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Unidad 6

La lírica desde 1940 a los años 60

CONTENIDOS CONCEPTUALES

La poesía de posguerra: poesía existencial (arraigada y desarraigada) y poesía social.

La Promoción de los años sesenta.

Parte del tema 14 Tendencias de la lírica de posguerra. La producción poética de Miguel

Hernández. Poesía de evasión. Poesía existencial

arraigada y poesía existencial desarraigada

Poesía social. Características. La Promoción de los años sesenta.

Características

La poesía española de posguerra. Miguel Hernández.

Los años cuarenta. Las revistas literarias: Garcilaso, Espadaña, Cántico y Postismo.

La poesía social. Poesía para la inmensa mayoría: Blas de Otero y José Hierro.

La Generación de medio siglo. Recuperación del tono intimista: Ángel González.

Panorama general La muerte La cárcel, la censura El exilio Revistas y publicaciones para minorías Los cuarenta: angustia existencial o

evasión Los cincuenta: compromiso social Los sesenta: renovación del discurso

poético; intimismo

Miguel Hernández (1910-1942)

Orihuela, Ramón Sijé, los clásicos Madrid 1931: Aleixandre, Neruda Compromiso republicano Prisión y muerte Temas: la vida, el amor, la muerte

Primeras composiciones: Perito en lunas (1933) 42 octavas reales; culteranismo; adivinanzas

¡A LA GLORIA, a la gloria toreadores! La hora es de mi luna menos cuarto.Émulos imprudentes del lagarto,magnificaos el lomo de colores.Por el arco, contra los picadores,del cuerno, flecha, a dispararme parto.¡A la gloria, si yo antes no os ancoro––golfo de arena––, en mis bigotes de oro!

ANDA, columna; ten un desenlacede surtidor. Principia por espuela.Pon a la luna un tirabuzón. Haceel camello más alto de canela.Resuelta en claustro viento esbelto pace,oasis de beldad a toda velacon gargantillas de oro en la garganta:fundada en ti se iza la sierpe, y canta.

Poesía amorosa: El rayo que no cesa (1934-1935) Experiencia amorosa y angustia existencial; el toro y el cuchillo Como el toro he nacido para el luto

y el dolor, como el toro estoy marcadopor un hierro infernal en el costadoy por varón en la ingle con un fruto.

Como el toro lo encuentra diminutotodo mi corazón desmesurado,y del rostro del beso enamorado,como el toro a tu amor se lo disputo.

Como el toro me crezco en el castigo,la lengua en corazón tengo bañaday llevo al cuello un vendaval sonoro.

Como el toro te sigo y te persigo,y dejas mi deseo en una espada,como el toro burlado, como el toro.

“Elegía a Ramón Sijé”(En Orihuela, su pueblo y el mío, se meha muerto como el rayo, Ramón Sijé,a quien tanto quería.)

Yo quiero ser llorando el hortelano de la tierra que ocupas y estercolas,compañero del alma tan temprano.

Alimentando lluvias, caracolas,y órganos mi dolor sin instrumentos,a las desalentadas amapolas

daré tu corazón por alimento.Tanto dolor se agrupa en mi costado,que por doler, me duele hasta el aliento.

Un manotazo duro, un golpe helado, un hachazo invisible y homicida,un empujón brutal te ha derribado.

No hay extensión más grande que mi herida,lloro mi desventura y sus conjuntos y siento más tu muerte que mi vida.

Ando sobre rastrojos de difuntos,y sin calor de nadie y sin consuelo voyde mi corazón a mis asuntos.

Temprano levantó la muerte el vuelo,temprano madrugó la madrugada,temprano está rodando por el suelo.

No perdono a la muerte enamorada, no perdono a la vida desatenta,no perdono a la tierra ni a la nada.

En mis manos levanto una tormenta de piedras, rayos y hachas estridentes, sedienta de catástrofes y hambrienta.

Quiero escarbar la tierra con los dientes,quiero apartar la tierra parte a parte a dentelladas secas y calientes.

