más allá de la sequía y el cambio climático
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Documento de Trabajo N°3
LA GESTIÓN DEL AGUA EN LA REGIÓN DE VALPARAÍSO Más allá de la sequía y el cambio climático
Cristian Raggio Carvallo
Patricio Herrera González
https://cidep.uv.cl Agosto 2020
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LA GESTIÓN DE AGUA EN LA REGIÓN DE VALPARAÍSO Más allá de la sequía y el cambio climático
Cristian Raggio Carvallo*
Patricio Herrera González**
*Cristián Raggio Carvallo, Ingeniero Comercial, mención economía, Universidad de Chile. Asistente de Investigación CIDEP [craggio@fen.uchile.cl]
** Patricio Herrera González, Doctor en Historia. Investigador y director CIDEP. Profesor titular de la Escuela de Ingeniería Comercial de la Universidad de Valparaíso [patricio.herrera@uv.cl
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Presentación
“Campesinos chilenos afirman que el apetito británico por las paltas está secando
la región”. Así titulaba The Guardian, el 17 de mayo de 2018, un reportaje que daba
cuenta del problema que se presentaba con el recurso agua en Petorca, tanto en
su disponibilidad como en la distribución. La nota continuaba señalando que El
British Retail Consortium, que representa a los principales supermercados del país,
estaba informado sobre las prácticas de producción en el Valle de Petorca y que
para sus asociados "salvaguardar el bienestar de las personas y las comunidades
en las cadenas de suministro es fundamental para nuestras prácticas de
abastecimiento como industria responsable". De ahí en adelante, se han sucedido
una serie de ofensivas de las comunidades que luchan por los derechos de agua,
las contraofensivas de los grandes agroexportadores, particularmente de paltas, y
entre los años 2018/2019 se han difundido una serie de reportajes, en medios
nacionales y extranjeros, visibilizando y denunciando el caso emblemático de
Petorca, pero que se extiende a otros territorios de la región de Valparaíso y Chile.
En julio de 2019, la empresa concesionaria Essal S.A de la ciudad de Osorno
derramó más de 1.100 litros de petróleo en su planta de tratamiento y en el río
Rahue dejando sin suministro de agua potable a una población de cerca de 170.000
habitantes por varias semanas. Tanto el caso de Osorno como lo acontecido por
decádas en Petorca y otros territorios, son la consecuencia de la gestión política e
institucional del recurso agua. Chile es el único país en el mundo donde el agua es
considerada un bien de cosumo, legalmente privatizadas, con un mercado de
escasa regulación y donde muchas familias hoy deben abastecerse de camiones
aljibes, cuya situación contraviene la resolución 64/292 de la Asamblea General de
la Naciones Unidas, del 28 de julio de 2010, en la cual se reconoce explícitamente
el derecho humano al agua, reafirmando que un agua potable limpia y el
saneamiento son esenciales para la consagración de todos los derechos. Esto se
complementa con los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) de la Agenda 2030,
que tiene como meta el acceso universal y equitativo al agua potable.
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La gestión del agua en Chile tiene una naturaleza política y económica. La dictadura
civico militar abrió una brecha que los gobiernos postautoritarios han incrementado.
El cruce de intereses, nacionales y transnacionales, de las actividades
agroindustrial, forestal, minera y pesquera con los tomadores de decisiones han
cerrado puertas a debatir en serio, y con nuevos instrumentos
legales/institucionales, sobre reconocer y asegurar el derecho humano del recurso
agua.
Es urgente diseñar y catastrar un balance hídrico nacional, que permita conocer de
qué agua se dispone en todo el territorio nacional y los registros actualizados de
derechos de agua de cada propietario. La región de Valparaíso debe anticiparse a
tomar decisiones colaborativas y participativas, pues hoy tenemos menos tiempo y
margen para revertir las consecuencias sociales, culturales y ambientales que ha
provocado la red de intereses en torno al agua.
