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POSIBILIDADES EDUCATIVAS A TRAVÉS DE LA GESTIÓN DEL AULA; APUNTES
DE UNA REVISIÓN PARA LA MEJORA DE LA ESCUELA ACTUAL.
.
Morcillo Loro, Virginia
García Prieto, Francisco Javier
Gómez Hurtado, Inmaculada
Departamento de Educación
Universidad de Huelva
virginia.morcillo@dedu.uhu.es
RESUMEN
Se aborda una revisión teórico-reflexiva sobre la mejora de la enseñanza en un
escenario escasamente investigado hasta ahora; práctica y gestión en el aula. El presente
estudio tiene como propósito fundamental describir y presentar experiencias que huyen
de la rutina y la memorización a tanto por hora, teniendo como finalidad superar el
fracaso escolar y los problemas de convivencia en base a la participación democrática y
equitativa de la comunidad educativa. Se adentra en la práctica para analizar
características y establecer puntos comunes que garanticen un marco para el tratamiento
de la diversidad y la atención a todo el alumnado.
PALABRAS CLAVE: aula inclusiva, aula como comunidad de aprendizaje, aula
democrática, diversidad, mejora de la enseñanza.
1. ¿POR QUÉ EL ESTUDIO DE LA GESTIÓN EN EL AULA? PRIMERAS
APROXIMACIONES.
Digamos que la primera inquietud ante el estudio de la gestión en el aula o de la
práctica viene de lejos. Como profesionales vinculados hacia la mejora y el cambio en
educación consideramos necesaria la investigación en un campo del que todos hacemos
mención; pero que en realidad son escasos los estudios que existen. Nos invade la
curiosidad de saber qué es lo que ocurre, cómo se trabaja, qué tipo de conocimiento se
plantea, cómo es la participación del alumnado, de las familias, cómo se gestiona…
pero principalmente, y siendo conscientes de la realidad, cómo se trabaja para atender a
todo el alumnado desde una perspectiva que plantea la diversidad como algo
enriquecedor y no como una característica más de nuestra sociedad.
Curiosamente, el contexto del aula ha estado ausente de la mayoría de
investigaciones sobre la interacción educativa hasta prácticamente la segunda mitad del
siglo XX. Existen numerosos autores que opinan al respecto y coinciden en la escasez
de investigaciones que tratan el estudio de la acción educativa en el aula, como por
ejemplo, Merchán (2009), el cual, advierte la escasez y la debilidad de estudios que se
acercan a la práctica de la enseñanza.
Tradicionalmente, el interés de estas investigaciones se ha centrado de forma
mayoritaria en los rasgos o características del profesor, en su comportamiento o en el
comportamiento de los estudiantes, pero el aula en sí ha sido tratada casi siempre como
un contenedor sin incidencia apreciable sobre lo que en ella sucede. Desde el estudio
que aquí se describe; en líneas generales, pretendemos concebir el aula como un
contexto de enseñanza y aprendizaje en el que intervienen una serie de factores,
variables… que van a condicionar y a caracterizar la dinámica en la que se encuentra
sumergida. Autores como Eisner (1992), Merchán (2009), etc. apelan a la necesidad de
un profundo conocimiento de cuanto ocurre en el interior de las mismas convirtiéndose
en una prioridad.
Nuevos modelos de aula se han ido definiendo para tratar de dar respuesta a
numerosas necesidades que se han ido presentando a lo largo de los años y que rigen
una dinámica de aula basada en el compromiso con los demás, en el diálogo, en la
construcción compartida de conocimientos, en la participación, en la reflexión, en la
apertura hacia el entorno, en el desarrollo de un currículum que de respuesta a todo el
alumnado y en definitiva, en favorecer un ambiente donde el principio de equidad
constituya el pilar más fuerte para poder entender que la diversidad es la base de nuestra
realidad. Un claro ejemplo lo tenemos en investigaciones que se centran en la Inclusión,
en las Comunidades de Aprendizajey, finalmente, en las Escuelas Democráticas. Es
aquí donde nos queremos detener y demostrar que a pesar de seguir anclados en un
punto del pasado hay otra educación. Experiencias sigilosas que no buscan
reconocimientos ni premios y que no sucumben a la tentación de un determinado texto.