Quiero mirar la tierra hasta encontrarte y besarte la noble calaveray desamordazarte y regresarte.

Volverás a mi huerto y a mi higuera,por los altos andamios de las florespajareará tu alma colmenera

de angelicales ceras y labores. Volverás al arrullo de las rejasde los enamorados labradores.

Alegrarás la sombra de mis cejasy tu sangre se irá a cada lado, disputando tu novia y las abejas.

Tu corazón, ya terciopelo ajado,llama a un campo de almendras espumosas,mi avariciosa voz de enamorado.

A las aladas almas de las rosas del almendro de nata te requiero, que tenemos que hablar de muchas cosas, compañero del alma, compañero.

Poesía social

Poesía comprometida Viento del pueblo (1937) El hombre acecha (1937-1939)

Últimos años

Cárcel, amor, desesperación, ausencia

Cancionero y romancero de ausencias (1938-1941)

Poema últimos, lírica popular

Nanas de la cebollaLa cebolla es escarcha cerrada y pobre.Escarcha de tus días y de mis noches. Hambre y cebolla,hielo negro y escarcha grande y redonda.

En la cuna del hambremi niño estaba.Con sangre de cebollase amamantaba.Pero tu sangre,escarchada de azúcar, cebolla y hambre.

Una mujer morena resuelta en lunase derrama hilo a hilosobre su cuna.Ríete, niño,que te tragas la lunacuando es preciso.Alondra de mi casa,ríete mucho.Es tu risa en los ojosla luz del mundo.Ríete tantoque en el alma, al oírte,bata el espacio.

Tu risa me hace libre,me pones alas. Soledades me quita, cárcel me arranca. Boca que vuela,corazón que en tus labiosrelampaguea.Es tu risa la espadamás victoriosa,vencedor de las flores y las alondras.Rival del sol.Porvenir de mis huesos y de mi amor.

La carne aleteante,súbito el párpado,y el niño como nuncacoloreado.¡Cuánto jilguerose remonta, aletea,desde tu cuerpo!

Desperté de ser niño; nunca despiertes.Triste llevo la boca.Ríete siempre. Siempre en la cuna defendiendo la risa pluma por pluma. Ser de vuelo tan alto,tan extendido,que tu carne parececielo cernido.¡Si yo pudieraremontarme al origende tu carrera!

Al octavo mes con cinco azahares. Con cinco diminutas ferocidades. Con cinco dientes como cinco jazminesadolescentes.

Frontera de los besosserán mañana,cuando en la dentadura sientas un arma.Sientas un fuego correr dientes abajobuscando el centro.

Vuela niño en la dobleluna del pecho. Él, triste de cebolla.Tú, satisfecho.No te derrumbes. No sepas lo que pasani lo que ocurre.

Los años cuarenta. Las revistas literarias: Garcilaso, Espadaña, Cántico y Postismo Poesía de evasión; garcilasistas: José García Nieto, Juan

Garcés, Jesús Revuelta, Pedro Lorenzo Visión positiva Sin alusiones a los problemas reales Preocupación por la forma Los clásicos Estrofas clásicas

Poesía existencial Poesía arraigada: Luis Rosales, Leopoldo Panero, Luis Felipe

Vivanco, Dionisio Ridruejo Coincidencia con lo anterior, salvo en la actitud

Poesía desarraigada: Dámaso Alonso, Blas de Otero Existencialismo rebelde Preocupación por los contenidos El soneto y el verso libre

Lectura poema B pag. 297; A y B de la pág. 298

José García Nieto, (Oviedo, 6 de julio de 1914 – Madrid, 27 de febrero de 2001)TOLEDO, LA ENCARCELADA   Con los ojos cegados de oro y con los pies escondidos en agua, al balcón, con el sol de la tarde, sin querer, sin hablar, se asomaba.   La cigüeña, qué quieta en la torre, y, en lo rojo del monte, las águilas qué despacio cruzaban el aire... La ciudad, desde lejos, miraba.   No podía salvar tanto puente, tanto paso de muerte, entre tanta noche fría por los cigarrales donde un día cantó la cigarra.   Sólo el río podía, gozando los más claros dominios del agua, perseguir lentamente la rosa de la madrugada.

