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Presentación…………………………………………………...3
“Una experiencia que vive”…………………………………...6
Misión de semana santa 2017…………………………………8
Proyecto comunitario y personal……………………………..10
Los sacramentos: acciones visibles del amor de Dios………..12
¿Cómo nacimos? ¿A qué respondemos?..................................15
Nuestra espiritualidad cordimariana………………………….17
¡Administremos la frustración y no perdamos la esperanza!...18
Seducidos por el Dios de los pobres………………………….21
Anexos………………………………………………………..24
TABLA DE CONTENIDO
3
En esta segunda edición de la Saeta 2017, profundizamos en el
compartir amoroso, con una variedad de sentimientos encon-
trados, comunicando el camino que vamos trazando a lo largo
de estos siete meses en la experiencia del noviciado.
Es inevitable, que, cuando caminamos por vías que rompen con
esquemas y mentalidades culturales impuestas, también tenga-
mos experiencias de miedo, frustraciones o las típicas crisis, en
las cuales los grandes directores espirituales y psicólogos nos
hacen tanto énfasis. Esto es verdad. Ha sucedido. Pero no por
ello hemos dejado de caminar. Más aún, las hemos ido transfor-
mando en motivaciones personales y comunitarias, tratando de
ir siempre a las raíces que las generan.
Ahora bien, no todo en nuestro caminar ha sido “de momentos
difíciles”, también se han sumado muchos momentos alegres,
felices con mucho entusiasmo; porque así, como hemos recono-
cido en nosotros las limitaciones y cadenas que nos impiden
caminar con ligereza, también hemos encontrado nuestras moti-
vaciones más entrañables, que nos liberan y nos lanzan a correr
como viajeros desenfrenados. O simplemente a ser itinerantes
como Claret.
Son ya siete meses grandes de compartir en el noviciado, aún
así, estamos más motivados y abiertos, a comparación de la
primera vez que pisamos esta tierra, nueva para nosotros. He-
mos ido caminando con diferentes responsabilidades y respon-
diendo siempre al máximo, o por lo menos, lo intentamos. En
nuestros apostolados, ha sido grato encontrarnos poco a poco
con ese rostro de Dios en las personas que acompañamos, las
cuales nos mueven; más allá de nuestra condición de barro, a
seguir optando por ellos y hacer práctico el Evangelio, es decir,
a amarlos, siendo sus servidores y entregándonos a ellos, así
como Jesús lo hiso con los discípulos y la humanidad entera.
PRESENTACIÓN
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Por otra parte, el bagaje histórico, teórico y práctico que se nos
ha compartido en los diferentes talleres y experiencias de mi-
sión, de los cuales, expresamos nuestras vivencias en este escri-
to que nos ha marcado y formado a la vez. Ha sido un tiempo
para desaprender y aprender nuevas concepciones, y prácticas
más cercanas al Evangelio y, por ende, al mismo Jesús y a
nuestra Congregación.
En esta segunda edición de nuestra Saeta, iniciamos en el pri-
mer y segundo escrito, sobre la Misión de Semana Santa en
Izabal. Esta trata de las experiencias que tuvimos en las aldeas
indígenas y, los cambios y procesos de inculturación y
metanoia, que nos revitalizó nuestra vocación misionera al con-
templar el rostro sencillo de Dios. El tercer escrito, alude a
nuestra elaboración del Proyecto Comunitario y Personal; en
este experimentamos nuestra necesidad de organizarnos a la luz
de nuestras Constituciones como una necesidad para corregir
nuestros errores y caminar, dejándonos un compromiso peren-
ne en nuestra vida personal y comunitaria.
El cuarto escrito, trata sobre el taller de los Sacramentos, que
nos recuerda el misterio de Cristo, de su encarnación, misión,
muerte y resurrección; en el se recalca la vivencia de cada uno
de los sacramentos como un momento propicio de la gracia de
Dios, su amor y como celebración de la Acción Salvífica de
Cristo para la humanidad. En el quinto escrito, encontramos la
vivencia del taller sobre la Vida Religiosa, que pone hincapié
en la respuesta de nuestra vocación, conociendo los orígenes de
la VR y nuestro contexto. El sexto escrito, trata sobre el taller
de nuestra Espiritualidad Cordimariana, en una semana intensa
re-aprendimos a ver la persona de María como una mujer senci-
lla y campesina, que se comprometió con la Salvación por su
Sí. El séptimo escrito, es la vivencia del taller de JPIC, y re-
descubrimos en los pobres y, toda la creación, el rostro sencillo
de Dios y su gloria, comprometiéndonos con la lucha que esto
5
implica. El octavo escrito, menciona la experiencia de la lectu-
ra del Libro Seducidos por el Dios de los Pobres de Carlos
Cabarrus, sj; esta lectura nos interpela la vivencia de los con-
sejos evangélicos y nuestra opción preferencial por los pobres.
Por último, encontramos en los anexos un apéndice que nos
llena nuestra existencia vocacional, con la cual, nos sentimos
identificados y, como religiosos, muchas veces no profesamos
el credo de Jesucristo, la lucha desde el Evangelio por los
anawin. También, al final de esta Saeta compartimos nuestras
vivencias en algunas fotografías significativas para nosotros.
Todo este conjunto de actividades (misión, talleres, retiros,
formación, lecturas, etc.), ha hecho crecer en cada uno de no-
sotros un espíritu similar, por no decir que el mismo, que ani-
mó a nuestro Padre Fundador, ya que esta experiencia tam-
bién nos ha dado la oportunidad de celebrar como comunidad
de novicios, la Fundación de nuestra Congregación claretiana,
la cual nos dejó impregnados de un tinte místico-profético, el
cual, transmitimos en este escrito y nuestro día a día.