Nos referimos a iniciativas que aceptan que la práctica es problemática pero, también se
reconoce que es posible mejorarla gracias a la investigación y discusión colectiva. No
estamos ante bucólicas experiencias en la que los obstáculos parecen no existir. Todo lo
contrario, son las dificultades y los obstáculos las que predisponen para la búsqueda de
nuevas perspectivas y posibilidades (Pozuelos, F.J.; Romero, D.; García, F.J. y
Morcillo, V., 2010:10).
Con ello no queremos ofrecer recetas ni ejemplos a los que imitar, simplemente
ofrecemos ilustraciones que muestran que otra educación es posible y necesaria.
Demostramos que para lo que algunos llaman “utópico” para otros es su día a día.
Eisner (1992) llamaba la atención sobre el hecho de que si no cambia la práctica
de la enseñanza en el aula, los cambios en el currículum o en aspectos más amplios de
la política educativa, apenas tienen consecuencias sobre los estudiantes. 2. PROPÓSITOS DEL ESTUDIO.
La síntesis teórica que presentamos forma parte de un estudio más amplio que
tiene como propósito el análisis de la acción educativa en el aula, concretamente, de los
factores que en ella intervienen y sus relaciones: un estudio integrado. Algunos de los
objetivos específicos que planteamos son:
- Describir y exponerexperiencias que tienen como finalidad superar el fracaso
escolar y los problemas de convivencia en base a la participación democrática y
equitativa de toda la comunidad educativa.
- Analizar las características y cómo se gestionan las aulas, para tratar de
establecer puntos comunes que garanticen un marco para el tratamiento de la
diversidad y la atención a todo el alumnado.3. ALGUNAS EXPERIENCIAS QUE DEFINEN OTROS MODELOS DE AULA.
ILUSTRACIONES PARA EL ANÁLISIS.
3.1. Apuntes para un aula interactiva y diversa en el marco de la sociedad de la
comunicación y las nuevas tecnologías
Todos los seres humanos a lo largo de nuestra vida vivimos experiencias que en
un sentido u otro guiarán la brújula hacia un determinado destino; bien al este, el oeste,
el norte o el sur, sabiendo que esto marcará una nueva trayectoria en la cual deberemos
tomar decisiones, afrontar retos, superar obstáculos, establecer unas metas, etc. Lo
mismo ocurre en la evolución de nuestro sistema educativo, en el cual, se han
introducido una serie de reformas que han afectado y regido de alguna manera las
prácticas educativas.. En la escuela ocurre lo mismo, ya que deberá estar preparada para
estos cambios y abrir puertas hacia nuevas perspectivas, nuevos modos de enseñar,
nuevas formas de organizar los espacios, los tiempos… y teniendo siempre presente la
realidad en la que nos encontramos y hacérselo ver al alumnado.
Seguidamente, describimos y presentamos experiencias que toman como base la
premisa anterior, además de luchar por conseguir una mejora de la enseñanza.
3.1.1. El Aula Inclusiva
La tarea de desarrollar mejores prácticas en el aula es un proceso que pasa por
analizar lo que ya están haciendo los profesores y las profesoras dentro de la escuela,
aprender de la experiencia y difundir los nuevos conocimientos por todo el centro.
Además, debemos reflexionar sobre la escuela del futuro, una escuela democrática,
abierta a la comunidad, que preludie una sociedad sin exclusiones. Una gestión
compartida del cambio, trabajo en equipo del profesorado y búsqueda y construcción de
nuevas respuestas sobre las ya existentes son algunas de las señas de identidad de esa
escuela. Una escuela que no sólo acepta la diferencia, sino que aprende de ella.
• Las ventanas que dejan ver un paisaje que acoge las diferencias:
Crear una escuela inclusiva, en la que se reconozca, valore y respete a todos los
alumnos-as y a todas las alumnas supone prestar atención a lo que se enseña y al modo
de enseñarlo, a la estructura espacial y material, a la configuración de los tiempos y al
tipo de relaciones personales mantenidas. No sólo hay que diseñar las estrategias
docentes y determinar el currículo que responda al conjunto de diferencias del
alumnado, sino que el currículo debe afrontar las diversas formas en que difieren los
estudiantes y además, debe mantener una relación estrecha con los cambios
organizativos y estructurales que se establezcan en el aula. Todos los miembros de las
aulas inclusivas tienen un sentido de pertenencia al grupo, se sienten miembros de ese
escenario por ser partícipes de él. Los niños-as no pueden constituir una comunidad ni
sentirse cómodos si creen que deben dejar de lado sus diferencias y las de sus
compañeros y compañeras para poder pertenecer al grupo, todos aprenden de todos. El
objetivo es construir una comunidad que acoja las diferencias, utilice las diferencias
entre el alumnado como elementos del currículo y respete esas diferencias en todos los
aspectos del programa escolar. Por eso, es necesario construir un espacio en el que los
niños-as se sientan cómodos, siendo capaces de expresarse y moverse libremente, donde
el sentido de equidad sea la base para lograr un escenario abierto a las características
individuales de nuestro alumnado y a las del entorno próximo.
