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EL ORGANON DE LA MEDICINA A 200 AÑOS DE SU PRIMERA PUBLICACIÓN
Dr. Martín Silva Albor
Como todas las obras científicas el ORGANON DE LA MEDICINA RACIONAL no surge como
una inspiración arrebatada de un personaje obscuro y desconocido, es el producto de un
conocimiento previo y de la experiencia propia, en este caso escrito por un reconocido médico
y químico de su época el Dr. S. Hahnemann (1755-1843) esta obra libro tiene sus antecedentes
cuando el Dr. S. Hahnemann realiza la traducción del libro “Materia Médica” de Cullen quien
despierta su inquietud y lo lleva a la experimentación en su propio organismo, con los
resultados de esa experimentación escribe un artículo llamado “ENSAYO SOBRE UN
PRINCIPIO NUEVO PARA DESCUBRIR LOS PODERES CURATIVOS DE LAS SUBSTANCIAS
MEDICINALES, JUNTO CON ALGUNAS MIRADAS A LOS ACTUALES” publicado en el
Hofelánds Journal der praktischen Arzneikunde, t. II parte III el año de 1796, primer
señalamiento público de seis años de experimentación, posteriormente publica “LA MEDICINA
DE LA EXPERIENCIA” en 1805 que es el antecedente más próximo al ORGANON DE LA
MEDICINA RACIONAL.
El primer crítico de la Homeopatía es el propio Dr. S. Hahnemann quien en casi treinta años lo
corrigió y aumentó y es así que fueron apareciendo la segunda edición en 1819. 3° Edición en
1824. La 4° Edición en 1829, la 5° edición en 1833 y la 6° edición escrita en 1843
aproximadamente pero publicada hasta 1922.
Han pasado ya doscientos años que el Dr. S. Hahnemann propuso una nueva y racional forma
de curar, a la distancia en el tiempo es necesario hacer un alto en el camino trazado y
reflexionar si seguimos en la dirección correcta.
El Dr. S. Hahnemann fue un genio que se adelantó a su tiempo en muchos aspectos del
quehacer médico, pero fue un humano que se equivocó en otros. Un estudio serio reflexivo,
nos obliga a que sin apasionamientos y bajo la luz del conocimiento actual, avancemos en el
camino que el maestro nos indicó y abandonemos la lucha estéril por querer adecuar lo que el
Dr. S. Hahnemann propuso y que actualmente nadie puede sostener científicamente.
Es necesario mencionar que el conocimiento científico en tiempos de Dr. S. Hahnemann era
erróneo en muchos aspectos, que el renacimiento científico se venía abriendo camino con
muchas dificultades, aunque ya Leeuwenhoeck (1632-1723) conocía los protozoarios y
bacterias, nadie pensaba que pudieran provocar enfermedades, se les veía como una
curiosidad, la teoría de la generación espontanea defendida por Aristóteles (384–322 a.n.e)
seguía causando controversia entre varios científicos como F. Redi (1626-1697). J. Needham
(1713-1781). L. Spallanzani (1729-1799) así mismo la teoría propuesta por Thomas Sydenham
(1624-1689) y Giovanni María Lancisi (1654-1720) se debatía entre adeptos y opositores, estas
discusiones terminaron cuando Heinrich Hermann Robert Koch (1843- 1910) presenta sus
hallazgos el 24 de marzo de 1882 dando a conocer que ha descubierto el bacilo de capas de
producir la enfermedad llamada ántrax; cuando Louis Pasteur (1822-1895 )demuestra con su
famoso matraz con cuello de cisne que la teoría de la generación espontánea es falsa, cuando
John Snow (1813 – 1858) precursor de la epidemiología en 1848 demuestra que el cólera no se
transmite por el aire (miasmas) sino por el agua contaminada destruye la teoría miasmática
propuesta por Sydenham. Posteriormente Rudolf Ludwig Karl Virchow (1821-1902) médico
alemán enfatizó que las enfermedades surgen no en los órganos o tejidos en general, sino, de
forma primaria en células individuales, aunque era antagonista de la idea de que las bacterias
provocaran enfermedades. Alegaba que el descubrimiento de algunos microorganismos en
ciertas enfermedades no siempre significa que el organismo sea parte de la enfermedad.
Fue hasta que Elie lljitsch Metchnikoff (1845-1916) publicara su artículo en 1884 (Über eine
Sprosspilzkrankheit der Daphnien. Beitrag zur Lehre über den Kampf der Phagocyten gegen
Krankheitserregen, Virchow’s Archiv für Pathologische Anatomie und Physiologie, 1884;
96:177-95) donde explicaba como los organismos tienen defensas que se “comían” a las
partículas ajenas a él. Todos estos descubrimientos no podemos negarlos en la actualidad, es
un necio el que niegue que la tuberculosis es producida por una bacteria en pacientes con
características intrínsecas y ambientales especificas, no podemos negar la acción del
microorganismo.