En fin, seguimos convencidos de que el espíritu seguirá acom-
pañándonos, moviéndonos y fraguándonos junto a María San-
tísima, nuestra Madre, que nunca desampara a sus Hijos de su
Corazón. A su vez, San Antonio María Claret, nos dará las he-
rramientas necesarias para seguir trabajando en esta su Grande
Obra, y anunciar el Reino de Dios al estilo de los Apóstoles.
Por tanto, ojalá que ustedes, con quienes compartimos nuestras
vivencias y sentimientos más entrañables y, junto a nosotros,
sigamos reivindicando la causa del Reino con nuestras accio-
nes (ejemplos de vida), y no tanto con grandes discursos, aún
cuando son necesarios. Contamos con sus oraciones, para que
sigamos creciendo como misioneros con espíritu, abiertos y
disponibles para el mundo como Jesús al estilo de Claret.
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“UNA EXPERIENCIA QUE VIVE”
MISIÓN CLARETIANA EN IZABAL, GUATEMALA-
ABRIL 2017
“Nuestra Congregación cumple su MISIÓN suscitando y consolidando
comunidades de creyentes,
sea convirtiendo a los hombres a Dios por fe,
sea renovando su vida en Cristo y llevándola hasta
la perfección” (CC, 47).
L a misión Claretiana hoy día sigue siendo la misma,
con dimensiones y medios diversos. Nuestro P. Fun-
dador, San Antonio María Claret, bajo la acción del
Espíritu Santo, nos manifiesta que “nuestra vocación
especial en el pueblo de Dios es el ministerio de la Palabra,
con el que comunicamos a los hombres el misterio íntegro de
Cristo” (cf. CC, 46). Esta expresión tan sugerente, resume lo
que en semana santa he vivido en Izabal, en las aldeas indíge-
nas, que sin duda alguna, es una experiencia que viví, como
una experiencia del encuentro. Esta misión me caló para
siempre, y todo para tener presente, que, proclamar la Buena
Nueva del Señor, sin pretensiones, como misionero claretiano
en formación, es mi misión operante, primordial e insustituible
y tan necesaria en este tiempo en que existimos, dejándonos
tocar y formar por el rostro de los sencillos.
Bajo la invitación evangélica, “estamos llamados a proclamar
el Evangelio a toda criatura” (cf. Mc 16,15). Con esta premisa
fundante de mi vocación misionera, me fui a Izabal a compartir
y dejarme seducir nuevamente por el Dios sencillo, de rostro
curtido, del campo, el Dios de los últimos que me ha in-vitado
y con-vocado a su misión.
Fueron muchos los sentimientos ahí suscitados, con temores y
abierto a lo diferente, me costó caminar a gusto, pues, tenía mi
mano izquierda fracturada; el calor y lo incómodo del terreno,
fue mi primer reto a superar en tan agraciada experiencia. Al
contemplar el rostro de cada persona y no poder comunicarme
directamente con ellos (su idioma es el Q’ueqtchí’), me votó de
mis estructuras, tuve que in-culturizarme de una manera
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urgente y oportuna, para ser eficaz en lo que realmente que-
ría transmitir a las gentes. Con su semblante lleno de ternura,
sencillez y humildad, me edificó y re-direccionó mi vocación
misionera.
Ahora bien, al pasar los
días en las aldeas, me di
cuenta de que el lenguaje
ya no era problema, pues,
había traductor en todas las
aldeas; el lenguaje que todo
ser humano puede utilizar
para comunicarse sin ha-
blar, son los gestos, la pre-
sencia y el cariño con que
ellos me recibieron, y lo
más importante, ellos sin
miedos y temores expresa-
ban lo que sentían con sus atenciones tan sublimes y edifican-
tes. ¡Qué capacidad más hermosa la de esta gente sencilla! Las
comidas, las bebidas, las costumbres del pueblo, me fueron
dando muchas luces al pasar los días, y es que dormir en hama-
ca, comer caldos con abundante chile (sopas), bañarse al aire
libre, etc.; fue un proceso de metanoia y una oportunidad para
trabajar mi impaciencia, auto-dependencia, orgullo y rigidez.
Concluyo gozosamente esta experiencia, convencido de que
“la disposición, la alegría y la apertura, son los medios más
importantes para ser misionero claretiano en las culturas dife-
rentes, que entre los más sencillos ahí está el encuentro de Dios
y mi realidad. Sin más, esto me exige a ser un buen “oyente y
servidor de la Palabra”. Evidentemente, quedo invitado a Escu-
char, Entender y Encarnar la Palabra desde la misión, el pueblo
pobre y marginado de Yahweh.
¡Chex-elk chi us chi ubej! (¡Qué tengan éxito!).
Fabio Antonio Rivas González, Novicio de Centroamérica
8
E s imposible des-
cribir en tan po-
cas líneas una
experiencia tan
desbordante, que sin lugar a
dudas, dibujará en tu rostro
una enorme sonrisa cada
vez que la recuerdes; por
eso, solo me ubicaré en las
primeras 36 horas más o menos de esta gran aventura.
Un 08 de abril, después de la Misa de envío, salimos hacia
nuestro lugar de misión. Mi compañero David y yo, seríamos
los últimos en bajarnos del transporte que nos llevaba.
Arcochocó Arcococh, no recuerdo con exactitud como se escri-
be, pero, a eso de medio día arribamos a esta aldea. Nos reci-
bieron con cacao (una especie de chocolate preparado con
abundante agua, que nos acompañará el resto de la semana jun-
to con otras bebidas), quien nos recibía, nos brindó el almuerzo
y nos condujo a su casa, donde esperaríamos la tarde para ir
hasta el templo y saludar a las personas, que, a eso de las 04:00
pm, se reunirían para ultimar detalles del Domingo de Ramos.