En resumen y sintetizando las consideraciones anteriores, podemos corroborar
que las causas fundamentales que han promovido la aparición de la inclusión son de dos
tipos: “el reconocimiento de la educación como un derecho” y “la consideración de la
diversidad como un valor educativo esencial para la transformación de los centros”
(Arnáiz, P. 2003: 140).
• Las características de un aula que apuesta por la inclusión de todos los niños y las
niñas sin distinciones:
En las escuelas inclusivas, el aula es la unidad básica de atención. Las aulas se
organizan de forma heterogénea y se estimula e impulsa a alumnos y alumnas, a
maestros y maestras para que se apoyen mutuamente. Algunas de las características que
presentan las aulas inclusivas son (Stainback, S. y Stainback, W. 1999: 25-29):1. Filosofía de la clase.2. Reglas del aula.3. Enseñanza adaptada al alumnado.4. Apoyo en el aula ordinaria.
Es posible incluir a todos los alumnos y a todas las alumnas en las aulas siempre
que los educadores hagan el esfuerzo de acogerlos, fomentar las amistades, adaptar el
currículo y graduar las prácticas.
Por otra parte, Michael F. Giangreco (1999:262) aporta su visión de las Escuelas
Inclusivas en base a las siguientes características:
GRÁFICO 1: CARACTERÍSTICAS GIANGRECO
La inclusión, por tanto según Ainscow (2001:293) “se define como un proceso
de incremento de la participación de los alumnos en las culturas, currículos y
comunidades de sus escuelas locales y de reducción de su exclusión de los mismos, sin
olvidar, por supuesto, que la educación abarca muchos proceso que se desarrollan fuera
de las escuelas”.
Para llegar a una escuela mejor Ainscow y otros (2001:14) propone una serie de
principios basado en la escuela inclusiva:
GRÁFICO 2: PRINCIPIOS ESCUELA INCLUSIVA
Todos estos autores defienden la inclusión como un mecanismo de mejora de la
educación a todos los discentes, oponiéndose a enfoques muy estandarizados del
currículum y la enseñanza. Su disposición a aprender, su capacidad de autoevaluarse
críticamente y su tendencia a la acción han conducido al perfeccionamiento constructivo
de la escuela.
• Las ventajas de un currículum que apuesta por el reconocimiento de la diversidad
humana:
El aula es el contexto por excelencia donde se lleva a cabo el aprendizaje del
alumnado. Esto significa que es en el aula donde se produce la concreción última del
currículum, con el fin de dar la respuesta educativa más adecuada a la diversidad de
alumnos y alumnas escolarizados en ella (Arnaiz y Garrido, 1997; cit. por Arnaiz, P.
2003: 206). La creciente diversidad racial y étnica de nuestra sociedad y nuestras
escuelas y aulas, obliga a que los programas y currículos escolares tengan en cuenta las
diferencias entre los niños1. 1
1
Ramsey (1987) cit. por Stainback y Stainback (1999: 38-39) presenta 8 objetivos de la enseñanza, en perspectiva multicultural, aplicables al concepto de inclusión plena. Son los siguientes:
- Ayudar a los niños y las niñas a elaborar identidades positivas de género, raza, cultura, clase social e individual y a reconocer y aceptar su pertenencia a grupos muy diferentes.
- Capacitar a los niños y a las niñas para que se consideren parte de una sociedad más amplia, para que se identifiquen, empaticen y se relacionen con individuos de otros grupos.
- Promover el respeto y el aprecio de las distintas formas de vivir de otras personas.
- Estimular la apertura y el interés por los demás, la disposición a incluir a los otros y el deseo de cooperar desde las primeras relaciones sociales que establecen los niños y las niñas pequeños.
