, Creo en Jesucristo, Creo en el
Espíritu Santo”, el Credo de la Misa Campesina Nicaragüense lo hace con un lenguaje
interpersonal, dialogal. “Creo en Vos”, “Creo que fuiste golpeado…”, “Creo en tu lucha, en
tu resurrección”…
La comparación del primer artículo muestra, ante todo la mucho mayor extensión del credo
niceno-constantinopolitano en relación con los otros dos, una extensión explicable dado
que surge en el entorno de las denominadas controversias cristológicas que no se reducían
a diferencias ideológicas sino también a conflictos de orden sociopolítico.
48 Cfr. El cuadro comparativo que aparece como apéndice al final de este texto. 49 Aquí podría insertarse una reflexión amplia acerca de la conformación de los que se han denominado credos oficiales, pero desbordaría la ya de por sí amplia exploración del lenguaje contenido en este credo que podría calificarse como nicaragüense o, incluso como, solentinamense…
49
En el núcleo básico de este artículo hay coincidencia en la confesión de fe en el Hijo único
de Dios, si bien tanto el Credo de los apóstoles50 como el Credo Niceno-
constantinopolitano51 le llaman Jesucristo y el Credo de la Misa Campesina Nicaragüense52
le llaman Cristo.
El CNC, a su vez, le califica como “Nuestro Señor” al nombre Jesucristo y el CMCN le califica
como “obrero” utilizando en ello, una vez más, un calificador que no lleva hasta el límite un
símbolo, sino que más bien lo encarna, lo contextualiza aunque, eso sí, forzando el
calificativo “obrero” llevándolo, de hecho, hasta la misma eternidad, más allá de la creación
y, con ella, del inicio de los tiempos.
Asimismo, el CMCN toma una de las expresiones presentes en el CNC “luz de luz” que elige
entre los tres que contiene la segunda parte de su primer artículo, muy probablemente por
razones poéticas, no teológicas.
El CNC todavía contiene otros elementos en que se pueden vislumbrar las controversias ya
mencionadas en torno a Jesús el Cristo ―o, como lo dice la traducción latinoamericana de
la Biblia Española―: al Mesías Jesús.
Creo en un solo Señor, comienza diciendo el artículo, antes de especificar que ese solo Señor
“es Jesucristo, [el] Hijo único de Dios que, además es “nacido antes de todos los siglos, Dios
de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, que fue engendrado, no creado
(genitum, non factum) y que es, también creador: “por quien todo fue hecho”.
De todo esto el CA no dice nada, mientras que el CMCN no lo hace en esta estrofa,
probablemente porque lo hizo, sin mencionar explícitamente quién es ese Señor en quien
cree (¿el Padre, el Hijo unigénito?), y de manera amplia en la primera al confesar que cree
firmemente que todo este mundo nació de su pródiga mente y que la belleza floreció de su
mano de artista, de pintor primitivista.
50 En adelante CA. 51 En adelante CNC. 52 En adelante CMCN.
50
En cuanto al segundo artículo, se puede decir, de entrada, que nuevamente es el CNC el
que lo desarrolla más, si bien el contenido básico vuelve a ser semejante en cuanto su
contenido corresponde a la encarnación, a la humanización del Hijo unigénito, a su
concepción en el seno de María.
Los matices, sin embargo, no dejan de ser relevantes…
El texto del CA es el más escueto, el más austero, el más cercano al anuncio original, al
denominado kerigma en cuanto se limita a decir: (Jesucristo, Nuestro Señor) “fue concebido
por obra y gracia del Espíritu Santo y nació de Santa María Virgen”.
El texto del CMCN retoma la expresión “se encarnó” presente en el CNC, así como, con
ciertas variaciones la expresión “por nosotros, los hombres y por nuestra salvación” sin
decir que “bajo del cielo” y sin hacer referencia, como lo hacen los otros dos, “a la obra” o
“a la obra y gracia” del Espíritu Santo.
El CNC añade a la expresión “se encarnó” otra más: “se hizo hombre” que serían, de alguna
manera equivalentes, pero que muestra que también el lenguaje teológico conceptual
necesita decir lo mismo de distintas maneras, consciente de que no es posible decir lo que
quisiera decir de una manera unívoca, que no es posible atrapar el misterio, lo que desborda
todo aquello que el ojo vio y el oído oyó…
El CMCN añade una frase preciosa a la confesión de fe en la encarnación del Hijo unigénito:
“en el vientre humilde y puro”…
En el tercero artículo de estos credos, la redacción del que corresponde al CMCN es el más
amplio, aunque no aquel que contiene más elementos, lo que corresponde al CA ya que
éste dentro de su brevedad, confiesa que Jesucristo, Nuestro Señor padeció (1), fue
crucificado (2), muerto (3), sepultado (4) y descendió a los infiernos (5), mientras en el CNC
se confiesan explícitamente sólo tres elementos de los cinco que se confiesan en el CA y en
un orden diferente: 2, 1, 4, es decir, se confiesa que fue crucificado, que padeció y que fue
sepultado, sin confesar que fue muerto, ni que descendió a los infiernos.
EL CMCN, por su parte, a pesar de ser el más amplio, no incluye, literalmente, ninguno de
los cinco elementos que conforman el CA, si bien los tres que contiene se relacionan
51
claramente con dos elementos incluidos tanto en el CA como en el CNC, a saber: padeció
(cuando dice que fue golpeado y torturado) y fue crucificado (cuando dice que fue
martirizado en la cruz).
