reflexion ecologia
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UNIVERSIDAD DE MANIZALES
MAESTRIA EN EDUCACIÓN DESDE LA DIVERSIDAD
SEMINARIO: DESARROLLO HUMANO
Reflexión sobre la ecología y el desarrollo humano
Por: Andrés Felipe Martínez Patiño
Cuando se piensa en la ecología se tiende a centrar la atención únicamente en la
naturaleza, en la biodiversidad y en la satisfacción de necesidades a través de ella. Pero se
deja de lado pensar en la ecología como parte fundamental y necesaria del desarrollo
humano; porque si bien es cierto, la naturaleza es nuestro proveedor de sustento, no se
reduce solo a eso, sino que va mucho más allá, durante toda nuestra existencia ha sido
nuestra casa, nuestro dador de vida.
Esta concepción equivoca, radica en las ideas también equivocadas de “infinitismo”,
como lo planteaba Boff en su ecología social, creemos que los recursos de la tierra son
infinitos y que el desarrollo no tiene un límite.
Esto ha llevado a repensar en una ecología desde la perspectiva del desarrollo
humano, no como canal de desarrollo del ser humano como se venía tomando, sino más
bien con una visión del ser humano y de las sociedades inmersas en la perspectiva
ecológica, es decir dentro de la naturaleza.
Bronfenbrenner (1979), plantea una definición de ecología del desarrollo humano
como:
Una progresiva acomodación mutua entre el ser humano activo, en desarrollo, y las propiedades cambiantes de los entornos inmediatos en los que vive la persona en desarrollo, en cuanto este proceso se ve afectado por las relaciones que se establecen entre estos entornos, y por los contextos más grandes en los que están incluidos los entornos. (p. 40)
De este planteamiento se puede analizar que se considera al ser humano como una
entidad dinámica, que va adentrándose progresivamente y reestructurando el medio en el
que vive. Además que se requiere de un proceso de acomodación mutua, caracterizado por
la reciprocidad. Y además considerando la interrelación e interdependencia, entre los
sistemas que la conforman, de los cuales hacen parte el hombre y las sociedades.
En ese orden de ideas, encontramos unas características culturales, que han
influenciado en la formación de unas normas sociales equivocadas, en donde no se
reprochan las conductas o actitudes dañinas para el medio ambiente, y como Douglas North
(1990) manifestaba, los dictámenes de las normas sociales tienden a sobrepasar los de las
normas legales. Por ende, así se establezcan normas legales para contrarrestar los niveles
de afectación ambiental, no habrá una modificación actitudinal real y duradera hasta que no
se logren acuerdos y concienciación social.
La propuesta práctica radica en este punto precisamente, iniciar una concienciación
partiendo del grupo social primario (familia), y ampliarla paulatinamente en conjunto,
logrando una masificación de la información, que aunque suena un poco utópico se puede
lograr, iniciando con unos pocos, pero buscando que esos pocos se encarguen de expandir
la información. Si se logra que la sociedad se empiece a preocupar por la ecología y se
sienta parte de ella, la misma sociedad regulará el accionar del ser humano hacia la
ecología.
Para terminar esta reflexión, sería bueno dedicarse a pensar a futuro y no ser tan
inmediatistas como hemos venido siendo los seres humanos y en especial los colombianos,
que tendemos a darle importancia únicamente a la necesidad del momento y no a las
consecuencias futuras de nuestras decisiones al respecto. Por eso quiero finalizar esta
reflexión con esta frase de Boff: “Estar feliz es un momento. Ser feliz es un estado
prolongado. Éste se prolonga porque es siempre recreado y alimentado”
FUENTES CONSULTADAS
Boff, Leonardo. Las 4 ecologías. Producción audiovisual. DVD.
Bronfenbrenner, Urie (1979). La ecología del desarrollo humano. Barcelona: Paidos.
North, Douglas (1990). Institutions, Institutional Change and Economic Performance.
Cambridge University Press.
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