Debido a sus características heterogéneas, el currículum que se implemente en la
misma debe alejarse de planteamientos rígidos y prescriptivos, centrados
exclusivamente en el libro de texto. Este currículum puede definirse como un
currículum común para todo el alumnado, que encuentra su sentido en el
reconocimiento de la diversidad humana y su justificación en la igualdad de derechos de
todas y cada una de las personas. Siguiendo a Ángeles Parrilla (2004: 342) hay algunas
ideas en esta forma inclusiva de concebir la educación que determinan lo que ha de ser
el currículum inclusivo y que lo diferencian de otras propuestas curriculares ante la
diversidad:
GRÁFICO 3: CURRICULUM INCLUSIVO
• La primera idea es que se trata de un mismo currículum para todo el alumnado.
Aunque la idea de currículum inclusivo suele asociarse a la Educación Especial,
no se limita a procurar la inclusión del alumnado con Necesidades educativas
especiales. El currículum inclusivo es un currículum idéntico para todos-as, con
- Promover el desarrollo de una conciencia realista de la sociedad contemporánea, el sentido de responsabilidad social y una preocupación activa que se extienda más allá de la propia familia o grupo inmediato.
- Capacitar a los niños y a las niñas para que se conviertan en analistas autónomos y críticos y en activistas en su medio social.
- Apoyar el desarrollo de habilidades educativas y sociales necesarias para que los niños se conviertan en participantes plenos en la sociedad del modo más adecuado a sus estilos individuales, orientaciones culturales y medios lingüísticos de origen.
- Promover unas relaciones eficaces y recíprocas entre las escuelas y las familias.
independencia de su situación, diferencia y/o desigualdades por motivo de clase
social, género, pertenencia a grupos culturales minoritarios, capacidad o
cualquier otra característica diferenciadora que pueda establecerse como tal
desde la cultura dominante en la sociedad.
SaponShevin (1999: 39) señala las siguientes sugerencias para garantizar un
desarrollo del currículum que sea integrador de las diferencias y diversidad entre
alumnos y alumnas, siendo éstas la base para la transformación de nuestras aulas:
GRÁFICO 4: CURRÍCULUM SHAPON-SHEVIN
• La segunda idea es la noción de currículum común2, que remite a la
construcción de un currículum único, en contraposición a las diferencias basadas
en la diferenciación. Por eso el énfasis y la esencia del currículum inclusivo es
garantizar la igualdad en el propio currículum común, de tal forma que se
minimicen las ocasiones de exclusión de alumnos y alumnas de la educación
común y, en cambio, se incrementen las oportunidades de inclusión y de
participación auténtica de todos los estudiantes.
2
2
Gimeno Sacristán, J. (2001:244) nos puede situar sobre las coordenadas de lo que puede ser el currículum común:
- El currículum común responde a la diversidad cultural.
- El currículum común no tiene que ser todo el currículum que recibe el alumno y la alumna.
- El currículum común es un medio para ayudar a la igualdad de oportunidades.
- El currículum común es la base de la educación general o básica que ha de ser además integral.
- El currículum común reclama la llamada escuela única y la comprensividad.
- El currículum común no es necesariamente una determinación centralizada de contenidos cerrados.
- Los contenidos comunes no son sólo generalidades inconcretas.
- El currículum común prescrito es un referente de la calidad mínima exigible a un sistema homologado de enseñanza.
• En tercer lugar, el currículum inclusivo pretende potenciar y preparar a todas
las personas a participar como iguales, a ser socialmente aceptadas, y persigue,
como finalidad última, la idea de comunidad, que trasciende la mera aceptación
y supone el desarrollo del sentimiento de participación y pertenencia al grupo.
• La búsqueda de un desarrollo práctico heterogéneo y diversificado del
currículum común, manteniendo la igualdad, es otra de las grandes señas de
identidad del currículum inclusivo. La lucha por la igualdad y por el respeto a la
identidad individual, sin dar lugar a prácticas diferenciadoras, es una meta clara
del planteamiento curricular desde la educación inclusiva.
Estamos ante una perspectiva que no defiende un currículum cerrado y
estandarizado que todos los niños y todas las niñas deben dominar al mismo tiempo. Por
el contrario, la filosofía que subyace en esta perspectiva nos aparta de la enseñanza de
destrezas aisladas en marcos aislados y propone contextos de aprendizaje que potencien
la ayuda, la cooperación e intervención entre el propio alumnado (Arnáiz, P. 2003:208).