Ahora bien, el uso de los verbos golpear, torturar, martirizar no es casual… Contienen una
clara referencia a la situación del pueblo nicaragüense bajo la dictadura de Anastasio
Somoza Debayle, una situación en que era frecuentes los golpes, la tortura y las muertes
martiriales (estas no necesariamente en el sentido estricto de aquellos que son muertos por
odio a la fe confesada o vivida, sino muertes que dan testimonio de algo)…
El uso exclusivo de la voz pasiva ―fuiste golpeado, torturado, martirizado― remarca el
carácter receptivo más que puramente pasivo de los enunciados; que se trata de algo que
se padece, que se sufren los efectos de la acción de otro…
El carácter histórico de los padecimientos del Cristo Obrero, del Unigénito de Dios, de
Jesucristo Nuestro Señor, están presentes en los tres credos en su referencia a uno de sus
protagonistas, a uno de los que hoy se podrían llamar “autores intelectuales” de su pasión
y muerte: Poncio Pilato, si bien las redacciones de este elemento, sin dejar de ser
semejantes, contienen diferencias significativas.
El CNC parece ser el más escueto y light. Se limita a confesar: “fue crucificado en tiempos
de Poncio Pilato”, como quizás podría haber dicho “en tiempos de María, de Pedro, de Anás
o de Caifás…
El CA, por su parte va más allá y confiesa: “padeció bajo el poder de Poncio Pilato”.
Obviamente, no es lo mismo decir en tiempos de, que bajo el poder de ya que mientras la
primera expresión se limita a ubicar en el tiempo, la segunda tiene una clara connotación
política con un matiz de sujeción que, dicho sea de paso, está presente en la preposición
latina sub que es el término utilizado en el texto original en el que no aparece explícita la
referencia al poder, algo que es de justicia mencionar.
En esta referencia al Prefecto (Proefectus) Romano de la región de Judea, el CMCN es mucho
más explícito e insistente…
52
En primer lugar, no lo llama por su nombre completo sino simplemente Pilatos, aunque
tampoco dice que Cristo hubiese sido golpeado, torturado y martirizado en la cruz bajo él
(sub Pontio Pilato) o bajo su poder, sino que dice, de manera cercana al dicho del CNC:
siendo (Pilatos) pretor…
Pero eso sí, le aplica tres calificadores cargados de significado y de un resentimiento que
hace pensar en la carga de tintas que hace el Evangelio según San Juan cuando menciona a
Judas y a “los judíos”: “romano imperialista” (1); “puñetero” (2) y “desalmado” (3).
Por si fuera poco, hace mención de un acto simbólico; lavarse las manos como signo de no
ser responsable de algo, de evasión de responsabilidades. Un acto, sin duda típico de la
autoridad, sobre todo de aquellas que abusan de su poder o que prefieren quedar bien con
los poderosos o con el pueblo que hacer justicia.
Obviamente, el CMCN no dice “no creo en «quienes son como vos», Pilatos”, pero sí
confiesa su rechazo a quienes como él “se lavan las manos” habiendo permitido golpes,
torturas y martirios a inocentes (o incluso a presuntos culpables o culpables confesos).
Al interpretar el lavarse las manos como un acto “para borrar el error” el texto se queda
corto. Bien podría haber dicho “para lavar su culpa” o “para evadir su responsabilidad”…
Tal vez haya sido un simple asunto de elección de palabras o bien, de bajar el tono de lo
dicho ya acerca de este personaje, cuya semejanza con “Tacho el dictador” y su régimen es
insoslayable.
En cuanto al cuarto artículo de esta parte cristológica del credo, los textos del CA y del CNC
son bastante parecidos ya que en ambos aparecen los mismos elementos: el hecho de la
resurrección al tercer día, la subida al cielo y el estar sentado a la derecha del Padre.
Apenas hay algunas diferencias, entre las que se puede mencionar que mientras que el CA
dice “resucitó de entre los muertos”, el CNC dice “según las Escrituras”. Que no se mencione
la muerte en CNC es lógico ya que en él no hay mención previa de la muerte. En cuanto a la
mención “según las Escrituras” se podría pensar, de nuevo, en el contexto de las
controversias cristológicas en que se formula.
53
La otra diferencia parece ser puramente terminológica ya que mientras CA dice “sentado a
la derecha de Dios Padre Todopoderoso”, CNC se limita a decir “sentado a la derecha del
Padre”.
El CMCN no menciona ni la subida, ni la sentada a la derecha del Padre: se limita a referirse
a la resurrección sin utilizar el término mismo, sino confesando:
Yo creo en vos compañero,
Cristo humano, Cristo obrero
de la muerte vencedor
No se confiesa que resucitó a la manera de un artículo formulado en un lenguaje formal:
Jesucristo resucitó, sino se le expresa la confianza al propio resucitado: Creo en Vos; en Vos
vencedor de la muerte y compañero y humano y obrero… Creo en Vos Cristo, vencedor de
la muerte, compañero, humano, obrero…
Creo en Vos “Cristo ayer y hoy” (como se dice al iniciar la incisión del Cirio en la Vigilia
Pascual), el Cristo humano de ayer y de siempre, el Cristo compañero (y) obrero hic et nunc.
De ahí que aquí se incluya una visión más de algo que se muestra a los ojos de la fe como
en el caso del Dios de los pobres, del Dios humano y sencillo visto por doquier del Canto de
Entrada.
Aquí la visión mana del “sacrificio inmenso” “de ser golpeado, con escarnio torturado, en la
cruz martirizado” y se manifiesta como acto de engendrar, como presencia viva del
resucitado, del vencedor de la muerte y como vida resucitada, como vida nueva fruto de
ese sacrificio que puede incluir no sólo su pasión y muerte, sino también su encarnación
“en el seno humilde y puro de María”.