He aquí, cuando se cumplió el tiempo y nos acercamos al tem-
plo, y al salón junto a el, nos llevamos una alegre sorpresa; ni-
ños y adultos acomodados a lado y lado, entonaban una canción
en su idioma, pero a pesar de no entender la letra, algo en la
melodía nos era familiar; luego cuando empezaron a cantar en
español una sensación extraña nos invadió: “Bienvenidos, bien-
venidos, los hermanos hoy aquí nos gozamos en decir: Bienve-
nidos, bienvenidos…”. La letra de esta canción que muchas ve-
ces habíamos escuchado y cantado, tomaba ahora un nuevo
significado, estas personas nos abrían de par en par a nosotros
misioneros, de tierras y culturas lejanas y muy diferentes, las
“MISIÓN DE SEMANA SANTA 2017”
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puertas de su comunidad, de su cultura, de su vida, nos mira-
mos a los ojos y empezamos a descubrir lo diferente y maravi-
lloso que seria esta experiencia en territorio Maya.
Ahora era nuestro turno de hablar, de presentarnos y un silen-
cio sepulcral invadió el lugar, los ojos de todas estas personas
fijos en nosotros daba la sensación de que querían develar hasta
lo profundo de nuestra alma, no importaba que no habláramos
el mismo idioma, pues, de alguna manera entenderían. Era ne-
cesario nuestro nombre, edad y lugar de procedencia, y listo
como si nos conociéramos de toda la vida, ahora un atol de
ayote (ahuyama) y otro más de maíz tierno, luego la energía
inacabable de los niños y niñas esperando una dinámica que se
extendió hasta casi la me-
dia noche.
A eso de las 05:30 am del
Domingo de Ramos, en la
puerta del lugar donde
dormíamos, un sonido
ensordecedor nos desper-
taba y el canto de las
“mañanitas” se dejaba
escuchar entre los claros
de las tablas de la pared,
eran algunas niñas y mujeres de la aldea que en la noche ante-
rior habían compartido con nosotros y ahora tenían un bonito
gesto por mi cumpleaños. Sí, justo ese Domingo de Ramos era
09 de Abril, día de mi nacimiento.
Durante el día, nos dedicamos a acompañar a este pueblo que
vive y celebra el Reino desde su cultura y tradiciones. Con esto
termino, por la noche, nos sentamos a unos 100 metros detrás
del templo, cerca del borde de la montaña, la luna nos acompa-
ñaba en lo alto del cielo y el firmamento se llenaba de estrellas,
la luz de la luna iluminó frente a nosotros un inmenso valle en-
tre majestuosas montañas y comprendimos que era hora de ir a
descansar, pues, ante nosotros teníamos un terreno extenso que
nos decía: “la misión hasta ahora empieza”.
Julián David Tejada, Novicio de Colombia Oriental
10
L a Vida Religiosa en estos últimos años, afronta nue-
vos retos en búsqueda de nuevos medios y caminos
para dar impulso a la Vida Consagrada y su misión.
En esta búsqueda creativa, ha encontrado nuevos ho-
rizontes, como también otros aspectos y desafíos que ha tenido
que trabajar; por ejemplo: El Proyecto Personal y Proyecto Co-
munitario. De igual manera, nuestro noviciado, trata de hacer
esa búsqueda, que cada novicio trace su camino, y no cualquier
camino, sino el mejor; seguir siempre el más adecuado, porque
en esa andadura está en juego su Felicidad y la de otros.
El Proyecto Comunitario, es un instrumento con el que, como
comunidad local, nos decimos a nosotros mismos quiénes so-
mos, qué queremos ser, qué tenemos que hacer, cómo lo pode-
mos hacer, cuándo y con qué medios, y no tiene como centro la
propia persona, sino a Dios y su voluntad, lo que Dios quiere
para nuestra comunidad. La razón fundamental que se tiene pa-
ra elaborar el Proyecto Comunitario, es porque, al ser la voca-
ción una respuesta libre al llamamiento del Señor en comuni-
dad, se ha de actualizar y concretar en común dicha respuesta.
Nuestro carisma se basa mucho en la vida de comunidad, a
ejemplo de los Apóstoles. El Proyecto Comunitario, es un me-
dio para dar cauce a las iniciativas de todos, para favorecer la
creatividad y la participación, para comprometernos y ser res-
ponsables, que como novicios, estamos llamados a realizar. Co-
mo consecuencia de la descentralización del noviciado, es un
modo de comunicación e información en línea de unidad.
Es de suma importancia, que como comunidad de novicios, co-
nozcamos y comprendamos por qué realizamos el Proyecto Co-
munitario, a qué nos compromete, sin olvidar, que nuestro Pro-
yecto Común son las Constituciones; es modo de vida evangéli-
ca libre, y si Dios lo permite, el 02 de enero, junto a los votos,
nos comprometeremos a vivir. Ellos han de ser el criterio inme-
PROYECTO COMUNITARIO Y PERSONAL
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diato de referencia a la hora de concretar el Proyecto
Comunitario.
Dentro los tantos temas
que como comunidad,
hemos tomado para
nuestro año de novicia-
do, yo lo resumía de
esta manera. a) Refle-
xionar como comuni-
dad, sobre nuestra espi-
ritualidad, relaciones
fraternas, organización,
etc. Para actualizar y
comprometernos libre y
comunitariamente a lo
que un día fuimos lla-
mados. b) Tomar conciencia personal y comunitaria de la mi-
sión confiada, del modo concreto cómo vamos a vivir y organi-
zarnos.
La elaboración de nuestro Proyecto Comunitario, nos deja un
compromiso, que es la elaboración del Proyecto Personal. Este
lleva como objetivo la búsqueda de encuentro, forma criterios y
actitudes personales. Incluye los elementos más importantes,
que deseas que haya en tu vida como novicio, como la capaci-
tación para dar una adecuada respuesta a los diversos desafíos
que experimenta nuestra vida. El Proyecto Personal nos obliga
a tomarnos la vida en serio, y nos hace entrar en un proceso de
autentificación y de crecimiento humano, espiritual y misione-
ro. El Proyecto Personal, es un correctivo a nuestra dispersión,
incoherencia, relajo, mediocridad e individualismo, que muchas
veces pasamos por alto. Pero también, nos ayuda a que como
novicios, podamos trabajar aquellas actitudes y defectos que no
nos permiten vivir centrados en esta nueva etapa de nuestra vi-
da como misioneros, para una mayor configuración con Cristo.