• Construcción de un aula abierta a la realidad social y a las características que la
definen:
Un aula abierta y preocupada por los fenómenos característicos de una
determinada comunidad, precisa de una serie de cambios y necesidades a la hora de
construir las condiciones óptimas que permitan la integración curricular de todos y cada
uno de nuestros alumnos y nuestras alumnas. Es decir, que adecuar el currículum a la
diversidad del alumnado supone llevar a cabo un conjunto de modificaciones en los
diferentes elementos de la propuesta educativa, para conseguir que todo el alumnado
consiga una participación activa en la dinámica del aula y pueda alcanzar sus objetivos.
Es por ello, por lo que el profesor o la profesora deben plantearse no sólo los contenidos
culturales que ha de introducir en su programación, sino también todos aquellos
procesos de interacción en el aula, con el fin de propiciar un ambiente para el diálogo, la
participación activa y la toma de decisiones del alumnado.
Para que en el aula la estructura de tareas permita la interacción continua, el
agrupamiento heterogéneo en actividades cooperativas y el progreso del currículum a
distinto ritmo y de forma diversificada, se requiere que a nivel de centro existan una
serie de características deseables en lo que concierne a la organización escolar, para ello
será necesario analizar “cómo debe ser la vida organizativa del grupo-aula desde una
perspectiva en la que ésta se convierta en un lugar de intercambio de experiencias y de
cultura, un espacio abierto en el que se dé cabida el conjunto de diversidades que
presenta el alumnado” (Jiménez, P. y Vilá, M.1999:299).
Según López Melero (1997:246), para hacer posible la reconceptualización de la
organización del centro, que demanda la educación que reconoce y valora positivamente
la diversidad, es necesario que:
“La variedad de esquemas de organización del aula ha de estar supeditada a las
características e idiosincrasia de los niños integrados, a las circunstancias concretas de
cada centro, a sus posibilidades de infraestructura, a los profesionales del centro, a la
dotación económica y hasta cierto punto a la concepción ideológica”
GRÁFICO 5: AULA INCLUSIVA
1.2. El Aula en una Comunidad de Aprendizaje:
Desde una perspectiva general, cuando hablamos de Comunidades de
Aprendizaje tenemos que hacer mención al compromiso de toda una comunidad en la
superación del fracaso escolar y de los problemas de convivencia que, en diferentes
grados, se dan en nuestros centros educativos, y que se articulan a partir de una
transformación de las escuelas. Es una respuesta inclusiva que afecta a la calidad
educativa del alumnado con dificultades de aprendizaje, niños y niñas que presentan
alguna discapacidad, alumnos y alumnas procedentes de diversas culturas, etc. Pero de
la inclusión de este alumnado no sólo sale beneficiado él mismo, sino que supone un
beneficio para toda la comunidad educativa, ya que repercute en: la mejora de la
enseñanza para todos y todas y una mejor convivencia y una transformación personal
que se concreta en un desarrollo de la solidaridad, en profundos cambios de actitudes y
de valores, al a vez que le ayuda s superar muchos prejuicios y esterotipos (Ortega y
Puigdellívol, 2004: 47-50).
• Principios básicos en una Comunidad de Aprendizaje:
Las Comunidades de Aprendizaje suponen un cambio en la práctica educativa
para responder de forma igualitaria a los retos y necesidades que la sociedad actual.
Dentro de este marco Comunidades de Aprendizaje surge como respuesta a esas
necesidades y retos de la educación del siglo XXI. Estas se pueden resumir en:
GRÁFICO 6: PRINCIPIOS COMUNIDADES DE APRENDIZAJE
Así, como pilares básicos de las Comunidades de Aprendizaje encontramos:
GRÁFICO 7: PILARES COMUNIDADES DE APRENDIZAJE
• ¿Cómo podemos entender el aula en una comunidad de aprendizaje?
Ahora bien, el aula como comunidad de aprendizaje debe ser capaz de introducir
y de enlazar esos cambios que de un modo u otro afectan la dinámica misma del aula,
puesto que a través de ese intercambio de sucesos se van a formar personas con una
visión crítica y constructiva ante esos hechos y van a ser capaces a través del diálogo de
comprender lo que está sucediendo. De esta forma, el aula se convierte en un espacio
que permite construir el conocimiento de manera compartida; tanto es así, que el
aprendizaje sólo se puede dar si los niños y las niñas tienen la oportunidad de
intercambiar dichas experiencias personales, de intercambiar diferentes puntos de vista,
realizando actividades de modo cooperativo y solidario y estableciendo unas normas de
convivencia democrática entre todas y todos (López Melero, 2004).