Creo que Vos:
de la muerte vencedor
Creo que con tu sacrificio inmenso
engendraste al hombre nuevo para la liberación
54
Creo que estás;
resucitando en cada brazo que se alza para defender al pueblo del demonio explotador
Creo que estás
vivo en el rancho, en la fábrica, en la escuela
Creo en tu
lucha sin tregua
Creo en tu
en tu resurrección
Es impresionante la fe confesa no sólo en la resurrección de Cristo humano, del Cristo
obrero, del Cristo compañero de la fe en el Cristo vencedor de la muerte, sino la visión de
su presencia viva (en el rancho, en la fábrica, en la escuela) y actuante (en cada brazo que
se alza para defender al pueblo del dominio [¿demonio?] explotador) y de un fruto
privilegiado de su resurrección, de su victoria: el hombre nuevo para la liberación.
La resurrección como algo alcanzado definitivamente por el vencedor de la muerte y que se
va alcanzando en el “ahora y aquí” o, mejor en el “entonces y allá” (década de los setenta
del siglo y milenio pasados) del pueblo nicaragüense que estaba “viviendo en la opresión”
y queriendo resucitar como canta otro pueblo, el salvadoreño en su canto de ofertorio.
Parece tal la alegría que brota de la contemplación de los signos de vida y de resurrección,
del Cristo en sí y del Cristo en su pueblo que parecen dejar “entre las azucenas olvidado” el
elemento del Cristo que “va a venir a juzgar a vivos y muertos” (CA), que “de nuevo vendrá
con gloria para juzgar a vivos y muertos, cuyo reino no tendrá fin” (CNC).
Ahora, después de esta amplia exploración de su Credo, parece más claro aún que los
cantos de esta Misa ponen su acento en lo inédito de lo que han visto y oído, sin ceñirse a
los patrones de la liturgia o de la ortodoxia teológica y que desde ello es preciso explorarla
y, en su caso, evaluarla.
55
Se sigue confirmando la fecundidad multiversa del lenguaje poético-religioso de primer
nivel, de ese nivel cercano a la irrupción de lo otro que busca llevar a la palabra sabiendo
que nunca pasará de balbuceo que invita, que incita.
Se sigue evidenciando que lo específico del lenguaje poético-religioso de los cantos de esta
misa radica no tanto en la novedad de los modelos o de los calificadores utilizados ―la
mayor parte de los cuales ya habían sido utilizados en otros contextos― sino en que la
adopción de esos modelos y de esos calificadores permiten expresar el carácter único,
encarnado en el tiempo y el espacio, de la irrupción del Dios de los pobres, del Cristo
humano, obrero, compañero en la vida de unas comunidades cristianas que viven bajo el
poder de Tacho Somoza y que luchan, con inspiración cristiana, por su liberación y la
liberación de su pueblo sediento de paz…
Y, además, se evidencia el carácter histórico de la irrupción de lo Otro, de la manifestación,
de la mostración del Señor, del Cristo en quien se cree, que se hizo hombre, que se hizo
carne en el seno de una mujer, María, que fue crucificado, muerto y sepultado bajo el poder
de Poncio Pilato; de un Señor, de un Cristo humano, obrero, compañero que no sólo está
vivo en el rancho, en la fábrica y en la escuela, sino que está resucitando en cada brazo que
se alza para defender al pueblo del dominio explotador porque su lucha es una lucha sin
tregua…
Definitivamente, pues, esta irrupción de lo Otro, del Otro, del Señor, del Cristo en la vida
del pueblo nicaragüense, de la comunidad cristiana de Solentiname y sus alrededores es
vivida e interpretada desde una tradición religiosa de carácter profético, de un carácter
profético que está encarnado en la historia con sus luces, oscuridades y tinieblas, de una
historia que es lugar (topos) de salvación y perdición, de una salvación-perdición para la
cual se utilizan calificadores distintos de los de ese binomio y del binomio esclavitud-
redención y que no se circunscribe al pecado personal, individual: el binomio opresión-
liberación con una connotación sociopolítica indudable en la que se vislumbra una
dimensión trascendente, si bien, el lenguaje utilizado parece surgido de una visión luminosa
más que de un vislumbre.
56
Lejos de nuevo de la ahistoricidad de las irrupciones de lo Sagrado en otras tradiciones
religiosas, irrupciones que parecen ser más incursiones humanas más allá del velo aparente
de la diversidad, sin referencia clara al acontecer del devenir de las sociedades y de los
pueblos que parece formar parte también del mundo de las apariencias, sin contenido
salvífico, sin significado relevante, más cercano de la nada que de la plenitud, que no
merece atención específica, si es que merece alguna.
De ahí que no sea completamente aventurado y sin fundamento, afirmar que en un mundo
globalizado y excluyente como el contemporáneo, las sendas que incursionan en lo Otro
desde la negación del mundo de las apariencias acaben siendo enajenantes y conservadoras
y que las irrupciones encarnadas de lo sagrado en todo este mundo que nació de una
pródiga mente (que no es una mente brillante, sino generosa) resulten incómodas, críticas,
revolucionarias, transformadoras; que las interpretaciones de transparencia que se
desarrollan sin negar de manera absoluta la consistencia del mundo fenoménico a través
del cual se muestra el nouménico (utilizando el lenguaje conceptual kantiano) conducen al
compromiso con la tierra y con la historia, mientras que las de la diferencia total, del abismo
y del mundo fenomenal no sólo como opaco sino como obstáculo para acceder al principio
único de todo parecieran justificar, al menos como omisión, el descuido, el olvido de la
tierra, de la historia, de la desigualdad y de la injusticia.