José Alberto Gómez Bautista, Novicio de Antillas
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“se llama Sacramento lo que se ordena a la Pasión de Cristo en Gracia y
Virtud. Por tanto, el Sacramento es, a la vez, signo rememorativo de la Pa-
sión de Cristo, que ya pasó: signo manifestativo de la Gracia, que produce
en nosotros mediante esa Pasión y anuncio
y prenda de la Gloria Futura.”
P artiendo de esta idea de Santo Tomás de Aquino,
“La Cuestión 60 sobre los Sacramentos” es hacer
una unión en la fe, entre los Sacramentos y la Pasión
de Cristo, en la cual recibimos la salvación.
“Rememoramos” en cada Sacramento la acción salvífica de
Cristo en la vida de cada creyente. Por medio de ellos (los sa-
cramentos) nos introducimos en su Pasión, Muerte y Resurrec-
ción.
El Bautismo, nos sumerge en la Muerte y Resurrección; la Eu-
caristía, nos coloca en el momento de la Pasión, Muerte y Re-
surrección; la Confirmación, nos levanta en la Resurrección de
Cristo, por medio del Espíritu Santo dador de Vida; la Reconci-
liación, nos envuelve en la muerte del pecado y en la Resurrec-
ción en el perdón de Dios; la Unción de los Enfermos, nos
prepara para Vivir la Pasión en su totalidad; el Orden Sacer-
dotal, enmarca todo el misterio salvífico de Cristo por medio
de la humanidad frágil y pecadora, y el Matrimonio, nos ense-
ña que los Sacramentos solo son posibles si se viven en el
Amor, esto significa, muriendo a la indiferencia y
Resucitando en Cristo, realizando unidad entre Dios Trino y la
humanidad, recibiendo la Vida por medio del Padre, la Salva-
ción por medio del Hijo y la santificación por medio del Espíri-
tu Santo. Ante todo, esta unidad salvífica de Dios Padre,
manifestada en el Hijo, siendo Él “el Sacrificio visible,
LOS SACRAMENTOS: ACCIONES VISIBLES DEL
AMOR DE DIOS
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el sacramento del sacrificio invisible”; en estas palabras de
San Agustín, se realiza el sentido de todo este Misterio de
Amor hacia la humanidad por parte de Dios Padre. Es ver la
Pasión (Sacramento Visible) como la acción del Amor divino
(Sacrificio invisible), siendo esta unidad Sacramento vivo de
Salvación del ser humano, que, por medio de la fe, cree que los
Sacramentos son acciones visibles del Amor de Dios, para la
salvación y santificación para el creyente.
Santo Tomás de Aquino,
nos dice que: “se llama Sa-
cramento propiamente a
una realidad Sagrada desti-
nada a los hombres”. Los
sacramentos son dones por
parte de la Divinidad Trini-
taria, que ayudan al ser humano creyente a alcanzar su propia
salvación. Son actos sagrados que el creyente puede acceder
por medio de la fe, y que esta misma fe le hace comprender el
inmenso Amor que Dios realiza para sus hijos más amados. No
le basto darnos el Sacramento vivo, su Hijo Jesucristo, sino
que sigue manifestando su Amor, por medios que el creyente
puede comprender este Amor salvífico para causa de nuestra
Santificación.
En relación con San Agustín de Hipona, en su carta 55 a Jena-
ro, donde interpreta los Sacramentos como una celebración
conmemorativa: “Hay sacramento en una celebración cuando
la conmemoración de lo acaecido se hace de tal modo que se
sobreentienda al mismo tiempo que hay un oculto significado y
que ese significado debe recibirse santamente”. Esta afirma-
ción, complementa todo lo anteriormente dicho. En los Sacra-
mentos celebramos la Acción Salvífica de Cristo para la huma-
nidad. En cada uno de ellos traemos a la memoria todo aquello
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sobre la vida de Jesús, y se hace unción en cada vida de aque-
lla persona, que, por la fe acepta los sacramentos como acción
Salvífica de Amor por parte de Dios.
En conclusión, los Sacramentos: Acciones visibles del Amor
de Dios. Según las palabras de San Agustín, que nos instruye
por medio de la fe, fuente de todo este Misterio de Amor, por
que si no hay fe, no hay sacramentos: “Lo que estáis viendo
sobre el altar de Dios, lo visteis también la Pasada noche…lo
que veis es pan y un cáliz; vuestros ojos así os lo indican. Más
según vuestra fe, que necesita ser instruida, el Pan es el Cuer-
po de Cristo, y el Cáliz la Sangre de Cristo. Lo que quizá sea
suficiente a la fe; pero la fe exige ser documentada. Dice en
efecto el Profeta: “si no creéis, no comprenderéis””.
Leonardo Vargas Lara, Novicio de Colombia Oriental
Notas 1. STh III q 60 aa 1-3. P. 28 2. Ibíd. P. 23. Citando a San Agustín. 3. Ibíd. P. 26 4. San Agustín. Carta 55 a Jenaro. BAC, 69. P. 347. 5. Sermón 272. BAC 447, 766-468.
15
Entonces escuché la voz del Señor, que decía:
¿A quién mandaré?, ¿quién irá de nuestra parte? contesté:
Aquí estoy, mándame (Is. 6, 8).
N os dice el dicho,
quien no conoce
su historia está
condenado a repe-
tirla, y para nosotros los Reli-
giosos/as, es muy importante
recurrir a nuestras fuentes fun-
dantes. No para lamentarnos,
sino para que no se nos olvide para qué fuimos fundados, es el
hecho de volver a tomar conciencia de nuestros rasgos caris-
máticos, y abrirnos a la acción del Espíritu, y así poder respon-
der de una manera eficaz a las urgencias y apostolados de Hoy.