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1. INTRODUCCIÓN
En la última década se ha reconocido por parte de las autoridades una situación
crítica de los recursos hídricos, y en consecuencia la necesidad de generar
respuestas estructurales para asegurar una mayor disponibilidad del agua (DGA,
2013; Ministerio del Interior, 2015). Sin embargo, estas respuestas han sido
particularmente dirigidas a incrementar la oferta hídrica través de medidas
institucionales, tecnológicas y de infraestructura, partiendo de una visión estatal
reduccionista que apunta al cambio climático y la disminución de precipitaciones
como las determinantes principales de la sequía que afecta el país. De esta forma,
se han omitido persistentemente las posibles causas antrópicas como fallas en la
gestión y distribución de los recursos hídricos (Oppliger, Höhl y Fragkou, 2019), así
como falencias estructurales de un modelo productivo con alta dependencia de
actividades extractivas que son intensivas en el uso del agua, afectando de paso
las capacidades del suelo para retener humedad y en ocasiones contaminando el
cauce de los ríos (Panez, Faúndez y Mansilla, 2016).
El problema de la escasez hídrica requiere de un análisis interdisciplinario que sea
capaz de identificar las causas naturales de la sequía, pero al mismo tiempo aborde
los factores sociales, económicos y políticos que influyen directamente en este
resultado. De esta manera, para tener una comprensión integral de la situación
actual se ha propuesto investigar las relaciones de poder que existen entre algunos
grupos de la sociedad chilena, los cuales tienen distintas concepciones del
problema y a su vez poseen mayor o menor grado de incidencia sobre la cuestión
(Budds, 2012).
La teoría de la ecología política logra capturar estas interacciones sociales y sus
efectos sobre, por ejemplo, las regulaciones e institucionalidad del agua y la
construcción de discursos dominantes en torno al tema. Es así como los estudios
de Bolados et. al (2018), Budds (2004; 2012), Oppliger, Höhl y Fragkou (2019) y
Prieto (2016) son indispensables para entender el carácter socionatural y político de
la escasez hídrica que afecta diferentes zonas del país, mientras que a nivel
internacional Loftus (2009) revisita este problema desde la misma perspectiva,
6
postulando que su principal causa son las políticas públicas fallidas y no las
características ambientales de cada región. A esta literatura se le suman los
informes con enfoque en derechos humanos realizados a partir del caso de la
provincia de Petorca (INDH, 2014; CDH-UDP, 2013).
Considerando lo anterior, el presente documento de trabajo no pretende esclarecer
todas las causas del problema, sino que se centra en un análisis de las condiciones
físicas de los recursos hídricos en la región de Valparaíso (con énfasis en el río
Aconcagua y los dos mayores embalses de agua potable: el lago Peñuelas y el
embalse Los Aromos), y su relación directa con una gestión deficiente a nivel
institucional, para lo cual se exponen datos de la DGA sobre el registro de derechos
de agua otorgados. El documento se concibe entonces como un insumo que aporta
al debate en esta materia al evidenciar el estado de las principales reservas de agua
superficial de la región y la presión a la que están expuestas.
2. CONTEXTO ACTUAL
A mayo del 2020, todas las provincias de la V región (menos el territorio insular)
poseen un decreto de escasez hídrica vigente. Estos decretos se dictan con el
objeto de proveer determinadas herramientas a usuarios del agua y a la población
en general para reducir al mínimo los daños derivados de la sequía. Da atribuciones
a la Dirección General de Aguas (DGA) que se encarga de establecer criterios y
delimitaciones para las autorizaciones de extracción de aguas1. Cabe destacar que
la comuna de Petorca se encuentra en esta condición desde el 2010.
Los principales ríos de la región, así como sus afluentes, reportan caudales que
actualmente se encuentran en su mínimo histórico, poniendo en riesgo el consumo
humano y afectando la economía local. La cuenca del Aconcagua, que revisaremos
en detalle más adelante, se encuentra sobre explotada a lo largo de todo su cauce,
mientras que las cuencas de Petorca y La Ligua han sido objeto de estudios tanto
cuantitativos como cualitativos que establecen una influencia determinante de la
asignación desproporcionada y desigual de los recursos hídricos en la sequía que
1https://dga.mop.gob.cl/administracionrecursoshidricos/decretosZonasEscasez/Paginas/default.aspx
7
afecta la zona (Budds, 2012; INDH, 2014) . En vista de los datos recogidos para la
elaboración de este documento, se puede proyectar un desenlace similar en el
Aconcagua si es que no se reformulan las políticas hídricas en pos de garantizar la
sostenibilidad de las fuentes primarias y sobre todo asegurar el agua para consumo
humano.