57
6. Obreros y campesinos, con el pan y el vino te ofrecemos hoy… Canto para la
presentación de la ofrendas.
Otro canto hermoso, en su letra, en su música, en esa combinación de lo femenino melódico
con lo masculino rítmico (Carlos Santana, dixit)…
Un canto para la preparación de las ofrendas con que se conmemora la ofrenda en la cruz,
un canto para la preparación de pan y vino…
Unas ofrendas a las que se unen en esta misa:
los chilincocos53 y almendros54
53 En su sentido de mata / fruto parece ser un puro nicaragüismo. En su sentido de insecto - quiebrapalitos, ese insecto que mimetiza con las matas tomando forma de una ramita -- es más universal. Como fruto solo he encontrado esta cita,.. ¨El Dr. Carlos Castillo, de Jinotepe, estudioso de estas particularidades apunta la tesis de Dávila Bolaños y Mántica, afirmando que en esta región, en tiempo remoto, existió abundante un murciélago, quiróptero centroamericano, bastante pequeño, muy parecido al ratón y que, además de alimentarse de insectos, era devorador insaciable de una fruta pequeña color rojo, de carnosidad y jugo rojo, producto de un arbusto coposo pequeño y de gran abundancia en toda la región; por la descripción podrá suponerse que era el Chilincoco: Chilte rojo y cococalic, manjar, Manjar Rojo". En MANFUT, página web nicaragüense. 54 Estos almendros no son los que salen en las fotos con Fuji -- Jama de fondo. Es un palo grade, prácticamente el habitad excluido de lapa, guacamaya, quizá la cotorra, que se alimenta de su fruto, la almendra, que,
58
(que montaña adentro nuestra tierra dio.)
Los caimitos 55 bien morados,
los mangos pintados de luna y de sol,
los pipianes 56, los ayotes 57
la miel de jicote58, la chicha 59 e’ coyol 60.
Y también “el trajín de cada día”, “toda la energía que da [el] sudor; el “trabajo entero, los
bejucos61 de mis brazos y el vivo entusiasmo de[l] corazón.
Mas, ¿quiénes son los oferentes de todo eso?
“Obreros y campesinos”…
La clase trabajadora
[que desde la aurora busca su labor,
desde el arado que canta,
desde cada andamio y hasta del tractor.]
Albañiles, carpinteros,
sastres, jornaleros, [todos por igual,]
herreros y estibadores
y los lustradores del Parque Central.
realmente es nombre genérico, refiriéndose a todo fruto que tenga una parte carnosa, conteniendo una semilla protegida por una capa dura. 55 Palo grande que produce una fruta, ´el caimito¨, morada, muy pulposa, de piel tersa y tamaño como medio puño. 56 De la familia de las calabazas. Mata como hierba, rastrera. También se le conoce como ayote. 57 Planta rastrera y trepadora que produce frutos muy variados según la especie. De flor grande y mucho color. En otros lugares se llama calabaza, ahuyama, zapallo y más. 58 Abejita silvestre que hace su panal en troncos muertos y vacíos, de los cuales se extrae cera y miel, la miel de jicote. 59 24 Todo líquido dulzón al fermentar produce la ́ chicha´, por lo que esta tiene cierto grado de alcohol. Según de donde proceda el líquido azucarado así se llama la chicha. Chicha e´maiz, chicha e' coyol. El guarapo es la chicha del zumo de la caña dulce. El vino sería chicha de uva. 60 Es una palmera de sabia dulce. Al dejarla fermentar se ´en chicha´ y aparece la chicha e´coyol 61 Las llamadas ´lianas´ de donde Tarzán se colgaba. Es una planta trepadora de tallo no tan grueso como un brazo y necesariamente largo para alcanzar el techo del bosque en busca de la luz, allí saca hojas y flores y se deja colgar.
59
7. Vos sos tres veces santo, Vos sos tres veces justo, libéranos del yugo, danos la libertad.
Sanctus.
De nuevo, un canto que es, esencialmente, un himno de alabanza que mana de “haber
visto” y que contiene, como lo hacía el canto de meditación, una breve y significativa
súplica.
Este himno de alabanza nace de un haber visto singular que aquí recurre al verbo divisar
que en lenguaje popular equivale a distinguir, a reconocer a alguien, a lo lejos, sin una
certeza plena. Por ello, como “por todas las veredas y cañadas de esta misa”, en este canto
hay una evidencia visual, mística, misteriosa, pues, porque se trata de una visión del
absconditus, del invisible que se hace visible porque se ha hecho carne, porque se ha
humanado y, porque inhabitando en los seres humanos posibilita ver al invisible, nombrar
al innombrable, llamar Abbá, “Papi”, “Apa” o “Apá” al totalmente Otro, al que otros apenas
pueden nombrar Uno o decirlo con lenguaje negativo o ante lo que prefieren (y exigen)
callar.
60
Quien entona este himno de alabanza ha “divisado a Jesucristo, la luz de su verdad” “por
todos los caminos, veredas y cañadas”, ha divisado a alguien que está por doquier, no algo
que no puede hacerse presente porque se limitaría, sino a alguien omnipresente…
A alguien de quien sólo se puede decir no que es santo, sino tres veces santo (Santo, Santo,
Santo); no que es justo, sino tres veces justo (Justo, Justo, Justo), utilizando el tres como
número de plenitud divina, celestial.
Por eso, quien ha divisado a Jesucristo por todos los caminos, veredas y cañadas, le dice
cantando:
Vos sos tres veces santo.