Es más, el mismo Papa Francisco nos invita a “ver el pasado
con gratitud”. Cierto, me atrevo afirmar, si llegamos a revisar
nuestra bitácora, detectaremos y subrayaremos algunas heridas
del pasado y no darlas por alto, y si es oportuno, también traba-
jar en ellas para no repetirlas en el futuro.
Además, recurrimos cómo fue el principio nuestro, debemos ir
más allá y profundizar en la raíz, el fuego y motor que parió la
Vida Religiosa Consagrada. ¿Cómo nace? ¿Cuál fue su objeti-
vo? ¿Dónde, cuándo y por qué razón? Y lo más seguro de esa
inspiración es que nuestros Institutos están marcados, porque
hijo de tigre siempre sale rayado.
Los/as jóvenes que nos estamos formando, nos chorrea el de-
seo ardientemente ser enviados a la misión. Sin embargo, algu-
nos caemos en la tentación de ignorar la historia del por qué
¿CÓMO NACIMOS?
¿A QUÉ RESPONDEMOS?
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estamos donde estamos y hacemos lo que hacemos. Incluso,
llegamos a despreciar algunos carismas de otros Institutos y por
razones bobas; estando consciente que todo carisma es inspira-
ción del mismo Espíritu, es decir, viene de Dios. Y si ha tras-
cendido en la historia es porque el mismo Señor lo sigue soste-
niendo.
Es un gravísimo error si más formandos/as llegaríamos a caer
en este descuido. No reconocer nuestras fuentes, es emprender
un camino sin mapa o brújula, de dónde vengo y hacia dónde
voy, y hacia dónde queremos llegar. Hoy por hoy, la Vida Con-
sagrada en el en el mundo entero, está en un momento de difícil
transición: las estructuras actuales no responden como respon-
dieron en el pasado, unas nuevas tienen que nacer y deben sur-
gir de un espíritu nuevo. Cierto, sin perder nuestra identidad
como Religiosos/as desde nuestro Instituto.
A mi juicio, la Vida Consagrada desde que nació, ha marcado
la historia de la Iglesia, y para algunos ha sido chocante, porque
siempre ha estado en ese ciclo de renovación, de ir a los oríge-
nes (de los primeros cristianos) y así poder responder con un
Espíritu profético (lo que más nos ha identificado), a todo lo
que se nos presente en el transcurso de la historia.
Gerardo Elías Bolaños González , Novicio de
Centroamérica
17
“Los misioneros claretianos, somos y nos sentimos,
Hijos del Inmaculado Corazón de María.”
N uestra espiritualidad cordimariana, es una forma
peculiar que indica nuestro estilo de vida y nuestra
condición esencial de ser humano transcendental,
de nuestro ser cristiano y de nuestro ser misionero.
Así mismo, debemos entender nuestra espiritualidad cordima-
riana desde la perspectiva de la libertad, de la creatividad, y
sobre todo, de la fe. Ya que con libertad, con creatividad cada
persona, según su actitud o forma de entender a Dios, e incluso
desde su propia cultura, activa y mantiene su espiritualidad; eso
sí, debe estar bien centrada la fe en Cristo.
Durante la semana del 19 al 23 de junio de 2017, hemos tenido
la oportunidad y el gozo de profun-
dizar en nuestra espiritualidad cor-
dimariana, gracias al taller que nos
dirigió el padre Fredy Cabrera, cmf.
Dicho taller, ha sido para nosotros,
los novicios, un reaprender y des-
aprender la visión que hemos tenido
de la Virgen María. Pues de forma
personal, siento que en este taller he
vivido una gran experiencia.
Gracias a la metodología utilizada
(videos, audios, materiales para leer
y compartir, y la Visita a la templo
de la Virgen de la Merced).
No obstante, de este taller me queda, que nuestra filiación cor-
dimariana es una experiencia que se vive en el día a día, y
mientras más conocemos a la Virgen María, más nos acerca-
mos a Jesús.
“MARÍA ES MI TODO, DESPUÉS DE JESÚS”
Eddy Domínguez Núñez, Novicio de Antillas
NUESTRA ESPIRITUALIDAD CORDIMARIANA
18
“No se puede ser claretiano como si los pobres no existieran. Tam-
poco se puede ser claretiano sin denunciar las estructuras de injus-
ticia, sin luchar contra el sistema que las perpetúa, proponiendo al-
ternativas”(MS 49).
L os seres humanos desde los homo sapiens hasta no-
sotros, los homo sapiens sapiens, hemos estado, y
seguiremos estando amarrados y aferrados a estruc-
turaras y modos de vida: en sí, no es que sea malo,
pues, hasta un bebe necesita un modelo para aprender de la vi-
da, aprender a vivir. Lo malo es lo que se haga o se deje de ha-
cer, lo malo de los modelos y estructuras es que se idolatren y
perviertan. Un gran ejemplo de esto es nuestra “santa iglesia
católica”, en si el modelo de su origen y sus primeros precurso-
res tenían una intención muy noble y religiosa, el problema
vino después, con la idolatría del dinero y la mercantilización
de la fe.
Para grandes problemas, grandes soluciones. ¿Qué solución,
por tanto, podremos dar? ¿Qué modelo, esperando que no sea
pervertido, se podrá revelar para que los seres humanos en ge-
neral y los que decimos ser cristianos de boca y de práctica, con
ejemplos de vida, podamos asumir con plena libertad y felici-
dad?