El marco normativo proporcionado por el Código de Aguas deja en manos del
Estado el otorgamiento de derechos, pero subyacen mecanismos de mercado que
determinan su asignación, y por ende estos tienden a concentrarse en privados con
mayor capital de inversión, los que consiguen a su vez más injerencia en las
decisiones acerca de la administración del curso de agua respectivo.2 De esta
manera, quedan en segundo plano los intereses de campesinos de la pequeña
agricultura y crianceros, además de comunidades con dificultades de acceso al
agua para consumo humano. Esto último es complejo ya que la legalidad no
establece garantías en el destino del agua para la bebida y el uso doméstico, sino
que por el contrario se encarga de proteger, e implícitamente priorizar, el uso
productivo de este recurso.
La problemática se ha extendido inexorablemente hacia las reservas de agua
potable, como es el caso del lago Peñuelas y el embalse Los Aromos, que
históricamente han abastecido una parte importante de la población del Gran
Valparaíso3. La dependencia del primero ha disminuido progresivamente debido a
que lleva más de diez años bajo el 10% de su capacidad, y esta misma situación ha
generado que Los Aromos pase a tener un rol preponderante a la hora de asegurar
la disponibilidad de agua en esta zona, sobre todo en el período estival (septiembre-
2 Nota sobre el Código de Aguas “ARTICULO 5°- Las aguas son bienes nacionales de uso público y se otorga a los particulares el derecho de aprovechamiento de ellas, en conformidad a las disposiciones del presente código. ARTICULO 12°- Los derechos de aprovechamiento son consuntivos o no consuntivos; de ejercicio permanente o eventual; continuo, discontinuo o alternado entre varias personas. ARTICULO 13°- Derecho de aprovechamiento consuntivo es aquel que faculta a su titular para consumir totalmente las aguas en cualquier actividad. ARTICULO 14°- Derecho de aprovechamiento no consuntivo es aquel que permite emplear el agua sin consumirla y obliga a restituirla en la forma que lo determine el acto de adquisición o de constitución del derecho.” 3 El sistema de agua potable del Gran Valparaíso considera la distribución a Limache, Villa Alemana, Quilpué, Viña del Mar, Valparaíso, Concón, y todo el litoral norte hasta La Ligua.
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abril). Sin embargo, el agotamiento de sus reservas ha obligado a las autoridades a
generar un acuerdo entre las juntas de vigilancia del río Aconcagua y ESVAL para
el relleno anticipado del embalse entre los meses de abril y julio de este año 2020,
con el objetivo de llegar a septiembre con un volumen de 15m3, que se considera
como el mínimo que asegura la provisión de agua para la temporada de verano.
3. HIDROLOGÍA DE LA REGIÓN
La principal cuenca de la región es el río Aconcagua. Este posee una extensión de
7.340 Km2 y se forma de la reunión en la Cordillera de los Andes, a 1.430m de
altitud, de los ríos Juncal (oriente) y Blanco (sureste). Sin embargo, en la cartografía
oficial del Instituto Geográfico Militar, el río Aconcagua se concibe de la reunión
entre el río Juncal como prolongación de su junta con el río Blanco, y el río Colorado
(DGA, 2004), mientras que su principal afluente es el río Putaendo. La primera
estación fluviométrica que mide el caudal del Aconcagua después de su confluencia
con el río Colorado es la estación “Río Aconcagua en Chacabuquito”, que se utiliza
periódicamente como referencia de medición en los boletines mensuales de
información hídrica generados por la DGA.
El acuífero consta de 9 Sectores Hidrogeológicos de Aprovechamiento Común
(SHAC): San Felipe, Putaendo, Panquehue, Catemu, LLay Llay, Nogales-Hijuelas,
Quillota, Aconcagua desembocadura y Limache. Por otro lado, existe una división
en cuatro secciones (a las que se suma la del río Putaendo) que van desde la parte
alta de la cuenca en la provincia de Los Andes, pasando por las provincias de San
Felipe, Quillota, hasta su desembocadura en Concón. Para la coordinación de
acciones relativas a la regulación y distribución de las aguas del río existen juntas
de vigilancia en cada sección, las cuales representan a privados titulares de
derechos de aprovechamiento de agua.