Vos sos tres veces justo;
Un canto de alabanza a Jesucristo que evoca las aclamaciones a Jesús en su entrada a
Jerusalén apenas unos días antes de ser “crucificado, muerto y sepultado” bajo el poder de
“Poncio Pilato”…
Un canto que evoca también los cantos triunfales en el cielo presentes en el capítulo 19 del
Libro del Apocalipsis, en el contexto de las Bodas del Cordero, en los que hay aclamaciones
cercanas a las dirigidas al “líder de la verdad”; aclamaciones que alaban a Dios, “porque sus
juicios son verdaderos y justos; porque ha condenado a la Gran Ramera que corrompía la
tierra con su prostitución y ha vengado en ella la sangre de sus siervos” (Apocalipsis 19, 2).
Este Jesucristo a quien se eleva este canto de alabanza es Dios y hombre: el Dios parejo que
no anda con carambadas; hombre de ñeques, el mero Tayacán. No sólo el Tayacán, como
se le cantaba en el Canto de Meditación, sino el Mero Tayacán, añadiéndole ese calificador
que le muestra como el “mero mero petatero”, como alguien que no tiene parangón, y que
apunta hacia el Único, hacia el Único Señor, hacia el Hijo Unigénito…
¿La petición?
Una petición, una súplica al tres veces santo, al tres veces justo, que nace de la condición
de subyugados y oprimidos:
¡Libéranos del yugo!
61
¡Danos la libertad!
62
8. La comunión no es un rito intrascendente y banal… Canto de Comunión.
Un canto de comunión sui generis, en cuanto que, a diferencia de los cantos ordinarios de
comunión, apenas hace mención explícita del rito de comunión e insiste en la comunión de
la comunidad reunida en torno al altar, a invitación de Jesucristo, en esa comunión que es
fruto de la celebración y de la comunión sacramental.
Una comunidad en la que hay “viene de tierra adentro más allá de Sacaclí”62, trayendo
consigo “bellas Mazurquitas63 y una tonadita” especial…
Una comunidad a la que no se unen ahora los pájaros del monte que cantaban al Señor
antes de rayar el alba, antes de nacer el día, sino “los pescaditos del lago” (pececitos debería
decir) que “brincan alborozados, como encalichados64 de fraternidad”
Laguneros 65 y robalos,
62 Pueblito al norte de Nicaragua. 63 Baile. Mazurca 64 Poner una capa de yeso sobre una superficie. También medio embolarse (emborracharse). 65 Bagre.
63
el guapote 66 y el gaspar67
las mojarras68, las guabinas 69
y hasta las sardinas
que parecen cantar.
Una comunidad que se reúne en “el maizal”, en la parcela del Señor, “arrimadita a la
hoguera”, en torno al fuego…
Una comunidad que atiende a la invitación de Jesucristo “a su cosecha de amor”, a una
cosecha que es comunión; comunión que:
no es un rito intrascendente y banal.
Que es:
compromiso y vivencia, toma de conciencia de la cristiandad.
Que es:
Comulgar con la lucha de la colectividad.
Que es decir:
yo soy cristiano y conmigo hermano vos podés contar.
66 Pez propio del caribe. 67 El gaspar (pescado seco) es el nombre con que por tradición (Aunque no es el nombre correcto) se ha llamado al pescado seco y salado que se vende para Semana Santa en los mercados de Nicaragua. En realidad, el verdadero gaspar es un pez, parte pescado y parte cocodrilo. Es una especie de animal que aparentemente está todavía en proceso de evolución. Su carme, que solo el verdadero conocedor puede distinguir, es una de las carnes más deliciosa que puede haber sobre el planeta tierra. 68 Posee una mancha negra sobre el pedúnculo caudal, y otra de forma triangular sobre su cabeza. Su cuerpo es alto, comprimido y ovalado. De color gris plateado, está adornado con varias bandas longitudinales doradas. Puede llegar a alcanzar los 45 cm. de longitud, aunque la mayoría de las especies capturadas miden entre 20 y 25 cm. Se alimenta de algas y de animales que habitan en los fondos poco profundos de las costas. Vive en fondos rocosos y arenosos, desde la orilla hasta los 50 metros de profundidad. Desova en el mes de octubre y las crías abundan en la zona intermareal formando pequeños bancos. Alcanza la madurez sexual a los dos años y al igual que las demás especies de su familia, es hermafrodita. 69 Pez de agua dulce de piel resbaladiza, por lo que suele decirse de la persona que se escurre de sus compromisos. También es el nombre de un baile.
64
Es verdad que en otros cantos había estado presente ya el compromiso nacido de la fe
aparecía en un contexto de alabanza o de visión contemplativa del resucitado que está
resucitando.
En este, sin embargo, hay un mensaje explícito de carácter ético: comulgar “no es un rito
intrascendente y banal”; es compromiso, vivencia, toma de conciencia, “comulgar con la
lucha de la colectividad” (no sólo de la comunidad) y compromiso de solidaridad (“yo soy
cristiano y conmigo, hermano, vos podés contar”) de quien ha suplicado a Cristo Jesús:
“Solidarízate [no con la clase opresora que exprime y devora la comunidad, sino] con el
oprimido, con el pueblo mío sediento de paz”.
Ya sólo falta el Canto de Despedida y con él, la despedida de estos cantos…
65
9. No hay cosa más bonita que mirar a un pueblo reunido; que escuchar en el canto de
todos, un solo grito inmenso de fraternidad. Canto de despedida.
“Dicen que no son tristes las despedidas”, reza un dicho popular; un dicho que prosigue:
“dile a quien te lo dijo que se despida”.