En la congregación de los Hijos del Inmaculado Corazón de
María, gracias al espíritu de nuestro Padre Fundador, San
Antonio María Claret y a nuestra Madre, la Virgen María, afir-
mamos con gran energía y confianza, que siempre han estado y
lo seguirán haciendo, custodiando y animando a esta su con-
gregación querida; hemos venido asumiendo un lenguaje y
unas prácticas inspiradas en los signos de los tiempos, como la
opción por los pobres, el anticlericalismo, la solidaridad, entre
¡ADMINISTREMOS LA FRUSTRACIÓN Y NO
PERDAMOS LA ESPERANZA!
19
otras muchas cosas.
Hace tiempo atrás, hemos asu-
mido algo novedoso, tan así,
que en nuestra época algunos de
nuestros miembros (misioneros,
estudiantes y profesos), les pa-
rece relativo y sin sentido; solo
por unos pocos claro, según el
carisma personal, ha sido muy
bien aceptado y propagado. Es-
toy hablando de un modo de
vida alternativo, diferente y has-
ta revolucionario. Esto a causa
de un llamado fuerte y urgente frente a la violación de la vida
de los seres humanos y al resto de la creación de Dios; así co-
mo por una pasión por la Justicia, un deseo de Paz, de no-
violencia; un interés por conservar la Integridad de toda la
Creación (JPIC). Ya que estamos seguros que son esenciales
para vivir según el Evangelio. Hago síntesis, reiterando que
estos no son solo opcionales, sino un modo de vida, la acción
en favor de la justicia y la participación en la transformación
del mundo, son una dimensión constitutiva de la predicación
del Evangelio y esenciales para la misión de la Iglesia, de libe-
rar a la raza humana de toda situación opresora e injusta.
El último capítulo General, nos recordaba que somos llamados
a testimoniar: la primacía absoluta de Dios y su Reino. La op-
ción por los pobres, los débiles; los derechos humanos; la
Creación y de toda vida. Para que así, a una voz podamos de-
cir: “La Gloria de Dios es: Que el hombre viva (Ireneo de
Lyon); Que el pobre viva (Mons. Romero); Que la creación
viva (Pablo de Tarso).
Así mismo, nos interpelan las situaciones de desigualdad e
20
injusticia, brecha entre ricos y pobres. El creciente número de
los excluidos y descartados, las múltiples manifestaciones de la
violencia, porque el poder y el dinero han desplazado a Dios y
al prójimo del centro de muchos corazones. De esta manera,
somos llamados a denunciar la idolatría del dinero y del merca-
do; además, a impulsar la inclusión social de los pobres, la paz,
la justicia y la defensa de la integridad de la Creación sirviendo
al Reino como “Iglesia en salida”, hacia las periferias humanas
acompañando la vida de los pobres. Por ende, queremos ser
instrumentos de Dios para la liberación y promoción de los po-
bres. Acogiendo, escuchando, acompañando y cuidando a los
más frágiles de la tierra: refugiados, migrantes, indígenas, ex-
plotados e indefensos.
De igual modo, somos llamados junto a otras organizaciones,
comunidades religiosas y la iglesia en general, en diálogo ecu-
ménico. “Son inseparables preocupación por la Naturaleza, la
Justicia con los Pobres, el compromiso con la Sociedad y la
Paz interior”. (Laudato sí, 10).
Por último, unidos a María, deseamos extender su Magníficat:
responder a las necesidades de muchas personas, particular-
mente entre los pobres, y a los nuevos rostros de la pobreza.
Rogando a Dios para que junto al esfuerzo humano, podamos
esperar “que nuestras luchas y nuestra preocupación por este
planeta no nos quiten el gozo de la esperanza” (Laudato sí,
244).
Danilo Alverio Buitrago Núñez, Novicio de Colombia
Oriental
21
L os pobres son Cristo, desde el principio de la ex-
periencia del noviciado, hemos escuchado y segui-
mos escuchando esta frase de un campesino espa-
ñol, como lema motivador en este camino, de
nuestro maestro P. Santiago Najarro, cmf. El libro,
“Seducidos por el Dios de los Pobres”, es en resumen, la
exposición de los votos evangélicos: pobreza, castidad y obe-
diencia, de la vida religiosa, donde los tres están estrecha-
mente unidos para la realización del Reino, concretizado de
forma especial en la opción por los pobres. Partiendo de la
importancia de los votos, de la vivencia práctica que
nos remite al compromiso y al servicio de los favoritos de
Dios. Por eso, me parece interesante comenzar la reflexión
de esta obra, con la frase del campesino: “los pobres son
Cristo”.
La pobreza o ¿por qué nosotros religiosos, hacemos voto
de pobreza? El autor Cabarrus, define a los pobres como los
desposeídos, aquellas personas que son marginadas y discrimi-
nadas a la vez, es decir, que el voto de pobreza religiosa tie-
ne sentido en el ver y actuar de esta realidad de los elegi-
dos de Dios. Es una opción de solidaridad, de una causa
justa en búsqueda de vida digna, justicia y derechos por los
hijos de Dios que sufren y gritan una vida mejor. El voto
de pobreza, concretiza el rostro de Dios en los empobrecidos
del mundo, cuya causa se pretende reivindicar. Pues, para
entender el voto de pobreza, hay que entender primero qué
es la pobreza y quiénes son los pobres. La pobreza, es algo
que se palpa en el día a día, y los pobres son una fuerza
fundamental para cualquier cambio profundo, tanto a nivel
sociológico como a nivel teológico.
Por tanto, el voto de pobreza es una entrega y una opción,
que va tomando forma en la transparencia y la lucha por la
justicia y dignidad de las personas explotadas, marginadas y
SEDUCIDOS POR EL DIOS DE LOS POBRES, DE CAR-
LOS RAFAEL CABARRUS, SJ.