Las otras grandes cuencas hidrográficas de la región son los ríos Petorca y La
Ligua, los cuales muestran una importante sequía que ha aumentado de manera
gradual desde hace más de dos décadas. Según datos de la DGA, en los últimos
cinco años el caudal promedio anual en la parte alta de sus cuencas no supera los
0,9 m3/segundo. A diferencia del río Aconcagua y la mayoría de las cuencas del
9
país que poseen un régimen mixto, por estar originados en la baja cordillera, los ríos
Petorca y La Ligua solo reciben aportes de origen pluvial y por lo tanto se encuentran
expuestos a la variación en las precipitaciones, las cuales han disminuido
progresivamente en los últimos años. Por último están las cuencas costeras Ligua-
Aconcagua y Aconcagua-Maipo, que integran esteros de régimen pluvial entre los
que se cuentan el estero Casablanca, Catapilco, Marga-Marga, entre otros.
Fuente: mop.cl
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3.1 Estado de las reservas superficiales y algunas reflexiones
Comenzando con el río Aconcagua, vemos en los gráficos 1 y 2 una considerable
disminución en el flujo de agua a través de los años. A partir del 2010, el caudal
promedio se ha mantenido bajo los 20m3 por segundo en la estación Chacabuquito
(primera sección), y en específico entre el año 2018 y 2019 se reporta una mayor
caída, llegando en este último período a promediar 11m3/segundo. En el caso de la
estación Romeral, que se encuentra al comienzo de la tercera sección del río, el
caudal promedio sigue una tendencia similar, pero disminuye en volumen a pesar
de que en San Felipe afluyen las aguas del río Putaendo. Desde el 2010 en adelante
la caída se acentúa llegando a 2,7 m3/segundo en 2019.
Este comportamiento sin duda tiene causas exógenas relativas al cambio climático,
pero como se expondrá más adelante, también es posible acreditar efectos
antrópicos por la presión que ejercen las actividades productivas mineras en la parte
alta de la cuenca, y agrícolas a lo largo del valle, las que son intensivas en el uso
consuntivo de agua, afectando el ciclo biológico de esta.
Gráfico 1. Caudal promedio río Aconcagua
Fuente: Elaboración propia en base a datos de la DGA
0
10
20
30
40
50
60
70
1995 2000 2005 2010 2015 2020
m3/
segu
ndo
Est. Chacabuquito Est. Romeral
11
Gráfico 2. Caudal promedio mensual río Aconcagua (Chacabuquito)
Fuente: Elaboración propia en base a datos de la DGA
La disminución en la “oferta” de agua va en dirección opuesta al incremento
exponencial de los derechos de agua otorgados desde el año 1982, como podemos
observar en el gráfico 3, tendencia que ha continuado hasta el presente (ver anexo
I). Hasta aquí, las cifras consideran todos los mecanismos para ejercer el derecho
(permanente/eventual; continuo/discontinuo; alternado entre dos o más personas),
y su crecimiento está dado mayoritariamente por derechos no consuntivos
destinados principalmente a actividades mineras, generación de energía
hidroeléctrica y proyectos inmobiliarios, aunque también la base de datos del
Catastro Público de Aguas muestra una decena de personas naturales con
derechos otorgados por volúmenes sobre los 100 lts/segundo, pero sin información
alguna acerca del uso que hacen de ese recurso. Por último, no existe información
pública acerca de la cantidad y calidad del agua que debe ser restituida a su cauce
natural después de su uso.
Con respecto a los derechos consuntivos, que en 2014 representaban
aproximadamente el 27,5% del total regional (DGA, 2016), también es posible
identificar un incremento permanente en el caudal superficial otorgado, incluso entre
2015 y 2019, donde se registraron derechos por más de 7m3 a pesar de la evidente
0,010,020,030,040,050,060,070,080,090,0
ENE FEB MAR ABR MAY JUN JUL AGO SEP OCT NOV DIC
m3/segund
o
Prom. 1981-2010 Prom. 2000-2019 2018 2019
12
escasez de la cuenca.4 En la actualidad, la suma de los derechos consuntivos
otorgados asciende a 87 m3/segundo, cifra considerablemente mayor al caudal
promedio del río en 2019 de 11m3/segundo. Ahora bien, si solo consideramos los
derechos ejercidos de manera permanente y continua, es decir, que pueden usar el
agua de manera ininterrumpida durante las 24 horas del día, la demanda en
volumen sería de 49,3 m3/segundo. No sabemos la cantidad de agua superficial
que efectivamente es consumida, pero es claro que si los titulares de esos derechos
quisieran ejercerlos en su totalidad, el caudal del río no daría abasto. De esta
manera queda expuesta la presión que implica el exceso de demanda hídrica sobre
el río Aconcagua.