Y así sucede en este canto de despedida de la Misa Campesina Nicaragüense que ya no es
un himno de alabanza, ni de súplica, ni siquiera de acción de gracias, sino un himno en que
la comunidad expresa cantando lo difícil que es decir adiós (“no es chiche ―no es fácil―
decir adiós”), aunque, en realidad, no se trate de un adiós, sino de un “hasta pronto”, “hasta
la vista”, “hasta la próxima vez que nos reunamos”, de un hasta “cuando todos regresemos
a la misa campesina”.
En verdad se siente “un torozón [es decir, un sofocamiento, ‘un nudo’] en mitad de la
garganta…
Esa “cabanga” (nostalgia) que se siente al despedirse, sin embargo, “va a ser pronto una
sonrisa”, como sucede con la mujer que acaba de dar a luz (Evangelio según San Juan,
capítulo 16, versículo 21), como con los ladrones cuando se reparten el botín (Isaías, 9,3).
66
Aquí, todavía antes de la despedida, se manifiesta la vocación contemplativa de esa
comunidad a cuya cabeza está un monje trapense, contemplativus in liberatione (Leonardo
Boff dixit), esa mirada mística que antes ha visto al Dios de los pobres sudar en la calle, que
ha visto su rostro curtido, que le ha visto cortando caña y maíz, dando vueltas en el parque
y jugando pelota con Miguel y que ha contemplado a “los pájaros del monte” y a los
“pescaditos del lago” ahora mira la belleza del pueblo reunido que canta feliz y que por eso
exclama:
¡Qué cosa más bonita contemplar
a la Chenta Calero
con sus cuatro chigüines 70 y Gaspar,
su alegre compañero!
Y todavía más: ya no sólo “qué cosa más bonita” sino:
¡No hay cosa más bonita que mirar
a un pueblo reunido
que lucha cuando quiere mejorar
porque está decidido!
¡No hay cosa más bonita que escuchar
en el canto de todos
un solo grito inmenso de fraternidad!71
Una contemplación de la que nace una alegría desbordante, plena, dionisiaca, no apolínea…
(Y pensar que Nietzsche rechaza el cristianismo por su moral austera… ¿Qué hubiera
pensado si hubiera contemplado la exuberante belleza de esas tierras, de esos lagos y la
exultante alegría de estas comunidades, si hubiera visto lo que vieron? No es posible
saberlo, ni decirlo, sólo, quizás, imaginarlo).
Una alegría que renueva el corazón y motiva para proseguir el trabajo en el campo:
70 Hijos pequeños. 71 Los signos de exclamación no están presentes en el texto original, al menos en las versiones que he consultado. Sin embargo, creo que está más que justificarlo incorporarlas a la letra.
67
Hoy siento nuevecito el corazón,
lo siento macanudo72,
igual que la semilla e´marañón73
cuando ya está de punto.
Ahora que regrese a mi lugar
repleto de alegría
voy a limpiar mi huerta con más devoción.
Este canto, por cierto, no se limita a la contemplación, sino que invita a la acción ritual, a la
danza sacra que simboliza y prepara la social. En este caso, golpe de palmas como signo de
ser muchos y, por ello, inamovibles y unión de las manos como lazo de hermandad y de ser
una muralla fuerte.
Al golpe de las palmas la canción
va agarrando más fuerza
para que en todos vibre la emoción
y se haga más intensa.
Al golpe de las palmas se sabrá
que somos mucha gente
y si estamos unidos
nadie nos moverá.
Juntemos nuestras manos
para estar fundidos nuevamente
en este enorme lazo de hermandad
de amor nicaragüense.
Juntemos nuestras manos para hacer
una muralla fuerte
72 Pleno de fuerza 73 Anacardium occidentale, conocido vulgarmente como anacardo, nuez de la india, castaña de cajú, marañón, caguil o merey es un cultivo originario de Venezuela y del nordeste brasileño con excelentes propiedades medicinales y nutricionales.
68
que defienda por siempre
la comunidad.
69
10. Sintiendo “un torozón en mitad de la garganta” y sintiendo “macanudo" el
corazón. Despedida-conclusión.
No es “chiche” concluir aquí, sintiendo “un torozón en mitad de la garganta” y sintiendo
“macanudo el corazón…
Y sin embargo es momento de hacerlo.
Si es verdad que “todas las cosas tienen su tiempo, que todo lo que hay debajo del sol tiene
su hora” ―como reza, inspirado en el Libro del Qohélet― uno de los cantos de otras de las
misas centroamericanas, la Misa Popular Salvadoreña, estrenada apenas unos días antes
del asesinato de Monseñor Romero, este es el tiempo para despedir, concluir estas letras
que comenzaron con la intención de ser la primera sección de la tercera parte de un texto-
homenaje a Don Luis Villoro Toranzo (a ese Don Luis cuyo secreto de haberse enlistado en
el EZLN acaba de ser revelado por el ex Subcomandante Marcos el pasado 2 de mayo de
2015)…
Estas letras que se “desboronan” a lo largo de cerca de cincuenta páginas y que han llegado
a ser un texto independiente o, al menos, independizable, del proyecto original en tres
tiempos e, incluso, independiente o, al menos independizable, del proyecto inicial de
70
explorar sus modelos y calificadores, ya que acabó convirtiéndose en un comentario general
de los cantos la Misa Campesina Nicaragüense salida de la mano de artista de Carlos Mejía
Godoy.
Un comentario general de esta sinfonía de alabanzas al Dios de los pobres, al Dios humano
y sencillo, interpretada por la exuberante naturaleza nicaragüense y cristianos sedientos de
paz con los instrumentos, los ritmos y el lenguaje de su pueblo.