Geografía es amor, 1955 Garcilacista

Dámaso Alonso, Madrid, 3 de octubre 1898 – 25 de enero 1990 Insomnio

Madrid es una ciudad de más de un millón de cadáveres                                                        (según las últimas estadísticas). A veces en la noche yo me revuelvo y me incorporo en este nicho en el que hace 45 años que me pudro, y paso largas horas oyendo gemir al huracán, o ladrar los perros, o fluir blandamente la luz de la luna. Y paso largas horas gimiendo como el huracán, ladrando como un perro enfurecido, fluyendo como la leche de la ubre caliente de una gran vaca amarilla. Y paso largas horas preguntándole a Dios, preguntándole por qué se pudre lentamente mi alma, por qué se pudren más de un millón de cadáveres en esta ciudad                                                                                              de Madrid, por qué mil millones de cadáveres se pudren lentamente en el mundo. Dime, ¿qué huerto quieres abonar con nuestra podredumbre? ¿Temes que se te sequen los grandes rosales del día, las tristes azucenas letales de tus noches?

Hijos de la ira, 1944

Blas de Otero Muñoz (Bilbao, 15 de marzo de 1916 - Madrid, 29 de junio de 1979) A martillazos de cristal, el pechoespera que el dolor le alumbre un llantode música esperanza. Y mientras tanto,silbo en silencio, contemplando el techo. Sábanas son el mar, navío el lecho,sedas hinchadas a favor de espanto,y para qué cambiar: si me levantosurco la misma sed que si me echo. Silba en silencio. Sin salir de casa,silba a los cuatro vientos del olvido,a ver si vuelve Dios. A ver qué pasa. Qué va a pasar. Silencio a martillazos.Un navío en el mar, y otro perdidoque iba y venía al puerto de mis brazos.

“Ni él ni tú”, , Redoble de conciencia, Barcelona, 1951.

Abandono de dos Progresión emotiva

del poema

“HOMBRE”, Ángel fieramente humano, 1951Luchando, cuerpo a cuerpo, con la muerte, al borde del abismo, estoy clamando a Dios. Y su silencio, retumbando, ahoga mi voz en el vacío inerte.

Oh Dios. Si he de morir, quiero tenerte despierto. Y, noche a noche, no sé cuándo oirás mi voz. Oh Dios. Estoy hablando solo. Arañando sombras para verte.

Alzo la mano, y tú me la cercenas. Abro los ojos: me los sajas vivos. Sed tengo, y sal se vuelven tus arenas.

Esto es ser hombre: horror a manos llenas. Ser —y no ser— eternos, fugitivos. ¡Ángel con grandes alas de cadenas!

Agonía de la angustia existencial del hombre

Dos partes en el soneto Los cuartetos buscan a Dios Primer terceto imposibilidad de ese

encuentro. Segundo terceto, tragedia de la condición humana

Importancia del apóstofre Diferencia métrica entre cuartetos y

tercetos Constantes encabalgamientos e

hipérbatos en los primeros y esticomitias en los segundos

Contrafacta

Gabriel Celaya (Hernani, Guipúzcoa, 18 de marzo de 1911 – Madrid, 18 de abril de 1991)

“Aviso”

La ciudad es de goma lisa y negra,pero con boquetes de olor a vaquería,y almacenes de grano, y a madera mojada,y a guarnicionería, y a achicoria, y a esparto.

Hay chirridos que muerden, hay ruidos inhumanos,hay bruscos bocinazos que deshinchanmi absurdo corazón hipertrofiado.

Yo me alquilo por horas; río y lloro con todos;pero escribiría un poema perfectosi no fuera indecente hacerlo en estos tiempos.

Tranquilamente hablando, 1947.