22
discriminadas, que muchas veces llamamos pobres, porque han
sido desposeídos de sus derechos y sus deberes más fundamen-
tales. Vivir la pobreza evangélica, no es profesar para ingre-
sar y pertenecer a una institución religiosa solamente, sino,
es un acto de consciencia para enfrentar realidades injustas,
es tener consciencia de la maldad social, y en consciencia,
de que el voto de pobreza es concretización del rostro de
Dios en los empobrecidos del mundo. Esta causa debe ense-
ñarnos, que, la justicia no es un comercio, es un acto de cons-
ciencia para devolver la dignidad; decía Mons. Óscar Arnulfo
Romero, el Santo de América, que “la gloria de Dios es que
el pobre viva”… Nosotros religiosos, hacemos voto de pobre-
za para luchar al lado de los pobres, para dar esperanza y
vida digna porque somos conscientes que son el rostro vivo
de Cristo.
El voto de castidad, es el encontrarse seducido por Dios
para manifestar el cariño
entrañable con dedicación
apasionada a los pobres. La
praxis de este voto entraña,
para nosotros, una causa últi-
ma, la experiencia del Dios
mayor que seduce, la radica-
lidad del Reino y una con-
creción indeclinable. Hacer
justicia al mundo de los em-
pobrecidos y marginados, co-
mo exigencia y reto que brota de la fe.
La castidad como praxis diaria, debe ser edificada en gastar
tiempo y energía en el servicio y entrega a la misión, subli-
mando nuestros sentidos sexuales y de pareja, por algo mejor,
que es la necesidad de acompañamiento de los muchos que
sufren discriminación, violencia, injusticia y desviación. Desde
esta clave, una experiencia del Dios mayor que seduce. Por
que sin Él, sin su ayuda, nos podemos encontrar en un círculo
vicioso de mentira y engaño;
23
por que el voto de castidad, es enamorarse del encuentro per-
sonal con Dios que nos seduce, hasta que llegamos a dar la
vida por los más necesitados y para manifestar cariño entra-
ñable a los pobres.
El voto de obediencia, es el que nos lanza apos-
tólicamente al servicio
del empobrecido y del
marginado. Es decir, que
la obediencia es compro-
meternos juntos para
comprometer a Dios de
manera explícita en la
historia de su pueblo, es invitarlo a que se sirva de éste cuer-
po, que quiere llevar adelante su nombre y su actuación a
favor del pueblo que sufre. Por tanto, es un arte que se apren-
de obedeciendo, desde el superior hasta el formando. Al que
le toque ejercer ese servicio, le vendrá bien tener en cuenta
el ejemplo de Jesús, obediente hasta la muerte y muerte en
cruz, por el bien y la reconciliación de todos.
Por último, el voto de la obediencia, como lo plantó Caba-
rrus en su libro, es escuchar el sonido del corazón. Por eso,
siempre se nos pide reflexionar, que no somos dueños de la
misión, es aceptar su plan, porque el maestro es quien nos
envía a acompañar, actuar hasta el extremo por el bien de los
demás; siempre por el bien y la dignidad de los preferidos de
Dios, los pobres, donde debemos estar dispuestos y disponi-
bles a todos los riesgos para estar al servicio de los empobre-
cidos y la misión de la congregación. La obediencia es vo-
luntad divina, al estilo y modelo de Jesucristo, Hijo de Ma-
ría. “Obedecer es comprometernos juntos, para comprome-
ter a DIOS en el servicio del Reino”; dichosos los humildes
de corazón porque verán a Dios”.
Cassamajor Miguel Michelet J. Joseph Novicio de Antillas
24
SÍNTESIS DE NUESTRO CAMINAR COMO NOVICIOS,
A LO LARGO DE ESTOS SIETE MESES.
¡Donde está tu síntesis esta tu corazón!
Que solo a Dios vea, que solo Dios me baste
Julián David Tejada, Novicio de Colombia Oriental.
En siete meses: “camino, cambio, transformación, fe,
esperanza, crisis, trabajo de raíz, amistad, intensificación
de mi vocación y, lo más importante: ¡opción y
fidelidad!”
Fabio Antonio Rivas González, Novicio Centroamérica.
Vivir muriendo, para morir viviendo
Eddy Domínguez Núñez, Novicio de Antillas.
“Por tu amor me entrego, por tu amor yo muero”
Leonardo Vargas Lara, Novicio de Colombia Oriental.
En mi Bitácora he visto y sentido el paso de un Dios
Revolucionario… No importa la trinchera que uno esté al
frente, el Señor siempre me concederá las armas para
lograr su Revolución. (EF. 6,10-20)
Gerardo Elías Bolaños González, Novicio Centroamérica.
ANEXOS
25
¿De qué me estoy alimentando en mí vida Espiritual?
Joseph Cassamajor Michelet H. J., Novicio de Antillas.
Suyo soy, aunque hasta ahora me haya asociado a los
sacrílegos. Soy suyo, a pesar de los lazos que me llevan
al abismo. Aun pretendiendo huir, me siento obligado a
servirlo. Quiero conocerte oh desconocido. A ti que
penetras mi alma he invades cual torbellino mi vida. A ti
solo, oh incomprensible pero mi semejante, quiero
conocerte, quiero servirte
Danilo Buitrago Núñez, Novicio de Colombia Oriental.
Para que no me busque a mí cuando te busco y no sea
egoísta mi oración, pon tu cuerpo, Señor, y tu palabra en
el desierto de mi corazón
José Alberto Gómez Bautista, Novicio de Antillas.
26
¡EL CREDO QUE
NO
PROFESAMOS…!
C omo comunidad de novicios, dejándonos interpelar
por todas las realidades vividas a lo largo de estos
siete meses, en distintos ámbitos y lugares, nos
hemos querido unir a la voz de algunos sacerdotes
misioneros y profetas, (Francisco Javier Pastor Ramos, cmf)
que de una manera tan entrañable, ha dejado muy en claro los
sentimientos de todo el pueblo de Dios, de manera especial, de
los pobres, por medio de una voz fatídica y tajante.