Un comentario desde la experiencia compartida, no desde la fría objetividad del análisis
lógico-lingüístico, sino al calor del fuego de una hermenéutica comprometida y crítica que
no pretende sino sacar a la luz la inmensa riqueza ahí contenida.
Un comentario que ofrendo a todos aquellos que encontraron en estos cantos al Dios
alabable una y mil veces por ser rebelde, por luchar noche y día [siempre, eternamente]
contra la injusticia de la humanidad”, juntamente con la inspiración para proseguir esa obra
que ha quedado definida de manera definitiva pero que aún no ha sido concluida, que será
concluida cuando ese Dios sea todo en todos, cuando se celebren las Bodas del Cordero
convertido ya en Carnero, en esa morada de Dios con los hombres que pinta con su mano
de artista, no primitivista, sino apocalíptico ese Juan, hermano y compañero (como el Cristo
de algún canto de esta misa) de la tribulación, del reino y de la paciencia en el sufrimiento
en Jesús, a quien se le mostró en un éxtasis en la isla de Patmos, “lo que ha de suceder
pronto”.
Ahora, tras esta efusión de palabras y de palabras sobre palabras; después de la osadía de
decir lo indecible sobre unos cantares al Innombrable (porque su nombre está sobre todo
nombre), es tiempo de abandonar el ámbito de la palabra; es hora que la boca calle,
silenciada por un beso inesperado; por ese beso anhelado que “a vida eterna sabe y toda
deuda paga”.
71
APÉNDICE
CREDOS: CUADRO COMPARATIVO
CREDO DE LOS APÓSTOLES CREDO MISA CAMPESINA
NICARAGÜENSE CREDO NICENO-
CONSTANTINOPOLITANO
1 Creo en Jesucristo su único Hijo Nuestro Señor,
Creo en vos, Cristo obrero, luz de luz y verdadero unigénito de Dios
Creo en un solo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos.
Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho;
2
Fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo.
Nació de Santa María Virgen,
Para salvar el mundo en el vientre humilde y puro de María se encarnó.
Por nosotros los hombres, y por nuestra salvación bajó del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre;
3
Padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos,
Creo que fuiste golpeado, con escarnio torturado, en la cruz martirizado, siendo Pilato pretor ―el romano imperialista puñetero y desalmado― que lavándose las manos quiso borrar el error.
Por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado,
4
Al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios Padre, todopoderoso
Yo creo en vos compañero, Cristo humano, Cristo obrero de la muerte vencedor con el sacrificio inmenso engendraste al hombre nuevo para la liberación.
Resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre;
5 Desde allí va a venir a juzgar a vivos y muerto
Cristo está resucitando en cada brazo que se alza para defender al pueblo del dominio explotador, porque estás vivo en el rancho, en la fábrica, en la escuela; creo en tu lucha sin tregua, creo en tu resurrección.
De nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin.
72
APÉNDICE 2
MISA CAMPESINA NICARAGÜENSE
LETRA
CANTO DE ENTRADA
Vos sos el Dios de los pobres,
el Dios humano y sencillo,
el Dios que suda en el calle;
el Dios de rostro curtido;
por eso es que te hablo yo,
así como habla mi pueblo,
porque sos el Dios obrero,
el Cristo trabajador.
Vos vas de la mano con mi gente,
luchás en el campo y la ciudad,
hacés fila allá en el campamento
para que te paguen tu jornal.
Vos comés raspado allá en el parque
con Eusebio, Pancho y Juan José
y hasta protestás por el cirope
cuando no te le echan mucha miel.
Yo te he visto en una pulpería
instalado en un caramanchel,
te he visto vendiendo lotería
sin que te avergüence ese papel;
yo te he visto en las gasolineras
chequeando las llantas de un camión
y hasta patroleando carreteras
con guantes de cuero y overol.
SEÑOR, TEN PIEDAD
Cristo, Cristo Jesús,
identifícate con nosotros.
Señor, Señor, mi Dios,
73
identifícate con nosotros.
Cristo, Cristo Jesús,
Solidarízate
no con la clase opresora
que exprime y devora
a la comunidad
sino con el oprimido
con el pueblo mío
sediento de paz.
GLORIA
Con el más alegre
son de mi pueblo
vengo a cantar este Gloria a Cristo
que en son de toros me gusta más.
Yo quiero cantar a Jesús
que es líder de la verdad
con el gozo desbordante
y explosivo de los cohetes
que iluminan nuestros
cielos en la fiesta popular.
Gloria a Dios en Siuna,
Jalapa y Cosigüina,
en Solentiname, Diriomo
y Ticuantepe.
Gloria a Dios en Tisma,
Waslala y Yalagüina,
en Totogalpa, Moyogalpa
y Santa Cruz.
Gloria al que sigue
la luz del Evangelio,
al que anuncia sin miedo
la injusticia.
74
Gloria al que sufre
la cárcel y el destierro
y da su vida combatiendo al opresor.
Hoy te glorificamos, Señor,
con las marimbas,
con los violines de ñámbar,
sonajas y atabaques,
con chirimillas, quijongos
y sambumbias,
con las danzas nativas
de Subtiava y Monimbó.
CANTO DE MEDITACIÓN
Antes que nazca el día
los pájaros del monte
nos dan sus melodías,
los güises y zenzontles;
el picotear sonoro
de un carpintero se oye
que en la punta de un árbol
su casa construye
donde va a vivir,
y un gorrioncillo salta
de una rama a otra
muy cerca de allí.
Como estos pajarillos,
hoy te canto, Señor,
pidiéndote nos unas
en fuerza y en amor.
Te alabo por mil veces
porque fuiste rebelde
luchando noche y día
contra la injusticia
75
de la humanidad.