Concepto poéticoLa poesía al servicio de los demás, lejos del

artificio MétricaMayoritariamente endecasílabos y

alejandrinos con algunas asonancias Tres partesEstrofa 1: descripción de la ciudadEstrofa 2: efectos de la ciudad en el poetaEstrofa 3: definición de su poesía Metonimia v. 1Los coches Sugerencia elementos vs. 2-4El pasado con connotaciones desagradables

o positivas Vs. 5-7 desarrollan metonimia anterior Impresión de las aliteraciones Sugerencia de su propio alquiler Sacrificio del poema perfecto

La poesía social. Poesía para la inmensa mayoría: Blas de Otero y José Hierro

Realismo social: testimonio y denuncia Pido la paz y la palabra de Blas de Otero y

Cantos iberos de Gabriel Celaya Verso libre; contenido sobre forma;

sencillez; injusticias sociales; el tema de España

Lectura poemas C, D y E de la pág. 299; y B y C de la pág. 300

Blas de Otero

“A la inmensa mayoría”Aquí tenéis, en canto y alma, al hombreaquel que amó, vivió, murió por dentroy un buen día bajó a la calle: entoncescomprendió: y rompió todos su versos.

Así es, así fue. Salió una nocheechando espuma por los ojos, ebriode amor, huyendo sin saber adónde:a donde el aire no apestase a muerto.

Tiendas de paz, brizados pabellones,eran sus brazos, como llama al viento;olas de sangre contra el pecho, enormesolas de odio, ved, por todo el cuerpo.

¡Aquí! ¡Llegad! ¡Ay! Ángeles atrocesen vuelo horizontal cruzan el cielo;horribles peces de metal recorrenlas espaldas del mar, de puerto a puerto.

Yo doy todos mis versos por un hombreen paz. Aquí tenéis, en carne y hueso,mi última voluntad. Bilbao, a oncede abril, cincuenta y uno.

“A la inmensa mayoría”Aquí tenéis, en canto y alma, al hombreaquel que amó, vivió, murió por dentroy un buen día bajó a la calle: entoncescomprendió: y rompió todos su versos.

Así es, así fue. Salió una nocheechando espuma por los ojos, ebriode amor, huyendo sin saber adónde:a donde el aire no apestase a muerto.

Tiendas de paz, brizados pabellones,eran sus brazos, como llama al viento;olas de sangre contra el pecho, enormesolas de odio, ved, por todo el cuerpo.

¡Aquí! ¡Llegad! ¡Ay! Ángeles atrocesen vuelo horizontal cruzan el cielo;horribles peces de metal recorrenlas espaldas del mar, de puerto a puerto.

Yo doy todos mis versos por un hombreen paz. Aquí tenéis, en carne y hueso,mi última voluntad. Bilbao, a oncede abril, cincuenta y uno.

Juan RamónManifiesto o testamentoServentesios alejandrinos asonantadosLa métrica del 50Tres partes:1-5; 6-16; 17-20ContrafactasLa tercera personaLa nocheLa huida: de quéBelicismo y paciifismo en la 3ªLo que piden sus brazosAlegoría de la cuarta estrofaSacrificio final

“FIDELIDAD”Creo en el hombre. He vistoespaldas astilladas a trallazos,almas cegadas avanzando a brincos(españas a caballodel dolor y del hambre). Y he creído.Creo en la paz. He vistoaltas estrellas, llameantes ámbitosamanecientes, incendiando ríoshondos, caudal humanohacia otra luz: he visto y he creído.Creo en ti, patria. Digolo que he visto: relámpagosde rabia, amor en frío, y un cuchillochillando, haciéndose pedazosde pan: aunque hoy hay sólo sombra, he vistoy he creído.

“FIDELIDAD”Creo en el hombre. He vistoespaldas astilladas a trallazos,almas cegadas avanzando a brincos(españas a caballodel dolor y del hambre). Y he creído.Creo en la paz. He vistoaltas estrellas, llameantes ámbitosamanecientes, incendiando ríoshondos, caudal humanohacia otra luz: he visto y he creído.Creo en ti, patria. Digolo que he visto: relámpagosde rabia, amor en frío, y un cuchillochillando, haciéndose pedazosde pan: aunque hoy hay sólo sombra, he vistoy he creído.