Ningún hombre es perfecto y tenemos que reconocer que las explicaciones que da como
causa de enfermedad interna que aparecen en su libro “LAS ENFERMEDADES CRÓNICAS Y
SU TRATAMIENTO HOMEOPÁTICO” conceptos que incorpora al ORGANON DE LA MEDICINA
en la cuarta edición en 1829 fueron como él lo dijo una posible explicación de cómo se
produce la enfermedad achacándose a una causa interna ya que en su tiempo nadie podía
demostrar la causa externa, que como se ve es hasta 1882 que se demuestra que sí existe una
causa externa para cada enfermedad especifica.
Algunos médicos homeópatas hemos olvidado que el Dr. S. Hahnemann fue un científico que
en ocasiones tuvo que tocar los terrenos religiosos porque su vida corría peligro si lo
tachaban de hereje por ir en contra de lo que en su tiempo era considerado como verdad, que
los conceptos por el plasmados trataban ser lo más científicos pero que no siempre existían
los términos para señalar lo que él intuía, llamando a esto casi espiritual.
La homeopatía a demostrado clínicamente su efectividad aunque sus detractores argumentan como principal argumento el que dosis infinitesimalmente pequeñas pueden tener efectos biológicos ¿Sabían Edwar Jenner (1749 – 1823) y Louis Pasteur (1822-1895) como es que las vacunas actuaban?¿ Paul Enrilch (1854-1915) sabia como el propil-para-dihidroxi-diamino-arseno-benceno, curaba el mal de caderas?¿Sabía A. Fleming 1881-1955) en septiembre de 1928, como el hongo Penicilium notatum destruía a los Streptococcus aureus? ¿Dejaron su aplicación hasta que conocieran como actuaban?
¿Quiénes son los que le han dado la respuesta a esta incógnita? Han sido los fisiólogos, farmacólogos, bioquímicos etc., es justo entonces pensar que son ellos los que tendrán que dar también la respuesta a la terapéutica homeopática.
La medicina galénica actual se acerca aunque sin reconocerlo a los postulados homeopáticos,
lo vemos en las dosis que cada vez se han ido reduciendo de gramos a miligramos;
medicamentos que se expenden solos, ya van siendo pocos los que se venden mezclados
(paracetamol – acido acetilsalicilico – ergotamina) ; los bioquímicos, se han encargado de
reconocer que cada diferencia en una molécula le da características especificas (diferentes) a
la molécula original (INDIVIDUALIDAD MEDICAMENTOSA); los médicos alópatas conscientes
han llegado a la conclusión que los tratamientos genéricos de antaño están equivocados y
cada vez son más los que proponen la individualización del tratamiento al paciente de acuerdo
a su enfermedad y a los factores inherentes al individuo y a su entorno (INDIVIDUALIDAD
MORBOSA) todo esto ha sido reforzado con los avances científicos en los terrenos de la
bioquímica, física, fisiología, anatomofisiologia, etc. Estos descubrimientos del
comportamiento del organismo a estímulos internos y externos han variado en doscientos
años; uno de los avances es que el universo, la física, el átomo, la herencia tiene leyes y que
estas son simples en su planteamiento.
Sería muy humillante para el elevado linaje humano que su conservación tuviera que depender
sólo del azar. (1)
Dios no juega a los dados con el universo (2)
El Dr. S. Hahnemann llega a la simple ley de semejantes basado en la experimentación pura,
experimentación que más tarde algunos llevaran al grado heroico de arriesgar su propia vida y
la de otros para comprobar su hipótesis, el Dr. S. Hahnemann fue más allá al proteger la vida
humana experimentando sin ponerla en riesgo con las dosis mínimas.
Cuando el Dr. S. Hahnemann retoma a Paul Joseph Barthez (1734–1806) en su planteamiento
del maravilloso funcionamiento del organismo más allá de las teorías iatrofisicas y
iatroquimicas propias de su tiempo; se adelantó al conocimiento actual de la fisiología con
todo lo que conocemos como la inmunología, endocrinología etc., como parte del
funcionamiento orgánico para conservar la salud; el Dr. S. Hahnemann los llamó dinamismo
vital termino etimológico más acorde a la realidad que el término homeostasis propuesto por
Claude Bernard (1813–1878).