La evolución de los derechos respecto a otras fuentes superficiales y subterráneas
de la región es similar. Solo a modo de ejemplo presentamos en el gráfico 4 el
incremento en otorgamiento de derechos subterráneos consuntivos y permanentes
en las provincias de Valparaíso y Petorca.
Gráfico 3. Evolución del caudal superficial otorgado del río Aconcagua
Fuente: DGA (2016)
4 Los datos sobre derechos de otorgamiento de aguas provienen del Catastro Público de Aguas, y el análisis propio de estos está sujeto a error debido a la calidad de la información. Sin embargo, comparando nuestras cifras con las estimaciones del estudio de la DGA (2016) para el año 2014, encontramos valores muy similares, sobre todo en lo que respecta a derechos consuntivos (excluyendo derechos otorgados en acciones) con una diferencia menor al 1,5% en el total. En las referencias pueden encontrar el estudio mencionado, mientras que los datos se obtienen de la página web de la DGA.
13
En el caso de Valparaíso, cerca del 75% de los derechos de este tipo otorgados
después de 1980 han sido inscritos en la comuna de Casablanca, principalmente
para el riego de cultivos. Por otro lado, el salto que se aprecia en el año ´82 en
Petorca, y en el ´07 en Valparaíso, está explicado por derechos de ejercicio
permanente y continuo, entregados a personas naturales sin información sobre el
destino de su uso.
La puesta en vigencia del Código de Aguas de 1981 entrega al Estado (a través de
la DGA) la potestad de otorgar derechos de aprovechamiento con el requisito de
que el particular cuente con los medios necesarios para ejercitarlo (artículo 8°). Esto
abre un espacio para que se generen desigualdades en el acceso a este recurso ya
que los privados con mayor capital tienen los medios para optar por volúmenes más
grandes de caudal, y la configuración de un “mercado del agua” para la libre compra
y venta de derechos refuerza esta tendencia. Además, la participación e injerencia
en las decisiones administrativas sobre la cuenca/sección/canal aumenta a mayor
cantidad de derechos. Este escenario no deja lugar a la participación de
comunidades, y afecta la actividad de campesinos, pequeños y medianos
agricultores, en especial a los titulares de derechos de fuentes subterráneas que se
han ido agotando, viéndose obligados a venderlos debido a que no pueden financiar
excavaciones más profundas.
En resumen, una legislación excesivamente laxa ha generado que se sigan
entregando derechos en cuencas declaradas oficialmente como áreas de
restricción, como es el caso del río Petorca que desde 1997 se encuentra restringido
para nuevas explotaciones de agua subterránea (INDH, 2014). Mientras que la no
imposición de ciertas normas que aseguren una distribución más equitativa del
recurso implica una concentración de los derechos de agua, con graves
consecuencias económicas y sociales. La tabla 1 con datos de la cuenca del
Aconcagua ilustra esta situación, donde 80,5m3 para uso consuntivo se reparten en
783 derechos, es decir, en promedio cada titular puede extraer 102,8 litros por
segundo.
14
Gráfico 4. Evolución del caudal otorgado en Valparaíso y Petorca (Lts/seg)
Fuente: Elaboración propia en base a datos de la DGA
Tabla 1. Derechos de aprovechamiento por sección de la cuenca Aconcagua. Cifras a
noviembre de 2014)
Fuente: DGA (2016)
0
2.000
4.000
6.000
8.000
10.000
12.000
14.000
16.000
18.000
20.000
1980 1982 1984 1986 1988 1990 1992 1994 1996 1998 2000 2002 2004 2006 2008 2010 2012 2014 2016 2018
Petorca Valparaiso
15
Gráfico 5. Volumen reservas de agua potable
Fuente: Elaboración propia en base a datos del INE
La excesiva demanda ejercida sobre las cuencas de la región ya ha limitado la
disponibilidad de agua para consumo humano en localidades como Petorca y
Nogales, pero esta realidad está pronta a llegar al Gran Valparaíso. En efecto, el
gráfico 5 refleja la caída en las reservas del embalse Los Aromos en los últimos dos
años, pero sobre todo destaca el nivel de agua que dispone el lago Peñuelas, a
0,0
5,0
10,0
15,0
20,0
25,0
30,0
35,0
40,0
2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017 2018 2019 2020
Mill
ones
de
m3
Embalse Los Aromos
0,0
5,0
10,0
15,0
20,0
25,0
30,0
35,0
2004 2006 2008 2010 2012 2014 2016 2018 2020
Mill
ones
de
m3
Lago Peñuelas
16
pesar de tener una capacidad para albergar 95Mm3 y un promedio histórico sobre
los 20Mm3.