Esperanza pese a todoSilva en tres partes:Lo peorLo mejorEspaña

“En el principio”Si he perdido la vida, el tiempo, todo lo que tiré, como un anillo al agua, si he perdido la voz en la maleza, me queda la palabra.

Si he sufrido la sed, el hambre, todo lo que era mío y resultó ser nada, si he segado las sombras en silencio, me queda la palabra.

Si abrí los labios para ver el rostro puro y terrible de mi patria, si abrí los labios hasta desgarrármelos, me queda la palabra.

“En el principio”Si he perdido la vida, el tiempo, todo lo que tiré, como un anillo al agua, si he perdido la voz en la maleza, me queda la palabra.

Si he sufrido la sed, el hambre, todo lo que era mío y resultó ser nada, si he segado las sombras en silencio, me queda la palabra.

Si abrí los labios para ver el rostro puro y terrible de mi patria, si abrí los labios hasta desgarrármelos, me queda la palabra.

Relación del título con el poemaEl Génesis y la palabraLo único que le quedaSufrimiento personal estérilImporta el mañana de todosCasi romance heroico¿Qué es lo que ha perdido?El tiempo anterior dedicado a sí

mismoSentido de la malezaSed y hambre de quéSentido de las sombras y el

silencioNovedad de la tercera estrofaEntronque con el 98

“No te aduermas”, Que trata de España (1964)

Las dos de la mañana.Cantaun gallo, otro gallocontesta.El campode mi patria reposabajo la luna.Oh derramada España,rota guitarra vieja,levantalos párpados(cantaun gallo) que viene,llena de vidala madrugada.

La promoción de los sesenta Superación del realismo social Caballero Bonald, Goytisolo, Gil de Biedma, Ángel

González, Valente, Claudio Rodríguez, Brines, Barral… Introspección intimista y autobiográfica Preocupación por el individuo La forma sobre el contenido El paso del tiempo; la infancia y la adolescencia; la

familia, el amor, el erotismo, lo cotidiano Tono conversacional: con Dios, la amada, el propio

poeta… Vanguardismo, sobre todo surrealista

José Hierro

Madrid, 3 de abril de 1922 - † Madrid, 21 de diciembre de 2002

Uno de los poetas más significativos de la segunda mitad de siglo

Del desarraigo hasta las últimas décadas

“El niño de la jaula vacía”, Libro de las alucinaciones (1964)

Con tus manos hiciste libres -con tus propias manos- las aves. Hijo: qué sueñas, sombra, símbolo del hombre que rompe sus cárceles, del que libera pensamientos, palabras que se lleva el aire; del que dio canto y dio consuelo y no halló quien lo consolase. Solitario, mudo, ceñidas las sienes de hojas otoñales. En la boca reseca el gusto de la sal de todos los mares. La sal que dejaron las olasde los días al derrumbarse.

“El niño de la jaula vacía”, Libro de las alucinaciones (1964)

Con tus manos hiciste libres -con tus propias manos- las aves. Hijo: qué sueñas, sombra, símbolo del hombre que rompe sus cárceles, del que libera pensamientos, palabras que se lleva el aire; del que dio canto y dio consuelo y no halló quien lo consolase. Solitario, mudo, ceñidas las sienes de hojas otoñales. En la boca reseca el gusto de la sal de todos los mares. La sal que dejaron las olasde los días al derrumbarse.

Social y existencialDeseo frustrado de libertadSingularidad de un romance

eneasílaboRasgo de los sesentaEstructura:Anécdota: 1-2Ineficacia de la acción: 3-8Confirmación personal de esa

ineficacia

“El niño de la jaula vacía”, Libro de las alucinaciones (1964)

Con tus manos hiciste libres -con tus propias manos- las aves. Hijo: qué sueñas, sombra, símbolo del hombre que rompe sus cárceles, del que libera pensamientos, palabras que se lleva el aire; del que dio canto y dio consuelo y no halló quien lo consolase. Solitario, mudo, ceñidas las sienes de hojas otoñales. En la boca reseca el gusto de la sal de todos los mares. La sal que dejaron las olasde los días al derrumbarse.