Las Comunidades de Aprendizaje parten de una base: “todas las niñas y los
niños tienen derecho a una educación que no les condene desde su infancia a no
completar el bachillerato y no acceder a un puesto de trabajo” (Gómez, J. 2006).
Debemos luchar por un aula caracterizada por la diversidad, garantizando el derecho a
la educación a todos los niños y las niñas.
Aunque manifiestamente la idea anterior pueda resultar utópica, existen autores
(Flecha, R. 2005.) que consideran como una de las fases fundamentales a seguir para
transformar las aulas en comunidades de aprendizaje, “El Sueño”. Ese sueño, tal y como
Martin Luther King expresaba en sus discursos (“I have a dream”), la comunidad sueña
con un nuevo tipo de escuela, con un nuevo tipo de aula, resultado del diálogo y
consenso entre el máximo de sectores implicados. En el sueño se da al profesorado la
pauta del siguiente lema: “el aprendizaje que queréis para vuestros hijos e hijas es el que
queremos para todo el mundo” (Gómez, J. 2006). Es una fase fundamental porque no
sólo se sueña la escuela y el entorno que queremos, sino que se enfatizan tres aspectos
básicos:
GRÁFICO 8: ASPECTOS SUEÑO
Estos tres aspectos básicos forman un todo, uno influye sobre el otro y
viceversa. Si tenemos ilusiones es que creemos en la utopía, en querer transformar la
realidad circundante y además, apostamos por nuestro alumnado, por conseguir que
cada uno de ellos llegue a lo más alto sin ningún tipo de condicionamiento.
La organización del aula es un elemento innovador en la organización de las
Comunidades de Aprendizaje. Así lo corroboran autores como Cothran y Ennis (1997)
cit. por López Melero (2004), sosteniendo que “una comunidad de aprendizaje está
basada en las relaciones e interacciones, a través de las que se configura el clima del
aula. El clima del aula es de tanta importancia que la primera tarea y función de la
interacción didáctica es ganar y mantener la cooperación de los estudiantes en la
organización y el desarrollo de la clase”.
Esta forma de entender el proceso de enseñanza y aprendizaje o mejor dicho,
este modo de entender el aula como ecosistema de aprendizaje y desarrollo requiere otra
manera de entender el espacio y el tiempo de aprendizaje. Es decir, otro modo de
entender la organización escolar donde no sólo va el profesorado a enseñar sino
principalmente a aprender conjuntamente con las niñas y los niños y con el resto de sus
compañeros, pudiéndose optar por fomentar que exista más de una persona adulta en el
aula. Esto puede facilitar que no haya que sacar a algunas niñas y a algunos niños del
grupo para refuerzos o por sus necesidades especiales (Puigdellívol, 1998).
Es necesario reorganizar la escuela en función de las nuevas necesidades de la
Cultura de la Diversidad. Ello exige, como señala Santos Guerra, iluminar algunas
zonas de la organización escolar porque:
“Existen zonas poco iluminadas en la organización escolar. La rutinización
institucional, el pragmatismo cotidiano, los planteamientos eficientistas, la heteronomía
funcional, el carácter ambiguo y contradictorio de sus fines, la falta de tiempos
destinados a la reflexión, los mecanismos selectivos de defensa, la dimensión oculta del
currículum, etc., hacen que permanezca persistentemente oscurecida una amplia parcela
de la vida organizativa de los centros” (Santos Guerra, 2001: 105).
GRÁFICO 9: AULA CA
1.3. El aula desde la Perspectiva Democrática
Actualmente, el objetivo fundamental que debería guiar las reformas educativas
es establecer una escuela para la democracia, es decir, una escuela que exista en una
sociedad democrática, que contribuya a mejorarla y perfeccionarla. Para ello tiene que
prestar especial atención a fomentar la autonomía, unido a la eliminación de todas las
formas de intolerancia y de exclusión de los otros. Y apostar porque la educación es un
derecho de todos y todas, también la de los alumnos y alumnas procedentes de otras
culturas, etnias y razas; porque con ella fomentamos el desarrollo integral de todos y
cada uno de nuestros alumnos y alumnas consiguiendo la inclusión de todos ellos en
esta sociedad. De esta manera, consideramos que estos alumnos y alumnas son personas
y que por tanto, son parte de esa sociedad y tienen una misión o lugar dentro de ella.