Mil campesinos
unidos te cantamos,
bajamos de los cerros
con nuestras alforjas
repletas de amor,
por ser el pencón,
el guía y justiciero,
por ser el tayacán
de mi pueblo entero (bis).
Canten pijules, zanates y pocoyos,
vengan los chichiltotes,
los saltapiñuelas y el alcarabán;
que cante el colibrí,
canarios y chocoyos,
juntos con el macuá
canten felices todos (bis).
CREDO
Creo, Señor, firmemente
que de tu pródiga mente
todo este mundo nació,
que de tu mano de artista,
de pintor primitivista,
la belleza floreció:
las estrellas y la luna,
las casitas, las lagunas,
los barquitos navegando
sobre el río rumbo al mar,
los inmensos cafetales,
los blancos algodonales
y los bosques mutilados
por el hacha criminal (bis).
76
Creo en vos,
Arquitecto, Ingeniero,
Artesano, Carpintero,
Albañil y Armador.
Creo en vos,
Constructor del pensamiento,
de la música y el viento,
de la paz y el amor.
Yo creo en vos, Cristo Obrero,
luz de luz y verdadero
Unigénito de Dios
que para salvar al mundo
en el vientre humilde y puro
de María se encarnó.
Creo que fuiste golpeado,
con escarnio torturado
en la cruz martirizado
siendo Pilatos Pretor,
el romano imperialista
puñetero y desalmado
que levándose las manos
quiso borrar el error (bis).
Yo creo en vos, compañero
Cristo humano, Cristo obrero,
de la muerte vencedor
con tu sacrificio inmenso
engendraste al Hombre Nuevo
para la Liberación.
Vos estás resucitando
en cada brazo que se alza
para defender al pueblo
del dominio explotador:
porque estás vivo en el rancho,
77
en la fábrica, en la escuela,
creo en tu lucha sin tregua,
creo en tu resurrección.
OFERTORIO
Yo te ofrezco, Señor,
en esta Misa
el trajín de cada día,
toda la energía
que da mi sudor.
Yo te ofrezco, Señor,
mi trabajo entero,
los bejucos de mis brazos,
el vivo entusiasmo
de mi corazón (bis).
Obreros y campesinos
con el pan y el vino
te ofrecemos hoy
los chilincocos y almendros
que montaña adentro
nuestra tierra dio,
los caimitos bien morados,
los mangos pintados
de luna y de sol,
los pipianes, los ayotes,
la miel de jicote,
la chicha de coyol. (bis)
La clase trabajadora
que desde la aurora
busca su labor
desde el arado te canta,
desde cada andamio
y hasta del tractor;
78
albañiles, carpinteros,
sastres, jornaleros,
todos por igual;
herreros y estibadores
y los lustradores
del Parque Central (bis).
SANTO
Por todos los caminos,
veredas y cañadas
diviso, Jesucristo,
la luz de la verdad.
Vos sos tres veces santo.
Vos sos tres veces justo.
Libéranos del yugo,
danos la libertad (bis).
Vos sos el Dios parejo.
No andás con carambadas.
Vos sos Hombre de ñeques,
el mero tayacán.
Vos sos tres veces santo.
Vos sos tres veces justo.
Libéranos del yugo.
Danos la libertad (bis).
COMUNION
Vamos a la milpa,
a la milpa del Señor.
Jesucristo invita
a su cosecha de amor;
brillan los maizales
a la luz del sol,
79
vamos a la milpa
de la comunión.
El pueblo se desborona
alrededor del altar.
Arrimadita a la hoguera
se reúne entera la comunidad.
Yo vengo de tierra adentro
más allá de Sacaclí.
Traigo bellas mazurquitas
y una tonadita que la canto así (bis).
Los pescaditos del lago
nos quieren acompañar
y brincan alborozados
como engalichados de fraternidad:
laguneros y robalos,
el guapote y el gasear,
las mojarras, las guabinas
y hasta las sardinas parecen cantar (bis)
La comunión no es un mito
intrascendente y vanal,
es compromiso y vivencia,
toma de conciencia de la cristiandad,
es comulgar con la lucha
de la colectividad,
es decir yo soy cristiano,
y conmigo hermano, vos podes contar (bis)
DESPEDIDA
No hay cosa más bonita que mirar
a un pueblo reunido
que lucha cuando quiere mejorar
porque está decidido.
No hay cosa más bonita que escuchar
80
en el canto de todos
un solo grito de fraternidad.
No es chiche decir adiós
cuando la alegría es tanta;
aquí siento el torozón,
en mitad de la garganta.
Pero toda esa cavanga
va a ser pronto una sonrisa
cuando todos regresemos
a la misa campesina.
Qué cosa más bonita contemplar
a la Chenta Calero
con sus cuatro chigüines y Gaspar,
su alegre compañero.
De aquí puedo mirar al pescador
Presentación Ortiz
con toda su familia
cantando feliz.
Hoy siento nuevecito el corazón,
lo siento macanudo,
igual que la semilla de marañón
cuando ya está de punto;
ahora que regreso a mi lugar
repleto de alegría
voy a limpiar mi huerta
con más devoción.
Al golpe de las palmas la canción
va agarrando más fuerza
para que en todos vibre la canción
y se haga más intensa;
al golpe de las palmas se sabrá
que somos mucha gente,
y si estamos unidos nadie nos moverá.
81
Juntemos nuestras manos para estar
fundidos nuevamente
en este enorme lazo de hermandad,
de amor nicaragüense.
Juntemos nuestras manos para hacer
una muralla fuerte
que defienda por siempre
la comunidad.
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