La tabla 2 muestra en detalle el estado de ambas reservas a mayo de este año, las
que se encuentran en mínimos históricos, hipotecando la disponibilidad de agua
potable para abastecer la zona costera en la temporada estival. Mientras el lago se
ha visto afectado principalmente por la falta de lluvia y plantación excesiva de
recursos forestales a sus alrededores que exigen altas cantidades de agua, la
sequía de Los Aromos también responde a un efecto climático, pero más
directamente de la gestión de la cuenca del Aconcagua. De esta manera, si bien
existe un acuerdo con las juntas de vigilancia de las primeras tres secciones del río
para el relleno anticipado del embalse, es posible que haya racionamiento durante
el verano para alcanzar a cubrir las necesidades domésticas de todos los usuarios,
y por lo demás no es una solución sostenible en el tiempo.
Tabla 2. Estado reservas de agua potable, volumen en Mm3
Promedio
Histórico 2019 2020
Peñuelas Aromos Peñuelas Aromos Peñuelas Aromos
Enero 23 26 3,3 19 1 6,7
Febrero 22 25 2,7 16 0,8 4,2
Marzo 20 23 2,3 14 0,8 2
Abril
Mayo
20
21
22
23
2,2
2,2
11
10
0,5
0,5
1,3
1,8
Fuente: Elaboración propia en base a datos del INE y la DGA
3.2 Demanda hídrica y proyecciones
Los casos expuestos anteriormente, tanto de flujo de agua superficial como
subterránea, ilustran la creciente brecha hídrica que tiene la región, en términos de
su diferencia entre la oferta y demanda potencial de agua, cuantificada a través del
volumen de derechos de otorgados. Ahora bien, es claro que esos derechos no son
17
ejercidos en su totalidad, y por lo tanto, lo correcto es estimar la demanda efectiva
de agua, es decir, la cantidad de agua en volumen que es extraída para diversos
fines en la región. Esto fue realizado para el año 2015 por un estudio de la DGA
(DGA, 2017), el cual utiliza diferentes metodologías para estimar la demanda
efectiva dependiendo del uso. Los resultados se puede apreciar en la tabla 3.
La actividad que demanda un mayor volumen de agua en la región es la agrícola
con un 62,6% del uso consuntivo total, el cual fue estimado según los
requerimientos evapotranspirativos de los cultivos bajo riego (no en secano), donde
los frutales consumen el 65% de esa fracción (sin contar las viñas). Después viene
la generación de energía eléctrica que dispone del 20,6%, y más atrás la minería
con un 4,4% del total.
Para tener una perspectiva más amplia, se reconoce que la agricultura es el mayor
consumidor de agua a nivel mundial y en particular en América Latina, donde
representa alrededor del 70% del agua extraída, sin considerar las lluvias que
favorecen la agricultura de secano (FAO, 2002). En el caso de Chile y según un
estudio del Ministerio del Interior (2015), la agricultura de riego consume un 73% del
agua extraída de fuentes superficiales, la industria un 12% y la minería un 9% del
total. De todas formas es notable la presión que ejerce la agricultura sobre las tres
principales cuencas de la región (anexo II). En la del Aconcagua, la demanda de
agua para uso agrícola representa un 81,4% del total, mientras que sobre Petorca
y La Ligua es aún mayor, 96 y 89% respectivamente. Esto puede explicar porque
en algunas comunidades aledañas a estas riveras el agua para consumo humano
llega en camiones aljibe. Por otro lado, destaca la alta cantidad de agua utilizada
para generación de energía, en específico para los sistemas de enfriamiento de
plantas termoeléctricas ubicadas en la zona de Concón-Ventanas.