Hay que fomentar la capacidad de participación en la vida social y activa en un
sistema democrático en el que existe igualdad de derechos y deberes, igualdad de
oportunidades para todos-as con independencia de su posición social, de sus creencias,
de su procedencia, de sus capacidades y limitaciones. La formación en las escuelas
debería permitir que el alumnado elabore sus propias opiniones, reflexiones, actitudes
críticas, pudiendo elegir las creencias que les parezcan mejores, más justas, más
racionales, más acordes con el funcionamiento social.
Con todo esto creemos en una escuela democrática que como dice Apple y
Beane (1997:24) “se deriva de intentos explícitos de los educadores de poner en vigor
las disposiciones y oportunidades que darán vida a la democracia. Estas disposiciones y
oportunidades implican dos líneas de trabajo. Una es crear estructuras y procesos
democráticos mediante los cuales se configure la vida en la escuela. La otra es crea un
currículum que aporte experiencias democráticas de los jóvenes”.
• Aprender participando, aprender actuando, aprender construyendo:
Podemos comenzar esta andadura por el papel de la escuela en la vida de las
personas y todos llegaríamos a la conclusión de que ésta tiene y ha tenido un papel
fundamental en la educación y en el desarrollo de ciudadanos libres y democráticos. La
educación en valores, necesaria en la escuela pública, debe ser una labor compartida
entre profesorado, alumnado, familia y otros agentes implicados en el sistema
educativo. Además, esta correspondencia entre alumnado, profesorado, familia, etc. va a
constituir un motivo excepcional donde unos van a aprender de los otros y todos van a
aprender juntos. En palabras de López Melero (2004) “cuando la escuela pública toma
conciencia de este hecho, abriendo espacios de participación, es entonces cuando se
define por un modelo de educación para la convivencia democrática y para la mejora de
la calidad de la enseñanza. En este caso la calidad de la educación vendrá determinada
por la calidad de las relaciones que entre las niñas y los niños sepamos desarrollar en el
aula”.
• Vivir el currículum del aula desde esta perspectiva significa actuar en la vida
democráticamente:
Jaume Martínez Bonafé (2004: 318-320) nos plantea que “el currículum es la
herramienta cultural con que la escuela capacita al sujeto ciudadano para protagonizar la
vida democrática en un sentido pleno. Al pensar en los componentes de un currículum
democrático deberíamos entender que la complejidad y la interrelación están presentes”.
Los puntos siguientes tratan de identificar algunos principios esenciales, pero debe
insistirse en que antes que la separación existe entre ellos una fuerte interacción:
GRÁFICO 10: CURRÍCULUM DEMOCRÁTICO
En resumen, el currículum es una herramienta básica con el que aprendemos a
vivir la democracia, hacia dentro y hacia fuera de la escuela.
• El aula como ejemplo representativo de una escuela sin exclusiones:
El reconocimiento de la diversidad del alumnado supone el respeto y la
tolerancia activa, es decir un esfuerzo y un interés por comprender al otro como es y la
ruptura con el deseo permanente en nuestras aulas de clasificación y sometimiento de
las personas a una norma preestablecida. Esta es la primera clave que ha de tener en
cuenta la escuela pública contra la homogeneidad en sus aulas y, a la vez, se ha de
subrayar el reconocimiento de la cualidad más natural del ser humano: la diferencia.
Jaume Carbonell (1996) sostiene que los ejes de su propuesta giran alrededor de
la conexión del aula con el entorno, de la construcción de la comunidad democrática, y
de la educación y el desarrollo de individualidades libres y creativas. Si tomamos como
referencia a autores relevantes que apuestan por una comunidad democrática se nos
vendría a la mente Dewey (1916). Para él, la escuela es una comunidad en miniatura de
la sociedad democrática, pero con su propia dinámica interna. Y en esta república
escolar el maestro promueve la auto-organización de los alumnos y de las alumnas para
que vayan adquiriendo una responsabilidad colectiva y un aprendizaje democrático y
lleguen a descubrir por ellos mismos los valores individuales y sociales positivos.
Por su parte Freinet (1975), en su libro Por una Escuela del pueblo, compendia
la guía práctica para la organización material, técnica y pedagógica de la escuela
moderna. Sus propuestas de transformación de la actividad escolar del alumnado están
estrechamente asociadas a los cambios de relación con el entorno, a las modificaciones
de los espacios de la escuela y del aula, y a la participación democrática, responsable y
activa del alumno y de la alumna.