Insistencia en la acción del niño

Estructura de la alegoríaAlterna pesimismo con ilusiónEpisodio biográficoDe nada sirve entregarse…Sin reciprocidadAlegoría de la madurezMetáfora de la insatisfacciónTempus fugit

Jaime Gil de Biedma Barcelona, 13 de

noviembre de 1929 - 8 de enero de 1990

“No volveré a ser joven”, Poemas póstumos, 1968

Que la vida iba en seriouno lo empieza a comprender más tarde-como todos los jóvenes, yo vinea llevarme la vida por delante.

Dejar huella queríay marcharme entre aplausos-envejecer, morir, eran tan sólolas dimensiones del teatro.

Pero ha pasado el tiempoy la verdad desagradable asoma:envejecer, morir,es el único argumento de la obra.

“No volveré a ser joven”, Poemas póstumos, 1968

Que la vida iba en seriouno lo empieza a comprender más tarde-como todos los jóvenes, yo vinea llevarme la vida por delante.

Dejar huella queríay marcharme entre aplausos-envejecer, morir, eran tan sólolas dimensiones del teatro.

Pero ha pasado el tiempoy la verdad desagradable asoma:envejecer, morir,es el único argumento de la obra.

Hipérbaton de la primera estrofaHipérbaton del quinto verso:Estilo apropiado con sus sueñosDimensiones de la vejez y la

muerte en la segunda estrofaUna ficción lejanaAlegoría que representa el teatroLa vidaSugerencias de la síntesis final

“Contra Jaime Gil de Biedma”

De qué sirve, quisiera yo saber, cambiar de piso,dejar atrás un sótano más negro que mi reputación -y ya es decir-, poner visillos blancos y tomar criada, renunciar a la vida de bohemio, si vienes luego tú, pelmazo, embarazoso huésped, memo vestido con mis trajes, zángano de colmena, inútil, cacaseno, con tus manos lavadas, a comer en mi plato y a ensuciar la casa?

e acompañan las barras de los bares últimos de la noche, los chulos, las floristas, las calles muertas de la madrugada y los ascensores de luz amarilla cuando llegas, borracho, y te paras a verte en el espejo la cara destruida, con ojos todavía violentos que no quieres cerrar. Y si te increpo, te ríes, me recuerdas el pasado y dices que envejezco

Podría recordarte que ya no tienes gracia. Que tu estilo casual y que tu desenfado resultan truculentos cuando se tienen más de treinta años, y que tu encantadora.

sonrisa de muchacho soñoliento -seguro de gustar- es un resto penoso, un intento patético. Mientras que tú me miras con tus ojos de verdadero huérfano, y me lloras y me prometes ya no hacerlo.

Si no fueses tan puta! Y si yo no supiese, hace ya tiempo, que tú eres fuerte cuando yo soy débil y que eres débil cuando me enfurezco... De tus regresos guardo una impresión confusa de pánico, de pena y descontento, y la desesperanza y la impaciencia y el resentimiento de volver a sufrir, otra vez más, la humillación imperdonable de la excesiva intimidad.

A duras penas te llevaré a la cama, como quien va al infierno para dormir contigo. Muriendo a cada paso de impotencia, tropezando con muebles a tientas, cruzaremos el piso torpemente abrazados, vacilando de alcohol y de sollozos reprimidos. Oh innoble servidumbre de amar seres humanos, y la más innoble que es amarse a sí mismo!

José Ángel Valente

• Orense, España; 25 de abril de 1929 - Ginebra, Suiza; 18 de julio de 2000

“Esta imagen de ti”, La memoria y los signos (1966)

Estabas a mi ladoy más próxima a mí que mis sentidos.

Hablabas desde dentro del amor,armada de su luz.Nunca palabrasde amor más puras respirara.

Estaba tu cabeza suavementeinclinada hacia mí.Tu largo peloy tu alegre cintura.Hablabas desde el centro del amor,armada de su luz,en una tarde gris de cualquier día.