En los últimos 100 años la homeopatía se ha estancado en la exploración de nuevos
conocimientos, en la aplicación de nuevas teorías, si el Dr. S. Hahnemann viviera es seguro
que en sus siguientes ediciones del ORGANON DE LA MEDICINA hubiera dado a conocer sus
propia versión de dichos avances, es necesario retomar el conocimiento científico actual y
seguir avanzando es necesario que los principios que dió el Dr. S. Hahnemann para
fortalecerlos en base a los descubrimientos que durante estos años se han presentado.
Como lo comenta el Dr. Márquez San Juan (3).
La homeopatía – a mi juicio – mantiene sus puertas cerradas a las conquistas de la ciencia en
el campo de las experimentaciones biológicas”.
“la considero como un viejo caserón que hemos heredado de un ilustre antepasado y que
pretendiéramos conservar al margen de todas las reformas impuestas por la época que se
vive; las mismas puertas y ventanas estrechas que dan poca luz y ventilación al interior; la
misma distribución defectuosa de la vieja arquitectura; el mismo mobiliario con sus pesados
cortinajes, su alumbrado de velas esteáricas, su cuadra de caballos y su obscura y húmeda
cochera para encerrar una pesada calesa, y una servidumbre dispuesta a correr a caballo para
acortar distancias y llevar nuestras ordenes. Y para esto, considerar una profanación a la vieja
mansión señorial introducir la luz eléctrica, el teléfono, el automóvil; los amplios ventanales, el
garaje, el moderno jardincillo en lo que fuera el patio embaldosado y llegar hasta repudiar la
instalación en el salón de un aparato de radio, todo porque nuestros ilustres antepasados que
nos legaron el caserón no conocieron, el teléfono, el automóvil y el radio”. (4)
Tenemos la casa, tenemos el terreno, ¿podemos modificar los interiores y la fachada sin
quitar los soportes?, Pero tengamos cuidado precisamente en saber cuáles son las bases y no
los destruyamos ya que esto si puede llevar a la destrucción de la mansión, es por ello
necesario que el médico homeópata esté seguro de cuáles son los fundamentos los refuerce y
deseche los aspectos anacrónicos que lo puedan confundir, se hace indispensable que los
homeópatas se abran a la critica honesta, incluso a la destructiva para que demuestren
científicamente su verdad, el que tiene miedo de no poder demostrar lo que defiende, que
poco sabe de lo que vive y que poco favor le hace a la homeopatía. Es necesario reconocer
que el médico que sabe y defiende a la homeopatía en la clínica es invaluable, pero es
imprescindible ir más allá y defenderla como lo hacia el D. S. Hahnemann, en las publicaciones
científicas de su época, pero con los conocimientos actuales y en el terreno científico.
Tenemos los argumentos científicos tenemos la certeza clínica, ¿que nos falta para demostrar
científicamente que el Dr. S. Hahnemann tuvo razón al proponer la terapéutica homeopática
como una forma racional de curar? Con fundamentos sencillos pero probados por la
experimentación y los avances en otras disciplinas científicas.
A 200 años de la primera publicación del ORGANON EL ARTE DE CURAR podemos concluir
que las bases para curar se encuentra ahí hoy como hace 200 años, que nos hemos quedado
rezagados al avance tecnológico por temor de que al cambiar se derrumbe la terapéutica
homeopática, pero que el avance tecnológico lo que ha hecho es fortalecer los principios
homeopáticos tanto que los alópatas se están acercando a pasos agigantados a la
homeopatía, que es poco lo intrascendente que hay que desechar por que los conocimientos
han cambiado demostrando que el Dr. S. Hahnemann fue un sabio que fundamento las leyes
de la curación con pocos errores, errores propios del conocimiento de su tiempo.
A 200 años de la primera publicación del ORGANON DE LA MEDICINA tenemos que reconocer
que ha resistido el destructor paso del tiempo y se mantiene tan vigente como en la primera
publicación, lo único que hace falta es promocionarla con los resultados que atestiguan los
pacientes y los argumentos científicos.
Es necesario reconocer que el médico que sabe y defiende a la homeopatía en la clínica es
invaluable, pero es imprescindible ir más allá y defenderla como lo hacia el D. S. Hahnemann,
en las publicaciones, con los conocimientos actuales y en el terreno científico.
BIBLIOGRAFIA:
1.- Hahnemann. S. Escritos Médicos Menores., traductor: Fernando Darío François Flores
Ed. B. Jain Publishers (P) Ltd. India. 1996.
2.- Albert Eistein
3.- Márquez. S. M. Homoeopathia Compendio de Terapéutica y Materia Médica. B. Jain
Publishers Put. Ltd. New Delhi 1° ed. 1990. Pág. 5 preámbulo de la 2° ed.
4.-Ibidém. Pág. 6.
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