GRÁFICO 11: AULA DEMOCRÁTICA
4. CODA: DIFERENCIAS QUE SEÑALAN UN MARCO COMÚN
GRÁFICO 12: DIFERENCIAS
Seremos rotundos si decimos que “el cambio en educación se asemeja a una tela
de araña” si, además, sostenemos que “no es fácil transformar la enseñanza”, pero aún
así, somos conscientes que quizás no sea del todo cierto ya que existe una innovación
silenciosa, que a pasos lentos, va abriéndose camino hacia esa mejora que la gran
mayoría anhelamos. No valen sueños que no llevan más que a imaginar algo que pudo
ser y no fue. No es justo decir que es utópico pensar que otra educación es posible y
necesaria, ya que, son muchos los vestigios de experiencias que así lo consideran y
demuestran3.No podemos decir que existan diferencias sustanciales entre un modelo de aula y
otra, más bien al contrario, son más bien sus características las que nos muestran un
marco en el que las diferencias son casi imperceptibles. No se trata de llevar a cabo en
el aula estrategias de un modelo u otro, cual es más apropiado o no, simplemente ver
cómo desde la participación, desde la negociación colectiva, desde la consideración de
la diversidad, desde la apuesta por un currículum integrado… se puede avanzar hacia el
cambio. Destacamos en los tres modelos de aula una serie de rasgos y descriptores que,
de una u otra forma, configuran ese marco común para el tratamiento de la diversidad.
Veamos sucintamente algunos de ellos:
- La colaboración. Múltiples autores se dirigen a realizar una apuesta fuerte por la
colaboración como pilar básico y estrategia de gestión para atender a la
3
3
Como por ejemplo, las experiencias recogidas en el monográfico “Otra escuela es posible… y necesaria” de Investigación en la Escuela, nº70. Concretamente, el artículo de Pozuelos, F.J.; Romero, D.; García, F.J. y Morcillo, V. (2010). “No basta con soñar otra escuela, hay que hacerla. Relato de experiencias y un caso”, P. 5-20.
diversidad en el aula (Ainscow, 2008). Así, encontramos prácticas que ponen en
boga esta idea como el proyecto de Comunidades de Aprendizaje, el cual toma
como referente las teorías y prácticas inclusoras, igualitarias y dialógicas, que
han mostrado su utilidad al incrementar el aprendizaje instrumental y dialógico,
la competencia y la solidaridad (Racionero y Serradell, 2005). De esta forma,
comprobamos como apostar por las redes de colaboración puede ser un inicio
para responder y gestionar la diversidad en nuestras aulas, partiendo de una
buena gestión del centro liderada por equipos directivos inclusivos que apuesten
por una educación para todos y todas.Ruptura con el individualismo y apuesta
por el trabajo compartido.
- Ilusión y esperanza en querer transformar la realidad. Vencer y superar el
miedo al cambio y a la rutina. Apostar por las dificultades como vehículo para
ganar en confianza y sensación de poder transformar la realidad. Alegría por las
aportaciones de un trabajo gratificante.
- Participación de toda la comunidad educativa.
- Puesta en marcha de estrategias que promueven la comunicación y el diálogo,
que conllevan una ruptura con el modelo centrado en la memorización y la
retención a tanto por hora.
- Importancia de la voz del alumnado. Contar con sus puntos de vista, conocer sus
expectativas y creencias y recoger sus planteamientos para hacer la experiencia
formativa una actividad más provechosa es un reto aún por explorar en nuestro
entorno (Pozuelos y Travé, 2005). Son una pieza clave y relevante en todo el
proceso de enseñanza-aprendizaje, su voz puede mejorar la práctica docente;
además de servir de instrumento para favorecer su propio autogobierno y la
toma de decisiones desde un punto de vista crítico y reflexivo.
Por último,la sociedad actual, en la que las diferentes culturas se mueven, se
encuentran e interactúan, se ve inmersa en un continuo proceso de cambio que le obliga
a renovarse en todos los aspectos relativos al ser humano y su entorno. En este sentido,
el aula tiene un peso especial. El centro educativo y el grupo-clase deben luchar por el
respeto a la diversidad, así como estar abierta al entorno y desarrollar un currículum
integrado y relevante que vaya más allá de la mera transmisión de destrezas básicas y
de los contenidos académicos. Existen experiencias que trabajan desde esta línea y
desde aquí nos gustaría agradecer su trabajo.
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