El compendio que a continuación se encontrarán, pretende en la
medida de lo posible en conservar su originalidad; sin embargo,
hemos incidido con algunos parafraseos, tratando de adecuar el
mismo a nuestro tiempo. En sí, todo el escrito, por más que fue
redactado hace décadas, pareciera que germinara de la realidad
actual:
Creemos en la fecundidad de la paz; pero no en la falsa paz que
suministran los que para el pobre siempre quieren lo peor.
Creemos en la capacidad de combatir y de luchar; no hay hom-
bre si no hay lucha.
Preferimos, lo repito, la paz a la guerra; pero actuaremos activa
y efectivamente contra situaciones generalizadas de injusticia.
Lo haremos sin violencia. Creemos en la entrega a los pobres
como signo claro y explícito de la presencia viva de Jesús en
medio de nosotros. Y aunque no tengamos sistemas de defensa
que protejan nuestra integridad física, nos entregamos a esta
causa sin espadas, sin fuerza, sin ejército, sin piedras furtivas y
anónimas que golpeen a los que reprimen. Perdónalos a estos
últimos porque cumplen órdenes y les preparan para no poder
pensar en lo que hacen.
27
Creemos en la justicia. Confesamos de Cristo que vino a liberar
a los hombres de un modo integral.
Reconocemos nuestro fracaso como cristianos cuando buscamos
(o aceptamos fácilmente) mentiras, componendas y egoísmos
para seguir justificando nuestra cobardía, pereza o nuestro mie-
do. Lucharemos como miembros del pueblo al que pertenece-
mos; y, además, tenemos la convicción de que todos somos pue-
blo de Dios caminando hacia la libertad que nos pertenece.
Creemos que, aunque nos olvidemos de Él, Dios no deja por eso
de tenernos como hijos. Confesamos contra el mundo que resu-
citaremos cuando continuemos la solidaridad que nos ha frater-
nizado viviendo con los débiles su lucha, para nosotros, cristiana
totalmente.
Romperemos las barreras que nos separan aún de la nuestra vo-
cación hacia los pobres. Denunciaremos en voz alta la tentación
(en nosotros o en cualquiera) de ya no querer luchar, de estar
perdiendo nuestro coraje y las ganas de pelear y de vencer. Por-
que sabemos que los estupefacientes de las promesas y mentiras
que se nos dan, adormecerán aquí y allá la última resistencia que
se está oponiendo a la justicia.
Aunque nos enloquezcan e intenten distraernos o por más que
nos muestren ilusiones inexistentes…; también cuando nos lle-
gue el miedo o quieran empujarnos a destruir hogares (violencia
tan absurda)… creeremos con más fuerza la palabra de Jesús:
“Si el grano de trigo no muere no puede producir fruto”.
Morir para que otros vivan: Creemos en esta norma suprema del
Evangelio. Creemos que experimentar en nosotros el sufrimiento
humano- padecido habitualmente por tantísimos hermanos- que
purifica y fortalece nuestra fe en la victoria de una resurrección
fuerte y segura para todos, inaugurada con el triunfo de Cristo
sobre la muerte.
Para terminar, desearíamos añadir que queremos participar en la
vida como pueblo, ya que ese es el único título de gloria,
28
participar en el sol y en la lluvia como un gran pan servido para
todos. Y que nuestra palabra se torne acción: solidaridad efectiva
dentro de la historia de la liberación.
Deseamos que esa sea la vivencia de nuestra fe: vivir la gran
“locura” de amar al hombre, la gran “locura” de dar la vida por
él… vivir y dormir en la casa abierta -a la intemperie- del cora-
zón del pueblo.
Y encontraremos a Dios de pie trabajando con el hombre
para hacerlo más humano…
.
29
YENDO POR EL LAGO
DE RIO DULCE RUMBO A
LÍVINGSTON (IZABAL).
UNA MUY BUENA
EXPERIENCIA.
RUMBO A LAS ALDEAS
Q'EQCHI'.
COMPARTIENDO CON LA
COMUNIDAD DE
PERONIA Y EL GRUPO
DE PASTORAL
INDÍGENA.
Diferentes escenarios del Noviciado
30
TALLER DE JPIC CON EL
PADRE ENRIQUE MARRO-
QUÍN, CMF;Y EL HERMANO
SABAS CMF.
TALLER DE LOS
SACRAMENTOS CON EL
PADRE RAÚL NAJARRO.
TALLER DE MARIOLOGÍA
CON EL PADRE FREDY
CABRERA, CMF.
31
EN UN ESPACIO DE
DEPORTE CON EL
PADRE CAMILO
MINAYA, SUPERIOR
DE ANTILLAS;
QUIEN ADEMÁS
COMPARTIÓ CON
NOSOTROS EL
TALLER DE VIDA
RELIGIOSA.
COMPARTIR
COMUNITARIO, EN LA
FIESTA DEL
INMACULADO
CORAZÓN DE MARÍA.
COMO COMUNIDAD DE NOVICIOS,
RUMBO AL SANTUARIO DE LA
VIRGEN DE LA MERCED.
32
ACOMPAÑANDO CON
NUESTRO TRABAJO Y
ESCUCHA A LOS ABUELOS EN
EL ASILO DE CALCUTA .
ACOMPAÑANDO A LOS NIÑOS DE
CATEQUÉSIS EN LA ALDEA EL
CAMPANERO.
FOTOGRAFÍA GRUPAL DE
NUESTRO CAMINAR, A LA HO-
RA DE TERMINARNUESTRO
PROYECTO COMUNITARIO .
33
Imágenes de la portada tomadas de:
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tira-un-arco-y-una-flecha-71876998.jpg
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Fuentes:
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COORDINADOR:
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CORRECCIÓN Y FORMA:
Fabio Antonio Rivas González
Danilo Alveiro Buitrago Núñez
EDICIÓN, DISEÑO, ESTILO Y FOTOGRAFÍA:
Julián David Tejada Patiño
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