Memoria de tu voz y de tu cuerpomi juventud y mis palabras seany esta imagen de ti me sobreviva.

“Esta imagen de ti”, La memoria y los signos (1966)

Estabas a mi ladoy más próxima a mí que mis sentidos.

Hablabas desde dentro del amor,armada de su luz.Nunca palabrasde amor más puras respirara.

Estaba tu cabeza suavementeinclinada hacia mí.Tu largo peloy tu alegre cintura.Hablabas desde el centro del amor,armada de su luz,en una tarde gris de cualquier día.

Memoria de tu voz y de tu cuerpomi juventud y mis palabras seany esta imagen de ti me sobreviva.

Recuerdo de un gran amorMayoritariamente endecasílabos blancosPropio de este periodoDos partesLas tres primeras estrofas el pasadoDeseo presente en la últimaEl pasadoUnión de los amantesHipérbaton segunda estrofaSinestesia de esta mismaSensualidad de la terceraAlteración sutil en la repetición de los versos de la

segundaContraste de su luz…Frente a la tarde grisPropósito permanente de recuerdo

Ángel González

• Oviedo, 6 de septiembre de 1925 – Madrid, 12 de enero de 2008

“Soneto”, Sin esperanza, con convencimiento (1961)

Donde pongo la vida pongo el fuegode mi pasión volcada y sin salida.Donde tengo el amor, toco la herida.Donde dejo la fe, me pongo en juego.

Pongo en juego mi vida, y pierdo, y luegovuelvo a empezar, sin vida, otra partida.Perdida la de ayer, la de hoy perdida,no me doy por vencido, y sigo, y juego

lo que me queda: un resto de esperanza.Al siempre va. Mantengo mi postura.Si sale nunca, la esperanza es muerte.

Si sale amor, la primavera avanza.Pero nunca o amor, mi fe segura:jamás o llanto, pero mi fe fuerte.

“Soneto”, Sin esperanza, con convencimiento (1961)

Donde pongo la vida pongo el fuegode mi pasión volcada y sin salida.Donde tengo el amor, toco la herida.Donde dejo la fe, me pongo en juego.

Pongo en juego mi vida, y pierdo, y luegovuelvo a empezar, sin vida, otra partida.Perdida la de ayer, la de hoy perdida,no me doy por vencido, y sigo, y juego

lo que me queda: un resto de esperanza.Al siempre va. Mantengo mi postura.Si sale nunca, la esperanza es muerte.

Si sale amor, la primavera avanza.Pero nunca o amor, mi fe segura:jamás o llanto, pero mi fe fuerte.

Retorno a la intimidadLa esperanza a pesar de todo, pero sin…Patetismo desarraigado“Soy un perdedor, pero nunca…Me rindo”Alegoría vertebradora:La vida y el amor como juegoSoneto particular en su estructura interna…Sin autonomía estróficaConcepto clásico del amor…No correpondidoVerso 4: más allá del amor…Lo existencialElementos de enlace en estrofa 2:Anadiplosis, encabalgamiento

“Soneto”, Sin esperanza, con convencimiento (1961)

Donde pongo la vida pongo el fuegode mi pasión volcada y sin salida.Donde tengo el amor, toco la herida.Donde dejo la fe, me pongo en juego.

Pongo en juego mi vida, y pierdo, y luegovuelvo a empezar, sin vida, otra partida.Perdida la de ayer, la de hoy perdida,no me doy por vencido, y sigo, y juego

lo que me queda: un resto de esperanza.Al siempre va. Mantengo mi postura.Si sale nunca, la esperanza es muerte.

Si sale amor, la primavera avanza.Pero nunca o amor, mi fe segura:jamás o llanto, pero mi fe fuerte.

Antítesis entre la derrota y la no rendiciónRecurso que la destaca...Epanadiplosis del verso 7Recurso rítmico del v. 8Polisíndeton que destaca su actitudJerga en “Al siempre va”, “postura”Antítesis apoteósica finalA pesar de las contrariedades mantendrá su feMusicalidad del poema con las aliteraciones y

paranomasias

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