Con todo, si convertimos las cifras de la tabla 3 a una medida comparable,
obtenemos que la demanda consuntiva total es de 34 m3/segundo. Luego, aunque
los datos existentes no nos permiten estimar el caudal exacto de todos los cauces
en la región, al menos podemos establecer que esta demanda supera con creces la
suma del caudal superficial en la parte alta de las tres cuencas ya mencionadas
18
(19m3/segundo promedio, considerando el período 2010-2019), lo que implica una
presión cada vez mayor sobre las fuentes de agua subterránea, hecho que ya ha
sido reportado por la DGA en sus boletines mensuales.
Tabla 3. Demanda efectiva por tipo de uso, región de Valparaíso
Mm3/año 2015 % 2030 2040 Agua Potable Urbano 102.003 9,5% 112.158 117.727
Agua Potable Rural 10.766 1,0% 12.207 12.495
Agrícola 672.337 62,6% 736.452 779.568
Pecuario 3.378 0,3% 5.320 6.521
Minero 47.571 4,4% 48.169 42.604
Industrial 16.554 1,5% 19.302 20.911
Generación Eléctrica 221.370 20,6% 169.880 174.115
Total Consuntivo 1.073.979
1.103.489 1.153.939
Acuícola 189 0% 853 248
Generación Eléctrica 1.473.620 100% 1.166.331 878.372
Total No Consuntivo 1.473.809
1.167.184 878.620
Fuente: DGA (2017)
19
4. CONCLUSIONES
Este documento de trabajo ha subrayado uno de los problemas fundamentales que
debe ocupar a la región de Valparaíso, el recurso agua. Su gestión política, social y
ambiental será fundamental para planificar otro modelo de uso y beneficios, pues
tenemos hoy una emergencia que si no se resuelve con nuevas perpsectivas
estaremos en la próxima década con fuertes restricciones. Reparar en las
proyecciones de riego para los años 2030 y 2040, las que son realizadas a partir de
la evolución histórica de la superficie de cada tipo de cultivo, nos indica que la
tendencia que se asume es de un incremento en las hectáreas de cultivo de frutales
y viñas en menor medida, mientras que la superficie de hortalizas iría a la baja. En
este sentido, los altos requerimientos hídricos de las especies frutales introducidas
que predominan en la región (paltos y cítricos) estarían liderando el incremento de
la demanda de riego futura.
Este escenario será difícil de sostener en vista de la disminución de los caudales, la
escasez de precipitaciones y aumentos de la temperatura, que implican una mayor
evapotranspiración de las plantas y por ende un mayor consumo de agua para su
supervivencia. Diversos análisis nacionales e internacionales dan cuenta de esta
realidad y proponen un cambio del enfoque actual, junto a la necesidad de generar
nuevas formas para la gobernanza y gestión del agua (Fundación Chile, 2019;
UNEP, 2012; UNESCO y ONU-agua, 2020). En cuanto a los factores humanos que
influyen en la situación de escasez hídrica de la región, se han documentado en
esta presentación los de carácter normativo e institucional, pero como se ha
identificado en la literatura reciente coexisten factores sociales y políticos que deben
ser estudiados en profundidad, para tener una mejor comprensión de las causas
detrás de este fenómeno.
De esta manera, desde la vereda de la investigación el desafío está en incorporar
un enfoque interdisciplinario a los extensos análisis técnicos desarrollados
principalmente por organismos públicos que reflejan una visión monolítica del
problema y que hasta la fecha no han logrado establecer soluciones sostenibles
social y medioambientalmente. En paralelo, es urgente que las autoridades,
20
gobiernos locales y organizaciones de la sociedad civil aborden una reformulación
de la normativa del agua vigente para impedir que se sigan entregando derechos
de extracción en cuencas sobre explotadas, y al mismo tiempo mejorar la gestión
del recurso en términos de la eficiencia en su distribución y fiscalización del uso
productivo.
21
REFERENCIAS
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24
ANEXOS
I. Derechos superficiales otorgados sobre el río Aconcagua
Fuente: Elaboración propia en base adatos de la DGA
0
50.000
100.000
150.000
200.000
250.000
300.000
350.000
400.000
450.000
500.000
1910
1919
1923
1935
1956
1959
1961
1967
1970
1973
1975
1977
1980
1982
1984
1986
1988
1990
1992
1994
1996
1998
2000
2002
2004
2006
2008
2010
2012
2014
2016
2018
2020
Consuntivo No Consuntivo
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II. Demanda hídrica por cuenca en 2015, región de Valparaíso
Fuente: DGA (2017)
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https://cidep.uv.cl
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